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Prefacio por Thabiti Anyabwile

LA MUERTE

DE LA PORNOGRAFÍA

Prefacio por Thabiti Anyabwile

NASHVILLE,TN

Contenido

Prefacio por Thabiti Anyabwile 9 Introducción: El trasfondo 13

PARTE I REINTRODUCCIÓN DE LOS PERSONAJES 1 Eres de la realeza 21

2 Ella es de la realeza 37 3 Él es de la realeza 53

PARTE II VUELVE A IMAGINAR EL FUTURO

4 Podemos hacerlo 69 5 Podemos trabajar juntos 85 6 Podemos marcar un mundo de diferencia 101

Apéndice: «La identidad del varón» 121

Prefacio

incluso para algunos de nosotros no tan jóvenes, Ray Ortlund es una figura paternal. No se ha ganado ese estatus a través de afirmación, posición o poder, sino a través de ánimo, exhortación, empatía y una energía aparentemente inagotable por Jesús. Es el tipo de hombre que admiras porque tienes ese sentimiento inconmovible de que te ama. Y no solo a ti, sino también a todos.

Por esta razón Ray es la persona ideal para tratar una de las más grandes plagas de nuestro tiempo: la pornografía. Actualmente, en casas, oficinas y carros a lo largo del país, la pornografía está adhiriendo sus tentáculos a los ojos, las mentes y los corazones de hombres, mujeres, niños y niñas. Se introduce sigilosamente a las vidas de inocentes por medio de carnadas a un clic de distancia y trampas que seducen. La pornografía intenta reforzar su dominio sobre los adolescentes que explotan con los cambios de la pubertad, hombres y mujeres en medio de matrimonios tristes o alegres, y líderes cristianos que intentan mantener vidas de aparente éxito externo y corrupción interna. Lo que antes estaba confinado a revistas ha abierto camino hacia la corriente principal de la sociedad y la iglesia.

Ray Ortlund entiende que derrotar al monstruo de la pornografía no será logrado con un puñetazo o un golpe a la quijada de

una sola persona cuando todos los demás soldados han caído. La victoria puede ser obtenida, pero solamente dentro de la comunidad amorosa de la iglesia local con personas santas unidas en un mismo pacto de hacer frente a los engaños del enemigo en la verdad del evangelio de Jesús y el poder del Espíritu Santo.

Ray entiende que un abrazo de un compañero de equipo es una herramienta mucho más poderosa que una palmada en la espalda de un aficionado. Por esta razón él escribe sobre este sensible y peligroso tema con el tono y la calidez de un compañero de viaje.

En este libro, Ray utiliza palabras que logran un efecto que glorifica a Dios y edifica el alma. No es que esté siendo astuto o halagador, sino que sus palabras son simplemente devastadoras, en un buen sentido. ¡Son el resultado de su sinceridad! Si de la abundancia del corazón habla la boca, entonces en las profundidades del corazón de Ray existe una reserva de bálsamo fragante y dulzura fortalecedora. Pero no la dulzura de bocadillos azucarados que son abaratados con aditivos y conservantes. Estas páginas nos brindan la dulce madurez del envejecimiento, como una miel de calidad, combinada con humildad y experiencia, que sale de su corazón hacia el corazón del lector.

Al leer este libro, tendrás la sensación de que esto es lo que el apóstol Pablo quiso decir cuando describió su ministerio hacia los tesalonicenses:

Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. […] Así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria (1 Tes. 2:7,11-12).

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