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Waubeek: blues y poesía (Parte Dos)

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POr W. aLeX CHOQueMaMaNI

Una tarde de otoño del 2018 fuí a FB&Co. La actividad está vez era más literaria que musical, aunque también hubo música. Allí se estaba presentando el libro: Road to Waubeek. Discovering Jay G. Sigmund (Ice Cube Press, 2018) de la escritora y educadora Barbara Feller.

Al ingresar al recinto este se encontraba repleto de gente. Había música en vivo, una muy particular que me hizo sentir en otra época, como en los años ’20s ó ’30s. El grupo se llamaba Deep Dish Divas y estaba conformado por tres mujeres que tocaban swing, jazz standards y vintage novelty.

Aquella tarde Waubeek era una fiesta. Había música, literatura, y un público diverso proveniente de diferentes partes del estado. Una vez más Iowa no dejaba de sorprenderme.

Road To Waubeek nos habla sobre la vida de Jay. G. Sigmund, escritor y poeta, quien nació en Waubeek el año de 1885, y murió a los 51 años en una circunstancia bastante particular: un día salió a cazar y el arma que llevaba consigo, por accidente, lo hirió fatalmente. Esto ocurrió en Waubeek y hoy en ese mismo lugar hay un sitio de memoria en homenaje al poeta.

El libro también nos habla de la amistad de Jay G. Sigmund con otros personajes que marcaron una época cultural y artística en Iowa.

Entre otros: el pintor Grant Wood, conocido por su famoso cuadro American Gothic; y, el poeta Paul Engle, quien fuera director del Writer’s Workshop Program y fundador (junto a su esposa, Hauling) del conocido International Writing Program, ambos de la Universidad de Iowa.

Según Barbara Feller, Jay G. Sigmund fue en cierto modo el mentor de Paul Engle. Alguien que siempre está ahí para hablar de poesía y literatura, o para prestar libros para satisfacer una inquietud o curiosidad literaria. Quizás por esa razón Paul Engle, a modo de gratitud y reconocimiento, dedicó su primer libro (American Song), a: “JGS”.

Cada vez que tengo la oportunidad de visitar Waubeek, voy a FB&Co., y puedo saludar al viejo Jack, quien es cliente habitual del lugar. “Hey Alex, how’s it all going in Iowa City?” es una de sus preguntas favoritas de bienvenida. Y si es fin de semana puedo disfrutar de la música en vivo de blues y rock y, también, contagiarme de la alegría y las ganas de bailar del público asistente.

Y si el día es soleado y agradable prefiero dar un paseo por las orillas del río Wapsipinicon para apreciar su belleza y su serenidad. Y experimentar eso que una vez Michel Carey describió tan bien sobre la vida rural de Iowa: “Sentirme como un punto en el horizonte. Verme a mí mismo como una pequeña parte de este paisaje, y saber que estoy al fin conectado. LITTLEVILLAGEMAG.COM/LV303 February 2022 31

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