Centro de Experimentación Para ara el Aprendizaje Permanente
SISTEMATIZACIÓN DEL TALLER
“HERRAMIENTAS PARA LA A EXPRESIÓN LÚDICA”
Luis Alberto Ochoa Caracas, Junio de 2010
Índice Introducción
4
Descripción del proyecto o Antecedentes
6
o Justificación
8
o Las interrogantes
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o Objetivos
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o Objetivos de Aprendizaje
12
o Metodología utilizada en la sistematización del taller
14
o Ejes de análisis de la sistematización
19
De juegos y otras travesuras o Punto y seguimos… La mediación pedagógica en el diseño de talleres educativos
21 30 36
o Algunas reflexiones y conceptos sobre el taller educativo
37
o Elementos para la realización del taller
39
o Recursos y materiales
40
o Lugar y tiempo
41
o Mediación pedagógica
42
o La planificación del taller
45
o Taller “Herramientas para la Expresión Lúdica”
47
El Encanto Lúdico de Leer y Escribir
54
Primera sesión o El juego y la Expresión Lúdica
59
o La Expresividad Literaria y la Animación a la Lectura
64
Segunda sesión
76 2
Tercera sesión
89
La creatividad en la evaluación de los procesos educativos
95
o La creatividad Cuarta sesión o Evaluación
99 105 109
A manera de conclusiones
122
Bibliografía
125
3
INTRODUCCIÓN
El presente informe de aprendizaje -realizado con carácter prospectivo- refiere el proceso de diseño, facilitación y evaluación del taller “Herramientas para la Expresión Lúdica”, así como a la sistematización del mismo. Dicha actividad educativa se llevó a cabo en el Instituto Universitario “Jesús Obrero” de Catia, entre el 8 y el 29 de mayo de 2010, y fue dirigida básicamente a estudiantes de Educación Integral del mencionado plantel educativo. En dicha experiencia, realizada en un contexto de educación formal, y delimitada tanto en espacio como en tiempo, quien escribe es sujeto y objeto de la investigación, razón por la que utilizaré -en la casi totalidad de su reconstrucción- el lenguaje en primera persona. El taller “Herramientas para la Expresión Lúdica” fue un espacio para vivenciar un conjunto de dinámicas y técnicas que permiten abordar diferentes temáticas de interés educativo, favoreciendo la exteriorización creativa de sentimientos, la indagación, y la expresividad de la palabra infantil a través de la lúdica, y fue también; un lugar de encuentro y construcción colectiva que facilitó reflexionar sobre el valor de esa herramienta en los procesos de aprendizaje. La sistematización que presento estuvo orientada por la metodología cualitativa y en ella procuré un acercamiento al enfoque de sistematización de experiencias de Oscar Jara, quien propone -además de los 5 tiempos para llevarla a cabo- analizar la experiencia seleccionada bajo la mirada de la dialéctica. Entre las técnicas utilizadas para registrar y valorar el proceso estuvo la observación participante en su modalidad libre, la revisión y el análisis documental, y la aplicación de instrumentos evaluativos. En este proyecto me propuse aproximarme a un conjunto de conocimientos que de acuerdo a la planificación realizada tuvieron presentes 4
en esa experiencia. En esta ocasión, entre otras necesidades formativas, requería fortalecer mis habilidades y destrezas en el diseño, facilitación y evaluación de talleres educativos, así como aproximarme a conocimientos teóricos de la mediación pedagógica, la expresión lúdica y la animación a la lectura. Por ello, en el avance de la descripción de la experiencia, se observará la incorporación de fundamentos de orden teórico conceptual que me permitieron abordar algunas áreas de conocimiento, entre ellas: Evaluación, Currículo, Mediación pedagógica, Animación a la lectura y Creatividad. Los invito a leer esta travesía poblada de juegos versificados, a recorrer este arrabal levantado en abrazos poéticos y en reflexiones vitales, súmese al atrevimiento de inventar una vida justa y posible en el fragor de la creatividad colectiva.
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Antecedentes Considero como un antecedente legítimo de la investigación efectuada la propia experiencia que sobre esta temática he compartido en diferentes contextos, entre ellos: comunitarios (Equipo de Trabajo Carbonell del Barrio el Amparo de Catia, entre los años 1991-1994), institucionales y/o de educación formal (Junto a la cantora y docente la “Chiche” Manaure para el Consejo Nacional de Defensa de Niños, Niñas y Adolescentes en conjunto con el Museo Alejandro Otero, como co-facilitador del taller de expresión literaria infantil “Pescadores y pescadoras de letras Aquiles Nazoa”, año 2001. Centro Nacional del Libro, como promotor de lectura, durante el año 2005. En la “Operación Dulcinea” con la Dirección de Literatura del Consejo Nacional de la Cultura, como coordinador y promotor de lectura, año 2005. Para la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, como diseñador y facilitador del “Taller de herramientas de expresión” en el marco del componente desarrollo comunitario del Programa Formativo para jóvenes fuera del sistema escolar de la comunidad de Río Negro, en Barlovento Estado Miranda, año 2006. Escuela Comunitaria “Luisa Goiticoa” donde me desempeñé por 3 años y medio como bibliotecario y profesor de la asignatura de castellano y literatura, años 1997-2000. En la Unidad Educativa Nacional “Lino Gallardo”, como Coordinador y facilitador del curso “Comunicación Popular y Participación Juvenil en Radios Comunitarias”,
durante
el
año
escolar
2001-2002.
En
el
Instituto
Metropolitano de la Juventud, adscrito a la Alcaldía Metropolitana, como Coordinador de la Escuela de Recreadores Comunitarios Integrales, entre marzo de 2007 y julio de 2008. En varias de estas experiencias además de actuar como diseñador y facilitador de actividades lúdicas, de recreación, y de expresión literaria, me correspondió planificar, ejecutar, y participar de la evaluación y coevaluación de programas educativos. Esto de alguna manera nos indica que aún cuando este proyecto tuvo un carácter prospectivo, parece lógico que 6
parte de lo aprendido y practicado en las mencionadas experiencias, de muchas maneras estĂĄn presentes en el desarrollo del mismo, por lo tanto tambiĂŠn constituyen un innegable antecedente para el proyecto desarrollado.
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Justificación “Magda Lemonnier recorta palabras de los diarios, palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas. En caja roja guarda las palabras furiosas. En caja verde, las palabras amantes. En caja azul, las neutrales. En caja amarilla, las tristes. Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia. A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa, para que las palabras se mezclen como quieran. Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre y le anuncian lo que ocurrirá” Eduardo Galeano
Con frecuencia apreciamos cómo en los espacios de educación formal se desestima o desconoce el uso de estrategias lúdicas para favorecer los procesos de enseñanza aprendizaje que se comparte con niños y niñas. Esta práctica está directamente relacionada con la concepción pedagógica de quienes tienen la responsabilidad de orientar dichos procesos. Si el pensamiento, o los pensamientos que encaminan el ejercicio de educar están marcados por la rigidez, así será el comportamiento de los educadores junto a los educandos. Al omitir en esa práctica el recurso del juego, se impide que los (as) estudiantes se beneficien de momentos que generan placer en el aprendizaje. El sistema educativo venezolano, en cualquiera de sus etapas, continúa muy marcado por un ejercicio docente pensado para domesticar a los (as) estudiantes. Una educación hecha para la reproducción y continuación del sistema alienante que aún nos oprime. Esa realidad demanda propiciar espacios que aporten en función de transformar, desde las propias escuelas, la situación descrita. Lo que hace Magda –según describe Galeano en el epígrafe de esta justificación-, es un juego. Travesear con palabras tristes, amantes, alegres, con vocablos que albergan disímiles sentimientos, palabras inquietas y 8
hechiceras que además tienen la cualidad de advertir lo que viene. Hermoso juego en el que ella muestra su capacidad de atrevimiento. De eso procura ocuparse la propuesta compartida con estudiantes de educación Integral del Instituto Universitario “Jesús Obrero”, de jugar con las palabras para que ellas nos ayuden a pronunciar la vida que queremos. De intentar asumir las posibilidades de la lúdica como herramienta para propiciar espacios integrales de inter-aprendizaje. Con la realización de este proyecto, cuestión que pasó por compartir el taller y paralelamente sistematizar la experiencia del mismo, no pretendí transformar la concepción pedagógica de quienes participaron en él, pero si me propuse contribuir en el conocimiento de un conjunto de técnicas para el abordaje lúdico-creativo de diferentes temáticas, haciendo hincapié en expresiones literarias como el cuento, y la poesía. La intención fue propiciar que las (os) participantes de este taller, pudieran incorporar, renovar, o redimensionar estos elementos en su hacer educativo. Este taller no es la panacea a prácticas tediosas, definitivamente no lo concebí como eso, pero si aguarda en sus entrañas el anhelo de que le nazcan travesuras pedagógicas a las (os) estudiantes de educación integral que lo vivenciaron. Creo que el proyecto efectuado tuvo incidencias que desde el ámbito educativo-social justificaron su realización. De igual manera, su puesta en práctica contribuyó a fortalecer aspectos relevantes en mi práctica profesional como facilitador.
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Las interrogantes Las siguientes interrogantes se derivan del ejercicio que hice dentro del segundo tiempo del enfoque de sistematización de Oscar Jara, relativo a las preguntas iniciales. Al emprender una investigación con las particularidades que me propuse, resulta necesario formular estas preguntas, ellas me llevaron a definir los objetivos del proyecto, luego junto a éstos orientaron el desarrollo del mismo y me ayudaron a mantenerme enfocado en el tema seleccionado. Las interrogantes que han generado la presente sistematización son las siguientes:
¿Cuáles serán las debilidades y las consistencias que presentaré
al diseñar, facilitar y participar de la evaluación del taller de Expresión Lúdica que compartiré con estudiantes de educación integral del Instituto Universitario “Jesús Obrero”, durante el mes de mayo de 2010?
¿Servirá esa experiencia para reflexionar sobre la importancia de
usar estrategias lúdicas en los espacios educativos con niños y niñas?
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Los objetivos delinean el camino de la travesía planteada, delimitan el alcance y precisan el destino de ese trayecto, en ellos reposa el sentido, la validez del esfuerzo que nos proponemos, de allí la importancia que revisten al momento de plantearse un proyecto de cualquier índole. Aquí expreso las intenciones de este viaje, las pretensiones de un recorrido que aún planificado, tiene por bastimento saberes construidos en procesos anteriores.
Objetivo General
Sistematizar críticamente la experiencia del "Taller Herramientas para la Expresión Lúdica” dirigido a estudiantes de educación integral del Instituto Universitario “Jesús Obrero” de Catia, Caracas, durante el mes de mayo de 2010, para el reconocimiento de los aprendizajes obtenidos en cuanto al diseño, facilitación y evaluación de talleres educativos.
Objetivos Específicos Diseñar el taller “Herramientas para la Expresión Lúdica” tomando
en cuenta elementos de la mediación pedagógica. Facilitar
el taller “Herramientas para la Expresión Lúdica”
socializando un conjunto de
técnicas que permiten el abordaje
lúdico-creativo de la expresividad literaria y la animación a la lectura, entre otras temáticas de interés educativo. Evaluar integralmente con las (os) participantes del taller los
diferentes
elementos
que
conforman
el
espacio
educativo
compartido: diseño, contenidos, facilitación, recursos pedagógicos, metodología de trabajo, material de apoyo, entre otros.
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Sistematizar críticamente la experiencia del "Taller Herramientas para
la Expresión Lúdica” tomando en cuenta los elementos y datos recopilados en la aplicación de los instrumentos empleados para ello.
Objetivos de Aprendizaje En lo Teórico- Conceptual Asimilar fundamentos teórico- conceptuales de la expresión lúdica. Aprehender fundamentos teóricos de la expresividad literaria. Asimilar fundamentos teóricos de la mediación pedagógica. Fortalecer principios teórico- conceptuales de la animación a la
lectura. Consolidar principios teórico- conceptuales sobre el diseño de talleres
educativos. Asimilar fundamentos teóricos sobre la creatividad. Aprehender fundamentos teóricos de la evaluación educativa.
En lo Metodológico-Procedimental Evidenciar destrezas para el diseño de talleres educativos. Contribuir en el conocimiento de un conjunto de técnicas para el
abordaje lúdico-creativo de diferentes temáticas, haciendo hincapié en expresiones literarias como el cuento, la poesía, y las adivinanzas. Evidenciar habilidades para la creación y socialización de técnicas
grupales. Evidenciar destrezas en la facilitación de talleres educativos.
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En lo actitudinal Fortalecer actitudes en mi praxis como diseñador de talleres
educativos, que ayuden a sustentar mi rol profesional central. Evidenciar valores y actitudes en la realización y socialización de
talleres educativos, que contribuyan a fortalecer mi rol profesional central. Evidenciar
la
disposición
para
sistematizar
una
experiencia
paralelamente al desarrollo de la misma. Fortalecer la paciencia y la tolerancia en el ejercicio de la facilitación. Evidenciar habilidades y destrezas para propiciar espacios que
favorezcan la comunicación grupal. Evidenciar
la amorosidad como elemento fundamental en la
facilitación. Integrales Reconocer elementos de la mediación pedagógica (expresividad,
creatividad, participación, relacionalidad) en mi ejercicio como diseñador de talleres educativos. Asimilar fundamentos teórico-prácticos de la metodología cualitativa
relacionados con la técnica de observación participante libre. Evidenciar fortalezas para la redacción. Enriquecer conocimientos teórico-prácticos de la sistematización de
experiencias.
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Metodología utilizada en la sistematización del taller El proyecto Taller de Herramientas para la “Expresión Lúdica” se efectuó en tiempo prospectivo (entre el 8 y el 29 de mayo de 2010), eso quiere decir que la investigación planea de manera anticipada y en base a un fenómeno de la realidad futura, un conjunto de actividades en las que se utilizarán técnicas que facilitarán de manera paralela su estudio y comprensión. Para llevar a cabo esta propuesta procuré un acercamiento al enfoque de sistematización de experiencias desarrollado por Oscar Jara (1994), quien basa su propuesta en la aplicación de 5 tiempos, a decir: A)
El punto de partida: que implica; a1. Haber participado en la experiencia: Como resulta obvio, el diseñar, facilitar y participar de la evaluación de la experiencia sistematizada, me convierte en sujeto de la misma. a2. Tener registros de la experiencia: En el desarrollo del proyecto registré sus diversos momentos, y así obtuve un conjunto de fotografías, videos, planillas de asistencia, copias de algunos de los resultados creativos del taller, instrumentos evaluativos, entre otros apuntes que me ayudaron en la sistematización.
B)
Las preguntas iniciales: es el momento de formularnos las interrogantes: b1. ¿Para qué queremos sitematizar? b2. ¿Qué experiencia queremos sistematizar? b3. ¿Qué aspectos centrales de esa experiencia nos interesa sistematizar? De las cuales pueden surgir otras preguntas, que conlleven a reflexiones e intentos de respuestas. En este caso, la experiencia sistematizada ya ha sido plenamente identificada, y el para qué, tuvo el sentido de aprender de ella, lograr y
14
evidenciar conocimientos surgidos y reconocidos en el desarrollo y sistematización de la misma. Este momento también pasa por la definición del objetivo, por la delimitación en espacio y tiempo de la experiencia, por establecer cuales son los aspectos que más nos interesan de la totalidad que representa, y asumirlos como un hilo conductor que atraviesa la experiencia. C)
Recuperación del proceso vivido: Es el momento de rehacer la historia, ordenarla tal como sucedió, clasificarla en base a la información de que se dispone, e identificar las etapas del proceso haciendo uso de todos los registros posibles. La recuperación del proceso la hice a través de relatos, descripciones, para ello me apoyé en los apuntes realizados, en el análisis de fotografías, y en la propia memoria.
D)
La reflexión de fondo: Es el tiempo de observar y analizar con profundo sentido crítico lo sucedido, de resumir el por qué pasaron las cosas como pasaron, que factores influyeron para que fuera de esa manera y no de otra. En la presente sistematización, este paso lo he incorporado al momento de la descripción del proceso, es decir, que en la misma narración de la experiencia agregué las reflexiones y análisis que consideré pertinentes.
E)
Los puntos de llegada: Es la fase en la que elaboramos las conclusiones e implementamos medios para comunicar y compartir los resultados de la investigación con todas las personas involucradas en la experiencia. En este caso, las (os) participantes del taller compartido en el IUJO. Entonces, como punto de llegada, no para “llegar” sino para continuar con una práctica educativa mejorada, en 15
este paso del enfoque de sistematización de Oscar Jara, formulé las conclusiones que se han derivado de la investigación (colocadas hacia el final del presente Informe de Aprendizaje) y seguidamente, en un espacio de encuentro que estuvo en sintonía con la calidez y creatividad que acompañó la experiencia sistematizada comuniqué los aprendizajes con las personas implicadas en sus resultados. Sobre la sistematización Oscar Jara (1994) nos dice:
…“La sistematización pone en orden conocimientos desordenados y percepciones dispersas que surgieron en el transcurso de la experiencia. Asimismo, explicita intuiciones, intenciones y vivencias acumuladas a lo largo del proceso. Al sistematizar, las personas recuperan de manera ordenada lo que ya saben sobre su experiencia, descubren lo que aún no saben acerca de ella, pero también se les revela lo que “aún no saben que ya sabían”…” (Jara: 1994: 24,25) En otras sistematizaciones que he realizado pude sentir en una proporción cercana, eso de “recuperar lo que ya sé sobre mi experiencia”, “descubrir lo que no sabía que sabía” y apreciar como se manifiesta en el proceso “lo que no sabía que ya sabía”. Esos son momentos de un regocijo muy particular que a veces nos sorprenden en medio de una reflexión, de una evocación detallada, que aparecen como consecuencia del cruce analítico entre una situación relevante del proceso y la transcripción de un testimonio. En esos momentos suele surgir “lo que no sabía que ya sabía”, como un murmullo in crescendo que se prende de nosotros y toma forma en el papel, donde lo hemos plasmado para que más allá de él nos acompañe siempre. Existen muchos enfoques de sistematización, diversas maneras de entenderla, entre algunas de ellas también apreciamos coincidencias en algunos aspectos de sus intenciones. En el trabajo digital “Viendo la sistematización”, incorporan la siguiente definición de sistematización de Félix Cadena (s/f): 16
…“un proceso intencionado de creación participativa de conocimientos teóricos y prácticos, desde y acerca de las prácticas de transformación emancipadora, con el propósito de que ésta pueda de mejor manera lograr sus finalidades de contribuir al desarrollo creciente de la fuerza y de las capacidades de los sectores populares para que, conformándose como sujetos colectivos, puedan ser verdaderos protagonistas en la identificación y resolución de sus necesidades y anhelos, tanto cotidianos como históricos, superando las relaciones y mecanismos de subordinación que se oponen a esta transformación. (/www.alboan.org/archivos/1viendo.pdf)”… En el libro “Herramientas para elaborar tesis e investigaciones socioeducativas”, Cifuentes (citada en Oscar Zapata, 2005) expone:
“…la sistematización se constituye en un sello latinoamericano de nuestras búsquedas, en el que reconocemos la posibilidad de construir diversos niveles de conocimiento a partir de las prácticas de intervención profesional, en diálogo cultural con los sujetos con quienes llevamos a cabo nuestro trabajo, y con una perspectiva transformadora de las relaciones entre conocimiento y poder, tanto para la profesión como para la práctica educativa, de los actores sociales con quienes interactuamos y el sistema en que nos movemos…” Para la sistematización que realicé intenté permear con ese ánimo la intención de producir conocimientos (teóricos y prácticos), consciente de la necesidad de propiciar una relación dialógica con quienes compartieron el trabajo desarrollado. Por ello la importancia que tuvo registrar el proceso considerando la palabra de otros (as) sujetos (as) comprometidos (as) en su curso, y la utilización de algunas técnicas que facilitaron recoger la información que luego permitió reconstruir y analizar la experiencia desarrollada, entre ellas: observación participante libre, y conversatorios. En este punto considero necesario enfatizar que la sistematización es considerada como una modalidad de investigación dentro de la metodología cualitativa, vale decir que este tipo de investigación “…se define, por oposición a la cuantitativa, como un tipo de investigación cuyos resultados no provienen de instrumentos 17
cuantitativos ni son analizados mediante tratamiento estadístico.” (Rojas: 2007: 13) Es decir que esta metodología dispone estratégicamente de procedimientos y técnicas para que el (la) investigador (a) intente conocer en su totalidad los procesos, sujetos, y hechos que estudia –y con los que se involucra- incorporando en su interpretación la subjetividad con que aprecia los hechos y sus manifestaciones. Contrario a la metodología cuantitativa donde lo significativo son los resultados de la investigación, los cuales tienen que ser medibles, comprobables y objetivos. La investigación cualitativa pretende describir de manera holística los fenómenos, le importa distinguir como se manifiesta la dinámica en los procesos.
“…desde una perspectiva epistemológica, la investigación cualitativa se orienta hacia la construcción de conocimiento acerca de la realidad social y cultural a partir de la descripción e interpretación de las perspectivas de los sujetos involucrados.” (Rojas: 2007: 57) En
trabajos
anteriores
he
comentado
sobre
la
observación
participante en su modalidad libre. En esta ocasión incorporo algunas reflexiones de Belkys Rojas (2006) sobre el valor y sentido de las notas de campo al momento de hacer observaciones:
“…se observa con todos los sentidos, no sólo con la vista. Las notas de campo deben describir olores, temperaturas, sabores, sonidos, palabras, objetos, personas, acciones, situaciones, todo. Principalmente al inicio, cuando las observaciones son inclusivas. En estas primeras observaciones las restricciones dependen de las limitaciones naturales del cerebro y los receptores sensoriales. Después, cuando se encuentran focos de interés, la observación se vuelve más selectiva y las notas más específicas, pero no menos descriptivas. ” (Rojas: 2007: 75) Coincido con esa disposición multisensorial que plantea Belkys al momento de tomar las notas en la observación participante. Lo multisensorial, en este caso, tiene que ver con activar la percepción de todos 18
los sentidos, en función de recoger toda la información posible. Creo que todo habla, todo nos dice cosas, por ejemplo; una persona puede dejar de participar en un proceso comunitario, o en una actividad de éste, al mismo instante de percibir que otra persona está fumando, consumiendo licor o en una actitud que no se corresponde con el momento, eso lo he apreciado incontables veces en diferentes circunstancias. En comunidades populares he observado casos de personas que por desconocimiento a los códigos propios del ritual de la cruz de mayo, asisten con más ánimo festivo que devocional, y sin saber que de acuerdo a las pautas de la tradición resulta un acto inadecuado, se ponen a bailar un canto de fulía frente al altar estando la cruz descubierta, cuestión que ocasiona un silente desagrado en otras personas, que, por temor a que los recién llegados generen actitudes agresivas si se les hace una aclaración, optan por retirarse del lugar. Situaciones similares he visto con “deportistas” carentes de ética y coherencia que fuman o consumen licor en pleno evento deportivo y delante de compañeros de equipo, deportistas que cuestionan estas actitudes alejadas de los principios y valores del deporte. Parecen detalles banales, pero en el desenlace de algunas situaciones grupales pueden significar mucho. Esta sistematización incorporó 3 ejes fundamentales, los cuales constituyen los elementos medulares dentro del enfoque de sistematización de Oscar Jara, considerando esto, fueron abordados de manera que permitieran un enlace armónico entre los distintos capítulos del trabajo realizado.
Los ejes de análisis de la sistematización fueron:
LA MEDIACIÓN PEDAGÓGICA EN EL DISEÑO DE TALLERES EDUCATIVOS (Este eje girará entorno a las áreas de conocimiento:
Diseño de talleres educativos y Mediación Pedagógica) 19
EL ENCANTO LÚDICO DE LEER Y ESCRIBIR. (En este eje abordaré
las áreas de conocimiento: Expresividad literaria, El juego, Expresión Lúdica y Animación a la lectura) LA CREATIVIDAD EN LA EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS EDUCATIVOS. (Eje que rondará sobre las áreas de conocimiento:
Creatividad y Evaluación)
Esta ilustración de Felipe García resume la esencia de los relatos que incorporo a partir de la
próxima
página.
Sus
componentes intentan prevenir a los (as) lectores de lo que viene: un conjunto de narraciones en las que el elemento lúdico propicia aprendizajes diversos. Son anécdotas que hablan de papagayos en tropel de cantos, del dialogo como herramienta fundamental de los procesos de organización comunitaria, de la cultura popular como permanente aliento para soñar y construir transformaciones, en ellos hablo del amor lúdico, de algunos contextos con sus respectivas situaciones y sujetos significativos de aprendizaje, seres y lugares que han acompañado mi existencia desde carajito, hasta el hombre que hoy soy, sin renunciar a la posibilidad de jugar de manera lúdica.
