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ciencia ficción de culto
JG BALLARD Y EL APOCALIPSIS DE LA CLASE MEDIA
TARKOVSKY
Un repaso por sus mejores films
SYNTH BRITANNIA
Inglaterra inspirada en la ficción
NUEVOS LIBROS
Lo nuevo de Ray Bradbury
Cada vez que aparece una nueva revista suele decirse que es justamente la revista que todos estaban esperando. Es justo decir que Número es precisamente la revista que todos no estaban esperando. Nuestro propósito, antes que confirmar expectativas, es proponer cosas absurdas y quiméricas que están más allá de nuestro alcance y que bordean la irrealidad. Al fin y al cabo nada más aparentemente irreal que la atmósfera del mundo que nos ha tocado, con sus crueldades, sus fantasmagorías, sus engaños que todo el mundo reverencia y sus crímenes que todo el mundo tolera. Se requiere mucha imaginación para creer en un futuro cualquiera, y mucha locura para creer en un futuro feliz. Por eso queremos creer en un futuro espléndido, y, si se nos perdona el exabrupto, en la posibilidad, incluso, de un presente feliz. Adiós a las ideologías que prometían para mañana el Paraíso y para hoy sólo sangre, sudor y lágrimas.
STAFF Zabala 3175 / Ciudad de Buenos Aires Tel.Fax: 4551 1411 info@avalon.com.ar www.revistaavalon.com.ar
Avalon Año 1 N01 Noviembre de 2012 Una publicación mensual propiedad de Ediciones Skorpio S.A. Registo Nacional de la Propiedad Intelectual 40275936
DIRECCION GENERAL: Beck Hansen (beck@avalon.com.ar) DIRECTOR EDITORIAL: Javier Diz EDITOR ASOCIADO: Juan Marcos Ventura EDITORES: Matias Capelli Lucas Garofalo Ana Gorodischer DISEÑO: Luciano Geoffroy
NOTA DE TAPA Pag 10
Kraftwerk
Synth Britannia
Nuevos Libros
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Espectativas, es proponer cosas absurdas y quiméricas que están más allá de nuestro alcance y que bordean la irrealidad del mundo.
Nuevos libros de nuestros autores favoritos que están al alcance y que bordean la irrealidad del mundo. Nueva colección de Ray Bradbury.
SCI FI FESTIVAL
DOCTOR WHO
LOS EDITORES NACIONALES
Una nueva edición del festival de ciencia ficción
La mítica serie vuelve con nuevos actores.
Las nuevas editoriales que publican clásicos.
25 PHILIP K DICK 35 TOP10 IMPERDIBLES 35 AGENDA GARY NUMAN
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EL NUEVO CANAL SPACE
DAVID PELHAM
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Illustraciones apocalípticas
No viaja más el espacio y se queda con el policial en la tierra.
28 SERIES DE SCI FI 29 NUEVOS PROYECTOS
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CUENTO INEDITO
“El viento de ninguna parte” de Ursula K Le Guin
RAY BRADBURY
Viajamos hasta Los Angeles para entrevistar al famoso escritor.
NOTA DE TAPA
Escribe:
Pablo Capanna.
