POEMAS 43~~~161. Y PR6LOGO D-
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A
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PRADO
M
N
e s
p o e m a s
andar, las poderosas s tristemente, ara sobre ellas O...
ieces ado coniemplaron iilas, a la tenue irsculo. el idilio ), lleno de altiveces, ernerilla joven redondas y lucientes.. .
...
?an ya Son 10s eunucos del campo languidecen ias que se hacen bravas altiveces Incas opulentas.
sus pupilas breve )SO...
vidan n! Quiz6 recuerden 10 en que ellos fueron del harem campestre..
.
rn reldmpago y bien pronto nces sus miradas vuelven
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ib it( nse 10s chorros
y chasquean :tu rabioso ra 10s vidrios. al melanc6lico agonizanfe. haraposos, .damente.
i,
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LA J O R N A D A A Francisco Villaespesa
MPRENDIERON
la rufa cuando el alba desenvolvi6 a lo largo de la noche la ondulada silueta del camino. Dormian las cabaiias en 10s bordes oscuros de la senda; como un rastro de luz en medio del silencio. oy6se surgir a la distancia el prolongado rnujir de las vacadas, y por sobre la quietud de 10s campos, desliz6ronse las brisas, produciendo suaves roces entre las altas ramas y en las charcas haciendo resbalar leves temblores. Marcharon 10s viajeros, y a medida que avanzaban, las sombras de la noche se iban desvaneciendo. Las estrellas s e hundian en el cielo, como flores que se sumergen en el agua.
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M a . q a l l a n e s
M o u r e
LA NINA JADEANTE
E
llegas junto a mi, toda agitada como tras de un divino y largo esfuerzo,
Es un cansancio alegre el que fe inquiefa, como el cansancio alegre del que alcanza con porfiada labor un regocijo. Tus labios me sonrien entreabierfos y por ellos se escapa el fuerte soplo de tu respiracien, y cuando luego tus labios se reunen, se dilatan 10s nerviosos y finos agujeros de fu nariz. Con tu cansancio alegre, con el ondear de tus redondos senos, con el rodar de tus sedosas trenzas. con el fuego de vida en que est6 envuelto todo tu ser, pareces, niiia ingenua. una bacante de vestir moderno. Seductora inconsciente, encantadora que ignoras, castamenfe. 10s efectos
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M o u r e
EL ESTANQUE A Augusfo Thomson
N el vacio estanque caia la cascada del agua alegremente. Como u n a carcajada plena de regocijo. caia el agua adentro, y 10s trenzados chorros en incesante encuentro daban 10s claros timbres de una cristaleria que rodara hecha trizas. La buena agua reia llenando aquel estanque, y segiin se elevaba la onda temblorosa. en ella se ahogaba la risa de 10s chorros. hasta que una vez Ileno. el estanque durmibse dulcemente sereno.
Los grillos ensayaban s u s asperos acordes y las flores silvestres erguidas en 10s bordes del agua perfumaban s u sueiio. Suavemente la luz languidecia en la tarde silente. ~
S u s
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TARDES DE LA CIUDAD
esa hora en que 10s vidrios reflejan las llamaradas postrimeras del sol, las seiioritas adorables se asoman con s u s floridos trajes al balcbn.
C o m o un torrente por la calle sonora van 10s carruajes de espejeante charol y dentro de ellos las lucientes chisteras rien con delicioso buen humor. E n actitudes de afectado abandon0 las seiioritas est6n en el balcbn: sobre s u s stnos se marchitan las rosas como amorosas almas s i n amor. Buscan s u s ojos unos ojos soiiados, ojos que nunca miraron a1 balcbn. Pasan pupilas anegadas en tedio y todas a1 pasar dicen siadi&!* La noche cae melanc6licamente.
y poco a poco desfallece el rumor
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M o u r e
A la sombra de un sauce cuyos brazos musculosos subian retorcidos en actiiud desesperada. el triste convoy ces6 de andar.
A un ronco grito del carretero, 10s cansados bueyes se detuvieron. y en sefial de alivio alzaron s u s cabezas taciturnas en una brusca sacudida que hizo crujir el yugo prolongadamente.
Me acerquk al carretero. El. distraido. levantaba 10s brazos sosteniendo la pica de colihue. Un cigarrillo hurneaba colgando de s u s labios. Era un viejo aquel rudo campesino y era un atormentado por la suerte. Me refiri6 s u s desventuras. Dijo que venia del rondo de 10s campos en rnarcha a la ciudad. Llevaba al Sniiio-y era dulce la voz del buen tabriego-
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moribund0 de un mal desconocido, e iba a dejarlo al hospital del pueblo.
Entonces adverti un leve suspiro doloroso surgiendo desde el fondo de la inm6vil carreta. Alli. tendido, con 10s ojos cerrados, con el rosfro palido y angustiado, estaba .el niiio., un mozo de veinte aiios. De su boca, el aliento escapabase en silbidos. Cuando al fin mis miradas se apartaron de aquel penoso cuadro, encontre fijos en mi 10s ojos del labriego, y nunca, nunca podre olvidar el infinito mirar de aquellos ojos, que tenian algo del dolor m u d o e incisivo que hay en 10s ojos de las bestias. cuando yen fulgurar la hoja del cuchillo ...
Por el camino interminable y blanco bajo el fuego del sol, por el camino, la pesada carreia f u i aiejsndose
...
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S u s
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LOS G A T O S V I E J O S A Maria. mi madrina.
EREZOSOS,
dormilones. aman la blandura grata de 10s tibios almohadones y desdeiian a la rata que rasgufia en 10s rincones.