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De Juegos y otras travesuras… “A la víbora de la mar, por aquí podrán pasar, el de adelante corre mucho y los de atrás se quedarán” (Anónimo)
Mi vieja agilizaba toda su pericia para preparar maletas cada vez que olfateaba una fecha con aroma de vacaciones. Aparte de vestidos y ropa interior, acomodaba frascos medicinales de “Agua divina” y loción refrescante “Bay rum” para mi bisabuela. El destino invariable de aquellos viajes era Tucupido, pueblo del estado Guárico donde tenía sus mayores querencias. De Caracas a Tucupido y de Tucupido a Caracas transcurrió mi infancia, con panas aquí y con amigos y amigas allá, situación que me hizo experimentar travesuras de la recreación urbana y conocer la nobleza de los juegos pueblerinos. Al regresar a Caracas el equipaje de mi madre albergaba caraotas pintadas y frijoles, queso blanco y suero llanero, limones y ají dulce, pan de horno de doña Julia Ramos y torta de auyama que preparaba mi prima Iris Delvalle. Cuando esa sinfonía de olores y sabores cantaba su presencia en el apartamento, en microsegundos me desplazaba al campo de mi abuela Felipa, a los carritos que mis primos construían con latas de sardinas, a los trompos y zarandas de la semana santa, a los juegos de “A la víbora de la mar” o el “fusilado” en el solar de Lola Arteaga. En las Lomas de Urdaneta (en Caracas), por sus características y ubicación geográfica, los chamos disponíamos de espacios amplísimos para desplegar un diverso repertorio de juegos. Teníamos un cerro enorme para explorar, inventarle trochas y abrir cuevas, un jardín en el que sembrábamos plantas ornamentales, la planta baja para armar las partidas de pelota de goma, o la “perolita”, la cancha de bolas criollas donde la práctica del béisbol ocupaba muchas horas del día, los espacios abiertos del Liceo “Julio Calcaño” con sus dos canchas múltiples para las caimaneras de fútbol. El 21
pasillo largo del piso 5 del bloque donde la algarabía del “cero contra por cero” y la “tonga” eran motivo de disgustos de la señora “Toto”. Con influencias culturales del llano vivía -y vivo- en Caracas. Aprehendiendo una ciudad de la que me hice parte en las caminatas por “La Puerta de Caracas”, en el Waraira Repano. En las múltiples galopadas nocturnas que hicimos por las calles y avenidas de las parroquias Sucre, 23 de enero o La Pastora, desplazándonos hasta la Iglesia de Pagüita o al kilómetro 12 de la carretera al Junquito, trotadas que luego germinaron el “Club de Atletismo Rafael Urdaneta”, un estupendo ensayo de deporte comunitario. En el recorrido dominguero por el Mercado Periférico de Catia, junto a mi madre, un momento para que desfilaran por el olfato, unos tras otro; emanaciones de flores, bálsamos de ruda, y la aguda presencia de las especias, un paseo para escuchar el sonido mecánico de los cuchillos al destazar los pollos y la carne de res, para ver el contraste simétrico entre cambures, guayabas y mandarinas. En la identificación con los símbolos deportivos de la ciudad: Leones del Caracas, Caracas F.C. y Cocodrilos de Caracas (equipo que antes de ser saurio se paseó por seis nombres). En tantas y distintas vivencias me hice un ciudadano silvestre. Juguetes materiales no tuve casi, pero no siempre hacen falta juguetes para jugar. Juegos inventábamos y juguetes encontrábamos, en algunas ocasiones, en lugares inauditos. Con Luis Ángel Vizcaíno, pana entre tantos panas de la infancia y de la vida, me metía en las carpas que exhibían en la tienda SEARS del Centro Comercial Propatria. Allí jugábamos con los accesorios que aparentaban ser herramientas, vasos, cubiertos. Dentro de las neveras habían huevos, litros de jugo y leche, empaques de queso amarillo en rebanadas, hamburguesas con sus panes y pedazos de carne, todos de plástico. Luego de varias horas de estar jugando ahí, los empleados nos sacaban del lugar, hasta pasados dos o tres días cuando volvíamos a la tienda a darle utilidad a “nuestros” juguetes... Todo el tiempo descubro juegos en las cosas que encuentro. La vista y el oído son aliados 22
en esto de concebir distracciones. No es que me lo proponga, es una condición que me acompaña siempre: silbar, cantar, intuir situaciones, imaginar conversaciones, escribir en el aire palabras, contar las baldosas en cualquier lugar y distribuirlas de una forma desigual, mezclar las cosas que el ambiente proporciona, verle los zapatos a la gente e imaginar su rostro, ponerle la nariz de una persona a otra, leer en los ojos de los (as) transeúntes.... Siempre he encontrado con que entretenerme, el entorno es un motivo para aprender jugando y para jugar aprendiendo… Mi hermano Vicente tenía un barco grande en azul y blanco, en ocasiones lo tomaba prestado y le amarraba una cuerdita (al barco, no a Vicente), y me lo sujetaba al pecho cual si fuera una guitarra, y sin ensayar ni pedir audición, me ponía a cantar frente al radio o televisor las canciones que interpretaba Odilio González: "Yo tenía una luz que a mí me alumbraba, y venía la brisa fuá y me la apagaba…" o “¿Clodomiro, Clodomiro para dónde vas tan serio?…” de Carlos Mejía Godoy. Desde la mañana mi madre escuchaba Radio Rumbos o YVKE- Mundial, el noticiero, la radionovela "Martín Valiente", el musical "La Vida de las Canciones" y entre los oficios del hogar silbaba la introducción de "Chaparralito llanero" (que cantaba el Carrao de Palmarito), tarareaba canciones rancheras y los temas "Coplas", "Mi nostalgia" y "La culebra" que, gracias a la vida, sigue cantando Lilia Vera. Así que ella, sin proponérselo, me influyó bastante en el gusto por la radio y por la música, y como yo me la pasaba cantando con el barco de Vicente, un día hizo un esfuerzo económico y me regaló un cuatrico de esos de adorno para que jugara a charrasquear. Zamuritas… En el llano viví algunas tardes de aletear de zamuritas que dejaron un imperecedero zumbido de colores en mi alma infantil. Eran pequeñas y con una delicadeza que las emparentaba con las orugas. Con hilo de coser bastaba para elevarlas. Por la misma fragilidad del hilo, al tomar mucha altura y distancia se reventaban alejándose rumbo al cementerio, mientras 23
uno se quedaba en medio de la calle Miranda sujetando con la mirada un trozo de risa y en la mano derecha una hebra partida. Me gustaba ese nombre: zamuritas, es como rendir homenaje al majestuoso vuelo de las cuestionadas aves de carroña, pájaros que cumplen una importante labor ecológica, y reciben como agradecimiento el desprecio de muchos. Elevar una zamura (papagayo, petaca, volantín, papalote, pandorga, o barrilete) es estar en contacto con la ternura de los dioses del aire, encontrar esa calma que
nos
debe
necesitamos
los
dar
el
seres
equilibrio humanos
que para
transitar la vida. El desestresante más efectivo para los hombres fue inventado hace miles de años, y aún muchos (as) venezolanos (as) desconocen su utilidad, sobre todo aquellos (as) que viven en el encierro de las urbanizaciones y en la artificial
diversión
que
la
sociedad
de
consumo les ha inventado en los centros comerciales. No se les facilita desde sus casas y escuelas la valoración de la infinita belleza de un cometa abriendo surcos de luz en sus ojos, sentir que desde sus manos también puede pajarear la libertad. Los programas educativos deberían contemplar el estímulo por el conocimiento, uso, disfrute y elaboración de los juegos tradicionales. El encuentro permanente con las artes de sacarle sonrisas a las nubes, con el cosquilleo vivaracho de una verada vestida de seda añil con cebolla morada, y el agite matizado de una cola de trapo... Benjamín De pequeño se disfrazaba del "Zorro" y sigiloso andaba por el Bloque. Perseguía malhechores imaginarios con su espada inclemente. Muchos adultos se burlaban de él, le daban cocotazos. Casi nadie se atrevía a entrar en su casa. Despreciado por unos, temido por otros, pronto se habituó al 24
rechazo. El apartamento donde Benjamín vivía con Clarita, su madre, tenía las paredes negras por el humo del fuego que alguna vez alcanzó todo el domicilio, las ventanas sin vidrios, el baño sin poceta. En el lugar de preparar los alimentos tenían una cocina de kerosene que Clarita utilizaba poco, pues habitualmente pedía en la calle. Clarita es un personaje en la historia del Bloque, cuentan que había sido maestra de escuela y que cuando llegó a la comunidad no estaba loca. Aseguran los más viejos que le cayó el maleficio de todos los que habitan ese apartamento. De hecho, una mujer que lo habitó antes que ellos, fue quien lo incendió con la intención de quemar a su marido. Los que hayan vivido en el Bloque no pueden olvidar a Clarita y por consiguiente, a Benjamín. A su único hijo lo llamaba a gritos desesperados por la ventana, amenazándolo con la policía. Su prolongada histeria era motivo constante para la chanza de los malandros que la imitaban: Benjaamin Uuuuuu, policíiiiaa, policía llévate a Benjamín, Benjaamin Uuuuuuu... Sus rasgos físicos no mostraban parecido con su hijo, ella era andina, blanca y rechoncha. Él era alto, moreno, de labios gruesos, delgado pero corpulento. Desde pequeño fue tosco. De chamos -él me llevaba poco menos de dos años- alguna vez fui a dar a su casa. Creo que Doña Clara le pidió permiso a mi vieja para que fuera a jugar con Benjamín, que tenía carritos y otros juguetes. Su forma de expresarse al jugar era como de impartir ordenes, mas no era agresivo. En esa ocasión -que creo se repitió una o dos vecesyo no estaba nervioso. Me sentía como imponiéndome una prueba, observaba todo, incluyéndome a mí mismo. Quería saber si era capaz de compartir con el loco sin que se me notaran la duda y la incomodidad que supongo, supe disimular. Aunque no fuimos lo que se llama grandes amigos, y no andábamos juntos para arriba y para abajo, si nos teníamos mucho cariño. Creo que Benjamín nunca olvidó ese gesto de aceptación y aprecio, gesto que apareció varias veces a lo largo de los años. Cito dos momentos en los que 25
ejercí una solidaridad de emergencia con él: recién cumplió los dieciocho años lo reclutaron en la prefectura de Petare. No recuerdo como me enteré, pero llegué hasta el sitio y, sin despojarme de mi moral, soborné a un policía para que lo dejara salir... el otro caso fue cuando yo tenía veintitrés años. Entre mis amigos más cercanos hubo uno que desarrolló un aborrecimiento enfermizo contra las drogas y la delincuencia. Cualquier persona que rondara la comunidad con esas intenciones, tenía asegurado un recibimiento que armonizaba con los sentimientos de mi pana. Una noche, ya pasadas las doce, cerca de la esquina del Bloque veo a mi amigo con un arma de fuego en las manos, y esa arma sobre la cabeza de Benjamín. Estaba a punto de accionar el percutor, pues lo había conseguido con un paquete de drogas para vender. Intervine con la rapidez y precaución que el caso exigía y pude salvar al loco de un viaje seguro a la funeraria. Este último caso hizo que Benjamín me decretara una admiración y amor casi venerables, sobre todo si él estaba ebrio. Me detenía en cualquier lugar y se ponía a llorar. Me decía que tuviera cuidado, pues yo era un carajo muy valioso y me podían matar, que me fijara en el destino de mis amigos, que hay mucha gente envidiosa y tú haces falta, me decía... Benjamín Pacheco, ese es el nombre que utilizo cuando le quiero decir loco a alguien, o cuando no quiero decir el mío. En ocasiones, al mencionar ese nombre, el pensamiento se eleva hacia un paraje donde despunta el cariño. Lecturas vaqueras Tenía entre nueve y diez años cuando me inicié en la lectura voluntaria. Las novelas vaqueras de Silver Kane y Keith Lugher fueron los textos que me sirvieron para ello. En un estante colocado en la habitación de mis hermanos hubo más de treinta títulos de una colección circulante que Ignacio se encargaba de mantener. Cada cierto tiempo cambiaba los ejemplares ya leídos con los libreros del Silencio y con los del puente de la Avenida Fuerzas Armadas. Yo también los devoraba. Aunque todas las novelas eran como las canciones de Ricardo Arjona, que parecen la misma, me metía en ese mundo repetitivo de tipos consumiendo alcohol en la 26
cantina de un polvoriento pueblo sin ley, donde siempre aparecía un forastero de ojos azules, gruesos bigotes curtidos por el cigarrillo y de ropaje andrajoso, armado de un revolver Colt 45, que al entrar al saloon levantaba sospechas de todos los presentes, entre los que siempre se encontraba el más hábil y peligroso a cien kilómetros a la redonda... Lo reconozco, me entretuve bastante en estas lecturas y estoy seguro que las disfruté. Por supuesto también leía los periódicos y las revistas que éstos traen encartadas. En casa de mis vecinos Rojas Reyes encontraba lugar para un tipo de lectura aparentemente más cercana al interés infantil. Cada quincena compraban, entre otras historietas, las revistas de "Condorito", "Mortadelo y Filemón", o "Tamakún", revistas que devorábamos Gustavo, Raiza, Cutún, Vice, John, Jacob, y yo en un círculo de lectura no planificado…
"...Creo en la capacidad de eco que tienen ciertas palabras que siguen resonando más allá del momento en que fueron escritas..." Eduardo Galeano
Me gusta caminar, y al caminar leer cuanto alcance mi vista: vallas publicitarias, pancartas, afiches de verbenas o de conciertos, avisos de tránsito, cartelitos caseros de esos que promueven ventas de helados, u otras cosas. Sin embargo, los textos que desde chamo me despertaron una tremenda atracción son los grafitis, o más bien las llamadas "pintas", para referirme en específico a la categoría de este fenómeno relacionada con los grupos políticos de izquierda, que por varias generaciones estamparon sus voces en las paredes. Esta curiosidad hacia esos escritos se da por la multiplicidad de elementos que encontraba o intuía en ellos: el riesgo y misterio de sus apariciones o hechuras, por lo que simbolizaban, porque más allá de algunos contenidos un poco rígidos en su construcción, también implicaban un acto poético en su realización, porque eran testimonio de una época, porque ejercían una posibilidad de información alternativa... más que un lector aficionado de "pintas" me convertí en un indagador visual de las mismas, las inventariaba, las memorizaba, comparaba el detalle en los trazos para diferenciar si eran los mismos o distintos autores; y esto iba más 27
allá de las firmas que cambiaban según las circunstancias y los años: P.R.V. F.A.L.N. , Rup - tu - ra, C.L.P. , F.A.S. de Bandera Roja, Grupo de Comandos Tácticos Carlos Marighela, Venceremos... las paredes de las calles y avenidas principales de Catia albergaban esos textos que rompían el silencio cómplice de los llamados medios de comunicación, para informar, denunciar, agitar, convocar, subvertir: "Por la unidad del proletariado: Movilización popular, organización de la resistencia armada del pueblo y lucha por el socialismo" "...Jorge, camarada, tu muerte será vengada", "A un año del asesinato de Tito González Heredia exigimos justicia" "Libertad para Rafael Venegas detenido y torturado por la DISIP" "Ante la violencia de los ricos, Violencia de los pobres"... En esas "pintas" siempre conseguía datos que no ofrecían los textos que yo leía en casa, se convirtieron en referentes informativos y me llevaron a relacionar esas expresiones escritas con atomizador negro, rojo o azul, con otros elementos que simultáneamente aparecieron en mi vida... ¿Por qué nuestros sueños son sus pesadillas? Pinta en Quito, Ecuador
El tocadiscos llegó a la casa en su modalidad de "tres en uno". Su entrada fue esencial para dejar ver un camino que empezaba a parpadear en mi mente. Mi tía Nebor y mi mamá se encargaron de llevar a Julio Jaramillo, a Daniel Santos y a los cantantes de música llanera: Jesús Moreno, Reynaldo Armas, José Alí Nieves, Cristóbal Jiménez, "El Carrao" de Palmarito, Ángel Custodio Loyola entre muchos otros que nos traían al oído las imágenes y sonidos del llano. De toda la música que empezó a girar en el plato y en los oídos el aporte más diverso lo proporcionó Ignacio. De su mano y gusto pudimos conocer a Los Beatles, Simon y Garfunkel, Pink Floid, Van Halen, Los Terrícolas, Los Pasteles Verdes, Los Ángeles Negros, Camilo Sesto, La Dimensión Latina, El Gran Combo de Puerto Rico, Los Hermanos Lebrón, entre muchos otros... Lilian incorporó a la melomanía las voces de Héctor Lavoe, Rubén Blades, y la de Oscar De León en su primer disco como solista. 28
Ignacio curucuteaba portadas y hurgaba sonidos en las discotiendas. En una oportunidad se apareció con un par de discos en forma de álbum intitulados "Canción para los valientes" y "Canción mansa para un pueblo bravo" de Alí Primera. Estos discos traían las letras y por lo tanto hacían más fácil memorizar los temas. Escuchaba todo lo que colocaban. A veces yo mismo los elegía y cantaba a todo pulmón esa mescolanza de canciones, un rato "Los sonidos del silencio" otro rato "Laguna vieja" y el "Reloooj detén tu camiiino, has esta noche perpetua…". De alguna manera me posesioné de toda esa música. Y empecé a comprar mis propios discos. El primero que me proporcioné fue en formato de 45rpm, atraído por la pieza "Navidad" en la voz de Julio Jaramillo. De tanto escuchar música llegué a darme cuenta con el tiempo, que la canción de Alí Primera me hablaba de cosas que no me decían los otros cantantes; y no es que su música me pareciera mejor ni peor, sólo que me hablaba de cosas que guardaban relación con lo que leía en los muros de Catia y que tanto me gustaba leer. En un tema preguntaba: "¿porque a Curumo le dicen Cumbres y Lomas a Propatria?..." y yo vivía por allí, cerquita de Propatria; y él nombraba en una canción a un hombre que le habían cortado las manos: "tus manos, tus manos Che, tus manos llenan de fe..." y ese "Che" era un rostro multiplicado por los Bloques. En otro tema decía: "Pobre de, el niñito campesino, que aún siendo niño tiene que ser hombre para trabajar..." y yo pensaba que esa había sido la historia de mis padres, y de alguna manera, la de mis propios
hermanos
que
vendían
empanadas en el estadio del Cuartel Urdaneta. Esa canción me tocó, se prendó de mí, o yo me prendí de ella más bien, y esa confluencia de elementos
siguió
el
proceso
de
germinar dentro de mi alma, una luz que delinearía después mi posición y 29
actitud ante la vida. Alí Primera, educador y comunicador popular. Con su canto me infundió a conocer procesos políticos de trascendencia en la historia de Latinoamérica, como el de la Unidad Popular en Chile, a personajes como el sacerdote revolucionario colombiano Camilo Torres, la existencia de mártires como Alberto Lovera, Argimiro Gabaldón o Libia Governeur, con la misma precisión con que criticaba la forma en que la cultura oficial-elitista, daba entrada a Armando Reverón al museo de Bellas Artes después de fallecido, la misma amorosa manera de decirnos que Luis Mariano Rivera, Don Pío Alvarado o Zobeyda la muñequera son patrimonio de la inmensa creatividad de nuestro pueblo. Alí Primera ecologista, tierno, enamorado, poeta sencillo y agudo, cantor holístico, el eterno maestro que me hizo entender que “Si andas lejos de la envidia tendrás cielo despejado…”
Punto y seguimos… “Niño, mi niño, vendrás en primavera, te traeré. Gurisito mío, lugar de madreselvas te daré. Y aunque nazcas pobre, te traigo también: se precisan niños para amanecer.” Daniel Viglietti
En los relatos que preceden este punto y seguimos la presencia de lo lúdico es evidente, en las situaciones narradas este elemento contribuye a que fortalezca una actitud y disposición al juego que además es natural. En esas narraciones refiero brevemente situaciones de mi infancia, de las que se pueden deducir parte de los aprendizajes logrados a través de lo lúdico, y una aptitud constante para hacer de la vida un divertido teatro de conocimientos. En algunos casos lo lúdico está expresado explícitamente, en otros, parcialmente sugerido. Todos los relatos tienen en común la relación con otras y otros en la calle (sea campo, pueblo o barrio), el 30
encuentro como punto de partida para el aprendizaje de la vida, cosa que poco nos enseñan en la escuela. La dimensión lúdica nos permite aprender con todos los sentidos. En todo lo que vemos, percibimos y olemos, en una carrera, en una caída, al abrir la tierra, en el abrazo. Reafirmamos nuestra cultura y nos aproximamos a otras al indagar olores, sabores, y texturas de la gastronomía. La música, los bailes y las tradiciones que distinguen a nuestro pueblo nos hacen reconocer la historia que hemos hecho, y la vinculación con otros pueblos e historias afines. Armar poemas de diferentes autores (as) y jugar a interpretarlos nos puede dar luces para continuar la construcción de esa historia, en un proceso creativo de justicia e igualdad. Una historia escrita con versos callejeros, contada en el milenario anhelo de las miradas que anuncian y reclaman la presencia de un futuro más alegre. Prendido al lomo del tiempo he continuado mis correrías, en esa cabalgata llegué a diferentes procesos educativos en los que el elemento juego también tuvo una significativa presencia. En cualquiera de los roles que me ha correspondido ejercer en esos procesos (participante, facilitador, maestro, bibliotecario, coordinador, etc.), he acentuado mi valoración y entendimiento de lo lúdico como estrategia que favorece la participación, la integración grupal, y que aporta elementos para generar el análisis de los temas tratados. Los siguientes relatos, unidos en la reciprocidad de sentires y significados, describen momentos relevantes de -y en- los procesos que menciono. El bibliobús En el año 1992 -período en que gestábamos con actividades de animación sociocultural el Equipo de Trabajo Carbonell- los compañeros de la Comisión de Cultura de las Brisas de Petare nos pasaron el dato de que aún quedaba un cupo para una comunidad de Catia, en el servicio de bibliotecas móviles del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional (IABN). Alba 31
(mi novia de la época) y yo hicimos las gestiones que enseguida concretaron la llegada de aquel fascinante camión cargado de cuentos, poesía, creatividad y algarabía para los chamos, las chamas, jóvenes y adultos de la Calle Carbonell (del barrio El Amparo), del Bloque 10 (de las Lomas de Urdaneta) y de los bloquecitos (de la Urbanización Rafael Urdaneta).
El bibliobús estuvo con nosotros cinco lindos años. Alrededor de él Graciela López (alma de aquel camión y empleada del IABN) organizó incontables actividades de animación cultural, apoyada algunas veces por Bladimir Quintana (conductor del bibliobús y co-animador del mismo) y algunas otras por nosotros, entre ellas: talleres de papagayos chinos, de gurrufíos, periódicos murales, obras de teatro, pinturas, momentos de canto y muchísimos cuentos. Mi relación con el Bibliobús y - por lógica- con Bladimir y Graciela -y más acentuadamente con ella-, me permitió incorporar muchas obras de la literatura infantil a mis lecturas habituales, decenas de cuentos que conocí y devoré con infinito gusto. También gracias a su influencia empecé a escribir cuentos, a adentrarme más en la vida interna de las narraciones infantiles, de la poesía, de las adivinanzas, mi asunción por la animación de la lectura tiene su impronta… Graciela Y esa influencia de la que hablo en el párrafo anterior, se hizo más extensa e intensa, porque entre Graciela y yo surgió un gusto de esos que hacen que uno se quiera ver a cada rato, de esos que hacen que durante todo el día en el pensamiento de uno se aloje el nombre del otro. Empezamos a acompañar nuestros encuentros con la presencia de Mario Benedetti, de Roberto Juarroz, y de muchos otros poetas y narradores. Juntos bautizamos a Juruachi (el primer hijo de mi amigo Rafael Carmona), recorrimos el Waraira Repano (siempre testigo de mis amores) y declaramos playa Carbonell (cerca de la hoy desaparecida Carmen de Úria) como 32
territorio exclusivo de la ternura que inventamos. Uno de esos hoyitos que tiene la luna es la estela visible de nuestros amoríos. Entre los atrevimientos más hermosos que temperamos estuvo llenar de amor una laguna vacía en medio de la sabana llanera, así andábamos… Ella me enseñó las técnicas de papel marmoleado, papel araña y papel artesanal. En una ocasión, para una obra de teatro que montó con niños y niñas de la biblioteca pública La Cañada, y que fue presentada en el Teatro Nacional, musicalicé varios poemas infantiles. Nosotros éramos un equipo lleno de vida, de ternura, de mucha pasión que supimos alimentar, compartir y contagiar en y con otros (as). Graciela es uno de los vocablos que de manera más acertada representa a la generosidad, la solidaria compañera que me alentó en las ocasiones más terribles que viví junto a ella: la muerte de mi hermano Rafael Carmona, los allanamientos que nos hicieran la Dirección de Inteligencia Militar y la DISIP durante el segundo gobierno de Caldera, momentos en los que se mantuvo firme y serena para buscar apoyo en las organizaciones de derechos humanos, mientras me tenían detenido acusado de pertenecer a un grupúsculo subversivo vinculado al MBR200 de Hugo Chávez (según palabras del propio Rafael Caldera en cadena de radio y televisión)… Aprendimos a conducir el carro (Ford, modelo Hornet) que le compramos a Alejandro Carmona, en un acto de absoluta irresponsabilidad que acometimos al tomar el volante sin ningún conocimiento previo, en plena autopista Caracas La Guaira…hablar de ella es mencionar el nacimiento de la mayoría de mis canciones, varias de ellas se originaron en la “casa campestre” que compramos en Maitana (vía Paracotos Edo. Miranda), por una broma que le hice surgió “El mango” (Una antorcha muy sabrosa mi catira consentida, la candela más jugosa que me endulza la vida). Mi primera y única piñata de cumpleaños me la mandó a hacer cuando cumplí 29 años (la amiga Indira Rivero fabricó un hermoso Beto tocando cuatro, al que no permití que le pegaran).
