Historias de la Edad Media

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Julia llego a mis aposentos, con mis vestidos en las manos, me levanté de la cama y me quité el camisón color blanco roto. Primero me puso el corsé, sentía la fina tela negra rozando mis delicadas curvas, apretó un poco los hilos. Me puso las enaguas, color blanco, que transparentaban mi piel.


Luego elevé los brazos y Julia pasó la falda por ellos, se deslizó por mi abdomen hasta llegar a la cintura, donde quedaba hermosa y perfectamente colocada. Me puse los zapatos de tacón y me senté en la silla de madera que había tallado el Padre Santiago especialmente para mí. Cogió el peine y comenzó a peinarme, al final, mi pelo negro y liso se quedó brillante y resplandeciente. -Puede retirarse.-dije mientras asentía levemente con la cabeza- Gracias


Julia hizo una reverencia doblando un poco las rodillas y moviendo su traje, muy sencillo, hacia un lado, luego, salió por la puerta. Cuando ya estaba fuera, solté un suspiro y se me escapó una sonrisa, me acerqué a la ventana. Desde allí se podían observar muchas cosas, el patio del palacio, la herrería, donde estaba el tío Angus. El pozo, con mucha gente sacando agua. Y por último, la muralla, mi mayor enemiga, aquella que no me dejaba ver a Daniel, que ahora mismo estaría


trabajando en la reserva, cultivando el trigo de Padre. Había muchos guerreros vigilando el castillo y el feudo, en su totalidad. Los guerreros estaban de pie entre las almenas, donde yo deseaba estar. Cuando el sol brillara mucho, a la hora del almuerzo, Daniel vendría a por mí, otra vez, como todos los días. El dirá que viene a utilizar el molino, yo bajaré hasta el patio y lo veré. Nos escaparemos el tiempo que Padre este reunido con los de guerreros. Y luego, volveré a este absurdo e irrevocablemente


tétrico sitio, donde estoy encerrada. De repente Julia entró a mis aposentos. Di un salto, ya que estaba absorta en mis pensamientos. -Señorita Bianca, su Padre Quiere verle-dijo con voz ronca, y luego se fue, sin darme tiempo a preguntar nadaMe acerqué hasta los aposentos de Padre, toqué y esperé a que me dejara entrar. -Bianca, hija, pasa.-dijo al tiempo que yo entraba.Bueno te quería hablar de tu futuro marido, es el Noble


Arturo, tiene muchas riquezas, y me ha pedido tu mano. Mis ojos se abrieron como platos, y se me cortó la respiración. -Es mayor, más que yo, pero tendrás que casarte con el, tenemos muchos problemas económicos, y lo harás. Quieras o no. -Pero...yo soy muy joven para casarme aún, solo tengo quince años. -Bianca, ni protestes, aquí mando yo, y te estoy ordenando que te cases, y es lo que harás, es un bueno hombre, te lo aseguro, será


buen padre para tus hijos.dijo haciendo una gran pausa, esperando a que yo dijera algo¿Hijos? ¿Yo? ¿Hijos con ese tal Arturo?, pensé. Ya no podría ver a Daniel, nunca, nunca más lo vería, moriría infeliz, y lo perdería… -Perdone padre, no quería protestar-dije y asentí¿Cuándo será la boda? -Dentro de dos noches, ya esta todo preparado, Julia ya tiene tu traje de boda. Estarás preciosa. -Claro, como madre cuando se casó contigo.-Sonreí muy, muy falsamente.


-Ya puedes retirarte, te veré al atardecer. Me fui a mis aposentos otra vez, miré por la ventana, ya era la hora de Daniel y mía, la hora en la que el sol brillaba mucho y deslumbraba la torre del homenaje. Baje hacia el patio, esperando verlo allí, haciendo pan o cogiendo agua del pozo. Y así fue, estaba allí con una gran sonrisa dibujada como siempre, y sus ojos negros como una noche oscura, tenían ese brillo que me dejaba anonada. Fui al granero, donde guardaba mi “disfraz “de


campesina. Me lo puse y salí al patio nuevamente, acercándome a Daniel, como si fuera otra de las humildes mujeres que estaban allí en el pozo sacando agua. Caminamos juntos hasta el puente levadizo, donde pagamos por haber usado el pozo y salimos del castillo. -Por fín juntos otra vez.-dijo y me besó en la frente-Sí…pero no por mucho tiempo, Daniel-lo miré e hice una mueca con los labios.-¿Qué? ¿Por qué dices eso? Yo te quiero, tu me quieres. ¿O ya no me quieres?


Y a demás, el plan nos ha salido bien desde hace dos años, no veo por qué tengamos que rendirnos. -Sí, sí que te quiero, pero mi padre, me va a casar con un tal Arturo. –solté un bufidoOdio ser hija de un noble, no puedo elegir con quien casarme. No puedo elegir nada, no puedo salir del castillo. No puedo nada, absolutamente nada. -¿Qué?-dijo gritando, yo le tape la boca para que no lo oyeran los guerreros- Bueno, encontraré una solución, iré a verte, estés donde estés.-dijo mientras nos adentrábamos


en la aldea, llegamos a su choza. -Daniel, no podemos, la boda es dentro de dos noches, no podremos hacer nada. Tendremos que rendirnos. -Yo no me rendiré, te prometo,-dijo y se quedo pensativo- no, mejor, te juro que te veré, te iré a ver aunque estés a veinte noches en caballo. Aunque tenga que ir caminando y me muera en el intento, te iré a ver.-dijo, y me apoyó en una pared, rozó su labio inferior con el mío. Besándome como si fuera la última vez, le mordí el labio y tiré de el hacia a tras, apoyando mi mano en su


cabeza y acariciando su coronilla. Levanto mis piernas y me agarró del culo, seguía besándome, comenzaba a desatar los hilos del corsé. Le separé las manos de mí, me puse de pie, y dije con voz seca: -Para, no podemos, debemos olvidarnos mutuamente.-dijeEL se llevó las manos a la cabeza. -¿Quieres decir, que lo nuestro se acabó, solo por que te obliguen a casarte con un Noble, al qué odias?


-No, quiero decir que es imposible que nos sigamos viendo, tendré marido, Daniel, me tendrá vigilada a todas horas. Sería imposible…-no me dejó acabar la frase, y me volvió a besar, me mordió el labio y buscó mi lengua, jugó un poco con ella, y se retiro un segundo para soltar el aliento. -Solo respóndeme a esto. ¿Te ha gustado? -¿El beso?-dije enarcando una ceja-Sí, el beso, y todo lo demás. Asentí.


