BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
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Obras de
Isidoro Errázuriz Discursos Parlamentarios
Introducción y estudio preliminar de
DON LUIS ORREOO LUCO
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IMPRENTA BARCELONA
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Moneda esquina San Antonio Santi?go de
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Chile.-Año 1910
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES ,DE CHILE
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VOLUMEN IV", '$:
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SaDtiag?. Noviembr,e ID de 19Q8.
Teniendo presente: cien: PRIMERo.-Que la prodncci6n intelectual de Chile durante loa á cumplir conspróxima. está de independiente la RepiÍblicá vida años que tituye. asi por el nürncro y variedad de las obras como por la importancia' y entidad de la..<; materias. una. de las ma_oifestaciones más caracteristicas :; y honrO!:ia,!3 del progreso nacional; SEGUNDo.-Que esta producci6n no es suficientemente conocida y apreciada en el país, y aun menos en el extranjero, por cuanto se halla esparcida en ediciones ó publicaciones ai<;ladas, algunas de las cuales están agotadas 6 son de difícil adquisición. haciéndose en todo ca."Io necesario' incorporada en un cuerpo de publicidad qUE': la presente, debidamente seleccionada, bajo un orden metódico de materias, de autores y de fechas:
TERCERo.-Que tanto en cnmplimiento de los deberes educaciona1es que la CùU$titución le impone, como en estimulo de la propia producción intetectual del paî?, incumbe al Gobierno difundir el conocimi?nto de los escritores que han ilustrado las letras nacionales ó realizado estudios de mérito en los diversos ramos d?l saber; CUARTo,-Que el cumplimiento de tal debl:'.r permite á la vez iniciar la realización ùe este propósito como uno do los más elevados y significativos homenajes que la nación pueda tributar al centenario de su indepe.ndencia; QUlNTo.-Que desde varios años atrás las leyes tle presupuesto vienen consultando sumas de dinero más ó menos considerables para costear la' publicaci6n de obras dE'i determinados autores, .sin obedecimiento á un plan y seleçción sistemáticos; y SEXTo.--Que con tales cantidades, y aún sin perjuicio de mantener la publicación ya iniciada de ciertas obra.s, puede sobradamente efectuarse la edición pa.ulatina y metôdica del gran conjunto de la pwùllcción inte. lectual chilena, en la forma que el presente decreto determina, decreto; I.-EstabJéccse, con el nombre p'e "Biblioteca de Escritores ùe Chile., una publicación ?rmanente destinada tÍ coleccionar, previa "elección, las obras escritas en el país y las de autores chilenos publîcadas en el extranjero. comprenderá la producción posterior al 18 de H.-EstadeBiblioteca R 1 !';eptiemble IO; ninguna obra podrá incorporarse en sus ediciones sino despul:s de fallecido el autor. de IIl.--Una comisión especial 1?crmanente. compucst.1. del Ministro ùc de la Facultad Hudd presIdirá, Decano ln.strucción Pública, que]a manidades, que será su Vice-presidentc, del Secretario General de la Universidad, del director de la Bihlioteca Nacional y de tres p?rsonas desig? nadas por el Presidente de la República, tendrá a 511 cargo la publicaci6n de la Biblioteca, determinando las obras que deban insertarse en ella, 10$ detalles relativos á sn edici6n y reparto. y toùo lo demás que å tal publi? cación se refiera. La comisión tendrá, además, un secretario. 1 V.-Las obras de cada autor jrán precedidas de un estudió biográfico y critico, cuya redacción se cncomen.dará por la comisión permanente de la Bibliotec..1. á las personas que juzgue idóneas. autor se eligirán aquellos trabajos que por su mérito V.-De cada ó intrínseco, por revcl?u el c.<;ta.do de cultura ó mentalidad de un determinado periodo de la historia patria. se estiroaren dignos de ser' repro,
ùuciùos.
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volúmenes se imprimirán en fo;mato de cuarto menor, â dos columnas, con tipo del número 9. interlineado; y sus demás condiciones de impresión será.n tambiim unifónnes en toda la serie. Ningún ejemplar -', entregará á la circulación sin pasta. --,'>
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número de ejemplares de cada edición. no bajará de tres mil. VHI.-Se repartirán gratl1itamente ejempla.res (le ca.da uno de 103 volúmenes de la Biblioteca á todas las bil;liolccas públicas, á las de todos tos establecimientos fiscales de ensedanza, á las oficinas de las Legaciones -de chilenas y consulados profesi6n, á la.'i principales academias é institu? tos científicos extranjeros. y á las socieq.ades 1!-acionales obreras de instrucción con personalidad IX.-DeI resto de la edición se r?ervarã una tercera varte, que quedará á disposición del Gobierno, en los almacenes del Ministerio de Instrucción Pública; y el remanente se pondrá. á venta, al precio de costo de cada ejemplar. en las librerías del país ó del extranjero que la comisión designe. f'..ada ejempta.r llevará impreso en la caritula el precio de VCllla. X.-De1 producto ùe la venta y de las comisiones corrientes en el co. mercio que se paguen a las librerías, se enviará trimestralmente una plani1la detaUada. al Ministerio de lm;trucci6n Pública. el cual ordenará su publicación en el Diario Oficial. XL-La comisión permanente de la Biblioteca Se reunirá por 10 menos una. vez al mes y podrá celebrar sesión con tres de sus miembros. XII,-El secretario tendrá directamente á su cargo la recolección de los impresos: Ó manuscritos que se necc!,Iiten paTa la publica.ción de las obras. la corrocci6n de las pruebas y la vigilancia de la impresión. Le co. rresponderá. asimismo, nevar las actas de las sesiçmes de la. comisión y la contabilidad de los fondos de que ella. disponga. atender al reparto de las obras de la Biblioteca, y á lo.... trabajos de redacción y demás que se le encomienden. En el dcsempcfto de todas estas funciones procederå cou arreglo á las imtrucciones de la comisi6n. .:' '; Tómese razón, comunlqucse, publiquese é in.sérte.se en el Bolf'Jín de la? Leyes y Decretos del Gobierno. ?j.!
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Núm. 1,8SI.-Teniendo presente:
Valparaiso,
19 de
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Mayo de I909.
PRIMBRO. Que la comisión' permanente encargada'\le organizar la Biblioteca de Escritores de Chile ha acordado solicitar del Supremo Gobierno la modificación del decreto ùe 10 de Noviembre de 1908 en onlen-a) nûmero de miembros de que consta dicha comisión y al formato elegido para editar las obr? que formarán la Biblioteca; SEGUNDo.-Que para. 'el expedito funcionamiento ùe la comisión permanente hay conveniencia. en aumentar el número de micmbros Cl,ue la <:on1ponen, á fin de que pueda sesionar con la fre?uencia que reqUIeran 1<13 del -
necesidades servido; TERC.ERO.-Que hay tamb?ên conveniencia' l1lallifiesta?'-dado .el objeto q?e.'Se tuvo en vista al crear esta.?ibUoteca, en 1UQ(1iÜcar el fOTmato primitIvamente adoptado para la edicIón de las obras, el cualllO cumple COIl todas las condicione... prácticàmente convenientes á juido de la comÎgión.
expresáda.,. Decreto:
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Créanse dos nuevas pla:c:as de miembros de .,lacomisión permanente encargada. du la organización de la Biblioteca de E$critoJ;"e8 de Chile. .A?6ptase como madeJo para la. e.dici6u de las obras que compondrán la el BiblIoteca. formato de los volútnenes de la Colección de los rncio"8s autores ðjþañole? de ?on Eugenio de Ochoa; edición Baudry, octavo francés, con las moditicaclOnes que señale la comisión .i,j permanente. T6mese r?ón, comuniquese. publíqucse é insértese en el Boletín de las
L'Jas y ÐecrelQs dtl
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Jorge Huneeus G. ;?
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Isidoro Errázuriz ."
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las dos de la madrugada, perdia la tierra americana un grande espíritu, y Chile, una persona. lidad poderosa que había sabido incrustar su propia vida en las páginas más vibrantes de la historia nacional.
El día 12 de marzo
Él
Durante la última mitad del siglo XIX, salta el nombre de Isidoro Errázul'Íz, con la fuerza evocadora de.'! un conjuro, en cada una de las páginas de nuestra vida de nación.
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Diríase que con él resucitaron los antiguos ?':dentes, esos hombres que la antigüedad nos prf!sentaha como piedras miliarias de la historia, como voceros de la vida -, de un -pueblo. Por igual manera, tanto en los días gloriosos como en los días tristes, en las agitaciones estériles ùe la revolución ùe 1859 y de la guerra con España del año 66, así como en-j-lo? arenales del Perll, en 1879, al entregar sus banderas á Uno de los regimientos que marchaban sobre Lima, la voz del gran tribuno ha vibradQ, emocionada y poderosa, empa;; pada en el calor de las granùes convicciones ó de los arre-batadores entusiasmos. Isidoro Errázuriz ha tenido, e.n ciertos monï?ntos, el honor tan hrillante como peligroso, da encaI'när en Su elo'CtleIlCia desbordada, las pasiones:-las noblezås, los errores y los herols{ilOS de todo un pueblo en plena agitación y en
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-plena efervescencia. Séanos licito declarar ahora..en homesido inferior naje á su mt'rnoria y å su vida) que él no ha j á esa grande y pesada tarea.
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
VIII
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Su espir'itu, digno de comprenderlo, f'ra la encarnación de la armonía. Atenas, la ciudad coronada de violetas. como la-llamaba SóffoclesJ colocaba la armonía como condición fundamental de todo lo grande, de todo lo bello y de todo Jo justo. Tanto la Venus de Praxiteles como el pen.amiento de Platón, la oda de Píndaro como el di.curso de Demóstenes ó la idea de gobierno de Periclc? eran, por enchna de todo, la encarnación de la armonía del espíritu, de ]a exquisita y cabal pondemci6n de facultad e.. del peI'fecto equilibrio de la. imaginación eDIl la verdad, Qf;31sentimiento con el arte, todo. eso humanizado _y.ba,ñådo?nla corrienLe de la
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La'g sociedades .necesitan -mezclarse )' combinarse pOI'
extraña manera, destilar eIl alambique el genio de su raza, para;Jlegar á producir un espiritu armonioso del brillo y del póder que encerrab? enel suyo ISlùoro '? ErrázurÎz.
Débese observar, con todo, en él, un extr&ño y al pare-7 cer contradictodö aspecto de su fisonomía mò?al: La armo:,! nia íntima del espíritu, entre las diversas facultades del
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la id?a y de la voluntad,---...,facultades." todas vigorosamente desarrolladas,.á la par' que ?rmoni;. Z11das en ?l-no se veía reflejada -en su existencia"de con: tinuo y no interrumpido combatir.,: Acaso en virtu4 deleyes, aun desconocidas, entre ]a8 que imperan en el mundo moral, las facultades poderosas, por bien equilibradas que se hullen entre si, prod ucen"COi110 resúltadu último, pasiones y luchas; desigualdades y trastornos. La vida de Mirabeau nos presenta un ejemplo de una imaginación po:derosa, un juicio clarisimo y exacto, concepciones geniales, un poder inconstrastable de sentimiento, y una grande enel'gía do voluntad; condiúione? todas admirablemente armonizadas entre sÍ) quc dieron como resultado una cxis. tencia. tan desigual corno tempestuosa. ,Habia en Errázuriz 01 templo de alma de 'un Gabriel Riquotti de Mirabeau? No és dable decirlo. Sería menostor que se hubiera hallado en el"mismo esoenario grandJ.oso y en tan 8ol?mne momentO-f?hist6rico ùe pl'oporcio? 9olosales nes, para .dar la medida de sus' fuerzas intelectuales.y morales. Acaso le han faltado, Únicamente, e] escenario y l.a de-
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OBRAS DE ISlDORO, ER?Azu'RI7. .-!:
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ocasi6n;a.caso no hubiera tenido el g?;nioqu? hnprovis<iba políti?os' de solucione?, para todps los problemas morales y un gi'sn pueblo, ni.lograilo imponerlas como el gra.n tribuno '''''.., Sea de esto lo 'que fuere,!a de la Revolución Francesa. y figura moral de Isidoro El'råzuriz ha sido una }Jorl,ento,?a del escr},combinación el e Heinc con Mil'abe.?u" del poet? y tal' con el tribuna. LOf; grandes poetasJ"s!lel?n vi?h.J.2)brar, por manera instintiva;. ó por vía. de .se'1timicn?o, l?s p??blerrias sociales, morales y. hasta- c:ientífico9cÜY,a solución positiva y precisa sólo puede alcanzar la humo,nidad "iiluCOIIS? eho más tarde. Los refinamientos descnsibi]idad que tituían en Errázuriz la nù'ra de:poeta1 sirvieron para centuplioar la fuerza deh,tl'ibu'l?O, haciendo como de hilo? Gon11 IIctores entre él y las masas, poniéndole en contacto íntimo con una extonsa comu?,idf.d,,?c corazon?s, á)? par que dánùule secretamente lri soJuëi6n dø muchos problemas. la vida, al afirmar que Paseal penetraha hODdame?t?, ?.? (<el corar.ôn tiene rDzoneS qùe ignora el entendimiento>'>. La sensibilidad, Ô más bien el sentimienLo1 cual1do llega á los grande's pnntos rlell!idcnte ó del verdadero po'eta, encierra é ines}Jeradas solucionc$. La nota del sentimiento, la solución de là sensibilidad, el ecO ùe honda poesía, vibraban ,en intensísimo grado en el espíritu de Errázurizj do aquí su fuerza ùe irt'adiacÎón sobre las masa?ì de aq uí sus granfles victorias de tribuna" de aquí el. magnetismp .u,el'sonal, el don de seducjr qne ,tan en?inentemenLe poseía. nacia y tomaba De esta misma exquisita,y?H??",sibilidad cuerpo la;.cxtraordinaria y p?ci?liarísima imaginaciÓn de El'rázuriz, esa hnagina?i6n más .ge forma que de fond.o, manifestada en la, comparación, en la metáfora brillante, en la sugestiónmclodiosa y 8écI'et? de -las combinaciones de palabras Y. de sonidos, antes que en el concepto ('.reador. 'Poe, en sus Swift, en sus .viajc?".de, GUliV8I'O, .Edgardo c.reaciones fantá&L1c3s) Dickensfm la pintura de sus inmortales tipos, Cfr-anl trabajan en ?(;!l fondo mismo de la imaginación; (?eigù'a]manera, en una de las págÎI??8 más admiá Napoleón, rables del Memorio.l, de .SantaElena, vemos expJicando la eampaña,.de Siria comù? un plan destinado á cûnducirle á :la India;?para aplastalá Inglat-erra1 j' estar
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bleccr, en el?Universo, el predominio de la raza latina sobre )a5 demás razas: eRto era, también, la imaginación del fon. do. En HeiJ1e así comO en -casi todos los p'oetas. laïmaginación era proincipalmente una envoltura del sentimienlo y de la idea, algo que la adornaba, la eínbellecia, extendiendo su acción, dändole cuerpo y haeiéndolà þalpable ä los ojos de todos. 1-"'"- este último género pertenecía la Üllaginación
de Errázuriz?'Servía para ponerle en cá?taèto cOn las ma?..,as,para h :lcer vibrar måybr númerO .de almas al diapas6n gr;:i'nde orquesta suyo, poniendo en1.sus mano!:)-: UDa como (le sentimiento!; y de ('.olores. NoJo olviden nuestros hombres públicos: la poderosísima influencia oratoria y perio. dística de Errázuriz, dê.be de ser principalmente 'atribuida â su tempcÎ'amento de a"ti.ta y de poeta. Quien quiera que pretenda ejercer amplia influencia sobre las distintas clases socjales.-pensadores, aristocracia, clase
media y pueblo-debe dominadas, .'>arrojándolcs,como scmillas, idea.s levantadas y'?generosas, conmoviênùolas, y tocando ]as fibras más ocultas del alma popuiar, seÌlalarJcs "algo bueno y j6stO, un grande 9bjetivo, la reparación de una grande injusticia, la preparación de Üna trascendental el objc4 reforma. .La idea política y social, el:) el oprincipio? tivo, realizada por una honda y poderosa emoción humana. Añádase la obra ode la iinaginación, que coge la ide?\ la ':ajes de lasmaotransforma, la hace visible yl:colorida á los S?5 populal'es, llevándola á todos los espíritus, aúrî'á los mós rudos y los más sencillos, mediante su obra de elahoración mistariása y de' clarifica"ción int.electuoJ. De ahí á poco, la acción calurosa de}" sentimiento hace noreeer la iuea, la extiende y la convierte en tfÜlllfo? El espiritu di? lsidol'o Errázuriz poseía ç.?östan ?iver8os sólo concede ','." con 'elementos que la naturaleza, de ordmarlO, .,,".. singular parsimonia,' uno á uno) repal.tiq,os por diverS-as de. sil cuña;; le otoralmas. LD..8 hadas, reunidas en torno la' tierra, las más exubegaroIl, ya que.Do las J'lquC7.as de herantes y poderosas f.aeultades de) e?píritu. Diéronle, .'. .como â nadie, el d6n de .sentir hondamente y lö que aÚn es más pr?ci<Jsotodavía") de trasmitir á los dc?ás'e8às mismas emocio:!leS, aumentadas ál pasar por la'imaginación, centu.
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OBRAS DE ISIDQRO ERRÁZURIZ
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plica das en la sensación colectiva. Algúu sabio habrá de revelamos en su dia las leyes sicológicas que rigen el alma de las IIlasas, pues las multitudes tienen una alm? colectiva distinta del alma individual. lAcaso nosotros mismos no hemos experimentado muchas veces, sea en un teatro, Soa e!} Hna reunión social 6 en reunión religiosa, una sensación indecible y poderosísima, diferente de la sensación que hubiéramos experimentado á encontrarnos Bol08 y mucho mås poderosa que esta última(" Proviene esta impresión de.., la doble fuerza de la imaginación y el sentimientn proyectados sobre una corriente simpática;'tanto más poderosa cuanto mayor sea el número y la 'homogeneidad de los<-c5píritus, en comunidad moral con aqnel'que les habla 6 les dirige. Isirlaro Errázuriz poseia, COIV.onadie.: eSe dón de interpretación moral ùe las multitudes! casi diríamos? lIsando una expresi6n del idioma musical, la facultad de trasportar. Ya que hablode? rnusica, debo recordar une de les más poderosos elementos de la fuerza moral de ErrázUl'iz: la armoní? ffi.elodiosa de'?; su voz. En todo grande orador hay :los eleme'ntos fU,lldamentales del grande actor: la armonía penetrante y 1a fuerza do la VOZ? la sensibilidad?);.laemocionabilidad y la simpatía 'fisica. De poseer esLàs coudiciones en grado eminent.e y DO igualado en Chile, han l'eM sult.ado1 por último, los gJ'andes triunfos oratorio s de ErráM"-' zurlZ. Junto CO? las poderosas facultades físicas y morales? de todos bonocidas; á la par qne el dón de ponerse en comunidad con las muchedumbres, tenía la voluntad, el'instinto irresis.tible de la acción, :i impulSOß de una simpatía, de Llna pasióñ personaró de una idea. COIlsidérese su vida entera y se'notará como la resultante necesaria de"SliS facultades "mOrlÙeS y físicas, "invencibles cuando interpretå.ban el sentimiento de las' masas. Desprendíase una poderosa personalidad moral que, como el gigante mitológico, er? inmortal cuando'tocaba la tiel'l'a, nuestra madre común. ?'" .
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Croo todavÍa contemplarJo, como la vi aquella tarde en el Congreso, con ardiente curiosidad'y conyi.-yisiI"P:o interés: haUãba-se fechado hacia atrás,lleno ù?.?_uprema
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cia, reclinada la cabeza en :el siJ1ó?. rojo;" bajo ?a altísima bóv,eda de el Congreso antiguo proyectaba sobl'e"Jas
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fiso'nomías una luz.de matiz ceniciento. Nada. de atrayente encontré á p?jmera vista,. en su ?ontinente rQbusto? un tnnto obeso, ligeramente abesoJ ni en ,.su frente calv?.de viejo marfil, ni en su gruesa nariz acr-atada, ni en. .su pe!,i? 11a militar. Su fisonomía recordah?l. como una medalla;' el continente ma.rcial de los veteranos del segunùo Imperio
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napoleónico. ,o,: -,Se agitó la campanilla del presidente, concedió,e la pala. bra, en tanto q ue u?a intensa vib,ración de e?pectativa se dejaba,traslUl.:ir, así en los escaños del?pongreso':icomo en las galerias públicas. .. .., de Corría el año.Øe 1?4., tratábasc1 entonces, de ]a;?_Ley Cementerios, que tantas y tan hopdas sensaciones provocaba á través de toda la. extensión del te.rrit.rrio, ardicntemente sostenida por unos, en nomhre de la igualdad civil y tle la libertad ùe la concienci?, vigorosamente". combathla por otrus, en nomhre del 'sentimiento catô1ico. en Su sentir, menoscabado. De aquí se h.abían originado combates sin tregua ni cuartel, en la tribuna y en la premia; tanto en .la sociedad como en la plaza p(1blica...J"hlSIno. se crea que la emoción del público era,' en esta f-Ócasióri:provocada tan sólo por el interés, concentrado en el debat?, antes, que todo, se esperabþl ]a palabra de Isidoro Errázuriz, de" ra?na tradicionàlmenL? consagrada en nucs'?ro parlamenlo.'Era de'ver)a intensa contracción dQékpectativa y era de
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eScucharse
aquel silencio, á medida que Errázuriz, eDil, voz reposada, en tono jnfe:?ior al, registro del mediuJ?J, "iþa esbo. zando sus prÎJnp.ras .,' Si hubiera sido tiempo de moscas las hubiéramos oído A medida volar. que crecia el silencio) vibraba con mayor intensidad aquella su voz clara, cristalina, de timbre meLáø "
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OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
XIII
de clarín, voz q'ue vibralico, v?z de 'tenor cÒ'n'reson'arí'èias. queå ba con acento halagador la par viril, voz que se?prespo??-" manera; maravillosa par? ]?s trasmisiones de trilla, matices de sentimientos más delioados Ý más indefinibles. A3ícõ?o el hipnotismo de la mir?da, dxiste,Ja?biên? el hipnf)tismo de la voz, la fascin?ción' del sonido. Los pastores; en' ciertos puntos,?cl hecho por otra pa.rte es cOnocido;-suelen fascinar á IOR pajariUós por medio del sOriido de la flauta, hacióndolos bajar de rama en Fama hast.a"I"el punto en que les cogen, Aún no han sido precisadas, y l?] vez nunca 'lo seanflaR extrañas y arI'ebata'd?ras sugcst.ione(del sonido, de la melodía, ni el grado de fascinàción
humano. Un velo de nehlina Mutil, impalpahle, envuelve tanto este corno algunos otros fenómenos morale's que continÚan resistiendo ã: las rebeldías inves tigadoras del espíritu. Así Como reSonó la voz de Err'äzuriz; á medida que se desplegaban RUS ideas env\icHas en mantof; de rica y deslum bradora poesía, ilumÜladas por el briUo do sus ojos y el movimient'o de su flgura que les daba el podeF dp, los aletazQs de un ?guila1 se sintió, de manera visible, el podeI' vencedor' de sil palabra y 'de su idea. Junto con las fa?cinaciones del tribuna, había tomado, de súbito; la viril actitud del soldado en la contienda. más hermoso sólo me ha sido dado contemplar Espec?_?culo muy pocas :veces. y? era cntonêes un niño, lo que-finc ha per'mitido grabar má? hondamente en mi memoria el recuerdo de aquella ",,escena de tribuna. El aspecto de la sala se habja t,'ansformado; de lacia, desmadejada y somnolienta, la actitud. de los miembros del Congreso, habíase tornado grave. Pareda dorninarles, pocó ä poco, el vendaba! de los grandes entusiasmos, á. medid.a que vibraba la palabra de Enázuriz,'de dicctún purisima/"vertida con la claridad de una' fuente, y con un metal de voz ,argentino como el de la plata de bue' na?ey. La atmósfera, especialmente en cuanto á los .jóvenos pudiera referirse, exigía el eco dé una voz que expre. sara e\ senthp.iento de justicia; ,de emancipación, y 'de amparo religioso'para .todas las conciencias que en'cerràba la ley. de Cementerio lai?o. Las almas jóvenes no buscaban en qu.e alcanzan "s!)bre el ser
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XIV
BIBLIOTECA DE ESCRITOREs DE CHILE
el Jiberalismo provechos materiales,; sino
la realizaci6n de iùeas, la encarnación de ideales poderosos, de eterna verdad y de solidaridad. Cabe preguntarse ahora: inefable fruición de la justicia, nobles ambiciones, varoniles ésp.e. ranzas (d6nde estáis? Ahora sentimos ,la dejadez, el qÚe? branto, el abandono de la voluntad. En eaas horas de 1884, la palabra do Errázoriz encarnaba el sentimiento de un poderoso partido, era lo. expresión del pensamiento ]ib?,ral dominante por los vastos ámbitos del pais entero. El pArtido liberál tenía entonces personalidades consagradas que se respetaba cuidadosamente. Aun no éramos dados á esos aelos de canibalismo político que postoriormente h?n postrado en t.ierra, y j'ùvúlcado en el po}v9, las más de las reputaciones de nuestros hombres pÓblicos. Con intensa emoció TI debatíamos, por calle!; y por plazas, los grandes problemas del paíH, para 8sociarnos, con el país todo, á esos grandes debates del Congreso-en esos tiempos en que hahía nn Congreso. Díriase que la nación entera vivia asomada al alma de sus grandes oradores. De aquí la resonancia inmensa de un gran discurHo y de un gran orador. La palabra de Isidoro Errázuriz era comentada por el vasto país, discutidos sus -argumentos? pesadas su razones, repetidas sus metáfuras que volaban, en períodos sonoros, como un ramillete de lu.ce/3, como un polvQ,de oro árrojado á los ojos de las muchedumbrés entusiasluadas. .
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III Más tarde, durante la campaña presidencial de 1890, tuve muchas oportunidades de tratarJe de cerca. Visitaba, aun cuando muy de tarde en tarde, su Chalet del Camino de Cintura. En la espaciosa avenida, '-entonces casi totalmente de8poblada, alzábase, no lejos de la calle de Santa nasa, el pintoresco chalet construído por IsidoI'O Errá7.uriz. L!'is: r.osas de :.:porcela118 y las rosas"'Ney, 'formaban, en su jardin, las más extrañas nevazones de llores, entre aI'bustos.que arrojabanshs notaR verdes al frente y en torno
OBRhS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
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de la casa. Parecía, tanto por Su distribución como por su aspecto, una casa de campo de lo, alrededores do Berlín ó de París. Los salones se hallaban decoradms con ,pinturas tomadas del Infierno, del,,,Dante. El poeta, acompañad,\, de Virgilio, recorre los círculos infernales. La Biblioteca daba á una gruta-conservatorio, del fondo. Desde el segun? do pÎ.;o se desplegaba á los ojos deslumbrados, un hermosísimo paisaje de cOl'?jllera, nevada'en el invierno, cubierta en el verano por nacaradas velarluras. En medio de aquel paisaje agreste, .de égloga y de idilio, vivía-Erråzuriz ocupado de sus conejos y de BUS ciervos, de La oaturasus plantas, de sus árboles y de sus legumbres. ? ]e procuraba sus leza, esa madre inagotab]e y generosa, halagó, sin éuento. Allí, un tanto apartado del hullioio del munùo, ocupaba su tiempo en la lectura, en el apacible ensueño, en las horas doradas del Sibarita á quien impide concí1iar el sueño la hoja de rosa orulta entre los pliegues de su lecho. Mas no se crea que por esto vivia ajeno de la "V ida, ni de los sucesos del diario batallar: antes, por el con,
trario, su naturaleza]e movía á la acción, despertando, en los grandes momentO!:J/energías avasalladoras que reposa? han adormecidas. C?an mal que estarían en la cuenta los que le tomasen por un simple vividor do los del dla. En 'todas I!\S ocasiones
en'
que ha sido menester acción,"ErrÁzuriz es{aba listo.
No hå pertenecido nunca, por ciefto, á la secta de los filósofos contemp]àtivos. Hamlet 'debía ser un p?rsonaje an? tipático á sus ojos, ante los cuales no cabia la duda sino la afirmación ô la ncgadón audaz, seguidas" en c';lantocambia, por, la acción inmediata, sin contemplaciones y sin dilaciones. I La acción es el londo de su vida. .
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Isidoro El'rázuriz nació, en, Santiago, el año de 1835, en los primeros de nuestra vida independiente, y fué, pOI" decido así, el fruto de 'una época de itransicÍ6n en una,sociedad ql1ß se iniciaba. Las leyes de herenoia y del medio,
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señaladas y aplicadas en la vida social por Hipólito Taine, concut'l:ieI'On á .formar su porvenir y â trazarle1 de' antemano, 01 ca.mino':r'de la vida. En a-quelIOB momentos, el Partido Pipiolo, ó Liheral; al cual pertenecia, por entiguas tradiciones, la familia Errázuriz, desde las primeras h?ras de la Independencia, acababa de caer vencidô en 13?càinpos de b'àtalla de Lircay, tomando posesión del podcr, por cerca de medio siglo, el Partido Pelucón, ".que babia im-
puesto la ConstHución conservadora de 1833. En la ??lla del joven Enázuriz se oian los clamores de los \?encidos;y su infancia dohia ùeslizarse fatalmentemcntè ?'rl' medio de las protestas slIscHadas 'por el Gobierno pelucón, y por las medidas vio]enta? propias de todo régimen represivo. El Pclllconismo, para la familia y los amigus dc Errázuriz,-dentro de, su medio ambientè,-dcbía ser '"tïna feroz reacción, un salto aLrás en pleno régimen de cÇllol1i?(:y de predomînio de anticuadas ideas españolas. ?l g"obiernoae hierro de Portales, de severidad excesiva parä con 10s vencidos y de' temo!' riørpeLuo á las asonadas 'lnili tares, era eninevitàble. hogares de los' ]iipiolos. Sus toncesla pesadilla þarientes y amigos babian sido separados del ejército; d?sterrados algunos, perseguidos en sus pel'30naS ó amenaz'azados en sus bienes, y veían en manos?"del Partidocontra?
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,'i6 las ventajas' y el usufructo".del poder, Solàmente. les quedaba, cOmo herencÎa, la "hermosa bande,ra libera] qué'
llevaban en SlIS maiws, esa palabra mágic8,d'kspecie:-;'de tälismán ó de amuleto destinado á calentar los cOl'azüÌ18s de 106
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1836, dice en sus Recuerdos Lastarria, estábamos en pleno terror, meno? la clase gobe?nantc que triunfaba C?)TI -él, y menos todavía los bionaventÚrados egoísta? que medraban á la sombra del pòde.r .osolulo, ó .que. nó sentian la necosidad de pensar libremente, ni la de' tener derechos; y ?omo estos hienaventurados son siempre muclÍos, todo terror tiene siempre sin esfuerzo una nl1merosaJalange de i);. hombres sensatos en (luienes apoyarse,}) ?lY los t}spíritus independientes, ;que nO han amorti:: guado su libre albedÌ'ío,"ni lo ban disciplinado á las exigendas de un dogma ó de. un inte.rés personal? lY los que. <<En
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vivellle.jo'?de la almósfera poHt.ica
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y sienten, como los ni-
ños, aquella noble necesidad de justicia y de equidad, que ]osllace Bohresåltal'se Ô inquieLarse en presencia de cual-
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quicra irregularidad, de eualquierataque al derechu? iOh! e808 no son muchos, sohre todo en pueblDs de nuestra estirpe. pero, !jiu embargo, sun bastant.es par;:? mantener en todo pueblo, en toda sociedad, la savia, de la humanidad, que a?lllqueparec,e á veces extinguida por siglos de despo-, tismo, siempre Conserva elcmentos de regeneración. E!;os son los que sufren bajo el terror, y, entre ellos, mucho måsj lo? espÍritu8 altivos, que si logran escapar de las crue1dades del de...,poti5ffiO, no se salvan siempre de las del ridículo con qne aquel y sus amigos aplastan á 105 que no se humi-
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((.. .Así, todos estábamos calladofi, y no pOC08 llorando en 1836, cuando la reacción babía consolidado su poden, agrega Lastarl'ia. Tal era el estado de los espíritus\, en lo que á política se refiere. Socialmente hablaIldo, 8ubsi:;;tJan en toda :m plenitud las ideas y ,costumbres de la Colonia; no existían sino, míseras cscuelas de cal'âcter monacal, desde la partida de don J osó Joaquín de Mora; se acababa de ei:)tahlecer el, Seminario de Santiago. El curso de humanidades estaba reducido á mí incompleto estudio del latín, y de gramática castellana. No había reuniones sociales. El teatro había dcsap[u'ccido con la rp.uerLc Cácercs y de Morantè. No existia, propiamente el cultivo de las bellàs letras, y por todas partes a::;omaba la cabCl':a de una dictRdura férrea y somhría. Isidoro Erráznriz llegaba al mundo euél seno de una famiJia ('P-ipiolw>, de acentuado liberalismo, en esas horas de reacción triunfante. Su imaginación ardiente y juvenil se ahría â las aromas de la vida en instantes en que todo parccia contrario á sus Lraùiciones y simpatías de familia y á las aspiraciones mús calurosas ùe su temperamento apasionauo. Ya, en la fami1ia, de encumbrada y soberbia estirpe colonial, las tradicionos tomaban una fuerza propia, de las se acentuahan, cobraban el colorido y el relieve leyendas hereditarja? ingel'tadas en la propia genealogía y .,
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que le dan con su vida propia, su prestigio. Isidoro Errázuriz, encontraha, al nacer, encau8::1do Su fllturo. No tenia más que dejarse arrastrar por la influcnciådel medio am'biente, por ]a fuerza del hábito, por la secreta infiltración de las ideas y de los sentimienlos'. en la atmósfera que nos envuelva con avasalladora fuerza. La influencia del medio le hacía libera); Su temperamento, sus ideales? sus ensueños le empujaban por esa pendiente irresistible. Los padres de Errázuriz creyeron conveniente,.: enviade al extranjero, cuando apenas cuntaba los quince aìios, á colegios formarse en y uIliversidade? europeas. Su talento precoz, su jmaginaci6n oriental, sO habían revelado ya en pleua lozanía, promûtian un porvenir brillas.te, digno de ]08 sacrificios q:lC sus padres hicieron. ??a seguro que nevaba en su mochJla, COmO los soldados ûe Napoleón, su bastÓn de Mariscal de Francia. Acababa de pllbHcaf su primer artícnl? .en El Progreso de Santjago. Sus padres le enviaron, primero, á los Estados Unidos de Norte América, en donde ingrërsó al colegio de jesuitas de Georgetwon. Iba en compañía de don l\Ianuel Irarrázaval, des?inado también á lOB estudios, y ambos llevaban de apoderado al sacerdote don .r oaquín Larralll Gandarillas. Por una de las más extrañas cöincÎdencias de la suerte, los dos hombres que más poderosamente debían enCAl'Ilar las corrientes antagónicas de los partidos Liberal y Conservadur, lsidoro Errázuriz é lrarrázaval, se encamjnaban juntos en busca de instruccióri y entraban, en compañia, á un colúgjo religioso americano, cruzando los mares en 1a misma nav"e, contemplando unos mismos hodzontes. Pero las senlillas que secretainente germinaban en sus espíritus eran diver?, sas y debían producir diversos frutos. En el año de 1852 se dirigía ErrázUf'iz á Alemania, jncorM porándose á la Universidad de GöttÍnger, epla c.ualsigl1ió elclIrso de Derecho, desde el año 1853, recibiendo el diploma de Doctor en leyes en 1856. De aqui ha. nacido la fuerte contcst.:ura jurídica, y el vigor acerado de argumentación de 8U'Sdiscursos, el método admirable con que más tarde conducjrá su dialéctica. Especialmente en sus discurBoscon motivo de la cuestión de cementerios, en SiU debate
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con el señor Fabre?7 profundo jurisconsulto chileno, Errázuriz tocó la cuestión de derecho de una manera magistral. revelando un hondo conocimiento de Giencias jurídicas y de filosofía del derecho. Mas, al mismo tiempo qne estu-
di?baj Errázuriz
se
encontraba en conLåcto intimo con las Federaciones de Est?,diante8. Era la época inmediata á la revolución que había sacudido toda Europa, conmoviendo los tronos', Á imponiendo, en el viejo conti?ente, los princ?pios del constitucionalismo á la monarquía ya gastada, y échanrlo por tierra el eùilicio del poder absoluto de los Reyes. Los estudiant'és, en las Universidades alemanas, e??n los promotores ar\dientes de las ideas democráticas y republicanas. Erl'áz-liriz, en m?'.dio de ellos, debia experimentar la influencia de lJls poderosas corrientes de espíritu lanzadas sobre su alrnh tcmpest,uosa y ardiente. Junto con eS,to, los princÍpios de toleranci<i.'.religiosade los paises "prõt."estante:; debían templar' el vuelo de SU?Iespíritu, cmpap."iindolo Cn sentimientos de paz y.de b?ncyol?ncia humana que habian de chocar violentamenLe al ponerse en contac? 1,0, al poco tiempo, con el viejo y gastado fanatismo colonial que imperaba todavía en Chile por aquellos años en que Francisco Bilbao era encarcelado por ?\úsideas de libre?l. pensamiento. ,?Da vuelta á Chile, en .Junio de 1856, hirlara ?;Errázllrj:? sostenía violenta polémiea. en la prensa con los viejos doctrinarios de la colonia, animados aÚn del fanatismo tradieional de la época de la Inquisición y de la conquista. Sus articulos, publicados en El Farocarril, con el tilulo,de ?l:bre Oscurantismo y Examen, llamaron vivamente la. atende r:ión los elementos liberales, nacido? en Chile con la propaganda política. de don Victorino Lastarria y de Francis? ea Bilhao. Desde eso ins?aIlte, que.daba seÎlalado el rumbo ". de ErrázurÏz. en la política ehilena. Por aquellos aÏ1os, Errázuriz viviÓ 811 idHio, regresando á Alemania, donnp. contrajo matrimonio con una joven :1 1858 hermof.1isima. En Chile. Don Benjamín regresa ha Vicuña .l\'lackenna, el genial eseritor é historiador, acababa de fundar el periÓdicu /Æl Asamhlca Constituyente, en torno riel cual se rennb. aquella par?e de la oposición al gobierno
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de don Manuel MonLt que quería ]a re.forma constitucional, á diferencia de la otra que Rolo quería la caída del
Gobierno. El antiguo Partido Pelucón, organizado por don Diego Portales se acababa de quebrar en dos part.es. Por la cuestión de un sacristán, e] Estado y la Iglesia habían roto, en presencia de la enérgica actitud asumida por el Presidente Montt en defensa de los.del'echos tradicionales del Estado, ell virtud de las antiguas leyes españolas- Los Pelu.cones se dividían en l\JOlltt- Varistas, que acompañaban á 1\Iontt, y Conservadores ó cJericales que 'pasaban á engrosar la oposición al Gobierl)o, en compailÍa de ]05 antiguoR Pipiolos. Santa María, uno de ]05 más prcstigiosos. candillos libúrales precipitó la maniobra, y, según la gráfica expresión de Justo Artcaga, ]os hijos de Voltail'c fueron á besar la esposa del Obispo. En esa épocasc iniciaba la alianza Li? beral-Conscrvadora de 1858, la revolución LibeJ'al-Conser? vadora de 1859, la coalición gubernativa de 1861. Isidoro Errázuriz, recién negado á Chile, entró á formar parte de La Asamblea Cunstituyente, el nuevo periódico dd;tinado á servir el proyecto de Reforma de la ConstitÚciÓn de 1833 prcscntado ú la Cámara de Diputados el 22 do julio de Cse ?ño y reehazado, å los ùos' días,. pOI' la mayol'Ía que servia allí la política del Gobierno en contra de liherales y de con?erVadOrE'R. Vicuña Mackenna, Angel Cust.odio Ga?]o, Manuel Antonio y Guillermo Matta, eran 108 amigos y compañeros de campaña periodística ùe Isidoro Errá.zuriz. Se vêía, pues, envuelto, en el movimienlo polílico más agitado y vigoroso desde la Constitución del 33 y la baLaJla ';0;"' de Lin..:ay. H ahíage creado, al mismo t.iempo, con el nombre de Asamblea Constituyente, un Club destinado á organizar lml trabajos de la.l'efoI'ma pol1tica. Y si hien la iniciativa ';?le esta obra pert.enece al Partido Liberal, se habian aporlcrad'J de ella, COn fervoroso entusiasmo, los jÓvenes que militaban en las filas peiuconas de Gobierno hasla]a época de la ruptura entre el Gobierno y el clero. .,r.
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Errázul'iz cala en esta atmóSrel'3 con su alma de tempestau y de pasión. .Insto Arteaga, ]0 ha pintaùo, do manera gráfica, en las siguientes líneas: El cspiritn del señor Errázuriz ticne la múltiple irradiación _del poeta, de)" ctiarista, del orador. Pero esa irradiaoión no es tanto luz que ilumina, cuanto fupgo que abraza. No es la clal'jdad de la antorcha, que se complace en la calma del ambiente, y que las ráfagas-del" viento combaten, doblegan,: eclipsan, y á veces_watan. Es el re,-.plandor..de Ja hoglH')ra, q)le el soplo. del huracán a_tiza y fomenta, Y'quë, cuando cesa de soplar;. el huracán? mengua, palidece, sO oculta bajo. una capa de ceniza. Su actividad intelectual es despertada siempre por 'la conmoción do sus Rentimicntos. Sú alma no adquiere la plenitud de su poder sino en medi'ú del movimient.o y agitación de las:pasioncs.Cuando cesa la agitación, cuando so paraliza el IHO\'imienLo, el espíritu del señor? Erl'år.uriz se adol'mecc bajo una influencia parecida á la que sufren los nervios;hajo una agitación violeilta. Poeta, cantó sulamente en aquellas horas ùe la primera juventud en que la impetlloslnad de 199 afectos corre parejas con su vaguedad é inconstancia.'j Diadsta1 ha encontrado acentos de incomparable energía en los momentos supremos de nuestra yida política; pero, éuandu esos momentos han pasado) cunndo la indiferencia y la distracciÓn pública ha-g, hecho navegar la nave del Estado por una mar boba, su pluma ha tenido pereza de correr, y una pluma ajeua la ha I'eelllplazado á menudo en la redacción de su diario. Tribuna popular, siempre alzaba la voz en el meeting, y?no la alzaba nnnca sin electrizar á S11 auditorio con una 'I? palabra que o?Lent.aha las centellas de la pasión en inean.
ùescencia.
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Lanzado, de sÚhito, en" medio de un grupo juvenil que pedía la reforma constitucional, considerando ya gastados y excesivo8108 resorteR de la vieja autoridad presidencial, se arrojaba! de l?eno, en una situaeiún tempestuosa. Per-
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seguía, como Bilbap, el advenimiento de la democracia, y era uno de los herederos del antiguo Club de la Igualdad. Las teorías liberales de Francia en 1818, con Miclwlct, Quinet, Blanc y Tbiers invadían á Chile, y Errázuriz, á pesar de Su horror natural á laf; teorias? y su tendencia lógica y alemana, hacia una política réalista y p,'áetica, tomaba un puesto de combate en la primera fila de peligro. Las autoridades sentían acercarse la gran conmoción nacional, traducida, bien pronto, en la revolución de 1859. Sus recelos lo hicieron clausurar la nueva publicación, y reducir á prisión á sus principales redactores, entre 108 cnales figuraban Vicuña Mackenna é Isidoro Errázuriz. Era la: política preventiv?l de Portales, con sus estados de sitios y con sus golpes de fuorza. Los jóvenes periodistl;ls fueron acusados, y lu ego, condenado::;, á pesar de su elocuentísima defensa. Se les enviaba al destiorro. El golpe de autoridad, como acontece en estos caSos á menudo, en vez de tranquiliz$I' lag ánimos, arrojaba leña á la hoguera. De toùas partes del país se JevanLaro'ì1 voces en favor de los condenados poULjco?. Talen, Concepción, San Felipe, La SeL'ena, Atacama, sirvieron de centro á movimientos formidahles de opinión qnc condenaban la5 'medidas del GobioI1lo. No tarda.ba mucho en pruducirse el movimiento revolucionario de 1859, encabezado p'OI' la cabaUercsca persolla]i., dad de don Ped,'o León Gallo qne poníå toda su fortuna y su vida á la carta peJigro?a de]a guerr? civil. Triunfaba en Los Loros, y era luego vencido, en Cerro Grande, por las tl'O? pas del El 23 de junio de 1859, era des?errado F.I'I'á'l.uri? en compañía de Vicuña l\lackenna, de Manuel Antonio Matta y de CustodioGaHo. La barco. ingIeRa r.Ul$a. Bragington conducía á 1m:) proscritos á playas cxLranjeras. Pero el grande orador. separado de sus compañeros de prensa y de movimiento político} cruzabà la cordillera de los Andes para establecerse en Mündoza. Allí tomaba la redacción del diario El Constitucional para scguir combatiepdo, por sus principios, e? las pl'oximidades ùe ]a patria. Lûego dirigía una exposi.
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ción de 108 sucesos do Chilo al Minist.ro Alvear. Ohligado por la lucha de la vida, desempeñaba en la Repúblioa Argentina el empleó de Juez de Lot.ras y del Crimen, y se consagraba. además, al profesorado. En el extranjero, junto con ejercer el l,rofesorado, se ocupaba en conspirar, y en conspirar constantemonte en contra del orden de cosas imperante en Chile. Cuando 108 desterrados'en Mendoza intentaron ponerse de acuerdo con los destcnados á las playas del Perú, Erråzuriz fué señalado como intermediario., La tentativa? llevada"á cabo por mê? dio de un viaje atl'evido/en que estuvo å punto de caer en IIHll108 dela..<; autoridades, en su expedición de Aric81 tuvo ??; el más completo fracaso. :'oSufríá, entretanto, valerosamente las misrrias del des? tieho y, merced á BuS relaciones do amista.d con el Ministro don Nieasio Mariu. daba amparo Y' .cficaz ayuda á la inmigración chilena. Poco ant.es del horrible terremot.o que destruyó á Men. ùuza, se abrieron parä Errázuriz las puertas de la patria con la ley de amnistía diclada el año de 1861. En 1862, se fundaba La Vaz de Chile, en fåvOl' de la reforma, para com batir tanto la antigua política de Montt como la fusión liberal-conservadora COn que se inauguraba la nclIl1inisLración Pérez. De ahí á poco, y durante breve espacio, redactaba Errázut'iz El Mercun:a, para fundar en seguiHa, La Patr1:a, en .' 1863. Sus primeras Lentativa? para penetrar en el Congreso fueron desastrosas, tanto en 1866 COmo en 1867, Era en. tonces candidato de op'osición radical. En 1866, cuando la expedición esparlOla do las islas de Chincha, la palabra y la pluma de Errázuriz se pusieron al servicio de. osa calaverada patriótica de nuestra guerra con España, Trascurridos ya tanto8 anos, no acertamos á á compren"der cómo pudo llevarse á 'cree,to aquel nuevo t.omo de la".Aventuras del Ingenioso Hidalgo don Quijot.e ùe la }IallChal), en forma de cam:paña militar. El'rázuriz empujaba á la guerra del 66) en la tribuna y en la prensa, como lo. habla' hecho en la revolución del 59, como lo hizo más tarde cuando la campaña del PerÚ y .'<;0
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la rovolución del 91"T por necesidad de su natural?zH, por Flfìnidarl misteriosa de 8U espíriLll que le incHnaba á la aeeióu, que le empujaba á la lucha y á la tempestad1 movido de necesidades orgánicAfI ocultas.
VI IsidoI'O EI'I'ázuriz ha sido una gran campaña, un drama lleno do movimiento y de culorido, de eaidasy'do triunfos, que recuerda las filosóficas
La existencia de
ohservaciones de don Quijote, donde se muestra que un día sale apaleado y de emperador otro día. Su vicia como la del Fígaro de Beaurnarchaig, ha sido una serie continuada de transiciones violentas J? de inesperadas alLernaLivas. Revolucionario y desterraùo, profesor y juez en el extran? jero, luego periodista, grande orador, del'rotado en los comjcios electorales. electo, á poco, para emprender en el Congreso la memorable campaña de la cuestión r?ligiosa, asociado al ejército del Perú en la Guerra del 79, promotor de lif. campaña parlamenta['ia en pró del ?latrimonio Civil, de las leyes do secularización do Iglesia y Estado, iniciador de la candidatura y de la Presidencia Bahnaceda, c8udiHo revolucionarîó del 91, se'?I'etira del mundo _para vivir en la apartada región de doña Inés, y vuolve á la vida pública para morir, representando á Chile, en tierras
extranjeras. El honlbn? que arrast.raba existencia tan accidentada como novelesca era tribuna, periodista, poeta, historiador, :;ìoldado, diplomático y estadista: A lfl verdad que un espíritu y un modo de ser 'tan complejos descon? ciertan el análisis. Quédese esto en su punto, por ahora y estudiemus, á medida que ]08 accidentes de su vida lo permitan, esos diver8o? caracl.el'es 8eñalado?. El hombre político iniciaba Sil carrera con la?ntrada á la Cámara, en 1870, Desde antiguo se había dado á conocer como liberal sincel'o y ardoroso. Había pertenecido al grupo de ]llchadores y propagandiBtas esforzadoH que fundaron lU1:; Clubs de la Refol'ma, en compañía de los Gallos, los Matta, los Arteaga Aleruparte, don Ambrosio Montt y tantos oLrus e8píritu? yjgo,?.
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que se lanzaban á la arena política, empapados en anhoJos rlo libertad sincera y absoluta. Durante la campaña presidencial de 1875, Errózuriz acompañó:á don Benjamín Vicuiia I\Iackenna, que había sido pI'oelamado candidato independiente á la Presidencia de la República. Tratábaso do establecer la libertad electo. ral, llevanúo al poder un candidato elegido con fJrescindencia ahsoJuta del Gobierno;'lejos de Loda atmósfera administrativa. Los antiguos clubs de Ja reforma hablan esoogido á, un grande escritor, que era, al mismo tiempo, un gran sel'vidor público. El candidaLo independiente y sus amigos recorrirJ'on, de un extremo á otro, la dilatada extensión del territorio, pronunciando apasionados discursos, derramanùo ideas, encendiendo corazones, en cru:wda Ilobilhdma que iniciaba, de po!' s1, una trascendBntaJ revolución en las costumbre? del paiR. Vicuña Mnckenna, como era de esperado, Iué yen? ciclo por los elemenlos' de Gohiorno. A las claras, no habían de hastar toJos los esfuerzos, por considerables que flwsen, para llevarlo á mediano término siquiera. Con todo, sólo caian los hombres; el principio, vi yO y poderoso, de la libertad electoral, arrojado al hondo surco ne las conciencias, principiaha á gfJl'minar y á desarrollarse, hasta que llegase, años después, el dia de su triunfo total y definitivo. Mientras sonaba Ja hora tan ansiada) todo era amargura, escaseces -os tristezas del vencimientoJ que hacían ádaptar los anhelos â la medida de las realidades dolorosas, por cierto, ya que para seguir la campaña de Vicuñal\Iackenna, Isidoro Errázuriz había tenido que romper las ligaduras de ..parlido. En 1877, apartado un tanto de la lucha, eOIllenzó su inLeresantJiSimo estudio histórico de la 1AdminisLraeión El'rázuriu., liniitado, por desgracia, tan sólo á una ræeùa del movimiento de los partidos politicos de Chile desde Ja 1ndependencia hasta el 51. Las páginas históricas de EI'f'ázu? riz han sido trazadas con pluma de artjst.a y ùe pensador. Su estilo, en esas páginas, así como en sus discursús, tienen colorido tal que es menester leerlo con anteojos azules, rOBOS .
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com O decía Pablo de Saint-Victur hablando rle Teófilo Gautier; es .Q.rmonioso y fácil, galano y rico. Como escritor, Erråzuriz carece de la corrección así como de] corte netamente cervantesco de Rodríguéz ó de Römulo MaI1diola, que si bien son inferiores á él en punto á imaginación y colorido, le superan, con mucho, en punto á conocimiento del habla castellana, en precisión, en sencillez y en sentido crítico. La imaginación desbordada de Errúzuriz no se avenía con]a
nitidezpuI'Ísima,ni con la naturaUdad perfecta-que constituyen el sello del arte puro. desde los tiempus de. la Greeia hasta ei día. A tener esas condiciones, no hubiera sido nunca popu lar, por cierto. Esto no obstante, su *Estudio Histórico de los Partidos en Chílet>, trazado con pulso firme, grande amplitud de miras y la imparcialidad más severa, eo; una de las páginas hondam"ente meditadas de J::I. litera?ura nacional. El criterio quu lo informa no? parece un tanto añejo, y pasado de moda su fuego democrático á lo Michclct;]a mayor parto de los ideales y de los sentimientos qué ese libro encierra han fracasado de manera lastimosa. En'camhio, algunas páginas, como el rotrato de don Manuel Montt, han sido trazadas con rara imparcialidad, y con atJmirable felicidad de colorido. Si bien Errázuriz1 como historiadorj'dlO tiene la honùa intuición histórica de don José' Victorino LastarriaJ en cambio, es más imparcial en la apreciación de hombres y sucesos, menos doctrinario y más artista; le supera en el vuelo de la imaginación y tle la frasco Las generalizaciones históricas de LasLal,da penetran 8IL el riñón mismo de la naturaleza social y humana; ]05 juicios do Erráz uriz son mas pintorescos, más gl'áficos, é indiviùualmente más exactÚs? Tanto don llamón Sotomayor Valdés COIllO don Crescente Enázul'Îz superan ú don bidaro en ]a forma externa de su estilo, si bion no 1e aventajan en critica hisLórica. ni le igualan ni en vida ni en coJorido. Sea como fuese, quedo, pues, por cosa cierta, sin disoutir vreeminencia?1 quo no tengo títulos para otorgar-quede señalado el valiosísimo eontingente dado á la mitica hi?t6. rica de Chile por el' 'Estudio de lus"iPartidos. de Emizunz. Ya que hablamos del historiador, recordemos, de paso. .
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al periodista., Si hubiéramos de atenernos al concepto ma? gistral de JustoTArteaga en sus (.CimsLituyentes del 70', de lo que debe ser un periodista, no deboriamos considerarlo Domo á tal. Isidoro Errázuriz aparecía en la prensa de tarde en tardej tras do breve y bríllante aparición, desaparecía totalmente y por largo espacio.. El verdadero periodista se mantiene en la hrecha, prolongado período sin de:olrnayal' un punto. ?Sus arreos
son las
<<Su déscanf;O es
armas>>;
el pele8.J';)-
Así lo han hecho Arteaga Alempar'Le, RJanco Cuartin, Augusto Orrcgo y Máximo R. Lira que tenían 01 verdadero temperamento de la prensa diaria.. Errázuriz no podia sostenerse, ya sea que su temperamento de combate moviera su pluma á extremos que descara evitar oómohombl'B pÚblico, ya sea porque no poseyera la natural vocación que el caso requería. Cuando tomaba la pluma, sus artículos hachm recordar el estilo y el espíritu de Heine, el escritor de los ?Rejse?bilder}> y de ?Lutecia\'>. Idéntico humorismo;. idéntica mezcla de sentimiento, de imáglnación desbordada y de ingenio maleante. AUIl creo recoruar aquel articulo en que dedicaba tan sentidas como irónicas frases al infortunado cOl'onal Hables, á quien atacaba calurnniosamonLú por telêgrafo UIlO de la uataUa de Pozo de sus propios amigos, ùespl?és Almonte. 'iPobre ex-león de Tarapacál no te ha faltado ni siquiera la patada del asno en'ante. .') En ocasione8, su sátira caía implacable y ,crue1. Su retrato de Mr. Harvey, corresponsal del Times ha sido trazado å latiga"zos: ((Llamó mi atención un hombre que mani. festaba cJerta impaciencia y la hacia sentir á 108 empleados de una manera imperiosa. Era aquel un gringo alto, escuâlido, de ojos hundidos, un verdadero remedo de buitre enfermo, con la diferencia do que en vez de garras ostentaba un par de p.les tan enormes, comO pocas veces llegan á esta tierra,). .
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Ha sido un vel'uade,'o problema psicológico el de saber como Enrique Hùinc supo mezclar en su espíritu la pasión exaltada y el candente espíritu romántico con la frialdad crítica y el espíritu cornpm'ativo que cOIl'3Lituyen la base del espÍriLu satírico. Igual problema se ofrece al espíritu con El'rázuriz. Sus artículos ùe polémica son casi tan brillanLes y feroces Como los del poeta de Alemania, aquel ((rui?eilOl' anidado eu la peluca de Voltaire?: .A veces se interrogaban en balde 106 críticos, á ver si alguien había dado con otro ûspíl'Ítu se mezclase u
cn,que
facultad os al parecer tan opuestas como las del espíritu de Heine. Era como la éscncia do dos razaS: la judía ó semitica, de donde derivaba la exuberancia de la imaginación, y la germánica de lus HeÎnes. Esos criticos .hubieran encontrado en Chile, y en IsidoI'o EnázuI'iz;- su:espíritu gemelo, crecido y desarrollado como las semillas de- palmera que 105 viento!'; trasportan ú lejanos paises.
VII Los días de la carllpaña del PerÚ han iluminado, con su luz reverberanto la.? horas más gloriOHilS de nue?tI'a exi:r tencia de nación. Al evocarlos: se siento nn suave calor del alma, un soplo de en Lusiasmu Ù la par que ùe fe; parécenos que se ensanchan los horizontes nacionales por obl'a de la acción irraùiadoI'a del vatr.iotismo lIe esos días, envueltoR. en nimbos de claridad deslumbradol'a. El pais se hallaba empeÌlado en una emprcsa, á primera vista y aun pa.ra nosútros mifilllos, superior á nU88tl'a!:J fuerzas. Había sido
menester de un grande empuje moral para lal1zarnos en una CamptlÌlH cout.ra dOB países que superaban á más del doble de nuestra poblaci6n, y mucho más ricos entonces que nosotros. Isidoro El'rázuriz, en la tribuna y ,en la prensa, haulá promovido con ardor,la guerra. No bieIl inicjarnos las operaciones, lo vemos en campaña, acompañando á don Dumingu Santa 'Maria Ú I\ntofogasta, tratando de persnadide para qlJO levantara el bloqueo de lquique. Después del triunfo naval de Angamos, volvía al norte .
ODRAS DE ISlDORO ERRÁZURIZ
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como 5;ocretarÌo de don Rafael SotoTnayor y elllprendia, junto con el ejército;la campaña de Tarapacá. Cu?tro días después de la victoria de San Francisco) ?comp8ñaba á la caballel'ía en la marcha á Chiz8, cuando aún pareda posible eortar al enemigo la retirada) ya que se mostraba, temeroSO y no quería venir al trance de una batalla';' Es de advertir que dura.nte la campaña del Pe['ú, si bien patentizamos el valor y la resist_encia ùe nuestr08 soldados, dimos á conoce!', de igual manera la tristísin:w condición y la incapacidad absoluta de lo? jefes superiores del ejército. No teníamos hombres de guerra, en la propia acepción dA la palabra, sino militares de parada, sin noción alguna de lo que es organización, movilizàción ó concentraM ci6n de graude8 masaR. Seria grave injui\ticia, por cierto, culpar al ejércilo y á sus jefes de las deficiencias debidas tunto á las ineptitudes del Gohierno como á las e3Casece[:: del Erario. Un ejército, por otra partel no es la obra de un día; las institucionos militares ,son las "más dificiles de organi:t.ar' y de crear. Prusia ha empleado cincuenta años en adiestrar y preparar su magnífico instrumento militaI\ llamado ejército, que le ha procurado la victoria el 66 y
0170. Sin Estado ::\layor, sin grandes?'Ínaniobras, sin recursos, acostumbrados á la lucha con ja indiaua, no les era dable á los nuestros ni siquiera vislumbrar sus errores, ó bien, ya cometidos tomar la enmienda de ellos. Dc aquí la importancia decisiva del elemento civil Cn la campaña del Perú. SotomaJ7ol', don Jm:ié Francisco Vergara, Altamiranof Isidoro Errázuriz y Máximo Lira, fueron elemento preponderante de las grandes operaciones. Las de la c.ampaña del Perú fueron elaboradas en la Cámara y en la prensa, á grito herido, no en el silencio del gabinete de un hombre de gUBI'ra. Cosa tan grande, s?gún nlJestra peregrina idea del parlamentarismo, no se podía efectuar sin ayuda de otr'os) ni comunicada con mnchos, estar sec.reta. Don José Francisco Vergara se haùÍa revelado por sus talentòs? su actîvidad y Su energía, corno el hombro llamado á desempeñar la cal'tera de guerra, que le confió, con mirada cerLera y patriÓtica, el Presidente Pinto. En 1880,'
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DE ESCJUTORES DE CHILE
Isido? Erráznriz le defendió. en la Cámara con grande: elocuencia, pues á m?g do combatir al enemigo en el extelos rior, directores de la gUßrra tcnÍan que abrir el paraguas contra los onemigos de adentro del país. Durante la campaña do Lima, ocupado ya Pisco, Errá7.uriz, con cincuenta granader?s mandados por Padilla, se apoderó de la hacienda de Caucata y regresó con doscientos-
animales vacunos, resolviéndose con esto 01 gran problema de la alimentaoión del ejército. A medida que se alejan esos días g1oriosos, damos al olvido las penurias, los sacrificios, las amarguras, ellnto con que pagamos entonces tanta gloria, así com'o â los hombres que nOR ayudaroli á conquistarla. Vuelto á la vida civil después del triunfo, Errázuriz pasó de un extremo de actividad á un periodo de inac?ión y de: ad??m8cimieTfto relativos, hasta el Ülstante en que el partido liberal, duranle la administración Santa l\laria, desplegó su programa rerorrni'Sta cú"u las leyes de Cementerios, de 1\latrimonio y Registro CivH y de reforma del arLo 5.0 de la COnstituciÓn del Estado. En esas horas, vcrØ?aderamente críti6as en la hi?torja del partido liberal, Erráiilriz desplegÓ, toda su energía y Loda su elocuencia en defemla de reformas trasccndlmt,ales que repI'e?entaron las má", espléndidas victoria!; de doctrina. Santa María, en e!;os momentos, sehabía revelado hombre de E!:itado de g['anrle y enérgico fÿuelo. ErrázurÍz figuraba entre IOR más poderoso:; coope? radoros de esa obra importantísima, apoyando al Prcsid?nt.e á su MinisLro Balmaued8, que subió á la yPresidencia, más haber por iniciado tarde, Y. encal'n?ùo esas reformas. Hasta ese momento, birlara Erråzuriz había sido un volunt.ario en la política. Si bien nunea faltó á lista CUanuo las cuestiones que afectaran al creùo Iibera1 se hallaban en debate, no por eso !;U creía obligado á marchar ?icm. pre en pl seno del partido: hábitos, numerosos y constantes ejemplos de indisciplina, parecían autorizado á ello. La acción del hombre público. por grande que?'sea su poder. intelectual Ó moral, dehe suhordinarse á la marcha de un partido si preLeHùe realizar, de manera eficaz y sólida, una acción l'oHt.ica. Quien alardea de independiente no pa?ará
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OBRAS DE ISlDORO ERRÁZURIZ
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nunca adelante en sus propósitos. Desde la hora en que seinician las rúCormá cÎyj]es, abandona Errãzuriz su papel do voluntario, para tomar el de hombre de fila, y calzarse las espuclas de estadista y de jefe. Ya no eampeará, en adelante, por sus propiog respetos; su bandera es la banùera de un partido. Conviértese en solidario de una gI'ande obra1 en portavoz de una idea, en paladín de levantado propósito: la secularización de las institucioncS\ civiles. Quédese, por demasiado conoci9a y reciente, en el tintero, la participación importantísima de Errázuriz, tanto. en la. exaltación como Iln la caída del Presidente Balmaceda. Los sucesos de la Revulución do 1891 están demasiado cercanos de nosotros para que sea dable pronunciar un juicio imparCial y valedero. No podemos Ser nosotros, los. actores de la gran tragedia, á un tiempo, los jueces y la parte. Vålganos, al menos, el levantado y noble propósito de mantener la Constitución y las leyes á costa de nuestraspropias vidas. í,!,j En la crisis revolucionaria de 1891, Errázuri:t" fué uno de. los principales iniciadores del pronunciamiento de la escuadra,lanzada, â la buena de Dios, en camino sin salida, toda vez que no se contaba de cierto con el apoyo del ejército delínea. Una vez â hordo, el gran tribuna compartió, de manera decidida", la suerte de 105 suyos, hasta el punto de haBarse á piqlle de caer prisionero durante la der?ota de "
lluara.
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Después de la victoria de Pozò Almonte? formó parte1como secretario de Rclaciones Exteriores, ùe la J unta de Gobierno ùe Iquique. Su habilidad, así COmo su tacto, nos preslaron servicios de grandisima valía en los desgr.ß' ciados asuntos de la Esmeralda y del Cachapoal, quc cstüvieron á punto úe dar a( traste con la revolución? á no sernosotros 3uficientemente dúctilcs y sumisos con el Gobier-. no do Washington. T{1rminada la guerra civil, Errázuriz creía necesario continuar en la coalición Con los conservadores hasta dejar suficientemente apanignado el país y asegurado el éxiLo definitivo del movimiento pasado. No pensaban. por cierto; de-igual modo, los precipitados liquidadores de la coalioión,.
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BIBLIOTECA DE ESCRITOREs DE CHILE
que n08 han hecho pagar todos los vidrios rotos en horas de alegria inconsciente. Sea de esto lo que fuere, es lo cierto que una tarde se apartÓ el viejo candiUo liberal del Ministedo y de la polltica, harta e] alma de
contratiem-
pos y de inesperadas decepciont1s. Se fué á vivir ála isla de doña ]nés,áorillas de un herbièn río moso que merece el nombre de Imperial que lleva, entre bosques lozanos ùe ár'bolBS primitivos) en esas tÎerras cantadas por Ercilla en La Araueana. Acá dejaba ]a ]ueha, el agitarse incesante, los tr'innfos, pero tamhién las decepciones; para buscar por allá ]a soledad,]a meditación yel silencio de las apartadas lejanías.
Sil vLIeIta} su entrada á la, vi(?{). diplomática, fueron una V/"o!" sorpresa para tUl1os, aCt-l1<;<-I-.-I-H....,C'."\ 'JI.1f" JO tammcn Jal....""?
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,TIlISllIO.
en pleno vigor de su c(?(}stituci6n vigoroBà"?.varonil, en servicio de la RepÚb]iea!,.I?n medio de ]a admira'ffe y sobrecogedora visión dc 108 pg.'ses tropicales, en la ti,!..a de las
palmeras y ùe los bambl)?s. El cielo etern3mentd?apacible y aZl}l, la atmósfera trasr'uente y luminosa, el et?;"no palpitar",]e las estrellas, la ,Ierdura magnifica, ]a at!'lósfera tibia, que parecían invÎtar'? al goce de la vida} le Ihvaron á la muerto. J ."
LUIS ORREGO L
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Discurso sobre las Elecciones de Cauquenes (1) ---
SESIÓN DE 2! DE JUNIO DE 1870
Creo poder decir, sin temor de oquivocarme y sin exageraci6n1 que rara vez ante la CámarR de Chile ó ante .cualquiera otra del mundo se han presentado uucumentos refefentes á la. constitución del Podel' Legislativo, de la impor-. tancia y gravedad do los 4ue conocemos respecto de' .
Caufluenes. El Honorable señor l\.fartínez,Diputado por ese departarnenlo, ha leído aquí un intcl'l'ogatorio, á cuyo tenor han contestado d? 150 á 200 testigos, y de! cual re-
'suIta que ese departamento de la República ha permaneddo durante largos meses en un estado semejaÎlte al de la Pulonia; y que bajo la presión de semejantes circunstancias se ha verificado el aclo más importante para todo país 1ibre y organizado, cual es la elección de sus representantes. En él día de hoy, el señor Ministro del Interior ha presentado â la Cámara una segunda informaciQl1 de la cual resulta que no sÓlo la autoridad adrninisLrativß, sino también la Municipalidad y el Juez letrado y todas l?s au toridades departamentales han cometido los escándalos que se han denunciado aquí. y las que no han ejercido violencias, á lo menos han cometido in'egnlat'.idudes; es decÏI'. que las (1) El señor Errå.zuriz, en ru.t.e di,>curao, tn1.za 1RB primeras líneas, inicia, por decirlo asi, en nuestro Oongreso, la lucha. de veinte añoJO para ûom;eguìr la. lib(,..ftad electoral en Chile, reduciendo las facultades extraordinarìas y 101'1 abusos del Poder Ejecutivo. La(?risia de esta campl\Ìla debía producirse, más t,Rl'de, en lSûO y 1891. Veremoo, entonces, á lsidol'o Errázuriz convertido en el tribuno de una gran causa y .so?tenieudo 18Jo1mismas idefls. I .
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eleccionús de- Cauquonû8 se han efeci,uado bajo la presJon d? los desmanes y de!:\enfreno de todos aquellos que l'epl'es?ntan algúfl poder, que tienen alguna influencia en este
d'?paI'Lumento.
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Y, en estas circunst.ancias! el seÌ10I' Ministro del Interior pide que echemos tierra sohrc" esos snCASOH? que los Qgnsideremus á la ligera, y que declaremos inmediatamente nulas las elecciones de Cauqueues. Yo creo, señor, que el representante del Poder Ejecutivo en esta Cámara, que e511amado H volar por los derechos y las garantías de los ciudó.?d?nos, debía ser el primero en petJi[' que se :Qaga luz sobre flSOS domnnentos! para saber de qué parte lfan estado los ahusos"Je qué género SOIl,-,y cuå]cs son las medidas que la Cámara debe tomal' para prevenir en lo futuro la repetición de actos tan escantialo80s .i!? como los denunciados. En una declaración de nulidad puede hahcr dos Cosas; puede scr p'ul'a y simple, y puede ser motivada. ?y có:r::no iria la Cámara á adoptar mp,rIidas de protección para lo Cuturo"!::ii no cbnoce los hechos, gi no sabe quiénes han estado empuñando el palo contra las libertades pÚblicas! Aquí han surgido dns doctrinas: una distingue la calineación de poderes y calificaciÓn ,de la f!lección; y la otra no hace semejante distinci6n..Ateniéndonos á la que la Cá. ihara ha aceptarlo,debería aprobarse el infofmu de la mayoría de la Comisión y, en consecuencia,lospõdcres rle Cauentr'ando enseguida á la cuestión de fondo: la de nulidad ne la ûlección. De manera qu'e h?Ù.:iendoeS{f distinción entre. forma exteI'lla de lo. poderes y fondo de la .elecciÓn, tia cabe absolutamente el camino que ha querido seguir el señor Ministro de] Interior, y debe acep,taI'88 el informe de la ma?roría de la Comisión. Otros que no, haceno. esa distinción sino que piensan que la Cúmara sólo califiÖa'" qUBn8s,
han pediùo,
desde el principio, que pase este a?mnLo á la Comisión ùe elecciones para que se haga una investigacjón serÌa y dRtcnida que dé luz á la Cámara para que pueda. I'esolver con conciencia sobrela nuli4.ad ó vali?.':'!" dez' de las elecciones de Cauquenes.' ,?, ",ßc dicho ,que ,la indicación del señor" MinislrrJ del Il\.!:."riór no cabe deniro de la doctrina aceptada por ]a Cámara,
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puesto que con ella supdmc una de las instancias del juicio, segÚn la. forma que se ha adoptado en casos análogos. Su Señoría confunde lu" dos datos y baj o el pretexto de la for!'la de los poderes, pide nu]idad de la ?lecciÓn. Este procedimiento no sólo se opone å la práctica aceptada por esta Cámara. sino que también contraría la práctica establ?cìda por los Cuerpos Legislatívos de Chile. El procedimiento indicado por el señor l\Hnh.tro en su último díscurso es åpHcable sólo al caso de las dua1idades, en que la Cánlara c()nnc? al mismo tiempo de la forma externa d? f?sj:iöderes y"de] fondo, (je la elección de Petorea, que hå'citado el señor 1\'Hnifltro1 y e?o fué. tambipll lo que .,ucedió eu 1867 en las elecciones ""deLinares'. , .
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En
el caso de las elecciones rle PuLaenrJo,
1areCe que puede tener
tampoco me '\\ lugar la doctrina del IIonorable f..:
'eìior MinistrO,del Int.erior, porque, si no me eqúivoco, er'{? tJtndo que no han venido poderes en forma de]a Muriici',alidad de e..,? dcpal'tamonto. No es este, sin embargo, el ;arácter bajo el cual deseaba considerar la impol'tante cUB::ttión de las elecciones de Cauqílenes. y he dicho al empezar que rara vez se habrân pres8nlaùo ante las Cámaras de Chile y del mundo entero documentos de
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tanta importancia cOIllolos que se han traído ti este lugar, p?rqueellos se rozan con la constitución misma dol Poder Legislativo. Esos documentos es imposible elllùirlosj,: ellos ponen á ]a Cámara en la imprescindible necesidad de dar un fallo que dCl110straråal país si sus raíccs se cincuentran en la tierra ó en el lodo i si las eJecciones deben ser ejecutadas por los pueblos o por los ågentesd?l Ejecutivo. Yo creo que la Cámara so encuentra en la imperiosa ,ne; cesidad ùe proceder :í una seria investigación: se halla forzada â ello, por la lógica, por la fuerza y la ìnfl?xible tiranía .
u' de los acontecJrnÌelltos. -. De las in vcstigaciones presentadas P01:, el Honorable se:.M?rUne7. .resuJta que ('11 Cauquenes'el ñor Intendente, los subdelegados y demás funcionarios del (}Iden HdmÌnistra? tivo han estado encabezando un partido polHico y que todas las )nílnencjas ,.-más ilimitadas ban sido puestas al .seryicio de ese bando. .
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De estas invest(gacione?reslllta que doscienLos electores han sido apresados; {ìu? -Un gran número también de ellos ha fugado del departamento y que una po,'ción bastant.e cön?ideI'able di ciudadanos ha sido aprisionada y arrastrada á viva fuerza por los policiales y cazädores; en Ull& palahra, que nada se ha respetado, ni la profuedad, ni la libertad del hombre, ni el hogar d.e ,. la familia.j ? tS De eUo resnlta, además, que parroquias como la del Satlzal han sido sitiadas por hordas :de setecientos ó más '!lOm!,res conducidas por los agentes del Ejecutivo con el objetò d? ahogar la voz del pueblo de Cauquenes. El HonoI'abJe s'éño1'l\1inistro ha comenzado por duda!' de la autenticidad de 88tOS hÓchbsy cree que las pasiones politicas puedan extraviar á los hombres hast.a el punto de decir sÍ, cuanùo deben decir nó, y aseguI'aJ' que Fulano ,. estuvo en el tormento ó que fué encarcelado, cuähdo nada ha sucedido. Yo pasaré sobre esto. Pero mientras tanto, de lag investigaciones, á que lIle ?? referido, resulta que hay órdenes y decretos de ?l1bdelegadosé inspectores, de los cuales se deduce que e})tos funcionarios es?a.ban empeñados en una verdadera diceria de olectore$1 fWI' orden de las autol'idades superiores. .Los mismos poderes del señor l\Ial'tínez dicen (Iué las mesas I'eceptoras fué?on sus[Jeñdidas por fll?rza armada que obedecía las órdenes del Intcnden?e. Y ),"0 pregunto: lcnál es la ley que en Chile f?culta á los-funcionarios administratiyos para llevar la fllel?za al recinto de laR mesai:! y aprisionar á sus miembros? Pero se dirá tal vez que la meSa de Pilón no tuvo derecho" para elegir el local en que se situó. Quiero aceptar que 1a mesa no estuviera situada en el lugar ('orrespondiente. ?EraC'-' por eso el Intendente la auLoridad lViÍnadaá remeilia," los abusos de la mesa? ?Estaba en sus atribucï"blles elsuspcn. derla??Nó; la ley de registros, d, su a['t, 11, ha determinado precisdmente lo contrario. Dice así: ?E110 de noviembre, á las diez de la mañana, se instala? rán en t.oda la RepÚblica las juntas califieadoras, debiend? sot.iarse cada una de eUas en la plaza ó plazuela de là parro.
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quìa ó vice-panoquia 6 en otro lugar púh1icoy accesible designado PO[' la misma;.j unta.? Cuanuo tales cosas hacia la primera autoridad con los funcionarios rlel Poùer Electoral, lqué sucedería Con' los pobres electoro'3 (,le los campos, para 108 cuales se hall agotado bs arbitraridades hasta aplicades el tormento de IOß .
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Yo sé bien que el,Ministro del Interior desaprobó esta aI'bìLrariedad, según telegrama que se dirigió al 1
ntendente y qU2 viÓ la luz pública; c!pel.o era suficiento esta l'úprobqciqn platónica para un Intendente que tenía el va"': suspender lur lie mesas receptoras, y ùar humazos de ají â los electores que no se doblegahan á su,voluntaù? Pero el señor Ministro ha entrado á hacer ciortas apreçiacione.? que son, altamente i nj uriosas para el deparLameflto ùe Cauquenes. Su. señorla nos ha pintauo á este pueblo divididô pUl' rencillas domésticas. En esto ha padecido nn Su dicho señoria Cauquenes error. no? ha estaha divique dido en dos bandos; que se mantenían en perpetua lucha y en lo:; que figuraban iguales comhatientes, con la mìama fuerza y con las mismas armas. .. Protesto 80lemnemente contra esta aseveraciÓn. Jamás! en Canquenes ha habido más unión, ni más patriótica eU81'gía. en el cumplimiento de los deÜércs cívicos. El :'Vlinistro del Interior ha dic.ho, también, que los abusos habian sidu comøtidos por ambos partidos. Esto sorpren. òerá sólo á lus que dûseonoecn completa mente nuestro sistema administrativo. ,Cómo es capaz de cometer abusos un partido de oposiciÓn que fe haBa en lucha con el P&del' Ejecutivo? En Chile, todo el mundo lo sahe, sólo el Poder Ejecu. tivo e? quien tiene á sus órdenes la fuerza y las bayonetas. Si aquí: si en lo!'! departamentos en que reina un espíritu público ilustrado y vigilante se corne:ten abusus escandalosas, la Cámara juzgará lo que puede suceder en departamentos lejanos en los que un Intendente ha llegado hasta e onvertirse en Objspo. El señor Figuel'oa (don Nicolás, interrumpienùo).- c!POI' qué no 10 designa Su SeilOría? ?
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El señor Erråzuriz {don Isidoru, continu'ando).-Cuando llegue el caso lo diré, señor. 1-1 ay tiempo para tOd081 y panl todo.
è Q?ésucederá, de da, en Cauquenes á donde s610 hoy lIk llegado la comunicación telegráfica y que pasaha incorií'Ünicndo mnchOR mesos del año porlos ríos y"los maloS!
cami-
nos públicos?
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El IIonorableseñor Ministro decía: Ipor qué sé guarda tanto silencio res pedo dé la conducta del juez de letras de Cauqueneg? queriendo dar á entender, con es?o. que ese juez ha cometido muchos abusos C0ll10 autoridhd. Per? yo
pregunto: icuáles SOn los ùelitos, las irregularidesl las prisiones que por cue?tioncs políticàs ha ejecut.ado eso funcionario durante es'La larga campaña? Yo, señor, no meto las. manos al fuego por nadie; pero me consta que ese juez jamás h? tenido á sus órdenes gente armada, y que jamás ha emplê'ado la fuerza para hacerse obedeeel'. No hay, pues: oonstancia de que él haya decretado prisiones por causa!; politieas. En Chanco se le pidió la prisión' de dos subdelegados. el juez nu se atrevió å a'prehenderlos7conten?ándmw con citarlos para que compareoiesenÚ su ju'?gado. Esto?? hechQs prueban muy clq.!'amente que ese funcionario jam6g ha dispuesto de la fuerza. El jllezde letras de Cauquenes no ha ordenado una sola prisión polítiea que pueda echátscle en cara! Y ('ste es el tiranu judicial de Cauqnenes; el?'tirano de ]a oposición, como si èn Chjle pudiese haber tiranos de oposición contra la LÍranÍa estupenda de! Poder I;:jecutivo!?(Aplau?os en la ,barra).
El señor Presldente.-Pl'evellgo á los señnrcg de la harTa 'que gtì'árdenla deùida moderación, porqne 'do lo êbntrariu UJ me veté en la nece?idad de hacerla despejar. El señor Gallu (tlonAngel Cllstodio).-Somns nosotrm1 señor Presidente. 11 (don El señor Er/'ázllriz Isidoro, continllando).-Ahora. de los cat'gos quese hacen sobre la constisùñor, respecto tueión de la junta rovisora; se v(fc.laJ'amellte que de esos mismos cargos se deduce que la i'.lnnicipfdidarI, ha estado muv dil\tante de cometer tales abll?o?. En re! reelrnno de .
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ODRA'3 DE ISIDDRO ERR..\zURIZ
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nulidaØ conLI'a la!J elecciones de Cauquenes, fil'Illado por el señor' Pinochet, so asevera que el ,alcalde señor Urrutia Flores., al elegir la junta revisora OOIl1lJtió un espantoso fraude, colo?andotreinta y cuatro nombres á un lado de la caja y al otro 8ei?, sacando sólo de 10s primeros las p ersonaS que debían componéla. El ;que denuncia este hecho ignora t.al vez que sólo son doce los nombres que se sacó. iAsi son todos lo. cargos! iCuál violencia de la oposición, puede igualar jamás á las ejercidas por el Gobierno? He fijado mi atención en el interrogatorio leído por el señor Ministro y entre los declarantcs he conocido á cuatro subdelegados y dos comandantes de escuadrones. Puede asegurarse que más de )a mitad de los declarantes figura entre los autores ô cómpUcE>s de los atentados qno examinamos. Se dice que lo ocurrido en Cauqnenes no es sino e) resultaflo. de la lucha de bandos domésticos. Nó! En Cauquenes ha reinado siempre la mansedumbre y'la unión. y jamás, antes de este fatal período, se habíao contemplado escándalo? C0ll10 los sucedidos. Estos son la cosecha de la mala semilla política arrojada 'en Cauquenes, que ha sido el campo donde ha florecido el árbol político de la conciliaciÚn; la piedra de toque de las promesas ministeriales de noviemhre de 1868. He aquí cómo Su Snñoría desarrollaba entonces su 5istema de concihaciÓn: -<<El único juez, verdadero y legítimo, ijn las conll'Oversi as políticas y sociales es b nación misma que debe pl'onunciarse acercr:. <le ellas por medio de elecciones ue represe:::.?aut.es, completamente libl'es, y que sean la ex{JresÎón sincera de su voluntad soberana>>. <<Mas, por sabiamen?e concebidas que fuesen las leyes de imprenta y de elecciones, poco Ó ningÚH valor tendrían ?i log encargados de hacerlas observar estuviesen decididos á infI'itl?!rlas ó falsearlas>>. Desde entol:i':ef; acá homos hêcho un largo cmnino, Y7
sjn embargo1 ahora mismo el señor Ministro nos da el más 4Lriste deseng-año. diciendo ante la Cáml1l'R que nada le impuI'tan los abusos cometidos en Cauquenes.
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHiLE
Amunå!egui (Ministro del Interior, jntcrnlmpiendu).-lMe permiLe, seÌiór, una ligera interrupciÓn. El señor Errázuriz (don Isidoro).-Cómo no, señor. El soñor Amunátegui (?lini5LI'o del Interiol').-Yo no he dicho que no me importan los abusos cometidos en Cauquenes, sino que nada importan para la cuestión que se debate. (Yo lamento tanto Como Su Seño'ría los ahuso., cometidos! gl señor Errázuriz (don l$iidoro, cUlltinualldo). -Celehro mucho qÜe el señor Mini?tro rectifique sus palahras, porque, cuando !$C ve á un hombre público encargado de vclaripor el cllmpJimiento de las leyes, mirar con desùén é indiferencia los abusos qlle se cometen;entonc-e'? hay que dese?pel'ar de la moralidad y. honrAdez de 108 hombres públicos de Chile. La poHtica de eonciliacióu) tal oomo el señor Ministro del Interior la entiende, os la causa única de las desgracias que han pesado sobre Cauquenes. Yal hablar de volítiea do conciliación, es prccjso quü nos cntellJamo?. Se dijo que calumniábamos los que decíamos que nadie habí? recibido con sincero aplauso las promesas de no:vir:mhre de 1868. ?o50tJ'OS aceptamos la política de conoiliación y la HpbHldimos; pero como lo temínmos,rJa cllestión"fué sÓlo de palabras. Esa política signifìca el imnerio de la ley? el restahlecimiento dela prohidad politica, de la jusHcia igual para Lodo':=. lo? homhres y todos los partidosj pero no 1:1 comprendía así e1 sûñol' lHinlstro del Interior: los mirajes que frecuentemente extravían á los hombre!; p01ítieoß, cuanrlo no slguqn 01 verdadero oamino de la equidad y de la justicia, lo han equivocado. Su Señoría quiso, á la ?ombra de sus promcsa? conciliatorias, formarse un paI'tido ,personal que seeundara sus miras y sus propósitos; se imaginó poder disolver los partiriul'>, ereyendo que era muy fácil formar una mayoria entel'amente pl'Opia y ua!' al país el espectáculo desconocido de UIla minoría oficial. Esa politica se manifestó en las elecciones de ahl'H: hahía opositores que ol'an bien mirãdo::; por el Gobierno y oposi. tores cuvos nombres estahan inscritos en el ÍwJice más negl'o del mundo. sp.ñor
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OBRAS DE ISIDORO ERnAíWRIZ
El señor Gallo (don Angel ClJstr"Uo).-EI de
9 los imposi-
bles, se llamaba. El señor Errázuriz
(don Isidoro, continuando).-En donde quiera que se presentara un candidato de esos que no eran del agrado oficial, de esos il'reconciliHhl?s de ofido,
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como se decía, allí se daba orden de hacerle cruda guerra á fin 'de que fuera rechaza'do á todo trance; yal paso que ]es el de abrumaba con Re, peso todas las influencias oficiales, apàrecian púbJicamenLe candidatmRs á J'avor de ot.ros miembros de la oposici6n. Hubo oposiciones oficiales en Coquimbo, en la Serena y hubo también proyceto para hacer lo mismo en Aneud. Pero en Cauquenes, no sucediÓ as] respecto de uno de los candidatos. Las hostiJidades vinieron ent,onecs y no hubo más tregua que clIando se nombró Intendente al,soñor don Florido!' Rojas. Cuando se inauguró]a política de oonciliación el país so Hsonjeó, como ya dijo, por un momento, creyendo que r:omenzaua lIna nl1eva era y que se iba â poner coto á las alarmas de que era víctima el deparlalIumto de Cauquenes. En efecto, despué? de sucesos irritantes que no es de este nlomento recordar, se nombró Intendente del' i\I aule á don Floridof,Rojas, joven dotado de un carácter :=;uave y templado, incapaz de prender fuego á un pueblo para ganar una e]ecciôn. El señm' Ministro ha dicho que al señor Rojas ]e había sido imposib]e luchar contra las pasiones políticas de Cauquenes; que no había podido restablecer ]a calma y];) paz en aquel delJ3rtamento, por más esfuerzos que para eno había hecho, y que 5Ó]0 había renunciado el cargo cuando le fué imposible seguir desempeñándolo. E] hecho es que con la pr'esencia del señor Rojas en Cauqnenes cesaI'on ]as a?onadas nocturnas y la tranquilidad comenzÚ á vulver á los cspíritus. Por lo que e] señor Rojas decía en Cauqucnes y repet.ía en Santiago, Creo que est.aba muy lejos de desesperar de] éxito de Sll misión; pero como parece qlle no se lIenaI'On los fines que se tuvo t'II cuent.a al enviarlo al i\lauJe, se resolvió separal'lo de su puesto. H::I hienda venido á Santiago, no para arreg]ar
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
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algunos asuntos de política, sino con el objeto de fijardefinitivamente su resiùencia en el Manla, se le hizo comprendú!' que debía renunoiar el manúo ùe la pI'ovincia. Ahora bien, separado el señor Rojas y cuando el pueblo quedaha dividido no sólo por las opiniones de partido, sino talllbién'?por las discordias de familia; en donúe el padre lucha con el hijo, la quien se eligió para reemplazar al señor Rojas? Al, padre que luchaba contra el hijo polítiCÓ, al jefe de UHO de los bandos que dividían al diiparLamento. Ya que el extraiio no había podido traer paz, se llamó á lUlO de los jefes de lo? bandos para que la procurara conseguir. El ?eñor Ministro del Interiol' HO puede decir que,.por 8emejanto nombramiento faltaron las l'eclamaciones. Un ciudadano re<spetable, ùon Esteban del Río, se presentó al Presidente do la República y ? Su Señoría, y.con la franqueza de un hombre honrado, seÎ1âló los peligros que amenazaban á Cauquenes. ? No valia la pena de oir á este caballero sobre -lo -"que pasaba en.' una provincIa apartada, cuyo horizont? estaba preñado de nubes que. presagiaban la tempestad? Yo CI'eO que Su Señoría_no debió dejar pasar la tormentaj aSÍ, en vez de' venir á deþlorar hoy lo que ha sucedido, se habría prevenido en tiû'mpó'"oportun?,. El señor Ministro, con su 8istema especial de'" conciliaM ciön, ha' adquirirlo llna:experiencia terÆibleúe lo qno sucede á los hombres públicos (pIe se apartan de la senda del derecho y la justicia. Se iba en busca de una mayoría oficial y, al fin dA la lucha, ha resultado que se sientan aquí los irreconciliables, no como Su Señoría los juzga, sino dÜ..puestos á s0;,vir la. causa de ia jUE,?:?;3. y del uerecho. En las mas mismas de los {[migos dr.:Su Seña da hay alguM na??xigentes que lo piden1 quizá, má?:/"de lo qUB.p1lerle concederse un palHica. Puede sel' que si, SlI coriduct":ì hubiera sidn otra, ,itr)d,,j'; estuvjéramos dispur,stos á apu. yarlo, y á poner con todo valor nuestros homhros para restablecer el orden público. Pero aun dc?pllés de las elecciones el señor Ministro no lui'hecho nada para manifestar que desea poner remedio fa los abusos que .
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OBRAS
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19IDORO ERRÂZURIZ
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han cometido. Después de 108 atentados (?e Pi1én ?no estaba obligado á somet.er á juicio al Intendente? No se trata de condenar- á un hOlubrc/sin oirIo, sino de castigar un crimen púLJlico. j;No era ese hecho un motivo
se
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un juicio quo evHara la repetición de actos semejantes? El señor Pl'esi?enie.-Suplicaria á Su SeñoT'Ía que no se apart.ara de la cuestión. El soñor Galla (don Angel Cllstodio).-jCómo e" eso! ISanto Dios! El scùoor Diputarlo está eu la cuestión. El señor Presidente."--Creo que el señor Diputado no está en la c1,lestión. porqué sólo están en debate los poder('s de Call'1Uenes.-Su Señoría puede, sin emha?gol consuficiente para
qU,e se ab['iet'a
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Errázuriz (don Isidoro, continua'ndo).-He necesitádo ma'òifesta[' clIát'es ha?nsido las autoridades que han inte.r:venido?en ]08 suceSos de Cauquenes para que 1<1. Cámara sepa el origen de ]o? vicios de que adolece la eleccióD1 y tome lag medidas necesarias para evitado. Yo cr80 qlJo"es t:un deber hablar á fin de que se conoz? ea la causa de estos abusaR, y para que se sepa que la mala semilla, que tale." frutos ha dado, es la' política de
El
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conciliación.'
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Discurso sobre la situación politica Cauquenes. SES161'l DE 30 nE JULlO
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y las
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1870
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çl'eo, señol' Presidente, que en la,.cuestión que se
ha
traíù-u àl debate hay un doble punto de vista. UIlO de los cúåles es la responsahiiidaddol G-flhinete, y especialmentodel señor Miñist,ro del Interior', en la situación que al can?. ZflmOS. Yo extraño, francamente, qne S?l Señoi'1a rehuse el
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ùûjeù?ejeI'cerun decumplimiento desusobligaciones; qu"ê J'eeho fJue muchas veces le Iwmos yi?to poner en planta eOIl cxtraordinar'ia actividad. Recuel'dõ qua tratándose de un f'l;'c]arno entablado contra las elecciones de-:la MUIlicip?'lidad do Freil'ina, llegó al J\linisLúl'io del Interior una especie de consulta del Gobernador de ese departamento ó de la corporación de ese lugal\ y Su Se!lnria se ?presuró á dar á esa simple consulta ("1 carácter de un reclamo de nulidadt y la pasó irl'lnediaLamcIltc al tribunal formado IJn el Con?njode Estado para que la tramitase. SegÚn mi modo de VCI'1 el Ejecutivo puede ejercer atribuciones de vigilancia, no solamente subre los funcionarÍos del orden administl'ativ01 sino también sobre todo? los. cuerpos polítjcos de la República. Si un funcionario del orden judicial dcscuida. notabJementc el cumplimiento de sus deberes1 el Honorable señor Ministro de Justiciasû haya en el caso de recordarlc que debe Honar sus obligaI
CIOTlF.'R.
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Hay, como lo decla, una responsabilidad especial de
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OHP.AS DE IStÐUHO ERRÁZURIZ
partO del Süñor l\Iinistro del Interior en este asuulu. Fué él quien hb:u aquí indicación pAra que se declarasen nulas las elecciones de Cauquenes, y parece queSu Señoría estaha, por estp. solo hecho, moralmente ohligado á activar ]a l'epeticiólI ùe la elección municipal de ese puehlo, por me" dio de influencias administrativas, á fin de que èega?e de una vez tma situación sumamente perjudicial para el decoro de la Cárnara y parålo6 intereses del país. El segundo aspecto de la cuestiÓn versa sobre la conveniencia de dar una rcsolucÏón pronta. á este as'l.mto tan gra/J ve Y??L.raBcend'èutal. ? á la Cámara, eOIlviene al país y al derecho lConviene electoral qtie Re prolongue por más tiempo la situación en que se ellcuent.ta el departamento de Cauqllenes? ?Puf'de la Cámara mirar con indiferencia que el trihunal especiHl forma'do en el seno dcl'.;Consejo de 'Estado descuide y demore inùefiniùamenle un asunto de tat. gravedaù y urgencia? Creo quo es un hecho reconocido que durante ycinte díR,? no ha recaída f10hre él providenoia de ningÚn género, y ni ha habido siquiera citación de los miembros del tribu.
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nal para que pudieran dar cumplimiento á su deber. Yo esperaha que alguno de los señore? MinistroH se huá:!o1ese biera apresUl'ado á dirigir tI'Ìbunal una nota cOIlluIlicándo]e Al interés qne el Gohierno y el pais tienen por el pronto despacho de ese negocio. Se ha he{?ho un argumento de reglamento contra la indicación de mi Honorable colega el señor Diputado porTalca. Se dice que la Cámara no puede revoüarjni reveer ninguHo de sus acuerdus anLeriorefi. j! Pero debo advertir que cuando varían completamente las consideraciones por las cuales ?e ha adoptado alguna medida, debe ésta también yaria.r) Cuando la CámAra resolvió, en la sesión del 7 de julio1 retardar el despacho ue este asunto hasta que el CUIlsejo ùe Estado pronunciase BU sentencia, lo hizo eIlla plena eoneicncia, no de que iba á privar de sus reprcsentantes?A" 'un departamento, sino de que es;e tribunal especial cumplida bien proril.o c.oulas asa> piraciones de la Cámara yel país. 'Permitaseme,tamhien, haecr presente que hay oLro orden
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BlBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILJ!
de intereses que acoIH;ejan la ??edida propuesta por el I-Io? .,-
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norable Diputado por Talea. ,El señor Ministro del Interior nos ha prometido, y yo creo que con sUllla sinceridad. qne el Gobierno influiría en el departamento de Cauqucncs para que no se repitiesen lus abusos y escándalos que la Cámar'a conoce. SÜl embar'go, puedo asegurar que se está preparando en la actualidad una situación análoga á aquella"en que 00 veJ'ìficaron la& elecciones pasadas. Esta es la política tie conci1iacÎón tal como los l\linistros la entienden, es. decir, el manejo activ() ejecutado por medio de RUR agenLes1 para rehuir después la respol1Sabilidad del Gabinete. Ultimamente se han hecho por parte del Gobierno proposiciones de cOIlvenio. El Intendente se ha hecho órgano de ellas y puedo asegurar qun no han sido aceptadas por la oposición. El amor }H'opio ya Re mezda, pues, en la cuestión. Los agentes del Gohiernt} se enfadan y principian á quejarse:,;Ael carácter hostil y agresivo de los habitantes de ese depaI't?meIlto. La Cámara comprende á qué excesos puede conducir el estado de cosas qllcempic7.8 á prepararse. .? Está pasando en Cauquellcs lo nÚmlO quc'sucedió CUillldo el señor Rojas fué á hacer:;;e cargo de la Intendencia de Maule, quien principió tåmbién por hucer proposiciones do. t.ram;acción que no fueron aceptadas. Cuando el Gobierno. tuvo entonces noHcÜt de semejante oH.?:iici6n1se Ilotific,ç á aquellos electol'c8 que tenùrÍan gue1'l'a?' y guerra â muerte. Ahora sucederá 10 mismo, porque el pa,rtido de oposición no acepta las indignas proposiciones de transacción q ue- se. le han hecho últimamente. M Ya verá la Honorable Cámara que enla bl'everesohwión de este negocio hay un doble y vital interés, En' primer lugar, es preciso que la Cámarl;l. se constituya para que nohayaun 8010 dep8'rtamento que quede privado de sus representantes: y en el segundo lugar, es n?LLu'al que la Cámara tenga inl.eJ'és en evitarse á sí misma el deplorable espec:, låculo que han dado las elneiones del 3 ue abril. Confieso que: al venir á esta sesWn, no .me pasaha por la mente la idea de sostener una indicación como lthquc ha propuestD mi Honorable culega el "eñuJ' Dipulado por Tal-
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OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
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ea. Cr?ía que para la I'e?olución de este asunto habría bastado q'u?la Cámara se dirigiese al tribunal especial, comu.? llicândöle la resolución que ùe antemano se ha tomado en este negocio y manÍfestándoJe el vivo interés que tiene en
que se re"uelva å la brevedad posible. Como ya hay una Îndicación pendiente, creo que ella cumple perfoctamente con su objeto y atiende á los alto" intereses que es necesario consultar.