33
Graciela es la novia que me acompañaba al terminal del Nuevo Circo, donde Carlos Mendoza y yo abordaríamos un autobús que nos llevaría al estado Yaracuy, para refugiaríamos por algún tiempo, ya que vivíamos un nuevo episodio de persecución policial, luego que la delincuencia (aliada con la policía) asesinara al compañero Efrén Romero. Graciela debía permanecer en su trabajo. Cuando faltaba poco para que el vehículo arrancara, decidió que se iba con nosotros, así como estaba, sin equipaje, con lo que cargaba encima, que para ese tiempo era un inconmensurable amor… y con el amor en sus entrañas, convertido en duende creciente, regresó a Caracas… estos hechos están ligados al proceso históricopolítico-social que expresa un momento significativo en la lucha del movimiento popular, con la llegada de Aristóbulo Istúriz a la Alcaldía del Municipio Libertador. En la experiencia como facilitador de talleres para la Dirección de Participación y Organización Comunitaria de la Alcaldía de Caracas (precisamente durante la gestión de Aristóbulo), momento y contexto en que reconozco mis inicios en ese rol, comenzábamos los encuentros comunitarios con la técnica de “Los Cuadros”. Un juego que contribuye a la discusión sobre la participación en la organización de la comunidad, así como a revisar las características individuales y grupales de la participación, la necesidad de tomar la iniciativa o de romper reglas en algunos procesos. Desde la técnica grupal de “Los Cuadros”, pasando por el “Abrazo poético” (compartido con los niños y niñas de la escuela Comunitaria “Luisa Goiticoa”) y el juego de “Las señas” (primer juego que utilizo en los talleres sobre “Comunicación Popular”), han pasado más de quince años de facilitación de procesos de aprendizaje en variados contextos. En el año 2010, reflexivo, sonriente y convencido, afirmo que lo lúdico sigue teniendo vigencia en nuestros procesos vitales. Estoy contento de saber que los juegos no se fueron con la infancia, es más, la infancia no se ha ido, permanece en los juegos que aún aprendo, recreo, invento y gozo con mis hijos, y que comparto con los (as) 34
participantes de los encuentros educativos que facilito. La infancia está intacta en mi mirada, y con esa forma de ver, canto con Viglietti: “Niño, mi niño, tu niño y aquel niño, todos van. Rueda, que te rueda, hacia la vida nueva llegarán…”
35
LA
MEDIACIÓN
PEDAGÓGICA
EN
EL
DISEÑO
DE
TALLERES
EDUCATIVOS… “No podemos resolver los problemas con la misma forma de pensar con que los creamos”. Albert Einstein
El martes 9 de febrero de este año (2010), en medio de una conversación
con
Alejandrina
Reyes
-facilitadora
del
grupo
de
sistematización “La Colmena” del cual formé parte en el CEPAP- me sugirió que me montara en un proyecto de carácter prospectivo, para que abordara aspectos de la expresión literaria infantil que complementaran mi proceso formativo. De alguna manera ésta había sido mencionada en los proyectos anteriores, pero no abordada suficientemente. Empecé a imaginar cómo y dónde pudiera ser la cosa, de qué manera pudiera ser más provechosa la experiencia, en fin, a plantearme todas esas preguntas que sirven para que proyectemos un sueño. En medio de esa disquisición interna y constante en la que me sumergí, caí en cuenta que para fortalecer más mi rol de facilitador, requería también profundizar en el tema de los juegos grupales y del aprendizaje lúdico. En los análisis, lecturas y conversatorios con algunas (os) compañeras (os), ya había definido que el formato adecuado para lo que me planteaba es el taller. Pero, ¿taller de qué? Fue cuando resolví trabajar todas las temáticas que me interesaban, integrándolas en el territorio maravilloso de la Expresión Lúdica. Tenía entonces que darle estructura y contenido al taller, e ir pensando dónde proponerlo. Parte del repertorio de técnicas grupales y juegos aprendidos, recopilados, creados y recreados tendrían un mismo espacio para juntarse y salir a tremendear. Pensé que en vez de trabajarlo directamente con niños y niñas, tal vez sería más útil procurar socializarlo con maestras y maestros, y que éstas (os) a su vez le dieran uso directamente en alguna escuelas, teniendo un efecto multiplicador. Pero antes, tenía que organizarlo. 36
Algunas reflexiones y conceptos sobre el taller educativo. El taller es un lugar de creación, todo taller se materializa en la elaboración de un producto, en el caso de los talleres de manifiesta intención educativa, ese resultado muchas veces tiene que ver con la concreción de ideas que contribuyan a entender y orientar los procesos sociales, educativos, y culturales, que las diferentes comunidades llevan a cabo en busca de mejorar sus condiciones de vida. Simón Rodríguez dijo “Todo aprendizaje es un interaprendizaje”, porque
estamos
en
el
mundo
para
“entreayudarnos”
no
para
“entredestruirnos”, aprendemos compartiendo y reconociendo los saberes de cada cual. El viejo maestro estaba convencido de que el aprendizaje es continuo, que implica a todas y a todos los (as) que –desde cualquier rolparticipamos en procesos educativos, entendidos como instancias propicias para la relación, la reciprocidad, la construcción. Nadie aprende solo, aprendemos en la red de diálogos que conformamos los seres humanos, por ello me atrevo a decir que el taller es un espacio para el interaprendizaje educativo entre participantes y facilitadores (as) que valoran los aportes y saberes de todas y todos, propiciando el intercambio de los mismos, en función de construir colectivamente conocimientos en torno a la temática que los agrupa, bien sea para profundizar en la comprensión y/o, para transformar el hacer que envuelve la práctica sobre esa temática. El taller “…es una importante alternativa que permite superar muchas limitantes de las maneras tradicionales de desarrollar la acción educativa, facilitando la adquisición de conocimiento por una más cercana inserción en la realidad y por una integración de la teoría y la práctica, a través de una instancia en la que se parte de las competencias del alumno y pone en juego sus expectativas.”(Maya: 1996: 16) En el libro “El taller educativo”, Kisnerman (citado en Arnobio Maya, 1996) expone: “Definimos los talleres como unidades productivas de conocimientos a partir de una realidad concreta para ser 37
transferidos a esa realidad a fin de transformarla, donde los participantes trabajan haciendo converger teoría y práctica.” En los dos conceptos de taller educativo reseñados hay coincidencia en reconocerlo como un espacio donde convergen teoría y práctica, ambas como afirmación de los saberes que cada participante ha logrado en sus diferentes experiencias de vida, y que aporta, como insumo vital del taller. En ese espacio alternativo de educación resulta fundamental el diálogo, el intercambio respetuoso de ideas, el reconocimiento de diferentes puntos de vista, propiciar la horizontalidad. En el taller los (as) participantes son animados a liberar de manera crítica sus aportes y reflexiones, partiendo de su experiencia, de su realidad, convirtiéndose así en sujetos con capacidad de crear su propio conocimiento. Un conocimiento que surge del proceso de acción- reflexión-acción- sobre una realidad que se mantiene sujeta a contradicciones y que está en constante movimiento. El taller, se ha dicho incontables veces, es lugar para el aprender haciendo, para que el conocimiento pase por las manos y ojos de todas y todos tomando forma. Siempre será mejor aproximarse a la comprensión de un conjunto de ideas construyéndolas en colectivo, que limitándose a escucharlas pasivamente de los labios de alguien que –generalmente- las repite, luego de extraerlas de un libro. En todo caso, el conocimiento contenido en los libros también pude ser confrontado creativamente en el espacio del taller, pues no se trata de negar saberes, sino de propiciar el diálogo entre ellos y encontrar puntos de coincidencia que posibiliten orientar acciones en función de resolver dignamente las necesidades que justifican la existencia del taller. Entre los objetivos generales de los talleres que Arnobio Maya Betancourt (1996) recopiló (de varios autores y autoras) y registra en su ya mencionado libro “El taller educativo…”, me identifico con estos:
38
1. Promover y facilitar una educación integral e integrar, de manera simultánea, en el proceso de aprendizaje el aprender a aprender, a hacer y ser. 2. Superar en la acción la dicotomía entre la formación teórica y la experiencia práctica, benéfica tanto a docentes y facilitadores como a estudiantes o miembros de la comunidad que participan en él. 3. Facilitar que los alumnos o participantes en los talleres sean creadores de su propio proceso de aprendizaje. 4. Permitir que tanto el docente o facilitador como el alumno o participante se comprometan con la realidad social en la cual está inserto el taller, buscando conjuntamente con los grupos las formas más eficientes y dinámicas de actuar en relación con las necesidades que la realidad social presenta. 5. Lograr un acercamiento de contrastación, validación y cooperación entre el saber científico y el saber popular. 6. Promover la creación de espacios reales de comunicación, participación y autogestión en las instituciones educativas y en la comunidad. Elementos para la realización del taller Todo taller surge de una necesidad, bien sea para intentar darle respuesta a un problema detectado por un grupo organizado de la comunidad, o por la inquietud de alguna institución (privada u oficial) en brindar apoyo en la solución de esa, u otras necesidades. También en ciertos planteles educativos suelen acudir al recurso pedagógico del taller, para abordar aspectos contemplados en sus programaciones curriculares, partiendo siempre de una necesidad. Así ha sido la experiencia que he tenido con los talleres en los distintos roles que desempeñé en ellos. Son innumerables los aprendizajes que he logrado facilitar y obtener a través de los talleres. 39
Algunas de nuestras comunidades han logrado desarrollar una cultura en torno al taller, reconociéndolo como un modo de participación democrática que facilita el aprendizaje y contribuye en la solución de problemas. Así he visto y participado de talleres sobre: elaboración de máscaras, de arcilla, papel marmolado,
expresión literaria, planificación
popular, elaboración de proyectos, periódico popular, voceros comunitarios, organización
comunitaria,
comunicación
popular,
producción
radial
comunitaria, recreación integral comunitaria, biblioteca popular, proyecto pedagógico de aula, el cerebro triuno, cuatro, papagayos, derechos de los (as) niños(as), entre varios otros. Reconocida, sentida y expresada la necesidad, pasamos a pensar en otros elementos que requiere el taller para su realización. Recursos y materiales: Pensando en un estado ideal, el espacio para la realización del taller debe reunir ciertas condiciones que permitan trabajar con relativa comodidad: amplitud (donde el grupo pueda moverse y no exista la sensación de hacinamiento, pero tampoco la de disgregación), ventilación, buena iluminación, equipos (video beam, pantalla, Dvd, televisor, reproductor de música, etc.) y demás recursos (pizarra, marcadores, papel, tirro etc.) adecuados a la temática o al tipo de taller a compartir. Ese estado ideal –corrientemente- no se logra, ni siquiera trabajando para las instituciones con más facilidades de recursos. El facilitador (sin ser mago ni alcahuete de irresponsabilidades), conjuntamente con el equipo coordinador de la actividad, deberá prever las limitaciones que suelen aparecer, y estar siempre dispuesto a resolver pedagógica y creativamente las situaciones que la realidad presenta. Si se trata de procesos comunitarios (en los que ella misma gestiona y organiza el taller), la participación y corresponsabilidad implica conseguir colectivamente los recursos necesarios. Sobre este aspecto hay que tener particular cuidado si 40
el taller va dirigido a niños y niñas, en quienes también hay que fomentar el sentido de responsabilidad y participación, pero sin que esa búsqueda se convierta en un obstáculo y mucho menos, en un filtro para la participación. Particularmente con lo que más espero contar es con la presencia y motivación de la gente, con su disposición a participar. En más de una ocasión me ha tocado hacer malabarismo para colocar un rotafolios –elaborado con amor en mi casa-, sobre unos trastos encontrados en una esquina del callejón donde hay que facilitar el taller. En oportunidades las sillas las han llevado los (as) participantes, desde sus casas hasta la platabanda de la vecina que solidariamente prestó ese espacio. En otras, la pizarra (que muy poco uso) ha sido amarrada con un cordel a una mata que sirve de ambiente para el encuentro educativo, en varias ocasiones he impreso el material de apoyo con mis propios recursos, así como he colaborado con papel, marcadores, tirro y algunos equipos. Aunque he trabajado en espacios con condiciones excelentes, los escenarios con limitaciones son más comunes, éstos, por lo general vienen acompañados de la propuesta del sancocho, del compartir generoso de – parte de - nuestro pueblo. Lugar y tiempo: El lugar de realización y la duración del taller son aspectos que están determinados por los sujetos a quienes va dirigido. Si se trata de niños y niñas, de acuerdo a sus edades y al tipo de taller que se quiere compartir, el sentido común nos dirá cuanto tiempo emplear para la duración del mismo. Ya sabemos que los (as) más pequeños(as) pueden mantener el interés y la atención cerca de una hora, pero todo dependerá del manejo pedagógico, de las habilidades del facilitador (a), del tipo de actividad que se haga, para trabajar mayor o menor tiempo. El factor tiempo también está 41
precisado por el lugar donde se lleva a cabo la actividad. Si el taller es realizado en el marco de una experiencia de educación escolarizada, ésta con sus horarios y demás elementos propios de esa estructura, dirá cuanto tiempo puede durar un taller, o cada sesión de este. Si el taller tiene por interlocutores personas adultas, los aspectos referidos a lugar y tiempo, estarán condicionados por elementos propios de la realidad adulta. Entre los diferentes casos que se pueden presentar está el quién organiza el taller, si es una empresa que desea llevar a cabo un proceso de formación para los (as) trabajadores (as), el lugar tal vez sea un local fijo de la misma empresa o de la institución que lo facilitará. Si es un taller en la comunidad, puede ser en los lugares que esta disponga (incluyendo las escuelas, módulos de barrio adentro, locales de los consejos comunales, casas de cultura, hogares de los propios (as) vecinos (as), etc.). Por supuesto que el tipo de taller también influirá en las características de lugar y tiempo, un taller de cerámica requiere de un lugar y de una prolongación de tiempo diferente a las que demanda un taller sobre Contraloría Social. Sería aconsejable que el espacio físico donde se compartirá el taller presente un ambiente que no afecté sicológicamente el desarrollo de las actividades, me refiero a: exceso de frío (aires acondicionados al máximo), calor intenso (ausencia o falta de ventilación), escasez de luz (bombillos quemados, escasos o inexistentes), ruidos (carros, motos, o de otra naturaleza, como los ruidos visuales u olfativos), interrupciones (personas ajenas al taller conversando, o pasando entre los (as) participantes), todas estas situaciones dispersan la atención de los (as) participantes, generando una incomodidad y nerviosismo que contaminan el ambiente del taller. Mediación pedagógica La forma como dispongo las sillas (en círculo o como una herradura, según sea el momento) donde nos sentaremos participantes y facilitador, 42
tiene que ver con la concepción pedagógica que asumo (como mediadorfacilitador). Es una forma que permite que todas y todos seamos vistos (as) por los(as) demás, donde ninguna persona está en una posición física que indique superioridad, sino que sugiere igualdad de condiciones, y ayuda a crear un ambiente más cercano y menos formal. Es una invitación a sentirse parte de un grupo integrado, un estímulo a participar en armonía e igualdad de oportunidades, en un ambiente que favorece la expresividad y donde se procura que todos y todas respeten, tanto las ideas individuales, como las surgidas del colectivo. Lo dicho en este párrafo, aunque inicialmente relacionado con el espacio físico, tiene que ver con elementos propios de la mediación pedagógica, definida por Francisco Gutiérrez y Daniel Prieto como: “La promoción del aprendizaje en el horizonte de una educación concebida como participación, creatividad, expresividad y relacionalidad.” (Gutiérrez, F. y Prieto, D: 1994: 31) El taller, como espacio alternativo de educación, me ha brindado la oportunidad de ensayar y consolidar una práctica pedagógica que se sustenta en la construcción colectiva de conocimientos, y no es posible tal construcción, sin propiciar vínculos afectivos que favorezcan el diálogo y el trabajo grupal. La amorosidad, por lo tanto, es un elemento definitorio de la pedagogía que enarbolo, un componente que favorece la capacidad de comunicarse y la integración de los (as) participantes. Gutiérrez y Prieto (1994) afirman que “…llamamos pedagogía al trabajo de promoción del aprendizaje a través de todos los recursos puestos en juego en el acto educativo”. Y en el acto educativo los recursos que se ponen en juego son las propuestas teóricas y metodológicas que utilizamos para mediar (facilitar) los procesos junto a los (as) participantes. En ese sentido, procuro promover –o facilitar- el aprendizaje, procurando ser coherente con la visión pedagógica mencionada, en ella, más que la memorización de conceptos, importa la comprensión de los procesos. La realidad de los (as) participantes con sus matices históricos, sociales y 43
culturales brinda un camino para acercarse a aspectos -de esa realidad- que por diferentes motivos les resultan menos conocidos. El diálogo entre el saber experimental y el saber académico y la relación entre éstos y el entorno, son elementos distintivos de la mediación pedagógica. Daniel Prieto Castillo (2002) nos ofrece otra forma de acercarnos al concepto: “…la tarea de tender puentes entre lo conocido y lo por conocer, lo vivido y lo por vivir; puentes entre seres y seres, entre textos y seres, entre textos y contextos, entre grupos, entre la escuela y la vida cotidiana” (http: //www.atei.es/recursos/doc/dprieto2.pdf.) Muchas situaciones de la vida de los seres humanos y de la sociedad en general, requieren de la mediación de instituciones o de otros seres humanos – que actúan como mediadores- para darle un curso favorable, atención, relación, sentido social, continuidad vital, a las situaciones presentadas. Un periódico popular, por ejemplo, en su esfuerzo por procurar informar y generar procesos de comunicación en su localidad, también sirve de mediador entre la gente y su realidad. El trabajo de buscar, redactar y finalmente difundir las noticias, para que luego éstas sean digeridas y –en algunos casos- logren convertirse en motivadoras de acción, es una forma de mediar. Pero no toda mediación es pedagógica, y –aunque suene a obviedad- ni siquiera toda labor docente está concebida como mediación pedagógica, en tanto esa labor no asuma aproximarse a la integralidad de una propuesta que pretende desarrollar la capacidad de: “- comprender, - pasar de un horizonte de comprensión a otro, - localizar, procesar y utilizar información, - análisis y síntesis, de relacionar, - buscar causas y de prever consecuencias, - pensar en totalidad, - captar las interdeterminaciones entre los fenómenos, - expresarse, - comunicarse, - relacionarse y trabajar con los demás, - crítica, - apropiarse de la propia historia y la cultura, - imaginar, de inventar, 44
- enfrentar y resolver problemas, - evaluar situaciones, - tomar decisiones, - sentir, apasionarse, entusiasmarse, amar.” (Gutiérrez, F. y Prieto, D: 1994: 11) Para provocar que otros (as) se dispongan a lograr estas capacidades, antes debe desarrollarlas el facilitador (a), por lo menos, tomar la determinación de acercarse a ellas, incluso en el propio proceso educativo en que actúa como mediador. Tomar parte de procedimientos pedagógicos que busquen fomentar y fortalecer esas facultades, es equivalente a alejarse de los procesos rutinarios de la educación domesticadora, caracterizados por la ausencia de diálogo, por ser espacios deshumanizados, carentes de amor, en los que se repiten fórmulas y esquemas que tienen por fundamento la memorización y repetición de conceptos. En dichos procesos la inventiva es cercenada, y la vida es una cosa que sucede de la puerta de los centros educativos para allá, hacia afuera, bien lejos del conocimiento oficial. En ellos, el saber es unidireccional, el contexto poco considerado, y la cultura popular es sinónimo de turismo o, cuando mucho, una actividad del improvisado acto cultural. La mediación pedagógica entonces debe ser integral y constante, lo que hace necesaria su presencia en todos los momentos del proceso, en la forma de tratar los contenidos, en los procedimientos que solicitamos a los (as) participantes, en las relaciones que establecemos con ellas y ellos, en los materiales o recursos pedagógicos que diseñamos, en todas las actitudes, en los gestos, en la voz, en la forma de comunicarnos, porque la mediación pedagógica es siempre comunicación amorosa.
La planificación del taller Como sugerí hace varios párrafos atrás, el lugar de inicio para empezar la planificación son las necesidades o problemas que se esperan 45
solucionar con la implementación del taller. Esas necesidades deben convertirse en objetivos. Un objetivo general: que como todo objetivo debe ser redactado comenzando con un verbo en infinitivo, estar escrito con claridad, expresar propósitos alcanzables, y debe mencionar además de la actividad, una finalidad. Varios objetivos específicos: que a su vez se traducirán en un conjunto de acciones que ayudarán a conseguir el objetivo general. Estos objetivos específicos se originan del general, deben ser enunciados en términos operativos y tienen una importante repercusión en los logros a obtener. Metodología a utilizar: la metodología es la coherencia entre el método (o métodos), la concepción pedagógica, las técnicas, y los procedimientos a utilizar, para conseguir los objetivos educativos que nos planteamos con el taller, en ese sentido, deben estar bien detallados en la planificación (y en el hacer del mediador- facilitador). En la planificación, junto a definir el equipo de coordinación y enlace, también se debe prever la tramitación y precisión de aspectos logísticos como: a) el local o espacio donde se realizará el taller, b) la convocatoria o inscripción de los (as) participantes, c) los recursos a utilizar y sus respectivos responsables. Tomando en cuenta los elementos referidos al diseño y planificación de un taller educativo -fundamentos que he procurado desarrollar y analizar en este capítulo, partiendo de mi propia experiencia como punto referencial y con el complemento teórico de autores (as) ya citados (as) como Arnobio Maya Betancourt (El Taller educativo), y el apoyo bibliográfico de Lilia Lardone y María Teresa Andruetto (La construcción del taller de escritura)-, a 46
continuación muestro el Taller sobre Herramientas para la Expresión Lúdica, tal como se lo presenté el 16 de abril a la profesora Ana Meléndez, responsable de la Coordinación de Formación Complementaria del Instituto Universitario “Jesús Obrero”.
Taller “Herramientas para la Expresión Lúdica” "En lo sustancial el taller es una modalidad pedagógica de aprender haciendo” Ezequiel Ander Egg
Sede del taller: Instituto Universitario “Jesús Obrero” (salón Audiovisual B). Fecha de inicio: 8 de mayo de 2010. Finalización: 29 de mayo de 2010. Duración: 20 horas académicas. Distribuidas en 4 sesiones de 5 horas, una sesión de trabajo semanal. Facilitador: Luis Alberto Ochoa Perfil de las (os) participantes: Estudiantes de Educación Integral del Instituto Universitario “Jesús Obrero”. Cantidad de participantes: Adecuada: 20. Máximo: 25.
A manera de Justificación: El sistema capitalista tiene en la escuela el gran centro de reproducción de su ideología, a través de ella transmite sus formas de aplicar las relaciones sociales de producción, su manera de ordenar la sociedad. La concepción tradicional de la educación ha enseñado a obedecer, a acatar reglas que sólo favorecen a los poderosos, a aceptar como una verdad que la realidad es inmutable: “Los ricos están completos y si nacimos pobres fue porque Dios lo quiso así”. Un pensamiento que origina resignación y reproduce la desigualdad social.
