La economía de un desierto

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rrrio Villalobos R.

A ECONOMI$I-

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Editdo por "Ediciones Muma Universidad"

V i a de Cornunkacimes Pantificia Universidd Cat6lica de Chile Alsmbda 340,oficina 14 h t i a d p

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Economia de un Desierto Tarapaca durante la Colonia


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& & ) g o$2 ........................ ...-_..... 1 El Paisaje Desgrtico ...........-....... ........................................

9 13

La costa y su cordillera .......... .............. ..................... La desolaci6n de la pampa ..................................... El ambiente acQgedor de Ias as .............................. Los p&ramosdel altiplano ............................................ .-....-. La organizaci6n territorial .............. ...................................... L

11

.........................................La historia irrumpe en el ~ C & T ~ O ........................................ Las primeras endas .............................................-..... El revent6n de de Huantajaya ............................_....... Trastornos de Ias guaras civiles .......................................... Una empress econ6mica .......................................................... Transfonnaci6n de la encomienda de Tarapd ................ Pablacidn, rendidento y gastm de k emomiendaa ........ kcadencia de Ias acemiendas ...................................... -.... Encomiendas del Siglo XVI

La ley y la realidad

..................................................................

I11 Las Pensiones de Indias en 10s S i g h XVII y XVIII

IV

V

....

Caracteristieas de Ia bstitucih ............................................ Las pensiones de indios de Tanpad .................................... Explotacidn de 10s Rectfrsos del Mar .................................. La pesca ........... ................................................................ del g W Q .................................... ........................... El Esfuwzo A@& ...................................................................... La ropiedad de la tierra .......................................................... La por la t i e m g el agua en el sigo XWII ................ Riego, t h i c a y pr*to5 ...."..................................................

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........................................................................ .......................................................... ............................................. ............"* ........................ .... Cb.llsEollo&m* Ram y Carmen ..... U . . .

13 14 14 17 18 21 21 22

27 30 32

34 36 39 40

45 45 41 61 61 64

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148


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VI& Organizacidn Econdmica y Tdcnim ..................

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VI11 Sistemas de Trabaio ..............................................................

157 170 176 185 201 201 210 221 232

Voces de us0 corriente en Tarapacd en el SigIo X v Z Z Z ..........

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. EmpIesas y empreoarios ........................................................ Loo mdimentos del &dit0 .................................................. Las faenas mineras .................................................................. Molinos y buitrones ................................................................ Trabajo libre ............................................................................ Ch-ganieacibn de una mita tardfa ............................................ La situaci6n de 10s indigenas .................................................. Esclavitud negra ......................................................................

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La vasta soledad del desierto ha ejercido siempre una extraiia sugesti6n en el hombre. Aislada entre las fuerzas de la naturaleza, la criatura humma ha oentido alli la presencia de espfritus animistas, la proximidad de 10s die s68 o el acecho de 10s demonios. Palp6 su dimension insignificante en la cosmogmfa, abrumada por el d o d o del sol o mientras observ6 el mema'e vacilmte de ks estrellas en el frio de la wche. Crey6 adueiiarse de la dbertad, cuando s610 se hacia mas esclava, y sinti6 Ia ljellaa &amatica del paisaje que muy pocos podian contemplar. Los hombres llegaron en el merodear de la tribu, en busca de recursos, y se aferraron a 10s oasis para poder vivir. No habia otra g e m m8s amable y desplazados por grupos poderostas, debieron codonnarse con la aridez para construir su mundo. La pobreza del medio no fue un obstkulo para arraigar, porque a1 desafio de la naturaleza se respondia con un esfuerzo inteligente que descubria el agua entre arenales, la administraba con avaricia y hacfa sur& un verdor incierto en terrenos estrechos. Unos cuantos mimales sobrios en su pobreza, eran compaiieros de la aventura, mientras horn bres y mujeres de pies curtidos marchaban pacientes para ir a rece ger algunos frutos lejanos o intercambiar sus escasos bienes con otms grupos.

Hub0 senderos sutiles, grabados en la mente d s que en el

such

y cadia montafia, hondonada o roca form6 m e de largos itinerarim

p w dcanaar ua manantial de h t o m u m d o o una aldea twoso, sud d a m el panorama como excrecencia de cascajas. El de.siert0no recha26 al hombre. Apesar de su asp-, dej6 que &e extendiese su rkrminio, esearbase en la tierra con sus manos que a$aa gam hacer bmtw vegetales y hurgar en las entraiias de rocas a lbpea de met&. La tFslgedia del h m b r e en Ias tierras yerma~no se k M 6 a 1Q , s i n 0 al hombre, que en oleadas sucesivas b t 5 drminacimes de t&nh d s a v d , que aplpsta 10s Primpnros

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dt 10s e @ i ~ h derpbumm,

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nattsos,defraado-l3Jlos se

m8S que par su minaerq porque pohgue de w quipje s 4 a el tsmmm de baratifas, utensBos, &taw, goms y rrguardiente que podfa tw&m PI lrrp vdmtstdca m80 d d t r a t e s . La jntroducciibn de enfmda dona&thoos. de loo h t h s europeos, del trip, de la vid y de variadas bortlti lieas, oogio asimismo el suministro cantinu0 de g&nems vistosos, h m mientas y o m s articuios, fadit6 la pmanencia de 10s rnqt.W,d+ zes. Y desde que &tos descubrlemm que el guano y la d e j b alguna -cia y, sobre todo, que 10s cerros escondfan ricas p i h de ~~

ddlo,

d OCQO p la pt9mm J

plata, Lo dominaci6n qued6 asegurada. El destino de 10s sometidos fue trabajar para oms, que a stl vez e m simples intermediaries de una economia mhs adelantada, dvida de o m y plata, ue exigia hasta el sudor de aquellos indios resecos de u11 desierto ohi&do. La riqueza no que& alli. March6 a 10s grandes wntms y en isu lugar qued6 la naiseria. Ni siquierPr la apaPvecbswPp 10s empmarios locales, por m L que metfan h j o en sus c a w , m u e al fim debim sex aventados por 10s intereses m4s fuertes del extraniero. es el significado I esta histo&

de miseria. iHay dgo nuevo al repetir todo esto? Bensaqos que sf, porque b m c m s t a n c i a local i l d a el cuadm desde un dn ti especial: Bodo eUo 0&6 en un desierto donde no hay matices. A a iademencin de la natural- se a g6 la aspereza de 10s hombres en la lmga por atpebatarse 10s b e n s o s . No hub0 piedad y el hombre deniesDr6, en -0 de arenab y wms, que es el lobo del hombre.

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atar cabos aielados para componer

La dificdtad es mayor si se piensa en

&os sobre la regi611en la &oca colonial ; per0 esta misma raz6n fue Ia que nos movi6 a penetrar en el tema, a sabiendas de que CUalquIer aporte, aunque incornpleto, significarfa u11 avance notorio. La historia econ6mica moderna, para obtener deduccicmes vdidas, requiere de fundamentos estadisticos que permitan a reciar las tendencias generales; per0 en este trabajo no ha sido posi8e allegar series num6rica.s completas y hs pocas de carkter parcial que han surgido de 10s archivos, carecian de relieve y de coherencia para construir algo con ellas. En cambio, creemos h a k r penetrado bastante en el conocimiento de la organizaci6n econ6mica, sus mecanismos y 10s secretos de su realidad mits concreta. Asi, por ejemplo, hemos profundizado en toda la trayectoria de la encomienda. y hemos descrito con pormenores el proceso de constitucih de una mita, enfocando, adem&, otros tipos de trabajo que lindan con las formas de vida de indios, mestizos y n e gros. La organizaci6n empresarial. el quehacer prictico en las faenas mineras y la t6cnica empleada, la apropiaci6n de la tierra y la l u c h por el agua, son otros tantos aspectos que no dudamos interesarb a 10s estudiosos. Desgraciadamente, no ha sido posible trazar a l m s nas ni medianamente aceptables sobre otros temas, como el comercio y la hacienda pdblica, a causa de 10s vacios documentales. Per0 este libro. como toda bhqueda en el pasado, s e d comple mentado por nuevas investigaciones y el cuadro irii adquiriendo paulatinamente 10s tonos adecuados. Estamos convencidos de que 10s archivos peruanos, bolivianos y espaiioles proporcionarh a nuevos investigadores un material del mayor valor. La elaboraci6n de estas pitginas h e enriquecida con las indicacie nes y la ayuda desinteresada de algunas personas a quienes manifestamos nuestros agradecimientos. A 10s seiiores Jorge Hidalgo y Osvaldo Silva por sus atinadas observaciones en materias que rozan con la antropologia y la etnohistoria, a mi colega Horacio Ariinguiz, por la pista ue nos condujo a 10s libros de 10s oficiales reales de Aria y al prct f a o r Alamiro de Avila, celoso guardikn de aquellos volhenes, por la gentileza con que nos permiti6 su consulta. Debemos agradecer tambi6n a nuestra ayudante, la seiiorita Sol Serrano el trabajo de consulta de documentos y a nuestro colaborador, el seiior Julio Retamal Avila, el entusiasmo con que nos ayud6 en algunas bdsquedas esporzidicas. Finalmente, debemos agradecer a nuestra secretaria, la seiiorita Ximena Orellana, el trabajo de mecanografiar estas pitginas. AI dejar resentado este libro. aconsejamos al lector que en la marcha or efdesierto avance con cautela y siempre est6 atento a escuchar efsilencio de su pobre gente, desde hace siglos abandonah por 10s espkitus tutelares.

Camino del Algarrobo. Verano de 1978.


I. El paisaje

deshtico

La m~tay su cordillera EJ1 terrltario de Tarapad se extiende de norte a sur entre dos rfos de escmo txuJd, el Warones y el Loa, el primer0 de 10s cuaIes Ileva sus aguas hasta el mar &lo en 10s &os de fuertes IIuvias interiwes. Si se a m a desde la costa al interior, p&m distinguirse varias franjas marcadas por el relieve, la hidrograffa y 10s cuadrqs ClimSlticos y wzgetacimales.

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'susaguas emergentes, nutxe de sales minmales.


La deeolaci6n de la pampa

Tales conjuntos vegetaciomb se encontraban de psefesencio a Sa h&s por las lluvias des interior se dedesordenadamente. curso jnw gular de esas espoddicas en la pampa, quedaba vegetad6n descrita; aunque 10s b o s q ~ i l b sd&tatnarugos de ' en las artes mtis bajas del llano, junto de tenue\um&d de la camamhca es ab hojas del tamamgo, en un pmceso nocturno de havers adeds. un conjunto de raici!las super&iales cnrpta la +milad da par L conkaci6n, que en forma de gatas al m&. Dc e!?3ta manem 10s grboles pueden existir en cundidones hostBe9. En la a m a, don& se desoonocen casi por oomple@ las llwias, la seqwdafdefake pone un8 diferencia t&mia~ware el d b y la &, ereando amdidones difielltze de sopom. salida de las uebradas cordilleranas, donde 10s t o m -

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Ep ambiextm mugedor de

lae qudmub


OBEO dmos cultivos, Ias baas CxMtkphune~iIdatiIIe0. En v&d, les clplebzadras erm una especie I cmmapb atre chas, gue derrmnaban pocos frutos, aunque muy rims. U s eapacios agricoras manmian la vi& de pobIados y lugarebs. Cultivos importantes eran el mafz tradicional de 10s indigenas y lap hortalieao y &b&s Emtab introducidos par 10s espsiioles. Ensre estos dtimos 10s m b difundidos e r a las higueras, 10s membrillos, los pa* les y 10s gmn&s. En ciertos lugare, como Pica, las viiias tenias a I g h desarrono y producian un vino generoso apreciado en la re-, que se remitia h t a Potosi y luego a Huantajaya cuando este mineral, situ& en 1 s cercm’as de Iquique, adquirib importancia en el sigh XVIII.

FRANJAS DEL RELIEVE


y laderas muy peligrosas y vienen a acabar en una cordillera muy a h y frfa. EstA poblada hasta la mitad de su longitud. Su poNaci6n ae compone del asiento de San Joseph de Guarasiiia, el de T W b , d pueblo de Tara a d cabeza de este partido y es curato y cabde doctrina. El pueglo de Mocha, el de Guabiiia y el de Siba I que es tarub i h curato y cabeza de doctrina, pen> desde el asiento Spn J& de

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Guarasiiia hasta el pueblo de Sibaya se puede decir que eJ &a una pobhci6n esparcida, porque en 10s parajes en donde hay un poco o mucho terreno en donde poder sembrar a l g h maiz o trigo viven 10s indios y Quilla a, dueiios de dichas tierras. Estos parajes se nombran -0, caigua, carora, Pasaquiiia, Pachica, e~ ~01iino.honsana, P X a , Man- Guasiiia Limacsiiia. En todos estos pueblos hay trescientos weinta y dos h&os tributarios de 10s que han muerto muchos de la peste que se ha experimentado este aiio, pm lo que, y por no haber o t r q con que reemplazar a 10s que murieron, s e d dificultoso de cobrar lo6 m l e s tributos. “El pueblo de TarapacA y el asiento de San Joseph de Guarasif& con el de Tilidca, se componen de zanbos, mulatos, cholos y mestha4 muy pocos espafioles, algunos europeos y naturales de este refn~”~. “El terreno y a m de esta quebrada es muy salitrosa y como $e ha dicho antes, un pedregal inacabable, por lo que en toda ella no se Cog@ oms h t o s que trigo, maiz y alfalfa, con algunos ajos, cebollas y d e 4 que todo junto, con lo que fructifica h prarincia no alcarata pcwr et



6

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La org&ciin

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,

,

territorial

La jurisdicci6n de Tarapad fue ambigua en 10s afios de Ira Conquis ta. For estar dentm del “t6rmino” de la ciudad de Ampxipa, ckpendi6 de! &a em un comieneo, sin que, al pamxr, se designase a‘guna wtoridad especial para el manejo de sus asuntas. El -71 de 1565 el gobemador del Perti don Inpe r;sSaa.& W G ~ L am=gimGig: ~ - i , - q ~ m ~ - i g la c pmvineia iui~ de Tam a d . Los limites del corkgEnii5nto eran, d est&rlosmm?@iI$en-tiisa,&iGuito. Pacajes y Carangas. al oeste el Mar del Sur,al nom 10s corregimientos de Ubinas y Arequipa. y al sur 10s de Lipez y A-a. El primer comgidor de Arica fue el portugu& don Francisco Rodrfguez de Almeyda’. Un teniente de corregidor represent6, posteriormente, la autoridad d d rey en Tarapad. Esta situacion se mantuvo sin alteraciones hasta avanzado 4 si& XVIII. cuando el virrey don Manuel &-&at y Junient e q S 6 (el s-M-.k &dec~to que cre6 el co>iiento de Tarkpa&.-I‘ “for cuanto informado S. M. del abani3ono y falta de arreglo que se experhenen el rim mineral de San Agustfn de Huanta‘jayt, y otms situados en la antigua provincia de TarapacB, anem y pcrtene ciente a la de Arica. de la que por su distancia considenable w m ~ ao r a m ve~ se visitaba y reconocia por 10s corregidores, resultando de aqui &c las e x t d o n e s de las platas, no oorrespondieseni con h c h o a la’de su opulmcia, sobre que habi6aidome pedido lor rcspectivos ihbrdwg y descripciones de aqud terrene, y ejecutatndoloJen ami#lidenw~d& distintas ordenes contenidas sobre el asunto: ciitimamqmte por lllla gt$ farba en Madrid a 12 de a b d de 1167 me man& qme ~ t j w m x 4 0 .con,

cuinmo en cuaato a lo Ram d perfecto talmplW&rnde las males

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A U ~ U S ~Orrego O &r#s,

obra citada, p&. 137.

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., debi6gegh se deduce bel ia oonstituci6n &to, a la necesidad-eg-e 1 . @@dadee @ a m i z & s u - ~ m ~ i i j + esegtin nmde la.oomarca Y P estaba amagado gor el predoeciri3aban h a s de mbems poderosos. De ahi el tono conmimatorio del dcicumento. Auuque &as puedan haber sido las razones imediatas, lo cierb es que la erecci6n del corregimiento se deb% fundamentalmente a la importancia que tom6 Tarapd en el siglo XVIII por su pmducci6a de plata.

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II.

