VIVIR CON SENTIDO. REVISTA DE LOGOTERAPIA, ANÁLISIS EXISTENCIAL Y ORIENTACIÓNFILOSÓFICA

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Vivir con Sentido REVISTA DE LOGOTERAPIA, ANÁLISIS EXISTENCIAL Y ORIENTACIÓN FILOSÓFICA

1 Octubre/2015

Clara Martínez Ana María Losa Maribel Rodríguez Eduardo Vergara Pedro Robles Francisco E. Barrera

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1 Octubre/2015

Vivir con Sentido. Una publicación de la Asociación para la difusión de la Logoterapia “Vivir con Sentido” Inscrita en el Registro de Asociaciones de Andalucía 5/12/2012 CIF: G90044660 Lugar de Edición: Sevilla (Spain)

Clara Martínez Ana María Losa Maribel Rodríguez Eduardo Vergara Pedro Robles Francisco E. Barrera

Carácter de la publicación: Anual Dirección Francisco Eduardo Barrera Consejo Asesor José Ordóñez (España) Sandra Ruíz (España) Sandra Barbero (Perú) Alejandro de Barbieri (Uruguay) Guilherme Falcão (Brasil) Clara Martínez (Bolivia) Lucia Copello (Argentina) Eliana Cevallos (Ecuador) Maribel Rodríguez (España) Ana María Losa (España) Consejo de Redacción María Teresa Martín Rodriguez Eduardo Vergara Pedro Robles Marisol del Villar Luís Muñoz Contacto y colaboraciones: Vivir Con Sentido. Revista de Logoterapia, Análisis Existencial y Orientación Filosófica. Asociación para la difusión de la Logoterapia “Vivir con Sentido”. Urb. Jardín el Carmen, 17. DP 41940. Tomares (Sevilla) España. Tlf: 00-34-661816647 logoterapiavivirconsentido@gmail.com ISSN: /Depósito Legal: En trámite Gratuita Colabora. Seminario Permanente Logoterapia. Grupo de Investigación HUM 018.Filosofia Aplicada: Sujeto, Sufrimiento, Sociedad. Facultad de Filosofía. Universidad de Sevilla. Responsable del grupo de investigación: Profesor Dr. José Ordoñez García.(ordogar@us.es)

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Editorial INTEGRAR EN TORNO AL HUMANISMO Francisco Eduardo Barrera Rodríguez1 logoterapiavivirconsentido@gmail.com

Me resulta enormemente grato presentaros esta revista que nace en Andalucía, con vocación de apertura al mundo, y que se centra, de manera especial, en la Logoterapia y la Orientación Filosófica, sin olvidar a las Psicologías Humanistas. Creo firmemente que, los nexos de estas disciplinas, además de compartir numerosas líneas de trabajo, pueden enriquecerse

mutuamente, si estamos atentos a sus

contenidos, herramientas y protocolos. En consecuencia, desde la Asociación para la difusión de la Logoterapia “Vivir con Sentido”, hemos entendido que, es oportuno crear un espacio de integración, en este caso desde una publicación especializada, capaz de aunar miradas coincidentes de cara a la intervención en el sufriente. El escenario existencial que nos ha tocado vivir no es fácil, la postmodernidad ha desposeído al hombre de los metarrelatos2, ha puesto en jaque los grandes paradigmas, ha ido socavando lo grupal a favor de un individualismo radical 3 y ha

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Francisco Eduardo Barrera es Doctor en Filosofía por la Universidad de Sevilla. Orientador Filosófico, miembro del grupo ETOR. Diplomado Internacional en Logoterapia. Responsable del Seminario Permanente de Logoterapia de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla y Presidente de la Asociación para la difusión de la Logoterapia. Su tesis doctoral, en torno a la aplicación de la Logoterapia y la Orientación Filosófica en el campo de la salud, propone una integración de disciplinas que mantienen al humanismo como el eje de sus intervenciones. 2 Consultar al respecto los trabajos de Gilles Lipovetsky La era del vacío. Anagrama, Barcelona, 1986, El crepúsculo del deber. La ética indolora de los nuevos tiempos democráticos. Anagrama. Colección Argumentos, Barcelona, 1996 y El imperio de lo efímero. Anagrama, Madrid, 1990. De interés igualmente, y citados con anterioridad, los de Gianni Vattimo, La sociedad transparente. Paidós, Barcelona, 1994 y El fin de la modernidad. Nihilismo y hermenéutica en la cultura postmoderna . Gedisa, Barcelona 1987. 3 Un paso más allá de las miradas de Lipovetsky y Vattimo lo encontramos en los trabajos del sociólogo polaco Zygmunt Bauman, quien denomina a nuestra época actual como “modernidad líquida”. Desde la mirada de este autor, la sociedad actual se encuentra desprovista de barreras que canalicen su torrente, fluyendo libremente. En una hermosa y explicativa metáfora, Bauman señala que, la sociedad, como los líquidos no se mantiene firme, adapta formas temporales y es inestable. Cfr. Bauman, Z.: Vida Líquida.

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dejado al hombre sin referencias. Le ha propuesto, contra el todo, una multiplicidad, una diversidad de fragmentos. No hay consenso, pues el consenso está en lo diverso. No hay una sola interpretación, sino múltiples y variadas. No hay nada seguro ni definitivo a lo que asirnos. La construcción del sentido es, ahora, una tarea más urgente que nunca, pero también más difícil. Nuestra época, ha propiciado una despersonalización a marchas forzadas. El hombre de nuestra contemporaneidad ha heredado de los dos siglos anteriores una urgencia por “lo práctico” por un “tener” frente al “ser”. La producción, la productividad y la eficiencia de una maquinaria a favor del sistema ha desposeído al hombre de su parte más humana para transformarlo en una pieza más del engranaje productivo que sostiene “el pensamiento único” de la postmodernidad. El olvido del ser al que se refiere Gabriel Marcel y el olvido de lo espiritual de Frankl no sólo están presentes en nuestra cotidianeidad del siglo XXI, sino que se han instaurado como forma de vida. Así, la patología de la sociedad ya anunciada por estos autores no solo no ha remitido, sino que ha progresado, propiciando un sufrimiento que escapa a las terapias adaptativas psicológicas y a fármacos médicos antidepresivos. La sociedad y el hombre están hoy enfermos por la ausencia de sentido. Asistimos al triunfo del “hombre contra lo humano”. El vacío existencial es el premio al esfuerzo denodado por ese cierre definitivo a una “exigencia ontológica” que no cesa de llamar a la puerta de nuestros corazones y a la que hacemos oídos sordos. Nuestra sordera a la responsabilidad de elegir nuestra vida, de construir nuestro sentido y de asumir la responsabilidad de nuestras decisiones es radical. Para conseguirlo, hemos nombrado tutores que se hagan cargo de nuestras vidas. Esperamos de la sociedad de consumo, de la “masa democrática” y de la técnica, sin embargo nada esperamos de nosotros. Las respuestas vienen de afuera, pero no interrogamos a nuestro interior. El sufrimiento, entonces, se convierte en un sufrimiento más radical. No contamos ya con “el otro” ni con “el grupo” para guarecernos y aliviar las heridas de la propia existencia. “La fraternidad, la disponibilidad, la participación o el sacrificio” no tienen espacio posible. El solipsismo nos deja inermes, desprotegidos de los bálsamos que

Paidós Ibérica, Barcelona, 2006. Traducción de Albino Santos Mosquera. En torno al paso de la comunidad al individualismo y la renuncia a la individualidad por un falso colectivismo consultar páginas, 32-33. y 178-180. respectivamente.

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puedan aplacar esta neurosis colectiva de vivir lo no deseado, lo impuesto y lo establecido. La logoterapia de Frankl y el Análisis Existencial, de particular manera el desarrollado por Alfried Längle, junto con la Orientación Filosófica que tiene sus orígenes en el continente europeo de la mano de Gerd B. Achenbach, y las Psicologías Humanistas hacen de la persona el centro de sus intervenciones. Como línea transversal, el Existencialismo está presente en todas, integrando en sus cuestionamientos conceptos determinantes: libertad, elección, responsabilidad y sentido. En este primer número, encontraremos excelentes aportaciones que nos muestran la aplicación de la Logoterapia en diversos campos, así como un trabajo de sumo interés que vincula a la Logoterapia con el Asesoramiento Filosófico. Desde el campo de la Orientación Filosófica os ofrecemos un trabajo pionero en Andalucía, la aplicación de la Filosofía en la prevención de suicidios en el ámbito carcelario. Finalmente, quiero agradecer a todas las personas que han apoyado este proyecto, a los miembros del consejo asesor y el consejo de redacción y a los miembros del Seminario Permanente de Logoterapia que, de manera desinteresada, han apostado por dar vida a esta humilde publicación que busca, de manera especial, difundir la Logoterapia, el Análisis Existencial, las Psicologías Humanistas y la Orientación Filosófica.

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LOGOTERAPIA Y ASESORAMIENTO FILOSÓFICO, DOS CAMINOS POSIBLES EN LA BÚSQUEDA DE SENTIDO Autora: Mª Isabel Rodríguez Fernández

LOGOTHERAPY AND PHILOSOPHICAL COUNSELLING, TWO POSSIBLE PATHS IN THE SEARCH FOR MEANING Author: Mª Isabel Rodríguez Fernández maribelrodriguezpsiq@hotmail.com RECIBIDO: 20 DE MARZO DE 2015 ACEPTADO: 27 DE ABRIL DE 2015

RESUMEN: La Logoterapia y el Asesoramiento Filosófico nos pueden ayudar ante ciertos problemas existenciales y en la búsqueda del sentido de la vida. La Logoterapia tiene diferentes elementos de clara inspiración filosófica, que son parecidos a los que se utilizan en el Asesoramiento Filosófico (AF), un tipo de relación de ayuda que se apoya en la Filosofía práctica para aportar algunos recursos filosóficos frente a situaciones que generan conflicto o sufrimiento. Este trabajo indagará en los elementos comunes y en las diferencias que se dan entre ambas disciplinas, para abrir un diálogo entre ellas y plantear elementos de enriquecimiento mutuo. Palabras clave: Logoterapia; Asesoramiento filosófico; Sentido de la vida ABSTRACT: Logotherapy and Philosophical Counseling can help us in certain existential problems and in search for meaning of life. Logotherapy has different elements of clear philosophical inspiration, which are similar to those used in the Philosophical Counseling, a kind of aid relationship which is based on Philosophical Counselling to provide us some philosophical resources from situations that generate conflict or suffering. This paper will investigate in common elements and differences that exist between both disciplines, to open a dialogue between them and to bring elements of mutual enrichment. Keywords: Logotherapy; Philosophical Counselling; Meaning of life

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I.- ELEMENTOS COMUNES ENTRE LOGOTERAPIA Y ASESORAMIENTO FILOSÓFICO

La Logoterapia tiene numerosos elementos de inspiración filosófica, que nos muestran aspectos en común con el Asesoramiento Filosófico (AF). En ambos casos parten, en mayor o menor medida, de fundamentos y métodos filosóficos. En el caso del AF esta fundamentación es básica y en la Logoterapia está implícita y se combina con planteamientos psicológicos y médicos (CAVALLÉ 2007, FRANKL 1990). A continuación trataremos de resumir los que consideramos más importantes: 1.- Búsqueda del sentido de la vida En ambas disciplinas se usa el término logos. Para Frankl (1988) este término estaría referido a razón, sentido, significado o propósito. Para el AF, el término se referiría a razón o palabra, el logos sería “una realidad superior a los individuos que dialogan, pero que se canaliza en virtud de ellos, y que guía a la mente y la impele” (CAVALLÉ 2007: 53). Es fácil encontrar una relación entre esta definición y la idea de sentido de la vida y sentido último de la Logoterapia. En ésta, Frankl (1988) plantea que el sentido de la vida es una realidad objetiva que se descubre en cada vida concreta y que se expresa a través de la realización de una serie valores y de la auto-trascendencia, llegando a encontrar, quién encuentra un sentido, algo que está más allá de sí mismo. Con respecto al sentido último, éste sería, según Frankl (1999), lo que llevaría al significado de todo, al sentido de la vida de cada uno entendida como un todo y se revelaría plenamente al final de la vida y estaría estrechamente conectado con una dimensión espiritual, que en el lenguaje de Cavallé (2007) sería “una realidad superior”. En el AF y en la Logoterapia, podemos ver que se relaciona el logos con la dimensión espiritual (FRANKL 1988, 1990, 1999; CAVALLÉ 2007). En la Logoterapia se habla de la búsqueda de un sentido global de la vida que hace alusión a llegar a tener la comprensión del papel de uno en el universo (FRANKL, 1988, 1990, 1999). Esta idea se puede relacionar con la idea del AF de buscar una comprensión global de la realidad. Dicho sentido global de la vida ha de estar en consonancia con sentidos concretos según la Logoterapia y según el AF ha de haber un pensar concreto en relación con una comprensión global de las cosas. En ambos casos dicha comprensión ha de ir unida al autoconocimiento y a la autocomprensión. Tal como señalan Julián Domingo Machado y Mónica Cavallé (2007), el Asesoramiento Filosófico “busca rescatar la antigua concepción originaria de la filosofía como sabiduría vital con poder para sanar al individuo y dar plenitud de sentido a su existencia” (p.12). En relación con esta definición encontramos ya un punto de comparación con la Logoterapia, dado que el AF haría también énfasis en buscar el sentido de la vida (FRANKL 1988). Según el AF el sentido de la vida estaría relacionado con las concepciones básicas sobre lo que es el mundo y se podría ir descubriendo mediante un examen de la propia vida (CAVALLÉ Y MACHADO 2007), pero con métodos Vivir con sentido 1/2015

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filosóficos; señalándose que dichos métodos “ayudan a educar la mirada para que sea lo más serena y objetiva posible” (CAVALLÉ Y MACHADO 2007: 14). Vemos en esta afirmación relacionada con el AF que el sentido se va descubriendo y además, desde dicha disciplina se señala que no se dan respuestas; de la misma manera en la Logoterapia se afirma que “el sentido de la vida no se puede inventar, sino que tiene que ser descubierto” (FRANKL 1990: 84). Dentro de la Logoterapia se afirma, además, que el sentido lo tiene que encontrar cada uno por sí mismo en función de sus circunstancias, de la situación personal concreta que se le planteara en cada momento, de los propios objetivos en la vida y de las posibilidades reales. Para Frankl (1988)”no deberíamos buscar un sentido abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión que cumplir; cada uno debe llevar a cabo un cometido concreto” (FRANKL, 1988: 107), “su tarea es única, como única es su capacidad para instrumentarla” (FRANKL, 1988: 107). Algo parecido se afirma en el AF con la idea de que “no propugna modos específicos de vivir o de pensar, sino que ayuda a que cada cual encuentre y encarne –con plenitud, madurez y autenticidad- su particular filosofía de vida” (CAVALLÉ 2007: 50). Así que vemos en ambas disciplinas la intención de respetar el camino que cada uno quiera dar a su vida y su propia manera de articularlo. En la afirmación del AF sobre que dicha filosofía de vida ha de hacerse con madurez, podemos encontrar un cierto paralelismo con la idea de responsabilidad personal que indica Logoterapia, como una actitud fundamental en el camino (FRANKL, 1988). En el Asesoramiento Filosófico se plantea, por otra parte, la idea de que la filosofía ayudaría al ser humano a elegir sus metas y a examinar sus experiencias para que la persona pueda extraer de las mismas “sus propias verdades y orientar autónomamente la acción” (CAVALLÉ Y MACHADO 2007: 12). Otro aspecto en el que podemos encontrar paralelismos con la Logoterapia, pues en ésta se trata de descubrir el propio sentido único e irrepetible, para cada ser humano (FRANKL, 1988). De lo dicho podríamos concluir que ambas tratan de ayudar a que el ser humano aclare sus objetivos en la vida y ponen un énfasis especial en cuestiones existenciales

2.- Visión positiva de la persona y planteamiento de una antropología global En el Asesoramiento se busca que la persona conecte con sus mejores posibilidades y descubra las opciones en las que puede dar sentido a su vida, encarnando con ella una “filosofía personal propia y madura” (CAVALLÉ Y MACHADO 2007: 13) y también ayudando a que “el asesorado descubra que sabe de forma latente mucho más de lo que imaginaba y que tiene en sí, al menos potencialmente, los elementos necesarios para constituirse en su propio y más cualificado maestro” (CAVALLÉ 2007: 51). Es fácil ver la conexión entre estas ideas y la visión positiva del ser humano que Vivir con sentido 1/2015

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propone la Logoterapia, que en su modelo pone de manifiesto una antropología lo más completa y abarcadora posible (FRANKL 1999) abierta a la esperanza de que el ser humano pueda sacar lo mejor de sí mismo, aún en las peores circunstancias (FRANKL 1988). Con respecto a la cuestión de encarnar una filosofía personal madura, encontramos paralelismos entre esta cuestión y la idea de que la libertad ha de estar unida a la responsabilidad, según la Logoterapia (FRANKL 1988, 1999). Es decir, que podemos conectar la cuestión de que una persona encarne una filosofía personal madura y la idea de que desarrolle su pensamiento en libertad, con una actitud responsable. Además, la idea de fomentar la responsabilidad se señala de forma explícita en los planteamientos del AF (CAVALLÉ 2007). Sobre los caminos para encontrar sentido, encontramos alguna diferencia terminológica que probablemente no lo sea tanto en el campo práctico. La Logoterapia considera que el sentido se encuentra a través de la conciencia, que sería el órgano de sentido (FRANKl 1990, 1999); por su parte el AF recurre a lo que llama escucha interior (CAVALLÉ 2007). Ante lo que podemos plantear: ¿es posible diferenciar la escucha interior de la conexión o escucha de la propia conciencia? Seguramente, en ambos casos estemos hablando de procesos semejantes con distintos conceptos. 3.- Búsqueda de la verdad En ambas disciplinas se busca la verdad del ser humano, por encima de conseguir unos objetivos prácticos o el propio bienestar (CAVALLÉ 2007, FRANKL 1990). Desde la Logoterapia sería preferible un cierto grado de tensión o de conflicto que nos empuje a evolucionar que estar en un estado de tranquilidad y placidez que no lleve buscar hacia ningún lugar (FRANKL 1990). 4.- Trabajo con valores Tanto en AF como en Logoterapia se trabaja con los valores, aunque se entiendan de diferente manera, en cada una de las disciplinas. Desde el AF se busca recordar que hay valores “que no son subordinables a la esfera de la utilidad, de la rentabilidad ni a la consecución de resultados extrínsecos” (CAVALLÉ 2007: 26), siendo considerado un valor esencial desde la filosofía, el amor a la verdad (CAVALLÉ 2007). En muchos de los textos de Frankl está expresado de forma implícita o explícita el valor de lo humano, por encima de cualquier cosificación y utilitarismo. Nuevamente vemos los paralelismos. Además, en ambas disciplinas se busca una clarificación de valores y objetivos, que tienen una estrecha relación con la cuestión del sentido de la vida (CAVALLÉ 2007, FRANKL 1990).