47
Actualmente se intentan –y sobre todo se enuncian- transformaciones en el sistema educativo, nuevas leyes, nuevos nombres, en algunos casos nuevas edificaciones. Cambios que muchas veces no tocan parte de la estructura esencial del mismo, en cuya cadena siguen siendo las (os) docentes factores fundamentales del proceso. Aun cuando han surgido diversos enfoques pedagógicos, y las tecnologías de la información y la comunicación han empezado a ocupar espacios en los centros educativos, continúa prevaleciendo una forma de educar que niega al ser humano, que lo domestica, que lo considera un simple repetidor de informaciones extraídas de un libro de texto, o de una página de internet. En muchas escuelas se sigue observando una práctica educativa marcada por la dureza, que rehúsa ensayar experiencias que incorporen procedimientos más cercanos a la naturaleza humana de los niños y las niñas, como por ejemplo, las actividades lúdicas. En dichas actividades se puede implementar una serie de técnicas y estrategias que logran favorecer la expresión individual y grupal, sobre diversas temáticas de interés educativo, propiciando curiosidad y goce en la construcción colectiva de conocimientos. El hombre que juega se hace libre en el juego, el antiguo anhelo de libertad se hace posible en la lúdica, en el mundo que construimos con los sonidos de la música, en los escenarios que trazamos con la danza. El dibujo, la palabra y la contemplación también tienen un componente lúdico, por ejemplo, al ver un juego de fútbol cada cual recrea situaciones deseadas, y esos momentos están marcados por lo lúdico. Generalmente en la escuela se propician pocos espacios para ver, para educar el sentido de la vista, que tanto nos enseña. Se les exige a los (as) niños (as) copiar, memorizar,
entregar
tareas,
así
es
entendida
la
producción,
la
responsabilidad y la disciplina, el elemento creativo constantemente es subyugado. Al parecer, la creación es altamente subversiva. Al jugar cada individuo inventa y reinventa su propio mundo, libera su imaginación, haciéndola bosquejar el camino donde pasean los sueños 48
necesarios. La memoria histórica, la comunicación, la vida, la literatura, pueden ser abordadas desde la lúdica. Trabajar diferentes temáticas educativas desde lo lúdico hace más gustoso, tanto el acto de aprenderenseñar, como el de enseñar- aprender, que al fin y al cabo, es puro aprendizaje. En esa perspectiva planteo el taller sobre expresión lúdica. Un taller para compartir juegos literarios que pueden ser practicados con niños, niñas, jóvenes y adultos, un espacio para aprender jugando y reflexionando sobre el valor de la lúdica en los procesos educativos, un taller para fabricarle alas a la libertad… Objetivo General: Propiciar un espacio de inter-aprendizaje sobre la expresión lúdica como herramienta para compartir encuentros educativos con niñas y niños en ambientes de armonía, creatividad y placer que favorezcan los procesos de enseñanza-aprendizaje. Objetivos específicos: 1. Promover espacios de creación literaria, a partir de actividades lúdicas que faciliten el abordaje de la escritura de poesía y cuentos. 2. Compartir estrategias creativas de animación a la lectura. 3. Socializar un conjunto de técnicas lúdicas para el abordaje de diferentes temáticas educativas. 4. Analizar el valor del juego como elemento para generar espacios placenteros de aprendizaje colectivo. Metodología: En diálogo sostenido con algunos autores (as) en trabajos anteriores, coincidíamos en que para la Educación Popular la metodología tiene que ver con la coherencia integral del proceso educativo en construcción. En ese sentido, debe existir afinidad entre la concepción pedagógica, el método, las técnicas, y los procedimientos utilizados para lograr los objetivos educativos 49
que nos planteamos. Aunque el taller sobre “Herramientas de expresión Lúdica” no será esencialmente un espacio concebido dentro de la práctica de la Educación Popular, si estarán los principios de ésta orientando el proceso. Creo en la pedagogía de la participación, una pedagogía que asume en la práctica que la casi totalidad de los contenidos pueden ser abordados y construidos desde las preguntas, desde el saber de todos y todas. No puede un taller que pretende motivar la creación literaria a través de juegos, negar la palabra, la inventiva, la creación colectiva, el intercambio armónico y respetuoso, la discusión. Como ya he dicho, las técnicas a compartir serán practicadas, analizadas y aprendidas desde el juego, organizadas en cuatro sesiones que invitan a la participación. Si lo que pretendo es que las (os) participantes se apropien de un repertorio lúdico y que además fundamenten su uso, no hay otra manera de hacerlo que jugando. Recursos pedagógicos y materiales: Reproductor de discos compactos, música para reproducir en el equipo de sonido, computador, impresora, láminas de papel bond, tirro, pizarrón, marcadores acrílicos, lápices, cuentos, juguetes y objetos varios (trompos, metras, perinolas, yoyos, gurrufíos, el juego del solitario, muñecas de trapo, instrumentos musicales venezolanos en miniatura (mina, curbeta, tamboras, golperas larenses, cuatro, maracas), esculturas de madera, minicuentos, creyones, sacapuntas antiguos, boletos de juegos de fútbol profesional, velas, artesanía de diversas regiones del país y del continente (en pequeñas dimensiones), monedas, caramelos.
Diseño Operativo Objetivos Específicos
Contenidos
Promover espacios
-El cuento y su
Estrategia
Tiempo
Responsables Recursos
24/04/10
Luis Ochoa
metodológica -Dinámica de
Papel bond
50
de creación literaria, a partir de actividades lúdicas que faciliten el abordaje de la escritura de poesía y cuentos.
estructura. - Creación poética.
presentación grupal. 5 horas - Presentación del taller. Diferentes técnicas como: - El Credo. - La carretera - El abrazo poético. - Las tiras sueltas -El hombrecito de… - Entre otras…
Compartir estrategias creativas de animación a la lectura.
-Animación a la lectura.
Técnicas y dinámicas 08/05/10 como: 5 horas -La esquela. -Cambiémosle el final al cuento. - Pintar una canción. -Dramatización de cuentos. -Entre otras…
Socializar un conjunto Dinámicas de de técnicas lúdicas para grupo. el abordaje de diferentes temáticas educativas.
15/05/10 5 horas
Analizar el valor del juego como elemento para generar espacios placenteros de aprendizaje colectivo.
22/05/10 5 horas
-El juego de los adjetivos y sinónimos - La memoria. -Un, dos, ¡pum! - Profesión múltiple -El mundo -Juego de las señas Entre otras… La lúdica en los Dinámica: El cartero, diálogo de saberes a procesos educativos. partir de preguntas. Evaluación escrita del taller. Dinámica: El autolavado
y participantes Hojas impresas Lápices Marcadores Pizarrón acrílico Reproductor de discos compactos Música (Discos compactos) Luis Ochoa Cuentos y participantes Poemarios Música Reproductor de discos compactos. Lápices Papel Bond Marcador Pizarrón acrílico Luis Ochoa Lápices y participantes Papel Bond Marcador Pizarrón acrílico
Luis Ochoa Material y participantes impreso, Lapiceros. Entusiasmo.
Como dije antes, muchos de los aspectos a considerar para escribir y organizar un taller, no dependen directamente de uno, sino de otros factores. Cuando ya se tienen definidos todos los componentes, uno puede sentarse frente al computador a ordenar las ideas, a revisar la bibliografía, y más tarde a preparar cada sesión de trabajo. Elaborar este taller me llevó entre siete y diez días, tal vez pudo haber sido más tiempo, afortunadamente algunos de los obstáculos surgidos pudieron ser resueltos en el tiempo que necesitaba, de manera que no se afectara la propuesta, en relación al lapso temporal que me había planteado para realizarlo.
51
Lo que digo en las últimas líneas del párrafo anterior tiene que ver con lo que voy a contar en éste. Miriam Cova, la integrante del grupo de sistematización “La Colmena” con la que logré mayores momentos de interlocución y amistad, me animó a proponer el taller en la Escuela Básica “Los Magallanes” de Catia, donde trabaja una colega suya de la Escuela Técnica Robinsoniana “Rafael Vegas”. Hasta ese lugar nos dirigimos la tarde del 4 de marzo. Luego de esperar un rato por los pasillos de la escuela nos pudimos reunir con la directora del plantel, la profesora Ofelia Rey. En esa reunión expuse verbalmente los propósitos del taller, y además expliqué que no había llevado la propuesta por escrito, puesto ésta terminaría de definirse según las variantes que pudieran surgir en esa reunión, cuestión que pasaba por la aprobación de la propuesta, los horarios, perfil de los (as) participantes, lugar y demás elementos mencionados antes. Aparentemente la propuesta agradó mucho, así lo expresó la profesora, quien insinuó que tal vez pudiéramos iniciarlo a la semana siguiente, dada mi sugerencia de realizarlo entre finales de marzo y comienzos de abril. Acordamos que al día siguiente le enviaría a su correo electrónico la propuesta por escrito, y que ella me daría respuesta en cuanto tuviera visualizado un momento en su programación. De esa reunión salimos muy contentos, gestual y verbalmente la aceptación a la propuesta fue evidente. Al día siguiente la profesora tuvo en su correo la propuesta. A partir de ahí no supe de ella por muchos días, no me atendía el teléfono, no me respondía los mensajes de texto, ni los del correo electrónico. Después de una semana empecé a buscar otro lugar donde plantear la propuesta, dada mi urgencia por facilitar el taller no podía seguir esperando. En eso recordé a mi querida Graciela López, quien trabaja como bibliotecaria y profesora del IUJO. Una sola llamada bastó para que me expresara su apoyo, me dijo “voy a hablar con la profesora que coordina Formación Complementaria, tal vez se demore unas tres semanas, pero cuenta con eso”. Cuando en la tarde-noche del 25 de marzo llegó el siguiente mensaje a mi correo electrónico: Buen dìa profesor, le informo que 52
podemos trabajar con su proyecto a partir del mes de mayo. yo. Profesora Ofelia Rey. Saludos.
Acababa de comprometerme para realizar el taller en el IUJO. Con la profesora Rey habíamos hablado de finales de marzo, principios de abril, más de veinte días después me responde que podemos trabajar en mayo. Aunque extraña aña la cosa, lo reseño sin adicionar comentarios. Todo taller parte de una necesidad, tal vez, la necesidad era mía. Para compartir el taller en el IUJO tuve que esperar más de las tres semanas que Graciela me dijo inicialmente. En el transcurrir de ese tiempo, t cuando la llamaba para revisar como iban las cosas, me decía “tranquilo chamo, eso va seguro, sólo tienes que esperar que empiece el nuevo semestre, eso será después de semana santa”. santa”. Luego también se “cruzó” el 1º de mayo que justo tocó un día sábado. sába
Vista interna del IUJO
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EL ENCANTO LÚDICO DE LEER Y ESCRIBIR “La educación tiene por objetivo aproximar al ser humano a la vida que requiere ser cambiada…” Arnobio Maya Betancourt
Primera sesión El sábado 8 de mayo de 2010, a 16 minutos para las 8 de la mañana, estaba frente al edificio del Instituto Universitario “Jesús Obrero” (IUJO), ubicado en la urbanización Los Flores, de mi Catia querida. Tenía una ligera incertidumbre sobre si efectivamente se concretaría compartir el taller, un sentimiento casi natural después de tantos años de estar en situaciones similares. La pequeña duda se disipó pasados unos 32 minutos, momento en que entró al salón de Audiovisuales B (situado en el 2do piso), un grupo de 5 participantes (todas muchachas). Las recibí sonriente, con la alegría de saber que el taller se realizaría y que por consiguiente iba a poder socializar con ellas (os) lo que había planificado. Les solicité ayuda para acondicionar el salón, y acordamos esperar cinco minutos más para ver si se incorporaban otras personas. El acondicionamiento consistió en colocar las sillas en semicírculo y limpiar un poco el piso. En el lapso de espera llegó mi amiga Miriam Cova, quien me apoyó en el registro fílmico y fotográfico de la todas las sesiones del taller, además de brindarme un poco de la candidez de su amada presencia. La motivación principal de la casi totalidad de las (os) participantes – aunque no lo expresaran abiertamente- fue cumplir con las 20 horas de Formación Complementaria que la institución les exige como parte de su pensum de estudios, justo el tiempo de duración del taller. Mi intención era tratar de cautivarlas (os) para que permanecieran en el taller con un porqué más cercano a la incorporación de elementos pedagógicos creativos y amorosos, que les permita medianamente orientar la profesión que desean asumir. 54
Empecé presentándome, contándoles brevemente de donde soy, de que procesos educativos y de animación sociocultural vengo, y dentro de ellos, como me acerqué a las actividades lúdicas. Luego les pedí que se presentaran, y que en ese saludo inicial añadieran la comunidad en que viven, el semestre y la especialidad que estudian en el IUJO.
Después
revisamos las expectativas de cada cual, en ese aspecto hubo una coincidencia general, “Venimos a aprender”. Mi hermana Miriam Cova, que conoció el grupo y vivió la experiencia, me sugirió elaborar una breve nota de las (os) 12 participantes que asistieron con más constancia al taller. Preferí que ellas y ellos mismos se presentaran, explicando por qué eligieron estudiar educación, y en el caso de Mariagny que estudia electrónica, por qué decidió participar en el taller:
o
Sandra Estanga, estudiante del primer semestre de Educación
Integral. “Decidí estudiar educación debido a que me agrada trabajar con niños, creo que los niños saben mucho
y tienen
muchas habilidades que
uno
trabajando con ellos, más que enseñar se puede aprender mucho, porque los niños son como una cajita de sorpresas”
o
Elka
Alandette,
estudiante
del
primer
semestre de Educación Integral. “Porque me gusta, me satisface enseñar y me analicé que es un arte impartir conocimientos y por eso tomé la decisión de especializarme. Hoy es mi momento”
55
o Yeterly Vivas González, estudiante del segundo semestre de Educaci Integral. Educación “Porque me gusta compartir mis conocimientos con los demás, me gusta trabajar con niños y hacerles sentir a ellos que son importantes y que deben prepararse bien para que sean alguien en la vida. Y seguir los pasos de mi madre, que es una docente doc que ama y quiere lo que hace, y es excelente y me gustaría ser como ella o mejor, así me dice, que tengo que ser mejor cada día.”
o Gisela
Buitrago,
estudiante
del
segundo
semestre
de
Educación Integral. Integral “Me gustan los niños, trabajar con ellos, es una na carrera muy bonita y puedes ayudar a aprender de ellos y ellos de mí.”
o Erick
Antequera,
estudiante
del
segundo
semestre
de
Educación Integral. “Al principio el estudiar educación surgió como una alternativa de carrera, pero con el transcurso del tiempo iempo y analizado mis experiencias pude comprender que quizás quiz pueda ser bueno en esto y pueda enseñarles a otros a aprender”
56
o Ángel García, estudiante del segundo semestre de Educación Integral. “Decidí estudiar educación porque siento que tengo vocación de facilitar conocimientos, y aprender también, me gusta formar ese nuevo hombre y mujer con principios y valores de respeto, justicia e igualdad, algunos contenidos del taller como explotar la creatividad y memorizar ciertos objetos y los juegos de integración”
o Mayderlin Teresa Rivas, estudiante del segundo semestre de Educación Integral.
“Seré sincera, al graduarme de bachiller no tenía noción tangible de que era lo que quería. Pero como tenía que decidir ya… me inscribí en la carrera que a mis padres más les gustó, (Derecho). En la cual sólo duré un año, en las vacaciones de ese año ingresé a un plan vacacional, y digo que en ese momento Dios me iluminó, y me transformé en un bambú, un bambú en conexión del cielo a la tierra. Sentir las energías y ver ese espíritu tan puro tan inocente, esos niños me dieron sentido a la vida algo porque despertar y mejorar todos los días. Desde allí me enfrenté a mis padres y a pesar de que no tengo apoyo de ellos, siento mucho apoyo del IUJO. Me entregué a Dios, Él me iluminó y ahora soy un instrumento del señor, para guiar y apoyar a la nueva civilización.”
57
o Diojana Villanueva, estudiante del segundo semestre de Educación Integral. “Porque es de gran importancia impartir el aprendizaje que obtenemos a través de la experiencia. Creo que de los niños se aprende mucho por su manera de ver las cosas y la sinceridad con la que muchas veces se expresan”
o Emily García, estudiante del segundo semestre de Educación Integral. “Porque me gusta aprender, y luego facilitar lo que sé a quien lo necesité, además siento que esto es mi fuerte, que tengo vocación para la docencia.”
o Josefa Emperatriz Pulido, estudiante del cuarto semestre de Educación Integral. “Porque en la vida uno siempre a cada momento está enseñando y aprendiendo algo y como en ese momento estaba sin estudiar, decidí elegir educación porque lo consideré un reto, nunca pensé en ser maestra en verdad, pero ahora veo que podría compartir mis aprendizajes con otras personas y a la vez esas personas conmigo y que mejor que los niños”
58
o Enoes Betzabeth Ruiz, estudiante del cuarto semestre de Educación Integral. “Me gusta enseñar, dar todo lo que sé y todo de mí para que llegue a perdurar mi espíritu para cuando no esté. Es una actividad muy bella, creo que la más bella de todas.”
o Mariagny
Araujo,
estudiante
del
primer
semestre
de
Electrónica… “Me inscribí en el taller porque me pareció interesante, y lo fue, aprendí mucho. Cuando uno se divierte aprende más y estudiar deja de ser algo monótono.”
Retomo la descripción de la actividad: Aproveché el comentario que ellas y ellos hicieron sobre las expectativas, para hablar de la metodología y presentar los contenidos del taller. La esencia metodológica del taller compartido está en el aprender jugando. La idea fundamental es hacerles conocer –y reflexionar sobre el uso de- un conjunto de técnicas y dinámicas de carácter lúdico que sirven para abordar diferentes temáticas de interés educativo. El juego y la Expresión Lúdica El ser humano por naturaleza necesita sentir, pronunciar y generar emociones básicas como cantar, saltar, llorar, reír, un conjunto de expresiones emocionales que generalmente se dirigen hacia la diversión, la distracción, el juego. Partiendo de esa reflexión podemos afirmar dos cosas: 59
una, que la lúdica tiene muchas formas de manifestarse en el ser humano, o lo que es lo mismo, que el ser humano inventa muchas maneras de satisfacer su necesidad de expresarse a través de la lúdica. Dos, que la lúdica constituye una dimensión del crecimiento humano tan significativa como la dimensión ética y moral, la comunicativa, o la dimensión cognoscitiva. Por lo tanto tiene relevancia y pertenencia hablar de la expresión lúdica en la educación. Todo juego está marcado por lo lúdico, pero no necesariamente todo lo lúdico está circunscrito al juego. La palabra juego es un término tan amplio y polisémico que lo han convertido en una expresión acentuadamente imprecisa. Con el término juego de por medio, comúnmente se habla asimismo de: juegos de envite y azar, clasificación que incluye, entre otros: espectáculos y apuestas hípicas, loterías, casinos, salas de bingo, máquinas traganíqueles, juegos de pronósticos deportivos, juegos de barajas, etc. Como juego también se tiene a los eventos deportivos profesionales y de aficionados, entre ellos las disciplinas: boxeo, béisbol, fútbol, baloncesto, voleibol, tenis, etc. Entre juego y deporte se ha pretendido establecer como diferencias, que en el segundo prevalecen: la competencia, el uso de reglas concretas y el estar institucionalizado. Diferencias que a mi modo de ver lucen indefinidas, en tanto muchos juegos no reconocidos como deportes, también implican y exaltan la competición y parten de reglas específicas. En todo caso, me interesa referirme a lo que corrientemente llamamos y aceptamos como juego en la vida cotidiana. Cuando estábamos chamos, entre amigos nos invitábamos “a jugar una partida de pelota”, no decíamos “vamos a deportiviar béisbol un rato”, de hecho en inglés el inicio de cada partido de béisbol se establece con la palabra “playbol”, que es la unión de las palabras jugar y pelota, y que significa “poner la bola en juego”. También reciben ese nombre, los juegos de mesa (juegos de tableros como el ajedrez, dama, el zorro y las gallinas, entre otros). Juegos de dados (como el ludo y el 60
parchís), los –innumerables- juegos temáticos como el monopolio, el “sabelotodo” y una infinidad de juegos surgidos con esa clasificación. Los video-juegos, los juegos computarizados, las rondas y cantos infantiles, los juegos tradicionales: trompo, papagayo, perinola, metras, caballito, la rayuela (“rayo” o “avioncito”, que es una de sus variantes),
juegos
populares: carreras de sacos, el palo encebado, la cucharilla y el huevo, entre muchísimos otros de disímiles orígenes y usos. Juego es verbo y es sustantivo. Cuando digo “yo juego”, estoy refiriendo una acción, en ese caso el término aplica como verbo. Pero si digo “el juego ese”, pudiera estar señalando un artefacto, o mencionando una actividad; en ese caso el término se usa como sustantivo. Parece que mientras más procuramos un acercamiento a una comprensión –aún básicade lo que es “juego”, caemos en una trocha que nos aleja más. Alfonso López Quintás nos ofrece la siguiente definición de juego
“El juego es una actividad corpóreo-espiritual libre, que crea bajo unas determinadas normas y dentro de un marco espacio-temporal delimitado un ámbito de posibilidades de acción e interacción con el fin no de obtener un fruto ajeno al obrar mismo, sino de alcanzar el gozo que este obrar proporciona, independientemente del éxito obtenido.” (López: 1998: 40) La definición de López Quintás, al reconocer que en el juego el gozo no depende del “éxito” obtenido -utilizando la palabra éxito como sinónimo de resultado-, advierte que ciertos juegos están circunscritos a la posibilidad de ganar o perder, condición que no está incorporada al modo lúdico de jugar que propongo para las actividades pedagógicas para animar la expresión con niños y niñas. Un modo de jugar y de aprender jugando que constituye la esencia de esta área de conocimiento.
