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SUPLEMENTO LI 145-septiembre 16

Turquía después del golpe y la intervención en Siria 1

Sección de la Unión Internacional de Trabajadores - Cuarta Internacional (UIT-CI)


Declaración de repudio al golpe militar. 16/7/2016 Hemos sido testigos de un intento de golpe militar que ha cobrado visibilidad en la noche de ayer. El levantamiento militar tomó el control de lugares importantes como la jefatura del ejército y el Comando de la Gendarmería. Un golpe fallido ante los ojos de Turquía. Mientras centenares de personas murieron durante el conflicto, alrededor de 1400 miembros de las fuerzas armadas quedaron detenidos. La Asamblea Nacional fue bombardeada por primera vez en la historia de Turquía. Mientras el conflicto continúa en algunos puntos, el intento de golpe ya fue prácticamente derrotado. Como Partido de la Democracia Obrera, estamos férreamente en contra del golpe militar. Si el golpe como supuesta iniciativa para lograr “restaurar la democracia, los derechos humanos y la supremacía de las leyes”- triunfaba hubiera significado la eliminación de todos los derechos y libertades democráticas que ya han estado siendo atacadas por el régimen “del palacio” de Erdogan. No debemos nunca olvidar que los militares son una pata fundamental del actual régimen represivo. Al mismo tiempo, este intento de golpe militar marca el final de una profunda crisis del régimen en Turquía. La base tangible de este in-

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tento de golpe se construyó sobre las políticas represivas llevadas adelante por el régimen. El hecho de que Erdogan sea el objetivo de este golpe no debe borrar su responsabilidad de haber llevado el país al borde del colapso. Estar en contra del golpe bajo ninguna circunstancia significa apoyar el régimen represivo de Erdogan. Con las repercusiones de este intento de golpe existe una preocupación reinante entre importantes sectores de la sociedad de que sea usado para aumentar la represión del régimen. La única solución real, tanto contra las dictaduras y la represión del régimen, es la movilización de las masas trabajadoras, de la juventud y las mujeres, los kurdos y todos los sectores reprimidos y explotados contra la represión y las políticas de saqueo junto a los esfuerzos del pueblo en la exigencia de derechos y libertades democráticas.

16 de Julio de 2016 (mañana del golpe) Partido de la Democracia Obrera (IDP), sección turca de la UIT-CI (Unidad Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional)

El IDP en la manifestación contra el golpe del 25 de agosto.

Análisis

El fallido “Turquía ha vuelto del borde de un precipicio, y eso gracias a mi pueblo que se ha puesto delante de los tanques”, comentaba el Presidente Tayyip Erdogan al llegar a Estambul desde su residencia en Marmaris donde pasaba sus vacaciones y también donde querían eliminarlo los golpistas. Ojala fueran las masas civiles las que salvaron al gobierno constitucional en el país. Si así fuera Turquía estaría hoy celebrando una fiesta de los derechos democráticos. Pero de momento lo que reina en todo el territorio nacional es una represión férrea del gobierno sobre casi todos los sectores de la población y sobre todo sobre las instituciones estatales. De momento hay más de 18.000 personas custodiadas, 10.192 de ellas detenidas (853 oficiales del ejército, 157 generales –más de la mitad del total-, 898 soldados rasos, 751 policías) en la administración, las empresas públicas y las universidades; y de decenas de miles de funcionarios y empleados retirados de sus puestos de trabajo (60 mil), esperando posibles detenciones y juicios, por pertenecer, según el Gobierno, a lo que el Presidente y los jueces llaman FETO (Organización terrorista de Fetullah Gulen). En realidad lo que primero desinfló y luego condenó el golpe a la derrota ha sido la “traición” de los generales nacionalistas laicos del ejército. Aunque el islamista Movimiento de Servicio1 es la cofradía más grande de Turquía, sus partidarios militares forman una minoría casi insignificante dentro de las Fuerzas Armadas, teniendo en cuenta el enorme tamaño del segundo ejército más podero-


