Universidad de colima
Bachillerato 14
Revista electrónica
Prof. Gerardo Darío Miramontes polo
Luis Fernando Manzilla Fonseca Miguel Ángel Soto Rodríguez
1-A
26/11/2019
Ă?ndice: TradiciĂłn mexicana Leyendas Diferensias entre hallowen Significado de la muerte alebrije
Día de Muertos: Tradición 100% mexicana El Día de Muertos es una celebración 100% mexicana que ya quisiera cualquier otro país tener. Y es que aquí somos tan alegres y fiesteros, que convertimos a esta en una celebración, mientras que en otras partes son días de duelo, seriedad y reflexión.Si bien, cada estado tiene sus tradiciones peculiares y únicas de celebrar y recordar, la fiesta no para durante estos dos días en cualquiera de sus representaciones. Pero antes de continuar, remontarnos al pasado. El Día de Muertos es una celebración popular mexicana para honrar a los difuntos. Tiene lugar el día 2 de noviembre, aunque se empieza a celebrar desde el día primero. ... El ritual tiene como objeto honrar y celebrar la vida de los antepasados, de los muertos queridos y de los muertos ejemplares Su origen se remonta a las culturas mesoamericanas que habitaban el territorio mexicano antes de la llegada de los españoles, como las etnias mexica, maya, mixteca, texcocana, zapoteca, tlaxcalteca y totonaca. Originalmente, según el calendario mixteca, se celebraba durante el noveno mes del año solar.La pervivencia de esta tradición luego de la llegada de los colonizadores y el proceso de evangelización se explica en la fusión sincrética de la tradición mesoamericana con la católica. De allí que en el calendario coincida con festividades de la cristiandad, como el Día de Todos los Santos, el primero de noviembre, y el Día de los Fieles Difuntos, el día 2 del mismo mes.El ritual tiene como objeto honrar y celebrar la vida de los antepasados, de los muertos queridos y de los muertos ejemplares. En este sentido, se los regala con todo tipo de ofrendas Como tal, el Día de Muertos es un día de recogimiento y oración, pero también de fiesta. Se celebra la memoria y la presencia de los muertos familiares, que ese día regresan a casa para estar con sus parientes y para nutrirse de las ofrendas que se les han dedicado. Según la tradición, el día primero de noviembre se dedica a los que murieron siendo niños y el día 2 a los que murieron en edad adulta. También el día 28 de octubre se recibe a quienes murieron a causa de un accidente, mientras el 30 del mismo mes son los niños que murieron sin recibir bautizo los que llegan.Actualmente, la festividad es considerada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y es tenida por los mexicanos como símbolo de su identidad nacional.
5 leyendas sobre el Día de Muertos 1. EL HOMBRE QUE NO PUSO OFRENDA
Había un señor que no quería hacer Todos Santos, decía que no era cierto, que no vienen, y se burlaba de que los demás sí creyeran. El día de Todos Santos se fue al monte por leña y allá lo espantaron los muertos. Que le dicen: “¿Por qué otros nos están dando y tú no?
A otros amigos les están dando su comida, sus tamales, hay todo, ¿y por qué tú no vas a hacer nada?” Todavía llegó a su casa con trabajos y pensó: “Sí es cierto lo que dicen, hay que hacer Todos Santos”. Pero ya era tarde, ya se estaba muriendo. Ya se apuraron a buscar pollo y cosas, pero de qué servía. Se murió en el monte
porque no quiso hacer Todos Santos. Allá lo espantaron. Por eso es que toda la gente ya hace Todos Santos.
hijo, quiero comer unos tamales (kuatzam).”
2. EL HOMBRE QUE NO RESPETÓ EL DÍA DE DIFUNTOS En cierta ocasión, un hombre no respetó el día de difuntos. Se trataba de un hombre que no quería perder un solo día de trabajo en su parcela. Así que cuando llegó la fecha de celebrar el día de difuntos se dijo:
“No voy a perder mi tiempo en este día, debo ir a trabajar a mi parcela, cada día debo buscar algo para comer y no voy a gastar mi dinero para esta fiesta, que además me quita mucho tiempo.” Así que se fue a trabajar al campo, pero cuando estaba más ocupado escuchó una voz que salió del monte y le decía: “Hijo,
El hombre se quedó muy sorprendido y pensó que era su imaginación la que le hacía oír cosas, pero poco después escuchó claramente otras voces, como de personas que conversaban entre sí y lo llamaban por su nombre; reflexionó sobre lo que estaba
sucediendo y comprendió que eran voces de su padre y familiares difuntos que clamaban por las ofrendas que les había negado. Inmediatamente dejó su trabajo y regresó corriendo a su casa; ahí le dijo a su mujer que matara unos guajolotes e hiciera unos tamales para ofrendarlos a sus difuntos en el altar familiar. Mientras la mujer trabajaba sin cesar en la cocina preparando las ofrendas, el hombre se acostó a descansar por un rato. Cuando todo quedó listo fue la mujer a despertar a su esposo. No logró despertarlo, pues el hombre estaba muerto; aunque había cumplido con lo que pedían sus familiares difuntos, estos de todos modos se lo llevaron. Es por eso que en la Huasteca se cree que es una obligación preparar ofrenda para los difuntos; de esta forma se les complace y se comparte junto con ellos la alegría que se vive en familia. Por eso nunca se debe dejar de ofrendar a los muertos el 2 de noviembre; se prenden cohetes y bombas para que su ruido espante al demonio; también se encienden velas para que iluminen el camino al difunto. Si a éste le gustaba mucho el aguardiente, por ejemplo, se le debe comprar y poner en el altar para que lo tome.
Estos ritos son obligatorios, porque si no se celebran es muy posible que los muertos se lleven al dueño de la casa.
3. LA FIESTA DE TODOS SANTOS Es de hace tiempo, de un señor en un día de Todos Santos, que es cuando vienen los difuntos, las ánimas, a visitarnos pueblo por pueblo, en todas las casas. Él dijo: “Yo no creo que vengan las ánimas de los difuntos. No lo creo, no vienen, son mentiras, yo no tengo tiempo, yo voy a trabajar (le dijo el señor a su esposa); yo voy a esperar a mi papá con una jícara de enchiladas, él siempre comía ramas de wax tierno. Eso le voy a poner en el altar”. Y así lo hizo.
ruido de gente que platicaba en el camino. Pasaban muchos, iban contentos, unos cantando, otros bailando contentos; vio que pasaban muchos, llevaban canastas en la cabeza y cargaban chichihuites en el hombro, todos llevaban regalos, las ofrendas que habían recibido. Unos llevaban racimos de plátanos, manos de plátanos. Las señoras iban cargando en la cabeza canastas con tamales; llevaban tamales chicos y grandes, llevaban atole, lo cargaban en cántaros, lo llevaban en jarros; otros llevaban mazorcas en mancuernas, todos iban muy contentos. Entonces el señor pensó: “Ya veo que esas personas no son gente de verdad, porque no las conozco; van otros señores que hace años he visto.
“Pobre de mi papá”, dijo, y pensó que venía su papá. En ese momento vio venir a su papá, quien llevaba al hombro la rama de wax tierno. Su mamá llevaba en la cabeza una jícara de enchiladas, tapaditas, así como debe de ser, eso llevaban sus papás, el señor se entristeció.
Bueno, pues se fue a trabajar; trabajó todo el día, el mero día de Todos Santos, el día de los grandes, de los mayores, porque primero es el día de los chicos, dicen. Amaneció, se fue a trabajar, estaba trabajando duro y de pronto se escuchó
“Ahora ya lo creo, todos los difuntos, todas las ánimas vienen”, dijo, y entonces los llamó: “Papá, papá, mamá, mamá quiero hablar con ustedes, yo no creía. Dispénsenme, yo no sabía que ustedes venían a visitarme; ahora veo que de veras es cierto. Hagan el favor de esperarme un
poco, voy a hacer también una ofrenda grande, ahora ya sé que de veras vienen.” “Pero nosotros no podemos —contestó el papá— yo ya me voy, nosotros ya nos vamos, pero si quieres verme y dejarme la ofrenda, hazla, te espero en el portal de la iglesia, allá te espero mañana, antes de que empiece la misa.”
noche para que cuando amaneciera la gente fuera a hacer el rosario, a rezarle a las ánimas de sus papás. En el momento que terminó sus quehaceres, sintió que le dio cansancio y le dijo a su esposa: “Voy a descansar, así tan pronto cuando estén ya cocidos los tamales pruébalos y avísame. Cuando termines despiértame, vamos a llamar al rezandero y vamos a rezarles. Voy a ir a dejar la ofrenda allá donde me va a esperar mi papá.” Y el hombre se fue a descansar a su cama; descansó y como a la hora le fueron a hablar, pero el hombre ya no estaba con vida. Estaba muerto. Murió en su cama. Cuando la señora vio finado a su esposo, avisó a los vecinos, a los familiares. Los tamales y la ofrenda que se hicieron para su papá se los comieron los que ayudaron a
4. EL QUE NO QUISO PONER OFRENDA
Bueno, entonces eso fue lo que hizo el señor, regresó a su casa. Mató puerco y pollos e hizo tamales grandes. Puso el altar; estuvo preparando ofrenda toda la
Maximino del Ángel Bautista, joven artesano y músico jaranero de la Danza de los Viejos, nos cuenta un mito de cómo un hombre, que descuidó sus obligaciones para con los muertos de su familia, se encontró en el camino con los difuntos del pueblo, entre los que iban sus padres ya fallecidos, cuando regresaban tristes por no habérseles recibido con ofrenda como a los demás. De regreso a su casa, el hombre quiso ofrendar un puerco en tamales, por lo que se puso a
trabajar muy duro y al terminar se dispuso a descansar, pero los tamales sólo sirvieron para su propio velorio, pues cuando lo fueron a ver ya estaba muerto. 5. EL QUE NO CREÍA EN TODOS SANTOS Un hombre vivía solito, ya no tenía mujer, pero un día se casó con una viuda, la que heredó de su difunto esposo algo de bienes, pues no era muy pobre aquel difunto; por lo tanto, su mujer tenía bastantes marranos, guajolotes y gallinas. Al llegar Todos Santos le dijo a su mujer: “No vas a matar nada, ni siquiera un pollo.
camino de regreso de su milpa y ahí por donde pasaba había otro camino que era el del
Así nomás la vamos a pasar en Todos Santos, no vamos a comprar nada, no hay dinero con qué comprar. Si hay lo que hay, ahí que estén, no es cierto que vienen en Todos Santos los que ya han muerto. “¿Quién los ha visto, si es cierto que vienen? Nomás dicen. No es cierto que vienen. ¿Cuándo van a volver si ya están podridos?” Le dijo a su mujer: “Vas a ir a cortar lo’e y eso es lo que vas a guisar, si quieres poner ofrenda”. El hombre se fue a su milpa y la mujer fue a cortar lo’e; empezó a guisar y al terminar puso su ofrenda en el altar. Cuando ya estaba terminado el Todos Santos, venía solito el hombre en el
camposanto. Al momento oyó que hablaban preguntándose unos a otros lo que llevaban. Uno dijo: “Yo encontré mi casa muy bonita, traje mi ropa, mi pañuelo, ¿y tú?” “¿Yo?, me fue bien, me
dieron todo lo que ellos tienen”. Y preguntaron al otro: “A mí no me dieron nada, nomás esto me habían puesto; pero a ver si tardan en vivir”, hablaba, y esa voz se oía con tristeza, bien se oía que lloraba esa persona.
aunque lo hizo después ya no le valió porque ya se habían ido aquellos difuntos. Y ahora, por muy humilde que la gente sea, siempre se ponen ofrendas en el altar.
