PEDAGOGÍA
WALDORF UNA BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN
LOS FAROLITOS
DE QUÉ SE TRATA Lo primero que influye es la personalidad del educador; lo segundo, su manera de obrar; sólo en tercer lugar, lo que dice.
La educación Waldorf proviene de las enseñanzas y de la investigación de Rudolf Steiner, quien a principios del siglo XX desarrolló una pedagogía equilibrada para todo el niño, que parte de la comprensión de su desarrollo evolutivo. Es decir, es una pedagogía que busca educar la globalidad del niño, equilibrando todas sus capacidades, sus potencialidades y su voluntad, y respetando sus etapas evolutivas. En la actualidad es el movimiento escolar privado más grande del mundo, y existen escuelas Waldorf por todos los continentes, incluidas zonas como Sudáfrica, Palestina, Europa del Este o Rusia.
SECCIÓN I DE QUÉ SE TRATA ¿Cómo se enseña en las escuelas Waldorf?
"No hemos de preguntarnos qué necesita saber y conocer el ser humano para el orden social, sino ¿qué potencial hay en el hombre y puede desarrollarse en él? Así será posible aportar al orden social nuevas fuerzas procedentes de la generación joven. De esta manera siempre pervivirá en este orden social lo que hagan de él los hombres integrales que se incorporen al mismo,s y no se hará de la nueva generación lo que el orden social quiere hacer de ella." Rudolf Steiner
Durante el primer septenio de vida (de los 0 a los 7 años), los niños son grandes experimentadores y tienen una muy buena capacidad de imitación. Es cuando desarrollan su voluntad, por lo que deben ser libres de movimiento, de jugar, de imitar. Esto se respeta de manera especial, a través del movimiento, el ritmo, los cuentos clásicos y el lenguaje oral. Por tanto se incluyen actividades de juego libre, movimiento, corros, cuentos, actividades artísticas, paseos por la naturaleza.. A partir de los 7 años el niño aprende cómo funciona el mundo, y lo aprende mejor cuando la información se presenta de forma artística e imaginativa. Por ello, en la escuela primaria Waldorf todas las asignaturas se imparten de un modo vívido y pictórico.
Algunos elementos puntuales: (1) No se apura a los niños En las escuelas Waldorf se enfatiza que los niños sean niños, se respeta su ritmo, sin cargarlos con conocimientos o exigiendo habilidades cognitivas (lectoescritura o matemáticas) antes de tiempo. Esto lo saben muy bien en Finlandia, que puede presumir de tener el mejor sistema educativo del mundo, donde comienzan la lectoescritura a los siete años. 2
(2) Se utilizan juguetes de materiales nobles
el desarrollo de la confianza y seguridad de los niños. La vida se da en ciclos, y así también los aprendizajes y las actividades. Hay un ritmo que se repite, en la naturaleza y en nosotros como parte de esa naturaleza.
En las escuelas Waldorf los juguetes son naturales, no tóxicos, y sencillos, lo que promueve y estimula mucho el trabajo imaginativo de los niños. La imaginación es un tema fundamental del trabajo con el primer septenio de vida.
(5) El trabajo por procesos (3) Se promueve el aprendizaje por imitación en la primera infancia
¿Amasamos el pan? Entonces trabajamos experimentando, oliendo, tocando, saboreando, manipulando… Desde la espiga cargada de granos, su trillado, la molienda y finalmente el amasado del pan, experimentamos el proceso completo, cada uno haciendo una parte del ciclo.
Desde los juguetes, hasta la labor que realizan las maestras en un jardín de infancia Waldorf, permiten que los niños puedan imitar y aprender a apreciar el valor de las habilidades de la vida real. Lo que queremos que los niños hagan, el maestro lo hace primero y a la par. Lo muestra, lo vuelve vívido. Se convierte en ejemplo.
¿Vamos a tejer? Entonces comenzamos desde el vellón, lo estiramos, olemos, separamos en hilos, torzamos, y a veces hasta teñimos! La lana no “aparece mágicamente” de la nada, y comprendemos acabadamente el largo proceso por el que la humanidad fue perfeccionando la actividad. El tejido tiene otro sentido después de todo ese trabajo!
