LA HISTORIA DE LA EDAD MEDIA La Edad Media, Medievo o Medioevo es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América, o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que tiene la singularidad de coincidir con la invención de la imprenta (Biblia de Gutenberg) y con el fin de la Guerra de los Cien Años. Actualmente los historiadores del periodo prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y Edad Media de manera que entre los siglos III y VIII se suele hablar de Antigüedad Tardía, que habría sido una gran etapa de transición en todos los ámbitos: en lo económico, para la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica (cada una en su espacio). Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media (siglo V a siglo X, sin una clara diferenciación con la Antigüedad Tardía); y Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV), que a su vez puede dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (siglo XI al siglo XIII), y los dos últimos siglos que presenciaron la Crisis de la Edad Media o del siglo XIV.
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Aunque hay algunos ejemplos de utilización previa, el concepto de Edad Media nació como la segunda edad de la división tradicional del tiempo histórico debida a Cristóbal Cellarius (Historia Medii Aevi a temporibus Constantini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena, 1688), quien la consideraba un tiempo intermedio, sin apenas valor por sí mismo, entre la Edad Antigua identificada con el arte y la cultura de la civilización grecorromana de la Antigüedad clásica y la renovación cultural de la Edad Moderna -en la que él se sitúa que comienza con el Renacimiento y el Humanismo. La popularización de este esquema ha perpetuado un preconcepto erróneo: el de considerar a la Edad Media como una época oscura, sumida en el retroceso intelectual y cultural, y un aletargamiento social y económico secular (que a su vez se asocia con el feudalismo en sus rasgos más oscurantistas, tal como se definió por los revolucionarios que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo dominado por el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el miedo milenarista alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas.
Sin embargo, en este largo período de mil años hubo todo tipo de hechos y procesos muy diferentes entre sí, diferenciados temporal y geográficamente, respondiendo tanto a influencias mutuas con otras civilizaciones y espacios como a dinámicas internas. Muchos de ellos tuvieron una gran proyección hacia el futuro, entre otros los que sentaron las bases del desarrollo de la posterior expansión europea, y el desarrollo de los agentes sociales que desarrollaron una sociedad estamental de base predominantemente rural pero que presenció el nacimiento de una incipiente vida urbana y una burguesía que con el tiempo desarrollarán el capitalismo. Lejos de ser una época inmovilista, la Edad Media, que había comenzado con migraciones de pueblos enteros, y continuado con grandes procesos repobladores (Repoblación en la Península Ibérica, Ostsiedlung en Europa Oriental) vio cómo en sus últimos siglos los antiguos caminos (muchos de ellos vías romanas decaídas) se reparaban y modernizaban con airosos puentes, y se llenaban de toda clase de viajeros (guerreros, peregrinos, mercaderes, estudiantes, goliardos) encarnando la metáfora espiritual de la vida como un viaje (homo viator).
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Sobrecristianismo y la simbología del período medieval. La expansión del cristianismo entre los bárbaros, el asentamiento de la autoridad episcopal en las ciudades y del monacato en los ámbitos rurales (sobre todo desde la regla de San Benito de Nursia -monasterio de Montecassino, 529-), constituyeron una poderosa fuerza fusionadora de culturas y ayudó a asegurar que muchos rasgos de la civilización clásica, como el derecho romano y el latín, pervivieran en la mitad occidental del Imperio, e incluso se expandiera por Europa Central y septentrional. Los francos se convirtieron al catolicismo durante el reinado de Clodoveo I (496 ó 499) y, a partir de entonces, expandieron el cristianismo entre los germanos del otro ado del Rin. Los suevos, que se habían hecho cristianos arrianos con Remismundo (459-469), se convirtieron al catolicismo con Teodomiro (559-570) por las predicaciones de San Martín de Dumio. En ese proceso se habían adelantado a los propios visigodos, que habían sido cristianizados previamente en Oriente en la versión arriana (en el siglo IV), y mantuvieron durante siglo y medio la diferencia religiosa con los católicos hispano-romanos incluso con luchas internas dentro de la clase dominante goda, como demostró la rebelión y muerte de San Hermenegildo (581-585), hijo del rey Leovigildo). La conversión al catolicismo de Recaredo (589) marcó el comienzo de la fusión de ambas sociedades, y de la protección regia al clero católico, visualizada en los Concilios de Toledo (presididos por el propio rey). Los años siguientes vieron un verdadero renacimiento visigodo[24] con figuras de la influencia de san Isidoro de Sevilla (y sus hermanos Leandro, Fulgencio y Florentina, los cuatro santos de Cartagena), Braulio de Zaragoza o Ildefonso de Toledo, de gran repercusión en el resto de Europa y en los futuros reinos cristianos de la Reconquista (véase cristianismo en España, monasterio en España, monasterio hispano y liturgia hispánica). Los ostrogodos, en cambio, no dispusieron de tiempo suficiente para realizar la misma evolución en Italia. No obstante, del grado de convivencia con el papado y los intelectuales católicos fue muestra que los reyes ostrogodos los elevaban a los cargos de mayor confianza (Boecio y Casiodoro, ambos magister officiorum con Teodorico el Grande), aunque también de lo vulnerable de su situación (ejecutado el primero -523- y apartado por los bizantinos el segundo -538-). Sus sucesores en el dominio de Italia, los también arrianos lombardos, tampoco llegaron a experimentar la integración con la población católica sometida, y su divisiones internas hicieron que la conversión al catolicismo del rey Agilulfo (603) no llegara a tener mayores consecuencias.
