UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS CENTRO DE ESTUDIOS URBANOS Y REGIONALES
JORGE UBICO (1931-1944): DICTADURA, ECONOMIA Y “LA TACITA DE PLATA”
PAUL J. DOSAL OSCAR PELAEZ ALMENGOR Guatemala, agosto de 2015
972.81 U58 Universidad de San Carlos de Guatemala, Centro de Estudios Urbanos y Regionales -CEURJorge Ubico (1931-1944): Dictadura, economía y “La tacita de plata.” Por: Paul J. Dosal y Oscar Guillermo Peláez Almengor. Guatemala: Ediciones CEUR-USAC, 2015. 92 páginas. Descripción de las fuerzas económico-sociales que perfilaron la estructuración de la ciudad de Guatemala durante la dictadura del General Jorge Ubico Castañeda. ILUSTRACION DE LA PORTADA General Jorge Ubico Castañeda Cortesía de: Fundación para la Cultura y el Desarrollo.
EDITOR: Marco Tulio Escobar. Tercera reimpresión 2015 Es nuestro interés que se de a conocer el contenido de este trabajo. Se condiciona sin embargo la reproducción del mismo, a que se cite textualmente mencionando en forma explícita su procedencia. Guatemala, agosto de 2015.
INDICE
PRESENTACION................................................................7 INTRODUCCION..............................................................9 I. POLITIZACION DE LA OLIGARQUIA INDUSTRIAL GUATEMALTECA, 1931-1944. Paul J. Dosal.........................................................13 II. LA TACITA DE PLATA Y SUS CONTRASTES: LA CIUDAD DE GUATEMALA 1931-1944. Oscar Peláez Almengor.....................................52 Introducción........................................................53
La infraestructura de la ciudad........................57
La construcción pública.....................................64
La otra cara de la ciudad...................................70
La feria de noviembre........................................77
La industria y el comercio.................................81
Los contrastes de la tacita de plata..................86
PRESENTACION : De nuevo, en la línea de investigación de la “Historia territorial”, el Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC), presenta a la comunidad científica nacional e internacional, dos estudios que vierten luz sobre la sociedad y la ciudad existente durante la dictadura ubiquista, en el período comprendido entre 1931 y 1944. Ambos estudios presentados, como podrá comprobar el lector, se complementan. El primer trabajo es una traducción realizada del inglés por el Dr. Oscar Guillermo Peláez Almengor, de un artículo ya publicado del Dr. Paul Jaime Dosal. El segundo es inédito del mismo Peláez Almengor. El primer estudio, titulado “La politización de la oligarquía industrial guatemalteca, 1931-1944” de Paul Jaime Dosal, muestra el comportamiento de la élite de industriales durante la dictadura de Jorge Ubico Castañeda. El profesor Dosal nos presenta las reivindicaciones de los industriales hacia el gobierno, la forma en que éstas son procesadas, resueltas o desechadas. Además, hace interpretaciones, no solamente sobre hechos y fenómenos ocurridos durante la dictadura, sino también polemiza en torno a algunas aseveraciones y postulados hasta hoy no cuestionados sobre el comportamiento del dictador en varios tópicos. Un ejemplo de ello, es la propuesta de Dosal en torno a la política de sustitución de importaciones que según este autor, Ubico implementó durante su régimen. Si bien polémicas, sus aseveraciones y los datos que aporta, abre una fisura plausible en temas y aseveraciones sobre determinados aspectos hasta hoy no contestados. Lo anterior, es sano en términos del afinamiento de las interpretaciones que sobre nuestro pasado económico debemos lograr. En el segundo estudio, “La tacita de plata y sus contrastes: la ciudad de Guatemala, 1931-1944” del historiador guatemalteco Oscar Guillermo Peláez Almengor, se realiza una evaluación de la obra pública desarrollada por la dictadura ubiquista, la lógica empleada y los recursos 7
utilizados, en su debido contexto socioeconómico. Por ello, en tanto el investigador Peláez Almengor, describe la “fiebre constructiva de Ubico”, se aclaran paralelamente las relaciones de este proceso con el tipo de fuerza de trabajo empleada, ya sea en forma “gratuita” como sucede con los presidiarios o bien los “asalariados” como el caso de quienes devengaban Q.0.25 o Q.0.30 diarios. Lo mismo sucede, al revelarse el origen de los fondos financieros provenientes de los “bolsillos” de los comerciantes y de los vecinos que contribuían para el mejoramiento de calles y avenidas. El interés del sector productor de materiales de construcción para que el Estado ampliara su plan constructor en la capital queda manifiesto. Esperamos contribuir con la publicación de estos dos trabajos al conocimiento específico de este lapso de la historia de Guatemala, hasta hoy bastante descuidado. En los últimos años, han aparecido una serie de publicaciones no solamente sobre la dictadura ubiquista, sino especialmente respecto a la historia urbana de la Nueva Guatemala de la Asunción, entre los que destacan los trabajos de Gisela Gellert (1996) “Ciudad de Guatemala: desarrollo de su estructura urbana”, (En Historia General de Guatemala. Tomo IV. Desde la República Federal hasta 1898. Ciudad de Guatemala: Asociación de Amigos del país - Fundación para la Cultura y el Desarrollo -305-316 p.) y de Carlos Ayala et. al. (1996): “La modernización de la Ciudad de Guatemala. Reconfiguración arquitectónica de su centralidad urbana (1918-1955)” Ciudad de Guatemala: DIGI-USAC 33 p. En suma, deseamos que los estudios que ahora presentamos vengan a contribuir al desarrollo de este proceso de conocimiento, creando inclusive una fértil polémica que abone el terreno para el desarrollo de nuevos estudios sobre ese lapso de nuestra historia socioeconómica y urbana. LA COORDINACION
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INTRODUCCION Ante la depresión mundial de 1929, Guatemala encontró su propio camino para salir del problema. Jorge Ubico Castañeda fue electo Presidente a principios de 1931, y gobernó el país hasta 1944. Fue reelecto en dos ocasiones, la primera en 1935 y la segunda en 1941, constituyéndose en el segundo periodo presidencial más largo en la historia guatemalteca del siglo XX, después de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) Finalmente, fue derrocado por un movimiento político y social de carácter popular, en el que participaron militares, terratenientes, industriales, comerciantes progresistas y demás sectores de las capas medias del país. Durante su gobierno Ubico desarrollo la red de caminos, edificios gubernamentales y las radiocomunicaciones. Así, su régimen se dedicó a mejorar las condiciones materiales de la administración pública y su eficiencia, con el objetivo de mejorar la imagen interna y externa de su gobierno. Para alcanzar esto, Ubico forzó a la población indígena y a los pobres de las ciudades a trabajar por salarios de hambre. El y sus hombres mejoraron la eficiencia de la policía para luchar contra la delincuencia común, pero también contra sus adversarios políticos. El resultado fue la famosa “Ley Fuga,” por medio de la cual la policía asesinó a mucha gente que supuestamente trataba de escapar de la justicia. En base a lo anterior, sobre el régimen de Ubico predominan dos imágenes. Una, basada en la preocupación por el mejoramiento de la infraestructura que introdujo al país en la era moderna. La otra, se refiere al dictador inmisericorde que gobernó a Guatemala con mano de hierro, usando para el efecto al ejército y la policía. Así, se tienen finalmente dos versiones de la dictadura ubiquista, ambas generadas por la historiografía contemporánea. El conocimiento sobre Ubico y su gobierno procede de dos fuentes principales: primero, sus adversarios, quienes finalmente lo derrotaron en 1944. 9
Ellos nos muestran a Ubico pintado con los peores vicios de un tirano, gobernando el país solo por sus deseos y caprichos personales, dispuesto a asesinar a cualquiera que intentara retar su poder político. El principal trabajo en esta corriente es el de Rafael Arévalo Martínez: “Ubico” (Guatemala: Tip. Nac., 1948). Arévalo lo dibujó destacando la represión de su gobierno, primero contra los trabajadores urbanos en 1932, y segundo contra la oligarquía en 1935. Este trabajo indica especialmente cómo la policía y el ejército apoyaron incondicionalmente su gobierno. Algunos de los adversarios de Ubico escribieron sobre la represión durante el tiempo de su gobierno. La fuente principal para conocer sobre esto es Efraín de los Rios: “Ombres contra Hombres: drama de la vida real” (México: El libro perfecto, 1945), y Carlos Samayoa Chinchilla: “El Dictador y yo” (Guatemala: Edit. Iberia, 1950). Recientemente en el artículo de Piero Gleijeses, “La aldea de Ubico: Guatemala, 1931-1944,” en Mesoamérica No. 17 (junio 1989), p.p. 25-59, y en Eduardo Antonio Velásquez Carrera, comp., La Revolución de Octubre: diez años de lucha por la democracia en Guatemala 19441954 (Guatemala: CEUR, 1994), encontramos algunas de las visiones más negativas sobre el gobierno de Ubico. Como ejemplo de esto, L. Alberto Paz y Paz escribió: “Este es el General Ubico, una fiera que presenta características comunes con el tigre, la hiena y la garduña, pero que no es garduña, ni hiena, ni tigre, sino una fiera especial, resto de una especie zoológica que está extinguiéndose ya para bien de la humanidad y regocijo de la historia, que pertenece al género de los déspotas y tiranos de cuarta categoría.”1 La segunda fuente para conocer sobre Ubico son los escritos de sus amigos, colaboradores y 1 L. Alberto Paz y Paz.: Semblanza. En La revolución de octubre: diez años de democracia en Guatemala, 1944-1954. Eduardo Velásquez, comp. Guatemala, CEUR-USAC. 1994. vol. 1 p.p. 1-4.
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apologistas. Entre los primeros, podemos situar la obra del historiador Federico Hernández de León, “Los viajes presidenciales: breves relatos de algunas de las expediciones administrativas del General D. Jorge Ubico, Presidente de la República” (Guatemala: Tip. Nac., 1940). En el segundo grupo el libro de Guillermo Flores Avendaño, “Memorias 1900-1970” (Guatemala: Edit. del Ejército, 1974), y el de J. Enrique Ardón, “El Señor General Ubico” (Guatemala: Comercial Tipográfica, 1968). En estos libros Ubico es retratado como un gobernante progresista y benevolente. En efecto, Ubico fue famoso por sus viajes al interior de Guatemala para encargarse personalmente de todo tipo de problemas, especialmente administrativos. Los colaboradores de Ubico hicieron un intenso trabajo editorial durante su gobierno, y muchos de estos trabajos están dedicados a mostrar cómo Ubico manejó los negocios públicos y lo exitoso que fue en estos asuntos. Muchos de estos trabajos fueron publicados por el partido político Liberal Progresista, el partido oficial de entonces. Cercano al último grupo (los apologistas) pero con substanciales diferencias debido a que los trabajos fueron escritos bajo las exigencias académicas estadounidenses, están Kenneth Grieb, “Guatemalan Caudillo” (Athens, Ohio: Ohio University Press, 1979), y Joseph Apolonio Pitti, “Jorge Ubico and Guatemalan Politics in the 1920’s” (University of New Mexico, Ph.D. Dissertation, 1975). El primero es una clara defensa del gobierno de Ubico; usando como fuentes los periódicos y los escritos oficiales. La visión de Griebb sobre el gobierno de Ubico es positiva. Según este autor, el régimen ubiquista significó un parteaguas en la historia de Guatemala, porque llevó el país a la época moderna, construyendo caminos y telecomunicaciones. El segundo, Joseph Pitti, escribió sobre Ubico durante su camino a la presidencia en los años veinte y sobre los antecedentes familiares de gobernante. Pitti nos muestra cómo Ubico fue seleccionado por la élite guatemalteca y 11
la Embajada de Estados Unidos para gobernar el país en un momento de crisis. En general estos trabajos fueron escritos en respuesta a los detractores y enemigos de Ubico; y los autores intentaban probar que su gobierno fue progresista y positivo para Guatemala. Recientemente Paul J. Dosal, “Power in Transition. The Rise of Guatemala’s Industrial Oligarchy, 1871-1944” (Wesport, Conn.: Prager, 1995), demuestra cómo Ubico apoyó a la élite industrial guatemalteca y cómo ésta creció durante su gobierno. Se trata de una temática sobre la que no se ha escrito todavía, y el autor aporta material empírico que muestra claramente que esa fue la tendencia. El trabajo de Dosal que aquí se presenta constituye un capítulo de dicho libro. En el mismo orden, el segundo trabajo, “La Tacita de Plata y sus contrastes. La Ciudad de Guatemala, 1931-1944,” analiza el apoyo que recibió Ubico de los comerciantes citadinos y los industriales durante su régimen. Se intenta probar que estos dos sectores de la élite guatemalteca crecieron al amparo del gobierno ubiquista y lo dejaron sin apoyo cuando ya no convino a sus intereses. A nuestro entender, estos dos trabajos abren una nueva veta de investigación en la historiografía moderna sobre Ubico y su gobierno. Finalmente, ambos trabajos descubren otros aspectos del gobierno de Ubico, y muestran cómo la modernización del país para aquel momento fue en orden de mejorar las condiciones para la industria, los negocios y el comercio sobre las espaldas de los menos favorecidos en la sociedad guatemalteca: los indios y los habitantes pobres de las ciudades. Oscar Peláez Alemengor. Guatemala de la Asunción, noviembre de 1996.
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LA POLITIZACION DE LA OLIGARQUIA INDUSTRIAL GUATEMALTECA, 1931-1944
Paul J. Dosal
LA POLITIZACION DE LA OLIGARQUIA INDUSTRIAL GUATEMALTECA, 1931-1944.1 Paul J. Dosal2 Traducción: Oscar Guillermo Peláez Almengor3 El 17 de enero de 1929, los coroneles Marciano Casao y Fernando Morales, gobernadores de Quetzaltenango y Suchitepéquez, levantaron sus tropas en rebelión contra su comandante en jefe y presidente General Lázaro Chacón. Como suelen hacerlo los rebeldes, iniciaron su actividad con una proclama revolucionaria clamando por justicia, progreso y honestidad para liberarse de la “gran plaga” de maquiavélicos traficantes que robaban el tesoro nacional. Cuando otros tres coroneles, incluyendo el tercer designado a la presidencia, Baudilio Santos, respondieron llamando a las armas, los rebeldes comandaban 3,000 hombres, un significativo reto para un ejército regular de 5,000. Sin embargo, en unas pocas horas Chacón levantó un ejército de 14,000 y despachó la infantería y la fuerza aérea a los altos occidentales. El 18 y 19 de enero, aviones del gobierno bombardearon Mazatenango y Quetzaltenango, causando muchas bajas 1 Nota del traductor: El presente estudio es una traducción libre del capitulo No. 5 del libro de Paul J. Dosal, Power in Transition. The Rise of Guatemala’s Industrial Oligarchy, 1871-1994 (Wesport, Connecticut: Prager, 1995), pp. 85-108. El título original del capitulo es: “Politization of the Industrialist, 1931-1944.” Considerando que el título en inglés no ofrecía una idea completa al traducirse, se le hicieron algunos cambios necesarios. Los fines de la traducción son eminentemente académicos sin afán de lucro. 2 Paul J. Dosal es profesor asociado de historia en la Universidad del Sur de La Florida en Tampa. Ha publicado numerosos artículos y un libro, Doing Business with the Dictators: A Political History of United Fruit Company in Guatemala, 1898-1944 (1993). 3 Oscar Guillermo Peláez Almengor es profesor titular del Centro de Estudios Urbanos y Regionales y de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Autor de varios artículos y del libro, La Nueva Guatemala de la Asunción y los Terremotos de 1917-18 (1994).
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en la población civil, forzando a los rebeldes a rendirse. Como un mensaje a los rebeldes potenciales, Chacón ejecutó a sus líderes la noche del 20 de enero. El coronel Casao milagrosamente escapó a México.4 A pesar de que Chacón aplastó la rebelión de los coroneles, él no pudo sobrevivir a la crisis política y económica en que se sumergió el país. Tuvo la poca fortuna de ocupar la presidencia cuando los precios del café cayeron de Q. 21.50 por quintal en 1927-28 a Q. 11.45 en 1929, marcando con esto el fin de cinco años consecutivos de expansión económica. El sector de exportación había tenido sus altas y bajas en oportunidades anteriores, pero como el mundo cayó en la depresión, el precio del café llegó a un tercio de su precio más alto alcanzado durante los años veinte, manteniéndose así durante los años treinta. Como la economía se deterioró, el desempleo rural y urbano se incrementó y los finqueros, industriales y hombres de negocios extranjeros se preocuparon por el rompimiento de la ley y el orden, especialmente en el área rural, que estaba supuestamente “inundada” de criminales. Un levantamiento de 2,000 campesinos indios en Totonicapán el 28 de julio de 1930, confirmó los peores temores de los finqueros y de los oficiales del ejército. No obstante que el ejército de Chacón controló la rebelión fácilmente, su torpeza para manejar la crisis económica erosionó su apoyo entre todos los sectores poderosos --los oficiales del ejército, la oligarquía y los diplomáticos estadounidenses. El ministro estadounidense Sheldom Whitehouse concluyó que la inteligencia de Chacón era “tan limitada que no es capaz de entender los problemas de gobierno.”5 Para manejar la crisis, los sectores poderosos buscaban a un hombre inteligente y autoritario quien 4 Joseph Apolonio Pitti, “Ubico and Guatemalan Politics in the 1920s,” 309-13. 5 Pitti, “Ubico and Guatemalan Politics,” 362-67, 376; Víctor Bulmer-Thomas, Political Economy, 48-49; Sheldom Whitehouse (minister to Guatemala) to State, July 31, 1930, SD 814.00/1015; Whitehouse to State, July 9, 1930, SD 814.00/1013 (quoted).
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pudiera adoptar soluciones innovadoras a los complejos problemas económicos y mantener la estabilidad social. A lo largo de una década, los oficiales del ejército y los oligarcas habían reconocido el crecimiento de la estrella del general Jorge Ubico Castañeda, hijo de un alto funcionario de los gobiernos liberales: el oligarca Arturo Ubico Urruela. Nacido en 1878, Jorge había tenido la ventaja adicional de haber sido ahijado de Justo Rufino Barrios, amigo personal de su padre. Descendiente de una familia que había arribado a Guatemala en el siglo diez y ocho, el árbol genealógico de la familia Ubico los relacionaba con dos de las más poderosas redes familiares de los siglos diez y ocho y diez y nueve, los Urruela y los Klee. Por matrimonio con Marta Lainfiesta Dorión en 1905, Jorge Ubico estaba relacionado con la familia Dorión Klee, que incluía al futuro presidente Carlos Herrera Luna. Enraizado en la aristocracia colonial y ligado a la oligarquía modernizante, Jorge Ubico poseyó las mejores credenciales sociales en la oligarquía.6 Contrariamente a sus ricos parientes, Ubico no siguió el tradicional camino de estudiar leyes e ingresó a la Escuela Politécnica en los años 1890. A pesar de no haber concluido sus estudios, la influencia de su padre le consiguió un nombramiento como segundo teniente en 1897. Mientras su padre sirvió en los niveles más altos de la administración de Manuel Estrada Cabrera, Jorge se ganó la reputación de cruel pero eficiente administrador como Jefe Político de Alta Verapaz (1907-1909) y Retalhuleu (1911-1919). Intimamente conectado con la dictadura que asfixió las ambiciones de las élites económicas, Ubico se fue a los Estados Unidos luego de la victoria unionista en abril de 1920. Para este tiempo el era un producto del ejército, identificándose más con la facción militar del Partido Liberal que con la rama civil o los oligarcas conservadores que apoyaron la administración de Herrera. Regresó en 6 Edgar Aparicio y Aparicio, “La familia Ubico,” 151-61; Marta Casaus Arzú, Guatemala, 140-49.
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1921 para participar en el golpe de estado que removió del poder al oligarca y tío de su esposa, Carlos Herrera. Durante dos años como Ministro de la Guerra de Orellana (1921-1923), Ubico persiguió conservadores, comunistas y trabajadores logrando el rango de general de división y primer designado a la presidencia antes de retirarse a manejar las fincas de su familia.7 Al éxito de Ubico como finquero se agregó su reputación de enérgico, eficiente e innovador administrador. Estas habilidades le gustaban a los liberales disidentes y a “la generación de 1920,” un grupo amorfo de estudiantes e intelectuales quienes desilusionados con los partidos liberal y conservador les llevó a visualizar nuevas soluciones para los problemas del país. En 1926, Ubico fue contendiente de Chacón como candidato presidencial del Partido Liberal Progresista, organización que el fundó para promover su propia carrera política y aprovechar los sentimientos reformistas de la época. Pese a ser el candidato preferido de reformistas como Miguel Angel Asturias, Jorge García Granados y el futuro presidente Juan José Arévalo, Ubico perdió una reñida elección y regresó a su vida privada, confiando en que la oportunidad política vendría pronto.8 Y llegó el 11 de diciembre de 1930, cuando una hemorragia cerebral incapacitó al Presidente Chacón, quien no tenía ya ningún poder. En el general Ubico la élite vio a un honesto e inteligente hombre quien podría restaurar el orden y promover la recuperación económica. De manera diferente a los dos generales que le precedieron, Ubico disfrutaba de la confianza y respeto del ejército y la oligarquía. La severidad de la crisis demandó la reconciliación de los intereses de este bloque con los de la élite gobernante, y en Ubico, producto de la oligarquía y del ejército, los intereses de los dos bloques de 7 Keneth Grieb, Guatemalan Caudillo, 5-7; Willian Krehm, Democracies and Tyrannies, 34-35; Jim Handy, Gift of the devil, 89-92. 8
Pitti, “Ubico and Guatemalan Politics,” 198-241; Handy, Gift, 90-92.
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poder convergieron perfectamente. Luego de un caótico mes en el cual dos golpes de estado trataron de negarle a Ubico la presidencia una vez más, finalmente triunfó en una incuestionable elección, ganando la presidencia por medio de 305,841 votos a cero.9 Ubico rápidamente consolidó su régimen que perduró hasta 1944. La dictadura de Ubico, la última de la época liberal, ha sido frecuentemente retratada como un instrumento de la oligarquía terrateniente y el capital extranjero. En la biografía de Jorge Ubico, Kenneth Grieb argumenta que el carácter oligárquico del régimen se explica porque este persiguió políticas que en primera instancia beneficiaron a los ricos terratenientes. Asociado con la aristocracia de la tierra y descrito como un brutal defensor del status quo por destacados periodistas, Ubico emerge en la literatura como el último de los dictadores oligarcas. Como representante de la élite terrateniente y los monopolios estadounidenses, Susanne Jonas argumenta que Ubico optó por defender el status quo antes que romper con el modelo de exportaciones agrícolas e iniciar un proceso de sustitución de importaciones.10 Dados los orígenes de Ubico, es una tentación pensar en fáciles generalizaciones para caracterizar su régimen como oligárquico. Uno debe recordar sus orígenes en el ejército. Ubico representó una facción modernizadora en ambos lados la oligarquía y el ejército; el fue un finquero técnicamente competente, oficial y burócrata. Durante la década de 1920, un momento de fermento intelectual, Ubico y otros miembros de la élite terrateniente, incluyendo Jorge García Granados, defendieron la progresiva modernización de la economía y el Estado. Mejor que un instrumento de la oligarquía terrateniente casada con el pasado, Ubico 9 Grieb, Guatemalan Caudillo, 9-12; Casaus Arzú, Guatemala, 140. 10 Grieb, Guatemalan Caudillo, 34; Sthepen Schlesinger and Stephen Kinzer, Bitter Fruit: The Untold Story of the American Coup in Guatemala (New York: Doubleday, 1983); Susan Jonas, Battle, 21-22.
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marchó autónomamente dentro de una nueva época, estableciendo una dictadura personal que continuó el asalto al poder que la oligarquía había iniciado en 1898. La dictadura de Ubico no fue simplemente el apéndice administrativo de la oligarquía terrateniente, a pesar de que esta fue la última beneficiada de su accionar político. “La inmensa mayoría de la élite,” concluyó Piero Gleijeses, “se sometió a los deseos del dictador, participó en el culto a su personalidad, y le dio la espalda a aquellos que él marco como sus enemigos --aún cuando fueran amigos o parientes. A cambio, a ellos les fue permitido vivir como pequeños señores feudales.”11 No hay duda que Ubico preservó la estructura de poder oligarca a través de una crisis económica sin precedentes, pero él incluso modernizó sus bases promoviendo diversificación económica y apoyando a las facciones progresistas de la élite. Enfrentado con un desempleo creciente, una economía paralizada y unas pocas manifestaciones de descontento popular, la tarea inmediata de Ubico fue suprimir el descontento popular. La primera prueba a su poder llego en febrero de 1931, cuando los trabajadores de la planta de cemento se declararon en huelga. Como resultado de la depresión, la costosa y nueva maquinaria de la compañía estaba operando debajo del 50 por ciento de su capacidad. Carlos Novella, asistido por sus dos hijos, Estuardo y Enrique, trataban de reducir la semana laboral a cinco días y minimizar el número de trabajadores en la planta como fuera posible, pero esto falló tratando de mejorar la situación financiera de la empresa. Las ventas de cemento cayeron de 60,447 barriles en 1929 a 17,129 en 1933.12 Antes de que Novella pudiera despedir algún trabajador, los empleados fueron a la huelga con la 11 Susan Berger, Political and Agrarian Development, 26; Piero Gleijeses, Shattered Hope, 19. 12 “Visita a la Fábrica Nacional de Cemento,” Ingeniería Nacional 1:19 (August 31, 1933): 319; entrevista con Enrique Novella, Ciudad de Guatemala, 2 de junio de 1986.
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dirección y apoyo de la Federación Regional Obrera de Guatemala (FROG). La FROG fue fundada en 1925 por anarquistas y comunistas influyentes entre los carpinteros, panaderos y artesanos de la capital. En 1929, la FROG representaba trece sindicatos y 2,000 trabajadores. Esta no era la única organización obrera, pero si la más progresista. La Federación Obrera de Guatemala para la Legalización de Trabajo (FOG) tenía 5,000 miembros, pero esta era subsidiada por el gobierno y promovía cooperación entre el gobierno y los empresarios. Los sindicatos afiliados a la FROG, en contraste, usaron la huelga eficazmente en muchas ocasiones durante los años veinte. En respuesta a la creciente presión de los trabajadores y artesanos, el gobierno aprobó una ley del trabajo en 1926 que reconoció el derecho de los trabajadores a la huelga bajo ciertas circunstancias pero instituyó el arbitraje obligatorio en las disputas.13 La nueva legislación sobre trabajo benefició a los trabajadores industriales, sin embargo su número había sido relativamente insignificante en las organizaciones de trabajadores y en las huelgas de los años veinte. A la par de limitadas acciones de huelga en Cantel en 1906 y de nuevo en 1921, los trabajadores industriales no se habían comprometido en acciones colectivas y organizadas. La huelga de Cementos Novella, sin embargo, representó el surgimiento del proletariado industrial como fuerza militante dentro del movimiento de trabajadores. Esta fue la primera vez en que los trabajadores industriales formaron parte de un movimiento organizado. Los líderes de la FROG --Antonio Ovando Sánchez, Antonio Avelar González, Julio Cristales y Vitalino López García-- dirigieron la huelga.14 13 Arturo Taracena, “El primer Partido Comunista,” 56; idem, “Presencia anarquista en Guatemala entre 1920 y 1932,” Mesoamérica 15 (1988): 4-5; Mario López Larrave, Breve historia del movimiento sindical de Guatemala (Guatemala: Edit. Universitaria, 1976), 21-22. 14 Antonio Ovando Sánchez, Memorias: la historia del movimiento obrero (Guatemala: Edit. Universitaria, 1978), 77-78; Enrique Novella indicó que los hombres que presentaron las peticiones de los trabajadores no trabajaban en la fábrica y que eran organizadores comunistas de El Salvador; entrevista con Novella, 2 de junio de 1986.
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Ubico compartió la creencia de los Novella que “agitadores” extranjeros divulgaban las creencias comunistas entre sus empleados. Desde su perspectiva, agitadores extranjeros, específicamente dos salvadoreños, habían roto la “atmósfera familiar,” en la cual los trabajadores recibían beneficios lucrativos, incluyendo casa, asistencia médica y educación. De acuerdo con Carlos Novella, los agitadores extranjeros incitaban a los trabajadores a la sublevación con ideas y propaganda bolchevique. A pesar de que la ley del trabajó reconoció a los trabajadores el derecho a la huelga, Ubico buscaba demostrar que ni él ni los empleadores deseaban negociar con agitadores. Al momento en que los trabajadores presentaron su lista de peticiones, un gran número de policías intervino. Se les informó a los huelguistas que aquellos que no quisieran trabajar por los sueldos que los empleadores ofrecían, serían desalojados a la fuerza de las propiedades de la empresa. La mayoría de los trabajadores se rindieron ante la demostración de fuerza, pero la policía arrestó a los líderes de la huelga y los detuvo por tres meses. Ubico ordenó su libertad el 1o. de mayo de 1931, cuando las organizaciones obreras marcharon en honor de su benefactor: Jorge Ubico.15 El presidente, asociando las organizaciones laborales con la subversión, sin misericordia suprimió al pequeño Partido Comunista y las organizaciones de trabajadores. Utilizando el levantamiento de campesinos salvadoreños en enero de 1932 como una excusa conveniente para encarcelar a los líderes laborales, los agentes de Ubico capturaron entre 200 y 400 sindicados de ser comunistas. Un tribunal militar posteriormente condenó a los líderes del Partido Comunista de tratar de establecer una república soviética, un cargo ridículo dado que el partido tenía solamente 250 miembros. Con el aplauso de los industriales y las élites agrarias, 15 “La Fábrica Novella Cement Company y sus trabajadores,” Boletín de la AIG 6 (mayo 1931): 5; Ovando, Memorias, 77-78.
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Ubico ejecutó a muchos líderes comunistas y silenció el movimiento laboral. No se podía tolerar “agitación” laboral por el resto de la dictadura ubiquista.16 Ubico tampoco toleró ninguna oposición de las clases altas. En septiembre de 1934, la policía arrestó y torturó a personas sospechosas de conspirar contra el gobierno, obteniendo confesiones que implicaban a prominentes políticos y oficiales de alto rango. Una corte militar sentenció a diez y seis personas a morir, y Ubico ordenó a otras sesenta personas sospechosas de complicidad a ver las ejecuciones. Uno de los testigos fue Jorge García Granados, un líder oligarca y nieto del héroe liberal, quien había criticado los métodos brutales usados por la policía ubiquista durante las investigaciones. Luego de una breve estancia en la cárcel, García Granados salió del país rumbo a México.17 Con los militares leales, Ubico intimidó a la oligarquía, purgó la burocracia y subordinó la corte suprema de justicia y el congreso. La asamblea, que había sido el escenario de constructivos debates durante los años 1920, posteriormente se reunió solamente dos meses por año con sesiones en su mayoría de treinta minutos, y nunca paso legislación alguna que Ubico no hubiese aprobado anteriormente. El gabinete de gobierno nunca se reunió. Considerando las reuniones una perdida de tiempo, Ubico trató personalmente con cada uno de sus ministros. Uno de los oligarcas prominentes, Alfredo Skinner Klee, sirvió como Ministro de Asuntos Exteriores durante cinco años, pero como todos los ministros tenían prohibido tomar decisiones 16 Taracena, “El primer Partido Comunista,” 60-61; Whitehouse to State, 8 de enero de 1932 814.00B/10; Gleijeses, Shattered Hope, 9-12. 17 Matthew Hanna (minister to Guatemala) to State, 14 de septiembre de 1934, SD 814.00/1151; Hanna to State, 22 de septiembre de 1934, SD 814.00/1156; Hanna to State, 22 de septiembre de 1934, SD 814.00/1157; Hanna to State, 31 de octubre de 1934, SD 814.00/1174; Grieb, Guatemalan Caudillo, 116-17; Quién (diccionario biográfico), 75.
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sin consultar primero a Ubico, por lo que la élite encontró el servicio gubernamental nada atractivo.18 En 1931, Ubico también suspendió las actividades de la Asociación General de Agricultores, un signo claro de que él no permitiría a la élite dictar sus políticas. Las ambiciones nacionalistas de los terratenientes habían resurgido durante los debates legislativos sobre los planes de la United Fruit de desarrollar plantaciones de banano en la costa del pacífico. El presidente Chacón favoreció otra concesión a la UFCO, pero muchos de los plantadores se opusieron a esto. Unos pocos oligarcas, incluidos Alfonso Alejos, Rafael Aparicio, Leopoldo Berger, Carlos Dorión y Daniel Rodríguez, habían empezado a cultivar bananos en la costa sur y su éxito dependía del acceso al ferrocarril y facilidades portuarias. Si la UFCO obtenía la concesión, que le daba los derechos exclusivos para construir y operar un puerto nuevo en el pacífico, esta podía absorber y eliminar a sus competidores, justamente como la United había hecho en la costa del Caribe. Con la AGA haciendo una campaña vigorosa contra la concesión, la legislatura rechazó el contrato con la United varias veces.19 Contrariamente a los intereses de los finqueros, Ubico favoreció la expansión de la United Fruit en la costa del pacífico. Habiendo subordinado al poder legislativo, Ubico les mandó el contrato en mayo de 1931 para su aprobación formal, el primer signo de que él solamente determinaría la política económica del gobierno. Su decisión en favor de la UFCO, permitió a esta extender su monopolio de ferrocarriles y cultivo de bananos al pacífico, doblegando los esfuerzos de los oligarcas para 18 Berger, Political and Agrarian Development, 28; Grieb, Guatemalan Caudillo, 12-13, 23-31. 19 Geissler to State, 4 de mayo de 1928, SD 814.52CAG/2; Geissler to State, 31 de mayo de 1928, SD 814.52CAG/5; “Exposición de los agricultores ante la Asamblea Legislativa,” El Imparcial (24 may. 1928); Diario de Guatemala (20 jun. 1928).
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diversificar la producción agrícola. En una década, la United eliminó a los productores independientes de banano, en parte porque esta tenía más influencia sobre Ubico que los oligarcas. Como su mentor político Manuel Estrada Cabrera, Ubico suprimió las ambiciones nacionalistas de la oligarquía.20 Pese a que en el largo plazo, la oligarquía se benefició de la estabilidad impuesta por Ubico, los cultivadores de café perdieron influencia durante los trece años de la dictadura. En 1934, Ubico abolió la servidumbre por deudas y la reemplazó por la ley de vagancia que compelió a todos los individuos que cultivaban menos de dos acres de tierra a trabajar entre 100 y 150 días por año. El Estado posteriormente puso a los trabajadores indios en manos de los terratenientes, incrementando su control en el área rural del país. Una ley municipal, aprobada al año siguiente, reemplazó a los alcaldes electos del país con oficiales designados por Ubico, haciendo los gobiernos locales más dóciles a los dictados de la capital que a los terratenientes locales. Ubico posteriormente debilitó la alianza tradicional entre los terratenientes y los gobernadores por medio de rotar periódicamente a estos a diferentes departamentos. En adición, designó un general como gobernador de cada uno de los veintidós departamentos. Como comandante en jefe del ejército y presidente, Ubico presidió sobre la jerarquía militar y civil que se extendía desde la Ciudad de Guatemala a la más pequeña comunidad indígena en el interior del país.21 Reduciendo el poder político de los caficultores, Ubico abrió un espacio para los elementos más dinámicos 20 Whitehouse to State, 1 de junio de 1931, SD 814.1561/37; Dosal, Doing Business, 166-79; para una crítica completa de la concesión, ver: Alfonso Bauer Paiz, Como opera el capital yanqui en Centroamérica; el caso de Guatemala (México: Editora Ibero-Mexicana, 1955), 224-75. 21 Richard N. Adams, Crucifixion by Power; Essays of Guatemalan National Structure, 1944-1966 (Austin: University of Texas Press, 1970), 174-79; Gleijeses, Shatered Hope, 13-14; Berger, Political and Agrarian Development, 28-30.
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de la oligarquía, incluyendo a unos cuantos prominentes industriales. Como en la dictadura de Estrada Cabrera y los regímenes de los años setenta del presente siglo, unos pocos oligarcas disidentes colaboraron con el dictador en beneficio de sus intereses. Rufino Ibargüen, dueño de Cantel, sirvió como director del Banco Nacional Hipotecario. Su hermano Roberto, diputado en la asamblea, fue el secretario personal del presidente; y los dos, de acuerdo con la Embajada de Estados Unidos, lograron mucha riqueza fuera de sus ingresos legales. El licenciado José María Reyna Andrade, el presidente provisional que transfirió el poder a Ubico en febrero de 1931, se retiró del gobierno en 1936 con una pensión de por vida. Ubico, a pesar de sus iniciales luchas para expulsar la corrupción gubernamental, se convirtió en el más grande terrateniente del país al comprar propiedades al precio que él mismo fijó. En 1940, la asamblea regaló a Ubico $ 200,000 por sus servicios al país.22 A pesar de la represión política y la corrupción, los oligarcas estuvieron de acuerdo en la restauración de la estabilidad económica bajo el régimen de Ubico. Asignándole la mayor prioridad para revitalizar la economía, Ubico impuso un programa de austeridad para restablecer la solvencia del gobierno, preservar el crédito nacional y prevenir el colapso del sistema monetario. Al mismo tiempo, Ubico bajó el impuesto de exportación del café de Q. 2.10 a Q. 1.50 por quintal, una medida que impulsó a los finqueros para mantener la producción a los niveles anteriores a la depresión. La exportación de banano se incrementó de 4.9 millones de racimos en 1930 a 10.6 millones en 1939, dado en gran parte por el éxito de la nueva división en el Pacífico de la United.23 22 Susanne Jonas and David Tobis, Guatemala, 238-39; Fay Allen Des Portes (minister to Guatemala) to State, 9 de enero de 1937, SD 814.00/1291; Gleijeses, Shattered Hope, 18. 23 Grieb, Guatemalan Caudillo, 65-66; Víctor Bulmer-Thomas, Political Economy, 51, 74-75.
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El autoritarismo y austeridad de Ubico estabilizó las industrias del café y el banano, los motores gemelos de la economía de exportación tradicional. La depresión duró básicamente de 1929 a 1934, cuando el PIB creció a un porcentaje anual de menos O.6 por ciento.24 La recuperación económica empezó en 1934 y la productividad se incrementó anualmente hasta 1942. No obstante que Ubico reconoció que una economía estable no podía ser alcanzada sin su diversificación, se concentró en las exportaciones tradicionales. El gobierno también promovió el cultivo de maíz, frijol, arroz, trigo y algodón y logró algún éxito reduciendo las importaciones de estos productos. La producción de trigo se incrementó de 98,632 quintales en 1927-28 a 505,011 quintales en 1942-43, contribuyendo a la reducción de la dependencia de Guatemala sobre las exportaciones de café y banano, que bajaron del 94.5 por ciento del total de exportaciones en 1936 al 76.9 por ciento en 1943.25 Contrariamente a la interpretación de algunos académicos, Ubico también impulsó la substitución de importaciones industriales. Susanne Jonas argumenta que “Guatemala bajo los liberales no tuvo una burguesía nacional, no tuvo un programa nacional de desarrollo, y tampoco una substitución de importaciones basada en el mercado interno.”26 Los registros demuestran que los cultivadores progresistas intentaron romper el monopolio sobre la exportación de banano de la United Fruit en los años treinta, favoreciendo la nacionalización del ferrocarril y las facilidades portuarias, que desde 24 Bulmer-Thomas, “Central America in the Inter-War Period,” in Latin America in the 1930s: The Role of the Periphery in World Crisis, ed. Rosemary Thorp (New York: St. Martin’s Press, 1984, 283. 25 Grieb, Guatemalan Caudillo, 151, 157-58; Bulmer-Thomas, Political Economy, 80; John Hans Adler, Public Finance and Economic Development in Guatemala (Wesport, Conn.: Greenwood Press, 1970), 33. 26 Jonas, Batlle, 20.
