Rumbo a la verdad del evangelio (muestra)

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RUMBO A LA

VERDAD

DEL

EVANGELIO

Una guía para leer fielmente los relatos de la vida de Jesús

Lifeway Recursos

Brentwood, Tennessee

Publicado por B&H Español © 2024 Rebecca McLaughlin

Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o copiada, bien sea de manera electrónica o mecánica, incluyendo fotocopias, grabaciones, digitalización y/o archivo de imágenes electrónicas, excepto cuando se autorice por la Editorial. Las solicitudes de permisos para realizar reproducciones o copias deben hacerse por escrito y enviarse a: Lifeway Recursos, 200 Powell Place, Suite 100, Brentwood, TN 37027.

ISBN: 979-8-3845-0974-5

Ítem: 005849589

Clasificación decimal Dewey: 232.9

Título del tema: JESUCRISTO \ BIBLIA. N.T. EVANGELIOS \ BIBLIA. N.T.— HISTORIA DE LOS EVENTOS BÍBLICOS

A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas se han tomado de la Santa Biblia, versión Reina Valera 1960, propiedad de las Sociedades Bíblicas en América Latina, publicada por Broadman & Holman Publisher, Nashville, TN. Utilizadas con permiso. Las citas bíblicas marcadas «NVI» se han tomado de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI® Copyright © 1999, 2015 por Bíblica, Inc.® Utilizadas con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo. Las citas bíblicas marcadas «NBLA» se han tomado de la Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Utilizadas con permiso. Las citas bíblicas marcadas «NTV» se han tomado de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, Tyndale House Foundation. Utilizadas con permiso. Todos los derechos reservados.

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Impreso en los Estados Unidos de América

Lifeway Mujeres, Lifeway Recursos, 200 Powell Place, Suite 100 Brentwood, TN 37027-7707

Diseño de portada por Shiloh Stufflebeam

Adaptación al español por Andrea Nulchis

EQUIPO EDITORIAL, LIFEWAY RECURSOS

Giancarlo Montemayor

Vicepresidente

Lifeway Global

Carlos Astorga

Director editorial Lifeway Recursos

Juan David Correa

Editor general Lifeway Recursos

Verónica del Rincón

Edición de contenido

Jireh Sánchez

Corrección de estilo

Alba Marina Nulchis

Diseño gráfico

CÓMO

UTILIZAR ESTE ESTUDIO

Bienvenido a Rumbo a la verdad del evangelio: Una guía para leer fielmente los relatos de la vida de Jesús. Este estudio ampliará tu comprensión y aplicación de la Escritura al explorar los distintos géneros y recursos literarios utilizados por los escritores de los Evangelios para comunicar la vida y las enseñanzas de Jesús.

Como creemos que el discipulado se realiza mejor en comunidad, te animamos a que realices este estudio en grupo. Si decides hacerlo solo, considera invitar a uno o dos amigos para estudiar al mismo tiempo. Así tendrás compañeros de estudio con quienes orar y conectarte, ya sea tomando un café, almorzando juntos, o enviando mensajes de texto para conversar sobre lo que están aprendiendo.

CONTENIDO

EN ESTE ESTUDIO ENCONTRARÁS

LAS SIGUIENTES SECCIONES:

Tiempo en grupo: Durante las reuniones semanales con tu grupo, podrás usar estas páginas para tomar notas del video de enseñanza y de las preguntas de análisis para repasar el contenido.

Estudio personal: Cada semana tendrás cinco días de estudio personal. Haz todo lo posible por terminar la mayor cantidad de días. Si no puedes hacerlos todos, no dejes de asistir al grupo. Recuerda, cuanto más te esfuerces, mejores resultados obtendrás.

Consejos/Ejercicio: Al final de las sesiones segunda a séptima, encontrarás páginas de cierre que incluyen aspectos destacados importantes del género o recurso específico estudiado en esa sesión, además de un ejercicio que te ayudará a aplicar lo que has aprendido.

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Ya sea un grupo grande o pequeño, tenemos lo que necesitas para guiar a un grupo de estudiantes a través de Rumbo a la verdad del evangelio. Visita lifeway.com/rumboalaverdaddelevangelio para descargar material gratuito para líderes, como por ejemplo una guía para líderes en PDF, recursos promocionales y mucho más.

SOBRE LA AUTORA

Rebecca McLaughlin tiene un doctorado en Literatura Renacentista en la Universidad de Cambridge y un título en Teología otorgado por el Oak Hill College de Londres. Es autora de Confrontando al cristianismo: Doce preguntas difíciles para la religión más grande del mundo (2019), que fue nombrado libro del año por Christianity Today, y de 10 preguntas que todo joven debe plantearse (y responder) sobre el cristianismo (2021), El credo secular: Respuestas a cinco argumentos contemporáneos (2021), Is Christmas Unbelievable? Four Questions Everyone Should Ask About the World’s Most Famous Story (2021) [¿Es increíble la Navidad? Cuatro preguntas que todos deberían hacerse sobre la historia más famosa del mundo], y Confronting Jesus: 9 Encounters with the Hero of the Gospels (2022) [Confrontando a Jesús: 9 encuentros con el héroe de los Evangelios]. Vive en Cambridge, Massachusetts, con su esposo, Bryan, sus dos hijas, Miranda y Eliza, y su hijo, Luke.

6 Rumbo a la verdad del evangelio

INTRODUCCIÓN

«¿Abandonarías a tu mamá si ella te necesitara?»

Estaba cerca de la cima de la pista de esquí y mi hija Eliza, de nueve años, me miraba atentamente. En los últimos años, mi esposo, Bryan (que sabe esquiar hacia atrás, hacia delante, de lado y probablemente al revés, por lo que sé) le ha estado enseñando a esquiar a nuestras hijas mientras yo cuidaba de su hermanito. Pero este año, Luke cumplió tres años y está lo suficientemente mayor como para aprender. Bryan se encargó de su entrenamiento, mientras Miranda (once) y Eliza (nueve) me ayudaban a mí. Solo he esquiado tres días en mi vida, y he repartido esos días a lo largo de tres décadas, así que soy realmente terrible. Pero Eliza fue especialmente paciente conmigo, aunque estaba claro que quería irse a divertir con su hermana. Le dije que debía irse. Ella se negó. Insistí: «De verdad, estaré bien». Ella respondió: «No, está bien». Le dije: «¡Quiero que te diviertas!». Fue entonces cuando me preguntó si abandonaría a mi propia madre si me necesitara, y me callé. En el fondo, agradecí que no se hubiera marchado.

En cierto sentido, esquiar parece sencillo. Te llevan a la cima de una montaña con cosas largas y resbaladizas en los pies. Luego, vuelves a deslizarte hacia abajo. Pero en realidad no es tan sencillo. Si solo te quedas parado en la montaña y apuntas hacia abajo, pronto te encontrarás en un doloroso y humillante montículo de nieve. (Créeme, ¡he pasado por eso!) Necesitas practicar cómo mantener el equilibrio sobre los esquís, controlar la velocidad y moverte por el terreno. Hay partes del recorrido donde puedes simplemente deslizarte hacia abajo y disfrutar del paisaje. Pero la mayor parte del tiempo tienes que zigzaguear de un lado a otro, y a veces los baches, los saltos y las zonas heladas pueden desestabilizarte. Un niño de tres años puede entender cómo hacerlo, pero requiere trabajo.

