Guia informatva sobre la donación de órganos en vida El HÍGADO
Ser donante de hígado en vida, ¿qué significa? TRASPLANTE HEPÁTICO 1ı
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Trasplante HEPÁTICO Cuando el hígado, de forma secundaria a diversas enfermedades, pierde su función y entra en una fase de insuficiencia hepática avanzada necesita ser sustituido mediante un trasplante por un nuevo hígado proveniente de un donante fallecido o de un donante vivo. El trasplante hepático es actualmente el único tratamiento del fallo hepático terminal ya sea agudo o crónico. No obstante, el trasplante hepático de donante vivo es más complejo y tiene riesgos para el donante.
EDICIÓN: OCTUBRE 2015 Diseño y maquetación: Carme Guri
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¿QUIÉN PUEDE SER DONANTE VIVO DE HÍGADO?
Cualquier persona, mayor de 18 años y menor de 55 años, en uso de plenas facultades mentales que, tras haber sido adecuadamente informada de los beneficios y riesgos inherentes al proceso de donación, mantiene una voluntad firme para ser considerada donante vivo hepático. La mayoría de donantes son familiares (padres/madres, hermanos/as, hijos/as, cónyuges, otros familiares), aunque también pueden serlo personas con vínculos afectivos con el receptor (amigos). La decisión de donación tiene que ser libre de coacciones y presiones del entorno y debe ser compartida por el receptor. El órgano donado es un regalo gratuito. La ley no permite la compra ni la venta de un órgano para trasplante.
¿QUÉ REQUISITOS MÉDICOS DEBE REUNIR UN DONANTE VIVO DE HÍGADO?
Debe existir compatibilidad de grupo sanguíneo ABO entre donante y receptor. Desde el punto de vista médico el donante no debe tener enfermedades complejas o graves, con el fin de minimizar los riesgos médicos, anestésicos y quirúrgicos asociados a la donación. En concreto, el potencial donante no puede tener: – Enfermedades del hígado o función hepática alterada – Depósito de grasa en su hígado – Obesidad – Enfermedades cardíacas, pulmonares, renales o metabólicas – Enfermedades infecciosas o potencialmente
trasmisibles, incluyendo cánceres previos – Enfermedad psiquiátrica que altere la capacidad de consentimiento – Enfermedades sistémicas como la diabetes Debe existir una anatomía y estructura hepática favorable para la donación. El hígado es un órgano único y por ello cuando hablamos de donación en vida de un hígado estamos hablando siempre de la donación de una parte del hígado. Por tanto, existen dos requisitos necesarios para la donación hepática de donante vivo de forma segura para donante y receptor: a) un volumen hepático suficiente para poder dividir el hígado en dos partes; b) una distribución de los vasos sanguíneos y de los conductos biliares que permitan dividir e implantar el hígado. Hábitos de consumo de tabaco y alcohol, si usted tiene antecedentes de consumo de tabaco y/o alcohol es muy importante que informe a los médicos sobre este hecho, se le aconsejará que deje de fumar y consumir alcohol antes de la donación y de ser posible mantenerlo después con el objetivo de fomentar hábitos de vida saludables.
¿EN QUÉ CONSISTE UN TRASPLANTE HEPÁTICO CON DONANTE VIVO?
Anatómicamente, el hígado tiene dos lóbulos, siendo el derecho más grande que el izquierdo. Gracias a la subdivisión en segmentos funcionales, es técnicamente posible dividirlo mediante cirugía. El volumen de tejido hepático necesario para conseguir un injerto funcionante viene determinado por el tamaño corporal del receptor, estimándose que el injerto hepático debe representar aproximadamente un 1% de su peso corporal para proporcionar una adecuada función. Para un receptor adulto suele ser necesario utilizar todo el lóbulo derecho para proveer un volumen suficiente, mientras que para un receptor infantil es suficiente la parte lateral del lóbulo izquierdo. El volumen 3ı
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hepático que permanece en el donante debe ser suficiente para poder mantener una función adecuada (al menos el 30% del volumen hepático total antes de la donación).