Ya se estiren soiiolientos e hincan s u s ufias sin Glo en 10s bordados asientos: ya se acurrucan. y el hilo siguen de sus pensamientos. Siintanse frente a la hoguera donde la olla trepida y alza su hervor la tefera. con una oreja tendida hacia 10s ruidos de afuera. Mientras sus cntrecerradas pupilas observan con fijeza las endiabladas piruetas que en el fog6n hacen las llamas doradas.
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EL BAR0 A Pedro Cil.
N un rinc6n discreto del parque legendario s u s muros que recubren viejas enredaderas alza el baiio, al traves de las brumas ligeras que suben de la tierra como de un incensario. Denfro de la vacia piscina un solitario sauce va dejando caer s u s postrimeras hojas. mientras 10s sapos desde s u s madrigueras gargarizan las nofas de un vibrante rosario. Flota en aquel recinto misterioso el ensueiio de las blancas mujeres que con reir sonoro se hundieron en el agua de la piscina aquella. Todo habla de caricias, y hasla un rayo risueiio del sol poniente. vuela como un beso de o r 0 que buscara una boca para posarse en ella.
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EL REGRESO E detuve en la entreabierta puerta de mi oscuro hogar y bes6 mi boca yerta aquella bendita puerta que me convidaba a entrar.
Mi coraz6n fatigado de luchar y de sufrir, cuando escuch6 el sosegado rumor del hogar amado de nuevo empez6 a lafir. Fui
como el lento regresa
de la muerte hacia la vida: como quien despierta ileso tras fatal caida a1 beso de alguna boca querida. Adentro una voz serena decia cosa3 friviales y habia un dejo de pena en @sa voz suave y llena de cadencias musicales.
u r e
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La voz suave de la esposa despert6 mi coraz6n; aquella voz amorosa que en ofra edad venturosa me arrull6 con s u canci6n. Desrallecido de tanfo batallar y padecer. llevando en 10s ojos llanto y en el a h a desencanto. Ilegui ante aquella rnujer. Cai junto a s u regazo y en i l mi cabeza hundi y unidos en mudo abrazo de nuevo atarnos el lazo que en mi locura rompi.
Ni reproches ni gemidos... Sdo [rases de perd6n brotaron de esos queridos labios ernpalidecidos por tanta y fanfa aflicci6n.
-eLlora,
Ilora-me
decia-
Y o s i que Ilorar es buenon ... Mudo mi llanto caia y ella mi Ilanto bebia y me esfrechaba a su seno.
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VIAJE
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DE ENSUERO A Fernando Sanfivan.
ODAS
las tardes recorro la misma empinada senda que del alto acantilado por la orilla serpentea.
Abajo el mar en reposo canta su canci6n eterna, tejiendo blancos encajes alrededor de las pefias. Todas las tardes desciendo la misma ondulada senda que al viejo muelle conduce de la escondida caleta. Viejo muelle todo lleno de soledad y tristeza: nunca un viajero lo cruza. nunca UR barco a el se allega. Cruje su aiiejo tablado
y s u Gbrica retiembla
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M .
M a . ~ a I l a n e s
cuando las pesadas olas en sus pilotes se estrellan.
S u s enmohecidos hierros se exfolian como corfezas y hay musgos verdes y rojos en sus roiiosas maderas.
Todas las tardes mis pasos en aquel muelle resuenan; todas las tardes. de codos me afirmo en su delantera. Ante mis ojos se extiende del mar la llanora inmensa; el sol en el horizonte roja 16mpara semeja. Leve y azulada del mar en calma y entre la bruma surge y al muelle
bruma se eleva, u n a barca se acerca.
Viens la barca en siiencio; callada, callada llega. Echado sobre la borda veo un hombre entre la, niebla. ~
M o u r e
”C
cuando de nuevo en el muelie mis lentos pesos resuenan...
F'
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S u s
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N A D I E VE, N I
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T U M I S M A ...
OM0 el rayo de
sol que envuelve al drbol y que hace florecer todas s u s ramas; como la onda de agua cristalina que da al rugoso fronco fresca savia, asi en redor de mi. c o m o un divino efluvio que hace florecer mi alma, asi como la onda cristalina, dhndome un vigor nuevo esfds. mi amada. . C o m o la flor s u aroma, c o m o el rayo de sol s u aura ardiente. corn0 el agua su frescura vital, asi te llevo conmigo. asi de mi nunca te apartas. Ante mi vista erguida te hallo siempre. siempre est& a1 final de mis miradas: te ven m i s ojos cuando estoy despierto. y si dormido estoy te ve mi alma.
Aunque nunca se unieron nuestras bocas y nunca nuestms brazos en guirnalda de amor entretazhronse, mis labios estdn sobre tu boca perfumada 6
p�p
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EL S E N D E R 0
I amor lo tengo comparado con un sendero de ilusi6n: por il entrime descuidado y n o s i ahora adonde voy. Abierto y f6cil cuando entri. a poco andar se enmarafi6; segui por il y ya n o si ni adonde va ni adonde voy. C u a n d o 10s cardos me cercaron quise invertir mi direcci6n. Ellos el paso me cerraron y ahora ignoro adonde voy.
Este sendero es un bajar y es un subir fascinador, mis pies caminan sin cesar y siempre ignoro adonde voy. Rumor de abismo escucho a veces oigo despuis canto de amor,
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I S U S m e j o r e s
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EL PASEO S O L I T A R I O
A estoy solo, mi amor. Tras el penoso ascender por aiajos y quebradas domino la extensi6n del mar ruidoso. cuyas olas se rompen en cascadas al pie del farell6n en que reposo.