Cuando se trata de leer los relatos de la vida de Jesús en los Evangelios, nos enfrentamos a un viaje emocionante y a una vista absolutamente asombrosa. Pero para estudiar bien los Evangelios, necesitamos comprender qué son los Evangelios, familiarizarnos con ellos, y tenemos que hacernos una idea del terreno. Este estudio bíblico está diseñado para ayudarte a hacer precisamente eso. Analizaremos juntos los distintos tipos de escritura que encontramos en los cuatro Evangelios, y practicaremos un poco en las pendientes.

En la sesión uno, nos preguntaremos por qué debemos confiar en los Evangelios como auténticas biografías de Jesús en primer lugar. Exploraremos cuándo fueron escritos, por quiénes y por qué podemos creer que nos dan real acceso a la vida y a las enseñanzas de Jesús de Nazaret.

La sesión dos se enfocará en la narrativa: cómo los autores de los Evangelios nos cuentan historias sobre Jesús y qué debemos hacer con las diferencias en las maneras en que cada autor relata la misma historia.

En la sesión tres, exploraremos las metáforas y descubriremos que algunas de las verdades más importantes y desafiantes que nos transmiten los autores de los Evangelios están presentadas en un lenguaje no literal.

La sesión cuatro se centrará en las historias que contó Jesús y y cómo estas historias seleccionan a Su audiencia: atrayendo a los que tienen oídos para oír y alejando a los que realmente no quieren oír a Jesús.

En la sesión cinco, estudiaremos otras cinco herramientas de enseñanza que utilizó Jesús: hipérbole, mandamiento, bendición, contradicción y aforismo. Como los montículos de nieve en la pista de esquí, estas herramientas pueden desequilibrarnos si no entendemos cómo funcionan.

La sesión seis analizará cinco ejemplos de diálogo en los Evangelios. Veremos cómo Jesús plantea desafíos a Sus interlocutores y cómo ellos reaccionan ante Sus argumentos.

En la sesión siete, abordaremos la profecía desde distintos ángulos, y descubriremos cómo una mejor comprensión de la predicción, la poesía, la personificación y la escritura apocalíptica puede ayudarnos a interpretar la profecía en los Evangelios.

Por último, en la sesión ocho, reflexionaremos sobre lo que hemos aprendido ¡y trazaremos el camino a seguir a partir de ahí!

La última vez que fui a esquiar, decidí probar solo en una pista para principiantes. La recorrí un par de veces y empecé a familiarizarme con la montaña desde ese recorrido más sencillo. En algunos puntos, se cruzaba con otra pista, y debía tener cuidado de dirigirme hacia la «pista familiar» cuando éstas volvían a separarse.

Si hubiera desarrollado mis habilidades lo suficiente, podría haber intentado esquiar en otras pistas y conocer mejor la montaña. Pero una sola pista era todo lo que podía manejar aquel día. Los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan nos ofrecen cuatro caminos distintos, aunque conectados, a través de la vida de Jesús. Todos llegan al mismo lugar y, a veces, dos de los Evangelios se cruzan completamente. Pero, para leer bien cada Evangelio, necesitamos tener una idea de cómo se complementan las cuatro biografías de Jesús, incluso cuando, a primera vista, pueda parecer que se contradicen.

La mayor parte del tiempo estoy aterrorizada cuando intento esquiar, y puede que en las próximas semanas haya momentos en los que el terreno que cubramos aquí nos parezca intimidante o desorientador. Sin embargo, a medida que mejoremos en la lectura de los relatos de los Evangelios, mi anhelo es que seamos más cautivados por la perspectiva de Jesús que nos presentan, que tengamos más confianza en nuestra comprensión de la historia del evangelio y que estemos más seguros de que Jesús es realmente el Hijo de Dios, que vino a dar Su vida por nosotros para que pudiéramos vivir con Él para siempre.

Así como practicar en una pista de esquí te ayuda a cuando te enfrentas a otras, espero que este tiempo dedicado a los Evangelios te prepare para leer con mayor fidelidad otras partes de la Biblia. Cada libro de nuestras Biblias se edifica sobre la montaña de Cristo. Por tanto, ¡vale la pena hacerle frente a las pistas negras doble diamante! Pero en este estudio, nos quedaremos en las laderas de los Evangelios y veremos cómo los distintos tipos de escritura nos ayudan a comprender quién es Jesús.

Tal vez, cuando hayas terminado el curso, puedas pensar en alguien en tu vida que podría estar dispuesto a recorrerlo contigo, tal como Eliza estaba preparada para guiarme en las pistas. Al igual que me ocurrió a mí, el progreso de esa persona podría ser lento al principio. Pero todos aprendemos más rápido cuando nos mantenemos unidos, y a veces enseñarle a otra persona es la mejor manera de cimentar realmente lo que has aprendido tú mismo.

¡Empecemos!

¿ P OR QUÉ

CONFIAR

en los Evangelios?

SESIÓN UNO

Cuando las personas me preguntan por qué soy cristiana, a veces respondo: por «El señor de los anillos». No es toda la historia, pero mi padre me leyó los increíbles libros de J. R. R. Tolkien cuando era niña, y entrar en su hermoso mundo de ficción me hizo anhelar una realidad aún más hermosa. Los autores de los Evangelios nos dan la bienvenida a ese mundo mucho más hermoso: es nuestro mundo visto con otros ojos, con Jesús en el centro de todo.

No es que los Evangelios pinten una imagen brillante, feliz e idealizada de la realidad. Al igual que en el mundo ficticio de Tolkien, en el mundo real de los Evangelios suceden una y otra vez cosas dolorosas, terribles y desgarradoras. Pero Jesús atraviesa todo el sufrimiento, incluso la muerte misma, y sale victorioso. Los autores de los Evangelios nos ofrecen la oportunidad de seguir a Jesús hacia lo que Mateo, Marcos y Lucas suelen llamar «el reino de los cielos» o «el reino de Dios», y hacia lo que el Evangelio de Juan tiende a llamar «la vida eterna»: un mundo en el que Jesús es el Rey y todo lo que está mal será gloriosamente restaurado.1 Pero para tomarnos en serio su invitación, debemos preguntarnos si podemos confiar en estos autores de los Evangelios. ¿Estaban escribiendo cuatro biografías de un hombre judío del siglo I conocido como Jesús de Nazaret, quien vivió en la historia y murió en una cruz romana? ¿O se parecían más a Tolkien: crearon un hermoso mundo ficticio?

Esta semana vamos a plantearnos algunas preguntas inquisitivas. ¿Quién escribió los Evangelios? ¿No fueron escritos demasiado tiempo después de la vida de Jesús como para ser confiables? ¿No se contradicen entre sí? ¿Cómo sabemos si tenemos los textos correctos de los Evangelios y si su mensaje no se ha perdido en la traducción?

Durante la primera semana juntos, apenas podremos abordar las preguntas que puedas tener. Pero mi deseo es que, a través del tiempo en grupo y de tu estudio personal, comprendas y creas que los Evangelios son biografías fiables de Jesús.

Antes de avanzar al tiempo en grupo, ¡mira el video de la primera sesión! Puedes acceder a los videos de enseñanza en la cara interna de la contraportada de tu estudio bíblico.

TIEMPO EN GRUPO

1. LOS EVANGELIOS .

Marcos es el segundo Evangelio de nuestras Biblias, pero la mayoría de los expertos creen que se escribió primero. Incluso los eruditos escépticos datan el Evangelio de Marcos entre 35 y 45 años después de los acontecimientos que registra.

Piensa en el martes pasado, ¿qué desayunaste?

