(Columna): Pacheco Flores Argenis. Son historias de horror que son generadas en internet, pasaron en foros y en más sitios para poder asustar a los lectores. Las creepypastas se componen de imágenes, videos y audio relacionados con la historia, que por lo general son sangrientas y con contenido poco apto para los niños. Las creepypastas se componen por unas cuantas formulas establecidas: • Anécdotas: Que son las observaciones del narrador en una leyenda, noticia o evento de su propio pasado. • Rituales: Una lista de instrucciones para el lector, diciendo que si van a algún lugar en específico algo terrorífico o paranormal puede suceder. • El episodio perdido: Que es cuando, el narrador cuenta de un episodio jamás visto de una serie o caricatura para niños ya que contiene fuertes escenas como el protagonista matándose a sí mismo o hasta otros personajes, con distorsiones en el sonido que confunden mucho al lector. Creepypastas, el significado de a lo que se le llama creepypastas es: “Creepy” que proviene del inglés que significa tenebroso y “Pasta” que no se sabe el significado real, pero lo toman como “Paste” debido a la forma en la que llega hasta el lector, también de la palabra que es “Copypasta” un término para un bloque de texto que se copia y se pega.
(Crónica): Hernández López Jessica Daniela. Permítanme comenzar diciendo que Peter Terry era adicto a la heroína. Fuimos amigos en la universidad y lo seguimos siendo después de graduarme. Nótese que dije «graduarme». Él se retiró luego de dos años de esfuerzo mínimo. Tras pasar de los dormitorios en la universidad a un pequeño apartamento, no frecuentamos tanto. Hablábamos en línea de vez en cuando (AIM era líder en los años previos a Facebook). Hubo un periodo que no estuvo en línea por cerca de cinco semanas consecutivas. No me preocupó. Era un completo vago y adicto a las drogas, por lo que asumí que sencillamente le dejó de interesar. Pero una noche le vi entrar de la nada. Antes de poder iniciar una conversación, me envió un mensaje: «David, hombre, tenemos que hablar». Entonces me contó de La Casa Sin Fin. Obtuvo ese nombre porque nadie había nunca llegado a la salida. Las reglas eran simples y cliché: alcanza el último cuarto del edificio y gana quinientos dólares, nueve cuartos en total. Estaba ubicada fuera de la ciudad, a unos seis kilómetros y medio de mi casa. Al parecer, él lo había intentado y fracasado. Supuse que su intoxicada mente exageró la situación y salió huyendo por algún fantasma de papel o semejante. Me dijo que sería demasiado para cualquiera, era antinatural. Yo no le creí; ¿por qué lo haría? Le dije que echaría un vistazo la noche siguiente, y no importaba lo mucho que tratara de convencerme de lo contrario, quinientos dólares sonaba muy bueno como para ser cierto. Partí el día siguiente. Esto es lo que pasó. Al llegar y asimilar mi primera impresión del local… ¿alguna vez han visto o leído algo que no debería causar pavor, pero que por alguna razón un escalofrío se arrastra por tu cuerpo? Caminaba hacia el edificio, y la sensación de malestar se intensificó conforme abría la puerta principal. Mi corazón se desaceleró y solté un suspiro de alivio cuando entré. El lugar se veía como el vestíbulo de un hotel cualquiera decorado para Halloween. Un letrero remplazaba al recepcionista, decía:
«Habitación 1 por aquí. 8 más le siguen. ¡Llega hasta el final y ganas!». Me reí e hice mi camino a la primera puerta. El área era una burla. La decoración te recordaba la sección de Halloween de un mini-súper, con fantasmas de tela y zombis animados que te gruñían al caminar a su lado. En el otro extremo estaba la salida, la única puerta además de la que usé para entrar. Caminé a través de las telarañas de juguete hacia la segunda habitación. Fui recibido por niebla cuando abrí la puerta; sin duda hubo un avance en términos de tecnología. No sólo había una máquina de humo, sino también un murciélago colgado del techo y volando en círculos. Parecían tener una banda sonora de terror barata reproduciendo desde algún punto de la habitación. No vi un equipo de música, pero supuse que debían haber utilizado un sistema de megafonía. Pasé por encima de unas cuantas ratas a cuerda y me fui con