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LOGROS Y METAS Circulación Nacional e Internacional Boletín Semanal Virtual Nº 791 Lima, domingo 7 de junio de 2015 director: daniel o. tagata asano subdiretora: marta elvira silva de tagata
TOMADO DEL HUEREQUEQUE N° 591 DEL 5 DE JUNIO DE 2015 ¡LA CRUELDAD DE LOS AMIGOS!
César Orrego Calderón, Director
La vida es dura, cruel, impaciente y falto de respeto para aquellas personas que pierden o han perdido la esencia de vivir con honestidad, con la verdad, con dignidad de seres humanos, en éste mundo incomprendido que muchachas veces nos escarapela el cuerpo, al saber de noticias que nos horrorizamos de ellas, cuando llegan a nuestros oídos como tsunamis que quieren borrar todo lo que se construyó, se vivió, se trabajó, y hasta se levantaron catedrales de una enorme amistad, en tiempos pasados, y que hoy, miserablemente, vienen por los suelos. Las preguntas son: ¿Cuál es el siguiente capítulo de la novela que vienen protagonizando los tristes seudos dirigentes de la Asociación de Scouts del Perú? ¿A caso les faltan actores para seguir escribiendo y firmando los siguientes capítulos de la triste realidad por la que atraviesa la institución juvenil (que fue) la más importante del país? Sin duda alguna que sí. Y han encontrado en el señor Ángel Tacchino del Pino, el artista y protagonista clave para sumarse a éste triste desenlace de la Asociación de Scouts del Perú. ¿Quién no recuerda al señor Tacchino? Desde muy joven era hincha de éste señor serio, educado, hombre de la televisión y un buen scout desde pequeño que, incluso apoyaba al Señor Daniel Oscar Tagata en la dirigencia nacional, difundiendo los sanos principios del escultismo y trabajando codo a codo con Daniel, cultivándose una buena amistad que viene de años y que, llegó, inclusive, a formar parte de la Corte de Honor Nacional. Sin embargo, éste mismo señor Ángel Tacchino acaba de formar una Corte de Honor Nacional paralela y es, justamente, el señor Tacchino, su presidente. ¿Se imaginan amigos lectores lo que ocurrirá ahora que existen dos Cortes de Honores a Nivel Nacional, desconociendo la autoridad, el talento, el trabajo, la entrega, la mística, de una eminencia del escultismo nacional y mundial, como es el Señor Daniel Oscar Tagata? ¿Cuál es o será el propósito de éste señor Tacchino y de los seudos dirigentes? Creo que todos los que seguimos de cerca la triste trayectoria de la institución juvenil que fue la más importante del país, nos imaginamos, y no nos equivocaremos que es la estocada final de un triste desenlace, y no sólo para la institución de nuestros recuerdos, sino también para un hombre que, con admiración, pundonor, lealtad y ejemplo, lo dio todo sin esperar recompensa alguna.
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Decíamos en Huerequeque anterior, la ingratitud duele. La antorcha viva que llevaba el amigo Daniel Oscar por hacer del escultismo peruano que vuelva a su cauce normal y volver a empezar, se viene apagando poco a poco, y no por falta de fuerzas, talento, experiencia, capacidad, sabiduría, o por cuenta propia, no, sencillamente porque la maldad, la ingratitud, el poder, pueden más que esa luz bendita que lleva encendida el amigo Daniel Oscar, y que, en el pasado, les sirvió para que se alumbrasen y avanzaran, a todos éstos incrédulos, por el camino justo y recto con valores que todo ser humano, normal, debe vivirlos. Huerequeque piensa que, la fuerza de los buenos amigos que cultivó Daniel Oscar Tagata por todos los lugares del Perú y el mundo, no dejarán que esa antorcha que aún vive, se apague. De todos depende destruir la maniobra maquiavélica que vienen construyendo los que no piensan en la niñez y juventud peruana y hacer que, los méritos propios con que cuenta el amigo Daniel Oscar y que ninguno de nosotros lo poseemos, hagan que siga adelante con la antorcha viva que lleva entre sus manos y destruya a los infelices que se han atrincherado en el poder y siguen destruyendo lo poco que queda de los Scouts Peruanos. ¿Podemos dudar de la honestidad de un hombre íntegro del escultismo peruano y mundial? Ustedes tienen la palabra.