(4) La noción de ciclos Los ritmos anuales, las estaciones, las fiestas comunitarias, el sentido del inicio y el final de una actividad… todo eso es fundamental para 3
• Educar significa cultivar la ciencia, el arte y el sentido de lo sagrado; la pedagogía Waldorf pone especial atención a que en la enseñanza se encuentren entretejidos puntos de vista científicos y estético-artísticos, junto con aquellos aspectos relativos al respeto profundo y la admiración ante el mundo: en el ser humano coexisten las tres disposiciones y tienen igual valor. Seremos tanto más humanos cuanto menos parcial sea el desarrollo de nuestras inclinaciones, cuanto más nos esforcemos en desarrollar en nosotros aquel aspecto del que carecemos en mayor medida. • Se aspira a cultivar en los niños el amor a la cultura y tradición de la tierra en que nacieron, para valorar lo propio y así trascender al respeto por lo universal. • Aquellos niños que crecen bajo la presión de una maduración excesivamente rápida pierden la posibilidad de vivir experiencias importantes y únicas para su edad. Maestros y educadores han de procurar que el niño disponga del tiempo y el espacio necesarios para su desarrollo, lo que contribuye de forma esencial a fomentar la autonomía creativa en la edad adulta. • Como meta central se propone que a la par del desarrollo intelectual se cultiven el sentimiento y la voluntad, propiciando la interacción armónica del pensar, el sentir y el querer • Aquello que se aprende puede ser olvidado de nuevo, porque se transforma en capacidad. El ritmo del recuerdo y el olvido se convierte en una aproximación metodológica básica para la formación de las capacidades. Los maestros Waldorf apoyan este proceso no solamente a través del ritmo en el movimiento, sino también a través de métodos didácticos que contemplan la naturaleza rítmica del aprendizaje. • Mucho antes de comenzar a comprender el mundo conscientemente, el niño se abre a ese mundo a través de sus sentimientos. Para él es tan importante la disposición estética de las horas escolares como su contenido, y ésta debe ser considerada como un elemento esencial de toda la educación
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SECCIÓN 2
El juego debería ser —la mayor parte del tiempo— libre, respetado y sin directrices
El juego libre Todos los niños, desde toda la historia de la humanidad, nacen con una disposición espontánea, con un deseo irrefrenable de jugar. Hoy en día sabemos, sobre todo a partir del aporte de las neurociencias, que el juego es el mejor medio de aprendizaje que existe. No hay ninguno mejor. Por lo que cuando un niño está jugando está haciendo la actividad más importante, más constructiva y útil que puede hacer. Entonces, como padres y madres, como docentes, resulta imprescindible cuidar un espacio de juego en el que el niño pueda jugar con independencia y libertad. Sin interrumpirle, sin dirigirle, respetándolo. Estamos muy acostumbrados a considerar el juego como una forma de entretener a los niños, de modo que existe una tendencia general a ofrecerles juegos dirigidos desde fuera (con normas y reglas) o juguetes definidos (con funciones limitadas y concretas). Podemos pensar que este tipo de juegos y juguetes son atractivos para los niños. ¡Y claro que pueden serlo! Al menos durante un breve tiempo lo son. Son atractivos y les gustan porque son más fáciles, requieren un menor esfuerzo que jugar en un entorno con materiales no estructurados, en el que hay que hacer un proceso mucho más complejo de pensar y de construir el juego. Pero la función genuina del juego es descubrirse y descubrir el mundo, es una necesidad intrínseca que los niños necesitan explotar, la única interfase entre el mundo imaginario y el real que se ve muy limitada cuando el juguete también lo está. También por estas razones se propone el retraso en el contacto con las pantallas y la tecnología de juegos… Por eso el juego debería ser la mayor parte del tiempo: libre, respetado y sin directrices
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El juego libre permite que surjan estas preguntas:
•
•
¿Qué deseo hacer?
•
¿Qué me gusta?
•
¿Qué prefiero?
Es decir:
•
¿Quién soy?
• ¿Cuáles son mis límites? ¿Dónde acabo yo y dónde comienzan los demás?
•
¿A quién elijo como compañero/a de viaje?
•
¿Me siento parte del grupo?
•
¿Qué significa compartir? ¿Dar? …
Podríamos cuestionarnos si como adultos somos capaces de sostener este nivel de conexión con nosotros mismos. Muchas veces no lo somos, entonces ¿estamos preparados para acompañar a los niños en esto que se espera de ellos? ¿Es lícito pedírselo a ellos si nosotros mismos no somos capaces de conseguirlo? ¿Qué significa estar conectado? Estar conectado con uno mismo implica darnos cuenta de quiénes somos y de lo que sentimos (nuestras necesidades, miedos, deseos, predisposiciones interiores…), luego aceptarlo y por último actuar de manera coherente, en concordancia a todo ello. Es como estar en una continua mirada hacia adentro. 6
Un adulto conectado consigo mismo es capaz de tomar sus propias decisiones, basadas en su pensar independiente y tener verdadera libertad interior.