¿EN QUÉ SITUACIONES SE CONSIDERA INDICADO EL TRASPLANTE HEPÁTICO CON DONANTE VIVO?
Dado que el riesgo que asume el donante vivo en el trasplante hepático es alto, la propuesta de donante vivo en nuestro medio está limitado a aquéllas situaciones en las que el potencial beneficio es muy significativo: – en niños pequeños con enfermedades congénitas que requieren un trasplante en los primeros años de vida. Los padres pueden donar parte del lóbulo izquierdo, el cual a pesar de ser el más pequeño es suficiente para el receptor infantil. – en adultos, en caso de cáncer primario de hígado o en enfermedades hepáticas con riesgo significativo de muerte por progresión de la enfermedad o deterioro significativo de la calidad de vida del receptor El trasplante hepático de donante vivo, al disminuir la lista de espera, permite reducir la mortalidad de otros pacientes en lista de espera para trasplante procedente de un donante fallecido.
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¿CUÁLES SON LOS RIESGOS QUE ASUME EL DONANTE VIVO DE HÍGADO?
Extraer el lóbulo izquierdo o derecho del hígado es una cirugía mayor. El riesgo de muerte de un donante hepático ha sido estimado en 0,2-0,4%. La tasa de complicaciones en el donante hepático es alta (35-40%). La mayor parte de ellas son complicaciones tempranas postoperatorias que revisten poca gravedad (por ejemplo; nauseas, dolor en la herida operatoria). No obstante, aproximadamente un 10-20% presentan complicaciones que no dejan secuelas pero requieren prolongar la hospitalización o realizar procedimientos invasivos (por ejemplo: fuga de bilis, neumonía, infección de la herida quirúrgica, etc.). De hecho hasta un 1020% de los donantes pueden requerir alguna nueva hospitalización en el año siguiente a la donación hepática. Las complicaciones más graves, aquéllas que ponen en riesgo la vida del donante o condicionan secuelas, son infrecuentes (1-3%) e incluyen hernia en el lugar de la incisión, dolor crónico, infecciones, trombosis venosas, hemorragia severa o de forma muy rara incluso el fallo hepático con necesidad de trasplante hepático urgente. Recientemente, el estudio español multicéntrico “Impacto psicosocial del proceso de donación en el donante vivo de órganos para trasplante”, cofinanciado por el Instituto Carlos III (Estudio FIS PI10/00949) mostró que los donantes hepáticos valoraban que antes de la donación se les explicó con claridad (9.0 sobre 10 puntos) los riesgos del procedimiento y afirmaron haber aceptado este riesgo habiéndolo pensado bien (9.3 sobre 10 puntos).
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¿QUÉ VENTAJAS E INCONVENIENTES PARA EL RECEPTOR TIENE EL TRASPLANTE DE DONANTE VIVO COMPARADO CON EL TRASPLANTE DE DONANTE fallecido?
El principal beneficio obtenido por el receptor, es una disminución del riesgo de muerte en lista de espera por progresión de la enfermedad mientras espera un donante fallecido, y, en algunos casos, mejoría de la calidad de vida. Otros beneficios añadidos del trasplante de donante vivo son que el trasplante se realiza de forma electiva y que el tiempo entre la donación y trasplante es muy corto, no más de una hora. El principal inconveniente en el receptor, es una mayor tasa de complicaciones biliares en el donante vivo (40-60%) en comparación con el donante fallecido (20%) como consecuencia de la mayor dificultad técnica por utilizar solamente una parte del hígado. No existen beneficios inmunológicos respecto al rechazo, asociados a una donación emparentada ni existen diferencias en la supervivencia del paciente o en la necesidad de retrasplante en comparación con el trasplante de donante fallecido. El resultado esperado debe individualizarse en función de las características del receptor, pero por lo general la supervivencia esperada es del 90% al año y del 70% a los 5 años después del trasplante hepático.
¿QUÉ OTROS ASPECTOS SE PUEDEN DESTACAR DE LA DONACIÓN HEPÁTICA EN VIDA?