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TOMADO DEL HUEREQUEQUE N° 593 DEL 5 DE JUNIO DE 2015 CENTRO DE ADIESTRAMIENTO SCOUT “ZOEGER Y TOMIS”
César Orrego Calderón, Director
En 1968 se sembró una semilla en tierras lambayecanas que, al instante, brotó y comenzó a dar excelentes frutos bendecidos por el Señor. Ésta semilla fue, sin duda alguna, el Escultismo, gracias a hombres y mujeres, sin mezquindad alguna, que apoyaron y apostaron por una niñez fuerte y pujante de esos tiempos que jamás volverán. Esos hombres y mujeres que, muchos ya no están con nosotros, y que otros aún viven y añoran sus inicios y se lamentan de todo lo que viene sucediendo con esa semilla bendita, fueron: John Aba, Padre Juan Tomis Stack, Francisco Pezo, Rodrigo Barandiarán, Michael A. Hudson, Rosita Polo, Chelita Chicoma, Esther Llontop, Alberto Vertiz, Otto Zoeger Silva, Juan Ugaz, Lucho Ríos, Padre Javier Aniz, Fray Julio Madueño, Julia Doig, Hernán Montoro, César Luzquiños y muchos otros que les pido mil disculpas porque la memoria ya no me da. Luego de éste primer equipo de sembradores de la semilla del escultismo en tierras lambayecanas, inmediatamente vinieron muchos otros sembradores misioneros generosos que, al ver que en la cosecha se necesitaban muchas manos para seguir cosechando y sembrando al mismo tiempo, se unían con un desprendimiento único que la tarea se hacía ligera y el escultismo crecía como una espuma. 1968 nacía el escultismo lambayecano, y ya en 1974 se soñaba con la necesidad de contar con un terreno para un lugar como el Centro de Adiestramiento Scout, lugar que permitiría preparar a las nuevas generaciones de hombres y mujeres para la vida. Al año siguiente (1975) el sueño se hacía realidad. Padre Juan Tomis dona diez mil metros; al instante la Familia Zoeger-Navarro dona diez mil metros más y el sueño hecho realidad con veinte mil metros cuadrados que la pregunta es ¿Dónde están estos veinte mil metros cuadrados? Gracias a la Jefatura Nacional de la Asociación Peruana de Scout de Baden Powell que acaba de designarme como Comisionado Nacional de Adiestramiento, hemos podido reiniciar haciendo revivir ese sueño truncado con un lugar que nos permita preparar, adiestrar, formar, aconsejar, moldear y hacer un estilo de vida, con la semilla bendita llamada ESCULTISMO, a todo ese ejercito de niños y jóvenes voluntarios que esperaban con ansias, éste momento histórico. El ambiente, ya está. Ahora hace falta el desprendimiento y la generosidad de los buenos amigos que nos puedan extender la mano para su acondicionamiento y pronto iniciar con el objetivo. Conversando
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con el amigo propietario y tratando de intercambiar ideas y darle movimiento al convenio interinstitucional, surge la idea de iniciar con arreglar la fachada que tiene un frontis de cincuenta mts. de largo por uno sesenta de altura y colocarle un nombre. Excelente idea y que, en éstos momentos nos encontramos en busca de resaltar la figura eterna de los que fueron los gestores, promotores, preocupados por tener un ambiente de ésta naturaleza para el beneficio de nuestra niñez y juventud lambayecana, y la primera idea que se nos cruza por la mente son las figuras del Padre Juan Tomis Stack y del Ing. Otto Zoeger Silva. Con éstas sagradas figuras intentamos realizar los primeros borradores de la inscripción que iría en la fachada, para luego iniciar con las gestiones ante sus familias que aún están entre nosotros, y nos permitan su autorización y, lo importante, nos puedan ayudar económicamente para hacer realidad éste sueño. Pedimos a los amigos que conocieron a estos ilustres hombres generosos a esclarecer los términos de esta inscripción, tales como: CENTRO DE FORMACIÓN SCOUT “ING. OTTO ZOEGER SILVA”
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CENTRO DE FORMACIÓN SCOUT “MONS. JUAN TOMIS STACK” CENTRO DE FORMACIÓN SCOUT “MONS. TOMIS E ING. ZOEGER” En ésta tarea nos encontramos hoy para poder avanzar y explotar el ambiente, antes que el tiempo sea demasiado tarde. La pregunta es ¿Vale la pena hacer que aún sigan viviendo en nuestros recuerdos y corazones éstas figuras que se entregaron y preocuparon por la formación de la niñez y juventud lambayecana de ayer? Usted tiene la respuesta.