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los primeros días de la Reforma Liberal habían apoyado la industrialización y la diversificación de la economía. Ninguno de ellos apoyó la reforma agraria como medio de expandir el mercado nacional, pero muchos de ellos reconocieron el valor de desarrollar una base manufacturera, particularmente después que la depresión demostró la falacia de la excesiva dependencia de Guatemala de las exportaciones de café. De acuerdo con Bulmer Thomas, la declinación de los ingresos a través de las exportaciones redujo la capacidad de importar y presentó a las élites una disyuntiva “escoger entre proseguir con la importación de artículos de consumo o producirlos.”27 Ubico escogió estimular la producción de artículos. Reconociendo los obstáculos para un rápido crecimiento industrial, promovió la diversificación agrícola agresivamente, pero incluso estimuló la industrialización como parte de un esfuerzo a largo plazo para sacar al país de la depresión. El 28 de agosto de 1932, Ubico eligió de entre los miembros de la Cámara de Comercio y la Asociación de Industriales personalidades para formar un Comité para el Desarrollo Industrial a quienes les consultaría sobre las medidas para promover la expansión industrial. La designación de este consejo consultor, compuesto totalmente de miembros del sector privado, fue el primer esfuerzo de colaboración entre el gobierno y la oligarquía industrial. Por medio de solicitar las directrices de la AIG, en contraste con la supresión de la AGA, Ubico legitimó la organización y le dio la oportunidad de dibujar sus propias políticas.28 Desde este momento, los industriales demandaron que el gobierno reconociera su derecho de plantear y revisar políticas que afectaran su desarrollo. Rafael Felipe Solares, anterior presidente de la Cámara de Comercio y director de la AIG, presidió 27
Bulmer-Thomas, “Central America in the Inter-War Period,” 296.
28 “Los poderes políticos y las industrias,” Boletín AIG 19 (septiembre-octubre de 1932): 14-15.
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el Comité. Asistido por Carlos F. Novella (productor de cemento) Federico Kong (productor de jabón) y Otto Dorión (productor de azúcar), Solares dirigió una revisión del sector manufacturero y proveyó las bases para una política de desarrollo que contribuyera a un notable incremento de la productividad industrial. Sin embargo, el sector comercial se opuso al incremento de impuestos a las importaciones favorecido por los industriales, las recomendaciones del Comité establecían las bases de una legislación proteccionista, como reflejo de los intereses personales de Solares interesado en la industria de productos farmacéuticos. Comerciante de medicinas a principios del siglo, Solares empezó a manufacturar productos farmacéuticos en los años 1920, y su hijo desarrolló Lancasco, una de las pocas firmas guatemaltecas que operaban en el sector farmacéutico.29 La designación del Comité reflejó y promovió la influencia que los industriales adquirieron. No obstante el sector manufacturero fue generalmente subdesarrollado, la AIG representó poderosos negocios nacionales y extranjeros, incluyendo la Empresa Eléctrica, IRCA, la Tabacalera Nacional y muchas otras firmas extranjeras. Los miembros de la AIG tuvieron acceso a capitales, controlando sectores económicos clave, teniendo además, vinculación con la oligarquía nacional. El éxito de los Castillo y los Novella había empujado a otras familias oligárquicas a invertir en industria y unirse a la AIG. En 1927, por ejemplo, Arturo Matheu Durán, un finquero antigüeño, fundó una fábrica de materiales de construcción y agregó su prestigioso nombre a la recién fundada AIG. Ernesto Rodríguez Benito, otro cafetalero que había recientemente invertido en la industria de cemento, fue secretario de la AIG en 1931.30 Dada la riqueza y el status de la membresía de la AIG, Ubico encontró difícil ignorar sus recomendaciones en materia de política económica. 29 Cámara de Industria de Guatemala, “Lancasco, S.A.; 50 años de una industria,” Industria 184 (julio 1977), 20-21. 30 Boletín de la AIG 3 (febrero 1931), 1; “Fábrica de Pisos El Aguila, S.A.,” Industria 188 (noviembre 1977): 18-19.
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La huelga en la planta de cemento de Novella había demostrado una declinación en la producción industrial, retardando la estabilidad política, debido a que la consecuente reducción de puestos de trabajo producía inconformidad social. La experiencia de la industria del cemento no fue única, la depresión golpeó el pequeño sector manufacturero en un momento inoportuno. Como fue explicado por la AIG, “No pocas de nuestras industrias fueron sorprendidas por la crisis, justamente en el momento cuando ellas estaban terminando con su instalación o cuando ellas se encontraban en un proceso de expansión; otras habían tenido éxito, a gran costo, al abrir un mercado para sus productos, solamente para perderlo todo súbitamente.”31 En el corto plazo, Ubico pudo mantener orden por medio de la represión, pero en el largo plazo, él y los industriales debían poner a las personas nuevamente a trabajar. Al final, la AIG había estado cabildeando por la expansión del mercado y políticas proteccionistas desde su inicio. En 1931, la AIG recomendó la formación de un mercado regional a través de reducir las barreras arancelarias en Centro América. Con el acceso a los mercados vecinos, los industriales predecían aumentar su capacidad de producción y establecer nuevas industrias. Los industriales argumentaban que no habría un desarrollo satisfactorio de las manufacturas sin la ampliación del mercado de consumidores, la demanda nacional limitada mantenía sus altos costos de producción y no permitía el desarrollo de algunas industrias intermedias como papel y vidrio.32 La designación del Comité para delinear el Desarrollo Industrial del país les dio a los industriales la oportunidad de poner sus ideas en práctica. 31 “Editorial,” Boletín de la AIG 20 (noviembre-diciembre 1932), 1. 32 “El intercambio comercial de manufacturas nativas entre los países centroamericanos,” Boletín de la AIG 10 (septiembre 1931): 5-6; “El riesgo industrial en Guatemala,” Boletín de la AIG 7 (junio 1931): 10.
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Iniciaron por distribuir un cuestionario a 162 firmas clasificadas como industrias. Solamente sesenta y nueve respondieron las preguntas, muestra que la mayoría, como los hombres de negocios en general, tenían poca fe en la integridad del gobierno. En los cuestionarios se preguntaba acerca de la productividad, ganancias y número de empleados; sospechando que el gobierno intentaba usar esa información para otros propósitos que los de la promoción de la industria se negaron a cooperar. La Cervecería Centroamericana, por ejemplo, no respondió el cuestionario, dejando al Comité con la falta de toda la información que necesitaba para formular sus recomendaciones en materia de políticas.33 En cualquier caso, la encuesta reveló que muchas bien organizadas firmas con mucho capital invertido coexistían con talleres artesanales. El Comité urgió al gobierno a concentrar sus esfuerzos en las plantas mecanizadas que se podían convertir en industrias productivas con el apoyo gubernamental. El obstáculo mayor era la inadecuada fuente interna de materias primas. Cantel; por ejemplo, importaba un sustancial porcentaje de su materia prima, aunque el algodón podía cultivarse localmente. El Comité urgió al gobierno a coordinar la diversificación y el desarrollo de las firmas manufactureras que procesaban recursos locales, incluyendo la cerveza, alcohol, textiles, jabón e industrias de zapatos. Sin embargo, el Comité concluyó que el desarrollo de nuevas industrias podía generar empleo y mantener el intercambio comercial con el extranjero, sabiendo que Guatemala “no posee las condiciones que pudieran convertirlo en un país industrial y pretenderlo podría ser anti-económico, porque sus más importantes recursos pertenecen a la producción agrícola.”34 33 “Informe que el Comité para el Fomento de la Industria presenta al señor Ministro de Hacienda y Crédito Público,” Boletín de la AIG 22 (marzo-junio 1933): 18-27. Las sub-siguientes referencias al informe del Comité pertenecen a la misma fuente. 34
Ibid., 20.
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Sin embargo, el Comité argumentó que la industrialización era necesaria y conveniente, y por esta razón presentaban recomendaciones detalladas de como el gobierno podía proteger las industrias existentes y promover el establecimiento de nuevas. Las tres principales recomendaciones vislumbraron la política de sustitución de importaciones del Mercado Común Centroamericano impulsado en la década de los sesenta. Primero, el gobierno podía proveer directa e inmediata ayuda a los manufactureros ayudándolos a tener acceso a nuevos mercados. En lugar de estimular la demanda en el propio país, los industriales urgieron al gobierno a promocionar el comercio con Centro América eliminando las barreras arancelarias en la región. Segundo, el Comité sugirió al gobierno crear tarifas proteccionistas a las industrias que reemplazaran manufacturas importadas. Esto, por supuesto, no indicaba que se impusieran tarifas proteccionistas a industrias ineficientes, las cuales no podían existir sin las tarifas proteccionistas. Tercero, el Comité promovió un plan llamado “drawback” para estimular las industrias de exportación. Bajo un esquema similar al de las leyes de maquiladoras (plantas de ensamblado) de los años ochenta, el gobierno daba incentivos fiscales a las industrias de exportación que procesaran materias primas importadas. Cuando la firma empezara a exportar sus productos, el gobierno podía reembolsarse a través de los impuestos que estas pagaran por las materias primas. Ubico implementó algunas de las muchas propuestas del Comité. Habiendo probado una pequeña dosis de poder político, la AIG recomendó que el Estado formalizara el papel consultivo del sector privado, extendiendo la vida del Comité para el desarrollo industrial o creando un nuevo cuerpo que incluyera la representación de la industria, agricultura, comercio y el Estado. Para los industriales, el desarrollo podía caerse sin la participación de las fuerzas vivas (la forma favorita en que el sector privado se describió en la década de los ochenta), los terratenientes, comerciantes, 32
banqueros e industriales que tenían sus propios negocios y creaban fuentes de trabajo. Sin embargo, el Comité notó alguna hostilidad de los sectores comerciales sobre el desarrollo industrial, los industriales no creían que sus intereses fueran contrarios a los de los terratenientes y comerciantes. Los industriales no se concebían a si mismos en oposición a la oligarquía establecida. Ellos no concebían una reforma agraria ni siquiera el disgusto político de los terratenientes o los comerciantes. Los industriales vislumbraban un sistema político en el cual la industria, la agricultura y el comercio podrían trabajar de la mano con el gobierno para presentar e implementar políticas económicas.35 Dos décadas después, los representantes del sector privado pudieron formar su brazo político (CACIF), con una estrecha relación con el gobierno, pero ni Ubico ni muchos de los terratenientes compartían la visión política de los industriales en los años treinta. Ubico ambicionaba un sistema político en el cual el sector privado fragmentado estuviera subordinado a su voluntad personal. Su deferencia a los industriales en 1932 aumentó las ambiciones políticas de estos, pero esto no produjo reformas económicas. En la conferencia Centroamericana de 1934, Ubico presentó un extenso acuerdo que podía haber abolido las tarifas aduaneras en el istmo, pero las rivalidades políticas entre las diferentes repúblicas condenó las esperanzas de integración económica. La propuesta “drawback” nunca fue tomada en cuenta, pero Ubico siguió la segunda recomendación del Comité y otorgó tarifas preferenciales a industrias seleccionadas.36 La recuperación y expansión del sector industrial demostró el valor de su poder político, su desarrollo industrial en los años treinta fue en parte producto de 35 “Editoriales,” Boletín de la AIG 22 (marzo-junio 1933), 6, 10. 36 Grieb, Guatemalan Caudillo, 106-11; “Protección a la Industria Nacional,” Diario de Centro América (21 jun. 1932).
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la colaboración cercana entre industriales y el Estado. Por ejemplo, el Comité recomendó un incremento en los impuestos de importación de la harina para sacar a la industria nacional de su decadencia. Así se hizo, y se estableció que un 25 por ciento de la harina utilizada en las panaderías locales tenía que provenir de los productores nacionales. Con el impuesto y el sistema de cuotas, dos modernos molinos fueron instalados en 1935 y 1936. Entre 1935 y 1944, la producción de harina de trigo se dobló, de 7.7 millones a 14.8 millones de libras. Sin embargo, solamente un tercio de los 110 molinos del país usaban energía eléctrica o hidráulica, ellos satisfacían el 56 por ciento de la demanda nacional en 1944.37 El Comité recomendó fuertes medidas para modernizar la industria de los cigarros, un sector que contribuía de manera vital al gobierno y estimulaba la agricultura. La mecanización de la producción avanzó con la inversión de la British American Tobacco Company en la Tabacalera Nacional, una firma que compró los bienes y las patentes de muchos pequeños productores de cigarrillos en 1929. Ubico, hambriento por incrementar los ingresos del gobierno y mostrando tangibles signos de progreso, apoyó las ambiciones monopólicas de la subsidiaria extranjera. En 1931, el gobierno aprobó un impuesto alto al papel para hacer cigarrillos y obligó a todos los manufactureros a comprarlo a través de una oficina estatal. Lewis Corbin Newbill, el estadounidense director de la Tabacalera Nacional y miembro activo de la AIG, informó a la legación estadounidense que el impuesto afectaría duramente en los negocios pequeños que hacían los cigarrillos a mano y no pagaban impuestos. Los cigarrillos hechos a mano gradualmente desaparecieron 37 Oficina Revisor de Precios, Pesas y Medidas de la Municipalidad de Guatemala al Ministerio de Fomento, 16 de agosto de 1938, AGCA, B 129, leg. 22224; René Augusto Flores, 100 industrias guatemaltecas (Guatemala: Empresa Eléctrica, 1961), 131-32; Promotora Continental, Quién es quién, 111; Grieb, Guatemalan Caudillo, 157-58; United States Comission, Mining and Manufacturing Industries in Guatemala (Washington, D.C.: Government Printing Office, 1949), 20-21.
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del mercado mientras la producción de la Tabacalera Nacional se incrementó de 509 millones de cigarrillos en 1937 a 975 millones en 1944, dándole a esta prácticamente el monopolio de la producción de cigarrillos.38 La industria textil sufrió durante la fase inicial de la depresión, pero ésta disfrutó de un alto proteccionismo, para la que el Comité tan sólo había recomendado algunos ajustes para sacarla de la crisis. La recuperación de la industria estaba enlazada con la productividad de Cantel la más vieja y productiva planta. Evidentemente, la depresión golpeó fuerte a los hermanos Ibargüen, cuando ellos reorganizaron la firma en julio de 1932, ellos vendieron los mayores intereses a los Nottebohn Hermanos (una firma alemana) y pagaron por sus acciones con la hipoteca de algunas propiedades familiares. Cantel, sin embargo, mantuvo su preeminencia, aún compartiendo el mercado con dos nuevas industrias. Nortropic, fundada por Fraterno Vila en 1927, sobrevivió a la depresión, como lo hizo Mishanco, fundada por Samuel Mishan en 1937. Durante la segunda guerra mundial, los artículos importados de algodón cayeron drásticamente, y los productores domésticos consolidaron su posición en el mercado local. 39 A pesar de que las tarifas proteccionistas habían estado funcionando por muchos años, Ubico prosiguió esa política con más vigor, extendiéndola a las industrias nacientes. La producción industrial creció establemente de 1922 a 1931 y 38 Memoria de Fomento, 1931, 509-12; W. J. McCafferty (charge d’affaires ad interim) to State, 6 de septiembre de 1931, SD 814.602/19; U.S. Tariff Commission, Mining and Manufacturing Industries, 28-29. 39 “Informe que el Comité para el Fomento de la Industria, presenta al señor Ministro de Hacienda,” Boletín de la AIG 22 (marzo-junio 1933): 23; Tania Sagastume Paiz, “Cantel,” 55; René Augusto Flores, 100 industrias guatemaltecas, 47; Guatemala, Ministerio de Economía y Trabajo, “Directorio de Grandes Industriales,” Boletín de la Dirección General de Comercio, Industrias y Controles II: 3 (junio 1953): 38-39; Secretaría Permanente del Tratado General de Integración Económica Centroamericana (en adelante citada como SIECA), El sector manufacturero en Centroamérica (Guatemala, 1965), 49.
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cayó sensiblemente en 1932. Siguiendo las modestas reformas de Ubico, la producción industrial resurgió, alcanzando un alto indicador anterior a la guerra de $ 90 millones en 1936. Ubico también continuó la política de dar concesiones exclusivas a las nuevas industrias. A principios de 1940, George J. Plihal, el director centroamericano de Bata Shoe Co. de Nueva York, aplicó para una concesión gubernamental para manufacturar zapatos de cuero y medias de algodón. Plihal solicitó la asistencia de la Embajada estadounidense, pero cuando el Departamento de Estado descubrió que Bata era una subsidiaria de una firma checoslovaca que trabajaba con los alemanes, rechazó darle alguna asistencia. El 11 de abril, el Ministro de Finanzas también rechazó la propuesta de Plihal, esperando proteger a los artesanos de la Ciudad de Guatemala quienes manufacturaban zapatos de cuero. Sin embargo, el gobierno dejó abierta la posibilidad que ellos podían aprobar una concesión para manufacturar zapatos y ropa de hule, productos que no producían los artesanos locales. Ubico otorgó una exención de impuestos de importación en maquinaria, pero prohibió a la firma de Plihal (Compañía Guatemalteca Incatecu) producir zapatos de cuero para el consumo local, una provisión que afecto sustancialmente la capacidad de la maquinaria instalada.40 A pesar de esto, luego de la segunda guerra mundial, Incatecu se desarrolló como uno de las industrias guatemaltecas más grandes, y Plihal pudo diversificar la producción de caucho al fabricar neumáticos para vehículos. Ubico no fue tan agresivo como los industriales esperaban. El Comité favoreció la mecanización de la producción aún cuando esta significó el desplazamiento 40 Des Portes to State, 28 de febrero de 1940, SD 814.653/1; George Wythe (liaison officer, Departament of Commerce) to James J. Murphy, Jr. (Departament of State), 9 de marzo de 1940, SD 814.653/BATA/2; Des Portes to State, 24 de abril de 1940, SD 814.653/BATA/3; Dunn to State, 18 de septiembre de 1940, SD 814.653/BATA/6; Recopilación de las Leyes de Guatemala 59 (1940), 669; Archibald R. Randolph (acting commercial attaché) to State, 10 de agosto de 1943, SD 814.653/1.
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de cientos de artesanos. Sin embargo, Ubico no actuó en el sentido que los industriales indicaron con respecto a la reforma del sistema bancario. Los industriales se quejaron que los bancos financiaban al sector agrícola e ignoraban completamente las necesidades de la industria. Aún los más exitosos no podían obtener préstamos a corto plazo. Carlos Novella, sin duda uno de los industriales guatemaltecos con más recursos, no podía obtener apoyo financiero en su lucha para eliminar el cemento importado del mercado local. La depresión recortó grandemente las ventas de cemento y asustó a los socios de Novella, forzándolo a juntar dinero a duras penas para pagar la salida de sus socios. El 30 de noviembre de 1934, Novella reorganizó la firma bajo la razón social de Carlos Novella y Cía, en la cual él y su familia tenían la mayoría de las acciones.41 El continuo incremento de la demanda hizo posible para Novella evadir la bancarrota y pagar sus deudas en 1938, pero él aún no podía encontrar un banco que quisiera financiar la adquisición de nueva maquinaria. Habiendo eliminado al cemento importado para este momento, Novella buscaba expandir su capacidad de producción y exportar a los países centroamericanos, pero sin el apoyo de un banco, tenía que depender de sus propios esquemas de financiamiento. Luego de haber recibido una gran solicitud de cemento de Enrique Engel, el propietario de un teatro en la Ciudad de Guatemala, Novella solicitó a Engel un fuerte adelanto sobre la orden con lo cual podría comprar maquinaria alemana. Engel estuvo de acuerdo, solicitando a su vez que Novella lo ayudara para que un pariente judío escapara de la Alemania Nazi solicitándolo como ingeniero experto junto con la maquinaria que compraría a la firma Krupp. Novella consintió, firmó los papeles, recibió $ 32,000 de adelanto y compró la nueva 41 “Los bancos de crédito comercial e industrial,” Boletín de la Cámara de Comercio e Industria de Guatemala (en adelante citado como Boletín CCIG) 15:163 (marzo 1936): 4; Recopilación de las Leyes de Guatemala 52 (1934), 796; entrevista con Novella, 2 junio 1986.