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Discurso sobre la política del Miuisterio Prats. El Eiecutivo y la Libertad Electoral .
SESIÓN
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AGosTO
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1870
Ll1s. p1'eguIl.tas que tengo que dirigir al Honorable serlOf Ministro, son las siguientes:
Primera: El cambjo que ha tenltlo lugar en 108 bancos que ocupan on esta Cámara Su Señoría y sus co]egaR? limporta simplemente un cambio de personas ó traerá, por eonsfJCuenciat una altet'acion en la política seguida hasta aquí por el Ejecutivo? La segunda es la siguiente:
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lCuáles son las ideas y los propÓsitos del nuevo Gabinete en materias electorales? ,!Está dispuesto á renunciar al abuso de las candidaturas oficiales y á poner término â ]a intervención del Gobierno y de sus agentes en las elecciones populares il La tercera y Últjma es ésta: lAbriga el I-Iouurable señol' Ministro la intención de adoptar medidas reparadoras,
propias para inspirar confianza y restablecer el imperio de la legalidad,' en aquellos deparLamentos en donde la intervención de las autoridades en ]a elecciÓn de abril estuvo acompañada de actos ùe violencia ó fraude, que sublevaron la opinión del país y la concieneia de esta Honorable Cámara ? Según sea la contestación que estas preguntas obtengandel HonorabJe señur Minisll'01 continuaré ó nó en el uso de la palabra. El señor Prats (Ministro do Interior).-Las dos prime-
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OBRAS DE ISIDORO F.RRÂZURrz
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ras pt'eguntas que el señor Diputado que deja la palabra nos ha hecho el honor de dÎI'Îgil'nosj pueden I'educ-irse á una sl?la. Contcstándolas, debo exponer que no diviso la comre-
niencia de que el Minisl,erio presente hoy día un programa de la política que se propone seguir. No obstánte, me apresuro f.I decir á la Honorable Cámara que nosotros no pode' de mos responder actos consumados antes de nuestra entrada al Gobierno; de hechos acontecidos sin ninguna intel'yención de nuestra parte. NC! es regular hacer á nadie responsable sino de sus propios actos, EIl\-finisterío actual sO compone de personas que han vivido alejadas de las luchas políticas y que no han tomaúo nn conocimiento perfecto de ]05 sucesos que preocupan la opinión pÚblica. El Reñor Diputado querría que nos pronunciáramos sobre ellos, abRolviendo ó condenando á Ilue?Ll'OS antecesores; pero creemos no halIarnos en e] caso de pronunciar un fallo semejant.e, fallo que, por ]0 que acabo de exponer, probablemente nO ser'ia aceptado. Por otra parte, es lo más seguro que apreciada detenidamente la conducta de] .anterior Gabinete resulLaría enconLrarnos de acuerdo e? mucho8 de sus actos yen desacuer(lo con respect.o á otros. Asi,pues, no veo la convunienda/ ni encuentro tampoco la posibiHdad de pronunciarnos en este momento como lo pretende el señor Diputano. nespecto de los propósitos que, abriga e] Mjnistel'ioj me apresuro á decir que se I'educen á conserVar la pffz y el orden púb1ico á que debe el país el estado núrù?iente y asegurar á todos ]05 ciudadanos el libre goce de .Lodos !ìUS derechos. En cuanto á]a gran cuestión que preocupa en el día todos lus espíritus) podemds asegurar á ]a Cámara, comO' a1" país, que la próxima elcccjón de Presidente de ]a República se veriAcará! si de nuestros esfuerzos' depende, con la más completa libertad. El Gobierno protesta que ,'espetani y 'hará res,Jetar los derechos de todos, y que el Presidente que resulte elegido lo serå por el voto libre y espontáneo de log eiudadanos. Creo haber cuntest,ado las preguntas ciue el señor Diputado nos ha hecho el honor da dirigil'l1os. El señor Errázuriz (don lsidoro)-Siento de veras que el .
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ERR..\ZURIZ
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BIHLlQTECA DE ESCRITuRES DE CHILE
Honorable seiíor Ministro del Interior se haya empei'iado principalmente en responder á una interrogación que he cstado muy disLBnt?,de dirigirlc, y que haya_contestado, en cambio, ?? una roa,nera tan insuficienLe y poco ?atisrnctoria á las p.'eguntas que ha oido la Honrable Cámara, Yo no he tenido el propósito de obligar á Su Señoría á formular una opinión sobre los actos de la política 4. ue representaba el pasado Gabinete, ni de ponerlo cm pugna con los SûñOt?cs que formaban parte de.. aquéL Es.o hab:ía sido indigno de la sÎtllación1 é )ndigno de mí. Me he limitado ó. prcguntado si el cambio verificado fJn el personal dell\1inbterio.:ha ?ido ?implomcnte de personas y riolllbr'es, y si se pr??endß seguir ó nó la polítiea fmstellta?la por sus predeceSOI'es, y"á esto no se ha dignado Su Señoría dar ulla contes-, +tación franca y categórica, á dicho Minist.1'O ha el Honorable señor nada Tampoco mig dos 8iguientcs preguntas, i'io ha declarado si m;tán ó nó dispuestos Su Señoría y sus colegas ii renunciar á las candidaturas oficiales y al pernicioso sistema de- intervonciónt en virtud del cual el Ejecutivo se pcnnite ar1:ojal' en la balanza de las luchas polílicas, el prestigio yel poder que la naciÓn les confía para que Rirva ii los intereses comunes de se'--lla dignado manifestar sus propósitos la sociedad. Y no respectu del capitulo de las garantías que la naCÎúlI reclama y tiene det:cCfho para exigir' en los departamentos en donde la ley ha sido violada á toda)1.1z, y conculcadoel más imporlante de los derechos populares, _La cuestión, que he tenido el honOI? de provocar, es de considerable importancia; y la Cám:J,ra va á perdonarme á que tome una pUI'Le del tiempo que ella c,onsagra la discu?ión de los asu?tos públicos, con algunas observaciones des._, tinadas á caracterizar, lo mås exactamcnte que me sea posible, la crisis y el carnbiäquc se han opemuo á nuestra vista1 y á dejar establecido el punLo de partida y de posición de cada uno de los que han intervenido en ellos: del p:!.Ís, de la' Cámara y del Gabinete. IIømos visto verifìcarse un cambio en los bancos de los ßtini?tro3. ?Ycllál es su..;.signilìcado? Simplemente qne el obligadõ.á aban. c.ansaneio natural de las tSl'eas políticas ha .
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OBRAS DE ISlDORO El?R..\zU"RIZ
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donar los sillones ministeriales á lo!:! señores que 1m; ocupaban y que S. E. el Presidante de la RepÚblica ha llamado á desempeñar esos cargos á otros hombres con las fuerzas intActas? lImporta tan 8610 un acLo y una determinación e.pontanea de 108 Ministros salientes y del Jefe del Estado ó ha habido, fuera de ellos, alguien 'ne ha determinado el sido acontecimiento, que ha la causa de la crísis y que tiene derechos que hacer valer en el desempeño de esa campli,
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Reducido el cambio ininisterial á las proporciones de una simple variaciÓn de personas, á una entrada y salida de hombres en el GabineLe de S. E. el Pre.idente de la RepÚblica. impottaría cerrar los ojos ante sucesos que, por su importancia, no tienen precedent.es en los anales politicos del país y rebajan á nn trÏgte nivel las mås solemnes maniÎestaciones de la vida de un pueblo gobernado pOI' instituciones representativas y parlamentarias. Señor Presidente, 'todos los que aquí nos sentamos, y el país en general, fmbcn que, durante ?dosmeses, ha ostado siguiéndose en el seno de esta Honorable Cámara un severo y elevado proceso. Desde eli.o de junio hemos estado oxaminando, paso á paso) la conducta obsel'vada en las elecciones de abril por el Gabinete, de que formaban paI'le el Honorable señol' Amunátcgui.y sus colegas. Los actos han Hido estudiados' y sobre ellos ha recaída un elocuenLe fallo. La política de ese Gabinete fué el úlLlmo ensayo, y también él más desgraciado de lo? ensayos, de la intervención del Ejecutivo en log asuntos electorales. N o tuvo å la verdad, los caracteres de ?nterveIlción "franca, desembo:'.ada y auda.... que hemos presenciado en otros tiempos. Fuá una intervención insegura y como avergonzada de si misma, una intervención empeþaùa en disfrazarse y en negarse, y que por eso mÜ;mo, presentaba el espectá?.ulo de una elocuente contradioción entre lag palabras, las promesas y las declaraciones de los directores poJilicQS y los actos' de 108 Stl baltcrnos encargados de realizar y poner en práctica los programas. Deploro que las necesidades del debate me obliguen á discurrir sobre estos sucesoS á pesar de que la hidalguía y
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
hasta la ley del decuro parlamentario m? aconsejan evilar' condenaciolles demasiado acres y-;j:ievcras contra honorables colegas, que han dadu tan reCientemente un ejernvlo de respeto à la oPinión del pais y de la Cámara. Pero preciso es declarar,aquÍ! que la política del:'. pasado Gabinete, no solamente'l,tllvo el caråcter de intervención electoral, sino qne la prosecu9iún de SU3 propósitos la ubligó á i1!tervúnir también de tina manera funesta en el juego de los partidos. Su empeño particular consistió en agrayar las diferencias y los odioB entre 1m; part?dos de prineipioR, en hacer jugar los unos contra los otro81 en sustituir á las luchas de la discusi6n que producen el convencimiento. la competen. cia de 105- tß.rrores y los espectros q?úehan cOIltribuido á oscureceIJla atmósfera política, y â,producir perturbación en los espíritus y I'enCores profllndos culos COI'r:! zonCs. Este sistema produjo todos los frutos, que son propios de él, en la elección popular que tuvo lugar' el 3de abril pasado. Esta circunstancia fué para ella el momento de una dura y decifliva prueba. Encontró cn su camino á nna gran mayoría de la nación que ha amontonado tesoros de ,yirilidad y patriotismo á favur de la 'paz, 'Y qne se levantaba para hacer efectivas las letras de las ,instituoiones. Lk inf?rL vención ministerial, puesta "frente å frente de esa ?onue'va fuerza, se hizo violencia, Ú Be hizo fraude en UIla gran parte del pa15. Desde entonces quedó condenado irrevocablemente1 y esta conùenación decidió de la suerte {lel Gabinete que tuvo la desgracia de apelar á-ella. '1' Es preciso que la Cámara, el Ejecutivo y<ê1país lo tcngan siempre pre?cnte,-fué la intervención en las elecciones, fué la usnrpacióÙ de la8 funciones de 105 partidos y de" los pueblos lo que produjo fatalmente la caída del Gabinete organÜado en noviembre de 1868;":,y de no, supongamos que la eleccjón de abril no hubiera ?;jdo acompañada de alJu!;o!;, como los que se han revelado y ?omprobado en este recinto;-' supongamos que las piedras de escándalo de Cauquenes y otros departamentos no hubieran estado en la ruta parlamentar'ia dei Ministerio; supongamos suprimida entre el Gabinete y la mayoría indep'cndiente de esta Càm8ra.?el foSo de hogo de Petorea. ,Nu eE; verdad 'lue la marcha del ,
OBRAS DE lSIDORO ERRÁZURIZ
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Ministerio habría sido fácil y próspera en el Congreso y que no se habría producido la serie de conflictos de opinión que obligaron á presentar su renuncia á los antecesores de los actuales señores Ministros? La Cámara de Diputados, enconlrando en su patriotismo generosas inspiraciones, ha sabido colocarse en las cuestio,n8S, á que me refiero", á una altura que la honra y que le es de buen agüel'O para el porvenir parlamentario do la República. Ella ha mani["stado que, si ha habido hasta aquí dificuUad invencible para organizar en su seno mayorías de partidos, se ha constituído en élllna mayoda respetable paI'a servir á la justicia, á la moralidad y para protestar, á nombre del país: con1.ra la,usurpaoión del más sagrado y primordial de ]05 derechos populares. El voto de la Cámara fué escuchado y atendido. El Gabi. nete se sometió á la nocesidad fatal de una situación creada por él mismo, y en honor de los Honorables señores, que lo eompusieron, es justo decir que ellos no aguardnron que el semblante de S, E. les anunciase el momento de la retirada, 'sino que, rindiendo homenaje á esta Cámara, adoptaron el camino que les señalaba el deber Y'j]a práctica de todo paJs representativo y parlamentario. y hien, dado este antecedente de la reciente crisis del , Gabinete ,ha seguido eHa desarrollándose en la lógica severa y elevada que esta Cámara tiene derecho para esperar? Ya que los honorables Ministros saljentes han rendido homenaje á los fueros y al fallo de eRla rama de la Represen. Lación Nacional, lhasta qué punto lo ha rendido, á su turno el Jefe de] Estado? Y," si se ha manifestado que hay aqui una maypría contrariA á la politica de intcrvencjón y an? siosa por ver entronizado un sistema franco yleal de justicia é imparcialidad, lpuede decirse que á la constitución del nuevo Gabinete ha presidido el deseo de satisfacer las,legí'
timas esperanzas de esa mayoría? Siento tener que confesar, por mi parte. que nna penosa impresión asaltó mi ánimo al tener la primera noticia de las designaciones de S. E. En esta Cámara y fue.ra de ella se ha hecho mås de una vez censuras 'jm;;ti-
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
ficadas de la runesta manía de amalgamar funciones admÍnistrativas y judiciales, y hacer llevar por unas mismas manos las riendas de esos poderes que obran en tan distinta esfera, á impulsos de tan opuestos sentimìentos y bajo atmósferas tan distintas. Se ha establecido entl'e la l\'oneda y el Palacio de loa Tribunalea un pasadizo harto frecuensi los funcio? tado, y de ello resulta desgraciadamense
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que.
uarios po1íticosllevan más de una vez las pasiones de la vísp era en su bagaje de magistrados, no puede decirse igualmente que el espíritu elevado ric la justicia entra á los Gabinetes del Despacho Con los jueces improvisados Sccretados del Estado. Por accidente, y con intención marcaùa, se ha cometido este error, en proporciones desconocidas hasta aquí, en]a organización del actual Gabinete? cuyos miernbros1 figuraban sin excepción! hace tres días?"-en la magistratura de la capital. Por 10 demás, la cuestión no es la de p1eferencias Ó simpatías personales. Algunos de los Ministros saJientes las tenían en los diversos grupos de esLa Cámara. La cuestión ha sido planteada en terreno más elevado y digno: Lo que la mayada de esta Cámara ha reclamado eg un cambio de si?tema politico. Lo que significan á toda iluz los voto? en que se han tInido las diversas fracciones parlamentarias, es la 'necesidad de emancipar al Gobierno de lag contiendas de partido, devolviendo á quien corresponda el derecho de elegir. El sentimiento que ha determinado á la ma?7orja de ésta Oámara ha sido la voluntad firme de poner un término á la política de i ntsl'vención y de ilegalidad. Ahora bien; a] escuchar la contestación del Honorable señor ?'1inistro á las preguntas, que ne tenido el honor de dirigide, he llegado á temer que en las altas regiones del Poder no se haya atribuido á la actitud de la Cámara la importancia que merecía, y: que el segundo acto de la crisis p-olítica no se halle á la altura del primero. Parece que, si Se le reconoció la facultad de pruducir la descomposición del_pasado Ga.binete, no se hubiera creído necesario tomar en cuenta sus aspiraciones para la ol'ganización del actual. El Honorable señol' Mínistro ha dejado lugar pam sUPQ"
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OBRAS DE ISIDORO
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ner que se llevará adrlante el sisteÍna de la intervención oficial en los actus electorale'5 y quoJ de I,al suerte, "se prolongarÚ un situación tirante y dirícil, y ?? repetiránJ rlía â dia, en este recintq, las cuesLines políticas que tanto esean. dalizan á algunos, 'pero que ?on el proceso del deslinde, que es fucrza sosLeneI' vigorosamente en est.e recinto, contra los Gobiernos que usurpan el terreno del derecho pn-
pulM.
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El Honorable señor Ministrn ha quedado atrás; en materia de promesas, de )OR !\linistros que le precedieron. f'{ ha dicho á esta Honorahle Cámara algo que sea pro-
pio para r?stablecer el crédito ministerial en ese mercado de las p?oiné8as: en donde ha circulado tant.a moneda reble dlÍrantelos últimos dos años? ,Ha dado en algo motivo, pàra creer que la crisis m,uÎsLerial ha tenido un òeRarro!lo lógico, y un desenlase correspondif!nte á Ja? opiniones nia. nifestadas""pój'la ,ha-yoría de esta Cámara? Como mío de los oiÎombros ue esta Cámara, que eOIl8tri? ?uyero'n toñ su voto á las. re'soluciones que produjeron las
èri?is políticas de ayer, he creído convûniente levautar la voz para caracterizar, lo rriás exactamente, que: me ha sido posihle, las tendenciR'S y las aspilaciones que se han mani-
festado en estø reci nto, y para reviridicar el derecho de esta rama (lel parlamento á Se!' escucl'ìada y considerada, al pre? parar el desenlace de un::. situaciÓÍ1 determinada inmediatamente. por eHas. Como hombre de principios y representante de los intûrcses de un pnehlo, 'considero derni debel' llamar la atención de loS:"Honorables señores MlnÌ8tros ha. cia las dificultades y los escollos que debe encontrar en su eamino una politica errada, y hacia el sendero que marC31l al Gabinete las aspiraciones unh"ersale? y la actitud de esta Honorable Cámara. Eche"lHvista' el señor Ministro del Interior en torno suyo hacia todos los elementos que constit,uyen]a vida política de una nación, y encontrará al país impaeiente por entrar 'im)a posesiÓn denrÚtiva del más importante de sus derechos,'\iel derecho de designar á 'SUR mandat.arios y gobernantes, y eIlcontrarâ á los partido libl'e?s del yugo de los antiguos jCfBS y de la antigüa di!õ;eip1ina, t,rabajando por
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BIBLlOiECA DE ESCRITOREs DE CHILE
organizarse, bajo los aU9picio? ùe la discusión y de la con ciencia individual. E.n pste mismo recinto, en donde toùos' 'los partidos d? príncipios tienen poderosa representación, se ha ahierto paso el convencimiento de que sería quimérica la pretención de cualquier homhre ó cualquier grupo que intentase someter á la Cámara á la ley exelus?Ya de sus caprichos, y se-ha reconocido que, para los di vërnos inLel'eses, no hay otra garantía ni otro terreno de avcnimientoposible fuera ,le la legalidad y de la abslención del G,obierno enlos acto. electorales. , En todo sentido, el câmÎno está espedito para hacer el M
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bien y parn gobernar honradf\mente. E? todo sentido abundan 108 elementos que permiten á los hombres de Estado el desempeño acertado de la misión qne les tiene confiada la' voluntad tle sus conciudadanos. Está en la volmi.tad de los señores que componen el llne7 vo Gabinete el aprovecharse de ello. y hacerla. .cnir al progreso de la nación. Pero, al mismo tiempo! deben tener presente qne todos es?s elementos sc.aunarán para res.istir enérgicamcnte á la inter'?enciôn gubernativa en la esfer?'del derecho popular, y que,,).1ll8 política que no fuese si?o la contimlación de la que presentaba el pasado Gabinete, ten:;:, dl'Ía que contar cOJlla condenación severa del país y de là mayoría de esta Honorable CÁmara., '"
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.............. El señor ErråZllriz (don Tsirloro).-He extrañado "."'."""""""""""'.""'" que el Honorable señor Ministro de. Justicia haya comenzado su discurso manifestaJ)do el temor de que sus palahras y declal'acioncs no lograsenlraor á mi espíritu el convencimiento. Se engaña Su Señoría S1 supone en elquc hahla ó en cualesquiera de los miembros de esta Cámara una disposición de hacerse voluntariamente tardos á los dictados de la razÓn y de la justicia. Una prueba de ello, señor Pre?jdente, es que me apresuro á reconocer que las palabras de Su SeñoI'Ía han venido á dar considerable luz sobre la marcha futura de! Gabinete y á serenar de una manera.. notable la atmósfera de este debate. N o abrigo I? desconfianza y 1.. duda. 4uc ha mani.
OBRAS DE IsIDORO ERR..\.ZURIZ
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restado, hace ti TI momento mi Honorable ami?o el señor Diputado por RaI'e. Y tla1es mi Împregiôn,'porquo atri?uyo IÍ la declaración que ha hecho á la Cámara el Honorahle quiel:o hacer presente á señor \finisLro uu significado
I]ue no de fIue se me saque de un engaño, si es qUB veI'Liade? I'amenle soi víctima de é1. Considero que la promesa de qUé el próximo Presidente de la RepÚblica no saldrá de la Moneda es una >:Yaliosa garantia, porque ella importa que el prestigio y el poder que la nación y las leyes han colocado en manos de S. E. el J eIe del Estado, no se hará servir en favor de alguno de los candidatos que figur'an en la próxima lucha electoral. El señor Altamirano (?1ìnistro de Justicia, interrum. piendo). Indudablemente. El señor Errázuriz (don Isjdoro, continuando). Ella importa también que todo avance de los agentes del P9der, en el sentido jndkado, será repI'Ìrnjdo cOn Severa manó' por el Gabinete. Si estas apreciaciones son inexactas. desearía que así me lo manifestase el Honorable señor l\Hnistro del Interior ó algunos de sus colegas. El seriar Prats (MhÚstro del Interio!', interrumpiendo). Nó señor. El señor ErráZfl,riz (don Isidoro,conlinu8udo}.-Cl'eyéndolo así, he e?ÙI'aÌlaùo que 108 señores ?Iinistros se hayan .
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,.1-
l?s?lec]araciones resistido á ent.rar"'ål",camino,ße francas y á reconocer la necesidad de dijo garantías eficaces á la opiniÓn pÚblica1 ó fin de que renazca en los ánimo$; la fe en la palabra ministerial, que lo? últimos acontecimientos han
rlehj)it.ado tan lastimosarncnte. i\.lgunas dE' esas garantías están en lasrnano?delGabînete cOllcederlas, y á esas me he roferido al preguntar al H ono-rabIe señor Minisb'o (Iel IJ)Lerior, si ?e encuentra en dispo6Ù?ión ùe adopt.ar medidas j usticierns y reparaùoras en los
departamentos en donùe la violencía yel frAude han C8mpeado contra el denwho de una manera más grave y caracterizada. cNo es evidente la necesidad ùe satist'ac.cI' en este punto las aSjJiraoioncs nacionales, haciendo que la confianza y e1 respeto vuelvan å ser la ley entre gobernantes y gober-
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BiaUOTEC.-\ DE ESCRITORES DE CHIU:
nado!';) y sea orCi
pl1blico?
la palabra tle los depo?Ìtarjo8 del' Poder
otra' maIlera,?'?eómo es posible eXIgu' que Cesen dudas y 108 recelo? de la actualidad?-lNo es natural que no? resistamos á creer que se pÜ?nsa regalar á la nación con el ]icor PUl'U y generoso de In Jibcrtad, cuando se está 8líst3ndo, para depositÐrloJ la vasija viÓada por el abuso electoral ?-lA quién puede ocurrirsc}c que se trata de levantar un nuevo y sólido edificio poHÛeo, si esle va a la!:!
-De
descansor sobre la base carcomida que ha servido á una política condenada por el pais y pOI' la Cámara? AlIado de estas garantJ8H, que dependen exclusivamente del Gabinet?'otoI'gar â la nación, hay una segunda, respecto de la cual será eficaz y fecunda la iniciativa de la Cámara. Tal es la formación de una nueva ley electoral, ap!'obãndosc la segunda parte riel proyecto de ley que quedó pendiente en la pasada 'Iegislatura. y corrigiéndose en la parte vigente los defectos que ha indicado la expe. riencia de la elección de abril. A esta reforma espero qua no pondrán obstáculos 108 Honorables .,Miembros del -
.Gabine? Entendidas1 como anles he dicho, las?Ì)romesa:; hechas ante la Cámara por los Honomblesseñorcs'Ministros, abrigo la esperanza de que"' el país vea abrírsele en el porvenir más hellos horizontes que en el pasado,. y que la Câmara y el Ejecutivo podrán marchar de acuerdo en servicio de la prosperidad y el adelantamiento nadona!. (A IJrobación en lo? bancos de algunos.Diputados).
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Discurso apoyando la moción de los señores Urmeneta y Santa María sobre reforma constitucional. '" "
(SF.SION DE 3 DES.EPTIEMDHE O? 1870) "
El señor Erráz"riz (don Isidoro).-En una de
la:;
últimas
sesiones ordinarias de este período, 108 Honorables diputados de Quillota y San Felipe han sometido á la deliberaeion
de esía Cámara un proyecto de acuerdo que ha preocupado, con justo motivo, á la opinión parlamentaria y popular, ?Los IIonorablesautores del proyecto pensahan que había llegado el caso ùe adop?ar una resoJiJciún que asegurase el cumplimiento del alLo encargo que 10 Constitución y la vo? Juntad de los plleblo? han asignado H este Congreso, en la forma y dentro de los límites establecidos por el "rL. 168 del CÓdigo político vigente; y en esa virtud, han propuesto <fue se oficie al Honorable Senado, á fin de establecer enLre las dos ramas del Poder constituyente el aeuerùo de apre-
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ciaciones Y" de acción que reclama la Úaturale1.fI espeeia] ùe I1Uestl'u mandato. -.De parte del HOlJorahle Diputado de Santiago y de los señorf's j\lir1i?tros del Interior y de J nsticia, se ha hecho al proyecto de acuerdo en debate una tenaz y enérgica oposición. Los Honorahles contradictOl'es se fundan en que el art, 168 ?e la Constitución no eonceùfI al Congreso el derecho propiu, ni le impone el precepto terminante1 impel'ativo é indeclinable que sirve de punto de pa.rtida á lo:> autores del proyecto. Adcmá?. impugnan la forma de éste como insólita é inadlIli?ihl(\ ":/ s05tienen que la declaración que se propone hacer del alcance del arto 16? deberia ser objeto de un proyecto de ley'de interpretación.
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BIBLIOTEC.\ DE ESCRITORES DE CHILE
Permitame la Honorable CånHU'a que, anles de entI'a?al fondo del asunto, pes? ante cIJa, en la balanza de una apreciación desapasionada, los retlul Lados prácticos que 8e persiguen, los intereses H que 5e quiere servir, por lino y ot.ro laùo, por medio de los dos desenlaces hacia los cuales ?e p.mpuja el dehate: la aprobaciÓn ô ell'eéhf!zo del proyeeto de "d aouerdo de que nos ocupamos, Los sostenedores del p1'oyecLo, obran enrei\;jn?licación de una importante facultad y de un sagrado deber del Congreso,
encargado de- constituir sobre nuevas y?má5 justas bases los. poderes públicos del Est,ado chileno.'Y, de esa monera, desean facilitar la realización de l;1,_obra q?le:"tenemos entre' abl:rigo de 1"mala -volti'ntarl ó la indimanos, colocándola al ferencia de aquellas autoridades cuya omnipotencia ? e llana más Ú menOs amagada por el proyecto de reforma. Un nuevo período presidencial se acerca; y ant.es de que 5\8 verifique este cambio1 que suele ser de tanta trascr.ndencia en Chile, por el carácter especial de nuestras instituciones, consideran de Suma importancia y.,necesidarl que se haya.. consumado el trabajo de reconstrucción cons,titucional. Para esto ba8? tana que la Honorable Cámara v el Congreso prestasen su sanción å la inteligencia qu?' d.{nWlosHonorables autores de] proyr.cto á 1a prescripción de1 arto 160'3. Se cump1'endej en vista de estos propósitos y resultadus posihles, que los sostenedores del proyecto gasten energía, ppr?e\'eraIlcla y entllsiasn1 o) en defensa de la !=iolución que recomiendan á.la Cámara. lSucede olro tanto respecto de ]õS lIonorahles impugnadores? E1l9S ha!1 colocado, en
esta ocasión, su intelig(?ncia y su erudición al servicio dt;!l m ás estéril de los propósitos. Al colocaI'!;)e eo el camino de los patrióticos y elevados fines riel proyecto de acuerdo, se hallan en la imposihilidad de-Ínvo?' cal' ningÚn interés nacional, nîngunal?gran conveniencia pÚblica, ningÚn resultado serio y benéfico para el país. Al suscitar á la obra de la reforma dificultades é inconvenien,:,tes, al patrocinar los peligros que la am?nazaIl, uo llall' podido hacerla á nombre de, ningún derecho amenazado -y do ningÚn riesgo digno d.? la eonsid.eración de la Cámara, sino
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OBRAS DE ISIDORO EURÂZURIZ
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en favor y en sostenimiehto de un sislema restrictivo y funesto de inteligencia constitucional. Porque la Cámara dehe tener IIlUY preRente que no hay en e' proyecto nada de esa usurpaùÎón ùe facultadeR conveheionalcs! ni de esos conatos de tiranía legislativa do que se ha hablado en este?recinto pOI' Honorables Diputados que parecen tenor inclinación á la táctica de perturbar las oonviccion?s honradas, por medio de la evoeación de espeotro? que duermen en los anales políticos de ot.ros tiempos y de otras naciones del globo. Lo que el proyecto propone es pura y simplemente que la Cámara, en cumplimiento del articulo 168 rle la Constitución, continÚe trabajando en el período .
de sesiones de este año. en la olJl'ü de reforma que la ley y la voluntad nacional le tienen encomendada, sin perjuicio de las facuHades de las demás corporacioncs y poderes en esta misma materia de la reforma. l Dónde está aqui la amenaza de convención omnipotente, dónde el asomo de tiranía legislativa, dónde la provocación y la per'spectiva de conflicto á que se ha hecho tan patética referencia por vía de argumentación? y no es más serio el peligro de conflicto con la otra fama colegisladora, en el caso de que esta preste al arto 168 distinta inteligencia de la que esta Honorable Cámara pudiera aceptar. En presencia de esta diversidad de opiniones) la Cámàra se haUaría en el caso de l'e$olveI' si dejaba el asüilto ó si seguía funcionando ella sola. En el primer caso, quedaría satisfecha de haber cumplido su debe,' en la medida de su convicción y de ßUS fuerzas. En el segundo caso1 tampoco se ve cómo y por qué surgirían conflictos. De todos modos, i)]]os :5erían allanados por los medios que la Constitución señala y que no so escaparían á la prudencia de esta ilustrada ê indopendiente asamblea. l o será cierto lo que existe en el ánimo do 1 muchos! lo que no me atrovo ú creer existe, después de las declaraciones del Gabinetel y para hombres que. han miJitado en las filas de los liberales, es decir, el temor de que el Congreso se agite con yjda y atribuciones proIJias, durante la época eleccionaria que nos hallamos próximos á atravesar? Lo repito, no creo que tales temores pued?n abrigarse.
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BIBLIOTECA DE ESCIUTORES DE CHILE
Después de ]A5 declaraciones de] Ministerio y de las prot.estas del sellOr Amunátegui,' creo que más bien ver'Ían con
alegria que con temor la existencia en funciones del Con'greso en la época e]ectoral., Se ve, pues, de qué lado están-las conveniencias prácticas. Ahora entraremos aliando de ]a cuestión. El 'proyecto está dentro de la Constitnción y ]0 reclaman el prestigio del Congreso y el interés.del país. ':ì ;,;;..... Pocu queda que decir' después de los disctirsos de 105 lIonorables Diputados Montt y Novoa en defensa de la proposición. Se confunde la interpretación legislativa, quo da?jJ'egla general y crea derechos obligaciones, con la' ,y doctrinal,I]ue corresponùe á todo tribunal) autoridad ó cuerpo que se haHa en el caso de dar cumplimiento á una ley. En la ap1ica?i6n á un caso dado, hay casi siempre dud"" que la resolnción zauja, sin establecer regla obligatoria f;ino, Í\ lo más, p1'ecedenles. Esta doctrina es universal. Así por ejemplo, el Código Civil francés, arto 51 dice: (eSe prohibe á lns jueces interpretar las løYBs PUf(.vÍa. de disposiciÓn general y reglamentaria/). En el Consejo -je ES,tado el Ministro de J llslicia explicó eHto diciendo que ha)?dos clasé:; de intcrpretaciúll: de legi!;lación y de doctrina, y que ésta no la quita á los tribunales. el arto 5 y que, así, conljnúa 8usbsistente el or'den de la antigua legislaciôn. iN Las Cámaras de Chile lo han entendido así siempre. y.-á este respecto recordaré úos caso;'5 ocurridos última. mente y cuyo r'ecuerdo está muy fre!:lco. ,
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Tratándose de las elecciones de Freirina y de interpretar la disposición contenida en el arto 38, ine. 1.? de la ColÌ8ti? tuciõn, que faculta Ú la Cámara para calificar las elecciones de sus miembros! dijo ésta que, con arreglo â esa disposición, podía también reutifìcar el cscl'uLinio, y en efecto, así procedió. Aunquc hubo lucha de opiniones en el par-
ticularJ no tuvo que dictarse ley alguna de interpretación legal) pues lo que hacía era)implemente un acto de interp1'e-
tación doctrinal. ,
Ayer mismo el Senado procedió de esta manera, respecto
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OBRAS DE ISIDOnO ERRÁZURIZ
al arto 57 de la Constitución y f'eJ'erente al nomhramiento de la Comi?ión Conservadora. :-' E] presidente de ese cuerpo no nomhi'ó esta Comisión en 1:1 última ?e5ión úrdinaria, como siempre se ha hecho con arreglo á di?ha disposición, Dijo que debía entenderse por seþiones Of'dinarias, nO sólo las ]]amadas propiamente tales, sino también la!ì pi'olTogadas y que) por com;iguiente, el nombramiento de la Comisión Conservadora podia hacerse al terminar esta!> últimas. Aquí también hubo una inter. pretación, y sin embargo, no se dictó ley alguna y á nadie
le hahría ocurrido pcdirla. El Honorable Diputado por Santiago nos citaba, en apoyo de su opinión, el caso de la interpretación dáda al art.67 parla ley del30 de agosto do 1851; pero este ejemplo no e;; aplicable al caso actual, pues entonces no se trataba de interpretar una disposiciÓn que estableciera una atribución privativa de una Cámara, como sucede hoy, sino que e?a interpretación ligaba á ambas Cámar'as y Re queri? establecor oon ella una regla genoral. Varios señores Dip?tados (?ntcI'rulIlpi(mdo), Est ]ey se: ?e
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dictó pOI' temor ùe unå revolución. El :-;erlOI' El'rázuriz (don Isidoro continuando). Lo que pretouden lus argumentos de los inpugnadoI'Ps del pl'Oy?cto, es que éste no cah? en la disrosición del art, 168. Según 01 Honorable Diputado por Santiago, la palabra sesión empleada en este artíoulo no signHìca otra cosa, según la concordancia que este precepto tiene con el art, 52 y el inciso 4.0 del 82, que los tres meses de sesiones ordinarias y la prórroga que ùe ellas puede hacerse. /p".o qué ùice el artíc?lo 52'?' Habla sólo de las sesiones ordinariaR, y según, el señor AmunáLegui estas son á las que se refìere la palabra .
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sesión.
Yo creo que hay cncs'Lo un?J'l'Ol') 6 PÜl' lo menos. UIlB: confusión nacida dlj?na mala traducciÓn. Lapalahl'a sesión, en ospañol equivale á la francesa ?ear:ce, y ésta equivale á periodo legislativo; por consiguiente, no puede dársele la intcrpretación que se le atdbuye, H e registrado, á este respecto, los Estatutos de la Constitución Franeesa y otras, y en todas he encontrado ..
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BIBL1CJTECA
DE
ESCRITORES DE ClllLE
que la palabra ?èsión está tomada en el scnt.ido de las sesionec; de un período legislativo. En Francia suceùe lo siguiente: el arto 56 del decreto de 19 de enero de 1867 dice Bsi: <<Después de la calificación de podel'cs, y sin esperar que se haya resuelto sobre las elecciones disputadas ó postergadas, el cuerpo legislati VD elige entre sus mienibros, para la duración de la sesión, seis Secretario??, Es evidente que no puede referirse sino â todo el periodo ]egis1?thTo, phes ]08 secretarios no se habl'ían de elegir para s610 las sesiones ordinarias de un año. Hay todavía más. El artículo 107 del mismo decreto dice: 4Uná comisión"'de nueve miembros, nombrados por la? oficinas lb:;reaux)en cada sesión anual, procede á exami? nar y pagar las cuentas del tesorero dcl Cuerpo Legislato:
tivo.>)
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Esto manifiesta, pues, de una manera clara y evidente, cuál es el sentido de la palabra sesiÓn. y no es esto solo. El decreto orgánico del 2 do febrero de 1852 dice eu su artículo 10: ?No se ejercerá apremio personal contra un Diputado durante la sesión'>, cte. Yeu el artículo 11 dice: ?Ningún miembro del Cuerpo Legislativo. mientras dure la sesión, podrá ser perseguido ni arrestado en maleria crh '.i
minal>).
Como se ve, en Franeia1 el Diputado goza de inmunidades, y es claro que ellas deben durar todo el tiempo de la legislatura y á este tiempo es al que debe aplicarse la palabra sesión. Repas8;ndo la Constitución de Bélgica ?c encuentra lo siguiente: <<37, En cada sesión, cada una de las Cámaras nombra su Presidente. su "jce-Presidente y organiza su oficina. <<?inguno de los miembros de una ú otra Cámara puede, mient.ras dure 11:1.sesión, set' perseguido ó arrestado por' vía de repreßión sino con la autorización de ta Cámara de que fo!'ma parto, salvo el caso de delito flagrante. .
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OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
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detención ó la perðecución de un miembro de una ú otra Cámara es suspendida" durante la s.esión y durante toda su dllración? si la Cámara. lo requiere,>. La italiana dice en su artículo 45: <<45. NingÚn Diputado puede ser arreslado1 salvo el oa.<;o de flagrante delito durante el tiémpode la sesión, ni dc? mandado (iraduit I!niustice) ,en materia criminal, sin auto? rización prèvia de la Cámaraj), Si, pues, en t.odos los países en donde su han formado Constílllciones tomando pOI' lJasct,la Francesa, la palabra sesiónsignifiea veríodó' legislativo, es claro que en la nuestra1 cuyos aUlares,han debido tener presente esa Constitu? ción, ha de sÏgnifiear 10 mismo. Sólo un caso de Constituciones extranjeras nos ha citado el s?ñor Amnnãtegui en que la palabra sesión, empleada en el sentido quenos ocupa, sÍgnifiquelo que SuSeÌlOrÍa ha indiDado. Esta Constitución es la brasilera que, en sû\"'articulo <<La
17, dicú que la ?e.sión aIlual durará cuatro meses: pero ahí, como en las olr?? constituciones, el sig-nificHdo de la pala?'?período legislativo, y l11'a sesión se ,eritiemle pOI' todo el s-e fija un mínimum de cuatro meses para la .en ésta sólo ?uración de la sesióp anual. La prueha de que en ese ,país S8 entiende por sesión to<las las reuniones del Congreso duraBte un año, está en la Constitución del Pörtugal, que tiene con ella notables identidades de fondo y redacción. El arto 17 de ésta es igual al del Brasil, con'-ëliferencia de que fija tres en vez de cuatro meses. Pues bien, el art. 38 dice: ((Los Diputados, duranle la sesión, recibirán una asignación pecuniaria fijada en la. última reuniÓn de la presente legislat.ura, etci.>, Ahora bien. l Recihen 19g Diputados su asignación por "
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cuatro meses? NÓ1 por cierto. Luego, por más que se quiera encontrar en las Constituciones extranjeras utro sentido å la pålabra sesión, no es posible verlo. EstablecIdo, pIlCS, el verdadero sentido de la palabra se'Sión, voy .á sacal' algunas consecuencias de las deducciunes 11 que ha arriharlo el Honorable Diputado por Santiago. Si la palabra 8esión significa sólo 1as sesjones ordinarias,
"Sólo
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES :'DE CHILE
como Su Señoría lo preLûnde?el :1rt. 168 debeI'Ía leerse en esta forma: -Estable'cida por la ley la necesidad de la rcforma, sJ. aguardará la próxima renovación de la Cámara ue Diputados; y en la primera sesión ordjn?ia (de 1.0 de junio á 1.0 de septiembre y su prórroga) se discutirá ete.>> Entonces tCOO qué ùerechð se p?etendeque el Ejecutivo incluya la reforma en la cònvocatoriaí' Hé ahí lo que sería ,j"! inconstitucional. Hay más, El artículo 168 debe designar algo. Los CUIlvencionales nos eran gente sin sentiùo común. Y si signifi? ea que debe hacerse la reforma en la primera sesiór,t ordinaria, eS claro que ya no es posible. N o puede escaparse á e?ta dificultad sino dándole la inteligenoia que propone el proyecto. El HOIlorable Diput?do por Santiago dice que la interpretación que él da al árt. 168 nace precisamente de la re? lación que éste tiene con los arts. 36, 41 Y 4?J'que estable? Ccn un mandato semejante; pero los arts. 41 i42 establecen u? mandatóïmperativo que se ha dejado muchas veces sin .
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ejecución.
En el
caso del 36, el mandato no 'puede ser imperativo, pues depende de la voluntad del Ejecutivo, Pero doy al argumento toda su fuerzn.... e Qué probaría? Que no se ha cumplido con los artículos constitucionales. IQné
novcdadl No serían 108 únicos que no se han cumplido. Hoy la cuestión es muy grave y la Cá?ara tiene voluntad de bacer UBO de 8U dereeho. A los autores 'del proyecto pareCía natural,.,y lo es en efecto; y aun cuando"'huhiera duda, debería resolverno en sentido favorable al interés del país ésta refo'fma, tan deseada y tan á mal traer, del derecho y la independencia del Congreso Constituyente. lNo es natural que las disposiciones que rigen los casos ordinarios no se apliquen areaso anoI'maI) excepcional,. derogatorio de la situación! 'iÎl caso de un Congreso Cunsti"
tuyente? Verdad es que ahora se trabaj a por negarnos ese carácter, pero ello no es sino una novedad flamante, característica
OBRAS DE ISIDOHO ERRÁZURIZ
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de 105 vientos que corren en 10 alto de las regiones oficiales. Antes todos aclamaban al Congreso ConstiLuyentc1 en la Cámara y fuera de ella. Abro al caso el Boletín de 1865 y encuentro en la sesión de 22 de agosto que los Ministros Covarrubias, Rf:!ye? y Erráí';uriz á cada paso hablan así. Podría encontrar en documentos oíiciales el mismo lenguaje y la.misma apreciación. y. es natw'al, porque, por más que se c.lasifique y apure las categorías, este Congreso es tan constituyente como el que más. Va á fundar sohre bases más justas el poder público. Va á tener ante su barra los poderes del Estado y cxtend,or ó restringir sus facultades. Esto, sobre todo, so aplica al Ejecutivo, cuya esfera de acciónes tan vasta. i.Y es justo que éste1 el amenazado por excelencia. el más interesado contra la reforma tenga, además del voto. lâ atribudón más peHgrosa todavía de excluir la discusión sin necesidad de uar al país razón de su oposiciÓn? El Congreso reformador 1 quedará á merced del poder reformable? y la omnipotencia discrecional del Rjecutivo es inne? gable. Es innegable que es un derecho privativo del Presidente de la RepÚblica el de convocar á sesiones extraordinarias. En este sentido es que en?uentro serias dificultades para la adopción de la proposicióh del señor Diputado por Meli"
pilla.
El Presidente de la República puede incluir
ó no lo quo
quiera. Y en el caso actllal puede hasta fraccionar, comO lo indicó el señor Montt, la reforma: así como la fracciona el Senado, 3si como la Constitución misma 10 ha sido en parLe reformable y parte no refQ,rmahle. Descendería de ese alto? terreno, aceptando la cuestión en otro en queJa han planteado los Mini8tro8. Cuestión de confianza de S. E.-No es cuestión de favor sino de facultad.-No es de hoy, sinp para siempre. Ahora se [nos pide' confian?a en "el morp.ento en que se establece la más funesta innovación en nuestro sistema politieo. ,. ,.' Los lVlinistros que han venido aquí á declara!' que no abrigan ningún propósito, que no persiguen una politiea
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BIBLIOTECA DE ESCRITURES DE CHILE
propia, que obran sólo en virturl de las inspiraciones de S. E., y 1'01' sus órdenes,,'han abdicado su personalidad y (lejado do ser los Secretarios de Estado para convertirse en ,imple. Secretarios de S. E.; órganos de su pensamiento exclusivo, ejecutOI'cR ciegos do sus design i os y do su \-'0-
??.
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es en contra de todo principio representativo . y parlamentario. En los paí??sautoritativamenteregidòsJno hay más voluntad ni intervel1ción qne la del aut?crataj de
Tal sistema
aquí que no necesita de Gabinete con polít?ca propia y res,. ponsahle, sino de "Secretarios., Pero en donde el país interviene en el Gobi?rno, so ha creado eso el9.-mento para impedir el, cho que violento y; diario entre las opiniones del Jefe del Estado y las del pal'. El Gabinete es un resorte que impide el roce de'las piezas principales on la !fiáquina; es la armoni(;t y. casi siemprr: la transacción entrtdü política del Supremo ?landatåno y la del país y la de la Cámara; una vál villa y una esperanza. (Sensación) Así se impiden las oposiciones dinásticas, ó revoluciones que van contra la persona inamovible del Jefe del"Estado, y se m?ntiene _!a esp?èranzaen el corazÓn de los ciudadanos y de los partidos. '1.-,
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lNo se recuerda en 1846 y. 1849, bajo ]a administración del Caneral Bulnes, haber visto .1 Supremo Magistrado buscar transacciones entre la opinión representada por la Cámara ?y.1a política uominante en los Consejosì?de Gubierno? ;) l., <No hemos visto al Presidcnte del último decenio, á pesar de la tenacida?l de su carácter, ceder ante la resistenciadel Congreso, y llamar ?- su Consejo á hombres que significahan una transaceión öÒn 10B deBcos del país y del Coo?1.1 '11 greso ? ;? Se habla mucho del espíritu reformista del Presideñte de la República. Se olvida que el señor Pérez nO, eontrajo á
su subida al poder compromisos expresos á- este respecto, y que en medio de los arCOS triunfales y acla.II1aciones populares, en sus hrindis de Qllillota nos' declaraba el deseo de mantener ineólume la Constitución de 1S33. p?!'O, con todo, .'. .
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'ûel señor Pérez y en sus principios bajo l? admin,is;tración pudo-?abrigarsê eiri'rtas esperanzas que hoy están completa? mente desvanecidas. Los soñores S?nta Mgría y Lastarria no subieron al Ministerio â ser Seè'l'etariós de S. E.: llevaban una misión más alta, una misión de Lraceión noble y jenerosa que se es? tahlecía como la enseña y el programa de la política presidencial. Preci?am ente con el señor Pérez iha formándose la doctrina.;de 'neulrClliùad p'residencial.,,,Bella misión para él. El absolutismo la ha segado y se halla en plena arbi?
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J. trariedad; Cosa funesta en Chile, en donde el Presidente no tiene contrapeso posible. La situación de las oposiciones se hace desesperada y tirante la política. La responsahilidad mini.terialÜna quimera. ?y en estas circunstancias se dcspojàría á la Cámara de una de sus atribuciones más import.antes? Por el èontI'8I'io. yo nrèo qì1"eahora, más que llunca, debe 6. todo trance man-
tenerse más incÓlumes 8uspr8J>rogßtivas. Señor Presidente, en la última sesión en que tuve el ho? nor de hacer uso de la palabra sobre el proyecto de aeuerdo en debate, procuraba IUani?e:;;tar á la Cámara que obraría fu'era de las reglas de la prlldenci? y aun de BU decoro, si renunciase el derecho que le concede yabandonase el deber en>i que es.tahlece el arto 168 de la Constitución, presencia. de Jas"'teoríaf.!que han estahlecido en este recinto los Honorables Ministros del Interior y de.J tistieia. Haèía presente á la Cámara que ]a supresión del Gabinete con política propja y responsable, en ei juego de las insLiLu;. cienes del país, f'B una invocación, peligrosa contra la cual la Cámara se halla en el caso de poncr8e en guardia. Desapa. reciondo esa entidad, quedan en fI'ente la una de la otra, j' sin ÎnLermediäho, la poJítica exclusiva del Presidente de la República y la política del país y del Congreso. ICuál seria entoJlcesla situación del país?/t!A dónde marcharíamos? Perùida toda esperanza de ejerce!' en la marcha de los asuntos pÚblicos la influencia que lo corresponde y de obtener las eoncesioncs que se traducen por medio de un Ministerio con
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pólitica propia, la opinión pÚblica dirigiría sus ataqucs contra la persona misma del Jefe del Estado, y á pesar suyo y pUl' la lógièa de las cosaf3t se haria revolucionaria. Hay,:además, un principio de nuestro sistema constitücional que"é-è haría completamente ilusorio con 1M doctrinas sido proclam?da5 que han en este recinto por los Honorables señores Ministros. -, Esa doctl'Íoa es la responsabilidad. Porque, <qué justicia, qué lógica habría para hacer. responsahles de las faltas gllbe!'uativas á l\linistros que fuesen solaInente los órganos de la politica personal del Jefe deJÆAtado, ã Ministros que no tuviesen otro carácter que el de Secretados del Presidente de la República? No quedaria en justicia más responsabilidad en pie que la del Suprúnlo MagisLrado, y nO pudiendo ésta hacerse efectiva sino despues de terminado el período cle funciones de aquél! es claro qne, durante diez años, no existida en Chile ninguna autoridad, contra la cual fuese posible repetir por 108 extravios de la marcha gubernativa. Por más que las declaraciones ministeriales nos obliguen á ello, confieso que repugna á mis convicciones, corno estoy seguro repugnará á la conciencia de la Honorable Cámal'a1 el traer á debate en este recinto las opiniones O'yla politica del Jefe del EsLado. Sin embargo, fuerza es que á ello me decida, desde que se pretcnde dar al asunto en dobate el carácter de una cuestión de confianza en las predilecciones reformistas del Presidente de la RepÚblica. Tened eonfianza, se nos dice; abrigad la seguridad de que S. E. incluirã el proyecto de refonna en la lista de las materias de que el Congreso deberá ocuparse en sus sesiones extraordinarias. SeÌlUr, sL en esas simpatías debiéramos de conHar,y esperar más bÜm que en el derecho propio de la Câm?ra, declaro que LemeI'Ía mucho por el buen éxito de la obra de reforma. Por más que se intente hacel' caudal de los entu?iasmos J'efol'mistas del Pre8idente dela República, la verdad es que el señ01' Pérez 110 tomu posesión de la Suprema Magistratura á nombre de las tendencias reformadoras;de la naciun, sino más hien como miembro y representante del partido COn8ervador) 311tor de la Constitución actual y que ha gober.
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nado hasta ahora la República, bajo los auspicios de eSe ..Código. En tiempos en que el señor Pérez creía necesario gobernar con minist.erios que representaban una política propia. tUYO á bien bacer el sacrificio parciaJ de sus opiniones
predilectas y entrar en transacción con las aspiracionesreformistas. Fruto de este acomodo fue el proyecto de reforma llamado de los doce, en el cnal está formulado el máximum dè"lo que el Presidente de la República se haya dispuesto á conceder en materia de reforma y que, sin embargol no alcanza.-!l representar ni el mínimum de las exigencias de los pueblos. Y bien sabido es el alcance de esta moción. Se ha tenido cuidado dc descartar de eUa todos aquellos puntos que significan una necesidad fundamental, una aspiración ardiente del país. Así ha sucediùo con la independencia del Podel' J u?icial, eon' el ensanche de las atribuciones municipales y con la dc?centralización administrativa. Pero aun dentro de la l\'foción de 108 doce, los hechos están manifestando que las pretendidas predilecciones reformistas del Presidentc de la nepública, quedan muy atrás de lo qne el Senado mismo ha conseguido en materia de reforma. Por ejemplo, uno .de los puntos declarados reformables, y sohre el cualso ha pronunciado la opinión de la Cámara colegisladora, es el de las incompatibilidades entre el desempeño de funciones judiciales, parlamentarias? diplomóticas
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y administrativas. Y sin embargo, en )08 días en que eso se sancionaba, el Presidente de la República lJamaba â cuatro jl?ecesá hacerse cargo de las carteras'minÎf:lterÎalcs, y desig-
naba ó seis rniembros de esta Cámara para desempeñar in? tendencias y otros defitinos rentados de la administración. Mala manera de comentar y poner en planta el principio de la iucompatibîlidades. il\lala manera de inspirar eunfianzu á esta Cámara en la decisión del Jcfe del Estado en favor de la .I'CfOfma constìtucional! Vuelvo ahora, por un momenLo, á ocuparme de las ideas emitidas por cl Honorable Diputado' por Santiago. Su Scùoria ha hecho un arguJIlcnto que yo llamaré de ana-
logia. Ha procurado probar que la Constitución dc 1833, al determinar los procedimientos qne hahrá de ohservarse para
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reforma, no ha esta blecido nada de anormal ó extraordinario, nada que so aparte de los trámites que M ob?crvan en "]a formación de las demás leyes. Dp aquí deduce el señor Diputado,qu8 no puede en?enderse el artículo '168 en,el sentido de mandato excepcional, tRI como lo explico,) los Honorables autoreS del -proyecto de acuerdo y que, 1101' el contradisposiciorio, debe encetrarse su alcance en r.llímite de las nes generales del Código politico para la elaboración de leyes. 'Ì. En su segundo discurso Su Señoría. ha dicho: .La Constitución de 1833 ba tOIÍlado basLantes preeaudones para que fuese fácil intentar la reforma y para que ella 'se efectuara con madurez; pero toùas esas PI'?cauciones nu son especiales, no tienen nada de p.x:tràordiXsrio, nsclH que aparte esencialmente â las autoridades corÌst.iLuíù? de "la senda que les está señalada para la formaeión rJP. las. demás leyes,. y; más adelante agregó: ,. .Desde que nuestra ley fundamental ha determinado que la reforma s?' ha de' llevar á cabo por las autoridades establecidas, y más ó menos con la tramitación ordinaria, no cabe duda que ha e?tadü IIlUY lejm, dela mente de sus autores el prorrogar aquel periodo en que el Congreso ''Puede funcionar por derecho propio>). POI' mi parte, convengo con el Honorable Diputado en que si, efectivamente, las prescripciones de la Com;titllción J'elativ,as á su re for'm a tuviesen el mismo carácter que las relativàs á la formación de las leyes CUIlI Ulle?, habría 1110,tivo, por analogía, para estar prevenido contra el uleanee de disposición extraordinaria que atribuyen los autores del proyecto de acuerdo al arto 1138. Pero por la inversa, y retorciendo el argumenLo, pienso que me será fácil probar que los tl'ámÍtes establecir10s paru la ley de reforma son tan evidentemente anormales yextràordinarÎos, que autoriz,an"'Îãtoda luz para explicar en el mismo sentido el mandato del arto 168. En primer lugar, el RJ.t. 165 requiere que la neceßidlld àe la ley de refo?ma sea deolal'adil pm' una ley anterior. lNo es e?t() extraordinario y espeoiaHsimo? (Hay algÚn otro caso en que para formar nna ley :sea preciso que se dicte 8U
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una ley previa, estableciendo su OpOl'tunh?ati y quo sil'va á aquella comu de prólogo? Nada por ese estilo podrá ci. társeme en la Constitución de 1833. L'uego el mismo artículo 165 prcsctibe que la moción p-'àrte de 108 miemprevia debe ser apoyada pOI' la cuarta hros de la Cámara presentes ála ?csi6n. ,Y esto no es exeepcioRaJ;no c?:una disposición extraordinaria y única? El Honorable ;;Diputado por Santiago sufre una equivocación notable cuando afLrnl'l que el apoyo do los uostercios de los voto? f?ue requiere el artículo 167, no es nna novedad y que también eS'cxigido para muchos otros casos>).
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Su Señoría debe recordar que euando nuestra Constitución Axige, en cierta? ocasiones, los dos tercios de los Congreso, volos, no se refiere á los tercios de log voLoi'!. del sino de una sola de las dos Cámaras, ":1'esto, para imistil' COlegisladora ha rechaen un acuerdo suyo que la Cámara zado por mayoría alfsol uta. El voto de 108 ÙOS tercíos?del Congreso es un;, requisito propio únicamente de la ley de
reforma y que no aparece sino en el artjculo167. Por último, es esencialmenle execpcionul y ûxtraordina.rÎa del artículo 168, la pre?cripción en que se determina SH delibera sobre la refonna en las sesiop.es del Congreso siguiente á aquel en que se ha declarado ?u necesirlad. Ya ve'la Honorable Cámara, que la Constitución contiene cuatro ó cinco disposiciones que se aplican cxc1usi. vamente á la fOI'maciõn,..de la ley de reforma, y que son desconocidas en lo'?-reRtaIlte del Código y contraria8 al sisaqui en tema común de la legislaciÓn poHtica. Estamos plena atmósfera de lo anormal y extraordjnario, y con tales á anteceùentcsel espírjtu sO inclina con fuerza irresistible reconocer el mandato, también anormal y extraordinario que contiene el artículo 168.
EllIonorable Díputâdo pOI' Santiago, que
ha hecho de la un nombre ?ll1a adq1drido prestjgio en la enseñanza á> su arsenal historia de las naciones, ha acudido tamhién favor'ito, en buscá de argumentos en que apo?yar algunas ,) de sus teorías. S os ha cÍtado un ejemplo ùe lo que pasa en Los Estados .
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Unidos y en Ingla"terra. en ma teria rte reforma constitucional, para proharnos que la reforma debe hacerse (isin estrépito, con la menor. pertllrbaciÚn posible de la ?ociedad ,y por I?.mpdiog ordinarios.). Antes ùe ca.?actcrizar estos:eje?nplos, mep?rmitiré recordar á la Honorable Cámara 10 que "I,!?llcede cn esos dos paises, Estados U nidos y la Inglaterra, En los Estado. Unidos hay para la ley deIeforma dosYámiteo: ó bien se sigue la vía ordinat'ia establecida por el Congreso Federal, según la cual la reforma dehe se,l' practicada por los dos ,tel'cios del Congreso Federal y,ratificada por los tres cuartos de las legislaturas do los Estados, ú otro trámile extraor.dinario, que consiste en que las tres cuartas par les de las legislaturas pidan la rcforn13 y la practiqtIen en una conven?ión especial ext.raordinaria qne se reúne en la'''1'capital de la gran Hepública, Pri. c.ipia Su Señoría por establecer que en InglaterI'a no existe la constitución. ó al menos justifica la opinión de los publicistas que e80 sostienen: sin embargo, el mismo señor Diputado por Santiago nos dice tamhién" que Inglaterra es la más antigua do las naciones constitucionales. El hecho es que las leyes constitucionales inglesas no forman un enerpo. Existen leye? constitucionales que fijan log de.'echos y los deheres de los ciuùadanos y de' los poùeres del Estado y sus relaciones entre si. .EstaA ..,"Ieyes vienen dictándose y reformándose desde que se otorgó la Magna. Carta en 1215. De?ntonce8 acá no pasa un largo período sin que se dicte ú reforme una ley constitucional., (y Cómo se procede á esto? Como eolas leyes ordinarias. Un simple bill abroga una ley eonstitucional y establece nueva!:) prescripcionos. Asi lo hemos vi.to en el bill de 1868 sobro refe)J'ma de ley elecLora11 que es una ley constitucional de \
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la Gran Bretaña,
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Es decir1 señor, que entre los Estados Uniùos é InglateI'1'a hay diferencias esenciales. En Estados"Unidos hay para la refol'ma restricciones, mientras que en Inglaterra es expedita. En Inglaterra una ley urdinaria basLa para esta. blecer ó abrazar una ley constitucional; Cn Estauos Unidos se han e1õ\tablecido trámiLes más ó ménos anÁlogos á los' de nuestra Constitución,
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Como se ve, csos ejemplos son diversos y no sé cómo se pueda sacar de ambos una deducción uniforme. Lo Único que de ese examen puede lógicamente deducirse es que las restriccione? en materia de reforma conducen á deplorables consecuencias. al paso qne las franquicias favorecen la estabilidad de las mismas instituciones y la paz de las naciones. Así, en Estados Unidos la 'reforma constitucional que ?e llevó á cabo después de una tremenda guerra civilj en lo à tocanle_à la esclavitud, se habrla logrado probableínente ';nen:OI'BS, h?hiescn si no existido costa de sacrificios muchos. las trabas considerables de la Constitución. Entretanto, en Inglaterra, en ;londe la I'eforma constitucional es materia de una ley común, las más graves alte? raciones tienen lugar en el sistema sin qne se altere la paz pública, ni se co'mptometan los intereses conservador'es de .
la sociedad. Entendámonos, entonee:;, respecto del origen y las causas del estrépito y de las pertUl'baeiones que t;wto preocupan al Honorable Diputado por Santiago. Su' Señoria, que es un pub1icjstade la escuela liberal, no me negará que son las ,
retriccionm; las que producèn los trastornos y que mientras mág tÜantes son aquéllas, mås doloroso y más violento es el choque que se:1':hace sentir periódicamente en toda la organizaciÓn política y sociw. de una ?omunidad." patriótica preten. Señor, cuando he oído quela legítima y sión de colocar el derecho del Congreso Constituyenle al abrigo de la indiferencia ó el capricho de los otros poderes, Santiago es considerado por el Honor.able Diputado por como sinúnimo de estrépito y de perturbación social y como á fuente de funcsta.<;,alarmas, me he sentido jnclinado víctim'aB' de una alucinaciÓn, preguntarme si somos aquí las y he paseado la vista en torno mío, por los bancos de esta y de cerciorarme de la asamhlea, å fin òe reconuc-er ?"" l'ea]jdad. Me pregunto involuntarÏamente ante qnién habla, quiépc1íticos ào lleS somos y quiénes hemos si do en ]05 anales nnestl'o país. Y á propÓ8ito de esto, suplico al Honorable de Diputado PVr Sant.iago, que os tan ,r(H'Sado en la hÜ?l?ria
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los demás pueblos, que me aco!llpañe 811 una breve excurHiÓn en la historia reciente de imestro propio país.
Es menester no olvidemos que"estamos en rnayoria en este recinto los qU8i en el término de diez años') empuese exlrerno jaron dos veèeJ'al país á la revuelta ó ac?pt?'?'on
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pro('.edimiento? á Hombre de la realizáción de la reforma, que cI'ciarnos imposible obtener por 'los tråmites cstabledQOs en la misma Constitución. La reflexión y la experiencia nos han obligado á rllodifi. Cal" nuestras ofJiniomisá ese respecto y hoy estamos todos convencidos en pedir á la ley el rernedio de nU8stt'8S dolencias políticas. Justo y 16gico es eso; pero debemos cuidar"" nos también de pasar dfi un extremo al extremo OPUp.st.o. sin duda el que, después de haber sido Yeso significaría , reformadores revolucionarios, nos diésemos ájmitar el le nguaje y las alarmas de los que defendían conLra nosotros la Constitución de 1833 en 1851 y en 1859. Eso podria decirse si, después de-haber querido romper á bayonetazos la Carta Constitucional, nos asustásemos de las sombras -que arroja sobre ella la voluntad reformista de los pueblos. Esa seria la más lastimosa de las incoDsecuencias. No ùesearÍa que Jludiera acusarse de ella àl partido en cuyas filas hP.ll10S aprendido tan?06 de nosotros á deseal' la reforma. No lo desearia por el decoro de 108 hombres 'y de los bandos políticos del país, y por el prestigio del porvenir. Invoco los recuerdos y los I.'.ompromisos- de mis honorables colegas yel pacto sellado eoula sangre de l?s pueblof'j y les conjuro á que abran á. la reforma el Único camino que hay expedito para su realiiaciÓll\ antes de que el Pl'óximo cambio?presidencjal de?encadene nuovaf; corrjentes en el mar' de la política y produzca COrIlIJlicacioncs cuyo carácLer y tenllencias es imI)O?ible desde ahora prever. L Se ha hecho en esLe debaLe cierto argumento del respeto que se dehe á la Constitución vigenle de la República. 1(() es mi ánimo negar ese respeto. '[jene Htulos á él toda ley mientras existo. Y la Constitución los Lendría todav]u mayores, si fuese la representación de ]as aspiraciones, las tendencias y el grado de cultura de nuestI'o país. Pero hay una gran distancia de eso respeto Él la especie ue inyiola?
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bilidad misteriosa que se reclama para nuestro Código político. El respeto po puede ser un motivo para impedi!' que hagamos la s('vera censura que es merecida de aquellas de sus di.spo?icioneF. que s?.n contrarias á los sentimientos de nuestra actualidad. El Honorable señor Ministro de Justicia ha llamado á la Constitución el <<testigo de treinta años de paz y de progresoi.>. A 18 verdad la constituci6n ha sido testigo de esos bienes. Pero también 10 ha sido de la revuelta militar y civil, de dolurosas lnehas del partido, de apagamiento del partidu provinejal, que se rle?a-I'ronaha á favor de las anteriures constituciones liberales; ha ?ido testigo y fundador de un sistema de centralización que no tiene paralelo en los países civilizados de nuestro siglo. {Y,córno ent1'ó ese tes\igo á la escena ùe nuestra política? No entró VOl' la puerta grande, sino pOI')a puerta falsa, desconociendo y violando las prescripciones delaConstitución de 1828 sobre su reíorma y habiéndose reunido la Constituyente que la dictó tres años antes del plazo fijado por ]a Carta. Recnérdese que el año de 1836 era el fijado por ésta para. la reunión de la convención, y sin embargo, 1831 se decretaba y ponía en ejecución la .en octubre de reforma conRtitueional. Tribut?IIlos respeto á la Constitución. Pero acatemos, sobre todo, la voluntad y los intereses del país, á IOR cuales Lod? ley está destinada á servil'. Eso sería mantenerse en el terreno de la verdadera legalidad y de las verdaderas cunveniencias patrióticas. Conno, que esta Honorable Cámara pes8Tá escrupulosamente en su conciencia las consideraciones que he tenido -el honor de exponer. Y sea cual fuere la decisión qUA pronuncie en este asuuto, no dudo que será dictada por el 65pírit,u de independencia y de elevada imparcialidad de, que esta asamblea tiene ya dadas tan relevflnLes pruebas. 'J.'
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Discurso sobre Instrucción Pública
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DE JUNIO DE
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Errázuriz (don'"tsidoro).-Comenzaré por reconocer que el presente debate ha.sido conducido cOIl'una elevución quo es digna de esta Honorable Cámara, y de la importante cuestión que so baila en tabla. Gracias á esto, se ha abierto para las opiniones opuestas que se_- disputan el donlinio de la.. enseÏianza pública en Cbile, dh v,!sto y hermoso pulenque, del cuul os imposible mailtcnerse "alejados á los hombres que tienen> principios, experiencias y cspeJanzaB que están vinculadas al éxito de ?:"" la contIenda. Entretanto, me pregunto si no sería fácil y posible ùepurar más todavia la discusión de elementos personal?s y transitoriosf y alejar de eUa las consideraciones políticag"'qllJ ",
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podrían'tener por resultado producir fraccionamiento en el partido liberal de la Cámara) y conducirno8 á nn voto que fuera lâ?1 expresión del sentimiento de este Honorable .
Cuerpo. y esta pregunta me la bago en obsequio del térmÎno del debate y de la causa en discusión, y ?n interés do algunos de mis amigos que no quisieran verse colocados entre sus simpatías por el principio de las.intcrvención diregtiva del Estado en la enseñanza y la necesidad de aprobal'un voto de censura que no consideran ni oporLuno ni justo. Porque, en verdad, la proposición del Honorable Diputado por Ovalle tiene dos aspecto.. Es, en primer ,lugar, la fórmula ùe la resolución que la CámBra está llamada á pro-
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nuncial' en un debate de inmenso interég para el país. Y entrarm aùemá8 lo que en lenguaje parlamentario se llama un yoLa de censura, un apremio para que uno de 108 miembros del GahineLe abandone el puesto á individuos que re. presenten una politica distinta de la de Su Soño,'ía. Vay á entrar á la discusión, siguiendo paso á paso la indicación pendiente. La consideraré en su primer aspecto. La Cámara conoce muy bien los térmÎnos de la contienda que viene libránùose, de dos años atrâ8, en ùl terreno de la enseñanza. Lo conoce, porque las pretensiones de los ban. dos opuestos han ?idu pI'oolamadas abiertamente en la prensa, ell la Universidad y eIl este mismo recinto. Lo conoce, purque durante estos dos últimos años todas la& demás cuestiones políticas, ó relacionadas con la política, han venido dándose tregua y dejando que se pronuncie, que se discuta y extienda la lucha sobro la instrucción púhlica. La Cámara sabe que hay dos opiniones quc se ha]]an en conflicto y entre las cualefo; ha llegado el momento rle decidir. La primera sostiene que el Estado tiene el del'echo dI'! dil'igir la educación nacional en sus diversas esferas1 quetiene el deber de invertir una parte considcrable de la fortuna pública, y de fundar y mantener establecimientos des. tinados al cultivo de las ciencias! á difundir el gusto artistico y á'üIevar el nivel intelectual de la nación. La opinión contraria pretende que debe cesar completament.e la intervención del Estado en la enseñanza y cerrarse y venderse H martillo los 8st.ablecimientos qne aquél sostiene y diI'igeen la actualidad. BaLa es la verdad de las opiniones. Lo demás que sobre eUas se diga) es puro recurSo de argumentación, calculado para producir efecto. Recurso de esta dase es el empeño que los sostenedores. de la segunda opiuión han gastado y gastan por persuadir Al país de que se trata de nna lucha entre lilJerLad y monopoHo. La verdad es que el monopolio no es sostenido pOI'" nadie y que ega es un.8 pretensión ajena de la mente de los sosLenedores del derecho de! Estado para dirigir la enserÜmza. Es una desgracÍa que esta táctica yla confusión de
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voces que á favor de ella se ha establecido, hayan logrado extraviar å algunos que rinden culto sincero á la libertad, y han figurado dcsde atrás en sus filas, Entre tanto, el grueso de los encmigos de la intervención del Estado en la enseñanza se componè de a.pa?ionados1namantes. y como
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tales, tienen en su afecto muchas h1consccuencjas y violencias, desconocen á cada paso el objeto amado y lo maltratan con crueldad. -? de De las inconsecuencias testa escuela encontraremos palpahles, ejemplos sea que atendamos á nuestro propio pals, sea que miremos más allá de n?estra fron?era á países en donde ella ha conseguido absoluto predominio, Asi, en naciones que han vivido durante siglos sometidas á un régimen teocrático, no Be les ha ocurrido proclamar y exjgir libertad. Y así también en ciertas repúblicas sud-americanas, en donde el gobierno obedece ciegamente á su influencia, se hallan muy lejos de invocar los mismos principios á que se acogen en Chile. 1?n nuestro propio país y en la presente cuestión, la inconsecuencia no puede Ser más flagrante. Por una parte escriben en su bandera, en grandes letras, el lema de libertad de enseñanza! y por otra parLe no hacen sino una aplicación parcial y mezquina ùe este principio. ? Desean y pretenden acaEìO que el Estado abandone y cierre las escuelas de agri. -cultura y medicina, las c.olecdonp-s de artes, los mnsoos1 en fin, todos los establecimientos destinados á promover el adebi'ntillniento de la ciencia y el gusto por' el arte? Do ninguna manera; sus esfuerzos van dirigidos solamente contra los colegios de instrucciÓn secundaria y ?n especial contra el Instituto .Nacional, porque este establecimiento hace sombra y perjuf1ica á otros que tienen interés en proteger. Señor, cuando un partido iuçurre cn inconsecuencias de ese género y presenta espectáculo tan lastimoso entre la altisonancia de su programa. y la pequeñez de sus propósitos, dá derecho para abrigor ciertas dudas acerca de la sinceridad de sus convicciones y para sospe. chal' que;- si ahora pretende que se venda al martillo lus muebles y bancos del Instituto Nacional, es porque se ha convencido de que le es imposible baeer servir á sus fines ese estableeimiento.
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Me viene á la memoria la situación de 1852, y preguntn? ría á mis contradictores si se manifestarían tan hostiles al derecho de.} E?tado para rlirigir la enseñanza en Caso de que el Institut.o Nacional volviera á la dichosa organización do ese año. Dudo mucho, pO(' mi parLc, que esa fuera!:lu actitud en tales circunstancias. En la sesión pasaùa, los intereses y lo!' propósitos de la escuela á que me refiero tuvieron su órgano en 1111 elocuente rliscurso pronu?ciado por el Honorable Diputado pòr la Unión, que ha sido?anto más notable cuanto que e? el estreno de un joven orador en este recinto, En el presente estauo de la c:ontienda sobre enseñan7.a, y dadas la actitud y las pretensiones de los partidos encontrados! est.oy muy lejo!:l de con?inerar ese discurso como un simple t.rabajo académÎco., Pienso, por el contrario, que tÎene toda la importanc.ia de programa de principios y propósitos de un círculo activo é influyente, de una declaración de guerra de una. escuela política contra los establecimientos nacionales de educación y que, por tanto, es menester tomar cuidadosamente nota de él y estudiarlo y con sidel'arlo, Su SeñoI'Ía ha comhatido la Întervenc,ión del Estado en la en?eñanzat fundándose en t.re? clases de argumen t.os: 1.0 En f{lie el Estadu eS por su naturaleza incompetente '., para dirigir la jnslrucción secundaria y superior; 2.0 En que la direceión del Estado en la enseñanza entraña peligros serios para la.libertad de las conciencias, y 3.0 En que la fundación de establecimientos nacionales de educación importa una distrihución poco equitativa ê injusta del presupuesto. Me ocuparé sucesivamente de estas impugnaciones. A la primera, observaré que la negación de la competen.cia del Estado en materia de educación media y !;uperior, tiene su m.igen en teorías que han perdido Sil prestigio en la adualidad, en la doctrina del dejar hacer, proclamada en 1nglatel'ra, en donde ha recibí do una condenación expl1cita -con la actitud del partido liheral encabezado por el señor' :Gladstone, en particular pn la cuestión agraria de Irlanda. .
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SegÚn ella el Estado debe limitarse á dejar libre campo á' la acción de los particulares y reducirse 01 papel de policial .
Y Juez.
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En realidad, el deiar'f'hacer conduce lÓgicamente â la ne-gación complela del ERtado, porque tendría tanto '-motivo para negado su competencia para la justiciá y la policía como para negán\ela para la functac.i6n y dirección de establecimientos do en\cñcUlza, para la?:.construeción de caminos ?/puentes, para el mantenimiento cif(Empr'esHR de fer1'odhrril y navegaciÓn á vapor. En rigor, 108 particulareS.
podrían pasarse de los servicios de la'justicia y úe la policía, podría cada cual ser SlI jue"zy Sil gllardián?c seguridad. Yo tengo del Es Lado una idea más alta y fecuuda, Yo 10 á
eonsjdel'o COmo una institución destinada promover to-do:;; los íìnes legitimas cómunes á sus miembros y á propeñder al progreso, á la prosperidad y á la grandeza colectivas de los a?ociadoR. Y ?qllé mejor principio y elemento de '-progreso y bienestar generales que el eultivo de las inteligenoias? "-! ?.
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De desear seda que, para ejemplo)' escarmiento existiera un 'Estado en donde encontraran completa AplicaciÓn las doctrinas del dejar hacer, en donde quedara entregado, exc.ll1sivamentc c.onHado á los particulares todo lo que etJ. hoy tarea ?íenêfica, derecJIO y deber del Estado. j\; o creo que presentada un espectáculo de civilización y adelantamiento muy co?solador. Nï crco que respirarían allí muy á SUH anchas) otros individuos que los que desean manteneral hombI':e aisladó de sus semejantes y á las naciones a]ejados de sus vecinas y de la corrÍellLe î?telectua] de] sig]o. Supongamos á nuestro prupio país, que debe al E:;tado la ?ayor parte rle sus conquistas en clIllura mat.erial é jnl.elecLual de ]08 últimos 50 años, á nuestro poisJ en donde la iniciativa individual no ha alcanzado"á cöbrar vida y energía suficiente para cooperar á ]a obra contÚn,-:?;uÏÚ)ngámos]o, digo, privado oe ese poderoso agente y reducido å aguardado Lodo de los particularcs.l Qué resultado obt.endria!l108, sin ir más lejos, en materia de instrucción pÚblica? Quiero conceder que fue?e posible \JJreemplazar en ;-:'Santiago el Instituto Nacional por los establecimIentos pal'ti-
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OBRAS DE ISIDOIW ERRÂZURIZ
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pasa de ser un alegl'e sueiio.-lY las pI'ovinêia?? iqu? 5erÍa de las provÎ neÎas? Una vez cerrados los liceos'/ ihabría alli iniciativas1 elementoSt recurso para fundar' colegioH dignos de este nombr'e? Imposible; el nivel de las inteligencias 110 tardaría en bajal' allí y habría que darse por satisfe.cho ?i las personas acomodadas lograsen aprender á leet' y à p.scribÜ' regularmente:.
culares-Iö que no
Ahora, si el Estado es incompetente para dirigjr la instrucción secundaria y superior} no hay motivo para declal'êtrlo tal respecto de la instrucción primaria. La doctrina del dejar hacer es ignahnentcincoIUpatible con su carácter de fundadol', sostenedor y director de las escllelflS de primeras letras. Yo sostengo, seilOr, una tesi? enLeramente opuesta, y creo que el Estado posec, para dirigir la instI'ucción secundaria y superior, una competencia que niego å lo? pal'ticulares. La ciencia tiene por enemigo, (aùemås del esplritu de secta que la falsea COn frecuencia, el espíritu de coùie-ia de los que gene.J'almente especulan con ella y explotan el pre?ente. Hef'ho á ulllado el Estado, ?quiéIl 'e.?tarín dispuesto á invertir' iH?en8ag sumas en la fundación de colecciones) observa-o tol'Îos ymuseos? Uluién adelantaría millones al porvenir? ?qlliéIllos invertiríaò'á pura pérdidå? en obsequio al adelan4 tamicnto de la ciencia y de la cultura del país? .
;\.0 serán, pOI' cierto" 103 particulare?. El segundo de los argumentos de] Honorab]e Diputado pOI' la Unión, conste, consiste en ql]e el Estado puede
ejcrccr opresión sobre las conciencias, Esto no es so?tenible!8!no abrigando idB3S muy inexactas acerca de las tendencias 'del Estado. -'!' Este no está l'tIndado en la propaganda, ni tiene sus Întore8es tan egtrechamente ligados con iglesias ó asociaciones particulares que buscan en la ciencia medios de afirmación y prueba para ?us dogmas y recursos para comhalÍr contra sus""rivales. El estado moderno, tiene por base la más amplia tolerancia; su' interés le llama å proeura1' (lue las diversas creencias que existen á su sombra se desarrollen CdJl perfecta igualdad y libertad, y no en pon?r á la ciencia y la ensèñanza al !5ervicio de las unas en contr'a de las otras.
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mBLIOTKCA DE ESCRlTORES DE CH[LE
La ciencia, digna de este nombre, no marcha tras de
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?mltados prescritos de antemano. Su objeto es la investiga? cion desinteresada de la verdad. Su misión no e8 probar ni es inquirir y descubrir. Y en esto no hay nada que
servir; estahlezca incompatibilidad entre ella yel Estado y que la haga correr peligro bajo la dirección del último. Algo análogo puede decirse de la intervención del Estado en la adopción de textos y en]a fijación del sistema de prueba para el otorgamiento de grados. Los textos 'Iue el Estado se inclinará naturalment.e á pl'oteger son los que adquiridos indi5pu& procuran COng?gIlar hechos, los hechos tablemente por la inve?tigación científica y que se considera agregados en definitiva al caudal de los conocimientos humanos. En textos de esta clase, como en el sistema de pruebas establecido por el Estado, lo mås general es que las apreciaciones sean sóbl'ias y que, eÌi todo caso, nO sean otras que las que caben dentro de los principios que la sociedad acepta y acata en nuestra época. Precisamente, esta sobriedad de las apreciaciones es lo que algunos condenan y"estrañan en los textos de la enseñanza dirigida por el Estado. Por lo demás, á nadie parecerá injusto ó ineonvenienle que el E':Itado niegue su pat.rocinio á libros en donde se injuria á hombres históricos por e1 sólo hecho de haber sido innovadoreg religiosos, á libros en que se hace la apología de un sistema de gobierno contrario al qw-' nos rige, á libros, dignas en Cm, en que se declara instituciones benéfÌcas y del respeto ùe los siglos á algunas que, en vc? de ser ele? mentas de fraternidad y'- progreso humano, se consagraron á la persecuciÚn y al exterminio "?eseres inocentes. Pero se dirá, el Estado es representado y regido por los gobiernos y éstos, á su vez, se hallan bajo la influencia de partidos é individuos quo pueden tener interés en falsear ]a ciencia y hacerla servir á sus fines de propaganda. Habría en eso notable errot,y confusión. Porque, en pripoliticos que tienen mer lugar1 son ?llY raros los partidos que hacer ,,'aler en la enseñanza propósitos de propaganda. gobiernos transitorios son algo Y, en segundo lugar, lo? distinto del Estado inml1t".ble. Nada más fáeil que colocar ,
OBRAS DE ISIDORO RHRÁZURIZ
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la ciencia fuera del alcance de los primeros. Díctese leyes que consagren la autonomía de las autoridades especiales á quienes está confiada,la dirección de la enseñanza. Colóquese á esta á grande altura sobre el sucIo vacilante de la política, y 108 intereses de la eiencia y de la libertad de la conciencia se encontrarán igualmente bien resguardados. La tercera clase de argumentos aducidos por el Honorable Dipntado por la Unión, contra el derecho del Estado á dirigir la enseñanza, son los 'lue se fundan en la alegación de que la fundación y el sostenimiento de cOlegios de educac.ión media y superior importan una dete.stable é injusta repartición del impuesto. Señor, si todas las instituciones públicas, si los establccimientos y las obras destinadas á ?crvjr á la prosperidad y al progreso de un pais fuesen cuma el sol )' la luz que hene"' fician igual y simultáneamente con sus rayos á todos )05 seresj nada sería más fácil que apJicar á los establecimientos cientHìcos el criterio nivelador del Honorable Diputado. Pero el hecho es que son raros, si alguno hay, IO!:l que se encuentran en ese caso y extienden dirncta y proporcional.. mente sus ventajas á todos los habitantes de un Estado. Rara ó ninguna sería también la institucÎón, la obra pública, el monumento de artes, {Iue resistiría á la prueba de la im? placable liquidación pl'Opuesta. y la liqujdación sería mucho más grave si se hiciera con citación de esas clase8 dcshcr'edadas, de esas víctimas de la ma" odiosa usurpación de q uo nos habló el Honorable Diputado y á cuyos sentimientos y rencores hizo invocacióil .
desde este J'ecinto. ... Desearía saber quë sel'Ía de Chile y sus progresos si en el Instituto Nacional no hubieran estado funcionando, á semc? janza d? !os pulmones que renuevan la sangre del cuerpo humano. otros pulmones que han purilìcado la sangre gas': tada y precipitado incesantemente raudales de sangre nueva y vigorosa á las venas agotadas del cuerpo nacional. La Honorable Cámara ha visto ya cuán mal comprenden,
libertad, el objeto de su adoración. Su fantasía se complace en admirarla con (>1 gorro frigio sobre la cabeza, con la tea Ó el combo de la liquida-
los flamantes apasionado" de la
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ción :cn la mano, con la espuma raùiosa en los labios y el corazón henchido de pasioneS destructol'as. ), iJ No la comprenden mejor, tt'atándoSé IllUY do CerCa de las 'o cuegtiones de enseñanza. de la civilización, se entiende pOI' libertad En el lenguaje ? de en'3eiianza, el derecho de'las autoridades encargadas de la dirección de los establecimientos de educaeión para velar por sus intereses, con independenéia de OLL'O poder; se entiende por libertad de la enseñanza, el campo abierto á todos
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE ?
los sistemas y á todas las dootrinas; se entiende por libertad de la enseñanza,:?,el derecho del docent.e para enseñar segÚn su conciencia y ateniéndose á 108 resultados de sus invP.8Ligaciones; se entiende, er} fin, por libertad de la enseñanza. el dürech() del alumno para que se le respete ell Sll? cl'eencÎHs religio?'kspor el maestr? y 10s examinadores. ? y esta Ijbertad, que puede cxistir:y existe en los colegios del E5tado,'?es acaso lo 'que reclaman ê invocan los "
hombr?? de la escuela que eombö.to? lEs la que darian e? los establecimientos 'que desLinan á reemplazar ellnslituto ,l"acional y los licÐos? o,;' historia políti ea no creo ser de nervios Señor, en :non muy sensibles; pero confieso que me asusta la þ?I'spectiva que Su Seiioría nos ha hecho ver. AlIado del e?'pectáuulo de la liquidación ùe los elementos de nuestra cllltm'a, practicada por los gañanes y dcsheL'údados, serían un idilio 'las fiestas, que el comunü..'rno nivelador se ha prepal'aUD en ésta yen anteriores épocas, y.taudo mucho que los hombrc:-5 de la escuela del Honorable Diputado tendríkIl ánimo para celebrar el aconteéimiento, all'uido del combo de los víctimas de la odiosa explotación y al resplandor de los inc'cn??' dios de los liquidado res. ï? se?n los de de miernbl'Os que un parvera:;, Derloro, muy
presenta como 1'1 pilar ?más respetable de IflS antiguas illiltituciones, los qlle dan el ejemplo de estus peligrosos .,Hamallli?nt.os â pasiones felizmente dormidas en nuestro país. Le deploro, porque de esa manera se autorizan la,> desconfianza:>;, los rumores, las calumnias mismas de que son objcto eso partido y 8U? propósitos. De ahí e?, por ejemplo, que muchos se cumplacen en prc?
tido que
se
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OBRAS Dß ISlDOKO ER[(,ÁZURI7.
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?entar como una de las eventualidade? del porvenir la alianza de la internacional roja con los hombl'es de donde ésta menos deberla esperar protección y estímulo. De ahí es' que otros afirman que la escuela' á que pertenece el Honoraùle Dipl]tatlo por la Unión, es una e')cuela de ciegos que :')e,hal1an dispuestos á imitar á otL'O ciego hel'oico de la antigÜedad, que prefirió sacudir las.colmnna5 del templo de :sus enemigos y perecer' con ellos, sepultado bajo lHs ruinas, á la humillación de SlI derrota y al espectáculo de la
ajena victori a. Hay, pOI' lo demás, una enorme injusticia en querer someter el [nstituto Nacional á la ley de la liquidf\ción qne
'de ùesea Su Señoría. Lejos ser una barrera para la democracia, como temerariamente se sostiene, ha 'sido ese establecimiento su más podeI'osa palanca. Y no se necesitaría hojea,' rIll1chola historia de ese país; me hastar'íapasear mis miradas en el recinto de esta Cámara pal'a ?ncontrar pI'u?bas ir recusables de que todo lo que el pais posee tHl hombres de estado, de letras, de ciencias, ha salido, durante IOfi últimos aÜus, de JO$ claustros del Instituto y Re ha formado principalmente en las becIl8 del internado y en el externado graLuito de ese colegio. Muy lejos de eso; lu qu? reclaman y sostienen no es nada pal'8cido:es simplemente la familtad de especular con lo más sagrado que posee una sociedad, la fAcultad de vender certificados de eXHmen! la facultad de apoderarse del dinero de los i?calltos, hajo la invocación de, cualquier santo del calendario. ?} Dudo mucho que ésta sea la libertad que la rna)'ol'Í3 de
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esta Honorable Cámara desea ver florecer en el país. N o c:.-; esa, tampoco, la libertad de enseñanza que las naciunes más cultas de la tiel'I'Q procuran establecer dentro de sus fronteras. PcrmÍtame la Cámara que entre al terreno de las citas y del ejemplo, pues de aUisB han traído, en 'contra de la dúctrina que defiendo, argumentos que necesito presentar en toda fllI verdad y su justo valor. El Honorable Diputado pOI' la Uuión, ha invocado la autoridad del sistema de enseñanza de los Estados Unidos .
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5G
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
'en apoyo de lo que él llama la libertad de enseñanza, y se admira de que 105 que F-ostenémos la opinión contraria cerremos los òídos. con toda facilidad á ':las :Iecciones 'que nos vienen de ese país en ruateda de enseÏlaßza. Su Séñoría tendría razón si por el Estado Norte PO'
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Ameri-
'canõ hubiéramos de entender la autoridad suprema federal. Porque, en efecto, el Gobierno de los Estados Unidos clll'ece absolutamente de facultade8, re?fíecto ae enseñani'a y
no interviene en ella en inaner? alguná,
á no ser
para
reservar un poco más del tres por ciento del total de las tierras públicas, que 8e destina á un fondb de escuela que las ciudades administran é invierten. lJero no sq.cede lo mismo con los gohiernos de los Estados que cOIJlJ-lonen la Unión. Estos cO$Leån, no solamente -las escuelas comunes, Rino los establecimientos superiores como a.cademias (escuelas medi?s) y uoiver5idad?s(equiva!lent,es â escuelas de instrucción' secundaria). ASÍ, en Nueva York, se consagra por la ley el producto del fondo literario (5/,,534 tlolJai's en 1851ì á sost.e"e!' esLahlecimientos de educación n;edia (Acad. y grammar school.) y una parte del producto del fondo de depósitos de los Esta' dos Unidos (434,533 dollars) al sostenimiento dc colegios, academias, 'colegio norm?l y de indios. ASÍ, en Mas?;;achnssets, los maestros de la eficuela de latín, y de la. escuela superior, reciben del Estado un sueldo de 2,400 pesos, àl paso que el Gobernaùor del'.EstÍldo gana ?F
2,500.'
solamente l Y qué son las expediciones científicas, la q1Ì"?l1t'gó, haie meses, ß nuestro pnís encabezada por el profeso';- Luis Agassiz y la expedición de l\laury, que tanto ha hecho adelantar el conocimiento de las profundidades del Océano? iQué son sino esfuerzos del Gobierno Federal y de algunos gobiernos de Eslarlos en favor del progreso de la ciencia y de IR difusión de .los conocimientos? Confieso, sin embargo, que la falta de un sistema general; y oträs razones, han impedido á la enseñanza tomar en Es? Lados Unidos el mismo p'odero5o vuelo que en las naciones principales de Europa. De aq uí proviene que ese país, que
provee de máquinas al Times de Londreð)
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LJ'ihut:wio de
OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
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las universidade.s europeas y que centenares de jóvenes se dirijan anualmente â lnglateI'r3, á Francia y á Alemania á completar allí su educación. Por eso es, también, que á la cabeza de la ciencia en los Estados Unidos se encuentra el ya nombrado profesor Agassiz, suizo de nacimiento y educado en Alemania. Hé ahlla razón por que los partidarios del derecho del Estado para dirigir la enseñanza no acudimos á los Estados Unidos en busca de lección y ejemplo, eOIIlO lo desea el Diputado por la Unión. Hé ahí la razón por que el mismo á profæor Agassiz recomendaba encarecidamente las personas que]o trataron en Chile, que nos guardásemos mucho en e!:ìte pais de entrar al camino en que se encuentran los Es. taclos Unidos en 1<:, relativo á la enseñanza secundaria y .-
superior. Ya que hablo de Estaùos Unidos, permítame la Cámara que traiga á oolación una experiencia personal. Yo he conregentadas currido á una de las llamadas universidades, por miembrog de órdenes religiosas, que reemplazilll allí en parte, para los católicus, los e?tablecimientos nacionales'. Pues bien, en esa universidad se enseñaba la filosofía en latín y segÚn el sistema que florecía en Europa hace tres siglo?. AHí el examen de ciencias naturales era materia de
cinco horas de estudio. Recuerdo que al dolor' de la patria ausente se mezclaba entonces, para nosoLros chilenos, un sentimiento de orgullo cuando traíamos á la memoria el Instituto Nac!onal y á establecíamos eomparacione? can lo q Ile teníamos la vista. Véase ahora cuál es el plan de estudios de la mayor parte de los colegios ó universidades norte americanas que equivalen al Insti?uto Nacional. gramática Allí se exige, como preparación, rudimentos de inglesa, 3t'itmétic3, geografía y principios de latín y griego, fisaloria; y se enseim estos idiomas, matemática?, retÓrica,
h(sturia puco 6 elementos de derecho públICo y americano; nada y lo mismo ciencias naturáles. Atendamos ahora á la lección que la Europa nos brinda e? los?paises que dan la palabra de la ciencia y la civilizaCión.
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S8
BIBJ.10TECA DE ESCRITORES DE CH ILE
SuCI'eIÍ?un error muy completo los HOI1orribles [)ipl1lado? que, refiriénàose á esos estado8, han venidO á ltablaI'no? dI) univérsidaùes -1ib['?. LibI'èS sönlas lluíver'Sidade., europeas en el sentido de que muchas de ellas, fundadas, sostenidas
por el Estado y consideradag como instituc.iones nacionalcB, gozan de ung existencia independiente ). se hallan al abrigo del abuso de 106 Gobiernos; pero bUSCflI' llniveI'8idades lihl'e? en el sentido de que deben Sll sosLpnimiento å particulare81 es entregarse á lIna ilusión voluntaria, El señor Tocomal (don Enrique, int"rrllmriendo).?IY la fi'I-.. universidad de Lovaina? u-S'El señor Erråzurtz (don Isidoro, continuanùo).?I??s verdad qd?el Gobierno de Bélgica'l)e desprendió hace pocos año? de esa universidad, entregando su direc.ci6n á un partido religioso. Pero dudo que la ßélgica se halle á estas hora? IllUY sati8fecha del resultado de esa expeI'icncia. En Francia, el ßistema de la enSeñHn7.8 pÚbliea descansa en "cst as base?? { El ?Hnistro de 1nstrucciõn PÚblica tielle á su cargo toùus los estable(?iI1!ientos pÚblicos y']a çigÍlancia de los particu? fumo ':La instrucción superior es!;darla exclusivamente por las cincCi facultaups cle teología11eycs. medicina, c.iencia'5 y litpratura, que se hallan bajo la direcciÓIl de ]as academias; que I'epresentan la autoridad del Estado en diver:;os departa-
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mentos. Solamente el Estado forma farmacéuticos? ingcnieros? agrÓnomos"" cte., en sus excelentes escuelas especiales. j;! ? Escuela de fal'macia,. Escuelas preparatorias de áias facultades. Ic?" los premiHdo? Es(?uela de bellas artesmantiene .
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?,: el Estado en noma Ll'CS l'\ños.!I? Escuelas de dihujo. Conservatorio de artes y dcclo.?ación. Escuela pQlitécnica prepar:ltoria de escuelas de puentes y calzadas y e!:\cuela de minas. Escuela central de artos y marluCactlu'as y las. Ínferiorf's , del mismo ramo. Escuela su perior de comercio.
OBRAS DE ISIDORO FRRAzURIZ
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Escuelas de agriculturas--las tres eran antes particulares "...;"quintas escuelas. .
Conservatorio de artes -y oficios y eseu-alas de veterinaria. Solamente en la enseñam:a media, que queda IDlljT reducida por las escuelas especiales, entra la industria particular (de.de 1850) á competir con el Es Lado, y 08 presum.hle 'lile la influen?.ia de eRtc' sistema no ha sido ya buena. Por 10 demá.s, depende de la dirección de las a.cademias y quedan bajo la fiscalizaciÓn- del.reglamento severo de pruehag y grados que las facultades confieren. En Inglaterra, las universidades, fundadas y dotadas por el Estado"se gobiernan pOI' SIlS propias leyes y gozan de mucha independencia. La Universjdad de Londres y otrascorpúraciones"hanob"tenido d'èl Parlamento la facullau '. de conceder diploniãs. .",. .. ." .
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Las escuelas pÚblicas son en gran parte escuelas de gramá.Uca, que corresponden imperfectamente a nuestros establechnientos secundarios. POI' I'egla general, el Estado dota las que rundan los particulares. En 1860, el g..to total del tesoI'O en el ramo era en Inglaterra y Escocia J: 746,920 Y en Jdanda f 288,000. Llego en seguida á una nación f{ue ha resuelto, en mi coneepto, con más felicidad que las demás del globo el problema de la organÜmeiÓn de la enseñanza, Ú una nación en donde la eÙllcacÎón científica de la juventud se eneuentra exclusivamente en manos del Estado y en donde, sin embargo, á nadie se ocurre echar de menOS la cooperación de los particularm; á la grande obl'3 de la enseñanza, á una n8cÎ{1ll en donde, bajo la dirección del Estado, y en ?m; colegios y univer8idacles, ha alcanzado la investigación cienø. tinca un desarro no sin precedente y todas las sectas tienen la facultad de aHrmar. ùe pruclamarse altamente y de ejercer su propaganda. Citaré cuál era á esterespecLo el sistema de la Prusia en .1858J ;ocho años antes de las primeras anexione5, advirtjendo que lo que sucede en e8e pnísse repite en los demás 'Estados de Alemania. Lus establecimientos de enselÌanza secundarja parH los jóvenes que desean seguir caI'I'erascÎentificas son los gimna-
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60
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
sí os, que dependen de a utôridarJes especiales en cada proá el el año nÚmero y estado de vincia. En que me refiero,
asistencia de los gimnasios era el siguiente: l' ,
GIMNASIOS
.."............".." Evangélicos. .'
