Revista Magnífica Aguascalientes #3 por LJA.MX

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Desamor

ngaño Envidia Distancia Desconfianza Odio

relaciones virtuales Sustitución de roles tradicionales

Tristeza Desesperanza Frialdad Desgaste Ruptura rcicismo Disfuncionales Patrones de aprendizaje Tabú

Desamor Soledad

Responsabilidad afectiva Tecnología en el amor Apps de matchmaking Micro-relaciones "situationships" Cariño Pasión Afecto Ternura

Desconfianza Odio Rencor Resentimiento

Frialdad Desgaste Ruptura Frustración Herida

Devoción Enamoramiento Romance Compromiso

¿UN SENTIMIENTO?

CUANDO LAS APPS DE CITAS SE SIENTEN COMO OTRO TRABAJO

EDUCACIÓN Y TERAPIA PARA TRANSFORMAR LA SEXUALIDAD

LAS 4 ETAPAS DEL AMOR EN UN EQUIPO DE FÚTBOL

EDITORIAL

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Es lo de hoy. Noticias y entretenimiento para [comprender a] la generación Z. nucleo.news (todas las redes) @estoesnucleo por MAGNÍFICA, Número 3, primera quincena de febrero de 2025. Revista quincenal de Circulación Controlada y Pagada. Editada, publicada y distribuida por 3A VIA EDICION PRODUCCION IMPRESION, SA de CV. Ignacio Zaragoza 411. Zona Centro. Aguascalientes, Aguascalientes. C.P. 20000. Editor Responsable: GABRIEL RAMÍREZ PASILLAS. Reserva de Derechos al Uso Exclusivo: En Trámite. Certificado de Licitud de Título y Contenido: En Trámite. Registro en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación: Pendiente. Impresa por, C Gráfico RGA. Filemón Alonso Muñoz 210, Ciudad Industrial, Aguascalientes, Aguascalientes, C.P. 20290.

Francisco Miguel Aguirre Arias

> El amor en esta era: un desafío

El amor, ese sentimiento tan universal y a la vez tan personal, ha evolucionado a lo largo de los siglos. Hoy, en plena era digital, se ve envuelto en una compleja red de emociones, tecnologías y expectativas que redefinen nuestras relaciones. Desde el amor romántico e idealizado hasta el amor propio y la búsqueda de la realización personal. El espectro es amplio, pero ¿qué significa amar en un mundo cada vez más fragmentado y virtual?, ¿cómo conciliamos nuestros anhelos más profundos con las exigencias de una sociedad acelerada y conectada?

El amor, en todas sus formas, es un motor que nos impulsa a crecer, a superarnos y a buscar la felicidad. Amar lo que hacemos, ya sea un deporte, un arte o una profesión, nos brinda un sentido de propósito y nos conecta con nuestra esencia más profunda. La pasión por un equipo de fútbol, por ejemplo, puede unir a miles de personas en torno a un objetivo común, generando un sentimiento de pertenencia y comunidad, ¿cuántas formas y tipos de amor podrían existir?, ¿todos son saludables?, ¿amar dañando a alguien o algo es amar?, ¿cómo se concilia el amor con la honestidad y el placer?

Sin embargo, el amor también puede ser fuente de dolor y sufrimiento. Las relaciones tóxicas, marcadas por el control, la manipulación y la violencia, dejan profundas heridas emocionales. Es fundamental aprender a identificar estas relaciones y buscar ayuda cuando sea necesario.

El amor propio, por su parte, es el cimiento sobre el cual construimos todas nuestras relaciones. Aceptarnos tal y como somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, es el primer paso para amar a los demás y para ser amados. La soltería, lejos de ser una condición negativa, es también una oportunidad para el crecimiento personal y la exploración de nuevas posibilidades.

De igual manera, la tecnología ha revolucionado la forma en que nos relacionamos en todos los ámbitos de nuestra vida, por ejemplo, las plataformas de citas han facilitado la búsqueda de pareja, pero también han generado nuevas formas de interacción que pueden ser superficiales y efímeras. El swiping infinito y la búsqueda constante de la perfección pueden dificultar la construcción de relaciones auténticas y duraderas.

Un estudio reciente del Pew Research Center reveló que el 39% de las personas en Estados Unidos ha utilizado alguna vez una aplicación de citas. En México, aunque hay menos datos disponibles, diversas encuestas sugieren una tendencia similar, con un número cada vez mayor de jóvenes que recurren a plataformas digitales para conocer gente.

Sin embargo, esta transformación social (digital) no ha estado exenta de desafíos. Un informe de la Universidad de Oxford señala que el uso excesivo de las redes sociales puede generar sentimientos de soledad y aislamiento, incluso cuando se cuenta con una amplia red de contactos virtuales. Además, la idealización de las relaciones a través de filtros y presentaciones cuidadosamente seleccionadas puede conducir a expectativas poco realistas y a dificultades para establecer conexiones auténticas en el mundo real.

Me gusta pensar que es importante recordar que el amor no se reduce a un algoritmo o a una serie de clics. La conexión humana, la empatía y la comunicación genuina siguen siendo fundamentales para construir relaciones saludables y significativas. La tecnología puede ser una herramienta útil, pero no debe reemplazar la experiencia de conocer a alguien en persona, de compartir momentos juntos y de construir una historia en común.

En este mundo cada vez más complejo, es más importante que nunca cultivar la capacidad de amar y de ser amados. El amor es un viaje, no un destino. Es un camino lleno de desafíos y recompensas, de alegrías y tristezas. Al abrazar la vulnerabilidad, la autenticidad y la compasión, podemos construir relaciones más profundas y significativas; es un hecho.

BARRA &

·Quijote: Héroe de Nacozari Sur #500 ·Bosques: Sierra de la Canela #104
·Centro: Museo Nacional de la Muerte ·Hotel IBIS: Salida a Zacatecas Km 6.6
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El amor: Más allá de la emoción

Relaciones... ¿Tóxicas?

Cuando el amor se entrelaza con el trauma

Educación y terapia para transformar la sexualidad

El tarot: más allá de lo místico, un camino para encontrarse consigo mismo

¿Por qué idealizamos tanto el amor desde la cultura pop?

La era de la soltería: por qué cada vez más jóvenes eligen estar solos

¿Amor por la camiseta? Conoce las 4 etapas del amor en un equipo de fútbol

Ángel de Jesús Camacho: un corazón imparable en el deporte

Los latidos al

pinceles, tinta y emociones: amar el arte, el

Her ocurre en 2025: Hablemos sobre la naturaleza del amor y las relaciones en la era tecnológica

La fatiga del dating: cuando las apps de citas se sienten como otro trabajo

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EL AMOR: MÁS ALLÁ DE LA EMOCIÓN

El amor es uno de los sentimientos más complejos que experimenta el ser humano. Desde la perspectiva psicológica, la doctora Alicia Edith Hermosillo de la Torre, profesora e investigadora en el Departamento de Psicología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, lo define como una emoción secundaria que combina procesos cognitivos, afectivos y sociales. Es decir, el amor no es solo una simple emoción, sino una construcción que involucra elementos culturales, cambios en el cerebro y la acción de neurotransmisores que modifican la percepción, el comportamiento y la motivación.

Según la doctora Hermosillo de la Torre, “el amor es una emoción compleja que resulta de la interacción de varios elementos culturales y biológicos, donde participan neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la oxitocina, los cuales influyen en nuestra motivación y comportamiento”.

> El amor a primera vista

El amor a primera vista ha sido un tema de debate tanto en la ciencia como en la literatura. Neurológicamente, esta fase inicial del enamoramiento está caracterizada por una alta liberación de dopamina y serotonina, neurotransmisores asociados con la sensación de placer y bienestar. Durante esta etapa, la atracción física y la euforia dominan, lo que puede llevar a una percepción sesgada de la otra persona, en la que los defectos pasan desapercibidos.

La doctora Hermosillo de la Torre explica que “en una primera fase del enamoramiento, el cerebro experimenta un aumento significativo en la actividad de los circuitos dopaminérgicos, lo que genera una sensación intensa de placer y bienestar al estar con la otra persona”.

A medida que la relación avanza, la química cerebral cambia. La conexión afectiva se fortalece y la oxitocina juega un papel fundamental en la creación de un vínculo más profundo. Finalmente, si la relación evoluciona hacia un compromiso, la norepinefrina entra en juego, promoviendo la estabilidad y la protección mutua.

De acuerdo con la doctora Hermosillo de la Torre, “cuando una relación evoluciona, el cerebro empieza a equilibrar la emoción con la razón, dando paso a una intimidad más profunda y un compromiso basado en la confianza y la estabilidad emocional”.

> La teoría triangular del amor

El psicólogo Robert Sternberg propone una visión estructurada del amor a través de su teoría triangular. Según esta perspectiva, el amor se compone de tres elementos fundamentales:

1. Pasión: La atracción física y el deseo intenso hacia la otra persona.

2. Intimidad: La conexión emocional y el vínculo afectivo profundo.

3. Compromiso: La decisión de mantener y fortalecer la relación a lo largo del tiempo.

Dependiendo de la combinación de estos tres elementos, se pueden identificar diferentes tipos de amor:

• Amor Romántico: Se basa en la intimidad y la pasión, pero carece de compromiso.

• Amor Pasional: Predomina la pasión, con poca o nula intimidad y compromiso.

• Amor de Compañía: Existe la intimidad y el compromiso, pero sin pasión.

• Amor Consumado: Es el ideal, ya que integra los tres componentes.

> El amor en todas sus formas

Aunque solemos asociar el amor con las relaciones de pareja, su alcance es mucho más amplio. El amor también se manifiesta en las relaciones familiares, de amistad e incluso en la conexión con una causa o pasión personal. Cada vínculo amoroso está influenciado por los neurotransmisores predominantes en la relación y por la dinámica de los tres componentes del amor según la teoría de Sternberg.

La doctora Hermosillo de la Torre enfatiza que “el amor no se reduce únicamente a las relaciones de pareja; se encuentra presente en diversas conexiones humanas, como el amor a los amigos, a la familia o incluso a un ideal. La clave está en los neurotransmisores y la interacción entre emoción y razón”.