Aquel hombre que había ido a la milpa escuchaba todas las palabras y oyó que era la voz del hombre que había sido marido de su mujer. Lo
Con información el Cuaderno “La Festividad Indígena dedicada a los muertos en México” publicado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
que llevaba aquel difunto se oía bien que todavía estaba hirviendo y algunos de sus compañeros le decían que lo aventara y ellos le convidaban un poco de lo que llevaban. El hombre, al escuchar y reconocer aquella voz, marchó para su casa y al llegar le dijo a su mujer: “Pon a calentar el agua, vamos a matar al marrano.”
Diferencias entre Halloween y Día de Muertos El Día de los Muertos tiene su origen en la cultura prehispánica, quienes realizaban rituales para celebrar la vida de los ancestros A finales del mes de octubre y los primeros días de noviembre, en varias partes del mundo se lleva a cabo la celebración de Halloween, en tanto, en México, lo que festejamos es el Día de Muertos, una tradición que es parte de nuestra identidad nacional.
Empezó a arreglar y adornar su altar; al terminar mató a su marrano; su mujer empezó a moler e hizo tamales y luego luego pusieron la ofrenda al anochecer. Al siguiente día, al amanecer, aquel hombre no se levantaba y cuando lo fueron a ver ya estaba muerto. Es porque no quiso que pusieran ofrenda y
México se destaca en el mundo por dicha celebración, una fecha en la que millones de personas honran a los difuntos a través de diferentes ceremonias y rituales, en tanto que la noche de Halloween, aunque es una celebración anglosajona, también tiene lugar en nuestro país y ha sido muy bien recibida por niños, jóvenes y adultos. Ambos eventos en fechas tan cercanas prestan a confusión, pero tienen significados culturales muy diferentes. Orígenes El Día de los Muertos tiene su origen en la cultura prehispánica, quienes realizaban rituales para celebrar la vida de los ancestros. Los festejos ya se realizaban en nuestras tierras hace 3 mil años, durante el noveno mes del calendario solar mexicano durante todo un mes. El sincretismo entre estas culturas y el
cristianismo cambió su fecha para el Día Por su parte, Halloween tiene sus orígenes en la cultura celta y un antiguo festival conocido como Samhain que se celebraba al terminar la temporada de cosechas en Irlanda y daba inicio al nuevo año celta. Esa fecha era considerada especial porque ese día la que separaba el mundo de los vivos del de los muertos era “más débil” y los espíritus podían caminar entre nosotros.
Cuándo se celebra
casas. La decoración también es importante y cada hogar se viste con colores y elementos típicos de la noche para ahuyentar a los fantasmas y generar un clima de terror. Qué caracteriza a cada fiesta
El Día de los Muertos tiene su fecha especial el 2 de noviembre y en la celebración se ofrecen altares a los seres queridos que han fallecido para festejar su visita. Entre los rituales, se colocan veladores y flores para atraer a las ánimas en su camino de regreso, para que puedan disfrutar de las ofrendas y los regalos que se les hacen. VER: HISTORIA DEL ORIGEN DE LA FIESTA DE HALLOWEEN Halloween se celebra cada 31 de octubre a nivel internacional. Es tradición que la noche de esa fecha los niños se disfracen de sus monstruos y personajes de terror favoritos para salir a pedir golosinas en las
En el Día de los Muertos se utilizan muchos colores para la decoración, incluyendo flores, papel picado y se ponen elementos que se consideren de gusto del difunto homenajeado. También se ponen en los altares fotos de aquellas personas queridas que fallecieron. Las calaveras son un clásico en esta celebración, que se utilizan para representar a los difuntos y celebrar su día entre sus familiares, como una fecha de unión y alegría. VER: En qué consiste el Día de Muertos: 12 datos clave En cambio, en Halloween los colores que más se ven son el negro y el ananaranjado y uno de los elementos que más se identifica con la celebración son las calabazas, aunque estas no sean propias de la tradición celta. Las personas se disfrazan de personajes siniestros y en algunos sitios se prenden fogatas para espantar a los espíritus y que estos se alejen de los vivos. Qué debe tener el altar del Día de Muertos
Diferencias entre Halloween y Día de Muertos Para Hacer Que Las Articulaciones Recuperen, Tomar Un Simple
en su camino de regreso, para que puedan disfrutar de las ofrendas y los regalos que se les hacen. HISTORIA DEL ORIGEN DE LA FIESTA DE HALLOWEEN Halloween se celebra cada 31 de octubre a nivel internacional. Es tradición que la noche de esa fecha los niños se disfracen de sus monstruos y personajes de terror favoritos para salir a pedir golosinas en las
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raba el mundo de los vivos del de los muertos era “más débil” y los espíritus podían caminar entre nosotros. Cuándo se celebra El Día de los Muertos tiene su fecha especial el 2 de noviembre y en la celebración se ofrecen altares a los seres queridos que han fallecido para festejar su visita. Entre los rituales, se colocan veladores y flores para atraer a las ánimas
casas. La decoración también es importante y cada hogar se viste con colores y elementos típicos de la noche para ahuyentar a los fantasmas y generar un clima de terror. Qué caracteriza a cada fiesta En el Día de los Muertos se utilizan muchos colores para la decoración, incluyendo flores, papel picado y se ponen elementos que se consideren de gusto del difunto homenajeado. También se ponen en los altares fotos de aquellas personas queridas que fallecieron. Las calaveras son un clásico en esta celebración, que se utilizan para representar a los difuntos y celebrar su día entre sus familiares, como una fecha de unión y alegría. En qué consiste el Día de Muertos: 12 datos clave En cambio, en Halloween los colores que más se ven son el negro y el ananaranjado
y uno de los elementos que más se identifica con la celebración son las calabazas, aunque estas no sean propias de la tradición celta. Las personas se disfrazan de personajes siniestros y en algunos sitios se prenden fogatas para espantar a los espíritus y que estos se alejen de los vivos.
EL SIGNIFICADO DE LA MUERTE EN MÉXICO Y SU RELACIÓN CON LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DE MUERTOS Una de las celebraciones de mayor impacto y antigüedad en México es la dedicada a recordar a los difuntos: la celebración del día de muertos. La festividad inicia la noche del 31 de octubre y continúa hasta la mañana del 2 de noviembre, con el fin que durante estas horas vengan los difuntos, guiados por el aroma de la flor de cempásuchil que adorna los altares y caminos elaborados para ellos. Para entender la celebración, que en apariencia parece bien intencionada, es necesario conocer sus orígenes, para lo cual debemos mirarla como la
combinación de elementos a lo largo del tiempo que tienen su inicio en una relación muy particular con la muerte entre los antiguos pueblos indígenas de México, quienes practicaban costumbres paganas.
Hay que recordar que estos pueblos tuvieron que modificar sus creencias, costumbres y tradiciones al contacto con los europeos durante la conquista de México, con el fin de poder conservarlas. Este fenómeno poco a poco le dio forma a todo el folklore de la festividad que conocemos hoy en día, y que es el resultado de un sincretismo cultural, que en apariencia se observa lleno de color y de una especie de magia inocente. Si viajamos al antiguo México, veremos que la relación con la muerte fue muy diversa. Una de ellas fue el culto a los ancestros que se dio en todo Mesoamérica [1], práctica que se realizaba para legitimar a los gobernantes y sus familias,
es decir, los antepasados de la elite, por esto se hacía de una manera ritual.
13 cielos y cada uno tenía un morador o deidad).
Entre la sociedad común también había un culto a los ancestros, era más una costumbre que algo ceremonial; consistía en enterrar a sus muertos bajo los pisos de sus casas para que simbólicamente mantuvieran el vínculo con ellos.
Otra costumbre en el México antiguo, que no era un culto a los ancestros pero si una especie de culto a la muerte, fue la creación de los Tzompantlis, altares en donde colocaban los cráneos de los sacrificados o víctimas de guerra empotrados en grandes palos. No se sabe con certeza cuál era su fin, algunos creen que era para mostrar los cráneos como trofeo y así mantener alejados a los enemigos.
Entre los mayas del período preclásico (periodo del 2500 a.C. al 200 d.C.) se han encontrado bultos mortuorios sagrados. Había varios tipos de bultos, entre ellos los que servían para guardar los símbolos de la deidad (dioses antiguos) tutelar del grupo, es decir, la que los “protegía” y “guiaba”. Según su creencia, los bultos se creaban a partir de los restos de deidades muertas, por lo que podían contener huesos, entre otras cosas que eran usadas durante ceremonias y rituales. Si quisiéramos hacer una comparación sería algo similar a las reliquias de un santo, que son tan veneradas dentro del Catolicismo. Entre los nahuas, el duelo a sus muertos se hacía durante cuatro años (tiempo que le tomaba al alma llegar al lugar donde permanecería, entre estos el Mictlán). Una vez al año se recordaba al difunto en una fiesta en su honor para ayudar al alma en su viaje. La fecha de la fiesta dependía del tipo de muerte, ya que el alma podía dirigirse a distintos lugares o cielos (eran
También se cree que el significado pudo estar relacionado con el ciclo de vida y muerte, ya que era necesario alimentar a los dioses para que la vida continuara. Esto puede explicar porqué los dioses paganos requerían de sacrificios humanos. En crónicas antiguas escritas por los españoles, mencionaban un enorme altar lleno de cráneos humanos; los investigadores creían que era una exageración al resultar impactantes las costumbres mesoamericanas para los europeos, sin embargo en el 2015 los arqueólogos encontraron el famoso y aterrador tzompantli, demostrando que estas prácticas eran reales. Otro hallazgo arqueológico se dio a principios de 2018 en la Ciudad de México. Se trata de un entierro múltiple de 2,400 años de antigüedad en forma de espiral,
encontrado bajo la Universidad Pontificia de México.
evangelización (conversión de los indígenas al catolicismo).
