Mariett y Robespierre: Amor en Tiempos de Cambio By: Fabrizio Longhi L.
Mariett era una mujer nacida en una familia noble del norte de Francia. La joven y bella Mariett estaba fascinada con las ideas liberalistas de pensadores como Rousseau,Voltaire, Montesquieu… Esto es así desde que leyó una copia de la obra más aclamada de Rousseau ”El Contrato Social”. Desde ese día Mariett justo después de terminar las tareas de la casa y sus lecciones para convertirse en una damisela, se iba a juntarse con varios círculos literarios y filosóficos de su ciudad.
Libertad: Es la facultad o capacidad del el ser humano de actuar o no actuar siguiendo según su criterio y voluntad.
Un día como cualquier otro, luego de haber terminado sus tareas y de camino a ver a los filósofos, se encontró con un encantador joven de probablemente su misma edad. Lo saludó respetuosamente (como es propio de una dama) y le preguntó dos cosas, la primera que cuál era su nombre, y la segunda que cuál era su relación con los intelectuales. El joven soltando una pequeña risa por la curiosidad de la bella mujer, procedió a responder: “Soy Maximilien de Robespierre y soy abogado”.
Respeto: Es la consideración, atención o deferencia que se debe a una persona. Podemos decir también que es el sentimiento que lleva a reconocer los derechos y la dignidad del otro.
La joven Mariett encantada por el oficio de Robespierre (un oficio que conocía, pero nunca había hablado con un practicante), lo miró fijamente y mientras empezaba a caminar soltaba una pregunta tras otra. El hombre con total bondad e interés por la curiosidad de la bella mujer contestaba todo con sinceridad. De tanto hablar y caminar sin rumbo (habían perdido el rumbo al empezar a hablar), cuando se dieron cuenta ya estaban en las afueras de alguna ciudad de Artois. El joven recogiendo valor le ofreció a Mariett llevarla a casa, Mariett con los ojos grandes como una perla aceptó.
Bondad: La bondad del ser humano; creen en la bondad y en la obediencia. Acción bondadosa o amable. (Bondades) Cualidades positivas.
Al llegar a casa Mariett se encerró en sus aposentos y se desvestía mientras admiraba la luna que de cierto modo traía recuerdos de un hombre audaz y galante que acompañaba a su damisela por cielo, mar y tierra. A la mañana siguiente salió de su cuarto y se dirigió al comedor como de costumbre, saludó a su padre y a su madre y empezó a comer con una lentitud y delicadeza muy poco características de ella. Todos se extrañaron, pero no se atrevieron a preguntar. Mariett terminó su comida y con una sonrisa dijo: “Gracias”. Un gracias que de cierto modo todos sabían que no era para nadie en esa habitación.
Audacia: Capacidad para emprender acciones poco comunes sin temer las dificultades o el riesgo que implican.
Ese mismo día después del desayuno, Mariett recordó que no tenía clases (gracias a que su maestra se había ido a vacacionar el día anterior) y con un aire de felicidad se dijo para sí: “Día de ayer tan fugaz, pero tan imprescindible”. En ese estado de felicidad andante pasó la mañana de flor en flor como si de un pronto a otro el jardín de su casa ya no fuera parte de este mundo. En la tarde al bajar el sol y como las estrellas leales a la noche, se dirigió al encuentro con el conocimiento y el amor (un sentir que para ella nuevo es).
Lealtad: Sentimiento de respeto y fidelidad a los propios principios morales, a los compromisos establecidos o hacia alguien.
Una vez en la ciudad y habiendo recuperado su personalidad de siempre, buscó sin descanso a Robespierre mientras se detenía para hablar con filósofos y escritores. Pasadas las seis de la noche (hora de regresar a casa), con desaliento se fue alejando de los filósofos y las luces de la vida nocturna. Esa noche Mariett se dirigió a su cuarto sin decir una sola palabra, se desvistió, se cepillo los dientes y el pelo y se fue a dormir en un silencio tan profundo y agobiante que parecía competir con la silenciosa y frágil serenidad de la noche.
Serenidad: Característica de aquel o aquello que está o que es sereno. Este término puede emplearse como adjetivo para calificar a quien se encuentra tranquilo, relajado o reposado.
A la mañana siguiente (y aún con mucho tiempo libre) se dirigió (justo después de desayunar) al pueblo con el afán de encontrar a ese alguien especial. Buscó y buscó rigurosamente, pero sin encontrar al hombre y en una vuelta del destino, como caído del cielo ahí estaba él, leyendo un libro bajo la sombra de un árbol. Sin pensarlo dos veces Mariett se dirigió hacia el hombre y con mucha felicidad y fingiendo desentendimiento le dijo: “Que casualidad verte aquí”. El hombre tratando de esconder su alegría por ver a Mariett dijo: “Demasiada si me preguntas”.
Rigor: Propiedad y exactitud o precisión en la realización de algo, especialmente en el análisis, el estudio o el trabajo científicos.
