La comparación desde Régis Débray a Roland Barthes hasta la sociedad del espectáculo
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Por: Lic. Luz Squarzon
Y sin duda nuestro tiempo… prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia del ser… lo que es sagrado para él, no es sino la ilusión, así, lo que es profano es la verdad. Mejor dicho: lo sagrado se engrandece ante sus ojos a medida que disminuye la verdad y crece la ilusión, al punto de que la mayor ilusión es tan bien para él lo más sagrado. FEUERBACH, Prefacio a la Segunda Edición de la Esencia del Cristianismo.
Las tres Edades de la mirada en Régis Debray 2 permite la comprensión de las estipulaciones de la imagen que ha recorrido la historia de la representación visual. La historia del “ojo” no se puede ajustar a cronologías estáticas por tanto, el autor atañe a identificar tendencias en vez de datos duros de interpretación. Justamente la representación de la imagen comienza a funcionar en el momento que el “ojo” realiza su actividad y conforma así la disposición de la mirada. “El espectador es el centro del mundo visible, con la aparición de la cámara y del movimiento esta idea se rebate”,3 aquí en Berger se identifica dos complejidades con el ingreso de la imagen en movimiento, -la perspectiva- y la –temporalidad-. El avance de la tecnología de los soportes, la cámara fotográfica y el cine han mutado el papel de la mirada y de la situación especial del interlocutor, a saber, la fotografía rompe la atemporalidad de la obra de arte ingresando al cuadro de situación la –instantaneidad-. En concomitancia se emplean nuevos y refinados modelos de significación puesto que en el paralelismo con la edad de la logosfera, la imagen muerte, los iconos, las figuras de dioses talladas, la vida en la muerte de los reyes, contar con la experiencia de la inmortalidad en contraposición con lo huidizo de los significantes actuales. 1 La Sociedad del Espectáculo, de Guy Debord, fue un análisis inspirador personal, y comprometí la lectura obligatoria con parte de visión de Debord por eso me tomé el atrevimiento de llamar este ensayo de la misma manera.
2 Regis Débray. Vida y muerte de la imagen: Historia de la mirada en Occidente. Paidos. Barcelona. 1994 3 John Berger. Modos de Ver. Editorial Gustavo Gili. 2da Edición, 9na Tirada 2012. España. Cap. 1-2.
La imagen, en palabras de Débray (1994), corresponde a la muerte, en la representación del objeto ausente, la connotación nos figura a lo análogo del objeto representado, las pinceladas, la forma del tallado, los adornos de detalles; justamente la idea de Imagen como copia ha trascendido su propio espíritu al sobrevivir a su objeto representado. Es conveniente interpelar su directa intención, es la -forma en qué miramos el mundo-, es lo mítico de lo objetivo, aun cuando señalamos a la fotografía o el video como el quiebre del orden cultual en lo aurático de la obra. Con el nacimiento de la escritura, las comunidades orales usaron la palabra como el libertinaje casual para el acceso al lenguaje como comunicación, la mirada en las sociedades orales era de conservación y de culto, configurar-para sí- la memoria individual y colectiva. La herencia oral es rica de la cosmovisión del –cómo se hace-, por tanto son sabidas las formas en que éstas comunidades eran interceptadas por sus costumbres. Estas eran transmitidas por dos formas igualmente sabias; primero, el carácter vincular en las relaciones sociales y segundo, en la copia y repetición de los legados históricofamiliares. La literatura ha dotado de imágenes mentales por doquier, los ejemplos son infinitos se permite destacar dos ideales: Charles Baudelaire en les fleurs du mal, A una transeúnte4, mapea la experiencia urbana del París del siglo XIX, palabra e imagen de la métrica ganan el juego de lo visual, la mirada es refinada y reflexiva, aquella mujer que él pierde por el vértigo asumido en el recorrido de la ciudad. Dante Alghieri 5en la Vita Nouva, exalta a su amor perpetuo por Beatriz en