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gaBRiel SoRiano

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Detienen en Los Ángeles al exsecretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos

Salvador Cienfuegos | Foto LJA

/ J. Jesús esquivel

El general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Enrique Peña Nieto, fue detenido por autoridades federales de Estados Unidos a su arribo al aeropuerto de la ciudad de Los Ángeles, California, como resultado de una investigación de corrupción por narcotráfico que desde hace unos años venía llevando a cabo el Departamento de Justicia.

Bajo el título “Operación Padrino”, la investigación del gobierno estadounidense data de por lo menos hace diez años, antes de que Cienfuegos asumiera como titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), de acuerdo con fuentes fidedignas del Departamento de Justicia que habían narrado la pesquisa a Proceso.

De acuerdo con la narración que los fiscales generales hicieron a Proceso hace meses y a un periódico de circulación nacional de Estados Unidos, la DEA investigaba al general en retiro por supuestos nexos con la agrupación delictiva

/ Arturo rodríguez

El presidente Andrés Manuel López Obrador defendió las encuestas como método de democracia interna en Morena y en todos los partidos, aunque advirtió, puede haber sesgos por intereses personales o políticos de algún actor.

El conflicto en el partido que fundó, Morena, ha detonado a partir de la segunda encuesta con la que se pretendía elegir dirigente nacional, al declararse el pasado viernes un empate técnico entre los dos punteros, Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado.

“Se vuelve hacer (la encuesta) como lo están haciendo las autoridades, en este caso es el INE. Apegarse a eso, que sea el pueblo, que sea la gente, militantes, simpatizantes los que decidan, que se acabe la política cupular”.

López Obrador dijo en su conferencia de prensa en Palacio Nacional, que los partidos deben tomar en cuenta a sus militantes, pues los procesos internos no pueden ser un asunto sólo de las cúpulas.

Para el mandatario, la democracia interna de los partidos debe existir y no sólo en Morena, por lo que consideró que la mejor forma de ver y conocer el sentir de los militantes de un partido son las encuestas: “En todos los casos creo que se debe tomar en cuenta la opinión y el sentir de los hermanos Beltrán Leyva, que controlaban el tráfico de estupefacientes en el estado de Guerrero y Morelos.

En esa época, el general Cienfuegos era el comandante de la IX Región Militar, con sede en Acapulco.

El expediente judicial del caso del general Cienfuegos está bajo la jurisdicción de la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, entidad en la que también se procesa por narcotráfico al que fuera secretario de Seguridad Pública del gobierno de Felipe Calderón, Genaro García Luna, acusado de tener vínculos con el Cártel de Sinaloa.

El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, dio a conocer la captura del general en Los Ángeles luego de que fuera notificado por el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau.

Se trata de la primera vez en que un exjefe del Ejército mexicano es detenido en Estados

AMLO defiende la encuesta para definir la dirigencia de Morena

Unidos acusado de narcotráfico. de los militantes de cualquier partido, debe ser la militancia y los ciudadanos los que decidan sobre la organización y sobre los que van a representar a militantes, a simpatizantes, en los partidos. No debe ser asunto de cúpulas”.

El mandatario destacó el interés público, que hasta por orden constitucional, representan los partidos.

El presidente consideró que las encuestas, cuando se hacen bien, presentarán la opinión de las personas, pues sostuvo, es un método científico y matemático. “La mejor forma de recoger los sentimientos de militantes y de simpatizantes de un partido en los tiempos actuales por las circunstancias es a través de encuestas, si se hacen bien no hay errores, porque son muestras que tienen que ver con las matemáticas, con la técnica, entonces se hace una muy buena muestra y con 1200 cuestionarios se tiene una idea de el todo con la muestra”.

La realización de encuestas desde hace años, ha sido un factor de conflicto en Morena, debido a que en ocasiones anteriores se realizaban con opacidad, sin método acreditado, aunque esta vez la elección de dirigente nacional quedó a cargo del Instituto Nacional Electoral que contrató empresas encuestadoras para la renovación de la dirigencia nacional que ha sido objeto de un largo proceso litigioso.