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5.- Métodos Ambas usan, como método de trabajo, el diálogo socrático aunque el contexto de trabajo sea diferente. En ambos casos, inspirándose en el método propuesto por Platón, se va indagando sobre el fundamento de las ideas y visiones del mundo de la persona que pide ayuda para ayudar a emerger una verdad más profunda (CAVALLÉ 2007, FRANKL 1990). Con respecto a la escucha, se hablaría de escucha empática y comprensiva en la Logoterapia y de escucha hermenéutica y comprensiva en el Asesoramiento filosófico (CAVALLÉ 2007, FRANKL 1990). 6.- Sentido del humor En las dos es legítimo recurrir al humor (FRANKL 1988, 1990, CAVALLÉ 2007). En el AF “cabe recurrir a la leve ironía y al humor” (CAVALLÉ 2007: 59). En la Logoterapia se utiliza el humor para favorecer el autodistanciamiento o dar un nuevo enfoque a una situación conflictiva (FRANKL 1988, 1990, 1999). 7.- Empatía En ambas se busca la comprensión empática de la persona que pide ayuda, en el sentido de ponerse en su lugar y de ver las cosas como el otro las ve (CAVALLÉ 2007, FRANKL 1990). 8.- Trabajo con el presente Ni la Logoterapia ni el AF buscan el origen de los problemas en la infancia remota (CAVALLÉ Y MACHADO 2007, FRANKL 1990), aunque en Logoterapia sí se pueden utilizar elementos biográficos para mejorar la comprensión de lo que le sucede al paciente. 9.- Autotrascendencia En ambos casos se busca que la persona ejerza su responsabilidad en el contexto de la sociedad en la que vive, más allá de sus aspiraciones individuales. La solución a los conflictos de la persona no se cierra sobre sí misma, sino que tiene que ver con sus acciones en el medio en el que se desenvuelve su existencia y con salir de sí misma hacia los demás, o hacia el desempeño de causas que van más allá del propio beneficio individual (CAVALLÉ 2007, FRANKL 1990, 1999). II.- DIFERENCIAS FILOSÓFICO

ENTRE

LA

LOGOTERAPIA

Y

EL

ASESORAMIENTO

Aunque se han señalado anteriormente semejanzas entre ambos procedimientos, es importante mostrar también las diferencias existentes.

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1.- Encuadre El AF no recurre a categorías diagnósticas en el sentido de enfermedades mentales, ni se plantea como el tratamiento de trastornos psíquicos determinados (CAVALLÉ Y MACHADO 2007). Sin embargo la Logoterapia sí está tipificada como coadyuvante o como eje central del tratamiento de algunos dichos trastornos, como es el caso de ciertas neurosis o ciertas patologías que tienen en su raíz un vacío existencial. Con el matiz importante de que la Logoterapia no hace énfasis en la enfermedad sino en la persona, considerándola como un ser único e irrepetible (FRANKL 1990, 1999). En el AF no se hace psicoterapia, no se concibe la filosofía como un procedimiento terapéutico, pero se reconoce que el AF tiene efectos terapéuticos aunque no sea esta su finalidad (CAVALLÉ 2007). En el caso de la Logoterapia, como su propio nombre indica, sí es psicoterapia y utiliza procedimientos terapéuticos de forma explícita (FRANKL 1990, 1999), pudiéndose combinar sus estrategias con otros métodos de psicoterapia. 2.- Eje temporal El AF no explora el pasado (CAVALLÉ Y MACHADO 2007). Esto tampoco es fundamental en Logoterapia, pero sí se supone que añade luz sobre los factores que han sido importantes o que han dado contenidos significativos a la vida del paciente (FRANKL 1990, 1999). De hecho en la Logoterapia se habla de las logopistas, que serían indicadores de lo que es significativo para el paciente, aunque éste no sea consciente. Se manifestarían en indicaciones no verbales (cambios en el tono de voz o gestos), momentos positivos del pasado que implican algún valor o inquietudes personales que se quedaron por el camino y que nos ayudarían a encontrar elementos que son importantes para la vida del individuo (FABRY 2001). 3.- Planteamiento filosófico a priori El AF no presupone un determinado sistema de pensamiento ni se apoya en principios de ninguna escuela, ni en ninguna concepción sobre lo que es el ser humano o la realidad (CAVALLÉ Y MACHADO 2007). La Logoterapia sí parte de una visión del mundo y de una determinada visión antropológica, aunque siempre se muestra abierta a ampliar su visión y a aceptar todo aquello que pueda ser beneficioso para el paciente (FRANKL 1990, 1999). Para el AF, según Mónica Cavallé, “el mundo de cada cual no es un mundo de hechos brutos, sino un mundo interpretado, sentido, valorado, es decir, en buena medida, es un mundo mental” (CAVALLÉ 2007: 24), sin embargo para la Logoterapia, el mundo tiene un sentido real que ha de ser descubierto y no una construcción que hacemos nosotros mismos, aunque se reconozca que hay elementos de interpretación y de valoración personal que modulan nuestra respuesta ante la realidad y nuestra manera particular de dar sentido a la vida. Mediante el AF podemos tomar conciencia de las limitaciones de nuestra visión de la realidad que nos general sufrimiento (CAVALLÉ 2007), en la Logoterapia se trataría más bien de encontrar nuestras posibilidades de desarrollar nuestra conciencia para hallar un sentido real a las cosas (FRANKL 1990, 1999). Vivir con sentido 1/2015

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Afinaríamos, por decirlo metafóricamente, nuestras antenas para captar una realidad que se considera objetiva y que una vez desarrollada nuestra capacidad de mayor percepción veríamos más posibilidades y podríamos desarrollar nuestro máximo potencial. 4.- Formación En el caso del AF el asesor filosófico tiene formación filosófica (CAVALLÉ Y MACHADO 2007) y el logoterapeuta tiene formación en Psicología o en Psiquiatría (FRANKL 1990, 1999). CONCLUSIONES Podemos concluir finalmente que hay numerosos elementos comunes entre la Logoterapia y el AF, aunque también son importantes las diferencias por provenir de diferentes campos de conocimiento y posiciones antropológicas y filosóficas implícitas o explícitas. Pero las diferencias no tienen por qué ser un obstáculo para el conocimiento mutuo, sino que podemos enriquecernos de las aportaciones del AF para el trabajo como Logoterapeutas y quienes se dediquen al AF de la Logoterapia, para su trabajo de Asesores filosóficos. En ambos casos es posible un enriquecimiento mutuo para la propia comprensión de nosotros mismos y del mundo. De lo dicho podríamos suponer que podría ser importante un diálogo o incluso colaboración interdisciplinar entre ambos campos y un conocimiento mutuo para ampliar nuestra visión y mejorar nuestros métodos de ayuda a las personas para orientar a quienes necesitan a encontrar más sentido en sus vidas y una mayor profundidad en sus existencias. BIBLIOGRAFÍA: CAVALLÉ CRUZ, M.; MACHADO, J.D. (2007). Arte de vivir, arte de pensar. Iniciación al asesoramiento filosófico. Bilbao: Desclée de Brouwer. CAVALLÉ CRUZ, M. (2007). Diálogos para una vida filosófica. En Cavallé Cruz, M. y Machado, J.D. (Eds.), Arte de vivir, arte de pensar. Iniciación al asesoramiento filosófico. Bilbao: Desclée de Brouwer. pp. 21-82. FABRY J. (2001) Señales del camino hacia el sentido. México. Ed. LAG. FRANKL, V.E. (1988). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Herder. FRANKL, V.E. (1990). Psicoanálisis y Existencialismo. De la Psicoterapia a la Logoterapia. México: Breviarios del Fondo de Cultura Económica, FRANKL, V.E. (1999). La idea psicológica del hombre. 6ª Edición. Madrid: Rialp, Biblioteca del Cincuentenario.

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Mª Isabel Rodríguez Fernández es Doctora en Medicina y Cirugía por la Universidad Autónoma de Madrid, Médico Psiquiatra y Master en Psicoterapia por la Universidad Autónoma de Madrid. Es Profesora en la de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia de Comillas (sede de Madrid) y Directora de la Cátedra Edith Stein de la Universidad de la Mística de Ávila. Es miembro de la Asociación Española de Logoterapia, y de la Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada. Se ha especializado en Logoterapia e Hipnosis. Ha realizado su tesis doctoral sobre “Afrontamiento del cáncer y sentido de la vida”. Parte de su trabajo de investigación se ha centrado en la búsqueda de una perspectiva integral en la que se tenga en cuenta, desde la psicología y la psiquiatría, la dimensión espiritual del ser humano, siendo este un ámbito que ha supuesto la publicación de diversos artículos y participación diversos libros. Ha participado, en relación con esta temática en numerosos congresos nacionales e internacionales y como conferenciante en diferentes ámbitos.

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LA CURA MÉDICA DE ALMAS EN EL TRABAJO SOCIAL Autor: Pedro L. Robles Fernández Córdoba

THE MEDICAL CARE OF SOULS IN SOCIAL WORK Author: Pedro L. Robles Fernández Córdoba sofrologiasocial@gmail.com RECIBIDO: 27 DE MARZO DE 2015 ACEPTADO: 20 DE ABRIL DE 2015

RESUMEN: El ejercicio del Trabajo Social, en agencias públicas de bienestar social, debe incluir la implementación de recursos prestacionales y promocionales a favor de las personas que acuden a sus servicios, ante situaciones de dificultad social. Las intervenciones sociales que convierten a las personas en meros objetos de la intervención social, alienan al Trabajador Social en su compromiso con su propio ser y con los valores éticos de su profesión. La Cura Médica de Almas (CMA) es una propuesta para la reflexión y acción de todos los profesionales de la acción social. Palabras Clave: Trabajo Social, Cura Médica de Almas, empatía, sufrimiento, humanidad compartida.

ABSTRACT: The exercise of social work, public welfare agencies should include implementing and promotional benefits and services for people who use its services resources, in situations of social difficulty. Social interventions that turn people into mere objects of social intervention, alienate the Social Worker in your commitment to your own self and the ethical values of their profession. The Medical Care of Souls (CMA) is a proposal for reflection and action of all professionals of social action. Keywords: Social Work, Medical Cure of Souls, empathy, suffering, shared humanity.

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La salud y el bienestar, no implican tan solo el abordaje de un nivel de atención puramente físico o biológico, el cuerpo humano, no es solo una anatomía perfecta de tripas y fluidos. El cuerpo humano hace posible una vida anímica, psicológica y social. Del cuerpo humano emergen ideas, emociones y valores, no podemos pues circunscribir la promoción de la salud y el bienestar, solamente al ámbito estrictamente biológico y material de las personas, sino que es preciso abordar la salud y el bien-ser y bien-estar, en todo lo fáctico y facultativo, que es, en el ser humano de manera integral. A mi parecer, esta demanda, puede ser abordada adecuadamente, desde el Trabajo Social, ya que podemos apoyar a las personas, complementariamente, en dos frentes fundamentales, uno externo, que busca la transformación de las comunidades humanas, haciéndolas viables y equilibradas para todos sus miembros, y otra interna, que busca maximizar las potencialidades internas de los seres humanos, fortaleciendo su desarrollo personal y la superación de sus propios retos existenciales. Conde Megías (1997) concreta esta división de demandas y respuestas profesionales, en las siguientes: 1.- Intervención prestacional y asistencial. 2.- Intervención autonomista-promocional, que procura corregir las deficiencias existentes en la capacidad natural de respuesta o de funcionalidad social de los individuos, de cara a enfrentar una situación de malestar social (SMS), atendiendo a su realización personal, y progreso social en general. Se trata de un proceso que transcurre al contrario que el anterior (el prestacional), desde el interior al exterior, es decir, desde las personalidades o subjetividades, hacia las condiciones o situaciones observables en la realidad social (exterior). (CONDE MEGIAS 1997:29) (…) como forma de generar condiciones favorables y en definitiva, de respuestas maduras a las distintas situaciones de malestar social (CONDE MEGIAS 1997 :140) La intervención promocional, pone el acento en la transformación evolutiva de un ser, lo suficientemente capacitado y maduro como para funcionar positiva e independientemente, en los procesos de cambio situacional, que tenga que experimentar en su trayectoria de vida. El Trabajo Social, tiene como uno de sus objetivos primordiales, conseguir que las personas funcionen positivamente, incrementando su capacidad de respuesta en términos de motivación, autodeterminación y participación activa. Ander - Egg, define a la Promoción Humana, como “aquel Trabajo Social, que tiene como finalidad generar en las personas, grupos o comunidades, una toma de conciencia de sus propios valores y capacidades” (ANDER-EGG 1981: 247) La promoción y el pleno desarrollo bio-psico-social-espiritual de individuos y grupos, el logro de su bienestar, son pues tan necesarios como la aséptica aplicación de recursos prestacionales. La participación activa, consciente y deliberada de las

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personas, conlleva un efecto de verdadero desarrollo personal y social. Podemos afirmar que el Trabajo Social, no solo cuenta con un significativo papel de promoción externa de los individuos y grupos, facilitando la conexión con los recursos externos que fortalecen y complementan, la propia capacidad de individuos y familias, sino que también conlleva un no menos importante papel de promoción interna de las personas y grupos, que aquí en este texto hemos vehiculado con el discurso mantenido por el Trabajo Social Experimental y su autora Rosario Conde Megías, en los elementos de promoción de las capacidades humanas y mejora de la funcionalidad social. El reconocimiento formal de este espacio de ideas, sentimientos y valores como elementos propios de los seres humanos, su singularidad de la que carecen otras formas de vida animales. La toma de conciencia de los mismos, en cualquier ser humano, su reconocimiento explícito, supone rescatar y devolver al hombre –quizás desposeído materialmente por el desempleo u otras situaciones- lo que es del hombre, empoderándolo en su propia humanidad, y recuperándolo del propio reduccionismo que las sociedades centradas en el “tener sobre el ser”, han generado a partir de las sociedades industriales hasta nuestros días. Apoyando este desarrollo humano, no meramente desde el nivel prestacional del Trabajo Social, sino también desde el nivel de Promoción de las capacidades y estructuras específicas, que como seres humanos poseemos; se trata pues de “devolver al hombre, lo que es del hombre”, para así poder apoyar su desarrollo, ante los nuevos retos, que social e históricamente estamos viviendo. En este sentido, el concepto de Trabajo social, interpretado a la luz de esta propuesta, puede entenderse, a nuestro juicio como: A.- Un modelo del trabajo social, preventivo y promocional del ser humano y de sus capacidades. B.- Que tiene como referente epistemológico, los propios de la Logoterapia. C.- Que articula tanto la metodología propia de la estructura básica del procedimiento (método básico) de la profesión del Trabajo Social, como la propia de la Logoterapia. D.-Que tiene por finalidad promocionar la plena capacidad de individuos y grupos, para lograr una mayor competencia social y crecimiento personal. E.-Su objeto es, con ello, tanto el desarrollo individual, como las situaciones de dificultad individual y social, en que se encuentran inmersos. El objeto del Trabajo Social, desde esta perspectiva es pues la salud del individuo: su bien-ser y bien-estar, como entidad indivisible bio-psico-social-espiritual, en interacción dinámica y constante con su medio, y que tiene la finalidad de promocionar sus capacidades internas, y sistémicamente afectando tanto su competencia individual como social, convirtiendo al sujeto en causa de su propio proyecto vital.

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La Logoterapia nos ofrece una Antropología, una comprensión del ser humano, no reduccionista y nos propone una concepción tridimensional (dimensión física, psíquica y espiritual), del ser humano, para acercarnos a la comprensión del hombre. La dimensión específicamente humana es la espiritual. Viktor Frankl va a crear un sistema terapéutico, entendido en sentido amplio, que ayude a la persona a desarrollar su capacidad para descubrir las posibilidades de sentido, reconocerlas y actuar; esta actuación la realiza cada persona desarrollando su capacidad para crear, su capacidad para tener experiencias profundamente humanas (amor, belleza, música...) y su capacidad para sufrir. (CANO CRUZ 2010: 159) Como unidad y totalidad bio-psico-social-espiritual. La logoterapia apoya a la persona a desarrollar su capacidad para descubrir las posibilidades de sentido, reconocerlas y actuar, ya que en ella se encuentra latente un modelo antropológico (imagen de la persona y del mundo) que debemos tener en cuenta, a la hora de intervenir, si queremos entender al ser humano en su profundidad (dignidad) e integridad. LA RELACIÓN PROFESIONAL ALINEADA Y SUS CONSECUENCIAS: Trabajar a diario con el sufrimiento humano, con escasos recursos para ello y sin el ejercicio de una sana empatía, nos puede llevar a los profesionales a una situación de sobrecarga a nivel físico, psíquico y espiritual. Su resolución pasa por la toma de conciencia de la empatía, de nuestra libertad y responsabilidad para crear una relación profesional satisfactoria no solo para nuestros usuarios, sino para nosotros mismos. Recordando las palabras de Rosa Parks: “Estamos en el planeta Tierra para vivir, crecer y hacer de este mundo, un lugar mejor para que todos podamos disfrutarlo.” Una respuesta útil para los Trabajadores Sociales, ante este reto existencial, nos lo ofrece la Logoterapia, con la aplicación de la cura médica de almas. La cura médica de almas (CMA) es una aplicación Logoterapéutica, un acercamiento al hombre que sufre, el homo patiens, pero no ya a su sufrimiento en sí mismo, sino a su humanidad. (RESTREPO TORO 2001:112) La CMA no es una intervención técnica específicamente, se trata, de un encuentro de la humanidad del profesional, con la humanidad de las personas que entran en contacto con usuarios o pacientes. Este artículo se quiere centrar en nosotros mismos como seres humanos, en nuestro mundo interior y exterior, y su relación con la profesión que profesamos, y un día elegimos: el Trabajo Social. El ejercicio del Trabajo Social, en agencias de bienestar social públicas, con sus circunstancias y condicionantes, apuntan a una atención que se centra en la persona, como conjunto de datos que explotar y clasificar, para una aplicación eficiente de unos recursos sociales escasos. Esta situación alinea al profesional de sus propios valores y sentimientos, convirtiendo el ejercicio profesional en una enajenación propia por un lado y en una “cosificación” del ser que sufre y que acude a estas agencias.