-Mucho, me gustas, me encantas, pero ahora, me tengo que ir, ayúdame con el corsé-me di media vuelta, y el comenzó a apretar los hilos otra vez, con sus manos fuertes y ásperas de tanto trabajar-Pues sí es así, me volverás a ver, te iré a visitar, te lo he jurado ¿No? Y no puedo romper mi palabra-dijo con una leve sonrisa dibujada en el rostro-Daniel…-dije en un susurroAdiós-le besé, muy despacio, y luego, salí corriendo.-


No sé como pero conseguí llegar a mis aposentos más rápido que nunca. Me senté en mi silla, como siempre y me quedé mirando fijamente por la ventana. Esta sería la última vez que lo vería, el había prometido ir a verme, pero eso esa casi imposible. Pasaron las dos noches y llego el momento de la boda, yo sabia que aquel era tan solo el principio del fin, pero como no podía hacer nada, me casé y me fui a vivir con mi nuevo marido. Cuando llegamos a su feudo, me quede atónita, los


campesinos estaban en un estado físico horrible, todo era feo, todo era asquerosamente tétrico, más que mi antiguo hogar. El se pasaba el día fuera, yo estaba aburridísima en aquel lugar, y ya no era la niña de antes, la que se podía escapar. Me fui a la torre del homenaje, no podía creer lo que estaba viendo, era Daniel. Baje las escaleras, toda aquella parte de mí que se aferraba a la idea de que era imposible escapar de allí, se esfumo. Y otra vez me volví a


sentir de aquélla manera, sentía mariposas en el estómago, mi piel se sonrojaba un poco, y el corazón aceleraba sus pulsaciones, y solo deseaba estar con el, por y para siempre. Conseguí escapar, Daniel y yo lo conseguimos. Comenzamos a caminar, tras un rato, encontramos un granero vacío, entramos. Estuvimos un rato riendo, le conté todo lo que pasaba en mi nuevo hogar, el odiaba tanto o más que yo a aquel entupido Arturo.


Comenzó a besarme casi sin aliento, no pude resistirme a él, era mi tentación mas prohibida, pero a la vez más deseada. Odiaba desearlo, pero era así. A la mañana siguiente, me desperté allí, con Daniel en el granero, comenzamos a oir pasos, me acurruque en sus brazos. -¡Por dios! Señora Bianca.exclamo uno de los caballeros de Arturo.- ¿Qué es esto? No dije nada, me quede callada, temblando, mire a Daniel, que tenia las pupilas tan dilatadas que sus ojos parecían aún más negros.


Un caballero llegó y cogió a Daniel por el brazo derecho, solté un chillido sordo. -¡Daniel no, no dejadle por favor!-grite, pero otro hombre, grande y corpulento, me cogió a mí, me ató la boca, impidiéndome hablar. Seguí gritando y uno de ellos me pegó un puñetazo, mi peso se desplomó, aquel caballero me llevaba en brazos. Me desperté en un convento. Allí pasé dos meses, deprimida, sin vida, destrozada por dentro, vacía.


Comenzaba a notar un pequeño bultito en mi útero, estaba embarazada… No sabia que hacer, ¿Cómo iba a estar embarazada? Se suponía que las monjas no podían tener relaciones sexuales. Estaba metida en un lío, gordo, muy gordo. Uno de los superiores comenzaba a notar que mi barriga aumentaba a medida que pasaba el tiempo, el día que me puse de parto, me ayudó a sacar al bebé, Margaret, pero luego me la dio y dijo:


-Bianca, si usted va a algún sitio, si usted no se deja morir, la encontraré, se lo juro, dios me ayudará, usted no debe estar aquí, es una mala persona. ¡Vallase! Fuera de aquí, no la quiero volver a ver, si sigue viva, la encontraré. Y usted vivirá, pero verá como matan a su pequeña Margaret. Yo ya no sabía que hacer, iba a buscar a Daniel. Tenía que dejarle nuestro hijo, pero yo debía morir, por el bien de ellos dos. Me pasé una semana caminando por unos bosques


muy extensos, casi sin agua y con muy poca comida, un día, vi una choza a lo lejos. Me acerqué, me dolía la cabeza, mis ojos se abrieron como platos, Daniel estaba allí, me quité la ropa, y la doblé, la deje en la entrada de la choza, y al lado, a uno de las personas que más amaba en el mundo, mi pequeña Margaret. -Pequeña, tu eres la pista de que he estado aquí, en este mundo, tu has estado dentro de mí, has sentido lo mismo que yo y me has dado todas tus sonrisa. Pero, mamá debe irse, debo morir, si yo muero tu vives, si yo vivo tu


mueres.-las lágrimas descendían por mis mejillas, sin control. La abrasé y besé su mejilla, por última vez, abrió sus ojos verdes, como los míos, era igual a mí.Adiós, te amo-la deje en la entrada, y salí corriendo. Corrí durante un rato, hasta que mi cuerpo se desplomó en el suelo, temblaba, estaba tiritando como un bebé indefenso, allí, mis días se acabaron, mi vida finalizó, deje de respirar, mi corazón dejo de latir, mi alma dejo de sentir, yo, deje de vivir…



CAMPESINOS LIBRES


Mi familia es de las pocas libres que quedamos; no estamos sometidos completamente a la autoridad del señor, el no nos protege, mi familia es autosuficiente. Cada día mi esposo trabaja en el pequeño manso por el que le pagamos al señor, y a su vez enseña a nuestros hijos a manejar herramientas tan rudimentarias como la Hoz o la Guadaña. Las casitas de esta pequeña aldea las hemos construido entre todos los habitantes a cambio de nada, nos ayudamos en todo lo que podemos. Tengo dos hijos y una hija, los niños son los mayores, tienen 12 y 15 años y todos los días trabajan de sol a sol con su padre, que se llama Arcadio; y mi hija tiene 5 años y todos los días la enseño a cocer, limpiar, hacer de comer, incluso a pescar en el río. Tengo 4 cerdos , 8 gallinas 2 bacas, 2 ovejas y 1 perro que duermen cerca de nuestro jergón, donde dormimos mis hijos, mi marido y yo. Acostumbro a levantarme cuando empieza a asomar el sol, junto con mi marido, luego preparo dos huevos para comer cinco personas, porque las gallinas suelen poner 20 huevos a la semana, y los sábados mi marido y mis hijos van al mercadillo a vender 6 o 7 huevos y


algunas hortalizas con las que nos ganamos unas monedas para poder comprar telas fuertes para zapatos y para el frío en el invierno. Mi marido cultivaba en la mitad del huerto, ya que la otra mitad se deja en barbecho para que la tierra recupere su fertilidad. En la parte cultivada hay legumbres como judías, lentejas y garbanzos. También cultiva centeno para hacer el pan y hortalizas. Mi marido Arcadio y yo Felisa estamos muy felices porque a pesar de nuestra pobreza e inseguridad nos sentimos muy orgullosos de ganarnos el pan de cada día con nuestro trabajo, y también de educar a nuestros hijos para que en el futuro ellos también sean unos campesinos libres y honrados y puedan decidir sobre sus actos personales sin tener que pedirle permiso a su señor, esta es nuestra vida y nuestra humilde casa.


