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ESPECIAL julio 2014

Panrico:

Reflexiones sobre 8 meses de huelga ejemplar

El viernes 13 de junio, a los 8 meses exactos del inicio de la huelga, se realizaba una asamblea y tras una votación secreta se decidía volver al trabajo por 98 votos a favor, 45 en contra y 3 nulos. Nada se puede decir sobre la capacidad de lucha y sufrimiento de estos más de 200 trabajadores/as que han marcado un hito en la historia del movimiento obrero. Los siguientes elementos de balance pretenden ayudar a sacar las principales claves y lecciones, también los puntos fuertes y débiles de estos 8 meses de lucha sin tregua, así como intentar responder algunas preguntas como ¿por qué en Coca-Cola sí y en Panrico no? 1

Por la rreconstr econstr ucción de la IV Inter nacional econstrucción Internacional


1.- Los protagonistas del conflicto.

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La empresa. Panrico SA está en manos del fondo de inversión americano Oaktree, que gestiona una cartera de activos valorada en 63.591 millones de euros1, de los que 13.000 millones están destinados a invertir en sociedades con problemas 2, siendo el mayor del mundo en ese tipo de inversiones. El objetivo de estos fondos, que mueven enormes masas de dinero, no es el de trabajar a medio y largo plazo en el mercado de la bollería industrial, sino que se centra en el corto plazo: rentabilizar al máximo sus inversiones, esto es, comprar y vender lo más pronto posible sacando el máximo beneficio. La contratación de Carlos Gila, como consejero delegado para asumir este ERE no deja lugar a dudas sobre sus intenciones. Carlos Gila es experto liquidador de empresas, a quien ya Mas Canosa vendió Sintel (Telefónica) por 2 euros para liquidar la resistencia obrera de unos trabajadores que aguantaron casi un año en lucha y acampados en el Paseo de la Castellana de Madrid. Es también el de la liquidación de La Seda de Barcelona, en el Prat de Llobregat, empresa en la que también entró Oaktree. Con provocaciones como la de demandar judicialmente pidiendo 5 millones de euros de patrimonio al comité de empresa por huelga ilegal; con la acusación a los trabajadores de envenenadores, o con la amenaza de que quería echar al comité de empresa y despedir a dedo a los activistas, sabe que advierte a la dirección de CCOO, una dirección que no ha levantado un dedo para frenarlo; Gila se ha reído del Parlament de Catalunya que, por unanimidad de los grupos, le convocó en enero y aun espera respuesta; de las denuncias por vulneración del derecho de huelga, sabiendo que -a pesar de sus declaraciones anticatalanas- la Generalitat se las pararía. Pero la resistencia obrera de 8 meses, las denuncias, hacen que esta huelga se salga del guión bien aprendido de Gila y a fecha de hoy sigue sin poder cerrar el conflicto.

Carlos Gila, por el fondo de inversión Oaktree

La Generalitat. El mes de septiembre de 2013 la Generalitat anunciaba que iba a salir al rescate de Panrico SA con el aval a un crédito blando, del mismo modo que la Junta de Andalucía había hecho con

la planta de Puente Genil, o ahora con la reconstrucción de la planta quemada el pasado verano en Murcia. Entonces Joan Mas, hermano del President de la Generalitat, era el apoderado de la empresa. Se levantaron voces en el Parlament denunciando el trato de favor para con esta empresa por la vinculación familiar. Pero con la huelga y el posterior ERE el tema se aparcó. Cuando Carlos Gila se hace cargo de la dirección, Mas pasa a un segundo plano, pero no será hasta el 17 de marzo de 20143 cuando según el Registro Mercantil- cesa en ese cargo de apoderado de Panrico SA, aunque hasta el día de hoy Mas sigue siendo el apoderado de ‘La Bella Easo’, empresa del grupo Panrico.

La Generalitat ha actuado descaradamente al servicio de la patronal: intervención de los Mossos el 16 de octubre para retirar 9 tráilers de la fábrica en huelga, vulnerando todos los derechos; después, frenando la tramitación de las demandas por vulneración del derecho de huelga con la entrada a Catalunya de producción fabricada en otras plantas, como reconoce una resolución de la Inspección de trabajo; con la permisividad en la venta de productos Panrico, regular y diaria, con información engañosa para el consumidor, ya que en el etiquetado consta “fabricado en Sta. Perpètua”; y no activando ningún procedimiento contra la empresa cuando esta anuncia los despidos del comité de empresa y la elección a dedo de los despedidos/as, como represalia por la implicación de los trabajadores/as en la huelga. No hay ninguna duda, la Generalitat ha actuado pura y sencillamente al servicio de los intereses de la empresa. Por si todo ello fuera poco, basta escuchar las declaraciones de Felip Puig, que siempre carga la responsabilidad del conflicto a los trabajadores/as, llegando a afirmar en la prensa que votan contra la reducción del número de despidos.

Felip Puig,Conseller de Treball de la Generalitat. Siempre junto a la patronal y su apoderado, Joan Mas, hermano del President.


La dirección de UGT y CCOO. El ERE que presentaba Panrico en octubre comenzó siendo uno de tantos, y CCOO lo hubiera firmado como acostumbra. UGT así lo hizo, y CCOO iba por el mismo camino: 1) aprobó el informe económico, 2) aceptó la existencia de motivos económicos para el ERE, y 3) acabó aprobando la composición de la mesa negociadora para pactarlo. Así se lo recuerda el juez de la Audiencia Nacional en la sentencia por la impugnación del ERE. Pero algo se salió del guión habitual y previsto: los trabajadores/as de Santa Perpètua saltaron a la huelga el 13 de octubre cuando estaba previsto que el 15 arrancaran las negociaciones sobre el nuevo ERE. CCOO y UGT habían convocado huelga en todas las factorías para el 16, previendo que no se llegaría, pero no consiguieron que Santa Perpètua cambiara de planes... el guión empezaba a alterarse, pero la burocracia de CCOO confió en que en breve (así ocurría en todos los conflictos) todo volvería a su cauce. Se avanzó en la negociación del ERE, se intentó demostrar que la mayoría de trabajadores en todo el estado sí aceptaban el ERE, pero por

dos veces votaron que no. Y siguieron, como tantas otras veces, y acabaron firmando el ERE (UGT y 3 delegados de CCOO). Era tan evidente la complicidad de la dirección de CCOO con esa firma, que ni amonestó ni sancionó a esos delegados que firmaron contra la votación mayoritaria de los trabajadores. Pero la huelga de Santa Perpètua seguía y ¡no se cansaban! (aquello ya no era tan normal). El conflicto estaba tan fuerte, y los huelguistas eran tan mayoritariamente afiliados de CCOO, que la dirección de CCOO de Santa Perpètua tuvo que presionar para que CCOO impugnase el ERE, cosa que finalmente hizo, quedándose con “una pata en cada lado”. Pero no hay ninguna equidistancia, todo lo que hará CCOO a continuación será intentar desactivar la huelga y retirar la impugnación del ERE para dejar vía libre a su aplicación, como explicaremos más adelante. La lucha de Panrico cuestiona los cientos de EREs firmados por CCOO y UGT, porque toda la política concreta de esas burocracias consiste en convencer a los trabajadores/as de que no se pueden parar ni los recortes ni los despidos y que a lo más que se puede aspirar es a “minimizarlos”. Los trabajadores de Sta. Perpètua. Pero, ¿por qué la lucha de Panrico de Santa Perpetua es distinta de centenares de ERES con despidos y recortes? La clave de esta lucha ejemplar está en el balance que los trabajadores/as sa-

