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La maldición de Bly Manor Por Erzengel En su momento, odié a Netflix por La maldición de Hill House y odié a la serie, mucho más que al propio Netflix. Creo que gran parte de mi encono radicaba en el hecho de que se excusaban de adaptar la obra de Shirley Jackson y en cambio, bien gracias si se limitaban a utilizar el nombre de los personajes, sin respetar trama, hechos principales ni personajes propiamente dichos. Tampoco me dio miedo, fue una serie que miré sin que me causara temor o me hiciera querer prender las luces. Eso aumentó mi odio, porque la propaganda que se hacía sobre la serie era que causaba verdaderos escalofríos que yo no sufrí en ningún momento. Con La maldición de Bly Manor tuve mis dudas. No quería verla, preocupada de que sucediera lo mismo. Sin embargo, el hecho de no haber leído antes Otra vuelta de tuerca, la obra de Henry James en que se basa esta nueva temporada de la saga The Haunting (para tener en cuenta, las tempora-
das no se relacionan entre sí, el punto conector es la cuestión de las maldiciones que pesan sobre los personajes de cada historia, pero nada más), ayudó mucho. Eso y el impulso de Meli Videla, que la maratoneó con su hermano y me causó mucha curiosidad. Esta vez tampoco pasé miedo. No me aterrorizó ver las apariciones o descubrir las criaturas que se escondían en el fondo de muchas escenas, pero reconozco que sí disfruté mirar los 9 capítulos que componen la temporada. En esta historia, que conserva a gran parte del reparto de la temporada previa, Dani es contratada para cuidar e instruir a Flore y Miles, dos niños que quedaron huérfanos y a cargo de su tío Henry, quien prefiere vivir en su oficina en vez de pasar tiempo con los pequeños. Así, Flora y Miles pasan sus días en la mansión de
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