¿Tuviste problemas para recordar? ¿Cómo crees que los escritores de los Evangelios pudieron recordar cosas que habían sucedido décadas atrás?

Si haces memoria de tu vida, habrá conversaciones y acontecimientos concretos que ocurrieron hace décadas que recordarás como si hubieran sucedido ayer. No nos acordamos de todo, pero sí de los momentos, conversaciones y acontecimientos que cambiaron nuestra vida.

Sabemos que Jesús tuvo doce discípulos que viajaron con Él a todas partes durante los tres años de Su ministerio público. El trabajo a tiempo completo de los discípulos consistía en escuchar a su Rabí, observar lo que hacía y recordar lo que decía. Además de estos doce hombres, Jesús tuvo muchos otros discípulos, entre ellos muchas mujeres. Los relatos de los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan se escribieron cuando estos primeros testigos oculares todavía estaban vivos.

El último Evangelio que se escribió fue el de Juan. Los expertos creen que probablemente fue escrito sesenta años después de los hechos que relata, y es el único Evangelio que afirma directamente, en el propio texto, haber sido escrito por un testigo ocular. Juan se describe a sí mismo como «el discípulo

a quien Jesús amaba» y utilizó sus propios recuerdos, así como los de otros testigos presenciales, para escribir su extraordinario relato de la vida de Jesús. Esto nos lleva a nuestro segundo punto.

2. LOS EVANGELIOS .

Como ya he mencionado, Jesús tenía varios discípulos que le seguían a todas partes y escuchaban lo que decía. En los relatos de los Evangelios, encontramos nombres que nos señalan testigos oculares específicos de distintos acontecimientos.

¿Cómo definirías la expresión «testigo ocular»?

¿Por qué son importantes los testigos oculares cuando intentamos demostrar que algo es cierto?

LEE MARCOS 10:46-52

Describe lo que ocurrió en este pasaje.

Me encanta esta historia. Al final, Bartimeo sigue a Jesús. La Escritura menciona el nombre de Bartimeo porque se le señala como testigo ocular de la vida de Jesús.

En el relato de Marcos, se menciona el nombre de Bartimeo, y solo se nos habla de un ciego. Pero el relato de Mateo, dice que aquel día había dos ciegos que llamaban a Jesús, y no se hace referencia al nombre de ninguno de ellos.

No es que Marcos no supiera que aquel día Jesús curó a dos ciegos. Marcos solo quiere que nos enfoquemos en un hombre, Bartimeo, porque lo presenta como testigo ocular.

13 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

3. LOS EVANGELIOS .

LEE JUAN 21:25

¿Qué está diciendo Juan aquí?

Cuando leemos los Evangelios, debemos recordar que son ediciones que nos ayudan a comprender quién es Jesús de una forma muy precisa y condensada.

4. LOS EVANGELIOS .

A veces la gente dice: «Bueno, ¿y si los líderes de la iglesia primitiva modificaron los Evangelios para su propio beneficio? Quizás suprimieron historias de Jesús e hicieron que solo nos centráramos en éstas. Quizás estaban inventando cosas».

Parece una gran hipótesis, hasta que realmente lees los Evangelios. Entonces descubres lo críticos que son al describir a las personas que llegaron a ser los primeros líderes cristianos.

LEE MARCOS 14:27-31

¿Qué le dijo Jesús a Pedro que ocurriría?

¿Cómo respondió Pedro?

LEE MARCOS 14:66-72

¿Qué sucedió?

Vemos esa historia en todos los Evangelios, pero en particular la vemos en el Evangelio de Marcos, que muy probablemente se basó en los recuerdos de Pedro. El testimonio sobre los primeros líderes cristianos que encontramos

en los Evangelios es profundamente vergonzoso. Si los escritores hubieran intentado dar forma a los relatos para quedar bien y suprimir otras narraciones, este es precisamente el tipo de historia que habrían eliminado.

Pero, en cambio, los escritores estuvieron dispuestos a mostrar sus fracasos, porque apuntan al éxito mucho mayor de Jesús.

5. LOS EVANGELIOS

LEE MATEO 28:18-20

¿Qué ordena Jesús?

.

Los discípulos empezaron a seguir el mandato de Jesús casi de inmediato, y el movimiento cristiano se inició con una repentina y rápida difusión del evangelio.

Pero ¿cómo podemos tener confianza en los Evangelios registrados en nuestras Biblias cuando no tenemos los manuscritos originales? Tenemos copias de copias o incluso copias de copias de copias. ¿Cómo podemos saber que no se han infiltrado errores por el camino?

Bueno, porque el mensaje del evangelio se difundió en tantos lugares diferentes tan rápido, que podemos comparar una copia del Evangelio de Mateo que se hizo en un país con una copia hecha en otro lugar. Podemos detectar dónde se ha infiltrado algún error observando las distintas copias. En algunos lugares, si hay alguna duda sobre lo que decía el manuscrito original, nuestras Biblias nos darán una nota para indicarlo. Pero esas notas no deberían hacernos confiar menos en lo que leemos en los Evangelios. En realidad, deberían hacernos confiar más, porque significan que, en la mayor parte de la Biblia, no tenemos ninguna duda de que el mensaje sigue siendo el mismo desde que se escribió originalmente.

Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

ESTUDIO PERSONAL

DÍA 1

LOS AUTORES

Cuando la gente me pregunta cuál es mi obra de ficción favorita, estoy dividida entre El señor de los anillos y Persuasión de Jane Austen. Tanto Tolkien como Austen estaban profundamente influenciados por su fe cristiana. Lejos de ser solo una cristiana cultural, Austen escribió devocionales familiares para ella y su hermana, que incluían oraciones en las que pedía al Señor que las protegiera de convertirse en «cristianas solo de nombre» y no llegar a disfrutar de la salvación.

Desde su muerte, Jane Austen se ha hecho extremadamente famosa. Pero durante su vida, sus novelas se publicaron de forma anónima. Su primer libro, Sentido y sensibilidad, declaraba simplemente que había sido escrito «Por una dama». Su segundo libro, Orgullo y prejuicio, fue escrito «Por la autora de Sentido y sensibilidad». El tercero, Mansfield Park, fue escrito «Por la autora de Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio». Puede que estés descubriendo un patrón. Cuando se trata de novelas, lo que importa es la calidad de la escritura, no quién la escribió. Puede que nos interese mucho conocer al autor una vez que nos hemos enamorado del libro. Pero el libro se sostiene sobre sus propios pies ficticios.

Las biografías son diferentes. Si leo una biografía, quiero estar segura de que el autor no está escribiendo ficción. Quiero saber que el autor ha investigado. La identidad del biógrafo no importa en sí misma, pero necesito saber que el autor es una guía fiable para conocer a la persona que describe, no solo alguien bueno para inventar cosas. Así pues, ¿qué sabemos de los autores de las cuatro biografías de Jesús conocidas como Mateo, Marcos, Lucas y Juan?

Ninguno de los Evangelios nombra a su autor, y solo uno de ellos afirma directamente que su autor fue testigo ocular de la vida de Jesús. Un poco como Jane Austen cuando se llamaba a sí misma «la autora de Sentido y sensibilidad», el autor del Evangelio de Juan se llamó a sí mismo «el discípulo a quien amaba Jesús». Pero los nombres de Mateo, Marcos, Lucas y Juan se asociaron a los cuatro Evangelios muy pronto en la historia, muy probablemente en cuanto se difundieron por las iglesias de los siglos I y II, y tenemos pistas sobre quiénes fueron esos autores tanto en nuestras Biblias como en otros escritos de los primeros cristianos. Hoy vamos a rastrear algunas de esas pistas.

