El legado de la cacería y las armas de fuego Comenzamos por la definición de “arma de fuego” es una herramienta inventada por el hombre para propulsar un proyectil arrojado con fuerza desde el interior del arma de fuego mediante la combustión de pólvora. Las primeras herramientas de cacería que utilizó el hombre primitivo eran garrotes, pierdas, lanzas, trampas y desprendimientos de rocas. En esta instancia la cacería primitiva tenía que practicarse cerca del animal, esto la tornaba más peligrosa ya que el cazador podía morir durante la cacería enfrentándose cara a cara con el animal. Con el surgimiento de la pólvora y luego de muchos años nacieron los rifles y las escopetas, estas funcionan de la misma manera. Cada uno se compone por un cañón, una acción y una culata. Las diferencias principales se ven dentro del cañón y el mecanismo de acción. Tiro con rifle: La pared metálica del cañón de un rifle es más gruesa que la de una escopeta. Dentro del cañón de un rifle se encuentran estrías en el metal con ranuras. Ese metal entre las estrías se le llama cresta. Las estrías están trazadas en forma de espiral para hacer que la bala se desplace girando a través del cañón. La bala se propulsa de manera más recta y alcanza mayor distancia. La acción del rifle está diseñada para guardar la presión generada por el cartucho al ser disparado. Consejos para guardar y mantener el arma en óptimas condiciones: Como sabemos, adquirir un arma no es tarea sencilla ni tampoco económica. Es por eso que realizado tal esfuerzo de adquirir un rifle o escopeta debemos tener
presentes una serie de medidas que no insumen demasiado esfuerzo y ayudan a prevenir el deterioro (a veces puede ser irreparable) de nuestras armas. En primer lugar debemos saber que un rifle en una funda o en un maletín, es como una olla a presión. Si por ejemplo guardamos un cañón mojado podemos conseguir un deterioro total en tan sólo una semana. No es demasiado habitual que llueva en España, en caso que esto sucediera y nuestro rifle o escopeta resultaran mojados, es importante no introducirlo directamente en la funda sin antes secar bien el cañón y partes de madera. El visor, debido al material en que está construido, no se oxida con facilidad, sin embargo conviene secarlo bien y ponerle las tapas protectoras antes de proceder a guardarlo. Antes de guardar el arma en la funda es muy recomendable hacerlo de culata y a la delantera algún producto conservador de la madera. El interior del cañón no está a salvo de suciedad y humedad. Por tal motivo es recomendable quitar el cerrojo y limpiar el cañón hasta la recámara con una varilla apropiada. No olvidar echar aceite en el cañón y mecanismos del arma. No es bueno abusar del aceite en el gatillo y es muy importante limpiarlo bien. Si dejamos secar el aceite en la superficie del gatillo, se solidificará, pudiendo producir un mal funcionamiento del mecanismo de disparo. Es importante mantener engrasado y limpio el cerrojo. Son pocos los productos que se necesitan para el buen cuidado de nuestras armas e indispensables para su buen cuidado, conservación y funcionamiento. Luciano Martinez @lu_cazador Apasionado por la naturaleza y defensor de la actividad cinegética controlada como garantía de su conservación