Desde el segundo mágico de su encuentro y hasta el momento desolador de su separación las dos partes de un todo llamado amor, hablaron sin descanso, tal y como si esa fuera la primera y última vez. Aunque razón para ser así sí tenía. Poco a poco, día a día, entre más se conocían más cerca estaba la partida. Al principio eran días luego fueron semanas hasta que una noche de deseos carnales exentos del autocontrol, Robespierre llegó a la ventana de Marriet y le anunció con orgullo y tristeza su nombramiento como representante del Tercer Estado de Artois y su inminente partida.
Autocontrol: Capacidad de control o dominio sobre uno mismo.
Pasó el tiempo y lo que se suponía una despedida temporal se convirtió en el sufrir rutinario de una vida privada de la pasión y el deseo. Sin rendirse y con un confianza inquebrantable Mariett espero a su amado, pero poco a poco Francia iba cambiando, se había tomado la bastilla unos años atrás, se había capturado al rey, se había aprobado la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, se había instaurado una asamblea provisional de gobierno y además las cartas que recibía de su amado disminuyeron drásticamente.
Confianza: Esperanza firme que una persona tiene en que algo suceda, sea o funcione de una forma determinada, o en que otra persona actúe como ella desea.
Su situación con Robespierre alteraba a Mariett, pero ese no era el único problema, también había oído rumores de que Robespierre había cambiado y además de eso su padre (el de Mariett) por defender a la Monarquía estaba siendo amenazado. Todo esto influyó en la toma de una importante decisión con respecto al futuro de Mariett, esta era, enviarla a vivir con unos conocidos de la familia que vivían en Francia. Mariett aceptó la propuesta y su padre aunque quiso no se opuso. Esto convirtió a Mariett Francois en Eléonore Duplay.
Prudencia: Capacidad de pensar, ante ciertos acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles que estos conllevan, y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios.
Después de tomar la decisión de ir a vivir a París y cambiar su nombre, se prometió a sí misma que lograría encontrar a su amado y que de ser necesario lo haría convertirse en el de antes. Con el fin de lograr su cometido, Eléonore se involucró poco a poco con los jacobinos, para así tener una excusa para ver a Robespierre. Un año pasó y por fin logró una de sus metas tener una reunión con Robespierre, su amado abogado sencillo y encantado por las obras de los “Ilustrados”.
Perseverancia: Firmeza y constancia en la manera de ser o de obrar.
En su anhelada reunión con Robespierre descubrió que el hombre que amaba estaba enfermo de codicia, opresión e ideales inalcanzables. Pero a pesar de todo ella decidió ayudar a su amado a volver en sí. Iniciaron la conversación y al poco tiempo Robespierre recordó el rostro de la joven (ahora un poco cambiado) que amaba y dijo: “¿se podría saber por qué ahora te llamas Eléonore? Mariett. Ella con perspicacia respondió: “Con el fin de renacer el sentimiento perdido en mí hace ya tanto. Haría lo que fuera”.
Perspicacia: Facultad para percatarse de cosas que pasan inadvertidas a los demás.
Robespierre soltando una risa la abrazó y le dijo que ya nada era igual y que las personas cambian. A lo que Mariett respondió: “La gente no cambia”. “Tal vez no, pero los tiempos sí” respondió Robespierre con una voz más amarga que el café. La conversación continuó así por varios minutos hasta que Robespierre se fue a otra reunión. Eléonore se sentó y lloró por la pérdida de su amado, pero no perdió la fe en que este podía ser revivido. Lo que confirmaba esta esperanza era el gozo que aunque disfrazado era notorio en la expresión degradada de su único amor.
Fe: Convencimiento íntimo o confianza, que no se basa en la razón ni en la experiencia, en que una persona es buena, capaz, honrada, sincera, etc., o en que algo es eficaz, verdadero, posible, etc.
Después de esa reunión ocurrieron unas dos o tres más, pero cuando todo parecía mejorar los reyes intentaron escapar. Este hecho afectó mucho a Robespierre, tanto así que dejó de ver a Mariett y un tiempo después cuando tomó el poder empezó con la época del terror. Eléonore incapaz de hacer nada y con el último suspiro de empatía prometió proteger a su amado desde lejos. Empatía: Participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, generalmente en los sentimientos de otra persona.
Los últimos registros existentes de ella son muy pocos y en ellos lo único que afirma es que después de ver morir a su único amor estuvo en luto eterno. Aunque también se presume (por algunos documentos poco concisos) que influyó en algunas de las acciones relacionadas con el Imperio Napoleónico y su caída.
Consideración: Respeto, amabilidad y atención en el trato hacia una persona o cosa.
BibliografĂa: http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/robespierre.htm http://themaskedlady.blogspot.com/2013/10/los-amores-de-robespierre.html http://www.valoresmorales.net/2015/02/lista-de-valores-2/