De modo que es muy importante que reflexionemos y seamos conscientes de nuestra manera de considerar al niño y su juego. Porque el juego libre protege y facilita claramente la conexión con uno mismo.
Y sin embargo esto que acabo de definir de forma tan rápida puede ser algo inmenso, que pocos adultos consiguen. Cabría preguntarnos entonces: ¿Por qué nos cuesta tanto? ¿Tendrá algo que ver con nuestra infancia? ¿Cómo jugábamos siendo niños?
¿Cuál es la función de los juguetes? A grandes rasgos podríamos decir que el juguete tiene básicamente la función de estimular la actividad sensorial del niño. Para la pedagogía Waldorf los sentidos del tacto, del movimiento, del equilibrio, todos deben ser cuidados y estimulados de una manera especial durante el primer septenio, lo que permitirá más tarde “despertar” los sentidos superiores o intelectuales.
Resulta que todos los niños llegan al mundo fuertemente conectados con su verdadera esencia, pero somos los adultos, los que desde nuestros límites y exigencias, desde nuestras imposiciones y falta de mirada, les vamos poco a poco desconectando, anestesiando. 7
LOS JUGUETES DURANTE LOS PRIMEROS SIETE AÑOS DE VIDA
El sentido del tacto en los niños es extremadamente sensible y necesita ser provisto de las más variadas experiencias. ¿Con qué materiales podemos estimular el sentido del tacto? ¿Cómo conseguir que los niños experimenten diversidades y sutilezas? El plástico, un material frío y no natural, no es el material más adecuado para ello. Sin embargo podemos encontrar toda una serie de materiales naturales que pueden ofrecerse como juguetes a los niños, pues permiten obtener unas experiencias sensoriales de un valor inestimable para su evolución. Algunas sugerencias: tejidos de algodón o seda, lana (hilada o cardada), fieltro, madera, conchas, cortezas, semillas, piedras… La variedad de los materiales tiene una gran importancia desde el primer instante de vida y un gran valor pedagógico. Es importante que los juguetes sean sencillos. Está demostrado que lo que no está muy acabado con todos sus detalles, permite a la fantasía del niño recrearlo cada vez de una forma nueva. Para un niño pequeño, los objetos no están tan definidos como para los adultos. Para el pequeño, una caja de madera puede ser un barco, un carro, una casa o incluso un elefante. Por eso, si los detalles de los juguetes son demasiado minuciosos, se pierde esta plasticidad. Con juguetes así, lo más probable es que el niño acabe por aburrirse y los deje a un lado. Todo lo anterior, propio del primer al tercer año de vida, tiene continuidad en los años siguientes; entre los 4 y los 7 años el lenguaje ya empieza a ser mucho más estructurado y el niño cada vez más quiere experimentar lo que hacen los adultos. Son unos años donde el juego simbólico cobra especial relevancia. Para el niño jugar quiere decir ensayar, y le permite ir asimilando poco a poco los procesos de la vida que ocurren a su alrededor. Es fundamental también que el niño pueda participar en “tareas reales” en la casa: preparar alimentos, ordenar, etc.