El hígado es un órgano especial y único en su habilidad de regenerarse. El hígado del donante en pocos meses es restituido a un 95% del tamaño inicial, sea cual sea el tamaño del segmento extraído para la donación. Esta recuperación ocurre rápidamente en los primeros tres meses después de la donación. Los resultados del trasplante hepático procedente de donante vivo en el receptor son prácticamente equiparables al donante fallecido. De todos modos, tanto en el trasplante hepático de donante vivo como en el de donante fallecido existen casos de rechazo, complicaciones infecciosas, biliares o vasculares, o recaída de la enfermedad en casos de cáncer del hígado que pueden hacer fracasar el trasplante. El donante debe conocer esta posible mala evolución del hígado en el receptor a la hora de la toma de decisiones.
¿QUÉ OPINAN LOS DONANTES DESPUÉS QUE HAYAN REALIZADO LA DONACIÓN?
En España, el estudio antes mencionado (FIS PI10/00949) mostró que en la mitad de los casos la decisión de ser estudiado como donante surgió del mismo donante mientras que en un 36% la donación de vivo fue propuesta por el equipo médico. Este mismo estudio también estableció que los donantes hepáticos se sienten orgullosos (9.0 sobre 10 puntos) y satisfechos (8.9 sobre 10 puntos) tras la donación. El 5ı
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El acto de donar un órgano en vida debe ser siempre una decisión personal, tomada por una persona adulta, autónoma, capacitada para ello y libre de cualquier presión.
¿EN QUÉ CONSISTE EL ESTUDIO DE VALORACIÓN PARA SER DONANTE HEPÁTICO EN VIDA?
En ese sentido una proporción de donantes hepáticos (7.9%) refieren haberse sentido presionados por el entorno en algún momento del proceso de donación. Si en algún momento del proceso de estudio el donante presentara la menor duda sobre su decisión, ésta debería ser comunicada al médico responsable del estudio o al coordinador de trasplantes quienes, bajo la debida confidencialidad, reconsiderarán la donación. El potencial donante puede, unilateral y libremente, revocar su decisión de donar en cualquier momento del proceso sin que ello le perjudique, ni afectará a la situación del receptor en la lista de espera.
Inicialmente se recogerán datos médicos del donante (cirugías y enfermedades previas y actuales) y se procederá a realizar una exploración física general.
94.3% de los donante afirmó su convencimiento en ser de nuevo donante ante la hipotética situación de poder repetir la donación en vida, el 100% recomendó la donación hepática en vida y consideraron que su recuperación era completa (9.0 sobre 10 puntos).
Tras la donación, algunos donantes vivos hepáticos pueden sentir algún grado de arrepentimiento (1.0 sobre 10 puntos) y este arrepentimiento puede deberse a múltiples factores (como por ejemplo: complicaciones en la recuperación postoperatoria), por ello es importante recordar que la donación ha de ser personal, libre y voluntaria.
El estudio de valoración para ser donante hepático en vida se inicia con una primera entrevista informativa en la que el potencial donante va a ser informado de los riesgos y beneficios inherentes al procedimiento de donación, así como de los potenciales beneficios y riesgos que conllevará el trasplante de dicho hígado para el receptor. En esa visita se explorarán las motivaciones que presenta el donante y su capacidad de entender el alcance de sus decisiones.
