JESÚS TERÁN 83

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JESÚS

TERÁN

Suplemento sobre Estudios Internacionales para LJA.MX Marzo

2020

No. 83 Lorem ipsum

Coordinadores: Aurora Terán Fuentes Soren Héctor de Velasco Galván

Editorial AURORA TERÁN FUENTES Y SOREN HÉCTOR DE VELASCO GALVÁN

Aguascalientes, Aguascalientes, febrero de 2020. La Dra. Aurora Terán Fuentes envía un mensaje por redes sociales al escribano: “Soren, debido a mi carga de trabajo, la cual incluye responsabilidades que me acaban de asignar, creo que me es muy difícil seguir editando el Suplemento”. El redactor entiende y, tras meditar, le responde: “Aurora, empezamos juntos y nos vamos juntos”. Fueron siete años de una labor consistente en la selección de temas, la invitación para escribir o colaborar, compilación de textos, búsqueda de imagen, diseño y maquetación; proceso repetido mensualmente para darle forma a un suplemento en donde se trataron temas de corte internacional desde diferentes perspectivas: económica, cultural, política, geopolítica e histórica. Agradecemos a todos aquellos que respondieron a nuestra invitación para escribir artículos cortos y, de esta forma, darle contenido al Suplemento Jesús Terán. Siete años exactos cumple con su última edición. Reconocemos el trabajo de Alejandro Márquez, diseñador de la imagen original del Suplemento, y Martín Ávila que realizó el trabajo de diseño y maquetación durante tres años. Inicio y fin, se cierra un ciclo. En marzo de 2013 se abrió el ciclo con la publicación del primer número dedicado a la figura del hidrocálido Jesús Terán, ambos coordinadores del Suplemento llegamos al acuerdo de bautizarlo con el nombre de dicho personaje del siglo XIX, por ser un hijo ilustre de Aguascalientes y desarrollar su carrera profesional en el ámbito

político de la diplomacia y las relaciones internacioles durante el tiempo de la presidencia de Benito Juárez, por ende, era el nombre ideal como carta de presentación de este producto editorial. Por otro lado, siete años, es el discurrir del tiempo, aunque es un periodo corto desde una perspectiva histórica, el paso del tiempo ha dejado su huella, el papel de las primeras ediciones del Suplemento se ha tornado amarillento, como los viejos papeles resguardados en los archivos, lugares propios de la musa Clío. En este sentido el Jesús Terán ya es historia, le llegó su tiempo. Marzo de 2020, corresponde al cierre del ciclo, con la última edición, la número 83, por tal motivo, se decidió incorporar el discurso visual con imágenes de relojes, porque representan el tiempo, el ciclo de vida de las cosas, el inicio y el fin, el paso del tiempo, el recordatorio de que a todo le llega su tiempo, y el hecho de que el tiempo no perdona porque nadie escapa del mismo. Cronos es y será el testigo. Fueron siete años de una grata experiencia intelectual y de aprendizaje continuo. Iremos por otros derroteros, vendrán otros proyectos, sin embargo, reafirmamos nuestro compromiso con la labor editorial. Despedirse de un proyecto como el Suplemento Jesús Terán no es fácil, porque implica decir adiós a un trabajo que abarca casi una década de la vida profesional de quienes lo editamos. Envuelve momentos de alegría y de orgullo, combinados con momentos de incertidumbre, presión y cansancio. Por ello, agradecemos a nuestra casa editorial, LJA.MX, haber creído en el Suplemento y habernos permitido su publicación por siete años.


JESÚS 2 TERÁN

Auld Lang Syne SOREN HÉCTOR DE VELASCO GALVÁN

Maestro en Ciencias Económicas y Administrativas.