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maquinaria, así mismo el pariente de Engel escapó de los horrores de los campos de concentración. La capacidad productiva de la planta de cemento se duplicó, permitiendo a Novella reducir las compras de cemento importado y aún exportar a los países centroamericanos.42 Sin embargo, la industria de cemento representa solamente un caso de éxito en la substitución de importaciones, esto también revela las limitaciones del sector manufacturero antes de 1944. Esta fue la única industria intermedia que se desarrolló antes de la segunda guerra mundial, y en comparación con otras plantas de cemento, esta usaba anticuados métodos intensivos de trabajo. La mayor parte de los trabajadores pasaban sus días partiendo con martillos las piedras de cal en pedazos, llenando carretillas con estos y luego depositando su contenido en pequeños carros que operaban sobre rieles. Un cinturón mecánico podía haber eliminado el doble trabajo de cargar los pedazos de piedra y reducir los costos, pero estos modernos mecanismos costaban dinero y Carlos Novella, como otros industriales, tenían bastantes problemas para comprar maquinaria en el extranjero.43 Ubico falló en la organización de un programa comprensivo de sustitución de importaciones, pero el sector industrial se expandió durante sus trece años de dictadura. Las fábricas existentes como la Cervecería Centroamericana, Cantel, Cementos Novella y la fábrica de jabones Köng Hermanos incrementaron su productividad y aparecieron nuevas industrias. En 1937, José Cofiño Ubico, director de la Tabacalera Nacional, inició la modernización de la industria de licor al reunir 42 “Evolución de Novella,” La Hora Dominical (Guatemala), 16 de abril de 1950; “Industria de Cemento,” Estrella de Centro América (Guatemala), V (septiembre-noviembre 1947), XXV; entrevista con Novella, 2 junio 1986 y entrevista con Melville, 15 mayo 1986; Guatemala, Dirección General de Estadística, Guatemala en Cifras, 1955, 51; Memoria de Fomento, 1939-1941. 43 C.D. Cline Management Associates, Survey of Guatemala (Chicago: The Associates, 1947), 359-61.
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a muchas pequeñas productoras en la Industria Licorera Guatemalteca. La competencia en la industria de los refrescos carbonatados se intensificó en 1939 con la inauguración de la Embotelladora Guatemalteca, una planta embotelladora de Coca-Cola propiedad de Antonio Mata Inglada, un hombre de negocios español, y la Fábrica de Bebidas Gaseosas Salvavidas, una planta de la Canada Dry propiedad de la familia Castillo. La industria del vestido también se desarrollo significativamente durante los años treinta. La Fábrica New York, fundada por Salvador Abularach en 1928, empleaba 150 trabajadores para 1934 y exportó calcetines y medias de lana a Nicaragua y Honduras.44 Unas pocas plantas, modernas para los estándares centroamericanos, se desarrollaron con algún apoyo del gobierno, pero aún las más productivas dependían de capital, maquinaria, inversionistas y materia prima extranjeros. Cantel, por ejemplo, importaba algodón crudo, aunque la costa sur de Guatemala tenía condiciones ideales para este cultivo. El desarrollo industrial bajo Ubico fue, de acuerdo con un diplomático británico, “un error económico.” El explicó: “Con pocas excepciones Guatemala no posee ninguna de las materias primas para los artículos manufacturados localmente, con esto, en adición a toda la maquinaria, tienen que ser importadas. El resultado es que el precio de la mayoría de los artículos esta fuera de proporción con respecto a su calidad y ellos fueran inobtenibles si no hubiera sido porque, debido a los altos impuestos, los productos importados son aún más caros.”45 44 “En plena marcha está la poderosa Industria Licorera Guatemalteca S.A.,” El Liberal Progresista (12 nov. 1937); Recopilación de Leyes de Guatemala, 58 (1939), 692; Promotora Continental, Quién es quién, 80-84; Howard Tewksbury (commercial attaché) to Douglas Sharp, 29 de agosto de 1939, SD 814.6586/3; “La fábrica de medias y calcetines New York de Salvador Abularach,” Boletín de la CCIG 145 (septiembre 1934): 7; “En la fábrica New York,” Boletín de la CCIG 158 (octubre 1935): 25-26. 45 Great Britain, Department of Overseas Trade, Report on Economic and Commercial Conditions in the Republic of Guatemala (Londres: julio 1937), 8.
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Como resultado de unas pocas reformas, la producción industrial se incrementó a mediados de los treinta y declinó en los cuarenta. Con la producción agrícola incrementándose a un porcentaje más alto que la industria, la manufactura cayó en el PIB del 13 por ciento en 1929 al 11.6 en 1943. Al margen de una economía nacional, con ganancias para unas pocas redes familiares, la industria había establecido sus bases, pero permanecía relativamente insignificante. Explotando trabajo barato, no organizado, protegida por concesiones e impuestos altos a las importaciones, los oligarcas industriales cosechaban excesivas ganancias. Un estudio de 1945 de la industria licorera, por ejemplo, reveló excepcionales márgenes de ganancia, en algunos casos excediendo en 75 por ciento los activos de la firma. Aún sin industrias de capital y solamente una industria intermedia, nadie puede hablar de una “revolución” industrial. En un país donde se criaba ganado de carne y leche, no había procesadoras de carne o una planta de pasteurización de leche que pudiera producir algo adecuado para el consumo humano46 El sector industrial continuaría operando en los márgenes de la economía hasta que el gobierno promoviera una agresiva reforma bancaria, diversificación agrícola e integración económica regional. El Comité había urgido a Ubico promover el cultivo del algodón y otras materias primas procesadas por el sector industrial, pero el gobierno ignoró sus recomendaciones. Para corregir algunas de las deficiencias que el Comité identificó, la AIG tenía que fortalecer su influencia política. El desarrollo industrial devino de un proyecto político, en el sentido que los oligarcas modernizantes tendrían que tomar control de la política institucional para su desarrollo. A 46 Nestor K. Ovalle, Industrial Report on the Republic of Guatemala (Washington: inter-American Development Commission, 1946), 66; “La industria lechera en la Ciudad de Guatemala,” Feria de Guatemala, Guía Oficial, noviembre 21 al 28, 1937.
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pesar que los industriales se organizaron políticamente y cabildearon efectivamente durante los años treinta, ellos aún no tenían poder político autónomo, una debilidad reflejada en 1934 al unirse a la Cámara de Comercio e Industria de Guatemala (CCIG). A través de la Cámara, los industriales continuaron promoviendo sus intereses económicos, pero la alianza con los intereses comerciales circunscribió la agenda política de los industriales, porque ellos no podían cabildear agresivamente por altos impuestos de importación debido a que estaban asociados con los comerciantes que se oponían a esto.47 A pesar de esto, los industriales continuaron presionando por sus intereses ante el gobierno. En 1936, la CCIG urgió a Ubico poner en acción las recomendaciones del Comité creando el mercado regional a través de una serie de acuerdos recíprocos con sus vecinos. En esto también se quejaron de la falta de un sector bancario que pudiera servir a las necesidades a largo plazo del sector industrial. Sin un apoyo efectivo del gobierno, la industria no podía crecer ni prosperar. En 1938, la CCIG se quejó de que las plantas manufactureras estaban trabajando muy abajo de su capacidad. De nuevo, los industriales sugirieron que el libre comercio en Centro América era un remedio para sus problemas.48 Para esta época, Ubico se había alejado de la idea de promover la industrialización con tarifas proteccionistas. En 1936, firmó un tratado de reciprocidad con los Estados Unidos que obligaba a Guatemala a reducir las tarifas de importación en doce productos y congeló otras. Como resultado, el gobierno incrementó tarifas en defensa de la industria local, porque algunos de los productos cubiertos por el tratado podían ser 47 Boletín de la AIG 24 (julio-agosto 1933): 5; Recopilación de las Leyes de Guatemala 53 (1934-35), 494. 48 “Los productos guatemaltecos en los mercados centroamericanos,” Boletín de la CCIG 15:170 (1936): 5; “Los bancos de crédito comercial e industrial,” Boletín de la CCIG 15:163 (1936): 4; “El volumen de producción como fundamento de la prosperidad industrial,” Boletín de la CCIG 17:191 (julio 1938): 5.
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producidos en Guatemala si el gobierno aumentaba los aranceles proteccionistas. Con el tratado, sin embargo, el gobierno no podía proteger a los industriales de la competencia extranjera.49 Sin embargo, el gobierno no tenía el derecho de regular la política arancelaria interna, porque la IRCA monopolizaba la red de ferrocarriles y la UFCO dominaba el transporte en Puerto Barrios. El Comité había urgido a Ubico a negociar tarifas preferenciales para los manufactureros nacionales, pero el dictador consintió las prácticas monopólicas de los ferrocarriles. En 1936, tácitamente reconoció la adquisición de la United Fruit para controlar los intereses de la IRCA, renovando los contratos de la UFCO en el puerto del pacífico y retirando los $ 2 millones de deuda de la IRCA. Además, reafirmó los derechos de la United a administrar exclusivamente sus propiedades, que incluían los ferrocarriles y los puertos del país. Con la United monopolizando la red de transportes, por consiguiente controló el flujo de materia prima y maquinaria de la cual dependían los industriales.50 La United demostró su poder económico violando el espíritu del tratado de reciprocidad firmado en 1936. Habiendo firmado un acuerdo comercial diseñado para promover el comercio entre los Estados Unidos y Guatemala, los diplomáticos estadounidenses no le dieron la bienvenida a la decisión de la IRCA de apoyar el comercio de Guatemala con Alemania. En la mercadería importada de los Estados Unidos la IRCA recargaba de 50 a 1650 por ciento más que al artículo importado de Europa. La IRCA incluso trató de incrementar las exportaciones de café a Alemania ofreciendo un 20 por ciento de descuento en los cargamentos hacia Europa. 49 Kenneth J. Grieb, “Negotiating a Reciprocal Trade Agreement with an Underveloped Country: Guatemala as a Case Study,” Prologue 5 (Spring 1973): 22-29. 50 “Editoriales,” Boletín de la AIG 22 (marzo-junio 1933), 10; Dosal, Doing Business, 191-95.
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El comercio de Guatemala con Alemania se incrementó a expensas de los Estados Unidos. Sin embargo, el Subsecretario de Estado Summer Welles llamó la atención de la compañía por tomar “para si misma la función de arbitrar directamente el curso del comercio internacional guatemalteco,” la IRCA, representada por el futuro director de la CIA Allen Dulles, rechazó modificar sus tarifas discriminatorias.51 Con una revisión de aranceles, obstruida por un tratado con Estados Unidos y por dos monopolios extranjeros, los industriales tenían poca esperanza de una revisión de acuerdo a sus necesidades. Así, el tratado de 1936 marcó el final de un breve período en que el gobierno consideró y llevó a cabo reformas que beneficiaron al sector manufacturero. A mitad de los años treinta, la estabilidad regresó a las industrias del café y el banano, y el entusiasmo de Ubico por la diversificación económica y la industrialización se disipó en la medida que la situación económica se mejoró. Habiendo restaurado el tradicional poder económico y político, Ubico fue más represivo y aparentemente perdió interés en los programas de diversificación económica que él alguna vez impulsó.52 Los industriales, como la oligarquía en general, no tenían suficiente fuerza política para retar a Ubico después que perdió su entusiasmo por la reforma económica. De 1936 a su renuncia en 1944, Ubico se apegó al poder a través del incremento de sus tácticas represivas que aplicó igualmente a las clases altas y bajas. Los diplomáticos estadounidenses sospechaban que sus políticas reaccionarias y sus lazos con la comunidad alemana revelaban simpatía por el fascismo y desdén por las prácticas democráticas. Sin embargo, Ubico siguió a los Estados Unidos en la guerra contra la Alemania Nazi, poniendo sus bases militares a la disposición del 51 Sumner Welles (undersecretary of state) to Whitney Shepardson (véace president, IRCA), (mayo 1938), SD 814.773/40 (quoted); Dosal, Doing Business, 202-21. 52 Grieb, Guatemalan Caudillo, 49-50.
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ejército estadounidense. Aunque altamente agradecidos por el apoyo de Ubico, los oficiales estadounidenses criticaban privadamente sus prácticas dictatoriales, que dejaban a la mayoría del pueblo guatemalteco empobrecido y analfabeto.53 A pesar que los estadounidenses describieron a Guatemala como una sociedad de dos clases, donde un 5 por ciento de su población controlaba la riqueza del país entero, las políticas de Ubico estimularon la expansión de las clases medias urbanas. Creciendo a un tasa promedio de 5 por ciento, la población de la Ciudad de Guatemala se incrementó de 115,447 habitantes en 1921 a 284,276 en 1950. Cuando Ubico se embarcó en su tercer período presidencial en 1943, una ola de actividad política abrió paso a las frustraciones de los pequeños comerciantes, manufactureros, burócratas, banqueros, abogados, médicos, trabajadores industriales y estudiantes. Con sus derechos negados durante la guerra contra el totalitarismo, ellos empezaron a demandar libertad política y económica. No obstante que el sistema de cuotas aseguró a los exportadores ganancias en el mercado durante la guerra, los costos del transporte y la relación con Estados Unidos contribuyó a reducir las importaciones y a un rápido incremento en los costos. El estándar de vida fue aumentando mientras que la productividad declinaba. Aunque no fue como en la crisis de 1920, cuando la oligarquía y el ejército construyó la respuesta del país a la depresión económica, en 1944 las clases medias, localizadas en la Ciudad de Guatemala transformada por seis décadas de gobierno del Partido Liberal, luchó por reformas democráticas.54 53 Des Portes to State, 3 de febrero de 1937, SD 814.504/35; Des Portes to State, 15 de marzo de 1938, SD 814.00B/30; Thomas Leonard, The United States and Central America, 1944-1949 (University, Ala.: The University of Alabama Press, 1984), 76. 54 Carol Smith, “Desarrollo de la primacía urbana,” 197, 214; Grieb, Guatemalan Caudillo, 270-71; Berger, Political and Agrarian Development, 35-36; Bulmer-Thomas, Political Economy, 94.
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En este esfuerzo, las clases medias compartieron interés político con la oligarquía. No obstante Kenneth Grieb argumenta que Guatemala “era dirigida por y para la oligarquía,” las élites tenían sus propias revanchas contra el tirano y apoyaron su derrocamiento en julio de 1944.55 A pesar que Ubico representaba a los oligarcas, no los dejo gobernar. Ubico, un general moldeado por el maestro de la política de las dictaduras, Manuel Estrada Cabrera, gobernó por si mismo: un oligarca progresista y un oficial del ejército. El empujó a los cafetaleros a modernizar sus fincas y transformar sus antiguas prácticas laborales, pero también quebró la tradición de control de los terratenientes sobre los gobiernos locales. Centralizó el poder del Estado a expensas de las élites terratenientes, y los oligarcas nunca olvidaron que ellos, como las clases medias, también sufrieron bajo la bota del tirano. Ubico creó un Estado militar premoderno, gobernado por generales amateur, jóvenes políticos y burócratas de clase media, pocos de ellos compartiendo la devoción de la oligarquía a los negocios privados. Ubico sin duda alguna consideró la propiedad privada como un derecho sagrado. Al mismo tiempo, como sus sucesores militares de los años setenta y ochenta, creía que el Estado poseía el derecho, si no la obligación, de intervenir en la economía cuando fuese necesario para la seguridad nacional. Durante la guerra, Ubico y sus aliados estadounidenses delinearon un trato para los 3,500 alemanes residentes en Guatemala, muchos de ellos abiertamente simpatizantes de la causa nazi. En noviembre de 1941, Ubico cedió a la presión de Estados Unidos e impuso cuotas y puso en lista negra las propiedades alemanas. Debido a que los alemanes no sufrían a satisfacción de Estados Unidos bajo el sistema de cuotas, los estadounidenses urgieron a Ubico la nacionalización de las propiedades alemanas. Por temor de desestabilizar la economía y alejarse de la colonia 55 Grieb, Guatemalan Caudillo, 270-71.
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alemana y sus simpatizantes, Ubico retrasó la decisión hasta el 22 de junio de 1944, cuando nacionalizó 130 propiedades alemanas, que colectivamente producían del 20 al 25 por ciento del café del país.56 De un plumazo, Ubico eliminó a los finqueros más eficientes y productivos de la nación e hizo al Estado el más grande terrateniente del país. A pesar de que los cafetaleros guatemaltecos se convirtieron en los mayores productores de café por ausencia, ellos no estaban totalmente satisfechos con las expropiaciones. Los alemanes habían sido innovadores, productores eficientes, a través de los cuales muchos guatemaltecos habían tenido acceso a los mercados extranjeros y capital. Sin embargo, las expropiaciones sentaron un peligroso precedente, porque el Estado se convirtió en el propietario y administrador de fincas altamente productivas. No obstante los liberales habían apoyado el control del Estado sobre los puertos y los ferrocarriles, los oligarcas nunca pensaron al Estado como gran terrateniente. La expropiación de las fincas alemanas envió a la oligarquía el ominoso mensaje de que el Estado tenía el derecho y la obligación de nacionalizar propiedad privada. Si el Estado podía expropiar a los alemanes, este podía también expropiar a los finqueros guatemaltecos. Aunque no como la reforma agraria de 1952, la nacionalización de la propiedad de los alemanes no debilitó la red de familias oligarcas porque solamente unos pocos alemanes se habían asociado con familias de la élite guatemalteca. Emigrantes españoles, italianos, franceses y suizos se casaron con miembros de la oligarquía y a través de esto adquirieron prestigio social y poder político. Los alemanes, sin embargo, 56 John M. Cabot (chagé d’affaires) to State, 1 de agosto de 1940, SD 814.5011/10; Grieb, Guatemalan Caudillo, 257-63; Des Portes to State, 12 de agosto de 1942, SD 814.61333/59; Berger, Political and Agrarian Development, 35-36.
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corrientemente se casaban con alemanes, manteniendo su identidad alemana y reuniéndose con compatriotas en el Club Alemán. Si ellos se hubieran integrado con la oligarquía local o al menos establecido una conexión permanente con Guatemala, posiblemente habrían evadido la confiscación. Carlos Novella, el hijo de un inmigrante italiano, evadió la expropiación traspasando el titulo de propiedad de la fábrica de cemento a sus hijos en 1938. El Departamento de Estado lo consideró un subversivo potencial, pero bajo la propiedad y dirección de sus dos hijos estadounidenses, ni Washington ni Guatemala puso a la compañía en la lista negra.57 La oligarquía, una dominante pero subordinada fuerza durante la dictadura, mantuvo su poder político y lo uso efectivamente durante la crisis política que surgió en junio de 1944. A pesar de que estudiantes universitarios lanzaron la campaña y las clases medias urbanas y trabajadores se unieron, la oligarquía también jugó un significativo papel forzando la renuncia de Ubico. Entre los líderes de la oposición estuvieron los hermanos Toriello Garrido, Jorge, Enrique, Guillermo y Alfredo. Estos jóvenes, abogados y hombres de negocios educados en Estados Unidos, mantenían una posición marginal dentro de la oligarquía a través de casamientos y negocios. Alfredo Toriello se caso con Elvira Saravia Castillo, hija de Salvador Augusto Saravia y Manuela Castillo Córdova. Guillermo se caso con María Mercedes Castillo Menocal, hija de Rafael Castillo Lara y cuya esposa poseía dos ingenios de azúcar en Escuintla. Ligados por matrimonio a la principal familia industrial y a la aristocracia colonial, los Toriello representaban a la facción modernizadora de la oligarquía, ansiosa de respirar nueva vida dentro del sistema político y acelerar el desarrollo económico derrocando a la asfixiante dictadura. El 24 de junio de 1944, dos días después que Ubico suspendió las garantías constitucionales, 57
Dosal, “Career of Carlos F. Novella,” 321-58.