Las enconxiendas de1 sigio XVI

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La hietoria

h p e en el desierto

El primer contact0 de 10s espaiioles con la regi6n de Tarapacl ocurri a1 regresar desde Chile la expedici6n de Diego de Almagro'. Gonzalo Femhdez de Oviedo y Val& en su Historia general y mturd de las Zndias se refiri6 a la presencia de aquella hueste en el sector de Pica, en 10s momentos en que la rebeli6n indigena contra 10s conquistadores embargaba a todo el imperio inciisico. "Siguiendo esta armada e atribdado ejkrcito sus jornadas - e s c r i k el cronista- con la orden y vigilancia que se requeria Ilegaron a otra provincia Ilamada Tarapad, que es la primera del Collao, e dista ochenta leguas del Cuzco; la cual hallaron (y estaba) alzada e retirado el ganado e bastimento; y en el primer0 pueblo de ella, que se dice Pica, hallaron muchas armas e ropa de espaiioles que habian muerto; y con muchas llgrimas el A b lantado 10s hizo enterrar. "Cosa de mucha llstima e compasi6n seria air las crueldades que ensayaron 10s indios en las muertes que les dieron, pues tenlan 10s cuerpos despedazados y 10s sesos sembrados por las paredes, con su sangre pintadas sus bellaquerias, de forma que notificaban Clara e cierta en* mistad capital que tienen al nombre de cripstianos. "Alli se d e m algunos &as este ejkrcito, porque la gente e caballos se reparasen, e recoger maiz de lo que tenian ensilado. aunque ovejas [llamas] se pudieron haber pocas"z. La resistemcia se mostr6 obstinada en algunos lugares y con el fin de asegurar el avance, Almagro dispuso que el capith Rodrigo Ord6iiez con un destacamento atacasa la posici6n de un grupo de alaados. El ata-


n de &quip, a LL cte enem a primera concesi6n de .hdios

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Sergio Villalobos R Almugro y el d w b r i m i e n f o de Chile, &. 147.


nem&&tdaAreqwipseaandvGsefpmd&kcimdad,u%

y zeoibir su mt699 wcomienda, frisaba en bs tr&a a;a6lra, El repartimiento de taoae MaHhez se dimb en f s t wsla ~ q u e , s o m m bem el $gctor& El0 y 1vloguegua y se prokmgabtihm Twa pacti, La pnwialrbn de PizpirrO setiala al mspecm: ". tvag deposit0 BI) la pmvincia de h q u i p a en w v b l a que se llama ChdlaYtm&sa e una pm~iati-dadque os s e M a Pedro COdlneE [?I treinta indios eon M principal que re llama Cayta, mitima del cacique Cadiai de la prcrvincia de 1- Camas y en otra parcialidad que m i a n negros [?I t&ta e cine0 indios con tlll prhcipal que se llama Canche y h c a y en otra paPeWidad que servia a vos el dicho Lucas Martinez Begazo dia indim e m cipd que se llama Cuzmaqui, mitima del cacique Cabaytapia -e en otro pueblo que $e llama Yumina veinte e cinco indios que servian it solares [?] con un principal que se llama QuispeCancha. Por manera que son por todos 10s que asi ,si vos encomiendo en 10s dichos mitimaes de b quipa cien indios e con el cacique del valle de Tampad que se llama Sanca con 10s pescadores y M pueblo que se llama Pachica y en otro que se Bama Emchuca y en otra Guaviiia que estan en el valL de Cat0 e con el Seiior que se llama Opo, y en el valle de karavilssa el pueblo Canymda y el cacique Ayabile con otro que se llama Tracari y otro pueblo que se dice Ymaguayta y el seiior Ayabile y otro Diayapo C O n el seilar Chaquichambi can novecientos indios y en la cabezada del valle de Capo [sic] 10s indios de estos dichos valles que tienen estancias de coca y aji y grama e otras cosas e el valb Yudarynde con el cacique C a p que cs seiior del valle trescientos y sesenta y cuatro indios en esta manera: que un pueblo que se dice Carnorasa ciento y veinte indios y que el walle de Isago e otro pueblo que se dice Azapa diez indios con el principal GuaIoacm y en un pueblo que se dice Agrita ccm el principal Leo veinte y siete indios y cabe este pueblo mfis esta misma que p a m e tenner quince indios y en otro pueblo de pescadores deste cacique en el pueblo de Cariaca en la costa de la mar diez y ocho indios y en doce estancias del &cho cacique que tienen vdle arriba do tienen lsus sementeras en la una seis pueblos y en la otm cuatro y en 10s pueblos mitimae desde dicho valle y un pueblo que se dice Hilabaya setenta indios con el principal del y en pueblo que se dice Auca [sic] cincuenta indios con un principal que se dice Auca del a d q u e Cariapaxa [sic] y en un pueblo que se dice Ochura noventa e cuatro indim con un principal que se dice Canche que es natural del cacique Carepa~a y un ptleblo que se dice Ariaca de pescadores, treinta de Tarapaca con un principal que se dice Amorno y mfis el cacique Poca pescador ciento e noventa e cuatro indios en esta manera en un puebIo que se dice El0 que est&a la boca del 140de Moquegua con veinte indios tiene una estancia que se dice Chari de pescadores con seis indios en un pueblo que se ace Mese a la boca del d o de Carabaya con el principal del que se Uama Cassavila con treinta indios y en otro pueblo que se dice Ete con el princi@ GYata que est$ en la boca del d i d o n o veinte e cinco indios e atro pueblc de pescadores en la coeta que se dice Picate con el principal del qw: se Wel indim y en otro pueblo de pescadores que se dice T u ~ Con m del que Se diee o eatorce indios y en otro pueblq que Se dice el p-4 p a , y el pripcipal del Ma 8-0 weMe y seis h d i o s Y en OtFQ W h b da

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diversas localiddes. mi aetuvie&e& rdejados. Ea& h e dbi6 pmmcar serias difiultades de organhcidn en el trabajo, lo vigklmcia y d treslado de 10s naturales. La enmmi& de Luwrp Martinee h e una de las ni&srfcep b quipa; solamente la supemb~otra dada a Gonzalo Pizarro. UI &umentq de 1548 la descrihia de la siguhte manera: ‘‘ElI.epaptitniento de Lucd Martinez serdn agora mil y tmcientm indios rung% y Serranos, estiin a vimte y a treinta, hash ochenta Ieguas de! pueblo [Arepaipal cam hacia Potosi. son hdios de coca o aji y pescado. y maiz, y ovejas, y n@ade a l p d6n’”. Los negacios de Lucas MarHnee sobrepasaban ampliamente el h b i t o de su enmmienda. como OCuIlia con muchos de 10s conquistadores del kN.Adem& de sus propios indios,Martfnez explotaba otms en el cElstrito

7 h v i s i h del m a r q b den prancisco F5zan-0, ublicada pox Alejandro Mflage Medina 4Las-Cmreginrientosde kequipa +a #istoria, Nr 1, p&, 80, pubkph por la Umvers~dadde San Agusth de Arqupa. Hexnos Rreferido esta versi6n de la pnn4sih aunque no es del todo satisfactoria, porque parete ser nt@ &oorrecta ue lapor atras a.viotor M.~aniga. en slzs Dbmentos, tom0n, tmnmbe la provisiim am evidentes e~ll~e6 e igualmente Echevcda y Mordes en su Memmirr de la Santa Iglesiu de Arequipa, pap. 160. A la difemcia de las transcIl‘pciones, vi& muy frecwnte en las publicaciows peruams, deben agregarse tambib 10s errores de percepci6n del autor del documento o de sus infomantes Puede observarse, por ejemplo, que el mmbre de 0 que se da al superiorde ciertos indios no &be ser rnh que un error de Merpretaci% del t&mino u p o u p ,sh611hode jefe ep 1qu-ua. El donunento.a pesar de sys emres,p+ algunas buenas i n d i d .@we la 0-i social y econ15mcade 10s mhos. Asi, POT ejemplo, puede perabmsa sa alpunos lugam?s la existencia de sociedades duales. Tam%&& pllaae apreciarSe la existenoia de dos agrupaciones de ptxeadmw en Ibioa, una de eJIm pnneniPite de Tampa& ~ u tambib e t d a iDdiop BIL la coadvr SJJ cammca,en Iquique, como se ve end doculnento y se wnfirmad q& adelante.


rro tuvieron un la corona en el

Desde 10s pdmeros tiaripos de la Conquista, poco despuks de la e j s cuci6n de Atahualpa, P-0 entrego indios en “depbito” para QUE 10s espttii&k $e slrviesen de ellos en sus haciendas y labranzas”. Posteriorm a t & ,en 1536, el obispo & Tierra Firme, fray Tomh de Berlanga, a1 r e cibir comisi6n de trasladarse a1 P e d con el objeto de decidir la jurisdicci6n de las gobernaciones de Pizarro y Almagro, recibio a1 mismo tiempo el enkargo de mar 10s Wbutos que 10s naturales debian pagar a sus ence rnexkd&os. Sin embargo, el fracasn del objetivo principal y el regreso del obispo a Panam%,dejaron sin dmto el prop6sitoU. El deseo de la corona de establecer en el Peni la tributacitk en Iugar d d SerVici9 personal., aveda exflcito en 1537 en las instrucciones enviadas al efecto a F%arro y d obis po VaIverde. En ellas se expresa que por no haberse f‘ijadola tributaci6n los naturales “10s espaiioles que los han tenido encomendados les han llevado y llevan muchas cosas de mis cantidad de lo qwe deben o buenamente pueden y deben pagar de que se han seguido y signen mqthos inconvenientes en gran daiio de 10s naturales de esa p r e t%ela”. Fara estabkcer una tributaci6n razonable las instrucciones disponi;~~ el &o de pmceder: “VerSs el n ~ m e r ode 10s pobladores y naturales de cada pueblo y la calidad de la tiema donde viven e informaros eis de 10 que antiguamente solfan pagar a sus caciques y a las otras personas que

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de Charcas. firrnada p(v Gabriel $e Rojas wdes y dewamas. en Remtu htstdrrca, tom0

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~ ~ ~ b P n y g o b a n a ~ e 8 1 s l m f r m ~ d c i Q q u e 10s &&os enwmdemsedela ape bucarmpepte e O i a O e ' m ~ #ab h benpagarqpm y de a@ ad-. .pd#gol?n de biea idmmdus 16 que mdos juntos o la mapr pertc de vosotxas pnmxhea pub j a Y wmcu&* deben p puedea pagar de trilputos por res6n a d t a -0 wsetas&is omoderarCis oegrcln Dim y nmptrac wnchchs:#nb+ 40 y msideraci6n que 10s tributoe quc a d hubieMll de

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que &OS tienao o d m o nata ea sus .-it

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En suma, Ias concesiones de P i m no g u d a b a n d f ~ e i c hcan W 6rdenw de h monarqula, debido al interCs de 10s conquistadores de uftlizar e1 trabajo de 10sindios y porque la inestabilidad en un territorio de ~corporacC6nimpedia estableoer un ordenamiento paeciSo. La dtuad&i

de las encorniendas de Arequipa h e , en este sentido, m y reveladore. La concesi6n hecha a hcas Martinez ofrece ciertas curiosas $amidencias con la expedici6n de Pedro de Valdivia a Chile, que no quemms dejar pasar por alto. Los e edicionarios salieron del Cuzco hacia la misma f&a de la provisi6n drmarquCs Pizarro, y entre ellos se encoptraba Francisco Martinez de Pefialoza, hermano de Lucas, que se habfa hecho socio de Valdivia mediante un aporte de nueve mil pesos oro en mercapdas e implementos btlicos. En la expedici6n figuraba a d a s un tercer hermano, Bautista Venhua.

La pequeiia hueste de Valdivia descendi6 del Cuzco a Arequipa y prosigui6 al sur hasta Uegar a Tacna. AI parecer, alii tuvieron un encuentro con 10sindios de resdtas del cud Francisco Martinez debi6 regresar acompafiado de Bautkta Ventura". Es probable que Lucas Martfnez hubiese encargad0 a sus hennanos tomar posesi6n de 10s indios de Tarapaci e infonnase de las posibilidades de aquella encomienda. Al menos, la ogortunidad era inmejorable para dejar sentir sus derechos en u11 lugar tap apartado, por donde necesariamente debfan pasar 10s expedicionarips. Hacia la mism & o m en que se hizo la concesi6n a Lucas el gobernador Pizarro otorg6 al capitan Andds Jimknez, regidor de h e quipa, una encomienda de alrededor de doscientos indios, que 6e distribdan junto R Ampipa y en Picau. Entre las encomiendas concedidas con anterioridad por Pieaaq figura la de Tacna. otorgada el 22 de noviembre de 1538 a su prima el & t h y cronista Pedro Pmm. En total, el repartimiento era de 1.006 indios con una adici6n de 125 en las cercanias de Arequipa. Entre 10s naturales

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revebth de plata de Huantajaya

El principal provecho sacado a 10s indios h e , sin embargo zaci6n de su fuena de trabajo en la mineria de la plata, hecho no sblo para la encomienda de Pedro Pizam, sin0 tambsn, y w razdn, para la de Lucas Martinez. En diwrsos lugares del imperio incasico se M i a n mantenido para la extracchjn de om, plata y cobre. Esos yacimientos heron meros que explotaron 10s conquistadores despuk que les heron dos por 10s naturales. Asi ocurri6 en el rico distrito de Porco y Po naismo sucedid en Tarapach. Ya la expedicibn de Diego de Ahnagro habia encontrado minas en la regi6n del Loa “tan bien Iabradas como si espaiioles entendieran en ello”, S e a n el decir del cronista Fernzindez de Oviedom.En el sector costero de Tarapac6, 10s indios trabajaban el mineral de Huantajaya, que pas6 a ser explotado por Lucas Martinez desde que tom6 posesion de su ence mienda y tambi6n por Pedro Pizarro. Este ultimo nos ha dejado, en su cronica, una excelente descripcidn de sus actividades mineras y de su rivalidad con Martinez. Despu& de referirse a la explotacion de minas argentiferas en Porco, agrega: “Hay otra parte donde sacaban plata ansi mesma como tengo dicho que se llamaba TarapacZt. Tiene este nombre de Tarapaci pm un pueblo que ansi se llama,quest6 doce leguas destas minas. E s t h estas minas de Tarapaca en unos aredes. Doce leguas destas &as est6 el agua duke, y por partes a treinta ni a cuarenta no la hay. Es el metal de lata que en estas minas hay, muy rico, porque lo mis que se ha sacado Zllas es plata blanca acendrada, y aun quieren decir que tiene quilates de oro. No se ha hallado veta fija. Hay tantos veneros a manera de vetas en diez leguas alrededor de lo que se ha visto, como venas tiene una hoja de col, y en todas las partes que cavan sacan metal de plata, uno r n h rim que otro. Por ,la falta de agua que tiene tan grande, no se labran ni se ha descubierto b riqueza que en ellas hay, porque se tiene noticia d e m a veta que .los indim tienen tapada, que dicen eIlos era de1 Sol, de 10

Alejadm NIdlaga Medina, h s corregkienfos de Are@=

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tima de peso de doscientos pesos,y de a mmcientos y C qWentus, y de h a y de dos arrobas, y aconteci6 h a h r papa que F b a un q u h d . LsbrBbase est0 con grandes costas y hall8banse estm papas a tiempos. h e 8 m n t w i 6 que Pedro Pizarro, el aqui nombrado, teafa 10s hdioo de BU end=& cerca de esta msinas, y tuvo noticia de un indio que halsia a r e mina mis rica que la que Lucas Martinez labraba, y yendo en buasa ddla top6 mas catas que 10s indios antiguamente labraban dos tiros de la cueva de h c a s Martinez; y preguntando a 10s indios iqu6 sacaban de all13 dijeron que cobre, y mentian, pues buscando en una cats peguefia q w 10s indios habian dejado a un lado ffella,poco mas de dos palms debajo de la tierra, se ha116 unas piexhas a manera de adobes, que en obra de medio estado que estaban estas, se sacaron mis de tres mi4 pesos de pedde piedras a manera de adobes de plata blanca que subia de la ley; que no se hacia mas que arrancado el adobe le daban con almadana m i m a y soltaba una costra de piedra delgada que tenia, y que daba hecha una plancha de plata. Pues creyendo que era la veta gast6 Pedro Pizam en esta mina mas de veinte mil pesos cavandola diez y ocho estados de peiia viva, y no hall6 mas plata. Pues sabido Lucas Martinez esta plata que al principio Pedro Pizarro hall6, creyendo que era la veta amenad a sus caciques de BU encomienda de Tarapaci, diciendo que 10s habia de matar porque no le habian mostrado aquella mina que Pedro Pizarro hallb. Pues creyendo 10s caciques que Lucas Martinez 10s maltrataria le d i j m n que no tuviese pena que ellos le dm’an la mina del Sol, que era una veta de plata blanca como tengo dicho, y que no habian osado descubrilla porque sus hechiceros les decfan se moririan todos y se les secarian sus sementeras si la descubn’an. El Lucas Martinez 10s anim6 dicihdoles que no temiesen, que no decian verdad sus hechiceros. Pues estando 10s caciques determinados de mostrarsela. ya que se querfan partir, ua dia antes eclip s6 el sol. y creymdo 10s indios que el sol se habia enojado porque le h a b h descubierto su mina, no entendiendo 10s cursos del sol, dijeron a Lwas Martlnez que todos se habian de morir si le mostraban la mina; que el sol se habia enojado y por eso se habia parado de aquella manera. &es animiindolos Lucas Martinez y di6ndoles que de tiempos a tiempos hacia el sol aquello los cons016 algo y dijeron que irfan con 61 a m o s t r h l a . h e s yendo por el camino aconteci6 que la tierra tembl6 muy re&, y visto 10s indios el eclipse del sol y el temblor de la tierra, &jemn que aunque 10s matasen no descubririan la mina y mi lo hideron, que qubiemn mostrda. Esto fue que en tiempo que Vaca de Castro p k naba esta tierra. Aqui en este Tarapach hay grandes r i q m ds &as encllbiertas, que por falta de agua que hay y de lefia no se d e s c u b . &pa andan en busca dellaP.


