Marielis Ramos

La incredulidad de la vida moderna podría hacer pasar como ilusa esa frase esperanzadora que dice que “todo pasa por algo” y que Dios tiene un plan para todos. Pero díganselo a Marielis Ramos… Ella es testigo fiel de qué tan real puede ser esa reflexión, sobre todo cuando cosecha el éxito personal y empresarial con su propia creación en un momento obscuro de su vida del que surgió la gran oportunidad.

Un trágico accidente con terribles pérdidas y secuelas la llevó a inventar un producto natural que hoy se exporta Estados Unidos.

Pasó de ser estudiante de medicina a una connotada emprendedora y, ahora, orgullosa empresaria y CEO de la marca Hair Plus, su “casita rosada”, una compañía que crea soluciones naturales para tratar la caída y el crecimiento del cabello, además de una amplia gama para el cuidado capilar.

Fue un trágico accidente el que cambió su vida. Viajaba a un paseo que terminó en un triste siniestro vial en el que murieron su mejor amigo y una compañera de clases. Además de eso, el episodio le produjo fracturas de pelvis, cervical y ambos fémures, sumado a una docena de operaciones, casi un año en cama y más de un año de terapia para siquiera poder volver a caminar.

Esa etapa tan ruda le abrió la oportunidad de crear. “Mientras estaba en cama, me cortaron todo mi cabello, la parte de atrás con un abejón. Ese día nunca lo olvidaré, ya que fue muy difícil para mí, pero, al mismo tiempo, dio el inicio a todo. Inicié a mezclar y mezclar hasta que hice mi primer champú. En ese momento, en los primeros meses, nunca imaginé que crearía un negocio, siempre lo elaboraba para uso personal o para regalar”.

Entonces, ese sueño de convertirse en doctora, que había dentro de sí desde que era niña, se transformó en una idea renovadora que hoy tiene 10 años conquistando con una línea de 43 productos, sus propios laboratorios y unidad de transporte que llevan Hair Plus a cada rincón de la República Dominicana y cuenta con sede en Estados Unidos.

Frente a ese éxito, Marielis le agradece a Dios. “Permanecí un año postrada en cama sin poder caminar y lo principal que aprendí fue a ser paciente y que, a pesar de las dificultades que estemos atravesando en nuestra vida, debemos siempre mantenernos agradecidas con nuestro creador. El éxito se lo debo al favor de Dios, a mi perseverancia, arduo trabajo y las oraciones de mi familia”.

Es una vida muy espiritual la que lleva esta joven empresaria desde entonces. Lo primero que hace al despertarse es orar. Está aferrada al salmo 91 y asegura que, si tuviera la oportunidad de estar frente a Dios, “no le preguntaría nada, solo le daría un abrazo y le agradecería por su misericordia en mi vida”, pero si pudiera cambiar algo de su pasado, no dudaría en salvar la vida de su mejor amigo, aquel fatídico 11 de agosto de 2013.

En la cotidianidad de Marielis, siempre surge esa interrogante de cómo divide su tiempo en- tre sus labores, su vida amorosa y los gustos comunes que la caracterizan. Muchas mujeres quieren lograr ese equilibrio que les garantice el éxito.

Por ejemplo, mientras respondía a nuestras preguntas, estaba en el Cibao, a punto de via- jar a La Vega y pendiente de una reunión en su casita rosada de Santiago; todo en un día normal de trabajo que incluye a su pareja, con la que no bebe café, sino té. Y un dato curioso: no puede salir de casa sin el peinador de cejas y su lip oil en su cartera.

“Es poder demostrar que podemos tenerlo todo, ser exitosas en el ámbito profesional y también tener una relación estable con Dios en el centro”.

—¿Y cómo puedes mantener una buena rela- ción con tu pareja, si también trabajan juntos?

— Lo considero el amor de mi vida por la paz, la estabilidad y el gran equipo que hacemos juntos (...) La comunicación es la clave, que siempre escuchen a su pareja y tratar siempre de tomar una decisión donde ambos estén de acuerdo.