Felisa

y

Arcadio


HISTORIA MEDIEVAL Me llamo María y te voy a contar como es mi día de campesina. Me levanto sobre el amanecer y desayuno . Como somos campesinos , no podemos variar mucho las comidas nuestro desayuno es :leche , pan y aveces huevos . Cuando termino de desayunar voy a recoger las cosechas del huerto ,con ayuda de mi hija . Después vamos a echarles de comer a todos los animales (gallinas , las cabras ,las vacas...)y recoger los huevos de las gallinas. Hoy tengo que pagarle al señor las rentas y se las pago con alimentos y tranajando en sus tierras.Tengo que darle una parte de huevos , una gran parte de las cosechas y la otra pequeña parte para mi familia y para mi . Cuando vuelvo tengo que ir a segar los campos y , como hace mucho frío por la noche, tengo que tejer ropa para mi familia y para mi . Después de tejer la ropa ,antes de que anochezca, tengo que recoger la casa e ir a pescar para la cena.Ya e pescado entonces ,antes de empezar a cenar enciendo el fuego y cocino un poco el pescado , y cenamos pan,leche y pescado. Esta anocheciendo y tengo que entrar todos los animales a la casa , entonces mi familia y yo , nos acostamos.

SARA RAMIREZ HERRERA 2ºB


EDAD MEDIA Aitor peña Glez. 2ºb UN DIA UNA FAMILIA DE NOBLES EMPOBRECIDOS SE TRASLADO DESDE ITALIA ESPAÑA.

A

ESA FAMILIA ERA LA ``AUDITORE ´´.ESA FAMILIA SE INSTALO EN ESPAÑA DONDE TUVO MUCHOS DESCENDIENTES.LA ULTIMA FAMILIA DE LOS ``AUDITORE´´ ESTABA FORMADA POR: GIOVANI AUDITORE (PADRE), OLIVIA AUDITORE (MADRE), FEDERICO AUDITORE (HERMANO) Y EZIO AUDITORE (PROTA).LA HISTORIA SE CENTRA EN EZIO,CUANDO TODA SU FAMILIA ES CONDENADA A LA HORCA POR UN CRIMEN QUE NO COMETIERON,EZIO HUYE POR LOS TEJADOS ESCALANDOLOS Y CORRIENDO SOBRE ELLOS HASTA LLEGAR A LA CASA DE UN AMABLE CAMPESINO QUE LE DEJA ESCONDERSE EN SUS CAMPOS DE CULTIVO.POR DESGRACIA EL CAMPESINO ES VISTO Y ES CONDENADO AL MISMO DESTINO QUE LA FAMILIA AUDITORE.EZIO VA POR LA NOCHE A LA CASA DE LEONARDO DA VINCI QUIEN LE CONS TRULLE UN BRAZALETE CON CUCHILLA PARA PROTEGERSE SI NO TUVIERA ARMA,Y CLARO ESTA PARA TOMAR VENGANZA POR LOS RECIENTES ASESINATOS DE SU FAMILIA.LEONARDO TENIA UN MANUSCRITO QUE DECIA COMO HACER EL BRAZALETE ; UN GUARDIA TOCO EN LA PUERTA Y PIDIO HABLAR CON LEONARDO UN MOMENTO. -ME HAN DICHO QUE ESCONDES AL VANDIDO MAS PELIGROSO EN TU CASA-DIJO EL GUARDIA -¿A QUIEN? ESO ES IMPOSIBLE-DIJO LEONARDO -¿ME TOMAS POR BOBO? SE QUE LO ESCONDES EN ALGUN LUGAR-DIJO EL GUARDIA EL GUARDIA LE EMPUJO AL PISO Y EMPEZO A PATEARLE .EZIO NO TUVO OTRA OPCION; SACO LA CUCHILLA Y LE ASESTO UN GOLPE CON ELLA EN LA ESPALDA AL GUARDIA.COMO FUE RAPIDO LA GENTE DE LA PLAZA CASI NO SE ENTERO Y SIGUIO COMERCIANDO CON SUS LANAS COMO SI NADA. AL ALBA EZIO FUE ESCALANDO CASAS QUITANDO LOS CARTELES CON SU FOTO Y DANDO 1.000.000 DE MONEDAS POR SU CABEZA.EZIO CORRIO HACIA UNA PLAZA DONDE EL CLERIGO ESTABA HABLANDO CON EL QUE HABIA ORDENADO QUE MURIESE LA FAMILIA AUDITORE, SE LLAMABA ``GONZALONIERI ALBERTI ´´QUE EN REALIDAD FUE EL QUIEN EXCOMULGO A UN DESCENDIENTE DE LA FAMILIA HACIENDO QUE TODA LA SIGUIENTE CADENA VIVIERA COMO CAMPESINOS (CULTIVANDO Y MATANDO ANIMALES PARA VENDERLOS EN EL MERCADO Y GANAR ALGO DE DINERO) Y A LA VEZ ERA AMIGO DE GIOVANI AUDITORE. EZIO FUE HACIA GONZALONIERI ALBERTI, EMPUJO A LOS MONJES Y ATACO A GONZALONIERI CON INTENCION DE MATARLO; PERO LAS COSAS NO SALIERON BIEN Y DE LAS ESQUINAS APARECIERON GUARDIAS Y OTROS NOBLES.LOS GUARDIAS LE GOLPEARON LA MANO CON SUS MAZAS E HICIERON QUE SE LE CALLERA LA ESPADA.DESPUES LOS NOBLES FUERON A APRESARLE PERO EZIO ESCAPO, ESCALO UNA CASA Y CORRIO LO MAS RAPIDO POSIBLE (PERO CON CUIDADO PUES ALGUNOS TABLONES DE LOS TEJADOS ESTABAN SUELTOS). EZIO CORRIO Y SE ESCONDIO EN EL CASTILLO DE UN TIO SUYO, QUIEN LE RECIBIO CON LAS BRAZOS ABIERTOS.SU TIO SE LLAMABA MARIO AUDITORE. MARIO LE DEJO INSTALARSE PERO CON LA CONDICION DE QUE LE AYUDARA A VENCER A LOS TEMPLARIOS.EZIO ACEPTO PUES IBAN EN LA MISMA DIRECCION, LOS DOS TRATABAN DE ACABAR CON LOS TEMPLARIOS PORQUE HABIAN MANDADO A LA HORCA A LOS AUDITORE.


MARIO TENIA VASAYOS QUE LE TRABAJABAN TIERRAS A LAS AFUERAS DE LA CIUDAD, LE GUARDABAN LOS CABALLOS Y SOBRE TODO CUIDABAN DEL GANADO O LOS MANSOS.MARIO SE TENIA QUE OCULTAR DE LOS TEMPLARIOS PUE ELLOS LE BUSCABAN PARA PASARLE A CUCHILLO.MARIO LE PREPARO A EZIO PARA LAS NUEVAS ARMAS DE LOS TEMPLARIOS: LAS MAZAS Y CADENAS.TUBIERON UN ENTRENAMIENTO INTENSIVO EN UN PEQUEÑO FOSO VACIO DENTRO DEL CASTILLOS. POR LA PUESTA DEL SOL EZIO SE VISTIO CON UNAS ROPAS DE MONJE BLANCA CON CAPUCHA; SE COLOCO EL BRAZALETE Y COGIO PRESTADA UN ARMA DEL TIO MARIO. EZIO CAMINANDO POR LA CALLE PASO DELANTE DE UN MONASTERIOY ENTRO CON SUMO CUIDADO.EZIO SENTADO EN UN BANCO VIO A GONZALONIERI ALBERTI;Y DERREPENTE SE ACERCO A EL Y LE DIO UNAS 4 CUCHILLADAS CON EL BRAZALETE.LE PUSO EN EL PISO Y SALIO CORRIENDO JUSTO A TIEMPO TRES TEMPLATIOS LLEGARON;UNO CON MAZA Y LOS OTROS DOS CON ESPADAS. LOS DE ESPADAS ATACARON ANTES, EZIO SACO LA ESPADA Y CONTRATACO.TIRO A UNO AL PISO Y AL OTRO LE GOLPEO EN LA CABEZA Y LO DEJO INCONCIENTE.EZIO COGIO LA ESPADA DE UN TEMPLARIO PORQUE LA HOJA ERA MAS ANCHA Y PODRIA RESISTIR MAS LOS GOLPES. EZIO ATACO CON LA ESPADA, ROMPIO LA MAZA YHIRIO GRAVEMENTE AL TEMPLARIO DE LA MAZA.EZIO CORRIO A CASA E INFORMO A MARIO DEL SUCESO. EZIO VOLVIO A LA CIUDAD ,VISITO A SU AMADA Y LE PIDIO LA MANO.SU FAMILIA ACEPTO ENTONCES EZIO Y SU AMADA VOLVIERON A ITALIA Y VIVIERON FELICES MUCHO TIEMPO.INCLUSO EZIO FORMO UNA ALIANZA DE ASESINOS EN CONTRA DE LOS TEMPLARIOS.Y SU DESCENDENCIA AUN PERDURA EN LAS CIUDADES DE ITALIA.