La tristeza de Porfirio Muñoz Ledo ante el “juego sucio” de Morena

eMe | equis

Que Porfirio Muñoz Ledo está decepcionado y en los entornos morenistas preocupa. Que Porfirio Muñoz Ledo se siente solo, abandonado. También preocupa. Que Porfirio Muñoz Ledo no vio venir lo que llama “juego sucio”... y preocupa.

Los ánimos del hombre que se proclamó legítimo presidente de Morena, por haber aventajado a su principal contrincante, Mario Delgado, por 0.5 décimas porcentuales en una encuesta telefónica, están por los suelos.

Los morenistas que lo respaldaron en su lucha por la Presidencia del partido, que fundó Andrés Manuel López Obrador, se sienten consternados por la baja de ánimo del político, que en el pasado dirigiera el PRI, el PRD y acumulara cargos en las Secretarías del Trabajo y Educación Pública, así como en las Cámaras de Senadores y Diputados.

Salió adelante por un margen mínimo en la primera vuelta de la encuesta, que cabe en el parámetro de error, por lo que fue declarado un empate técnico.

Muñoz Ledo obtuvo el 25.34% de las votaciones, por 25.29% de Mario Delgado, una diferencia que equivale a dos votos de las casi 5 mil personas consultadas.

Porfirio, dicen las fuentes del partido, puede aceptar la segunda vuelta, pero lo que le ha afectado de sobremanera es el “juego sucio” que –según acusa– instauró Mario Delgado y su gente cercana, que incluye el cierre de filas de la misma Yeidckol Polevnsky y el apoyo de la diputada María de los Ángeles Huerta.

De los Ángeles Huerta estudió periodismo y comunicación colectiva, es maestra en política pública y doctorante de comunicación política. Tras la creación del partido, cuya camiseta porta, se desempeñó como asesora en comunicación política. Antes fue docente, productora y conductora del Sistema de Televisión Mexiquense y colaboradora en El Financiero, La Jornada y Novedades Televisa.

Y es precisamente esta última legisladora la que más desconfianza genera y de la que, sospechan, vino el último ataque, que incluyó un grupo de mujeres protestando en la sede de Morena en Chihuahua 216, colonia Roma, el mismo día que Muñoz Ledo había invitado a su toma de protesta simbólica de la dirigencia de Morena.

La convocatoria a manifestarse por presuntos actos de acoso y abuso sexual cometidos por parte del todavía diputado federal y el cierre simbólico de la sede, habría estado armada por la legisladora, quien ha hecho público su apoyo a Delgado, acusan los cercanos a Porfirio.

Y este golpe, dicen, es lo que más le ha costado asimilar: “No es un golpe de muerte, pero es una herida de gravedad”, dicen.

Porfirio Muñoz Ledo se veía como presidente de Morena, ya en el ocaso de su carrera. Este último cargo sería el sello de oro de una larga trayectoria en la política mexicana, pero –advierten sus cercanos– no midió los riesgos.

Morena no juega con las viejas reglas de los partidos de antaño, por el contrario, es es un partido joven, visceral y ambicioso, que no respeta trayectorias, conocimientos ni edad. Por eso, en esta contienda, los cercanos al candidato no temen decir que Porfirio se siente solo, abandonado.

Esto ha motivado que algunos de los diputados y militantes que lo respaldan se organicen para reconfortarlo. Le envían mensajes, le llaman, planean visitas conjuntas a su casa o lo acompañan a interponer recursos legales para defender lo que él considera una victoria. La lista de apoyos incluye a un grupo de diputadas como Lorena Villavicencio, Aleida Alavez, Laura Imelda Pérez Segura y Erika Del Castillo.

Pero no basta y, en suma, temen que los resultados de la segunda vuelta de la encuesta no le favorezcan o que ocurra lo mismo: un empate técnico y que la guerra sucia aumente de intensidad.