EVANGELIO DE MARCOS

La mayoría de los expertos coinciden en que el Evangelio de Marcos se escribió primero. Incluso los eruditos no cristianos datan el libro de Marcos entre 35 y 45 años después de la muerte de Jesús (es decir, entre el 60 y el 70 d.C.). Algunos eruditos cristianos piensan que fue escrito incluso antes. En cualquier caso, Marcos fue escrito durante el tiempo en que los testigos oculares de Jesús aún estaban con vida. Entonces, ¿quién era Marcos y cómo sabemos que consultaba a estos testigos? Un líder cristiano llamado Papías, que escribió hacia finales del siglo I (aproximadamente entre el 95 y el 110 d.C.), registró el testimonio de un hombre conocido como Juan el Anciano, que decía que Marcos basó su Evangelio en los recuerdos del apóstol Pedro, uno de los amigos más íntimos de Jesús.

Este testimonio concuerda con lo que aprendemos sobre un hombre llamado Marcos en Hechos 12. En ese capítulo se cuenta cómo Pedro fue sacado de la cárcel por un ángel en medio de la noche. Al principio pensó que podía estar soñando, pero luego se dio cuenta de que había salido de la cárcel y fue a buscar a los demás cristianos.

LEE HECHOS 12:11-14. ¿Qué cosas aprendemos sobre un hombre llamado Marcos en el versículo 12?

¿Cómo añade peso este relato a la afirmación de Papías de que Marcos escribió su Evangelio basándose en los recuerdos de Pedro?

También se menciona a Marcos en la primera carta de Pedro en el Nuevo Testamento.

LEE 1 PEDRO 5:13

¿Cómo describe Pedro a Marcos?

Esto no significa que Marcos fuera literalmente hijo de Pedro. Pero sí significa que Pedro fue el mentor de Marcos. Así pues, Marcos tuvo muchas oportunidades de consultar a Pedro y a otros testigos oculares de la vida de Jesús. En Hechos 12:25, Colosenses 4:10 y Filemón 24, descubrimos que Marcos también fue compañero íntimo del apóstol Pablo. Pablo no conoció a Jesús durante Su ministerio terrenal, pero era bien conocido por los demás apóstoles y recibió revelaciones específicas de Dios.

17 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

¿De qué manera el vínculo de Marcos con dos apóstoles (Pedro y Pablo) nos dan confianza en él como biógrafo de Jesús?

EVANGELIO DE MATEO

En general, se considera que el Evangelio de Mateo se escribió más tarde que el de Marcos, y muchos expertos lo datan entre los años 60 y 80 d.C. Papías también mencionó a Mateo y sugirió que pudo haber escrito su Evangelio originalmente en hebreo o arameo (la lengua común de los judíos de la época y el lugar donde vivió Jesús). Mateo, Marcos y Lucas incluyen a alguien llamado Mateo en sus listas de los doce apóstoles de Jesús (ver Mat. 10:3; Mar. 3:18; Luc. 6:15).

LEE MATEO 10:2-4. ¿Qué aprendemos de Mateo en estos versículos?

Al igual que Simón, cuyo otro nombre era Pedro, parece que Mateo también tenía otro nombre.

LEE MATEO 9:9, MARCOS 2:14 Y LUCAS 5:27. ¿Cuál era el otro nombre de Mateo?

El apóstol Mateo no desempeñó un papel importante en ninguno de los Evangelios, pero la evidencia más antigua sugiere que este Mateo se convirtió en biógrafo de Jesús y escribió el Evangelio conocido con su nombre.

EVANGELIO DE LUCAS

Es probable que el Evangelio de Lucas se escribiera en una época similar a la de Mateo, entre los años 60 y 80 d.C. Pero, a diferencia de los otros autores de los Evangelios, Lucas escribió una continuación, que conocemos como el libro de los Hechos. Lucas fue también compañero de Pablo.

LEE COLOSENSES 4:14. ¿Qué aprendemos sobre Lucas a partir de la descripción de Pablo?

LEE 2 TIMOTEO 4:11. ¿Qué aprendemos de Lucas y Marcos a partir de estos versículos?

Este versículo indica que tanto Marcos como Lucas formaban parte del círculo íntimo de compañeros de ministerio de Pablo, lo que significa que probablemente se habrían conocido.

Marcos es el Evangelio más corto; se tarda una hora y media en leerlo.

Lucas es el más largo y se tarda unas dos horas y media en leerlo.

¿Cómo nos ayuda la diferencia de extensión a comprender por qué Lucas podría haber querido escribir un Evangelio, aunque ya supiera que Marcos había escrito uno y lo hubiera leído?

EVANGELIO DE JUAN

La mayoría de los eruditos piensan que el Evangelio de Juan fue el último que se escribió, unos sesenta años después de los hechos que relata (aproximadamente 90-95 d.C.). Pero también es el único Evangelio que afirma en el propio texto haber sido escrito por un testigo ocular. El nombre de «Juan» se asoció a este Evangelio desde los primeros registros que tenemos, y a finales del siglo II su autor ya era identificado como Juan, el hijo de Zebedeo, que fue uno de los doce apóstoles de Jesús. Muchos eruditos contemporáneos siguen esta identificación. Otros, como el estudioso británico del Nuevo Testamento, Richard Bauckham, sostienen que Juan fue escrito en realidad por otro discípulo de Jesús: un joven discípulo residente de Jerusalén, que más tarde fue conocido como Juan el Anciano.2 Como recordarás a partir de nuestro análisis de Marcos, Juan el Anciano fue quien estableció la conexión entre Marcos y el apóstol Pedro. En cualquier caso, el autor de Juan fue un discípulo de Jesús muy cercano y testigo ocular de gran parte de lo que escribió en su Evangelio. También habría tenido acceso al testimonio de otros testigos oculares.

19 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

LEE JUAN 13:23-25; 19:26; 20:2; 21:7. Juan hace referencia a un discípulo anónimo en todos estos pasajes. ¿Cómo describe a ese discípulo?

LEE JUAN 21:20-24. ¿Cómo revela el autor en este pasaje que él es «el discípulo a quien amaba Jesús»?

¿Qué dice este discípulo sobre su testimonio y su libro en el versículo 24?

Tal vez hayas oído decir que los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan se eligieron de entre un conjunto más amplio de biografías de Jesús, escritas temprano en la historia por motivos políticos y que si examinamos otros supuestos evangelios, como el evangelio de Tomás o el Evangelio de María, encontraremos una visión muy diferente de Jesús. Pero ninguno de estos otros supuestos Evangelios se escribió tan pronto ni se vinculó tan estrechamente a los testigos oculares reales de la vida de Jesús como Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Además, en lugar de ofrecer biografías completas de Jesús, suelen ser más bien recopilaciones místicas de Sus dichos. Si los lees por ti mismo, descubrirás que realmente no pueden competir con los Evangelios de nuestras Biblias. Incluso el estudioso del Nuevo Testamento, Bart Ehrman, famoso escéptico de la fe cristiana, asegura que los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento son «las mejores y más antiguas fuentes que tenemos para conocer la vida de Jesús», y que ésta es «la opinión de todos los historiadores serios de la antigüedad de todo tipo, desde cristianos evangélicos comprometidos hasta ateos fundamentalistas».

¡Hemos cubierto mucho terreno hoy! Tómate unos minutos para imaginar cómo habría sido ser testigo ocular de la vida y el ministerio de Jesús en la tierra, o incluso conversar con personas que lo fueron, como los autores de los Evangelios.