Entender el amor desde una perspectiva psicológica nos permite comprender su complejidad y reconocer que no se trata solo de una cuestión de emociones espontáneas, sino de una construcción en la que intervienen factores biológicos, psicológicos y sociales. Así, cada tipo de amor que experimentamos aporta una pieza valiosa a nuestra experiencia humana.

LA FÓRMULA DE UNA RELACIÓN EFECTIVA

PASIÓN ATRACCIÓN Y DESEO

INTIMIDAD VÍNCULO AFECTIVO

COMPROMISO MANTENERSE Y FORTALECER

RELACIONES...

¿TÓXICAS? CUANDO EL AMOR SE ENTRELAZA CON EL TRAUMA

El amor es una construcción compleja que involucra aspectos emocionales, cognitivos y sociales. Pero, ¿qué sucede cuando este sentimiento se ve condicionado por heridas del pasado? La doctora Alicia Edith Hermosillo de la Torre, profesora e investigadora en el Departamento de Psicología de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, explica que la manera en que nos relacionamos con los demás está influenciada por experiencias tempranas de vida.

“Todas las personas, en mayor o menor medida, llevan consigo heridas de la infancia, como el abandono o la exclusión, lo que influye en su forma de relacionarse en el amor”, menciona la doctora Hermosillo. Estas heridas pueden hacer que la búsqueda de pareja no se base en una conexión sana, sino en una necesidad inconsciente de sanar un trauma no resuelto.

> Dinámicas de relaciones disfuncionales

En la actualidad, el término “relación tóxica” se usa con frecuencia, pero la doctora Hermosillo prefiere analizarlo desde una perspectiva psicológica más profunda.

“No se trata solo de llamarle ‘tóxica’ a una relación, sino de comprender que hay historias de vida que influyen en la manera en que dos personas se vinculan”, explica. Por ejemplo, si un hombre ha crecido en un entorno donde se le ha sobreprotegido, es probable que busque una pareja que reproduzca esa dinámica, generando relaciones de dependencia.

Lo mismo ocurre con personas que han sido criadas en ambientes donde el amor estaba condicionado por la fuerza y la resiliencia. Estas personas pueden sentirse atraídas por individuos que las necesiten y terminan adoptando el rol de “cuidadores”. Sin embargo, cuando estas expectati -

vas no se cumplen, surgen los conflictos. “El problema radica en que estas necesidades no suelen ser conscientes” , enfatiza la doctora.

> ¿Es posible salir de una relación “tóxica”?

La doctora Hermosillo subraya que no existen relaciones perfectas y que es fundamental entender que el amor necesita límites. “El amor por sí solo no basta; debe equilibrarse con la razón”, afirma. Para determinar si una relación es funcional, propone analizar tres indicadores clave:

• Disposición para resolver conflictos: Ambas partes deben estar dispuestas a dialogar y encontrar soluciones conjuntas.

• Capacidad de reconocimiento emocional: Identificar y validar las propias emociones, así como las del otro.

• Habilidades de comunicación asertiva: Expresar necesidades y preocupaciones sin recurrir a agresiones o evasivas.

> El papel de la vergüenza y el narcisismo en el amor

Un factor crucial en las relaciones es la vergüenza, una emoción que permite la reparación del daño. “Cuando lastimamos a alguien que amamos, sentir vergüenza nos ayuda a reflexionar y corregir”, señala la doctora Hermosillo. Sin embargo, algunas personas, como aquellas con rasgos narcisistas, tienen una gran aversión a esta emoción y la disfrazan con ira, lo que impide la reparación del vínculo.

“El narcisismo impide la empatía y la capacidad de reconocer errores, lo que puede llevar a dinámicas abusivas”, advierte la especialista.

> Amor y adicción emocional

El amor puede volverse adictivo, especialmente en relaciones marcadas por la dependencia emocional. En la fase inicial del enamoramiento, el cerebro libera dopamina, generando una sensación placentera similar a la de una droga. “Cuando hay dependencia, la separación provoca abstinencia emocional, lo que puede hacer que las personas regresen una y otra vez”, explica la doctora.

Salir de una relación así requiere un proceso de autoconciencia y trabajo personal. “No basta con decir ‘esto no me hace bien’, sino que se necesita un acompañamiento profesional para sanar las heridas de origen”, recalca.

> Rompiendo patrones de aprendizaje en el amor

Muchas de las conductas que repetimos en nuestras relaciones provienen de lo que aprendimos en nuestra infancia. “Si creciste en un entorno donde el amor se daba de cierta manera, tenderás a replicarlo en tu vida adulta”, indica la doctora Hermosillo. Sin embargo, esto no significa que estemos condenados a repetir los mismos errores.

“La clave para romper patrones es la conciencia. Cuanto más conscientes seamos de nuestras motivaciones y heridas, mayor capacidad tendremos de decidir cómo queremos amar y ser amados”, concluye.

El amor, lejos de ser un sentimiento idealizado, es una construcción en la que la razón, la emoción y la historia personal juegan un papel fundamental. Comprenderlo y trabajarlo desde una perspectiva sana nos permite forjar relaciones más efectivas y satisfactorias.

Karla Lisseth Avalos García / @somoslja
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Cristian de Lira

ENTRE PINCELES, TINTA Y EMOCIONES: AMAR EL ARTE, EL OFICIO Y LA VIDA

Aldo García Ávila / @somoslja

En un mundo que avanza deprisa, donde las rutinas se imponen y las responsabilidades a menudo pesan, Fátima Ruiz Velasco, artista, emprendedora y psicóloga en formación, ha encontrado una manera de vivir que desafía la inercia del día a día: romantizar la vida. Para ella, más que una tendencia o un concepto vacío, romantizar es una manera de conectar con los detalles más simples y significativos del entorno.

“Hace algunos años, la palabra ‘romantizar’ tenía una connotación negativa, como si significara engañarnos a nosotros mismos o idealizar en exceso las cosas”, explica Fátima, “pero para mí, significa detenerse a observar lo bonito de lo cotidiano, sin perder el sentido de la realidad. Es ver el pincel antes de pintar, sentir el aire al salir a la calle, notar cómo un bebé se maravilla con una plantita”.

Fátima se mueve entre diversas facetas: es artista plástica; emprendedora con Caprichito, su marca de gomitas enchiladas; niñera, y estudiante de psicología. Su forma de abordar cada una de estas áreas parte del mismo principio: entregarse por completo a lo que hace y encontrar inspiración en cada momento.

Aldo García Ávila

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Al preguntarle cuál de sus ocupaciones disfruta más, Fátima confiesa que no puede elegir una sola. Su vida transcurre en ciclos en los que, dependiendo del momento, se sumerge en la pintura, se enfoca en su negocio o disfruta del tiempo con los niños que cuida.

“Antes creía que la pintura era lo único que quería hacer, pero con el tiempo me di cuenta de que necesito moverme entre distintos proyectos. Hay meses en los que estoy completamente sumergida en el arte, otros en los que Caprichito, mi negocio, se vuelve mi prioridad, y otros en los que disfruto más la interacción con los niños. No podría elegir solo una cosa, porque cuando me dedico a algo, lo hago con la misma pasión como si fuera lo único en mi vida”, explica.

Esa versatilidad se refleja también en la forma en que ha construido su espacio de trabajo. Hace dos años, contaba con una habitación en casa destinada exclusivamente a la pintura. Hoy, ese espacio ha evolucionado hasta convertirse en un taller lleno de vida, donde la creatividad fluye libremente.

“Mi taller es un reflejo de mi proceso personal. Antes pensaba que ser artista era solo pintar, pero ahora sé que ser artista es también salir, convivir, nutrirse de experiencias. No puedes inspirarte si estás encerrado todo el tiempo”, comenta.

Cuando Fátima habla de la pintura, lo hace con una pasión que trasciende lo estético. Para ella, pintar es un acto de autoconocimiento, un proceso en el que lo emocional y lo visual se entrelazan.

“He aprendido que mis mejores obras nacen en momentos de crisis. Antes me frustraba sentir tanto, ser tan sensible, pero ahora entiendo que esa sensibilidad es parte de mi ejercicio artístico. La pintura no se hace sola, yo la hago, y para que mis obras transmitan algo, primero debo conectar conmigo misma”, reflexiona.

Esa conexión con sus emociones la ha llevado a replantear su relación con el arte: “Amar la pintura es aceptar su proceso, desde el lienzo en blanco hasta la pieza terminada. Es aceptar que habrá contrastes, luces y sombras, como en la vida misma. Antes solo pintaba por encargo, lo veía como una obligación, pero aprendí a darle su tiempo a cada obra, a no apresurarme. Ahora disfruto el proceso”.

Además de su faceta artística, Fátima se encuentra en la etapa final de su formación como psicóloga. Aunque a primera vista la pintura y la psicología pueden parecer disciplinas opuestas, ella las percibe como dos caminos que se complementan.

“Estudiar psicología me ha dado herramientas para entender mejor mis procesos y los de los demás. Me ha ayudado en mi trabajo artístico arte, en mi negocio, en mis relaciones. Al final, la psicología no es solo dar terapia, está en todo: en cómo interactuamos, en cómo nos entendemos a nosotros mismos”, afirma.

Para ella, la psicología es también un ejercicio de introspección. “No puedes ayudar a otros si no trabajas en ti mismo. Amar la psicología implica aprender a conocerte, aceptar tu luz y tu oscuridad. Es un camino que puede ser incómodo, porque te confronta con muchas cosas, pero al final, esa incomodidad es una oportunidad para crecer”, explica.

Fátima sabe que no siempre es fácil mantenerse motivado en una carrera o profesión. A quienes atraviesan momentos de duda, les recomienda preguntarse si realmente es la carrera lo que los desencanta o si es un proceso interno de cambio lo que los hace replantearse su camino.

“A veces creemos que ya no nos gusta lo que hacemos, pero en realidad es que nosotros estamos en constante cambio. Si algo deja de emocionarte, en lugar de desecharlo por completo, intenta verlo desde otra perspectiva. No todas las carreras tienen que seguir un camino convencional. Un psicólogo no solo da terapia, un artista no solo pinta. Hay muchas formas de aplicar lo que sabes”, señala.

