Las mejores poesías de Víctor Domingo Silva

Page 1

J^U

Las

Mejores

Poesías'"^ t-

de

Víctor

Domiiifro Silva

^- ásperos o armoniosos, lánguidos o bravios,

oscuros pero

libres,

groseros pero míos!í>

O*:',

Soc.

Imprenta -

i

Galería

Litografía

Universo

Alessandri. 20

SANTIAGO de CHILE 1918

.


índice

Prólogo Profesión de

I.

fe

Canciones de amor

i

de dolor

Acción de gracias

Por

los barrios lejanos.

Obsesión

El soneto de

"3 25

la

tarde..

27

Pobre ilusión

29

Diálogo

33

Rostros de mujeres

33

Oh

39

tú!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

4

T^.l

beso

Desde

Z|I

lejos

45

Solos

51

El

53

regreso......

Armonía de otoño

55

Carta

61

filial.

>

La oración olvidada

67

Canción de

73

estío

Sonata de invierno....

79

El dolor de morir

85

La cuna vacía

89

¿Nunca ya?

93

Perfil

99 103

Cartas de allá

T raga me Balada del

Tema

:

117

violín

para una poesía

11

•••

119

Los aventureros.

123

Las tristezas de John

127

Cristo en el cementerio de los niños...

133

Tony

^37

está triste

Música en

la

Plaza

14^


ÍNDICE

II.

Voces de

la

Tierra

la luz lejana

145

Por los mares

cU^I

sur........

155

VA circo pobre

Eu

cumbre

la

169

Evocaciones de

Mirando Lo quü Bajo

163

;

al

me

tierra natal

177

Río

181

dijeron las espií^a^

191

Pampa

199

el sol

Merlín en

la

de

el

la

bosque

215

Parábola olvidada

223

Don

El Viernes Santo de

Quijote

231

Oracivón

273

III.

Odas

i

Arengas

Gloria

243

Ton su sombra

249

Al pie de

la

bandera

,

257

Sursum Corda

263

Canto secular

269

La nueva Marsellesa Tríptico

Moderno

A Jack Johnson

=

277 283 291


VÍCTOR DOMINGO SILVA I nitccl

States, for cvcr!..

207

Allons, i'iifants de la Patrie!

3(v]

l^^xcelsior

309

Maro nostrum

315

Rule, Britaniiia!

325

Béljica Mártir

331

Eisen uncí blut.

339

Nuestro Siglo

345

k^


I.

11.

111.

Canciones de

Voces de

Odas

i

la

Amor Tierra

Arengas

i

de Dolor



A un Poeta de Chile

¿Nu habrá para

la

pluma gastada

que en la cotidiana labor,

como arado por guiamos

tierra

de guijarros

sembrada

con un suspiro de dolor,

una hora de fuga por rampantes de

la

los

senderos

juventud,

cuando eran comunes nuestros derroteros i

la Poesía

nuestra virtud?

Poeta, llama, a los nuestros,

i

emboca

de nuevo tu áureo clarín;

que la Patria

i

del lino hasta

el

el

mensaje con

a que la

mi

Raza oigan de

tu boca,

otro confín, la

verdad nueva

voz no alcanza a dar

cadencia

pon en

la

i

el

tu verso

brío que las

mi

cantar.

almas eleva;


J^R()LO(iO

Que

el

mundo

bajo la zarpa del Odio

que desangra su corazón,

un

vuelve a escribir

marjen de

al i

la

salvaje episodio

Civilización,

hasta en estos bíblicos lares

donde hoi

la

paz fué diosa ayer,

hermanan sus

bienes los leaders populares

con arrullos de engañosa mujer.

Los sabios

oh,

niños graves!

los

—pensaron

haber embalsamado al gladiador; los i él

muros de su tumba de pronto vacilaron, resurjió, de ciencia

La

i

tiempo vencedor.

refinada jente del siglo,

un

calofrío

sintió en su frájil espina dorsal, {i

había en esto miedo,

algo

i

como voluptuosidad

Era

también, oh. Dios mío, carnal.)

la intuición de la trajedia, que crispa

los nervios

con sádico poder;

más que

placer, era

que

el

al árbol viejo

como

la chispa

hace estremecer.


A l^M

¡Fuera Sentía i

el

POHTA

máscaras contritas!

las hipócritas

mundo ansia

todos azuzaban,

fin LE

Di:

de guerrear,

como en

hombres de las cavernas con

Cada

sed del rojo licor. el

i

es

(Danse citas

los del bulevar.)

débil en torno piensa que se

al olor de la sangre,

hasta

arena.

la

desmaya

que muere de sed:

Para que vaya

borde, precisa que

ordenen: bebed!

le

I entonces otros, la codicia

i

el

miedo

por espuelas, veránse sobre muertos pasar tras el botín.

La Europa

será

un ruedo

de fieras en anacrónico avalar.

¡A se

las

armas, cristianos!

La

Escritura

resume en una traición;

Huerto de

los Olivos,

emblema de amargura,

etapa de la Crucifixión.

¡Es la

lei,

es la lei!

De

st{

lo

implacable pensáis rehuir.

O

esplotáis

o

mandato en vano

como fuertes a vuestro propio hermano,

aprendéis de su fuerza

el

deber de morir.


PROLOGO

La palabra

del débil

podrá

la del fuerte lo es dos veces.

La espada

bajo

el

la bala de co.ñón.

indio perdió su libertad antaño

el

una

brazo criollo que fué recio

hombres rubios son

los i

el

¿Razón?

del antiguo caballero

no hará desviar

Así

pero

ser justa,

valor no es

ya

vez;

ogaño,

los fuertes

juez.

Los Estados Unidos [Washington

el

Patriarca,

desposar la Libertad

al

de fecunda projenie, creyó sellar

el

arca

de la guerra para esta su heredad) hoi

con i

empuñan el

el

guante de hierro que anonada

vencido al vencedor,

como aguiluchos que dejan

la

nidada

vienen los nuestros en redor.

He

aquí la sentencia,

el

juicio de las

armas

para nuestra América feraz: probad que que contajia

os pertenece lo que tenéis.

un miedo

falaz?

—¿Alarmas


A UN

poi- lA

Nó, licnnanos! Hs sobre

el

Presente,

proyecta hacia

con

el

el

i

que

que jira

Ayer

el

Futuro. Hacha,

o pira,

eterno morir o vencer.

a defender el

ciliLi:

la historia

Que cada cual posea

que

nr:

i

que su brazo alcance

lo

a cultivar;

pueblo que se duerma, ha de verse en

desnudo, herido

Ni aún

i

sin hogar.

ya verdad que

es

el

las batallas

decidan la suerte final, sino la raza fuerte que traspasa las vallas del huerto del

para otro

Bien

i

del

Mal,

cojer el fruto que indolente

no supo defender...

¿Queréis que os diga brutalmente la

parábola de

La

tierra,

Mañana

hembra que

i

de Ayer?

el

desvío llora

de su dueño, vendrdse a entregar a quien de veras muestre que la adora,

a quien la sepa fecundar!

trance


PR0L0(;0

La Raza

cubre, inconsútil manto,

a la Patria;

temed que al

mezquino

si

es,

con fácil encanto

tiente

Conquistador su desnudez..

Poned

oido a la tierra, donde hablan

las cenizas de la Tradición,

que a i

con

solas,

marchad con

Velad sobre

anuncien que mellaron al

los poetas,

sus diálogos entablan,

la Civilización.

las

los

armas, hasta que las fanfarras

Hijos de

los colmillos

i

la Libertad

arrancaron las garras

Cancerbero de la Divinidad.

Ernesto Montenegro. Nueva York,

Abril de 191 7.

* *


de Te

Profesión

Aquí i

estoi. Soi el

canto

al par.

rapsoda. Camino

Me absorbo en

lo

profundo

de la naturaleza. Peregrino

meditabundo

del pensamiento, voi,

entre la hostilidad de los odios,

humanos

esos, oscuros salteadores

esparciendo mis sueños

como

deshojando mis versos como

granos, flores...

Así voi, visionario de la vida,

amando

lo

dejándome

que vibra llevar,

i

lo

que

late,

tendiendo brida

a mis íntimas ansias de combate;

soñando con

el

bien,

como

Quijote,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

lO

odiando

mal

el

provocando

i

de las jentes beatíficas,

menguado

del

Nací

así.

rocín de

el

pasmo

al trote

mi entusiasmo.

¿Qué he de hacerle? Soi un

Nací para luchar. Por eso vivo, i

tengo algo de Dios cuando desflocó

a todo viento mi penacho altivo.

Vivo para

los

sueños que fecundo,

vivo para los versos que derramo i

no comprendo

la

mundo

razón del

sino por la virtud de lo que amo...

Así voi, saludado por la gracia

de mi propia ilusión.

más

fuerte ni

No

es

más noble que mi audacia. mi brazo

Mi

fe

mi

solo culto la belleza.

está en mí,

tengo,

como Pan,

es

mi bandera-

Vivo

por la divina fiebre en que

No

mi quimera

me

los pies

abraso.

de chivo;

pero calla la selva cuando paso...

Porque

la selva, ese

órgano sonoro,

sabe de la armonía de mis voces i

yo entiendo su lengua, que

Habla

la selva,

i

es

de oro.

son los tenues roces

loco,


PROFESIÓN DE FE

de la fronda en

la

procreador

(jiic

los pistilos

el clorófilo

verde,

amor de

el

Como la

fronda, es

el

diluvio

baña,

polen rubio,

el

la tierra

hecho montaña...

la selva soi.

Siento que vibra

vida en mí,

c(

mo

en la selva, en ruidos,

que de cada nervio

i

I

i

cada

fibra

arrancándome va desconocidos acordes, al pasar: unos violentos, otros plácidos, vagos o profundos. Si los

créala vida, mis acentos

como

fuerza es que sean,

Adoro en mi

ideal.

yo, errabundos,

La primavera

no vale menos porque esté perdida,

ya que la

se ve el azul

como

si

fuera

primera mañana de la vida.

Adoro en mi solicita

mi

ideal.

espíritu con

recojimiento...

mi corazón

Adoro en cuanto

es

mudo

¡Pleno de su encanto,

ccmo un

dios desnudo!

Mi raza vive en mí, como yo en Quiero ser el

el

ella.

poeta primitivo,

que arrancó su horóscopo a

la estrella.

I


12

VÍCTOR DOMINGO SILVA

,

el

que, ceñidas de laurel

las vastas sienes, arrojó

olivo

i

en la sombra

todos sus himnos en un haz de lampos i

al tacto

de sus pies tendió una alfombra

de milagrosas

Quiero ser

por los campos.

flores

poeta, hijo

el

i

hermano

de la tierra feraz, robusto brote

que

Bardo i

con

se abre

el

profeta, artista

i

todo!...

Que

se

una mano...

jesto de i

sacerdote,

pierdan en

el

viento

mis frenéticas voces, siempre llenas de este amor de la raza, que yo siento crispar mis nervios

i

Rudos mis versos

espandir mis venas!

son; pero en su aliento

hai algo de las ansias intranquilas i

algo del colosal deslumbramiento

que produce en de la raza,

las vírjenes pupilas

augusta, la increada

la

visión del porvenir...

¡Alondra i

amo La

La

soi

la luz

su éxodo.

que canto en su alborada

porque

luz es lo

luz,

Yo hago

más

la luz es todo!

alto, lo

sombra de Dios,

es

más

libre.

mi quimera.

Por eso quiero que en mis versos vibre,


3

I'ROFESIÜN DE

juventud inmortal, i

la luz,

¡Yo

La noche sin luna

es bella, i

se derroche...

como amo

la claridad

sí;

1

primavera

la

hecha prisma,

amo

l'K

pero

sin estrellas

el

día!

noche

la

¿qué sería?

¡Sueño con estinguirme entre los míos!

Aguardaré i

crepúsculo cantando

el

cuando lleguen

los

primeros

a aterirme los músculos, se

fríos

cuando

i

hundan mis plantas en

Selva Oscura

la

de donde nadie ha vuelto, ya vencido, he de pedir a estrecha sepultura la quietud,

i

el silencio,

Quietud, silencio, olvido!

para mi vida aun. Creo en mi I

sólo con

fe el

i

Amo

olvido...

el

i

i

No

los quiero

admiro.

en mi esperanza espero.

último suspiro

dejaré de cantar... Mi alma se abraza a su divino ideal. Sigue su huella; i

con honda emoción ve que

busca

la luz

para bañarse en

^ *

la raza ella.



Acd ón de Crdcías A

tí,

mujer,

ciue

me amaste

un minuto de in vida, cuando a mi alero

llegaste

como una alondra

perdida;

i

a

tí,

amable vendedora

de besos, que no quisiste

con tu boca pecadora beber de mi vino

i

a

tí,

triste;

musa de mi infancia

que siento en mi alma vibrar con la dulce resonancia de una

campana

escolar;


VÍCTOR DOMINGO SILVA

1

'.

<fe-i-

i

a

muda

con

sorpresa oí

una poesía

decir

antaño por mí;

escrita

a

i

i

a

hermosa, a quien un día

.tí,

suave

tí,

traviesa

tí, i

i

soñadora;

i

a

tí,

por tu alta silueta;

i

a

tí,

por tu tez de aurora;

i

a

(k)queta;

por saber

i

a

por saber cantar;

i

a

por saber sentir;

i

a

reir;

por saber soñar;

i

a todas, por haber puesto

en mi vida vagabunda

un rayo, una nota, un que

la

jesto

tornaron fecunda;

a todas por haber sido

como

el

arroyo que pasa

cantando gloria del viajero

que

al

oído

se abrasa;


ACCIÓN

nii

GKACIAS

I "

-^r*

por haber hecho brotar

en mi alma una luz de

como vierte

la

estrella,

arena del mar

agua bajo

la huella;

.

\

por haber, un solo instante, ion

un soplo de pasión

sacudido liorror de

.

mi corazón;

os i

desolante'

el

debo un voto de gracias

os entrego lo que os debo... '

Brida quieren mis audacias i

para lanzarse de nuevo!

Al insecto diminuto

que poliniza las

flores

debe algún árbol su fruto: así os

debo mis dolores,

i

mis dolores han sido

mi vida, pues me todo,

menos

el

lo

han dado

olvido;

nada, fuera del pecado!

7


VÍCTOR DOMINGO SILVA

l8

Pero, entre, todas, a

noble amiga

tí,

compañera,

i

que eres siempre para mí la

más

alta, la

a

hai

de

tí,

primera;

que no ignoras cuanto

miseria

en

mis

días:

mi incurable desencanto i

mis raras alegrías;

que no ignoras una sola de mis íntimas torturas: ni el orgullo

que

me inmola

en la cruz de mis locuras;

ni los callados terrores

de mis lúgubres tormentos, ni los

hondos estertores

de mis grandes desalientos;

tú que llorando conmigo te

has uncido a mi fracaso,

recojiéndome

al

abrigo

de tu bendito regazo;


ACCIÓN DE GRACIAS

acallas

(.[xw

I9

mis sollozos

con tus palabras ardientes en

los vastos alborozos

de las horas ronñdentes;

tú,

de mis luchas testigo;

tú que nunca te has cansado

de soñar junto conmigo... ¡tú

que siempre has perdonado!

tú que con tus claros ojos

has visto bien ccmo i

soi

vas limpiando de abrojos

la

senda por donde

tú que,

al

voi;

borde de

la

cuna

de nuestro ánjel, has vertido

rayos del

sol

siglos de

amor

tú,

mi corazón,

de luna,

i

en

i

de olvido;

fin,

libro

a cuya mirada abierto,

no podría ocultar nada... ¡ni

siquiera que está muerto!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

iO

A

matar en mí

que siempre has sabido la

blasfemia

haciendo en tu pecho un nido para mi musa bohemia;

a i

por tu inmenso amor

por todas tus virtudes,

he de deber la mayor

de todas mis gratitudes.

Por nadie, está

mi selva

¡Por

la

si

florida...

tiembla

i

no por

.

sangra

allí

mitad de nuestra vida!

Es

hijo del

corazón

este libro algo sombrío: lo i

comenzó

la ilusión

ha de acabarlo

el hastío.

Tómalo, pues, en ofrenda de gracias. Dale tu palma,

ya que

él

conoce la senda

que va derecha a tu alma.


ACCIÓN DE GRACIAS

Lleno de temor

lo envío:

\

mas

si

lo

objetas, te arguyo

(jue

si

es tuyo, es por ser mío;

que

si

es bello, es por ser tuvo.

j^

^

21



\^r

lo:s

fían ios Lejci nos

Paseo mis tristezas por los barrios lejanos. 3e pronto, por la clara lacia la [ue

paz nocturna,

ventana

la clásica

en su temblor denuncia

la

desata

se

sonata

inquietud de las manos.

¡Oh, idilios familiares en que los viejos

on cómplices que guiñan a

la

luna de plata!

íQué candidas ternuras son esas? [ue se oye,

'.

el

me

luna...

La

más que una sombra.

en

Don

estuviera la que

los labios

me nombra,

Juan, suspira: amor...

ventana... Silencio

— Ah, —pienso — si os labios

quieres? no soi

clamor de una alma lejana que

ni corazón, eterno

La

Ese «ingrata»

¿no lo dicen unos celos tiranos?

Recuerdol qué

ante

pianos

i

en

i

poesía.

me puso un

el ojal la flor!

día



4

•¿\mé¡mMimA&

Obsesión Hasta aquí me persigue?! Es en vano que huya

me

i

La mustia

flor

oculte con medroso tiento.

me acecha

está lleno de tu alma

En en

el

;Ah,

la

el

desde

el

piano,

aposento.

hoja de un libro, arde tu mano;

quieto marfil, duerme tu acento. si

cual nos

vengamos de un

tirano,

pudiese estrangular mi pensamiento! Morir!

I a qué?...

mi brazo, ante ¡Es que

me

el

No

es

que

espanto de

se torne inerte

la

muerte.

acusarían mis despojos,

pues sé que, aún más allá de mi agonía, tu luminosa imajen surjiría

sobre

el

ópalo turbio de mis ojos!



5oneto de

tarde

la

¿Por qué estoi melancólico? Es la hora del vermouth, del fastidio

la neblina,

i

cuando de nuestro espíritu en

la

ruina

cada recuerdo es una trepadora.

Sobre la urbe espléndida

va i

la

el

cielo,

Dejo

Xo Me

sonora

sombra a tender su muselina con su estrella vespertina,

una inmensa soledad que

es

la

copa

i

llora.

pienso... Pienso

sé que hacer...

mucho.

La charla me

contrista,

parece de súbito que escucho

las i

i

confidencias de

cuando en

hallo,

el

un dolor

secreto,

papel clavo la vista

en vez de una lágrima, un soneto.



'jiV*ií

Pobre

Ilusión

Diviso un sombrero, una pluma

coronando una

La i

mis ojos

se

grácil silueta.

me

ilusión

engaña,

van persiguiéndola...

Pero mi corazón habla,

— No

i

me

dice:

es ella...

Contemplo unos ojos profundos sobre dos amorosas ojeras.

La i

los

míos

se

me engaña

ilusión

avanzan a

Pero mi corazón, habla

—No

verla...

i

me

es ella..,

dice:


o

VÍCTOR DOMINGO SILVA

3

Escucho una voz en que

se

unen

alegrías, ternuras, tristezas.

La el

i

me engaña

ilusión

oído aguardando se queda...

Pero mi corazón, habla

—No Admiro

el

i

me

dice:

es ella...

fantástico brillo

de una blonda, imperial cabellera.

La i

las

manos,

me

ilusión

me

febriles,

Pero mi corazón habla,

— No

engaña,

tiemblan...

i

me

dice:

es ella!

Escucho unos pasos levísimos i

un frufrú de mujer

La i

llena

i

de seda.

me engaña

ilusión

un perfume mi boca entreabierta

Pero mi corazón habla,

—No

i

me

dice:

es ella, no,

no es

ella

,


POBRE ILUSIÓN

Tumbado

rn mi mesa trabajo.

Suspirando, abandono

La

Cuándo será que

me engaña

las pajinas trémulas...

corazón

el

— Es

poema.

el

ilusión

anima su imajen

¡

ella,

al

me

diga:

ñn, es ella!

Ella que habla, que canta, que

me

que en un rayo de

sol se

que es fragancia en

las flores

i

31

encendido temblor en

ríe,

acerca,

que beso

la estrella.

Ella que anda, divino trasunto

de la primavera, ráfaga imprevista,

mariposa inquieta, golondrina de amor que

me anuncia

la

dormida pasión que despierta,

la

fugaz juventud que renace,

la

dicha perdida que

al

cabo

regresa!...



Diálogo

— Poeta, — Oh,

los espejismos

tan vagas

Oh,

el

¿qué adoras?

i

estrañas

raudo

desfile

— Poeta, — Oh,

los

de aquellas auroras

como encantadoras. de todas las horas...

¿qué sueñas?

grandes ojos, las bocas risueñas,

los dientes perlados, las los largos cabellos

—Poeta, — Oh, Oh,

el

el

manos pequeñas,

de trenzas sedeñas...

¿qué cantas?

sonoro estruendo de locas gargantas!

peso divino de tantas

cadenas de

flores

i

tantas

que arrastro a mis

plantas,


VÍCTOÜ DOMINGO SILVA

34

— Poeta,

¿qué lloras?

-Oh, los espejismos de aquellas auroras

tan crueles

Oh,

el

i

tristes

como engañadoras.

lento desfile de todas las horas.

^ 2¡í6.


Postros de Mujeres De tedas mis andanzas como un

i

peregrinaciones,

guardo

licor celeste

las

emociones.

Cansado a veces, harto de vivir esta vida vulgar, siempre tirana, pero siempre aburrida

vuelvo los ojos mustios a los días tempranos

en que erré por cien pueblos distintos

I

las

siempre son

las

que van, como

mismas

flores

i

lejanos.

visiones femeninas

en medio de las ruinas,

surjiendo, sin contornos precisos, del pasado

para hacerme de nuevo soñar lo ya soñado.

¡Amables rostros, jestos dulces, suaves sonrisas de adolescentes, tenues miradas indecisas, os juro que, al sentiros,

no acarició siquiera

la

mi corazón gastado

scmbra de un pecado!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

36

¡Cuántas veces,

al

paso del tren, entre

el

tumulto

de las jentes viajeras, divisé medio oculto por

el

celoso alero,

un rostro

curiosillo

como una golondrina moviendo una

Los dos diamantes negros, entre sonriendo i

al

me

desvariar con

¡Cuántas veces

i

al

se ajitó

el florido

encaje

seguían a lo largo del viaje, ellos, ni el

mordían, como suelen,

que

cortina!

el

el

ansia ni

el

hastío

pensamiento mío.

vago tremolar de un pañuelo

por otro, fué para mí un consuelo;

temblor de una lágrima sobre un rostro abatido

correspondió, en

el

fondo de mi pecho, un latido!

Oh, los amables rostros que nunca he conocido!

En

horas melancólicas, ha bastado

de un piano,

el

el

sonido

eco vago de una voz arjentina

para crear en mi alma la visión femenina.

I

con algo tan suave dentro de mí, tan puro

como un sueño de de mi alma

i

virjen,

he cantado, en lo oscuro

de la noche, alguna de esas bellas

canciones sin palabras que escuchan las estrellas,


ROSTROS DE MUJERES

No saben ideal,

mismas,

ellas

37

las miijere'^,

que nuevo aliento de espiritual

qué encanto i

í^anto,

recibe acariciando su imajen fujitiva

mi corazón, que sangra como una perla viva!

Yo

os adoro, visiones, con

amor de mendigo.

Entre mis horas muertas, os busco i,

i

os persigo

llena del encanto de las cosas sencillas,

ante vosotras mi alma se pone de rodillas.

«Gracias! Gracias!» murmuro, sintiendo que en se I

ha aplacado una angustia,

se

mi vida

ha cerrado una herida.

en un fondo glorioso, lejos de los placeres

tiubadores, diviso los rostros de mujeres:

unos risueños, otros melancólicos, finos todos,

i

con la gracia de unos ojos divinos

que miran hondo con

el

amor que

i

lejos,

que están soñando acaso

viene,., pero

que va de paso!

¡Amables rostros, jestos dulces, suaves sonrisas de adolescentes, tenues miradas indecisas, os juro que, al sentiros,

no acarició siquiera

la

mi corazón gastado

sombra de un pecado!



iOh Tú!

Arrastrarme hasta

tí;

tener las tuyias

entre mis manos; escuchar tu acento;

besar tus ojos; respirar tu ahento; lograr que no te mofes ni

me huyas

antes de oirme; saborear contigo la

paz de

los crepúsculos

de antaño,

cuando, rodeados de un silencio amigo,

llenábamos de

flores el

escaño

confidencial; sentir que poco a poco

sube a

la

boca

el

mirarnos mucho,

corazón opreso; i

al

impulso loco

de la pasión, fundirnos en un beso... Ai! pensar

que todo eso

es lo

que invoco

en mi inconmensurable desvarío, i

es lo

pensar que todo eso

imposible para mí. Dios mío!


VÍCTOR DOMINGO SiLVA

40

II

nombre

Seguirte amando; recordar tu i

estarlo repitiendo eternamente;

vivir

muriendo de

la sed ardiente

de tus caricias cálidas; ser hombre

como un

niño; a todas horas

i

llorar

i

en todas partes evocar tu imájen

i

no evocarla sin que abrasadoras

lágrimas

ríos

de amargura

hasta mis labios; concihar

—bajen el

para soñar contigo;

i

al despertar, sentir

nublado

sueño

luego, triste, el

ceño

por la inquietud de lo que ya no

Ay! pensar que todo

existe..,

eso, esta

agonía

sobre la cual, divinizada, flotas, es la verdad, es la

jl

cómo no ha de

verdad sombría!

ser

mi poesía

mi vida entera que desangra a

gotas!...


El

Beso

¡Luz de los infinitos horizontes,

cómo i

el

te siento huir!

Pasó

la siesta

día va en derrota... Están los montes

vistiéndose su túnica de fiesta:

sobre las cumbres se estremece un lampo

de

sol,

En i

como una lágrima que

torno mío se entristece

está tan triste

¡Tan

triste

como yo

como

de la ciudad que

yo!

me

el

arde...

campo

la tarde.

Vengo de huida

odia

i

que rechazo;

vengo a buscarte, a hundir mi dolorida cabeza en tu regazo, fuente eerena

en donde quiero renovar mi vida...


VÍCTOR DOMINOO SILVA

42

¡A ver

si

llena

la esencia virjen de tu

edad

mi corazón, que apuñaleó

Huyo

de todos

No

o hastío?

pero,

me

al

la

pena!

de todo. ¿Es miedo

lo sé.

seguir viviendo

digo

i

florida

Pero no puedo

como

vivo... «¡Fuera!»

espectro de mis malos días;

aun

al sol,

en plena carretera,

siguen persiguiendo

como

a fiera

las ideas sombrías.

...Ah,

defiéndeme

tú!

Tus manecitas

son milagrosas.

Defiéndeme con

ellas;

lucha con mis quimeras inauditas; apártalas de aquí... Son horrorosas. ¡Lleno está mi camino con sus huellas!

Mustio, vencido, sin voluntad, sin voz,

heme

a tu lado.

Los años que he vivido son como abismos por donde he rodado, ¡Necesito de

tí!

paz de virtud lo

Calor de nido,

es lo

que tienes,

i

eso

que mi corazón desconsolado

busca en tu boca: ¡olvido!


EL BESO

¡Tn beso! Cede (le la

al

43

ímpetu inconfeso

pasión... l'n beso!

Yo

lo pido,

a tu ternura.... ¡un beso!

jl'n beso!

Dame un

beso.

Vuelca tu corazón, déjalo impreso sobre mi boca torva

recojida,

i

¡Dame tu corazón! Dámelo, con

él

tu amor;

i

Que

i

dame

con tu amor, se

la vida...

derrame

tu juventud sobre mi frente, en

flores;

que de tu boca fluya tu juventud sobre mi angustia...

de la suprema confesión

«¡soi

i

luego

tuya!»

vayanse consumiendo mis dolores

como en una

¡Un beso!

vorájine de fuego...

Dame un

beso!

Jesto de gloria en actitud de gracia;

signo que sella

el

íntimo embeleso

de dos almas; hoguera

que va alumbrando nuestros pasos, hacia la

eternidad de amor que nos espera!...

^

¿*t



Desde

lejos

Niña

como

jentil

la

que ante mis ojos pasas

sombra de mi am(>r primero,

¡qué dulce es

el

ensueño en que

te

abrasas!

•qué crueles las angustias en que muero!

Pasas ante mis ojos encendida de adorable rubor. Eres hermosa

con

en

la

hermosura que hace amar

la estrella,

en la perla,

i

en la rosa.

Se abren tus ilusiones ante

que i

te

cual

sin

dá su si

la vida

cielo

el

alegría. Tienes alas,

fueras a

movimiento

ni

emprender

rumor

el

vuelo

resbalas.


VÍCTOR ÜOMINGO SILVA

40

Aun

Esos quince años

pura tu edad!

es

con que todo

encantas

lo

ante mis días lóbregos

i

alborozas,

i

huraños

pasan como otras quince mariposas.

Mariposas de luz que en torno mío

rondar zumbando

i

cabrilleando siento

cuando, solo con tu alma, desvarío i

echo hacia

Aun I,

es

a volar

pura tu edad!

mi pensamiento!

Amas

las flores.

en medio de mi trájico infortunio

llegan hasta alegrarme los amores

que

te

canta

Sabes

reir.

como un

al

oido

Es diáfana tu

cristal.

llega hasta

el plenilunio.

la

En

risa

sus eternos jiros,

vagabunda

brisa

a repetirme todos tus suspiros...

¡Los tímidos suspiros que te arranca

en medio de tus horas más risueñas, la visión auroral, mística

de

la cita

i

blanca,

romántica en que sueñas!


DliSDE Ll.JOS

Tú pasas por i

la

la

vida entre esplendores

haces resonar bajo tus huellas.

Buscan tu dulce plática i

te

47

las llores,

llaman su hermana

Mientras que yo

¡ni

his estrellas...

imajinarlo puedes!

huérfano de la gloria que persigo, vivo muriendo en las eternas redes de una pasión que acabará conmigo.

¡Salve a tu vida en

con la quimera

sueño con

el

al

flor!

hombro

Yo que todavía,

temblor del primer beso

que incendiará tu adolescencia un

¡Henos aquí a

marchamos

los dos!

juntos...

I

la brizna o se

Tú no puedes

después, quién sabe!

cuando tras el

el

remonta

saber

día.

Por un momento

¡Quién sabe a dónde, bajo un

rueda

atravieso

mismo el

viento,

ave!

cómo combato

tropel de mis nostaljias suelto

fantasma de un amor ingrato

que partió un

dia,

i

que ya nunca ha vuelto!


VICTOk DOMINGO SILVA

Ah!

si

como son mis no (lies,

supieras

Aquel amor desventurado evoco, i,

se

entregado a suspiros

me

Aun pero

más

más

me

figura c^ue

deliro por

él!

le hallo, .en el

i

vuelvo loco!

Deliro en vano,

fondo de mi olvido,

mientras

adorable

mientras

delicioso

reproches,

más más

perdido...

¿Por qué, pues sabes alegrar

no endulzas desde ¡Yo sé que

las

lejos

mi

lejano,

el

nido,

tristeza?

mujeres no han nacido

sino para encantar con su belleza!

Ojalá que, a la tarde cuando leas esta canción, bajo la lluvia de oro

de la apoteosis vespertina, veas

cómo en tu ausencia me atormento

i

Ojalá que tus ojos en que anida la

pubertad, a la desdicha estraños,

viertan siempre a lo largo de tu vida al

esplendor

de los

primeros

años!

lloro!


DESDE LEJOS

l\quo

vi(türi()sa

la

con que un

primavera

día, al pasar,

despártame su

luz,

ella

.|9

me

sorprendiste

siquiera,

por mi horizonte eternamente *.

*

Al través de

como un te i

repito

triste!

la-

bruma en que me

pierdo

pálido espectro de amenaza, nii-

adiós...

Yo amo un

tú eres vid.a que se asombra...

recuerdo, i

pasa!



SQI05

Aquí, bien junto a mí. Su hombro en mi hombro su mejilla en mi mejilla...

i

¡Oh, pena!

Te desafío. Riéndome i

asalta

nombro

La vida

te incito a venir...

Ya no me

te

es buena.

el tedio, ni el

cuidado

de nuestro porvenir.

Ya no

estoi triste.

Ah! solos otra vez,

ella a

mi

i

lado...

Nó, solos nó; la soledad no existe.

La soledad no el

pensamiento en vaguedades de oro; bajo

el

crepúsculo, en

el

oyendo

el

repicar claro

sonoro

así, i

Así, perdido

existe...

i

nido

de una risa infantil junto a la cuna;


VÍCTOR DOMINGO SILVA

¿2

así,

ante

que

se

plácido

el eielo

baña en un

i

profundo

éxtasis de luna,

¿qué puede ser la soledad del mundo?

¿Qué puede

del vacío esterior?

porque todo no

En

el

miedo

En

lo somos...

la

sombra

dedo

de la dicha que añoramos.

En medio con

el

tcdo estamos

erije ya, trájicamente, el

la visión

qué

ser la soledad,

del silencio, alguien ncs

nombra

acento de una voz amada:

no sabemos quién

es,

i

nos miramos

i

sonreimos, llenos de ternura,

i.

nos besamos sin decirnos nada...

¿De dónde aquella voz? Surjió evocada por la propia emoción: la oimos pura i

un reproche,

nítida vibrar: no fué

sino

un

suspiro...

En cada

estrella es

sobre

el

celeste

la

remota altura

un ansia que perdura sueño de la noche,

mientras, en nuestros labics, las dehcias

de estas inmensas horas

ponen

frases de

solitarias,

amor que son

pero que escucha Dios

como

caricias,

plegarias.


Éli 1^

B

^^í nv^vrv^-^

y^PuP

líegrcso

Me

acosté llorando por mi hogar desierto,

por mi infancia ida, por mi padre muerto. Dias, meses, años i

en

la

han pasado ya

casa en ruinas, desde los cimientos

hasta las cornisas de los aposentos,

todo que distinto, qué cambiado está!

Me

acosté llorando por las viejas horas

(mañanas

alegres,

perezosas siestas!)

que

«él»

tardes soñadoras,

Me dormí

i

soñé

había vuelto de un viaje lejano,

curvas las espaldas

También mui

i

el

cabello cano...

distinto de

cuando

se fué.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

54

Aguardando siempre, siempre! su

regreso,

no nos estrañamos. Sentimos su beso .sobre nuestras frentes, tibio

Mi madre suspira.

Los

i

familiar.

sirvientes

viejos

tienen a su vista jestos reverentes i

el

can favorito

se

pone a brincar.

¡Qué viaje tan largo, tan largo. Dios mío!

Durante su ausencia, qué rachas de

hastío,

qué sombras de pena, qué nieblas de El

calla.

la tristeza i

Parece que

en unos,

mundo

en todos un

Qué Ante

viaje

el

lee

en nosotros:

cansancio en otros

de ensueño

la ceniza del

hogar ya

frío,

;mui viejo me encuentran? Hablen Sí,

I

él:

padre

dolor.

i

tan largo, tan largo. Dios mío!

rodeado de todos, nos pregunta:

horror!

I

bien, sin cuidado,

(decimos) estás mui cambiado.

— iPobres

muchachos! Ustedes también!


S i B¡M 1

Arn^onia de Otoño

Vamos

al

campo, dulce niña! Vamos...