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Durante el recorrido que hemos hecho aquí por algunos aspectos de la mitología semítica hebrea, y por extensión bíblica a la cristiana, hemos podido evidenciar la existencia de múltiples coincidencias con los principios de una mitología que se extendió a lo largo de milenios por el Oriente Próximo y sus regiones de influencia. Unas estructuras básicas mitológicas que, y desde la visión de su importancia en futuras civilizaciones, podríamos localizar en los territorios afectos al Golfo Pérsico y que coincide con los mitos posteriores de localizar allí el “Jardín del Eden”, así como con el principio de la civilización mesopotámica según las aseveraciones del sacerdote babilónico Bêl-rê-ušu o Berossos , y que se extenderían, poco mas o menos, por la parte occidental de Asia, conformando con posterioridad, junto a las creencias religiosas semitas y la evolución deítica de la herencia neolítica mediterránea, lo que actualmente denominamos como “Religiones del Libro”. A lo largo de los miles de años que han ido conformando la creencia humana en las divinidades , un acontecimiento reiterativo ha sido la representación de aspectos de la Naturaleza que incidían en su realidad cotidiana. Éstas representaciones dieron una “forma física” a unas divinidades que surgieron como parte de la respuesta a cuatro principales introspectivos interrogantes: Su propia existencia como parte la creación del mundo; la Muerte como supuesto fin de los días; sus experiencias vitales en relación con las excelsas fuerzas que parecían regir tal Universo, y, por último, viator). su propio proceder y conducta ante tales sucesos. Las tres primeras dieron como respuesta el desarrollo de una mitologia y la última, dictó sus leyes y rituales sagrados. De ésta guisa, posiblemente durante un paleolítico cazador-recolector, esta mitología primeramente estaría directamente ligada a su mas inmediata realidad física natural, para luego evolucionar hacia un alegoría de esa “esencia creadora/destructora” que le rodeaba, en un neolítico agrícola-ganadero, y que mantendría parte de la imaginería totémica del periodo anterior. bien como forma representativa de la deidad, como epónimo o nombre alegórico, o bien formando parte de su renovada estética iconográfica. Con el transcurso del tiempo, y como consecuencia de una progresiva “humanización” en las representaciones divinas, sus hasta ahora asociaciones naturales fueron tomando un carácter simbólico. Por otro lado, la correlación de fuerzas dentro de los distintos panteones y su evolución, dieron como resultado que, en algunos casos, bien por heredad bien por yuxtaposición de las cualidades esenciales que adornaban a las pretéritas divinidades, supusieran la incorporación de seres fabulosos que englobarían los diferentes aspectos simbólicos tomados por las nuevas deidades.