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Guillermo condenó públicamente al dictador y clamó por su renuncia leyendo la Carta del Atlántico.58 Guillermo además colaboró con los jóvenes profesionales que elaboraron el famoso Memorial de los 311, una petición escrita por Toriello, Ernesto Viteri Bertrand, Enrique Muñoz Meany, Eugenio Silva Peña y Federico Rölz Benett. El breve documento sorprendió a Ubico, era una expresión de solidaridad con los estudiantes y una demanda por la restauración de los derechos constitucionales. Este fue firmado por 311 prominentes ciudadanos, incluyendo Pedro Aycinena, Eduardo Arrivillaga, Ramón Aceña Durán, Roberto Arzú Cobos y José Azmitia descendientes de la aristocracia colonial. Aún el sobrino segundo de Ubico Oscar Ubico Zabadúa firmó el memorial. Si bien es cierto que el 95 por ciento de los firmantes provenían de las clases medias, las firmas de la oligarquía tenían un peso mayor. Entregado por Jorge Serrano (padre del ex-presidente Jorge Serrano Elías) y Federico Carbonell el 25 de junio, éste fue un reto directo para Ubico de la clase alta que él respetaba. De acuerdo con el embajador estadounidense Boaz Long, Ubico fue profundamente sacudido por la petición y herido en su orgullo propio cuando supo que hasta sus allegados se le oponían.59 En los días siguientes, cuando profesores, estudiantes y trabajadores se enfrentaban a la dictadura en las calles, los profesionales de la clase media y la oligarquía negociaron una salida política a la crisis. La campaña masiva de desobediencia civil molesto al 58 Manuel Galich, Del pánico al ataque (1949, reimpresión, Guatemala: Edit. Universitaria, 1977), 287-326; Haeussler, Diccionario General, vol. III, 1558-59; Edgar Aparicio y Aparicio, Bernal Díaz, 85-89, 95-96; NACLA identificó a la familia Toriello como una de las veinte más importantes de Guatemala, Jonas and Tobis, Guatemala, 248-49. 59 Baltasar Morales, Derrocamiento de una tiranía (Guatemala: Tip. Nac., 1958), 47-56; Gleijeses, Shattered Hope, 25-26; Aparicio y Aparicio, “La familia Ubico,” 152-61, 174-85; Tomás Herrera, Guatemala: revolución de octubre (San José: EDUCA, 1986).
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dictador, pero lo último fue la defección de la oligarquía que pedía su renuncia. Con el ejército y la policía leales a él, Ubico podía haber suprimido las protestas, pero no podía gobernar sin la oligarquía. Para desmayar a Ubico, los negocios y la industria apoyaron una huelga general que paralizó la capital el 26 de junio. A través de Arturo Saravia Ubico y Federico Chacón Ubico, sobrino segundo de Jorge, las clases altas y la comunidad diplomática comunicó su disgusto por la suspensión de las garantías constitucionales y urgieron al dictador a evitar un innecesario baño de sangre. Solamente quince años antes frente a una crisis económica los oligarcas fueron compelidos a demandar una mano de hierro; en 1944 ellos apoyaron la democratización antes que la dictadura. Desilusionado y ofendido por la defección de prominentes ciudadanos, Ubico llegó a la dolorosa conclusión que tenía que renunciar. Ubico contemplaba la designación de Saravia como su sucesor y presidente interino, pero cuando renunció el 1o. de julio, designó un triunvirato militar conformado por Federico Ponce Vaides, Eduardo Villagran Ariz y Buenaventura Pineda, tres generales retirados que estuvieron en el palacio nacional cuando Ubico escapaba de una batalla que pudo haber ganado.60 Obligando a Ubico a renunciar, y tres meses más tarde apoyando una rebelión militar, una facción modernizadora de la oligarquía intentó institucionalizar un orden más democrático y económicamente progresista. Una nueva generación de inversionistas, los hijos y los nietos de los liberales oligarcas como también de los pioneros industriales, concluyeron en que la diversificación económica y el desarrollo industrial requería de la construcción de un Estado más responsable, y para este fin, unos pocos oligarcas colaboraron con la clase media en sus esfuerzos para derrocar al régimen 60 Gleijeses, Shattered Hope, 24-26; Grieb, Guatemalan Caudillo, 273; Morales, Derrocamiento de una tiranía, 77-81, 92-100.
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liberal. Sin embargo, como la revolución desató fuerzas políticas que las élites no podían controlar, la oligarquía perdió interés en la democratización. Los industriales estaban preparados para tomar un papel activo en el gobierno, pero ellos no estaban listos para destruir la estructura del poder oligárquico bajo el cual se habían desarrollado.
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“LA TACITA DE PLATA Y SUS CONTRASTES. LA CIUDAD DE GUATEMALA, 1931-1944.”
Oscar Guillermo Peláez Almengor
“LA TACITA DE PLATA Y SUS CONTRASTES. LA CIUDAD DE GUATEMALA, 1931-1944.” “No más canes vagabundos! Ni mendigos por las calles de la Ciudad. 2.000 bocados para los chuchos.Pordioseros al Asilo de Inválidos.” El Imparcial (22-6-37), p. 1. Oscar Guillermo Peláez Almengor1 INTRODUCCION El 14 de febrero de 1937, la Ciudad de Guatemala amaneció de fiesta. Se conmemoraba el sexto aniversario de “la exaltación al poder del general Jorge Ubico (18781946)” El centro de la ciudad presentaba, de acuerdo con los periódicos capitalinos, un aspecto encantador. Los edificios públicos y las calles adyacentes a la casa presidencial, fueron “regiamente adornados.” La sexta avenida entre la cuarta y quinta calles tenía un alumbrado multicolor, especialmente preparado para el evento. En la cuarta calle y sexta avenida se pusieron “dos columnas con una antorcha en su parte más alta.” En la esquina de la casa presidencial se colocó “un número 5 adornado con foquitos de colores.”2 En la esquina de la sexta avenida y sexta calle fue ubicado un arco construido por los vecinos de San Juan Sacatepéquez, “adornado de claveles rosados y hojas de encino.” En la puerta principal de la casa presidencial se puso un gran escudo con las letras J.U.; y como “marco escénico” por toda la 1 Profesor titular del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR) y de la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos de Guatemala. El presente trabajo fue presentado al III Congreso Centroamericano en Historia, San José, Costa Rica, 15 al 19 de julio de 1996. 2 De acuerdo con El Imparcial, (14 feb. 1937), p.p. 1 y 5; el número cinco era en referencia al viejo escudo federal que representaba a los países centroamericanos con cinco volcanes.
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cuadra se colocaron adornos en las ventanas, cordones de luces de colores, banderas azul y blanco y “escuditos.” La Guardia de Honor y el edificio del Ministerio de Fomento fueron embellecidos con cordones de pino, estrellas de luz eléctrica y banderitas.3 El diario capitalino El Imparcial presentó, “en la más atenta y respetuosa forma,” su saludo al general Jorge Ubico. Al cumplirse los “seis primeros años de gobierno,” el rotativo se unió a las múltiples manifestaciones de reconocimiento por la “obra de progreso material y orden” llevada a cabo durante su administración. Entre tanta algarabía, se realizó un fastuoso desfile, en que participaron indígenas de diferentes comunidades del interior del país. Hombres y mujeres de Quetzaltenango, Cobán, Concepción Chiquirichapa, Olintepeque, Santiago La Laguna, San Juan Sacatepéquez, Comalapa, etc., luciendo sus atuendos tradicionales y las insignias de sus cofradías marcharon al son de tunes, chirimías y tamborones recibiendo los aplausos de la concurrencia, cumpliendo, de acuerdo a la nota periodística, una función “decorativa” y “una nota pintoresca.”4 Estas manifestaciones y otras que se celebraron en el interior del país trataban de reflejar fastuosamente la aprobación del pueblo guatemalteco a los primeros seis años de gobierno de Ubico. Sin embargo, como en las fiestas de Minerva durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920), no había indicios de los acontecimientos que posteriormente se desatarían contra la dictadura. La Ciudad de Guatemala como centro de poder manifestó su supuesta adhesión al régimen a través de su engalanamiento.5 En este sentido consideramos 3
Ibíd., p.p. 1 y 5.
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Ibíd., p.p. 1 y 5.
5 Elizabeth Wiskemann, La Europa de los dictadores 1919-1945 (México: Siglo Veintiuno, 1983), p. 25; señala refiriéndose a Benito Mussolini el dictador italiano que “siguió, medio a ciegas, su camino hacia una dictadura basada en aclamaciones populares organizadas por él, que expresaban un entusiasmo popular, aunque no siempre compartido por todos.”
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que las aclamaciones populares organizadas en honor de Jorge Ubico no expresaban el sentimiento general de la población, sino solamente la aprobación de una élite favorecida por la dictadura y alentada particularmente por el Partido Liberal Progresista. Lo importante de este retrato de la ciudad, para el presente trabajo, son los cambios ocurridos en la capital durante los años treinta y sus actores sociales. Fue en aquella década que la ciudad empezó a recuperarse definitivamente del daño causado por los terremotos de 1917-18, especialmente en lo que se refiere a servicios urbanos y edificios públicos. Además, este período coincidió con el inicio en 1931 de la dictadura de Jorge Ubico6, quien gobernó el país hasta 1944. En aquellos años se empezaron a sentir los efectos de la crisis económica mundial de 1929. La principal medida económica adoptada por el régimen para sortear la crisis fue fortalecer el cultivo del café. Se enfrentó la crisis, con medidas como las leyes de vagancia y vialidad que obligaban a la población rural a trabajar por un salario tan bajo que condenaba a vivir una vida semi-esclava en las fincas de café. Así, se mantuvo un severo control sobre la población rural obligada de esta forma a ofrecer su trabajo por un pago miserable.7 En la ciudad esta situación se reflejó en la estructura económica. La mayor parte de su habitantes en 1938 se dedicaban a actividades del comercio; sin embargo, muchos se ocupaban aún en la agricultura.8 6 Kenneth J. Grieb, Guatemalan Caudillo (Athens, Ohio: Ohio University Press, 1979), Rafael Arévalo Martínez, Ubico (Guatemala: Tip. Nac., 1984); Carlos Samayoa Chinchilla, El dictador y yo (Guatemala: José de Pineda Ibarra, 1967), J. Enrique Ardón, El señor general Ubico (Guatemala: Comercial Tipográfica, 1968), Baltasar Morales, La caída de Ubico (Guatemala: Sánchez & De Guise, s/f), Joseph Apolonio Pitti, Jorge Ubico and Guatemalan Politics in the 1920’s (University of New Mexico, Ph.D. Dissertation, 1975). 7 Piero Gleijeses, “La aldea de Ubico: Guatemala, 1931-1944”, en Mesoamérica 17 (junio 1989), pp. 25-59. 8 Gisela Gellert, “Ciudad de Guatemala: crecimiento espacial y desarrollo de su estructura urbana 1898 hasta 1944.” (Guatemala: Fundación para la cultura y el desarrollo, 1992), p.p. 28-30. Inédito.
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Pese a la crisis, la población de la ciudad creció a un ritmo estable. El censo de 1937 indica que vivían en la ciudad 166,456 personas, y el censo de 1940 registró 174,868. Pero, el crecimiento es significativo solamente si lo comparamos con los 115,447 habitantes que tenía la ciudad en 1921.9 Debe mencionarse que parte de la política de la dictadura fue la manipulación de los censos, por lo que las cifras durante este período no son confiables. Ubico consideró que la construcción de edificios públicos paralelamente a la de carreteras eran los factores fundamentales para el desarrollo del país. La Dirección General de Obras Públicas, dependencia del Ministerio de Fomento, fue la responsable de planificar y ejecutar las obras de carácter nacional y también a nivel local. Las municipalidades estaban encargadas de los problemas locales como calles, drenajes, introducción de agua, mercados y edificios de servicios. Pero no obstante el papel formalmente asignado a las municipalidades, los grandes proyectos fueron controlados de manera centralizada por el gobierno.10 Los métodos de construcción en la ciudad fueron los mismos que los usados para la construcción de caminos; el trabajo fue hecho, en su mayoría, a mano ya que poca maquinaría se podía adquirir en aquellos momentos. Para el efecto se puso en vigor la Ley contra la Vagancia, la cual establecía que los jornaleros (trabajadores del campo) debían portar un libreto en el cual constaba que trabajaban, caso contrario eran obligados a laborar en las construcciones gubernamentales. El número de jornales a que estaban obligados era de cien en el caso que tuvieran cultivos propios y ciento cincuenta al no tenerlos.11 Tratando de evadir el castigo de trabajo forzoso, los trabajadores fueron pobremente 9
Ibíd., p. 30.
10
Grieb, p.p. 163-164.
11 Mensaje Presidencial, en: Recopilación de las leyes de la república de Guatemala 1937-1938 (Guatemala: Tip. Nac., 1939), vol. 56, p.p. 94-95.
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pagados y sometidos a las arbitrariedades de patrones inescrupulosos. De esa manera, la mano de obra fue pagada a capricho y aquella con que se nutrió las obras gubernamentales, en su mayoría, fue proporcionada por las municipalidades locales en calidad de “voluntarios”. Los presos también fueron utilizados como mano de obra semi-gratuita, especialmente en la capital. La policía ubiquista implementó diversas modalidades para la “captura” de esa fuerza de trabajo, hacía recorridos los sábados por la noche, especialmente en la cantinas, en busca de peones o artesanos que eran encarcelados y obligados a trabajar para el gobierno por algunos días. Sin embargo, estos métodos no fueron suficientes para proveer el número necesario de trabajadores para las grandes obras emprendidas, por lo que muchos tuvieron que ser reclutados por la vía del salario. La mayor fuente de ingresos para pagar la fuerza de trabajo fue el Impuesto de Vialidad, el cual obligaba a la población en general a pagar una suma para el mejoramiento de la red vial del país. Quien no pudiera cancelar el impuesto tenía la obligación de trabajar por un determinado número de días en las obras. Así, más de la mitad de los trabajadores en obras públicas fueron pagados por el gobierno a 25 ó 50 centavos diarios.12 La infraestructura de la ciudad. Desde 1931 la pavimentación y los drenajes de las calles fueron los mayores proyectos emprendidos en la capital. Se abrieron las calles y avenidas de la ciudad, previa instalación de las tuberías del drenaje, se pavimentaron con concreto y se construyeron aceras y tragantes.13 En primer lugar, se pavimentó un tramo de 12
Grieb, p.p. 164-65.
13
Ibíd., p. 165.
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la sexta avenida y paulatinamente se cubrió la totalidad del Parque Central hasta la 18 calle. Se utilizó concreto de 15 centímetros de espesor la 6a. avenida norte (7,065 vr.2), la 12 calle poniente, la 5a. avenida (3,199.14 vr.2) y la 7a. avenida sur (3,662.75 vr.2). Además, en partes de la 6a. y 5a. avenidas se colocaron adoquines y se cubrieron con carpeta asfáltica.14 En la medida que el proyecto avanzó se mejoraron las condiciones de salubridad del centro de la ciudad. El plan general de pavimentación, preparado de antemano por la Municipalidad, era construir una “parrilla” de comunicaciones del centro con los cantones y entradas de la capital. En 1932, se anunció el arreglo y refacción de las principales calles de cada barrio capitalino. Para esto se tomó en cuenta las rutas del transporte colectivo, de tal manera que cada barrio de la ciudad tuviera una calle bien pavimentada. Además, se pensaba darle especial importancia a las entradas de la ciudad debido a sus “deplorables condiciones.”15 En 1933, las principales calles y avenidas en el centro de la ciudad, alrededor de los principales edificios de gobierno, ya estaban pavimentadas.16 Otra de las prioridades del gobierno fue conectar a través de arterias pavimentadas los principales cuarteles de la ciudad. Las que conectaban el fuerte Matamoros con el de San José fueron las primeras en terminarse; obviamente en esto prevaleció el criterio del control militar de la población. A mediados de los años treinta el gobierno centró sus esfuerzos en extender la 14 El Imparcial, Suplemento, (15 sep. 1931), p. 5; al respecto Jorge Ubico indicó: “se encuentran en estudio varios proyectos de importancia y que tienen relación con el definitivo saneamiento y ornato de las ciudades y regiones, mas por la dura crisis actual, una elemental prudencia aconseja conformarse con mantener lo existente, ir terminando lo empezado y emprender con carácter urgentes, únicamente aquellas obras que demanden necesidades ineludibles.” Mensaje Presidencial, en: Recopilación de las Leyes de la República de Guatemala 1932-1933 (Guatemala: Tip. Nac., 1935), vol. 51, p. 28 15
El Imparcial, (1 feb. 1932), p.p. 1 y 2.
16 Mensaje Presidencial, en: Recopilación de las Leyes de la República de Guatemala 1933-1934 (Guatemala: Tip. Nac., 1936), vol. 52, p.p. 29-30.
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pavimentación hacia el sur de la ciudad, en dirección del aeropuerto. Paulatinamente, creció el número de calles pavimentadas, en 1936, estas obras y los drenajes llegaron hasta La Parroquia (actual Zona 6). De manera que para aquel momento los trabajos en el centro de la ciudad estaban concluyéndose.17 La propaganda gubernamental utilizó abundantemente el hecho de presentar la obra concluida del gobierno, especialmente los trabajos del centro de la capital. En el año de 1937 una publicación oficial exaltó la pavimentación con bloques de concreto, los drenajes y la tubería del agua potable. Con esto evidentemente mejoraron las facilidades para el transporte en vehículos de motor y se posibilitó vivir en los barrios alejados del centro. El punto central de la argumentación oficial fue que el trabajo se realizó utilizando únicamente trabajadores del país, un 90% de materias primas nacionales y que se hizo con dinero del Estado. Finalmente, se indicó la eficiencia lograda por la administración y los beneficios en cuanto a circulación, higiene y ornato que se obtendría con la nuevas calles.18 El trabajo de pavimentación y drenajes de la ciudad no se detuvo; a finales de los años treinta y principios de los cuarenta, estos se extendieron en dirección sur y oriente a través de calles y bulevares. 19 No obstante, algunas de las calles y avenidas del sector central de la ciudad no fueron pavimentadas sino hasta los años cuarenta y la mayoría tuvo que esperar mucho más. En cuanto al drenaje se debe indicar que esta obra fue planificada antes del gobierno de Ubico. En el año de 1931, el Director General de Obras Públicas ingeniero León Yela indicó que la planificación total de la obra estaba terminada y que ésta había requerido 17 Mensaje Presidencial, en: Recopilación de las Leyes de la República de Guatemala (Guatemala: Tip. Nac., 1938), vol. 55, p. 52. 18 Seis años de gobierno presidido por el general Jorge Ubico (Guatemala: Tip. Nac., 1937), p.p. 243-44. 19
Grieb, p. 166.