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Esta deshumanización de nuestra labor diaria, conlleva no solo a la desilusión y al desánimo y la propia quiebra interior personal y profesional. (Burnout). Esta comunicación, es una reflexión y una propuesta que parte del encuentro con nosotros mismos, a partir de nuestro encuentro diario con las personas que acuden a los servicios sociales. Este encuentro, supone también el convertirnos nosotros mismos en recurso de la intervención profesional. El Dr. Frankl como Médico, planteaba que no siempre podía tener la solución ante las diferentes enfermedades que sus pacientes padecían y como respuesta ante su sufrimiento planteaba, algo que para los Trabajadores Sociales, puede traducirse en: “si puedes resolver el problema, hazlo. Si no lo puedes resolver, alivia, y si no puedes aliviar, consuela”. Consolar es acompañar al otro en lo que tenemos de común: nuestra humanidad compartida, y como respuesta a aquello que se nos presenta aquí y ahora. Siguiendo las tres clásicas frases del rabino Hillel, que vivió hacia finales del siglo I antes de Cristo: “ Si no lo hago yo, ¿Quién lo hará?. Si no lo hago ahora, ¿Cuándo lo haré?, si lo hago sólo para mí, ¿Quién soy yo? La intervención profesional, no debe limitarse, ni debe terminarse con la adecuación de los recursos al tipo de demanda planteada, debe adecuarse a la integridad del homo patiens, teniendo en cuenta toda la globalidad de su ser-y-estar-en-el-mundo. Esta simplificación profesional, puede ser muy habitual suponiendo una castración tanto propia, como hacía la persona que acude a nuestra agencia, ante su situación de sufrimiento. La CMA, es el acto de encuentro entre el profesional y el usuario, en un espacio común a ambos: su humanidad. Se trata pues de un acto consciente e intencional, de reconocimiento de lo valioso en la vida del otro, que pueda ir evidenciándose en las entrevistas mantenidas y que supone igualmente, de manera recíproca el reconocimiento de ese valor o sentimiento, en mí mismo. LA CURA MÉDICA DE ALMAS Y LA EMPATÍA: Edith Stein, define la empatía como la aprehensión de vivencias ajenas, como el apercibimiento del vivenciar del otro. La autora habla de “captar en mí algo transcendente a mí, como son las vivencias de otros”. Stein, nos señala el ejemplo, del encuentro de un amigo que viene hacia ella y le comunica que ha perdido a su hermano, y nos dice (ESPERT 2008:130) “yo noto ese dolor”. ¿ Qué es ese notar?. Lo que importa ahora ese “notar” que es apercibirme del dolor del otro, pero este apercibimiento es solo la primera parte, ya que la segunda parte de la empatía, finaliza con mi respuesta, es decir el demostrar que me he dado cuenta de su dolor, que me hago cargo, comprendo y acojo al otro en su dolor. En ese reconocer y acoger, está la indicación para no caer en la intervención deshumanizada y en consecuencia en el propio agotamiento profesional. Esta Vivir con sentido 1/2015

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indicación aunque simple, puede ser inconscientemente obviada. La empatía no es una mera ideación sobre el otro, se trata de una vivencia. El término “vivencia” fue propuesto por Ortega y Gasset en 1.913, como traducción del vocablo alemán Erlebnis. “Todo aquello que llega con tal inmediatez a mi yo, que entra a formar parte de él, es una vivencia”, escribe Ortega. La palabra vivencia, significa “impacto emotivo”, La palabra impacto, se refiere al choque que penetra y la huella que deja. La vivencia, no es un hecho pasajero, sino algo que participa en toda la vida psíquica. (CAYCEDO 2000: 36) La historia del uso de Erlebnis puede empezar con Dilthey, aunque Hegel y Jung le dan un significado diferente. Dilthey, señala que vivencia es algo “revelado en el complejo anímico dado en la experiencia interna” LA CMA Y LA VIVENCIA DE LOS VALORES EN NUESTRO ENCUENTRO HUMANO Y PROFESIONAL: No entenderemos aquí el término “valor” como un axioma moral en los individuos, grupos o comunidades, sino que es todo aquello que el individuo puede percibir como “bueno”. Aquí la percepción de un valor, supone la vivencia de un valor, de algo que la persona descubre en su vida como valioso, como puede ser el amor hacía sus nietos o recuperar consciencia de un valor propio como la constancia o el esfuerzo. La vivencia del valor, requiere una toma de contacto con ese objeto valioso de la interioridad del individuo. Percibir un valor, supone que se quiebra la soledad de ser en el mundo, encerrado en sí mismo; la persona entra en relación con algo propio que permanecía inconsciente y que gracias a la relación se le desvela. La toma de consciencia de los valores propios, facilita superar la anomía de los individuos, como consecuencia de un reduccionismo antropológico, desde la intervención profesional, que lo sitúa tan solo como mero consumidor de recursos sociales, objeto más que sujeto. La vivencia de un valor produce la transformación de los seres humanos, ya que supone algo más que un descubrimiento intelectual, una mera idea, supone una vivencia, recuperar la cristalización de su propia energía de vida, su sentido a través de ese autodescubrimiento, gracias al encuentro entre el Trabajador Social y el usuario. La vivencia de un valor, supone desvelar una cualidad humana en uno mismo, un redimensionarse hacía sí mismo y hacía la situación de malestar social que le condiciona, pero que no debe de determinarle, ya que esto supone una alineación hacía su propio valor como ser humano, libre de elegir el “ cómo” va abordar su situación, y de su responsabilidad como esencia y potencia del individuo, de tejer su propia existencia, en base a sus propias decisiones, por muy difíciles que estas sean, es a mi parecer este un elemento intrínseco de nuestra dignidad humana. El encuentro entre el Trabajador Social y su usuario, debe contener esta dimensión de encuentro, en el que se evite su victimización y suponga su reconocimiento y revalorización, desde el reconocimiento implícito: “es bueno que tú existas”, que supone para el receptor superar la tendencia de vivenciar que “ya nada es bueno para mí”, ya nada puedo alcanzar, si esto lo dejamos pasar, el sistema socioeconómico no

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solo le habrá excluido de sus derechos, también de su dignidad como ser humano. No todas las actuaciones que emprendemos deben ser prestacionales, basadas en la utilidad del recurso externo, no debemos obviar que nuestra actuación profesional, debe de ir más allá y reconocerle en todo su ser mismo, reiteramos, en su ser completo, más allá del rol que la situación de malestar social que le está dañando y limitando. Lo que proponemos aquí, es ir más allá de esta tendencia, y recuperar desde la Logoterapia y a través de la CMA, una relación del profesional y el sujeto de intervención digna y constructiva para ambos, desde el descubrimiento y vivencia de su humanidad compartida.

El Trabajador Social, en todo su ser es el recurso más valioso en la intervención profesional y lamentablemente, en algunos casos el único que podemos ofrecer, hacia las personas que sufren y debemos “atender o prestarles atención”, tanto externa como internamente.

BIBLIOGRAFIA: CANO CRUZ y MORO YERPES (2010): Introducción a la Logoterapia desde la perspectiva del Trabajo Social, Revista Documentos de Trabajo Social nº 47, página web Colegio Trabajadores Sociales Málaga, consultado el 1 Abril 2015: http://www.trabajosocialmalaga.org/archivos/revista_dts/47_10.pdf RESTREPO TORO (2001): Cura médica de Almas (CMA), Ponencia presentada en el I Encuentro Internacional de Análisis Existencial. Cartagena, 30-11-2000. Consultado14-2015: http://rcientificas.uninorte. edu.co/index.php/ psicologia/ article/ viewFile/779/435 NOGALES ESPERT (2008): La empatía según Edith Stein y sus aplicaciones en enfermería en el contexto familiar, Revista Cultura de cuidados nº 24, página web Revista de enfermería y humanidades. Consultado 1-4-2015: http://culturacuidados.ua.es/enfermeria/article/view/302/603 ALFRIED LÄNGLES (1988): Contacto con el valor. Significación y eficacia del sentir en la terapia analítico-existencial. Encuentro anual de la Sociedad de Logoterapia y Análisis Existencial de Viena, y publicada en las Actas Nº1 y 2/1991 con el título Wertbegegnung. Phänomene und methodische Zugänge (Encuentro con el valor. Fenómenos y accesos metodológicos), pág. 22 a 58. Traducción N. A.Espinosa. Consultado 1-4-2015:http://xn--lngle-gra.info/downloads/ Contacto%20con%20el% 20valor.pdf CAYCEDO A. (2000): Máster en Sofrologia Caycediana, Instituto Internacional de Sofrologia Caycediana. Material no publicado. ROBLES FERNÁNDEZ CÓRDOBA (2010): Víctor Frankl para Sofrólogos, II Jornadas Italo Ibéricas de Sofrología Caycediana. Consultado 1-4-2015: http://sofrologiacaycedianasevilla.blogspot.com.es/2012/09/pedro-l.html

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ROBLES FERNÁNDEZ CÓRDOBA (2009), ¿Trabajo Social Sofrológico?. Consultado 1-4-2015: http://sofrologiacaycedianasevilla.blogspot.com.es/2012/07/trabajo-socialsofrologico.html CONDE MEGIAS (1988). Trabajo Social Experimental. Editorial: Tirant lo Blanch Colección: Políticas de Bienestar Social.

Pedro L. Robles Fernández Córdoba es Trabajador Social, Máster en Sofrología Caycediana. El autor desarrolla su labor en los Servicios Sociales Comunitarios de la Administración Local. Miembro del Seminario Permanente de

Logoterapia

Facultad de Filosofía. Universidad de Sevilla. http://sofrologiacaycedianasevilla.blogspot.com.es/

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EL DUELO COMO CAMINO DE TRANSFORMACIÓN INTERIOR: APORTACIONES DESDE LA LOGOTERAPIA Y ELMINDFULNESS Autora: Ana María Losa

GRIEF AS A PATH TO INSIDE TRANSFORMATION: CONTRIBUTIONS FROM LOGOTHERAPY AND MINDFULNESS Author:: Ana María Losa a.maria1968@gmail.com RECIBIDO: 11 DE ABRILDE 2015 ACEPTADO: 25 DE ABRIL DE 2015

RESUMEN: En este artículo nos centraremos en el duelo tras la muerte de un ser amado, aunque igualmente se puede adaptar a otras grandes pérdidas vitales, como una ruptura sentimental, una pérdida de trabajo, o enfrentarnos a una enfermedad que pone en peligro nuestra propia vida. Reflexionaremos sobre las posibilidades de convertir el duelo en una experiencia llena de sentido siguiendo los planteamientos de dos potentes orientaciones psicoterapéuticas: la Logoterapia de Viktor Frankl y el Mindfulness, el cual, más que un conjunto de técnicas meditativas procedentes del budismo tibetano, es una filosofía de vida que genera un nivel de conciencia que trasciende el ego y nos lleva a cultivar el amor y la compasión. Palabras clave: Duelo; Sentido; Logoterapia; Mindfulness; Conciencia ABSTRACT: The focus of this article is on the grief process related to the death of a loved one, although it could also be applied to other major loss such as breakup, job loss, or facing life threatening illness. We will reflect on the possibilities of turning grief into a meaningful experience following the approaches of two powerful psychotherapeutic approaches: Viktor Frankl's Logotherapy and Mindfulness, which more than a set of meditative techniques from the Tibetan Buddhism, is a philosophy of life that generates a level of consciousness that transcends ego and leads us to cultivate love and compassion. Keywords: Grief; Meaning; Logotherapy; Mindfulness; Conscience

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1. Introducción El duelo se equipara a menudo con un viaje o camino que hay que recorrer, en el que no podemos elegir cómo ni cuándo. De forma más o menos repentina, con las pérdidas, la vida nos pone en marcha en un viaje hacia un mundo desconocido, muy doloroso al principio, del cual nunca volveremos completamente. El duelo supone un torrente de emociones dolorosas muy intensas que no sigue una línea recta, sino que se parece más a un laberinto con subidas y bajadas, en el que cuando creemos haber encontrado la salida nos encontramos de nuevo sumergidos en él. El sentido de este proceso “zigzagueante” queda claramente descrito por la periodista y escritora Mercé Castro en su libro “Volver a vivir”, en el que narra su experiencia de duelo por la muerte de su hijo: “El dolor es caprichoso; a veces basta con un soplo de brisa dulce, que anuncia una nueva primavera, para que reaparezca. Y es bueno que así sea, ¿cómo, si no, prestaríamos atención a la herida del alma?” (CASTRO 2009: 93).

2. El duelo como camino de transformación interior Cuando el dolor surge una y otra vez a lo largo del duelo, parecería que lo único que se puede hacer es protegerse del dolor o sucumbir ante él hasta que encontremos la salida. Sin embargo, existe otro camino que no tiene que ver con la lucha ni la desesperación, sino con tomar conciencia de todo el dolor que estamos experimentando, sin resistirnos ni sucumbir en él, sino aceptando el “destino inevitable” tal y como se propone desde la logoterapia de Viktor Frankl: “haciendo la renuncia que nos exige el destino” (FRANKL 1983: 165) y “eligiendo” la actitud que vamos a tomar “a pesar” del dolor (FRANKL 1946/1979: 135). La aceptación no se refiere únicamente de la pérdida en si, sino también de todas las emociones y pensamientos que se activan en nuestra mente en el proceso de duelo. Esta aceptación nos permitirá redirigir el dolor hacia nuestro crecimiento interior, abriendo nuestras vidas a nuevos horizontes y significados más allá de nosotros mismos. Esta forma de hacer el duelo denominada por el psicólogo Sameet M. Kumar“duelo consciente”, se puede entender como “la toma de conciencia del intenso dolor que sufrimos por la pérdida de alguien que amamos” de modo que “si entendemos el duelo como una extensión del amor, podremos ver que no hay nada erróneo en él” (KUMAR 2005: 8).

3. ¿Por qué Logoterapia y Mindfulness? Partir de una filosofía explicita, en cualquier método psicoterapéutico, fue resaltado por Frankl: “No hay ninguna psicoterapia sin una concepción del hombre y del mundo…una

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psicoterapia que se tiene por libre de valores, en realidad no es más que ciega a los valores” (FRANKL 1987: 64)1. Logoterapia y mindfulness son dos orientaciones psicoterapéuticas que tienen en su base una filosofía explicita de la vida y del ser humano. Y,a pesar de las diferentes culturas de las que surgen, comparten muchos de sus principios filosóficos y aplicaciones en la práctica clínica, orientándose ambas a aliviar el sufrimiento del ser humano y a ayudarle a que despliegue en el mundo todo lo que es y lo que puede llegar a ser. Buscan desarrollar en la persona un nuevo nivel de conciencia por encima de sus condicionantes psicofísicos, dirigiéndole hacia la autotrascendencia. Además, comparten tres actitudes básicas hacia la persona: 1) centrarse en su potencial de cambio; 2) No imponerle ninguna visión; es la propia persona la que accede a ella; y 3) mostrarle el camino enseñándole con el ejemplo; viviendo los valores. La logoterapia es una terapia centrada en el sentido, basada en la orientación antropológica denominada Análisis Existencial. Este enfoque apunta hacia la adquisición de un nivel de conciencia más allá de uno mismo2 (FRANKL 1987: 65). Su visión del ser humano es la de: un ser multidimensional (biológico, psicológico y espiritual/noógeno), un ser libre para tomar una actitud “a pesar” de los condicionantes psicofísicos, un ser responsable ante algo o alguien más allá de sí mismo, que es impulsado por su voluntad de sentido, más que arrastrado por la necesidad de placer y de poder, un ser que puede encontrar el sentido no solo a través de desarrollar en la vida valores de creación y/o valores vivenciales, sino también a través del sufrimiento, desarrollando con ello valores de actitud. Todos estos aspectos de la logoterapia, la convierten en una orientación psicoterapéutica adecuada para el afrontamiento del duelo. “Cuando uno se encuentra con un destino ineludible, inapelable e irrevocable… entonces la vida ofrece la oportunidad de realizar el valor supremo de cumplir el sentido más profundo: aceptar el sufrimiento… El valor no reside en el sufrimiento en sí, sino en la actitud frente al sufrimiento” (FRANKL 1946/1979: 134). Por su parte, Mindfulness (Mente, Conciencia o Atención Plena), es el término con el que se designan las enseñanzas y prácticas meditativas procedentes del budismo tibetano, que son en realidad verdaderos sistemas de estudio de la mente.Mindfulness puede definirse como “conciencia, de la experiencia presente, con aceptación“ (SIEGEL, GERMER Y OLENDZKI 2011: 77) y consiste en calmar la mente, llevando la atención a la respiración, para después, con la conciencia amable, que no juzga, observar cualquier cosa que haga nuestra mente, haciéndonos amigos de nosotros mismos, sin rechazar nada que suceda en nosotros ni en los demás. Esta práctica, disponible para cualquier persona, sirve para aliviar el sufrimiento y mejorar la convivencia, por medio del dominio de los estados aflictivos (ansiedad, depresión, desánimo, ira, etc.) y del

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FRANKL (1987): Logoterapia y Análisis existencial. pp. 64 FRANKL (1987): Logoterapia y Análisis existencial. pp. 65: El análisis existencial no consiste en un análisis de la existencia, sino más bien en una explicación de la existencia. En este sentido, “análisis” se refiere a una explicación, un despliegue, un sacar a la luz o hacer consciente la existencia de la persona. Por su parte la palabra “existencial” o “existencia” se refiere no solo a lo que la persona es de hecho, es decir, su carácter o personalidad, su comportamiento o las causas que lo explican (existencia óntica), sino también aquello que puede llegar a ser como persona (existencia ontológica). Es decir, la Logoterapia busca que el ser humano se haga consciente (análisis) de aquello que es y de lo que puede llegar a ser (existencial). 2

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desarrollo de cualidades positivas, tales como la atención y el darse cuenta, la sabiduría, la compasión y la ecuanimidad.3 (MIRÓ 2006: 39). Mindfulness, no es solo un “método” que cultiva la autoconciencia, la ecuanimidad y el amor compasivo, es también el “estado” o nivel de conciencia más allá de uno mismo, cultivado con este método. Y es también una “forma de vida” basada en los valores y el sentido, pues este nivel de conciencia nos permite orientarnos hacia el amor, la compasión y la ecuanimidad hacia todos los seres. Con la práctica de calmar la mente y estar atentos a cualquier cosa que ella haga, creamos un espacio de libertad interior. Una mente ecuánime, que nos permite “responder” en vez de “reaccionar” ante las distintas situaciones a las que nos enfrenta la vida. Poder desarrollar estas capacidades humanas cuando en nuestras vidas se produce el vacío que deja la pérdida de un ser querido, sin recurrir a llenarlo con resistencia o desesperación, permite, tal y como apunta Vicente Simón, “que aparezca algo que subyace desde siempre, aunque no lo habíamos descubierto... la otra dimensión del ser, la dimensión vertical… esa dimensión en la que se encuentra la paz y la abundancia de lo que verdaderamente Es”4 (SIMÓN 2011: 115). Elisabeth Lukas menciona que, en las conferencias que Frankl impartió en Japón e India le dijeron: " Estas son las viejas verdades del Shintoismo y del Budismo, pero expresadas en el lenguaje de la ciencia moderna!“. Para Lukas: “Frankl combinaba las ideas viejas y nuevas acerca de la naturaleza del ser humano que son útiles para curar y reconfortar. Estas ideas se pueden resumir en cuatro palabras: Reto a la responsabilidad" (LUKAS 2006: 164).

4. Destino: Desesperación y Libertad para aceptar Hablar de destino en logoterapia se refiere a una situación que no se puede evitar ni cambiar, como tener una enfermedad terminal o la muerte de un ser querido. Es entonces cuando tenemos la posibilidad de desarrollar nuestro mayor reto como seres humanos, nuestra capacidad para afrontar el sufrimiento inevitable y cultivar valores de actitud. En este tipo de situaciones, el objetivo no es evitar el destino con una acción (la muerte ya se ha producido o es inminente), el objetivo es afrontarlo con la actitud adecuada. 3

La palabra “budismo, proviene del verbo sánscrito “budh” que significa “saber” y también “despertar”. Así, el que sabe, el que ha despertado, es llamado Buda. El concepto budista de “alcanzar la iluminación” se relaciona con adquirir un nuevo nivel de conciencia, por encima de las limitaciones que nuestra mente habitual nos impone. 4

SIMÓN (2011) Vivir con plena Atención: Estas dos realidades en las que nos movemos los seres humanos, usando una analogía con las dos direcciones del espacio: la dimensión horizontal y la vertical. La dimensión horizontal es en la que estamos en el mundo, donde se mueve nuestra mente pensante o conciencia egóica. Esta se desarrolla en el tiempo reflexionando sobre el pasado e imaginando sobre el futuro, para poder actuar en el presente. Por otro lado, existe otra dimensión, la vertical, a la que también tenemos acceso y a la que accedemos cuando nos orientamos al presente, cuando dejamos de vivir en el tiempo y profundizamos en lo que se da en ese instante que vivimos. Aquí estamos acercándonos a la Conciencia, hacia, lo que se ha llamado en otras tradiciones; lo trascendente, lo no manifiesto, lo sin forma o el Ser.