Ya el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó la convocatoria para realizar el siguiente ejercicio, entre el 16 y el 22 de octubre, y los resultados se darán a conocer el próximo sábado 24 de octubre. Esta segunda vuelta correrá a cargo de las encuestadoras Parametría, Demotecnia 2.0 y Covarrubias y Asociados.

Mientras esto sucedía, hubo una reunión –de carácter privado– este 15 de octubre en el Hotel HM de la Ciudad de México. Estuvieron Bertha Elena Luján, Citlalli Hernández –recién electa secretaria general– y unos 30 diputados. Porfirio estaba invitado, pero no asistió, lo que refuerza los comentarios sobre su estado de ánimo.

Habrá que ver los acuerdos a los que se llega en la reunión, si vendrá un golpe de vuelta para defender a Porfirio y arrecia la polarización, si bajan la guardia, si se resignan a la posible derrota.

La encuesta más reciente de Massive Caller (13 de octubre) para la segunda encuesta del INE pone a Mario Delgado por encima de Porfirio Muñoz Ledo, por al menos 15 puntos porcentuales. Según lo estimado por la casa encuestadora, el 57.6% de los votantes elegiría a Delgado, contra el 42.4% que apoyaría a Muñoz Ledo.

Mientras tanto, Muñoz Ledo, dicen, está decepcionado... y, en suma, se siente solo, abandonado…

“Genaro García Luna era el más grande cobrador de piso del país”

El exagente federal Rodolfo Valverde Ocaña cuenta por primera vez cómo fue trabajar bajo el mando del exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón

eme | eQUis / óscar BaLmen

Si yo te contara todas las cosas ilegales que nos pedían hacer ... De verdad, los jefes eran unos verdaderos criminales. Lo peor que he visto en toda mi carrera y eso que yo empecé en la Policía Judicial Federal en 1991. ¿Te conté que nos ordenaban hacer cateos ilegales y decomisos sin órdenes judiciales? Y eso era lo más tranquilo. También nos pedían que si hacíamos decomisos de drogas, sólo reportáramos la mitad para que el director y sus amigos se quedaran con el resto y lo revendieran a través de los grupos criminales que decían combatir.

De verdad, si te contara todo lo que mis compañeros hacían, por órdenes de esos mandos corruptos, no me lo creerías. Vi de todo: policías y agentes que extorsionaban, que vendían droga, que negociaban secuestros con sus amigos los malandros. Había mandos que tenían en sus teléfonos los contactos de los criminales que mandaban en las plazas, se mandaban mensajes y luego, desvergonzadamente, salían a los medios a decir que los estaban persiguiendo con toda la fuerza de la ley.

Por años, todas las reglas se rompían. Ninguna palabra valía. Solo había una orden que se respetaba como si fuera de oro: no se puede tocar a los delincuentes que son amigos de los jefes, porque si los afectábamos ¿con quiénes iban a hacer negocios nuestros mandos? ¿Te conté por qué me chingaron? ¡Ah! Seguro ya te lo imaginas: porque yo no me presté a esas porquerías. A mí, Rodolfo Valverde Ocaña, sí me enseñaron valores mis padres. Por eso cuando un día me dijeron ‘necesitamos que detengas a un fulano y lo traigas para acá’, yo les dije que no lo iba a hacer, porque no tenía una orden de aprehensión. Me estaban pidiendo, básicamente, secuestrar a un ciudadano. Ni madres, yo a eso no le hago, les dije, porque yo no me hice policía para ser criminal con uniforme y tampoco soy delincuente con placa.

Y por eso me arruinaron. Me dijeron de baja, ensuciaron mi nombre. Me hicieron polvo. Todavía me amenazaron: “¿seguro que no le vas a entrar? Son órdenes del director” y yo necio me aferré a que no, que yo no era igual que ellos.

El director tenía mucho poder. Si no estabas con él en sus negocios sucios, te mandaba a matar o te convertía en un policía de ‘puertas y ventanas’, ¿sabes qué es eso? Son los policías que cuidan edificios a donde nadie va. ¿Ya adivinas quién es el director? Pues ni más ni menos que Genaro García Luna. Él era el que estaba al frente de esto. Yo lo viví, a mi nadie me lo cuenta. Mejor yo te lo cuento a ti.