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SECCIÓN 3
Los cuentos clásicos Los cuentos clásicos tienen un gran valor y aportan muchos beneficios para el desarrollo de los niños, pues integran la moral y el conocimiento humano, y en palabras de Dickens “posibilitan la transformación y el crecimiento interior del hombre”. Los cuentos expresan en forma de imágenes verdades muy profundas, muy valiosas que se guardan en el interior del niño como semillas, de manera que cuando crezca le permitirán tener pensamientos mucho más maduros para afrontar su vida que aquellos otros que pueda adquirir del exterior por un camino más intelectual. Si nos fijamos, algo que tienen en común los cuentos es que presentan un conflicto, una situación que implica internarse en el bosque oscuro (como Hansel y Gretel), o incluso atravesar la muerte (como Blancanieves o la Bella Durmiente) pero que cada vez es resuelta a través de un camino luminoso. Cuando el bien vence por encima del mal, los niños siempre quedan visiblemente satisfechos y contentos, pues se identifican con la figura del héroe o de la heroína y se guardan inconscientemente esa imagen. Es como si sembráramos en ellos una fuerza interior para afrontar las situaciones que vivirá en su propia vida, venciendo los miedos y dificultades. 5 razones para trabajar con cuentos clásicos (1) Su vocabulario amplio y rico Miremos el inicio del cuento de Blancanieves según la versión de Disney: “Érase una vez una joven y bella princesa llamada Blancanieves. Su pelo era tan oscuro como la noche, sus labios eran tan rojos como una rosa, y su piel era blanca como la nieve.” Y ahora, la versión clásica de los hermanos Grimm: “Era un crudo día de invierno, y los copos de nieve caían del cielo como blancas plumas. La Reina cosía junto a una ventana, cuyo marco era de ébano. Y como mientras cosía miraba caer los copos, con la aguja se pinchó un dedo, y 9
tres gotas de sangre fueron a caer sobre la nieve. El rojo de la sangre destacaba bellamente sobre el fondo blanco, y ella pensó: “¡Ah, si pudiese tener una hija que fuese blanca como la nieve, roja como sangre y negra como el ébano de esta ventana!”. No mucho tiempo después le nació una niña que era blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y de cabello negro como la madera de ébano; y por eso le pusieron por nombre Blancanieves”. ¿Hay bastante diferencia, verdad?
Así el pequeño aprende a utilizar su propia imaginación, y no es una empresa o cualquier otro ilustrador o dibujante quien les proporciona una imagen estereotipada, que al fin y al cabo es la versión de un adulto, no la de un niño.
(2) Las rimas
Algo importante que debemos saber es que es mejor contarlos que leerlos, pues esto permite conectar mejor con los niños y con su vivencia. Además, es interesante narrarlos sin dramatizar, es decir, utilizando un tono sereno y tranquilo pero sin inventar diferentes voces o sonidos.
(4) La fluidez Contar estas historias es un placer, pues tienen un flujo natural que hace que sean muy fáciles y atractivas para narrar o leer en voz alta.
En muchos de los cuentos de los hermanos Grimm encontramos frecuentemente rimas y versos entremezclados en las narraciones que enriquecen el cuento, con todos los aspectos armonizadores de sonidos y de ritmos que implican: Siguiendo con el ejemplo de Blancanieves veamos cómo se dirige la madrastra al espejo mágico:
(5) La profundidad Los cuentos clásicos conectan con la experiencia humana a un nivel profundo. La pedagogía Waldorf, y otros muchos expertos, sostienen que los personajes de los cuentos reflejan de alguna manera elementos del interior de cada individuo, aspectos de nosotros mismos y de nuestros destinos. Es como si los personajes fuesen metáforas de nuestro propio esfuerzo para conectar con nosotros mismos y con nuestro camino. Y es que todos tenemos un lobo de Caperucita en nuestro interior al que de alguna manera debemos vencer, o todos nos hemos sentido en la barriga de la ballena de Pinocho alguna vez en la vida.
“Espejito en la pared, dime una cosa: ¿quién es de este país la más hermosa?” Y esta es la respuesta del espejo: “Señora Reina, vos sos como una estrella, pero Blancanieves es mil veces más bella”. (3) La imaginación Como los cuentos clásicos se cuentan a los niños y las niñas, le estamos dando una oportunidad maravillosa de convertir las palabras escuchadas en imágenes internas, que ellos mismos crean y construyen.