CENA DE REENCUENTRO, SCOUTS DE SIEMPRE, MOQUEGUA Y AREQUIPA El viernes pasado se reunieron en una cena de reencuentro los que fueron scouts en Arequipa y Moquegua, mantienen la llama del Escultismo encendida. Hace tres años realizaron campamento en una playa Mollendo y el año pasado tuvieron un almuerzo. En la cena recordaron la vida scout y también los campamentos y paseos que realizaron con sus hijos. Salió a flote los bellos momentos de la infancia y juventud que pasaron en los Grupos Scouts. El reencuentro fue muy reconfortante, se despidieron con las ganas de volver a reunirse en un próximo campamento en el mes de setiembre en Arequipa o Moquegua. Fue muy grato que los acompañara Jorge y su esposa y Johnny y su esposa. Esperan ver en un próximo encuentro a Dennis Paz Medina del Grupo Scout Santa Clara 229 Arequipa y a Toño y Telsi.
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De pié de izq. a der.: Lorenzo Begazo, Lorenzo Cornejo, Johnny Paz, Jorge Zevallos, Alberto Alatrista, Miguel Ángel Linares y Augusto Ramírez. Sentadas: Marieta de Paz, Gilda de Zevallos, Gladys de Begazo, Mónica de Linares y Ana María de Ramírez.
FUEGO DE CAMPAMENTO Se oye entre las risas, gritos y el bullicio del campamento, el suave sonido de una armónica junto a las brazas del fogón aún humeantes con el olor de la carne asada que se sirvió de cena. Poco a poco, esa música suave hechiza a los muchachos de toda la Tropa, que se concentran alrededor de ella tarareando la tonada Scout que termina por reunirlos y se notan los ponchos multicolores y mantas que dan a la reunión un sabor único que realzan las crepitantes llamas que se elevan de la brazada de leña colocada en el fogón. Así sin sentirlo, en la inmensidad de la noche, rodeados de naturaleza virgen, los corazones de esos muchachos se elevan a Dios y comulgan amistad y compañerismo alejados de la rutina y monotonía de las ciudades. Todos ellos embrujados por las llamas y el firmamento que tienen por techo, desbordan su alegría y su propia forma de expresión: unos cantan, otros narran las aventuras, anécdotas, aquellas Patrulla planea sus próximas actividades, éstos otros, incitados por su guardián de leyendas representa una parodia de la última película que vieron y así cada uno de ellos, perfila su personalidad en ese ambiente libre de restricciones y llenos de hermandad que los deja expresar su sentir y sus inclinaciones naturales. Pasan las horas en ese ambiente sano y único del Escultismo. Siempre recordamos la Promesa Scout: Por mi honor: Prometo hacer cuanto de dependa por Cumplir mis deberes para con Dios y la Patria, Ayudar a mi prójimo en toda circunstancia y Cumplir fielmente la Ley Scout.
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Los Padres de Familia y Amigos estรกn ยกSiempre Listos!
Los Scouts estรกn ยกSiempre Listos!
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Un buen ejemplo de FOGATA. Presentación de talentos artísticos. Todos disfrutan del buen espectáculo scout. Intervienen Padres de Familia e Invitados. La Gran Familia.
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Lobatos, Scouts, Caminantes, Rovers, Dirigentes, Padres de Familia Amigos todos participan de manera espontánea.
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Comisionado Scout de Huacho, P. Oscar Cantuarias Pastor, quien fue el primer Arzobispo de Piura y Tumbes, anteriormente fue Obispo de Tacna. En la fogata invistiendo a Lobatos después de hacer la Promesa. Recuerdo, cuando lo visité en Tacna, me llevó a Arica y obsequió un vino del año 1975, fecha del nacimiento de mi hijo Danny.
FUEGO DE CAMPAMENTO
Escultismo para Muchachos Cuando Baden Powell concibió darle forma al libro “Escultismo para Muchachos” parece sin duda evidente que sus primeras ideas tienen que haberse concentrado en las fogatas de campamento. No puede escribirse un libro sin haberlo planeado previamente y, por consiguiente, tiene que haber estado en la mente de B-P. desde que tuvo la idea de escribir su libro, que los Scouts habrían y tendrían que reunirse alrededor de una fogata de campamento, ya que de otro modo nunca hubiera abordado el plan de dividir “Scouting for Boys” en FOGATAS.
