NESSUN DORMA 6

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Diciembre 7, 2020 Suplemento Electoral presentado por

Año 2 / Número 6 lja.mx/nessun-dorma

VOTAR EN TIEMPOS

DE PANDEMIA Por Karla Martínez Collazo

Foto: Cristian De Lira Uno de los principales temas que ha discutido la Ciencia Política contemporánea es el proceso por el que los electores pasan antes de emitir su voto en los sistemas democráticos internacionales. Quizá una de las preguntas que más se suele escuchar entre los politólogos de las épocas recientes es: ¿qué influye en el pensamiento del electorado para que éste favorezca con su voto a un candidato o propuesta? Indudablemente, uno de los factores que se estudia en aras de encontrar respuesta a dicho cuestionamiento es el contexto económico, histórico y social en el que se desenvuelve el electorado. Las condiciones económicas, la percepción sobre la seguridad nacional, la respuesta de la autoridad ante ciertas problemáticas, conforman el marco referencial de decisión de un elector. La teoría de la elección racional (Rational Choice Theory) tan defendida por autores como Anthony Downs y cuyos inicios podríamos adjudicárselos a Max Weber, propone que los individuos actuamos SIEMPRE en función de lograr el máximo beneficio corriendo el menor riesgo posible. En democracia, eso significaría que los electores, después de un proceso de racionalización o reflexión sobre lo que representa cada una de las propuestas presentadas en la elección, otorgará su voto a aquella que le represente el máximo beneficio no solo a él, sino a la comunidad misma. Aunque este ideal suena profundamente deseable, sabemos que ésto no siempre sucede así. No es la primera vez que los seres humanos atravesamos por una crisis de salud global que ha detonado crisis económicas y sociales como ahora observamos con el virus SARS-CoV-2. A lo largo de la historia de la humanidad ha habido enfermedades pandémicas que han generado momentos de profunda gravedad tanto en los países donde se originaron como en aquellos donde el contagio se extendió. El ejemplo más claro de esta situación lo tenemos en la pandemia desatada en 1918 por el virus de

la gripe tipo A, subtipo H1N1 mejor conocida como Gripe Española. La gripe azotó Europa, Asia y América (incluyendo a nuestro país) elevando la mortalidad de los más jóvenes, sector por el que el virus tenía especial predilección, y con ello, trayendo una crisis económica de consecuencias incalculables a un mundo donde, además, la primera guerra mundial había causado ya de por sí graves deterioros. Ante este escenario ¿qué consecuencias políticas se desataron? Nada más y nada menos que el auge de los sistemas autoritarios de corte fascista. España es el más claro ejemplo de ello. Miguel Primo de Rivera, militar español que asestó un golpe de estado en contra del presidente de gobierno Manuel García Prieto (1922), logró obtener buena parte del apoyo popular puesto que fundamentó su asalto en la incapacidad del gobierno “liberal” de atender las necesidades desatadas después de la pandemia. Incluso el rey Alfonso XIII apoyó a Primo de Rivera para que lograra instaurar su dictadura y derrocara así el gobierno cuyo manejo de la pandemia fue catalogado como “ineficaz y profundamente incompetente”. (MARTÍNEZ HOYOS, 2020) Si bien es cierto que ya no estamos en 1920 y que para nuestra fortuna los regímenes democráticos se han ido reforzando, haciendo cada vez más difícil que sobrevenga un golpe de estado o un ataque militar que instaure una dictadura (ojo, es difícil más no imposible) el ejemplo anterior sirve para reflexionar sobre la importancia de elegir con el cerebro y no con el estómago. El tejido social también se ha deteriorado con la pandemia por Covid-19. Muchas personas están sumergidas con justa razón en la tristeza y el enojo: miles han perdido algún familiar sin poderse despedir de ellos, otros tantos no han recibido atención medica de forma eficiente tengan o no coronavirus (los hospitales saturados han optado por dejar de brindar atención a los pacientes de enfermedades crónicas para dar prio-