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Como no podía ser de otra, y conocida fuente de numerosos pasajes, los escritos bíblicos están impregnados de ese simbolismo pretérito. Simbolismo animal o vegetal que ensalzará o desvirtuara en función de la inclinación moral de la cita y que incluso recogerá algún ser fabuloso de la genérica mitología asiática, caso de la “Serpiente Primigenia“, Rahab, a la que combate en similitud al relato del ciclo mitológico del dios Baal sirio-canaaneo. « Despiértate, despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jehová, despiértate con el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó a Rahab y el que hirió al dragón » Isaías 51:9 Biblia Reina Valera 1960. Desde un punto de vista adicto, el bestiario cristiano hay que situarlo en el “Physiologus”, un tratado sobre la Naturaleza y su simbología de origen griego que se data entre los siglo II y III d.c. En este tratado el autor realiza una descripción de determinados entes naturales desde un enfoque simbólico espiritual, pero siempre desde una perspectiva cristiana. Así, tales símbolos pasan a convertirse, desde la herencia greco-babilónica, en reflejo de las verdades de la fe en Cristo y sus principios morales tratando su hasta ahora ambivalencia simbólica con equivalencias relacionadas con el bien y el mal y que asociaba en su explicación con pasajes bíblicos. El “Physiologus”, en definitiva, recoge la antigua simbología mitológica de Oriente Medio, y por heredad grecorromana, para proporcionarle una visión aceptable, como sucedió en otros muchos casos, a ojos de los dogmas de la religión cristiana. En éste sentido no hay nunca que obviar la importancia de la simbología en unas culturas donde el general de la población era analfabeta y las antiguas representaciones divinas estaban harto implantadas en el sentimiento religioso popular. gia y la última, dictó sus leyes y rituales sagrados. De ésta guisa, posiblemente durante un paleolítico cazador-recolector, esta mitología primeramente estaría directamente ligada a su mas inmediata realidad física natural, para luego evolucionar hacia un alegoría de esa “esencia creadora/destructora” que le rodeaba, en un neolítico agrícola-ganadero, y que mantendría parte de la imaginería totémica del periodo anterior. bien como forma representativa de la deidad, como epónimo o nombre alegórico, o bien formando parte de su renovada estética iconográfica. Con el transcurso del tiempo, y como consecuencia de una progresiva “humanización” en las representaciones divinas, sus hasta ahora asociaciones naturales fueron tomando un carácter simbólico. Por otro lado, la correlación de fuerzas dentro de los distintos panteones y su evolución, dieron como resultado que, en algunos casos, bien por heredad bien por yuxtaposición de las cualidades esenciales que adornaban a las pretéritas divinidades, supusieran la incorporación de seres fabulosos que englobarían los diferentes aspectos simbólicos tomados por las nuevas deidades.
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Manuscritos y libros medievales De esta forma aparecieron las pinturas en las cavernas, las pinturas rupestres en los abrigos de las montañas,... que muestran el poder imaginativo de estos hombres. Estos dibujos reciben el nombre de “petrogramas” si están dibujados o pintados en las paredes o rocas, o “petroglifos” si están tallados o grabados. Normalmente representan hombres y animales en distintas posiciones. En muchos casos es muy difícil averiguar la intención o el impulso que movió al hombre a dibujar o grabar una imagen, dicho impulso podía haber sido mágico, religioso, estético,comunicativo,... etc. Además de no conocer ciertamente el impulso que las promueve, tampoco se pueden constituir como escritura puesto que no forman parte de un sistema convencional de signos. Lo que sí podemos afirmar de la pintura es su importancia como precedente de la escritura, ya que la escritura comenzó como imitación de los objetos o seres reales, es decir, la pintura se encuentra en la raíz de toda escritura. Todas las escrituras primitivas modernas (el sumerio, el egipcio, el cretense, el chino, el hitita,...) tuvieron un origen pictórico, ya que sus signos lineales y geométricos no son más que el desarrollo esquemático de las pinturaspropiamente dichas. Las imágenes primitivas, ya sean pintadas o grabados, fueron evolucionando a estadios mas desarrollados:
El sistema representativo-descriptivo. Es también conocido por el equívoco nombre de “pictografía” o “Ideografía”. Estas pinturas carecen de toda clase de adornos, efectos artísticos... y se caracterizan por contar historias a través de dibujos que representan animales y seres vivos. Esta pintura cuenta al ojo lo que ve el ojo. Donde se encuentra con mayor representación y florecimiento es entre los indios americanos.
