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Prólogo. Marta Múgica, directora de la Oficina Técnica de EUROPARC-España
Nada más humano que la inquietud y el asombro hacia la naturaleza que nos rodea y de la que somos parte. Las imágenes que nos brindáis en esta publicación nos recuerdan la diversidad de la vida, expresada a través de árboles viejos, de efímeros insectos, de aves ligeras, de poderosos carnívoros, de paisajes trabajados… Nada más humano también que la generación de tensiones. La enorme capacidad de transformación y de expansión, a costa de la misma naturaleza de la que somos parte, nos devuelve una realidad indeseada. La intensidad de la actividad humana actual provoca cambios en los usos del suelo, contaminación de aguas, suelos y aire, impacta en el funcionamiento del clima, afecta a la salud de los ecosistemas y a nuestra propia salud, todo ello a una velocidad que no se había vivido en la historia de la humanidad.
Las áreas protegidas, invento centenario para conservar paisajes espectaculares para el disfrute del conjunto de la sociedad, representan hoy la voluntad y el compromiso social para amortiguar los efectos del cambio global. El hecho de que más de una tercera parte de nuestro país, y en torno a un 12 % de nuestros espacios marinos, esté legalmente reconocida como área protegida subraya no solo la enorme diversidad que
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Marta Múgica Directora de la Oficina Técnica de europarc-España Miembro del Consejo de la Federación europarc
Prólogo
albergamos por nuestra posición biogeográfica, a caballo entre el continente africano y el europeo, sino también el compromiso con las generaciones venideras. Las áreas protegidas no son meras declaraciones en el papel. El respaldo legal se desarrolla a través de adecuados instrumentos de planificación que permiten una gestión activa para trabajar por la conservación del patrimonio de todos los ciudadanos con medios acordes a los grandes retos reconocidos en la declaración de las áreas protegidas. Comunicar los valores y los beneficios que las áreas protegidas gestionadas eficazmente brindan a la sociedad es clave para garantizar el respaldo social y, por tanto, político. La fotografía y las personas aficionadas o profesionales que os dedicáis a acercarnos esos valores contribuís a esta labor esencial. La publicación de este libro es, sin duda, un ejemplo de cómo la fotografía puede ayudar a comunicar la importancia de las áreas protegidas, por los valores que albergan, por el trabajo que se hace en ellas. Gracias por dejarnos compartir la admiración y el respeto que sentimos ante la naturaleza y todos sus componentes. Enhorabuena a aefona por la iniciativa de este singular libro de socios; enhorabuena a todas las personas que habéis contribuido con vuestras instantáneas a esta publicación.