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Tener que afrontar un destino como este en un mundo que ha cultivado tanto la ilusión de que todo puede corregirse o “arreglarse“, favorece la percepción de que las pérdidas inherentes a la vida son un fallo personal o una injusticia del destino. “La gente que no ha aprendido a aceptar el destino…, probablemente se va a desesperar cuando se enfrente a un sufrimiento inevitable… Nos revelamos contra el destino, pero hemos olvidado cómo aceptarlo” (LUKAS, 2006: 76,77). Esta percepción de injusticia, traducida en creencias tales como “no hay derecho” o “no puede ser” genera una gran lucha y resistencia contra la realidad de la transitoriedad de la existencia, la cual queda bien descrita por Frankl con las siguientes palabras: “Todo es pasajero. Que nadie albergue la ilusión de que un ser viviente, el propio hijo que hemos echado al mundo, sea menos transitorio que tal vez un gran pensamiento o el gran amor que tal vez haya dado origen a aquel hijo” (FRANKL 1988: 54). Como apunta Elisabeth Lukas “luchar contra el destino, cuando no hay salida, solo conduce a la desesperación” (LUKAS 2006: 26). Sin embargo, esto es precisamente lo que hace nuestra mente: resistirse y no aceptar lo que ha sucedido. Esta desesperación es un sufrimiento generado, no ya por los acontecimientos en sí, sino por nuestra resistencia a lo que ha sucedido y al sufrimiento que este nos ha generado. Además, mientras elegimos resistirnos, no podemos dirigir nuestra atención hacia otra posibilidad: la de aceptar lo sucedido y modificar nuestra actitud hacia ese acontecimiento para descubrir un nuevo sentido en el sufrimiento. “El destino nos hace humanos porque nos fuerza a escoger entre las potencialidades disponibles, y por tanto a hacer uso de nuestra libertad” (LUKAS, 2006:26). Incluso en los primeros momentos del duelo cuando la no aceptación es inevitable, podemos ejercer la libertad de elegir la aceptación, que en este caso consiste en “aceptar que no puedo aceptarlo” (SIMÓN 2011: 115)5. Viktor Frankl nos recuerda que “…cuando no se puede evitar un destino tan duro como este con una acción, con un hecho, hay que evitarlo con la actitud adecuada…El sufrimiento adquiere entonces un sentido, que consiste precisamente en la actitud con que nos enfrentamos a él , en cómo lo aceptamos… Conseguir alcanzar este objetivo es el trabajo más importante que una persona puede hacer” (FRANKL 1983: 164,165). Pocas son las orientaciones terapéuticas que prestan atención a lo inevitable y que se dirigen a reconfortar donde no se puede “curar”. La Logoterapia y el Mindfulness convergen en este punto ofreciendo valiosas aportaciones y técnicas, que capacitan a la persona para afrontar el sufrimiento inherente a la vida. Desde la logoterapia, con la técnica de la modificación de actitudes, se orienta al cliente hacia la relatividad de los valores perdidos y se le capacita para encontrar nuevos valores en esa situación. Igualmente, mindfulness, se centra en tomar conciencia de la transitoriedad o impermanencia de todos los fenómenos. Esta toma de conciencia es, en palabras del monje budista Thich Nhat Hanh, “una medicina amarga”, ya que nos capacita para permanecer conscientes de la ley natural de la impermanencia y del sufrimiento añadido que genera en la vida cotidiana su no aceptación (THICH NHAT 5

SIMÓN (2011): Vivir con Plena Atención

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HANH 2002: 104). Las prácticas de mindfulness precisamente desarrollan esta capacidad para aceptar ese sufrimiento inevitable, mediante la instrucción “aparezca lo que aparezca obsérvalo…. En lugar de resistirnos o evitar el sufrimiento, nos orientamos hacia él con una conciencia amable y espaciosa”(SIMÓN 2011: 50, 134)6.De esta manera se cultiva la conciencia amable y compasiva que lo incluye todo, y que nos permitirá acceder a una mayor visión para elegir la respuesta que vamos a dar ante lo que nos está sucediendo: una respuesta llena de significado y sentido. 5. Desvelando la realidad: acceso a nuevos niveles de conciencia En este apartado veremos los diferentes caminos que se abren a la conciencia a partir de la de la aceptación de lo sucedido, y del cambio de actitud tras experimentar la dolorosa experiencia de perder a un ser amado. Reflexionaremos en este punto sobre los nuevos niveles de conciencia a los que podemos acceder, relacionados con la percepción que tenemos sobre nuestra propia identidad, sobre los demás y sobre la vida y la muerte. 5.1. Dejar de identificarnos: la existencia desnuda La monja budista estadounidense Pema Chöndron, nos recuerda que la única vez que podemos estar plenamente seguros de lo que está ocurriendo es cuando “nos quitan la alfombra de debajo de nuestros pies y no encontramos dónde aterrizar” (PEMA CHÖNDRON 1983: 25). La vida “nos echa continuamente del nido” y nuestra mente trata de reconstruir de nuevo un “suelo firme bajo nuestros pies”, para retomar la seguridad de un mundo que está fuera de nuestro control. Esto es lo que hacemos habitualmente ante las pérdidas que nos ocasionan dolor: buscamos dulcificar la pérdida y aliviar el sufrimiento, escapando del vacío que la pérdida nos ha dejado. Esta huida puede funcionar con algunos casos, pero no con las grandes pérdidas como son las de los seres que amamos. Estas pérdidas nos convulsionan de tal manera, que nos dejan sin palabras y sin ideas acerca de quiénes somos, y de qué es esto que llamamos vida. No hay donde esconderse, ni donde huir. En su libro “El hombre en busca de sentido”Viktor Frankl describe cómo en unos pocos minutos, pasaban de ser alguien con un estatus y prestigio social, unas posesiones, unos familiares que les amaban y a quienes amaban, a ser un preso más cuya única identificación era un número. Y describe cómo esa situación de desnudez física y psicológica, les permitía entrar en contacto con algo que permanecía, algo que nadie les podía quitar: la existencia desnuda, la conciencia despierta que experimenta todo, la libertad de elegir la actitud que iban a tomar ante la situación que la vida les presentaba. Frankl nos habla de cómo se le empieza a revelar, como si se le hubiera quitado un velo en la mente, la realidad de quién es él realmente. Le han despojado de todo menos de una cosa, aquello que pertenece a su ser más profundo. (FRANKL 1946/1979: 42, 90). Lo revelado no es algo que se elige, sino que se presenta a nuestra conciencia como algo que estaba oculto pero que existía objetivamente fuera de nuestra subjetividad: “… 6

SIMÓN (2011): Aprender a practicar mindfulness

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el sentido y los valores… son algo que me "atañe", que accede a mí desde el mundo, y no una mera expresión de mí mismo o una proyección de mis propios instintos y necesidades”7 (FRANKL, 1987: 33). A lo largo de la vida, nuestro ego (identidad personal) experimenta numerosas pérdidas, nuestro cuerpo cambia, perdemos posesiones, amigos, trabajos y seres queridos. Estas pérdidas posibilitan el camino hacia la desidentificación, ya que dejan a nuestros egos “desnudos”; desprovistos de aquello en lo que habíamos basado nuestra existencia. Del mismo modo, una larga enfermedad terminal va despojando a la persona de todo aquello con lo que se le identificaba durante toda su vida. Su cuerpo se va deteriorando hasta casi desaparecer. Su mente se nubla y no reconoce a los demás ni a su entorno, y sus emociones, positivas y negativas, suelen ir desapareciendo a medida que se acerca el final. La lucha desaparece, los lazos emocionales se van soltando a medida que la persona que está muriendo va desprendiéndose de todo lo que le ata a este mundo. La persona que ha sido la madre, padre, esposo, hijo o amigo, va presentándose ante los demás con su existencia desnuda. Este es el momento en que puede desvelarse el ser profundo que siempre ha sido, es y será, y al que hemos conocido como nuestro padre, esposo, etc. Precisamente en esta vulnerabilidad es donde se encuentra nuestro potencial. Podemos escoger rellenar ese vacío resistiéndonos a la pérdida, llenándolo con culpa, rabia o desolación, exigiendo a la vida que las cosas sean diferentes, o bien podemos “aceptar la pérdida” con bondad compasiva 8 (NEFF 2012: 133). Las prácticas del mindfulness dirigidas a desarrollar la bondad compasiva permiten aumentar nuestra visión de “humanidad común”; permitiéndonos aceptar no solo nuestro dolor sino el de todos los seres, orientándonos así hacia la autotrascendencia y cultivando el amor en respuesta al sufrimiento. 5.2. Soltar viejos patrones para acceder al sentido y los valores Cuando conseguimos detener la inercia de nuestra mente en sus esfuerzos por resistirse a la pérdida del ser querido, podemos observar en profundidad la realidad en la que vivimos. El sufrimiento puede hacernos desprender de contenidos mentales superfluos, lo cual deja espacio en nuestra mente para acceder a detalles de la realidad con mucha más profundidad. Tras la muerte de un ser querido muchas personas pierden el sentido de su existencia y lo expresan con frases como: “mi vida ya no tiene sentido sin él”, “mi hijo era mi vida, no puedo vivir sin el”. Con estas afirmaciones, estas personas están negando el verdadero sentido de su existencia y el de todas las demás personas a las que se les ha muerto un hijo, su pareja, etc.

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FRANKL (1987) El hombre doliente Según la psicóloga Kristin Neff, la bondad compasiva o compasión tiene tres componentes: 1) Ser conscientes del dolor (“este es un momento de sufrimiento”), 2) Desarrollar una visión ecuánime hacia el dolor (humanidad común: “el dolor forma parte de la vida”), y 3) Ser amable precisamente porque hay dolor (no para que termine, ya que eso no está siempre en nuestras manos: “me trato o trato a los demás con ternura”). 8

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Esta desesperación, según Frankl, es fruto de una “ceguera” provocada por la sobrevalorización de algo; por admitir solo un único sentido. Como en el caso que narra de una enfermera con una enfermedad incurable y que sentía gran desesperación porque no podría trabajar nunca más: “…Si usted se desespera por su situación está obrando como si el sentido de la vida humana consistiera única y exclusivamente en poder trabajar más o menos horas. Con ello les está negando a todos los enfermos e inválidos su derecho a vivir, su razón de ser. Usted tiene ahora una oportunidad única: mientras que hasta ahora solo podía prestar una ayuda profesional a las personas que se le habían confiado, ahora puede usted ser algo más, un modelo de humanidad” (FRANKL 1983:166). Con esta reflexión Frankl le orienta hacia una nueva meta, instándole a abandonar el que ha sido el único sentido en su vida. Le hace ver que sí que tiene algo muy importante que hacer: aceptar la enfermedad y dotar su vida de invalidez como una vida plena de sentido. Con esto, le insta no solo a servir de modelo de humanidad para el resto de personas en su misma situación y a dotar sus vidas de sentido, sino también a desmitificar el valor del trabajo como aquello en lo que había basado su vida. La desesperación que experimenta una persona tras la muerte de un ser querido, tendría en su base este mismo mecanismo: el de haber otorgado el sentido de su propia vida a la existencia de esa persona que ha muerto. Es importante confrontarle con la realidad de que no somos más valiosos por tener hijos o alguien a quien amar, ni por ser amados por alguien, sino que somos valiosos por nosotros mismos y nuestra vida continua teniendo sentido a pesar de la muerte del ser querido, explorando oportunidades de sentido a pesar de la pérdida o incluso como consecuencia de la pérdida. Por otro lado, la actitud de aceptar la muerte y el sufrimiento, puede servir como un modelo para el resto de seres queridos que siguen vivos y que también están sufriendo por esa pérdida. Puede servirles de espejo en el que mirarse para afrontar esta vivencia o las que vendrán en un futuro. Se abre así el camino para la autotrascendencia. Tal y como apunta Elisabeth Lukas “Los valores de actitud son impensables sin un “otro” (LUKAS, 2006:170). 5.3. Áreas de libertad: Derreflexión y autotrascendencia Ante el sufrimiento inevitable, nuestra mente suele reaccionar intentando buscar soluciones mentales y analizando causas, con el objetivo de escapar del dolor o solucionar aquello que nos genera dolor. Cuando esto se realiza en exceso es llamado hiperreflexión o rumiación. Tanto en la logoterapia como en mindfulness existen técnicas para ayudar a las personas a romper con esta hiperreflexión que está causando un sufrimiento añadido al sufrimiento inevitable. El objetivo que persiguen, es dirigir la atención de las personas hacia sus “áreas de libertad”, encaminando la atención lejos de situaciones que no pueden cambiar y lejos de sus posibles causas y consecuencias (LUKAS 2006: 26). En logoterapia la técnica utilizada es la Derreflexión que conduce a la persona hacia la multitud de valores que se hallan más allá de su propia naturaleza débil. Derreflexión significa, en última instancia, ignorarse a sí mismo. El único modo de conseguirlo es Vivir con sentido 1/2015

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orientarse hacia algo distinto de uno mismo. Trascenderse a uno mismo. Entregándose, dándose, conociendo y amando (FRANKL 1956/1992: 240). Derreflexionar es volver la atención hacia una meta, una tarea, una persona. Dirigir la atención a una meta más allá de uno mismo “a pesar de” las limitaciones psicofísicas. La base de la práctica del mindfulness, consistente en llevar la atención consciente a aquello que se está dando en el presente, permite que la atención se aparte de los pensamientos relacionados con el futuro y con el pasado. Aumenta así la capacidad para ver con claridad todo lo que acaece momento a momento, además de facilitar el descentramiento o debilitamiento del ego, el cual “se nutre” del pasado y del futuro. Mindfulness genera un aumento en la capacidad de atención y concentración centrada en el presente que permite saborear los detalles más sutiles que están en nuestro interior o en el exterior, así como todo aquello que nos está poniendo la vida delante aquí y ahora, permitiéndonos cultivar la alegría y la gratitud (SIMÓN 2011: 43). También Viktor Frankl describe, en su conocido libro, cómo la intensificación de la vida interior de los prisioneros les potenciaba su capacidad de concentrar su atención en los más mínimos detalles y saborearlos al máximo. Desde los recuerdos más cotidianos de sus vidas pasadas hasta poder descubrir y saborear al máximo, en su presente, la belleza o el arte en cualquier pequeño detalle o la belleza que descubrían en el mundo al contemplar una puesta de sol: “Una tarde, ya de regreso en los barracones, derrengados sobre el suelo, muertos de cansancio, con el cuenco de sopa entre las manos, entró de repente uno de los internos para urgirnos a salir al patio y contemplar una maravillosa puesta de sol…Luego, tras unos minutos de silencio, un prisionero dijo a otro !Qué hermoso podría ser el mundo!” (FRANKL 1946/1979: 67). 5.4. El pasado está salvado Cuando nuestra conciencia se mantiene en el presente y se libera de nuestros pensamientos habituales que nos llevan a la preocupación por el futuro, o a la desolación por lo perdido, podemos acceder a nuevas percepciones de la realidad que nos permiten disfrutar de aquello que si que tenemos en el presente. Pero también podemos empezar a tomar en consideración todo aquello que hemos disfrutado y que se encuentra en el “granero de nuestro pasado”: “…todo lo que alguna vez hemos vivido "no nos lo podrá robar ningún poder del mundo" tal como dice el poeta. No se puede eliminar del mundo nada que haya sucedido alguna vez….Es posible que sea efímero, pero queda conservado en el pasado, está protegido del carácter efímero y se salva precisamente por ser pasado… Normalmente el hombre ve solo los rastrojos del carácter efímero de las cosas; lo que pasa por alto son los repletos graneros del pasado” (FRANKL 1983: 47). Esta idea defendida por Frankl de que “nada en el pasado está perdido, sino almacenado”, surge del planteamiento de unir la visión del existencialismo (solo existe el presente, pues el futuro todavía no es y el pasado ya no es) y la del quietismo de la filosofía antigua (el pasado es la única verdad, es fijo y eterno, puesto que el tiempo es una dimensión mental, la división entre pasado, presente y futuro es una ilusión en la que se mueve nuestra conciencia). Frankl defiende que la verdad se encuentra realmente en el medio: “el futuro no es nada; pero el pasado es la pura verdad”.(Frankl 1988: 51).

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El ejemplo del “reloj de arena” que usa Frankl para explicar estos conceptos es muy clarificador al respecto: compara el transcurso del tiempo con un reloj de arena, de modo que la parte superior del reloj correspondería al futuro, donde se encontrarían todas las posibilidades por realizar (en forma de granos de arena), la parte inferior correspondería al pasado, donde se encontrarían todas las opciones que han sido realizadas y que por ello forman parte de la eternidad. Y en el centro del reloj, se encontraría el presente. Aquí es donde elegimos a cada instante una opción de todas las posibles para que forme parte de la eternidad del pasado. De todas las opciones posibles podemos “rescatar” una: aquella que sea más significativa y llena de sentido (Frankl 1988: 51, 52). Así Frankl, expone el caso de una viuda de guerra que, desesperada por la muerte de su marido, considera “que su vida no tiene sentido porque gozó solo de un año de la felicidad del matrimonio”. Y nos explica cómo le orienta hacia la idea de que “al menos tuvo este año de pura dicha que salvó al pasado donde se halla guardado para siempre, y que nadie le puede quitar el hecho de haberlo vivido…” (FRANKL 1988: 53). Esta misma orientación se aplicó en consulta a unos padres que atravesaban el duelo por la muerte inesperada de su hijo de 4 años por atragantamiento: “vosotros vais a ser para siempre los padres de vuestro pequeño hijo, eso es algo eterno que nada ni nadie podrá borrar “. Tomar conciencia de esto supuso para ellos un puente que les permitió seguir vinculados con su hijo para toda la eternidad. “Todo espera salvación” (FRANKL 1988: 55), apunta hacia nuestra libertad de elegir de entre todas las posibilidades que nos ofrece el futuro y rescatar una, salvándola y guardándola en el pasado eterno. Y a la vez desde el presente, se pueden seguir rescatando valores, haciéndolos eternos. Por ello, incluso en el caso de haber realizado alguna acción de la que nos arrepentimos, en el instante en el que realizamos un nuevo acto que implica un valor con sentido, todo el pasado queda redimido a la luz de esta nueva acción (FRANKL 1988: 52,53). Esta idea de que las acciones realizadas en el presente pueden “redimir” las acciones del pasado, conecta con la idea de la “interdependencia” proveniente de la filosofía budista, según la cual todos los fenómenos de la naturaleza, aparte de ser “impermanentes” (transitorios), están interconectados unos con otros. Nuestras acciones del presente no solo pueden influir en nuestro futuro sino que también pueden influir en nuestro pasado, puesto que todo está interconectado. Con la práctica del mindfulness tomamos conciencia de que la existencia transcurre en el presente, y que desde este presente podemos “renacer” en nuestro pasado y generar nuestro futuro (THICH NHAT HANH 2004: 143). Ponemos el caso, atendido en consulta, de una mujer que se culpabilizaba por no haber sido una “buena hija” porque no cuido de sus padres cuando envejecieron y murieron. Reconocía honestamente que “no soportaba la vejez ni la muerte”. Además se culpabilizaba porque en muchas ocasiones “los trató con frialdad y dureza”. En el momento de la terapia, ella convivía con los padres de su marido que ya eran mayores. En la terapia se le orientó hacia que “ahora, en su presente, tenía la oportunidad de realizar este valor de amor con los padres de su marido”, y que “podía elegir cuidarles con cariño a pesar de su ansiedad y rechazo a la muerte”. Con esta acción desde el presente, podía cambiar o “redimir” su pasado, puesto que desde el nuevo nivel de Vivir con sentido 1/2015