golpe de Estado en Turquía so de la OTAN (650 mil efectivos). Y de hecho proyectaban el golpe para septiembre de este año con la esperanza de acumular más fuerzas contra el gobierno. Sin embargo, recibieron la información de las listas de purgas que el gobierno había confeccionado y de que iban a poner en marcha las detenciones a partir del día 16 de julio. Razón por la cual decidieron adelantar su proyecto y sacar las tanques a las calles en las ciudades principales. Detuvieron al jefe del estado mayor y a varios generales que no querían participar en la aventura, pero

través de sus fiscales y jueces islamistas afines otra purga, con el juicio y castigo de cientos de militares nacionalistas kemalistas2 que pasaron años en la cárcel. Cuando Erdogan rompió con Gulen declarando que le había “engañado” sobre las intenciones golpistas de esos militares, la justicia dejó en libertad a los encarcelados y les absolvió de sus cargos. Ninguno de ellos pudo volver a su carrera militar, pero sus colegas se vengaron sobre los partidarios de Gulen por todo su colaboración en la represión del sector kemalista. Otra ra-

Erdogan y Gulen

ni lograron el apoyo de los nacionalistas, ni capturar al Presidente que fue informado de la intentona y huyó una hora antes de que llegara a por él la tropa golpista. Después de que el Presidente se dirigiera al país desde su móvil y llamara a la gente a la calle, y sobre todo tras las llamadas de los altos mandos militares no-golpistas a las tropas para que se retirasen a sus cuarteles, la tentativa fracasó. ¿Por qué los nacionalistas anti Erdogan no participaron al golpe? Por varias razones. Primero, porque fue el propio Fettullah Gulen, quien en 2007 colaboró con el gobierno de Erdogan y casi dirigió a

zón es que los nacionalistas posiblemente calcularon que un gobierno militar dirigido por los islamistas del Movimiento de Servicio sería mucho más anti-laico y extremista que el del AKP3. ¿Por qué la ruptura entre los islamistas? Lo más curioso es que fuera un sector del movimiento islamista (la cofradía de Gulen) quien llevara a cabo la intentona golpista sobre otro sector del mismo signo, el de Tayyip Erdogan y el gobierno del AKP. De hecho los dos sectores islamistas fueron hasta hace 8 años aliados inseparables contra los poderes económicos y financieros tradicionales. Estos últimos, la burgue-

sía laica, creada y mimada por la burocracia kemalista siempre se alimentó de las políticas del capitalismo de estado. Pero cuando la economía centralista, a fines de los 70, entró en un proceso de crisis estructural y ya no le quedaba más remedio que integrarse en el mercado globalizado, la débil burguesía islamista encontró nuevas posibilidades de alcanzar recursos de crédito (sauditas, catarís, etc.) y mercados en Oriente Medio y Asia. Así que no solo se fortaleció económicamente (convirtiéndose en los llamados Tigres de Anatolia), sino también políticamente para disputar el poder. Aunque la burguesía laica se agarrara a los militares kemalistas que castigaron varias veces a las corrientes islamistas, finalmente el partido de Tayyip Erdogan, el Partido de Justicia y Desarrollo llegó al poder en 2003, con el apoyo de la corriente de Gulen, y un discurso de democracia y libertad contra un “estado verdugo”. Gulen, siempre sin cargo oficial alguno, también animó a Erdogan a limitar los poderes del ejército en el régimen. Cambiando la proporción del todo poderoso Consejo de Seguridad Nacional a favor de los miembros del gobierno contra los mandos militares, elevando el rango de los comandantes más religiosos y jubilando a otros, etc. Y en 2007 colaboró con el gobierno de Erdogan (a través de sus fiscales y jueces islamistas afines) en la purga, el juicio y castigo de cientos de militares nacionalistas supuestamente golpistas. El Movimiento de Servicio controla cientos de empresas, algunas de ellas multinacionales, tiene inversiones financieras e industriales tanto dentro del país como en el extranjero, es hegemónica en varios mercados dentro y fuera, posee una gran red de escuelas y universidades en todo Oriente Medio y África (más de 2000 escuelas en 120 países, pero la mitad en Turquía), dirige varios medios de comunicación (45 periódicos, 16 canales de TV, 29 editoriales), etc.