FIN



Capitulo 1:”Toledo”…………………………Pág. 3 Capitulo 2:”Una Visita Inesperada”………………Pág. 5 Capitulo 3:”Preparando el Torneo”………………Pág. 6 Capitulo 4:”Empieza el Torneo”…………………Pág. 8 Capitulo 5:”El Torneo”……………………….Pág. 9


Hace mucho tiempo en el antiguo Reino Visigodo, había un pequeño feudo conocido como Toledo. En ese momento este feudo era la capital del reino. Aquí el rey tenia poder absoluto. Era un feudo hermoso: con grandes caminos que lo recorrían por completo formando una red muy extensa, un castillo muy grande y hermoso situado en lo alto de una colina; sus torres bien formadas de piedra pulida como todo el resto del castillo, las puertas y portones de madera, decorados con bellas piezas de orfebrería, las banderas y estandartes de seda tejidos a mano y con unos colores muy vivos y ardientes como el fuego, y la silueta del toro negro le daba un aspecto feroz. El castillo estaba rodeado por un profundo pozo que, cuando llovía, se llenaba hasta los topes de agua y solo podía ser cruzado a través de un puente levadizo decorado también con una orfebrería de oro


formando en relieve la figura del estandarte por la parte inferior del puente. A su vez, el foso estaba rodeado por una barbacana de piedra pulida al igual que todo el resto del castillo. En el adarve, donde los soldados del rey hacían la guardia recorría toda la barbacana y estaba conectado a un torreón por un puente con un estilo arquitectónico del estilo del antiguo imperio romano que había estado asentado en aquellas tierras tiempo atrás. En el interior del castillo un amplio patio se abría como si fuese una aldea dentro del castillo. En él se encontraba una herrería dispuesta siempre para reparar las armas, escudos y armaduras del rey, un pozo donde había agua y en caso de emergencia; ataques enemigos sobretodo, los campesinos era cuando podían entrar. En el pario también se encontraba un establo donde guardaban los caballos y los animales y un granero donde guardaban la comida y cereales para hacer el pan. También estaban dotados con su propia capilla. En el centro del patio se encontraba una enorme torre muy decorada, con abalorios y el estandarte. Muy poca gente podía entrar o salir de allí y los únicos que podían hacerlo eran los nobles y el propio rey. Esta historia tiene lugar aquí, en la torre del homenaje. O por lo menos es donde empieza todo.



Un día, al amanecer, llegó al feudo el hijo de Sir Álvaro, era un chico alto y flaco, tenía una cabeza redonda, una nariz pequeña y unos ojos grandes y azulados, su pelo era largo y, de estar al sol, se le había quemado y quedado rubio. Entro rápidamente a la torre del homenaje y se presento ante el rey con el nombre de Enrique. Enrique le contó a su majestad después de presentarle sus respetos la idea que había tenido su padre, hacer un torneo como entrenamiento por el posible ataque del Imperio de Constantinopla. El rey después de un tiempo de reflexión acepto la propuesta de Sir Álvaro y le dijo a su criado de mayor confianza que fuese con Enrique a León y trajese la fecha del encuentro. Así se hizo, al día siguiente partieron Enrique y Leoncio (que era como se llamaba el criado) hacia León. Dos noches después, llegaron a León muy cansados, le cedieron una pequeña


habitación a Leoncio y algo de pan de centeno. Al amanecer se despertó y fue a ver al rey de este feudo. Sir Álvaro lo recibió muy bien, le ofreció algo para desayunar y charlaron un rato. Al mediodía Leoncio le hizo la pregunta por la que había venido a León. Y volvió almorzado y descansado a Toledo.

Cuando Leoncio llego a Toledo el rey lo recibió enseguida: - Muy buenos días mi señor.


- Buenos días a ti también Leoncio, ¿qué tal por León? - Muy bien su majestad, he descansado bastante bien. - Me alegro. ¿Le hiciste la pregunta? - Sí. - ¿Y qué te dijo? - Pues que el torneo se celebrará dentro de 3 lunas en León mi señor y no solo estaremos nosotros, también estarán allí Castilla y Valencia. - MM.… Tendremos que estar muy bien preparados ya que tienen un ejército muy fuerte. Llama a todos los generales tengo que hablar con ellos. - Si su majestad. Al cabo de un rato aparecieron los dos generales Sir Joaquín y Sir Alberto: - Hola su majestad- dijeron los dos a la vez¿Qué deseáis? - Quiero que reclutéis a vuestros mejores hombres tenemos un torneo que ganar. - Excelente su majestad-dijo Sir AlbertoEnseguida volveremos con ellos.


Un rato des pues aparecieron Sir Alberto y Sir Joaquín con dos caballeros: Sir Aitor y Sir Lorenzo. - Muy bien caballeros-dijo el rey- mañana al amanecer comenzaran los entrenamientos para este torneo. Descansen bien porque será un entrenamiento muy duro. Buenas Noches. - Muchas gracias su majestad. Esperamos estar a la altura de esta misión que nos ha en comendado su majestad. - Seguro que lo estaréis. Antes del amanecer, llamaron a los caballeros y en el patio del castillo comenzaron a entrenar. Fueron a buscar a sus caballos el caballo de Sir Aitor era blanco y muy bonito con una crines negras, y el de Sir Lorenzo era marrón con una preciosa mancha blanca en la espalda y con las crines blancas como la nieve. Entrenaron duramente con las lanzas y los caballos en la primera prueba del torneo: la fusta. En esta prueba tenían que tirar o dar al caballero contrario y conseguir puntos. Esta


prueba al mejor que se le daba era a Sir Aitor que derribo a Sir Lorenzo varias veces.

Así fueron pasando los días hasta que, tres lunas después, llego el día del torneo.