¡Que sean unas mismas nuestras huellas! ¿Ves?

Las hojas

marchitas

forman ramos

para que pases por encima de

ellas...

¿Ves? Las hojas marchitas caen solas. Se ciñen ya los árboles sus lutos i,

hundidas en

el

fango, las corolas

abren como abanicos diminutos.

se

Ven! Parece que

No

ves?

No

el

escuchas?

nos dice que dejemos i

que tomemos

el

campo nos

Un la

convida...

gorrión parlero

avenida

primer sendero,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

3(^

No

Ven! ni I

parece respirar la tierra

un vaho de humedad. Hai hace sus flancos cabrillear

medio garabateados por

No

sol.

la

llueve,^.

sierra,

la nieve!

Los humos de una fábrica a

lo lejos

amotinan su oscura polvareda, i

parece, aureada de reflejos,

que

fuera estrechando la alameda...

se

Cuchichean

los árboles, se enfilan

para vernos pasar, solos, I

lentamente su ramaje oscilan

como

si

celebraran lo que dices!

Vamos, niña! ¡Qué Suelta i,

un

zorzal

un

alegre está el camino! solo improvisado,

moviendo sus aspas, un molino

chilla

como un

Oye! El

violín desafinado...

campo nos

Se va abriendo i

felices...

el

dice:

«les

espero. ..»>

camino a nuestro paso

corre hacia nosotros el estero

abierto en dos

como un inmenso

abrazo.


— ARMONÍA DE OTOÑO

Bajo

los

olmos que

el

57

qiiintral invade,

entre

una

te irá

desmenuzando mi saudade

lluvia

de hojas amarillas,

charlas sentimentales

A

sencillas.

nuestro paso, crujirá

húmeda

de

i

la

arena... Asidos

alfombra

por

las

manos,

será una sola nuestra doble sombra:

conversaremos como dos hermanos!

Hablaremos de todo,

— de

la

ausencia,

del amor, del olvido, del orgullo...

con esa encantadora incoherencia

que hace a

la frase

parecer arrullo.

Te hablaré torpemente, vagamente,

cuando con tu

silencio a hablar

me

impulses,

esas cosas que brotan de repente i

que por eso mismo son más

I

callaré

cuando me

dulces...

digas: «tonto...»

Serán tus ojos como dos abismos, i

ávidos, deteniéndonos de pronto,

nos reiremos de nosotros mismos...


—— VÍCTOR DOMINGO SILVA

¡Subiremos

al

puente!

Yo

primero,

para poder mirar, mientras tú subes, sobre

el

pálido fondo del estero

la indecisa

Luego...

mui junta

regata de las nubes...

por a

camino! Siempre junta,

el

mí querré

tenerte.

I

luego

titubeará en mi boca una pregunta

tímida

I

i

dolorosa

como un

en ritmo suave

ruego.

se alzará tu seno...

dejarás que tu cabello enrosque

I

algo de ese aire con olor a heno

que

es el olor del corazón del bosque!

Por

el

campos

paisaje gris, tan bello ahora,

sin viñas, viñas sin retoño,

seremos vida, juventud, aurora... ¡la

primavera en medio del otoño!

Entre

me I i

la lluvia

irás diciendo

de hojas amarillas

que no

te

hable de eso.

habrá para un sonrojo dos mejillas cuatro labios para un solo beso!


ARMONÍA DE OTOÑO

I

esa csplosión de besos

5«J

soniojüs

i

pondrá maravillosos resplandores entre los claroscuros de tus ojos

maravillosamente arrulladorcs...

Dejaremos

oyendo

i

el

la

sombra

claro tararear de

sentiremos caer sobre llanto de

el

I

del boscaje,

un

grillo

paisaje

el

un crepúsculo

amarillo...

por los campos solos, ya de vuelta,

entre estas nieblas últimas de junio,

arjentará tu cabellera suelta la caricia

de luz del plenilunio.

Después?... Adiós! se erguirán

Un

mi pereza

i

beso...

habrá un rumor de briznas en

i

una fuga de alondras en

un I

al cielo,

tu donaire,

i

De

Frente

el

suelo

el aire.

entre los sauces que la senda orillan,

suspiro,

luego,

una lágrima, un pañuelo...

—adiós! —parecerá

miles de estrellas nuevas en

ft

9t

que brillan el cielo!



mLwmM

Carta rural

Madre! de tu tristeza yo sé

el secreto:

todas las mañanas

observo con dolor que en tu cabeza nievan, i

como

más que sé

la víspera, las

también que no

la ancianidad, a

canas

te aflije

mi pesar evoco

esa tarde tan triste en que te dije

que todo

el

mundo me

creía

un

loco,

¿Recuerdas? Fué a la puerta del hogar.

llorabas la partida

del noble

que con te

el

alma

compañero a tu cariño abierta,

adelantó en la senda de la vida.


V.CTOR IJOMINGO SILVA

62

— No

llores.

yo no puedo

Yo no

quiero,

ver

(te dije)

el

llanto

en tus ojos amados, madre mía. I

me

respondiste:

— ¡Pero La

triste

si

sufro tanto!

soledad de la bahía

a nuestros ojos pareció el

i

más

triste

último fulgor crepusculario

hizo que

pareciera

el

pueblo solitario

más pobre

i

pobre

i

solitario.

El viejo campanario fué deshilando su tin-tin de cobre

toque de oración... Doblé

al

la frente

unimos nuestras lágrimas. ¡Oh,

i

Aun me

instante!

parece oir tu voz, velada

de infinita emoción, como una fuente

trémula

— Calla, I es

i

desbordante:

hijo mío!

No me

cuentes nada!

que tú adivinabas mi secreto;

tú leías en mí; tú conocías esta ansiedad, este vivir inquieto i

estas penas de ¡tan

amor que son tan hondas

hondas

«Calla! Calla!

Es

i

tan mias!...

lo

mismo que me esconda^


CARTA FILIAL O te

me

63

reveles tu penar...» Mis ojos

hablaban del

delirio de

de mis sueños violados

i

mis noches, dispersos,

de mi vida hecha abrojos,

más que

las

¡más que

t(xla la

más que

quejas,

los reproches,

angustia de mis versos!

Te hablaban del fracaso de mi continuo aventurar, mi paso

mi palidez;

torpe;

el

ansia incierta

con que mi pensamiento vagabundo, creía ver, tras la

como una I

me

fiera

entornada puerta,

muerta de hambre,

hablaste de

tí,

lo

que ha sido

sol o niebla entre la oscura

ramazón que sostuvo nuestro

Me

hablaste de

«él»

i

nido.

sollocé contigo.

Comprendí que, aunque en el

mundo.

de tu ternura,

de tu orfandad, de todo

rayo de

al

ruinas,

nido familiar era un abrigo

para nuestro desvelo. I,

— ¡Felices

(pensé) las golondrinas

que saben dónde han de posar su vuelo!

Me

sentí aniquilado,

como una oscura i

golondrina, inerme,

escondí mi cabeza en tu adorado


VÍCIOR DOMINGO SILVA

Ó4

madre mía,

regazo,

como cuando,

a tu dulce «duerme!

conversar con los ánjcles

Hoi nada queda en

el

ya!

creía...

Todo ha

tiempo, en la sombra, en

A

duerme!»

caído, el olvido...

los golpes adversos,

del azar, ese viento despiadado, los hijos

de tu amor, todos dispersos,

todos buscando

Ya no

pan, se han alejado.

están a tu lado

para besar tus i

el

ojos,

madre mía,

trasformar tu soledad de pena,

en bullicioso encanto de

alegría.

Forzado del trabajo todavía cada cual va arrastrando su cadena.

Recordamos, a

solas, tus consejos

que eres tan buena,

i

lloramos por

i

estás siempre tan lejos!

Perdona

tú,

tí,

perdona,

(perdonar es de madre)

si

te

abrumo

con tanta queja. Mi penar me abona.

Mi vida

es

un cadáver que yo exhumo,


CARTA FILIAL

pero para quemarlo... Es sólo un poeo

de ceniza de un niño

la fé

No el

i

i

de humo:

la anibic

ion de

te asuste el silencio,

no

un

te

loro...

alarme

no saber de mí. Corriente arriba,

he de bracear hasta poder echarme sobre

el

verdor de

como toda a

ilusión.

¡Es la postrera

que prestó mi corazón

Sé que

esquiva

la ribera,

me aguardas

abrigo!

tú, sé

que me espera

tu corazón contigo!

Aun me

parece que tu voz

a confiar en tu

¿Que si

amor

i

me exhorta

en tu cuidado...

mundo no me entiende? ¡I qué me importa que tú me entiendes demasiado! el

^

^



.d

olvidddd

oi'acióiA

Ha

en matices violáceos i

Lentamente

caído la tarde.

se

esfuma

romántica bruma

la

se estinguen las charlas del follaje locuaz.

Ha

caído la tarde,

desvanécese de cien

el

liras

La hora Estremecen

i

en la luz

día con

i

en

el

viento

vago lamento

el

tañidas en un sólo compás.

triste

me

cerca!

horribles

Lahora lánguida

calofríos

de

i

mustia

angustia

a esas hojas de otoño que estoi viendo caer.

La hora ¡Siga,

triste

me

cerca!

La hora mística

i

honda

pues, la doliente, la fatídica ronda

de las hojas hoi secas

i

lozanas ayer!


VÍCrOR DOMINGO SILVA

68

Un murciélago errante me ha rozado con Un lagarto imprevisto por las tejas resbala i

se

su

ala,

queda en inmóvil actitud de escuchar...

Estoi sólo conmigo,

con mi eterno tormento!

Estoi sólo conmigo,

i

en tantísima cosa que

En

fatal

el

pensamiento

quisiera

olvidar!

la torre sollozan las vetustas

campanas

con acentos que saben a leyendas lejanas... Incitados

van

por

esta

media luz conventual,

al baile los grillos,

hasta alguna lechuza,

i

desgarrando la malla de

árboles,

los

cruza

con un vuelo confuso de visión espectral.

En

el

tronco de un árbol,

como un

viejo,

sentado

hace rato que miro cómo vibra a mi lado la tristeza de

Hace

un día más atroz que

rato que lucho con

el

de ayer.

mi propio recuerdo;

hace rato que, a solas con mi sombra,

me

pierdo

en las horas que huyeron para nunca volver.

Me

obsesiona de lejos cbn su trémulo henchido

de

nostaljias

del

estero

Me

entristece,

de

filósofo

profundas,

el

profundo alarido

que pasa por detrás del tapial. i

mis acres pesimismos desata

humilde, la

cerril

serenata

de los sapos ventrílocuos en algún lodazal,


LA ORACIÓN OLVIDADA

Hace rato i

filósofo

por

la

paz de

el

me estremezco

la infancia

por los días lejanos i

con mi sombra, deliro

qiio, a solas

humilde,

69

el

i

suspiro

i

amor

del hogar,

me

evocar no

(|ue a

atrevo

en que dentro de mi alma resonaban a nuevo

rumor de

Qué Qué

las

hojas

estruendo del mar.

el

i

auroras?

se hicieron aquellas apacibles

se hicieron aquellas cabalgatas sonoras,

aquel júbilo eterno de la vida infantil?

Qué

se hicieron las charlas, i la risa,

Qué

se hicieron las tardes

timoneaba I

los

cambios

los días de asueto!

i

i

el

beso}

en que, niño travieso,

desviaba

Las

el

carril!

alegres cimarras!

Los estraños heléchos! Las sonoras chicharras!

Las carreras forzadas bajo Los acechos i al

al

humo

el

rayo de sol!

de la gran chimenea,

caer de la tarde con la baja marea,

pujilatos furiosos por algún caracol!

¡Quién dijera que todo para siempre ha caído en la ruin telaraña de versátil olvido! Oh,

el

sereno paisaje de la tierra natal!

Oh,

el

camino

del templo, del hogar

i

la escuela!

Oh, la rada en que ansiaba navegar a la vela! Oh, las rocas abruptas,

i el

inmenso arenal!


VÍCTOR DOMINGO

70

SILVIA

/ en un súbito instante, la pasión prematura, el

anhelo imposible de imposible ternura,

la

mirada encendida

El papel que I

i

estraño temblor...

el

La emoción que

se rompe...

ensueño que vuela junto

el

porque a un tiempo en dos almas

I

hoi

al

verme aquí

como un huérfano,

amparo de madre,

sin

en

el

el trájico

estalla,

nacido

amigos,

el

amor!

al

verme

como un náufrago, inerme

ni refujio de Dios,

alma un cansancio

pruebo

lia

sólo, sin

triste;

que

al beso

se calla...

en

i

goce de

una arruga,

la frente

fuga

asistir a la

de los sueños que pasan, unos de otros en post

Siento en torno

¿Qué me importa? Es tan de la

se

cierta

como

i

vida...

atroz la caíc

tan fuerte como yo mi quebranto

un paria en

me sube

a los ojos

i

me

como cuervos hambrientos desgarran

de llanto

la vida! I rgia ola

obliga a estallar.

Estoi sólo conmigo! Taciturnos

i

la

con que entonces emigré del hogar.

Es tan viejo Soi

removerse

ajitarse,

las carnes

se

me

huraños

i

vienen los años

de mis sueños en

Es en vano que evoque

flor.

la infantil alegría

de la edad en que, lleno de piedad por María, la cubría

de ofrendas de inocencia

i

de amor,


LA ORACIÓN OLVIDADA

Todo ha inuorto. Dios \\\c

me

de

infancia, ni

la

salta entre

—Dios

I

Ya no

hai

nada en mi

vicia,

ropudio ron asco pues se arrastra perdida

in la fé

Jios

iníol

71

te

me

te

salve,

sal^'e,

t'l

rl

amor

del hogar.

llanto ]ior la boca r(>acia:

María, llena

María, llena

eres de í^racia...

eres de gracia...

aprieto his sienes, sin poder continuar!



Canción de esfío amada

Cójete de mi brazo, i

vamonos. Sé tú por

fin la

mía,

hermosa

un día

llena de placidez, que soñé

coronar de canciones... Ven,

posa

i

en mi cabeza tu cabeza. Sabes,

aunque injenua

i

cuando vienes a charlarán con

feliz,

mí...

más

cómo

Nunca

gracia

i

te siento

las

aves

más contento

que ya, cuando a mi brazo abandonada,

me llenen de deseo me embriaguen de

i

los

tus sonrojos, lu¿ con su mirada

pedazos de gloria de tus

ojos...

Vamonos, pues, cantando, echando fuera nuestros tormentos íntimos! Al paso

que cantemos,

irá la

primavera


VÍCTOR DOMINGO

74

SIT.VA

para nosotros desbordando de sus nubes errantes;

con que pasa a

i

colores

i

lo largo del

de pájaros, de

la alegría

de insectos;

el

de sus frondas,

raso

divino

el

festín de efluvios, notas

el

camino

flores

vivido esmeralda i

el

hálito travieso

de ese viento que juega con tu falda i

hace en tus labios dibujarse un beso.

¿No ves?

A

nadie estraña, a nadie inquieta

nuestra presencia aquí. Somos amigos

de la tierra

i

el sol.

de las pircas, la

que las

Desde

la grieta

mancha de

los trigos

barniza con ardiente lampo,

el sol

perezosas bestias,

i

el

recodo

de nuestras conñdencias, en

nos reconoce

i

el

campo

nos sonríe todo:

ni los burlescos pájaros se

mofan,

ni los austeros árboles, perplejos

de nuestras entrevistas, filosofan o parecen llamarnos desde lejos...

Allí

el

arroyo...

¿lo

recuerdas...?

sueño, cuánto deliro todavía

con repetir

el

estupendo encanto

que nos hizo estraviarnos aquel

día!

Cuánto


CANCIÓN DE ESTÍO

75

Sus ondas turbias guardan nuc-tra histoiia Flota nuestro rociuMtlo vn i,

como una

pasa

la

barranca;

la

visión por la mcmoiia.

sombra luminosa

blanca

i

de tus primeros años, por

arena

la

que en aquellos románticos estíos iba

como formando una cadena

entre tus pasos

i

los

pasos míos...

Apóyate en mi brazo. Así apasionada si

i

te

(|uiero.

gráeil. Sacia, sacia

puedes, estas ansias en que muero...

pero llénalo todo con tu gracia! Llénalo todo con tu amor... Sé mía

como

Embriágame en

soi tuyo.

Sea tu amor delirio i

éxtasis

fiebre

i

paraíso;

el

que turba, ensueño que embelesa, i

risa

de ternura,

delicioso vértigo que besa

que lleva en su beso

Porque

Adoro en que i

agonía,

que trasporta

llanto de gozo i

i

tu hechizo.

se

eres joven, tí la

la

como

juventud,

la

locura...

yo, te adoro.

vida

deshace en tus cabellos dé oro

en tu diáfana cutis encendida.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

76

Adoro en de tu

música,

voz que

lírica

para que

la

el

rie o charla,

me sacuda

pensamiento

el

de oiría eternamente,

i

como adoro

el

la luz

i

Te adoro como adoro i

me

acento

adorarla aire libre...

las auroras,

dejo arrullar para que vibre

toda tu juventud sobre mis horas!

Soi

un devoto de

con que júbilo

la luz.

grito,

admiras

ante la clara

luz estival,

cuando

los ojos jiras

para mirar

al cielo

cara a cara.

¡Yo

mirar! Fuera mi

te incito a

empeño

fundirnos de la luz en la armonía: ser

en

amor, ser belleza, ser ensueño

Tiéndome i

de la luz del día.

la apoteosis

al fin al

borde del camino,

ebrio de amor, de ensueño

cuando

cierro los ojos,

que llevo todo

el

¡Qué bella estás se recorta a la luz.

rueda

la

luz

de

sol

así!

me en

i

de belleza,

imajino la

cabeza...

Tu cuerpo

esbelto

Por tu cadera tu cabello suelto...

Salve a tu luminosa primavera! Salve a tu juventud embriagadora,


CANCIÓN DE

chispa, trino

I.SIÍO

77

temblor, perfume

i

savia del suelo

i

que estalla bajo

alma de cielo

el

i

ampo,

la flora i

sobre

el

campo!

Aquí estás á mi amor abandonada...

Llénenme de deseo tus sonrojos i

embriáguenme de

los

luz con su mirada

pedazos de gloria de tus ojos!

El camino toda

la vida,

He aquí

se alarga...

que nos

la vida,

sale al paso.

Saludémosla. Es nuestra conocida... I

sigamos sin rumbo

Hartémonos de

i

al

acaso

luz en el paisaje.

Alguna vez sintamos que nos baña todo

lo

puro, todo lo salvaje,

que respiran

Ámame

el

siempre

bosque así.

Si

i

la

montaña.

en mi camino

preside mi recuerdo tu memoria,

pasaré por encima del destino i,

ájil

i

audaz, cabalgaré, en

^

la gloria...



Sonata de Invierno

¡Qué tristeza más honda! Frente

que languidece, desmayante languidece también

el

al

día

flácido,

i

alma mía.

Cae en mí tu recuerdo como un ácido de acritud corrosiva.

con ideas i

hallo

en

el

En

Me enveneno

Estoi triste

hostiles.

un sabor sensual

último beso que

el

i

me

casi

obsceno

diste.

último beso! Se diría

que derramaste en

él

todo

el

deseo

de eternidad de nuestro amor de un día,

Todo

lo

evoco:

i.

como entonces veo


VÍCTOR DOMINGO SILVA

8o

til

rostro oval, tus senos ajitados

de angustioso temblor,

i

el brillo

ardiente

de tus rubios cabellos desatados

como una tempestad

Aun en mi

mi

í-obre

siento el calofrío de tu

mano

frente...

mano

ardorosa. Todavía

me contemplo

como un gusano,

a tus pies,

pidiéndote perdón por la agonía

de nuestro

todo

el

idilio;

echándote a

los

ojos

horror de un alma, hecha de

de pereza

i

frío,

de angustia: los despojos

de una vida estraviada en

el vacío!

Tu imajen, vaga como un jirón de niebla, me ha rozado... Hai algo en tu recuerdo, que me halaga: Estoi pensando en

ti!

acaso lo agrid,ulce del pecado,

acaso lo auroral, lo fujitivo

de aquel amor... Mi

mano

se resiste;

pero, jugando con la pluma, escribo i

ya no

me lamento

de estar

triste!

II

...La

tarde se despide dulcemente.

Se va la luz. Suspira la arboleda i

de los surtidores de

la

fuente


SONATA DE INVIERNO

Í>I

caen fugaces lágrimas de seda. El día va a morir. Voces est rañas...

Temblores de pavor... Para

de violeta las montañas

se visten i

se

ilumina triunfalmente

De

se

absorber en su mirada

lontananzas mudas

Se hastiaron i

el cielo!

frente a la ventana, mis pupilas

se hastiaron de las

gran duelo,

el

ai!

de escudriñar

han vuelto hacia

vuela sobre

la

tranquilas.

i

mí,

nada

la

cuando tampoco

desolada

estepa

de mis ideas, más que un verso loco

como una golondrina Oh,

fatigada...

invierno del alma!

el

abro con jesto trájico

como

si

la

En

vano, en vano

mano,

pretendiera en mi caída

perpetuar

para todas

el

horror de una blasfemia

las cosas

de

la

vida

hoi que arrastrando voi, torvo lejos de

i

callado,

mi romántica bohemia

mis nostaljias de príncipe espatriado...

I

empero, recordando, entre

vaciedad de mis años,

la

la

oscura

ternura

del viejo idilio, la ansiedad secreta,


VÍCTOR

I)OiMIN'C;0 Sil, VA

íntima angustia,

la

el

grito de alegría

con que a mis confidencias respondía;

hurgando

rastro de

el

mi vida inquieta,

siento que todavía soi poeta

porque no he envejecido todavía!

III

Ya

la

noche ha caído! Arden

de la ciudad.

rompe en horadan

A

la distancia,

sollozos...

la

Cúpulas

las luces

un piano i

cruces

penumbra. Hai un lejano

halo de poesía

i

misticismo:

atmósfera ideal en que persiguiendo

el

me

pierdo

fantasma de mi mismo

por los viejos caminos del recuerdo...

¡Recordar es morir! Placer de viejos, querer ser niño, desandar lo andado...

Recordar

es

bañarse en los reflejos

de un crepúsculo: hundirse en para engañar sofiarse ai! i

el

el

pasado

asco del presente:

en días de verdor eterno

para no advertir que en nuestra

en nuestro corazón,

—está

frente,-

el invierno...


SONAIA

Tu

Invierno, estás a(|uí!

tu beso

aflije,

aliento es frío,

tu eontacto enferma.

VA c\c\o, antes seri^no.

sombrío.

(^stá

Loeas ráfagas silban. Algo sobre

la tierra

^^

INVII-.RN'O

ni:

desolada

i

flota

yerma,

pues ya siento sonar dentro del peeho la infinita tristeza

de

la

gota

que cae sordamente sobre

Déjame en

paz, recuerdo! Calla, piano...

¿A qué angustiarse con ¿Por qué a

que ya

a lo lejano,

se

ha

ido,

volar, temblando, nuestras quejas?

de nuestra suerte avara?

¿Tal es la

lei

¡Mísero

corazón,

i

las cosas viejas?

lo inalcanzable,

a lo imposible, a lo

han de

el techo...

el

más mísero aún

fcilfc

si

si

espera olvido

no esperara!

^



El

Dolor de Morir

No

Yo

lo crees?

vivo

perpetuamente enfermo del

miedo de morir;

escapo a

Me

me

la obsesión, ni

siento tan inerme

Yo, que

cuando escribo

ni

fui

i

cuando duermo.

tan desnudo!

tan rebelde

tan altivo,

i

sorprendo a menudo

llorando sin motivo.

Sin motivo? No... no. Porque vo siento

dentro de mí

el

tormento

de una pena mui íntima que, ansia de lo

i

más puro

muí i

lo

vieja

más

santo,

cuando

llega a

mis labios

cuando

llega a

mis ojos se hace llanto.

se

hace queja,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

86

No

que

sé lo

Quizás

será.

peso

el

de los días lejanos... Quizás nada: perfume' de un beso,

el

la luz

de una mirada, furtiva

caricia

la

con que soñé,

al calor

que he adorado,

lo

cuando bajo

esté

— cuando

ya no viva!-

la tierra helada,

voraz como

Yo no tal

que habré perdido

lo

muerto

de una velada;

como

el olvido...

quiero morir. existe, tal

Yo amo

como

la

vida

la veo,

inaccesible, varia, dolorida,

brutal; hoi ascensión, luego caída;

hecha mitad de hastío

La

de deseo...

i

ilusión que rió junto a

junto a mi

tumba ha de

mi cuna

llorar.

que, obra de esa ilusión, se irá

en un

Yo mi

.

siento aliento

ra\^o de luna,

en un soplo de viento...

Y

nada más.

de una pena sin el

raudal de

I

mientras tanto, peno fin.

la vida,

ya desencadenado.

Pasa a mi lado ya sereno,


i:l

Pasa, mientras cautivo en

yo miro en

S7

dolor de morir

la

ribera

deslizarse la corriente

actitud de aquel que cuando espera

la

sabe que ha de esperar eternamente.

La vida en

en mi redor. Borbota

fluye

chorro temblante

el

Hecha perfume en i

hecha luz

es,

tinte

en

Yo

la flor

i

i

el

i

cristalino.

ambiente

flota

nota,

música en

el trino.

la siento, la siento!

Quisiera retenerla, hacerla mía

para que fuese claridad de día sobre mi pensamiento:

eternidad de

amor

i

de alegría

sobre mi corazón siempre sediento.

No

le

temo a

la horrible

como como

i

a la muerte;

muerte que vendrá algún día

el terror, el

la vida,

sombría,

hastío, inerte.

Sufro de envejecer, porque

si

he

amado

puse en amar mi corazón entero; llámalo tú pecado, yo,

lo

llamo pasión...

Ya

que muero^


88

VÍC'IOU ])OMlX(iO SILVA

ya ^é que

me

despido

melancólicamente;

ya sé que viene prematuro olvido a aletear en torno de mi frente; pero,

—alma

que, en

el

a flor de labio,

te

confieso

horror de la agonía, nada

pondrá tanto esplendor en mi mirada

como sobre

el

recuerdo del sabor de un beso

una boca ardiente

#

#

i

adorada!


\Tñ^

La Cuna X^acía

Xo ha muerto,

nó,

no ha muerto. Ni siquiera se ha

ido.

Siempre está con nosotros, aunque no haga ruido, ni sus ojos

enormes nos sonrían como antes.

¡Siempre está con nosotros!

Xo que

algo,

en que,

al

Dormía, e

en

hai horas, no hai instantes

la

verle

sí,

casa muda, no nos recuerde

el

día

en su cuna, creímos que dormía.

en efecto,

los ojos

inmóviles, los labios secos

i

entornados

amoratados.

;Era su sombra sólo! su sombra taciturna


VÍCTOR DOMINGO SILVA

90

que noble mano amiga depositó en

Su cuerpo, no su el

vaso miserable, no

Porque Coje

Entre i

él

i

ser ideal:

efluvio inmortal.

el

vive en nosotros. Preside nuestras charlas.

nuestras ella

no su

espíritu,

urna,

la

ardientes

manos para

yo, vacía, su sillita

cada tarde un rayo de

le

cual

sol,

besarlas.

espera, si

quisiera

borrar con su tibieza la pena del hogar

ocupa tembloroso su

sitio familiar.

Está presente en todo.

Nada hablamos sin recordarlo,

nada...

ni

hacemos

Los silencios supremos

de las meditaciones, las frases indecisas de un diálogo, i

los suspiros,

al

hojeo de un

todo

le

libro, las sonrisas

pertenece.

Es dueño

de nuestro afán, de nuestra quietud, de nuestro sueño.

¡Lleno está siempre

el

nido de su presencia!

pomo Como

El

conserva siempre si

el

alma de su perfume...

siempre nos citáramos para hablar de

lo

mismo,


LA CUNA VACÍA

recordamos sus

QF

su gracia, su egoísmo,

jestos,

su infantil inconciencia.

T.

ahondando nuestra

herida,

nos parece que en torno se ensanchara hi vida.

Nos sentimos más buenos. Nos

hiere en lo profundo

como

tristeza propia la tristeza del

Es

su dulce imajen

I

él,

que

la

el

mundo.

hogar invade.

esa dulzura íntima, romántica saudade,

que

el

corazón nos llena de amor

debemos a

ánjel! te la

A

de induljencia,

i

a tu presencia.

i

tu presencia que habla sin hablar,

que nos guía,

que envuelve nuestras almas, en esa poesía melancólica

No

estás,

i

i

tierna

estás en todo.

guarda intacto ¡Si

como un rayo de

el relieve

luna.

La oquedad de tu cuna

de tu cuerpo bendito...

hai veces que saltamos creyendo oír tu grito!

¡Qué grotesca es ante

el

amor que

la

muerte, comedianta sombría

triunfa!

Todo

estrangulara nuestro corazón,

el

terror que

un día

ya ha pasado.

El hijo que perdimos ya no está a

nuestro lado:

está en nosotros mismos! Su alegría inocente

pasa

por

nuestras

almas

cantando eternamente,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

92

Bendito

tú,

que vives de nuestro amor! Benditas

tus risas gorjeadas,

Cuando

tus blancas manecitas. ella

duerme, es sólo

contigo con quién sueña.

Tú I

eres quien hace jestos

en su boca risueña!

yo, mientras escribo, loco de tu cariño,

me

digo:

(«Chit!

Recuerda que está durmiendo

* *

el

niño!»


:Nunca ya?

Nunca va tu mano

breve,

mitad ámbar, mitad nieve,

me

enviará

otra dulce carta escrita

con su letra menudita?

¿nunca ya?

En

la

tarde visionaria,

la casita solitaria,

siempre está?

Siempre está Siempre

el

la

por la huerta

aire

viene

blanca puerta?

i

va?


VÍCTOR DOMINGO SILVA

94

A

camino

lo largo del

suelta

un pájaro, un divino trino en la?

En un

chorro de armonía

torreón despide

el

que

se

al

va?

El jardín con sus

Ah,

violetas...

las puras, las discretas flores!

los

día

¡Ah,

ramitos que tú hacías!

I esas fucsias

que eran mías,

¡todo está!

El rosal que hoi tú despojas

ya no da sus gracias

rojas,

ya no da. I la

oscura madreselva

ya no espera que yo vuelva por

allá!

El nogal junto a la

El sendero que se

aleja...

— «Vamos Luego

reja...

ya?»

arriba, entre gorjeos,

inauditos cuchicheos:

— «Bésala!

>>


»

NUNCA YA

Esa

risa,

alborozo,

t^sc^

esa charla junto

<}5

« ¿

pozo:

al

Qu

i

ércs ? »

«1 ^)ah

!

¡Esa charla tan sin (iiarla

no podremos reanudarla

nunca ya!

— «Cuenta

— «¡Qué

un cuento!»

capricho

más

— «Allá

va!»

jAun recuerdo

la

estupenda

májica,

de

Flor del Liloldl

I

tu

flor, la

perverso!»

leyenda

bella, la

— «Dime

favorita,

la fragante, la esquisita

resedá, sola acaso, acaso mustia i

abatida por la angustia

¿qué dirá?

Yo

era bueno.

;Ouién

al

Tu

eras niña.

alto de la viña

subirá

como entonces nos subimos a jugar

con los racimos? ¿Quién

lo

hará?

un

vers()!«


VÍCTOR DOMINGO SILVA

96

Las I

palomas

siempre

en

fiesta.

aquel gallo de alta cresta

¿dónde está?

¿No conversa ya

contigo,

no pregunta por su amigo Monsieur

me

Ojalá

de aquel

K...?

hables de todo:

sol,

de aquel recodo

que iba

allá;

de tus aves, de tus i

flores...

ojalá escribiendo llores, ojalá!

I i

tu carta cuando llegue

a mis ojos se despliegue,

me que

la.

dirá

novia de otros días

eres tú que

me

— «Ven

decías:

acá!

«Ven acá, mi amor

En mi amor

la

siempre

te espera.

primavera está...»

¿Dónde está que no me invita? ¿Que será de mi aldeanita, que será?


NUNCA

YA

Nunca ya mi amor del

97

^c

olvide

perfume que despide

tu recuerdo: resedĂĄ... I

en los ĂŠxtasis supremos

nunca ya nos separemos, nunca

#

3'a!

fcdfe



Perfil

Faltabas tú en mi vida, tú con todo lo i

i

que fluye de

ti.

con tu idealidad.

Tú, con tu gracia

con tu modo

tu fina espresión de aristocracia.

Tú con

el

ritmo de tu sangre ardiente,

con tus estraños ímpetus nerviosos,

con tu voz cariciosa i

i

confidente

tus inmensos ojos dolorosos.

Tú con

la sed

abandonarte con

el

al

de amar que

te

hace inerme

labio que te espera;

celoso afán que en tu

alma duerme.,

pero que tiene un despertar de

fiera.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

TOO

divina

i

humana: femenina!

Tú, fuerte a un mismo tiempo

con algo, en i

el

i

delicada;

zarpazo, de felina

algo de anjelical en la mirada.

Tú, indefinible,

rara,

i

Capaz de

impura

i

superior!

i

virtuosa a la vez, fácil

i

muriendo de miedo

Así te presentí,

rayo de luz de dulce

i

consolatriz

soñadora

i

sensual

i

así

i

sol

ser

i

sensitiva,

i

esquiva,

i

de ternura...

has venido,

luz de luna,

como

el

olvido,

como ninguna.

Gracias te da mi corazón.

fuiste

alondra matinal, a cuyo acento

huyó

el

espectro de la noche triste

en que iba a sucumbir mi pensamiento,

¡Gracias

Yo te

el

por tu milagro. Encantadora!

estraño,

el

nostáljico, el sombrío,

he de amar mientras sepas, como ahora,

matar a besos mi incurable

hastío,


PERFIL

¡Huyeron ya

¡Huyó

la

los

lOI

tenebrosos ceños!

mueca torva

i

recojida!

¿Quién como tú para encender mis sueños? ¿Guión como tú para

^

ale^e^rar

^

mi vida?



Callas de

Allá...

Cuando en que

hai

más

ruido, en las horas

hier\'c la ciudad,

dejo las calles sonoras i

busco

la

la soledad;

soledad de mi cuarto

de hotel anónimo, en donde,

como en

la grieta el lagarto,,

mi eterno hastío

se esconde.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

104

nostáljico

I allí,

i

mudo,

evo "ando tiempos viejos envío un vago saludo a las cosas que están lejos.

Queridas cosas ausentes por las que

mis solas peno,

a-

cosas tiernas

i

dolientes

que me incitan a

Lo que un pues por i

ahora

exhumando

bueno!

día adoré tanto

ello

voi,

ser

he padecido,

deshecho en llanto, del olvido.

Pienso en la enferma querida

que i

me

dio «su último beso»,

que hoi

se

pasa la vida

soñando con mi regreso.

Pienso,

cómo la

i

sin causa

alegrará

el

me

aflijo,

hogar

media-lengua de un hijo

que ya

me

sabe nombrar...


CAIMAS

Pi lu'bo

no sé

si

Di:

ALLÁ...

ansiedades bien crueles;

rio o

si lloro,

hasta que hallo unos papeles

son mi único tesoro,

(jue

trémulo, enloquecido,

i,

contra la faz los estrecho

pues

que

me hablan

ellos la

de un nido

desgracia ha deshecho;

de unas tranquilas veladas, de un noviazgo, de una cuna i

unas charlas enredadas

a los rayos de la luna;

del infinito desvelo

de un

idilio

vagabundo

que tuvo mucho del i

mui poco de

este

cielo

mundo;

de todo un dulce poema de amor

i

melancolía

que aun no he

no

escrito,

lo dio la fantasía...

i

cuyo tema

IO5


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

I06

II

estamos en Primavera...

