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Dedicatoria

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Debo agradecer a muchas personas que me han escrito y ani‑ mado en mis redes sociales. Cada mensaje que decía: «Ya quiero leer tu libro» me animaba mucho a seguir escribiéndolo con el mayor de mis esfuerzos. Este libro fue escrito con ustedes en mi mente y para ustedes. También quisiera agradecer a todo mi equipo de intercesores y colaboradores financieros del año 2021‑2022. Su apoyo fiel fue lo que me permitió, en gran parte, tomar el tiempo necesario para escribir sin preocupaciones. Gra‑ cias al equipo de Lifeway en español por darme la oportunidad y la confianza de elaborar este proyecto. Gracias a Ana Ávila por sus observaciones y sugerencias, las cuales afinaron varios de mis puntos en la obra. Gracias a Pepe Mendoza por ser mi compañero y maestro en este proceso: tu trabajo editorial en verdad hizo de esta obra algo presentable al mundo. No solo eso, sino que tus palabras de aliento y voto de confianza fueron de gran bendición para mi corazón.

Gracias a mis amigos y hermanos en la fe, que me apoyaron en oración durante los meses de escritura. También agradezco a quienes, de formas muy prácticas, me ayudaron a continuar en mis redes sociales haciendo tareas de diseño y organización de los procesos de creación de contenido para mis cuentas y mucho más: Hauyi Chen, Maria José Rivera, Ayleen Jerez, Nazaret Pérez, Alejandra Barillas e Inger Paris.

Gracias a mi familia por las porras. Estoy especialmente agra‑ decida a mi madre: me da tanta felicidad seguir tus pasos y entrar a tu gremio como «autora». Cuánto anhelo que hubieras podido leer estas páginas. Casi podría escuchar tus palabras orgullosas y admiradas (no porque yo sea admirable, sino porque tú siempre ves más en mí de lo que merezco).

Gracias a mi esposito Stefán por ser tan dulce, amoroso y com‑ partir sin reservas su sabiduría: tus cualidades me benefician dia‑ riamente y sin ellas, este libro nunca hubiera llegado a realizarse. Describir el regalo que eres en mi vida requeriría su propio libro.

Finalmente, no puedo dejar de darle gracias a Jesús, mi Señor y Salvador, quien merece toda la gloria y toda la honra por siempre y para siempre.

Una nota importante:

En este libro, leerás alusiones a la obra que Jesús realizó por ti. Aunque este no es el tema del libro, quiero animarte a com‑ prender lo que esto significa en tu vida con la mayor profundidad posible, por lo que quisiera proponerte que escuches tres episo‑ dios de nuestro podcast La Biblia para Fulana y Zutano. Los tres episodios se llaman: «El evangelio explicado», donde Stefán y yo te contamos con detalle la historia de salvación descrita en la Biblia. Los puedes encontrar en cualquier aplicación de podcast o en este link: anchor.fm/evangelioexplicado.

Prefacio

«Gestión emocional», «controlar las emociones», «dominar tu mundo interior», «sanarte a ti mismo» o «cambiar lo que sí puedes cambiar» son expresiones útiles que encierran verdades impor‑ tantes para una vida menos tumultuosa. Al mismo tiempo, si no ejercemos una actitud crítica, fácilmente estas expresiones crea‑ rán una cosmovisión muy equivocada de nuestra vida interior. La posmodernidad predica un mensaje poderoso que tiene tintes cristianos y que nos dice: «Si controlas tus emociones y tus pen‑ samientos, lograrás la sanidad».

Sin duda, la Biblia nos habla de la necesidad de pensar en lo que pensamos y someter nuestros pensamientos al señorío de Jesucristo. Al mismo tiempo, las personas en ella con frecuencia ejemplifican lo que hoy el mundo llamaría «gestión emocional», animándonos así a considerar nuestras emociones en medio de toda circunstancia. Ese llamado a observar el mundo interior lleva a los que se consideran creyentes cristianos a necesitar ver más allá de las metas posmodernas de «sanidad» que el secularismo cultural busca con tanta intensidad. Los creyentes sabemos que la única cura para este mundo quebrado es Cristo, Su obra y el cumplimiento de Sus promesas eternas. Por eso Pedro dice que somos extranjeros y peregrinos en esta tierra1 y evitaremos muchas frustraciones si vivimos con esto muy presente.

Entonces, si no es para «sanidad», ¿por qué escribir un libro cristiano sobre las emociones? Mi respuesta es bastante sencilla: Dios habla de las emociones de formas fascinantes y reveladoras que son clave para comprender nuestra existencia. Nuestros sen‑ timientos y emociones son vehículos para relacionarnos con Él de forma íntima y profunda, y hemos sido creados para esa relación

1. 1 Ped. 2:11.

estrecha. Dios ha revelado de forma general muchísimas cosas importantes con respecto al corazón humano que son claramente observables. La revelación especial de la Biblia narra y revela emociones de múltiples maneras en la mayoría de sus páginas.

No puedes perder de vista que el Dios de la Biblia es infini‑ tamente relacional. Su corazón por ti y por mí está decidido a buscar una relación que produce el gozo más indescriptible. Las emociones y los sentimientos humanos son clave para el desarro‑ llo de esa relación, y el tema no merece uno sino muchos libros.

¿Cómo leer este libro?

He escrito este libro para todos los cristianos, tanto para líde‑ res como para ovejas, hombres o mujeres. Todos tenemos que enfrentar nuestra vida emocional y lo que yace en nuestro cora‑ zón. Será difícil ver la hermosura de nuestro Señor Jesucristo si no comparamos nuestras propias deficiencias. Al final, ese es el mayor objetivo de este libro: que puedas crecer en el asombro de nuestro Salvador y de la relevancia de Su persona en tu vida emocional.

Cuando se trata de observar nuestro corazón, hay dos extremos que necesitamos evitar: una introspección extrema o un descuido en la necesidad de reflexionar. La introspección extrema se da cuando centramos nuestras energías en «sanar», «descubrir» o «sacar de raíz» lo que sea que hallemos en nuestro corazón. Es cuando nos dedicamos a pensar en nosotros mismos de forma casi exclusiva y olvidamos que el proceso de mirar hacia adentro siempre debe servir al propósito de ver a Cristo.

Por otra parte, podemos poner siempre nuestros ojos en la Biblia, mas nunca lograr conectarla con nuestra vida debido a la falta de reflexión. Cristo puede convertirse en un ideal impo‑ sible que nos lleva a la frustración, ya que nuestras acciones no cambian de manera que reflejen las suyas. Sin reflexión, desobe‑ decemos a Dios, el cual a lo largo de la Biblia nos llama a conside‑ rar nuestros caminos de forma implícita y explícita. Esto porque Él sabe que podríamos caer en hacer cambios superficiales sin realmente ser transformados de corazón.

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