El estudio se desarrolla a lo largo de varias semanas con la realización de analíticas de sangre y orina y otras pruebas más complejas. El objetivo final del estudio es realizar una evaluación exhaustiva del estado de salud general con énfasis en la función hepática y en descartar potenciales enfermedades transmisibles al receptor o condiciones que incrementen el riesgo tanto en donante como en el receptor. También se recoge información del entorno social y laboral para evaluar los aspectos socio-económicos y las posibles consecuencias que puede ocasionarle al donante la baja médica tras la cirugía. El proceso de estudio y de donación hepática no debería ser motivo de perjuicio económico para el donante. A continuación se especifican las pruebas que son básicas en el estudio: Historial médico y Exploración Física Análisis de sangre y de orina Electrocardiograma Radiografía de tórax
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Estudio hepático: – Ecografía-doppler hepática – Tomografía axial computarizada (TAC) del hígado – Angio resonancia magnética hepática o Resonancia magnética con colangiografía Examen de capacidad pulmonar Ecocardiograma y prueba de esfuerzo. Además, será visitado por diferentes profesionales involucrados en el proceso de donación: Evaluación Quirúrgica: La realizarán los cirujanos responsables de la extracción y trasplante. Evaluarán, en una reunión conjunta, las pruebas realizadas y el historial médico tanto de donante, como de receptor. Se revisarán las pruebas de imagen realizadas para evaluar las características de la anatomía del hígado del donante para decidir qué tipo de injerto es el más adecuado para el receptor, teniendo en cuenta especialmente la minimización del riesgo para el donante. En el supuesto caso de que la donación pudiera condicionar un elevado riesgo para el normal funcionamiento del hígado remanente en el donante, se descartaría la donación. Evaluación anestésica: Un anestesiólogo del equipo de trasplante hepático revisará su historial médico y las pruebas que se le han realizado, especialmente, aquellas que permiten conocer su estado cardio-respiratorio. Es necesario confirmar antes de seguir adelante con el proceso de donación, que el riesgo anestésico asociado para el donante es ínfimo. El anestesiólogo le explicará el tipo de anestesia que recibirá y como será todo el proceso intra-operatorio y durante los primeros días. Le resolverá todas las dudas que le puedan surgir al respecto. Evaluación psicológica: La evaluación psicológica del candidato a ser donante permite conocer las condiciones vitales del donante y su entorno. Se trata de una evaluación psicológica integral del potencial donante, realizada por expertos, que permite tener una valoración de su salud mental, estado emocional, calidad de vida y comprender su motivación para la donación. Mediante esta entrevista se asegura que el donante se sienta seguro de su decisión de donar.
Evaluación por el Coordinador de Trasplantes (médico independiente del equipo de trasplantes): En todos los casos se efectúa una entrevista con el fin de evaluar la realidad social y económica del donante y revisar que el proceso cumpla con todos los requisitos establecidos por la legislación vigente. Con toda la información recibida, el potencial donante firmará el documento de consentimiento informado de autorización de extracción del órgano. Este documento contiene toda la información posible sobre las circunstancias en que se efectúa la donación, los posibles efectos que puede ocasionar y los riesgos esperados en el receptor. Los datos recopilados del estudio del donante (informes del hepatólogo, cirujano hepático, anestesiólogo, psicólogo y coordinador de trasplantes) se debaten en una reunión conjunta (Comité de Trasplante Hepático) donde se decide si ese donante es apto para la donación y posterior trasplante, y en esta decisión se considera prioritario el bienestar y la seguridad del donante. Según la legislación vigente, previa a la autorización definitiva, el caso debe ser evaluado por el correspondiente Comité de Ética Asistencial, órgano hospitalario independiente que certifica que el procedimiento seguido para la toma de decisiones se ha realizado conforme a los principios éticos. De manera específica el Comité constata la ausencia de cualquier indicio de coacción a la libertad personal de donar y por otra parte que la donación es un acto altruista, sin ningún tipo de recompensa material y que a su vez presenta con un balance favorable entre los derechos del donante y del receptor. Por último, el donante acompañado por el cirujano hepático, el hepatólogo responsable del estudio y el coordinador de trasplantes, acude al Juzgado de Primera Instancia a ratificar su voluntad de donación ante el juez y firmar el acta de consentimiento de la donación. La noche previa a la donación el donante será ingresado en el hospital con el fin de que se encuentre en las mejores condiciones antes de la donación. 7ı
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¿CÓMO SE EXTRAE EL HÍGADO DEL DONANTE?
