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Sostenibilidad y rentabilidad para una agricultura del siglo XXI
by LNCleon
P. FERRERO
L EÓN . En un día tan especial como es la conmemoración del patrón de los agricultores, los regantes del Sindicato Central de Barrios de Luna expresan una serie de deseos y reivindicaciones que esperan ver cumplidas, encamidas a la sostenibilidad, al cuidado del Medio Ambiente y a un adecuado desarrollo de la actividad, que ‘respete’ a los profesionales del campo y garantice la rentabilidad económica.
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En primer deseo de los regantes, tal y como señalan desde el sindicato, es «lograr un desarrollo normal de la campaña de riegos que hemos tenido que iniciar antes de lo habitual y que podremos llevar a cabo optimizando al máximo el consumo de agua, ya que a medida que pasan los días vamos perdiendo disponibilidad (de momento, en torno a 5.000 m3/ha). Nuestro empeño consistirá en gestionar adecuadamente el agua con un control estricto de los consumos persiguiendo dos objetivos: la plena satisfacción de las necesidades de los cultivos y dejar toda la reserva posible en el embalse (objetivo muy difícil de cumplir si no cambian las condiciones climáticas), para tener una mayor garantía de llenado de cara a la próxima campaña.
En segundo lugar, el sindicato seguirá «persiguiendo el objetivo de que el Gobierno Central siga consignando fondos para modernización de regadíos, que no disminuyan los aportados por la Unión Eu- ropea a través del Programa de Desarrollo Rural, y que podamos incluir alguna de nuestras obras pendientes en una futura fase del Plan de Reconstrucción, Transformación y Resiliencia». Y es que, sostienen, «tenemos muchas hectáreas pendientes de modernizar (sobre 12.000 cuya modernización ya ha sido aprobada por diferentes Comunidades del Sindicato Central) y su necesaria ejecución es todo un reto a conseguir en el menor espacio de tiempo posible».
Por último, los regantes agregan que «toda la inversión que los agricultores están dispuestos a realizar para la modernización de sus explotaciones buscando rentabilizar su actividad y persiguiendo a la vez la protección del Medio Ambiente, que es de lo que viven y no hay nadie más interesado que ellos en preservarlo, se puede ir al traste si no cuentan con una garantía de agua o tienen que soportar unos costes inasumibles. De ahí que sigamos demandando incrementos de regula- ción para asegurar el recurso (bien con las obras ya aprobadas y que cuentan con una Declaración de Impacto Ambiental favorable o con otras que se puedan someter a estudio a corto plazo), así como la adopción de medidas legislativas que pongan freno al inasumible incremento de los costes eléctricos (contratos de temporada, pagar por la potencia realmente utilizada y no la teórica contratada, potenciar la construcción de plantas fotovoltaicas o de otro tipo para autoconsumo con vertido a red, reducción del IVA, etcétera).
Finalizan desde el sindicato aludiendo a que «se trata, en definiti- va, de subirnos al carro de la agricultura del siglo XXI (sostenibilidad, digitalización, fertirrigación, teledetección, gestión óptima de consumos, agroalimentación, etcétera), buscando la rentabilidad económica y la protección del Medio Ambiente y mejorando a la vez la calidad de vida de los agricultores de regadío, que no persiguen otro fin que utilizar adecuadamente el agua para producir alimentos de calidad para la población».
Estos son los deseos y peticiones de los regantes de Luna, que si bien no cesan en su empeño de mejorar la calidad del sector, «mientras todo esto se va gestando», honran a su patrón «para que bendiga nuestros campos y sus cosechas, ayudando a dignificar la a menudo maltratada figura del agricultor, mucho más reconocida en otros tiempos».