Los cuentos tienen una cualidad o “poder” que toca el alma, toca nuestro corazón. Son capaces de comunicarse con nosotros, de 10
ayudarnos a sanar en muchos niveles… Todos los cuentos tienen el potencial de convertirse en un medio terapéutico. Si una historia nos hace reír, la risa puede ser curativa. Si una historia nos hace llorar, el llanto puede ser curativo. Los cuentos populares y los cuentos de hadas, a través de sus temas universales y resoluciones, ofrecen también caminos de sanación. Los cuentos de hadas pueden aportarnos esperanza y valor para afrontar las pruebas de la vida y ayudarnos a encontrar maneras de seguir adelante y avanzar. Por eso, aunque parezca sorprendente, los cuentos pueden transformarnos sin darnos cuenta.La forma en que una historia se aferra a nuestra conciencia es a menudo sutil, pero si permitimos que la historia haga su trabajo, se aferra exactamente donde la necesitamos; aportándonos fortaleza en momentos de estrés, cultivando valores positivos… Y esto sucede tanto al escuchar una historia como al crear una. Para los niños más pequeños son más recomendados los cuentos de animales y en forma de teatrillo de mesa,
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SECCIÓN 4
Aburrirse es... bueno! La mayoría de nosotros nos sentimos responsables cuando escuchamos estas palabras a nuestros hijos y queremos solucionar su "problema" inmediatamente. Respondemos a su aburrimiento ofreciéndoles entretenimientos tecnológicos o actividades estructuradas. Pero esto, en realidad, es contraproducente. Los niños necesitan tropezarse y comprometerse con la cruda materia de la que la vida está hecha: el tiempo no estructurado. ¿Por qué el tiempo no estructurado es tan importante para los niños? El tiempo no estructurado da a los niños la oportunidad de explorar su mundo interno y externo, lo cual es el comienzo de la creatividad. Esta es la manera en la que aprenden a comprometerse con ellos mismos y con el entorno, a imaginar, inventar y crear. El tiempo no estructurado también desafía a los niños a explorar sus propias pasiones. Si les mantenemos ocupados con clases y actividades estructuradas, o si "llenan" su tiempo con entretenimientos de pantalla, nunca aprenderán a responder a las señales de su propio corazón, que podría llevarles a estudiar las imperfecciones de la acera, a construir un fuerte en el jardín de atrás, a modelar un monstruo de arcilla, a escribir un cuento o una canción o a organizar a los niños del barrio para ver una película. Estas llamadas de nuestro corazón son las que nos dirigen a las pasiones que darán sentido a nuestras vidas, y están a nuestra disposición desde el comienzo de nuestra infancia, cuando tenemos rienda suelta para explorar y perseguir aquello donde nuestro interés nos lleve. Es también esencial para los niños el tener la experiencia de decidir por sí mismos cómo usar los períodos de tiempo no estructurados, o nunca aprenderán a manejarlos. Uno de nuestros mayores desafíos como adultos, o incluso como adolescentes, es aprender a manejar bien nuestro tiempo. 12
Como Nancy H. Blakey dijo, "prevé el tiempo gastado en televisión y actividades organizadas y déjales en cambio gastarlo en apelar a su imaginación. Si una cosa no puede ser imaginada primero (una tarta, una relación, una cura para el SIDA…), no podrá existir. La vida está unida a lo que podemos imaginar. No puedo sembrar la imaginación en mis hijos. Puedo, sin embargo, proveerles de un entorno donde su creatividad no signifique otro desastre que limpiar sino la evidencia de una exitosa lucha contra el aburrimiento. Es posible que el aburrimiento nos entregue la mejor parte de nosotros mismos, la que desea el riesgo, la iluminación y la belleza indescriptible. Si nos quedamos sentados quietos el tiempo suficiente, podremos oír la llamada escondida detrás del aburrimiento. Con práctica, podremos tener la imaginación suficiente para salir del vacío y contestar." ¿Por qué el "me aburro" se convierte en un freno constante para tantos niños? La mayoría de los niños, si se les da tiempo no estructurado y tras alguna pequeña queja, aprovechan la oportunidad y encuentran algo interesante que hacer con él. Los niños siempre son felices al máximo con juegos autodirigidos. Esto es así porque jugar es su "trabajo". Es como resuelven emociones y experiencias que han tenido. Observa cómo juega cualquier grupo de niños (en el exterior, donde no hay posibilidad de pantallas). Se organizarán entre ellos para una actividad de cualquier tipo, la construcción de un dique en el arroyo, cualquier juego de emulación o viendo quien salta más lejos.
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Cuando los niños no son capaces de encontrar algo que hacer, usualmente es porque:
Cuando los niños dicen que están aburridos, ¿cómo deberíamos responder?
Están tan acostumbrados a los entretenimientos de pantalla que no tienen práctica en mirar dentro de ellos mismos en busca de directrices.
Primero, centrarnos de verdad en ellos durante cinco minutos. Si utilizamos este tiempo para conectar, charlar y hacer unos mimos, el niño probablemente conseguirá la "recarga" que necesita y se irá por su camino con bastante rapidez.
Su tiempo es siempre tan estructurado que no están acostumbrados a encontrar cosas divertidas que hacer con su "tiempo libre".