<(Ya ¡Si

vieras que lindo

está!—

me

dice la

¡Si

tú estuvieras acá!

compañera

«El huerto

ya ha

florecido...

Son de

sol

Bebé

ha puesto un

se

todos los

días...

perdido...

Si lo vieras, te reirías.

«Yo engordo. También

el

niño.

.

me ve llorar, se asombra. Aún te tiene algún cariño, pues a menudo te nombra. Si

«Ayer estuvo con ñebre por mojarse.. Fué un capricho. I

aun quiere que

¡Si es

«Si i

le

celebre...

un hombre! ¿No

todo lo echa a

te

la risa

hace cada travesura...

Ayer, de vuelta de misa, se

puso a imitar

al

he dicho?

cura.


CARTAS DE

regañó

v^Lc

poro i.

lo

i\'

lo lino;

halló encantador

¡(jué (luicres!

que va

ALLÁ...

me

iniajino

a salir orador...

«Es un hurguete tremendo.

Es un que

terrible

se entretiene

todo

lo

que

«Como i

tirano

es

rompiendo mano.

pilla a

tan voluntarioso

se ería a su placer,

no da punto de reposo... A. veces no sé qué hacer.

«A menudo me rechaza las

sopas «porque están

frias»,

pero hoi cedió a la amenaza

de que tú no volverías.

«Pero no es malo, no creas. Llora, i

si

me

ve sufrir

tiene tales ideas

que me tengo

cj^ue

reir.

1

07


VÍCTOR DOMINGO SILVA

Io8

«En una revista un día se i

encontró con tu retrato, ¡vieras

que

Hubo en

algarabía!...

casa para rato.

«Te reconoció e iba

momento,

al

de aquí para

allá,

vuelto loco de contento gritando: «Papá... Papá!...»

«Corrió i

i

jugó hasta que quiso

con su eterno tupé

me preguntó

de improviso:

«¿Dónde está? ¿Por qué

se fué?...>>

III

almas piadosas

Vosotras,

que sabéis

del

decid, decid,

si

mal ajeno, estas cosas

no son para hacerse bueno.

Si todas estas

que de tan

ternuras

lejos recibo

no han de aplacar

las torturas

en que agonizando

vivo...


CARTAS DE

ALLÁ...

\"

Casita

lugarcjo

dv\

incrustado en

montaña,

la

no sabéis cómo ostoi viejo vi\ir en tierra c^traña.

(]c

Brisas, ponedla contenta.

Rayo de

sol claro

haced que

cómo

le

i

tibio,

enferma sienta

la

dais

el

alivio...

Dadle, árboles, vuestra sombra;

vuestra agua, límpido arroyo; césped, dadle vuestra alfombra; dadle, bestias, vuestro apoyo.

Viejos naranjos nevados,

habladle con vuestras flores

de los tiempos no olvidados de los primeros amores.

I

de ese pobre pequeño

que ya velad

el

se está

haciendo un hombre,

candido sueño

repitiéndole

mi nombre...

1

og


VÍCTOR DOMINGO SILVA

lió

Yo

aquí suspiro, entre tanto,

con mis penas, que son hartas, i

el

voi regando con llanto

tesoro de sus cartas.

Dulces mensajes lejanos

que alegran mi vida yerma i

i

algo traen de las del

manos

alma de mi enferma.

Signos que sólo alegría i

amor me guardan impresos

i

yo enciendo noche

con

el

i

día

calor de mis besos...

^


Tragante Vuelvo del campo. Bajo el

sombras

tren avanza lanzado a escape,

entre i

las

el

el

zumbido locuaz

del viento

traqueteo de los herrajes.

En un

desfile

de pesadilla

trotan los árboles,

pasan

los ranchos, las piedras, jira

todo

En

lo

más

el

alto, la

paisaje.

luna nueva

bruñe su i

las estrellas

alfanje,

son niñas jóvenes

que van a un

baile...


VÍCTOR DOMINGO SILVA

112

La noche I al

(fuer me.

La noche duerme..

tren que avanza lanzado a escape,

ladran los perros de los cortijos,

graznan

sapos de los estanques.

los

Voi hacia

el

Puerto. Por una noche

dejaré

de las campiñas

que

es

el

aire

alegre

el sol

i

como un

padre.

Por una noche dejaré

el

ruido

de los boscajes, dejaré

el

polvo de los caminos, la

risa

amable

de las muchachas que encuentro los

viejos bueyes

i

los trigales

que en ratos de ocio bosquejo a

lápiz.

Por una noche cambiaré de

mis

el

curso

errantes

divagaciones... Cambiaré el sueño

por los insomnios espeluznantes;

mis caminatas

i

mis paseos

hacia los valles o las colinas, el loco júbilo

de los insectos el libre

i

de las aves,

vuelo de mis quimeras

al

paso,


113

jrAc.ami:

el

i

\

por

eco alegre de mis cantares la

rabiosA chachara imbécil

que conjestiona plazas

calles...

i

El tren avanza bajo

noche

la

lanzado a escape.

Los pasajeros duermen o

leen...

Rostros vulgares

de campesinos

funcionarios

i

o comerciantes,

¿que es

lo

que alienta tras de esos ojos?

¿qué es lo que sueñan? ¿qué es lo que saben,

que

así sus

formas de paquidermos

echan encima de

los sofaes?

El tren avanza bajo la noche... Se pasa un túnel. Ensarta

el aire,

brusco silbido. Se para un punto, se i

ordena

nuevamente bajo

el

De

<<avance»,

las

sombras

tren avanza, lanzado a escape!

pronto,

un

vuelco. Brinca

Se desestiban los equipajes.

Todos

los ojos dicen

que llega

el fin del viaje.

un

pitazo.


—— VFCTOR DO.MIXíxO SILVA

TI 1

Cansado

i

torpe, siempre miedoso

aquel instante,

de

subo

el

endeble postigo,

por los I i

un viento

miro

i

cristales.

me da en

fresco

el

rostro,

a mis oídos llega el jadeante

rumor de penas con que en muere

el

la

playa

oleaje.

¡El Puerto! El Puerto! Sobre las olas

sueñan barcas,

toda

la

goletas flota

i

las naves:

pailebotes,

del cabotaje.

I al frente, al frente,

civilizada

sobre la costa

pero salvaje,

con su estupendo millar millar

de

ardientes

ojos

de luces, fatales,

formidable visión feérica

la

del

I

Puerto augusto

i

abominable.

entonces, harto de sus miserias,

desengañado de sus mirajes, bajo

la

noche

del tren que

i

entre

el

tumulto

avanza lanzado a escape,


!

TrAgami:

V

1

echo mis ojos sobre su (>spcctro c^on ol cioliont(' \'alor (U^ i

cicM'ro el

puño para

^jTr ága me

!

'Irá i;a

*

\in

mártir

decirle:

me

í



Balada

del VIolín

Aquel mozo enfermo tocaba

el

flaco

i

violín al sol

por un sorbo de alcohol o

un puñado de tabaco. buen

I

dar!

cuando tocaba

algún rondel español o alguna sonata eslava...

Aquel mozo enfermo salía i

a buscar

el

i

sol

a llenar su viejo saco

por un sorbo de alcohol o

flaco

un puñado de tabaco.

,


VÍCTOR DOMINGO

Il8

Salía a

matar

cuando tocaba

.^u

el

SILVIA

esplín

violín,

cuando como un caracol salía

el

buscar

el sol...

Aquel mozo enfermo

murió tocando

el

i

flaco

violín.

¿Qué queréis? Halló su

fin

en un sorbo de alcohol i

un puñado de tabaco.

Le hallaron tendido i

abrazado

a

su

al sol

violín...

D


Ten^Q para una Poesía Yo que

siento el encanto de las cosas no escritas,

voi a apuntar

un tema

piira

un poema raro

que no escribiré nunca:

Dos muchachas bonitas se

van una mañana de

cielo limpio

claro

i

por un camino inmenso. (La Reina Primavera llegó del bosque, i

ríe

en

el

todo con su gracia

lo

cubre

risueño verdor de la pradera

seguido de su paje que es un poeta: Octubre.)

...Aquella brilla al sol i

olean bajo

mañana como nácar un viento

la

montaña lejana

lírico,

las

campiñas


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

I20

húmedas de vagan por asidas,

rocío

i

hartas de luz.

—Las

inmenso camino: con

el

niñas

manos

las

a manera de ensueños sobrehumanos

pasan sonriendo... La ancha pradera a su paso con

se

colora

una decoración de aurora.

Se diría que todo

la tierra,

cielo,

el

el

mar,

en estática actitud de adorar

se inclinan la claridad

amable de su mirar, su paso

que

un vuelo de hadas sobre un césped de

es casi

Las besa

viento, henchido de silvestre fragancia;

el

con su rumor

Vencida por

como una En

dan

los árboles les

la gloria

la

bienvenida.

de su divina infancia

bestia humilde se les tiende la vida.

su propia inocencia, que a

un tiempo

es fuerza

i

hai no sé qué sereno pudor de aristocracia.

Hermanas por

el

por

Flotan iguales

la belleza.

cuerpo

i

el

alma, son jemelas

que detras de sus pasos, en

va dejando

las estelas el

aire celeste,

suave tremolar de su veste.

el

Verlas es detenerse para evocar visiones vernales,

más

aurórales,

dulces,

más

en que vieron es rubia

raso.

la

i

los

dones

graciosos cayeron en la cuna

vida las dos: sólo que una

como un

tiene el pelo

matutinas:

ánjel;

i

la otra,

los ojos del color

morena, de

la

pena.

gracia,


TEMA PARA UNA POESÍA Sonríen,

i

la

vida

Guardan intacto

Son puras.

virjen ]-udor de las alturas

el

donde vienen. Miran, con ojos absorbidos,

ñe a

les sonríe.

121

su redor

escuchan con éxtasis

i

los ruidos

de la naturaleza: la fuente que borbota

>u canción, o el alegre gorrión que da su nota.

Ni aman, ni piensan, ni hablan. Su espíritu sedeño sale

como

del

vago crepúsculo de un

Pero, de pronto, cruza por al

el

trote de su potro magnífico,

juvenil,

mismo sendero un guerrero

un hermoso paladín, un muchacho

de espada al cinto, de alta cimera al

viento.

sólo

un instante

tan joven

de

i

sol,

de penacho

i

Es un gallardo doncel. Las mira, duda

i

luego,

i

Nunca

¿Quién es?

piafa

sueño...

galante, las saluda.

fijaron las

hermanas en otro

tan bello, sus pupilas... El potro

relincha.

cubre

el

En

nubes,

el

polvo, orificado

camino por donde ya ha pasado

aquel desconocido, de tan jentil figura

aun bajo

el

siniestro fragor de su

Las hermanas

se

ya no palpita en

miran a

armadura.

los ojos.

ellos la luz

Ahora

encantadora

de antes, esa radiosa diafanidad que hacía palidecer ante ellos

el

resplandor del día.

Sin hablar, sin decirse siquiera adiós, sin nada


VÍCTOR UOMINGO SILVA

122

que

las retenga,

suéltanse las manos.

Con mirada

de hostilidad se observan, con algo de felino

que no tenían

mas i

Es inmenso

el

camino;

hace estrecho... .Quieren hablarse:

se les

torpe

antes...

el labio,

sienten que se les sube un

mudo

nudo

a la garganta... I luego,

sepáranse

i

como

el

se alejan las dos,

mentir

les pesa,

campo

atraviesa...


Los Aventureros

ÂŤTaberna de

Eramos

tres

i

la EstrellaÂť

estĂĄbamos borrachos

en

el

fondo de aquella

taberna: tres

muchachos

taciturnos, de espesa

barba

gris,

rebeldes...

mostachos

i

En

traviesa

cabalgata de espuma galopaba, chirriando, la cerveza, i

en

las

muecas

del

humo,

la tristeza

pintaba cuadros de color de bruma.

.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

124

II

Uno

dijo:

— He

rodado

tierras desconocidas;

mi ruda planta ha hollado pantanos homicidas, selvas profundas, ásperas laderas, i

cumbres eminentes.

Cuerpo a cuerpo he luchado con i

atravesado ríos

i

las fieras

torrentes.

He sido aventurero. Ansia de conocer me echó al azar. Hoi cazador, mañana bandolero, nada

hai, sobre la tierra o sobre el

mar,

que mi ojo escrutador no haya medido, ni

mi mano robusta

Pero, al

fin,

pulseado...

¿qué queréis? estoi vencido..,

III

Viéndole melancólico el

otro habló:

Ella ha sido

— ¡La

i

callado,

ciencia!

mi amor, por

a rodar a los vientos

He lanzado mi mente de

mi

ella

he echado

existencia.

a los arcanos

la tierra

i

del cielo,


AVENTUREROS

I.ÜS

i

hasta

lia

habido un momento

desganaron que separa

muerte de

la

I25

cmi (juc

mis manos

velo

el

vida

la

humanos.

a los ojos

Hasta ha habido un momento en que, tendida

mirada hacia

la

ámbito

el

infinito,

percibí el polvo de oro de las huellas del

mismo

Dios,

en que

i

por encima de todas Ah,

las estrellas...

pero no hai

como Parodia

oyó mi grito

se

el

tormento

del pensamiento!

de Luzbel caído,

triste

ruedo ahora sin brío

i

¡También

sin aliento...

un

soi

vencido!...

IV

I yo:

— No

he aventurado

no he sido peregrino

ni allá ni acá:

ni pensador, ni nada. Si, he rodado...

pero

como

Menos

la

feliz

piedra de un molino.

que ustedes, en mi vida

no hai nada de fantástico o de estraño;

mas no deja también de

estar

perdida por

engaño,

inútil

para

la el

envidia

i

el

bien, mustia

i

perdida,

raída.,,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

120

Sin echarme i

luchó con

al azar,

pagué mi soñar, con

el

fieras,

hastío.

Huérfano de quimeras, no hallo en mi rededor más que

el

vacío,

¡vencido estoi también!

V Era un fracaso total.

Míseros reyes sin corona,

miramos I

llevamos a

la

al

acaso.

con mano temblona

boca nuestro vaso.


H

i^^^H

as tristezas de John

Sola

i

sin luz la bodega!

Viejo dolor redivivo a saetearme el espíritu llega

mientras escribo.

La

cabellera se aliña

de hebra odorífera i

me pregunta

i

flava,

«qué quiero»

la

niña

escandinava.

Hai un estraño capricho en sus ojazos perversos... Niña! Te ríes? Acaso te han dicho

que yo hago versos?

i


VÍCTOR DOMINGO

128

O

ya sabrás que

S1LV,\

envidio

te

porque has llegado de Europa... Niña!

No

me mata

ves que

Dame una

el

fastidio?

copa!

II

La draga en

Mira!

muelle

el

bufa, jadea, crepita...

Da un

formidable soplido de se

para

i

grita.

Mientras revuélvese

que

la

fuelle,

el

barro

ancha válvula chupa,

cimbra, no

lejos,

su casco bizarro

una chalupa.

Humo

i

más humo,

sube en un tráfago I el

del caño

incierto...

fogonero, tiznado

i

huraño,

quédase inmóvil mirando hacia

el

puerto!

III

Brumas de un van sobre

el

tinte violado

agua quieta

como brochazos que hubieran de la paleta.

saltado


LAS TRISTEZAS DE JOHN

Hai I,

f^^ritos

desde

el

trémulos...

I29

«Iza!»

dique, la fragua

hace eorrer una

rampa cobriza

por sobre

el

agua.

Para engañar un ayuno que

ni

en

la luz se disipa,

entre unos seis atorrantes, alguno

fuma su

pipa.

Mientras un viejo de barba blanca, en confuso patuá,

sus i

más añejos recuerdos escarba

cuenta historias de cosas de

«allá!»

IV Pálidas nubes errátiles

baten pañuelos de niebla, i

una caterva de hambrientos

volátiles

los aires puebla.

Tardo pelícano pasa

rumbo I

hacia afuera, sin rumbo...

entre los bloques de hidráulica

revienta un tumbo. 5

masa


VÍCIOR DOMINGO SILVA

13o

Roto

pesado aparejo,

el

derrochando humaredas;

i

pasa, risible por

un

fósil,

viejo

vapor de ruedas...

V Suéñase acá un ballenero entre los lances pasados, allá

i

espejean los flancos de acero de los blindados

Una bandera hace en

i

I

el aire

saluda

una

Z...

hiere el aire la lírica

aguda

de una corneta.

Borran undívagas manchas la soñolienta bahía...

Fijas las boyas... Vacías las lanchas.

Floja la espía!

Cruje la I

el

pescante en que cuelga

perezosa falúa...

como en

yergue

i

trájico jesto de huelga

empuña

su brazo la grúa!


JOHN

LAS TRISTEZAS DI

Fuma

gran chimenea

la

de un trasatlánticu...

— Niña!

131

No

Europa!)

(a

me

ves que

falla la idea?

Llena otra copa!

Futre

los

átomos de humo

que hacen piruetas de diablo,

cuando ya

el

último sorbo consumo

ni sé lo

Porque

estoi solo

que hablo.

i

mui

triste,

porque no tengo querida, quiero escuchar de tus labios un chiste

de esos que ponen alegre

la vida!

VII Qué? ¿Qué por qué no me alegro? ¡Si la

tristeza

me nimba!

Pásame, niña, mi lápiz más negro i

Porque con

mi cachimba...

estoi triste

enfermo

de Europa...

las nostaljias

Niña! ¿No ves que Sirve

i

me aburro

otra copa!

i

me duermo?


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

\1,2

Ya

una brizna

cojeras

de estas tristezas de abajo...

¡Burdo es i

agrio es

que

el dril

la fábrica tizna,

pan que devora

el

el

trabajo!

VIII Niña!

porque

No

sufras ni llores

no me

reir

¡A nadie culpo,

hiciste...

no a mis dolores,

si

de estar tan

Pásame, i

—pues

la tristeza

triste!

no me alegro

me nimba,

pásame, niña, mi lápiz más negro i

mi cachimba!

(La cabellera se aliña

de hebra odorífera i

melancólica

ríe la

flava,

i

niña

escandinava.

Entra, a la oscura bodega, viejo dolor redivivo; i

a saetearme

el espíritu,

llega,

mientras escribo.)


jisto en

el

Cenienrerío de los Nino^

Cristo el

el

Divino ^\1ga.bundo

milagroso Redentor

se despedía

Iba a

los

ya del mundo.

Reinos del Señor

cuando de pronto en su camino dio con

un grupo femenino

deshecho en muestras de dolor.

Todo aquel haz de caras de llanto le

-

pareció un

i

caras mustias,

emoción

montón de angustias

sobre una gran desolación.

Todas lloraban por un niño en quien pusieron

el

cariño

de su doliente corazón.


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

134

Iban en marcha

camposanto

al

pequeñuelo a sepultar.

el

El, fué la gloria

entre

no ve ni

el

quebranto

hastío de su hogar,

el

ahora,

i

i

—masa

inerte

fría,

i

la clara luz del día

oye

materno

el

sollozar.

Cristo siguió tras

cortejo

el

a impulsos de ávida piedad.

Ensombrecido i

que el

al

eterna

la

el

Pensó que liai

frío

el

como

la estrella

i

i

la tierra

orfandad.

la

niño es la simiente

el

el

porvenir

fondo de su mente

en

él

cruda guerra

que cuidar, que

brilla

por

i

mueven en

niño

hambre,

que

entrecejo

alma de ansiedad,

llena el

pensó en

el

en

el zafir:

existe cuanto existe

nunca

el

mundo

más

está

triste

que cuando un niño va a morir.

Vio luego abrirse en donde todo tiene

la

ancha huesa

fin,


CKiSrO

IvN

vio en

EL CEMENTERIO UK

el

\X)S

NIÑOS

cadáver hacer presa

al gusanillo

torvo

ruin;

i

pero no vio en las tumbas solas

siemprevivas

ni i,

ni

amapolas

a su pesar, pensó en Caín...

entonces Cristo, dolorido

I

de ese abandono, hizo nacer en medio del olvido

flores

que hozó

las

tumbas hasta

¡I

no ha de ser su

si

las dejó el calor

ayer.

brillo eterno

materno

del corazón de la mujer! I

de

prometió que nunca habría regresa.r,

sin

que también

tuviesen ellos su alegría...

!Nada

desden

les llega del

de los humanos, porque ahora dulce aurora

es

para

la

Nochebuena de Belén!

ellos

¡Madres que nutren con sus pechos,

que dan su sangre

i

su virtud

a tantos niños contrahechos, a tantos hijos sin salud!

Madres que sufren

la tortura

de amamantar su criatura para

el

horror del ataúd!

T35


VÍCTOR DOMINGO SILVA

136

Por vuestra

fé subió al Calvario,

por vuestro amor murió Jesús.

Su cruz de inmenso visionario ha precedido a vuestra cruz,

cuando

que os brinda

la luz

es superior a

Cristo el

vuestro hijo

lloráis a

el

toda

luz.

Divino Vagabundo,

milagroso Redentor,

todos los años viene I

se

el crucifijo

El, el

Maestro

los niños

los predilectos

No

mundo...

del dolor,

vá a un rincón

porque

al

del

camposanto

son su encanto,

de su amor.

padezcáis por los

pequeños

a quienes disteis vuestro adiós.

Nunca

se turben vuestros sueños,

porque hai quien de

ellos

marcha en

¡No duermen faltos de cariño,

porque en sus tumbas, hecho niño, juega con ellos

el

buen Dios!

pos.


Tonv

está triste

Tonv Tony, El,

está enfeniio

el

i

Tony

eterno imbécil, no es

que con uniformes

de pie sobre

Tony

triste.

la pista

ridí(

i

la

triste!

\'egua está.

Su gran corbata blanca al sol.

Sus enguantadas manos golpean sobre

el

que

brilla

anca

con toques de charol.

Pobre Ton}'! ¡Quién sabe de donde

Honda Honda

tristeza viva,

Humor

de malos días, pero tristeza,

tristeza viva

triste

imbécil ya.

parece un floripondio medio marchito

del animal,

i

ulos se viste,

junto a

está enfermo

el

está enfermo

no modorra ni

es su tristeza! esplín.

que aturde su cabeza... al fin!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

138

II

Tony

está

Tony no

enfermo

tiene,

el

i

se despierta

los terciopelos, los brillos

qué?

Tony

i

el

chiste.

el

el cordel.

está enfermo

enfermedad también.

pobre, de todos sus bríos se reviste

ensaya unas cabriolas que no

En vano

la

le salen

bien.

charanga chirría sus trompetas;

en vano se desgonzan los brazos de

la claq.

Estúpidas resultan sus clásicas piruetas,

no tiene ya facundia su enmohecido

frac.

III

¡Pobre Tony! Es seg*uro que Nerón-empresario le

.

los talcos

Tony

está triste.

tristeza es filósofa, la

Tony, i

reir.

se clavan en él.

de alguna equilibrista que baila en

La

triste

los elegantes palcos

donde haí muchos jemelos que

¿I

i

tiene rabiosos deseos de dormir.

Mira con ojo idiota

Mira

está enfermo

pobre, ganas de hacer

Entre sus labios mudos no

Tony

Tony

triste.

ajustará las cuentas

i

le

despedirá.

¡Bien! que le dejen sólo su traje estrafalario..,

¡Todas esas miserias nada

le

importan ya!

i

triste...


TONY ESrA TRISTE Pone en su boca un

rictus

Hace ya mucho tiempo Jn perro que tenía se

una muchacha buena

A

i

arruga

(^uc le

le

agarró

139

entrecejo.

el

el dolor!

nuirió de viejo

se Je

murió de amor.

su desconocida tristeza se abandona.

;Vejez de perro!>^ piensa. as ajiles

Todo

elásticas piernas de la

i

causa horror:

le

amazona

descomunales bíceps del luchador.

los

De

pronto, al ver

el

torpe saludo de un payaso

[we con su cucurucho repite: una, dos, tres,

•ecuerda que es su oficio tontear... Intenta un paso, 3ero se vuelve al punto. ¡Que le celebren pues!

IV

I

desde su ancha boca pintarrajeada

inverosímil crencha de su tupé,

lasta la

Dasa

hosca

i

una mueca horrible que

salta

i

que

se enrosca,

.m jesto de fatiga, de rabia, o no sé qué.

Jamás, en noche alguna, brotó de su inventiva un guiño

más

fantástico ni

El público que i

estalla

en

el

más

orijinal.

paga rompe su espectativa

delirio

de un hurra colosal.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

140

I el

pobre Tony

(el

pobre, enfermo, viejo

con su corbata lánguida

i

i

triste!)

su chistera atroz,

de pie bajo un trapecio, como un peñón, resiste la

tempestad de aplausos, salvaje,

Entre

los

palmoteos chirría

Se anuncia a I i

la

amazona que en

Tony se enjuga los piensa como en sueños: qué?

la

cruel, feroz..

charanga. triunfo va a salir.

ojos con la

manga,

Dormir... dormir... dormir


— —

im

Música en

la

plaza

I

¿Habéis visto nada más triste?

La Plaza los i

es

jazmines

las rosas se

una inmensa desolación: se

amustian— cenobitas

mueren de

cstáticos-

dolor.

El encanto de las mujeres delicada? sonrisas de se

primavera

ha ausentado de

miran

a sus

i

miradas de

los jardines: las

sol

mujeres

hermanas con horror.

Para nadie, sino para algunos señores que en los escaños hacen la dijestión, o para algunos obreros taciturnos


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

142

que presiden

para nadie brillan aquí ni la

de un cachorrillo o dos,

los juegos

las estrellas

luna con su luz romántica habla del buen Dios.

En

de la Plaza

la soledad

huérfana del primor de

las

beldades

—juventud,

gracia,

opulencia,

todo lo que es aristocrático blasón la

música de

vibra

las retretas

como un

militares

sollozo desgarrador...

¡Notas

i

acordes trémulos;

gritos de piedad o rebelión;

quejas nacidas de una nostaljia indecible o de

un comprendido amor; voces innumerables

que

se

anudan en una

murmullo potente

sola voz;

tumultuoso

i

de los instrumentos en conjunción; repiques líricos en

el

rujidos de bronce en

címbalo el

trombón,

tímidos llamamientos del oboe

impacientes redobles del tambor!... II

— Niño —

le dije al

pequeño músico—

¿no te da pena fatigar

el

pulmón

tocando para que nadie escuche


MUSICA

^

LA PLAZA

líN

43

siquiera de favor?

llevando a

I él

nrano ron

la

un

una

i

la chorra

jesto de héroe o de lord,

—Tengo una madre

anciana

n(n'ia por (}uien deliro

que suena mejor

— respondió.

cuando

estoi

la jente

instrumento

el

cuando más es

cjuiere

mi corazón!

sino para I sé

me

(}ue

¡Yo no toco para

i

1

más

triste estoi

cuando

triste,

sufro,

cuando toco mejor, porque no es

el

instrumento

llora,

¡Qué no I

me

1

las

(jue

canta

o se queja... sino yó!

oyen!... I la

las flores

el

luna que sonríe en lo alto?

que me acarician con su

cuando

olor?...

soplo, llenas

pupilas de lágrimas

el

i

alma de

ilusión,

me

están recordando,

cómo no enternecerme cuando

sé quienes son!...

cómo

olvidar a aquéllas que

III

Artistas!

Aprended i

La soledad no

del

pequeño músico

tened resignación. existe: sólo aquéllos

que no aman,

aquéllos que padecen del incurable horror


VÍCTOR DOMINGO SILVA

144

del hastío de todo,

pueden decir que mueren de desesperación. Si

en

la

música de

un clamor,

se deja oir

es

las retretas militares

porque existe una alma que

una complicidad es porque, por

o

busca en otras almas

una bendición;

encima

del

tiempo

i

la distancia,

va desde un corazón a otro corazón, entre

un temblor

celeste de

¡un mensaje

^

alas anjelicales,

de amor!...

^


La luz

leja Reí

Cuando ha caído sobre i

la

la

noche

dormida

ciudad

sólo el ruido de

un coche

hace un último derroche de actividad

cuando

el

i

de vida;

mar ronca

o bosteza

con soñolienta modorra i

la i

confunden su

nube que la estrella

se

que

tristeza

espereza se borra;


VÍCTOR DOMINGO SILVA

1^6

I

cuando suena del

el

tras de la neblina

toc-toc taciturno

vendedor que camina

o del guardián que en la esquina

hace

servicio de turno;

el

cuando en

más

vieja

canta las doce

el reloj i

la torre

pasan por

la calleja

algún ebrio que se queja o algún

enfermo que

tose;

Salgo a la abierta ventana i

en

los rincones

veo, pálida

más

turbios

lejana,

i

una luz que

desgrana

se

por la paz de los suburbios.

La

veo, clara

que alarga en i

palidece

i

la

i

tranquila,

sombra un trazo

vacila,

no a modo de una pupila sino a

¿I

Yo

modo

qué

de un brochazo.

es esa luz lejana?

lo ignoro,.,

yo

lo ignoro,..


LA LUZ LEJANA

Poro

olla

ardo on

vontana

la

\

en

i

la

nocho

desgrana

se

(^omo nna ointa de oro.

I

me

algo estraño

sujiere.

Tristeza? Melancolía?...

¡Nadie sabe lo qno (juioro osa luz que no so i

muero

está en eterna agonía!

Esa luz que

así

vislumbra

del arrabal soñoliento

sobre la muerta penumbra,

no puedo saber taller,

si

alumbra

tugurio o convento....

II

Acaso

es la

compañera

que, sin pesar ni reproche,

sobre la gran mesa espera

que

la

joven costurera

termine su obra esa noche.

Lámpara de tonos de pie en

la

rojos,

gran mesa, acaso

I47


VÍCTOR DOMINGO SILVA

148

da

sonrojos

artificiales

a la que clava sus ojos

en

las labores

de raso.

Entre los dedos la

pobre en silencio cose,

plega, hilvana I

i

encarruja...

una sonrisa dibuja

porque

Un I

aguja,

la

grito.

i

no

tore!

¿Qué? Se ha pinchado!

opulentos ruedos

los

que

es tan tarde

ella

temió haber manchado,

con su rico encarrujado

hacen fru-fru entre sus dedos.

(¡No te afanes, costurera!

Hace mal i

la

'que se afana

sufre de esa manera:

otra mujer hechicera lucirá el traje mañana!)

III ¿I

qué

es esa luz lejana?

Quizás, con la madre, espera fijo el

ojo en la ventana,


LA LUZ LEJANA

a algún hijo

1

tarambana

noche duerme afuera...

(]nc esa

¡Cuánto tarda! Cuánto tarda! Tic-tac...

Las

Tic-tar...

tic-tac.

i

ni

cl

ni el

frío

Tu

Pero cguarc'a,

Tú no Pobre

cosas...

ignoras cosas

más

te

ha robado hasta

el

miserable,

— ¿Por

el

beso

te

han robado su

que

Un i

el

las llaves

se

aparta

estarás harta:

copa,

lo

graves:

pobre niño?

la

Tú no

vieja!

— preguntas —

Ya mui pronto el

sabes

te deja...

i

qué

de mi lado

esfera.

la desespera.

(Pobre madre!

muchas

la

acobarda

la

tiempo

en

tres

i

la carta

cariño!

sabes, pobre vieja,

es

ahora

el

muchacho...

borracho es su pareja

borracho

le

aconseja

que siga siendo borracho.

49


J

VÍCTOR DOMINGO SILVA

50

No

madre, no esperes.

sufras,

Cierra, cierra la ventana...

¡En brazos de otras mujeres, esc hijo que tanto quieres

no volverá hasta mañana!)

IV

Aquella luz mortecina

que

se

asoma

¡quién sabe

a la ventana,

en

si

la cortina

de una alcoba femenina su lluvia de oro desgrana!

¡Quién sabe

si

adolescente

niña en su libro se arroba, i

es su única confidente

esa luz auriluciente

que

se

desmaya en

Sonríe acaso a

la alcoba!

un ensueño

que por su espíritu pasa.

Enarca i

el

labio risueño

arde su cutis sedeño

con

la fiebre

que

la abrasa.


LA LUZ LKJANA

La

luz desde

el

velador

envuelve en vivos destellos aquel cuadro encantador...

¿Dónde estará quv

la

bese en los cabellos?

Deja del i

se

trovador

el

el

libro.

A

los

paisajes

muro, sonriendo queda absorbe en sus mirajes

mientras crujen los encajes

con cuchicheos de

seda...

(No sueñes más, burguesita, con amores medioevales.

Por más que seas bonita, no hai luna para

la cita

ni caballeros feudales...

Duerme,

i

piensa en cosas graves,

en un nido, en un esposo

que i

te

que

engaña

te

i

tú lo sabes,

deja las llaves

porque no

es

nada

celoso.

Sueña con un millonario que use sombrero de copa

I51


VÍCTOR DOMINGO SILVA

i

viva por formulario,

i

que, en caso necesario,

podría llevarte a Europa.

Duerme, duerme! Tu quimera es tan dulce

como vana.

Duerme! La pálida cera que hoi

brilla a tu

cabecera

seguirá ardiendo mañana!)

V ¿Qué inquietudes, qué desvelos preside esa luz lejana?

¿Qué goces, qué desconsuelos?

¿Qué esperanzas

i

qué anhelos

de alguna pobre alma humana?

¿Es un padre que agoniza, o es

un pequeño que nace?

¿Surje

allí el

llanto o la risa?

¿Es sueño que

se realiza

o ilusión que se deshace?

¿Es un obrero encorvado

que lucha con su pobreza? ¿Es un

fraile

atormentado


LUZ LEJANA

L.\

que,

crucifijo abrazado,

al

trémulas plegarias reza?

¿Es un inventor que busca X desconocida?

la

¿O

un pobre que

es

^e

ofusca

empuña con mano brusca

i

el

revólver del suicida?

¿Es un amante que vela los despojos de la

que en su mortaja

amada se hiela?

¿Es un pintor que en su tela

hunde

febril la

mirada?

¿Es un poeta que escribe entre el frenético enjambre

de imájenes que concibe?

¿Es un bohemio que vive de

la gloria

La junto

i

para

un

hambre?

luz lejana, tranquila al

alma que acompaña,

ya no tiembla es

el

ni vacila:

faro que vijila,

no fuego fatuo que engaña.

1

53


VÍCTOR DOMINGO SILVA

154

Desde sus rincones turbios brinda amor, incita

pone paz en i

aunque

es

Duermo se

sueño,

los disturbios

brilla

todo un

al

en

los

suburbios

mundo en pequeño.

ya,

i

la luz

lejana

derrama compasiva

sobre la miseria humana:

humilde

estrella, es

hermana

de las que brillan arriba...

¡Pobre faro que destellas

en

la

sombra, luz lejana!

Tus hermanas saben bien que

las estrellas tú,

como

arderás hasta mañana!

.^

ellas,


:^'

JiMfciV

Por lo5 mares del s ur

Crepúsculo! Alta mar!...

Un me

viento frío

saetea los músculos.

es el

;Oué sueño

que viene, pájaro zahareño,

a aletear

en torno del navio?

El pasado?

Lo

siento en

cada vez mas lejano

i

el

vacío,

más pequeño.

El porvenir? El porvenir no es mío!

Delante de e¿e

sol

en agonía

que en inquietos relámpagos de oro desangra sobre se

mar, mi fantasía

el

echa a volar..