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El sistema de identificación mnemónica o rememorativa. En este sistema aparecen las marcas de propiedad, es decir, símbolos que representan el nombre de una persona determinada. En este sistema los símbolos también son utilizados como recurso para recordar fechas, por lo que dichos signos son ya más abstractos. Los sistemas limitados. Los principales sistemas de este estadio son los aztecas y las mayas. Lo único comprensible con claridad de dichasinscripciones de América Central son, sobre todo, los sistemas de anotación matemática y astronómica. De los aztecas lo más importante es su calendario, y los signos fonéticos que se encuentran casi exclusivamente en la grafía de los nombres propios. El sistema maya está menos aclarado, solo se ha conseguido descifrar pequeños fragmentos. LAS ESCRITURAS PRIMITIVAS. Los primeros sistemas completos de escritura aparecieron en Oriente. En esta amplia zona encontramos siete sistemas de escritura: • El sistema Sumerio en Mesopotamia hacia el 3100 a. c. • El Proto-Elamita en Elam hacía el 3000-2000 a. c. • El Proto-Índico en el valle de Indo hacía el 2200 a. c. • El Chino en China hacía el 1300 a. c. • El Egipcio en Egipto hacía el 3000 a. c. • El Cretense en Creta hacía el 2000-1200 a. c. • El Hitita en Anatolia y Siria hacía el 1500 a. c. Sin embargo, como tres de los sistemas orientales están aún sin descifrar o parcialmente descifrados (Proto-Elamita, Proto-Índico y Cretense), vamos a referirnos con más extensión en los cuatros sistemas restantes. Los comienzos de la escritura. Que la sociedad sea principalmente agrícola y ganadera explica que los orígenes de la escritura estén referidos a las relaciones económicas establecidas entre los sacos de granos y las cabezas de ganado, es decir, la escritura cuneiforme tiene su origen en las exigencias económicas y administrativas del templo. Gracias a las tabletas encontradas de los colegios sumerios instalados en los templos se han podido trazar las distintas fases de la escritura cuneiforme, ya que llevan en un lado el modelo establecido por el profesor y en el otro lado la copia realizada por el alumno. Esto mostró que cuanto más antiguas son las tabletas encontrada sus signos más se asemejan a las pinturas, es decir, que son más pictográficas (hecho ya manifestado en los precedentes de la escritura). Las primeras tabletas encontradas son “las tabletas de Uruk”, las cuales contiene los signos agrícolas y ganaderos ya mencionados (sacos de grano y cabezas de reses) de forma muy pictográfica puesto que denotan un objeto o un ser determinado a través de la simplificación y esquematización lineal de los dibujos “realistas” de dichos objetos a los que se refieren. Si la observamos es una especie de contabilidad pública. Su material es la arcilla, el cual será a lo largo de la historia de la escritura cuneiforme el más utilizado.
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La evolución: del pictograma al fonetismo. El pictograma de Uruk va a desarrollarse asombrosamente hacía el 2900 a. c. por razones sumamente simples y materiales: la abundancia de arcilla y cañas. A partir de estos momentos, los escribas realizarán sus inscripciones en tabletas de arcilla valiéndose de cálamos y cañas afiladas y talladas a “bisel”. Esta es la razón de porque las nuevas marcas impresas tenían forma de “cuña” y de líneas que constituían una especie de clavos que representaban los dibujos primitivos (de ahí el nombre de escritura “cuneiforme” de cuneus, clavo en latín). Estas nuevas marcas ya no solo representan el objeto que originariamente describen, sino también palabras y objetos con los que puede estar asociado secundariamente. Un ejemplo es que el sol ya no solo significa el propio sol, ahora también puede significar la luz, el día, el brillo, etc., según el contexto donde se inserte dicho signo. El gran inconveniente de esta escritura era su incapacidad de expresar muchas partes de la lengua y las formas gramaticales como, por ejemplo, la escritura de los nombres propios. El silabario mesopotámico. El silabario mesopotámico y los sistemas derivados de él se compone de signos que generalmente representan monosílabos terminados en vocal o consonante. No contiene todas las posibles sílabas de la lengua debido al principio de economía que deriva de ciertas medidas de ahorro: la principal es que no se diferencia entre consonantes mudas, sonoras y enfáticas. De ahí deriva, ante la inadecuada indicación de las consonantes, el empleo de dos métodos: indicar correctamente las consonantes pero no las vocales. Importancia de la escritura en la sociedad. Escribir y leer no era nada fácil para los antiguos mesopotámicos. Esta es la razón de que los escribas formasen una casta aristocrática más poderosa, a veces, que la corte de analfabetos incluso que el propio soberano. Saber leer y escribir era un poder y una fuerza. Evolución de la escritura cuneiforme. Esta escritura pudo adaptarse a lenguas distintas del acadio como el Elamita. También fue adaptada asombrosamente por los hititas, civilización poderosa y rica que hablaba una lengua indoeuropea. Pasó lo mismo con los antiguos