caron del plan empresarial anterior, en 2011, cuando les aplican el primer recorte de plantilla mediante un plan de despidos pactado, una rebaja del 25% de salarios, más pérdidas de complementos, y les firman contra su voluntad y su decisión de ir a la huelga. De ahí surge una amplia conciencia de que han sido vendidos y una conjura para que eso no vuelva a suceder. Los trabajadores de Panrico no eran distintos de la gran mayoría de la clase obrera que durante años se acomodó, no por ganar mucho dinero, pero sí por la estabilidad que le daba su trabajo (una gran parte de la plantilla lleva entre 20 y 40 años en la empresa), para poder preocuparse de su vida y dejar los temas laborales en manos del burócrata de turno, que actuaba como el gestor de los pequeños desajustes individuales. Pero la presentación del segundo plan de viabilidad, nuevos recortes de sueldo (que dejan a trabajadores con más de 30 años de antigüedad con salarios de menos de 1000 euros) y los despidos masivos, ponen a los trabajadores ante un abismo, tanto si siguen en la empresa como si no. Esta conciencia antiburocrática con la experiencia de la traición es determinante para que los trabajadores no permitan la maniobra y no acepten el retraso en la convocatoria de la huelga del 13 de octubre al 16. Efectivamente, CCOO y UGT pactaron la desconvocatoria el 15 de octubre y el inicio de la negociación del ERE. A partir de ahí son los trabajadores/as y su lucha lo que se sale del guión y empiezan a escribir una nueva historia, diferente a cientos de EREs, despidos y rebajas pactados por CCOO y UGT.

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2.- La huelga ha aguantado 8 meses... a pesar de la Generalitat y de CCOO. La empresa, la Generalitat y las direcciones de UGT y CCOO han gastado todo un arsenal de medidas para intentar quebrar la resistencia obrera, porque los obreros/as dieron un ejemplo de capacidad de lucha. Se mantenía la presencia ante la fábrica las 24 horas, en un improvisado campamento, corazón neurálgico de la huelga.

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Se multiplicaron las charlas dando a conocer el conflicto, e iban creciendo las simpatías de trabajadores y jóvenes, en barrios, universidades, escuelas y fábricas, junto al apoyo a la lucha. El conflicto salía del silencio y ocupaba un lugar en los medios y en la conciencia obrera y popular. Se hicieron piquetes para impedir o denunciar la entrada de mercancías de la empresa que iba cambiando de almacenes para burlar la huelga y mantener el importante mercado que significa Catalunya para Panrico. Integrantes de estos piquetes fueron retirados en ambulancia tras la agresión sufrida en el almacén de la c/Caracas de Barcelona, organizada por repartidores

autónomos alentados por el Comité de Autónomos y la misma empresa. Los piquetes se mantuvieron hasta las vísperas del juicio de febrero, a los cuatro meses del inicio, sobre la legalidad de la huelga, momento que aprovechó la dirección de CCOO en Panrico para paralizar todas las acciones previstas. Este trabajo de los piqueteros fue también importante, no sólo por el hecho de intentar paralizar la distribución de Panrico en Catalunya, que era una misión imposible, sino, sobre todo, porque permitió la denuncia por la vulneración del derecho de huelga. Hay 6 despidos disciplinarios relacionados con denuncias bien de vigilantes de la propia empresa, bien de repartidores autónomos. Hay que responder categóricamente que si la Generalitat hubiera actuado contra la empresa como debía, la mayor parte de es-

tas situaciones se hubieran evitado. Hay que defender a estos compañeros despedidos para exigir su readmisión. Para aguantar la huelga se creó una caja de resistencia que se nutría de aportaciones solidarias, pero que también creció con el trabajo de artesanía que las trabajadoras tenían organizado en el campamento y con la venta en mercadillos. Esa caja de resistencia, gestionada por una comisión, ha permitido ir paliando las dificultades de decenas de familias. Sin ella, la continuidad de la huelga hubiera sido imposible. El grado de entradas reflejaba cómo el conflicto iba abriendo brecha entre la población trabajadora. Un ejemplo de ello fue el día de Sant Jordi (23 de abril) con una movilización general de todos los trabajadores/as que permitió vender rosas consiguiendo una ayuda superior a los 15.000 euros. La caja también se nutrió de colectas solidarias, de aportes de organizaciones, comités de empresa, secciones sindicales y entidades, y de decenas de iniciativas de comidas, cenas, o cafés solidarios.


Pero la huelga quedó limitada a Sta. Perpètua por UGT y CCOO. Éste era un tema clave, pues nadie duda que si la huelga hubiera saltado en todas las factorías de Panrico, muy probablemente el ERE hubiera sido imposible. CCOO y UGT no sólo dejan aislada la lucha en Barcelona, sino que serán particularmente agresivos. El bombardeo de UGT es continuo, llegando a “amenazar” a la empresa de que si cedía ante los huelguistas, le declarará una huelga en todas las demás factorías (¡la empresa debía estar temblando!, bromeaban algunos trabajadores en una asamblea, ante la incongruencia de que un sindicato que había desarmado la huelga estatal y firmado el ERE, amenazase ahora con hacerla para defenderlo). CCOO utiliza la web de Panrico Sevilla/Puente Genil para atacar permanentemente la huel-

ga, acusándola de insolidaria, de estar manipulados por CGT, de querer hundir la empresa… sin ninguna respuesta ni de CCOO Sta. Perpètua, ni del aparato estatal. La dureza del comunicado de la CONC (dirección de CCOO-Catalunya) contra los trabajadores de Sta. Perpètua después de su visita al local de CCOO de Barcelona el 19 de marzo (ver punto 3), contrasta con el silencio cómplice frente a todo el que atacaba la huelga. Este era un frente muy importante. Cualquier indicio de que se rompía el cerco a la huelga de Sta. Perpètua era un serio aviso para empresa y direcciones sindicales mayoritarias, pues la empresa estaba utilizando subcontrataciones y horas extras en las demás plantas para cubrir la producción y el esquirolaje de la huelga, con la connivencia de la burocracia sindical. Este fue uno de los argumentos por

el que la misma Audiencia Nacional echó atrás el ERE de Coca-Cola. Para intentar vencerlo se elaboró una carta llamando al resto de trabajadores/as a escala estatal, se introdujo en las webs, se fue a repartir a Paracuellos/Madrid, se hizo llegar a Puente Genil. El día 20 de marzo y el 6 de mayo –coincidiendo con los viajes a la Audiencia Nacional de Madrid para el juicio de la impugnación del ERE-, se hicieron contactos con despedidos en comercial Madrid, con Murcia, también con el delegado de CGT de Valladolid. Se propusieron posibles medidas como contactos telefónicos, invitación a la asamblea, comunicados de apoyo, viaje a Valladolid... pero no se llegaron a concretar. Y fue también aislada y silenUGT.. Su vociada por CCOO y UGT luntad de a i s l a r la huelga de