I

entonces rememoro


VÍCTOR DOMINGO SILVA

156

mar que en mi niñez

cosas del

romances de ambición viejas leyendas,

leía:

de osadía,

i

tentador tesoro

para mi eterna sed de poesía!

Oh, huracanes del sur, rachas cortantes

que por

vasto mar desconocido

el

con los primeros navegantes

fuisteis

repitiendo los gritos de su jerga

hecha de interjección Ah,

sois los

mismos,

soplos salinos que

i

de alarido!

mismos de

sois los

al

arquear

arrancabais un hurra áspero

que

elevaba

se

desde

el

como himno

la i

verga

fiero

sólo

fondo de un barco aventurero

hacia la inmensa plenitud del polo..

Ah! los i

sois los

mismos, ábregos

mismos vientos que

ansia en

el

i

notos;

pusisteis brío

corazón de los pilotos,

erguidos en sus

bajeles

frájiles

frente a la inmensidad... ¡Sí,

ante

el

olear

yo sonrío

monótono

i

bravio;

pero vosotros nó, filibusteros, vosotros nó, piratas

que

al

i

corsarios,

hollar inviolados derroteros

antes,


POR LOS MAUKS DEL SUR

por nuevos climas

mar, estrafalarios

irais hijos del

:omo

el

mar,

por nuevas zonas,

i

sentíais los afanes

i

espuma hasta

:on que alzaban la

las lonas,

abrios de libertad, los huracanes!

Oh, ilusión ]ue

tiempo es

el

que nada

tiempo! ¿Quién ha dicho

la del

verdugo de

el

la

vida

resiste a su capricho?

El tiempo es la ilusión desvanecida jue nos hace llorar! Por eso es triste.

Pasa sin movimiento ^ío

En

deja huella.

;ólo es

quietud,

i

sin ruido,

i

realidad no existe:

soledad,

¡Quietud, olvido

i

olvido...

soledad! Es eso

i

o que en este crepúsculo gravita Dor

encima del mar... Nada hai impreso

le la

epopeya audaz que año

le jara el

hombre sobre

el

tras

mar

año

escrita:

lada entre los abruptos farellones, londe hoi sestea le

el

plácido rebaño

pingüinos; ya han muerto Jos alciones

lue podrían hablarnos de esas cosas. El

tiempo, alción incontenible, vuela

ni siquiera

en golfos

solitarjoís

157


VÍCTOR DOMINGO SILVA

158

ni

en

la

oquedad de grutas misteriosas

queda un espumarajo de

la estela

de aquellos barquichuelos temerarios...

El mar, i

la

i

siempre

que viene en

el

mar! La ola que pasa

pos...

sube del fondo de

la

Rumor inmenso

inmensa masa

de las aguas profundas. ¿Es de los dioses del mar?

mas i

siento en

ante

el aire

No

el

canto

en qué pienso;

*

mí desconocido encanto,

poblado de visiones,

sube a mis ojos humedad de llanto i

a mis labios fragmentos de oraciones...

¿A qué tanta inquietud? ¿Qué fuerza estraña

empujaba hacia acá

las escuadrillas

conquistadoras o corsarias? ¿Era grabar los mares la ambición de España

con

el

buril de sus gloriosas quillas?

¡Oh, locura de siglos! Oh, quimera!

Fueron

las

de valor

i

No hubo

de sus hijos maravillas de

fe:

lo

playa, peñón ni torrentera

donde no ondeara Pero i

ai,

lei

hicieron todo.

pabellón del godo.

el

de conquista es

del águila real,

i

ai

lei

de presa:

de su nido,


Por los MARI

ú

el

hambre astuta

Es gran desgracia

os llegan a cercar... ^iie

diga

porque :ontra

vencedor:

el

vencido!

ai del

de conquista es

lei

lei

de audacia:

águila audaz se alzó reacia

el

vagabundos

a caterva de halcones lábiles

venganza aviesa

la

i

sur

di:l

s

en

el

vuelo

en

i

la riña,

demonios venidos de otros mundos, lecjios a cabalgar las tempestades,

pasearon

degüello

el

i

la

rapiña

3or la naciente paz de las ciudades...

Rojos herejes, ávidos de vino, ie

sangre

de mujer, fué su divisa

i

orgullo felipino,

ibatir el

lacer jirones de su

Drofanar /iolar el

manto

rejio,

hogar en son de

el

templo

i

reemplazar

risa,

la

misa

por la brutalidad del sacrilejio!...

Drama de

siglos! Trájica odisea

raguada en ie [

,

íl

mi

raza,

los

comienzos de

la historia

no hai nadie que hoi mar,

oyóla

su teatro fué

el

fulgura en

nimbo de su

el

i

el

la vea...

viento,

gloria

nocturno esplendor del firmamento!

Mudas estrellas

constelaciones,

luminosas

de esta latitud, qué diera

por saludar, pirata

como

ellos,

159


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

IDO

vuestro lejano florecer de rosas!

Qué

diera,

navegando mar afuera,

me envuelve en

por sentir que

toda

la luz

sus destellos

de la celeste esfera!

Oh, mi raza inmortal! ¿No ha de ser fuerte si

se

se nutrió

de sangre,

i

en su cuna

si

detuvo, arrullándola, la muerte?

¡Manes de mis abuelos primitivos, bárbaros sin dominio

i

sin fortuna,

hordas de hombres cobrizos

desnudos,

i

toquis gallardos, ulmenes altivos

de rudas testas

de miembros rudos:

i

vosotros no sabíais,

al

poneros

frente a los aguerridos caballeros

respondiendo con mofa a su amenaza,

que era un signo jenésico

el

que hacía

al

mecerse en

ni

que iba a realizar vuestra enerjía

el

el

aire vuestra

bautismo de sangre de

maza,

la raza!

Vosotros no sabíais que del recio

choque de vuestras armas, nacería la raza

de hoi

que en vuestro

¡oh, idilio portento/so!

sacrificio

de esta jeneracion fuerte que, con

el

estaba i

el

precio

bravia

amplio jesto de un coloso,

abre los brazos

i

se

baña en

día!..


POR LOS MARES DEL SUR

Ah! do do

la

la cordillera al

montaña

al

océano,

mar, siompro

la guerra:

siempre hecha zarpa de águila,

siempre en i

el

pie

mano,

la

las altitudes la pupila

elevando a pedestal

La vela que

la tierra..

a lo lejos se perfila

¿no habla de la codicia del pirata,

ladrón del mar, que sueña en

La

ola,

el

el

malón

Raza! tuyo es Sube,

saqueo?

con su rumor de catarata

¿no nos repite

con que

el

como

el

ah! del chivateo del indio se desata?...

mar, tuyo es

el

monte!

tus padres, a la cumbre;

despliega por los ámbitos la vista; llena con tu silueta i

el

horizonte,

alza los brazos, coronada en lumbre...

Raza!

Tu

porvenir es la conquista!

Crepúsculo! Alta mar!...

l6l



circo pobre

1:1

I

ensueño

bien, tú, caballero del

la

i

angustia,

poeta de los nervios endiablados, que vas

atesorando rimas para tejer con

ellas

guirnaldas de amargura

entra también al

al circo

que

i

de piedad;

murga pregona,

la

pobre circo de arrabal

donde muequea

el

tony bajo

el

fulgor fosfórico

de lámparas de gas,

donde caballos i

éticos parodian gallardías

hace diabluras

Entra también

el

al circo...

juglar.

Deja de

ser ñlósofo

un instante no más, i

ríe

con

los chicos

que dejan ver

la gloria


VÍCTOR DOMINGO SILVA

164

en

los pueriles jestos

Ríe, poeta, ríe

que es

de su cara escolar.

con ese niño grande

pueblo: sus ojos, se encienden

el

al

compás

de la charanga, mientras su alma plebeya estalla

en una carcajada estomacal...

Truenan Es

galerías.

las

la felicidad

que bate a todo son sus cascabeles de plata

de

i

cristal.

El payaso pellizca sus calzones

para mostrar

el sol

que lleva atrás:

su cucurucho inverosímil se esfuerza

mondo de mimo

por pescarse del i

su jeta

chocarrero

como un

tajo sangriento el

le

procaz

i

divide

rostro por mitad.

Tony

está

pensativo

debajo de su su chistera minúscula junto

al

frac:

tupé resbala,

su corbata estupenda hace i

occipital

llorar,

su bastón de nudos tiene todas las curvas

de una espina dorsal...

Ríe, poeta, tristezas

ríe...

Para

los

que llevamos

que desgarran, recuerdos que hacen mal;


EL CIKCO POBRE

l6-

para lo< que lloramos por lo que no >abemos, es

reir

poeta, ríe

Ríe.

como

olvidar.

pobres

los niños:

o ricos, no hai afán

que en ante

el

¡La

haga presa

ellos

vuelo del cóndor, o ante

amazona

el

salto mortal.

es la diosa de los aires, el

i

atleta

un

titán;

tiene el payaso cada chiste

que

se

arma un ventarrón de hilaridad el

i

perro sabio es tan ladino

que no parece un animal!... Ríe, poeta,

¿No

ríe...

más

gracioso

el circo,

pobre circo de arrabal

el

que

¿Más impúber

grotesca feria

la

por donde casi a ciegas

del literato

es

la

i

dando tumbos, vas?

te divierte

acaso

chachara banal,

o la palabrería del político que

anda

poniendo a sus ideas antifaz, o la sonrisa hipócrita con que pasión se

Julietas eterómanas

i

Romeos de

¿Hallas

más

rastacueril del que

debe a

los i

i

mienten

clac?

gracia al jesto

audaz

rábulas su barriga de ogro

su sillón senatorial?


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

l66

el

gomoso

— creación

más cómico

parece

¿Te

de bric-a-brac

que barnizó en Europa su mollera épicamente asnal i

hoi se la pasa entre un rondar de moscas a las puertas del bar?...

Poeta: sé sincero i

aún desde

confiesa que envidias,

el

regocijo popular.

¡Viva

en

el

de

obrero que no piensa

el

aumento de

¡Viva

el

irse

Ríe... si

hogar,

democrática alegría

la i

el

jornal!

granuja que se olvida

de juerga o pedir pan!

Mas

si

no puedes;

en medio del estruendo colosal

con que

la plebe

—agradecida

a ratos

hace la carpa reventar, tu alma

de lecturas imbéciles por

no i

ríe

(prostituida el

de

filtro fatal) sí

misma

de la Humanidad,

es

porque estás perdido,

poeta,

porque ya

no sirves para nada


(jiu'

— l£L

iiKMcv.i'a

?n que

muí

CIRCO POBRK

o

ocla

una

es porciuc

sátiici

107

más;

ya es preciso

por tu cuenta pensar

— falso

cadáver, necrolojía andante, fósil

necesitas

intelectual,

un párrafo biográfico

hecho en

estilo

harto vulgar

cuatro palmos de tierra, dos flores i

(si

hai a

un buen «descansa en

* *

mano)

paz!»



lin la

cumbre x\l

Al

fin!

fin estoi

sobre la cumbre

Cumplí mi empeño:

del cerro mineral...

de breñal en breñal, de risco en risco

Bañóme en lumbre,

he logrado trepar.

grito a pleno pulmón... Estoi risueño, casi feliz...

Hacia

magnífico del

Húndese i,

el

erizado

i

sol,

el

ocaso, el disco

cae de plano.

llano en el sopor del sueño

tortuoso, cada quisco

parece agazaparse sobre

el llano.

Cuánto tiempo soñando en ¡Cuántas veces, tendida la

mirada

infantil,

al

este día!

horizonte

mi fantasía


VÍCTOR DOMINGO SILVA

170

echó a volar hasta este abrupto monte

se

perdido en

borrosa

la

me

Alcanzar, hasta aquí,

sueño de

el

Oí en i

la

los sueños...

cuna

siempre,

lejanía!

al

la

parecía

¡Oh quimera!

canción minera

repetirme las estrañas

leyendas del picado

i

la cantera,

tembló mi corazón cual

tuviera

si

algo del corazón de las montañas!

Ya

estoi aquí. Jadeante, fatigado,

a punto de ceder, puse la planta sobre i

un

el

peñón mas hosco

grito se escapó de

Esplayé por i

el

brazo con jesto de conquista

sentí engrandecerse

arriba

el cielo,

de granito los i

el

la vista

di gracias a Dios. Hacia la altura

tendí i

mi garganta

ámbitos

los

escarpado

i

i

figura:

a mis pies la falda

i

mi espalda

basalto; hacia

macizos de

al frente,

mi

la alta cordillera

entre

el

espacio

i

la ribera,

mar como un ensueño de esmeralda!

jOh, infinita dulzura!

En

los

poblachos

arden luces de hogar; escucho quejas


tN La cumBrk de mujeres,

j

17

émidos de borrachos

perros que ladran, gritos de muchachos; balidos, (pie tal

como

súplicas, de ovejas

tornan en rebaño, maní- a mente; toque de campana;

estridente

el

rebuzno de un pollino melancólico; concierto

el

que ejecuta i

monótono la brisa

los suspiros de

que por

la

un

en

i

doliente

la

arboleda

flautín bucólico

paz de los caminos rueda...

Hai paz en los caminos: polvareda de tropas, vagabundos canturreos...

¡Envuelta en su amplia túnica de seda viaja, del valle por la verde florida la

i

alfombra

por los áridos faldeos,

dulce peregrina que es la sombra!

¡Paz en la tierra, pero no en su seno! jPaz en los campos, pero no en las grietas

de sus entrañas, donde

no alcanza con su

luz,

el sol,

que es

tan bueno, alegría,

a iluminar la faz de los atletas:

de los miles de atletas que, en porfía titánica, persiguen el

noche

i

día

raudal milagroso de las vetas!

;Brava persecución! ;Lucha sombría!

Muerde

el

hierro a la piedra a golpe bruto.

r


DOMINGO SILVA

\^ICrOR

\yz

le

abre un tajo que llena

truena

tiro,

el

como un microbio e insaciable como

ante

hombre

el

como

ni ella se

cede la tierra i

el

i

el

el

peñón, furtivo

va royendo...

lo

él,

Es fantástico drama entre

esplosivo;

hombre, diminuto

el

i

el

de la guerra

la tierra, es

agota ni

al fin

estupendo:

él se

sacia,

con lo que encierra

hombre, ávido de

oro, se lo vacia

para hacerlo sonar sobre la tierra!

Siglos

siglos hace! El indio, presa

i

del señor estranjero a quien debía

obediencia

i

amor, dejó aquí impresa de sus pies desnudos.

la roja huella

Algún

vestijio

queda todavía

de su trabajo bárbaro en los rudos riscos del peñascal... Ai!

nada de sus

Pero ¿nada,

sollozos ni su pena,

nada de su dolor

ni de la herida

que abrían en su carne atormentada el látigo,

¿a tal

i

el

cepo,

estremo

la

Al esclavo desnudo, el

la

cadena?

se invirtió la vida?

No! La vida es

ha sucedido

i

misma, al

la

de entonces!

yanacona

peón; pero los bronces


— EN LA CUMBRE

que orifican los rosicleres

orgullo

no ceden no a

si

las colpas, los zafires,

los cobres

i

privilejio

i

al

1

de

todos zona,

la

tesón de los apires

pr(M io

de sangre...

ante quienes se doble

ya no existe

el

Ya no

hai godos

la rodilla;

señor de horca

— otro derecho, —

i

cuchilla;

pero hai otro derecho,

el

de la garra

pero hai

el

de la usura

(]ue eterniza ;la

en

los siglos la

civilización— hoja de

cubre

la llaga...

Oh, tristeza

pero no

impostura:

parrala

cura!

infinita! Pienso,

— ahora

que, ante la paz de los caminos, cierra

una noche profunda sobre los campos,

i

—en

soñadora la

dulce aurora

que un día ha de llegar para

En

las jeneracioncs

que lucharon también, los

que

en

la

en

los

se

la tierra!

de vencidos i

hoi son los idos,

hundieron para siempre

sombra de anónimos

i

nunca

olvidos;

que ahora mismo, entre

sordidez de la lóbrega espelunca,

la

hedionda

73


—— VÍCTOR DOMINGO SILVA

174

hijos bastardos de la suerte esquiva,

viven sin que

mueren

En

la

que

sin

vida

la

responda,

les

muerte

los reciba!

esas existencias ^olorosas

vestijios tristes de

una edad pasada

a las que nunca inquieta ni confunde la

ansiedad del misterio de las cosas;

que,

son

fija el

en

el

abismo

la

mirada,

agua estancada que

se

hunde

filtrándose en la tierra hora por hora

como en una agonía

anticipada...

¡Cómo, Dios mío, no pensar,

—ahora

que, ante la paz de los caminos, cierra

una noche profunda sobre los campos

soñadora

i

—en

la

dulce aurora

que un día ha de llegar para

¡Yo sé que ha de

llegar!

la tierra!

Irán mis huesos

de cantor vagabundo, a hacerse nada a la fosa

común. Ya,

vivirá, ni

mi imajen,

ni

mi nombre

ni los

besos

que di o bebí sobre una boca amada. Pero ¿qué es una vida?

Olvidado también,

tal

.

¿qué es un hombre?

como

esos,


EN LA CUMBRE

yo sé que ciré deede

la tierra

1

helada

un canto de niñez alborozada: será

el

canto de

q^loria

que

se eleva

de cada corazón, a esa alborada

que vendrá derramando una luz nueva sobre

la

Humanidad

fcáfe.

fraternizada!

75



Evocaciones de

Heme

la

aquí suspirando por tu recuerdo ¡oh vieja

ciudad de los claveles! la visión

tierra natal

^li espíritu refleja

polvorosa de tus torres erguidas

en magníficos

estos,

j

i

de tus avenidas

solemnes que dibujan en la deliciosa

Desde

las

el aire

sonoro

danza de sus hojas de

oro!

anchas mar j enes del mar, en donde

llena de errantes hipos el colosal fermento

del

agua entre

del horizonte,

las rocas, absorto i

en

lo infinito

ebrio de inspiración, medito

para dejar que vuelen en banda migratoria

el

viento


VÍCTOR DOMINGO SILVA

178

todos mis pensamientos en pos. de

mista de gracia tienta

mi

ocio, de

i

Tu

fantasía.

tí!

ensueño

i

— Tu

gloria,

opulencia,

gloria es la alta herencia

de los abuelos idos, de esos conquistadores,

padres de nuestra raza, p'ebeyos o señores

que amaron más

el

a fuer de godos,

i

oro que su conciencia, fieros

ávidos a fuer de aventureros.

Dormitan cuatro siglos sobre tu augusta sombra Cuatro siglos que el río tus suburbios alfombra de verdor, se

que

i

embriaga con

viento, señor de los verjeles,

el el

hálito de

amor de

tus claveles;

cuatro siglos que lanzan desde los campanarios tus

campanas vetustas sus toques

cuatro siglos que sueñas i

ante

el

de

al pie

lejendarios;

las colinas

arrullo eterno de las aguas

Pero no es por tu historia poi Prez de mi

tierra,

porque eies mía, porque en

que yo suspiro.

lo

joya de mis lares, te admiro

amo porque

te

en mí mismo existes;

está la imajen de mis años, tan tristes,

tan graves, tan dolientes; porque en solitaria,

porque

errabunda,

allí

marinas

nostáljica,

está

mi vida

perdida;

están mis sueños de las aulas, amores

románticos, manojos de besos

i

de

flores,

sonrisas temerosas, suspiros acallados,

balbuceantes rimas

i

versos olvidados...


EVOCACIONES DE LA tIERRA NATAL

\

I-iajo

tus altob árboles nacieron mis quimeras.

Desconocido, huérfano, sentí ambiciones... Soi tuyo.

mis ])rimeras

allí

has sentido mi })aso

cuando, niño estudian h\ divagaba

Zumbó como un

acaso.

al

insecto, corriendo por tu vega,

mi alma de adolescente, diáfanamente

Me

cantaron las olas de tu mar

Sus playas

me

i

tu

ciega.

río. el

mío!

trémulo coro de tus campanas

Yo he

despertó.

i

conocen... ¡Su rumor es

El cotidiano

me

1

mañanas

visto la luz de tus

bruñir las coloniales techumbres.

Yo

*

he sentido

que, al caer de tus suaves crepúsculos, hundido

como

tú en

el

océano de

sangraba en mí

He de

el

la

sombra

inmenso corazón de un poeta.

volver a verte! Pisaré tus riberas,

hollaré tus colinas...

De nuevo

las

revolarán en torno de mis pasos.

sentiré encantado de la vida,

fuerte, sano,

quimeras

De nuevo

que en mi espíritu

estallará la flora

Me

discreta,

amoroso de

las

llevo.

como

antes,

horas distantes

del porvenir, ajeno ¡Dios mío! a esta tristeza

que,

mucho antes que

Ciudad noble

Xo

i

el

tiempo, nevará mi cabeza,

amiga! Ciudad mía!

crispará mis dedos

el

no agostarán mi última

He

de verte.

hielo de la muerte,

ilusión los dolores

70


VÍCTOR DOMINGO SiLVA

l8o

sin respirar el

Fuerza

es

que

Estoi lejos,

Ojalá que

me

el

celeste de tus flores.

ave errante suspire por

te hablo... Soi tuyo...

el

i

no

el

nido.

te olvido!

descanso del postrimer abrazo

sorprendiera ¡oh noble ciudad! en tu regazo;

que tras quisiera i

i

alma

los sobresaltos allí

una

grieta

de mi última aventura

brindarme sepultura,

que en mi cruz humilde cada año

floreciera

mi pálido recuerdo como una enredadera!

D

D


Mirando

al

Pío

ORILLAS DEL MAPOCHO

MAYO DE

190...

Rueda, rueda, turbio

En

la alta

río!

noche serena

tu largo rezongo suena

como un gran cuerno Con

vacío.

lívido escalofrío

tiemblan lejanas siluetas bajo tus aguas inquietas, por sobre cuyo zig-zaj la luna,

como un

carcaj,

desparrama sus saetas.


1

VÍCTOR DOMINGO SILVA

82

Estoi solo sobre un puente.

Desde sus arcos de hierro con largas miradas erro por

la

revuelta corriente.

jNada! Ni un soplo se siente del resollar de la vida.

Por un instante vencida,

ha estrangulado de su miseria la

i

murmullo

el

su orgullo

metrópoli dormida.

Te miro

i

Tus vagos

te oigo.

monólogos

sin palabras

me hablan

de historias macabras

i

de espantosos estragos.

Ya

que

los días;

te

son aciagos

que tu alma ciega

perpetuamente navega hacia

el

perdido miraje

de un río hozando i

alborotando

Hacia

el

paisaje

la vega!

los días lejanos

en que eras

libre,

i

solías

correr con ansias bravias

desde la selva a los llanos;

en que

los robles ancianos


MIRANDO AL RÍO

daban sus

te i

183

rabellcias

por sobro tus riberas de hombres desnudos

las tribus

ataban con recios nudos sus lanzas a sus banderas.

Tu sueñas con

el

tesoro

de tus días primitivos;

con tus bárbaros esquivos i

con tus arenas de oro.

Nunca tu caudal sonoro empujó

las

aguas sordas

que hoi entre charcas desbordas, sino la balsa de boqui

en que ir

solía

algún toqui

a arengar a sus hordas!

Sueñas con que fundaron

los la

hombres ciudad:

esos que eran por mitad

bandidos

i

caballeros.

Trájicos aventureros

—encima del arcabuz espada — formaron cruz:

que la

fanatismo sobrehumano,

mitad rigor castellano,

mitad injenio andaluz.

fieros


VÍCTOR ÜOMINCiO SILVA

184

I

recuerdas los sangrientos

combates,

las iras bravas,

los heridos

que arrastrabas, lamentos

los alertas, los i

los gritos turbulentos;

las testas fuera del tronco,

los golpes

de hacha,

retumbar de

las

i

el

bronco

cureñas

entre las huestes zahareñas del viejo Michimalonco.

Como en

fantasmagoría

ves las proezas que hizo

Lautaro

el

caballerizo

contra sus amos de un día.

Sombras de melancolía pasan sobre tu alma inquieta i

aún tu lenguaje interpreta

los portentos

en

que escuchabas

las soberbias

de don Alonso

I la

octavas el

poeta.

Colonia vetusta:

el

caserón solitario,

el

ta-lán! del

en

campanario

la catedral augusta...


MIRANDO AL RÍO

185

La autoridad siempre adusta; una calesa que rueda en mitad de el

la

correjidor, la niña

de blanca toca i

vereda;

el

i

basquina

lento golpe de queda...

¡Tú eras libre todavía!

Aun

bajo

el cielo

nocturno

tu torrente taciturno abrirse paso podía.

Aun el i

a tu

mar jen venía

honor a aventurar

mas de una

vez, al par

de dos bravas estocadas,

quedaron hombres en medio

i

espadas

del tajamar.

¡El tajamar!

Ni eso

existe...

Por tus ahorcadas riberas pasean hoi

las

rameras

su lujuria hambrienta I el

vulgo, que rumia

i

un

triste.

chiste

para tus tardas corrientes,

con ojos indiferentes


VÍCTOR DOMINGO SILVA

iSó

contempla, porque olvida

te

que eres tú toda una vida que

llora bajo los puentes.

Nunca

¡oh río!

en tus oscuros

dias de vida salvaje

ansiaras

el

de pretiles

vasallaje i

de muros.

¡Son hoi tus dias bien duros!

Estás como emparedado sobre tu cauce empedrado, te querellas

i

gritas

i

aullas a las estrellas

i

como un

perro encadenado!

Nunca pensaras que ahora

como una

sucia culebra,

te arrastrarías

lamentable

En

el

i

en hebra

hastiadora.

temor que

azora

te

tu vida entera se apaga i

parece que te halaga,

arrastrar por entre ruinas fetideces mortecinas i

podredumbres de

llaga.


MIRANDO AL KÍO

Bajan hasta

indiscretos

clamores del suburbio.

los

Flotan por tu lecho turbio andrajos, visceras, Ai!

i

fetos....

hasta los parapetos

que tus mar j enes oprimen, llega

a

pensarse que jimen

cuando ven con

las

llenarse el

agua

vergüenzas que fragua

entre las sombras

el

crimen.

Vienes desde la montaña i

te

hundes en

el

bochorno

de la ciudad. Hierve en torno

ciudad

la

como una araña

torva, cruel, inquieta, huraña..

pasas.

Recojes todas

sus pasiones, juegos, modas:

sus caprichos inauditos, sus infames apetitos i

sus ternuras beodas!

I sigues...

Sigue tu cinta

rodando hacia

las afueras:

ranchos, chacras, carreteras los

encantos de una quinta!

1

87


VÍCTOR DOMINGO SILVA

l88

El cielo en ella se pinta,

saluda un aldeano,

la

por

i

ella sigue

i

sigue, hasta

en

la

el

llano

que

majia azul

i

se pierde

verde

del horizonte lejano.

Lejos queda, mientras corres, la metrópoli opulenta;

tormenta

lejos la eterna

que sopla sobre sus Antes,

mucho

torres.

antes que borres

tu marcha en la perspectiva,

miras la ciudad altiva,

pompa miseria albergue, cómo sus cien torres yergue, de

i

amenazando hacia

Pobre

soñando

i

también tú sueñas:

ruin,

estás,

arriba!

cuando

lloras,

con mas brillantes auroras i

con noches mas risueñas.

Otros hombres te

i

otras breñas

abrirán mejor sendero...

Infatigable

viajero,

lograrás ver de improviso


MIRANDO AL RÍd

l8()

crepúsculo indeciso

el

de tu último derrotero.

Alégrate,

Da

No

pues!

llores...

paso a tus alegrías,

que ya vendrán nuevos

dias,

nuevos vientos, nuevas

flores.

Este hervidero de horrores

en que

la

virtud encalla,

ya no será una batalla; ni tu corriente rastrera

se irá llevando hacia afuera la lepra

de la canalla!

Como un gran cuerno

vacío

tu largo rezongo suena

en

la alta

noche

serena...

¡Rueda, rueda, turbio Estoi

Siento

sólo...

Lejos, el rodar de I

al

río!

frío...

un

coche...

doloroso reproche

de tus roncas letanías, se

unen

bajo

las

rapsodias mías

el cielo

de la noche.



me

que

.0

dijeron

la.s

espigas

Las espigas de oro endidas

i

oleantes en

me

el

trigal

dijeron:

sonoro

— Amigo,

oncédenos un rato para charlar contigo.

(En aquel tiempo no era

ma

cosa mui digna de

En ^a

amor

la

Primavera.

aquel tiempo,

—ido

por los polvorosos caminos del olvido, yo, junto a la laguna,

olía

por la noche conversar con la luna.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

T92

En

aquel tiempo,

jugaba con mis trenzas i

a los alegres pájaros,

i

a las divinas flores,

les I'

el sol, el

al

i

monte,

a la niebla,

buen padre

'

viento

con mi pensamiento,

i

gustaba conmigo saludar

hasta

me

i

el

i

i

al follaje,

al río

paisaje...

al

era amigo mío),

sol,

Las espigas de oro

dijeron, pulsadas por el viento sonoro:

— Escúchanos, Queremos

sólo

amigo.

un rato para charlar

— Sin

pena,

(a

contigo.

las espigas

respondí) sin cuidado podéis hablar, amigas. I

las espigas

hablaron

al

de oro batidas por

el

momento viento.

II

— Muchacho,

(me dijeron

las

espigas)

muchacho;

tú que siempre has andado corriendo vivaracho, sin mirar

nunca

por sus nubes

al

lado del camino; tú que amas

el cielo,

por sus flores las ramas,

por sus alas las aves, por su aroma las rosas, por su invisible pe pío de por nosotras, espigas, i

el

el

iris las

sonoro

mariposas, trigal,

cristalino arroyo por su claro cristal,

^^

i

I


QUE ME DIJERON

LO

¿nunca

que nos hiera de muerte?

tras el golpe del hierro

has preguntado por qué nos guillotinan?

te

que por qué en

el

bochorno de

a pleno sol

viento con nosotras a cuestas?...

i

— Cómo bajo

la

Cuando caen

fstá

mui

mui

alegre,

i

ranchos

i

Está alegre

La

las llevan...

las pircas, la

i

chacra

la

i

pámpano de

el

i

el

sol

arboleda,

seda.

entonces la campiña.

se ríe

como una virjen niña sahuman ce polvo los caminos.

Se

el sol...

sólo...

Los pájaros, los atacan un

los pasos

Xo me el

los molinos...

esponjan

líricos,

i

la

garganta

tienen los bueyes pensativos

más seguros

perdonaría

Quién no sabe que en

Bracean

brioso... Chilla la vieja llanta

de la carreta...

la

¡quién no sabe! El cielo

bruñe todo de tornasol:

lo

perlas,

El río brinca

i

I,

el suelo,

tierra entera canta

bajo

i

granadas espigas

claro entonces, entonces está

racimo de

el

las

mis amigas!

nó,

ruda echona del gañán por

vo sé a donde

los

las estivas siestas

¿qué a dónde se encaminan

nos siegan los gañanes?

(les dije).

193

has preguntado cuál será nuestra suerte

te

¿nunca

LAS ESPIGAS

el

i

si

los ojos

aún no

trigo se

sagrado fuego del

más

vivos.

lo supiera!

amontona en

sol, brilla

i

la era

rebrilla

gran nota pomposa de su mancha amarilla! (7)


VÍCTOR DOMINGO SILVA

104

Luego...

recio golpe de las nerviosas yeguas,

el

guasos que jalean,

los

mantas, los gritos

las pintorescas

estrépitos de cascos

En

torno de

las caídas, las treguas,

i

la era, la

chasquidos de hoces. turba que pulula

de pájaros borrachos de alegría la

brizna que estalla cuando en

¡Jala!

¡Jala!

canta en

el

La

Y

vuelta!...

al

— ¡Pobre Aún

las cosas

cuando ni el

los

cuando en

el trigo

el

eso.

mucho perfume si

beso

el

tú dices

que aún son

felices!

campo termina

.

la faena,

de oro ya las eras no llena,

sagrado fuego del

sol brilla

i

rebrilla

gran nota pomposa de su mancha amarilla;

cuando está todo

solo,

cuando

del sol de estío, es cierto i

mui inocente!

¡Inocente muchacho,

como todos

...Después,

grano

el

lentamente.

sabíamos que ibas a decir

tiene en tus mejillas

maternal...

derramarse,

tallos,

niño! (dijeron) Si eres

Si nosotras

aire brinca...

el

día claro la gloria del verano!

Las espigas movieron sus

la

de gula;

i

tridentada horqueta que en las parvas se hinca la

i

las voces,

i

se alargan, fe

el trigo, el trigo

que

alargan hasta

al

último lampo

se entristece el allá, los

campo,

caminos,

de oro, va a llenar los molinos

cuya desmesurada

i

hambrienta dentadura

entre sus grandes muelas lo

muerde

i

lo tritura;


LO QUE ME blJKRON LAS ESPIGAS.

O en gavillas,

paso de los tardos rumiantes,

al

carretas desbordantes

chillonas

repleta las

195

por la ancha carretera del valle o del faldeo,

mismo

por donde el

pasa, latigueando su arreo,

guaso taciturno, camino de

¡Tú no has pensado nunca que

no

es de trigo;

menos

Aún

pan de

fauce hambrienta del errante

la

vértigo de la

el

trilla

su propio trigo también con

tiene

;

gañán!

el

galopa,

ajeno,

us alegrías, tiene su tiempo bueno.

veces,

alegran

pan blanco

el el

el je ñero?

i

o vino

humilde mantel del inquilino.

la alegría a veces a golpear a su

a visitar la huerta,

esperanza del

la

miseria

la

ese pobre guaso que va arreando su tropa

trilla

Va

el

que todos saborean ^u pan,

como, cuando en

A

la feria...

en

a pintar

i

rancho,

gancho

el

fruto...

Pero ese hombre, eee roto

que ayer llegó a ([ue

la

hacienda desde un punto remoto,

trabajó muchísimo,

cuando aún no suene ese desheredado,

ese

como

batido por

vagabundo

las bestias,

el

que

viento

i

a quien nadie conoce

i

mañana

como

la

campana;

descalzo,

hospital

el sol, i

te irá

último ta-lan! de

el

montón de carne de

torvo

si

i

i

cadalso,

las bestias

mudo,

medio desnudo,

a quien* nadie pregunta

sabe abrir un surco o enyugar una ^amta,


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

196

para ¡i

trabajo ajeno píxsta

el

esfuerzo propio

hasta la propia vida para

el

ajeno acopio!

el

Ese pedazo de alguien, ese Fulano Andrajo, cuando, ya no lo compren porque falte trabajo, se irá después, hoi

túnel o a las minas,

al i

mar

al

I

un

lo

que

día,

o a la

montaña,

él,

el

tiene: sus músculos, su brazo.

cualquier día, después de la faena,

cuando todo en

la tierra se

despida del

sol,

desventurado, para pasar la pena,

entregue a la caricia brutal del alcohol,

se

encontrará, sin duda, tras el

tierra estraña,

por un sorbo de agua, de pan por un pedazo,

venderá

i

mismo, a otra

puño de un amigo

o el

el filo

último sorbo, de su corvo...