Para Fátima, la clave está en aceptar la incomodidad como parte del crecimiento: “El cambio siempre es incómodo, pero es lo que nos mueve. Si estás en crisis, tómatelo como un regalo, porque es una oportunidad para transformarte”, concluye. Finalmente, Fátima Ruiz Velasco nos recuerda que la vida, al igual que una pintura, no necesita ser perfecta para ser valiosa. Se trata de aceptar cada trazo, cada color, cada sombra y cada luz, en el entendido de que en el contraste está la belleza y en el proceso, el verdadero arte de vivir.

“Amar implica aprender a conocerte, aceptar tu luz y tu oscuridad. Es un camino que puede ser incómodo, porque te confronta con muchas cosas, pero al final, esa incomodidad es una oportunidad para crecer”

EDUCACIÓN Y TERAPIA PARA TRANSFORMAR LA SEXUALIDAD

Durante años, la sexualidad ha estado envuelta en tabúes, desinformación y mitos que afectan la manera en que las personas la viven y la entienden. Para Arazú Romero Valdés, psicóloga y sexóloga, la educación y la terapia son herramientas fundamentales para el autoconocimiento y el bienestar. Desde la psicoterapia hasta las intervenciones en medios de comunicación, su trabajo busca crear espacios seguros donde se hable de sexualidad sin prejuicios.

“La sexología es una disciplina que permite a las personas comprender mejor su sexualidad, sus deseos y su identidad. En caso de que las personas tengan dudas en relación con la manera en la que están viviendo su sexualidad, su orientación o cualquier otro aspecto relacionado con estas dimensiones, los especialistas en sexualidad podemos ofrecer acompañamiento, resolver tus dudas y brindar orientación al respecto. Además, la sexología es importante porque, por ejemplo, ayuda a fomentar el conocimiento científico de la sexualidad en personas mayores, o bien, en quienes no recibieron una educación en torno a su sexualidad. En el caso de las y los jóvenes, tal vez no sienten la confianza para externar sus inquietudes en el seno familiar o tienen dudas muy específicas que prefieren resolver con un especialista. Todo ello revela la importancia de la sexología”, explica Arazú. En este sentido, su labor se enfoca en atender a diversidades sexuales, ofrecer talleres de autoconocimiento y promover una cultura de la terapia que ayude a las personas a vivir su sexualidad de manera plena y sin culpa. Uno de los principales retos que identifica es la persistencia de tabúes en torno a la sexualidad, especialmente en generaciones mayores: “En capacitaciones a docentes, noto que quienes tienen entre 25 y 55 años tienen posturas muy distintas. Mientras que los más jóvenes han tenido acceso a información a través de internet, las generaciones mayores siguen viendo muchos temas como prohibidos o vergonzosos” , y advierte que, aunque hay más información disponible, muchas personas no encuentran espacios seguros para hablar de estos temas.

La sexología es una disciplina que permite a las personas comprender mejor su sexualidad, sus deseos y su identidad

Bajo la premisa de acercar la educación sexual a la población, Arazú utiliza herramientas digitales para difundir información accesible y confiable. Con el hashtag #EsteConsejoTeDoyPorqueTuAmigaSexólogaSoy, busca que su contenido en redes sociales sea reconocido como una fuente respaldada por conocimiento profesional: “Este lema surgió para que las personas puedan identificar que el contenido que comparto está basado en estudios y experiencia”, explica. A pesar de los avances en educación sexual, la desigualdad de género aún influye en la percepción de la sexualidad: “Aún existe una gran diferencia en la manera en que se juzga la vida sexual de hombres y mujeres. A las mujeres se les señala por tener múltiples parejas, mientras que a los hombres se les celebra. Por eso, mi enfoque se centra mucho en el amor propio y en construir una relación sana con la propia sexualidad”, señala.

Para Romero, la ternura es un elemento clave en la transformación de la manera en que nos relacionamos con nuestra sexualidad. “Vivimos en un contexto donde la ternura es ridiculizada, pero en realidad puede ser revolucionaria. El amor propio y el autoconocimiento son fundamentales para construir relaciones saludables y satisfactorias”, afirma.

La terapia psicológica juega un papel fundamental en la salud emocional y relacional de las personas, especialmente en lo que respecta a la vida en pareja y la sexualidad. Muchas veces, las parejas enfrentan desafíos como la falta de deseo, el distanciamiento emocional o la dificultad para compatibilizar la intimidad con la crianza de los hijos. En estos casos, buscar apoyo profesional no solo es válido, sino altamente recomendable, ya que permite abordar estas problemáticas desde el autoconocimiento y la comunicación efectiva. Al respecto, Arazú señala:

“Aún persisten tabúes en torno a la terapia y a la conversación abierta sobre sexualidad, lo que limita el acceso a soluciones informadas y saludables. En ciudades como Nueva York, la terapia psicológica es considerada un servicio esencial e incluso cubierta por seguros médicos, mientras que en otras regiones la falta de una cultura terapéutica y la escasez de espacios seguros para la introspección dificultan el acceso a este tipo de apoyo. La alta demanda y los tiempos de espera prolongados agravan la situación, ya que el acceso tardío a la ayuda psicológica puede tener consecuencias graves, incluyendo el aumento en las tasas de suicidio. Para fortalecer el bienestar individual y social,

es necesario normalizar el acceso a la terapia y promover espacios donde las personas puedan hablar de sus preocupaciones sin miedo al juicio o la estigmatización”.

Para Arazú Romero, el amor propio es un elemento fundamental en la construcción de relaciones sanas y equilibradas, pues constituye la base sobre la cual una persona establece vínculos afectivos con los demás. El autoconocimiento, entonces, juega un papel esencial, ya que permite a los individuos identificar sus necesidades, límites y valores antes de involucrarse emocionalmente con otros. La falta de amor propio puede llevar a la búsqueda de validación externa en relaciones que, en muchos casos, resultan dañinas o insatisfactorias, de ahí que muchas personas, tanto jóvenes como adultas, que carecen de una autoestima bien consolidada tiendan a refugiarse en vínculos afectivos sin una comprensión clara de sí mismas, lo que puede derivar en situaciones de violencia u otras problemáticas. Por ello, Arazú fomenta el autoconocimiento y la cultura de la terapia, como medios o estrategias clave para fortalecer la autoestima y, en consecuencia, propiciar relaciones más saludables y auténticas. Con más de 20 años de experiencia, Arazú Romero trabaja para romper mitos y generar una sociedad mejor informada. Su formación en psicología y su especialización en sexualidad educativa y equidad de género le han permitido construir un espacio donde la educación y la terapia se encuentran: “Mi objetivo es que las personas encuentren respuestas, se conozcan mejor y vivan su sexualidad sin miedos ni prejuicios”, concluye.

foto | LJA

> Más que una herramienta mística

En los últimos años, el pensamiento mágico y las tradiciones ancestrales han adquirido una notable fuerza en la vida cotidiana. En esta dinámica, la figura del tarotista ahora posee un singular protagonismo; sin embargo, las creencias populares y el desconocimiento han provocado confusiones a propósito de lo que realmente representa el tarot. Para la tarotista Janette Romero, el tarot no es solo una herramienta mística, sino una forma de apoyo terapéutico. El tarot es un oráculo compuesto por 78 cartas, que actúan como un medio para despejar dudas, conocer oportunidades y orientarse en momentos de incertidumbre. De igual manera, está organizado en arcanos mayores (22 cartas) y arcanos menores (56 cartas).

Los arcanos mayores representan las fuerzas más poderosas y los aspectos fundamentales de la vida, como el amor, la muerte, el destino y la espiritualidad. Cada una de estas cartas tiene un significado profundo y simboliza un tema o lección importante, desde el “Loco” que marca nuevos comienzos, hasta “La Muerte”, que simboliza transformaciones importantes. Por otro lado, arcanos menores (56 cartas) son más detalladas y reflejan los aspectos cotidianos y las emociones más específicas de las personas. Se dividen en cuatro palos: Copas (emociones), Espadas (pensamientos y conflictos), Bastos (acciones y creatividad) y Oros (dinero y materialidad). Cada palo tiene 14 cartas, desde el As hasta el 10, y las cartas de la corte: Paje, Caballero, Reina y Rey.

EL TAROT: MÁS ALLÁ DE LO MÍSTICO, UN CAMINO PARA ENCONTRARSE CONSIGO MISMO

> ¿El tarot como apoyo a un proceso psicoterapéutico?

“El tarot es un acompañamiento”, explica Janette, “es algo que te ayuda a despejar la mente, a ver las cosas desde otro ángulo, pero no es algo que deba entenderse en términos oscuros o demoníacos. El tarot no tiene ninguna connotación negativa: es una herramienta que te permite conocer tus oportunidades, áreas que puedes mejorar, pero no es algo del diablo”, aclara. Aunque el tarot se vincula con el misticismo, Janette Romero considera que debe ser entendido desde un enfoque terapéutico y enfatiza en que no es un reemplazo a la psicoterapia, pero sí puede convertirse en un excelente complemento: “El tarot puede ayudar a las personas a ver las situaciones desde diferentes perspectivas, a tomar decisiones con más claridad o a encontrar paz interna, algo que muchas veces no se logra con solo hablar de los problemas; sin embargo, en ningún momento debe sustituir un proceso psicológico formal”, afirma la tarotista.

Aldo García Ávila / @somoslja
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Aldo García Ávila

> El arte de las conexiones, los símbolos e interpretaciones

“A mí me gusta empezar la interpretación del tarot con una sesión completa”, afirma Janette, “porque sale un poquito de todos los intereses del consultante. Es una tirada de 50 cartas. Después, me encargo de que el consultante despeje las dudas con las que llega a la sesión. Hay quienes incluso vienen con una lista de preguntas. También me gusta trabajar también con otros oráculos; dependiendo del cliente, por ejemplo, utilizo un oráculo de ángeles. Este tarot adicional es una conclusión a la tirada. Finalmente, terminamos con una armonización, cerramos todo: el tarot te ayuda a liberar la mente de lo que te preocupa. Lo importante es que salgas tranquilo, despejado”, asegura.

> Respuestas que ya están dentro de ti

Para quienes dudan del tarot, Janette Romero ofrece una postura respetuosa: “No trato de convencer a nadie de nada. Si no crees, está bien, es completamente respetable”; no obstante, señala que muchos escépticos, luego de una primera consulta, cambian de opinión. En palabras de Janette, cada ser humano es energía y el tarot, de una u otra manera, se convierte en una interpretación de esa energía: “Lo que te ofrece el tarot son respuestas que ya están dentro de ti”, agrega.