Sugiero entonces que nos preocupemos menos por la semántica del término juego, y nos centremos más por entender la lúdica como un modo de jugar. La lúdica se manifiesta en los hombres y mujeres –y éstos (as) en 61
ella- de manera más espontánea que ciertos juegos, muchas veces sin normas que acatar. Trazar un dibujo imaginario, modelar una figura en arcilla, jugar a crear versos con palabras sueltas, o detenerse a contemplar el movimiento de los peces en un río, son acciones que tienen un componente lúdico, y son a la vez, maneras de jugar. La propuesta que hago tiene que ver entonces con jugar de manera lúdica, en ese modo de jugar enfoco la proposición de apropiarse de los juegos como herramienta para propiciar espacios de encuentro e intercambio educativos, alejados del sentido competitivo que encierran algunas actividades reconocidas como variantes de juegos. Jugar de un modo lúdico es jugar “…de un modo tal que permita explorar tranquilamente emociones, con plena conciencia de que se trata de una situación ficticia (y por lo tanto protegida) en donde es posible acordar reglas y de la cual se puede entrar o salir cuando se le crea conveniente” (Pavía: 2006:46) Una característica esencial que tiene esta manera de jugar, es que se aleja de las discriminaciones, desprestigios y temores que muchas veces generan los juegos abiertamente competitivos. Hacerse parte de una emoción no tiene porque implicar el someterse al desprecio de otra persona o grupo. “…la posibilidad de jugar de modo lúdico es inversamente proporcional al valor simbólico o material de lo que está en juego y directamente proporcional a la sensación de sentirse liberado de la amenaza de la exclusión, la agresión, la descalificación.” (Pavía: 2006:46) Jugando cada cual inventa su cosmos libertario, da soltura a su imaginación, a sus posibilidades de soñar un mundo humano y posible. Las matemáticas, la historia, la vida, la literatura, pueden ser trabajadas desde la lúdica. Abordar diferentes temáticas educativas desde lo lúdico hace más placentero, el acto multidireccional de aprender. En esa perspectiva tracé el 62
taller sobre herramientas para la expresión lúdica. Como ya dije, un taller para compartir juegos literarios que pueden ser practicados con niños, niñas, jóvenes y adultos, un espacio para aprender jugando y reflexionando sobre el valor de la lúdica en los procesos educativos, un taller para inventarle cauce a la emancipación de los sueños… Retorno a la descripción del taller: Habiendo diagnosticado que no todas (os) las (os) integrantes del grupo se conocían, empezamos jugando la “Dinámica de las señas”. Un juego que posibilitó -según expresaron ellas y ellos- romper el hielo, propiciar integración grupal, divertirse, y analizar los diferentes usos que se le pueden dar al mismo. El juego de las señas sirve para trabajar la atención y la concentración, y además lo utilizo para analizar los elementos de la comunicación y para discutir distintos tópicos de ese proceso. Los juegos y técnicas grupales compartidos en el taller están pensados para ser realizados en cualquier situación educativa (formal o no formal), y para evidenciar que no se requiere de grandes equipos tecnológicos (televisores, dvds, video beam, computadores, u otros) para generar espacios de aprendizaje entretenidos y placenteros. Las actividades planificadas se realizan con muy pocos recursos materiales, inclusive, en algunas de ellas basta con la disposición anímica y con el propio cuerpo como instrumento multifuncional. Para llevar a cabo las técnicas y juegos que he recopilado y/o recreado, insisto en la necesidad de potenciar la creatividad, de hacer uso de los recursos que el ambiente nos proporciona, de las cosas que tenemos o hacemos en nuestra casa y/o comunidad. Estas actividades no son de ninguna manera, ni recetas, ni productos terminados. Son herramientas que uno debe saber en qué situación se pueden aplicar, y a qué necesidad se pueden
adaptar,
modificándolas
parcialmente,
quitándoles
algún
componente, o transformándolas totalmente hasta crear otra dinámica. Así 63
han nacido muchos juegos, como han surgido nuevas canciones, o creaciones de cualquier género. La expresividad literaria y la animación a la lectura Para trabajar el segundo juego inicié una introducción sobre “La memoria”. Una actividad de animación a la lectura en la que integro elementos vinculados a esa área de conocimiento, que tienen que ver con lo teórico, con lo procedimental y con lo actitudinal, y que son a su vez objetivos fundamentales a desarrollar en los procesos educativos. En la cháchara inicial les invito a visualizar la dimensión integradora de la actividad. Parto de la lectura del cuento “Guillermo Jorge Manuel José” escrito por Mem Fox e ilustrado por Julie Vivas. Antes de empezar a leer les pedí que estuvieran atentos a la estructura y demás elementos del cuento. El personaje principal de la obra es Guillermo Jorge Manuel José, un niño que vive al lado de un hogar para ancianos donde reside la señorita Ana Josefina Rosa Isabel, una viejita de 96 años que ha perdido la memoria. El tema central de la narración es saber si el niño Guillermo Jorge puede ayudar a su amiga Ana Josefina a recuperar la memoria. Con esa finalidad el niño se dedica a preguntarles a los adultos sobre la memoria, luego empieza a recolectar memorias entre sus juguetes y objetos familiares, hasta lograr que la señorita Ana Josefina recupere la suya. Entre los elementos que incorporo en esta actividad está la lectura grupal en voz alta, para ello me procuré 2 ejemplares del cuento. Empecé a leer con la entonación y pausas apropiadas para niños y niñas, y a mostrarles las imágenes del cuento, indicándoles a su vez la técnica para sujetar el libro y para hacer el paneo con la mano derecha. Luego de las primeras dos páginas, hice circular el segundo ejemplar del cuento, empezando por la persona que estaba sentada a mi derecha, para que continuara la lectura. Así hasta que el cuento terminó, habiendo pasado por las manos, ojos y voces de 64
todas y todos. Como dije anteriormente, les pedí que identificaran la estructura del cuento, elementos que aunque no tratamos a fondo en ese momento, era importante reconocerlos y tener una primera aproximación a ellos, para que se hiciera más sencillo abordarlos en la próxima sesión de taller. Otro elemento que permite trabajar el cuento leído, es la rima. De hecho, por la entonación, pausas y gestos que hice en la lectura, ellas y ellos entendieron mi intención y complementaron las frases: “Fue a ver al señor Arrebol, que era loco por el…” “béisbol”, respondieron al unísono. Igualmente cuando leí la frase “Fue a ver al señor Tortosa Escalante, que tenía voz de…” “cantante”, contestaron ellas (os), aunque realmente en el cuento dice “gigante”, la rima que ellas (os) intuyeron estuvo muy buena. Luego les pedí que me ayudaran a armar una mesa grande con seis mesas pequeñas, después de armarla les indiqué que se acercaran a ella en círculo y que le dieran la espalda, es decir, que no vieran a la mesa. Había creado un ambiente que considero propicio para entrar en otra fase de la estrategia. En un tiempo de aproximadamente un minuto, coloco sobre la mesa un conjunto de juguetes tradicionales venezolanos, entre otros objetos: perinolas, yoyos, metras, trompos, el juego del solitario, muñecas de trapo, carritos, diferentes tambores venezolanos en miniatura (mina, curbeta, tamboras, golperas larenses), maracas, flautas, una armónica, esculturas de madera, mini-cuentos, creyones, sacapuntas antiguos, boletos de juegos de fútbol profesional, velas, artesanía variada, monedas, caramelos. Al cabo de ese tiempo les dije que giren hacia la mesa, sin tocarla, y que empiecen a memorizar los objetos que hay sobre ella. Luego de un minuto les pedí que se voltearan nuevamente, en ese momento alteré lo que ellas (os) habían visto, moví cosas de lugar, quité algunas y cambié otras. Por ejemplo, una muñeca de trapo que ellas (os) vieron con piel morena, 65
ahora les apareció idéntica y en el mismo lugar, pero con piel rosada. En el lugar donde estaba una caja de madera con dados, ahora aparece un juego de dominó muy parecido pero de mayor tamaño. La zaranda que antes era grande ahora aparece con un tamaño reducido. Cuando se vuelven hacia la mesa les indico que deben pedir la palabra para decir que cambios observaron. Así todas y todos fueron participando. Repetí la acción tres o cuatro veces más. En medio de la dinámica preguntaba por los nombres de los tambores, de cuál región venezolana son originarios, en cuáles manifestaciones se usan. Conté sobre el uso de la zaranda durante la semana santa en los llanos guariqueños. Hablé de la importancia de promover los juegos tradicionales venezolanos en la escuela, pregunté sobre las figuras que ellas (os) hacían con el yoyo, los tipos de papagayo que sabían elaborar, las variedades de juegos de metra que conocían, entre otras cosas que iban saliendo en la dinámica. Este juego sirve para ejercitar la memoria visual. Pero como he dejado entrever, lo abordo desde cierta integralidad que abre espacio para tocar muchas temáticas. En esa visión holística del hecho educativo también quisiera entusiasmarlas (os), no sé si lo consigo, pero ese es un fragmento de mi esperanza como facilitador, y esa –como dijo Alí- “No me la quitarán, juro que no me la quitarán”. Finalizada la segunda actividad, acordamos 15 minutos de descanso para que bajaran a merendar e hidratarse. Mientras ellas (os) disfrutaban de su recreo, aproveché para colocar el disco -que preparé para el taller- en el reproductor de música que la profesora Ana Meléndez, responsable de la Coordinación de Formación Complementaria, me facilitó. Retomé el taller hablándoles de poesía, diciéndoles que ella está en todos lados, que es preciso reconocerla en nuestro entorno, que no es una cosa exclusiva de ciertos elegidos, que todas y todos tenemos sentimientos y vivencias que simbolizan expresiones genuinamente poéticas. Dije que 66
para trabajarla en espacios educativos sería recomendable darle a la clase forma y sentido de taller, despojarla de la rigidez académica, no olvidar nunca el sentido lúdico, y que es necesario contagiarse con el ánimo de lo que pretendemos enseñar. Sentir y vivir la poesía es fundamental para que los niños y las niñas puedan percibirla con el entusiasmo que le imprimimos. Para iniciar “El abrazo poético”, la estrategia que correspondía de acuerdo a lo planificado, les pedí que se pusieran de pie y propicié una conversación sobre algunas tradiciones venezolanas de los meses de mayo y junio. En esa conversa llegamos al velorio de San Juan, sobre ese punto comenté que en algunas poblaciones de los estados Aragua, Carabobo y Yaracuy, al momento de la procesión del santo lo bailan al ritmo del sangueo. Les pregunté que si lo conocían. La mayoría dijo que no, aunque más adelante, cuando coloqué música de sangueo, todos y casi todas demostraron saber bailarlo. Les expliqué en que consistía la actividad: al ritmo del sangueo van a bailar colectivamente alrededor del salón. De pronto detendré la música y les diré, por ejemplo, ¡abrazo de cuatro!, lo que quiere decir que deben conformar un grupo con un abrazo entre cuatro integrantes. A cada persona le entregaré una palabra (sustantivo o adjetivo), cada cual, con el espíritu del ingenio colectivo, dispondrá de esa palabra para crear –entre todas (os)- un verso o poema. Para ello pueden agregar artículos a manera de conectores (el, la, un, una…), y también pueden –si la construcción poética así lo requiere- cambiar los géneros, y las palabras de plural a singular y viceversa. Enoes Betzabeth, una morena de muy buen ritmo, fue la encargada de guiar el baile. Los temas musicales que coloqué fueron “Flores de mayo” (música del folklore, letra de Juan A. Díaz) recopilada e interpretada por el grupo Vera, y “Vienen y van” (Francisco Pacheco) cantada por la agrupación Francisco Pacheco y su Pueblo. En el desarrollo de la actividad les pedí que se atrevieran a retar la lógica del lenguaje escrito, comúnmente lleno de 67
mensajes, pero débil en emociones y figuras, las (os) invité a que se atrevieran a imaginarse cosas sugeridas por el aparente absurdo de unas palabras “inconexas”. Hicimos unas cuatro rondas, siendo la última un abrazo de 14, es decir, uno conformado por la totalidad de las (os) participantes. Con este ejercicio de creación colectiva de versos y poemas no logré en ellas y ellos un conocimiento profundo de la escritura poética, pero según me dijeron algunas de ellas, aprendieron una forma sencilla para abordar la elaboración de poesía con niños y niñas (y para ellas mismas). De hecho, en los primeros textos que hicieron se notaba un exceso de raciocinio, propios de la comunicación habitual. Al terminar cada ejercicio les pedí que los escribieran en la pizarra, luego -con las (os) integrantes de los grupos que no habían participado en la construcción del ejemplo analizado- jugamos a distribuir las palabras de otra manera, a buscar otras formas de decir versos con las mismas palabras. Esa práctica sirvió para que algunas (os) visualizaran más posibilidades al momento de escribir. En medio de ese juego sucedió algo
interesante,
Mayderlin
me
preguntó, si con esos ejercicios no podíamos
estar
distorsionando
la
mente de los niños. Entendí que la preocupación de ella partía de que pudiéramos generarles a los (as) niños (as) confusión sobre la realidad. Le respondí que pensaba que más bien a través de la escritura poética les estábamos devolviendo un poco la posibilidad de imaginar que la escuela les ha quitado. Creo que la inquietud de Mayderlin también tuvo que ver con cierto temor a la propiedad de desautomatización que tiene el lenguaje, cuando hacemos uso de la expresividad literaria para resaltar emociones, y no solamente para transmitir los mensajes que éste puede contener. Juan Antonio Calzadilla (2005) lo plantea así: 68
“El lenguaje tiene la propiedad de desautomatizarse, es decir, puede romper con los mecanismos de la comunicación ordinaria en los que él es simple instrumento perceptible. La desautomatización hace que percibamos el lenguaje y no sólo el mensaje. Estos efectos de alteración o desviación en el uso habitual de la lengua, actos de desautomatización verbal, constituyen en general la expresividad literaria.” (Calzadilla: 2005: 09) En el número 47, correspondiente a los meses de julio-diciembre de 2008, en “Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos”, de la Universidad Autónoma de México, Eduardo Huarag Álvarez lo define de esta manera: “Entiéndase por expresividad literaria la capacidad del discurso para evocar significaciones de efecto emocional. No es un lenguaje referencial sino un lenguaje que incide en las posibilidades connotativas del mensaje.” (http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/640/64011421003.pdf) Con las actividades de expresión por medio de la palabra escrita que estábamos compartiendo en el taller, buscaba animarlos, en principio a escribir, y luego; a intentar escribir de una manera que rompiera con la forma de describir objetiva, y ceñida estrictamente a la realidad con que se escribe comúnmente. Estaba propiciando en ellas (os) un acercamiento a la expresividad literaria, a elementos básicos de la escritura lúdica con que los niños y niñas pueden expresar inquietudes poéticas. Aproveché la ocasión para dilucidar sobre el papel domesticador que por razones ideológicas- ha cumplido la escuela. Una escuela que induce a repetir moldes, y castiga a quienes se atreven a romperlos, como ha sucedió con mi hijo Diego en más de una ocasión. Cada niño (a) percibe la realidad y las cosas de una manera diferente, porque no hay niños ni niñas iguales a otras (os). Somos diferentes, y precisamente una de las cosas que ha pretendido la escuela es uniformar pensamientos, formas de concebir el mundo, negar las particularidades de cada cual. La escuela trata a los niños (as) como objetos pasivos que deben repetir lo que se les enseña, no como sujetos capaces de pensar, de discernir, de generar sus propias ideas. 69
Lamento que por razones de tiempo la mayoría de las conversaciones que tuvimos fueran tan cortas, y no poder propiciar más discusión sobre los temas que fueron surgiendo. Traté de vincular el ejercicio anterior con el que luego compartimos. A este lo he llamado “Crear el credo”.. Empecé preguntándoles si conocían el credo de la biblia y que varías varía religiones profesan. Pocas (os) se lo sabían, pero ero todas (os) lo han leído o escuchado. Una de las participantes se ofreció voluntariamente para recitarlo:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra ob y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, 70
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén. Más o menos hay un acuerdo casi generalizado sobre la existencia de un Dios que cada cual y de acuerdo a su religión se configura de una manera. Empecé a preguntarles en que cosas creían, más allá de lo mítico religioso. Entre las respuestas: creo en el divino niño, en mi misma, en mi hija. Creo que los (as) educadores (as) tenemos entre nuestras funciones primordiales, estimular que los niños (as) crean en sí mismos, y crean en un montón de cosas donde reposan valores fundamentales como el amor, la justicia, la solidaridad, la belleza y la alegría. Este ejercicio de creación poética camina en esa dirección. Por ello les hablé brevemente de Aquiles Nazoa, por supuesto, antes les pregunté si lo conocían. La mejor manera de conocer a un creador es a través de su obra, entonces les leí con todo el cariño que un texto como este merece y provoca:
Rezo el credo (Aquiles Nazoa) Creo en Pablo Picasso, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra; creo en Charles Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones, que fue crucificado, muerto y sepultado por el tiempo, pero que cada día resucita en el corazón de los hombres, creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable, creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa, creo en la cualidad aérea del ser humano, configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose 71
como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo; creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente debajo de la almohada de mi niñez; creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música, yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré, salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma, creo en Rainer María Rilke, héroe de la lucha del hombre por la belleza, que sacrificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer, creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia, creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar; creo en un barco esbelto y distantísimo que salió hace un siglo al encuentro de la aurora; su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles, junto a sus sienes un resplandor de estrellas, creo en el perro de Ulises, en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas, en el loro de Robinson Crusoe, creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta, en Beralfiro el caballo de Rolando, y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero, creo en la amistad como el invento más bello del hombre, creo en los poderes creadores del pueblo, creo en la poesía y en fin, creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama. Luego de la lectura les pedí que comentaran lo escuchado. Dijeron que les agradó, que les pareció hermoso, hubo una muchacha que se conmovió y soltó unas emocionadas lágrimas. Ángel preguntó que si Aquiles Nazoa era el mismo de “coman sardina”, aclaré que el que aparece en el comercial se llama Claudio, es uno de los hijos del poeta, y expliqué que entre padre e hijo hay grandes diferencias humanas e ideológicas. También les dije que existían muchos credos, y que nosotros podíamos crear nuestros propios credos, porque aunque coincidiéramos en algunos aspectos con los credos conocidos, siempre teníamos la posibilidad de incorporar nuestras creencias más íntimas. Alí Primera, por ejemplo, escribió su “Creo en el canto” y Carlos Mejía Godoy, como parte de la obra “Misa campesina nicaragüense”, hizo un “Credo” que durante los años setenta y ochenta, se escuchó mucho en las comunidades cristianas de base de Latinoamérica. Seguidamente coloqué dos canciones. 72
EL CREDO (Miguel Ordoñez)
I Creo en la sabiduría del pueblo y en su cantar y creo que va a lograr su redención algún día yo creo en la fantasía de hacer un mundo mejor en Jesús el salvador y no creo en el infierno como no creo en gobierno de Fariseo pretor. II Yo creo en los fuertes brazos del obrero en faena dura yo creo en Pablo Neruda y creo en Pablo Picasso también creo en el abrazo que a mis hermanos les doy y creo en Andrés Eloy en mi lago y sus canoas creo en Aquiles Nazoa creo saber a donde voy. III Yo creo que ha sido mucha el ansia de libertad y en la inmensa voluntad que tiene el pueblo si lucha y en el cantar que se escucha del pajarito en su rama y también creo en la llama que permanece encendida en la lucha por la vida y en Bolívar quien nos ama. IV También creo en la canción combativa y libertaria como un arma necesaria para la transformación y cantada con tesón en una esquina cualquiera en la plaza o en la acera en el portal de una iglesia que sea amorosa y recia como la de Alí Primera.
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V Sigo creyendo que el mundo Es propio para el humano no del canalla y tirano que al hombre ataca iracundo seguiré cual trotamundo creyendo un mejor destino en el beso en el cariño en Dios padre y en el hombre y en todo aquel que me nombre la ternura de los niños.
Mi Credo (Reynaldo Armas) Creo en Dios Padre creador del universo en el Hijo y en el espíritu Santo creo en la oración de cada día que alivia todo tipo de quebranto. (Bis) Creo en las estrellas y en la luna creo en el sol que me alumbra los días de mi calendario en el rugir de un mar bravío creo en el rumor del río y en mi santo escapulario. (Bis) Y en el amor, no estoy seguro si me enseñaron a creer tan solo en uno en ese amor que nace de lo más profundo amor de madre lo más bello de este mundo (Bis) Creo en Dios Padre creador del universo en el Hijo y en el espíritu Santo… (Bis) Yo creo en la noble parturienta esa que sueña contenta y amamanta con cariño creo en el beso por la mañana creo en la caricia sana y en la sonrisa de un niño (Bis) Y en la amistad, es relativo no es conveniente tener un montón de amigos la vanidad nos tiene casi corrompidos es preferible ser un poco precavido (Bis).
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Entre canción y canción hicimos cortos comentamos sobre ellas. Básicamente mencioné los diferentes elementos de la fe que mueven a los seres humanos. Después de propiciar ese ambiente, les dije que en sus casas intentaran hacer un credo, al menos un pequeño párrafo en el que expresaran con sentido poético sus más internas creencias. Lo ideal hubiese sido aprovechar el clima creado para hacer el ejercicio en el momento, pero las limitaciones de tiempo impedían proceder de manera adecuada. Acordamos compartirlos en la segunda sesión del taller. Como último juego del día nos esperaba “El mundo”. Un juego que tiene por finalidad responder rápidamente en un ejercicio de concentración, el mismo puede ser adaptado para trabajar diferentes temáticas. En esta ocasión empezamos trabajando con los elementos: aire, mar y tierra, (nombrando según correspondiera, animales de esos ambientes). Más adelante ellas (os) propusieron jugar con países de Latinoamérica y un poco después con estados de Venezuela. Aproveché que el juego “El mundo” se hace con una pelota, para utilizar la misma en una breve evaluación de la jornada que propuse a manera de cierre. Les dije que consideraran en su evaluación cómo se habían sentido, si les parecían interesantes los juegos y dinámicas que habíamos compartido, qué le agregarían y qué le quitarían al taller, según lo que habían apreciado. En sus respuestas hubo una sintonía generalizada hacia la aprobación del mismo. Una participante dijo que el taller superó sus expectativas, otra dijo que lo único que le agregaría, es que nos pongamos de acuerdo para llevar alimentos y agua para merendar juntos en la próxima sesión. Casi todas (os) aseguraron asistir el sábado siguiente. Entretiempo uno… Tiempo de iniciar la reconstrucción de la experiencia y de preparar la segunda sesión. Para lo primero revisé algunas notas de la observación participante, me apoyé en la “guía del facilitador” (instrumento en el que llevo 75
organizada la secuencia del taller, y en el que también tomo notas, así que este instrumento se convirtió en una herramienta que puedo sugerir como aporte metodológico para registrar breves datos y observaciones surgidas en el taller) y le di libertad a la memoria para que me dictara los detalles de lo sucedido. Para lo segundo seleccioné, imprimí y recorté poemas y cuentos… Segunda sesión El sábado 15 de mayo celebramos la segunda sesión del taller. Como sucede en la mayoría de los talleres que he vivenciado desde cualquier rol, la asistencia bajó un poco. Faltaron cuatro participantes, entre ellas, la que había propuesto organizar y realizar colectivamente la merienda de ese día. Nuevamente Miriam estuvo acompañándome en el registro fílmico y fotográfico de la actividad, en esta ocasión también le pedí que me ayudara en la lectura de un cuento, debido a que durante la semana me embistió una fuerte gripe que me dejó afónico, y en pleno taller me entró un ataque de tos. Gracias a la solidaridad de Miriam se solventó la situación. Luego de saludarnos y de organizar el salón de un modo acorde a los principios pedagógicos que pregonamos, le dimos inicio a las actividades lúdicas. Para propiciar un ambiente de alegría e integración grupal, jugamos “El cartero”, una estrategia que implica mucho movimiento, participación, atención, y que estimula el desarrollo de la agilidad mental y la expresión verbal, elementos que también contribuyen a que el grupo se conozca y desinhiba. Uno de los objetivos que siempre me propongo con los (as) participantes, es generar un ambiente de confianza, respeto y cariño que se manifieste en la integración grupal. Parte de las actividades que planifico apuntan en ese sentido, y las voy agregando poco a poco en el desarrollo del taller, como una manera de reforzar permanentemente ese aspecto. Por ello continuamos con una técnica de presentación que identifico como “Yo soy, el es…” (Que, como varias otras, puede ser modificada y versionada). 76
Con esta actividad lúdica se consiguen varios propósitos, ejercitar la memoria mientras todas y todos aprenden los nombres de los (as) integrantes del grupo, lo que a su vez sirve para afirmar el sentimiento de pertenecer a ese grupo, y vale para trabajar el derecho que todo ser humano tiene a usar y ser identificado por un nombre. Luego propuse que compartiéramos los credos que ellos y ellas habían escrito durante la semana, previa motivación iniciada en la sesión anterior del taller. Aquí muestro parte de esos trabajos: “Creo en la fe y en un Dios sagrado No creo en los hombres que con palabras han engañado, Creo en la naturaleza llena de vida y variedad, Creo en el cuidado que le podemos brindar. Creo en las experiencias y en sus enseñanzas, Creo en los cantantes que dejan mensajes sanos, que llenan nuestros corazones de alegrías y esperanzas, de que podamos convivir como hermanos. Creo en el valor del amor y en la amplitud de su significado no creo en las personas que mal lo han practicado, que lo usan como beneficio y lo transforman en pecado haciendo sufrir a los seres que creen ser amados. Por último creo severamente en la unión y en la amistad, de la gente que me rodea y de algunos que ya no están, y a los que no la han descubierto, espero podérsela mostrar, para que ellos puedan creer y la puedan demostrar. Disculpen si olvidé alguna cosa ¡Es que de todo no me puedo acordar! pero si quieren en algún momento este credo, juntos lo podemos terminar.” Erick Antequera
A continuación coloco el texto original, escrito de puño y letra por Erick Antequera, en dicho trabajo se pueden apreciar los tachones propios de un texto en construcción. De hecho les sugerí que los conserven y que si más adelante les provoca, los pueden seguir trabajando, incorporándole cosas, o diciendo algunas otras de una manera diferente. 77
Para efectos de mostrar el rostro natural de estos credos, quise escanearlos y agregarlos al presente Informe, lamentablemente la mayoría de ellos fueron escritos con lápiz y al pasarlos por el escáner quedan ilegibles. Me permito entonces transcribir dos credos más, ambos son resultado del acercamiento y animación a la expresión literaria que procura el espacio educativo compartido. Son trabajos escritos de un solo envión, que evidencian que si con apenas una media hora de motivación más otro rato de escritura, son capaces de producir estos textos tan llenos de sentimiento, con un trabajo más prolongado de lectura, análisis y escritura, pueden llegar a producir textos de mayor riqueza literaria.