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más de dos años de trabajo. El objeto del proyecto era el saneamiento de la ciudad y era producto del trabajo de un grupo de ingenieros de la Dirección de Obras Públicas dirigidos por Carlos Malau. Además, el proyecto planteaba la construcción de seis grandes colectores y la conducción de la aguas negras al barranco de Chinautla. La ubicación geográfica de la ciudad, argumentó Malau, facilitaba la conducción de los desechos por gravedad.20 Así, con la planificación de esta obra la Ciudad de Guatemala ingresaba a la modernidad sanitaria. El arreglo de la calles fue logrado a partir de contribuciones económicas de los vecinos. En 1931, cuando se inició la pavimentación de la principal arteria comercial de la ciudad (Sexta Avenida de la Zona 1), los vecinos estuvieron anuentes a contribuir con el pago de un quetzal por cada metro cuadrado de extensión del frente de sus propiedades. Así mismo, se llamó a los vecinos de las otras avenidas importantes de la ciudad a contribuir “voluntariamente.”21 Al terminarse los trabajos sobre una parte de la sexta avenida, vecinos de otras calles y avenidas se ofrecieron a colaborar económicamente con la pavimentación. Por ejemplo, los de la 18 calle de la Zona 1 se comprometieron voluntariamente a cooperar económicamente para el pago del asfalto que cubriría el empedrado.22 De igual forma, lo solicitaron los de la 9a. calle oriente “a semejanza del trabajo que se efectúa en la sexta avenida sur.”23 En este sentido podemos suponer que la pavimentación de la ciudad tomó dos direcciones. La primera, sobre la sexta avenida, que tuvo un efecto demostrativo, lo que motivó que otros vecinos solicitaran se efectuaran esos trabajos también en sus calles y avenidas, como lo muestran los ejemplos citados. La segunda, la municipalidad descubrió que el único camino para 20
El Imparcial, (24 mar. 1931), p. 1; e Ibíd., (29 abr. 1931), p.p. 1 y 10.
21
Ibíd., (18 may. 1931), p. 1.
22
Ibíd., (20 may. 1931), p. 1.
23
Ibíd., (17 jun. 1931), p. 1.
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realizar el trabajo era con la contribución económica de los vecinos. Así, en agosto de 1931 la municipalidad acordó cobrar a los propietarios de bienes urbanos la cuota de un quetzal por cada metro cuadrado de pavimentación al frente de sus propiedades.24 La justificación para el cobro de este impuesto se basó en que realmente el pavimento más barato costaba “dos quetzales y algunos centavos la vara cuadrada”, y el concreto en las calles costaba “cerca de tres quetzales.”25 Los vecinos de la Ciudad de Guatemala costearon con sus propios medios el arreglo de las principales calles y avenidas citadinas, especialmente los comerciantes de las principales arterias citadinas. A pesar del interés municipal y de los vecinos por el arreglo de las calles y avenidas no todo fue como lo dibuja la propaganda gubernamental. En 1931, se criticaron las sumas de dinero invertidas por la municipalidad en la compostura de calles y se indicó que pese a esto se encontraban en un estado “desastroso,” cuestionándose los controles de los trabajos que se efectuaban para conservar el pavimento.26 Ello hizo que la municipalidad reclamara a la compañía estadounidense Warren Brothers (compañía responsable del asfalto), por la desintegración de la capa de asfalto en tramos de la sexta avenida y exigió su reparación.27 En el año 1932 se dispuso mejorar las condiciones de las calles que no tenían empedrado, las que en la estación lluviosa se volvían intransitables a consecuencia de las aguas que se estancaban. El sistema que se propuso para solucionar el problema fue pasar por las calles una “escarificadora --especie de rastrillo de los que se emplean en las carreteras--,” y hacer canales con una cuchilla a ambos lados de las calles “dejando la parte central en forma de lomo de tortuga.” Posteriormente a esta operación se 24
Ibíd., (29 ago. 1931), p. 1.
25
Ibíd., (2 sep. 1931), p. 1 y 8.
26
Ibíd., (12 ago. 1931), p. 3.
27
Ibíd., (20 ago. 1931), p. 1.
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pasarían las aplanadoras para dejar el terreno sólido y en condiciones para el tráfico. Finalmente, la municipalidad se comprometió a hacer los trabajos provisionales en las calles y avenidas de los suburbios donde no había empedrado para mejorar el tránsito y evitar los “charcos de agua.”28 El reclamo por el arreglo de las calles de los barrios periféricos de la ciudad fue constante. La situación que preocupaba a los vecinos era el estancamiento del agua en las calles y avenidas, indicando que eran “peligrosos para el tránsito y para la salud.”29 Algunos sectores de la ciudad necesitaban reparaciones urgentes; por ejemplo, en 1932 el ingeniero Luis Schlesinger Carrera (Alcalde 1o. de la ciudad), en una entrevista indicó que con carácter de emergencia la Municipalidad había iniciado los trabajos de reparación de todas las calles de la ciudad. Los “hoyancos,” indicó, se habían principiado a rellenar con piedrín que a precio de costo estaba siendo proporcionado a la municipalidad por la dirección general de caminos. La inquietud del periodista anónimo de El Imparcial fue que el piedrín sería arrastrado también por las corrientes de agua, a lo que el funcionario municipal contestó que si esto pasaba un noventa por ciento del piedrín permanecería, lo cual demostraba la utilidad del trabajo que se realizaba.30 Sin embargo, las quejas de los vecinos fueron severas en razón de que algunas calles “se encontraban en desastroso estado.” Se citó como ejemplo la quince calle oriente entre la octava y novena avenidas indicando que “tenía esa transitada arteria unos baches formidables, que abarcaban todo el ancho de la calle en algunos puntos.” Así también, la novena avenida “en cuyos hoyancos peligrosos,” se había colocado piedrín y tierra. Pero, este sistema no parecía perfecto 28
Ibíd., (1 jun. 1932), p.p. 1 y 8.
29
Ibíd., (3 jun. 1932), p. 3.
30
Ibíd., (16 jun. 1932), pp. 1 y 6.
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y tampoco permanente para evitar que se formaran “enormes charcas de agua putrefacta.” En algunos casos la Municipalidad únicamente rellenó los hoyos en las calles con tierra, sistema aún menos deseable para los vecinos.31 El deplorable estado de calles y avenidas era manifiesto; en 1934 se indicó que la 7a. Avenida Norte estaba en “abandono desde hacía ya largo tiempo”.32 Aún en 1940, con motivo de las reparaciones que se llevaban a cabo en la 8a. y 9a. calles entre 1a. y 2a. avenidas se pidió que los trabajos se extendieran a otras calles próximas, “o siquiera a aquellos tramos que más urgen de una refacción.”33 Este mismo año se indicó que en el trayecto de la calle de fray Bartolomé pasaba un “desagüe bastante grande, maloliente y profundo que pone en peligro la salud de los vecinos.”34 El mercado central y sus alrededores fueron objeto de los señalamientos de la prensa en cuanto a su ornato e higiene. Desde 1931 las “locatarias” (vendedoras del mercado) indicaron la necesidad de mejoras sanitarias. En aquel año se criticó el “fuerte olor fétido aún a distancia de los mingitorios y de los inodoros, de la falta de agua para el lavado y en fin del sistema anticuado de letrinas.”35 Sobre el exterior del mercado se indicó años más tarde, que tenía un “deplorable estado de las aceras y en general de todo el frente que da a la octava avenida.” Se dijo además que “Las aceras se mantienen llenas de mugre y de agua, y el paso se hace dificilísimo. Hay un ángulo de la avenida con la octava calle, que más parece una laguna.”36 Lo anterior invita a relativizar la obra urbanística del gobierno de Ubico. Si bien es cierto que las principales arterias de la ciudad fueron 31
Ibíd., (8 jun. 1932), p. 3.
32
Ibíd., (3 sep. 1934), p. 3.
33
Ibíd., (23 may. 1940), p. 3.
34
Ibíd., (28 may. 1940), p. 3.
35
Ibíd., (26 mar. 1931), p. 1.
36
Ibíd., (13 jun. 1940), p. 3.
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pavimentadas, muchas calles y avenidas de los barrios pobres y aún sectores cercanos al centro no lo fueron sino hasta gobiernos posteriores. Debido a la mejoría de las calles los barrios marginales empezaron a ser conectados con el sector comercial de la ciudad en esta época. Esto permitió una ampliación del servicio de transporte urbano. En el año de 1943 dicho servicio cubría varias zonas de la capital guatemalteca. Las principales líneas de autobuses fueron: Parque Central a la Avenida de La Reforma, Pamplona y museos de La Aurora; La Parroquia al Cementerio General; Aduana Central al Hospital General y Zapote; Parque Isabel la Católica al Barrio La Palmita; Cerro del Carmen a Ciudad Vieja; Hipódromo del Norte a la Estación de Ferrocarriles.37 Se debe indicar que en 1932 se creó la Empresa de Autobuses Unidos, cuyos gerentes Rafael H. Monroy, Roque Rosito y Miguel Paredes, intentaron monopolizar el servicio. Los autobuses circulaban por la ciudad cobrando la suma de 5 centavos por viaje. Así, con el remosamiento de calles y avenidas fue evidente que el servicio mejoró, sin embargo este monopolio también exigió garantías al gobierno contra futuras competencias en el ramo.38 El establecimiento del transporte urbano de autobuses consolidó la integración de la capital guatemalteca en aquellos años. La construcción pública. La construcción de edificios públicos fue otro de los puntos importantes del programa del régimen ubiquista. Desde 1932 se concluyeron obras que habían sido iniciadas por el gobierno anterior. Entre ellas estaba la Facultad de Ciencias Médicas y Odontología, la cual se terminó en junio de aquel año. Sobre el mismo indicó un 37 Guatemala en 1943 (Guatemala: Tip. Nac., 1943), s/p, sección transportes. 38
El Imparcial, (2 ene. 1932), p.p. 1 y 2.
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periódico capitalino “es uno de los edificios más hermosos y modernos que enriquecen el ornato de la ciudad.”39 El primer edificio fruto exclusivo de la época ubiquista fue el Palacio Legislativo inaugurado en 1934. La propaganda oficial opinó sobre el mismo que: “La pureza de sus líneas de estilo jónico, lo destacan inconfundible entre la masa de construcciones ciudadanas.” Así mismo, el edificio era: “Suntuoso en conjunto y estrictamente dentro del orden arquitectónico adoptado.”40 En 1937 fue abierto al público el Palacio de Justicia y el edificio de Sanidad Pública.41 La Casa Presidencial fue terminada en 1942. Las publicaciones oficiales indicaron: “Sin lujo, con la sencillez y decoro indicados, se construyó la casa para habitación del Jefe de Estado y su familia.”42 Sobre el edificio de la Policía Nacional, inaugurado en noviembre del mismo año, indicó el mensaje presidencial: “se combinaron los estilos románico y gótico. Está dotado de todas las comodidades indispensables para el buen funcionamiento . . .”43 El Palacio Nacional fue el proyecto principal de la administración de Ubico, sin embargo, no fue terminado sino hasta 1944. A pesar de que el proyecto fue autorizado desde 1931 y los planos del arquitecto Rafael Pérez de León fueron entregados en 1932,44 por la envergadura de la construcción, terminarlo tomó toda la dictadura. Como parte de la fiebre constructiva del gobierno, en 1934 fue concluido el edificio de la Aduana Central. Las publicaciones oficiales indicaron que: “es el vasto edificio de la Aduana Central una de las más significativas 39 Ibíd., (4 jun. 1932), pp. 1 y 4; ver también: Mensaje Presidencial, en: Recopilación de las Leyes de la República de Guatemala 1932-1933 (Guatemala: Tip. Nac., 1935), vol. 51, p. 28. 40
Seis años de gobierno..., p. 249.
41 Mensaje Presidencial, en: Recopilación de las Leyes de la República de Guatemala 1938-1939 (Guatemala: Tip. Nac., 1940), vol. 57, p. 103. 42
Seis años de gobierno..., p.249.
43 Mensaje Presidencial, en: Recopilación de las leyes de la república de Guatemala 1943-1944 (Guatemala: Tip. Nac., 1944), vol. 62, p. 95. 44
El Imparcial, (8 jun. 1932), p.p. 1 y 8.
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y de la que teníamos urgente necesidad.” Agregando que sobraban los elogios porque: “está escrito en acero y concreto.”45 Con respecto a este edificio en 1932 un periódico capitalino señaló que Ubico dispuso que “cuanto antes principien la reconstrucción del edificio de la aduana central.”46 El Palacio de Comunicaciones, que albergó a la Dirección General de Correos y Telégrafos fue inaugurado en 1938. Así también, fue abierto el edificio de la Tipografía Nacional en 1939 y el Hospital Militar. Varios edificios para exposiciones fueron construidos en el campo de la feria al sur de la ciudad. Por ejemplo, el tercer salón de industrias para exhibiciones en el Hipódromo del Sur fue inaugurado en 1936 y el cuarto en 1937. La mayor parte de las construcciones fueron concluidas a finales de los años treinta, luego que el régimen superó la crisis económica de principios de aquella década. Otras obras fueron emprendidas con el objeto de mejorar el ornato de la ciudad. A principios de la década de los treinta los basureros estaban en el centro de la ciudad. Un rotativo capitalino señaló que en el terreno desocupado entre la 9a. y 10a. avenidas y 15 calle de la Zona 1: “se convirtió en una verdadera selva, que aprovechan los vecinos ... para arrojar basura y los transeúntes urgidos de necesidades corporales para satisfacerlas sin mayor recato.” De esta manera indicaron: “basuras, heces y animales muertos que se corrompen al sol, vuelven aquellos andurriales intransitables.”47 Así también, en 1932 la prensa indicó con respecto al Cerro del Carmen: “hay que limpiarla de las lacras e inmundicias que la rodean. Nuestro paseo más pintoresco es, en verdad el más grande basurero de la capital.”48 Tres años después, en el mensaje presidencial al Congreso, se señaló sobre el particular: “Esta colina se ha transformado en el paseo 45
Seis años de gobierno ..., p. 249.
46
El Imparcial, (13 jun. 1932), p. 1.
47
Ibíd., (18 sep. 1931), p. 3.
48
Ibíd., (21 mar. 1932), p. 3.
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más pintoresco de la capital, embelleciéndola con jardines artísticos y construcciones de tópicos coloniales.”49 Como gobiernos anteriores, el régimen ubiquista no escapó al “embellecimiento” de la ciudad con obras ornamentales; la Torre del Reformador fue una construcción iniciada en 1935, tratando de perpetuar la memoria del caudillo liberal Justo Rufino Barrios. A imitación de la Torre Eiffel en París se construyó totalmente de acero y en la parte superior se colocó una campana adquirida en Bélgica.50 Siguiendo la línea ornamental se construyó la Plaza España al final de la 7a. Avenida, en el sur de la ciudad. En 1936, se inició el Parque y monumento a la Independencia al final de la actual Avenida la Reforma Zona 10.51 En 1931, se inició el trabajo para la construcción de un nuevo estadio para la práctica deportiva. La Dirección General de Obras Públicas se comprometió a proporcionar el material necesario y el jefe de la Penitenciaría Central a proporcionar la mano de obra. La prensa guatemalteca esperaba que los “cien reos facilitados ... terminen en breve tiempo la construcción del estadio.”52 El nuevo estadio fue inaugurado finalmente en enero de 1933, con un encuentro de fútbol entre la selección capitalina y la chiquimulteca.53 Piero Gleijeses refiere la anécdota que Francisco Javier Arana y Jacobo Arbenz Guzmán se conocieron mientras vigilaban cuadrillas de presos trabajando en la infraestructura capitalina.54 Los sectores menos favorecidos de la sociedad guatemalteca llevaron sobre sus espaldas 49 Mensaje Presidencial, en: Recopilación de las leyes de la república de Guatemala (Guatemala: Tip. Nac., 1938), vol. 54, p. 55. 50 Ibíd., Recopilación de las leyes de la república de Guatemala 1936-1937 (Guatemala: Tip. Nac., 1938), vol. 55, p. 52. 51 Ibíd. 52
El Imparcial, (7 agos. 1931), p.p. 1 y 8.
53
Ibíd., (30 dic. 1932), p.p. 1 y 2.
54 Piero Gleijeses, El mundo de Jacobo Arbenz (Guatemala: USAC, 1995), p. 10.
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las ambiciones monumentales y decorativas del régimen ubiquista. Indios, presos y artesanos capitalinos fueron obligados a realizar los trabajos de construcción, higiene y ornato de la Ciudad de Guatemala durante este período. La situación no fue idílica como la presentó la propaganda de la Municipalidad cuando indicó: “Centenares de artesanos y jornaleros guatemaltecos que padecían bajo el rigor del desempleo han hallado retribuida ocupación.”55 Buscando mejorar las condiciones de vida de algunos de los pobladores de la ciudad capital se emprendieron dos proyectos habitacionales, los que constituyeron el inicio de las colonias en Guatemala. Con fondos del Crédito Hipotecario Nacional se principió a construir la colonia “Presidente Ubico”, en la actual Zona 5 de la ciudad capital. En noviembre de 1937, se entregaron las primeras 120 casas completamente terminadas de un total de 229. Al final de la dictadura ubiquista se inició la edificación de la que posteriormente se llamó “Colonia 20 de Octubre” también en la Zona 5. Por otro lado, se realizó la lotificación de la “Colonia Progresista” a orillas del lago de Amatitlán, de carácter recreacional para los grupos pudientes de la sociedad guatemalteca.56 Durante esta época se hicieron mejoras en los servicios citadinos y rurales. En 1931, se limpió por primera vez en ciento treinta años uno de los acueductos de la ciudad. El acueducto de Pinula estaba en un estado lamentable, pues de las 30 pulgadas que tenía de altura 24 estaban formadas de lodo, por lo que resultaba difícil explicarse como había funcionado hasta aquel momento.57 Con respecto a la introducción de agua potable a la ciudad de Guatemala se realizó el proyecto del río Teocinte,
55
El Imparcial, Suplemento, (15 sep. 1931), p. 3.
56 Mensaje Presidencial, Recopilación de las leyes de la república de Guatemala 1937-1938 (Guatemala: Tip. Nac., 1939), vol. 56, p.75. 57
El Imparcial, (29 oct. 1931), p. 1; e Ibíd., (1 ene. 1932), p. 3.
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concluido en 1939.58 Así mismo, en términos de la generación de energía eléctrica se creó la “Planta Nacional Hidroeléctrica de Santa María de Jesús”, la cual desde 1936 se utilizó para abastecer de electricidad a varias poblaciones del occidente del país,59 aunque esta última fue construida con el objetivo principal de suministrar energía al Ferrocarril de los Altos, malogrado proyecto de la empresa alemana AEG.60 Debe señalarse que la infraestructura de la ciudad fue construida específicamente con el propósito de mejorar la administración pública y el aspecto y salubridad del sector comercial de la misma. Como en los mejores tiempos de Manuel Estrada Cabrera, se benefició la labor administrativa del gobierno central, descuidando las condiciones de vida de la población en general, especialmente la menos favorecida. De acuerdo con Gisela Gellert, Ubico encontró un terreno fértil para la realización de sus proyectos. Los terremotos de 1917-18 habían dejado a la ciudad sin edificios públicos. Además, resultó un buen negocio la relación del dictador con el sector privado vinculado con la construcción tal el caso de los cementos Novella. El trabajo forzado proporcionó la mano de obra necesaria para la realización de este tipo de obras monumentales,61 las cuales no se concentraron solamente en la Ciudad de Guatemala. La pasión dictatorial por la construcción de edificios públicos, caminos, puentes y canales con mano de obra casi gratuita alcanzó todos los confines del territorio nacional.62 58 Mensaje Presidencial, Recopilación de las leyes de la república de Guatemala 1939-1940 (Guatemala: Tip. Nac., 1942), vol. 58, p. 93. 59 Ibíd., Recopilación de las leyes de la república de Guatemala 1937-1938 (Guatemala: Tip. Nac., 1939), vol. 56, p. 87. 60 Al respecto ver: María Olimpia Ochoa Rabanales de Barillas, Historia del Ferrocarril Nacional Eléctrico de Los Altos Quetzaltenango-San Felipe 1902-1936 (Guatemala: USAC, 1995). 61
Gisela Gellert, p. 34.