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Por otra parte los nuevos ricos del AKP se benefician de las inversiones estatales, las privatizaciones, las adjudicaciones de las grandes obras públicas, tienen acceso al crédito barato de la banca turca y quieren ocupar un sitio mejor en la bolsa. Sin embargo, esto no es un reparto ni pacífico ni siempre “justo” para ellos. Las contradicciones entre la cofradía mayor y la confederación de sociedades islamistas alrededor de Tayyip Erdogan se tensaron hace tiempo y más aún con los buenos resultados del crecimiento económico. Y la ruptura vino cuando los dos sectores intentaron imponerse en las instituciones estatales y sobre todo con las grabaciones que difundieron los de Gulen en diciembre de 2013, que demostraban la corrupción de varios miembros del gobierno y hasta el mismísimo primer ministro de entonces, Erdogan.

terizar cualquier intento de sindicalización, cualquier huelga o resistencia, o incluso la acción de trabajadores democráticos, como una extensión del terrorismo del FETO o como defensores del golpe. En este sentido el bonapartismo ha fortaleciendo sus argumentos políticos e ideológicos, y sus dispositivos administrativos y deja claro que si esto último sigue siendo insuficiente, podrían movilizarse poderes favorables a [la ley de la] Sharia. Por ejemplo, el gobierno, ante el temor de la insuficiencia de sus fuerzas de policía, ya había expresado

cesitan es una señal suya. Algunos ni siquiera esperan esa señal y ya han estado tratando de establecer su propio orden en los barrios y ciudades. Lo que falta ahora es la dirección de la clase obrera. Los trabajadores no necesitan frentes democráticos de carácter indefinido. En cambio, necesitan una dirección sólida, decidida y valiente, que pueda movilizar a las masas, que impulse una revolución política y un gobierno resultante de los trabajadores. Esas son las únicas condiciones para el establecimiento de verdaderas liber-

su intención de reducir los requisitos de control de armas que permiten a civiles a portarlas con licencia. El proceso en curso es claramente un conflicto de clases. Algunos sectores de la burguesía apoyan el “terror constitucional” con la esperanza de compartir una parte del botín. Aquellos que se han integrado en la economía mundial, aunque digan sentirse avergonzados por el estado de la democracia turca ante la UE y los EE.UU., se encogen de miedo y tratan de gestionar sus empresas en las condiciones actuales. Los sectores de la pequeña burguesía, que entraron en un frenesí de rabia con los efectos de la crisis y que ahora tienen una oportunidad real de obtener posiciones y hacerse ricos, están listos para purgar cualquier trabajador por debajo de ellos, cualquier progresista laico, cualquier socialista o revolucionario, y cualquier organización revolucionaria y democrática incluyendo los sindicatos. Estos sectores tienen un líder y todo lo que ne-

tades democráticas en Turquía. A la vez, que se es consciente, de que ese objetivo sólo puede construirse dentro y desde las movilizaciones de masas. Los socialistas deben trabajar sin cesar hacia este objetivo.

¿Ahora, qué?

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Y ahora los vencedores quieren, según sus palabras, “extirpar el cáncer desde su raíz ” con purgas y detenciones de miles de supuestos partidarios de Gulen. No obstante, los partidos de la oposición, las ONG’s, los sindicatos y hasta las organizaciones empresariales temen la posible extensión de la represión hacia sectores democráticos. El estado de excepción declarado en todo el país, que autoriza al gobierno a regir con decretos, fortalece este recelo. Y todo esto evidentemente crea una atmosfera de inestabilidad en la vida no solamente política sino también económica. El precio del dólar subió de menos de 2,90 liras turcas a más de 3 en tres días. La bolsa perdió más del 6%, que señala la salida del capital extranjero de corto plazo por la desconfianza en las inversiones a pesar de las declaraciones tranquilizadoras del director del Banco Central turco. S&P bajó la nota de Turquía del BB+ al BB. Y por supuesto, después de los atentados terroristas, los golpistas remataron al ya débil turismo. Sería ingenuo esperar que este reguero de pólvora no queme a la clase obrera. Es una oportunidad caída del cielo para la burguesía agrupada en torno al AKP, que quiere limpiar lo que queda del movimiento obrero independiente. Queda allanado el camino para carac-