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Mi credo Creo en la naturaleza Creo en la amistad Creo en el amor Creo en la felicidad Creo en el Ávila que contrasta con el cielo azul de Caracas. Creo en la frescura de las mañanas que me hacen sentir que Dios pasea sobre la tierra. Creo en mi familia porque ellos creen en mí. Creo en los maestros que son capaces de hacer que sus alumnos amen los estudios. Creo que la valentía y la pasión llevan a las personas a hacer grandes cosas. Creo en mis manos que escriben este credo. Creo en el suelo que piso y en el aire que respiro. Y lo más importante… Creo en mí. Mariagny Elisa Araujo Garcés. “Creo en la vida en un mundo mejor donde brille el amor y donde crezcan las plantas sin temor a ser quitadas Creo en un mundo mágico lleno de color y de hermandad donde reine la igualdad con solidaridad y alegría Creo en la luz de un nuevo amanecer donde florezca la paz con su dulce melodía donde todos los niños jueguen sin temor a no ser queridos Creo en mi propia capacidad de crear una vida llena de amor y que busque la alegría que busque a Dios siempre y todos los días Creo en la existencia como un punto de referencia que nos empuja a una mejor evolución con ansia hacia un mejor vivir con más dignidad y menos mentira Creo en todo lo bueno de la vida como el colibrí con su hermoso néctar de un exquisito frenesí por todo lo maravilloso que puede haber en la vida 79
Creo en una mayor comprensión y en un gran amor hacia todos los seres de la creación Creo en los pájaros que surcan los extensos cielos en todos los animales que buscan ser comprendidos son seres hermosos e inteligentes son nuestros compañeros de viajes y nos muestran con su singularidad como sufren y dan su vida y que ellos tienes derechos a ser y ser respetados Creo en un mundo donde las flores y las estrellas brillen con su luz Y nos perfumen y nos den su luz con fulgurante amor.” Josefa Emperatriz Pulido. En un taller tan corto, donde las actividades de animación a la escritura forman parte del todo que comprende el programa sobre herramientas para la expresión lúdica, no da tiempo para abordar recursos poéticos como la metáfora, el símil, las exageraciones, las anáforas, la sinestesia, o la humanización. La limitación de tiempo hizo que centrara el esfuerzo en hacerles conocer estrategias que de manera lúdica favorecieran la expresividad literaria con niños, niñas y jóvenes. La propuesta, como ya he dicho, no es que los (as) niños (as) se conviertan en escritores, en poetas, en artistas, sino ofrecerles herramientas para que a través del sentido lúdico se adentren al mundo de la escritura, como quien abre la claraboya de la imaginación para que vierta el resplandor contenido. Que encuentren en la escuela (o comunidad) espacios y libertad para la inventiva, momentos que tengan por principio procurar deleite por la creación de poemas, adivinanzas o retahílas, o por la elaboración y recreación de relatos. Encuentros alejados del orden que muchas instituciones educativas se imponen como objetivo central, escuelas o academias donde asumen la literatura con el propósito de enseñar, de dar clases de ética a través de desgastadas moralejas; olvidando que el valor de la literatura está en sorprender los sentidos para el disfrute de la palabra. Como
beneficio
educativo
colateral
podemos
promover
que
encuentren entre los procesos de escritura –y lectura- creativa un enlace que 80
complementa el acto de leer (y viceversa), ya que ambos procesos van a la par. Se pretende entonces proporcionarles ideas para que se atrevan a crear otras ideas, que les servirán como base para organizar sus creaciones. Continuamos el taller jugando a armar poemas, para ello transcribí e imprimí “Lluvias” de Aquiles Nazoa, “La vaca estudiosa” de María Elena Walsh, “Conejos” de Jairo Aníbal Niño y un poema sin título de Roberto Juarroz. En la etapa de preparación de la sesión, recorté los versos de cada texto y los mezclé, haciendo cuatro paquetes pequeños, uno por cada poema. Conformamos tres grupos, no para enfrentarse entre si, sino para organizar la actividad de manera que resulte más provechosa. A cada grupo le entregué un poema desarmado y les expliqué que debían leerlo y analizarlo en el subgrupo, para después ordenarlo según un criterio que conservara el sentido poético y una estructura más o menos lógica. Entre las observaciones que hice está el hecho de que algunas personas se sentían presionadas por culminar el trabajo antes que los otros grupos, cual si se tratara de una competencia, cuestión que durante esa y todas las sesiones insistí: son juegos para cooperar, para
la
integración,
para
el
aprendizaje
armónico, para compartir, NO para competir. No obstante, el sentimiento de rivalidad que esta sociedad individualista ha inoculado en nuestra gente, es demasiado grande. Aunque no se esté compitiendo nadie quiere perder, aunque no se esté compitiendo casi todos y todas quieren ganar. Hay que ser “exitosos (as)” a como dé lugar, los perdedores no tienen derecho a la “felicidad”. Más allá de la observación comentada en el párrafo anterior, la dinámica ofreció lecturas tal vez más relevantes. Entre los propósitos de esta 81
actividad de animación a la lectura y de sensibilización poética, está que las (os) participantes puedan visualizar y sentir que un poema -sea de un autor conocido o de ellas (as) mismas (os)- puede ser ordenado y reordenado de diferentes maneras. Que armar un poema es una forma de jugar poniendo la creatividad en acción, inclusive, que antes de dar por terminado un texto, podemos intentar otras posibilidades. Parte de esos propósitos fueron expresados por las (os) participantes, durante los diferentes momentos de la actividad: en el trabajo grupal, al comparar los resultados con los textos originales y en los análisis de la misma. Aunque ellas (os) buscaban armarlo exactamente igual como lo escribió el autor (tal vez como una manera de “ganar”), el juego les permitió vivenciar una manera lúdica de compenetrarse con la poesía, de tenerla rendida en sus manos y desde ellas cobrar vida. Una de las participantes me dijo “me sentí poeta”, ese es otro de los objetivos de la animación, que sientan la poesía, y si al momento de apreciar la poesía se sienten poetas, mejor, pues nadie se puede sentir poeta sin sentir la poesía.
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A continuación se puede apreciar el trabajo que hizo el subgrupo que le correspondió el poema “Conejos” (en la fotografía), y cotejarlo con el escrito por ell autor (en el cuadro). cuadro) Ahí quedan evidenciadas las distintas maneras que puede ofrecer un mismo texto para ser leído o escrito, conservando el sentido poético.
CONEJOS
El hombre que todos los días soñaba con conejos abrió las alas de la ventana venta y atisbó el aire seco de la noche. Se desnudó lentamente se metió entre las sábanas como una criatura que se sumerge en un pozo de hierba y lloró largamente porque en la radio habían anunciado la destrucción total de la cosecha de zanahorias. Jairo Aníbal Niño
Luego les pregunté cómo se habían sentido, y con sus respuestas, analizamos los elementos pedagógicos que nos ofrece este juego para la motivación literaria. literaria Inicialmente algunas expresaron su desesperación desespera por no “lograr” el objetivo, que entendieron como organizarlo exactamente igual que el autor (a),, otras (os) estaban henchidos de orgullo por “haberlo logrado”, otras (os) se dieron el gusto de jugar a combinar los textos y aunque también estaban pendientes de que les quedara tal cual lo escribió el autor (a), lo disfrutaron mucho. mucho Finalmente casi todas (os) expresaron haberse recreado con el e juego,, aprender una manera no aburrida de trabajar la poesía, reconocer una forma de abordar la rima. rima En las experiencias en que he compartido este juego con niños y niñas, lo menos de que están pendientes es de que les quede igual a los (as) autores (as), as), tampoco lo asumen como competencia. El hecho de que la 83
lúdica sea un componente natural en los niños y niñas, les permite vivir estos juegos de una manera más relajada, lo que a la vez facilita un aprendizaje más significativo. Entre las cosas que sucedieron, Miriam observó una bien interesante. El grupo que le correspondió armar el poema de Aquiles Nazoa, durante mucho rato se dio el gusto de ordenarlo de acuerdo a la rima, todas y todos opinaban, aportaban un punto de vista para armar la secuencia lógica del texto. Eso lo vi yo también, lo que no vi, es que en algún momento se dieron cuenta de que podían rearmar el texto de acuerdo a la forma en que estaba recortada la hoja de papel, entonces se dedicaron a darle forma de rectángulo a su poema y ya todo les cuadró. Esto quiere decir que ante un determinado problema el hombre acude a muchos elementos para resolverlo, y que la vista y la capacidad de observación, también constituyen vías de aprendizaje. Se aprende –y se resuelve- con todos los sentidos. Finalizada la conversación sobre la actividad anterior, nos dimos el espacio
para
alimenticio
de
el la
receso mañana.
Durante ese tiempo me dio un fuerte
ataque
de
tos
que
amenazó con dejarme mudo nuevamente,
por
ello
al
retomar el taller, le pedí a Miriam que me apoyara en la lectura de un cuento. Inventemos un título. Así se llama la estrategia de animación a la lectura que compartimos en la reanudación del taller. Para realizar esta actividad inicialmente no se les dice el título ni el autor (a) del cuento a las (os) participantes. En ella hay que estar muy atentos (as) a la lectura, 84
seguir cada detalle de la narración, y al final cada persona elabora uno o varios títulos que anota en el pizarrón para ser compartido con todas (os). Posteriormente les pedí que votaran para elegir los títulos que más les guste. Entre los títulos que ellas y ellos crearon están: El deseo “Tres en uno”, Un regalo para tres hermanos y El ingenio del genio. El título original es El genio y los hermanos, de la escritora argentina María Laura Díaz. Para que la actividad tuviera gusto y sentido escogí un cuento que además de no ser conocido por el grupo -cuestión que confirmé en el desarrollo de la misma-, tuviera una historia atractiva, graciosa, y breve.
Las actividades de animación a la lectura tienen como aspiración generar en los niños y niñas un sentimiento de simpatía por los libros, despertar en ellas y ellos un vínculo amoroso que se irá ampliando en la medida que logremos cautivarlos con textos que los conecten con el mundo de fantasías y emociones que vive en ellos (as). Generalmente se parte del trabajo con un libro en particular, para –progresivamente- intentar que esa relación logre una valoración hacia los libros y la lectura en general. Para asumir la animación a la lectura sería adecuado elaborar un plan en el que puedan interactuar personas de los diferentes espacios en que se mueven los niños (as), madres, padres, representantes, hermanos (as), maestros y maestras. En el hogar es fundamental que desde pequeños los niños (as) aparte de tener espacios físicos y vivenciales que fomenten con ternura el amor por los libros y la lectura, sea indispensable que ellos (as) puedan reconocer en sus padres ese hábito. Basta con que a diario puedan verlos (as) leyendo el periódico, para que asocien este hecho a una actividad realizada con naturalidad. Según Carmen Olivares (citada por Sarto, 1984), la animación a la lectura “Es un acto consciente realizado para producir un acercamiento afectivo e intelectual a un libro concreto, de forma que este contacto produzca una estimación genérica hacia los libros”. 85
El juego “Inventemos un título”, así como toda la estrategia de “La Memoria” compartida entorno al cuento “Guillermo Jorge Manuel José”, son actividades de animación a la lectura. Cuando un niño (a) tiene la posibilidad de inventarle un nombre a un cuento que solamente ha escuchado, que ha visto en su mente el trajinar de sus personajes pero no ha contemplado sus rostros impresos en el libro, lógicamente va a querer manipular ese cuento, y muy probablemente le toma cierto cariño que se deriva de ese vinculo afectivo que ha empezado a desarrollar con él. Todos los elementos que se utilizan en el juego “La Memoria” apuntan a encariñarse con los personajes, con los anhelos de éstos y con el cuento en general. Aún hoy, después de haber compartido esta
estrategia
–entre
muchas
otras-
hace
aproximadamente diez años, con niños y niñas de la
Escuela
Comunitaria
“Luisa
Goiticoa”,
al
preguntarles –a los hoy adolescentes- cuál cuento recuerdan, varios (as) me han dicho “Guillermo Jorge Manuel José”. También están los (as) que recuerdan con más cariño “La noche de las estrellas”, o “Monty”, entre otros cuentos con los que también hice cosas que favorecieron su lectura y comprensión. El libro tiene que responder a los intereses del niño (a), no del adulto (a) que propone la actividad (sean padres o maestros), la lectura no se obliga ni se impone, sobre todo si lo que se quiere es que se le asuma como hábito. Quien desee suscitar el placer, la comprensión y reflexión de un libro, debe olvidarse de prácticas impositivas, así como de proponer lecturas pesadas, alejadas de los gustos de los niños (as). La animación a la lectura tiene por propósitos: • • • •
que el niño no lector –o poco lector- descubra el libro ayudarle a pasar de la lectura pasiva a la lectura activa desarrollar en él el placer de leer ayudarle a descubrir la diversidad de los libros (Sarto: 1984: 19) 86
Animar, en este caso, es también darle vida a un libro a través de las expectativas de niños y niñas, mover estratégicamente la curiosidad de ellos (as) como insumo que favorecerá apropiarse de la lectura, motivarlos (as) a buscar los hilos que entrelazan una historia. En las salas infantiles de las bibliotecas públicas venezolanas, así como en el Centro Nacional del Libro y el Banco del Libro, se han hecho valiosos esfuerzos de promoción y animación de la lectura, como el conocido programa “Aventuras en vacaciones” que todos los años lleva a cabo el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional. Algunas actividades de promoción y animación a la lectura – la mayoría de ellas conocidas- que se pueden realizar en las comunidades y escuelas son: La hora del cuento: Narración o lectura de cuentos, a una hora o día (y hora) establecidos y de manera constante. Lectura recreativa libre: Leer textos literarios de manera libre y sin contaminación de formalidades académicas en el salón de clases. Lectura colectiva: Se puede hacer tanto con textos breves en una sola sesión, como de libros por capítulos –cuentos o novelas para niños y niñasen sesiones diarias o semanales. Dramatización: Se trata de poner en escena cuentos, narraciones y hasta poemas. Títeres: Elaboración y montaje de una obra de títeres a partir de una narración literaria. La esquela: Después de la lectura de uno o varios cuentos, los niños y niñas le escriben cartas a los personajes con los que más se identifican. Entre muchas otras actividades sobre las que hay que investigar, y entre muchas otras que hay que crear y recrear para intentar hacer de la lectura un placentero acto de libertad y aprendizaje. Y continuamos el taller. ¡Un, dos pum! fue el juego que hicimos para practicar la tabla de multiplicar, en este caso la tabla del 3. El juego consiste en que una persona designada por el facilitador-animador (a) o él mismo (a) 87
dice en voz alta: Uno, a manera de empezar a contar, seguidamente la persona que -dentro del círculo en que están sentados- está a su derecha dice: Dos, e inmediatamente el que sigue, en vez de decir tres, dice ¡pum! El juego continúa en esa secuencia y cada vez que corresponda un múltiplo de 3, se dice ¡pum! Una manera divertida de aprender colectivamente la tabla de multiplicar. Luego hicimos “el juego del tabú”, una estrategia que permite trabajar lo sustantivos, los sinónimos y los adjetivos. En este caso, y por razones de tiempo nos limitamos a jugar con los llamados nombres propios. Previamente elaboré, imprimí y llevé la siguiente lista de sustantivos: metro (de Caracas), campana, isla, imán, llave, nieto, sopa, mercal, zapato, fuego, queso, uña, jabón, saco. Conformamos 2 grupos, no para enfrentarse entre ellos sino para darle organización al juego. Sin que las demás personas (de su grupo y del otro) escucharan, les decía una palabra al oído a las que estaban sentadas en los extremos de sus respetivos grupos, esta persona tenía que describir el objeto al otro grupo sin mencionar la palabra directamente, sin hacer mímicas y sin usar sinónimos. Cuando un integrante del grupo que escuchaba, reconocía el sustantivo, pasaba ese grupo a decirles una palabra al otro, así hasta que cada uno dijo una. Como el juego les gustó me pidieron que hiciera una nueva ronda, en la que algunas de ellas se atrevieron a sugerirme palabras. Luego de ese juego propuse hacer una evaluación de la jornada. Entre otras cosas dijeron: sentirse a gusto con el taller, que parte de las dinámicas trabajadas la semana anterior ya las habían aplicado, y que para la semana escolar que se avecinaba, también incorporarían algunas de las compartidas en esa sesión que estaba terminando. Una de ellas mencionó el término “lúdico” como una posibilidad para hacer más amenos los espacios educativos, cosa que me reconfortó enormemente. Preguntaron si podían invitar a otras personas (a lo que contesté que sí), y
dijeron que les
informarían a las participantes que habían faltado que podían continuar en el 88
taller. Como parte de la evaluación mencionamos la posibilidad de realizar juntos la merienda en la próxima sesión, y seguidamente la organizamos. Gisela dijo que con las actividades compartidas en las dos sesiones ya tenía para organizar un encuentro que le habían solicitado familiares y vecinos. Por eso les dije que iba a incorporar una ñapa como cierre. La ñapa consistió en jugar “El auto-lavado”, una técnica propia para reafirmar la afectuosidad en el grupo, y que implica darse cariños, y decirse palabras afectuosas. Todas y todos participamos y sonreímos, confirmando en abrazos y afectos la importancia del amor en el trabajo grupal. Así nos despedimos hasta la próxima semana. Entretiempo dos… Tiempo de preparar la tercera sesión, revisando para ello el plan de acción, y organizando con antelación los materiales necesarios para llevarla a cabo… Tercera sesión El sábado 22 de mayo acudieron nuevamente 14 participantes, 12 de las (os) que asistieron a la primera sesión, y 2 estudiantes más. Como actividad de animación empezamos la jornada con el juego “Ligados”, que consiste en que todas (os) las (os) participantes se ponen de pie, forman un círculo, entonces cada integrante le toma las manos a dos personas que no están a su lado, lo que hará convertir ese círculo humano en un nudo grande, que luego deben desenredar sin soltarse las manos. Un sencillo juego que permite analizar el valor del esfuerzo grupal, el sentido de pertenencia y sirve como motivación para iniciar una jornada de trabajo.
89
Seguidamente propuse compartir “Te equivocaste”, una de las técnicas de animación a la lectura de María Montserrat Sarto. En este juego los niños y niñas (las (os) participantes en general) deben seguir con mucha atención la lectura del cuento que el animador (a) les hará, con todo el encanto que este proceso envuelve. Para esta ocasión seleccioné el cuento “Rosaura en bicicleta” escrito por Daniel Barbot (francés que vivió varios años en Venezuela) e ilustrado por Morella Fuenmayor (venezolana, también ilustradora
de
los
cuentos
“Miguel
Vicente pata caliente” de Orlando Araujo y la “Cama de mamá” de Joi Carlín). Les dije que colectivamente leeríamos el cuento desde el principio hasta el final, y que luego lo volvería a leer pero incorporando frases de “contrabando” que no aparecen en el cuento original, y que ellas y ellos tenían que identificar al momento con la expresión “Ahí”. Les pedí que tal como habíamos hecho cuando leímos “Guillermo Jorge Manuel José”, estuvieran atentos a la estructura del cuento, inmediatamente la repasamos: Inicio (donde se presentan los personajes y el ambiente), desarrollo (donde suceden las acciones y se llega al punto clímax, que generalmente coincide con el planteamiento de un nudo o problema) y desenlace (donde se da respuesta al nudo o problema y concluye el cuento). Inicié la lectura y al final de cada página les fui mostrando las ilustraciones. Al concluir la segunda página dejé que el libro circulara entre ellos y ellas para que continuaran la lectura en voz alta. Esto permitió que se compenetraran con la obra, que tuvieran una aproximación bien cercana a ella. Luego empecé a leer nuevamente el cuento, y casi todas las veces que agregué algo, lo detectaron. La actividad les agradó mucho, se rieron bastante con las incorporaciones que hice, y comentaron algo bien importante: que reconocían en esta actividad una valiosa herramienta para 90
animar la lectura, puesto facilitaba trabajar la atención de una manera divertida. Volvimos a identificar la estructura del cuento en el título leído, nos paseamos por el contexto, por los personajes, por el nudo y el desenlace. Al culminar les hablé un poco de los propósitos de la animación a la lectura, de la importancia de asumir las actividades con gusto, con inmenso amor, con la misma ternura y emoción que los cuentos expresan. Ese es un punto de equilibrio que cada cual irá consiguiendo en la medida que se ejercite, pero hay que tenerlo claro, el cuento tiene su propio ritmo sicológico, no hay que ponerle más emoción del que tiene, ni restarle tampoco. Caer en cualquiera de esas situaciones constituye una distorsión innecesaria de la obra, y un desaprovechamiento pedagógico de la animación. Luego pasamos a compartir “Cambiémosle el final al cuento”, una actividad que conjuga en un mismo tiempo, animación a la lectura, creatividad y expresión literaria. Como lo dice su nombre, el juego trata de cambiarle el final a un cuento. En esta ocasión el cuento seleccionado fue “La noche de las estrellas” escrito por el venezolano Douglas Gutiérrez e ilustrado por la también venezolana María Oliver. Les leí el cuento hasta la aparición del nudo, a partir de ahí ellas (os) tenían que imaginar y escribir un final para ese cuento. Cada quien leyó su final, así pudimos notar que casi todos los resultados coincidieron entre si. La mayoría de las (os) participantes tuvieron una aproximación al final original, excepto Sandra, a quien le leí la duda de querer mostrar el final que escribió, suponiendo que al no coincidir con el grupo estaba “malo”. Le pedí que por favor lo leyera, y para sorpresa de todas y todos, su final, tal como supuse, era distinto, pero además muy ingenioso. Le dio un giro inesperado que al grupo completo agradó. Les hablé brevemente de Gianni Rodari, el maestro, periodista y escritor de obras literarias infantiles de origen italiano, que tantos aportes 91
hizo a la animación de la lectura y a la expresividad literaria para niños y niñas. La corta reseña que hice sobre Rodari sirvió para introducir el trabajo sobre una de sus técnicas clásicas, “El hombrecito de cristal”, técnica con la que abordo la elaboración de cuentos, detallando más los elementos de su estructura. Sobre el aspecto inicio, ahondamos en las características físicas y sicológicas de los personajes, y en la importancia de describir el ambiente. Sobre los aspectos desarrollo y nudo, la técnica permite manejar varias opciones como salida, de hecho, propuse que cada quien utilizara el material que quisiera para el hombrecito (o mujercita) que serían los personajes principales de sus cuentos. Algunas (os) decidieron que sería de fuego, otras (os) de cristal, mantequilla, madera, hielo, galleta, acero, agua, entre otros componentes. La otra particularidad de la técnica es que a cada persona le doy un problema de acuerdo al tipo de material de su hombrecito, por ejemplo, los que decidieron que su personaje sería de fuego, les dije que por nudo tendrían un diluvio que cayó de pronto. Los que eligieron trabajar con hielo, el problema sería que vertiginosamente caerá en su mundo una inmensa bola de fuego. De esa manera todas (os) tenían elementos para estructurar su cuento, para darle forma a una narración en la que pueden ejercitar con más precisión el desarrollo de las partes que lo componen, siguiendo una ilación coherente con la naturaleza del trabajo. Este ejercicio, en el que se le sugieren a los (as) participantes un conjunto de elementos para elaborar un cuento, sirve para ir compenetrándose en la creación de relatos, hasta que se haga un hábito que conserve cierta espontaneidad. En este punto es importante resaltar, que al trabajar la expresión literaria con niños y niñas, no se pretende formar escritores, sino propiciar espacios para el disfrute de la creación literaria y de la literatura en general. Si algunos (as) niños (as), con el tiempo profundizan en el desarrollo de habilidades y destrezas para la escritura, eso será maravilloso y celebrable, pero las instancias en que estamos planteando este trabajo no tienen ese propósito.
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Acordamos dejar el trabajo sobre “El hombrecito de…” para la casa. Y por la hora pasamos a la merienda colectiva. Mayderlin, Yeterli, Emperatriz, Graciela y Erick, se encargaron de llevar tentempiés de jamón y queso, rosquitas y jugos para todos y todas. Aquí no termina la sesión, hago este “corte” para darle entrada al próximo capítulo, esta tercera y última sección del Informe de Aprendizaje, por motivos de organización y de aproximación al desarrollo de las áreas de conocimiento, me exigió una incisión en la reconstrucción de la jornada…
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Diferentes momentos del taller
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LA CREATIVIDAD EN LA EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS EDUCATIVOS. “Quien pone reglas al juego se engaña si dice que es jugador, lo que le mueve es el miedo de que se sepa que nunca jugó.” Luis Eduardo Aute
Finalizada la degustación grupal algunas de las participantes me informaron de una situación que se presentó entre semana a lo interno del IUJO. Al parecer unos (as) profesores (as) las mandaron a asistir a un evento en la Universidad Católica Andrés Bello, según entendí, ejerciendo cierto tipo de coacción con implicaciones académicas. El inconveniente es que el mencionado evento se realizaría el mismo día que estaba previsto culminar el taller que compartimos, por ello decidí bajar a la oficina de la profesora Ana Meléndez, responsable de la Coordinación de Formación Complementaria, para tratar de entender lo que sucedía y, sobre todo, para buscar una salida que no afectara la culminación del taller ni los intereses de las (os) estudiantes. La conversación con la profesora Meléndez no ayudó a encontrarle solución al imprevisto surgido, más bien me dejó apreciar cierto nivel de descoordinación presente en la institución. La respuesta que ofreció la profesora fue que como ellos (el IUJO) piensan contratarme para facilitar el mismo taller (Expresión Lúdica) para todo el mes de julio, que las personas que no puedan asistir a la última sesión, vayan a la cuarta sesión del taller que facilitaré en julio. Sin mostrar a fondo mi inconformidad con su manera de querer resolver las cosas, le manifesté mi desacuerdo, en tanto lo que ella proponía afectaba una planificación que elaboré partiendo de acuerdos básicos, entre los que están: duración del taller, un mínimo de participantes, horario, y cierto apoyo en materiales y equipos (este último punto sólo se cumplió el primer día). En la risueña y sin complicaciones forma de pretender manejar –o evadir- las cosas que tuvo la profesora, realmente no sentí que hubiese respeto por mi trabajo. No es una experiencia nueva, lo escribo aquí porque no debo ocultar la realidad de lo sucedido. Pasa que parte de mis valores y de mis sueños como ser humano 95
se sustentan en la creencia de saber que actitudes diferentes son posibles, si no fuera así estaría amargado. En un afiche colocado a la entrada de la oficina de la Coordinación de Formación Complementaria leí: “Encuentro Internacional de constructores de paz”. Durante los próximos 28 y 29 de mayo, la Universidad Católica Andrés Bello será el punto de encuentro de ponentes nacionales e internacionales, quienes discutirán sobre la construcción de paz y sus frentes de trabajo en Venezuela. Esta actividad se realizará en el marco de las VI Jornadas de Reflexión Social de la Iglesia. El Encuentro internacional de constructores de paz es una actividad de la Red de Acción Social, Fundación Centro Gumilla. Las personas interesadas en participar podrán formalizar su preinscripción vía web a través del portal http://gumilla.org/paz El programa de esta actividad será el siguiente: Viernes 28/5/10 2.00 pm: Apertura. - Mons. José Luis Azuaje 2:30 pm: Conferencia Inaugural: Violencias y búsqueda de la paz en Venezuela. José Virtuoso 3:15 pm: Justicia y Reconciliación. El papel de la verdad y la justicia en la reconstrucción de sociedades fracturadas por la violencia. (Los casos de Guatemala y El Salvador- 1990-2009). - Carlos Martín Beristain 4:00 pm: Receso 4:30 pm: Escuela de paz y convivencia ciudadana. El compromiso de la Iglesia Católica a favor de la paz en Colombia. - María del Carmen Muñoz Sáenz 5:15 pm: Preguntas y respuestas 6:00 pm: Despedida del día Sábado 29/5/10 8:30 am: Foros temáticos: Experiencias venezolanas de construcción de paz 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11.