Panrico ha sido constante. Saltaban conflictos en la misma población de Santa Perpètua, como el de Alstom o el de Draka-cables, y la dirección de CCOO impuso un cordón sanitario contra Panrico para evitar que su espíritu de lucha los “contaminara”. Contra el aislamiento se impulsaron piquetes para llamar a la solidaridad de las demás empresas, en Alstom, en las manifestaciones. Se contactó con Coca-Cola de Madrid a través de Clase contra Clase, con la lucha de UPS, también de Madrid, a través de Corriente Roja y Cobas, con Tenneco de Asturies a través de Lucha Internacionalista y con Unipost, Liceu y TV3, de Barcelona, por CGT. Sin embargo, los intentos de establecer una coordinación local y estatal de empresas en crisis, no cuajaron con Panrico. Este frente de unidad de empresas había sido esencial para consolidar la lucha en el caso de Tenneco, que llegó a coordinar regularmente más de 20 empresas locales. La iniciativa fue de la Corriente Sindical de Izquierda de Asturies, pero consiguieron imponer una fuerte unidad, a través de la solidez de la asamblea, no sólo a CCOO y UGT, sino también a USO.

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La voluntad de silenciar la lucha por parte de CCOO y UGT, también fue evidente. Sólo un ejemplo para contrastar lo que decimos: en ocho meses, CCOO hizo sólo un llamamiento a la movilización, cuando la empresa denuncia al comité

condicionalmente con la huelga. Sin embargo, aunque sin un plan coordinado de apoyo, numerosas secciones sindicales de CGT y comarcales desarrollaron una gran actividad en solidaridad con la huelga, como el caso de CGT SEAT.

de empresa por huelga ilegal y le pide 5 millones de euros. El juicio se celebra el 13 de febrero en Sabadell y no faltaron ni delegados/as, ni secretarios generales, ni diputados, ni medios de comunicación... porque cuando CCOO quiere, nadie duda de su capacidad de convocatoria. Pero eso mismo evidenciaba el boicot permanente hacia las demás movilizaciones. Ninguna de las movilizaciones convocadas por los trabajadores de Panrico contó con el apoyo de CCOO. Asimismo, CCOO da orden a sus afiliados de no aportar a la caja de resistencia, lo que se supo cuando trabajadores de Delfi de Sant Cugat se personan en el piquete de la puerta de la fábrica y explican que habían recogido una ayuda de 1.600 euros, y que CCOO y el Presidente de su Comité les dijeron que no era necesario –una vez desmentido por los trabajadores de Panrico, los trabajadores de Delfi entregaron la ayuda, que permitió financiar el autocar para viajar al juicio de Madrid el 6 de Mayo. También podía haber sido muy superior el apoyo del sindicalismo alternativo, que manifestando su apoyo a la huelga, tampoco hizo de ésta un objetivo al que volcar todo el esfuerzo que precisaban los trabajadores/as. Un lugar privilegiado era el de CGT, pero hubo demasiadas especulaciones sobre si la mayoría de trabajadores/as eran afiliados a CCOO y cuál era la responsabilidad de CGT, que sirvieron para no ponerse desde el inicio in-

Se levantó un comité de apoyo a propuesta de la Federación de asociaciones de vecinos de Sabadell y Lucha Internacionalista, intentando agrupar a las organizaciones en la puerta de la fábrica. Era también un lugar de encuentro de muchos trabajadores/as en huelga. Desde

el comité de apoyo se convocaron numerosas iniciativas, entre ellas el acto del 15 de diciembre en Sabadell, Manifestaciones en Sabadell el 7 de febrero, en Barcelona el 1 de marzo, de nuevo en Sabadell el 7 de junio. Pero las movilizaciones fueron limitadas y no consiguieron canalizar la creciente simpatía que levantaba la lucha de Panrico. Era difícil saltar por encima del boicot de UGT y CCOO y esas movilizaciones fueron insuficientes para elevar el enfrentamiento a un nivel social y político superior como habían conseguido Coca Cola en

Madrid, Tenneco en Asturies o la huelga de profesores en Baleares. La dirección de CCOO siempre acusó a los grupos del comité de apoyo de ser los instigadores de las críticas a CCOO y las iniciativas de lucha que salían (como una dirección paralela al comité de empresa), pero esto es menospreciar a los trabajadores/as de Panrico, ¡como si no supieran lo que estaban haciendo y lo que querían! Si en esta lucha ha habido un espacio para que organizaciones externas a la fábrica pudieran hacer propuestas, ha sido por varios e incontestables motivos: 1) porque la dirección de CCOO del comité de empresa no ha hecho nada para apoyar la lucha, sino al contrario; 2) porque los trabajadores/as sabían lo que querían y querían seguir luchando, y sólo esas dos premisas permitían que entre amplios grupos de trabajadores/as y las organizaciones del comité de apoyo hubiera un diálogo fluido que acababan resolviendo los propios trabajadores en lucha organizados en asamblea – como no podía ser de ninguna otra manera.

La batalla por convertir el conflicto en un problema social y político. Con fondos de inversión como Oaktree, la batalla entre los trabajadores y la patronal en la huelga debe ir más allá del limitado daño económico que puede provocar la paralización de la producción. Y se hace más acuciante que la huelga se convierta en un conflicto social y político. Estamos luchando contra grandes especuladores y capital financiero al que le dan lo mismo los donuts que las hipotecas basura: su único objetivo es sacar la máxima tajada en el mínimo tiempo po-


sible. ¿Cómo luchar contra los fondos buitre que mueven miles de millones en todo el mundo? Enfrentando y poniendo en evidencia a quién les hace el trabajo sucio, a quienes son sus agentes aquí y ahora: el Gobierno. Por eso decimos que la salida al conflicto es convertirlo en una lucha social y política. Esto es, que se llegue a cuestionar la empresa y su producción, el apoyo estatal mediante prensa, leyes, policía y dinero público, pero también que el conflicto trascienda el marco de la empresa para ser un conflicto en el que se vean reflejados y se hagan solidarios amplios sectores de trabajadores/as, que pueda convertirse en un ejemplo de lucha que abra camino a otras luchas obreras, y que por ello presione al Gobierno de turno y al conjunto de la patronal. Con la resolución de inspección

de trabajo declarando que la empresa vulneraba el derecho de huelga se abría una nueva puerta para combatir la prepotencia de la patronal. Pero la burocracia paralizó la continuidad de las denuncias (se habían recogido 52 actas más en el ZAL, y sólo se denunció una), y “entretuvo” meses la denuncia por vulneración del derecho de huelga, como tantas otras cosas. Como ejemplo, cabe mencionar que el abogado de CCOO no se presentó al acto jurídico relacionado con la denuncia en el que se podrían haber activado medidas cautelares para paralizar la entrada de productos desde fuera de Catalunya. Esa denuncia ponía en evidencia el papel de la Generalitat, que demora al máximo sancionar el comporta-

miento ilegal de la empresa y permite que ésta siga actuando contra la huelga día tras día. Esa denuncia por vulneración del derecho de huelga y la posibilidad de que se plantee una querella criminal contra la empresa, y contra la Generalitat por prevaricación, son hoy armas con las que cuentan los trabajadores. La exigencia y denuncia de la