el agua no se emxmtmba sin0 de &star el yacimbnto en unos *a, pwque b t r o de la bastarfa atravesorr arenala, y en este cas0 eran enmmes, para considem que d l u w eritaba ea ellos o entre ellos. Tdavfa p e d e agregar%e un testimonio relative al r & m b r j d t o de Huantajaya en eI sido XVIII, que mota el encuentm h restos esga isles en d sitit) denominado el Hundmziento. b s redescubridms “em ~ o n ~ 1 9 h m&IS m ~papelea ya cuasi deshechos. En uno se leia: remitir dos libras de pimienta; y en el otro: que si le iba mal en aquel mineral, se viniese al de Nuasicima que estaba bueno. Como no tenian fecha ni data del hgar, no se ha podido saber ct6nde se halta. Se encoaktro tambikn IIU cuerpo de un PQmlo espafiol can vestigios de lienzo de Iino. Est0 cia a conocer que 10s espaiioles alli tuvieron su habitacih, y trabajaron el alto’“. Lucas Martinez y Pedro Pizarro establecieron sus labores hacia 1542. La fecha de 1556 que se suele indicar como aiio de descubltlmiento de Huantajaya For algunos portugueses es, pues, falsa’l. Las faenas mineras habian constitaido para 10s indigenas del Ped una antigua actividad, que les habia permitido satisfacer exigencias tributarias de 10s incas. h e g o de la llegada de 10s castellanos, desampararon Ias minas o las trabajaron para satisfacer las demandas de Qtos, que Ies creaban un problema econ6mico. Un testigo de esta situacibn escribia con posterioridad a 1549: “Ias dichas minas las habian descubierto, abierto y labrado 10s indios con muchos trabajos y muertes de muchs deIlas, y agora como les han tasado 10s tributos que han de dar a 10s encomenderos, 10s echan de las dichas minas y no les dejan sac= ora ni plata dellas, diciendo que son suyas’*. En thninos generales, eso fue lo que oc en Huantajaya. Los trabajos mineros y otros negocios depararan a Lucas Mart una considerable fortuna, que lo transformaron en uno de 10s principales vecinos de Amquipa2”.Tanta era su riquaa que en 1543 disponia de un bslrca para d aprOvisim4ent.o de sus mhas y transpopte de la plata. Ell ~ F C Qh e s a c d o awe1 aiio del “trato de sus minas” y tmspasada la d a d de sn valor a Diego Garcia de ViGdch, que pas6 a s a propietario con d fim de destinarb a apoyar la conquista que efectuaba Pedro de -

M s c a Javier E c h e v d , Memoriu de tu Sonta Zgtasia de Arequipa, pu. blIeada por Barriga en Memorim pura tu Aistorirr de Arequipa, torno IV. pAg. 160. a i atai&w no time otra base, d pmcw, que un data P ~ P

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VIUBIVI(I. rp p q ~ e n nave, a h d a sPntiep@o.fue d - x - q n t a y armes por d o s aociop y por Frmciw Maz’8ba.Va%W&Wade buey. el mando de GmahQe ViUalbn 4 -m Ca ‘Wfiip rm spcmro fue - e n d pam la mauaenath de ‘la 8oaquiuta de chdeP,Bl valor 10s biexaea d ~ p a e h a &por ~ LucpoA4wthez QB de m o e vk&iidh adem& contribuy6 a equip^ el wu&ixrgeate que por -titma a conduck Mona0 de Monroy. ltos mbajos en TmpacA y la exismcia de espafides en la 1-W m&tuyeron una ayuda en la rnantendfrn de !as cmmicacionm COZL $h conquistadores de Chile. El mismo Vddivia. en w viiaje al Pem 1W; toc6 en la costa, como recuerda JerBnhio de Vivar: “ge him B la vela a diecis6is de septiembre y a l l e m a1 pFleP‘t0 de Iquique en 10s t&&inOs y minas de plata del valle de TarapacP en 10s teinoo del Perti doscientas p cincuenta legum de la ciudad de 10s Reyes, vispera de la Matividad de

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Cristo Nuestro Seiior en el afio ya dicha Mmd6 el general a Jerhima de Alderete que fuese en el bate1 del navio oon doce espafioles, y .que tuaviso porque no era tierra que se habian de descuidar: lo uno p w ser loe indios cautelosos, y lo otro por tener noticia de la tierra estar dtemda con Gonzalo Pizarro. En la tierra ha116 un espafiol y dos esclmos.. .’=. El buen rendimiento de las minas de la regi6n de Arequipa movi6 al gobemador Crist6bal Vaca de Castro a establecer alli una caja real y funIlicibn. En 1542, Vaca de &tro informaba a1 rey que le habia paecido conveniente crear fundiciones en Charcas y Arequipa “por la copfa de h a s que hay en aquellas dos provincias’~~. La fundicih de Arequipa deb% funcionar durante un corto d m p o : la necesidad de controlar mejor la producci6n de metales hacfa mco&ndable centralizar 10s trabajos de esa indolP.

Trastornos de las guerras civiles Las guerras civiles que afectaron a1 P e d produjeron altmeiolpes ia ciudad de Arequipa, que arrastraron a Lucas Martinez y p e r t u r h n la posesi6n de su encomienda. Despu6s del asesinato de Francisco Pizarro por 10s partidaria de Diego de Almagro el mozo, Martinez demostr6 su lealtad a 10s Piaazwe. Junto con otras personas se reti16 a Tarapacd “ps& del dicho LWM Martinez”. corn mota UIL testigo, y desde slli SB dizigi6 en ua barco OOE sus crisdos y a m i g o s para ponerse al servicio del g o h a d o r eonriado par el rey, el licenciado Cristbbal Vaca de Castro. En Piura se present6 ante 61 y particip6 en la campafia contra el joven Almap, gastando buena #%to8h h s han ddo hatados en detalle or Crescente En6zuriz en su Historia de Chile. Pedro de Valdivir, torno 1,cap,

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8uItMhdl da Sm emmW ea Ia bat&+ de chuptro, doe&.ha$fdo,Y l u e s l a w *a A=@wP.

. ‘ . d, 1- -00 de Rdartinea se Biiciemn atmaos, cambiando de lealtades se@ el viento I stus i n t e r e ~ . . Bn I543 se ZmM comtimiemo de la &aa& de las W s fia qi~dimitah10s ckxdcha~de 10s encomendero~y estaban u m b a prbdudt, en la inuwpoaacih de km repartirniegitosa la c a m . . Tenimda en menta la inquierud que sucudib a todo el P e d con aqw Ila notida J el pp6ximo sm’rbo del virrey BlascoO-N&k Vela, mcargado de hacer cumplir las kyes Nuevas, el gobemador Crist6bal Vaca de c a s tro despach6 emisarios a diversas ciudades para encarecer a 10s vecinos la tranquilidad y manifestarles la esperanza.de que el rey derogak lirs disposiciones m8s graves cuando se le hiciese ver la inconvemencia de ellas*g. El emisario enviado a Arequipa h e Tomas Visquez, que Ilevo una “earta de cfeencia” del gobernador. Al llegar a la ciudad, Vasquez encontr6 a la mayoria de 10s vecinos en la iglesia. Allf les entreg6 la carta de que era portador “y les mostr6 un traslado de Eas ordenanzas, el cual, como por ellos h e visto, grande h e el alboroto qwe se hizo y sentimiento que se mostro tocando la campana como si fuera preg6n de guerra. Tom6 las ordenanzas en la mano un vecino de aquella ciudad, llamado Miguel Cornejo, con las cuales sub% en el pfdpito, donde se suelen poner 10s predicados para hacer sus sermones; y al rqdque de la campana se habia llegado 10s mis del puebIo, y delante de todos comend a leer las leyes, y llegando a donde el rey mandaba que muertos 10s encomenderos, 10s repartimientos se pusiesen en su cabeza real, decia a grandes voces que no Eo habian de consentir, sino perder la vida antes que verlo ejecutado; y 10 misma decia sobre Ias otras ordenanzas que le parecfan rigurosas. Y entre 10s que alii estaban no hub0 menos ruido y tumulto que en Los Reyes, y andaban como asombrados, discuniendo por una y otra parte, llam6ndose desdichados y faltos de tanto trabajo y fatigats descubierto la pro ) ! I

‘Gmbpa-

de Villegas, estuvo prisionem aI&n tiemal bando leal. En sus filas combatit5 en turado p r 10s pizarristas o p a s h b s e a


,participd al lado de 10s bumctos en la bat&& de Jaquijahuana, donde despleg6 una vet m8s su habilidad para CBTILbiDT de bando ;junto can otros se p a d d c m o de La Gasca cuando la derrota de 10s pizarristas parecia evidenW1. Este dtimo juego no sirvi6 de much0 a Lucas Martinez. Las nuevas autoridades le condenaron al exilio, p6rdida de h encornienda y de la mitad de sus bienes. La orden, sin embargo,fue revocada por la Real Au&encia en mano de 1550; aunque Martinez no recupen5 por entonces su encomienda, que fue otorgada a su amigo Jer6nimo de Villegas.

e m s con maiia.-F

Una empresa econ6mica Villegas habia llegado al P e d en 15369*. k e n m a ae comercianres con pretensiones de hidalguia y dl mismo fue tenido por hidalgo en Am& rica. Habia participado en la expedicih amaz6nica de Gonzalo Pizarro y por esta causa estuvo ligado a aquel caudillo. bgr6 hacer cierta fortuna, llegando a ser propietario de esclavos, ganado y tierras. Mediante su matrimonio con doiia Maria Caldedn, viuda encomendera & Piura, alcanzo la categoria de encomendero, aunque no se le extendio el titulo respectivo. Por esta m 6 n o por d deseo de obtener rn repartimiento m h importante, corrio a unirse al virrey N~iiiezVela cuando hte lleg6 a Lima. Sin embargo, a1 poco tiempo, mientras cumplia un encargo del virrey para juntar hombres y armas en Huanuco, se pas6 al bando de Gonzalo Pizam. El jefe rebelde le dio una encomienda en el Cuzco ;per0 Villegas dcidio trasladarse a Arequipa. Alli le sorprendib la reacci6n antipizarrista y fue colocado en el mando de la ciudad, seghn ya vimos. Como tal, se enmntr6 en la batalla de Huarina, que fue una dura derrota para 10s leales. Fue en seguida a unirse a las fuenas de La Gmca y por entonces sufri6 un terrible escanniento: su esposa fue ejecutada en el Cuzco por orden de PizarroJJ. Las encomiendas de Arica y Tarapaca le fueron otorgadas por La Gasca en premio a 10s servicios prestados a su lado.

No obstante la diferencia juridica de la encomienda con la posesibn

de minas, Villegas explot6 de hecho 10s yacimientos que habia trabajado Lucas Martinez. L a caida en desgracia de 6 t e y la dificulted deponer traba

jo en minas a cualquiera que no gozase de encomienda, debieron facilitar esa soluci6n. En la prhctica, 610 el encomendero de Tarapad podia continuar 10s trabajos. “Durante 10s siete aiios que Villegas posey6 Tarapad -anota Lockhart- dirigi6 la enmmienda como una empresa econ6mica bien organizada, explotando sus diversas posibilidades sistemlticamente. “A cargo de todos 10s trabajos estaba un mayordomo principal, que tambikn tenfa la obligaci6n especial de supervisar la explotaciiin de ocho chacras o granjas sobre las cuales Villegas tenia titulos legales, la mayoria de ellas situadas en 10 encomienda. L a chacras producian principalmente Lodrhart. The Men of Cajamarca, phg. 302 page. 21 8 33. Toda la informaoh sabre Vb llegru la.hamoe tomado de esta ob= de Lackhart. 88 Gomdo Pemhdez de oviedo.Historicr general y natural de a !,# India&lUU0 n,cup. XIII. az James LodEhart, Spanish Peru,

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El WSptYrte clmde la encomienda hacia ella no estaba descuidado. fhr I%$, Wllegnrs tratb, sin chito, de adquirir un barco en Lima. F i n h a t e lleg6 a tal acndu m e no 9610 le dio regular acceso por mar a 9u enmien&, sin0 q m le -6 explotar la esca en Ias aguils cercanas. cornpr& la t e w m parte de una compaiiia ciertos espafioles que con dos

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y eschvos negros se dedicaban a la pesca en las costas del embarca-e sur y vendfan pescado seco en Arequipa 94. Mediante el acwrdo, 10s pescadores recibian alimentos y vituallas de la encomienda de indios,estanda obligados a conducir d d e la encomienda las provisiones para la mesa de Viile$as y Ilevar herramientas de mineria y otros implementos con destino a aqueh, como &?smo conducir personas cuando fixex. necesario''85. Villegas t&da a su servicio alrededor de diez hombres entre mayordomos y emgleados. El principal mayordomo, liiigo de Bocanegra, alcan26 posteriormenteA una situaci6n destacada en el mundo de 10s ne cia limeiios. Mientras estuvo al servicio de ViMegas su remuneraci6n r e de carzicter complejo: recibfa 300 P~SQSal afio, miis un cuarto del product0 de las chacras que supervigilaba y el derecho a fomar compaiiias con un tercio de prop?edad suya. En este caso, Villegas debia recibir la mitad de 10s beficios. Bocanegra trabajd a1 lado de Villegas todo el tiempo que b t e posey6 la enc6mienda de Tarapacl, siendo persona de to& su confianza. AI momento de morir en 1595, Villegas instituy6 como albacea a goCanegra, a quieo adeudaba 5.000 pesos. no tuvo igual suerte con las ~ T S O M S destacadas como mayardumos en el pueblo de Tarapacl, a quimes debi6 remover cada aiio. Tambih se preocup6 ViIlegas de cumplir con la obligacitjn de ado0 trinar a 10s atsfasales, para cuyo efecto mantuvo uno o dos sacerdotes en la encomim&. El lugar de residencia de Villegas fue la ciudad de brequipa, donde tqnia una ma ifica casa de est30 espaiiol, que podia dbergar a cincuenta dvfa rodeado de su propia familia y de numerows parierPpersbhas. AlI$ tes, uns, de 10s d e s , Diego de VilIegw, habia tomado posesi&n de la de Tm@ ar a o m k myo. m- en W, alejanh suo propidades a su hija de siete de V i . Aunque h i l a Ana &e casada por su tutor con dhde lsr Audliedcia Be U n a para =wu= la ~ ? a &ar la encomienda, &a fue devuelta a hcas bktmex. I