Encontrará, sin duda,

la violencia del hierro,

palanca, tope o rueda,

— que,

del

rudo

tren, lo deje tendido

hecho sangrientas

trizas

entre la algarabía

como un

en medio de

Encontrará, sin duda, la piedra sorda el

fogonazo súbito,

la

mina que

Encontrará, sin duda, la abrupta

perro,

la vía... i

ciega,

se aniega... i

solitaria

barranca, donde nunca se alzará la plegaria del recuerdo materno;

con

las fieras

donde tendrán su riña

de presa las aves de rapiña,


LO

i

QU1-:

ME DIJERON

donde nunca, nunca, podrá alumbrar

amor de un

ni el

>udario. ni la

Se alegrarán de nuevo con los campos... I

Que hermosa la

LAS TISPIGAS

qué hermoso

entre

la luz

de una cruz!

fe

nuevo verano

el

el

Kjy

diluvio del grano!

alegre bullicio de la trilla

el

gran nota gloriosa de su mancha amarilla!

Entre

el

concierto estraño de gritos

de estrépito de cascos

del pájaro

i

el

i

un nuevo

otro gañán,

del

perro que ulula;

la tierra i

viento,

su gula,

i

entre la orquesta enorme de ese

que va pasando sobre

i

vivo movimiento

que sacia su alegría

del potro que relincha,

de voces,

chasquidos de hoces,

i

de pintorescas mantas a pleno sol del incienso de polvo

i

himno de

la

vida

estremecida,

ruin Fulano Andrajo,

gastará esfuerzo propio para ajeno trabajo sin pensar

un momento en

que duerme

allá

en

la

el

otro,

en

el

abrupta barranca

paria solitaria

donde no hai un recuerdo, donde tienen su riña con i

las fieras

de presa las aves de rapiña,

donde nunca, nunca, podrá alumbrar

ni el

amor de un

sudario, ni la

fe

la luz

de una cruz...


VÍCTOR DOMINGO SILVA

igS

III

Callaron

Una de I

espigas.

las

última ráfaga ajitó su pereza

estío...

me

— ¡Adiós!

alejé

La tarde temblaban de oro

i

Adiós, buenas amigas.

dije)

(les

con una embriaguez de

vestía de las

En

púrpura.

estrellas.

seda caía sobre

Una

tristeza.

el

melancolía

el trigal.

Un

vuelo

de rimas opulentas en mi alma decía

un adiós doloroso a

la

muerte del

^

cielo

^

día.


Bajo

sol cíe

el

Bajo que ya

el

sol

la tierra el

como

i

la

\X\m\)Q

de

la

el

Pampa, en

aire

bochorno

contamina,

trabajo empezó. Se alzan en torno,

vivaquearan

la

áridos edificios de ancho i

el

Oficina

muro

techo horizontal de calamina.

Era temprano aún, estaba oscuro el

cielo

i

pestañeaban

cuando, en grupos o a

las estrellas solas, los obreros

fueron dejando sus dispersas huellas por sobre aquella tierra sin senderos.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

200

hombro

I al

por la

el hierro,

Pampa

hirsuta

partieron todos... ¡Oh, la eterna guerra, la

guerra eterna

la fuerza el

i

en que

cruel

se aferra

bruta con la fuerza bruta,

músculo

Aquí en

hombre con

del

la tierra!

Pampa, donde

la

el

aire asedia

como un incendio; aquí en la Pampa donde un bostezo interminable atedia al proletario que su mano estampa

la

piel,

sobre esta muerte viva, todo late,

con ansias de suplicio con fiebres de trajedia

Es

el

de trajedia,

i

i

de combate.

triunfo del músculo bravio

sobre la tierra heroica. Desde

hasta

la tarde,

como

el

alba

más, aquí se escucha

i

inmenso clamorear de un

Sobre esta tierra

que escarbada se

el

gris,

abrupta

i

río...

calva,

revuelta por la lucha

i

desenvuelve como un mar de hastío,

hierve la actividad de la faena es

un inacabable Algo como

el

vocerío.

fragor de cien fragores

surje desde esta colosal colmena.

Entre los fatigados estertores


RáJO

SOI.

I.L

LA

ni:

l'AMI'A

2(>I

de las máquinas, saltan los chirridos de las correas,

silbid(js

ajiles

que rebotan, relinchos de motores (¡ue

se

van alargando estremecidos...

más

de pronto,

I

áspera,

más

fuerte,

revolucionaria dinamita

la

ante cuya esplo-ión la

Pampa

parece que crujiera en

la infinita

i

epiléptica angustia de la muerte!

¿Quién enciende

la

mecha?

cartucho fatal? Se escucha

el

que retumba, mas nadie ve que, a pleno

sol, el calichal

ni siquiera se

especie de

piensa en

el

¿Quién

el

la

empuña

tiro

mano

rasguña; suspiro,

bramido sobrehumano,

que junto con i

inerte

el

soplo que levanta

hace brincar los prismas de caliche,

parece atropellar una garganta...

La misma oscura voluntad, que empuja

que blande

el

el

macalate

combo

o

lucha aquí, vence aquí:

en i

la

todo

i

el

trapiche,

mueve si

misma

la

la palanca,

allá se

abisma

profundidad de una caverna el

aquí alza

cobre o i

el

carbón

le

arranca,

baja sin cesar los brazos


VÍCTOR DOMINGO SILVA

¿OZ

como obsediado por

el

ansia eterna

de auscultar la agonía del desierto i

abrirle el

corazón a martillazos!

El brazo fuerte junto

^uelo

al

magro

hace pensar en un montruoso injerto:

en un apocalíptico milagro

que injertara

Es

el

vivo entre lo muerto.

lo

triunfo del músculo que vibra

yermo que niega su

sobre

el

Es

nervio, es la viscera, es la fibra

el

tendida sobre

el

páramo,

cjue si olfateara la

¡El el

hombre

lo

tesoro.

mi^mo

preñez del poro...

es el microbio del abismo,

eterno parásito del oro!

II í*-

¡Hora del medio día! El mismo aliento baja del cielo

i

sube de la

tierra:

calor de horno, resuello de calcina,

ígnea quietud, tregua total del viento..

No

sopla un aire. El horizonte cierra

su.jesto enorme...

Todo en

la Oficina


SOL DE LA PAMlA

líAJO EL

\'ibra

cu

(^)ni()

si

el

aii-ia ('o

un sollozo interno,

en cada brazo, cada mina

inora una miniatura drl infierno.

¡Es bien triste, bien triste! El aire enerva

rom(^ asfixiado por un sol (jue arde

en eterna canícula. Es sin frescor de

agua

ni

el

yermo

verdor de yerba,

feo a la aurora, lúgubre a la tarde,

que

se

amodorra

de horror o de fastidio. fatigadora baja sobre la

al

i

pereza

tedio,,

una

tristeza,

mitad melancolía.

¡Qué paisaje! La

duerme

Una

medio día

Pampa: un

mitad rabia

tierra gris

infinitamente...

torva

i

Ubre

sin jugo,

ni se arruga, ni se hincha, ni se

sólo tarja la el tísico perfil

enfermo

se aspereza,

i

encorva:

inmensa perspectiva, de un tamar.ugo

que abre sus ganchos flacos hacia arriba

como

el

Sólo

asta de

el

un toro bajo

costrero brega

medio desnudo en pleno

al

el

sol.

suelo.

yugo...

Se postra

Cada

golpe suyo se pierde entre la costra

2<j

!,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

204

del inhóspite erial,

sin

allá,

i

i

seco

como una puñalada.

se repite

Aquí

ávido

i

multiplica

se

el

eco

compás. Son estraños labradores

mano

estos hombres: su

fuerte

i

fiera

desata los jenésicos temblores de la la

tierra, la

muerda,

la tortura,

hace pedazos... pero nunca espera

sembrar ¡en su

grano

el

ni cojer las flores:

inconmensurable desventura,

ni alcanza a presentir la

¡Cuántas veces

monótono

i

tenaz sobre la dura

hace brotar en

algo

dar su toque

hierro, al

el

pasta del calichal, i

primavera!

el

mengua su

brío

ardiente bloque

como un estraño

calofrío!

Hace brotar como un temblor de compasión por

el

incierto

.

horrendo choque

de un cuerpo vivo contra un cuerpo muerto!

El pulso firme deja

vivaz se clava sobre i

arma. El ojo

el el

tajo abierto,

se abre horrorizado ante

mortal,

el

un despojo

esqueleto de algún hombre

a quien dieron los cuarzos del desierto

un sepulcro

sin lápida ni

nombre.


BAJO KL SOL

DT-:

LA PAMPA

205

¡Quién sabe desde cuándo aquel oscuro

mortal reposa

allí!

Quizás

la

guerra,

aquel fantasma colosal que un día

pasó violando con su aliento impuro los vírjenes silencios de la tierra i

echando sangre en donde aún no

mas que

llanto

i

liabía

sudor, la guerra impía

dejó para siempre abandonado

le

en medio del horror de su martirio sobre

el

inmensurable despoblado...

¿Es aquel esqueleto

muerto en o

el

que

la

de un soldado

el

borrachera del

delirio,

de algún cateador infortunado se riñeron el león

o bien

el

fósil

i

buitre,

el

de algún indio errante

de las mesetas, que cayó jadeante

náufrago del mar-muerto de

;

Quién quiera que haya

salitre?

sido,

allí

está ahora!

Sin duda un pobre diablo a quien la muerte

descargó de una vida abrumadora,

eternamente en lucha con él

se

dejó morir.,

del sol, en plena

surje otra vez,

i

la suerte,

hoi, a los besos

Pampa

abrasadora,

hecho un montón de huesos!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

206

¡Ah!

cómo

pudiera contemplar en torno

él

vSi

multiplica la tarea.

se

La faena

febril

es

como un horno

con estrépitos sordos de marea i

sordas conjestiones de

La

bochorno..

faena, tendiendo su engranaje

por la llanura polvorosa

ancha,

i

triunfa siempre, magnífica

i

salvaje,

con sus apoplejías de avalancha i

sus efervescencias de oleaje...

Es bien los

a

triste,

forzados

domar

del

bien

¡Cuántas veces

triste.

hambre,

condenados

las bravias hirsuteces

de la Pampa, rabiosos de fastidio,

dejan de ser los brutos fatigados i,

como

los malditos de Siberia,

sienten que les la

empuja hacia

el

suicidio

desesperación de su miseria!

¡Cuántas veces

la

misma dinamita,

presta siempre a rnatar, oye

el

acento

de su cansancio, escucha sus clamores i,

anárquica

tal

vez, pero bendita,

exalta hasta la muerte su tormento,

pero acaba con todos sus dolores!


BAJO

ICL

SOL

ni-:

207

LA l'AMl'A

Jli

Suona un silbido para.

se

— ;Adiós!

trrmiilo.

Sombreros

La jcntr aletean,

(luc

brazos que se levantan vivamente, eharlas

risas,

gritos..

i

La

los hierros.

feroz locomotora

da su grito de bestia con i

fuego en

el

en

aceite

el

Salta

i

los

la

a los espacios,

viscera sonora

músculos reacios.

un chisguete de

que cierra

la

Traquetean

aire: es el silbido

neumática palanca,

monstruo de vapor enfurecido

el

sobre los rieles

Débil es

para

el

el

como un potro

fró-fró de sus

arranca.

pulmones,

trac-trac de sus robustos brazos.

Sube multiplicando contorsiones, el i

humo a

negro... I sube, sube, sube,

compás de

se apiña, se i

hace en

Un

los

bruscos barquinazos

aglomera en una nube

el aire

diabolescos trazos.

chorro de vapor... Blanco

como un

i

ardiente

hilo de geisser, ese chorro,


VÍCTUK DOMlNCxO SILVA

2o8

cuando ya pasa

infernal

el

torrente

va desvaneciendo lentamente

se

como una gran bandera de

socorro!

¿A dónde va? ¡Que hermoso! ¡Cuántos Repleto de

mar

al

salitre,

va hacia

Puerto,

~

alegre, lleno de bizarros

barcos, ansiosos de zarpar. i

el

carros

bravo

calichal,

—Desierto

tierras hurañas,

adiós! quedáis atrás. El tren os deja...

¡Pampa ardiente i

se lleva

en

las

i

fecunda! El tren se aleja,

suyas tus entrañas!

El tren se aleja más

con nostáljicos

Unos bajan cuan

¡Ah,

i

más. Le miran

ojos, los^ obreros.

la vista,

otros suspiran...

lejos los dias bullangueros

Los ojazos zalameros

del Puerto!

de aquellos tiempos de la buena paga, i

aquellos desalmados marineros

que

se

empeñaron en sacar

Impávido

i

la daga...

veloz, el tren avanza.

Se pierde ya su traquetear de hierros

en

la

Ya

sólo es

desvanecida lontananza...

un gusano

entre los cerros

!...

'

|


BAJO

de

la costa...

1

SOI.

1.

Se ha ido.

el

flotando en

el es])ari() la

VA tren va

ensueño

al

llevarán

que ya

salitre

el

se

esperanza,

la

i

Pmrto

que otros hombres

sólo queda,

I

vaga como

humareda.

bullicioso. El sabe

aguardan. Otr(js brazos

le

hasta

balancea en

nave

la

bahía

la

saluda con líricos pitazos

i

al

tren que

asoma por

¡La nave partirá!

inmensa

la

Rayando

dirá adiós a estas playas... le

209

l'AMl'A

l.A

DJ-:

escoltará la turba

el

]\Iar

vía...

día

afuera

vocinglera

de pájaros con sorda gritería. •A'iajeros!

¿qué miráis en

la ribera?

El viento jugueteando en la bandera os hablará quizás de tierra,

una lejana

de un nuevo cielo que os espera,

de otro mar, de otro

sol,

El salitre amasado en por i

el

para

de otro mañana...

el

desierto

sudor del músculo criollo

arrancado a

de un

/

mundo

ir,

las torvas avaricias

mineral, sale del Puerto

entre júbilos de albricias,


VÍCTOK DOMINGO SILVA

210

dando empuje de vida

desarrollo

al

de un minudü vejetal, ya casi muerto.

El va a ser nueva savia

va a

él i

ser vida

i

nueva en

sangre nueva;

exhaustos

los

envejecidos vientres de otra gleba...

Usurpado

Pampa

a la

i

a la

híbrido enjendro del dolor será fortuna, del Vicio

-

i

pagará

espiga en

el trigal,

luz en

sol,

canto

en

el i

los

encaramado en

El será polen en

la

el

faustos

Fortuna!

soplo en

el

viento,

fragancia en la corola,

vuelo en

en

élitro

hambre

el

nuevo estambre,

el

el

ave,

movimiento

nube fugaz, beso en

la

i

Puna,

la ola,

insecto diminuto,

inefable susurro en

follaje,

el

polvo en la senda, púrpura en

mancha inmensa de

la

vida en

el fruto, el

paisaje!

El colmará la troj en los acervos.

Será fécula blanca en las harinas, leche

i

pan en

la isba

de los siervos,

regocijo en las fiestas campesinas. I

en

la brisa

que viene de

las vegas,


BAJO EL SOL DE LA PAMPA

preñada de |XTfumc. hasta

2ll

minas

las

sentirán retozar entre sus ruinas la alegría

de granjas

Mientras tanto,

éxodo del trabajo,

mordiendo

i

bodegas!...

aquí están, en

férula

la

Pampa

nefando

los obreros,

odio del mastín que lame

el

brutal; siempre

la

el

estrechando

hirsuta entre sus brazos fieros,

semejando con su oprobio infame

i

una

lejion de atletas prisioneros...

Mientras tanto aquí están con sus fatigas

con su dolor

i

amontonando

su vergüenza... ;todo! el

oro,

como hormigas

de estos descomunales hormigueros

bórax o del yodo.

del salitre, del

Aquí están, jenerosos, tesoneros, haciendo pan

i

recojiendo migas

para Su Inicua Majestad i

el

Ajio

su séquito audaz de aventureros!

¡Aquí están, aquí están! Bajo

el

presajio

de su fatalidad, ni oyen, ni jimen,

haciendo hablar sobre

el

al

hierro del

músculo

combo

i

la arteria

o de la lampa,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

212

porque ven, amparada por la i

el

Crimen,

Barbarie venciendo a la Miseria

haciendo

la

conquista de la Pampa...

IV

Ha

caído la tarde! Lentamente

por distintos caminos, los obreros

van tornando, a

la luz

de la puesta solar, en

el

evanecente

profundo

recojimiento vespertino, meros

toques de gris en

un

Arriba, hai

de nubes que

el

el

azul muriente.

desfile

vagabundo

crepúsculo arrebola.

¡Son jirones de aquella camanchaca

que con un lúgubre silencio de viene avanzando jigantesca i

i

ola

sola

sobre las techumbres se destaca!

Todo parece

desolado, inerme,

en este instante. La penumbra borra los contornos...

como para

La Pampa

dormir...

I

se

amodorra

duerme, duerme

a los primeros tímidos reflejos


BAJO

sol dk la pampa

i:l

«

de las estrellas, mientras a lo lejos largan sns toques últimos los bron(H^s, i

con sn

la

mo\'in"iient()

aí'ompasado

vaporosa camanchaca enreda

un último

jirón...

La Pampa es

como un peregrino fatigado

que i

entonces

al borde

mismo

del sendero

rueda

se tiende de espaldas contra el suelo,

que abre los brazos

i

la boca,

con los ojos clavados en

^

i

queda

el cielol

^

213



mmMm

AAerlín

en

el

Dosciiie

t

En

la Biblioteca

Pedro

A.

González

de un rancio erudito

con otros infolios yo hallé un manucrito i

en

el

manuscrito

que aquí copio

al

la

estraña leyenda

punto para quien

Es una leyenda de cosas que suena

al

oído

como

esas

que, después de siglos que allá

en

las

la entienda.

lejanas,

campanas

han estado mudas

añosas torres puntiagudas,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

2l6

sueltan de repente la lengua sonora

saludando

al

triunfo de luz de la aurora.

Este cuentecillo que yo he saboreado es

como

abandonado

ese viejo vino

a las telarañas de alguna bodega i

o

que algún perito catador trasiega,

como

un

esas charlas en que

viejo narra

alguna aventura pueril o bizarra...

II

Merlín, aquel

mago de

larga varilla,

pontífice augusto de la maravilla,

iba una

mañana por

soplo

enredaba

le

el

bosque.

Un

leve

barba de nieve

la

a los niveos grumos de la cabellera.

Ido era ya ido ya

el

el

tiempo de

verano. Por

la

primavera,

el gris

del cielo

sólo zigzajeaban las curvas del vuelo

de algún aturdido pájaro, bisoño

cazador de insectos. Ido era

El noble,

el

otoño.

egrejio padre de la alquimia,

soñaba en

la gloria

en que

junto

él,

el

al

de aquella vendimia

borde de

las

grandes cubas,


Ml.RLÍN EN EL BOSQUE

21^

palpó con su vara las panojas de uvas i

(mando

pobres fueron a

l(^s

vieron (jue las uxas (»ran todas

estaba

Triste

Todo estaba del

humus,

el

flora

pátina flava

desnuda, los charcos

de agua muerta... Abría

más

]X'rlas...

bosque que Merlín cruzaba

triste: la

la

(^ojerlas

la niebla los

arcos

estra vagantes de su arquitectura.

Cernía

invierno sobre la espesura

el

todas las nostaljias, todas las tristezas

con

inviernos nievan las cabezas.

c[ue los

Como en

el

Merlín miró

al

delirio de

sesgo los ramajes. Hizo

bajo sus sandalias i

un sueño enfermizo,

tiritar la

escarcha

en mitad del bosque detuvo

Puso atento oído

la

marcha.

a la distancia. El cierzo

pasaba a su lado sollozando un scherzo doloroso: un largo solo de violín

que hería

el

silencio diáfano... Merlín

evocaba todos sus triunfos de mago,

mirando

la tersa

lámina de un lago

que en su superficie de viejo metal plajiaba acjuel

muerto paisaje invernal.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

2l8

Al zarpazo inmenso de su inmensa angustia

mano por la frente mustia pálida. El ampo de su cabellera resbaló como una caricia postrera pasó

se

la

i

por sobre su rostro taciturno

magro...

i

¡Para siempre secas eran del milagro las divinas fuentes!

no obraba su^verbo

Roto ya ni

un

el

sólo prodijio!

Muerta ya su majia, su vieja no arrancaba

al cielo ni

prestijio,

varilla

una maravilla!

Merlín, con los ojos puestos en

mismo

caminaba como por sobre un abismo. Los árboles bruscos, sombríos

i

escuetos.

eran a sus ojos torvos esqueletos,, i

le

parecía que de los ramajes

diabolescos duendes

le

hacían visajes.

Lejos para siempre ~de ósculos de ojos cristalinos lejos

al

efluvios,

de bucles rubios,

para siempre de risas

Merlín echó i

i

i

i

alegros,

viento sus recuerdos negros

con sus recuerdos sus melancolías:

Merlín cantó un canto... (Las filosofías de que estas historias están siempre llenas, dicen que cantando se olvidan las penas).


MEkl.IN

¡olí

I

poder

limó

l.N

1

I,

HOSOI'K

luimrn! Fué

(k'I

_>

tal

v\

cik

v]

bosciiic su ciix'iuo lanto,

([uc v\ tcuiblor

cstraño do un escalofrío

dv

(jiK'

sacudió i

compás

al

ritmo del canto sonoro

del

arrancó una lluvia de manzanas de

le

Pasó por

el

bosque como una

oro...

oriflama...

Cada árbol desnudo desde cada rama iba salpicando de oro

le

a

compás de ritmo

I

a

compás

se le

como

del

del

el

camino,

canto divino.

ritmo del sonoro canto,

iban los ojos anegando en llanto si

pasaran por sobre

los éxtasis

hondos

c'e

]\Ierlín

un sueño

sin

fin...

III

Tú, que por ascendiste

cuesta de tu agrio calvario

la

solo;

gran visionario,

tu,

que probaste en medio de agonías crueles todas las espinas tú, a

i

todas las hieles;

quien asaltaron en su desventura,

todos los horrores de la Selva Oscura; tú,

que con tus ojos de apóstol

viste abajo el Jnri

i

arriba

el

i

vate Lasciate...

»j

auto

hirsuto ramaje sombrío,

el

I


VÍCTOR DOMINGO SILVA

220

TÚ, que en la tiniebla de tu noche .

triste

perderse a lo lejos, para siempre, viste

como en una estraña fantasmagoría símbolo augusto de tu poesía;

el

tú,

que delirando violar su misterio,

echaste hacia

bajo

el

el

linde de ideal imperio,

fausto inmenso de cien arcos íricos,

gran cabalgata de tus sueños

la

Tú, que doblegado bajo

el

líricos...

hosco ceño

de la reina negra del Pais del Sueño, tendiste a su hachazo la cabeza trájica; tú,

que poseíste

la virtud, la

virtud de un heroico tú,

que ante

viste

en

la

i

májica

opulento

estilo;

puerta del último asilo

las pupilas

de una dulce

Hermana

brotar las estrellas de tu gran mañana...

Tú, pobre tú,

que ya

Mientras

el

verás desde

i

te

glorioso príncipe del estro;

has

ido...

Maestro! Maestro..

nirvana tu apostrofe ahonde, el

fondo del nirvana, en donde

sobre su arco de oro tu lira-paleta sostiene tu excelsa frente de poeta;

desde lo más alto de tu apoteosis

—ya

desvanecidas todas tus neurosis


— MEKLÍN UN EL BOSQUE bajo

el

óleo sacro de

un sueño

221

sin fin,

verás los sombríos árboles hirsutos,

trémulos de vida, desgranarse en frutos,

como

al

son del canto del viejo Merlín...



Paml)ola

olvídaclcí

Cristo cojió su báculo.

En

suave

la

claridad de la tarde su cabeza tenía algo de grave, algo de grave

que hacía más profunda

la

belleza

de su jesto inmortal. Era tan honda la

atención en

que

se

el

grupo que

le

habría escuchado hasta

murmullo de

oía el

doliente

la brisa entre la fronda.

¡La voz de Cristo en

el

morir del día

vibraba como un himno hecho torrente

todo misericordia

Era un

i

poesía!

bello jardín

i

un jardinero.

Nunca cultivador en tiempo alguno


VÍCTOR DOMINGO SILVA

224

cuidó SUS flores con mayor esmero.

Nunca

fué su cuidado inoportuno

i

jamás a sus plantas

i

así

faltó el riego;

aquel hombre humilde

sin fortuna

i

podía complacerse en vez sus trémulas de alegría bajo

flores,

fuego

el

del sol o bajo el rayo de la luna.

Nunca tuvo,

como eran él

en broma, otros amores:

ni

jardineros sus mayores

sintió aquel

Amor

amor desde

sí,

no pasión. Porque

no cabía en esa alma,

como i

el

gusano

la cuna.

vil

el

ni pudiera:

roe

capullo

el

destruye en botón la primavera,

las pasiones, famélicos gusanos,

devoran

la virtud

de los humanos

corazones... I bien: el

jardinero

tenía en su jardín puestos los ojos i

era su gloria estarse

el

limpiándolo de insectos

¡Delicia de jardín, flores,

día entero i

de abrojos.

con sus hermosas

con sus campánulas pomposas,

sus lirios melancólicos, sus suaves

orgullo


PARÁBOLA OLVIDADA

gardenias, sus radiosos terebintos

que parecen en roja sangre tintos; sus

anémonas pálidas

graves,

i

sus galanes de amor, sus alcanfores orientales, sus blancas tuberosas,

sus claveles, heraldos de alegría,

sus nobles rosas, reinas de las flores, i

reinas de las rosas, sus famosas

rosas de Jericó

En i

la tarde,

i

Alejandría!

sentado en un banquillo

frente a su jardín,

jardinero

el

embriagaba sus ojos en

el brillo

multicolor de sus queridas flores.

Cada

flor se diría

un pebetero

encendido en su honor: gratos olores que llegaban a su alma

i

iban a recibir hasta

sendero

el

que

al

viajero

haciéndole soñar tiempos mejores!

La fama de aquel hombre, en del viento, erraba por

I

el

los

mundo

rumores

entero.

aquel buen jardinero era piadoso,

i

estaba siempre en paz con su conciencia

i

no dudó jamás de

i

la (8)

bondad

del

la

clemencia

Todopoderoso.


— VÍCTOR DOMINGO SiLVÁ

2^6

— No

mío mi jardín

es

sino de Dios.

I

solía

orando cada día

con tierna unción

daba gracias

— decir

i

con acento tierno

al ciclo

que vestía

todas sus flores de esplendor eterno.

I

amargábale a veces

de morir, por sus

la tristeza

flores.

¿Qué

sería

de sus flores después de su agonía?

Cuando ya ¿quién I

doblara la cabeza,

él

como

él

de sus

flores cuidaría?

oraba entonces más, porque creía

ver en tan dolorido pensamiento

mortal tentación del Enemigo,

la i

decía,

apurando su tormento:

—Perdóname,

Señor, yo te bendigo!

Sintiéndose morir, llamó a su lado a sus hijos. les

declaró

—Vosotros

— sois

todo

i

lo

mis

flores

que dejo.

Mientras viví, bien visteis

el

cuidado

con mis sudores,

con que

las cultivé

como

ordena Dios. Más ya estoi viejo.

La

lo

fatiga

me

vence. Dios

Escuchad, pues,

el

me

llama.

último consejo

de im padre que os previene porque os ama,


PARÁBOLA OLVIDADA

¡Cuidad mis pobres

No

dejéis

que

Háganse en

invierno las destruya.

el

ello

vuestras manos, diestras.

Amadlas much(\ mucho. busque

pero cuide también

Como

I

más aún

a todas

no

amad

florece!

a cada una. flores...

ha sentido su amor desde

i

la

los consejos del padre, la familia, unión.

cada muchacho i

el

el

seno

vario< días

en ser bueno

se esforzó

el

i

alegrías.

;ai!

la sierra:

Jardín Maravilloso

pues era como un

cielo a flor

de

tierra.

no duró mucho aquel concierto

del corazón de los hermanos.

quien descuidó sus i

fijos

prestijio del jardín glorioso

llamó

Más

cuna.

mente

Aun

llegaban peregrinos de se le

la

hubo en

en compartir angustias

Tras

Este anciano

murió. Lloráronle sus hijos.

Mientras tuvieron en

de

os parece,

hermano,

la del

si

Cuidad mis pobres

Dijo

si

escoja cada (ual la suya...

i

¡cuídela

que son vuestras!

flores,

Hubo

flores, inesperto,

presa de en\4diosa fantasía

22/


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

228

se lanzó a aventurar,

i

anduvo, anduvo.

Otro cercó la

i

dijo:

tierra,

Nadie toca mis

flores.

castigadas del frío

mostrando sus

Ya

mía.

sus flores

I

de los vientos

i

fueron perdiendo aromas i

—Es

i

colores

tallos macilentos.

voz del buen viejo no sonaba

la

dentro del corazón de los hermanos. El cultivo murió. La hierba brava invadió los cercados. Fué una pena

para

el

ocio fatal de aquellas manos:

una pena, un

un

dolor, casi

Todo, todo acabó. Guijas

quedan tan i

sólo

a ver

Id a ver

En

el

arena

donde ayer abrigo

solaz encontraba

—Id

i

castigo!

una alma buena.

jardín

—terminó

Cristo

Jardín Maravilloso.

el

verdad, en verdad, yo que lo he visto,

bien os puedo decir que nada existe

bajo

más estraño

el sol

Aquel viejo

el

doloroso.

jardín, gloria del dueño,

hoi llamarse podría

Roído por

i

hongo

el i

jardín triste.

la polilla,

aquel jardín era un celeste sueño i

hoi es una siniestra pesadilla!


PARÁBOLA OLVIDADA (listo calló. Mac'stio. no iv onticiiíU»

objrlú IVclro

replicó Jesús

le

])oscador.

v\

—día

día dv espiación

— Un

día-

tremendo,

(iiie

no

(juerría

para vosotros, día de amarguras

en

t}ne estaré

clavado en un madero

tal

cual dicen las Santas I^scrituia-,

tú,

Pedro, compañero de avenluia-,

te

acordarás de mí

Yo

del jardinero.

i

moriré! Benditas son las flores

que he cultivado, jardinero amante. Cuidadlas mucho, pobres pecadores.

Yo no

os diré otra cosa

en

el

instante

de sucumbir, envuelto en estertores

mi labio de aÜTutado agonizante.

Ya

la

noche

En

caía.

el

camino

de Nazareth, en medio del sosiego de un hermoso crepúsculo,

el

divino

raudal de la parábola, vertía >obre las almas el frescor de

un

ntre los surcos de .a

voz de Cristo, en

el

un riego

erial ardiente...

morir del día,

braba como un himno hecho torrente

do misericordia

i

poesía!

2^9



Mernes Santo de don

El

Fué una dulcemente El

visión tan rara la

tarde del

como

bañaba con sus oros

el

fugaz. Caía

más hermoso

sumerjirse por entre

sol, al

Quijote

día.

un mar de

fuego,

paisaje manchego.

Era en Abril. Los pájaros volaban a millares, batía i

de

un viento alegre

la esquila al eco

pasaban

De

los

pie,

los viejos encinares;

dulzón, entre los riscos

rebaños buscando sus apriscos.

bajo una encina secular, don Quijote

gvocaba sus lances más famosos.. El mote ie su blasón corría sin L

él

Sin

duda por

el

mundo

era para todos el héroe sin segundo.

duda

la

memoria de aquellos caballeros

ie los pasados siglos, tan bravos

como

ñeros.


¿3^

VÍCTOR DOMINGO SILVA

.

como bravos, ([uedaba oscurecida

tan nobles

ante los esplendores de su gloriosa vida.

¿Oué espada haber podía más firme que su espada vencedora de todo? ¿Qué mano más templada

que su incansable mano? ¿Qué ánimo más brioso que su ánimo, enemigo del sueño

que

arrolló en hora aciaga

ejércitos de ovejas

E] era

el

i

i

del reposo,

cuanto halló en su camino,

lanzas de molino?

Caballero de la Triste Figura,

que desde luengos se iba por

días, en eterna aventura,

donde quiera pregonando

de su Dios

su tierra, de su rei

i

El era quien cansaba con sus hechos,

el

la

voz de

mismo que en

i

su la

la

fama

dama.

leyenda

singular contienda

venció a aquel Caballero del Bosque, (caballero notable por

la

El era quien

enorme nariz de su escudero).

al

pálido fulgor de las estrellas

noche sus íntimas querellas

lanzaba hacia

la

de amor,

quedaba llorando

i

se

sin reposo

mientras partía Sancho, camino del Toboso...

El era

el

más

valiente

i

el

más enamorado.

Intrépido, animoso, gallardo, fino, osado,

no había fama alguna de caballero andante con

él

I el

cuando agredía,

jinete en Rocinante.

bravo caballero sonreía

al arrullo

de tantos pensamientos que halagaban su orgullo. Célebre en todo él

era

el

orbe, triunfante en toda guerra,

como un brazo de Dios sobre

la tierra.


VIERNES SANTO DE DON QUIJOTE

líL

l'n

áspera ronquido de profundos ronrones

irrancóle de súbito a sus divagaciones.

Jancho dormía. Echado

l)aj()

jozaba de su sueño con

la

bocinante

i

n un cariño

ansadas de

cpüetud del justo,

el

sueño, sin penas ni cuidado,

mutuo juntaban oír

sus orejas

siempre desafíos

El viento rumoroso jugaba en tal dulzura, tal

había jue

don Quijote,

calma en

lleno de la

iuspiró largamente,

quejas.

el follaje, el

paisaje,

emoción más pura,

asió la

i

i

empuñadura

su espada, pensando sin duda, en Dulcinea,

ie

;an bella

como

ingrata...

De

vecina aldea

la

como una caravana

legaba en ese instante, ,e

arl)usto.

rucio yacían a su lado,

el

por

i^encidos

un frondoso

trémulos sonidos,

Don

sones largos, sonámbulos, perdidos,

que eran

los días

jue aquella era la

Aquella fesús.

voz de una campana!

Quijote, sintiendo temblar en sus oídos

.quellos

lensó

la

que

él

veneraba tanto,

inmensa tarde del Viernes Santo.

era la hora de la Pasión. Gloría

Hijo del Hombre. Su trájica agonía

uraba largas horas. El pueblo sublevado

pzábase de su angustiada Gran Crucificado.

23.^


VÍCIOR DOMINGO SILVA

2 34

El pueblo redimido por El, rujia ahora,

hambriento de su muerte, como una arrolladora marea. El pueblo alzaba sus manos asesinas riendo de ver a un Cristo coronado de espinas...

La campana

seguía sollozando. Sus sones

temblaban como estraños fragmentos de oraciones, i

erraban estraviados, dispersos por los vientos

como despavoridos enjambres de lamentos.

Don sintió

Quijote, llevado de sus sueños lejanos,

que

Tendió i

le

embriagaban éxtasis sobrehumanos.

la vista

vio lejos,

mu

inquieta por lejos,

i

el

vasto horizonte

sobre un abrupto

monte

perdido entre arreboles, a las ambiguas luces del crepúsculo, alzarse tres solitarias cruces.

Cristiano viejo, el épico hidalgo visionario

hallábase en presencia de

Era

Cristo!

un sangriento

Calvario.

El oía sus voces de esperanzas,

veía sus costados abiertos por las lanzas; oía los insultos

i

las

imprecaciones

del pueblo, ante la cólera de escribas las plegarias

de Dimas,

las

i

sayones,

blasfemias de Jestas;

veía a las mujeres subir las agrias cuestas del Gólgota,

entre lágrimas, bajo

brutal sarcasmo

el

de las turbas rabiosas, con sus hijos en Veía, en

toda

la

fin,

suspenso de admiración

dolorosa crucifixión de Dios.

i

pos...

pasmo,


EL VIKRNES SANTO DE DON QUIJOTE Vvvo dv

Járonte) ¡oh rara

oh ospeluznanto

Era

sufría el

él,

el

estaba

!

estraña maravilla!

trájica visión

Caballero de

3ra él, el

:iuien

i

i

de pesadilla!

