HISTORIAS F UTBOL DE
un film de Andrés Wood
“El jugador hace lo que le pida el entrenador, y el entrenador hace lo que le pida el dirigente, y
el dirigente pone la plata, y sin plata cagamos todos, ¿entendís?”
El primer tiempo se titula No le Crea y es una historia basada en el cuento de Mario Benedetti Puntero Izquierdo. Es acerca de un talentoso y joven futbolista, caracterizado por Daniel Muñoz, tentado a traicionar a su equipo de pichanga por ir a jugar en las ligas mayores. La disyuntiva entre sus ambiciones y el amor al deporte se verá reflejada en lo más importante de un partido: el último gol. En el segundo tiempo, se encuentran los niños Pablo y Fernando, protagonistas de Último gol gana, basada también en una obra literaria, pero de Raúl Pérez Torres y su cuento Cuando me gusta el fútbol. En la historia, los dos chicos están frustrados por no haber entrado junto a sus amigos al partido entre Cobreloa y Universidad de Chile en Calama en 1995. Hasta que la pelota sale del estadio y llega a las manos de los chicos. Finalmente el alargue se llama Pasión de multitudes, escrita por Andrés Wood y René Arcos. Trata sobre Francisco, un joven santiaguino, que se encuentra en la isla de Chiloé para el partido que define si la selección chilena queda o no clasificada para el Mundial Fútbol España ‘82. El clima y el transporte no están a su favor y el joven deberá ver el partido en la única casa con televisor de esa parte de la isla, junto a sus dueñas, las hermanas Serón, y los hombres del pueblo que añoran ver los goles decisivos.
R E S E Ñ A
T
res historias en distintas localidades del país y la pasión por el balón como factor común componen el primer largometraje realizado por el director Andrés Wood. El tratamiento audiovisual que le da a este deporte de masas transforma a esta película en una de las obras pertenecientes al nuevo cine chileno en democracia.
C O N T E X T O H I S T Ó R I C O
A
unque en 1997 la transición estaba avanzada, el país no había sufrido grandes cambios desde el retorno de la democracia: Pinochet continuaba como Comandante en Jefe del Ejército, Chile tenía un segundo presidente democratacristiano y el crecimiento económico era sostenido. El país tenía una estabilidad excepcional que decantó en la búsqueda de la propia identidad, pero esta vez de forma crítica. La llegada a la escena artística de grupos como Los Tres, La Ley y Lucybell que consolidaron sus carreras; la creación de programas de televisión con un tono más relajado como Viva el Lunes; y en cine el estilo retratista de directores como Caiozzi, Littin y Larraín, ayudaron a que se reconfigurara la mirada sobre nosotros mismos. En este caso, Andrés Wood con Historias de Fútbol ocupa el deporte como excusa para retratar nuestra realidad a lo largo del país. Al momento del estreno de la película se realizaban las clasificatorias para el Mundial de Francia ’98. La selección nacional debía jugar
contra Ecuador para pelear los últimos puntos y el obstáculo inmediato era que el portero Nelson Tapia había sufrido una lesión en el entrenamiento. De todas formas, Chile termina clasificando apenas por diferencia de goles con Perú que tenía el mismo puntaje que La Roja. Por esos tiempos la selección chilena tenía a Iván Zamorano y Marcelo Salas, apodados la dupla Za-Sa, dos ídolos que le daban esperanza a los hinchas, porque Chile no asistía a un Mundial desde España 82, que tuvo como protagonista a Carlos Caszely, momento que el director en el film. Andrés Wood explicó por qué quiso mostrar al país a través del deporte popular en el estreno de la película: “Nuestro fútbol es una fiel muestra de nuestra idiosincrasia, porque nos creemos exitosos y no lo somos”. El director enjuicia la competitividad y la pasión, pero también el conservadurismo y el aislamiento del chileno. El país en el ’97 recién se abría al mundo, recién podía mirarse a sí mismo, exponerse y reírse o llorar sus heridas.