Ilustración:
Luc Geoffroy
M
uchos de sus lectores se molestaron cuando J. G. Ballard publicó El imperio del Sol en 1984. Era su primer libro semiautobiográfico, le había llevado cuarenta años procesar las experiencias hasta ponerlas en papel, y tuvo un gran éxito que se materializó en película dirigida por Steven Spielberg y una estabilidad económica que Ballard no había conocido hasta entonces (en el momento de la publicación tenía 54 años y casi treinta de escritor). Pero es que muchos, incluidos fans famosos como Martin Amis, creyeron que el visionario había revelado la verdadera fuente de sus profecías: Jim Ballard había sido un niño rico en la Shanghai “internacional” anterior a la Segunda Guerra, pero con la invasión japonesa de Pearl Harbour, se vio despojado de todo y testigo de la muerte, los bombardeos, la brutalidad; cuerpos de hombres chinos en descomposición cubiertos de sangre junto a aviones derribados y la primera comunidad cerrada, la del campo de prisioneros (“Los cadáveres yacían en las calles del centro de Shanghai, regados con lágrimas por campesinas a las que nadie prestaba atención en medio del tumulto de transeúntes”). Allí estarían, entonces, todas esas imágenes que después usaría para anticipar y describir la vida moderna. Ballard siempre fue ambivalente en cuanto a este primer encuentro con los desastres de la guerra: “Mis recuerdos del campo no son alegres, pero tampoco desagradables”. Más tarde, resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional. Me la pasaba en el asiento trasero de un auto norteamericano con un sirviente y una gobernanta, con miedo a que me secuestraran. Estaba detrás del vidrio como si hubiera estado frente a una pantalla de TV viendo reportes de la guerra de Indochina,
o de Nicaragua, o de El Salvador”. Ballard volvió a Inglaterra e1946, y nunca se sintió del todo a gusto en su país. Fue estudiante de medicina y piloto; a principios de los ’60 empezó a escribir cuentos de ciencia ficción y pronto se publicaron en New Worlds, la revista que, guiada por Michael Moorcock, quería revolucionar el género. Vivió poco en Londres: después de la temprana muerte de su mujer, en 1964, se mudó con sus tres hijos al suburbio, a Shepperton, y los crió solo. De los escritores de su edad, sólo se relacionó con Kingsley Amis, y brevemente: no soportaba lo que llamaba “la comedia social” que sus contemporáneos llevaban adelante. Tampoco se relacionaba con los escritores de ciencia ficción. Ni siquiera le gustaba que sus novelas fueran llamadas scifi. Prefería “ficción predictiva” o explicaba que sus libros “describían la psicología del futuro”. Decía: “El planeta más alien es la Tierra”. Y se lanzó a la conquista de otro espacio, el interior. Sus primeros libros hablan del fin del mundo, pero a la par se desvanecen sus protagonistas, de psique tan frágil. El espacio de Ballard se parece mucho a las pinturas de Salvador Dalí, Francis Bacon o Yves Tanguy, con hombres al borde la locura, o después de la locura, cansados e infelices. Protagonistas que suelen llamarse Ballard o Sheppard o Ransom o Travis; ellas, la mujeres, suelen llevar por nombre Catherine Austen. Ellos suelen ser médicos. (¿Suena a Lost? Pero claro, esos guionistas cerebritos no se lo iban a perder.) Bacon y Tanguy: sangre y arena, cuerpos en el desierto. Un estilo punzante, seco, que duele tanto como la arena que golpea la cara arrastrada por el viento. Su primer libro “de catástrofes” se llama El viento de ninguna parte. LA MUERTE DEL AFECTO Los años ’70: Ballard se hace amigo de William Burroughs, se vuelca a la experimen-
NOTA DE TAPA
Refugio. Ballard en su casa en Shepperton, Inglaterra en el 2005.
Muchos de sus lectores se molestaron cuando J. G. Ballard publicó El imperio del Sol en 1984. Era su primer libro semiautobiográfico, le había llevado cuarenta años procesar las experiencias hasta ponerlas en papel, y tuvo un gran éxito que se materializó en película dirigida por Steven Spielberg y una estabilidad económica que Ballard no había conocido hasta entonces (en el momento de la publicación tenía 54 años y casi treinta de escritor). Pero es que muchos, incluidos fans famosos como Martin Amis, creyeron que el visionario había revelado la verdadera fuente de sus profecías: Jim Ballard había sido un niño rico en la Shanghai “internacional” anterior a la