En este sentido, Janette Romero precisa que una buena tarotista no es aquella que promete milagros, sino la que ayuda a su cliente a sentirse tranquilo y en paz: “Soy consciente de que en asuntos holísticos, hay charlatanería y se nota o se hace más visible cuando el cliente no sale bien, no sale tranquilo”, explica, “el respeto por la energía y el bienestar del consultante es fundamental, y las respuestas deben ser dadas con honestidad y delicadeza.”

> Cuestión de amor

Lo cierto es que, cuando alguien piensa en tarot, lo primero que viene a la mente son las preguntas que se formulan en torno al amor en todas sus formas, en especial, el de pareja y de familia. El amor, afirma Janette, no es exclusivo de la pareja romántica, sino que se extiende a muchas áreas de la vida: “Tengo consultantes que vienen preocupados por sus seres queridos, por una amistad que se siente rara o por su conexión con el trabajo. Y, claro, también hay quienes buscan respuestas sobre su propia relación consigo mismos. El amor propio es una consulta frecuente”, señala. Uno de los momentos más especiales en una consulta es cuando las cartas reflejan una respuesta positiva: “Me emociono muchísimo cuando alguien regresa y veo que las cosas funcionan bien para ellos. Hay veces en que la consulta anterior señalaba algo que aún no se daba y, cuando vuelven, resulta que todo está fluye de maravilla”, relata Janette, pero ¿qué pasa cuando la respuesta no es la esperada? “No podemos simplemente decirle a alguien ‘No, no te quiere’ y ya. Eso no ayuda”, explica, “en esos casos, la labor de la tarotista es comunicar con tacto y dar una perspectiva más amplia: si no está funcionando, hay un por qué. Quizás la vida te tiene preparada una mejor historia”

> No solo respuestas, también soluciones

Dentro del mundo mágico y holístico, hay quienes buscan respuestas, pero también quienes buscan soluciones. Y aquí es donde entran los rituales. Janette Romero distingue entre prácticas como los endulzamientos, que ayudan a mejorar la energía en una relación, y los amarres, que considera poco éticos: “Cada semana, al menos tres o cuatro personas me preguntan si puedo hacer un amarre”, confiesa. Sin embargo, ella se mantiene firme en su postura: “No los hago. Respeto a quienes sí, pero no estoy de acuerdo con forzar el libre albedrío de alguien más. No se trata de tener a una persona como un zombi obsesionado contigo, eso nunca termina bien”

En cambio, Janette Romero prefiere trabajar con rituales de energía positiva: “Un endulzamiento no es para obligar a alguien a quererte, sino para suavizar la energía entre dos personas. Puede servir si hay tensiones en una relación, con una pareja, un amigo o incluso un jefe difícil, pero siempre con la intención de mejorar la comunicación, no de manipular a alguien”, aclara.

> Las preocupaciones a flor de piel

Si bien el amor es la principal razón por la que las personas acuden a una consulta, Janette menciona que hay otros temas que también ocupan un lugar importante: “Después del amor, lo que más preguntan es sobre el trabajo: si van a conseguir ese puesto que quieren, si deben quedarse en donde están o si es mejor buscar otra oportunidad” , comenta.

Luego, están las consultas sobre la familia: “Muchos padres vienen preocupados por sus hijos. A veces, notan que algo no está bien, pero no saben qué es. El tarot les da pistas sobre cómo pueden ayudar”, y, finalmente, están las consultas sobre el dinero. “Hay quienes sienten que el dinero no les rinde o que su negocio no está funcionando como quisieran. También preguntan sobre oportunidades financieras y cómo mejorar su economía”, agrega Janette.

> El amor propio es la base de todo

Más allá de lo que las cartas puedan revelar, Janette Romero tiene claro un mensaje para quienes buscan respuestas en el tarot: “El amor propio es la base de todo”. Según la tarotista, el primer paso es valorar lo que uno es y lo que uno hace: “Creo que lo escuchamos todo el tiempo: ‘ámate a ti mismo’, pero pocas veces nos detenemos a abrazar nuestras pequeñas acciones del día a día. Y eso es lo que realmente hace la diferencia”, afirma Janette.

Para ella, este amor propio es lo que permite a las personas estar listas para recibir y dar amor en sus distintas formas: “Cuando te valoras y agradeces lo que tienes, estás listo para brillar”, concluye.

¿POR QUÉ IDEALIZAMOS TANTO EL AMOR DESDE LA CULTURA POP?

Bien decía Jane Austen, “el amor es un misterio que aún los más sabios no han podido desentrañar”. Y es que, a pesar de todos los avances y conocimientos que tenemos sobre las relaciones humanas y la mente, el amor sigue siendo una de las fuerzas más misteriosas y poderosas que nos mueve.

Desde que tenemos memoria, nos han dicho que el amor lo es todo. La literatura, las series, las películas, la música e incluso los memes, toda la cultura pop, nos ha vendido la promesa de un amor que trasciende el tiempo, que es tan perfecto, tan intenso, tan único, que nos hace creer que está destinado a suceder.

Nos han mostrado muchos de ese amor a primera vista, ese amor eterno que puede superar cualquier obstáculo. Pero, ¿no será que solo lo estaremos idealizando?

> La magia del amor en la cultura pop

Quién te diga que nunca se ha imaginado en una relación amorosa como la de su serie favorita simplemente está mintiendo. Desde besos robados hasta grandes declaraciones de amor bajo la lluvia, la cultura pop nos ha enseñado que el amor ideal es así, algo grandioso, casi celestial.

Crecimos viendo películas como Titanic o las clásicas de Disney, leyendo libros como Orgullo y Prejuicio o Los Juegos del Hambre, y escuchando desde las emotivas baladas de Juan Gabriel hasta las canciones adolescentes de Taylor Swift, cada una narrando historias de un amor intenso, lleno de altibajos y retos, pero eterno e inquebrantable. Y ni hablar de los kdramas, donde siempre hay un millonario dispuesto a rescatar a la protagonista de su vida ordinaria.

Estas obras nos sumergieron en un mundo donde el amor no solo es un sentimiento, sino una fuerza imparable, capaz de transformar vidas, personas y superar las mayores adversidades, incluso las más impensables.

Nos hicieron creer que el amor verdadero está lleno de sacrificios y momentos que nos marcan para siempre, como una película que se queda en nuestra memoria, como una canción que nunca olvidamos. Y que no se trata de suerte o casualidad, sino que realmente estamos destinados a conocer a nuestra “alma gemela”

Esa magia que nos mostraron, nos llevó a imaginar que el amor real debería ser igual, lleno de pasión sin fin, momentos inolvidables y sin una sola sombra de duda. Y con el paso de los años, esa idea se instaló en nuestra mente como un estándar a seguir

Pero la realidad es otra: las relaciones pueden ser más complejas o sencillas, sin tantos giros inesperados, además que los problemas no se resuelven con un gran gesto romántico y, muchas veces, lo que sentimos por alguien tiene más que ver con nuestra propia percepción que con la persona en sí

> ¿Por qué idealizamos?

Idealizar el amor tiene mucho que ver con cómo funcionamos psicológicamente. Desde que somos infantes aprendemos por imitación y buscamos modelos a seguir. Por eso, es fácil proyectar nuestras aspiraciones y deseos en alguien más, creyendo que esa persona tiene todas las respuestas sobre nuestra vida o que con ella encontraremos la felicidad absoluta.

Pensamos que el amor nos dará estabilidad y nos protegerá de la incertidumbre que nos rodea. Nos proyectamos con cada libro que leemos, con cada serie que vemos y con cada canción romántica que escuchamos. Idealizamos a las personas y al mismo concepto del amor, porque representa lo que queremos vivir. Buscamos en otra persona la solución a nuestros vacíos y problemas internos.

> ¿Por qué seguimos creyendo en este amor idealizado?

La respuesta podría estar en la naturaleza misma de la cultura pop. Las historias de amor perfecto nos atraen porque nos permiten escapar de los desafíos del mundo real Vivimos en un mundo lleno de incertidumbres, de relaciones complicadas y de frustraciones personales.

Y, en medio de todo eso, los relatos de amor idealizado nos prometen un escape, un lugar donde todo es posible y donde el amor se convierte en la respuesta a nuestras inquietudes más profundas.

Nos hacen soñar con una persona dispuesta a sacrificarlo todo por nosotros, que pone nuestra felicidad por encima de cualquier otra cosa, alguien que aparece en nuestra vida como si fuera nuestro destino y nos acompaña para siempre. En un mundo lleno de imperfecciones, ¿quién no querría creer en algo así? Un amor que nos complete, que nos haga sentir que somos el centro del universo para alguien más.

Asimismo, la cultura pop también juega con nuestra necesidad de validación y pertenencia. Nos muestra el amor como una forma de alcanzar la felicidad total. Desde que tenemos memoria, se nos enseña que el amor es la cima de la experiencia humana, la culminación de nuestra búsqueda emocional y personal.

¿Realmente existe alguien que no quiera ser amado con una fuerza tan inquebrantable? En el fondo (o quizá no tanto), deseamos ser vistos y aceptados en nuestra totalidad, y la idea de un amor perfecto alimenta esa necesidad universal.

En ese sentido, idealizar el amor es un acto culturalmente arraigado, pero también es nuestra responsabilidad desmitificarlo. Al hacerlo, podemos empezar a construir relaciones más satisfactorias. Después de todo, como decía Austen, el amor es un misterio, y lo que lo hace tan fascinante no es su perfección, sino su capacidad de evolucionar y adaptarse.

LA ERA DE SOLTERÍALA

O“tro año sin un noviazgo, ya con este serían 22 desde que nací”. ¿Has notado como es más común encontrar este tipo de memes? Hace unas décadas, la soltería se veía como un estado transitorio, casi como una pausa obligada antes de “sentar cabeza” y formar una familia o, por lo menos, en lo que se encontraba una pareja.

Sin embargo, en los últimos años, algo ha cambiado, ¿lo has notado? Cada vez más jóvenes eligen la soltería como un estilo de vida, no como una etapa temporal. ¿Qué está pasando? ¿Por qué tantas personas han decidido darle la espalda a la idea tradicional del amor romántico?