Generalitat llevó a impulsar una campaña que recogió más de 8000 firmas, con concentraciones, preguntas en el Parlament por los diputados de la CUP-AE, petición de

intervención del Síndic (equivalente catalán al simbólico “Defensor del pueblo”), todos ellos instrumentos que, sin resolver el problema, permiten mantener la presión política. El mismo sentido tuvieron las 3 concentraciones en supermercados, denunciando la presencia de productos Panrico y que además daban la falsa información de que eran producidos en Santa Perpètua. Todas estas fueron propuestas importantes, impulsadas y apoyadas desde Lucha Internacionalista, tras el primer juicio del 20 de marzo, en un momento en que el cansancio de los huelguistas amenazaba con un fuerte reflujo de la lucha, y a la vez sirvieron como instrumento de propaganda para la manifestación el 1 de marzo. El abandono por parte de la izquierda institucional ha sido otra constante en la huelga. Dirigentes políticos como Pere Navarro del PSC se presentaban en la fábrica para sacarse la foto, aportar no más de 10 euros a la caja -después de pedírselo-, mientras a nivel político no hacían nada; y en los municipios que dirigen sus partidos o grupos, el apoyo a los huelguistas ha sido más que limitado. Ha habido que perseguir a los diputados de ICV-EUiA para que firmaran la denuncia a la Generalitat, y su apoyo apenas ha pasado de lo tes-

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timonial, siempre detrás de la política de la dirección de CCOO. Dirigentes de IU han estado en la fábrica, pero tampoco han impulsado una campaña estatal de apoyo. También ahí el resultado ha sido más limitado que en el caso de la lucha de Tenneco, donde el conflicto político creado en el principado no permitió ni al PP ni a Álvarez Cascos (ex secretario general del PP y viceministro de Aznar) salirse de un apoyo formal a la lucha. Pero eso, nuevamente, no es responsabilidad de la lucha increíble de los trabajadores, sino de la posición de la burocracia de las grandes organizaciones políticas y sindicales, boicoteándola. Radicalización y/o masividad Ha habido discusiones sobre cómo reactivar el conflicto. Algunos compañeros, y también organizaciones de apoyo, cuestionaban la “tibieza” de las acciones. Lo que había que hacer era “dejar de ser buenos” o “ponerle huevos” y empezar a cortar carreteras, quemar neumáticos, encadenarse… Cuando se produjeron los sucesos de Can Vies en Barcelona, como antes en Gamonal (Burgos), saltó una discusión entre los trabajadores/as: ¿Veis? ¡Si no hay violencia nadie hace caso! Pero eso es sólo una interpretación parcial e interesada de esas luchas, porque tras los enfrentamientos habían sa-

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lido barrios enteros contra el boulevar de Burgos o en defensa de la casa okupada de Barcelona. ¿Es la violencia la que resuelve los problemas? Y si fuera así, ¿por qué hay tantas imágenes de policías infiltrados que empiezan a provocar quemas de contenedores o tiran piedras a las lunas de escaparates? La policía lo hace y esta es la imagen interesada desde el poder que trasmiten los medios de comunicación tras enormes manifestaciones, porque q u i e r e n e s c o n d e r l a masividad de la respuesta y a la vez porque quieren meter el miedo a muchos manifestantes que temen encontrarse en un enfrentamiento duro con la policía. Lo que el Ayuntamiento de Barcelona teme en Sants no es el número de contenedores que ardió, sino que un barrio en pleno salió a apoyar a Can Vies contra el Ayuntamiento. Lo que temió el ayuntamiento del PP en Burgos era que un barrio entero y, tras él, toda la ciudad, salió a la calle para denunciar la especulación, y que tras ella, en 42 ciudades del estado español hubo manifestaciones de apoyo… ahí el Ayuntamiento echó el freno al proyecto, como hizo Trías en Barcelona. Es la masividad la que aterra el poder poder, no la que él llama “violencia” –y con la que justifica mayor represión. Por eso ponemos el acento en que necesitamos la masividad para ganar los conflictos,

porque es determinante. Es más importante que mil den un paso al frente a que uno solo dé mil pasos. Tras estas consideraciones, cuando los mineros salían a cortar carreteras o las vías del tren y se enfrentaban con la Guardia Civil, o cuando los obreros en huelga cortan carreteras y queman neumáticos, está claro que tienen todo el derecho, porque ellos son las víctimas de la gran violencia de la patronal y el estado, porque son ellos los que están defendiendo su trabajo, su supervivencia. La radicalidad de muchas acciones puede tener todo el sentido si va acompañada de la masividad, pero no es su sustituto, porque si la masividad no está detrás, la radicalidad es expresión de impotencia y es entonces cuando el Estado ve todas las condiciones para descargar toda la represión contra ese minero o ese obrero, y muchas luchas acaban perdiendo de vista los objetivos por los que salieron y acaban centradas en liberar detenidos o evitar más despidos disciplinarios.


3.- La Audiencia Nacional y la sentencia del ERE. La importancia de la impugnación del ERE ha sido una constante en estos 8 meses de huelga. Contra el

ERE firmado en noviembre, CGT y CCOO presentaron impugnación. Las valoraciones sobre las posibilidades de ganar la impugnación sobre el ERE fueron un arma de doble filo. Que se iba a ganar seguro fue el mensaje alentado por la dirección de CCOO, como un medio para convencer a los trabajadores de desconvocar la huelga y esperar tranquilamente el juicio, que ganarían. Pero a medida que se acercaba la fecha del juicio sin desconvocatoria de la huelga, a medida que la Generalitat presionaba para negociar un acuerdo y tanto la Generalitat como la empresa exigían siempre la “desjudicialización”, mantener la impugnación fue un objetivo de los trabajadores/as, demasiado convencidos –a menudo- de que era un triunfo seguro. A quien preocupaba más directamente la impugnación del ERE era a quien la presentaba, a CCOO, porque ponía en evidencia y profundizaba la contradicción entre la lucha de Santa Perpètua y la política del sindicato en las otras plantas. No es casual que maniobrara hasta el último día para aplazar el juicio del 20 de marzo. CCOO se negaba incluso a pagar el autocar de sus afiliados/as, que finalmente pagaría la CGT.