A pesar de que aún no saben las razones del extraño acomodo de los esqueletos en forma entrelazada y en espiral, no queda duda de que los prehispánicos tenían una cultura ritual pagana en torno a la muerte. También tenían dos celebraciones importantes que hacían en honor a los difuntos en el mes de agosto: el Miccailhuitontli o fiesta de los muertos pequeños (niños) y el Huey Miccailhuitl o fiesta de los muertos grandes (adultos).
La celebración de los fieles difuntos que actualmente se celebra el 1 de noviembre, fue establecida por la iglesia católica en el siglo XIV para recordar el gran número de muertes por las epidemias de la época. El día de todos los santos celebrada el 2 de noviembre, se establece a causa de la persecución del imperio Romano a los primeros cristianos en el siglo IV, conocida en la historia como la “Gran Persecución”. La celebración se inició en el siglo XI para honrar la multitud de mártires cristianos,
Mientras en el antiguo México había una estrecha relacionada con el tema de la muerte, en Europa se dio este fenómeno, pero de una manera diferente y más ligada al catolicismo.
En España se festejaba el Día de Todos los Santos y la conmemoración de los Fieles Difuntos, ambas celebraciones del calendario litúrgico católico. Sin embargo, a su vez estas fiestas vienen de costumbres paganas practicadas en Europa desde siglos atrás, que llegaron a México durante la colonia por medio de la
en siglo XIII la Iglesia formalizó su presencia en el calendario litúrgico. Al parecer las dos fiestas (Fieles difuntos y Todos los santos) se unieron en una fiesta larga en el siglo XVIII. El que la iglesia católica la estableciera el 1 de Noviembre tiene una razón, el Papa Gregorio III la instaura por una antigua tradición pagana celebrada durante la noche del 31 de Octubre y el día 1 de Noviembre. Esta celebración fue de las más importantes en Europa antes de la conversión al cristianismo, conocida como Samhain, Samaín o año nuevo Celta. Esta festividad marcaba el final de la temporada de cosechas y el inicio de la siembra, sin embargo la mitología Celta menciona pueblos que realizaban la Fiesta de los Muertos, ya que en este día el
espíritu de los difuntos tenía autorización para caminar entre los vivos, por lo que la celebración estaba rodeada de rituales. Esta creencia errada de que los muertos regresan a contactar a los vivos aún continua en el catolicismo, y ha sido fuente de grandes engaños, como lo puedes leer en el caso de Maria Simma. Para mantener a los espíritus contentos y que no les hicieran ningún daño, dejaban comida afuera de sus casas y vaciaban nabos esculpidos con rostros para colocar una vela dentro. Los irlandeses sustituyeron los nabos por las calabazas, llevando consigo esta tradición al migrar a Estados Unidos durante el siglo XIX, costumbre que con el tiempo se convirtió en este país en lo que se conoce como Halloween
. En España se tenía la costumbre de preparar para la celebración de Todos los Santos ciertos alimentos como dulces y panes que imitaban a los huesos de los santos fallecidos durante la persecución a los cristianos (idea muy similar al pan de
muerto que se prepara en México y que representa los huesos de los difuntos). Los alimentos eran llevados a la iglesia para ser bendecidos y colocados en la mesa del santo que preparaban en sus casas (tenía una imagen del santo y algunos alimentos) para que protegiera su hogar. Con la Conquista llegan a México estas festividades religiosas celebradas por los españoles, y poco después entre los indígenas ya evangelizados. A partir de este momento el culto pagano que los indígenas tenían a la muerte se mezcla con las celebraciones católicas. Poco a poco este sincretismo (fusión de doctrinas muy diferentes) da como resultado lo que actualmente conocemos como celebración del Día de Muertos. A pesar de que hay una gran influencia europea en la celebración del Día de Muertos, no se perdió la intención y culto original, teniendo como resultado una fiesta llena de simbología que muchos desconocen. Las celebraciones prehispánicas a los difuntos (fiesta de los muertos pequeños y fiesta de los muertos grandes) nos recuerdan la celebraciones católicas a los niños difuntos el 1 de Noviembre (Todos los Santos) y al resto el 2 de Noviembre (Fieles difuntos). Para poder los indígenas celebrar a sus difuntos (los frailes prohibieron sus
celebraciones, porque irónicamente, las consideraban paganas) tuvieron que aceptar los ritos católicos. Acerca de las nuevas costumbres que fueron naciendo en la Nueva España (México), Fray Diego Durán en su Historia de los indios de la Nueva España e Islas de Tierra Firme escrita en el siglo XVI, menciona que los indígenas hacían ofrendas a sus muertos durante estas celebraciones religiosas, ya que era lo que hacían antiguamente. A pesar de que los religiosos no estaban de acuerdo en estas nuevas costumbres, las aceptaron al ser una manera de atraer más adeptos al catolicismo. Durante la Colonia nace el culto a la Santa Muerte. Para sorpresa de muchos, surge como culto católico, ya que mucho del trabajo de la evangelización consistía en convertir a los indígenas a la fe cristiana para que pudieran recibir una “buena muerte”, es decir, morir a la vida anterior de pecado. Por esta razón, en muchas de las pinturas religiosas de la época se representaba a la muerte que lejos de ser estética causaba gran impresión y miedo. Lo que resulta curioso es que en mucha de la pintura virreinal con este tema, se representaban símbolos ocultistas que se descubren al observar atentamente. Los especialistas en el tema, han encontrado fuentes que mencionan
grandes esculturas de la Santa Muerte que salían en procesión en Semana Santa. Un ejemplo de estas imágenes (de las cuales se conservan muy pocas) se encuentra en el ex convento dominico de Yanhuitlán en el estado de Oaxaca; hoy en día esta imagen sigue siendo venerada, al igual que otras en los estados de Hidalgo y Chiapas. Debido a que el culto se fue extendiendo, la Inquisición lo prohíbe en los siglos XVII y XVIII, por lo que poco a poco la gente fue olvidando toda la simbología de la imagen. Sin embargo, el culto a la Santa Muerte parece estar renaciendo en éstos tiempos entre las personas, quienes no se imaginan a quién están adorando detrás de la calavera. El gran éxito del enemigo fue la muerte, y las Escrituras mencionan que la muerte era el enemigo a vencer. Por tanto darle culto a la muerte, es darle culto al que influenció la muerte. Recientemente, el culto a la Santa Muerte se retomó pero en un contexto diferente, dentro de la brujería (sabemos que viene de la mezcla entre la religión prehispánica y el catolicismo) y la encontramos de blanco, rojo y negro. El culto tomó fuerza en los años 70’s en Catemaco, Veracruz (famoso por sus brujos) y recientemente se relaciona a un culto entre los narcotraficantes, a tal grado que se han construido santuarios para ella y en ciertas áreas como Tepito en Ciudad de México, donde el culto es toda una tradición.
En el siglo XIX llega de Europa a México la tradición de fotografiar cadáveres, muy común en París con la corriente del Romanticismo. En México se convirtió en toda una cultura ritual influenciada por el catolicismo, llamada la muerte niña, en donde los niños recién fallecidos eran fotografiados, comúnmente con vestidos blancos, blusones de bautizo o algún traje de santo. Esto se debió a que eran considerados angelitos, por lo que se buscaba celebrar un nacimiento en el más allá. Todavía existen imágenes de los años cincuenta y setentas en Jalisco e incluso sobrevive la tradición en algunas comunidades rurales de Aguascalientes y Zacatecas. En el siglo XX resurge la imagen de la muerte pero caricaturizada y con un significado muy diferente, para representar una burla o sátira hacia la sociedad de la época. La más conocida es “La Calavera Garbancera o Catrina” creada por José Guadalupe Posada. La muerte se hace presente con La Catrina, la cual se ha vuelto un símbolo propio de la festividad del Día de Muertos, a tal grado que mucha gente espera con ansias la celebración para pintarse y vestirse como el personaje.
El Día de Muertos sigue rodeado de toda esta simbología y la ofrenda sigue siendo, al igual que en época prehispánica, el elemento que rodea la celebración. Hablar de la ofrenda del Día de Muertos es hablar del Altar de Muertos. Estos altares son creados y colocados por las familias en sus hogares, ofrendando a la manera antigua alimentos y bebidas favoritos del difunto. La decoración sigue conservando muchos de los elementos de la tradición prehispánica, y está de más decir que la mayoría de la gente desconoce su significado. Los altares suelen tener varios niveles, llegando hasta los siete. Tienen distinta simbología, desde los pecados capitales (que son siete), los sitios por lo que tiene que atravesar el alma al morir o la representación de las esferas celestiales: la tierra y el inframundo. El agua representaba la vida y la entrada al inframundo. Fue muy importante para los prehispánicos ya que tenía que ver con el origen del universo. De acuerdo a su creencia, la vida vino del agua. Un ejemplo lo encontramos en el descubrimiento de un adoratorio en el sitio arqueológico Nahualac, ubicado en las faldas del volcán Iztaccíhuatl. El adoratorio se encuentra en medio de un estanque natural, representando a Cipactli o el monstruo de la tierra. Cipactli que está relacionado al
inframundo flotaba sobre las primeras aguas y a partir de su cuerpo se creó el cielo y la tierra. El arco o lienzo de tela que enmarca los altares representa la entrada al mundo terrenal y el camino de regreso al mundo espiritual (es como una especie de portal). Está de más hablar sobre la ofrenda de la calaverita de azúcar, la cual al igual que en los tzompantlis adorna los altares. Dentro de la celebración, una de las tradiciones consiste en que los familiares asistan a los panteones para decorar con flores y velas las tumbas de los fallecidos, con el fin de prepararla para la Noche de Velación que se lleva a cabo el 1 de Noviembre. Aunque la fiesta es celebrada en todo México, todavía es celosamente guardada entre los pueblos indígenas, quienes durante esos días realizan muchos de los rituales que hacían sus ancestros. Entre estos los purépechas de Michoacán, los mixtecos y zapotecos en Oaxaca y los mayas en el sur de México. Es sorprendente que en cada rincón de México se hace presente el Día de Muertos, incluso en el 2008 la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) catalogó esta celebración como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Esto no es raro de las Naciones Unidas ya que se han dedicado a
apoyar todo lo que va contra la verdad en la Palabra de Dios. Esta fiesta que se ha convertido en todo un acontecimiento anual, ha generado frases como “todos somos calaveras” sin entender el origen y significado antiguo de la celebración, que está estrechamente ligado a toda una cultura y adoración de la muerte. La relación ininterrumpida a través del tiempo del mexicano con la muerte, nos hace pensar que aunque hay mucha riqueza cultural, es importante mirarla desde la comprensión y el discernimiento, y a partir de ahí decidir, ya que después de todo, la frase en “México hasta la muerte se viste de fiesta” habla de la necesidad que tenemos de replantearnos muchas de las tradiciones que han venido pasando de generación en generación. Después de tocar todos los elementos lúgubres de estas prácticas, pasemos a hacernos una pregunta muy importante.