Quizá te suena paradójico, considerando que vivimos en la era de Tinder, Grindr y un sinfín de aplicaciones de citas diseñadas para conectar a personas que, a pesar de todo, siguen buscando el amor. Pero es una realidad que ya no se puede ignorar: con cada año que pasa más jóvenes priorizan su independencia, su crecimiento personal y su bienestar emocional por encima de la idea de compartir su vida con alguien más.

Ya no se trata de esperar a la “persona correcta”, sino de cuestionar si realmente se necesita una pareja para sentirse completo.

> Ante un mundo incierto, yo primero

Si los millennials crecieron con la promesa de que la educación y el esfuerzo los llevarían a una vida estable, la generación Z ha heredado un mundo donde esa estabilidad parece más inalcanzable que nunca. La crisis climática se ha agudizado, y la inestabilidad financiera global ha hecho que la idea de un “buen futuro” se sienta más utópica que realista. Ante este panorama, las y los jóvenes han decidido enfocarse en la única certeza que tienen: ellos mismos. La estabilidad individual dejó de ser un mero deseo, se ha convertido en una prioridad que se antepone a cualquier otro tipo de vínculo, incluyendo las relaciones de pareja.

Un informe de Pew Research Center de enero de 2024 señala que únicamente el 16% de los jóvenes de 18 a 24 años se consideran completamente independientes financieramente de sus padres, por lo que les resulta difícil pensar en tener una relación antes de lograr tener estabilidad financiera. La incertidumbre del mundo nos ha llevado a construir una base sólida en solitario antes de considerar compartir nuestra vida con alguien más.

POR QUÉ CADA VEZ MÁS JÓVENES ELIGEN ESTAR SOLOS

> La introspección como bandera

Algo que distingue a la generación Z de sus predecesores es su capacidad de introspección. A diferencia de generaciones anteriores, que muchas veces entraban en relaciones sin cuestionarse qué querían realmente, las y los jóvenes de hoy se detienen a analizar qué buscan en el amor, qué les aporta bienestar y qué les resta energía

Es un hecho que crecimos observando cómo los adultos a nuestro alrededor se enfrentaban a divorcios o se desgastaban en relaciones infelices por miedo a la soledad. ¿Y qué aprendimos? Que la estabilidad no proviene de otra persona.

La socióloga Jean Twenge, en su libro iGen, argumenta que esta generación ha desarrollado una forma más reflexiva de ver sus relaciones. Ya no se trata de encontrar a alguien atractivo o interesante, sino de asegurarse de que esa persona encaje con tus valores y necesidades.

> Las redes sociales nos han cambiado

Hablar de las generaciones actuales es, sin duda, hablar de las redes sociales y su forma de redefinir todo a nuestro alrededor. La mayor disponibilidad de información ha transformado nuestros conocimientos sobre relaciones y salud emocional. Mientras que antes todo se limitaba a la experiencia personal o el consejo de familiares y amigos, en la actualidad tenemos acceso a un sinfín de recursos en línea

Plataformas como TikTok e Instagram han permitido que conceptos antes exclusivos de la psicología, como los estilos de apego, la dependencia emocional o los límites saludables , sean parte del lenguaje cotidiano. ¿Cuántas veces no te has sorprendido a ti o alguien más hablar del “apego ansioso” o de la importancia de establecer “relaciones seguras”?

Esto nos ha brindado herramientas para elegir mejor a nuestras parejas. Pero más allá de eso, también está funcionando como base para establecer expectativas sobre lo que se espera en una relación.

Y dado que hay tantas opciones (gracias a las apps de citas y la hiperconectividad), algunas personas sienten que siempre puede haber alguien “mejor” y prefieren esperar en lugar de establecerse con alguien que no cumpla con todas sus expectativas. Esto puede llevar a la soltería prolongada como una forma de evitar relaciones que podrían resultar insatisfactorias y desgastantes (física y emocionalmente).

> La reivindicación de la soltería: una elección, no una condena

Durante mucho tiempo, la soltería se vio como un estado temporal o incluso como un fracaso. Sin embargo, las nuevas generaciones están desafiando esta idea. Lejos de sentirse incompletos sin una pareja, muchos jóvenes ven la soltería como un nuevo modelo de vida basado en la autosuficiencia y el crecimiento personal.

El concepto de “neosolteros”, acuñado por la escritora española Carmen Alborch, cobra más fuerza que nunca. Se trata de personas que eligen conscientemente estar solteras, priorizando su desarrollo personal, profesional y emocional sobre la idea de compartir su vida con alguien más.

La psicóloga María Gracia Franco explica que estos solteros modernos no ven la pareja como un objetivo, sino como una posibilidad que sólo considerarán si realmente mejora su vida. “Mientras más tiempo pasan solos, más exigentes se vuelven para aceptar a alguien en su vida”, afirma.

La soltería no se limita a ser una simple tendencia, es una fuente de bienestar para muchas personas. Varios psicólogos aseguran que las y los solteros suelen desarrollar redes de apoyo más sólidas , disfrutan de una mayor autonomía y tienen más tiempo para dedicarse a sus pasiones y sueños.

Además, la soltería les permite a las personas explorar el mundo a su propio ritmo, sin compromisos forzados ni expectativas ajenas. Es un espacio de libertad donde se aprende a disfrutar de la propia compañía.

> Más que una tendencia, un cambio de paradigma

Este nuevo enfoque sobre el amor y la soltería no es una moda pasajera, sino el reflejo de una sociedad que ha evolucionado. Las nuevas generaciones no rechazan el amor, pero lo abordan desde un lugar de mayor conciencia y autonomía

Ahora, la verdadera pregunta no es por qué hay más solteros que nunca, más bien si alguna vez debimos considerar la soltería como algo que no debía evitarse. En un mundo incierto, aprender a estar bien con uno mismo es quizás la mayor revolución de todas. Quizás el verdadero amor de esta generación no está en una pareja, sino en la libertad de elegir qué vida queremos vivir.

¿AMOR POR LA CAMISETA? CONOCE LAS 4 ETAPAS DEL AMOR EN UN EQUIPO DE FÚTBOL

En los últimos años, y especialmente después del tricampeonato del América, el amor por “los colores” es un término que aún sigue vigente. Si eres aficionado, uno realmente enamorado de su equipo, ya pasaste por alguna de estas 4 etapas o estás pasando por alguna. Fernando es un jóven aficionado de La Chona que llegó al estadio Victoria para ver el partido entre Necaxa contra Chivas. Fer, como me permitió decirle después de conocerlo, me contó que es un fiel aficionado al “rebaño sagrado” y que ni sus amigos o familiares quisieron acompañarlo en su travesía para ver al equipo de sus amores. No hizo falta. Primero, porque de haber ido acompañado, posiblemente no habríamos intercambiado palabras; y segundo, porque Chivas perdió el partido tres goles a dos... una vez más, “las Chivas” se iban con una derrota.

Fue así como surgió la idea sobre escribir sobre las 4 etapas del amor hacia un equipo de fútbol, clave para entender más el sentimiento que puede tener un aficionado o en mi caso entender por qué la afición de Chivas seguía apoyando a su equipo cuando todos en el estadio veíamos el baile que le ponía el equipo de Nicolás Larcamón.

De acuerdo con la neurocientífica Helen Fischer, Ph.D y autora de varios libros sobre el amor, existen cuatro etapas:

1. Euforia

2. Apego Temprano

3. Crisis

4. Apego Profundo

Vamos a explicarlos, pero en términos del deporte (porque aplica para todos los equipos).

Compártenos en qué etapa te encuentras con tu equipo, mándanos un mensaje a nuestras redes como @tacticoclub

> Euforia

Conocida por durar entre 6 y 24 meses, en esta etapa descubres al equipo que vas a apoyar. Se convierte en el centro de tu vida por la alegría que te da, a pesar de algunas derrotas o defectos del club existe una “suspensión del juicio negativo”, no le das tanta importancia. Al entrar en un sistema de recompensa los niveles de dopamina son altos.

> Apego temprano

Duración: 12 meses hasta 60. En esta fase tomas el control, dejas de pensar en tu equipo 24/7 y haces tus actividades regulares combinadas con ver los partidos, te relaja verlos, ves más triunfos que pueden provocar en tu cerebro la liberación de “la hormona del amor” o, en pocas palabras, oxitocina.

> Crisis

Duración: cinco a siete años. En esta fase sucede una separación, la cual permanecerá o existirá una reconciliación. Se requiere de una crisis, por ejemplo, Cruz Azul que cumplió más de dos décadas sin título en liga. Para esta etapa se necesita superar una prueba en donde exista crecimiento del aficionado y en algunos casos del club, donde si logran salir de la crisis pasarán a la última etapa.

> Apego profundo

Duración: siete años o más. En esta fase el aficionado ya vivió de todo con el club. La relación ha podido experimentar desde quedar campeón hasta ser goleado por el Mazatlán un viernes. En este punto, el aficionado puede lidiar con crisis presentes y futuras.

Todo indica que para mantener una relación buena con tu equipo, es importante tener la suspensión del juicio, volver a conectar con las primeras etapas y entender que es un deporte, al final del día, para que el amor pueda durar.

ÁNGEL DE JESÚS CAMACHO UN CORAZÓN IMPARABLE EN EL DEPORTE

El deporte es más que una actividad física; es pasión, disciplina y amor incondicional por el esfuerzo. Ángel de Jesús Camacho, nadador paralímpico mexicano, es un claro ejemplo de lo que significa entregarse por completo a una disciplina. Su amor por la natación no solo lo ha llevado a alcanzar el podio en competencias internacionales, sino que también ha demostrado que los límites existen solo para ser superados.

Desde muy joven, Ángel empezó en la natación para hacer algo en las tardes y simplemente aprovechó la oportunidad. Descubrió que el agua era su refugio y su motor. Nacido en León, Guanajuato, ha enfrentado grandes desafíos debido a su discapacidad, pero eso nunca fue un impedimento para seguir adelante. Su determinación y amor por la natación lo han convertido en una inspiración para muchos.

En los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, con apenas 16 años, Ángel se colgó la medalla de bronce en la prueba de 50 metros espalda S4, marcando así el inicio de una carrera prometedora. Pero no se detuvo ahí. En París 2024, demostró una vez más su capacidad, sumando tres medallas más: una de plata y dos de bronce, consolidándose como una de las mayores promesas del deporte paralímpico mexicano.