Tanto Gentile y en la Divina Comedia. El Marqués De Sade en La Philosophie dans le boudoir6 utilizando el diálogo teatral en 1795 introduce el fiel retrato de un ideario político y social de la poca ductilidad francesa. Sin ninguna inocencia Débray (1994) compara el arte de lo visual, se define dos eras de discusión respectivamente la Grafosfera y Videosfera. El arte se configura como un relato más lento, de pausada distribución, elegante y armado, tal como lo analiza Walter Benjamin en donde la obra original funciona como una reliquia de valor sagrado, conserva un valor histórico y las lecturas posteriores trasciende la mirada del tiempo de consagración. Tal es el caso de este ejemplo puesto desde Slavoj Zizek (2008): En Febrero 2003 el secretario de Estado Colin Powell habló en la Asamblea de las Naciones Unidas en defensa del ataque a Irak, la delegación norteamericana pidió que cubrieran la gran reproducción 4 Véase https://es.wikisource.org/wiki/A_una_transe%C3%BAnte 5 Dante Alighieri. Divina Comedia. 18° Edición 2007.Espasa Calpe S.A. Madrid 6 Véase https://es.wikipedia.org/wiki/La_filosof%C3%ADa_en_el_tocador
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del Guernica de Picasso detrás del estrado del orador con un ornamento visual diferente. Aunque la explicación oficial fue que el Guernica no daba el fondo visual adecuado para la transmisión televisada del discurso de Powell a cualquiera le quedaba claro cuál era el temor de la delegación norteamericana: que el Guernica, la pintura que conmemora los catastróficos efectos del bombardeo aéreo alemán de esta ciudad española durante la guerra civil, suscitará “asociaciones equivocadas” si iba a servir como fondo a Powell defendiendo el bombardeo de Irak por parte de la mucho más poderosa fuerza aérea norteamericana]7. La comparación de Zizek con el elemento ausente nos sirve de ejemplo del carácter histórico-relacional anclado en la memoria colectiva en el suceso de la obra de arte, y también cómo la ausencia forma un discurso cargado de significación. El paso entonces de la grafo a la videosfera está dada en la imagen fotográfica y cinematográfica en la última en donde la figura del realizador cuenta con un argumento que es irreversible en el guión de los fotogramas consecutivos y el valor de la pintura, de las imágenes y de las tumbas encierran la perseverancia a volver al detalle lo que le concierne un valor autoral sin escatimes. Aquí se entiende el valor de lo visual en la contemporaneidad asociado a las Nuevas tecnologías de la Información y la Comunicación que establecen el valor de cambio en el circuito, olvidado queda lo sacralizado en pos de la advertencia del mercado en el juego de la oferta y la demanda. Cada etapa de la imagen es una forma de tocar lo real en el contexto social y cultural, lo visual, lo virtual se trasciende a la videosfera. Lo virtual conviene a la comunicación 2.0, representante impoluto de la imagen. El arte posmoderno es el reciclaje de imágenes de autores y mixtura en un nuevo cuadro, es lo ecléctico lo que funciona en la interpretación. Estamos más presentes a lo obtuso según Barthes8, la significancia, a lo polisémico y desafiar nuestro poder de reconocimiento de nuestro intelecto. El arte ha mudado sus vehemencias a lo virtual con cierto desgano en la mirada pero configura un nuevo observador, que así también se preocupa por recuperar el antepasado, por sostener esas pesadas estatuillas, los dibujos campestres, la cualidad
7 Slavoj Zizek. Cómo leer a Lacan. Paidós. 2008. Buenos Aires. Página 29. 8 Roland Barthes. Lo Obvio y lo obtuso: imágenes, gestos y voces. Paidós. Buenos Aires 2009, Pagina 31.
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inigualable del arte en la historia en suma, aquellos valores que nutren las perspectivas. La imagen virtual reside en buscar la mejor versión del original. Un oxímoron 9.
9 Véase http://estudioolive.blogspot.com.ar/?spref=fb y http://mcbess.com/illus.html
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