Tiempo y espacio - 61

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TIEMPO Y ESPACIO EDICIÓN CONMEMORATIVA DEL 30º ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA REVISTA TIEMPO Y ESPACIO

© TIEMPO Y ESPACIO Universidad Pedagógica Experimental Libertador Instituto Pedagógico de Caracas. Subdirecciòn de Investigaciòn y Postgrado Centro de Investigaciones Históricas Mario Briceño Iragorry Av. José Antonio Páez. El Paraíso, Caracas-Venezuela, Zona Postal. 1021 Teléfonos: (0212) 915-83-69. Impreso en Venezuela por: Diseño de cubierta: Alexis Peñalver Diagramación y arte final: Deisy Goncalvez Goncalvez Depósito Legal pp198402DC2832 ISSN: 1315-9496

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TIEMPO Y ESPACIO UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS

CUERPO DIRECTIVO Directora (E) Subdirectora de Docencia ( E ) Subdirectora de Investigación y Postgrado ( E ) Subdirector de Extensión ( E) Secretario

Alix Agudelo Dácil García Miren de Tejada Humberto González Juan Acosta Boll

DEPARTAMENTO DE GEOGRAFIA E HISTORIA JEFE DE DEPARTAMENTO Jorge Bracho

CENTRO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS “MARIO BRICEÑO IRAGORRY” Coordinadora: Haydee Vilchez

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TIEMPO Y ESPACIO • Es una publicación científica fundada en 1983 perteneciente al Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” del Instituto Pedagógico de Caracas; de circulación nacional e internacional, destinada a divulgar los resultados de investigaciones realizadas en áreas de Geografía, Historia y Ciencias Sociales. • Podrán publicar trabajos en esta Revista, los profesores del Departamento de Geografía e Historia de todos los Institutos Pedagógicos, estudiantes de pregrado y postgrado de la UPEL y otras Universidades, historiadores nacionales e internacionales y personas de alta calificación intelectual y académica. • El sistema de arbitraje utilizado por el Consejo Editorial seguirá el criterio denominado “doble ciego”, es decir, los autores no conocen quien los arbitra y éstos últimos no conocen la identidad del autor. • Publicación financiada por la Subdirección de Investigación y Postgrado del Instituto Pedagógico de Caracas. • Tiempo y Espacio está indizada en el Proyecto Scielo Venezuela, en la base de datos de Citas Latinoamericanas en Ciencias Sociales y Humanidades (CLASE), además de DIALNET (Universidad de la Rioja, España) y en el Índice y Directorio de Revistas Venezolanas de Ciencia y Tecnología REVENCYT, Código: RVT011. • La Revista no se hace responsable de los juicios y criterios expuestos por los autores. • Para efectuar canje y correspondencia enviar a Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” (CIHMBI); Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Caracas, Torre Docente, piso 8, Nº 802, Av. Páez, Urbanización El Paraíso, teléfono 0058-02129158369 (Directo) / 4616036 / 4616086 / 4616121; Ext. 272. Caracas Venezuela. • Correo Electrónico: revistatiempoyespacio@gmail.com Página web: www.upel.edu.ve PROHIBIDA SU REPRODUCCION POR CUALQUIER MEDIO SIN AUTORIZACION DE SUS EDITORES. Impreso en Venezuela por: Diagramación: Deisy Goncalvez Goncalvez Traducción de textos en inglés: Janet Buchholz Depósito Legal pp198402DC2832 ISSN: 1315-9496

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TIEMPO Y ESPACIO Nº 61. ENERO-JUNIO 2014 VOL XXXII Publicación del Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”

Director José Alberto Olivar

Jefe de Redacción Jean Carlos Brizuela

Consejo Editorial Elina Lovera Universidad Pedagógica Experimental Libertador Lila Mago de Chópite Universidad Pedagógica Experimental Libertador David Ruiz Chataing Universidad Pedagógica Experimental Libertador Suzuky Gómez Universidad Pedagógica Experimental Libertador Germán Guía Caripe Universidad Simón Bolívar (SL) Luis Alberto Buttó Universidad Simón Bolívar Zandra Pérez Universidad Pedagógica Experimental Libertador José J. Hernández Palomo Consejo Superior de Investigaciones Científicas Escuela de Estudios Hispano-americanos, Sevilla-España

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Normas de Publicación para los Autores • La Revista incluirá en su publicación: artículos, documentos, avances de investigación y reseñas bibliográficas que correspondan al campo de las Ciencias Sociales, especialmente al de la Historia. • Los artículos deben ser inéditos y producto de investigaciones originales, cuyo contenido debe estar expresado con claridad y sus argumentos bien fundamentados. • Cada artículo debe venir acompañado de un resumen con una extensión máxima de ½ cuartilla, y de 3 a 5 palabras clave. Así mismo, debe incluir una breve relación de los datos académicos del autor (Currículum Vitae). • Se presentará en redacción definitiva, a doble espacio, en papel blanco tamaño carta, y con una extensión no mayor a 25 cuartillas. En cada página se dejará un margen de 3 centímetros del lado izquierdo y 2 del lado derecho con un máximo de 30 líneas por página, tipo de letra Times New Roman 12. • El encabezamiento de los artículos debe incluir el título, en la siguiente línea y a la derecha el nombre del autor o autores e inmediatamente insertar un pie de página con el grado académico, el departamento, institución a la que pertenece y correo electrónico. • Las normas de redacción, presentación de tablas y gráficos, citas, señalamientos de autores, referencias bibliográficas y otros aspectos afines deben hacerse en el sistema autoraño-página (Cárdenas, 2006: 85). Las citas textuales que tengan una extensión mayor de 2 líneas deben aparecer sangradas sin comillas y a un (1) espacio. También pueden colocarse citas al pie de página o al final del trabajo, indicando Autor, Título y Página. • Los títulos de libros, revistas y periódicos así como las palabras que se empleen en otro idioma, irán con negritas; para indicarlos se subrayan en el texto. Las comillas quedan reservadas para los títulos de artículos, partes o capítulos, lo mismo que para las citas textuales cortas. • Los títulos de obras o artículos deberán citarse completos en la primera oportunidad, a continuación pueden abreviarse o si se trabaja con varios títulos de un mismo autor éstos pueden codificarse con el empleo de siglas que estarán identificadas en notas a píe de página. • El sistema de arbitraje utilizado por el Consejo Editorial seguirá el criterio denominado “doble ciego”, es decir, los autores no conocen quien los arbitra y éstos últimos no conocen la identidad del autor. • La bibliografía se incluirá sólo en casos muy especiales, cuando el tema lo requiera o que el artículo no incluya citas a pie de pagina. • El material ilustrativo, mapas, cartogramas, cuadros o figuras en general, será reproducido sólo en aquellos casos estrictamente necesarios y deberán contemplar normas establecidas en la metodología de la investigación. • Los cartogramas, mapas o figuras deben presentarse en original.

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CONTENIDO

Presentación ..................................................................................................... 13-14

Artículos Reina Karina Peña Paredes / Alí Enrique López Bohórquez .......................... 15-34 La biblioteca del rector de la Universidad de Mérida doctor Agustín Chipía Landaeta Francisco José Alfaro Pérez ............................................................................. 35-46 La población morisca aragonesa: inmigración, crecimiento y diáspora Domingo Irwin ............................................................................................... 47-61 Reseña de una Línea de Investigación en el Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” Alfonso Segundo Gómez Mulett ..................................................................... 63-78 El instituto boliviano: un intento de innovación educativa en el Caribe colombiano (1857-1870) Alejandro Mendible Zurita ........................................................................... 79-103 Brasil y su histórico, viraje sudamericano Yuruari Borregales Reverón ........................................................................ 105-128 Represión estudiantil en la Venezuela contemporánea. Caso: sucesos de hoyo de la puerta del 19 de septiembre de 1984 Barlin Orlando Olivares ............................................................................. 129-150 Relación de la naturaleza, el clima y la espiritualidad de las comunidades indígenas agrícolas kari’ña del estado Anzoátegui, Venezuela Luis Fernando Castillo Herrera .................................................................. 151-169 El heraldo octubrista. Rómulo Betancourt, motivos y objetivos de la revolución de 1945

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Geniber Cabrera ......................................................................................... 171-192 Revisión historiográfica aproximada al tema de la actividad pirática en la provincia de Venezuela y en su principal ciudad/puerto de la Borburata (siglo XVI) Bárbara Márquez Montoya / María del Carmen Quiñones Pantoja ........... 193-204 La interdisciplinariedad, cultura-historia en las investigaciones regionales en Cuba Francisco Soto Oráa .................................................................................... 205-222 Los delegados nacionales durante el septenio guzmancista (1870-1877). Tensiones entre centralismo y autonomías regionales Robinzon Meza ........................................................................................... 223-239 Fiscalidad, defensa y poder local en Maracaibo (1681-1793) Rab. Isidoro Aizenberg / Blanca De Lima .................................................. 241-266 De María a Josefina: exogamia y supervivencia judía en la comunidad sefardita curazoleña y sus comunidades satélites Alexandra Mendoza .................................................................................... 267-288 Recurrencia del sistema caudillista en la historia republicana de Venezuela. Una aproximación positivista del fenómeno Juan Carlos Reyes ........................................................................................ 289-320 El discreto encanto de la demagogia. Los discursos del presidente Antonio Guzmán Blanco en el Septenio (1870-1877) Armando González Segovia ....................................................................... 321-340 El derecho de aucción o la forma de apropiarse del ganado alzado en el tiempo colonial Ana Magdalena López de Ugas ................................................................... 341-356 Develando la realidad. Muriendo lo muerto… Tomás González .......................................................................................... 357-392 Memoria de la desdicha. Los realistas cuentan su versión del 19 de abril de 1810

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José Luis Reyes González ............................................................................ 393-411 Los enclaves azucareros de la región nororiental de Cuba (1900-1930). El Batey del central Tacajó Daniel Sánchez Silva ................................................................................... 413-422 Crisis de la monarquía española (1808-1814). Influencia de Manuel Godoy Rebeca Padrón García ................................................................................. 423-439 Carretera Mérida al sur del Lago de Maracaibo durante el Septenio guzmancista (1870-1877) Antenor Viáfara .......................................................................................... 441-460 El indio, entre la libertad formal y la servidumbre natural durante la conquista

Archivos Las colecciones bibliohemerográficas de la Fundación John Boulton .............. 461-488

Distinciones ......................................................................................................................489-490

Reseñas ..................................................................................................................... 491-495

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CONTENT Presentation .................................................................................................... 13-14 Reina Karina Peña Paredes / Alí Enrique López Bohórquez .......................... 15-34 The rector of the university library Merida doctor Agustín Chipía Landaeta Francisco José Alfaro Pérez ............................................................................. 35-46 The aragonese moorish population: immigration, growth and diaspora Domingo Irwin ............................................................................................... 47-61 Review of a line of research at the Center for historical research “Mario Briceño Iragorry” Alfonso Segundo Gómez Mulett ..................................................................... 63-78 The bolivian institute: a plan of educational innovation In the colombian caribbean (1857-1870) Alejandro Mendible Zurita ........................................................................... 79-103 Brazil and its South American historical shift Yuruari Borregales Reverón ........................................................................ 105-128 Student repression in Contemporary Venezuela Case: Events of Hoyo de la Puerta, September 19th, 1984 Barlin Orlando Olivares ............................................................................. 129-150 Relationship of nature climate and spirituality of indigenous communities state agricultural Anzoátegui Kari’ña, Venezuela Luis Fernando Castillo Herrera .................................................................. 151-169 The october herald. Rómulo Betancourt: Motives and objectives of the revolution of 1945 Geniber Cabrera ......................................................................................... 171-192 An approach toward a historiographic revision of the theme of pirate activity in the province of Venezuela and at its principal city/port of Borburata (16th century)

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Bárbara Márquez Montoya / María del Carmen Quiñones Pantoja ........... 193-204 Cultural-historical interdisciplinarity In regional studies in Cuba Francisco Soto Oráa ................................................................................... 205-222 The National Delegates During Guzman´s Seven- Year Administration (1870-0877). Tensions among Centralism and Regional Autonomies Robinzon Meza ........................................................................................... 223-239 Taxation, defense and power local in Maracaibo (1681-1793) Rab. Isidoro Aizenberg / Blanca De Lima .................................................. 241-266 From María to Josefina: exogamy and Jewish survival in Curaçao Jewish community and its satellite Caribbean communities Alexandra Mendoza .................................................................................... 267-288 Recurrence of the system leader in the Republican history of Venezuela. A positivist approach to the phenomenon Juan Carlos Reyes ........................................................................................ 289-320 The discreet charm of the demagoguery. The speeches of the President Antonio Guzmán Blanco The seven years (1870-1877) Armando González Segovia ....................................................................... 321-340 Aucción law or form of livestock appropriating elevation in colonial time Ana Magdalena López de Ugas ................................................................... 341-356 Unveiling reality. The dead dying... Tomás González .......................................................................................... 357-392 Memory of misfortune: The royalists have their version April 19, 1810 José Luis Reyes González ............................................................................ 393-411 The enclaves mills of the north-eastern region of Cuba (1900-1930). The central Tacajo Batey Daniel Sánchez Silva ................................................................................... 413-422

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Crisis of the spanish monarchy (1808-1814). Influence of Manuel Godoy Rebeca Padrón García ................................................................................. 423-439 Road´s Mérida from south of lake of Maracaibo during the septenio guzmancista (1870-1877) Antenor Viáfara .......................................................................................... 441-460 The Indian between formal freedom and natural bonded during the conquest

Files Las colecciones bibliohemerográficas de la Fundación John Boulton??? .......... 461-488

Distinctions ..................................................................................................................... 489-490

Reviews ..................................................................................................................... 491-495

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PRESENTACIÓN Veinte años no es nada, según la letra de aquel famosísimo tango “Volver” de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera y nosotros aquí desde las páginas de Tiempo y Espacio podemos parafrasear a los compositores gauchos, afirmando que treinta años tampoco son nada para una labor fecunda e ininterrumpida en el campo de las publicaciones académicas. Y no son nada, dado a lo mucho que falta por hacer y divulgar en los años venideros. Así es, Tiempo y Espacio está de aniversario, siendo hoy por hoy, la tercera mejor revista científica de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador según los resultados de la última evaluación de méritos del Fonacit (2009). Pese a todos los contratiempos que conspiran sin pausa y la inevitable transición de la edición impresa a la era digital, Tiempo y Espacio sigue actualizando su plataforma editorial, para ajustarse a los nuevos esquemas que concitan retos por venir. En esta oportunidad y por vez primera, el número 61 dedicado a conmemorar el trigésimo aniversario de la revista, trae cambios de forma y fondo significativos. Nos acompañan en esta celebración una pléyade de autores, entre destacados y en ascenso por la calidad de sus investigaciones que juntos reafirman la misión de Tiempo y Espacio. Veintidos ensayos cotejan diversos temas que pueden resultar de interés para nuestros lectores. Además de dos nuevas secciones referidas, una a la divulgación del contenido atesorado en archivos públicos y privados y otra a visibilizar las distinciones y logros de investigadores dedicados al trabajo creador. Cerramos con nuestra acostumbrada sección de reseñas de nuevos libros que en medio de la actual escasez de papel e insumos para ediciones impresas, representan los productos de investigaciones recientes. Sea propicia la ocasión para expresar nuestro beneplácito por la designación del Doctor Jorge Bracho, como nuevo jefe de departamento de

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Geografía e Historia del Instituto Pedagógico de Caracas y quien hasta hace poco se desempeñó como director de la revista. De igual modo, por el apoyo brindado por el profesor Carlos Mendoza durante su gestión al frente de la dependencia. Asimismo, reconocer el esfuerzo y el tesón de los fundadores de la revista, entre los que destacan doña Tarcila Briceño, Elina Lovera, Lila Mago de Chópite, don Virgilio Tosta y otros más, quienes iniciaron el recorrido de este largo camino que hoy nos toca seguir transitando sin desmayo.

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LA BIBLIOTECA DEL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE MÉRIDA DOCTOR AGUSTÍN CHIPÍA LANDAETA1 The rector of the University Library Merida Doctor Agustín Chipía Landaeta Reina Karina Peña Paredes Licenciada en Historia (ULA, 2007), con la Memoria de Grado titulada José de Jesús Dávila. Universitario, Político y Propietario Merideño (1847-1917). Mérida, Escuela de Historia /Universidad de Los Andes, 2011, conjuntamente con Marly Karelia Useche Carvajal. Asistente de Investigación de la Cátedra Libre de Historia de la Universidad de Los Andes. Alí Enrique López Doctor en Historia. Profesor Titular Jubilado Activo Bohórquez de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes. Coordinador del Grupo de Investigación sobre Historiografía de Venezuela y de la Cátedra Libre de Historia de la Universidad de Los Andes. Autor de libros y artículos referidos a la historia colonial y republicana de Venezuela e Hispanoamérica, particularmente referidos a la historia de la Real Audiencia de Caracas, de la Universidad de Los Andes y sobre Historiografía de Venezuela.

Recibido: 12/03/2014. Aprobado: 24/04/2014. 1

Este estudio fue presentado como ponencia en el 12º Congreso Nacional de Historia Regional y Local. A 200 años de la Campaña Admirable y la Campaña de Oriente (Cumaná, 17 al 19 de julio de 2013), bajo el auspicio del Centro Nacional de Historia y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura).

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Resumen: Durante la dominación colonial española, Mérida contó con centros de enseñanza eclesiástica pertenecientes a órdenes religiosas desde 1558 y a la diócesis establecida en 1777. Conventos y el Seminario Conciliar instaurado en 1785 como Casa de Educación para formar curas cumplieron labores educativas dentro de las propias características de esas instituciones y condiciones que ofrecía la ciudad. A esa realidad se sumó la fundación de una Universidad en 1810, al iniciarse el proceso emancipador merideño. Esos centros de instrucción religiosa y civil poseyeron bibliotecas para sus respectivas actividades, lo cual le dio a Mérida una particularidad educativa-cultural significativa, si se le compara con otras ciudades venezolanas de entonces, con excepción de Caracas. Además de esas librerías, miembros de la sociedad merideña tenían en sus casas libros para su lectura o enseñanza en el Seminario o en la Universidad, como es el caso del Rector Agustín Chipía Landaeta, quien incluyó en su testamento el inventario de su amplia biblioteca, como un bien cultural y económico. Así, el propósito de este artículo es analizar las características de la misma, considerándose también la actuación profesional y universitaria de su propietario. Palabras clave: Libros, biblioteca, historia, cultura, Agustín Chipía, Universidad, Mérida. Abstract: During Spanish colonial domination, starting in 1558 and through 1777, Mérida had ecclesiastic centers of learning belonging to religious orders and those established by the diocese. Convents and the Councilor Seminary established in 1785 as well as the House of Education to form priests fulfilled their educational tasks under the conditions imposed by their religious orders and life in the city. The founding of a University in 1810 at the beginning of the independence process also contributed to the educational process. The centers of instruction and the University gave Mérida a particular educational cultural significance when compared to other Venezuelan cities with the exception of Caracas. In addition to these formal libraries, members of Mérida society had private libraries that were used by the Seminary and the University, as is the case of the Rector Agustín Chipía Landaeta who included in his testament an inventory of his expansive library considering it a cultural and economic resource. The article seeks to analyze the characteristics of the library as well as the professional and academic role of its owner. Key words: Books, library, history, culture, Agustín Chipía, University, Mérida.

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1. Bibliotecas coloniales y republicanas de Mérida La existencia de centros educativos y libros en una ciudad constituye uno de los medios a través de los cuales se puede medir su desarrollo cultural. En el caso de Mérida, puede decirse que después de Caracas es la ciudad en la que esos dos aspectos han estado presentes desde la dominación colonial, con el establecimiento de un Colegio Jesuita (1628-1767), un Seminario (1785) y escuelas de primeras letras, artes y oficios (1798), además de una Universidad a partir del proceso emancipador de 1810. Institutos de enseñanza que en su mayoría tuvieron sus respectivas bibliotecas. Así, desde el siglo XVII Mérida contó con libros de la más variada naturaleza, utilizados fundamentalmente por quienes enseñaban, pues el método de aprendizaje consistía en hacer lectura de textos específicos para informar fundamentalmente sobre aspectos de teología, filosofía, moralidad y gramática latina. Junto a esos libros, existieron otros en las casas de ciudadanos de distinta condiciones socio-económicas, funcionarios locales, eclesiásticos y catedráticos. Se han estudiado parcialmente las librerías institucionales, con sólo referencias a las privadas en índices y compilaciones documentales. En efecto, existen los inventarios completos de las bibliotecas del Colegio Jesuita San Francisco Javier, la de los Obispos Fray Juan Ramos de Lora, Fray Manuel Cándido de Torrijos y Santiago Hernández Milanés. Libros que fueron legados al Colegio Seminario Conciliar de San Buenaventura, muchos de los cuales siguieron existiendo en tiempo de la república, mucho de los cuales fueron incorporados en 1888 a la Biblioteca de la Universidad de Los Andes, la primera con carácter público de la ciudad.1 Algunos historiadores han publicado artículos acerca de sus orígenes y características de los contenidos 1

Tulio Febres Cordero: “Biblioteca de la Universidad de Los Andes”, El Lápiz, II: 75 (Mérida, 15 de enero de 1890), pp. 105-106; Juan Nepomuceno Pagés Monsant: “Biblioteca de la Universidad”, Gaceta Universitaria, I: 13 (Mérida, 31 de enero de 1908), pp. 103-104; Pedro Nicolás Tablante Garrido: “Apuntaciones históricas de la biblioteca”, en Bibliotheca, 5 (Mérida, mayo de 1954), pp. 18-21 y “Apuntaciones históricas de la biblioteca”, Bibliotheca, 14-15 (Mérida, junio de 1955), pp. 34-39; Ildefonso Leal: “La antigua biblioteca de la Universidad de Mérida”, en Nuevas Crónicas de Historia de Venezuela. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1985, Tomo I, pp. 519-520; Pedro María Molina Márquez: “La Universidad y sus libros. Breve historia de la Biblioteca de la Universidad de Los Andes”, Boletín del Archivo Histórico, 13 (Mérida, enero-junio de 2009), pp. 73-86.

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de esas bibliotecas.2 En cambio, las librerías, como también se les llamaba entonces, pertenecientes a hacendados, comerciantes, funcionarios públicos, religiosos y universitarios se conocen a través, fundamentalmente, de los testamentos que éstos dejaron como beneficio económico a sus herederos, confiriéndosele así a los libros un valor material comparable a otros enseres personales y propiedades de los legadores. Sobre éstas bibliotecas particulares no se han realizado estudios específicos. Los títulos de los libros evidencian que, además de los textos para la enseñanza, hubo un número considerable obras relacionadas con el pensamiento religioso de los siglos coloniales, pero también con otras referidas al pensamiento ilustrado europeo y español del siglo XVIII, incluyendo algunas prohibidas por la Inquisición, así como al desarrollo de las ciencias de la naturaleza y del pensamiento filosófico, jurídico y político del XIX. Un ejemplo de las bibliotecas privadas o familiares es la del Dr. Agustín del Carmen Chipía Landaeta, Rector de la Universidad de Mérida entre 1838 y 1845, la cual comprendió libros de diferentes áreas del conocimiento, particularmente del derecho, dada su formación universitaria en la ciencia política, como entonces se denominaba a los estudios de jurídicos. La fuente específica para este estudio es el testamento que dejó a sus familiares herederos de sus bienes, en el que, además de hacienda, animales, muebles y herramientas de trabajo, aparece un inventario de sus libros, indicándose autores, títulos y avalúo económico. Inventario que ahora conocemos con la 2

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Ildefonso Leal: “Inventario y avalúo de la Biblioteca del Colegio Seminario de San Buenaventura de Mérida. Año 1791”, Revista de Historia, 26-27 (Caracas, junio de 1962), pp. 63-87; Ricardo Rafael Contreras: “Los libros de Ramos de Lora y de Torrijos: la primera Biblioteca de la Universidad de Los Andes”, Linotipos, Año V, número 3 (Mérida, agostoseptiembre de 2010), p. 3; y Mariano Nava Contreras: “La formación de la biblioteca del Real Seminario de San Buenaventura de Mérida”, Actual. Investigación. Revista de la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes, 71 (Mérida, enero-abril 2011), pp. 107118; Ildefonso Leal: “La biblioteca del Obispo de Mérida Fray Manuel Cándido de Torrijos en 1792”, en Nuevas Crónicas de Historia de Venezuela. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1985, I, pp. 457-460; Homero A. Calderón: “La Biblioteca de Torrijos, minuta de un tesoro bibliográfico”, Boletín del Archivo Histórico, 11 (Mérida, enero-junio de 2008), pp. 13-27; Miguel Delgado Quiñonez: “El gabinete de física y los libros de ciencia del Obispo Torrijos (La enseñanza de la Física en Mérida a finales del siglo XVIII)”, Boletín del Archivo Histórico de la Universidad de Los Andes, 16 (Mérida, julio-diciembre de 2010), pp. 13-25.

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edición del “Catálogo de la Serie Mortuorias o Testamentarías 1613-1863 del Archivo General del Estado Mérida”.3 Hecho que constituye el propósito de esta ponencia, con la finalidad también de considerar el significado de los mismos en el contexto del desarrollo cultural de Mérida durante la época colonial y primeras décadas de la era republicana, pues su propietario debió conformarla desde el momento en que se inició como catedrático en el Colegio Seminario, después de haber realizado estudios en este instituto eclesiástico, y en la Universidad a partir de 1810. Cabe señalar que Agustín Chipía fue uno de los muchos ciudadanos de Mérida que tuvo una importante librería para su desarrollo académico, profesional, esparcimiento y seguramente enseñanza de sus hijos, como solía ocurrir en las principales familias merideñas, dada la difícil situación de la instrucción primaria de entonces.4 En efecto, como lo expresa Eduardo Picón Lares en su artículo “Instrucción Pública”: a pesar de los esfuerzos del Gobierno provincial, y con más marcado interés del Concejo Municipal…, para el año de 1840 no habían podido fundarse en Mérida sino cinco escuelas: tres para varones y dos para hembras, las cuales funcionaban en las parroquias de Catedral Milla y El Llano. Las parroquias foráneas carecían de planteles de instrucción. Y con respecto a los campos, demás está decir que la enseñanza allí establecida era la del arado, el barretón y la azada, combinada con un tanto del fanatismo religioso, de estúpidas supersticiones heredadas y de orales relatos de palpitantes gestas heroicas, o lo que es lo mismo, una fábrica de peones para las labores agrícolas, de feligreses sumisos para la limosna y la misa del domingo y de batallones de reclutas, desperdicios de la inconsciencia, para festín y regocijo de los zamuros en los campos de matanza de nuestras guerras fratricidas.5 3

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Expediente de partición de bienes del Doctor Agustín Chipia en el que declara como bienes: una hacienda Santa Catalina, animales, trastos de madera y muebles, herramientas de trabajo y libros, referenciado por María Villafañe: “[Catálogo de la Serie Mortuorias o Testamentarías 1613-1863 del AGEM”], Boletín. Archivo General del Estado Mérida, 5 (Mérida, enero-junio de 2005), pp. 8-189. En el citado Catálogo elaborado por María Villafañe se indican 87 expedientes de mortuorias de pequeños y grandes propietarios de tierras, comerciantes, funcionarios locales, eclesiásticos y universitarios en los que se incluyen libros como bienes económicos. Eduardo Picón Lares: “Instrucción Pública” en Revelaciones de Antaño [1938]. Mérida, Ediciones del Rectorado/Talleres Gráficos Universitarios/Universidad de Los Andes, 2008, Tomo I, pp. 239-240.

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Esta era la realidad educativa para mediados del siglo XIX, no muy diferente a la de la época colonial en materia de enseñanza a los sectores desposeídos de la sociedad merideña, y que se prolongaría hasta las primeras décadas del XX. Ello determinó que algunos padres de familia, particularmente de los vinculados a la economía, la política o la universidad, escribieran textos orientados a la enseñanza y formación ciudadana de sus hijos, en razón de la carencia de escuelas permanentes y de maestros, como fue el caso de Juan de Dios Picón González y de su hijo Antonio Ignacio Picón Grillet, quienes escribieron sendos libros dedicados a la instrucción de la moral católica, urbanidad y conocimientos generales de sus niños, respectivamente: Cartas sobre la educación física y moral de los hijos [1823] y Consejo y Reflexiones sobre la conducta que debe conservar la mujer en el matrimonio; la educación de los hijos y los deberes entre esposos, los de los padres con los hijos, los de éstos para con aquellos y los de los superiores para con los inferiores y viceversa. [1894]. Los títulos de sus libros son sugerentes de los que venimos señalando.6 Los textos de moralidad y enseñanza localizados en la biblioteca de Chipía insinúan que pudo haber tenido la misma preocupación por sus hijos.7

2. El doctor Agustín Chipía Landaeta: estudiante, abogado, político, catedrático, secretario, vicerrector y rector de la Universidad de Mérida8 6

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Juan de Dios Picón González: Cartas sobre la educación física y moral de los hijos [1823]. Maracaibo, Imprenta Comercial, 1902 y Antonio I. Picón: Consejo y Reflexiones sobre la conducta que debe conservar la mujer en el matrimonio; la educación de los hijos y los deberes entre esposos, los de los padres con los hijos, los de éstos para con aquellos y los de los superiores para con los inferiores y viceversa. Maracaibo, Imprenta Americana, 1894. El Instructor; La Familia Benéfica; La Mujer Modesta; Lecciones de Moral y Urbanidad por Villanueva; Catecismo de Moral y Urbanidad; Iluminador Universal; El amigo de los Niños; Respuestas Morales. Los datos que registramos sobre este universitario proceden fundamentalmente de Héctor García Chuecos: “Doctor Agustín Gil Chipía. Diputado al Constituyente en 1830 Rector de la Universidad de Los Andes de 1838-1844”. Diario Patria. Nº 814. Mérida, miércoles 20 de junio de 1928, p. 1, luego publicado en El Vigilante. Nº 2.157. Mérida, viernes 4 de julio de 1941, pp. 1 y 3; Pedro Nicolás Tablante Garrido: “Dr. Agustín del Carmen Chipía y Landaeta” en “Gobernación y Universidad. Querella por jurisdicción”, Boletín de la Academia Nacional de la Historia, 171 (Caracas, julio-septiembre de 1962), p. 405; Eloy Chalbaud Cardona: Historia de la Universidad de Los Andes. Mérida, Ediciones del Rectorado de la ULA, 1966, Tomo III, pp. 243-244, 297-338, 337-386, 353-378, 429-430, 441-445, 463-470, 585. Actuación como Secretario pp. 243-244,

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Agustín Chipía nació en 1788 en Santo Domingo de Alcalá, pueblo perteneciente a la jurisdicción del Ayuntamiento Valencia, Provincia de Venezuela. Ante la carencia de escuela primaria y el interés de su familia de que se convirtiera en sacerdote, fue enviado a Mérida a estudiar en el Real Colegio Seminario Conciliar de San Buenaventura, instituto en el que obtuvo los grados de Bachiller en Filosofía en 1806, de Licenciado y Bachiller en Teología en 1809. Estudios que le sirvieron de base para que se le otorgara en 1810 el título de Licenciado en Teología en la recién creada Real Universidad de San Buenaventura de Mérida, el 21 de septiembre de ese año. Reestablecido el Colegio Seminario en Mérida en 1821, después de haber sido trasladado a Maracaibo en 1812 por curas seguidores de la monarquía española, Agustín Chipía obtuvo en el Seminario el grado de Doctor en Teología en 1827 y de Bachiller en Ciencias Políticas en 1830. Este último le permitiría alcanzar los títulos de Licenciado y Doctor en Ciencias Políticas en 1832, al restablecerse la Universidad de Mérida. Ello en razón de que ésta había suspendida sus actividades en 1812 como consecuencia del terremoto que azotó la ciudad y la llegada de las tropas realistas comandadas por Ramón Calzada.9 Como puede advertirse, Agustín Chipía realizó los estudios en las tres carreras que entonces se cursaban tanto en el Colegio Seminario como en la Universidad: Teología, Filosofía y Ciencias Políticas, esta última identificada entonces como de los estudios de derecho. Su buena formación académica le granjeó un buen prestigio profesional en la ciudad y en la institución universitaria, ocupar diversos cargos que van desde catedrático hasta rector, entre 1832 y 1846, así como la representación ante Congreso Nacional en la condición de Senador por la Provincia de Mérida. Fue catedrático de Latinidad (Mínimo y Menores, Mayores y Elocuencia), Filosofía Intelectual (estudio de la Física Experimental), Instituciones Teológicas, Derecho Civil

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247-248, 253; Tomo IV, pp. 70-82, 145, 150, 163, 173-183, 233-242, 243-302, 311-319, 362363, 381-403, 430-431, 435-459, 464-467; Carlos Chalbaud Zerpa: “El Doctor Agustín Chipía Landaeta” en Compendio Histórico de la Universidad de Los Andes de Mérida de Venezuela. Mérida, Vicerrectorado Académico/ Universidad de Los Andes, 2000, pp. 118, 124 y 366. Sobre el proceso histórico de creación y desarrollo tanto del Colegio Seminario y la Universidad de Mérida remitimos a Alí Enrique López Bohórquez: La Fundación de la Universidad de Los Andes. Estudio Crítico e Incómodo. Mérida, Ediciones del Rectorado / Universidad de Los Andes, 2011, pp. 147-174.

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Romano, Derecho Práctico y Leyes Nacionales. Formó parte de la Junta de Inspección y Gobierno de la Universidad, desempeñó la Secretaría y ejerció el Vicerrectorado, siendo electo Rector por dos trienios, entre 1838 y 1845. Durante su gestión rectoral le correspondió poner en práctica las disposiciones del primer Código de Instrucción Pública de Venezuela del 18 de junio de 1843, mediante el cual se reestructuraron los estudios universitarios de Caracas y Mérida. A partir de entonces, la universidad andina se estructuró con las Facultades de Ciencias Políticas, Ciencias Eclesiásticas y Ciencias Filosóficas o de Humanidades, no poniéndose en práctica las de Ciencias Médicas y las de Ciencias Físicas y Naturales, las cuales no serían establecidas hasta 1854 y 1932, respectivamente. De manera que por mucho tiempo hubo ausencia de los estudios referidos a las ciencias de la salud y naturales, con predominio de los jurídicos, filosóficos y teológicos, en los que destacó Agustín del Carmen Chipía Landaeta, hasta su fallecimiento en 1846.10

3. La cultura de un universitario: La biblioteca de Agustín Chipía Landaeta Como indicamos, el inventario de los libros del doctor Agustín del Carmen Chipía Landaeta se localiza en el testamento que dejara a sus herederos a su muerte en 1846, cuyas características vamos a exponer seguidamente. Antes, cabe señalar que el testamento constituye una fuente importante para el conocimiento y comprensión de la historia. Siendo un documento de carácter público-privado contiene un volumen considerable de información de la más variada naturaleza: social, económica, política y cultural, de mucha utilidad para conocer no solamente el estatus socio-económico y/o actividades gubernativas civiles o eclesiásticas del otorgante, cuando las hubo, sino también el ambiente general del tiempo en que se redactó el testamento o de cuando se produjo el deceso de la persona que dejaba a la posteridad información sobre su condición socio-económica y cultural. María Villafañe señala que “las mortuorias se incluyen en las categorías de expedientes como tipo documental, por cuanto 10

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Lo referente a los estudios de la Universidad de Mérida en el siglo XIX véase Alí Enrique López Bohórquez: Un Siglo de Historia de la Universidad de Los Andes. Mérida, Vicerrectorado Administrativo / Universidad de Los Andes, 2011, pp. 109-122, 133-161.

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recogen de manera secuencial los actos relacionados con los funerales del causante y su testamento donde consta en forma legal la voluntad del testador, el inventario y la participación de bienes o haberes entre los herederos, todo dentro de un arraigado sentimiento religiosos máxime cuando se trata de situaciones relacionadas con la muerte.”11 En las testamentarías de Mérida de los siglos XVII al XIX se localizan datos como nombres del otorgante fallecido y de los herederos legales, cargos ocupados, propiedades de muebles e inmuebles: casas, solares urbanos, tiendas, haciendas, cuadras de tierras, sementeras, hatos, huertas, conucos, estancias, cañamelares; cargas de sal, café, cacao, algodón y azúcar; árboles frutales; caballerizas, ganado vacuno, caballos, mulas y burros; platanales, aguacates, camburales, molinos, alambiques, mercaderías, esclavos, utensilios de labranza, herramientas, platería, plata labrada, lencería, ropa en uso, zapato, trastes, enseres domésticos, alhajas, telares; adornos, imágenes y cuadros religiosos, altar; vestimentas de valor, instrumentos musicales, instrumentos de cirugía, libros y, en los casos más conspicuos, el inventario completo de bibliotecas. Veamos ahora las características de la biblioteca del Rector Agustín Chipía Landaeta. Lo primero que debemos indicar es que desconocemos el origen de sus libros, ante la carencia de documento alguno que nos lo indique. Es decir, no sabemos donde los adquirió o de quien los heredó. Sin embargo, ello es irrelevante si se considera el contenido de la misma y la utilidad que debió tener para si formación académica y profesional, sin descartar la posibilidad, como antes dijimos, que algunas obras pudieron ser aprovechadas para la enseñanza de sus hijos. El inventario de la librería de Chipía Landaeta, como la mayoría de los inventarios que se hicieron sobre las bibliotecas coloniales y de inicio de la república, se registró con cuatro particularidades: autor y título o viceversa; autor sin título de la obra, por lo general sólo el apellido; o simplemente el título, señalándose también el valor de cada libro, lo cual indica que además de la utilidad para una formación educativa-cultural esas obras tenían un valor económico. Cabe destacar que en el listado de los libros no aparece alguno que hubiera sido prohibido por la monarquía o la Inquisición. En ninguno de los libros se indica la fecha de edición. Ello generó ciertas dificultades para poder identificar de manera definitiva algunos textos, lo cual fue la excepción, ya 11

María Villafañe, Ob. Cit., p. 5.