Alabado sea Dios por habernos dado no solo una, sino cuatro increíbles biografías de Jesús, para que, incluso dos mil años después de Su muerte, podamos conocer con tanto detalle Su vida y Sus enseñanzas. 20 Rumbo a la verdad del evangelio

DÍA 2

LOS TESTIGOS OCULARES

Mi abuelo era el mayor de siete hermanos, y dejó la escuela a los catorce años para poder trabajar y ayudar a mantener a su familia. Conoció a mi abuela cuando ambos eran adolescentes, y se casaron a los veinte años. Ahora tienen más de ochenta años. Mi abuela y mi abuelo cuentan muchas historias de su adolescencia y del principio de sus veinte años, incluida la historia del nacimiento de mi madre, hace más de sesenta años. No recuerdan todo lo que sucedió en aquel entonces, por supuesto, pero sí conservan los momentos más significativos.

Ayer vimos que los Evangelios fueron escritos por personas que, o bien fueron ellas mismas testigos oculares de la vida de Jesús, o estuvieron lo suficientemente cerca en el tiempo de ellos como para recopilar su testimonio. Dependiendo de cuántos años tengas, es posible que puedas recordar cosas de hace treinta, cuarenta, cincuenta o incluso sesenta años. ¡Pero incluso si no puedes, apuesto a que conoces a personas que sí pueden!

Hoy conoceremos a algunos de los testigos oculares que nos señalan los autores de los Evangelios. Muchos de esos testigos viajaban con Jesús de un lugar a otro, observando Sus obras y aprendiendo Sus enseñanzas. Era su trabajo a tiempo completo. Tras la muerte y resurrección de Jesús, dedicaron su tiempo a proclamar lo que habían oído y visto. Los cuatro Evangelios contienen testimonios de testigos oculares citados por nombre, pero hoy nos enfocaremos en particular en algunos de los testigos oculares del Evangelio de Lucas.

LEE LUCAS 1:1-3. Según Lucas, ¿qué hicieron los primeros testigos oculares y ministros de la Palabra? (ver vv. 1-2).

¿Qué dice Lucas que hizo él? (ver v. 3).

Uno de los primeros testigos oculares a los que nos remite Lucas es la madre de Jesús, María. Lucas destaca de manera especial una conversación privada que María tuvo con un ángel, quien le dijo que iba a ser la madre del propio Hijo de Dios (ver Luc. 1:26-38). La mayoría de los demás testigos mencionados en los dos primeros

21 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

capítulos de Lucas, como Elisabet, Zacarías, Simeón o Ana, ya eran ancianos en el momento del nacimiento de Jesús. Sin embargo Su madre, María, habría sido casi con toda seguridad una adolescente. Sabemos que seguía viva después de la muerte y resurrección de Jesús (ver Hech. 1:14). Así pues, ¡es posible que Lucas oyera de labios de María la historia de su encuentro con el ángel!

En el capítulo 5, Lucas nos presenta a otros testigos oculares por nombre.

LEE LUCAS 5:3-11. ¿Cómo se llamaban los tres pescadores?

¿Qué les dice Jesús que iban a hacer a partir de ahora? (ver v. 10).

Simón Pedro, Jacobo y Juan llegaron a ser tres de los discípulos de Jesús más cercanos. Pero la primera reacción de Pedro ante Jesús fue reconocer su propia pecaminosidad. Pedro sabía que no era digno de estar con alguien tan santo como Jesús. El siguiente discípulo al que Jesús llamó pertenecía a un grupo con mala reputación: era un recaudador de impuestos, un judío que colaboraba con los romanos y se enriquecía a costa de su propio pueblo.

LEE LUCAS 5:27-28. ¿En qué se asemeja la respuesta de Leví al llamado de Jesús a la respuesta de Pedro, Santiago y Juan en el versículo 11?

Cuando Jesús decidió elegir doce apóstoles de entre Su grupo más amplio de discípulos, Simón Pedro, Jacobo y Juan, y Leví, que también era conocido como Mateo, estaban entre los doce.

LEE LUCAS 6:12-16

Estos doce apóstoles judíos reflejan las doce tribus de Israel. En los Evangelios de Mateo y Marcos, todos los nombres de los apóstoles son iguales excepto por Judas, hermano de Jacobo. En su lugar mencionan a «Tadeo», que probablemente fue un nombre dado a Judas, hermano de Jacobo, para diferenciarlo de Judas

22 Rumbo a la verdad del evangelio

Iscariote, que traicionó a Jesús. (¡Si yo me hubiera llamado Judas, también me habría puesto otro nombre!)

Escribe a continuación los nombres de los doce discípulos.

Algunos de los apóstoles, como Simón Pedro, desempeñan papeles importantes en el resto del Evangelio de Lucas. Pero a la mayoría de los apóstoles nunca se les menciona por nombre después de Lucas 6. No obstante, el hecho de ser nombrados aquí los convierte en importantes testigos oculares del ministerio de Jesús. En el primer capítulo de la continuación de Lucas (el libro de los Hechos), Jesús los describe específicamente de ese modo.

LEE HECHOS 1:8. ¿Qué dijo Jesús que Sus doce apóstoles iban a ser?

Los doce apóstoles tenían un papel importante. Como discípulos de Jesús, habrían viajado con Él a todas partes para observar lo que hacía y aprender lo que decía. Tras la muerte y resurrección de Jesús, los apóstoles viajaron predicando la buena nueva y estableciendo iglesias. Pero Lucas deja en claro que estos doce apóstoles no eran los únicos discípulos de Jesús. Nos da otros nombres de testigos oculares que fueron parte de aquel grupo más numeroso.

LEE LUCAS 8:1-3. En los versículos 2 y 3, ¿cómo describe Lucas al grupo de mujeres que viajaban con Jesús?

¿Cómo se llama la primera mujer que destaca Lucas?

La gente de aquella cultura no tenía apellidos como nosotros. Como «María» era el nombre más común para las mujeres judías de aquella época y lugar,4 a esta María se la distinguía de otras mujeres llamadas María añadiendo el lugar de donde procedía: Magdala. Por razones similares, a Jesús se le llamaba a veces «Jesús de Nazaret» en los Evangelios.

Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

¿Cómo se llama la segunda mujer que menciona Lucas?

Juana era el quinto nombre más común entre las mujeres judías de aquella época y lugar.5 ¿Cómo se distingue a esta Juana de otras mujeres con su mismo nombre?

El Herodes para el que trabajaba el esposo de Juana no era el Herodes que era rey cuando nació Jesús, sino uno de sus hijos, Herodes Antipas. Herodes Antipas gobernaba Galilea durante el ministerio público de Jesús. El papel de Chuza era importante en la corte de Herodes, por lo que Juana habría sido una mujer adinerada y con influencias.

¿Cómo se llama la tercera mujer que Lucas menciona entre las discípulas de Jesús?

«Susana» era un nombre relativamente poco común, y quizás por eso Lucas no nos dio más detalles para distinguir a esta Susana de otras mujeres con el mismo nombre. Pero Lucas incluyó a las tres mujeres como testigos oculares del ministerio de Jesús. Como veremos la semana que viene, dos de ellas también fueron testigos oculares de la resurrección de Jesús.

¿Cómo cambia tu manera de ver los Evangelios al saber que los autores se basaron en el testimonio ocular tanto de hombres como de mujeres?