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La Fogata “Dos estacas o postes fueron clavados en el suelo a una distancia de más o menos un pie y medio una de la otra. Cada estaca en la cara que miraba a la otra presentaba un hueco dentro del cual se insertó una traviesa cilíndrica o rodillo liso. Los huecos habían sido rellenados con trapos y los extremos del rodillo fueron embutidos apretadamente en los huecos. Para hacerlo aún más inflamable, solía embadurnarse el rodillo con alquitrán. Entonces se enrollaba una cuerda al rodillo, de modo que los extremos libres de la misma pudieran ser asidos por dos o más personas, las que tirando de la cuerda de acá para allá hacían girar el rodillo rápidamente, hasta que debido a la fricción los trapos en los huecos comenzaban a arder. Las chispas desprendidas eran inmediatamente atrapadas en estopa o hilaza de arpillera y tremoladas en un círculo hasta que adquirían una brillante incandescencia, al aplicárseles paja, y prenderse la paja, las llamas de la paja inflamaban el combustible de la hoguera. . .”. Sir James Fraser (The Golden Bough). Programa Muy poca atención se le da a la construcción, encendido y cuidado de una fogata de campamento como tal, es decir, como fogata. Es sin duda importante ocuparse de la confección y propiedad del programa, pero ni aun teniendo el mayor cuidado del mundo, todo cuanto se haga será en vano si la fogata en sí no se hace bien. Supongamos que asistimos a dos fogatas típicas —demasiado típicas nos tememos, porque las hemos presenciado no una, sino varias veces. Primero en una ocasión, un acontecimiento público, en el que se hallaban presentes Lobatos, Scouts, Jefes, Comisionados, Padres, Amigos, y, ¿cómo habría de faltar?, el Alcalde y el Cabildo con toda la correspondiente panoplia de dignidades cívicas. Todos han sido convocados para asistir a un “Fuego de Campamento”: según decía la invitación. Una fogata que tendría lugar una tarde estival en un parque público. Permisos necesarios Todos los permisos necesarios habían sido obtenidos, una gran labor se había realizado en la preparación del programa y todavía más se había trabajado —a juzgar por las apariencias— en la preparación de la fogata. Porque, en efecto, al atravesar el tranquilo césped del parque vimos a la luz del crepúsculo algo extraordinario, una especie de montaña formada de diversos desperdicios. Pero, ah, todavía no está encendida, es sólo una montaña, en la que vemos cómo asoman, naturalmente, pedazos de madera de varios tamaños y gruesos, vemos grandes pacas do paja, barriles que alguna vez contuvieron alquitrán o creosota, viejas cajas de azúcar, grandes atados de papel y una silla vieja sacando la cabeza por un costado. En conjunto aquello parecía una limpieza del patio de un indigente. En cierto modo aquello no parecía ajustarse a cuánto hemos leído, pensado y visto acerca del Escultismo, no obstante que, al examinarlo de cerca, comprendimos que se había realizado un gran trabajo preparando aquello. Esperemos, pues, a ver lo que sucede.
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Invitados Todos estamos ya situados en derredor esperando que el Alcalde y el Comisionado ocupen sus puestos. Aquí vienen ya, expectantes. El Alcalde no concurre a una Fogata desde que, siendo pequeño, formaba parte de su Tropa. Para el Comisionado el Escultismo es cosa nueva y esta es su primera experiencia de un gran Fogón al aire libre. El Director le entrega con toda solemnidad al Alcalde una antorcha, bien preparada por cierto, pidiéndole que la arroje al centro de la fogata. Con gran arresto el Alcalde se aproxima a la montaña y lanza su antorcha al centro mismo de la pira, dando una demostración inequívoca de haber pasado del segundo grado de la clase de encendido de fuego con premio, ya que instantáneamente la paja prende, el papel prende, el alquitrán y la creosota destilan de los viejos barriles y en un santiamén todo el enorme edificio es una masa de llamas. Una ligera brisa que bate en el parque incrementa las llamas y lleva una buena parte de las mismas hacia la sección que habíamos reservado a los padres y familiares. Estos comienzan a retroceder y los que ocupaban las primeras filas' pensaban que les hubiera sido mejor llegar un poquito más tarde y situarse en la retaguardia, más lejana pero más segura Pero también los que están en las últimas filas empiezan a alejarse. Antes de que nuestra F o g a t a haya comenzado ya hay una brecha en nuestro círculo.