30.07.2016 Muhittin Karkin

Notas 1 Movimiento de Servicio: cofradía de Gulen, el clérigo que reside en Pennsylvania, EE.UU. 2 Kemalistas: del nombre de Mustafa Kemal Ataturk, el líder laico y nacionalista que fundó la república turca en 1923 3 AKP: Partido de Justicia y Desarrollo, el partido del presidente de la república, Tayyip Erdogan, actualmente en el poder


Inter vención ter e tur ca terrr estr estre turca

El cerco se estrecha sobre la resistencia popular en Siria Hace más de cinco años el pueblo se levantaba en Siria contra el régimen de Bashar Al-Asad exigiendo libertad y justicia social, como había ocurrido en Túnez y en Egipto. La fuerza del movimiento popular era tan incontrolable, tan profundo su potencial de cambio en el corazón de Próximo Oriente, tan peligroso para la estabilidad de la región, que desde el primer minuto todas las potencias regionales e internacionales tomaron posiciones para mantener el proceso bajo control. Arabia Saudí y Qatar financiaron brigadas islamistas, Turquía y Estados Unidos alentaron una oposición burguesa en el exilio que nada tenía que ver con la realidad del interior y que sólo buscaba su tajada en la nueva Siria. Esto fraccionó y debilitó a la oposición en el terreno, la auténtica dirección del proceso revolucionario, a la que nunca, nadie, tuvo en cuenta y la única que en realidad sufrió el embargo de armas impuesto por Estados Unidos y la UE. Al otro lado, Rusia e Irán, los dos aliados estratégicos de Damasco, salieron en ayuda del dictador para preservar sus propios intereses en la zona. Israel declaraba que prefería la continuidad del régimen que el caos en su frontera norte. El régimen convirtió una ola de protestas populares masivas en una carnicería y consiguió mantenerse en el poder manu militari, porque pudo contener las disidencias dentro del ejército, que en Siria funciona como una auténtica guardia pretoriana del clan Al-Asad. Cuando parecía que sus horas estaban contadas, la intervención militar primero de Teherán y después de Moscú resultó decisiva. Mientras AlAsad contaba con un puente aéreo de combatientes y material militar de Hezbollah (la milicia chíí libanesa), de Iran y las milicias chiíes

iraquíes y de Putin, la oposición era descompuesta en facciones que recibían armas ligeras a cambio de radicalización o raciones de comida preparada y gafas de visión nocturna por parte del imperialismo norte-americano. Nunca se permitió el suministro de misiles antiaéreos para defender a la población de los bombardeos de la aviación siria y después rusa. El régimen domina el cielo y ninguno de los 18 países que intervienen militarmente en Siria cuestiona este dominio: el martirio del pueblo sirio cae del cielo y la principal causa del elevado número de muertos, refugiados y del crecimiento del jihadismo es la lluvia de barriles explosivos y bombas sobre los pueblos y las ciudades rebeldes. Así es cómo sobrevive el régimen: asesinando a miles desde el aire, gracias al apoyo militar primero iraní y cuando éste no fue suficiente, la aviación rusa. Así, la revolución

der que no se enfrentaba a un levantamiento popular, sino a un complot islamista- porque abrió un nuevo frente contra los rebeldes y contra los kurdos, que aprovecharon la debilidad de Damasco para proclamar su autonomía al norte del país. Para Turquía porque tampoco estaba dispuesta a permitir que el partido hermano del PKK tuviera un pseudo-estado al otro lado de la frontera. Para Estados Unidos para legitimar una nueva intervención en la zona, aunque la prioridad de Obama no era entrar en Siria sino defender el régimen de post-ocupación en Iraq. Para Putin porque le permitía intervenir más directamente en favor de Damasco, con el beneplácito de Israel y de Estados Unidos. En Siria todos dicen luchar contra el “terrorismo”: aunque bajo este paraguas Al-Asad y Putin se refieren a los rebeldes, Hezbollah a los sunís, Erdogan a los