el pecho en alto a la siguiente zona. En la tercera habitación es cuando las cosas empezaron a cambiar. Superficialmente, no podías ver nada fuera de lo ordinario. Había una silla en el medio del piso tapizado con fina madera, una sola lámpara en la esquina hacía un pobre trabajo iluminando el lugar, y proyectaba algunas sombras en el piso y paredes. Ése era el problema. Sombras. Dejando fuera la de silla, había otras. Fue al momento que supe que algo no estaba bien. Ni siquiera pensé mientras automáticamente intentaba abrir la puerta por la que vine… Estaba asegurada desde el otro lado. Aquello me desconcertó, ¿alguien las aseguraba a medida que progresaba? No, no había manera. Le habría escuchado. ¿Un seguro mecánico? Quizá. Pero estaba demasiado asustado como para pensar realmente. Me volví al frente de la habitación y las sombras se habían ido. La sombra de la silla se mantuvo, pero las demás se habían ido. Lentamente empecé a caminar. Solía alucinar cuando era un niño, así que atribuí a ello lo ocurrido. Me sentí mejor al seguir el trayecto, revisé abajo por obstáculos, y ahí fue cuando lo vi. O no lo vi. Mi sombra no estaba. No tuve tiempo de gritar; corrí tan rápido como pude a la otra puerta y me adentré a la cuarta habitación sin pensar en lo que podría contener. Ésta fue posiblemente la más inquietante. Cuando cerré la puerta, toda la luz pareció ser succionada y puesta de vuelta en la habitación anterior. Me quedé ahí, envuelto en la oscuridad, sin
poder moverme. No le temo a la oscuridad, nunca le he temido, pero estaba aterrado. Toda visibilidad me había abandonado. Sostuve mi mano frente a mi rostro y de no saber que le había ordenado a mi cuerpo tal cosa nunca habría sido capaz de darme cuenta. Oscuridad no lo describe. No podía escuchar nada, era un silencio inerte. Cuando estás en una habitación a prueba de sonido, aún puedes escucharte respirar. Puedes escucharte estando vivo… yo no podía. Comencé a empujarme hacia adelante, mi corazón palpitando agitadamente era lo único que podía sentir. No parecía haber una puerta del otro lado, no estaba seguro de que hubiese una esta vez. El silencio fue entonces roto por un leve zumbido. Me giré violentamente al sentirlo detrás mío, pero no podía siquiera ver mi nariz. De cualquier forma, sabía que algo había ahí. El zumbido se acrecentó, más fuerte, más cercano. Di un paso atrás, nunca había experimentado esa clase de miedo. Realmente no puedo describirlo. No temía morir, temía las alternativas. Las luces parpadearon durante menos de un segundo y lo vi. Nada. La habitación estaba de nuevo inmersa en tinieblas y el zumbido era ya un chirrido salvaje. No podía seguir con ese sonido maldito durante otro minuto. Corrí hacia atrás, lejos del ruido, hasta llegar al otro extremo; al dar con la perilla de la puerta la giré y caí a la siguiente habitación. Antes de que detalle la quinta habitación deben de tener claro algo. Yo no soy un adicto a las drogas. No he tenido historial de abuso de drogas o cualquier tipo de episodios psicóticos fuera de las alucinaciones en mi infancia que mencioné antes, y ésas sólo ocurrían cuando estaba muy cansado o recién despertaba. Entré en La Casa Sin Fin con la mente sana. Después de caer por el cuarto anterior, mi vista de la habitación número cinco era de espaldas, mirando hacia el techo. Lo que vi no me asustó, simplemente me impresionó. Árboles habían crecido en la habitación y se alzaban por encima de mi cabeza. El techo era más alto que en las otras habitaciones, de lo cual pude conjeturar que estaba en el centro de la casa. Me levanté del suelo, sacudí el polvo, y di un vistazo. Fue sin duda la más grande habitación. No llegaba a ver la salida desde donde estaba, varios arbustos y ramas bloqueando mi línea de visión me debieron impedir de ubicar una. Imaginé que a partir de este punto las habitaciones serían más y más aterradoras, pero esto era un paraíso en comparación con la última habitación. También asumí que lo que fuera que estuviera ahí en la cuarta habitación, se quedó en la cuarta habitación. No lo hizo. En lo que me adentraba por el área comencé a escuchar lo que uno escucharía si estuviera en un bosque, el ruido de los insectos y el aleteo ocasional de un ave parecían ser mi única compañía en esta
