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Luc. 6:35-36 .....No esperes nada a cambio
1 No esperes nada a cambio
¡Amen a sus enemigos! Háganles bien. Presten sin esperar nada a cambio. Entonces su recompensa del cielo será grande, y se estarán comportando verdaderamente como hijos del Altísimo, pues él es bondadoso con los que son desagradecidos y perversos. Deben ser compasivos, así como su Padre es compasivo.
—LUCAS 6:35-36
Antes de estos dos versículos, Lucas enseña que es fácil amar a los que nos aman, ser buenas con los que nos tratan bien y prestarles a aquellos que sabemos que nos lo devolverán. Sin embargo, el evangelio nos llama a amar, a hacer el bien y a dar a los demás, incluso si ellos no nos aman, no nos tratan bien ni nos dan nada a cambio. Somos llamadas a amar de esta manera porque Cristo nos ama aun cuando somos indiferentes, es bueno con nosotras aunque seamos desagradecidas y nos provee lo que necesitamos incluso si no tenemos nada para ofrecerle a Él. Cristo nos ama sin esperar nada a cambio; por lo tanto, tenemos que amar a los demás de la misma manera.