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La fragilidad de los espejos
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La fragilidad de los espejos
La fragilidad de los espejos José Ygnacio Ochoa 1ª edición: © Ediciones Estival 2021 Colección El vitral de Duchamp. Nº 6 Depósito legal: AR2021000078 ISBN: 978-980-18-2025-3
Ediciones Estival
Consejo Editorial:
Alberto Hernández Juan Martins José Ygnacio Ochoa
©Proyecto Codarte A.C.correo electrónico: edicionesestival@hotmail.com Levantamiento de textos y artes finales: Estival & Asociados
Diseño de portada: Karwin PoleoEn la portada: Foto de Duy Anh Phan en PixabayDigitalización: Talleres de Codarte A.C.
Editor digital: Ediciones Estival & AsociadosDigitized in Venezuela
José Ygnacio Ochoa
La fragilidad de los espejos
Ensayos en torno a la literatura venezolana contemporánea Prólogo de Juan Carlos Santaella
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La fragilidad de los espejos
Paisajes narrativos explorados desde el asombro
En el momento en que escribo estas líneas, aún mi cuerpo se resiente e, incluso, se resiste a emprender un recorrido a través de las palabras que puedan, con fuerza suficiente, describir el plural contenido de La fragilidad de los espejos. Quizá mi propia fragilidad ha contribuido notablemente a manifestar lo que en otros tiempos fue para mí una condición natural y satisfactoria.
Hace veinte años, la experiencia de la escritura, el oficio de las palabras, se me daba de una manera feliz, sin resistencias; era, en efecto, una escritura trenzada al hilo de los placeres incitados por las demandas periodísticas, los congresos literarios, las tertulias y todo aquello que, desafortunadamente, se extravió en un país que casi no existe.
Desde luego que no quisiera contaminar con mi evidente melancolía los gozos y la lúcida libertad de pensamiento que ha alcanzado José Ygnacio Ochoa al escribir La fragilidad de los espejos. Sin embargo, me es imposible, en estos días aciagos y precarios, rememorar lo que hace no tanto tiempo fueron, sin duda, las dichas intelectuales de hallarnos implicados en espacios literarios indudablemente plenos y exigentes.
Creo haberle comentado al autor de este libro formidable, que en nuestro país, más allá de las tribus universitarias y las cofradías de contertulios amantes
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de las letras, tuvimos la indescriptible fortuna de padecer y agradecer eso que, a falta de otro concepto, he llamado «la amistad literaria». Las amistades literarias no eran «amistades peligrosas» y conspirativas. No llegaron a ser barricadas fundamentalistas para destruir los libros, los poemas, las palabras, el entusiasmo creador, en fin, de quienes noblemente exponían sus resultados literarios.
Aunque desde el ejercicio riguroso de la crítica literaria estaban más que justificadas ciertas agresiones y desplantes retóricos, no obstante las pasiones urgentes de ficciones, estudios, ensayos y poemarios, lograban, al menos, una satisfactoria resonancia en el ámbito literario de entonces. Después llegó el vacío. Esa enorme sala de conciertos que fue, dos décadas atrás, el paisaje literario venezolano, el mismo devino entonces en un árido desierto, en un territorio devastado por la soledad y el sin sentido. Muy difícil, en consecuencia, escribir y publicar en un contexto donde las palabras han huido desesperadas y derrotadas. No solo huyeron del país fracturado las personas angustiadas. Asimismo lo hicieron las palabras que les acompañaron durante muchos años y las cuales, de muchos modos, nombraron y dibujaron sus pasiones, armaron sus querencias y enojos, construyeron el amor y, por supuesto, desarmaron, con igual impetuosidad, la sangre de nuestros corazones erráticos.
En otro orden de inventarios inevitables, la prolijidad de aquel país que ya apenas se recuerda, llegó a poseer firmes estructuras culturales a través de las cuales la expresión literaria y artística alcanzó, hasta donde se pudo, visibilidad y coherencia. Editoriales,
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talleres literarios, Ferias editoriales, fundaciones y demás instituciones, permitieron que las voces de la escritura se cristalizaran, hicieran cuerpo en lo cotidiano, hurgaran en el imaginario divergente e inconforme de los lectores. Después la soledad. Después el miedo y el silencio.
De cualquier modo, los escritores venezolanos han tratado de recomponerse volviendo a juntar las partes del alma que fueron expulsadas. En el exilio exterior y en el exilio interior, intentan volver a construir la casa que alguna vez poseyeron. Si bien es cierto que los espacios habituales se cerraron, como las universidades, aun quedaron plenos poderes para reinventar, a partir de esfuerzos personales meritorios, aquello que fue arrasado por la tormenta.
Prueba fehaciente de ello es este estupendo libro de José Ygnacio Ochoa, cuyo título, La fragilidad de los espejos, revela, ciertamente, no solo lo que estos puedan mostrarnos de la realidad, sino también la debilidad de los mismos, su posibilidad de deshacerse en cualquier momento. ¿Es, acaso, una metáfora afortunada para describir un corpus de ideas articuladas en torno a varios autores venezolanos? No lo sé. Los títulos de los libros suelen convertirse en desafiantes enigmas. Lo más importante, a mi modo de ver, es que La fragilidad de los espejos nos brinda la lúcida posibilidad de establecer una exploración diáfana en torno a un grupo importante de autores venezolanos. No son muchas las investigaciones realizadas con buen tino y elegancia, respecto al tema de la narrativa venezolana contemporánea.
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No creo prudente referirlas aquí porque hacerlo implicaría cometer olvidos e injusticias y esa no es la idea. Lo esencial en este libro de José Ygnacio Ochoa es tomar seriamente en cuenta de que se trata de una inédita lectura y análisis de los autores estudiados. Eso es suficiente. Lo que puede anteceder a este libro en materia de crítica literaria, poco importa a los efectos de entender que sus aproximaciones parten de otros puntos y, además, tienen un estilo muy propio.
No digo más. Los lectores sabrán darle la importancia y el lugar que merece La fragilidad de los espejos en el marco actual de los estudios literarios. Ni siquiera voy a detenerme en las influencias metodológicas y críticas de su autor, pues eso me parece irrelevante. Solamente insisto que en este libro hay una voz propia, un tono vigoroso de escritura y un afán sereno por recorrer textos y voces narrativos de primer orden.
Juan Carlos Santaella
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A mis alumnos
La fragilidad de los espejos. Ensayos en torno a la literatura venezolana contemporánea, cuyo autor es José
Ygnacio Ochoa se terminó de digitalizar durante el mes de Octubre de 2021. Labrado con la ayuda de Dios, en su alzadura se emplearon Tipos Book Antiqua de 9 a 10 puntos, Berling Antiqua 10 puntos y Garamond de 14 a 18 puntos.
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