...
El mar. la soledad All6 la ardiente fulguraci6n del sol que ya decliQa, y abajo u n remover de espuma hirviente y un chorrear de agua cristalina que est6 corriendo interminablemente. El mar y el cielo en lo alto separados poco a poco se acercan. se confunden. cual dos enormes cuerpos enarcados y ya en el horizonte, ambos se funden como en un beso dos enamorados.
Ya estoy solo, mi amor. Estar contigo en esta soledad fuera mi anhelo:
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a.pa I l a n e s
M o ur
solos ante el occano. al abrigo de estas rocas y bajo este dureo cielo que alegre rie como un rostro amigo. Tener sobre mi hombro reclinada , tu cabeza y posar en i u s pupilas mis ojos y beber la luz dorada de tus pupilas verdes y tranquilas que miran como un mar hecho mirada. Tenerte aqui. mienfras el mar desfloca s u s espumas jugando entre las peiias: tenerte aqui. sobre esta erguida roca y preguntarte suavemente:-isueiias? y unir despuis mi boca con tu boca
Para decirte lo que mi alma amante callada guarda, pues no hall6 el momento de decirtelo a solas y anhelante contarfe fodo. todo lo que siento, quisiera estar contigo en este insiante. Aqui en la soledad, a la dirusa claridad del crepiisculo marino, encendida en amor mi a h a y confusa de placer, te hablaria en el divino idioma en que el poeta habla a su musa.
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Y es nna angustia constante, y es un padecer eterno y es un sufrir sin ativio y es un dolor sin consuelo. Continuamente en mis labios est6 el sabor de s u s besos: continuamente me embriaga el aroma de su cuerpo. Para ella, al despertar. es mi primer pensamiento: y estoy en ella pensando a foda hora y momento. Cuando por la noche apago la liimpara, en ella pienso y en el fondo de la sombra la ven mis ojos abiertos. La ven mis ojos, erguido el alto y hermoso cuerpo, tan betta como la Virgen Maria que est6 en 10s cielos.
Y
hallo que mi almohada es dura y helada. helada la siento porque una vez mi cabeza reclini sobre su seno.
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como si aigo persiguieran sin alcanzarlo jam6s! Dice la esposa: dno es cierto que nunca me has de,olvidar para pensar s d o en ella? Y yo le digo: jambs! Ella pregunta: Cno es cierto que ya nunca la amarbs como la amaste hasta ahora? Y yo contesto: jambs!
Ella interroga: dno es cierto que su imagen borrarbs de tu mente y de tu a h a ? Y yo murmuro: jam6s..
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Los dos callamos. Las olas corren, corren sin cesar, como si algo persiguieran sin alcanzarlo jambs!
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EL MISTER10 DE LA PIEZA VACfA
RAS
de q u i peripecias exfraiias y admirables Maese Salom6n volvi6 a las insondables Selvas de donde un dia, siendo un niiio inexperto. saliera en compaiiiia de un francis hacia el Puerto. para de alli embarcarse con rumbo a la Pallice?
Aun es un misterio. La cr6nica no dice de q u i maravillosa manera Salom6n volvi6 at Bosque nativo despuis de una excursirin de aiios y aiios por tierras de Europa.
El cas0 es que una buena maiiana monsieur Paul.-el francis que lo hizo abandonar la Selva y que desde ese dia se dedi& a exhibir a Maese,ha116 vacio el lecho de su pupil0 y luego ni rasfros de i l . E n baide monsieur Paul pus0 en juego fodas sus facultades para ver si podia comprender el misterio de l a pieza vacia. ' Parbse, en vano, al medio de aquel desv6n estrecho y todo fui observtindolo, desde el piso hasfa el fecho.
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EL R E C R E S O
L Sol, un sol inmenso. deslumbrador. caia lentamente defrds de la Selva sombria y s u s saetas de o r 0 no lograban cruzar el enmaraiiamiento del Bosque Secular. Sobre las altas copas de 10s robles gigantes trazaban 10s Milanos s u s circulos errantes. Abajo. tras las lindes de ia Selva, el bostezo de la noche exhalaba como un vapor espeso que obscurecia el verde color de 10s follajes y de aquel antro enorme. profundo. 10s salvajes rugidos de las fieras se escapaban rodando de caverna en caverna.
Fu6 a esa hora cuando la nerviosa Pantera y el Tigre formidable y el Lobo astuto ensayan s u tdctica admirable de habiles cazadores; fu6 a esa hora inquieta en que el Hambre anda suelto y a ninguno respefalo, cuando por un atajo, con gran precaucibn. IIeg6 a la obscura Selva Maese Salom6n.
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E L ASOMBRO DE LA S E L V A
URMIO,
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durmi6 y al alba lo desped6 el inteiiso rumorear de la Selva convertida en inmenso concierto de cantantes. Desperf6. mir6 abajo. luego arriba, y tratando de ensayar un trabajo kicil para i l antaiio. salt6 de rama en rama, y entre 10s animales que andaban cerca, es fama que nunca vi6 la Selva m6sc6mica figura que la de Salom6n viajando a esa a h a . La marcha era algo inc6moda en tales condiciones.