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La encomienda de Pica, que habia sido otorgada a Andrh Jimbez en 3 el primer aparto, h e traspasada miis adelante, en fecha inckrta y porx motivos que desconocemos, a Martin Mrez de Lezcano, que la dis€natci$ por corto tiempo, puas lo mataron “en serviio de su majestad“. Los indios de la encomienda se situabsa, d parecer, no s& en ca de La Gasca sin0 w b i & en algh lugar Be la costa, pues en la &os se quejaban de no d e r cumpliir con la parte de tributo en lIam y alpam-, p i q u e a1 estar junto a1 mar, no disponian de ellos y no p & n trocar productos marinos por especies de la Sierras’. 4 A la muerte de Pkrez de k a n o , la encomienda fue he&& sui esposa, Ana Cutiknez,de acuerdo con las disposiciones d e s mbxe cia de 10s repartimientos. Tiempo despu&, la viuda cad con Juan de$ Castro. quien soIicit6 que el repartimiento hese depositado en su c a b $ como nueva encomienda, de sue* que plhdise heredarla un sucesor suyo, en codormidad con el goce par dos vidas. El vimey don And& Hurtado de Mexadaza, por provisid fectteda em Lima el 7 de diciembre de 1556, concedi6 la e n c a m i d ea?- tk&.nas solicitadd@. Juan de Castro no tenia vepladero inten%en Za enco@mda de Pica y, al parecer, sus trabajos en las cercanias de Arequipa, dandie t d otros

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indioq m aaud la m&h&*wkmh FA1 29 &'&emlire ck 1558, ante el escriipxibIic0 & , ambds enkmmdm . OS fiimn e1 ccnnpmmiso. En 61 se dej6 m g d a , otras c o d , que Cam0 tenfa en encomienda "10s indios e m i miento de Pies de que son caciques principaIes Amasttaca y d m P&o Calanche con sus subjetos e principales e pueblos e chircaras". T m E b se declar6 que dichos indios eran muy pocos40. El virrey Hurtado de Mendoza sancion6 el acuerdo de 10s encomenderos con fecha 14 de febrero de 1559 y orden6 se les diese posesi6n de 10s indios. Desde aquel momento Lucas Martinez dispuso de 10s naturales de Tarapacti y sus pueblos anexos y de 10s de Pica. La pemuta de encomiendas no era frecuente y s e w Antonio de Le6n Pinelo en su Tratado de cwfirmaciones redes no se podia pernutar, traspasar o donar encomiendas porque no eran bienes patrimonides disponibles. En cambio, Juan de Sol61~anoafirmaba que con permiso de la tautoridad comspondiente se podian efectuar permutas41. La permuta realizada por Martinez y Castro es interesante tambib por otro specto. En ella, ambos encomenderos revelan un sentido de apropiaci6n de 10s bienes de 10s indios a1 incluir en la transaci6n 10s pua blos y chacras que, de acuerdo con la legislacih. no se comprendian en las encomiendas. El hecho es d s curioso en cuanto no mere& objeciones en la corte virreinal. La apropiacih debi6 derivar tanto de la mentalidad seiiorial de 10s conquistadores como de la necesidad de mantener faenas en las tierras de 10s indios para poder proveer a las minas4*. Las autorialades, por lo demls, estaban siempre dispuestas a favorecer de manera especial todo lo que ayudase a la producci6n de metales preciosos. Lucas Martinez estuvo en posesih de su encomienda hasta morir en abril de 1567. Diez dias antes, considerando la inminencia de su muerte, cas6 con dona Marfa D6valos Ribera, hija de otro acaudalado comerciante, con el propkit0 de que la joven heredase la encomienda. Dona Marla Dtidos cas6 posteriormente con don Diego Mons0 de Vargas y Carvajal, caballero de la orden de Calatrava, el que a su vez, al enviudar, cantrajo matrimonio con doiia Usenda de Loayza y Bazan4'.

Loa comisarios designab ara el Ped, Briviesea de Mufiatones. Ortern de vw%tipica,.distrito as oto a a ca~tro.al para= posteriomene d e z u i a, con lo cual di+o enFomendm ~COI&WO en Amquapa. &nuel Belaunde Gumas=. Lu opllm~ 9 m i e d Bn pae. lli6. (0 ~ Q Q M , p ~ p h a ate esunto en Barriga, hcumentm. 11, 80

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ter amm%das w hemas Iugmcb identKicar p e d e que fwsen as Mas que Se moriganm en la regi6n de TarapacB, aunque no es pasibk teaer segurfdad.La dispersi6n de 10si n d b entregados a 10s encornendems de Arequipa im ide descartar la existeneia de otms concesiones. Sea como ere, hacia fines de1 siglo XVI el inteds econ6mico de Tar-& habh decafdo,junto con la concIusi6n de Ias faenas mineras de Huantajaya. Fray Reginald0 de Lidmga escribia en la primera dkada la m t u r i a siguiente que e1 valIe de Tarapach “sofia ger muy buen rep miento y rico de minas de plats"'*.

K


La ley

9 la replidad I





d tn\rajo de 10s naturples.

M&ntxns el perlp cstum envuelto en las vicisitudes de Ia rebeiiones, 10s encomenderos gourron de gran libertad para disponer de loa in&as en la forma que lees resultase d s dtil. El dajamiento, la hcapacide las autosdades y la necesidad de contemporlzar, hicimn de 10s enmmenderos verdadems sefiores, sobre todo en las comarcas apiirtadas como Arequipa y "ampad. Uno de 10s visitadores encargados por La Gasca para tasm 10s tributos, h y Doming0 de Santo TomBs, escribia al padre Las Casas sobre el desorden causado por las rebeliones y la mafia con que se torciau las disposiciones protectom. Refirihdose a la demta de Gonzalo Przarro mota que "como 10s espaiioles vecmos salieron de la dicha W r r a adeudados y necesitados, no hacian sino tomar a 10s indios todo cuanto t d a n y 10s podian descubrir, y 10s hacian dar tributos excesivos, y sobre ellos les daban muchos malos tratamientos y muertes de algunos caciques e indios". Respecto de la t d h hecha por 10s visitadores mota que &stos "fuemn muy largos, en especial en la cuenta de 10s indios; y que h d e hallaron por vista de ojos cien indios, dijeron que les parecia tener &iscientos y a m &os no se contentaron confonne a la instrucci6n de S. M. sin0 que a solteros, viejos y muchachos metieron a cuenta de indios v a m nes de servicio, y lo mesmo en 10s tributos"a

E


10s

siglos XWII p

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caracterioticae de la irlstitu& La d d a de la pobIaci6n indfgena y el t6xmino de 10s trabaja en Huanta jaya disminuyeron considerablemente la importancia de los repartimien. tos de T-ptcA, permitieado uu cambio en la institucibn, que deriv6 hecia fonnas campletamente disthtas. Se pas6 de la explotacih direeta de las eacomiendas por 10s interesados mediante la utilizaci6n m L o menos canpdsiva e ilegal de la mauo de obra, a una percepei6n de mta por pepeonajes extraiios al -1 y a travks del aparato admbistrativo oficial, que se encmga de ha~erla recaudacion. Esta innovaci6n es designah por Le6n Pinelo como mrced; per0 la lLcocpilacidn ernplea d tknino pensidn de idios y para el beneficiario el de ~ ~TambiQ se ~ emplea la o expresibn rentu . de indios yocos. La btitucich es fundamentahnente distinta a la enconnienda, aunque &sta sigue do hcarporada a la corona. El sistema no era del todo nuevo: en &wca rm tempraua cmno 1514 se b M a n hecho concesiones de eata idole en la isla hpefiola, que hmreciemn a d d persoaajes ~ ~ &Eacâ‚Źbrw.

entenSiv0 al P e d a coasecuencia de Ia peplotina E1 sistemmr se incorporacith a la corona de encodendas gue vacaban y que solian de s i w s e como ebutos vacosa. La existencia de estas rentas se conjug6 con la nechsidad de remunerar a grandes servidores de la mwpuIB gar la neral. residian en Espaiia; aunque Seguramente m* de mer& debienxj OW- d &@e f a ~ d m odadas . las Caracte~%



amente, mota la e x i s m eres, 981 mucbachos, 121 que, deducidos &versos ~ m s de T ~ de&eron P v&ar hacia 1613, aiio en que fireron iaeorporadon a Es corgor el virsey de Monteclaros; per0 por orden del,rq gt e s t a k i 6 una pension sobre sus tributos en favor del marquks de San G e r m h e . Bn 9628, la p e d 6 n de indios de Tarapaca fue traspada a don Mame1 de k d o Zhiiiga, hijo de don Caspar de Acevedo Zhiiiga, eonde de mntm, en pwnio de 10s seMcios de su padre, cuyo titulo hered6

tmbkh. El conde se habia destacado durante la campaiia de Felipe I1 en Por&do premiado con el cargo de virrey de Mctxico. Desde alli habia hego, coma virrey d Ped, donde fallecib en 1606. -do, E1 lsijo del virrey, que h e sexto conde de Monterrey, recibio Ea r a t a de los naturales de Tarapaca, Sibaya, Iquique, y puerto del Loa y adem& la wmmpondiente a loa indios de 110, Ite, La Quioca, Uutae Camarones en la re ’6nde Arequipa. Se le agregamn tamWn l a perniones Y de Pueblo Nuevo e la Paz, Pissac,Cdlapa, Tungasuca, Maca y M a p lo. b s indias tributalios de la red& de Tarapacb eaneedidos al conde swmbam das mil, cada uno de 10s d e s pegaria dos pesos ensayadoa aBuslcLI, “pgadssof el un peso por hbvidad y el tm pew San Juan”. PI sexto c o d e de Montemy faller56 en 1653. sin descendencia rnc.pap. esta &n, su viuda caatiau6 pereibiendo la pewit% a krav4s & Ib de Aria, b t a que su hija doiia Maym de Acevedo Z e y a hcas6 cos1 el coli& &que de O l i m , pisando el btnefiei~ a su poder. -0 el conde duque en 1645, sus bienes pasaron a la casa d u d de klba por matrimonio de la condessr *w= de Olivares con don

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el pa@ de 10s Qcm nvento de San Francisl

cuadbM4 IN’DIOS DEL REPARTIMIENTO DE CAMIRA. ARO

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s&mTAL PLIeblo de Chiapa y 9 n o de collaru & A

de Mpncezrya

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50 31 27 108

98

-4

9B

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4 10s

5



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INDIOS DEL REPARTIMIENTO DE PICA. ARO 1753.

Indws

dvos

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Indws Indias resewados tributarios

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Tdkb

31

Icl l2

1

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18

8 93

16 18 25 99

13

80

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Pueblo de Sibaya

Pueblo de S i b con SUB ~nexos .pma & p i a

TOM

Indws tributarios

Tribufo individual

Tribufo colecfivo

238

-8

1.904

Indios tributatios

Tributo individual

-

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Pueblo &.Tarapac6

Tributo corectivo

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erpa de Citrae~erp e k e n t e .

Hacia 1776 la pensibn del marquks de Lara estaba envuelta en un lit& d o con la Real Hacienda. S e g h la Memoria de gobierno del virrey h a t , hratr entances se le habian pagado 3.800 pesos al aiio; pem uno de 10s mhbtms del Tribunal de Cuentas habia neparado que. segtin la merced real, se le h a b h asignado solamente 1.a60pesos y 3% reales. lwonriqule de Lara elev6 varias represembciones al para continua perclr Bimh bbs des teraiw; gem, el expdimte nQ pado ser d t o par el Tribunal de Cuentas, que decidib reml.tfil0 a la Red AndiePeia dn qut

ae@uaosd fuese la LBfOlMh fiool.


hen--

U s consideracignerdel gobiepno no dejan & ser ex-* mismo las del juez visitador, dado que desde fiaes del sigh XV



RHadenBe

1.178

132

Se ntiran

3.1s

P~.~JuM- (a) 132 TUTm 3.289 (b)

4% 100%


LA

CUADRO No 10

DE

ENCOMIENDA

TARAPACA

BAJO

EL

PENSIONES .,

DE

REGIMEN DISTRIBUCION

ENTRADAS PENSIONADOS

GASTOS Rendimiento repartímiento (1) 1688 1689 1690 1691 ········ 1710 ········ 1716 1717 ........ 1720 ........ 1723 1724 1725 1726 1727 1728 ........ 1753

2.489.- 11/z 2.489.-1Vz 2.489.-11/z 2.489.- 1 1/z

Rendimiento !quique (2) 800 800

Rendimiento total 3.289.-1 1/z 3.289.-1 Vz

Obras pías

Hospital

Curas

Justicia

Caciques

Monte de Piedad

Defensa

Ryal Haceenda

Teresa Salamanca

José Valverde

Marqués de Lara

1 132.-5Vz 132.-5 1/z 132.-5Vz 132.-5Vz 2.562.-6

2.110.-1 1/z 2.l10.-1 Vz 2.110.-11/z 2.110 .-1 1/z

(3) (3) (3) (3)

(4) (4) (4) (4)

1.178. 1 11fz 1.178.-11/z 1.178.-1 1/z 1.178.-1 1/z

1.178.-11/z 1.178.-1 1/z 1.178.-11/z 1.178.-11/z

(5) (5) (5) (5)

1.701.-6

(7)

(6)

800 800

560.-3V2

1.060.-31/z

(8)

560.-3 1/z 560.-3 1/z 560.-3Vz 560.-3 1/z 560.-3Vz 560.-3Vz

1.060.-3Vz 1.060.-3 1/z 1.060.- 3Vz 1.060.-31/z 1.060.-31/z 1.060.-31/z

(8) (8) (8) (8) (8) (8)

1.627.-1

(9)

3.773.-4

(10)

850

3.773.-4

(10)

850 850 850 850 850

3.773.-4 3.773.-4 3.662.-4

(10) (10)

3.460.-3 3.460.-3

(12) (12)

2.933.-6

7.736.-6

Conde de Monterrey

850

82

(3)

700

50

1.132 (14)

300

1.400

8.586.-6

180.-7

...... ..

1755 1756 1757 1758 1759 ........ 1761

8.298.- 5

........

1766 1767 1768 1769 1770 ........ 1778 1779 1780

........

1787 1788 1789 1790

8.954.- 3 8.794.- 7 1/Í

850 850 850 850 850

9.148 .-5

164

(3)

900 900 900

1.400

207.-

660.-7

2.646.-4 1/z(B)

295.-6

(11)

111 111 111 203

164

1.100 1.100 1.100

1.100

NOTA. En la elaboración de este cuadro se han tenido en cuenta sólo las cifras que aparecen documentadas de manera positiva, dejando de lado toda proyección u otras aplicaciones lógicas. La experiencia nos enseña que en este tipo de contabilidad existen numerosas y sorpresivas excepciones y alteraciones temporales a causa de medidas transitodas dictadas por la corona u otras autoridades. 1) Repartimientos de Sibaya, Camiña, Tarapacá, y Arica, sin los puertos. 2) !quique, Loa y Pisagua, en conjunto y según la época. 3) Para el convento de San Francisco de Arica. Por entonces se entregaba para la defensa.

Es la suma de los 1.178.-1% de la Real Hacienda, los 132.-5Vz de obras pías y los 800 pesos de !quique. Las dos primeras cifras para la Armada del Mar del Sur y .l a última para las murallas de Lima. 5) No incluye el arriendo de !quique y Loa. 6) Para los Lugares Santos de Jerusalén. 7) 1.301 pesos 6 reales por la encomienda y 400 pesos por la mitad del arriendo de !quique. 8) Incluye la parte que le correspondía por el arriendo de !quique. 9) 1.060 pesos 3 Vz reales por la encomienda y 566 pesos 5% reales por las dos terceras partes del arriendo de !quique. 4)

10)

11) 12) 13) 14)

3.206 pesos 6 1/z reales por dos terc-eras partes de la encomienda Y 566 pesos y 51/z reales por las dos terceras partes de !quique. Ig~al anterior menos los 111 pesos para el Monte de Piedad. 2.8~0 pesos 3 reales por la encomienda más 600 pesos correspondientes a las dos terceras partes del arriendo de !quique. In luye el tercio de la encomienda más las rentas que habían sido otorgadas a eresa Salamanca y José Valverde y un tercio del arriendo de Iqmque. Se empleaban íntegramente para atender los gast e a com'enda.