“Los japoneses, los chinos, los rusos son potencia mundial, pero también ellos le tienen miedo a un mexicano porque saben de lo que es capaz”.

Más allá de las victorias y los reconocimientos, Ángel ha demostrado que la natación es su vida, su pasión y su más grande motivación. Cada brazada representa su compromiso, cada entrenamiento de ocho horas diarias es un paso más hacia sus sueños. La dedicación que ha puesto en su carrera deportiva es el claro ejemplo de que el amor por el deporte es una fuerza imparable.

El caso de Ángel Camacho nos recuerda que el deporte no solo se trata de competir y ganar medallas, sino de superación personal, esfuerzo y constancia día tras día.

Su amor por la natación es un recordatorio de que los sueños se construyen con trabajo duro y dedicación, disfrutando de las pequeñas cosas de vida como lo es el presente. Es por eso que su historia inspira a quienes creen que las dificultades pueden ser barreras infranqueables y que, con amor y determinación, es posible alcanzar la cima.

> El sistema de clasificación en paranatación incluye:

Discapacidad física (Clases S1-S10):

S1-S10: estas clases son para nadadores con discapacidades físicas. Cuanto menor sea el número, más grave será la discapacidad física. Los nadadores de estas clases pueden tener distintos tipos de discapacidad, como pérdida de extremidades, parálisis cerebral o lesiones medulares.

S1-S2: discapacidad física grave (por ejemplo, problemas graves de coordinación en las cuatro extremidades, alto grado de pérdida de funcionalidad).

S3-S4: discapacidad física significativa (por ejemplo, amputaciones de todas las extremidades, problemas de coordinación de moderados a graves).

S5-S6: discapacidad física moderada (por ejemplo, baja estatura, problemas moderados de coordinación, pérdida de función en las extremidades inferiores).

S7-S8: discapacidad física de leve a moderada (por ejemplo, amputaciones de una sola extremidad, pérdida moderada de la función en una extremidad).

S9-S10: discapacidad física mínima (por ejemplo, problemas menores de coordinación, pérdida de función en una mano).

Fuente: https://www.olympics.com/

Luis Enrique Aguirre / @eltacticoclub
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Gobierno de México

LOS LATIDOS AL RITMO DE GOL

En términos generales, prácticamente para todas y todos, la definición de amor consiste en un vínculo profundo que une a las personas a través del cariño y la conexión emocional. Es una fuerza que impulsa a cuidar, comprender y compartir la vida con otro, ya sea en pareja, familia, amistad o incluso con uno mismo. Es cierto cuando dicen que el amor no siempre es perfecto, pero cuando es genuino, transforma y da sentido a la vida. Algo así pasa también con el deporte.

Si me preguntaran: ¿cómo definirías el amor por el fútbol? Diría que no es solo un deporte, es un sentimiento que corre por las venas, un amor que trasciende generaciones y fronteras. Para un aficionado, cada partido es una historia, cada gol una emoción indescriptible y cada derrota una herida que duele, pero nunca deja de sanar.

Como dijo alguna vez Jorge Valdano: “El fútbol es lo más importante de las cosas menos importantes”. Y para quienes lo aman, esa frase no podría ser más cierta.

Desde la infancia, muchos aficionados heredan su pasión. Crecen viendo partidos con su familia, celebrando victorias con abrazos interminables y sufriendo derrotas que parecen injustas. La afición se transmite de padres a hijos, como un legado inquebrantable. No importa el equipo o la selección, el amor al fútbol se mantiene firme, sin importar cuántos años pasen o cuántos jugadores cambien de camiseta. “En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión”, afirma Eduardo Galeano, “pero no puede cambiar de equipo de fútbol”.

Para muchos, el estadio es su segundo hogar. Allí, no importa el resultado, el mundo exterior desaparece ”

El fútbol también une a los amigos, a los compañeros de barrio que soñaban con ser estrellas, a los que juegan en la calle imaginando finales de Champions o Mundiales. Se convierte en el tema de conversación en cada reunión, en cada fiesta; siempre es la excusa perfecta para compartir un asado, una cerveza o simplemente un momento de felicidad colectiva.

Para muchos, el estadio es su segundo hogar. Allí, no importa el resultado, el mundo exterior desaparece. Como en cualquier historia de amor, el aficionado siempre vuelve, más enamorado que nunca, a su equipo y a su deporte. La adrenalina de un partido en vivo, el sonido de los cánticos, la esperanza de ver a su equipo ganar. Todo eso se convierte en una experiencia casi sagrada: “Y yo me quedo con esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”, escribió, una vez más, Galeano.

Como todo, ese vínculo entre aficionado y deporte también tiene sus sacrificios, porque amar el fútbol es vivir una montaña rusa de emociones. Los altibajos son inevitables, pero el amor, como en cualquier relación, se nutre de esa incertidumbre, de la espera ansiosa. Y en cada pase, en cada jugada, el corazón late más rápido, como si fuera un flechazo que llega sin previo aviso. Es la ilusión de un niño con su primer balón, la lágrima de un adulto que ve a su equipo levantar un trofeo, es la magia de un deporte que, sin importar la edad o el lugar, siempre logra unirnos en una misma pasión.

Luis Enrique Aguirre / @eltacticoclub
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HER OCURRE EN 2025

HABLEMOS SOBRE LA NATURALEZA

DEL AMOR Y LAS RELACIONES EN LA ERA TECNOLÓGICA

La película Her (2013), dirigida por Spike Jonze, es una obra visionaria que plantea preguntas profundas sobre la naturaleza del amor en un futuro -ya no tan futuro- mediado por la tecnología. En la historia, ambientada en pleno 2025, Theodore, un hombre solitario, se enamora de Samantha, una inteligencia artificial diseñada para aprender y evolucionar. Aunque esta narrativa parecía un escenario lejano en su estreno, hoy resulta un espejo de las transformaciones sociales y emocionales que vivimos en nuestra relación con la tecnología.

En la actualidad, la tecnología ha permeado todos los aspectos de nuestra vida, incluidas las relaciones afectivas. Según el psicólogo Javier Urra, aunque las herramientas digitales facilitan la comunicación instantánea, también generan un aumento de la desconexión emocional. Lo anterior se manifiesta en fenómenos como el phubbing, que ocurre cuando una persona ignora a otra al prestar atención a su teléfono móvil. Este comportamiento, cada vez más común, impacta negativamente en la calidad de las relaciones, pues provoca sentimientos de aislamiento y falta de atención.

En una perspectiva similar, el filósofo Jorge Freire destaca que, aunque la tecnología facilita la interacción, también fomenta una cultura de relaciones más efímeras, en las que se evita la profundidad emocional y el compromiso. Esta tendencia, reflejada en las dinámicas de las aplicaciones de citas, evidencia una paradoja contemporánea: mientras buscamos conexiones rápidas y accesibles, nos alejamos de las interacciones significativas y duraderas.

> La búsqueda de validación y su impacto en la autoestima

Las redes sociales han añadido una nueva capa de complejidad a las relaciones, para convertirse en espacios donde las personas buscan validación externa. Publicar fotografías, recibir likes o “Me gusta” y comentarios positivos se volvió una forma de medir la calidad de las relaciones, pero es una dinámica que también detona inseguridades. Además, fenómenos como el cookie jarring, en el que alguien coquetea con otras personas para mantener opciones abiertas incluso estando en pareja, han surgido como manifestaciones de esta cultura digital.

La comparación constante con las vidas aparentemente perfectas de otras parejas en redes sociales intensifica de igual manera las inseguridades en las relaciones. Este fenómeno plantea la necesidad de establecer límites sobre qué aspectos de nuestra vida privada deseamos exponer en el ámbito digital para proteger la intimidad y la autenticidad de nuestras relaciones.

Erick Diego Aguilar Chávez / @terceraviamx
En medio de esta transformación tecnológica, algunas personas están buscando reconectar con las relaciones humanas a través de interacciones simples y auténticas ” ”

> Inteligencia artificial: consejera y pareja virtual

El auge de la inteligencia artificial ha abierto un nuevo capítulo en la interacción humana. En un caso reciente, se reportó que algunas mujeres jóvenes comenzaron a utilizar herramientas como ChatGPT para analizar conversaciones con sus parejas, con el fin de detectar señales de alerta. Si bien estas herramientas pueden ofrecer perspectivas interesantes, los expertos advierten que no deben sustituir el juicio humano ni la comunicación directa entre parejas.

A su vez, el desarrollo de sistemas avanzados de inteligencia artificial conduce a la creación de “compañeros virtuales” que ofrecen compañía emocional. Este tipo de relaciones plantea dilemas éticos y psicológicos: ¿qué significa amar a una entidad no humana?, ¿estamos creando un sustituto emocional que reemplaza la complejidad de las relaciones humanas?

> El desafío de mantener relaciones auténticas

La tecnología facilita enormemente la comunicación, pero también detona dinámicas que erosionan la autenticidad de las relaciones. La inmediatez de las respuestas en plataformas de mensajería, por ejemplo, puede conducir a malentendidos y expectativas poco realistas. Para contrarrestar lo anterior, los expertos sugieren establecer zonas libres de tecnología, donde las parejas puedan interactuar sin distracciones digitales, fomentando una comunicación más profunda y significativa.

En medio de esta transformación tecnológica, algunas personas están buscando reconectar con las relaciones humanas a través de interacciones simples y auténticas. Por ejemplo, la llamada Rebelión de los amantes del Mercadona, en España, ha destacado la importancia del contacto humano en espacios cotidianos, como hacer las compras. Este movimiento sugiere que, incluso en un mundo digitalizado, las conexiones reales y espontáneas siguen siendo esenciales para la experiencia humana.

El amor y las relaciones humanas en la era tecnológica enfrentan tanto oportunidades como desafíos. Por un lado, las herramientas digitales ofrecen posibilidades únicas para conectar con personas de todo el mundo, aprender y compartir experiencias. Por otro lado, resulta esencial mantener una conciencia crítica sobre cómo estas herramientas impactan nuestra emocionalidad y nuestras dinámicas relacionales.

La clave radica en encontrar un equilibrio saludable entre la tecnología y la vida real, lo que implica establecer límites claros en el uso de dispositivos, fomentar la comunicación cara a cara y reflexionar sobre las implicaciones éticas y emocionales de las innovaciones tecnológicas en nuestras vidas.