Después de que Lucas describiera a Jesús ascendiendo al cielo en el libro de los Hechos (ver Hch. 1:9-11), mencionó de nuevo a los doce apóstoles, excepto a Judas Iscariote, quien había traicionado a Jesús. Luego Lucas escribió: «Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos» (Hech. 1:14). Cuando Lucas escribió su Evangelio, muchos de estos primeros testigos oculares aún vivían. Llevaban décadas contando sus historias, ¡y Lucas recopiló su testimonio para nosotros!

Alabado sea Dios porque obró a través de las vidas de hombres y mujeres que conocieron bien a Jesús para que nosotros pudiéramos aprender sobre Su vida, muerte y resurrección.

Dedica un tiempo en oración para que el Señor te dé el valor de ser testigo de Jesús en tu propia comunidad.

Rumbo a la verdad del evangelio

DÍA 3

LAS DIFERENCIAS

Es sábado por la mañana y estoy sentada en mi escritorio escribiendo este párrafo. Mi esposo ha salido con los niños para su rutina del sábado por la mañana: clases de natación seguidas de compras. Normalmente la pasan bien, pero el sábado pasado todos volvieron a casa malhumorados. Luke, nuestro hijo de tres años, estaba llorando. Lo tomé en brazos y le pregunté qué le pasaba. Me dijo: «Papá fue malo». Le pregunté: «¿Qué ha hecho papá para ser malo?» Respondió: «Eliza dijo que papá era malo». Entrevisté a los cuatro testigos oculares sobre lo que había ocurrido en el coche de camino a casa. Al parecer, las chicas empezaron a pelearse en el coche. Bryan hizo de árbitro a favor de Miranda, por lo que Eliza no estaba contenta con él. Luke se puso de parte de Eliza, de ahí su resumen: «Papá fue malo». Encontré datos comunes, pero cuatro perspectivas diferentes.

Ayer conocimos a algunos de los testigos oculares de la vida y el ministerio de Jesús y consideramos cómo sus testimonios sobre Jesús dieron forma a los Evangelios. Pero si los Evangelios se basan en testimonios de testigos oculares, ¿qué debemos hacer cuando dos Evangelios cuentan la misma historia pero parecen contradecirse? Esa es la cuestión que exploraremos hoy examinando uno de los relatos más hermosos del poder sanador de Jesús en la Biblia. La historia se cuenta en Mateo, Marcos y Lucas. Pero nos enfocaremos en los relatos de Mateo y Marcos.

LEE MARCOS 5:21-43. ¿Qué detalles nos da Marcos sobre el hombre que acudió a Jesús y sobre su petición? (ver vv. 22-23).

¿Qué acontecimiento tiene lugar de camino a casa de Jairo? (ver vv. 25-34).

¿Qué mensaje recibe Jairo en el versículo 35?

¿Cómo responde Jesús al mensaje y qué hace en el resto del relato? (ver vv. 36-43).

25 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

Ésta es una hermosa historia de un doble milagro. Quizás hayas notado los paralelismos entre la mujer que sangraba y la niña muerta. La mujer había estado sangrando durante doce años, el mismo tiempo que la niña había estado viva. Y mientras que la niña era hija del jefe de la sinagoga, la mujer que sangraba era la única persona a la que oímos a Jesús llamar «hija». Marcos se refirió al padre de la muchacha por nombre, Jairo, como testigo ocular de los hechos. A diferencia de casi todos los demás líderes religiosos que encontramos en los Evangelios, Jairo confió en Jesús, ¡el gran Sanador! Pero en la narración que hace Mateo de esta historia, encontramos una diferencia sorprendente.

LEE MATEO 9:18-26. ¿Qué dice el jefe de la sinagoga sobre su hija en el versículo 18?

VUELVE A MARCOS 5:23. En este punto, ¿cuál es la diferencia entre la versión de Mateo y la versión de Marcos?

El Evangelio de Marcos es el más breve de los cuatro, pues a veces Marcos cuenta sus historias de forma más concisa. Pero en este caso, la versión de Marcos es la más larga, y Mateo ofrece un resumen más breve de la acción. En la versión de Marcos, la hija de Jairo estaba enferma, pero aún con vida, cuando se acercó a Jesús. Jairo se enteró de que estaba muerta de camino a su casa. Pero Mateo condensó la historia, al describir a Jairo diciéndole a Jesús que su hija estaba muerta. Encontramos este tipo de cosas a lo largo de los Evangelios. A veces, los autores condensan una historia. A veces, centran la atención en un elemento de la historia para destacar un punto concreto.

Vemos un ejemplo de cómo los autores se enfocan en elementos diferentes cuando Mateo, Marcos y Lucas narran la historia de un milagro de sanación de Jesús mientras salía de Jericó. El relato de Lucas es similar al de Marcos, pero el de Mateo presenta algunas diferencias notables.

LEE MATEO 20:29-34 Y MARCOS 10:46-52. Observa las diferencias en los dos relatos del mismo acontecimiento, teniendo en cuenta el número, los nombres y el diálogo.

En lugar de mencionar a ambos ciegos, Marcos se concentra en uno y nos dice su nombre: Bartimeo, porque este ciego evidentemente llegó a ser testigo ocular del ministerio de Jesús. Mañana reflexionaremos más sobre los idiomas en que fueron escritos los Evangelios, pero observa que Marcos conservó la palabra aramea Raboni que utilizó Bartimeo en su respuesta, mientras que Mateo empleó un equivalente griego, que significa «Señor». No deberían sorprendernos ni preocuparnos diferencias como esta.

En ocasiones, en los Evangelios encontramos enseñanzas que suenan parecidas en lugares distintos o con detalles diferentes. De nuevo, esto no debería sorprendernos. Jesús pasó alrededor de tres años viajando y predicando. Esto fue mucho antes de la época en que se podían imprimir libros, ¡y mucho menos hacer grabaciones de audio o publicar videos de alguien enseñando en las redes sociales! Si lo piensas, es obvio que Jesús habría dado enseñanzas similares en diferentes ciudades y pueblos. Los autores de los Evangelios se basaron en tres años de sermones de Jesús. Intentaron captar Sus enseñanzas lo mejor que pudieron en el limitado espacio que tenían, para que las futuras generaciones de cristianos pudieran aprender de su Salvador. Hay enseñanzas que un autor del Evangelio resumió y que otro transmitió con mayor extensión. A veces, veremos que dos autores de los Evangelios citan versiones distintas de un sermón, pronunciado en lugares diferentes. No podemos saberlo con certeza.

Es más, a veces los autores de los Evangelios ordenaron su material para exponer un punto de vista teológico, en lugar de ordenarlo cronológicamente. Por ejemplo, justo antes de que Jesús tuviera un enfrentamiento con los fariseos a causa del sábat, Mateo registró que Jesús dijo: «Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga» (Mat. 11:28-30). Es posible que Jesús dijera esas palabras justo antes de aquel mismo sábat. Pero también es muy posible que Mateo pusiera de manera intencional esa enseñanza justo antes de relatar la historia en la que Jesús afirma ser Señor del sábat (ver Mat. 12:8).

Todos los autores de los Evangelios nos ofrecen un acceso fiel a las enseñanzas de Jesús. Pero, al igual que los guionistas de una película biográfica, cada autor de los Evangelios seleccionó de entre todas las historias posibles sobre Jesús aquellas que conforman una narrativa que se pudiera leer en una hora y media a dos horas y media. El mensaje de todos los Evangelios es el mismo: el Dios de todo el universo se hizo hombre y murió por nosotros para que pudiéramos vivir eternamente con Él. No deberían sorprendernos las diferencias.