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que de casi todos los otros se pudo localizar información completa mediante el cotejo con los inventarios de las otras bibliotecas merideñas o los estudios realizados particularmente, entre otros, por Marcos Dorta en Materiales para la historia de la cultura en Venezuela, Ildefonso Leal en Libros y Bibliotecas Coloniales de Venezuela, Agustín Millares Carlo en Libros del Siglo XVI y Terso Tariffi en Los libros antiguos de la Universidad de Los Andes.12 En total fueron 151 los libros de la biblioteca del rector Agustín Chipía. Una librería integral conformada por diversas áreas del conocimiento, muy avanzada para la época siendo de un universitario, si consideramos que las otras bibliotecas privadas de Mérida identificadas en los referidos testamentos no pasaban de un veinticinco por ciento de los libros de la de Chipía, con excepción de cuatro que pertenecieron al Dr. Juan Josef de Osuna (Clérigo del Santo Oficio de la Inquisición); al Presbiterio Pedro José Casanova; a Mariano Verastegui (Vecino y propietario de tierras), y Francisca Perera (una mujer que había heredado la biblioteca de su esposo). De igual manera, si tomamos en cuenta el volumen de libros existentes en el Colegio de los Jesuitas San Francisco Javier y los legados de los Obispos Fray Juan Ramos de Lora, Fray Manuel Cándido Torrijos y Santiago Hernández Milanés al Colegio Seminario de San Buenaventura, apreciamos no sólo cuantitativa sino también cualitativamente los libros que conformaban la biblioteca de Agustín Chipía. Decimos de avanzada para el tiempo de su propietario, en razón de la variedad temática y existencia de importantes obras del siglo XVIII y comienzos del XIX, pues en la actualidad muchos profesores universitarios reducen sus bibliotecas, por lo general, a los libros de su campo profesional o de enseñanza, si es que los tienen. El primer lugar de las obras de Chipía lo ocupa el tema del derecho y la legislación europea, americana y venezolana. Ello debido a que él, a pesar que estudió varias carreras, mostró una mayor preferencia por las Ciencias Políticas y fue profesor de diversas cátedras relacionadas con lo jurídico. Los libros se 12

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Terso Tariffi, Los libros antiguos de la Universidad de Los Andes. Mérida, Universidad de Los Andes, 1958 [Mimeografiado]. De pronta publicación por la Dirección General de Cultura y Extensión de la Universidad de Los Andes bajo curaduría y estudio preliminar de Alí Enrique López Bohórquez y Mariano Nava Contreras; Agustín Millares Carlo: Libros del siglo XVI [descritos y comentados por AMC]. Mérida, Universidad de Los Andes, 1978.

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corresponden tanto a la época colonial como a los inicios de la república, toda vez que la jurisprudencia española se prolongó en el tiempo en Venezuela y fue la base constitucional de la nación surgida a partir de 1811. La gramática castellana y de otros idiomas ocupan el segundo lugar, cuantitativamente hablando, en razón de la preocupación que él tuvo por el aprendizaje del francés y del inglés, lo cual fue un interés generalizado en muchos intelectuales y catedráticos universitarios merideños del siglo XIX. Siguen en el orden de número los libros de política, religión e historia eclesiástica, filosofía, historia de Europa, América y Venezuela, literatura, documentos y legislación venezolana, moral y enseñanza, economía, matemáticas, cocina, música y medicina. Debemos señalar que existe un volumen considerable de textos que, por la forma incompleta en que se registraron sus datos, nos impidió ubicarlos en alguno de los mencionados renglones temáticos, al menos para la presentación de esta ponencia:

4. Libros de derecho, legislación, política y filosofía Treinta y seis son los libros referidos al derecho castellano o indiano (civil o penal) y canónico, así como de legislación metropolitana pata los territorios americanos. En estas temáticas destacan, entre otras, obras como Instituciones del Derecho Real de Castilla por Manuel Asoi, Política de Corregidores de Francisco de Bobadilla, Derecho de Gente, Recopilación de las Leyes de Indias, Derecho Real castellano de Juan Salas, Recursos de Fuerza por Covarrubias, Las Siete Partidas de Alfonso X El Sabio, Curia Philipica de Hevia Bolaños, Política Indiana de Juan de Solórzano y Pereira, Recopilación de Castilla y el Diccionario Jurídico de Escriche. En lo que a Venezuela se refiere, en materia de documentos impresos y legislación nacional, se localizan en el inventario el Acta de la Independencia, Constitución y Leyes de Venezuela de 1830 a 1844 y Colección de Leyes de Colombia. En cuanto a libros sobre política encontramos El Triunfo de la Libertad contra el Despotismo de Juan Germán Roscio, Cartas persianas, Curso de Política de la Europa, Disensos sobre la Desigualdad y el Contrato Social de Rousseau, Práctica de las Asambleas y Sofisma Político por Betham. En lo que respecta a filosofía: Extracto de Lecciones Filosóficas por Valera, Amenidades Filosóficas, Filosofía por Voltaire y Vida de los Filósofos por Fenelon.

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5. Libros de religión, historia eclesiástica, moral y enseñanza El tema eclesiástico no podía faltar en la biblioteca de este universitario, quien había sido estudiante y catedrático del Colegio Seminario y vivía en una ciudad en la que la religión católica tenía mucha influencia. Se identifican libros tanto de carácter teológico y canónico como de historia de la Iglesia. Por ejemplo, Origen del Culto por Dupín, Diario de Santa Elena, La Tolerancia Religiosa, Memoria para la Historia Eclesiástica, Ensayo Histórico sobre el Poder de los Papas, Declaración de la Doctrina Cristiana por García Maso, Instituciones Canónicas por Sélvagio e Instituciones Canónicas por Devoti. Los libros sobre moral y enseñanza ocupan un lugar importante en la biblioteca de Chipía, localizándose los siguientes textos: El Instructor, La Familia Benéfica, La Mujer Modesta, Lecciones de Moral y Urbanidad por Villanueva, Catecismo de Moral y Urbanidad, Iluminador Universal, El Amigo de los Niños y Respuestas Morales.

6. Libros de historia de Europa, América, Venezuela y otros temas Sobre la historia de Europa, América y Venezuela, Agustín Chipía poseía, entre muchos otros, El Rey Patriota, Catecismo de la Historia de Grecia, biografía de Numa Pompilio, Historia de Roma por Contrellón y Roville, Páginas de Oro por Walter Doblin sobre la vida de Napoleón, Los Incas de Marmotell, El Congreso de Panamá, Documentos para la Vida Pública del Libertador, y la Historia de la Conquista de Venezuela de Oviedo y Baños. Complementan esos temas un número apreciable de libros de gramática castellana y francesa, diccionarios del español, francés e inglés; junto a obras de literatura, economía, medicina, matemáticas y cocina. Como señalamos, existe un número importante de títulos y autores sobre los que todavía investigamos para identificar de manera completa, lo cual esperamos concluir para una futura publicación de esta ponencia.

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7. Consideraciones finales: leyenda negra vs. leyenda dorada Los estudios referidos a la educación, libros y bibliotecas existentes durante la dominación colonial española contradicen la vieja tesis de la llamada leyenda negra que insistió, entre otras cosas, en la idea de que España había impedido un desarrollo cultural en sus posesiones de América. Tesis que tuvo su punto de partida desde las guerras de independencia, cuando se insistió como uno de los argumentos para justificar la emancipación, por cuanto, supuestamente, la metrópoli española mantuvo a sus colonias americanas en el aislamiento y atraso culturales para un mejor sometimiento de sus habitantes.13 Niegan esa tesis la fundación de universidades, escuelas, colegios seminarios, la traída de libros y bibliotecas por parte de funcionarios y eclesiásticos, así como el interés de varios miembros de las élites coloniales por la adquisición de obras de lectura, sin que ello signifique hacer una concesión al sistema de dominación, explotación y control instaurado de diversas maneras hacia los distintos sectores de la sociedad conformada por indígenas, blancos criollos y peninsulares, mestizos, negros esclavos y la más variada gama de gentes de color. Por otro lado, en ningún momento la realidad cultural que hemos expuesto debe considerarse como una contribución y respaldo a la denominada leyenda dorada, porque ésta también ha exagerado en un supuesto proceso civilizatorio que desconoció y, en muchos casos, destruyó buena parte del pensamiento de las ancestrales culturas que habitaban en lo que andando el tiempo se denominaría continente americano, teniendo como referencia inicial ideológica 13

Al respecto remitimos a estas obras: Julián Juderías, La Leyenda Negra. (Primera Edición de 1914). Salamanca, Junta de Castilla y León, 2003; Rómulo Carbia D.: Historia de la leyenda negra hispano-americana (Primera edición 1943). Madrid, Marcial Pons Historia, 2004; Sverker Arnoldsson: La Leyenda Negra. Estudios sobre sus orígenes. Gotemburgo, Göteborgs Universitets Arsskrift, 1960; Ricardo García Cárcel y Lourdes Mateo Bretos: La leyenda negra. Madrid, Altamira, 1990; Miguel Molina Martínez: La leyenda negra. Madrid: Nerea, 1991; Ricardo García Cárcel, Ricardo: La leyenda negra. Barcelona, Altaya, 1997; Alfredo Alvar: La leyenda negra. Madrid, Akal, 1997; José Antonio Vaca de Osma: El Imperio y la leyenda negra. Madrid, Rialp, 2004. Luis Español Bouché: Leyendas Negras: vida y obra de Julián Juderías: la leyenda negra antiamericana. Salamanca, Junta de Castilla y León, 2007; Philip Wayne Powell: La leyenda Negra. Barcelona, Áltera, 2008; Joseph Pérez: La leyenda negra. Gadir, 2009.

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la evangelización y como referencia política la conquista. No pretendemos revivir la vieja polémica historiográfica entre ambas leyendas, pues lo que nos propusimos fue evidenciar una realidad histórica que testimonia una fuente documental específica: el inventario de la biblioteca del Dr. Agustín Chipía Landaeta incluido en el su testamento de 1846. La existencia de las referidas bibliotecas en la ciudad de Mérida, tanto institucionales como de particulares, desde el siglo XVII hasta la culminación del proceso emancipador, con incidencia cultural-educativa a lo largo del siglo XIX y hasta el presente, nos permite enfrentar aquella leyenda negra que insistía en que la monarquía española mantuvo en una ignorancia total a la sociedad colonial merideña. Esto es aplicable a las masas, a los desposeídos (indígenas, negros esclavos y demás gentes de color), con la excepciones del caso; más no así en lo que respecta a ciertos sectores medios y a la élite de aquella ciudad andina, cuyos hijos tuvieron oportunidad de ingresar a aquellos institutos eclesiásticos (Colegio de los Jesuitas y Seminario de San Buenaventura, desde 1628 y 1785, respectivamente) y a la Universidad a partir de 1810; así como de las posibilidades que tuvieron esos miembros de dicha sociedad de adquirir y leer libros de la más variada naturaleza. Ello no significa hacer una concesión al sistema de dominación y explotación de la monarquía española en el territorio merideño a la sociedad indígena, esclava, criolla y mestiza que se fue conformando desde 1558. Tampoco hemos pretendido insertar nuestras apreciaciones de este hecho cultural, la existencia de importantes bibliotecas en la ciudad de Mérida, en el contexto de la llamada leyenda dorada, pues está evidenciado que las mismas pertenecieron a centros educativos dirigidos, fundamentalmente, a la élite merideña, así como a encumbradas familias y profesionales universitarios que pudieron adquirir o heredar libros, como fue el caso del Dr. Agustín del Carmen Chipía Landaeta.

INVENTARIO DE LA BIBLIOTECA DEL DR. AGUSTÍN DEL CARMEN CHIPÍA LANDAETA Libros de derecho y legislación Librería de Jueces. Práctica Criminal.

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Tratado de Legislador por Bethan. Contrato Marítimo por Farga. Teoría de las Penas por Benthan. Ciencia de la Legislación por Filangieri. Ordenanzas de Bilbao. Comentarios del Espíritu de las Leyes. Comentarios sobre Filangieri. Instituciones del Derecho Real de Castilla por Asoi Manuel. Práctica Criminal por Alvarez. Ecriché en media con las cita de las leyes. Política de Bobadilla. Alfabeto Canónico y Civil de Castejón. Consulta Jurídicas por Juan Paz. Derecho Político por Macarel. De Jure Canónico. Derecho de Gente. Derecho Natural por Burlamaquí. Delitos y Penas por Becaría. Derecho Romano en Castellano. La Recopilación de Indias. El Derecho Real por Juan Salas. Recursos de Fuerzas por Cobarrubias. Las Siete Partidas. El Compendio de Leyes. Observaciones Canónicas por Cobarrubias. Curia Filipica. Nueva Recopilación de los Autos Acordados. Política Indiana. Recopilaciones varias por Gómez. Leyes Taurín por Gómez. La Recopilación de Castilla. Derecho Canónico. Paz Práctica Eclesiástica y Civil. Tratado de los Derechos y Acciones. Campomanes Regalía de España.

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Libros de gramática castellana, diccionarios e idiomas Gramática de Araujo. Compendio de la Gramática por Salvát. Gramática Inglesa por Manuel Torres. Gramática Castellana por Quírós. Diccionario Español Francés por Cormo. Gramática por Iriarte. Ortografía de la Lengua Española. Diccionario Portátil Francés Inglés. Gramática de Salas. Elementos de la Lengua Española. Diccionario Francés por Núñez. Gramática de la Lengua Española. Diccionario de la Lengua Castellana. Diccionario Militarer Inglés. El Diccionario de Gatel Español y Francés. Gramática Francesa por Chautreau. Libros de política Manual Político. El Triunfo de la Libertad por Roscio. Cartas Persianas. Curso de Política por Constant. Revista Política de la Europa. Disensos sobre la Desigualdad por Rousseau. Contrato Social por Rousseau. Ciencia de la Guerra (en inglés). Práctica de las Asambleas por Vetan. Sofisma Político por Vetan. Libros de religión e historia eclesiástica Origen del Culto por Dupin. Catecismo de 1 cuadernillos. El Diario de Santa Elena. La Tolerancia Religiosa.

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Memoria para la Historia Eclesiástica. Ensayo Histórico Sobre el Poder de los Papas. Declaración de la Doctrina Cristiana por García Maso. Instituciones Canónicas por Sélvagio. Instituciones Canónicas por Devoti. Libros de filosofía Extracto de Lecciones Filosóficas por Valera. Amenidades Filosóficas. Filosofía por Voltaire. Vida de los Filósofos por Fenelón. Libros de literatura Principios Filosóficos de Literatura. El Epicúreo (novela de Moré). Evelina novelita. El Sepulcro novela a la rústica, 4 reales. Libros de historia Europa El Rey Patriota. Catecismo de la Historia de Grecia. Numa Pompilio. Historia Romana por Castrellon y Roville. América Congreso de Panamá. El Segundo tomo de Colón. Páginas de Oro por Doblin Walter sobre la Vida de Napoleón. Los Inca Por Marmotell. Las Casas, Obispo de Chiapas.

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Venezuela Los Documentos de la Vida Pública del Libertador. Historia de la Conquista de Venezuela por Oviedo. Documentos y legislación venezolana El Acta de la Independencia. Constitución y Leyes de Venezuela de 1830 y 1844. La Constitución de Venezuela. Decreto del Gobierno de Venezuela. Leyes de Colombia. Colección de Leyes de Colombia. Libros de moral y enseñanza El Instructor. La Familia Benéfica. La Mujer Modesta. Lecciones de Moral y Urbanidad por Villanueva. Catecismo de Moral y Urbanidad. Iluminador Universal. El amigo de los Niños. Respuestas Morales. Economía y matemáticas Teneduría de Libros. Economía Política por Say. Economía Política por Tracy. Ley Agraria por Jovellanos. El primer tomo de Matemáticas por Vails. Elementos de Esencia Administración por Florentino González. Campomanes Regalía de Amortización. Música y cocina El Arte de la Cocina.

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Un cuaderno de Música de Guitarra. Gastronomía por Berchon. Medicina Medicina Doméstica por Buchar. Medicina Práctica de Nisthem. Otros libros no identificados Colección de Muestras por Toneratos. El Pensador Matritense. Siete cuadernos del Repertorio. Embriología Sagrada por Cangramilia. Poética de Luzar. Oscar y Amanda. La Cabaña Indiana. Práctica Universal Florense por Lísandro. Librería de Escribanos. Laguna Sangrienta. Clave Universal por Calma. Viajes de Antenor. Ramillete de Divina Flores. Nuevo Robinson. Poema de la Opinión por Camino. Arte de Estilar. Gradies ad Parnassum. Oraciones Selectes por Cicerón. Colecciones Selectas Latinas. El Sitio de la Rochela. Primeros Conocimientos. Al Camino de Imprenta. Elementos de Lógicas a la antigua enseñanza de Caracas. Jornadas Divertidas por Madame Gómez. Tío Tomás. Recreos de Eugenia.

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Carlos y Fany. Clavel Historial por Flores. Teneduría de Libros por Degranye. Un tomo por El Conde de la Cañada. Colón; Juzgados Militares. Enciclopedia por Francois Pages. Gasofelación de la Administración del Reino del Perú.

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LA POBLACIÓN MORISCA ARAGONESA: INMIGRACIÓN, CRECIMIENTO Y DIÁSPORA The aragonese moorish population: immigration, growth and diaspora Francisco José Alfaro Pérez

Historiador. Profesor del Departamento de Historia Moderna y Contemporánea, Universidad de Zaragoza (España), Iº Premio Dragón de Aragón de investigación (2002). E.mail: fjalfaro unizar.es

Recibido: 18/10/2013. Aprobado: 03/11/2013. Resumen: Las investigaciones realizadas sobre la población morisca de Aragón (España) no han logrado explicar la razón del gran crecimiento demográfico de esta minoría entre los años 1495 y 1611, un crecimiento muy superior al seguido por el resto de la población. En este estudio, parece demostrarse como una de las principales causas de tal evolución fue debida a la llegada de moriscos procedentes de otros puntos de la Península Ibérica en los que la presión de la Monarquía Hispánica y del clero fue superior a Aragón, reino amparado y protegido ―en alguna medida― por su legislación foral. Palabras clave: Moriscos, migraciones, represión, éxodo. Abstract: The researchs on the false Christians population of Aragon (Spain) have failed to explain the reason for the tremendous growth of this minority population between the years 1495 and 1611, well above growth followed by the rest of the population. In this study, seems to be demonstrated as a major reason for this increase was due to the arrival of false Christians from other

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parts of the Iberian Peninsula in which the pressure of the Spanish monarchy and the clergy was above Aragon kingdom covered and protected ―to some extent― by statutory legislation. Key words: false Christians, immigration, repression, exodus.

Introito Las abundantes investigaciones practicadas sobre la población morisca española, y en particular sobre la aragonesa, pese a sus sobresalientes aportaciones, no han logrado disipar aun ciertas dudas o cuestiones que precisan mayor grado de conocimiento. En ocasiones el silencio documental irresoluble ―quien no dejó rastro “no existió”―; y en otras, la existencia todavía, por que no, de vías analíticas inexploradas, nos han condicionado a la hora de percibir la realidad histórica de estos falsos conversos. Por lo tanto, la pretensión de este estudio no puede ser otra que la de alertar sobre la existencia de algunas líneas de investigación cuyo desarrollo ha sido hasta la fecha deficiente, así como la de ofrecer unas primeras pautas, con certeza revisables, que puedan ayudar a profundizar en su conocimiento. Consecuentemente, no es éste el momento de ofrecer grandes teorías ni “pequeños” ejercicios de erudición sino, más bien, simplemente, el de trazar una nueva perspectiva analítica que permita al estudioso tener mayor riqueza panorámica sobre el devenir de la población morisca aragonesa en sus últimos ciento cincuenta años de existencia.

1. Una incógnita para la historiografía Repitiendo lo ya escrito por otros autores, la población morisca aragonesa ―como la del resto de España― surgió en tiempos de Carlos I, tras los bautismos obligatorios de los mudéjares aragoneses en los años veinte del siglo XVI, una vez se dio por extinguido el conflicto comunero. De la comparación de los datos ofrecidos en el fogaje del reino de Aragón del año 1495 con los del censo ordenado por el virrey en 1610, conocido como censo del marqués de Aytona, se desprende que la población morisca aragonesa (en el primero mudejar y en el segundo ya propiamente morisca) se había

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multiplicado cuantiosamente en ese periodo intercensal de poco más de un siglo. Evolución que no coincide con la seguida por la población cristiana en el mismo periodo. Esto es, los moriscos pasaron de los 5.684 vecinos (“fuegos”) de fines del tiempo de los Reyes Católicos (lo que suponía entorno al 11% de la población total aragonesa), nada menos que a 14.286 fuegos con Felipe III (casi el 20% de la población). Dudas procedimentales, mayor o menor ocultación en uno u otro recuento en función de las gentes de una u otra profesión religiosa, distintos comportamientos demográficos (reproductivos) entre moros y cristianos, etc. son algunas de las respuestas o hipótesis lanzadas ―y no sin motivo― por investigadores que han pretendido explicar un proceso evolutivo tan dispar. En cualquier caso, aun asumiendo que todas ellas pudieran darse en alguna medida, no cabe duda de que el factor migratorio debió repercutir positivamente entre la población morisca aragonesa. De no haber sido así, la natalidad natural debería haberse visto acompañada de un notable descenso de la mortalidad (especialmente de la infantil) hasta alcanzar unos niveles increíbles. Parece más lógico suponer que, aunque el saldo vegetativo pudiera haber sido netamente positivo (en el mejor de los casos), para mantener semejante crecimiento, en la peor de las situaciones el balance migratorio debería haber sido igualmente favorable. Pero descendamos del mundo teórico al real. Parte de la solución a este enigma ha sido esbozada por el profesor Colás Latorre (2009) cuando apunta a modo de hipótesis, entre otras causas y con gran cautela, la posibilidad de que Aragón fuera un centro de atracción para la población morisca de otros lugares: El crecimiento también pudo verse favorecido por la llegada, en el momento de su bautismo, de mudéjares castellanos, navarros y granadinos tras su deportación a fines de 1569 pero hasta hoy ningún testimonio avala esta hipótesis, aunque no por eso debe ser desechada. ―Déficit testimonial al que trataremos de contribuir a su erradicación―. (pp. 183-184).

De manera más contundente, dicho investigador considera insignificante el volumen de moriscos aragoneses emigrados fuera del reino en ese mismo periodo: “La emigración, que se ha considerado como una constante del comportamiento morisco, apenas se dejó sentir en Aragón”. (p. 184).

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Luego, aun sin olvidarnos nunca de la existencia de migraciones aragonesas internas y otros reajustes y factores, como parece querer indicar Colás Latorres (2009), el saldo migratorio final de la población morisca debió ser positivo en Aragón entre los años 1495 y 1610. Cuantificarlo es muy complicado -con precisión prácticamente imposible-, pero constatarlo y aun cualificarlo y acotarlo cronológicamente sí como veremos seguidamente.

2. Aragón foral refugio de moriscos Si dejamos a un lado momentos coyunturales, sobre los que hace especial hincapié Lapeyre (1959), lo cierto es que de la documentación se desprende la sensación de que durante mucho tiempo los moriscos disfrutaron de una notable libertad para moverse. Durante este periodo, los datos entresacados, todavía escasos, muestran un ir y venir motivado por necesidades económicas o personales y por cualquier otro tipo de voluntades sin coacción. Situación que parece cambiar de manera radical a partir del año 1570 con las primeras deportaciones. Moreno (2009) acierta al precisar que la presión de las autoridades castellanas hacia esta minoría en las últimas décadas del siglo XVI generó “continuas desbandadas de moriscos hacia Aragón y la consiguiente preocupación de las autoridades locales”, tal y como se recoge en el siguiente testimonio (Carta, 1576): Unos están en Gotor. El ollero Juan Lancero y Leonor Ballestero murieron en Torrellas. Se ha apresado a la viuda del platero Juan Ruiz. Todos los moriscos están muy recelosos y andan en Torrellas, y de allí para acá como escondidos, desde que saben que los oficiales del Santo oficio están en Aguilar ―del río Alhama― vendiendo los bienes confiscados.

La coexistencia del régimen foral aragonés, en especial con anterioridad a los acontecimientos de 1591, y de una serie de redes parentelares moriscas a uno y otro lado de la frontera, pudo favorecer que numerosos moriscos castellanos terminaran recalando en Aragón buscando amparo. Camino andado poco después por el célebre Antonio Pérez. Y allí lo hallaron hasta el

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decreto de expulsión, o bautismo, y su aplicación entorno al año 1611. Por lo tanto, no debe extrañar que una de las puertas de entrada fuera precisamente la localidad moncaína de Torrellas ya que a su situación estratégica ―junto a la aduana general del reino con Castilla― se sumaba que, hacia 1575, “(…) de cuatro partes, tres y media por lo menos” eran musulmanes que durante el Ramadán “(…) cenan pronto e salen a las puertas a olgarse e a parlar e después de puesto el sol todos están dentro de sus casas”, tal y como confirmara Gabriel Gualid, uno de ellos. Vecino de Torrellas, Gualid fue reconciliado por la Suprema de Logroño, en 1575, tras haber sido detenido en Corella (Navarra) mientras negociaba. De oficio prestamista y usurero, menester atribuido tradicionalmente a otra minoría expulsada en 1492, tras ser apresado declaraba públicamente que “Dios no tiene madre, y que Jesucrito no era hijo de Dios, sino un hombre muy querido suyo” (Archivo Histórico Nacional, Inquisición, Libro 787, ff. 444-445; 1575). Es más, hasta por lo menos mediados del siglo XVI, la población morisca del valle del Ebro no debió tener mayores cortapisas para desplazarse de un lado a otro, como se demuestra en el ejemplo de“(…) Cathelina Montero ― alias la Decana o la Romana― es una de las mayores moras que ha salido de Aguilar ―del río Alhama― y como tal a andado vagando por todo el reyno de Aragón y el de Valencia (…)” (AHN, Inquisición, Libro 790, ff. 42-42v). Montero estaba casada con Alonso Alexandre, quienes, tras acogerse al edicto de gracia de 1574 ―y una posterior reclamación a Roma―, en 1577, lograron que les fueran restituidos todos los bienes que les habían sido confiscados por mahometanos (Solicitud, 1574). A finales de la centuria el clima se volvió irrespirable para los falsos conversos, más en la Castilla vecina que en un Aragón que, poco a poco, también dejó de ser aquel Edén de los desamparados ―más tras 1591―. Este cambio no significó de manera alguna que ciertas poblaciones aragonesas dejaran de recibir población morisca. Así, por ejemplo, Isabel Montero, vecina de Aguilar del río Alhama (La Rioja) y viuda de Gaspar de Fee, tras padecer un auto de fe en 1588, en Logroño, huyó a Tórtoles donde vivía y negociaba con sus bienes el año 1599. Seguramente en menor medida, otro tanto sucedió en Navarra donde continuaron exiliándose castellanos con la esperanza de ser protegidos por su régimen foral. Serían los casos, por citar alguno, de Juan

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del Infante avecindado en Fitero (Archivo Histórico Provincial de La Rioja, Protocolos, Cervera del río Alhama, legs. 5800, 5822 y 5787; pp. 142 y 143), o de Lope de Arcos, natural de Cervera del río Alhama (La Rioja) que hizo lo mismo en Monteagudo (AHN, Inquisición, Lib 833, f. 188). La presión fue in crescendo hasta la ruptura definitiva.

3. Emigración “obligatorio”

“voluntaria”

previa

al

éxodo

La mayor parte de las noticias que se conocen, sobre moriscos aragoneses fuera del reino, con anterioridad a las dos últimas décadas del siglo XVI obedecen a casos anecdóticos o, mejor dicho, cotidianos. Coincidiendo con lo observado para la inmigración, los movimientos parecen no estar programados o mediatizados por causas políticas ni religiosas, sino por el natural devenir de sus quehaceres. Y así los encontramos cuando comenzó a incrementarse la presión sobre ellos. Serían los casos, entre otros muchos, de Jerónimo del Castillo, natural de Tórtoles, que fue detenido en Inestrillas (La Rioja), en 1573, mientras hacía su vida; Gabriel Ballestero, herrero de Torrellas casado con Ana Pariente, de Ambel, que en 1574 a sus 48 años era detenido en su pueblo y trasladado forzosamente a Ólvega (Soria); su hermano Francisco que siguió el mismo camino; Antón Blázquez, albardero de Ariza residente en Aguilar del río Alhama (La Rioja) al que delató su circuncisión; o Gracia de Albotea, morisca de Sobradiel avecindada en Buñuel (Navarra), la cual declaraba que desde los diez años su madre la había enseñado a ayunar, comer carne los viernes y sábados, así como a degollar aves y carneros. Durante ese periodo, si atendemos al comportamiento demográfico general (Salas, 2006), posiblemente el saldo migratorio con otras regiones próximas debió estar bastante equilibrado, máxime si ha de descartarse la influencia de los focos urbanos sobre una población morisca de vocación básicamente rural. Sin embargo, a partir de la década de los años setenta la situación cambió radicalmente, comenzando a fraguarse en algunos miembros de la comunidad aragonesa la idea de salir del país. A finales del año 1580 la Santa Inquisición incoó causa contra Juan de Castilla, joven que decía ser hijo del

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rey de Fez y de una cristiana vieja de Córcega. Bautizado tres veces en Málaga fue procesado por el tribunal de Logroño acusado de liderar una red ilegal que facilitaba la huída de moriscos aragoneses al sur de Francia (Relación, 1578). Las sospechas y pesquisas apuntaban como desde hacía unos años se sentía un incremento de movimientos de población morisca que, procedente de Aragón, se adentraba en Navarra para, acto seguido, seguir rumbo a Francia, en gran número a florón (Moreno, 2009; pág. 87 y sigs). A este respecto, el notario secreto Francisco de Paternita remitió un informe a la Suprema en la que denunciaba como Miguel de Illueca, morisco natural de Sestrica, entre otros afines, estaba trasladando a unas moriscas de Villafeliche que pretendían reunirse con sus esposos en la citada ciudad de Olorón a través de los pasos por Sangüesa, donde les esperaba como guía Miguel de Liñán (morisco natural de Morata de Jalón). Tras ser detenidas se les decomisó libros escritos en arábigo y otros papeles inculpatorios. La red, al parecer, estaba orquestada por personas discretas, con fuero militar, en servicios de confianza, etc. Sería el caso de su cabecilla, el mencionado Juan de Castilla, que prestaba sus servicios como soldado en el acuartelamiento de Pamplona. En su obra, Moreno Ramírez de Arellano confirma como la población morisca estaba bien implantada en las tierras que en la actualidad integran La Rioja y parte de Soria ―desde Haro a Ágreda y Alfaro― (Cantera, 1994). Además, describe como cerrado el puerto de Somport por controles, los moriscos aragoneses, junto a castellanos y navarros, tomaron la decisión de entrar en Navarra, saltar el Ebro por la barca de Valtierra hasta llegar a Tafalla, donde vivían algunos, y de ahí bien seguir el camino más directo a Francia, por Pamplona, o encaminarse hacia los escarpados pasos del pirineo oriental navarro (pág. 129). Tras la expulsión masiva de 1611, oficialmente, los moriscos abandonaron el suelo español. Aquellos que optaron por el éxodo dejaron atrás a otros hermanos de fe que decidieron quedarse, en ocasiones porque valoraron en mayor estima sus vidas o sus bienes que a su religión, en otras porque encontraron el apoyo de sus convecinos cristianos viejos (Poder, 1609). En cualquier caso, y por si pudiera haber equivoco, al Libro Verde de Zaragoza (1574), le secundaron las mantas de la Redonda de Logroño y de la catedral de Tudela. En esta última, redactada en 1610, se explicaba que la misma

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había sido colocada “(…) para que la limpieza se conociese en la ciudad y otras partes, y se sepa distinguir los que descienden de tales”. A la persecución física sucedió de esta forma el estigma psicológico, lo que no impidió que periódicamente continuaron apareciendo noticias de moriscos o musulmanes salidos quien sabe de donde (Alfaro, 2001; Domínguez y Vicente, 1979). De entre los nombres en ella contenidos numerosos poseían apellidos de origen toponímico aragonés como eran: Agramonte, Épila, Luna, Magallón, Novillas, Rivas, etc. (Clavería, 1992). La expulsión definitiva, total o muy sustancial, desencadenó un nuevo efecto de atracción-expulsión cuya repercusión no sólo se limitó a comarcas enteras de Aragón, sino a otros lugares, más o menos, cercanos que arrastrarían sus consecuencias durante largo tiempo (ver mapa de la siguiente página).

4. Rápido crecimiento demográfico, expulsión y reacciones push and pull encadenadas Hasta la fecha no se tienen noticias relativas a la posible emigración forzosa de moriscos navarros a Aragón tras su bautismo obligatorio del año 1516, siendo escasas las referentes al proceso de conversión del que conocemos con cierto detalle el caso de los conversos de Valtierra (Alfaro, 2006). En cuanto a los moriscos de la Castilla inmediata su evolución ha sido ya planteada; desconociéndose con certeza cual fue la relación migratoria con los de Valencia y de Cataluña ―que se antoja debió existir necesariamente en algún grado―. A través de documentación directa e indirecta, al parecer, todo indica que existió una relación fluida entre los moriscos de uno y otro lado de la muga de ambos reinos pirenaicos, tanto del navarro como del aragonés, así como con los de la Soria riojana, ya que por sus parajes transitaban sin limitación alguna a mediados del siglo XVI. A este respecto, es ilustrativa la carta enviada por la ciudad de Tudela, el 24 de febrero de 1564, al Consejo Real de Navarra solicitando permiso para cerrar las fronteras con Aragón para prevenir el contagio que podría provocar el continuo movimiento de los moriscos navarros, pues a pesar de haberse cerrado el puente del Ebro: (…) los mulateros, moriscos y azuteros (…) que van y vienen cada día a Zaragoza con sus mercaderías y vuelven a esta ciudad y otros

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FRANCIA

NAVARRA

CASTILLA

VALENCIA Flujos migratorios de la población morisca aragonesa a finales del siglo XVI

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pueblos de este Reyno con cargas (…), al estar el puente cerrado se van por Arguedas y Fustiñana a la barca de Novillas y por ahí ―van— y vuelven. (Carta, 1564)

De este documento pueden desprenderse algunas cuestiones interesantes. A través de él parece constatarse la existencia de moriscos navarros en esas fechas, al igual que la libertad con la que dicha minoría deambulaba por los reinos de Navarra y de Aragón, así como del hecho de que también participaban en actividades económicas como el comercio (y el préstamo). Por ello, no parece descabellado pensar que, ante la ausencia de una presión asfixiante, la inmigración de moriscos en Aragón pudo concentrarse o acentuarse en momentos puntuales y agudos contenidos durante las últimas décadas del siglo XVI y primeros años del XVII, a partir de 1570 cuando la persecución ejercida sobre ellos subió de nivel. Hecho que parece coincidir con el comportamiento seguido por los moriscos castellanos del otro lado del Moncayo y su proceso de exilio en Aragón. Todo ello pudo motivar, posiblemente, un crecimiento exponencial de la población morisca aragonesa muy rápida, concentrada, tardía y basada principalmente en un componente migratorio que vino a sumarse a una nutrida y articulada población preexistente. Dicho de otro modo, las coyunturas político-religiosas propició o incrementó un flujo migratorio morisco orientado hacia Aragón como lugar de acogida. Debió al mismo, la población morisca aragonesa experimentó un auténtico boom tras el año 1570, incremento que, consecuentemente, fue reflejado en el censo de Aytona y que explicaría el crecimiento demográfico intercensal de esta minoría sin tener que recurrir a hipótesis forzadas. La expulsión definitiva de los moriscos aragoneses a comienzos del siglo XVII provocó un vacío poblacional que repercutiría no sólo en los lugares donde residían sino también en otros más alejados. Igualmente, aunque la gran convulsión apenas duró unas semanas, sus consecuencias se dilatarían en el tiempo desencadenando reacciones de atracción-expulsión primarias y secundarias que, cual honda en el agua, perdían intensidad conforme se alejaban de las poblaciones donde hubo asentados moriscos y en el tiempo (Ainaga, 1989). Sería el caso de la ciudad navarra de Tudela que en junio de 1639, veinte años más tarde, escribía al Virrey de Navarra las siguientes palabras: (…) se ha hallado estar la mitad del lugar ―de Tudela― las casas caydas y cerradas (…) pues sabemos que hay lugares, de los que dejaron

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los moriscos despoblados en Aragón, poblados de solo vecinos de esta ciudad. (Archivo General de Navarra, Secc. Guerra, Leg. 3, Carp. 73)

Hablar de cifras o de porcentajes es prácticamente imposible. Como se ha indicado al inicio de este trabajo, en la historia de los moriscos siempre estará presente el riesgo de suponer que si no hay documentos no se dieron o, al contrario, de caer en la tentación de rellenar arbitrariamente unos silencios inescrutables. Pese a todo, y siendo conscientes de que la evolución rara vez es lineal y continua, así como de que esta línea analítica tiene aun un largo recorrido –lo que incrementa las posibilidades de cometer imprecisiones-, según los datos que hoy constan en nuestro poder, parece desprenderse que a fines del siglo XVI y comienzos del XVII, entre los años 1570 y 1605, aproximadamente, Aragón se convirtió en un lugar de acogida. El tamaño del flujo, el volumen y su intensidad quizás no puedan precisarse nunca, pero su existencia fue cierta y su relación e influencia en la evolución demográfica segura a pesar de existir también otros factores que han de tenerse en cuenta. Como ha podido constatarse a lo largo de estas breves líneas, quizás la única conclusión evidente que puede entresacarse sea la constatación de que las cuantiosas investigaciones existentes sobre la materia, tanto modernas como clásicas, no han cerrado todavía la totalidad de los flancos que el conocimiento histórico requiere sobre la cuestión morisca. Éste es un ejemplo.