37 95
Neutrales.... "" ."".
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Católicos.
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ALUMNOS
Católicus." .':. 11,603 ............. 24.974 EvaIlgelicos. .. .
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.Tudío?........ -.
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"'2:039
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........,.
Del gimnasio pasan los jóvenes á]a Universidad pro\"istos del diploma de suficiencia, que equivale al del bachiUeràto ;'de humanidades. Las univ8rsidâdes son seis dos de
yen
ellas hay, ademásíJe la facultad de teologia evangélica, faCIlitad de teolojia católica'y en la de Eraslan facultad de teologia judaico. '
,
"
dedican á los estudios técnicos se eneuen?l'an en las llamadas escuelas reales que existían en 1858 eu número de 101, con 22,040 alumnosj de ellas se pasa á las escuela8 especiales de årtes y comercio. al Instituto técnico de BcrHn. á las escuelas de minería, Á. la' academia de arquitectura, eto. :, Gimnasios) escuelas realp.s y unÎversjdades, son establecimientos dirigidos y sostenidos exr.lusivamente pur el Estado, que no com parte con naJje la tarea de formal' 4la ? juventud el! los estudios serios. Del mismo modo que Cn Francia, ClI',,'Prusia y Alcmauià los particulares son admitidos á cooperar .á la obra de la ensc_ñunza pública on el sÓlo faIllO de las escuelas medias,' quJ-tienen por objelò completar la educación ?i"'que ltan recibido en las'escu8Ia::; pI'Ìm3I'iaslas persunas que aspil'ån á algo más de cultura quc los conocjmient,o? rudimc'nta]es que han adquirido en ?sos E:stablecimientos."' nepito quc en esc pais, en donde el Estado abarca tati
La enseñanzR secundaria, para los que
.
.
se
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OBRAS DE IStDORO ERRÁZUR[Z
vasto campo en la enserlanza, la' ciencia ha adquirido inmenso vuelo, y todos los dogmas poseen cátedras levantadas y mantenidas pOI' el Estado en sus colegios y universidades. El señor Tocornal (don Emique).-Lo mismo sucede en Estrasburgo. El señor Errázuriz (don Isidoro).-Conocidos los término!:) de la contienda, hueno será que pasemos en revista los amigos con que cuenta cada una uno de los sistemas en oposición.
La?doctrina de la intervención del Estado tiene
á su favor, con escasas excepciones, los distintos grupos del partido que, hace veinte años, promovió las principales cuestiones políticas que, de enLoDces acá, han preocupado ,,1 país.
-
Aliado de
ell08 figul'a el partido 'Iue
gobernó al
país de 1851 á 1861. Diré más, señor. Esa doctrina es la que profesan los miembros del actual Gobierno. Y á este respecto, me crco en el caso de combatir una clasificación del Honol'able Diputado por la Unión que. en lasesión pasada, nos hablaba de una opinión media entre las dos á que yo he hecho referencia y declaraba á los señores Ministros representantes de esa tercera entidad. Perm.?tanme lus Honorahles ìvIinistros que r?chace, por ellos, una clasificación que han podido aceptar Cn el calor de un debate y por cOIlsideracione3 de hidalguía que comprenderá la Cámara. Pero la verdad es que estálllcjos de reconocer que ]05 particulares deben cooperar, en igualdad de circunstancias y derechos que el Estado, å la ohra de la enseñanza. La verdad es que reclaman, COmO nosotros, para <el Estado, la facultad dedirigir la enseñanza y establecer un gistema de pruebas finales para los alumnos de los colegios de particulares. La v8r;dad es que Sus Señorías se encuentran á nuestro lado dentro de la ciudadela que se p,'etende asaltar invocandl} la libertad de enseñanza. Los parlidarius de la doctrina opuesta á la que he tenido el honor de defender,forman en esta Cá'tnara un grupo COTl:síderable y constituyen un partido con raíces en el estado social de nuestro país. '"
O\,
62,
BIBL:1OTECA PE E5CIUToRli;S DE CHILE
Entré ellos cOlllaba hasta hace poco el pals al Honorable séñor Ministro de 1nslrucción Públicilr '
Dè aquÍf.CSOS recelos, esas desconfìanzas: esas calumnias ?cl de que se ha quejado tan vivamente en este rccintn lIonorable señor Ministro. El públieo juzga en globo de ,la actitud y los p,'opÓsitos de los politicos. Se deliene á dislinguir y examinar y se inclina á atribuir á los individuos las
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ideAs de la mayorJa riel grupo á que pertenec<en.r ?ji' El señor l\finistro ha hecho, ?n el CUI'SO dPo este debate, iffi:prc-: importante!; dedaraciones que han modificado esa sión genel'al del pÚblico.., Ha manifes'tado que:,\ al hacerse cargo de la cartera que está en sus man051 estaba muy lejm?: de participar de las ideas favoritas de sus amigos en Laj im porLante cuestión de eIl5eÌlanza'?' No me permitiré la imperlÎnencia de poner en duda las declaracionc3 dq? Honorable ?lini8ll'o. Creo, sin emhargo? á""la influencia IllUY natural de ]os"suYOg y escapó
qne'Ilo
que estas inl1uencias produjeron algunos de 108 acLos más. notables ejecutados por Su Scñoria.?, -, El señor Cifu,entes (.Minis?ro de Instrucción Pública, in te rrnmpiendo).-Declaro que he RbrigRdo siempre las ideas á que encierra el decreto sobre exámenes. No he obedecido -
.
.
.
influencias sino á convicciones profundas y antiguas. El seÌlor Errázuriz (continuando).-.IHespeto la,J1alabra de Su Señoría. Sostengo, sin embargo, que dada Ía situación, los antecedentes y la:; opiniones de las demás personas que componen 01 Gobierno, el decreto sobre exámenes era el ?áximum de lo que podía obteIlBI'Se Bn obsequio do las ideas de los arnigús del Honorable señor Ministl'O.Sostengo!
todavía, que no habría obtenido más ningún olro miembro mås acentûado'ùn sus ideas del grupo poUtÎco ói!:ique me. reJìero, y que si hubiera entrado al ? j\lÎnisterio alguno:,,!!dc
,
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los que se hallan dispuestos á convocar á los gañanes y desheredados. á la liquidación de la enseñanza nacional, nohabría permanecido diez minutos en su puesto. Recuerdo que pertenccen al Gobierno aolual personas que llan prestado valiosos scnrjcios y que han dado prendas. importantes á ]a causa "lue tengo el honor de y 'ga?:-.1}ntías
dcfeiíder,
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OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
Re-corriendo er?Boletíh de los años de 1864, 65 Y 66, he encontrado, por ejemplo, una serie de decretos relativos á instrucción, que llevan al pie la firma del actÚa! PI'esidento de la RepÚblica, entonces ?1-jni8tl'o de Instrucción
Pública.
;}?
":1:
En :1865, decreto cf'eallùo un curso de leyes en ellieeo ùe Concepción." ,. En 18611, creación del liceo de 'En el mismo año1 dotación del liceo de CUl'icó y él'eaeión de el.ases de telegrafía eléctrica y derecho penal en el Instituto' N acjonal. .
Chillán...
EO-Fl mismo aùò1 llecreto exigiendo el diploma de bachiller d6 filosofía y humanidades para incorporarse á los cursos de leyes y medicina, En el mismo año, cl'eación de 18 becas gratuitas en el Instituto N acional, para jóvenes sud americanos. Como se ve, la perspectiva y el campo de acción 110 eI'an muy extendidos en el Gobierno para los enemigos de la intervención dei Estado en la enseñanza. El decreto sohre exárnene,'3 era cuanto podía obtenerse en este sentido, y el Gobierno lo dictÓ sin divisar sus defectos y lo? futuros ahuso? á que .se prestaría y cumo UIla concesión á la libertad. Se ha dicho que eSß decreto fué bien acogido por la prensa. Es verdad, y confieso que yo mismo, que entoncestenía una pluma en mis manos, lo recibí con favor. Veía en él solamente la snpresiÓn de ]as pruebas parciales anualest por las cuales no tengo mucho entusiasmo, y aguardaba que no solamente se mantendría el sistema de pruebas establecido entoncr.s, sino que Se le hiciera más severo, á fin de poner á la Universidad en condición de apreciar las aptitmles de los jóvenes á quienes confiel'ß el diploma. Otro? aceptaron el decreto, bajo la influencia de la perturhación producida en los espíritus por el abuso y el falseamiento de las palabras que han estado tan en boga :.en .
este asuntG de-la enseñanza.
,.,Indudable es que somoS muchos los culpables, muchos los cómplices involuntarios de lò obra de la libertad de exámenes, muchos, en fin, los que nos dejamos echar tierra
.
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
â los ojOS. Pero en
la maynr parte, la confusión de las ideas <:es6 tan pronto como pudo palparse las consecuencias de la medida y los abusos á que se prestó. Resultado del decreto fué la postraeión de la ciencia y la relajación de' aquellos resortes del corHzón de los estudiantes y padres de familia, que son estímulos indispensables para el progreso cientifico de un país. Resultado del .
decreto fué
.
la decadencia del Instituto Nacional, decadencia
producida no por el adarme de libertad concedido. ä ios colegios particulares y que no prueba lo ficticio de la prosperidad del establecimiento, como lo sostiene el Honorable Diputado por la Unión, sino decadencia causada por la competencia de los exámenes baratos y del contrabando legalizado, que obraban con 108 alumnos como una invitación y un estímulo al desorden. Dudo que llna casa de comercio establecida en una. población, por muy ingentes que fueran SU8 capilales y muy sólido su crédito, lograra resistir á la competencia de un comercio de contrabando, practicado en grande escala durante meses y tolerado por los encargados de reprimirlo. Por lo que toca al decreto, es indudable que, á pesar de la buena acogida del primer momonto, es reconocido hoy ?omo fuente de grandes abusos, au nque es forzoso reconocer. que los enpmigos do la educación nacional no han sido .siempre lógicos en esta época y 50 han juntado á veCes con .sus enemigos para meter palos en las ruedas del carro de la .enseñanza pública. Descaría que se alejara de pste debate todo elemento político de partido, ä fin de que esta cuestión de]a instrucción, la más alta é importante do todas, soa resuelta en el terreno de la imp81'cialidau yde la justicia. Y no nos contentemos, señor, con criticar, con negar; empujemos el CarrO .de la instrucción, abrámosle nuevos horizontes á la 'ciencia y á la cultura nacional. -"r En eöta Cámara se .ha alzado más de" una voz pidiendo ,que ella. se ocupe de una ley de instrucción primaria, y me .es grato tomar nota de la declaración de 108 señores Ministros relativa á que en lus colegios será respetado el dere-
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OBRAS DE ISIDORO ERRAZUl<lZ
cho de conciencia. Sus Señorías aguardan Ulla ocasión oportuna para sancionado solemnemente. Señor', co_n9idero que el debate ha avanzado mucho desde que lo inició el Honorable Diputado por O?alle. Nos cmbarcamos clltonces en., hora tÆmpestuosa v de vivas impresiones y Jn parajes e? donde r.1pidosvient?g turbaban las aguas, é ?na.ccesib)es peilBscoS Se alzaban en la ribera. Después la corriente ha ido arrastrándonos â más tranquilas regiones. POI' eso las aspiraciones de este momento deben serotras. La simple censura no puede ya bastar. Pl'Ocuremos irmá!'-allá del punto á que aspiraba que volviéramo.;; el Honol'able Diputado pOI' la Serena. Saquemos como fr'uta de este debate nnevas conquistas, nue,rQ.,_. progreso para el espíritu y la civilización del país. Considerada la proposición del Honorable Dipntado por ûvalle bajo su segundo aspect.o, presenta dificullades no solament? ppr lo que respecta áda disposición de los ánila" situación de los partidos; la proporción de IO!? mos, á
.votos en esta Cámara, sería dificultad intríngeea1 relativa al fondo de la proposición misma. Porqlle (sobre qué va å recaer la censura? Los actos q'le ?e impugnan al seiio[' Mj4 nistro son de dos clases. Hay un decre?o, en que ,todos fuimos más ó rneTlos inocentes cómplices1 que algunos defienden toda vLa con perfecta buena fe, pero cuyos defectos reconoce el Gobierno y se manifiesta dispuesto á c'}rregil'. ?Val-;dria la pena hacerlo materia de censura? Hay, además, actos domésticos que: pertenecen al régimen jnteriof' de! Instituto Nacional, acerca de los cuales no se ha hC,cho averiguaciÓn seria y que permanecen en el clarooscuro del chisme. Estos actos, en el estado en que se en-cuentra nuestro conocimiento de ?lIos, no pneden se,. mate-
ria de discusión ni de censura en
el seno de esta Honorahle
Cámara.
En general, la censura parlamentaria
e:s
j ustîeia
y es
üpoI'tunidad: y dudo mucho que la censura propue?ta sea oportuna. Veamo;" cual os el hecho que inmediatamente la ha mutivado. Dcspojo ese hecho de las exageraciones del primer å lus niños momento, de los intentos cdminales supuestos "
ERRlzURIZ ,
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
de caballería. (A qué queda";c,àonces reducido? ,-\ una colegialada'1 de pésimo gustoy atpntatoria' contra el derecho ajeno. La casa' de un Minisll'O de Estado y de las cargas
asaltada en la noche por medio cehtenar de mucha6ho5" que 'profieren ifljuri? groseras y amena'?as. cuyo alcailCO' no p1.lede? medir 105 que han sido sorprel!didos por el asalto: La policí[interviène'y reprime el desorden can ]a rudezaque es propia d?108 funcionariOR de êHBorden en nuestrO' eS
1
páís. El :\Iìnistro agredido es ajmï"òá estos actos, ignor'á" cómoyenqué forma tiene lugar la reprc:1Ìón. y sobre todo el que salé"del'terreno del derecho se ;cxpone á esás"y ...-
.'; 'l' ,j poores eonsecuencias. No creo qÙe este acto haga oportuna una censura contra el señor Ministro de Instrucción Pública. Creo, ah"contra.-; rio, que el procedimiento de los niños respecto ùe Su Señoria deb? eneontr?r en este recinto y en Lodas partes sét-era
y expHèita c'ondenación. en interés de
la ciencia, de la dis-
ciplina escolar y de los mismos educandos. Adversario antiguo.!dellIonorabJe, Ministro de Justicia/' no vacilo hoy, cuando su situación política se hal1a seriamente öömprometidat en tenderle la mano' con la misma decisión que en ùistintâs circunstancias, pata ayudarle á derènder en este caso en Sil persona los derechos del hogary la dignidad del Ministro 'de Estado de mi pais. .Los males que se notan hoy en el Instituto Nacional son de dos clases. Suhsisten dentro y fuera del est.ablecimient.o recel08 y desconfianzas respecto del porvenir de la instrucción pÚblica en Chile. Pues bien; pongamos t.érmino á ello. dictando una lej' de instrucción pÚblica, que zanje definitivamento la gran cnestión pé'ndiente1que ponga la en señ?!iza al abrigo de contingencias. y abusos y que aplique al país algunos de los progresos realizados últÌrnamente por naciones más adelantadas. Perohay otro mal: la indisciplina en permanencia en eUInstitÙlo.?La autoridad ha pe['dido su prestigio. El remedio!' al mal es restablecer e.te prestigio, llamar á la' juventud alol'den y al curn plimiento del deber y desautorizar escánda,1 los como los ocurridos Últimamente. ? Dos son taml)jén, en mi concepto, 108 sentimientos que el
OBRAS
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DI! ISJDORO ERRÁZURIZ
presente debate ba despertadu en el seno de la Cámara. Se desea, por una parte, que los desórdenes cesen ante la reprobación general, y por otra parte, se tiene la voluntad de afirmar! por medio de un voto hoy y de la ley mañana, los, derechos y los deberes del Estado respeclo de la eMeñanza. Estos dos sentimientos ho procurado interpretarlos en el siguiente pl'oyecto de acuerdo que someto á la deliberación de la Honorable Cámal'a: cDeplorandu los desórdenes injustificablcs, promovidos durante el último año por los alumnos de los colegios de la capital, la Cámara acuerda consagrar, desde luego, sesiones especiales á la discusión del proyecto de ley general de ins-
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La libertad electoral
y
la intervención,.
SESIÓN DEL 2 DE SEPTIEMBRE DE 1875
El geñor El'ráz/lriz (don lsidoro).-Espero que la Cámara me permitirá que, con motivo de este incidente con el señor Ministro de Guerra y Marina, entre á fondo al debate sobre la intervención electoral; porque el asunto pendiente, lo mismo que la interpelaci6n entablada pOI' el señor Diputado por Talca relativamente á los sucesos de San Fel'? nando, son decoraciones cambiantes en el fondo de las ouales está la gran cuestión de que la Cámara viene ocupándose durante algunas sesian'es. Señor, allá por lo? meses de invierno de 1870 se presentó å esta Cámara un nuevo Ministerio, y el que habla tuvo el honor de preguntar a.l señor Ministro del Interior 8i:el Gabi. nete abrigaba el propósito de intervenir en la eleoción que se prepaI'aba y de poner las influencias y el poder de )a autoridad en servicio de uno de los partidus que se dispu tabanla presidencia. ?
El
Ministro del Interior, el mismo que ahora presiùe nuestras sesiones, oontestó á mi pregunta con la reserva que es propia al hombre del Esladò serio que abriga un propósito político, que 110 se atreve á negar, ni que tampoco es su ánimo declarar ante un Congreso. Pero hubo entre sus colegas uno á quien la interpelaciÓn señor
no se dirigiü y que, sin embargo, se levantó y derralnÚ sobre esta Cátna('a una lluvia de declaraciones y promesas
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OBRAs DE ISIDORO ERRÁZURIZ
tranquilizadoras como no se las haMa oído jamás en Chile, de boca de un gobeI'nah?e. Su Señoria el Ministro de Gracia y Justicia declaró que el candidato no saldría de la ?!oneda: que seria elegido de los pueblos, y que el Gobierno estaba decidido å no poner la fuerza y las influencias de la autoridad al servicio de ningÚn partido. ni de ninguna candidatura. Es digno de not,ar que el Ministro que hacía esas declaraciones, manifestaba, 31 mismo tiempo, el temor ,de que sus palabras no bastarían å satisfacer al Dipútado autor de la illterp??aci6n. Sin embal'got d que habla y los miembros de la Il!lmerosa oposición que tenían entonces asiento en la á Cámara, rindieron homenaje de la fe y do la confianza ?
la? promesas del seÌlOr ?.'!inistro. Yal ohrar,asi, Qbedecian á la reflexión. de que no !'!I'a: posihle que un hombre que entraba por primera vez á la adminÎstrac.ión y al parlfl.?
mento, se aprovechara ,lel momento en que pigaba 108 augllsLos umbrales de este, recint.o para lanzarnos,al rostro? á nosotros y al país, la más o?ada de las rD:lsedadps. Paso por alto la elección de 1871; pero lJamó la atehción de mis Honorables colegas el hecho de que ?n 1872, y especÎalmente en 1873 y 1874, la Cámal'a entraba con- la',imás enérgica decisión â discutir una ley de lecciones qne tenía por objeto maniatar al Gobjerno á fin de impedirle, que intervenga y..usurpe ?l derecho de sufragio y que en e) curso del debate, los hombres de todos los partidos, los gobiel'nistas y los de oposici6n,-inclu:;o el señor l\linistro de Gracia y J u&ticia el de 1as espléndidas declaraciones de 1870.-pal'lierOH del conveneimiento y de la confesión de que hasta aquí las 'elecciones :han sido hechas en Chile, nO por el pueblo sino pOI' el podel' y de que todos los Gobiernos se han hecho culpables de] delito de Întervención. Es decir, pues, que la Cámara condenó la elección de 1871 y estampó sobre ]a? promesas
solemnes
del 1\'1inistl'o de
.Iusticia y Gracia de 1870 la rnarca.de la falsedad, Mis colegas no extrañarán que con estos antecedentes ,haya acogido con recelo y con desconfianza las ueclaracio. nos que ese mismo :\linistro, que hoyes del Interiol', ha
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BlBLlOTECÂ DE ESCRITORES DE CHILE -
del señol' traído áJla Cámara con motivo ùe la interpelación " ",' Diputado por Talca. -, luego,i^'me asombraba la buena calidad de la Desde vasija qué'era fIestinada a'recibir hoy el licor de la libertad el?ctohl, despuésda liab?l'Se impregnado tan fuertemente ; tu en1870 oon el licor de lá"ïntervención. ' Estudiando, en seguida, lo. inoidentes del detJate y las declaraciones del señor Mìnistroi' he acabado de conVen.. oaÚne de que el pols debe apercibirse en la futura eleoción contra abusos iguales, sino mayores, que los que el Congreso y la opiniónpúblioa hàn estigmatizado:'''Nós hayamos en presencia de la intervención como en los peores tiempos pasados, y la intervenoión se halla comprobada por el convencimiento universal, POI' lOSì hechos tle evidencia indispiÜable y por las mismas declaraciones ministeriales. En efecto, <qué significa la fórmula que ha traíllo á la Cámara elseño[ Ministro del Interior en cambio de la formal deolaraoión de 18701 Su Señoría nos dioe, 'en vez de que el candidato nb"saldrá de la f\49neda, que clt candidato de 105 mièmbros del Gobierno 'será el que designe el partido -
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liberåI!'\
Para que esta promesa tuviera alguna importaricia, era menes:ter que el Gobierno hubiera comenzado; por reconocer al'parlido liberal la autonomía;' la personalidad y la influencia en la diL'8cción de los negocios pÚbUeofì que le cor"respondian en justicia. Pero, lcuándo y en qué' circun?':: Lancia han estado los señores Ministros dispuestos á consultar el otáculo del partido -en asuntos de alguna consideración pulítica? lCuándo"se ha llRmado siquiera á reunión?
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Solanìente un caso ,'ecuerdo, y es cuando se trata de hacer dé'" est.a un cainbio en el personal de la mesa presidencial medio-! d? libe't?ales por Cámara. Entonces se convoca á los esquelaS firmadas por el señor Ministro del 1 nteI:?o?;,y -la 'se l'edUce'\'l'.ratiintervenci6n del partido en la polítiCil -de de hechàs designaciones' la? ante1nano en personas fical'
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la Moneda. En la organizaeión'misIÙ?a dei Miaisterjo, jamás hati sido tomad;'s en cuenta lo, deseos' y ,í'I,'iraciones del partido liberal. Falta esencialuHmte allVlinisterio actual el cBråcLer
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OBRAS DE rSll10RO ERR..\ZURJZ
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?e pal'lamentario. Los señores 1\Iinbtl'os
no 5011 enel gobierexpresión de los representant.es de ningÚn partido, no la del pais, ni del Congreso. Quiero, sin embargo, suponer que estas dific.ultades no existieran, que los miembros más disLinguidos del partido .
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liberal no se encontraran á estas horas dispersos, desalentado? ó desafeotos pUl' obra de la política gubernaliva. y que el partido liberal se hallara en aptitud de designar el candidato en favor del cual 108 miembros del Gohiprno se reservan la facultad de hacer valer sus simpatias, J\ lQué significaría la declaración que ha hecho á la Câ? mara el señor Ministro del Interior? Signiiìcaría que el C;:;ohierno e?tá dispuesto á puner la influencia de la autoridad al servicio del candidato del pal'tido liberal. en una þalalU'a á intervenir en favor de este contra lo? candidatos de los (Iernás part"ìdos. Señor, la inter?'enciÓn liene dos, a?pectos que conviene considerar separadamente. -) Se interviene empleando la fUCl'za r ejerciendo violen. da contra los opiniones contrarias" Esta clase de intervenc.ión ha sido repudiada,en Chile por todo,? los Gobiernos, aún por los que mHS se han hecho .::ulpables de ahusoð é interveneión electoral. Creo más: que diez mese? antes de las elecciones, íJl empleo de la fuerza y de la violencia no han entrado jamás en los propósitos de lo? gohernantes intervencioni:)tas. Pero andawlo el tiempo, la fuerza i la violencia vienen como ('8' sultado:; de la-resistencia popular, y como consecuencia de la otra especie de intervenciÓn de qtle voy pronto á ucu"
parmcEs decir, pU,es, que citando el señor Ministro declára que el. Gobierno no empleará la fuerza ni qUBhrant.ará la ley, ni ejercerá violencia e,fi favor de un partirlo ó una candidatura, no dice nada de nuevo, no promete nada que no hallan. IH'Ometido los peores- de los anteriores gobiernos in?erven-1, donisLas. Hay otro género de inlen'eIlelÚn que los?gobeJ'nantes ?? han considerarlo generalmente con dprecho para emplcar, y es la que consiste en poner en juego la? influencias que
1;:
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE -
proporciona la autoridad ã los que están revestidos de ella, en favor de un partido v llna candidatufHj v en contra ue "i' ., los demás partidos y de las demás c.andidatuJ'Hs. o'?: 83ta intervención tieJle lugar ùe difel'entes modos. Por ejemplo, el seño;" l\IiniBtro del InLe;;iOl: Barna á su sala de despacho â uno ó á varios Intenderttcs y GobeI'I1ë.dores con el pretexto de o'cuparsc con ell05 de aRllntos de servjcio? públicqs ó cita al mismo lugar á un SUI\?I'iIltendenle del ferrodirril {I fin de exitarlo á levantar una-, informaciÓn acerca de ulIa caLástrofe que ha conmovido al público y acerca de la cual el pÚblico necesita y pide luz. El señor Gandarillas {don J n8n}.-E{falso1 niego et hecho. El señor Presidcnte.-Ruego al ?eñor Diputado no inte11 ITurnp8, mueho l11enos de ese modo. El señor Errâz1.lríz (don .Isidoro).-Deseo señol' Presidente, que ese culto colega indique cuál 'es el hecho que t, ?" 'j, califica de falso El señor Candarillas (don J \Jan).?Que se ha llamado al Sllperin?pndente riel ferrocarril central para ciertos acto:s electorales. El señor Erráznriz (don lsidoro).-Su Señoria ha hecho un ga:sto.inÚtil de culturá parlamentaría, puesto que yo he estado en la hìpótésis. El señor Candarillas (don.Juan).?Pero gasto me,..eido. El señor Erráznriz (don Tsidoro, continuando) -Señoi', !;i cf:ltla uno de los que están dispue!5L.o?á faltar á la corte:-;íadebida á sus cólegas fuese juez .para decidir cuándo es e:;ü merecido, no tardaría en convertirse ps-te recinto en nna animada plaza de tol'OS. Decía, por vía de ejemplo, que ell'eñor Ministro del 1nteriar llamaba á Sil sala de despaèho á los Intp.odentm, ó jefes de oficinas que depeñdcn de Su Señoría. .El señol' Minist.ro
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de GueI'l'a yl\IHrina, pOI' su parLe: cOllvocaba â los jefes de los buques de guerra á fin de eon\Tcnir con ellos en la malIera ùe poner fin á la desgraciada ocurrencia de los t.emporales, ó bien, llamaba ó lns jefes de los cuerpos del ejército
proponerlcs la introducción de un nuevo y maravillos() bQtón destinado å proporcional' Inucho hOllol' á nuestras. pa.ra
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ORRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
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dC'" En estas conferencias se habla de tooo, y después hablar de t.odo, ell\linistro respectjvo manifiesta á sus suhalternos cuán agradable serÁ al Gobierno que se trabaje S designado los andgos se vote á favor del candidato que han de la administración. Los Intendentes, jefes de oficina y eomandantes vuelven
puestos y pOI' aqucllo de que el deseo del poderoso èS subordinados el orden p3ra el subalterno, aplican allí â sus mismo sistcma de que ]08 señores Ministros se han valido aSÍ7 pl:lI'aCOll ellos. La propaganda cUIlde en esta forma y él poco andar, la lHiCión queda dividida en dos campos: en d de los que lrahajan y están prontos á votar por el candi. dato de los amigos del Gobierno y en el de los que no quieadoptando la calltii? t'en hacerse agradahl,e5,.á la au lo', idad á sus
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datura que ella prefiere. Al reservarse los señores "Ministros la facultad de obras. buena de la manera qlle indico, ereen, con la más perfecta fe que en eso hacen uso do un derecho personal y personalísimo.Pe-ro ese es un grave enor, porque es evidcntp qllPno serían los ciudadanos don Eulogio'.A.Itamirano Y don ?laI'lano Sánchez Fonlecil1a quienes se atreverían â citar á Ú á lo? Intendcnte? de prosus salas particulares de trabajo yincias y 1m; jefes rle naves Ú ojidnas. SOJl los rûncionado8 púhlicos, son los investidoti ue la autoridad sU'P;eI'ior'los qu!:'
dl?l poder sobntel ánimo dehan hceho pesar las influencias 81iof;empleados, que están suhordinados á ellQ):; en la org?ni?L zación administrativa. 108 GobierEsta intervención de lasjnfluenciaf.i, ?s la que lIzgaclo con derecho pal'a nOS intel'vellcionistas se han j están dispuesejercer. y los señQres ?liIli?tros actuales no Diputado por el.Jlonorable tos á rcnunciar á cIJa. Cuando ChiUán preguntó, en junio último al señor Ministrodel Inte. eleccio?es. rior si habría ese especie de intervención en las Y todo indica próximas, Sil Señoría cvarlió la pregunta. de hoy día que ella entra en el pt'opÓsito y aúnen la actitud
en el Gabinete. Es dec.ir, de IlllCVÜ, que 13 política del Gobif?l'no que nos. rige es y :serála misma de los Gobiernos que más h{lú abu. los Consauu contra el derecho del sufragio, la misma que ?
BIBLlOTEC.'\ DE ESCRITORES DE CH[LE
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gres os de 1872 y de 1874 condenaban tan únanimemente y procuraron refrenar por medio de la ley. Entro ahora á mencionar los hechos que comprueban la .
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'\" JlltervenClOII. La Cámara comprenderá que á este respecto" la Larea y la demostración que me he impue1:Jto no e:3 tUÌl Bencilla. La intervención' quc denuncio no deja 'por todas partes sus huellas, 'sobre todoÞcuando fa1tan todavía tantos,.meses .:' para la ,elección. ,<: å ô en carta de tiene ordinario, puerta cerrada .Ella lugar, 108 casoS de qne se ubtiene una declaraeerradu, y,aun en ción, Calt!} mucho para que la prueba tenga el ciU'i:Í.cter que se necesita para confundir á estos que la reclaman con una tan completa Como la que se rinde ante los tribunales. Sin embargo, sometel'é á la consideraoión de la Cámara algunos hechos que estimo de gravedad. Sin salir', de.de luogo, de los que ha revdaclo la interpelación del señor Diputado por Talca, pienso que tienen más importancia que la que le, atribnye el señor Ministro del 1 nterior. En esos hechos no ve Su Señoría sino la pérdida ùe 1a contribución de dos centavos que percibía un ciurladano por el alojamiento de caballos en el patio de su casa y la entrada y no entrada de animales y jinetes á ese punto de reunión. Esto parece? en efecto, á primer? vista illSignitìcante, y lo ?cría si esos hechos tan de poca '!TI anta, 'según si ?on falsos 6 efectivos, no encerraran la demostración de si las promesas del Pt'esidente de la República, rle quien el señor Ministro 8::; Jefe de Gabinete y consejero de ilimitilaúa confianza, fueron expresadas en este recinto con el ánimo de cumplirlas 6 con iD. intención de que ]üs 8eñore? Ministros hicieran de ellas uno' completa burJa.
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Paso á otros hechos-,,-, En el mes de I:tbril Ó en el de mayo vinieron á esta capitallos Gobernadores de Combarbalá y de OvaHe- ,Qué eosa más natural que esta venida? El señor ?linistI'o del luteI
?
riOl' nos
probará sin trabajo
qu.e los
traj eron
å Santiago
asuntos domést.icos ó del servicio público. SiÇl emhargo, voy <t-dar 1ectura á una carta que dará á la'Cámara cÎ(?rta luz ., 3cerca del viaje de esos dos Gobernadores.
--o
OBRAS DE ISIDORO ERRAzURIZ
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JI
Dice"así la carta: Santiago, mayo 5 de 1875.-Señor don E!ías Montalva. ---Apreciado aniigo: Hasta ahora no recibo de Ud, ningún á su hijila,'díá encargo, razón 'porque no hè pasado ver si algo se le ofrece porque mi regretlu lo veritlcaré ,
game
.
"e el 22." ((Po)itica: por Vicuña: se le ha escrito, él trahaja sin de?canso por su candidatura, mas debo 8segurarle como amigo. que no se compromel.a, el Gobierno no la acepta, por mås á que Re diga no hay jntervencjón, la habrá su tiempo) y con estos antecedentes mal haríamo? en coníitituirlo8 en opositores; de recibÍr á Vicuña en nuestro pueblo, lo harc.7""" mos como al hombre ilustrado y de progreso, mas nada como al candidato, porque"sería constituirnos en op os'itores ant.es de tiempo y que terminasen mis trabajos en ésta para el adelanto de nucstro pobre deparl.amento. acepte comu Espero hablar la!'go con Ud. pronto y que siempr"c las consideraciones de aprecio de su armo. amigo"
S.
S..
El firmante de esta carta
es el señor don Francisco
"
ßar-
celó, Gohernado!' de Comha!'halá y deudo inmediato de UIIO, de los señores In iembros del Gabinete. ?Cómo a verjguú este señor Gobernador á principios del 108 partidario" mes de mayo, que habría intervención, que del señor Vicuña Mackenna eran consideradog oposit.ores y la Moneda con una que esa candidatura e?taba marcada en CI'UZ negra? equjvocó al soudeai'
Pll?de sostenersc que ese caballcro se amigos no la opinión pública de Santiago y que fueron sus singulares alusiooficiales los quc le hicieron incurr'ir en esa' ó mal miradas en nes de intervención á candidaturas bien
eljJalaciu. Todo es posible, señor'. E?ltre tanto, yo entrego este documento al criterio de la Cámara para que, como alto jurado, le dé el mérito y la importancia que le corresponda. No haré mucho hincapié en el nombramiento de comanlo dante para el batallón ch?ico de la Serena: pero es, por ciudad dividida en dos menos, singular que ballándose esa candirlat.u?:a mafba?,dos1el,?.mo de los cual05 pI'udama la
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILI!
G3Ua pOI' los tioñores ?linistros con cruz negra, segÚn la
ob-
servaciones del señor Gobernador de Combal'halá, al paso que el otro bando la hosLiJi:ta abiertamente, se escogiera al caurlillo de ese segunúo grupo, el señor don Pabio Muñoz, para confiada el manuo dlj un cuerpo que se hallaba Rin
jefe desde mucho tiempo,
y sin
que esto produjera 'incon?
veniente. La cosa"admitc, sin duda, fácil explicación. ?,.'Pl'obablc? menié ?1 señor Muñoz ha tenido :el Jt!:vlvo deseo de desempeñar la? comandancia á fin de alistar el batallón.. para el caso de ,que el enemigo vuelva á 3maga.r nU8st,ra'..",costa. Probablemente le ha movido el deseo de formar el cuerpo .
acompañamientos pÚblico? y no procesiones. De nnevo, la Cálnara juzgará. .J 'l de el En departalliento San Carlos,:ha sido. nf??nbrad\Jsubdelegado un individuo. cuyo nomure no mencional'éJ aun cuando estoy dispuesto ;,Í 1.8velarlo á los scñoreg. Ministros, y aoerca del cual se me ha comunicado 108 ante-;.:>: czdentes que siguen: Antiguo sargento de cazadores de á caballo, desertor en campaña, IJrOcesado por robo y.ha 8uírido'cuatro";'años de en los
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presidio.
.!
Va á decírsenos',:.quizá, que hULcooperación rle este brazo fuerle es nece?aria, en San Carlos, par'a la persecución de lo? bandidos; porque en épocas electorales los bandidos figuran frecuentemente en las comunicacjones oficiales. Yo temoJ sin embargo, que sr, haya acudido á ella con el objeto de ,1reprimir y vencer á lag Opos1tores. '.siguiente lo Do Coelemll ei'w['ihe el señor don Jorge,DéIAJIU, caballero cuya honorabHidad es bien conoc?,da en Santiago:
Hoyescriho
á
N. 0. que el candidato ofieial no cuenta en provinci a ni con los empleados, á pesa,. de inleryención la descarada de Lamas, y que para ganarnos;<- las";;elcccion;ef; tendrán que hacerlo ú palus, '. <<A (Jl'opósHo de intervellcjÓn, la declaraciÓn de. AlLa.
111 considero
una F;olemne farsa y no cambiaré lq. opinión mir,ntl'a? Lamas esté de Intendente. Hoy he vistô una carta de Coelemu diciendo que el Visitador de escue-
mìrano
OBP..AS
DE ISIDORO ERRÂzURIZ
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la8, Solís Ovando, anda agenciando votos pOI' esa subdelegación para Pinto y que un tal Pedro .Mui'lOz Vera se eornprumetiÓ á darlc cinco Y01.05 eDIl la condición ne nornll!'ar preecptora de una escuela á Su hija que, si sabe leer, no sahe escrihir>>.
Llego á las circulares del Miuistro de Guerr'a sobre las cuales versa la interpelación que estâ en dehate. Ellas son dos. En la primera, se pregunta á los jefes de los batallone:.-; cívicos cuál:es el nÚmero de hombres que tienen afiliados (?n sus J'espectivos cuerpos, cuál es el de la asistencia ordinaria al cuartel, cuál es el de los que saben leer y eseribil', ?' por Último, cuál eS el de los que componen. la guardia de prevención. Quiero suponer qne el Ministrode Guerra necesita conocer todos estos datos á fin de dar acertado cumplimient.o á la promesa de licenciar los cuerpos cívicos que hizo el Presidente de la República en su discurso de 1.D de junioPero el caso es que hay una segunda circular, en la' cual se pregunta cuántos de los individuo8 de cada cuerpo que ?abicndo leer y cscrHlir son menores de 25 3ños y mayores de 21 años, y casados. ?y qué objeto se hH: tenido al hacerse esta averiguac;ón? lEra meneslel' conocer cuántos de log soldados cívicos que saben leer y esel'Îbil' tiene más de 21 añof; y menos de 25 para el arreglo de las guardiafi y para <lar cumplimiento á la promesa présidencifll? ,;\0 ha sido más bien qne se ha querido formal' la estadística electoral de la guardia cívica para que sirva de segunda biblia en la lHoneda, en donde es rama que se cultiva y estndiaeomo primera hiblia el padrón de los contrj. buyentes del iIIlpue?Lu agrícola? Fruto precioso de este <:ultivo y oste cstudiu fue la medida quP. per'mitió al Gouier. no horrar de una plumada, para los efectos de la elección, IOi51fiayol'es eontr'ibuyentes de muchos de los departamentos del pala. Permítmne la CámaI'a llamar su atención hacia el hecho relativo al 8eflOl' VaJverde, comandante segundo de la é corbeta ,1Tagallones que ha sidu hoy objeto de debate interpelación.
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BIBLIOTEC,\ DE ESCRITORES DE CHILE
oficial Jué censurado por haberde una acta de. proclamaciÓn- de la jJllesto Stl firma al 'pie del candidatura señor Vicuña ?[ackcnna. Hombre de deliel señoì" no aceptó una reprimenda que Válverde cadeza, á cOllsideraba atentatoria su derecho de ciudadano chileno y contl'aria á la promesa que hizo eLi,Presidonte. á los empleados en su dio;;curso de 1.0 de junio. Hé aqui la renuncia y la separaci6n del sc,rvicio de ese inteligente y digeÍ'o marino. y así, es señor, cÓmo en cada elección piet'de la märina
Es sabido ya
.
qu13 ese
nacional cierto número de sus,"mejores ofida[e?; La intervención les coloca entre e}., mcno?cabo de -su dignidåd y la conservación del puesto, y, ]05 más activos y varpniles? saltan]a borda y.salvan la diguidad. Y esa es, también, la calls? del desopden, el desbarajuste que ha solido notal'se en Do"asiones de conflicto, 'Y el origen y la explicación de una queja muy generalizada por la escasez de marinos á bordo deJas naves de guerra del país. La intervención que p?rtu'fba profund?mento la ....ituación constitucional. del
país,
va"á produci?. "por añadj?ura, ese fa?al efedo de privar á la armada de lò'g servicios de los hombres que{'-?8sí" Como son enérgicoB ante el abuso electoral, sabrán ?erlo,?Uegado el C880, contra lós enemigos.--c:..
,?
Pero, señor, eserá menester que conLj?lúe citando los heehos que comprneban la intervención? lSerá posible que reduzcamos este gran debate á .1a categoria de Ún litigio rOl'eUSe, en el cual son necesarios para constituir prueba los dichos de dos'êtesLigos contestes, mayores de edad y libres de tacha? èNo hay, por:"ventura, un elementö"de convicción más alto qUé eso, y son las conciencias contcstes. de todos los que nos sentamos en estos bancos? A esas. conciencias "apelo; y- pregunto á mis Honorables colegas si ., es ó no verdad que no hay uno solo entre nosotro? que no tenga el pleno;?y completo convencimiento de que "la iriLer. ve'I;.ción existe, que 110 haya sido solicitado por alguuo'de lu;" señore?: Ministros en favor de la candidatura del señor Anibal Pinto y quc ignore los pasos que 105 micmbros de la administración vienen dando de dos aÏío.s á esta pa"rte, â no do" hacer atmósfera á esa c8rÎdidatul'fi dccrðtada en la ,
Moneda.
?
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OURAS: DE 15IDORO F.RRAZURIZ -r',4-
-y fuera de este recinto, está la concìenciri del país quea4!nite la inlel'vención sin sombra de duda., que ha diyidido 'c?1líàny ?lasificado los bandos que se- di?putan la victoria! do de la candidatura oficial y hando de la canditill'a popular é independiente. lEs imaginable que" todo un país esté desorientado y engañado "hasta"ese punto, yeso solamentè por la obra y el esfuerzo de dos ô tres ambiciosos y?turbulentOf!?
D
ir
??
M.
,}!., -
propósito. á mis Honorable? colepasandoen la prehsa del país á que pertegas, lo 'lue está nezco y, que, dígase lo que se quiera, tiene' Su importancia '; púb1ico. COl1l0 M-gano del sentimiento" De éstos se pu?lican, en Santiago y Val paraíso, siete gl'andes diarios; cuatl'ù-denunciaban y combatían vigorosamente .
Quiero rccordar, á
ei3te
la intervención hasta que viniel'on á la-7Cámara las actua'les inLerpblaciones. Pues "bien, desde que el señor Ministro del Interior hizo aquí sus últimas declaraciones, los gran? des diario? que creen en la intervención y la conØenan son seis. Uno de "ellos que la negaba tenazmente, Rl Deber, de Valparaíso, comenzó á creer el dÍa,en que el seÌ10I' Minis.
.
tro habló..,Y' el único de 10'-1 siete grandes diarios chilenos heeho,: pues que niega hoy la intervención, la revela con el di ha eoneentrado Últimamedte sus fuerzas sobre la can dasegún lo observó tUl'a que está marcada con la CruZ negra, á;principios de mayo el. Gobernador de Combarbalá. Por otra parte;-"si la iÍ1tervenúÎón no fuese un hecho confirmado por la eonciencia de _Chile entero, lcómo se expli. ã caría quc los partidal'jos de la candidatura que acabo deestrepitosamente el referil'lne estuvieran denunciando tan abuso gubernatjvo? tEn fuerza de qué extraña aberración estaríamos proclamando :"ã todos los vientos una circunsá tancia que eS propia para retraer é intimidar muchos, en este pl1is ùe hombres mansos Y sumisos, por carácter y t.radiciÓn, al capricho. de la autoI'idad? Aht bien quisiera yo que se levantara de nuestra conló,pida funesta ùe la ciencia y de la conciencia del país, esta patriótica jnterv8nción -que ha aplastað.o ,tanta esperanza interés del partido y generosal Y lo quisier'a, ante todo, en liberal que no alcanzara jamá? la influencia que le corres.;;.?
.
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ÐIRlIOTECA DE
ESCUlTORES DE
æILE
ponde en la dirección pública y en las leyes del Estado, pura y exclusivamente por culpa de la intervención que :10 ha mantenido, ile continuo, en el fraccionamiento, y ha obligado â algunas de sus fracciones ábu8car ó'!lceptar alian. zas con los deln?g partidos en' liSO del derechb de-:-1a propia
defensa.
.
Nadie vacilaria, en Chile, en olvidar las disensiones de partido y en confundir sus filas con la!>; de sus adversarios políticos. si se tratara de resistir â alguien del interior ô d? fuera que intentara alterar' nuestra forma de Gobierno. Entonces no hay pal'a qué extrañar que otro tanto haya sucedido y suceda cada vez qU{?'los partidos tienen al f?en. te á la intervención, que respeta la forma, pE'fO destrùye por completo el fondo 'y,la naturaleza misma de la institución republicana. Cuando el enemigo de la propiedad y de la vida asalta la aldea, las distinciones y las rivalidades' ?jel pueblo cesan; los más audÐces suben al campanario de la iglesia y tocan á rehala, y de cada casa y de cada hogar saltan á la cane log hombres 'armados con los instrumentos que encuenh'an á mano y,:si:Í1más p'ensamiento que el de la defensa comÚn. t Y no es natural y justo que"se obre de la migrna manera para repeler la intervención, que es el enemigo común de los partido::; y el peligro )'13 Rmenaza mÚs ileria á que está expuesto un país? Fíjense bien mis honorables culegas. Laintc.rvención que :se prepara está condenada, por la fuerza de las cosas, â 8er más,,?viol?nta y cl'uda que las que hemos Pl'esenciado antes de ahora.
I?
lf'
,?
Por una parte) el Gobierno se presenta en el campo sin tener á su lado un partido,' porque -1å intervención ha' comenzado por el atropello de los fueros del grupo polítino <tue ha preRtado apoyo á- la administraciÓn, antes de ejercorSé contra el derechu popular. Esto es algo que ningun.o de los Gobiernos pasados intentó, pues sabido es que ni en 1841 ni en 1851, ni en 18ï1, estuvo en la mente de los gobernantes poner el veto á las candidaturlli! designadas por SIlS partidarios é .jmponer á éstos un candidato:de exclusiva fabricación oficial. .Por otro lado, las fucnas de lq?;partidos indep?ndìentp.s
OBRAS DE ISIDORO ERR..\Z1!RIZ
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.
han ido creciendo, cou el tiempo! y se desarrollaron bajo el amparo de la nueva ley de r.leucio"nes que, indudablemimte, presta al derecho eficaces gaI:'antías eontra la intervenciÓn y el
abuso.'"
Es decir, que la lucha será má';i proporcionada y más encarnizada! entre el poder y los ciudadanos, V más de LeM ál rtier, por consiguiêllte, los resultados que p?edatraer p:ais.Vencedora la intervención, Chile se encontraría colo.cado en una alternativa cuyos dos términos me parecen 110101'0505- Uno de ellos sería el desencanto incurable:y el .abandono definitivo de una contienda que podía considerarse desesperada y estéril. Y el otro términò sería.la perturbación del orden, contra la cual protestan en" el día tan -enérgicamente el buèh sentido y el patrioti8IDo de la Na.
?iôn. Se ha dicho siempr'e que es tarea difícil refutar al señol' lflinistro del Intel'ioI' y 'conmovcrlo, y en efect01 es árdna empresa. la de refutar la palabra fáeil y nena de recursos que la Cám'ara ha escuehado du'
rante los últimos cuatro añoR.
Pero más árdua y difícil"'empresa es ?l corazÓn de Su Señoría esas oleadas de el rubor á na ofendida! que hacen su bir tar á loslabioB la verdad y la impresión
la de producir en la dignidad humalas mejillas y salrecóndita que, sin
permanecerían escondidas en 108 nuhlados riel sofisma y de la dialéctica. Durante los últimos años he visto á los làtigos conserva,dores levantarse. cien veces sobre el señor Ministro y cruzarle sin piedad el rostro, y sin embargol el corazón de Su Señoría no ha palpitarIo más á prisa y el rubor de-,la vel'.güenza y de la indignación no ha teñido Sil frente. Hubo un caso, un solo' caso, en que el señor Ministro se presentó al Congreso conmovido é indignado: pero entonSeM .ces se supo en todos 105 ámbitos de esta ciudad que Su ñoría había recibido orden superior de Üídignar8e y con-CSO,
.
-
rnoYel'se.
,-
Por mucho que sea el desdén que Su Señoría ha manifestado hacia mi persona, hago notar cõn orgullo á la Cá,T?ra ERRÁ.ZUßIZ
6
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"?-
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BIBLIOTECA DE ESCRITonts DE CHILE
la circunstancia<J."ùe que he sido el segundo que haya CQm,eguido })erlurbar]a serenidad estojca del señor ?Hinistro. Es decir, que Su Señoría ha venido hoy á este recintOt Lrayendo de la Moneda, por segunda vez, la orden de indignarse y de cnfllrec?rse. Esto explica por qué el señor Ministf'o, que ha tenido do> dias para meditar y prepararse, ha hablado en su dis. curso de la calumnia grosera y del insulto personal y vil, de pasiones indignas, de insolente afirrnaciÚn y ha rlescargada sobre mí una lluvia de alusiones injuriosas. El secreto' de todas estas palabrotas 8stH en la orden que ha fecibido el señor ,\1inistro del Interior. Entretanto, lqué dije yo en mi anterior discurso que autorizara å Su Señoría para imprimir al debate un giro personal y violento contra el que habla? ?Me ocupé yo, po. ventura, en los 40 años de la vida de Su Señoría ó falLé en .'algo ,á los fueros que SOn debidos ásu persona? Nó; estuvo lejos de mi ánimo el propósito de traer â la discusión lo. persona y la vida privada de Su Señoría, -que para nada interesan á la Cámara y al país.. '.'. ." Me referí exclusivamente á los actos del hombre pÚblico. á las promesas hechas por el Ministro en 1870, y condeua?as y ?arcadas en seguidaComo falsas por el Congreso f .
"'!;?r Ja .ùpinión pública.
,Sin embargo, si Sil SeñoJ'ía desea y si ]3 Cámara
consi?;øç,ra'que ,eno no ofendería su decoro, estoy dispuesto á_en. ;?tr?r de néno al terreno que me invita el5c[lor Ministro ,y á
om6aif Sil persona con mi pcrsona y ?u vida con la mía. Pero' advierto en este caso al señor Ministro lo he que advertido: á 8U prensa cuando me ha insultado pOI' su orden: que es moneBter que comience por abamlonar el sistema cómodo y cobarde de la" reticencias, ypor formular hechosconcretos y posi LÏvas ,:de que seR pO,'3ible hacerse ?argo. ' (Aprobación de mucho, banco"). El señor Presidente.-Supl{6oal señor DipuLado usar un lenguaje más parlamentario. -
El señor Errázuriz (don, Isidoro).--Señor Presidentej se ha empleado contt'a mi las expresiones do calumnia, de :'?
industria personal y vil, de afirmación jnsolente y después
OBR,-\S
DE ISIDOß.O ENRAZURJZ
O, '>"
que el señor Ministro ha dado impunement.e este giro al debate, ?puede ohligárseme con justicia iI renunciar á la tlcfensa do mi honor? El serlOl' PresÙlente. Yo no trato de quitar á Su SeÌlOJ'ÍT\ el derecho tle defensa; me limitaba á suplicarle usara un lenguaje más parlamentario. El señor Errázuriz (don Isidoro, eontinuando).-Repi-
to que no he violado aq\l\ los fueros del hombre, y que he discutido los actos del Ministro, del funcionario á sueldo de la Naciónj á quien esta CámaJ'a y el pab tienen derechu PRI'R exigir que desempeñe su pue8tu con decoro y, con
'lealtad."
Una eoz. iMuy bien! El señor ErrázZlriz (don Isidoro).-Y á este respeçto me
.
cl1mpJe.decl?rar q:ue reconozco en el señor Ministro el dere. eho dé' examinar y de condenar, por su parte1 mi conducta como Diputado y como hombre público. Su SeÌlOría ha dicho que se le han oculto'do 105 motivo? por que llegué yo un dia á formal' en las filas del aotual Gohierno. No es extraño que eso suceda al señor Ministro del InteJ'Îor: pero Al motivo de mi adhesión al Gobierno lo comprenderán los que sepan que desde mi niñez he obedecido á cierto género ùe ideas lIIUY prollunciaùa?, y he combatido de frentc y COn lealtad á un partido que tiúnc en esta Cá. mara poderosos representantes. Llegó una hora en que el Gobierno, aliado y deudor de este partido, tocó á degüello contra'él y entonces yo nq vac.iló en incorporarme en las
"!.
-
tUm; gubef'Ili:\tivas.
El seÌlgr Ministro ha teni'io .
á bien declarar' que fui Su
admirado"i'. JAdmiraciónl Sí, confieso que hubo un momento en que experimenté pOI' Su Señoría algo parecido á la admi.
ración, y fue cuando el s.C'ñor Ministro del Intel'io? anduvo por osos.campo? del SOl' tocando dianas de libcrtad "y do reformas. Pero ]a admiración cesó cuando) vue]to el señor ;\Iinistro de su exct1I?jól1, û?la mano poderosa ùesarmó S'l tambor y cuando la aurora de grandes promesas que vieron lucir Chillán y Concepción se. extinguió en las tinieblas del silenoio J' de la vergüenza.
.
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BIHLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
Más tarde, la admiración se cambiÓ en algo q LIe no mencionaré, por respeto á la Honoràhle C(unara. Esto fué cnando vi intervenir alseñol' Ministro en lâ's' cuestiones locales .
"
que hau agitado Últimameute'á Valparaiso. No era misterio para nadie: que desde tiempo atrás la oouducta del Intendente de esta provincia molestaba al señor Ministro y atormentaba Su ánirilO. En el"mes de diciembre Último, ese mandatario tuvo la singular humorada de provocar un conI1icto inÚtil eón motivo de ciertos asuntos de teatro y la de vejar y ultrajar cruelmente á una parte de la jll\!cntud de su pueblo. Pues bien, este momcnto fué el que el señor l\linistro del Interior escogió para para hacer 11 na lriste retractación. Concurrió á un banquete que se daba en honor del Intendente de ValparaísQ y derramó una nuvia de flores 801)1'e la cabeza de este subalterno, que no hacia misterio de ?tl desdén por el Ministro. Yel complaciente jefe no obtuvo siquiera una valabra de a-gradecimiento y de cortesía en cambio de su obsequiosidad. Posteriormente, fué 8ol'{)l'tm<Udoel Intendente de Valpa-' raíso en una flagrante viOlación de la Constitución, eome-.? tida en un decreto relativo á los comisionados para levantar el censo.
En una correspondencia qne se entabló soure ':'este par-
el señor Ministro dió las más exp1'esivas grâcias al '. ticular, funcionario atropellador de la Carta fundamental, porque se habia dignado declarar que no había tenido ningÚn pro-, pósito perverso y que, si había quebrantado las leyes, había sido en atencí6n al mejor servicio pÚblico, Con estos antecedentes, les faro tI ue mi adm:iración por el señor Ministro se convErtiera en Un sentimiento .
opuesto?
Protesto este .
.?
dé-
nuevo, señor) que me he limitado traer á debate .?lCtos que pertenecen al foro de la Cámal'a y del
país, y pongo término å e'ste odioso incidente personal. Por lo que toca al foudo del debate, observo que hay una djstancia inmensa en la manera eomo aprecian:su importancia los que hasta aqui han tornado parte en él. Los señores Minjstros ùel lnlerior y Guerra lo han con?
? ??r:
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OBRAS DE ISmORO ERRÁZUR (Z
siderado, desde el principio, como cuestión hlsignificante y aun,como una simple e?caJ'amuza. No es la primera vez que los jefes de un ejército cometen errores de esta naturaleza. Generales más experimentados y diestros qllfl el Honorable, 1\Iini?tro de la Guerra han tomado á veces pOI' un ligero tiroteo de avanzadas el cañoneo de una batalla campal y decisiva. y si hubo en la polltica del país Una bstalla 'parìamentari,a de gran alca nCfl, es la que está librándose en estos momentos en la Cámara. Los que sostenenlos la interpelación, esLamo? procurando desgarrar el velo que oculta una situación, á fin de que, apareciendo aquí la verdad en toda su aterrante desIludez, se ponga remedio almaly se verifique un cambio saludable en la poUtica gubernativa. Buscamos la verdad y vamoS tras ella, al paso que el j\1i. nlstro hace esfuerzos por ocultarla tras de una ficción de triple cola, se titula: Libertad electoral, Ministeriu par:. .
que lamentado, influencia del partido liberal en la marcha de los. negocios pÚblico?.
.
.
El seÌlor Mini.trodel Interior se ha jactado hoy de que el Gabinete cuenta con las simpatías y eJapoyo deJ liberalismo, y á eso atribuye su peI'maIle?cia ùe cuatro aÎlOs en el Go-. bicrno, al frente de dos Congresos y de la opíniún favorable del pms. En ..ealidad, el partido liberal no está al presente al lado de? MinisterÎo, ni como principios, ni c'ômnconsojo, ni como cooperación y apoyo. El señor Ministro del Intel'ior, que figura en pulítica de?òút870, no ha represent.ado jamás ideas liberalef; ante el Congreso. Recuerde la Cámara que, en 1872, el señor Ministro del Interior quemaha aquí el último cartucho en defensa de la intervención de ?as Municipalidades en el acto electoral. Recuerde. que todas las sotnciones antiliberales y reaccionarias, todo lo que ha tendido á rob.w;;tecel' el centralismo, ha encontrado en Su Señoría, pretendido jefe .oficial del liberalismo, UIl defensor ardient.e. Y esto que sucediÓ en el debate sobre la ley electoral, ha ocurrido igual-
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
menle en la ley de g-arantías individuales, en ia ley contra los malhechores. en el debate pendiente ahora mismo en e] Senado sobre la indicación del señor Covarrubias. ,Ha estaøo acaso elliheralismo como consejo alládo del GahÎnete? Yo p)'egunté ya, en la sesión anLedol'. cuál e? La determinación impÖrtanle, ßuål la medida gubernativa de alguna traseendencia para las cuales se ha consultado al partido Jib{!ral, y no he ohlenirJo hOJ;ta ahora contestación.
.
.i\
En lag meses que van corridos de este año, han Lenido lugar sucesos muy graves en e? Gobierno. Hubo un momento en que se quiso traer á sus venas nueva sangro, y se llamó á los seÎlOres Coad y Zenteno, mÎembros Jibcra]c-s del partido Nacional, á formar parte del Ministerio. (.Sc consultó para este cambio al partido liberal? c"Se le Consultó más tarde para la alianza con unA parte del lihera;; lismo radical? El señor Ministro dellnterioI' ha declarado que mi reti. rada de las filas gubernativas no ha significado nado.. Bien convencido estoy de ello. AUIl cuando mi.:porsona tuviera algÚII valor, y aun cuando muchos como yo y mejOl'es que yo, abandonaran al Gabinete, es indudable que la e?xistellcia deéstp. no correrá peligro. ?Aca8o la" garantía de la ..permanencia de los señores l\EnistI'os estå en la adhesión"y el. apoyo de los partido" y del país? Pero echemos la vista ni eampo liberal. ?Cuáles son los hombres que forman å esta hora en IR? mas de los Ministru8? lQllé se hicieron esog tiempos en qne resonaban en este recint.o en favor de SU8 Señorías las voces de oraqores';comoLastflrria y Sant.a Mada, cumo l\-:IartÍnez y Malta? Hé aquí desvanecida una de las ficciones á favor de lus cuale:; los señol'&3 Ministros procuran adormecer la conciencia de la r.ámara y del país. Ficción, y atrevidÚ ficción, es tamhién la exislencia de un lVlinistro parlamentario. E18eÙol' Ministro del Interiol' se considera y tiLu]p. representante delliheralismo enel Gabinele. N o se ha descûbierto, todavía, cuál es la caledr'a]en donde Su Señoriå fué ungido
ø!
ORRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ ,:.,
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jefo do eso partido. Lo que sí todOH recurdamos, es que figuraba en 1871 como Ministro de tina coaliciÓn de liberales y conservadores, que aceptaha y delendia non calor las ideas que el partido conservador lugró iinplaniar en alguno;, ramos de la administración. TodavÍaresunaua en la Cámara el eco de los discnrsos que cOIlsagl'ô ül Minislro del Interior å :;;ostener la obra minisLerial del señor Cinfuentes, cuando Su Seùoda se presentaba como mjcmbro de un Gabinete puram.tmLe liùerClI. A, poco andar, era l\Iinistro de una coa}iciõn de liberales "þuros y liberale8- del partido nacional; y unosJ?uantos días después era jefe de un Gabinete de libeI'ales puros y de liheralm; radicales coaligadotì. Pasando á la discusión de la ley electoral, creo conveniente recordioi,r aquí qu? nn día llegÓ á la Cámara el señðr Miniðtro y desenvainÓ.la'cspada en defensa de 189 J\lllnicipalidadc8; como poder electoraL'AI díaöiguiente Su Seño'ría apagó cÐsi todos sus fuegos. Dcclaró que no I'CIH'eSentaba las ideHs del
Gobierno, y quedó, por primùra y últirna vez, sostenido {'tHI ulla flojedad, CUYfl causa no es difícil presLl" ir, ]a? idpa? persunales del Diputado AltamÎrano. En el curso del debate sobre la ley electoral, Su Señuría aparece apoyando las doctrinas y las opiniones más restrictivas; y por Último, el Honorable y fiel representante tifo} liberalisIlw, se bAte en retirada, de tl'iil<:hel'a en trinchera, siguiendo invariablemente al Presidente de la HepÚbJica en las mudificaci(Jnes que experimentarán las ideas de S. E. por efecto de las nec?sidade8 de la polít.ica. de esto, de haber -IY Su Señoría se admira todavia, rlespllé? dé' presencia pel'manecido cnatro años en dos Congresos y de d08 millones de almas! Va â decil'?eme, quizás) que esta se:'iu de cambios de opi{dones del" I'epresentante de la idea libera] BTI el Gabinete eran espontáneos y que, si se verific.aban simuItánealllenl,e con ]05 cambios de idea8 del Jefe del Estado, m;to deJ)f' atrihuirse á una simpática y Hlh;teriosa coincidencia! Señòl', este pai'alclismo de desarrollo, e4e prodigioso mistéi'io de dos sCl'esque viyen una nlisma vida, es de todo punto ind;'eíble. La naluraleza no produce e8DS renómenns ni en lo moral ni culo fí:;:ico.,
:11
.
'"
8S
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE ??'
Durante muchos años, los hombres de ciencia y los curiosos han estado exlasiaùo8 con la maravilla de los melliá zos. Seis mCf;CS que. vinieron al mundo condenados una
fon?osa comunidad dê existencia. Yo niego que ese paralcligmo y esa identidad de desa-
tI'ollo sea posible en lo moral. r-' Solamente es posible ùe Ulla manera, y lo ha sido para f'& dolor.."v vergÜenza de la política, cuando un Iw.mbl'e T"' ?" ,. lC1 Som bra ùe utro homure. cQnstituye p.n Cuando esto sucede, cuando un J\'tinistro es la sombra Je la .p'ernonR presidencial, Ilo es raro queese Ministrô'permauezca cuatro ó más años en su pucsto y vea desfilar ant.? ßUS ojos CongresoB y geIlerHcioneg. Conozeo un héroe de novela que tenía la desgracia de,Slue su cuerpo no proyectaba sombra. Este héroe se sentía inuy mortificado. Pero el Ministro que rcpreoenta clliberalismo en el Gobierno, en vez de desesperarse, se complacé'en una circun?tancia !nás tr'iste que la.tie no proyectar sombra, er:>> el hecho de ser la sombra, no de sí propio, (sino de una personalidad- ajena. '1 Yo considoro que los cambios de poHtica están bien en el supremo magistrado del país Los Presidenteö no puedeI! hnponer siempre sus ideas á 1m; Congresos y á la opil1ió?" pÚblica y dehe.o entonées transar y pactal' con las irleas y 108 partidos rt?l?e SOIl la mayol'Ía paf'lamental'ia Ó nacional. Los' representantes 'de los partidos en estos acomodos. son los i\1:inistros. Su misión consiste en ser la enuarnación y el reflejo de las ideas de su partido en el poder, y su permanencia en él, debo durar tn.nto como el pl'edominio del principio y el bando de que 80n lIlandata?ios. .
'
.
.?,'-
.
Esta
."
es la base del
sistema parlamentaT'io. Pero los MinÎ!Jtros-sombras, )08 Ministros que han corta':.. do sus anclas y quemado sus naves! como hombres de eon.. vicciones y de partido propio, no sOn ni -deben ser Uamado? Ministros pCll'lamentul'ios. Con Gabinetes de esta especie, el verdadero, el único Ministro es el Jefe del Estado. La mayoría de la Cámara no es ministerial sino presi? denda!. La inlluencia del Gabinete es nula en .la Cámara y ,
111';
,?
OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
89
omnip9tentE11a voluntad pl'esidHuc1al. Se vive, en CaBOE' como :ste, en plena dictadura. tercera y Última ficdön 'de los señol'es Ministros es la
La-
lir;e!,L?d electoral.
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este respecto, S11 Señoria, el del Interiol'J emplea una tóctica que parece ha ido á pedir prestada á lo? estrados ?. del juzgado cnlo criminal. Un jovcn abogado encargado de la defensa de ,un homicida no lo haría peor ni mejor."que el señor ?lini5tro en su defEnsa de la Íntervendón. iSe vió al presunto reo en compañía del occiso pocos iCo.momentos antes de que el cádav81' fuera encontrado? snalidad inocentel 2 Seencuent.ra en su poder el pañuelo empapado en sangl'c, el sombrero de la víctima? Bagatela! ?Desde cuándo cs prohibido â lo? ciudadano:.; de ChHe iguales á los de un su frir hemorragi as ó poseer sombrero? hombre asesinado? J es caract8rÍsLica. La analogía de la defensa sobre el mundo de concienda Elevemos, señor, nueska '
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migerias y de preocupaCiOJl8R en que nos mantienen 40 HiloR de abusos y usurpación electoral. Cf)nl'csemos que la inLervenciôn 8S un crimen que Heva cn si caracteI'es tan ()dioso?)7 perverso:! como los peores crímenes que PolCÓdigo Penal castiga. Es In usurpación del rnás sagrado delo8 derechos de un Ijai?. Es la mlUI'paciÓn, con calidad de abuso de depositario de la conJianza confianzo.. porquc la comete el nacional. E?]a usurpación del poder Buprem01 que el jefe de una nación comete, pretendiendo continuar en el mando mós o]]á del término legal, tras de la pantalla de un Pro"id ente de su amaño. Es, en fin? un acto más ilegítimo que el que comeLe el enemigo ext.erior que derriba las autori? dadcB constituídas ùe un país. Pues bjen; el señul' ?Hni5tro del Interiorj que gastó casi L-ouo su discurso en lanzar elementof.! explosivos al presente debute, ha pa?Hdo con not?ble ligereza sobre los hechos que prueuan la ivtcrvcncion. De alguno de éllo? 110 8C ha hecho cargo HÌquiera; de los ot.ros ha dado cuenta con sin-
gular desenlado. Su Señoría se ha aLrevido á citar los grandes partidos de .
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Tnglaterra. ? Y que lecciones resultan para nosotr'o5 de las lucha:.; de esos partidm,? Allí los Ministros suuen y caen como repreBentnntes de ?_sas poder08a? faccione8. El l\1inistro Lory ú el l\linisl.rof wìgl\ mantienen levantada muy alto en el pode,' la bandera de. sus respectivos par?idos y hajan envueltos en ellasr si la necesi<lad política lo exige, Äun cuando solament.e
hayan logrado permanecer ocho dÍa? en la altura. A propósito del incidente del señor -Valverde. Io's señores ì\Hnistros han consultado en la Moneda, y ell'esnltado"dc la comm1ta es que no ?c aplicará en todo rigor, ninguna de las rl6s do'ctrinas opuestas, ni la dû:l1.o 'de junio ni' la que posteriormente?'ha establecido el señ'or 'Intendent.e de Val paraíso, seglmdo Pre,identc de la RepÚblica_La doctrinå?;ldel1.o de junio, según la ClIal los ûmplçados, son libres para manifestar y hacer valer sus opiniones políticas, ha sufrido' una limiLación. gllímiLe r;el'á ]a línea en donde comienzan las pa5iònos ardientes. y' se ha adoptadu llna excelentè norma, la rlc la prudencia1 para' fijar (';se .., limite. Debo dar á los :señores Ministros las gracià?q, á nombre de la libertad del sufragio, pOt' esta generosa concesiÓn. La prudencÎCI de lu.:; gobel'nantc5 convel,tida en la nOI'ma dp. aplicaciÓn de las Icyes y de la pl'Omesa de] 1.0 de junio! El dOl'echo dc 108 empleados á merced de la prudencia del lnténdonto de Valparaíso1 del Gobel'nad01' de la Colonia de .MagallaneH y de IOH Huhdelcgados de campo! Gra.èias, seño.
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res, de nuevO! ? Respeoto del nomhramiento de COlï?<ilHlantc del batallón de la Serena, el Boñor Ministro de Guerra Il08 h:1 dado hoy .una explicación q110 no admite répHca. SLl SeÜorla nccesitaha ancOffiandantc para las fiestas del lS, y el señor '
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'1 1luño7. se manifest6 dispuesto á aceptar el mando, porque deseaba concurrir con el batallón Ú la parada del ani-
versarIO.
Debo al Honorable MiI1Í13lro dos explicaciones. Su Señoría ha tenido dos días para leer mi discurso de la pasada sesión. Sin embargo, nO ha con?cgllÎdo leúr10 bien Su Señoría. Ha entendido quc yo hablé por encargo del
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ERRAzURIZ OBRAS- DE ISlDORO '.':.
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reaJidad, f'SO no Honorable Diputado por Talca, cuando en dos días no rIJO. resulta de mis palabras ni del debate. Los ron suficientos para el señor Ministro..También ha hablado Su Señoría de alu::;iones mezquinas refiriéndose al qlle habla. Una alusión ['ecuerdo haber'hecho á"Su Señoría, y esa nada tuvo de mezquina, pues consistió en devolverle elegancia que tanto dist?ngue generosamente la cualidad de al señor Ministro y de quo Su Señoría. intentó despojarse ['ll obsequio mio.. Dejo á la apreciación de la Cámara los adjetivos que con e?t,o!:1 Hono-' tanta pl'odigalidad han empleado contra nú rabIeR y escrupulosos'señores Ministros! Ocupándose de losasuntos de San Fernando, dijo er!:.eìlor' !\Iinistro del Interior que la Honorable Cámara ha fallado -
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ya sobre
el1os.
Gámara ha Este es un grave error. Lo único que \a á San F_crnanl'Bsuelto sobre eSe punto ha sido no enviar pi;onundo una Comisión de su seno. La Cámara no se ha ciado sohre la exactitud de los hechos, ni podría hacet'lo desde qué-para ello habría ncc.esidad de OÎI' tcstigos;compapalabra, levantar rar unas declaraciones con otras; en una una verdadera información. El hecho relat,ivo á San Carlos queda en pie, porque el simple di?ho del Gobernador1 autor del nomuramiento de subdelegado de que hahlé en 'la sesión pasada, nO basta de esta Cámara. para destruir la afirmación do un miembro Regpecto de la cad,8 del señor Délano, el señor MiniHtro á de ha tenido á hien de no contestar la acusación conCl'cta á p'ara su hija un preceptor haherse ofrecido una C.icue.la la candidatura que ha prometido apoyar con cinco votO!) oficia1. En In relativo á la carta del GobeJ"llador de Combal'bal;, comprmido que debemos aguardar que. so pronuncie ese sÎ el funcionario. Pero, desde luego. debo declarar quc, Gobernado[' es inmolado, será una víctima que se sacrifibien cará á la nece?idad del Hecreto y la buena fortuna más á ese funcionario lo que á la libertad electoI'al. Sucederá á los que han perdido mismo que ha sucedido otras veceS
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ctccciones porque han tenido alguna ?"consideracjón á sus pueblos. .A éstos se les ha destitllido sin piedad. Los únicos" que han prosperaqo y hecho carreta han !sîdo aquenos q'ue ban tenido bastante habilidad y bastanto
cinhuno para no ser ViIlRdo?. En mi anterior discurso, invoqué para probar la intervención, el fallo indeclinable de la concienCia pÚblica, el convencimiepto universal que ha proclamado la?existencia de la candidatura nficial, y dejo aquí constancia de que el señor' ?linistro del Interior ha vuelto la espalda, con desdén, á este géncro de argumentos.
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Entretanto, continÚan circulando en nuesLros cll]hs y corrillos palabras y anécdotas' que prueban hasta qué punto está form1ada y.,pronundada esa conciencia. ?Quién:'en esta Cámara no ha oído repetir la característica f6rmula ùe UII Intendente, amigo muy antiguo y afectuoso del señor Vicuña Makenna, que hacía votos por su candidatura, aunque anurICiaha que el día que negara la orden, prendería fuego al pueblo y calaria bayoneta? Sl' que ayer en 1In cÍI'culo, en el cual se ponderaba cuán amanadn eel.. el Presidente de la TIepública COIl las declaraciones del señor Ministro del Interior ante la Cámara? un Diputado exclamó: Sí, muy amarrado; pero ni más ni mOnoS. que Fay y Keller. No se Illf! ha dicho e] lIoml.H'e de este espiritual Diputado. pero se me asegura qne, llegado el momento de]a vut.ación,. será uno de ]05 que afirmarán con su voto que no hay inter-
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'X.i'
:.:: venciÓn. ',: ?" dcspué de la CÁmara, Asegúrase también) que, .saliendo de lIna de ]88 sesione:" pm?adåsrunode los señores ðlini5tros, á quien so interpelaba sobre e] capítulo de lH inLer\'ención?" úijo: La habrâ, y huenal
Hé aquí una protesta ministeria1 que no es tan levan Lada y heroica como la el.e Galileo eunndo, en presencia de]a tortura decía.: Y sin embargo se muevel Pero el1a t.iene una importancia incalculable en estos momentos en que se trata de formar el juicio público sobrc ]a perspectiva de ]a próxima elección. Si en rea]jdad 1M intervenciÓn no fuese el hecho lamen la-
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bley funesto de la situacÏón y ID. política guuel'Úativa, distinto sería el aspecto que á estas hora? pl'escntaria el país.
A?iRtiríamos, en verdad, â una franca y encarnizada lucha entre las dos grandes entidades históricas que están llama? dag á disputarse el predominio poHticò',de Cbile, como se lo disputan en toda la extensión del universo civilizado. Vería-
mo? las dos .antiguas nanderas del liberalismo y del partido conservador alzada la una contra la otra) las fracciones. liberales formando un solo cnerpo y las conserv;'idoras, sin el despecho y la amargnra que les causa el convencimienlo de que han sido sacl'ificadas, no á la justicia no al imperiQ de la libertad, sinu el triunfo de la mág triste política de
drculo. Presenciaríamos una agitación f...:mmda; pero no tendI'ía? mos el espectáculo de esa abstención y ese desencanto de los hombres conspícuo8, de 10 que el señor Ministl'o'del Interior presentaba comO un síntoma de la popularidaddel Gubierno, que no tiene otra causa y otra explicación que el fracaso ue la intervCIlcióil úlectoral. No sentiríamus, COInU':, hoy, la. paBÌón personal y violenta, hirviendo en los corazones y presagiando un conflicto. La nación? dividida en dos campos, estaría unida en el sentimiento de gratitud hae;a el poder y de confianza en el pOI'Venil'. Yen ve'l, de volver la espalda á
la sunt.uosa fiesta que ?f? prepara en esta ciudad á la indw;. tl'ia y al arte, se alistaría en estos momentos para concurrir á ella á celebrar los progresos"rle la Patria en todos los ramos de su actividad.
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Acusación al Intendente de Valparaiso SESlON DE 20 DE JUNIO DE 1876
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En o?curso de mi vida parlamentaria, durante la cual he tenido ocasión de emplem' los recurSos más extI'emu? q?e el régimen de esta Cámara permite para el ataque ó la defensa, he procurado mantener !mis relaciones con mis Honorables colegas sobre el pie de la deferencia, la cortesía y el respeto recíproco. ,,- ?Ie parecía que esa em la mejor manera de evitar 108 egcollog en que el sistema parlå.rnental'io está expuesto"' á cst.reHal'se y de mantener sobre este recinto, la atmósfera de tranquilidad y"de sereniùad que es necesaria para el huen éxiro de n??tro8 trabajus. ? 8? no me e?gaño,este ha sido el modo de sentir ?te la Honorable Cán1ara, la cual ha tenido á bien haüel' valer como regla de sus deliheraciones, y de las relaciones recÍprocas.de sus miembros, la cortesía, la deferencia y el res. peLo reciproco. Consecuente con esta regla, tuve hace dos sesiones el honor de suplicar á la Honorable Cámara que suspendiese el debate sobre los pod?res ,?t!rrespol1diente5 al departamento de Coelemu, mientras n;;\c incorporase en la sala el Honorable Diputado que se enouenLra pC1'sonalmente interesado en la discusión sobre dichos poderes. Así no he dejado de experimental' cierta expresión de asombro y dè dolor, cua.ndo en la 8csión pasada he visto al
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mtsIT10 Honorable Diptl?arlo por Coelemu, que parece tener nna idea muy especial de la reciproeidad que debe ser ob-
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servada entre colega5, hacer una indicación que tenía por objelu hacer desconocer y violar en el Diputado que habla la? mismas cunsidel'aci?nes de cortegía y respeto .queÞ éste tuvo el honor de reclamar en beneficio de Su Señoría. y mi asombro y mi pesar, fueron mayores cuando en la misma sesión última, la regla de cortesía y de respeto fué desconocida por la mayoría de mi? Honorables ?olegas, la ?ualllegó hasla negarsè. á concedcrme un plazo de 48 horas quo yo solicitaba, no para.estudiar el asunto, no para proporcionarme datos en apJYo á la acu'sación al Intendente de Valparaíso. sino para acudir á mi domicilio, para acudir al Gobierno y á snS agenles en busca de documentos que conclzco demasiado bien, y que considero indispensables para juzgar, bajo el aspecto constitucional, la conducta funcionaria del Intendente de Valpara1so. Sé que muchos de mis HUIlorables colegas, éspecialmenie 3JIuellos que ocnpan por primera vez un asiento en esta "el voto dado en la Cámara, creen con sinceridad que si en
?esió1) pa?flda, hllb? sorpresa y sinrazón, la sorpresay la sinraz??n estuvieron de parte del Diputado por la Serena,
que c!;Jmelió la falta imperdonable de no estar listo para presentar á la Carnara enlodo momento los documentos en que funda su acusación. Es decir, que ?e impuLaba Domo delito al Diputado por la Serena que no anduvieI'a COI? su eartera ocupada por los doenmentos, los expediente8 y los libros en domiehay constancia de los actos en que se funda "?HI acusación contra el Intendente de Valparaíso. Es decir, que se hace car'gos al Diputado por la Serena porque no se ha convertido en arohivo ambulante del funcionarjo á quien se acusa. Pero si el
:;f:
Diputado por la
S<;rena no se ha cOlIstituído d?cnrrlcntos de la eonducIOR depositario de en corredor y ta funcionaria del 1 nLendente de Valparaiso,' tUYO para eUo muy buenas razonesj rH1.0neS de!,ivad"?? del conocimiento del neglamt'uto de Sala, de resoluciohcs adoptadas ." por esta Honorable Cámara, y de antecedentes parlamcntario?, en virtud de todos los cualos parecía que no fuera "
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po?ibleque
se
tomara por sorpresa
á la Cámara ó á
nos de su miembros en ningún debate.
algu-
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cm LE
En primer lugar tenía presente el Diputado por la Serena que existe en el n?glamento el artículo 51, 4ue si bien confiere al Presidente de la Cámara la facultad de' fijanla orden en que deben d?scutiI'8e los asuntos pendientes ante la Cámara, impüIl8 Ú Su Señoría el deber de anunciar, al acabar lIna sesión, los asuntos que quedan en tabla para la ?
siguiente. '", En seguida recordaba el Diputado por la Serena qne ha existido durante los ú1timô? año8 una imstitución-parlamentaria denominada la Comisión de tabla, que ha sido garau-. tía eficaz del dé't'ccho de las minorías. Esta Comisión fue establecida el 15 de septiembrc de 1870, â indicaeión del Diputado por COpiflpÓ, el señor Matta, nuestI'O actual Presidente, y tuvo pUl' ohjeto auxiliar"á la mesa en la f?rmación de la lís?a ,de los proyec?os que debe discutir la Cámara, y en el mismO" día fueron nombrados ]08 '.:f miembros de la nueva Comisión. Desde ese aiio, la Cámara se ha ceñido fielmente al orden de prefercncia que le ha '?!larcado la comisión de tabla, Ojeando 31 aCaso el Bolétín,he enoontrado que en 1872 fué formada la primera tabla por la Comisión y que agotaùa ésla, se formó una segunda tabla el 5 de no?'ierilbI'c; En '1873, en que comenzó un nuevo período legislativo, el Presiùenle de esta Cáinara, 1111estro antiguo compañero ó' el digno é inovidable serlor Prat.s, tuvo cuidaclo especial de recordar en UIla ùe sus pI'imeras sesiones que era llegadu el cáso de proceder al nombramiento de UIla Comil-iión quehabia dado tan buenos resultados como la de tabla. El mismo Presidente Prats, pedía en una de las primeras sesiones de 1875, á laComÎsión de tahla, que formara cuanto antes su lista.,f.á fin de que la Honorable CámaI'H tuviera materia de que ocuparse.' En fin, recordaré á mis Honorables colegas qoe el 28 denoviembre del año qÙc pasó, fué presentada á es?a Cáma?a, por la Comisión respectiva, la última tabla de asuntos que fuá discutida en el período p?s.?do. Ha sido, para mí, materià:d? dolorosolso!nbto que nue-stro actual Presidente no tuviese' ã bien con?u1tar siquÎ?ra á la Cámara sobre la continuación de una Ül?tjtución tan'be.
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néfica y justificaua por el éxito, como la Cumisión de tabla, y mi asombro es hoy elia mlleho mayor por la circunstancia de que, si la Comisión de labIa era para las minorías una prenda de segnridad, una garanLÎa contra cualquiera sorpresa, en la época en que cuat'enta diputados constituían á ser una prenda y una garanUa, diez qUOl'uIIl, ha llegado veces más preciosa, desde que basta la cuarta parte de los miembros de la Cámara para celebrar sesión y para arrastrAr' á este honorable cuerpo á aeepLar medidas funestas al dere[0.:'0'
cho de las minorías. Por últimu, creyó el.Dip atad u que habla hallarse á ctÌbiertú de toda ?orpresa, en viI-tud de muy fêspetaùle? antecedentes parlamentarios, y á este re$pecto ha citadu ya los rle 1868, que lw úreido necesario invocar, porque (ué entonces, 'y con motivo de la acusación de la Excelentísima Corte Suprema, cuando estableció esta Cámara las bases que habían 'de servil' para la tramitación de futuI'a."I Acusaciones .
parlamentarias. He tenido, en la sesiÓn pasada, el hOllOI' de dar ]er,d? j nlio de 1868, de la tnra á una parte ue la sesión de 30 ?:mal resulta que el Diput,ado por Copiapó, nuestro actual Presidentc, hizo entoncos indieación para que no se resoló viese 50bre tabla si la proposición ùe acusación debía no ser admitida como"alguicn lo proponía, y pm'a que se señalase para tratar de] asunto la próxima sesión.
Nucstl'O Honorable Presidente creyó de su deber rectifi-cal' al que habla, y manifestade que aun cuando tenía en Sil mano ..el Boletín de las sesiones, no sabía dar 'su' vÐ'rdadera inteligencia á las palabras y opiniones del Diputado pUl' Copiapó. Como el que habla no acompañô decomenta('ios la lectura del Boletln, es claro qùe el!;,Honorable Presidente no me rectificaba á. mi, sino què rectificaba al Boletín, rectincaba ër.;.jncurria, por consiguiente, ell la"di13U propio discurso,
ficultad en que se colucan los que se rectifican å sí mismos. Hecuerdo que nuestro Honorable Presidente declaró en ?IR pasa'da sesión, que no eS licito citar SUB opiniones de 11368 si enton'ces -como antecedente en el presente caso, PUp.s ",tuvo dispuesto á conceder plazos al Honorable Diputado E:ßR1ztJRTZ
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por la Unión, acusadôr de]a ExcelentÍgjma Corte Suprema, fué po('que ese señor Diputado fl1.étomado por, sorpresa y arrastrado, por decirlo así, á presentar su Rcusación. Permítame, el Honorable señor Presidente,reeorçlade que, si el Honorable señor Diputado por la Unión fué arrastrado á presentar la acusación contra.la Excelentisinw Corte Suprema, eso tuvo lugar en la seBión de 23 de julio, y que la indicación de Su Señoría pidiendo que no se entra so á discutir sobre tabla la proposición de acusación, fué hecha en la sesión de 30 de julio, cuando el Dipntado por la Unión hahía -tenido ya tiempo para organi:?,ar )03 elementos probatorios de su acusación. Y penu(tame, además, recordarle que, en la sesión de 23 de julio, el Diputado por la Unión, á quien Su Señoría suponù arrastrado ùe, sorpresa á una acusación, pedía que se traj ese á la Cámara copia de un expediente, con el objeto de fundar en él la acusación contra la Corte. Concedo todo eso, señor Pl'esidente,y snpoflgo que el señor Diputado pOI' la Unión fué arrastrado á acusar á la Excma. Corte Suprema en la sesión de 23 de julio. No sería por eso menos cierto qne en la sesión del 30 de .julio, el Honorahle Diputado por Copiapó fundó su propo.ieión de que no se
discutiera y, resolviera sobre tabla, sino que se fijara la seöión próxima para resolver sOhrÐ la admisibilidad de la proposición de acusación, en cÜnsideracioIle8illuy ajenas å la de simple eortesla por el.Honorable Diputado por la Unión. El' :l?Ilonorable Diputado por Copiapó.la fnndó en consideraciones de convp.niencia parlamentariR y de decoro general: 1.0 En 1a necep,idad de mantener la preferencia acordada ?,.a1 proyecto de reforma electoral; y 2.0 En qne (hah]a el Honorable Diputado) no estando le proposición de acusación en el primer lugar de la tabla. debe fijarse una sesión deterniinada para que vengan preparados lös que desean tornar parte en esta discusión. y Su Señoría agregaba: cumplamos cOl1J/;nuestro deber. AsunLo8 tan gravt;1sY de tanta importancia, no ,deben tratarse de sorpresa. "1), '.".i ';: De man?ra, pues, que el Honorable Dipntado pOl' Copiapó.no estuvo en la sesión de 30 de julio de 1868, en. el te.
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y la deferencia personal, Bino en el mås elevado y digno de las consideraciones parlamentaria8, ;1 Hé aquí. señor Prep,idente, cÓmo mis honorables colegas
nena de la corlesía
la mayuría y especialmente los miembros nuevos de esta Cámara,-han incurrido en un error al sostener é imaginárse que el D,Íputado por Ìa Serena cometiÚ"falta é incurrió en negligencia porque ?:?la 5?sión,pa?:?da n? tuvo en su cartera los documentos relatIvos a la -acusación del Intendende
te de Valparaiso. Señor, se hizo valer en la sesi6n pasada! contra la côncesiÓn d?l plazo de 48 horas que yo ?olicité pata presentar IOß dooumentos relalivos á esta 'acusación, la con?idel'ación de que la dignidad del funcionario público exigía que se levantara cuanto antes el peso oprobioso que sobre él pesa. iSingular manera de comprender la dignidad de lós agentes del ßjeclltivoJ Lo que se exige, en obsequio de ellos, es que sea?l absueltos pronto, no que 'sean absueltos después de escuchar las prueba8 en favor ó en contra y con pleno cono.
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eimienLo de causa. Siento que la mayoría de mis' co]egas,al dar su voto en la sesión pasada, no ?uviescu prescnte un suceso que perte? ,
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nece á la historia cont?mporánea- Si?nto que la Honorable Cámara no recordarå en ese momento, que en los últiI?08 días del irnperio fråncés, el principe Pedro Bonaparté, primo del, Emperaùor, tuvo la desgra,cia qe manchar sus manos cula sangre del periodista adolèsceÜle VÍctor Nair. Ya comprenderá la Cámara cuán tremenda explosión de pasiones produjo este acontecimiento en la imprcsionaþle capital de Franoia. El pueblo pedía justicia" Los cortesaSlos
clamabaIl por la absolución inmediata. Les parecía contrario á la dignidad del Gobierno y der' país que el primo del Emperador pasase por la vergüenza., y tormento de los trámites de la justicia ordinada, oomo'el último de los ciudadanos,
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En e?te clamoJ'eo, no fué la voz"de la grey cortesana la que dominó. El Emperador Napoleón 111, cup sagacidad política fué. proYerb?al en su tie.mpo, "jmpuso sHencio á la ,vil adulación y exigió que la acusación contra su primo pasara ,por todo's los tráIIlitè? de la acusación criminaL ,,:r
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BIBLIOTECA DE ESCIHTORES DE CHfLE
Napolebn[II compr'öndiómejor que
los cortei:ianos>lui;da dignidad de los primos del Emperador no' estó en la absolución rápida, sino en la absolución que !'8obtE:!nga siguiendo el camino ancho' y cô.tiücidn de la justicia común. Se ha dicho7 tah-tbién en la sesión pasada, qne l.a acusación contra <el Intendente de ValparBíso ha tèóido por objeto ohêdecer al propósito de producir en el país no sÁ qué clase de inquietude? y perturhaciones. ....
El Honorable PI'esidente de la Cámaratcs verdad, tuvo -ã bien ùar una versión benigna'yeo;;pecial á esta opinión; þero consultando las quP. los diarios han dado y sin tener á la vista la redacciÓn oficial, encuentro que no me e? dado -(', atenerme á la que Su Señoría pretendió establecer. No entrare á. fonùo á la cuestión puramente individual de si es .ó nó dado á unó de los miembros de est? Cámara interpretar de e?a manera las' intenciones de urio de á la 'conciencia del Diputado sus colegas, y meter su mano por la Serena, para desentraÌlár úe ella pretendidos propósitos de sus actos parlamentarios. Pero puedo asegurar á los que temen, de buena fe, qu? la acusación del Intendente de V Blparaíso entrañe propó6itos ùe perturbación, que deben abandonar todo temor, Antes de ayer, en los momentos mi?mos en que se me':atribuía el propó5ito de producir perturbaciones, los miembros del partido que, ha sostenido, durante un año, la lucha contra la intervención, se deoidían á renunciar á una contienda de la cual podía y dehería resultar sacrificios de sangre derramada inútilmente, V saltaba á la vereda, dejando lo ancho de la calzada ?expeditapara que la procesión carnavalesca "??del Interior, siguiera que preside el Honorable Ministro su camino Ý fuera á dar, arrastrada por los cabalIo.c.\ desbocados de la usuI'pación électoral, al precipicid'e'n que!'han caído hombres y gobiernos,'muy superiores å los'de esta
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época. Ya ve la Honorable CãìhàÍ'a qué el Diputado que habla no tiene pal'3. qué produc.ir agitaciones y perturbaciones. Dichoga épOÇfi!Pasó ,el nlõìnento en que los op.9sitoreslIel últinto "áño"'pedíän?'gâta:ntíaB?äe legalidad. Durânte "mucho tiempo, las'pedimos y no las obtùvirños. Asunto conclllído.
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?RR..\?U?IZ. \' OBRAS DE ISlDORO
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ahora entre opositores ê interven,?,ionistas.?;Lo. que ?n el 'día'-se.trata de averiguar e;, si-los pOartidari,," del..candidato otìcia] tendrán facilidades!,ara vo:' tal' en conformidad con sus simpatías. I.a Cámara ha debido apercibirse de elÌo. La Cámara ha oídp al.!:IonorableDiputado por Lautdro, á qtÚcn ligan I'elacîones??mu:y estrechas con.el.señol' don Aníbal Pinto; ,y dc la franca é interesante exposición de Su Señoria, resulta que es cu'cstionable si los dele.iabl,?cimientòdë,Puchoco podrán, I1bvar?? crnple?dos la UfIla sus votos,"en',.obsequio del candidato de ,quien SC);n "', "",' ,?.." partidarios decidido8 y dep?n,?,iecnte?. ':??,: (-; i?:r, si agitaciô.? para,I&\cualla la lucha existo. PU'?ðLa luchRj d? seryiI: de algo, est3 .trab2:dat,.c?trep?nti??asy pi????ta8, enlr? los. que pre,Vmd?,n Ucgar, á ,ti?..IP:PoY-??5,que,pI:?c?I'a? llegar de madl'pgada, al teatro de ,lR gran'repartic.ión.)h!i.;.' Se ha equivocado hasta la justicia ?ontra)a soli?itud del A Diputado por;l? Se-r:ena, pr,e8eIll?tla en la ,?.eBió?l.a??erior:' nombre, de la _justicia, ?q ha pretendi,d\J1;impedir qll:? "e_? Diputado quo habla aoudiera á su dornicilío.ó á la,s, aU?,9ridades corrcsppudicntes. en bu?ca, d? los..documento?,}:rue sirven de base á su acu8:aci?'m. ,: ",.. 1_' -< ,:., El Diputado .que Wlí,.mo-:iÚ á la justioia.oii.,elaotúal estado dol debate, se acordó, probablemente, de que había visto- á la justicia presentada conÙ:i:taiv?nd?, soùre los ;;Ojos on la oarátula do algunas de sus obras de jurisprudencia. á lo s?ri9 que la Su?'Señoría tomó, ".'prob3.blf:!men,,?o, ceguera de la justicia e?,relRtiva, Y. que si, tiene. los ojos v?endad08 cuando s? trata de distjnguir una per?ona de otr?
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ú de averiguará quién ?pl'UvechaJ;;16 dalinn SllS favores, ?us' oídos y, sus ojos no. se ,tap?n jamás cada ve?, que 1:16 tr?ta
de obtener mediog, antec?deIltes, luz;para resolver con acierto'y par81ajll1stra?ión de la ,corlCic'nèia? ?' 'J La justicia;, en nombre de la mial se pretendió ,condenar en la sesióa pasada al Diputado por,la Sorena,.á abandon,,' lo!-; documentos quele sirven de base en:su ?cl1sación ?ontra el Intendente ùe ValparaísoJ es la misma j'ustida que pre. tendió lavár con la esponja de,la adulación, las manchas de sangre que cl1hría.? las ITIan,?s dal pl'imo del Ern'peradúr)'fa-
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poleón IlL !'lo esla justicia de juece", ni "iquiera juaticia de jurados. Es; simplemente, la justicia rle los cortesanos. T6carnc ahú'ra manifestar cuáles son los motivoS que me han dOéte?inado á trácr 'á este recinto la acusación contra el Intendente de Valparaiso. ihEl motivo fundamental es el Creo?n muy buena compañía de muchos dp. mhi Honor>>" blesadversarÎOs, que nuestra vidapílblicaadolece de un,gravlsirrio malestar y que éste tiene su origen en una circunstancia que proclamó un señor Ministro del Interior ante la Cámara de Diputados de ChiJe,-la falta completa de 8anCión para los delitos politicosi" Nada tenemos, que desear ó ambicionar en cuanto å lå'leY escrita. Nuestra'legislación se encu?ntra al nivel de la 'tic aquellos pueblos que más ampliamente disfrutan de los beneficios de la vida libre. Hemos dado lugar, en ella, á doctrinas ({UC son consideradas como la Ùltima'palabra de la aspiracióp. reformista ? como teorías quimérica'se:h el terreno de la cienciá de' EstÀdo. En materia de repreRentación de las minorías, hemos dejado atrós ó la Inglaterra y Ýamos pisando los talones de Illinois. Hemos co!ncfuistado18 autonoñiia del poder eleètoral y el secreto del voto, y sin embargo, en este mismo año, en que se ha puesto en práctiea la ley que consigna todas esas conquistas y en estos dias en que va â tener lugar una renovación del personaI"'del Poder Ejeculivo, el Honorable señor Ministro del IÚle1'Îor ha tenido'å"hiell comparar, pn pleno Senado, á medio eent?nâI' de' individuos que Jum sido arrastrados arbitrariamente á la CÚI'ccl por los pret?ndidos crimenes pollticos, con los miserables :í quienes la poJicia ?orpl'ende todas las noches eIlla calle pÚblica, en flagrante delito de vagancia, ebriedad ó asesinato. El edificio legal está, pues, armado en Chile como en Bélgica ó" Inglaterrs. Lo que hace falta e. la práctica seria de la ley, la aplicación honrado de las doÿtrinas que nuestros Códigos politicos han acogido. Y esó es 10 que jan'u,. se al8anzará, en.tanto queno borremos de la portada del edificio ese fatal lema de q?ieen Chile rio hay sanción para
siguiente:.