Un joven soñador en Una institUción corrUpta

Hace 29 años, Rodolfo Valverde Ocaña, un joven chilango egresado de la carrera de Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México, ingresó a las filas de la Policía Judicial Federal (PJF), que en aquellos dependía de la Procuraduría General de la República, para hacer las investigaciones de los delitos de más alto impacto en el país.

Era un abogado soñador que creía en transformar al país desde adentro de una institución compleja como la PJF, cuyos integrantes –conocidos entre la población como los temidos “judas” o “judiciales”– acumulaban mala fama con el paso de los años. Pero el joven Rodolfo Valverde creía que no todo estaba perdido y que, si los honestos se imponían a los corruptos, la corporación que tanto amaba podía salvarse.

Once años libró esa batalla con algunas peleas ganadas y otras perdidas, hasta que en el 2000, con el triunfo electoral del panista Vicente Fox, llegaron dos noticias que cambiarían su vida: primero, que la Policía Judicial Federal sería destruida para dar paso a la futura Agencia Federal de Investigaciones, con un modelo de investigación de delitos basado en la ciencia; y, segundo, que el encargado de fundar esa nueva corporación sería un ingeniero de mala reputación, conocido como “la Metralleta” por su tartamudeo y su explosividad. Ese hombre era Genaro García Luna.

La Limpia de Los honestos

En exclusiva para EMEEQUIS, Rodolfo Valverde Ocaña, exagente y especialista en el combate a delincuencia organizada y delitos contra la salud, cuenta cómo aquella transición que debió hacerse tersamente se convirtió en una devastadora reestructuración a manos de Genaro García Luna, un mando gris, pero ambicioso por hacer negocios desde el primer día en la AFI, su creación.

“Lo primero que hizo fue sacar a todos los que llevaban años y los sustituyó por gente nueva, gente que ni eran policías de carrera, pero que lo seguían desde que estaba en el Cisen. Puro espía. Puro palero que respondía a sus órdenes y que estaban dispuestos a hacer todo tipo de ilegalidades.

“Ellos eran los que vendían las plazas, los que ubicaban las necesidades de los cárteles y elegían a la gente que podía trabajar para ellos”, cuenta el “Comandante” Rodolfo Valverde. “Para que tu seas delegado o subdelegado de alguna plaza hay que pagar en dólares. Y al final de cuentas eso se recupera en dos o tres meses, porque hay arreglos entre la delincuencia y con muchos de los jefes de las instituciones”.

Genaro García Luna, el Turbio, dice, no nació con el sexenio del 2006-2012. Se gestó en la administración de Vicente Fox y evolucionó hasta su forma más monstruosa con Felipe Calderón, quien lo hizo su secretario de Seguridad Pública y le encargó el diseño de la llamada “guerra contra el narco”.

En esa estrategia depositó todos los abusos que aprendió en la AFI y que eran sabidos entre los pasillos de la seguridad nacional: Genaro García Luna era proclive a esconder cargamentos de droga y repartirlos entre sus directores como premio por proteger a los jefes del Cártel de Sinaloa. A “golpear” con la policía a los enemigos de sus aliados. A fabricar culpables para engrosar las cifras que presentaba cada año en los reportes anuales a la Presidencia de la República. Rodolfo Valverde Ocaña

Los montajes de Genaro, secreto a voces

“Las órdenes eran verbales y nosotros las pedíamos por escritos. Se hacían todo tipo de actos ilícitos: detención de personas ilegalmente, cateos ilegales, o sea, infinidad de actos ilícitos que se pueden cometer como elemento activo de la PGR (...) A los que nos rebelamos nos mandaban a cumplimentar órdenes de aprehensión sin arma o muchas veces sin oficio. Para que te mataran, pues.

“Yo te podría contar muchas cosas: cómo detenían personas, montaban videos después de las detenciones y volvían a hacer la detención. Retenían a las personas por uno o dos días”, recuerda Rodolfo Valverde. “Eso se supo por años. Pero nadie podía decir nada”.