habitación. Eso fue lo que más me molestó. Escuchaba los insectos y otros animales, pero no veía ninguno. Caminé, esperando que tras el siguiente árbol diera con la puerta. Después de unos momentos sentí un mosquito acomodarse en mi brazo. Lo sacudí y seguí andando. Un segundo después, sentí diez mosquitos más volar a mi piel en diferentes lugares. Los sentí arrastrarse de arriba hacia abajo en mis brazos y piernas, y unos pocos bordando mi cara. Hacía un esfuerzo por espantarlos pero seguían viniendo. Cuando vi abajo dejé escapar un grito ahogado. No había un tan solo insecto. Ni un solo mosquito estaba en mi piel, pero podía sentirlos a lo largo de mi cuerpo. Los sentía picarme y los oía volar por mi rostro y alrededor. Me tiré al suelo y comencé a rodar. Estaba desesperado, odio a los insectos, especialmente los que no puedo ver o tocar. Estos mosquitos podían tocarme, y estaban por todas partes. Me puse a gatear. No tenía idea de a dónde iba, la entrada no estaba por ningún lado, y seguía lejos de encontrar la salida. Así que gateé, con mi piel siendo agredida por esos insectos fantasma. Después de un interminable periodo de tiempo di con la sexta puerta. Agarré el árbol más cercano y conseguí ponerme en pie, perdidamente bofeteando mis brazos y piernas en vano. Traté de correr pero no pude, mi cuerpo estaba agotado de arrastrarse y hacerle frente a lo que fuera que tuviera encima. Emprendí algunos pasos tambaleantes hacia la puerta, agarrando cada árbol en el camino para sostenerme. Fue sólo a unos metros de distancia cuando lo escuché. El mismo insistente zumbido de antes. Venía de la habitación siguiente, y era más grave. La sensación de los mosquitos se reducía mientras el zumbido tomaba fuerza. Al poner mi mano en la perilla, los mosquitos desaparecieron, pero no me atreví a girarla. Esperé, con mi cabeza apoyada en la puerta y mi mano en un agarre tembloroso. El zumbido era tan ruidoso que ni siquiera podía oírme pretendiendo reflexionar. Sabía que de soltar la perilla los insectos volverían y no habría forma de que regresara hasta la habitación anterior. No había nada que pudiera hacer sino continuar. La sexta habitación seguía, y la sexta habitación era el Infierno. Valoración: Esta historia parece no ser del todo real ya que no hay suficientes fuentes que la justifiquen y la narraciones no se encuentra con mucho sentido. Esta creppypasta es del todo interesante para algún tipo de publico. Te deja con ganas de leer más y saber que pasa con este hombre y que era lo que ocurría específicamente en esa
casa. Al terminar de leer esta creppypasta, te deja con algunas dudas y de leer mas sobre todo en el final
(Tutorial): HernĂĄndez Flores Niza Elizabeth. "Como crear un tĂtere humano"
Amigos... Amigas, siempre he tenido una fascinación extraña por los títeres, ser un ventrículo perfecto es mi objetivo... Pero ¿Cómo ser el mejor?... Casi nunca uso las típicas piezas de madera que usa la gente ordinaria... No, mis queridos lectores, mi idea ha superado las expectativas de las personas que creen esto solo una simple idea tonta de película de terror, yo creo títeres humanos, el proceso es sencillo y no tan fuera de lo común como la mayoría pensaría, de hecho estos niños sufren menos que muchos de los que sufren pedofilia, además después de esto mis niños alcanzan la inmortalidad, el proceso lo explicare brevemente: *Lo más sencillo es conseguir al pequeño para hacer nuestro proyecto, estos se compran o adoptan en los centros de adopción muy fácilmente, a las personas solo les importa una pequeña cantidad y se deshacen del muchacho. *Procedo a extirpar todo lo interno al menor para poder instalar piezas nuevas, algunas piezas como los ojos, tienen que ser reemplazados por artificiales para conservar una buena apariencia. *Colocar las piezas exactas para que el muñeco pueda mover la boca es la parte mas difícil, necesitamos abrir completamente su espalda para que no se note el proceso, luego de esto suelo vestir al niño, y practicar con él. No es tan aterrador ¿Cómo lo imaginaban?... ¿Verdad?, porque mi colección de 13 muñecos seguirá creciendo, ¡Los invito a comenzar la suya mis queridos amigos!
