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100 AÑOS DE L'OFFICIEL

Según Carlos Gardel, veinte años no es nada; cien, en cambio, sí. L’Officiel cumple su primer siglo en plena expansión global y lo celebra con la misma pasión con la que nació en 1921. Puede que las modas (y el mundo) cambien, pero el estilo permanece.

Por: JAVIER QUESADA

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«Desde su primer número, L’Officiel ha sido portavoz de la industria de la moda y ha jugado un papel decisivo en la evolución que va del talento local al negocio global»

Decía Unamuno que la Historia, aquella que se escribe en piedra en los dinteles de los antiguos templos con caracteres que el tiempo ha ido erosionando, va por un lado mientras por otro, como un decorado o el croma en las películas de ciencia ficción, discurre otro continuun, que el filósofo español denominó «intrahistoria», para referirse a la tradición que acompaña a los pueblos en su devenir eterno. Hoy, cuando hasta la más conservadora de las industrias de lujo, la moda, ha sucumbido a la filosofía del See now, buy now, que convierte el impulso momentáneo en una decisión de compra definitiva, el concepto secular —«que dura un siglo», según la RAE— nos resulta tan anacrónico y extemporáneo como miriñaque, bigudí o palimpsesto. Pero hay cánones eternos que desafían al tiempo, obras de arte que resultan tan modernas hoy como hace 114 años (Las señoritas de Avignon, el cuadro de Picasso pintado en 1907 que marcó el inicio del cubismo, sería en la actualidad objeto de una encarnizada polémica en las redes por convertir a un grupo de esclavas sexuales en musas de la vanguardia) y leyendas como la que ha escrito la familia Jalou a lo largo del siglo XX y ya dos décadas del XXI al mantener intacto el espíritu único y à rebours de una revista como L’Officiel, que cumple sus primeros cien años con una salud excelente en plena expansión internacional, con más de 60 títulos distribuidos en 28 países. En 1921, en los albores de los Locos Años 20 que sentaron las bases del mundo moderno, se lanzó L'Officiel de la couture et de la mode de Paris, que desde su primer número se convirtió en portavoz de

Un viaje desde la portada del primer número a las últimas tendencias nos lleva, más allá de la esfera de la moda, a reconocer los cambios que se han producido en la sociedad.

la industria de la moda, jugando un papel decisivo en su difusión global, y cronista de las oscilaciones de un sistema basado en la metamorfosis de algo tan volátil, tan imprevisible y, sin embargo, tan testimonial como son las tendencias: las modas generan modos; y los modos, modales. A lo largo de estos cien años, L'Officiel ha registrado los cambios que la moda ha experimentado, como fiel reflejo de lo que pasaba en la sociedad: la visión de la mujer ha cambiado de manera radical,

A lo largo de sus cien años, L’Officiel ha logrado convertirse en el principal portavoz de la industria de la moda, con una visión que traslada el estilo francés a todos los idiomas.

no sólo en términos estéticos sino también éticos. El New Look de Dior, por ejemplo, que revolucionó la silueta femenina en plena posguerra convirtiendo a las mujeres en enormes flores invertidas —y estáticas— no tiene nada que ver con la visión que, en la actualidad, mantiene su directora artística, Maria Gracia Chiuri, al frente de la maison francesa. La t-shirt con mensaje feminista («We Should All Be Feminists») de su primera colección que se convirtió en superventas ha sido, retrospectivamente, la mejor metáfora para explicar el cambio de timón y de talante de una industria esencialmente femenina hecha, hasta entonces, por un puñado de hombres. Puede parecer increíble, pero hace cinco años términos como inclusión, identidad de género o plus size cambiaron la visión que la mujer tenía no sólo de la moda, sino sobre todo de sí misma. Desde el lanzamiento en 2014 de la edición de L'Officiel México, del que tuve el privilegio de ser testigo y también parte, como editor adjunto, hemos querido conectar la sensibilidad de este icono del estilo francés con el genio, la pasión y el talento de las industrias creativas en nuestro país. Ha sido un desafío apasionante, y también un work in progress en el que aún queda mucho por hacer. Pero este tipo de celebraciones sirve para afrontar el futuro con una perspectiva optimista: si la mirada es limpia, el futuro —de la moda, de la sociedad, de la mujer,Lde México— también lo será.

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