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conciencia que había adquirido, estaba resolviendo aquello que le bloqueó para realizar ese valor de amor. Todas las acciones del pasado cobraron sentido a la luz de ese último valor realizado, puesto que constituyeron la plataforma para llegar a hacer posible la realización de ese valor de amor. Para Frankl se pueden realizar valores hasta el último momento de vida: “La vida entera puede redimirse por un solo acto final de profunda contrición en un único momento, precisamente en el “último momento”, redimiéndola, consagrándola, dándole sentido” (FRANKL 1988: 53). 5.5. Establecer un nuevo vínculo con los seres queridos Se puede seguir amando a alguien aún después de su muerte y seguir sintiendo su amor aunque esa persona no esté físicamente. Cuando perdemos a un ser querido sufrimos, pero si conseguimos calmar nuestra mente y prestar atención consciente podremos “ver” la continuidad de nuestro ser querido en nosotros y en la vida. En el libro “El hombre en busca de sentido”, Viktor Frankl describe una serie de experiencias trascendentales que vivió en sus duras jornadas cavando zanjas, en las cuales se observa cómo descubre un nuevo tipo de vínculo con su ser querido en otra dimensión fuera de la dimensión física: “De pronto me asaltó una inquietud: ni siquiera sabía si ella vivía aún. Sin embargo, ahora estaba convencido de una cosa, algo que había aprendido demasiado bien: el amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su sentido más profundo en el ser espiritual del otro, en su yo íntimo. Que esté o no presente esa persona, que continúe viva o no de algún modo pierde su importancia” (FRANKL 1946/1979: 66)… “La presentía a mi lado, conmigo, cada vez con más intensidad. Sentía que casi podía tocarla, que si extendía mi mano cogería la suya. Fue una sensación terriblemente viva: ella estaba allí realmente. En ese mismo instante un pájaro alzó un breve vuelo y se posó frente a mí, sobre el montón de tierra que había extraído de la zanja y se me quedó mirando fijamente” (FRANKL 1946/1979: 68). Si estamos atentos, enfocados en el presente, encontraremos multitud de signos o huellas que nos conectan con este espacio de comunicación y amor hacia nuestro ser querido. En nuestro día a día, podemos hallar en los pequeños detalles cotidianos su presencia amorosa, encontrando que muchos de nuestros comportamientos y pensamientos están llenos de todo aquello que nos aportó el tiempo que estuvo con nosotros. El maestro budista Thich Nhat Hanh, en su libro “La muerte es una ilusión” nos recuerda que “…en este mismo momento estamos naciendo y muriendo. No estamos naciendo bajo una sola forma sino bajo muchas. Me gustaría que visualizaras una luz de bengala. Cuando la enciendes, no se extiende solo hacia una dirección vertical sino que va hacia muchas direcciones...Tu eres como una luz de bengala. Penetras al interior de tus hijos, de tus amigos, de la sociedad y del mundo entero” (THICH NHAT HANH 2004: 135). La interdependencia de todas las cosas se traduce en la idea de que en realidad no estamos separados, la ilusión de nuestra mente de que nuestra existencia empieza y termina al nacer y al morir, tan solo se aplica a la dimensión histórica, la que se mueve Vivir con sentido 1/2015

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en el tiempo y en nuestra mente egóica, pero no a la dimensión del Ser.

5.6. Conclusión Logoterapia y mindfulness ofrecen aportaciones útiles para reconfortar ante el sufrimiento inevitable de la vida. Ambas orientaciones conducen hacia la libertad y la responsabilidad personal para elegir, no ya lo que nos sucede, sino la actitud que vamos a adoptar ante lo que nos sucede. En toda situación de sufrimiento existe un sentido que espera a ser desvelado. Para poder acceder a ese sentido, ambas orientaciones apuntan hacia la aceptación de la pérdida y del sufrimiento inevitable, como la puerta de entrada hacia el camino de trasformación interior. Un camino que nos dirige hacia el “centro del laberinto”. Esta transformación interior a través del duelo, nos permitirá abrirnos al mundo en el aquí y el ahora; abrirnos a los valores y metas llenas de sentido; abrirnos a la alegría, al amor y a la compasión hacia todos los seres. Nos revelará nuevos niveles de conciencia respecto de nuestro ser más íntimo, del de los demás y de la vida y la muerte. Decía Martin Buber “La vida del espíritu no es un monólogo, sino un diálogo”(FRANKL 1988: 55). El monólogo se establece con uno mismo, viendo la vida desde nuestros condicionantes psicofísicos. El diálogo requiere trascender de uno mismo, ir hacia otro, hacia algo más allá del “si mismo”. Más que preguntar ¿por qué? preguntémonos ¿para qué? o bien ¿qué opción voy a “salvar” desde mi presente?

BIBLIOGRAFÍA: CASTRO, M (2009): Volver a vivir. Diario del primer año después de la muerte de un hijo. RBA Libros. FRANKL, V. E. (1946/1979): El hombre en busca de sentido. Trad. Gabriel Insausti Herrero. Barcelona: Herder. FRANKL, V. E. (1983): La psicoterapia al alcance de todos. Trad. Diorki. Barcelona: Herder. FRANKL, V. E. (1987): El hombre doliente. Fundamentos antropológicos de la Psicoterapia. Trad. Diorki. Barcelona: Herder. FRANKL, V.E. (1987): Logoterapia y Análisis Existencial. Textos de cinco décadas. Trad. Jose A. de Prado, Roland Wenzel, Isidro Arias. Barcelona. Ed. Herder. FRANKL, V.E. (1988): La voluntad de sentido. Conferencias escogidas sobre Logoterapia. Trad. Fundación Arché. Barcelona: Herder. FRANKL, V.E. (1992): Teoría y terapia de las neurosis. Iniciación a la Logoterapia y el Vivir con sentido 1/2015

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análisis existencial. Trad. Fundación Arché. Barcelona: Herder. KUMAR, S. M. (2005): Grieving Mindfully. A compassionate and Spiritual Guide to coping with loss. Oakland: New Harbinger Publications. MIRÓ, M. (2006): “La atención plena (Mindfulness) como intervención clínica para aliviar el sufrimiento y mejorar la convivencia” en Revista de Psicoterapia, 16, (66/67), pp. 3176. NEFF, K. (2012): Sé amable contigo mismo. El arte de la compasión hacia uno mismo. Trad. Remedios Diéguez. Barcelona: Espasa Libros. LUKAS, E. (2006): También tu sufrimiento tiene sentido. Alivio en las crisis a través de la Logoterapia. México: LAG. Colección Sentido. PEMA CHÖNDRON (1998): Cuando todo se derrumba. Palabras sabias para momentos difíciles. Trad. Miguel Iribarren. Madrid: Gaia Ediciones. SIEGEL, R.D., GERMER, C.K Y OLENDZKI, A. (2011): Mindfulness: ¿Qué es? ¿Dónde surgió?. En Didonna, F. Manual Clínico de Mindfulness. Trad. Monica Castell. Bilbao: Desclée de Brouwer SIMÓN, V. (2011): Aprender a practicar Mindfulness. Barcelona: Sello Editorial SIMÓN, V. (2011): Vivir con plena atención. De la aceptación a la presencia. Bilbao: Desclée De Brouwer THICH NHAT HANH (2002): Las enseñanzas de Buda. Los tres sutras fundamentales. Trad. Nuria Martí. Barcelona: Oniro THICH NHAT HANH (2004): La muerte es una ilusión. La superación definitiva del miedo a morir. Trad. Nuria Martí. Barcelona: Oniro

Ana María Losa. Psicóloga Especialista en Psicología Clínica por el Ministerio de Educación en 2010. Licenciada en Psicología por la Universidad de Valencia en 1994. Máster en Psicología Clínica por el Centro de Terapia de Conducta de Valencia en 1995. Titulo de Aptitud Pedagógica por la Universidad de Valencia en 2001. Máster en Gerontología Educativa y Social por el Instituto de Formación en Gerontología y Servicios Sociales (INGESS) de Madrid en 2007. Máster en Logoterapia y Análisis Existencial por la Asociación Española de Logoterapia y Análisis Existencial (AESLO) de Madrid en 2013. Especialista en Mindfulness

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LA PSICOTERAPIA INFANTIL CENTRADA EN EL SENTIDO. APORTES DESDE LA LOGOTERAPIA DE VIKTOR FRANKL Autora: Clara Martínez Sánchez

CHILD WITHIN THE MEANING FOCUSED PSYCHOTHERAPY. CONTRIBUTIONS FROM VIKTOR FRANKL LOGOTHERAPY Author: Clara Martínez Sánchez klaramartin@farosdesentido.org RECIBIDO: 19 DE JUNIO DE 2015 ACEPTADO: 25 DE JULIO DE 2015

RESUMEN La intervención clínica infantil, con enfoque logoterapéutico, es un campo novedoso que empieza a registrar desarrollos muy importantes en su proceso de construcción. Los trastornos, problemáticas y dificultades propias de la infancia, han aumentado en los últimos años, exigiendo un tipo de intervención diferente a las tradicionales o complementarias a las mismas, por una que facilite la constitución de la persona en el niño. En esta perspectiva, los objetivos de una terapia centrada en el sentido referida a la infancia, serán trabajar los diferentes trastornos que el niño pueda manifestar a lo largo del proceso terapéutico, para propiciar el despliegue de su esencia espiritual. Viktor Frankl nos ha exhortado a ser actores activos en la trasformación (cada uno en su contexto) y posicionamiento de la visión humanizada del ser humano. Para ello es necesario partir desde la infancia, para que esta propuesta tenga implicaciones e incidencia en lo pedagógico, lo educativo, lo jurídico, en las políticas sociales y de salud mental. Palabras Claves: Infancia-Logoterapia-Salud Mental-Humanización ABSTRACT: Child clinical intervention with a Logotherapeutic approach is a new model that is beginning to record important advances in its construction process. Childhood disorders and difficulties have been rising in the last few years, demanding a different intervention from the conventional or traditional one, an intervention that could improve the progression from child to adult. In this perspective, the objectives of a therapy focused on meaning in childhood are to deal with the various disorders that the child may have in order to help him develop spiritually. Viktor Frankl has asked us to be active workers in the transformation and positioning of the humanized vision of the human being. To achieve that it is necessary to start from childhood, to analyze pedagogical, educational, legal, social-political and mental health features.

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Key Words: Childhood- Logotherapy- Mental Health-Humanization

El importante aporte de Sigmund Freud a la psicología infantil, posibilitó la apertura del campo de la psicoterapia con niños, es así que los posfreudianos abren el camino para la construcción de un espacio terapéutico para que el niño resolviera sus conflictos y problemas. A partir de allí comienzan a surgir las diversas propuestas de intervención y contribuciones teóricas. Cada enfoque psicológico hace su aporte desde sus postulados básicos, para enriquecer las posibilidades de intervención clínica en la infancia. Es así que el existencialismo brinda otro abanico de posibilidades de acompañamiento al niño en su proceso de formación y estructuración de persona. El presente artículo es una propuesta respecto a los objetivos terapéuticos orientados desde la Logoterapia de Viktor Frankl en la psicoterapia Infantil, en donde se enfatiza la importancia de asumir la libertad y la responsabilidad para realizar la principal meta existencial: hacer algo de sí mismo. Los Pioneros Humanistas y Existencialistas En los años 50s el pedagogo Holandés Martinus Jan Langeveld, se destacó por el rigor en la aplicación del método fenomenológico a la Pedagogía y realizó valiosos estudios sobre el niño. Entre sus más destacados tenemos: “Studien zur Antropologie des Kindes”, (Estudios sobre la antropología del niño),1956; “Die Schule ais Weg des Kindes”, (La escuela como el camino del niño), 1960; "Kind und Jugendlicher in Anthropologischer Sicht" (Niños y jóvenes bajo una mirada antropológica), 1965 y “Einführung in die Theoretische Padagogik", (Introducción a la pedagogía teórica), 1965. Trabajó con un grupo de colaboradores en la Universidad de Utrecht, Holanda, desarrollando una aproximación fenomenológica a la terapia de juego inspirada en la fenomenología existencial de Heidegger y Merleau-Ponty, y en el trabajo de imaginería lúdica de Frederic Jacobus Johannes Buytendijk,1 creando una modalidad de intervención en niños llamada “comunicación por imágenes”. Consideraban que este modelo se adecuaba a la forma de ser, de pensar y sentir de los niños, animándolos a expresarse a sí mismos y a su mundo vital problemático mediante el arte, el juego y otros medios creativos; haciendo hincapié en el poder del juego como la forma de expresión de significados personales de los niños y su mundo vital. Langeveld (1955), Vermeer (1955) y Lubbers (1971) con sus contribuciones, posibilitaron que la terapia de juego basada en la fenomenología, siga practicándose en la actualidad por muchos terapeutas.

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Naturalista, antropólogo, fisiólogo y psicólogo Holandés. Uno de sus libros destacados en la psicología comparada es: “El Juego y su Significado. El juego en los hombres y en los animales como manifestación de impulsos vitales”, 1935. Sus postulados se fundamentan en la comprensión de los fenómenos de la vida, en el que contrapone el método de la interpretación fenomenológica al de la explicación causal de los hechos biológicos.

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En los años 60s Clark Moustakas2 desarrolla la terapia infantil existencial. En este trabajo demuestra cómo la terapia de juego se puede utilizar en los niños, para que puedan expresar libremente sus tensiones, conflictos y frustraciones, especialmente el miedo y la ira. Moustakas trabaja con niños con problemas de comportamiento, que poseen conflictos familiares y escolares. Los objetivos de su terapéutica se centraron en que los niños lograran madurez emocional, recuperaran la fe en sí mismos y adquirieran el respeto por los demás. Moustakas (1997) enfatiza la importancia de creer en la capacidad del niño para la libre determinación, la responsabilidad y tener en cuenta las necesidades de desarrollo de los niños. Su metodología y teoría estaban destinados a fomentar la responsabilidad personal y la comprensión que va mucho más allá del problema inmediato. La Pionera rogeriana Virginia Axline (1947), centraba sus terapias fundamentalmente en la relación terapéutica, en donde la terapia se toma como un compromiso con el crecimiento personal y con el desarrollo, siendo el vínculo y el reconocimiento de las emociones y sentimientos del otro, lo que permite la resolución del problema. Su estilo de escritura es muy sencillo, pero no por ello poco profundo. Brinda al terapeuta infantil, los fundamentos básicos para la psicoterapia, especialmente los basados en la relación terapéutica. Dentro de sus numerosas publicaciones, tenemos como las más importantes: “Children in Play Therapy a Key To Unders”,1953; “Children in play therapy: A key to understanding normal and disturbed emotions”,1953; “Psychotherapy with Children”, 1959; “Existential Child Therapy”,1966; “Childs Discovery of Himself”, 1973; “Children in Play Therapy”,1977; “Psychotherapy With Children: The Living Relationship”,1979; y “Relationship Play Therapy”, 1997. Las contribuciones de estos pioneros favorecieron de manera fundamental la formulación de los principios básicos del modelo de psicoterapia infantil humanista existencial.3

PROPUESTA DE PSICOTERAPIA INFANTIL DESDE LA LOGOTERAPIA DE VIKTOR FRANKL

Las contribuciones de los exponentes humanistas existenciales favorecen de manera fundamental la formulación de los principios básicos de la logoterapia clínica infantil desde la logoterapia de Viktor Frankl. Son pocos los aportes a la clínica logoterapéutica con niños, encontramos referencias particulares anexas a textos pero ninguna propuesta concreta sobre la intervención clínica. El presente aparte muestra una propuesta de intervención clínica infantil como parte de mi trabajo de tesis de Doctorado en Psicología.

2

Psicólogo norteamericano. Ph.D, Ed.D., Presidente de “The Center for humanistic” de Detroit. Su libro más reciente es “Loneliness, Creativity & Love” (2004), que escribe junto con su hija Kerry A. Moustakas. 3 Schaefer, C. (2005). Fundamentos de Terapia de Juego. México: Manual Moderno.

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Algunos no están de acuerdo con dichas propuestas, dicen que el niño no está capacitado para encontrar sentido a temprana edad y que la estructuración de su personalidad, le impide clarificación respecto a su libertad y responsabilidad. La práctica clínica nos indica lo contrario; es desde la infancia que el hombre orienta su sentido y en compañía de los adultos, facilita o extravía la voz de su conciencia. El espacio clínico desde la logoterapia se orienta principalmente a facilitar ese proceso de autoconciencia reflexiva, que permite la expresión de lo existencial en el niño, diluyendo las expresiones sintomáticas del organismo psicofísico. A pesar de que el niño, se encuentra determinado, más que el adulto, por sus padres, familiares, cuidadores, profesores y la cultura misma, tiene la capacidad de autodistanciarse y posibilitar el fructífero germen de la autotrascendencia, transformándose en un ser que asume la responsabilidad de realizar valores y ejercer la libertad, para tomar posición ante todos los condicionamientos. Como planteaba Frankl: “No solo la herencia y el medio hacen al hombre, sino que el hombre también hace algo de sí mismo”4. En psicoterapia facilitamos la autoconciencia de lo bio-psico-espiritual del niño: el bios, lo que le fue trasmitido con la herencia; lo psíquico (temperamento y carácter) que es encausado mediante la educación, principalmente dirigida por los padres y la escuela; y de lo espiritual, que no le fue trasmitido y que no puede educarse sino sólo existir “lo espiritual debe realizarse; lo espiritual “existe” sólo en la autorrealización, en la realización de la existencia”. Lo espiritual desde la Logoterapia es la dimensión específicamente humana, es potencia pura, en ella se expresa lo existencial (libertad, responsabilidad, conciencia, valores) y lo que Frankl enuncia como los recursos noéticos o espirituales: el autodistanciamiento y la autotrascendencia.5 Desde la logoterapia es importante el encuentro, “el encuentro auténtico” que planteaba Frankl, aquel que está abierto al logos y que permite a los participantes trascenderse a sí mismos hacia el logos e incluso promocionar la trascendencia mutua.6 El modelo de intervención logoterapéutico infantil es semidirectivo, es inevitable no participar y dejar que sólo el niño dirija el tratamiento, respetamos los sentimientos, pensamientos y comportamientos del niño, sin embargo, él también aprende a hacer lo mismo con nosotros, es decir, es una construcción conjunta del espacio terapéutico para que ambos se sientan a gusto en el descubrimiento del camino hacia el sentido. Nosotros acompañamos y, a través del diálogo socrático incluido en el juego, que llamo el juego socrático, facilitamos ese descubrimiento.

Objetivos generales transversales del proceso de intervención clínica infantil logoterapeútico “El ser humano forma parte, con una limitación en el tiempo y el espacio, de un todo que llamamos «universo». Piensa y siente por sí mismo, como si estuviera separado del resto; es como una ilusión óptica de la conciencia. Esa ilusión es una cárcel que 4

Frankl, V. (1965). La Idea Psicológica de Hombre. Madrid: Ed.Rialp. Frankl, V. (1990). El Hombre Doliente. Barcelona: Herder. 6 Frankl, V. (1984). Psicoterapia y Humanismo. México: Fondo de Cultura Económica. 5

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nos circunscribe a las decisiones personales y al afecto hacia las personas más cercanas. Hay que traspasar sus muros y ampliar ese círculo para abrazar a todos los seres vivos y a la naturaleza en todo su esplendor.”Albert Einstein La psicoterapia infantil orientada desde la logoterapia tiene objetivos generales que atraviesan el proceso de intervención clínica y que se desarrollan independientemente de los objetivos específicos de cada caso particular. A continuación, profundizaremos algunos de los objetivos más relevantes a desarrollar.