A lo mejor un gancho cogi6 10s pantalones del buen Maese y izas! ... El tir6n f u i tan rudo, que a poco m6s se queda el viajero desnudo. Detiivose iste entonces. consider6 el perjuicio.
y tras prolijo examen, temiendo otro estropicio. se dej6 resbalar por un tronco hasta el suelo y se f u i por la orilla de un alegre arroyuelo. Cuanto ser hall6 al paso se qued6 confundido. contemplando a aquel raro bicho desconocido.
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en verdad. lo que m6s llamaba la atenci6n la indumentaria del guapo Salom6n.
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Ello es que f u i el asombro tan exfraordinerio, e todo el bosque fuese tras de aquel perdulario a gran distancia en torno solamente se oian i carreras de aquellos que en trope1 acudian. Todo lo que la Selva contiene de animedo se pus0 en marcha. Todo: desde el m 6 s ponderado de s u s habitadores h a s h el mds miserable. D(:sde el viejo Elefante de porte inmensurable haista el Pulg6n miniisculo: desde la gran Serpiente Pi t6n, hasta el Gusano: desde el Le6n insolente de aterradoras fauces, hasta el P6jaro Mosca qu!e parece una joya con alas: desde la hosca Hiiena deforme. hasta la vivaracha Ardilla. Todo aquel gran torrente de vida. por la orilla de11 alegre arroyuelo sigui6 tras Salom6n. a quien tamaiia escolta metia en aprensi6n.
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Aun no habia acabado Salom6.n su discurso, cuando toda la Selva prorrumpi6 en alaridos: eiEchadle! ique se vuelva donde el Hombre!. habl6 el 0so.- CiMatemosle!, -propus0 la Hiena.- aiReventemos 10s ojos a1 intruso!, dijo el Cuervo.- aiRompamosle 10s huesos! F u i el amigo del Hombre!. gruii6 el Tigre- Lomasmole en castigo!. chill6 el Chacal sangriento y el Le6n en un ronco Y espantable rugido que hizo tronco por tronco temblar el Bosque inmenso: =iQue muera! isi! inlrp m*--pa.l-grit6 y el mismo grito lanzo la Selva entera. Salom6n vi6 cercano s u fin y de improviso, rapid0 como el rayo, se encogi6, salt6, se hizo casi invisible en ruerza de correr; y entretanto que el pueblo de la Selva reia del espanto de aquel cobarde, el agil Maese Salom6.n proseguia su fuga como una exhalaci6n.
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LAS CRUELDADES DEL BOSQUE
AGO por la espesura durante el dia entero. Recordando 10s h6bitos de su estado primero rep6 a 10s grandes firboles en busca de bellotas son, s e g h las crbnicas, desde edades remotas -que el preciado aliment0 de todos 10s Maeses.Casc6las con cuidado y asi como otras veces las mordi6 haciendo gestos, pero las hall6 duras. desabridas, y entonces pens6 en las confituras de Paris. y el recuerdo lo Hen6 de tristeza. S e sent6 en u n a rama, reclin6 la cabeza contra el tronco y meciindose con las piernas colgando. se pus0 a meditar en esos tiempos cuando vivia entre 10s hombres.
U n a brisa cargada de olor a savia hacia moverse la elevada ramaz6n y Maese con aquel movimiento poco a poco era presa de un adormecimiento delicioso. Tambiin el Bosque se adormia bajo la gran mirada del sol de medio dia que al traves del follaje ondulante y sonoro sondeaba la honda Selva con sus hilos de oro.
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De sirbito una lluvia de nueces y avellanas rb6 el profundo ensueiio de Salom6n. Cercanas tu ri:jtis rodaron entre las hojas y crujidos dc: ramas que se tronchan y toses y ahullidos. Era una alegre ronda de aventureros m o n o s le con agudas voces de discordantes tonos :presaban la m6s profunda admiraci6n ite la extraiia facha del pobre Salom6n. Esie ai oir aqueila formidable algazara Jed6se atentamente inm6vil; por s u cara tsticulante y c6mica pas6 como un reflejo : luz; mir6 a 10s lados, estir6 el entrecejo tendiendo a lo alto s u s expresivas rnanos ;clam6 en un arranque supremo: eimis hermanos!. Otra lluvia de nueces y otro cor0 de toses de risas y un nuevo rumorear de roces i la contestacibn a aquel grito de amor...
Y
10s monos siguieron s u alegre ronda por
s regiones arbbeas. brincando entre el follaje m o una loca banda de demonios en viaje.
Lentamenfe Maese dej6 caer 10s brazos ech6 sobre s u traje que ya se iba en pedazos la larga mirada
...
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el chorrear de 10s Brboles y la alegre caida de la lluvia que ondeaba como un velo. impelida por la ruerza del viento. S e cargaba el rollaje de agua y entre las hojas y por el varillaje se escurrian 10s chorros, de modo que Maese moj6base lo mismo que si al raso estuviese. Cuando pas6 la Iluvia. cuando se h u b 0 alejado la manada de nubes y en el Bosque lavado brill6 el sol nuevamente. arrancando fulgores a las hiimedas ramas y a las perladas flores. Salom6n torpemente se levant6 y se pus0 de nuevo en marcha. todo pensativo y confuso.