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RESEÑA DE UNA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN EN EL CENTRO DE INVESTIGACIONES HISTÓRICAS MARIO BRICEÑO IRAGORRY Review of a line of research at the Center for historical research Mario Briceño Iragorry Domingo Irwin

Historiador. Doctor en historia summa cum laude egresado de la Universidad Católica Andrés Bello. Profesor titular jubilado del Instituto Pedagógico de Caracas - Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Miembro del Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”. E-mail: dirwin@cantv.net

Recibido: 03/03/2014. Aprobado: 14/05/2014. Resumen: La intención de este corto ensayo es ofrecer una breve crónica de la creación y desenvolvimiento de una Línea de Investigación en el Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” del Instituto Pedagógico de Caracas: Relaciones Civiles-Militares en Venezuela. Palabras clave: Líneas de Investigación, Centro de Investigaciones Históricas del IPC, Investigación y enseñanza en el IPC. Abstract: The intention of this short essay is to present a brief chronicle on the creation and evolution of research activities related to the study of civil-military relations in Venezuela, at the Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” in the IPC. Key words: Research activities, Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”, research and teaching in the IPC.

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1. La tradición de la investigación histórica heredada del Instituto Pedagógico Nacional Desde su fundación el antiguo IPN, es decir, Instituto Pedagógico Nacional, desarrolló una actividad de investigación en varios campos del saber. Eran iniciativas de los docentes de los distintos Departamentos que componían la institución. En el caso del Departamento de Geografía e Historia, los aportes son numerosos, contaron con la obra desarrollada por figuras de la talla de don Pablo Vila y para mencionar un egresado del IPN en sus primigenias promociones, el profesor Acosta Rodríguez. El primero, figura destacada en los estudios geográficos modernos en Venezuela, el segundo fue un investigador y docente de larga y fructífera trayectoria en el campo de la historia venezolana y su enseñanza. Las investigaciones en buena parte eran el resultado de una motivación personal. Los resultados de sus pesquisas se publicaban, en la mayoría de los casos, en editoriales ajenas a la institución; aunque los insumos así producidos tenían genuino valor para las actividades educativas en el Departamento de Geografía e Historia, así como el conocimiento de la historia venezolana en los lectores de sus textos en el resto de la sociedad. La docencia e investigación se encontraban bien articuladas desde estas primeras promociones. Partían de una condición vital, existencial, necesaria para quienes se dedicaban a esas lides. Mencionarlos a todos sería ofrecer una lista, un tanto extensa, de genuinos educadores e investigadores universitarios. Por ello, solo resaltaremos algunos ejemplos que bien ilustran la idea que venimos desarrollando. Algunos egresados del IPN alcanzan renombre como investigadores consagrados fuera de los muros de la augusta edificación de la Avenida Páez del Paraíso, como fue el caso del Dr. Guillermo Morón en la Academia Nacional de la Historia (ANH). Otros comparten sus labores docentes y de pesquisa con la actividad política militante, como fue el caso del Dr. Rubén Carpio Castillo; unos centran su actividad en la labor educativa y creadora desde las instalaciones del IPN, como el profesor Ramón Tovar López. El antiguo IPN pasa a ser con los años, fruto de reorganizaciones internas, el IUPC, es decir, Instituto Universitario Pedagógico de Caracas y al crearse la UPEL,

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Universidad Pedagógica Experimental Libertador, será el actual Instituto Pedagógico de Caracas o IPC. La constante en el Departamento de Geografía e Historia es la articulación efectiva de la actividad docente, con la creación de material de valía para la enseñanza y el conocimiento de la geografía y la historia venezolana. Esa fue la herencia académica que recibimos los egresados de ese Departamento, en las promociones de la décadas de 1960 y 1970.

2. Cómo se conformó la Línea de Investigación Relaciones Civiles-Militares en Venezuela La actividad educativa universitaria en el campo de la historia de Venezuela, estimula la actividad de investigación. Institucionalmente esta condición se ve favorecida por los Trabajos de Ascenso, para acceder a la escala inmediata superior en el escalafón de profesor ordinario. Los indispensables estudios sistemáticos a nivel de maestría y doctorado, son otro aspecto que impulsa la pesquisa histórica. Los colegas de la Cátedra de Historia de Venezuela contábamos con el ejemplo vivo del Dr. Virgilio Tosta, destacado historiador y miembro de la ANH, docente por décadas en el Departamento de Geografía e Historia y con una valiosa, numerosa y reconocida obra escrita. El origen de la Línea de Investigación de la cual presentamos una crónica básica, parte de unos Trabajos de Ascenso e investigaciones sobre el caudillismo y el pretorianismo en la Venezuela del siglo XIX. Su primer producto aparece publicado en 1985 en la revista del Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” Tiempo y Espacio (N° 4, Caracas IUPC, pp.71-86) como un artículo con el título de: Reflexiones sobre el caudillismo y el pretorianismo. Siguieron otros artículos como el publicado en el Boletín de la ANH (1988, N° 284, Caracas, pp. 1019-1034) bajo el título de Unas definiciones de caudillos y caudillismo. Ambos relacionados con el avanzar en el desarrollo de una tesis doctoral en historia en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), concluida en 1989 y defendida con éxito. Otros artículos publicados, fueron no menos de seis, además de los arriba mencionados, editados en: Tiempo y Espacio (1989, N° 12, pp. 19-24); Tierra Firme (1990, N° 29, pp. 15-20), revista de historia y ciencias sociales; Tiempo y Espacio (1991, N° 15, pp. 21-35); Montalbán (1991, N° 19, pp.

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309-333) revista de humanidades de la UCAB; Revista de Investigación (1994, N° 40, pp. 309-333) del IPC-UPEL y el Anuario de Estudios Bolivarianos. Bolivarium (1995, N°4, pp. 37-94) de la Universidad Simón Bolívar, USB. Para 1996 se publicó el libro, por iniciativa y recursos personales de quien teclea estas cuartillas: Relaciones Civiles-Militares en Venezuela, 1830-1910, impreso en Caracas por Litobrit, gracias a la colaboración del profesor jubilado del Departamento de Arte, dueño de esa imprenta: Vicente Smart. La actividad de investigación se relacionaba también con labores docentes en cursos de extensión. El primero fue “Caudillos y Caudillismo Venezolano del Siglo XIX”, impartido en el Pedagógico caraqueño, del 27 de octubre al 10 de noviembre de 1987. El segundo, fue un ciclo de conferencias que llevaba por título: “El Ejército Venezolano visto a través de las Memorias de Guerra y Marina, 1830-1900”, desarrollado también en las instalaciones del Pedagógico en la Avenida Páez del Paraíso, 07-16 de noviembre de 1988. Se presentaron ponencias relacionadas con las investigaciones que se venía efectuando, tanto en Venezuela como en el exterior. Las criollas fueron en el VI Congreso Venezolano de Historia de la ANH, en Caracas, 23 - 29 de octubre de 1992 y el II Congreso de Historia Regional en el Pedagógico de Barquisimeto, 23 - 25 de septiembre de 1992. Las ponencias en el exterior se presentaron en el I Congreso Europeo de Latinoamericanistas, en la Universidad de Salamanca, España, 26-29 de junio de 1996 y XI Congreso de AHILA, Universidad de Liverpool, Reino Unido, 17 - 22 de septiembre de 1996. La Línea de Investigación se estructura “oficialmente” como tal en noviembre de 1996, ante el imperativo que emanó de la Subdirección de Investigación y Postgrado del IPC en ese entonces bajo la responsabilidad del profesor Arcangel Becerra. Se inicia así el recurrente asunto de llenar las planillas dónde se solicitaba información sobre las investigaciones que se realizaban y sus productos comprobables. Al ser presentada en 1996 y ser la séptima línea, imaginamos, recibió el código que, eso tengo entendido, aún conserva: 97-007. Se nutre pues La línea de las investigaciones efectuadas en el desarrollo de la actividad docente, los trabajos de ascenso académico y los estudios doctorales. Una evidente e incuestionable interrelación entre docencia universitaria de pregrado, investigación y postgrado.

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3. Una síntesis del desenvolvimiento de la Línea de Relaciones Civiles-Militares en Venezuela Al organizarse oficialmente la Línea de Investigación, se facilitó el acceso a los recursos que en ese entonces ofrecía la UPEL, para las investigaciones en todas las áreas del saber que fuesen comprobadamente productivas. Esto incentivó dos cosas que son básicas en una labor de pesquisa seria: las publicaciones y la asistencia a eventos académicos internacionales. Publicaciones en las revistas de la UPEL, en las de otras universidades, y el provechoso intercambio de ideas que surge en los eventos académicos entre varios colegas con intereses de pesquisa comunes o relacionados. En el caso del estudio analítico de las relaciones civiles-militares venezolanas, resultó ciertamente favorable una invitación recibida de colegas de la Universidad de Puerto Rico para un evento que se efectuó en la Universidad de San Germán, en esa isla. Allí se intercambiaron ideas con colegas autores de obras relacionadas con nuestro tema de interés como los doctores Humberto García Muñiz, Antonio Gaztambide-Geígel y Rodríguez Beruff. Por sugerencia de García Muñiz, vía internet, leímos con cuidado la información que presentaba públicamente el Center for Hemispheric Defense Studies de la National Defense University (CHDS-NDU) de Washington, D.C. Consideramos que el curso que ofrecían de tres semanas en sus instalaciones, sería de necesario provecho para la pesquisa temática que desarrollábamos, aplicamos para la beca correspondiente y, para nuestra sorpresa, fuimos seleccionados. Era un curso de gerencia básica sobre defensa y seguridad. Teníamos acceso a la impresionante biblioteca de la NDU. Fue un estudio intensivo, nos acompañaron por Venezuela, un serio y capaz coronel de la Guardia Nacional de Venezuela y un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano. El curso era en inglés, con colegas y militares del Caribe angloparlante y un capitán de navío, de la Armada colombiana. La dirección del IPC-UPEL, en este caso bajo la responsabilidad del profesor Manuel Bravo y el Departamento de Geografía e Historia, permitieron que me ausentara por el tiempo requerido de mis actividades docentes de pregrado universitario y preparé unos recursos didácticos para suplir tal

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ausencia. Lo interesante a destacar es la eficiente interrelación, administrativa, de docencia de pregrado y de investigación en este caso concreto. Me estoy refiriendo al año de 1999. La efectiva y cierta interrelación, arriba mencionada, se expresa también en la oferta que recibo del vicerrectorado de docencia de la UPEL, en el año recién mencionado, para participar como estudiante en una maestría en Seguridad y Defensa en el Instituto de Altos Estudios la Defensa Nacional “Antonio José de Sucre” (IAEDEN). Según me informó el vicerrector de ese entonces, el Dr. Jesús Rodríguez Gómez, de manera bastante coloquial ya que estábamos caminando luego de saludarnos en el IPC, había una beca para el curso de maestría en el IAEDEN y la profesora del Pedagógico de Maracay que lo pensaba tomar, no podía hacerlo por dificultades familiares de última hora, por lo que me preguntó que sí yo estaba interesado. Casi le arranco en brazo al despedirme y darle las gracias. El asunto que me interesa subrayar es, dejando de lado lo aleatorio de la “historia chiquita” y sus eventos igualmente minúsculos y personales, es el efectivo interés de las autoridades de la UPEL, en aquel entonces, por favorecer la genuina investigación en todas las áreas del saber. Los dogmatismos administrativos sobre la actividad de investigación y lo educativo no existían dominantemente en ese entonces. Se mantenía un tradicional e histórico equilibrio entre la investigación en educación y otras áreas del saber en la UPEL. La experiencia como estudiante en el IAEDEN fue muy, pero muy provechosa, para el desarrollo de las pesquisas de la línea de investigación relaciones civiles-militares en Venezuela en el IPC. La maestría del IAEDEN era una acreditada por las instancias civiles competentes, en realidad fuimos sus egresados de la COHORTE 1999-2000, los primeros en tener esa condición cierta. En esa Institución, las mayúsculas son y fueron intencionales, aprendí lo que me ensañaron y aprehendí más. No puedo menos que darle las gracias a todo su personal directivo, docente y a los compañeros estudiantes de curso, que evito nombrar con nombre y apellido. Ellos bien saben quiénes eran y muy probablemente nunca leerán estas cuartillas. También, volviendo a lo estrictamente administrativo-docente, debe la Línea agradecer, yo particularmente, la labor superior del Dr. Omar

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Hurtado Rayugsen. Fue él, quien sin mezquindades politiqueras, ideológicas o doctrinales, en la mejor tradición universitaria del viejo IPN, IUPC o UPELIPC; desde los niveles superiores de la UPEL, nos apoyó administrativamente para poder avanzar en el financiamiento necesario para los viajes al exterior necesarios en el curso de maestría del IAEDEN. No son los dogmatismos educativos los que dominan en nuestra muy querida Institución, tampoco las posiciones personales o personalistas, menos aún, modelos copiados de otros lares, sean éstos continentales o insulares. El IPC tiene una tradición histórica que no puede dejar de ser enfatizada y debería ser conocida y reconocida por sus autoridades gerenciales. La labor de la Línea se amplió más al incorporarse dos colegas del IPC, la actual Doctora, egresada de la UCAB y profesora hasta el momento de su jubilación en el IPC, Carmen Brunilde Liendo Gómez. Destacada colega con obra escrita de valía, quien incorpora su avance doctoral dentro de la Línea de Investigación Relaciones Civiles-Militares en Venezuela. Ello obligó un cambio cronológico, nos explicamos. La Línea parte inicialmente de un estudio desde el siglo XIX, la colega Liendo Gómez desarrollaba un tema relacionado con la segunda mitad del siglo XVIII. Así, la Línea incluyó el siglo XVIII venezolano. El otro colega, a quien tuve como estudiante en pregrado, antes de ser profesor instructor en el IPC, y quien avanzaba en un proyecto de investigación en una de las maestrías en Historia que ofrecía la Universidad Central de Venezuela (UCV), se limitó a presentar propuestas de investigación de las cuales nunca ofreció resultados comprobables. Si alguna vez lo hace, con gusto, mucho gusto académico, reportaremos tal situación. Hasta el momento de escribir estas páginas, tal no ha sido el caso. Otros colegas, egresados éstos, de los Pedagógicos de Caracas y Barquisimeto en sus estudios de pre-grado, pero profesores ordinarios de la USB, se vinculan a la Línea, con sus pesquisas doctorales en la UCAB y sus investigaciones. Nos referimos a los ahora doctores en Historia, Luis Alberto Buttó y Hernán Castillo. La mención a la UCAB, amerita un breve comentario. Al estar circunscritos, en ese entonces, los estudios doctorales en el IPCUPEL, a los dedicados al área educativa exclusivamente, aquellos docentesinvestigadores del Departamento de Geografía e Historia del IPC, teníamos tres alternativas para lograr el título de doctor en historia: la UCV, la UCAB

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o la Universidad Santa María. Personalmente opté por la UCAB, confiando en la reconocida condición jesuita de excelencia que orienta esa universidad y gracias a un muy respetado profesor, maestro genuino de juventudes pensantes y acuciosas, en mis estudios de pre-grado en el entonces IUPC: Oscar Abdala. Para mí esa fue una experiencia educativa invalorable, que me permitió conocer un auténtico historiador de oficio y con oficio: el doctor Hermánn Gozalez Oropeza, S.j., como lo llamábamos coloquialmente, con afecto y respeto los estudiantes: “el padre Gérman”. Lo que busco resaltar con estos comentarios memorísticos personales, es que el fortalecimiento de una Línea de Investigación, no está necesariamente condicionada exclusivamente por la actividad de pesquisa en el IPC. Hay variables que podríamos calificar de intervinientes o aleatorias. No necesariamente vinculantes con la administración o gerencia del área estrictamente educativa de investigación en nuestra Institución. Uno de los aspectos ciertamente fascinante de la investigación histórica en el Departamento de Geografía e Historia del IPC, no sabemos si tal es el caso en otras áreas del saber, es su constante carácter polémico, el intercambio de ideas educado y racional ante posiciones analíticas divergentes ha caracterizado el desenvolvimiento del Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”. Ello contribuye a su fortaleza organizativa interior y estimula la productividad en sus integrantes. Volvemos al tema que nos ocupa. La colega Liendo Gómez culminó y aprobó ante exigente jurado su tesis doctoral, años después lo harían Castillo y Buttó. Otros estimados colegas fueron tutoriados, con perdón del castellano ortodoxo, todos en la UCAB, en Trabajos de Grado de Maestría, en un número no menor de cuatro. Ello obedecía a dos razones básicas, en el IPC, en ese entonces, no existía el muy necesario doctorado en humanidades fuera del área estrictamente educativa. Hoy día existe el Doctorado en Cultura, pero en ese entonces no. El segundo fue que el coordinador de la Línea de investigación que comentamos brevemente en estas páginas, dictaba seminarios de doctorado y una vez de maestría en la UCAB y en la UCV, sobre relaciones civiles-militares, claro está, dicha colaboración siempre fue ad honorem y en nada entorpecía las actividades desarrolladas en el IPC.

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Dijimos que la Línea que comentamos estaba ya consolidada, para finales de la década de 1990 y que tal sigue siendo el caso hoy día. ¿Cómo demostrar esto? Sencilla y llanamente, refiriendo a su producción: Libros, capítulos en libros colectivos, artículos en revistas especializadas, material didáctico, ponencias, conferencias y seminarios. La lista es un tanto larga, pero en este caso concreto creo que es imprescindible referirlos, en lo que atañe al menos a publicaciones como libros, capítulo de libros y folletos, pidiendo disculpas de antemano ante cualquier olvido involuntario, fruto de la premura al redactar estas páginas: 1.- Domingo Irwin e Ingrid Micett, el capítulo “Grupos Conspirativos Militares Venezolanos (1943-1962)” en Alejandro Cardozo Uzcátegui y Luis Alberto Buttó (Directores del proyecto.) El Incesto Republicano. Relaciones Civiles y Militares en Venezuela, 1812-2012. Caracas, Editorial Nuevos Aires, 2013, pp. 133-163. Escriben también capítulos en esta obra Germán Guía Carípe y Froilán Ramos Rodríguez de la USB, Sede del Litoral y Ebert Cardoza de la Universidad de Los Andes (ULA), Mérida. 2.- El capítulo: “William Burke: varios hombres un solo nombre y apellido”. En Juan Carlos Brizuela y José Alberto Olivar (Coordinadores). Levitas y sotanas en la edificación republicana. UPEL-IPR “El Macaro”, 2012, pp. 103-112. 3.- Domingo Irwin e Ingrid Micett. Militares y Conspiración: De las Guerras Civiles a los Golpes de Estado. http://www.scribd.com (Visto por última vez en septiembre 29 de 2012). 4.- El capítulo: “Los orígenes del fusionismo republicano criollo”. En Raúl Meléndez M, Luis Alberto Buttó y José Alberto Olivar (Coordinadores). De la Hueste Indiana al Pretorianismo del Siglo XIX: Relaciones Civiles y Militares en la Historia de Venezuela. Valencia, Venezuela, Asociación de Profesores de la Universidad de Carabobo, 2012, pp. 81-106. Publicado también como: “Relaciones Civiles y Militares en Venezuela, 1810-1828. Quis custodiet ipsos custodes” En: Ensayos Históricos. Anuario del Instituto de Estudios Hispanoamericanos. Caracas, 2° Etapa, N° 23, Universidad Central de Venezuela, 2011, pp. 59-78. En el caso del libro colectivo escriben también, además de los coordinadores de la obra, los profesores Guía Caripe y Froilan Ramos de la USB y Ebert Cardoza de la ULA, Mérida.

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5.- El capítulo: “Una visión histórica de las relaciones civiles y militares venezolanas.” En Felix Otamendi Osorio y Tomás Straka (Editores). Grupo Jirahara. Venezuela: República Democrática. Asociación Civil Grupo Jirahara, Barquisimeto, Estado Lara, 2011, pp. 271-292. 6.- El capítulo: “La Cultura Militar Venezolana”. En, coordinador Heraclio E. Atencio Bello, Aproximación a nuestra cultura. Caracas, Fundación Venezuela Positiva, 2011, pp. 541-561. 7.- El capítulo: “Venezuela”; en el evento académico: Conference Security and Defense Education in the Americas. CHDS-NDU, Washington, D.C, septiembre 12 de 2011. Publicado en su totalidad en el CD-rom contentivo de las ponencias del evento. 8.- “Comentarios de Domingo Irwin G a la ponencia del Dr. Herbert Koeneke: sobre izquierdismos y pretorianismos”. Caracas, I Semana Latinoamericana y Caribeña en la Simón, 18 al 24 de octubre de 2010. Ponencias y Comentarios. USB, Sede de Sartanejas, Caracas, s/d, pp. 39-50. 9.- El capítulo: “Relaciones Civiles y Militares en Venezuela (19982008)”. En Francesca Ramos, Carlos Romero y Hugo Ramírez (Coordinadores): Hugo Chávez: Una década en el poder. Bogotá, Ediciones de la Universidad del Rosario, 2010, pp. 743-760. Escriben capítulos en esta obra también Luis Alberto Buttó y Frédérique Langue. 10.- El capítulo: “Las Relaciones Civiles y Militares en Venezuela: tiempos de Hugo Chávez Frías y la FAN”. En John Magdaleno (Compilador). Ideologías: ¿Mascaras del Poder? Debatiendo el socialismo del siglo XXI. Caracas, Informe del Capítulo Venezolano del Club de Roma, Libros de El Nacional, 2009, pp. 145-172. 11.- El capítulo: “Marcos Pérez Jiménez” en la obra colectiva coordinada por Heraclio E Atencio Bello: Tierra Nuestra. Caracas, Fundación Venezuela Positiva, 2009, pp. 243-266. En este libro escribieron también sendos capítulos José Olivar y L. A. Buttó. 12.- El capítulo: “Logias Militares Conspirativas y Poder Político en la Venezuela de Finales del Siglo XX e Inicios del Siglo XXI, un avance de investigación”. En David Ruíz Chataing (Coordinador): Doctrinas E Ideas

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Políticas. Caracas, Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), 2009, pp. 263-309. 13.- Irwin Domingo, Frédérique Langue y Hernán Castillo (Coordinadores) Problemas Militares Venezolanos (FANB y Democracia en los inicios del siglo XXI) Caracas, UCAB-UPEL, 2009. Escriben en este libro no sólo los autores coordinadores de la obra, también presenta capítulos escritos por Buttó, Alejandro Mendible de la UCV, Boris Saavedra del CHDS, la especialista en seguridad y defensa Zulayma Noguera Nieves y el profesor de la USB, sede Sartanejas, Leopoldo E Colmenares G. 14.- Irwin Domingo e Ingrid Micett. Caudillos, Militares y Poder. Una historia del pretorianismo en Venezuela. Caracas, UPEL-UCAB, 2008. 15.- Irwin Domingo, Hernán Castillo y Frédérique Langue (Coordinadores). Pretorianismo venezolano del siglo XXI. Ensayos sobre las relaciones civiles y militares venezolanas. Caracas, UCAB e IPC-UPEL, Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”, 2007. 16.- Irwin G, Domingo; Luis Alberto Butto y Frédérique Langue. Control Civil y Pretorianismo en Venezuela. Caracas, UPEL-UCAB, 2006. 17.- Irwin G Domingo y Frédérique Langue (Coordinadores). Militares y Poder en Venezuela. Ensayos Históricos Vinculados con las Relaciones Civiles y Militares Venezolanas. Caracas, UCAB-UPEL-Vicerrectorado de Investigación y Postgrado, Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”, 2005. 18.- El capítulo: “Los militares y los civiles”. En Elías Pino Iturrieta y otros. La Independencia de Venezuela. Historia Mínima. Caracas, Futrapet, 2004, pp. 87-110. 19.- Sencillamente Complicado: Reformulando Las Relaciones Civiles y Militares En Venezuela ¿Un Decálogo de Buenas Intenciones? Caracas, IPCUPEL, Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”, Colección Ciencias Sociales. Serie: Monografías, 62. pp. Imprenta Gerardo Toro del IPC, 2004. 20.- Irwin G Domingo y Frédérique Langue (Coordinadores). Militares y Sociedad en Venezuela. Un manual sobre las relaciones civiles y militares, el control civil y referencias metodológicas sobre la historia inmediata... Caracas, UCAB,

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UPEL-Vicerrectorado de Investigación y Postgrado. Centro de Investigaciones Históricas Mario Briceño Iragorry, 2003. 21.- Castillo, Hernán, Manuel Alberto Donís Ríos y Domingo Irwin (Compiladores). Militares y Civiles (Balance y perspectivas de las relaciones civilesmilitares venezolanas en la segunda mitad del siglo XX). Caracas, Universidad Simón Bolívar, Universidad Católica “Andrés Bello” y Universidad Pedagógica Experimental Libertador, 2001. 22.- Irwin G, Domingo: Relaciones civiles-militares en el siglo XX. Caracas, Ediciones Centauro, 2000. 23.- Irwin G Domingo: Unas Fichas Sobre Caudillos y Caudillismo en Venezuela (Un texto didáctico para los estudiantes del curso de Historia General de Venezuela II). Caracas, Instituto Pedagógico de Caracas-Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Octubre-2000, 34 pp. Mimeografiado. 24.- Irwin G Domingo: Un Texto Didáctico, Introductorio y Elemental, Para El Estudio Del Control Civil Sobre El Sector Militar Y La Democracia (Con especial énfasis en el caso venezolano). Caracas, Instituto Pedagógico de Caracas, Imprenta Gerardo Toro, edición limitada de 300 ejemplares para los estudiantes del IPC., 1999. Creo que el listado recién expuesto demuestra, más allá de la celebérrima duda metódica, que la Línea de Investigación: Relaciones Civiles-Militares en Venezuela, presenta una productividad constante. Nótese como inicialmente las publicaciones eran editadas en el Pedagógico de Caracas, contando con el apoyo de la subdirección de investigación y postgrado del IPC; esto en lo atinente a los recursos para publicar los folletos didácticos. Luego se dieron las coediciones por la UPEL y la UCAB, las impresas fuera del ámbito universitario eran inicialmente pocas, esto hasta el 2008. El apoyo recibido por el Vicerrectorado de Investigación y Postgrado de la UPEL en las coediciones con la UCAB, fueron fundamentales para la consolidación de la Línea de Investigación. Nuestro agradecimiento a los doctores Maximiliano Bezada y Pablo Ríos. También debe resaltarse que mayoritariamente fueron obras colectivas, que incorporaban capítulos redactados por varios colegas, unos de la UPEL, otros de la USB y lugar destacado ocupó la colaboración desinteresada de la colega francesa de la

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Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), Dra. Frédérique Langue. La iniciativa del primer libro colectivo provino del colega de la USB Hernán Castillo, fue una coedición entre la UCAB, la USB y la UPEL. Recogía buena parte de las ponencias de un evento académico organizado por Castillo en la sede de Sartanejas. Luego vinieron las publicaciones casi anuales de los textos colectivos, vinculados con los proyectos de investigación de la Línea. Desde el 2009, a los diez años de haberse oficializado la Línea, cesaron las publicaciones co-editadas entre la UPEL y la UCAB. Las limitaciones administrativas se impusieron. Se desarrolla una nueva vertiente en las publicaciones con la invitación a participar en obras colectivas, para el público lector en general, editadas por instancias privadas venezolanas; fueron unas cinco. También, surge la invitación a participar en obras colectivas editadas fuera del país, una en Colombia publicada por la Universidad del Rosario y otra en Estados Unidos, editada en CD-Rom, bajo el patrocinio del CHDS-NDU. Otra vertiente de publicación fue la invitación de colegas del IPC y la UPEL a participar con capítulos en libros que estaban organizando y contaban con el financiamiento institucional necesario para su edición; fueron unos dos. Al no encontrar editores para una investigación ya concluida en el 2012, se tomo la iniciativa de colocarla en internet: http://www.scribd.com Mas luego, gracias a las iniciativas de los colega José Alberto Olivar, Luis Alberto Buttó y el apoyo desinteresado del profesor de la Universidad de Carabobo Raúl Meléndez M, la Asociación de Profesores de esa casa de estudios pública una obra colectiva con varios capítulos redactados por los investigadores vinculados con la Línea. El libro colectivo más reciente, 2013, fue el resultado de la iniciativa de los colegas de la USB Alejandro Cardozo Uzcategui y Buttó, se publicó con financiamiento propio de una novel editorial venezolana: Nuevos Aíres. No referimos a los artículos en publicaciones indexadas y arbitradas en Venezuela y países del exterior, son no menos de 46, ni a las ponencias en eventos nacionales o fuera de las fronteras patrias, son más de 70. Basta ya con lo señalado en los párrafos anteriores, para que se evidencie la condición productiva consolidada y operante de una Línea de Investigación en el Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry”, del IPC.

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Nos sentimos obligados a reseñar varios aspectos que entendemos como capitales para el desarrollo y consolidación de las Líneas de Investigación. Una actividad necesaria es la de las planillas que año tras año se deben disciplinadamente llenar, para informar a las instancias burocráticas competentes lo que se está pesquisando. Tan necesario como lo anterior es lograr una vinculación cierta con colegas de otras universidades que presenten interés efectivo en el área del saber al cual estamos dedicados. En el caso de la Línea de Investigación Relaciones civiles-militares en Venezuela, fue posible lograr tal condición, inicialmente vía la asistencia y participación en eventos académicos en Venezuela y el exterior. Resulta sorprendente como el conjunto inicial se va expandiendo. Unos abandonan la actividad de investigación al jubilarse o dedicarse al ejercicio de cargos burocráticos y administrativos, pero otros se incorporan y lo que inicialmente era un esfuerzo personal se convierte en uno de grupo o equipo o red, como se prefiera calificarlo. El interés por publicar es absolutamente vital, afortunadamente la UPEL cuenta con un buen número de revistas, donde se pueden remitir los trabajos ya concluidos o bien avances de investigación y un proceder recomendable es la de editar obras colectivas. La limitante administrativa es una que se debe tratar de superar, mucho depende de las relaciones que se tengan con quienes cuentan con los recursos institucionales necesarios para financiar los libros. Afortunadamente la Línea de investigación que coordino logró superar ese escollo, gracias al trabajo en conjunto y el interés académico de los colegas que colaboran con este proceso investigativo. Siendo la UPEL una instancia universitaria dedicada a la formación de educadores, es necesario que la Línea de Investigación, ofrezca productos didácticos y pedagógicos. Charlas, conferencias, folletos, seminarios, etc., son actividades que pueden vincularse sin mayor dificultad con la labor de pesquisa histórica que se desarrolla; también participar en los eventos académicos que organizan los colegas que colaboran con la Línea en otras universidades e invitarlos a los que se implementen en el IPC. Otro aspecto que en el caso de la Línea Relaciones civiles-militares en Venezuela resultó muy favorable fue su flexible organización interior; es decir no hay una coordinación rígida, burocrática, con reuniones periódicas y una agenda que se procure cumplir mes tras mes o año tras año. Cada quien

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desarrolla sus investigaciones y los resultados de éstas, que ya se evidenció son numerosas, se publican en libros colectivos y revistas especializadas. Sobre esto último vale la pena señalar la más reciente que fue coordinada por los colegas Germán Guía Caripe y Froilán Ramos Rodríguez, ambos de la USB, sede del Litoral, con el apoyo de Raúl Meléndez M de la revista Mañongo (Vol. XXI, N° 41, julio-diciembre 2013) de la Universidad de Carabobo, donde todo el número fue dedicado al tema de las relaciones civiles y militares. Vinculado con el fortalecimiento de las actividades de pesquisa de la Línea, los integrantes de ésta y sus colaboradores invitados, tienen que estar en permanente actualización académica. Concluir los estudios doctorales, tomar cursos, especializaciones y maestrías vinculadas con la temática que investigan es sencillamente imprescindible. Procurar estar en el estado del arte teórico del área académica en que se desenvuelven sus pesquisas. Solo como un ejemplo relativamente reciente de esto, fue la especialización en integración cívicomilitar, cursada y aprobada, a mediados de 2010, en la entonces calificada de Academia Militar de Venezuela, por iniciativa personal de un miembro y una de las colaboradoras invitada de la Línea de investigación que hemos venido comentando en estas páginas, al mirar atrás vemos con sorpresa que ya pasaron casi cuatro años de esta interesante experiencia educativa.

4. Un párrafo final La Línea de Investigación Relaciones Civiles y Militares en Venezuela, del Centro de Investigaciones Históricas “Mario Briceño Iragorry” del IPC, ha producido y produce insumos para ser utilizados en los cursos de Historia de Venezuela del Pedagógico de Caracas; a favorecido los estudios doctorales (cinco) y de maestría (cuatro) vía las tutorías y seminarios en la UCAB y la UCV; mantiene relaciones académicas con colegas de otras universidades, comprobadas en las publicaciones conjuntas que ya se han mencionado en lo referente a obras colectivas; evidencia por su producción cierta, una efectiva y racional articulación de la actividad docente de pre y post-grado con la labor de investigación en historia y ciencias sociales en general, dentro de la comunidad académica del IPC y la UPEL.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

EL INSTITUTO BOLIVIANO: UN INTENTO DE INNOVACIÓN EDUCATIVA EN EL CARIBE COLOMBIANO (1857-1870) The bolivian institute: a plan of educational innovation in the colombian caribbean (1857-1870)

Alfonso Segundo Gómez Mulett

Licenciado en Educación área Matemática y Física. Especialista en Pedagogía del Aprendizaje. Magister en Matemáticas Aplicadas. Doctor en Educación. RUDECOLOMBIA. Profesor Programa de Matemáticas Facultad de Ciencias exactas y Naturales, Universidad de Cartagena-Colombia. E-mail: agomezm1@unicartagena.edu.co.

Recibido: 28/12/2013. Aprobado: 06/02/2014. Resumen: Este trabajo surge de la investigación realizada sobre la historia de la enseñanza de la matemática universitaria en el Estado Soberano de Bolívar del Caribe Colombiano en el siglo XIX, donde se pretendió preparar profesionales en diferentes áreas y profesores de ciencias exactas y naturales, para de aliviar el déficit de técnicos necesarios en la construcción de vías, el desarrollo de la navegación y la preparación de docentes de enseñanza superior. El Instituto Boliviano fue un intento fallido como institución de educación superior, independiente de la Universidad de Cartagena, que quiso dar oportunidades de estudio a los jóvenes de la región. Palabras clave: Instituto Boliviano, estudios superiores, ciencias, ingeniería, matemáticas.

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Abstract: This article is a result of research into the history of the teaching of university mathematics in the Sovereign State of Bolívar of the Colombian Caribe in the 19th century, where they hoped to prepare professionals in different areas and professors of exact and natural sciences to lessen the deficit of needed technicians for the construction of roads, the development of navigation and the preparation of teachers for higher education. Independent of the University of Cartagena, the Bolivian Institute was a failed intent as an institution of higher education, which desired to give opportunities of study to young men of the region. Key words: Bolivian Institute, superior studies, sciences, engineering, mathematics

1. Introducción Durante la segunda mitad del siglo XIX Colombia fue un país agitado políticamente debido a las luchas partidistas. Esta situación repercutió desfavorablemente en el desarrollo de la educación y atrasó considerablemente el desarrollo de la ciencia. El Caribe Colombiano, considerado como tierras de fronteras no escapó a este malestar, su único centro de educación superior, la otrora Universidad del Magdalena e Istmo hoy Universidad de Cartagena, se vio sometida a diversas reformas inconclusas, ocupación del recinto académico como alojamiento de tropa y cierres temporales. Las autoridades del Estado Soberano de Bolívar, segregado del antigua Provincia del Magdalena, ante el cierre oficial de la Universidad establecen en la capital Cartagena una institución de educación superior llamada Instituto Boliviano, para llenar el vacío académico presente y formar profesionales en diferentes áreas del saber, diversificando la oferta educativa, ya que hasta ese momento la Universidad solamente preparaba médicos y abogados. Conocer la historia del Instituto Boliviano es importante, porque en primer lugar contribuye a ampliar el conocimiento de la educación superior en el siglo XIX; en segundo lugar, porque en ese Instituto, además de la enseñanza de algunas carreras de tipo técnico, humanístico y de preparación para la vida en sociedad, se intentó avanzar en el estudio de la ciencia y en particular de la matemática; y en tercer lugar, es importante entender el porqué la evolución de la educación superior en el siglo pasado fue lenta quedando nuestra región un poco rezagada, comparándola con las demás regiones del territorio colombiano.

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Para fines prácticos, la presentación se dividirá en cinco partes. En la primera se mostrará la división política del Estado Soberano de Bolívar en la segunda mitad del siglo XX, la creación del Instituto Boliviano abarcará la segunda parte, los estudios y reglamentos del Instituto serán el objeto de la tercera y cuarta parte, y en la parte final se considerarán los estudios sobre matemática en el Instituto.

2. El estado soberano de Bolívar Con la muerte de Bolívar en 1830 se disuelve la Gran Colombia y la hoy nación colombiana se convierte en un estado regional acosado por las muchas guerras civiles que de allí en adelante se sucederían. A partir de esa época nuestro país recibiría el nombre de República de la Nueva Granada, refrendado con la Ley Fundamental del Estado de la Nueva Granada de noviembre 17 de 1831 y constituida por los estados de Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena e Istmo. La República de la Nueva Granada (1830-1853) comprendía entonces, las Provincias de Bogotá, Tunja, Socorro, Vélez, Pamplona, Magdalena, Cartagena, Panamá, Veraguas, Antioquia, Neiva, Popayán, Pasto y Barbacoas. La Constitución de 1832, sancionada por el Vicepresidente José María Obando introdujo el régimen centralista en la Nueva Granada, con un ejecutivo débil, un período presidencial de cuatro años, un régimen de provincias regido por los gobernadores y un congreso bicameral; posteriormente tiene lugar la Guerra de los Supremos (1839-41), se fundan los partidos políticos, sobreviene una inestabilidad política y se suceden desórdenes sociales. En síntesis, la Nueva Granada estaba constituida por cinco estados: Antioquia, Boyacá, Cauca, Cundinamarca y Magdalena, territorio este último conformado por el Caribe Colombiano. Queda entonces el territorio nacional dividido en estados, los estados en departamentos o provincias y los departamentos en distritos, aunque el estado se miraba mas como un conglomerado de provincias en vez de un conglomerado de departamentos. Realmente los primeros estados de la Nueva Granada fueron creados entre 1856 y 1857. El Estado Soberano de Bolívar fue creado el 15 de junio de 1857 y conservó este nombre hasta 1886 cuando pasa a ser el Departamento de Bolívar.

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En octubre 15 de 1857 el Estado Soberano de Bolívar se divide en cinco departamentos: Cartagena, Corozal, Mompox, Sabanilla y Sinú. En esa misma fecha, las villas de Corozal y Barranquilla se erigían como ciudades. Para 1857, serían siete los departamentos: Cartagena, Corozal, Chinú, Mompox, Barranquilla, Sabanalarga y Lorica. La reforma constitucional del 22 de mayo de 1858 crea la Confederación Granadina con un gobierno federal y el territorio lo divide en ocho estados tal como lo manda el artículo 1º que dice así: Magdalena, Panamá y Santander, se confederan a perpetuidad, forman una nación soberana, libre e independiente, bajo la denominación de Confederación Granadina, y se someten a las decisiones del Gobierno general, en los términos que se establecen en esta Constitución.”1 En lo referente a la educación esta constitución afirmaba que la instrucción pública era competencia del gobierno aunque no exclusivamente, dejando una ventana abierta a la creación de instituciones de educación de carácter privado, lo cual corrobora en el artículo 56 al conceder “libertad de dar o recibirla instrucción que a bien tengan, en los establecimientos que no sean costeados con fondos públicos”. De acuerdo con las condiciones políticas dadas, los estados emitían leyes relacionadas con su organización; es así que el Estado Soberano de Bolívar promulga la Ley del tres de diciembre de 1857 con el propósito de organizar la educación y crear el Instituto Boliviano. Recogemos en este apartado los dos primeros capítulos de la Ley.2 Articulo 1. La instrucción se costea con fondos públicos, será de las escuelas primarias, que establezcan los distritos por el estado, i la del Instituto Bolivariano, que organizará el poder ejecutivo del estado, teniendo por base la disposición de la presente ley. Articulo 2. Todos los edificios, muebles, instrumentos, libros, capitales impuestos a censo i cualesquiera otros valores que han pertenecido a la nación en el estado, o a las antiguas provincias de Cartagena, Mompox 1

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http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/01477398877125528632268/ p0000001.htm#I_1_ Archivo Histórico de Cartagena (AHC), Gaceta oficial del Estado de Bolívar, Número 16 trimestre II, Cartagena Nueva Granada, 20 de diciembre de 1857.

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i Sabanilla destinados a la instrucción de la juventud de ambos sexos, formarán una masa común para el sostenimiento del Instituto Boliviano.

La Ley de 1857 en su articulado no sometía a los seminarios dirigidos por los religiosos ni a los establecimientos educativos de carácter privado como el caso del Colegio Pinillos de Mompox; no obstante, dejaba a discreción de los municipios algo así como la labor de vigilancia e inspección, respetando las orientaciones de los directores de esos colegios y las obligaciones contractuales para ello. En 1858, durante el gobierno de Mariano Ospina Rodríguez, la Nueva Granada se transforma en la Confederación Granadina, refrendada por la Constitución Política de 10 de febrero de 1858, conformada por ocho estados: Antioquia, Bolívar, Boyacá, Cauca, Cundinamarca, Magdalena, Panamá y Santander. El Estado de Bolívar comprendía los departamentos de Cartagena, Carmen, Corozal, Magangué, Mompox, Sabanalarga, Barranquilla y Lorica. La Confederación llega a su fin en Septiembre de 1861, y los estados anteriores pasan a conformar los Estados unidos de Colombia, con la incorporación del nuevo Estado de Tolima, acuerdo corroborado con la Constitución de Río Negro. Se destaca en esta nueva constitución la abolición de la esclavitud, pero la organización de la educación permanece sin variaciones hasta la constitución de 1886 que pone fin al federalismo llegando a la presidencia Rafael Núñez, cabeza del movimiento conocido como La Regeneración, cuando la nación se convierte en la República de Colombia y los estados pasan a ser departamentos.

2. Creación del instituto boliviano La fundación del Instituto Boliviano como se señaló anteriormente se hizo a través de la Ley de 3 de diciembre de 1857 en el período correspondiente a la primera república (1822-1886) influido por la tendencia del modelo de educación liberal caracterizado por una enseñanza universitaria impartida y dirigida por el Estado, con formación de profesional para la conformación de

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la clase dirigente del país y una enseñanza apoyada en las teoría filosóficas y científicas de la Europa renacentista.3 En cierta forma la creación del Instituto obedeció a varias razones. En primer lugar, en mayo de 1848 se había expedido la ley de libertad de enseñanza y habilitación de cursos, la cual declaraba en su artículo primero, “La enseñanza en todos los ramos es libre. En consecuencia, podrán los granadinos adquirir y recibir la instrucción literaria y científica en los establecimientos públicos, privados o particulares, con el objeto de obtener grados académicos”4; en segundo lugar, la Ley de mayo 15 de 1850 expedida durante el gobierno de José Hilario López suprime las universidades y con ella los grados o títulos para ejercer profesiones científicas con excepción de los títulos de Doctor en jurisprudencia, medicina y ciencias eclesiásticas y la profesión de farmaceuta la cual estaba reglamentada por el gobierno; y en tercer lugar, la creación del Estado Soberano de Bolívar influyó para que éste organizara su propio establecimiento de educación superior, ya que la Universidad de Cartagena, oscurecida por el gobierno, para ese entonces formaba profesionales en medicina y derecho solamente, pues la otra facultad de Filosofía y Letras era el colegio de bachillerato; además, la vida de la Universidad como tantas otras en el país estuvo en ese tiempo interrumpida y constantemente amenazada debido a la inestabilidad política y a las guerras civiles de la nación. Por las razones expuestas, la Nación y en particular el Estado de Bolívar, necesitaban capacitar personas en otros oficios, pues el país estaba en construcción a pesar de la reiterada destrucción a la que estaba sometido como producto de las guerras civiles que además no permitían el crecimiento de las Universidades. Es de advertir que en 1851 la Universidad de Cartagena contaba con solo 32 alumnos todos de sexo masculino.5 El Instituto Boliviano, creado para suplir el vacío dejado por el cierre de la Universidad, o más bien como continuación de ésta, a diferencia de la 3

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Mejía, Jaime, “La educación superior en Colombia, ANUIES, n° 92, México, 1994, pp. 1-16. Pacheco, Iván, Educación culpable educación redentora. Evolución legislativa de la educación superior en Colombia, Caracas, Iesalc-Unesco, 2002, p. 11 Piñeres, Dora, La Cátedra Historia de la Universidad de Cartagena, Cartagena, Editorial Antillas, 2001.

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Universidad de Cartagena, impartía enseñanza de tipo superior a alumnos de sexo masculino agrupados en las academias de Ciencias Exactas, de Náutica y de Ciencias Físicas y Naturales. Las mujeres realizaban sus estudios en la Academia del Bello Sexo, donde se preparaban para encargarse del manejo del hogar y la educación de los hijos. Sus objetivos eran “1. La instrucción secundaria de varones y su educación; y 2. La instrucción y educación del bello sexo”6 Los alumnos del Instituto podían ser internos o externos y las clases o materias estaban sujetas a lo que determinara el poder ejecutivo, ya que era este quien lo dirigía, nombraba su director, hacía los reglamentos de los alumnos y fijaba los requisitos de admisión fijados en la ley de fundación y que variaban según la academia en donde estudiarían los alumnos. Los estudios en las academias de Ciencias Exactas, de Náutica y de Ciencias Físicas y Naturales tenían una duración aproximada de cuatro años dependiendo de que se cumpliera el cupo mínimo exigido en cada año y en cada clase o materia. Los estudios en la Academia del Bello Sexo no conducían a ningún título, eran de duración más corta, las niñas que se recibían debían tener edades comprendidas entre los siete y los 17 años, debían saber leer y escribir, provenir de una familia decente, tener certificado de ser modesta y no haber recibido malos ejemplos. Esta certificación debía ser dada por el alcalde del distrito o el respectivo ministro del culto, en virtud de que según la constitución se garantizaba la libertad de culto. Para ser admitido en las academias de Ciencias Exactas y de Náutica se requería ser granadino, tener edad entre 14 y 20 años, saber leer y escribir y traducir inglés o francés, presentar certificación de buena conducta del profesor o maestro encargado de haberle dado la educación primaria o instrucción preparatoria. Además de lo anterior, debía presentarse un examen de suficiencia sobre las materias de la instrucción primaria, examen que le era practicado por los profesores del instituto. En todos los casos, los jóvenes que deseaban ser admitidos de alumnos en las academias debían solicitar al Presidente del Instituto una autorización en papel sellado, con un salvoconducto de su padre o persona que lo representaba, 6

AHC, Gaceta oficial del Estado de Bolívar, Nº 35, trimestre III, 11 de abril de 1885 Nº 35

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acompañada de otros documentos que acreditaran su nacionalidad y su buena conducta. La enseñanza en las diferentes academias del Instituto iniciaba el 2 de enero de cada año, siempre y cuando hubiera el mínimo de alumnos por clase que era de seis. Esto hacía suponer que las materias a cursar dentro de un año o período de tiempo no se hacían en un orden riguroso sino que dependía de la matrícula7. El examen mencionado anteriormente era oral, con una duración de una hora y media para los aspirantes a ciencias exactas y náutica. En la primera hora se examinaba aritmética y geometría, y en la otra media hora lectura, escritura y traducción de idiomas. En el año 1858 se abrieron estudios de Ciencias Morales y Políticas, siendo requisito de ingreso además de los documentos relacionados, “sufrir un examen por una hora en gramática castellana y aritmética en toda su extensión”8. El 14 de junio de este año, la Academia del Bello Sexo contaba con 25 alumnas y solamente una de ellas era interna.9 Desde su fundación, la administración del Instituto Boliviano dependía del ejecutivo, ya que era este quien nombraba su presidente, los empleados y los profesores. La labor del presidente sería la de ordenador secundario correspondiente a los arreglos locativos de la escuela central y las escuelas especiales establecidas, ya que no todas las academias se encontraban situadas en un mismo lugar. De esta manera, el Presidente del Instituto se convertía en un ejecutor de todo lo dispuesto por el mando principal que recaía sobre el ejecutivo, es decir, sobre el gobernador del estado. Caso similar ocurriría con la Universidad de Cartagena, donde hasta hoy, el Presidente del Consejo Superior es el Gobernador. En lo referente a lo estructural, el Instituto inició labores con una biblioteca, gabinetes de física, laboratorios, muebles e instrumentos para cada una de las escuelas donde funcionaban las academias. La contabilidad del Instituto estaba a cargo del entonces tesorero del estado y la ordenación 7

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Esto estaba contemplado en el decreto de 31 de marzo de 1958 publicado en la Gaceta oficial del Estado de Bolívar. Trimestre III 11 de abril de 1858. Nº 35 p. 2. Gaceta oficial del estado de Bolívar, Nº 35, trimestre III de 11 de abril de 1858, p. 2. Curiosamente en el listado de alumnas que aparece en la gaceta Nº 50 de 27 de junio de 1858, los nombres de alumnas tienen un solo apellido.

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de gastos era competencia del ejecutivo a través del secretario de estado que hacía las veces de subdirector del instituto; los gastos diarios del Instituto eran administrados por un ecónomo quien estaba bajo la inspección y vigilancia del presidente y este a su vez era subalterno del ejecutivo. En pocas palabras, la administración del Instituto era potestad del ejecutivo quien delegaba sus actuaciones de manera muy precisa en el presidente.

3. Estudios del instituto En el apartado anterior se señaló que el instituto en su fase inicial tuvo cuatro academias: De ciencias exactas, de náutica, de Ciencias Físicas y Naturales y de Instrucción del Bello Sexo. Como se había señalado anteriormente, era el ejecutivo quien determinaba cuales eran las asignaturas de cada programa por así decirlo, nombraba los profesores, imponía los textos de estudio y reglamentaba la vida académica. En la Academia de Ciencias Exactas, se enfatizaba en la enseñanza de la matemática complementada con un grupo de materias de ingeniería, de tal manera que el egresado al cabo de cuatro años, previa obtención de buenas calificaciones, podía obtener el diploma de ingeniero civil; además de ello, el objetivo se encaminaba a formar agrimensores y personas competentes para levantar planos topográficos, cartas hidrográficas y corográficas del estado; algo así como formar topógrafos e ingenieros catastrales de hoy en día. Las materias distribuidas por año según el artículo 5 de la Ley de 3 de diciembre de 1857 son:10 Primer año: Aritmética, álgebra, geometría especulativa y práctica, trigonometría rectilínea y esférica, geometría analítica, secciones cónicas tratadas analítica y sistemáticamente, geometría descriptiva y sus aplicaciones a las sombras, a la perspectiva, a la maquinaria y al corte de piedras, cálculos diferencial e integral, mecánica y maquinaria, cosmografía, arquitectura civil, caminos, puentes, canales y calzadas. 10

Las materias del Instituto coinciden en gran número con las del instituto de Ciencias Naturales, Físicas, y Matemáticas de 1848, o Instituto Granadino, de vida efímera, ya que duró solamente un año, fundado en Bogotá durante el gobierno de Tomas Cipriano de Mosquera.

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Segundo año: Construcciones del ramo de ingenieros y sus materiales, presupuestos de tiempo, obreros y gastos. Tercer año: Dibujo lineal, trazado y levado de planos, mapas, cartas geográficas, diseño y resoluciones geográficas de problemas geométricos sobre canales, caminos y calzadas. Cuarto año: Prácticas sobre terreno, esgrima, tiro de pistola, equitación y natación.11 Dadas las condiciones de Cartagena de ser una ciudad con un puerto de alto movimiento, la Academia de Náutica se proponía preparar las personas destinadas a trabajar en las embarcaciones, ya sea como pilotos o ingenieros navales, en cierta forma para reemplazar la antigua Escuela de Pilotaje y Matemáticas llamada después Escuela de Náutica y Matemáticas fundada por José Ignacio de Pombo cuya duración fue entre 1811 y 1813, restablecida posteriormente en 1822 hasta 1826 y luego entre 1828 y 1829 agregada a la Universidad de Cartagena.12 En la Academia de Náutica del Instituto Boliviano se enseñaban las siguientes clases o asignaturas: Primer año: Aritmética, geometría especulativa y práctica, trigonometría rectilínea y esférica y secciones cónicas. Segundo año: Elementos de astronomía, cosmografía, pilotaje, dibujo lineal y geográfico. Tercer año: Construcción naval, maniobras y faenas de buques, máquinas de vapor, principios de artillería de mar, gimnástica y natación.13 La Academia de Ciencias Físicas y Naturales preparaba un profesional para trabajar en el campo, pero con un fuerte componente en ciencias básicas, siendo el programa de más duración. Las asignaturas de esta especialidad eran: Primer año: Mecánica aplicada a las artes, física teórica y experimental, y mineralogía. 11 12

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Lo escrito es copia textual del artículo 5º de la Ley de 3 de diciembre de 1857. Comisión Colombiana del Océano, El océano en las ciencias naturales y sociales, Bogotá, Imprenta y publicaciones de las fuerzas militares, 2002. Artículo 8 , Ley de 3 de diciembre de 1857

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Segundo año: Telegrafía, química general i aplicada a las artes. Tercer año: Botánica y agricultura intertropical. Cuarto año: Máquinas de vapor aplicadas a la industria agrícola. Quinto año: Veterinaria.14 El decreto de 31 de marzo de 185815 modifica un poco el pensum, ya que era necesario hacer algunos ajustes de acuerdo con el perfil ocupacional. En los estudios en la academia de ciencias exactas se pasan a segundo año las materias de geometría descriptiva, maquinaria, corte de piedra, cálculo diferencial e integral, mecánica y maquinaria, arquitectura civil, caminos, puentes, canales y calzadas; en el cuarto año se estudiarían las construcciones del ramo de ingenieros y presupuestos. Los estudios de la academia de náutica pasan a ser de cuatro años, estudiándose durante los dos primeros materias de ciencias exactas como el cálculo diferencial e integral, la trigonometría rectilínea y esférica; en el tercer año se estudiaría astronomía y pilotaje, y el cuarto año construcción naval y las demás materias que antes eran de tercer año. Los alumnos que ingresaban a esta academia, debían ser admitidos primero en la academia de ciencias exactas y haber aprobado en ella los cursos de aritmética, álgebra, geometría especulativa y práctica y cosmografía. Para la academia de ciencias físicas y naturales el pensum sería ahora de tres años. En el primero se estudia física teórica y experimental, mineralogía y química general aplicada a las artes. En el segundo año, telegrafía, mecánica aplicada a las artes y máquinas de vapor aplicadas a la industria agrícola; en el último año, botánica, agricultura intertropical y veterinaria. Es importante destacar que la Academia del Bello Sexo estaba conformada exclusivamente por mujeres las cuales podían ser internas o no y sus estudios no conducían a ningún título. Como se dijo antes, en esta academia se preparaba la mujer para administrar el hogar y dar una mejor educación a sus hijos. De acuerdo con los requisitos de ingreso, las mujeres que estudiaban en esta academia eran por lo general provenientes de familias con cierto estatus económico y social. La Academia estaba dirigida por una señora que era la directora y en ella se enseñaba aritmética, gramática española, inglés, francés, 14 15

Artículo 10, Ley de 3 de diciembre de 1857. AHC, Gaceta oficial del estado de Bolívar ,Nº 35, 11 de abril de 1858.

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dibujo, bordado, costura en blanco, música, baile, maneras de buena sociedad y moral (urbanidad), y geografía general y del país. Esta academia fue anexada a la Universidad de Cartagena en 1858, siendo rector Manuel del Río.16 Cabe señalar que el Instituto Boliviano solamente existió en Cartagena, aunque las disposiciones gubernamentales indicaban que podrían haber escuelas especiales en las cabeceras de los departamentos; y en las demás provincias o municipios, únicamente habría escuelas de enseñanza primaria. La instrucción primaria, que era para ambos sexos pero en escuelas separadas para varones y mujeres, estaba a cargo de los departamentos en su parte administrativa, siendo responsabilidad de las municipalidades crear y sostener por lo menos una escuela de varones y una de niñas en cada cabecera municipal. La instrucción secundaria y profesional la daba el estado en el Instituto Boliviano y en las academias y escuelas que determinaba la ley, pero que realmente nunca existieron, al menos durante la república federal, tal como lo evidencian las gacetas. A finales de 1858 se anexa al Instituto la Academia de Ciencias Morales y Políticas cuyos estudios abarcaban cinco cursos anuales como sigue: Primer curso: Lógica, teodicea, moral y derecho natural. Segundo curso: Legislación universal, civil, penal, comercial y rural. Tercer curso: Ciencia constitucional, principios de táctica parlamentaria, ciencia administrativa, principios de legislación militar, organización, procedimientos y pruebas judiciales. Cuarto curso: Economía política y social, principios e legislación fiscal o económica, contabilidad y estadística. Quinto curso: Derecho de gentes, principios de diplomacia, reglas de interpretación e historia moderna. No se conocen egresados de esta academia; es más, no se sabe a ciencia cierta cuando dejó de existir el Instituto ya que sus clases fueron intermitentes porque la enseñanza dada en el era considerada como enseñanza avanzada, 16

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Piñeres, Dora, “Recuperación de la memoria histórica de la Universidad de Cartagena desde las reformas de educación superior en Colombia: Nacionalismo, modernización y crisis”. En Dora Piñeres (Ed), La cátedra historia de la Universidad de Cartagena, Vol. 1, Cartagena, Editorial Antillas, 2001, p. 25.

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estando la enseñanza superior en la Universidad de Cartagena que para esa época estaba cerrada, ocupando el Instituto su lugar. No se tiene registro de graduados del Instituto porque en el Archivo Histórico de Cartagena hay una discontinuidad en las gacetas, solamente se sabe que cuando la Nación tomó el nombre de Estados Unidos de Colombia, el Instituto se convirtió en el Colegio del estado en 1870. Dentro de los planes del Instituto estuvo también la creación de de ciertas escuelas anexas llamadas escuelas especiales, con estudios cuya duración se indica entre paréntesis. Escuela complemental (5 años), Escuela de literatura y filosofía (6 años), Escuela de farmacia (3 años), Escuela de medicina (6 años)17, Escuela de comercio (4años), Escuela de política (3 años), Escuela de jurisprudencia (4 años) y Escuela de náutica (6 años). No se sabe acerca de la apertura de estas escuelas, ni cuál era el tipo de enseñanza en ellas, al menos en lo que se encuentra en el archivo histórico.

4. Reglamentos del instituto Los reglamentos del Instituto estaban consignados en las leyes y decretos correspondientes a su fundación y las modificaciones, publicados en la Gaceta del Estado de Bolívar. Mediante los decretos se nombraban los profesores, se imponían los textos de estudio y se dictaban normas para el funcionamiento del instituto. Además de los requisitos impuestos para ingresar a las academias, se daban las siguientes normas relacionadas con la matrícula de los alumnos: Los alumnos internos eran costeados por los fondos del estado y debía haber por lo menos un alumno de cada departamento. Los internos que llenaban los requisitos de admisión y paguen sus gastos de manutención, deberían hacerlo por trimestres anticipados y en la suma que designe el poder ejecutivo. No había devoluciones de dinero para los alumnos que se retiraran antes de concluir el trimestre. Los alumnos que no cumplían las normas establecidas eran castigados en forma gradual a la falta cometida. El castigo más leve era la reprensión en 17

Esta escuela funcionaría en el Hospital de Caridad del estado.

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privado, luego la permanencia de rodillas, le siguen el encierro simple hasta por cuatro días, el encierro sin luz, el encierro con disminución de alimentos hasta por dos días, el encierro sin alimento por un día y la expulsión definitiva de la clase. A los internos, además de lo anterior, se les podía prohibir la salida a la acalle. Cada vez que se abrirían las clases, se dará aviso oportuno en la gaceta. Las clases podían iniciarse en cualquier mes del año siempre y cuando hubiera por lo menos un número de seis estudiantes por clase; no obstante, la fecha oficial de iniciación de clases era el dos de enero de cada año y terminarían a finales del mes de noviembre. La duración de las clases era de 90 a 120 minutos. La escuela central del Instituto tendría su sede principal en Cartagena, en el edificio donde funcionó el colegio provincial. La Academia del Bello Sexo estaría en lugar diferente. Había dos tipos de exámenes: intermedios y anuales. Los exámenes intermedios eran trimestrales y la calificación sería individual; es decir, no había trabajos ni evaluaciones en grupo. Los profesores eran nombrados por decretos emanados del ejecutivo y podían nombrarse nacionales o extranjeros, siendo estas personas capacitadas y de buena reputación.18

5. La matemática en el instituto boliviano Los estudios de matemática comprendían la aritmética, el álgebra, la trigonometría rectilínea y esférica, la geometría analítica clásica y el cálculo diferencial e integral; además de ello, se enseñaba física general y un curso de lógica para los estudiantes de derecho, curso que comprendía la lógica aristotélica como base de la argumentación. Los temas de lógica fueron: Objeto y utilidad de la lógica, reglas para dirigir bien los sentidos, imaginación, sensibilidad interna, entendimiento, proposiciones, criterio y método.19 En la enseñanza de la matemática se emplearon en los cursos iniciales las notas de clase de aritmética y el álgebra de Dionisio Araujo (1877), las cuales 18

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En la Gaceta Nº 38 de mayo 2 de 1958, se nombran como profesores de ciencias exactas a Dionisio H Araujo, Rafael Espinoza y Salvador Matos. El contenido de lógica está detallado en la Gaceta de Bolívar XLVIII del domingo 15 de noviembre de 1868, cuando este curso pasa al Colegio del Estado.

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fueron publicadas posteriormente como libros, escritos a manera de catecismo. La publicación del Tratado de Álgebra fue autorizada en 1875 y publicada en la Tipografía de Antonio Araujo en Cartagena en 1877, texto que no alcanzó a usarse en el Instituto, ya que este se fue extinguiendo hasta quedar absorbido por la Universidad de Cartagena o Colegio del Estado en 1870; no obstante, Dionisio Araujo lo utilizó en un colegio particular que fundó posteriormente al haberse clausurado el Instituto. Araujo también publicó el texto El sistema métrico decimal francés en la Imprenta del Colegio en 1876. Para la enseñanza de las demás asignaturas de matemáticas, debido a la carencia de libros se utilizaron las notas de los profesores, extraídas de libros de la época. El cálculo diferencial e integral se inició con el texto de Aimé Bergeron y en geometría se estudiaron textos heredados de la antigua Escuela Náutica, pero no se sabe exactamente cuales fueron estos. De acuerdo con lo expuesto puede verse que la enseñanza de la matemática en el Instituto era deficiente comparada con la enseñanza de la matemática dada en el Colegio Militar de Bogotá a mediados del siglo XIX, pues se sabe que de acuerdo con los textos encontrados de esa época se enseñó aritmética, álgebra, trigonometría y algunas nociones de física, pero el cálculo realmente no se enseñó; además, al ser asimilado el Instituto por el Colegio del Estado o Universidad de Cartagena, podría decirse que el Instituto aunque administrativamente era independiente, en la práctica era la Universidad con otro nombre, para llenar el vacío de instituciones de educación superior dando solución a la problemática del cierre de universidades y eliminación de títulos suscitada en el gobierno de José Hilario López.

6. A manera de cierre El Instituto Boliviano tuvo una vida efímera. Su creación fue motivada por el cierre de la Universidad de Cartagena en una época de inestabilidad política, no graduó ningún estudiante en carreras técnicas porque los cursos eran muy reducidos debido a la escasez de estudiantes que cumplieran los requisitos de ingreso, lo que llevaba al establecimiento de un calendario académico muy irregular; por lo tanto, los cursos de matemática y otros más establecidos en los pensum no se dictaron en su totalidad, convirtiéndose el Instituto en una

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institución aristocrática donde se estudiaban cursos que no condujeron en la práctica a ningún título. Fue un ensayo fallido para reemplazar la Universidad de Cartagena, porque esta privilegiaba el acceso de muy pocos a los estudios superiores, favoreciendo la élite regional que muy poco le interesó el estudio de disciplinas diferentes al derecho y la medicina. Además de lo anteriormente señalado, el Instituto aumentaba la brecha entre géneros y desigualdades sociales, entre la educación popular y la de la élite, entre la educación del Caribe y la educación dada en el interior de la República y mucho más entre Colombia y otros países latinoamericanos como México y Argentina, lo cual repercutió en el rezago de la región en materia de vías de comunicación y explotación de recursos naturales; y como lo afirman Ramírez y Salazar,20 la fragmentación y organización política, la mala distribución del ingreso, la precaria infraestructura vial, la presencia de un mercado laboral ínfimo con mano de obra no calificada en alto grado analfabeta y un nivel alto de pobreza, incidieron para que Colombia a finales del siglo XIX tuviera uno de los niveles educativos más bajos del continente y un pobrísimo nivel de desarrollo económico, factores mucho más evidentes en el Caribe Colombiano.

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Ramírez, María e Irene Salazar, “Surgimiento de la educación en la República de Colombia, ¿En qué fallamos?”, Borradores de Economía Banco de la República, No 154, Bogotá, 2007, pp. 1-76.

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BRASIL Y SU HISTÓRICO VIRAJE SUDAMERICANO Brazil and its South American historical shift Alejandro Mendible Zurita Doctor en Historia (UCV). Coordinador de la Maestría en Historia de América (UCV).

Recibido: 05/02/2014. Aprobado: 07/05/2014. Resumen: En los inicios del siglo XXI, Brasil de manera protagónica lideriza y coordina un amplio mercado favorable a la integración socioeconómica de la cara atlántica Sudamericana: el Mercosur, cuyos logros se orientan hacia la creación de un bloque de referencia con identidad continental, dentro de un mundo multipolar e independiente de los centros del poder global. Este significativo cambio sin precedentes esta siendo posible por la ruptura histórica del Brasil con su pasado atávico; así como, por la democratización de su estado nacional y la aceptación de un modelo político incluyente el “Lulismo” que de manera estratégica espera un ascenso internacional compartido con sus países vecinos. Palabras clave: Brasil, Mercosur, Lulismo, Venezuela. Abstract: At the begining of the XXI Century and in an outstanding way, Brazil has a leading roll coordinating a wide market in favor of socio-economic integration in the South American Atlantic side of South America: Mercosur, whose achievements are geared towards the creation of a reference block with continental identity and independency to face not only a multipolar world but also the independent centers of global power world. This significant change has been possible due to the historical rupture of Brazil with his ancestral past, as well as, for the democratization of the national state and the acceptance of an inclusive political model, the “Lulismo”, that strategically waits an international promotion to be shared with neighboring countries. Key word: Brazil, Mercosur, Lulismo, Venezuela.

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“A nadie le permitimos dudar de la grandeza histórica del Brasil” Getúlio Vargas

Brasil el mayor de los países sudamericanos, abarca un territorio de 8.512.000 km2, tiene una población de 200 millones y un PIB de R$ 1.5 trillones en el 20131, cuando entra en el siglo XXI adoptando una nueva estratégica geopolítica para sacar ventaja de su inserción en un mundo cambiante debido al proceso de globalización. Este cambio de orientación se concreta dentro de Sur América, su ámbito natural, y consiste en ampliar sus objetivos nacionales con los aliados del Mercosur; en especial con sus vecinos Argentina, Venezuela y Uruguay, con los cuales crea un eje entre las capitales de Caracas-Brasilia-Buenos Aires para articular un proyecto político de desarrollo social compartido.2 Venezuela, que entra al bloque del Mercosur el 21 de junio del 2012, experimenta un cambio global de su orientación histórica con un viraje hacia el Sur, contrastando con el hecho de que durante todo el siglo pasado su política exterior se vio determinada por una producción petrolera volcada hacia el Norte (Estados Unidos). También, con la anexión de nuestro país se termina de completar una unión que teniendo como referencia al Brasil se extiende a todos los países localizados en la cara del Atlántico sur y se proyecta al Caribe. En este proceso histórico, Brasil por sus grandes magnitudes empieza a despuntar en el surgimiento de una gran civilización en los trópicos, el lugar de la “raza cósmica” como la llamó en 1925 el mexicano José Vasconcélos.3 Su incursión en el mundo actual representa la implementación de una vía de desarrollo autosostenida que le permita superar el largo proceso de país dependiente de las metrópolis dominantes del sistema capitalista internacional desde 1500. Asimismo, Brasil por sus proyecciones como aspirante a potencia mundial fortalece la posición con sus vecinos aliados y crea expectativas de poder conformar en un futuro una amplia vinculación estratégica de desarrollo 1 2

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Los datos lo suministra el Instituto Geográfico Brasileño (IBGB) De los países mencionados se destaca el proteccionismo argentino y la ideología bolivariana de Venezuela Para Vasconcelos, “La Raza Cómica” era la quinta raza, la cual dominaría el mundo.

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con África, lo cual impulsaría un tipo de desarrollo sur-sur. Precisamente, la percepción que tenemos de esta realidad en proceso de gestación es el propósito de este trabajo, el cual abordamos desde una perspectiva histórica destacando la original evolución brasileña, convertida en el presente en el pivote estratégico de un proyecto de aliento continental: el Mercosur. El Brasil de hoy es el resultado de un largo proceso histórico que se inicia a partir de su descubrimiento por los portugueses en 1500 y que tres siglos después de su colonización rompe la dependencia económica colonial, cuando el rey Joao VI huyendo de Napoleón Bonaparte llega al puerto de Bahía en 1808, decreta el libre comercio y se traslada a Río de Janeiro donde establece la sede de la corona portuguesa. Posteriormente, en esa misma capital imperial, su hijo Pedro I se proclama primer Emperador del Brasil independiente en 1822. Dos siglos después, la presente generación de brasileños vive cambios rápidos y trascendentales que mudan la potencialidad total del país, creando el mejoramiento de las condiciones de vida de la sociedad. Así, el pueblo brasileño experimenta durante las últimas dos décadas una alteración de sus perspectivas del tiempo mediante la aceleración del proceso evolutivo nacional, el cual tiene un avance sin precedentes que transforma la realidad existente y crea un nuevo proceso de desarrollo histórico superando las tendencias negativas del pasado nacional, una nueva dinámica que está haciendo viable la concreción de la remota aspiración de considerar al “Brasil el país del futuro”.4 Este país se encuentra hoy viviendo un momento de definición exitosa de sus tendencias políticas, sin embargo, un hecho inesperado se manifiesta en el mes de junio del 2013, cuando en las calles de las principales ciudades de ese país incursionan “los indignados del Brasil”, la primera manifestación de este tipo en Sur América de un fenómeno global estimulado por el desarrollo tecnológico de los medios de comunicación y las redes de comunicaciones. Está manifestación de la política mundial contemporánea aparece ante los efectos de la crisis de la económia mundial generada por la burbuja inmobiliaria y la quiebra del banco Lehman Brothers en los Estados Unidos en 2008.5 La 4 5

Una muestra de ello lo constituye el libro de Stefan Zweig, Brasil país del futuro.(1942) El grupo toma como referencia el libro escrito en el año 2010 por el activista de los derechos humanos, el francés Stéphane Hessel, bajo el titulo de ¡Indignaos¡. Hessel participó en la elaboración de la Declaración de los Derechos Humanos proclamados por la ONU en 1948.

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incidencia de este hecho en Brasil causa una gran sacudida dentro el sistema partidario brasilero y en especial en el proyecto “lulista” que venía siendo aplicado a partir del 2003 sin mayores dificultades. La confrontación directa del pueblo en la calle y la clase política brasileña por algunos meses, crea la sensación de cambio de rumbo en la orientación nacional y de la aparición de nuevas formulas de entendimiento para continuar el desarrollo del país. Brasil tiene un tiempo histórico diferente al resto de los países hispanoamericanos; en gran medida por su original evolución durante el siglo XIX, cuando logró evadir el trauma bélico de la independencia, no cayó en la tendencia perniciosa de desintegrar su territorio colonial y su libertador Pedro I preservó sus vínculos con Europa conservando los derechos de sucesión de la familia portuguesa de los Braganzas. Tampoco se produjo una ruptura con el pasado colonial, sino una sucesión dinástica “ordenada” dentro de la familia real, para erigirse como un imperio independiente que lograba mantener el control de su enorme territorio continental. Esta situación se legitima por medio de su primera constitución nacional de 1824, cuando Brasil, aparece adoptando el sistema monárquico, cuya validación del poder político surgía de la persona del Emperador, Pedro I. La adopción de dicho sistema le acarrea el aislamiento en Sudamérica, donde permanece como una enorme isla dentro de un archipiélago de repúblicas. El 15 de noviembre de 1889, cuando se produce un golpe de estado militar que da al traste con el Imperio y manda al exilio al Emperador Pedro de Alcántara (Pedro II), ya el país se había constituido como una unidad nacional. De manera tardía el Estado brasileño se une al resto al resto de las republicas del continente al acoger ese sistema de gobierno cuya emanación del poder político “eventualmente” provenía de los ciudadanos. Sin embargo, el tiempo histórico de Brasil continua separado al del resto de América Latina y mantiene como señala el historiador norteamericano E. Bradford Burns una “alianza tácita” con los Estados Unidos hacia donde exportaba el café, su principal producto de exportación6. En 1930, cuando la crisis del sistema capitalista internacional impacta de manera terminal desarticulando la estructura 6

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El calificativo de “alianza tácita” lo formula el historiador norteamericano E. Bradford Burns en su libro ya convertido en un clásico, The Unwritten Alliance: Rio Branco and the BrazilianAmerican Relations and Perpectives on Brazilian History

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brasileña agro exportadora se produce una revolución nacional que cambía el rumbo histórico del país. La Revolución de 1930 da inicio al surgimiento del proceso evolutivo brasileño contemporáneo que supera la estructura rural y entran en otro ciclo orientado a la urbanización e industrialización. En este nuevo contexto aparece un nuevo tipo de Estado para impulsar los fines de desarrollo nacional, el cual persiste hasta nuestros días, a través de diferentes periodos. Estos cambios se encuentran recogidos en los contenidos programáticos de las diferentes constituciones vigentes en el Brasil después de 1930 y en cuyos textos fundamentales podemos captar la controversial evolución política nacional, la cual gravita entre las tendencias autoritaria y centralista por un lado y la democrática y federalista por el otro. En 1934, la Asamblea Nacional Constituyente acepta el voto universal directo y secreto, así como la orientación liberal democrática como fuente del poder constituido. Sin embargo, considerando la difícil situación existente en el país, la Asamblea deja en la presidencia de la república a Getúlio Vargas. En 1937, Vargas, aprovechando la candente situación mundial y sus efectos desestabilizadores en el país impone con apoyo militar una nueva constitución dictatorial, que le permite controlar todos los poderes en un “Estado Novo”, afirmando un régimen autoritario y centralista. Al terminar la II Guerra Mundial en 1946, se crean constitucionalmente los Estados Unidos del Brasil abriendo el Estado a las prácticas populistas liberales democráticas, pero altamente influenciado por el contexto de la guerra fría, cuyo desenlace termina de manera abrupta con un golpe de estado de 1964. El derrocamiento del presidente Joao Goulart pone fin a la experiencia democrática de post guerra e inicia un periodo autoritario que dura 21 años, tiempo en el cual los militares van limitando los derechos civiles de la constitución mediante decretos, hasta implantar por vía de hecho una nueva Constitución en 1967. El 5 de octubre de 1988 el Congreso Nacional brasileño actuando en funciones de Constituyente y presidido por el prestigioso político Ulysses Guimaraes, máximo líder del PMDB sanciona, en medio de gran celebración cívica, una Nueva Constitución, la más liberal y democrática de la historia del país que ponía término al oprobioso período autoritario vivido por Brasil desde el golpe de estado de 1964. La Constitución marca la separación de aguas en

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la evolución política entre el pasado dictatorial y el presente democrático cuyo perfeccionamiento alcanza un nivel de estabilización a partir de la superación de la aguda crisis surgida en 1992, cuando se produce el impeachment que aparta del cargo al presidente Collor de Melo y pone en funciones al Vicepresidente Itamar Franco. El nuevo presidente encargado cambia el rumbo de la orientación nacional del criticado sistema neoliberal, caracterizado por la exclusión social, hacia la senda de un nacionalismo incluyente con crecimiento económico. En el marco de las elecciones presidenciales de 1994 aparece un nuevo centro político nacional, mediante el cual el sistema multipartidario se regulariza entre dos polos creados entre las divisas ideológicas del PSDB, social demócrata y PT, socialista, ambos partidos fundados en la década de 1980. En el campo social demócrata destaca la figura del sociólogo Fernando Henrique Cardoso y en el segundo el dirigente sindical Ignacio Lula da Silva. En las elecciones de 1994 sale elegido Cardoso como presidente y permanece dos periodos en el cargo hasta el año 2002. En ese tiempo logra estabilizar los persistentes desarreglos inflacionarios de la economía mediante la aplicación del Plan Real. En la elecciones del 2002, en su cuarto intento, gana Lula la presidencia y gobierna también por dos períodos hasta el año 2010, fueron ocho años de gestión que lo convierten en uno de los presidentes más destacados de la histórica contemporánea de su país;7 impulsa una transformación social de grandes dimensiones, rescatando de la pobreza a millones de brasileños con un gran crecimiento económico y una proyección positiva de la imagen de su país en el mundo. Todo ello es posible en la medida en que finalmente, el Estado deja de ser un instrumento de las clases dominantes para ponerse al servicio de todos los brasileros. A partir de la Constitución de 1988 se empezaron a normalizar las relaciones civiles-militares, superando el pernicioso pretorianismo y la indebida intromisión de los militares en la vida política nacional que había degradado los valores cívicos de la república. Asimismo, la desmesurada deuda externa, la mayor del mundo, influía de manera negativa para aminorar la enorme deuda social acumulada a través de su historia que aquejaba a la mayor parte 7

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Este concepto es señalado por Fernando Morais, biógrafo de Lula, en el programa “Los Influyentes” CNN 8/12/13

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de su población. Lógicamente, lo anterior contaba en gran medida para el desequilibrio existente entre los planos político y económico.

1. Evolución del estado brasileño 1822-1994 El Estado, desde su aparición en Brasil en 1822, ha evolucionado de manera constante como un ente jurídico en construcción. Se inicia como un Imperio, y después de 1889 se convierte en República, sin embargo, siempre ha permanecido como el garante defensor del molde territorial heredado de la colonia donde se ha venido formando la nación, así, el Estado se forma primero que en el resto de países hispanoamericanos por cuanto allí no se produjo un cruento proceso de independencia y de ruptura con el pasado colonial. Brasil es el único espacio americano que reprodujo en su suelo el poder de su metrópoli europea, Portugal, su país colonizador. Esto se inicia a partir de 1808 cuando el monarca Joao VI huyendo de las fuerzas de ocupación de Napoleón Bonaparte se traslada a Río de Janeiro donde establece la sede del imperio portugués.8 El traslado de la familia Braganza cambió el orden del colonialismo en Sudamérica, por cuanto Portugal se convierte en la periferia del Brasil. En este contexto, en 1822 la independencia del Brasil se produce como un reacomodo dentro de la familia real entre padre e hijo, después del regreso del rey Joao VI a Portugal, para jurar la Constitución surgida de la Revolución de Oporto de 1822. En esa oportunidad deja encargado del Brasil a su hijo el príncipe Pedro, quien atendiendo a la nueva situación creada toma la decisión de quedarse en Brasil para protegerlo de su inminente recolonización. Pedro con su grito de independencia, lanzado en Ipiranga, el 7 de septiembre de 1822 impide la desintegración de la unidad del país. El Estado naciente no era improvisado ya que preservaba parte de la burocracia formada desde 1808, integrada por un número apreciable de brasileños que había ingresado al servicio público, logrando por sus servicios prestados incorporarse a la nobleza del reino. También, en la persona del Emperador Pedro I, se preserva el derecho hereditario del poder patrimonial de la familia portuguesa de los Braganzas inserta en la sociedad brasileña En tal sentido, 8

Gomes, Florentino, 1808. pp 88-238.

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con la independencia se convalida el sistema monárquico con el propósito de formar una nación inexistente todavía a través del reconocimiento del Estado, encarnado por el emperador, Pedro I.9 Esta situación resultó bastante diferente a lo ocurrido en Hispanoamérica donde la Independencia se alcanza mediante una lucha anticolonial y en cuyo proceso se formó un sentimiento nacional que termina por crear los nuevos estados nacionales. En Brasil en cambio, la principal función del estado fue la preservación de la unidad territorial y durante la transición de la independencia pudo convertir el territorio colonial en territorio nacional. En 1815 después de la derrota de Napoleón, las potencias europeas reunidas en el congreso de Viena discuten el nuevo orden mundial y encaran la situación de Portugal, el único imperio que era gobernado desde América del Sur. El rey Joao VI con astucia para neutralizar las autoridades europeas propuso la formula de crear un reinado dual entre Brasil, Portugal y Algarve, gobernado desde Río de Janeiro. Posteriormente, como se ha señalado, al Brasil separarse de Portugal crea un nuevo imperio independiente en los términos señalados en la primera Constitución sancionada en 1824. El Estado brasileño hasta el primer período de la República, conocido como la “Vieja República”, mantiene su posición elitista y excluyente de los sectores populares en los momentos coyunturales de su proceso histórico, tanto en la Independencia, como en el surgimiento de la República en 1889, debido a una concertación cupular en el Estado acordada entre las elites. Consecuentemente, este proceso evolutivo es más conservador que el hispanoamericano pero menos traumático por inclinarse hacia la transición y conciliación. El historiador brasileño Raymundo Faoro en su libro Os donos do poder señala cómo su país desde la colonia fue gobernado por una comunidad de burócratas que controlando el Estado frustraban el desarrollo independiente del país. Esta tendencia se rompe en 1930, cuando se produce la primera gran Revolución Nacional brasileña, en esa oportunidad la situación económica del país coincide con la gran crisis del capitalismo internacional en 1929, iniciada con el crack de la bolsa de Nueva York, hecho desencadenante en Brasil de las contradicciones internas acumuladas durante la Vieja República. En 1930 se 9

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Gomes, Laurentino 1822, Como um homen sábio. Uma princesa triste e um escocés louco por dineheiro ajudan D. Pedro a criar o Brasil – um país que tinha tudo para dar errado pp 55-223

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termina con el sistema federal controlado por los estados de Sao Paulo y Minas Gerais, mediante el pacto de gobernadores firmado por sus oligarquías. Con la caída del gobierno de las oligarquías de Sao Paulo y de Minas Guerais aparece el político gaucho Getúlio Vargas, procedente de Río Grande del Sur, quien domina el escenario nacional desde octubre de 1930 hasta agosto de 1954, cuando toma la trágica decisión de suicidarse para contrarrestar un golpe de estado en su contra. Durante veinte años Vargas se convirtió en el gran impulsor y a la vez primer articulador del nuevo frente socio-económico del Brasil contemporáneo. La nueva realidad impulsada por Vargas adoptó prácticas populistas que cambiaron el rumbo del país rural agro-exportador del café a uno urbano y en vías de industrialización. Después de la muerte de Vargas el clamor popular detiene las intenciones golpistas de la reacción conservadora y el país continua transitando por la senda del populismo actuando en los marcos de la constitución democrática liberal de 1946. Entre 1954 y 1964 Brasil sigue un curso zigzagueante acumulando grandes antagonismos producto de los enfrentamientos entre los sectores nacionalistas y los calificados de “entreguistas”, que abogaban por un entendimiento con el capital extranjero. En esta década se logran momentos de grandes realizaciones como el que se produce durante el gobierno del presidente Juscelino Kubitschek, cuyo lema fue los “50 años en 5”. En el proyecto de transformación nacional del gobierno destaca la construcción de la nueva capital Brasilia, cuya trascendencia se reflejó en todo el orden del país, y en el orden demográfico al distribuirse mejor la población en el inmenso territorio nacional. Posteriormente, se produce la renuncia súbita de Janio Quadros a la presidencia de la República en agosto de 1961, y más tarde, el desenlace dramático del golpe de estado de 1964 contra el presidente Joao Goulart. El golpe militar de 1964 termina con la tradición del ejército heredada de la época del Imperio de ejercer el Poder Moderador para mantener el equilibrio de una sociedad de valores políticos liberales. A partir de ese momento se establece la permanencia autoritaria corporativa al frente del Estado por un largo período. El cese del ejercicio de los derechos civiles como consecuencia de los Actos Institucionales castiga a la sociedad civil brasileña y la coloca en una situación difícil y traumática. El fin del desarrollo económico populista es suplantado por veinte años de gobiernos militares propiciadores de un

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liberalismo económico, que hasta 1973 fue de alineación automática con los Estados Unidos y en Sur América puso en práctica una política de “fronteras ideológicas” anticomunistas, Después de 1974 los gobiernos militares asumen un pragmatismo responsable y ecuménico. El tránsito de la dictadura militar a los gobiernos civiles democráticos durante la década de los años 80 se produce dentro de un contexto de distensión o “apertura” política. En 1985, cuando terminaba el gobierno del General Joao Figueiredo (1979-1985), movido por la presión popular convoca a elecciones indirectas la cuales gana el candidato del partido de oposición PMDB, Tancredo Neves. Pero debido a la muerte de éste asume el cargo el vicepresidente, José Sarney. El inicio de los primeros gobiernos civiles no fue una tarea fácil por cuanto el país se encontraba desfasado de los rápidos cambios del orden internacional en los umbrales de la globalización. En tal sentido, mientras se derrumbaba la aspiración de los militares de convertir al Brasil en una potencia mundial nuclear, y los civiles no lograban articular un proyecto nacional de reemplazo, el país se ve severamente impactado por la deuda internacional, la inflación y la falta de consenso político A principios de la década de 1990, el país seguía a la deriva y la incertidumbre alcanza un momento climático el mes de octubre de 1992 cuando se produce el impeachment del presidente Fernando Collor de Mello, que lo separa del cargo y determina la subida a la primera magistratura nacional del vicepresidente Itamar Franco. A partir de este momento, el nuevo gobernante asume una postura nacionalista y en lo externo opta por rechazar la propuesta norteamericana del ALCA, manifestando su vocación por el mercado sudamericano. Esta posición contribuye a la conformación de un saludable centro político que le permite al Brasil la estabilidad necesaria para entrar con buen píe en el nuevo milenio. Precisamente, la posición nacionalista y el centrismo político son las condiciones socio políticas que permiten, posteriormente, el ascenso del estado lulista a partir del año 2002, modelo que a partir de junio del año 2013 se encuentra en un proceso de evaluación entre la sociedad brasileña.

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2. Del “lulismo” de 2003 al impacto de los indignados en 2013 El “Lulismo” es una adaptación por vías democráticas del socialismo con marcado acento en lo social. El fenómeno tiene sus inicios en diciembre del 2002, cuando Luiz Inácio Lula da Silva candidato del Partido de los Trabajadores, PT, gana las elecciones presidenciales y toma posesión del cargo el primero de enero del siguiente año. En esa oportunidad reconoce: “y yo, que durante tantas veces fui acusado de no tener un titulo universitario, consigo mi primer diploma, el titulo de presidente de mi país”.10 La falta de formación universitaria del presidente es suplida con un instinto político natural, así como por su experiencia de vida, y no fue óbice para que gobernara por dos períodos consecutivos desde el año 2003 hasta el 2011, proyectando, unido a su carisma indiscutible, una nueva imagen del Brasil con un rostro más humano. Para mantenerse en el poder Lula articula una alianza con partidos de orientación ideológica diferentes al socialismo, entre ellos al PMDB fundado en la época de la dictadura militar un partido más conservador que el PT pero con gran influencia en el Congreso, por lo cual se le adjudicó la Vicepresidencia de la República en el año 2003.11 Esta combinación política le permitía a Lula adoptar una posición centrista en el espectro político del Brasil, pero en todo caso más a la izquierda que la asumida por su antecesor el ex presidente social demócrata Fernando Henrique Cardoso, del PSDB, quien gobernó el país entre 1994 y 2002 y logró estabilizar la irregular economía brasileña con la nueva moneda “el real”. Los analistas que acompañan la evolución del Brasil en las últimas dos décadas establecen un contraste entre las relaciones de las administraciones del PSDB y las del PT resaltando sus diferentes logros, pero se dividen en cuanto a atribuirle a Cardoso o a Lula el crédito por la estabilización del Brasil y su reconocimiento mundial.12 10 11

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Discurso de toma presidencial del 1 de enero de 2003. Prominentes dirigentes del PMDB han sido acusados de corrupción entre ellos el presidente del Congreso Nacional y el gobernador de Río de Janeiro Sergio Cabral, quien durante los meses de julio y agosto 2013 fue objeto de frecuentes protestas de los indignados en esa ciudad. Por ejemplo, en el mes de mayo del 2013 el vicepresidente de los Estados Unidos. Joe Biden, visita al Brasil para invitar a la presidenta Dilma Rousseff a visitar Washington en el mes de

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A partir de 1994 se crea una polarización entre los partidos PSDB y PT, que produce una acción pendular entre dos polos ideológicos articulados alrededor de la social democracia representado por PSDB y/o un socialismo más a la izquierda representado por el PT. Esta situación parece “eventualmente desafiada” a finales del 2013 por el surgimiento de un sentimiento crítico en sectores de la población que pretende capitalizar nuevos entendimientos políticos como por ejemplo el creado entre parcialidades diferentes representada por Eduardo Campos del PSB y Marina Silva de Red de Sustentabilidad. Muy posiblemente se puedan implantar nuevos acuerdos buscando vías alternas pero dentro de los marcos democráticos ya que la vía dictatorial se encuentra superada. Dentro de los partidos PSDB y PT, creados en las últimas décadas del pasado siglo, se ha reagrupado el espectro de los 32 diferentes partidos políticos inscritos legalmente en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) en 2013.13 En el primer partido, los partidarios de Fernando Henrique Cardoso señalan que Brasil logra la creación de un centro político nacional que le garantiza la estabilidad indispensable para el crecimiento y desarrollo. Mientras, los partidarios de Lula, un presidente de izquierda, hacen énfasis en el surgimiento de un Brasil como modelo de la inclusión social y crecimiento económico que pretende aprovechar la coyuntura internacional para construir un modelo socioeconómico alternativo en respuesta a la crisis de la globalización neoliberal. Lula, durante su primer gobierno en julio de 2005, confronta un sonado caso de corrupción conocido como el “Mensalao”, el cual logra superar con dificultad y continuar en el gobierno. En esa oportunidad logró deslindar su responsabilidad personal con la de prominentes miembros de su partido el PT envueltos en el hecho. El escándalo se caracterizó por el descubrimiento de un contubernio ente prominentes políticos de diferentes partidos en el congreso que negociaban los votos para la aprobación de millonarios contratos públicos.14 El principal indiciado del caso resultó ser alguien muy cercano al presidente de

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octubre. En esa oportunidad declaró: “Brasil no es más un país emergente, Brasil ya emergió y demostró que no hay que escoger entre democracia y desarrollo” Meneguello, Rachel, Las elecciones de 2010 y los rumbos del sistema de partidos brasilero. Política nacional, fragmentación y lógica de coalición, 60 pp Este tipo de corrupción no era nueva en Brasil, pero lesionó grandemente al PT partido socialista que tenia la honestidad administrativa como uno de sus principios

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la República, el ministro de la Casa Civil, José Dirceu. Posteriormente, durante el gobierno de Dilma Rouseff, en el año 2012, en lo que se consideró el juicio más importante en Brasil en contra de la corrupción, el Tribunal Supremo de Justicia Federal halló culpable a Dirceu en unión de veinticuatro cómplices por la formación de una “cuadrilla [con] corrupción activa”15. La encarcelación de los reos no se produjo de inmediato debido a las apelaciones de las sentencias pero finalmente se produce a finales de 2013, cuando el presidente del TSJB, Joaquím Barbosa decreta la prisión.16 Esto crea gran revuelo en la opinión publica y se convierte en tema importante de consideración para las elecciones del próximo año. La corrupción también se involucra en la celebración del Mundial de Fútbol en el 2014, y se denuncian diferentes casos que según algunas fuentes puede alcanzar la fabulosa cifra de hasta 14,000 millones de dólares.17 La evaluación de todos estos casos indujo a algunos analistas a señalar que los políticos actuales en tiempos de democracia, podían ser incluso más corruptos que los de la época de la dictadura militar entre 1964 y 1985, ya que las principales organizaciones que gobiernan Brasil desde 1994 se encuentran mencionadas en irregularidades administrativas. Contra el PSDB se presentaron indicios de corrupción durante las dos administraciones de Fernando Henrique Cardoso con relación a las privatizaciones realizadas en esos períodos.18 En cuanto al PT indiciado y juzgado durante los periodos de Lula, para defenderse señala que fue “victima de un sistema político electoral proclive a la corrupción”.19 Los anteriores eventos cuentan en gran medida para la comprensión de las manifestaciones de los indignados en Brasil, sin embargo el Lulismo goza 15

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Para una comparación con la situación de Venezuela ver el editorial del Nacional “Sin ley Habilitante Contra la corrupción” domingo 25 de agosto de 2013 p.9 Barbosa abogado y juez fue elegido Presidente del TSJB en 2013 y toma gran notoriedad por ser la primera persona de color negro que en Brasil llega a ese cargo. La información sobre el caso del Mensalao fue obtenida de los periódicos O Estado de Sao Paulo, y la Folha de Sao Paulo, del mes de junio de 2013. En otras investigaciones sobre la corrupción se denunció también que el hijo mayor del presidente Lula, Pedro Luis da Silva había incurrido en negociaciones irregulares en la compra de propiedades rurales. Ver el trabajo del periodista Amaury Ribeiro Jr. A privataria Tucana, 2011. Marco Aurelio Garcia en O Estado de Sao Paulo, 20/11/2013.

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todavía de una amplia aceptación nacional y reconocimiento internacional. En el año 2010, Lula contaba con 80% de aceptación lo que le permitió sin dificultades seleccionar personalmente a su sucesora en le cargo, Dilma Rousseff. En esa oportunidad, para la transición, amplió la base partidaria incorporando los partidos PSB, PR, PSD, PP, PTB Y PRB., así como a la central sindical CUT para darle mayor estabilidad a Dilma, la primera mujer en gobernar al Brasil. Durante “la era Lula” el Brasil se convierte en la sexta economía del planeta; entra en el club privilegiado de los BRICS,20 que controla casi la mitad del comercio del mundo, y en Sudamérica se convierte en una de las principales referencias del ascenso geo-económico del continente, además alcanza una influencia determinante en la nueva organización de UNASUR, organismo supranacional en el cual se concilia y orienta el nuevo curso evolutivo del Continente en el siglo XXI. Son muchas otras las realizaciones de la era Lula, pero posiblemente la más destacada es el rescate de más de 30 millones de brasileros de la línea de pobreza, por lo cual es considerado como un modelo exitoso entre los países en desarrollo del mundo. La presidenta Dilma, en sus primeros tres años de gobierno, continuó los pasos de Lula e intentó proyectar una imagen personal, a pesar del carisma y peso político de su tutor, quien continuó desempeñando un rol protagónico, la falta de ese mismo carisma en la mandataria hizo que ella ocupara un puesto más recatado en el escenario internacional, concentrándose en el plano nacional. En general el desempeño de Dilma es considerado positivo por la opinión pública y a principios del mes de junio de 2013, según la “Datafolha”, instituto de “pesquisa” de opinión pública del periódico Folha de Sao Paulo, le daba 57% de aprobación21. Hasta ese momento, según los pronósticos, la reelección de Dilma para el próximo año 2014 era un hecho ampliamente aceptado. Sin embargo, en la inauguración de la copa Confederaciones de fútbol el 1 de junio de 2013 20

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Acrónimo formado por las iniciales de los gigantes Brasil, Rusia, India, China y Sur África, según clasificación de la consultoría Goldman Sachs. Brasil alcanza la membresía de este exclusivo grupo de países en tiempos de globalización por su enorme territorio y la sostenida intención del Estado, desde la Revolución de 1930, de impulsar la industrialización. Según la misma fuente a finales del mes de junio cayó a 30% y el 25 de agosto subió a 37%

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en el estadio Maracaná, fue abucheada por la multitud asistente y pocos días después se precipitaron los eventos señalados al inicio del presente trabajo. Ante los actos de calle la dignataria asumiendo el golpe popular como un desafío al poder político nacional, se dirige a la nación reconociendo: “este mensaje directo de las calles es de repudio a la corrupción y el uso indebido del dinero público”22 y añade, “los que fueron ayer a las calles dieron un mensaje directo al conjunto de la sociedad, sobre todo a los gobernantes de todas las instancias: por más ciudadanía, mejores escuelas, hospitales, así como un trasporte público de calidad y precio justo”. 23 La presidenta tratando de contrarrestar la arremetida popular, propone la elaboración de un plebiscito, intentado evitar que la reagrupación de las fuerzas políticas opositoras capitalicen la situación. Los que ya se saben candidatos presidenciales se manifiestan, Marina Silva, del PV señala: “el actual modelo político además de desautorizado por el repudio de la polifonía de las multitudes, también esta siendo discutido, destruido y al menos de manera simbólica, sepultado” 24; Aecio Neves del PSDB declara: “todo lo que Brasil no necesita hoy es una presidenta”25, y el gobernador del estado de Pernambuco, Eduardo Campos, del PSB, señaló que la presidente no representaba un camino para el país26. Sin embargo, la aplicación de un plebiscito no encontró eco en el Congreso ni por los partidarios del gobierno ni de la oposición evitando el descabezamiento de la elite política nacional.27 A partir de ese momento se intensifica el debate, puesto que las tendencias políticas han sido alteradas y se han creado nuevos escenarios posibles para las 22 23 24

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O Globo, 5 de junio de 2013 El Universal, Caracas, 3 de junio de 2013 p I-10 Marina Silva, “No Susto”, Folha de Sao Paulo, 28 de junio de 2013. Ex senadora, fue ministra del Medioambiente y candidata a la presidencia de la república en 2010 por el PV (Partido Verde) y probable candidata a la Vice-presidencia para las elecciones de 2014. Aecio Neves, O Globo, 9 de julio de 2013. Senador por el PSDB-MG, fue gobernador de Minas Gerais entre 2003 y 2010, Es nieto de Tancredo Neves, economista y candidato por su partido a las elecciones del 2014. Campos es hijo de Antonio Arraes uno de los pocos gobernadores que resistieron la dictadura militar. Según O Estado de Sao Paulo del 26 de agosto de 2013, el PT tenía las firmas requeridas para pedir en el Congreso el plebiscito.

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elecciones del próximo año. Todo indica que Brasil se orienta hacia la búsqueda de más y mejor calidad de democracia, ya sea por la rectificación dentro del estado nacional lulista; o por la búsqueda de nuevas alternativas de desarrollo socio económico, cuya orientación afectará el futuro Sudamericano Las sorpresivas y contundentes manifestaciones de insatisfacción ciudadana en Brasil, que estallaron durante el mes de junio de 2013 -convocadas inicialmente por las agrupaciones: “Movimiento Passe Livre”, “Tarifa Zero” , “Utopia del Bien” y posteriormente por los violentos “Black Blocos”- quienes capitalizaron las acciones de calle durante el mes de octubre ante el aumento del pasaje urbano en la ciudad de Sao Paulo, cuya repercusión alcanza niveles nacionales,28 establecen un meridiano en le proceso de evolución política brasileña. La activación convocada a través de un verdadero enjambre de redes de comunicación social accionadas por los ciudadanos descontentos congregaron enormes manifestaciones de indignados en contra de la corrupción de la clase política, el retorno de la inflación, la caída del crecimiento económico y la cuantiosa inversión por parte del gobierno en la celebración de un mundial de futbol que oculta los males nacionales. Igualmente está planteado un reacomodo de los diferentes niveles de articulaciones de la estructura del estado. En el entendido de que el Estado brasileño ha evolucionado como el centro de conciliación entre las elites regionales, las cuales atendiendo a sus intereses en común articulan el pacto nacional. Este original estado nacional apela más a la cooptación y continuidad que a la confrontación y ruptura para solventar sus diferencias y contradicciones. Para seguir manteniendo la unidad territorial el estado nacional brasileño se redefine después de 1899 en la República, bajo el lema del positivismo, “orden, y progreso”.

3. El lulismo en Sudamerica, la cooptacion de Venezuela Lula le da un giro importante al Mercosur para convertirlo en un instrumento del crecimiento social, económico y político de Sudamérica, así 28

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Brasil es el primer caso en Sudamérica que presenta el fenómeno de “los indignados”, visto ya en Europa, Estados Unidos, y de manera destacada en el Medio Oriente (Egipto, Israel, etc.). En nuestro Continente después de junio se ha repetido en Perú y con bastante contundencia en Colombia con el paro agrario.

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como en gran medida para contener la hegemonía de los Estados Unidos. El 1 de enero de 2003 Lula afirma en su discurso inaugural que el Mercosur, así como la integración de América del Sur en su conjunto, es sobre todo un proyecto político, y el 16 de octubre en unión del presidente de Argentina, Néstor Kirchner firma el “Consenso de Buenos Aires” en un claro intento de anteponerse a los preceptos neoliberales recogidos en el “Consenso de Washington”, un proyecto hegemónico que dominó la política económica del Continente durante la última década del siglo XX. En el documento firmado en Buenos Aires se expresa: “Mercosur no es sólo un bloque comercial sino que constituye un espacio catalizador de valores, tradiciones y futuro compartido [y explicita] que la integración sudamericana debe ser promovida en el interés de todos, teniendo por objetivo la formación de un modelo de desarrollo en el cual se asocien el crecimiento, la justicia social y la dignidad de los ciudadanos” (Consenso de Buenos Aires. 2003). La nueva orientación del bloque establece un desplazamiento de los empresarios por las burocracias gubernamentales, quienes trazan las líneas políticas de crecimiento. A partir del 2003 el Mercosur se presenta como el mercado más dinámico y con mayor poder de atracción en Sudamérica ya que la Comunidad Andina de Naciones se estancaba y surgían contradicciones entre sus miembros. En este tiempo se creaba la sensación de una eventual extensión del Mercosur a todo el continente actuando con un centro coordinador en la UNASUR. Sin embargo, países como Chile y Colombia expresaban reservas que después se ampliaron en las elecciones del Perú en 2011.29 Un año después, otra situación se hace presente en el continente con la destitución del presidente Fernando Lugo en Paraguay en julio de 2012, por el Congreso de su país, momento en el que los países miembros del Mercosur toman una polémica posición al desincorporar a Paraguay del bloque;30 acto seguido se produce el acelerado ingreso de Venezuela al Mercosur, hecho que genera polémica con 29

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Durante las elecciones el candidato de orientación nacionalista Ollanta Humala creo una expectativa al señalar sus simpatías con el modelo lulista brasileño y que de ser presidente se vincularía con el Mercosur, permitiendo una salida a Brasil por el Pacifico. Sin embargo, después de resultar electo presidente se inclinó por mejorar el acercamiento con sus vecinos Chile y Colombia y menos con Brasil. Ver la prensa durante el año 2013, en especial El Nacional y El Universal de Caracas y O Estado de Sao Paulo en Brasil.

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relación a la politización del organismo, e inclusive dentro del Brasil el ex canciller Celso Lafer manifestó que Paraguay fue excluida arbitrariamente del Mercosur por una sanción que no estaba en conformidad con las normas del bloque y de esa manera su país perdía credibilidad internacional.31 Después de las elecciones presidenciales de 2013 en dicho país, se supera el impasse con la reincorporación de Paraguay, y la anuencia del Congreso de ese país permitiendo el ingreso de Venezuela al Mercosur, sin embargo quedó en el ambiente una situación de inconformidad con relación a la toma de decisiones dentro del grupo. También, el líder opositor y candidato a la presidencia de la República Aecio Neves del PSDB señalo que Brasil debía “liberar al Mercosur de amarras ideológicas y flexibilizarlo”, por cuanto su país se encontraba en una encrucijada con su política exterior al darle prioridad a la ideología en relación a otros países y bloques.32 Este criterio es compartido por otros críticos quienes argumentan que el bloque se torna una unión encerrada dentro de las fronteras económicas colectivas de sus miembros, con una vocación de apertura mas cerrada que la que propugna la Alianza del Pacifico creada en 2011. Esta última integrada en el continente por Chile, Perú, Colombia y México, mantiene un esquema abierto hacia la economía mundial con menos regulaciones y buscando vincularse con los grandes centros económicos del mundo aun cuando fortalecen sus vínculos con China, Estados Unidos y la Unión Europea. El ingreso de Venezuela al Mercosur representa un viraje histórico de la diplomacia petrolera en el siglo XXI. Desde la aparición del petróleo en Venezuela, por primera vez se produce a partir del 2002 un desfase entre la problemática interna nacional y la situación internacional. Hasta ese momento tradicionalmente, las desavenencias y enfrentamientos políticos nacionales eran finalmente convalidados por el factor dominante en la política externa, la supervisión de los Estados Unidos. El tránsito al nuevo siglo empieza a manifestar una nueva realidad política en América del Sur, en el año 2000 se reúnen en Brasilia por primera vez los doce presidentes sudamericanos y empiezan a definir la creación de un nuevo espacio histórico común, en el marco de esta nueva posibilidad se acentúa el acercamiento entre Venezuela y Brasil. Dos años después, en Venezuela, durante 31 32

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Periódico ABC Asunción, Paraguay 15 de julio de 2013. El Universal, Caracas, 19/12/2013 p, I-2

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la presidencia de Hugo Chávez Frías iniciada en de 1999, se genera una crisis creada por la confrontación de dos polos opuestos que dividen la sociedad entre los que rechazan la aplicación de un modelo radical de refundación de la república, y los que lo apoyan. Esta situación alcanza un momento climático cuando se produce en marzo de ese año una huelga petrolera en PDVSA, y en abril un intento de golpe de estado. En ambos eventos, Chávez acusó a los Estados Unidos como el agente externo, e internamente adoptó medidas drásticas para contrarrestar la supuesta ingerencia. Para ese momento, el gobierno del Brasil desempeña un rol estabilizador de la región por dos vías: primero, promocionando la creación de un grupo de países amigos de la democracia en Venezuela y auspiciando una política a favor de crearle estabilidad al país, que indudablemente termina por beneficiar a Chávez; segundo, con relación a la huelga de PDVSA su actuación fue más significativa, ya que en el momento más álgido de la huelga petrolera, la compañía PETROBRAS, con la anuencia compartida entre los presidentes, el saliente Fernando Henrique Cardoso, e Inácio Lula da Silva, recién electo, quienes acuerdan mandar un buque cargado de gasolina para palear la grave situación de falta de combustible en Venezuela. Este hecho marca un momento de deslinde importante para el destino económico de Venezuela, ya que de esta manera el gobierno de Venezuela supera ésta difícil coyuntura obviando la asistencia de los Estados Unidos. Según lo anterior, es valedero considerar que Chávez se legitima en el poder mediante el surgimiento de una nueva correlación entre el polo Chavista de la sociedad venezolana y el nuevo cuadro político creado por un nuevo orden internacional en formación, en el cual se destaca la aparición de un nuevo nacionalismo sudamericano cuya expresión no se limita al ámbito restringido de los estados nacionales sino que va más allá estimulando posiciones continentales. En este contexto aparece la coincidencia de acciones políticas entre diferentes países y gobiernos del área mostrando un nuevo comportamiento común, lo cual representa para algunos analistas un viraje hacia la izquierda que viene a suplantar las tendencias en la última década del siglo pasado. Muestra de ello lo señalamos anteriormente es el Consenso de Buenos Aires firmado entre el presidente de Argentina, Néstor Kirchner, y el de Brasil, Lula, en el año 2003.

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A partir del 2003, cuando Lula llega a la presidencia del Brasil, se establece una fraterna relación con el presidente Chávez, la cual se traduce en un rápido proceso de profundización de las relaciones bilaterales, pasando éstas al grado de “estratégicas” en el año 2005. Los dos presidentes acuerdan en el año 2007, encuentros trimestrales para revisar los avances de la cooperación entre los dos países, tres años más tarde el presidente Chávez señalaba: “tenía mucha razón Lula al decir que en 8 años hicimos dos y hasta tres veces más de lo que se hizo en cinco siglos. Y todo esto como lo refirió él mismo, porque también hace poquísimo tiempo descubrimos que tenemos más en común en el Sur, que todo lo que podemos recibir del Norte”33 Según la investigadora brasileña Verena Hitner, Lula durantes sus dos períodos de gobierno entre 2003 y 2010 realizó 267 visitas internacionales a otros países, desarrollando relaciones presidenciales directas sin precedentes en Brasil, un país que se ufana de tener una cancillería de prestigio: (Itamaraty), de éstos encuentros 13 fueron en Venezuela para reuniones bilaterales a las cuales se le suman otras tres reuniones multilaterales que se realizaron en Venezuela. Por su parte Chávez visitó el Brasil en 20 oportunidades, siendo el mandatario sudamericano que más veces fue invitado a ese país durante el período.34 En pocos años se logra así formar un complejo entramado de intereses binacionales mediante los cuales las exportaciones brasileñas saltan de 536 millones de dólares en 1999 a seis (6) billones en 2012, creando una relación asimétrica en lo económico a favor del Brasil. En la acción del establecimiento de puentes de integración actúan de manera coordinada las compañías privadas brasileñas: Camargo Correa, Andrade Galvao y Odebrecht, así como las financieras Ultra, Braken y Gerdau con un amplio portafolio de 20 billones de dólares, junto con las agencias gubernamentales IPEA, Caixa Económica y Embrapa que actúan como la contraparte del gobierno venezolano.35 Evidentemente, en el 2013 se puede apreciar una influencia importante del modelo lulista y una afinidad de propósitos con el chavismo en Venezuela. 33 34

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Chávez, Las líneas de Chávez. Caracas, Presidencia de la República de Venezuela, 2010. p.25 Hitner, Verena, Um balance das relacoes político-diplomáticas entre Brasil e Venezuela no periodo de 2010-2011. p.9 Los datos económicos los suministra el Ministerio de Desenvolvimiento Industria e Comercio Exterior, Secretaria de Comercio Exterior disponible en aliceweb.desenvolvimento.gov.br/

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5. La busqueda de un nuevo orden y progreso en el siglo XXI Con el advenimiento de la República del Brasil el 15 de noviembre de 1899, los militares complotados contra el emperador Pedro II establecen una nueva bandera nacional cuya divisa era: “Orden y Progreso”. Estas palabrasconceptos recogían los postulados del positivismo, la ideología internacional adoptada por la elite que tomaba el poder, representado en la Academia Militar para justificar el derrocamiento del Imperio. No obstante, los antecedentes a favor de la republica se remontan a 1870 cuando aparece la primera proclama del movimiento republicano en Río de Janeiro en cual señalaban: “Somos de América y queremos ser Americanos”. Para ellos, Brasil era “un país aislado”, infelizmente separado de las repúblicas hispanoamericanas. Esta situación sólo es superada parcialmente después de 1889, por cuanto la nueva cancillería republicana opta por darle continuidad a la política imperial para mantener al Brasil como una unidad indivisible. En este sentido, la nueva elite gobernante en Brasil le da mayor importancia al establecimiento de los límites de separación con las repúblicas vecinas, que al acercamiento entre las sociedades lusobrasileña e hispanoamericanas. En este punto destaca la trascendente actuación del Barón de Río Branco, quien al frente Itamaraty (1902–1912) demuestra una clarividencia excepcional en cuanto a la visión futurista de la geopolítica de resguardar y legalizar la unidad territorial del imperio brasileño para el siglo XXI como lo vemos en nuestros días. El canciller de manera pasmosa logra establecer legalmente por vía de negociaciones los 14 mil kilómetros de límites del Brasil con sus países vecinos. En la parte Norte del Brasil es donde hoy podemos apreciar la importante actitud visionaria de Río Branco al conquistar nuevos territorios y preservar los espacios ganados por la agresiva colonización portuguesa. Con determinación toma la decisión de anexar y después comprar a Bolivia el territorio de Acre, colocando a su país como el de mayor influencia en la región Amazónica, en la misma medida que normaliza los límites con las repúblicas de Colombia y Venezuela y la separación legal con los delicados enclaves coloniales europeos en las Guayanas inglesa, holandesa y francesa. Lo anterior le permite al Brasil mejorar su posición al norte del país cuando en los inicios del nuevo milenio ha superado las condiciones de vida en esa área, asi como las del continente han cambiado positivamente. El capitalismo brasileño

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empieza finalmente a conseguir salidas confiables para disputar la región del Caribe con las potencias mundiales. También, la recuperación geoestratégica de la parte norte del Brasil se fortalece, grandemente, con el ingreso de Venezuela en el MERCOSUR. Con respecto a las relaciones con las repúblicas vecinas en América del Sur, por razones geopolíticas Brasil atendió con cuidado las relaciones con Argentina durante el siglo XX ya que era su principal rival en el área, hoy por el contrario este país se ha convertido en su principal aliado. La liberación de la presión en su frontera sur le permite al estado brasileño reformular sus prioridades de atención interna y por esta razón en las últimas décadas puede darle atención preferencial a la región norte para su desarrollo. Consecuentemente, al mejorar su posición en la Región Amazónica y en el norte, en general aumenta su presión sobre los países vecinos del área. En el caso de Venezuela, como ya se señaló anteriormente, constituye un logro importante convertirlo junto con Argentina en otro valioso aliado que además de fortalecer su presencia en la cara del Atlántico Sur le abre salidas hacia el Caribe. Brasil se vio limitado desde el siglo XIX por el ascenso de los Estados Unidos como potencia mundial y regional, así, la invitación, en 1889, del Secretario de Estado estadounidense, Jaime Blaine, a la Primera Conferencia Internacional Americana celebrada en Washington, no solo fue el origen del panamericanismo sino que constituyó el inicio del progresivo control de los Estados Unidos sobre el comercio de América Latina, desplazando en esta área a Inglaterra. En esa oportunidad Brasil asiste a la primera reunión continental como un Imperio, y más tarde como una Republica, etapa en la que de manera sucesiva los diferentes gobiernos Republicanos del Brasil establecen relaciones de subordinación con Estados Unidos a los largo del siglo XX.36 De este modo, en el siglo XX, Brasil formuló su política exterior tomando como referencia a los Estados Unidos. En tres oportunidades coyunturales importantes para su desarrollo económico establece alianzas estratégicas con la potencia del norte: a principios del siglo durante la administración del canciller Río Branco para acompañar las exportación preferencial de café; durante la 36

Situación que se vio interrumpida muy pocas veces, como por ejemplo durante el gobierno de Getulio Vargas, 1950-1954; y durante el período del presidente Joao Goulart 1961-1964 cuando depuesto por un golpe de estado militar.

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Segunda Guerra Mundial en el periodo de Vargas, para lograr el despegue industrial; y en tiempos de la dictadura militar, entre 1964 y 1973 con la esperanza de convertirse en una potencia atómica. Hoy, en los inicios del nuevo milenio, Brasil toma de manera preferencial sus intereses nacionales de referencia para formular su política exterior, marcando distancia de manera prudente con los Estados Unidos. Esto se esta produciendo durante la segunda década del nuevo milenio cuando la civilización mundial alcanza niveles de desarrollo sin precedentes en la historia y se crea un orden internacional multipolar bastante diferente del bipolar vigente durante los tiempos de la guerra fría cuando la autonomía de los estados nacionales sucumbía ante los imperativos económicos o ideológicos controlados desde Washington o Moscú. Ese status quo colapsó después de la caída del Muro de Berlín, en 1989, seguido por la disolución de la URSS, al inicio de la década de 1990. Esto creó la sensación del triunfo de los Estados Unidos y la formación de mundo unipolar. En consecuencia, el cuadro histórico del pasado siglo repercutió de manera severa en los límites de crecimiento latinoamericano en general y en particular para las posibilidades de desarrollo del Brasil. Sin embargo, la aceleración de los cambios de todo orden en la humanidad, crean una realidad distinta para América Latina y aparecen diferentes proyectos de desarrollo, entre ellos el MERCOSUR En este contexto, Brasil, con sus logros y potencialidades de futuro actúa como una palanca que contribuye con el desarrollo sudamericano. Es importante estudiar las tendencias de crecimiento del Brasil y hacia donde se orienta su influencia sobre el resto del continente. En la actualidad por ejemplo, el ‘modelo Lulista’ de inclusión social con desarrollo económico sostenido se halla en proceso de revisión y rectificación de su curso político evolutivo ante los eventos de los indignados brasileños, en consecuencia, las elecciones del próximo mes de diciembre de 2014 serán de gran importancia para el futuro del Lulismo y sus aliados en la región: el Chavismo en Venezuela y el Kirschnerismo en Argentina. En el presente, cuando la evolución histórica del continente sudamericano se encuentra sumida en una profunda ruptura entre su pasado de dependencia y la aparición de nuevos procesos civilizatorios regionales

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independientes, aparece en la cara del Atlántico Sur, con proyecciones hacia el Caribe, el bloque del Mercosur, mediado por el crecimiento del Brasil. En este molde se esta formando una nueva identidad que tiende a superar la simple referencia geográfica y los espacios restringidos de los estados nacionales formados desde el siglo XIX.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

REPRESIÓN ESTUDIANTIL EN LA VENEZUELA CONTEMPORÁNEA CASO: SUCESOS DE HOYO DE LA PUERTA DEL 19 DE SEPTIEMBRE DE 1984 Student repression in Contemporary Venezuela Case: Events of Hoyo de la Puerta, September 19th, 1984 Yuruari Borregales Reverón

Profesora de geografía e historia (Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Caracas). Cursante de la Maestría en educación mención enseñanza de la historia (UPEL). Diplomado en Historia Contemporánea de Venezuela (Fundación Rómulo Betancourt-UPEL). E-mail: yuruari_a@hotmail.com

Recibido: 28/12/2013. Aprobado: 29/01/2014. Resumen: Durante el siglo XX venezolano el movimiento estudiantil se ha hecho sentir en el devenir histórico nacional y la década de los 80’ no será precisamente una excepción, en ella grupos universitarios tildados como “generación boba”, emprendieron una serie de acciones en rechazo a las dificultades económicas que arrastraba el país, especialmente las posteriores al “viernes negro”. Los sucesos del 19 de septiembre de 1984 en el que un intento de protesta de estudiantes universitarios del núcleo de la Universidad Central de Venezuela de la ciudad de Maracay culmina con un saldo de heridos, constituyen un vivo ejemplo de represión por parte de los órganos de seguridad del Estado. El nutridísimo aporte de las fuentes hemerográficas resulta útil para develar el hecho y atisbar que aun cuando fuerzas militares acometieron una acción injustificada y desmedida, no fungen como únicos y absolutos responsables del mismo. Palabras clave: Universidad Central de Venezuela, estudiantes universitarios, órganos de seguridad del Estado, represión estudiantil.

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Abstract: During Venezuela’s 20th century, the student movement had been felt in national historical events and the decade of 1980 was no exception. In that decade, groups of university students called the “nitwit generation”, began a series of actions rejecting the economic difficulties that affected the country, especially after “Black Friday” (18/02/83). The events of the 19th of September of 1984, when there was an intent of protest by university students on the campus of the Central University of Venezuela (UCV) in the city of Maracay, ending with a remnant of wounded, constitute a vivid example of repression by security agencies of the State. The abundant contribution of periodical sources becomes very useful in order to relate the deed and observe that even when the military forces committed an unjustified and excessive action, they did not function as the unique and absolute originator of the clash. Key words: Central University of Venezuela, university students, security agencies of the State, repression of students.

1. Introducción El transcurrir del siglo XX venezolano ha demostrado que gozar del derecho a la educación no basta mientras que el Estado no ofrezca las políticas y condiciones mínimas necesarias que garanticen el acceso y permanencia de la población a estos fines. Posiblemente fueron los estudiantes universitarios quienes mayor esfuerzo y trabajo rindieron en pro de estas garantías y especial e históricamente aquellos pertenecientes a la Universidad Central de Venezuela (UCV). Siendo las protestas estudiantiles el tubo de escape a descontentos de toda índole, con o sin razón, muchas se vieron obstaculizadas y reprimidas por los órganos de seguridad del Estado. Independientemente del sistema político imperante en determinado momento (dictadura o democracia) o la situación socioeconómica ello constituía una desafortunada constante. Se propone a continuación el bosquejo de uno de aquellos tantos casos de represión estudiantil en plena Venezuela contemporánea. El año de 1984 será el escenario temporal en el que un grupo de estudiantes de la UCV del núcleo de Maracay, que protestaban por las medidas administrativas aplicadas por del Rector Edmundo Chirinos, fue reprimido de forma desmedida e

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injustificada por efectivos de la Guardia Nacional. Pero lo interesante acá no será solo las causales del hecho o el determinar las responsabilidades, es un caso que a manera de retrovisor ilustra perfectamente el clima reinante en la Venezuela de los años ochenta.

2. Movilización y protesta estudiantil en la segunda mitad del siglo XX Las movilizaciones y protestas estudiantiles más recordadas, luego de la segunda mitad del siglo XX, son quizás las que se mantendrán desde 1948 hasta el fin de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958. De acuerdo a las apreciaciones de Torres (2006) estos se opondrán a la ausencia de libertad de prensa y de reunión, a las intervenciones de la UCV y represión estudiantil adoptadas, entre muchas otras. Harán frente a la dictadura desde el exilio, la clandestinidad o la cárcel y participaran en la huelga general de 1957 o en las protestas populares de principios del siguiente año; en todo caso sus acciones constituirán parte de los eslabones detonantes de su caía. Bajo la tutela inicial de Rómulo Betancourt y la variedad de acciones de los partidos políticos, se inaugura un periodo democrático que poco a poco restablecerá el ambiente necesario para el desarrollo educativo. La Ley de Universidades de 1958 que determinaba la autonomía universitaria, había sido el primer paso que permitiría que la comunidad estudiantil se fortaleciera y fuese vigilante de sistema democrático. Sin embargo, en 1969 “…se inicia un proceso de descomposición del movimiento estudiantil y de pérdida de influencia de los partidos políticos en la juventud universitaria” (Bermúdez, 2009). Empero como indica Hurtado (2004), la comunidad estudiantil no se pacifica fácilmente y sigue en pie de lucha. Ejemplo de lo anterior lo serán los diferentes altercados gobiernoestudiantiles y la intervención universitaria que surgirá entre 1970 y 1971 como consecuencia del rechazo a la nueva Ley de Universidades (1970) y la creación del Consejo Nacional de Universidades (CNU). Durante esta década son los estudiantes quienes protagonizan la mayoría de las acciones de protestas realizadas en Caracas y encabezaran las calificadas como “violentas”, lo que

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implicó la represión por parte de los órganos de seguridad del Estado y la ocupación de diversas casas de estudios (López, 2003). Las movilizaciones estudiantiles sufrirán una redirección más tarde, a fines de los ochenta, cuando adquieran un carácter individualista al atender específicamente la resolución de problemas supeditados a sus necesidades inmediatas, como consecuencia del desprestigio que van a atravesar las instituciones democráticas y los partidos políticos. Será justo durante la conformación de la llamada ¨Generación boba¨, que ocurren los sucesos de Hoyo de la Puerta del año 1984.

3. Contexto socioeconómico y político de principios de los ochenta Los antecedentes inmediatos de la crisis económica que enfrenta el país en 1984, de acuerdo a las apreciaciones de Rada y Contreras (2010), radican en la convergencia de factores como la deuda externa, la fuga de divisas y la caída de los precios del petróleo, muy a pesar que constituye una problemática que en esencia se enraíza y arrastra desde los inicios de la democracia. A pesar de las grandes sumas de dinero que ingresaron al país durante la década de los setenta producto de la renta petrolera, la deuda externa en vez de ser pagada con mayor celeridad seguía en aumento. Aunque se dependía del ingreso petrolero para honrar estos compromisos, hacia 1982 se redujo drásticamente por efectos del contexto mundial. Tal caso lo atestiguan Urbaneja (2007) y López (2005), por ejemplo, para el periodo de gobierno de Luis Herrera Campins (1979-1984). Esta panorámica de hechos originaría la desestabilización de nuestra moneda. El histórico tipo de cambio del bolívar a 4,30 frente al dólar que el país disfrutaba desde 1970 quedaría en el pasado en 1983 durante el gobierno de Luis Herrera Campins. Por si fuera poco, este mismo año otro problema serio se le agregaba al contexto nacional, se vencía al plazo de pago del 50% de la deuda externa y evidentemente el Estado no tenía como responder ante ello (Rada, 2010).

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El punto fulminante de esta situación se suscitó el 18 de febrero de 1983, el episodio conocido como Viernes Negro se produce cuando “… una fuga acelerada de divisas, así como un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, hizo colapsar el nivel de las reservas internacionales…” (Caballero, 1998, p.197). Entonces se hizo necesaria la creación del Régimen de Cambio Diferencial (RECADI) con el fin de implantar, como su nombre lo indica, un control de cambios diferenciales y lo no menos importante, crear el clima favorable para la renegociación de la deuda. En consonancia con lo anterior, y pese disfrutar de la mayor votación de la historia electoral venezolana, Jaime Lusinchi se hace con la Presidencia de la República en 1983 y al inicio de su mandato se ve obligado a decretar una serie de medidas de austeridad. Las cifras pudiesen hacer pensar que el sistema de partidos políticos continuaba fortaleciéndose, sin embargo, no en balde esto se produce luego de una crisis económica, para COPEI (partido derrotado electoralmente ese año) esto seguramente constituirá el costo político del manejo de la misma. Durante su primer año de gobierno se crea la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (COPRE), el asidero de propuestas en torno a formas políticas de proceder más eficientes y modernización de un Estado en el que las instituciones democráticas y criterios políticos van perdiendo vigencia y confianza desde la población. El gobierno establecerá, según gaceta oficial, un programa de medidas que comprenden básicamente las restricciones a la convertibilidad del bolívar, mecanismos de sustitución de importaciones, reorganización de la administración estadal y reducción del gasto público en 10 %. A la larga ello se tradujo en conflictos con los trabajadores del Estado (sobre todo en el área educativa y de la salud) o "el incremento sustancial los precios" de los productos de la cesta básica, que entre otras, originarían oleadas de reprobación desde los diferentes sectores de la vida nacional.

4. La crisis económica asiste a las aulas universitarias Aunque Caballero (1998) enfatiza que las medidas económicas más radicales se producen durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez,

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y no antes, los conflictos presupuestarios entre universidades y gobierno no se hicieron esperar. Según Rada y Contreras (2010), diversas universidades mantenían conflictos con el ejecutivo, hasta que en marzo de 1983 este decidió negar las órdenes de pago a aquellas que se encontraban paralizadas desde el año anterior. El temor ante la privatización haría que la Universidad Simón Rodríguez prepara y sugiriera medidas que contribuyeran a su financiamiento, a la postre otras casas de estudios imitarían su ejemplo. En julio de 1984 la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios manifestará su intensa preocupación al considerar que la crisis del modelo de desarrollo del país, ha generado que “…el modelo de universidad vigente ha agotado sus posibilidades…” (El Nacional, 1984, p. C25). Enfatizan que la educación superior debía ser considerada como un verdadero asunto de Estado, en donde este pusiera a disposición del desarrollo de la nación los recursos del país, se democratizara su acceso y se analizara y consagrara la gratuidad de la misma. A pesar de esto, en la UCV, el recién electo rector Edmundo Chirinos, en consonancia con las medidas adoptadas por otros jefes de casas de estudios universitarias, optó por “…aplicar medidas de restricción de gastos que en definitiva, recaerían casi completamente sobre los estudiantes.” (Rada y Contreras, 2010, p. 38). No sólo la situación económica del país pendía de un hilo, sino que por extensión, el poder adquisitivo de los estudiantes no debía ser menos precaria; era de esperarse que su prosecución de estudios se viera afectada y que realizaran acciones de protesta.

5. Reconstrucción de los hechos En consonancia con el contexto económico del país, serán dos los factores detonantes de los sucesos de Hoyo de la Puerta y que son intrínsecos a la vida universitaria dentro de la UCV. En primer lugar, el equipo rectoral con el ánimo de dar la bienvenida al año académico 1984-1985 con una cara renovada, empleó a efectivos de la Fuerzas Armadas Nacionales (FAN) en las labores de pintura dentro de las instalaciones y fomentó la creación de un destacamento de la policía Metropolitana (PM) en el estacionamiento. El descontento de los estudiantes

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estribaba en que efectivos de los Órganos de Seguridad del Estado, que históricamente habían reprimido a la comunidad estudiantil, se mantuviesen dentro de la universidad. En consonancia con lo planteado por Rada y Contreras (2010), el rector Chirinos habría ganado los comicios universitarios con ayuda de la coalición de izquierda, pero muy pronto en el cargo se mostraba simpatizante con el gobierno y sus fuerzas de seguridad (Rada y Contreras, 2010). De ser ello cierto, la UCV no solo estaría pacificada sino al servicio de aquellos, en los momentos de crisis económica que se vivía, era en extremo importante mantener la tranquilidad y el control en el recinto universitario. El segundo factor está ligado a las medidas administrativas asumidas por el rectorado. En días previos al inicio de clases se comenta en los medios impresos el cobro por inscripción de semestre y retiros de materias, incremento del costo de comedor, suspensión de pasantías, cambio de becas por bolsas de trabajo o eliminación de las mismas, entre otras. La tensión en el núcleo de Maracay cristaliza luego que los estudiantes se enteran que por disposición del Consejo Universitario se aumentaría el costo del comedor (aun cuando en plena campaña habían acordado con Chirinos que las mejoras en el mismo no implicarían incremento en el pago) y se les negara audiencia con el rector para la discusión de ello (Rada y Contreras, 2010). En reunión de estudiantes de las facultades de Agronomía y Veterinaria acuerdan dirigirse a Caracas y aprovechar la reunión del Consejo Universitario, para fijar sus posiciones de desacuerdo sobre las medidas administrativas y de seguridad que se habían tomado; solicitan además ante los respectivos decanos el préstamo de autobuses para acometer los planes descritos. Pues bien, el uso de los autobuses les fue negado, y esto de ninguna manera constituyó un motivo para la suspensión de la acción de la protesta. A continuación se trataran de reconstruir los acontecimientos previos y posteriores al 19 de septiembre de 1984 basándonos en las informaciones que recogen los diarios El Nacional, EL Universal y El Últimas Noticias en torno al mismo, así como sobre las declaraciones que ofrecen las diferentes personalidades implicadas en el hecho durante las interpelación que hiciera la Comisión Delegada que investigaría los sucesos.

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La mañana prevista para la acción, los estudiantes tomaron cuatro autobuses propiedad de la UCV y dispusieron la marcha hacia Caracas con alrededor de 250 compañeros a bordo. Ya en la madrugada le había notificado al rector Chirinos las intenciones de los estudiantes, quien prontamente se comunica con el viceministro de relaciones interiores, Cesáreo Espinal, para manifestarle la irregularidad y solicitar la detención de los autobuses antes que transitaran por Tazón. Por este motivo, cuando los buses llegan a Hoyo de la Puerta, son recibidos por más de 35 oficiales de la FAN. Mientras son detenidos, se hacen las revisiones de rigor y la orden de bajarse de los buses, se establece el diálogo entre los estudiantes y los oficiales de seguridad, con la mediación de Julio Casas presidente de la Federación de Centros de Estudiantes (FCU) quien respaldaría a los primeros. Mientras esto sucedía es que se registra el grave incidente. Según la versión militar dos de los autobuses iniciaron marcha e hicieron ademan de dirigirse a Maracay pero bruscamente tomaron dirección hacia Caracas. Acto seguido sonaron los silbatos, el comandante se le atravesó a uno de los autobuses y le ordeno parar, al verse desobedecido se aferró del retrovisor de unos de los vehículos mientras sus compañeros accionaron las armas. En este instante surgen ineludiblemente dos versiones que explican el origen de los disparos. Por un lado los estudiantes afirman que se inició la balacera cuando pusieron en marcha los autobuses y admiten que los efectivos de las FAN primero realizaron detonaciones al aire y que incluso se les había dado orden de disparar solo a los cauchos, y no a la carrocería, aunque finalmente ambos fueron blancos de los proyectiles. Por otro lado, los miembros de las FAN aseguran que el ametrallamiento fue una respuesta a sonidos de disparos provenientes de un arma distinta a las empleadas por sus miembros. El saldo del día fue 35 estudiantes y tres de los miembros de las FAN heridos, 15 de los dicentes mostraban perforación de balas, al igual que el capitán José Sánchez Vega quien había recibido impactos en ambas piernas.

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6. No todo lo que brilla es oro Ahora bien, aunque la descripción de los hechos del día 19 de septiembre pareciera no revestir de importancia frente sus consecuencias, se hace necesario mencionar ciertos aspectos con el fin de hacer consideraciones sobre las acciones y decisiones de cada uno de los involucrados. Los sucesos de Hoyo de la Puerta aunque desconcertantes, lamentables y francamente injustificables, eran relativamente fáciles de evitar y constituyen el resultado de una serie de movimientos y medidas tomadas por todo el conjunto de sus protagonistas, por tanto, las responsabilidades en el mismo, aunque varían en magnitud, no son únicas de un sector. En primer lugar, una costumbre que puede pasarse por alto pero que jugó su papel durante estos hechos, fue expuesta por Chirinos y tiene que ver con lo que en sus palabra constituye “…la tradición anárquica del secuestro de autobuses en la UCV” (Landaeta, 1984). Es decir, los estudiantes no tomaron prestados los autobuses como hicieron ver en entrevista para El Universal, (Martínez, 1984), realmente secuestraron automóviles que son patrimonio de la UCV y por lo cual debían recaer sanciones contra estos. La cuestión estriba en que la apropiación de autobuses por parte de los estudiantes, cuando las autoridades se negaban a prestarlos, era común, y peor aún, las medidas que estos últimos empleaban lejos de execrar esa costumbre la hacían reiterativa. La falta de autoridad de los entes a cargo se conjuga con el abuso de parte de los estudiantes, nada más con leer las declaraciones del estudiante Alfredo Herrera hace a la fuente anterior, se puede ilustrar el caso: Esta es una práctica bastante frecuente de la Facultad de Agronomía… En los cinco años que llevo en la Facultad…hemos tomado prestados los autobuses como seis o siete veces, con alumnos nuestros, que tienen licencia de quinta y todos sus papeles en regla. Nosotros en varias oportunidades hemos venido a Caracas y los hemos devuelto sin problemas. (1984, p. 1-34)

Es lógico pensar en el derecho a la protesta que tienen los ciudadanos, expresado en la Constitución Nacional (1961) vigente para del momento, pero definitivamente al secuestrar los autobuses se viola una norma institucional. Además, de ser ciertas las aseveraciones del general Sandoval, los estudiantes

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incurrían en una nueva falta al hacer uso de vehículos en la vía pública para los cuales no tenían documentos en regla. Por otro lado, el grupo de universitarios comete nuevamente una gran y arriesgada torpeza al hacer caso omiso a la Voz de Alto que hicieran los oficiales de la FAN en cuanto a la detención de los vehículos. Tal procedimiento esta descrito en el Reglamento Militar de Servicio de Guarnición (1968), y a la luz de la descripción de los hechos realizados anteriormente, los miembros de la guardia ejecutaron aparentemente y en forma correcta esta norma. Los Decanos de las Facultades de Agronomía y Veterinaria, parecieran estar exentos de responsabilidades, si bien intentaron evitar los planes de los estudiantes surgen interrogantes. Si desde la madrugada del día 19 ya tenían conocimiento de la intención de los estudiantes y la comunican al rector, ¿Por qué no implementaron otras medidas?, ¿Por qué permitieron que los autobuses salieran de la UCV?, ¿Dónde está su autoridad frente a los estudiantes y al resguardo del patrimonio universitario que tienen a cargo?. Las preguntas quedan sin respuestas. Ambos Decanos simplemente coinciden en afirmar que la citada mañana no intervinieron porque a su juicio la situación ya quedaba a manos del rector y del vicerrector; fijémonos que ya antes se habían desentendido de los estudiantes al negarles recursos que tienen derecho a solicitar. Sus criterios y acciones se ilustran perfectamente en título del artículo de El Nacional (1984) en el cual se dan a conocer estas declaraciones: “Los decanos se lavan las manos” (p. D5). En cuanto a la decisión del rector Chirinos la cuestión se reviste de diversos matices. Son lógicas las preocupaciones que manifestó al Ministro del Interior, y aunque grupos estudiantiles y diferentes sectores de la vida nacional, lo acusan del ametrallamiento de autobuses en días posteriores, no es el quien tiene jurisdicción sobre los órganos de seguridad del Estado, no tenía la competencia para dar la orden de disparar. Lo que pudiese reprochársele es que prefiriera la actuación de la fuerza pública, conociendo su carácter represivo, antes que recibir a los estudiantes. Chirinos toma una decisión tildada como precipitada, quizás dada su experiencia y trayectoria en la UCV debió haber resuelto medidas más

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consensuadas y equilibradas. Si bien es cierto que tales disposiciones ya se habían dado en la UCV sin consecuencias que lamentar, era de esperarse que las reacciones de protesta de los universitarios estuviesen a la orden del día en plena crisis económica nacional y mientras las universidades inician recortes presupuestarios que los afectaban visiblemente. Aunque el gobierno implementa mecanismos para apalear la crisis, en uno de sus primeros mensajes oficiales el presidente Jaime Lusinchi pone en marcha una serie de medidas de austeridad. Durante 1984 la prensa es clara: las medicinas escasean, artículos alimenticios de primera necesidad no se encuentran en los anaqueles y algunos son considerados para aumento de precio por la Comisión de Costos Precios y Salarios, se eleva el costo de la gasolina, lo mismo que el dólar que se sitúa el propio día de los sucesos de Hoyo de la Puerta en casi el doble de lo que habría estado en 1982. Por si fuera poco, se habla de graves y escandalosos delitos de corrupción. Ya se expuso como la Asociación de Rectores de Venezuela (1984), que incluye universidades públicas y privadas del país, se había reunido en julio para fijar posición entorno a la crisis y realizar interesantes y desesperados planteamientos, que luego los llevarían a entablar conversaciones con el propio Presidente de la República en búsqueda de apoyo y soluciones. A la par, las universidades carecen de recursos suficientes, mientras que los estudiantes no pueden gozar a plenitud, ni siquiera, del derecho al pasaje preferencial estudiantil dentro del Metro de Caracas. Como elementos que ilustran la situación del país, salta a la vista no solo la afectación en la clase media y baja sino especialmente en la comunidad estudiantil. Urgentes y necesarias o no, las medidas implementadas por el equipo rectoral, no garantizaban una asistencia adecuada al estudiantado que asegurara su máximo rendimiento escolar, y esta norma se encontraba vigente en el artículo 6° de la Ley Orgánica de Educación (1980). La permanencia y prosecución de estudios de muchos estudiantes universitarios, sobre todo lo de las clases sociales más desprotegidas, se dificultaba enormemente; el sistema universitario en pleno manifestaba la necesidad de llevar a un nivel óptimo la calidad de la educación, pero por otro lado no parecía apoyar del todo a los estudiantes. Aunque tildados de

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pertenecer a la “generación boba” (Fuentes, 1984, p.4E), tenían pleno derecho a protestar. Respecto a la actuación de los órganos de seguridad del Estado hay que puntualizar ciertos elementos, dado que se pudo haber tomado otras previsiones. Es cierto lo que alegan el general Sandoval y el rector Chirinos, si los estudiantes se hubiesen accidentado, colisionado o hubiesen sufrido daños en la conducción de los vehículos, en una vía que históricamente ha sido peligrosa al manejo, en ellos hubiese recaído la culpa y fue lo que en primer momento trataron de evitar. Ahora bien, cabe preguntarse entonces: ¿por qué efectivos de la FAN esperaron a detenerlos en Hoyo de la Puerta cuando pudieron haberlo hecho antes?, a la salida de Maracay quizás o preferiblemente a las puertas o cercanías del núcleo de la UCV de esta ciudad. No necesariamente esto habría evitado la tragedia, pero es posible que si actuación de los efectivos hubiese sido más pronta, restarían el tiempo que los estudiantes necesitaban para reaccionar. La acción en la que fueron manejadas las armas si resulta definitivamente cuestionable, aunque sucediera en un momento de confusión y para los cuales estos debían estar entrenados. Si el comandante dio orden expresa de disparar a los cauchos (opción viable pues detenidos los buses a fuerza de balas los estudiantes quedaban sin medio para el cual desplazarse, y las intenciones de llegar a Caracas se hubiesen dado al traste), ¿cómo es que estos descargan contra el resto de la carrocería de los autobuses?, ¿hubo falta de puntería acaso?, parece que no, la respuesta la da el citado General, en la que evidentemente trata de justificar la acción de las FAN: …debo afirmar que si se hizo uso de la persuasión, si se dialogó, quizás demasiado. Pero los muchachos quebrantaron las reglas de juego, desencadenando los hechos posteriores. No se disparó de forma irracional; porque si se dispara un fusil con un ángulo de fuego levantado, no estaríamos hablando de heridos sino de una masacre… si se dispara irracionalmente se hubiera muerto medio mundo pues era un blanco fácil…Todo fue originado por una confusión en la cual los efectivos respetaron su disciplina de fuego al oír los disparos que no sabemos de dónde vinieron. No hubo orden de disparar, sino una respuesta lógica. (Sánchez, 1984, D1).

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Si no se disparó de forma “irracional”, ¿cómo es posible que se haya dado orden de arremeter contra los cauchos y existiesen universitarios heridos de bala?. Es quizás por esto que el dirigente estudiantil Guillermo Colmenares, testigo presencial, lógicamente considerara que los guardias dispararon “ráfagas a lo loco” y calificara su acción como “descoordinada” (“La FCU ejercerá acciones penales contra los que resulten culpables”, 1984, D1). Es innegable que los miembros de las FAN actuaron de forma desproporcionada, excesiva, injustificada y descontrolada contra una acción civil desarmada. Por otro lado, resulta un poco abstracto pensar en que efectivos militares detonaran sus armas sin una orden directa aunque el General Sandoval en este caso lo considera correcto. Pues bien, no puede pasarse por alto que los universitarios hicieron caso omiso a la autoridad presente, de una forma sorpresiva, arriesgada y bastante torpe, pero lo interesante es que en esta declaración se hace alusión a nada menos que un intercambio de disparos. El mismo día de los hechos surge la versión y será respaldada hasta por el mismo Presidente de la República, de hecho se afirmaba que desde el Volkswagen perteneciente a Las Casas habían venido los disparos, y por medios impresos se reiteró que quienes los efectuaron eran dirigentes de Bandera Roja. Esta hipótesis parece quedar totalmente desacreditada a la luz de las experticias de la Policía Técnica Judicial (PTJ) de El Valle y que se incluye en un reportaje para El Nacional porque son los primeros en llegar al lugar y hacer las averiguaciones. Según los resultados del levantamiento planímetro realizado y las experticias en el sitio y a los cuatro autobuses y Volkswagen, el capitán herido de bala se había cruzado precisamente en la línea de fuego de sus propios compañeros y no había sido embestido ni arrollado por vehículo alguno (H.A, 1984). Los estudiantes alegan no haber disparado, en su momento pidieron a la PTJ realizarles las pruebas de parafina y estos se habían negado, lo cual es ratificado por un vocero militar del Ministerio de la Defensa (“Muerto un encapuchado en la UCV”, 1984). Si realmente los estudiantes estaban armados ¿Dónde está el otro auto, los dirigentes de Bandera Roja implicados y las armas que usaron?, ¿Porque la PTJ no realizó la experticia al vehículo desconocido?. Esta versión carece de pruebas, y lo que es peor aún, es un ejemplo del manejo

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y manipulación política de la situación en la que el gobierno y funcionarios de seguridad del Estado se eximen continuamente de responsabilidades en el caso.

7. Tiempo de averiguaciones, reacciones, declaraciones y reuniones El propio día del incidente, un juez penal y otro militar se avocarían a los hechos. De acuerdo a la Fiscalía General de la República (1985), el jefe de este órgano público Héctor Serpa Arcas, había comisionado a los fiscales 10, 21, 49 y 51 apersonarse en el lugar de los hechos y entrevistar a los estudiantes en los hospitales, así mismo solicitaría la apertura de las averiguaciones a un Juez de Primera Instancia en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Distrito Federal y Miranda. Sin embargo, la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia dictaminó luego que el caso competía a la jurisdicción militar, debido a que en el hecho habían participado oficiales de la FAN en servicio. El ministro de la defensa, Andrés Eduardo Brito, había solicitado al Juez I Militar de Primera Instancia Permanente en Caracas coronel Néstor Morillo que iniciara las averiguaciones. Por su parte la Comisión Delegada del Congreso de la República creó una Subcomisión Especial para investigar los hechos (de intereses políticos y partidistas de variada procedencia), la cual quedaría integrada por los diputados Nelson Valera (AD) como presidente, Domingo Alberto Rangel (AD), Douglas Jatem (AD), Anselmo Natale (MAS) y Paciano Padrón (COPEI). Esta tendría una semana para preparar un informe al respecto y realizaría, entre otras acciones, un plan de interpelaciones a la mayoría de los involucrados. No sólo los implicados en los sucesos de Hoyo de la Puerta condenaron inmediatamente el hecho y en especial la acción de la guardia, sino que un sin número de entes, organizaciones y personalidades hicieron lo propio en los próximos días y se avocarían a realizar declaraciones, fijar posición al respecto, solicitar que fuese exhaustiva las averiguaciones del caso y que fuesen sancionados los responsables. A continuación describimos algunas de las posiciones más distintivas y representativas que ilustran el ambiente de los días posteriores.

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En comunicado oficial de Miraflores se menciona que se trató de un “intercambio de disparos” (“Determinar responsabilidades ordenó el Ejecutivo”, 1984, p. D1). El presidente de la república, Jaime Lusinchi, llama a los estudiantes a no dejarse manipular ni prestarse a hacer el papel de “tontos útiles”, y que advierte que hay gente en el país interesada en provocar acciones subversivas (“El presidente invitó a los estudiantes a dialogar con él”, 1984, p.1-12). Por su parte, el ministro de relaciones interiores Octavio Lepage manifiesta no sentirse responsable de los hechos ya que el ministerio que preside y su cuerpo policial, la Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (DISIP), no actuó durante los mismos, señala que lo único que le parece “extraño e inaceptable” fue el tiroteo (“No me siento responsable”, 1984, p. D1). La posición del gobierno y sus personeros es clara y tajante, pretenden eludir sus responsabilidades en el caso, obviar el uso excesivo y descoordinado de sus fuerzas de seguridad, y atribuir a priori el germen de la violencia a una supuesta actitud beligerante de los estudiantes. La intención de ilustrar al grupo estudiantil con armas y sin pruebas al respecto será, no sin razón, objeto de censura y constituirá la comidilla de los diputados y periodistas, sobre todo de izquierda, por varios días. La manipulación política de los hechos bien pudo servir para desviar la atención hacia cuestiones mucho menos trascendentes, como por ejemplo, la intención de renuncia de Chirinos. Los planes subversivos y el llamado a la violencia de la que hablan al parecer tiene su origen en el estallido de niples en varias zonas de Maracay con propaganda de Bandera Roja incitando a la violencia, en días anteriores a los hechos (Peñalver, 1984). Aunque pudiese ser cierto, constituían excusas del gobierno para relacionar ambos sucesos y darle plena justificación a la acción de las FAN. Catalogar una protesta estudiantil como un acto subversivo es una exageración tremenda, aunque sin duda tal manejo de la información le otorgaba los dividendos que necesitaba el gobierno en el plano comunicacional. Por otro lado, las declaraciones de Lepage intentaron desviar la atención sobre la participación del Vice Ministro del Interior, a pesar que el rector Chirinos se encargó de difundir a vox populi que había recurrido a él, no

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sale declarando por los medios impresos en los días subsiguientes y por si esto resultara extraño, ni siquiera será interpelado más tarde por la Comisión Delegada. El gobierno puso a su merced una cortina de humo que lo sacara del tormentoso escenario. Si bien es cierto Chirinos no fue quién ordenó disparar ni tenía competencia para ello, son algo ilusas las declaraciones de Tiburcio Linares y Fernando Valarino (H.L.M, 1984, p.C7) Secretario y Vicerrector de la UCV y del presidente de AD, Gonzalo Barrios (Villegas, 1984, p. D14) según la cual existía una campaña para sabotear la gestión del rector. Sus colegas dentro y fuera de la UCV, condenarían su acción y le reprocharían que hubiese decidido enviar a la fuerza pública antes que recibir a los estudiantes. En este sentido, José Vicente Rangel rechazaría lo que califica como “pretensión de extender su autoridad más allá del ámbito universitario” y una concepción “estúpida” del orden público y de los principios de autoridad (I.R, 1984, p.D10). Que luego de los hechos de Hoyo de la Puerta las miradas reprobatorias recayeran, dentro del Alma Mater, sobre Chirinos era cuestión de tiempo y de absoluta lógica, además lo acontecido lastimaba el prestigio de un gobierno adeco y un rector que simpatizaban con estos. Estas aseveraciones dificilmente podrían ir en un camino diferente al del apoyo y defensa de índole política. Consejo Universitario (CU) de la UCV expresa mediante comunicado que aunque los universitarios hicieron uso de los vehículos sin autorización, resulta “brutal e injustificada la agresión de los estudiantes”, rechazan las versiones según la cual estos estaban armados y hacen un llamado a la restitución de la normalidad en la universidad (“’Brutal e injustificada la agresión de la GN’”. p C2). En este oficio es curiosa la omisión sobre la actuación del rector Chirinos, mas sin embargo al día siguiente especifican que no han fijado posición sobre ello (Landaeta, 1984). Por una parte era de esperarse que Valarino y Linares hicieran defensa dentro del seno del CU de la actuación del rector, pero la omisión de la que hablamos pudiese tener la lectura siguiente. La Ley de Universidades (1970), en su artículo 12, expresa que el rector tiene la potestad de tomar medidas necesarias que procuren el orden y la disciplina dentro de la universidad solo en casos de emergencia, y que luego debe rendir cuentas al CU.

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El secuestro de los autobuses no puede ser calificado como hecho de emergencia, entre otras razones, porque no era la primera vez que sucedía, era práctica habitual solapada por estudiantes y autoridades. Ofrecer una postura en torno a la decisión de Chirinos implicaba entonces reconocer que el rector había violado la dichosa ley, además de aceptar y censurar el que este no hubiese consultado la decisión con el CU. La tela de juicio puesta sobre el mismo hubiese sido aún más difícil de llevar, e indirectamente el máximo ente de la UCV sufriría tal vez críticas a su proceder. La Junta Directiva de la Asociación de Profesores Universitarios de la UCV emitiría un comunicado bastante contundente, en el que fijan posición similar a la que sería adoptada por los principales rectores del país (Ortega, 1985). En el que manifiestan que: El Rector, al delegar sus funciones en entes externos a la institución, sin agotar todos los recursos internos y sin prever el carácter represivo de los órganos de seguridad del estado, provocó los trágico sucesos ocurridos en Tazón, generándose así una crisis institucional caracterizada por la pérdida de la confianza en el Rector al haber deformado y hecho mal uso del principio de autoridad. (“Comunicado Junta Directiva de la Asociación de Profesores Universitarios de la UCV”, 1984, C3)

Véase que aunque responsabilizan a Chirinos de los hechos no plantean su renuncia y además convocan al Claustro a discutir la situación; es cierto que su dimisión era innecesaria, para nada solucionaría la situación, aunque si la aplacaría al reconocer su error. Los continuos reclamos de en torno a su salida del rectorado, vendrían especialmente de la FCU y estudiantes, como quizás era de esperarse y desde el mismo día de los hechos (Federación de Centros de estudiantes, 1984). La reacción de las masas estudiantiles no solo de la UCV sino del resto país, iniciarían el mismo día 19 de septiembre y se prolongarían por los días posteriores, a la par de las reuniones que se van a producir entre miembros de la FCU y el Presidente de la República, los ministros del interior y de defensa, entre otros, con el fin de ofrecer la imagen de un gobierno y entes de seguridad que aparte de repartir plomo eran capaces de dialogar.

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Posteriormente, en la Plaza las Tres Gracias se registraron actos violentos de encapuchados que incluso efectuaron intercambios de disparos con los órganos de seguridad, uno de ellos resultó muerto (Pérez, 1984), y por consiguiente efectivos de la Guardia Nacional y de la Disip ocuparon ciertos espacios de la universidad. Estos actos si constituyeron actos de agresión, y los órganos de seguridad más tarde aclaran que no fueron ejecutados por estudiantes de la UCV. A partir del día siguiente, comienzan a registrarse manifestaciones de protesta en las principales ciudades del país. En Mérida y Valencia estudiantes de la Universidad de los Andes (ULA) y de Carabobo emprenden disturbios con saldos de daños en bienes y heridos. Acciones pacíficas las realizan en Maracay, San Cristóbal y Maturín estudiantes de la UCV, de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y de la Universidad de Oriente (UDO), los primeros alternaran su protesta con el traslado a la sede principal en Caracas y el envío de sus representantes a la fiscalía. Posteriormente se les unirían otros estudiantes como los de la Universidad del Zulia (LUZ) y representantes de la FCU emprenden reuniones y convocatorias a un paro nacional. Nótese que no solo universidades públicas se solidarizan con los estudiantes de la UCV, sino también privadas como la UCAB. Aparte de condenar los hechos, a estos también la sombra de la crisis debía afectarles, era una realidad que trascendía y saboteaba la capacidad de pago de estos y sus familias para con sus estudios superiores. Este contexto ya lo había plasmado muy elocuentemente Pedro León Zapata (1984) días antes “Los reales no se reparten per cápita, pero las deudas sí” (p. A6), solo clases privilegiadas y minoritarias podrían haber escapado a esto. Mientras tanto, en la UCV el rector Chirinos formalizaría su renuncia temporal al Consejo Universitario la cual le sería finalmente aceptada, estando fuera del cargo por espacio de un mes (Rada y Contreras, 2010). Resulta inevitable realizar comparaciones, el CU acepta el aislamiento autoimpuesto de Chirinos, así como el gobierno habría prácticamente ocultado a Cesáreo Espinal en los días posteriores al incidente de Hoyo de la Puerta. Ambas constituyen acciones, que cual cortinas de humo, constituían indudablemente estrategias que evitaban enfrentamientos, permitían ganar tiempo y servían de espera a que las cosas se calmasen y se concluyesen

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las averiguaciones de los entes gubernamentales que atribuirían las responsabilidades definitivas.

8. El veredicto final: Una verdad a medias Finalmente el 26 de septiembre la Subcomisión Delegada presentó un informe (Congreso de la República, s.f ) en el que se deplora la actitud de los estudiantes y su desinterés para negociar, y se les hace un llamado a cumplir la ley, por otro lado se califica de negligentes a los rectores de la Facultades de Agronomía y Veterinaria dado que las medidas que tomaron resultaron insuficientes. Menciona que el rector Chirinos pretendía evitar un enfrentamiento entre autoridades y estudiantes y que la Guardia Nacional demostró disposición de diálogo. Diputados como Anselmo Natale (MAS), Paciano Padrón (COPEI) y Adelso Gonzalez del Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), en acaloradas intervenciones y con inminente carga partidista, solicitaron fuese también censurada la actuación del Ministerio de Relaciones Interiores, de la fuerza pública y la de los grupos de ultraizquierda que pretendieron aprovecharse de la situación en la noches posteriores al hecho. Se reprochó enérgicamente la omisión de interpelar al Viceministro de Asuntos Interiores Cesáreo Espinal quien era pieza clave y se propuso que el congreso permitiera darle mayor amplitud temporal a las averiguaciones. Las solicitudes fueron básicamente ignoradas, a excepción de la referente a la actuación de los revoltosos de izquierda, alegando que en una de las recomendaciones del informe se solicita a los entes pertinentes determinar las responsabilidades del caso. Es decir, con esa formalidad trascrita no se fijaba posición en torno a la actuación desmedida de los órganos de seguridad del Estado. El Congreso Nacional para el momento tenía una superioridad de diputados de AD (partido que había llevado a Lusinchi a la presidencia). Aún dentro de la Comisión Subdelegada existían tres integrantes del buró político adeco, quienes evidentemente no consideraron realizar crítica alguna o censura a las actuaciones y pronunciamientos del gobierno y sus respectivos entes.

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Si bien son innegables las responsabilidades que estudiantes y decanos de Maracay tenían al respecto, al eximir al rector y a las FAN se aplaude la conducta del Chirinos y la de una fuerza pública que actuó precipitadamente, sin control y en forma desmedida, convirtiendo en responsables quienes habían sido las primeras víctimas. Por otro lado, una pieza clave en cuanto a la atribución de responsabilidades se refiere, no fue interpelada, haciendo del informe un texto verdaderamente incompleto, injusto y parcializado. Empero lo anterior, fue aprobado por mayoría simple, a pesar que COPEI y el MAS expresaron su negativa ante el mismo. El manejo de los medios por voceros oficiales y el de la información por los entes comunicacionales impresos indiscutiblemente promulgaron una visión del hecho. El diario Últimas Noticias se afanó por mostrar los sucesos como una masacre (que no hacía más que aumentar el escándalo y desinformación), la cual no puede ser calificada como tal, puesto que tal término, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2013) a una matanza que carece de fundamento por la usencia de fallecidos. Este diario es el responsable que en la actual web, los sucesos de Hoyo de la Puerta sean conocidos por el término de “masacre”, por una reiteración errada del término que los demás medios impresos se negaron a copiar. Por su parte, El Universal proponía una línea editorial que parecía favorecer las declaraciones oficiales, mientras que El Nacional resultó al parecer un tanto más equilibrado que los anteriores y permite un contraste más claro de las distintas versiones. Los sucesos de Hoyo de la Puerta de 1984 constituyen el otro cariz de una sociedad que se precisa de democrática. En la que las concepciones de autoridad y sus límites se difuminan con intereses propios y el uso excesivo de la fuerza por parte de los órganos de seguridad del Estado aun no perdía vigencia. Donde es cuestionable el respeto a los derechos humanos, y las versiones oficiales y el manejo de la información por estos y los medios de comunicación impresos no son para nada letra muerta, pues perfectamente son capaces tanto de proyectar luces como sombras. Aunque con tropiezos, una crisis económica que les juega en contra, un apodo característico, y la desazón de un gobierno que los responsabiliza de los Hechos de Hoyo de la Puerta aun cuando fueron sus principales víctimas,

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el movimiento estudiantil venezolano se hizo presente en su realidad nacional inmediata.

Conclusiones El contexto socioeconómico y político nacional de 1984 necesariamente constituye el fundamento de las acciones de los universitarios del núcleo de la UCV de Maracay. La crisis derivada del Viernes Negro y el problema de la deuda, en conjunto al conglomerado de medidas económicas aplicadas por los gobiernos de Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi, tuvieron una afectación directa en los diferentes entes a su cargo y por demás en los sectores sociales. Los recortes presupuestarios realizados a las universidades y las directrices administrativas similares adoptadas por estos para con sus estudiantes, atentaban contra su posibilidad de permanencia de estudios. Y esto constituía solo una muestra del penoso y franco deterioro institucional que venía enfrentado, el sistema educativo de educación superior, desde las últimas décadas. Los hechos que han sido descritos son un hito en la Venezuela democrática en la que los principios básicos de derechos humanos se difuminan ante los intereses de políticos y partidos que se suponen deberían defender las garantías constitucionales. Un hecho en el cual un grupo de estudiantes desarmados, si bien torpes e impulsivos, son literalmente barridos de la vía pública a punta de metralla en un intento de manifestación pacífica por órganos de seguridad del Estado que poseen armas de guerra y no equipos antimotines como suelen responder antes las acciones estudiantiles, merecen no menos que un rotundo repudio. Tomando en cuenta que desde el mismo seno del congreso se eludió toda responsabilidad que pudiera recaer dentro del Ministerio de Relaciones Interiores o el rector Chirinos, y a juzgar por el manejo político y mediático de los hechos pareciera que los hechos de Hoyo de la Puerta constituían una advertencia. Ante la situación de crisis y el delicado panorama político, el gobierno y el rectorado de la principal universidad del país, no iban a permitir ningún acto que pusiera en tela de juicio sus labores, antes serian catalogados como en efecto se pretendió, de subversivos y censurados aun antes de manifestar su descontento.

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Los sucesos de Hoyo de la Puerta son sólo un ángulo, que tomado como ejemplo, permite comprender (en parte) el por qué de la disminución progresiva de la participación política de los universitarios en el devenir histórico de finales del siglo XX y el agotamiento de un modelo político, una forma de hacer democracia, en el cual las universidades, sus estudiantes y por supuesto que la sociedad en pleno, tratan de sobrevivir con los medios a su alcance y con una áspera crisis económica a cuestas. Sean cuales fueran las condiciones universitarias a las cuales los estudiantes se hallan inmersos, en harto complicadas en el caso de estudio que se viene presentando, los elementos que pudiesen favorecer el pleno goce de la educación superior trascienden inevitablemente los linderos físicos del alma mater. Indiscutiblemente es el Estado quien debe ser el primer garante del derecho a la educación, crear las condiciones propicias para tal e impulsar los procesos de perfeccionamiento y actualización de sus sistemas. La realidad socioeconómica y política tiene una afectación directa en los jóvenes que en el mañana tomaran las riendas del país. Las acciones estudiantiles deben necesariamente analizarse en su contexto. Cada siglo y década presentan una realidad nacional única y compleja, y constituye tanto el escenario como el fundamento del pensar político, argumentos y acciones de los movimientos estudiantiles. Su estudio no debe dirigirse para exaltarlos o minimizarlos, justificarlos o denigrarlos, no serán jamás los mismos de otrora; así como la historia es dinámica, cada generación estudiantil tiene un sello distintivo y tratan de dar respuesta a una condición histórica, en esencia, irrepetible.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

RELACIÓN DE LA NATURALEZA, EL CLIMA Y LA ESPIRITUALIDAD DE LAS COMUNIDADES INDÍGENAS AGRÍCOLAS KARI’ÑA DEL ESTADO ANZOÁTEGUI, VENEZUELA Relationship of nature climate and spirituality of indigenous communities state agricultural Anzoátegui Kari’ña, Venezuela Barlin Orlando Olivares

Investigador. Servicio de Agrometeorología. Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA). E-mail: barlinolivares@gmail.com.

Recibido: 19/12/2013. Aprobado: 04/02/2014. Resumen: Los pueblos indígenas kari’ña que habitan en el estado Anzoátegui organizan sus vidas sociales, económicas y rituales, y fundan sus conocimientos y practicas basándose en ciclos astronómicos y ecológicos descritos en forma de relatos por los ellos mismos, considerados como poseedores de conocimientos. El objetivo del trabajo fue establecer la relación de la naturaleza, el clima y la espiritualidad de cuatro comunidades indígenas de la etnia kari’ña ubicadas en el estado Anzoátegui. Para llevar a cabo la investigación se desarrollaron cuatro encuentros durante el mes de abril de 2011 en las comunidades: Mapiricure, Mapirikaki, Santa Rosa la Magnolia y Bajo Hondo con la participación de treinta y siete pobladores. Para esta cultura Kari´ña el entorno natural es la base fundamental de su mundo religioso, estos pobladores se dedican mayormente a la agricultura de subsistencia (patios productivos o conuco), la caza y la pesca para su alimentación familiar. En términos generales, esta investigación permite comprender la relación entre los pueblos indígenas kari’ña y su entorno, así como las prácticas rituales, agrícolas o cotidianas y los conocimientos implicados. Mas allá de eso, este estudio pretende convertirse en una forma de explorar la interfaz

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Barlin Orlando Olivares. Relación de la naturaleza, el clima y la espiritualidad de las comunidades indígenas agrícolas kari’ña del estado Anzoátegui, Venezuela, pp. 129-150.

entre los conocimientos indígenas y los investigadores, al unirse ambos paradigmas, se pueden estudiar los ciclos de la vida, naturales y sociales, que pueden observarse y registrarse en función al tiempo. Palabras clave: etnia Kari´ña, biodiversidad, recursos naturales, Anzoátegui. Abstract: Kari’ña Indigenous peoples living in the state of Anzoategui organize their social, economic and ritual, and base their knowledge and practices based on astronomical cycles and ecological described as stories by themselves, considered as having knowledge. The objective was to establish the relationship of nature, climate and spirituality of four indigenous communities of ethnic Kari’ña located in Anzoategui state. To carry out research developed four games during the month of April 2011 in the communities: Mapiricure, Mapirikaki, Santa Rosa Magnolia and Bajo Hondo involving thirty-seven people. To this culture Kari’ña the natural environment is the foundation of their religious world, these people are mostly involved in subsistence agriculture (productive or conuco yards), hunting and fishing for their family diet. Overall, this research allows us to understand the relationship between indigenous peoples and their environment Kari’ña and ritual practices, agricultural and knowledge involved every day. Beyond that, this study aims to become a way of exploring the interface between indigenous knowledge and researchers, by joining both paradigms, you can study life cycles, natural and social, which can be observed and recorded according to time. Key words: ethnic Kari’ña, biodiversity, natural resources, Anzoategui.

Introducción Básicamente, en la gran extensión de sabanas y morichales de la Mesa de Guanipa en el estado Anzoátegui se concentran la mayor parte de la población kariʼña de Venezuela, así mismo, algunas de estas comunidades indígenas se esparcen hacia el norte en la región de Úrica y en el estado Sucre, en las estribaciones del macizo del Turimiquire. Por su parte, en Monagas los kariʼña en los poblados llamados Aguasay y Areo, mientras que hacia el sur del país habitan en las riberas inundables del Orinoco medio en los estados Anzoátegui y Bolívar. Actualmente la población indígena Kariña es de 12.000 habitantes, distribuidos en cuatro estados de Venezuela tales como: Anzoátegui, Bolívar,

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Monagas y Sucre, organizados en comunidades y dirigidos por un gobernador (Dopooto). En el estado Anzoátegui, los Kari´ña se encuentran en grandes zonas del centro y sur del estado, abarcando el municipio Pedro María Freites representado por las siguientes comunidades: Mare-Mare, Barbonero, Tascabaña I, Tascabaña II, Bajo Hondo, Santa Rosa de la Magnolia, Santa Rosa de Tácata (La Isla, Paraman, San Vicente, Capachito, Carutico, Algarrobo, Trapichito) y La Florida (Olivares et al., 2012). Estas comunidades se sitúan dentro de este gran territorio que en un nivel macro se percibe como bajo y plano, siendo un área de relieve particular. Estas son las mesas descritas como “vastos espacios de sabanas, de suelo arenoso, permeable y movedizo, sin agua, sin árboles, de escasa vegetación herbácea y casi constantemente barridos por los vientos” Bracho (2001). En este orden de ideas, las comunidades kari’ña, fundamentalmente dedicadas a la actividad agrícola y pecuaria, están en territorios donde esencialmente se explota el petróleo, el hierro y otros minerales. Esto ha traído como consecuencia una serie de impactos negativos en su ecosistema, cultura y forma de vida. Muchos de los pobladores kari’ña han tenido que ir a trabajar en las ciudades y campos petroleros cercanos. Hoy en día, muchas fuentes de agua superficiales representadas principalmente por morichales han sido perjudicados a tal punto que muchos de ellos ya se encuentran secos, también las tierras cercanas a explotaciones petroleras ya no son tan fértiles debido a los problemas que se generan de esta actividad. La sabiduría indígena con respecto a la biodiversidad y las formas en que los recursos se utilizan es un aspecto estrechamente vinculado con la cultura, la identidad, el territorio y el desarrollo. La cultura kari’ña cruza todas las dimensiones de una sociedad. El medio ambiente biológico, los recursos vegetales y la forma en que los grupos humanos los utilizan son también parte de su cultura. La identidad es resultado de un proceso social, que surge y se desarrolla en interacción cotidiana con los demás, y esto dá lugar a un conjunto de prácticas sociales y culturales. La cultura sólo puede proyectar su eficacia por medio de la identidad; por lo tanto ésta, la cultura y el territorio constituyen dimensiones esenciales dentro de cualquier proceso de desarrollo regional, como lo sostienen algunos autores (Rivero et al., 2002; Hernández, 2001; Olivares et al., 2012)

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El largo contacto de los kari’ña con la sociedad criolla ha originado múltiples cambios en las manifestaciones culturales que usualmente sirven para identificar a los indígenas (vestido, tecnología, vivienda, entre otros). La mayor expresión de estos cambios se refleja en los kari’ña que han migrado a ciudades cercanas a sus comunidades de origen como El Tigre, Cantaura y Ciudad Bolívar y que allí se han ido insertando en el sistema productivo nacional. No obstante, los kari’ña han logrado mantener su identidad étnica como segmento diferenciado de la sociedad nacional, su idioma, código de expresión de innumerables contenidos culturales propios, diversas costumbres sociales y creencias religiosas; así como un probado arraigo a sus tierras ancestrales (Rivero et al, 2002). Las comunidades indígenas en Venezuela representan un punto clave para el rescate de la cultura, saberes y tradiciones populares. En este sentido, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su Título III: De los Derechos Humanos, Garantías y Deberes, Capítulo VIII: De los Derechos de los pueblos indígenas, Artículo 121; subraya que “los pueblos indígenas tienen derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad y sus lugares sagrados y de culto”. El pueblo Kari´ña es descendiente directo del pueblo Caribe, que luchó desde el mismo momento en que se inicia la invasión a nuestro territorio, con conocimiento del mundo natural, espiritual y social en materias tales como: astronomía, medicina, caza, pesca, recolección y solida convivencia con la naturaleza (Amodio, 1991; Ministerio del Poder Popular Para la Educación, 2008). Para comprender los fundamentos filosóficos del pueblo Kari´ña, es necesario explicarlos en dos momentos considerados de gran relevancia. El primero se refiere a la existencia de los tres grandes mundos que conforman el pueblo Kari´ña, y el otro, se trata de la creación del ser humano Kari´ña, el origen como hombres y mujeres pobladores del mundo y portadores de una sabiduría y cultura propia que los identifica entre sí y los diferencia de otros pueblos. Ambos momentos están indisolublemente unidos, por lo cual, no pueden entenderse uno sin el otro porque en realidad, es una sola creación del mundo y del hombre Kari´ña realizada por Kaaputaano, quien representa el dueño del universo (Ministerio del Poder Popular para la Educación, 2008).

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Lo antes señalado representa el proceso social y cultural mediante el cual se trasmiten los conocimientos, valores y creencias de la identidad Kari´ña, que reclaman los ancestros a través de los sueños, basado en el sentido de pertenencia que como Kari´ña responde a modos propios de crianza y socialización, que garantiza la permanencia en el tiempo, iniciándose desde el nacimiento de individuo hasta más allá de su muerte física, la cual está enmarcada dentro del paso del mundo natural al espiritual (Olivares et al., 2012). Conviene señalar, que la capacidad de percepción del clima de los indigenas, influye en la toma de decisiones y en la planificación agrícola, esta tiene igual importancia que los estudios climatológicos de carácter objetivo basados en series sistemáticas y homogéneas de datos meteorológicos tomados por estaciones (Vide, 1990; Baldiviezo y Aguilar, 2006). La percepción climatológica y meteorológica tiene una gran fuerza, por sus profundas raíces en las experiencias y vivencias personales de las comunidades agrícolas. En general, los productores expresan ciertas conclusiones sobre la evolución del tiempo atmosférico vivido. Esta investigación representa un nuevo enfoque de las líneas de investigación, considerada como investigación participativa. Este enfoque es la síntesis de los aportes realizados por los mismos sectores populares organizados y por los intelectuales comprometidos con la construcción de la nueva sociedad. Los indígenas kari’ña son parte importante de la tradición del estado Anzoátegui, razón por la cual debemos respetar y conocer más a fondo su cultura y creencias. A través de la siguiente investigación se podrá establecer la importancia de la relación de la naturaleza con la espiritualidad de la cultura kari’ña.

Metodología La presente investigación se basa en la experiencia treinta y siete (37) miembros de las comunidades kari’ña de Mapiricure y Mapirikaki pertenecientes al municipio Anaco, Santa Rosa La Magnolia y Bajo Hondo del municipio Pedro María Freites del estado Anzoátegui (ver cuadro Nº 1, en la página siguiente).

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Cuadro Nº 1. Porcentaje de participantes por comunidad abordada

Comunidad indigena

Municipio

Parroquia

Porcentaje (%)

1

Mapiricure

Anaco

San Joaquín

56.8

2

Mapirikaki

Anaco

San Joaquín

18.9

3

Santa Rosa La Magnolia

Pedro María Freites

Cantaura

16.2

4

Bajo Hondo

Pedro María Freites

Cantaura

8.1

Esta investigación se fundamenta en el marco de las visitas de inspección de la Gran Misión AgroVenezuela durante el mes de abril del año 2011, la cual permitió establecer el contacto directo con los habitantes de las comunidades agrícolas indígenas de los municipios anteriormente indicados. La figura Nº 1 (en la página siguiente) muestra la delimitación del área ocupada por comunidades kari’ña en el estado Anzoátegui. Para dar inicio a la investigación, fue precisa la conformación de un equipo de trabajo, el cual tuvo como función principal actuar como organizador del encuentro y sistematizador de la información que se generó durante el desarrollo del mismo. La convocatoria fue hecha por el Consejo Comunal de las diferentes comunidades, a todos los habitantes de la comunidad que se dedicaban a la actividad agrícola (ver figura Nº 2, en la página 137). Para realizar la convocatoria el equipo de trabajo se apoyo en líderes naturales, así como en todas las fuerzas sociales y políticas que hacen vida en la comunidad, quienes motivaron y sensibilizaron a sus habitantes para que asistieran al encuentro, haciéndoles ver lo importante de la participación de todos y los beneficios que se derivarán de dicha actividad. Se realizó un encuentro en cada comunidad abordada. La metodología realizada se basó en dos fases (ver cuadro Nº 2, en la página 136), la primera relacionada con el acercamiento el cual tuvo como objetivo establecer el interés de los habitantes en participar en el encuentro y la segunda fase denominada

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Figura Nº 1. Delimitación del área ocupada por comunidades kari’ña en el estado Anzoátegui, Venezuela (Fuente: Rodríguez y Rey, 2004).

exploratoria, la cual tuvo como objetivo describir la importancia que existe entre la naturaleza y la espiritualidad de la cultura kari’ña.

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Cuadro Nº 2. Fases desarrolladas en el encuentro participativo con miembros de las comunidades kari’ña. Fase

Técnica

Condición

Procedimiento

I Acercamiento comunitario

Presentación Grupal

Cada participante dibuja y escribe su nombre en una tarjeta de papel

En el colectivo se reparten las tarjetas donde cada participante dibujara aquel objeto, planta o animal, con el cual se siente más identificado. Cada persona realiza una explosión del por qué se identifica y posteriormente se agrupan en función a lo que dibujaron.

II Exploratoria

Entrevista focalizada

Disposición en proporcionar información relacionada con la naturaleza

Cada participante tuvo la oportunidad de ser entrevistado por el equipo de trabajo. Se le formularon preguntas abiertas vinculadas con la naturaleza y la cultura kari’ña.

En esta última fase, se aplicó un cuestionario como instrumento de recolección de información considerando las características de la población, tales como: origen, sexo, edad, nivel de educación, tipo de actividad que desempeña. Así mismo, se formularon preguntas relacionadas con la percepción de la naturaleza y su vínculo directo con las actividades que ellos desarrollan. Después de realizar las entrevistas focalizadas en los encuentros con los habitantes, se procedió a analizar y trascribir la información aportada y reforzarla con la revisión de literatura referente a la cultura Kari´ña.

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Figura 2. A. Recorrido del equipo de trabajo en los terrenos familiares dedicados a la agricultura familiar en Bajo Hondo; B. Miembros del concejo comunal de Bajo Hondo; C. Patios productivos ubicados en la comunidad indígena de Bajo Hondo; D. La Agricultura familiar como actividad de subsistencia en la comunidad indígena de Bajo Hondo.

Resultados y discusión. Cosmovisión de la cultura Kari´ña De acuerdo a las entrevistas focalizadas, los participantes manifiestan que la cosmovisión Kari´ña divide al universo en dos grandes zonas: la superior o mundo espiritual, la cual corresponde al cielo y la inferior compuesta por el mundo social y el mundo natural que está representada por el cerro o las montañas, el agua y la tierra, donde cada región del universo tiene su “dueño”. En primer lugar, se menciona a (Kaaputaano) como dueño del cielo o universo,

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el posee el dominio de los poderes sobrenaturales y estableció las normas de la religión indígena de esta cultura. Así mismo, (Maabare) representa el dueño del cerro o las montañas, las cuevas y los farallones y padre de todos los chamanes o denominados en su lengua como (Puddai), (Kuruupi) representa el dueño de la selva y todos los arboles, animales, cuevas entre otros y por último, está el dueño del agua denominado (Akodummuo), según la cosmovisión es el abuelo de las serpientes y gran auxiliar del (Puddai) (figura 3). Muchos de los participantes establecer que los zamuros (Kuruumukon) juegan un rol

Figura 3. Representación grafica de los tres grandes mundos de la etnia Kari´ña. (Fuente: elaboración propia)

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importante en la cultura Kari´ña debido principalmente a que son considerados como mensajeros entre el mundo inferior y superior. Según las creencias ancestrales de los Kari´ña, cada ser humano tiene un espíritu/sombra que se proyecta en el suelo, en el agua o en el espejo y se concreta en el alma (Jaqaru). Durante el sueño el alma sale del cuerpo, viaja lejos y comunica con los familiares que habitan en el mundo de los muertos. En este aspecto, los Kari´ña poseen el don de percibir una enfermedad o de una situación conflictiva como castigo del dueño o espíritu poseedor de las cosas y lugares. Los sueños juegan un papel muy importante, pues los espíritus pueden servirse de ellos para materializar sus designios el (Jaqaru) puede sufrir las enfermedades del asombro, de la captura y de la perdición. Para ello el chaman (Puddai) invoca a los espíritus auxiliares como el jaguar, la culebra y el zamuro y con su ayuda logra curar al enfermo. El chaman (Puddai), representa el médico del cuerpo y del alma, el cual posee amplios conocimientos sobre el poder curativo de las plantas, también poseen ciertos poderes o dones sobrenaturales según los habitantes Kari´ña, capacidad para comunicarse con los espíritus de la naturaleza. El chaman es convocado por el dueño del cerro (Maabare), cuyo llamado no puede ser desoído o puede ser visitado muchas veces y en cualquier forma por el espíritu. Según Civireux (1973); Amodio (1993) establecen que en la memoria de los Kari´ña pervive el recuerdo de tiempos muy antiguas, cuando habitaban en regiones con cerros y abrigos rocosos profundos, de allí la importancia que se le concede a los farallones y algunos cerros dentro de la geografía simbólica Kari´ña. Según los relatos de los participantes, actualmente los chamanes (Puddai) son muy pocos y a medida que pasa el tiempo los jóvenes no se interesan por aprender la historia sagrada y se muestran indispuestos a incluirse en los procesos iniciativos de la cultura indígena. De acuerdo a la información suministrada por los entrevistados los chamanes propiamente Kari´ña recetan observando la orina de los pacientes. Así mismo, los remedios caseros recomendados incluyen bebidas de plantas curativas, dietas y algunos reconstituyentes, así como oraciones en las que se mezclan diversas creencias.

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Sin embargo, a pesar de que los jóvenes Kari´ña se han mostrado de cierta manera desinteresados en varios aspectos, es conveniente indicar que para muchos adolescentes Kari´ña conservar su lengua ha sido un gesto hacia su cultura. Los adultos mayores indican que desde hace décadas han emprendido una lucha importante para no perder su unidad como pueblo y reconquistar sus valores culturales y sobretodo espirituales. La población Kari´ña comparte una relación armónica con la naturaleza (Noono), el cual es definido por los habitantes como el territorio sagrado que de alguna manera permite vivir de manera material y espiritual. Ellos realizan el trabajo comunitario representando su forma de vida, trabaja en armonía con la naturaleza y cultiva los recursos que aseguran su modo de vida. Para los habitantes de esta cultura indígena, la tierra es concebida como la fuente de vida del hombre. Esta cultura indígena se caracterizó por la relación armónica que mantenían con la naturaleza, por el respeto que les inspiraban los recursos naturales, por la lengua Kari´ña, la medicina tradicional que practican, las expresiones artísticas muy dinámicas y las costumbres religiosas de estos habitantes.

Uso de los recursos naturales en la cultura Kari´ña En términos generales para las comunidades indígenas Kari´ña el entorno natural es la base fundamental de su mundo religioso. Según la información proporcionada por los participantes del encuentro, este entorno está dominado por una serie de espíritus, los cuales tienen la particularidad de poseer poder y sabiduría, que de alguna manera pueden beneficiar o hacer algún daño al hombre. En este aspecto (Rivero et al., 2002) indican que su cosmovisión es muy diferente a la de la población criolla, la cual percibe a la naturaleza de forma secularizada y pragmática; es decir, un medio que se posee y que debe ser aprovechado para obtener determinados beneficios. Es preciso mencionar que los Kari´ña se han caracterizado por ser esencialmente sedentarios, aún en tiempos pasados cuando su patrón de asentamiento era disperso, su subsistencia tradicionalmente ha dependido de los frutos que le prodiga el conuco. Éste

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es termino de conuco es definido por Amodio et. al (1991) como “pequeñas extensiones de tierras cercanas a los morichales, cultivadas por un período limitado de años y trasladados periódicamente para no agotar los nutrientes del suelo”. Además de la agricultura de subsistencia (patios productivos o conuco), los pobladores Kari´ña dependen de la caza y la pesca para su alimentación familiar. En el caso de las comunidades abordadas, la cantidad de proteínas que la pesca aporta a la dieta familiar es significativa y tiene mayor importancia que la caza. La diversidad de la fauna silvestre en los diferentes hábitats ocupados por los esta cultura indígena, es generalmente baja y localizada en ciertas áreas localizadas y en gran medida muchas de estas áreas influenciadas por la actividad antropogénica. La abundancia relativa de las especies también es baja, encontrándose importantes concentraciones de animales solo en los cuerpos de agua naturales o artificiales. Con relación a la caza, las especies más importantes son los reptiles; especialmente la iguana, la cual es muy consumida entre los habitantes por su carne y huevos. Hoy en día, es importante mencionar que aunque los Kari´ña han sido despojados de sus mejores tierras agrícolas ellos intentan mantener sus actividades agrícolas basadas en la agricultura de subsistencia; estas comunidades aun siembran en los morichales donde obtienen gran variedad de productos agrícolas tanto para el consumo interno como para la producción artesanal en ocasiones. Algunos productos cultivables en estas tierras son yuca amarga (Manihot esculenta Crantz), batata (Ipomoea batatas L ) , maíz (Zea mays L); frijoles (Vigna sinensis L), auyama (Cucurbita máxima L), plátano (Musa paradisiaca L), lechosa (Carica papaya L), ciruela (Prunus armeniaca L), mango (Mangifera indica L), patilla (Citrullus lanatus T), melón (Cucumis melo L) y ají (Capsicum annuum L), además de ciertas plantas medicinales y utilitarias como el algodón. Dentro de este orden de ideas, los pobladores de estas comunidades indígenas mencionan algunos de los recursos de flora (cuadro 3, en la página siguiente) y fauna (cuadro 4, en la página 143) y los diferentes usos (cuadro 3).

