El Secreto de tu Mirada

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Capítulo 3

Era temprano, estaba corriendo como cada sábado, miraba al frente, mis piernas trotaban solas, acostumbradas al ejercicio físico, por el contrario, mi mente no le prestaba atención al recorrido establecido, sino que rebobinaban una y otra vez la conversación que mantuve con la nada, aunque esta aseguraba repetidas veces, que si que existía, incluso que era un fuego fatuo. Mis pies se pararon delante de un edificio enorme, edificado en piedra, decorada la entrada, con unos cuantos escalones y unas columnas, imperiales, que en la parte de arriba contaban con enredaderas con flores estaban esculpidas en piedra, un diseño muy bonito, ante mis ojos que no eran sabios en arquitectura, 31


pero llegaban a ver la hermosura de construcción, que se encontraba en frente. El techo acabado en un pequeño pico, estaba coronado por tres cuervos cada uno de un tamaño diferente, estos sobre una esfera, parecía un globo terráqueo , mejor dicho era el mapa de Escocia, señalizado el pueblo donde habitaba o eso logré ver por la precisión, dada por mis lentillas. Los cuervos, colocados de manera que apuntaban a las calles, por las que podrías ir desde aquí, el cuervo más grande estaba en medio, mirando directamente a mí, por un micro-segundo llegue a creer que una luz morada procedía de su ojos. El siguiente, relativamente más pequeño que el primero, miraba hacía la calle que hubiera seguido, si quisiera volver a correr, y el último apuntaba a la calle por donde había venido. Subí los pocos escalones de dos en dos, con cuidado de no tropezar y caer torpemente. Ya dentro de la biblioteca, me quedé de nuevo totalmente deslumbrada, por la inmensidad de las estanterías, divididas en secciones, tantos libros donde elegir, que me sentía cohibida, al no poder llevarme ninguno de ellos en este momento, además de haber venido sin quererlo realmente, por el libro que tanto me había insistido Shadow en buscar. Recordé que dijo, que se llamaba “Escocia y sus misterios a los ojos de una bruja” ya había oído sobre brujas en Escocia, pero nunca llegué a leer un manuscrito, como el que vine a buscar, 32


decidí hacerlo en la sección de “La Escocia misteriosa” sabía historias sobre estas brujas las típicas como que quien fuera una bruja, pagaría por su pecado, ardiendo y esas cosas, sí exacto, como las brujas de Salem, pero menos conocidas e igual de interesantes, para una fanática de los libros como yo. Las horas pasaron, no encontré nada, estaba cansada, de tanto buscar, ya no me quedaban estantes donde perderme para así encontrarlos. Ya dada por vencida, una voz, aguda y dulce que reconocía a la perfección dijo mi nombre, sacándome de mi trance. -Aj - era Jane, con una chica que no conocía, era rubia, guapa, sus ojos eran de un color avellana y contaba con numerosas pecas en sus sonrosadas mejillas-¿Qué haces aquí?- sonrió, rascando su cabeza, dándose cuenta de lo absurda que era su pregunta. -Ah, hola Jane-Dije mientras observaba a la chica a su lado, parecía más pequeña que nosotras o era que su cara trasmitía demasiada dulzura-Lo siento por no verte antes, estaba centrada en encontrar un libro-yo también tenía una leve sonrisa, con la cual se señalaban mis hoyuelos. -No importa, yo tampoco te había visto hasta ahora-Se calló por un instante, mirando a la nada, pero rápido se recompuso, continuando- ah, perdón, esta es mi prima, Maya, es más 33


pequeña que nosotras y estaba buscando un libro-Respondió, confirmando mis sospechas sobre la chica; para ser primas no se parecían en nada, ella era más bajita, su cabellera tampoco era la misma, pero una cosa en la que no se diferenciaban era en su tez blanca y pecosa. -Hola, encantada- habló Maya, su voz era aguda, como si estuviera cantando, por lo melodiosa que era- ¿Aj no? -Si, un placer Maya-Observé el libro de entre sus brazos, era negro, la portada no se veía al estar agarrado de esa manera-Es el libro que buscabas, puedo ojearlo. -Pues claro, todo tuyo al final no me lo voy a llevar-Declaró, conjuntamente al entregarme el libro-Lo he leído un poco y no me convence tanto como esperaba-No le presté mucha atención a la rubia, pues al ver la portada, un brillo se posó en mis ojos, era el libro,no lo encontré porque ella lo tenía, daba gracias a los cielos, por que Jane y su prima estuvieran aquí. -Eh, muchísimas gracias-Espeté, pasando las hojas del libroOs podéis creer que es el mismo que buscaba. -Supongo que el destino, quería que lo tuvieras, gracias a nosotras-Que estupidez el destino no existe querida amigaAntes de que digas nada, me da igual que no creas en la predestinación. 34