El empapado fraje pesaba sobre el como si la liviana tela se hubiese hecho de plomo. Las ramas se fronchaban bajo s u peso y h u b 0
momentos en que el pobre Salom6n se sostuvo s610 por un prodigio sobre el profundo abismo. Hasfa que, fatigado. se repleg6 en si mismo, se acurruc6 en el cruce de dos ramas colganfes y m u y triste qued6se meditando. Distantes surgian las canciones del Bosque; pero ahora ya para el la Selva n o era la encantadora pafria de s u s amores; ya la Selva n o era
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LA C A I D A DE S A L O M O N
ALOMON meditaba, mientras de la distancia traianle las brisas, junto con la fragancia de 10s prados. el eco de las nuevas canciones de Primavera. Entonces un mundo de visiones des ti16 por s u mente calenturienta. Hermosas muj eres enarcaban s u s formas lujuriosas bajiD las transparentes gasas de 10s vestidos. Y r iendo ohecianle sus labios encendidos. C
Salom6n incorp6rase y s u mirada espacia Por el verde follaje, que lo examina atento. i c6mo gesficula. ved con qui movimienfo elegancia se ajusta el mon6culo al ojo ed con q u i fruici6n se goza en el sonrojo la cdndida flor, blanco de s u s miradas
...
h tanto. el Bosque aplaude con rumor de palmadas. de pronto la rama donde est6 Salom6n le y se rompe. Un grito de espanto y aflicci6n S,
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EL HALLAZGO
L Sol. un sol
inmenso, deslumbrador, caia lentamente detriis de la selva sombria y s u s saetas de or0 n o lograban cruzar el enmaraiiamiento del Bosque Secular. Sobre las anchas copas de 10s robles gigantes 10s Buitres esfrechaban s u s circulos errantes. Abajo, tras las lindes de la Selva, el bostezo de la noche exhalaba corno un vapor espeso que oscurecia el verde color de 10s rollajes y de aquel antro enorrne. profundo, 10s salvajes rugidos de las fieras se escapaban rodando de caverna en caverna. Fu6 a esa hora cuando la nerviosa Pantera y el Tigre formidable y el Lobo astuio ensayan s u tiictica admirable de hiibiles cazadores; fuk a esa hora inquieta en que el Hambre anda suelto y a ninguno respefa, cuando un Os0 que hacia s u nocturna excursihn tropezh en el cadiiver'del pobre Salorn6n.
-iUn
hombre!-grith el Oso. y a su voz acudieron fodos 10s de la Selva. S e acercaron, olieron, 8
I""""
suaves, suaves, con ese
VIVO
sabor que naaa
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M o u r e
EL VIENTO
ZUL est6 la mar y toda orlada de blanco. Hacia la playa se dirigen
las olas, en un largo movimiento de manos que persiguen algo que nunca alcanzan: mientras a116, en lo azul de la mar libre, florecen rosas de nevada espuma que el viento arrastra en Ibnguido desfile. Parece un niiio el viento; un niiio sano que hace juego de todo. Sopla y rie. Coge una pluma y la da vuelfas: luego, la encumbra. la despide, y la misera pluma, que yacia tirada en el m o n t h , despierta, vive por un instante s u pasada vida; vuela, sube. rembniase, describe graciosos giros y fugaces surcos, se Cree ala otra vez y m6s se engrie mientras m6s alto la dispara el viento.
El
viento es como un nifio. Coge un trisfe fragment0 de papel y se lo Ileva,
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S u s
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p o e m a s
trocado en mariposa. S e desvive por agitarlo todo. E n 10s rincones organiza far6ndulas risibles en que danzan pajuelas y virutas rondas inverosimiles. S e va por 10s caminos y a las mozas ya el faldellin les alza, ya les ciiie la tela al cuerpo y tan estrechamente que n o hay linea ni forma que se libre de aparecer al vivo, por m6s que hagan las empeiiosas manos de !as virgenes por oculfar lo que a cubrir n o alcanzan. Parece un niiio el viento. Alegre rie
y hace juego de todo. Y a la vida se parece tambien: la vida rie y hace juego de todo, como el viento. Cuidari de cerrar con mano firme mis puertas y ventanas: que juegue el vienfo ahera ... iDios nos libre de que el viento haga juego de nosotros!
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S u s
m e j o r e s
p o e m e s
CAMINAMOS
AMINAMOS. caminamos hacia la mar que nos llama,
El sol inunda la senda y no hay sombra que nos valga. Pero cuando ya el cansancio da pereza a nuestra marcha y el bochorno languideces pone en nuesfras locas charlas. tuerce el camino y de pronto se nos ofrece la entrada de un sendero milagroso todo cubierto de ramas.
Y
apenas por el sendero penetramos. nos encanta cierto rinconcito en donde la sombre es fresca y es Clara.
El [bllaje en transparencia. algunas hojas doradas por el suelo, un cauce hirmedo y en i l una inm6vil agua
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u s ,
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MARINA US
ojos me han Ilamado. Hacia ti has atraido mis deseos, como la luna atrae Ias olas de la mar. T u s ojos buenos me han dicho cven, acircate. y en mi alma las alas han abierto 10s irnpulsos de amor, c o m o gavioias que ya emprenden el vuelo.
En torno a 6. mi amada. vuelari mis sentimientos en ronda infatigable. Pajaros de la mar parecen ellos. Pdjaros de la mar, que en dilatado circulo girtin. giran. sin sosiego. Cuando las veas descender, ac6gelos con amor y en silencio. Deja a la banda de nerviosos pdjaros posarse sobre ti. Seas en medio del mar enorme. cual peii6n desnudo que brilla al sol. vibrante de aleteos.
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p o e m a s
Alma, la vida n o es un cuento; alma: el vivir no es el soiiar. Que en ti el vivir no deje huella ni de placer ni de dolor: la vida con amor es bella, pero es mds bella s i n amor.