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Rol del Director Impávido el Director se adelanta. Ignoramos lo que ha dicho para abrir el acto, porque aparte del molesto calor que proporciona, la fogata es en extremo ruidosa, pero vemos el movimiento de sus labios y que, a continuación comienza a agitar sus brazos. ¿No es posible que sienta frío? No, lo que trata es de dirigir un canto, aunque no hemos podido oír de qué canto se trata. El Director no ha podido competir con el enorme fragor de la fogata. El grupo allí reunido, un grupo bastante grande de unas 200 ó 300 personas, determina acongojado abandonar la fogata. Tranquila y calladamente se escurren hacia un lejano rincón del parque, se sientan bajo un árbol y allí asisten al más lastimoso evento: un “Camp Fire” sin Fogón. Sí, esto ha ocurrido y sin embargo, no debe ocurrir, porque ello significa un mal Escultismo, una plena estupidez. Recordamos otra ocasión semejante, de gran espectacularidad, que sin duda alguna puso de manifiesto el valor que el Director poseía, ya que trataba con gran empeño de dirigir un canto con las llamas literalmente lamiéndole las piernas y los brazos y chamuscándole las cejas y el poco pelo que le quedaba. De nuevo aquí la fogata tuvo que ser abandonada y nosotros alejarnos hacía un lugar más acogedor, que en esta ocasión era también un lugar muy frío. Pero, por lo menos, estas fogatas gigantescas tenían el mérito de ser espectaculares. Servían de poco pero tenían algo que ver. Desde lejos lucían como si el incendio de Londres hubiese de nuevo brotado si la táctica de la guerra relámpago de los alemanes hubiera recomenzado. Sin embargo, atraían gente, gente que no permanecía mucho tiempo con nosotros, pero gente que venía. Armar de forma de pirámide Veamos, sin embargo, el otro extremo de la escala. La F o g a t a que no lo es. Quisiéramos dar aunque sólo fuese un ejemplo. Hace años se nos pidió que asistiéramos a una de ellas, tomáramos parte y narráramos una historieta. A q u e l l o nos llenó de gozo. Llegamos al lugar minutos antes de la hora señalada. Era un Campamento grande, un Campamento Distrital. No veíamos qué vamos a hacer y quién lo ha de hacer. Dos son los tipos de fogatas y sobre cada una de ellos hay algo que decir. Primero, tenemos el tipo de construcción en pirámide con los troncos, proyectándose desde el suelo a la cima de la pira. En el centro de esta pirámide, o más bien pudiérámos decir, de este “wig-wam” (especie de tienda de los indios pieles rojas), ya que esta es su verdadera forma, se hace con todo cuidado una hoguera corriente formada con leña, ramitas no muy gruesas que prendan fácilmente. Cuando a este tipo de fogata se le da candela arde muy bien, si ha sido hecha con cuidado; el fuego se esparce gradualmente desde el centro hacia afuera hasta llegar a los troncos principales. Todo hasta aquí marcha perfectamente, pero llega un momento —generalmente demasiado pronto— en que los troncos principales se queman enteramente y la candela termina. Durante breves momentos el espectáculo resulta maravilloso, las chispas vuelan por todas partes, nos caen en el pelo o en nuestras mantas, las llamas se agigantan y de pronto languidecen y se acaban, debido a que la hoguera carecía de consistencia. De manera que salvo quizás para una Fogata de corta duración, digamos de media
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hora de duración, este tipo de fogata “wig-wam” no es realmente recomendable. Aunque tiene el mérito de su sencillez y fácil construcción. Sin embargo, el tipo de fogata que nos gusta ver es de la legítima pirámide. Desde luego, sabemos que se demora mucho en prepararla, pero, ¿por qué no? ¿Por qué no hemos de tomarnos el tiempo y la molestia que exige una cosa bien hecha? Para construir esta fogata piramidal es preciso cortar los troncos a la medida, bien sea con hacha o con serrucho, preferiblemente con serrucho por qué así el desperdicio de madera es menor. Es necesario construir una base, casi perfectamente cuadrada, con troncos gruesos. Encima de estos primeros troncos colocar otros troncos menos gruesos y menos largos. Después otros cuatro troncos todavía más delgados y más cortos, de modo que poco a poco se va formando una pirámide. Pero no llegamos a rematar la pirámide. Lo que hemos logrado hacer es una pirámide con el vértice cortado (una pirámide truncada, como diría un matemático).