Segunda Guerra, pero con la invasión japonesa de Pearl Harbour, se vio despojado de todo y testigo de la muerte, los bombardeos, la brutalidad; cuerpos de hombres chinos en descomposición cubiertos de sangre junto a aviones derribados y la primera comunidad cerrada, la del campo de prisioneros (“Los cadáveres yacían en las calles del centro de Shanghai, regados con lágrimas por campesinas a las que nadie prestaba atención en medio del tumulto de transeúntes”). Allí estarían, entonces, todas esas imágenes que después usaría para anticipar y describir la vida moderna. Ballard siempre fue ambivalente en cuanto a este primer encuentro con los desastres de la guerra: “Mis recuerdos del campo no son alegres, pero tampoco desagradables”. Más tarde, resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional. Me la pasaba en el asiento trasero de un auto norteamericano con un sirviente y una gobernanta, con miedo a que me secuestraran. Estaba detrás del vidrio como si hubiera estado frente a una pantalla de TV viendo
Se vio despojado de todo y testigo de la muerte, los bombardeos, la brutalidad; cuerpos de hombres chinos en descomposición cubiertos de sangre junto a aviones derribados y la primera comunidad cerrada, la del campo de prisioneros (“Los cadáveres yacían en las calles del centro de Shanghai, regados con lágrimas por campesinas a las que nadie prestaba atención en medio del tumulto de transeúntes”). Allí estarían, entonces, todas esas imágenes que después usaría para anticipar y describir la vida moderna. Ballard siempre fue ambivalente en cuanto a este primer encuentro con los desastres de la guerra: “Mis recuerdos del campo no son alegres, pero tampoco desagradables”. Más tarde, resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional. Me la pasaba en el asiento trasero de un auto norteamericano con un sirviente y una gobernanta, con miedo a que me secuestraran. Estaba detrás del vidrio como si hubi-
NOTA DE TAPA
De Shanghai a Shepperton
“EL PLANETA TIERRA ES EL PLANETA MAS ALIENIGENA”
En su autobiografía, Ballard ni siquiera habla de sus últimas novelas; prefiere retomar la historia de su infancia, que ya había narrado en El Imperio del Sol (1984), en La bondad de las mujeres (1991), en un documental de la BBC y hasta en una crónica del Sunday Times. Toda su vida giró en torno las durísimas experiencias que marcaron el fin de su infancia. Criado en el barrio europeo de Shanghai, tuvo su Caída cuando repentinamente pasó de una casa con diez sirvientes chinos sin nombre, a las penurias y humillaciones de un campo de prisioneros japonés. Allí nació el poderoso símbolo de la piscina seca donde se amontonan las basuras del último verano. Cuando conoció Inglaterra, se sintió tan ajeno a esa sociedad que hasta llegó a tener rechazo por el paisaje inglés. Lejos de una familia que nunca le había dado afecto, pasó por un internado, que “le recordaba al campo de concentración, de no ser por la comida, que era peor”. Luego fue portero, vendedor de enciclopedias y redactor de una revista industrial. Hasta se entrenó como piloto en una base de bombarderos nucleares en Canadá. Cuando quiso ser psiquiatra estudió Medicina dos años, pero quedó para siempre atrapado por la siniestra magia de las salas de disección, que selló su fantasía y su estilo. Fue entonces cuando se enamoró del surrealismo y del psicoanálisis, que parecían encarnar la trasgresión, y de la ciencia ficción, que entonces hervía de ideas estimulantes. Fue el iconoclasta de la ciencia ficción. Rechazado, admirado y vanamente imitado, propuso explorar un ambiguo “espacio interior” en lugar del espacio cósmico. Rompió con todas las convenciones de la novela catastrófica, para explorar la “arqueología del psiquismo”. Inundó al planeta en El mundo sumergido (1962), lo hizo árido en La sequía (1964) y
BALLARD BASICO Shanghai, 1930 - Shepperton 2010 Fue prisionero en su niñez en un campo de concentración japonés, experiencia que narró en El Imperio del Sol, llevada al cine por Steven Spielberg. Pero el mundo “ballardiano” es el del apocalipsis posindustrial. Narrador de ciencia-ficción y catástrofes, entre otras novelas publicó La sequía, Exhibición de atrocidades, Crash (filmada por D. Cronenberg), La isla de cemento y Rascacielos. Su experiencia en las mesas de disección como estudiante de medicina lo marcó.