Como ya se ha descrito previamente, la donación hepática es siempre de una parte del hígado, ya que gracias a su división en lóbulos y segmentos, es técnicamente posible dividirlo quirúrgicamente. La decisión de qué proporción del hígado del donante se va a extraer dependerá de datos anatómicos y del tamaño del donante y del receptor. Para un receptor infantil es suficiente la parte lateral del lóbulo izquierdo. Para un receptor adulto a menudo es necesario usar el lóbulo derecho para proveer un volumen suficiente; aunque en algunos casos, si el receptor adulto es corporalmente pequeño, se puede usar el lóbulo izquierdo. La cirugía de extracción de una parte del hígado es técnicamente muy compleja y dura aproximadamente 6 horas.
La cirugía de división y extracción hepática se realiza generalmente a través de una incisión en la parte anterior del abdomen usualmente por debajo de las costillas, aunque es variable y dependerá de cada caso. El cirujano se lo explicará con detalle al planificar la intervención. Tras la división cuidadosa del tejido hepático que se va a donar, se procede a su extracción, y posterior lavado con una solución fría de preservación para retirar toda la sangre y preservar el órgano hasta su trasplante en el receptor. La cirugía en el donante y receptor se realiza de manera simultánea. Se hacen coincidir así el momento de extraer el trozo del hígado en el donante con la extracción completa del hígado en el receptor. Lógicamente esta cirugía requiere una anestesia general. Es excepcional que se requiera transfusión de productos sanguíneos. Una vez finalizada la intervención, los donantes se despiertan en el propio quirófano y son trasladados a la Unidad de Recuperación Post-Anestésica. Desde allí serán trasladados al cabo de unas horas a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
LÓBULO DERECHO
LÓBULO HEPÁTICO DERECHO
ARTERIA HEPÁTICA DERECHA
LÓBULO IZQUIERDO
SOBRESUTURA DE LA VENA HEPÁTICA DERECHA
VENA HEPÁTICA COMÚN
LÓBULO HEPÁTICO IZQUIERDO
ARTERIA HEPÁTICA IZQUIERDA ARTERIA HEPÁTICA COMÚN
CONDUCTO BILIAR IZQUIERDO CONDUCTO BILIAR DERECHO
VENA PORTA COMÚN VENA PORTA DERECHA
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CONDUCTO BILIAR DERECHO
VENA PORTA IZQUIERDA
CONDUCTO BILIAR COMÚN
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¿CÓMO SERÁ EL POSTOPERATORIO?
El donante permanecerá en la UCI al menos 24 horas tras la cirugía. Luego, si no se detectan complicaciones, será trasladado a una sala de hospitalización de pacientes quirúrgicos. Tras la cirugía, tendrá dos líneas intravenosas para administrarle medicaciones y líquidos para que esté hidratado. También, tendrá puesta una sonda urinaria para controlar la función de los riñones y además se colocará uno o dos tubos en el abdomen para drenar sangre o bilis que pueda salir después de la donación. Todos estos tubos y líneas intravenosas serán retirados en dos o tres días. Dado que se trata de una cirugía abdominal mayor, en el post-operatorio siempre se pautará tratamiento analgésico por vía epidural o intravenosa. Las necesidades de tratamiento para el dolor son variables en cada persona y, es posible, que en algunos donantes sea complejo controlarlo los primeros días, sin embargo, debe tenerse en cuenta que el dolor disminuirá progresivamente cada día. Tras unos días, el dolor es fácilmente controlable con analgésicos orales. Es muy importante que el donante tan pronto despierte de la anestesia comience a hacer el ejercicio de respirar hondo y toser y que se levante de la cama lo más pronto posible. La mayoría de donantes reinician la ingesta de líquidos y de comida en los días siguientes a la intervención y de forma gradual, tener ruidos intestinales será la señal que el donante puede empezar a tomar sorbos de agua. Se hacen analíticas sanguíneas diarias durante los primeros días. El alta hospitalaria se da cuando el donante ya se alimenta adecuadamente, tiene un grado de dolor que se puede manejar con analgésicos orales convencionales y no precisa de ningún cuidado o vigilancia especial, aproximadamente 7-10 días.