Triste Figura,

la

vejamen de aquella atroz

invencible,

el

235

tortura.

par caballero,

sin

desnudo, clavado en un madero,

allí

nerme, desvalido, doliente, ensangrentado, t)efado

por

hombres, de Dios abandonado.

los

Fenía sed, pedía, brindábanle las heces,

Sancho, su escudero,

.

le

negaba

tres veces...

Furbas abyectas, ebrias de un colosal :iuerían

por

mismas consumar

Miserables que e llenaban

él

mismo con

de escarnio,

Qué vergüenza! ¡Qué soportar, e

le

el

impetuoso manejó

martirio.

su brazo amparara

escupían

oprobio!

delirio,

Don el

la cara.

Quijote no pudo

ancho escudo

sintiéndose con bríos de diez mil paladines

para acabar con todos aquellos malandrines,..

I

todo en aquel punto despareció. Caía

dulcemente [

1

él sólo

la

tarde del

vio a lo lejos venir por

Cristo con su agreste

Era Jesús,

ms

más hermoso

él

el

día.

camino

bordón de peregrino.

mismo! Su dulce faz serena,

claros ojos bellos, su barba nazarena.

Era Jesús,

él

mismo

divino vagabundo

^ue bajó de 'os cielos a redimir 5u túnica flotaba

como sobre

Sus labios sonreían... Era

el

el

el

mundo.

abismo...

mismo! Era

el

mismo!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

236

I

don Quijote, a punto de arrebatarse,

oía

sus pasos armoniosos en la quietud del día.

Jesús se aproximaba mirándole. Sus ojos

humildes él

i

le

invitaban a templar sus enojos,

oyó que decían, aunque mudos, sus

«despreciad las injurias

|Cómo encantaba sentía en

él

Jamás

el

el

labios:

olvidad los agravios».

i

de su mirada! Ahora

el brillo

alma como una luz de

aurora*.

Caballero de la Triste Figura

había paladeado semejante dulzura.

¡Cuan

lejos sus ardores

su melancolía!

i

El contemplaba a Cristo

Cristo le atraía...

i

Después llegado apenas, Jesús i

él

cayó de rodillas

i

besó

le

Era de noche. Ahora

la

le

la

dijo:

«¡Hermano!»

mano.

voz de

la

campana

huía entre las sombras, cada vez má.s lejana,

hasta cesar del todo. El bravo caballero despertó de sus éxtasis

— «¡Vamos!»

le dijo.

quiso alegrar a su

Don

Sancho, venciendo su pereza,

amo con alguna

simpleza.

Quijote, severo, le hizo callar... (El viento

bailaba en

I

llamó a su escudero.

i

el follaje

ambos,

montaron

i

el

uno

con un compás mui lento).

triste

i

partieron por

el

el

otro algo mohíno,

primer camino...

S


Oración t

Delante de esta muerte que es

de todo

el

ante esta la

el

Rubén Darío

duelo

pensamiento americano;

tumba en que

detiene

el

vuelo

Eternidad, para escribir un nombre

que

sale

en luz de su estendida mano;

junto a la piedra en que descansa ese hombre de las angustias de alas a la oración

pura

que en rendirse a de

la

humana

la vida, i

demos

sencilla,

los arbitros

supremos

existencia, no hai mancilla:

¡baja la frente, en tierra la rodilla,

hermanos melancólicos, oremos!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

238

Oremos,

por

sí,

por su memoria

él;

de rapsoda inmortal; por

el

martirio

de su doliente juventud, por todo: por la luz de su jenio

por su ansia,

i

de su gloria,

su piedad

i

su delirio;

i

por su vida de azar, cisne entre

el

lodo;

por su estro enorme, que fué albor de luna i

ancho incendio de

i

dulce madrigal,, canción de cuna

i

toque de

clarin, hierro

i

por la

que reanimó su ensueño*

¡fe

fe

sol, grito

zahareño

armiño;

i

de jigante en corazón de niño!

Oremos, los que,

sí,

como

por todos los poetas; unjidos por la gracia

él,

de la ilusión, chispeantes las inquietas pupilas a la luz, conquistadores del Ideal, cabalgan en su audacia i,

magos a

que trovadores,

la par

atan sus rimas en un haz de

con i,

al

el

flores

luto sutil de la armonía;

borde de

la

noche honda

i

sombría,

interrogan la esfinge pavorosa

que preside, en cada

ser,

el

vértice del

mundo,

cada vida, cada cosa;

o asisten al

monólogo profundo

de las frondas, las aguas

i

los vientos


ORACIÓN

II

do

la

montaña;

la tierra

i

i

239

llenan los abismos

del mar,

con

los

aeentos

de que se sienten ebrios ellos mismos;

andan, como la luna, entre

i

del rústico idilio ante

el

sombra,

la

encanto

traducen la emoción que no se nombra con un suspiro que consagra alzan

i

un himno

que a un i

en

que,

de i

i

mismo

u)i jiiisnio

llanto;

el

a ¡a primer mirada

tieinpo de dos ojos brota

volcán sus alas

quema

tornando la noche en alborada,

un corazón hace una dulce nota

de dos corazones

sorprenden

la

un poema;

escena primorosa

del tibio hogar, la cálida fragancia

de una camita hecha de nieve

para o

el

celeste

empujan

como

sueño de

la infancia;

los guerreros al

Tirteo, o

rosa

i

combate

van contra im verdugo

de pueblos, con canciones en que late

no un pueblo, no,

la

Humanidad opresa

que hace. pedazos para siempre

como

el

yugo,

aquella gloriosa Marsellesa

que arrulló en su niñez a un Víctor Hugo; o logran, buzos de almas, portentosos

intérpretes de Dios, cuyas siluetas se

empinan como

cúspides, colosos


VÍCTOR DOMINGO SILVA

240

de

la imaginación, héroes, profetas,

representar

universo entero

el

en estrofas de acero viviendo en las

tiniebla^^

por todos los caídos:

sí,

que soñaron

los

i

lucharon, llenos,

también, de aliento,

de horror,

i

como Homero

como Dante!

o bajando al inñerno

Oremos,

de diamante,

i

i

cuyos alaridos

cuyos formidables trenos

triunfan de indiferencias

por los artistas que, ebrios de ensueño

i

i

de olvidos:

al hollar la

vida,

de esperanza ufanos,

corren tras la visión de un pensamiento

que i

les

mostró

encuentran

un polvo de

la

senda

florecida,

sólo, al entreabrir las

que deshace

iris

por todos los Quijotes

i

el

manos

viento;

Cyranos;

por todos los idólatras que mueren

bendiciendo i,

afán que los tortura,

el

bebiendo sus lágrimas, prefieren

morir, a claudicar de su locura;

por los que acarició con su ala májica el

dulce frenesí de la Belleza;

por los amantes de la

de boca torva

i

por Byron loco

musa

trájica

pálida cabeza; i

por Musset sombrío;


ORACIÓN

por Lcopardi, royéndose su

241

hastíf);

por Bécquer, pastoreando su tristeza,

poT Poe que llora ;por

Honrik Heine

¡Aventureros de alas a la oración

la

humana

¡baja la frente,

i

por

Rubén

la gloria!

pura

que en rendirse a de

por Veri ai nc que reza...

i

i

Darío!

Demos

sencilla,

los arbitros

supremos

existencia, no hai mancilla:

en

tierra la rodilla,

hermanos melancólicos, oremos!



Gloria

cuando espoleado mi intinto vagabundo

Ayer,

por locos pensamientos de conquistar dejé

el

rincón paterno, lo mejor del bagaje

de ensueños

i

quimeras que a

fué la ambición

la

¿Qué llenó de

ilusión

espalda

me

traje

suprema de consagrarme un día

poeta de la tierra de mis padres,

ni hizo

mundo,

el

i

mía.

más hermosa? Nunca esperanza alguna

más dulzores

el

vaivén de mi cuna

temblar, en raptos de

más puro

como una gota de agua mi corazón de

cariño,

niño.


— VÍCTOR DOMINGO SiLVA

;¿44

Porque yo amé con ciega pasión, con ansia ardiente

mar

tu

azul ¡oh Patria! tu cielo trasparente;

la

brega de tus pueblos, la paz de tus alcores;

tu

sol,

campos pródigos de

tus

efluvios

colores;

i

tus lagos pintorescos, tus gráciles colinas, tus

pampas

toda

tú,

i

tus selvas, tus granjas

i

tus minas;

cada palmo de suelo, cada poro,

desde tus

islas

de ámbar a tus montañas de oro!

¡Con qué vibrante júbilo, con qué injenua alegría,

pensaba en

la

primera canción que entonaría

como ofrenda de amores pero adorable

tal vez,

i

a la Patria! Quimera

adorada, yo hubiera

querido que mis versos, tronando en mi garganta, ardieran

chispearan

i

para rociarte

— ¡oh

como con una

Más,

como una hoguera santa

cara visión de mis mayores!-

lluvia de luminosas flores!

como palomas que

ai!

despueblan de improviso así,

a la crueldad del viento

los altos

campanarios

cuando empezaban a desgranar su acento,

huyeron esparcidos mis versos veintenarios.

¿En donde

—imajen la

hallar refujio?

de una

La Patria no

existía

imajen—más que en mi

cuna de mis padres,

el

fantasía:

nido de mi raza

todo lo hallé a mi vista como una sombra,

inerte...


GLORIA

enmudecí, sintiendo

:I

amenaza

la invisible

de espantosos tambores

I

245

tocaran a muerte!

(¡ue

sabe Dios que nunca mi corazón tornara

a acariciar la ofrenda que hoi dejo ante tu ara oh, Patria! oh, dulce Patria!

una

si

ilusión tan bella

no hiciera como entonces resplandecer tu si

un nuevo

juventud

soph), lleno de

no orease tu bandera;

si

amortajó tus cumbres

i

Hai Patria, pues! La tribu varón

¡Salud,

echáis

al

surco

el

el

ocio

i

velo

el

ennocheció tu

se

pone en

ilustre! Salud, viril

que, despreciando

brío

ígneo escalofrío

el

de una jigante aurora no desgarrase t]ue

i

estrella;

pie,

cielo!

de nuevo.

mancebo

huyendo

la fatiga,

grano que ha de tornarse espiga!

II

Átomo de un gran devuelve todo ruido... i

el

Yo

mi

espíritu sonoro

canto a un tiempo

hierro que lo bruñe; la lumbre

la perla

Yo

siglo,

como

canto

el

al sol

cuarzo; la pez

i

como

la

el

oro

humareda;

la seda.

que deja su irradiación en cuanto

bajo la inmensa cúpula gravita

i

vuela;

i

canto


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

246

al

mar, que hace

fecundador;

al

i

hecho caudal

i

donde bosteza lo

mismo

que

el

las nubes; río,

a las nubes;

i

al

viento

que parece un tormento

música; el

i

i

a las selvas;

lodo

al

i

agrio reptil... lo canto todo:

soplo lleno de

amor de

las

montañas,

vértigo que viene violando las entrañas

el

de las modernas urbes,

el

vértigo homicida

que en medio de cadáveres hace saltar

Todo

lo canto.

Todo retumba en

de mis robustos nervios. La vida, brutal,

— me

la vida!

cordaje

el

—ese

oleaje

arrastra a veces. Al borde del abismo,

«¿Quién eres? De qué sirves?» preguntóme a mi mismo i

al

punto ese estallido de mis angustias

mi propio

instinto,

sella

alzando su grito de victoria:

«¡Te debes a la Patria, poeta, sólo a ella,

como que tú has nacido para cantar

I alzo

entonces los ojos,

i

siento en

su gloria!»

mi alma,

alerta

a las profundas voces del porvenir, en cierta i

fecundante jénesis,

que alumbra

i

la fe, la fe

bendita

enaltece, que alienta

Despliego la mirada,

i

i

resucita.

estremecido, veo

la Patria

de mi infancia que vuelve a erguirse... Creo

que

virtud por éjida, la gloria por destino

la


f.I.OKIA

ya es tiempo de

echemos a andar por

t^ue

de todos los progresos. a nuevos ideales

el

Ya

camino

el

siento que se abraza

alma de

la

raza;

que algo sagrado, un 铆mpetu de redenci贸n,

se lleva

hacia la luz los sordos clamores de la gleba;

que i

el

pueblo, siempre joven, se yergue desde abajo

hace chispear de nuevo

que

la

bajo

armas del trabajo;

concordia barre los odios fratricidas;

que avanza i,

las

el

el

sol

forman un

riel

que

pasando por sobre rie,

las

las fronteras

manos estendidas

arco- iris de todas las banderas!...

}*



Con su sonM)ra Al pie del monumento a

Manuel Antonio Matta, en Copiapó.

¡Oh tú maestro

más puro que tu pero veraz

i

i

procer!

Tú que en

gloria, deja a

mi

fuerte desde que a

la tierra fuiste

labio, triste

te

nombra,

vibrar su verbo lírico para evocar tu sombra.

Aun

creo verte unjido de la virtud, que es ima,

vencer en las tormentas del foro

i

la

tribuna,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

250

tender i

ancho espíritu hacia

el

los

cuatro vientos

alzar al sol las haces de augustos pensamientos.

Aun

creo verte, hermoso con la hermosura fuerte

de un dio?, bajo

armado con

el

decir a Judas:

ínclito

la

aureola de un dios.

creo verte

rayo de luz de tu doctrina,

muere!

noble viejo!

i

Aun

i

a Lázaro: camina!

Yo

creo en

tí.

Por eso

creo en los formidables empujes del progreso i

siento los temblores sagrados con que abraza

en jénesis

la libertad

el

alma de mi raza.

II

Hijo de las montañas, tenías algo de

Amabas probaron

Como

si

atraías la tempestad.

i

la

ellas.

Tus huellas

rudeza del páramo en la cuna.

hollaras cumbres, pisabas la tribuna.

Bilbao, ese poeta de espíritu romántico,

fué

un pastor de quimeras. Fué su palabra un cántico

de amor crispó

i

de esperanza. La luz de la Jironda

como una

selva su cabellera blonda.


1

CON SU SOMBRA

Fué

iin místico,

abiertos por

amado

I

25

un vidente cuyos azules

ojos,

éxtasis, brillaron entre abrojos.

el

de los dioses,

el

tedio

i

la tristeza

segaron, con su ensueño, su juvenil cabeza.

Gallo, ese formidable cachorro del desierto,

soberbio por lo joven, audaz por lo inesperto, alzó banderas nuevas

rompió su acero

Magnífico triunfar

i,

Tú Ni

el

bravo entre

al frente

brillante

los bravos,

de su lejión de zuavos,

como un

pudo

príncipe,

gran caudillo, cayó sobre su escudo.

Blandiendo selló

i

i,

la

palabra lo

con su holocausto

fuiste

mismo que

la fe

la

espada,

de su cruzada.

más, tú fuiste como Jesús, maestro.

fausto sol del éxito, ni

el

huracán

siniestro

de la pasión, ni nada, desvió jamás tu paso: te hallaron

Tu

fuiste

siempre

mismo

ocaso.

un formidable propagador de

ideas.

Vertíaslas en diarios, estrados i

las ideas eran,

como

el

aurora

el

el'

la

i

i

asambleas

goteando de tu mano,

feraz rocío del corazón

humano.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

III

Abajo

la vorájine

i

arriba

horizonte,

el

ante tus pies tenías la cúspide bifronte.

Bebías luz,

punto, para que jerminara,

al

i

derramabas toda sobre

la

Nadie cual tú

turba ignara.

la

se atrajo los odios del

abismo.

El Dogma, acaso entonces más fuerte que, tú mismo,

oyó desde su noche tu alerta jeneroso i

contra

¿I

rehizo su inercia, ese coloso.

qué? Bastó que abrieras, para triunfar,

en un supremo jesto de apóstol

En vano que amó ínclito

Ni

te acosaron: era

como

i

el

labio

de sabio.

la

palma

Jesús, la austera virjinidad de tu alma.

i

noble viejo!

Aun

la atracción del oro fué

creo oir tu acento.

nunca tu tormento,

ni te arrastró el delirio fatal de las ciudades...

¡Volaste,

como un

Hablabas,

Tu

i

cóndor, sobre las tempestades!

te oía

de pie

la

muchedumbre.

índice de profeta mostrábale la cumbre.

¡Excelsior!

pasaba por

i

al influjo

las

de tu potente grito

almas un vértigo inñnito.


CON SU SOMBKA

253

IV'

Hoi que

huérfana de sus mejores hijos,

la Patria,

vive de incertidumbres,

en la

los indicios

mano

el i

la Patria

dedo que

un

empuñe su bandera;

aguarda, presa de ambigua duda

la guíe, la

que, barriendo

ate en

sólo

los ojos fijos

vagos del porvenir, espera

vigorosa que

Hoi que

con

i,

el

voz que

sacuda

la

áspero breñal por donde avanza,

nudo su

fe

con su esperanza;

Hoi que por donde quiera

se cree ver

un Hombre,

yo admiro como un símbolo de redención, tu nombre.

como un

Poeta, yo fulmino i

conjuro,

oso evocar tu sombra de apóstol

Porque yo sé que tu alma,

cómo

los pies del

cómo en

la

el

maestro.

misma siempre, observa

bárbaro hacen morir

la carne

la hierba;

santa de la justicia imprimen

sus lívidos tentáculos, la crápula

Yo

i

el estro,

i

crimen.

el

sé que tú divisas pasar, desde lo alto,

vuelo de los cuervos que avanzan

al asalto;

mientras están, por obra de cínicos disfraces,

en proscripción

los

buenos

i

en triunfo

los audaces.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

254

miras

cómo

avance de

la traición.

amparo inicuo de

al

ya nadie i

el

se

miras

hipócritas mentiras,

avergüenza del beso de Iscariote

Sancho monta

noble rocín de don Quijote!,

el

V VengSi,

pues,

tu palabra fecundadora.

Venga

tu voz, que tuvo arranques de gloria en cada arenga; tu voz apocalíptica que,

como

triunfó de la calumnia, del odio

¡Alumbra desde

lo

alto!

tu alma, fuerte,» i

de

la

muerte.

Fulgura! Vuela! Vibra!

Da luz a algunos ojos! Conmueve alguna fibra! Exhuma los recuerdos, ausculta los olvidos, i

haz palpitar de nuevo

entusiasmos idos.

los

De nuevo di a las almas que el ideal no ha muerto; que él duerme en las entrañas de aquel futuro incierto que, entre la apoteosis de ardientes profecías,

con

fe

clarividente,

Encarna en un

soñabas

i

sentías.

espíritu tu amor, tu

fe,

tu aliento.

Llénele de su fuerza tu propio pensamiento, i

sea suyo

el

grito

que exalte una doctrina,

que diga a Judas: muere!

i

a Lázaro: camina!


— CON SU SOMBRA Entonces, brillar

sí,

de

niuvo

en su alma oscura

Habría patria entonces i

se pc^ndría

Entonces, cantar i

al

nuestra

luz de

—le3'enda,

en marcha bajo

sí,

multitud

la

la

querrían,

255

v\

por

un nuevo raza,

inmenso

la

vería día.

suelo cielo.

pasión pulsadas,

par de todo las liras hoi calladas;

voz profunda, vibrante, estremecida,

haría en torno nuestro repercutir la vida!....



Al pie

de

la

bandem Ciudadanos! este instante, quién nos llama,

¿Qué nos une en

encendidas las pupilas

¿A qué viene

i

frenéticas

las

manos?

ese clamor que por el aire se i

retumba en

No no

es el es el

el

derrama

confín?

trueno del cañón, canto del clarín:

es el épico estandarte, es la espléndida oriflama,

es

el

pabellón

patrio

que halla en cada ciudadano un paladín. Oh, bandera!

La querida,

la sin

mancha,

la

entre todas las que he visto! (9)

primera

Cómo

siento resonar


— VÍCTOR DOMINGO SILVA

258

no en mi

oído, sino dentro de

mi ardiente corazón,

tu murmullo

que tu i

es alerta

murmullo que.es consejo en

que en medio de

es arrullo,

i

hogar

la tertulia del

las balas es rujido de león!

¡Cómo siento que fulgura, con qué ardores, la gloriosa flor

conjunción de tus colores,

de majia, hecha de fuego, de heroísmo, de

La soñamos inmortal

¡La bandera!

con su blanco, con su rojo

i

con su azul en que descuella,

perla viva

esa

i

colosal,

estrella

arrancada para al

océano de luz del

La hemos

ideal!

ella

cielo austral!

visto desde niños, la

como amamos

queremos

a la novia, con supremos

arrebatos, con ternura, con unción.

Ella vive palpitante en las visiones familiares

de i

al

que

los

días

escolares,

mirarla hecha jirones nos parece ella grita al

desgarrarse porque mece

loque aun queda nuestras almas de esperanza, de

ilusión,


AL PIE DE LA HANl)i:RA

Todo pasa! usurpa

iu)s

trájiro

\'icnt()

lo (pie

amamos,

25<)

siniestro

i

lo

que es nuestro:

padre noble, dulce madre, tibio hogar.

Somos huérfanos; erramos, dolorosos por

¡Sólo tú,

caminos

insólitos azar...

al

i

peregrinos,

bandera (piedas; sólo

tú. (pie

nunca mueres

porcjue tú eres

toda

el

alma de

la patria,

bajo

o sobre

el cielo

el

mar!

bandera! ¿Quien olvida

;T.a

cpie ella

ha sido como una hada pava nuestra edad florida?

¿Quién

al

no

la

verla que, a pleno aire, se levanta

advierte

como una alma enamorada de ¿De

en

los

qué trémula garganta,

grandes días patrios, se escapó una nota sola, a

que

como la

en

la vida?

lo alto

no haya respondido el

eco

más

sentido

bandera que tremola

de un madero carcomido

de la escuela, del cuartel o del torreón?

¿Qué muchacho, entre

la gresca vocinglera

de Septiembre, malamente disfrazado de soldado,

no ha jurado


VÍCTOR qOMlNGO SILVA

26o

convertirse en héroe patrio

hasta

el

defender de su bandera

i

último jirón?

¡Oh, bandera!

Hai ingratos que

Trapo santo!

niegan que se burlan del encanto

te

con que envuelves fascinas, que no entienden el lenguaje i

de tu risa

de tu llanto.

i

Mientras tanto

yo

sé bien

Yo toda

que no hai ninguno que, nostáljico,

sé bien el

i

no tiemble,

i

no

llore

i

te

no suspire,

en tu homenaje!

que a más de un pobre desterrado

alma en un

cual se arranca

el

sollozo has arrancado

duro hierro de una herida,

cuando errante por naciones estranjeras con su fardo de dolor,

ha observado que entre un bosque de banderas sólo falta la que

Yo

sé bien lo

amó toda

su vida,

¡la

bandera

tricolor!

que

se siente

cuando a

solas

desde un barco, mar afuera, entre las olas se percibe la silueta i

sobre

él;

de un peñón

a todo viento, la bandera,

mire


— 1

AL PIE DE LA BANDERA

I

la

bandera qno saluda cariñosa,

la

bandera que es

la

el

madre, que

hogar,

26

es la esposa,

patria entera,

la

va oculta en nuestro propio corazón!

(|ue

Yo no

cuando si

es

más grande

en

bandera:

la

(^ampo de batalla,

el

inflamada por relámpagos de cólera guerrera

deshecha por

i

en

o

(|ue

i

la metralla,

levanta en plena urbe su armazón, es

porque no que

del

plomo

alto tijeral del edificio

el

donde

i

el

como un heraldo de se

rije,

ha consumado

el sacrificio

con heroica bizarría,

compás de su martillo por

el

alegría

el

ritmo del pulmón.

Sólo sé que para ella es siempre

el

mismo

cualquier jesto de heroísmo;

que

ella

si

misma majestad madre

otros...

La bandera

es

en medio de

los vivos a

menudo

a unos i

cubre con la

i

el

es

hembra!

odio siembra,

por encima de los muertos sólo arroja la piedad.

Ciudadanos!

Oue no ni

un

sea la bandera en nuestras

ridículo juguete,

ni

manos

una estúpida amenaza,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

202

ni

un hipócrita

fetiche, ni

una insignia

Veneremos

como

al

símbolo divino de

la

baladí.

bandera

la raza:

adorésmosla con ansia, con pasión, con i

no ataje nuestro paso, mina,

cuando oigamos que nos «¡Hijos míos!

foso, ni trinchera

grita la bandera:

Defendedme! Estoi aquí!»

#

frenesí,

«


&[

Siirsuín

Corda

En una

velada estudiantil,

con motivo

del

sacrificio

de Marcos Nlacuada.

¡Salud,

brillante

terrón a que

yo amo

sol

el

me i

pléyade,

adhiero

la vibración, el ruido,

la

i

como

la

hiedra

oscuro

el

muro,

al

suspiro por la racha de viento...

Hoja de hierba, admiro que fluye

Desde

salud!

se espereza

la luz, el

movimiento,

como que son

vida

la

con amplia sacudida:

vida que en tus ojos, juventud, centellea;

en tus venas sangre

en tu cerebro idea,

que

es

risa

en tus labios, ímpetu en tus miembros,

en tu alma

c^ue

ve

el

i

mundo, para su

fé,

i

ensueño

pequeño.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

264

Salud, brillante pléyade en cuya ardiente vista hai

una chispa que habla de fuerza

de conquista!

i

Salud por tus afanes! Salud por los asombros

que

te

circundan, mientras sostienes en los hombros

Salud por tus arrestos

los ideales patrios!

de lucha; por

el

brío que en tus gallardos jestos

palpita; por el ansia con que

indiferente al triunfo lo

Poeta de

la raza,

rompes

mismo que

el

al fracaso!

¿no he de cantar tu empuje?

¡Oh, juventud! mis versos, en los que i

la tristeza llora,

i

paso,

hasta

murmura

el

el

odio ruje

ruego,

quisieran ser de bronce, quisieran ser de fuego

para que así escucharas

con que la

poderoso alerta

el

van mostrando, soberbiamente

te

senda que, a

lo largo del

tiempo

i

abierta,

de la historia,

debieras hollar siempre para tu propia gloria!

Porque

de la raza,

i

tú cantas en

de mis arengas, i

i

estallar

viril

el

el

aliento

acento

algo de tus ensueños vibra

ondula en mis ensueños,

que hace

porque eres tú

eres tú la fuerza,

i

eres

mis versos

nubadas de suspiros

i

i

como

la fibra

arroja en mis

truenos de anatemas!

poemas


SURSUM CORDA

Te siento mía. Tenido de c[ue arrostra los peligros

las

i

26-

la fé del

tormentas calma,

los nervios herlios rayos, la sangre

mente soñadora

la

No

temas.

No

i

ni las espinas.

para qne (^ue

Anda! Se

la fecnndes.

no conoce

Recorre con los ojos

No

horizonte inmenso.

el

adviertas los abrojos

te ofrece la

Sé siempre

miedo

el

ni

bien:

nada

es la

el

vida

alma

fuerte

piensa en la caída...

¡Tu fé está por encima del vicio

I

hecha torrente,

corazón ardiente!

el

vaciles.

alma

muerte para

de la muerte!

i

el

que hace

la

vida

abriendo surcos donde sembrar, en sostenida labor, sueños o ideas. Tal

muerte

es sólo

un paso

de triunfo hacia la gloria: la sombra de un ocaso a cuyo tacto el

el cielo se

ha de

vestir de fiesta:

turbión que bautiza los páramos hirsutos:

o la inclemente ráfaga que azota la floresta

para que

el

polen vaya desparramando frutos...

La muerte es de la

tierra

la

muerte

ya

no envidia del

ese

anónimo sin f é que hoza

fructífera,

i

escarba

como una hambrienta

larva;

es del que, presa del ocio o la fatiga, el

que mira

vuelo la

al

vida

cóndor

como

al

ni el tesón a la

través de

hormiga;

un sueño;


VÍCTOR DOMINGO SILVA

266

hediondas supersticiones, medra;

del que, a favor de

del que

en

en

el

las alturas

lago es fango, parásito en

humo,

en

i

los

abismos

leño,

el

piedra...

El hombre que prodiga su actividad,

brío

el

de su carácter, todo: su corazón bravio su cerebro ardiente; que alienta; que se libra

i

como un campeón sufre,

i

ama,

i

i

al

medio de

odia,

i

siente pasar la vida por

hombre

el

que,

hace flamear anhelos,

el

vibra,

haz de sus nervios;

venciendo bestiales apetitos,

al viento,

i

al sol sus inauditos gloria,

i

que conquista

horizontes a su insaciable vista;

hombre que, braceando de

el

i

entre ímpetus soberbios

como enseñas de

más amplios

la palestra,

frente en el proceso

de las razas, se pone del lado del progreso;

hombre

el i

a quien lo incierto del porvenir tortura

a la infecunda calma la ajitación prefiere;

hombre que

el

podrá, llegando

es el ánjel proscrito de la altura, el

día,

caer...

pero no muere!...

¡Salud brillante pléyade, salud!

que seas tú quien

De

tí se

de que i

alce

i

ajite

La Patria espera

su bandera.

espera todo, juventud,! Es ya hora el

espacio surquen relámpagos de aurora

que con amplio jesto de sembrador tu

mano

arroje a todo viento la plenitud del grano!


SURSUM CORDA

ruando la

cerrarte (luieraii

envidia subterránea,

¡arróllalos! tjue

desde

i,

el

dueña

del

el

la

paso,

267

el

ocio inerte,

sórdida mentira,

por\'enir,

adviíMtc^

alto polo la C'ruz del Sur nos mira.

jl

#



Lcinto secular

En la

Proceres: despertad! Dejad la Si

por

todo

lei

implacable de

se acaba,

es lei del

que

no

el

la Historia,

derrumba,

sirve a vuestra gloria.

os invoco: mirad!

libertasteis,

ante

se

tumba

corazón que no sucumba

nada de cuanto

Yo

todo

primer centenario de República. el

que

Mirad

la tierra

quisisteis tanto:

tesoro de ideal que encierra,

diréis

que fué bárbara

la

guerra

que nuestros lares bautizó con llanto.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

270

Nada de vuestro ensueño

ha perdido.

se

Mientras en nuestra Patria aliente un hombre

que en su alma brinde a

nunca

la virtud

nunca

la ingratitud,

el

un

nido,

olvido

coronarán de espinas vuestro nombre.

Ved a

Contempladla erguida

la Patria!

«lucir al sol las juveniles galas»,

bañarse en lumbre, saludar la vida, i,

sin

miedo

al

error ni a la caída,

tender, henchidas de huracán, las alas.

Vedla con qué emoción, con qué entusiasmo se

dispone a ascender. Firme, tranquila,

no

le

i,

importan

befa ni

la

ajena a la fatiga

mide con

I

al

i

ostenta

así,

Plena de

fé,

teme

acósenla,

i

I

eso es

veréis

el

raza,

tesón de hormiga.

i

i

la pupila,

como blasón de

bríos de cóndor ni

sarcasmo;

marasmo,

inmensidad con

la

oféndanla,

el

ni

cómo

veréis

amenaza: rechaza;

cómo

castiga!

fruto vuestro, es vuestra herencia,

Vosotros mismos,

al

decirle

un día


CANTO libro!

¡oros

de

sil ser...

es

el

sería

conciencia

¡La razón de su existencia

Nada

os lo debe ("hile.

hazaña de Colón

sin vuestra

fuera

hazaña.

vuestra espléndida (luimera,

sin

Chile,

aun

la

última frontera

imperio colonial de España.

del vasto

Sería la el

disteis la

horror por toda tiranía!

Todo la

le

J71

SFXl'I.AK

más pobre

factoría,

rincón de esta «América inocente».

Tierra inquisitorial, hosca

i

sombría,

no habría recibido todavía el

ósculo de Dios sobre la frente!

***

I el

la sí,

ósculo de Dios es

muchedumbre de pero

¿callaría

si

el

hoi! El

que espera pueblo

pudiera

protestar sin peligro?... Si no fuera

para los poderosos, la canalla?

¿Callaría

el

rebaño,

si

la ira

de los malos pastores lo dejase?

calla,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

272

Por algo

ha inventado

se

de que

el

¿no es

¡ai!

pueblo

la

I si delira

delira...

por la mentira de una frase?

iJenerosa ilusión la que

Por

le

pueblo agotará

ella el

por ella

mentira

alienta!

vida,

s.u

pueblo morderá su afrenta

el

sin exijir a los felices cuenta

de los antros sin luz en donde anida.

que

¡Sin exijir llevar,

que

se le

diga a donde

su reclamo;

se le escuche,

que en su abyección

sin exijir

porque, aunque es cierto que la

sabe que está sobre la

El pueblo sufre,

¿Por qué i

es

ájil,

i

le

Sufre

amo!

i

es robusto,

en lechos de Procusto túnicas de Neso?

trabaja. Sus fecundas

talan las selvas,

rompen

los

responde,

su dolor no es justo.

i

es valiente,

quema en i

el

lei

está en la infancia del progreso,

si

se le tortura

o se

lei,

ahonde

se

mueven

manos

las turbinas,

montes, secan los pantanos,

cubren del oro de vacian del oro del

la

mies los llanos,

filón las minas...


CANTO SECILAR

273

Ashaveiiis licroico, su pie inquieto

vadea

no se qué fatalidad sujeto,

a

i.

atraviesa punas;

ríos,

ese pueblo infeliz es

gran forjador de

el

qué

'¿de

las fortunas.

que ese pueblo crea

las fortunas

I

analfabeto

i

sirven? ¿le procura ese oro

le

auras de redención, rayos de idea? I

en cambio en

como

mazazo en

el

sociedad golpea

él la

el

testuz del toro...

Su3^a es la esclavitud de las faenas

en

el

Para

campo, en

;No eS las

no

él

que

el

se

el

han roto

vino: es

le

mar, en las montañas.

el

las cadenas...

hambre, son

las

penas

están royendo las entrañas!

^^i'fi

Proceres:

Tarda en

vuestra acción no se ha cumplido.

llegar la luz.

de reivindicación para

para

el

que,

al

Tarda el

la

hora

caído;

dar a vuestra voz oído,

oyera un dulce rumorear de aurora.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

¡74

¡Qué hermoso vuestro

ideal,

i

cuan sagrada

vuestra misión! ¿En donde heroica jesta,

como

la

que hizo de

la

emprende su jornada

esta Patria que

entre gritos de triunfo

Nos

antigua indiada

i

de protesta?

disteis patria: la actitud

que inviste

provoca asombros.

despierta celos

i

Hai

pero ¿por qué no existe

patria,

ni

para

ni

para

el el

sí;'

indio mansurrón

pan

del trabajo; I

el

pueblo es

ni luz, el

en

el

los

huérfano que apura

éxodos

sin patria, el sin ventura?

no, la Patria no

ha de

la Patria, si hai, tiene

Hai que decir I

triste,

roto que la lleva en hombros?

¿Por qué días sin

i

al

ser la altura;

que

ser

de todos!

pueblo: lee! piensa!

en marcha, ya sin inquietud alguna,

ha de tener esa falanje inmensa su nuevo Apocalipsis en la prensa i

su nuevo Tabor en la tribuna.

Hai que bajar hasta sus propios males; luchar contra ia atroz supervivencia


CANTO SECULAR

do prejuicios absurdos

i

275

bestiales;

derribar esas losas sepulcrales al

írrito

de ¡LEVÁNTATE, conciencia!

Hai que

Iukxm'

de ese pueblo, de esa altiva

fuerza social eu trájica odisea,

alma

([ue irradie, (^spíritu (jUe

viva...

jl

pues es justo levantarlo: arriba!

