2 minute read

Roberto Bueno

Next Article
Marcos Molina

Marcos Molina

Advertisement

Grizzly Creek Valley. Yukon (Canadá). Nikon D300, 24-85 mm, 1/80 s, f/10, ISO 400.

Tombstone Mountains. Klondike River Valley. Yukon (Canadá). Nikon D800, 70-200 mm, 1/160 s, f/10, ISO 400.

Hojas de álamo temblón (Populus tremuloides) con surcos de Phyllocnistis populiella. Yukon (Canadá). Nikon D800, 24-85 mm, 1.3 s, f/13, ISO 100, trípode.

Campbell Lake. Delta del Mackenzie. Northwest Territories (Canadá). Nikon D800, 24-85 mm, 1/100 s, f/18, ISO 400, trípode.

Primeras nieves en la tundra. Richardson Mountains. Northwest Territories (Canadá). Nikon D800, 24-85 mm, 1/100 s, f/9, ISO 500.

Nací hace unos cuantos años, a la sombra de la que más tarde sería Reserva de la Biosfera de la Sierra de Béjar. El hecho de crecer en ese entorno natural y en el seno de una familia que sabía apreciarlo, fue básico en mi encuentro de por vida con la Naturaleza. La combinación con la Fotografía fue tardía, pero inevitable. Desde mis primeras fotos hasta hoy, he disfrutado tanto de las imágenes que conseguía, como de los ratos que he pasado en su busca por los maravillosos paisajes de este planeta. Los vericuetos de la vida me trasladaron hasta las costas mediterráneas, donde otros paisajes, otros escenarios y otras personas me abrieron nuevas puertas a la fotografía de Naturaleza. En medio de cualquier paisaje, en la mejor de las compañías o en la más concentrada soledad, he vivido momentos y experimentado sensaciones que van más allá de lo que sé explicar con palabras. Por eso mis fotografías, además de recoger la belleza del planeta en el que vivo, son mi propia memoria y mi mejor biografía. De entre todos los ambientes que he tenido la suerte de conocer, me quedo con los paisajes del Norte, fríos y solitarios, allá donde la primera semana de septiembre trae la primera nevada. Al verde de las píceas, al amarillo de los abedules, al ocre de la tundra y al rojo de los arbustos de bayas, se le une la tenue sábana blanca. Paisajes de ensueño con una mezcla de colores difícil de imaginar e imposible de olvidar. Me siento afortunado porque, a través de los años y a pesar de la distancia, la pasión por la foto- www.robertobueno.com

grafía me ayuda a recordar cada día, con vívida nitidez, las emociones únicas que el tiempo trata de desenfocar en la memoria. Gracias a AEFONA por dejarme compartir con vosotros este otoñal porfolio sobre las tierras lejanas del Norte.

This article is from: