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El camino de los demiurgos

Según la cosmogonía hiwi, el mundo es producto de un conjunto de seres sobrenaturales, obra sagrada en su propia naturaleza. Mientras el mundo fue hecho en un solo intento, los hombres, creados por el héroe cultural Kúwai, son el resultado de una aventura demiúrgica que implicó una serie de intentos consecutivos. Primero Kúwai elaboró figuras de barro que se desmoronaron con la lluvia; luego las hizo en cera. Pero las imágenes del hombre se derritieron con el sol. En un tercer intento, hizo imágenes de madera dura. Un ratón mítico les hizo pene y vagina para que así comenzara la reproducción.

Textos: Lelia Delgado. Antropóloga y Arqueóloga, investigadora de museos, documentalista comunitaria de Catia TVe. http://esteticapueblosoriginariosvenezuela.blogspot.c om/

Alrededor de los “jefes locales” gira el liderazgo comunal. Sin embargo, no se puede decir que haya estructuras políticas formales ni reglas coercitivas que obliguen obediencia a las órdenes de un jefe19, cuya posición no implica prerrogativas particulares que vayan más allá del prestigio y respeto. Los jefes son elegidos por consenso entre parientes. Su principal función es mantener la armonía del grupo. Suelen servir de mediadores en disputas y peleas, a fin de evitar conflictos de mayor envergadura. Entre sus tareas está la organización de actividades de caza y pesca, y trabajos colectivos como desmonte, quema y siembra, y su poder de convocatoria depende del consenso colectivo. Los hiwi aprenden a conocer, en el proceso mismo de socialización, el valor de las normas y conductas aceptadas por su comunidad. Los actos que contravienen la normativa social desatan una serie de chismes que llenan de vergüenza al infractor, el cual prefiere alejarse de su familia e incluso cambiar de nombre, pues dan un alto valor a la buena reputación20. El delito mayor es matar, cuestión de honor que exige venganza. Para evitar represalias, el culpable abandona el poblado para siempre. Además existe el temor adicional de recibir sanciones sobrenaturales, lo cual actúa como un control de las desviaciones de la conducta social.

El centro del mundo A escasa distancia, en un claro de la misma selva que viera hace miles de años el prodigioso nacimiento de la primera mujer yanomami, fruto de la pantorrilla preñada de un hombre, se alza el gran alero circular de la vivienda colectiva, llamada shabono. En su patio central, sobre guijarros de cuarzo que resplandecen como llamaradas y ante la mirada impasible de mujeres presurosas que acarrean los frutos de palma o preparan alimentos, los chamanes se reúnen para susurrar largamente las fórmulas sagradas del mundo invisible. Los yanomami ocupan actualmente un amplio territorio en el límite occidental del Escudo Guayanés. Este territorio está dividido en dos áreas de iguales proporciones, entre Brasil y Venezuela. Se podría decir, en lo que corresponde a Venezuela, que su centro geográfico es el espacio comprendido entre sierra Parima y el Orinoco, particularmente las cuencas de los ríos Ocamo, Manaviche y Mavaca, región que se caracteriza por una ecología de bosque tropical y sabanas de poca extensión.


Todos somos uno Los poblados están conformados por varias casas comunales separadas por cierta distancia. La casa o churuata es el punto de referencia central en el que convergen economía, parentesco y ritual. Fabricada con técnicas en apariencia rudimentarias, la vivienda comunal Wotjüja es una síntesis de perfección y utilidad. Su sentido no puede ser imaginado fuera de lo que es: una estructura perfecta. La forma de las casas varía de acuerdo con el uso y número de habitantes. En el pasado solían construir una casa cuyo único fin era guardar las máscaras y los instrumentos sagrados utilizados en la fiesta, los cuales no debían ser vistos por las mujeres.

Los Wotjüja utilizan toda surte de adornos, en particular, zarcillos triangulares hechos con monedas de metal martillado. De ellos penden sartas de cuentas de mostacilla azul y blanca. Son frecuentes los largos y gruesos collares hechos con dientes de caimán o báquiro, que ensartados con plumas multicolores cruzan el pecho de los hombres. El uso de plumas implica fórmulas mágicas y estéticas. Con las plumas se perpetúa y prolonga el tiempo de las formas simbólicas. Por esto, coronas, tocados, brazaletes, collares y otros adornos plumarios son la metáfora permanente de un gusto por el uso del color que se encuentra en tucanes, guacamayas y toda suerte de pequeños pájaros de extraordinario colorido. Una verdad abstracta se expresa en los diseños pintados en el cuerpo. Denominados “caminos de las cuentas”14, estos signos no pretenden sólo decorar la piel: cada hombre y mujer lleva dentro de su cuerpo los signos, cuyas claves mágicas conforman las palabras del canto chamánico. Sus formas geométricas invocan y descubren elementos que no repiten la naturaleza, como si se tratara de una tabla de referencias.

El dibujo corporal no es un artificio arbitrario o un capricho sin alcances. Toda adición está sometida al infalible conocimiento del ruw’a, encargado de asignar “las cuentas”. Ellas son la representación gráfica de un saber adquirido con los años en complejas ceremonias rituales. La pintura del cuerpo, que explora los misterios de la magia, se dirige a una región particular de la sensibilidad. Para su ejecución se utilizan sellos de madera que combinan diseños, formas y tamaños diversos. Los signos utilizados, aunque infinitamente repetidos, adquieren sobre el cuerpo un sentido único e intransmitible. Los femeninos encierran a las mujeres en su destino inmutable de fertilidad; los masculinos someten a los hombres a los designios promisorios de la caza y a los poderes del canto chamánico.