"Que la democracia sea nuestra vacuna más eficiente" ridad a los contagiados) otros tantos han perdido su empleo o su condición económica se ha deteriorado y además, una gran mayoría atraviesa por un cuadro de estrés debido al confinamiento y distanciamiento social con todo lo que ello implica. Razones sobran para sentirse enojado y culpabilizar a los gobiernos y todas sus instituciones; por ello, votar en tiempos de pandemia debe ser para todos los que estamos involucrados en el proceso de elección, un ejercicio donde la invitación a la reflexión y la observación con fines preventivos deben ser prioritarios. Para esta elección podemos encontrar de todo un poco, desde el desinterés de la ciudadanía por salir a las urnas, hasta los pícaros ilusos que ofrezcan dádivas de todos tipos a cambio de votos, aprovechándose de la vulnerabilidad de algunos sectores de la población que se vieron directamente afectados por la pandemia. Tanto la primera como la segunda opción nos llevarían a una elección comprometida y cuyo principal resultado sería que ganen no los mejores (las propuestas mejor elaboradas y más beneficiosas para la sociedad) sino los 'menos peores', comprometiendo así nuestro desarrollo democrático. Ojalá que en estos meses previos a la jornada electoral la situación sanitaria mejore. Tengamos la fe puesta en que, casi de manera milagrosa, la mañana del domingo 6 de junio de 2021 todos salgamos a votar “como si nada de ésto hubiese pasado”. Pero si no es posible, si el Covid-19 sigue siendo nuestro vecino habitual, solo me queda pedirle, pedirnos a todos, que no permitamos que el peor virus y el más letal entre en las urnas de votación y se instale como virtual ganador de esta: ese virus es el virus del miedo. Que la democracia sea nuestra vacuna más eficiente y el sueño por construir un país mejor lleno de ciudadanos participativos sea el ventilador que nos llene de aire nuevo los pulmones. Que así sea. REFERENCIAS CERVANTES, C. (12 de MARZO de 2020). ABC HISTORIA. MARTÍNEZ HOYOS, F. (12 de abril de 2020). LA VANGUARDIA . FOTO: Cristian De Lira


¡HAGAMOS EFECTIVAS LAS MEDIDAS PARA COMBATIR LA VIOLENCIA POLÍTICA EN RAZÓN DE GÉNERO! Por Cindy Cristina Macías Avelar

¿PARA QUÉ VOTAR? Por Álex Solís

Para qué votar si todos son iguales. Para qué votar si están cortados por la misma tijera. Para qué votar si nunca cumplen sus promesas. Para qué votar si nada más buscan robarse el dinero. Para qué votar si entre ellos se tapan su corrupción. Esas frases reflejan la molestia ciudadana, seguro usted las ha dicho en más de una ocasión, seguro también las ha escuchado o leído. La apatía nos lleva a la abstención. El desencanto abona al abstencionismo. Las actitudes, acciones y posicionamientos agresivos de las y los políticos ahuyentan a las y los electores. Eso ya lo sabemos. Por eso les invito a dar más de una respuesta a la pregunta clave: ¿Para qué votar? Votar es asunto estratégico, tanto para el gobierno federal como para la oposición. Ambos necesitan de la participación ciudadana en las urnas. Ambos conocen el significado y el peso específico de cada voto. Sí, del voto de usted.

