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Tin & Tina
Por Erzengel
Netflix nos trae una producción con actores españoles, cuyo protagonista es Jaime Lorente, nuestro querido Denver en “La casa de papel”. Junto a Milena Smit, forman el matrimonio de Adolfo y Lola, que vienen de sufrir la pérdida de un embarazo de mellizos y saben que ya no podrán tener hijos biológicos, por lo que recurren a un convento con la intención de adoptar un bebé.
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En vez de regresar a casa con un pequeño infante en brazos, la pareja decide adoptar una pareja de mellizos de apariencia albina que pintan rareza los mires por donde los mires.
Ahora bien… don Netflix nos ofrece esta película como una historia de terror que nos hará gritar y dudar de todo. Súmenle que es de las producciones más vistas en estos días. Pero no… para mi gusto, no fue más que una especie de corte y pegue de películas que ya vi (sobre todo porque está am- bientada en la década de los ’80) y, como ya deben saber, que algo sea visto por muchas personas no es sinónimo de calidad.
No me quejo de los efectos especiales o la fotografía, sí del hecho que sentí poco original muchas escenas, como la de los niños cubiertos de sangre y esa actitud de críos raros por haber crecido en un convento (no estoy dando spoilers, el tráiler promocional regala estas imágenes y varias más).
Hay todo un tinte religioso moralista que me desesperó. No valen las comparaciones, pero una cosa es “El Exorcista”, “La profecía” o “¡Madre!”, donde el terror corre en la senda principal y la religión va por un lateral, a “Tin & Tina”, donde lo que tenemos es a dos criaturas en modo fanáticos que llegan a hacer cosas incongruentes con sus motivaciones.
No digo que perdí dos horas de mi vida, pero casi. Fue como rever escenas de varios largometrajes, con un tono recurrente y hasta aburrido porque es fácil imaginar hacia dónde seguirá la obra. Creo que el hecho de mostrar a los mellizos con ese aspecto albino es aún más trillado, ya que parecen una referencia directa a “El pueblo de los malditos”, aunque solo desde lo visual, porque nada
más vincula una película con la otra.
Si quieren un rato de “terror pochoclero”, sin pensarlo mucho y menos comparando, va bien para el fin de semana. Si son fans del género y quieren algo que les haga dar verdadero miedo, pueden seguir de largo.