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Cuentos/ensayos inéditos
Titulo:
“EL PLANETA TIERRA ES EL PLANETA MAS ALIENIGENA”
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A
ños después, Ballard la emprendió con el entorno urbano, e inició su demolición en Rascacielos (1975), La isla de cemento (1974) y Hola América (1981), donde mostraba la fragilidad de los lazos sociales en situaciones límite. Cuando todos soñaban con la NASA, Ballard anticipaba el fin de la era espacial e imaginaba el día que caerían las estaciones espaciales. Antes del posmodernismo, diseñó la utopía posmoderna de Vermilion Sands. Antes que los punks y el teatro de Kantor, afirmó que “no hay futuro” y escenificó desolados paisajes de basura y chatarra. En el fundamental prólogo que escribió para la versión francesa de Crash, diagnosticó que “muerte del afecto” era la raíz del nihilismo. Habló de ese “presente insaciable” que con sus falsas novedades nos quita la posibilidad de pensar un futuro mejor. En su etapa hipermoderna, profundizó su obsesión por el nihilismo de los no-lugares: encontró la psicopatología de la opulencia en barrios cerrados, shoppings y aeropuertos. Noches de cocaína (1996), Super Cannes (2001) y Milenio negro (2003) fueron historias un tanto morosas, cuyo germen estaba en Furia feroz , un texto de 1988 : un policial narrado de manera no lineal, con asepsia ballardiana y mediatizado por informes psiquiátricos y documentales. Retomaba así sus pesadillas urbanas de los Setenta, que ahora empalidecían ante la realidad. Kingdom Come (2006) es su última versión, quizás la más desesperada. Muchos de sus lectores se molestaron cuando J. G. Ballard publicó El imperio del Sol en 1984. Era su primer libro semiautobiográfico, le había llevado cuarenta años procesar las experiencias hasta ponerlas en pa-
pel, y tuvo un gran éxito que se materializó en película dirigida por Steven Spielberg y una estabilidad económica que Ballard no había conocido hasta entonces (en el momento de la publicación tenía 54 años y casi treinta de escritor). Pero es que muchos, incluidos fans famosos como Martin Amis, creyeron que el visionario había revelado la verdadera fuente de sus profecías: Jim Ballard había sido un niño rico en la Shanghai “internacional” anterior a la Segunda Guerra, pero con la invasión japonesa de Pearl Harbour, se vio despojado de todo y testigo de la muerte, los bombardeos, la brutalidad; cuerpos de hombres chinos en descomposición cubiertos de sangre junto a aviones derribados y la primera comunidad cerrada, la del campo de prisioneros (“Los cadáveres yacían en las calles del centro de Shanghai, regados con lágrimas por campesinas a las que nadie prestaba atención en medio del tumulto de transeúntes”). Allí estarían, entonces, todas esas imágenes que después usaría para anticipar y describir la vida moderna. Ballard siempre fue ambivalente en cuanto a este primer encuentro con los desastres de la guerra: “Mis recuerdos del campo no son alegres, pero tampoco desagradables”. Más tarde, resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional. Me la pasaba en el asiento trasero de un auto norteamericano con un sirviente y una gobernanta, con miedo a que me secuestraran. Estaba detrás del vidrio como si hubiera estado frente a una pantalla de TV viendo reportes de la guerra de Indochina, o de Nicaragua, o de El Salvador”.
NOTA DE TAPA
PLAYA TERMINAL 1973 Ediciones Minotauro España
Muchos de sus lectores se molestaron cuando J. G. Ballard publicó El imperio del Sol en 1984. Era su primer libro semiautobiográfico, le había llevado cuarenta años procesar las experiencias hasta ponerlas en papel, y tuvo un gran éxito que se materializó en película dirigida por Steven Spielberg y una estabilidad económica que Ballard no había conocido hasta entonces (en el momento de la publicación tenía 54 años y casi treinta de escritor). Pero es que muchos, incluidos fans famosos como Martin Amis, creyeron que el visionario había revelado la verdadera fuente de sus profecías: Jim Ballard había sido un niño rico en la Shanghai “internacional” anterior a la Segunda Guerra, pero con la invasión japonesa de Pearl Harbour, se vio despojado de todo y testigo de la muerte, los bombardeos, la brutalidad; cuerpos de hombres chinos en descomposición cubiertos de sangre junto a aviones derribados y la primera comunidad cerrada, la del campo de prisioneros (“Los cadáveres yacían en las calles del centro de Shanghai, regados con lágrimas por campesinas a las que nadie prestaba atención en medio del tumulto de transeúntes”). Allí estarían, entonces, todas esas imágenes que después usaría para anticipar y describir la vida moderna. Ballard siempre fue ambivalente en cuanto a este primer encuentro con los desastres de la guerra: “Mis recuerdos del campo no son alegres, pero tampoco desagradables”. Más tarde, resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional. Me la pasaba en el asiento trasero de un auto norteamericano con un sirviente y una gobernanta, con miedo a que me secuestraran. Estaba detrás del vidrio como si hubiera estado frente a una pantalla de TV viendo