¿Y qué es lo que nos dice nuestro Creador al respecto de la muerte, o de venerar los restos mortales? Primero, recordemos que la muerte no es algo digno de celebrarse. Hablando de manera práctica, el fallecimiento de una persona, incluso cuando no es un familiar cercano, a todos asusta y afecta de un modo u otro, ya que nos recuerda nuestra propia mortalidad. Con mayor razón, la muerte de un familiar es uno de los momentos más difíciles en la vida de cualquier persona, ya que independientemente del destino del alma que abandona ese cuerpo, los familiares ya no podrán interactuar en éste mundo con el difunto.
La muerte vino como un resultado del juicio por el pecado de desobediencia del hombre. Recordemos la sentencia por el pecado en Génesis: Génesis 3:19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.
Lo menos que haríamos ante una persona que acaba de pasar la pérdida de un familiar, es celebrarlo. La muerte implica duelo, y en las Escrituras se le consideraba como un enemigo a vencer, enemigo que fue vencido en la cruz por Cristo. Sin Cristo, nuestra existencia sería fútil, puesto que no habría posibilidad de vida eterna. Por tanto, un verdadero Cristiano que aprecie la victoria de Jesucristo sobre la muerte, no debería festejarla. El enemigo de Dios no tiene ni la menor piedad por los humanos que mueren. Los sacrificios humanos en rituales paganos lo demuestran, así como actualmente los sacrificios velados de las celebridades y personas que fueron sus instrumentos, por lo general terminarán con muertes extrañas, violentas o con suicidios. Tal vez se haya modernizado la forma, pero el fondo es el mismo: el enemigo solo viene a robar, MATAR y destruir. Celebrar la muerte es otra forma de ponernos del lado del enemigo y celebrar con él los millones de almas que se pierden por no entregarse al entendimiento de la Palabra de Dios y al sacrificio de Cristo, para asegurar su vida eterna. Veamos otras referencias de nuestro Creador al respecto de la muerte: Lucas 9:59-60
59 Y dijo a otro: Sígueme. Él le dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios. Esta afirmación no era una falta de tacto con la persona que había perdido a su padre, sino una gran verdad. Es de extrema importancia predicar la Palabra de Dios si queremos que nuestros seres queridos (y nosotros mismos) podamos tener el consuelo de saber que hay una vida después de la muerte física. Como simples humanos, no entendemos exactamente cómo es el momento de la muerte, no sabemos lo que sucede al momento de abandonar la tercera dimensión. Nuestro Creador sí lo sabe, y pone la importancia donde más la tiene: en la vida eterna.
Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos no saben nada ni tienen más recompensa, pues la memoria de ellos es puesta en el olvido. Es clara la Palabra de Dios, que los muertos: No regresan a platicar con los vivos. No son los que mandan mensajes del más allá en sesiones de adivinación.
No te están guiando a hacer tal o cual cosa. No son los que se te aparecen en sueños o en visiones (los demonios saben posar como tus familiares difuntos). No te pueden transmitir sus unciones (tal como los rabinos cabalistas piensan que por ir a acostarse a la tumba de un alto rabino se les pega la “unción”… más bien se les pegan los demonios). No se dan cuenta de que les llevas flores o mariachi. Están en otra dimensión, y están en manos del Creador, y de la forma como vivieron su vida y si creyeron en Cristo, depende su salvación, no de misas ni de rosarios. Por otro lado, tal adoración a los muertos es una característica devocional pagana, por lo cual no debe asombrarnos que el enemigo de Dios la use para sus fines. Habría que hacernos la pregunta de porqué Disney, que siempre se dedica a apoyar todo lo que tiene un trasfondo ocultista, lanzó la película de Coco, si esto no fuera en línea con sus objetivos. Igual preguntémonos porqué Guillermo del Toro, quien siempre saca películas con alto contenido esotérico como lo comentamos en éste video, sacó una película sobre el mundo de los muertos, como lo fue “el libro de la vida”. Bien sabemos que quien está metido en las agendas del enemigo,
solo apoyará lo que lleve a más gente a la mentira.
26 Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? 27 Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis. Esta frase lo dice todo. Mientras la gente aquí le da pleitesías a la muerte a través de rituales paganos (incluso catolizados), Dios está ocupado con todos los que aceptaron la redención y tienen la vida eterna. El ve más allá de lo que fue la muerte de una persona, porque lo que viene después es el estado eterno de las almas. Recordar a los que se fueron, si se hace con sinceridad, es algo que se hace
diario, dando tributo con nuestra vida a los familiares y amigos que se nos adelantaron. Ellos querrían que fuese así, recordemos la parábola del hombre rico y Lázaro en Lucas 16:19-31. Se puede orar por quienes se adelantaron en el camino, pero en realidad, lo más que se puede hacer por ellos, se hizo en vida, no después de su muerte. Tiene más valor que ores por los vivos para que lleguen a Cristo y que testifiques la Palabra y la salvación cuando ellos viven, que todas las flores, comida y hasta música que quieras ir a llevar a sus tumbas, o las velas y flores que coloques en sus urnas.
¿Si tanto queremos honrar a los fallecidos… qué hicimos en vida para que pudieran tener fe en la vida eterna? Muchas personas mueren tras largas enfermedades o dolores extremos. ¿Es esto para celebrarse? Que celebremos la muerte es tan ilógico como en lugar de celebrar la victoria preferimos quedarnos atorados en la derrota. La muerte fue vencida por Cristo, y sin embargo pocos aprecian lo mucho que habría que celebrar que nuestro Creador nos haya enviado un rescate.
Hay muchas tradiciones en cada país, pero que sean tradiciones no quiere decir que debamos participar. Las decisiones informadas que tomas sobre lo que apoyas y lo que no apoyas te separa de la borregada, y te hace ser un humano que piensa, que se cuestiona, que elige. Existe por allí un dicho: “Mientras hay vida, hay esperanza”. La forma como lo vemos los que estamos en Cristo, es que mientras una persona vive, puede tener la esperanza de que al recibir a Cristo, sea salva. Solo tenemos una vida, a diferencia de las doctrinas falsas de la reencarnación, y es importante que sea durante esa vida, que podamos recibir el regalo de la salvación mediante el arrepentimiento y la renovación de nuestro ser.
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Alebrije El alebrije es un tipo de artesanía originaria de México. Se trata de artesanías fabricadas con la técnica de la cartonería, que se pintan con colores mayormente alegres y vibrantes. Los alebrijes son seres imaginarios conformados por elementos fisonómicos de animales diferentes, una combinación de varios animales, no solo fantásticos sino también reales que forman un ser alucinante. La cartonería, una técnica utilizada en México para la elaboración de piñatas y judas mexicanos, consiste en el modelado del papel, por lo regular papel de periódico, con cartón. En la técnica empleada para los alebrijes se usa una estructura de alambre o de carrizo sobre la que se procede al con papel y cartón; y por último, se realiza el
acabado con diversas técnicas de pintura de los alebrijes. Origen de los alebrijes Clip de animación sobre alebrijes En 1936, cuando el tenía 30 años, , cartonero de oficio y originario de la Ciudad de México, enfermó, perdió la conciencia y cayó en un profundo sueño; el cual, le revelaría unas criaturas extrañas que cambiarían su destino como artesano de La Merced. Enfermo y sin acceso a médicos que pudieran tratar su enfermedad, sus hermanas intentaron hacerlo reaccionar con remedios caseros sin resultado alguno.
Alebrije en homenaje a Pedro Linares. Se dice que, en cama e inconsciente, Pedro soñaba con un lugar extraño e interesante, muy apacible, algo así como un bosque en el que había árboles, rocas y animales; podía ver las nubes y el cielo de aquel mágico escenario. Él sentía que todo estaba en calma, no experimentaba dolor alguno y era feliz por estar caminando en ese lugar; sin embargo, de repente,los animales se convirtieron en criaturas extrañas; se trataba de animales que no podía distinguir porque eran de una naturaleza muy rara. Don Pedro vio un burro con alas, un gallo con cuernos de toro, un león con cabeza de perro. Todos esos animales gritaban al unísono una sola palabra: ¡Alebrijes! Gritaban más y más fuerte: ¡Alebrijes, alebrijes, alebrijes! 1
Pedro siguió su camino en aquel fantástico sueño y mientras recorría un sendero de piedras vio a un hombre que caminaba tranquilamente y le pidió ayuda para salir de aquel lugar. El hombre le respondió que él no debía estar allí todavía y que tenía que seguir andando pues a unos cuantos metros había una salida. Pedro corrió y corrió hasta que quedó frente a una ventana estrecha por la que apenas pudo escabullirse, momento en el que despertó. Pedro estaba totalmente recuperado y ya a partir de entonces empezó a recordar su sueño.2 Quería que su familia y todas las personas conocieran a esos animales fantásticos. Entonces, aprovechando su habilidad de cartonero, Pedro Linares tomó un pedazo de papel, moldeó esas figuras, las pintó igual a como estaban en sus sueños y así les dio entidad a los alebrijes. A lo largo de su vida Don Pedro Linares mostró su trabajo a mucha
gente, tanto en México como en el extranjero, y fue invitado para exhibir sus alebrijes. Conservó las tradiciones populares que había heredado de sus abuelos y sus padres y aportó una invaluable creación al y a esas mismas tradiciones. Pedro Linares López trabajó jornadas de dieciséis horas todos los días hasta un día antes de su muerte, la que tuvo lugar el 26 de enero de 1992, a la edad de 86 años. Ahora, Miguel Linares, Paula García, Blanca y Elsa Linares continúan con la tradición y el trabajo que Pedro les dejó como herencia, las extraordinarias piezas reconocidas a nivel mundial: los alebrijes.