Sir Alberto, Sir Joaquín, Sir Lorenzo, Sir Aitor y el propio rey, Juan Carlos I partieron hasta León donde les esperaba Sir Álvaro, señor del feudo de León. Los llevo hasta el terreno donde se iba a celebrar el torneo. Había a la derecha del inmenso patio del castillo un enorme palco donde estarán sentados los reyes, reinas y nobles importantes. Y otro palco menos cómodo para los campesinos. Delante de estos había una valla de madera de 20 pasos. Esta barrera delimitaba los dos campos donde se iba a celebrar la fusta. Mientras los caballeros inspeccionaban el terreno, el rey y Sir Álvaro fueron a hablar a la torre del homenaje. Al atardecer comenzó el torneo Sir Álvaro lo abrió con unas palabras: - Hola a todos los presentes. Tengo el honor de tener aquí, entre nosotros, a su majestad el rey. y darle la bienvenida a nuestro humilde feudo. También deseo comunicarles que, para darle más emoción al torneo, se nos ha ocurrido la idea de que el feudo que gane, será la nueva capital, y su gobernante será el nuevo rey. Y sin más


que decir, que comience el torneo y mucha suerte a los participantes.

Al día siguiente comenzó la primera jornada del torneo. Comenzó como de costumbre con un gran desfile donde salía cada representante del feudo con el estandarte de su feudo. El primero en combatir fueron Sir Aitor y Sir Eduardo de Castilla. Sir Aitor preparándose junto a su mesnada para el primer encuentro del torneo, recibía las últimas indicaciones de sus escuderos, los nervios se palpaban en el ambiente, la gente gritaba como loca animando a uno o a otro caballero, y esperando a que sonase la trompeta los dos caballeros con las lanzas en


alto se miraban fijamente. Por fin sonaron las trompetas. Y salieron los dos caballeros bajando las lanzas con una velocidad de vértigo, se acercaban uno al otro, muy rápido, cada vez más cerca el momento del impacto estaba a punto de llegar y… llegó Sir Aitor asesto un golpe brutal en el pecho de Sir Eduardo y lo dejo en el suelo casi sin respiración y se retiro. Después le toco salir a Sir Lorenzo con Sir Antonio de Castilla. Sir Lorenzo salió disparado iba más rápido que Sir Aitor pero no asesto un golpe tan bueno como el suyo, le dio en el hombro y lo único que consiguió fue partírselo con lo cual hizo que abandonara. Al final solo quedaron los dos caballeros de Toledo y los dos caballeros de Valencia. Sir Roberto y Sir Richard. Al atardecer tuvieron que enfrentarse entre sí, Sir Aitor contra Sir Lorenzo en el cual gano Sir Aitor y Sir Roberto contra Sir Richard en el cual gano Sir Roberto. Al llegar a este punto, la final, Sir Aitor estaba mal herido ya que el brazo con el que agarraba la lanza lo tenía medio roto y lo que hizo fue


atarse la al brazo y Sir Roberto tenía un agujero enorme en su armadura causado por el impacto de la lanza en el último encuentro. Llego el momento. Los dos caballeros preparaban sus armas. Se colocaron en la salida preparada, concentrada, mirándose fijamente. Suena la trompeta. Salen los dos caballeros como si fuesen dos caballos salvajes. Van uno a por el otro. Se acercan, muy deprisa, se oye como alguien aguanta la respiración, todo queda en silencio, llega el momento del impacto las dos lanzas se encuentran pasan una rozando la otra e impactan en las corazas de los caballeros. Los dos lo resisten pero Sir Aitor se ha roto el brazo del todo. Lo único que puede hacer es agarrar la lanza con el otro brazo aunque es más débil. Segunda ronda. La primera ronda la gana Sir Aitor por la precisión del golpe. Sir Roberto queda muy mal herido le ha dado justamente en el agujero de la coraza y se le clava una astilla del tamaño de un clavo en el estomago. Pero aguanta la siguiente ronda. Cambian las lanzas y vuelven otra vez a la carga. Impactan muy duramente Sir Aitor le ha dado en la cara y le ha quitado el casco y Sir Roberto le da en el brazo


roto a Sir Aitor. Los dos sufren mucho. Sir Roberto sangra demasiado por culpa de la astilla pero no le hace caso a los consejos de su escudero y sigue adelante con el encuentro. Vuelven a la carga pero algo le pasa a Sir Roberto que cae del caballo nada más empezar a correr. Se para el torneo. Sir Aitor gana el torneo por retirado. Toledo sigue siendo la capital. Pero con un coste muy alto. Sir Aitor perdió el brazo, Sir Roberto murió por desangramiento, Sir Lorenzo quedó paralítico y Sir Richard fue desterrado por mal herir a un compañero. Así es la vida del caballero. Asumiendo y cumpliendo las misiones que le encomienda su señor a cambio de una parte de su feudo con el avasallaje.

Al regresar a mis aposentos, Evelyn, mi doncella, me llamó:


-¡Catherine! Ha estado aquí vuestro padre, ha dicho que debéis elegir ya con quien casaros. -¿Ya? Pero si aún no los conozco lo suficiente. Evelyn fue a la cómoda, sacó un manuscrito, le echó un vistazo y me dijo: -Debéis elegir entre el caballero Eduard, o el caballero Enrique, ambos provienen de familias adineradas, estaréis bien con ellos. -Pero... Padre sabe que yo no quiero casarme, yo no quiero ser la esposa de nadie, quiero ser simplemente Catherine. No quiero estar atada a nadie, quiero ser libre, poder salir de este sucio castillo. A veces envidio a los campesinos. - Una suave lágrima se deslizó por mi mejilla.


Evelyn corrió a mi lado. -Pero es vuestro deber. Vuestra vida sólo consiste en casaros con un caballero y tener hijos que gobiernen en el futuro. -¿Pero es que nadie comprende que no quiero? Yo no elegí nacer para esto. Mi vida es un asco, hasta mis ropas las odio. - Me señalé el corsé¡Quitádmelo! - ordené. -Pero... -Es una orden, voy a empezar a vivir mi vida a mi manera, y no a la de los demás. - Dije muy seriamente.


-¿Y qué vais a hacer? - Preguntó Evelyn mientras me quitaba el corsé. -Aún no lo se. Traedme algo de ropa, pero algo algo muy sencillo, algo con lo que pueda pasar desapercibida.

Al cabo de un rato Evelyn regresó con algo de ropa y me la dio. -Catherine, tened cuidado. No quiero que os pase nada malo. - Dijo muy asustada. -No os preocupéis, huiré a la reserva, allí estaré a salvo.


-¿Y qué le diré a vuestro padre? -Tranquila, le dejaré una nota en sus aposentos, tendréis que leérsela, ya que él no sabe. Me dí la vuelta y salí de la habitación, Evelyn me miraba preocupada. -Tened cuidado. -Dijo amargamente. Yo la escuché, pero fingí no hacerlo, sabía que una despedida sería demasiado dolorosa para ambas. Me dirijí a la biblioteca, busqué un pergamino y una pluma, y empecé a escribir, necesitaba huir lo antes posible. Me decidí a escribir algo con lo que nadie quedase preocupado, debían saber que estaba bien, incluso mejor que


encerrada en este mugriento castillo en el que no hacía más que lamentarme. No acertaba a expresar todo lo que mi corazón quería decir, pero pensé que con esto lo entenderían: "Insistentemente me obligáis cada día a ser mejor, yo mientras me hundo en mi deseo por escapar, huir de este destino que me obliga cada día a ser alguien que no soy. Silencio sepulcral, habitaciones vacías llenas de lujos. Si no fuese noble, ¿qué hubiese sido de mí? Toda mi vida manejada por otras personas... hoy he decidido qué será de mí misma, de mi alma, mi mente, y mis deseos ocultos por las decisiones que otros han tomado por mí, sin importarles lo que yo piense.