Construcción de paz en las cárceles Caminos para la paz en centros educativos Construcción de convivencia en comunidades de barrios urbanos Diálogo en medio de la polarización política Experiencias de reinserción social de jóvenes Rutas para la superación de la violencia doméstica Construcción de paz en zonas fronterizas Atención a niños en situación de calle Violencia y paz en medios de comunicación Urbanismo para la paz y la convivencia Justicia y reparación caminos para la paz 96
12:30 pm: Almuerzo 2.00 pm: Un programa para jóvenes transgresores. - Ángela Muñoz Gil 2:45 pm: La experiencia brasileña: Viva Río. - Rubem Cesar Fernandes 3:30 pm: Preguntas y respuestas 4:00 pm: Receso 4:30 am: Plenaria – Aportes del evento al programa “Hablando se Entiende la Gente” 5:30 pm: Palabras de clausura: ¿Es posible construir la Paz en Venezuela? 6:00 pm: Cierre Escrito en marcador por un lado del afiche se leía “20 Bs fuertes la inscripción, habrá certificado de asistencia”. Regresamos al salón a tratar de encontrar una solución colectiva al problema que afectaba a casi todos y todas. De entrada les dije que me acogía a lo que mayoritariamente se decidiera, que estaba dispuesto a culminar el taller en el momento y lugar que fuera necesario, siempre y cuando no se planteara para mucho más allá de lo que estaba pautado. Se propusieron muchas alternativas: hacer la sesión final una mañana cualquiera de la semana que se aproximaba, que las (os) interesadas (os) en asistir al evento en la UCAB fueran hasta el mediodía y luego del almuerzo se dirigieran al IUJO para la finalización del taller, hacer la sesión el sábado 5 de junio, trabajar el domingo 30 de mayo, entre otras. Ninguna de las propuestas satisfizo al grupo, entonces Gisela propuso terminantemente: el taller estaba acordado terminarse el próximo sábado, creo que lo justo es culminarlo el día y en el lugar previsto con antelación, quienes no puedan venir asuman su responsabilidad. Si bien no todas las caras evidenciaron complacencia con el planteamiento de Gisela, la mayoría lo aceptó. Aunque el evento organizado por el Centro Gumilla no se realizó con la finalidad de obstaculizar la culminación del taller que facilité en el IUJO, interpreto su realización en el marco de la dialéctica de la lucha de clases que se da en nuestro país, como una acción de un grupo social que hace manifiesta las contradicciones que se producen entre posturas opuestas. Más allá de la coincidencia de fechas entre dos actividades que 97
seguramente estaban planificadas con antelación (cuestión que la profesora Meléndez no consideró), hay una lectura –muy subjetiva- que no puedo dejar de exponer aquí. Es sabido que la oposición al “proceso bolivariano” tiene en la iglesia católica uno de sus bastiones principales, y que la UCAB es un centro que está al servicio de esos intereses, por lo mismos motivos, en esa universidad aplican programas que buscan captar e incidir ideológicamente en los jóvenes, tanto de clase media como de los sectores más desposeídos. En ese sentido, pareciera que el IUJO les ofrece un gran número de estudiantes de diferentes carreras, en su inmensa mayoría jóvenes provenientes de sectores populares, primordialmente de Catia, 23 de enero y La Pastora. Supongo que en esta parcela de la oposición pensarán que al fin y al cabo será de esos sectores que pueda surgir una fuerza social con el coraje suficiente para enfrentar al gobierno actual. Para presionar a las (os) estudiantes a asistir, algunas (os) profesoras (es) se valieron del poder que da ser “la autoridad dentro del salón”, exigiéndoles que prestaran mucha atención porque harían evaluaciones (exámenes) de los contenidos expuestos en las ponencias. Por lo que interpreté en el emocionado interés que exhibieron dos estudiantes cuando expresaron, “es en la católica profesor, usted debería ir con nosotras, nos dijeron que será un encuentro bien chévere, por 20 Bs nos van a dar certificado”, deduzco que la oferta usó como carnada la supuesta reputación que da lograr (en este caso comprar) un certificado con el sello de la UCAB. Quienes tenemos una postura diferente a la de los altos jerarcas de la iglesia católica no debemos subestimar –ni sobrestimar- las acciones que ese sector realiza al amparo de “prestigiosas” instituciones educativas. Estas cosas lógicamente no las comenté en el taller, son mis reflexiones, aquí expresadas y moderadamente desarrolladas. Retomar el taller costó un poco, durante unos quince minutos quedó el ambiente perturbado por la discusión sobre el evento. Luego nadie volvió a hablar del asunto y el grupo se concentró, con buen ánimo, en las actividades que compartimos. 98
La creatividad Para continuar la jornada acudí a la vieja técnica del “cadáver exquisito”, un juego poético con diversas variantes que inventaron los surrealistas franceses a mediados de los años veinte del siglo pasado, y que continúa
muy
vigente.
En:
es.wikipedia.org/wiki/Cadáver_exquisito
lo
reseñan así: “El cadáver exquisito se juega entre un grupo de personas que escriben o dibujan una composición en secuencia. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: « Le cadavre - exquis - boira - le vin nouveau » (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). En resumidas cuentas se combinan cosas de una idea agregando elementos que pueden o no pertenecer a la realidad. Los teóricos y asiduos al juego (en un principio, Robert Desnos, Paul Éluard, André Bretón y Tristan Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática.” Practicamos la técnica sin que nadie supiera lo que escribían los demás. El resultado del primer ejercicio fue interesante, pero de alguna manera alterado por la actitud -¿inmadura?- con que uno de los participantes asumió el juego, al colocar como “aporte” a la construcción colectiva, la frase “¿Quién quiere ser millonario? Esta persona fue muy respetuosa con todas y todos durante el taller, pero en ocasiones dejó entrever rasgos de la inmadurez que hizo más evidente en ese momento. También hubo dos personas que colocaron frases trilladas como “en la unión está la fuerza”, que también afectaron el fruto de esa elaboración poética. De una manera cuidadosa -y supongo que pedagógica- le llamé la atención por lo que hizo, su expresión gestual reveló que su problema, no es solamente de cierta inmadurez, si no de tener indudablemente afectada la creatividad. Después de la sesión hice un ejercicio de revisión de sus trabajos, y de su participación general en las actividades, y noté que el compañero tiene limitaciones para expresarse creativamente. Las trabas que algunas personas presentan para pronunciarse creativamente, tienen que ver con la 99
fragilidad del banco de informaciones que poseen, producto de carecer igualmente de hábitos de lectura. Quien desarrolla el gusto por la lectura irá nutriendo ese banco o cimiento, del que se beneficiará al momento de expresarse creativamente, ya sea de manera verbal o escrita. Alain Beaudot (citado en Sarto, 1984) expone: “El pensamiento divergente o creativo no puede ejercitarse sobre el vacío; necesita un soporte de informaciones almacenadas en la memoria. Si este soporte es pobre, el pensamiento divergente carece de material suficiente para estructurar sus creaciones”. Parece rudo y duro decirlo, pero la sociedad capitalista a través de su estructura de domesticación le ha atrofiado la creatividad a considerable parte de nuestra gente. Hay muchos (as) que logran conservar su ingenio, que –medio- sobreviven a la dominación del pensamiento, a las múltiples formas que la maquinaria consumista tiene para imponer productos, para utilizar mecanismos culturales que tratan de “pensar por ti”, pero los que caen en la fauces de ese monstruo –muchas veces invisible- no son pocos. Duele escribirlo, pero a veces nos encontramos con manifestaciones que revelan un secuestro del sentido común, escenarios que dejan ver el impacto de prácticas que dirigen sus acciones hacia la extinción de la creatividad, a esas situaciones tenemos que intentar darles respuesta desde la educación. Se pudiera pensar que yo esperaba un resultado poético en el estilo de César Vallejo o Miguel Hernández, que tal vez no he trabajado suficientemente la poesía con ese grupo como para esperar un desenlace más alentador, pero no es eso. La mayoría de las (os) participantes contribuyó con frases sencillas, unas con más sentido poético que otras, sin embargo; el conjunto de los escritos no desentonó con la propuesta, lo que indica entendimiento de la misma. No olvidemos que se trata de un juego, pero un juego en el que acepto unas condiciones para participar, y en el caso del grueso de los (as) participantes del taller, una condición que pasa por la responsabilidad que asumirán como docentes. Esa es precisamente mi preocupación, que no significa tampoco un gran descubrimiento, pero no 100
por eso no deja de afectarme, saber, que muchos (as) de los que eligen esta profesión, o les robaron el espíritu infantil, o carecen de alma pedagógica, de amor por el oficio, de la dosis de locura poética necesaria para intentar como dice Arnobio Maya- el objetivo de aproximar al ser humano a la vida que requiere ser cambiada. La creatividad es la capacidad de imaginar para crear otras representaciones, a partir de las relaciones o vínculos que hacemos con las cosas conocidas. Con la activación de la inventiva logramos obras que muchas veces aportan soluciones a las necesidades que estimularon la movilización del ingenio. María Teresa Gutiérrez (citada en Maya, 1996), nos dice “Entiendo por creatividad la posibilidad que poseemos desde pequeños de producir cambios y novedades”. Y agrega: “Nuestra educación, sistemática o asistemáticamente, las más de las veces cercena esa capacidad creativa que manifiestan los niños. Desde la escuela se mata toda respuesta original en el nombre de los objetivos, los contenidos y los sistemas de evaluación. La creatividad aparece como ruptura de lo impensable, como el establecer nuevos enlaces, como irrupción de lo impensado, como salto cualitativo. El maestro-coordinador es ahora llamado animador, pero no siempre ese docente-animador se anima, se atreve al acto creativo.” En esa preocupación coincido con María Teresa Gutiérrez, por saber de esa realidad y preocuparme por sus implicaciones, animo en función de usar y valorar la creatividad en el hecho educativo. En este taller la creatividad es un eje que está presente en toda la experiencia. En todos los momentos del proceso invocamos su nombre y acudimos a su territorio. Como se ha visto y leído en las diferentes actividades compartidas he procurado estimular la creatividad de las (os) participantes, no sé si logre finalmente que aquellas (os) que manifiestan menos habilidades y destrezas hacia la creatividad logren imbuirse en ella, pero con fe pedagógica lo intento. 101
Retomo el taller: Hicimos un segundo ejercicio del “cadáver exquisito”, con la variante de que todas (os) sabían la primera frase utilizada, el resultado fue más o menos similar al anterior. Después pasé a explicarles la técnica de “La carretera”, previamente, mientras ellas y ellos se turnaban la hoja de papel para escribir sus versos en el “cadáver”, les pedí a Erik y a Mariagny que dibujaran en la pizarra una laguna, un zapato, una rana, un papagayo, una tormenta lluviosa y una casa, que a su vez eran circundados por una carretera que los unía. La actividad consiste en imaginar un cuento siguiendo la trayectoria de
la carretera, e incorporando los elementos
dibujados a la narración, empezando por el punto que les provoque a las (os) participantes. En este caso prefirieron iniciar el recorrido-construcción por la casa, y finalizar en la laguna. Esta técnica contenida en el ejemplar Nº31 de la biblioteca de trabajo venezolana (1983), se puede modificar de tantas maneras como las necesidades lo exijan y el ingenio lo permita. Por ejemplo, agregarle personajes de la vida real o ficticia como: Charles Chaplin, Mafalda, Lionel Messi, Juan Bimba, u otros. También se puede trabajar en un patio, calle o cancha deportiva dibujándolo en el piso y que los niños y las niñas construyan sus cuentos sobre el dibujo, lo que les posibilita vivenciar una dimensión maravillosa del juego: escribir con el cuerpo, con palabras en movimiento gestual, agregándole objetos que estén en el ambiente: una pelota, un trozo de palo, un caucho abandonado; hacerlo en grupo, en tríos, o individualmente. Luego practicamos un juego que se me ocurrió para trabajar las profesiones y los oficios, y crear con ellos un aviso clasificado. Para sugerir el tipo de creaciones que proponía (graciosas, ingeniosas, locuaces pero con sentido) les recordé el personaje que fabricó la bicicleta de la gallina Rosaura (del cuento “Rosaura en bicicleta”), el que apareció un día por el pueblo donde vive la señora Amelia, cantando y gritando “Reparo relojes y cajas de música, remiendo maracas y tinajeros, afilo machetes y cuchillos, hago patines para los perros y anteojos para los gatos”. Les pregunté ¿Qué oficio desempeña ese señor? Al principio respondieron simplemente 102
“inventor”, “vendedor”, les dije, un señor que ofrece “cucharitas cantarinas, calendarios lunares y mecedoras de chocolate”, no es un simple vendedor. Entonces expresaron cosas como: Inventor de lo imposible, vendedor de ilusiones, fabricante de locuras. Esas respuestas me hicieron entender que habían comprendido el sentido del juego que estaba proponiendo. Busqué una cajita de madera en la que tenía papelitos escritos con oficios y profesiones, y saqué uno, me salió odontólogo. Les dije que teníamos que ofrecer un servicio en sintonía poética con la profesión u oficio que nos toque. Entonces escribí en la pizarra, odontólogo: arreglo dientes de peines saca-piojos. Y así cada todos y todas fueron pasando, entre los servicios ofrecidos salieron: actriz: reparo corazones rotos en el escenario de la vida, escritora: escribo poemas en las paredes de los baños públicos, arquitecto: diseño techos de cartón para el ratón, agricultor: cambio espinas de dolor por raíces de ternura, fotógrafa: tomo fotos sin rollo. De una forma sencilla y divertida el juego permitió desarrollar el ingenio, la imaginación, la creatividad. Reflexionando sobre ese momento, puedo afirmar que en el transcurrir de las sesiones varias participantes fueron atreviéndose a expresarse con más libertad, lo que me hizo sentir un deseo de prolongar el taller, en la convicción de estar aportándoles elementos que contribuyen a animar su creatividad. Finalizamos la jornada jugando “El puente”, una actividad que sirve para generar sentimiento de corresponsabilidad e integración grupal, el valor de la solidaridad, compromiso, compañerismo, el uso de la creatividad para resolver problemas colectivos, así como para reflexionar sobre esos aspectos. Señalándoles los límites entre un punto y otro punto de una línea en el piso, les pedí que se colocaran sobre esa línea, pero sin salirse ni sobrepasar los límites establecidos. Se trata de armar un puente humano sobre un espacio en línea bien delimitado, de manera que obliga a los (as) participantes a estar muy juntos, hombro con hombro, bien estrechos. Después que todas y todos se habían parado sobre la reducida línea, les 103
aclaré que aquellas personas que pisaran fuera de la línea (aunque fuera con un solo pie) caerían a un río más contaminado que el Guaire, un río turbulento donde corre el egoísmo, la envidia, el desamor, la hipocresía, los antojos del imperio, y cuanta cosa mala hay en el mundo. ¿Qué sucede si una persona cae al río? Ocurre que esa persona no cae sola, pues si cae una, caen todas. Ahora debían organizarse por fecha de nacimiento (sin tomar en cuenta el año, pero si día y mes), teniendo como referencia que enero estaría en el extremo derecho y diciembre en el lado opuesto. Para meterles un poquito de presión les dije que tenían tres minutos para realizarlo. Frecuentemente, cuando hago este juego, les doy más tiempo del asignado. La idea es animar al grupo para que cumpla el objetivo, cuestión que se traduce en fortalecimiento de la identidad grupal, de la importancia del esfuerzo colectivo para alcanzar logros afines. Como ya habíamos excedido el tiempo para culminar la sesión, les pedí que brevemente comentaran la actividad recién compartida y evaluaran la sesión. En sus comentarios hubo coincidencia, tanto en reconocer el provecho de “El puente” para trabajar la integración y la responsabilidad individual en el alcance de metas grupales, como en la aprobación y complacencia de/con las actividades compartidas en la sesión. Finalizamos estableciendo nuevas (os) responsables para la merienda de la jornada final. Entretiempo tres… Tiempo de preparar la sesión final, cuestión que implicó revisar, diseñar e imprimir los materiales necesarios para llevarla a cabo: el compendio de juegos y estrategias grupales, las evaluaciones, los textos para los juegos, la guía del facilitador (instrumento que se convirtió en una valiosa herramienta metodológica para recoger información). Para esa cuarta y última sesión del taller, también les había ofrecido como un obsequio por su participación, un disco con música variada de mi colección. Lo que implicó hacer una selección de 20 temas musicales entre las más de 8000 canciones que tengo en mi musicoteca, por supuesto no escuché todos esos temas, pero si traté –infructuosamente- de escoger un repertorio que 104
fuera más o menos sugerente de uno de mis territorios musicales más queridos: la canción latinoamericana. 4ta sesión. Mis expectativas en cuanto a la asistencia de los participantes para esta última sesión, estaban influenciadas por la información de que para ese mismo día habían convocado a la mayoría de los (as) estudiantes, al evento sobre “la paz” que se realizaría en la UCAB. Iba preparado mentalmente para una baja asistencia del ya pequeño grupo. A las 7 y 48 am del 29 de mayo, apenas ingresé al “Jesús Obrero”, coincidí con la profesora Ana Meléndez, quien luego de saludarme me informó que para esa mañana Banesco les había llevado talleres de: Rol docente, redacción y ortografía y varios más. La profesora en medio de su emoción por los aportes de Banesco para la formación del estudiantado, me repreguntó si podía facilitar el mismo taller entre los meses de junio y julio, porque había gustado mucho. Antes ya me había comentado de la satisfacción que el grupo había expresado con el taller, así que tomé el repetido comentario como reiteración de las evaluaciones que en cada sesión hacíamos. Aunque no estaba impaciente ni desesperanzado, empecé a subir las escaleras con más optimismo. A las 8 y 25 minutos, las (os) diez participantes -con las (os) que hicimos la actividad ese día-, Miriam Cova y yo, ya estábamos conversando sobre lo sucedido entresemana y propiciando el ambiente para entrarle a la revisión de los cuentos sobre “El hombrecito de…”, pendientes desde la sesión anterior. Tres de ellas los llevaron, antes de que los leyeran para todas y todos, propuse al grupo que estuvieran atentos (as) a la estructura, al lenguaje, a la secuencia, en fin, a los diferentes elementos de la obra que luego comentaríamos.
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En el cuento de Diojana, apreciamos habilidad para describir con frases cortas, y para ubicar con espontaneidad al lector dentro del ambiente. A continuación un fragmento del inicio de “El hombrecito de agua” escrito por ella:
“En un pueblo grande y bonito, donde había una laguna, habitaba un hombrecito con su familia y compartían con él muchos pececitos. Las personas de este pueblo vivían felices, pues gracias a la laguna regaban sus cultivos y disfrutaban de una buena cosecha…” En el trabajo de Elka reconocimos la incorporación de la rima, como elemento que le da un particular ritmo a la narración. Seguidamente un fragmento de su cuento intitulado “El hombrecito de amor”: “…Este hombrecito fue creciendo, creciendo, fuerte e invencible, que de todos los sentimientos era el más comprensible. Era poderoso, constante e insistente, y luchaba duro contra sus oponentes. Se alimentaba de alegría, paz y armonía, hasta que llegó un día…” En el cuento escrito por Josefa Emperatriz, distinguimos su tendencia a usar un lenguaje poético, sencillo y rico en imágenes. Un lenguaje que ayuda a “ver” la narración, aunque no tenga ilustraciones. Así inicia “El hombrecito de agua” de Josefa Emperatriz: “Erase una vez un hombrecito de agua que vivía muy feliz en el cielo. El siempre aplacaba la sed de la tierra, siempre hacia florecer el extenso bosque, renovaba con su agua la vida. Los pájaros cantaban al ver que venía, porque ellos siempre creían en él…” Al analizar los trabajos hechos por las compañeras, la idea primordial era abordar con cierto detalle elementos de la narración, que al compartirlos 106
con los niños y niñas pueden ser desarrollados con más pertenencia, en tanto las (os) participantes los habían vivenciado en sus propios ejercicios durante el taller. La rima, los diálogos, la ambientación, la caracterización de los personajes, la estructuración del cuento siguiendo una secuencia lógica, el lenguaje, todos esos elementos fueron brevemente analizados por el colectivo. Insisto en que la intención no es que éstas (os) estudiantes se conviertan en literatas (os), pero sí que se aproximen con amor y criterio al trabajo literario con niños y niñas, y para ello es básico apropiarse de algunas herramientas. Lamentablemente el tiempo del que disponíamos para el taller era limitado, sin embargo; la intención era aportar métodos lúdicos muy básicos para motivarlas (os) para que intentaran ejercer la creatividad literaria, con la esperanza de que algún día incorporen a la práctica educativa, parte de la visión pedagógica que coexiste en estos ejercicios. Luego pasamos a jugar una versión 2 de “El cartero”. Nuevamente les dije que un mismo juego nos puede ofrecer muchas variantes, y que éstas pueden aparecer en tanto pongamos la creatividad en función de resolver las necesidades que se presenten. En esta ocasión, “El cartero 2” nos sirvió para usarlo en una imaginaria clases de geografía, como método para aprender las capitales, los estados o los países. Asigné a cada participante un estado: Aragua, Portuguesa, Anzoátegui, Sucre, Guárico, Zulia, Mérida, Yaracuy, Barinas y Monagas. En esta variante no todas (os) cambian de puesto, solamente los estados mencionados, así que al decir, por ejemplo: Traigo carta de Yaracuy para Guárico, los estados involucrados deben intercambiar de puestos. Así sucesivamente, hasta que todos memorizan los estados. Hablamos sobre las diferentes formas que se puede hacer ese juego, tanto con la temática que estábamos trabajando como con otras, y surgieron varias ideas que pueden ser desarrolladas en una posible planificación escolar.