Alebrijes originales
Alebrije hecho por artesanos poblanos, México. Los alebrijes surgieron en la Ciudad de México, en un taller del Barrio de la Merced, en el año 1936.5 Pedro Linares, el personaje al que se atribuye la creación de los primeros alebrijes así como la invención del término mismo, era un artesano especializado en la fabricación de piñatas, máscaras de carnaval y figuras de Judas de papel maché que solía vender en mercados como el Mercado de La Merced.678Finalmente, el dueño de una galería de arte de Cuernavaca descubrió su trabajo y así fue como la obra de Linares captó la atención de Diego Rivera y Frida Kahlo, quienes comenzaron a encargar la elaboración de más alebrijes.7 El alebrije, como tradición, creció después de que la cineasta Judith Bronowski filmara el documental ya mencionado acerca de Linares en el año 1975. En 1990, dos años antes de su muerte, Pedro Linares López recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes en la categoría Artes y Tradiciones Populares,9 lo que inspiró a otros artistas que ya hacían alebrijes también. Diego Rivera decía que nadie más que Linares podía realizar las figuras
que él pedía; el trabajo que Linares
efectuó para Rivera se encuentra en el Museo Anahuacalli de la Ciudad de México.10
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Cómo ir vestido al Festival de Vida y Muerte de forma creativa El maquillaje de catrín es básico ¡Mientras más detalles mejor!, hay quienes incluso utilizan lentejuelas para resaltar los ojos (no importa que seas hombre o mujer). Acentúa los pómulos de la cara con mucha sombra oscura para que el efecto de muertito luzca más real . Un tocado o sombrero hacen la diferencia Las mujeres pueden optar por un gran tocado de coloridas flores, de preferencia artificiales para que puedan acomodarlas mejor en el cabello y no tengan que luchar para que luzcan perfectas toda la noche. Los hombres pueden
elegir el estilo “Tín Tán” y utilizar un sombrero sencillo de fieltro.
Di “sí” a los accesorios No dudes en utilizar un llamativo collar, unos pintorescos aretes o un tradicional rebozo ¡recuerda que son los elementos extras lo que hace mágico nuestro estilo! Opta por los trajes típicos mexicanos Los hombres pueden utilizar una guayabera, o un blazer en caso de que quieran verse muy elegantes para conquistar a alguna bella catrina. Las mujeres pueden escoger entre una inmensa variedad de opciones, ya sea una blusa con bordados de flores, un traje típico o un vestido fresco de color oscuro para
que resalte el maquillaje y las flores.
La comodidad antes que nada: no a los tacones o zapatos molestos Definitivamente inclínate por unos zapatos cómodos, ya sean unos lindos huaraches que combinen con tu estilo, o unos botines. Así podrás
estar más a gusto y disfrutar del Festival caminando por todos lados sin problemas.
5 países además de México donde también celebran el Día de Muertos No sólo en México rinden homenaje a los muertos, alrededor del mundo existen rituales, rezos y fiestas
dedicadas a recordar a los seres queridos que partieron. Guatemala Ecuador India Japón Perú
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Componentes del altar de muertos El altar de muertos es una gran tradición mexicana que debemos preservar es por eso que aquí te compartimos la lista completa de elementos que no pueden faltar en tu ofrenda y su significado. ¿Ya tienes todo?
La tradición del altar de muertos está llena de significado y elementos simbólicos. Conoce la anatomía de las exuberantes ofrendas con las que recordamos a nuestros seres queridos. Cada noviembre, las familias de México esperan a sus difuntos para recibirlos y agasajarlos con los alimentos y bebidas que disfrutaban en vida. Esta costumbre le da un cierto sabor de esperanza a la muerte, la cual nunca es definitiva ya que, al menos una vez al año, se vale regresar al mundo de los vivos. El altar de muertos es el centro de esta celebración y sus elementos son una mezcla de tradiciones prehispánicas y católicas que se funden para celebrar la muerte. Generalmente los altares son de dos, tres o hasta siete niveles. En todos los casos, los niveles inferiores representan la tierra y el inframundo y los niveles
superiores representan las dimensiones celestiales. Con base en esto es que se colocan los distintos elementos que componen el altar: Arco[editar] Se coloca arriba del último piso un arco hecho de carrizo, palmilla o fierro, flores que simbolizan ser la puerta de entrada al mundo de los muertos, el octavo nivel que se debe seguir para llegar al Mictlán y encontrarse con Mictlantecuhtli. Frecuentemente se decora con flores de cempasúchil y puede contener otro
tipo de ofrendas como frutos y golosinas.10
Niveles del altar Los niveles en el altar de muertos representan la cosmovisión, el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, y en cada uno de ellos se colocan diferentes objetos simbólicos para la cultura, religión o la persona a la que se le dedica el altar. Altares de dos niveles: son una representación de la división del cielo y la tierra, y representan los frutos de la
tierra y las bondades de los cielos, como la lluvia. Altares de 3 niveles: representan el cielo, la tierra y el inframundo. Debido a la introducción de ideologías de las religiones europeas, ha cambiado su significado a dos posibles: pueden representar la tierra, el purgatorio y el reino de los cielos, o bien los elementos de la Santísima Trinidad, según la tradición católica.4 Altares de 7 niveles: son los más convencionales, y representan los siete niveles que debe atravesar el alma para poder llegar al descanso o paz espiritual.5 Según la práctica otomí, los siete escalones representan los siete pecados capitales.6 Se asocia el número siete con el número de destinos que, según la cultura mexica, existían para los diferentes tipos de muerte En diferentes culturas, particularmente entre los mexicas, se creía que existía un proceso para nacer y otro para morir: cuando el alma abandona el cuerpo físico, debe pasar por una serie de pruebas o dimensiones, para llegar al ansiado descanso. En la cosmovisión mexica, el alma de una persona debe
pasar ocho niveles en el Mictlán (el inframundo de quienes mueren por causas naturales), y cada uno representa una prueba para llegar al noveno nivel, en el que se llega ante Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacíhuatl, con lo que se alcanza el descanso eterno. El dios azteca Xólotl era el psicopompo de las almas en el camino.7
Papel picado Papel picado Los aztecas utilizaban papel amate, un tipo de fibra hecha de la corteza de árboles, para representar el viento en los altares; posteriormente tras el mestizaje esta fibra fue reemplazada con el papel actual. En aquellos papeles amate se pintaban diferentes deidades y debido a su versatilidad podía ser teñido de diferentes colores disponibles para la época; como ejemplo notable se encuentran los códices y jeroglificos que relataban eventos trascendentes dentro de diferentes culturas mesoamericanas. Con la influencia española aparecieron diferentes tipos de papel, colores y patrones.11
El color amarillo y el color morado empleados en el papel picado o las cadenas de papel representan respectivamente pureza y duelo. El papel picado comercial regularmente incluye variedad de colores y diseños basados en las caricaturas de José Guadalupe Posada, aunque también se utiliza con otro tipo de motivos y diseños para otras fiestas de la cultura popular mexicana como la celebración del inicio de la batalla de independencia de México.12
Aromas En su forma más tradicional, se incluyen diversos elementos aromáticos que simbolizan la purificación del alma, así como diversas especies de hierbas de olor, las cuales también representan los frutos de la tierra . Su origen simbólico se concentra en el aroma embelesante, capaz de guiar o atraer a los difuntos a su ofrenda. Diversas versiones del altar tradicional incluyen la infusión de hierbas de olor como el laurel, tomillo, mejorana, romero y ma nzanilla, que se ponen a hervir en una olla tapada por una penca de nopal perforada. La infusión de estas hierbas producirá un olor atractivo que se colará a través de las perforaciones del nopal y guiará a las almas a la tierra.8 La resina del copal es un elemento frecuente en la representación de altares de muertos por su capacidad natural de producir un aroma distintivo. Tiene diferentes significados en las diversas regiones y culturas de América, solía utilizarse en rituales de atracción de la lluvia y ceremonias de purificación del alma de los vivos, de ahí su relación en la utilización en el día de muertos.9 El incienso es un elemento aromático de origen asiático cada vez mas frecuente en los altares cuyo uso empezó a
adoptarse desde tiempos de la Nueva España como sustituto común para el copal y otras esencias
Calaveras Las calaveras son dulces que representan alusiones a la muerte pueden ser de azúcar, chocolate o amaranto. También representa que la muerte puede ser dulce y no amarga. Son coloridas calaveras de azúcar, barro, chocolate o yeso con adornos y patrones en ellas, gustan por su rico sabor y olor. También son una burla hacia la muerte y se les escribe en la frente el nombre del comprador o de una persona viva. El posible origen de las calaveritas puede relacionarse con
el tzompantli, una hilera de cráneos de guerreros sacrificados colocados en un palo. Se le llama calavera o calaverita a un fragmento poético o epitafio que constantemente alude a la muerte, dedicado a personajes vivos. La imagen de La Calavera Garbancera (mejor conocida como La Catrina), creada por José Guadalupe Posada, no se relaciona con una función específica del día de muertos, ni con algún atributo específico para honrar a los muertos. Esta caricatura es una representación de una dandizette de la época porfiriana, es decir, una mujer de clase social alta caracterizada por su aparente intelecto y su sobre refinamiento que conformó la sociedad alta en el periodo presidencial de Porfirio Díaz. La caricatura fue diseñada como una burla hacia las mujeres que escondían su origen mexicano para remplazarlo por una apariencia refinada y un chauvinismo europeo. La Catrina se considera un elemento de la cultura mexicana, concebido popularmente como una percepción jocosa que se burla de la noción tradicional de la muerte.