D anie l
M u ño z
actor Cómo partió todo Estábamos haciendo El Desquite, una obra de teatro y Boris (Quercia) estaba revisando un casting para el Andrés (Wood). Boris venía de mucho antes entusiasmándose por el cine, y él mientras nos preparábamos para hacer las funciones, hacia pequeños videos, y se los llevó al Andrés. Creo que Andrés vio anteriormente una obra de teatro que hicimos con el mismo grupo que se llamaba Los Trasnochados, donde hacía un personaje muy cercano a lo que él quería para Historias de Fútbol, y ahí me llamó para trabajar en esta trilogía de historias. Primera vez Estaba muy entusiasmado haciendo cine. Quería estar ahí, contar la historia. Era muy sacrificado, me encantaba terminar agotado, sentía que estaba haciendo algo importante para mi carrera y para el cine. Esta película me entusiasmó mucho, quería más. Y claro, después vinieron otros directores, otras películas. Después trabajamos con Andrés justamente en El Desquite, y como director es
como uno espera, alguien que confía en ti como actor, diciéndote mas o menos lo que hay que hacer brindando las herramientas para que uno mismo lo resuelva. Me acuerdo que la primera escena que hicimos, fue la que aparece en la película, la del cabezazo, cuando el personaje salta el cámara lenta y cabecea la cámara. Para mi después verlo fue muy sorprendente, porque no era parecido a la televisión, era muy distinto. Creo que la pasión de esos trabajos no la he vuelto a realizar. De sentir la pasión de alguien que está frente a algo por primera vez, que entrega todo. Después uno como que se manía un poco, o selecciona mejor lo que hace. Al principio estás completamente desbocado, y eso está en Historias de Fútbol. Gol Yo de fútbol no sabía nada, y había que prepararse un poco. Además era mi primera película. Mis únicas experiencias cercanas al cine en ese minuto estaban en una publicidad que hice en los
80. Acostumbrarse a la pelota, a verse como un jugador más o menos experimentado, cosa que nunca fue posible, fue un trabajo difícil. Empezamos a doblarle un poco la mano a la historia y en el fondo más que buen jugador, mi personaje era un oportunista; estaba siempre en la posición correcta y su amigo, que era el actor Pablo Striano, que su compadre en la película, era el jugador que hacía todas los movimientos de cancha, le pasaba la pelota y mi personaje metía el gol y por eso era famoso. Estaba ahí y hacía ganar finalmente el partido. Di jugo en la cancha haciendo las escenas, tenía que verme futbolista, me costó mucho hacerlo. Fue la parte más sufrida del proceso. Parte del proceso Trabajar con Fernando Gallardo, quien era él quien llevaba la mano, fue toda una experiencia. Mientras grababa con él, me di el lujo de escribir una escena y proponérsela a Andrés, que es una escena cuando voy llegando a hablar con Fernando y me ataja su guarda de seguridad, el matón ahí en el pool. Esa conversación “pa onde vai. Pa allá po. No po
no vai. Si po, voy po”, ese juego de palabras lo inventé yo. Aproveché de escribir algo y le pareció muy bien al equipo. Un respiro No sé si el objetivo era reflejar la identidad del país, pero finalmente son tres postales chilenas: está el norte, el centro y el sur. Andrés buscaba dar un pequeño barniz o retablo de lo que era Chile, y lo que sigue siendo ahora. Se podría definir como muchas cosas, pero el hecho es que están ahí. Son tres historias donde el futbol es el motor, pero habla no sólo de futbol, de muchas cosas más. Siento que cinematográficamente fue un trabajo diferente a lo que se venía haciendo, muy teñido por lo político. De las pocas películas que salían, esta fue como un refresco, ver otro chile en el cine. Ver regiones, reírse con los personajes, hacer algo más gracioso, no tan grave, ni relacionado con la problemática política partidista. Fue una gran bocanada de oxigeno. Siento que fue un impulso.