En 1788, el poeta nacional de Escocia, Robert Burns, redactó un poema, al cual denominó Auld Lang Syne (“Por los viejos tiempos”, en español). La oda se utiliza en los países de habla inglesa para despedirse o cuando alguien inicio un largo periplo. Asimismo, el movimiento Scout, fundado por Robert Baden-Powell, la conoce como “La Canción de la despedida”. Cuando el escribano empezó a redactar su última composición para el Suplemento Jesús Terán, el estribillo pegajoso, pero al mismo tiempo solemne, de Auld Lang Syne vino a su mente, pues le hizo recordar sus momentos como estudiante en el Reino Unido. Específicamente en la ciudad de Londres, Inglaterra. A lo largo de siete años, numerosos académicos y empresarios de gran jerarquía han dado vida, con su pluma, al Suplemento. A la mente vienen, entre otros: Susan Ballew y Jim Cohen (EUA); Jaime Escalera Jiménez y José Luis Gómez Acuña (México); Ana Cecilia Hornedo Marín (Francia/México); Jean-Jacques Kourliandsky (Francia); Anthea McCarthy-Jones (Australia); Alejandro Muñoz Fernández (España/México); y Barry Prentice (Canadá). Asimismo, amigos, alumnos y compañeros de trabajo provenientes de los cuatros puntos cardinales nos han apoyado en esta Odisea intelectual: Joel Alcalde López; José de Jesús Campos Meza; Carlos Enrique Cuevas Lara; Christian Flores Gutiérrez; Miguel Ángel Franco Vaca; Lizeth Guadalupe González Rodríguez; Miguel Ángel Gutiérrez Preciado; Luis Lenin Herrera Díaz de León; Carlos Emiliano Juárez Sandoval; Jonathan LeBlanc; Alejandro Martínez Flores; Blanca Vianney Peña Nájera; Diego Iván Ramírez Rangel; Sandra Verónica Rivera Ramírez; Amanda Thomas; Luis Villarroel Ganga; y Roberto Edgardo von Bertrab González. Last but not least, hago mención especial quiero hacer de mi padre, Héctor Alfredo de Velasco Dávila, y mis hermanos, Eréndira y Winston Spencer de Velasco Dávila, por su invaluable apoyo y sabio consejo para con el escribano. A todos ellos, citando las inmortales estrofas de Auld Lang Syne, les digo: ¿Deberían olvidarse las viejas amistades? ¿Y nunca recordarse? ¿Deberían olvidarse las viejas amistades y los viejos tiempos? Los dos hemos correteado por las laderas Y recogido las hermosas margaritas Pero hemos errado mucho con los pies doloridos Desde los viejos tiempos


Ciclos

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AURORA TERÁN FUENTES Doctora en Historia Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 011

Es difícil comenzar este escrito, a sabiendas que será el último, simplemente lo he titulado Ciclos, y lo quiero dedicar a todas las personas que han perdido la vida a causa de la pandemia provocada por el COVID-19, y a todas aquellas que, desde diferentes trincheras la están enfrentando. Desde hace algunos días hay una idea que no me abandona, en este tiempo de ser bombardeados por la información relacionada con la pandemia; no dejo de recibir las noticias y analizar los acontecimientos desde la mirada de la historia en dos sentidos: la historia de las epidemias y las víctimas mortales de la denominada cuarta edad. La contigencia en materia de salud de la actualidad, traducida en crisis, abona a otras crisis en materia política y económica, para algunos, es una coyuntura para abrir los ojos sobre lo que hemos hecho con el planeta, sobre la voracidad del sistema capitalista, sobre el fracaso del neoliberalismo; ¿acaso será el inicio de una nueva era?; precisamente la transición de la Edad Antigua a la Edad Media, así como ésta a la Edad Moderna, están marcadas por la presencia y agudización de crisis debido a las epidemias; la primera fue la Plaga de Justiniano (541-542), se cobró de 30 a 50 millones de vidas, y se considera una de las causas de la caída del Imperio Romano; la siguiente epidemia por su temporalidad, se ubica en la transición del feudalismo a la época moderna, me refiero a una de las más famosas, grabada a fuego en el imaginario colectivo, la Peste Negra (1347-1351), considerada la peor de todos los tiempos, se registraron 200 millones de muertos, solamente en Europa una tercera parte de la población falleció, una de sus consecuencias fue la crisis en la agricultura, lo que provocó, procesos de innovación y la entrada a otro periodo histórico. Estas epidemias marcaron finales e inicios de ciclos. 2020 es un año coyuntural, espero sea de redefiniciones y rupturas de ciclos, porque ante la tremenda adversidad que se está viviendo: crisis de salud, crisis económica, conflictos de diversa naturaleza como las guerras comerciales y redefiniciones geopolíticas; la madre naturaleza alzó la mano y dijo “presente”, con un mensaje contundente: nuestros sistemas, estructuras y formas de vivir no son armónicas con el medio ambiente (para muestra los incendios en Australia a inicios de año y el aire limpio en tiempo de contingencia).