BIBLIOTECA NACIO ·,L t. Sección Chilena


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. MOMTO DE

L4S PENSONES


res. Durante a l g h tiempo hub0 t&via medidas contra& 1721 se insisti6en la ineorpod6n general. sea oomo f u e , ya hemos visto que las perniones subsistieron p ~ r ' lo menos hasta avanzada la segunda mitad del siglo XVIII. La extiucih dehitiva d 6 en 1812 polr w r d o de las Wes de CbdiZ. , I


corn0 es bien sabido, en, el litora ae iarapad y de Ias re@c o l i tes, lo* prkaitivos habitantes habian desarrollado faenas de p e n y atmc*@.de guanP Para su p e o us0 y comerciar con 10s pueblos del b terior. Lor iadigenas establecidos en 1- &as utilizaban lob t e c u ~ s o s del VI(LI: y se habian especialhado en la pesca y Ea caza marina, siendo la balsa de CUIY)G de lobo inflados su mejor hvenci6n. Con ellas se admtrtraban habitualmeme en el mar para llevar a cab0 sus trabajm. S e b el teStimORb del cronisaa Jerbnimo de Bibar, almu~sindigs nas se especializabian en la caza del lobo marino, con el fin de comer su canre y fabricar balsas para venderlas, mientras otros efectuaban la pesca de diversos peces. En cambio, como un simple ejercicio ronataban tuninas'. La llepcada de 10s espafioles no interrumpi6 la actividad pesquera de 10s a b d w n e s ; aunque a la pastre significb controlarla y encattzarla en beneficio propio. Ya hemos visto c6mo la concesion de las primeras encamien& incluia a 10s pesadores y que Cstos tributaban en p a d o seco. ER 1 ~ carniemas 8 del s i g h XVIL las laenas de pes- eran controladas par 10s donainadores como recuerda el piIoto de un navio espaiiiod, que declar6 al corsario holand6 Oliveno van Noort que en la boca del Loa hda pobres que se owpaban de pescar y que a l l residian algunas espaiioles. En Iquique, s e g h su testimonio, tambib se pescaba y sdfa h a b much0 afen ue seco que se conducia a h a * . 1612 y 1611 figwan en 10s Gbras de 10s oficiales reates de Ins Arica, -0s car tos de pescado Ilegadas desde Iquique. El 21 de Smra Zsabel condujo 40 orrobas de congrio que agosto de 1612, la P & retdes derechos 12 pesos 4 d e s , carrerp0ndiente.s al7,5%, v k e un valor de 166 pesos 4 reales para el cargamento y 4 pesos 1 x w r ada arroba puesta en Ilrica. El 4 de noviembre se regisrra una de p c a d o , que no se espedica. transportado p r la fragata San Ant-, wlor fue de 146 pew 4 reales. En febrero del a50 siguimte fiwran & partidas Ilegadrrs en la fia ta Nues?ra Sefiora de ?os Reyes, w w w du, 4o m s y lp tnr crecida cantidrwl tie 5.93 Esta conJisslaSn a no& de Damib de M d e s UzabaP.

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,t?wwlR?pmtr4h&c&tas d6? NUrte de chm *. CI


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oomo son gi3oG. d a s de f k o , g t k q a o s , dcatxacm y clv~ aubrrn la -6n del a h , que tambith cornen, y persiguen 10s &oha dtlmenes, hasta ue vkdose perseguidos de 10s grandes por la mar, y de las aves por arr%a, vieaen a dar a la casta d x e aguados en tan@ c a d dad, que por dos, o leguas, estk la costa llena de estos peces, de Que pueden caqgar navios, e n t z ~ ~ c ellegan s 10s p o b . y mucha geate de la tiam, asf iowide el lrhb qbeabna: eri OqUefhL &Ma4 yme d a p m l que eraordinaribtodos lon &m, &I que nSnganabltaFe: deidb Lesla dudad es mug abastecida y mhda de pefcado. p w s -old ham enriquecido d o al tdto de la peea. TamW?n los M i o s mattlndu aquellos horribles lobos marhos 10s desueiian, y de doe CU~NJS de d l o ~ h o s de vfento. muy bien cosidos,y atados, haow m a balsa,que son sluq barcos de elIos. v sal= t m y cuatm lema$ a la mar a bescar 8oh m & a





. . . /


V. El esfuerzo agricola

Ea

pmpbdad de la t i m a

Las in& nas que habitaban las diversas quebradas CEe la regi6n habiau sfsterna -do que descansaba iim-d d d d o mente en las tierras cornunitarks del ayllo. En el fond0 de las quebdas, dli d d e el wjh de Iaderas se ensancha ligeramente, cdtivaban la tie rra, que h&h desbrosado, h p i a d o de piedras y, en algunos casos, nivelado. Ciertw faldeoe eran apvechados mediante andenes escalonab, muy estrechos, que mantenfan cuidadtxmente1. Para el riego contaban con un trabajado sistema de canales, sometido a perfecta n@aci6n, que pennitia aprovechar el m-o de agua disponible. Algmos pnstizales, vegas enjutas y pedregdes con yerbas, daban alimento a1 ganado de auqudnidos. Ademas de esas tierras, 10s aa$malesejerciau domini0 sobre -1 marpinales y &atantes donde -fan pastos estacionales y se podia rem ger l e a o ciertos h t o s c o n ~ o10s del alprrobo. Aunque en tales terrenm no habia rwstras visiblee de posesi6n, 10s indios los consideraban suym por el us0 hmemorid. L a posesi6a de la t i m a psr los in&= no canstituia unidades contimas de tenem, *bo que esxrrylo formada por retaaos disconrinuos, en parajes diethtes,a m x s alejadm, segrin la necesidad L productos de distintos Gstgsnas En b m %e repetia k situaci6n existmte entre l a && Qucuite J hx & h e s destacadm en las m d a s de Ari@a;aunque parece no haber existido un ce4tro d b a l y d d m k 2 1 &i&no. En dgmw casos es evidente la instalacihn de pieG 75. rdbae em 18!B que la era de 155 I(ectrlreas y de 10p theas para dl conjunto de p1dmico y social, en


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8,

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causa del escaso m documentas de COP que desorientan al veccs ale0 impreci

lamsbQ&.+r-cpnrcta.



Y ?bJ?*.

e la instslrrcia de 16s perjudtcados &mid de las tierras hwedadas de stm pttdres *

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P&Gcq&&nte que se tniaha de tiemas que no reconocian el de 100 Woe, a1 WIWSd q & el pmto de vista de Eas formas j hisphicas, y que, pos la tonto, r a m ca&deradas propiedad &l tal cuss no SsbL dam deiechos par ptescripci6n.



.

.

amtenor, de 2 topos montuosos.

Quebrada de Tiliviche

-Tierra de

M

o de pan llevar y alfalfar, todo 1% fanegada y 28

Y -

Quebrada de Retmilla -El erl paga de Qdffia, dns swrtes de tierra, que compomn 1 fanegada y 1 topo.

Quebrada de Tarapacd

-En Gwrasiiia, un pedazo de tierra de 8 fanegadas.

-En ‘Kiivika, un pedazo de tierra de pan llevar.

-Junto a1 pueblo de Tarapacl, un pedazo de tiema de alfalfar. -En Caigua, la hacienda de dicho nombre, 1 fanegada y 3 topos.

-Wh

-de

h la Chlmba 10.756 cepas; 197 &boles fnmtdes.

-Hadeath de la Cwnmidad 12.933 tepas.

de E l R e M & m 12.821 cepas; 38 &boles frutah. A $ i d k e e 3.049 cepas ; 86 iirbdes fru8aIes. HoeieapBa J e s b Maria 11.759 cepas; 98 hboles &tales.

-

-Hadrepa&

-Banit&




1

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, la rentabilidpci de 10s laquecwmmdfaa

W h y dophoraenlaimpor?amciade los propietarios, tenemos un ejem lo que, por colfu. pondar a Ire tiaacrp-deue tieap fspeeh! agz.dLih.Se tratcl de bs Men- dejados por Salvador clrlpa, fallecldo alrededor de 1792, si. luados. al p m , en & quebrada -Un

alfalfar en el &jQ.

-Un pedacito de tierra nombrado cuaigUaiane.-Un pdacito nombrado pansioollo. -U~@a@&~wb&T.mbo. #

F

L.euiqnvbncib de la dhpexsich de h propiedad no s ica en man m alguna que no hubiese poseedoms de un solo p d o . uele bberlos cantidad apmciable, aunque por lo gened sus tierras son de corta o peqdsima superficie.

LAM hecbos sehlados permiten pensar que la propiedad, a pesar de

4




bian desanimor a 10s nativos. C m W Q , hae I l m huchacras de la pbrmpa” representaran a rea os l i d d Wa.ta%xh %,en 1pm lu@waI menos, 10s restos a r q ~ ~ 6 g i c denma&an up tigo,.& poblaseiento aldeano permanent@. reetablecersey desarrollarse notablemente la exHnamtajaya, la agricultura regional fue m&da c c i h y Csa h e la causa para incorporar n u e m tiemas y a p m ~ ~ t ~mejor h a r el agua. Durante la segunda mitad de la centuria, don Antonio O’Brien, designado el Pid m Manme1 de Amat y Junient para informar sobre las d n a s cfpiX’tbB%?jayay la regih circundante, ob& en sus exploraciones l@smt@de s ‘laschacns y ciruces en la pampa del Tamamgal. El becho le JJsijn6 p-samente la atmcih; per0 en sus indagacioneg nadie p d o infonada: no hahia menioria de tales trabajos. La posfbiWad de restablecer la agricultura en aquellas localidades le pttmc26 ma ~WIEIX excelente de solucionar el abastecimiento de alimem tos y de a ~ . p e r aHuantajaya. Decidido a bnpulsar el plan, O’Brien se -0 Msiarpr bas fruentes svperiores de la quebrada de TarapacP, a p e cialmente lag @oslagunas de Urima situadas a 4.690 metros de altum. 1 8 4 ~d ~ a6m obtenidos por OBrien, con anterion?dad, dos m p d e leep h&& taatado suesivammte de utilizar las aguas de las lagunas, uno de e l h dtm autoriwci6n y privilegio otorgado por el vim don Jod Ant e Mpclsb de Vel-, lo que sitda el hecho entre 1745 y 1761.



trier

bas".

&@npwe, oultivabo dos terrenos, porque d momento de h cose &a hbfa formado dos eras poco distantes. Una de eHas es mencionada mmo C s d o amnoso y tambih se habla de la "era de aniba", sin que setpasnos 6 ambm demncias designan a la misma era&. Bs mmy probable que Nme2 IK)fuese el W c o que reinicigSe Ios d tkos en la pampa y que Q ~ ~ Oestuviesen S dedicados tambib a esos mbajos. En otros lugares alejados, el inter& por u t i b las tierras p apnnre W si agus se manifest6 en querellas que embargaron tanto a 10s indige m a r c d como a &os con espaiiaks y criollos. Se grata de sectores


Qco -tea.

. -



-

No obstante habezse observado todap fas farmalidadeu legales UQhay duda que se habh despojado a lop indios de pastimles que les eran muy necesarios. Jhs disputas que siguieron en- 10s naturales de Pica y Tampad can los de Ltpez que se habfa creado a los @anems un sui0 problema por la menor cantidad de paotos de que disponhn. El hecho es tambiQl interesante como 4-10 de la pxivatipaci6n de la tien?a,dentm del critedo individualistaque oe afianea en el siglo XWII J que ea este cam, por tmtame de pasta de 10s indim, time otro q t i z cutioso. Las tierras usadas por las aowllll' d a b in-as LlDll asimilRdss al dgimen de pastas comwzes pmvenientes de la anbgblaci&i cospb liana. Ad se deduce & la opini6n dd protectar de natumk, que c48 BU dictamen abre el UBO del pasto al comb de la gente. Las tierras de Canmsa heron vendidas por 10s heredeFos & don Besilio de la Fuente, &put% de su@ W -IIL I B daa AnaraaicE Ri-, rat la cantidad de 600 pesos. sin haber introQUcid0 otra mejam e pide mademu. A costa & 10s indios y con una escasa entredo par0 k Qoma, la EarnilinDe la Fuente habia hscho un negecio er;tupendo. L OtmlaolllidadmarginalquetraMdesereqdatdag QID para apmpiacibn, el rio ear. el h x &I aquel fugar el do ensawha su-w-aen800 y 906 nido @rOximadO de trpg lswaems dnsdentas~~sufceptiblesdl3

fuenn.

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. .

l m d a que haoe en &ha quebrada .. ... ajo son las tierras de fos in&os de Pka, y e shf para d b a son k s tierras de Atacama ..� No obstante 1% 1ayw del docunento, su sentido resdta cIaro y en cuagto a la demarcaci n de la tierra, sc confirnaa con otros documentos.

.


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pis&, 'we d&im ccmpa;tir 10s beneficiados. Twto el qu$ de 1as mientes como la pmveniente de 10s socavoohnduci a por acequias que 10s usuarios se comprometian a re,@rar P,lpanteqer limpias como obligacibn comb. Sin embargo, a 10s I

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.



a esa lnisma agua,

recibi6 al contado.

Cmtrems y h a t e , desembdsado el &a



rvlanantial del Resbaladero Manantial de l a 8 Animaa Ambos manantiales

$

Se puede absemar que hay dos haciendas especialmente favor&.das, la de la Banda, que recibe cuatro dias de agua de un manantial y dos del o&rqy la de la Ccununidad, que recibe das &as de agua de cada una de bas w r t h t e s . La hacienda de las Animas, en cambia. aparece en Sgtuacib dwmdrdai d gozar de s610 un &a. U s hijtrelas que tienen rnejor dotacidn son las del Monte Resbalp der0 y las del Monte Anlrrws y las m A s desmehdas las del Resbalade F& y las de la Ban&, las &Was de ks cudes tienen derecho a un sa10 &a. &I situacith -&a e s ~ bla^ ehacnrs de mp, Reyes y a9rccbs. E&& oansideracim, s h embargo, tienen UFI. valor h i t a d o dpdo que no emocemos el ncUnw0 exact0 de hijuehs en acta m p o ni las supdeies sujetas a riego. el caw de a& del agua a p m e muy &&la p s i b de &a kea* bib UW". faa p ~ d i o ~ Ias s@timtes tw@mviiaaes: prkslosw

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ti !hs diversas tierras.

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21/2alCa8arbrd-

- Hacienda de C a i p de 1 fanegada y 3 -F=.

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dgun0s a r o k k w c i a otm agricur?ttrr em la quebnaaa trancan la acequia para ~ r t rhr e rebme b acequia, y repartida el agna, lea f d ce -8, bien penoso me ha sido su remedio cuaado he id0 can peoder 6 9xmj-h y en psFte se Ile a a poner la acequts Uana con bs pastas. A= el que no tiene agua latra tierras ahi para alfalfa ni f a b qui%lt Ueve la srckquia o la mde de aqui por allf, para su9 intentos, hpta t&Mmrdad lm rzltMhllO”9’. Et ?dm de a p , no obstante, parece haber sido poco Erecuente, dspdo h vigilawlk kpkgada por 10s propietarios. Erne hs trabajos agrfcolas no era el menos importante la manten. $ ,n de h i ti.erraJ de dtivo, que tendian a deteriorarse por diversos El Cfesplammiento del agua daiiaba 10s atrdenes y 10s canche RWBSW~O repararlos continuamente. Ya se ha visto que el agua J ~ I N m~n a sR que pesistentemente se iban depositando sobre el s&. hat mtrarrestar este efecto era necesario efectuar trabajos de cada ckrto tiempo. Tambih se podia prevemr parmenteniendo limpias las acequias en cuyo trayecto se -0





un poco de agu*&ente*.