Los días previos al juicio del 20 de marzo se descubrieron todas las cartas. La Generalitat presionaba con su propuesta mediadora de reducir el número de despidos a cambio de retirar todos los procesos en curso, incluido el juicio contra el ERE. CCOO acordaba con la propuesta por arriba. También la em-

brica la decisión de los trabajadores de rechazar la propuesta de mediación y la exigencia de que la vista se realice. Más tarde nos enteramos de que es el 17 de marzo cuando Joan Mas –hermano del president Artur Mas- dimite como apoderado de Panrico, para dejar manos libres a la Generalitat, pero sin despegarse de

presa. Pero los trabajadores/as la la empresa, por medio de La Bella rechazan en asamblea porque no Easo, también del grupo empresaquerían pactar ningún despido. Enrial. tonces la Generalitat acuerda con El día previsto para el juicio, 20 CCOO el aplazamiento del juicio, de marzo, hay concentraciones de ¡esto debía ser el golpe de gracia a apoyo en varios países: Turquía, la huelga!, y recién el 18 por la noMéxico, Argentina, comunicados de che, a traición y justo después de Venezuela, Brasil, Bolivia... La iniuna asamblea, se conoce la prociativa, a propuesta de Lucha Inpuesta de aplazar el juicio, de toternacionalista, es tomada por la dos menos de CGT, a pesar de que UIT y propuesta a otras corrientes hay una firma de su delegado sindiinternacionales, y tomada también cal que es desautorizada por el sindipor la Fracción Trotskista. cato. Los trabajadores reaccionan al Ya en Madrid, llega la última mamomento y se concentran el 19 por niobra de CCOO: in extremis uno la mañana en CCOO para exigir que de sus delegados (el de Valladolid) no aplace el juicio. Hay tensión cuanpide aplazarlo dos horas antes del do la dirección inicialmente se niega a dar explicaciones. Pero la presión de los trabajadores/ as más la decisión de CGT de mantenerlo, hacen fracasar el acuerdo para el aplazamiento. Por la México, 20 de marzo. Acto del POS, partido hermano de tarde, una Lucha Internacionalista, durante la jornada internacional impulsada por de la UIT-CI, asamblea de urgencia ru-

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cación del juez se basa en algunos de los argumentos y actuaciones del sindicato. Por eso quita de en medio a CGT. Es una sentencia política, que da esencialmente la razón a la empresa en el número Compañeros de LI en la Marcha del 22M en Made despidos de drid, repartiendo propaganda de Panrico y recogien2013 y 2014, do firmas aunque no permite que la emprejuicio por no encontrarse bien. El juez sa cierre el conflicto como quería. lo acepta. El golpe es muy duro para Para la Generalitat y la empresa, la los trabajadores/as, que lo viven “desjudicialización” debía ser el paso como una traición. previo a un acuerdo firmado. Este El aparato de CCOO ve el moacuerdo les era importante, como mento para liquidar la resistencia e lo es ahora, para poder cerrar el imponer el acuerdo pactado con conflicto, aplicar el ERE y que esto empresa y Generalitat, y el lunes 24 permitiera “desbloquear” las ayude marzo la dirección de la CONC das financieras con dinero público hace público un documento enveque había prometido la Generalitat. nenado en el que dice que no hay En la sentencia se pusieron esquien gobierne a los trabajadores/ peranzas equivocadas, en primer as de Santa Perpètua, acusa a lugar porque por definición no hay otras organizaciones de manipularque poner ilusiones en unas institulos, llama a los trabajadores violenciones que están al servicio de la tos y dice que hay que imponer un burguesía y su estado. Es cierto que referéndum a toda la plantilla. Ese hay que utilizar todas las armas que comunicado es el ataque frontal más podemos, incluida la judicial. Conduro del sindicato contra la huelga tra Gila se ha presentado, a pro(ahora desde la dirección de puesta de Lucha Internacionalista, Catalunya) y será utilizado en otras querella criminal por sus declaraciocausas judiciales pendientes. Connes en las que decía que los trabavencida de que la va a ganar, la dijadores/as eran capaces de enverección de CCOO en la empresa nenar los donuts. Es más, en la luintenta aprobar el plan mediante el cha de Panrico se han puesto poreferéndum, pero la asamblea del cas denuncias y no muchas, como jueves 27 de marzo consigue que era necesario. Y es cierto que se se vote, con urna y el mismo día. El han ganado batallas también judiresultado es catastrófico para la cialmente, pero normalmente porburocracia: el plan se rechaza por que antes se han ganado social y 154 en contra y con sólo 11 a fapolíticamente, como en las sentenvor. Las maniobras de CCOO y la cias de Tenneco o Coca-Cola. Generalitat continúan, pero la posiLa sentencia de Coca-Cola. ción de quien lo podría imponer desde dentro está en su punto más El mismo día en que los trabajabajo tras la derrota abrumadora del dores de Panrico decidían volver al 27. CCOO retoma el ataque desde trabajo, salía la sentencia de la Ausu web andaluza de Panrico. Se viene a presentar una y otra vez que la mayoría de CCOO no quiere la impugnación del ERE y que no hay que hacer caso a los huelguistas. Finalmente se celebra el juicio del 6 de mayo, sin que CCOO pague a sus afiliados el autocar, que se sustenta con la caja de resistencia – aportación de los trabajadores de Delfi. Poco después sale la sentencia, que pone en evidencia a la dirección de CCOO porque la expli-

diencia Nacional sobre la impugnación del ERE de Coca-Cola. La Audiencia Nacional tumbaba el ERE de Coca Cola y exigía la inmediata reapertura de la planta, el pago de los salarios y denunciaba el “esquirolaje” de la empresa para socavar el derecho de huelga. También el resultado de Tenneco había sido claramente favorable a los trabajadores/as. El ERE de Coca Cola lo llevaba la misma Federación Agroalimentaria de CCOO, con el mismo abogado. Pero los cierres totales que planteaba la patronal en ese caso no dejaron lugar para las maniobras de CCOO y UGT, caso similar a Tenneco. El comité de empresa de Coca-Cola Fuenlabrada (Madrid) también estaba despedido junto a toda la plantilla en una factoría tan importante. La reacción de los trabajadores y el comité de empresa empujan a la dirección de CCOO, y al segundo día hay una reacción de la dirección del sindicato apoyando las movilizaciones y llamando al boi-

cot a los productos. Las movilizaciones de apoyo a los trabajadores/as se generalizan, son masivas y no paran durante los meses de conflicto. El resultado es blanco sobre negro. Una vez más, como en el caso de Tenneco, la masividad de la respuesta y convertir la lucha en un conflicto social y político, ha sido determinante para un triunfo que, a día de hoy, aún está por concretar más allá del fallo judicial favorable.