Si cauta, SP diestra. se fria: no !e deies enternecer por tu amor a la poesia. que es el amor a la mujer. Coge, alma, la flor del momento y no la quieras conservar. Si se marchita. ichala al viento. que lo demds fuera soiiar. Esfa mujer es c o m o aquilla: todas s o n fuen'te de dolor. Alma mia, la vida es bella. pero es mds bella sin amor.
Y
mi alma dijo: <En mi ernbeleso oi tu voz como un cantar. CSabes? Soiiaba con un beso robado a orillas de la mar,.
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M a g a l l a n e s
M o u r e
LUNA DE LA MEDIA.NOCHE UNA de la media noche, soiiolienta luna, que a la media noche fe levanfas y penosamente elevas tu blancura por sobre la oscuridad de las monfafias. Luna fimida que esperas la alfa noche para asomar con sigilo tu faz blanca: luna de la media noche, que en el cielo eres como una ave herida que se arrasfra. Aguardaste que 10s ruidos se extinguieran. esperaste que 10s ojos se cerraran y ahora que fodos duermen. f6 apareces como una visi6n de ensuefio, luna p6lida. Luna de la media noche, que colocas un velo de claridad en mi venfana. como fir fu6 mi amor, blanco y furfivo, y un velo de claridad pus0 en mi alma.
m e j o r e s
S u s -
p o e m a s
DfA NUBLADO
IELO gris. nubes en sombra. Dia de otoiio en verano. Suben rnoscas por 10s vidrios y a poco bajan rodando. Afuera, voces. No escucho. iSon voces que he oido tanto! Trenza s u s hebras azules el h u m o de mi cigarro. Recuerdo ... Aquella maiiana de sol y de viento. echados sobre la arena, tii y y o silenciosos nos quedamos.
En la playa luminosa solo el vuelo de 10s p6jaros. El mar, all&, todo azul, y m6s acd, todo blanco. . ~
Tii de bruces, con el rostro escondido entre 10s brezos.
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M .
M a g a I I a n e s
M o u r e
S U E N O S , S U E N O S MiOS...
UENOS,
sueiios mios de felicidad: dadme, mis sueiios. esa dicha que me neg6 la realidad.
Voy al sueiio como a una cita, porque s i que la he de encontrar en la sombra azul del misterio con s u belleza en claridad. Sueiios. sueiios mios de relicidad: oscureced aquellas kirnparas que brillan con luz espectral.
En silencio n o s enlazarnos. Ella sonrie sin hablar. Y o en s u s labios pongo mis labios y ella en mis ojos s u mirar.
Sueiios, sueiios mios de felicidad:
u s
m e j o r e s
p o e m a s
Eres loco torrente en la alegria y en el ensueiio lago encantador, lluvia sutil en la melancolia y ola amarga del mar en el dolor. Eres canto de gloria en la sequia, eres calma y ternura en el ardor; eres la onda bravia y el arroyo adulador.
Como el agua, eres. amor. Por ti se enternece la roca. r6mpese el hiero y 6brese la flor.
Como la tierra, eres, amor.
Todo lo acoges, todo lo fecundas y a todo das vigor. Eres jardin florid0 en la alegria y en el ensuefio bosque adormidor, huerto de otofio en la rnelancolia y desierto infinito en el dolor.
10
Eres rnontafia 6spera y sombria, eres sendero alegre y seducfor, eres, estkril serrania y eres campo de labor.
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S u s
r n e j o r e s
p o e r n a s
AMOR
MOR
que vida pones en mi muerte
como una milagrosa primavera:
ido y a te crei, porque en la espera. amor. desesperaba de tenerte.
Era el sueiio tan largo y tar inerte. que si con vigor tanto n o sintiera tu renacer. dudara. y te creyera. amor, s61o un engaiio de la suerte. Mas, le conozco. amor, y tan sabido mi corazbn te tiene, que. dolido, sonrie y quiere huirte y no halld el modo.
Amor que tornas, entra. Te aguardaba. Temia tu regreso. y lo deseaba. Toma. no pidas, porque t u y o es todo.
387
511s c
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r n e j o r e s
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p o e r n a s
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EL BUEN
OLVIDO
ACE
ya tanto tiernpo! Te crei tar1 distante, tan perdida en el hondo sendero del olvido, y ha bastado esta noche tranquila e inquietante, y han bastado este aroma en el aire dorrnido y estas sornbras prorundas y esie vago claror de la luna en creciente. para que y o te tienda mi alrna a traves de todo. corno una bucna senda lunada de esperanza y olorosa de arnor. .
Porque olvide tus besos tengo sed de tu boca, porque olvidi tu acento tengo ansia de tu voz, porque olvidi tu alrna. mi alrna ahora te evoca al pie de la montafia. bajo el cielo de Dios. Arnada. dves la luna? Dame, dame t u rnano. Dame tarnbien tus labios. Serernos como hermano y hermana. Nos irernos por el vago sendero que se interna en la noche. Nos seguir6 un austero silencio y poco a poco ser6 el buen recordar. Roces, palabras, besos. iTe crei tan distante!
\1â&#x20AC;&#x2122; en la p6lida noche. el placer rulgurante de sentimos de nuevo, de volvernos a hallarl
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S u s
m e j o r e s --
p o e m a s
y aquel lento caminar por las quietas avenidas ... Aquel caminar incierto sin apartarnos l a vista: tir, 10s ojos en mis ojos; yo, en t u s ojos m i s pupilas. Hermosa por t u belleza y. por el amor, divina:
la felicidad de hallarte cuando te crei perdida! Nuesfro amor era un amor nuevo, u n amor que principia. Habiamos olvidado todas. todas las caricias.
