LITERATURA HISPANOAMERICANA

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La literatura hispanoamericana se considera a toda la literatura de pueblos de habla hispana de Norteamérica, Sudamérica, Centroamérica y el Caribe escrita en lengua española, comenzando desde la segunda mitad del siglo XIX con la llegada de Colón a América en el año de 1492 hasta llegar al siglo XX.

Las primeras obras de la literatura latinoamericana pertenecen a la tradición española, así los primeros escritores americanos el soldado y poeta español Alonso de Ercilla y Zuñiga creadores de la Araucana (1569-1589). La literatura latinoamericana del siglo XVI sobresale principalmente por sus obras didácticas en prosa y por las crónicas, resultan la historia verdadera de la conquista de la Nueva España (1632) escrita por el conquistador e historiador español, Bernal Díaz del Castillo y Hernán Cortés; la historia en dos partes de los incas de Perú y de la conquista española comentarios reales por historiador peruano Garcilaso de la Vega, el Inca. Juana Inés de la Cruz fue la más destacada entre los poetas por sus obras de teatro en verso de carácter religioso. El Divino Narciso escribió poemas en defensa de las mujeres y obras bibliográficas en prosa. La mezcla de sátira y realidad dominaban la literatura española y otras obras Diente del Parnaso de Juan del Valle Caviedes y la novela Infortunios de Alonso Ramírez, el humanista poeta mexicano Carlos Sigüenza y Góngora.


Periodo de la lucha por la independencia que ocasionó un denso flujo de escritos patrióticos, especialmente la poesía. La narrativa fue censurada hasta el momento por la corona de España y apareció la primera novela escrita en Latinoamérica. La literatura y la política estuvieron íntimamente relacionadas durante este periodo, los escritores asumieron actitudes similares a la de los tribunos republicanos de la antigua Roma. Desde sus inicios dan claras muestras de preocupación por destacar aspectos costumbristas de la realidad, como su interés por los problemas de la crítica social y moral. El poeta y cabecilla político ecuatoriano José Joaquín Olmedo alabó al líder revolucionario Simón Bolívar en su poema Victoria de Junín (1825), mientras que el poeta, crítico y erudito venezolano Andrés Bello ensalzó paisajes tropicales similar a la poesía bucólica del poeta romano Virgilio. José María Heredia se anticipó al romanticismo en poemas como Al Niágara (1824) en ese año comenzó a surgir una poesía anónima de naturaleza política en la región de Plata.

En este periodo las nuevas repúblicas tendieron a dirigir la mirada hacia Francia más que a España con intereses regionalistas, el paso al romanticismo que dominó el panorama cultural de Latinoamérica, entró en contacto con el romanticismo franco-europeo de la mano de Esteban Echeverría junto con México se convirtió en el principal difusor del nuevo movimiento al mismo tiempo la tradición realista halló continuación a través de las obras llamadas costumbristas que contenían retratos de las costumbres locales. La consolidación económica, política y las luchas influyeron en la obra de numerosos escritores donde fue muy destacable la denominada generación romántica argentina en el exilio de oponentes del dictador Juan Manuel de Rosas;


Chile y Uruguay contaba con Echeverría y José Mármol autor de la novela clandestina, Amalia (1851). En Argentina las canciones de los bardos dejaron paso a canciones de poetas como Hilario Ascasubi y José Hernández que usaron los temas para la nueva poesía gauchesca. Martín Fierro (1872) narra temas relacionados con los gauchos pasaron al teatro y a la narrativa, la poesía tuvo carácter menos regionalista. Gertrudis Gómez Avellaneda autora de novelas y el uruguayo Juan Zorrilla de San Martín cuya su obra narrativa Tabaré (1876) presagió el simbolismo. La novela progresó en este periodo, el chileno Alberto Blest Gana llevo a cabo la transición entre el romanticismo y el realismo. Durante la reconquista (1897) María un cuento lírico un marco de amor escrito por Jorge Isaacs considerado como obra maestra de novelas hispanoamericanas del romanticismo. Entre los autores más destacados están: Juan León Mera de América (novela), Ignacio Altamirano, José Martiniano Alencar (novelas poemáticas e indianista románticas) argentino Eugenio Cambaceres y Émilie Zola (novelas). El ensayo se convirtió en el medio de expresión favorito en los periodistas interesados en temas políticos, educacionales y filosóficos. Ricardo Palma creó un tipo de viñetas narrativas e históricas denominada tradiciones peruanas, el modernismo apareció durante la década de (1880) favorecido por la consolidación económica política de las repúblicas latinoamericanas y la paz, prosperidad resultante de ella. La mayoría de los modernistas eran poetas, pero muchos de ellos cultivaron la prosa, hasta el punto que la prosa hispana se renovó al contacto con la poesía del momento. Entre los principales poetas se encontraba José Martí, Julián del Casal, cubanos; el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera, el colombiano José Asunción Silva, el nicaragüense Rubén Darío quien se convirtió en el más destacado del grupo por la publicación de Prosas profanas (1896).


La revolución mexicana iniciada en (1990) concibió un rebote del interés de los escritores latinoamericanos por sus características distintivas yo sus problemas sociales, despertando admiración internacional.