4.- Los problemas de la dirección obrera del conflicto. En los comienzos de la huelga, la tendencia de los trabajadores para impulsarla fue volcarse en las acciones de lucha: piquetes para detener camiones, charlas para la extensión y la caja de resistencia, artesanías para mercadillos, mantener los turnos para asegurar el campamento 24 horas al día… Cada uno, o en grupo, avanza sus tareas como cree conveniente, sin un plan general aprobado. No hay asambleas para decidir colectivamente qué hacer. Por ejemplo es muy grave que ante los 31 despidos de diciembre no hay asamblea para ver cómo responder. Esto permite a CCOO mantener su control sin presiones. Sin asambleas ni un plan de lucha desde el comité de empresa, una parte de las iniciativas se toman desde las comisiones creadas. Crece el diálogo entre los activistas que quieren empujar la lucha con las organizaciones de apoyo, y el choque de estas propuestas con la dirección del comité de empresa, que quiere pararlo todo. La constitución del comité de apoyo da un lugar físico y semanal para que ese diálogo fluya y se puedan concretar propuestas. Un paso más se da a fines de enero, en la batalla, impulsada también desde el comité de apoyo, en-

tre otros por Lucha Internacionalista, para que se empiecen a convocar regularmente asambleas, al menos una vez por semana. Al principio, la dinámica de la asamblea, controlada por la dirección de CCOO en la empresa, es nefasta: una larga información sin cosas nuevas, para intentar desactivar todas las propuestas que van saliendo de los colectivos de trabajadores o del comité de apoyo (de cada reunión salen las propuestas a la asamblea) y no permiten salir cada semana con un plan claro de trabajo y movilizaciones, lo que aumenta el desgaste y la impotencia. Las organizaciones intervenimos al final de la asamblea, la dirección de CCOO intentará evitarlo, pero los trabajadores/as lo imponen. Esta contradicción entre la burocracia de CCOO en la empresa y los trabajadores/as va creciendo y el choque es cada vez más direc-

to. Esa situación llega a su punto máximo a la vuelta del juicio aplazado del 20 de marzo. Es en la asamblea del 27 de ese mes en la que la dirección de CCOO en la empresa impone la votación secreta de la vuelta al trabajo y aceptar la mediación de la Generalitat, pero se lleva un varapalo monumental: 154 contra 11. La derrota de la burocracia abre un nuevo camino, pero tampoco es fácil que los compañeros/as que más se han identificado con la lucha tengan claro que hay que levantar una alternativa a la burocracia con un nuevo comité de huelga. Consultas a abogados animan esa posibilidad para que empiece a actuar y dinamice la huelga. Finalmente, en una nueva asamblea se plantea cubrir las bajas y llegar hasta los 12 miembros que permite la ley para el comité de huelga, y empiezan a salir compañeros/as dando un paso al fren-

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te. En ese momento la burocracia maniobra para que salgan más nombres y –con un golpe de efectopresenta la dimisión de sus 2 miembros más destacados del comité de huelga (que no del de empresa) para intentar generar el desconcierto. Pero los compañeros del nuevo comité de huelga tiran adelante. El ascenso de la movilización es directamente proporcional al debilitamiento de la burocracia, y al revés. En el momento más álgido de la lucha, la burocracia anuncia su dimisión, pero deja pasar el vendaval mientras impide que el nuevo comité entre en funciones, para retomar el control cuando empieza a debilitarse la huelga. Para ello va poniendo trabas una y otra vez a la legalización del nuevo comité de huelga (que necesita la firma del comité de empresa), mientras sigue insistiendo en que dimite (hasta 5

parte de la dirección que la lucha necesita-, y mantener su peso en las decisiones del organismo, a la vez que intenta neutralizar a los nuevos miembros del Comité de Huelga. Aun así, el nuevo comité de huelga representará un obstáculo para las maniobras entre Generalitat, empresa y CCOO, y siempre se intentará dejarlo a un lado. El enfrentamiento y la crítica de la burocracia son estériles si no podemos construir una alternativa que la sustituya, porque al final se recompone y retoma la iniciativa. Faltó un golpe sobre la

dirección de CCOO. Es necesario trabajar conscientemente por levantar una dirección alternativa, y esto pasa por apoyarse en los mecanismos de la democracia obrera: la asamblea y el comité de huelga elegido y bajo su control. Un comité elegido y revocable de la máxima confianza de los trabajador es/as y que sea un ver trabajadores/as ver-dadero motor de la lucha. Por último, a medida que las fuer-

veces lo afirma públicamente). Pero todo es puro engaño para paralizar al nuevo comité de huelga entre papeleos y que no empiece a actuar. En dos asambleas dirigidas por el comité elegido (sin la burocracia) llega un aire nuevo a los trabajadores/as que acaban la primera de esas asambleas con aplausos y vivas al comité de huelga. Cuando, finalmente, la exigencia del nuevo comité se hace más firme, y ya ha pasado casi un mes, la dirección de CCOO en la empresa dice que ahora no dimite, impide otras dimisiones anunciadas y legaliza el nuevo comité. Esta es la manera de la burocracia de impedir la entrada de nuevos compañeros implicados en la lucha –que han reaccionado tarde para erigirse como

mesa para cortar ante la asamblea tanta maniobra tramposa, quitando a la burocracia y sus acólitos del comité de huelga y dando entrada a los compañeros y compañeras más reconocidos. En la huelga se han perdido meses en discusiones interminables y en desmontar las maniobras de la burocracia sindical por no haber tomado la dirección de la lucha a tiempo. Era preciso un acuerdo, un trabajo en equipo para deshacerse de la burocracia, y ese trabajo en equipo alrededor de un comité de huelga ratificado por la asamblea no llegó a cuajar cuajar.. Apenas hay un atisbo en alguna asamblea, por ejemplo cuando para seguir la huelga intervienen 5 compañeros del comité de huelga, más intervenciones de apoyo contra la

zas empezaban a flaquear, y esto se podía detectar por el bajón de la presencia de trabajadores en las actividades, la burocracia da un paso más: engullir en un abrazo del oso, desde el comité de empresa, al comité de huelga. Esa unidad fue desastrosa, porque no era una unidad real para luchar. Al contrario, si el comité de huelga era una esperanza para la lucha, ésta esperanza consistía en que tomara las riendas de la coordinación, al margen del bloqueo de la dirección de CCOO en el comité de empresa. Y esa unidad Cte. de huelga/Cte. de empresa anuló muchas críticas que antes se hacían desde abajo, y a menudo desconcertó a los trabajadores/as. La burocracia es maestra en la manipulación y las manio-


bras, son profesionales de años y no hay que menospreciar su capacidad de reacción. De esta forma, la dirección de CCOO nunca llegó a perder el control sobre la huelga, y desde ese control fue una y otra vez domando el caballo de la lucha hasta el agotamiento. La batalla dentro de CCOO. La mayoría de la dirección del comité de empresa así como de la de la Federación Agralimentaria en CCOO Catalunya corresponde a EUiA, el antiguo sector “crítico” de CCOO, frente a los “oficialistas” de IC. Pero la realidad es que a lo largo del conflicto en nada se han distinguido oficialistas de críticos. Basta ver las resoluciones que unos y otros han ido votando y cómo nunca los supuestos críticos llamaron a apoyar a Panrico, ni lo hicieron desde las federaciones que controlan. El acuerdo entre ambos sectores ha sido total para liquidar la lucha. Por ello el único sector de CCOO que se puso del lado de la huelga fue la “Corrent per un Gir Sindical a l’Esquerra de les comarques gironines”4. Ahí también se puede observar cómo los antiguos críticos de CCOO, con el PCC o EUiA se alinean contra las propuestas de resolución presentadas por la corriente. Con el apoyo de la corriente, los trabajadores/as afiliados de Panrico escriben a la CONC pidiendo una implicación en el conflicto y apoyo a la caja de resistencia. No hay respuesta de la dirección, al contrario, reciben la carta de malas maneras. A continuación los afiliados/as de Panrico hacen un llamamiento a delegados y secciones sindicales de