Si no se suelta de tu lado, y necesitas volver al trabajo después de unos minutos de auténtica conexión, ten en consideración que quizá necesita un poco más de tiempo contigo. La mayoría de ocasiones en que los niños se muestran quejosos e incapaces de concentrarse se debe a que necesitan más tiempo de conexión profunda con nosotros. Ofrécele involucrarse en lo que estás haciendo o tómate un descanso de tu trabajo y hagan algo juntos.
Necesitan atención de los padres. Todos los niños necesitan encontrarse con sus padres a lo largo del día para "recargarse". Desafortunadamente, nuestra sociedad está creando toda una generación de niños adictos a las pantallas. Esto es debido a que la electrónica (Ipads, teléfonos, ordenadores, game boys…) está diseñada para producir pequeños premios, en forma de dopamina en nuestros cerebros, mientras interactuamos con ellos. Esta es una sensación tan agradable que, en comparación, otras empalidecen.
Entonces, ¿estamos en contra de las nuevas tecnologías? Usamos la tecnología a diario, son herramientas estupendas. Lo que decimos es que en seres en desarrollo (principalmente en niños), la tecnología tiene efectos en el aprendizaje, que no siempre son buenos. Y no es una mera opinión, hay muchos estudios sobre el efecto pantalla que asocia el consumo temprano de pantalla con la falta de atención, la impulsividad, etc…
Pero los niños necesitan todo tipo de experiencias: desde construir con bloques (habilidades motoras, habilidades perceptivas), relacionarse con otros niños (aprendiendo como llevarse y compartir con otros) hasta actividades creativas (convirtiéndose en un "hacedor", no en un observador pasivo). Los niños también necesitan estar físicamente activos o no pueden concentrarse para aprender. Es por esto por lo que es necesario limitar el tiempo ante la pantalla.
Para poder usar esas herramientas sin riesgo, hay que haber desarrollado previamente un criterio de relevancia (qué es importante y qué no) y una serie de virtudes (fortaleza, templanza, etc.). 14
Catherine L’Ecuyer sostiene, por ejemplo, que “la mejor preparación para el mundo online es el mundo offline”.
¿La pantalla es una motivación externa? Para una ser en plena formación, sí. Quien lleva la rienda ante la pantalla no es el niño, sino los algoritmos de la aplicación del dispositivo, que engancha con el atractivo de sus sonidos y de sus imágenes. Esos estímulos son recompensas que motivan al niño artificialmente. De hecho los neuropediatras ya saben que no se puede diagnosticar a un niño con TDAH mientras está delante de una pantalla porque el locus de control (el lugar desde el cual se controla la atención) no es interno al niño, sino es externo.
Y eso lo acaba de confirmar la OCDE en su informe PISA Students Learning and Computers en el que sorprende a todos con sus conclusiones: El ordenador usado en el aula por encima de la media de la OCDE da resultados significativamente peores, los países que han invertido en nuevas tecnologías en el aula no han visto mejora. El informe concluye que la mejor forma de preparar al alumno para el mundo digital no consiste en facilitarle el acceso a servicios y dispositivos de alta tecnología, sino potenciando la lectura y las matemáticas. La pedagogía Waldorf siempre ha sostenido exactamente esto mismo. Hay, además, un antes y un después de ese estudio.
¿Y las motivaciones de distintos tipos pueden sumar? Por ejemplo, si le doy una recompensa por haber leído a un niño que lee por placer, ¿puedo fomentar aún más la lectura? ¡No! Los estudios dicen que cuando sumamos motivaciones externas (recompensas, castigos, etc.) a motivaciones internas (deseo de conocer, leer por el placer, etc.), las primeras acaban exterminando a las segundas. Es sorprendente, pero eso es lo que dicen los estudios que Catherine L’Ecuyere cita en su libro.
Se pregunta también, la misma autora, concentrada en una frase de Chesterton (“No hay cosas sin interés. Tan solo personas capaces de entenderlas”), ¿cómo podemos despertar el interés de nuestros hijos? El interés es un deseo. Y lo que despierta el deseo es la belleza, el sentido, el “por qué” y el “para qué” se hace lo que se hace.
La pantalla nos aleja de la realidad, actúa a modo de filtro entre nosotros y la realidad.
Por lo tanto, es importante fomentar motivaciones internas y trascendentes (de sentido) en nuestros hijos y alejarse de todo lo que fomenta en ellos motivaciones externas (pantallas, castigos, recompensas, etc.).
