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Hay una baja en la producción de

tenerlo listo en agosto

(GNL) tuvo una primera gran experiencia con YPF encabezando envíos a baja escala al exterior, pero en términos generales este sector de la industria hidrocarburífera fue el primero en sacar el pie del acelerador, antes de la actual crisis del coronavirus y el impacto previo en la guerra de precios del crudo, aún sin resolución aparente.

Hubo casos preocupantes como el del tight gas, que no registró etapas de fractura en pozos de la Cuenca Neuquina.

En ese contexto, el gobierno nacional comenzó a pensar en el 2021. Es que al menos desde octubre pasado hay cierto consenso en la industria acerca del efecto que tendrá la parálisis en los campos productores en la provisión del próximo año.

Contra el declino de pozos

El gobierno nacional, en algún punto, corre una carrera contra el declino de pozos. Entre ellos, algunos que fueron cruciales para sostener el abastecimiento: los de Vaca Muerta, cuya curva de declino es más rápida que en el sector convencional, lo que implica la ne- cesidad de inyectar más divisas en esas áreas para sostener rendimientos.

En este escenario, se plantea una señal de precios: es decir, establecer un parámetro que permita márgenes de rentabilidad tales que hagan que las petroleras perforen nuevos pozos de gas. Se sabe que ninguna petrolera podría -de manera extraoficialiniciar un plan de perforación por debajo de los 3 dólares el millón de BTU.

La otra opción es comprar más gas en el exterior, en dólares, lo que impondría un clima de mayor presión en los dólares que tiene el país en el Banco Central de la República Argentina.

En ese contexto, Nación cree que la meta de cerrar este acuerdo en agosto sería suficiente para poner en marcha toda la logística que garantizara los volúmenes que necesitará el país el próximo año y así evitar las futuras importaciones. Queda todavía saldar cuál será la posición final de las compañías que vayan a sumarse .

en cuatro pasos

Puntos clave en esa ventana

1. Nación busca abastecer la demanda de gas más allá de los picos de con- sumo estacional de invierno.

El gobierno nacional se ve imposibilitado, en el contexto actual, de actualizar las tarifas del gas. En ese sentido, generó una opción con el Plan Gas para incentivar a las operadoras a seguir produciendo con compromisos de inversión.

2. Hay una baja en la producción de gas en un año e incertidumbre por el declino de los pozos shale.

En abril, la producción de gas natural se redujo el 11,3% interanual a nivel nacional y llegó, de esta manera, a los 116,7 millones de m3 por día. La Cuenca Neuquina mostró un negativo interanual del 12,8%

3. La Resolución 46 dejó afuera a la perforación en arenas compactas y se cerraron proyectos tight.

El shale creció en detrimento del tight gas. A partir de los pozos horizontales, que permitieron más etapas de fractura y más productividad, la ecuación económica del shale cerró mucho más. Eso aceleró la caída del tight.

4. Una tarifa que está muy por debajo para las petroleras del valor del subsidio de la resolución 46.

El subsidio inicial en 2018 fue de 7,5 dólares el millón de BTU y en forma escalonada descendiente hasta llegar a 6 dólares. Ese era el plan inicial a la mitad del gobierno del ex presidente Macri.

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