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Parangón

POR: ANTARES CERVANTES

Recuerdo los sexenios pasados en Hidalgo, aquello cuando reinaba el auto nombrado partido oficial, ese que movía masas y llenaba grandes recintos con miles de seguidores, que en sus eventos mostraba su poder de convocatoria y largos desfiles de camiones de pasajeros, pero ellos no eran acarreados, eran muy organizados y se ponían de acuerdo para viajar en conjunto y ahorrarse costos de traslado, evitar conglomeraciones viales y obviamente iban por convicción propia, nunca eran obligados ni condicionados o amenazados por sus jefes, eso no pasaba en aquella época dorada del tricolor.

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Todas las dependencias de gobierno se llenaban de color rojo el día viernes, el personal usaba chalecos de este tono, los espacios laborales les pertenecían, orgullosamente expresaban su amor (casi de experiencia religiosa) a su partido, admirando y alabando a sus dirigentes de mayor rango como mesías, todo les pertenecía, se sentían poderosos, invencibles, amos y señores del gobierno. Escuchar de todos ellos siempre el mismo, repetitivo, constante y cansado discurso, “Mi partido me lo ha dado todo, amo a mi institución, prefiero morir que dejar mis colores, solo los traidores y falsos dejan estás filas, nunca podría abandonar mis valores, ideales o convicciones partidistas, eso es de oportunistas, de cobardes” Así lo pregonaban, lo gritaban y afirmaban, pero, ya vimos que son solo falacias, cuando ya no pueden seguir de vividores, es simple, se pronuncian independientes, culpan a su partido político por cualquier motivo, y así, buscan un nuevo organismo al que puedan sumarse y seguir viviendo de ellos.

Recordemos que durante décadas, tricolores y albiazules han sido enemigos mor- tales, en el año 2000, mostraron su artillería y se dieron con todo, se señalaron, se ofendieron y se exhibieron en una guerra mediática, política y legal durante dos sexenios. Los azules decían, ni muertos haremos alianzas con el tricolor y viceversa, pero no es bueno hablar antes de tiempo. Para colmo de males se les suma el partido de izquierda, así es, tres organismos muy diferentes buscaban fusionarse para no perder el poder, imaginemos un escenario en el que puedes juntar dos o tres ideologías distintas para gobernar, en el supuesto que hubieran ganado, veríamos un caos, por ejemplo, unos están a favor del aborto y los otros no, ¿Cómo podrían ponerse de acuerdo en un tema como este? Con muchos otros temas hubiera pasado igual, eso sucede cuando intentas mezclar agua y aceite, una situación que exhibe el hambre de ganar por convicción personal y no partidista . Los números no mienten, basta con revisar las cifras de estos partidos en los últimos comicios electorales y pueden corroborar que sus alianzas no les han servido para nada , ni les van a funcionar. Mi abuela Teté, cuando hacía algo y le quedaba muy bien solía decir tiene calidad sin parangón, es decir, sin igual, en este caso de las alianzas, ellos si son iguales, así es, comparten la misma ambición de poder, el mismo deseo de retener los gobiernos y dependencias, la misma necesidad de seguir viviendo del erario, de controlar y decidir en sus partidos, no importa si estos partidos de coalición son diferentes en ideología, ellos solo quieren el poder, demostrando, que en las malas prácticas son iguales.

Con el objetivo de conocer los diversos avances médicos, alcances jurídicos y retos de la marihuana, en el Congreso del Estado de Hidalgo fue realizado el Foro Cannabis: Alternativa Medicinal y Terapéutica.

La diputada del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Gabriela Godínez Hernández , integrante de la Primera Comisión Permanente de Participación Ciudadana, fue la encargada de organizar dicha actividad quien consideró necesario el impulso positivo de la regulación dentro del marco normativo del país y de la entidad.

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