La capacidad de ponerse en el lugar del otro, la empatía, es “sentir con”. Hemos de cuidar la sensibilidad de nuestros hijos con esmero, es lo que les permite sintonizar con las personas y con la realidad viendo la belleza que hay en todo. Simone Weil habla de la empatía en términos de atención: “Esta mirada en la que el alma se vacía de todo contenido propio para recibir al ser al que está mirando tal
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cual es, en toda su verdad”, y sigue diciendo “sólo es capaz de ello quien es capaz de atención”. Es un reto precioso. ¿Por qué es importante educar en la realidad a nuestros hijos? Los niños aprenden en clave de realidad. Los últimos estudios en neurociencia nos indican que los niños no aprenden a través de largos discursos y de explicaciones conceptuales, sino a través de sus cinco sentidos. Por eso nos quejamos de que nuestros hijos no nos escuchan. Madre Teresa de Calcuta responde sabiamente: “no te preocupes por que no te escuchan, te miran todo el día”. Por lo tanto, hemos de preguntarnos “¿qué experiencia estoy dando a mis hijos?”. Tiene mucho más sentido lo que hacemos y la mirada que tenemos hacia el mundo, que lo que les decimos que pueden o no hacer. Y aprenden mil veces más viendo, oliendo y tocando una gallina que viéndola en una tableta o pintándola “sin salirse de las líneas”. ¿Entonces el juego es más útil de lo que nos pensamos? Útil, inútil… “¿Para qué te sirve, Sócrates, tocar la lira antes de morir?” . Y responde Sócrates, “para tocar la lira antes de morir.” El criterio de utilidad es una trampa. ¿Útil para qué? Educar es buscar la perfección de la que es capaz nuestra naturaleza. Todo lo que pretende “inculcar” en nuestros hijos perfecciones de las que no son capaces (que hagan muchas cosas a la vez, que lleguen a tener esa inteligencia y esa memoria supuestamente ilimitada) y que deja de dar importancia a lo que reclama su naturaleza (relaciones interpersonales, sed de sentido) es ajeno a los fines de la educación, y por lo tanto acaba despojando al niño de sus motivos. 16
WALDORF EN
NUESTRO PAÍS Y EN EL MUNDO
¿Que relación tienen las escuelas Waldorf con la Unesco? La Unesco apoya y promueve esta pedagogía destacando la educación que en el niño logra sin descuidar los aspectos relacionados con su salud física y emocional. Gobiernos como los de Irlanda, Australia, Alemania e Israel, apoyan oficialmente la educación Waldorf.Esta organización cultural científica y educativa de las Naciones Unidas, afirma que los ideales y principios éticos (del movimiento de escuelas Waldorf) corresponden con los de la Unesco y ha escogido un número de escuelas Waldorf en Alemania, Asia, América Latina y África para hacer un “proyecto de escuelas asociadas”. La Unesco también ha patrocinado una muestra sobre escuelas Waldorf en la sesión número 44 de su congreso internacional de educación en Ginebra
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¿Los niños en escuelas Waldorf están preparados para el mundo "real"?
Las actividades de primaria (acompañadas durante seis años por el mismo maestro) y de secundaria incluyen:
La educación en nuestra sociedad occidental se centra en el aspecto intelectual del ser humano, y ha optado por ignorar en gran medida a las distintas “partes” de nuestra naturaleza que son esenciales para el bienestar. Esto incluye la vida de los sentimientos (emociones, estética y sensibilidad social), nuestra fuerza de voluntad (la capacidad de hacer las cosas), y nuestra naturaleza moral (ser claro acerca de lo correcto e incorrecto). Sin un desarrollo armónico, puede llegar a ser evidente años más tarde un sentimiento de vacío. Es por eso que en Waldorf, las asignaturas prácticas y artísticas tienen un papel tan importante como el espectro completo de las materias académicas tradicionales que ofrece la escuela. La práctica y el arte son esenciales en el logro de una preparación para la vida en el mundo "real".
Las actividades típicas de preescolar son:
El colegio más antiguo en Argentina -llamado Rudolf Steiner- está en la ciudad de Florida, Provincia de Buenos Aires, y fue fundado en 1940. Con el paso de los años las escuelas se han extendido, y en la actualidad la mayoría pertenece al sistema público de gestión privada (es decir, están bajo la órbita de DIPREGEP).