-Suponía que dirías eso-Ella levantó una ceja haciéndome reír ante su acto-Pero es que no puedo creer en algo que no es real, es de idiota pensar que algo tan ridículo, marque la vida de tantas personas. -Si tu lo dices, será verdad, no amargada-Expuso riéndose a carcajada limpia, aunque intentaba no hacer ruido-Nosotras nos vamos, adiós Aj que te vaya bien con el libro. -Hasta que nos volvamos a ver, Chica-Se despidió, guiñándome un ojo. Ya en la cama, con el libro, sobre esta, sin abrir todavía, la voz de Shadow volvió a mi mente, molestando de nuevo. -Por fin, te ha costado-Es demasiado mortificante, podría callarse de una vez, o no haber hablado de nuevo. -Por lo menos lo he encontrado, no es lo que querías. -Pues venga ábrelo, página 47, dejate de rodeos.

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EN EL LIBRO...

-Hace tiempo en un grupo de brujas de Escocia, se desencadenaron una serie de luchas y conflictos que dividieron a la población de estos magos y brujas en dos bandos. Todo ello ocurrió por las ansias de poder de uno de ellos, que decidido a ampliar sus dominios a costa de los demás pueblos, puso inicio a una guerra; conocida como “La Guerra de los dos cuervos”. Se enfrentaron dos hermanas, una con un inmenso anhelo pacifista se unió a magos de otros clanes para derrocar y ajusticiar a su líder. Esta, viendo su inminente derrota decidió huir, dejando la vida de su hija en manos, del que había sido su marido y ahora el protector de esa niña; tras sus ojos, un secreto escondido para ella y la chica escondida para el resto. Su madre decidió hechizar a su hija y protegerla durante su infancia e inicios de su adolescencia de ese poder que aguarda ser revelado al cumplir sus diecisiete años. Porque pese a su maldad, una madre haría lo que fuera por su hija. Con esos poderes se ocultó también su fuego fatuo, el cuervo que a su vez es emblema de la familia y del clan Ravenhill. La página ya se había acabado, dejando de leer, le pregunté en un tono bajo al fuego fatuo. -De que me sirve un cuento para niños, para saber más de mi familia –es bonito y tal pero… -Calla y escucha niña terca. -No soy una niña, ni soy terca, pero desembucha. 36


-Bueno, como ya sabes yo soy un fuego fatuo, mi nombre es Shadow, como he dicho antes, tengo forma de cuervo y me han enviado para cuidarte y enseñarte – no me gustaba ni un pelo lo que estaba diciendo-empezaré a mostrarme tal y como soy-tras esas palabras un espíritu con forma de cuervo se mostró ante mí. -Tienes suerte de que me gusten los cuervos; pajarraco. -Por favor dime Shadow o no dudaré en atacarte, déjame proseguir - asentí indicando que podía continuar-Te va a sonar muy raro pero ya mismo llega la ascensión y te seré franco no estas preparada, tienes que aceptar mi ayuda o estarás perdida. -Me estás tomando el pelo – rodé los ojos-esto no tiene ni pies ni cabeza. -Sigues sin creerme bruja estúpida. -He dicho que no me insultes y no me digas bruja porque no lo soy. -Como tú quieras, no lo aceptes, problemas arréglatelas sola.

pero cuando tengas

-Pues como siempre, cuervito, desconéctate ya-tan rápido como lo dije, se fue. Estaba dentro de la cama pensando en que acababa de pasar, cumpliré 17 en cuatro días y sabía perfectamente que nada iba a pasar, no era normal que un cuervo se apareciese así como así, por el contrario se puede decir que mi vida no tiene una pizca de normalidad. 37


Al día siguiente… Estaba desayunando, ya me había duchado y vestido, esta mañana iba a devolver el libro en la biblioteca. Con respecto a lo de ayer decidí no darle vueltas, nada de eso era real. -¡Aj! - Puff, ya estaba mi hermano molestando. -Me llevo el coche. -Perdona, hoy me toca a mí– Joseph me jodía siempre. -A dónde vas para necesitarlo. -Y tú, porque, que yo sepa no tienes amigas. -Sí que tengo, pero si las conoces. – siempre me decía lo mismo; pero estaba justificado, contaré esa historia más tarde. –Venga en serio, para qué lo necesitas. -He quedado con mis amigos y con Dallas. –Es su novia, bastante guapa, nunca se lo diría. -Por lo menos llévame-Rogué, observando como caminaba hacia la entrada, cogiendo las llaves del coche, colocadas en un cuenco, en el recibidor, junto a la percha. -Dónde vas y me lo pensaré-Movía las llaves, emitiendo un sonido agudo, un repiqueteo, insoportable. -A la biblioteca a dejar un libro-Comenté sin demorarme mucho. -Tienes suerte me pilla de camino-Mis cejas se elevaron de la sorpresa, y me acerqué a él, poniéndome mi chaqueta, la 38


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