62 A este respecto ver: Vías de comunicación. Síntesis de la obra de vialidad desarrollada por el gral. Jorge Ubico Presidente de la República de Guatemala (Guatemala: Tip. Nac., 1941).
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La otra cara de la ciudad. En los barrios miserables que rodeaban el centro de la ciudad, las condiciones de vida eran diferentes. En la Reformita (Zona 11), por ejemplo, en 1931 los vecinos clamaban por obras de saneamiento, en vista que contaban “con varios focos de infección.” El primero, un pantano situado en terrenos de Domingo Pinal y como complemento los desagües que corrían a flor de tierra.63 Este mismo año en el Cantón Independencia y San Pedrito (Zona 5) los vecinos solicitaron se empedraran las avenidas centrales y se instalara alumbrado eléctrico. Los vecinos manifestaron “la necesidad y urgencia de mandar a arreglar las calles de San Pedrito” para evitar los lodazales durante el invierno.64 La fragilidad de las viviendas urbanas las hacía susceptibles de ser afectadas por los fenómenos naturales. En mayo de 1931 un fuerte viento “arrancó de cuajo la casa de madera donde vivía el Sr. Daniel Salamanca,” en el barrio La Palmita. Además, levantó el techo de otras dos viviendas.65 En este mismo barrio en junio de aquel año los vecinos solicitaron la construcción de desagües.66 La falta de agua potable se manifestaba también en La Palmita, así “verán decenas y decenas de mujeres que hacen cola por horas enteras esperando turno para llenar sus cántaros en un hilillo de agua que cae desmayadamente.”67 En julio de 1931, el Cantón Palomo sufrió una grave inundación. Producto de los desagües obstruidos con basura; más de quince agentes policíacos actuaron para salvar vidas y bienes de los pobladores del sector.68 En julio de 1931, los vecinos de Ciudad Vieja enviaron una solicitud, 63
El Imparcial, (12 mar. 1931), p. 1.
64
Ibíd., (20 marzo 1931), p. 1.
65
Ibíd., (9 may. 1931), p. 1.
66
Ibíd., (9 jun. 1931), p. 1.
67
Ibíd., (6 nov. 1931), p. 3.
68
Ibíd., (21 jul. 1931), p.p. 1 y 10.
70
en vista de que su barrio no estaba experimentando las ventajas que ya disfrutaban otros sectores favorecidos y solicitaron se les instalara alumbrado eléctrico en las calles.69 Así mismo, en el Barrio Gerona (Zona 1) se carecía de agua potable, alumbrado eléctrico y desagües, pero los habitantes solicitaban especialmente los desagües. En el Guarda de Chinautla se indicó que por falta de desagües en “se han formado grandes lagunetas de donde se levantan nubes de zancudos,” además, las aguas estaban putrefactas y hacían del sector un lugar “enfermizo”.70 El único barrio capitalino que tuvo motivos de alegría aquel año fue El Gallito. En éste se construyeron desagües y se introdujo alumbrado público, ante lo cual los vecinos manifestaron que se había “mejorado en esta forma la salubridad de aquel cantón, habitado de personas pobres y trabajadoras.”71 Sin embargo, las condiciones sanitarias de El Gallito dejaban mucho que desear; en octubre de 1931 los vecinos dirigieron un memorial para que Sanidad Pública tomara medidas contra “los cerdos que a todas horas del día vagan por las calles de aquel centro suburbano” provocando problemas de salubridad e higiene.72 Lo anterior es un ejemplo palpable que mientras se mejoraba ostensiblemente el ornato y funcionalidad del centro de la ciudad, en los barrios aledaños las carencias eran múltiples. Agua, drenajes y alumbrado eran las principales demandas de los capitalinos pobres. Además de estar sujetos a las inclemencias del clima y el descuido de las autoridades, los habitantes de los barrios pobres tuvieron que luchar por regularizar la tenencia de los lotes de tierra que habitaban. El caso del barrio Gerona, es ilustrativo; en 1932, debido a la crisis económica por la cual atravesaba el país, los vecinos se atrasaron en el pago de las cuotas de los terrenos que 69
Ibíd., (27 jul. 1931), p. 10.
70
Ibíd., (8 agos. 1931), p.p. 1 y 7.
71
Ibíd., (17 sep. 1931), p. 1.
72
Ibíd., (1 oct. 1931), p. 1.
71
ocupaban por lo que tuvieron que renegociar la deuda. Los propietarios accedieron a rebajar el valor de los lotes y dar un plazo de tres años para que los morosos efectuaran el pago.73 Otra manifestación de la crisis fue el desempleo. En 1931 se elaboró una estadística para establecer el número de desempleados en la capital guatemalteca, mostrando el recuento oficial la cifra de 4,000, de los cuales indicaron las autoridades 400 tenían otras fuentes de trabajo para sostenerse.74 La veracidad de las cifras es discutible, debido a la manipulación gubernamental de las mismas en su intento de proyectar una imagen falsa de la realidad nacional. Sin embargo, de alguna manera éstas mostraban como la crisis económica mundial afectaba de manera drástica la situación del empleo en la ciudad. Es claro que los sectores menos favorecidos fueron aquellos donde se asentaba la mayoría de la población. La que se caracterizaba principalmente por las condiciones de sus viviendas y la mala calidad de los servicios urbanos. En el año de 1932, se hizo evidente la falta de agua potable en el Barrio de Guadalupe. Los vecinos se mostraron quejosos porque la cantidad de líquido que les llegaba no era suficiente para cubrir sus necesidades básicas de higiene personal.75 En algunos lugares los afectados tomaron la solución de los problemas en sus manos, tal el caso del Cantón Barrios, que ante la falta de drenajes manifestaron estar dispuestos a construirlos, siempre y cuando se les exonerara de contribuciones.76 En el Barrio La Palmita se organizó una asociación deportiva y acordó gestionar la colocación de un ramal de tubería para agua potable. La asociación ofreció pagar el costo por medio de una cuota prudencial.77 73
Ibíd., (18 ene. 1932), p.p. 1 y 8.
74
Ibíd., (19 ago. 1931), p. 1.
75
Ibíd., (28 abr. 1932), p. 1.
76
Ibíd., (7 may. 1932), p.p. 1 y 6.
77
Ibíd., (1 sep. 1934), p. 1.
72
Por otro lado, también se criticaron las penosas condiciones del inquilinato en la ciudad capital. En 1931 se solicitó que los “palomares” fueran inspeccionados porque sus condiciones eran “escandalosamente desastrosas.” Esto en perjuicio de “Infelices obreros . . . que sufren habitando los departamentos del palomar.”78 En general podemos indicar que aunque las condiciones del centro administrativo y comercial de la ciudad mejoraron durante estos años, las condiciones de vivienda para los sectores pobres de la capital continuaron siendo precarias. Y en aquellos en que se dio alguna respuesta gubernamental, fue más a instancias de los vecinos que fruto de un política institucional. A principios de la década de los cuarenta la situación económica del país cambió. Progresivamente las ventas y los precios de café fueron mejorando, especialmente hacia los Estados Unidos de América. Washington se mostró interesado en crear capacidad adquisitiva y de consumo en los mercados latinoamericanos.79 Se suscitó un intenso movimiento en las exportaciones; entre julio de 1939 y mayo de 1940 se exportó el 73.7% del café hacia Estados Unidos. De manera que, ante el cierre de los mercados europeos debido a la segunda guerra mundial, se modificó el panorama internacional y con esto las ventajas para el país crecieron. Además, el interés estadounidense se amplió a una diversidad de productos agrícolas como cacao, hule, cardamomo, citronela y maderas preciosas.80 La posición de la banca central de Guatemala se mejoró notablemente, presentando “Una situación halagadora”, en un momento de crisis mundial.81 El respaldo en oro de la moneda nacional subió en el mercado de Nueva York.82 Un alza notable de la economía se produjo como 78
Ibíd., (28 oct. 1931), p. 3.
79
Ibíd., (6 mar. 1940), p. 1.
80
Ibíd., (10 jun. 1940), p.p. 1 y 2.
81
Ibíd., (11 jun. 1940), p. 1.
82
Ibíd., (1 mar. 1940), p. 1.
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consecuencia de estos hechos; la perspectiva de los años cuarenta fue diferente a la de los treinta. Sin embargo, la ciudad continuaba creciendo y generando la misma clase de problemas que en la década anterior. Los apologistas del régimen ubiquista afirman que en la Ciudad de Guatemala de aquellos años:
“estaba coartada la libertad para arrojar basura en la calles y avenidas de las ciudades, ni en los predios urbanos, y fue por eso que precisamente en ese tiempo, tuvo Guatemala fama internacional de ser tan limpia como una tacita de plata...”83
Para otras personas la ciudad en época de Ubico “empezaba a crecer,” con el encanto de los pasatiempos importados de Estados Unidos, afirmando una visión idílica de la ciudad. La descripción de sus hoteles, bares, restaurantes, teatros y cines llena páginas nostálgicas del ideario capitalino.84 Sin embargo, la realidad fue menos grata. A principios de los años cuarenta la ciudad continuó creciendo sin planificación alguna como lo demuestra el aparecimiento de nuevas lotificaciones. Un rotativo capitalino la denominó “fiebre de lotificaciones,” y enumeró seis de las cuales se tenían planos en aquel momento. Se trataba en realidad de lotificaciones en los suburbios; por ejemplo, lotificación San Antonio, en San Pedrito, con diez manzanas de casas; lotificación Prem también en San Pedrito con cinco manzanas de casas.85 Pese a esto, las necesidades básicas de los barrios de personas pobres estaban lejos de solucionarse. El Gallito, uno de los sectores más populosos de la capital, presentaba el siguiente cuadro a principios de los cuarenta luego de 83 J. Enrique Ardón F., El señor general Ubico (Guatemala: Comercial Tipográfica, 1968), p. 63. 84 Claudia Dary Fuentes, “Una ciudad que empezaba a crecer”, en Crónica-Revolución 1944/1994 (oct. 1994), p.p. 72-77. 85
El Imparcial, (3 jun. 1940), p.p. 1 y 5.
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diez años de régimen ubiquista: “Su apariencia era el de una nueva ciudad, constantemente creciendo con los desagües ... casi todos a flor de tierra”. Este barrio tenía algunos sectores que “en realidad infunden temores en cuanto a la sanidad pública, tal es la condición de algunos conductores de inmundicias que salen a flor de tierra,” y otros irrumpían en los barrancos “llenando el ambiente de un aroma no muy delicado.” El aspecto de las viviendas era “simpático”, barracas frágiles sostenidas por maderos livianos, con techo de teja o lámina, con paredes que no eran tales pero servían para proteger a las familias de la lluvia y otros elementos naturales. Había también barracas “más modernas,” pero que conservaban el estilo de construcción “pobremente logrado, y a base de la barraca que se originó en los terremotos de 1918.” Se mencionan además las numerosas casas de adobe de estilos diversos y pintadas conforme a los medios del propietario. Había también algunas “más sólidas, que pertenecen a gente más acomodada y varias ofrecen aspecto encantador por las flores de sus jardines.” La cantidad de lotes registrados en éste barrio de la capital guatemalteca era de 1,673 con una población aproximada de seis a ocho mil personas. Estos pobladores estaban a diez minutos de las avenidas pavimentadas del centro de la ciudad, a minutos de los palacios administrativos y la Torre del Reformador; pero, para ellos no hubo tal modernidad. Quizá por esto al reportero anónimo de El Imparcial le pareció importante dejarnos las siguientes líneas: “Porque hay en El Gallito una abrumadora cantidad de radios que suenan día y noche, como si buscaran espantar la sombra de la crisis.”86 Pero eso no fue posible, en el año de 1941 se concluyó un catastro sanitario de este barrio capitalino y sus resultados ofrecen una panorámica de los problemas que enfrentaban los vecinos. Para aquel año este barrio contaba con 1,775 viviendas y 9,872 habitantes, solamente un 25% de las viviendas eran formales el 86
Ibíd., (12 jun. 1940), p.p. 1 y 8.
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resto eran provisionales fabricadas de “pedazos de lámina de zinc, telas de costales, pedazos de petates, tablas, adobe de canto y muchos otros materiales de desecho.” El 67% de las viviendas tenían piso de tierra “sin ningún revestimiento,” 1,736 unidades tenían techo de lámina de zinc, solamente 307 tenían servicio de agua domiciliar, y el resto utilizaban el servicio público para aprovisionarse del preciado líquido. Los servicios sanitarios eran deficientes en extremo, solamente existían 103 inodoros, 272 excusados lavables, 1,018 excusados de “pozo negro” y 382 viviendas sin servicio; 1,272 viviendas drenaban sus desechos líquidos a flor de tierra, 451 lo hacían mediante tubería subterránea hasta el barranco más próximo y existían 52 con pozos absorbentes.87 De manera que la precariedad campeó libre por los barrios aledaños al centro renovado de la ciudad, renovación que solamente tenía sentido para fines de mejorar las condiciones del comercio en el área central de la ciudad. De esta forma, como lo indicó Julio Pinto Soria para ésta época: “riqueza y pobreza fueron también en este caso las dos caras de la medalla; a la par de lujosas zonas residenciales proliferaron sobre todo las colonias habitadas por población de escasos recursos, la base laboral del sistema.” Pinto Soria añadió lo siguiente: “viejas distorsiones de la estructura socioeconómica guatemalteca, se profundizaron al interior de la ciudad.”88 Así, la “Tacita de Plata” presentó un marcado contraste entre la ficción creada alrededor del régimen ubiquista y la realidad cotidiana vivida por los trabajadores urbanos.
87
Ibíd., (23 jun. 1941), p. 1.
88 Julio C. Pinto Soria, “Guatemala de la Asunción: una semblanza histórica (1776-1944), en Mesoamérica 27 (junio de 1944), p.p. 69-92.
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La Feria de Noviembre. Para la proyección de una imagen de progreso, el gobierno ubiquista utilizó eficientemente las ferias nacionales. Así, la crisis mundial de 1929 y sus posteriores secuelas presentó el escenario apropiado para el desarrollo del comercio y la industria nacional. Las ferias se revitalizaron a partir de 1931; en la ciudad de Guatemala se realizaba en el mes de agosto, como tradicionalmente se hacía, llevando el nombre de Feria Nacional de Agosto. Por acuerdo gubernativo de 4 de julio de 1931, su organización se delegó a las autoridades municipales. En el año de 1933, debido al mal tiempo, el evento dejo un déficit de Q.13,997.01.89 Tomando en consideración las condiciones climatológicas del mes de agosto (y seguramente las perdidas económicas del año anterior) la feria fue transferida al “tercer domingo de Noviembre”. En esta ocasión y a través del acuerdo gubernativo del 15 de febrero de 1934 su organización fue encargada a las Secretarías de Fomento y Agricultura.90 En este cambio debe considerarse también el espíritu servil de las élites capitalinas y de las autoridades ediles ya que “coincidentemente” en noviembre cumplía años el presidente Ubico. Vale la pena señalar que fue la Municipalidad capitalina quien en 1935 promovió la prórroga del período presidencial de Ubico. Luego de tomar la determinación de apoyar la Reforma a la Constitución, el 5 de abril de 1935 telegrafió a las municipalidades del interior del país para que pidieran a la Asamblea Legislativa el cambio. El “Plebiscito” fue organizado en su totalidad por la Municipalidad, que en opinión de los municipales fue “un trabajo de 89 Memoria de los trabajos realizados por las municipalidades de la capital en los años 1933-1934 (Guatemala: Centro Editorial, S. A., 1934), p. 26. 90 Memoria en que el secretario de la Municipalidad de la capital da cuenta a la corporación de 1935 de los trabajos verificados por la 1934 (Guatemala: Centro Editorial, S. A., 1935), p. 20.
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gran magnitud.”91 Este mismo año la organización de la Feria Nacional de Noviembre, por disposición verbal del Señor Presidente, quedó nuevamente a cargo de la Municipalidad.92 Sin embargo, pese a la actitud de los servidores municipales, los principales impulsores de la feria fueron comerciantes e industriales capitalinos organizados desde 1921 en la Cámara de Comercio e Industria, la que tenía entre sus fines: “fomentar, conservar, ensanchar y defender el comercio y la industria del país, tanto interior como exterior y promover, a la vez, el desarrollo de la industria y de las finanzas nacionales.”93 Para las élites comerciales e industriales guatemaltecas “Las Ferias son reuniones periódicas y públicas de comerciantes, que se celebran en lugares y días señalados, y a la que acuden comerciantes, consumidores y productores, para hacer sus transacciones con mayor facilidad.” A esto se le agregaba la importancia de las ferias en la vida económica de los pueblos al buscar mercados, estimular las industrias, fomentar el comercio, intensificar la industria ganadera, manufacturera y textil.94 De manera que el principal objetivo de la Feria Nacional fue económico: mostrar y vender productos. La organización formal de la feria varió debido a la ley Municipal de 1935 (Decreto Gubernativo No. 1692 del 22/7/1935), que reemplazó a los alcaldes electos del país con intendentes nombrados por el gobierno. De 1935 en adelante la feria fue organizada por la junta Municipal capitalina quien se constituyó en la autoridad máxima. Los ministerios de Agricultura y Caminos, 91 Memoria de los trabajos realizados por las municipalidades de la capital en los años 1935-1936-1937 (Guatemala: Centro Editorial, S. A., 1938), p. 13. 92
Ibíd., p. 14.
93 “La cámara de comercio e industria en el desenvolvimiento de sus funciones”, en Album Gráfico de la Exposición Industrial. Feria Nacional de Noviembre 1936. Guatemala C.A. (Guatemala: s/e, 1936). 94
Guía de la Feria Nov. 1935 (Guatemala: s/e., 1935), p. 1.
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Fomento y Educación colaboraban con la Municipalidad. Agricultura se encargaba de las exposiciones ganaderas y agrícolas, Fomento de las exposiciones industriales y Educación se encargó de los deportes en la feria.95 La feria nacional se transformó paulatinamente en un evento de importancia en la vida citadina de aquellos años. En 1936 se construyó, con el objeto de atraer a la población, un parque de diversiones en el campo de la feria que recibió el nombre de Coney Island. De acuerdo con El Imparcial fue la “clamorosa novedad y nervio de la feria.” Las montañas rusas fueron la mayor atracción en aquel año.96 Además la propaganda oficial señaló que había: “un conjunto de juguetes distintos,” en el cual “no entrará el cansancio que nos viene de la repetición y las horas felices dejarán huellas dulces, y el aburrimiento se irá por caminos perdidos.” Así también se indicó, en tonos románticos, que: “Más bello será el paisaje que inunda los campos de la Feria Nacional de Noviembre, viendo desfilar en vértigo desde uno de estos aparatos la alegría, sentiremos la impresión de que el cielo nos moja de azul la piel de la cara... La Feria será más feria este año.”97 Un periódico capitalino remarcó: “Inusitada concurrencia en el parque de diversiones.” El total de personas que entraron al campo fue de 90,537; de éstas las que subieron a la montaña rusa fueron 47,764; a los aviones 22,572; a los carros locos 24,161; al ferrocarril 39,961; al Zig-Zag 27,739; a la rueda de saltos 9,152; al Loop o Plane 10,687; al carrusel 5,561; al barril 2,682.98 Sin duda alguna, el parque de diversiones se convirtió en la principal atracción para los visitantes a la feria nacional en aquel año. 95 Guía de la Feria Nacional de Noviembre 1936 (Guatemala: Unión Tipográfica, 1936), p. 1-5. Ver también: Memoria de los trabajos realizados por las municipalidades de la capital en los años 1935-1936-1937 (Guatemala: Centro Editorial, S. A., 1938), p. 14. 96
El Imparcial (16 nov. 1936), 7a. páginas, p. 1.
97
Ibíd., p. 7.
98
El Imparcial (30 nov. 1936), p. 1.