Y las ruimos recordando bajo l a . sombra tranquila de un grupo de viejos pinos llenos de melancolia. Los negros pinos, en torno esfrechaban s u s caidas ramas, generosamente. por darnos sombra propicia.
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~ S u s m e j o r e s
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p o e m a s
SERENAMENTE
la luz de Is luna, c6mo es todo de una maravillosa sencillez! Sombra y luz: sombra suave, luz franquila iOh la paz de la noche y la paz de creer!
...
C 6 m o se borran las complicaciones que el implacable sol n o s hizo ver! C6mo $e duermen brillos y reflejos ... iOh la paz de la noche y la paz de creer! C o m o a la luz del sol mire tu alma y tanto habia en ella. que dude si llegaria al fin a descifrarla. iOh la paz de la noche y la paz de creer!
A la luz de la luna, me parece que ya siempre te habri de comprender Creo en ti, creo en ti serenamente. iOh la paz de la noche y la paz de creer!
...
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M .
M a .p a 1 1 a n e s
M o u r
SUAVE SENDER0 MfO
UANDO no est& conmigo soy como un prisionero encerrado en mi mismo. Todos mis sentimientos en mi interior se quedan guardados y en silencio. Pero cuando te acercas. maravii losamente se abre mi oscura celda. Amada mia: eres como un blando camino que nunca se defiene. Suave sender0 mio. por donde va mi amor cual lenfo peregrino. Sendero acogedor. saturado de aromas y florid0 de sol.
~
S u s
m e j o r e s
p o e m a s
LA LLAMA
GUZA s u llama la vela como la hoja de un puiial. Inrn6vil c o m o ella mi a h a piensa en el Ermino fatal.
S i n tu amor que a la vida me amarra fuera hasta duke de pensar CLa muerfe? Olvidarse de todo, y descansar, y descansar.
...
Mas, tu amor, que hace un bien de la vida, de la muerte hace un mal. un mal tan horrible. que anfe i l fiembia el alma como llama que al viento estd. Seguirhn t u s ojos amados bebiendo sombra y claridad. Buscariin otros ojos 10s fuyos iLos mios n o te ver6n mas!
...
T u s labios, t u s labios queridos como ahora sonreir6n 11
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C
c
dirii
1 con
S u s
m e j o r e s
p o e m a s
M A D R E MIA
E
sienfo corno un niiio extraviado en la fiesta. dD6nde estas, rnadre mia? No eres esa. ni &fa. ni aquella
... Madre
rnia
dc6rno hallarte, si ignoro c u d eres? Te he buscado y a1 no encontrarte. Iloro. Corno un niiio pequeiio lloro en mi desamparo. Tu rnirar dsera oscuro? dSer6 tu rnirar claro?
No eres isfa. ni aqudla dD6nde est& rnadre rnia? Han de ser luz ius ojos en mi alrna sornbria.
Han
de ser suavidad
tus rnanos y ternura;
...
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S u s
m e j o r e s
MI
p o e m a s
-
DIOS
I Dios es grande, m6s que el tuyo es grande y es suave y es terrible en s u grandeza.
No
10 conmueven d6divas mezquinas, n i flores delicadas. ni alba cera que consume ardiendo vanamente.
S610 a mi Dios conmueve la honda queja de angusfia que el dolor arranc6 al alma. Toda mi vida, toda, f u i una de esas plegarias clamorosas. uno de esos griios inacabables. Tan inmensa distancia h a y a mi Dios y a fanfa altura de este mundo minirsculo se encuentra. que a El Ilega s610 ahora mi alarido. Me ha oido, a1 fin. Lo s i por tu presencia, Lo s i porque fe halli, soiiada mia. Tus ojos me miraban y eran ciegas para ti mis pupilas, o tu imagen corn0 un crista1 se hacia para ellas.
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M .
M a g a l l a n e s
M o u r e
Tus labios me llamaban. Y o n o oia tu llamado de amor. Ansia secreta daba a tu corazdn un rilmo acorde con el del mio y yo ignoraba esa misteriosa arnionia.. . S e fendian tus brazos hacia mi. Cerca, muy cerca de ti pas6 Y pasi. No cai en ellos.
...
Pero un dia. el clamor de mi honda queja, mi alarido de angustia. como un vago gemido. que en la noche vuela y vuela. fu6 a conmover al Dios alto y lejano. Entonces vi t u s ojos y en la tierna mirada de t u s ojos, Dios se hallaba. Oi entonces t u voz calida y lenta y en s u acento profundo Dios me hablaba. Senti entonces que un mismo ritmo daban tu coraz6n y el mio, y en aquella misferiosa armonia, Dios estaba. Entonces n o pasi, como antes fuere. por delante de ti sin detenerme. Entonces me arroj6 en t u s brazos. y era como si a1 estrecharme fir en tus brazos, Dios, al fin, u n refugio, en ' t i me diera!
S u s
m e j o r e s
p o e m a s
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ADORACION
US
manos presurosas se al-anaron y luego, corn0 un mont6n de sombra. cay6 el traje a t u s pies. y confiadam-ente, con divino sosiego. surgi6 ante mi tu virgen y suave desnudez.
Tu cuerpo fino. el6stico. s u esbelta gracia erguia. Eras en la penurnbra como una claridad. En un c6ndido velo, que toda te envolvia, la inefable dulzura de tu serenidad. Con el alma en 10s ojos te contempii extasiado. Fui a pronunciar fu nombre y me quedi sin voz... Y por mi s i r entero pas6 un temblor sagrado como si en ti. desnuda. se me mostrara Dios.