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Construcción de la hoguera En la parte superior se dejará una abertura de unas dieciocho pulgadas en cuadro, que se proyecta hasta una abertura de unos cinco pies cuadrados en el fondo, o sea, en el piso. Con extremo cuidado se ha de construir la fogata en el interior de la armazón de troncos utilizando leña bien seca, menudas ramitas y ramas delgadas, en cantidad suficiente para iniciar la candela, mantenerla viva y que llegue a prender los troncos principales de la pirámide. Este tipo de fogata ofrece abrumadores ventajas. En primer lugar, la misma construcción de la hoguera sirve como de chimenea, con tiro de aire que extrae el humo y las llamas llevándolas hacia arriba y elevando el humo por sobre las cabezas de los Scouts, que sentados en círculo rodean la pira la ya esto es en sí una cosa magnífica. Porque muchos Fogones han resultado fracasos debido a las ráfagas de humo acre. Y, además, a medida que cojen1candela y se queman, los troncos grandes no caen hacia el exterior, sino que van cayendo dentro de la hoguera, añadiendo a la misma más carbones precisamente en el lugar que se necesita. Así esta fogata, cuidadosamente planeada y habilidosamente construida, nos ve disfrutar de una tarde deliciosamente agradable. Una fogata así como ésta, nunca resultará una molestia, sino que siempre será un verdadero centro de atracción. Por eso es que somos partidarios decididos de la fogata piramidal. Sin embargo, no basta saber cómo construirla, es preciso conocer las maderas que deben utilizarse. Cualquier madera vieja no sirve, por ejemplo, el olmo y el saúco arden —cualquier cosa arde si se le aplica suficiente calor— pero son desagradables porque arrojan un humo terriblemente picante e insoportable. Para los que han de cantar constituye ese humo un veneno mortal. ¿Quién puede cantar con los pulmones llenos de humo espeso con los ojos llorando continuamente? ¡Nosotros lo hemos probado y sabemos lo que es eso! De modo que hay que evitar esa clase de madera y buscar de otras mejores como el fresno, el roble, la haya. También son buenas las maderas blandas. Queman bien y producen gran cantidad de llamas, pero tienen una desventaja peculiar. La dificultad con maderas tales como el lárice y el abeto escocés consiste en que, al arder, lanzan coágulos de resina al rojo vivo y los lanzan a bastante distancia. Por eso es que en general preferimos recurrir a las maderas duras corrientes, roble, fresno, carpe, haya, agregándoles unas cuantas ramas delgadas de maderas blandas —lárice, pino, etc.—, para que mantengan el fuego. Existen otras maderas y ocasionalmente nos consideraríamos afortunados de poderlas conseguir. Especialmente las maderas de árboles frutales. Pudiera presentarse la oportunidad de encontrar un viejo tronco de manzano. En el parque Gilwell todavía existe un viejo moral, una madera de exquisito olor de la cual bastan unos pocos troncos arrojados en la fogata para impartirle a la misma un aroma muy conveniente. Queremos hacerle justicia a este sentido del olfato. Todos sabemos los olores que no nos gustan, pero cuando recordamos los conocidos versos de Kipling “Quien haya percibido el humo de la madera al atardecer” hay que admitir que Kipling se refería a un humo de madera que valía la pena olerlo. Quienquiera que haya olido el olmo húmedo o el saúco viejo al atardecer no querrá volver a olerlos. Ahora bien, todo cuanto hemos dicho sobre el uso de la madera apropiada presupone un adiestramiento de los Scouts en tal sentido. No c o m p e t e a este libro t r a t a r de semejante materia, no obstante lo cual, hemos incluido en él una lista de diferentes maderas con sus valores respectivos en relación con las fogatas de campamento; pero, recuerden esto: las maderas varían de una región del país a otra, debido a las condiciones en que se producen y, particularmente, debido a las condiciones
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del terreno. Y la madera que en Kent puede que sea irremediablemente mala, quizás sea en Westmorland una excelente madera. Nosotros sólo podemos darles nociones generales. Ustedes, por propia experiencia, hallarán la que mejor les convenga. Hablaremos ahora respecto de dónde situar la fogata. Quiere decirse, donde vamos a ponerla en relación con el campamento. La mayor parte de los planos de campamentos parecen mostrar el círculo de Fogatas frente al mástil de la bandera y al pie del mismo. Esto lo consideramos lastimoso. En primer lugar, el área frente a la bandera debe estar despejada para celebrar desfiles, inspecciones, servicios religiosos y cosas por el estilo. Es un campo para revistas. Y un poco más allá está el área para la celebración de los juegos.
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Logros y Metas N° 791 Lima, domingo 7 de junio de 2015
Editor Daniel O. Tagata A. 4476209 - 891268087
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