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Tipografía antigua Fines del siglo IV comienza el principio del fin para el Imperio romano, tras la invasión de Italia por el visigodo Alarico y el saqueo de Roma por Geiseirco, rey de los vándalos, las incursiones de pueblos bárbaros se hicieron cada vez más frecuentes y cruentas, y sus consecuencias cada vez más negativas para el poder de Roma; poco a poco estos pueblos irán conquistando territorios e instalándose en ellos de manera permanente, creando sus propios estados nacionales. Es la Edad Media un periodo histórico muy distinto a la del Imperio Romano. Es la "época oscura" para la humanidad y la cultura en general. La cultura desaparece de las ciudades y se refugia en los monasterios, en muchos casos aislados de ella. Todo lo relacionado con la fabricación de libros, tiene lugar entre sus muros: Fabricación del papel, escritura, miniaturización, encuadernación... Se adopta el Latín como idioma del Cristianismo (no hay que olvidar la importancia que esta religión al contrario que otras, dio al libro, como transmisor de la palabras sagradas) unido todo ello por la escritura uncial, tipo de escritura en el que todo el texto se escribía en letras mayúsculas y que ue de uso común entre los siglos III y VII, principalmente por los escribas latinos y griegos. En los scriptorium de los montasterios los copistas trabajaban en la redacción de los diferentes textos sagrados; mientras que más capacitados o mejor dotados para ello los ilustraban e iluminaban; así la uncial, se convertirá en la escritura románica por excelencia, convirtiéndose gracias a la pureza y robustez de sus líneas, la suavidad y redondez de sus formas, en una perfecta integración con el contexto artístico del momento.
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El papel y el pergamino: no hay noticias de cómo se elaboraba el pergamino en la época clásica, pero sin duda, no pudo ser muy distinto a los métodos usados en la Edad Media. Su fabricación tenía lugar en los montasterios, mientras que ya en la Baja Edad Media, a partir del siglo XIII, su fabricación se secularizó y comenzaron apareciendo gremios de pergamineros en las principales ciudades. Junto al pergamino, nos encontramos la vitela, variedad más fina y lujosa del pergamino que procedía de animales jóvenes o muertos al nacer. En cuanto al papel, fue introducido en Europa por los árabes quienes lo aprendieron de los chinos a mediados del siglo VIII. Su uso en la Edad Media, queda relevado a los últimos siglos, fundamentalmente XIII y XIV cuando la demanda de libros empezó a aumentar. El primitivo papel era una pasta resultante de la trituración o multuración de trapos de lino y cuerdas de cáñamo, que por presión se reducían a delgadas láminas y eran secados posteriormente. Instrumentos de la escritura: a imitación de las plumas de cálamo, aparecieron en el siglo V plumas de metal, como la de bronce descubierta en Aosta, aunque el cálamo debió seguir usándose durante bastante tiempo. La escritura carolina o carolingia: carlomagno, en el alba del siglo IX, representa en la Historia el intento de revivir en Europa la unidad del Imperio Romano, de hacer un nuevo imperio en Occidente. Esta romanización tiene su traducción en el campo gráfico con un renacimiento, con todas las connotaciones de la palabra, intencionado, de la escritura de Roma: la escritura carolina, la escritura nueva del imperio antiguo en el nuevo imperio nace para devolver a Europa la unidad gráfica que había perdido con las escrituras nacionales. Surgida en los últimos decenios del siglo VIII, la escritura carolingia sustituyó a las minúsculas en los países francos, la Italia septrentional y central, en Alemania y en Suiza difundiéndose posteriormente a Inglaterra y en el siglo XII a España. Primero sustituyó a la precarolingia en los pirineos y lentamente al resto de la península. Curiosamente, en los siglos X y XI que marcan el apogeo de esta letra, no se realizó en la península -al menos que se conozcaningún manuscrito con esta letra.