27 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

DÍA 4

LOS IDIOMAS

El domingo pasado, estuve conversando con una joven que empezó a asistir hace poco tiempo a nuestra iglesia. Es de China y está aquí para hacer un doctorado en Harvard. El cristianismo es completamente nuevo para ella, pero está deseando saber más y se unió recientemente a nuestro estudio bíblico semanal. Mientras ella y yo hablábamos, una amiga mía se sumó a la conversación. Esta amiga también nació en China, pero se mudó a Estados Unidos cuando era niña. Ella dijo: «Podemos hablar en chino, si lo prefieres». Yo estaba encantada. Nuestra visitante habla un inglés excelente, pero me alegré mucho de que tuviera la opción de explorar el cristianismo con una creyente madura que hablara su lengua materna, sobre todo porque demostraría que el cristianismo no pertenece a la cultura occidental.

En varios momentos de mi vida, intenté aprender una gran cantidad de idiomas: francés, alemán, latín, hebreo bíblico y griego. Pero a pesar de años de estudio, mis habilidades son bastante irrisorias. Me impresiona profundamente que muchos de mis amigos puedan cambiar de idioma con la misma facilidad con la que yo puedo girar el grifo del baño de caliente a frío. No me puedo imaginar lo que es tener dos idiomas en la punta de la lengua.

La Biblia es una mezcla de idiomas. El Antiguo Testamento se escribió en hebreo, con algunos pasajes en arameo, idioma que se convirtió en la lengua principal de los judíos que vivieron en la época y el lugar de Jesús. El Nuevo Testamento está escrito en griego, que era la lengua más hablada en el Imperio grecorromano de aquella época. La mayoría de los cristianos de hoy no saben leer ninguna de estas lenguas. Entonces, ¿cómo podemos saber que lo que nos dicen los Evangelios no se pierde en la traducción?

En el estudio de hoy, examinaremos los idiomas que encontramos en la Biblia. Analizaremos lo que implica y lo que no implica la traducción en lo que se refiere a nuestra capacidad de acceder a las palabras reales de Jesús. Y veremos que saber más sobre las lenguas de los Evangelios nos ayuda también a entender mejor algunas de las diferencias entre ellos.

LEE JUAN 19:19-20. ¿Qué decía el título escrito en la cruz?

¿En qué tres idiomas estaba escrito el título?

Como probablemente sepas, el latín era la lengua hablada por los antiguos romanos. Así pues, escribir la acusación contra Jesús en latín, griego y arameo significaría que básicamente todo el mundo podría entenderlo. Pero, ¿qué decía exactamente el título?

Los cuatro Evangelios nos lo dicen, pero las palabras que utilizan son diferente en cada uno. Lee los cuatro versículos siguientes y escribe lo que cada uno dice sobre el título.

MATEO 27:37

MARCOS 15:26

LUCAS 23:38

JUAN 19:19

El mensaje es el mismo en los cuatro Evangelios, pero la redacción es diferente. La versión de Marcos, como su Evangelio, es la más breve. Es posible que los tres idiomas tuvieran una redacción ligeramente distinta y que cada autor de los Evangelios optara por traducir una lengua diferente o combinarlas. Quizás el letrero arameo decía «Jesús de Nazaret», mientras que el griego solo decía «Jesús». También es posible que los autores de los Evangelios resumieran el título de formas distintas. Pero el mensaje es el mismo, y no debemos preocuparnos por diferencias como esta.

Entonces, ¿enseñó Jesús en griego, arameo, o en ambos idiomas? No lo sabemos con certeza. A veces, las enseñanzas de Jesús parecen especialmente diseñadas para el griego. Por ejemplo, el estudioso del Nuevo Testamento, Peter Williams, señala que las cuatro primeras famosas bienaventuranzas de Jesús en el Sermón del Monte empiezan todas con la misma letra griega, y que esta aliteración sugiere que la enseñanza se pronunció originalmente en griego (ver Mat. 5:3-11).6 Pero los Evangelios también conservan fragmentos de arameo, lo que demuestra que Jesús habló en Su lengua materna al menos en algunas ocasiones. Ya hemos encontrado algunas palabras en arameo durante nuestro estudio.

29 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

Vuelve a leer Marcos 5:38-41. ¿Qué dos palabras en arameo le dice Jesús a la niña muerta?

Marcos lo tradujo al griego porque algunos de sus lectores no entendían el arameo. Tu Biblia traduce ese griego al español. ¿Qué dice la traducción en español?

AHORA LEE LUCAS 8:54. ¿Qué le dice Jesús a la niña en la versión de Lucas?

Marcos tradujo lo que Jesús dijo en arameo con una palabra griega que significa niña o joven. Lucas lo tradujo con una palabra griega que significa muchacha Ambas traducciones captan el sentido de las palabras de Jesús. Saber que los autores de los Evangelios probablemente estaban traduciendo testimonios que les habían transmitido en arameo nos ayuda a entender por qué hay diferencias en cómo se registraron las palabras de Jesús en un Evangelio en comparación con otro. Cuando traducimos, siempre tomamos decisiones sobre cuáles palabras o frases de un idioma serán los mejores equivalentes de palabras o frases en otro. Pero, ¿cómo sabemos que no estamos perdiendo mucho en la traducción entre el arameo y el griego, o entre el griego de los Evangelios y el español de nuestras Biblias?

En cierto sentido, siempre se pierde algo en la traducción, pues suele haber varias palabras o frases en un idioma que podrían traducir una palabra o frase en otra. Por eso, si abres el mismo pasaje en dos traducciones distintas de la Biblia al español, encontrarás algunas diferencias. Por ejemplo, uno de mis versículos favoritos del Antiguo Testamento es Isaías 49:15.

La Nueva Versión Internacional lo traduce así:

«¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!».

Y la Reina Valera 1960 lo traduce:

«¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti».

Por lo general, como cuando Lucas eligió la palabra griega para muchacha mientras que Marcos eligió la de niña, la palabra en español que elige un traductor no cambia el significado básico del versículo. Pero a veces sí lo hace. Por eso, puede ser útil consultar un par de traducciones distintas para hacerse una idea de la gama de significados posibles.

Algunas traducciones intentan seguir palabra por palabra el griego y el hebreo de la Biblia, aaunque esto pueda hacer que la versión en español sea más difícil de entender. Otras traducen más idea por idea, tratando de hacer la Biblia más legible para el público moderno, aunque no sea una traducción literal palabra por palabra del original. Y algunos buscan un término medio entre ambos estilos. Sin embargo, lo importante es que tenemos acceso real al testimonio de los Evangelios sobre Jesús. No necesitamos saber griego ni arameo para saber que Jesús le dijo a aquella niña muerta que se levantara.

A veces se piensa que el proceso de traducción de la Biblia implica múltiples ciclos a lo largo de los años, lo que podría llevar a introducir más errores con cada intento. Sin embargo, en realidad tenemos acceso a los textos griegos y podemos consultarlos libremente si nos tomamos el tiempo de aprender los idiomas bíblicos. Además, con el descubrimiento de más documentos antiguos, nuestra comprensión de los textos y los idiomas bíblicos ha mejorado. Por lo tanto, las traducciones actuales son más precisas que hace cien años.

Hoy, casi dos mil años después, la Escritura se proclama en todo el mundo, se traduce a cientos de idiomas diferentes y, en la actualidad, se están traduciendo a aún más, para que miles de millones de personas puedan depositar su confianza en Jesús.