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Seguidamente les conté-expliqué sobre la técnica “Actualicemos un cuento”, que se utiliza precisamente para traer al presente un cuento clásico. Hicimos una lista con algunos cuentos clásicos: El gato con botas, La caperucita roja, Cenicienta, Blancanieves, La sirenita, Pulgarcito, La bella durmiente (del bosque), La bella y la bestia, entre otros. Luego les pedí que eligieran uno, seleccionaron “La caperucita roja”. Antes de hacer el ejercicio de traerlo a la actualidad, les pedí que recordáramos el argumento de la obra escogida. Después que rememoramos el ambiente, los personajes, el conflicto y el desenlace del cuento, les pedí que colectivamente actualizaran el cuento. La narración fue adaptada a una situación en Caracas, salieron tres versiones bastante simpáticas, que por cuestión de tiempo no fueron escritas, sino armadas en el aire entre todas y todos. Para jugar a inventar palabras compuestas propuse compartir una de las últimas actividades del taller. Primero hicimos una gran lista con palabras compuestas, las pronunciamos, las detallamos, vimos que conocíamos muchas, que la mayoría son de uso común, y que algunas tienen sonoridad poética. Les comenté que los poetas algunas veces cuando están creando, sienten que no tienen la palabra que les hace falta, para decir lo que quieren decir. Revisan en su inmenso repertorio de palabras y no encuentran la que necesitan, entonces deciden inventarla. Si, la poesía nos da esa licencia, la libertad creativa para engendrar una palabra que ayude a expresar lo que queremos. En este caso, presenté una forma para crear palabras compuestas, a cada persona le entregué 2 palabras sueltas, y les indiqué que podían combinarlas como quisieran, fusionarlas, pero siempre buscando que tengan sentido poético. Les dije que si una, o ninguna de las palabras que yo les daba no les servían, podían sustituirlas por las que quisieran. De ese ejercicio salieron palabras compuestas como: abrazomar, lunamiel, cantavela, velasanta, brisol, yerbicielo, tiempazul, cantagallo, abrecaminos, nidomar, verdiluz, fuegolento, fuegocalmo, enzarzamor, entre
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varias otras. Les pregunté si se atrevían a escribir un poema utilizando algunas de estas palabras, la respuesta respuesta de Josefa Emperatriz fue esta: “El fuegolento de tus ojos brillaba con el frenesí de tu amor enzarzado en tu cabello con el fuegocalmo de tu respirar”
Luego hicimos un descanso para compartir la merienda. Betzabeth y Diojana llevaron par de quesilloss que fueron servidos en los vasos con los que Elka contribuyó, contribuyó Gisela aportó palmeritas, Emily sacó unos mangos que había tumbado de la mata de su casa, y Ángel destapó un jugo de naranjas…
Finalizada
la
dulce
merienda
colectiva,
nos
senta sentamos
nuevamente en el círculo para darle continuidad a la actividad de cierre. Evaluación Durante las cuatro sesiones del taller, en medio de cada juego o técnica grupal, y al finalizar cada jornada, incorporábamos comentarios 109
evaluativos, breves conversaciones en las que valorábamos diferentes aspectos del taller: el espacio, los recursos técnicos, el sentido educativo y el alcance que pueden llegar a tener los juegos, la forma de trabajo del facilitador, los contenidos, la responsabilidad y producción grupal, entre otros elementos del proceso educativo. Puedo aseverar que esa mirada evaluativa estuvo presente en todo el proceso, sin embargo, en la planificación de la jornada final consideré un espacio más amplio, con toda la intención de que arrojara elementos colectivos e individuales para la evaluación del taller. En ese momento les entregué el material de apoyo (compilado, diseñado y reproducido por mis propios medios) y les pedí que lo ojearan, y que lo hojearan también. Desde la etapa de planificación inicial del taller tuve claro que debía elaborar ese material, y que tendría que reproducirlo sin ayuda del IUJO. La misma carpeta que contenía el compendio de juegos, guardaba el instrumento evaluativo del taller (ver anexos), lógicamente también diseñado y reproducido con mis recursos. Tuvieron entonces un rato exento de presiones para que lo llenaran. Para elaborar el instrumento evaluativo me apoyé en un cuadro-mapa que la profesora Rosanna Chacín construyó y me facilitó hace poco menos de tres años, en ocasión de un taller que estaba facilitando para Fundacomunal. En dicho mapa-cuadro se encuentran pautas para realizar un instrumento de evaluación integral, centrado en
aspectos vinculados a la matriz
curricular, que facilita recibir y registrar las opiniones y sugerencias de los (as) participantes. A continuación coloco el mencionado cuadro: Aspectos a evaluar Currículo (Programación taller)
Dimensiones
Sub-dimensiones
Organización
Horario seleccionado
del Cantidad de tiempo Distribución de tipo de actividad tiempo
Espacio físico
Contenidos
Cantidad
¿Qué información requiero? ¿Fue adecuado el día seleccionado? ¿Resultó suficiente? Cuáles actividades deberían ser ofrecidas en más o menos tiempo o en otra fase del día ¿Cómodo? ¿Se corresponde con las exigencias del taller? ¿Muchos? ¿Pocos?
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Pertenencia Profundidad Recursos
Mediación pedagógica
Material de apoyo
Actitud y habilidad pedagógica del mediador
Recursos para el aprendizaje durante el taller Empatía
Respeto
Afectuosidad
Flexibilidad
Dominio de contenidos Planificación
los
Uso de nuevas tecnologías para apoyo del aprendizaje Centrado en aprendizaje
el
Se corresponde con las expectativas Ajustado a las características del grupo ¿Resulta orientador y promueve el aprendizaje continuo (después del taller) ¿Fueron adecuados, ajustados al contenido? Favorece la comunicación Genera un clima de confianza Se comunica oportuna y adecuadamente Respeta las necesidades, intereses de las (os) participantes brindando un equilibrio entre estas y la programación del taller Estableció relaciones afectuosas con el grupo Generó un clima de afecto con el grupo Se mostró abierto a incorporar cambios o ajustes necesarios en la programación Evidencia ello ¿Se aprecia una planificación del facilitador? Cada sesión con inicio, desarrollo y cierre. En cada nueva sesión se retoman los aprendizajes anteriores. Uso de video beam, equipo de sonido y otros.
Metodología basada en actividades de discusión, construcción, vivencias, dinámicas Actividades centradas en la creatividad,
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construcción de ideas, propuestas, etc. Contenidos abordados con mínima exposición magistral. Abordaje holístico (conocer-hacer-ser) Clima de aprendizaje en y para la convivencia
Evaluación
Evaluación aprendizaje
del
Énfasis en las relaciones interpersonales para la construcción colectiva. Actividades basadas en el aprendizaje colaborativo. Manejo afectivo y afectuoso de las relaciones interpersonales en el aprendizaje. Abordaje colectivo de la resolución de conflictos Evaluación democrática (todos participan)
Evaluación del taller Evaluación del facilitador
Se abordaron todas las dimensiones de cada aprendizaje
Técnica de retroalimentación formativa, continua, asertiva. Discusión y encuesta Técnica de retroalimentación formativa, continua, asertiva propiciada por el facilitador y espontánea
Al final del trabajo anexo un instrumento completo, ahora me permito incorporar fragmentos, o sumatorias de sus respuestas que dan una idea de la evaluación del taller. Creo necesario recordar que la jornada final se hizo con 10 participantes, las evaluaciones 11 y 12 las hicieron Mayderlin Rivas y Mariagny Araujo en sus casas y me la enviaron por internet.
Parte I. Con relación a la organización del taller Marca con una X en la columna correspondiente, la opción que completa cada enunciado, según sea tu opinión: Aspecto a evaluar
Exagerado
Adecuado
Inadecuado
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1- El horario seleccionado para realizar el taller me pareció… 2- La asignación del tiempo para cada contenido fue… 3- El salón dónde se desarrolló el taller me pareció… 4- La cantidad de contenidos abordados durante el taller, me pareció… 5- La profundidad que se le dio a los contenidos, me pareció… 6- Con relación a mis expectativas para este taller, los contenidos me parecieron… 7- El material de apoyo que me entregaron, me pareció… 8- El uso de los equipos tecnológicos de apoyo al facilitador (reproductor de música, grabaciones, pizarra, marcadores etc.) me pareció…
12 12 7 12
5
12 12 12 9
3
Las observaciones al salón tienen que ver con que generalmente estaba sucio. Tres personas colocaron “Inadecuado” en la opción 8 debido a que solamente el primer día nos prestaron el reproductor de discos compactos, borrador y marcadores acrílicos. Para las sesiones 3 y 4 llevé marcadores y borrador.
9-¿Consideras que alguno o algunos de los juegos requieren ser ajustados en cuanto al tiempo que se le dedica o a la profundidad que se le dio? En caso de ser positiva tu respuesta, explica a continuación Todas y todos (excepto Gisela) coincidieron en que el tiempo que se le dio a cada juego o actividad fue adecuado. A continuación coloco cuatro respuestas, entre ellas la de Gisela. “Me pareció que todas las actividades estuvieron muy buenas y observé que se le dedicaban buen tiempo; yo propondría más tiempo pero para realizar más actividades.” (Sandra). “Hubo un desarrollo muy positivo en los juegos, quizás se deba largar el tiempo en algunos de actividad motriz. Todo fino profe”. (Elka) “Yo pienso que el profesor utilizó muy bien el tiempo dado a cada ejercicio, estuvo muy bien planificado.” (Josefa Emperatriz). “Si se requiere mayor tiempo para desarrollarlo mejor, para así tener mayor profundidad en los juegos”. (Gisela)
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10- ¿Cuál o cuáles de las técnicas o juegos te resultaron más interesantes? ¿Por qué? Las respuestas fueron tan variadas que no es posible expresar a partir de una operación matemática las coincidencias entre ellas. En todo caso concuerdan en que les gustaron todos los juegos y técnicas. Algunas (os) lo expresaron de forma genérica, otras (os) también identificaron algunas técnicas o juegos. A continuación coloco cuatro respuestas. “El “auto-lavado” porque se le demuestra a los compañeros sentimientos que a veces nos resulta difícil demostrar y es muy bueno porque nos hace sentir bien. “El mundo”, ya que podemos irle integrando más variables y aprender mucho más, y “El Credo” fue muy impactante esa actividad ya que lo construimos y fue algo muy enriquecedor. ¡Buenísimo!” (Yeterli)
“Es difícil la decisión, pues todas las técnicas de juego me gustaron mucho, sin embargo la que más me llamo la atención fue, la que se utilizó el primer día después de realizar una lectura se elaboró un juego de memoria para ver si estábamos pendientes de la lectura, muy bueno.” (Mayderlin)
“Las técnicas de realizar versos o poemas porque me parece que es una técnica que ayuda a desarrollar la imaginación; y también me gustó mucho la de los cuentos.” (Sandra). “Me gustó la de los recuerdos, porque agiliza la mente y desarrolla la
memoria, la de crear una oración con 2 palabras, porque hace usar la imaginación, ME ENCANTÓ la del puente, fue súper divertida y más cuando trabajamos en equipo para no dejar que alguien “cayera”, y los cuentos me gustaron muchísimo también, ah y el del cadáver delicioso. Creo que todas fueron interesantes.” (Mariagny)
11- ¿Existe algún o algunos contenidos que consideras deben ser incorporados o desincorporados de este taller? Indícalos de ser positiva tu respuesta en cualquiera de los casos.
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En las respuestas a esta pregunta también hubo mucha coincidencia. Igual transcribo tres de ellas en las que se perciben ligeros matices de divergencia. “No, según mi criterio este taller estuvo muy productivo, además de que no le faltó ni le sobró.” (Erick) “Desincorporar ninguno, si se colocan más contenidos al taller y si fuera de más horas, sería perfecto.” (Gisela) “Todos los contenidos me parecieron fabulosos y muy chéveres”. (Ángel)
Parte II. Con relación al facilitador y la metodología de trabajo 12- Expresa tu opinión con respecto a las actitudes y habilidades del facilitador, en cuanto a su manejo del taller: dominio de contenidos, relaciones de comunicación con los participantes, creatividad, respeto a la diversidad de opiniones e ideas, actividades desarrolladas y cualquier otra cosa que desees mencionar. Cuatro respuestas: “Como mencioné anteriormente, todo me pareció excelente, que aparte de la muy buena planificación del taller, encuentro que lo más importante fue la capacidad humana del profesor, su receptividad, su comprensión y amor unido a una experiencia muy significativa, es lo que le da al curso un aire muy especial. Pienso que el grupo se integró, nos relacionamos de una manera participativa y espontánea con el toque de creatividad necesarios para llevar a buen término este aprendizaje.” (Josefa Emperatriz) “Las actitudes y habilidades de Luis Alberto de verdad que son muchas, me pareció una persona esplendida, con mucha creatividad y domina perfectamente los temas dados, de verdad a mí personalmente me llegó toda la información dada. Mi tiempo en este taller siento que estuvo muy bien invertido; me gustó su forma de trabajar, el trato que tuvo para con todos los participantes”. (Sandra) “Las habilidades del facilitador me parecen excelentes, muy creativo, respetuoso con las diversidades de pensamientos, motivador, domina los contenidos, dinámico, humilde. ¡Muy bueno! Debe continuarse.” (Enoes) 115
“Su manera de vestir, muy desajustada a la sociedad urbana, je, je, je… mentira, me gustó mucho su sencillez y humildad, en el dominio del contenido lo noté seguro, responsable, preparado para las actividades. En la comunicación me parece que usted es muy poético, por ser así mantiene un carácter dócil, yo usted seria más estricto, lo que me transmitió fue una esencia fresca. Con respecto a la creatividad, me dejó asombrada como con recursos tan básicos nos enseñaba tanto, también me llamó mucho la atención como se saca un cuento con dibujos distintos creados de diferentes personas”. (Mayderlin)
13- ¿Te sentiste a gusto y disfrutaste de las actividades planificadas por el facilitador? SÍ 12
NO_____
¿Cuál te gustó más? ¿Por qué? “Los cuentos, por las ilustraciones y su contenido, pero en realidad todas fueron agradables” (Diojana) ¿Cuál te gustó menos? “Ninguno ¿Todos fueron increíbles!” (Emily) 14- Utilizando la escala del 1 al 5, escribe en la segunda columna la nota que le asignarías a cada uno de los siguientes aspectos del taller: Aspecto a calificar
Calificación que tú le asignas
- Contenidos abordados en este taller.
Todas y todos 5 : 60
- Actividades desarrolladas durante el taller.
10 participantes 5, 2: 4. Total: 58
- Material de apoyo
9 participantes 5, 2: 4. Total: 58
- Estilo pedagógico del facilitador
Todas y todos 5 : 60
-Tus aprendizajes logrados durante este taller
Todas y todos 5 : 60
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15- Si deseas hacer algún comentario, proponer alguna sugerencia o simplemente quieres plantear algo respecto a esta experiencia de aprendizaje, puedes utilizar estas líneas: “Todo el taller me pareció interesante, de verdad le doy las gracias por haber compartido todos sus conocimientos con nosotros, que le aseguro nos servirán de estrategias para ser unos docentes de calidad y enseñarles a los niños de una manera más divertida los contenidos que se requieran, y así ellos obtengan un mayor y eficaz aprendizaje. Gracias también a la señora Miriam por estar aquí, disponer de tiempo y acompañarnos estos cuatro sábados.” (Yeterly) “Me gustó mucho el taller, no sabía que con la lúdica se pudieran lograr tantas cosas, que tan sólo con leer un cuento se pueden hacer varias actividades, donde se aprende y se ve el interés que se tuvo al momento de la lectura. ¡Gracias! Fue dinámica la experiencia.” (Diojana) “De verdad, gracias por brindarme la oportunidad de poder aprender nuevas actividades, gracias por incentivarme a compartir con el grupo en general y a ganarme nuevas amistades; posteriormente, agradezco su paciencia y las buenas intenciones al enseñar, no obstante, también agradezco a la señora Miriam por compartir con nosotros esa alegría que contagia y expulsa de sus expresiones. Muchas Gracias. ” (Erick) “Me pareció algo dinámico, novedoso, creativo, es una nueva manera de concebir una enseñanza-aprendizaje afectiva efectivo, tanto para niños, jóvenes y adultos. En verdad estuvo muy bien. Lo felicito profesor, es usted una excelente persona, personas como usted son las que necesita el mundo. Mucho reconocimiento a su hermosa labor, traer alegría a la vida y comprensión, Dios lo bendiga con todas las cosas buenas y bellas que ella le puede dar…” (Josefa Emperatriz) El instrumento culmina con un espacio para la colocación de los datos de los (as) participantes, y un breve agradecimiento del facilitador.
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Momento de la evaluación escrita
Continuamos el ejercicio evaluativo proponiendo la conformación de tres subgrupos, el primero trató de responder las preguntas generadoras ¿Qué es la creatividad? ¿Se puede ejercitar la creatividad? ¿Es importante estimular la creatividad en los niños y niñas? El segundo subgrupo trabajó con las preguntas generadoras ¿Qué entienden por expresión literaria infantil? ¿Por qué es importante estimular la expresión literaria en los niños y niñas? El subgrupo número tres trató de responder ¿Por qué es importante estimular la animación a la lectura? ¿De qué manera se puede ejercitar la animación a la lectura con los niños y las niñas? Luego del trabajo en subgrupos hicieron sus respectivas exposiciones en la plenaria, lamentablemente la profundidad teórica que se le dio a los temas –así como el tiempo disponible para ello- no fue suficiente como para abrir una discusión que favoreciera un mayor acercamiento a los temas tratados. El acento estuvo puesto en los juegos y técnicas grupales, en que los aprendieran y razonaran. En ese sentido sus reflexiones evidenciaron un acercamiento que se correspondía con las limitaciones expresadas. Antes del ejercicio les había comentado que todas las actividades que habíamos hecho tenían una fundamentación teórica, que no se sustentaban en la improvisación sino en ideas concretas que guardan relación con un enfoque 118
pedagógico. Les dije que parte del ejercicio que hago al sistematizar la experiencia que compartíamos, se trata precisamente de explicitar parte del volumen teórico que está implícito en nuestras prácticas. Entonces, aunque el taller no nos dé para abordar profusamente algunos aspectos teóricos, lo importante es que entendamos la esencia de cada categoría trabajada, y que además; ellas (os) tenían (tienen) la responsabilidad de profundizar en la investigación sobre la lúdica, pues no se trata de aplicar juegos a diestra y siniestra, sino saber el por qué, para qué se hace y cuándo se puede hacer. Aunque parecía obvia la respuesta y de alguna manera ya lo habían dicho en el instrumento evaluativo, igual les hice las preguntas ¿Creen necesario incorporar actividades lúdicas en los procesos de aprendizaje con niños y niñas? A continuación dos respuestas: “Si es necesario, sería mejor el proceso de enseñanza-aprendizaje, ayudaría como herramienta pedagógica. Incorporaría a muchos que se aíslan y daría mejor resultado para la relación entre compañeros (alumnos) y docentes” (Elka) “Los docentes de hoy en día deberíamos de enseñar todas las actividades de manera lúdica, considero que los niños aprenderían mucho mejor. El docente debe ser imaginativo, inventivo, creativo, debe manejar la mente de los niños colocarse en sus zapatos. La mayor parte del día el niño juega, y al encontrarse con una rutina de 5 horas para aprender y todo es estricto se hace fastidioso si no le damos un toque mágico. Con un toque de diversión aprendemos mucho mejor. (Mayderlin) La otra pregunta fue ¿Qué te llevas, y qué dejas en el taller? “Mucho conocimiento, afecto, estrategias, solidaridad, compañerismo y confianza, todo eso me llevo del taller. Dejo la flojera, inseguridad y apatía” (Ángel) “Me llevo un conjunto de herramientas, que si las utilizo con mucho amor me van a permitir desarrollar mi clase de una forma dinámica e interactiva, 119
pienso que dejo abierto un canal para nuevas aperturas, nuevos conocimientos, y por qué no, nuevas amistades.” ” (Josefa Emperatriz) Con esa sa actividad concluimos el taller. En las palabras finales, aparte de agradecerles por haber participado, insistí en la necesidad de que continúen investigando sobre la lúdica como herramienta fundamental para compartir procesos educativos con niños y niñas. niña Como presente del taller les entregué a cada una (o) el disco que había grabado. Cominos el segundo quesillo,,
nos
abrazamos,
y
quedamos
pendientes
de
intercambiar
información por internet.
Parte del grupo en la sesión final
Con las limitaciones propias de un taller relativamente corto, corto creo que hicimos una evaluación que buscó ser constante, holística, participativa, no punitiva, y un tanto tamizada por la creatividad. Por supuesto, me estoy refiriendo a “…la evaluación desde el punto de vista educativo como al proceso integral, sistemático, sistemático, gradual y continuo que valora o aprecia los cambios que ocurren a nivel de los sujetos o del medio donde ellos se desenvuelven, la eficacia de las técnicas empleadas, la capacidad científica y pedagógica del educador, la calidad del plan de estudios 120
o programa y todo cuanto converge en la realización del hecho educativo” (Maya: 1996: 156) Si observamos detalladamente la definición de evaluación que Maya aporta, nos damos cuenta que es adaptable al taller educativo. El mismo autor nos dice que “Si algunas diferencias se dieran con la evaluación de cualquier otro hecho educativo ellas estarían en la dimensión de algunos factores a evaluar o en las técnicas mismas que pueden utilizarse” (Maya: 1996: 156) La evaluación, en cualquier experiencia educativa, refiere los distintos momentos en que analizamos sobre el proceso de organización, y la evolución en cuanto a la producción que se espera de las (os) participantes (incluyendo en este grupo a los (as) facilitadores). La evaluación permite visualizar los aciertos, las dificultades, los equívocos que puedan estar surgiendo en el trabajo compartido y nos ofrece ideas para procurar soluciones, que pueden ser inmediatas o para futuras ocasiones. Hasta aquí este recorrido por el mundo del “Ingenio del genio” y “El hombrecito de agua”, por los versos con que la cantavela enamora la lunamiel, de la alegría creadora y lúdica para favorecer procesos de aprendizaje con niños, niñas, y jóvenes…
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A MANERA DE CONCLUSIONES: El proceso de diseñar, facilitar, participar de la evaluación y paralelamente sistematizar el taller “Herramientas para la Expresión Lúdica”, compartido en el Instituto Universitario “Jesús Obrero”, permitió que evidenciara las fortalezas que tengo en esas áreas, así como minimizar las debilidades observadas en el avance de las diferentes etapas. El diseño de talleres educativos y la evaluación, como dos de las principales áreas de conocimiento del presente Informe, intenté desarrollarlas holísticamente al incorporar elementos teóricos- prácticos y actitudinales en el abordaje de las mismas. La facilitación aparte de ser planteada en la descripción de los hechos, fue tocada desde la mediación pedagógica. Como queda reflejado en el trabajo, la experiencia sirvió para reflexionar sobre la importancia de usar estrategias lúdicas en los procesos educativos con niños, niñas y jóvenes y, sobre todo; para que las (os) participantes se apropiaran de un conjunto de técnicas grupales y juegos que, en algunos casos, ya están usando –según ellas mismas- con favorables resultados. En ese sentido, el esfuerzo compartido favoreció que reconociera, fortaleciera y me aproximara a una variedad de conocimientos teórico-metodológicos, que tienen incidencia en lo actitudinal, dichos conocimientos están relacionados con la creatividad, la expresividad literaria y la animación a la lectura. La lúdica, como dimensión fundamental para el desarrollo humano, sirve para que busquemos maneras de expresar emociones, sueños, y sentimientos, a través de variadas vías. En el presente trabajo la Expresión Lúdica fue abordada desde las posibilidades que ofrece para manifestarnos a través de la palabra escrita, en la titulación y elaboración de cuentos, en el juego poético de creación de versos, o de invención de palabras, tanto de manera individual como colectivamente. Asimismo experimentamos a imaginar la adaptación de varios juegos, a diferentes temáticas de interés 122
educativo, valorando en la misma práctica la utilidad pedagógica de los mismos. Según manifestaron las (os) participantes en los momentos de evaluación contemplados en el transcurso del taller –opinión que lógicamente suscribo-, la Expresión Lúdica es una herramienta fundamental para propiciar encuentros educativos integradores e integrales, dinámicos, participativos y alegres. Reconstruir esta experiencia, paralelamente a su puesta en práctica, posibilitó que visualizara desde otro ángulo la sistematización, lo que a su vez hace que siga afianzando la comprensión de la sistematización como componente valioso en mi proceso de formación, cuestión que influye de manera positiva en mi actitud para asumirla. En el presente trabajo también hice palpable mi habilidad y disposición para crear métodos pedagógicos, además de poseer cierta desenvoltura para compartirlos en los encuentros de inter-aprendizaje. Igualmente he dado muestras de tener destrezas para la redacción y para la presentación de trabajos escritos, atendiendo el enlace entre sus partes, y sugiriendo un valor estético. Con las reflexiones que han emergido a partir de la sistematización de esta experiencia, no intento imponer puntos de vista, ni extrapolar conclusiones al universo de experiencias que se producen en nuestro país en torno a la Expresión Lúdica, ni a ninguna de las temáticas aquí trabajadas. Este esfuerzo significa un humilde aporte para futuras investigaciones sobre esta (s) materia (s).
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Me voy cantándole a mi hermano Carlos Mendoza, este tema de Rubén Blades: ¡Parao! Hay quien ve la luz al final de su túnel y construye un nuevo túnel, pa´ no ver, y se queda entre lo oscuro y se consume, lamentando lo que nunca llegó a ser. Yo no fui el mejor ejemplo y te lo admito, fácil es juzgar la noche al otro día; pero fui sincero y eso sí lo grito, ¡Que yo nunca he hipotecado al alma mía! Si yo he vivido parao, ay que me entierren parao; ¡Si pagué el precio que paga el que no vive arrodillao! La vida me ha restregao, pero jamás me ha planchao. ¡En la buena y en la mala, voy con los dientes pelaos! Sonriendo y de pie ¡siempre parao! Las desgracias hacen fuerte al sentimiento si asimila cada golpe que ha aguantao. La memoria se convierte en un sustento, celebrando cada río que se ha cruzao. Me pregunto ¿Cómo puede creerse vivo, el que existe pa´ culpar a los demás? Que se calle y que se salga del camino, ¡Y que deje al resto del mundo caminar! A mí me entierran parao ¡ay que me entierren parao! Ahí te dejo mi sonrisa y todo lo que me han quitao. Lo que perdí no he llorao, si yo he vivido sobrao, dando gracias por las cosas que en la ruta me he encontrao. Sumo y resto en carne propia, de mi conciencia abrazao. ¡Parao! aunque me haya equivocao, Aunque me hayan señalao ¡Parao! en agua de luna mojao, disfrutando la memoria de los ríos que he cruzao, aunque casi me haya ahogao, ¡sigo parao! ¡Parao!...
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Disponible:
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Créditos Fotografías: Miriam Cova Herrera Luis Alberto Ochoa Ilustraciones: Diego Elías Ochoa Felipe García (Imágenes tomadas de internet)
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