1. FACILITAR EL PROCESO DE AUTOCONCIENCIA EN EL NIÑO Lo que nos hace humanos es la conciencia, pero la conciencia en sí no es garante para su expresión; pero ¿cómo es esto? ¿somos humanos pero a la vez no?. La ciencia y las teorías evolucionistas nos muestran cómo a nivel filogenético el hombre es en alguna medida también animal. En este sentido Viktor Frankl contribuye con su ontología dimensional con la visión de hombre, en donde lo que nos hace humanos es la posibilidad de distanciarse de los instintos, de los determinismos y de los condicionamientos. Lo que nos hace aún más humanos es la conciencia de la conciencia, algo así como una “metaconciencia”, una conciencia necesaria para la existencia de la conciencia. Por esta razón en la constitución del ser persona, el niño poco a poco va siendo consciente que tiene conciencia en la medida de su desarrollo psicofísico. En su desarrollo evolutivo va surgiendo la conciencia de sí o lo que Frankl llama la autoconciencia reflexiva, el darse cuenta de la potencialidad que se tiene, es decir de la espiritualidad. Aquí el terapeuta acompaña este proceso, le evidencia al niño esa posibilidad, atrae la autoconciencia que le posibilitará una posición responsable ante la situación que padece. Para Frankl la conciencia es el “órgano del sentido” porque guía al hombre en el descubrimiento del sentido único y particular que puede ser encontrado detrás de cada situación.7 Por lo tanto el hombre se encuentra en el deber de localizar ese sentido, aquí es donde surge la voluntad de sentido como la facultad de descubrir formas de sentido no sólo en lo real, sino también en lo posible. El terapeuta acompaña al niño en el proceso de afinar la conciencia, de forma que tenga un oído lo suficientemente fino como para escuchar la exigencia latente en cada situación, especialmente en la que le acontece en ese momento en particular. “No está dicho, pues, en modo alguno que lo espiritual no sólo «sabe», sino que al mismo tiempo «sabe que sabe», como suele afirmarse. Todo parece indicar que los actos espirituales pueden apuntar también a un objeto sin aprehenderse a sí mismos —convirtiendo al sujeto en objeto—; por tanto, sin reflexión. Debemos distinguir así entre un saber (primario) y una conciencia (secundaria) de este saber. Lo que suele llamarse conciencia es, sin embargo, idéntico a esta conciencia autorrelacionada, a esta conciencia autorreflexiva, la conciencia del propio saber, del saber sobre sí mismo, a esta autoconciencia.”8

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Frankl, V. (1977). La Presencia Ignorada de Dios. Barcelona: Herder. Frankl, V. (2000). El Hombre doliente. Barcelona: Herder.

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La autoconciencia como propiedad mediata de la conciencia reflexiva,9 es un fenómeno primario esencialmente humano, no deducible de otra instancia, no reductible, fundamentalmente intuitivo y creativo. Dimensión donde el ser humano se encuentra consigo mismo en su más profunda intimidad, y donde se manifiesta la presencia dialogal con ella misma o con Dios. La conciencia es por lo tanto el órgano del sentido, guiándonos a la libertad y a la responsabilidad, en la medida en que es ella la que descubre intuitivamente las posibilidades y los valores, al percibir totalidades plenas de sentido. Este aspecto de la conciencia nos permite ver que existe una teleología en el horizonte humano. La sede de la conciencia es el inconsciente, ya que ella es básicamente no racional y prelógica.10 La conciencia es la expresión, valga la redundancia, consciente de lo espiritual, pues Frankl (1983) planteaba que lo espiritual en esencia es inconsciente, por eso se relaciona íntimamente con la intuición. En ese sentido la conciencia de la conciencia es lo espiritual en acto. Es como cuando en un sueño nos damos cuenta que estamos soñando y decimos ”es solo un sueño”, por lo tanto al ser conscientes que soñamos empezamos a trasformar el sueño y actuar de forma diferente, explorando más, buscando más, preguntando más, descubriendo el sentido del sueño. Así mismo cuando surge la “metaconciencia” (la conciencia de la conciencia), empezamos a actuar de forma diferente, exploramos, preguntamos sobre nosotros mismos y por distintos caminos encontramos el sentido. El proceso de maduración noética11 o espiritual exige un proceso de autoconciencia, que abra las posibilidades de elaboración de la realidad de una forma diferente, en donde se crean, se construyen y se descubren los significantes de sentido, es decir todo aquello que nos permite orientar los pensamientos, las creencias, las emociones, los sentimientos y las acciones y por ende las decisiones. El proceso de autoconciencia en el niño no tiene una cronología evolutiva determinada, éste se encuentra establecido por la integración con el organismo psicofísico, las relaciones interpersonales y las circunstancias y experiencias de vida de cada persona de una forma particular. Sin embargo, según las circunstancias particulares de cada edad, es posible realizar autoconciencia en lo que los analistas existenciales llamaron los tres tipos de mundo, es decir, tres aspectos simultáneos del mundo que caracterizan la existencia de cada ser-en-el-mundo:12 El “Umwelt”, “el mundo alrededor”, es el mundo biológico, llamado ambiente; el “Mitwelt”, “el co-mundo”, designa el mundo de los seres de la misma especie, de nuestros semejantes y el “Eignwelt”, “el mundo propio”, comprende las relaciones personales del individuo consigo mismo. El terapeuta hace conciencia con el niño de cómo estos tres mundos se manifiestan “en su mundo”, muchas veces escuchamos expresiones como “no me había dado cuenta”, o “no sabía”, o “hasta ahora me pongo a pensar en eso”; este tipo de expresiones evidencian “que lo obvio no es tan obvio” y que es necesaria la actualización de la conciencia. 9

Guberman, M., Perez Soto, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos Aires: Grupo Editorial Lumen. 10 Guberman, M., Perez Soto, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos Aires: Grupo Editorial Lumen. 11 El proceso de maduración noética como el movimiento dinámico destinado a planificar la naturaleza del hombre y cuya naturaleza distintiva es su espiritualidad o dimensión noética. “El que no descubre el sentido de cada edad, está condenado a vivir lo peor de ella” (García Pintos, 1994). 12

May, R., Angel, E. y Ellenberger, H. (1982). Existencia. Nueva dimensión en psiquiatría y psicología. Madrid: Gredos.

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Profundicemos entonces en lo que abarca hacer conciencia en cada uno de estos mundos (MAY, 1982): •

El Umwelt, “el mundo alrededor”, es el mundo biológico, llamado ambiente. Corresponde al mundo de los objetos que nos rodean, el mundo natural. Incluye las necesidades, impulsos e instintos biológicos, el mundo de las leyes de la naturaleza, y de sus ciclos: sueño y vigilia, nacer y morir, apetencias y satisfacciones, es el mundo de lo finito y del determinismo biológico, el mundo al que todos debemos ajustarnos de alguna forma. El Umwelt no se encuentra aislado sino que esta entrelazado o ligado con el contexto de la autoconciencia humana que permite los fenómenos del ajuste y la adaptación con este mundo. El niño hace conciencia de sus determinismos biológicos, el que se encuentre en proceso de desarrollo y de cambio es ya uno de ellos. Algunos niños viven crisis respecto a la evidencia biológica del “crecer”, desean seguir siendo bebes o niños pequeños y los aterra lo que significa ser adultos, al contrario de la crisis del pre-adolescente, que desea abandonar sus ropajes de infante para apresurarse a los del adulto. Estas transiciones requieren de un proceso de adaptación y de ajuste que demandan el acompañamiento del terapeuta cuando se ven bloqueados en su expresión. El Mitwelt, “el co-mundo”, designa el mundo de los seres de la misma especie, de nuestros semejantes. Es el mundo de las interrelaciones. Los animales tienen un ambiente, los humanos tienen un mundo, incluye relaciones mutuas, el sentido de grupo depende de la actitud que tengo ante el. El amor no solo biológico sino psicológico, decisión y entrega de los demás. Aquí no se habla de adaptación o ajuste sino de relación, si veo al otro como objeto lo dejo de considerar persona. La relación implica siempre la conciencia de atención recíproca, incluye el proceso de sentirse mutuamente afectado por el encuentro. El niño en algunos momentos se encuentra en conflicto por sus relaciones, algunos gozan de excesivo egocentrismo y se les dificulta autotrascender, reconocer que hay un “otro” diferente a ellos que también tiene necesidades; otros aunque no desean estar solos no saben cómo relacionarse y son seres temerosos y aislados; otros con relaciones familiares complicadas y complejas, son determinados en alguna medida en su afectividad y emocionalidad. Muchos de los trastornos y problemáticas de la infancia están relacionados con la relación con este mundo, el terapeuta acompaña al niño en la vivencia de un agradable encuentro con el otro y en la búsqueda de nuevas formas de relación. En algunos casos, aparentes problemas de comportamiento son mera dificultad de relación, que a veces se modifica radicalmente al cambiar el mundo de relaciones interpersonales inmediato que se encuentra afectado, como por ejemplo un cambio de curso, de colegio, de barrio o de ciudad. El Eignwelt, “el mundo propio”, comprende las relaciones personales del individuo consigo mismo. Presupone autoconciencia y autorrelación y únicamente se presenta en los seres humanos. No constituye exclusivamente una experiencia interior y subjetiva, sino el fondo que nos permite captar al mundo real en su verdadera perspectiva y el fundamento de nuestra relación. Es la captación de lo que significa para la persona, determinada cosa en el mundo. Propiciar el encuentro con “la conciencia de sí” es uno de los objetivos principales en psicoterapia, es el proceso de darse cuenta de qué ha sido Vivir con sentido 1/2015

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elegido, qué ha sido asignado (herencia y genética) y qué ha sido aprendido (por motivación o por repetición). La conciencia de sí posibilita el recurso del autodistanciamiento, la conciencia del otro posibilita la autotrascendencia. El terapeuta acompaña al niño en el encuentro con la conciencia de sí, del “mundo propio”, al posibilitar procesos de autoconciencia biológica, psicológica, ética, estética y existencial (libertad, responsabilidad, capacidad de elección), facilitando el descubrimiento de sentidos personales. La Autoconciencia biológica implica darse cuenta de los procesos biológicos y especialmente de la integración con el organismo psicofísico. La autoconciencia corporal en niños permite disminuir las somatizaciones características de algunas etapas de vida, en donde se utiliza la enfermedad como medio de expresión emocional y el cuerpo se convierte en el intermediario del conflicto externo (situación familiar, relación parental, convivencia en el colegio) o interno (sentimientos de soledad, rechazo, minusvalía). En la estructuración de la personalidad es crucial el definirse como ser único e irrepetible, es por eso que el niño debe poco a poco desprenderse de su madre como ser independiente (aunque es necesaria para la supervivencia esta dependencia inicial), el niño inicia su proceso de individuación. En esta etapa el niño comienza a controlar esfínteres, reconoce su cuerpo como propio independiente del de su madre, identifica sus sentires corporales, el placer y el dolor, pudiendo expresarlos de mejor forma cuando surge la palabra. El proceso de conciencia biológica va integrado a la conciencia psicológica, pues no podría identificar mi cuerpo como mío sino sé que yo, soy yo. Entonces se podría decir que la conciencia biológica da cuenta de lo orgánico y la conciencia psicológica, en referencia a lo orgánico, da cuenta de lo que llamamos “cuerpo” que es su significación simbólica, psicológica y cultural. La Autoconciencia psicológica (Gewusstsein), se refiere al estado vigil y depende, por lo tanto, de la facticidad psicofísica”13. Se refiere a la conciencia de emociones, sentimientos, pensamientos y motivaciones. La Autoconciencia Ontológica o Reflexiva (Bewusstsein), es la conciencia que descubre el ser que se es, constituye una racionalización secundaria, es decir, una reflexión. Está en mutua interdependencia con la conciencia ética (Gewissen), sin la cual es vana. La Autoconciencia espiritual o ética (Gewissen) es una puesta en escena del ser espiritual, del hecho en sí de ser autoconsciente como un fenómeno específicamente humano. Los procesos de autoconciencia en las diferentes etapas de vida, nos permiten dimensionar de mejor manera la libertad y la responsabilidad de nuestras acciones, es decir, de la puesta en marcha de nuestros valores intrínsecos en las decisiones de la vida diaria. Además se refiere al ser que todavía no es, constituyendo así un deber ser. La conciencia espiritual o ética no es, por lo tanto, nada real, sino algo meramente posible, a la 13

Guberman, M., Perez Soto, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos Aires: Grupo Editorial Lumen.

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que se accede por medio de la intuición. Está en mutua interdependencia con la conciencia ontológica (Bewusstsein), sin la cual resulta ciega”14. El ser humano vive simultáneamente en el Umwelt, el mitwelt y el Eigenwelt, no son tres mundos diferentes, sino tres facetas simultáneas de ser-en-el-mundo. Estas tres facetas del mundo se interrelacionan, se interreflejan y condicionan mutuamente. Si se acentúa alguna de ellas con exclusión de las otras, se pierde la realidad de ser en el mundo. El niño poco a poco va haciendo conciencia de la presencia de estos tres mundos, haciéndolo ser lo que es y lo que quiere llegar a ser.

2.

HACER CONSCIENTE EL INCONSCIENTE ESPIRITUAL

A medida que el niño se desarrolla en las diferentes áreas de la constitución de su personalidad, lo noético o espiritual aprovecha dichas áreas para expresarse, pues lo espiritual, sólo puede pronunciarse a través del organismo psicofísico. En este sentido, se podría decir, que el desarrollo psicofísico puede tener una linealidad, una evolución esperada dentro de la cronología, de los tiempos lógicos, es decir, sincrónico, mientras que la expresión de lo espiritual no está supeditada a una edad determinada, a una cronología o a un crecimiento del mismo, es diacrónico. Lo espiritual simplemente es; se encuentra a la espera de ser escuchado, de poder entrar en acción, dependiendo de las circunstancias psicofísicas y de las vivencias y experiencias. El terapeuta aprovecha esta diacronía de la expresión de lo espiritual para capturarlo, ya que ésta expresión puede surgir en cualquier momento, en un destello, ya que lo espiritual siempre está presto para su expresión. FRANKL (2000) refiriéndose a lo espiritual nos dice que “Calla y aguarda a que pueda comunicarse, a que pueda romper su silencio a través de los velos que le rodean, de los estratos envolventes de lo psicofísico. Aguarda poder anunciarse, a poder darse a conocer en el organismo psicofísico, como órgano de su información. Aguarda hasta el día en que pueda hacer suyo el organismo, hasta apoderarse de él como su campo expresivo”. En ese sentido el terapeuta deberá tener, al menos por algunos instantes, a flor de piel esta “escucha activa” de la expresión de lo espiritual manifiesta en una acción, una frase, la expresión de un sentimiento y nombrarla, hacerla existir, darle su importancia. El niño seleccionará si dentro de su escala de valores y prioridades son las que necesita y hace suyas. El terapeuta de niños hace consciente el inconsciente espiritual para que luego, de nuevo, se vuelva inconsciente. En este camino de ser humano, el niño va evidenciando su espiritualidad y lo inconsciente espiritual, se hace consciente con la conciencia de sus rutas de realización del sentido: son los valores de creación, experiencia y actitud. Aquí el terapeuta acompaña este proceso, le evidencia al niño esa posibilidad, es decir, el inconsciente espiritual del terapeuta, atrae la conciencia del niño en consulta, que le 14

Guberman, M., Pérez Soto, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos Aires: Grupo Editorial Lumen.

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posibilitará una posición responsable ante la situación que padece. Facilita el encuentro con su ser espiritual, o reencuentro o descubrimiento con la esencia de su ser, el que está orientado hacia algo, alguien (una idea, persona u obra). Solo en la medida en que somos intencionales somos existenciales. 3. REVALUAR A LA PERSONA Uno de los aspectos más importantes en psicoterapia que se sitúa como eje transversal del encuentro terapéutico, es el primer elemento del estilo de conversación propuesto por LUKAS (2004): revaluar a la persona. Este revaluar a la persona implica el que el terapeuta se revalúe a sí mismo y revalúe el niño que admite en el proceso de intervención clínica. El terapeuta debe evaluarse a sí mismo, en la visión más positiva posible respecto al caso a iniciar. Sentirse y tener la capacidad mental, psicológica, afectiva y emocional para asumirlo. Realizar una reevaluación del ser como terapeuta, que incluye el no ser omnipotente, aceptar sus propios límites, el valorar y reconocer su tarea en el descubrimiento del sentido, en actualizarse en cada momento del proceso terapéutico reconociendo sentimientos, emociones y cogniciones respecto al encuentro con los otros (niño, padres, familiares, profesionales de la salud, educadores, etc.), que de una u otra forma se tiene contacto en el trascurso del proceso de intervención. El terapeuta también deberá revaluar el concepto que tiene de niño, no permitir dejarse predisponer por evaluaciones o diagnósticos anteriores, que impidan o dificulten su percepción. Es importante identificar procesos iatrogénicos anteriores para desmontar creencias o síntomas situados y concretados por otros profesionales (médico, pediatra, nutricionista, psiquiatra, profesor, etc). Algunos niños llegan remitidos por otros profesionales o por instituciones y llegan con un concepto o evaluación del niño, es pertinente leerlos y tenerlos en cuenta como parte de la percepción de su contexto y para identificar antecedentes físicos o psicológicos. Leerlos, pero no partir solo de ellos, algunos psicólogos u orientadores no realizan una evaluación o una reevaluación de la persona que llega, sino que toma el concepto del profesional anterior, repitiendo en la historia clínica las palabras del profesional anterior. En una ocasión trabajando en un hospital psiquiátrico hace ya quince años, me delegaron varios adolescentes para hacerles seguimiento, muchos de ellos, habían llegado como infantes al hospital, tenían historias clínicas de cuatro o cinco años atrás, y los diagnósticos en ese tiempo aún lo daban los psiquiatras de la institución y era tristemente una cadena de repeticiones, sin ningún tipo de reevaluación. La cadena de diagnóstico en muchos casos se convertía en “condena” de diagnóstico. La dinámica del eje trasversal “revaluar a la persona” se moviliza todo el tiempo: las palabras, actitudes y tareas del terapeuta permiten que los actores del proceso terapéutico se revalúen constantemente a sí mismos y a los otros, facilitando la ampliación del campo fenoménico, aumentando el camino de las oportunidades, posibilitando una visión positiva y esperanzadora del proceso de cambio. El revaluar al niño y su familia implica (LUKAS 2004): •

Trato respetuoso a los niños con trastornos físicos y psicológicos. Todo niño es algo más que su trastorno, algo más que su enfermedad.

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• • • • • • •

Entrega del terapeuta. No hacer valoraciones ni dar opiniones. Escuchar y pedir aclaraciones cuando sea necesario. Resaltar las capacidades intactas, el núcleo personal íntegro y la belleza interna del paciente. Percibir dos aspectos positivos del paciente: los lados buenos presentes y las buenas posibilidades de expansión futuras. Poner acentos en los recursos disponibles. Confrontarlo con sus posibilidades futuras, éstas son descubiertas por el terapeuta y son dictadas por su intuición, que surge de un acompañamiento espiritual del paciente. Confianza incondicional en las aptitudes inquebrantables, aunque ocultas del niño. Disfrutar de los valores de experiencia. Detener la exigencia cultural de no esperar, del inmediatismo que impide disfrutar de la experiencia que se hace vivencia.