En casa Las suturas de la piel habitualmente pueden extraerse a las dos semanas de la cirugía, pero la cicatrización de la herida requiere de hasta 6 semanas. Durante este tiempo, el donante debe evitar levantar objetos, abstenerse de tener relaciones sexuales y realizar actividades que requieran mucho esfuerzo, pero pueden mantener actividades como el paseo diario. Si el donante se encuentra bien después de este tiempo y no ha sufrido ninguna complicación, podrá volver a sus actividades normales (por ejemplo natación, tener relaciones sexuales, ir en bicicleta…) reiniciando el ejercicio de una forma lenta y aumentando progresivamente. También, se recomienda abstenerse de quedarse embarazada y de tomar pastillas anticonceptivas o terapia hormonal sustitutiva un mínimo de 3 meses. Durante las primeras dos o tres semanas después de la donación tendrá que estar cerca del hospital. También, deberá volver si experimenta algún problema en el periodo de recuperación. Tenga en cuenta que no podrá organizar ningún viaje fuera del país durante las primeras 4 semanas y sería preferible esperar de 8 a 12 semanas después de la realización del trasplante. El tiempo de baja laboral puede variar mucho entre individuos, pero la duración habitual en la mayoría de casos es de 8-12 semanas. Seguimiento a largo plazo El donante vivo hepático debe realizar un seguimiento durante el primer año con controles médicos cada tres meses, que incluyan examen físico y analíticas sanguíneas con pruebas de funcionamiento hepático, y se valorará la realización de una ecografía abdominal a los 3, 6 y 12 meses. Posteriormente, es recomendable realizar seguimientos anuales con exploración física y análisis completos de sangre. Tenga en cuenta, antes de tomar esta decisión que no podrá donar otro órgano en vida.
El receptor estará en cuidados intensivos durante 3-4 días antes de ser trasladado a la sala de hospitalización. Por ello, no es usual que el donante y el receptor estén en la misma habitación. 9ı
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¿DEBO HACER ALGO ESPECIAL PARA PREPARARME COMO DONANTE?
Llevar una vida saludable le ayudará a disminuir la posibilidad de complicaciones durante este proceso: NO fume. El tabaquismo favorece la aparición de complicaciones respiratorias en el post-operatorio e incluso las infecciones. Si precisa ayuda para dejar de fumar coméntelo con el equipo que le atiende. Coma de forma equilibrada. Comer más no implica nutrirse mejor. Mantenga un peso adecuado y evite el alcohol. Mantenga una actividad física adecuada. Se considera adecuado realizar una actividad física moderada (caminar con marcha rápida, nadar, bicicleta, etc.) al menos durante 40 minutos 3 veces por semana.
¿DÓNDE SE PUEDE OBTENER MÁS INFORMACIÓN FIABLE SOBRE EL TRASPLANTE DE HÍGADO CON DONANTE VIVO?
Es esencial que se tome todo el tiempo necesario para asimilar toda la información proporcionada en este folleto, además de la información adicional que se le irá proporcionando en cada visita. Los equipos médicos vinculados al trasplante hepático disponen de mucha información médica destinada a informar al potencial donante y pueden proporcionarle fuentes fiables dónde consultar. En el entorno web existen multitud de fuentes que tratan el tema del trasplante pero es recomendable que sea muy restrictivo en la selección de las mismas, ya que no todas son estrictas y veraces en sus contenidos. Las más recomendables son las que están escritas por sociedades científicas o por hospitales en sus secciones de “información para el paciente”.
ESPACIO DÓNDE ANOTAR SUS PREGUNTAS SOBRE LA DONACIÓN EN VIDA
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ESPACIO Guia DÓNDE informatva ANOTAR SUS sobre PREGUNTAS la donación SOBRE de LA órganos DONACIÓN enEN vida VIDA El HÍGADO
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Este trabajo ha sido financiado por el proyecto, PI10/00949 integrado en el Plan Nacional de I+D+I y cofinanciado por el ISCIII-Subdirecci贸n General de Evaluaci贸n y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)