Comida La comida, según la tradición, debe ser del agrado del fallecido. Debido a la dieta del mexicano promedio, es frecuente ver la cocina criolla nacional como mole, pozole, tacos, tamales etc., presente en muchos altares. Se deben incluir diferentes frutos de temporada como la calabaza, el tejocote, jícama, naranja, y por supuesto, alimentos hechos de maíz. El pan de muerto es un tipo de pan dulce que se coloca como ofrenda hacia los muertos. Tiene un par de tiras sobre la corteza que representan un par de huesos y ajonjolí que representa las lágrimas de las almas que no pueden descansar en paz. Este pan desciende del pan de maíz hecho por las civilizaciones del México antiguo
originalmente llamada La Calavera Garbancera,1 es una figura creada por José Guadalupe Posada y bautizada por el muralista Diego Rivera.2
Antecedentes
La Catrina o La Calavera Garbancera (1913). La historia de La Catrina empieza durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. En estos periodos, se empezaron a popularizar textos escritos por la clase media que criticaban tanto la situación general del país como la de las clases privilegiadas. Los escritos, redactados de manera burlona y acompañados de dibujos de cráneos y esqueletos, empezaron a
reproducirse en los periódicos llamados de combate. Estas eran calaveras vestidas con ropas de gala, bebiendo pulque, montadas a caballo, en fiestas de la alta sociedad o de un barrio. Todas para retratar la miseria, los errores políticos, la hipocresía de una sociedad, como es el caso de “La Catrina”. La palabra "catrín" definía a un hombre elegante y bien vestido, acompañado de alguna dama con las mismas características; este estilo fue una imagen clásica de la aristocracia mexicana de fines del siglo XIX y principios del XX. Es por ello que, al darle una vestimenta de ese tipo, Diego Rivera convirtió en su obra a “La Calavera Garbancera” en “La Catrina” diseñada en Aguascalientes.[cita requerida] Origen[editar] Durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, las imágenes de esqueletos y calaveras eran una forma común de denuncia y de crítica social en las publicaciones de la época que usaron varios caricaturistas como Constantino Escalante, Santiago Hernández y Manuel Manilla. La versión original es un grabado en metal con autoría del caricaturista José Guadalupe Posada. El nombre original es Calavera Garbancera. «Garbancera» es la palabra con la que se conocía
entonces a las personas que vendían garbanza y que teniendo sangre indígena pretendían ser europeos, ya fueran españoles o franceses (este último más común durante el Porfiriato) y renegaban de su propia raza, herencia y cultura.1
Detalle del mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. A la izquierda de La Catrina, Diego Rivera (niño) y Frida Kahlo; a la derecha, José Guadalupe Posada. Esto se hace notable por el hecho de que la calavera no tiene ropa sino únicamente el sombrero; desde el punto de vista de Posada, es una crítica a muchos mexicanos del pueblo que son pobres, pero que aun así quieren aparentar un estilo de vida europeo que no les corresponde. «...en los huesos pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz».
Diego Rivera fue quien le dio su atuendo característico, con su estola de plumas, al plasmarla en su mural 'Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central', donde la calavera aparece con su creador, José Guadalupe Posada y una versión infantil de Rivera y con Frida Kahlo. El mural fue pintado al fresco en 1947, mide 4,7 x 15,6 m y tiene un peso de 35 t, incluyendo una estructura metálica que lo refuerza. Originalmente fue realizado por Rivera para un hotel muy importante en el Centro Histórico de la ciudad de México, el Hotel del Prado (destruido en los sismos de 1985) y actualmente está ubicado en el Museo Mural Diego Rivera, creado especialmente para preservar el mural, considerado uno de los más conocidos visualmente de la fructífera etapa del muralismo mexicano. Las Catrinas también estuvieron acompañadas en los periódicos por las famosas calaveras. Las calaveras literarias, son composiciones en verso tradicionalmente mexicanas que en vísperas del día de muertos se suelen escribir como otra de las manifestaciones de la cultura popular para hacer burla tanto a los vivos como a los muertos, y recordar que todos nos vamos a morir. Están escritas con un lenguaje satírico o burlesco y son textos muy breves pero que reflejan todo el espíritu y festividad del mexicano frente
a la muerte. Hoy en día se acostumbra que los niños en la escuela hagan burla o crítica de algún personaje o situación de interés general o moda con este formato. José Guadalupe Posada apuntó: "La muerte, es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera". A pesar de ello, las calaveras que él imaginó y grabó están vivas en el imaginario de México.
Actualidad
Imagen de la Catrina en Aguascalientes.
Catrina en el Palacio de Bellas Artes. Hoy en día, la catrina, siendo una invención popular, se ha vuelto un artefacto popular y ha salido de los límites del lienzo o el grabado para ser parte de la cultura viva mexicana, de sus usos y costumbres. Parte de “lo mexicano” y de su posición frente a la muerte. Se la observa, se la acerca, se la
hace parte de su entorno, de su arte y es una artesanía que simboliza el mestizaje. Se ha vuelto artesanía que resalta la riqueza formal y espiritual del país. La imagen de la Catrina se está convirtiendo en la imagen mexicana por excelencia sobre la muerte, es cada vez más común verla plasmada como parte de celebraciones de día de muertos a lo largo de todo el país, incluso ha traspasado la imagen bidimensional y se ha convertido en motivo para la creación de artesanías, ya sea de barro u otros materiales, las cuales dependiendo de la región pueden variar un poco en su vestimenta e incluso su famoso sombrero, pero que igual se les ha dado en llamar "catrinas". Se le tiene un aprecio especial en la ciudad de Aguascalientes como imagen cultural y popular, al grado que se ha colocado un monumento en la principal entrada a la ciudad, y además, junto con el "Cerro del Muerto" es la anfitriona y figura principal de la Feria de las calaveras celebrada anualmente en torno al Día de Muertos.
En 2001, la Catrina protagonizó el cortometraje animado Hasta los huesos del director René Castillo. En él, la figura aparece en el escenario de un cabaret del inframundo, ataviada con la indumentaria con la que aparece en el mural de Rivera, interpretando una versión de La Llorona con la voz de la cantante Eugenia León. Al terminar su número, la Catrina saca a bailar a un joven que recién acaba de morir. La pareja baila un danzón frente a la concurrencia formada por decenas de calaveras de todas las edades. En 2010 la Catrina cumplió 100 años de haber sido creada por José Guadalupe Posada, por lo cual se hizo un cortometraje alusivo al centenario de esta, que se llama La Catrina en trajinera. En este se puede ver a las personas ilustres de Xochimilco como son Juan Badiano, Fernando Celada Miranda, José Farías Galindo, Francisco Goitia y a Quirino Mendoza y Cortés rindiendo homenaje a la Catrina por sus 100 años en los canales de Xochimilco. Sus realizadores, de acuerdo con el cortometraje, son Sergio Laurel, Gustavo Ríos, León Francisco Coronado y es protagonizado por Paulina Cervantes. La producción se encuentra basada en el cuento "La Catrina en Trajinera". En los Festejos del Bicentenario de la Independencia de México, la Catrina fue una de las figuras que desfiló por las
avenidas de la Ciudad de México. Su imagen fue proyectada sobre la fachada de la Catedral Metropolitana. En 2010 durante la final nacional de Nuestra Belleza México 2010 el traje típico ganador fue el de La Catrina, un llamativo traje de color fucsia, portado por Tiaré Oliva representante del Estado de Sinaloa. El traje fue presentado en Miss Universo 2011 portándolo Karin Ontiveros, Nuestra Belleza México 2010, donde estuvo a punto de ganar como el mejor traje típico nacional de Miss Universo al ocupar el segundo lugar en las votaciones de todo el mundo a través de internet.
Figuras de papel maché de la Catrina En 2012, el Ayuntamiento de la ciudad de Aguascalientes organizó, en colaboración con la agencia de fotografía y editorial Cuartoscuro, el Concurso Nacional de Fotografía "La Muerte", en el marco de los 100 años de historia de "La Catrina". El concurso tuvo una participación de más de 950 trabajos (entre series fotográficas y trabajos individuales) que tuvieron como ganador al fotógrafo saltillense Jetzabé Antonio Muzquiz Carreón. El fotógrafo Pedro Valtierra, fundador de la agencia
Cuartoscuro, entregó el premio en una ceremonia celebrada en la capital hidrocálida en octubre de ese mismo año.3 Las artes plásticas han modificado la perspectiva tradicional de la Catrina, se dibuja o esculpe una nueva modelación de esta. Se utilizan diversos materiales y se crean parodias de personajes que van la mayoría de las veces con el folclore mexicano, de acuerdo a la visión del artista-cliente. En 2014, la Catrina fue la protagonista de la película "El libro de la vida". En 2017, la Catrina aparece en el video "HOLD ME TIGHT OR DON'T" de Fall Out Boy, parte del álbum M A N I A (álbum de Fall Out Boy). En 2017 Disney estrenó la película "Coco", en la que a los muertos les vemos representados como esqueletos, ya que en México, 'La Catrina' es la imagen característica asociada a los difuntos.
Cinco países, además de México, que tienen su propio Día de Muertos La celebración mexicana es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, pero México no es el único país en el mundo que celebra la muerte. Comparte esta noticia
Así como en México se ha introducido la cultura del Halloween, los latinos en Estados Unidos recibieron la tradición del Día de Muertos. (AFP)
Ciudad de México / 01.11.2019 14:11:10 El Día de Muertos es una festividad mexicana, en la que se cree que las almas de los difuntos regresan al mundo de los vivos para visitar a sus familiares, quienes los reciben con ofrendas llenas de flores de cempasúchil, papel picado, veladoras, y la comida que más les gustaba en vida. Esta celebración es reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, pero aunque sí tiene características únicas en el mundo, México no es el único país que celebra a sus muertos. Hay varios países latinoamericanos como Perú, Guatemala o Ecuador, que tienen celebraciones similares en torno al 1 y 2 de noviembre debido a que comparten un pasado histórico similar, donde tradiciones indígenas se fusionaron con la cultura católica después de la Conquista, pero hay otros países en el mundo que tienen formas diferentes y particulares de honrar y conmemorar a los espíritus de quienes ya no están, y aquí te contamos sobre cinco de ellos. Haití Los haitianos, siguiendo la tradición católica, celebran el 2 de noviembre el Fet Gede o Día de Todos los Santos, donde asisten a
los cementerios para visitar los restos de sus seres queridos y llevarles ofrendas que constan de café, ron, pan, cacahuates o maíz. Lo que hace especial su fiesta es que en los panteones se realizan rituales sagrados mezclando las tradiciones católicas con el vudú, en donde las personas hablan con sus muertos como si estos pudieran escucharlos, mientras una mambo o sacerdotisa sacrifica animales con la finalidad de proteger a los creyentes de los malos espíritus y predice los acontecimientos del año siguiente.
China El país asiático tiene una celebración dedicada a la memoria de sus muertos, a la que conocen como Ching Ming, Día de Muertos, o Día de Tumbas. Durante la festividad, que se realiza el 4 o 5 de abril y que puede extenderse hasta por un mes, los descendientes visitan las tumbas de sus familiares fallecidos, las arreglan y las limpian para celebrar en torno suyo.
Para los chinos es un día “brillante y resplandeciente”, por lo que, después de colocar veladoras y remarcar las inscripciones, se reúnen en familia a comer, rezar y jugar para rendir homenaje a sus muertos.