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La escritura gotica:También llamada por algunos tratadistas como "escolástica" o "monacal" es el resultado de la transformación de la escritura carolingia En el siglo IV, tribus godas llegadas al mar Negro desde la lejana Suecia penetraron en Capadocia donde hicieron como prisionero a Ulfilas, obispo arriano y erudito que inventó un alfabeto para dar forma escrita a la lengua que aquel pueblo hablaba sobre todo para traducir la Biblia. Ulfilas fue, en definitiva, responsable de que, muchos siglos después, los godos pasaran a la historia por haber dado nombre a uno de los períodos artísticos más brillantes de la historia europea: el gótico. A lo largo de varias generaciones la minúscula carolina (letras independientes, redondeadas y bien definidas, pero lentas de elaborar) fue convirtiéndose en una escritura llena de puntas, ángulos y rasgos verticales, más rápida de escribir y que podía comprimirse a voluntad (ahorro de trabajo y materiales), que se llamó o bien carolina tardía o gótica temprana. El ciclo gráfico gótico no supone una ruptura con el alfabeto Carolino. Trátase más bien de una serie de tendencias - también procedentes de Francia - que, gradualmente, transforman los signos alfabéticos proporcionando un nuevo aspecto de escritura. Son típicos de este nuevo estilo el fuerte contraste entre los rasgos gruesos y los finos que provoca un aspecto anguloso de las letras; las líneas de alzada y caída de las letras que se salen notablemente de la línea de escritura o el gusto por inclinar la letra hacia la izquierda. Las nuevas condiciones de esta escritura se deben, principalmente, al elemento escriptorio, la pluma de ave, a la que se le dio un tajo o corte especial en forma oblicua hacia la izquierda. Hubo numerosas variantes, casi tantas como scriptoriums. Hay muy diversas clasificaciones según los distintos estilos de esta escritura. Una de ellas, la divide en Textualis, Rotunda, Schwabacher y Fraktur.
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Heráldica y los estandartes La heráldica es la ciencia del blasón (según la RAE, «blasón» se define como el «arte de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona»). Es también un campo de expresión artística, un elemento del derecho medieval y de las dinastías reales hasta nuestros días. Más recientemente, ha sido admitida dentro de las ciencias anexas de la historia junto con la diplomática, lafalerística, la sigilografía y la vexilología. Se desarrolló durante la Edad Media en toda Europa hasta convertirse en un código coherente de identificación de personas, progresivamente incorporado por estamentos de la sociedad feudal como la nobleza y la Iglesia Católica para la identificación de linajes y miembros de la jerarquía, siendo igualmente adoptado por otros colectivos humanos, como gremios y asociaciones, además de ser adoptado para la identificación de ciudades, villas y territorios. Siguiendo a Alberto Montaner Frutos, la heráldica es un sistema de comunicación que forma parte del diasistema de la emblemática y está formado por signos constituidos por armerías (escudos de armas).1 Estas armerías están conformadas por cuatro conjuntos de elementos (repertorios paradigmáticos): el campo (normalmente limitado por la representación de un escudo, aunque no siempre), que solo excepcionalmente posee valor distintivo; las particiones del campo, que delimitan zonas en su interior; las señales, también denominadas muebles (figuras geométricas u objetos) y los esmaltes, o colores heráldicos, que se dividen en metales (oro y plata) y colores.(gules, azur, sable, sinople ypúrpura). A partir del siglo XIV aparece un cuarto repertorio paradigmático, el de los ornamentos exteriores al campo, que pueden situarse encima del escudo (el timbre, que tiene como formas básicas la corona y el yelmo, este último con o sin cimera), a sus lados, sosteniéndolo (soportes o tenantes, cuya distinción es irrelevante), rodeándolo (collares, cintas, cordones...) o enmarcándolo (como el caso de mantos y pabellones). ). Estos elementos paradigmáticos se seleccionan para formar signos sintagmáticos según ciertos principios, como la que prescribe que no se utilice en el campo y las señales esmaltes del mismo grupo (colores y metales), sino combinar metal y color.