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INDICE Pig8
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Prcjlogo..........................................................7
DE FACETAS Maiiana de Abril Elegia de Otoiio Marina La siesta El riego El regreso
............................................. 13
............................................. 15 ......................................................... 18 ....................................................... 20 ........................................................ 21 ..................................................... 22 DE MATICES
............................................. 25 ........................................... 26 .......................................... 28 .................................................... 31 ............................................... 35
Sobremesa alegre Noche de Invierno De mis dim tristes Los bueyes Final de Otofio
I
n
d
i
C
e
.................................
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PBgs -
Las crueldades del bosque La tempestad .................................................. La caida de Salom6n ....................................... El hallazgo .....................................................
i06 i08 111 113
DE LA CASA JUNTO Aâ&#x201A;Ź- MAR La canci6.n de 10s marfillos................................ Las ventanas .................................................. El viento....................................................... Los bueyes libres ............................................ Caminamos.................................................... Marina ......................................................... Por la orilla de la mar .................................... El camino solitario .......................................... E n la quietud de la tarde ................................. Alma mia ...................................................... Luna de la media noche .................................... Dia nublado ................................................... CRecuerdas? ................................................... Sueiios. sueiios mios........................................ Cancibn triste Himno el amor Amor............................................................ Corno un convalecienfe El buen olvido La cita ......................................................... Sentirse fuerte Reconciliacibn ................................................
................................................. ...............................................
...................................... ................................................
................................................
1 Ii 119 122 124 125 127 128 150 132 134 136 137 139 140 142 144 147 148
149 150 151 152
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I
n
d
i c -~ I
................................................... .......................................... ................................................. ........................................................... .................................................... ....................................................... ......................................................
Serenamente Suave sender0 mio En la sombra Sentir Apaisernent La llama A mi hija Madre mia
....................................................
e P6gs. -
155 156 158 159 160 161 163
165
DE FLORILEGIO El manantial ................................................... La forrentera .................................................. El arroyo ......................................................
......................................................... ........................................................ ...................................................... 175 ...................................................... 177 ................................................. 178
Angelus Dios Ella viene .. Adoracion Aquella tarde
Mi
169 170 171 172 173
OBRAS DE L A E D I T O R I A L N A S C I M E N T O : Se remiten a vuelta de correo contra giro postal o letra J. Edwards Bello, .La MuerGabriela Mistral. -Desolafe de Vanderbilt- , $ 6.8. cidn,. $ , .Cuenfos de Todos Colo-
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Federico Cana. Luenfos. 6.Completos5.Mariano Laforre. J h y * 6..Zurzulifa. (Novela) 6.-Sus mejores Cuenfos Salvador Reyes. *El Ulfi6.mo Piratam. Pedro Sienna, *El Tinglado 6.de la Fersa. (Poesias) ‘La Caverna de 10s Mur6.ciilagos. (Novela) Dr. Valdgs Cange (Aleiandro Venegas) .Por Pro6.pias y Exfraiias Tierras.. 6.Eusebio Lillo. aPoesias-. Pedro Antonio Gonz6lez. 6.*Poesias*. Teresa Wilms Montf. *Lo 6.que no se ha dicho. Rafael Maluenda. =La seiio5.rita Ana.. *La canfitlera de las fren5.zas rubiasEduardo Barrios, 43 niiio 4.que enloquecid de amor-. SPbginas de un Pobre 6.Diablo* Victor Doming0 Silva, .Pa6.lomilla Bravan. 5.&olondrina de Invierno. 6.&US Mejores Poemas. CCsar Cascabel, L i e n Nue5.50 vas Crdnicass aReflexiones de un Opfi6.misfa.. Daniel de la Vega, .Las 2.50 Monfaiias Ardientes2.50 .La rnkica que pasag. 4..Los Horizonfes.. 3..La Luna Enemiga-. 6.sun aiio de Inquietud-. Vicenfe Huidobro. aVienfos 6.Contraries= T. Catica Marfinez, eI.os Fi5.gurones- (Novela). 6.eFifi., (Novela) Senin Palocios. .Hogar Chi8.Imo.
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res.. 5.Armando Moock. .Sol’ d; Amor.. 6.Sfoddard. .La amenaza d d Sub-Hombre. 4.50 0. Swetf Marden. =Volun2.50 fad de AceroLads Hombre un key. 5.SPuede el que Cree que 5.Dueden. Vives Solar: .Raps Nub 3.50 Cuerra Junqueiro. &us mejores Poemas. 6.Amado Nervo. &s mejores 6.Poemas.. Armando Donoso. SNuestros 10.Poetas. (Anfologia) 4..Bilbao y su fiempos 4..El a h a de Alessandri .Las mejores Poesias para 6.la Declamacidn-. , Elfie A. Rowland. .Ambi5.cidn de Madre. (Novela). Vicuiia Mackenna. Seis . AROS en el Senedo de 2.Chile* Pedro Prado. .Un Juez Ru6.ral-. .Androver* (poema dra3.m6fico) Pablo Neruda. ‘Veinte Poemas de amor y una cibn Desesperada, , . : .El Habitante y su h, ranza-. Analole France. .P6& 0. escogidass A. L., *Hogars (Novela). Romain Rolland, *Ma. rn6 Gandhy. Juan Cuzm6n C r u c h q . .Agua de Cielo. . Henri Ardel. Korazbn. Escipfico*. .Cdmo se iuega ai FootBall.. con ilusfraciones y 2.el reqlamenlo oficial
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