Gigciras a un excehte trabajo de arqueologia hist6rica conocemos

en & f a Ias ca&acterlsticas de un Iagar existente en Mama en d sir & x a que uno de 10s investigadores describe de Ia swente

-

manersr:

'

"E& de Matilla es un recinto amzlrallado de 12 x 12 rn. madamente, constmido en adobes de 0.60 x 0,30 m. En su inraioT s enswwtrrrn &trhahh en primer lugar tres e l m e n m receptores de 19 ' prima para la elaboracidn del vino. Estos elementas e s a s a a ~ b & htanbi& em rdoble y estucados con una excelate =gamaSI BP ht@@a t h (lkumda tarnbikn anhidrita), logrando de esta manera la hqwmeabilidad necesaria para contener liquidos. "El prime1-0,g el mSrS importante de estos elementos, es el d e n o d & lagar p r q h n e n t e tal, b t e sobresale del nivel del piso hash 1,lQ m. @a uno de suo l a b hay una escalinata de tres gradas. Su fond0 tiene wzm lie=p e n h t e y un orificio a travks del muro hacia el receptor d v w Q piquerar primaria, 6 t a comienza a ras del piso y baja en esCfJmw & m. k t a llegar a 1.15 m. de profundidad. En el fmdo mwkdo de forma cdnmva de mos 0 3 m. de di& metro. Contiguo al otro costado del lagar se encuentra la piqwra secryn8Saiba, ayes m u m se e l e m apenas u n a 0.35 m. de dtwa, su foridrp -&& tiene m a hclinaci6a de aproximadmate un 2% hacia la a y un orificio a trav6 del muro para el escmimiento





-*em rektivff ptna 10s propit+ 'unto con mantener ml es que jamits deja de UII atso, d me-, termnw V" en 4 reales at aiio cada T

or de los bboles para la gente pobre y 10s indios que& bien la Ikre&a &j& por un indio de cierta importmcb, h&bM d b , mi-1 de Iluga, pler~residente entre 10s indios tributaOS Rea. Wlb hbia &do casado legftianamente con M a h a ptmlaca, que le habfa I d 0 trece hijas, &ez vamnes y tres mjeres, Ia xm+ yarZa de 10s cuales haMan muerto, quedando sdlo tres hombres en 1786, aiio en extendi6 su testmento. Al momenta de wnir, Mol10 poseia dos pequeiios terrenos o "tablones" en el sector de Pica: m o de &os, hemdado de su mujer, lo hatbia pIantado con Arboles htdes; el otro era parte de las tierras commitarias de 10s indios"'. SI ~ % , l tterrearo h~ fue divirlido entre 10s herederas de manera i b gal ]laob d dcl8de mpctivo, de la siguiente manera: a Viwnte Bupti4 gtwayabos y 4 -eras; a Gabino Mollo, 5 eras con 4 2 gmvyabae; a N k o h a Mollo, 5 eras con 4 hiperas y 5 ~ s ~ E ' & cYm i

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Si pe-s

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que cada heredero rechi6 alrededor de 200 metros 6 d ~9 &rb&shpademos conch& que esta h e la distribu-

ci&deIstmissri& 8p~ 86 todo. b w e . las disposici~es testmnentarias del viej~ mk 119 ~j@mts "I)sclaro que es mi vdmtad el a m r*r& m s dos matide higueras con ma em que ocupa y ~ " a - m t a nombradas Ildefaesa y Escaktwa".

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15 pesos 4d e s 14 pesos 3 1/2 pesos 15 males 14reales 10 pesos 12 resles 12 reales 9 pesos 3 pesos 18rdes 3 pesos 6reaks 16 reales 9 pesos

f7peso0 6 16 pesos

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5 19 20 14 20

4 16 16 12 16 16 10 4 20 4 7

20

12 5 22 5 8

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18

10

11

El mismo intendente recuerda que la yerba mate del Paraguay se vendfa segdn el s i e n t e detalle:

i.3. 4

Yerba C&i Y e r h txmtdecha

a

MdidQ

Infima

T b a

16 reales 5 1/2pesos

Mecliana

Superior

20 6

22 7


VI. La Um

Rique2a Mnem

---

h r i a de l d b g m

Las %rmdoms montaosas de la cwdiIlera de los Andes y de la Costa, que

a Tampa4 de norte a sur, guardabsn en sus replicF

grrer w i m nainersIes que consthyeron el mayor atractivo de la regi6ra- h i m W m , dspers~gY CircunstanciaIes, tuvieron por 10g a e rd suelte udvaa. polque la carencia de alimentos y agua y hs db f i d edel fLansporte, psaban negativamente en la mayorfa de lob CUSOS.

)or otra parte. la espemma de riquezas fantkticas, deparadas par un gdpe de fortma, propias de la mentalidad &em, mantwo simpre en acthidad a cattadwes y pirqt4ineros que gastaron slt esfueno en la bores aIe~pmte5 e ingram. Goma hemas m r t b d o , ya en el sigb XW,junto COD estabkeme las e s ~ d e ys repartime las primeras mcomiendas, se inici6 la expb ta&& de la p k e Huantajaya. Per0 h e el side XVIIl el que brindd le ~ y e FiQpLcML r &era, alcanzhdose rendimientos notables em alganc# --. El sigh XWE h e , en cambio, de un virtual vacfo mhero. CaIificar como minerfa de hallazgos la de TarapaCa w h no teder &do, p~lestorla M a involucra el encuentro de ywhientas. && en cuenta, sin embargo,que d hallazgo miner0 no es sirnplenKtnte tan hecho brtdto, sin0 que suele ser el resultado de una p om@&, raativada, a la vez, por un inter&. En la medida en que 10s m h m s w d a t a d o s por una necesidad y la perspectiva de buenas se afanan en la bhqueda de minerales p se realiaan los ha-

-

men Tampad, regi6n de escasos -sa, que h p d i a gFte a la blsqueda de vetas y a c h en un d W de

*eonm * n,

a&ddad de 10s cateadores fue ath&h Quonte d de boKQs

&

~jj-

pot

pnnrocrada POr de mer-

h =yrta-=

rUpW0 iasos y activ6 as trabqos m m e n v ~ palss

deloeconomialacol.



tm-minerales Y asociaciones que se encuentran en H m b j a y a c(F a q-ardriw (ClOnUO de phta, p h b c6spea) h m hMm Y msidems, en rdwi6n con el metal que nos preompa8. CufiOSa COnfO~aCi6ndel sector de Huantajaya no p a 6 b d v a tpikr plbt'a 10s IYherOS coloniales y su conoch&nto fue bastank .ando- v n h * O de aqUe11a kpoca, el arcediano Francisco J a v k E&* &a, m e tenia fuerte vocaci6n minera, explica en e1 lenguaje wco de la plpoca las singularidades del yacimiento: "La profundihd de sw labores en sus piques m$s avanzados puede arribar a 100 estados 1170 metros]: y se ha reconocido que siempre que hay junta de vetas, o gue se cmcen o que se aspen, crfan o producen bols6n de metales. Se ha E obsexvado lo segundo, que igual produccic5n contienen cuando se les i arriman e incorporan m8s fajas o cintas de cierta caja, que se distin' gum' en diferentes profundidades del cerro. Lo tercero, que las buenas ' cajas las fecundan para el criadero: como a1 contraria, chorros, 10s pa' drastros, u o m s listones, o ramos de diferentes tiems, ks imposibili! tan, las secan, estrechan o destruyen" 4. En 1765 el cosm&g-afo espaiiol Cosme Bueno en 911 Descripcidn de las prwincias pertenecientes al obispado de Arequipa, incluyd algunas ' i noticias concernien mineral, que permiten conocer mejor sus ca-,< c racteristicas 6. de estos tiempos -informa Come Buen- est0 es ya av 1 zado"Cerca el principio de este siglo, se empez6 a trabajar de nuevo sin do, creyendo que no habia vetas fijas sino bolsones de plata, porque ' se encontraban a trechos unas piedras sueltas, que Daman de barra port que se sacan de ellas por fundici6n grmdes cantidades de plata Per0 t pbstdormente se ha visto que hay vetas fijas y que aquellas papas son i anmcio de veta cercaria. Asf se han establecido labores, en forma de t que se ha sacado y saca mucha riqueza". 81 fendmeno de las papas no s610 llam6 k t atenci6n, sin0 que de. nos contemporheos procuraron explicarse su existencia. Don P* de umta y P d t a , espfitu curioso y ben&ico d est30 del si& XmII, se d1el-e del sia;uiente modo a las papas: "siendo &tits u n a S P i d m Pe netrabs de plats que a la diligencia del cavador esmpa 10s arenaIes cmi del e s m o valor de la b m fundida, sin 10s m g U d m de cajas p r de arena, admira el modo que ~ r de cuajar ~ a tbo s h0lSaat;s de lata sin aquellas cubiertas... influyen en SU fOmaCi6n los s u ~ t - ~ s , que derritiendo con su actividad 10s metales c e 10s ~1U-s ~de su i~n f l d 6 n , filtrbdose el materid POr Domsi&dos de la ti-, y detenido porque ha p d o el IPdO de

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Rem6n

CgoenS

Ch., Informe de

10s

yaeimientac m e t d f f e m en lac d e w de Aregt&a 173.

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de Geogmm

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1. Bstaclr descubridom de d m Bmtolod de larya. O d b m e a la tkdemum de M$nerfa del Per&, el descubrido? ti^& d e d m aunaestuade 80- 4Qvaras.

P2.

Bstacrr de Su Majestad dads al momento be d&.uamm el ddinde. Debfa estar junpo a la descuWdora. B1Ra f 6(r6s Ira res tnntesestocaeeren&60 w30vaxas.Bn aDnloars. tumbxe, la estaca del rey &e sacada a xwd-oaela don Basilio de la heate.

-

-

3. Bstaca sdteada concedtda a don Bartolome de Looysa. -orme a la onlenanea, cornspondfa al desmbridm, e~** w ubicad6n. Neceswkment~debfa quedar separada de la desaubrido- mediando la del my, de ahi su nombre. 4. Estaca “de privilegio” concedida por Loayza a su yerna don Basiio de la Fuente. 5. Estaca de don Bafilio de la Fuentre.

6. Estaca asignada a do& Manela de Loayza y VaWs* como “primens cateadora”. Se utilizaba la numerucih ordid &I ateado. res para designar a siete personas qwe el descubridor podva kvo. recer con otras tautas estacas de acuerda an el prjvilagio que le con& la ley. En este cas0 es evidente que h a p d i m 5 el n h bre de sus hijos para reclamar 10s terrenos -. Al respecm, las ordenaneas reconocian en farma atnplia ia capacidpd de pma si6n minera a todos 10s espaiioles e indbs, con p m s & W de sex0 y edad. Sin embargo, las asignaciones hechaa per Loam constituyen uu a h , ya que la ley otorgaba aquel derecho para rem. nocer a otros cateadores qtle hubiesen andado explosnxido el lugar.

7. Bstaca asknada a doiia Maria Jo& ’ Laayza, como ~ ‘ S e J p l d acateadod.

..

de LoayEa y Vdd&, hija de


d o h lldarfa J a h t a de L w p a pMrW5Bi

de den h i l i 0 de la Fuente, coma

Ba como Ntra.

1R Pssaoa de luca-n apmximada que solicit6 don Domiago de hdtt y ha Ape a-ada el 30 de enero de 1755. En m w o del mis^ afk~se b concedi6 el “claro” de 20 varas que la sepslraBa de la estdescubridora. Fue conocida como mina de las Animas. Ehta aquf la emwneracih de las estacas que conocemos. No de

be se la paeibilidad de que se concediesen algunas otras, a m qw de ser a i no &bieron t a r importancia. BS hmresamte obremar que casi todas las estacas recayeron en la zBpy$p y ue 40 hay una asignada a una persona completamen-

be &rm a la fan$,

la de I d a . R&d&1do9e a la explotaci6n de Huantajaya desde esta 6paca hasta 1764, 01 juez visitadon O’Brim awta que “la cantidad de plata q w rc? he s d em d s p Eas &as del -onel don Bartolod de Loayza yV *, q r sam ~ y em la de don Jos6 Basilio de la Fuente, ha s i b tmta que se hace increfble”. Tan grande habfa sido el pmvmho, que en 10s dwmntes dejados por lm minas princiwles 10s palloquerm de Pica;- de&, gemtie rrmpbta a L que se permitfa &&ajar 10s rest-, haW dh&i$do oehr, aftos Il0.W mmrctx de Flab, como constaba en ~ertilichdwde C@S reabs de Carangas y htosf” 14. Ess cantidad &*aproaiplpndfpn mte a It5.W p e p ~ Que , al aiio representan W.375 1


paiifa fue disuelta


&as

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como muy pr6speras.

Al v h e y le preocupaba tambih la cWusi6n deI conocirniento de Huantajaya en el extranjero, a causa de Ias noticias dadas por Fre Juan y la aparicibn del lugax- en 10s mapas de Sentier, An%.;%rt de 10s &s 1733, 1748 y 1750, mientras en Am6tca se ignoraba hasta la localizacih segura del mineral. Para responder al encargo del monarca, el virrey h a t h i d % emv h una persona “extraiia, prktica y desinteresada” que reconociese el mineral y adgutwe 10s motivos que habian impedido que, a pesar de su r i v a , fueae habitado. El enviado deberia descubrir, a d d s , “to& 1- dmria que se ocultan, y d o se traslucen en las conveciones pi-i~&S”. ~1 &@& fue el bland& don Antonio O’Brien, que recibib 10s c+gm de juez visitador y alcalde mayor de &as y registros del co. su persona recaian las cancteristicas de “pe dad’ necesarias para un buen desempeiio, se

Ia mgitb, visit6 el mineral y

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Estaca de 90 v ~ f a spor 40. Segwramente la descubridora del Hundimiento. Estaca de1 Sacrammto, re@strada de mew can el nombre de

El C m n . Esoaca sdteada. Estaca qae h e de don Mar& de hp. Estaca que fue de don Juan de Luayzs. Est- de el privilegio. Bstaea que h e de d o h Mamela de h y z a . Estaca que fue de d o h Mariama J0& de Jmqza. Esitaca ded Sacramento €hico. Estaea San J d , en e1 alto de Saa Smh, “pedida pur dega’’. Estaca Ntra. Sra. del RogariO. en el alto de San S W n . colb pwda a don Juan E W ~ QP&a. Bstaca del Corm611de Jes&s en la veta del PauhstmEstque fue de do- M ~ r 3 aValEstaca que fue de do& Marla J&ta

Portocarrer~.

de Loeyza.

Claro de 52 varw. Clam de 40 v m s . Otro elaro de 40 varas. -0 sriruaaa entre la estaea de d o h Marfa Josefa de Loepa la sakeah.

H













,a30 de septbmbre de 1Ti13, el g o h a d a r y alcalde de minas, don

Javier de Echevepda, dispuso se efectuase el d a h d e de la9 un cofljsiopaLEQ para d dectto. La descubridora, Ea y desi en Matilla del ley y la tea& qwdaron amojtmadas y se dio pre y en TzepeJJticapara 'que se presentasen todos los que ha ian solicitado estacas. Sepaunente se trataba de personas que habfan reelamado. una estsi^ estar d tanto de1 asunto y ~610 or la posibilidad de r e d tar fbxecidq en cas0 de que el minerd Ziese buenos fmtos. La adjudicaci6n de las estacas que& registrada de la manma si guientc: FrirncipcO

3

t?

y Gabpiel de Soto.

de Soto, c&m h b a

la persona de don Ande ~ e e m s& ,

1me

persona

4 soy, ea le ge3.acma de

b,~aongisprb~ ' r n t em q la p m -

de





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halbgos: Chanabaya, Santa Rosa y el Carmen

Ea la costa de Tarapad, el sur de Huantajaya se explotaron otros mi. nerdes de riqueza desigual. El primero en antigtiedad h e el de Chamb a p , Bituado en el cerro del mismo nombre, inmediatamente al norte de la caleta de Pabell6n de Pica. Lati noticias que existen sobre 61 son muy escasas. Su descubri..iiento es recordado por el cronista Echeverria con el estilo legendario de Iss temas mineros: “Sus cerros son 10s miis corpulentos, 10s de paniZQS m&s vivos: y de producciones d s raras y particulares por la mada del o m y la plata. Fue descubierto en 1754 por un mozo de Guatacondo, que trajinaba por el huano de pAjms. Avanzada la noche en su E~ZU~XQse acogi6 al cerru inmediato, asegus6 sus bestias, y con los tre zos de leiia que llevaba encendi6 el fuego, para cocer su alimento. Al otro dia a1 seguir su marcha, encontr6 en su fog6n unas planchas de plata. Seiial6 eI sitio y conduy6 su viaje. Dio noticia en su casa y &ta esparcid basta los oidos del teniente general don Bartolome de Loavza. Lo hizo comparecer, y emprendid viaje al reconocimiento de lo dicho. Encontld la verdad, y dispuso trabajo en la veta. Sac6 un bols6n de metales, 10s mas hermosos, y mAs admirables a la vista, por lo matiz a h s con la diferencia y mezcla de varios metales ya de plata, ya de oro. Eran figuras de arbustos en el campo de plata; y beneficiados con el azogue se convertfan en una pella con igual mezcla. per0 tan pewera d &plo de otra&. Durd poco la boya; y la falta de agua a m j b a 10s -ems. dam varios rsapeldos en hs cajas, emprendiemn nue vo trabajo en ella D. Gabriel de Soto, D. I @ d o Zavda y D. Manuel W u u z el aiio 1769. El director de la labw no entendid de la Mjula, .lii l n ~ b b sdel rumdm de h veta, y poa este d v o d i s p d la labor sin poder dar .con la veta, quedhdose este mineral por descubrir, despuh de haber dado las muestras m6s brillantes y m8s poderosss que se han vista en este feraz terreno””. relato vale la pa00 ob.ssSrvrr h fcpaaa -0 se himel destfn h a ~ n b ~moriestd a e iae~to =-& el w t a p e

.-*.


mn wmo una derivaci6n de 10s trabajos del dlebre mineral y ea tradicionales hayza y De la Fuente las grandes impulsoras de las vas labores, aunque no dejamn de estar presentes, sin0 que fuern oms mineros, algunos de 410s advenedizos, 10s que hideron e! prin cipal papel. El mineral de Santa Rosa estaba situado en tos calovianms cortados por mantos intrusivos y lares (domos o stock) pofiriticas andesiticas, es tnrctura geomorfol6gica sanejante a Huantajaya y para UOB mineria de hallazgos".