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tan dcsconsalador comó cllema tristísimo del Dante: (.dejRd aquí toda esperanza>>. Por eso hoy, cuando ha pasado? para los'qne hemos 80StEmido, durante el último año, la compaña contra la intcr? vención, la hora de pedir garantías,- hoy, cuando ]0 Ónitm á quÊH1odemos aspirar es lã reparación y el casligo. me creo en el ?eber de declarar y dejar establccido que el más alto los ?elitos políticos, que es
de los Cl'imi?Hles políticos de nuestro país, el más poderoso de los agentes de la usurpación y la ilegali?ad es el Inten' denle de la provincia de Valpara1so No tomen á mal los Beñores Ministros que haga eata clasÙìcación, que en apariencia choca êòn el orden de la cate? goria administrativa; pero la verdad?'eB que el Intendente 'don Fråncisèo Eehal1rren está designado por sus ant{?cedentes, por.su mt'ráctel', por los vinculo8 persoÍudes ?('rle familia que le ligan al Gobierno, por la polvareda misma
del comuate que rodea sufigul'a, para que la Cámara y el p a18, le pida,n cuento. de las infraccÌoIll>8 de la Constitució'Íl y de las violaciones Bistcp1áticasde aquellas de sus disposiciones que amparan las garantias d?l individuo. ì;Ha'ce 881s HÌlOS que el Intendente 'de Valparaiso da q"Úc ., hacer á lås Cámaras, al Gobierno "yoála bpiniãn. Ya en tiem-po de la pasada administtación;- cr?yó que 'podr1a impunemc"tc desafiar la åutoridad de sus jêfes; y el Ministro d el Interior de entonces? él Honorable señor Prat?, .se viú'fnJ'zado á coutenerlo con hrazo de hir.rro, Más tarde, desde qúe el actú-aJ. decenio comen7.ó, se ha creído bastantf! fuerte para poner bajo la planla de su pie la Constitución, el pubHco, las alta!';' cUl'pol'acioncs y los tI'Íbunale5 superiores de justicia, y cn gran parte ha podido haèerlo con absoluta y estupenda impunidad. Ouranté cinco años, el Intendente de ValpaI'ùÍso ha sido la pie?ra de escándalo de los partidos indcp.endientes del Congl'eHo. Comenzand.o por los señores Santa María, Varas, Gunz.ález y Lazo, qu? hun dejado de pertenecer á esta Cámara, y cone1uyendo con lo? Hono.rable? Diputarlo? por' Copiapó y Melipilla, quP. cBtHn aquí pl>esentes, torlôs los 'hombres que hanllcvado' la palabra del liberalismo han 'tenido q11evenir á este tecinto trayendo contra él alguna ?
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queja, alguna acusación, algún eco de dE'sespeJ"aciÓn y ,?'" amargura. cr r1 y con sobnida razón, porque el [ntendentu'i.de Valpal'aÍso representa en este país un tipo de fUIlcionaFio pÚblico qllß ha dajado dßifigllr.ar ,ßn los paises eulto?, el tipo. del despotismo ilustrado. que qstuvo á la moda ell EUI'opa durante pl,sigloÚXVIH, con' la Holá diferencia de que el despotismo del señor, Echaur-ren, pertf!nece á )a,?sCJ,lela de IOR mandatarios que se imagina'1 que.lã ley"no ha"sidô hecha paraapliearla, en forma de azote: á laespalda de los pueblos, pero que es lícito,tirarla al rincón, cada ve'z que sus, disposiciones son un e?barazo para la voluntad caprichosa del repI'e?entallte de la autoridad."Y esta no es opinión resI:H::dieli'o vada del señor, Ech?:urren. Por e?cima de la leY1 ha Su Señoría, á las bárbas mismas de su jefe, est.á, el buen criterio de los que mandan. h El Intendente de ValparaísoeH un Portales, sin el lcvanradacarácter) sin el genio, sin la preparación de] pri merO: Es un Portales, á quien falta un c?)fazón generoso que daba sus inspirÂ.cionesy la práctica delos grandes negocios qu"e distinguierou,al g['a,fl ciudadano â quien el país ha levan? tado una estatua frente al palacio, de su Gobierno. Es un <' Pqrta]cs qûe ha desarrollado. en el poder, instintos mezquinos y, vulgares; que- par?. tOlnar vengauza de 11 TI adversario åquien se jaeta de despreciar, le nombra subdelegado en "víspera de une:. elección 6 quc se niega á l'a?ar una:"cueIlt? debe á la Intendencia un opositor per?'1guido Y VI'Ó? que 'fugo, alegawJo que el acreedor dehe IJI'esentàtse á cobrarla personalmente y no por medio de apoderado.!_?Eg un Portales que tiene chanzas que estarían ,,bien en boca de los sepultureros de Hamlet. En el Intendente deYalparaíso encuentro,' en fin, repre,sentada y encarnarla nna tendenciacl1Yo predominio sería
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runesto en e] país, y que co.nsiste en confiar,!.los des linos pÚblicos y la dir?eción Ile los negocio? del Estado, no á los más capaces y más preparados. sino á ciudadanos de" c-onsiderable fortuna, queestán,dispuestos â invcrtjr ,sus ren-
tas en proporcionar distracciones á sus gobm'nados, De ef;ita suerte Se intenta hacer re;vivir entre nosotros el patriciado
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exigía, en cambio de rlè la antigua Homa1 al eua) sólo se le de la investidura de la autoritlad, los meùios y la voluntad hartar al puehlo de juegos y de pan. decjdido á,en,t#plar señor"la.,-; Hé qJleJIlß han
razones aquí, Valparaíso, que repreel lntendente'.de acusación contra
senta"
usurpación 8nla adminisLración cal'richo,?sin freno,
de audaz y arbitraridad ensoherbceida IU\í:ita el extromo de alzar?e hacer mufa de los altos cuerpos constituidos, á los mismos. contra las Corte8 de Justicia, y de atropella!'.Ü de quienes es agente y subordinado. ,l. é?La tiene He dicho en el preámbulo de,mi acusación. que
é la ,baso, una solicitud p,'esentada, .la ?xcçlcnt6ima Comisión Conservadora por varios ciudadanog )' miembros tuvie-:; de ambas Cámar.as. Esa ?olicitud y los debates que, ron lugar sobre ella en"el seno de la ã.ltacoT'poración, .sun conocidos del país entero. Es sabido"que la Excelentisima Comisión tuvo á bien admitir, por unanimidad, á discwÚón}os capítulos de la solicitud, relativos á la conducta como fun.;. ciunario del Intendente ùe.Valparalso. E.ta importante re!:'Iolución ha alentado en mí la esperanza deque, seacaal fueCáJ tú el" término de la -presente discusión, la. Honorable noble.ý marahabl'áde entrar en ella animada"del mismo patriótico ?spíritu que dominó á la Excelentisima Comisión -1 ;:?i !..I Con!'\ervadora. ,-. Sin embargo, si la hase de la acusación ha sido la solicitud presentada á la ExcelentisÎma Comisión Conserva dura. colegas que se e?táIl,en un error aquello!; ùe mis honorables capitulos que pretendo ÜnaginalJ que los únicos cargos y los que haeer valer contra, el' Intcndcule de Valparaiso, son presentados á la expresa. se desprenden de lo? documentos ?. 1\ t \)J :dî i'i.' da Comisión.. Muy lejos de eso, porque,'en uso do mi 'derecho, hR cxLcn? dido la acusación á un terreno á que no entraron los autores ue la solicitud de amparo, y,he tenido,'por eso, necesidad de á la mesa de la Cámara consulLar y pedir que sean traídos documentos que no tliVO á la vista'la ExcelcntísimaComiIj r. sión Conservadora. á bien tenido El Honorable Presiùente de esta Cámara ha
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recordat' que nos hallamos en el caso de dar cumplimiento al arto 38 de la Constitución que, en Su inciso 2.0, dice así: ".Son atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados,
"'" .........,........ """""""'............. .2,0 Acusar ante el Senado, cuando hallare por conveniente hacer efectiva la responsabilidad de los siguientes i"I'uncionarios: .
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...los"""""" ?A los ntendentes ................. """"""'..... de las pl'Ovincias por crímenes de I
traioión, sedición, in fracción de la Constitución, malversación de los fondos pÚblicos y euncusión. "
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............ """"""" '-"tEn los tres ultimas Cámara òe Diputados de. casos, la.....................-... ,
clara primeramente si ha lugar ó nÓ á admitir la proposición de acusación, y'después'con int.ervalo de seis días, si ha lugar â la acusadÓTI, trayendo, ,.previamente el informe {le unaConiisión d-e oinco individuos de su seno elegida 1\ la suerte. Si resultare la afirmativa, nombrara dos Diputa? dos que la formalicen y prosjgan ante el 'Senado?}. De estas disposiciones se (Ied lIre, á primera vista, que-la primera insh,ncía sobre que va á recaer el y.oto de )a Hono: rabIe Cámara es dé simple tra?itacióIl y puramente prf!paratoria y que el debate á fonclo debed. tener lugar al Ira tarse del segundo punto, esto es, si ha lûgar ó nÓ á la aClI-
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.-:." saCIon. As! Qra como yo estimaba, por mi-'partc, la cuest.ión, ?. habría entregado tranquilamente este primer trámite al
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voto de la CámarA, reservando mi exposición para la segunda instancia, si la actitud de mis Honorables colegaR 01:' la mayor'ía y ciertog antecedentes parláfucnt.arios de que haré mencj6n no me hubieran infundido el temor de ver TIIi ?cusación enterrada en "el primer paso y de que log mismos que 8e negaron á concederme el tiempo necesario para acudir á mi biblioteca y á los archivos en husca de documentos que conozco?'bien, hu hieran "sacado partido? del rechazo para decla!'Ar que el IIÍtendenle tle Valpa?aiso habla sido absuelto, por falta de prueba, de las ÌnfI'3cciolies ?.constitll'''i cionales que le imputa el proyecto òe aensacIón. Recurro, de nuevo, á los precedentes y l'f'cuel'(lo de 1868,
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eri' cuya epoca estableció la Cámara reglas que siempre será menester lOIHar en cnent? en casos de act1?ación parlamen-
taria. el He dicho que en la ,p"ión de 23 de julio presentó Honode acusat;ión conrable Diputado pUl' la Unión Sll proyeeto tra }a Excelentísima Corte de Justicia. al acusador un plazo de En la sesión del 30 se concedió quince días para qnd reuniera los documeIlto? en que basaba su acusación.
sus docupOI' la Unión presentó plazo fijado,sino en la sesión del 22 de mentos, no dentro del sobre el trámite 1""agosto, din en que se abrió el debate paratorio de si se admitía Ú 06 la proposición de aousaci6n.
El Honorable Diputado
de aproHubo, en el seno de la Cámara, diversaR maneras ciar la cuestión. .
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(señores Los Honorables Diputados por Elqui y Guricó siguiendo don Antonio Varas y don Domingo Santa María) necesario en eso el ejemplo dado por el acusador, [creyeron por su parte, qne entrar á fondo en el negocio y sost\fvieron Unión JlO los hecho? aducirlos por el señor Diputado por la estrañaban delito ni sombra de delito, y menos todavía delito que importara abandono notable de deberes, único caso en qne puede?tener lugar la acusaci6n padamentaria de justicia. contra los miemhros de un alto tribunal En cambio, 108 señores Diputados Barros Luco, Gallo, don Pedro León, y Matta, don Manuel Antonio, apreciaron la cuestión de otra manera. El Honorable Diputado Barros Luco pidiÓ que, sin en?rar pbi la averiguar más, se admitiera la acusación sobre tabla, dignidad misma de la El Honorable D [putado por Copiapó, señor Matta, fundÓ su voto en sentido de,que se admitiera- -la acusación, en que éste era <<asunto de tramitación, que debe proceder al esclarecimiento de quien tiene la justicia ó n6>>. y el Honorable Diputado por Copiapó, señor Gallo, fué del mismo parecer, otpor abrir la puerta á la investigacióu, coMo la constitución lo quiere.>. ?, La Cámara admitió la acusación por fLO votos contra 15; pero no es posible resolver si en virtud de las consideracio-
Corte."
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que hicieran valer los,?eñores ?jputado8 Matta..,q-a1Loj y Barros Luc(J Ó porque eI..?xamen å,fçmdo de losheèhos alegados pOJ' .el acusador la persuadió de que ellos envo?vía.?: el delito de noLable abandono de deheres,' porparte del. Ex(?eleDlh5Îmo Tribunal. ,:.., ::?! ?J'?j 1," li' 'o'!, '.: "t y la Cámara ?á qué dasa de cOllsidcraciones esM d?cidida,! hoy.á obedccer?c1:l Considera ella,el asunto" COlfii) d?.mera tramitación ó cree::indispensahle que se Illan_iq?este que 4?. habido infracciones ùe la Constitución cometiu.á.s por el ,Iri?> tendente d,uValparaíso?, En la duda, y con el propósiLo de evitar?soI'pl'esa ó-.un:,rechaz? .anticipador,de la acu8ació?1; pOI'; falta,.de alegación de sus rUndamentos,,-;mC'fh? dec?,i; dido á entrar ahora,mismo 'de lleno'árla expogiciúI?,.de mis.. 1'11 .?, ,..t 1".'. ?? ;J, .. eargos.-, :1'M ,r El señOl' Arteaga. Alemparte (intel'I'llmpiendo).?SeñoPi Presiden Le, 'supongoque.d señor;Diputado cstá,Jatigad.o; hago indicación'para que se suspenda la ?';?"l se8ión.". El señor Errázuriz (don Isidoro,' continuando),-No ?stoy fatigado, señor PresidenLe. Agradeciendo su indicación aI8?-, ñor Diputado, desearía pl'oseguir, ,!,.{ <, ,{ ,1 .pEl primer, capítulo ,de mi acusación puede :quedar formu-, Jado en estos términos: /-?La infraccjõn del arto 12 'inciso 5.0, de h" Constitución ha. .ido cometida'por el becho de habe? el Intendente de Val., paraÎso impuesto la pérdida'c,de la especie á ,los due.ños de ciertas mercadedas'por decreto de 18 de ocLubre de 1871. " En la sesión pasada se pretendió hacer Jlll crimen al Dipu-,; tado que hahla por'queno llevabaen?,sl1 cartera los docll. mentos en que: apoyasll acusación, y algunos de los cuales, se enconLraban en el Con,ejo de. EsLado ó en poder del ln-. tendente de Valparaíso. 't,'. Note1 sin embRrgo, la CámaJ'<l que etexpediellle que pedí.entonces se trajera á la mesa ha sido '?ntl'egado hoy por el, Honorable señor Ministro del Interior, cuando ya la sesión había comenzado, de s?erte que no he. tenido para examinarlo más tiempo que el que ha mediado entre su presenta-o ción y el momento en que et señor Presidente me con?edió_, ue:s,
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palabra.I." .' ,Voy á dar lectura algunas de las piezas más ill.lportantcs .
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OBRAs : Dlt"ISIDo'kO ERRÁZURIZ
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(lue el expcdien,te \:ðntiene, per'rnitiéndome pasar por alto ciertos' informe? de los jefes y represeril.antes del cuerpo de Bo'iÍ1beros de ValparaÍ!:'o? eOIl los cuales no tenemos nada rpw \Tcrigl1nr
dCUh acto
la constitucionalidad ver, tl'atándoi'5e de a 1:$ 'de un depenùienLe del Ejecutivo. Encaheza el expedi,ente I? siguiente presentación: :'
(,Excelen-tísimo'señór: Los que 'siJserihen, comerciantes de Valpal'aÍso1 ante V."E?- se presentan y con el más profundo -'..' I'espoto exponen: QI1é' el'dia 12 del mes' próximo pa8ado "
pl'escntaronal señol' Intendento de Valparaíso una solicitud nianifcstándole que los agentes de la policía de seguridad hahían confiscado en sns' re?pectivas casas de comercio, cjertÔo\S mercaderías y aplicámloles una multa de cjncuenta pesos, apoyados en una ordenanza dictada por el mismo señor Intendente el 18 de octubre de 187!.. <<Los que susel'ihen proharon, en su solicitud, que la referida ordenanza no tiene fueI'za legal y por consiguiente, que sus disposiciones no podían en maner-a alguna ser obligatúl'jaSj concluyendo por suplicar al señor (nLendente que tuviese á bien declarar ahrogaùa la tal ordenanza y decretal'
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que le fUBsen devueltas las mercaderías confiscadas y el valor de las multas, y \'m caso de denegados, interponían apelación en subsidio ante la suprema autoi"'iðad de V. E, ((La resolución del' señor 1 nlendente ha sido un <mo ha lugar>>, en todas RU:S partes; por cuya razón, los infrascritosj se ven en la necesidad de ocurrir directamente á V. E. en solicitud de amparo. <<En esta virtud, dígnese V, E, pedir los antecedente!'! de la cuestión y el informe que corresponde al señor Intendente de ValparaÍ8o, y resolver conforme á las leyes de la RepÚblica, la presente demanda que, indudAhlemente, es de la más alta y trascend?nt81 importancia. ?Con profundo respeto se suscriben de V. E. atentos servidores.?Francisco Ruedas. (Siguen las firmas). -,'- Infö?rmando sobre esta solicitud, el comandante de poli-
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cía, dice lo siguienLe: ?Señor Intendente: Es verdad que á Francisco Ruedas se le recùgi61 un cajón de cohetes chinos, á Augusto Rezzia treinta y dos paquetes y á.Francisco Marechio cuatro cajo-
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BIBLIOTECA DE ESCRiTORES DE CHILE .
Des de
pal'afìna, exceso que tenía éste. de trescientos litros por nrdenanza1 y se les aplicó la mulde ta cincuenta peS03, en cumplimiento al bando de 18 de ocLubre de 1871. <<El que suscribe e?tI'aña mucho la presente querella, pues el bando de 18 de ocLubre de 1871, no ha hecho oLra Cosa que s610 puede tener
sino confirmar lo que ßlanda el arto 10 de l? ordenanza de poJicia, pubJicada por bando, el decreto de 30 de diciembre de 1852, y por úlLimo, el inciso 17 del arto 494 del Código Penal, que señala aún mayor multa. En el presente asunto, parece que los quercllantes no hacen otra cosa quû obedecèr á alguna instigación secreta, no por por ser
lucrar, insignificante el objeto de reclamo, sino por miras de desprest.igio.
lIle I'el)ta agregar que las disposiciones citadas han l:Iido aplicadas varias veces1- Y hasta ahora nadie ha recla? mado de ollas, oEs cuanto tengo que informar á USo en cumplimiento al decreto de 17 del presente. Comandante de Policía, Valparaíso, agosto 21 de 1875.-Jacimo Niño... Tome nota la Cámara de,la doctrina que encierran 108 <<Sólo
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?ingulares documentos á que he dado lectura. En VaIpal'a1:;0 ?e cr.eo como artículo de fe, que es lícito imponer la pena de confiscac?ón de especie, en virtud de simples ordenanzag de polieía. Y tan de verað se tree eso, que 01 comandante seliol' Niño extraña que "se I'Úclam8 por tan poca co?a y contra disposiciones que han sido aplicadas varias veces, sin que de ello se queje nadie. Con raz6n este funciona1'Îo at.ribuye )a qucreHa de los deRpojados á instigaciones secI'?tas y á miras de dos prestigios! Entre tanto iqué dice el arto 12 de la ConsLiLución en su inciso 5,Q? .
<<La
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Constitución asegura á todos:los habitantes de ]a
República......... <5."
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....................... ,........... de todas las propjedádes La inviolabilidad sin dis-
tinoión á las que pertenezcan á particular-es ó comunidades, y sin q^henadie pueda scr privado de eHa, por peq'ueña que sea, Ó del derecho que á ella tuviere, sino en virtud de sentencia judicial; salvu el cas..u en qu? l? utilidad del
OBRAS DE lSIDOKO EH.R_?URJZ
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Estado, calificada por una ley exige el uso ó enajenación de alguna; lo que tendrá lugar, dándose pt'eviamente al dueño la indemnizaoiÓn que se ajllf5tHI'è cun él ó se .'ava" luare á juicio de hombre8 buenos.ì) de senYa vela Honorable Cámara. Solamente en caso expropiaciÓn judicial ó caJificada, en caso"de por la tencia ó de uU;' Jarte de ella ley, puede pi'Ívar.e,de.u propiedad á los habit?ntes de '"Chile. Entre tanto, en ValparaÍso, eso tiene lugar, y de ejecución frecuente en virtud de simples ordenanzas municipales, ú más bien dicho, en virtud de simples decretos de un Intendente, que por sí y anto sí fabrica leye? y se encarga de dudes aplicación. Porque la verdad es que ese funcionario, lal? altivo, tan soberbio y provoeaùor en ciertas ocasione!:!, acü?t'illllhra es. eonder la mano y ocultar su persona, en circunstancias crÍt.icas, tras de cómodas pantaHas, Sil Señoria y el comandante de policía de Vûlpal'aiso, habla:n en el expediente de que me estoy ocupándome de la ordenállza de 18 de octubre de 1871. Pero! señor, lqué 8810 que entienden pOI. V'alordenanza los agentes de Gobierno en la pI'ûvincia de pAraíso? Las disposiciones rp.lativas á materias inflamables, en virtud de la8 cuales se impuso multa y confiscación á 108dueño. de despacho, corren á lujas 103 del Boletín de di.IJosiciones vigentes en VoJparaíso en la forma ne decreto de t
la Intendencia. =^-hora bien, l era la Intendencia la autoridad competente para dictar ulla ordenanza? Ah\ Ba.ta abrir la ley de mu'Jlicipalidades para convencersedc lo contrario. Según el resoh?ci9nes arto 103, <<son materias de ordenanza: 1.0 las qu e establezcan reglas respeuto á la policía local de salubridad, buen orden y seguridad, ete., cuando impusieren á los ciudadanos deberes....cuya infl'acci6n se sUJetare lá'-fe:presión penal>>... '.y 7.0., ($en general. toda resolución que e.tnblezca regla. restringiendo el uso de la libertad personal ó el libre ejercicio ùe una profesión 6 industria, 6 el libre. liSO de la propiedad.. Según el artículo 27, corresponde á los .ml.1:nicipales, <<ComO cuerpos administrativoH encargados de,)1.. policía ,murÜeipal, proveer por medio de ordeá .uanzas y,reglam?ntos.:...?6.1.;1 la,?eguridadde 116personas y
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BIBLIOTECA DE FSCRfTORES DE CHILE '1Îf:
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de las propiedades contra los acëìdentes c-alamitosos, como incendios, ancgaciones edificios ruinosos, cte.\> Y según el art. 31?'corr'esponde al Gobernador departamental: 1,0 la promulgación; y 2.0 la ejecueión de las ordeIlanZ8!5, I08'ITeglamentos y los acuerdos de la Municipalidad. (?'I ta Cámara se habrá convencido, en vista de los artículos de la ley que acabo de citar, que la g?rantía preciosa que otorga á 1/)5 hahitant.es'de ChilH el artículo 12, inc. 5.0 de la ConstituciÓn és vioI3da en Valparaíso pOI' simples"-'decl'etos del Intendente, el cual agl'ava !HI delito arrogándose la facultad de invadir el terreno propio de las orùcnanzäs mu. nicipale?. ',colegas Es bueno que mis Honorables sepan también que, dejó el dormir decroto-ordenama de18 durante tres años, se de octubre,- eOmo invitando á los dueños de despacho á 0011.
siderarlo sin vigor, y cuando así sllcedió y los industriale:-o estuvÎel'Un deseuidados. se dejó caer la policía sobre sus habitaciones con una orden de allanamiento por mayor del I n'tendente; y el fruto de esta celada, en quefmuchos chilenos y" extranjeros fueron -vÍc.timas de la astucia del representante de la autoridad y de la lealtad de Chile en la segund. ciudad de la Reptjblica, lo representó un convoy de carretones car? gaHos de especies confiscadas, que atravesó de día las calles del Almendral. Ahora deseo preguntar â los Honorable8 Diputados que se negaron, en la sesión pasada, á concederme el breve 'plazo necesario para traer Él ]a mesa' de la Cámara los antecedcn-?"tes de que he hecho mérÎto, si todavía insistirían en votar sobre tabla la admisibilidad de la acusación, si todavía tie" flen la voluntad de ponerse una venda delallle de los ojos para no VOl' 108 documeIlto? que acreditan que en ValparDÍso 'Se confisca bienes por decreto, si todavía errerían su voto de precipitación en este asunto justificado. ante la ley Constitucional, ante el decoro nacional, ante la historia y la .?I posteridad inexorables. El segundo capítulo de mi acusación. me permito formu,
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-., ".> .-larlo en estos términos: ..2.0 La infracción del artículo 12, inciso, 6," de la Constitución, la constituye el decreto eXpedido por el Intendente
OBRAS DE ISmOHÓ.ERRÁZURIZ
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de Va!paraíso en lo!:\ primeros días de marzo delpreseutè año, prohibiendo las reuniones y procesiones en l?s calles y plRzas p{Jblícasf>,
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å la ligera, las
nuevas disposiciones constitucionales sob?'e que de$lcansa nuestro dere:,-; de libertad de reuniones. cho pÚblico, en materia " El artículo 12 dice en su inciso 6.0: (,La Constitución aseglJra á todos los hahitantes de Chile el dèrecho de reunirse
Permitame la C?mara recordar,
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sin permiso pr?vio y sin armas. Las reuniones que se teÚ;gan en las plazas y otros lugares de usu pÚblico serán '.'1siempre '.n' regidas por'las disposiciones de pqlicia,)) Las'll'culliones' en canes y pla'zasserán reg?das por las disposiciones de la policía.' La Constituci6äfsc "guarda bien de conferir, á las autor?dades que dependen del Presidente úe la República la facultad de suspender ó restringir 'esa llJ'eejasa libertad (j'ue, antes de la refurma, carecía de la garantia cÓnstitûciollal.' La Con'stitución ha ido iJlás allá en su anhelo para amparar e?e importante derecho de 108 pal,tidos. En ef'/ârtíèidN 36 eRtablecé que son ?atribuoionei; excluBileyes excepcionale?'i\'de'dura. va;; del Congreso, 6.0; (.dietar dón transitoria, que no podrá exceder de un áño, para res? tringir la libertad personal y la libertad 'de imprenta y para suspender 6, restringir el ejercicio de la libertad de reunión, 'de la defensa cuaÏiùo 10 l'eclarnäre là necesidad imperiosa constitucional ó del Estado, de la conser?acj6r{'aell'égimen ?" ., .
de
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pa; JT}tcrlOI'., (<Si diehäs leyes señalarenP,penas1 su aplicación se- hará de los C?50S siempre por 108 Tribunales es'lablecitios. Fuera inciso;-'ninguna'leý' podrá dictarse para prescritos en e1'Jle ó las ó restringir ?uspende"; libertades del'echos 'que asegura ?
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el -articulo 121). -De'-Buerte, pues. que no bastaría una ley ordinaria para suspehder"6 rêstringir la liber?ad de reunión. Y lo que so]a-ley excepmente p?dría ha?èr el Congreso por medio de IJna y'''de duración transitoria, que no podría pasar de un cional á cabo, por ,:-medio !Ie simples año. ,le ?el'á lícito llevarlo Rej:lública? decretos á Ún su?altern() del Presidente de la ?, Ant8S:'?;de pasar adelante, recordaré á la Camara q ye el "
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ERR.(ZUBIZ
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
114
Intendente de ValparaÎ:;u1 en el ûtìcio å,;quc
se ha dado.
hoy
arehïvD ningún d?cl'cto lectnra, declara que no existe en ni ílispo!\iciÓn adminjstrativa que prohiba las reuniones ?n las calles y pla,a'"pÚùlicas. nurgo al ,eÌ1or Secretario de de nuevo lectura å la cOII1unicación.del señor Intendente. 1 (El señor Secrptario leyó). ?,,' El señor Erråzuriz (continuando). ElfJntcndente niega haber dictado el Jecrclo á que me renero. Ym':>s, biüI}. ya ti oir la Cámara lo que á ese respecto decía ?] 3 de marZo uno de los diarios deValparai?oJY advicrt? que cito á El 1\[ ercurio porque las citas de La Pa.tria son permÎtida? únicam,ente al Honorable 1\Hnistro!del h?tBrior1 ç,lIando ellas favorecen SU!;; propósitos. El Mercurio dècja en su ?ección de crónica 10 PoU
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'--1' siguiente: re'unión de anoche a( s?hp,l' <?Una gran sOFpre?a reeibió la de'; la aS8mque la Intendencia ha notificado al Presiden Le hlea que en lo suce8Îvo quedan ahsolutamente prollibida,s las reulli!->nesß IJl'Ocesiones dç,; ciudadanos en.?las g?Uesy '
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J ??'U" plazas. "..ì1; ".it ,. prohibición, må? cuanló q?c se ha extrañado ?sta (<Tanto la 'Asmnblca flO ha dado el mOllor Ululivo ?li pretext:ó ,paé-a sido notoria su pacífica y moderada ello. Por el contrarió, ha : ", :.,i .dJ ,?. ", que ha tenIdo últlrnaactitud en las grandes,! reUmonCs '0", '
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mentel). ;jj -. eelebrÓ aquella noche la Asamþlea. el sesión la En que ; r "1"'" ilj ).l. '( cuya"opiniÓn en"'"'estc punto'Pos disseñor Vicuña Mackènna, t?'1 " ',.' t,l' IS'I >: J" -.., tinta de la fila, hizo comentarios !:Ioh're la orden del Jnteri. èl1a dent\? y aconsejó á lus cilldadanos"que se'someti?rRì:Få '?I Id',,'?' r i1 '" ol;W? .. relIgIOsamente.. .'. (') .? afirri1l?lCi@es';?rap ã1ntoja{:izas é indêi.-" Pues bien,?qt?st\a"s que" IÌd?sù op,U,ig'ãcHas',tdesñ1enti.do al.!Jui?o,? tas; lCÓIhÖ"r?é .
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que'?caballli'ëntèYel21'dl marzo? tia tY CómOse explicaría
día después que : El J?fercllrio anunció la orden'.?.de proh.ihid ,e:, .l' .' ?'ti ?'UI 'i 'iij' de Valparaiso. Clon do las reunIOnes ell las. plazas,.-.)' calles ,.\ l.' ;.ot"? Santiago unj',decreto que contiene ,,',y public.?ra enf.." 5e dicLaÌ"a pr?scrjpci9nescasi idériticas? Esa ä;incidencia merec? llamaI' f1' ??t la?tùnciútí; de mi? l?ono?ablt:sc?lega?. ''':1. r. i.ày éli el fondo dela nègaci'ón 'Es fácil presÚmir lo? que? á apelar al del señor Intendente. SU:-r-Señol'Ía I?S aI1ci61?adô! "\,! <:Ð ?'i? :t,J .
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OBRAS DE ISIDORO ERR..\zUHIZ
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recurso de la mangn del fraile fmncÎRcanu. E? probable que no quedara en marzo, en poder de lus particulares, constancia escrita del decret.o. De aquí á afirmar que tal decreto no ha existido, la diferencia no es tanta que, bastara para arredrar á un fllncionnrÍo que tiene la malicia. suficiente para borrar las huellas acu?Arloras de una infracción de la Constitución. Pero la cil'cunstan'cia ue que no. figura ahora el decreto en el ßI'chivo de la ll1temlencia de Val paraíso y de que ha faltado á su auto!' el coraje noccsa['Ìo para a?umi!' la responsabilidad, lprueba, por ventura, que el decreto no fué dictado y que el señor Echaurrell no :;e hizo) el 2 de marzo, reo de violación del arto 12, inciso 6.0 de, la Constitución? La cuestión Re reduep. á esto: ide?ea la Cámul'a investjgar e?os hechus? Yo afìl'nlO que el Intendente de ValparuÍso dictó el 2 Ó? el 3 de marzo un decreto, -+no sé si escrito 6 ycrbal; pero en elcual daba oI'den??pal'a que se prohibiese las reuniones y las procesiones de ciudadanos en las plazas y cr1l1ef1 pÚhlicBf1j violando de esta manera el inciso 6.0 riel arto 12 de la Constitución, que l'cc.onocc el derecho de, celebrar e?3S reunionesl y -.:iulandu en seguirla el inciso 6.0 del arto 36, según el çual solamente es dado suspendel' õ restringir ese dcrecho p'or medio de una ley excepcionat y dE' breve duración: La Honorable Cámara pesará en su ánimo esta!' conside1'3cione8, al fallar sobre la proposición de si debe ó no admitir á discusión el proyecto de, acuerdo sobre la aClIsaeión del Intendente de Valpal'aíso. (Desea la Cámara saher si hay ó I1Ó en Chile autoridades que sc creen colocadas sobre lo!) articulos constitucionales" y que pretenden tonel' mayores facultades que 138 que.co. rresponden á la! Legislatura. autoridad?),qt1e pOI' simples deeretu8 hacen]o qlJe el Congreso sólo por una ley excep"iuDa] puede llevar á cabo? i Desea la Cámara saber si existe 6 nó esa autoridad? Admita la acusación. Investiguemos si existe ó nó un fl!ucÎunario de esa especie y 'que, después de and?r en ta?años zancos de ilegaHdadj los tira de un lado, esconde la cara, rompe 10B papeles y borra las "
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BtßLlOTECA DE ."ESCUITORES DE CHILE
huellas';que otros más valientes que él han dejado estampadas en la prensa. La infracción del arto 146 consiste en. haber expcdiùo el señor Echaurren orden de allanamientQ por mayor del domicilio de los ciudadanos de Valparaíso. El SCilOJ' Zegers.-Pido, señor Presidente, que se suspenda la sesión pOI' algunos momentos. El señor Presidente.-Si Su Señoría lo desea. >-EI señor Errázu.riz (don lsido'l'o).-AcepLo, señor Præidente, agradeciendo la indicación del Honorable Diputado porque creo que rilis honorables colegas se encuntra'rán fatigados. Se suspendió la sesÎón.
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SEGUi\'DA llORA
El señor Erråzllriz (don Jsidoro).?g( 17 de abril
se dictó siguiente Valparaíso decreto: el en ?Intendenoja:'de Valparaíso, abril1? de 1876.-Teniendo presente la relación hecha por el comandante de policía de los lameritables desórdenes que han tenido lugar hoy en Ja Avenida de la!; Delicias, con ocasión de que debía funcionar la mesa receptura de la sección 4.8. de la .U? subdelegación: ElConsiderando: que á consecuencia de esos des6rdenes y tunlultos con resistencia á lo policia y á la tropa pedida pOI' el Presidente para resguardar el ordep. que atacab'án varios individuos. hubo het'idnf.i y contusosJ'de más 6menos -. :\? gravedad; ," "?Considerandô: que semejantes desgracias sólo pueùen y deben impntarsc á 105 instigadores de esoS de!:\ó('denes, los cuales soo' responsables ante la ley y justicia por delitos que Se han consumado con escándalo 'público?, como ha tenido lugar de conocerJo toda la población, justamente alarmada pOI' semejantes desmancs; .Gomideranâo: que la ley del Régimen Interiór 'impone el deber al infrascrito de velar por el orden y'la seguridad pública, haciendo cumplir las 'leyesJ tomando al"'cfeeLo todas las medidas y providencias conducentes á esos fines,
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decreto:
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II7
.1.0 El comanrlanLp, de policía procederá sin pénlida de tiempo á aprehender y poner á disposidón del Juez del Crimen á los ?ndjviduos promotore:3 é iU8tigadol'es de 108 desórdenes expresados que detalla el parte pasado con lecha de hoy á esta Intendencia; ?2.o Aprehenderá tanlbién á todo individuo que'ponga resistencia ó trate de hnpedh' de algún modo el cumplimiento de lo ordenado) como igualmente:ä Lodos aquellos que aparezcan implicados en estos desó.'denes, á cuyo efecto queda autorizado para allanar casas y habitaciones si fuere ,-",
necesario; <<3.0
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El citado comandante impedirá" toda reunión que
tuviero UD carácter,sedicioso y que tratal'e de quebrantar el orden pÚblico, incitando á la desobediencia debida á las autoridades conslituídas, COI1 grave alarma del vecindario; <<-'1,0 El mi8mo, funcionario tendrá especial cuidado da evitar que lo.? paisanos carguen armas prohibidas sin per. miso de esta Intendencia, obscrvando con estrÎctp.z el cúm. plirniento, de estas di.posicione. de poliela. qAnótêsõ.-Fjrmado.-Echaurren,?M. 2.0 Día? B., iècl'c.
tarÎo?. A ntes de
entrar á la exposición de este cargo, pcrmítame la Cámara volver,por un momento al capítulo anterior de la acusación, que, consistia? en la infracción del arto 12, inciso 11.0, rle la Constitucjón, que reconoce el derecho de, "f, reunión. Hj v.. Recordará la Cámara que pOI' los artículos c:.onstituciolIales á que dí lectura, 110 se ha dado á la autoridad ejecutiva y que, al ?ontraI'Ìo, so lo ha negado la facultad de restringir ó prohibir las reuniones en las caJle? y plazas ? públicas, y que esta Hb?rLad no puede S8l' suspendida Ó re8tdngida sino por una ley extraol'dinal"Ìa y de duración transitoria, qne no rlebe pasar de un año. ?Rec,ol'{hll:á también la Honorable Cámara que yos"eñalàba á su atencióll, en la primera hora, el empeño que ha -puesto el Intende?tc de Valparaíso en escapar á la responsabilidad qye le il1l?ponía un decreto dictado en 2 de marzo, pl'ohibiend'òlas reuniones en lugares públif'os, decreto que ,??
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
ha hecho desaparecer, á fin de horrar to.da hueHa 'rlc la infracción cans '" 'Pues bie?>há'sucedidoen esta parte al Intendente dr: Valparaiso lo que å,las:avestl'uces; que esconden la caheza e?]a arena y crecn con esto habereseondido t.odo el cuerpo. El Intendente de Valparaíso ha ?ons"gllido" hacer desa, parecer la coi'"tancia escritadel decreto qllí, dictó el 2 de ,marzo contl'a la libertad ùereuniÔIl, pero no reparó que en el decreto de 17 de abril á que ho dado loctura, se enCllentl'll una disposición no ffien\)8 atcntatoria contra ega misma
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lib crtad. ',.';. Por él artículo.3.o o'rdena el señor lntendenté al ?comanliante de policía que impida (,toda reunión';'que tuvie8c lIn Gal'ácter:",sedicio8o Ó" que tratase de quebrantar el' !orden público incitando á la desobediencia. debida á -las àlltbri.dade8 cónstiiuidas con grave alarmå del?vccindariol). ?El arto 12 de la Constitución dispone, es verdad, "en su inciso 6.0, que las reuniones que se celebren elllas calles, plazas y lugares de. uso púlJlieo f.;erålll'egi(hi? por las disposicior.es' de?' policía. Serán regidas1 fijcsê'.t'"la IIol1oÍ".sble \? Cámara. 17 Pero enÆste decreto de deabriJ.rio se trataya de regir ó de 'regulariZar, sino que Rf!. faculta al; còmandanf,e de j\ p'ülicia para impedir reuniones,' Toda J'euIIiôIl que, en ('} concepto de ese funcionario tuviere carãeter's'odicioso ô tendencia á incitar á la desobediencia á las autoridadcs? .,. quedalJa.vruhilJida en Valparaíso. Ahora 1quó criterio el del comandante de-' policía para ','â fondo una Iib?rtfHl .aplicar un decreto que hiere tan constjtucionalJ Y qué norma tan segur:'} ;?y lumÌnosa es la que eL Intendente de Val paraíso 'da:\lå' su cOlflandalll.'e de policía en aquella elocuentísima rrase de <<obediehcia debida á las auto??dades constituidas con grave alarma del vecindario!? EI"misrno señor EchamTen es quien lo declara y In lii J. ,proclama. Antes de scguir adelantc, pcrmítamc' la Cámara dar lectura al siguiente- parte">telf'gráfico 'que recibo en est(? momento, á consecuencia de otro que 'dirigí al Presidente de la Asamblea del partido liberal democrático de ValparaÍöo,
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OßRAS DE'ISIDORO ERRAiURlz\ it
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de 2 de cuando tuve noticia de la pérdida df'l decI'etú . ,.
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Inal'ZO:'.. (,Seþor
don Isidorn EI'l'ázuriz.-La prohihié?ón rlê:'I?euniones en las c.alles por el Intendente me fué notifìeada por el teniente de' policia Espíndola, todo di' palabra::y me aseguró que el deercto se encontraba UIl el euartel de policía y que, tHmbién, había notificado iguai"cosa å'Jose María :So-to Agl1i1ár, Gomo PresidentA de' la j\samblea gobiernista.
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'! .' ,re -(Firm'ado).-Marcelino'Vergara>>, En el decreto de 17 de ab,'il haS' que distinguir dos cùsas: es la primer;1 11 na seriè ùe conside'randos qué hablan de
.-Jesórdp,nes -y tumultos ocu'fridos'en' ValparRÍ;5o, con !'CSi5tencia á la policía Y,i\ la tropa pedida por el Presidente de
la mesa redeplora'pára el òrden, y la ségnnrlR lös articulos '!o, de la partédispositivà:'?;;' ?Jt fl ?sr' ?.ø'1 n.o Huhiera jmpedido Ahora'bien, si ll11H ?Fan fatalidad del'lpl'oceso'.'ql1C que lfr-Qán-lara?'.tuyiera conueimient.o sr. VRlparaiso ean rnoLivo de estos-.desónlenes' del 'E?Lern dplIRS Deliciasj l'a Cám?I'a sé convencería!' qlic:'}o? 'coHgide'rando:-; ønciel'I'I:lT1 lInil boh1pleta é injtlðtificahle! ralsedad,lEs ullH,rláslima (fUe ese' slIÌnarift rìo adeJante"'cOl1 rapidez;tcomo d?;hierall dr.searlo las p'ersonas que lo pronioy' fJ8 horas bájn el peso '1-rle vieron quc'no han podido estar .una actlsRcíón parlamentaria, Es una lá?tima"f{i;"wun astÍntof(llI? ahora'ocupa la atònclón de miw'Honorahlcs ,eolegÐ$ sepå?Io'.que vaya á Her resuelLo por la Cámara, sin que ê?tn hay d? vel'dad en eSOA p,I'p,tfmrlidos desórdenes del Esteru de las Dpliuia?en qlle hubo, Regún.?s?'iliee???p'rovoc.ociones..;y tiJ'osdisparados pôr elJp1H?blo ehiltra la pòJicía"y contra la sjgue
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St).??enemigo de hablar SiÍl doculIlcnLos ?auténtico5 Ú la vista; pero séalllt permitido !hscgurar que' el dín en qne eSf? procesu sea COI'lOCido del pÚblico, si llega á'serlo algu"na vez' 17 ùe abril y no de?apa"ecé, l'esuUal'å ne él que el fuego del 801H'è el P iJoblo; que los fué Únienrncnte el que hizo la tropa .
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heridi)s que quedaron en esa jornåda han dp.clarado en Sil Icchi:,dtÚnuerLù que fueron victirna? de la to('p'e?a 'y de la ebrie?latl de lús soldarios de fa polieia -, !{Cree la Cámant que pRra pronunciarse 'sòhre 1a actlsa'
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120
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
ción hecha al Intendente de Val paraíso conv'ene para e.l honor de Chile qué conozca ese expediente? Entonceg admila,la acusación; démonos siquieI'3,el'!plazo constitula'" Cpmisión cional de seis días, para que informante averigüe ?i hay ó nó motivo para entrâr al conocimIento de es? expe(jï'entc. JIiì1 u; el del17 de abril 2.0 se dice al del decret.o Por art, comandante de pulicía: *aprchender también á)1'tQdo individuo 'Ine ponga resistencia ó trate de impedir de"algún modo el cumplimiento de lo ordenado, como igualmente á t.odof' los que aparezcan implicados en estos desórdenes, á cuyo efecto queda autorizado para allanar casas y hahitaeione? si fuere, 'necesario>>. ,
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??' Entro tanto? el arto 146 de la Constituéión dice: <<La casa de toda persona que habite el territorio eS un asilo inviolable, y sólo puede ser allanada 'por un motivo especio.L";determinado por la ley yen virtud do t.,orden de autoridad competente>>. iJ1' y los Intendentesde provineia (son <iuloridades.compe.. ".' casas? Tal vez so me pregunLará: ?cuó.l tentes para 'allanar es la ley que se lospl'ohibe?j porque os teoría novísima qne las ant.oridades pueden hacer todo aquello que la ley no les prohibe. Pero, lcuál es la ley que da autorización á los agentes del Ejecutivo pa"a allana,' el domicilio? El dnmicilio, que .es la 8ll1pliac.iúll ùe la persona, es la rami1ìa,
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i /;,t)(' ,?: hogar. ',F Oiga la Cámara las palabras que Lord. Chatham pronuIl.ti ciaba en el parlamento inglés sobre' èl particular: *EI hombre más de!ivalido puede desa?ar en su ehoza todas las fuerza? de la corona. La choza estará en fl]iJ.1a y SlI techo amenazará hundirse, y el viento soplará al tl'avés de las grjetas, y el huracán y las lluvias la harán cslremeecI'Sc.'" ,,' ." que jQue importal Del rey de Inglaterra no. tiene nada 1m; de la míumbrales lemer. Todo 8u:poder se eHtrella en j,' .. serable construcción>>. y la Constitución, de >Portugal dice en' 8l! art.. 145, párrafo 6.0: <<Todo ci,urladano tiene .en su casa un asilo inviolable; durante la noche no podrá nadie penetrar á ella sin su consentimiento, á no ser que se pida un auxilio.del inte?
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{) de inundación que venga de en, caSO de" incendio permitido ent"ar á la casa eIl fuera. Y dp, día solamente será ji los; casos y en la forma determin,ada por la ley>>. d'è de age'riLes policia parte Val de la paraíso, gran iY los los cuales no "n?\'an siquiera el uniforme,-.penetran en ese aprehenden á las persantuario en altas horas noctllrnas? consternación en sonas, alarman las familiasy,siembran la laciudad, á pesar do la Constitución del Estado qne declara in...:iolable el domicilio :/,quc sólo puede allanáI'8ele por motivosespcc-iales y en virtud de orùen de la autoridad cumpetentc! Y no contento con ,estol el Intendente.de Valpa-
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121
ISIDORQ ERR..\ZURIZ
6
á destajo;porl'ahw encarga á la policía Hllanar los hogares de prisión!y allanamiento que, fíjese la Cámara1 la orden no es solamente contra aquellas penwnas que resultan oulpables de los desórdenes cometidos, scgÚn el parte, sino juicio. de lo.s agentes de po.lip,o.ntra to.das aquellas que, á cía aparecieson compliCfldas?_en esoS ?uce?;os. La facultad del com.andante ?e extien"de á al1anar las casas de los i,ndipo'r ël, v?duos que estén en la :'}ónirna de culpables pasada de poJicía y las de aquellos H quiénes el mismo comandante ó sus subalternos tengan posteriormente á bien considerar ',?
implicadog en 108 lt'esór(lenes'/IJ t? la}JI'upo?ici{ln está que La Cámara, al dar su voto' 80bre en debate, debe t.qmar en cuenta y pesar: en su conciencia las consideraciones que hel' hecho valer, t.anto sobre la IO:-:J considerandos de] decnestión -legal GUInO respecto de creto dcl Intendent.e de Valp&raiso, queya conocen los '
jìj; señores Diputados. Cámara que se niegne á No creo que haya efli Chile una admitir las p,rnebas que se le ofrecen respecto de 108 carlangm; dirigirlosycontfa un funcionario que ha comelido .,?. .,,, garantías yi-:,de del h?B lRS violaciones de la Constitución, ci?dada1?Y. Nu creo qUf;' haya r.n Chile I'?presentantcs del pueblo ;):?r1quiene8 sea indiferente averiguar ó nó en virtud de qué- porleI'050S 1110\..iV05 se ha podido dar OI'dell para que de tantos se allane á destajo y á media noche las casas, ciu'dadanos,honorahlcs. La Cámara debe saber :;i realmente ha habip.o consideraciones de OJ'den púbJico que pudieran á explicar siquiera ese ramosodccrcto, cuya ju?tincación1 cs.
122
BIBLIOTECA DE ESCRIT01Uf5 DE CHILE
mi juicio, imposible mientras exista en Chile una sombra ??. de re?pelo constilucional. ". 'f) La Constitución es celosa en lo (!lle"rcspccta á conceder al Poder Ejecutivo facultades exce:pcionßles cuntr'a los in('ßso? de guerra ext.ranjel'H dividuos, aón en los mås graves 6 perturhación interior. Cuando Ó varios pun.tos de la l1no nepúblicason rleelar'ados en estado de sitiÓ,solam?nte ::;ólo puede concfderse al'Presid6nte, "segÚn el arL"16; 311tO-
e::tn .rizaC-Î()n PUI'a arrestar á las'personas Sll? pl'Opias casaso \. .. á lugares.que no r.ståil dest.inados la':deteneión Ó prisión de ,
?eos comunes 6 para
trasladar â las personas de un puntu ?L ti ',.' ótro dê]a Repúhlica. m'is Honorables eolega:; cuánta" es:ì.la'difcrencia Noten ent.re la?'8triIJ1Jciolle!; que lå'Constitución concede al Prù? sidcnle.'-'Qc la Ht.pCtblica, en cl'''caso excepcional de' esta(lo de sitio y las que, en époèa?normal'yëni'rlífls. de elecciu;1
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ha Atrihuído su subrdl,el'no' ,-él 'Tntendente de \'"al-
p'?raíso.
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luga'r, éste arrastr.?i álös ciudádonos en masa á 'i-nmundúg calabozo81 y á lo:s depósitos que ocupan IOBre6? eomlmes 'en el cuartel de þolicía, )? allana domicilios á des.?
tajo, al paso que Su jefe, el Presidente rle la RepÚhlica-; "sola:. n1entl.? tiene facuHad'-paraiarl'esLar álos ciudadanos en S118 casas, 'Ó enlugal'es espeeiales y pal'a'-Lrasladarlus de un punLI.: â 011'0 del país, COSH'qlw cI"'8eñor EchauTI'i'!n logfl\ indirecta pero' efizcament.e, en virtud de1la amenaza?. que su"deereto:delí de abril dejó pendiente sobre la cabeza rle J1 'ti, (1'!?i: ,0.1 -. todo un partido. En ?eguida, par'a qUA 'el Pl'èsidente de la RepÚbliea se eJ)cu?mtre reve?tido de las [aeult.adesdel artículo 161, es lll(:.'. -'nestel' que pre,ceda la'calificaciÓn del }Jeligl'o que amp.naza el orden público y la declaración del csLadu de $itill por Uflt-l autoridad extraña, sëÌ'ena y tranquila; Y entre tanto, el 1 n"tendente de Valþaralso ha hecho el mismo la califIcación dp las circunstancias, ha?'dec]arado el ordenen peligro'fiO[>,que sus agente?ú su prupio capricho le hani_nspil;?do,y hi-i jll'Uceùidö á aprisionar, á perseguí;;y vejar!t:en sus dOHlieilìù?:á los individuos á quienes ha tenido á. bieni':dcclarar liÍnplicados en el motin inventado por'él 6 5U policía. 17' 1--
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123
OBRAS DE ISIDORQ ERRÁZUI<IZ
,
En cuanto á la facullad de allana!', el arto 1(Wno la concede al Presidente de la R?pûblica" ni aun en 6áso de -cstado de si?jo';y s. E.'se -vcna obligado, si quisiese captlll'al' â alguien en su domicilio, en esas cirGun?tanciàS, :','?ocurrjr â los tribunales en demanda de una orden de a]]anamieJlLd:'''Ii'
f':1,?' al Intendente de ,:,.
He tenido también
el huuoi' de' aCUSAr
160. de la ConstituValparaÍso por infracción del art. I ,o" Út! ,,,Clt .. iI. ciÓn. que dice: .Xinguns.magistratnra, hinguno. persona ni reù'niórí?"de pernonaspueden attÏbuirse, ni aün á pretexto: de circnnstancias ?xtraordina.rias", otra a'ntoridad ó derechos 'que los que expres?Il1entè :;?les haya confêrido por las leyes. Todo acto esút:al't'ícÒ)o es nÜ'lot,l. ti (1 en :contr?vefición\'á .' Los cargos que he formulado anteriormente descansan en hechos aislados, pero los que sirven de fundamento á e?té eapitnlo ?on tanfo? que 'forman una verdader-a legión. Las ocasiones en (lUe el Intendente de Val paraíso se ha la's leyes arrugaùo faeul LHdp?"que no le están conferidas por :
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i.
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,j son innumerûbles. Tengo á la mano un ton\o ùé la "
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recopilaciónd? di?J-IosicioM
nes vigentes en'la ciudad de Valparaísu; y aunque la Cámara no ha tenido á bien conceder'me 'urr]Jlaió?:razonable para
acusación, he encontrado en este 'volumen sin?número un deillfracciones constitucionales dbl señol'
fnndar.lü
Eeham'T't-Hl.
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El Intendente ùe Yalparaíso ha u?lIl'pado ?Ii muchas oca:5ioncs la atribuciones que la løy c.onfiúre á las munil'j., .
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La c'árrfara se, que la pretendida ordenanza de m?rcaderias infldn'fables á que colÍdena á los posecdbrc8" la pêrdida del exceso ?n que incurran, es un simple:decl'eto del Int.endenle del ValparaÍsQ. El señor Intendent.e'Ia llama OI.t!enanza, y en J'ealidud. tiene el alcaJlce de una oridenan7.a, 1.1na'.i. de las libertade.s de por cuanto limita el cjerc.icio de á cillcladknos, los y por cuanto impone pena? lo:s infraclol'es dispòsiciÍJnes. de S1lS Ahora hien, ?es.'el Intendente de Valparaiso el fl1ncional'ÍO llamado por la ley á dictar ordenanza? La Ley de !\luni-
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.' DE ESCRITORE5 DE CHILE BIBLIQTECA ,,'
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cipalidatles en su artículo 27 confiere esa atribución á las municipalidades. El papel, de gobernador dep .rtamenlal se reduce á bacerJa promulgación de las ordenanzas que
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acordare]a Municipalidad; y én mandarlas ejecutar. La Constitnción,.en Su arto 128 _inciso,tO,_,confiere â los municipales la facultad de dictar ordenanzas, y se llama ordenanza, como he dicho, tudà disposición que lÎInita la libertad de los ciudadanos, que impone penas, etc. Pues biún, en Valparaíso se ha prohihido á los dueños de deS}HiClio el tener cierta cantidad de mercaderías, se les ha impuesto.rmultas y se les ha condenado à Ja pérdide del p.-xceSo de las mercadeJ1asj y todo?,esLo enyirtl.ul.?d.e un simple decreto del Intemltmte. Luego el Intendente ha 'incurrido en infracción con:i!titucional, violando el art. 1607 puesto que ha uourpado facultades. que son propias dc la :v! unicipelidad. Se funda también este,cargo en haber invadido las atrihuciones d.?Lfurado, yen haber inventado nuevos de?itos de impreu.ta; porque éste gran cazador e11 el terreno de la ilegalidad, no respela 'ninguna ley, y ha que['i.do cazar hastadentro de log linderos de la ley de imprent';. Vea la Cámara lo que ordena, por bando de 30 de .diciembre de 1870, sobr.e la ohSeIYal?.ci8 del sistema métrjco .
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decimal: de pe?os y me?idas que aplic;3'rá eUa _?stab.lece 80 en las transa?iohes por..r[.?ayor y m'ênurlho, cuo.1quicra cla.'õìe que sed-n, en los dùcnmende al tos que se otorgaron, escritos y solicit?d?s á las autoridades constituidas, en las publicaciones periódicas, y en general en todo acto ú negocio en que, tratándose de peso:=; y medidag;, fuese preciso apJicar, las exclusivamente recono($2.0
El sist.ema méll'ico decimal
cidas por la ley. " òi de" .3.0 Prohíbese la denominación medios y reales, debiendo todo comerciante arreglarse para sus, tr?nsac-ciones ..
al sistema de pe?;os y centavos únic3il}ente. ?. <<6.0 Los que infringieren lo disp UQsto en el arto 3'?o serán penados con una multa que no baje de cincuen\& centavos ni suba de 10 pesos, y en su...efecto, con una prisión -.de .\lIlO à lO días". '
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OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
lO" -o
'fSupongala Cámara aClntendente de Val paraíso pcsquisando las columnas de los diarios de la ciudad para ver si los ?gcrjtot'es aplicaI(ó nó el síst,Çmá'métrico, y en seguida imponiéndoles una'?multa. ?EI jurado'yla ley de imprenta? iAburl Fundo tamhit'in este cargo en que el Intendent,e de ValM paraíso ha hecho uso de facultades que Ron privativas del Congreso, ilIlpÚ-niendo á los ciudadanos la obligación forzosa de trabajar en el levantamiento delHenso bajo multa
de cincuenta pesos, No tengo á la mano el Boletín; pero la Cámara lo ereerá cuando lo digo que en la ley r?laLi\'a' allevantarhiento del censu se dispone que se pague -ã los ciudadano-s á quiencs la autoridad Crevere conveniente confiar ese trahajo. De maM n?era ,no"èréyójusto ó necesario imponer ese' que el ç?'Ilgreso sevicio á los ciudadanos y votó fondos p'ara remunerar ?l trabajo; pero he aquí que "el señor Intendent.e Ech?.ulTen t-:!\i dicta un decrete en que establece lo siguiente:) <?InLelldencia de Val11araíSo, marzo 29 de 187fJ. Con arreglo á lo"dispuesto en el arto 4.0 del's?pI'emo de,
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crp.to fecha LO de diciembre del año próximo- pasado. que ordena el levantamiento del censo de los habitantes de la
RepÚblica, decreto: d.o !\iómbranse las siguientes comisiones'-por distritos,' para que el ,día 19 de .bd! entrant.e formen el empadronamÌenlo de los habitH.nLes de este departamento, con arTegl1J al Decreto Supremo antes indicado, á las instruceiunes imM partidas por elscñor Ministro del Interior con fecha 2 de --'. .'diciembrc -(1ltimo, y á las dictadas por esta lntcndeneia COIl esta feeha."(Sigue la lisia de comisionados). <<2.0 Estas comisiones cstarán'''bajo la dependencia de los subdeleg?dos re??pectivd51 y procederán con ?i;uacuerdo. ,
<<3:'6Los
cargos de comisionados para levantar el censo ?on il'l'enunciables, y no se açeptará excu??alguna. ? Los nombrados pOt' el presente deCI'etu y los que poste.? riormente nombraran 10 subdelegados, según la autol'iza.
dón conferid.a, quedan apercibi?os Con una multa? de trl;!inta pesos 6 una prisión de un día por cadå pesu de multa. Ep,La misma pena se hará extensiva á todo aquel
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H6
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE .
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que intervilliemlo en esl08 trahajos, t'alt.al'e á ellos maliciosamente. ? (:<Lo!; subdelegados darán cuenta á la Intendencia, al siguiente día, de los contraventores á esta disposiciÜn1 pl;tra imponel'les las penas. r? (.AnótesB, comuniqlH?sú y publíquéSÚ.-P. EchaurFen;.
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Ramón Domíngll.ez, secretario>>. De manera que, miontras,que lo:ìlegi5Iadore?, de Chih? hAn creído necesario quu el Est.ado invierta RUS foiulos en I't-!ffin' neral' á lo? comisionados, el Intendente de Valpal'aíso dedal'a qlle el cargo es òe forzosa aceptación é ilTe.n??nciable, ? y en lugar de remunerar impone Inultas. IY la Cámara había querido rechazar sobre tabla la acupa'sa'sobre la sación á un mandatnrio que de eBta manera COllstit!;J?ió.n,?obrû la ley y sobre el Congreso! RBcuel'do muy bien que el :seiíol' Ministro del Tnterior ha dicho en el Senado quc esta es cuestión concluÍda, POl'LJue el Gobierno hizo observaciones al 8eñor InLendentc de Vnlparaiso en cuanto conoció el decreto, ",Y el decreto fuéinmediatamente enmendado. Pero señor, ?acl1so en este.pais los alLos destinos públicos son de ulI<,\,escuela de aprendices? jCómol ?ciento? de miles.de ciudadanoR ,E!RHIIl sometidos å. la férula de un hombre que á tales crj'OI'eS está expuesto",y: que así desconoce las leyes vigentes? lTan escaso de hombres ÎDstl'uídos en la legislación del pais estamosj que se. necesita recurrir á principiant.os? ?O ,esprrue se q\ljc?l' afianzar en Chile unainstituci6,n arráloga al patriciado romano Io?' ciuy poner IR- dignidad nacional y el derecho de á indivi.duo:", opule??ost quc pueden dadanos merced do é inv,P:ftirlo en fiestas. y juegos pÚsu?ld? al renunciar .
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blicos? il? ?t Según la ley de IDunicipalidadesj, corresponde á estas cor-,: poracioncs dictar 108 reglament.os para las escuelas públicas y demás cs?ablecimientu8 de las mupicipalidadcs. Pues. del se? bien, en este ?Boletínde los., disposiciones vigentes, I?ÌLendente;..de Valparaíso. e,ncontrará la Cámara á .
ñor
el señor-, cada paso':er?aderos l'eglamentos'.'dict,adw'Æ"p,or 1 ntcndcnte, sin conocimiento ni ratificación dù.'la.,Muní?i>
palidad..
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OBRAS HE ISIDORO E?R...\ZURJZ
1i
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Aquíj?,jn ir más lejos! .l,iene la
CánÚÙ'a: Reglamento in. tel'no para escuelas. publicado vot' decrelo de 12 de marzo de 1Hï1. Reglamento interno para las escuelas de hur??bresj decreto de 2 de marzo de 1872. ,
La Cámara compr'ende(>á que si
.-
el
Diputado que habla
hubiera Lcuidu 01 tiempo necesario parll? levantar) como es debido; ante esta Cámara 'y el}Jaís, el velo de los escándalos, de las arbitrariedadcs y de los. absurdos de la administraciÓn local de Valparaíso, c!l vez ùe dos c.asos de arrebaLo de r"cultades Á]a M Illiicipalidad, habria podidu c=presentar un nÚmero de casoS verdaderamente jncreíbles. (' Fíjese ]0. Cámara todavía el( una circunsLancia. SllpO;l1gi:lmos que el Intendente de Valparaíso haya tenido facu1; tad pal'a aprehender personas á destajo, para allanar domi, ci1iosá destajOj?!;l1pongamos QUP.1 por una aberración .-'inmensa de 108 legi!;ladol'es del 33 los 1ntendentes de provinciu csLuvieran levestidos de esa enorme faCIlitad. ?Se sigue, por esto, que ?LIntendente de Val paraíso está aut.odzado .M' no ya para mandar aprehender á los ciu'dadanos y allanar casas, ,sinoJ)ara delegar eSa facultad en el comandante de .
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po ICla.
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Sería concebible que existiera un? ley que autorizara al señol' Edmul'ren para decir: aUánese la ca?a 4? Pedro y ]& casa de Juan ó cap Lúrese á D}ego; pero,.'icabe por cerebro
humano que, en;?'irtud, de esta UlCultad, fuera lícito al In,; tendente,invcs.tir ,de cna ó. un subålterno! en una forma ab? sölnta y' general,'pnra decirle: aprese Ud. á quien quiera, a!lane Ud..)3? cå?as que crea conveniente? \? ,,-lis Hunorabl?s colegas tlehen creer (Iue sÎ]a exposición "
de 108 funùamentos"que siI'vûn de base á mi acusación no es tan nutrida, tan ?poyada en hechos incontestlclhles como punible5 no yo?desearía, no es eso debido á que ,?os"hcchos CXlsteRen mucho mayornú'mero qu? los qu.? he presentado å la Cárnara. Ello previene,de que esta Honorable corporación, paralogizada y arrastrada en un momento de debi? lidad? por las brisas calientes,que soplan en el torno de la chimenea de los conç?1iábulos-'de partido, ha querido ceITar los oidos y ponerse u'na venda en ]05 ojos en prcscnda de las
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
más graves y de las más serias de las cüestioncs (}'l1ehayan podido ocupa['.?;â un Congreso. ?? .. Señor, no puedo dar1l1e cuenta cabal de.cuál sea el propósito político y cuáles los móyilm:l y 108 cá1cul08 que f!Iueven á una parte de nuestros colega!; â ahogar esta acusación en su primer trámite- que, según la opiniÓn"exprúsada en 1868 por los señores Matta, ßafl'os<Luco y Gallo, es trá'Ti ?1 mite de pura fÓrmula. ?Acaso lIO sabemos que en ningu'napal'le del m?ndu ]a rueda del poder 8S inás cambiante lìue en nuestro país? lAçm?o-.no es u liD. ley fìja en nuestro sistema Ipolitico que los vencidos de hoy son los vencedores rlel día sigllierite? por eso yo pregunto: ,cn yirtud de ql?é es esta precipitación? ?En vIrtud de quées.el propósito de ahogar la acu?a-. ción en este prinler trámite esencial '.pára 'la investigacï6'n? ?Yquiénde nosotros nase ha arrepentido alguna vez dehabcr tomado palote en estos go]pe? do ràayoría? que son con Lanta frecuencia golpes de ciego? Y no se neecsita mucho tiempo para arrepenl,irsè. AntcH de que pa?en dos Ó tres años. después ele eada elección, el nivel alterado por él ahuso inten.encionista vuelve á su c0I1'rlición normal, por la aección irresistible de la mecániea política, quc tiende á convertir las mayorías p'ópulàrcsen mayorías oficiaJes y de Gobierno. ImiLe la Cám"ra el "lto ejemplo de moralidad que ha dado la Comisión Consetvarlora. Cuanclo fuimos á pedirJ? "
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amparo} esa':alta corporación no nos cerró la puerta, sino que aceptó} PO[? unanj,llid'â.d, á tli8CWÚÓ?I,Iòs capítu]hS de la solicitud fundados cn los actos del Intendente de Valparaí<;()": Y en esta partc, á lo menos, habría hecho justicia, á peSarde que la componían excl?sivamente hombres adictos al actual orden de co?kspolílico, si la prëmul'a del tiempo\r demor'as suscitadas pUl' los misiÎlOs que, ahora pretenden arranc'--ar de'isorpresa á la Cámara una rápidaresolución, no Se lo hubieran impedido obligándola á remitir al ." Congreso 108 anteccdentE:s del asuntp. 'o' Esta Cámara, en cuyo seno tienen representantes irjrlos los gl'upos políticos del país, ,se-rá un vigilante uÍenos severo
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OBRAS DE lSIDORO ERRÂZURIZ
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de la ley constitucional, será menos imparcial y justiciero 'o, quo la Excma. Comisión Conservadora? .. Esto efi lú que va á decidir el voto de la Cámara. p.r?yccto á el ò discusión )'0801 Ri Al ver dehe no admitirse qlIe he tenido el honor de l)resentar, mis Honorables coleá opiniones y pre'cedcn. gas no podrán menos que atender tes muy respelables de nuestru aiIales parlament!lrios. Ya he hecho menciÓn de la actitud que los señores Barros 1868j en este primer trá. Lllco, I\Iatta y Gallo asumieron en mite de la acusación contra la Excma. Corte. Esos Honorables Diput?dos sus tuvieron que la acusación dehia ser admitida sin''discutirla, pues ese es el espíritu de la Constitución que ([Uiere so abra La puerta al examen. Especialmente los señores Matta y Gallo ocupaban entonce!i una posición polítiea de mucha importancia. Colocados entre agravios consu independencia rIel momento y sus pasado'ò podían tra. algunos de los Ìniernhros del Excmo. Tdbunal, halilar y obrar con. estricta imparcialidad, y sus opiniones )T votus ?ran propios para ?eL'vir, en todo tiempo, de norma 1\ lu? hombres independientcs. Si e?tos precedentes no hacen fu?rza ámis Honorables piensa qne ha debido eolegas, y i':Ii la mayoría de hoy del asunto, entl'arse, en e8tù. prime['a instancia, al fondo como he tenido el honor de haoe1'l01 espero que las consiá que he dado deracioIlmi que he expuesto, los documentos lectura y los preceptos constitucionales que he citado habrán si49 sutìciento para convencer á la Cámara de que sido.. infringidos pOI' el Intendente de Valparaíso.'i' los han Rrtículo. 12, 146 Y 160 de IR Constitución, y de 'l"C la infracción ha teniùo lugar en condiciones y con caracteres indispe.isable una tan serjos y alarmantes1 que se hace sevel'a inve8tigación parlamentaria. E8 posjble que mi.ppinión sea errónea y Ini convencimiento infundado, y que el resultado ùe la investigación habrîa? fUCl'a- ravorable al funcionario acusado. No por eSO dignidad investimos faltado á nuestro deber y á nueHtra t'e?hazara de. gando. Poro sj, p??rel c??trario! la Cámara EBR..\ZURIZ
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BIBLIOTECA DE ESCUlTORES DE CHILE
plano la acu,?acJón y se negal'& á examinar y á escuchar, á eso daría lugar suponerqueel espjritu de este Honorahle cuerpo babja deja.do fle habitar en la región plcYiHla y serena donde tiene ?u trono la juslicia.
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Acusación al Intendente de Valparaiso.-II "
8ESIÓ:-ì DE
24 DE JUNTouE'1875
El f'eñor Errázuriz (ùon Isidol'O).-EI ton'ð quo el señor Ministro del Interior ha empleado en su düíensa-;'dellnten{Icnte de Val paraíso y el estado miRmo de la atmósfera polÍlica del día, imprimen al preseJlLe debate 01 carÚcter rle la t.emplan?w y de la serenidad. No voy.á entrar en un enCllcntro á muerte. Sin embargo, el tributo comeIlzaró por pagar â mi elocuente contradictor por devolverle quo es ùe ley en la esgrima parlHfficntaria y su!:! corLef.les
expresiones.
mi parte, durante la hora y media que acabo de he pasar bajo la imprcsión de la palabra de Su Señoría, tenido motivo y ocasión para admirar la habilidad y mae!:!tría con qlle el señol;' Ministro ha procurado e\rit?u> el teITeIlU difíeil tle la cuestión constitucional y la pacienciA y el arte POI'
de post.es más ó menos con que ha ido plantand(,J una serie endebles en el suelo cenagoso que ha tenido que pi?al', hagt.a formar con e110B la base artiíleial de una defensa. He admirado.la agilidad con que Sil Señoría ha evitado fàs las espina6 pen'?'trant.es d.el debate, colocándose ?obre peql1eñHSlilrama? de legalidad que hall 88tado á su alcance, plumaje de en donde ha estado ustentando al sol el rico su ta\enLo parlamentario. He aplaudido, también la g['acia y limpieza con que el ?1': Honorable Ministro ha cOIH;cguido hacer. dæapareÚeI', ante mjs ojos y ante los ojos de la CHlIliH'a, no ya una blanca prestidigit.adores paloma 6 un conejo inofensivo, como los vulgaT'es, sino el más incorregible, al más c.aptichoso, al más
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mBLlOTECA DE ESCRITORES DE CHILE :,r
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encumbrado de los infractores ùe la Constitución de la República. Su Señoría ha hecho esfuerzos notables por OCUlLiH' la figura del acusado tras de la multitud de las liguras de pasados y prm;entes, de 105 vivos y difuntos conculcadorcs oficiales de la ley fundamental. Refiriéndose especialmente a( pdmer capítulo de la aousación, el señor Ministro nos ha dicho: el Intendente de Val? pal'aJso no es el único; todos han hecho ]0 mismo; t,odo? 108 Intendente::; de Santiago y del paí? han violado el inciso 5,0 del arto 12 de la Constitución, dictando dEwreto!'-> en que se impone la pena dela pérdida ,le la eBpecie. Es decir, que cuando yo señalaba á la Cámara una lacra en la administración provinciai de Valpal'aíso, Su Señoría ha levantado el velo que cubre elsi8tema administrativo, ba señalado á nuestra atencion un hondo abismo, y nos ha dicho: sel'éneJlse ustedes, clesechen ustedes todo cuidado, porque el mal de la inconstitucionalidad no es propio solament.e del Intendente Echaurren sino que ha sido, es y continuará siendo mal antíguo, general é incurable de los funcionarios pÚblico? de Chile. Advierta la HOllorable Cámara que quien así ha hablado, quien ha traído á su IÚIlO tan tremenda reve1aciÚn es un Ministro de Estado, sobre quien pesa)a obligaeión de hacer que las leyes sean rcspetad?s y cumplidas, especialmente por las agentes del Poder EjeClltivo. Ha sido el señor Ministro del Interior quien se ha ellca?gado de haccrnos saùer, con ocasión de su defensa de} Illtendente de VaJparaíso, que la Constitución::ae la República es letra m uerta y que nos encontramos t!ll plena bancarrota de legnhdad y constjtueionalidad. "Se apercibe la Honorable Cámara de la bondura del abismo que )a palabra del señor Mj)JÌi:!tI'O ha abierto á SUf' pies? El inciso 5.0 del arto 12 de la"Constitución es violado sistemáticamente pOI' los funcionarios del Poder Administrativo, la práctica ùe los Intendentos ha derogado la garantía protectoI'a del derecho de I'l'Opiedad. lY después? iEn que situación van á encontrarse, eu .presellcia'-de esa declaración, los Tribunales de J ustici!l cuando ocurra á ,
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OBRAS DE ISIDORO ERR.?ZURIZ
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elJos algún ciudadano á reclamar contra decretos ú órdenes espoliatorias? lContestarán ellos, también, á los reclamanles: retírense ustedes, pero consuélense, porque la violación del arto 12 inciso 5.0 es cosa vieja y pasada en aut,oridad de CUBa juzgada en la región administrativa ? El Honorable Ministro dr.] Interior no parece, sin embargo, estar tan penmadido de la eficacia de su principal argnmenta.rión, porque, en seguida, ha procurado descubrir é improvisar circHutaucias atenuantes y excusas para la conducta del I'uncionario á quien patrocina. Su Señoría ha declarado que el Intendente de Val paraíso, al dictar su .lecreto-ordenanza de 18 de octubre de 1871, no hizo otra cosa que restablecer la disposición olvidada de
un decreto de 17 de octubre de 1852. Para cerciorarse de la exacLitud ,le esta aseveracióD, bas? tarå t'I. la Honorable Cámara prestal' oído á la lectura del a,'Lícu]o 50 de la eitada ordenanza de 1852, el cual dice :
asi:
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..Las fábricas de gas, fósforos, y en general do productos rácilmente inflamables, se establecerán en adelante fuera de la poblaciÓn; las que haya aetualmente dentro, se trasladarán en el término de cuatro meses; multa de 2:í pesos.>> COIllO se ve1 la ordenanza ue 1852 ca,stiga la contravención de sus disposiciones con una mult-å de 25 pe?o8, cosa que estaba dentro 4? las facultades de la au LOl'jdad municipal y administr?ti'\ra, al.paso que el decreto-ordenanza de 18 do octubre de 1871 dictado por el señor Echaurren imde pérdida pone, además de la multa de 50 pesos, la pena de)a. mcrcaderia, cosa que solamente puede tener lugar, según el Arto 12 inciso 5.0, en virtud de, ?entencja judi-
cial Ó de expropiaciÚn calificada por ley, y en seguida, pretende todavía el lIol1ol'able Ministro hacer desaparecer de Huevo al señor Intendente de Valparaíso tras de las figUI'8S rubicundas de los empleados del cuerpo de bomberos de Val paraíso, suponlendo quc el decreto-ordenanza de 1871 fué dictado á solicitud de, osos cabalhwo8. ?. hoje_abu yo el Su hacía esta Señoría afirmación, Cuando expediente relat.ivo al asunto, y habria podidö"interrmn-,
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BtBLIOTECA DE ESCRrTORES DE CH-ILE
pirle; pero soy. como el señor Ministl'O, poco afecto á las interrupciones.i. La verdad es que las notas de los directurcs yel infOl'ine del cuerpo de homheros que corren en el expediente, no fueron el origen, ni siquiera'à'utecedente del decreto de 1871, ?ino que tienen el cará6tcr de iriforrnes pasådos al Intendente de Valparaíso â consecuencia de la ?olicitud de 10Jo; du?iios de dl:*'pachos. Las fechas lo est,án probando evidentemente. Los infdrllle? fueron redactados en 1874 y èn 1875, yen mal pudie1'On, sin duda, servjr ric base Ú causal á un decreto expedido eu octubre 18 de 1871. , El señor Ministro del Inlcrlofl tomando pie de umi pala bl'a, t.al vez imp1'opiamcnte aplicada por mí, procura sacar partido de ella iÍ favor do la causa que Rostienc. Nos rliee que no se trata ahOl'H do cunfiscación, sino que la cuestión es muy distinla. Si e?a palabra se ha escapado de mis lahio? en el debate) es claro que sólø he porlido l'cferirmo á ella en. e' sentido de lo que (dispone el iomso 5.ordel art.12 de' la Constitucipll, que dice: \JLa Constitución asegura á t.uOdm; los habitante:. de la República la inviol"bilidad de todas las propiedadp.s, sin distinción de ]a? que pertenezcan á particul81'es Ó comunidades) ete.>> [La pérdida de la especie irnpucsta conlO pena pOI' un Intendente! Eso es lo que constituye la incoTIstjtncionalidad de la ordenanza de '18711 y la infracción pOI' la cual acuso al Intendende de Valp""aieo. El señor lVhnistro dellllterior encuentra excusa eU la f.:Îreunstancja de que este arlo 12 ha :;idu violado sistemálicamente. Yo, 'por mi parte, encuentro en osa girCUllRtancia un-'7Il1utivo para que la Cámara abra los ojos, contenga e8ta inundación de iuconstitucìonalidad y dé vida al CIH?l'pO yerto de la COllstitlleiÓn. y las circur:.stancias en que nos encontramos son favoruhlf:R pal'a f!lIo. En seguida el l"eñOl' Ministro del Interior se ha ocupado del segundo oárgo de mi acusacìón; y Su Señoría, con una habilidad flue me complazco en reconocer, ha tratado de hacer pcr-dcr á la ÇámatB la huella de} verdaùei"o delito, y ha apeladÖ'á un decreto de abril dc 1873, relativo á proce?
o
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siones PÚb1iCA9,
OBR.\S DE ISlDORO ERRÁZURIZ
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pasflda tenia yo conocimiento de ese decreto) y si no me referí á él fué porque no es CIl;,él donde está la viulaçiÓll const ituoional1 sino en un decreto postcI'Îor;1 y e1"\ seguiJdolugar porque el decl'eto .del año 73 fu( dictado antes de la reforma constitucional. Yo me' he referido á un d'c decreto marzo. de 18761 rfotifit:anúo. á los presidentes del clu b de la Alianza y de la asamblea liberal democ,'ática, señores Mal'celino VergaN? y Jos(1\1aría Soto Aguilar;, á un decreto en virtud ùel cual no tuvó"; lugar durante aquellos úÍas ninguna, reunión pública en las plazas y calles de Valpal'3iso! que fué analizado en los elubs! y que fué un mal ejemplo para los demás ilntendentes de la.RepÚblica. De modo que tuve mucha razón cuando acusé al Intendente d{? VHIl'HraÍso1 no solamente de haber dadu uí1decreLo de grave infracción de la Constitución, puesto que en él se prohiben eompletarncnte Jal'; reuniones, sino también por)lalH3l'. sacado 01 cuerpo, por habe(' rehuido la responsabilidad y borrado las huellal::ì que su? pasaúas inconstítucionalidades habían dejad.o en la legislación del país. El decreto do abril de 1873, ann dado bajo el impm'io de la Const?tución actual, admitía dofensa, porque la Constitución aètual dispone que las reuniones públicas sean regidas por las di?posicione8 depolicia; y aunque el decreto de .73 no rige sino que no prohibe, ?in embargo, llevando la toleralicia hasta un grado á donde UD se lleva en paises mejor orga1ázadof;.quc éste, pudo ese deurelo pasm'. Pero el decret,o de 2 de marzo de 76 prohibe terminantemente las l'eulIiones y agrupamientos en las (:,alIB8 y plazas de VaJparaísu. '..' Ahora diga la, Cám31'a si en conciencia le parece que la (ÜJ'cul1stancia de no estar escrito ese decreto, si la circuns? t,'ancia rle qu.e el que lo dictó ocultó:..los rastros de su actQ, es lIna razón I)(Ira que la Cámara no admita á discusión el proyect.o que he tenido 01." honor de preseJltad?, cuando hay' velwIDeutes sospechas'de que ?se. funcionario incurrió en flagrante viola?,!óIlde la Con'slitución. El hecho de que ese funcionario haya ocultado su ohra y rchuya la respongahili(l!id de sus actos, lejm:ì de dejal'nos tranquilos, es un motivo mås para que se ordene la más minllcio?R investi-
En la
st-?sión
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CIIILE
gadón,?'no digo para imponer un castigo mat.erial al culpable, sino para imponerle la pena moral de la condenación de este alto cuerpo.. "Fíjese, además, la Cámara en que el Intendente de Val? ,?r; paraiso da al comanda nte de policía, en el decreto de 17 do ab.rH de ?Bte año, la facultad de impedir las reuniones que tengan earáctei' sedicioso 6 en que so invite á la desohedienoia ál.. alltoridades. Es docír que estahlece]a dictadura de la policía en materia de libortad de reulliÓn, hace al comandante árbitro para decidir cJ'ando hay en 'los discursoB?de una reunión pública tendencia gediciusa y ?uh.. versiva y pone á merced de él el derecho que garantiza el arto 12,inciso B.. de la Constituoión y qne según el arto 36 solamente puede SCr restringido en virtud de una ley' extra.? unlinaria y de duración transitoria. Ahora bien, lparece extraño á la Cámara que t?1 funcionario que concedió esa auLorización dicL?U'a el 2 de marzo cI dccreto contra la lihertad de reunión que fué notificado á los presidentes de los clubs de Valparaiso? El Honorahle Ministro del Interior lha rt;!cot'Jadu que la libertilll'de reunión existe en Chile y que de consiguiente sería temerariamente injusto condenar por aLentado eontra ese derecho á uno de lo? agentes del Gobierno qlU? la ha hccho florecer. Estoy de acuerdu con Su Señoria para celebrar que ha?yarnó:-:lconquistado en el pais tan pf'eciûsa libertad y pagando el tI'Îhuto debido á,los Gobie/'nos, ]0' Congresos y los partídos quo oontribuyeron á ello; hago votos porque dentro de algullos añoH, podamos alcanzar en materia de libertad electoral el mÌ!mw triunfo definitivo que se ha obtenido en lo tocante 31 derecho de rcunión. Pero estoy lejoF.l de convenir COn el señor Ministro en lBS consecuencias que deriva de ese antecedente. PiêI1:-:1o, pór el eo ntral'io, que la circunstan?ia òe que la libertad de reuni6n existe en el país es un motivo más para puner á raya y castigar ú los q1le intenten perturbar el curso de esa henéfica corriente.'." ."
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examinar más de cerca ]a argumentaci(m (11.>1 H?norable Minis?ro del Interior relativa al tercer plinto de mI acUsación. ;,
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Su Señoría ha tenido á bien refedrse á lo que ha expuesto sobre el particular ante c1 Honorable Senado, yen seguida ha invocado ingeniosamente en abono de su patrocinado el arto 112 de la ley de Régimen Interior que, tratando de las facnltâdes de los Gobemadores, establece que <es prohibido á todo funcionario dispo.,Iler que Se allano un? casa par? ticular sino en los casos y ën 'la forma que prevenga la ley especial de allanamientos, sllb?istiendo mientras tanto se dicta dicha ley el orden que actuahneJlte se ovserva á este respecto)). ?A?'qué orden establecido Se r'efiere]a Ley del Régimen Interior? ?Al orden de la costumbre y de las viciosås prácLícas? N Ó, indudablemente. Se refiere al orden establecido por la Constitución y por todas las demás leyes del Estado. Ahora hien, en el año en que Be dictÔ la ley del Régimen Interior existía ya el arto 146 de la COIlstitucióII1que dice:<<La
casa de toda persona que habite el 'territorio chileno, es un asilo inviolable, y sólo puede ser' allanada por un motivo especial determinado por la ley, y en virtud de orden
de autoridad competente.))? :?Cuál era la ley dictada en virtud. de este art.146, que confiere á los I"tenden?es la facultad de allanar casas? cCuál era la ley que hacía Ó estos funcionarios competentes para allanar? Si no la había, es claro que el régimen establedùo entonces era el de la completa inviolabilidad de lo? äomicilios. Pero Su Señoría alegÓ aquí ùO!; 'coIlsidel'l'Icione!:l, una que no puedo aceptar y contra la cual cspero que la Cámara reaccionará, esto es, una práctica viciosa establecida en alguno8 p:untos de la RepÚblica y" especialmente en Valparaíso. Pues bien, á eRa práctica viciosa no es posiþle reco.. IIocerle autoridad, sino' corregirla y condenarla. Su Señoría ha citado también una disposición eOIlt.uuida en no sé quó Código, en algo que Su SeÎlOría llama legisJa? ción local de Valpar'aíso. r.Tan desprendida se encuentra larjudad de Val paraíso del territorio de la República y tan lojos del amparo que prestan las leyos generales á los demás habitantes de este país, que heJ.uos Ilegauo á tener leyes JocaJes de la provincia {le Valparaíso? De manera que ?
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BIRLI01'ECA DE ESCRITORES DE CHILE
no solo tenemos' inocentadas ilegales ó entusiasmos inconstiturionalct; en la;provincia dC';IValpaI'uiso, sino .también
una legislación 10eal de la provincia? De maÌ:lCra que el que pasa 1a cue8ta del Tabón, junto con cambiar de atmósfera, cambia también de atmósfera legal? ?Rjgen acaso distintas doctrinas de def'echo que en las demás de la Hepúblic.a, en la provincia que se encuentra bajo el mando del señor Eehanrren cuando SP. trata de examinar tos aotos de los funcionarios pÚhlicos á la luz de la ConsUtucióllj que es ulla misma para t.odos los chilenos? ". Cuando se trata de cuestiones que afectall á los iulel'ere8CS genúrales del país, no se puede veniI' á hablar á nOffi"': bre de pretendidos derechos y á nombre de disp08ÎCÎOlles establecidas por una ley local de Valparaiso. Descartemos, pues, !o J'(.lativo á esta pret.endida legislación local, qne eorresponde á lo que es, en realìdad, un régimen de privilegio, un régirnen de excepción. fI" (,Qué queda entonces en Chile en materia de inviolabilidad del domiciJio? Lo mismo que existe en Inglaterra: la inviolabilidad del hogar consagrada por la Constitl?êión y pOI' tudas las leyes que gar'antiazn que. ose.hogar os un asilo inviolable que no puede ser allanado sino en ciertos casos determinados pOI']a ley y en vidud de órdenes de ,auloridad competente. Obré entonces con lógica y con oportunidad cuando evoqué'en esta Sala la gran figura del Ministro inglés, y estuve' en mi derecho para hacer resonar en este recinto el eco déhil de las palabras de ese homhre de Estado que, debe. rían ser un Evångelio, tanto para 108 Minisll'o? de paises grandes, como para los ?1inÜ;tros de paÍ8es pequeÌLOs. ?".El señor :i\:1inÎstro del Interior, arra8tradu por su impetuoso deseo. de hacer saUr inmaculada la fama COIlslitucÎonal rlellnt.enrlente.rle Valparaíso, ha hecho daño á la fama de la 1egislacj6n deHlIl'aís. Enmatel'Îü de ley escrita, nos encontramos tan bien c_9locado8en Chile comO en 1 nglaterra, Bélgica y demás países bien const,ituidos; y si Su Señoría tuviera:vohi'iltad de dar elicacia á lalcy constitlwionaJ podría, ya qne tiene bastante talento para ello, pronunciar aqui á su vez palabras dignas de las del gran Chatham. '
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ORRAS
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ISIDûRO ERRAzURIZ
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El séñoI' MinistrO' no hÀ tenido á' hien
oÜlIparJ'ie con detención de la serie òe cargo? que agrupe para probar lag infracciones del arlo 160 de la Constitución comotidas PO[' el Intendente de ValparaíRo, de la cual resultaba que el Intendente ha violado sist-p.rnáUcamente las garantías, po? pulares, la8 racultadps de todos los cuerpos cOllst.iluídos en el Estado, y los fueros ùe la legislación ordinaria y cxtraordinarÜt, las facuHades de la- J\'lunicipalidad Yef'l respeto quü debe <i los poderes PÚbJiC08 r á sus mismos supCriOl'Hs.'
Encuentl'a toù",vía el señor' Ministro que Son poco? lo? antecedentes y documentos que he .prc?cntado á. esta Cáln?ra.'Por más que ello pueda dar pretexto á Su Señoría p3f3 ccharme ?encima una fraeción podcrosa de esta Cámara, sm:tendré qu.e por lo prccipita.do de la disCIl?ióll, 110 he podido traer la m0l1tañli de documentos que se encuentran repartidos en lo que Su Señol'ÎCI Barna. legislación local de Valparaíso. Pero pennítame la Cám::wa dar' lectura á un documento que el;. conocido(:y que parcce olvidado, y la CåTQara verá si pueùe p asar sobre tabla solll'e una' acusaciór1""fundadaen hechos Remejalltes. Tratándose de la aplicación de la ley de elecciones;, dice el Intendente en una nota {1 Su Señoda el Ministro del In?" ?
terior: habiendo ya materia para pedir al Soberano Cong'l'eso una nueva ley adal'atoria sohre el.paI'Licular, he resllelto que en la provincia, de mi mando S8 dé fiel cumplimienLo por 1m; Gobernadores al arto 9.0 Y se presânda absolutamente de lo dispucstn en el arto 25, para que haya uniformidad en los procedimientos, prontitud en el servi? oio que se erige y obviar toda dificultad 'lue pueda entorpecer la marcha sucesiva de los lrúmite?' que detern/;ina <<No
?? que
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(,Lo cOlriunico á USo esperando Hea ùe su aprobación la "resolución t.omada.? El seilOr Ministro aconseja al Cuerpo Legislativu tle Chile
que pase sohre tabla sobre la acusaciÓn entablada. contra un funcionario tan benévolo '-Iue .?,ha querido lúgislat' por nosotro?. ahofl'åndonos lA parte más fatigosa uc IIuc?tras tareas. ;,? i':'
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Señor, cuando hace un instante, ola al Honor8ble?Ministro del Interior excusar la usurpaciÚn de las facultades de la Municipalidad de Valparaiso por e] Intendente. señor Echaurl'en, fundándose en la sanidad de sus propósito31 en su interés por la educaeión del pueblo y en su actitud fecuntln, llegaba á' temblar y me decía: para que un Ministro de Estado se ponga al servicio del ahsolutismo,y lo defienda con tanto ardor, es preciso que ChHe haya bajarlo mucho del nivel en qt1e se hallan los países en dond? .las leyes son respetadas y en dondc la vida constitucional y representativa-.tiene una existencia real y pmÜtiva. Considm'aba que había un peligro mllY serio para nuæira patria en qne se quemase tanto incienso en honor de un hombre que con la disculpa de sus huenas inLencioneg do riÙllldo, ha pasado -.sobre hacer el bien de la provincia. de Su la Constitución, 18S leyes y la opinión púNica. Afortunadamonte, ha habido unß_?;Providûncia que se ha encargado. de .marcar con letras de fuego eterno el ahsoluLififfiO ilustrado .y de condenarlo iITcvocablemente en la provincia do Valparaiso, manifestando que- no Se lJUede impun(?mentc traspasar los limites salvadores de la lûy, ni tomar,.el buen criterio del mandatario cOmo la única norma ,-o
'1' de los actos adrnÎnÎstrativos. E! Intendente de V8lparaíso, obstinado en regularizar las calleH do esa ciudad por un método de su;,_invención, la cOl1vh'liÚ en un lago vëÏwcÏano, en el que 109 habitantes de ese hermo?o puerto pueden pasearse tranquilamente en sus g6ndo]?s por una parte de l. ciudad. El úruco inconveniente de eso. hermos!'i laguna era que tenía desagües y que estos conduelan â las bodegas y los. .. escritorios de las principales ca.sas de comercio. establecldo;.iul? á El Intendente, Bin commltar nadie, ha en;;'el estado actual de la provisión servicio de caUceB que, de agua tIe la población, debía convertirse en una fuenLe de infecciÓn. PL1e!'; tan pronto como llegaron lag primeras
lluvias de este allo, Be viii los funestos resultados que e80? catlCes debjun producir. Las aguas) más ?eVera8 y más justicieras que el señor MinisLro del Interior, hicieron reventar lo? cauces y probaron que el absolutismo ilustrado
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'4'
es incapaz de
producir buenos frutos aún en el terreno de los progresos materiales.' -!>El señor Minístr'O del Interior se manifiesta.convencido de que el Diputado por la Serena, al consLitnjI'He ell acusaùor del lntennente de Val paraíso. es arrastrado por una invencible y funesta preocup.1ciÚn contra ese funcionario. Pero Su' Señoría ha o] vidado decir que esa preocupaciÓn no es un sentimien?o exclusivu dül que habla, y quc, por el ?tOl?traI'Îo,'han participado de ella los hombres más distinguidos y CUIIs]Jíeuos de todos los grnpofi del partido que es hoy t-11domínanLe1 y que á esa preocupacióu !:le debe que el Intendente de V alparaíso ha?'a sido arrå5trado má? de una Vez â la barra de e?ta Cámara por los mismos qne hoy ,hacen de su tolerancia y de la benignidad de correljgionarios un escudo amparador de los atentados de ese fUIlCio? narID. Así, en uno de los últimos años, el soñor Diputado S?nta-María se expresahB, respeeLo del Intendente de V?lparaíso, en los siguientes términos: <<No quiero haeeI?,memoI'ia de las providcnciås de pequeño alcance dictadas pUf dicho funciOlHII'io, ni
quiero llamar tampoco la atención del señor.Minist.ro del Interior sohre algunas medidas ùe,.. reducida impoT'Laneia1 algunas de la..? -cuales sólo tienen mucho de ridículo y que prueban que el Intendent.e de Val paraíso tiene un secretario humorístico que 'le gusta redactar decretoß que arrancan la risa de quien los lee(<Me refiero solamúnte á la condición excepcional en que ?: ':8e encl:lentra Valparaíso relativamente á los estorbos que slIfrenlas propiedades. .
en Valparaíso á este respecto una cosa ainW1lar que no ocurre en .ningún pu'cblode la Hepública. Cada ve-cina qne se encuentra en el caso do hacer reparaciones en su propiedad, es objeto de vejaciones por parte del Intende'nte. Es de PI't'guntarse entonces: ?qué provoca esta ?i? á tuación que no se encuentra sujeto ningÚn p\;leblo do la Repúblicai) <<Pasa
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l Por 'fUé esta anomalía?