En el contexto del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se conmemoró el pasado 25 de Noviembre, es común escuchar en los noticieros y redes sociales, que es un tema prioritario para las autoridades combatirla y poner fin a la impunidad que la alimenta. La reforma en materia de violencia política por razón de género, publicada en el Diario Oficial de la Federación el trece de abril de este año, estableció un nuevo diseño institucional para la protección de los derechos fundamentales de las mujeres, que busca garantizar el derecho de acceso a la justicia, un resarcimiento real, la reparación del daño y otros medios de compensación justos y eficaces para las mujeres. Tomando en cuenta que el campo de lo electoral y la función pública son tensos y de confrontación de ideas, es necesario que los operadores jurídicos, así como la ciudadanía, cuenten con la habilidad para reconocer la violencia política en razón de género y los mecanismos que tienen a su alcance para combatirla, ya que en muchas ocasiones, el desconocimiento de la norma y la forma como opera la violencia -que a veces es muy sutil-, pone en riesgo de que todo esto quede en letra muerta. Sin duda, en la mayoría de los casos es una línea muy delgada la que define si estamos ante un acto de violencia política en razón de género o ante un acto o discurso amparado por algún derecho fundamental, como la libertad de expresión, por tanto, es importante conocer los elementos que nos permitirán identificarla, denunciarla y sancionarla. La violencia política en general, es toda acción u omisión ejercida contra las personas, que tiene por objeto limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos político-electorales; la participación y representación política y pública; el desempeño de un cargo, actividad o responsabilidad y la toma de decisiones inherentes a éste; y las prerrogativas y funciones públicas. Por su parte, la violencia política hacia las mujeres se presenta cuando cualquiera de las conductas antes descritas, son cometidas en su perjuicio por razón de género, esto es, cuando se dirijan a una mujer por ser mujer, le afecten desproporcionadamente o tengan un impacto diferenciado en ella. La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en la jurisprudencia 21/2018, determinó que este tipo de violencia solo se puede tener por acreditada cuando se presentan los siguientes elementos: 1. El acto u omisión se dé en el marco del ejercicio de derechos político-electorales o bien, en el ejer-

cicio de un cargo público. 2. Sea perpetrado por el Estado o sus agentes, por superiores jerárquicos, colegas de trabajo, partidos políticos o representantes de éstos; medios de comunicación y sus integrantes, un particular y/o un grupo de personas. 3. Sea simbólico, verbal, patrimonial, económico, físico o sexual. La violencia simbólica se caracteriza por ser una violencia invisible, implícita, que busca deslegitimar a las mujeres a través de estereotipos de género que les niega habilidades para participar activamente en política. 4. Tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce y/o ejercicio de los derechos político- electorales de las mujeres. 5. Se base en elementos de género, es decir: a) se dirija a una mujer por ser mujer; b) tenga un impacto diferenciado en las mujeres; y, c) afecte desproporcionadamente a las mujeres. Este tipo de violencia, además de afectar el ejercicio pleno de los derechos político-electorales de las mujeres, lesiona valores democráticos fundamentales, tales como la igualdad, el pluralismo, la tolerancia, la libertad y el respeto, además de que, con la comisión de esas conductas se atenta contra el derecho a la dignidad de las personas, previsto en el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos, en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Por lo anterior, ante una denuncia de violencia política por razones de género, las autoridades electorales deben realizar un análisis exhaustivo de todas las conductas que rodean el hecho denunciado, de manera global, para determinar si de su conjunto, al ser reiteradas y sistemáticas, se colma la infracción y, por tanto, sancionarla. Tenemos ya la mesa puesta, es importante que todas las autoridades asuman el compromiso de hacer efectiva la reforma a través de acciones y resoluciones, pero también es indispensable que las mujeres sepan identificar las circunstancias y acudan en el momento preciso para ser atendidas en sus llamados. Todas y todos debemos realizar cambios, empoderar a la mujer, fortalecer la confianza en sí mismas y respaldarlas para que se atrevan a romper el silencio. Pero, sin duda, más que mujeres valientes, necesitamos instituciones comprometidas en la protección de sus derechos fundamentales.