A la pregunta de por qué hablar ahora que Genaro García Luna está en una celda en Estados Unidos esperando una probable sentencia de cadena perpetua por conspirar con el Cártel de Sinaloa para enviar drogas del otro lado de la frontera norte, Rodolfo Valverde hace un gesto de obviedad.

“Porque si decías algo te mataban. O mataban a tu familia. No sabes a cuántos compañeros les pasó. O los mandaban a la cárcel, como al comandante Javier Herrera Valles. A mí me destituyeron, me inventaron que yo tenía nexos con el crimen organizado cuando me negué a aprehender a una persona sin mandato judicial”.

Aquel año fue 2007. De acuerdo con su historia, un mando cercano a Genaro García Luna inventó que en la prueba de polígrafo había reprobado la pregunta “¿tiene usted vínculos con grupos delictivos?” y eso bastó para sacarlo de la corporación. Desde entonces, ha luchado para que el gobierno mexicano reconozca que su despido fue una venganza y que él es un hombre honorable que nunca ha cometido actos ilícitos.

eL más Grande extorsionador

Es difícil imaginar al “Comandante” Rodolfo Valverde con miedo. Mide más de 190 centímetros y su complexión robusta hace que cualquier enemigo lo vea como un alto roble. Amigos y enemigos le conceden que era un agente federal atrevido: su especialidad era obtener redes de vínculos entre presuntos criminales y establecer su círculo cercano. Siempre armado, listo para dar batalla, hasta en tierras agrestes como Tamaulipas, a donde se enviaba a sus agentes incómodos a misiones casi suicidas.

“Hay que entender algo de Genaro García Luna: él tenía que tener el control para poder cobrar los derechos de piso en diferentes estados de la República. Estamos hablando de Tamaulipas, estamos hablando de Sinaloa, Baja California, Chihuahua, Sonora, donde la situación de narcotráfico es general.

“¿Me sorprende que esté en una cárcel acusado de cargos tan graves? No, la verdad es que me sorprende que no haya caído antes. Era un secreto a voces que él era el máximo cobrador de derecho de piso en el país. El más grande extorsionador de México”.

Las vUeLtas de La vida

Te estoy contando esto porque la gente tiene que saber lo que era ese hombre. O lo que es, porque aún tiene mucho poder en las instituciones de seguridad. Y si hay gente que aún duda de sus actos ilícitos, acá estoy yo para contarlos. ¿Recuerdas que me acusó de nexos con el narcotráfico? Es un cínico. Así acusó a miles de policías honestos, mientras él le estrechaba la mano a los grandes capos de México que asesinaban a nuestras familias. A ver, si fuera cierto que yo andaba coludido, ¿estaría dando la cara aquí? Y si fuera cierto que él era una blanca palomita, ¿estaría encerrado esperando una cadena perpetua?

Hay mil historias que te puedo contar. No nos alcanzaría el tiempo. La vez que mi corporación me dio la espalda porque en la Ciudad de México detuve a un tipo vinculado a la delincuencia organizada. La vez que a una compañera la acusaron de delincuencia organizada solo porque se “saltó” a su mando y le fue a avisar a las familias de otros policías que habían sido masacrados en Nayarit. Las historias de los miles de compañeros a los que dejaron en la calle, en la miseria, sin liquidación, porque no quisieron actuar para los montajes que hacía para la televisión.

La vida tiene formas de poner a todos en su luchar. A mí me destrozó la vida, sí, porque Genaro García Luna fue el que inició la queja para mi destitución de la entonces Procuraduría. Y aunque yo luché y luché para regresar, ahora ya no quiero nada de eso. Sólo quiero que reconozcan que yo no hice nada malo y que ellos eran los verdaderos delincuentes.

Quiero que mi nombre, Rodolfo Valverde Ocaña, quede limpio. Y que el de Genaro García Luna… pues… que la vida lo ponga donde se haga justicia para el país.

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