La Poesía Los autores reflejaron su obra en corrientes que clamaban por una renovación radical del arte, tanto europeas, cubismo, expresionismos, surrealismos como españolas en las que se contaba con el ultraísmo, movimiento literario que se desarrolló en España. El chileno Vicente Huidobro fundó el creacionismo que concebía el poema como creación autónoma; también el chileno Pablo Neruda que recibió el Premio Nobel de Literatura en (1971). El poeta colombiano Germán Pardo García alcanzo un alto grado de humanidad en su poesía con el poema escrito en ocasión de los juegos Olímpicos de México. Por otro lado, en el Caribe un grupo de poetas entre los cuales se encuentran: el cubano Nicolás Guillén, se inspiró en ritmos y el folclore, la chilena Gabriela Mistral, premio Nobel de Literatura (1945) creó la poesía, en México el grupo de Contemporáneos que reunía poetas como Jaime Torres Bodet, José Gorostiza y Carlos Pellicer se centró en la introspección y en temas como el amor, la soledad y la muerte. Otro mexicano que obtuvo el Premio Nobel de la Literatura en (1990) Octavio Paz con poemas metafísicos y eróticos.

Teatro El teatro latinoamericano continuó su proceso de maduración en México y Buenos Aires, en las que se convirtió en un importante vinculo cultural y vivió en un período de afianzamiento con Chile, Puerto Rico y Perú. El teatro activado por Xavier Villaurrutia, Salvador Novo y Celestino Gorostiza que culminaría con la obra de Rodolfo Usigli y continuaría por un grupo de dramaturgos como Emilio Carballido y Conrado Nalé Roxlo.


Ensayo Los ensayistas posteriores al modernismo han sido muy activos adaptando una dirección nacionalista y más universal ofreciendo una variedad de puntos de vista intelectuales. La generación centenaria de la Independista de (1910) tuvo representantes como José Vasconcelos (la raza cósmica 1925), el erudito dominicano Pedro Henríquez Ureña, autor de seis ensayos en busca de expresión (1928) y Alfonso Reyes, autor de Visión Anáhuac (1917) por otro lado, el colombiano Germán Arciniegas sobresale como cualificado interprete de la historia El continente de siete colores (1965), y el argentino Eduardo Mallea autor de historia de una pasión argentina (1935).

Narrativa A partir de comienzos del siglo, la novela latinoamericana en español ha experimentado un enorme desarrollo que ha pasado por tres fases; la primera denominada por una gran concentración de temas, paisajes y personajes locales, seguida por la que produjo una extensa obra narrativa de carácter psicológico e imaginativo ambientada en escenarios urbanos y cosmopolitas, para llegar finalmente a una tercera en la que los escritores adoptaron técnicas literarias contemporáneas que condujeron a un inmediato reconocimiento internacional y continuo y creciente interés por parte del mundo literario. La narrativa de carácter regional tuvo en el argentino Ricardo Guiraldes, autor de Don Segundo Sombra (1926) la culminación de la novela gauchos; al colombiano José Eustasio Rivera creador de La Vorágine (1924) de la novela la Jungla y el venezolano Rómulo Gallegos Freire autor de Doña Bárbara (1929). La revolución mexicana inspiró el género propio, “La literatura de la Revolución Mexicana” que inauguró Mariano Azuela, autor de las novelas Andrés Pérez


(1911), Gregorio López que escribió El Indio (1935). La situación de los indígenas atrajo el interés de los escritores mexicanos, guatemaltecos y andinos, como el boliviano Alcides Arguedas que trató el problema en Raza de broce (1919), el peruano Ciro Alegría, autor de El mundo es ancho y ajeno (1941), mientras que el diplomático guatemalteco Miguel Ángel Asturias que recibió en (1966) el Premio Nobel de la Paz y en (1967) el Premio Nobel de Literatura, se reveló como un excelente autor de sátiras políticas en su obra El Señor Presidente (1946). Autores sobresalientes en novelas psicológicas Manuel Rojas Sepúlveda en (1922) el hermano asno, María Luisa Bombal la última niebla (1934), Manuel Gálvez, hombres en soledad (1938), el argentino Macedonio Fernández (1944), Jorge Luis Borges creador de cuentos de ficción (1944) traducidos a números idiomas colaboró con Adolfo Bioy Casares, despertó el interés por la novela policiaca y la literatura fantástica (1940). Otros autores reconocidos por su brillantez y originalidad fue el argentino Julio Cortázar, en especial su antinovela experimental Rayuela (1963); los uruguayos Juan Carlos Onetti con El astillero (1960) y Mario Benedetti con La Tregua 1960). Entre los novelistas latinoamericanos que han conseguido reconocimiento internacional ha sido superado por nuevas técnicas, estilos y perspectivas extremadamente variadas. La etiqueta estilística realismo mágico se puede aplicar a muchos de los más destacados narradores capaces de descubrir el misterio que se esconde en los acontecimientos de la vida cotidiana entre ellos el novelista cubano Alejo Carpentier, la jungla de los pasos perdidos (1953), José Lezama Lima consiguió crear en Paradiso (1966), un denso mundo de complejidad neobarroco. Por otro lado, el peruano Mario Vargas Llosa descubrió perspectivas escondidas en el aparentemente cerrado mundo de una academia militar en la ciudad y Los perros (1962), el Premio Biblioteca Breve y que fue una de las que inauguró el boom de la Literatura latinoamericana, mientras el colombiano Gabriel García Márquez galardonado con el Premio Nobel en (1982) se dio a conocer internacionalmente con su novela Cien años de soledad (1967), en la que a través de una mágica e intemporal unidad, logró trascender el ámbito local en el que se desarrolla la trama narrativa. Con la obra de estos escritores la novela latinoamericana escrita en español, no solo alcanzó su mayoría de edad, sino que parece estar atrayendo la atención de un público internacional cada vez más numeroso.


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