La pregunta: ¿qué pasará cuando se supere la crisis provocada por la pandemia?, porque vendrán otras epidemias y surgirán nuevas enfermedades, precisamente, la historia es susceptible de contarse a partir de los ciclos en materia de salud en las diferentes épocas y geografías (tampoco debemos olvidar cómo en la conquista de Tenochtitlan, una de las causas de la merma de la población indígena fue la viruela, enfermedad exportada por los españoles), 2020 es un momento de coyuntura para reflexionar y pensar lo que haremos como ciudadanos, y qué mundo vamos a contruir, ¿cerraremos el ciclo o lo alargaremos todavía más? Punto y aparte. Ahora dedico unas líneas a aquellas personas de la cuarta edad o finales de la tercera que están perdiendo la vida en estos tiempos del coronavirus. Porque son hombres y mujeres que iniciaron su ciclo de vida con un mundo en guerra y la cierran con un mundo amenazado por un virus. Nacieron y están muriendo en dos contextos problemáticos y conflictivos. Los abuelitos o bisabuelitos mayores a los 70 años llegaron a un mundo divido y destrozado por la guerra, era el contexto de la Segunda Guerra Mundial y la crisis de la posguerra. Y aunque pierdan la batalla en este 2020, definitivamente son sobrevivientes. No obstante, no dejo de pensar en los momentos desoladores caracterizados por la soledad, se estrenaron en este mundo tal vez en un escenario de orfandad, con sus familias separadas, con padres luchando en los frentes de batalla; y ahora (imagino Italia) se van solos, sin despedirse de sus seres queridos, sin recibir honras fúnebres, así como seguramente les pasó a sus familiares en la guerra. Se cierra un ciclo (con pandemia o sin ella) de aquellos niños y niñas sobrevivientes de la Segunda Guerra, por ese hecho externo todo mi reconocimiento, esperando que tengan oportunidad de irse en paz. Su alfa fue la guerra, merecen que su omega sea la paz. El espacio se me termina, y no me queda más que agradecer por siete años de un suplemento sobre temas internacionales, gracias a familiares, colegas, amigos y alumnos por ser parte de este proyecto. Así como a Soren, mi compañero de aventuras, y a LJA.MX, por darnos la oportunidad de publicar el Suplemento Jesús Terán. Se cierra el ciclo. ¡Hasta pronto!


JESÚS 4 TERÁN

F I NA L

SOREN HÉCTOR DE VELASCO GALVÁN AURORA TERÁN FUENTES

En su obra Campos de Castilla, Antonio Machado, el bardo más representativo de la generación del 98 español, incluye “Poemas y cantares”. Entre ellos destaca uno que sería popularizado por el nanu Joan Manuel Serrat: “Al andar se hace el camino, Y al volver la vista atrás Se ve la senda que nunca Se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino Sino estelas en la mar.” Y es precisamente con esta rapsodia que, Aurora y Soren, le decimos a Jorge Álvarez Máynez, Francisco Miguel Aguirre Arias y Edilberto Aldán Ahedo: ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!


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