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En el curso de la discusión eu que esas palabras fueron prollunciaåas tenia)ngar el siguiente ourioso diálogo: (lElseñoJ' Gallo (intel'fUmpiendo).-Pero el)ntelHlt-mLe 6 el juez que siempre interpreta malla leyes lIn mal Intendente yun mal juez. ?EI Heñor Cood.?Sobre todo un Intendente que se ocupa por sist.ema de ajar,á todo el mundo en Va]paraí?o>}. No mencionaré la opinión ell que manifestaron entonces los Honorahles Diput<,trl08 González :r Lazo, pero no p?edo pasar. por alto la siguiente de otro importante miembro del partido liberal, el HOllorable Diputado pOI' Copiapó que eB actual Presidente de 'esta CámarA: ,y ese es otro de los caracteres de ese ministerialiHffio que conocemos en Chilo y que Se disfraza bajo distintos nombres desde el año 33 .Y que consiste en atrihuir á la autol'idaù la mayo!' Sllma de poder, De tal modo que no solamente se prohibe á los adversarios el ?IJanifestar SUS opiniones, sino que se condena con exc?:nHlIriión verdadera á-,Jos propios partidarios si se fieparan en ]0 más mínimo. Y de lo ego que cree Su SeriorÍa que es una lJrucha en contra que he teJlido el honor' de decirJ es al_?'evé8, la IJlejol' y måf.\. palpable de las pruebas d?- que ]a aritoriúad no deja fo1'marst!'partidoR que no le li"t'H'tenezca en su t.otalidad y t.anto f:n sus acciones cornu en sus ])l'OPÓ!;H,OS, en? sus ambicioY el ?eñor Echaurren es de csos ne!'; como en sus banderas. y si interviene en las elecciones! nO es ant.ojadizamente. El las hizo 1?8iempre'- triunfar por medios que son ilegítim05 y que el 8eñor lntendente';?'nl'ee que? le bon permitidos. El, cornn muchos otros ministeriales que rcspetan la Con?1.itución y hacen las declaraciulles más solemnes en homenaje á la libertad y que ohran de un modo enteramonte contrario) se ríe de I1SO. corno es de buen tono en las altura!) ministe"de sinocTialcs; se ríe que en Chile pueda haber elccc.iones .f' juego' en el cual l'as y legales. Cree que las elección es un y de ahí viene que UD tieue !')on permitidas las tnllllpaJ:ì. respeto ni porsi mÜmlO, ni por la ley! ni por el pueblo; y l1ega hasta perder eompJetamenæ el eriterio haBta para juzgar sus propios actos?. Ya ve el H ollorab]e Mi nistro del Interior que si la p1'eo,
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cupación anti-echaul'rinistA Lielle en el Dipütado por la Serena carácter patológico, j}a alcanzado la gravedad de monomonia en el espíritu de muchos de los miembros de los pasados Congresos, y no ::ìolamente de aquellos que figl1I'a? ron en la oposición sino de los que hacen ahora figara nota? lile en.1as fila? gubernativas. Eludsmo Honorahle Ministro del Interior ?ha estado siempre t.an libre de ese contagjo como pudiera ueducirRfl de HUS. diBCllI'SOS en favor del Inten. dente de ValpüI'aíso? Lo?' más Íntimos corriUos, oficiales ?han escapado á.la influeucia dc la preocupación contra el señor Echaul'ren en la hora de las' confidencias y de las expansiones r
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Ahora bien, haciendo á nn ladu tuda Ja parte de brillantes trincheras tras las cuales el señor l\línistro del Interior ha procurado colocarse; haciendo á'unlado los abusos de JosJntendentûs de Santiago y Ja legjsl?oj6n Jooal de Valpar'aíso, de la cual se ha dado Una muestra t.an instructiva; haciendo á un lado todo ]0 que se ha tl'?ído al debate y que no hace á la cuestión constitucional, queda siempre ante 1<01Cámara la acusaciÓn que he tenido el honor de hacer al Intendente de.V alparaÍso por infracción de artículos importantísimos de ]a ConstjtuciÓn que son: el artículo que se refiere al derecho del hombre sobre su propiedad; el que se refiere al derecho ùe reunión; el al't, 146, que se I'efiere á Ja iuvioJabjJidad del domieiJio; el arto 160, que di",e que ningún magistrado puede hacer uso de otras faculLader-; que de aquellas que expresamente le están conferidas por
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Hay todavía otra circunstancia, soore la qnc ya he tl:!ni? do ocasión de lIaméH' la atención de la Honorable Cámarat y?" lo de que ellntendento dé VaJparai.qu "610 nu Se ha 'permitido cometer grave.'3 inJracciones dE: la Constitución, sino que ha procurado rehuir la responsahilidad que Como manclaLario de Chile debiera asumÎI'. Y no sülo eso queda en pie, siuo--'que se ha venido á establecer un hecho que sólo bastaría pBra que la Cámara no pase sobre tabla est(> Hsunto, sino que abra una amplia investigación, 4ue harto Lie,;t})Q tendremos ahora para nevarla á cabo. gse hecho es. ,
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que un J\linistw de Estado sC presenta ante la Cámara en bancarrota constitucional. Si el señor Ministro de Hacienda viniese â este recinto y dijese: no hay dinero en las arcas pÚblicas con que pagar á los servidores de la nacióll, est.arno? atrasados en el pago de los dividendos de la deuda extranjera, cpasßría la Cámara sobre tabla en un asunto tan grave? ?no haría nna investigación sevcra sobre esas circunstancias? Pues, bien, en la sesión de hoy el señor MinÎ8tro del Interior ha venido â declarar, no que falta dineru elllas arcas nacionales, ni que 108 dividendos de la deuda extranjera están atrasadus, peru si que falta verdad en nuestras instituciones, y que falta en el gobierno ,?nergía y qué 56 yo qué más para hacer que la ley sea realidad y que sea cumplida y obedeci da por .':
los dependientes del Gobierno. La Cámara de Chile ?acepta esta situación? éencuenll'a que ella 00 tiene J'cmedio? ë.reconoce que nunca sl1rá el.dia algúÀos" de poner término á esos abusos y llamar á la ley á dc esos funcionario? inh'actore? de la Constitución, á fin de que la reprobación de su conducta j:\Îrva de escarmiento
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los ilue pretendan seguir' sus huellas? Hé ahí 10 quc ,"a á.decidir el voto de la Cámara. Y me atrevo á decir que nO hay exageración de mi parte Cl1anuo
afirmo que, ad mitiendo la Cámara que ?e proceda á. una' á investigación que á nada la comp,romete y llamandò una Comisión de su seno. para. que. informe sobre e8',e negocio, la Cámara hace justicia al sentimiento público, y hace justicia á su propio honor de cuerpo deliberante y representativo. En eî:l.mbio, si pasa sobre tabla respecto de una acusación que 8e hace contra un Intendente, después que el señor l\linjstr'o del Interior ha declarado que la Constitüci6Ù á mi juicio, se suicida como no tiene eficacia, la Cámara <JlIerpo deliberante y l'epresentatívo.(Apla!lsos en la barra). [,1
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Acusación al Intendente de
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Valparaíso.-III
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SESIÓN DE t'1 DE JULIO DE 1876
El .eìlUr Hrråzuríz (don l.idoro).-Comprendo que
larf(o debate haya impue.to
á
este
la Cámara una p?".da fatiga,
perdido y aunque considero que de ninguna manera será estéril para el porvenir, y creo que, como iniciador de la acusación contra ellntcndente de Valparaíso, me hallo en el caso de molestar de nuevo la aLcnción de mis Honorables colegas Con el excluRivo objeto de agregar algunas con8ide?. tenid"ô' el honor de Ó. raciones y algunos hechos ]08 que he hacer presente, y sobre todo con el objeto de restablecer la verdad de )a ,acusación y de hacer á un lado obgeJ'vacio?es y denegaciones, vel'.f?aderas zarzas y male7.as que han venido el'eciendo poco á poco e;Il estos día8 on el lihre terreno del .
? debate. de de hecho la circuustancia como Se ha un argumento que el [H'oyecto de acuerdu no contenia los hechos en "que se alguna disposición funda la öousación, como si hub?iera ? a vigente, alguna ley, û algnna práctICa que ellu me hubiera de obligado, como si yo hubiera 8stado'j::en la. obligación fundar por escrito y no 'de palabra la acnsación. No existe T
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á este re?pecLo ninguna ley, ni en la Com:jtitución ni en las especiales, y por lo que toca á la práctica, tan autorizado el habla de presentarht desnuda1 reservándose
estaba que la I'acnltarl de apoyarla de palabra, como lu habría estado de hacerlo por esc.r,ito. La acusación presentada en 1850 por el senor Urízar. queridu Garfias; se encuentra en 01 caso tm que hubieran Uß.RÅZURlZ
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ver mi acusación algunos de mi? Honorables colegas. El señor Urizar Garfias acusaba al Intendente de Aconcagua por uno sólo de sus actos y establecia este hecho en su proyecw de acusación. Una acusación entablada en 1858, contra el Intendente de Concepción, por haber capturado al Diputado suplente de ese departamento, señol' Badilla, pst.aba también en este caso., Pero la úHima acusación que la Cámal'3 ha conocido contra Funcionarios públicos: la-'8cllsaciÓn entablada contra la Corte Supl'ema, ha sido pre8entada en la misma forma que la que hp,'''tenido el honor de presenta.'!' contra el Intendente de Valparaísol sin que ningÚn señor Diputado hiciera hincapié en esa circunstancia. El aeuAador de 1870 usó el mismo derecho que yo he usado en esta ocasión? el derecho de fundar ùe viva voz la acusaèión. En .esta circunstancia he Cl'cido ver una celada tendida al proyeoto de acuerdo, P??o.l?Cámara sabe muy bien qne he fundado de viva voz la acusación el primer dio. de la discusión, y los señores Diputados han podido tener á la vjsta el texto de ese primer digqul'f:)(?,has?a donde le ha placido. Por lo demás, en este Iiriiher1ltrámitc no se tr&ta de la sino solamente de defensa, si ó si hay nó delito 'j' hay preslll1ciõn de que el averiguar culpable sea el fnnc1onario á quien se acusa. La verdadera defensa'anLe esta Cámara tiene lugar en el segundo trámite, cuando se trata de saber si se acusa o no ante el Séllado al funcionario. Algunos do mis HonoJ'able? coleð'8s, usando quizá de :-:iUS facultades de miemhros de esta Cámara, han aplicado á la acusación calillcativos que no e:.tân justificados por' la forma en que la acusación se ha presentado y aÚn por lasobservaciones con C}Ut la acompañé. El ?eñor Diplitado por LoncomiHa me ha considerado tomo el portavoz del parlido. conservador, de cuyo seno pretende Su Scñoria que IlI'rallca la acusación. No haré yo, por mi parte, ni uso ni abuso de mi" derecho para calificar esta manera de estimar los actos de los miembros tio esta Cámara; lIle basLa I'eferirme á la circunstancia de que la acusación se ha. PI'ús{!l)taÜo bajo mi ?ola firma. He manifestado eu mi TH'imar diseuI'so que la acusación
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tno es siquiera la consecuencia inmediata de la solicilud que fué present.ada á la ExcelentÍsima Comisión Conservadora,
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puesto que usando de mi cle.recho la he extendido á hechos y actos que no estaban comprendidos en aquéna. El señor Diputado por LoncomiJla ha aludido á la circunstancia de apar'eceI' unido? á la acusaeión contra el lntendentede ValparaÍsu miembros de esta Cámara que pertenecan á distintos grupos y partido8 polít.icos. solo en la fantasía del señal' ella hubiera exiJ:itido, si algunos miembros
La unión en la acusación está "
"si
Diputado, Y del partido cOll,!;örvador hubieran tìrmado la acusación, esto no tendría liada do particu1ar, porque era natural que traLánùose de las consecuencias de la Última elección , tratán. dose de obtener justicia contra los co?culcadot'es de la. libertad electoral, los que estuvie,'on unidos en la lucha lo estuvieran también en la l'eivimlicaciún. Esta unión que tuvo lugar en la última 81eccjÔn y que tan extraña encuentra el señor Diputado por Loncomilla, no es mås que )a repetición de la unión que tuvo lugar entre los partidos liberales el arlO de 1870 y que fué fundada en virtud ue un acueròo del que he tomado copia textual para pr8senLarla al señor Diputado. (Leyú.) 'De manera qllr- la alianza del pal,tido liberal-democrático con el partido conservador, fué una alianza que tenía un del mismo ?odo objeto bien determinado y se estableció partè' en que la: que 138 celebró en 1870, Los que tomaban objeto de rcsisLir unidos esta alianza y (IU8 lo haoÍan COIl el gubernativa, debian eonsideá ia fuerza de la intervención a?usación contra rarse también unidospara presentar una distinguido en el ùe los funcionarios que más se 11an >
uno camino de la arhitrariedad y del abuso. de la Cálllara Uno de los argumeuLos que t.anto dentro contra la acusacomo fuera de ella 8C ha pretendido hacer elJa peea por ción qne yo he traído á este recinto, 05 que á llamar: la inoportuna y que no hay derecho paI'?, venir habor sIdo atención de la Cámara con esta acusaCIOn? pOI' presentada en.'l.lo5 rnornentm;t.en qne v:a á. t.erminar la el funCIonarIO acusado so administraciÓn actual y cuando disIJOne á ahandonar el puésto qu?O!a1pa.
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Por mi parle7 no (jreo que pueda ser aceptahle eHta cuecstión de reivindicaciÚn que se suscita, ni pienso tampoco que pueda tacharse de inoportuna la acusación entablada contra un funcionario que ha- infringido la Constitución del EstaQ.o, P9rque esta acusación se presente en el primero las'; fllneiones que como en el Último término del período de el desempeña.
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Además, señor, no es fácil tampo(',ö"saber cuándÒ llegará e?te lérmino, pOl'que? ya ha ?ucediduT más de ulIa vez, que siempre que el Intendente de Valparaiso se ha encontrado en algÚn conflicto con los partidos ó con el Gobierno, no ha faltado algún agente oficioso que se haya encargado de anunciar al público la próxima retirada de este caballero del pue..,l.o que ocupa; pero (J80S anuncios jamás se han cumplido. Sohre este particular, recuerdo que en los primeros días del mes de enp.ro de 1875 con motivo de cierto acontecimiento. ese funci0J18rio dijo en un banquete que en pocos días más se J'etÜ'aría á la vida priyada", anuncio que, como saben los señoJ'cs Diputados, no se cumpliÓ. Desde los primeros tiempos de i:jsLa administración, d?sde el invierno do' 18il se ha vcnido sucediendo una serie de acusaciones contra el Intendente de Valpar-aíso, tanto en esta Cámara como fuera de ella, por los actos abusivos qu? ha ejecutado, Durante eßLe quinquenio hemos visto que en este,recinto han formado contraste los amargos reproches y quejas â que ha dado lugar m?e funciunario eon los (lías tl'anquBos, y serenos por que pasaba la polltica y con la marcha8erena y tranquila de ]0. administración, La Honorable CánHu'a ya á ver como en 1871, miembros bien caracterizados, opiniones que son una verdadera autoridad, calificaban los aeLos delseilor Int.endente de Valpar'8íso más ó menos con la mismaseYerid?d que 10 hacemos ahora los que estamos. convencidos de que e!ìO? ac?os importan una nagrante violación:dc la Constitución, Parlas citas que voy â hacer se verá también que ya en aquel año el Intendente de Valparaí80 seiniciaba en su carrera de actos arbitrarios v destituidos de forma legal, y que principiaba 001000.10. á preparar' ?Iterl'eno 811 que hoy s? encuent.?a .
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En la sesión del 4 de noviembre do 1871, un jovon Diputado, que es hoy como entonces una esperanza p?a la paá-cusación Lria, un distinguido publicista, dirigía la misma que yo he dirigido al Intendente de Valparaíso, con mopl)J' un tivo de una interpelación dirigida al Gobierno decreLo de este funciunario en?(que.se establccÍH Un turno obligatorio para 108 médicos,? y también por laß reclamaciones hechas pqr don Jacinto Chacón por una demarcación de líneas en un terreno de su prupiedad. El señor don Vicen?e Heyes deoía en aquella sesión: (Leyó). ?I!:?ta cuestión tiene una gravedad indisputable; en primer lugar, pOI' la naturaleza sola de los hechos que han ffil}tivado la interpelación, y enseguida porque estos hechos no son sino) como 10 decía -.en una ùe ]as sesiones antedo. de este sistema, por desres, una nueva manife?Lación. gracia "ya muy generalizado, de atropella? los preceptos de la COí1st.itución y las garantías individuales que ella "é'stablûce, Ú pretexto de esa ley, de la necesidad de que se ô bierl buscándose nos hablaba hace pocos momeJ]to?, nna oxcusa .en la8 b,1lenas intencion?,$ del mandatario que el proverbio popular tales ilegalidad es cante te. Señores: ?.l?o,eqU,B <<de buena$ intencionp.s está empedraJo el in'
'frêrno?.
4Y debo declarar, Á propói-jjto de esto, que la circun8? tancia de ser elseñor,,:,Echaul'ren Huidohro el funcionario los'" procodimiento!1 materia de mi interque ha ejecutado algo en lag móviles pelaeión, no ha? dejado de entl'af por á j'ormnlarla, no porque me anime que me han inducido contra este caballero ningún sentimiento de malevolencia, á Al COI1? pues que si Ip. tuviera; no lo traería este recinto. el desempeño Lral'io, creoque es un ciudadano celoso en lo mismo que de 105 puestos que se le confían; pero por ocuB? una posición elevada en jerarquía administrativa, lo? m.alos ejemplos que de,él partan pueden tener muchos imitadores, y ya e8tos ejemplos de pasar pOI' enchna de esta ley se van repitiendo demasiado para que' no sea ? tjempo de poner atajo. el señor Echaunen cuanùo *No se habrá olvidado que þropia autoridad era ln?enrlen?e de Santiago ordenó de
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que ningÚn vendedor de parafina pudiera tener más de veinte litros de este artículo. Como limitación de la Jiber? tad de-õuna industria por razones de policla, la medida hahria exigido cuando menos unA ordenanza municipal. El T ntendente la dictó, sin emhargo pOr si sólo. Y no fué egto lo más singular. H uno reclamaciones, estudios, informes; y al fin, como se patentizara que vo}nte litros hacían el dc;pacho de un momento, el funcionario que había dictado ese decreto} necesitó extender la licencia hasta quinientos litros. La equivocación no había sido sino cuatrocientos ochenta litros. Con esta llaneza se procede en cosas que afectan seriamente el ejercicio de la'industria)). Ya ve la. Cámara Cómo en 1871110 HOhorable Diputado levantahå su voz para protestar contra la inconstit.ucionalidad de ese decreto, que algunos úncuentran pedectamente legal, lilT\itando en los despachos la existencia de la para. fina.
En el decreto que motivaba ]0. censura del Hönoràble Diputado Heyes en 1871, no imponia la pérdida do la Bspe-, cie, ni daùa lugar á 1In regbtro en masa de habitaeiones, ni á un arrebato en masa de la propiedad de los cjl1dadanos?' ?l señor Diputado Reyes concluyó su ÍnLer'pe(ación declarando á la Cámara,-quc ya había perdido el preRtigio de imparcialidad que tuvo en 1870,-declaranùo, digo, á la le Cámar'a que no asistía confianza alguna en el éxito de su interpelaci{,nj que era ya frecuente que la mayoría pasase sobre las reclamaciones qUé sé"hacian por infracdones de la Constitución y de las I?yes, y que no queriendo cargar con un nuevo desengaño, prefería dejar. la apre:ciación de la cuestión á la coneicncia de sus colegas y flu/áe abstenía de form ular' un voto de censura. No había pasado mucho tiempo de. esa intcrpeHlClón, cuando otra nueva vinu á la Cámara en el mismo año de 1871. y esta interpelación, fíjese hien la Honorable Cámar'a, la traía un Diputado que tal vez solamente en eSa ocäsiãn ha. interpelado desde que ocupa un asiento en el Congreso de Chile, desúe hace veinte ó veinticinco años. El Diputado señor Blcst Gana crevó necesario formular una interpelaoión contra el In?elld?nte de Valraraíso. Esta interpelaoión -
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1871,
de tuvo lugar en la sesión del 1.0 de diciembre á sobre un proyeeto de ordenanza relativo los médicos, madijo el interpelante que cte. Y en el curso de ella
tronas, debía estimarse la interpelación, nI) comO un. acto de hosti. lidad política, sino cOmo un ähto de su adhesión á la política del Gobiel'uo và"á ver como se trataba al señor La lIonò'rablc CámaJ'o de 1871. El señol' Echaurrenenla sesió':; del 1.0 diciembre Puelma deda estas palabras: (Leyó.) <<Sólo quiero agregar do? palahras para llamar la atención del ?eñor Ministro del Interior sobre la urgent.e necesidad que'"hay de romov'êI' al señor Intendente de Valparaíso. Creo las que esto e.' lo qne debemos hacer; lo demás es andar por ramas. <<Repito, señor, que esta l'eI1lociôn f.I18 parece urgente, debe porque ya "todo induce á pensar que este caballero á habcr perdido el juicio. Para prohario me limitaré agregar
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otro hecho algo más raro t.odavia. <<A consecuencia de haber ?olicitado del Gobierno cierta cantidad para amoblar la sala de la Intendencia, lse imaginará alguien cómo nevó á cabo su arreglo? Con una mesa de palo blancu y tres bancas de álamu.' Mientras tanto, e,a In tendencia tiene que rceibil' grandes personajes extranje. á la C?mara que puode ros; como almirantes. l Le parece de suportarse una cosa ijemejant?? ?Qué ideas se formarán nuestras autoridades esas por'sanas? (<Mepel'mito, puøsl Uarnar seriamente la atención,;, del señor Ministro hacia la necesidad deseparal' al señor Echaunon de e?a Intendencia; porque creu realmente co?promeLido el decoro del Gobierno y del pals mismo. N o 8S posible de la que porque este eaballem sea pariente del Presidente Hepúbllc3., y d08empeñe el desUno sin cobrar Imeldo debe]0 mos sopOl.tarle sus chocant"es caprichos y dejarle hacer despeeho que experimenta que se le antoje, llevado del cuando se ve contrariado Ó vitupeI'ado en sus actos. (jCreo, pues, que ha llegado el momen?o ùe decirlc iya DO "
.mág!');t!I t
En la misma :ses}óu de11,o de didembrc,"un señor Dipuêl presupuesto del Ministerio del Interior, ado, al discutirse .">
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opuso á que se consignase la partida relativa al sueldo del Intendente ùe Valparaíw. De moùo que solamente en el año de 1871, hubo ùos interpelaciones y una protesta con? tra el Intendente de Valparaiso. La mayoría de la, Cámara se
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tu vo â bien pasar?obre ellas, y hemos visto,., como cOI1?e. cuencia, qne no ha pasado año sin que -esta Honorable Cámara haya tenido que ocuparse de actO!;. élbusivos de aquel Intendente, de interpelaciones provocadas por él, de debates en que los señores Ministros han tenido que sost.ener las facultades anormales establecidas por el Intendente <:Í. su favor y contra las leyes y contra la Constitl1ci(1Il políbca. Uno de los principales motivos,que me ha!! inducido á usar de Ia"palabra en esta sesión e8 el desvanecel' cierta impresión que el curso del d_ehate ha hecho nacer en la mente dol Reñor Diputado po/-Rere. Su Señoría se ha imaginado que ha tenido lugar una serie de retractaciooC"'s por parte del Diputado que ha presentado el proyecto de acuerdo. Su Señoría ha cr_eídovedo retirándose de trin?hera en trinchera, abandonalulo un?? posiciones para tomar otras más cómodas, y sustiluyendo unos cargos con otros. Poco le ha faltado à Su S?ñorla para dar por muerta, por ., retirada, la propo3ici6n de acusación. En lo cual sucede á Su SeÌlOría lo mismo ql1e Ú algunos que tienen interés en el fallecimiento ùe alguna. persona y se apresuran á darle certificado dedIluerto. Si el señor Diputado hubiera. tenido á bien ret;ordar la8 palabras en que tuve eJ honor de formular]a acusación. nO habría incurrido en el error de creer y afirmar que ha habido retractaeión tle ? parte del Diputado"aeusador. Su Señoría supone que yo argumenté en la primera vez que formulé la acusación en el concepto de que se trataha de inrracßione.? contra ]a.ley, no conka la Constitución. Pero no es eso. Al formular la aeusaeión el día 22 del mes pasado, tuve el ho.nor de decir textualmente que el primer,.,. capítuJo de la acusación podría", quedar fOI'Illulado en estos términos, que me va á permitir la Cámara leer: (Leyó.) De manera que si en el curso de Ja discll?iõ'n hB empleado mås tarde la palabra de confiscación, fué sólo en el sentido_,;, ùel arto '12"de la Con?titución á que he hecho referencia. Yo
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no he acusado al Intendente de Valpara!,o porque ha aplicado penas de ?orifiscacÎÓIl, ahrogándfJse en esto hasta cierlo punto facultades legislativas, lo he acusado porque. atropellaodo làß facuaades de la Muuicipalidad ha dictado .' verdaderas ,ordenanzas .pl'Ohibiendo ó limitåndo cierto comercio y condeIlnndû â IOR Înfl'R.ctores de su decreto á:ia pérdida de la especie. '.,De maneraque no ha podido haber, por mi parle, ret.ractaciÓn de niJ;lg!,lna clase, y
mo "parece que t,ampoco la ha habido por'p?'rte del Honorable Diputado por San Carlos, en boca de quie11ponía Su Señoría la?" siguientes palabrag que milHonorabh'! amigo ha estado IIlUY distante de verlcr: (leyó). He r8cu[Tido con atención todo el discurso del lIonoJ'able DipuLado por San Carlos y n?pitu, no apal'ece en manera alguna que haya emitido una idea ni paree.ida á la q no le ha supuesto Sil Señoría. lIa ROHtenido también el Honorable Diputado por Húre que por pal'te ùe los aúusador?? se ha abandonado también uno de 108 fundamentos principales del proyecto de acuerdo, -, el capíLulo relativo á los allanamiúntos. Suponiendo que * algunos de lus señorAs Diputados que sostienen la pr9po8ición de acusación acepten la doctrina establecida p'Qr el Honol'oblo Diputado por Santiago de que á los Intend'èntes les e? lÍciLo allanar los domicilios en eaBOS muy especiales y deter'minados que seìíalo, esta circunstancia, pn la opinión emi.tida PO{' ül lIonorß.ble Dipntadu por Santiago, lo ûnico qu:' po.4ria probar-7 ?E'ría que hay entre SnSeñoría y lo? demás sostenedores de )a acusación una dilerencia, ,de opini6n sustancial, f>i se quiere; pero que no prueba en manera alguna, ni autoriza al Honorable Diputado por nerc para decir que hornus abandonado una trinchera, y qué trinohera, uno de los principales capítulos de la acusación, De.modo que todo ]0 que. ha podido autorizsr al Honorable Diputado por ReÌ'e para suponer que. ha habido por parto de los que sostienen la acusación, abandono do posiciones, retirada de trÎnchera .en I.riricJiera v renuncia de capítulos de acusación, es eC'lihandono â que, juicio de Su Señoría, se ha hecho de la acusación en la pflrt? relativa á la facultad que tiimen los Intendentes para allanar, '
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En el curso del debate se verá de lI?a manera más dete? nida en qué ha consistido la dis,idencia sobre este punto entre el Honorable Dipntado por Santiago y el que habla. Por ahora me basta estahlecer el hecho de que no ha habido retractación ni abandono de posiciones por nuestra parte. .
ù:no los capitulos de acusación, enouenRecorriendo ti no á sido combatidos no han en cuanto al fondo tro que algunos sino que se ha hecho valer en contra de ellos circunstancias atenuantes, ya sea invocando la práctica ó-ya pOI' medio .'" de otros argumentos tendentes Ú atennar el delito. AsíT por ejemplo, Gf{ué es lo qne han tenido ? bien argumentar los defonsores del Intendente de ValparaÍso cuando se ha tmLado de la constitucionalidad 6 inconstitueionalidad del decr'eto por el cual impuso la pena de pérdida de la especie á los tenedores de parafina y otros objetos inflanlih hlcs? (:,Se ha color.ado la cuestiÓn en el terreno de constitudunalidad ? i,Ha entrado alguien á 80slener en este recinto que el InLendente de Valparaíso estaba en su derecho para impoll?r ega pena? (. Ha negado alguien que el 1 ntendenL8 violó la Cons,titución privando á los alm8ceneros )? despacharos de?'Valpal'aíso de una pal'te...i de sus mercade. rías? ?' Lo que hizo el Hnnnrable sp.ñol' l\lini;;;tro del Interior fné invocar la prácLica 'establecida en Santiago pOl'.;los Intendentes (te esta proYÎncia,que, por medio de decretos, han impuesto en algunos casos la pella de pérdid-a de la e8pecie álos comerciantes y á otros habitantes del departamento. Pero, aparte de los inconvenientes de este sistema, ,que consiste en invocar la práctica viciosa en cuestiones en' qne hay queùranLamient(/<da ]a Constitución 1'01' todo un pri. mer Ministro de Estado\ me permito hacer notar á mis Honorables colegas que la drcunstancia ?tenuanlc de que ha sido práctica en Santiago y otros departamentus de la República ÎInponcr comu pena la pénliùade la especie contra las dispo3ieiones constitucionales, pudiera invocarse "ante el tribunal que juzgase al1ntendente de Valparaiso, si esta acusación sigue adelante: es el tribunal encargado de aplicar la pena y de pronunciar el fallo.4uien podría tomar en consideración la.s circunstancias atcnuantcs.?'Pero
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en esLe primer"trámite la Cåmara nebe Lener presente, tan sólo, si ha habido ó nó infracción de la Constitución. Se ha tratado de arrancar esta cuestión de su verdadero terreno, atribuyendo 8:1que habla una opinión que estaba muy lejos de teuer, al 'impouel' que el Diputado que llabla ha sostenido lií inviolahilidad absoluta de la propiedad; que 00 puede quitarse á un indi viduo una pal'te de lo que le pertenece. Prro mal ?pued)e atribuirse una opinión ?e esta naturaleza al Diputado que principió por cita" -el artículo constitucional qU9 dice: ?5.? La inviolabilidad de todas la? propiedades, ?in distin-
ción 'de
las que pertenezcan tí particulares ó comunidaùes,
y sin que nadie pueda sor p'rivado de la de Su 'dominiu, ni de nna parte de ella, por pequeña que sea, ó del derecho qne á ella tuvierelsino en virtud de sentencia judicial; salvo
en caso en que la utilidad del EsLado, calificada por una ley, ?xija el L-?USO Ó enajenación de alguna; lo ([ue tendrá lugar dándose previamente al dueño la indemnización que s(? ajustarc COn él, Ú se avaluare á juicio de hombreg buenos)). Peru el señor Diputado por LUIlcomiHa que hacía al
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putado quo hahla el honor de atrib?irse una proposición tan absurda v tan contraria al texto constitl1cional citado aquí mistno, encontraba un camino llano yexpedito pal'a obtener una fácil vicLoI'ia. Su Señoría ha citado., una mul""titud de leyes del Código Penal y del Código CiVil que imponen la pérdida de la especie. Precisamente es eso lo que jamás ha pretendido negar el acusador: lo que el autor de la acusación ha negado é insisle en negar es la facultad de lus Intendentes de ÍJrovincia para imponer, pOI' simple decreto, la pella de la pérdida de la especie. El seÌlOI' Diputado 'lile se ha dado el trabajo de citar esLas leyes, no ha hecho más que dar una estocada en el agua. Es precisamente lo ({ue ?'o he afirmado que sÓlo en' virtud de la ley puede imponerse la pBna de pérdida de la especie, pero no en virtud de los dccrejos de los IlItclldentes. Llego á oonsidcI'ar que los señores'" uoftJll:;ores del IntendenLe de Valparaíso se consideran muy débiles en este primer capítulo, .
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puesto fIue han tenido que hacer una rectgida ,tan violenta de argumentos, de los cuale!; no es el menos siD:'gulal'aqueque se pretende derivar de la circunstancia de que Lodos los h?mhre5 conspicuos de Chile, que han pasado --por los altos puestos del Gobierno, han guardado Rilencio sobre los aetus abw;ibos y malas prácticas de los luleudentps de Santiago qne ha.n impuesto Ja pena de pérdida de la espe? cie: y en este silencio, que muy bien puede hahcr provenido de faltH de energía ó de falta do conocimiento de los mismu? hechos, se ha creído ver la sanción posiLivay terminante de los ahusos y se pregunta al Diputado que habla: ,ty q?,eJ'éis ser m:\s; saJJÎQ que todos los"?hombI'es públicos.de Chac? Dgnde todos los estadistas han visto UIla atribución indispensable de los lllt,en?.entes lOS atrevéis á ver el ahusoy la iniquidad? Cómoda manera de argumentar'; convertir en sanción positiva y expresa de un hombre de Estaùo, su silencio respecto de 108 a husos y las majaR p?åcticag. En el día estoy seguro que .corren muchos abusos contra los cüales no hemo? levarÎtäûo la voz, ùe los cuales ,,?: no nos hemos dado cue'nta eabal y entonees en futuras ocasiones se argumciJlaI'á diciendo que desde que veinte Con? gresos han guardado silencio sobre ellos, es inÚtB reclalliar? porque la tolerancia unánime de esos Congresos ha establecido la constitucionalidaLl y la legalidad del acto. Yo, por mi parte, rechazaría !;ernejante argumento. Cuando ?e traen á la Cámara argumentos du f.lutoddade,s, es preciso que lag opiniones de los individuos cuyos. nornhreR Re invocnn sean expresadas de una manera clara y precisa. Efi menester que se traigan argument.os como. los que..yo he traido en el C.aAU del Intendente de Valparaí8o: condenaciones explícitas de toda clase de per:$on8s, del dipu? lado, del escritor, del hombre públicoi en las que se pre:: senla á C8e funcionario como reo de inconstitucionalidad, '?io)ador sistemático de las \eyes y, valiéndome de las palaocasió'ri por el Dipulado pUl' San bras empleadaM en cieJ'La perdidC' el juicio, hab?r Carlm?, funcionario que parece Cuando yo he traído,argumentos de autoridades nO me .:hc rel'erido' á personas desco'nocidas, he citado nomùres y opiniones de illdividuos que estitn vivos y que han dejado" ,
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escritas ::iUß apreciaciones en la prensa y eu los Boletines de' nuestras sesiones, La Honor?blc CáIlli:lI'i:! recordará que el segundo capiLulo de esta acusación, se funda en haber ?ido violado por el
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Intendente de Valparaiso el artículo constitucional que consagra el derecho de rennión. A este respecto, he Lenido ,el honor de decir que este funcionario ha violado la ConstituciÓn, eDIl lo establecido en dos decreto" que ha diotado: el que quedó oculto, en 2 de IuarZO rlel presente año, y otro el 1.7 de ab1'i1. El decreto de 2 de marzo dice así: (Leyó) Con este decreto, el Intendente ha infrir?gjdo.la COllsLituei6u, estableciendo que las reuniones deberán tener lugar en las ealles y plazas públicas. Pero el decreto de 17 de abril en su arto 3.0,: como'lo hizo notar muy hión el Honorable DiplJ (,ado señor Al'teaga, VR má.s allá todavía, puesto que deja ó da al cornanrlante de policía la facultad de impRdir las reuniones que tengan lugar tanto en las calles y plazas eomo en las casas particulares, si, á juicio de este geñor comandfu1te, cree que el tono empleado por los oradores pueda instigar á alguien ;contra la ohediencia que es preci,so prestar å las :nÜorida"
des cUllstitucionales. ,,.: ". Ahora bien, señor) ?qllé
lo qlle los "IIonornbles defen"Sures del fdncÎonario t:\.clJ8ado han dicho en cOTIfltestación á este cargo? ?IIan ?östènidoque est.e arto 3.0 del rleereto de 17 de abril eg oonstitucional? NÓ,RCÌtOI'. t1S
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El señor Ministro del Interior creyendo que cuando yo me refería al decreto de 2 Øe marzo, hacía alusión ã una '''citaba el t.exto de esa Ordeordenanza municipal, nos c;1idado df? exvresar que me nanza; pero yo tuve buen á di?posición refería una privativa del Intendente de Valparaíso. De modo, pueiõ, que este capítulo de, acusación eshí en pie todavía, y ningún señor Diputado ha podido negar que el Intendente de Valparaiso ha infringido la disposición constitucional que consagra el derecho de rcuniÓn, Yo no hago cargos al Intendell,?e de Val paraíso porque ha decretado prigioncs, pero los hago por la manera como
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nSß3 priaiones se han
Uevadoá cabo. Pero muy princi-
palmente he limitado mis observaciones sólo å aquellos capÍLl!lo? cuya importancia eslá fuera de cuestión. "," ';. ... y digo esto'-señnr Presidente, po'rqlle yo conozco que 105 Intenuentes están facultauo8 para decretar la prisión de los individuos. El cargo que yo hago es porque esas pr!?îones se han decretado en masa y sin las formaHdades qüe la ".. Constitución exige. Pero el cargo más serio que yo tengo que hacer, y que prescribe el ya lo he hecho, es el relativo al deeretô que allanamiento en masa del domicilio privado; allanamiento flue no ha sido or-dûnado por autoridad competent.e, sino por la autoridad admÜIÎstrativa, que no tiene facult.ad para .
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hacerl o. He ob?el'vado que casi todo? han concretado sus apreciaciones al decreto del!7 de abril, y tantA) han lo recargado (le citas y de leye:3, de actos y (le los antecedentes que prècedieron á la elección de ese día, que ya se ha negado á form:-tr acerca del decreto y delos:acto? que lo nlOtivaron? una .'-?' ?-verdadera confusión. de los m6yile? qne ti ic-, No pienso ocuparme ext.ensamente puede decirse laroIl el decreto de ahril, pOI'que nada más para probar su inconslitucjonalidaå. discurso me refería á los dolorosos Sil cesosEn mi p?imer 18 de abril, que LuvÍeronlllgal'en ValparaÍso en los día:317 y y al haccrlo? cuidé bir.n de decir que èso,s. suceSos serían los. mayores antecedente?J serían el mejor jmitificativo para la ac.usaci6n, el día que pueda hacerse la luz clara y precisa de esos sucesos. Esa scría la (mÎca manera de hacer vel' los móviles que où1Ïgl.u'on al Intendcnte á ùicLar.ese decreto. I\lanife::;té también que esos 1i\óviles no 8f'\rÍan hien j uzgado& mientras no 80 tenga á la vh?t.a el expediente formado acerca de estos 5uceso?.
'-"',
expediente mandadu levantar el mismo día 18 de dijo ql1? a hril se pidió copia; pero no se la dió, porque se todavía nO salía del estado de sumario. Hace más de un mes qne prestaron su declaración los señores Cotapas y Vcrgara, y sin embargo;en más de 30 dia, nc ha podido todavía el proceso salir del estado d? parece un poco singulRr? sumario. Esto me ,?
De
eso
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'La Honorable Cámara puede tomar esta ùemora por lo que eUa significa. Cada uno de nosoLros podemos pregunlarnos: si las autoridades de Valpal'aí'5o están tan seguras de la legalidad de so.s actos,- y si creen que ese proceso es un descargo y una justificación para ellas ,por qué no le aligeran y envian á esta Cámara, sobre todo cuando hay miem.bros de ella, hay w;critÓres y hay opinión pública que soslienén que en ese sumario se contienen la condenación de las autoridade, y la absolución de lo. p,'etendido. culpable.? En mis" discursos anteriores no he tenido ocasión de entrar de cerca á lus sucesos del Estero de las Delicias, ocurridus en los días t 7 Y 18 de abril, á pesa!' de que fui en parte'testigo pi'e?encial de ellos. Primero, porque considerando. que son circunstancias importantes en este ùebatc7 no lasJ!stimo sin embargo, como circunstallcias.'eseuciale..'f, y sobre Lodo éomo materia de cargo de infracción constj? tlJcional contra el Intendente de Valparaíso, Pern me permitiré llamar la atención de la Hono['able' Cámara á cjertas circunsiancias que se despreuden del debate mismo que ha tenido lugar' sobre e808 acontecimiehlos. Fijens(} mis Honor'ables colegas en que hHY un dohle sistema ue defp.Ilsa á favor del Intendente; uno que consiste en exponer que el Intendente ha procedido como encargado de la conservación del orden púhlico, en uso de propia antoridad; y otro sistema que consiste en decir que el Intendente uo procedió de autoridad propia, sino cumpliendo con el deber que le impone la ley de elecciones, poniendo]a fuerza á disposición de la Según el mesa. primer sistema, el 1nteIlprocedió dcnte por autoI'idad propia y es, JHH' 'consiguiente, responsable directo de los actos ejecutados por "
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la
tropa,'
Según el olro sistema, que consiste en sostener que el IntHndento onvió la fuerza á disposición del presidente de la mesa, Su Señoría no es responsable de 108 actos de esa tropa?lporqu(} ella, según la h?y: debió quedar á lå's órdenes del presidente de la mesa, Pues bien, en el seno de esta Cámara ha prevalecido ]a práctica que consiste en invocar en favor del Infenrlfl?lte.
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las alribueiones que le da la ley del Hégimen ln!,erior. Por su partc, el lntendente se a!õ>ila en el sistema opuesto de defensa. No invoca ya principalmente sus deberes)r sus derechos de funcionario públioo, ni]a ley del Régimen Interíol', sino que se eseada oonJa ley de aleccione8. ?osLieIle que eo.vi6 la fuerza á diöposición del presiden.,te de la mesa, y. por consiKlIien te no es responsable. ! Pero 10 más singular del casb es que hay señores Diputado3 que:confunden los dp9 sistemas, y que durante un minuto están sosteniendo que el Intendente de Valparaíso pro(}cdi? con autoridad propia, y' â renglón seguido t'undan la defenga del 1 ntendüntc en que no es responsab le de la fuerza, pllcsto que ést..a etltaua hajo Ia.q órdenes del presidente de la mesa. Para sostencr clsÍstema que consiste en presentar al lntendente como obrando por propÍa autoridad, G0l110 encar-. gado de ?uardar el orùen púb?ico en los suqesos del 17 y 18 ùe abril, se hace necesario inventar un húcho que autorice lainter.vención de lo'õ custodios del orp.en en el E?tero de las Delicias. lY cuál es ese hec.ho flHe sesostienei} Fíjese la Honorable Cáma?t aquÍ no se habla de hechos; aquí no se ha señalado una tentativa siquiera de acción individual. Se ha hablado Únicamente del propósito de ,impedir que funcionan( la mesa receptora de Ja 4.a sección de la 1.a subdelegación. Los geñore.? Dipu?ado? qUé sostienen este si5tema de ?efensa., dicen que la prensa estaba de acuerdo para declarar. que esa masa de trAs ó cuatro ,mil cilld.adanos alentaha el propósito de impedir que ?a mesa funÖÎonara. Pero tdesde cuándo los propósiths son crímenes? lDesde cuándo 'se saúa el sa?le y las carabinas ;cohtra J05 propÓ:: .
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Por qué los Honorables Diputado8 que ?os[,Îenen este sistema de defensa, nO podrán señalar ni un sólo acto de los asistentes al Estero de las Deliciat; que pase má? allá. de los limites de los propósitos. No ha podidó sel" de ?tra 31 Ministr?1 manera. El Intendente de Valp?aíso, oficii:indo ,del Interior sobrer.,csos acontecimientos, le dice el 17 de abril q.ue 105 yocaleB de esa mesa se YenCIl la aþsolu?a imposibilidad de funcionar, de tomar sus puestos; por impe-
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dír.elos el tumulto que hayal rededol' del lugar en que debe instalarse la mBSaj pero clscñor -intendcnte no señala un solo acto de l? tilrha, ni de un solo ciudadano que signi.. fique esa I'esistencia del pueblo para no dejar á los vocales llegar hasta su puesto. Y yo puedo asegurar á la Cámara, sin Lemol' de que nadie rliga 10 contrario, que ninguno de 108 vocales hizo el menor ésfuerzo para ocupar su puesto, ni se::apor?6 por ahí. i.Cómo puede medirse entonces la seriedad y efectividad"do los propósitos que se atribuían al pueblol Mis .1!,.,pnorablcs colegas saben demasiado que en este país de áutol'itarismo sin valla, en donde la autoridad es todo y los ciudadanos nada., en dunde la i:)umisiónj rcspeto y miedo á las autoridades, es el carácter que" distingue al pueblo; sabe? iuuy bien, digo, que en este paÍ5?,hay una diferencia inmeIls,a entre los propósitos y los hechos, entre las palabras y los actos; que si las protestas y las manifeEi? tacione. de pa1abras más enérgicas que los partidos llegan muy á menudo á lanzar, valieran algo más que palabras, ningÚn país "sería teatro de más revoluciones" sangrientas que Chile. Pero no es aHÍ, aquí no pasan las CÒS8S más allá de lo que hizo el célebre hidalgo que,'se caló el chapeo, requiriÓ la espada, fuese y no hubo riada. '.? f?"' ., SÍ, señur, es muy posible que llegado el caso de poner á pl'Ueba los pretendidos propósitos del pueblo reunido, .éste se habría calado el chapeo y se habda l'e?irado. Pero hago hincapié en que nadie. en el. presente" debate, ni fuera de esta CámaraJ ha 8ostenido hasta ahora qne hl1? hiera algo que pasara más allá de los propÓsitos, ni aunque haya habido ocasión en que estos PI'opósitos, se pudieran haber ma?ifestado de alguna manera: todo no pasa"de sup6\iciones en vista de una reunión tan numcro?a de puehlo. Pero se me dirá, hubo muertos, hubo heridos. ,Pero cuándo? Después'r;qu? acudió la fuerza armada, que)legÚ al atropellando pueblo y haciendo descargas, Ante. de que la fuer:r.a negara, el pueblo estuvo perfectamente tranquilo, ro sin comete!' el más insignificante desorden, y no hizo el menor movimiento, la menor acción que significara ni el propósito siquiera de impedir que la mesa funcionara;.,sino .
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que todo demuestra que estaba ah"t para presenciar !;cnciM lIamente el acto de la votación. Nada más natural que esto después de lo que se ha bía dicho el día anterior del ohjeto que se pI'oponia el señor Intendente, haciendo fnncioriar esa mesa. y esta mesa babía con \'enido en contÎnuar sus fllncjoIleSo\i? en la mañana del 17 de abril. Fué, pues, muy natural que 8e ocurriese á la mente del Intendente de Val paraíso, que es muy afecto á estas colegialadas, la idoa de triunfar no
sólo en la Mayoría de la Municipalidad, sino también de quitar al señor Cotapos, á quien profesa Su Señoría mala voluntad, su puesto en la Municipalidad, y de?hacer surgir en su lugar al &cñor Romero Silva que estaha en la n1ism8 Jista de oposición, pero un poco más abajo, porque tenía " nueve votos menos. Pero una dificultad se presentaba al 4.1'1. sección seìíor Intendente de Valparaiso: la mesa de lá 8ubd?legaßión de la 1.n era precisamente la mesa en que el
partido de opå"sieiónde VaJpal'aíso ha desplegadosiempre ?l!Yo? fuerza; hahíR ganado en la votación anterior por 74 ';Òt08';' de manera que era de prc51lmir que :;?fllnoionalldo 01 17, la victoria le perteneciese por cOIIlpleto, porque no era 'posible suponer que e? ese día cambiase de tal suerte In proporción que ]a mayoría que alca.nzaba el señor CotapoR. se convirtiese en minoria, y la minoría del señol' Romero Silva en mayoria. En presencia de este estado de cosas, è qué habla que. hacer? Apelar á la suplantación de votos, y,para esto era menester qUR la gente no presenciase la operación, que se despejase el recinto de]a mesa. Este era el plan de la autoridad, y para nevar adelante este plan, uecesitaba la auto. ridad tener fuerza en eJ Estero de las Delicias. Para contrarrestar á una autoridad que necesitaba alejar á lo? testjgos para cometer á sus anchas el piadoso fraude, necesitaba tamhién la oposición man?eneT allí gente resuelta á sostener con la palabra y con actitud enérgica la pre?encia de sus comisionados. Esta fué la colegia]ada del Intendente de Va]paraíso, colegiada que hasta ahora va dando excelentes resultaòos. Pero; como digo? nOA encontramos on:'u1l3 grave dific.uJ-
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Lad. i Cómo conciliar este doble sistema de defensa que presenLa al Intendente obrando el 17 de abril en defensa del orden público amagado: como custodio de la ley 1 como
amparador de la propiedad, de los almacenes y de los hogares; cómo conciliar este papel de ángel mmtodio del jardín del progreso y del orden de ValparaÍso, eOIl la espada reluciente en la mano, con el papel más modesto y al mÌ<;;mo tiempo más seguro y más comodo que el mismo lntendentè se at.ribuye, como es el papel de simple ejecutor de la voluntad del presidente de la mesa de 1Ft 4.a sección? Alguno está necesariamente equivocado: 6 Im? que defienden al Intendente de Valparal,o con la"responsabilidad que respecto å la conscrvación,del orden públjco le imponía la Ley del Régimen I nterior, Ó 01 mÎsmu intendente con el deber que tenía de apoyar lRS resoluciones de la mesa receptora. Fíjese la Cámara en esta contradicción que prueba la h1seguridad que domina la conciencia de nuestros adverHariosj fíjescen que el Inte'ndente de V alp8raí?o sostiene en una parte que enviÓ la fuerza á petición;.!'del presidente de la â me.sa y lue.go sostiene, en el informe que pasÓ la Comisión ConservadOl'8. lo siguiente: (Leyó). El pueblo de Valpsraíso no ha dado motivo, en la campaña que ha sostenido) para que se le suponga que" está tan abajo en la escala de )a civilización, ni mucho menO!3 para que Se le crea cHpaz ùe acciones tUH villanas co?o el seprspasaqueo que algunos señores Diputaùos han dicho raba á verificar. No hay derecho para lanzar al rostro,;,-de poùido un pueblo viril y laborioso la injuria de que haya abrigar tales propósitos! cuando pUl' desgracia el mandataTiu que gobierna cse",pl?cbl?,e8 una autoridad que da órde18s altas horas de la .:nC8 á la policía secreta parA que en noche dé caza á cjudadanoFó que pacificamente se sncuen. tran en sus casas, y cuando la historÜI nos ha dado á conocer que no son los pueblos sino Ia? autoridades ]a8 quese han hecho ,'eos de abusos justificables. Algunos sei}o?es Diputados han becho valer contra los abusos de que ;i"e le acusa al Intendente de Valparaíso, el hecbode haber aplaudido la conducta de este funcionario cuatro.ó cinco mil caballeros. Pero yo podría presentar
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un númel'o mayor de ciudadanmi que protestan contra la autoridad de Valparalso,siendo de notar que entre los que protestan figuran individuos tan conociùos y respeLabJes, como 100 cahalleros siguientes: (Leyó). Estos ciudadanos, á diferencia de lo? que aplauden al señor Echaurren y que nada vieron en los memorables días del mes de abril, han visto :y oído cosas que nadie ha negado ni podría negar. PerdÓneme la Cámara que me haya extendido tanto sobre hecho8 que no Se l'fJ)acionan directamente con la acusacióllj pero como el debate ha rodado tan ampliamente sohre ellos, me he visto en la necesidad de caracterizarJos. El capítulo principal en que se funda la acusación contra el Intendente de Valparaiso, es el decreto de 17 de abril, por el cual se ordena hacer allanamicntos en ?Ì1asa. Yo he sostenido desde la primuta vez que me ho ocupado de est.e asunto, que ningún funcionario del orden administrativo tiene facultaLl para allanar casas ni pOI' mayor ni por IHBM nor, y para ello me fundo en 10 dispuesto por el arto 160 de la Con?tituciónJ que dice agí.: <s? inguna magistraturaJ ninguna per?oHa, ni reuniÓn ùe pcrsona? pueden atrihuirse, ni aÚn á pretpxto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad ó dercchos que los He l?"i;haya conferido por las leyes. Todo., que expl'esameIlte ?. aeto en contravención á este articulo es nulo,). En presenciil de e8ta disposición tan terminant?? es evitieno, como sudente que el que ejerbe racult.tdes que no q de Val paraíso respecto de cede en el caso del Intendente?. los allAllarniento? de casas, infringe abiertamente el precepto constitucional. La Cámara.! no debe extrañar que vuelva á Ilamarle su atención sobre este punto; si insisto en él es porque creo que el país sacará saludablcs frutos de este debate, pOI' lo que respecta á la garantía dela inviolabilidad del domici. lio, sobre todo después de lo que ha expuesto sobre esta materia el Honorable Diputado por Valparaiso, señor Novoa. ?n su prætigiûsa y autorizada palabra. Este era el estado en que el debate se encontraba, y poco rná? habría que decir respeCto de él si alguno8 de los que ..J."
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defienden la condneta del Intendente de Valparaiso no hubiera cargado con estrépito, un grueso c.onvoy de defensa para dejado en 8eguida en poder del enemigo. De aquí es que yo encuentro muehos motivo? r mnchas razones para adelantar' el debate. Sus Scitorías, ya que no pudieron encOIll,l'81' lIoa sola ley que faculto á los lntendentes para ãllanar el domicilio de propia autoridad, desde que todos están de acuerdo en 'l1Je esa facultad corresponde al poder judicial, han ido á buscada en la antigua y vetusta legislación española. Pue;; bien, en JaS arlllaS de. ese convoy, he encontrado que esas leyes de la Novlsima Recopilación tan invocadasi' 50nlas que determinan con precisión que esas órdenes de allanamiento [coI'l'esponden exclusivamente á las ilÜticias ordinarias. Véase si no como se expresa la nota 9.a del título 4.0 de e8taley. (Leyó.) Se ha cilado también la disposición con?enida en el arto 112 de la ley del Régimen Interior que dice: (Leyó.)
Esa ley ùe allanamiento aún no se ha diciado, pOi' manera qne solo rige cn la actualidad el orden establecido á la época en aquella ley se dictó. y á este respecto, algunos han sostenido que allá por los años 14 el orùen establecidu era silllp'lemente el ordeIhdel abuso y de la arbitrariedad. Yo no sé, señor, qué razones tengan los que as! se èxpresan, pero es natural suponer que cuando una ley se'lrcficre al orden establecido, oualquiera que él sea, es el que debe regir mientras no venga la ley que lo eorrija. ?.y cuál era ese orden establecido? No otro que el que se contiene en la ya citada parte 9.lL tito 4.0 de la Novisima Recopilación. He visto con sentimiento qne ellHonorahle Diputado por Santiago ha citado un decreto supremo en que ?p. faculta R ., practicar allamunient.os. Sabe Su Seño. un Intendente para ,r: #: tIa que esos deCI'sto8 no son leyes, desde que el arto 159 de la CUIlstitución es 'bien esplíeito, establecien.doque ninguna autoridad puede ejercer más atrihuciones "qne'las qne le e9tán exprf'.5smente confel'idas por la ley. Luego, es insof3tenible que un decreto tenga el carácter .
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de una ley, desde qU(;! en su formación no han concurrido las tms ramas del Poder Legislativo. lié aquí, pue1'? cornu también este punto de acusación queda en pie. ? Rcspectn del capítulo de aClII;ación relativo á la infracción del arlo -J60 de la Constitución! la acusacióri queda también en pie. No se ha hecho nÍngÙn argumento de fondo para probar que el 1 nteodente de Val paraíso no violó lá Constitución arrogánduse facultades' que no le pertenecían al dictar los dos reglamentog soùre escuc]as q Ile ya he citado, al expedir el decreto en:rquc impone ä'tlos
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encargados de Lomar PoI censo, y en vari,?s ótra? disposiciones que he tenido ocasión de recordar '-Lo qlle dijo el señor lVUnisl.ro dol Interior' I'CSPp.cto del decreto i1egal del Intendente fué qlJ[? no tuv6 efecto, que el Intendente se eonvenció de que había obrado mal )? lo retiró. Sin embargo, -tJ'atándose cotno se trata en este primer trámite de la acusación, de averiguar si hubõ ó nó delito, la excusa del señor Ministro no t,iene lugar. Re:pitoj que esa excusa, como todas las dr.más que tienen la fuerza de las circunstancias atenuantes'Jcstarían bien ante el tribunal que va á ser el encargado de rallar. El Senado. llamado á pronunciarse y á declarar la pena que merecen est,as infracciones! tomaría p.n clIcnta las 'eÍrcunstancias atcntÎan,tes que puoda dehilitar la fuerza de la infracción. Pero haè:er caudal de ellas en estos momentos en que ?o]o se trata Hi de averiguar ha habido Ó nó jnfracciones constitueionales, me parece que está fucra de 8U lugar. Señ'or, he observadu que algunos de mis Honorablu!:' colegas han hecho caudal contra la acusación, de 1ft circuns. tancia de qlle ella ':'nu invoca sHi'o siete ú ocho decretos, hechos concreLOH que manifiestan que el Intendente de Valparaíso ha cometido infracciones constiLlJcionales. Por mi parte, deho confesar que al e?1tablar la acnsacióIl, cl'eÍ que ba:'\taba un sólo hecho concreto par? que ]a Cámara admitiera el pI'oyecto y lo sometiese å su trámite constitucional. Creía ique por decoro los' .repre!'ientantes de Chile dehián considerar' qua un solo hechu que cntrañe violación de la Constitución, debia bastar para admitir la ac.usación
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eontl'a un funcionario. Pero algunos de mis Honorables colegas conside:-an quo eS poco el decreto relativo á la pérdida de las especÜ?s inflamables; que e? poco el d?creto del 17 de abril, que prohibe el derecho de reunión; que e? poco los seis decretos inconstitucionoJes que he citado, para probar que el Intentlente de Valparaíso se ha arrogado facultades que pertenecen á otras autoridades. Pero tengo á la vista treinta decretos del Intendente que son evidentemente incoJlstitú.cionales, y IIlC limital'é .1 publicar en el
Boletín su lista completa, atendiendo solo á lo 'lue el Inten? dente ha pubJicado en su Rolean oficial. á el Intendente la Honorahle Cámara que Debo advertir Valparaiso todas las facultade ha resumido en Sil pe/'sona des que la ley municipal confiere á estos cuerpos, como encargados de la jnstrucción pública?\' como encargad.os de la inspección y dirección general de los bienes municipales, de dar reglamentos para 108 establecimientos de beneHcen.. da quc dependen de ellos, y de dar ordencs que limiten el 1J.50 de la libertad per?onal en el departamento. lIay más, En virtud do BUS facultades! harto dudosas, de esoSt cargos de comandante general de armas y de marina, el ?.nt.endente de Valparaíso ha estadu usurpando durante m uëhos meses las runciones y atrihuciones de los Ministerios de Guerra y de Marina. Durante los !:IeÎt; ailOH que ha durado la Intendencia del señor Echati-rron, la Municipalidad: no se ha ocupado absü. lutamellte de lo que toca á instrucción: el Intendente se ha encargado pOI' ella de hacerlo todo? ha dictado reglament?s para las escuelas, ha ahierto bibliotecas populares é intel'venido sÚ]o BU lodo lo que se roza con esta materia, Como ha Illctido Su mallO en todo aquello que es ùe lâi3 facultades privativas de la Municipalidad, Su Señoría ha didado decretos limitando el derecho de tráfico; ha restringido la libertad de industria 'y de comercio, e::stablecicndo multas, penas de pérdida de la especie. Comen?aré por cit?r, no ya un decreto? una ?Ümple nota al comandante de polieía en que legisla e] señor Intendente sobre los bienes de los policialc8 que mueren inteBtado!:!. (Leyó.)
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Pero hay muchas notas de esta especie1 ùe simples indicaciones al comandante de policía sobre colocación de lo? carruajes públicos en las plazas y calles; sobre la conducción dc objetos por las calles; todos limitando el derecho de tráfico, ya no por medio de un decreto, sino pOI' simples ins? trucciones dadas al comandante de policía. Son algunas de estas notas de fecha 5 y 20 de enero de 1871. (l,eyó.) ", De manera que por una simple orùen ó nota ai COmandante de policía. el señor Intendente de Valparaíso prohibió á los dueños de tienda tener objetos voluminosos' en ella, ni poder hacer la traslación en eiertas horas de ciertos objetos, como baúles, colchones y demás objetos de esta clase. En otro decreto de f ccha 2f} de octubre del 70, el señor Echaul'I':en establece los deberes 'de la inspección de policía. Vìep.een seguida otro decreto sohre el uso del cigarro, po; lo!; ci?dadanos, en los teatros y otros lugares públicos. OL!'o decreto todavía sobre puertas de calles. (Leyó.) En Santiago, cuanùo hubo necesidad de tOIIlAr alguna '-medida sobre el particular, se dictó UIla ordenanza que Corre en el Boletírqpágina 326; y aljll la ordenanza ùe Santiago no contiene dispm;jciones tan traRcendentales como las que contiene el decreto del 1ntendente de Valpamíso. Aquí hay otra disposición del Intendente de Valpuraiso. Mis Honorables colegas conocen el decreto re]ativo al pahe. llón nacional, que dice: (Lcyó.) El Intendente de Valparaíso con fecha 13 de diciembre d?ctó un ?,ecreto en que se dispone lo siguiente: (Leyó). Aquí ti?ne la Cåmara 11 na contradicÎón evidente con el decreto supremo 'de 1826; porque el decreto supremo permite el uso de la bandera nacional sin restriccionès, mientras que el Inlendente dice: (Leyó.) y en seguida la Cánlara habrá visto aquí la infracCión impGIler' constitucional que consÍste en la pClla de pérdiùa de la especie. Era un pecado antiguo del Intendente de Valparaiso, puesto que á los que se dan en este puerto el inocente placer de enarbolar la bandera naéional. se impone la multa de uuo á diez pesos, además? de la pér'dida de su bandera. El Intendente es e] único que debe entender en ]0 que .
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hace á la carga que pueden conducir los carretones, el que dispone la forma 'en que hayan"de hacerse las zanjas en los ce-rrOH .Y las acequiaR. El 18 de agosto de 1871, dictó un decreto sobre boticas, en que no s610 se impone turnos forzosos á estos establecimientos, sino que también se dispone lo que sigue: (Leyó)? y por el artículo 8.0 delmiaJTIo decreto se establece que: (Leyó).," ,. De mB nera que el Intendente, por medio de un decreto qu}ere Ser más hábil que los boticarios, y conocer mejor sus intcre"es, cuando"'se trata de fijar el lugar de la población en que ueben fundarse nllBV8S boticas; y cree que él entjendemejor que los boticarios cuáles son los lugares que niás les conviene pai'a establecer SlJ negocjo. La CámaJ'a Lendrá:tÐI vez conocimienlo de las notag del Intenrlente que dieron lugar á una cuestión que RostUYO con el señor ChacÓn. No es mi ánimo traer a4.ui una cuestiÓn feneeida, como de?.ía pl Honorahle Ministro del ]nterior;pero es bueno que mis Honorau]es colegas Se fijen en las cinmnstancjas de que el Intendente de Valparaiso no sólo pretende aplicar lisa y llanamente la ley de caminos á la ley recta de las calles públicas, ?ino que en nota pasaùa al director de obras pú? bEcas, con fecha 11 de marzo de 1872, di?pone lo que sigue; -
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Parece (lue se tratara-sólo de Un eOIlsejo; peto pueùo asegul'ar á la Cámara que eRta disposición no se aplicó en Valparaiso cIlla forma de consejo, sino de precepto y en virtud do él g'C ochavaron muchas eS({11Înas.
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Do manera qlle lo que aqu] fué materia de ley, de inter,vención del Con?ejo de Estado y hasta de capítulo, en Valparaiso se resolvi6 por un simple decrelo. En seguida, usurpando la facultad de la 1!uninipalidad para inspeccionar todo 10 relativo á los bienes de la ciudad, se puso á conceder una serie de permisos pal'a tender cañerias de agua. A este respecto! hay mås todavía (y yo me permitjría invocar el testimonio de nuestJ'o Honorable vicc-Presiden le, Reñor.concha y Toro), panl preguntarJe sj tÎene no-
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tieia de los resultados que ha producido en la práctica el decroto dictado en 1862 por 01 Intendente de Valparaíso sob,'e el movimiento ùe Aduanas. Hay otro decreto que es referente á 108 dueños de casas de alojamientos ó de huéspedes, qúe dice lo siguiente: (LeyÓ) '.1"
Según 10 dis(Juest.o por este decreto, resulta que si 'uno de estos industriales, se o?yida de pedir el pormiso á que está obligado, en el acto se lo hace cerrar Sil estahlecimiento cuyo castigo ùura por lodo el tiempo que le plazca al señor
Intondonto. deereto que lIeya [echa 16 de enero de 1871, que reglamenta las cnchuchas, ó 8ean,?:peql1eñas eP1barcaüiones? cuyo reglamento la opinión pública le atribuyó un objeto misterioso porque se dictó en la época en que se preparaha lIna elección prc?idencial? Por un artículo de este decreto, se manda que no podrán fencr una cachucha sino los que sean dueños de seis lancl'i'a!-:\. El señor Intendente fija el nÚmero de estas embarcacioprohibe que en ellas nes que puede tener cada individuo, se lleve licol' y exige;;'adcmás, una fianza de 200 pesos á los que quieran tenerlas. Y siempre con la manía que este funcionario tic-i-ie de ronfiscar la especie, conmina con una fuerte multa á los contraventores, y ámás á la pérdida de la embarcación. Ya el scÏlOr Intendente 'no sólo anobata mater'ias inflamables, gino que también cae sobre la embar-
Hay también
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cación. eS el jU7,gado? de letras relativo las multas que imponen los en conmutación de las penas de pr"io;ióT1.Ese decreto contiene las di!;posicione? que la Honorable Cámara va á ver. Despué? de ?,stablecer ciertas reglas aplicables á esos juzgados, diee:'(Le1Jó el decreto). De manera que según este procedimiento, un .reo condenaùo å veinte días de prisión ó á veinte pesos de Illulta1 es d.? cumplir quince decir, â un peso pOI" cada dia, si después
Hay también otro decrcto que
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muy curioso, y
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días quiere salir de la cárcel, tiene que pagar los mismos 2.0 pesu?. EsLo es sencillamente una enormidad, aparte de la usurpaci6n de aLrilJUc.iollOS
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Pero yo, e.eñor Presidente, sería injus?o si no reconociese que el seÏ10I' Iútendente do Valparaíso no 'iiempre ha dejado de """'<Iltat' â la Municipalidad. Confieso que lo ha hecho en algunos casos, y de ello då testimonio la siguiente W nòta: (I-eyó). Entra aquÉ Cn una explicación del sello que se proyecta hacer y concluye de esta manera: Aquí ticne la Honol'ablc Cámara á un funcionario que por simplø.s decret.os usuI'pa las fa'cultades privativas de la M,nnicipalidad, COJlfiBCa materiàs inflamables, las embarcaciones y la uandcl'a nacional; que dicta reglamenLos !îobre escuelas y sobre tráfico por las caBeR, y que, sin embargo, se'\letieno en los umbrales de la puerta y se descuhre reveØ rente anLe la M;unicipalidad para p1'8sentarle el nuevo cuño del sello que proyecta hacer para el 11S0 do ]a corporación. i Y hasta se consulta con per?ona8 compet.entes en la material Yo desearía qne mis Honorables colegas se pusiesen la mano en el corazón y se preguntanw: lcuál es la suerte que la libertad de indust.ria, la libeJ'Lad de: propiedad, yel derecho que" lodo hombre tiene á ]0 que es suyo, han corrido en una cil.ldad cuyo mandatario se atreve á estampar una S8tic de disposiciones como las que be tenido el ?' honor de citár! Esto es?lo que el Intendente de Valparaíso considera digno de su' obligación. Peru la Honorable Cámara com? prende muy bien que el fu?cionarÌo que dicta rlecretos de esta:"cla8e, está expuesto :J c?ometcr c'i-rores mucho. más. graves, y á cometer usurpaciones y violaciunsH mÚHiples. Yo' preguntaría: lcuál es la facÍ1ltad que ha I'üsistidu en ValparaÍso H las exigencias del ::;eñor Intendente? ;.No es verrlad que e8Lá uno tenLado á recordar la oportunidad de cierta rclación que hizo ã"la Cámara el Diputado por Valp<:t,raíso señor Contrcras, y para convencel'se de que e8 cierto que el señor Echáurrcn no quiso abrir el despacho t-te 8U 110m. bramicnto hasta no haber recibiùo carta blanca para hacer en Valparaiso nada más que su voluntadj' lSe puede suponer que bajo cualquiera de los Gobiernos anterÎore5 ha?{a podidu existir en una provincia Ó :departarnenLo Íln
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funcionario que de e?te modo lo ha pisoteado todo, Municipalidad, Ley del Régimen Interior, la Constitución y
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preceptos que garantizan todas las Jibertades de los ciudadanos? Sin embargo, hay señores Diputados que dicen: estamos convencidos de la inocencia del Intendente de Valparaíso, y de que 110 ha cometido infraccioneg constitucionales. Pues ellu? aprobaron su conducLa por medio del voto; pero c'qué sû dp.jaría entonces para la segunda instancia,
para que se debe declarar si ha lugar ó nó á formación de"causa contra el Intendente? {'l no es en esa instancia cuando deben ma-rifestar su voto sobre la inocencia del Intendente? Si CuésenlOs á votar desde luego su inocp.ncia lf{ué dejaríamos para la scgunua instancia? ?Pasaríamos sohre ella? Ln?HonoJ'able Cámará recordará que haciendo yo mérito sobre los precedentes establecidos en esta mat.f'ria, en f]ué no hay:una práctica consLante y- conocida, que el año 68 e?pecjalmente, algunos señores Dip utados fueron de opiniÓn que dehía admitirse sin djfo;cu?iôn la ninguna aClIsación, al paso que olros Diputados como los señores af{uel1a. en
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?laría y-Vera, opinaron porque en esta pr'jmera instancia de lf) acusaciÓn, dehía averiguarse todo: primero, si el hecho entrañaba ó nó un delito que puede ser materia úe acUsación; y segundo, si hay pr'esnDcioTIes' evidentes de que el aCllsado es responsahle del hecho que se le imputa. Atendiendo á es ta segunda opinión, que eK la más con-
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servadora, que es la qne estahlece mayores garantías, creo que no hay motivoiì para vaeilar en este caso. Creo qne ha habido infracciones de la Cömi'titución; y es algo que los del podido mismos defensores Intendente no hall contradecir. Ha habido infraceión de la Constit,ución en-è] caso o(]e la vena de la pérdida de las e_peuies. Vurdarl es que se dice que esas infracciones son corrientes y que hay una práctica f.Jstablceiùa, como si no se pudiera establecer prácti?3-s COrltra la ley y contra el derecho. Así, en realidad, los Honorables Dipulados que creen que, dando su voto contra ]a."admisibilidad de ]a am.J!-ìación, van á manifestar su convencimiento de la inculpabi-
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lidati del Intendente de Valparaí5o, no lograrán 5U objeto:' porque ni según la prácticas parlamentar'jas, ni segÚn 109" propósitos do la Constitución. ni segÚn el alcanco que siempre ha dado y da á estas violaciones la opinión pÙblica, puede entenderse ni se entenderá, en el lenguaje de la bermenéutica parlamentaria, que ese es el significado de su voto. Y ahora no sólo vamos á ser juzgados por las leyes Ý })l'ácticas parlamentarias, sino que va mos á Ser juzgados por el país, el cual, viendo que se rechaza una propo?ición de acusación fundada en treinta Ó cuarenta decretos inconstit.ucionales, es muy expuesto que piense que las infracciones de la Constitución han llegado á ser Cosa tan común y -ordinaria de parte de las autoridades administrativas, que ya DO dan mérito para perseguir por elJas á un funcionario. Lejos de eso, dadas las teorías sostenidas en el curso del deba1,e por algunos señor88 Diputados, que parece han rliri. gido los ojos con agonía y con deseo hacia los tiempos PR.';adoB de facultades úxLraor'dinariaR1 va á creer el país que par'a e8La Cámara son poeas las facultades que å la autorjp dad administrativa dan la Constitución y la Ley del Hégimcn Interior. Y por su parte, lqué no pueden creer los runcionarios pÚblicos? è No es muy de temer que no sólo lùs Intendente y Gohernadores; sino los subtielegados é inspectores, los comandantes de policía y los otìciales subalternos hasta el Último polieial, se van á creer revestidos de las amplias fael11tades 'Iue el señor Intendente de Val paraíso delegÚ en ellos, y que la CámaI'il va á aprobar? Un voto corno eL que se nos anuncia vendrá también á establecer un doloroso precedente. Durante muchos años, casi todos los hombres públicos, representantes de los dif;tintos matices de la opinión, han tenido que estai' olevandu continuas. protestas contra el Interidente de Valparaíso, señor Echaurren. En el año 71 tuvieron lugar en esta. Cám ara tres protestas de esta naturalcza! y sin embargo, nada ha podido conmover siquiera est.a roca de la omnipo? tencia de la autoridad gubernativa; al contrario, cada ver. se ha visto más y más ahsoluta é irrespoIH:\ahle. lEn qué situación se van á encontrar los ciudadllnosque en el curSo .ordjnario de la vida se vean atropellados en sus intereses y
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en sus derechos por el mismo señor Echaurrcn, y aún por el último de SlIS agentes?lSe atreverán á esperar just,icia .
en alguna pal'le? lNo temerán las consecuencias de estB paso aLrevid'o conlra el mandatario, contra quien nadie ha podido nada 1 Son ml1chosJoS,JIUC piden ahora que la Cámara haga Su deber de vigilancia, y yo que no puedo estab]eeer diferencia entre las regla::) que ?on-buenas .y necesarias para la admi: nistraeión financiera y lo. que es indispensable para la CidnÜniRtración poHtica, creo que ..un Congreso que:, principia -renlllloiando á la vigilancia en materias constitucionales, no puede tratm" de tenerlas e1l materias financieras. A la luz del eS}JÍl'iLÚLl'aD'lui1o de la experiencia y de la hjstoda, ya no es posihle elasificar los países según la fórmula de HU denominacÏón. En el elia tqdos están convencidos de que no vasta 1JamarRe RHplÍhlic?' para recibir, de lleno el! la frente el 801 de la libertad, y 'ue no por el hecho 8010 de llalnal'8e lIlonarqUJ8 se vive en tinieblas eternas. Atendiendo H las reglas de b"en criterio, se pllcde establecer que hay jlllehloH que se gobiernan por normas fijas, y pueblos. 'lue Son entregados al ea pJ'Ìcho y voluntad de 108 gobernante8; ó en otros términos, países en que la presencia de un soherano extraño al país por raza, religión y lenguaje,. no aILel:a en nada la marcba de los negocios, y países donde el'sitÜefll8legal no alcanza à detener las invasiones violentas de la? autoridades públicas en el terreno ùe las libertades popuJares,Esta difereneia no ,nace ni de la' ley escrita ni de las tcorías, nace, ante todo, del grado de expeI'iencia é ilustración de los pueblos y de algo que deriva de esa experiencia y esailustración"c cual es la:;.eficacia de la aceÌón parlamentaría y la voluntad de la Cámara para cumplir con el d?bel' de hacer valer sus derechos en Lodos. los casos que la Constitución y)as leyes le confieren. Llamada la Cámara, por la acusación entablada contra el TntelldHnte de Valparaíso, á hacer uso de esa atl'ibueióü',dc vigilancia y de esa institución parlamentaria, va á manisi todos tenemos festarnos si en Chile la leyes soberana ó de un mandatario. 'lile inclinar la cabeza ante la voluntad .
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La gratificación
y
sueldos de empleados públicos
.\.11..
SESIÓN DE
27 DE NOVIE"""E DE 1876
'El
señor Errázuriz (don Isidoro).-Antes de hacer uso d6 la. palabra. desearia hacer al Honorable Ministro de Hacienda dos preguntas: Es]a primera si la. partida d" 400,000 pesos, á quo Su Señoría 8e !'efiJ'i?en su discurso pronunciadoen el Senado, es relativa al depósito de garantia del contratista del ferrocarril de] sur;]a segunda, si ha habido algún motivo para hacerla alterar los cálculus hechos en el Sena do Esper'o la contestación de Su Señoría para ?egniI' áde]ante. El señor SOlomayor (Ministro de Ilacienda).-Respecto â la primera pr'?guJltaJ puedo. decir á Su Señoría que la partida dc /,00,000 pesos se refiere á los fondos necesarios para ]a eonclusiÚn de la !inca, á más de 100,000 pesos para pagar parte de] equipo que es probable llegue en el presente año. Por 10 que toca á los cálculos hechos ante el Senado por el que habla, puedo agre.gar que, aprobado el empréstito de ,-.'
2.000,000, ha],ria que consultar además la cantidad que corresponde al servicio de esa deuda para el año entrante. N o sé sj estas cOIÜestaciones habrán satisfecho al señor
Diputado. .
El
scñor
"
Errázuriz {don Isidoro).-Huego àl señor Secre-
tario se sirva dar lectura al ítem en discusiÓn. El Secretado leyó el item H de la partida 33 del presupuesto de Hacienda. 'i' El señor ErrázlIriz {don 1sidoro).- Tengo la convicción
., de que entro en uno de los más importantes debates de .. qu e 5e ha ocupado el CongresoJ tanto pOI' los intereses mora:les. y
i\i
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-materiales que encierra, como por las altas cuestiones á que ó .da origen. Por una parte se hace valer el bienestar de tres cuatro mil familias; por otra parte se hace valer la situación cadá .angustiada de la I?acienda Pública, y al déficit su cara quitándose las vez más pálida, cerrándose los hospitales, .subvenciones á los cuerpos de bomberos, tratándose de suprimir la policia de seguridad en las dos primeras ciuda.desde la República. Por una parte, las consideraoiones del buen servicio, por la otra, el mantenimiento del crédito del país; por una parte la conv"eniellcia de premiar á los servido" .res del Estado, por la otra el déficit 'lue aumenta. 'el carácter Se ha hecho bien en no dar á esta cuestión político, y creo que nadie habria tenido bastante fuerza de ?us rëcuerdos ánimo para hacerla servir á sus odios y á .
-.'
pol1licos.
Por lo que á mi respecta no conservo un recuerdo muy ,grato de los empleados públicos, que ?uando no me han '.salido al [rente, han empuñado á veces el garrote 'de la maZDI'Ca. Sin embargo de esto, creo dO,mi deber mantener del 25 la!\ :opiniones que sostuve al dar mi voto al aum?ntc! que pupor ciento, y hacer acallar los recuerdos y rencores Jibe.diera Lener ante el non posama.. del hombre politico y ral. CI'OO que el pensamiento que anima á los impugnadores 1872 se .del aumento puede resumÌi'se en estas palabras: En presentó el Ministro de Hacienda ante la Cámara de Dipurepletas tados y manifestó que las arcas nacionales estaban y que haM" llegado el momento de hacer un reparto, un -aguinaldo á los mnpleados púhlicos. La Cam?ra, en un moer8.0 debido, mento de vértigo sin estuùiar el asunto C0J?10 lo que accedió á lo que proponía el Ministro de Hacienda, y desgracia[ué repalto para una sola vez, se ha perpetuado
.damente.
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lejos. Se imaginan Hay otras opiniones que aún van más plaga de la empleomaque negando el alimento, se maLa esa
nía, de esa especie de granjería que equivocadamente creen de empleado público. .que es sinónima de la condición Confrontando estas opiniones con los anales parllllllcn. grondes contl'adiccio'.tarios, ,se encuentra que existen
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DHRAS DE ISIDORO ERRÁZttRIZ
nes, se encuentra quo- hay un trip\ç error. y esto lo manifestaré con ias opiniones consignada.sen el Boletin de
sesiones de 1872, cuando se trató del aumento del 25 por liSi
'? ciento. Mis Honorables colegas rccordarán que desde 1870 vcnía ,votándose el aumento dc sueldo de los preceptores de escuelas. Aprobado cste aumento por la CámaIa de Diputados, fú'e recbazado por el Senado. En 1872, el 29 de noviembre, se renovó la ifHlicaciÓn por el Honorable Diputado por ,Copiapó, ,Ion Pedro ?eón Gallo, que proponía 80,000 pesos para aumentar el sueldo de los preceptores y 20,000 para aumentar á los ayudantes. En el Curso de,la misma sesión, el Honorable Diputado por Quinchao, entonce? seÎlOr Zañartu, manifestó que tenía el propósito.de'haeer indieaciÓn para aunientar!en un 25 por' ci?nto cl sucldo de los empleados públicos. El Honorabie Dipútado por Quinchao, fundaba BU indicación no en ]a riqueza del Erario, sino en ]a justicia, en la. equidad; pues agrcgaba Su Señoria, que la ley que había fijado los sueldos, se había dictado haeÍa 25 años, cuando la vida era Jfiás ba. rata, cdamlu el trabajo era menor, cuando los recursos del ?i\ Estado eran menos consider'ables. I ;
i7.t
E] que habla tuvo entonces ocasiÓn, por un incidente, ùe preguntar al señorj\finistro de Hacienda si el estado dcl tosoro permitía e?e fJ Ilmento é insinuó BUS deseos de que Se mcjorara la planta de empleados, asignándoles sueldos pt.opqreÎonados. Esto, Con el objeto de demostrar que no era angustiada la situación dcl Erario, y para aquietar las difi-, cu]tades de conciencia de algunos señores Diputados que ?.: estaban POl'iIi la vía-'"de ref()f'mas paulatinas de las oficina? públicas, antes que pOI' am:nento radical. En .eRiÓo de 2 de diciembre lué aprobada la indicación del señor Diputado por Quinchao, pero no enla mi.ma forma en que la había presentado su autor. El ?eñor Diputado por Copiapó hizo indicación para que se consultaran 100,000 pesos pare aumentar el sueldo de los empleados de la instrucción primaria. Desgraciadamente, el señor Mîni!'>w LJ'Q de Hacienda pA-I!HI80 que se gratificaran con un 25 por ã,1oí? empleados, y esta gratificación entró como de ciento ,
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ERRÁZURJZ
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178
de que fuera- para un sorpresa, pero entró no en el carácter 'T. año, sino en el aumento permanente. 'þ En'4 de diciembre, esta indicación fué modificada.por el en la señor Blest Gono. Diputado entonces por Chillá\" empleados'" ei.vi1es, siguiente ?forma: ?Para heneficiar á lu? "
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ete. 400,000 pesos.). proposición fué oriNote" ante todo, la Cámara, que la ginariamente en el sentid() de 'aumento 'y que más tarde graLificación permase convirtió en gralificaéión, pero nente.' 4 y el 6 de Los' deùateA continuaron en lass'esiones de Diputados diciembre de 18ì2. AquelJos de los señores que estaban más lejos de aceptar 01 aumento que se proPOTI1R, reconocían, como todos, la neceRirlad de aumentar los sueldos de los empleados civiles. El Honorable Diputado por Curic6. ?eñor Tocornal, los colo?aba eD",la In:Îsma Diputados condición que á los preceptores de escuela. Los señores VcrgaraAlbano. Concha y Toro y otros, reconocían .
misma necesidad. No Se resolvi6, pues, si era justo ÍI fiÓ mejorar la situación de los empleados públicos, sino la manera de haceI'lo, ?ipauseguudo por /,0 lolinan.'ente 6 de una vez. Resolvi6se lo dos ú votos contra 21, y entre los 40 se encontraban, con tres escepcÌones, loslHonorables Dipntados que fOI'maban
.Ia
entonces la oposición. El señor Vel'gara Albano.-Yo no voté. El señor Montt (don Ambrosio).-Yo no'pIÍse osistir, á Señoría, porq ue pesar de I05'eSrUèrzo? quépara eno hizo Su no estaba poi'lo gralifieaoi6n. El señor Errázll,riz (don Isidoro).-?Ic refiero, señor,:\'" á 108 Diputados que asÜaieron á la sesión. En seguida estaba en la conciencia de la Cámora 'Iue lo que se votaba erD.,un aumento p.ermanente y nó gratificación del momento. Y á este respecto citaré la discusión habida en esa sesión y el discurso del seÌlOI' Presidente, opinión paI'ticipabsTI muchos de los impugnadores de
'cuya del aumento.
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',r(EPorador da leclÜra á una parte de los discursos pro.nuneiados en la sesi6n de] 6 de diciembre de 1872). L(
OBRAS DE ISIDORO ERRÁZnRJZ
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Tan necesario se cOflsideraba el aumento, que los que opinaban de divcr:;tH rnaIÌ.?ra sobre el 25 por ciento, Como I?s señores Vel'gara Albano y Gano, hicieron indicaciones aumentando los sueldos de los empleados. De manera qne era reconocjda la neceRidad de mejorar la condiciôu de ]o? scrvicios del Estado. .. Deto hacer presente que el Congreso de 1872, decidido al mejoramiento dc la ?ituación de lo? empleados pÚblicos, 10 hacía con el convencimiento de que la reorganización de ]a8. oficinas imponta al ErHrio un aumento mayor que el 25 s'u Hsl,--pues, por ciento; no era pensamiento darles una gratificacióntsino mejorar 9u condición, hasta que leyes especiales ]0 hicieran de otra manera. De modo que]a palabra ê jdea de gratificación con las que se hace tanto efeclo, deben ser relegadas al archivo de las armas enmohecidas y que nada valen. Cumpliendo los señores Ministl'oseon sus prome?as, vinieron ]08 proyectos d? reorganización de las ofìeinas de] Estado, y el Congr?so alcanzÓ, si mal no "ecuerdo, á despachar el relativo á los empleados de c01'reos, que resultaron COIl aumento y no gratificaciónl puesto que ésla fué incorporada al su?]do. Al suprimir ahora el 25 por ciento, G8e pretende. cercen'ar á los emplelHlus de las oficinas de corre06 el 25 pOI" ciento de su sueldo que ya experimentaron:C;oncJ aumento? ?o se quiero consagrar que, porque el Congre?o no_:dió ese
aumento
á IOR demás
empleados, éstos deben pagar: la indo. de aquél? lencia Si s"hubiera Ilccho Gun!los demAscmpleados lu que con los de COI']'eos iQue habría hecho la Comisión? ,\Que hecho, si en lugar de consultar
;(?J
habría aumento de los presu-
puestos, se hubjera hecho pOI' leyes espeeiaJes í' t HabÍia proplle?to Ja Comi?ión que se redujeran esos sueldos en un 25 po,' ciento? Esta es la QlIestión y no otra. N 08 e1l(:ontraIDOS con un aumenw, no con una gratificación, con un ac?o de justicia y rfe equidf\d que no alcanzó á cumplh'se con todos. Y la prueha de que ese aumenLo no era transitorio, es que ]o?votaI'On !:liD obsCl'vaciones 108 Congresos de 1872, 187B Y 1874, l-;-lA más hay I'a7.ones de equidad que militan en favoT' del
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mantenimiento del aumento. Los empleados han estable<Jjdo su vida bajo la seguridad de que el 25 por cionto ora përmanonte. Y ahora cn presenoia do dificultades ,ei Gobierno y la Cámara vuelven atrás y arrancan la base de la subsistencia á más de 20,000 almas? Estas fIuotuaciones perjudican más al Estado do lo que se cree, porque lo que anima á todos para servido! para contratar-' con él, es la estabilidad. ,'He tenido particular complacencia en uir el discurso pronunciado en la sesión a.nterior por el Honorable Diputado por Santiago, señor Novoa, y al señor Diputado por Linares, en la presente sesión que han colocado la CU8Btión en un terreno claro;-t Han dicho que encontrándose "el pals en una situación dificil y que sienllo el déficit un mal cróñico, un pl'esencia de esto era el deber de todos .
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fi?se es
el verdadero terreno de la cuestión, y para 1'8801\'erla es de desear que la Cámara no salga de él. A lOí?emplcado8 â quienes en 1872 He cOTlcediá un aumento do 25 por ciento 801)['e sus escasos sueldos, se les llama ahora á colmar el d?tìcit, porque, cuando la nación se en? cuentra en na situación difíci1, acude á todos, agravand,g á unos los impuestos, disminuyendo á otl'OS sus 'sueldos. V camaS .a.hol'a 3i se llama å lof.\ empleados á ?acrificarse en
hacer sacrificios.
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1.1
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justa proporción. Segun los cálculos de la Comisión de Hacienda, hay que eri' el presente año; y el sicolmar un déficit de 2.000,000 guiente una de 2.500,000 pesos ó 2.600,000, "do recuerdo bien. Respecto de este año se acude á un empréstito de 5.000,000, y respecto de 1877 Se ha ocurrido å varios expe. dientes. La Comisión y el Honorablo Ministro de Hacienda Jr? ,', están lIé ac.ucrdo en agravar el impuesto ùe aduanas! lo què producirå 1.000,000 depesos, aumentar el prediodel tabaco, lo que dará un aumento de 380,0l}()'pe86s, recargar la contri. bución'de patente? y la tarifa deferrocarrile?. Todo esto producirå 1:570,000posos, quodando una diferèl1cia de 1.000,000 de pesos que no se colmaría por más que se quite el 25 por ciento. El señor H uneeus.-Si me permite el señor Díputa'do, \,.
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ÒBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
ISI
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debo manifestar á Su Señoría que la Comisión naùa ha acordado ?e5pecto al aumento de tarifa de los IerrocaITiles ;.'? y recargo de las patentes. El sèñor Errázuriz (don Isidoro,continuando.)-Me pareda que la Comisión los había.,consignado en su infor'me. Plles bien, VealllOS Hobre qÚiénes recae esta agravación. El aumento de los derechoR de aduana, sobrC" artículos y materias primas que no pagan derecho y que sirven para el desarrollo de la inrlustria y del trabajo; el aumento en el pl'ecio del tabaco va ftcae; wJbre las clases menos acomodadas; las patentes sobre la industrÜJ.; y los
por último, 150,000 pesos que se esperan de los ferrucarriles se sacarán de la agricultura, del trahajo. Y 1aca.o sólo hay en el país gentes trabajadoras é indll8t!'iales? I.No hay gentes 'Ice viven de sus capitales, de Hl1S inmensas fortunas'.mobiliarias? lLa Comisión no ha acordado que un millonario introduzca ulla vajilla de oro por valor de más de siete mil pesos, bajo la protección de las leyes de aduanÐ, mientras se quiere que un preceptor gane 25 pesos'y un oficial [d? (Aplausos de las galerías). " ?-
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El
señor Presidente.-(Llamo al orden á los. señoras de la
barra).
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El
señor Errázllriz (don Isidoro, c(>ntinuando).?En esto, el Honorable conductor de la Haci"nda PÚblica y 1.. opiniones de la Comjsión, no hacen m,?'s que seguir con fidelidad una antigua rutina, gravar el trabajo. .,[:; Si Re.?uiereque iodos cl,ntribuyan equHativatnente, es preciso que traigamos no s6]0 á ]os empleaLlos para co]mar el déficít. Por eso extraño que la Honorable Comisión que cuenta en su seno tan claras ilustraciones) que ha hecho tan detenidos cstudiuS1 no comenzara por proponer un;proycctò' de contriþución general sobre la rent.a, en la que habríarl quedado refundidasJ,las de patentes, expo1'iación de minerales y otros jmpuestos absurdos que pesan Bol,re la industria. y el Lrabaj ù. lJ? Pídase al capiLal el milIÚp que falta, y entonees se invocarácon verdad que es neéesario que todos cuntrihuyan con su óbclo. .
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r8z
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHiLE
Ya que se ha presentado un cuadro tan aflictivo, ya que
se han c<'l'rado hospitales, ya 'lile se han suprimido las' subyencianes á los cuerpos de bomberos, VeamOB si se marcha con paso firme en el tencno de'las economías. Yo
me convencería de ello',si al lado'. de CBas partidas qlH? se han suprimido, no viera otras iriÚtiles. Me refiero :å la del cuerpo diplomático, Se. cierran los hospitalos donde Se prestHll auxilios á miles de enferm?8, y Se deja abierto un hospitHI político para cinco 6 seis in\-álido8. ':1:' En seguida encuentro la extraña subsistencia en el presupuesto ùe la Guerra, á pesar que por él ha pasado mano firme al actuall\Hnistro, de asjgllaci(Jne? á los cuerpos cívicos, á ese otru hospital para .otra clase de enfermos. El Estado no tiene del'echo para decretar 1Iniform?8 de gala ni bandas de música, cuar1do quita la sllbvcnció?l å los cuer. pos de bomberos r cierra los hospitale's. Nï "lampoco tiene derecho para gastar 6,000 pesos en IIn regimiento que sÓlo sirve de escolta ::81 Pl'e?idente de la HepÚbJica, ni para tener un batallón de línea parA cubrir guardias que ponían hacer una do cona de guardieros. En construceÌones podrá hacerse eeuHomías qué unidas á las ya enumeradas alcanzarian para dar á los empleados el dieciséis pnr ciento y å los preccptore? el veinticinco por. cjento íntegro. Por esto yo haría indicación para que se destinaran 150,000 pesos para los emplendos de la instrucción primaria, y 360,000 para. los demás. En cuantô á la empleomanía no sr. destruye disminuyendo 108 sueldos. Se dioe que si los empleados no eHtán contentos, vendrán otros y otros. Efect.ivamente, pero entonces pueden lo:, dependientes hacer las veceB de jefes, y los lacayos d?sempeñar lo? puestos de oficiales de las oficinas. Se ,ha"lncurrido å más en la confusión de úVoCa[' ciertos herofcos recuerdos. Se ha traido å]a memoria que ha habido funcionarios qne han renunciado á su sueldo, que han :;acrificado su vidH y su haber, y parece que esto se quiere sentar como precedente. Pero es evidente que 16S:'rhombres de ese temple no se enpuentran á la vuelta de las esquinas. .Dcsd!.; hace tiempo se ahusa lamentablemente .del culto de las más altas virtudes de ahnegación y por el àbusò de
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OBR.-\.S DE
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[SIDORO ERRÁZURIZ
ese culto hemos dejado morir en la miseria á Camilo HenrÍquez y á O'Higgins, abandonad" á la protección de los
extraños en apartada regiÓn, Mas todavía, hace pocos años no quisimos recargar el presupuesto con los gastos que originó la traslación de lo rùsto?. de don J Han José y Luis Carrera. y dejamos que esos gastos los bioiera el padre. Todo e.te ba oontribuido á que haoe oinouenta'años ande circulando por ahí una abominable moneda que se llama: ,El pago de Chile., Después es preciso fijarse en que esta es UIla cuestión de Gabinete. El señor Ministrn dellnterlor planteó esta cuestión e? el Senadu e11 nombre del derecho y el señor Ministro de Hacienda presentó dato!; que atesligu?ban que en la conciencia del Gobierno "exisUa la convicción de que se podría pagar en 1877 esta graLilicación de 460,000 pesos. (Acer'ta e!:ltas doutrinæ; y datos la Cámara de Diputados? Pero si no las acepta, el Gabinete entero queha--sostenido la necesidad del dieciséis por cient.oj recibiría una-; especie de voto de desconfianza.lIe ahí la cuesLión del Gabinete, He ahí que las cuestiones de esll'Ícta justicia se relacionan, eALrechamente eDil las cuestiones políticas. .,.t Atendido" los honorables anL?cedonte. de los Ministrns y la unifol'Inidad de sus opinione? respecto ó.la gratincación de di?ciséis por cien Lo," la resolucÌón qU8z:,tomarÍan sEtría decisiva en caso de no aprobar la Cámar'a sus ideas. .'-De àquí un coní1icto serio, inevitable, que en la actual situación del paie traería consigo perturbaciones gravisimas que afec; tarían su crédito y Stl marcha próspera, activa y progresista. Nó, no es posible creer quc el Congreso de Chile quiera introducir esas hondas perturbaciones ni en el presente ni" on 01 porvenir. (Aph,asos en las galerías).
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La gratificación
y sueldos de empleados
públicos,-II
SESIÓN DEL 30 DE NOVIEMßRE DE' 1876
El señor Errázllriz (don Isidcro).-Cuando en la sesión nocturna'dellunes tuve el honor ùe dirigirme á la Hanara., ble Cámara haciendo la historia del aumento de sueldo' de los empleados públicos y cita ndo con el BolelÍn en la mano parte de los discursos pronunciados en las sesiones del 29 de'lloviembre y 4 Y 6 de diciembre de 1872, no pude menos de extrañar que una hora después un"señor Diputado dijera que sólo babía hablådo por recuerdos. El señor Aldunate (dOD\:',Lnis1 interrllmpiendo).-Perdone el señor Diputado: Mi lIonorable amigo el señor Vergara Albano rectificó á Su Señoría en la rriisma noche en' que Su Señoria habló; pe!'o Su Señoda est,!ba en la Secretada. El señor Errázuriz (don Isidoro, conlinuando).-Tanto neor' pa?a él. señor; porque no so puede 80S.tener inrncdiå-
s,
tamente' después de habérseme visto con iJl Boletín en la mano, y citando nombres y fechas, que he hablado por simples recuerdos; si así hubiera sido, si hubiera hecho la historia del 25 por ciento por ?imþlcs recuerdos, equivaldría á decirme que he sostenido una" farsa! una mistificación. y ahora, ?cuándo seme ha rectifioido, cuáles han sido las rectificaciones y sobre qué puntos? Lo único que el H.onarable Diputado por Talca pudo decir eS que la indicaciÓn priñlÌtÌva fué modific'ãda, no pudo hacer sino lo mismo que el Honorable señor Rodrígnez, citar algunos trozos del dis. curso del señor Blest Gana, es decir que han hecho una naiIi
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OBRAS DE ISIDORQ ERR...\ZURIZ
18S,
rración dilerenteeon pórralo" que yo no había" citado. Y", (acaso tengo yo la culpa de no haberlos ëilados?todos? Yo no'alteraba la veracidad de lo ocurrido. Lo que el señor Diputado puede decir para probar que yo hablaba por recuerdos, era que el 25 por ciento no lué apro. bada en la forma de aumento permanente; lo que el Beñor Diputado pudo y debió prubar era que nuestro Honorabln PresidenteelseÎlOf Concha y Toro, elseñor Tocornal, el que bablo y el señor Diputado por Quinchao, hahían dejodo de dnf"ó la medida un carócter permanente hasta ']ue una ley organiz,ara la plan la de empleados y de sueldos, y esta es toda la cuestión, cue.':Jtión que he pla?teado ingénnamente. El Honorable Diputado por Quinchao hizo su indicación en el sentido do un aumento permanente, y. fundándose en que ya era tiempo de revisar la planta de' sueldos dictada vointe ó más años atrás. Los señores Concha y Toro y'" Tocornal, que combatian la medida, .manifestaron que la" gratificación, corno so la quiere lIarRar, no era de u? dia ni de año, sînolJermancnte. El que hahla, que UHÓ enlance:'! dela palabra tres veces, se colocó en el mh,mo terreno de que.la gratificncióp. era permanente. Estas circunstaneias ?.e arrancaron ? la :narraciõn del Honorable Diputado por Chillón, señor Rodriguez: Su Señor'in dehió" de ver en el trozo que leyó del discurso del señor Blest Gana, sólo un rcourso oratorio para hacer pasar el aumento, y no debiÚ perder de '?sta.los dcmós discursos, Yo nO he negado que la palabra gratificación:no se pronunciara en aquel debatej manifesté que el Honorable señor Gallo, Diputado por Copiapó, propuso nn aumento de 100,000 pesus para los pI'Pceptores de escuelas, indicaciÓn que fué modificada en mala: hora, proponiéndose una gratificación de 25 por ciento ó los empleados de la instrucción primaria. Y digo en mala hora, porque el pensamiento del señor Ministro ùe Instrucción, al mo'Uificar la indinación del seiiol' Gano, Cl'a que el aumento fuese permanente y n?, transitorio. Esta modificación, introducido. por el señor Ministro de Instrucción Pública, es la caUSa ùe todos los'argumüntos.
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BIBLIOTECA Di'; ESCRITOR ES DE CHILE
d?'la duda- que se' tÍeque se hacen en contra del aumeìÌto y ne 1;obre el carácter: de la medida. Estaba en la mente de la Cámara yAel señor. Ministro -que el aumento era permanente. Entonces el señor Diputado pOI' Quinchao modificó la indicación del señor Mií1istro y dijo: ('para gratificar con un 25 1'01' ciento á todos los empleados públicos, 400,000 pesos., De paso debo advertir 'lile tampoco ha habido engaño en la suma de la partida y que ésta no ha experimentado gran aumento. Se habló de 400,000 pesos, porque ya se habían acor'dado 150,000 á los ell1pleados'dela instrucción pdmaria, de manera que el aumento era de 550,000 pesos. Ahora, desenLenfliéndonos de todo esto, cerrando los ojos sob'('c lo ocurrido1 se dice (lile la gratificación fue sólo por un año. "Lucgo no debió figurar en el presupuesto de 1874, que se discotió en 1873. lCómo entonces la partida del 25 pOI' ciento vino estampada en un presupuesto haciéndose extensiva hasla los empleados del orden eclesiástico, y fué aprobada sin que se IC\cantara una sóla voz en su contra? Si era transitoria! l como eg que también ha figurado ?in protesta en el presupuesto de 1875 y aún èn el pr"HlIpllesto de 1876í'
lQué [1artid? transituria e?é!:Jta que pasa Rin que
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le pon.
gan obstáculos? Esto importaría una sC'rpresa incalificable por parte 'del Gobiel'Ilo. Por el honor del GuhiùI'f1O y del Congreso es necesario. que. se abandonen estos argumentos en (lue el Gobierno aparece introduciendo 5mbreptiêiamente nna partida del ì-' presupncsto yel Congreso convertido en una manada de carneros! aeeptando esa medida. Esto oS algo que nO hace honor ni al parlamento ni á la honradez del Gobierno. DeCÍase que no eon:Venía haéer de 8stà cuestión una cuestión de sentimentalismo. Sin embargo, creo que en el discnr? so que pronuncié en la sesîónnocturnadellunes, no abandoné ni pOI' un sólo momento el tono de moderación y mi antiparlamentario! sin necesidad de acom. guo comp?rtamiento de go]pe? sobre la mesH) isin malt,'atar el pañamiento Bnletín de sesiones de 1872, rodeado de todo el aparato espiritista. '..<; y Cómo no se ve que los qué apelan jSentimentalismo! l .