Se vio despojado de todo y testigo de la muerte, los bombardeos, la brutalidad; cuerpos de hombres chinos en descomposición cubiertos de sangre junto a aviones derribados y la primera comunidad cerrada, la del campo de prisioneros (“Los cadáveres yacían en las calles del centro de Shanghai, regados con lágrimas por campesinas a las que nadie prestaba atención en medio del tumulto de transeúntes”). Allí estarían, entonces, todas esas imágenes que después usaría para anticipar y describir la vida moderna. Ballard siempre fue ambivalente en cuanto a este primer encuentro con los desastres de la guerra: “Mis recuerdos del campo no son alegres, pero tampoco desagradables”. Más tarde, resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional. Me la pasaba en el asiento trasero de un auto norteamericano con un sirviente y una gobernanta, con miedo a que me secuestraran. Estaba detrás del vidrio como si hubiera estado frente a una pantalla de TV viendo reportes de la guerra de Indochina, o de Nicaragua, o de El Salvador”. Ballard volvió a Inglaterra e1946, y nunca se sintió del todo a gusto en su país. Fue estudiante de medicina y piloto; a principios de los ’60 empezó a escribir cuentos de ciencia ficción y pronto se publicaron en New Worlds, la revista que, guiada por Michael Moorcock, quería revolucionar el género. Vivió poco en Londres: después de la temprana muerte de su mujer, en 1964, se mudó con sus tres hijos al suburbio, a Shepperton, y los crió solo. De los escritores de su edad, medicina y piloto sólo se relacionó con Kingsley Amis, y brevemente: no soportaba lo que llamaba “la comedia social” que sus contemporáneos llevaban adelante.
Más tarde, resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional.
MITOS DEL FUTURO PROXIMO 1976 Ediciones Minotauro España
Más tarde, resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional.
EL DIA DE LA CREACION 1982 Ediciones Minotauro España
Resumiría sus futuras obsesiones en los recuerdos de infancia: “En Shanghai vivía una vida muy protegida, lejos de las calles, de los mendigos, cortado de toda reacción emocional. no con un sirviente.
MUSICA
Por Roberto Powell
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ada vez que aparece una nueva revista suele decirse que es justamente la revista que todos estaban esperando. Es justo decir que Número es precisamente la revista que todos no estaban esperando. Nuestro propósito, antes que confirmar expectativas, es proponer cosas absurdas y quiméricas que están más allá de nuestro alcance y que bordean la irrealidad. Al fin y al cabo nada más aparentemente irreal que la atmósfera del mundo que nos ha tocado, con sus crueldades, sus fantasmagorías, sus engaños que todo el mundo reverencia y sus crímenes que todo el mundo tolera. Se requiere mucha imaginación para creer en un futuro cualquiera, y mucha locura para creer en un futuro feliz. Por eso queremos creer en un futuro espléndido, y, si se nos perdona el exabrupto, en la posibilidad, incluso, de un presente feliz. Adiós a las ideologías que prometían para mañana el Paraíso y para hoy sólo sangre, sudor y lágrimas. Queremos lo mejor y los queremos ya. Para ello ofrecemos esta revista a todos los que quieran soñar algo más noble y más bello que la ración de horror de ca-
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da día. Una revista que no se debe a ningún poder, que sólo se somete a la lucidez, a la inteligencia, a la imaginación y a sueños excesivamente utópicos. Esta revista se propone ser una sorpresa en cada Número, y para ello cuenta con lo que no tienen otras: el más calificado e inmodesto grupo de cómplices en el arte de comunicarse con el mundo, un grupo tan arriesgado que hasta ha permitido que su número sea el peligrosísimo 13, en el que siempre han cabido desde la redención hasta la traición. Ejemplo de la imperiosa convivencia que Colombia requiere, una revista en la que quepan todas las ideas, siempre que logren serlo, todos los lenguajes, todas las culturas, todas las razas, y hasta todos los prejuicios, si logran tener algún encanto y no vienen acallando a los otros. Nos esforzaremos por hacer que todos los Números sean obras de arte en cada página el dictamen famoso y la realidad Paraíso y para hoy sólo sangre decida imitar al arte. Para creer en un futuro feliz. Por eso queremos creer en un futuro espléndido, y, si se nos perdona el exabrupto, en la posibil-
PARA LEER MIENTRAS ESCUCHAS Yo, Robot de Isaac Asimov Farenheit 951 de Ray Bradbury El hombre en el castillo de Philip K Dick
“LA CIENCIA FICCIÓN MELANCÓLICA SE VIO EN SOLARIS Y BLADE RUNNER.”