Padre, vuestros deseos cumplí sin decir palabra, pero ahora haré algo por y para mí, disfrutaré cada segundo que dure, cada instante, porque sé que soy yo misma, y no quien vosotros queréis que sea." Firmado: Catherine.


HISTORIA DEL MEDIEVO

Hoy estoy feliz, he podido descansar como hace semanas que no lograba. Mi tío ha adquirido una notable capacidad de influencia entre el gremio de artesanos, porque sus tierras de cultivo son de las pocas que no perdieron la cosecha. La epidemia de peste ha desolado los feudos vecinos y ha sido muy valorada la producción conseguida aquí. Llevaba varios días deambulando por las desoladas callejuelas del feudo en que habitaba y donde trabajaba las tierras junto a mi padre y hermanos, pero mi familia ha sido maldecida por la plaga (de peste) y todos murieron. He estado durmiendo en callejones inmundos, con un terrible olor a sudor, orín y muerte. Ese feudo ha sido entregado por el monarca al señor de estas tierras y todos los que superábamos el período de cuarentena pudimos venir hasta aquí. Mi tío ha sido muy generoso y me ha acogido en su vivienda. Es una vivienda típica, hecha de paja y madera, con el suelo de tierra, gastado de tanto barrerlo, un hogar sobre una plataforma de barro y una mesa que es retirada por las noches para colocar los jergones de paja en los que dormimos.

Casa-taller-tienda de artesano

Mi tío ha logrado que me admitiesen como aprendiz de artesano, lo cual es un honor que le ha costado una alta suma de monedas. Se las iré devolviendo con la pequeña cantidad que me pagarán durante el tiempo que permanezca como aprendiz. Creo que si estoy atento y no cometo errores, podré llegar a ser oficial dentro de unos cinco años. En este trato, yo me he comprometido a obedecer al maestro y guardarle fidelidad y no puedo faltar ni ausentarme del obrador, a cambio, mi maestro me dará una pequeña suma económica, mi manutención y me enseñará y adiestrará para el oficio.


Me han dicho que trabajaremos todo el día, desde que nos levantemos con el canto del gallo hasta que se ponga el sol. Estamos en la época del año con más luz solar, por lo que será de las jornadas más largas del mismo. Aquí me enseñarán a leer y escribir y algunos conceptos de matemáticas para que no me equivoque al contar. Éste es un gremio muy valorado, porque los campesinos nos necesitan para que fabriquemos sus aperos de labranza, sus paños y todos los útiles cotidianos para el hogar.

Después de trabajar por la mañana, hemos comido en el taller unas gachas con pan negro. Nos ha traído la comida la hija del maestro que vive en la casa que está junto al taller. Hemos tenido que continuar el trabajo después, pero dicen que durante la tarde podremos tomar un descanso para charlar y acudir al centro a escuchar las noticias traídas por el juglar.


Nuestra vida es muy dura y rutinaria. Tenemos algunos momentos de fiesta religiosa el domingo o en fiestas de santos importantes, en las que incluso podemos comer algo de carne de alguna gallina. Pero la fiesta que más me gusta es el Carnaval. Tengo trece años, así que el próximo año cumpliré la mayoría de edad y tendré que empezar a pensar en formar mi familia, aunque primero debo llegar a ser oficial para reunir el dinero que tendré que darles a los padres de mi esposa como compra del poder paterno sobre la novia que posteriormente recaerá en mí. No es una vida que invite a pensar en frivolidades, pero soy joven y mi nueva situación me llena la cabeza de renovadas esperanzas.

Álvaro Caramés Perdomo. 2º B


Me llamo María y les voy contar como es un día en mi vida. Vivo en una pequeña aldea cerca de los mansos de mi señor junto a mi marido, mi hermana y su marido y nuestros hijos.

Todos los días nos levantamos al amanecer, desayunamos una rebanada de pan con queso y si las vacas están para ordeñar, algo de leche también. Después de esto, mi hermana y yo ayudamos a nuestros maridos con las cosechas, y recolectamos frutas para hacer mermelada. Mientras, los niños se encargan de darle de comer a las gallinas y de guardar el heno en el pajar.

Todas las semanas el representante de mi señor viene a que le paguemos los impuestos y a cambio, nos deja quedarnos con el resto de la cosecha.

Al atardecer algún clérigo suele venir para que le paguemos el diezmo que es una parte de la cosecha que nos deja el señor. También por la tarde los hombres de la casa van al río a ver si pescan algo para la cena, si no, comemos de lo que hemos recolectado durante el día.

Solemos cenar al anochecer, después nos vamos a la parte de arriba del pesebre donde tenemos a los animales que durante el día soltamos para que vallan a pastar, allí tenemos un arcón con algo de ropa y el jergón sobre el que dormimos.


Aura Matos Rodríguez

2º B


Un día en la vida de una noble
 Un día cualquiera en mi vida , vino la mujer de un campesino siervo qe trabajaba para mi mardio a despertarme a las 8:00 de la mañana. Me levanté y fuy a dar un paseo por el patio , casualmente pasé por la herreria y estaba mi marido allí , lo saludé. Me recordó que tendria que vestirme con mi mejor ropa , puesto que vendría a visitarnos al castillo obispo San Tonrinte y almorzaríamos con el las cosecha que recojieron los siervos aller de la reserva. Después de hablar con el , decidí volver a la torre de homenaje a despertar a mi hija para que desayunara y bordar juntas. Mientras ella desayuna , fuy a despertar a mi hijo para qe fuera hacia cualquier almena que alli le espera su profesor para enseñarle a tener buena puntería como cualquier caballero noble. A las 11:00 , mi hija y yo decidimos salir a dar una vuelta alrededor del castillo acompañadas de dos de los vasallos de mi marido, aunque tubimos que esperar bastante tiempo a que habrieran el puente levadizo. Una vez fuera , nos hubieramos sentido libres si no hubiera sido por los vasallos de mi marido. Paseamos


un poco por el bosque y fuimos a la aldea. Allí pudimos observar a los campesinos ordeñando a las vacas , cosechando y trabajando en los mansos. Entonces le expliqué a mi hija que esto lo aprecie porque no somos mas que ellos , y que aprobechara ahora qe probablemente no volveríamos a salir del castillo hasta dentro de un mes que había mucho que tejer y bordar y aprender modales más allá de los basicos. Después volvimos al castillo, y nos vestimos para almorzar con el obispo que estaba al llegar. Comimos y después nos fuimos todos a dar un paseo por el patio , enseñandole todo , las almenas , el pozo , la muralla , el torreón, ...
Más tarde volví a mi alcoba a cepillarme el pelo y despues de ello bordar una preciosa colcha. A las 9:00 de la noche cenamos todos juntos , tube una breve conversación con mi marido y nos fuimos a dormir .