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OBRAS DE ISLDORO ERR..\ZURIZ
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á él son 108 que preöentl:ill la deuda. nacional, la pohtezn. del pais y la necesidad de pagos? A que viene todo' esto? lAcaso los sostenedoreg del aumeIl?o han sostcnid? alguna vez que 01 Estado no pague öUB deudas?}ù oontrario,
que
pague á to'dos sus acreedOl'eH y á los empleados tambicll; y par? eso se ha hecho indicación para que ?? haga un r?teo .
en 'todasJas clases sociales, para que este rateo no sea injusto. l Por qué queda inmune el capital que no es trabajo. que fiÜOS industria? Los que 80stieuen que se oastigue oon un 25por ciento la renta de los empleados, dejan inmune el capilal inactivo, no hablan del que Sll'VC á la industria.1 á la agricultura al trabajo; y-'esto es ulla injusticia. Se dice que no es posible cons?rvar el aumento, cuando se ve que las tiendas se cierr_an, qt"elos industriales parálizan 'Sus lrabajoB. Si la desgråcia::le los individllo? fue8e una r'azón para castigar la renta dé' los empleados, e.!}'loí! años de bonanza, ésto!:> tendrian tamhién rlereeho .âuna parte de hienestar general. Pero los empleados; sólo tiJ:uen el despechu de l'e?lamar que se les respote, y esa p.s la Única ventaja, (lue tiene en pago de su abnegación, de sus RetvicÎoA;ii No Oh881'VO que el impuesto'sobre el üapital sea un proyecto que t.odavía esté en embrión, que no ,haya un plan ?obre que basado. Pero, e IlQ ha aceptado la Cámara otros proyectos de contrihuciones, encontrándose en los mismos inconvenientes, t.enienùo que ser aprobados åntes del LO de enero? Se dirá que hay una base, que sólo se va á distribuir cntre la cont.ribución del 10 por ciento. Respecto del impuesto sobre efL'capital, existe la base de la cont.ribución agrícola y territorial, y por lo que hace á la contribución urbana?"Jns padrones exisleu e11 lodas las tesorerías municiSobre pales. todo, cuando se tiene volunlad rle trabajar, cuando se reconoce la neeesidad .de remediar un m'al; una injusticia, en pocos días se hace lo que" en otras ocasiones se tardariâ? años. Entrando 0.0 otro orden de ideas, veo que el señor Rodríguez ha abieI't'o la?>puerlas á la? m{ls altas y dificile8 cuestiones econúmlca3 y sociales y sient.o estar en una profunòa desidencia con las ideas del señor Rodríguez. ElseñoI''' Rodrígu?z considera al Estado como un mal
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una multa necesaria ahora, pero no sólo innece,., saria sino perjud?cial mañana, y que debe tirarse lejos .. de sí. >, A juicio del que habla, el ideal del señor Rodriguez no es más que la situaciQß de Arauco, en que (?ada jefo de familia es una autoridad. Las cuestiones que el señor Rodrígucz apr?cia como de libertad, son. para el que habla de competeneia del Estado. Se oita el ejemplo de los Estados Unidos; sin embargo, allí la legislaeiÓn ha tratado de creal' industrias. Su legislación. aduanera ha sido una terrible máquina de aislaneceB8J'io
.
miento. En cuanto á lalegis]ación de Inglaterra, a111 se reconoce al Estado faculLad absoluta para cambiarlo todo. No soy muy pal'tidario de ir á buscar ejemplos en otro,s países. Gusto mås de ve:; lo que pasa- en el nUHstro. lQuc sería de Chile si el Estado no hubiera difundido la instruc" dán, protegido la industria? Y en el momento actual vutamos las muletas con desenfado. No necesito ser profeta para país decir que al cabo de dos años de la ac.cÎön individllaI7??1 ,:, caería en una postraciÓn pi'orunda. el HodrígneZ;,á la sociedad con un señor' Ha. comparado cÚspide los plario inclinado en cuya felice!5 y má8 abajo están los pobres. Encuentro en el símil sus inconvenienteH) porque en esta ,:tierra de Cbile.. tan fuerte y productora, la mucrte por el hambre es cosa que no se ve. Veo también la sociedad chilena por el aspecto de un plano inclinado; pero quien inclinó el plano fuéla mano de 6angre, detuvo al que, aunque no limpia de las manchag paÍ? ha cincuenta años en su vuelu' hacia la libertad. Entre los que ocupan el Lérmino mas hajo del plano y los á que cstán en la cima) hay una clase que está l1amada for-. mar la clase media y la democracia de Chile: es la que rm'man los empleados públicos. Este estado medio debe ser
fomentado."
En la sesión nocturnalf:del lunes, manifesté que sin ser Y esta cuestión"Guestión de partido. era cue'st:îón política. me rundaba pal'R decir esto quP. en las cuestiones en donde ?,?)'de por medio un gran )nterés administrativo en las
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se hacen por cuales el Gobierno se manifiesta interesado, si solas cuestionesi"politicas. La mayoría de losTscñores Diputados que han oombatido el aumento, han encontrado que esta no os cuestión el programa del Gabi"política, y para ello han invooado Diputado par Chillán ha sostenido que nete, El Honorahle las cuestiones económicas no deben ser cuestionespolí-
Licas.
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al.señor't:DipuM Rcspecto á está apreciación) me asocio hacers-c cuestionet; tado hast,a cierto punto: que no deben á un Ministerio al que se le de partidó. Pero supóngase del presupuesto, se le niecercenan las tres cuartas partes lPuede permanecer en su puesto?
gall las contrihuciones,
la declara.ción que hizo el señor Cámara, tuvo el propósito Ministro del InLerior ante esta dispuesto á de dejar establecido quc el Ministerio estaba 'de la voluntad del Con?reso. Yu Ser un simple ejecutor conipro'metía el Ministerio he entendido que á lo que se
Yo no he
cI'eÍdo que en
.
de niitguna clase en era solamenle á no ejercer influencias presión sobre el Congreso á nombre del Gobierno, ni haèer 108 miembros del Congreso que se encuentren en la con. del dición dê empleados públicos para que voten en favor Gobierno en los a8lllltOS que aquí ?e debaten. El Ministerio, á mi juicio1 no debe desempeñar el papel debe hostide mero servidor del Congreso, pero tampoco armonía li?arlo. Lo quo dehe hacer es procurar que ha,ya comprendido si yo la eS comO he, entre ambos podcre!:\, dcl Interior. declaración hecha por el Honorable Ministro El Honorable Ministro de Haoienda ha dicho' que esta de Gabinete, que cuestión no la considera comO ouestión del aumento, 8Htá el Gobierno, que desea triunfe la idea resignado á que la Cámara resuelva lo contrario. El Honorable señor Ministro está en su derecho para á recorhacp.rIo aSÍJ para evitar un conf1icto; pero yo voy leyenda que ha pasado hace tiempo por mi imagi!i..
dar una nflciõn.
madre Viajaba por los desiertos nevados de fiusia uIiå hijog. En las primeras á que llevaba en su trìneo sus cinco á sus espaldas algunos rugidos; horas de la noche. siente
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILC
mira hacia atrás
y á los rayos de
la luna que ha iluminado ]a blanca nieve, ve una gran cantidad de lobmì" que persi? guêu\ 'el trineo. La madre pm'a salvar â sus de.más hijos, Jevanta á uno, delos pequeñuelos y lo arroja á los lohos, que se detuvieron un momenLo para saborear su presa, volviendo nue.. vamente á la carga. La madre arroja al segundo de sus hijos que también es devorado,:.' y .I3."òta horrenda escena Se repite hasta. que?,los lobos se comieron á]a
madre.' "?
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Elecciones de Cauqucnes
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SKSIÓN DE 2 DE DIU!EMBRE. D? 1876 "
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E18c?:pI'ErråZllriz (don) isidoro).-Los señores Diputa. dos saben que caçla vez qne ha hahido en el país alguna lucha politica, el departamento de Cauquenes ha llamado ::mtagonismo poli. con especialidad la atención pÚblica. Ese tico se ha mostrado siempre de una manera ardiente yapa. sið'nada, 10 que ha dado motivo para suponer que este es un pueblo ??('epcional contra el cual es necesario que el Congreso tð'fue meùidas de. rigor. Por mi parte, no abl'igo esta misma Ülea. CompreÚdo perfectamente que existiendo,^ell este deparatrás elementos tamento aglomerados de?de mucho tiempo de combuBtibilidad, las luchas políticas tomen un carácter irritante;!'.in embargo, no. pueùe dejar de reconoccr que Cauquenes es unO de los departarnentos más inteligentes y alentados, y ha presentado el espe.ctáculo da una. lucha vi visirna entrc el pueblo y la autorirlad, lo que de ninlos guna manel'a p.uede estimarse COIllO deshonroso para ciudadanos que :1W vivon. Este pueblo ha ocupado siempre 1a vanguardia en las grandes épocas de transición politica y d{,} agitaciÓn; asi ha sucedido en diversas épocas: e? 1864, en 1870 y en el presente año, Es un .poco dificil, señor Presidentc, p3ra lüs quc obser.. van desde lejos esta clase de acontecimientos, llegar a? conocimiento de la verdad mirand'o las cosas al través ne
las sombras que la cubren. Para que ]a lIonorable Cámara pueda saber lo que hay de efectivo respecto de las elee-
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-cÎones que han tenido lugar últimamente en Cauquene5, voy á permitirme hacer la historia de ellas, suplicando álos ßeñorås Diputados se sirvan rectific31'1Ue si creen que incurro en algún errOr. El primer acto de las elecciones de este departamento Luvo lugar en medio de una calma completa. á lo menos en '
apariencia. En el mes de octubre del año anterior, el Inten.dente de la provincia ,procedió, en conformidad á lo que manda la ley de eleccionea, á formar la lista de mayores
,contribuyentes. Esta lista lué rectificada por el primer Alealde de la Municipalidad, el señor don Leoncio Pica. C!Jandû llegó el tiîorncnto de' reunirse la junta :de mayores contribuyentes en lB. sala municipal, sucedió que 1051 contribuyentes 'lue traían su origen de la lista ['ectíficad. por el alcalde, encontraron que la sala estaba ocupada por los contribuyentes de la lista lormada por el 1 ntendente/oJos que no quisieron cederla á lo:; otros. TinTo entonces lugar un hecho lamentable y escandaloso: La fuerza 'pública intervino á favor de los señores miemhros; de la junta del lri'tendent?, y'con el,Jauxiliö de esta fueza expulsaron de la sala á loirotros, los "cuales se retiraron no sé ?i á una ca?a partícula!', y ahí practicl\r'uIl el nombramiento de las Esta ouestión vino:'? la Cámara de DÍputados,"'ÿ el séñor Ministro del Interior de a'lllelIa época. interpelado, declaró que el Alcalde había estado eJÌSll derecho. y dió una opinión favorable. fI' Los descontentos apelaron entonces á un arbitrio que es tan usual en CauC}IJenes COmo el de los cabalIazos y carcelázosen otros 11lgal'CS(recllrrieron á 100 sumarios.;.:;.: En la acusación de falsedades por haberse levantado una acta que contenía hechos sucintos, el JuezdeLetrascon fecha 14 de enero decretó la prisión de todos los Mayores Contribuyentes1 menOR la del Alcalùe, que era mièmbro de la Cámara de DipllLAdos. Se apeló á la Cámara y ésta previo el informe de su Comisiãnt dècretó eCdesafllero del -Diputado Pica. y se libró contra éstê. dee,'eto de prisión el 29 de noviembre. Los miembros de 'da J unta apelaron eorl fecha 23 de febrero,y laJ"Corte?de ApeJaeit\n revocó con '
mesas.,
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OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
fecha 7 de marzo el auto de prisión. La reyocatoria de, la Corte dice asi: '. <<Concepción, marzo 23 do 1876.-Vistos: Considerando: .=1.' 1.0 Que porla senlenCla de 6 <!?l cOrrIente, que se halla la""de t.a instanoia, la del 14 en copia á "fojas 65, revocando 28' de enero y corriente á fojas vuelta, se declaró en est,a Corte que no habla fundamento para formar proceso contra 108 aeusadoB por uO haber ninguna prueba tlel delito de falBCdad que Bel'vía de baBe á la querella criminal y se ordenó cn consecuencia la inmediata libertad de aquóllos; <<2.0 Que esta declaración importa el sob{?ésejmiento Bn
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el proceso iniciado por falta
de cuerpo de deliLo, sin 10 (mal
no puede procesi:U'se legalmente contra ninguna determinada persona; (,3P",.Que siendo común esta" circuÚstancia 'á todas las .? personas q?B 8e decían autore::. del hecho deuunciado1 á todas ellas';debe aprovechar, comprendiendo también á las el que no entablaron la apelaoión. én cu?'o caso se halla
??,
señor Leoncio Pica; <<4.0 Que por e?ta razón el auto de 29 de febrero, corricn? te á fs. 58 vuelta', en que se decretó individualmente la prisión de éste, quedó de hecho comprendido en la revocación pronunciada por esta Corte ell la enunciada sentencia del día 6, y el que, uuevainentc Be ha dictado el dla 9 en vrimera instancia, mandando ejecutar eSa prisión, no se funda en ningÚn dato probatoriu que pueda agregar nuevo mérito al proceso. <<Por estos fundamentos y eOIl arreglo á l(j dispuesto en la" leyeB 21 título 22 y 5.0 tíLulo 23 partida 3." Be revoca la providencia mencionada de 9 del rJ.1îërige, corriente a fs. 70 vuelta, y se declara que no habiendo cuerpo de delito ni mérito para proceso! el señor don Leoncio Pica debe quedar en el pleno goce de 811 libertad, sin la instrucción 77 vuelta,-Devuélqne eBtablccc el arto 14 corrieote á fB. del Juez vaso, y sin perjuicio, trascríbase esta sentencia de 1.a instanda para su irun?'diato cumplimiento cumo se ha pedido en eBtrados.-Río.-A.I'torga,-Sanh'?eza.?Soto., -Pronunciadtl por la lltma. Corte, Pedro L. Verdugo. ?
ItRRÁZURIZ
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ßlßLlOTRCA DE ESCRITORES DE CHILE: ",'
.Estáconforme, Cauquénes, mayo 5 de 1876.-ilfQlmel Palacius, V.o B.o Varas. ., Esta sentencia absolutorio de la Corte fué notificada á los interesados el () de marzo; pero ya el dia 8 el Intendente tenia conocimiento de ella, pues exi5ten en )08 anLe? cedenteB que la Cámara ha tenido sobre la -mesa de su Secretaría, una nota del Intendente de la provincia en la c?íal pregunta el Juez Letrado cuáles son los individuos que han apelado del auto de prisión y que se hallan favorecidos por la sentencia de segunda instancia. El Juez orde? nó dar la copia, y se pasó al Intendente una lista de eSOS inùividuos, en la cual no figura el Alcalde. Cuando lJegó el mes de marzo, día en que el Alcalde debia rectificar la lista de coutl'ibuyentes, el Intendente qUl'o pasar BU lista al segundo Alcalde. Este no reconociendo, la legalidad del acto, se negó y lo mismo hizo el .
t.ercero. Por su parte el señor Pica publicó el 10 de ,narzo la lista del Intendente rectificada, é incluyendo los'nombres de todos aquellos Mayores Contribuyentes, que habían gido ? ahsueUoscon fecha 7 de mar'zo1 Y notificados el 9. Aquí tipne la Cámara dos Junta? de Ma?70l'es Contril:,uyentes, una del IntenùeJíte y otra la del Alcalde. Ambas funcionaron, la primfl!J:aen la salo. muÌÍicipal y la segunda
en la plaza pÚblica. Amhas juntas eligicl:on mo.<;ru; recep. torasflas ouales se instalaron el 26 de marzo, y en las U08se verificó la elección. En las mesas patrocir:tadaH por el Intendente. la eleeción 8e hi7.0 con regularidàd. En las mesas naciùa? de l? otra junta se asegura que hubo deBórde? nes y pêrsecuoiones de la fuerza pública. Debo hacer presente á la Honorable Cámal'f' que en los antecedentes que tengo â la mano no hay constancia de
inclino á creer que )a, intervención de la fuerza pública produciría realmento esas perturba-
esos desórdenes; pero me
ciones. Las me?as nacidas de la Junta de Mayores Contribuyentes patrocinada por el Intendente, dieron por resultado la elección de los 8eí"ore" general d?n J08é Antonio Villa-
onRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
grán
y don Tadeo Reyes propietarios y don Federico
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Villa-
lobos, suplente. En las otras mesas los elegidos fueron: don Nemecio Vicuña y don Carlos Walker MartÍnez propietario, y don Gregorio A. Pinochet, suplente. '" Esta es, hccha?lo más sucintamente'''posiblc, la historia. de la elección: una dualidad producida por la intervención del Intendente en los actos electo,.ales. En presencia de' e:)tos antecedentes, que en el curso de la discusión tendté Opo1'tunidad de. exp1icar más cletalladamente á la C?:æ.aI'a1 en presencia de este cúmulo de procoSOS, de luchas y de aClIsaciones, la Honorable Comisión se pronuncia por la nulidad, per.o no simplemente por la nulidad del Último acto, sino por la nulidad de todos los actos elecLm'ales. En cuanto á lo que puede llamarse el primer aclo de las elecciones, la Comisión de elecciones scfunda para prOI),unciarsepor la nulidad: primero, en que el primer Alcalde no publicç, la li?ta de Mayorcfi Contribuyentes; segundo, cn que hizo inclusiones y exclusiones indebida6; y tercero, en que este mismo funcionario conservó en su poder cier?o en lIúmero de caJificaciones y dc" registros electol'ales ?J-'
hlam?o.
Hespecto del primer puntc, esto ?s, que el Alcaldo no pubHcó)a lista de Mayores Contribuyentes, parece que 105 HeilOI'eR Diputados que finnan el informe sobre las elecciones de Cauquéncs han sufridoßui1 equivocación. No puede decirse, en absoluto, que el Alcalde no publicó la Ji,ta de los Mayores Contribuyenles. La puhJicación se hiw 18 de oclubre, en La Actuolidad,de Cauquenes, con I'p.cha de y pOI' no hacer perder. tiempo å la Cámara no leo e.ste docu? >,
'"
ment.o que tengo en la mano. Es cierto que el alcalde no hizo la publicación en todos los diarios'del departament.o, como lo proviene la ley. Pero la Cámara debe tener pl:esenf.e que en Cauquenes no hay diario;:;, ?inu p:ublicacioncs periódicas que salen â luz con bastante irregularidad, y no consta que touas ellas apareciesen:en los lIias en que debió hacerse la publicación de las
listas.
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la'J::! Por otl'(t parte, hay una circunstancia que hizo valer Comisión de ústa Cámara que informó cuando su' tratabà establecidò'< este del desafuero del seÌLOr Pica. La ley ha diariqs do la localiprecepto de la puhlicación en todos los cuni-plidad, sin atrihuirle gran importancia, pucs?o que su especiaL miento no se halla garantido por una sanción penal El espiritu de la ley, al exigir esta publicación, ha sido sin duda, poner en conocimiento de los Mayores Contriliuyentes Y yo pregunto: 'lno es?á estas rectificaciones de !as Iis?as. conseguido este propósito de la ley con el hecho de haberse publieado la lista rectificada en uno de los periódicos de la localidad? lEs posible suponer que uno .ólo de los habitanlas rcctilìcaciones tes de Cauquencs ignorase de .esta sue??e ?.. publicadas por el Alcalde? l:'? En seguida, la Comisión que opil1a por la Dulîdad de el Alcalde hizo inclu.elecciones de Cauquencs sostiene que siones y exclusiones inuehidas. Registrando los diversos rnHteria, no documentos qne se han publicado sobre la '. encuentro unO solo en que conste este hecho. Lo que encuende esta Cámara encargada tro es el informe de la Comisión de opiuaJ' sobre ]a solicitud de desafuero contra e? señor Ttadio' que' Pica. Pero de cBte informe no puede deducir" positivos sobre los cuales pueda constan hechos ciertos y bmmrse una sentencia definitiva de la Cámaraa desåfuero de mi Es bien sabido que cuando se trata del miembro de esta Asamblea, no se investiga si jjFlos hechos que _pueden dar mérito al dcsafuerp Son exactos y veI'dade? ros; lo que la Cámara toma en cuenta para resolver un asunto de esta naturaleza es si eSQB hechos, en caso de sor efectivos, dan mérito suficiente para que la justicia ponga la mano sobr'c uno de nuestros Honorabli3í:ì coLegas; y jamás de levantar en este se ha llevado la cuestión hasta el? pun?o ?. ". reCtoto un sumano. En mi concepto, esta fué la manera de pensar de la Comi. sión de esta Cámara que opinó por el desafuero del señor Comisióri de esta Cámara á la Pica. I Ni como podía Ilegal' la conclusión de que el primer Alcalde señor Pica, había hecho inclusiones Ô exclus.iones indebidas en la lista de Mayores sobre la mateCöntribuyentes, si no hubo veI'dadei?o-''juicio I
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ria? EK claro que la Comisión opinó por el desafuero, te. niendo prc:;ente tan sólo que los hochos que ?e imputaban al señor Pica eran bastRnte graves para provocar la acción de la jm;ticia. En este sentido pidió su desafuero y en este misnlO sentido la Honorable Cámara ßC adhirió á el. y una ve,z que,dos adversarios del señor Pica pidieron y ohtuvieron Sl1 desafuero, lcree la Honomble Cámara que tan inocentes que dejaran de usar ue las faci1idades
fueran quese les concedía para procesarlo, si aque] hombre hubiera sido re.lmentc culpable? Sepa la Honorable Cámara que ni los-hìdivirluos que firmarou]asolicitl1d dcl desa. uno so] o de fuero contra el señor Pica á virtud ùe log hechos que se hicieron vale[' ant,e la Comisión, ni ningÚn otro entabló acusación contra este caballeta. Y la Cámara debe creer á la cabeza 11ue, tratándose de un individuo .que figuraba de la oposición el1 el departamento de Cauqnenes, si hubiera materia para procesarlo, el proceso se habría llevado adesiquiera, lo lante; y mientras', tanto, el prom'so nO se inició (lHO hacerle. IluO prueba q tiA no se tenía cargos serios á esta De manera, señor, que los que vinieron á pedir Cámara el desaruero del seÏior'Pica, ejecutaron una maniobra' de partido, sin el propósito de seguir un juicio criminal al contra el pretendido reo. Lu que querían era privar alcalde Pica de su autoridad, dejándolo inhabilitado para el ejercicio de Sil cargo, y desentenderse después 'de]a acusación.
el Alcalde Pero, señor, yo quiero todavía suponer ql.le de la señor Pica cometiera actos ilegales en la cons'titllción e} junta de Mayorcs Contribuyentes quc! segÚn tenor expre? el 80 ùe la ]CY1 tip.be ser;formada en el último término por priHII:Ú' Alcalde. lQué constancia tiene la Cåmara .de que e8as ir'regularidades fueran sufic.icnte,,, para viciar pOI' coro.. pleLo}a formación de IOi?:registros? ,No se sabe que en casi to'das la8 elecciones practicadas .ÚlLimamente en]a Repúpresentado he-chos de blicR) en Santiago misJTlo! se hall'. á esta misma naturaleza? lAcaso nO se ha excluido muchos é indebidamente de la lista de Mayores Contrib\lyentes inscrito á otros tantos contra la disposición de la ley? No sé entoTlces por qué habria de ser Cauquenes una
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excepción, ahora que se trata de practical' nuevamente la elección.lNo comprenden los señores Diputados que con el procedimiento que 88 indica iríamos, sin motivo suficiente, á
abrir la puezta á nuevas é intemperanLes agitaciones en el departamento tal vez más explosivo de la República? Antes de pasar' adelante, voy á ocupal'me, aunque muy someramentel de una circunstancia á quc se da nnwho valor
en el informe de (a Honorable Comisión. Se aCUSa al alcalde señor Pica de h<lberse negado á entregar al IlIlenùenl? las calincaciones y registros en blanco sobrantes despuós de la formación de lós registros,
En primer lugar. los señores Diputados deben ?eneI' pre. sente que el [ntendente no ha podido reclamar la entrega de esas calincacione? y de esos registros en blanco, porque la ley ha dejado enLender que es el primer Alcalde do la Municipalidad quien debe recuger esos papeles y n6 la Intendencia en nombre de la Ivfunicipalidáu; y en segundo Jugar, que hay dualidad respecto de las elecciones municipales; respecto de la cual, el Gobierno no Se ha pronutJciado toda? via. Y como se sahe, el señor Pica, primer Alcalde de ?la Municipalidad anterior, lo es de la que él considera legítima y pór eon?iguie:lte, puede decirse que se ha recihido legítimamente de las pi?zas en cuestión. ?1 Señor Presidente, quiero prescindir un instante de todo este aspecto de la cuestiÚn y conceder cuanto se quiera en materÌa de irregularidades cometidas por el prÜnel' Alcalde de Cnuquenes desde los primeros actos de la elección. A pesar de ello, no podrla la Honurahle Cámara acceder á la pretensión de mandar renovar los registr'o8 electorales del departamento de Cauquenes, y esto pOI' ditìeuIt,ades constitucionales de muy seria natura.leza. Los artículos 18 y 9.0 do]a lHY e]ectoral, 8e expresan así: .Art. 18. L. calificación es pacto personal, y sólo podrá hacerla la juntá cuanùo compareciere ante ella y por sí el individuo qu.e Pl'etenda -h?scrîbirse. Art. 9,0 El Goberl\8dor departamental remitirá el 25 dc octubre, al que haya p..esidido la junta de contribuyentes, para que ésta remita á cada junta 'calificadora, con la debida anticipación.. .
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OBRA:-;
DE rSlDORO ERRÁZURIZ
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El número"de boletos de calificación que se estime neceíìHI'io, en conformidad al arto 25 de esta Icy.?? Por Sil parte, el artículo 80 dice lo que voy á leer: <<Art. 80. Cua.ndo se declare nula. una elección, se procederá '"' hacerla"de nuevo ?r.ntr'ode los treinta días,,:,c.ontados desde la fecha en que la Cámara participare su acuerdo al Presidente de la República. La nueva elección se hará sólo por el número de candidatos, ?especto de los cuales se hubiere declarado la nu. 6.
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lidad.', todo, Con
si á pesar de
la nulidad de la elección de Se.
nadores hecha por un departamcntÛ'j quedaren IOB H8nadoros electos por una mayoría absoluta de 108 Bufl'agios emitidos en ell'esto de la" provincia, no se vctificará nueva elcceión.>>"
Como ven uiÍs Honorables colegas, las disposiciones de la Constitución, n08 ordenan atcnernos á las prescripciones de la ley electoral en el caso que nos encontramos; ,Yo .no veo cómo podríamos confol'm<lrnos con el mandato del artículo 80. que dispone que la repetición de la elección se haga en los treinta días, contados desde que el acuerdo de la Cámara haya sido comunicado al Presidente de la Hepública. N o sé qué haríamos para que los electores, según lo ordena la Constitución, e?tuvieran tres meses antes de la elección en posesión de sus boletos de ealiHcacjón. ?Cómo podrían caber estos tres meses en 105 treinta días de plazo irnproI'J'og4blc del artículo 80 á que debemos ajustarnosí' Ademá!:ì? siempre que se ha tratado de -I'epetir una elección, se han dejado lo? registros intactos; nadie se ha atrevido á tocados. Y esto, porque la dificultad constituci<?ual se ha pre8cntado siemIJre á la mente de los lcgis]ad?I'es. Tomando, pues, en cOllfjjderación que no está probado ni existe documento alguno que manifieste que el Alcalde de Piea cumetiera irregularidades, al hacer la rectificación d? la IÜ?ta formada por el Intendentc, ni consta tampoco que esas iJ'I'egularidades, en caso de ser efectivas, hubieran influído e11 el resuJtad() de la elección, soy de opinión de qne la H onol'able, Cáma?a debe dejar subsistentes los registros electorales que sirvieron'para las últimas elecciones.
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Tal vez algunos señores Diputados abrigarán ell<>mor de
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que estos registros estén viciados-' á causa de que siendo dos mi1 y tantos los calitìcados, votaron, sin embargo, tres mil y tantos; pero este mal tiene un remedio muy sencillo; para h?cer desapareccr el inconvenient.e, bastaria no aceptar las calificaciones falsas, poniendo á 10B que se presentaI'e.n con ellas" la"disposición de la justicia. Ahora por lo 'Iup"hace al exceso de votOR que apareció en eHta elección, se, puelle explicar, ya por haher sul/'agado m uchos de los calificados en las mcs?!!?de amhos partidos, ó porque, fueron ('.oh?chados, ó por ðtros motivos. Pero lo que hay de inaudito en este asunto es la pretensión dcllntendente de inhabilitar al primer Alcalde, no al,," tante el m?Jldato tie la ]eYi puesésta dice quP. la Única aut9ridad que puede declarar si. un Alcalde es inhábil ó nó para. de,sempeñar sus funciones, es la MlInicipl:l]idad. Para eonseguir su objeto el Intendente tomó por fuuda: mento que el señor Pica no habia apelado tlel aulo de 14 de enerò, y ademá? que la sente.ncja absolutoria expedida por]a Corte ,le Concepción no podia aprovecharle al alcalde de Pica, porq,{e no ]0 designaba. Ahora'''bien, la Cámura recordará por ]0 lectura que dí de la senteucia de la Corte de Cbncepción,qne este tribunal ahsolvi() H. los acusados diciendo que no hahía materia de uelito,por consiguiente del hecho de no haber upcJado el señor Pica, nO podia deducil',e que este caballero no habia sido absuelto, puesto que al señor Pica se le procesó pOI' el rnismo delito po?quefuerqD acusados 108 que apelaron, los cuales salieron absueltos. Siendo aSl, es claro que 11l sentenoia absolutoria de la Corte le aprovechaba también al señor Pica. La .entencia absolutorio de la Corte de Concepción fué n?tificada Q,los interesados el 9 de marzo, peru de øl1a tenía conocimiento' el Intendente el día anterior', pues tomando en este negocio una ingerencia que no corresponde. (UrigiÚ con esa ftlcha una nota al juez del crimenpreguntándoJfl quienes habían apelado del auto de prisiÓn de 14 de enero y à quiénes favorecía la sentencia de la Corte de Concepción. El juez le pasÓ una lista de esas 'personas, y viendo el Intendente que el señor Pica nO habja apelado, dedujo, como
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he dicho (jutes, que al Alcalde no lé apl'Ovechaba la sen-
tencia, La listà del Intendente rectificada por el primer Alcalde fué publicada el 10 do marzo, el dia siguiente de la notifi. caciÓlh.de la sentencia absolutoria dw, la Corte de ConcepciÓn. :
Pero aún suponiendo que la circunSLallcia de HO haber apelado el señor Pica fuese ?n motivo para que no le aproveehase la 'senLënèia ab.?olllt"orjHde la Corte, siempre queda en pie la habilid?d del]irirner, Alcalde Pica para rectificar la lista de Mayorés Contrihuyentes formada por el lutendente? pOl'que lA. única autoridad que puede conocer si un Alca1de está habilitado ó nó, es]a Municipalidad, Yo comprendo que en el caso de QlIillota pudiera baher duda sohr'e la habilidad dol primer Alcalde para ejecutar los acto? electoraJes que la ley leencomienda7 porque fué la :\funicipalidad quien S(? pronunciÓ en ese negocio; pero ún el caso de Cauquénes no ha sucedido así; eS el Intendente quien Re arrogó la facultad de inhabiliLar al primer Alcalde por medio de uu simple decreto: esto es IIlUY grave señor President.e. Los apelantes de! auto dé prisión de 14 de enel'O, eran todos :\'1ayorcs Contribuyentes, y á pesar de esto, ninguno de e;;tos mayores CunlI'ibuyentc? figurÓ un la ]jsLa que puhlicó el Intendente y que no rectificaron ni el segundo ni el tercer Alcalde, De mod? qne p.sla lista) que pecaba ya por Sil origen) pecaba también por vidos evillente? en su fondo, Nadie negaba que los miembros de la j unta primitiva debían formal' llarte de ella; y sin embargo, no formaron parte; y este es Un vicio de hecho que envuelve la nulidad detodos los p,'ocedirnientos de la elección, Ahora bien, examinemos -la elección por otro lado. Reconoeida la habilidad perfee!'a con que procedió el primer -Alcalde, la elección practicada por II:)? rnesas'Teceptoras, elegidas por la junla legitima de Mayores Contribuyentes, adquiere nna I'egu]aridad en forma entera, incuestionable, pOl'qne la li9La Jué rectificada en uso de un perfecto derecho, y mesas I'ceeptoras recibieron }oSl?$ufragios. AdemásJ no
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consta que tuvieran lugar perturbaciones serias que nOS obligasen á pronunciar la nulidad de üsa ülección. Hace kes meses, señor Presidente, este habría 8ido el pLinto de vista en que me ]llIbie,'a colocado. Me habria apro' vcchado de la auseneia de todo vieio aparente para pedir á ]a Cámara quc validase Ics poderes de los diputados' elegidos por sus electores; y lo hobrio hecho COmO la protesta seI'Ía y enérgica de la conciencia de esta Cámara con?ra In intervendón de 108 agentes de la autoridade!:ladniinÜ,trativa, que 5? imaginan que pueden todavia hàcer y deshacer en materia de elecciones. Lo habría pedido cOmO una cOn? denación de la corruptela inaceptable, que consiste en admitir que un miembro de 1ft auloridad administrativa puede suje(,a'I'en los umbrales de esta CHmara á un Dipulado elegido por UII pueblo, Pero afortunadamente, hemos andado algún camino, La-majestad de las leyes, que no supimos ni pudimos manlener ínlegl'a el 26 ùe marzo, se ha l'esLablecido en toda Sil integridad â consecmmoia deh.:funcionamiento de leyM y de lógica en eontra. de las cuales son impotentefi Jos esfuerzos violento" Lo que los hombres no pudieron hacer entonces, lo ha podido ahora la lógica; y después de meses
de dolorosa impresión respecto de lo que hay que aguardar para el ,restablecimiento de la legalidad, nos encontramos en situación do administrar la justicia electoral de l1n modo más equitativo. En esta virtud, yo, que ahora tres meses habría pedido la validez ùe los.'poùeres 7 me asocio á la Comisión ue Elecciones y pido con ella que se declare nula la elección practicada. Por otra parte,scñor, esos mismos actos de intervención violenta de la autoridad, que en situaciones extren13S habrían sido para la Cámara un motivo para declarar la validez de los poderes de las mesas legítimas, en situacioncs tranquilas como la actual, son motivos para declarar lA nulidad, lObró mal el InteÌ1dente? La Honorable Cámara conoce demasiado hien su deber respeeto de los funciona? rios públicos que qÜebrantan la ley.Ellntendeut.e de 1\1au1e ohró usurpando atribuciones que la ley no le confiere, toma.1. do carácter de beligerante en' la lucha electora1, ocupando I
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con fuerza armada, el11 de marzo, la sala municipal é inipi. diendo que entrasen á ella los miembros de la lista de Mayores Contribuyentes rectificada por el Alcalde, ocupando el 31 de marzu, con fuerza a.rmada la sala municipal, y dando instrucciones al comandante de policía para que dejase eIl? trar á tales ô á cuales miembros de la junta, incluso ViIlalobos. No sólo desLituyealcaldes sino también los nombra, puesto que VillaJobos no era más que regidor. Respecto de la pregnnta séptima, que dice: (Leyá). Contesta afirmativamerlLe. Me b"àsta Hamar sobre ßí;tò ]a atención de la lIonorableCárnara. En seguÌda, según se afirma,' la fuerza armada se ocupó en perseguir á las mesa? legales y de impedir' la l'ecepcÎón de lus sufragios, lo cual ocasionó, como era nat;ural, graves
perturbaciones, Es? indudable que se cometieron graves irregularidades en las elecciones de marzo y, pOI' mi parte, estoy de acuerdo con la Comisión informante, á' este res.. peeto, ùetal suerte que no vacilaría en juntar mi voto al de lo!:) señores de la Comisión para pedir la nulidad de esas eleccion88. La única divergencia que nos separa en la manera de apreciar las COSRSj 8S que yo pido á la Cámara que mande sólo renovar las elecdones, como siemp['e'.?seha he. ellO, al paso que la Comisión pretende además que,se renue,. ven los registros. Como he dicho antes, ,el departamento de Cauquenes, en donde el espíritu pÚblic.o está siempr'e eIl actividad, es muy IácH de ser excitado, y con la medida que propone la. ComÌsión, vamos á abrir la puerta á una excitación política que durará muchús meS88J sin que haya IIn gran interés que nos rnueva á provocar Hemejantc situación; y YOo'creo"qlle la Cámara no obraría cucl'damente manteniendo por tanto Liempo cn una de las pl'Ovincias'de Chile un roco depasiones y de intcreses encoutrado?. En conseouencia, me pel'mitu prescntar á la,deIilJer'ación y aprobación do la Cámara el siguient.e proyer:to de acuerdo: '<Artículo único. Oficieso al Presidente de la República que ha llegado el caso de proceder á mìèva elección de Diputados en el departamento de Cauquenes.
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de tres Diputado? se traslad.ará upor. tunamente con el objeto de presendar la elección y de informar á la Cámara acerca de ]a regularidad de ese
Una' comisión
aeto>>.
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He entrado, señol' Presidente,. á este debate, impulsado no sólù por motivos qne autorizan á todo miernbro de la Cámara para tomar parte en las discusiones de lòs asnnt.og sometidos å Su deliberación,'\!' sinn principalment.e por dos graves consideraciunes: en Plijmer lugar, porque conozco el depal'Lamento de C-allquencs y me encue-ntro ligado por una deuda rle gratitud á muchos de sus más distinguidos hijos, los cuales han gastaùo cow ùl:que habla, en épocas azarosas y difíciles un caudal de simpat!as y rle lealtarl, deuda que debo de paga" en parte, oponiendo mi palabra á las opinionef1 ùesfavorables que atrjbuyen?' á defecto vituperable"dt? carácter]o que..-110 es más que la viveza de la pasjún política. en BUS más not.ables manife8taciones. I En segundo lugar he entrado al debate porque creO que es memJster que poco á poco se vayan mirando con calma las graves cum?tiones que hay en el ?fondo de e8te impor? tante debate, no para servirme de ellas como armas de partido, sino como de una lecciÓn provecho?a para lo? qne ayer no más eBtaban arriba y para 108 que hoy se aDcnen... tran abajo, Creo que todo trabajo reformista debe partir del respeto profunrlo de la legalidad. La legalidad es la base del edificio social: si ella vacila bajo IJuesLl'ofl pies, nos expáÍÌemos á que se derrumben }JUI' completo mÎestras instituciones. Desgraciadamente algunos grupOR liberales han creído flue era conveniente herir la legalidad, teniendo en cuenta, ante todo, el interés de partido, Como se ha vi8to que lus que defendían antes con calor las leyes se han at,'incherado después tras ele eUas para arrojar proyectile8 al campo enernjgo, el- desaliento ha herido muchos corazones. IIago votos sinceros, señor Presi. dente, por que el pais recobre de una vez sUI:.estado nOl'mal?.y por que desaparezca este sistemaá la espailOla de?fraccionamientos l'olítjcOI3, á fin de que sean, conlO ante.s, sÓlo dos grandes parlidos los que se di?putP.n el triunfoj a.síestos '
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no se harían una guerra de extertione minio, como que suceder con las pefJueñas agrupaciones, sino que se combatirán con respeto dentro de la órbita legal, vigilando los intereses del pals en los dos polos de sus ideas cansel'vadoras y el polo de laR ideas pl'ogre-
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La Ley de Cementerios SESiÓN DE 2-1 DE OCTUBRE DE
1877
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El señor Errúzuriz (dar.. Isidoro}.-Señor Presidente: he tenido la oportunidad de seguir con atención esta importante cuestión de ccmentcrios? al través de las medidas legi.laliva. y gubernalivas dict.adas y dc la"aplicación que éstas han tomado durante es?os úlLimo8 tiempos, y mediante esa atención he llegado á convûncerme plenantente de que los principios de civiliza.ción y de humanidad han encontrado siempre perfecta ap1icación en nuestro país. Creo, al mismo tiempo1 que solamente falta á]a materia compaginación y hacer la paz entre las pasiunes y las opiniones que lucharon durante lanto tiempo al horde de las .
tumbas. Por eso he experimentado un profundo asombro al oír á algunos de IOR.Honorables Diputados que se sientan á mi dere.cha1 dar' á esta última cuestiÓn la importancia do una tentaliva espoliatoria de los derechos de la Iglesia y de 7'SllS pr'opieùades; como una novedad alarmante para las creencias de una parte del país, hasta como un I)eHgro para la .
estabilidad de nuestras insLituciones, La Ilonorahle Cámara ha oído ql1e en el curso del debate, 8e ban hecho las siguientes apreciaciones: el -Honorahle Diputado por Santiago, señor Fabres? en la sesión del 2 de agosto calit1caba la ley que discutimos como ley tiránic8) odiosa, y agregaba: <.La secularizùción de los cementerios es una doctrjna tan "
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monstruosa y absurda para el criterio universal como la negación de Dios?. Arrebatado por su celo, la califieaba en 5ieguida como un verdadero desacato: <<y digo que es u n desacato, continllaha, porque eno im108 porta una guerra constante, porque todos católicos nos. creíamos con el derecho de resistirlo á la fuerza. Tendría la autoridad que dar 'una bata]]a para enterrar cada muerto' Si n duda,]a fuerza podría hacerlo, pues con meter á la cárcel ti !i!ml adversarios, estaI'Ía todo concluido>>. En la sesión de 30 de agosto, el Honorable Dipntado por 11lapel uos hacía el siguiente anunciu, para el caso de aprohal'58 el1JI'oyecto en debate; TlI <<Los católicos se verían obligados á e!-lcogel' entre unn de los términos de esta dura alternativa-ó perder sus derechos adquirjdos y las fuertes sumas invert,jùas en sepulcros, ó violar los preceptos de su rcligión?. .Por su parle el: Honorable Diputado por Curicó ha atri??; buldo á la cuestión la jmportancia de una lueha entre la fé y el libre pensanÛento, enfre el materialismo y el espiritnalism()
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cristiano. El Honorahle Diputado por Vichuquón, con mirada prorétiúC!1 nos anunciaba del la aprobación que proyecto en debate traería por consecuenda un cataclismo :;òocial, y Uegaba hasta anunciar la naturaleza del próximo cataelisffio sociaL Según Su Señoría, efite país se encuentra condenado á perecer ahogado BJJ el diluvio de la incredulidad. Su Señoría prcvë para Chile tiempos y horrores análogos á 108 que entristecieron y enlutaroula Francia en 1793. Sin ombargo, dh:e: ?Aqui, al rcvés de lo que allá sucedió, los restos venerandos de nUB8Ü'uS antepasados no gervirán de entretenimiento .á las turbas mál:! degradadas del género IlUmaw::'1 ni serán demolidoR "en tres días lOA grandiosos 1ll011UmentoB de Y siglos. si llUmer080S yo me engañara, señor Presidente, ysi el paganismo moderno hubiera operado en Chile una transformación- radical, las consecuencias caerán sobre los que buscan título:; de vanidad ó de odio? títulos que pueden
ir escritos con sangre chilena,\)
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CHILE.
Finalmente, se ha atribuido IÍ la cuestión una inlluencia perturbadora en la situación política del dia y en sus conseoído que ella ha .cuencia?. En esta misma sesión hemos p,'oducido la salida de un Ministro importaote del Gabinete, de que los y por otro lado llega á nuestros oídos la amenaza oonlliotos de la Haoienda Públioa no serán salvados sioc con la condición de que la mayoria de esta Cámara saorifique resigne á pÒ:iLergAl' hasta las BUB ideas y aspiraciollei; y Be Calendas griegas el proyecto que hoy discutimos. Señor, no sé si me sería pormitido preguntar hasta qué os la que ha punto es cierto que la cuestión de cedtenterios producido la ,crisis actual, ó si en ello ha influido, en reali"de la dad, el mal éxito de la aplicación de eiêrtos reactivos antigua ciencia. en el ramo de la Hacienda Pública: creo impropio entrar á averiguado en "estos momentos,,,y en .
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acom-paÌla-ausencia de los caballeros que? hace pocos días ? ban á S. E. en el Gabinete, 1-Respecto de 10 segundo, esto es, de la influencfâ. que la marcha y el de.enlace del 'presente debate puede tener en la solución de las dificultades de la Hacienda, considero r'e-constituir'l'el personal del Goque lo Único decoroso, al bierno, no sería avetiguar qué eS lo que piensan los dispen.sadores del crédito, los acreedores del Estado, sino que es lo que piensa y lo que quiere la mayoría del Congréso que es ahora y que será, mientras nO haya mejores pruebas en :'.: -contl'ario, la opinión de la mayoría del país. Son tantas las malezas y lento:; los. abrojos que han brotacto al rededor de esta cuestión de cementerios, que ba llegado ya á perde!'se dé vista los verdaderos términos del debate y se ha hecho materia de quejas y scnBacionas amargas el procedimiento mismo seguido por la Honorabie Cá-
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mara. Los HonOl'ablas Diputados conservadores han""'denundado corno un abuso chocante de la fuerza del número la pretensión de la mayoI'Ía á imponer, en el segundo año de á sesiones de este Congreso, un asunto que es desagr?dable la minoría, de suerte que no solamente será tirãnico' y espoliador el proyecto, sino también la manera como se le ha ?
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'traido al debate yel mero hecho de someter á la consideraciÓn de la Cámara.? Al través de toda la discuBión, ha circulado el gemido de las pretendidiC' víetimas'de la arbitrariedad de la mayoria, y tan penetl'ad05 han estado los Honorables señores de la realid?d de esta situación, que han creido necesario imitará la heroíua de la .versión ingenioBa titulada las Mil y fUla no(?hes.
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Honorables colegas recuerdan quo había en el Oriente uni-:sullán que tenía la úruel costumbre ùe inmolar á sus novias cn:-Ia mañana siguiente á la noche de las bodas. Tocó una noche B11 turno de honra y peligro á la sultana hábil y discreta, y ésta para escapar á la snerte comÚn', .entretuvo al sultãn COIll1U precioso cuento, que tuvo cuidado de dejar interrumpido ?Il su pa.rte más interesante. Doseoso el 8uUán de conocer el deseIÙacc del cuent.o, perdonó por aquella vez la vida á la sultana, la oual conclnyó Sn cuento.å la noche siguiente y princÎpió otro que dejó también interrumpido. Y así, de hisloria cn histOl'ia, la narradora sultarJa iba mantenienuo la curiosidad del esposu hasta que llegó un día en que éste comprendió lo bárbaro de su conducta y perdonó dellnitivamente la vida á la discreL.a s ultana. :" Señor, lo úuieo que hay que deplor'.r es que los 1IonorabIes Diputados que, imitando á la discreta soltana, nos han favorecido con las Atil y una nochesi'-canónÙ:;as, no sÎernp1'u haYi:lJ1 tenido cue??os tan djverlidos como los de aquélla, Un Honorable Diputado .ha discurrido duranto una hora entCt3, soùre dcrecho de asilo entre los antiguos y los mo?ernos; el mismo Honorable Diputado, acompañado de una formidable hueste de diccionarios, ha empleado ouarenta y cinco minutos en aclarar el significado de una sola palabra, Un aficionado á la estadístioa ha formado, de los debates ., sin sobre esta cuestión de cementerior.;, el siguiente cuadro: contar con la sesión de hoy, sin tomar tampoco en cuenta todaB las discusiones do trámites y los incidenteB ad hoc, la 1\1is
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Cámara ha celebrado sobre el asunto ir. sesiones; de ellas corrcsponden 9 al señor Fabl'CS, casi excJusivamente. Rüùucido este dato á columnas del Diario Oficia.l, resulta que se han hablado sobre cementerios 54 metros de columna cerrada, y que el Honorable señ.or Fabres ha contribuído con más de la tercera parte á dejar en nuestro Bol,ctín de se.ttione.s esta hueHa imperecedera de.la clIesLión cementerios, la cual, convertido á renglón seguido. importa una ext,?nBión de 507 metros de composición. Es decir, que si abejas las que labricanlos panol.. de la elocuencia hubiedejado sen en los labios del Honorable Diputado una prue,ba material de su trabajo, como en Jm, de cierto santo Obispo de SevÜla, Su Seíioría habría podido rodear dos veces el recinto:dol Congreso con un hilo de miel canónica. 'Los Honorables Diputados que han ocupado de esta manera el tiempo destinado á la discusión del proyccto de ley de cementerios, creen que Je,basta decir que han hech() uso de su dorooho, y que han estado dentro de los límites del' Reglamento. ". Los Honorables Diputados dicen mucho muy poco, á y, un mismo tiern po, cuando se acuerdan bien de las facultades parlamentarias. En realidad 01 derecho del Diputado no tiene' más límites que 105 quela discresión le impone y 801am"cnte cesa. en donde comienza el derecho de la Cámara, í. Es indudable que no solamente un partido histórico? no solamente un partido que pueùe traer á este recinto la vozdel respetable jefe de la Iglesia chilena se encontraria en aptitud de embat;azar la..acción legislativa: dos travieso" podrian quitarnos. no ya catorce sesiones, sino toùas lag. sesiones diurnas 'y nocturnas del período legislativo, con sólo alteI'Ilar"e "nla lectura do los libros que"" les antojase traer y compulsar. Pero, aqui eg del caso pregunLar: ,!y es esto lo que aconseja el dBher á los miembros de un Con. groso, lo que su mandato les impone, lo que les ordena el patriotismo? Cuando una minoría se encuentra vencida. por los votos del partido enemigo lobra correctamente colocándose tras.
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de la triste trinchera de las argncias de las cuestiones previas y de Jos trámites de Reglamento? ?A dónde iría ã parar entonces elrégimen constitucional y parlamentario de nuestro pais? IQué euenta podría dar á las generaciones futuras, si en ve? de zanjar las grandes cuestiones que siempre hem5limilevantado Cn alto como las enseñas que nos dividen, nos enredáramos en miserables asuntos de chieana, y Ri la minoría se creyera autorizada para embarazar el ejCl'cicio del (ierecho indisputable que asiste á la ,mayoría para imponer !1l1 voluntad y sus "
ideas?
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La Honorable Cámara verá,
pn8s1 que si en eBt.e asunto averiguarse toda vía si e8as víctimas
hay victhnas, está por Son lus Honorables Diputados conservadores, ô si ]0 somos má.s bien los que hemos estado días y semanas gimiendo bajo el peso de los comentadores rlf!l Ritual ROTn{lno y de todo el arsenal literario del Honorable Diputado por ?'I :, Santiago. ? Vulviendo á las opiniones expresadas por algnnos señores Diputados sobre la importancia de la cuestión de cementerios y sobre su oportunidad, me atrevo á. preguntar: les esta acaso una cuestión aislada! una cuestión nueva? ?Acaso eno no forma paI'te de una serie de cuestiones que- vienenl'eelamando una solución de muchos años atrás? GAC3S0 la cuestión de cementerios no es una parto de la gran obra del parLido liberal que consistH.cn borrar de nuestra legislación las diferencia,,; nacidas de la diversidad de las creencias religiosas, y el se]lo que las pasiones de secta le han impre80 durante Ûglos? Me atreviera á pT'eguntaF más todavia: ?esta cuestión puesta Á IR OJ'den del dia por el partido (,lue es mayoría en esta Cámara, es por velltllra una cuestión tÍ'aida ex abrupto, IInA. cuestión lam?ada como una antorcha incendiaria sobre el Lecho de totora, bajo el èual dUetl'?:len su inquieto sueño, .' las almas timoratas y asustadizas? No;,<señor, estas cue?tiolle8 Ilamâda!; teo]ógicas son tan antiguas como nuestra civilizacióu, y me atrevo á asegurar qUf!1 durante loi". treinta ÚHimos añus, han sido puestas á ?-
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la orden del día y zanjadas en parte por el mísmo parLido conservador. La primera illedida legislativa que rccayó después de la independencia sobre egLas materias, y con el objeto de rcivindicar contra la tendencia sectaria, el principio de la igualdad, lué la ley que el partido conservador, dictó en 1845 BObre matrimonios de disidentes. A ésta sigui" la de 1855 sobre cl'eac.ión del cementerio protestante en esta ciudad. Y en 1865, lormando los' conservadores,"parte del Gobierno, se promulgó la ley interpreLativa que'esLableció la libertad de cultos. Por úllimo, durante el :Miniswrio con?ervadol' del señor Ciíuentes se llevó á cabo la aholición dbl fuero eclesiástico, se estableció el excelente fll'1'cglo sobro matrimonio entre los no católicos y se dictó las dÜ?posiciones que están hoy en vigor en materia do cementerios. Estas cuestiones no son hijas del capricho, ni del deseo de lnol'tificar á nadie en su crcencia. Tienen antjguas y hondas raíces en el suelo nacional; á ellas debe Su origen la actual divi::;ión de partidos en el país, y por 8S0! en vez de ren9gar y huÍl' de ellas, está el interés y es deber de todoB, tanto de lo? de la derecha como de los de la izquierda-acept8rlas y acenLuarlas, á fin de que la maleza de] personalismo no cunda y acabe por levantarse entre hombre y homhre, entre grupo y grupo, hasta conc1l1ir por bacernos bajar del pUl.'sto que ocupamo:s entre ?as naciones sud-am?rjcanas. .
Las cuestiones teológicas promovidas ha.sta hoy en el país son de dos c1ases. Las unas, que prodría llamarse reformas platónicas, ticrien g?l' objeto amparar el derecho de un pequeño número de personas y sal val' aute el extranjero, el prestijio de nuestra. civilización: tal es, por ejemplo, la libertad de cultos. Respecto de estas reformas, la mayoría de los chil?nos.
la mano en ùl corazón, pue?e decir que al aceptarlas no han hecho más que rendir acatamiento á los principios
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de humanidad y libertad subre que descansa la sociedad moderna, sin que á ello les haya movido la necesidad de buscar amparo para el derecho propio. ijNo sucede lo mìsmo cOn las cue:-;tiones teológicas de la
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segunda categoría, como la- de cementerios. EsLas interesan :\ los habitantes de Chile sin distinción de nacionalidad, ó creencia, caraetel' condicÍones exteriorel:l de existencia. Así, todos estamos perfectamente seguros de que no necesitaremos recurrir â la loy para que nos abra las puert.as de nuestro templo; pero tquién de nosotros podría decir que el desenlace de la cuestión de ceJ,TIenterios no :le afectará en el porvenir de alguna manera? Y no digo esto por 10 flue toca á nuestros tdstes' reRtos, á que la ,tierra ofrecerá siempro albergue y repos o, sino refiriéndornû á la tranquilidad yal respeto de los hogares á la memoria de. los seres queridos, â la hOTIJ'3 de los nmertos, que se halla más expuesta que sus cenizas á la exhumación y H la profanaciÓn. jl Por C80 la cuestión de cemcnterios ha existido en el pl!íg desde que Chile es nación. La Honorable Cámara sobe que dl1ral1te la época colonial los ricos eran enterrados en las Íslesias; á los restos de IOH pobres se les daba sepultación en el depósito de la Caridad, á donde iba á rematar el obscuro é incesante raudal del Hospital de San Juan de Dios", y en donde, además, se recogían los cadáveres de .los pobres.del barrio.l.PrJSteriormente'i,se fundó un segundo cementerio para los pobres â inmcd18ciones del lugaI' en donde la Acequia Grande coha en el dia la cälledc San Francisco. Alfollso el Sabio se ha encargado de consignar en una ley de Partidas, la razón de la'preferéncia de los ricos por las iglesias y los cementerioH á anexos ellas. Hasta IDuyentrado el siglo presente reinaba entre nu e?tros anLepasados, así como reinan entre 105 contempOl'áneOM otras preocnpa. cionos idégticas, la idea que diablo tenia ac_ce5o á los el. cadáveres.que lojos eran sepultaùos de los te'tnplos. De aquí venía que lus que podían proporcionarse el amparo que estos brindaban, no dejaban jamás de hacerlo y que era entonces tan importante ser enterrado en un templo como es hoy ser enterrado en sagrado. ,Esta fué la pl'irn'era cu-estión cementerios. Intervení?n_, en ella un privilegio aristocrático y una preocupación rcli?giosa. El miedo á las asechanzas del diablo contra los cadáveres decidia á los ricos á buscar el amparo de los Lcmp!o"s .
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vellDs disfrutaban oxclusivamento do 1Ds beneficiDs del ?ntierro religioso. En camùio,los cementerios de los pobres
eran comunes y laicos: en ellos se daba sepultura indistintamente á los cadávere? de herejes é impenitentes, de duelifõ)tas y suicidas, de pecadores eon?lletlldinarios y párvulos no bautizados; en nna palabra, á todas ]as categorías de proscritDs del Derecho. Canónico.. No. me atrevería á sDstener si esos cementerios fueron ó nó bendecidos; perol si' lo fueron alguna v'èí:, lo violó temprano la scpultación de los cadáveres que !H'oduee,segÚn las preocupaciones de la iglpsia) eSe efecto. y 00 hubo ni pudo tener lugar la reconciliación que dovuolvo å lDS cementerio.s vio.ladDs l. virtud proventiva de la bendición. He ahí, pues, 108 primeros cementerios laicos rle ChHe, he ahí la cuesLiÚIl que hoy nhg ocupa planteada en el país hace do? siglos:eon caracteres muy semejantes á los que reviste -
!
en 01 día. La ley españo.la de 1804, que puso término. á l. cuestión suprimiendo. el privilegio. de lDS rioó" yeRtab]eciondD c.ementerio8 comunes, no fué aplicada en Chile; los propósitos humanos del monarca 8e eslrellaron' ante las resistencias de la oligarquía v de] fanatisrrlO. Fuá necesario la tremenda\mcudida de l? revoluci(?'n para que aquellas cedieran y se estableciera un nncvo 'ò-rden do cosas. En 1811 se dictó la primera ley nacional sobre la materia: al teno(' siguiente: <<SautiagD, o.ctubre 18 de 1811.-VistD usto tan injusta.
.
mente retardado como importante expediente, se -"declara que desde luego deben cumplirse las reiteradas providencias que de3tierran la indecente y nociva costumbre de !ìcpultal' lo.s cadáveres en las iglesias.-Que á este ofeutD se trate de construir un cementerio público y comÚn en la parle quc designa ,el ayuntamiento, .conciliando la comodidad de los concurrentes còn la, situación del edificioj rle modo q?e co.lDcodD éste á sotavento. de la ciudad, alejen do ésta lo.s yientos dominantes la infeccióÚ que no puede evitarse por medio de las precauciones conocidas, etc.>) Sin embargo, esta disposición tuvo la mi?ma suerte que la de 1804. En vano, Camilo Henríquez y 'Salas, <<fanáticos .
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OBRAS DE ISIOOHO ERR..5..ZURIZ
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delaimpiedafh de aquellos tiempos1'hîcieron nobles es[uer? por venecr la oposici6n de 13s clases acomodadas. La cuestión quedó en suspenso hasta que el Senado legislador de 1819 la tomó en sus manos con decisión y dictó el Senado-cousulto de 26 de agosto de 1819, que es todavia la hase de nueßtra legislación sobre cementerios. En él se dispone :lOS
lo .
siguiente:'
No parece ju?to que la casa de oración en q"e los fieles trihul,an al"Ser Supre.mo la adoraâón y culto que le es tan debido, y en la que, dirigiendo sus votos ã la Uèidad, se emplean eI1 sus alabanzas y en asistir á sus sagrados sâcI'Ìficios1 presenciando los actos más respetahles de nue:;t"a religión, flenga á ser el depósito de los cadáyer?" y de la. corrupciðn. La costUrphI'A de s?pultar en lus templos, qne ha parecido piadoso. y que en r'ealidad e5 la må8 degradante al catolicism o. debe cortaI'?e cuando iIIlLJer iosamen te lo exige e] honor de la reJigión y 10 pide la neceÛdad de mirar
"
por la !'iultld pÚblica..,., Ya ven mis Honorables có]egas' cumo hall comprendido nuestros logis]adores y Gomo han estahlecido el cementerio. La ley de 1811 determinó que fuese púbrico y con",,,. La ley de 1819 los eonsideI'a bajo un doble aspecto" En p,"imeI' lugar, parte del convencimiento de que 1:1 sepultación y
presencia de ]08 cadáveres es inçonciliahle con el carácter de casa donde se rinde á Dios ?a.doracián y culta, que es inherente á los templos; ]as linhurnaciones, en vez de ser actog de culto, [contI'arÍan, y, en su concepto, dañan al decoro del culto. Y en !:!egundo IlIgaJ', motiva el establecimiento del cementerio a?í comprendido en consideraciones de salud pública'. 'Naturalmente, la resistencia de las antiguas preooupaciones no cesó de un go]pe. y 105 que se titulaban entonces r,cpresentante'5 y órganos del senL.irniento religioso procu,"aron poner ohstáculos á la planLeación dc la ley. Pero el DirecLor O'Higgins no se dejaba contêner con la pequeña
estrategia qlle cuesta. ya á esta Cámara"16 ó más sesione5. Con fecha ùe 22 de noviembre dictó un decreto en que se declaraba que ((persona alguna, sea de la calidad, carácter ó representación que fuese, podría eximirse de sepultarse en ".-
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BIBLIOTECA DE ESCRITOREs DE CHILE
el Panteón y se conminaba con nna multa de 500 pesos al, solicitase, lo contrario.? Vencida llue esto la oposición,
con
pudo dictarse el 21 de julio de 1823 el, decreto que hizo extensivas' á, todo el territorio de la Repúhlica la>; disposiciones dictadas hasta entonces' para el de Santiago exclu.f_? sivamente. ele En cumplimiento la ley de 1819, el jefe supremo nombró una comisión compuesta de los señore!5, Eyzaguirre, Salas, Goicolea y Valdivicso, á fin ?e que adquÎtiesen un local en donde Pllrliese construirse el cemenlHrio con las eondiciones estableeidas por la ley. Uno de los miembros de esa comisión, el señorV?ldivjeso. obtuvo de los revercndos padres del convento grìlllde de Predieadores la eesi6n del terreno en que actualmente Se halla el cementerio. Advertiré de paso, sin entrar por ahora á la cue8tión de propiedad, que no existe escritura de la cesión hecha por los reverendos padres 'aLEstado para el cementerio; pero que esa cesión consta de varios documentos que más tarde.daré á oonOCer á la Cámnra. He eitado el decret,) de noviembre 22 de 1821, que establece que una persona, sjn ?îstjncjón do calidad, carácter Ú l'epresentación, debe ser seI>ulLada en el cementcrjo, y COlla mina con una multa de 500 pe:ws á los que soliciten ser enterrados en otra parte? ? El dia 10 de diciembre del mismo año se abrió el establecimiento al públlco, y el primel' cadáver que se recibiÓ en la noche de ese dio fuá el de una monja alarisa. y se ha seguido sepultando indistintamente monjas, frailes, ricos y pobreS, desvalidos y porlerososj chilenos y cx? tranJeros. 'o' "" Jamás se ha preguntado álas puertas del cemenLerio qué religi6n profesó el difunto que se queda sepultar; jamás se averiguó si había salido de la vida por la p íJ-erta común ó por la del suicidio; jamás se áveri?ó si el ffiue['lo"haIJía ?ido lIn buen hijo ó mI huen padre: y hasta época muy,reuiente, los párvulos no bautizados fueron sepultados en las tumhas de sus padres. Hace pocos añus, estando de Intendente el señor Echaurren, este funciönario, acompa.ñado dél administrador trazó en el c?rnanteri?,consubasLón de man(Jo,
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DDRAS DE lSIDORO ERRÁZURIZ
un recinto destinado á
108
párvulos
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bautizados. Pero siempre los párvulos han sido "eplll?ado, en la tumba de la familia, como toùos los uemás miembros de ella. Fué tan acentuada esa uisposidõn de ánimo en los gobernantes de Chile,' que no hubo. un sólo momento en quo' los asuntos relativos á cementerios no pasasen por el MinisLerio del Interior- Desde el primer día! todo 10 que se ha resuelto respecto de esos ?sLahlecilIlientos ha sido obra del Ministerio del Interiur, y la,maLeria ha sido clasificada. 110
úntre las demás del ramo de policía sanitaria. lCreen mis Honorables colegas quc si hubiera habido alguna duda sobre el caráder del cementerio de Santiago, se habría puesto eSB ramobajo la.jurlsdiccióndell\1inisterio del 11l?eJ'Ìor1 iNo habrla reclamado la Iglesia para que rueseasignado al Ministerio del Culto? El Estado ha ejercido exclusivamente la jurisdicción en los cementerios. Tengo á la mano una serie de disposiciones en que el Estado permile por gr?'lCia que se exhumen cadáveres de monjas agustinas y clarisas y de frailes ùe la ord.en de Predicadores; un decreto en que se fijan las dirncnsiortes de laR tumbas en todos los cementerios deJ país y hasta un decre?o de 27 de agosto de 1833 firmado por el Ministro d,,1 1nterÍfH', seîiol' don J oa,quÍn Tocornal, en que deroga un ar:.tículo del roglamento que prohibía que se practicase en la' capilla del cementerio ciertas ceremonias religiosas, cOffi9 tÚmulo, música, canto y misa solemne; y de nuevo hay otro decreto posterior que restablece el articulo. Y todo esto, que es relativo al servicio divino mismo de la c.apiHa del cementerio, ha sido obra exclusiva del Ministerio del
Interior sin intervención ninguna de la Iglesia. E? sabido, además, que la Junta de Beneficencia, que administra el cementerio por el Estado, ha vendido siempre el derecho de sèpultura sin las reservas y limitaciones; fundadas en el Derecho Canónico. ?Se cree posible dentro de la sociedad de esta clase de contratos y de la conducta:.! del Gobierno, que el venùerse así sin restricción á las familias el derecho de tumba cabía ó podía caber eula mente de las autoridades el propósito de oponer difícultade..':! â la sepuHación de lo!) cadáveres?
218
BIBLIOTKCA DE ESCRITORES DE CH[Lr; .
el árlÍmo de los gobernantes de Chilo no ha' cabido jamás otra idea, que la de que el cementerio es comÚn para todos los habitan Los del Estado.
En
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La Honorablo Cámara:sabe muy bien que la unidád de 'èreencias no Se ha mantenido siempre en núestfo país. Es un hecho que en la primera generación de los hombres de Chile independiente, hubo muchos edueados bajo la influencia de las ideas reinantes en Europa á fìnes del siglo pasado;. y la Cámara no ignora qu? loi res Los de esos hombres re-' posan en paz en las tumhas del cementerio;'Es sabido también, que ha habido en Santiago suicidas y casoR h'e?uenteg de defunciones en que, según las prescl'ipeiones del Derecllo Canón-ico, debería negarse á lós cadáveres sepultación religiosa. Y s;n embul'g'o, Loq,qs esos carlå"crcs han sido sepultados sin restricción ni protHsLas dela autoridad oclesiástica, durante una larga serie de años. La CámarÍí recordará que en abril de 1844; falleció en Santiago don José Miguel 1nfant.e: i y podría sostenerse que falleció como católico! Nó: las ideas del ilustre difunt.o no eran un misterio pa'l;'anadie, yel conocimiento cinede ellas se tenía fué ]0 que motivó la manifesLaci6n que hizb en el cementerio una parte de la juventud liberal. En el curso (le una polémica que tilVO lugar, posteriormente, la Re(.lista Católica. dedal en su númerO de' 15 de junio, estas palabras: sólo lo que á todos es notorio, á saber, que la opinión general sobre las ideas religiosas del señor Infante le es desfavorable, y los fundamentos en que Se apoya, por desgracia, son poderosos>>. Y agrega que 1 n? fanle, como escritor! ataeÓ con frecuencia el dogma, 'Y. eombatió á la Iglesiaccomo gobernante.' A pesar de este convencimiento, la Iglesia no puso obstáculo á la sepultación de los restos de Infante en el
".No exageramos. Dedmos
cementerÌode esta ciudad. En 1844 la Iglesia no pretendia tmlavía atajar el paso á los eadáveres á la puerta del cementerio. Las doctrinas que inspiraron á los legisladores de 1819 conservaban todavia todo gU vigor; 1;' paz y la humanidad reinaban en la región de nuestros mllerto?.
OBRAS DE ISIDORO ERR.\ZUl{r?
2H)
La polémica á que he hechJ referencia no rodó sobre la sepultación de 1nfante; lo que la hizo surgir fué una dificultad OcuITida con motivo de lITI sermón que debió pronunciar en honor del difunto el reverendo padre Santa Ana, prior de Santo Domingo, fÍ cuyo intento opuso embarazos l.
la aul,oridad Helesiástica. La segunda cuestiÓn de cementerios .tuvo en Chile el carácLer ue una disputa sohre arancel. Como acabo de manifest,aros, durante una larga serie de años las prohibiciones del Derecho CanÓnico nO tuvieron aplicación en los cementerios, ni causaron dificultad. Pero poco á poco, los párrocos, encargados de lJevar el registro do defunciones y de expedir la holcta qno acreditaba la dcfu?îèjón, fueron arrogándose por este medio jurisdicci(H1'?n los gementcrios- De ella Eìe valierou, en primer término, para hac?'r pagar los derechos establecidos por el arallcél parroquial, re?pp,cto de los cuales suscitaban dislQ5 put.as, unaS veces la mala fe y otras veccs la pobrçza de
doudos del muerto. Hace veinte ú Lreinta años que la prensa de Chile denuncia hechos ComO el sjguientc: llogauna comitiva de dolientes conduciendo un cadáver á la puerta de la parroquia, particulal'mente á las del campo. El C11ra exige para dar el derechus; se le contesta que no pase, que se ]e pagnen los hay derechu para cobt'!'II'los; ó bien los únicos hienes dejados por el difunto son una vaca y un caballo. circunstancia que 1'81'a vez escapa al conocimiento del párroco, y éste contesta: vendan ustedes la vaea y traigan el dinero para el pago de los derechos. á Enlret,anto, como el domicilio del difunto se halla yeces á distancia de diez, quince y hasla veinte leguas de la di1igenci9.s se ernplea parroquia, y en aquellos aILercados y mucho tiempo, ha sucedido con frecuencia'que los cadåyt)rcs se han podrido á la puerta de la parroquia1 antes de ser sepultados, ,. A propósito de e8to? iêcuerdo que mi Ilonol'ah)e amigo el señor Diputado por San Javier de Loncomilla, dpcÍa en una discusión anterior qne los pobres'nada tenian que ver en esta cuestión. ..
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHIU:
El señor Zegers {interrumpiendo).-Yo he sostenido que los pobres no tienen que ver en la cuestión de creencias religioRas.
El señor Erråzuriz, (don Isiùùro, continuando ). -Yo sostengo, señorJ que uiientras el párroco usurpe 6 intente mmrpar una jUl'Ísdicciön qne no ]e pe!'teIl?ce, mientras pretenda limitar el der'echo de los dueños dé sepultura y cono"?, tl"aria!' el espíritu y la letra de la ley de 1817 con pretexto" fh?l pase. sucederá que los pobr'es y bajo el peso de exigcncias estarán
,
los ricos, en general. injustas é intolerables. La cuestión de cementerios se presenLÓ, en,: seguida, bajo el aspecto canónico. Se recordará que en lR55 una desventurada mujer se suicidó en uno de los hoteles de esta ciudad. El hecho He .hizo muy público y fué objeto de dolorosos comentario?, antes y después de sepultados lo? reßtos en el' cementerio. La autoridad eclesiástica ,alió en presencia del suceso, de su antigua pasividad y didgió al juez del crimen una nota manifestándole dudas sobre la legitimidad del propósito de, dar sepultura en sagrado á Un cadáver al cual el Dere?ho Canónico la negaba. El juez contestó que un ?acerdote habla dado su absolución á la difunta y que, en todo caso, la negación de sepultura .110 haria más que agravar el esclIndalo causado, ,Fué el Ilustrlsimo y Revet'endisimo Oùispo de Concepción quien vino á plantear en toda 8'1.1crudeza la cue8? tión actual.de cementerios, con motivo del fallecuniùnto de un veterano de In independencia que no cuidó, en sus Últimos instantes, d e ponerse á derechas con la Igh'!si a y los_" cánones. No medetendréáaveriguar si hubo ó nó, por pal'te de su Ilustrísima, la presunción de hacer exhumar pl cadá-' ver, á que la autoridad civil y la poùlación en masa abrieron las p)l,ertas del cementerio; pero es indlidable_. que se faltó de-1,una manera cruel no solamente al re8pet? que se debe á los muertos, sjno también, y 10 eS al que más, respeto que se debe al ínterioI" de los hogares. Es indudable que yo. qL1e.? no pudo aventarse las cenizas?ùB un servidor del paí?, se aventó su honrH y se insultó su memur'ia: y se .iJ.'.
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OBRAS DE ISlDORO ERRÁZURIZ
pidió castigo para el funcionario que dió amparo
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restos. Este hocho, como era natur'aI, intrudujo la alarma y el espanto en la socicdåd, y la conducta del prelado de Con. cepción patentizada en una nota que vió la luz pública, motivó en el recinto de erlt.a Cá1ll31'a la memorable interpelación del señor Santa María, Diputado por Curicó, y la aprobación de un voto de censura que unió pOI' un ,momento todas las fracciones 1iberalo8 y'preparó álarupLIJI'K entre el partido liberal y el conservador. El señor Y,:cu.ña (ùun Angel CUíit.odio).-?l\lepermite Ulla inL!;Jfrupción Su Señoría? El ?eñor Errázuriz (don Isidoro).-Con mucho gusto, señor Diputado. El señor Prcsidente,-Suplicaría a] Honorable Diputado que nu illte1'rllmpÎelje. El señor Errázuriz (don Isidoro).-Yo rogaría al señor Presidente concediese 'la palabra al Honorable Diputado .i"i que se l1a dirigido á mí.
El8eñor Preb"!:dente.-?li deher, señor Diputado,
es dar á la'3 disposiciones del Reglamento1 y éste cumplimiento prohibe los diálogos.
El HeÌwr Erråzuri::. (doIllHidoro).?El Honol'ahle Diputado, que parece aficionarlo á las all1?îones personales, cree ponerme en conflicto preguntándome- en que diario se puhlicó la nota á que me he I'el'erido. Le cOIlte?taré que I'ué en La Pat;ia ?e Valparaísoj y agrb'garëque si mañana se prcgentasen clíestiones dc igual importancia, yo estaría (lÏspuesto! aún cuando fuera pasando sobre espinas, el. ahrir de par en par las pucrta?, de un dÏ3rio mío, 6. .fin do que el público pudiera conocer y condenaJ'la iniquidad. El señor Viwña (don Angel Custodio).-Esa nota fué sustraída. El señor Errázuriz (don Isidoro).-Yo sólo soy responsable de su publicación y", no de su sustracción. En la primera sesión dcstinada á la interpelación, er señul' AILamirano, Ministro del Interior, reveló á la Cámara la circunstancia de que e] ilustrísimo Obispo de Concep.
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
ciÓn había dirigido la nota en qne se queja ba de los procedimientos del Intendente de aquella provincia, no ,,1 despacho de Su' Señoda, sino al de su colega el Ministro del Culto"! El Ilustrísimo y IIeverendísil';o Ohíspo comprendía muy bien que la: circunstancia de haber dependido siempre los cementerios del Ministerio del Interior, establee.ía y
acentuaba irrecl1sablemente el carácter de institución civil, legal y de policía sani taria de esos establecimientos, y protestaba con él hecho contra ese régimen, algo tardíamente, es verdad, cuando se h'allaba consagrado por circunstancias de servicio universalmente consentido. En la sesión de 12 de diciembre, continuó la iuterpcIación, y llamo de nuevo la atención de la Cámara hacia un incidente de ese dehate. A pesa" de la excitación de los ánimos, la interpelación fué discutida en la segunda hora de algunas sefiiones, y esto por simple disposición de la mesa.
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Nadie reclamó, sin embargo, hadie se levanLó para decir, como ahora se sostiene, que-una interpelación jnterrumpe la orden del Jia, de tal suerte que desde que se iniGia la interpelaci6n, la Cámara no puede ocuparse de ningÚ n otro negocio: 'lIJA Jt?be dedicar todo Su tiempo á' la interpelaciÓn, en sesiones nocturnas y diurnas. Lo que se entp.ndía ent.unces por la frase: (Ila interpela.ciÓninLerrumpe la orden del día>>, era que la Cámara, en obsequio al derecho de caria uno de sus miembros y en cumplimientD ?p, un deber de cortesía parlamentaria, acosLurnhra dar prefcl'cncja á las interpelaciones sobre los demás asunLos, sin perjuicio de proseguir simultánea y oportunamente otras tareas. El principio absoluto que ahora se ha pretendido establecer, á nomhre de la libertad de las minorías, couel uciL'Ía á un extremo no menos funesto aquél de que ?e apa? que renta huir, esto e8, al imperio de 108 caprjchos del Illenor nÚmero, y á constituir áC1la Cámara en juguet.e de dos ú lres Diputados que quisieran suprimir, por medio ùc'inter., pelacione1:l y cuestiones incidentales, la acción del resto de sus cólegas. En el curso del importante dehatr á que me rcfiero1 Se manifústÓ por parte de todos los grupos lil;Jel'aleH de la Ca-
OBRAS DE ISIDORD ERRÁZURIZ
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"mara una conformidad de propÓðÌlos y de sentimientos que hizo honor al partido liberal de Cbile en aquella época. Bstuvieron unánimemente de- acuerdo toùas las fracciones para expresar el convencimiento de que era conveniente (Joner ténnin!â los escándalos qne la autoridad eclesiástica promovía al borde de las tumbas. El Ministro del TnteriOl\ señor A1t.amirano: abundó en la manifestación de idénticas
de un Dipuaspiraciones. Contestando á la interrupción ',', dijo: tado liberal, d?ues yo deseo para mi país lo que sucede en el Père Lachaise. }i?n-'eso cementerio no eRtá bendita la HerTa, ni aún la sepultura; sólo está bendito el ataud cuando encierra los despojos de un católico\). Es preciso lener presente estos incidente? y estas declaracioncs del dehate para poder,comprender todo el aleanc.e dcl decreto que dictó cl Gobierno con fecha 21 de diciemde la Cámara. Poner atajo brc, oebo dias después del voto á las usurpaciones de la autoridad eclesiástica é impedir en lo futuro la difamación do los muertos, fueron el propósito y el objeto solemnemente anunoiados por el representante dcl Gobiemo. Otra circunstancia que dcbéInos tomar eIi cuenta es la t.endencia peculiar del genio poHtico del autor del decreto dc 21 de dicie",hrc de 1871. Esa tendencia consistía en ceder algo en la forma, ã trueque ùe obLener la realidad, en á que el cstablecer prácticamente las grandes libertades país aspÜ'a, dejando :í lós fuLui'OS reformadore? el cuidado de compagjnar y d(rlar á las eonquistas de hecho completa expresión legislativa. Así por ejemplo, en virtud de la ley interpretativa de 1865, á peRar de que el arto 8.n de la ConstituciÓn ha quedado en pie, se ha fundado virtualmente la libertad de cultos, y con tanta amplitud y eficacia, que lo único que Código PoJiqueda por haccr á este respccto cs borrar del tico nna prescripción que ha llegado á ser letra niuerta, y á que ya 110 es una ofensa al derechú de los disidentp.8 sino la lógica de la legislación y al huen nombre de Chile. Asi? también, bajo las apariencias de un simple cambio de notns con el jefe de la Iglesia chilena, se ha conseguido .
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introducÏi' en el país la institución del matrimonio civil )? preparar el camino â la aplicaciÓn del mismo principio á los diversos actos de la vida que crean )' extinguen los de. recho!') de las
per8onas.
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No se pl'Ocedió de oLra manera al ùictar el decreto de 21 de diciemhre de 1871,'ioque es la más reciente disposición suprema sobre cementerios. Evitando 108 jnconvenientes que se presentaban en el tiempo en que fué dictado para
introducir una fórmula absoluta y dar plcI1? expresión al progreso realizado prácticamente SObl'9 la båse de las ley"" ùe 1811 y 1819, el Gobierno de 1871 quiso poner el derecho dc las familias y la inviolabilidad de los restos humanos bajo el amparo de las autoridades civiles. De esta suelte, mediante el esfuerzo de muchos Gobier. nO:i y Jegisladores y la práctica constaute de cincuenta años, hemos llegado á la siLuación de que hablaba en la primera. parte de la sesión de esta noche, el Honorab]e Di? putaùo por/Santiago. Su Señoría ha declarado que cJ cementOl'io comón se encuentra establecído de hecho y que los cadáveres h?ll sido siempre y continúan siendo sep ultados en donde han querido y quieren los deudos, Las queja.s, la grita de alarma y las tentativas de los pånocos -no S(1n ba?Lunlej1podeI'osas para impedir que se cumpla esa ley de ci vil izaci?n y humanidad, y puedo asegurarse? sin temor de ser desmentido por los acontecimientos, quc ,.no hay fuerza humana capaz de contener la corl'iente y de hacer retroceder á Chile del alto puesto en que los gobernantes y fa opinión pública han sabido colocarse. ;i.:
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Cuestión de Cemen t"rios SESIÓN DE 26 DE OCTUBRE DE 1877 "1-,:' ,
El soñor Erråzuriz (don Isidoro).-Señór Presidente, mi {)bjcto estaría alcanzado si en la exposición que la Cámara .,
'oyó tan bcnévolamentc en la sesión ant?rior, huhiese oonseguido probar los sigJ'ientes puntòs: 1// que toda nuest.ra legislación sobre cementerios descansa en lH ley de 18'11 y en la de 1819, la primera de las e?ales determiná que los cementerios deben ser públicos y comunes, y la segunda que deben ser laicos" Además, no se han fundado los cemenlerios para rendir culto á la Divinidad, sino precisamentc para alejarlos de los lugares que tienen; en seguida, la lèy de 1819 dió un carácter de polida sanitaria á la administración de los cementerios, y eJIos se encuentra.n desde entonces á cargo del Ministerio del Interior.
He procurå'do manifostar, 'tambien, que durante treinta cuarenta años, las disposiciones de las leyes de 1811 y de 1819 se han mantenido en vigor, y que el Ministro del lnLCl'ior es quien ha reglamentado no sölamente la maner?\ cómo debía ùarse sepultación á 108 cadáver{,s, la extensión que uebia tener cada .fosa! ate., sino también que ha tomado mediùas àún s'òbre las ceremonias religiosas que se ce)ebran unla capilla del cementerio. Esta situación no fué 'turbada sino por 105 años de 1850 á 1860, cnandó asomo la usurpación de la jurisdicción eclesiástica, lIsurpación que tuvo Sll arige!l en la tenencia por los párrocos de los :registros de defunciones. ó
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ERSÁZURlZ
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Llevando el registro de defunciones, el párroeo se alTo. gó la facultad dc negar el pase á los que no le pagaban derecho, y la de negar' la entrada al eemeJlterio á los que 110 habían muerto á derechag con las leyes canónIcas.
La Cámara sabe como el espíritu liberal del país produjo, á consecuencia de un hecho de esta especie, la interpelación del Honorable Diputado de Curicó en aquella época, señor Santa María, y el decreto de 1871. Eso era lo que me esforzaba en demostrar en la se?iótl anterioI'? cuando sonó la hora de levantar la sesión, y me fIJé preciso inLer'rumpir mis observaciones. En presencia del decreto de 1871, que contiene tres puntos bien marcados: 1.0 el relativo á la libertad de las CCrCmonias re1igiosas que se celebrasen en los templos; 2.0 t;eparación de un lugar destinado para aquellos á quienes las leyes canónicas nicgan sepultura eclesiástica;, y 3.0 que los cementerios serân en adelante laicos; enpreseIìcia de estas disposiciones, digo, se OCurre preguntar: llIasta qué punto es legal ef decreto de lS71 ?'lHasta dónde se encuentra do acuerdo con las leyes de 1811 y 18W? En primer lugar, ese decreto reconoce implícitamente la intervención de la Iglesia,- y en sùgundo lugar, parece dar á los cementerios el caráctcr de católicos; de modo quo se comprende fácilmente que puede dar serio lugar á (ludas por el lado de la legalidad. Sin embargo, la. manera prudente como ha sido PUf'sto en práctica el decrûto1 mitiga los escrúpulos sobre su legalidad. El conflicto en que se cncuentra con. las leyes de 1811 y 1819 ibá á depender de la siguiente cuestión: iquién seria el encargado de aplicar las disposieiones de ese rlccrcto? --ó ia Iglesia? El llustrisilllO y Reverendísimo el Estado Arzobispo de Santiago, en una circular expedida en 2 de enero de 1872, hada, entre otras, á los párrocos estas dos I'ecomcndaciones: primera, ,que l? parte de los cementçl'iOH destinada á los cadáver8s de los que no huhiesen muerto á derechas con las leyes canónicas:fuesc separada de_11aparte ",,". católica por un muro sõlido1 y que se. 1,0 diese una salida;i aparte, distinta de la salida principal. Yen segundo lugar',.
OBRAS DE ISlDORO ERRÁZURIZ
instruyó
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los párrocos pal'a que en el pase ó permiso para inhumarse expresase]a parte del cementerio en donde debia Ref enterrado el cadáver. Pof su parte el Obispu de Concepción dictó disposiciones análogas, un poco más acentuadas, eonforme nI de
carácter El Obispo Concepción de IIllstrisÍllla. no usÓ de arnbigiie;. dades al dar tilos párrocos de su diócesis la orden de proporciunar á la parto laica del cementerio una entrada dÜ-:tintade la entrada común. De manera que por un momento estuvo en duda el alcance del decreto. Si el Gobierno y las autoridades que de él dependen se sometían á la voluntad de los Obispos, iba á quedar confiado á la dÜwrcción de los funcionarios eclesiásticos el cumplimiento del deereto; 'Y, en lugar de ser un progreso, iha á abandonar de complp-tamente en manos la jurÜ;diccióneclesiástica el terreno conquistado por las loy?s de. 1811 y 1819. Por eso todos los actos de la autoridad administrativa y las palabras ,.los hechos do los fLlncionarioR que de eUa ",. ..,' dependíall en 'ésa época tienen antê-Ia histOl'ia la mÚs grave importancia. La circnlar del IIu,trísimo Arzobispo de Santiago fué eomllnicada al Ministerio tlcllnteriorj y ?l soñor AILamirano negó terminantemente á la autoridad cclcsi?sticH el derecho de introduCÌrse en los cementerios y de tomar parte alguna en las disposiciunes que dentro del recinto de estos estahlecimientOB debieraH t.ener lugar; y ]0. manera y forma en que debla hacBl'Sc la separación de la parto laica fué confiada á los administradores dependientes de la autoridad civil. El 23 de enerO del mismo.año acentuómås el Ministro del Interior esta dispos.ición de ánimo en 'quû se hallaba cön tclación á los cementerios la autoriùad civil. Por circular expedida en esa fecha encal?gó el señor AHamil'ano á las autoridades civiles que mant\1viesen]a enLrada Única de 108 qemcnterios, y que, pal'H hacer la divi8iÚn de la part.e laica, no J'evantasen muros sólidos sino que se conlentltsen con ulIa c?l'ca de árboles ó de arbustos. En scguida,-y esto es ]0 más gravc1-el decreto dOjaba pendiente una gran euestión, el derecho de propiedad rle los dUAños de tumbas. si el Estado ó las alltorirlade!) Ahora bien, que administran " RU
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han vendido á una familia 01 Uso de una tumba sin restricción de ninguna clase con respecto á las 105 cementerios
opiniones reUgiosasf ?este ea nt.rato perfecto celehradu por el Estado con los particulares puede admitir á posleriori restricciones caprichosas? Va á verso cómo resolvió ese Gobicrßoest,a:';cuestión que dejó pendiente el decreto de 1871. Ha sido cusa muy corriente dUI'ante ffi_ucho tiempo atrihui!' poca importancia å esta cuestión ?aemcntorios, y sin embargo, va å,-:ver la Cámara COmO los hechos práctioos siguieron uno á uno con fulminante rapidez al decreto
do1871. Veinte dias después de dictado ese decreto, sufrió la pri.
mera prueba. El!! de c'nero de 1872 falleció en San Felipe un alemán catóHco, don Jorge BrueIl. Sus deudos acudieron al cura '!i este expidió el pase para la parte laica del cementfrio. Los deudos, que, tenían conciencia de que BrueU había. muer?o en la l'eHgion católica, no aceptaron el pase en esa. forma y apelaron á la autoridad civil. Hubo cambio de notas entre ambas autoridades, la civil y la eclesiástica, y todo concluyó en que el cadáver fué sepultado en la parte antigua del cementerio. Este fUI! el primer caso en que una resolución del Gobierno vino á servir, de importante comentario al decreto de 2l:'de diciembre; y este caso' que manifiesta que el Gobierno no estaba dispuesto á apartarse del espiritu de las leyesde 1811 y 1819.
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El segwldo caso fIJé el del joven Green, fallecido en San Carlos. LaJami1ia de Green pidió al cnra, después de algunas dificultades relativas á los derechos parroquiales, pase para el cementerio laico. Como se ve, la cuestión se presenta aquí bajo otra faz. Lo que quería la familia: de Gl'eCll era eximÍ1-sc del pago de derechos parroquiales. y aquí es del caso preguntar: lLos' curas tienen derecho para cobrar por los pases que dan pal.a la parte laica de los cementerios los derechos que establece el arancel para la sepultación de cadãveres en lal parte católica de diches celnenl.erios? Sea. de eHo lo qne fuere, el cura 58 negó á dar el pase, y
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afirmó de nueyo lo que debe llamarse usurpación del poder eclesiástico. Lä f?milia Green se negó á acceder-al pago, la autoridad civil e?tllvo vacilante, y, por último, la cuestión concluyó en que ]08 restos fueron enterrados en un jardín de pl'opiedad particular. El tercer caso de aplicación del decreto de 1871, COmvrende una serie de medidas relativas á los curatos de Chañaral, Juan Godoy, Lomas Bayas, Carrizal Alto y Carrizal Dajo. La cuestión se presentó en estos lugares bajo un a?pecto idéntic",o. En todas estas poblaciones los cementerios han sido 'êonstrnidos con fondos proporcionados por los vecinos; y, sin embargo, merced á la tolerancia de las autoridade.s'dvîIcs, los curas se habían arrogado el derecho:?no sÓlo de disponer do esos cementerios, sino que hasta se hicieron los tenedores de las llaves de sus puertas. Tan pronto como fué expedido el decreto de 1871, el cura dc.?ChañHral se dirigió al subdelegado y le manifestó que se halla ha en el CaSO do exhumar Jos cadávereR enterrados en la parte òe] ?ementerìo que debía convertirse 811 recinto '.' laico. E! cuarto caso de]a aplicación del decreto Luvo lugar en CoJlipulli. La mujer de Fernando Kressui reqllirió en una grave e'nfermedadr:1os servidos de un fraile-médico del lugar: el Cll811 vienùo que los auxilios de ]a ciencia eran inútiles, quiso. obligarJo. á. cumplir con 108 deberes de la religión. No håbiéndo]o conseguido, una vez muerta se ]e negó 01 pase y el infeliz Kr?.f3sui tuvo que Ilegal' hasta los Angele, para poder inhùmar el cadáver de su espaga. A principio del 73 tuvo lugar el quinto caso de aplicación del;decreto. Un fUIlcjonario púDljco de la ciudad de San Felipe, caballero que g07.aba de general estimación, fallecjó repentinamente, y el párroco, que haMa sido amigo pcrso'nal del difunto, se negÓ...â darle el pase para el cementerio católico.:?La família apeló arT nLendente, que, desgraciad nITlente, 110 estaba en la úÎudad, y apeló en seguida á la autoridad general de la República, la cual no pudo atender inmediat.amente el reclamo. El cauá ver ':estuvo insepulto durante 72 ,horas, hasta que el Ilustr.lsirno Arzobispo de -
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Santiago dió orderi por telégrafo para que se le enterrase. He dicho 'lue el cura habia sido amigo del difunto, për" e!=ita amistad hahía siùo interrumpida porque la canrlidR. del señor Cifuentes se hahiA presentado en San Felipe tura como de oposición y el difunto se hahía puesto en 'la contienda'dellado de la autoridad.
<Siguió á esto una época de paz y de humanidad que chillCicliú1 eJl HtI principio, con la ?aliùa del señor CÌfucntc5
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del l\1Ïnisterio y cesÚ en los l'rimcl'o? meBes de este lado, después que una desecha tempestad electoral dejó desrnan-,
telada y á mal traer la nave dclliheralisrno. La tolel'ancia estuvo á la orden del dla y hubo ciudades en la Hepública en que anduvieron revueltos en el cementerio el cura y (?l masÓn. Hubo respeto v.. decencia. Expira''! da esta tregna de Dios, han vuelto á renovarse las usurpa. .
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poder eclesiástico en CopiapÓ, en Valpal'aíso, en el ea.o del joven Muñoz, y en San Fernando on 01 oasó del seìlOl'? BertcJó. Los deudos de e.te caballero le habían enterrado erruna t.umba de familia y el cura de San Fernando se presentó á los cinco dÍas?;,pidieIldoql}e SUB rest.os fuerañ exh1.1mados,1o cual prueba que la aûtoridad eclf'Biástica no sólo limita á impedir las inhumacio nessÎno que pide también las exhumaciones. El [ntendBnt.tJ de la provincia thvo la triste debilidad de aoceder á la peticiÓn del párrooo; pero, instruido del suceso, el señol' Ministl'O ùel'lntel'Îor le dió una orùe'n contraria. E!;ta cúesti6n está todavía pendiente ante los Tribunales de Justicia. A propósito de esto quiero establecer un hecho que ha sido nial intel'pretado en el seno de esta llonorable Cámadel Interior no intervino en el asunto l'a. El señor Ministro -de la inhumación como custodio del derecho '"ùe?los dueños de sepultura; intervind corno patr6n, como protector nombrado por el Senado de 1821 sobre los cementel'ios. Intervino comu encargado de cÜ m p1ir la leyl' pal'a impedir Ia.? de la autoridad eclesiástica sobre cementerios u?urpaciones " del Estado. "Dejando á un lado esto hecho, y pasando por alto nlU" ehos otros que han tenido lugar en' distintos lugare, de la cianes. del
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República, llego al término de la exposición <[ue la H onorabIe Cámara 8e ha dignaLlo escuchar. Y este es el momento de decir y dejar establet:iùo comu base inamovible de esta cuestión de cementerios, que el hecho, plenamente cònfir.: matoria de la doctrina legal, es que el EsLado niega comIÜùLamento"la jUi'isdicción de la Iglesia en los cementp.rios, y reconoee el perfecto derecho que todos tienen para enterrar en ellos á sus deudos, con sólo manifestar ellítulo qne aercdiLa la adquisición de la sepultura. f. De modo que ,\0 que en la sesión pasada Jl1aniresL?aq uí el señor Prado Aldunate es laexacta fónnula del estado actual de la cue.stión; en ChHe han sido, son y:serán enterrados hasta la consumación de los siglos todos los cadáveres-en la tumba de sus deudos. Pero el señOl' Diputado por Santiago nos preguntaba entonces: ?y qué más se quiere? Están triunfantes en el hecho las pre?ensiones de los liberales; iQué necesidad había entonees del áctual proyecto de ley? El señor Diputado olvidaba <[ue, si hay paz para los huesos, no la hay para las reputaciones. Olvidaba <[ue junto con los principjos de humanidad á que el Gobierno sirvc, e.tá vigente todavia la declaración de guerra de la Iglesia contra ]05 cadáveres de los que mU8I"8n en descubierto CQn la ley canónica. Esta declaración de guerra ha sido fÚI'mulada, y debo dar lectura á la Cámara de la doclaraciÓn hecha por el más caracterizados de los enemjgoB de la paz de las tumbas, por el llustrísimo y Reverendísimo Obispo de Concepción, en un folleto publicado en los primeros meses del año 72. El Ilustrísimo y Revel'endísimo Obispo ha dieho lo siguiente:, <'Dígase, pues, lo que se quiera y grítcse como se gritare por los hombres del error y del mal, la Iglesia siempre continuaró negando en SU8 cementerio? consagrados ó sola? mente bendito8, la sepultura eclesiástica: ?151 A los paganos é inlìelcs; ,. A los niños que mueren sin bautismo; (<2.0 <<3.0 A los excomulgados; .
4.0 A'11os
herejes, sus defensoro8, receptorcs, ete.;
....,..,...."..,...,"''''''.'...'''''.'.'.'''..'.
