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¿Tiene la iglesia de Cristo responsabilidad ante Israel?

Israel y el consuelo de Dios (3ª parte)

Por Johannes Pflaum

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En Isaías 40:1 leemos: “Consolad, consolad a mi pueblo –dice vuestro Dios” (LBLA). Se trata de un mandato del Señor, y se encuentra dentro de un contexto donde se relata el pecado de Israel y el juicio de Dios.

“Consolar a Israel” fue también el lema del pastor alemán Friedrich Nothacker (1901- 1968), quien fundó, junto a su esposa Luisa, la obra caritativa Zedakah. La sede principal, la cual cuenta con casa de huéspedes, se encuentra en Maisenbach, Alemania. Además de esta, posee un geriátrico en Ma’alot y una casa de reposo en Shavei Zion, ambas en Israel. Estas dos instituciones se dedican al cuidado de los sobrevivientes del Holocausto. La historia de los judíos a través de los milenios ha estado repleta de sangre y lágrimas. Es por eso que nosotros, como Iglesia de Jesús, tenemos la misión de consolar a Israel. Debemos alentar al pueblo judío con las grandes promesas que sigue teniendo como nación y como tierra.

Nunca olvidaré la breve conversación que tuve con uno de los supervivientes del Holocausto en Ma’alot. Había sobrevivido no solo al campo de exterminio, sino también a las marchas de la muerte. Cuando uno se encuentra frente a una persona así, se siente incapaz de dar respuestas superficiales. De todos modos, siendo yo alemán, no pude evitar el nudo en la garganta. Mi interlocutor me preguntó, entre otros asuntos, si creía en la venida del Mesías. Yo respondí que sí. A lo que replicó diciendo que el Mesías no había venido durante el Holocausto, por lo tanto, nunca vendría.

Yo oraba al Señor en silencio, rogándole que guiara las palabras que diría. Entonces le hablé sobre los hijos de Israel, quienes habían sufrido la esclavitud en Egipto. A pesar de que esta situación había perdurado durante mucho tiempo, Dios terminó por liberar a su pueblo.

Aunque el Señor aparentemente no había intervenido en el Holocausto, el Mesías vendría para salvar a Israel.

Sí, la tarea de la Iglesia de Jesús es consolar a Israel y demostrarle amor. Esto resulta, en la actualidad, más importante que nunca, en especial si tenemos en cuenta el fracaso de la cristiandad en su responsabilidad con Israel.

Como fue mencionado, Isaías 40:1 se encuentra dentro de un contexto donde se relata el pecado de Israel y el juicio de Dios, pero lo que nos llama más la atención es el subsiguiente anuncio sobre la venida del Mesías. Esto evidencia que consolar a Israel tiene que ver con despertar el amor del pueblo de Dios por su Redentor.

En Lucas 2:25 leemos cómo estando el viejo Simeón en el templo de Jerusalén, tomó al pequeño niño Jesús en sus brazos, esperando la consolación de Israel. Esta consolación es una persona. Es el Mesías prometido, Jesús.

Consolar a Israel es llevarlo hacia un encuentro con el Mesías. Después de su primera cautividad en Roma, el apóstol Pablo dijo estar en cadenas a causa de la esperanza de Israel. Tanto el consuelo como la esperanza de Israel habitan en Jesús el Mesías y la salvación que hay en él.

La pregunta no es si Israel necesita o no el mensaje de salvación en Jesucristo, sino cuál es la mejor manera de transmitírselo.

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