CCOO para que apoyen esas sencillas demandas a la dirección del sindicato, pero es increíble que -fuera de Girona- no hay respuesta entre afiliados de CCOO, ni en Barcelona ni en el Vallès. Desde Lucha Internacionalista hablamos con sectores de izquierda del sindicato, pero no estuvieron dispuestos a firmar. Tampoco entre las organizaciones de apoyo que tienen militantes en CCOO hay respuesta. Sin embargo, situar esa defensa de Panrico dentro del sindicato era imprescindible, al menos para parar las agresiones que la CONC iba a lanzar contra sus afiliados y huelguistas. Más tarde, a propósito del intento de CCOO de aplazar el juicio del 20 marzo los afiliados/as de CCOO vuelven al sindicato exigiendo hablar con la dirección y hay enfrentamientos. La dirección reacciona el 24 de marzo con un comunicado durísimo contra los trabajadores, un comunicado que utilizará la patronal en juicios como el del ERE. Tal es el odio de la dirección burocrática, con métodos propios del estalinismo, cuando alguien se atreve a cuestionarla. La dirección del sindicato trata a los afiliados como delincuentes. Les llama a Barcelona (haciéndoles pagar más de 500 euros en desplazamientos después de meses en huelga), les hace entrar en fila de a uno, la dirección de CCOO de la empresa en la puerta controlando por si alguien quiere colarse, hay servicio de orden… ¿Tiene esto algo que ver con el sindicalismo de clase? Hay quien nos dice ¿y qué esperabais de CCOO? Y es cierto. No-

sotros no esperamos otra cosa de la dirección de CCOO... desde hace muchos años. Pero esa pregunta se convierte en otra: ¿qué hacer ante esta realidad? En CCOO hay miles de trabajadores como eran los de Panrico de los años 2005 o 2006, cuando aún confiaban en la dirección de CCOO. O como los de Coca Cola, de los que una buena parte seguirán confiando en CCOO, o al menos en una parte de CCOO. Y esos cientos de miles de trabajadores/as, que hacen que CCOO y UGT sean ampliamente mayoritarios, son imprescindibles para una salida de lucha, como lo han demostrado los de Panrico. ¡Y la batalla por ayudar a que despierten es vital! Panrico era una posibilidad para que una parte de ellos lo hiciera. Despertar para sublevarse contra la dirección o para romper con CCOO… pero esto aún está por escribirse.

1º de Mayo en Girona con la Corrent per un gir sindical a l'esquerra de CCOO

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5- … y llegó la desconvocatoria

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Los meses de la huelga y las continuas trampas de la empresa, la Generalitat y CCOO habían ido desgastando las fuerzas de los trabajadores/as. La sentencia fue un duro golpe. Pero tras la sentencia la empresa lanza otro boomerang: exige, para reducir a 80 el número de despidos en el 2014, poder despedir a dedo (pasando cuentas por los 8 meses de huelga) y echar también al comité de empresa. La amenaza era una declaración de represión sindical que obliga hasta a la dirección de la UGT a posicionarse en contra y pedir, desde la prensa, la intervención de la fiscalía. CCOO calla una vez más. Los trabajadores/as vuelven a votar seguir con la huelga y rechazar la provocación (118 por seguir con la huelga y 65 por desconvocar, que era la propuesta de la burocracia). La atención de los medios de comunicación es muy alta y la empresa debe salir desdiciéndose. Los miembros del comité de huelga llevarán el caso a la fiscalía, y no la burocracia, que paraliza una respuesta en la calle. El comité de huelga va a hablar hasta con UGT y CCOO, pero no se concreta la manifestación contra la represión sindical, que desde LI habíamos propuesto. La empresa intenta contraatacar con la presentación de un ERTE, que tiene todos los visos de ser ilegal, pero no hay reacción frontal del comité. En el ERTE, la empresa pide un año y la totalidad de la plantilla para poner en marcha la producción, pero ni los ERTE están previstos para atenuar las consecuencias de las huelgas ni para paliar la responsabilidad que es exclusiva de la empresa si no ha mantenido la empresa en condiciones. El ERTE aparece como un chantaje, un castigo suplementario para los trabajadores/as que no sean despedidos/as pues aplaza el primer sueldo (del subsidio de paro) a tres o cuatro meses... y si se quiere cobrar ya la empresa avanza 500 euros por trabajador/a a cambio de la firma del ERE y de retirar todas las demandas. Las últimas concentraciones de trabajadores/as (tras la sentencia) han ido bajando. Sin un plan claro y una dirección que empuje, no se

alienta la lucha. Se han generado tensiones. Con este desgaste la burocracia del comité se recompone rápidamente. Llega entonces una nueva maniobra de la burocracia, convocando una asamblea que inicialmente aparece como informativa. En la asamblea se rechaza de manera categórica la nueva propuesta de mediación y la negociación del ERTE que vencía a menos de una semana. Pero, cuando queda apenas media hora para acabar, se propone la desconvocatoria, sin siquiera votación. Lo más grave no es la desconvocatoria, sino que se propone conjuntamente desde el comité de empresa y el de huelga, con algún voto en contra. Esa unidad y cómo se llega a la votación hace más daño que la propuesta. Aunque una parte del comité de huelga considerara que ya no habían más fuerzas y se debía desconvocar, hubiera sido importante presentar esa propuesta al margen de la burocracia de CCOO. También el completar los días de la negociación del ERTE manteniendo la huelga hubiera dado más fuerza a la posición de los trabajadores/ as, pero, el mayor problema no es siquiera el hecho de que se desconvoque, sino que no hay un bloque de los trabajadores/as más activos que actúe como tal ante la burocracia y presente un plan claro de lucha. Al final se impone la votación secreta y s e desconvoca la huelga por 98 a favor, 45 en contra y 3 nulos. El mismo

día de entrada al trabajo (que la empresa no permite) se empieza el proceso de revocación del comité de empresa, pero dar perspectiva a los trabajadores/as precisa una lista alternativa, que, para ser garantía debe incluir a todos los sectores que se han ido conformando en la izquierda antiburocrática durante la huelga. Represión sindical: la empresa impone 38 despidos. Tras los 8 meses de huelga la lucha continua, y esto no es un tópico. La Generalitat y CCOO intentaron de nuevo, tras la desconvocatoria de la huelga, volver a imponer la firma de un acuerdo sobre el ERE, con despidos y rebajas. La burocracia cree que la forma para que pase esta vez es una asamblea de afiliados/as de CCOO, que se realiza en Sabadell. Pero de nuevo la asamblea rechaza la propuesta por 98 votos contra 18. La respuesta es inmediata con el primer paquete de despidos. La empresa anuncia 38 despidos, contra todo el activismo que se ha destacado en la lucha. Son los miembros del comité de huelga elegido, son la mayor parte de los que constan en las firmas por la revocación del comité de empresa... Un castigo ejemplar que hace realidad la amenaza de la empresa y pasa por encima de los criterios aprobados en el ERE. Esos despidos vulneran la legalidad y contra ellos se ponen reclamaciones y denuncias pidiendo el nulo radical.