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Blasón es una palabra de origen oscuro, puede ser que venga de alguna lengua franconia de la palabra blâsjan (antorcha encendida, gloria), o más probablemente del latínblasus significando ‘arma de guerra’. “Blasonar” significa describir las armerías siguiendo las reglas de la ciencia heráldica. En un estricto sentido, el blasón es, entonces, un enunciado que puede ser oral o escrito. Es la descripción de las armerías hecha en un lenguaje técnico, el lenguaje heráldico. El blasonamiento es la acción que consiste en describir las armerías (y por tanto de enunciar el blasón que representa). La ciencia del blasón es muy antigua, se funda menos de un siglo después que se estableciera el uso de armerías en la Edad Media. En esgrima, los blasones (amarillo, rojo, azul...) son exámenes que permiten probar un nivel de técnica adquirida, de arbitrar o de participar en ciertas competencias. Algunos son distribuidos igualmente después de una victoria. Se expresan en una pieza de tela (cuyo color cambia siguiendo el nivel) en el codo o añadida al hombro desarmado. Ciencias heráldicas: La heráldica es lo relativo al lenguaje del blasón, a la ciencia de los heraldos y al diseño de las armerías. Más específicamente, es la disciplina que tiene por objeto el conocimiento y el estudio de las armerías. La heráldica cubre cuatro disciplinas conexas: El blasonamiento. Históricamente, la heráldica es la ciencia de los heraldos, que en los torneos anuncian a los caballeros describiendo en su lenguaje propio las armerías que portaban en su escudo. Esta disciplina se prolonga hasta la heráldica teórica, que tiene por objeto precisar las reglas del blasón, su vocabulario, su gramática y su semántica. Puede convertirse en un deporte mental consistente en describir en términos de blasón figuras variadas y originales, a veces alejadas de composiciones tradicionales, cuya legitimidad descansa en ser fiel a un genio heráldico. La composición. La rama tradicional de la heráldica se refiere a la creación y a la composición de las armas y blasones para aquel que desea convertirse en titular. Esta heráldica se apoya en una parte en la genealogía del titular y por otra parte en el simbolismo particular que desea conferirle a sus armas. La heráldica, no teniendo más reglamentos que ella misma (salvo en ciertos países), puede llevar a estas composiciones empujadas por la vanidad del cliente a excesos: la heráldica ha creado numeroso muebles inútiles simplemente por originalidad. La decoración. La rama artística de la heráldica se interesa en la representación gráfica de los blasones en la forma de armas y de armerías, para armar toda clase de soportes.
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La heráldica histórica, finalmente, es una ciencia auxiliar de la historia. Por un lado, se apoya en los documentos y muebles armados para obtener información particular sobre la historia del titular. Por otro, analiza la composición de esas armas y blasones para estudiar, de manera general, la simbólica social. Raíces históricas de la heráldica: El uso de las armerías viene de la evolución del equipo militar entre los siglos XI y XII, que hicieron prácticamente imposible el reconocimiento del rostro de un caballero. El casco de los caballeros (que figura todavía en los ornamentos exteriores) cubría progresivamente la cara: la nariz está protegida por un nasal, la cota de malla (que protege la cabeza y el cuello) tiende a cubrir la parte baja del rostro y está definitivamente cerrado por una visera móvil. Para hacerse reconocer en las batallas y los torneos, los caballeros comienzan a pintar figuras distintivas sobre sus escudos (muebles y piezas o figuras geométricas). Escudero: El escudero es un gentil hombre que acompaña a un caballero y carga su escudo. A partir del momento en el que el escudo porta las figuras distintivas, el escudero que porta el escudo puede representar al caballero, aún en su ausencia. El escudero es probablemente el origen de la representación de los tenantes en los ornamentos exteriores. Las cinco regiones principales del escudo (jefe, corazón, flancos diestro y siniestro, punta) se refieren a partes del cuerpo del escudero que porta el blasón en el pecho y se presenta de frente. Como el escudero está visto de frente, “diestra” y “siniestra” están invertidos en heráldica en cuanto a su significación usual: la diestra del escudero es la izquierda del observador y viceversa. La razón de ser de un caballero es librar batallas. La batalla le permite probar su valentía a través de sus encuentros y los rescates recolectados sobre los vencidos aumentaban sus bienes materiales. En un comienzo no hay gran diferencia entre el desarrollo de una batalla y el de un torneo. En los dos casos se trata de una gran trifulca armada organizada en un campo de batalla entre dos bandos, donde los participantes respetan ciertas reglas. La diferencia es en el entorno de la confrontación.
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