devino en guerra y la guerra fue cada día más de los intereses geopolíticos que de los sirios, que en cuanto podían volvían a salir a la calle para exigir la caída del régimen. La aparición de Daesh (autodenominado Estado Islámico) en Iraq en 2012 fue útil para toda la reacción. Para el régimen -que desde el principio alentó a los elementos más reaccionarios para preten-

kurdos y Estados Unidos a quienes combaten el gobierno títere y corrupto de Bagdad. Y como Daesh era útil a todos, se convirtió en excusa útil que creció hasta proporciones insospechadas, asesinando, extorsionando y sometiendo a cientos de miles de sirios e iraquíes que -–no lo olvidemos- han sido las principales víctimas de su barbarie. Y así llegamos a los aconteci-

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mientos de este verano, en el que todos parecen haberse puesto de acuerdo en apuntalar a un dictador que sólo puede permanecer en el poder con el apoyo exterior. Alepo, la Gernika del siglo XXI Alepo es la capital económica de Siria y un bastión de la revolución desde los primeros meses. La ciudad vieja y los barrios del Este de la ciudad, donde se calcula que aún viven entre 250.000 y 300.000 personas, están fuera de control del régimen, que a principios de julio consiguió cerrar el cerco a su alrededor. Era el resultado de semanas de intensos bombardeos conjuntos de la aviación siria y rusa que masacraban cada noche edificios de viviendas, escuelas y hospitales. Ya hace tiempo que las escuelas

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funcionan en subterráneos y los hospitales se denominan en código para evitar más ataques. Sólo quedan ocho centros médicos operativos en la zona Este, con unas pocas decenas de camas y todos han sido bombardeados. La perspectiva para los barrios rebeldes cercados después de que el régimen controlara la carretera del Castello, eran los asedios del hambre que ya hemos visto en poblaciones como Madaya, Moauadamiya y otras decenas de pueblos y ciudades de Siria. Putin ofreció “corredores humanitarios” por los que ni civiles ni combatientes se atrevieron a escapar. Pero contra todo pronóstico, una

ofensiva en la que participó también el frente Al-Nusra desde el exterior de la ciudad consiguió abrir un paso por el sur a finales de julio. Sin embargo, la victoria era sobre todo simbólica, ya que no permitía abrir una nueva ruta de abastecimiento. La imagen del pequeño Omrane Daqnesh, ensangrentado y lleno de polvo en una ambulancia, después de que aviones Sujoy-24 de fabricación rusa bombardearan su casa de Alepo a la hora en la que se metía en la cama, se convirtió en un nuevo símbolo del desastre sirio. De nuevo carne de portada, sin que los medios señalaran a los responsables: la imagen de una violencia irracional, ciega, desprovista de significado político. Ya ocurrió con la foto del pequeño Aylan ahogado en una playa de Turquía. Tanta espectacularización como ocultación de los culpables del crimen.

Ninguna reacción, ninguna condena a Al-Asad. Turquía hace su guerra en Siria El segundo hecho importante de este verano ha sido la intervención terrestre de Turquía en la frontera de Jarablus. Tras el golpe de estado fallido y su contragolpe triunfante, Erdogan se ha visto con las manos libres para intervenir más directamente en Siria. Su primer objetivo es frenar el avance de los kurdos de Rojava, que con apoyo aéreo norte-americano en su lucha contra Daesh, habían conseguido posiciones importantes en el norte de