Tailandia El Phi Ta Khon, es una procesión tailandesa que se celebra durante el primer día de las fiestas budistas, que puede ser en mayo, junio o julio. La celebración dura tres días, en los que los jóvenes salen disfrazados con máscaras de demonios para jugarle bromas a la gente que marcha con
antorchas hacia el templo Wat Ponchai, donde los monjes recitan al pueblo la última reencarnación de Buda.
La festividad cambia de fecha año con año, ya que se lleva a cabo durante la primer luna nueva de septiembre.
En este festival, las calles se llenan de música y mucho ruido, ya que, según la creencia popular, de esa forma es como los espíritus de sus muertos despertarán para unirse a la fiesta.
India La comunidad hindú recuerda y honra a sus familiares fallecidos el día de Mahalaya Amavasya, que también marca el comienzo de un año “lleno de paz”. En esta ceremonia que adora a los muertos, las personas rezan para que la diosa Durga ahuyente a los demonios, y también le piden por la paz de las almas de los difuntos, que, según la creencia, bajan al mundo de los mortales para visitar las casas de sus descendientes.
Japón
En el país del Sol Naciente se celebra el Obon, que es una festividad religiosa en la que se honra a los espíritus de los antepasados fallecidos. Los japonenes recuerdan a sus muertos durante tres días con danzas, música y desfiles. En esos días, las personas conviven en actividades al aire libre, como lanzar globos de cantoya a un río para guiar a
los espíritus a otro mundo, también se reúnen para cantar, bailar y comer hasta el tercer día o el Gozan no Okuribi, que según la creencia es cuando los espíritus de los difuntos regresan al otro mundo.
Brawl Stars y Poco se „cuelan‟ en el desfile del Día de Muertos en México DF
La estética de Poco simboliza como nadie esta popular tradición mexicana
A pocos días de la celebración del día de Todos los Santos, las actividades por el Día de Muertos ya han dado comienzo, celebrándose entre ellas el desfile por México DF. Todo transcurría con la masificada normalidad de cada año, hasta que una carroza empezó a llamar la atención de algunos de los presentes, pues estaba protagonizada por Poco, el popular brawler de Brawl Stars. Con menos de un año de vida desde su lanzamiento global el pasado diciembre, aunque en países como Canadá ya podían disfrutarlo desde más de un año antes, Brawl Stars se ha convertido en toda una tendencia en los títulos móviles, como casi todo lo que toca Supercell. Y una de sus figuras principales desde su origen es el bueno del sanador Poco, cuya estética y mecánicas beben y mucho de esta clásica y eterna tradición mexicana. Dicho desfile tuvo lugar en la tarde, partiendo desde la Plaza de la Constitución (comúnmente conocida como el Zócalo) para recorrer las calles de media ciudad y formar parte de una semana de festejos y ofrendas en
conmemoración de aquellos que ya nos dejaron. Aunque muchos son los países que no se atreven a abrazar el videojuego como parte de su cultura, en esta ocasión no fue así en México, llevando al brawler Poco a ser uno de los protagonistas de la cita de la mano de figuras eternas como Frida Kahlo, además de numerosas representaciones y agrupaciones de las diferentes regiones. Un movimiento que sin duda aplaudimos, pues gestos como este ayudan a terminar con un debate que no debería ni de existir.
Comida 10 platillos tradicionales que tienes que probar el Día de Muertos La celebración del Día de Muertos en México es una tradición nacional, en la que las familias se reúnen para recordar y para honrar a los seres cercanos que han partido. Así, la muerte toma un sentido festivo durante los primeros de noviembre. Los festejos incluyen música, misticismo, veladoras, calaveras, flores de cempasúchil, ofrendas y mucha comida, por supuesto. A continuación van algunos de los platillos del Día de Muertos.
festivales y degustaciones para premiar al mejor pan de muerto de la temporada. El más conocido es el que lleva como principales ingredientes anís, vainilla y ralladura de naranja, y está cubierto con azúcar. Para mi un favorito es el que está relleno de nata. También los hay rellenos de cajeta y crema pastelera. Hay muchas variantes en su elaboración a lo largo de la República Mexicana, pero sea cual sea nuestro favorito, lo que importa es aprovechar la temporada y darnos un buen festín.
2. Calaveras de azúcar 1. Pan de muerto Este pan es, sin dudas, la receta más entrañable de la cocina del Día de Muertos, y no puede faltar en las ofrendas ni en las mesas de los hogares mexicanos. Su origen es de inspiración prehispánica, es redondo y tiene una decoración que representa un cráneo de esqueleto y cuatro huesos en forma de cruz, los cuales simbolizan los cuatro rumbos del universo en la cosmología precolombina. No hay panadería ni pastelería que no lo produzca, e incluso existen en la Ciudad de México
Son los elementos dulces de la celebración y sirven tanto para decorar como para el disfrute del paladar. Están hechas en forma de cráneo y llevan betún encima. Los diseños varían por cada creador; el betún es de colores vivos y también lleva chocolate blanco, se le pone papel aluminio o tiras de colores (que es donde se escribe el nombre de la persona a la que se le regala o el del difunto al que se le hace la ofrenda), cuentas brillantes y lentejuelas.
3. Mole El mole es todo un agasajo para los vivos y seguramente para las ánimas. Es en sí una artesanía hecha comida, dada su cantidad de ingredientes y la complejidad de su elaboración. Es básicamente una salsa hecha con base de chiles, especias y semillas – entre otros ingredientes, como el chocolate-. Así que por ser todo un símbolo mexicano, no puede faltar en las festividades nacionales y ocasiones especiales. Es un plato infaltable el Díade Muertos.
4. Tamales
5. Pozole
La comida reina de las reuniones mexicanas son los tamales. Es un plato completamente icónico, festivo y social: Desde su elaboración, todo gira alrededor de lo fraterno, de las conversaciones que surgen alrededor de su preparación, de las historias, de las risas, de las enseñanzas y del convivio.
El pozole es el caldo mexicano por excelencia, y es otro invitado de honor que no puede faltar a las fiestas mexicanas, incluida por supuesto, la del Día de Muertos. Puede ser verde, blanco o rojo, siempre combinable con los colores patrios. Esencialmente está compuesto por maíz pozolero (o cacahuazintle), especias y carne de pollo o cerdo, incluso mixto. Se acompaña de lechuga, rábano, cebolla, orégano en polvo y limón. Siempre le va bien unas tostadas y polvito de chile de árbol.
Hay una infinidad de variedades, pero los más típicos son los que vienen envueltos en hojas de maíz y rellenos de pollo o cerdo. Como todos lo sabemos en México, la masa es nixtamalizada y va mezclada con manteca. Se cuecen en vaporera y se acompañan con frijoles refritos y salsa (la verde con cebolla y cilantro les va perfecto). Plato por demás estelar el 2 de noviembre
6. Empanadas de calabaza Claramente la receta puede variar de región a región, pero la que me parece una delicia es la que lleva leche condensada y un toque de jengibre y clavo. El resultado es toda una cajeta de calabaza con consistencia bien espesa. Invitadísimas al festejo.
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8. Dulce de calabaza Es una delicia tradicional del Día de Muertos, con el ingrediente estrella de temporada: la calabaza. Se prepara cociéndola con miel de piloncillo y canela. Se sirve caliente o frío. Hay quienes experimentan agregando diferentes ingredientes como ralladura y/o jugo de naranja o algunas frutas de temporada (las del ponche navideño).
7. Galletas de calaveras Se preparan a base de harina de trigo, mantequilla, vainilla, sal, azúcar moscabado y miel de maple. Son cortadas en forma de calavera y se decoran con glaseado y betún. Hay varias versiones pero todo gira alrededor de la diversión y del colorido. Para acompañarlas les va genial un chocolate con leche.
9. Bebidas que acompañan los platillos del Día de Muertos Típicamente se bebe (y se ofrenda) tequila, aguas frescas, atole y café. Por supuesto varía según los gustos de los difuntos a quienes se les hace la ofrenda.
a ser la luz en el paso por el inframundo y no se perdieran sin antes llegar al paraíso, sacrificándolos y enterrándolos junto con la persona fallecida.[cita requerida] Los teotihuacanos consideraban subsectores a donde se dirigían sus difuntos según su edad: Subsector I: En este recinto se encontraban los difuntos jóvenes y aquellos que no alcanzaron a nacer. Se les enterraba en posición fetal en la tierra. Subsector II: A éste sector se dirigían los adolescentes, encontrándose en sus ofrendas distintos vegetales y huesos pertenecientes a animales.
Historia Teotihuacan El pueblo teotihuacano acostumbraba a hacer ofrenda en honor a los fallecidos casi todo el tiempo, practicando cansados e intensos rituales con el propósito de que el difunto llegase con bien a uno de los cuatro paraísos según su forma de muerte, conteniendo comida, copal, vasijas, cuchillos, piedras de jade y semillas; utilizaban a los perros xoloescuintles para que les ayudasen
Subsector III: En este lugar pertenecían los adultos, tantos varones y mujeres. A estos difuntos se les colocaba en vasijas grandes de barro prosiguiendo con el crematorio. Se creía que en este lugar prevalecía la abundancia y la paz eterna. En su ofrenda se encontraban cañas de azúcar y comidas típicas. Subsector IV: A este lugar se dirigían los adultos mayores (ancianos), colocándose hogueras de madera para la cremación de los cuerpos. Se creía que los ancianos regresaban a la Tierra después de la muerte en forma de animales. La celebración entre los mexicas
Para los antiguos mesoamericanos, la muerte no tenía las connotaciones morales de la religión cristiana, en la que las ideas de infierno y paraíso sirven para castigar o premiar. Por el contrario, ellos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte que habían tenido, y no por su comportamiento en la vida. Las principales civilizaciones representativas del área mesoamericana, aztecas y mayas, desarrollaron una rica ritualística alrededor del culto de los antepasados y de la muerte en sí misma, lo que constituyó el precedente del actual Día de Muertos, en el que pervive aún parcialmente la cosmovisión de aquellos pueblos La muerte entre los azteca Los mexicas creían que la vida ultraterrena del difunto podía tener cuatro destinos: Tlalocan o paraíso de Tláloc, dios de la lluvia. A este sitio se dirigían aquellos que morían en circunstancias
relacionadas con el agua: los ahogados, los que morían por efecto de un rayo, los que morían por enfermedades como la gota o la hidropesía, la sarna o las bubas, así como también los niños sacrificados al dios. El Tlalocan era un lugar de reposo y de abundancia. Omeyocán, paraíso del sol, presidido por Huitzilopochtli, el dios de la guerra. A este lugar llegaban sólo los muertos en combate, los cautivos que se sacrificaban y las mujeres que morían en el parto. El Omeyocan era un lugar de gozo permanente, en el que se festejaba al sol y se le acompañaba con música, cantos y bailes. Los muertos que iban al Omeyocan, después de cuatro años, volvían al mundo, convertidos en aves de hermosas plumas multicolores. Mictlán, destinado a quienes morían de muerte natural. Este lugar era habitado por Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, señor y señora de la muerte. Era un sitio muy oscuro, sin ventanas, del que ya no era posible salir. Chichihuacuauhco, lugar a donde iban los niños muertos antes de su consagración al agua donde se encontraba un árbol de cuyas ramas goteaba leche, para que se alimentaran. Los niños que llegaban aquí volverían a la tierra cuando se destruyese la raza que la habitaba. De
esta forma, de la muerte renacería la vida.
