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Queridos Amigos
¡Queridos Amigos!
Norbert Lieth
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Con Dios todo es diferente
El Dr. Hanns Lilje, anterior obispo luterano de la ciudad de Hannover, cuenta que cuando visitaron en un viaje a la India, un pabellón con los cuadros de los cuatro grandes fundadores de las religiones más representativas: Buda, Mahoma, Zoroastro y Cristo; el guía turístico resaltó algunas diferencias entre estos cuatro. Tres de ellos estaban representados en una actitud de profundo ensimismamiento, a diferencia de Cristo, quien se mostraba como el buen Pastor inclinado sobre una oveja liberada de sus tormentos. El guía comentó: “Miren, Él es el único que no está ocupado consigo mismo, que no piensa tan solo en Él” .
Los muchos ejemplos y las parábolas de Jesús respecto a Su trato con los pecadores lo destacan entre todos los demás. Mientras que las demás religiones exigen algo del hombre, Dios se hizo hombre, en la persona de Jesús, para entregarse por completo.
Jesús acepta la invitación de un noble y piadoso fariseo a comer a su casa. El día del encuentro, entró a la casa una mujer pecadora, conocida por su mala fama–había escuchado que Jesús estaba allí. Con ella traía un frasco de alabastro con ungüento. Sin importar la mirada de los presentes, se acercó a Jesús llorando, enjugó Sus pies con sus lágrimas, los secó con su cabello y los ungió con su perfume. Es probable que muchos de los presentes hayan rechazado este comportamiento, como fue el caso del fariseo, quien dijo para sí: “Este, si fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que le toca, que es pecadora ” (Lc. 7:39).
El padre del hijo pródigo corrió hacia su hijo y lo abrazó, antes de que el joven pudiera siquiera pronunciar palabra. Por si esto fuera poco, luego de su confesión, se celebró –para su sorpresa– una gran fiesta en su honor.
El Señor deja a noventa y nueve ovejas para ir en busca de una perdida. Y una vez encontrada, se alegra con gozo indecible (Lucas 15).
Jesús no tolera el pecado–Él nunca pecó. Tampoco se hace el bondadoso, sino que, como se ve en cada uno de estos ejemplos, se place en perdonar al pecador. No se distancia de las personas, sino que las atrae hacia Él. Jesús nos revela a un Dios accesible, que lejos de alejarse, se muestra al que lo busca.
El psicoterapeuta cristiano Reinhold Ruthe dijo sobre el Dios Todopoderoso: “Con Dios todo es diferente […]. Dios no nos descarta, no nos abandona a nuestra suerte, tampoco deposita nuestro caso en un cajón para olvidarnos. Somos sus hijos” (“Tägliche Audienz bei Gott” , Kawohl, 9 de mayo).
Nadie debería asombrarse del hecho de que no hay otro nombre bajo el cielo por el cual podemos ser salvos (Hechos 4:12), pues nadie hizo lo que Jesús ha hecho.
Cordialmente en Cristo, Norbert Lieth