DISCO RECOMENDADO En muchas de las listas de las mejores de 2009, confeccionadas a fines del año pasado por críticos, sociedades de críticos y publicaciones especializadas, aparece una película de título escueto y realizador hasta ahora desconocido: Moon, de Duncan Jones. Nacido hace 39 años en Kent, Inglaterra, lo único que se sabía de este debutante es que había filmado, unos años atrás, un corto de ciencia ficción. Y que era hijo de un tal David Jones, nombre que tampoco suena mucho. Tal vez el nombre completo de Duncan pueda dar alguna pista. El muchacho se llama Duncan Zowie Heywood Jones, y hay quienes lo conocen como Zowie Bowie. Es que aquel señor David Jones, papá de Duncan, no es otro que David Bowie. Pues bien: si hubiera que mencionar a la mejor ópera prima de 2009, no hay duda de que Moon debería estar entre las más firmes candidatas. Después de que la compañía que tiene los derechos de explotación local le hiciera un gigantesco “ole” a su estreno en cines (¡prohibido estrenar películas buenas!), Sony Pictures lanza por estos días Moon en DVD, con el título En la Luna. Si Moon no fuera una película magnífica, igual sería un modelo de economía cinematográfica, dicho esto tanto en sentido de producción como de síntesis dramática. Mr. Jones filmó una épica íntima de ciencia ficción con apenas dos o tres decorados de estu-
The man machine EMI music
Duración: 30 min. Interpretes: Karl Bartos, Ralf Hutter, Wolfgang Fur y Florian Schneider Arte: El Lissitsky
dio, un único actor en escena (más allá de la voz de otro y cuatro más que aparecen en video), un robot–computadora, un par de jeeps y unos terrarios que simulan ser la Luna. Con eso solo logró hacer una de las películas más genuinamente conmovedoras en bastante tiempo. Además de un ensayo sobre la identidad, la manipulación, la imposibilidad de conocer las cosas “tal como son”, que da que pensar. El monoactor de En la Luna es Sam Rockwell, muchacho carismático y sumamente expresivo, que nunca antes estuvo tan sobrio, tan entregado a su papel (o sus papeles) como aquí.Rockwell es Sam Bell, astronauta que está llegando al fin de su período
de tres años en la Luna. En el futuro de Moon las fuentes de energía se agotaron y hubo que recurrir a la energía solar. Por una suerte de yin yang que la película (basada en una idea original de Duncan Jones y con guión de un señor Nathan Parker, que también debuta aquí) no se molesta en desarrollar, una megacorporación llamada Lunar procesa la energía solar en su opuesto, el satélite terrestre, donde tiene una estación y unas “cosechadoras” en permanente funcionamiento. Bell cuenta con un asistente llamado Gerty, computadora-robot con la voz siempre desconfiable de Kevin Spacey, ese gran actor. Dos de ánimo mediante emoticones, que
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TELEVISIÓN
MINORITY REPORT
Una mujer descubre que su marido, al que creía muerto desde hace más de veinte años, está vivo y trabaja en un pueblo de la costa. Para encontrarlo, viaja junto a su hija, que nunca tuvo la oportunidad de conocer a su padre. Un mundo menos peor, la duodécima película del director Alejandro Agresti, ganó el premio al mejor filme de un cineasta latino en el Festival de Venecia. Está protagonizada por Mónica Galán, Julieta Cardinali y Carlos Roffé, y cuenta con las actuaciones de Mex Urtizberea, Lidia adre. Un mundo menos peor, la duodécima película del director Alejandro Agresti, ganó el premio al mejor filme de un cineasta latino Catalano, Ulises Dumont y la participación de Rodrigo Noya, el pequeño actor de Valentín. Buena Vista. Estreno: 30 de septiembre.