(Reportaje): Flores Gutiérrez Lizbeth. Los 12 sonidos Es una muestra clara de la capacidad que tiene el miedo de controlar las mentes de una sociedad joven y de cómo el terror, la incertidumbre, pueden seguir generando leyendas urbanas, incluso en nuestros días, pero ¿De qué trata? ¿Por qué causa tanta intriga? Se dice que hay una historia en la que se mencionan 12 sonidos, esta historia comienza con Odeo Takashima, este chico en 2002 fue de los primeros japoneses en obtener un reproductor de Mp3. Lamentablemente cuando estaba estrenándolo de camino a su hogar falleció, en un accidente de tránsito que lo asesino de un modo lento y doloroso. Cuando subió al bus que lo llevaría hasta su hogar comenzó alegremente a grabar el recorrido para después escucharlo. Mientras hacía esto, el conductor impertinente, golpeo el camión de construcción repleto de varillas de acero, en la parte lateral derecha del bus. Una varilla de acero de 10 metros le atravesó el cráneo de lado a lado mientras otras 6 se incrustaron en su cuerpo. El reproductor de Mp3 quedó intacto pero cuando un forense curioso lo conecto a una PC descubrió que dentro no había un archivo de grabación sino 12 archivos que se dice juntos forman un archivo de audio en el que se puede escuchar el momento en que el autobús es impactado por el camión de construcción, los gritos de agonía de Odeo y de las otras 17 personas que murieron esa tarde de Marzo. ¿Realmente deseas escuchar esto? A través de los años provocando el alboroto encontrar aquellos 12 impactantes. Debe haber alguien que
se han escuchado reseñas de esta historia, y la intriga de los adolecentes, tratando de sonidos, experimentar el miedo y emociones desee experimentar esa horrible sensación.
Y aquí una de las experiencias encontradas en la red: Corría el año de 2005, esa tarde me la pase bajando juegos y música, pero ya llegada la noche mis intereses se volvieron más obscuros…. Grave error. Buscando ente diversos programas psicofonías y relatos de terror me topé con un archivo bastante peculiar llamado “Rec06.mp3” y decidí bajarlo debido a la interesante etiqueta que tenía debajo, en la descripción del archivo rezaba la siguiente oración: “Este es parte de los 12 sonidos del archivo original de Odeo Takashima, si tienes alguno de los otros 11 no dudes en contactarme”. -¿Los 12 sonidos?-
pensé. –Suena a algo bastante interesante como para entretenerme un rato-. Al reproducir el archivo escuche lo que podría definir como una especie de ronquido o gruñido de algún ser vivo, como una respiración bastante dificultosa de un ser que agoniza, acompañado de ciertos toques macabros que me erizaron todos los vellos del cuerpo. Pensé en abandonar mi búsqueda cuando vi que el archivo no se había descargado solo, este estaba acompañado con una advertencia en formato .txt que abrí casi inmediatamente. Dicha advertencia me dejo bastante intranquilo y lleno de inseguridad. “Ahora que has reproducido uno de los 12 sonidos prepárate para lo peor, dice la leyenda que si no reproduces el archivo Rec08.mp3 después de escuchar alguno de los otros 11 tu vida se volverá un infierno. La leyenda es cierta y te confesare que he disfrutado mi última hora de vida.” ¿Que podía pensar en ese momento? ¿Es acaso una broma de muy mal gusto? ¿Un tipo sin nada mejor que hacer con una conexión a Internet muy rápida? Mi tercera idea no llego debido a que ruidos muy extraños comenzaron a hacerse notar. Fuera de mi ventana había un pasillo muy poco iluminado y en esa maldita noche en especial se veía más tétrico que de costumbre. Juro que había siluetas muy extrañas fuera, como si hubieran escuchado ese sonido y hubieran acudido a su llamado infernal. Comencé como loco a buscar el archivo Rec08.mp3 en el mismo servidor donde estaba alojado el original que descargue. Para mi sorpresa el usuario que lo había subido dejó de hacer actualizaciones en 2003 adivinen ¿Por qué? Había muerto. Creí que era una broma muy pesada y que se había salido de lo que yo podía tolerar, cuando intente apagar mi PC todo enojado un mensaje de la misma computadora me lleno de terror: “El Archivo Rec06.mp3 no puede cerrarse”. El sonido empezó a reproducirse de nuevo y trate de apagar las bocinas sin éxito. Los ruidos afuera comenzaron a hacerse más cercanos y comencé a distinguir voces y murmullos. Era tanto mi miedo