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Además del parque de diversiones, otro “atractivo” lo constituyó la exhibición de nuestros propios connacionales en el área denominada “Pueblo Indígena.” La propaganda señaló que desde todos los puntos del país venían a la feria los exponentes de “esa raza estupenda” como “exponente del tipismo guatemalteco” y con “Toda la policromía de la indumentaria chapina.” También se indicó: “Pedazos de paisaje son los trajes de las indias. Pedazos de paisaje de la tierra fría o de la tierra cálida... Pedazos de paisaje son también los trajes de los hombres.”99 El objeto de esto era que el visitante pudiera “conocerlos y admirarlos” en su ambiente, por lo que se construyó una aldea “típica”, donde las “casas” eran habitadas por “familias aborígenes de diversas regiones.” Las familias, con sus indumentarias tradicionales, trabajaban durante los días de la feria en sus “industrias primitivas; y ejecutaban danzas autóctonas con instrumentos y música propia.” Para la propaganda oficial este era un “espectáculo, único en el mundo, es verdadero alarde de color y armonía.”100 Así mismo, durante esos días se realizaban eventos deportivos como encuentros de fútbol, carreras de caballos y carreras de motocicletas. También se instituyeron concursos de pintura, fotografía y literatura. Pese a estos aspectos, que pretendían mostrar la cara amable del evento, en el corazón del mismo se encontraban los intereses de los industriales y comerciantes nacionales y extranjeros. En 1939, los organizadores indicaron que desde el punto de vista económico la feria tenía gran trascendencia para el país, significaba el balance de lo realizado cada año. Las exposiciones anuales eran más nutridas e interesantes: la ganadería, productos industriales y agrícolas marcaban los índices de la actividad del agricultor, el industrial, el comerciante y el hombre de negocios en general. Las 99 Guía de la Feria Nacional de Noviembre 1936 (Guatemala: Unión Tipográfica, 1936), p.p. 10 y 11. 100 Feria Nacional de Guatemala del 19 al 26 de Noviembre 1939 (Guatemala: s/e, s/f.), p. 2.
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exposiciones de la feria eran un vehículo de propaganda para los artículos naturales o manufacturados, nacionales y extranjeros. En la feria se exhibieron productos de El Salvador, Nicaragua, Honduras y Costa Rica. También se contó, en aquel año, con la participación de México y Chile en las exposiciones.101 Así, como lo atestiguan los listados de expositores en la feria nacional de diferentes años, los industriales y comerciantes guatemaltecos y extranjeros tuvieron el mostrador adecuado para exhibir sus productos año con año con el beneplácito y ayuda del gobierno, quien les construyó los locales adecuados para la realización del evento.102 En este sentido la administración Ubico sirvió bien a los intereses de quienes buscaban “el desarrollo” del comercio y la industria en el país. La industria y el comercio. Antes y después de realizarce la Feria Nacional en agosto de 1931 aparecieron una serie de publicaciones en El Imparcial con el objeto de promocionar a los industriales nacionales. Así, la industria de jabón y velas apareció representada por la Compañía Nacional de Industrias y por Kong Hnos. La primera estaba ubicada en la 16 calle oriente y doce avenida sur y había sido fundada en 1885. En esta se fabricaban especialmente “velas esteáricas y de parafina” a razón de 4,000 cajas al mes y jabones de tocador en cantidades limitadas. Los negocios de la Compañía se 101
Ibíd., p. 1.
102 El Imparcial (19 nov. 1936), p. 4. En el artículo “Panorama de las industrias que se exhiben en la Feria Nacional” aparecen entre los principales expositores en aquel año: Tabacalera Nacional, La Casa Sharp (dulces y helados), Calzado Cobán, La Estrella (fábrica de ladrillos de cemento), Tabacalera La Altense, Laboratorios Lancasco, Litografía Byron Zadik y Co., Camas Ideal, Confitería Arlequín, Casimires de Amatitlán, Cemento Portland (Carlos F. Novella), El Cóndor (fábrica de ladrillos de cemento), Cervecería Centroamericana y Cantel (fábrica de tejidos). Así mismo, la publicación oficial: Feria Nacional de Noviembre Album Gráfico (Guatemala: Centro Editorial, S.A., 1940), contiene información sobre los productos nacionales y extranjeros que se exhibieron en la feria de noviembre de 1940, además de información sobre el comercio del país en general.
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extendían “desde Puerto Barrios (en el Atlántico) hasta Ayutla (en el Pacífico).”103 Kong Hnos. por su lado se especializaba en la producción de “jabón de lavar ropa fino” cuya principal marca en el mercado era el jabón “Zinnia en marquetas y bolas.” Pero, con la contratación del jabonero francés Vicente Barlá, el señor Federico Kong introdujo al mercado las marcas Perfect Bath Soap, Helios y Sonia, los cuales fueron elogiados en varios lugares del país. Los Kong también se dedicaban a la fabricación de velas en menor escala y tenían una tostaduría de café. El número de operarios del establecimiento de Kong Hnos., eran, “entre hombres y mujeres, cien personas.”104 Al margen se menciona la fábrica de velas y jabón de Cordón Hermanos, una de las más importantes en la época.105 En cuanto a la fabricación de ladrillos de piso y artículos de cemento destacaba la fábrica El Aguila, cuya producción abarcaba no solamente el mercado capitalino, “sino otros muchos de toda la república.” El Aguila fabricaba “sanitarios y adornos para jardines”; pero su principal producción eran ladrillos para piso y tubos “de concreto impermeable” para drenajes y desagües. El principal equipo de la fábrica eran cuatro prensas hidráulicas las cuales podían producir 150,000 ladrillos de piso mensuales aproximadamente.106 Algunas fábricas de alimentos como la firma Masselli hermanos se dedicaba a la producción de fideos y pastas alimenticias. Esta fábrica fue establecida aproximadamente en 1907, su planta se situaba en la décima avenida sur, atrás de la estación central del ferrocarril, contaba con un edificio de “cemento armado 103
El Imparcial (1 ago. 1931), p.p. 1 y 2.
104
Ibíd., (5 ago. 1931), p.p. 1 y 2.
105 Oscar Guillermo Peláez Almengor, “Francisco Cordón Batres y los Orígenes de la Fábrica de Jabones Aurora,” en Edeliberto Cifuentes Medina, et.al, Historia del proceso de industrialización en Guatemala (Guatemala: USAC, 1993), p.p. 1-37. 106
Ibíd., (8 ago. 1931), p.p. 1 y 7.
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y con pisos higiénicos, de ladrillo de cemento liquido” y estaba dividido en departamentos de: pasta larga, pastas alimenticias cortadas, pastas roscadas, como tallarines, fideo grueso, entrefino, pelo, etc. Entre los artículos fabricados en el país que “no dejan nada que desear a los del extranjero” se promocionaron los productos farmacéuticos de Lanquetin S.A. La principal marca de esta compañía eran los productos Lancasco, elaborados en un local bastante espacioso en donde “Limpieza absoluta reina aquí y las señoritas operan bajo las órdenes de expertos.” Los laboratorios contaban con un “bien organizado departamento de empaque y pedidos,” lo cual era resultado de que los productos Lancasco “han conquistado muchos mercados de la república y aún algunos extranjeros.” En la rama textil se contaba con la Industria de la señora Amalia Gálvez de Neutze. En esta se fabricaban trajes de lana para niños, gorras, trajes de baño, etc. La fábrica ubicada en la segunda avenida sur número sesenta y dos (actual Zona 1) producía en cantidad suficiente para abastecer el mercado y sostener cualquier demanda.107 Como dato importante se consigna en estos casos el mercado que tenían, o pretendían tener, los industriales en el interior del país el cual necesitaba de vías de comunicación. Así, la necesidad de ferias, caminos, teléfonos, telégrafos y radio no fue solamente sentida por los agricultores sino también por los comerciantes e industriales, los principales interesados en estas obras. La mejoría de la infraestructura de la ciudad es importante de ser vista con mayor detenimiento. En primer lugar, como se ha indicado los vecinos con propiedades inmuebles fueron obligados a contribuir para la pavimentación de las calles céntricas de la ciudad, suponemos que los mayores contribuyentes fueron los comerciantes. En segundo lugar, estos trabajos fueron 107
Ibíd., (15 sep. 1931), p.p. 1 y 12.
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realizados por contingentes de trabajadores semigratuitos, la propaganda oficial utilizó esta situación para presentarla como la contribución del gobierno a la solución de la crisis de desempleo por la que atravesó el país en aquellos años, cuando en realidad se utilizó al sector mayoritario de la población en beneficio de la élite comercial.108 Finalmente, porque estos trabajos fueron posibles solamente con la aprobación, colaboración y para el beneficio de la élite comercial citadina la cual respaldó las medidas del gobierno en cuanto al impuesto de vialidad y el trabajo obligatorio de los indios y ladinos pobres de las ciudades. Así, la relación de Ubico con los sectores comerciales e industriales del país no parece tan distante, quizá porque fue de mutuo beneficio. En noviembre de 1936, los comerciantes capitalinos iniciaron una serie de actividades con el objeto de celebrar la inauguración del pavimento de la novena calle oriente, una de las principales calles comerciales de la ciudad. Los festejos para inaugurar el pavimento se realizaron como una contribución de los establecimientos comerciales con “un entusiasmo extraordinario y una animación inusitada.” El sábado 7 de noviembre se realizaron conciertos de marimba sobre esta arteria, participaron los conjuntos marimbísticos Alma India, Excélsior y Tecún Umán con “programas selectos,” la animación duró hasta las 23 horas. La afluencia de público fue numerosa y la calle, se indicó, estaba “como Gran Vía en las horas de mayor movimiento; la iluminación era profusa; reflectores, hilos de focos eléctricos, y de gas neón le daban un aspecto bellísimo.”109 El esfuerzo de los comerciantes por embellecer la novena calle oriente tenía un objetivo, aquel mismo día desde las ocho de la mañana “celebrando la inauguración del pavimento,” ofrecieron al público descuentos extraordinarios en el 108 Memoria de los trabajos realizados por las municipalidades de la capital en los años 1933-1934 (Guatemala: Centro Editorial, S.A., 1934), p. 13. 109
El Imparcial, (9 nov. 1936), p.p. 1 y 2.
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valor de sus mercaderías. El domingo 8 los almacenes estuvieron abiertos medio día, de las 10:00 a las 13:00 hubo nuevamente marimba; de las 12:00 a las 14:00 horas se ofreció un coctail en el Gran Hotel, por la noche “la fiesta llegó a su máximum de alegría... A las veintidós horas, la concurrencia al baile era extraordinaria, y desde entonces hasta la madrugada no decayó la alegría.” La magnitud de las celebraciones nos dan un indicador de la importancia que los comerciantes capitalinos le asignaron a la mejora de las calles del centro de la ciudad, para ellos el asunto fue aumentar las ventas y afirmar el poderío comercial de los cuarenta y ocho almacenes establecidos en esta calle.110 Pero no desestimamos el deseo de diversión y alegría que provocó la pavimentación en la población en general. Los comerciantes, la mayoría de ellos llegados al país después de los terremotos de 1917-18, fueron los principales interesados en el mejoramiento de la infraestructura del centro de la ciudad con el objeto de tener mejores condiciones para presentar su mercadería al público consumidor. Los mismos que saludaron la pavimentación de la novena calle oriente bajo el lema: “Con el nuevo pavimento la mercadería es puesta por los suelos en sus precios.”111 Los principales comerciantes e industriales capitalinos se identificaron plenamente con el proyecto modernizante de la administración ubiquista. En 1943, a un año del derrocamiento del régimen, los principales comerciantes e industriales del país le enviaron su saludo al presidente Ubico de la manera siguiente:
“los más genuinos representativos del comercio nacional, de una manera tan gentil como espontánea, se han unido en un entusiasmo común para rendir -por medio
110
Ibíd., 3era. Sección, p.p. 3 y 8.
111
El Imparcial, (9 nov. 1936), p. 3.
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de estas modestas páginas- este público homenaje al Presidente de la República, General don Jorge Ubico, tanto como una demostración de simpatía personal como por ofrecer en esta forma, un galardón espiritual a su obra de progreso, probidad y justicia. Guatemala, 10 de noviembre de 1943.”112 La élite fue la portadora del saludo al dictador, pues eran ellos los principales beneficiados de las medidas del gobierno y a ellos benefició el trabajo de los pobres de la ciudad y los campesinos indígenas guatemaltecos. Los contrastes de “La Tacita de Plata.” El principal contraste de la llamada “Tacita de Plata”, lo constituyó el mejoramiento de las principales calles comerciales de la ciudad a costa del deterioro y descuido de los barrios suburbanos. Estos no recibieron la atención adecuada, de manera que a fines del período no contaban con los servicios mínimos de salubridad y alumbrado público. Como se ha señalado, en El Gallito los pobladores ni siquiera tenían servicios sanitarios en sus viviendas mucho menos servicios de desagües. Así, la administración Ubico mostraba su verdadero carácter de una dictadura de clase poderosa del país sobre los sectores menos favorecidos. Los obreros y artesanos capitalinos trabajaron diariamente durante estos años en la construcción de edificios, pavimentación y drenajes sin una remuneración adecuada; los presos de la Penitenciaría Central también lo hicieron semigratuitamente, lo cual no constituyó “un fortalecimiento de la economía proletaria,” como lo señaló la Municipalidad en 1933.113 Todo lo contrario, fue un 112 Homenaje del Comercio (Guatemala: Centro Editorial, S.A., 1943), dedicatoria. 113 Memoria de los trabajos realizados por las municipalidades de la capital en los años 1933-1944 (Guatemala: Centro Editorial, S. A., 1934), p. 20.
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aprovechamiento de las condiciones de pobreza urbana y las secuelas de la crisis en beneficio de los sectores de poder. Por ejemplo, en el año de 1932 se organizó en la Penitenciaría Central una fábrica de tubos de cemento la cual operó con éxito durante varios años. En el año 1937 se elaboraron en ésta 16,346 tubos de diferentes diámetros, con trabajo gratuito de los reclusos.114 Así, los que tenían poco o nada les regalaron trabajo a los que tenían con que pagarlo y les dotaron de una infraestructura que les sirvió para crear el mostrador adecuado con que aumentar sus ganancias. El segundo contraste importante de señalar fue el respaldo que el gobierno brindó a las élites del país. No se trató solamente del apoyo a los caficultores como se ha indicado abundantemente, los industriales y comerciantes también recibieron apoyo a sus actividades. Jorge Ubico no fue “Frío y desdeñoso con la clase alta guatemalteca.”, tampoco “un caudillo exótico que construía carreteras,”115 todo lo contrario el gobierno se caracterizó por construir toda aquella infraestructura que permitió el ingreso del país a la “modernidad;” una modernidad que benefició solo a industriales y comerciantes que no dudaron en manifestar públicamente su adhesión a las políticas que llevó adelante con el fin de favorecerlos. Así entonces, la imagen elaborada durante años por la historiografía guatemalteca y extranjera en torno al dictador resultan falsas. Ubico sirvió primordialmente a los intereses de la clase alta guatemalteca y extranjera. Sus políticas favorecieron decididamente a una dictadura de clase, de la clase poderosa sobre los sectores populares indios y ladinos pobres de la ciudad y el campo. Las ferias de noviembre creando las condiciones adecuadas para la realización de los negocios, la pavimentación y la 114 Memoria de los trabajos realizados por la Municipalidad de la Capital 1937 (Guatemala: Centro Editorial, 1938), p. 53. 115
Gleijeses, p.p. 42 y 45.
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construcción de edificios públicos solamente tienen sentido si las unimos a los intereses de comerciantes e industriales nacionales y extranjeros en su afán de construir un mercado nacional que pudiera ofrecerles mayores ganancias. La figura de Ubico, solitario y encerrado en el laberinto del poder, se desvanece ante la evidencia histórica de quienes al amparo de la dictadura se llenaron las bolsas de dinero con el trabajo gratuito o semi-gratuito de miles de trabajadores. De esta manera, la mejora en la red vial del país y sus telecomunicaciones no solamente fue la mejor forma de controlar políticamente a la población, sino además, la forma ideal de hacer negocios con el interior de Guatemala, desligados del monopolio de transportes que tenía en la época la I.R.C.A. La mayor eficiencia en el aparato administrativo, dotándola de la infraestructura adecuada debe verse en la misma perspectiva; el control sobre el contrabando, la persecución de los productores clandestinos de aguardiente y fósforos solamente podía funcionar en beneficio del Estado y de quienes a partir de los gobiernos liberales de fines del siglo pasado gozaban del monopolio de la producción. Los Herrera con los tejidos, los Castillo con la cerveza, los Kong con la fabricación de jabón, los Novella con la producción de cemento, los Cordón Horjales con el abastecimiento de carne para la ciudad, los Denby con las comunicaciones aéreas; los Rosemberg, Zadik, Schacher, Sabbaj y Kaire con el comercio. En fin, los comerciantes e industriales guatemaltecos impulsaron su proyecto desde posiciones de retaguardia, colocando al frente del mismo a un hombre fuerte: Jorge Ubico Castañeda. Kenneth J. Grieb ha indicado que la revolución de 1944 fue un intento de las clases emergentes para tomar el control del país y abordar las necesidades sociales resultantes del desarrollo económico de la nación, para las cuales Ubico había probado su incapacidad. Los revolucionarios se centraron en atender las necesidades 88
de una nueva Guatemala que en buena parte era producto del programa de desarrollo de Ubico. En este sentido, indica Grieb, que la revolución social de la década subsiguiente a 1944 no podía imaginarse sin el caudillo y sus programas, este proveyó las bases sobre las cuales la revolución funcionó. La revolución, en palabras de Grieb, fue una creación y una respuesta al régimen de Ubico.116 Un mercado nacional fue pensado hasta el momento en que el sistema de carreteras, combinado con los existentes ferrocarriles, constituyeron el vínculo de regiones apartadas del país con la ciudad capital. Una próspera economía citadina fue también resultado de la obra física llevada a cabo en la ciudad en este período. El desarrollo económico de Guatemala, en su particular forma de sobrexplotación de los sectores pobres, sentó las bases sobre las cuales se crearon nuevos bloques de poder político y se reformaron los tradicionales para enfrentar las demandas del siglo XX. Solamente con una comprensión de esta situación resulta clara la indicación de Huberto Alvarado Arellano de que las fuerzas motrices de la revolución de octubre fueron: “las capas medias acomodadas y un sector de la burguesía nacional con el apoyo activo de la clase obrera urbana y los campesinos.” Este autor señaló, refiriéndose a la primera fase de la revolución durante el gobierno de Juan José Arévalo (1945-1951), que tuvo la influencia predominante del pensamiento y los intereses de la “burguesía nacional y la pequeña burguesía democrática.”117 De esta manera los industriales y comerciantes empujaron la modernización del gobierno de Ubico y cuando ya no lo necesitaron lo abandonaron a su suerte en la soledad del poder. Jorge Ubico, el “hombre”, “tata Ubico”, “El pequeño Napoleón del Caribe”, quien recorrió el país “de 116
Grieb, p.p. 282 y 283.
117 Huberto Alvarado Arellano, Apuntes para la historia del Partido Guatemalteco del Trabajo (Guatemala: Ediciones P.G.T., 1975), p.p. 26 y 27.
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cabo a rabo” en sus giras presidenciales anunciado en cada población por el estruendo de motocicletas Harley Davison, transportado en un Cadillac descapotable con su perro faldero, fue moldeado por los intereses de una camarilla de comerciantes e industriales quienes a través de las condiciones que el gobierno generó pudieron cobrar fuerza y atentar contra los privilegios del sector cafetalero, principal beneficiario de las medidas de trabajo forzoso. Ubico murió, sin pena ni gloria, el 14 de junio de 1946 en el Hospital Bautista de Nueva Orleans;118 recordando quizá aquella mañana del 1o. de julio de 1944 en que lloró cuando los que le habían jurado lealtad le pidieron la renuncia depositando su nombre y su “tacita de plata” en el olvido de la historia y que ahora se intenta revivir.
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Times Picayune (23 oct. 1994).
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