Fight Club
de David Fincher
Brazil
de Terry Gilliam
Lunes 9 de diciembre TCM 22.00
U
na ciudad histórica: la del Coliseo. Un nuevo y exclusivo colegio. Caterina viene de un pequeño pueblo y debe empezar de cero. Sólo tiene 13 años y, claro, su mundo empieza y termina entre sus compañeras de escuela. La gran ciudad propone desafíos, así que para no sentirse excluida y ante la atenta mirada de papá, Caterina comenzará a vivir su vida. Caterina en Roma es la creación de Paolo Virzì, quien en este film presenta su visión de la sociedad italiana actual, con la actuación de Sergio Castellitto (L sociedad italiana actual, con la actuación de a familia) y Alice Teghil. Telexel. Estreno: 30 de septiembre.
Lunes 10 de diciembre MGM 22.00 Cerrando su sexta temporada consecutiva, Juventus Lyrica presenta uno de los más célebres títulos del repertorio: Las cinco únicas funciones tendrán La Traviata, de Guiseppe Verdi, encabezado por la consagrada soprano María José Siri, Soledad de la Rosa como Violeta, Norberto Fernández como Alfredo y Enrique Gibert como Germont. Las cinco únicas funciones tendrán lugar en el Teatro de la Avenida los días jueves 14, sábado 16, miércoles 20 (a beneficio de Fores) y viernes 22 a las 20.30, y el domingo 24 a las 17.30.
Entradas desde $ 5. Avenida de Mayo 1222. Venta telefónica: 4381-0662
LIBROS NOVELA MINOTAURO 240 PAGINAS
DISCOS Klaxons
Myths of the near future Patagonia fantástica es un nuevo ciclo de Infinito que propone un mágico y misterioso recorrido por el sur de la Argentina y Chile. Los primeros dos capítulos están dedicados a los chamanes y hechiceros, desde las cuevas de Comayo hasta la isla de Chiloé. Los mitos acerca de animales gigantescos en aguas australes y las historias y cultos alrededor de los santos de la región ocupan las emisiones siguientes. Testimonios de pobladores, antropólogos e historiadores dan cuenta de la leyenda del cuero del agua, el Nahuelito de Bariloche; la beatificación Testimonios de pobladores, antropólogos e del indígena Ceferino Namuncurá y el origen del Gauchito Gil, entre otras historias.
EL MUNDO SUMERGIDO
TOP TEN PELÍCULAS 2011
JG Ballard
Una ciudad histórica: la del Coliseo. Un nuevo y exclusivo colegio. Caterina viene de un pequeño pueblo y debe empezar de cero. Sólo tiene 13 años y, claro, su mundo empieza y termina entre sus compañeras de escuela. La gran ciudad propone desafíos, así que para no sentirse excluida y ante la atenta mirada de papá, Caterina comenzará a vivir su vida. Caterina en Roma es la creación de Paolo Virzì, quien en este film presenta su visión de la sociedad italiana actual, con la actuación de Sergio Castellitto (La familia) y Alice Teghil. Telexel. Estreno: 30 de septiembre.
“EL PRIMER LIBRO DEL GRAN MAESTRO” - Neil Gaiman
Gary Numan Dead Song Rising
Colección Costantini y Jumex, en asociación con Espacio Fundación Telefónica inauguraron la exposición Los usos de la imagen: fotografía, film y video en La Colección Jumex. La muestra es una selección de más de 200 obras de 40 artistas internacionales contemporáneos que exploran la relación entre la producción artística y la tecnología en video-instalaciones, fotografías de gran tamaño y films. De lunes a viernes, a las 14 por Canal á.
1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8.
Batman The dark Knight
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10.000 A.C. Warner Bros, $262,655,225
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Iron Man Paramount Pictures, $240,989,472
Jumper 20th Century Fox, $229,293,111
Cloverfield Paramount Pictures, $167,623,929
Spiderwick Paramount Pictures, $152,005,740
Vantage Point
9. Step Up 2 the Streets
Columbia Pictures, $149,609,674
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Paramount Pictures, $149,609,674
TipografĂa Cosgaya 2 P07 Luciano Geoffroy Docentes: Pupi/Gonzalo/Valeria TipografĂas: Solano Gothic, Meta Serif, Univers Programas: Illustrator, Indesign