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DE LA LEYENDA A LA TRADICIÓN: DÍA DE MUERTOS EN JANITZIO, MICHOACÁN

Los festejos para conmemorar el Día de los Muertos en México encuentran su máxima expresión en una isla del estado de Michoacán, Janitzio. Flores de cempasúchil inundan los panteones, velas iluminan el camino de las almas y colocan comida para recibirlos, durante toda la noche se recitan cantos y rezos.

La isla de Janitzio trae consigo todo un halo de misterio y es que, según cuenta las leyendas del lugar, que cuando las almas regresan, puede notarse en el ondear del lago de Pátzcuaro. La ofrenda a las ánimas es todo un espectáculo visual que se remite a tradiciones purépechas.

Los hombres, a la media noche, en balsas sobre el lago, lanzan redes de pesca en forma de mariposa para demostrar su habilidad. La iluminación es proporcionada por veladoras encendidas, brindando imágenes poderosas que arraigan la tradición. La fiesta que se celebra en Janitzio tiene su origen a partir de una leyenda de amor entre dos príncipes purépechas, antiguos habitantes de Michoacán. Su amor se ve interrumpido por la llegada de los españoles y termina con la muerte del varón ahogado en el lago para proteger un tesoro. El nombre de la fiesta, Animecha Kejtzitakua, significa ‘ofrenda a las ánimas’.

La música que se utiliza para estas celebraciones son las Pirekuas, música tradicional purépecha, que se canta en su idioma original. Estos cantos son considerados Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, como lo es el propio festejo del Día de Muertos.

El sentimiento de melancolía y el paisaje colorido forman un panorama que conmueve e invita a la celebración y el acompañamiento para mantener vivas las tradiciones. En Michoacán, la celebración del 1 y 2 de noviembre se acompaña también con diversos eventos culturales que animan al festejo y comida inigualable.

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