Textos: Lelia Delgado. Antropóloga y Arqueóloga, investigadora de museos, documentalista comunitaria de Catia TVe. http://esteticapueblosoriginariosvenezuela.blogspot.c om/


Los movimientos sociales afrodescendientes deben tener consolidada su memoria histórica, reconocerse en la luchas de los africanos esclavizados, el peor genocidio de la humanidad, reivindicar las insurrecciones de cimarrones y cimarronas como los primeros avances de una propuesta anticolonial y pensar de una nación independiente, caso Haití de 1804, el papel jugado en los ejércitos independistas y su actuación en las luchas por la liberación de América, las luchas obreras de finales del siglo XIX y la conformación de movimientos sindicales y campesinos, su heroica participación de sus hombres y mujeres en las luchas guerrilleras de la década 60 pasada, el frente guerrillero de mayor actividad en Venezuela se llamaba José Leonardo Chirino, zambo que se levanto un 10 de Mayo de 1795 contra la colonia. Las recientes luchas de consolidación de nuestras revoluciones debe ser incluida en esa fuentes de inspiración protagónica, las luchas de los afrodescendientes no es de ahora, inventadas circunstancialmente, hay una tradición guerrera que debe continuarse, tragarse cada proceso y asimilar su valor es la base de una actuación política certera en la actualidad.

En Venezuela cuando se planteo un debate sobre este tema, recurrimos a la experiencia histórica de nuestros ancestros cuando en los Cumbes, el palenque y quilombos propusieron una nueva forma de organización ante el sistema colonial, nuestra historia es una fuente. El debate político se hace obligatorio sobre todo con las viejas y ortodoxas concepciones de la izquierda, racista y excluyente. Reconocer la desigualdad social sin entender las diversidades culturales y los sectores que participan en ella se convierte en una traba reaccionaria. Queremos decir que cierto marxismo y sus seguidores no son aliados de las luchas afrodescendientes, lo encontramos coqueteando con la derecha. La afroderecha como forma de vida asume la ideología neoliberal y entra a juego del mercado, entiende que la defensa de los derechos afrodescendientes es un negocio. Como se creen elite, asumen que son representantes o interpretan las comunidades, crean espacio institucional, llamasen ONG, Fundaciones o Juntas de Beneficencia.

Comprenden que su obligación de diferenciarse, muchos asumen el discurso de líderes o lideresas, por cierto, la mayoría de estas instituciones con sedes físicas alejadas de las comunidades, generalmente, tiene sus bases de operaciones en las capitales políticas de los países, allí donde el poder político y económico se desenvuelven. En otras palabras si me considero una elite entre los “negros” qué sentido tiene vivir en las mismas condiciones que vive la mayoría. Aquí entra en juego los laboratorios de políticas de los centros de poder, la conexión con quienes y quieren vivir del discurso de las necesidades y la pobreza de los afrodescendientes.

Texto: Díaz Diógenes América Latina Los movimientos sociales afrodescendientes, actores de cambios http://alainet.org/active/49188&lang=es


El proyecto ciudad compartida desde sus comienzos se ha caracterizado por ser un movimiento de promoción, difusión y enseñanza de la fotografía que pretende abarcar todo el territorio nacional, desde sus grandes ciudades hasta pequeñas comunidades aisladas.

Lelia Delgado Emilio Guzmán Fotógrafo y Bibliotecólogo. Estudió Bibliotecología y Archivología en la UCV y fotografía en el Ateneo de Caracas. Fotógrafo venezolano , con su característica humildad y tiempo de selva, devela en un amplio espectro de situaciones y momentos representativos las manifestaciones culturales de nuestros hermanos originarios de los pueblos indígenas. Encarna, de manera ejemplar, la filosofía de la conciencia fotográfica atenta al valor y alcance del universo trascendental que los pueblos originarios de la tierra americana han transitado.

Antropóloga y Arqueóloga, investigadora de museos, documentalista comunitaria de Catia Tve. Fotógrafa Aficionada. Conocemos la dificultad de encontrar instrumentos metodológicos que nos permitan analizar los hechos estéticos, sobre todo los de las sociedades sin historia escrita, tanto antiguas como del presente. Las proposiciones clásicas ya de la iconografía, a pesar de ser ésta una rama sumamente nueva de la historia del arte, resultan difíciles de aplicar en la vía de encontrar interpretaciones verosímiles a la complejidad morfológica y significativa de las figuraciones femeninas prehispánicas, ya que éstas apelan a un bagaje de interpretación “dudoso” como es la “intuición sintética” o la “familiaridad con las tendencias esenciales de la mente humana”, pues consideramos que tales “tendencias” aluden a principios universales de la conciencia que a nuestro modo de ver son atemporales y ahistóricos.

Luis Duarte Promotor Cultural, Fotógrafo y activista social. Estudió Letras en la Universidad Central de Venezuela (1985/1991), y fotografía entre el 2000 y 2003 en el Centro de Fotografía CONAC con Emilio Guzmán y Hernán Villar, Pablo Krisch, María Teresa Boulton, Humberto Mayol Vitón, José Antonio Navarrete. Es fundador y coordinador de Región Capital del Proyecto Ciudad Compartida. Ha participado en diversas exposiciones colectivas en el ámbito nacional. Su trabajo fotográfico está basado en la exploración de la comunidad, de la ciudad, de una identidad visual para el ser venezolanos.

Decimos que es un Movimiento, porque abarca no solo a un grupo de fotógrafos, sino que es un proyecto de carácter colectivo, territorial y su propósito principal es el de integrar a fotógrafos reside nciados en distintas ciudades del país y a su vez con ellos a las comunidades protagonistas del hecho fotográfico. Además está abierto a todo el que desee participar, ya sean personas que se encuentren en período de aprendizaje o a quienes ya cuente con una trayectoria en este medio, actualmente cuanta con un total de 270 miembros activos, y 1.950 asociados en la Red.


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