que no me atrevía a mirar fuera. Las luces de mi habitación comenzaron a fallar y sin embargo la PC no se apagaba. Ese maldito sonido parecía acrecentar su volumen conforme pasaban esos segundos eternos en los que no tenía idea de que hacer. Comencé a rezar en todos los idiomas que se me ocurrieron y me encomendé a todo lo bueno que conocía. Mi PC empezó a funcionar de nuevo y busque desesperadamente dicho archivo. Encontré varias copias falsas del Rec08.mp3 que solo aumentaron mi frustración y mi miedo ante lo que estaba fuera de mi habitación. Pasadas casi dos horas empezó a llegar hasta mí un olor nauseabundo similar al de carne y sangre en estado de putrefacción, sentía que las cosas iban a ponerse peor. Quise salir a enfrentar a lo que sea que estuviese ahí, pero para mi sorpresa la cerradura se había trabado y fuera solo veía luces siniestras danzando como si
compitieran por ver cual me asustaba más. Estando lejos de mi PC, y casi al borde de la locura empecé a escuchar un sonido muy extraño, como si una niña se lamentara por algo y esto le causara mucho dolor. Los sonidos extraños fuera cesaron y esas luces macabras dejaron de danzar. El llanto de la niña las había ahuyentado y note para mi sorpresa, que el archivo estaba activo en mi reproductor de audio. Estaba entre esos Rec08.mp3 que había encontrado. Aun intranquilo noté que todo funcionaba como antes y que ya no había nada fuera. Alegre y menos preocupado apague mi PC, pero decidí no borrar ninguno de esos 12 archivos que encontré esa maldita noche.
(Entrevista): Arellano Ramírez Rosalía. -Hola ¿Cómo te llamas? -Me llamo Ana María. -¿Puedo hacerte una entrevista? -Claro ¿Por qué no? -¿Alguna vez te ha pasado algo que te dio miedo? -Sí. -Me podrías decir ¿Cómo pasó? -Sí, un día cuando llegue del trabajo, note algo rosa que estaba en el pasto a un lado de la escalera de entrada del edificio donde vivía. Al acercarme para ver mejor el objeto, noté que se trataba de una pequeña mochila rosa que seguramente debía pertenecer a una niña. Lo extraño era que en el edificio no había niños, pues la renta era costosa y la portera tenía reglas estrictas acerca del ruido y la limpieza, me gano la curiosidad y recogí la mochila, decidí llevarla a mi departamento para poder ver si en su interior había alguna pista que pudiera llevarme a su propietario. En la mochila había tan sólo crayones, lápices y un montón de hojas sueltas. Parecía tratarse de un diario, elaborado con grandes letras y dibujos infantiles. Al mirar los dibujos con detenimiento, me llevé una inquietante sorpresa, pero lo que el texto describía era mucho más perturbador me di cuenta que era niña y describía desde pequeña como era su vida sufría de maltrato, su mama la golpeaba demasiado y en cada hoja se dibujaba y describía como la golpeaba la ultima hoja describía que su mama la había golpeado demasiado porque había salido a jugar con sus amigas y se dibujo golpeada, desde ese día jamás se supo de ella… -¿Que opinas acerca de eso? -Me dio miedo y decidí preguntar que había sucedido con ella. -Y ¿Qué te dijeron?
-Que murió por maltrato y decidió tirarse de su cuartó y se dice que ahora regresa y anda vagando y se escucha como juega pero jamás la eh visto
(Artículo de opinión): Vargas Morales Daniela. ¿Con que se comen?
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Bueno
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Para mí las mejores creepypastas tienen que ver con personajes diabólicos, con muñecas o payasos, ya que yo le temo mucho a estas cosas al igual que a mucha gente.
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Bueno aquí acaba terroríficas…..
las
creepypastas son historias de terror creadas en internet con el fin de espantar al lector, algunas de ellas se basan en hechos reales aunque en si la mayoría no lo son. Pero a claro NO todas las creepypastas son buenas pues algunas, en pocas palabras, son muy tontas ya que no terminan de describir bien la historia o simplemente no tiene una buena narración. Aunque otras personas, de acuerdo a sus comentarios, dicen que son muy buenas ya que les dejan esa curiosidad de saber si es real o simplemente quieren saber más sobre la historia. Algunas de las creepypastas más conocidas son: EL SUICIDIO DE CALAMARDO, SMILE DOG, POKEMON, entre otras.
mi
breve
opinión
sobre
estas
historias