31 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

DÍA 5

LOS TEXTOS

Mi abuela Betty inventaba poemas cómicos. Mi favorito decía así:

Saluda a nuestra izquierda, Saluda a nuestra derecha, Todos nos conocen, ¡Y odian vernos!

Al menos, así es como yo lo recuerdo. Es posible que en lugar de «Y odian vernos», la última línea dijera: «Odian vernos». Tristemente, la abuela Betty murió hace cuatro años, así que no puedo consultarlo con ella. Pero podría verificarlo con sus otros nietos. Mis primos viven a miles de kilómetros, y no hemos hablado del poema de nuestra abuela. Así que su versión sería independiente de la mía. Si todos recordaran «Y odian vernos», sabría que mi versión es correcta. Pero si mis siete primos recordaran «Odian vernos» mientras que mi hermano y mi hermana dijeran que era «Y odian vernos», asumiría que mi familia inmediata lo había recordado mal. Quizás nuestro padre lo recordaba mal y nos transmitió la variante.

En lo que respecta a los textos de los Evangelios, no tenemos los manuscritos originales físicos (o autógrafos) que escribieron Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Pero se empezaron a hacer copias de los Evangelios poco después de que fueron escritos. De hecho, tenemos muchos manuscritos griegos antiguos de todos o parte de estos Evangelios. De todos los manuscritos que tenemos, podemos saber la fecha aproximada analizando el material físico en el que está escrito. También es importante el tipo de caligrafía utilizada, ya que en los manuscritos bíblicos se utilizaron diferentes formas de escribir en distintos periodos. Pero no sabemos si era una copia del autógrafo, o una copia de una copia, ¡o una copia de una copia de una copia! Los manuscritos suelen durar entre 150 y 200 años. Así que, por ejemplo, una copia del siglo III podría ser una copia del autógrafo del siglo I, o una copia de una copia.

Los escribas trabajaban con mucho cuidado al hacer sus copias. Pero incluso el escriba más preciso cometería errores ocasionales en un manuscrito largo, y algunos

escribas hicieron cambios intencionales. Entonces, ¿cómo podemos saber lo que escribieron realmente los autores de los Evangelios? La respuesta radica en la pronta difusión del cristianismo. Como los Evangelios se difundieron tan lejos y tan deprisa desde el principio, tenemos una gran cantidad de copias antiguas que se hicieron de forma independiente en distintos países. Así que, como si yo llamara a mis primos de Inglaterra para verificar lo que recuerdan de los poemas de mi abuela, podemos comparar manuscritos de un lugar con manuscritos de otro y detectar errores o cambios. Los expertos pueden mirar el árbol genealógico de las copias que tenemos y averiguar dónde se colaron los errores. Como tenemos tantas copias de todos o parte de los Evangelios, muchas más que de otros manuscritos antiguos, la gran mayoría de los textos de los Evangelios están consensuados.

En los pocos casos donde hay dudas sobre si un pasaje es original, o donde tenemos versiones diferentes pero igualmente auténticas de un versículo, nuestras Biblias incluyen una nota explicativa. Un ejemplo de esto se encuentra al comienzo del Evangelio de Marcos.

LEE MARCOS 1:1. ¿Qué dice este versículo sobre Jesús?

Si tienes una nota al pie de la página de tu Biblia al final de este versículo, ¿qué dice sobre la frase «el Hijo de Dios»?

Muchos manuscritos antiguos omiten la frase «el Hijo de Dios» de Marcos 1:1. Al principio, esto podría parecer un gran problema. Quizás el original de Marcos solo decía: «El comienzo del evangelio de Jesucristo», y los cristianos posteriores añadieron «el Hijo de Dios». Esto parece respaldar la afirmación que a veces hacen los escépticos de que Jesús solo fue un maestro inspirador y que la idea de que era el Hijo de Dios se inventó después de Su muerte. Pero supongamos por un momento que Marcos no escribió «el Hijo de Dios» en la frase inicial de su Evangelio. ¿Apoyaría eso realmente el argumento escéptico? No.

LEE MARCOS 1:9-11. ¿Cómo enseña este pasaje que Jesús es el Hijo de Dios?

Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

Aunque Marcos 1:1 no incluya «el Hijo de Dios», tenemos muchas pruebas en el resto del Evangelio de Marcos donde él presenta a Jesús como el Hijo de Dios. Nuestra comprensión de esa verdad no depende de un solo versículo.

¿Hay pasajes más largos en los Evangelios que sean dudosos? Sí, dos: uno en Juan y otro en Marcos.

LEE JUAN 7:53–8:11

Me encanta esta historia. Encaja maravillosamente con todo lo que sabemos sobre Jesús por el resto de los Evangelios, y es muy posible que sea una historia real, transmitida por testigos oculares e incluida finalmente en las copias del Evangelio de Juan. Pero como no aparece en las primeras copias de Juan que tenemos, los eruditos actuales piensan que no estaba en el autógrafo original de Juan. Afortunadamente, nada de nuestra comprensión de quién es Jesús depende de este texto. Incluso si ese encuentro nunca hubiera tenido lugar, no supondría ninguna diferencia para la creencia cristiana.

Pero, ¿qué ocurre con el final del Evangelio de Marcos?

Si abres tu Biblia en Marcos 16:9-20, es probable que encuentres una nota que te diga que algunos de los primeros manuscritos de Marcos no incluyen estos versículos. Si los lees, te darás cuenta de que resumen algunas historias contadas en otros Evangelios. Como veremos la semana que viene, el versículo 8 parece dejar la historia inconclusa a primera vista, por lo que es comprensible que la gente haya querido añadir una conclusión basada en otros escritos sobre Jesús. Pero, de nuevo, nada de nuestra comprensión de quién es Jesús depende de los versículos 9-20.

Es más, si examináramos todas las secciones de los Evangelios en las que existe alguna duda significativa sobre qué versión del texto es la original (la mayoría de las cuales son muy breves), no supondría ninguna diferencia real para nuestra comprensión de quién es Jesús. En su excelente debate sobre estas cuestiones, el estudioso del Nuevo Testamento, William D. Mounce, señala que incluso Bart Ehrman (el crítico actual más famoso del Nuevo Testamento) está de acuerdo con este análisis.7

Pero aunque los pocos versículos o pasajes cuestionables de los Evangelios no cambien nuestra visión de Jesús, ¿cambian nuestra visión de la Escritura? Como cristiana, creo que toda la Biblia está inspirada por Dios y es totalmente digna

de confianza. Pero debemos comprender que los cristianos creen que la Biblia está inspirada por Dios en su forma y lenguas originales. Así pues, los autógrafos originales escritos por Mateo, Marcos, Lucas y Juan fueron inspirados por el Espíritu. Afortunadamente, se hicieron tantas copias de estos originales que podemos confiar que los textos de nuestras Biblias actuales son muy, muy parecidos a lo que Mateo, Marcos, Lucas y Juan escribieron originalmente. Es más, muchos eruditos han invertido toda una vida de investigación en traducir los Evangelios al español para nosotros, de modo que, aunque las traducciones individuales al español no vienen con una garantía de inspiración divina, podemos estar seguros de que estamos recibiendo el mensaje exacto sobre Jesús.

REFLEXIONA

¿Qué cosas nuevas has aprendido sobre los Evangelios en nuestros estudios de esta semana?

Tras examinar los Evangelios más detenidamente, ¿te sientes más o menos seguro de que los Evangelios nos dan acceso a Jesús?

¿Qué preguntas te quedan pendientes?

35 Sesión uno: ¿Por qué confiar en los Evangelios?

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