6.- Perspectivas. Continuar la lucha contra los recortes y despidos La burocracia sigue diciendo que buscan un acuer-

Comité de lucha y seguir con la revocación del comité. Pero seguir con

do con la empresa. Pero, ¿por qué una empresa que ha ganado –en términos generales- el juicio del ERE, quiere todavía un acuerdo con los trabajadores? ¿Por qué lo quieren la Generalitat y la dirección de CCOO? La respuesta es que la empresa necesita cerrar el conflicto. Sea para rentabilizar en paz social (retirada de denuncias) problemas de tesorería (Huelga, boicot, aumento coste de los despidos…) que no le permiten despedir a los previstos en el ERE; sea porque la Generalitat haya comprometido la financiación a Panrico aparcada en septiembre pasado, pero que puede ser un escándalo político si ésta se da sin firma de los trabajadores y se usa para pagar los despidos; sea para recuperar una parte del mercado que ha caído con el boicot; o porque necesita a CCOO en el control del comité de empresa y CCOO necesita algo para justificar el “mal menor”. O sea por las cuatro cosas a la vez, lo cierto es que los 8 meses de huelga se han convertido en un asunto demasiado grande que requiere un “cierre” presentable. Pero esto también tiene la lectura opuesta, mientras no se cierre la defensa de los despedidos (los 31 del 2013, los 38 del 2014 y los 6 disciplinaros) continúa abierto, como la denuncia de los recortes salariales. Pero la batalla por derrotar el ERE se completa con la defensa del derecho de huelga, contra la vulneración de la empresa y la complicidad de la Generalitat. Por la lucha contra los nuevos despidos que suponen la aceptación de la represión sindical. Y por último contra un ERTE que se lanza contra los trabajadores/as como castigo ejemplar y puede derrotarse. Y también la exigencia a todas las organizaciones que han apoyado la lucha para que hoy más que nunca estén al lado de la lucha. Hay que seguir la campaña de movilizaciones: contra el ERE, por la readmisión de los despedidos/as, contra la vulneración reiterada del derecho de huelga aplicada por la empresa y consentida por la Generalitat; contra la persecución sindical que ha emprendido la empresa para liquidar de la fábrica a los sectores más activos en la lucha.

la lucha exige la recomposición del sector más activo de los trabajadores/as (estén o no despedidos/as), constituyendo un comité de lucha, que agrupe a todos los sectores antiburocráticos, que siga impulsando las asambleas y un plan de lucha coordinado. Ha habido innumerables ejemplos de que con esta dirección sindical en el comité de empresa es imposible asegurar que lo que decide la mayoría se haga. Por ello es urgente continuar el proceso de revocación del comité y la presentación de una lista unitaria de los trabajadores/as que han estado más activos en la huelga. Y eso debiera ser unitario y responsable ante la asamblea, al margen de la opción sindical que cada uno de esos trabajadores/as termine tomando.

Propuestas de trabajo sindical. Se ha discutido mucho sobre si para una mayoría que está en CCOO se puede seguir o hay que romper con CCOO. Para nosotros esto no tiene una sola respuesta. Si se decide seguir sólo tiene sentido si se avanza en la organización de una corriente sindical, tipo la de Girona, que establezca el compromiso de lucha más allá de lo que vaya a hacer la dirección del sindicato. Si se decide romper, nuestra propuesta pasa por construir sindicatos alternativos lo más amplios posibles, y en este sentido, es CGT quien ocupa ese lugar. El trabajo sindical creemos que es un trabajo que debe permitir la más amplia organización de lucha, por eso no creemos que sea alternativa aumentar más la dispersión sindical, o la construcción de sindicatos alrededor de un partido.

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Construir un partido herramienta de lucha lucha. Esta es también nuestra propuesta. Que construyamos juntos/as un partido que sea una herramienta al servicio de las luchas. Ponemos nuestro trabajo político en los sindicatos, en los barrios, en los centros de trabajo y estudio, en un acuerdo electoral… al servicio de esas luchas. Porque es en las luchas donde ganamos o perdemos. Y trabajar para que las luchas obreras y populares acaben ganando exige que seamos capaces de poner por delante de los intereses inmediatos de construcción de partido las necesidades de esas luchas, porque las luchas, para ganar, precisan la máxima unidad obrera posible, huir de los sectarismos, abrir espacios para que decidan los trabajadores/as, y donde otras organizaciones políticas y sindicales aporten, con la única condición de apoyar la lucha. Pero con la misma tendencia a la máxima unidad al servicio de la lucha, queremos construir un partido que dé respuestas claras a los grandes problemas que tenemos como trabajadores/as: a la necesaria ruptura con el capitalismo que hoy precisamos para acabar con esta lacra de crisis y abrir un camino hacia el socialismo. Porque las libertades democráticas de los trabajadores y los pueblos, y su derecho de autodeterminación no caben en

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este estado monárquico que nos oprime a todos/as. No os decimos que vengáis a un partido que ya tiene respuestas. Unas sí, pero una gran mayoría aun no. Las tendremos con la aportación de todos y todas, no creemos en las “mentes brillantes”: creemos en la clase obrera organizada, que estudie y aprenda de la experiencia acumulada de doscientos años de tradición de lucha. Porque son los trabajadores y trabajadoras, libres de todas las cadenas, los únicos que pueden construir una salida al capitalismo que nos destruye.

Notas 1

http://www.atlantico.net/articulo/vigo/oaktree-compracentro-comercial-gran-via/ 20140620092837423248.html 2

http:// www.lavozdegalicia.es/noticia/economia/2013/09/20/ fondo-oaktree-duenopanrico-estudia-entrada-capital-pescanova/ 0003_201309G20P30991.htm

3

http://www.empresia.es/persona/mas-gavarro-joan/

3 de julio de 2014 4

Corriente de CCOOGirona constituida en oposición a la burocracia en la que están los militantes de Lucha Internacionalista. En los últimos congresos intercomarcales han obtenido alrededor del 20% de los votos.


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