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Iker Aizkorbe Agirre
from Revista Iris N.º 23
by AEFONA
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Udazken jolasak ('Juegos de otoño'). Nikon D300s, Nikkor 50 mm f/1.4, f/16, 2.5 s, ISO 200
Udazkenarekin bueltaka ('A vueltas con el otoño'). Nikon D800, Nikkor 24-70 mm f/2.8 (a 70 mm), f/16, 4 s, ISO 100
Iratxoen lurraldean ('En tierra de elfos'). Nikon D300s, Tokina 11-16 mm f/2.8 (a 16 mm), f/9, 0.8 s, ISO 200
Aretxabaleta (Guipúzcoa), 1976. Apasionado de la naturaleza desde muy pequeño, aún recuerdo cuántas veces hacía parar a mi tío, preguntándole por cada flor, bichillo o piedra, todos los domingos que salíamos al monte. También, desde pequeño, me han gustado el dibujo y la pintura, y hace algo más de ocho años, me regalaron mi primera cámara de fotos, una réflex digital. Fue desde que empecé a controlar un poco las posibilidades que ofrecía la cámara, cuando me di cuenta de que mis aficiones (naturaleza, dibujo y pintura) se iban a unir a través de las imágenes que obtendría. A pesar de que he hecho mis pinitos en varios tipos de fotografía, ninguno me ha hecho sentir tan cómodo y tan a gusto como la de naturaleza, especialmente de paisaje. Es en ella donde encuentro la relajación y la vía de escape al estrés cotidiano. Desde que planto el trípode hasta que obtengo el resultado que buscaba, pueden pasar horas, en las que me evado de todo lo que tengo alrededor y tan solo yo y mi imagen estamos en conversación. Todavía no he podido viajar (otra de mis pasiones) a tierras extranjeras donde las luces y los paisajes cambian y ofrecen imágenes diferentes a las que puedo obtener cerca de donde vivo. De momento, disfruto de mi entorno, del que no me puedo quejar, ya que desde el mar hasta la montaña, pasando por bosques y desiertos, las posibilidades son infinitas.