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A l?s apóstatas de la fe/cismáticos y sus fautores; .7.0 A los nominadamente entredichos y á los que dieren <<6,0
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al entredicho; <18.0 A los que voluntariament.e y con uso de su razfJn se suicidan; .9.0 A losiL'lduelistas, aunque cuando 'antes de morir á consecuencia del desafíö dieren señales de penitencia; .10. A los que consta pÍlblicamentc quc no han recibido tina vez al año el sacramento de la penitencia ni la comunión en la Pascua, y ,mneren sin dal> señales de penitencia; .il. A los públicos y manifiestos pecadores, como concuhinarios, ladrones, ate.. que mueren sin dar seÌ1ales de penitencia. <<En todos estos casos, la Iglesia niega para unos la sepullUl'a eclesiástica, y para otros no sólo la niega, sino que declara violado ó profanado el cementerio con la inhumación de éste y nccesaI'Ìa la rcconciliá?i6n de aquel que so pueda continuar ejerciendo en él las funciones de su insC.àm:ia
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ti tución.>> He aqu! una amenaza que está vigentc y que la Iglesia trata constantement.e de poner en práctica, al lado do las disposiciones humanitarias que sostiene la autoridad civil. De modo, señor Presiùente, ,que se encuentran, en presencia una de otra, dos doctrinas que han de chocar día á día y hora á hora, 'produoiendo cada vez consecuencjas más terribles y más deplorables escándalos, El Estado responde de que los restos de ]os hombres serán sepultados en el cementerio de sus deudos; peru no respunde de que, eu virtud del. derecho abusivo de los párrocos, nc se hará la exhumación de la honra, y no se producirán perturbaciones y choques que afectan hondamente la civilización y la
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,? luego á la Cámara que, sea cual [uere el curso de este debate, no aparte por un instante de su imaginación el estado actual, el hecho est"hlecido y reconocido en materia de sepultaciones. TencrilOs la paz para los muertos; pero no tenemos la seguridad de que 8umemuria será respetada; no tenemos, ni sjquiera respet,o para HII reputación. Y csto diseña perfectamente la tendencia de los dos campQs
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Nosotros queremos que, ya que impera el derecho civil y hUIIlanilario, impera sin alarmas y sin escándalos; y nuesquitado el tros adversarios, en desquit.e de" que le hemos d??echode exhumar los cauáveres y de romper la unidad de las familias, se contentan non cl1.lltraje, el alboroto y la
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difamacióp. Este cs?de nueVo el porvenir de la cue5t,iún: nosotros vamos tras ùe una solución de paz, de progreso y de hllmanidaù, y nuestros adversaI'ios van, no á convertir SUB aspiraciones en hechos, sino á conServar el derecho de difamar á lus muerlos y perturhar los hogares, de librar al bordà de cada tumba una batalla qu.c os una vergÜenza para el país.
lc6mo la rutina, desde Jo Ja alto de su trono pretencioso, se atreve á asegurar que cue5t.ión de cementerimi no os de importancia inmediata de' país? garantía} ni de, interés para las concienciasßel Señor, cuando 01 diluvio arrastra á nuestra vista las chozas vecina?j cuando el rayo"tlliere á los quo estån distant!':s
En presencia de
0910 pregunto:
de nusotros, porque nuegtra casa está incÓlume y nue?lra cabeza ya inmune, les8, diluviu no es una amenaza y ese ,'ayo no es una perturbación? No extrañe la Honorable Cámara que me haya detenido en 'presentar la cuestión hajo este aspecto del hecho: afor.conducir á mis tunadamente, para ello n() he neccsitado Honorables colegas?á las orillas de los grandes ríos históriAJejandl'o el Grande, ni (:05 de Oriente á donde no negó extraviarlos en ]30 selva ob?c1Jra de las dÜ3posiciones canóicas. ?,,; Colocada la cuest.ióI.;l en e] ter..'ono que he indJcado, me del proyecto en deb.ate. ,permito confrontarJa (?hnel arto 1.0 lQué dice su 8rt.. t.o? Que 'todos los cadáveres serån inhumaùo8 en cementerios del Estado, sin distinción de n
crcenCIaS. No En pt'incipio, este art.ículo i.qué importancia tiene? uLl'a cO$la qne la consagración de lo cxistenLe. E8to?no es
aùmi te duda seria. Lo que existe hoyes la sepult?wión comÚn y este arUcuJo viene }lrcc.Ísamente á declararlo con toda la solemnidHd de
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la ley. Pero, 'lresuelve la cuestión práctica? ,Evita el escándalo? Me aLÌ'evo á negarJo; y aún. llego á Lemer que aprobado el arto 1.0 en ]a forma actual, subsistiría siempI'e
la disposición de los párI'ocosy:?) ponel' dificultades} en vil':" tud del pase, para permitir In scpultación de los cadávereA y las pretensiones que aquéllos so arrogan para nogar? sepultura á los pobres cuando no IC:i pagan sus 'derechos. Comprcndo perl'ectamenLe que este arto 1.0 condena, en el fondo, la usurpación que hace la auturidad eclesiástica en los cemcnterios; creo, sin embargo, que en la prántica no conducirá al Único des8nlace" natural, cual CB la ?LlpI'esión completa de las funciones civHes de los párrocos (?omo tenedm'es del registro civil de defunciones; y convencido de que la cuestión no llegará á '" completo y debido tét'mino mientr8? esto no tenga lugar, yo me habría atrevido á proponer á la Honorable Cåll)ar?tllna indicación concebida, poco más Ó menos, en estos términos: .En 108 cementerios costeauos con fOlldos municipales ú fiscales>administrados por el Estado, ]a inhumación se hará observándose las regla? siguientes: La el pase ó la orden de inhumar será expedida por los tesoreros de las juntas de beneficencia, en los"lugares donde existieren esas comi?iones, y en el resto del país por' otrus 'funcionarios civiles; los cuales serán encargados lltdlevar ell'egisLI'o eivil de las .defunciones; 2." los derechos de Jos dueños de sepulturas adquirida'i no serán menosr.abados bajo pretexto alguno>>.
dirá: ipor qué no sostengo esta indicaciãn?-Porque temería que ella no contase en esta Cámaríi COn UIla Se me
mayoría bastante considerablcl para resj?tir á todas las borrascas que aguardan al p1'oyecto antes de llegar á puerto de öeguridad. Porque !lO quiCl'o romper las filas del partido á que pertenezco, y porque el äl'Llculo en debaLe es ya un progreso, desde qlÍe vendrá á dar consagración legal al hecho establecido felizmente. Por consiguiente,' si por parte de la mayoria liberal se llegase á un rcsultado como el que apetezco, ló celebraría en alto grado; si producir consiõn en 8uS filas no se aleanzara,
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ëomo la que ha illsinua'do, nu sería yo el que, por ,indicación fuese á eso. Ahora la Honorable Cámara va á permitirme hacer la confrontaciÓn de las opinione:; de mig contradictores con el estado actual de las cosas. La Cámara ha visto, }l0I' 105 discursos de los II unul'ahles
Diputado? conservadores, el alcance que ellos han dado á la ley que discutimos. Los Honorables Diputados á una voz, han denunciado este þl'oycct,Q como una atroz profanación, comO una saclI? dida sacrílega á las columnas en qUé descansa el edificio de las creencias religiosas. El Honorable Dipulado Fabrcs ni" ha dicho gil" In idea -
del cementerio común en()uel(!c l,ma doctrina tan monstruosa como la negacl:ón de Dios! y bieo, yo sostengo que los cementcrios CUlIlunes existen 'desde dos siglos ha, lanto en el local de la caridad, en Chile Francisco; si, y su exiBtencÌa no cornO en la ealle de San puede ser puesta en duda por los que se dicen Órganos nato? de la autoridad religiosa. El cementerio común existe en Chile desde quc hubo una el tumba en la ellal fueron arrojados cn!:..dolorosa confusión el párvulo suicida y el anciano) qne moría. natuI'almente, al morir loùo? los no bautizado y el que habia recibido sacramentos de la 1 glBsia. El cementerio común existe en Chile desde haeo do:; 1811 y siglos; existe legalmente, como lo he probado! desde de DioB está, según 1819. De manera, pucs, que la creencia Chile el Honorable Diputado por Santiago, desconocida en desde hace doscientos "años; ha sido negada legalmente ,. desde 1811. El Honorahle Diputado por Santiago decía, además, que de el cementerio comÚn ocasionará una batalla al rededor dos cada tumba. El cementel'Îo comÓn existe desde hace siglos, y nada ha sucedido. Las batallas no se han dado, ni .
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se darán.
Elllonot'able Diputado )lor Cllricó establecía la cuestión ciencias y de la lucha de los grandes en el terreno de las ?
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principios. El triunfo de celuenteriu común, decía Su Señoría, será el triun[o del materialismo, del dar\vj?ismo sobre el espi'ritua1ismo cristiano. Señor, forzoso será ent.onces convenir en que el materialismo, y el darwinismo existen en ChHc desde hace doscientos años y que, sin embargo, no hemos visto producir ningÚn gran cataclismo. Ni la emi.'!ración de los Inllertos, ni la eolonizaciÓn ùe ]08 cadáveres se ba visto en Cbile todavía, á pesar de la honda impresión que la sóla idea de'sel' enterrados en el cementerio común debe llevar al espíritu de 108 càtólicos. lPor qué no han emigrado desde hace doscientos años? POI' qué no emigraron cuando el cadáver de don Jo?é 1'1iguel Infanto fué á profanar COIl su presencia el lugar sagrado destinadp exclusivamente:) los católicos? ?POl' qué no han emigrado cuando enemigos notables de la Ig1esia católiea han encontrado sepultura culos cementeriof' que se dicen caióJicos? y suponiendo que S8 llevara á efecto esta resurrección anticipada de nuestros muertos. lf!migrarían también 108 pohres que están revueltos en la fosa común? NOt señÓ!'. Para ellos no existen los beneficios del Del'echo Canónico. La nueva Colonia que se pretende fundar sería; pues, una Colonia de palacios y basilicns; sería una necrópoljs con calles de Santo Domingo y de Hi.Íérfanos, pero 8111 los harrio:; modestos y popÚlares; seI'Ía el cementerio;'do la aristocracia ?T privilegiada del': Derecho CanÚnieo, pero no la II? imagen fiel de la patria de los vivos. .. Aplausos estrepitososeh la, barra. 1;' El señor"Prcsidenæ.-Debo advertir á los señores de la ,barra ,que pueden ignorado. que." hay disposiciones en el Código Penal que Imponen penas á los que taltan á los respetos debidos á los cuerpos JcgîslauOI'cs.'Si fnei"al necesario, baria dar lectura á los articulos del Código; pero me parece que bastará la advertencia que ahora hago. A la barra le está prohibida toJa e," manifestación, sea de aprob'ación ó de desaprobaciÓn. El señor Errázudz {don Tsidoro, contjnuando).?Me resLa
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confronta.!' todavía COn los hechos la opinión emitida por el Honorable Diputado pOI' Vichuquén. l'\os dijo Su Señoría
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que la tum?a cOmún pl'ovocaría en Chile los horrores de 179:{; que, por]o menos, veríamm; en Chile una seg!lnda edición de los terribles acontecimientos de la comuna de París. ?Acaso se hahrá ignorado por todo?, fie]es, curas, autoridadeH superioI'e? dola Iglûsia, que 58 haBa es?ablecido en Chile el cementerio común, y acaso en virtud de esta ignorancia, no ha sucedido ninguno de los m ales que tanto se temo n y con los cuales tanto se amenaza á la Cámal'a y al .', país? No}'seÏlÚr. Es simpltuncnte que eHtas inconsocuencias son el castigo natural de las exageraciones del celo y del fervor de partído. Estas han tenido otro castigo en las contradicciono5 yel de88cuel'do que se dejan ver en el tono y ]as aseveraciones de los Honorables señores que han impugnado el proyecto en dehate. En ciertos momentos ba habido terrible desarJIlonÍa entreilos diferentes instl'umentos de la orquesta. Algunos ele los Honorables Diputado., se han acercado al tefl'eno de la cuestión de cementerios con]a cabeza descubierta y )0:; pies descalzos, y con el respetuoso terror con que los antiguos penetraban en el santuâriò de DelIos; otros con tanto estrépito y desenfaùo como si llegasen al foro. Asi, por ejemplo, el Honorable Diputado pOI' 'Vichuql1én, que es uno de los que han abordado la materia con, más solemnidad, nOS decía en la sesión del 14 de agosto lIj! estas palabras, ((En cuantu á mí, manuatå1'Ìo político de un pueblo, sieIlto vacilar mi espíritu por 01 sólo hecho de tomar parte en este debate de carácter esencialmente religioso.>.
.Ahora va á permitirrne la Honorable Cámal'a jl,que, faltandopoI' e8ta vez á una huena práctica parlamentaria, cite una opinión en sentido enteram?nte contrario, so?tenida por el Honorable Diputado por Chillán en el diarío que n:J.uy POùos días, lo redacta. Su Señoria escribía, hace siguiente: 4Aumental' el nÚmero de sesiones cuando no hay para ello ninguna razón concluyente, era ya mucho. Destinarlas después de acorrladas R tratar de UII solo asunto; y de un ',j;'
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'el pl'Oyccto de ?ccmenasunto exclusivamente político, como (1 terios erà demasiado)), Las contradicciones y el dcsafinamiento$: aparecen á. veces, aÚn entre los discursos de lO!3 diver8o!-\ Honorables señores. En uno sólo de el108 la C?mara ha oído asombrarla, entro el Ir'ago,' da los rayos do la Iglesia yel canto de guerra de los Macabeos, el arrlllln de las palomas de Venus, asociación profana é irrespetuosa? mucho más profana que la que nuestros Honorables contradjctores condenan en el cementerio común. Ya lo ve la lIonnrable Cámara. La presente cuestión es, segím al Honnrable Diputado..por Vichu'luén, esencialmente religiosa; y segÚn el Honorable Diputado por Chi11án, exduf-livarnente poUtica. Desengáiwnse los Honorables Diputados conservadores; mienlras más lejos de la realidad 8e coloquen con SllR eX8geraciones,:más duro y perjudicial será para ellos ,01 fracaso; y mientras más violentas sean sus amenazas, m?íB tt'emendn será el chasco. Tal fué lo que süeedió on '1821, cnando reclamahan, á nombre de la religión, el derecho de sepultar los cadávcreE;!. en las iglesias; en 18651 cuando hicieron venir ti las puertas del Congreso una poblada femeni1864, cuanrio intentaron oponerse á la flemolición na,.,y en de lns ruinas del templo de la Compaiiía. La eorrient.e irresistible de las ideas de liheI'tarl y humanidad se ahrirá paso á pesar de la I'esi?tencia de los conservAdorùs; y sucedel'{1 así sin que t.engamos que presenciar batallas en las tumhas, sin que los muertos cmigl'en1 sin que la ldea de Dios desaparezca y sobrevenga el diluvio anun?, ciado por el Honorable Diputado por Vichuquén. a:':uncios de prueba de estos se terribles En que.ninguno realizará, van á oir los Honorables Diputados ]0 que so encuentra escrito á propósito rle.l.esta cuestión de cementerios en el Estanda.rte Católico, diario que sirve de úl'gatJo å]a autoridad eclesiástica, con mutivo riel incidente ocurrido en Valpal'aíso á causa de In sepultacÏón del cadáver eJel
joven Muñoz. En el Estandarte Ca/Míco del 1\ de julio dice hoja 'su firulR un inteligente batallador pl'B."híLero ]0 siguientf!: ?
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el ejemplo de lo que ha sucedido en la capita.l y dice que la tolel'ancia de la autoridad 'eclesiástica ha permitido que se entierre en sagrado 108
,El señor Altamirano cita
cadávere\de tre,? notables hombres públicos que murieron fuera de la Iglc,na, en lo cual ve los buenos efectos del tan nombrado decreto de 21 de diciembre de <<0Jo tres ejemplos sino muchos más, y no sólo en Santia'? go sino en todas las ciudades 88 puede citar en prueba de la prudencia 1/ de la noble tolerancia de las autor.idades eclesiásf?cas. Micntrns las leyeg de la,-rg1e:;ia no las obliguen á mos-o, trarse inllexibles y á Cel'ral' la puerta rlellngar sanLo ti los, que claramente se han hecho indigno8 de Ber sepll1tados en tierra benditaJ procuran evitar á la desgracia de una familia católica la reagravación iI]mensa de su dolor. En este caso se encontraban lR!1 personl:lt! á que alnde el señor Altamirano: ninguna se había negado pertinazmento Á recibir los auxilios religiosos y la ßutorida.d eclesiástica pudo creer conveniente no entrar en más amplías aÇ1erigua.cio?les?. Con?,o ven los señores Diputados) las autoridades eclcsiâ51.ticãs estiUl dispuestas á usar de prudencia y tolerancia para con los que mueren como enemigos de la Iglesia y sin haberse reconciliado con ella. Luego es un hecho evidcnte que la Iglesia puede ser prudente y tolerante â pesar de la aparcl)te tirantez de sus doctrinas. Pues bien, Ilo8otro? no le pedimos 01.1'8 cosa sino que haga uso de esa prudencia y tolerancia; pero que lo haga de una manera digna, igual para todos1 sin di!:)t.inguir enLre Ócos y.pobres, y Shl dejarolvidados á 105 dcsyalidos, á e?os que no reclaman ni pueden contar con el apoyo do la ßutOl'idad civil para haeersG abI'ir por fuorza ]as puertas del eementerio. Los que sostenemos el proyecLo que se (ft.baLe nI) quere? mos sino la aplicación de esas reglas de prl1lleneia y--tolerancia, p8ro con tal que no se bagan distinciones odiosas. mostrado. T No solamcuLe.en los Liem])os modernos se ha tiempos antitolerante la IgleRia; lo ha sido también en los
(871.",
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guos. , A e5te "especto, el Honorable Diputado por Santiago. de, vuelta de su excursión en el Oriente nos ha traído ul! dato. precioso, en ohsequio del cual podemos perdonarlc el tiem-,. .
f
240
OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURJZ
po que ha empleado en su casi interminable peregrinación ;::' al través de la historia.
El Honorable Diputado, hablando de la tolerancia de la Iglesia desda los siguiente: ';"
tiempos más remotos,' nos
dacla lo
(,En ""to la Iglesia ha seguido el ejemplo de su divino fundador Nuestro Señor .fe1'\ucristo, á quien decian los Cai+ seos, pretendiendo confundido: la ley de ::Moisés permitia
al hombre tener muchas mujeres, èPor qué decirnos que no es licito tener más de una? Y Nucslro Señor Jesucristo le, Mnlestó: \Ioi,és toleraba eso, porque conocla la debilidad de su pueblo. .Esto preci,amente es In que hace la Iglesia: se ve obligada á permitir por tolerancia, pero después de llenar muchas condiciones, cllIlatrimonio de un católico con un protestante.. Ya ve, pues;la HUllm'able Cámara como es cierto que la Iglesia, desde los primitivos tiempos, desde la época de sus' precursores, dcsde ?-1oisé5, ha sabiùo cerrar lo? ojos; ha sidu contemporizadora y sagaz, ha .pactado con las debilidades de 108 contemporáneos. Los miembros del gigante son de fierro, Shl duda; pero en sus junturas hay goma elástica .
moderna.
-
lPor quú no púaría?hora la Iglesia tolerar en CÌâlù UIla debilidad, de la misrna manera que la tolera Moisés en el pueblo israelita? Nuestro pueblo, eomo todo pueblo educado bajo la influencia de las doctrinas del siglo XIX, Lienc Lambién snS debilidades, y en presencia de lo que pasa en nuestros cemonterios, su debilidad cOIlsiste en? escandalizarse, y en indignarse, cuando ve que se cierran las puertas de aquél al cadáver que llega en busca del reposo eterno. ?Y la Iglesia chilena, sucesora de Moisés, no toleraría esta debilidad? Si, señores, là toleraría, porque no es posible suponerla inl1exib]e. Precisamente, enda época en que se daba en Chile á la cuestión de cementeriosßI1 forma actual, nos llegab? del extranjero la noticia sig?iante:El conde de Girgenti, yerno de Isabel ntse quitó la vida en Laut?nne de un pisLoleiazo
",'
:-
24'
OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
comprendido
consiguiente, y su cadáver se. enconÚõ, por niega Bepultura entre aql!elloa á que el Derecho Canónico fué entêrrado en el ceen sagrado. Pues bien, ese cadáver espléndidos, pre'menterio católico', se le hicieron funerales aididoa por el Nuncio y el Santo Padre mandó por telégrafo su bendición. á Esta conducta rllé humana" y discreta; lo único que ella tenemos que observar es que no debería limitarse la tolepolíticas á que perte:necen rancia á las categorías sociales y 'f?"
los Girgenti. Diputado está fatigado, El señor Presidente.-Si el señor VodríamoB sùspenderla sesión. sdñór Errázarìz'(dowIsidol'o).-Nó, señor Presidente, i?' El puedo todavía hacer alguna.?.observaciones, aunque sea breVtÚnont"ê;y será con el objeto de presentar un postrer aspecto de esta parte de la eueBtión. Quiero suponer que en cierta época el Estado chileno sólo pudieran (hubiera. estahlecido que en sus cementerios sepultatse los ca?lávere8 de log católicos, es deoir, loslide del seno de la Iglesin. ,Quién aquellos que mueren dentro en vISta deda ruptura de la podríü impedirle que ahura, de una dis? unidad. de las creencjas nacionales, por medio posición legislativa, Y aún administrativa, abriese do par
,
á los cadáveres de ]08 que en vida proDn par las puertas ?Acai3u no podría disponer fesaron distintas cI'eendas? padda como mejor le pareciera de sus cementerios? lNo dueño ó como adalterar las disposicion?-s anteriores, como
.
ministrador de esos esÚtblecimientos? del Lo único que po?ría alcgarse,t; contra esa (acu]Lad Iglesia sobre .Estado sería el derecho de propiedad de la 108 cementerios públicos. Este sel'á un punto que trataré despuás dú'aprovecharme del ofrecimiento de levantar la el Honorable señor PresisesiÚn que me ha sido hecho por '
dente.
El
Beñor Presidente.-Se suspende
la
seBíón por
diez
.
'0"
minutos. Se suspendió la sesión.
d .
E.ERizURIZ H:
/l.
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16.
BIBliOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
242
kSEGUNDA HORA. ?:
El 8eñòr Presidente.?Contin'ûa la
sesión: puede seguír IIsando de 1a palabra el Honorable Diplltado po,' la Se:ri rena. (don El señor Errázuriz Isidoro).-Señor Presidente, he que nó declarado solamente perderia el Estado la libre disp?8ición sobre los actual?s cementerios, sino que vendria pUl' tierra toda nuestrà legislaeiÓn y Ins prácticas"'rela;' tivas"ã la materia, si se probase lo que sostiene 01 Honorable Diputado por Santiago, esto 'cs, que los cementerios' existentes son de la exclusiva propiedad de la
.r
I gI aSIa. .
'
Para demostrar 'Iue esto e? un grave error de Su Seño? ría, necesito ocuparme de la cuestión legal;Lá la que entro con harta desconfianza, y rogando al Honoroble Diputado que acepte mis observaciones como dudas que me permito someter á su benévola resolución. El señor Diputado por Sàntia,go ha Rent.ado en He.siones áÌ1tel'iores las sÌguiente::; proposidones: 4En primer lugar, so despoj a á la Iglesia de una propiedad '
de que está en posesión, sin oÍl'sela y sin que Se observe uno sólo de los trámites que establece la ley, que son los protectores )'}a garantía de los dt!I'echos de los parlidt,hues y de]a? comunidades, y se infl'inge la j u?tieia, et.c?j)
óPero hay además otra cosa muy notable eu esto y es que es falBO que el Estado haya dado un sólo marapedí para la adquisición de los cementerios católicos; y respecto dél de Santiago e8 constante y público que es la Iglesia la gu.e ha costeado r.ompletamente tanto el terreno corno 'el edificio.>) .La Iglesia de la Caridad, que se encuentra al pie del con-
vent.o de 8anlo Domingo tenia afectas como dote varias. c?sitas de 108 alrededores r esos arrienùos fueron ]os que se dëstinaron para el edifìcio fIel cernenterjo por disposicionesde la Iglesia. De manera que el Gobierno no ha dedo 1/n solt}
IIIaravedh>. A la Iglesia se ha hecho doñación de todos los cementerios)). :..
:?..
OBRAS DE ISIDORO
ERRÁ?.PRIZ
243
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,
En el primer término 'de esta cuestión legal ocurre preguntar: la titulo de qué adquiere la Iglesia? lLa Iglesia es cApaz de adquirir? Tal es In primel'a duda que me ocurre. Encuentro en el Código Cidl quo ha:y personas jurídicAs
en virLud de Decreto Supremo, y pe.rsuna? jur?.dica8 de derecho público, y temo mueho que 1a Iglesia no seã jUl'ídiea
persona en ninguno de esos dos sentidos. El arto 547 del Código Civil cita entre las personas jurídicas de derecho pÚblico, las iglesias, eS decir, las iglp.sias po.rroquialës, las diversas congregacioneg de fletes; pero no eolooa en esta categoría á la Iglc?ia chilena, 'es decir, á (a comunidad,.de 1m! católicos de Chile gobernada y dirigida por el Ilustrisimo y Heverendí> simo Arzobis{o de Santiago. Yesto no es niI'evo. Se ha creidQ de an?iguo que Son capaces de propiedad las parroqÙÜI?'ó congregaciones, y solamente' se ha' disputado si el dèroeho resiùe en ol clero ó en los fieles. A?i lo disponen las consbtucionHs {?e los cmperado'res romanos; no se reconOCe ese caráoter á la Iglesia nacionaL y ahora se presenta un nuevo género de duda: ?dc qué modo ha adquirido la Iglesia dominio sobre los cementerios? El CÓdigoCivil señala en Sil arto 588 los diversos modos de adquirir. Hago ? Hi?llado con desdén la teoría de la adquisición de dor?Iinio I)Ür consagración y bendieión, que no l'eConOm1 ni el Código Civil ni el mismo Derecho Canónico, Sé que la Iglesia puëde con?a??ar y bendecir los objetos, suyos que destina al culto, pero no creO que tenga derecho para con?agrar y bendecÎl' lo ajeno, y hacßr]o suyo: dar á IOH funcionarios ecle81ástico? el detecho de adquirir por consagración y bcndioÎflll, sería otol'gal'les una especie de patente de corso. Los modos de adquirÜ', segúll el arto 588 del Código, son: la ocupación, la accesióll,tla sucesiõnJ la tr'adición y la prescripción. La Iglesia no ha adquirido 105 èementerios por ocupaeion: para eH9 habría sido necesario qne los cementerios en llna época cualquiera lno hubiesen pertenecido á nadie, y que la Iglesia 101'5,-hubiese hecho entonces ?mym.; pero no ha habido nunc? un momento en que los cementerios hayan sido reB mil/iriS. La Iglesia no 11a adquirido .
l1li'
tampooo por accesión, por sucesión. ni por prescripción.
244
BIBLIOTECA lJE ESCRITORES DE CHILE
,
Ha adquirido realmente por tl'adicciónt como lo 50S. Uene el Honorable Diputado por Santiago ? Veamos lo que l
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ba sucedido en el cementeòo de Santiago, pOLejemplo. Su Señoría ha declarado que los cernenterios fueron cedidos i10te de un :\ la Iglesia. Al llegar å es?e punlo, debo lomar hecho que ha"sido materia de interrupciones. El Honorable Diputado'..por Santiago ha asegurado que DU existe del conescritura pública por la cual. conste que lo? fl?ailes Estado ]os ".terl'enos ,venta de Santo Domingo cedieron..al l?' verdAd, y no podía,! ser que ocupa él cement?r?o. Esa es de otra manera, porque en aq Llena época no se n8cesÎ taba de escritura pública para hacer una cesi6n, y bastaba la voluntad de las pa['tes manifestada de una manera,,l;incontestable. El Honurable Diputado por SanLiago ha hecho también ,referencia IÍ una relación del señor don Benjamín Vicuña Maekenna, de la cual resulta que en 1819 fué nombrada una comisión para que huscase un lugar á propósilo donùe á lo que disponía la)cy fundar. un cementerio, con arreglo del mLqmo añu y que la comisiÓn se compuso de los señore? Eyzaguirre, Salas, Groicolea y Manuel J oaquin Valdivieso. El señor Valdivieso encontró al fin un terreno adeCtladu al Qbjeto, el cual pertenecía al convento g!>ande de predicß? dores de SanLo Domingo. Hecha la cesión al EHtadu por. los reverendos padres ùe SanLo Domingo para la consLrucción de un cementerio que debía ser esLablecido conforme å la ley de 1819. y nu corno un establecimiento destinado al culto de Dios, parece que, en los años siguientes) hubo un olvido completo de las condiciones qne acompaiiaron dicha cesión. El señor VaJdiEstado, se había comprometido á pro"vieso, á nombre del 'porcionar á los reverendos padres el número de tumbas necesario para la sepultación de los miembros de la COIJlU? nidad.-Esto manifestará á la Cálnara que la cesión no era tan ,gratuita como se supone, porque importando cada nicho 30 pe80?, los diez ó doce que eran necesarios para la .comunidad cada uno de ellos representaban el valor que..en ,1819 podían tener cuatro C11adras de terreno.-Como acabo de decir, parece? que no se cumplió á los reverendoR padres
.
"
OBRAS DE: ISIDORO ERRÁZURIZ
245
la promesa hecha por el señor Valdivieso, esto es, la de darles todos los nichos que necesitaban, y entonces el prior de la orden, el padre Vargas l\lachuca, se presentó al Gobierno el aI?o de 1833 por medio de un .escrito en que
deda: .Hahiendo dado mi religión el terreno en que se fundó el Panwón ganeral, desde entonce? se han sepultado en 6110B que h?n muerto; pero no teniendo título de sp.pultura porque n{) se nos diú entonces, el Director de él so negó å darla una delicadeza que le es propia y justamente desea lIeval' aquel establecimiento en el mejor pié, como es notorio, lo voy verificando. Pide se conceda á su religión en el Panteón un lugar en que sean sepultados todos 1') sus ldjos, coruprendiendo los qlÌe tengan carta de heI'mandad? El Gobierno pidiÓ informe al aumillistradol' ùel cementerio; d011 Estanislao Portales y alrxÞadministradol' ?i?ñor Va1divieg(]" POl'taleg contestó en 16 de julio del misl110 año que no !enía co?ocimiento del asunto; y Valdivieso informó con '"fecha 23 del mencionado mes, en estoR térmmos: (\COIUQ uno de los cuatro cofni?ionarlos qne fuÍ para la uhra material del Panteón y el único qri'Óse hizo cargo de ella hasta concluida, fué también de sólo mi resorte y ßmpeño? 1<1 diligencia más constante en facilitar arbitrios para el co?to de un estahlecimi.ento que no c'ontaba ni con qué comprar siquiera el lugaI' uunde habría ùe situarse; prcsentóse entonces á la iùea de mi plan el más aparente por su tamaño y proporcionada cJjstancia á sotavento de la poblaciÔn? como es el paraje donde se establecí6, y que á la. sazón eJ'a un potrerilJo perteneciente al Convento Grande de Predicadores que tenian en lirt'ieIJdo para pastar los bueyes,que trabajahan en la obra de la Catedral; (Ie,de el momento tri.<;te de- negociar/o, consiguiendo al fin que. los prelados"los cediesf!n para nuestJ'o establecimiento con la cúTldi? ción de dades sepultura sin el interés que se. fijó para las demás comunidades'y corporaciones, á todos los religiosos do la: primera orden, asi se sancionó este contratfJ por el Protector del Pant..e6n, que lO;, erH entonces el señor ::\'ini?tro pOI'
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B(ßUOTECA DE ESCRITORES Da CHILE
finado de la Iltma. Corte de Apelaciones don Francisco A. Pércz, qui?n, inrnediatamentc, dió el Utulo ó documento necesario al representante del convento, que, según hago nlEmlOriat fué el finado padre maestro Valellzuela, no'i"me recuerdo ahora si como prior ó como procurador gene,'al, pero si que en seguida de este trato feliz me pos?sÙ.mé del terreno Jj dí principio ti los edificios) desPllés de emparejado y re/a.ccionadaslas lal'iasj es cuanto puede informar á V. S. el que sùscribe, como se le manda en su Supremo Decreto. (tDios guarde á '
"
ITa Id.""lCRQ.!'> La cesión
V. S. muchos años.-i}1anue( .loaquin
tuvo lugar con estos antecedontes, y lomó posesión del terreno el representante del Gobierno, scño[' Valclivieso.
Ya
ve, PU,85, la
Cámara que con psto? documentos 50
encucntra justificado el herho rle la cesión para la construcción del cemeÌlterio en Ja forma prevenida por la ley de 181Q., ã virtud de la declaración hecha por las dos partes [pÌe intervinieron en el negocio, esto os, por el cedente y el cesionario. N o hUDo más condiciones que la expresada ÙA la ooncesiÓn de nichos; se cedió, por lo demás, el teneno el Estado sin límites ni restricciones. El Honorable Diputado pOI' Santiago, señor Fab,'es, ha alegado que es natural suponer que los pudrmo; de Santo Domingo cedieI'an ese terreno ?olamente para la sepultación de los católicos desde que habían solicitado tumbas para los miembros de su comunidad. Pero desde que consta que el Estado pidió ese terreno para ha,cer de él
un cementerio público y común, un cementerio ajeno á todo objeto de adoración y culto. es claro que los padres predicadores, al hacer la c88ión, aceptaron este carácter para el cementerio. Parece singular que en el tl'ascurso de tiempo, desde 1821 á 1833, se hubiera "perdido la memoria de esa transaccÌón, hasta el pnnto de' haberse visto obligado el Gobiel'no ã pedir informe á los administradores del cementerio. Sin embargo, existe en?ellibro TlI de actas del Senado", un reglamento que se mandó insertar el 31 de octubre de" 1821, y que pudo habel: dispensado al Gobierno de pedir ese informe. "
OBRAS DE ISlDORO ERRÁZURIZ
247
En el eapítulo IV de
ese reglamento, después de estable. :30 el derecho de cerse pesos por nicho,.9-w'ante la construc,ción del cementerio, se agrega: ((ExceptuAndo el convento grande de predicadores, á quien el Panteón, por pacto expreso celebrado solem.nemente, le I'emunerabi:lla gracia que le hizo del terre_no donde estásitua" do con la obligación de darltl nichos cuantos haya menes.
ter pal'a los cadáveres de todu:s los Rn. PP. de su conve nto>>. Aquí tiene la Cámarâ, c1e nuevo, un reconocimiento por parte del Gobierno del pacto de cesiqn hecho en 1819. Per'o presental'é todavia un ducumento de 1823 en que consta'a voluntad de ceder de Ids RR. PP. reeonociendo al Estado como dueño del cementerio. Es una escritura pública de la venta heeha por los padres de Santo Domingo å don Enrique Campino y don Pedro N. León, de la finca titulada La Viña rll: Santu Domingo, con recha 17 dc mayo del año expresado. La èlåusnla sóptima dice así: (<Los terrenos que hoy disfruta el Estado en el Panteón y en otros dos edificios tras del cerro Blanco y la fábrica de pólvora se devolverán al convento con todos sus útiles y adelantamientos, en caso de que se haga su devolución, sucedícndo lo mismo con el cuadrn del terreno que ocupan las plazas que se les deja por el tiempo de sus vídas, debiendo Lambién volverse al convento por su falleci"
miento...", De
manera que tenemos un dooumento de 1821 en que consta la voluntad del Estado de aceptar la cesión de terrenos hecha por los 11. R. PP. del Convento Grande de Predicadores para Ja conskucción de un cemeutcI'Îo pÚblico, y una e8critura pública de 1823 en" que COIlsta igualmente la volnntad de los RR. PP. no de ceder å la Iglesia, como sostenía el ijonorable Diputado por Santiago, el terreno del cem??terio, sino el reconocimiento hecho por éstos de que ese tiirreno fué" c.edido al Estado, quién, según dec.laran los RR. PP., disfrutaba de él en 1823. El Honorable Diputado por Talc.a, señor Letelier, en vista de los términos de la cláusula á que he dado .lectura,
(
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHII.E
llegó por un momento á creer que pudiera haber habido una expropiación de los terrenos del cementerio; pero pare"' ce que resulta claramentc de aquélla 'ue en 1823 abrigaban todavía los padres del convento grande de Santo Domingo la esperanza ùe que el Estado renunCias.B por algún motivo á llcvar ådelante la construcción del c'èmenterio, y para cnando llegase este caBO se estipuló qÜe esos tcrrenO!i
:1
fuesen devueltos por el seJwr Campinoal convento. Ahora, re"pecto á los gasto. hechos por la Igle.ìa en los cementerios, confieso á 11-1 Cámara que no he eILcontra.tlo constanciaße ninguna especie. De lo que hay co!,stancia á es de una donación do propiedad e., hecha por el ,Estado favor del cementerÍo. -. En el mismo libro lB de acuerdo. y actas del Senado 'ue he cjt?do antes, se encuentra constancia de que el Gobier?Jl no. ceùió nuevo cementerio! con fecha de 30 de julio de 1821, los terrenos que se hablan resel'vádo á favor del anti. guo Campo Santo, pudiendo los encargados de la obra ('ea(<Y 1izaI' su vcnLa en la forma qne A?timen conveniente. como se suscitara opoHÎción contra eS(l medida dé parte del administrado l' del H ospit';l de San J?an de Dios, se reit.eró la orden de 15 do diciembre del rnismo año1 'expresando que nadie negaba ni habla dudado que la poteslad civilpodía a.cordar la subrogación de obras' pías en equiva.
.
.{',
lentes>>.
]os.'li1,'os de la 'Junta de Beneficencia' hay cOllslancia de los diversos gastpshechos COn fondos fiscales en 'el cement.erio; y en el BoÛtín de Leyes hay,?entre, otras dispo-
En
sicionü?, un decreto en' que se comisiona'òl arquitecto BrunefdeBunier pàra"que t.omo el plano de ciert'as re[01'-
.
e?n efecto, fueron eje. mas que se pensaba ejecutary que, outadaspor cuenta del Estado cn In capilla del cementerio. Tengo en m i poder una è'scrÍtura de la compra dp. terreno para la constr-b.cci6n del cementerio d? Valparaiso, o'xtendida'en el mes de'juniå' de lH25;pero no le doy lectuf'U por no molestar á la HoÍiò?rableCámara; pOI' ella cori?ta que el cementèrio de Valpar'jiíso se hizo, lo mismo que el de Santia, con fondos del Està'do. i!Cómó puede :;ostenerse enton.lgl?sia por tr?ces, que los cementerios pertenecen â la
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OBRAS DE ISIDORO ERKÅZURIZ
dici6n, cuando esos terrenos fueron cp.didos p'or los prHlres de Santo Domingo al Estado, como en Santiago, ó comprados con fnndos del' Estado, como en Valp ara!so 1 El Honorahle Diputado pOI' Santiago abandonando el so?tpnido, en segundo terr'eno del derecho de la Iglesia. ha el Estado término, que 108 cementerios Hon ùe Dios y que no puede Lener dominio sobre ellos porqudestán fuera del opiniÓn el comercio humano y ha citado, en apoyo de esta artículo 586 del Código Civil, que diceasi: el (tArt.586. Las cosas qUB han sido consagradas para '-èl Derecho Canónico>>, culLo divino, se regil'án por Hespecto á esteartículo, se me ocurre una duda que so? del SeñGH' Diputado meto lamhién á lo. benévola.',:,atención sentido<?el correcto y sabio IODgüÜ,por Santiago. ?Er' qué di? La, señor Bcllo1 ha dicho <'cosa? cotlsagI'adas al culto .
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QU1PI:Osuponer por un instante que el ?eñof llello haya tomado en este caso la pa]3 hra consagrada sino en Sl1 acepá cierto uso por ciÓn vulgar do ùodieación de una cosa podría vohmtad do su dueñuj en este C380 es claro que no prescripción del aplicarse al cemenLeL'ÎC? de Santiagu la 1a volun?_ad de articulo, pu?sto que el Estado no hu tenido 10 prueba la ley dé-181U, consagrarlo al culto divino1 corno Igle?in pretender la existencia y mal puede entonces la de tal consagracIÓn. porlido Pero es preciso reconoCer que el señor BeBo no ha acepción técnico, cmpleal' ]a palabra consagrada sino en 811 de Dios, en es decir, de dedicación de llna Gosa al serviÒio l'eligión. virtud de ciertas ceremonias determinadas por I? h:;w sido consagrados. en .;Es <lsi que los cementerios ilÇl a'plicacióná ellos el ."este Último sentido, luego rÎn liëhe Santiago. artículo qua citaba el señnr Diputado por el arto Su Señoda, ha citado, en apoyo de su opinión, .
1\
? ": 687 del Código, que diee: ea cementerios?';situ8ùOS <$EI 1.1.,<;0 Y goce de las GapilJas'y posesione? particulares y accesoriá:s á el1as, pasarcí junto con ellas y junto con los ornamentu?",va:;os y' demás obje6 cementeriOB, á las tos pertencèicntes á dichas capillas
personas que s'ucesi,.ameiÚ.e adquierun las POSCfiioqc!;en
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BIDLIQTECA DE. 1!?CKlTORES DE CHILE \
que están sitnados,á menos de disponerse otra cosa por testamento ó por acto òntre yjvos?. ,.EI señor JDiputado dice que este artículo confirma Ja doctrina de que los cementerio? no están en el comercio humano j? que no son sus?eptiblesde dominio. Yo creo, por el contrario, que esta disposición es el reconocimiento palmario de que los cementerios estáu en el comercio humano y que son ?mHceptibl8s de dominiuJ-pueslo que el art.587 lo quc hacc es prescribir que el dominio, ô en otros térmil1ús, el uso y goce de las capillas y cementerios parUculares siguo, en ca1idad de accesorio, al dominio del torreno en donde están siLuados. Y además so opone á que por testamento ó por acto entre vivos, se puede disponer de e80S establecimientos y darles el destino ,.que se quiera, y aún destinarlos á otra cosa ó degtl'uírIos. El art. 587 habla de] usoy goce quepersonas particulares tienen en capillas y cementerios, luego ese artículo admite" expresamenle el dominio. Est,ahIece á este respecto la regla de que, å ménos do no disponcr otra cosa por testamento ó acto ontre vivos, eSe dominio será accesorio. En virtud de testamento ó acto entro vivos, eSa regla puede desaparecer y quedar sometidos esos hienes á las reglas generales del dominio. De modó' que:el artículo confirma la doctrina de que esos establecimientos se encuentran en el comercio humano. Esto rospecto de 108 cementerios particulares. Respecto de los cementerios p{)blico?. me ha parecido Diputado al negaba oir señor el hecho de que el Estado que está usando y disf;ulando de los cementerios. Señor ?no us'a el Estado çle los ceuumleI'ios? No ]05 usan exclusivamente los funcio!Jal'ios que r?prosentan el Gohierno? pero el Estado usa de ]08 cemen'teJ'ios1 como usa de todos los demás bienes nacionales de uso público. Todos los miembros del Estado, todos ]os habitantes de Chilê';son sÓpultados en el cementerio. El señor Diputado niega quc"el Gobierno'goce de los comenterios públicos. Probablemente Su Señoría desconoce un hecho importante) y eS que el ccmcnterÎo de Santi{lgo, por ejemplo, produce una utilidad en dinero que el Gobier-
Wi1
OßRAS
DIo:
ISIDORO ERRAzURIZ
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n? está disfrutando. El presupuesto de entradas y gastos del establecimiento en 1876 ha dado el siguiente resultado:
Eutradas.." Gastos'..
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$ 29,986 10,116 .""1"--""",--
Total,
.
.
.
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.
.
.
.
..
$ W,8íO
De modo que el Estado está disfrutando anuolmente de la Suma de 19,870 pesos, que ßf}uel generalmente dedica, á auxiliar á los demás estableeimientos de benefieoneia. De manera que tememos aquí los dos elementos dol rlomi. nio: el uso de los cemcnterio? por el Estado en la forma en qu? se lisa de todos lo? demã? bienes nacionales, y en Heguida el goce de los benefioios materiales que produeen como
especlllación.
Permítame la Honorable Cámara detellerla todavía UII rnome"hto en,?sta parte de la cuestión. La. Iglesia,según los Honorahles Diputados oOllservado. ('?S, eS propietaria de los cementerios; luego]a Iglesia puede retirarlo8 al Estado el día que quiera. Es evidente que junto con c1l0s la Iglesia reclamaría, en ese ca,iO, los caidos, y con harta justieia. De suerte que la Iglesia, merced á esta o'dootrina! habria descuhierto una verdadera isla de Chincha e.n el cementerio de Santiago.
tNo encuentra la Cámaia un peligro
.,
en esta doctrina del
derecho de la Iglesia sobre los cementerios públicos? iNo comprenden mis Honorables colegas que una resolución imprudente á 'este respecto podría ponernos en el mismo camino en que estuvieron los peruanos el año 64 respecto de la expedieiÓn cientifiea de PinzÓn? Señor, podía haber hecho abstracción de todos estos argumentos y colocar la cuestión solamente en este terreno. lÏ\iega el señor Diputado que el Gobierno adminjstralos cementerios? Su Señoría no intental'á, sin duda, hacerlo. y pregunto yo: idesde:cuándo es el Estado, por la ley civil ó la canólJ.ica. administrador de hienes de la Iglesia? lIgnora el señó? Diputado que la Iglesia tiene adminish'adores designados para sus biencs, y que esos administrado?
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
los obispos, párrocos y abades? lLa Igl(j,ia habria pérmitido, sin protesta y ree1amación, quo el de Estado hubiera estado usurpando sus atl'iblH:ioncs
rps naturales son
administración?, el Mi, Honorables colegas saben perfectamense que disposiciones expresas Derecho Canónico tiene también respecto del modo como se administran sus bjenes Y' resexigeo ?Cuáles son la? cuentas pecto de las cuentas que Igleeia? <Dónde están, anuales que eJEstado le ha dado ála 'Ias pruebas de que la Iglesia las ha exigido? iNo cs;evi-'< Iglesia, tan celosa siempre .-lente COUlO la luz del día que la el hecho por la guarda"dc sus derechos, hareconocidoj por ]0. administración. civil, de admitir sin difICultad Id reclamo que el Estado es el dueño de los cementerios? Santiago afirmar' Creo haber oido al Rsñor Diputado por de paso que el GobiernQ adminLo,;t.l'a los cementerios en virsé tud de no sé ql1é facultad a,lherente aL patronato. No podido decir Ol,a} como el señor Diputado por Santiago ha saÚc perfectamente que el patrÇlcosa, porque Su Señoda de nato 00 da derecho inmediato para lR arlministracíón los bienes de la Iglesia: da solamente derecho negativo, bienes son Cura bene/icii, vigilancia sobre el modo como esos adrh.inistrados por la Iglesia. Pero la racltad de adminisjamús en traé bienes eclcsiástico? no ha sido reeonocida 'C ravor del patrono. De modo, Meñt)r President.e, que me basta colocal'me en el este terrenO de lå admÌnistraciÓn de los cementerios por Eslado para asistir' á todos los argumentos de mis Honol'ables adversarios. La administración del Estallo es el rcf,Opropiedad nocimiento má, espléndido de ',u dèrecho de .
.....
sobre 108 cement.erios. de sus facultades de administradm' de los .?. En ejercicio Ilomb're del Estado, el Go hierno habría podi? cementerios á do 7.Rnjar las difièu1tade? que presenta la cuesLión pendienDipÌJtado por- Santiago, señor Prado te. .EI Honoraùle Aldunate, hFl tcuido mÜchá razón?}p8I'a pensar así y.' para debiÓ' decJa['v'r, en la última sesión, que el asunto ,pudo y el ser råsùelto administrativa'monte. Pero el hecho es que Gobierno no b? tenido á bien"'procedel' en el sentido incli?
X'
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OBRAS DE ISIDQRQ ERRÁZURIZ
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dJbreto la obra inien do flor Su Señoría y completar por Congreso ciada en 1811 y 1819; y en semejante situaeíón el se ha sentjdo llamado á tomar la cosa en su mano, por de deber y en resguardo de los intereses de la humanidad y
la paz. La cnestión ha sido considerada también por el lado con?titucion31. Se ha dieho que el Presidente de la nepúhlíea jurå obel arto 5,0 de servar y proteger la religilm católica y que deter? nue8tra Carta fundamentHI, en 8U furma primitiva, apO!?túlica, .:?mina que la religión riel Estado es la eatólÍca, ejeroicio pÚblico de cualquiera romana, con exelusión del -:;,
otea. tc11juramento del Presi? Bien, vero no sé ha?ta qué punto d<',nte de la Repúblieo pueda afectar á los miemhros del Congroso en el ejereicio de sus funciones legislativas. Yo creo que podemos y debemos cumplir nucstro mandato con independencia del juramento y los debere? que ejerzan " sohre el.J efe del Est"do. de la Repúhlíco que el Presidente No obstante, al jurar ohHgado á observará J protegerá la religión católica, l está la. obser.compNmdcr esa reUgión como la comprenden y c.Es así comu van lo? miembros del partido conservadOl'? Chile, desde la han comprendido siempre los Gobiernos de tiempos de Egai,a y Tocornal, hasta los do MonLt y .
,
]u' Enázurìz? oficial de l\luj' lejos ùe eso; las pretensiones del circulo la Iglesi:J. y las disposiciones del Derecho Canónico ?e han principios fundaencontrado á menudo en pugna con los caBOS lnentalcs del Del:echo Civil moderno, y en todos estos el conl1icto ha sido resuelto en favor de lo ley y la doctrína gobtJrnantes no han civil. Los más ortodolos de nncstro? el hoy vacilado en esas situaciones, han tomado partillo que de la Iglesia y del se considera contrario á las doctrinas catolicismo. ?Necesitaré citar'
?Ignora álguien que por ejemplo, la nuestros Congresos y Gobiernos han fijado, edad para las pI'ofesiones religio?as de distintas manera .
CasoS especiales?
que lo Iglgsia? -"-
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DR CIlILE
lCómo debe entenderse la ve,'dadera proleeeiÓn á la Iglesia? l Reeonoeiéndole dereeilOs que no le perteneeen y aceptando en todo caso .sus inspiraciones intolerantes;ú obljgánd?la' å' I':econciliarsc c.on cl'espíl'itu y la8 formas mõdernM? :-Nuestros Gobiernos han creído que sirven mejor al catolicismo, impulBándolo á po nerse á derechas con los 'progre;os del siglo, De todo lo que he tenido el honor de exponer á la" Cáre!:uilta quê la Iglesia no puede invocar ningÚn dere-
mara,
cho propio en materia de cementerios; sn intervención en esos establecimientus proviene fle una usurpación audaz d? atrihuciones de la autoridad civil. Se ha hablado, en c?mbio, del derecho de las familias. lQué ..otras cOSaS queremos :r1Osotros? Nu?stro deseo Cg que si los se deje á cada dueño' de tumba árbitro de decidir miembros de la familia que fallecen deben ó no ser sepultados BIlla sepultura en donde reposa ó reposan los hucsos do lus demás deudos; si la unión que entre e110s ha reinado en ...' la vida debe contInuar en el sepulcro. No e:i otra. cosa lo que pretendemos. Esta e8 una cuestión que debe ser resuclta, en caso especial, por mil delicadas consi deraciones y por íntimos sentimientos que tiene?: pOI' santu3I'Îo el hogar-y de que son juJôesúnicos y naturales IlJsmiembros de una familia. ,Encuentran eUas que hay razón para manteneI" en l?tum? ba la unión que sus hijos han observado en la. vidatJ\'fanténgala, cobijándolos bajo una misma tumba. ,Encuentran Sepárenlos en que ha llegado el easo de romper esa unión?
.
la muerte. En cambio, lo que los señores conservadores proponen es que se obligue é los padres de famBia á romper en la 'muerte la unión que los luiembros de el1a mantuvieron en ir la vidal A propósito de e.to, deploro altamente que .e haya querido hacer intervc8ir en esta cuestión á la sociedad femel'/: nina de Santi?go. lSeha manifestado eon clal'ida<l y eon. sineeridad á la" dignas matronas de Santiago el estado de 8sta grave cl1es.
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OBRAS DE ISIDORO ERRJ.ZU,KIZ
t.ión? Nó; se les h<i hablado de ameriàzas sus creencias
,:êligim,as.
Ý de pelígros pata ;
hubiera procedido con la debida lealtaù, ise hábl'Ía obtenido el i'esulLado que hemos visto? ? Sllpónga':ie.'ilH! ?ø huhIera dwho á Una de las madres que han?Jìrmado la representadón al Presidente de lã RepúIJJiea? señt;ra! lo que se trata ahora de resolver es si lostiernos y desventurados $eres, á quien('s, junto con la vida dais la muerte, han de ser arrojados eOrno inmunda escoria á una ignornda fosal como.]o pretenden los rep re?entantes del Derecho Canónic07 ó si irán á aguardar en la se. pultuI'a de familia que les devolváis el abrigo y el carÌi1ò que le negÓ vuestro pecho? Snpóngase qlH;? se le hubiera dicho todHYíH: 8cñol'a, llllO de los hijos, de vuestra alma puede mañana, siguiendo los senderos de la ciencia moderna, 'llegar á soluciones contrarias á las que recibieron de ?us antepasados pal'a nl10 delos grandes problemas moralesy religiogos, y desdeñando el reCUl'SO de vil hipocre? sía, morir en t'onfol'midadcon su profundoconvencimiento; ?aceptái5 la sentencia del Derecho Canónico y d?l fanatismo que condena los rcstos de ese hijo querido á ser arrojado lejos del lugar en donde deseansarán los vuestros? ,Accptáis que á nombre tle irnplacabl.. doetrinas $e o" condene á romper después de la muerte lazos que en vida consideráis sagrados é indisolubll'sr Ahl, si la natiu'aleza hablase de'j;tro del c?razón de esas señoras, contestadan rechazando las pretensiones inhu? maIJaS del fanatisIllo. Si contestasen en distinto sentido. cntónces no nos quedaría más que inclinarnos gimiendo y deplorar los tri};tes cre('.to? de ciertas doctrinas que tienen la horrible V1I'turl <le eOllvcrtir en santo pedernal]o que ha?y de más lÍel'nó y delicado sobre)a tierra: el corazón de las
Entretanto, si
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?
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se
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--'o,
madres. .. E.çtrepitoso8 y prolfmgado8 aplau.so8 en! losbanco8 de los TJipuwdos y en las goler!os.
El geñor Presidente.-Yo debo advertir á los señores Diputados quc, aunque los conceptos del orador, puedan ser IllUY aceptables, no es conveniente baeer manHestaciones, que traen consigo las de )a harra.
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El señor
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
Ro.zas.-Imposible, señol' Presidente,
Rodri{{u.t?z
en ciertos momentos. Varios señores Diputados.-Los Diputados pueden... < El señor Presidente.-EI Reglamento no distingue entre lus Diputados y la barra: prohibe toda interrupción. El señor Arteaga Alemparte.-Es cierto que el ReglaDiputados y los asistenmento no hace distinción enkelas tes á la barra; pero también lo es que hay momentos en gritos al alma que la elocuencia de un gran orador ,arranca y es imposible permanecer ?.i}encioso. El señor Presidente.-Com"iJrcndiéndolo así, señal' Dipu-
tado, no he invocado eI'Reglamento... El ,eñor Arteaga Alemparte,-Sobre todo, señor P,'esiden te, cuando setrat,ade IuanifestRciones que no hieren, ni ofenden á nadie. El sOnar Presidente.-Po [? eso me he limi?ado R invocar la prudencia de los señores Diputados y de los señores asistentes á las galerias, que no deben olvidar que toda manirestación es un desorden y una raltaalReglamento.. ..' Puede continuar el Houorable Diputado por, la SereÚa. El señor Errái?riz (don Isidoro, continuando}.?Señol' PresidenteJ aprovècharé los cinco minutos que quedan de 88sión para dirigir á los Beilores conservadore:; UIl eOIlsejo de estrategia, y es que no comprometan en,Jas priIl1eI'a? operaciones de una campaña su reserva.' La mujer es en Chile, el ejército de la religión y re,erva del partido conserlA han comprometiuo vadol', y 105 señor?s conscrvatloreH esta vez con demasiada precipiLación. La reserva de los partidos coma la de los ejé,'eitos, debe guardaffie para el Último caso, como postr'er recurso; porque las reserVaf; solamente 8qn fuertes en la defensa, del hogar. Los señores cOllservaßores deben tener presente la última guerra frandejado: co-alemana, que tantas lcecioTlps de estrategia ha?, á los hogares; no fué' hacer la landwhcr quedó cu?todiaJldo' ,1; ? guerra en la fronLeI'a ñi más allá' de las fronteras. cOIlsen;âdores la La experiencia pruc:ba á los seÎlOres ?'!f ,:r\i onort?.midad de mi consejo. .,' çpmetieron la m!srna faltade comprometer' cuan? .E?.,1865 do no'había'peligro para los intereses de la suciedad ó la re,
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ligión, su reserva femenina. Con motivo de la reforma del arto ?.o de la Constitución, echaron mano de ella, y la hicieron experimentar el más bochornoso fracaso. Ahora vuelven á incurrir en la misma falta, con grave peligro de que el recurso se h's gaste para siempre. Los partidos no necesitan solament.e de fe y de honradez para vivir; necesitan tam,bién de táctica, de estrategia. La presente cuestión, como la de 1865, ningÚn derecho ataca, nada innova; se limita á sancionar lo existente, lo que todos los dias sucede. ,Para qué entonces esLe grito? ?para qué estas a?armas que nada justifican? tQné resultado dieron en18651 ,No siguió Loùo despnés en la más completa calma y tranquilidad? Lo mismo sucederá con esta ley: las dignas soñoras de Santiago se persuadirán, una,vez más, de que se las excita sin el menor motivo. \?No es en tonces una verdadera imprudencia gastar este recurso? Señur PresidenLe, si la Cámara desease prolongar la se..' sión unos veinte minutos más, concluiría cOn lo que mß
queda que ùecir.
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EBRÁZUILIZ
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Cuestión de Cementerios,-Il '"
SESIÓN DE 29 'DE OCTUBRE
DE 1877
El señor Errázuriz (don Isidoro).-La extensión que contra mi voluntad ha tomado el discurso que vengo pronunciando desde la penÚltima sesión, me obliga á principiar hoy Con un breve resumen de la cuestión, como he tenido el honor de presentarla ante ]a Honorable Cámara. Persiguiéndola en el terreno de las disposiciones del derecho, á traves de la historia del Îproeedimiento administrativo, â la clara luz del sentimiento público, me he pel'Tnitido establece" que la cuestión de cementerios está zanjada definitivamente en el sentido de la libertad por los tres grandes factores que gobiernan la existencia de un pueblo: por la ley, por la conciencia Ilàcional, por los aotos de )a autoridad. En mateda de leyes, ha citado las de 1811 y 1819 que han esta.blecido los cementerios corno institución pÚblica, común y laica, ajena de todo carácter de adoración y de culto á Dios, Con la historia.de los últimos cincuenta años en la mano, he manifestado que las autoridades del pa,??, desde el .Presidente de la República hasta el úJtimo de "IS subalternos han estado profundamente peneLrados del convendmiento de lo que pudiera llamarse la laicidad de los eementerÌ os. En esto la gran centralización que es la base de la organización administrativa de Chile ha servido ó. UIla caus& de "
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OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ ,
civilización y dc humanidad, porque el impulso que se dió en 1811 y 1819 Y que repitió el gobierno de 1871 con el famoso decreto del21 de diciembre de ese año, ha ido romo una corriente eléctrica á repercutir hasta en las últÜnas ?lIbdelegaciones dao )a república; y me atrevo á sostener que en cl dio no hay funcionario pÚblico alguno que no comprenda que es de la mås estrieta justicia y de deber imprescindihle dar albergne en los cementèrios á los cadáveres de todos los imlividuos, sin distinciÓn de creencias ni eondiciones de fallecimiento. Ganada la cuestión ante la ley y ante la autoridad, me atrevo ñ sostener que está ganada también anLe la opinión pública, ante la Cámara y ante el mismo 'partido conser.
vador.
He citado, señor Presidente, declaraciones del diario oficial de la Curia, de la Revi..la Calúlica de las cuales resulta generosidad (Iue la Iglesia, obedeciendo á sentimientos de y de tolerancia, ha podido ljermitir en diversas ocasiones el sueño del reposo que el cadáver del impenitente dueI'ma eterno alIado del cadáver del creyente, y he citado el hecho de que, encontrándose insepulto durante setenta y dos horas el cadáver de uno de lo. proscrito. dcl Derecho Canónico en la ciudad de San Felipe, el arzobispo de Sande tiago dió por telégrafo al pán'oco de esa ciudad ]0 ordén no op"nerse á que 108 restos fueran inhumados en la tumba de la familia. A propó.ito de esta cuestión de San Fclipe en 1871, creo I justo, en honor de la prensa con?ervadora, citar las paladé 1871. 3 bras del Mercuriò de Va]paraiso del de febrero
Dice así:
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opinión ha comen<<Entretanto, sepan los párrocos que la ?chacando zado á alarmarse con los hechos que se les viene del de poco tiempo á esta parte. De.de la inhumación querido ponerse en coronel Zañartu parece qne hubieran aquel triste abierta COn el espiritu de toJfJrancia que
pugna
todavía, cementerio5 se estimó con el Gobierno, cuyo decreto gobre generos81 de como una concesión, si no completamente humanidad y dfJ decencia.>) sltceso puso
en palmaria evidencia, y más que
eso
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260 ,?
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
En presencia de esta solución dada ya á la cuestión ee. menterios por el triple acuerdo. de la ley, la autoridad y la opinión pÚblica de diversos' matices, os natural pI'egunLarse les sos.wnible la pretensión conservadora? lEs cuerda la actitud que las autoridades de la Iglesitt pretenden asumir -cad?'i'vez que se leR pide para los restos de un enemigo religioso ó poUtico el pase para el cementerio? Es tolerable que, cuando una naCión ha hablado por los diversos órganos que constituyen su vida y su soberanía, ,insista ]a 19lesia en conservar en sus manos una., j urisdiéción usurpada, que no es más que un medio _de venganza contra sus en?migo8! que no puedo producir otro resultado positivo que el escándalo ): que no le sirve p ara impedir las sepuItaciones, sino para impedir las sepultacioJle? en paz? La actitud de los dQs grandes bandos que se disputan el triunfo en la cucstión,ëcemcnterios eatá ya completamen.te .
definida. Por parte de las autoridades y por parte de la opinión pública existe el propósito inquebrantable de mantener el hechu actual, de impedir que ningÚn cadáver sea apartado por mano intrusa, por mano p1'ofana ô eclesiástica, del lugaJ' de reposo que sus dcudos lc asignan cn el cementerio. La actitud do las autoridados eclesiáslicas á que el par-
tido conservador presta caloroso apoyo está, también, á 1<< vista de todos. La Cámara conoce la serie de categorias deý individuo? que el Ilmo. Obispo de Concepción, órgano aulorizado do la Iglesia, excluye en su famoso escrito de 1872 del benefi"io de la sepultación en la parte habilada de 'los a"tuales cementerios, ó más propiaulenLe hablando, las series de categorías de individuos contra los cnales el Ilustrisimo v ,Reverendísimo. Obi8pO ha dêèlarado que el clero se encuentra dispuesto á dar batallas en las puertas de los cemen" (
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terios. Las personas á quienes no es posible convencer con mefaS consiùeraciones de humanidad y de justicia eterna. deben persuadirse, con esa lista de proscripción ante sus ojos, ?de
que no es solamente el interés de unos cuantos indepenùientes el que se halla comprometido en la cuestión. Exami-
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OBR^S DE ISIDORO EI<RÁZURIZ
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nando con alguna detención el alcance de ãlgunas ùo las caLegorías del Ilustrisimo Obispo, verán que son jnfiniLos los perjudicados, y que los excluídos del Derecho Canónico/se cuentan por. millares; y es de esperar que este convencimiento ha?á llegar á sus alnïas el grado de indignación que es necesaria para que OonCurran á ùal' á la cuestión en debateJla resolución pacífica, bumana y digna del EgLado. Sin exageración puede afirmarse que ell la clase culta de nuesLro pals, es mayor el núÎnero de los amenazados que el de los inmunes ante el Derecho Canónico v ante el Ilustrí? 8imo Obispo d; la Concepeiún. En la sesión anterior tuve ?el honol' de dar lectura á la 1Ìfita completa de,_categorÍas cxcluhlas; ahora me propongo manifestaI' la gravedad y la exLensión silliestr-a que tienen algunas tie ella?. Prindpiaré por esLablecer f{ue el IInstrísimo Obispo de la Concepción no ha hecJlo IH!O de todas las facultades que le da el Derecho Canónico, porque no figuran en Su lista dos clase.,; de individuos privados de sepultacj6n en sagrado, los que prestan dinero â interés, y los artistas que ontreLieneiÍ el ocio y di?lpan las preocupaciones de la sociedad; IOB banqueros y los cómicos, Entre las elases excluidas de la lisLa del Ilugtrísimo y Reverendísimo Obispo, figura la siguiente, comprendida en el eapítulo 10: .á los que consta pÚhlicamenLe que no han recibido una ,vez al año el Sacramento de la penitencia ni la comunión en,da Pascua, y mue"ren sin dar señales de "
penitencia}).
No me detendré á examinar cuanta extensión puede darse á esta cláusula, pero se hall>> incluida en c]l? cierta categoda de"?.geÚte8I'especto de la? cuales hay que llamar la ateneión de la Cámara y del país. Mis Honorables eoltgas saben muy bien que hace tres años, á consecuencia de haherse dictado ciertas le)'t's) el Ilustrísimo Arzobispo de Santiago expidió una pastoral ordenando  los eclesiásticos de sus diócesis que negaran el acceso al tribunal de la penitencia á lU8 miembros del Congreso y del Ejecutivo que hubiesen tomado part.e e,D la formación de esas leyes, COIno asimismo á todos los jue?
..'.-
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BIBLIOTECA DE
ESCRITORES DE calLE
Ii!
ces que las ap1ica8?n. ,Cualesquiera de e?tos funcionarios eongresales;;'Minist.roH Ó jueces, que Uegare á fallecer sin
haher extendido antes por escrito una retractación infamante, se enc.ontraría, por consiguiente, comprendido entre lo" proscritos del capítulo 10. Ya ve la Honorable Cámara que no solamente es necesario I'eivindicar los derech(?s de Ja humanidad y la civilización conlra los propósitos de la Iglesia, sino que también es indispensable poner á salvo' los derechos del país para dictar sus leyes con completa independencia de toda presi6n, ya sea exterior ó bien provenga del fanatismo inte?no. No 0.-3 deCOt'080 que la Cámara'deje á sur:! miembros y á los del Poder Ejecntivo y Judicial bajo la borrible aménaza de que, en los días que s?guirán á su fallecimiento, habrá en sus hogares tOl'nos de sus restos escándalo Ó lucha, veu .. alafma y desolación. He aqui; señor Presiùentc? comO el número de cfI.bczas amenazadas no es pequeño y corno no solamente bay peligro para la honra y la paz de los individuos, sino tal,-!lbién para los derechos y los luerus de la soberanía del Estâdo. Deue tenerR8 presente, además, que estos alboI'OtoB á la puerta de los cementerios, no ofenden á aquellos á quienes la justicia canónica los impone como castigo. La cuestión no es Con los cadáveI'es de los ímpios ó impenitentes. Con los muertos no se pelea; IOH dolores lnimanos no les alcanla"s familiaH, con laH zan. La cuestión es con los vivos; con madres acongojanas por la muerte trágica dé un hijo querido, con los hijos qb:"e, arrodillados en torno del cadáver, esperan temblando ellaUo deJa curia. ?. A todo csto hay que agregar consideraciones' que arrá'nean ùe la situación especial de nuestra polítioa y del caráctdr de la contienda de nuestro partido. "" alguien lIgnora que se encuontra sólidamente establecido 'en el país un partido que tiene muchos elrm?ntos de influencia, que sÓlo carece de partidarios, y que tiene confiado á los párrocos el cuidado de reclu-. r' tarlos? En circunstancias ordjnarias no tendría yo una palabra que hacer oir á ese respecto. Como miemuros de la Iglesia, .
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Curas derecho de tomar parte en las elecciones. y aÙn de emplear el confesonario yel púlpito en servicio de
tienen
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sus ideas.
Pero la cuestiótl es más compleja. El cura es un funcio)T por este nario pÚblico, es el encargado del reg;strò civil, sólo hecho tiene en sus manos el arma tremenda del pa?'e, á mediante la cuál puede permitir que un individuo llegue la tumba en paz ó hoeer que \legue envueUo en el humo y al ruido de las 'pasioJle? y de los odios. El país se encuentra desde años atrás seriamente comprometido en la noble empresa de colocar el ejercicio del derecho de sufragiu fuera del alcance ùe las influencias U8urpadoras que han sido hasta aquhbastante poderosas para
anulado. Grandes esfuerzos han :sido hechos p ara romper en las de la intervenmanus de las autoridades civile? las armas haJladispuesta á hacer los ción, y sopongo que la Cámara se sufragio'contra los que lo mismot1 esfuerZOH para amparar el sino amenazan no solamente armados con la auloridad civil, también con la del Derecbo Canónico y de la tradición reli.
glOsa;
párrocos van á entrar ó. la contienda e1ectoral revestidos de]a inmensa y pp.ligrosa facu1tad de infamar la me? moria y de perturbar los hogares de sus adversarios. lHabrá muchos de ellos animados de espíritu c;ristiano, que deber sepan distinguir entre Sil scntimiellto'iPolítico Y su religio5o?,tExisten muchos que conozcan que es preeiso de los amigos yel de medir con ]a misma vara el cadáver Lo!'!
105 cnemigo8
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Hermoso espectáculo sería el que presentasen los fundo? si lograran mantenerse! en lo llario5 ecle?iáslico-civiles ß más vivo de las futuras luchas electorales, esa. altura de el legislador no púede partir política y de humanidad; pero de excepciones, ni P..s aceptable que al discutirse un proyecse haga eapital to de ley en el seno";lel Congreso de Chile, de argllmentación de la benignidad evangélica de les párroexperiencia nos dicen que éstos se cos. Lo. razón y la á ser arrastrados por' la hallan expuestos, por lo menos, pasión como los funcionarios del Estado, Ý de aquí !5e des.
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BIBLIOTECA DE ESCRIToRES DE CHILE
prende
que es menester IHivar1es de toda autoridad civil' ó bien inventar contra ellos penas como las hemos inven. tado contra los suhdelegados y gobcrnadores qnc Be haccn reos de ofensa c.ontra la libertad electoral. Creo que lo más justo y lo más conforme con el carácLer evangélÏeo de esos funcionarios, es quitarles toda oeasión de incurrir en faltas contra la liberLad y la independencia del sufragio y todo carácter de empleado público. y esto no
el derecho de sujetaI', por medio del pa?e, la mal'cha de los cadáveres hacia la morada del eterno reposo. La supresiÓn de la ingerencia que han usurpado los curas en los cementerios, alarma á muchof; Honorables Diputados. Supongo que hay personas que no!; ?OIlsideran que nos encontramos ã un siglo "de distancia de) regi8tl'o civil. Sin embargo, puedo establecer ante',]a Honorab]e
se conseguirá mientras tengan en su mano
Cámara el hecho de que en la segunda provincia de la RcpÚblic-a se encuentra iniciada y realizada desde años atrás esa importante mejora. Con la Memoria del Interior año 72 en mano) puedo asegurar ámis Honorahles colegas que el decreto sobre cementerios de 1871 ha recibido en Valparaiso la siguiente aplicación:ahí nO)5e ha hecho división entrc. cementerio laico y cal61ico: no hay muros sólidos, ni siquiera calles de ál'bo? les ó arbustos, y se ha estahlecido laimpo]'tant? innovación del registro civil de defunciones. Dcsde 1872 el encargado de dar los pases para el cementerio en el dcpartamento es el tesorero departamental, el cual vjsa los pasos de 108 p 91'1'0cos con el objeto de asegurar el pago de los derechos fijados por el arancel. Dando cuenta el Intendente de aquella provincia al SuprenlO Gobierno, de UD decreto de reglamentadón dic? tado por él sobre esta maLeria,. agr?ga:
(Leyó).'
.'
De modo que en la provincia de Valparaíso se encuentra planteada 'sin dificultad seria la reforma que para algullos de los.:)-Ionorables miembroRAe esta Cámara es, sinónimo de tirania de las conciencias, ópresión de la Iglesia y honda ?[' " perturbación de.la sociedad.
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Tengo entendido que el deereLo del Intendente de Valparaíso originó ,ciertos reclamos de part.e de la autorÜIad eclesiástica, pero el Presidente de la R?pública prestó su aprl'hacióny su amparo ã la medida' adoptada por su subalLerno. Y eslo viene á probarnos, UIla veZ mó.s, lo que he est.ablecido eneste debate, eS decir, que la mente del Ej e" á eutivo. al aplicar el decreto de 1871 ha sido ajustat'se los elevados I,,'incipios consignados enlasleyes de 1811 y 1819. sepllltación Señor, si 801am?nte tuviésemos en mira,> la en común que tanto escandaliza á nuestros adversarios, no habríamos tenido necesidad ùe proponp.r y sostenfI' un proyecto de ley sobre cementerios, porque aquella es en el país regla establecida y hecho inalterable. Podemos abriga,' 18:seguridad de que, Laja el ampHro d? la autoridad civil y de)a opinión pública, nuestros restos descansarán en l?l Illgarrlestinado á los nuestros; pet'o es menester asegl!rar, también, la tranquilidad.y el ?osiego de los VÎV08, y mientras éstos estén á mereed de la ingerencia abusiva de los funcionarios eclesiásticos, la ohra de la lCl{islación estará incompleta en materia 'de inhumacionel3. He ahi por qué hemos creído indispensable acudir al Congreso. N O n08 basta que los cadåv8I'fJs seán sepultauo8 ?lo reconoció el en el lugar' que designan sus deudos, como Honorable Dipntado por Santiago. señor Prado Aldunate. El honor del país y la paz de sus hogares exige que ell del adelante cada caso de la sepultaciÔn de los excluidos Derecho Canónico deje de ser una bata11a y do producir dolor y confusión en las familias. Nu me toca dar consejo á nuestros adversarios re!;pecto de su act.itud en este importante debate; pero me parece evidente} que si la scpultaeión en comÚn es para ellos int,o? 1erable, 10 natural sería no cruzarse de brazos ante la práctica contraria á ese principio, que se encuentl'a establecida consagraòión legal tau sólidamente y á que se trata de dar pasado, en efecpor medio del proyecto que discutimos. Ha los horrores que sobrc.. to, la hora oportuna para anunciar vendrían al país con lasepultación en común. E) mal está hecho, y los Honorables Diputados conservadores no pucá ó. danya impedirlo; lo únioo que podrían aspirar será alte::á sustituir las prácticas de civilizaciÓn 1'0.1' lo existente,
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I BIBLtOTECA DE E.SCRITORE5 DE CIIILE
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vigentes por lag disposiciones del Derecho Canónico y esto no se alcanzará combatiendo el proyöcto sino introduciende 10MHonodo una enmienda conforme á las aspjplCiones
rables señores. lEi cementerio comÚn es la tiranía religim:;a. es la opre8?i ha sión de las conciencia?! es un desadato ?acrílego, como sostenido en el curso del debate? Pues bicn?:todos eSOS male5 11a Bido están sobre nosotros, porque el cementerio común conquistado por el pais, y no queda á los Honorables Diputados otro camino que suprimirlo por meùio rle la ley. lEI cementerio comÚn equivale, en concepto de nuestrm; Honorables contradictores, ó.la negación de Dios? Entoncesscr1a tiempo, se pensara en hacer algo serio por restablecer esa base del edificio de las creencias. Limitándose los Hori'ol'sbles señores DipuLados á coro. batir el proyecto en debate, se colocan en la imposibilidad de alcanzar a'1uellos grandes objcLos. Rechazado el articulo primero, el cementerio en comÚn continuaría establecido; lo único dispositivo que se babría logrado, sería eons"ervar el derecho de armar esc'ándalo y d? producir sepultaci6n contraria al Deamarguras en cada caRO de recho Canónico. l y vale la pena gastar tanto esfuerzo de palabra y de táctica en defensa de tan triste privilegio? En el curso del debate se lUl invocado por nuestros contradictores pretendido" dereebos de la Iglesia, derechos ma) comprendidos tlelas familias; pero, en suma, argumenimposible tos de que es fácil darse cuenta y á que no es sé ha ?pelado, también, á otros menos oponer refutación. tangibles y acaso POI' eso mismo más formidables, porque imponer. escapan por un lado, al raeiocinio y por,otro lado å cierto número de gentes que se incHnan ante las frases é inteligiblcs. con respeto, sobre todo cuando son son araR A est? clase de- argumentos pertenece la afirmación de (lue el {'ementerio común ]astima los dereohos de la con,. ciencia re1igiosa. No hay,nada más elástico ni más vago que lo que se llama el dereclw?de conciencia religiosa.. Bajo esta.frase se ha comprendido lofuás alto y lo más bajo, los mås nobles y .
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,elevados sentimÎ_ento:;, eomo también los más vilcs instil1? tos del corazón llumano, A nombre del derecho de la conciljllda, hablab?Illos cristianoR quc en las caLaeumhas de ROIlla buscaban uUl'efugio albigenses perseguidos á contra sus pel'segûidorefi/-Y los sangre y fuego pOI' RUS verdugos en obscuras y apartadas lo? mejicuevas. A nomhI'e del derecho de la conciencia, hijOfi Ú de España y les lo:., canos rompían el pecho arrancaban 108 cor"azonc" palpitantes para quemados :'sobre 108 ai?ares de sU!; ídolos; y á nombre del derecho de la conciencia, protestaban los habitantes de algunas islas de la Oceanía contra la civilización tiránica que les impedía comer, Cll,honol' de Diog, la carne de sus seme-
jantes. Lo legaimo y lo espudo, lo grande y lo mezquino de que, comprendido en las es capaz la naturaleza humana está
A veces lo que á nombre' palabras: derecho de conciencia, desarI'Dlla?'Se : de él se reclama es la facultad de vivir y de rcligiones en Stl primer perí.odo, y en p'az â que aspiran las á á V?-C68 es el privilegio de dcstruir y úe exterminar las religiones en el sectas rivales, que es el instinto de las 'periodo de su prosperidad y de su pujanza. Cuando á nombre ùe los fuero? de la conciencia se l'eivin. dica el heneficio de existir y de creer sin ser molestado, del espíritu, de adorar á Dios, segÚn 103 dictados intimos á las aspiraciones de laJ., fe y de dar expre:Ü6n externa legislador no puede hacia lo infinito, es un derccho qu? el de atræso y barbarie?" dejar dc amparar sin hacerse reo de la conciencia para Pero, cuando se invoca el derecho y exterminio servir á los feroces instintos rle destrlicción ensobcrbecidas á ofender' el que iIhpulsan å las sectas los rayos de la derecho ajeno, entonces no merece sino "legislación y las condenacioncs del sentimiento pÚb1ico. los En la historia del derecho de la conciencia durante característico de la tretrcs últimos siglos, hay un hecho susceptible y que me permenda amplitud de que aquel es á de la Honorable Cámara, mito por eso ?eñalar la atención de Sil patria, no Cuando Felipe II llegó coronado al seno de le salieron al encuentro hlancas doncellas con coronas '
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flores en las manos, ni los niños de las escuelas entonando himnos al trabajo, å ]a industria 6 â la magnanimidad I'eal: le recihieron en Tole_?o COn un auLo de .fc ó de quemaz'lÍn de herejes, que se c6nsidel'ó como el homenaje máR aceptable á los ojos de aquel soberano, tan profundamente penetrado de la santidad de los fueros de la conciencia. Sucedió todavla que., al desfilar ante Felipe la lúgubre procesión ';de la8 vicLimas, consiguió uno de los desgraelados que marchaban á la hoguera cubiErtos con' el Sambenito, desprenderse de los brazos de las guardia5!1 corrió á echarse á los pies del rey, se abrazó á ellos y .exclamó', ,He aqui, rey Felipé: como tratan ? tus súbdito&>. Y ese monarca, que se sentia en ese momento investido del sa(?erùucio ùe la cunciencia católica en presencia de sus perlurbadores, contestq
airado, rechazáudole: {\Si mi hijo ?e encontrase en tu lugar: réprobo, aHegaría con mis manos la leña á la hoguera en quc vas â perccer?). Prolongados aplallsos. El señor Presidente.-No puedo menos de advertir á los scñores de la barra que no 8!ì posible que el debate se eslé
interrumpiendo á cada momento por las manifestaciones que se permiten y que me veré obligado á suspender la sesión para hacer ùcsp'êjarla barra ó aplicar las dispoi:!iciones del Reglamento para tal caso, El señor .Erråzuriz (don Isidoro, continuando).- Ya ve la Honorable Cámara cuan vago y cuan peligroso es argumentar en cuestión alguna con el derecho de la conciencia. La ligera reseña que acabo de hacer manifiesla que la voz de derecho de la conci"éncia ha sido, en ocasiones,. el gemido de agonía de la.s vÍctirnas de la persecución ;ëreIi::, gios3, y con más frecuencia quizás, el rugido salvaje ùüf ?
fanatismo destructor. Por lo demás, la idea del derecho de la conbiencin' ha variado según los climas! los paises y los siglos..En nuestro país, el derecho de la conciencia ha i:!l;lfrido cambios y moùificaciones trascendentales en el onrso de los años. Antes del presente siglo, se rechazaba,. á nombre del derecho de la cönciú.ncia, á 108 heI'ejes vivos, y á fe que no faltaba á nuestros antepasados cierta razón para encomen-
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da!' al Santo oficio la eôtirpac.ión de esos enemigos de la fe y ortodogía. El herej e vivo pnsee un poder eficaz de conta-
minaçi{m; irradia física y moralmente. Hasta el año de 1821105 ricos de Santiago protestaban, invocando los sagradoR fuerais ùe la ßonciencia, contra las leyes y dis'posiciones administrativas que les arrebaLaban el privilegio prcc{ôsode ser sepultados en las iglesias, al abl'igo de las asechanzas del diablo; la conciencia de los pobres era menos susceptible y tirante. En 1856 so pedía, á nombro del derecho de la conciencia, la destrucción de las capillas erigidas on Valparaíso por las congregaciones protest?ntes; estas construcciones poseiall la virtud de atormentar yalal'mar, al través de 36 leguas y antes de que existiera el ferrocaJ'ril, la conciencia,de CeIitellareS de católicos de la capital. La conciencia católica de nuestra época no ?e ofende por el contacto del herejo viv.o. Se le admiLe â]a intimidad} se ocupa UlL lugar al lado de ollos en el parlamonto y 01 foro} 8'; va con eUos, en estrecha fraternidad, á las urnas. se comparte con ellos la habitación, la mesa, el lecho. En cambio, He reclama, en representación de la conciencia implaeahle de 105 muertos! contra la yccindad de los herejes Ý proscriLos del Derecho Canónico.' Dos y tres varas de distancia no son suficientes para ]ibrar los restos de los creyentes de la contaminación de los restos de aqueI10s â quie-' nea en la vida supieron soportar y pudieron amar. lQué fuerza tiene, entonces, la argumentación que se 'funda en un derecho que admite tanta variación y que tan á menudo degenera en ?unenaza y en peligro para el dereoho ajouo? J\'fanifestaba, hace pocos momentos, fpJe no cons,idero tëmibles ,]05 argumentos de nuestros :ad'irersarios que Se
fundan 'en olhocho ó en loy. Los argumenlos que debemOs temer son aquellos que producen cierLQ impresÎóu'-HIl las conciencias ue'sprevenidas, por 10 mismo _que es difí<2iJ 'estrecharlos entre lus brazos y escapan al examen lógico y 8evero eorno visiones de. la fantasía en donde tienen su .
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urlgen. A esta clase ,de argumentos pertenece la condenación de
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cementerios com unes, á nombré de un régimen ideal á quc se da el nombre de espil'itualismo crisLiano. Yo concibo de dos maneras este ideal. Reprcscntanws del espiritualismo cristiano fueron San Antonio y 100 solitarios de la Tebaida, y lo fueron también los caballeros á que Con la Cruz en el pecho y la lanza en el puño fueron PalesLina Ú lmsear aventuras y dar batallas en .favor de Cristo. No es, sin duda, el lriste espiritualismo del desierto, sino esta última encarnación militante y conquistadora del espiriLua1ismo cristiano, la que algunos Honorables Dipu? tados invocan como un modelo y como un .testimonio contra las doctrinas que han producido los cementerios co-
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podido los Houor'ables señores apasionarse pOI' la época en que ese régimen dió frutos, por la ép?ca en que b?staba llevar en el pecho la cruz para matar impnnemente moros, saquear el imperio griego y despojar mercaderes. A la distancia solamente es posible presentar al mundo moderno como ejemplo la Edad Media, en que la barbarie estaba desencadenada sohre el mundo, en que la sangre se habla hecho institución, en que los nobles paladines de la rcligión y del amOL' plaLónico ent??'etenían sus ocios en las horrey:das orgías de sus lorreone?, en quc, en fin, el Papado yel Imperio se daba.n las manos sobre u?í vasto cemenLerio de lihertad, de dcre? chorsy ùe civilización. La Cámara ha oído ncustlr al Hberalismo de graves des? mAnes contra esa época y ese régimen de íntimo consorcio de lo tcmporal y lo divino. Se no.ha llamado á juicio por-, que hemos secularizado la tumha, permitiendo que los muertos duerman en paz Rll largo sueño, porque hemos. secularÎzaùo el mat1'ÏmonÎo, amparando la legitimidad de matrimonios quc. la Iglesia se niega á bendecir, porqlle hemos sccularizado la. enseñanza, ensanchando para las escueJas el horizonLe que estaba limitado por la Suma de Santo Tomás. AhI señor, el peeado de secularización cometido por T1ueS? A la diotancia de muchos oiglos han
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lro siglo y por elliheralismo es mueho mitsgrave que lo "que imaginan nuestros Honorables contraùictores! Todos saben que en la époea de florecimiento del espi. ritug-Jismo cdstiano, el Estado europeo se hallaba á lo!; pies "de noma, y la solleranía de Alemania l'ué arrastrarla por el lodo de Gregario VII ante los muros de Canosa. Todos saben que el soberano Pontífice rompía caprichosa. á los mente los enlaces de los soberanos, anatematizaba reyes y disolvia los vineulos de la obediencia ?e los pueblos. Todos saben que un Papa rompió en ,los giran es el á la Espamanto de la jóven América y adjudicó una parte ña, y la otra al Portugal. Pues bien, el liberalismo ha eonrlenado esa mÚltiple usurpación y ha declarado que dentro de los límites de un pa1s solamente la nación eS sOberana. El liberalismo ha secularizado al Estado. Mis Honombles colega8 recordarán, además, que hubo el sol daha vuel? una épom('enque sólo era lícito creer que tas al rededor de la tierra; y,en que nuostros antepasados juraban que el Apóstol Santiago se batia por .los castellapeleaban contra los indios de noS en las batallas que éstos Chile. En esa época no era permitido profesar ni ènseÌlar cientificos"quc los que cabían dentro''''de la otros principios
Biblia explicada por la Iglesia. En nuestro propio tiempo se vió un día caer la mano de la autoridad sobre la cabeza de un adoles<:ente y cortar! á nombrA de la ort,Q{logía privilegiada, la carrera brillante de .
Francisco Bilbao. á Pues bien, elliÌJeralismu ha hecho eutrar]a luz torrentes al meflio de ese caos de intolerancia; ha establecido en beneficio de la invcst,igación preciosas garantías, y los lí? á lejos eo mites de la libertad de discusión se pierden lo ".'
nues?ro mismo país. El1iheralismo 1m seclIlfirizado la cien.' eia y el pensamienLo? queloR moros de España enseñ?btÚ} .{.Hubo un tiempo en á'la Europa la ciencia1 planteaban la irrigación artificial y á Andalucía y Valencia en un vergel, al paso ,
convertían que los judios dauan impulso al camnio comercial y prodé crédito. pagaban lOB rudimentos de las inBtitllciones
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Esto no podían tolerarlo los depositarios de"!a tradición y la enseñanza del espÍr.jtualismo cristiano. En una hora de vértigo y de ranatismo, la España exclam6: <<jfUer8 el moro, lejos de mí el judíol' y esa fué la hora primera de su larga é irreparable decedencia. Hoy, las naciones civilizadas abren presurosas sus puertas á Inoro? y judíos, y el comercio, la industria y las artes secxticnden por do quiera como marea hienliechora. Lo dee] suelo de la bemos a] ]iberali-mo, que ha secularizaùo patria. , Durante mueho tiempo, se empleaba el fuego ye] agua â 108 enemigos de como medios de tormento para arrancar la nrtodogía espiritualista]a confesión y la abjuración de 'Sus errores. Hoy, el agua .'l el fuego se combinan para dal' 'movimiento á ]a locomotora y al .vapor, porque hasta los elomentoR han sido secularizados y puestos 8.1 servicio de ."la ciencia, do la industria y del progreso humano. " i Hasta dónde negará esta te ndericia de seeularizar? Sin ?duda hasta fJonslfmar la separación entre la esfera de los .
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intereses políticos y"la esfera de los intereses religiosos, hasta ,eliminar definitivamente del Estado las influencias extrañas Y.? perturbadoras de'la teología. Nuestro siglo y nuestro país están empeñados en' la obra. Sé que hay entre nosotros espíritus ilustrados y práeticoH que desearían que la corriente de la secularización se detuviese y aún que nos censuran porque traemos al debate estos asuntos que producen luchas en el Congreso y excitación .
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el país.
lAcaRo somOS nosotro? dueños de establecer 6 de modifijàt ficar los antagonismos de las ideas y de los intereses y la orden del ùía,"del progreso y del sentimiento púhlieo en nuestro país.? (Acaso está en nuestra mano'determinar las reglas de preferencia en e] trabajo de reforma y señalar el
terreno del coml?ate á lûs gl'anïJes agrupamientos en que la opinión se divid'i3, en viftnd de leyes superiores álavoluntad de los hombl'es? lAcaso estå en nuestra mano impedir 'que se haya organizado en CHik un poderoso partido político que tiene por base cstas mismas contradiccioncs y estos .
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mismos connictos nacido8 de la confusión de los intereses civiles y religiosos 1 Nó, señor, no es culpa nuestra que haya eesado el antiguo antagonismo en maLeria de reformas poHticas y que el partido conservador eivil que dió â Chi1e sus institucioneR desapareciera de hecho en 1856, y de derecho el día en de los cimientos de la que se arrancó la primara piedra Con.titueión de 1833. No es eulpa nuestra que se haya' dejallo de sentir la neeesidad de destruir yla neeosidad correlativa"de conseI'var á todo trance instituciones politicas, que eran los dos polos opuestos de nuestras contiendas de partido. No es culpa nuestra, on fin, que el bando que se titula hoy conservador, aceptando en materia puramente {civil las soluciones del1iber:aEsmo, hayá" concentrado todas 8US fuerzas on el terreno pölttico-religio8o y csté dispuesto â
lihrar batallas campales, en toda cuestión de
?Be género,
en la? grandes coIJ:lo en las pequeñas, y á oponerse con extrema energía á-roformos que en 10B Estados vecinos han sido llevadas á cabo sin resistoncias y sin protesLHs. El partido conservador ha querido convertir en formidable ciudadela su posición en el asunto de cementerios, que sé halla, sin embargo, resueltA) de hecho' defìnitiva? mente. ?Estaha en Ilue?tra mano impedir esto y evitar que produjera agitación el legítimo é inofensivo propósito de, establecer la tolerancia y la paz en [os cementerios del Estado? Es cierto que! en 10H Últimos días, cuando-]a cuestión parecía decidida en favor nuestro, la voz de tregua ha salido de las filas conservadoras; pero eua ndo un antiguo é irreconcHiahle adversario llega á nosotros inesperadamente trayendo en la IIlano derecha la oliva de la,'" paz! hay derecho para exigirle que levante la mano izquierda y deje ver lo que trae en ella escondido. Ahora bien, mis-Honorables colegas no ignorarán que en los miltIDOS dias en que se 11a,{Íl respetable ,biaba de tregua, tenia lugar, con motivo de ?
aniversario, una seria marùfestación conscrvadora, en que ?orrieron en nunca vista abundancia ]as vertientes del odio y de l. injuria contra los adversarios, y todavia,. al darse cuenta en la prensa del acuntecimiento! se cometía la?te"
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meridad insigne de pre?ental' á uno de ]08 más dignos soldados de Chile levantando contra la ley y l? patria los brazos noblemente mutilados en defensa de esas nobles causas. Se comprende que habría patriotismo y conveniencia en proponer ó aceptar treguas para ln pasión exaltada, para la exacerbación de lascolltiendas personales, para la inj uá ria y calumnia; y no sería yo elúltimo en acudir eso llac'xpoliatoria y cruel amena.mamiento si una persecución zara á la Iglesia. 'Pero no comprendo las ventajas de la tregua en la Jucha de los grandes principios que son 'los reguJadores de nuestra vida politica y contitucional. Eso 'valdria tanto como dar tregua al movimiento del mar y de los vientos1 como suspender las l,eyes del movi?iento terrestre y las que gobiernan al organismo humano: porque no sola, mente viven los pueblos de paz y de sosiego. Es necesario para ellos la contraposición constante de las tendencias y los. sistemas, ã favor de la cual se depuran y elevan los caracrespetables. teres, cobran vigor las instituciones y se hacen los parlamenLos y la opinión, Yo haría al partido conservador el honor' de suponer que, si el triunfo no coronara sus esfuerzos en el debate actual, sabria siquiera acepLar noblemente la derrota. Le atribui. ría sentimientos análogos á los que sÎempre han animadoal partido liheral. Nó, no pedimos ni concedemos trcgua? No la pedimos en los dlas en que un poderoso campeón el Mide la causa conservadora, instalado firmemente en nisterio de Justicia, Culto é Instru66ión PÚblica aplicó el hacha al tronco de la inßtrucción pública y eua nùo veíamos. caer rama tras rama del árbol frondoso que todos los anteá cuya riores gobiernos habían amparado cariñosamente y sornbra han crecido tres generaciones. No pedimos tregua,
cncontr"àmos en á entonces, ni después, y gracias eSo nOS nuestra actual situación. y al obrat' as) hoy,?no obedecemos á un espíritu de vana jactancia. Nos inspira profunda confianza en ?l éxito la idea de que servimos á lo" intereses duradè'ros y palpitantes del lllc]w"s;país. Nos inspira confianza el recuerdo de pasadas á en que .1 desenlace ha sido invariablemente favorable los principios de humanidad y toleiáncia quesostenem08 en el
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pre."entc debate. ?os inspira confianza, en fin,)a clara. con? ciencia de que nuestt'Q naVe es arrastrada á puerto de seguridad pOI' una eorriente que es poderosa é irresistible, porque es la corriente de la historia, de la lógica, y de la
verdad. Apla/1.5oB f!strepÜosos y prolongados en las galerías.
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A propósito de
la Interpelación al Ministro del Interior
Las elecciones de Santiago SESIÓN DEL 16 DE NOVIEMBRE DE 1878
El señor Errázuriz (don l,idoro).-lIe oído Con interés
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y COR asombro el nlegato que acaba de hacer el Honorable Diputado por Santiago en lavar de la valirIez de las elecde este departamento. Digo que ho oscuchado con
ciones
había seguido con atención el debate, y tenta formada la conciencia de que no se trataba de declarar la validoz Ó nulidad de las calificaciones de Santiago, y porque me parecía además que de ninguna de esa lIlanera habría podido pOne1'88 en tabla una cuestión á la Cánaturaleza, que ?o corresponde por la ley decidjr
".:asombro al señor Fabres, porque
mara aotua\. 'por La Cámara no tiene, nj por razón de facultades, ni razón de jurisdi,cción, para qué entrar en ]a cuestión de validez Ó nulidad"de las elecciones, con el objeto de expedir mandatos que vengan á tener sus cfectoB en el año veni.
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Yo he creído que se trata de una cuestión mucho más Ó alt.a, mucho más important.o que la Rulidad validoz de las ,,-elecciones de un departamento. No creo que los lihqr:alùs. puedan tener ningún interés en impedir que vengan' á la ? Cámara tres ó cuatro Diputados conservadores más. Al l?s grandes é contr>ario, su int.erés está y debe estar en que importantes cuestiones radicalés que tendrán que 801ucioCODnarse, se resuelvan en preseneia de veinte Diputaq.os ,.}J servadores, por lo. menos.
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No se trata, pues, dA un debilitamiento de fuerzas respecto de un partido dado. Se tmta de una cues\.Íón cuya soluciÓn interesa å todos los partidos1 y sobr? á los todo, de que,estuvimos acuerdo para llegará la realización de la
granrle o:"a de 1874. Yo -.vuelvo la vista, señor, á ese año con verdadera satisfacción, porque esa focha marca un paso Cn el ca}nino de lo libertad. Todos los partidos cooperaron á esta grande úbr?. Los partido8,qu-è'?se encontraban abajo fucroJ11o?mâ? entü'siastaK y lo(quc propusieron las rerormas radicales, .
las,
cuales fueron eo mbatidas por los que estaban mås 31'riùa; pero las grandes é importantes innuvaciones que se obtuvieron en maL erias electorales, se obtuvieron con el arueI'dij"de una inm cnsa niayorÍa en ambas Cámaras. En 1874, tånto el Ejecutivo como los representantes del (.Iais dijeron á los partidos: á vos os toca desempeñar el papel que en los actos electorales ha est,ado desempeñando hasta ahora el Ejecutivo. En las elecciones pasadas la intervención tomó nn doule oarácter. Entonces existi61a inLer'vención de los agentes del Ejecutivo y la intervenoión de los primeros aloaldes, á quiénes la ley 1r.8 concedió atrihuciones enormes. Hubo, pues, esta doble Ültcrvención; con esta diferencia, que la primera no podía ejercerse sino por dos ó tres :veces; 'al paso que la segunda podía tener lugar en muchas ocasiones, Pero en estas elecciones ha asomado un nuevo elemento que en vez de venir á proteger los actos'-- electorales se ha constituído en su más encarnizado verdugo en el departamento de SanLiago, en donde el fraude y log abusos se han e9metido de una manera que no tenía ejemplo. Para los que tomamos parte en la grande obra de 1874 es tanto más dolorosa la decepci6n que hemo? venido á experimentar en presenria de w.te nuevo elemento, precisamente porque no estábamos prep?rados para recibirlo. Se dice que la ley ha sido cumplida porque"'el Mini,tro no ha podido deC,irotra co"a que lo que dice la ley. Esta ordena que)a fuerza se ponga Él disposición de las mesaS que la pidè'n. Acepto la teoría, señor Presidonte: el Gobierno en estos
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mås que un elemento pasivo ante la autoridad que la ley confiere á las mesas ó juntas elcctoraleB. Pero yo preguntaría al señor Ministro: lQué haría Su Señoría si esas fueI'zas, puestas á disposición de las mesas1 å fueran dirigidas á la matanza do los ciudadaIlos que van ejercer sus derechos? Si esas fuerzas,'. que están fuera del alcance del1\linistro, en virtud de la ley, nO van á servir de garantia al derecho sino á los intoreses de un partido, de nuevo: Gqué pensaría elseñar Ministro? con?-el señor Ministro cuando dice: Yo estoy de acuerdo El Gobierno no puedo hacer otra cosa en presencia de mandatoB terminantes de la ley. Pero. señor, ?q1.1Ó manda, qué ordena al señor Presidente de la Repúbliea ]a ley fundamental del Estado? lAeaso no]e ordena al Presidente de la República ve]ar por la manera eomo se cumple la ley? lAcaso nna auturidad responsable puedc?prescntarse maniatada ante los avances de una autoridad irrespon-
caSOS no puede ser
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sable?
Yo preguntaría aún al señor J\linistro: lE1 Congreso
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Nacional no.está (u.era también del alcance de la autoridad que tiene el EjecuLivo? Indudab]emente que sí. iY por eso se creería que tendría el derecho de hacer el uso que quisiera de la fuerza pública? Indudablemente nó. Pues bien: se trata ahora de saber si esas auloridades irresponsables, que Be creen ruer? del alcance de Lada otra de 187ft, jJueden eseapar á la autoridad, en virtud de la ley investigaciÓn que el Congreso puede hacer respeclo de la calificación de este acto hnportante que ha estado verificándose. Porque es necesario t.ener presente que la elección de Santiago será la que nOB dé la modida de si la obra de los legisladores del 74 fué una obra de reparacióu y de justicia, ó si fué sencillamente una obra prematura, que debió
morir antes de. nace!'. El Honorable -Diputado por Santiago nos preguntaba los'"mismos cargos !'eapecto de aquepor quó no Be ?acían llos dcparlame-nto8 en qua el partido conservador se encontraba en minoría. Pero1.cree el Honorable <Diputado que sería posible aceptar el papel que quiere haeer representar. á los partidos en minoría? lSería posible aceptar el que
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estos partidos abusen de su poder en aquellos departamontos en que so creen mayoria, como ha sucedido en Santiago? Esto eS inaceptable. Yo no sé cómo el Hooorable Diputado no ha podido, con su mirada de hombre de Estado, descubrir que con esta doútrina destruye toda la oposición que se ha hecho á las elecciones de 1876. Su Señoría comprende que si escandalosa fué la conduela del Gohierno ea aquella elección, la condueta de los partidos no 10 ha sido menos en las calificaciones del presente año. Si el partido conservador e? mayoría en el departamento de Santiago, tanto peor para él si no pucde destruir el heehn de que la calificación que ha tenido lugar ha sido un acto escandaloso y flinejemplo en los anales denuestra vida parlamúntaria. Y después de esta jornada tristisima fW viene á cantal' idilios á esos actos espurios que tendrán forzosament.e que viciar la elección del año venidero. Esto no e8 ??... tolerableEn otros tiempos hemos visto la intervBllcjón desembozada en el día de la elección, cuando las pasiones perma. necen lat?ntes, exaltadas; pero jamás habíámos visto la efervescencia que hoy se ha desencadenado con' motivo de la calificación. La fuerza de laauturiùarl, así como la fuerza de los partidos, había siempre llevadu sus -mej ore:; armas Á.las mesas receptoras; pero jamás á las juntas calificadoras. Hoy hemos presenciado todavía el escándalo de que ha habido necesidad de apelar ála fuerza para verificar nn acto que debe ser tranquilo, mesurado y concienr.udo. Los partidos han abdicado, no se han sentido bastante I'I1p.rLes para luchar' por la eaWHl que sostienen. y no quiero en este momento, señor Presidente, haccr recriminaciones á llinguno de los partidos en lucha, y mis observaciones se dirigen á todos en general. He querido .
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llamar la atención hacia unh.echo que mo parece' de palpitante interés. Mientraí:! el partidu conservadur saca. fnerza de elementos condenados como los peores en una lucha electoral, el partido liberal aún no puede unir sus esfuerzos para entrar .cn la carnpaña á que se le provoca.
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BIBLIOTECA DE E?CRITORES DE CHILE ,
Donde se ha creido sin fuerzas pa,," luchar ha ce]ehrado pactos y alianzas, que s610 han producido desórdenes escandalosos. En los departamerÎ"t.osde] sur, ]os vocales sahen siquiera leer y escrihir, y cuando no lo saben iD cBJJan; en esos departamentos el empleo de la fuerza armada no ha sido el estado normal de las calHìcaciones; pero en S!lntiago?';;en no han ;sido Rancagua y en Vichuquén las ?3}ificacionðé) más que un revoltijo de soldado,('y de chusma.
Los Honorables Diputados que han tomado parte en este debate sé han esforzado por atenuar los hechos y el Honorable 8eñoI' Rodriguez se .empeñøha en. prescntarnos los espectáculos odiosos que ha prcsenciado la capital como hechos normales cn la lucha de los partidos; y]o quc nosotros llamamos desorden, abuso, escándalo, no era p{lI'a Su Señoria más que el esfuerzo ,_,enérgico de un partiùo p'or el triunfo de su causa. El Honorable Diputado por Santiago ha ido más lejos todavía; Su Señoría ha entonado verdaderos himnos en hono!' de las ca1ificaoiön?. El señor Fabres (interl'umpiendo).-Su SeñoI'Íå .,exagcra; lo que yo he dicho es que loe hechos ocurridos recientemente no son nuevos en las épocas electorales. El señor Errázllriz (don Jsidoro).-Su Señoría ha calificado de simples humorada. los abusos de los presidentes de mesas. El señal' Fabres.-Per-o Su Señoría no podría hücerrnc un cargo por el, puesto que he calificado !ls! á los abusos ., cometidos pOI' nuestros adversarios. El señor Errázuriz (don Isidoro, continuando).-Si así 8uponer-- que juzga Su Señoría á 108 adversarios, es natural sca un juez mãs.benigno todavía para los amigos. Pero lo que hay para mí de muy graveen este asunto, es la nueva constjtucjón de un poder extraordinario, absoluto, irresponsable. El Honorab]e Diputado poI' Santiago nos ha ,,-,-,
presentado a] Presidente de la 'Junta de Mayores Contribuyentes como uná"autoridad establecida, superior al Ejecutivo, superjor á todos los demás po?crcs der. la nepública. Señor, yo no reConozco en ese Pr'esîdente'ôtra auto-
OBRAS DE lSIDORO ERRÁZU.lUl
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rid..d que 1" de sel' el jefe de una ju"!\ta de c;udadano5, eJ primero entre muehos, ysólo POI; accidente, porque cHando la junta ha terminado sus funciones, el presidente pierde toda autoridåd y toda representación. El señor Fahres (iJlterrumpiendo), -Tamhién yo lo entjendo de la misma liæ.nera, señor.
El
señor
-:ErrÚz1lriz >;(don
hidoro} continuando).-De
manera entonces que no hay aqui una autoridad permanen te, y sin embargo, ha sido en Santiago una autoridad que ha estado diI'igiendo notas y reclamos á las otras autoridades sobre t.odas las ocurrencias que l1an acaecido en' ]a
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.
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capiLal, áJa cual las meSaS calificadoras han estado dando cuenta diaria de sus actos, y segÚn se me asegura) una 8uto['idad á cuyasÚrdencs ha ?staclo diariamcnte una pal'. tida de ordenanzas militares. g\ señor Vicluìa (don Angel Custo<lio)'-iMe permiteSu Señoría? No ha hahido å las órdenes del Presidentc,"de la Junta de Mayores Contribuyentes 'más que dos polieiales, con el ohjcLo deUcvaroficios á l,a Intendencil:1 y los ÚtHes que í'olicitaban las mesas calificadoras. El señor Erråzuriz (don Isidoro).-Hahía adverUdo que yo no aseguraba el hecho, y no tengo diflcu1tad para aceptar' la roctificación que se me hace. Hay todavia en esto un oficio pasado por 1ft Intendencia al juez del crimen? y del.cual el HOIJOl'a.blaserlOl' Fabres.ha hecho uha hi'3toria que me ha dejado satisfecho. Una mesa rural pidió un registl'O para principiar suos fUIlciones; se le envió el registro pedido! pero rcsnltó que ese regisLro estaba ya usado, y se devolvió á Santiago donde sospechándosc de un fri::lude, se l'emitiÓ al juzgado del crimen. El Honorable Diputado por Santiago ha dicho que no ve en ello más ([U e una equivocación} y ha explicado en qué consistió etla equivocación. Pues bien, sf!ñor, aceptando la explicación dada por el Ilon01'ahlc Diputado por Santiago, ?ieIllpl'e queda el! pie el hecho ùxLraño de haberse encontJ'ado ese l'eghÜro en la casa del PI'esideote de la' Junta de ?llayol'e? Contribuyentes, cuando cada mesa nombra Con ese objeto un depositario de entre sus vocale:-J. ?,
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E] ?mñot ViCllña (donAnge] Custodio, interrumpiendo). Ese registro se enéonLraba cn poder del Presidente de la
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Junta de Mayore" Contribuyentcs porque el depositario de él. hahiendo sido asaltado, lemi6 que se lo arrehataran y no se encontró seguro. Solicitó entonces el auxi1io de la fuerza armada, y rodea? do de ella se dirigió á la casa del señor Presidente de la Junta de Mayores Contl'ibnycntcs, en cuyo poder depositó 131registro, hasta volver ó buscado al día siguiente.
El scñor Errdznriz (don Isidoro, contiuuando).- Hago todo honor á la palabra de mis Honol'ables colegas. Pero
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de cualquier modo que sea, los registros deben ?star Riemø pre en poder <le lö? depositarios, quienes no pueden por causa alguna confiarlos â manOs extrañas. Pasando de este hecho anormal de la elección fucra de la ley, abordemos dc frent.e la conducta dc los partidos en las ?e5as calificadtwas, para averiguar la responsabilidad quo cabe á cada cual. Log anticuarios habrian podido asi5tir á un trabajo curioso, cuando el Honorable Diputado pOI' Santiago estaba empeñado en rcs1IeiLar' ante]a Climara á la familia eoloø nial para pt'obarnos que los hijos de ella eran los que ha bÍan entrado á formar parto de las mesas y que en êgtas se hal1aban rúpresentados lo? descendient.es rlf! la casa de Alba, de los Mendoza y ot.",)S grandes de la antigua rcal Corte española, Pero agu] tengo á la vista una noLa. que indurlablemente no ha sido redactada por ningú.n hijo de descendencia 0010nia!. ? Va á verlo ]a H ono rabIo Cámara: <(Me?a calificadora de la subdelegac.ión 7.a rural.-Los vocales que sùscriben dan cuanta al selwr InLendenle que la mesa nO puede seguir runcionando por no saber cscri. bir, y también por no ,j'haberse presentado ninguno de los vucales suplentes fuera' de los que mtegtan la fIless'. <<También dan cuent.a que el comisjonado del partido conservador es el que ha e:;!Lado llevando el índice, por haberse éste apode,'ado de él y t.ambién el libro de registro, sin consentimiento de'la mesa. Viendo la mesa que este .
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OBRAS DE ISIDORO ERRÁZURIZ
caballero ejercía presión y por la causa indicada, se suspendió la meSa. ((Es lo que tienen Clue comunicar al señol' Inlendente para que lo COHlU niquo á la Junta de Mayores Contribuyentes, (tEl comisionado á que aludimos es el A
SeìlO('
Fermín
Sol81'
varia. ((Pa['a que conste como protesta, firrnamm; ]05 vocales
presentes. Como presidente, Juan
-J{annel J. Sota.-
José
F. Díaz.-Pedro D. Latorre.-Jusé Gabriel
Valenzwda. (;ára.f,e?.
Sin duda los que han redactado esta nota, si son hijos de familiaJ son del siglo pasado, no de ahora. Hay todavía otra nota en que estQs mismos hijos do familia se dirigen á ]a Intendencia para declarar q1Ie la nota 'oe acabo de lecr fué redactada pOI' ellos bajo el impe,?io de fuerza mayor. Y aquí ocurre una disyuntiva: ó es cierto que estos distingllidof'i vocales no saben 1ec[' ni escribirj ó no han Lenido la suficiente energía para resistir á los que pretendían haceL'los firmar nn documento afrentoso. Hay más: en una nota del señor juez del crimen dirigida al señor InLebdenLente leo 10 siguiente: .
..
?<Santiago, noviembre 9 do. 1878.-J nan Francisco Díaz, presidente de la meSH calificadora del Llano Subercaseallx, prestando declaración fm este momento cn un sumario por desÓrdenes ocurridos en esta mesa, ha expuesto quo desde el dia 4 en que se suspendió la junta, no ha vuelto å funcionar porque, aunque el presidente -:,; vocales se reÚnen diariamente, no so les ha vuelto mandar la urna y registros! que supone debe hallarse en esa Intendencia, 6 ?n la salo de la Juntade Mayores Contribuyentes. He creído conveniente cO!TIunicar á USo este hecho á]a mayor brevedad, á fin de 'l"e se arbitI'en pOI' USo las medidas del caso para i{)1
..-.
que aqnclla junta pueda conlinuar sus funciones. <<Respectoá 108 demás sUIlla('io? que se Lramitan con. lllotivo rle los sueeS08 ucurridos en varias mesas caljfica-
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
doras, debo decir á USo que e1l0s siguen su marcha regular que este juzgado toÎna las me-didas del caso. ,Dios guarde á US. -José.T. Bísqnertt". Como la Honorable Cámara ve, el jue< no ha sospeohado á tUl descendiente de los Mendoza en este señor vocal y le
Y.
llama simplemente Juan Francisco Diaz. De manera que resulta evidente el hecho de que todos lOs vocales se encuentran en la ilustrisÎ1na categoría á que hacía referencia el Honorable señor Diputado por San? L
'.
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tiago. Es fuera de duda que los liberales no han podido elegir á estos cinco vocales que no saben leer ni escribir: ?on, procode que el señor pues, ùe origen conservador, y de ahí Presidente de la J unta de Mayores Contrihuyentes se haya creído en el deber de ejercer tutela sohre estos hijos de familia, que no pueden hacer valer por sí sus derechos. Ahora, seÏlOr, l qué fenómeno es éste que estamos pre? denciando y qne hasta ahora no había vigtö la ilusbrada capital? (POI' qué unaS mesas calificù.doras funcionan èon regularidad y otras se componen de vocales que no ?aben leer ni escribir? El Honorable Dipotado por Santiago haoía alusión al me I'ecuerda una observación número de calificados, y ?st() im portante. Se sabe que, desde los primerçs días, las mesas 6 no han. podido Cuncionar con regularidad, sino con frecuentes interrupciones,6 los vocales han ocupado el tiempo en defen? pedían del' sus vidas atacadas por las cllUsmas, para lo. cual tina y otra vez la fuerza armaùa. Ahora bien: l cÓmo funcionando las Juesas tan mal, con tanta irregularidad, ha pOdido;calificafse 'un número de electores que' 00 baja de 23,0001 ?Le pareoe al Honorablo Diputado que esto es natural 1 Una mesa no ,califica, sobre todo en Santjago, más de 60 Ó 70 individuos en làs horas que funeÎona.: al pa80 que para calificar los 24,000 que hay en Santiago, neoesitaba haber calificado cada mesa 130 eleotores. El señor Fabres (interrÛmpiendo).?Saquc bien la cuent.. señor Diputado. "
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El señor Errázuriz (don Isidoro, continuando).-No
he
tenido tiempo suficiente, scñor, para. verificar la exactitud de estos datos numéricos; 108 tomé del discurso del lIono. rabIe Diputado por Santiago. Así, si hay en ellos inexactitud, debe cu]parse-ã los documcntos suministrados pOI'
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Su Seåoría. Que funcionando como hall funcionado hayan podido las mesas de Santiago calificar 24,000 individuos, es una verdadera enormidad, que da la medida de ]08 abusos cometidos. Su Señoria dice que hay en el departamento un número capaz de dar este resultado tan enormej pero suponiendo que así sea, aún dando por cierto que hay en Santiago 26,000 individuos calificahles, siempre tendríamos que :;;ólo 2 Ú 3,000 electores habrían quedado sin calificarse, lo que es' concebible se los cuando conoccn no entorpecimientos que las mesas han oncontrado para funcionar. ,Es posible que en un país como Chile se ",alifique el noventa por üÎento de las personas calificables? El señor Diputado po<' Santiago no destruye el heeho per<;onal ocurrido en Santiago con el ejemplo de Valparaiso. porque si en Valparaíso puede haherse calificado un nÚmcro total ó triple de electol'és, las mesas han funcionado con toda I'Ðgu]aridad, sin tener que luchar con la chusrna que asaltaba las mesas en Santiago. Sin embargo, sabe ]a Cámara que en Santiago se ha calificado el veinticinco por ciento del número lotal de electores de "la RepÚblica: progreso político verdaderamente enorme. El interés por lo. cosa pública ha aumentado de una manera que asombra. Pero sÎgamos, señor. La Honorable Cárnara va á ver que alIado del poder realmente aterrador del prcsidente de la Junta de ì\ilayores Cüntribuyentes se ùan con:stltuído oLros poderes no menos cqnsiderahles. El Presidente de la mesa calificadora do la nOvena 81?bdclogacióI1rural, por sí y ante sí excluyó de la mesa á unÓ do 105 vocales, diciéndole que no le permitirià acercarse más á la mesa. Yo no doy granda importancia á es?o9 incidente?, pero
hay muchas qtras circunstancias que manifiestan que aquellos eaùalle?;os no t?nian concienci? de su misión. ni
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sabian desempeÎlar con mediana regularidad siquiera el papel que la ley les encomendaba. Ademås, nO se han quedado atrás en 'materia de lenguaje indecoroso y han })I'OCú-. dido como si en Chile se hubieran suprimido todos lus poderes. Aquí tiencda Cámara un documento en el cual ?e dice lo siguiente: (leyó).
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De manera que aquí se prueba un antiguo adagio de que la autoridad de que un hombre estå revestido, lo faculta para que dé de palos. Otro hecho que llama la atención es el siguiente: Se ha confesado que si las mesas han podido funcional' con una mediana tegularidad, se debe únicamente á la protección que les prestó la fuerza pública. Sin embargo, vemos que las mssas escarnecen é insulLan esa mislIla fuerza que las protegía; y llegan hasta poner en duda la fuerza de las intenciones del hombre que les proporcionaba su amparo Y note la Cámara que con toda la benignidad de la ley. aquí no hay hechos positivos sino Únicamente presuncioú insnes. Dicen las mesas que la fuerza pública obedece tl'Ucciones que tal vez se les ha dado, y que va confabulada Y sin embarcon sus superiores para provocar desórdenes. á momento le pedian esa misma fuerza al go, momento jefe de la provincia. Pero no crca el señor Diputado ,por Santiago que me anima un interés de partido al venir aquí á manifestar esos abusos, y que tengo interés en atribuirlos â conservadores ó liberales. No estoy argumentando á favor de ningún partido, sino en nombre de otro interés mucho más alto, y es el que tuvieron los legisladores dc 1874 cuando dictaron la ley electoral. Argumento á nombre del deber que todos tenemos de cumplir estrictamente esa ley, y á nombre de la necesidad en que estamos de investigar si el país es ó nó impotente para manejar esa afma de respeto y de garantia. A mí, por ejemplo, señor, me consta que gran númerO de los actos que han tenido lugar en los últimos días, han sido ejecutados por los partidos, 'ne eran los llamados á cumplirla ley. No puedonegar este hecho que está en la conciencia de todos. Cuando nos encontramos usando la .
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más augusta de las aLJ'ibuciones1 una intervención intempestiva do parte de los partidos' ha venidu á probar. que Romosimpotentes para cumplir la ley por nosotros mismos. Pero se ha hecho una salvedad diciendo que todos los asaJtos son ohra de los liberales. El señor Diputado por Santiago ha hecho referenoia al asalto de la lIlesa 8." urbana que se efectuó cuando solo había en el registro ?eis ca-lificados. Pet'o también ha habido otro asalto contra una mesa liberal1 que tuvo por consecuencia la supresión de la mesa y la peraecusión de los vocalos hasta la calle de Mofl1ndé.
Se ha dicho que, esas eran medidas naturales y corrientes. EnconLrånùome en Valparaíso lei en un periódico conservador la siguiente especiß: <<La mesa de la S.a subdel?: gacÌõn ha sido seriamente asaltada; pero nO con el objeto de robarle el registro, sino para hacer entrar esa mesa en la vía de la legalidad.. lTenemos que la fuerza del tumulto es aplicada como un correctivo de la ilegalidadl I Un asalto, no para romper el registro, porqlie los que lo daban estaban seguros de que sus hombres no llegarian å ese punto. sino para moralizar ii los funcionarios electoralesl t!Qué dejamos, señor, para los Gobiernos de intervención, si los partidos proceden de esta manera? lQué dejamo" para condenar los actos de esos Gobiernos, cuando se pretende justificar esos desórdenes yesos abusos con la ,necesidad de sujetar á los partidos rle oposición y bacerlos entrar en las vías legales? Si creemos que el alzamiento de una chusma anónima contra una mesa que abusa de 8US facultados, es tolerable, i!cómo podrenlos alguna ve? lovàntar nuestra voz contra la inwr? venciõn de la fuerza pública? lHay mo!?ali!rad on eso? enro hecho sobre eleual deseo llamar la atención de la Cámara, es una nota en la cual se da cuenta de un tu? ulto ocurrido en una mesa. conservadora, que dice lo siguiente: (leyó). ,. El señor Lagarrigue es uno de los jóvenes del partido li-
bernl; de modo que si la turba era liberal, no conocía si. quiera el color política del señor Lagarrigue, puesto que 00,>,'meTIZÓ por arl'BbaÙirle su calificación. Así lo ha dieho en la
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01<: CHILE ßlBLIOTECA DE ESCRITORES'
sesión de hoy el señor Diputado por Santiago; pero también e. muy posible que el asalLo dado á la mesa nacional haya sido llevado por los conservadores.' , "El señor Pabres (interrumpiendo).-Eran conservadores los vocales de la mesa y por eso fueron perseguidos.
El señor Errázariz (don lsidoro).-El señor Diputådo pOI' Santiago me permitirá una consideración. Su Señoría ha tomado â los presidentes de las mesas comO la expresión del color politieo de la mesa, y nadie ha reclamado. El señor Fabres.-De los vocales eran tres nacionales y dos conservadores. El señor Erråzuriz (don lsidoro, continuando),-Lo. que asaltaron la mesa nacional' principiaron por arrebatar la calificación á un joven liberalj sin embargo, eBtoy en la creencia de que la mayor parte de los asaltos de las mesas sido dado. por liberales contra los fraudes de los con-
han
ser,'vadol'cs.
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..
de la elección de Santiago manifiesta que la autoridad ejecutiva ha sido excluída, con un notable y serigor, de las mesas. Solamente cuando los micmbros
El estudio
vero de ella Se han vi5to en la aflicción, han acudido â la fuerza pÚblica. Pues estas mcsas calificadoras tan celosas por las altas funciones electorales1 h'an tmbajado con u na actividad d párroco con el inusitada. En más de una vez ha estado cerrojo de la puerLa de la Iglesia prunto para abrirla cn un Jaiglesia ã los conmomcntu dado, ãfin de dar entrada en servaùores del orden, y pronto también para .J-rechazar por todoslos medios posibles los aV1\necs de la autoridad abn-
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?lva. Por más que para algunos estos elementos invasores y perturbadores del orden,.1F;de la policía secreta, sean des-
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conocidos. .. El señor Prats (Ministro dèl lnLerior, interrumpiendo). -Son catorce los individuos que forman la policía sc?
creta.
El señor Errázuriz (don lsidoro).-Pero catorce indivi. d UQ5 que se hat:t multiplicado como. los cinco panes del milagro del Evangelio.
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OBRAS DE [SIDORO ERRÁZURIZ
ElseÌ10r Rodríguez (don Zorobabcl).-lI no se toman en cuenta los individ'uos de la policía de aseo y de seguridad? El geñor Errázuriz (don lsidoro).-El hecho es qne la multiplicación de hombres es prodigiosa. Pero tamhién es mny punible la intervención de otro? funcionarios que por su carácter civil no deberían tomar parte en los actos e\ec? torales. Los párrocos, por ojemplo! han tenido abiertas las puertas de los templos para 'prestar en ellos protección á '1
los vocales de las mesas calificadoras. Interrogado un vocal de u?a mesa. expuso ]0 siguiente: '
(leyó).' De manera que varios lo han visto firmar, cllo å la policía secreta.
y se
culpa de
.
El señor Fabres.-Ningún pál'I'oCU ha tornado parte los actos de la junta calificadora, El señor Errázuriz (don Isidoro).-Pero, en la mesa
en
de
San Lázaro Sé vió que en ciert.o momento se abrieron las puertas de] templo ''l en él se refugiaron los vocales, mediante la protección dispensada por un señor cura, que es funcionario público, èuyo nomb,'amiento ha merecido la aprobación del Gobierno. El señor Fabres.-Se equivoca el señor Diputado; no recibe la aprobación del Gobierno. El seÌlOI' Erráznriz (don Isidçro, continuando).?Debo confesar á la Cámara que al molestar su atención con las observaciones que he tenido el honor de hacer, no he oùedecido â un espíritu particular de partido! sino que me proponía contestar á las doctrinas sost.enidas por 108 üontendores que han tomado parte en el debate. Eu mi concepto, aqui no se trata de la valiçlez Ó nulidad de las calificaciones, sino do examinar si la ley electoral de 1874, dictada por acuerdo de tádo6l06 partidos, ha corres. pondido á las esperanzas que en eJ]a cifrarön los que la dictaron. Lo que ha ocurrido en presencia de todos los poderes públicos I:ß una vergüenza para el pros mismo y para los mismos parLidos, y por lo tantö, es necesario hacer una investigación de las cam;as que han ocasionado tan grave mal; porque e] hecho es que los sucesos reveJados enla Cå, mara han tenido lugar å la vista de la sociedad más culta, &RRÁZURæ
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BIBLIOTECA DE ESCRiTORES DE CHILE
lo cual basta para que principiemos la pesquisa por Santiago. La realización de esta tarea es una obra eil que está comprometido el houor de cada partido.
El Houorable Diputado por Santiago ha declarado qUE> no menos de 800 å 1,000 individuos del partido conserva-
dor han sido bòrradìis de los registros. IY no encuentra Su Soñaría que esto es sin eiemplo en los anales do Chile? ,No. cree el señor Dipl1tadoqÙe los hechos ocurridos en Santiago, capital de Chile, aconsejan la adopción de una medida que venga á remediar males tan graves COmo ese? Lo que ha pasado en la capital. ó la faz de los pode!'es. públicos, y más que todo, ála faz de los representantes de los diversos partidos, es UDa vergüenza para el país. ,Significa lodo e,to que la obra del Congreso de 1874 fué obra de ide61ogos, obra prematura,.que no correspondía al estado do civilización del país, que tio merecían todavía los. partidos? lA qué se debe tan l!'iste !'esultado que acongoja el alma, principalmente de los que cooperaron á esa obra seguros de su buen éxilo? ,Es culpa de los legisladores que no meditaron bienios medios y )08 resortes de detallo par.'I. aplicar en la práctica la reforma?"i.O toda la responsabilidad es de Jos partidos que no han querido ó que son incapaces de corresponder á la confianza que la ley depositó en eHos? Si es ost.o último, (;será preciso pasar por el buchornode confesar ante las demás naciones qne somos incapaces, del régimen de libertad y que no, vemos obligados á volver sobro nuestros pasos y dejar para rnejol'e"S tiempos la implantación delrég;men de la libertad electoral que sancionó prematuramente la ley de 74?
Es 8StO)0 que sevaá averiguar ylo que conviene investi. gar. En esta tarea ,'deben ver empeñado su honor .todos lU8.
partidos para poner pronto y eficaz remedio al mal, antes. de que acabe de desprestigiarse 1'01' completo lQ grande y ,anta obra de lo's legisladores del âño 74. Yo temo que muchos nos aconsejarán volverde?na vez. al antiguo régimen de la tutela y de la mano pate";'al deL. Ejecutivo. Por mi parte, tendré el.honor de sostener como s,ostengo ahora y he sostenido siempre, que va)e más )a.. 'peligl'osalibertad que el tranquilo despotismó. '
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'El señor Rodrlguez (don Zorobabel. interrumpiendo).Lo acompañaremos en la obra. El seoñor Ernizl.lriz (don Igidoro, continuando).-He oído con sentimiento al Honorable Diputado por Santiago insinuar que se Lrata tlelllomhramiento de una Comisión de Diputados de un solo color político. Nó. señor. Creo ser el intérprete fiel de la mente del Honorable Diputado autor. de la proposición, y de todos mis Honorables colegas que la acepten, asegurando que el nombrarniento que so haga no será exclusivista. N o se conseguiria así el elevado y patriótico objeto que se persigue. No conozco tampoco ninguna Comisión nombrado por la Cámara que hoya tenido e.e carácter. Todas los Comisiones que ha nombrado la Cámara se '-han compuesto de miembros elegidos entre todos los matices politieos en que está dividida. El señor ROdrÈg"ez(don Zorobabel. interl'umpiendo).Excepto la Comisión Consùrvadol;a. El ?ìBñoI' Errázuriz (don Isidoro, continuando).-La Comisión Conservadora, ?eñoI' Diputado, tenía un carácter ef;pecial: era esencjalmente de política domiIl311te. Fué ?( >,
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Pì'eciso proceder asi, porque era negocio de partidos y trataba de un;) manifestaciÓn de part,iuo.
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Sin 8rnlJal'go/si en esa vez se hubiese aceptado por el Senado la propuesta de transacción que se hizo de votaF por voto irwompleto, 110 habría halla?o dificuI?ad tampocp -el Senado se por parte de la'Cámara de Diputados; ppro alegando que no estaba en estado de aceptarla. negó, Volviendo, señor Presidentc, á la indicación del IIollorablc DiputadQ por Chillán. no me atrevo á proponer una yariáciÔn en la rcdacción?'de manera que reflejase mejor el alto fin qûe se persigue; pero pOI' lo m?nos me atreveria á pedir que'-la COI:nisiónse compul:1iese de siete miembros en lugar do cinco, con el objeto de que estuvieran mejor representadas en ena las diversas fracciones de ]a CÁmara.
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Guerra con Bolivia SESIÓN DE
27 Dg MARZO
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1879 U
El señor Errázuriz (don I8idoro).?HabÍa creído que pasaba en el país como articulo de fe del patriotismq chi. leno que ninguna grave cuestión intcrnacional encuntrarÍa alguna vez dividida á la República en feudos de polítiea interior. Sin embargo, la presente cuestión' entre Chile y Bolivia, acaso la más. trascendental que ha sorprendido á la TIepública en su vida normal durante sesenta añus, ha v('nido á estanar y se ha desarrollado en medio de la más completa .
descompaginación de los eiementos políticos y en m?diü de un ciamoreo de quejas y de voces de reproche qnc parten de
diferentes campos y que obedecen á distintos móviles. Soria una puerilidad tratar de ocultar estos antagonismos de la vida política del paí3 cuando ellos se manifiestan todos )08 días y en:todas partes y el extranjero los ve tan bien como nc.sotros mismos. Creo) por el contrario, que es prcciso lraer á e!1te recinto, con franquoza, todo lo que es en el dia elemento de división f.mtre los partidos, entre el país y la autoridad, á fin de que se verifique la ,confrontación de todos 19g an LagonismoR y poder l1egar al noble espíritu de abnegaeión que hoy del", reinar en todos los corazones chilenos. Ese espíritu puede llevar á 103 partidos, lo mismo que á la nación y al Gobierno al p.slado d? completo acuerdo, de reconciliación, que 8S el único indispensable y propio de estos mome'ntos. No es posible negar, señor Presidente, que hay en Ja "
1
.0'".
OBRAS DE ISIDORO -"ERRÁZUIHZ .
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actualidad un profundo malestar naeido de la eondueta rcal, efectiva, t') presumida, del Gobierno. No hay duda de que hAY también descontento y excit3ciÓn en una gran masa del pÚhlico, por lo que toca á la diI:eúciõn de la guerra y de la. diplomacia. .y dp..sgraciadamemtê, también no es posible negar que hay voces que se levantan no solamente dentro de cste recinto, sino aÚn fuera de él, para criticar sorda. y rudamente lo. marcha del Gobierno en esta cuestión con Bolivia y su conducta después de los prlmcI'us actos con que se inició Ja guerra. Por mi parte, señor, yo declaro que, á mi juicio, la política observada en la guerra con BoHvia, los actos ejecutados en el litoral y la actitnd asumida respecto de las Repúblicas vecinas, no están expuestos á los reproches á que he hecho alusión. POI' el eunLr'ario, CJ'eu que si el país estuviera dispuesto á hacer algÚn Ci:ll'go al Gobierno silla actualidad, no sería sin duda.- por' exceso de celo ó de actividad en las operaciones, sillo por faaa de eonseeuencia después de sus primeros actos, por Calta de p.nergía en el desarrollo de la acción iniciada. Es preciso no olvidar que hace quince años que vivimos n?specLo de Bolivia en la siguiente situación: arrastrado
Chile en cierta hora de sentimentalismo int.ernacional, por nohles pero pueriles creencias. cedió á Bolivia una parte del litol'aJ que disputaba esa nación, del cuar'éramos poseedores ?in perturbación alguna. Esta concesión Se hizo en el caráctcr de condicional para Bolivia. Pues bien: desde 1866 en
,
que ese pacto se ajustó, la- política del Gobierno de Bolivia ha sido constantemente hacer efeotivas las obJigaciones de Chile, extendei la mano á lB posesióIl, y anular Histemáticamènte por su partB los compromisos contraÍdoR. Hubo muchos enLonces q lJe, á pef-iar de la decadencia de la dipJode" 'Chllè, mac.ia comenzaron á pedir que no se estableciera el precedente de toleJ.'ar aquella falta de cumplimiento; hubo muchos que pidieron que cse paeto de 1B66 fuese anulado por haber sido violndo. El Gohierno de la Rep(lblíca siguió entonces una politica ûxcû8ivnmente rlfthil; hizo lo contrario de lo que exigía una pal'te dc los ciudadanos. En vez de exigir el cumplimiento
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BIBLIOTECA DE ESCn.(l'ORES DE CHIL?
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tolerar todas las inj lL";ticias corneti-J'esignó á renunciar á otros derechos y å das. Mas atin: se otros intoreses que no estaban comprendidos en el tratado de 1866. Abandonó la partioipación oomÚn (lue se había establecido, y por medio del Lratado de 1874 dejó a Bolivia Única administradora del territorio' disputado y sólu se reservó el exigir ventajas y franquicias para la industria! las que estaban perfectamente justificadas P?F los procedimien-
del tratauo,
se resignó á
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tos ohservados.
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Bien pronto Se vió qùe la$ exigencias de la nación ehilena eran justas, puesto que Bolivia, en "Oí(; de desviHI'Se del ?ntiguocamino, .no hizo sino proseguirlo. Aprovechándose de la nueva posición de Chile, se hi7.0 dueño de ingentes sumas de d?nero cedidas g['aciosamente por Iluestro p?i8. y respecLo de 108 compromisos de 187?1 rigió la misma política, y por eonsíguiente, la violación de 10[; derechos acordados por ese pacto. La num?ro?a población chiJena del litoral fué redueida á la mas tristeeondieión, ultrajada y vejada constant.::omenLe. Y ?Itlo peor eg que esa población en vista de la debilidad de nueRtra diplomacia, había perdido ha8ta la enlereza sufi:iiente p?ra!'hacer llegar su? rp;ejas hasta nuestros gobernantes. Los chilenos vivían en cllitofal bajo el látigo y el sable de los bolivianos y el Gobierno no lo Babía purque nuestros conciudaqanos estahan per?uaL;.r expropiación dido8 de que toda queja era inÚtil. de las mina'"" de los intereses; las vejacioera la regla de posicipn personas y en 'los hogares pOI' nes, los atropellos en las simples tl'asgresiones de OI'dcnanzas de policío, cranla regla de la vida que se hacía. De ahí vino que la indu'stria, que era toda chilena, fué poco á poco postrándose haRta Ilegal' en época reciente á un estado completo de abando. .
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posibl?totrasnuevas empresas prono, sin que fueran secución de o?ros trabajoB En c8tas circunstanciás el C.D-
bierno de Bolivia, apremiado por la mala sit?"aci6n de 8?i!S finanzas y por un dêficit 8iempl'e creciente, intentó mejorar su Hacienda imponiendo un derecho, mínimo de,diez centavos sohre cada quintal de salitre quc"'exportase )a Compañía de Salitre de Antofagasta. Al mi?mo tiempo, se gravaba á los chilenos, que pUl' el ,
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tratado esLab'an exentos de toda ,contribución, con tres impuestos á título de dereeho municipal. Semejantes procedimientos venian á colmar la medida, y las tentativas del Gobierno boliviano respecto de imposidón de derechos sobre'é.industrias chilenas. abrían inmensos horiz6ntes de àlarm? á los int?re;:e8 chile?o?, como también á la dignidad del país. Si este toleraba tan injusta contribución. .'dónde quedaban nuestras garantias, y sobre todo, la digo nidad chilena que nuestros Gubie?'nos creyeron resguar. dada primero en el pacto de 1866 y de8]JlIé8 con el de 1874? ,
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Sc.ha pretendido dar á la grave cuestión actual el móvil de mezquinos intereses materiale!i, diciéndose que la ruptura dEdos ti'?tados.tenía como cansa principal resguardar lOA intereses y las ventajas de llna compañía industrial, y que 110 era posible lanzar nuestro país á una guprl'8 por sostenet y amparar talE's intereaes. Esto, aparteçle envo1. ver una gr'8ve injuria pam la IlaciÓn, carece de fundamento y significa que no quiere busearse el punto verdadero de la cuest.ión sino en S?I orige.n. Cal'ii todas la? cuestiones internacionåles principian por el latigazo deun gendarme, por la disputa de un terreno medianero, por un hecho material, insignificante al parecer; pero todas estas pequeñas causas toman luego el C8,'ác1.er de ]a dignidad ofendida, del derecho desconocido. La cuestión 3.ctual pudo ?eI' e1l Su primera hora una ClH'Btión de,iIllpu?sto, pero poco despué? lo era de honra, de dignidad personal. Y aquí surge una pregunta que Chile debe hacerse á 'si mismo: les esta una nación qne hace respetar su dignidad? Pueshicn: plaIl?eada la cuestión en este terreno, á que la habian conducido las conLÍnuas deslealtades y violaciones de ä?liviaj pregunto YO:"2cuál es la conducta que há? biles diplomátic.os aconsejarían al Gobierno? ?Qué debía hacer Chile en presenèia de un ultraje? No ob_? cosa que lo que se desprende de la8 disposjcioncs del dere.clto internacional. IiLos Tratados caducan por la infidencia de uno de lus contl'a.tante?.>) dice el cé]ebre tratadist$:i americano, señor. Bello.?ßoliyia había roto el tratado con SU8 inflo
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deucias de quince añ06. Y, sin embargo, Chile no hizosÎno marchar con paso demasiado "lento cuando reconoció la ruptura del tratado por parte de aquella República. ISe queria que ChHe fuese á buscar un areópago internacional y aguard?e BU sentencia? Nó, no hay areópagos para las cuestiones de dí?nidad naoional; no hay juez mediador posible entre las dos naciones. Ahm'a bien: roto el tJoaLado pOI' las infidencias y deslealtad de Dolivia, ?qn qué situación qnedábamos? Debía venir naturalmente la ocupación definitiva del territorio cedido; nos correspondía reivindicarlo. Y á este respecto necesito hacer una rectitìcación. La reivindicación no es gó}o liD acto de derecho civil. El diccionario de nuestra lengua la defirle así: (,la acción que competo á aJguno, por. razón ùe dominio ó cuasi?dominio, .
para pedir ó pretender se le restituya lo que por derecho de gente ó civil re peI't?nece?. 'l Y, ahorapregllnto yo: c:una vez roto el tratar/o, no nos pertenecía el territorio cedido? IPuede esto ponerse en duda? A la verdad, no sé cómo las demás naciones hubieran consideraùa á Chile si desde el momento que declaró roto el tratado, no hubiera hecho I/aler su soberanía sobre ? ese territorio. El Gobierno, al ocupar ellít,oralj no hizo más que mnIlplir con la Constitución, estahlecer el estado de su pro\W piedad. Por lo demás, no es culpa nuestra si la palabra reivindicfJción fué profitlllciada en otra época con di?tinto alcance, y que proferidas enlas presentes circunstancias haya 80. nado como el clarín de guerra para ]as naciones ameri,
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canas.
Pero no debe olvidarse que los que la pmßunciaron en 1864 no traían en]a mano ningún pacto roto por la perfk dia de una de la-s partes contrantcs; debe tenerse presente que al h'lnzar esa palabra al Perú era tambíén una amenaza para las demás naciunes amerícanas., Recordemos, además, que aquella reivindicación era po': ner on duda el gran derecho de la independencia americana sancionada por cuarenta años de vida libro y civilizada, y .
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reconocida por todas las nacioncs. cultas. lCómo comparar la actitud, la menw1 la responsabilidad de_la nación que pretendla reivindicar en 1864 eon la conùucLa de tliile 'Iue reivindica lo que ayer 110 más había sido ?myo y que reivindica en virtud de la ruptu,'a violenta por parte de Bolivia de un t.raLado ?olemne? España al pronunciar la palabra re.ivindicación y apoderarse de )as Chincha?1 desafiaba y amenazaba al continente entero. Chile no amenÐza á nadie sino al culpable. Se ha ,licho 'lile Chile ha procedido atropellando todos los prinCIpios de) derecho internadonol ejecutando actos de
guerra sin previa dec)aración de gucrra. lEs jUfitO, es fundado este ca.'g01 La ocupaciÓn de 14 de febrero era legítima, era fundada y no necusiLaba d?daracióIl de guerra, sin embargo de ser acto de guerra. Ese paso no tenía ne,. ccsidad en la práctica, ni por las doctrÎnas de lO!; tratadistas de una declaración escrita de guerra. La declaración de guerra es un requisHo que generalmente tiene sólo import.a.ncia pÚru )ds ciuûudano? de la nación que la dccJara, que tiene pOI' objpt,o fijar el principio de ciertos derechos y de ciertas alribucioIl8S de la? autoridades en el inlerioI'. La guerra, dice el mismo estadista invocado en la sesión ante? rior, es la ['eivindieaciÓn de] derecho por la fuerza. El 14 de febrero tuvimos necesidad de ap)jcar la fneT'za para hacer respAtar, para reivindicA!' nuestro derecho fría y mmlit.adamento deseonocido y violado, y después de Lodo, en rigor lno hubo declaraciÓn de guerra1 La hubo perfecta y completa, como acostumbran hacerla todas las naciones civilizadas?' Generalmente, casi siempre las nacioneA declarDn la guerra de una manera 'á condicional. Es una exjgencia de un país otro de algún ar:!.o, bajo amenaza de qUB si no se ejecuta ese heeho, la naciún reclamante procederá á aplicar, la fuerza. Así cUaIJ? do Chile dijo el 8 de noviembre pOI' úl'gano del Ministro de Relaciones Exteriores: si la HcpÚblica de Bolivia no sm;. pendo el decre?o qu?? impone tlna contribución á la exportaciÓn de salitl'cs, 010 veré obligado á declarar àbrogado el trAtado de 1874, Chile hizo una declaración de guerrA condicion?1. Bolivia se nogó á cumplir esa condición de paz,-
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y nO solamente se neg6, sino qUB?sLanJo á la saZÓn P1'ovÍsoriamente suspendidoslòs efect?R de aquella ley dejim-
puesto, dictó un decreto fuandando que inmediatamente se pusiese en ejecución. Hubo, pues, de hecho una decla.ración de querra que se hizo efectiva tan pronto como ßolivia se negó á cumplir con c-) llltlmatum deIS de noviernbre. -No debe tampoco perderse de vista que Bolivia. no contenta con la "provocación de dar por toda respu83ta â
nuestro lÛtimatlUn la notificación del decretoi'..con que mandó ejecutar aquella ley, agregó á eSe ullraje Ja burla sangrienta: no litigiu'é con Chile, dijo, Robre el -impuesto; pCI'O" en virt1Hl de mi derecho de nación soberanat'Yo usurpo las propiedades chilenas del litoral y despojo de SIIS haberes y de sus intereses á la Compañía de Sali1rc?. Yo no sé, señor? qué recurso, que arbitrio, qué nuevo camino pudiera indicarse para JIlaHteneJ'?e L.ud a.vía en la paz. No sé con qué razÓn, con qué conciencia pudiera dp.ciJ'fle todavía que debimos llevar más lejos nuestra tolerancia y nuestra IOllgaminidadj Yo, POI' mi parte, Creo que Chile hizo el minirnllm de lo que cualquiera otra nación civilizada del mundo hu-
biera IlPcho. Agregaré todavía otro gónero de consideraciones. Si un día más hubiese demorado ]a ocupación del litoral, c! empleo de hl fuerza, habria tenido lugar el "Î'8mste de ]08 bie"
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nes de la Compañía de Sa,litres; -y este acto consumado, y tolerado hasta cierto punto por Chile, pudo haber sido origen de más graves complicacjones, no ya con Bolivia, sino con ejudadano? (1 acasO go biernOR de otras Republicas Ó de otras naciones poderosas de Europa. Chile se haJlaha en el deher de circunscribir en ]0 posible el conflicto; de reducir el fuego á sus menores proporciones, de quitar todo pretexto de complicaciÓn con otras naciones.
En todo lo que toca á nuestras relaciones con Doli\'ia, en todo lo que toéa á su crédito internacional de nación honrada, la conciencia de Chile puede estar trunquìla; su Go.. bierno 110 se ha apartado ni de ]08 derechos ni de las prácticas internacionaJcsj no se ha apartado de aJgu qUBvale mncho en-estos conflictos, de la opinión pública. Quien sabe cuál habriasido el rumbo que la opinión pública, que
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el pueblo en masa habría tomado si, el Gobierno hubie?rdemorado un día rnág'las ocupaciones del litoral dellloI'te. No nos paralogicerno8 eDIl los comentariog injuriosos que se hacen á nuestro alreded?r, en 108 países vecinos. Es preciso quo p[lsemos tranquilos esa 7.ona de violeneÎas; vamos á huscar'en el vjejo continente la aprohaci6n de nue:-t.ros'actos. Pl'ocuremos ilustrar Robre e?ta grave cuestión al resto de] mundo civiiizado. Hagamos de ('nodo que en la opinión p{lbliea de la AInérica y rle la Europa no caiga en la balanza de HU juicio ningún peso falso que pudiera. inclinarla al lado !-Icontrario de la justicia y la. verdad. Obranùo así, podemos"estar seguros de quo ningún hombre imparcial dejar'á de recOnocer que Chile hizo menos dB lodo ]0 que debió hacer. ) dojal'llOS EH men8Ater no llevar por el ::;ellLimelllalismo hast.n el punto de abofetearnos. COIl nuestras pT'opia? manos. Pago ahorn Á ocuparme de otras cuestiones ,que se rcfieren ã la conducta del Gobierno en la dirección de la guerra y de las gestiones diplomáiieas despné? del 14 de fe.
brero. Durantú la época que puedo Hama.r preliminar de la guedel Gobierno ha sido hUÙIlti; ITa con Bolivia, la. conùueLa
pero despué? nó. A este re?pecto puedo afirmar con completa imparcialiùad y tranquilidad de espíritu, que la oonduct,a de algunob dp los miembros del Gabinete en asuntos electoI'ales, no ha est.aùo á la altura patri6tiea y elevada con que se procediÓ en los actos preliminares de la oeupa:. ción delliLoral. No es ?sta la hora oportuna de venir á l'ormular condenaciones teóricas sobre los abusos de los Go bjernos en asunLos electorales. Estos abuso!) IJrodenen de un desequilibrio. Los abusos signifIcan debiUdad del pueblo y exceso de
fuerza en el poder. El dla en que el Ejecutivo deje \le pesar tanto en la 1)alanza politica delpais y el pueblo'tenga fuerza, suficientes para reivindicar sus derechos, ese día cesarán eRLús abtHiOß que .?a?to hemos lf1J11entado. Pero en esta horff solemne hay derecho ]Jura pl'cguntade
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que en estos momentos en que los al. tos intereses de la nación necesitan el COnCurso espuntáneo tranquilo, de todos los ciudadanos, se aparta del puesto del deber y siembra la simiente de las pasiones y antagonismo de los parlidos, que son los pilares sobre los cuales descansa el derecho constitucional del país. Hay derecho para preguntarle al Gobierno pOi' qué mo. tivo ha querido despedazar las grandes fib,'as de la vida
al Gobierno cómo
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política, conÝi,'Liendo al país electoral en un tablero pintarrajeado, donde se ve que en un depal'tamentu un partido combate á la sombra;: de la autoridad; yen otro este. lHismo partido es apuñaleado por sus amigos del primer
punto.
si es posible sÓIR frente, un
Hay derecho para preguntarle al Gobierno
'lile en vez de presentarle al enømigo una sólo corazón, se acerquen al campo de batalla hombres con el corazón desgarrado por la? amarguras de los desengaño? politicos y las injusticia:!. Yo pregunto: les posible quc en una situación de abnegación y de 5acrificio? como la actual, se tienda el cebo del interés electoral'á todos los colores, å negros en un departamento y á blancos en otro, estable. cienda como única regla ln definición absurda del interés personal, sin respeto por las afinidades políticas? iC6mo! En estos momentos en quc ChiJe se encuentra con los pies puestos en el umbral ùe su ruina ó de su gloria, les cuerdo, es patriótico que el poder descargue todas RUS Ü'as cont.ra un grup'.? políljco nada más que por uno dc esos actos eje independencia que honran á los partidos y H veees son la salvación del Gobierno y del país? ?Pucde creer alguno de mis Honorables colegas que á los jefes del ejército chiieno se llega hasl,a ímponedes la dura tarea de sayones y verdugos? Los Irutos de esta amarga polit.ica no podían dejar de venir, y el primero ha sido que el Gobierno se ha encontrado investido de una inútil, tremenda y abrumadora facultad. Yo aplaudQ desde ..llondo de mi alma, yel país entero aplaude también, la rapirlez con que obró el Gobierno en nombre de los intereses del país y en nombre de nuestros derechos. En tales casos es posihle, justo y necesario pres-
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cinrlir por UD momento del cumplimiento de las fórmulas constitucionales. El país aplaude osas irregularidades, pero eon una condición: y es que tan pronto como las GÌrcunstanciaslo permitan, se arreglen 108 hechos en conformidad con la Constituciim, y el Gobierno comparta con el Congreso, COn el país, con todos]os elementos do la vida constitucional y politica, la inmensa .'esponsabilidad y la gloria de afrontO!' los peligros de la guerra, El Ministerio por su par'te no concede amnistía á sus enemigo!'!. SUR encmigos deben abstcnen?e aún de todo acto de hostiJidad al Gabinete que pudiera perjudicar los intereEes del país en la guerra exterior que sostiene. Me abstengo, por consiguiente, por mi parte, ?e fòrmular voLa alguno que importe r.ensura. En cuanto á la censura propuesta por el Honorable Diputado por ChillánJ le negaré mi voto: primero, porqne eHa está concebida en términos ofew;Ìvos é hirientes á las persomIS de jos señores !\:linistros, para lo cual no c.reo yo que ellos hayan dado mérito; y segundo, pOl'que cse proyecto de a.cuerdo fué apoyado en la sesión pasada en conceptos y antecedentes que no acepto absolutamente, porque pueden dar margen haslf'l para que Se ?ospeche de la justicia de ]a causa de Chile, y porque en lugar de empujar al Gobierno hacia adelante, lo estimulen á una reacciÓn vergonzosa para
la patria. Yo Coreo, señor, que sìn necesidad de censurar, los males que muchos lamentamos pueden tener remedio. Creo en el patriotismo de los señores J\Hnistros: los creo capaces rlercparar la situación difícil que han creado para los partjdo:s en el interior; 105 crp.o capaces todavía cn esta Última horu de hacer resona.r en todo el país una voz de reco"nciliación, una voz de fraternidad, u na voz do amnistía y de cesación de hostilidaùes, en bien el..- la patria, en aras del triunfo de Chile. Si en todo esto no hubiese más que una ilusiún de mi alma, si estuvie'SC equivocado, si e?tllviéseHlos condenados á conducir de frente dos guerras, la exterior, qne no eS una guerra pasajera y de efectos transitorios, sino la guerra decisiva de] progreso de Chile y de su preponderancia naval en Sud?Amérieaj y por otro lado, la guerra interior de defensa .,
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de,nuestros derechos poHtico$, f.(ucrra sin pJan, sin t.érmino, guerra de despechos y de odios, todavía entonces confío en el pueblo. Nada espero de la fuerr.a activa de este pueble> donde no ha habido mrnca la energía sufìciente para las gr'anúes conmociones, para los grandes golpes de patriotismo y de audacia contra los conculcadores de sus derechos; pero eonfío en la fuerza pasiva de este país quo, cuando no ha querido ser jineteado difícilmente ha habido jinete capaz de mantenerse !1ncima. Confío en el vaelo asfixiante y acusador que han de sentir los miembro? del Gabinete en torno suyo si insiste en desmoralizar, en divillir, en fI'a'ccÎonar la familia chilena en los momentos en que debe estar más eHt.I'echa y más cordialmente unida. .
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El Impuesto 'al Salitre
SESIÓN DE
20 DE AGOSTO DE
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El 'señor Erråzllriz (don Isidol'o).-El debate 8eñor, loca .in duda å su fin. Es el caso de que entremos å él los ,que, sin pretemlÎón de traer gran luz de cifras estadísticas á la cuestión, los que sin pretensiones de ayudar la corriente, nos limitamos á tener una opinión y á explicada. Declaro desdc luego que votaré po,' el arto 1.0 de la indicación del señor Diputado por Santiago, seiíol" Novoa, que propano se grave la exportación del salitre en la' Repúhlicn con un, derecho' de 50 cent?vos.
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Esta dec1aración necesÎta 'explicaciones, porque después. de la resistencia que se opuso generalmente, hace ochG meses, éontra toda tentaLiva de impuesto. al salitre, aparecer ahoFa sosteniendo l.:!11irnpueBto. que eg en si om?roso: implica cuntradicción, c\mndo en realidad lo que hay es todo lo eontrarioDebo declarar, señor, que si fuese â considerar esta cues.
tión nuevamente baju el aspecto de asunto tribulffi'io;:'seria,; yo el primero J?n levant-HI'rnc contra toda alteración de ]a -ley vigente; p'ðrquecreería indigno del decoro de la Cámara indigno ùe la sBriedad pHrlamentaria, aJterar el impuesto antes de conocer?e los efectos que 'ha producido, pues no se ha p['esentarlo hasta ahora á la Cámara ningÜTI dato quepermit.a juzgar esos efectos con relación á la renta pública, Procøder sin experiencia ninguna, sin ningún dato tócnieo y fehaciente sobre la materia, á agra.,'ar de ufiá ma-
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BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE
nera t'an sensihie un impuesto, es algo que sale completamente ruera de las prácticas parlamentarias y algo que indica una insegurid"ad extrema de condiciÓn y de miras ou'-': el seno de la reprùsentación nacional. Por otra parte, miraùa todavía la cuestión bajo el mismo aspecto, salta á ]a vÜ;ta que ella entrañarÍa una tl'emenda responsabilidad. La Constitución úe la República ordena á los que ell'epartimiento de las cargas sea en proporción haberos de los ciudadanos; y nO puede babel' proporción ha entre un impuesto que, en la rorma general en que se propuosto/á la Cámara, sería casi de un 70 pOI' ciento, y los impuestos que gravan á las otras industdas ó negocios que genel'tilmente no exceden de un -í ó de un 5 por ciento. Así es que, mirada la cuestión bajo su aspecto constitu-eiunal, el impuesto qm? se propone podría ser considerado como incom;titucional é lnj listo; ,porque no podrlall1ûs establecer Coomo principio que los negocios prósperos que producen utilidades más ó menos considerables, deben soportar las cargas que impone el Estaùo en mayor escala que los demás negocio:;. Esto no estaría en armonía con el preceptoèonstitucional de que los. ciudadQnos deben con. tribulr en proporciôn á sus haberes. Si ó una sula da?e de industriales se le apl?ca5e el marco de la ley 1 en heneficio de los demás, llegaríamos á las más .dúplorable..'i consecuencias. POdrl3 muy hien alegarse que los tenedores de la propiedad y que las aeociaciones de crédito I{?n realizado, grandes utilidades, y que por consi.
"guieote es necésario que soporLen ellos solos impuestos ex-
lraordinarios. "" cQllé se diría entre los interesados1 y en general en el país, de un proyecto de impuesto,meùiaute el cual se permitiese .arrancar seis millones de pe5los1 por vla do impuesto. á..los ,.:
propietarios? Para consolar â los indußLriales salitreros de" ecola enormidad del gravamen;' y apolando á la ciencia nómica. que en esto ha sido harto común, se les dice que -,está e? sus manos no pagar ellos el impuesto, sino hacerla pagar å los consumidores èxtranjeros. De modo que se suf .pone que estaría en manos de ?os productores del salitre :pedir 50 centavo, m'ós de lo que piden Qctualmente.
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prodlIctore? Sería preciso suponer mu? candoroBos ú los }os consumidores vara quc imaginase)) que podían sacar de esa suma. Creo que ninguno de ellos sel'Ía tansenciUo que, pudiendo obtener un peso mas, dejase de obtenerlo obedeciendo rpnén sabe á qué causa. Si cstuviera. en manos de los salitrer-oB fijar el precio de ganancias y no 'su articulo, ya habrlan aumentado sus aguardarian una ley de impuesto para hacerla. productores ameTengo entendido, señor, que no son los d-e salitre quiéncs fijan...cl precio de ese artículo., ricanos acció"fi sino que lo fija el mercado europeo, fuera de toda de. parte de los produotores y según las neoesidades y de-
mandas de} consumo. pJthtode Así, puus, señor, considerado el asunto ?3i? el vista puramente tributario, es decir, comâ un asunto nacjdo de la necesidad de proporcional' nllev?f5 rentas al Estado, y cOmo una tentativa de repartición medianamente equitativa, mi opinión sería que la Cámara no debería aueI{ pI'Îmer menta!' en un centavo el impuesto actual; porque lugar debemo? aguardar el conocimiento de los resultados que la ley vigente ha producido para la industria, y también po!'que en rlngún caso ,sería dado al Congreso establecer
un impuesto desigual
y oneroBÍsimo.
Así, pues, cuando á pesar de todas estas consideraciones, opino 'lue ha llegado la hora de aUQ1entar el dereoho que en vista distintas consigrava los salitres, es porque tengo deraciones, que son las que el seÍlar Ministro de Hacienda del señor Diputadu por expu,o oontestan<!o á las pregunta, Valparaíso! scñor Arteaga. La ley de impuesto sobre el salitre no tiene en !'ealidad el origen de una simple ley tributaria. CircunstancÍas verhah venido á indicar daderamente e'xcepcionales son las que Su necesidad. No e8 una ley tributaria sino una ley ju?tiel gravameTl, sino niana. No tiene por objeto rlistribujr quedado colooado des.amparar la pòsioiónen 'lueChile ha la.provinoia de Tarapacá. Es lo pués de la conquista de que el, señor MinistÏio de Hacienda ha expuesto contestando á las preguntas que se le dirigiera]). Las victoria. que Chile h. obtenido en el norte, dándo-
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EBR..\zURIZ
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nosla posesión del rico territorio de Tarapacá, han colocadD á la Rt>>pública en una situación por demás halagüeña y ventajosa,' Sin embargo se ha notado ql.e el Gohierno no ha tenido sino una idea muy vaga de la importancia de eseterrit.orio y hasta ahora no hatpodido calcular cuánto es loqlle el Estado podrá percihir del salitre que am se pro?
duce.
En efecto, el seÏior Ministro de Hacienda nos decia
<fUBc
Gobierno esperaba obtener del impuestD sobte el salitre en 1881, la suma de 2.000,000 de peHOs; mientras tan!'o, dE> los datos que se han puesto en êonocimiento de la Cámara,. aparece que el Gobierno del Perú se prometía sacar de Tarapaeá algD más de 6.000,000 de pesos, El Presidente Pardo, verdadero hombre de Estado, comprendió perfectamente el inmenso valol' {p?e tenían las rlos? sustaneias que existen en el extenso territorio que nosotros hemos ellnquistado: el.' salitre y el guano. El Presidente Pardo creyó que dánd01e á la producción de estos abonos todo el impulso necesario, el Gobierno peruano podría obtener una renta de, 15.000,000 millunes de pesos por año. Estas espléndidas espectativas hicieron surgir en el Gobierno del Perú una idoa que, por fortuna de Chile, no llegó á realizarse: la adquisición de varias fragatas blindadas. El Gobierno de Chile se' ha manifestado indeciso, vaci'-'\ tante hasta en los derechos que en su 'carác?cr de beligerante conquistador- ha creído deben corresponclerle en el !!? territorio de Tarapacá. ,?isto Así, hemos que apenas se adueñó de ese territorio. principió por aumentar en 15 centavos el precio de costo de elaboración del salitre, estipulado en los contratos que. eíer!'os industriales habían celebrado con el Gobierno del Perú. de'?Tenemos, pues, que el Gobierno de Chile, no 6610 se cidió á respetar esos contratos, sino que fué más allá todavia; haciendo concesiones á 108 ølaboradore:s de saliLre, concesione? que se traducían 'en el ami1ento de 15 centavos. por quintal en erbosto de e1aboración. Esto revela 'ne ha habido timidez y poca seguridad eI1 el
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OBRAS DE ISlDOHO ERRÁZUHIZ
la manera como se apreciaban los derechos que nos corresponden en el territorio que hemos oonquistado" Comprendò los dolores qu'e ha heelÌo sufrir á su pais una pulítica lIlal aconsejada, ó måf:! bien, mal éstudiada y mal comprendida; pel'O, no puedo negar x'ûs grandes se'rvicios l{lJB àquel gran hombre de Estado prestó á su país, salvándolo de un naufragio inevitable, y que fundó en el depart.amento de Tarapácá una fuente dc riq1..!czas que debió ser eterna para laTepúbUca peruan"a" Pues bien, Chile es abora el heredero de aquella gran herencia que Pardo legara al Perú, y dueño de esa riqueza puede poner mano firme para usufructuarIa y aprovc,.
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eharla. lCreeJ.-la Honorablo Cámara que por'consideraciones del
momento, 'èualquiera que sea el interés que esté de por medio, puede romper el mecanismo á, que obedecen los acontecimientos? Si la obra del señor Pardo legó á Chile una gran- riqueza, r.por qué iríamos nosotros á deshacer esa obl'u que' nos es provechosa? Sentada la cuestión en este terreno, llega ahora la labor que t-enùrá que descmpcñnr la ciencia económica, y yo por mi parte invitaria á todos mis honurables colegas á e8t?ldiHI' esta cuestión con toda la calma y desprendimiento neeesarios. Ha llegado lo. época en que acerca del negocio de tan vital importancia ?e haga toda la luz posible, á fin de penetramos de toda su magnitud. No se trata ahora, á mi juicio, de saber' íìi es Ó no conveniente el sistema pI'ot.eecionisLa cuando se t.rata de proteger al pl'oletario; no se trata tampoeo de saber si el impuc..sto sobre los sa11tI'8S debe ó no ser proteccionista; la gran c1ies? tión e8 resolver hasta dónde debe .llegar el monto del im':' puesto. Se trata ahora de saber cuál será el mejor procedimiento que debemos adupt.ar, ya q\1Cpor la fuerza de nuestras armas victoriosas hemos ll"egado á ser los únicos mercaùeræ dei salitre, para hacer' que la explotación de esta sU8tancia uo pierda su fuerza productora. Yo 8iento verdaderamente q1]8 el Honorab18?.scñor Mi-. nistro de Hacienda no haya dado á este respecto c.ontcBta-
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ciones concluyentes y terminante5 á las preguntas del Honorable Diputado por Valparaioo, sobre la parte relativa á la verdadera producción de saUtre de Tarapacá, pues de esa
habría podido apreciar la cuestión bajo BU ver<ladero punto ùe vista. 1 Sin embal'go, señor President!:', yo creo que el patriotismo manera
Se
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nos aconseja ..tener confianza en nuestros gobernantcB; debemos esperar que se busque á todas las cuestiones pen?
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dientes una solución satisfactoria, y que es necesario votar un impuesto á la producción del salitre. Queda después otra cuestión que ha sido planteada con insistencia por algunos señores Dipntados, y'es la de saber qué relación existe entre la producción de las salitreras del departamento de Tarapacá y la producción de las salitreras en ter-ritorio chileno. Esta cuestión, que á mi juic.io es ùe cierta gravedad, no es suficiente á d?tener la marcha del proyecto y å impedir qne 01 Fisco obtenga una legítimB entrada. ,? Es necesario que todos nos apresuremos á darnos c1.lènta cabal de los deberes que nos exige la situación, que real. ,mente es de una práctica dolorosa, ya que Be trata de establecer un impum;to con el caråcteI'.:de permanente. Yo sé realmente que bay en esta industria del salitre muchos que han invertido grandes capitaJes y que han perdido; pero, es lo singular qlle no sean ést..os los que se quejan, y para lo coal tal vez tendrian derecho.., Se sabe que el mercado exporta ocho millones. Cuando el departamento de Tarapacä produzca más de seis millones y la producción ?hilena pase do dos Il1111oneH, entonces será el tiempo de tomar disposiciones má? generosas para los industriales y establecer un régimen p,crma.
nen?e.
En mi concepto, el impuest.o de 50 centavos, propuesto po? el Honorable Diputadó' por Casahlanca, tiene todavia 13) carácter de una advertencia benigna y oportuna á 108 industriales, para que no se dejen llevar de las ilusiones que podian haberse forjado y vean que no deben arrièsgar fuertes capitales en una industria que se halla seriamente amenazada. :)j.
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Acepto pues. SùÌÍor Pre?idente, la reagravaci6n del impuesto como el eslablecimiento de un principio, del prin? cipio de que debemos sòmer-los salitres cllilenos á }a suerte que corra nuestra gran propiedad ft"cal de Tarapacâ y el Toc(). PIenso también que conviene que rija luego esta reagravaciúo del impuesto, á fin de que los capitales no se lancen ciegos á desanollar una Ürdm;tria que parece d.e gran porvenir, pero que puede causar su rnina. Siento profundamente, señor presidente1 que el Ha.DarabIe Diputado_qtie deja la palabra, haya ereldo observar en mi ánimo el ?propó8ito de criticar Ó amenguar en lo menor el brillo de los actos del Gohierno durante la admi? nÎstración en que tuvo hlIlLa parte Su Señoría. Si algo he ,dicho que haya podido lastimar e] justo amor propio d? Su Señoría, ha sido, porque:- necesitaba manifestar á ]a Cámara que había un pe]igt'o muy grave en introducir modifìcacione8 en la legislación refel'cnte â una industria que ell'aís no conoce lo suficiente todavía. Sin embargo, eelehro, por otra parto, haber dado pie al que acaha de oir la Cámara; porque celebro mucho enconlrar en el señor Diputado una idea tan neta y tan clara de los del,eres del hombre de Estado en Chile; porque celebró que Su Señoría se halle tan cónvencido de los derechos que otorga la gnerra å nuestro país; porque ce]ebro que Su Señoría se halle tan convencido de la plenitud do! derecho de Chile sobrú la propiedarl de las salitrel'as dú Tarapacá y el Toco, que, según nos aoaba de decJarar, no vaciló jamá?, y ni.? por un instante se vi6 asaltado por dndas, ni vacilacioncs que le hicieran incurrir en debilirindes funestas á los derechos del país. Ahora comprendo aquella medida de Su Señoría dé slWrimil' los derechos do 15 centavos do internación. Fué "una medida de alta pcnetracî6n; ftié una prima D. la industria libre, nn Hstímulo, un medio sagaz da l1am8.I' poblador. Sîn duda á este mismo meditado p.'opósito obedeció el Gobierno 0.1 tomar otras providúneias que, la ignorancia en que todos estábanlOs del profundo pensamiento del Gobierno, hizo sin, duda que fueran criticadas como favorecedoras del ?netnig6C y:perjudicialps de la indllstr:a. chilena y de] país en ti iseuI'so
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general. Esta es la explicación satislaetoria del apresuramiento, casi atolondramiento, con que el Gobierno aceptó
dijo en globo é biza suyos todos los cotltratos que se le tenia celebrado. el Gobierno del Perú sobre explotación de sus salitreras. Naturalmente todas estæ; primas' y franquicias del Gobierno en nada nerían la conciencia pleuH qUe tenian rlel derechó perfecto de Chile" "todas las salitreì:aso
No es mi ánimo renovar el nefando dolor de los directores de]a gU8rora en la administración pasada con I'emÎn?8ceucias que pueden empañar sus LI'il1nlos. Yo uo dudo de las buenas intenciones de Su SeñQría! así, como no dudo do lasØbuenas intenciones de nuestros gobernantes; así como no dudo que con la toma de Tarapacå nos encontram08 en completa posesión de las riquezas de nuestros enemigos; así como no dudo que el asalto de Taena '! Arica no ha asegurado la tranquila y pacífica posesión de á aquel territorio; así como tampoco uudo de que el asalto Lima nos dará resultados tan espléndidos que eclip.arán J para nuestros enemigos las glorias de Ayacucho y de unÍn. No eS cuestión de dos ó tres mil soldados más ó mellos, que todu hac.e honor á lA previsión de nuestros conductores. Pero Su Señoría, el HonoI',,?ble Diputado por Valparaíso, me haela incurrir en una notable contrfldiccióTI, que yo mC palahra}:!, voy ?ã permitir desvanecer en dos brevísimas movido, no pOI' amor propio indudablemente, sino por el buen desao de restablecer la verdad de los hechos. El Honorable Diputado ha sostenido que la situación creada para nuestros'salitres no se debe á los propósitos dcl señor Pardo al establecer el Estanco rlel salitre, Yo jamás hesostenido que el negocio se pre?.entase bajo e?as condiciollcs, sino que he dicho que pJ Estanco si bien"1 no podía fijar el tipo del precio. asignado al salitre, podían llegar ciI'Y es raro cum?tancias en que se llegaría H esa sÎtuación. á que Su Señoría no piense como yo este I'cspecto, estando tan poseído del' derecho que asiste á Chile par'a explotar en su provecho las salitreras peruanas en el departamento de Tarapacã.' .,' El Honorable Diputado 1'01' Valparaíso nos decía tam1
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d.e Chile de regreso á Su bién, que el señor Pardo, al partir pais, llevaba el firme propósito de abolir el estanco de los llegado á cOllven'Salitres peruanos, porque al fin había el mercerse que bajo esa situación no podían luchar en desventajosa, con los saliúado, si no de una manera muy tres de Antofagasta. Pues bien, / quién duda que 'los el oritratados que el Perú c?]ebró con Bolivia, y que son gen de la guerra en qnD nos enconLrarnos, no tuvieron por QbjeLo arrebatar á Bolivia las salitreras de Antofagasta, quedase como el árbitro para que de esa manera el PerÚ odominailor en el mercado? Por otra parte, lpuede acaso negarse que la explotación del salitre de Tarapacá puede producir al Fisco una enlrada anual de diez millones de pesos? lY acaso no tenemos derecho para explotarló y sacar de él todo el provecho posible? Eso es perfectamente legal, perfectamenLe jusLo. y puede hacerse sin herir ningÚn interés extraño. Por eso, Bcñ01" Pl'csidcnte, yo soy partidario del impuesto á herir único á todas las salitreras, que si á algn?envicne será á los tenedores de certificados peruanos, que para nO:$otros no son conocidol5, y que por consiguiente,. no tene? -r mas para que tomar en cuenta. y yo al votar cste impuesto lo haré en la forma más !TlOderada, respecto ùe laßuoLa, porque veo que por ahora no pode,mos hacer otra cosa. y
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Interpelación al Ministerio durante la Guerra :1 .
SESIóN DE 25 DE SEPTIEMBRE 1880
ErrtÍznriz {don I:5iuoro).-Señor: se sientan en lo? bancos dè esta Cámara ålgunos Diputados que han El
!:leño!'
visto desarrollarse el prelìente debate sin alarma; Diputados',>idea?' á aÚn, que corisidermno5 conveniente hacer paso las de la Cámara y '(1\le, por eonsiguiente.. no estamos decidiùos á interrumpir el silencio de los grupos en presenpia del giro que el debate tomaha.
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Se dirigían preguntas al Minigterio y éstc';;ontestaba. Se formulaban interpelaciones, ó un voto de censura que t.enia el mismo carácler, y no había rnoth?os para' Creer que este voto!;iese aceplado por los grandes grupos de la CámaraLos Diputados de quienes soy en este momento un eco creian que los procedimientos del Minislerio al cual estaba? vinculadas grandeB empreSRS nacionales,' tenían Una. base muy sólida, y que no sería' conmovida por los vigoro?o5 golpes de uno de los miClnbros de la Cárnara:',Tenían el recuerdo h'à aludido el úe qué, hace dos meses! en una sesión â que señor Diputado por Santiagu, se celebró un pacto solemne entre los representantes de los divcrso?.par?j,dospara man? tener la existenc?a del Gobierno mientr'Ås éste no dié?e mOtivos' serios para desconfiar de que llevase â 8U realizar:ión pI:omesas hechas en el seno de esta Cámara. 'DuranLe algunos días pudimog creer que este pacto ge. neroso y solemne subsistiría, y que el Ministerio tenia en la què<nocesita.ba. Pero cuando en mano los niediosde acción con mano las últimas sesiones lo hemos vistÓ desgarrado .
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enérgica por los representantes de uno ùe log grnpos; cuan? do viene á nuestra conciencia!!el doloroso convencimiento de que en Rdelantc la situación no tendrá por base la unión de lus partidos que Re hallan reprèsentadüs en esta Cámara, sino que vamos á tener que hacer la defensa eI1 parte del iVlinisterio, y la defensa de la gloria nacional, éntonces 10B lejos ,le que hasLa aqul hemos callado, 108 que esLamos t.an la censura como de los opláusos inmotivados, creemos ne-: cesado manifesÚ,r á la Cámara que na n"ilYmotivos paraBaá mar ? juicio al j\1inistcrio; que no hay razón para llamar un 8010 grupo polít.ico á dos garrar el paët.o de pat.riot.ismo y desprendimiento, del que fue un elocuente órgano del seÌlOf Diputado por Sal1t.iago hace dos meses en esta Cámara. He dicho, señor, que ?reia que era conveniente. que me!.. diHsen explicaciones entre el Ministerio y la Cámara; que Se midiesen aquí los quilates de las e?pecies relativas á las negociaciones dA P?-z con el enemigo; y tenía para mi que la discusiÓn y el cafubio de ideas entre el Gabinete y la Cá'ro â mal'fj no podría menos quc contribuir esclarecør'las.dudas. m.o que circulaban en algunos puntos de] país. Pero no imaginaba que pudieseseriamenLe á los dos !lleseg de establecida la situación actual, preguntarse en el seno de la Cámara si el Gabinete 4abía cumplido con sus propósitos, si .
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había motivos para duùas, y sobre .-todo, asegurarse que había motivos para cansarse, para no dAr ya más plazo al cumplimiento de lag solemnes"promesas expresà.das aquÍ. ?En qué consisten las dudas? e Cuál es la manera ùe discurrir? En lo siguiente: se ha hecho ffifJteria, en primer lugar, del cumplimiento inmediato n.e las promesas hechas On este recinto por el señor I\'ÍÎnistl'o de la Guerra. Su 80,ñorÍa dijo que 5?' comprometía á dar á la" guerra todo sl? vigor y cOIlsagrarle toùa su energíå, para poneral pais en situación ùe llcvgr á caDO laR más difíciles empresas mili,
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Ha cumplido
estas promesas?
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ó no el señor' Ministro de la
buerra con '
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Mas, ?es menester pregu,ntárselo al mismo señor Ministro de la Guerra en plena sesión de la Cámara? Pues señor, sin ]Joller el "oído á las declaraCioncs rninis.
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teriales; solamente con atender á lo que la prensa ha publicado y á 10 que paga á ,nuestra -vista, puedo asegurar y probar que el señor Ministro de la Guerra ha desempeñado hasta aquí con lealtad y valen tia su palahra comprometida
ante esla Cåmara. Tomando apuntes de lo que la crónica de los diaries ha publicado, de lo que nosotros mismos hemos visto, puedo malùfestar.å la Cámara qU,8 el señor l\linistl'o de la Guerra ?in necesidad de apelar"'ã leyes ne enganche ni á mcdio(alguno coercitivo, ha levantad n no menos de dieciséis mil hombres. Para llenar 105 bajas de batallas y las producidas por enfermedadesJ han marchado al norte no menos- de siete á ocho;j\mil homhre?; se han aumentado con un batallón vaT'iós cuerpos dol Ejército, entre los quc Hguran..cl Chacabuco, el Curicó, el Quillotay el Talca, se ha organizado los regimientos Val paraíso y Linares. Total, diecígéi?á dieci8Îete mil hombres, 8ólo en el término de dos meses: y ?aliendo un poco de la Hflfera delo que es el dominio rI? lodo el mundo y de lo que uuestras ciudades han presellciado, tengo noticia de que en pocos días más serán aceptados los 8eI'vicio? de cinco rnH hombres más. De modo que en .quince dias más el señor Ministro de la Guerra podrá decirnos que 1m cumplido Su promesa, sin gastar casi un cent.avo en la enormo suma. de veinte mil soldados. y en seguida, 8eÏlOr lnecesitamos b1lerrogar al señor Minislro de la Guerra sobre las medidas que Su Seiioda ha tomado para movi1izar el Ejército? tI Ignoramos que hay una-, cantidad de buques fletados y listos para embaI'?aI' hombres y caballos, y que hasta ahora se han estado dirigiendo å los puertos del nor.te? lIgnoramos 'Iue hace muchos días que se han entregado al Ministerio ochenla barcas .? planas para desembarcar' el Ejército? Yo no pretendo poner å la cuenta del Gabinete la llegada de armamento.. N o creo en .ßS3 so1idaridad á que ha ocurrido el señor Diputado por Santiago,- êonfundiendo las rórmulas del roro con las de la politica. Enlre los Ministerios no hay necesidad del beneficio de inventario para est.blecer su respon_abilidad, pues ella "estå bien deslindada 1
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por la Constitución. Cada Ministerio es hijo de sus obras,
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reconocidas por eUos, y cada uno sólo tiene el deber de ajustar su política á las necesidades de la situación. Por esu digo: así cumo nO me atreveria á cargar á la cuenta de los reproches y de las censuras, actos que el prcsente:\'linisterio no ha ejecutado, tampoco pretendo cargftr á la cuenta de su habel' polltico la llegada del armamento
encargado
POl'?1
:Mi nistsrio8 anteriores. Pero conste que el
MiI1i:5terio actual se hallaen.yísperas de entregar armados al país veinte mil hombres, es d?cir, casi mas de]o que Al
país ha BrIllado hasta ahora. En seguida el señor Ministro ha dotado eLnúmero suficiente de embal'caciones para conducir estas tropas á los ;,1 puerlo? enemigos. objeto de No puede, pues, ser duda para la Cámara el cumpVdu ha modo cómo hasta hoy el señor rV[inist(.o de la Guerra. Pe('Q la duùa ll8.ee soore otro punto. Renace en este recinto bajo la pregunta famosa: i irá Ó nó el l\1inî.sterio á .
Limar
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Señor: cuando ouarenta mil uayollstas brillan á la luz del sol de Chile1 bayonetas que se extienden espontánea y poderosamentH hacia el norte, t Lodavía preguntamos á
dónde van å herir esas bayonetas? lOes cuestión de amor propio el quP. los Ministros pl'?:)J)nncien, la palabra, cuando el camino de Lima está abierto para el Ejército y no hay lógicamente otro camino? No rebajemos las gI'andcs cuestioIlAs ä cue!1tÎoneg de amor .' 1'1'01'10.
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Comprendo perfectamente que el. Ministerio, aÚn con el pie puesto en el escalón de la Última jornada å Lima, se niege á decir que va á Lima, porque la dirección técnica ùe la guerra corresponde al Ejecutivo. Pero no comprendo que un país y un Congreso que .vea su Ejército en marcha á Lima; que un Congreso que sabe que el Ministro de la Guerra no aguardará sino la terminación de este dehate""para pone?e en marcha; ese Congreso y"osc país estén todavía empeñados en arrancar la. palabra del señor MinÌ.qtro de la Gtlerr3. Yo comprendu más bien, señor, las alarmas sU!3citada8 en -.
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el púb1ico y entr-e algunos de mis colegas, por los rÚrnorcs relativos á negociaciones de paz. Deho decir, sin embargo! y estoy seguro de que ninguno de ,mis Honorables colegas
,
me contradecil'á, que la idea en abstraclo ùe que el Gobirl'M no ha entablado ó aceptado negociaciones de paz, por si sola, sin detalles, eS una. idea que puede acusarse de candor; pero que, limitada á B11 simple enunciaciÓn, no es una idea que justilìque alarmas, y mucho menos una censura. Paraacllsar de falta al Ejecutivo, de crimen contra el pais, 6 á lo meno?, grave ùesconocimient.o de sus deberes;' era menest.er que en este recillto se lnibiera tratado de probar: 1.0 que las pl'opo?iciones de paz hubieran sido prnyo. cadas pOI' el Ejecutivo; en segundo lugar, que en las con? vel'8aciones tenidas sobre paz S8 hubiese deslizado de los labios de los gobernanLos de Chile alguna pI'oposición indigna del pais, y por último, 'lue la negociación de paz hubiera tenido pOI' erecto paralizar la acción de la guerra. Pero eS menester recordar que,.'sea cual fuere la impor.tßncia que podamos atribuir ú la negociacUJll de paz, fi8R cual fuere el grado de inconvenioncia que en csLa. negociación podamos encontrar, hasta ahora no í-;e ha probado que el Ejecutivo rorIIlllla?e proposiciones contrarias al interés ó á la honra de Chile; y Se ha estado lejos de probar que las negocia(Jiones de paz hubieran interrumpido la8 grandes operácionesde la guerra. Yo, por mi parte, lo digo con franqueza, eSO de aceptar êÍ eSa conversaciones 80b1'e paz; el dar alguna import.ancia negociaoión. es cometer un gravÍsirno crroI'1 ë's hacerse Y1Ctima de una joocentada. Se encontraba el Ejecutivo empeñado en nna ardua empresa: sacudir el árbol para que el fruto de la paz caiga aún cuando no esté nladuro. Por eso vemos que á pe?mr de todos los esfuerzos de esos oficiosos mediadores, la fruta no cae. Dia lIogará en que la I','uta esté,madllra, y ontonces Chile la..uogerá sin esfuerzo. Ahora, señor, r.cuándo .esLará madura la fruta de la paz? Lo estará .cuando laH bal,erias cbilenas establecidas en el San Cristóbal, hagan jlJgar ?us ca.ñones sODte la población ?,? de Lima. La fruta de la paz estará madura cuandq, las'. mujeres ÿ'los niños que el dictadOl' Piérula tiene en Lima ,
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10
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(Ôf.
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,ad-IIOC, á su Jado, pidan
la paz
y
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no se acuerden de los
mediadores. A mi juicio, pues, señor, Chile debe aguardar tranq\1ilamente el momento sieológieo de la paz, y debe poners? en guardia re?pecto úe las oplnioneß que le hag?n perder el tiempo y ?I momento oportuno, ?us aspiraciones serán '?
üompletamente cumplidas. Hé aquí, señor, los dos puntos acerca de los cuales S8 ha suscitaúo dudas en el seno de ]a Cámara; los puntos so})('e los cuales se ha apoyado mi censura contra el Gabinete. Yo declaro en conciencia quë encuentro que el Gal)Ìnete ha :-ridn víetima ue ilu!"iulle? al conversar sobre paz. Pero sucuen-' tro también que no hay censura posible, pues.hasta aquÍ no se ha allueirlo]a más ligera l'a1,6n para probar .que elI\Hniste do ha hecho mal. Y por Jo que toea al armamento del país, IIluylejos debe eB?aI' la Cámara de ?eIler mot.ivos pal'a no estar satisfecha. Pero, señor, ?ï t?davia hubiera sombra de motivos ó pequeños motivos, no seria éste el c?'?o de pcsFirlos en la balanza, porque tendríamos que poner también en ella 11na ,. crisis ministerial. Yo parto del convencimiento de que este Ministerio fuese reemplazado por otro que diose á la Cámara por? lo menos iguales garantías de acierto, y pregunto: èeuánto se necesitaría para que los encargados de Jas operaciones militares tomasen siquÌera en sus manos el hilo de ]a actual guerra? ?Cuántos cámbios en la dirección rnHital\ ?uántos emharazos se suscitarían y cuantas tardanzas se producírían? Declaro que estaría dispuesto á aceptar ligeros motivos de desconfianza ó do censura, que no afectasen la direcciÓn de la guerra á trueque de salvar lo que para Chile es su oro y la sangre de sus hijos. Esto es, señor, hablando dentro de la lógica de mis Honorables amigos, .Pero si se hablase dentro de la lógica de los individuos del grupo que propone censura, la cosa scrÍá distinLa. Hay señores DiputadoR que se manifiestan animados 'de profundo convencimiento de que no son los J\Hnistroslos culpable8 v que la causa está Juer8 del lVIinjsteI'iu'? Más aún; ha habido un Honorable
Diputado que ha establecido
el hecho de que existiendo en
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el actual Ministerio un hombre que por su patriotismo da garantia á la Canfara, 8e encuentra en peligro de percber en .e
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una atmÓsfe['a enve'nenada. Yo pregunto: los que esos temores abrigan; 108 que Uenen esas convicciones lpueden con el corazón ligero pedir la calda del Ministerio? Los que creen que el Presidente de la [{epública es la rémora, el obstáculo insuperable ,son los luego':' el vast.o que propondrían que le entregásemos desde poder que nace de la formación 'lle un nuevo Ministerio? El Presidente de la Ilepública, enemigo de la, guerra, concluiría por rómper todos los resortes que hasta ahora SB' han preparado para la expedición; y por lo menos'en la 101'maêiún de Mioisterio, y en medidas equivocas, ganaría ùos. Ú tres meses que anularían vII'tualme"Ì1te la expedición, porque Ilegaria la época de los calores. Dentro de esta hipótesis, señor', dentro del convencimiento de algunos de nuestros colegas, de que la siLu<J.ciön tipne 8US raíces fuera del Mi"!,Üsterio, no h'lY más que una lógica, yes fortalece!' en el Ministerio ]Of; elementos favorable,s'á la guerra, en ve7. de hacer la guerra á pretendidas in(1uencias. La Cåmara tien8'en su mano poderosos remedios cUllstitucionalês, y no son remedios quirÚr-gicos. como los recomendados aquí por el señor Diputado que deja la palabra. La Cámara tiene remedios que están dentro del régimen ('epresentativoy dèla Constitución, para vencer las opiniodel Presidente de la flepública. nes personale. He escuchado con gusLo que el Honorable Diputado po,' Santiago se halla persuadido de 'lU" una expedición á Tarapacá ÿ otras operaciones importantes dp. la guerra han sido ejecutadas contra la voluntad personal del P'"esidente de la flepública. ,Y 'lué dificultad tiene hoy parll que la Cámara, usando de sus derecho, constitucionales; no espepersonales del Prcsi? rara vence.r también las opiniones dente? ,Duda el seÌlor 'Diputado de que esa voluntad se encu'entre vúncida? l 'Es posible que el Presidente de la República haya podido armar 20,000 hombres y que no piense seriamente eÚ ir å Lima y al Callao? Yo tengo -profunda fe, señor, en los efectos del juego del" 11
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réghncn constitucional y represenlaLivoj y siento subir?erne el orgullo con calor á la frente, cuando P1ÙIlSO que hemos hecho esta guerra en medio de un tremendo caos de partidos, guerra que nos ha encontrado completamente desprevenidos moralmente, sin que tino sólo de nuestros reSOrtes.administrativos haya sido desarmado, ?in que el GODier-no haya atentado contra las libertades públicas porque no hahria encontrado á Su ]ado un solo Ministro decente capaz de refrendar un decreto en 'ese sentido. Me siento orgulJoso< de este grandioso espectáculo 'Iue Chile ha dado á l. Amé,'ioa y al mundo, Y por eso me asocio al asoÌhb?'o yal dolor de nuestro Presidente, cuando recuerdu que hay señores-
Diputados qne se atre??m á indicar á la Cámara otro càmino que el cünstiLuciÖn?J,y que se atreven á suponerque la Cámåra se Q4cdaria.atrás del Ejecutivo 8] trata!' de vadar en Chile las práctica!?constitucionales. A8í, 8eÌlOr dentro de la, lógica de mi convicción y de la 'lÓgica de las opinjoncsexpr?sadag últimamente en esta Cámara, pienso quc-"ta caída?-.frdnisterial en las presentes. cirCUIJsLßIwias eawmría las vacilacioncs, las dE:.morag y las
pérdidas de tiempo que pondrí.an en peligro la misma .' empresa que pretendenlOs. Y pOl;?eso en nombre de mis amigos declaru q lIe votaré contra toda proposicIón q tiC lleve en sí cemlUras francas ó encubiertas. Votaremos desde lllego contra el voto franco de censura del señor Dipu?ado por Carelmapu, Creemos la censura inaceptahle é injústa. Creemos que aún cuando hubiera ligeros motivos é inconveniencias, debemos estar unidos ante e] peligro del cambio de 1\tinislel'io. Respecto de otras proposicion'csque han sido hechas en el seno de la Cámi)ra, Cl'eo que no necesito ocup:?r muy á fOJldo á la Cámara para sostener que todas cUas entrañan un voto de ceI1SW'a. AsÍ, por ejemplo; la proposición del señor Diputado por Santiago es en..aparioncia muy ino'cenle, puesLo qu? la ida á Lima es'la aspir?ción universal de todo el país y la gran necesidad del momento,.El señor Diplltado por Santiago propone se declare que .el momentoactual no es cOIl\'eniente para iniciar proposiciones.de paz. Es indudable que el niUI11ento actual DO 'es conveniente,.-
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proposición. es tan inofen5>iva IJQmo pero no por eso la .fwntido ninguno á parece. Yo me atrevo decir que nO tiene clasö: Todo proyecto en estas cirCl1IlS? un proyecto de ?!-ìta el tancias tiene precisamente una punta didgida contra del señor Hodriguez. Gabinete, comO se ve en el proyecto Digo lo mismo de la proposición del señor Walkcr Martinez form ulada en la sesión dc hoy. Es una verdaJi enorme como esta Sala que la paz no debe del ser hecha mientras no sean demolidas las fortaleza. .
Callao. Más todavia: la paz no es conveniente mientras Chile no sea indemnizado, de una forma Ú otra, de 'sus es ßnormes ga?tos. Pero que la Cámara deûlare todo esto, manifestar su d?sconnanza, y por lo tanto1 esa punta tiene por objeto herir directamente al Gabinete. grande En la Cámara no podemos declarar quà Dios es ó cuales .propic? ni que la Santísima- Trinidad, tieno tales dades. Todo proyecto de acuerdo es un arma; y creyendo peligro nusotros que no hay motivo ninguno, que hay pueden inmen?o en esgrimir contra el Gabinetearrnas que "? "Ser contra la nación misma, la rechazarûlIlos. En seguida rechazamos la orden del día pura y simple, el pacto solemne porque creemos que subsÜ;te todavía aquí de patriotismo de ahora dos meSes. El Ministerio no lo ha violado y la mayoría dc la Cámara dcbe respeLarlo, y denLro de ese respeto rechazar toda pro' .
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posición de èensura. El Gobierno, por ol,ra parte, ha cumplido armando al pais y de tal modo que, á pes?r de P,'esidente, de Ministros solas marcharán. El Gobierno y congresales, las hayonetas ha pedido cu<tl'enta mil soldados, y no es fácil levantar cse n(1mero si no es para lanz81'los á una gJ'aIld? elnpresa. Por nuestra. parte, debemos cumplil' fortaleciendo sus manos; y mallas fortaleceríamos si dejásemo? marchar al partida al ßeñor Ministro de la Guerra) en su próxima '(\', Ó arnenortp) dCJando pemhente sobre su cabeza dudaM
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.., nazas. '''''.''. Cuando recuerdo) señor, que hace .ßit;),z' días discutimos sobr? si vamos ó nó á Limaj que häce di?i (, doce ;.dias pro' ?,?raÌnos arrancar esta palabra á los.)abi(;s del Ministerio; :<'
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cuando tenemos el conocimiento íntimo de que estamos en el camino de Lima y cuando los habitantes de esa ciudad ven ya el ren?jode nuest.ras bayonetas, me imagino que nos hemos embriagado un poco con el ruido del dehate y que nos hemos dormido á la orilla de una cor'fiente que ha Iuar.. .
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>, chado con rapidez. Señor: hacemos maleria de duda y discusión en este punto, de si la guerra será ,llevada como Chile lo exige, con energía ysin comÜderaciones; y á estas horas la .expellición Lynch pasea la tea del incendio en las poblaciones peruanas; y el Callao mÍ..<;mo forma en torno de la capital' del Perú tina cinlura de fuego producida por el incendio. Dudamos1 preguntamos, y pedimO's declaracioncs, como si el soplo de la dinamita no hubiera pasado yo sobre esos pueblos y los hubiera devorado. IPreguntamos, señor, si iremos ó nó á Lima! La aglomeración de ycinticinco mil hombres en la línea de Tacna á Arica ?qué significa? QU8 ya se ha realiza.do el último acto, la último formación del Ejército chileno antes de caminar sobre la ciudad de los reyes. Discutimos, analizamos la.s palabras. desmenuzamos là' frasos, y jugamos con los secretos"" que cada unO' declara tener; y sin embargo, la guerra va caminando á vauguardia de nosotros, la guerra que nos dice: basta de palabras y "
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discursos. N"Ó
crea, señOl" que en esta hora solemne los chilenos somos los bizantÎnos de la victoria. La hora, señor, no es para gritar, ni destrozar, ni -para bablar aqui de partidos. Por eso he dep1orado profundamente, eomo una inconsecuencia de parte del señor Walker Martine7., que haya creído necesario, en ausencia del jefe del Ministerio, inju.rjar en él á uno de los más queridos y prestigiosos jefes del partido liberal en Chile? Creo, señor, que el derecho de discutir en Chile se encuentra establecido. Creo que podemos discutir aquí y en todas partes, desde el Presidente de la República hasta el último funcionario. Pero me parece profundamente inconveniente, en una época en que todavía se jura por la Se
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unión de
BIBLIOTECA DE ESCRITORES DE CHILE 108 partidos,
vilipendiar áuno de
108
más queri-
dos jefes. Me parece de tina profunda inconveniencia constitucional discutir la persona de un magistrado al cual la ley y el poder de la Cámara no alcanza en el ejercieio de sus funciones.
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este procedimiento se encuentra palpablemente en las eonelusiones del señor Diputado por Santiago, Walker MartInez. Consecuente' consigo mismo y su palabra, el señor Diptltado no tendria sino nn término:
La inconveniencia de
pedir que la Cámara mandase armar un batallón para ]anzarlo. Y ha sostenido todavía algo que es lógico con su discurso, pero contrario á la marcha del país, al espíritu del Congreso y de nuestras instituciones. A] alcance de] brazo de la Cámara se encuentran solac mente 108 señores Ministros, y sólo .ellos puedo!1 ser acusados á nombre de la Cámara. Por eso hay conveniencia en más- allá del no Bevar las disousiones hirientes y ofensivas Ministerío. En éste deben expirar todos los golpes. Pero, como he tenido el honor de expresarlo, creo, por mi parte, que los Ministros lejos ,1\.de haber dado mérito á la censura, se hallan en el caso de-'ser fortalecidos y apoyados por la Cámara en e] cumplimiento del tremendo mandato que las circunstancias les tienen impue?to. Reitero, pues, mi declaración y repito que mis colegas y yo votaremos contra toda proposición de censura y contra la orden de] dia. Y votaremos negatívamente sobre todo lo, que tienda á debilitar en el Gobierno ]a fuerzà y en el país la confianza en BUS procedimientos. .
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de noviembre de 1876. l...... ...... _:... .::............. y:meldo8 de Empleados Públicos. Región de 30 L(l. Gratificación de novicmbrede 1876. S-esi6n de 2 de diciembre de 1876. '" Elecciones (11': <Cauqucnes. Ceme?:terioR, Sosión de 24 de octubre de 1877. l.." de Ley .... id. dé 26 dè olJtubre de 1877. Il_.,.?.., id. Id. de 1877. id. de 29 de octubre id. , Id. In...... de l678.. Sønti8go..,scaión de de']6 nòviembrc Latl Eleeciones de 1870 27 de de mayo Guerra con Bolivia. Sesión de .....,... .. 1880 El Impuesto al Salitre. SeBión de 20 de o.gOi!to de .. ., Sesión de 25 de Interpela.ción al Miniøterio durante la GUCI'ra.
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