Las formaciones minerales e r a tan&& semejantea: huantaj querargirita, argentita, rosicleres, cobre. etc. El descubrimiento del m i d habria d o en 1776, fe& se &a ge~~edmente. William BolIaert indice el aiip 177s y b estableoe Riso Patr6nm. Sin e m b w , no exisk una cerbeza abdwta. Hay iuertes P==lCioW pera $masar we d hd0zgo ocwibm 1779 y ; que d descubridor &a don R q u e w . +@ afm,ilorado wmpateci6 ante la autoridad y manifest6 el dR, cubnmreato de una ve~a,que n o d m 5 des= bth,em el de

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e Memoria legal~P~~ . I

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a m de Chfk de miun de Matias B e " . 1773. I l . m d m ~ c h , x n f a h r r c c t c l o s8y ~ tsmcIuu Iqrriqrrc-Pisagua a Bolkit, q u a r i q a , ethnaI0 'd and otfw reseamks,

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Dk&mffo /eogrcylco de C h E

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Ptme&wmsQte, Perdo sdkitd d registro de la Bwtaca Santa Rita, manifestando haber trabajado much0 y con poco hito, porque no habla vptpr ffh, sin0 -ha. El registro le fue m e d i d o y tambidn seis estacas que pidi6 para lm cateadores don Francisco Do-do, don Dami&nYeira y don D a m i h Martin Dorado. fms actividdq. de bparado a t r a j k a otros mineros aI sector de Smja Rosa, que catgarw a &versos lugares y encontraran pequefim yacdentos &I 1179, Mic@l&Idendieto manifest6 una veta, en Ia que se seiialas estacas, a don Fernando par), de Coriaa. La eataca de Towao, CBOs por don Ftlmsisco de fa Kbjeaad

.

mmtBTO.

Et d s m &u, dm Jmm de Dios IUdllo descuM6 era veta, @\rya desaiaada d my fue reanatade par el miDe la F u m e en 96c Semh pW306 'El.

Todavfa hub0 un matzo deseubrhdento que fue re*& por tres rrero ebu G e m d o Nwera g don IEamen L o p , acl6n w. El W r o de ellos vendi6 su parte &i &ciembm de 17W.


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La fdtima diligenoia que cunocmos, firmah en Pica el 16 de OCbre de 1793 por el Dipntado Territorial, fue la aceptacih de la apeh ci6n de 10s Dmdo. La cercanfa a la superficie de 10s dep6sitos argentifems h e c a w de que w Sania Rosa, en lumr de buscar vetas profundas, los dneros procurasen ensanchar sus bfisquedas, provocando i.etromisiones indebi'das y 10s consiguientes pleitos. AdemaS del cas0 anterior, ienemos otm el mhmo afio 1793, en que aparecen involucrados 10s Dorado y su socio Tomls Vargas". Tre &os antes, don Mejo HerreFo, dueiio de la mina del Santisimo * Sacramento, de 200 varas por 100, hizo donaci6n de elIa a don Ja&toq RQnnern. por r d n 4e amistad y parentesco. Como por entomes no se habia hecho el arnojonamiento de la estaca, Romero solicit6 se hiciese y lo misqw para las; tacas de Ias Angustias y de Santa Rita. situadas a !os costrtd~s.w $tLmte, ~ m e bm iz0 extensiva peticidn respecto e la estaca de San JoSB, pertemciente a Torn& Varga~y los Dorado. ti peticih de R m e r o fue despachada &vorabIemente. Se b el lbde de las estacas, quedando probado que Vmws y sus s o h h a hfwptrado en estaca de1 reclamante y &ism0 laa 1 a h de don Luis' Sol& de Arms y compafifa. C ~ estos I antecedeaes, el juez cornisionado dietamin6 que la parte de Yarpp debfa efectuar las mstituuones correspondientes, no a& Arcos

porg

a la fechs era d o de Romero.

-0 eg ~a vivamate i n t w w i o en amp~arsus trahjos y el slrio de f solicit6 urm nuwa ataca junto a Ea del finado Pe dro Vicentelo, que le fue otorgaAIa 79. Ese aiio, Ramaro tenia en labores la$ mineg sawamento, Panizo J mores. posesiones, Wemw qr firno, en =fie remento de balhps a la socikdad de don lb@d&or Soto, t&n &mdn%OW O , dm Am@ Soto, y 10s heredem de don IgDacio Soto. que ep ls00 paselan una estaC;p,m,ina sit& a media Iegua de S * A q d -0 fiO*

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del JaatdeIm&ya takddenlktfasdetwey-m.

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--*&hSdikm. EstJdAnaylaio de y.t.ur, c m prlnrrr a b h de bwyza, segunh , -ae -EmabMjdB-,& &I BII‘LIROdeh

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lIrrrseca,Bcrraoa~~. Jo& Y l b h u d de LOayza, MjOS del h bridor, cuartros c a m a h . de d d a Nlarlr, L L8epls, sobrina ,-

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- ta m d m .

&don Fedro Tom& devo~gara,sexto ateador. - Bss*ca Estde don Roque s6ptimo e a t d m . I s b m~kihtdsipor don M i i e l de €.uayza, cerro arri;ba desde Dopedo,

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de Rcque Doracb. - la~cateadores s c de o &on Amstfn que “sfendo m o de 10s de dicho c m y que de derecho me pertenecia una Basfbs,

-

dega:

de las estacas, de las siete cateadoras, me he convenido a tolmar la estaca que sigue a1 ~ltimopunto, la de OR Xgnacio Zepeaa que tira para el cerro de Cofiafagua”. Estaca de don Ignacio Zepeda y Castaaizas, que la solicit6 “don-

NicdAs de Barrios y Rejas, veeino de Tacna, solicitada a su nornbre por el anterior. Cantigua a Ia del marqds

- derado, Estaca de llos herederos de don Basilib de Ia fuente, cuyo apodon Jod Antonio de Lejana, la solicit6 ademgs de la

--

que Iw coxwspwdfa corn0 cateadores. Estaca de don Gaspar Caballero, cerro abajo de la anterior. Estaca de don Jo& Antonio de Guendica, rnarq~& de Am,b a ~ thada como San Antonio de Padua. Aro tenia f m a d a una s e c i e b d con 10s poseedom de las dos estacas siguientes y fue en esa_condicibnque las solicit6 para ambos. E&a de don Juan LuCais. Estaca de doh Juan Bautista Abyza. Btaca de dm NEanuel de la m a t e y Loagaa, a contmuaci6n de

b &l marques de Am. -=a de don Juan F e d n de Brrea y Eugui. Est- de don Juan de Dios Montalvo. - Estaca de &n fiitflario R&, residente en htd.s o k i t a h en su

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nombre por Juan F e d de E m .

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Jut0 con el descubrid r de EJ Cairnam. el alla cpfra

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Uacm Wizme mberabs sinvlaor en el rectw costero &I e pletm el panoram0 de ha minerfa hacia fines del si@o En 14s ceCEe C&ja exbtia an y0llpe ef p d p e E c h e v d a mendona awm M&a, segwm~en&d p(t Rectameate se designa como M a d l a . Segln que1 a b cg pas pmfundas debfa amtena m, per0 desgraciadamemte apenar Ee

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explot6 91. Una mim de om, situada en Paiquina, al norte de la desemboca dura del Loa, en nabrjgda en 1783 por don Pedro y don IgcNlcio h rdes Ofi. T m x aiios m8s tarde, en 1795, Rllaneda una mina en labores y habia otra degobladag*. Pen, en la g a d a de 1800 el mineral estaba completamente abandonado. Echeverrla informa que la lejanfa de 10s centros poblados y la carencia de aguas y vfveres hacia rnuy costosa su explotaci6n y por esa circunstancia. al intemunpirse la veta a 10s veinte eist&m de profundidad, o sea, alrededor de cuarenta metros, se abandon6 el trabajo. En este largo y engorroso recuento de minerales y de minas es posiMe que haya omisiones; per0 tenemos la seguridad de que no son importantes y que la trayectoria de 10s centros mineros que hemos trazado es, en general, currecta.


La escasez de capitales en la regic5n de TarapacP &fig6 a 10s m h m s a hmar pegueiir?~sociedades para poder establecer faenas. Las emprs sas individuales heron muy pocas y coincidian con las personas Q I P ~ mwntraban la riqsm local. El cam de don Badio de la Fuente es el msis notable, como que& tsobradsmente demostrado en las phginas precedmtes. En un ,cma 8610 un h b r e de buena pdci6n dueiio de dgunas tierras, h t a la e;Kplot&6n de diversas estacas, inicialmente.por concesi6n de su mp,don Bartolomt de bayza, le depar6 sixbitamente una buena fortuna. El dewubrlmiento de la veta: del Padrastro le cmvirti&definitivamente en un hombre rim y entonces adquiri6 nuems tierras, buscando 1%egurided & esa inversi6n, como murre siempre con Ias pers &an en actividades riesgosas como la mineria y el comercio. La fortuna de De la Fuente era muy grande en d vincia y algo menos si se la compara con la de otros lu con el inventario efectuado en 1774, con motivo de su da loo bienes fue el siguiente

- Tierras y plantadones en Tiliviche, Quiffia Tana, S u a , C d f i a , Saina. Tam@, Gu6trasi-

-

w c ~ a *nio ; y buitnjn de Tilivilca; diversas cas= en esm Iugares, muebles Y alba-

jas, tiendm y mencancias; esclavos T ~ ~ I T ~ S , htalas, lagorea, v a s W Y a p s m x ; ( L I I S ~ J esdavos en Pica c m y &&n con mercadas en Huantajaya

Totd:

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AdemBs, p e a 6.5Uâ‚Źl pesos a Rivera que dste d e b por la adquis W n de la &aka. Richa stma se ampletaria en motas de 400 pesos

planillas de 10s metales que

beneficigsen y

de loa





.. 3.4:

*.

mscate se aplicaba exclusivamente a la actkidad

Faimrew; p r o m obshmte. en un cas0 al menos, hemnos visto empleade k p&ka para referbe a una negocbci6n agricola. Se trata de un “peg,

ea& C trigad’ en paaugs Ihga el aiio 1799, que ya se mencionb al t p ~ t a ~

de bs p b k m a s de h t i e m y el riego.

El rescatador, E m p h D M h , un mercachiple pobre, declara que

&pu& de haber &ado ea el comercio de Huantajaya, a wwa de la &cadencia de 10s mgocbs, debit5 entrar a prestar trigp y en esas ope fircjlit6 quince fanegas a un in& que haMa inicido cdthas en la B3mci-b pampa. E1 prhtamo y la ganancia serian devueltos

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Zsta operaci6n, sin embargo, es de indole muy d i f m t e al rescate pr&tanm en trip. En,tad0 tam. est& m8s que d reseate y el misrrro D k i h dedara

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mtp cumto el lfquido elemento no &lo era necesaria para os horn res, &IO tambidn para Ia bebida de las bestias y Ias faenas de lop molinos y buitranes. Eil Bcspnrb rdel agua se efectmba desde Eas q~&radas interioms y de algunos poaoa cavados en la pampa del Tamamga!; pem &os p r o d a n principalmente a las azoguerfas situadas en Ia localidad. L0s psos constitdan una propiedad estimable y se les poseia a m d o no se tuviesen timas agricolas A1~lguno.slugares no tuvieron otra impomcia que contar con un pozo y a t e h e c k origind nombres corn el de Pozo Almonte y la Noria. Un ejemplo muy clam del valor de un pcmo es Io ocurrido eon uno de estos hacia 1766. Aquel d o surgi6 una &sputa entre dos personajes de posici6n a1 pammr mediana, Jer6nho Mayor y Santiago Toms. El primer0 vendi6 a1 segtmdo UIJ pqscio en la cantidad de 1.000 pesos, per0 h 10que st efectuase fntegraraente el pap. pdr esta mz6n debi6 FBcurrlT a la wticia y obtener la c o n h de Torres. no obstante el &gat0 de pobreza k h o por &e. S em Mayor. Twnts no podia a& & pobreaa. pa h b f a conatmido m a noria que le haMa costado = c b pm, era dueiio de un ne- y poseia barriles y juknentos "con &spa&m de agua a1 cerro todas las semanars"i En -& hedo puede apreciarse no s610 la importancia de WD POZO. t m b m la manera de proceder pura el aprovhionamitnto, ne lo general estaba en manos de m t e modesta # a s & que algwnx E e s . QWm, uuo de SUB d t o s 5& I.efiri6 al problcnaa del .gur leque, dams fntaeasntc?~.b qat ohenfa del 1 ~ grw aer tan &lobre salameate 1.

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Doa Javier de Echevearfa d b i a en 1804 que hada pacas aikx que se h a b h mmmcida hs cudidades del nitrato de Tampa& y de habta comenwdo a elaborar pdvmti. “Dan Santiago Torres -motaempea5 a trabejar una eata hacia ks lllanurar del Tarna~aagd. Otra noche al tomar su aliment0 no lo pudo pasar por el gusto tan hgrato que sW, y preguntapdo ai m o ~ ode servicio que habh eehado en


rrenm. mllsurm pagan a S.M. a tres p d o d e s . cumdo la aoaapwdcBll I y cuartillo de 10s que la fabricaban con motivo de k d m d a s d a hay em aquel partido de 10s menetateres paaa fu oonstrucAbn”. ‘ . m 1% Para soludonar a q d problema, Alvaneg p dh&nez fibI.ro*r una solicitud de don Felipe Hidalgo que pedba se le deb& p15lvora, comproxneti6ndose a vender a real y nlsdi mina, a dos reales la de cohetes p a cuatro la de WS A pesar de las ventajas del proyecto, que ha’brla sigdficado u11 &aratamiento de 10s costos de la mineria y pm ende a m pmducci6n de data, la solicitad fue rechazada por el de Real Hacienda,don Jorge Escobedo. En su criteria que lograba el fisc0 con la mantencih del estanco, d m el desbo de fomentar ia mineria. A comiems del siglo XIX, E c h e d a abogaba por la fhbrlEacfen de la pblvora en Tarapad, por encontrarse allf tt&m 10s materid&ne cesarios. En sus palabras, “no se daba un paso en Ins mfnao 66n tin, de p6lmra” y la abundancia del nftmtu era tan grmde qw &&~IB pam abastecer a todo el mundo. En em 13timo no se engaiiaba Pans mer una idea de 1- gastos corriaoteo de una dna, tnsaG biremcts a continuaci6n 1- cuentas de una de asla& p&b +je C U a m nreses~. I

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Be d o de 8 saebrs y 2.4 h (no se sablr el paecio) 1 b a d de p6lvora de 5 armbas 3 coostales de e a r b b a 4 males 8 .libras de acem a 3 rdes

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6 $*

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8 costales de carb6n a 4 r e a h 1 bmena crrpitana, caWa L boca Totma y 1mas para gufas Pago al herrem por uaa empalmadma de barrena 10 costales de carb6n a 4 reales Pago al hernro por estirar 8 pedazos de fierro bergaj6n, de que salieron 8 barrenas Fago al que ayud6 a majar Pago al g m movi6 el fuelle 6 Ii’bras de acero para calzar las herramientas a Q-eS reales

4 ’1 0?4 0.4

5 8 2 1.4 2.-2

La suma de esos gastos es de 147 pesos 3 d e s . que constituyen una parte relativamente pequek de 110s desembdsos. Faltan alli 10s * gastap en ssrlarios, alimentos, m a , transporte y admismci6n, sin 1

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contar 10s pagm extraordinarios que debian haeerse cada cierto tiemp para adquirir maderas, herramientas y otras cosas.