Siria. Pero a mediados de agosto las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria (controladas militarmente por el PYD kurdo pero en la que participan también grupos árabes) empezaron a salirse del guión y en lugar de continuar su avance hacia Raqqa, la llamada capital de Daesh, se detuvieron para abrir al oeste un corredor que conectara las zonas ya liberadas al este con el cantón de Afrin, al oeste. Esto hubiera supuesto, a la práctica, el domino kurdo sobre toda la frontera con Turquía. Algo inaceptable para Erdogan. La intervención turca se anunciaba como una campaña contra los “terroristas”, el saco en el que Turquía pone a Daesh y al PKK, pero lo cierto es que, a la hora de cerrar este artículo, está golpeando mucho más a los kurdos que a los jihadistas, que, por cierto, huyeron en desbandada sin oponer resistencia. Lo que demuestra una vez más que si acabar con Daesh fuera una de verdad una prioridad para Ankara, Washington, Moscú, Teheran y Damasco, los barrerían en cuestión de semanas. Con la entrada de tanques turcos en Siria Erdogan conseguía además otros dos objetivos. Por un lado relinear sus alianzas internacionales. Putin fue de los primeros jefes de estado que llamó a Erdogan la noche del golpe y le demostró que era más fiable que sus aliados europeos y norte-americano de la OTAN. Tras su reunión en Moscú a principios de agosto, Erdogan y Putin sellaron un acuerdo en el que, si bien no resolvieron todas sus diferencias en Siria sí se pusieron de acuerdo en lo principal: ahogar a los kurdos y conseguir un entente político con Al-Asad. No es casual que por primera vez el primer ministro turco hablara de reconocer el papel de Al-Asad en la salida a la crisis siria ni tampoco la visita a Damasco de los servicios de inteligencia. El tercer objetivo de Erdogan es interno: demuestra quién manda en el ejército tras las purgas por la intentona colpista y se embarca en una operación a las que los generales, ahora muertos o encarcelados, se habían opuesto. La contrapartida la hemos visto en Hassakeh, donde por primera vez el régimen sirio bombardeaba posiciones kurdas. Al-Asad le demostraba a Erdogán que también está dispuesto a combatir a los


kurdos si de este modo Turquía corta la llegada de suministros a la oposición. Que es precisamente lo que ya estamos viendo en Alepo. Erdogan parece no tener ningún problema en dejar caer la ciudad si a cambio todos dejan de apoyar a los kurdos. Estados Unidos también

nos de Putin y cede también con los kurdos, aún al precio de debilitar la lucha contra Daesh. Tras años aprovechándose de las contradicciones entre unos y otros, en que los kurdos se han movido con apoyo de Estados Unidos y también de Rusia sin implicarse en

de colaboración ha beneficiado tanto al régimen como a Tuquía, que ahora manda grupos árabes sirios a combatir bajo su protección a los kurdos. Hay que conseguir de una vez el reconocimiento mutuo, basado en el reconocimiento del derecho de autodeterminación de los kurdos y la lucha coordinada contra el régimen de Al-Asad y el rechazo a la injerencia turca, porque de lo contrario unos y otros están perdidos. Las fuerzas de la revolución y las de la reacción

se suma a la operación y da apoyo aéreo a la intervención turca mientras ordena públicamente a los kurdos que retrocedan al lado este del Éufrates, como exige Ankara. El imperialismo tampoco tiene empacho en abandonar a los kurdos, que hasta ahora ha usado como fuerza de choque contra Daesh por su propia debilidad, porque Obama no está en condiciones de ordenar otro nuevo desembarque en Oriente Medio. Justificándose con los avances de Nusra en Alepo, el imperialismo calla ante la masacre de la ciudad a ma-

la lucha contra Al-Asad y enfrentándose a Daesh, la dirección kurda ha recuperado el viejo lema de “nuestros únicos amigos son las montañas”. Atacados en todos los frentes se pueden llegar a ver pronto tan aislados como la resistencia contra Al-Asad. Es vital ahora resolver un problema que ha debilitado a la revolución desde el primer día: la incapacidad de la dirección árabe de reconocer la cuestión kurda y la negativa del PYD a enfrentarse con todas las consecuencias al régimen de Al-Asad. La falta

Estamos asistiendo pues a una convergencia de todas la fuerzas reaccionarias para sofocar al movimiento popular en siria e imponer la paz de los cementerios preservando intacto al régimen. Nunca Estados Unidos, Turquía, Arabia Saudí ni Qatar estuvieron al lado de la revolución siria. Pero había tensiones con el régimen, Rusia e Iran que les obligaban al menos a declararse contra el régimen. Hoy se está formando un frente de todos para apuntalar a Al-Asad con el objetivo de enterrar lo que más temían: aquél sueño de libertad y justicia social que llevó a millones de sirios a las calles y por el que han pagado tan elevado precio. Todo apunta a que se abra una nueva ronda de negociaciones sobre Siria sin los sirios para blanquear a un régimen que ha asesinado y torturado a cientos de miles y que ha