4. FACILITAR EL “ENCUENTRO AUTÉNTICO” CON EL NIÑO Y SUS PADRES En las primeras entrevistas es importante facilitar el encuentro auténtico con el niño, algunos llegan a su primera consulta prevenidos, distantes, temerosos, inseguros; otros obligados o desubicados. El terapeuta facilita el reconocimiento del otro, como un ser humano en la relación entre un yo y un tú. El “Encuentro auténtico” según FRANKL (1984) es un modo de coexistencia que está abierto al logos, permitiendo a los participantes una autotrascendencia mutua, ir más allá de sí mismos, más allá de la mera autoexpresión. Solo en la medida que estemos junto al otro, intencionados (“junto a…”) nos encontraremos a nosotros mismos. Se invita al niño a observarse a sí mismo, a reconocerse en el espejo pero no para quedarse allí sino para que luego vuelque su vista al otro, para darse cuenta que existe, “para entregarse, sacrificarse y abandonarse conociendo y amando.”15 Ya nos lo decía YALOM (1984): “lo que cura es el encuentro”. Este objetivo debe mantenerse en el transcurso de toda la psicoterapia. Sin embargo se hace especial énfasis al inicio porque en muchas ocasiones determina que los consultantes vuelvan o no a consulta. OTROS OBJETIVOS A continuación encontraremos otros objetivos que deben tenerse en cuenta en el transcurso del proceso terapéutico y que según cada caso, se afianzan o enfatizan según la necesidad particular del niño y su familia: •

15

Facilitar recursos terapéuticos y personales que permitan la expresión de los recursos noéticos (autodistanciamiento y autotrascendencia).

Frankl, V. (1990). Logoterapia y análisis existencial. Barcelona: Herder.

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• • • • • • • • • • •

Trabajar no solamente lo que el niño es, sino su potencialidad: lo que puede llegar a ser. Construir metas personales, familiares y escolares. Identificar situaciones emocionales, cognitivas y físicas que impiden el despliegue de lo noético en el niño. Potencializar sus facultades, resaltando los valores de creación, experiencia y actitud. Identificar la expresión de los recursos noéticos para enfrentar las situaciones y circunstancias de la vida de forma diferente. Trabajar conjuntamente con profesores, orientadores y terapeutas construyendo nuevas formas de educar. Trabajar con la familia, identificando pautas de crianza y de interacción que impiden el despliegue de lo espiritual en el niño. Dirigir la atención hacia ese espacio libre donde el niño dispone de las posibilidades de elegir y las aprovecha y encuentra sentido en ellas. Guiar en el descubrimiento de huellas de sentido16 según la edad. Aliarse con las capacidades espirituales intactas del niño y utilizarlas para combatir las debilidades psíquicas. Posibilitar la superación de sus dificultades, descubriendo huellas de sentido que le permitan sobreponerse y ser PERSONA, a pesar de las condiciones sociales, culturales y biológicas.

Los objetivos generales transversales contribuirán a guiar el proceso de intervención clínica, impidiendo se pierda el rumbo de las sesiones, dándole una estructura y una base clínica logoterapéutica a los objetivos específicos de cada caso en particular.

BIBLIOGRAFÍA: AXLINE V. (1994). Terapia de juego. México: Diana. FRANKL,V. (1965). La Idea Psicológica de Hombre. Madrid: Ed.Rialp. FRANK, V. (1977). La Presencia Ignorada de Dios. Barcelona: Herder. FRANK, V. (1983). La psicoterapia al alcance de todos. Barcelona: Herder. FRANK, V. (1984). Psicoterapia y Humanismo. México: Fondo de Cultura Económica. FRANK, V. (1990). El Hombre Doliente. Barcelona: Herder. Frankl, V. (1990). Logoterapia y análisis existencial. Barcelona: Herder.

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Término acuñado por Elizabeth Lukas para designar las razones diarias para vivir, los momentos cotidianos que contribuyen a darle sentido a la vida.

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GARCIA PINTOS, C. et al. (2007). Frankl por definición: consultor temático de Logoterapia y Análisis Existencial. Buenos Aires: San Pablo. GUBERMAN, M., PEREZ SOTO, E. (2005). Diccionario de Logoterapia. Buenos Aires: Grupo Editorial Lumen. LUKAS, E. (2004). Logoterapia. La Búsqueda del Sentido. Argentina. Ed. Paidós. MAY, R., ANGEL, E. y ELLENBERG, H. (1982). Existencia. Nueva dimensión en psiquiatría y psicología. Madrid: Gredos. MOUSTAKAS, C. (1997). Relationship Play Therapy. Northvale, NJ: Aronson. SCHAEFER, C. (2005). Fundamentos de terapia de juego. México: Manual Moderno YALOM, I. (1984). Psicoterapia Existencial. Barcelona: Herder.

Clara Martínez: Psicóloga Clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Doctoranda en Psicología Cognitiva-Existencial en la línea de Logoterapia e Infancia de la Universidad de Flores, Argentina. Postgrado en Logoterapia y Análisis Existencial(Universidad de Flores, Argentina y Fundación Colectivo Aquí y Ahora, Colombia). Diplomada en Logoterapia y Análisis Existencial (Fundación Colectivo Aquí y Ahora, Colombia). Especialista en Docencia Universitaria (Universidad del Rosario, Colombia). Logoterapéuta de niños, adolescentes y adultos. Docente e Investigadora de pregrado y postgrado en el área clínica HumanistaExistencial en varias Universidades Colombianas (Universidad Javeriana, Universidad Los Libertadores, Universidad del Norte). Directora de la Red de Logoterapia e Infancia: “Faros de Sentido”. Conferencista y docente internacional con temas de Logoterapia, énfasis en Logoterapia e infancia (Colombia, México, Chile, Perú, Argentina, Nicaragua ,Uruguay y Austria). Coautora del libro: “Logoterapia en Acción” de la Editorial San Pablo y "Psicoterapia Infantil Centrada en Sentido desde la Logoterapia de Viktor Frankl" (en edición), Ed. San klaramartin@farosdesentido.org / www.farosdesentido.org. Facebook: Faros de Sentido Vivir con sentido 1/2015

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FILOSOFÍA APLICADA EN EL PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE SUICIDIOS EN CENTROS PENITENCIARIOS Autor: Eduardo Vergara Aguilar

PHILOSOPHY APPLIED SUICIDE PREVENTION PROGRAM IN PRISONS Author: Eduardo Vergara Aguilar hombremultiple@gmail.com RECIBIDO: 10 DE JULIO DE 2015 ACEPTADO: 27 DE SEPTIEMBRE DE 2015

RESUMEN: Nos encontramos con la necesidad de abordar desde la Filosofía Aplicada, la problemática del suicidio dentro de los Centros Penitenciarios. La apatía, el miedo, la desesperación o las cuestiones trascendentales unidas a las adicciones pueden fomentar a la desesperación y búsqueda letal de la solución ante el problema. La Filosofía Aplicada como ayuda a crear defensas que permitan solventar y reforzar la actuación de los Internos de Apoyo. Palabras clave: Programa de Prevención de Suicidio (P.P.S.), Internos de Apoyo, Filosofía Aplicada, Suicidio. ABSTRACT: We find the need to address from Applied Philosophy, the problem of suicide in prisons. Apathy, fear, despair or transcendental issues linked to addictions can foster despair and deadly search for a solution to the problem. Applied Philosophy and helps build defenses that allow us to fund and strengthen action by the Domestic Support. Keywords: Suicide Prevention Program (S.P.P.), Internal Support, Applied Philosophy, Suicide. 1. LA NECESIDAD DE DEFINIR. CONCEPTOS ESENCIALES PARA ENTENDER EL TRABAJO DE LA FILOSOFÍA APLICADA DENTRO DE LOS CENTROS PENITENCIARIOS. 1.1.

Definiciones.

Filosofía Aplicada dentro de los Centros Penitenciarios o F.A.C.P.: Definimos a la F.A.C.P., como la disciplina que ayuda a despertar a los internos e internas, ideas más

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positivas sobre la vida y su yo presente, apostando por su fortaleza interior; gracias a sabidurías tradicionales la población reclusa puede superar preocupaciones, inquietudes, sufrimientos y, sobretodo, mejorar y evolucionar hacia individuos más fuertes y positivos. Programa marco de Prevención de Suicidio o P.P.S.: Dado que le corresponde a la Institución Penitenciaria “velar por la vida, integridad y la salud de los internos e internas”1, la Administración Penitenciaria española viene desarrollando en todos sus establecimientos penitenciarios programas individualizados de detección y prevención de conductas suicidas. Interno de Apoyo o I.A.: Internos e internas especialmente seleccionados y entrenados para acompañar a las personas incluidas en el programa. Se dividen en tres tipos:   

Tipo 1- comparte celda con el interno incluido en PPS (Horas de cierre) Tipo 2- Además de compartir celda, acompaña al interno en todas las actividades que no tengan carácter colectivo. Tipo 3- Interno Sombra (24 horas)

Suicidio: Siguiendo la definición de Durkheim2 quien lo define como “a todo caso de muerte que resulte, directa o indirectamente, de un acto, positivo o negativo, realizado por la víctima misma, a sabiendas del resultado”. La tentativa, según el mismo autor, “sería el mismo acto cuando no llega a término y no arroja como resultado la muerte”3. Centros Penitenciarios: Lo que se entiende por la Prisión en sí. Entidad arquitectónica, administrativa y funcional con organización propia. Los establecimientos estarán formados por unidades, módulos y departamentos que faciliten la distribución y separación de internos e internas.

2. EL

SUJETO QUE BUSCA SU MUERTE.

ESOS

ELEMENTOS QUE DELATAN AL POSIBLE

SUICIDA.

¿Qué lleva a un sujeto a atentar contra sí mismo? ¿Qué factores influyen para perpetrar tan fatídica acción? ¿Cuándo empieza el sujeto a “minarse”? El suicida es ese sujeto que en un instante sobrepasa aquello que verdaderamente ostentamos, admite la imposibilidad de seguir poseyendo ese don y necesita desprenderse del mismo. Es la voluntariedad de la muerte frente a la vida, la muerte como única opción ante el dilema nefasto del vivir. La vida se vuelve una extraña, un ente distante imposible de comprender, y menos aún, de soportar.

1

Art 3.4 de la Ley Orgánica General Penitenciaría. Durkheim, E.(2012). El suicidio. Akal. Madrid.p.14 3 Íbid. 2

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El suicidio acarrea la imposición del tiempo que ya no vuelve, al igual que el anciano no podrá volver a ser un niño, el sujeto que busca la muerte emprende la acción del no retornar. Quien muere, muere. Esta afirmación que resultaría de Perogrullo, en una reflexión pausada, implica la acción contra la propia naturaleza biológica. Verbigracia, con aquellas personas que han intentado suicidarse, bien ahorcándose o mediante la ingesta de tóxicos o bebiendo algún producto como puede ser la legía, siempre recuerdan el dolor, el agobio, el “que se me va la vida, como si mi cuerpo luchara por vivir”4. Declaraciones similares, en diversos Centros Penitenciarios, se repetían a lo largo de las diversas sesiones. ¿Está nuestro organismo dispuesto a suicidarse? Para detectar a un posible suicida debemos tener en cuenta unas señales de comportamiento o historial del presunto suicida: 

              

Comportamiento retraído, dificultad para relacionarse con las personas del contexto en el que se encuentra. Indicativo que no acepta la realidad del momento. Enfermedad Psíquica. Ansiedad, posiblemente por falta de una sustancia o vicio. Cambio de estado de ánimo, manifestaciones irritabilidad, pesimismo, depresión o apatía. Cambios en los hábitos alimenticios y/o el sueño. Intento previo de suicidio. Odio por sí mismo, sentimiento de culpabilidad, falta de valor o avergonzado. Una pérdida importante reciente (muerte, divorcio, separación…) Historial familiar de suicidio Deseo de arreglar las cosas, plantear testamento. Regalar sin venir a cuento sus pertenencias más preciadas o imprescindibles. Sentimiento de soledad, impotencia y desesperanza. Nota de suicidios, poemas, dibujos de suicidio o similares. Salud física deficiente. Efecto Meme. Mención repetitiva de muerte o suicidio.

3. VIOLENCIA. LA SOLUCIÓN ANTE TODO. La violencia es un polizón que capitanea la mayoría de las acciones de los internos e internas. Nos guste o no, la tensión que se respira en las prisiones es latente y densa. Esto no significa, en principio, que el orden de nuestras prisiones sea un caos, sino que el propio régimen carcelario lleva a los extremos todos los sentidos, ya no solo 4

R.M.S., declaración de una interna en Cumplimiento (Módulo 2), en el curso de PPS en el Centro Penitenciario Botafuego, Algeciras. 2ª sesión del curso 20014/15.

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por parte del penado sino también por parte de los funcionarios. La “prisionización” es un mal que se da en todas las cárceles. Los sentimientos de amenaza. La sensación de control y aislamiento dinamita la persona en sí. Como indica el profesor Julián Carlos Ríos, en su obra La mediación Penitenciaria5, haciendo acopio al primer grado, pero que también podemos aplicarlo a segundo grado: El objetivo institucional buscado en el régimen cerrado es el orden y la seguridad del centro penitenciario, y para conseguirlo utiliza medios represivos, difícilmente compatibles con el contenido constitucional del derecho a la dignidad, que genera graves consecuencias físicas y psíquicas: Alteraciones en la capacidad de concentración, confusión de lo real con lo imaginario, alteraciones de la noción del tiempo, ausencia de control sobre la vida e imposibilidad de prever los acontecimientos, alteración del ánimo, ausencia de estímulos gratificantes, todo lo que llega es que no es válido para vivir con otros, irresponsabilidad de las decisiones, proceso de infantilismo, pérdida del rol de adulto.(RIOS MARTIN 2001: 143) El gran problema con el que nos encontramos en prisión es el principio de habituación6, algo que nos ha llamado la atención de forma muy particular. Por este principio podemos entender aquellos casos que sometidos a un fuerte olor continuo, o a un ruido, llega un momento que no lo notan, no lo perciben, no siendo consciente de dicha molestia. Se ha habituado. Lo complejo de ello es que convierten lo habitual en normal, y lo normal como correcto, como moralmente correcto. En un análisis ético, podríamos entenderlo como un realismo ético, donde se da por bueno lo que me rodea, no hay espacio para un juicio moral mínimo. Esto nos lleva a la problemática del suicidio, cuando se produce un intento ya sea logrado o frustrado, hay una alta probabilidad que otro interno o interna intente suicidarse. Esa acción se considera habitual. Cuando hemos preguntado, o ha salido el tema del motivo del dañarnos, entre muchas de las respuestas que salieron a flote, una nos interesó en sumo: Nunca he sabido por qué hago lo que hago7. La violencia es la herramienta que principalmente se brinda a lucir a la hora de finalizar un conflicto. No entendamos el acto violento como una agresión física, que se da, sino como el camino que deja a un lado la comprensión y el diálogo. Esta violencia se puede traducir en la forma de hablar, o de mirar. No olvidemos que todo lo que ocurre en el interior de las prisiones, se multiplica por mil. Lo que fuera puede ser un malentendido, en la cárcel puede ser una sentencia de muerte. Son las reglas8.(RIOS MARTÍN 2001:105)

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RÍOS MARTÍN (2001) La Mediación Penitenciaria. Colex, Madrid, p.143. Ibíd., p.105. 7 M. S. L., preso en Preventivo (Módulo 2), Sevilla I. 4ª sesión del curso 2007/08. 8 QUÍLEZ (2008) Mala vida, Aguilar. Madrid. p.32. 6

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Debido a la masificación de nuestras cárceles, es necesario el planteamiento filosófico sobre la violencia, y el motor que la genera. ¿Realmente estamos frente a la afirmación hobbesina que el hombre es un lobo para el hombre? La mayoría de los internos creen en esta afirmación, pero no hablo sólo de los condenados, sino del propio personal que trabaja en las prisiones, y ya no sólo el personal de prisiones, sino de la sociedad en general. Las diversas medidas para excluir a los “outsiders”, bancos antimendigos, portales con verjas, cámaras de tele-vigilancia y compañías privadas de seguridad, unen sus esfuerzos para hacer la vida un poco más incómoda a los miserables. La ciudad actual corre el riesgo de convertirse en una versión posmoderna y neofeudal de la “ciudad fortaleza”, plagada de diseño encaminado a hacer desaparecer del mapa a los ciudadanos “indeseables”. El concepto del recluso no ha variado lo más mínimo desde que la sociedad se llama sociedad, para el ciudadano medio el preso es un monstruo. Las cárceles deben de ser más duras. Y las penas cumplirse en su totalidad. La gran leyenda que gira alrededor de las prisiones es infinita. Desde cenas con langosta, ha sentirse como verdaderos reyes. Cualquiera que haya estado en la cárcel, rápidamente, desmiente esta afirmación. Esta aptitud frente al penado, la cárcel y al delito en sí, no es más que un reflejo de una sociedad heredera de la ejecución pública. Una sociedad violenta que disfruta de la arena. Si somos violentos, cómo no van a ser violentas nuestras prisiones. Durante nuestro estudio, y haciendo acopio de los profesionales que han trabajado en la diversas líneas de investigación sobre los efectos de la prisión en el individuo, (desde el Derecho, la Psicología, la Filosofía o la Medicina), todos coinciden en la violencia. En el delincuente violento, rodeado de un entorno violento, creado por una sociedad violenta. Ressler defendía que el asesino en serie ni nace ni se hace, sino que se han de dar las dos partes, o sea, que nace y a su vez se hace. No olvidemos que cuanto mayor es el número de normas y leyes, mayor es la posibilidad que seamos infractores de una de ellas. Esta medida es violenta. Porque defiende que el infractor no es acto para vivir en sociedad. Y preguntamos, ¿está realmente el ser humano diseñado para vivir en sociedad? Defenderá Epicuro que el hombre, por naturaleza, no está adaptado a la vida en comunidad cívica. Realmente, Epicuro no se aleja de la verdad. Hoy por hoy, es difícil responder a la pregunta qué es ser cívico y, sobre todo, si realmente lo somos. Berlin, nos dice en su obra Sobre la Libertad9: ¿Hay que ser justo? Sí, porque si engañas – rompes las normas – puedes ser descubierto, y otros podrían, puesto que no son sabios desapasionados como tú, castigarte o, cuando menos, odiarte; y si te inquieta el 9

BERLIN,I (2004). Sobre la Libertad, Alianza Editorial. S.A. Madrid, p.49.

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miedo a verte expuesto, esto arruinará tus placeres. No hay valor en la justicia en cuanto tal; la justicia es sólo un medio para evitar el exceso de fricción con los otros, de ir tirando. La razón que la sustenta es la utilidad: todas las sociedades están fundadas sobre un contrato social mediante el que se establecen mecanismos que hacen posible que los seres humanos no se inmiscuyan demasiado en el camino de los demás. Volviendo a Ressler, podemos leer en su obra su manifiesto sobre la pena de muerte, que sólo ha servido para satisfacer a los familiares de las víctimas y el deseo general de la sociedad de vengarse. Esta nunca ha disuadido a los delincuentes violentos. El recluso, toma la vía de la violencia porque le da identidad y un lugar, ya que todo lo contrario le llevará nuevamente a la nada. Una vida reducida, caída en el olvido.