¡I

pues es bello redimirlo: sea!

¿Ki

«^



Lq Nueva /Wcirseilesa

j

en i,

Hermanos en el

dolor

i

la

vida

i

en

trabajo!

el

en todo: estrechemos

las

Hermanos

manos

pnes marchamos todos por un mismo camino,

vamos

a la conquista de nuestro gran destino!

Todos

que sufrimos debemos

los

ser

iguales.

Si todos recibimos los azotes brutales

de la maldad,

si

todos formamos los racimos

de vieja carne an贸nima, por qu茅 no nos unimos i

apretados en torno de la

saludamos i

en esta

clavamos

la

nueva, fecunda Primavera

tierra, llena el

com煤n bandera

de horror

i

augusto pend贸n de

de impudicia, la justicia!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

2yS

Hermanos en de erguirse del

.i

la

vida

i

en

el

dolor!

es

gran advenimiento de los días supremos

por conquistar

luchemos

fé,

trozo de pan que se nos niega.

el

Nunca! Jamás roguemos

— sólo

mendigo ruega-

el

ante la puerta de oro de ahitos Baltasares,

hermanos, escribamos

En

el

Mane-.Tecel-Fares!

esta gran catástrofe, hasta

se pierde

estrangulado por

el

verbo de Cristo

la pasión...

.

Yo allá

a

en

muchos pobres hombres desgarrar

como con

el reptil,

i

combazos hacer

i

al roto,

más hondo,

el

fondo

el

parir la piedra!

bochorno de aridez de

la

Pampa,

a pecho abierto junto a la abierta rampa,

el

vientre

enorme de esa opulenta

que llenó de cadáveres otro tiempo hendir aquella tierra pródiga i

entrañas

las

hundirse en lo

hundirse hasta tocar

he visto, en

hendir

"

heroísmo de aquél que nada arredra

el

a tiros

Yo

he visto

de mis viejas montañas

la lejanía

de las ásperas sierras

i

hora

rebelarse. Despierta ya la aurora

de -redención! Hermanos: llenos de

i

Ya

arrancarle

el salitre

ele

tierra

la guerra;

tesoro,

que vale más que

el

oro!


LA NUEVA MARSELLi:S\

Yolio visto allá

(MI

los

campos bajo

a mil desventurados soportar

de hozar i

en

propia para

tierra

arado ajeno rendir

el

Yo

la

gastar

allí

el

tormento

el

ajeno í^rano

las

viento

fondo del abismo,

al

i

Yo he visto allá en

los

tierra heroica,

i

heroísmo,

arrojar hacia

carbón redimido que es luz

en esa

sombras eternas,

sus vidas de oprobio

ser hijos de la noche,

i

como

sus

día

el

es alegría.

bosques de

que nunca hollar pudieron

sur,

en

hombres

la frontera,

fiera,

los tercios de Castilla

cantó en su epopeya don Alonso de Ercilla;

yo he visto

al

indio viejo,

decir, llorando a mares,

regar con sangre

i

desamparado

ante

el

i

triste,

que «Arauco ya no

lágrimas

el

existe»;

sueño del terruño,

decir adiós al rancho, mostrar al cielo i,

el

propia mano!

la

bajar también los hombres

i

sol.bajo

he visto allá en las minas del sur, en las cavernas,

en ese horrible imperio de

el

el

279

el

puño,

recuerdo horrible del último episodio,

lanzar hacia la selva los fantasmas del odio!

I

yo

los

que

los

que

me

he preguntado

así se debaten; si

así caen,

como

si

son seres humanos

son nuestros hermanos

forzados de galera,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

28o

luchando para otros en plena carretera; que

los

así

tan cruelmente la ambición crucifica

sobre esta tierra virgen, exuberante

¡Ai! e

i

colocando encima del corazón

invocando

los fueros

de

la justicia:

rica.

las

manos

hermanos!

¿no es cierto que es preciso ser en la vida un muerto

para no condolerse con nosotros?

que

es triste,

justifica al

Caín, la

el

que

¿no es cierto

es bien triste la vida así? iTal vida

blasfemo

fatricida,

i

enaltece al suicida!

blande aún en

la

mano

quijada sangrienta con que mató a su hermano.

Caín, que

no siente ya

no marcha contra

yd.

los elementos,

azote de los remordimientos.

el

Caín, que ya no escucha de su víctima

puso entre

él

i

las

i

la vida

i

en

el

multitudes entusiasma

Conmuévenle

lloro,

su crimen una muralla de oro!

Hermanos en voz de

el

las

dolor! al

La inquieta

poeta.

voces que suben del abismo

por pensar en todos se olvida de

mismo.


y

LA NUEVA MARSI-LLKSA

28

humana,

¡Sus versos, doloridos de la mis(MÍa \

an. por la no(

de alarma I

en

que

el

se

lio.

a vtM^^s a

sacudo

(juc

:

onar

nuicrtc del suburbio.

la

vivac del hambre, junto arrastra sangrando

la tristeza

como una

murmuran de

i

oyen

que

se

la

yergue

la

miseria;

hacen sonora

los ecos de allá

i

abajo

eterna trajedia del trabajo

la jenerosa pulsación

¡Hermanos en

de una raza

protesta, que grita

la

vida

i

misión del artista que

la

odi(j

i

rota arteria

esperanza, de redención, de aurora;

ponen oído a todos donde hierve

el

i

arro^'o turbio

al

todas las podredumbres del vicio

con voz que

campana

la

en

el

i

amenaza!

trabajo!

Es esa

la tierra atraviesa.*

El poeta egoísta que ante la infamia calla i

calla ante el

humano

un

dolor, es

canalla.

En

las

los

estremecimientos de las supremas

horas supremas, deben tener las

liras iras.

El gran poeta debe tremolar su bandera i

lanzar sus estrofas por sobre la trinchera;

romper

los viejos ídolos;

marcar

salvar las marejadas de rayos

i

los

nuevos rumbos;

de tumbos;

llevar la frente altiva sobre los firmes

hombros;

alzar a los caídos; pisar por sobre escombros;

hacer vibrar las almas; mostrar espuesto

el

pecho


VÍCTOR DOMINGO SILVA

2ÍÍ2

a los azotes trájicos del huracán deshecho i

en una misma ráfaga,

en un mismo delirio

i

mar(4iar con sus hermanos

¡Hermanos en

Juntemos i

las

la

vida

banderas,

apretados en torno del

salvemos

la

i

triunfo o al martirio!

al

en

el

dolor humanos!

estrechemos

común

las

manos,

estandarte

barrera del último baluarte.

Unámonos, hermanos! Oue mi misión cantar para vosotros la

#

Nueva

^

es esa:

Marsellesa!


Trí|)tico

moderno I

¡Europa! Vieja Europa! Tierra de los abuelos Conquistadores! Cuna de razas que en los cielos

han estampado crisol

en que

pasiones,

signo de su progreso!

el

funde

se

cultos,

guerras,

la

Edad

la

Edad Moderna,

la fuerza,

la

vida multiforme; arte,

antigua, bárbara; la

—esa

grande,

gran

ola!

i

Enorme

sabiduría;

Edad Media, sombría;

como que son su el

jenio,

—ese

gran viento!

¡Europa, predilecta de Dios! Eje del mundo!

En

nutrió sus sueños

el

loco, el

de cuyo cráneo habría de surjir

más

bella de los siglos: la

la

mitad de

aliento

vagabundo quimera la esfera!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

284

Dante, de un solo vuelo, trashendió los abismos;

Miguel Anjel,

el

mago, plasmó

heroísmos

los

de la emoción; Cervantes, Señor de la Aventura, creó su Caballero de la Triste Figura;

Shakespeare,

buzo sublime, convirtió en océano,

para hurgar sus Colón, completó

pupila tuvo Cristo

si

tesoros, el

corazón humano;

de las del Gran Profeta:

el

verbo sobre

Colón descubrió un

{Grecia! ¿Quién

el

libro del Jénesis: su inquieta

el brillo

sembró

que

mundo

la

mundo

el

para

el

pagano,

verbo cristiano!

nombre no evoca

el

centelleo

del sol heleno sobre las ondas del Ejeo, los

mármoles pentélicos

que es

el

¡Italia!

Dulce

i

toda aquella gracia

instinto armónico sofrenando la audacia?

Prez del Renacimiento,

Italia!

que enseña un haz de glorias en cada monumento; Maestra de imperios seculares

Inglaterra!

que aprieta en sus tentáculos i

Alemania

bajo i

el

la sabia;

i

la di vana.

i

los mares;

Rusia balbuceante

cetro autocrático

Francia

las tierras

como un niño

jigante;

República estupenda,

en cuya historia hai tanto de majia

i

de le^'cnda.

Patria de Víctor Hugo! en cuya frente aun brilla

un rayo de i

la tea

que incendió

la Bastilla;

España, Madre España, tierra del

sol,

fecunda

por la fé que la enciende, por la luz que la inunda,,.


TRÍPTICO

MODERNO

285

Mas, séllese este labio, deténgase esta mano:

" para cantar

a España,

no hai otro Romancero;

para cantar a España, mi verso americano

no tiene

el

son del bronce ni

España era

la

cumbre

del

el

temple del acero!

mundo,

desde España

i

partir debieron todos los que algún ansia estraña traía hacia estas pla^-as a clavar sus banderas:

tocar debió a su^ hijos ensanchar las fronteras ;

del i

mundo, hacer

mundo

al

conocer sus destinos

echarlo, cara al cielo, por los nuevos caminos!...

II

Xo en vano

¡América!

las tardas carabelas

tendieron a los vientos oceánicos sus velas.

Tú que

eras el

más grande, mucho más

sueño que albergaron

Naciste en

el

contigo...

¡oh, tierra

atravesar de rieles ni entretejer, la

de Pavía.

las aulas

cerebro de un vagabundo,

que dio en soñar tu porvenir

bella todavía

el

Mas

él

un loco

no vio tampoco

de mis padres!

ni

pudo

páramo desnudo

en donde crujieron

red de puentes férreos

i

los bohíos,

túneles sombríos.

El suelo que entre brumas se desplegó a su vista era la tierra bárbara, propicia a la conquista.

Edén

desconocido,

maravillosa

tierra


VÍCTOR DOMINGO SILVA

286

que

la codicia,

— madre

del odio

llenó,

durante

nidal

de abyectos subditos

mas no

siglos,

de angustias i

i

de horrores;

espléndidos señores,

este Continente que hoi riega

i

fecundiza,

magnífico esfuerzo de la sangre meztiza,

el

que arrulla

ni este collar de patrias i

de la guerra,

i

en donde alienta

el

ni

el

océano

alma de un pueblo

ni este vibrar de usinas

con que

el

i

libre

i

sano;

humear de chimeneas,

la inquieta industria trasforina las aldeas;

orgulloso paso de flotas colosales

por entre aquellos mismos islotes

i

que bordeara

piragua;

ni este

de la

la quilla

frájil

canales

endiablado vértigo que las ciudades crispa

descubrir mil vidas en una gota de agua

al

o estremecer los

También

mundos por medio de una

Nuevo Mundo

el

vive una

chispa!

vida nueva,

Las fábulas absurdas deben morir. El pruebaque no la

es sólo

una

estéril e

que sus hijos hacen:

que inquiere pero veraz

i

i

es

informe tentativa

una fuerza viva

busca, ciega tal vez, tal vez oscura,

ardiente. Bríndanle su cultura

las viejas razas. Ella

no

es a su influjo estraña.

Su innato jenio todo

lo

absorbe

que, ya hace

no

se oye el

mucho

tiempo, del

i

asimila,

mar

a la

montaña,

ronco estrépito de los cascos de Atila!


í

[

MODERNO

TRÍPTICO

Tengamos

Templando

el

alma

nada nos

a

la

podremos

a todo,

el

hombro.

ser

asombro

tarca

Raza, earáeter, suelo, historia,

Universo...

del

Pongamos

íV\

2S7

falta,

nada, para asaltar

la

gloria,

"lepamos ver en lo hondo del porvenir. Alcemos la voz: hoi

no hai instantes que no sean supremos.

Que no

arrastre

se

Renuévese

brío...

el

el

ensayo

de aquella unión que un día no se creyó quimérica, i

habrá de 'bra

ser, si

de nuestras

alzamos

manos

la fé

el

sobre

el

desmayo,

porvenir de América!...

III

I

tú, verjel del

mundo, patria de

la

leyenda,

Asia inmortal, oculta por tenebrosa venda

de

a los ojos del Occidente; imperio

siglos,

de majia

i

también a triunfal,

de opulencia, de amor tí

i

de misterio,

ha llegado vibrando, en sacudida

como una tromba de

luz, la

nueva vida!

Tu nombre evoca visiones portentosas de piedras como estrellas, de estrellas como rosas. Por algo Dios— Poeta de los poetas quiso •

Asia!

llenarte de su gracia,

dentro de

tí;

i

puso

el

Paraíso

por algo tu augusta poesía

tiene todos los irises del sol, padre del día;


VÍCTOR DOMINGO SILVA

lS8

i

por algo recibes

—divina

pincelada

antes que tierra alguna la luz de la alborada.

Fakires

i

profetas, astrólogos

las

cumbres más excelsas;

los

más estraños monstruos;

las sedas

en oleadas;

más profundos

los las

magos;

i

lagos;

hembras más ardientes;

las perlas a torrentes;

sátrapas sanguinarios; parias envilecidos; esclavos sublevados tal

i

cesares caídos:

Mas ahora que

fuiste...

naves de hierro han puesto i

—audaces

mensajeras

proa en tus riberas

la

que exóticas plantas hollaron tus pagodas,

tú eres una Asia nueva también; tú pruebas todas las infinitas ansias

que empujan a

las razas

del porvenir: te sientes vivificada al beso

de las nuevas ideas a que por ji

te hinchas,

fin te

abrazas,

en una alta-marea de progreso!

¡Cómo no ha de

sentirse la

la fé

fé,

sagrada

en tus grandes destinos. Humanidad! para

el

mal

bien, castigada del

caes, pero al erguirte, se te

i

— Creada

de la muerte,

admira más

fuerte.

Herida del cansancio, mordida del deseo,

enferma de odio o plena de concordia, con

las alas

coronada de

tendidas flores

de redención...

i

al

en

la

te

veo

espacio infinito,

garganta un grito


lUlPiiCÜ AIODEKNO

;Maxana\ \\v aciiií la la

\oz de

la

\()z

(pie

1

\ o/.

la

(j\u'

esperanza

de Dios

(jne

voz sublimo.

\{c d(\ui hi

imkíc'ik'c, (lui'

(jiic

J.^íJ

exalta, (inc

inmortaliza

potencias

ajita

hace de una nébula sin órbita

i

i

al

i((

lujmbic;

sentidos

mu nombre

nuevos mundos en jéinien, astros desc^onoeidos!

¡Humanidad futun Paz.

Tu

!

Libertad. Trabajo.

e\'an3eli()

se

inicia.

Fraternidad. Justicia.

;0h trájico naufrajio de mitos encéntrales! ;0h nuevo apocalipsis! ;\^asto

i^loria

encadenamiento de todos

eterna eucaristía de

lO

Oh

la

de maiíana! los ideales,

conciencia

imc

humana!...



'W'

K\ú\ Johnson

í\

¡Jack Johnson,

tú eres grande!

Desde un rincón

me i

del

mundo

atrevo a saludarte, boxeador sin segundo,

a unir mis parabienes a los del

mundo

entero,

robusto semidiós de músculos de acero.

Durante largos días tu nombre ha resonado por ambos hemisferios con ruido inusitado.

Valiendo más que reyes, que sabios

i

que

artistas,

tuviste opción al logro de todas las conquistas:

modo de

sorpresas,

trofeos, oro, aplausos...

i,

injurias de envidiosos

besos de duquesas.

i

a


VÍCTOR DOMINCxO SILVA

292

Han

sido de aturdirte las Imrras

del público, ¡oh cachorro de

i

bravos

los

una raza de

esclavos,

hermosa bestia bípeda en cuya frente obtusa sólo la

más hermética estupidez

se acusa!

como

Hijo del siglo práctico en que vivimos,

que tienes entre todos i

los

puños más

de tus pasos... en

el

¿I tú?

puesto más

decir: «¡Soi

más romo

mundo

i

estás bien

detrás

donde

estás:

alto, pújil maravilloso,

hombros de

los

coloso.

nombre de todos conocido.

estás bien con tu

Gracias al cable

cerebro

fuertes, he ahí al

cargado de laureles

Tu

el

gracias a la prensa, has podido

hombre

célebre!» a

tiempo que, entre

chanzas, ibas sorbiendo cascadas de esterlinas.

Hércules negro de

ájil

pupila

tú has sido por las turbas

En

las

i

armado

modernas justas en que

el

tintos en sangre hirviente, son el

de

la

cultura

sino por lo la

humana,

i

porte

fiero,

caballero.

bíceps

más

i

el

bello

en que no vale

el

puño,

cuño

hombre

que pega, tú has hecho de tu nombre

enseña de

mismo, príncipe de

los

brutos

que tienen en sus brazos .todos sus atributos.

finas


JACK Jt>nXSON

A

Til

has

vn h)s

visti) (\nc tu noiubii'

más

,í:;i"aii(h'S

(harios. a!

un hóroc

iK'l

i^lobo: tal

tal

un poeta, oiiCbío

f^urna

uno

i

un jenio

;al

(|ue

ha estampach)

otro lado

a (|uii'U licbenios ])ahnas¡

del xi-rso.

buzo dv almas,

un sportman que obra temerarias

d

si'

arrebatándoU's rcciHulitas bellezas;

']uo \'ive '

cli'

-'»>

])roezas;

un })ensador profundo

político o

\an desentrañando

la

evolución del mundo...

II

como

Si así si

eres fuerte, fueras

también astuto;

hirvieran dos ideas bajo tu cráneo hirsuto,

ya habrías prestado alas a este audaz pensamiento: solicitar sufrajios

Tú no

i

entrar

al

Parlamento.

has discurrido; pero entre tus hermanos

lo

no faltarán algunos que riéndose ufanos, con sus jetas enormes

i

el

fantástico brillo

de sus dientes, proyecten proclamarte caudillo i

echar

al

diablo al pobre Booker \\'áshington, cuya

debilidad consiste en que ¡Al diablo

el

negro se instruya.

Booker Washington con todas sus

escuelas!

¡La tinta es un veneno! Los libros son gabelas! l'n golpe de i

un match

Jack Johnson vale por cinco diarios tiene la ciencia de ochenta diccionarios!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

2<)

La verdad, yo he perdido Detesto

de

las letras.

las

palmas académicas

la fé

toga

la

interesa ahora, saber, sin

dar la bofetada certera

es

¿Qué importan i

tú,

si

las ideas?

i

superficies.

duda alguna,

oportuna.

Booker andaba errado

Jack Johnson, negro sublime,

no, que nos lo diga

propaganda

hopalanda,

la

que quién sabe qué ocultan bajo sus

Lo que

la

doctas calvicies

las

i

i

en

Tommy

lo

has probado:

Burns que en su vida

pensó que iba en tus miembros a encontrar su medida,

III

Después de todo, tú eres un vengador. Tu vengas a tu raza, a la prole de la primacía,

la

Cam. Mientras mantengas

mientras no nazca quién azote

arena con tu cuerpo,

tú, nieto

de hotentote,

paladín semibárbaro, sostendrás en tu «diestra el

escuálido orgullo de esa estirpe siniestra

en cuya piel se observan aún las cicatrices

de heridas que sufrieron millares de

Tu nombre,

A

Jack, es seco

infelices...

como una bofetada.

cada nueva hazaña de tus manos, a cada

nuevo triunfo que

logras, los huesos

carcomidos

de algún lejano abuelo sienten, estremecidos de rencoroso júbilo, que alguien toma venganza (le

sus humillaciones... I

un hipo de esperanza


A JACK JOHNSON

iide las

entrañas de

la

295

raxa maldita

Patriarca, al través de la edad infinita:

icl ,1()S

blancos los eternos vencedores, vencidos,

tundidos, magullados: de un negro de fornidos

tendones, es la obra: batalla,

un negro, de

I

—o de

ha puesto

lyncha, no

raza negra, en franca

pie sobre la raza blanca!

el

la serie

que anualmente asesina

me opongo—*la

secular inquina

honrados yanquis; un negro, hijo del odio

los

como

tú,

renaciendo del trájico episodio

que acabó con sus I el

la

dias, se sentirá

vengado.

gozo hará temblar su espíritu atrofiado

cuando sepa que en cada corazón negro, brota la

sed de represalias del paria

i

del ilota,

que un ansia de esterminio pone ímpetus salvajes en esas almas llenas de oprobios

i

de

ultrajes...

IV

Dicen que un hombre blanco, que es un matón

como tú

jigantesco,

en prometer

i

como

\'ictorias,

tú magnífico

tozudo veterano

a quien nadie hasta ahora puso en la faz la

va a hacerte de dos saltos medir

Dudar

científico,

el ring.

mano,

¡Quién sabe!

es de prudentes, en conflicto tan grave.

Cuestión:

¿Quién

es el

bruto

más grande? Como

quiera


vieron dominoo silva

2<j6

([uv sea,

tú,

i

aiui

jorobando

derrota primera,

la

Jaek Johnson, saldrías ^^anando en

— ¡paso

te arrancaría el cetro (pie otro

I la

— como

a la i)aradojal

hombre,

historia del

de

alí^o

la

partida,

(¡ue tu caída

barbar

más bruto

mundo

la

e,

para

(pie tú, lo

guardaría-

manejara,

memoria

*

de tu raudo apojeo, de tu efímera gloria;

durante largos de

luz,

días,

en pleno

de maravillas sin

siglo

fin, tú"

de oro,

oíste el coro

del gran rebaño, en torno de tu cabeza chata;

gustaron miel tus labios de sangrienta escarlata; mordiste lindas carnes con tus dientes bestiales; lloviéronte los retos de insidiosos rivales;

supiste de dominio;

i,

del triunfo, te sentiste

adormido

al arrullo

más grande

(]ue tu orgullo....


United

Alta

pones

.Skites, for

la frente, el el

ever

dorso vibrante,

pie en la liza, formidable

En

paso rítmico

campeón.

tus cabellos rubios

juegan los huracanes de dos mares,

deshace en relámpagos sobre

se

el

el

i

el sol

haz de tu espada.

Cincuenta estrellas radian sobre tu corazón.

Se imponía

el

Harto estaba ya

auxilio de tu brazo el

i

tu jenio.

mundo de vergüenza

i

horror.

La

trajedia de sangre de la Europa, se hacía

de

tal

modo

clamaba por

la

fatídica, algo

al cielo

de tan atroz

desde las campiñas hozadas

docta barbarie de las hordas de Thor, eran tan inauditos


VÍCTOR DOMINGO SILVA

298

aquel grito de guerra i

aquel hondo estertor

i

aquel bullir de quejas

i

blasfemias, en medio

de las trombas de fuego de

la

conflagración;

era tan de otro tienpo ese espectáculo

de esterminio brutal

arrollador;

i

degüello de inocentes^ violaciones, incendios,

pueblos agavillados por flamíjera hoz, burla de los principios que consagró i

con que se enaltece

la historia

la civilización;

(mascarada que habría parecido grotesca si

no fuese de luto

que todas

i

de dolor)

las pupilas se

tornaron de pronto

mundo de Colón, moderna Atlántida, más libre i más hermosa

tras la visión feérica del tras la

que

la

que en sus ensueños vislumbrara Platón,

i

aguardaron ansiosos que tú alzaras

i

rotundo

i

el

índice

enérjico, pronunciases tu ¡No!

I

tuviste

que fué

el

ese jesto jesto de

un

Nubes negras, cargadas de carniceros nubes amarillentas de angustia

nubes enrojecidas por

la

corrían en el vértigo de

Subía de

sangre

i

i

dios.

odios;

de pavor; el

un lúgubre

fuego ciclón.

la tierra, floreciente otros días,

un nefando vapor,

miasmas de podredumbre en.tre olorosas

ráfagas de incienso

i

de oración.


VNllKD STAIES FOR KVER I

bajaba del

cielo,

—de ese

200

cielo glorioso

en que estampó su niájica rúbrica

la

aviación,

un diluvio de lágrimas de sangre (jue oscurecía el sol.

¡Como en remotos tiempos de leyenda

mundo

el

librado a sus instintos de

de

estaba hoi

fiera...

abandonado

gracia de Dios!

la

Sombras de Apocalipsis! Pesadilla dantesca! Torturante visión!

Todas

las furias sueltas sobre la tierra exhausta...

La

alegría proscrita... Claudicante el amor...

De

entre

el

tumulto horrendo de el

i

de bombas

i

la

jente homicida

siniestro fragor

torpedos, taubes

i

zepelines,

se alza estentórea voz:

—-¡Aquí

amo. Soi

estoi! Soi el

Soi

el

la fuerza

que

triunfa.

conquistador!

¿Quién se opone a mi paso? I

sacando

la

frente

desde tras de los mares, circuida de esplendor, tú,

República nueva, Democracia triunfante, gritas al punto:

I

— Yo.

arde como una aurora boreal en los

¿De dónde que ilumina de súbito todos

ese

cielos.

fulgor

los horizontes?


VICnOK DOMINGO

3ü')

Es

([uc

¡tu

pabellón de franjas en

Sir.VA

en los fórreos brazos alzas tu pabellón:

puñado de diamantes— una

que resplandece

el

constelación!

¡Oh, República nueva, Democracia triunfante,

vasto laboratorio de enerjías; crisol

de pueblos

de razas; organismo estupendo

i

como no hubo en

los siglos: libérrima nación!

¡Patria de Jorje \\'áshington, de

de Emerson

\\'alt

i

Frankhn

i

un

foco de iniciativas en que

el

de Poe;

tesón;

esfuerzo propio

el

gran secreto del dólar redentor,

potente en las usinas, en

los placeres ávido,

en

en

el ajio

i

\Iorse;

escenario en que surje, no la alcurnia,

el

de Lincoln

AMiitman, de Longfellow

cuna maravillosa de un Edison

descubre

i

insaciable

i

ájil

el

sport!

¡La libertad fué un día quién trajo hasta tus playas

May

al i

Flower

es ella la

-la

un tablón

Biblia salvada en

que hoi baña de

luz los hemisferios

desde las jigantescas puertas de Nueva York! '¡Hai sangre de las Gallas en tu fé de bautismo! ¡Si

Lafayette en tu ara su acero desnudó,

más puro acento de su Mctor Hugo a tus hombres, con

el

Nadie cual

tií

lira i

han cantado

a tu bandera

Edmond!

pudiera, de entre las cien naciones

del orbe, hacer la

hazaña de David

el

pastor

que, con certero impulso volteando su honda,

derribó por los suelos al Coloso feroz.


UNITKD STATl-S

30I

EVlCR

FOIÍ

Natlie cual tú pucliora reivindicar los fueros

violados por la guerra: tú eres coino nu(^\as ideas

i\c las

piedad

(le

tú eres

como

es })osible (jue los

como

el

razón; i

viviente

l^"^austo

Terror

el

ni

derechos del hombre

una torpe

ilusión:

tuvieron su Sinaí en

(pie ellos

i

prueba de que tampoco son

la

una vaga utopía

i

i

lomos de envilecidas turbas;

los

como

nociones nuevas

prueba magnífica

la

cabalguen en tú eres

las

cultura, de justicia

i

que ya no

d'>

i

flor

la

Francia

en vosotros, Estados Unidos, su Tabor!

¡United States,

for ever!

Ya

veo esas lejiones

de atléticos righ-ridders, de aguerridos cow-boys

cantando

el

himno

patrio, con voz plena

en ¡burras! formidables distendiendo

Con

entrarán

los

al

i

pulmón.

los

docks

combate llevando en su mochila

zapatos de foot-ball

Libre

robusta,

en los labios dejarán sus labores,

la risa

con gimnástico paso llegarán a i

el

i

i

los

guantes de box...

republicano, mi corazón se exalta

cantándote,

¡oh,

¡Qué arranque

el

cachorro del británico león!

que has tenido!

Yo

lo siento

i

lo

ensalzo

con mi sangre araucana, con mi verbo español.

Xo

hai en

el

mundo impulso motor como

el

del Niágara;


VÍCTOR DOMINGO SILVA

3Ü2

no hai loco tropel de águilas como Carrel multiplicando músculos;

diciendo desde

lo alto

de su

las

de

la

Union;

Woodrow Wilson

solio:

¡Come-on'

Carnegie descubriendo su gruta de Aladino,

Roosevelt sobrepasándose en patriótico ardor,

no aparecen más grande, ni hacen nada más bello que i

el

voluntario armándose

toque del tambor

cantando, con gritos en que palpita, ansioso

de morir por

— ¡Granero i

al

un pedazo

la Patria,

todo su corazón:

son mis campos para del cielo llevo en

el

hambre

mi pabellón!

del

mundo,


Mons enfdí^bde

Pcihle!.

ici

¡Gloria a la dulce Francia de la gracia

del

El odio

con todo

lis

lo

monstruoso, con todo

lo

modeló Luzbel

se revuelve

lo

en

pero hai que sentirlo, profundo

para la

vil

enjendro

el

que holló

la

del verbo,

del laurel!

que Sí;

i

i

i

protervo él...

entrañable

Francia rompiendo con su sable

dignidad del mundo, no un trozo de papel.

¡Gloria para

Para

para

que eres

arte,

que eres ritmo

dulzura i

tí, i

Francia!

elegancia,

esplendor

¡vaya a

mi

loor!


304

VRIOK DOMINGO

como

Francia! te he de cantar perla por

SUA'A

te siento:

tersura; rosa por la fragancia;

la

luz contra to{k\ sombra; fé contra todo error

¡hambre de pensamiento; sed de justicia, libertad

amor!

i

\'uelos de águila hai siempre bajo" tus vastos cielos.

Reino, Imperio, República, ha habido siempre un sol sobre tus anchas sienes... ¡Francia de los desvelos,

Francia de

las angustias,

Francia de los anhelos!

¡Tu espíritu, crisol del jenio, tiene

el

fuego de

en

Carlomagno,

el

Juana de Arco,

el

la

zarza encendida,

que hallaron vida

patriarca de la barba florida; la virjen;

i

Mcente de

Paul!

¡Francia! ¡Francia divina! ¡Francia májica!

Tienes una alma trájica.

Sobre tu historia hai siempre vientos de tempestad, Se ven pasar por

ella

todas las fantasías,

todos los esplendores, todas las bizarrías:

San Juan, Tácito, Homero, Dante, Esquilo,

Humanidad!

sangre, luz, hierro, lágrimas ¡toda la

La Humanidad en marcha la

Humanidad

desesperada,

— i

-Sísifo

Isaías:

con su roca,

loca

de orgullo, de esperanza, de hastío: eso eres

tú.


^

La

J

lui\ianitla(i

con C^^rn^lle

11

\

I

la

carcajada

la

frase sublime: (Ju'il t)iuunit!

¡Francia dejla Bastilla dcniolida; del ncr\ j)()pular

que

se .yergue; del

de

los

de

la

Pasión!

derechos hechos polen fecundo

cpie el libro lleva a

fodos los ámbitos del mundo! debiera

¡l'n arco-iris

cruzar, de

io

ímpetu soberbio

(pie derriba los tíonos! ¡FranciJi

¡L^rancia

3O5

l'ATKll-

suspira por tu boca;

tiour coiT\ Rahclais i

J'.MAN1>

\I.l.i>N>,

campo

a

campo, tu bandera

encima de un inmenso

coraz(')n!

¡Oh, quién podrá no amarte, Francia! Si es algo

íntimamente humano, Si

lo

que nos lleva a

humano

tí...

cabe en corazón republicano algo de frenesí,

yo en

madre de

libertades,

el

mío

lo siento,

porque es tuyo

el

aliento

que me hizo visionario, i

porque

al fin es

que desde

lo

tuyo

más hondo

Yo que amo

la

revolucionario, se desenrosca

en

mí...

bandera de mi patria, en que la

yo,

lo

dulce estrella austral;

que para besarla, doblego con ternura

sé del sagrado orgullo de

la rodilla filial,

contemplar en

ella

brilla


VÍCTOR DOMINGO SHA'

306

mismos

los

enseña inmortal,

tres colores de tu

Patria entre todas grande!

Patria entre todas bella,

por tus perpetuas ansias de

ideal!

Gloria a la noble Francia, noble hasta en sus caídas;

áurea con los Orleanes, férrea con Napoleón.

Francia de

la

epopeya

de las naciones a tu carro uncidas; Francia de la vorájine plebeya

de

Francia de los artistas Francia de los obreros ¡fuerza es

Porque

Revolución;

la

de

i

i

los

pensadores;

de los oradores;

que todavía, sangre tu corazón!

si

fuiste

grande con tus Emperadores;

grande con tus Cruzadas; grande con tu Trian ón; grande con tus prelados; grande con tus señores de empolvadas pelucas

grande en

i

pulido tacón;

la guillotina que,

doblegando

treparon, tras los reyes, Robespierre i

que halló eres

la

grande con

el

i

el

dorso,

Dan ton;

Corso

Europa entera pequeña a su ambición;

mucho más grande con Hugo,

tu poeta,

nuevo San Juan, irguiéndose en sus rocas de Albión i

recibiendo con unción secreta

de

tí,

su Madre Augusta, inspiración.

Eres mucho más grande, por humana,


AI.i.onS,

\

ahora, repeliendo

kma.\i>

1)1-:

LA PATKii;

307

la invasi(')n,

democrática Francia, Francia republicana, ¡salvando con tu sangre

la civilización!

¡Francia republicana, democrática Francia!

Eres más grande

oyendo

el

grito

unánime con que responde

de todos los tranceses a tu reclamo:

mientras hincha

que truena en

así

los

el

ansia

«¡Sí!»

pechos esto clamor de guerra

los espacios

i

estremece

— ¡Allons,

la tierra:

enfants de la Patrie!...

^


I


rxcelsior

Homenaje a España con de

Río que

se

la

nioÜN'O

Raza

Fiesta de la

desborda vaciándose en mil brazos;

árbol que forma bosques para llegar a selva; luz

que nos brinda

¡eso la

no

es

¡va

España ha

el iris,

sido!

haciéndose pedazos;

Sangre multiplicada,

de esperar, que nunca se agote o se disuelva:

que en

el

mundo

físico

nada torna

fuerza es que aquella sangre sobre

¡España! ¡España! los

Xunca

estremecimientos de

Será

lo

que

la

se quiera, pero

siento,

a la nada,

misma

como

vuelva!

al

emoción. ¿Orgullo?

también

es arte.

cantarte,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

^lO

Es

arte,

pues no olvido

trino, rujido

lo

que debo a tu lengua

beso; risa, clamor

i

la gracia del latino

i

arrullo;

i

esplendor del moro;

el

tu lengua, maravilla que

no ha sufrido mengua;

verbo de diamante que es tu mejor tesoro!

¡tu

Madre:

No

con

es

de

flor

la

la prole! ]Madre: alba

voz del odio, ni

cómo habré de

es en son

por

que

el

el

de amenaza

viejo tronco, sin decaer, perdura:

que en tu idioma

escribo, sé

vibra tu inmenso espíritu...

de corazón, no olvido

lo

pompa

¡I

llevo,

que en mi oscuro nombre puesto que soi hombre

que a mi madre debo!