FIN


Historia Medieval Hola me llamo Sofía y os voy a contar un día de mi vida. Todos los días me levanto por la mañana, pero hoy me levante más temprano, al amanecer. Me levante al amanecer porque tenía que ir a recoger la mitad de mi barbecho. Termine lo más antes que pude y luego fui a desayunar con mi familia, todos los días solemos desayunar pan y leche, pero hoy desayunamos pan, leche y queso. En mi casa vivimos yo, mi marido, mi hija la más pequeña y mi hijo el más


grande, nosotros somos una familia autosuficiente y me gusta mi familia y mi forma de vivir, aunque somos muy pobres. Hoy mi hija y yo vamos a tejer ropas muy abrigadas porque ya casi viene el invierno y mientras mi marido y mi hijo van a cazar porque desde hace mucho tiempo que no habíamos comido carne, a veces pienso, que hubiera sido mejor haber vivido cerca de un río a sí poderiamos comer pescado, no siempre pero algunas veces…. bueno nosotros vivimos en una aldea que es muy bonita y además tenemos muchos amigos aquí. Antes de que fuese a preparar la comida veo a mi marido y a mi hijo con carne que habían podido cazar, tan emocionada me puse a hacer la comida….Llegó la hora de comer mi familia y yo estábamos muy felices de


poder comer carne hoy, ya que hace mucho tiempo que no habíamos comido. Cuando terminamos de comer todos me ayudaron a recoger la mesa y a ordenar todo, me quede asombrada al ver que todos me estaban ayudando, porque normalmente lo hago sola y a veces me ayuda mi hija. Al terminar de ordenar todo, fuimos a darles de comer a las 5 gallinas los 3 corderos y los 4 cerdos y luego fui a cultivar trigo. Ya casi era de noche y teníamos que cenar, cenamos solo pan y leche, porque estábamos muy llenos todos de comer tanta carne, creo que nunca en mi vida había comido tanta carne como hoy.


Era de noche y tenĂ­amos que irnos a dormir, entonces, metimos a nuestros animales y cuando ya terminamos de meter a los animales nos fuimos a dormir.

FIN


Yaiza Vázquez Gutiérrez 2ºB


Así es mi vida, un día cualquiera… Mi nombre es Iraida y tengo 20 años. Hoy, me he despertado al amanecer como todos los días, y he ido a ordeñar la oveja para poder bebernos la leche, mi hijo, Leandro, mi marido, Óscar y yo. A continuación ha ido mi marido Óscar, a trabajar al huerto, llevándose con el la hoz y la azada. Y mi hijo Leandro y yo, nos hemos quedado en la cabaña, mientras yo, tejía una ropita para mi hijo, y él corría tras las bonitas mariposas. Y mi marido entraba y salía de la cabaña, llevando alimentos para los animales. Tras largo tiempo trabajando, mi marido ha ido a pescar, hemos almorzado medio pescado cada uno y hortalizas de mi huerto. Después he ido a ver el ganado y a tender unas piezas de nuestra humilde ropa. Luego seguimos trabajando un poco, mi marido fue a buscar leña para hacer una hoguera y yo limpiaba los taburetes y la mesa de madera. Cuando ya nuestras ropas estaban secas las coloqué en el arcón. Al atardecer, no hemos ido a lavarnos al río, hemos vuelto a casa y hemos cenado un poco de leche con un queso que había hecho yo un día antes. Tras un largo día de trabajo, nos acostamos a descansar en el jergón.


Esta es mi humilde cabaña, donde se encuentran dentro las vacas y ovejas. Los animales que están por los alrededores son gallinas, un perro.

Paula Montesdeoca Sánchez. 2ºESO Bilingüe.


TRABAJO DE SOCIALES


Manuel Hernández Hernández ESO - 2ºB

ra el amanecer y estábamos todos juntos en el patio del castillo. Éramos tres personas: uno era Rodrigo un caballero enclenque y muy cobarde pero tenía unas riquezas dignas de un rey, otro era Raúl un caballero valiente y descomunal, pero con unos hablares y unos conocimientos típicos de un vulgar campesino y por último Manuel, el mejor caballero de todos los alrededores y auque no tenía una gran riqueza todo el mundo le respetaba como si la tuviera. Hoy estaban reunidos en ese lugar porque tenían una misión especial. Era acabar con el reino del rey Esteban.


- Manuel, ¿crees que podamos derrotar un reino nosotros solos?, dijo Rodrigo. - Tranquilo tenemos mucho tiempo, dije él. - ¡Venga hombre! Que, al que madruga Dios le ayuda, dijo Raúl. Y en menos que canta un gallo los tres caballeros salieron cabalgando por el puente levadizo y se adentraron en el bosque. Pasaron tres días y sin provisiones los caballeros llegaron al reino del rey Esteban. Los caballeros pasaron alrededor de castillo y se fijaron en que el castillo era inexpugnable, tenían una barbacana enorme, muy protegida, un foso extremadamente profundo y por no hablar de las almenas, los torreones y la muralla.


Entonces pensaron que era mejor primero encontrar comida y se fueron a una casa las afueras del pueblo. Cuando llegaron se hicieron pasar por unos vasallos que venían a buscar impuestos. Lo que hicieron fue comer el pan que tenían los campesinos, llevarse las mermeladas, los frutos que tenían secos, la cerveza, el vino y aprovecharon para ir a coger y matar una cabra para comérsela más tarde, para finalizar acabaron con la vida de los campesinos que se encontraban en esa cabaña.

- Manuel tengo una idea, porque no vamos haciendo lo mismo que acabamos de hacer cada día, de esta manera el rey no tendría a nadie que trabaje y le de impuestos, así se moriría de hambre con sus vasallos y para terminar quemaremos todas sus cosechas y no tendrán nada que hacer, dijo Rodrigo. - Buena idea, dijo Manuel.


Y fueron pasando los días y cuando Manuel menos se lo esperaba, en el castillo hubo una revuelta donde todos los guerreros empezaron a matarse mutuamente por un poco de comida y de esa manera solo quedó el rey en el castillo, que no duró nada frente a Manuel. Y así fue como Manuel, Raúl y Rodrigo llegaron a destruir un reino entero y construir un nuevo reino que fue mucho más próspero que el anterior.


La Vida Del Campesino En La Edad Media Buena mañana yo, Samil Il Pula me levantaba para desayunar un tazon de leche, pan con queso y mermelada. Despues iba a trabajar a la reserva de mi señor. Cuando salía de la reserva iba al manso para recoger la cosecha, que tenía que arreglar el barbecho para plantar en el este nuevo año. El feudo era terrible teniamos un rey que no ayudaba a los campesinos, nos cobraba muchos impuestos hasta que un día presencié un vasallaje porque el noble Churango XI se hiso vasallo de rey. Era un campesino enganchado en la rutina. Cada día se veia al ejercito del rey salir con muchos hombres, pero volvían con muchos menos. El rey tenía tres siervos; abuelo, padre e hijo. Así volvía para mi hogar con mi familia que tanto amaba y queria. Guardaba los animales y a dormir que mañana me esperaría el mismo trabajo una y otra ves.