¡No existe eso que llamas comicios electorales! Para el gobierno federal es estratégico porque pretenden mantener la mayoría en la Cámara de Diputados, y hacerse de la mayor cantidad posible de las 15 gubernaturas y 30 congresos locales en juego ora para el año 2021. Por su parte, la oposición quiere arrebatar esa mayoría en la Cámara de Diputados, mantener los gobiernos locales que hoy tiene y, de ser posible, ganar los que no tienen. ¿Y la ciudadanía dónde queda en este entramado? El pilar más importante de nuestro sistema electoral adquiere el más alto valor de cotización, pues es la que decidirá a quienes les dará su preciado voto. Esa es la clave de su participación. Conocemos las consecuencias de votar con el estómago, pero también hemos aprendido el valor que tiene nuestro voto, aprendimos a usarlo, y por eso es que, en este todavía joven siglo, hemos vivido la mayor cantidad de alternancias en la historia reciente del nuestro país; alternancias en los municipios, en los estados y en la presidencia de la República. Lo mismo ha sucedido con los Congresos federal y locales. Los datos duros nos señalan claramente que aquellos gobiernos (y por extensión los partidos políticos en el poder) que operan los padrones de los programas de desarrollo social: NO GANAN LAS ELECCIONES. Eso explica el valor que la ciudadanía concede a su voto, es decir, premia o castiga conforme a su evaluación sobre los tres órdenes de gobierno, y por eso el incremento en las alternancias. Dicen que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen, y esa frase tiene una validez inobjetable: mientras sigamos siendo apáticos, el orden de las cosas no cambiará; si no exigimos cuentas de manera consistente, las pésimas actuaciones y malos manejos continuarán; por eso, más que concederles el beneficio de la duda en las urnas, veamos el acto de votar como la última oportunidad que les concedemos en su carrera política, es decir, obligarlos a una buena actuación y también a que reduzcan la costosa “curva de aprendizaje”. Por eso tiene sentido votar. Tenemos un sistema nacional de elecciones confiable, respetado y reconocido a nivel mundial. Ha costado mucho, sí; pero es referente obligado para el resto del mundo. Eso se debe a que fue (y es) permanentemente cuestionado, vigilado, auditado, maltratado y observado. Entonces, debemos hacer lo mismo para con la clase política en su conjunto. Sí ese “método” funcionó bien para consolidar al IFE-INE… ¡Imaginen sus alcances para con los partidos políticos! ¿Para qué votar? Para darle razones a las futuras generaciones de que otro México es posible; pero antes, asumamos que les hemos fallados por nuestra apatía y desidia. Eso abonará a la cultura de la responsabilidad. ¿Para qué votar? La pandemia en curso nos demostró nuestra capacidad de adaptación, y como sociedad civil nos hemos organizado para ser solidarios con nuestra comunidad, e inclusive le hemos dado lecciones de lo que es el verdadero compromiso a los tres órdenes de gobierno. ¿Para qué votar? Porque la apatía y la desidia también cansan; tomemos consciencia de ello y demos ejemplo con nuestra participación y compromiso. Más que darnos tiempo para pensar, regalemos nuestro tiempo para actuar. Esa es la ruta obligada.


¿CÓMO SE UBICA LA PROPAGANDA PERSONALIZADA

DE LAS Y LOS SERVIDORES PÚBLICOS? Por Edgar Alejandro López Dávila

Durante los procesos electorales o fuera de éstos, existen intereses entre las y los integrantes de la función pública en promocionarse de forma directa o indirectamente ante la ciudadanía, aprovechando los recursos públicos, humanos y materiales que tienen a su cargo, con la finalidad de posicionarse. Incluso, ello se ha convertido es una práctica regular, y debido al desconocimiento de la norma, tanto por la ciudadanía como por las distintas fuerzas políticas, no se denuncian tales irregularidades y, por tanto, difícilmente las conductas son investigadas, analizadas y, en su caso, sancionadas por las autoridades electorales. Así que surge la necesidad de que, quienes tenemos la oportunidad de involucrarnos en estos asuntos, podamos compartir temas jurídicos generales o bien, específicos, que permitan a la ciudadanía identificar conductas o hechos irregulares y, en su momento, poderlos denunciar ante las autoridades electorales competentes. En esta ocasión, se explicará de forma breve cuáles son algunos de los elementos que prevé la línea jurisprudencial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para analizar y estudiar las conductas susceptibles de actualizar la infracción de la indebida difusión de promoción personalizada, a partir de lo que