A l do S chia p p acasse P E R I O D I S TA , C R I T I C O D E C I N E Y D E P O R T E S
Qué dejó la película La cinta dejó a Andrés Wood, que por esa época estaba haciendo sus primeros filtreos con el cine; dejó una estructura importante en términos narrativos, según mi criterio; y dejó el testimonio de una película de fútbol chilena. Lo que no es poco. Chile tiene dos películas de fútbol: una habla más de las barras, que es Azul y Blanco, y la otra es Historias de Fútbol, por lo tanto Wood viene a saldar una deuda importante, una deuda que alguien tenía que pagar y afortunadamente la pagó él, porque, por lo demás, es una muy buena película. El director Creo que Wood, en toda su filmografía, trata de apuntarle a la temática popular de alguna manera, a diferencia de otros cineastas chilenos. Ellos se quedan en una anécdota muy cerrada y muy pequeña, que va habitualmente dirigida a un público muy escaso, como se ha demostrado casi siempre en las taquillas. El fútbol y el cine Hay más de mil doscientas
películas sobre este deporte en el mundo y la mayoría de los países futbolizados tienen una representación cinematográfica de esta pasión, por eso los países que tienen más tradición futbolera son los hacen que más de estas películas: Inglaterra, Argentina, Brasil e Italia. Creo que las películas de fútbol tienen una temática universal que después se aterriza de acuerdo a la idiosincrasia de cada uno de los países. Es distinto el humor de los ingleses al humor de los italianos para reflejar el mismo tema; es distinta la manera de ver la épica de los argentinos con respecto a la de los españoles. En Historias de fútbol hay guiños a estos temas como por ejemplo el fútbol o el sexo, que para los italianos es súper importante qué se elige. Identidad chilena Yo creo que la idiosincrasia nacional en Historias de Fútbol está primero con el relato ambientado en Chiloé, que eso más chileno no puede ser; dos, que la temática que plantea el corto de Calama es intrínseco y totalmente nortino; y tres, que la primera historia es de población y registra cómo se vive el fútbol en las canchas de barrio
de nuestro país. Yo creo que, sin pretenderlo, es una de las películas que mejor refleja la universalidad nacional a partir de una cuestión meramente geográfica. Además es una película que no envejeció, si uno la mira catorce años después pasa absolutamente colada en todo ámbito: en qué somos, qué hacemos, cómo nos desenvolvemos, todo. Chiloé sigue siendo el mismo, Calama sigue en lo mismo, las pichangas de barrios siguen siendo lo mismo. Te deja suspendido en el tiempo..
Efemérides Yo trabajaba en TVN el año 95 y Andrés llegó hasta el canal para que Pedro Carcuro y Sergio Livingstone fueran los narradores del partido que se cuenta al final de la tercera historia, cuando cambia el resultado de Alemania con Chile a un empate. Estos no quisieron y yo le hice la trenza con Carlos Alberto Campusano, que finalmente terminó por ser unos de los relatos más vibrantes e impactantes; de uno de los mejores gallos y a mí me sigue emocionando cada vez que veo la película.
p rensa “Andrés Wood y su equipo hicieron algo casi impensado en nuestra
exigua filmografía: entrar en el alma chilena, sin remilgos, ni lloriqueos”.
Revista Primera Fila de Las Últimas Noticias, 6 de junio de 1997.
N
“ o hay aquí una búsqueda intelectual ni una indagación enteramente dolorosa en el ser chileno. Wood y su guionista, René Arcos, se ciñen a un esquema narrativo asimilable para cualquiera, sin dobleces, realista de principio a fin”.
La Tercera, 6 de junio de 1997.
C
“ on un elenco destacado, un guión solvente y una atmósfera que aporta a la narración, las tres historias emergen con fuerza individual y potencian la construcción total”. Las Últimas Noticias, 5 de junio de 1997.
“Andrés Wood nos entrega su obra con el esmero de un buen
alumno que cumple a cabalidad con su tarea: pulcra, sin borrones y que avanza tranquila por las piedras del cálculo de lo puramente narrativo, más que por los inciertos y serpenteantes caminos de la pasión”.
Revista Wikén de El Mercurio, 6 de junio de 1997.
“El trabajo de Historias de fútbol surge correcto y logrado sostenido
en tres elementos: la fotografía de Igor Jadue, el montaje de Andrea Chignoli y las actuaciones de los actores protagónicos, lo cual da cuenta de la capacidad y sensibilidad de Wood para armar personajes ante la cámara”.
Revista La Cultura de La Época, 6 de junio de 1997.
datos || Cuando la película se exhibió en los cines, los espectadores también podían ver un cortometraje dirigido por Boris Quercia titulado El Lanza. || Andrés Wood es economista de profesión. A principios de los ’90 viajó a Estados Unidos a estudiar dirección de fotografía en la New York University. || Es el primer largometraje en el que actúa Daniel Muñoz. || La película tuvo un costo de 300 mil dólares. || Historias de fútbol compitió en las salas con cintas como Mentiroso mentiroso, El quinto elemento y El paciente inglés.
e f em É rides || Los programas más vistos de la televisión chilena eran Viva el lunes y Maravilozoo || El músico argentino Andrés Calamaro lanzó ese año su disco solista llamado Alta suciedad tras su paso por el grupo Los Rodríguez. El single de moda, al momento del estreno de la cinta, era Flaca. || La misma semana, el comentarista deportivo Eduardo Bonvallet,
entrevistó a Augusto Pinochet en su programa Noche de bomba, transmitido por La Red.
“La pelota es mía”