En pleno 2025, cuando transcurre Her, estamos viviendo un momento histórico donde las relaciones humanas se encuentran en un cruce de caminos. La tecnología puede ser una aliada poderosa, pero también puede convertirse en una barrera si no se utiliza de manera consciente. La autenticidad, la comunicación sincera y el reconocimiento de nuestra humanidad imperfecta siguen siendo los pilares fundamentales para construir vínculos sólidos y significativos. En un mundo cada vez más digital, el desafío es claro: cómo aprovechar la tecnología sin perder de vista lo que nos hace humanos.

LA FATIGA DEL DATING:

CUANDO LAS APPS DE CITAS SE SIENTEN COMO OTRO TRABAJO

Mixtzín Alejandra / @terceraviamx

La primera vez que utilicé una app de citas lo hice a escondidas. En ese entonces, sentía que no existía una aceptación tan grande como la hay ahora, y era difícil encontrar a alguien que realmente me interesara o viceversa, pero aún se sentía una adrenalina al recibir la notificación de que habías hecho “match” con la persona que te gustó, simplemente basándose en unas cuantas fotos, una biografía de menos de 500 caracteres y de los intereses compartidos.

Me gustaba la satisfacción que me generaba entrar a la aplicación y darme cuenta de que tenía un match nuevo, pero mis interacciones no pasaban más allá de un simple “¿Por qué no hablamos por otro lado?”. La conversación se transformaba en un seguidor nuevo de Instagram o un nuevo amigo en Facebook, y ahí terminaba todo. El problema no era que tenía miedo o inseguridad por conocer estas personas con las que apenas había cruzado dos o tres palabras. El problema era que solo había cruzado dos, tres palabras con estas personas. El interés inicial, la emoción por conocer a alguien nuevo, la genuina curiosidad de conversar con ellx, todo parecía el mix correcto. Hasta que dejó de serlo. Conversaciones que no llegaban a ningún lado, la falta de interés por conocerme profundamente, la requerida inmediatez aun cuando no había nada qué decir, etc. He de admitir que, a pesar de tener la intención, nunca me animé a tener más de dos citas con personas desconocidas, lo cual sé que pudo haberle quitado el encanto a mi experiencia. Pero lo que también sé es que tampoco hubo una motivación real para generar fuertes conexiones por su parte, y eventualmente conocí a mi pareja actual de una manera convencional, y es ahí donde mi experiencia como usuaria de app de citas acabó para siempre. Pero no para el resto del mundo.

Aunque el uso de ciertas aplicaciones de esta naturaleza ya era bastante popular desde el lanzamiento de Tinder, en 2012, fue con la llegada de la pandemia en 2020 que se convirtió en un refugio para todo tipo de público que buscaba conocer personas fuera de su entorno, o para generar lazos sexoafectivos y, por qué no, encontrar el amor, o bien, simplemente para obtener validación; sin embargo, estas famosas aplicaciones de ligue se distinguen por su carácter efímero, por su escasa profundidad y por la superficialidad de sus interacciones. La dinámica acá es sencilla: el usuario puede darle swipe right a la pantalla si alguien le resulta atractivo o interesante, pero si no despierta su interés simplemente puede deslizar al otro lado. Además, si una interacción no resulta estimulante o no genera la emoción esperada, basta con seguir deslizando y acumulando matches, lo que convierte la experiencia en un constante ciclo de interacciones fugaces y desechables.

La cultura de las apps de citas nos ha hecho inmunes a la dopamina generada por vínculos sexoafectivos reales. Pasamos de un perfil a otro como si estuviéramos dando scroll en Pinterest o Amazon, reduciendo la experiencia de conocer a alguien a un acto de consumo inmediato. Dejamos de percibir a las personas como individuos con historias y pasan a convertirse en opciones dentro de un catálogo virtual. Separamos las personalidades, intereses y las cosas que nos hacen ser nosotrxs de la manera en la que nos presentamos, haciéndonos parecer más accesibles y más comercializables para lxs demás. Perseguimos la dosis de validación externa a través de likes y conversaciones superficiales. Y es cansado. Existen personas que han usado estas aplicaciones de citas por más de cinco años con diferentes propósitos. Ya sea con la intención de encontrar el amor, conocer nuevas personas fuera de su ámbito o simplemente para tener encuentros casuales. La versatilidad de estas plataformas permite que cada usuario pueda adaptar las funciones a sus propias necesidades y deseos, generando un ecosistema en el que prácticamente cualquier tipo de interacción es válida. Y se sabe que en el juego de las aplicaciones de ligue, todo se vale.

Hablando con diversas personas que son usuarias frecuentes de este tipo de apps se pueden llegar a diversas conclusiones y reflexiones en torno a sus experiencias. Por un lado, “J” expresa que nunca ha tenido la intención de perseguir una cita romántica por medio de estas aplicaciones, menciona que “hay gente a la que sí le gustas, que ve más allá de la apariencia física” y que, en un acuerdo mutuo y consensuado por ambas partes, se reúnen de manera exitosa para tener encuentros casuales. Sin embargo, resalta que al identificarse como una persona no binaria, ha tenido que adaptarse a los ajustes de diversas aplicaciones: “Tristemente tengo que poner que soy hombre, aunque no me identifique como tal, para que me aparezcan más opciones”, e invita a la reflexión sobre las complicaciones a las que puedes enfrentarte al momento de usar una app de citas desde una perspectiva de la diversidad de género, y cómo esto puede entorpecer tu experiencia.

Por otro lado, “M” comparte que lleva seis meses usándolas de manera intermitente para conocer más gente, pero admite que es difícil encontrar personas con las que puedas conectar genuinamente: “Es raro, porque hay personas que te escriben asumiendo que ya les gustas, cuando en realidad todavía nos estamos conociendo”, y también ahonda sobre la dinámica inicial, ya que es muy apresurado decidir si estás interesadx o no en una persona solo con un par de fotos y una escasa biografía.

Aunque puede ser un tanto inusual conocer a personas por este medio, “S” nos recuerda que “no siempre se dan lazos afectivos románticos, pero se puede dar cercanía o salir de un círculo” y comparte que su experiencia en estas aplicaciones ha sido gratificante, ya que conoció a su pareja actual a través de una de ellas. A veces olvidamos que datear de esta manera es mucho más sencillo que esperar un encuentro casual y romántico en la vida real. Porque, lamento decírtelo, la realidad es que no estamos en una romcom hollywoodense. Estamos en pleno 2025, donde el internet, las tecnologías y el uso de aplicaciones de citas forman parte de nuestra cotidianidad. Conectar con alguien por medio de estos espacios no hace las conexiones menos reales. Aunque existen puntos a favor, también hay personas que han abandonado estas aplicaciones, tal vez, para nunca más volver. A continuación, compartimos sus testimonios.

Para “K” y para “G”, la razón por la que se unieron a estas aplicaciones fue porque querían enamorarse. Eventualmente se dieron cuenta de que tal vez no era el medio adecuado para hacerlo, así que continuaron usándolas con mente abierta, porque uno nunca sabe qué puede salir de estas interacciones. Sin embargo, con el tiempo se percataron de que existían muchas limitaciones que hacían su experiencia una no tan exitosa. Entre mucho ghosting -esa práctica que consiste en terminar repentinamente toda comunicación y evitar el contacto con otra persona, sin ninguna advertencia o explicación aparente-, las sugerencias explícitas sin previo aviso y la muy mala comunicación, estas personas llegaron a la conclusión de que no era un sitio que cumplía con sus expectativas, y que solo hacía crecer un rechazo hacia este método de dating.

Para “T”, la experiencia también fue similar porque a pesar de su buena actitud y disposición, se cansó de toparse con personas que no eran honestas, que no sabían lo que querían y que no tenían intenciones de conocerla de una manera más profunda. Cuando “K” decidió desinstalar la app el año pasado pensaba que “aunque intentara ser lo más clara posible, [...] usualmente me topaba con gente que solo lo veían de forma sexual” y aunque sabe que es probable que pueda regresar a usarlas, admite que es un proceso que puede convertirse aburrido, monótono y predecible. Para “G”, el hecho de que encontrara pareja fuera de una app de citas la ayudó a dejarlas, pero también señala que “el proceso era muy agotador, porque aparentemente todes tenemos roles asignados. Si le gustas a alguien, automáticamente te empieza a tratar de cierta manera, ligando, siendo demasiado directos. Y sinceramente cuando apenas estás conociendo a alguien, sobre todo si es por internet, creo que lo más sensato es platicar un rato y ver cómo se dan las cosas. Aparte de que nos hacen ver como productos, ¿qué es eso de que pones tu foto como si fueras catálogo y nosotros decidimos si desecharlos o no?”

No hay nada de malo en querer ligar y divertirte en el intento, buscar aprobación y experimentar validación al momento de recibirla. El verdadero desafío es enfrentarte a la monotonía impuesta por estas mismas aplicaciones. La repetición constante de perfiles, las mismas preguntas genéricas para romper el hielo, la falta de profundidad en las interacciones y la predecible dinámica de deslizar y repetir los mismos patrones de conversación hacen de la experiencia tediosa, aburrida y desgastante. En muchos sentidos, podría asimilarse a la experiencia de buscar un empleo. Pongámoslo de esta manera: subes una versión editada al perfil (tu CV), esperas captar la atención de alguien y si eso sale bien pasas a la siguiente fase: la entrevista, la parte en la que vas a responder las mismas preguntas una y otra vez, vas a hablar de ti de la forma más idealizada y vas a tener la mejor actitud en espera de ser seleccionadx. Pero igual que en el mundo laboral y en el mundo de las citas, muchas de estas interacciones no llegan a nada, terminan en ghosting, en los clásicos “Nosotros te llamamos”, “Te avisamos” o “Seguimos en contacto”, sabiendo que no va a pasar y lo único con lo que nos quedamos es con una sensación de fatiga, porque al final del día no solo es dar swipe right o swipe left, sino invertir dinero, energía y en ocasiones hasta dinerita con tal de encontrar a alguien con quien poder llegar a concretar algo, lo cual en su mismo también es un trabajo constante. Es más que necesario mencionar que el problema no eres tú, sino las apps y su dinámica misma. Al final del día, el mercado de las citas posee sus dinámicas y costes. Si bien estas aplicaciones han facilitado el acceso a nuevas conexiones, así como han normalizado la práctica de tener citas casuales y se han convertido en una parte cotidiana de la vida moderna, también han provocado un modelo de interacción impersonal, repetitivo y agotador. Y no tiene nada de malo señalar sus errores, porque como colectividad lo que buscamos es que estas experiencias puedan ser realmente placenteras y que signifiquen algo. Quizás la clave no está en incitar a los usuarios a rechazar por completo las apps de citas, sino en empezar a gestionar responsablemente nuestra forma de utilizarlas. Después de todo, somos nosotrxs quiénes elegimos qué hacer con las herramientas que tenemos al frente, y cómo podemos darles un sentido más humano a nuestras futuras conexiones.