Se intensifica el conflicto en el Kurdistan turco En el último año el gobierno de Erdogan ha utilizado la guerra contra los kurdos como el centro de su política de “unidad nacional” con los nacionalistas turcos para mantenerse y reforzar su poder. En el kurdistan turco han sido sitiadas ciudades enteras y ha habido una ola de detenciones de activistas kurdos además de una fuerte censura sobre la represión. Después del inicio de la intervención turca en Siria, los choques entre el PKK y el ejército turco se han intensificado, con decenas de muertos en ambos lados. La dirección del PKK ha declarado que continuará sus acciones mientras Turquía ataque a los kurdos en Siria, y el gobierno turco ha cerrado periódicos y ha detenido periodistas kurdos y miembros del HDP, el partido pro-kurdo que agrupa también organizaciones de la izquierda kurda que el año pasado le impidió conseguir la mayoría absoluta. El objetivo del gobierno es anular este movimiento, que constituye la primera fuerza de oposición y pro-democrática en el país.

Cizîr ovíncia de Sir nak. Kur distán tur co Cizîr,, pr província Sirnak. Kurdistán turco

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dejado sin hogar a la mitad de la población siria. Más grave la responsabilidad de la izquierda internacional que cuando no calla sobre Siria directamente defiende al tirano. El deber de todo el que quiera merecer llamarse revolucionario es estar al lado de los pueblos y su lucha por la libertad y la justicia en lugar de sacrificarlos en el altar de malintencionados pretextos geopolíticos.

Izquierda Unida visita a Al-Asad El 11 de julio Javier Couso Permuy, de Izquierda Unida, anunciaba orgulloso en Twitter que había viajado a Damasco para reunirse con el dictador sirio Bashar al-Asad. Le acom-

4/9/2016 Layla Nassar

La ONU financia a Al-Asad Una investigación reciente del diario británico ‘The Guardian’ ha revelado lo que era un secreto a gritos: la financiación millonaria de la ONU al clan AlAsad en concepto de ayuda humanitaria. Los documentos prueban cientos de miles de dólares del programa de ayuda internacional a Syria Trust, la organización benéfica fundada por Asma Al-Asad, esposa del dictador, o Al Bustan, que pertenece al empresario Rami Makhlouf, uno de sus más ricos y destacados colaboradores, que controla también varias milicias favorables al régimen. Además la ONU pagó 11,5 milones de euros directamente al gobierno sirio para fomentar la agricultura y la OMS pagó más de 4,4 millones de euros al departamento de Defensa sirio para financiar el banco de sangre. La ONU no lo niega y se ha limitado a decir que sólo puede realizar su labor con el pequeño número de organizaciones que cuentan con el apoyo del régimen.

pañaban Tatjana •danoka, eurodiputada letona del Grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea, y Yana Toom, del Partido del Centro de Estonia. No son los únicos apoyos con los que cuenta el carnicero de Damasco en Europa: ya ha recibido a representantes de Les Republicains, el partido de Nicolás Sarkozy, que en su visita aprovecharon para fotografiarse con el grupo de extrema derecha SOS Chrétiens d’Orient. También el Frente Nacional francés ha reiterado su apoyo al régimen. Como escriben Leyla Nachawatti y Joey Ayoub en un artículo que recomendamos (http://www.eldiario.es/ tribunaabierta/Izquierda-Unida-Asad-internacionalismoeuropeo_6_539006122.html) “Como dice Alba Rico, se ha vuelto cada vez más difícil distinguir entre la derecha que festejaba la invasión de Irak en 2003, y la izquierda que celebra cada victoria rusa o iraní. Opuesta a esta visión del mundo en dos ejes, queda la solidaridad de quienes continúan desafiando las visiones dogmáticas del mundo, quienes apoyan el derecho legítimo de autodeterminación de los pueblos y su libertad frente a la represión, ya venga en forma de invasiones extranjeras o de tiranías domésticas”.

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