En nuestra sociedad hay monstruos, y la mayoría, no se encuentran en las cárceles. Escribió Erich Fromm en su Anatomía de la destrucción humana10. La creencia de que…un hombre totalmente malvado debe ser un demonio, y además parecerlo; que debe de carecer de toda cualidad positiva; ya que debe de llevar la señal de Caín…es una falacia. Ese tipo de demonios existe, pero son poco frecuentes…Mientras uno siga creyendo que el hombre malvado tiene cuernos, no descubrirá al hombre malvado.

4. FILOSOFÍA Y SUICIDIO. Albet Camus en su obra El Mito de Sísifo, nos dice “el único problema filosófico verdaderamente serio es el Suicidio. Juzgar si la vida es o no digna de vivir es la respuesta fundamental a la suma de preguntas filosóficas”. Estas breves líneas resumen con claridad la importancia de la Filosofía Aplicada dentro del Programa de Prevención de Suicidios. A lo largo del artículo iremos desgranando las herramientas que la Filosofía aplica y su planteamiento ante el Suicidio. Dentro del P.P.S., en el que trabajamos tanto en el Centro Penitenciario “Botafuego” en Algeciras como en el Centro Penitenciario de Huelva, planteamos la interacción con los internos e internas de apoyo en varias fases. Una primera fase, donde definimos el suicidio y las posibles vías hacia el mismo; cómo prevenirlo y evitarlo; detectar la puesta en marcha hacia dicha acción fatídica, etc. Una segunda fase, en la que se trabaja la limpieza interior del interno de apoyo o interno sombra, dado que estas personas ya no solo cargan con su culpa y sus

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KEKES, J.(2006) Las raíces del mal. Editorial El Ateneo. Buenos Aires, p.189.

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reflexiones personales sino que también se convierte en el hombro de esos internos que están bajo observación dentro del PPS. Una tercera fase, posiblemente la más dura donde hacemos hincapié en la posibilidad que la persona que tenemos bajo nuestra responsabilidad cometa el suicidio. Cómo somos capaces de abordar esa posibilidad, la superación del duelo, si llevé a cabo todo lo que debía hacer o dejé algo en el tintero, etc. 4.1.

Primera fase. Diagnóstico.

En la primera fase el grupo mixto, tanto los internos e internas como el filósofo se presentan. Emprenden el programa y comparten sus dudas y experiencias siempre abordando el PPS. Algunos de los presentes ya han trabajado como internos de apoyo, otros conocen el programa, algunos fueron incluidos dentro del propio programa, etc. Tras este primer contacto, llevamos a cabo un diálogo socrático. Esta mayéutica nos ayuda a sacar a la luz la verdadera problemática con la que el grupo, junto al filósofo, van a confrontar; permite que el filósofo pueda entender la percepción que tiene el grupo ante el suicidio, ante el funcionariado, ante el resto de la población reclusa, ante ellos mismos, los prejuicios, las creencias, los mitos, todo ello rodeado de la realidad penitenciaria. Trabajamos la importancia de la labor del Interno de Apoyo, siguiendo la máxima de John Stuart Mill11 en De los límites de la Autoridad de la Sociedad sobre el Individuo: […] todo el que reciba la protección de la sociedad debe una compensación por este beneficio; y el hecho de vivir en sociedad hace indispensable que cada uno se obligue a observar una cierta línea de conducta para con los demás.(STUART MILL 2005:73) Ser Interno de Apoyo sigue ese principio, nuestra conducta con los demás cumpliría la función de protección, observación y seguridad frente al otro. 4.2.

Segunda fase. Limpieza interior y trascendencia personal.

El grupo presenta, por lo general, una angustia existencial que les produce tanto sus problemas personales como los problemas que le trasmiten las personas que están bajo su cargo. Esta angustia les replantea si cumplen con la preparación exigida para el destino12 de responsabilidad al que han ascendido, se remueven los demonios interiores, comienza un proceso de amargura pues comprenden que bajo su responsabilidad, se encuentra una persona con intenciones de morir. Esto me plantea trabajar desde el pensamiento oriental donde se busca el No-yo13.(BAUER 2009:197) 11

STUART MILL,J.(2005) Sobre la libertad. Alianza Editorial. S.A. Madrid p. 273. Se define destino a la responsabilidad laboral de los internos e internas, ejemplo de ello: lavandería, panadería, enfermería, limpieza, etc. El interno de apoyo es un pseudo destino, donde en algunos Centros Penitenciarios tienen un salario; en otros, recompensas como pueden ser tarjetas telefónicas sin coste para el interno de apoyo, o ningún beneficio. 13 La doctrina de la negación del alma sólo puede entenderse sobre el telón de fondo de que el mundo se compone de un sinnúmero de elementos o impulsos individuales. A estos elementos se les denomina 12

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Dentro del pensamiento budista los órganos sensoriales no están considerados verdaderos órganos, como los ojos y los oídos, sino la capacidad o el acto de ver y oír. Por lo que el ser humano se expone de súbito en conexión con el mundo en el que vive, de forma que se abre la cuestión epistemológica donde se percibe al ser humano y al objeto observado en cuestión unidos entre sí, y no al ser humano y al objeto por separado; el Yo adopta una esencia caleidoscópica en virtud de la cual se perfila de forma constante no sólo las combinaciones de sus piezas sueltas, sino también las piezas sueltas mismas: el ser humano representa en cada instante un conglomerado diferente de elementos sueltos. En éstos, lo único consistente era el hecho de que se reunían de una forma y manera conforme a la ley y de que ninguno de los elementos sueltos podía desprenderse de un conglomerado y pasar a otro. A pesar de todo este fraccionamiento y volatilidad, cada uno de estos conglomerados trasmite su estructura específica y se transforma de forma discreta a su manera. En su aparente persistencia, tanto el Yo como las cosas exteriores no son nada más que ilusiones. Utilizando el ejemplo que utilizó Eduard von Hartmann14 y cambiando el objeto mesa por la prisión en sí, me servirá para mostrar de indicado en el párrafo anterior. Cuando dos reclusos miran la realidad de la prisión, desde una perspectiva del realismo se trata sencillamente de dos personas y de la realidad de la prisión. Desde la perspectiva del idealismo, son dos realidades de la prisión (las representaciones que se hacen ambas personas), así como cuatro personas (a saber, las representaciones correspondientes de ambas personas de sí mismas y de la otra persona). Desde la perspectiva del realismo trascendental, se encuentra en ese lugar tres realidades de la prisión (una como realidad de la cosa en sí y dos como representación), así como seis personas (dos respectivamente como cosas en sí y cuatro como representaciones de sí mismas y del otro). Desde el punto de vista del budismo, sin embargo, tenemos seis “ilusiones” ante nosotros, que en sí mismas están compuestas, una vez más, de manera muy complicada, respectivamente, dos ilusiones reclusa-realidad de la prisión, dos ilusiones persona-otro y dos ilusiones de cada presa tiene de sí misma. Si esto lo aplicamos a un grupo de doce internos e internas de apoyo, simplemente, incrementamos el número de ilusiones que tengo frente a mí. Esto ayuda a visualizar la realidad de cada interno de apoyo frente al interno incluido en el P.P.S., y a su vez la percepción de ellos ante el entorno. Basándome en la doctrina oriental, lo primero que hacemos es desvincularnos del Yo previo a la sesión filosófica, donde dejo a un lado esa idea de angustia. Esto no busca eximir la culpa sino ser conscientes que la continua flagelación de ideas destructivas sí puede llegar a ser causantes de un mal mayor, tanto para el I.A., como para el P.P.S. Si continuamente me voy culpando de lo malo que soy, la respuesta que busco es, por ejemplo, el autolesionarme o el plantearme si el suicidio es la respuesta. dharma. la doctrina de la negación del alma o del No-yo (negación del Yo), anatman, es, de hecho, el centro de la filosofía budista. Las doctrinas del dharma y del anatman están, en cierto modo, relacionados entre sí. BAUER W.(2009) Historia de la filosfía china. Herder, Barcelona, pp197-198. 14 Eduard von Hartmann planteó un ejemplo para explicar de forma simplificada las diferencias entre el realismo, el idealismo y el realismo trascendental. Wolfgang BAUER, Historia de la filosofía china, p.188.

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Se produce un efecto de meme, el I.A. se va “contagiando” de la intenciones suicidas de interno en P.P.S. Cuando el alumnado observa que dicho comportamiento lo único que les repercute es dolor, empezamos a anular ese Yo para dar paso a ese No-yo, donde prevalece lo positivo y todo aquello que me hace sentir bien tanto al sujeto como a todos aquellos elementos que lo rodean. Al llevarlo a la práctica, su forma de ver la realidad de la causa en sí de la angustia, cambia. Por tanto, cambia la forma de verse ellos mismos. Me he dado cuenta que en el momento que dejo un lado a la persona que era cuando entré aquí y busco ser alguien completamente nueva, las cosas cambian para mejor15. Sin embargo, algunos alumnos se encontraban con circunstancias que complicaban el poder anular ese Yo, haciendo difícil la tarea. Ante esto, les contesto con la formulación budista: si en la oscuridad veo una serpiente que después resulta ser una cuerda, la cuerda existía en verdad de todas maneras. Pero cómo se plantea a la persona que va a intentar o ha intentado suicidarse, que la acción a realizar es perjudicial. Siguiendo la afirmación de John Stuart Mill 16 “[…] primero, en no perjudicar los intereses del otro”. (STUART MILL 2005:277) El I.A., debe intentar hacer comprender esta primera máxima al presunto suicida. No es tarea fácil, pero si creamos un vínculo puede que una de las causas de ese intento sea la falta de vínculos. El presunto, si abre sus defensas y deja entrar al interno de apoyo, permitirá la germinación de ese vínculo, evitando perjudicar a la persona que le ha brindado esa oportunidad. Se resumen estas líneas en “yo te ayudo, tú no me fastidias”. Algunos alumnos, lo han aplicado y los resultados han sido muy positivos. Además, cuando ya se forma ese vínculo, interesa trabajar los abanicos de malestar que va desde la propia víctima hasta todo el campo de acción incluyendo tanto interno de apoyo como presunto suicida, repercutiendo en sus vidas a un nivel personal, familiar y de entorno. En resumidas cuentas, social. Apunta Keker17: ( KEKER 2006:67) Las acciones malas violan la seguridad física de sus víctimas y de esa manera violan las prohibiciones morales fundamentales que protegen las condiciones mínimas del bienestar humano. Una tarea esencial de la moral es proteger esas condiciones.

15

A. M., recluso en Cumplimiento (Ingresos), Centro penitenciario Botafuego, Algeciras. 3ª sesión del curso 20014/15. 16 STUART MILL, J (2005) Sobre la Libertad. Alianza Editorial. S.A. Madrid. p.277. 17 KEKER, J (2006) Las raíces del mal. Editorial El Ateneo. Buenos Aires. p. 67.

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4.3.

Tercera fase. Ante la muerte.

Pero qué ocurre cuando la persona que estaba bajo nuestra vigilancia logra su propósito, cómo afrontamos esa muerte. Si hemos seguido cada paso tanto de la formación como del sentido común. Se trabajó con la persona el vínculo afectivo. Se estuvo observando en cada momento, ¿cómo lo ha hecho? ¿Por qué? ¿Y en qué he fallado? William Blake18, apunta en su obra que “Los tigres de la ira son más sabios que los caballos de la instrucción”. Bajo esta responsabilidad, debemos ser realistas ante las situaciones con las que nos podemos encontrar y, la muerte es una de ellas; posiblemente, no llegue a ser la más probable pero como si de una sombra en la noche cerrada se tratase, está ahí. La muerte, sin apenas nosotros ser conscientes, nos empuja hasta la última puerta. Nos permite sentir el mágico proceso del Todo a la Nada, nos lleva a la conciencia del No-Ser. Cuando el interno o la interna de apoyo se encuentran ante el suicidio logrado, muere junto al compañero que tenía que guardar, y es cuando abrimos los ojos ante la omnipotencia y omnipresencia de la parca. Es en este instante fatídico cuando nuestra intuición nos recuerda que todo ser pasará por ese momento donde el bien más preciado se concibe mediante la fragilidad del instante y la fugacidad de la existencia irremplazable. La muerte como acción desligada del mero hecho de envejecer. El maestro François Cheng19 defiende: Sí, esto es la vida: algo que adviene y que deviene. Una vez acontecida, entra en el proceso del devenir. Sin devenir, no habría vida; la vida no es más que el deviniendo. De este modo, comprendemos la importancia del tiempo. Es en el tiempo donde esto se desarrolla. Ahora bien, ¡el tiempo es precisamente el que nos ha conferido la existencia de la muerte! Vida-tiempo-muerte es un todo indisociable, salvo que sea muerte-tiempo-vida. Por muchos malabarismos que hagamos, no podemos escapar a estas tres entidades concomitantes y cómplices que determinan todo fenómeno viviente. Ya que si el tiempo nos parece un terrible devorador de vidas, es a la vez el gran proveedor de ellas. Soportamos su dominio y es el precio que hay que pagar para entrar en el proceso del devenir. Este dominio se manifiesta a través de incesantes ciclos de nacimientos y muertes; fija condición trágica de nuestro destino, una condición que podría ser también el fundamento de una cierta grandeza. Como nos indica, cabalgamos el tiempo hacia la necrópolis y, sin olvidar del entorno del que hablamos, el tiempo y su orden poseen mayor poder dentro de los Centros Penitenciarios con sus horarios inamovibles. En un entorno donde el control de los individuos, acapara gran parte de la función del órgano institucional y donde los internos de apoyo o “internos sombra” deben pasar las 24 horas junto al interno inscrito 18 19

BLAKE,W, (2003) El libro de Urizen. Hiperión. Madrid. p. 63. CHENG,F, (2015) Cinco meditaciones sobre la muerte, Ciruela, Madrid, p.17.

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al protocolo P.P.S., que éstos logren su fatídico plan, nos permite corroborar que aquel sujeto que está dispuesto a quitarse la vida, lo logrará. Y esta máxima ha de ser trabajada por los internos e internas que trabaja y se forman como I.A., han de ser consciente que durante el proceso de acompañamiento y vigilancia de los internos inscritos al P.P.S., bailan al son de la funesta idea mortal. Por tanto, es necesario trabajar con los planteamientos del fin de la vida, del ser testigos de una cuerpo sin vida, de ser conscientes que el ser de ayer que me hablaba y compartía sus demonios y ángeles con nosotros, hoy no es más que un recuerdo. Y, a menos que dejemos de ser humanos, una semilla de culpa quedará siempre en nuestro interior.

5. CONCLUSIÓN. La Mortaja Perfecta. Paul-Louis Landsberg20 nos dice: La incertidumbre humana frente a la muerte no se debe solamente a una laguna de la ciencia biológica, sino de la ignorancia de mi destino, y esta “ignorancia” misma es un acto en el cual se constituye una presencia como ausencia de la muerte: “Mors certa, hora incerta”. La muerte tiene su íntima dialéctica. Es la presencia ausente. Así pues, el problema de la experiencia humana de la necesidad de la muerte rebasa la biología, como rebasa los datos del sentimiento de envejecer. La muerte acompaña a la individualización del ser humano. Incluso en las matanzas multitudinarias o las catástrofes sean naturales o mediante accidentes, los seres humanos actúan de forma individual. Los atentados del 11-S, nos permitieron ver como personas se arrojaban al abismo, a sabiendas de su final, por evitar ser consumidas por las llamas; mientras que otras movían pañuelos desde las plantas superiores, bajo el atisbo de la esperanza. La muerte, tan familiar como intrusa, nos invita a desesperar. Nos provoca a buscar más allá del mero ser y, sin embargo, seguimos poseyendo la certidumbre de tener que morir. El suicida busca llevar a la praxis esa certidumbre, mientras que el observador o testigo de su acción se pregunta cómo será su hora. Pues, la muerte es individual y única. El cadáver es un templo ausente donde ese Ser pasa a No-Ser, simplemente, mero recuerdo.

20

Paul-Louis LANDSBERG, Ensayo sobre la Experiencia de la Muerte. El Problema Moral del Suicidio, Caparros Editores, Madrid, 1995, pg.27.

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La perfección en la praxis se da en la misma muerte dado que lo muerto, muerto está. Toda transcendencia deja atrás el caparazón material, lo tangible e intangible de nuestra biología “se apaga”. Incluso la angustia de saber que nuestra hora llegará, se convierte en salvación para el suicida luego su existencia es mera angustia, un “Stirb und werde” 21 (muere y llega a ser) ya que su existencia no aceptaba la regla vital que imponemos en la Sociedad. En definitiva, el tiempo es una escuela donde nos enseñan a vivir pero que se olvida a enseñarnos a morir. BIBLIOGRAFIA

FERRATER MORA, J. (2001): Diccionario de Filosofía. Círculo de Lectores. Barcelona. HONDERICH, Ted. (Editor) (2001). Enciclopedia Oxford de Filosofía. Editorial Tecnos. Madrid. Ley de Enjuiciamiento Criminal y otras normas procesales. ARANZADI Editorial S.A., Navarra.2001. RIBÉ, J. Marcó. (1990): Psiquiatría Forense. Salvat Editores, S.A.,-Mallorca, 45-4Barcelona. Fuentes BAUER, W. (2009): Historia de la Filosofía China. Herder Editorial, S.L., Barcelona. BERLIN, I. (2004): Sobre la Libertad. Alianza Editorial, S.A., Madrid. CHENG, F. (2015): Cinco meditaciones sobre la muerte. Siruela. S.A., Madrid. DURKEIM, E. (2012): El suicidio. Akal, S.A., Madrid. HAN, Byung-Chul. (2015): La sociedad del cansancio. Herder Editorial, S. L., Barcelona. FRANKL, V. (1946/1979): El hombre en busca de sentido. Herder Editorial, S.L., Barcelona. FOUCAOULT, M. (2005): Vigilar y Castigar. Nacimiento de la prisión, 14ª ed. SIGLO XXI, Madrid. HOBBES, T. (1989): Leviathan: Or the Matter, Form, and Power of a Commonwealth Ecclesiastical and Civil, Alianza Editorial. S.A., Madrid.

21

Íbid, pg.93.

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Eduardo Vergara. Filósofo. Universidad de Sevilla. En la actualidad termina su doctorado centrando su investigación en el pensamiento de John Stuart Mill sobre el individuo y la libertad, bajo la supervisión del Dr. Barrientos Rastrojo especialista en Orientación Filosófica. Desde hace ya diez años aplica el Asesoramiento Filosófico dentro de los Centros Penitenciarios a nivel nacional con resultados más que notorios, esto se ve en la disposición de los mismos a confiar en los talleres impartidos por él Se suma a esta iniciativa que comenzó en C.P. Sevilla I y que se fue ampliando a las diversas cárceles hasta el punto de trabajar con internos de máxima seguridad o como se les conoce internos de primer grado. Se suma a su trabajo, el formar internos de apoyo en los Programas de Prevención de Suicidio y en programas de formación y empleabilidad con mujeres reclusas. Fuera del ámbito penitenciario, también ha llevado a cabo trabajo con soldados que estuvieron en la Guerra de los Balcanes o con personas que han sufrido bien hecho consumado o intento de violación. A nivel de jóvenes, ha formado parte de un programa con población en situación de riesgo con jóvenes de zonas de transformación social

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