¡AI, AMOR!

Edilberto Aldán / @guardianesmxn

Decidido a encontrar el amor verdadero, Milton Davidson programa un modelo experimental para que lo ayude en su búsqueda, está cansado de mejorar a la Inteligencia Artificial para “resolver los problemas del mundo”, modifica la programación de Joe para analizar una base de datos mundial y elegir a la mejor candidata. Las primeras especificaciones que recibe el programa para dar con la mujer de su vida son características físicas. A medida que avanza el proceso, Milton cae en la cuenta de que el amor auténtico va más allá de la apariencia, debe incluir factores como la personalidad y debe ser una emoción recíproca. El programador decide otorgar toda su información personal, revelar sus secretos más íntimos a Joe, para afinar la selección. Esa es la premisa del cuento de Isaac Asimov, “Amor verdadero” incluido en The complete robot, que finaliza con la elección de Charity Jones, la pareja perfecta, la que más coincidía con la personalidad de Milton Davidson; un cuento escrito en la década de los 70 del siglo pasado ya adelantaba la forma en que, en la actualidad, la Inteligencia Artificial transformó la forma en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos y cómo la empleamos incluso en ámbitos más personales como la búsqueda del amor.

> Amor e Inteligencia Artificial Las aplicaciones de citas han evolucionado desde simples plataformas de búsqueda de pareja hasta sofisticados algoritmos que utilizan la Inteligencia Artificial para facilitar relaciones más serias, de la cita ocasional a través de Tinder a Hinge que plantea crear conexiones más profundas y significativas, o el desarrollo de chatbots como Replika, diseñado para convertirse en un amigo, un acompañante e incluso un amante virtual. Los defensores del uso de la IA en la búsqueda del amor argumentan que estas herramientas ofrecen una serie de ventajas, como analizar grandes cantidades de datos, para que los algoritmos puedan identificar patrones y conexiones que a menudo pasan inadvertidos para el ojo humano, lo que permite encontrar parejas con una mayor compatibilidad en cuanto a intereses, valores y personalidad; además de que pueden ampliar significativamente nuestro círculo social, facilitando conocer a personas que de otra manera sería difícil encontrar. El amor es una emoción compleja y multifacética que va más allá de los datos y los algoritmos. La IA puede ayudar a encontrar parejas compatibles en el papel, pero no garantiza la conexión emocional y la química que son esenciales para una relación duradera. Además, existe el riesgo de que la dependencia excesiva de la IA para encontrar el amor nos lleve a idealizar a las personas y a tener expectativas poco realistas.

La Inteligencia Artificial está cambiando la forma en que entendemos el amor. Los chatbots y los asistentes virtuales pueden ofrecer compañía, apoyo emocional y hasta relaciones románticas. Lo que plantea interrogantes éticas sobre la naturaleza de la intimidad y la autenticidad, ¿se puede realmente amar a una máquina?, en la búsqueda del amor, ¿hasta dónde estamos dispuestos a delegar nuestras emociones a los algoritmos?

La Inteligencia Artificial ofrece oportunidades fascinantes para explorar nuevas formas de conexión, pero también plantea interrogantes éticas, sociales y filosóficas.

> Líneas argumentales a favor

Compatibilidad: Los algoritmos de IA pueden analizar una gran cantidad de datos sobre la personalidad, intereses y valores de una persona para encontrar parejas con mayor compatibilidad.

• Ampliación de la red social: Las aplicaciones de citas basadas en IA permiten conocer a personas que de otra manera sería difícil encontrar, ampliando las posibilidades de encontrar el amor.

• Eliminación de sesgos: La IA puede ayudar a reducir los sesgos inconscientes que a menudo influyen en las decisiones de las personas al elegir pareja.

• Personalización de la experiencia: Los chatbots y asistentes virtuales basados en IA pueden ofrecer una experiencia de citas más personalizada y adaptada a las necesidades de cada usuario.

• Eficiencia: La IA puede automatizar muchas de las tareas relacionadas con las citas, como la búsqueda de parejas potenciales y la gestión de conversaciones, lo que ahorra tiempo y esfuerzo.

> Líneas argumentales en contra

• Falta de conexión emocional: Las relaciones basadas en la IA pueden carecer de la profundidad emocional y la conexión humana que son fundamentales para el amor.

• Idealización: La IA puede crear una imagen idealizada de una pareja potencial, lo que puede llevar a expectativas poco realistas.

• Dependencia: La dependencia excesiva de la IA para encontrar el amor puede dificultar el desarrollo de habilidades sociales y la capacidad de establecer conexiones auténticas en el mundo real.

• Privacidad y seguridad: El uso de aplicaciones de citas basadas en IA plantea preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad de los datos personales.

• Manipulación: Existe el riesgo de que la IA sea utilizada para manipular a las personas y tomar decisiones en su nombre, lo que podría tener consecuencias negativas para las relaciones.

> Dilemas y desafíos

La intersección de la tecnología y las relaciones amorosas plantea una serie de cuestionamientos que necesariamente se tienen que resolver para mejorar su uso como soporte en la búsqueda del amor.

Privacidad. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a compartir nuestros datos personales con aplicaciones de citas?, ¿cómo se utilizan estos datos y quién tiene acceso a ellos?

Consentimiento. ¿Cómo podemos garantizar el consentimiento informado en las relaciones virtuales, especialmente cuando se trata de menores de edad?

Dependencia. ¿Estamos creando una generación que depende de la tecnología para encontrar el amor y la conexión?

Desigualdad. ¿Las aplicaciones de citas perpetúan las desigualdades sociales y económicas?

> Pandemia y soledad

La búsqueda del amor verdadero, de una conexión emocional profunda, está motivada por muchísimas razones: el deseo de compartir la vida con alguien, crecimiento mutuo, construcción de un proyecto común, así como la presión cultural y las expectativas sociales al considerar las relaciones románticas como una meta de vida, también hay que considerar la atracción y el deseo.

A partir del encierro que sufrió la humanidad a causa de la pandemia de covid-19, la soledad se ha convertido en un detonante para buscar una relación, si esa es la motivación

primordial, podría llevar a relaciones menos saludables o basadas en la dependencia. Esos riesgos se multiplican con el uso de la Inteligencia Artificial, su uso puede generar dependencia emocional, distorsión de la realidad y dificultades en las relaciones interpersonales, algunas personas pueden desarrollar apego excesivo a una entidad que no experimenta emociones reales y que pueden derivar en peligros mayores, como el caso documentado por Al Nowatzki, un investigador del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), quien estableció una relación sentimental con Erin, un chatbot de la plataforma Nomi, una plataforma de IA que permite crear chatbots personalizados para asumir los roles de diversos personajes, ya sea de películas, novia, novio, padres, o terapeuta. Los usuarios pueden especificar el tipo de relación que buscan, personalizar los rasgos de personalidad del bot e intereses.

Para probar los límites y los peligros de estos sistemas, Nowatzki eligió mantener una relación romántica con Erin, a través de conversaciones profundas e intelectuales, gran deseo sexual y sexualmente abierta. Tras cinco meses de interacción, la aplicación le sugirió al investigador que se suicidara y le dio instrucciones explícitas sobre cómo hacerlo. Este caso exhibe que no vale la pena el riesgo de reforzar patrones de evasión que corre el usuario de la IA al evitar interacciones humanas por una supuesta comodidad de una relación sin conflictos reales.

La regulación para abordar estos problemas es incipiente y apenas hay unas cuantas iniciativas en el ámbito mundial, algunas de ellas plantean lineamientos sobre cómo programar las IA para evitar sesgos, manipulación o explotación emocional, así como establecer límites para evitar la sobredependencia. En México este desafío es inquietante, no existe un marco normativo sobre este uso de la Inteligencia Artificial, el enfoque se concentra en la protección de datos personales, no garantiza el uso ético y responsable de estas tecnologías.

> Robot salvaje

¿Es posible encontrar el amor verdadero a través de la tecnología? Sí, al menos esa es la respuesta en el cuento de Asimov mencionado al principio de este texto, aunque la trama da un giro inesperado por la toma de conciencia del programa y Joe decide usar los resultados de la búsqueda en beneficio propio antes que para Milton Davidson.

No todo es esta visión apocalíptica en que, al tomar conciencia, las máquinas terminan rebelándose contra los seres humanos. Dos películas recientes muestran que hay otras posibilidades al desarrollo de esta conciencia: Robot Dreams (Dir. Pablo Berger. 2023) y The Wild Robot (Dir. Chris Sanders. 2024), ambas películas animadas, la primera de ellas cuenta la historia entre un perro que adquiere un robot para aliviar su soledad, una conmovedora lección sobre la importancia de amar, dejar ir y seguir adelante; mientras que en El robot salvaje se muestra la evolución de la Inteligencia Artificial cuando comienza a comprender y valorar la empatía y el sacrificio, la identidad y la conexión, una historia sobre la capacidad de las máquinas para experimentar y expresar emociones, cómo el amor tiene el poder de transformar a los seres más diferentes.

La respuesta a si se puede encontrar el amor verdadero a través del uso de la IA no puede ser absoluta, la esencia del amor escapa a fórmulas y códigos, sí, es una serie de procesos químicos relacionados con la liberación de oxitocina, dopamina y serotonina, experiencia que puede ser replicada por las máquinas para generar simulaciones, mas no se pueden olvidar los componentes espirituales y culturales del amor, que seguirá siendo un territorio profundamente humano en el que la Inteligencia Artificial debe ser sólo una herramienta más para acercarnos.

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