MI ÚLTIMO SUSPIRO

Soy un campesino, trabajador, pero harto de serlo. Me he levantado de mi incomodísimo jergón, para empezar un nuevo día trabajando en las reservas de nuestro señor. Hace poco tiempo, hemos plantado algunas legumbres como judías y están empezando a crecer. También hemos cultivado trigo para el pan del señor, pero aun así, con todo lo plantado, parece que la cosecha va a ser escasa, aparte de que estamos en plena vendimia. Se nos está acumulando el trabajo y el señor se está empezando a quejar, puesto que no tiene los caprichos que se puede permitir. Tenemos otro problema, son las gallinas. Por culpa de algún zorro, nos estamos quedando sin ellas, y no tenemos los suficientes huevos para el señor. Lo único que está yendo bien es la leche, las vacas se ordeñan muy a menudo.

Esta temporada va a ser muy fría, se nota cómo van llegando los helados vientos desde las montañas y una capa de nubes negras se divisa a lo lejos y mientras se van acercando, pienso que van a descargar toda su furia en nuestra aldea.

Han pasado varios días, y aquellas nubes pasaron por aquí, han dejado la aldea inundada, como lo supuse ayer. También estoy pensando en irme a otra aldea, escaparme de aquí, y olvidar toda la masacre por la que nos están haciendo pasar.

Ahora que es de noche y están todos durmiendo voy a coger una bolsa, y meteré algo de comida para sobrevivir en el duro camino que me espera. Cogeré algo de fruta, y un pan que lo robaré del pedido del señor, nadie se dará cuenta ya que el pan lo distribuyo yo.

Atravieso los mansos del otro campesino, y paso por el río para coger algo de agua. Sigo por el camino de la aldea, atravieso el bosque y me echo a correr hasta que se me agoten las fuerzas. He parado para descansar y dormir un poco, aunque ya casi está saliendo el sol. Me ha despertado los pasos de unos caballos, mejor me voy a esconder para mirar y sigo caminando, aunque casi no me puedo mover del frío. Sigo caminando y siento que el suelo es blando y se me van enterrando los pies en cada paso, y me doy cuenta de que está cayendo del cielo unas especies de piedras blancas y blandas.


Cada huella que estoy dejando es como un sacrificio más, me cuesta levantar las piernas, creo que incluso me cuesta parpadear. Cada vez tengo menos fuerza y lo que me traje para comer no me ha dado ni para la mitad del camino, creo que ha llegado mi hora, pero pasa muy lenta.

Estoy tirado en el suelo, en mitad de la nada. Escucho dos voces de dos caballeros: -

¡Eh! ¿Éste no es un siervo de nuestro señor? ¿Lo llevamos? Pues sí que lo es. El pobre está casi muerto, pero si tantas ganas tenía de escapar, lo dejamos ahí.

¿Por qué se van? No tienen compasión, ni idea de lo que sufrimos los siervos. Prefiero morirme aquí a volver a pasar el sufrimiento, y los duros trabajos en los que otro se aprovecha.

Mejor, voy a contar lo que me queda, cerraré los ojos, daré mi último suspiro y espero que pronto deje de respirar.


La Vida En La Edad Media De Una Persona Tan Simple, Como Un Campesino o Campesina.

Así será cuando el nazca…


Una campesina, y su familia. Mi nombre es Sira y tengo 19 años. Hoy, me he levantado al amanecer, he desayunado mi vaso de leche y me he vestido con mis pocas prendas. Prendas tejidas por mi misma, yo soy la encargada de tejer la ropa de mi marido y mi suegra. Ya que ellos pertenecen a la vivienda en la que vivo. En una humilde aldea. Ellos se han ido a trabajar a nuestro manso, que es propiedad del señor. Pero en su momento llegamos a ese acuerdo, llamado vasallaje. Yo debería a ver ido con ellos, pero pese a mi tiempo de gestación, no fui .Que tan solo falta un mes aproximadamente para tener a mi descendiente. Tras haberme vestido, me puse a tejer. Al sentirme mejor, fui a ayudarlos, y luego me fui a preparar la comida. Hice queso, con la leche de las vacas de mi suegra. También hice un caldo de verduras y bebimos la leche sobrante del desayuno. Después de comer, si


fui a trabajar al manso, llevando mi hoz y la asada para mi marido. Pero al atardecer no podía mas. Volví a casa, eché de comer a las vacas, me senté un poco y luego fui al pequeño huerto que está situado al lado de nuestra vivienda. Fui a coger un poquito de cereal. Con el cereal comencé a hacer la masa del pan y al estar preparada fui a pescar al río cercano. Que pasa por toda la aldea. Tras volver a casa al anochecer, ya ellos estaban allí. Y yo con dos pescados de tamaño mediano. Mientras yo hacia el pan, mi marido arreglaba el pescado y mi suegra atendía a los animales. Cuando todo estaba listo, pensé en dejar los pescados a ellos, ya que no se pescaba todos los días. Pero ellos decidieron compartir uno y dejarme el otro para mi, por mi estado (embarazada). Nos pusimos a cenar y luego nos fuimos a dormir. Tras estar todos cansados, nos tendimos en las colchas tejidas por mi sobre los colchones de paja. Esto es un día de mi vida, pero cuando nazca mi hijo o hija todo cambiará.


Mi humilde hogar, con algunos animales del vecino alrededor, y otros de mi suegra.

Mi marido

&

Desireé García Rodríguez.

mi suegra.

2ºB

.


¡UN DIA EN LA NOBLEZA! Hoy me he levantado y lo primero que he hecho es ir a ver al rey que me tenía que decir una cosa muy importante. Me ha dicho que íbamos a entrar en guerra y tenemos que ayudarnos de los otros nobles, entonces los hemos llamado para hacer una reunión.

Les hemos dicho que íbamos a entrar en guerra y que necesitábamos su ayuda y nosotros a cambio le dábamos una parte de nuestro feudo. Después de la reunión hemos ido a almorzar y por cierto una comida muy rica: de primer plato nos han puesto papas con carne y de segundo nos han puesto verdura de postre nos han puesto fruta.

Habíamos acordado que a las cuatro de la tarde teníamos que ir al homenaje, que consiste en que el otro noble nos jura a mí y al rey fidelidad y nosotros a cambio le damos una parte de nuestro feudo.


romanos.

Les hemos dicho que hoy a las siete de la tarde empieza la guerra contra los

¡19:00 DE LA TARDE! Estábamos preparados para empezar la guerra éramos mucho pero lo único que se es que ellos eran mas que nosotros, pero se que vamos a ganar.

¡EMPIEZA LA GUERRA! Todos estamos a cubierta, ellos empiezan a tirarnos flechas y nosotros les atacamos al cabo de dos horas se termina la guerra hemos ganado. Lo celebramos haciendo una gran cena con nuestras mujeres e hijos. Antes de cenar hemos hecho una reunión con todos los nobles y les hemos dicho que muchas por ayudarnos y que mañana les dábamos la parte del feudo.

¡Y ESTO ES TODO POR HOY!





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