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Fiajo el nombre de mob0 baremos calquier aparato o instalac i b deathwin a mder mine es. sin perjuicio de la existencia de m ~ linos para granos. Coma buitr6n propiamente tal, debe e n t e n h el patio o cancha para efectuar la amalgama con su correspondiente horno para separar comple





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Por 11 cestos de coca. con sus fletes Por 2 quintales de j a m , WIJI Beets Por 7 tinaspamecharguesgrandesdebanu, Por 2 dicbs menores de id. Por 29 allas de para

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3capenuaschicssusadas 1 caii6n gmnde de barm nuevo 4 tinajas grandes de barro para lavar puebos. us*%

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4 dichas id.emble6 actual SBMCdo 6 caperkas nuevas de

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Bn dicho hmnt&rib,10-9 d u n a m del Wtrh sultan bastante CornpIelos. For el detalle se ve nes J caperuzns de cobre. y de barro. Lcw u t 3 : timo m a t d sori bastante numerosos y de bjo d o r , porque se fabxicaban en el mismo hgar, como se deduce de la partida de 5 quintales de +YO para haeer ollas. Es hteresante absenrar que esta azoguda posela sus pro* me &os de transpoite, 10 asnos con sus aparejos. para cuya mantMcidn se tenia mndado un alfalfar en 60 pesos al ak. El mencionado hventario es, sin embargos incompletm, C(MIO se cornprmba eon m s dm bnmtarios cohccionados el aiio si@ente7s. En &OS aparrsocn otras Snstalaciones que dan una idea acabada de 10






Vm. ;~lstemasde

Trabajo

Trabajo libre

El trsiba’o remujleraao y Jmremente convenido constituyd la foma mAs

extendids del empleo. En la actividad minera, el cuadro camienza con Ia funci6n directioa Y admiaistrativa, que por lo general estaba entregada a prkticos drteros especializados en was tareas. Las &mas ordenanzas recornenhbpn a 10s dueiios de &as que en cas0 de no ser mineros designasen admWradores, para obtener asi el mayor h i t o en la explotaci6n. Persrona’es eomo Juan Bautista Marquesdo, Silvestre Ocharh, Sebas t i h Tahedo y Antonio Lejana, que hemos mencionado v h veces, fueron tipicas administradores. Con todo, 10s dueiios de pertenencias mineras, para velar mejor por sus intereses, se inmiscaian en la administracih y se reservaban una fllJ1ci6B directiva. Muy claro eo el cas0 que se presenta en 1774 en el contrato cdebrado gor don Doming0 lsola y e1 doctor don Matias de Soto para continuar con la compaiiia que tenian desde aiios anteriores. No obstante desiparse un administrador, estipularon: “Que cada uno de nos correrg seis meses del aiio con 10s negocios de campaiIia entera mente, ad para dar providencias & la mlna de peones, aperos, y lo m&s qtte.ocurra, como para 10s d e s p a b , o remisiones de marcos de plata a Lmu, Cmmgas, Fwosi y o m s desquiera lugares de permiso, ma&?=de a m r o adhdnitt8rm.h gawgeral, las cartas o dommemtw que eom~pcmdan8 estos asmtoe, para e1 mejor arreglo de las mentes de etita comp@ih”*. Bn el p&mr wntrato, celeen 1766 c(yn don M a m d Prb.ez de en el dto Be San SZmbm, bs funciones tar el WI&n apmcen bimi d&icadm*. rfeaigmdo fbe el maastre de cmp don Joaqufn de 10s Reyes “a quien nen-hmms de admi-rgmtd cdpladicha cawwSa, para we de &os lleve ctrenta no 8c le migamba salario, 41ue se a d r U I 0 una

eQe15mbay6lumWambextraccibods k4hjr&mMak.S*











1- jn&m de Fica, Manabaa, hFa9ea, Tarapaoo, p r a que le hmem otorgadcw. A sn j&iq la distmcia a Huantajaya de dieciocho a treinta leguas, no era excesiva y el temperamento era el m h ~ o . Para qtze 110 hvlbiese duda sobre est= aseveradones, present6 una informacih de testigos, Ievmtada en Fica, que corroboraba la eercansa de Muamtajaya y la similitud del clima.

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Eonsideraciones se debian 511 pmpbsito de evitar un rechazo

de la petici8n, ya que las 1-s estatuian e se wmederian indim para el trabajo de &as “carno no sea mu o temple, de que d e &EO a su salud‘m.

J

h Limrr, le dicitud ias p s d a 1c-dm

de retats8~d ~ J& n de ia hacer la concesibn. Segcuo su habian sido ret*







“Que

1-

veinte y doe indm que se m s ti-

asigndtw aS

asehs m a t o de Sibaya que enteslreslos de^ mejar ~ u prrBieSanza0 bajo de k cm&cibs del j p a l en p b a y eg ~llanopia& p de que -&do el mineral de Guantajaya hemem de que& h e s de

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esta pple~bhsin QUIZ pami otro ministerio se nos pueda precioar a ~ r r e c o n t m o s , pues faltando la causa motiva del atanento del real kk, y bkn de Ia causa Mblica se hace precisa la bbettad de d i h asiges &Q p p todo ~ lo cud y & t i d o m u c b raaones que no puede a\eg t a x n t k a exponer librando en la piedad de Vm. memos &vios J COD s u e h que pQroficio por caridad, y p r oeb crktiana nos deb hparlh. “A V. M. pedhos y suplicamos que con mucha justificaci6n. y pie dad m s coaanutg la dicha asignacib de mita al mineral de Guantajaya en que la demos al asiento de Tilivilca &nde se benefician Eos meides de aquel minesal pues si& uw el motivo del d seruicb se nos hani & &avoso el servir aqui que no all& por fas b r t e s rzraones que lle vatnos alegadas que en lo asi mandar recibiremos mereed pues las am dici-s que exponemos son toatas rulegladas a justitia, y debiendonog miaaF Vm. con l6sthna y piedad esperamos maecer a t e carto a h h y pma d o Sra.- Dn. Joseph h y a . - Pedro C&doba.- Juan Cuyo.gorw Caqueo-- Andrds Estehan.

La idea de c a m k el destino de la mita debid &c&

con rapidez

icdtaban o imposiWt8-







1&P 2.m 4.900 1,916

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guiente manem a tan sometidos que pasan por m a j6-m y p w n Uwar una vi& virtu-. El indio w l a t o en RUS m b vimientos, pero muy paciente y perseverante, reahando v d a e *aS& I con tropas de mulas y -os, 4 0 s con d para vend&. mieotrao btr mujpemnmneWs cultivo del suelo y cuidgndo lm ganados de 11 susviviea& 9 0 ~ 1de piedm ltara vea de wbr de m a piieau? y sin wesitamas; a l fond0 h 9 ldaa park devada, o a h e hi awd d m m en pi& de llamas y owjar, &ius uimeiiios pent axsimss cmskta +XI vlna~ p m s o h y platas debssso,y &os pzepmm d mmteddpaw wurde laaa de llama, alpaca, meja y d g o d 6 ~ . hogaFse se dimentaa m y b ~ n Viviends , & came de !hma “En y otras. Algunos tienen harim y vegeiah, su principal jpmo cs el maiz, del que hacen su pan y la apetecida chicha; pen, con m poco de maiz tostado y coca viajarh por dfms a tmv& de 10s r a n h mhs ~ desiertos. L a coca 8s masticada con llipta, una ceniza alcalina meaclada con papas cocidas. “La vestimenta del hombre es una camisa ordinaria de d p d h , calz6n de lana y saco, medias sin pie, m 8o81brero grande y sandalias de cuero. Un largo trozo de ghero de algodbn cuelga holgadamemte d m dedor del cuello, y a veces alrededor de la cabeza y la cara, para prate g e @$as partes del frio 0 del iateila calm dst d. Una faja de d o n s a h cintum, en la eunl ge mcuenm~bpcbalsr de mma, cmhpsSoa ~~




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CaUasaya, hilacata del pueblo de Pma - AEugenio n t d o Rivera, segunda gobernador de Limacsifia

- Akjo Bockan, MaaniSia

segunda gokmacbr

&I pueblo de

- Bernardo Chacama, una lampa en Ignacio Pdbez, una Iampa en - Pablo may,dos lampas en - PaMo lhnimz, dos lampas en

- Malta3 Paicara 7 Martin C a b , una lsuopa en - Pascual Taco,una *lampaen - Matfas P&rez,dos lampas en An&-& cruz - Bemardo Rivera, dos lamps

- P* c6rdoh - Juan Taucari, hilacata de Sipha - Pet- Quiroga, viuda del &to gobernador de Fim - Diego hquiIa, segunda del pueblo de Pica - Juan C k a , seguada de1 pueblo de G n a w

2.52.223.4 111.1 225.432.-

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9.9.18.18.18.2912 117.-

8.4 72.4.4

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enviado a la autoridad:



Por soim todo, llama la atenci6n en estos suasos,la pasiviplad de 10s indios que desde ed aiio anterior no se habim otmrido a r%cltlpnsry que ante la atpsi611 fSsii no respondfan, aun curendo BUS mujbFeo amti maltmtadas y corrian grave peligm. Esta enr la comecumcia de un aistema social que les oondenaba a una sltmci& & &e& ~yltumiIlncibn. La reacci6n ocasioael de las a u t a d d e , que en este QBSO pawe bien anima&, era msufkiente pnva deteaeF tas ab-.

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' ltld.; prdrqqueectp~*in~tfl' mmingo. el cajem. dekctuoso de una piema, 40 tdla Domingo, loco, 40 a6m Jose B d a , camdo orm Mava de la segionr G

la de la Fuente, 32 a6oE M i ,casta congo, 4s

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Felipa. mujer del anterior Teresa, hija de 10s anterioms, 8 afios Bmarda, hija de 10s antedoms, 5 afios Maria, hija de 10s anteriores, 3 atios Migmd, 30 aiios. m 6 S .34 afios Joaquin,46 afios Antonio, el Cohetero, zambo, 45 Pfios Antonio, so afia Hewenegildo, defectuoso de !as piernas, 25 &OS M i ,d&tuosa de un ojo y un brazo. 40 aiios

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400 400 180 150 400 400 300 300 200 150

De la Fumte tenia, admhs, un esclavo en Ouarasifiu, Captmo, de 30 afios. a d d o en 400 pesos, y en Huaatajaya un mgm l h & Cipriano. defectuoso e inhtil, de 25 aiios, y un rambe Nm& M a n d Cad e , de 16 aiios, avduado el primen, en lo0 mes y d segunik, en 250 pesos mEl ntimero total de esclavos era de 59, am u11 +or de 14S5 pesos. i s Los hombms eran 28 y las mujeres 31. Otro ejemplo de utilizacih mssiva del nrgo drr ea lW, en la mina Cwndelaria de Huantajaya, don& Qonsta qae hatvia Biete d a v o s , probablemmae la totalidnd de im epmdos w. Es cusi innecesario refwirse a! dum tmto &bid0 por bg -, Le m d 6 n de UII cepo a coatinuaci6n de 10s emhwa, as el imFtaria


La poblaci6n negmm t m t d Q Tampad, s e g b el censo del vifieg Gil

de Taboada y Lemos dal adho 1792, era de 253 esclavos y 528 pardoar fibres, que constitdm el 9,85% de Sa poblaci6n total de 7.923 Wi Wtes 01. Si bien 10s esclavos nagros no constituyeron una poblacibn muy kande,est&clam que p d d p a r o n en trabajos especificos alli donde e requerfa mayor &ciacia. For sobre todo, queda la impresih de que se les utiliz6 a cam de !la reticencia de 10s indigenas para incorpe mrse a las faenas de es@das y criollos.

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Voces de us0 comente en Tarapad

Las notas que presentamos a conthwtcih tienen pox- objeto aclarar el

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sentido de algunos vocablos usados en el texto y, a la vez, ayudar a futurus investigadol.es en la comprensi6n de un lenguaje espedfico re lacionado generodmente con las tareas mineras y agrfcolas. Aunque 10s t6rminos registrados han surgido de la docummtackk del siglo XVIII relativa a Tarapaca, muchos de d o s forman parte de una difusi6n nucho mayor en el tiempo y en el espacio. Por 10 general, eran utilisados ea todo el F e d y en Chile desde tiempos anterioms y hasta rnuchos &os m h tarde. En alg~lnoscaws, el sigdicado de las palabras time matices especificos en Ea r e g i h y por eso 10s hemos d s finido no obstpnte ser bastante conocidos. Por la misma raadn hemos no haMan si& regislocales y bknicas orie no incluir vocablos

gemam, torno I. 1791,

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I;, 1791,

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peg. $3).

En M6xh Wlmh a Ius pozos, (Cr. Gamboa, CmennnJa a &as &de nmza de Mhrar. prs 363. Paollco: Abertura flauque&t de piedr~s,que servfa para das psro al agua entre un canchdn y otro. Se erraba Eon piedm y tkrm So origen &be estm e? las dguientes r o e e ~sehlmdru por Bertonio: “Rmnw: Montmt de p i d m

citas L c. como suele haber en las c$cras” o ‘’Ponco”, 1. Qrduca. la por donde se enm a alguna parte.. . (Bertonio. Vocabulario de h Aymma, d g . 273). +g6q Aneio de Al-pdo, pongo significa esf‘ccho o angostura, ( D h b nuno hrsthegeogrdfzco, tom0 V, “ V ~ ~ a b ~ l m o ” ) .

Potenria: Grosor de una veta.

Pow: Excavaci6n vertical

y profunda; atarnbii se aplica a la excavacih a tajo abierto. (Cf. “Expediente sobre el mineral de Chida’’; Tarape& 1767, MI, .legajo 67, pieza 1).

Po20 de ordmrmra. El que, s e e las ordsnaazas, debfa abrir el miner0 a quien se adjudicaba una mina en el plazo de sesenta &as. SUS dimensiones debian ser de 3 varas de largo par 6 de profumdiaaa. por lo me nos (“Ordenan7as del v h e y don Fran&o de Toledo”, 1574, L.evillier, Cobemantes del P e d , VIII, 192).

La “Ordenama de Minerfa de Nueva Espafia, apficada eo el P d desde 1786, dispuso que eb pom fuese de una vara de aneho y IO de profundidad. El plazo para abrirlo fue establecido en noventa &as. ( R e a h ordenanzas para la direcci6n.. .)

Proporcidn: Yedios o ncursos materiales para conseguir a l g h fin. A manera de ejemplo citarem: “el pueblo de T a r a m carece (e am, viveres, leiia, matenales y demh proporciones para el establde una Caja Real”, (ANT, vol. 4, pza. 2).

Pucho: Montdn de mineral sobrante sometido a amalgamaci6n en el. buitr6n (Cf. ”Juicio s e d d n Dor la sucesi6n de Bafilio de la Fuente sobre 10s b i e

Puente: Terreno libre que quedaba entre dos excavaciones a tajo abierto. las ordenanzas no debfa tener menos de diez varas de an& (Cf. “&* & a t e sobre el mineral de Chiclla”; Tarapd, 1767. An,k d o 67. pieaa I).

Puquio: Manantid de a m .





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Mmina 4. Mayordomo mineru e indios arrieros (Huaman Poma, 1613). Toda clase de abusos caracterizaban el trato dado por 10s espaioles a 10s nilturales. 253


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mina 8.

ocha para alnacenar agua y melgas de cultivo de 10s incas. (Huaman Poma.

1613).

Las modalidades del trabajo agricola primitivo subsistieron en Tarapaca y fuemn adoptadas en parte por 10s dominador




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Mmina 14. Una agogueria y llamas para el transporte (Frexier. 1716).

Pueden observarse el trapiche para moler minerales. el patio o b u i e . .d homo o desazogadera y la marmita para lavar lo6 residuos. En el extmmo mferior de la deapareee una piiia de plata dentm de la desaaogdem.





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Ruinas de la am$merfa de TiEvilca eh el curso inferior de Ia quebrada de Tampsc6. Fotoprqmuhada por el seiior Eduardo Muiicu..

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ALMANAQUE PERUANO Y GUIA DE FORASTEROS FM&AHL AS0 BISIBS'PO DE !&It+-1817,1818-1819-18tO(Lima, 1815). &VAW?&y JIMWEZ, Antaio. Memoria legalizada de ta visita que en eupap& irbnto de t i Ordmanzas de Intendmtes lriE0 a t a F . q & m p , su gobenrodor fntendente.. En Victor M. B d g a , e m m i p m la hre toria de Pre@p, toma E,

.

y

.

JWNIENT, Manuel de. Memmtirr de goQlbiemo,swilta, M.



DOUGNAC, phaando. La legislackh aplicable a 10s indigenas del norte de Chile. En NoHq G W e , N$34.

PREZIER. Reiatinn du voyage de la Mer du Sud a m cbtes du Chily et du Perou. GAMBOA. Francisco Javier de. C o m e n t a h a lap ordenamas de minw. Madrid,






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