• narración de cuentos, títeres, juegos creativos
• el canto, la euritmia (movimiento)
•
• historia de una manera cronológica e incluyente de las grandes civilizaciones del mundo • las ciencias como geografía, astronomía, meteorología, física y biología
juegos y juegos de dedos (motricidad)
• matemáticas (aritmética, álgebra y geometría)
• lenguas extranjeras, educación física, jardinería
• artes(como música, pintura, escultura, teatro, euritmia, dibujo)
El desarrollo de la pedagogía es tal que desde hace algunos años, también en Provincia de Buenos Aires, existe una institución terciaria, reconocida oficialmente, que forma maestros Waldorf. El instituto se llama Perito Moreno y después de un largo camino recorrido desde la Dirección General de Cultura y Educación del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, pasando por el Instituto
• cocinar y hornear • paseos por la naturaleza •
• trabajos manuales como el tejido, el modelado, la huerta y la carpintería.
• pintura, dibujo, modelado
• literatura mundial, mitos y leyendas
lenguas extranjeras y fiestas del año xviii
Nacional de Formación Docente, el Registro Federal de Instituciones y Ofertas de Formación Docente y la Comisión Federal de Evaluación hasta llegar a la firma del Ministerio de Educación de la Nación, obtuvo la Certificación de Validez Nacional de los Títulos que emite. Siempre y en todo caso, cada escuela concilia de forma particular los contenidos del sistema oficial con las formas y tiempos que adquiere su aprendizaje en base a los fundamentos filosóficos de esta pedagogía, y la formación docente requiere la propia del sistema público más una formación privada en Waldorf. Sin embargo, el Perito Moreno es el primer caso de un ISFD que otorga títulos “completos”.
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QUÉ NO ES LA PEDAGOGÍA WALDORF La pedagogía Waldorf no es una secta Parece una obviedad decir esto, pero es una PEDAGOGÍA, no una RELIGIÓN. Las escuelas Waldorf son no confesionales, es decir, en principio no enseñan religión, porque se considera una elección privativa de cada familia la orientación religiosa de los niños. Sí se trabaja educando en el sentido espiritual de lo sagrado, de lo vital, pero no en términos de un sistema religioso particular, a excepción de que la comunidad de padres así lo disponga, y en ese caso, se respetan las religiones de las diversas familias (quienes son católicos reciben la formación con un sacerdote, quienes son de otras religiones, con sus respectivos representantes). Ciertamente, hablar de “secta” remite a organizaciones con prácticas extrañas, ocultas, que tienden a la separación de la persona de la vida pública y a la lesión de sus lazos familiares. Las escuelas Waldorf trabajan codo a codo con xx
las familias, a puertas abiertas e integradas a la comunidad. Son de libre visita, y cuando finalmente se conforman oficialmente, cuentan con reconocimiento y control del Estado, a través de DIPREGEP. Quienes estén interesados en conectarse con Los Farolitos simplemente pueden pasar a visitarnos, o participar de alguna de las fiestas anuales, que siempre han sido abiertas y plurales. La pedagogía no está relacionada con otros movimientos presentes en la zona, por ejemplo, el movimiento ProVida. Por señalarlo rápidamente, ProVida surge en Brasil en la década de 1980, mientras la pedagogía Waldorf tiene su origen en la Alemania de principios de siglo XX. La pedagogía no propone UN modelo de vida único. Hay diferentes estilos de vida, y diferentes estilos de familias. Una pedagogía de la libertad difícilmente pudiera respetarse a sí misma si violentara justamente la libertad de elección de cada familia. Sí es verdad que contiene fuertes elementos artísticos, técnicos y de vinculación con la naturaleza, un sentido de lo bello y lo armónico, una fuerte presencia de la literatura y las matemáticas integradas transversalmente a todo lo que se hace, y un sentido de reverencia a la vida en todas sus manifestaciones. También es cierto que se promueve el retraso de la intelectualización apresurada y unilateral, a menos hasta finales del primer septenio. En ese sentido, es además un rasgo común el evitar las pantallas, el uso de tecnología y los juegos pasivos, al menos hasta bien entrado el segundo septenio.
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TEXTOS DE INTERÉS
• L’Ecuyer, Catherine. “Educar en el asombro” y “Educar en la realidad” • Catálogo de pedagogía Waldorf. Exposición en la 44 Conferencia Internacional de Educación de la UNESCO, Ginebra. • De mi casa al mundo”, blog (demicasaalmundo.com)
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