establece el texto constitucional. Al respecto, de acuerdo con el artículo 134 párrafo séptimo y octavo de la Constitución Federal, se establece que las y los servidores públicos tienen la obligación, en todo momento, de aplicar con imparcialidad los recursos públicos que están bajo su mando o responsabilidad. Ésto es con el fin de no influir en la equidad de la competencia que existe entre los partidos políticos y candidaturas independientes. Así que la propaganda relativa a cualquier modalidad de comunicación social, que difundan los poderes públicos o cualquier ente de los tres órdenes de gobierno, deberá tener un carácter institucional; es decir, con fines informativos, educativos o de orientación social. Asimismo, tal artículo prohíbe que dicha propaganda incluya nombres, imágenes, voces o símbolos que impliquen promoción personalizada, por parte de cualquier servidor público. Al respecto, la Sala Superior del TEPJF ha emitido el criterio jurisprudencial 12/2015, de rubro: PROPAGANDA PERSONALIZADA DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. ELEMENTOS PARA IDENTIFICARLA. Lo anterior, con la firme intención de determinar si alguna conducta constituye la difusión de propaganda electoral gubernamental personalizada. De tal criterio se advierten los siguientes elementos:

Personal: deriva esencialmente en la emisión de voces, imágenes o símbolos que hagan plenamente identificable al servidor público. Objetivo: trata sobre el análisis del contenido del mensaje a través del medio de comunicación social de que se trate, para determinar si de manera efectiva revela un ejercicio de promoción personalizada susceptible de actualizar la infracción constitucional. Temporal: consiste en establecer si la promoción se efectuó iniciado formalmente el proceso electoral o se llevó a cabo fuera del mismo. Por lo señalado es posible observar que el hecho de que una conducta transcurra dentro del proceso electoral, implica cierta relevancia para actualizar la infracción, no obstante, también es posible que pueda actualizarse aún sin haberse iniciado el proceso electoral. Así que en todos los casos será necesario analizar el contexto y el contenido del mensaje que emita la o el servidor público. Ilustración: Chelsea Beck / NPR

COLABORADORES Karla Martínez Collazo Lic. en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y Consejera Electoral por el Distrito 02 del INE (2020-2021). Asperger convencida de que sólo en la inclusión es posible la evolución.

Álex Solís Álex Solís es persona autista y ciudadano 24/7 @AlexSolHer

NESSUN DORMA! Juan Carlos Soledad Pérez

Edgar Alejando López Dávila

Presidente de la Comisión de Desarrollo Democrático de Coparmex Aguascalientes

Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Aguascalientes

Cindy Macías Avelar Secretaria de Estudio y Cuenta en el Tribunal Electoral del Estado de Aguascalientes

César A. Cervantes Mena Ex diputado local. Licenciado en Derecho, Maestría en Políticas Públicas. Director General de Cermena, Fanático del Cerro del Picacho y tareas de filantropía.

Nessun Dorma es un conjunto de plumas que opinan libremente sobre participación ciudadana, capacitación electoral y promoción del voto en el Proceso Electoral Local 2020-2021; que organizan conjuntamente el INE y el IEEA. Las opiniones vertidas son entera responsabilidad de quienes las emiten. Director: Miguel Ángel Pérez Cadena Editor: Alejandro Solís Hernández Diseño: ESTUDIO BOCADILLO