Fiestas de los muertos en la cultura nahua
El camino para llegar al Mictlán era muy tortuoso y difícil, pues para llegar a él las almas debían transitar por distintos lugares durante cuatro años. Luego de este tiempo, las almas llegaban al Chicunamictlán, lugar donde descansaban o desaparecían las almas de los muertos. Para recorrer este camino, el difunto era enterrado con un perro llamado Xoloitzcuintle, el cual le ayudaría a cruzar un río y llegar ante Mictlantecuhtli, a quien debía entregar, como ofrenda, atados de teas y cañas de perfume, algodón (ixcátl), hilos colorados y mantas. Quienes iban al Mictlán recibían, como ofrenda, cuatro flechas y cuatro teas atadas con hilo de algodón.
Un "Día de Muertos", como tal, no existía en la cultura nahua del Anáhuac. En el calendario nahua, eran tres las fechas (tres veintenas) en las que se honraba a los muertos (a quienes habían "levantado su sombra", según la traducción del náhuatl al español), es decir, tres veintenas estaban dedicadas a Mictlantecuhtli y a Mictlancíhuatl: primero, durante el mes llamado Tlaxochimaco (véase Xiuhpoh ualli), se llevaba a cabo la celebración denominada Miccailhuitontli, es decir, la "fiesta de los muertitos" o "fiesta de los muertos chiquitos", alrededor del 16 de julio; en segundo lugar, el Miccailhuitl, en el mes de octubre; por último, en el mes de marzo.
Los entierros prehispánicos eran acompañados de ofrendas que contenían dos tipos de objetos: los que, en vida, habían sido utilizados por el muerto, y los que podría necesitar en su tránsito al inframundo. De esta forma, era muy variada la elaboración de objetos funerarios: instrumentos musicales de barro, como ocarinas, flautas, timbales y sonajas en forma de calaveras; esculturas que representaban a los dioses mortuorios, cráneos de diversos materiales (piedra, jade, cristal), braseros, incensarios y urnas.
Esta fiesta iniciaba cuando se cortaba en el bosque el árbol llamado xócotl, al cual le quitaban la corteza y le ponían flores para adornarlo. En la celebración participaban todos, y se hacían ofrendas al árbol durante veinte días. En el décimo mes del calendario se celebraba la Ueymicailhuitl o fiesta de los muertos grandes. Esta celebración se llevaba a cabo alrededor del 5 de agosto, cuando decían que caía el xócotl. En esta fiesta se realizaban procesiones que concluían con rondas en torno al árbol. Se acostumbraba
realizar sacrificios de personas y se hacían grandes comidas. Después, ponían una figura de bledo en la punta del árbol y danzaban, vestidos con plumas preciosas y cascabeles. Al finalizar la fiesta, los jóvenes subían al árbol para quitar la figura, se derribaba el xócotl y terminaba la celebración. En esta fiesta, la gente acostumbraba colocar altares con ofrendas para recordar a sus muertos, lo que es el antecedente del actual altar de muertos.5 Se honraba especialmente a quienes habían "levantado su sombra" (muerto) en alguna tarea especial: principalmente, a los guerreros y a las mujeres (véase Cihuateteotl) que murieron en el parto, que eran equiparadas a guerreros. Quienes murieron por un rayo o ahogadas iban al Tlalocan. Desde antes de la llegada de los españoles, antes de que la religión católica llegara a Mesoamérica, muchas de las culturas prehispánicas tenían la creencia de una vida después de la muerte. Por ejemplo, según Luis Ramos, en su libro Culturas clásicas prehispánicas, en la cultura maya, cuando una persona moría, su alma iba al “inframundo”, conocido por ellos como Xibalbá. Según sus creencias, para llegar a este lugar, las almas debían de cruzar un río con la ayuda de un xoloitzcuintle; es por eso que
dentro de los ritos funerarios de los mayas se encontraba el de enterrar a un perro de esta raza junto con la persona fallecida; de lo contrario, correría el riesgo de no llegar a Xibalbá y quedarse en el camino.6
Transformación del ritual Cuando llegaron a América los españoles en el siglo XVI trajeron sus propias celebraciones tradicionales para conmemorar a los difuntos, donde se recordaba a los muertos en el Día de Todos los Santos. Al convertir a los nativos del Nuevo Mundo se dio lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones europeas y prehispánicas, haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas con el festival similar mesoamericano, creando el actual Día de Muertos. Otros elementos influirían en la evolución de las actuales costumbres del Día de Muertos; por ejemplo, en el centro del país, las epidemias que durante siglos azotaron a la Ciudad de México llevaron a la creación de cementerios fuera de la ciudad y fue hacia 1861 que el gobierno comenzó a hacerse cargo de los entierros. Asimismo, hacia 1859 se consolidó la costumbre de adornar las tumbas con flores y velas, visitar los panteones los días 1 y 2 de noviembre: la clase alta por las mañanas y los pobres por la tarde. La gente de clase alta aprovechaba estos días para poder estrenar sus ropas negras que preparaban desde antes para poder lucirlas en los panteones.
15 Curiosidades del Día de Muertos en México
3.000 años. Se tiene registro de rituales y celebraciones de este tipo en etnias como la mexica, maya y purepecha.
1. La celebración del Día de Muertos se divide en dos partes: el 1 de Noviembre, que es el Día de Todos los Santos y el 2 de Noviembre, que se festeja el Día de Muertos. En el primero se festejan a todos los santos que tuvieron una vida ejemplar, así como a los niños difuntos, mientras que el 2 es ya la celebración general como tal en la que se acostumbra llevar flores a las tumbas de los familiares y muchas veces pasar la noche en vela esperando a que sus muertos encuentren el camino de regreso a la Tierra.
3. Los mexicas tenían conocimientos avanzados de astronomía y el calendario azteca era fundamental para la celebración de rituales y festividades, además del importe papel que tenía para la agricultura. De esta manera, la festividad que antecede al actual Día de Muertos se celebraba durante el noveno mes azteca. Por ello, el festejo comenzaba a principios de agosto y se extendía por todo un mes, presidido por Mictecacihuatl, la diosa de los muertos.
2. El culto a la muerte no es algo nuevo en la cultura mesoamericana, pues existen registros de rituales y celebraciones de pueblos prehispánicos de hace más de
4. Mictecacihuatl, en náhuatl “Señora de la Muerte”, en la mitología azteca reina de Mictlán, el 9o. y último nivel del inframundo. Según las tradiciones aztecas, en el más allá había 13 cielos y nueve infiernos, cuando una persona moría se iba a un cielo diferente dependiendo de las cosas que habían hecho en vida. Mictecacihuatl, posteriormente, comenzó a asociarse a la ahora tradicional figura de la Catrina.
5. Cuando los españoles llegaron a América, ellos celebraban a los muertos con la festividad católica que llamaban el Día de Todos los Santos, y con el tiempo se fueron mezclando las dos celebraciones hasta dar paso al Día de Muertos tal y como lo conocemos en la actualidad.
6. La cultura popular mexicana encuentra diversos medios de expresión para mostrar su sentir por esta tradición. Entre las más populares se encuentran las famosas calaveras literarias; se trata de versos rimados que ironizan situaciones de personajes populares e impopulares usando el tema de la muerte con una intención humorística. Cada año se promueve ésta actividad cultural mediante concursos en los que se premia la creatividad y la picardía de las composiciones.
7. Se dice que sólo en el Día de Muertos, los difuntos son autorizados desde el más allá para visitar a sus parientes vivos en la Tierra, y ellos los reciben con una fiesta y ofrenda que tiene como finalidad agasajarlos con las más grandes atenciones y cosas que disfrutaban en vida.
8. Los tres niveles con los que cuenta el altar del día muertos simbolizan a las tres divinas personas: padre, hijo y espíritu santo. Por su parte, la cruz que casi siempre se dibuja en el suelo con tierra les recuerda su fe, relacionada con el miércoles de ceniza en el que les dice a los fieles “polvo eres y en polvo te convertirás”.
9. Las flores de Cempasúchil que tienen colores muy vivos como el amarillo y naranja, se colocan en los altares de muerto y en el suelo dibujando un camino, pues pretenden simbolizar la luz del sol que alumbre el camino de los difuntos hacia la Tierra.
10. Cada altar debe representar a los cuatro elementos, Agua, colocado en una jícara u vasija de barro, Tierra, con los diversos frutos obtenidos de está, Fuego, con velas y Viento que se representa a través del papel picado siempre representando distintas figuras.
11. En la noche a cada altar se le encienden velas, pues se dice que al estar iluminados los altares se evita que las almas se desvíen del camino.
12. Algunas comidas tradicionales del Día de Muertos son las Calaveritas de Azúcar, las cuales llevan el nombre del fallecido o de personas vivas, además también está el tradicional Pan de Muerto, un pan dulce espolvoreado con azúcar y con adornos en forma de huesos. La comida típica que se utiliza en las ofrendas y en las cocinas de los mexicanos durante esta temporada también incluye el Mole Poblano, Pozole rojo y verde, Calabaza en Tacha, Tamales, entre otros.
14. En México se percibe a la muerte de una manera muy peculiar. Los mexicanos utilizan la sátira para burlarse de ella. Ejemplo de ello es la popular “Catrina”: una calavera vestida con diferentes atuendos como muestra de la presencia de la muerte en todo lo cotidiano.
13. La celebración de Día de Muertos es sin duda una gran tradición, que difunde valores de respeto y convivencia, por lo que fue reconocida en el 2003 por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
15. “La Catrina”, creada por el grabador mexicano José Guadalupe Posada y bautizada por el pintor Diego Rivera, nos presenta a la muerte vestida de forma vistosa y con un sombrero de plumas.