Patria de mis mayores! la

la raza!

renuevo

poeta americano, sé que tu sangre

con

de

cantarte, sino con la ternura

del hijo, del cachorro pujante, del

No ha

nacido quien cante

del Jénesis, la leyenda jigante,

la

epopeya de

de

la

la

Humanidad. La América,

hierro,

Conquista.

de luz

Nunca

i

fanatismo

despilfarró

más

jenio

surjida del abismo

a la presión del índice de

un nauta vagabundo,

fué sólo en luengos siglos,

el

de

la

colosal proscenio

Aventura a rastras sobre

la faz

de un mundo.

Quizas se mire ahora como una pesadilla toda esa maravilla. ¡Pero por algo

con

la

magnificencia de un símbolo rotundo,

junto al ardor sublime la

brilla

de' Isabel

de Castilla

majestad sombría de Felipe Segundo!


i:Xci:ls!OR

^

Porque esas almas fueron, como su La

grandes.

raza, vencedora de Xápoles a Flandes,

necesitaba un cerco

augusto

i

menos

estrecho. El brío,

astucia, la audacia,

la fé, el valor, la lo

siglo,

enorme

lo irrisorio, lo

i

desvarío;

el

lo

pequeño

¡todo cabía dentro del Arca de su sueño!

Nadie tuvo en su vida

Golón... ¡destino trájico!

más vivido apojeo

ni

más honda

caída.

¡Oh, pálidas quimeras! Oh, huérfana esperanza

de dar con tierras nuevas tras de

la

lontananza!

¡Oh, inquietud, a lo largo de las islas, delante

de una ave emigratoria, de un madero flotante arrastrado de lejos

—como

aquel cuerpo

de que también se hablaba

—por

el

humano

inmenso océano!

;Oh, errar entre los hombres, escépticos \'ulgares,

trémulos ante

el

¿Quién pudo a

más corazón i

la

los mares!

jentuza que iba en las carabelas

pedirle que a la de las Escuelas

de las Cortes? Sólo Colón, jenio profundo,

seguir podía i,

vago misterio de

bajo

la

el

vuelo de sus propias visiones

mirada de

las constelaciones,

sentir en su cerebro la rotación de

¡Viento bendito

el

un Mundo...

viento que empuja

la flotilla

de naos, ignorantes de su propio destino, en épica aventura desde ¡A'uelo

bendito

el \'uelo

la

hispana

orilla!

del pájaro marino

que, al distraer los ojos, hace callar la grita

i

i


VÍCiük

^12

de

la

SILVA

l)OMIiN(iÜ

chusma! ¡I^endito tronco de árbol! ¡Bendita

mar tendida como

ílora del

de los errantes barcos ante

oj^ulenta alfombra triple S()nd)ra!

la

¡Bendita luz del tremido fanal que en

noche

ve a

se

lo lejos

como

nuevo

serena

sutil falena!

¡Bendita voz de ¡tierra! que se escapa i

la

al \'ijía

fondo del misterio

¡sea! estrae del

mundo, otro hemisferio!

otro mar, otra zona del

¡Bendita espera aquella del despuntar del día

que viene como en sueños desde

mañana bendita

¡I

que i

se

la del

Doce de Octubre

derrama en oros sobre

a cu3^o beso

el

agua,

la

la lejanía!

añil del cielo

el

playa,

el

bosque,

el

suelo

de Guanahani, todo, de púrpura se cubre

como una

casta virjen que se arrancase

el

velo!...

Dicen que estás enferma, que sufres de

fatiga,

que de tus manos caen i

que

con

la

te

la

lanza

i

la loriga

duermes, presa de místicos resabios,

muerte en

I bien: si

el

alma

i

el

silencio en los labios

fuese cierto, tendrías

del labrador rendido

que

el

derecho

se recoje al lecho,

en paz con su conciencia, después de haber dejado bajo los cobertizos

la bestia

i

el

arado.

la

faena.

Sí;

porque fué de

Te

diste sin reservas a tu trabajo, en plena

siglos

para

virilidad. Pusiste tu vida en la simiente.

Se te escapó

la

sangre

como por ancha vena


1

licicia

las

tirnas xírjciu'S del ro noto occidente,

no como un

de

liilo

ñn. he aquí

¡I

al

el

haz de

...Tendrías Callas, pero

desde

el

el

aijiia

el

como un torrente... más grande de la Historia: Nuevo Continente;

sino

prodijio

repúblicas del

las

los sólidos pilares

I

^i^

:>cci;lsiou

de tu solar de gloria!

derecho, pero no te es preciso.

no duermes; duermes, pero no has muerto.

propio fondo de tu jenio insumiso,

de tus arranques épicos, de tu espíritu abierto a las

huracanadas del mar, saldrá un incierto

clamor que

irá

creciendo

como una

alertas de clarines, repiques de

atronador concierto de vítores al i

que harán eco

el

el

estrofa homérica:

campanas, i

hosanas

canto de las playas de América

hurra de millones de almas republicanas!



Mcire nosti uín

?21

Mar Mediterráneo

es la

ancha copa

de juventud con que se embriaga Europa.

I

Grecia e Italia eon

Boca toda de

miel,

como sus Hebes.

húmeda

i

rosa.

Cabellera profusa. Pechos breves.

Paso como una danza melodiosa.

I i

su sonrisa un triunfo de

una sonrisa de

la gracia,

la luz sus_ ojos:

eterna tentación para la audacia

de reyes negros

i

piratas rojos!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

3l6

Este, pues, es

el

Azul, azul, azul...

mar

^reco-latino.

I-las.

Espumas.

Costas que disimula un esfumino.

Pájaros que son góndolas de plumas.

I velas.

Velas que abullona

que barniza

i

sol.

el

que evocan, entre

el

\ient()

él

Cándidas velas

mar

i

firmamento,

el

motivos de inefables acuarelas.

Mar

del mito pagano.

de heptacordios,

i

Aun

címbalos,

se

oye

el

coro

flautas

i

que, yendo en pos del vellocino de oro, se

daban

a tañer los argonautas.

Flotan trémulos cantos de sirenas

en i

las brisas de exóticos países

hasta, sobre las

se

ven

las huellas

húmedas

de los pies de Ulises.

Pasan con vuelo rítmico los íbises,

arenas,

i

tranquilo

en banda peregrina,

desde las quietas márjenes del Xilo a los huertos de Arabia

i

Palestina.


MARE NOSllUJM ¡Májií^os

sueños dol Oriente! ¿Cómo

no divagar,

aspñra nuestro aliento

si

hálitos de aleanfor

humos

i

317

opio

d(*

i

i

einamomo

de sándalo en

Toques de bermellón en

la

(^1

\'iento?

verdura,

impulso de ráfaga propicia

al

inician su derrota de aventura

barcos de

los

de Fenicia.

la flota

Llenos de especias, púrpura perlas, oro

i

marfil, de

van bordeando

rumbo

las rías

i

esclavos,

proa a popa, i

los cabos,

a las tierras del confín de Europa.

Mientras por las riberas del Ejeo los sutiles filósofos del

Ática

van, en los dulces ocios de un paseo,

desenredando su armoniosa

plática;

hablando, con un tono en que se advierte la

suavidad a

del

que

la certeza unida,

amor, del dolor,

i

de la muerte

es el principio de la eterna vida.,.


VÍCTOR

3I.S

Ruedan por su

í>()M!N(;o SILVA

cabe/.a descubierta

hojas de mirto, pámpanos, laureles;

de su boca, en discurrir esperta,

i

fluyen razones con sabor de mieles.

I se

ve de repente la galera

de la trájica Reina, cuya hiere con el

mano

un zarpazo de pantera

corazón del jeneral romano.

Tez de bronce.

Perfiles de escultura.

Ojos inmensos, de espresión sombría.

Reina

i

la gloria

hembra i

el

fatal, es

su hermosura

terror de Alejandría.

¡Ah! Quién viera otra vez, desde

el

esbelto

mástil de su bajel, hasta la amura,

bajar un áureo pabellón envuelto

en frases de pasión

Cesan

los

i

de ternura!

remos de

batir...

¡Quién viera,

trémulos de emoción a los amantes i

encima

la

i

en redor de

la galera

noche constelada de diamantes! t

'>'

T


XOSiKlM

\!AUK

I

^rO

quién viera otra vez, en triunfo pleno,

brote de las repúblicas de Grecia, pasearse del Adriático las juveniles

I

armas de ^Vnecia!

armas de todas

las

Tirreno

al

áureo joyel del

cuyo recuerdo

latino

litf)ral

brilla

las ciudades-

en

las

edades

con chispazos de oriente diamantino.

Hacia

los cuatro

puntos cardinales,

velas, cascos, banderas...

mirándose del mar en

como en

¡Es

la

Toda

Italia

los cristales

propia fuente de Castalia.

Renacimiento que ya asoma!

el

Jenio, ciencia, pasión, arte, opulencia.

Miguel

i

Rafael triunfan en

Piensa en Beatriz

I

el

Roma.

bardo de Florencia.

mientras baja a los Infiernos Dante,

da Galileo a luz que en

el

la teoría

cerebro de un piloto errante

va a florecer ¿gloriosamente un

día.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

320

I

con

Leonardo,

magníftco,

el

fecundo,

el

arranque entre su fiebre ahonda

tal

que halla

eternidad en un segundo.

la

pinta la sonrisa de Gioconda!

jl

***

Italia! Italia

Lírica,

por

el

para amar nacida.

voluptuosa,

i

Supremo

Artífice tendida

través de las aguas

al

Blanco

frío es el

i

soñadora

la

pero a tus rujen

sien,

pies,

como

Te adora

vehemente,

i

como un puente.

monte en

en tálamo de

el sol.

como

Contémplase en

se

echa

el

i

uvas

las

faldeos

las soberbias cubas,

diabólicos deseos...

Enamorado de fiesta del

rosas,

leones tus volcanes.

que más tarde, en

hierven

reposas

harta de afanes;

que decoran barrancas i

c^ue

corazón

tu eterna infancia, i

^

los sentidos,

viento a dormir en la fragancia

de tus risueños cármenes floridos.


MARE NOSTRl^M Mientras i

al

mar,

el

.^li

mar que

el

te retrata

a los siglos voceó tu histoiia,

(juí'

arrullar tus sueños se desata

en formidables cánticos de

gloria!

i(cit;^

Suena aún en

el

viento

de los cautivos del Islam. el

^uena

I

golpetear del remo, entre

del látigo,

I el

la

alarido

el

i

el

son de

el

chasquido

la cadena...

canto en que recuerda

el

desdichado

dulce tierra que albergó su cuna,

mientras sacude un viento huracanado

Media Luna!

los estandartes de la

I

odio

suena i

el

clamoreo todavía

orgullo, júbilo

i

espanto

que coronó soberbiamente el

el

día,

portentoso día de Lepanto.

I se

oyen rechinar

jarcias

i

cables

en Palos de Moguer: oscuramente zarpan tres barquichuelos miserables a merced del azar, II

rumbo

a occidente,


VÍCTOR DOMINGO SILVA

y22

para luego tornar,

que

se

i

al

vulgo impío

burló del nauta vagabundo

probar que es realidad

desvarío...

el

¡que se ha estraído de la

sombra un mundo!

***

¿Qué que

Es

es ese acento de doliente lira

un perfume de azahares?

surje, entre el artista,

de tristeza

i

es Chópin,

que suspira

de amor, en las Baleares.

Vino del fondo de su estepa yerma

buscando

el sol

herida

alma, hasta

en

el

meridional. I ahora,

los acordes de su

el

delirio enferma,

piano

¿Qué sollozo despierta

llora...

los Canales

de su sueño de amor, en la alta noche? (

Es Musset que en sus dulces madrigales vierte la hiél de

un áspero reproche.

¡Pobre poeta! Descolgó su nido

de su boharda de París. siervo de lo adorado

en

la

i

I

ahora,

lo perdido,

armonía de sus versos

llora...


NOSTKIM

MAKi:

¿Qué dolor

es aquel

3¿3

que ya no sabe

de llanto, de suspiro ni de queja?

¿Es un dios o un demonio

el

que en su nave

hacia los archipiélagos se aleja?

Yino Busca I

del Xorte, de la Albión sombría. al

cansancio del vivir, remedio.

no hai nada,

más hondo

no su poesía,

si

más

i

terrible

que su tedio.

¡Byron! Su delirante carcajada

ya no es befa I es

ni injuria: es miserere...

digno de su

lira

i

de su espada

quien batallando por los

libres,

muere.

¡Mar azul, vasto mar greco-latino!

Mar de leyenda! Vivo como

como

la luz

Amor, i

la luz i

i

como

guerras,

como el

el

vino

placer,

vino, brillas...

sombra, trajedia

esplendor: eso has sido. Te hizo hermoso

la i

^lar de maravillas!

Antigüedad, soberbio los siglos

la

Edad Media;

modernos, luminoso!


i


Pule. BrítcinníQ

¡Águila de los mares, Inglaterra! ¡Agrio

i

romántico peñón,

fuerte en la paz, fuerte en la guerra;

nido de alciones, nebulosa Albión!

Tus

islas

melancólicas han sido

cuna de una projenie

sin igual,

que más arrullo no ha tenido ni

de

las

más bautismo que

el

rujido

tormentas sobre tu abrupto

Algo de tus montañas hai en la rijidez de tu actitud,

litoral!


VÍCTOR DOMINGO SILVA

326

Pero guardas

el

fuego en las entrañas.

esa es

¡I

una

virtud!

¡Frente a los elementos tus hijos aprendieron a luchar, a hacerse i

más temidos que

más

recios

que

los vientos

el

mar!

Inglaterra! Inglaterra!

Llega hasta

de alarma...

ti

de súbito

el clarín

I al instante, te alzas

en pie de guerra,

¡Vibras hasta en el último confín!

Patria del Rei Arturo i

de sus compañeros de ideal!

No hubo

ni

pecho más

leal,

como no hubo en lei

de

más providencia que ni

que

la de la

hubo más

la

Historia

su

lei,

alta gloria

corona de tu Rei!

¡God save de

más puro

en los siglos corazón

the

la libre Inglaterra:

King! Poetas saludad!

¡Huestes de Rudyard Kipling, embocad las trompetas!

Kn medio

deUfragor de esta gran tempestad


uull:

de sangre, lip.ced i

i

327

de liieno,

como un

que surque

i

llene los

que

es el

que

se

mismo

¿Es mito

abandona,

le

i

por su hogar!

de San Jorje

el

i

matando

al

dragón?

Pero que venga quien otro igual nos

San Jorje

es el

ensueño. San Jorje es

San Jorje

i

segundo

sin

caudillo secular;

desafiando en sus antros

el

mar

hará matar por su corona

por su bandera

sé.

mundo

ha lanzado de nuevo a pelear;

que su alma colosal no

Xo

el

no haya quien ignore que aquel Rei

se

i

veloz

ámbitos del

los valles, las sierras, i

de oro,

trueno, sonoro,

como un relámpago, pí\ra

i

retiimbí\r vuestríi voz

N'iiestro Cíuito

seíi

bruannia

forje.

la pasión.

es la esperanza,

valor, la piedad, la a.bnegación.

no valió su escudo, su yelmo

lo cjue

a

a

tí,

que

tí,

que no veneras

que se

lanza

en los siglos vale su inmenso corazón.

Oh, Rei! Su nombre I

ni su

te

la

llevas...

sombra de Caín;

has nutrido de las ideas nuevas

repudian más

allá del

Rhin;


VÍCTOR DOMINGO SiLvA

328

a i

tí,

de

que la

¡(piizás

mundo

el

lia

unjido paladín del Derecho

Democracia paladín, te

toque traspasar

Dragón de

al

Inglaterra!

el

]:)eclu.)

Berlín!

Inglaterra!

Hospitalaria

gran nación,

i

fuerte en la paz, fuerte en la guerra,

nido de jenios, nebulosa Albión!

Ningún poder

hubo como

ni

majestad alguna

los tuyos.

del globo en

No

rincón

liai

que no empuje

la

fortuna

con ráfagas propicias tu invicto pabellón.

Roma el

fué formidable,

i

fué España:

lo

orbe entero se postró a sus pies.

mundo

Pero tu imperio, base del

admiración

i

ejemplo para los

¡Eso es lo que tu raza

en los Polos i

lo

siglos es.

— que

mismo que en

en las selvas del Trópico

Gran Bretaña!

¡oh

el

sus huellas ha impreso

Gaurisankar

—busca

i

persigue: es eso!

¡Civilizar! ¡Civilizar!

¡Raza inquieta raza intrépida

i

i

activa,

viva,

que a todas partes lleva su amor por i

el

su sed infinita de triunfar!

progreso


1?KIIANNI\

KM 'LE

Vvvo

iv íulniiro

bii'ii

si

i\\\c \M)V tí

solo í\l(\\nz:is

si

me

la

rosa de los vientos

í\

},2()

por tu esplendor ¡oh Imperio!

más de un

hemisferio;

p:ireces gr.Mide reteniendo en tu nuuio

como brida

de tu áureo carro vencedor,

rapsoda de mi pueblo, poeta americano, te

admiro mucho más dando

la

vida

en los sangrientos campos del honor.

Raza que ha dado un Shakespeare al i

un Newton a

a su bandera

pensamiento humano,

números,

los

un Cromwell a sus

i

un Wéllington

i

un Nelson a

pueblo en que cada subdito es más que un

los

lares,

mares;

ciudadano,

pueblo que en sus remotos avatares recibió

como

la

lei

dignidad,

no ha de ceder un palmo de terreno,

ha de seguir luchando como bueno, ha de morir matando

sin piedad,

hoi que las hordas bárbaras de Guillermo

violan todos los fueros... ¡hoi que se juega

su civiliza.ción, su libertad!

Rule,

Britamiia! Heroica, engrandecida

por de tus soldados,

el

titánico valor

— tu

projenie en

flor!

Rule, Britannia! Acaso herida.

Segundo el

mundo


33"

Vร CTOR DOMINGO SILVA

pero ni muerta ni vencida... ยกtoda entereza, toda vida,

toda esperanza, toda amor!

*

^


\mwMNMiMmi\\l

Réljícd

irartir

¡Béljica, Béljica mártir!

Blanca nación de

la

paz

el

i

trabajo,

roja nación del ideal socialista,

noble nación de los reyes magnánimos!

Nunca podría sin delinquir,

la historia,

perdonar a

bárbaros

los

que, faltando con fé de piratas a la fé del

honor esculpida en

los

pactos

invadieron tu suelo bendito,

profanaron tus viejos santuarios, destrozaron tus anchos caminos hicieron cenizas tus próvidos campos, te

usurparon escuelas

i

fábricas

troncharon tus puentes, hundieron tus barcos.


VÍCTOR DOMINGO SILVA

332

violaron tus santos hogares

¡Voe Víciisf gritando,

hembras quitaron

honra,

i

a tus

i

a tus reyes

i

a tus madres dejaron sin hijos

el

arrancándolos i

hi

cetro quitaron,

¡ai!

de sus brazos,

nadie ante quien vacilasen,

sin

ni inermes, ni heridos, ni enfermos, ni ancianos,

hicieron ¡oh Dios! tus gloriosas banderas servir de estropajos, i

fueron de toda inocencia

i

de toda justicia

el

azote

el

escarnio!

n Yo no puedo pensar

en tu suerte

¡oh doliente nación! sin

desde

el

fondo de mi alma

en amarga

He se

que vengan

i

perdido

las

lágrimas

callada protesta. la fé

de otros años,

ha deshecho en mi espíritu toda creencia i

quizás la plegaria se haría

en mis labios rebeldes satánica mueca;

pero ante tus iras

como ante

tus penas,

ante tus arranques

de madre

i

i

ante" tus angustias

de reina,

¡ante el espectáculo

1


BÍljica mArtir

de tu pueblo en \unta como en

yo

te juro, a la faz

([ue

yo (lue

^-^^

las galeras!

de mi Patria

también, ha tres

siglos,

te juro ([ue hai algo en

fué sierva,

mi alma

i^omo borrasca se desencadena i

por

la

garganta,

a los estallidos del dolor estrecha,

entre imprecaciones de horror se oraciones, suspiros

i

me

escapan

(piejas...

¡Béljica, Béljica mártir!

¡Melancólica Béljica!

¡Qué se inspiren en en

la

los

gran democracia de América!

Que aprendan de

con qué jesto se rinde

homenaje de amor a una a

una

que

idea, a

es color

un

heroísmo

i

idea:

principio, a

en

la

honor en

la

un derecho

patria bandera,

voluntad colectiva en i

nacidos

las leyes,

propia conciencia!

III

Aceptemos que que, aplastada

quede

al fin sin

autor de esta

el

los i

i

triunfe

sin

voz

el

malvado;

la justicia,

sanción ni castigo lid fratricida:

verdugos riendo su crimen,

clamando venganza

las víctimas!


VÍCTOR

-^^4

Supongamos que

i)OMHsrr/o

el

silva

águila vuelva

entre gritos de triunfo a su negra guarida

después de pasear por Europa

como un estandarte

sombra más

esas alas de

que

la

de

sus alas sombrías, tétrica

bruto de

los cascos del

Atila...

Siempre habrá una mancha profunda

—más horrible que

el

i

horrible

resto de tus fechorías,

en las hojas que ¡oh César! por batirte incienso palaciegos serviles escriban;

siempre habrá una piedra de

brillo nefasto

entre los florones que tus sienes ciñan;

siempre habrá en tus sueños un remordimiento, siempre habrá en tus noches una pesadilla!

¡Será la falsía sin

nombre,

será la increíble impudicia

con que desgarraste

los

que a tus huestes

votos solemnes el

paso obstruían*

el

cinismo de ogro con que encarneciste,

la

promesa dada,

la fé

de tu firma!

IV

¡Béljica,

Aun

Béljica mártir!

huellan tu suelo las hordas,

aun jimen tus pueblos,


I

I

I

BÉLJICA MARTÍ K

aún do

los incendios la

humareda

Presentan iglesias

flota,

casiS

i

caries monstruosas; las vigas

toman un en

i

negruzcas

fat'dico aspecto de horcas

los

campos inmensos, talados

a tea

i

bomba —

a

donde ayei sonaran de faenas rústicas las alegres

notas

sólo blasfemias, injurias

i

azotes

i

se escuchan ahora,

últimos restos de los viejos bosques

los

-.emejan fragmentos de osamentas rotas:

de los troncos torcidos en trájicos j estos o en vagas posturas de acróbatas,

uno

es

una pierna de cuajo arrancada, otro un brazo en que

otro

otro

golpe rebota,

el

un pecho a cercén rebanado,

un cráneo, una vértebra, un

tórax...

¡Vestijios informes,

lívido

mar muerto,

ruina pavorosa

entre cuyas grretas renace i

la

vida

oh milagro! a cada primavera asoman

más blancos más

ricas en gracia

i

i

puros los

lirios,

en color las rosas!

Esos bosques caídos, mordidos del_fuego, de cuyas raíces

la

esperanza brota,

esos bosques heridos de muerte

3.^5


VfciOR DOMINGO SILVA

33^>

como

el

símbolo augusto ¡oh

(le

los

mira

la

Historia

Bcljica mártir!

la resistencia

de tu raza heroica.

Ya tendrá de nuevo hbertad

tu pueblo;

tus reyes, corona; i

sobre los

campo que ha hozado

entre himnos de triunfo pasará

guerra

la

.

la gloria!

V Libertad! Libertad!

Tu que

has sido

mi gran manantial de Juvencia, mi musa; tú que diste al arquero de Suiza el

ojo certero, la

mano

segura;

tu que a Cromwell, Bolívar

cantaste canciones de amor en tú que ardes i

i

eres rayo en sus versos

eres

la

cuna;

vibras en la Marsellesa i

trueno en su música;

tu que abrazas montañas i

\\'áshington

i

i

madre amorosa de veinte

océanos repúblicas;

Libertad! Libertad! presta aliento a los hijos de Béljica en lucha;

escarba en su herida, recuérdales todas sus horas de duelo, el

templo incendiado,

una a una:

la fábrica

en

tierra,

los claustros desiertos, las aulas a oscuras,

tesoros de libros lanzados al viento,

hogares violados, familias en fuga, tristes

caravanas de ánimas en pena


MÁRllU

ÜIÍLJ ICA

poiyos campos yertos, por

espeusmos torvos cu i

en

i

en

el

su grupa:

frío a

el

i

de cresta sangrienta

elíiire buitres

uateando

horizonte

v\

l^imbro, las pestes

ol

laudas mustias,

las

la

carne insepulta,

suelo buitres de casco prusiano

cl^poteando en un charco de púrpura...

ibertad!

tus llamas enciendan

verbo de treno

los poetks su i

Que en

i

angustia,

a (ejemplo del gran Verhaeren

hablen hondo

que den

i

ardiente a las turbas;

sus cantos

la

ritmo de hierro

el

I

que a

hechos heroicos impulsa,

loj

vibren,

[ue

[ue griten, i

que canten, que rujan

Béljica, Béljica mártir

asíl

será libre otra vez, será augusta:

¡sangradaí

i

deshecha por sus

sacrificios,

pero acri^lada por su desventura! Béljica,

í así

Béljica mártir,

1

homérica,

Béljici

Béljica

única,

será libre ptra vez al sumarse

a la blanc^ lejión de las patrias futuras,

con una i

en

tristeza infinita

en cada sendero

la

nunca

ipeto

\

alma

cruz de una tumba, feliz

merced de

ni a

el

bajo

los

*

el

yugo

bárbaros nunca!

«.

337



üben

uncí

bluL..

Xo, IVilhelm!

Xo me importa

Yo no puedo el

celebrar tu grandeza.

perímetro de tu imperial cabeza,

mostachos, ni tu

ni tus recios

de tus augustas fauces, ni

con que mirar

Xada Xerón a

de la

solías el

me

anquilótica

fama estrambótica.

ni tus pujos artísticos, ni tu

Xo me importa— aunque que preíedió a menudo tus

mano

— todo

fuese pagado-

viajes, ni el bufido el

jesto de arrogancia

camino de Francia.

importa, Xapoleón de pega,

alemana, fantástico estratega,

astrónomo, poeta,

filósofo,

marino

el

ruido


VÍCTOR DOMINGO SILVA

34í>

que

lo

mismo revuelves

que

el

almanaque Gotha

Sólo

La

me importa

i

el

alfabeto chino...

nada hai de

en

la

Enano

más duro que un

te veías junto a su talla

¿Le era preciso

el

loco)

obra del Canciller de Hierro,

creador de los Hohenzollern, a quien, decretaste un eclipse

blut.

Tampoco

atrapaste sin reparo.

la

und

¡oh César! tu lema: Bisen

no era tuya (no era de ningún

frase

pero te

de acimut

las tablas

por

recompensa

destierro.

inmensa.

ámbito del globo

i

del espacio

a tu jenio, en conserva dentro de tu palacio,

como i

esos fieros bichos

que a

los rapazuelos

que

el

zoólogo diseca

arrancan una mueca?

¡Quién sabe! Son terribles estos hombresde jenio. I

tú necesitabas, sin duda, de un proscenio

más vasto que tu propio país. No chispea como entonces chispeó tu

la

pupila:

— ¡Yo

he de ser otro azote de Dios!

— ¡Yo

he de aventar tus huesos!

-

Dejo que otros describan

Nunca

así

nunca

así se

con

la fiera se

ha abonado

de Marte

dijiste a Atila;

dijiste a

la trajedia sin

ha confundido la

ya escuálida

con todos los sangrientos detritus de

Bonaparte.

nombre.

el

hombre;

tierra

la guerra;


UND

r.lSKK

minea

nuiyor para las bellas artes

i

violador

espía, sacrilego

i

tino

\u\

asesino.

tlel

Es poco, pues ha

¿Dije asesino?

341

hombro tiuo

intolijenria del

la

hLUT...

incendiario,

siilo

falsario,

i

Caín injerto en judas, ladnni, traidor, verdugo...

I eso,

a

debemos porque

lo

Pero yo dejo

Mi ineptitud por

lo

demás,

t[ue otros describan la trajedia.

confieso. i

a tu jenio plugo.

Xo

enciclopedia

soi

es fácil leer los

buques hundidos; templos

i

cablegramas:

hospitales en llamas,

éxodos de familias hambrientas; centenares de pueblos hechos ruinas; desiertos los hogares, las aulas, las usinas...

entre i,

la

Desmanes de

masa inerme— lo

inicuo, lo

tropa

la

nefando

en competencia trájica, los aviones trazando

parábolas de fuego bajo

el cielo

...Yo te reprocho ¡Oh, César!

una

ilusión

como una

mui grande, que

de Europa.

el

queme hayas

deshecho

mi pecho

brillaba en

estrella májica.

Yo amaba

la

cultura

jermánica, su espíritu soñador; yo creía en sus príncipes muertos de amor

i

en

la

dulzura

romántica que fluye su estraña poesía.

Yo amaba

la

Alemania de Gutenberg;

arranque

la

odisea del gran fraile Lutero;

i

el fiero


VÍCIOR DOMINGO bILVA

342

Alemania de Klopstock

la

de

Schiller, las dolientes

Más de una

mc i

lloré

baladas alemanas...

vez, con Heine^

pareció que

— que

es el ^lusset

jermano-

palpitaba en mi mano;

el libro

oyendo a todos

de Goethe, Las Campanas

i

los

magos

del sonido

cuya memoria, dentro de mi alma, he bendecido. Creía en la Alemania científica. Creía

en sus laboratorios

i

en su

filosofía.

Sus universidades eran como de eruditos doctores, pálidos

En mi

astilleros

severos.

i

entender, un sabio jermano era la

de todos sus colegas:

suma

que aplasta

i

abruma,

como aquel Topsius miope, rotundo

i

candoroso

lo

que conoció en Oriente Teodorico Raposo.

I

I

ahora, por tu causa, yo

ahora, con la

me

siento tan triste!

misma mano con que rompiste

aquello que llamaste «miserable cuartilla

de papel»,

me

la estrella

que llevaba desde niño en

has quitado mi

¡Xo, Wilhelm, yo no

puedo celebrar

Xi puedo perdonarte, como

Porque

es a tí a

quien debo

filósofos, poetas, sabios

Ya no

ilusión...

la

lo

el

brilla

pecho...

lo

que has hecho!

haría Cristo.

pena de haber

visto

(toda la Kúltur

jermánica) en un vuelo de famélico vúltur \Eisen itnd hlut! cantando tras de las imperiales huestes,

como

ellas

mismas,

frenéticos, brutales;

instándolas a que usen, para con los que oprimen,


eisi:n i'Ni) BiA'T...

todas sus arterías ¡loando

la

i

343

sus crueldades todas;

barbarie, justificando

con sus doctrinas cínicas

i

el

crimen

sus salvajes odas!,

Emperador! Emperador! Tu ceño de neurótico César ya a nadie quita

el

sueño.

Tu megalomanía cuesta a la Europa, al ^lundo Moderno,

de un

siglo.

Escrita tu sentencia está.

¡Eisen und hhit! a hierro

¡Ya

un i

la encrjía

i

Tu

dinastía

sangre caerá...

estoi viendo, al azote -de

anchas huracanadas,

águila bicéfala con las alas tronchadas

una

ilusión de niño

que no renacerá!

D



Nuestro siglo

Amo

este siglo inquieto, neurótico,

i

luminoso; siglo de

i

de

i

de las bibliotecas; de

i

de

la

las

sombrío

la electricidad

dinamita; siglo de los deportes la

Guerra Mundial

fundaciones de filántropos para

combatir

los estragos

de

la

mortalidad;

siglo carnavelesco, siglo

íunambulesco,

hórrido

de gracia

i

i

pintoresco,

de enerjía, de egoísmo siglo

del sufrajismo,

siglo del futurismo,

del parlamentarismo i

de las convenciones de

la paz;

i

piedad;


VÍCTOR DOMINGO SILVA

34^

de reyes mártires como Alberto de Béljica,

siglo

de aventureros trájicos como Bolo Bajá, de poetas-soldado.s como Gabriel D'Annunzio i

de poetas místicos como Rabindranath;

siglo del trust

raras

i

el

serum! Siglo de las hipótesis

abracadabras! Siglo paradojal!

i

Siglo de tiranías

i

de revoluciones!

Siglo del super-hombre! Siglo del salvarsán!

Lo amo Con todas

lo

i

admiro ex-corde porque en

él

vibro

i

canto.

sus locuras, con toda su maldad,

con su histeria

i

sus vicios,

con su incurable afán de renovarse entero, de trasmutar valores, lo veo,

entre los siglos, colosal.

Se diría i

Es

el

Es un

el

la

aurora

trueno de un volcán.

deslumbramiento del jénesis de un

Apocalipsis,

i

es

siglo.

una Navidad.

Sopla un viento de vértigo sobre ¡pobre ciega

la

íé

la

Humanidad, —

que viene del fondo de los tiempos por los caminos del azar,

— bordón

endeble

—perdida, —

su perro lazarillo, I

el

i

estraviado Ideal!

ese viento de vértigo,

torbellino dantesco, frenético huracán,

i


NUKSTKO SIGLO

sube a tales alturas

trazada en

por

la

horror de las tinieblas

el

Humanidad

luz,

en niarclia! Siglo de oro

de hierro, de hambre...

que hoi azota revuelve en las almas

.como i

espiral

Rei de los reprobos: Satán!

el

¡La

de

recuerda

(jue

trájiea

la

^4/

la

Xo ha habido tempestad

los

rebaños humanos

el

légamo ancestral:'

Europa sumerjiéndose en un baño de sangre

ante

el

que temblarían Atila toda

absorbida en

la

la

i

Tamerlán;

intelijencia de los

hombres

estúpida tarea de matar;

los pájaros

mecánicos en

lo alto,

los siniestros nautilus bajo el

laboratorios,

fábricas,

no son más que

que

las fraguas

al

mundo

que

por todos

la Historia

vosotros,

los senderos,

Sonreíd, oh tiranos

nos hizo abominar;

filósofos

que

buscando

decid qué se persigue con desolar

con aplastar en de

de un titán

entero contajió su mal.

Humanidad en marcha!

i

usinas,

alquimias de un brujo vuelto loco

las

¡La

mar;

las razas,

flor la

con darse

la

errasteis

verdad,

la tierra

mocedad a la

matanza

para ofrecer en aras de qué altar coronas sin cabezas, cabezas sin corona,


VÍCTOR DOMINdO SILVA

348

coronas sin cabezas, cabezas

sin corona,

ciudades sin familias, familias sin hogar,

campos

talleres sin labor,

muchedumbres

la

superior,

que i

en

lei,

bocas sin pan!...

embargo,

sin

(I

Creo en

sin

Humanidad

como

de todo

creo en lo divino

sueños de amor,

humano

cómo

al fin

cómo

el

en

i

deseo,

el

en

i

la

esperanza

corazón. ¡Dios sabe

nos repugna

la

odio es infausto,

soñar en esa

creo...

en su destino

i

late en la inquietud, los

sin trigo,

hiz,

—astro

i

venganza,

cómo

sobre

el

Amo

día,

suave

naciente

de una constelación desconocida

que rodará algún

es

hecha torrente,

páramo inmenso de

la vida!...)

este siglo inquieto, neurótico, i

luminoso

al par.

Acaso sea porque, contradictorio, ¡por

sombrío

no romper a

río...

sollozar!

Sentimental, vibrante, piadoso hasta en

lo

impío,

incorrejible soñador,

enfermo de

amo

ilusión,

muerto de

hastío,

este siglo ardiente ¡porque lo siento

en

la

verdad

i

en

el error!

mío


Las mejores poesĂ­as

compuestas

por VĂ­ctor Domingo Silva han sido editadas por la Casa Minerva, e impresas en los talleres de la Sociedad Imprenta i LitografĂ­a '*

Universo

^

en 18 de Agosto de 1918,


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