EN BÚSQUEDA DEL ÉXITO EN MOMENTOS DE CRISIS Por Juan Carlos Soledad Pérez

Termina un año complejo donde, más allá de la crisis sanitaria y económica, factores de inestabilidad están afectando las perspectivas políticas y sociales en nuestro país. Todo parece pesimismo y sin embargo es necesario seguir soñando un mejor México, unido y con movilidad social. La crisis -al ponernos en contexto de peligro- debe estimular nuestra creatividad e innovación para seguir creciendo como personas y como comunidad. El éxito es sinónimo de resultado, no es un estado, ni se refiere al proceso; sin embargo cada proyecto de vida es tan personal y único como cada persona lo es y es única también su misión, su querer y sus sueños. A mayor semejanza de la vida con su misión, más exitoso podríamos considerar que será un individuo. La vida siempre da la oportunidad de levantarse. Es necesario diagnosticar correctamente e Identificar dónde estamos y a partir de ahí con magnanimidad plantearnos nuevos retos y puntos de mejora. No basta con saber a dónde queremos llegar. Necesitamos actuar. En la crisis hay perdedores y ganadores, quienes no se adaptan rápido a la nueva realidad desaparecerán y quienes detecten adecuadamente sus problemas y actúen en consecuencia incluso podrán crecer en estos momentos. No nos detengamos, existen muchos aspectos que no dependen de nosotros, hay que concentrarnos en lo que sí podemos hacer. Frente a una tragedia indudable: magnanimidad, fortaleza e inteligencia. Es el modo en el que interpretamos al mundo lo que sí depende de nosotros. No esperemos a que alguien más calificado lo haga o a que existan mejores condiciones en nuestro país para hacerlo. Podemos no hacer nada y obtendremos un resultado, o también podemos replantearnos nuestro futuro y prepararnos para ello. Nuestro éxito depende del éxito de las personas con las que estamos relacionados. Debemos proteger a quienes dependen de nosotros y estar cerca de ellos. Hoy somos más sensibles, estamos más conectados y al mismo tiempo nos sentimos más solos que nunca. Toda la gente de éxito se comporta siguiendo principios que le ayudan a obtenerlo. Las personas más exitosas son integrales, no tienen dos caras, buscan vivir los mismos valores en lo público y en lo privado. Los principios y valores son verdades fundamentales que constituyen los cimientos de la conducta y pueden aplicarse una y otra vez. Aquellos principios que guían nuestra vida son la base del éxito. El éxito está en el maridaje entre valores, pasiones y aptitudes. Ser ético es simple, consiste en actuar con inteligencia, sin dejarnos llevar por los impulsos y tomar en cuenta siempre los intereses de los demás. Para ello necesitamos comprometernos públicamente con nuestros valores, dar la cara, no en búsqueda de los reflectores sino para generar compromisos de largo plazo e inspirar a otros. Es momento de enfrentar y superar nuestros miedos; cuando como hoy, enfrentamos una fuerza superior que pone en peligro nuestra propia existencia y no nos permite huir nos dice Aristoteles que nos queda permanecer y resistir. y al hacerlo nos fortalecemos y nos ganamos a nosotros mismos. Cuando resistimos la adversidad crecemos como hombres. No basta con enfrentar los miedos. Hay que generar la esperanza de un mejor futuro para nuestro país y liderar. Muy pocos ciudadanos participan y casi nadie quiere liderar. Hay que influir para cambiar las cosas. Los cargos son cargas, es cierto pero, necesitamos tu fuerza para entre todos aligerar el peso. Si no planteamos correctamente nuestro futuro y nuestras metas podemos caer presos en una falsa concepción de “éxito“. ¿Cuánto nos ha costado el “éxito”? Hemos perdido amigos, familia, ¿Cuánto más estamos dispuestos a pagar? No olvidemos lo que realmente importa, debemos encontrar las razones por las que estamos dispuestos a morir. ¿Hay algo hoy por lo que daría la vida? Aprender a ser feliz en esta vida es poner las bases para ser feliz en la otra. Debemos enfrentar la contingencia y crecer como personas y como país. Ser motivo de esperanza y no de angustia, ser un apoyo y no una carga. En estas circunstancias hay que tener la fuerza y convicción de querer este país y a la gente que nos rodea, todos estamos sufriendo de alguna manera y todos necesitamos una ventana a la esperanza. Todos podemos contribuir para hacer de México un mejor lugar para nosotros y para los demás. FOTO Cristian De Lira

LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LOS MENOS FAVORECIDOS UNA LIMITANTE DE LA DEMOCRACIA Por César Amado Cervantes Mena Te preparan para ejercer un cargo durante muchos años, eres el gran soporte de la operatividad estructural en un instituto político que te promete las perlas de la virgen y la oportunidad de crecer junto a los tuyos en liderazgo, en justicia social, en igualdad y equidad; todo para que al final, se limiten a informarte que ha pasado tu tiempo o que no tienes recursos para costear una campaña. Te dicen que la política es para todos, pero no te aclaran que ese universo, ese “todos”, son solamente quienes que tienen dinero o gozan privilegios exclusivos de la clase en el poder. Contados son los casos donde se permite la participación de la clase modesta y que no incomode a los intereses ya creados, la elección del 2018 no la cuento porque el fenómeno político, social y electoral de ese momento se debió a un hartazgo generalizado que no buscaba ya culpables sino quién se las pagara. En esa tesitura, buscaron nombres de perfiles que aun sin destacar por logro alguno, figuraran en la boleta, sabiendo que era probable que no se lograra el resultado esperado. En pocas palabras, los ricos no quisieron quemarse con la marca en experimento, optaron por la vieja fórmula, la nobleza ciudadana. Hoy día la época le permitirá zanjar a muchos esa traba, la de tener dinero para figurar o ser considerado en los planes partidistas, esos que blindan intereses, para salir a conquistar el voto. Serán ahora la originalidad, el correcto manejo de contenidos y la creatividad a través de las diferentes vías de comunicación -incluyendo por supuesto a las redes sociales,-la que logre conectar con un electorado joven, el que, dicho sea de paso, está muy deseoso de participar y convertirse en motor del cambio.

"La política no es (o al menos no debería de ser) de pobres ni de ricos, la política es tanto un derecho como una obligación de mujeres y hombres libres" Los jóvenes deben saber que pueden dedicar su vida a un ideal, pues con ello se transformarían en otra cosa, en algo más que una leyenda. Los jóvenes deben comenzar a perder el miedo, estar preparados para una y mil caídas, entender que la moraleja de cada una de esas caídas es el aprender a levantarse una y otra vez. Como ciudadanos vivimos ocultando nuestra culpa con la ira; debemos aprender a aceptarla y enfrentarla. Hace un par de años, millones de mexicanos hicieron manifiesto su reproche a través del sufragio; con justa razón, o de manera equivocada, ejercieron esa potestad constitucional, desenterraron su pasado de gloria y emergieron valientes contra lo que consideraron injusto e imposible seguir permitiendo. El ciudadano común a lo que realmente le teme está dentro de si mismos, le teme a su propio poder, le teme a su ira, éso le impulsa a hacer cosas grandes o cuestionables ante los demás; por eso digo que es menester no sólo de los jóvenes, sino de cada ciudadano, enfrentar sus miedos, entender que la empatía les dará valor y fortaleza porque la compasión es una debilidad que los adversarios no tienen, de ella se valen para transgredir y permanecer en el poder. Busquemos en el interior de cada uno (tarea introspectiva un tanto difícil pero necesaria) y evaluemos si realmente estamos dispuestos a incursionar en la participación política; uno no debe perder la fe en si mismo ni perder de vista el gran objetivo; el que los motiva y el que los soporta a través del gran respaldo que seguramente tienen al aventurarse. Por respaldo me refiero a un grupo de personas bien intencionadas con el ferviente deseo de contribuir en la mejoría de la calidad de vida de la colectividad, a aquellos que aspiran a mejores índices de transparencia, de bienestar, de igualdad, de respeto a sus garantías, a sus derechos. Existen ocultas varias frases de una película dentro del contenido de estas breves líneas que me he permitido compartir con ustedes, algunas evocan profundidad de pensamiento, nos pueden invitar y guiar a la reflexión, no se trata de una película histórica sino de un comic que ha servido para definir que cada uno de nosotros puede convertirse en un héroe, un verdadero héroe, un paladín de la justicia y de la democracia si así se lo propone. Al final de cuentas, somos nosotros los responsables de escribir la historia con nuestras propias letras, definir el guion fílmico que pretendemos sea recordado con el pasar los años; si aspiramos a más, ¿porqué no pensar en que nuestro nombre sea grabado en algún testimonial que perdure en el tiempo? La política no es (o al menos no debería de ser) de pobres ni de ricos, la política es tanto un derecho como una obligación de mujeres y hombres libres. Les invito a participar y perder el miedo, permitamos a quienes nos precedan que nos recuerden con simpatía y, sobre todo, con respeto. Recuerden sobre todo que, no importa quiénes sean en su interior, que sean sus acciones los que les definan, buenos o malos deben saber que habrán de trascender para bien o para mal, elijan bien su camino.


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