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Cuadro Nº 3. Descripción de las plantas utilizadas por la cultura Kari´ña.

Componente

Flora (Alimentación y artesanía)

Flora (Medicinal)

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Nombre Común

Nombre Científico

Utilidad

Moriche

Mauritia flexuosa

Principalmente la alimentación, aceites, oleo, resinas, fibras y cuerdas

Merey

Anacardium occidentale

La recolección del fruto y la semilla la usan para la alimentación familiar

Tártago

Ricinus communis

Principalmente para aceites, oleo y en ocasiones para resinas

Curagua

Bromelia sp.

Su uso es para fibras y cuerdas

Anicillo

Coriandrum sativum

Sirve para enfermedades digestivas y circulatorias

Betonica

Stachys officinalis

Para calmar problemas relacionados con diarrea

Currucay

Protium sp

Sirve para aliviar el reumatismo, dolor de muela y la gripe

Onoto

Bixa orellana

La raíz de esta planta sirve para curar el mal de orina y la hepatitis

Guayaba Sabanera

Psidium guajava

El cogollo de la lanta sirve para curar las infecciones bucales

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Cuadro Nº 4. Descripción de la fauna utilizada por la cultura Kari´ña

Componente

Fauna (Caza)

Nombre Común

Nombre Científico

Utilidad

Iguana

Iguana iguana

la carne y huevos de este reptil para la alimentación

Mato de agua

Tupinambis nigripuntactus

la carne del reptil para la alimentación

Lapa

Agouti paca

La carne del mamífero para la alimentación

Gabán

Mycteria americana

La carne del ave para la alimentación

Cachama

Chaetodon sp.

La carne del pescado para la alimentación

Cachicamo

Dasypus sp

La carne del mamífero para la alimentación

Chigüire

Hydrochaeris hydrochaeris

La carne del mamífero para la alimentación

Tradicionalmente los pobladores Kari´ña han explotado el moriche, es justamente de esta especie vegetal, del que obtienen diversos usos dentro de los que destacan: en primer lugar el consumo de la pulpa de la fruta, construcción del techo de las viviendas mediante los cogollos del moriche y sacan fibras de las hojas para tejer chinchorros, cestas y diversos detalles como artesanías. A su vez, utilizan el merey para autoconsumo y venta, principalmente recolectan la semilla en la sabana oriental y luego la someten a fuego hasta obtener la semilla tostada y comestible. En la Mesa de Guanipa las comunidades Kari´ña cultivan: maní, ajonjolí y caraotas, mientras que en las tierras inundables sembraron: algodón, auyama, caraota negra y batata dulce entre otras. Gracias a su gran adaptabilidad,

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demostrada en la forma como colonizaron el medio ambiente de las mesas y posteriormente los rebalses del río Orinoco, los Kari´ña han cultivado más de cien especies vegetales diferentes, cifra bastante mayor que las cultivadas por otros pueblos indígenas. Una forma sencilla que se entiende es que tienen conucos en los morichales, para el verano y en la sabana para trabajarlo en el invierno. Desde un punto de vista ecológico; la fauna silvestre ocupa en la región de los Kari´ña varios hábitats típicos de los llanos orientales y de las riberas del Orinoco: sabanas abiertas o arboladas, bosques residuos y matorrales, bosques ribereños que incluyen los bosques de galería y los morichales, aparte de los hábitats de cuerpos de agua.

Relación de la naturaleza y la precepción del clima También los habitantes de la comunidad indicaron que existen manifestaciones dentro de su cultura Kari´ña, tal como lo representa el sol (Beedu), es muy respetado por todos los miembros de la comunidad, se cree que cuando existe un eclipse de sol algunos animales se ponen furiosos, esto representa un castigo de Kaaputaano. Por su parte en las actividades tales como elaboración de casabe y extracción de fibra de moriche se realiza únicamente en los días soleados. Por su parte, la luna (Nunno), representa para los Kari´ñas el mundo en el cual se basan todas y cada una de las actividades que desarrollan tales como: la siembra, cosecha, cacería, construcción de viviendas, artesanías y otras (figura Nº 4, en la página siguiente). Mediante las entrevistas se determinó que las fases de luna menguante y la luna nueva son las más importantes. Según las creencias, la luna menguante, es la fase más adecuada para realizar las labores de siembra debido al normal crecimiento y desarrollo de los cultivos sin ataques severos de plagas y enfermedades. Esta fase lunar es idónea para cortar palma y madera para la construcción de viviendas y cercas, ya que los materiales serán más duraderos. La luna menguante es considerada por los Kari´ñas como la más adecuada para realizar las labores de cosecha, preparación, conservación y consumo de alimento, así como también, la elaboración de herramientas de trabajo.

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Figura Nº 4. Actividades agrícolas desarrollas siguiendo las fases lunares. Fuente: elaboración propia

En cambio, en la fase de luna nueva se pueden realizar las deforestaciones racionales en la zona, no es recomendable para la siembra de cultivos debido principalmente a que las plantas no proporcionar frutos con excepción de la caña porque adquiere mayor tamaño y genera guarapo en abundancia. Los agricultores denominan a esta fase como “se fue en vicio” y todas las plantas son más vulnerables al ataque de plantas y enfermedades de manera severa. Las estrellas (Shiri´shokon) forman parte de la cosmovisión del pueblo Kari´ña; cuando en el cielo se observan muchas estrellas, se predice escasez de lluvia y abundancia en alimentos. Por el contrario, si en el cielo no se ven muchas estrellas, es indicativo de que pueden generarse lluvias y los alimentos serán muy pocos.

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La lluvia (Konoopo) es de gran relevancia en la actividad agrícola de la zona; la orientación de las lluvias indica buenos o malos rendimientos, es decir cuando vienen del este al oeste, las mejoras en las plantas se dan a mitad de la temporada durante los meses de julio y agosto fortaleciendo el crecimiento por la suplencia de agua generando buenos rendimientos. Por su parte, los participantes, señalaron que el calendario Kari´ña (cuadro 5, ver la siguiente página) está regido por dos periodos, los cuales son el lluvioso y el seco, en cada periodo los habitantes de la zona mantienen diversas actividades, tales como la caza pesca y recolección. Básicamente, los abuelos de la comunidad Kari´ña, consideraban algunas actividades como referencia para calcular algunas fechas importantes, por ejemplo: si un niño o niña Kari´ña nacía en la época de la iguana, al repetirse nuevamente esa época, se dice entonces que ese niño o niña alcanzaba un año. Estas épocas (Daako) representan la entrada de la época seca y la poca lluviosa, por su parte, la época (Yoomü) está caracterizada por el ataque de plagas debido a las condiciones secas (temperaturas de moderadas a altas y ausencia de lluvias), así mismo es propicia para el desarrollo de artesanías y alimentos producto de la cosecha. Todos ellos se rigen por el paso de cada sol, este calendario se realiza de manera circular porque representa el giro del sol y la luna alrededor de la tierra. Estas descripciones coinciden con los indicados por Rivero et al., (2002) los cuales establecen que los habitantes de comunidades Kari´ñas se basan en la antigua técnica de la agricultura de conuco, la recolección estacional, la caza y la pesca influenciada por sus creencias ancestrales y manifestaciones de la naturaleza. Así mismo, Ramírez (2001) establece ciertos aspectos relacionados con la manera de adaptación, producción y percepción del ambiente los cuales llevan implícita la necesidad de conocer el funcionamiento de la Naturaleza (manifestaciones de la fauna, flora, ancestrales), la constitución de los objetos, la organización social y el saber popular unido a la vida cotidiana y al trabajo. Entre las comunidades rurales dominadas por agricultura tradicional, los agricultores parecen afrontar la situación a pesar de la variabilidad del clima (Mortimore y Adams, 2001; Mendoza, 2009). De hecho investigaciones recientes sugieren que muchos agricultores se preparan para el cambio climático, minimizando las pérdidas en productividad mediante el uso incrementado

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Cuadro Nº 5. Actividades asociadas al Calendario kari’ña. Época

Seca (Daako)

Inicio de la época lluviosa (Daako)

Lluvia (Konoopo)

Inicio de la época seca (Yoomu)

Duración (meses)

Tres

Tres

Tres

Tres

Mes

Actividad

Enero

Durante este mes se pueden realizar actividades relacionadas con la caza de aves en la alimentación (carne y huevos)

Febrero

Este es el mes de la iguana, ideal para los huevos y la carne de este reptil

Marzo

Durante este mes, se observa la frecuencia del perico en la zona, ideal para la caza de esta ave en la zona.

Abril

Este es el mes de acercamiento a la floración del Merey en la zona

Mayo

Durante este mes es la fructificación del Merey y el mango, comienzan las primeras lluvias, los morichales y las fuentes de agua empiezan a aumentar el nivel

Junio

comienzan los truenos y relámpagos dando indicios de que se inicia la época lluviosa

Julio

Durante este mes, existe suficiente agua de lluvia para el desarrollo de los cultivos

Agosto

Este mes es el más húmedo de todo el año, es el adecuado para la caza del cachicamo

Septiembre

Durante este mes, la vegetación es verde, hay suficiente alimento para los venados y otros animales en la zona.

Octubre

Este mes es el propicio para el ataque de insectos en los cultivos

Noviembre

Durante este mes, se inician las labores de casabe y otros alimentos cosechados o recolectados

Diciembre

Se realizan las labores de casabe y otros alimentos cosechados o recolectados

de variedades locales tolerantes a la sequía, cosecha de agua, policultivos, agroforestería, colecta de plantas silvestres y el uso de bioindicadores del clima

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para reducir el riesgo climático. Dado esto se hace necesario reevaluar la tecnología indígena, agrícola y local como fuente clave de información sobre la capacidad adaptativa que exhiben algunos agricultores para enfrentar el cambio climático.

Conclusiones La población Kari´ña forma parte de la historia ancestral de Venezuela, más aun del Estado Anzoátegui donde reside la mayoría, para esta cultura es fundamental la armonía con el medio ambiente que nos rodea, del cual se proveen tanto para su alimentación de subsistencia y sustento como forma de trabajo. Es emblemático el respeto y amor de los indígenas por el orden natural. Lo que los ha distanciado de las diferentes civilizaciones caracterizadas por el manejo irracional de los recursos naturales que ha generado un desarrollo depredador de la Naturaleza insensible y de tan pocos escrúpulos. La espiritualidad, religión, las prácticas agrícolas, el conocimiento local climático y creencias Kari´ña como mucho pueblos de los llanos orientales venezolanos, es abierta, en el sentido de que propone una imposición dogmática, reglas o sendas de vidas, así como ciertos tabúes orientados a la consecución de la felicidad y al manejo sostenible de la biodiversidad. Este estudio refleja que en las sociedades indígenas el hombre vive integrado con la naturaleza donde encuentra una constante fuente de sabiduría, esta enriquecedora relación del hombre con la naturaleza, sobre la cual se estructuran las religiones indígenas del horizonte, comparten muchos elementos y acusan influencias reciprocas como lo evidencias diversas versiones de una misma historia. De alguna manera, esta investigación pretende en un sentido muy amplio, consolidar el manejo territorial del pueblo Kari´ña y la continuidad de procesos ancestrales de relacionamiento con la naturaleza, que involucren dinámicas que renueven la producción de diversidad de especies y el manejo de los recursos acorde con prácticas ambientales propias, conocimientos ancestrales sobre el cambio climático, que puedan restablecer el equilibrio y reactivar estrategias que replanteen formas de relacionarse con el entorno.

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Así mismo, como una primera aproximación, el enfoque de esta investigación estuvo orientado a comprender las transformaciones ambientales representadas por la introducción y el reconocimiento de los conocimientos locales, lo cual implica partir de valores, percepciones y experiencias individuales de género, las relaciones sociales, morales y éticas que plantea esta cultura indígena frente a al entorno natural característico de los Llanos orientales.

Agradecimientos Este estudio no hubiese sido posible sin el valioso apoyo y todos y cada uno de los miembros de las comunidades Kari´ña y en especial a la participación de: Luis Tempo, Juan Celestino Aray, José Ramón Aray, Milta Criba, Edgar Arteaga, Inocencio Martínez, Teodoro Martínez, Miguel Tamanaico, Gregorio Tamanaico y Juan Tamanaico.

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EL HERALDO OCTUBRISTA. RÓMULO BETANCOURT, MOTIVOS Y OBJETIVOS DE LA REVOLUCIÓN DE 1945 The october herald. Rómulo Betancourt: Motives and objectives of the revolution of 1945 Luis Fernando Castillo Herrera

Profesor de geografía e historia (Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Caracas). Cursante de la Maestría en educación mención enseñanza de la historia (UPEL). Diplomado en Historia Contemporánea de Venezuela (Fundación Rómulo Betancourt-UPEL). E-mail: godaigo@hotmail.com

Recibido: 03/11/2013 Aprobado: 29/01/2014 Resumen: Los acontecimientos suscitados el 18 de octubre de 1945, representan el desenlace abrupto de un período histórico y político que había iniciado con la irrupción de un grupo de andinos que terminarían derrocando al presidente Ignacio Andrade, para establecer una estructura hegemónica que encontrará su punto de consolidación con el general Juan Vicente Gómez y su agotamiento en la figura de Isaías Medina Angarita derrocado el 18 de octubre de 1945. De aquel suceso derivan una serie de documentos vitales para entender el período 1945-1948, entre ellos el discurso del 30 de octubre de 1945, pronunciado por Rómulo Betancourt. La presente investigación traza sus objetivos alrededor de la comprensión y análisis de las motivaciones y objetivos de la revolución de octubre a través de la declamación hecha por Betancourt aquel 30 de octubre. Palabras clave: Revolución, Democracia, siglo XX. Abstract: The events provoked on October 18, 1945, represent the abrupt consequence of a historical and political period that had begun with the irruption of a group of

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Andeans that ended up overthrowing president Ignacio Andrade (1899), in order to establish a power structure that would find its consolidation point with general Juan Vicente Gómez and its end in the figure of Isaías Medina Angarita, who was overthrown on that October day. A series of vital documents attributed to that event help us understand the 1945-1948 period (el Trienio), among them the speech pronounced by Rómulo Betancourt on October 30, 1945. The purpose of this investigation is the understanding and analysis of the motives and objectives of the revolution of October set down in that speech made by Betancourt. Key words: Revolution, democracy, 20th century

Introducción El vórtice hacia la reorientación política del país quedó abierto el 17 de diciembre de 1935, cuando el Dios Tánatos tomó el último aliento del general Juan Vicente Gómez. El benemérito, título simbólico otorgado al presidente por aquellos aduladores que le siguieron, dejaba un vacío tras veintisiete años de férreo dominio del poder, su ausencia obligaba una necesaria y rápida sucesión, esa figura sucesoria emergería de sólo dos opciones posibles: la familia consanguínea de Gómez o la familia de armas. Siendo este último bajo la efigie de Eleazar López Contreras la que capitalice el solio dejado por el general fallecido. La presencia de López Contreras y la subsiguiente aparición de Isaías Medina Angarita, mediante la odiosa figura de las elecciones de tercer grado, desembocaran en el 18 de octubre de 1945 con un golpe de Estado, que tras metamorfosis pasará a la historia como la revolución de octubre. Es precisamente aquella revolución, su contexto y muy puntualmente el discurso pronunciado por Rómulo Betancourt el 30 de octubre de aquel año, los elementos fundamentales de la presente investigación. En primera instancia, esbozaremos los factores fundamentales del escenario político y social que conllevó a las distintas fuerzas al rugido del 18 de octubre de 1945. Necesariamente hemos limitado el estudio entre los años 1935-1945, en este sentido, el enfoque de la primera mitad del estudio se dirigió exclusivamente a una brevísima reconstrucción del panorama previo al golpe de Estado.

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De seguida, pasamos al análisis del discurso pronunciado por Rómulo Betancourt el 30 de octubre de 1945, enfocándonos en aquellos elementos considerados por los conjurados como motivos legítimos del alzamiento, así como los objetivos que se trazaron para encaminar a la República por nuevos derroteros. De esta manera, se lleva a cabo la valoración de aquellos objetivos en el futuro de la Junta Revolucionaria de Gobierno y el período bautizado como trienio adeco. Hemos enfocado la investigación en el análisis de aquel discurso, principalmente por la carga histórica que posee y la importancia en su contexto. Se trata de las primeras exposiciones de uno de los representantes del movimiento militar y civil encargado de la subversión política y social del país. De esta forma, no es un documento aislado, sino el primer paso de la Junta Revolucionaria de Gobierno, donde explican sus motivaciones y acciones futuras. Por otro lado, es aquel discurso el inicio del afianzamiento de un partido y de un dirigente, no es azar la presencia de Rómulo Betancourt como heraldo de aquella revolución. Más allá de la reconstrucción de los hechos, se buscó un examen objetivo de las motivaciones y pretensiones del grupo triunfante aquel octubre de 1945, siendo el discurso de Rómulo Betancourt el documento idóneo para aquella tarea. En este sentido, la investigación gira en torno a un objetivo general: analizar los motivos y objetivos expuestos por Rómulo Betancourt en representación de la Junta Revolucionaria de Gobierno el 30 de octubre de 1945. Para lograr la consecución de ello, se trazaron tres objetivos específicos: a) conocer el contexto político y social de Venezuela entre los años 19351945; b) describir los principales elementos detonantes de la revolución de octubre; c) comprender los motivos y objetivos propuestos por los líderes de la revolución de octubre. Siendo estos los faros guías de la investigación desarrollada a continuación.

Después del tortol Durante veintisiete años el ejercicio del poder se había resumido en un sólo hombre, el general Juan Vicente Gómez, en torno a él se configuró un

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Estado recio, capaz de socavar el mal que aquejaba al país y muy puntualmente a quienes hacían política, la extirpación del caudillismo y todo lo que simbolizaba, fue para el régimen gomecista el factor decisivo en su prolongado dominio. Mediante la creación de un ejército calificado y moderno, Gómez logró la paz que tanto convenía a su política, instaurándose como el verdadero y único caudillo. Pese a su notable poder, el 17 de diciembre de 1935, el gomecismo perdía a su máximo estandarte, sin embargo no el poder. La fuerza gomecista no se encontraba concentrada exclusivamente en la imagen del general oriundo de la Mulera, la institución castrense que él había creado conformaba la esencia vital del régimen, no poseía partido, pues el ejército lo era todo, ese ejército y el Congreso simbolizaban la continuidad del imperio gomero, pues poco espacio había tenido la oposición para intentar de alguna manera capitalizar el deceso del hombre fuerte. De esta manera, la disputa por la sucesión no vendría por la pujante presencia de una oposición robustecida, la lucha por el control político se presentaría en las mismas entrañas del gomecismo. Miembros de la familia del general, del Congreso y el Ejército encarnarían la delicada situación donde debía surgir el heredero del benemérito. La encarnizada pugna por el poder terminaría definiéndose entre dos connotados hombres, ambos vivos representantes de la mística gomera, Eustoquio Gómez, símbolo de la crueldad del régimen y Eleazar López Contreras emblema del Ejército. En esta medida, familia y ejército definirían el sucesor: Entre esos cuya sangre les une al tirano y por lo tanto se consideran ungidos para sucederle, se encuentra su primo Eustoquio, famoso por su primitiva crueldad al castigar a sus opositores […] el general López Contreras se distingue desde muy temprano por su profesionalismo (pese a venir, como sus coetáneos militares, de los campamentos y no de las academias) y por su honestidad, rara avis entre la cleptocracia gomecista. (Caballero, 2003, p. 77-78)

En el camino hacia la sucesión, una bala se interpondría entre Eustoquio y Eleazar López, la muerte del pariente consanguíneo dejaba el camino

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libre para el hijo de armas del benemérito. Eleazar López Contreras, sería investido como nuevo presidente de Venezuela, ante una ruidosa situación de inestabilidad. Los cambios comenzarían a emerger en dos aceras distintas, por un lado el pueblo sentía que la muerte de Gómez había debilitado el nudo que los ataba, mientras el gobierno liderado por el ahora presidente López Contreras, desarrollaría una serie de cambios sustanciales pero insuficientes desde la mirada de la oposición. Febrero de 1936, es la fecha donde ocurrirán dos notables sucesos, el catorce luego del anuncio de la suspensión de las garantías constitucionales, se realiza la convocatoria a una huelga por parte de la prensa, la misma estaría acompañada de una manifestación pacífica. Un hecho impensable durante el gomecismo puro, es decir el comandado por el mismo Gómez. En torno a la manifestación del día 14 de febrero Caballero (2003) relata: El desfile tendrá lugar el 14 de febrero y, desde la mañana, comienzan a formarse en la Plaza Bolívar, frente a la Gobernación y la Universidad Central, grupos de protesta como han venido haciendo desde la muerte de Gómez. Pero la policía gomecista está demasiado nerviosa desacostumbrada a acciones de ese tipo; y dispara contra la manifestantes inertes. (p. 82)

Pese a la represión protagonizada por el cuerpo policial del régimen, la manifestación no se amilanó y continuó su rumbo hacia Miraflores. Para el historiador Manuel Caballero, aquella expresión significa el cambio más representativo desde la muerte de Gómez, pues la manifestación traía en su seno consignas democráticas, novísimos argumentos planteados en un pliego de peticiones que entregaría el joven y líder estudiantil Jóvito Villalba al mismo presidente Eleazar López Contreras. En este sentido, acontecían una sucesión de hechos bastante resaltantes, iniciando con la manifestación que exigía la restitución de las garantías constitucionales, la manifestación es reprimida, sin embargo no disuelta. La misma avanzaría hasta el presidente López Contreras, él aceptaría la entrega de las peticiones y como hecho de gran trascendencia el día 22 el presidente presentaba el Programa de Febrero. ¿Tuvo la manifestación del 14 de febrero resonancia en las posteriores decisiones del presidente? La restitución de las

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garantías constitucionales y la presentación del Programa hacen pensar que aquella inédita manifestación causó vívida impresión en las retinas de los políticos post-gomecistas. Seguidamente, aquel año 1936 se promulgaría la primera Constitución sin Gómez después de casi tres décadas en el poder. Al igual que el Programa de Febrero, ésta contenía una serie de cambios comparada con la Constitución de 1931. En este sentido, el período de gobierno fue reducido de siete a cinco años, además prohibía la reelección presidencial de manera inmediata. No obstante, la elección presidencial quedaba nuevamente ajustada a los designios de los congresistas, manteniendo vivo el fantasma gomecista y la vieja tesis del pueblo ignorante incapaz de tomar decisiones políticas. El gran estruendo acontecería al finalizar del mandato de Eleazar López Contreras, éste ya no puede reelegirse de manera inmediata, por lo cual, comienzan las dudas y los rumores sobre el posible nuevo candidato. La elección será de tercer grado, por lo que se presume sea un hombre de la confianza del general López Contreras, que pueda asegurarle el retorno al sillón presidencial. ¿Civil o militar? es la pregunta que ronda los pasillos mentales de Eleazar López, y las consecuencias de la elección de uno u otro: López Contreras escogió a Medina Angarita en un proceso complejo, a pesar de que sus preferencias apuntaban al embajador Diógenes Escalante. Los viejos generales gomecistas amenazaron derrocarlo si optaba por el civil… (Consalvi, 2010, p.13)

La voz militar se hacia respetar, Medina Angarita sería ungido como el candidato, candidatura que al estar respaldada por el presidente López Contreras, le asegura una elección segura, un tramite protocolar ante el congreso. Sin embargo, un grupo de civiles armados más de valor que de municiones y otros artilugios bélicos, lanzarán una candidatura simbólica. El personaje encargado de representar aquella candidatura, no es un connotado político o líder gremial, se trata del creador de Doña Bárbara, Rómulo Gallegos. Como todo un David, se enfrenta a Goliat, por supuesto con menor suerte que el legendario hombre bíblico. La candidatura simbólica representaba una clara protesta hacia el modus operandi de la elección del máximo dirigente nacional. Una exigencia para una

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reforma constitucional, el llamado de atención pacífico para redireccionar al país y enrumbarlo a la plena democracia. Sin embargo, el llamado fue desoído: “…el general Isaías Medina-Angarita fue elegido Presidente de Venezuela por 130 votos, en tanto el novelista Rómulo Gallegos obtuvo apenas 13”. (Consalvi, 2010, p. 18). Empero, la candidatura de Rómulo Gallegos no fue un hecho desestimado en su totalidad, representaba el crecimiento político de un sector, el cual poseía pasos cautelosos pero sin duda muy decididos. Ese año 1941 conjugaba varios elementos, en primer lugar, sería electo el último representante del pasado gomecista, Gallegos se presentaba como candidato, quizás un presagio de lo que ocurrirá cuatro años más tarde, y finalmente en 1941, se fundaba el partido Acción Democrática, que copará la escena política en los subsiguientes años. De esta forma, el escenario previo al 18 de octubre de 1945, presenta a Medina Angarita como presidente constitucional, el crecimiento de Acción Democrática y la disputa entre López Contreras y su ungido general Isaías Medina. Este capítulo, es importante para entender las causas fundamentales que se combinaron en la caída del presidente Medina. Aquellas causas las podemos dividir en tres grandes factores, el primero de ellos esta vinculado a la propia gestión del presidente, que conllevó por un lado la “enemistad” con el ex presidente López Contreras y por otro las exigencias de la oposición. Los ánimos políticos presentarían un intenso cambio a medida que se aproximaba la fecha para seleccionar al nuevo mandatario nacional. Por un lado, las medidas tomadas por Isaías Medina Angarita lo distanciaron de su antecesor, la reforma de la Constitución, la ampliación política, legalización de partidos y la eliminación del inciso sexto (que satanizaba al comunismo como ideología política) daban un vuelco a la tradición anticomunista adoptada por el Estado desde tiempos de Juan Vicente Gómez. El inciso sexto del artículo 32 de la Constitución, aquel que prohibía la difusión de la doctrina comunista, es reformado para eliminar el párrafo que contenía dicha prohibición (García-Ponce, 2010, p. 15)

Aquella aparente apertura, causaría ruido en los oídos del general Eleazar López, quien veía más lejos sus nexos políticos con su compañero de armas.

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Cercano el momento, y en virtud de los caminos distintos tomados por los dos generales, emergerá la candidatura de Eleazar López Contreras el “ronquito” decidido a recuperar el sitial presidencia, encabezando la Agrupación ProCandidatura Presidencial, así lo explica García-Ponce (2010): Para sorpresa de muchos, aunque el hecho tiene su lógica, surge la candidatura presidencial de Eleazar López Contreras. Pareciera un desatino, pero el ex presidente lo toma tan apecho que forma su propia plataforma partidista al crear la Agrupación Pro-Candidatura Presidencial, donde aparecen los nombres de muy connotadas figuras tanto de su gobierno como pertenecientes a los gabinetes de Medina… (p. 17).

Por otro lado, Medina Angarita, militar y proclamado candidato por otro militar en 1941, terminaría decantándose por un civil, auspiciado por un deseo de renovación y quizás de elecciones directas. De esta manera, el nombre de Diógenes Escalante aparece nuevamente en la palestra en medio de los deseos de López Contreras por retornar la silla de Miraflores. La imposibilidad física o en este caso mental de Diógenes Escalante apresurará muchas cosas, entre ellas la postulación de Ángel Biaggini. Mientras tanto más allá de la pugna y los movimientos de ajedrez de los generales Medina y López, se configuraba la acción de un grupo de militares incomodados y pertenecientes a una nueva generación desligada de las montoneras que llevaron a Castro y Gómez al poder, estos militares y un reducido grupo de civiles (en su mayoría militantes de Acción Democrática) fraguarían una solución al escenario político nacional.

Motivos y objetivos de una revolución El 18 de octubre de 1945, Venezuela vivió una vez más la reacción de un sector político sobre otro, si bien las banderas del grupo civil y militar que se insurrecciona contra Medida Angarita llevaban los colores de las elecciones directas, secretas y universales, no deja de ser aquel un alzamiento militar contra un Estado constitucionalmente establecido. Los conjurados no hacen de manera inmediata una exposición de los motivos del alzamiento militar, siendo el 30 de octubre la primera alocución

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de gran peso, donde uno de los líderes, explica al país los impulsos y objetivos principales de la denominada Revolución de Octubre. Pasemos a continuación al análisis de aquel discurso pronunciado por Rómulo Betancourt. Con un carácter altisonante inicia la declamación, dejando en claro un elemento fundamental para el buen desarrollo político de los nuevos guías de la república. Las relaciones exteriores, estas representaban la aceptación o rechazo de la comunidad internacional hacia el grupo artífice de la revolución. En este sentido, Rómulo Betancourt expone con fulgor como se han reanudado las relaciones con las naciones del “mundo”, un mundo representado por los Estados triunfantes de la segunda guerra mundial y los países de América Latina. Con legitimo alboroto venimos a anunciar a la Nación en nombre de la Junta revolucionaria y del Gabinete Ejecutivo, que han reanudado sus relaciones diplomáticas con el gobierno de los Estados Unidos de Venezuela los gobiernos de Estados Unidos, Reino Unido de la Gran Bretaña, Francia, Ecuador, Paraguay, Cuba, Bolivia, Guatemala, Panamá, México, Haití, Chile, Perú, Colombia, Argentina y Uruguay. (Betancourt, 1945).

La importancia otorgada a las relaciones diplomáticas con cada una de estas naciones posee varias interpretaciones, en primer lugar, el apoyo por decirlo de alguna manera de la comunidad internacional, le aseguraba a la Junta Revolucionaria de Gobierno una significativa reducción de planes desestabilizadores en su contra orquestados desde el exterior, en segundo lugar, se despojaban del calificativo golpista o insurrectos, otorgándose la revolución y la bandera democrática a través del respaldo de un sector importante de naciones, que incluye a los Estados Unidos. Sin embargo, hubo rechazos para los octubristas, Rómulo Betancourt destaca como la única nación que expuso repudio a la revolución de octubre fue la República Dominicana: […] el único incidente diplomático confrontado hasta ahora ha sido el de la brusca salida del país del representante del gobierno dominicano […] Este proceder del personero de la dictadura del señor Trujillo nos ha impedido tener la satisfacción de romper públicamente las relaciones con un régimen en torno del cual debe América tener un riguroso cerco profiláctico. (Betancourt, 1945)

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En tal sentido, sólo el tiránico mandato de Rafael Leónidas Trujillo manifestó oposición. Más adelante las acciones de Trujillo trascenderán el simple retiro de su cuerpo diplomático ubicado en Venezuela. Eleazar López Contreras, en planes conspirativos recibirá del mandatario dominicano apoyo para intentar derrocar a los recién instalados en el Palacio de Miraflores, sin embargo los deseos del ex presidente pronto se diluirían. Salvado el tema de las relaciones internacionales, punto vital para quienes intentan reconstruir una nación, el discurso pasa a la exposición y explicación de los objetivos que motorizaran la revolución. Partiendo de la “calma” social imperante en la República a pesar de la convulsión inevitable de un movimiento contra el statu quo. Así describe Rómulo Betancourt la situación del país: Nadie que arribara hoy a Venezuela podría imaginar que en este país, donde todas las actividades económicas, comerciales y administrativas se están desenvolviendo con sincrónico ritmo, se realizó hace apenas doce días una revolución política y social llamada a enderezar el torcido rumbo que veníamos trajinado desde los mismos días iniciales de nuestra era republicana. (Betancourt, 1945).

Dos elementos se desprenden de lo citado arriba, en primera instancia es preciso para los intereses de la Junta Revolucionaria de Gobierno dibujarle al pueblo y narrarles una situación de total tranquilidad, reflejándose además la revolución de octubre como la acción esperada por décadas. En este sentido, existe una carga mesiánica por parte de Betancourt al expresar que la revolución octubrista enderezará una ondulante historia política republicana de más de cien años. En segundo lugar, ¿quiénes serán los encargados de enderezar ciento quince años de políticas desacertadas?, sería esta una interrogante entre aquellos que escuchan la declamación del dirigente de Acción Democrática (AD). Los hombres llamados a la restauración de la nación, son descritos como honestos, comprometidos con el momento histórico que protagonizan y desligados de las viejas intenciones carroñeras de los caudillos decimonónicos: No eran demagogos improvisados, sino hombres con una filiación, con una fe y con un abrumador lote de compromisos con la democracia

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venezolana y americana, gozosamente aceptados, quienes habían asumido la responsabilidad de estructurar un orden de cosas serio, honesto, responsables, sobre los escombros de un régimen repudiado por la conciencia de todos los venezolanos libres (Betancourt, 1945).

Más allá de los elogios endulzantes expuestos por Rómulo Betancourt hacia el grupo principal que depone a Medina Angarita de su cargo como primer magistrado, es preciso enfocarnos en la última oración cuando se refiere al gobierno depuesto como “régimen repudiado por la conciencia de todos los venezolanos libres”. ¿Hasta qué punto fue el mandato de Medina repudiado por todos los venezolanos?, teniendo en cuenta que aquel representaba el lapso de mayor apertura en los últimos treinta años. En este sentido, quienes se alzan necesitan mostrar al gobierno sustituido como un régimen político impropio, autocrático y nefasto en todas sus facetas. Sin embargo, partiendo de las anotaciones de Yoris-Villasana (2004), el mandato de Isaías Medina Angarita no posee las características de un régimen autocrático: El gobierno de Isaías Medina Angarita presenta otra faceta de mayor avance que el de López; la evidente apertura al debate político y la aceptación de la libre oposición, representada en aquel momento específicamente por Acción Democrática y algunos de los sindicatos allegados a AD. La libertad de expresión reinante en ese momento, el respeto por las diferentes ideologías […] nos permiten desprender que Medina Angarita no representaba un gobierno autocrático (p. 99).

Por otro lado, se abre el debate en torno a la legitimidad del golpe (si es que pueda tenerla) y qué lo termina definiendo como una revolución, en este punto, Betancourt (1945) explica que “El respaldo fervoroso dado por el pueblo a la revolución la legítima”. Para el líder de AD, la velocidad con la cual cae el gobierno medinista, demuestra la falta de apoyo por parte de las instituciones y el pueblo. Sin embargo, a pesar de exponer el movimiento como una avalancha popular, este no fue más que una asonada militar apoyada por una minúscula representación civil y exclusiva de un partido político. Así lo expone Caballero (2008): Un estudioso norteamericano, Chalmers Johnson, al estudiar la diferencia entre “golpe” y “revolución” en nuestra historia, dice que

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lo primero designa un movimiento que se agota en el ámbito de una administración, mientras que se habla de “revolución” cuando ese movimiento envuelve la sociedad entera (p. 147).

De seguida el mismo autor concluye: Si nos atenemos a eso, podemos decir que el 18 de octubre de 1945 no fue una revolución sino un pronunciamiento militar clásico y, como tal, el papel de Betancourt fue relativamente secundario (Caballero, 2008, 147).

Pese a estas conclusiones, el talón de Aquiles del presidente Medina, estriba en la negativa de las elecciones directas, transformándose aquella petición en uno de los motivos de mayor peso expuestos por los miembros del golpe del 18 de octubre. Rómulo Betancourt lo expresa en varios pasajes de su discurso, donde deja en evidencia las negativas establecidas por Medina Angarita en cuanto al tema electoral: El país sabe cuántas fueron las proposiciones conciliatorias que se formularon al Gobierno de Medina Angarita, depuesto por Ejército y pueblo unidos el 18 de octubre, para que se realizara una consulta electoral idónea a la ciudadanía. El régimen, imbuido de orgullo demoniaco y resuelto a mantener a todo trance una situación que les permitiera a sus más destacados personeros enriquecerse ilícitamente y traficar con el patrimonio colectivo, desoyó ese llamado de la opinión democrática (Betancourt, 1945).

Hilando fino en las palabras de Betancourt, es posible hallar exactitud y sinceridad en sus palabras cuando explica las reacciones negativas de Medina hacia el tema electoral, donde se proponía incluso una candidatura de unidad, la cual fue desestimada por Medina. En tal sentido, y como lo expresa PinoIturrieta (2006), el gobierno buscó una solución en solitario: Los notables pretenden limitar la selección del delfín al interior de su capilla, buscando exclusivamente entre los personajes de la alta burocracia el nombre del continuador del medinismo. Subestiman, pues, una propuesta bien vista por las mayorías, sin darse cuenta de que la estrecha determinación desanda el camino de la apertura. Subestiman también el parecer de las nuevas generaciones castrenses,

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cuyos representantes de mayor rango no han ocupado posiciones de responsabilidad… (p. 86).

Aquella salida unipersonal mostraba rasgos soberbios del gobierno medinista, quedando en evidencia y permitiendo el germinado de quejas por parte de la oposición civil comandada por Acción Democrática y el sector militar guiado por las nuevas generaciones uniformadas. Hasta ese punto, el discurso fue guiado a la explicación y contexto que obligó como última instancia la asonada militar. De ahora en adelante, Rómulo Betancourt pasa a la exposición de objetivos neurálgicos del movimiento. En este sentido, el saneamiento administrativo y el castigo al peculado, se convierten en los arietes de la revolución. Desean los nuevos actores protagónicos un cambio desde la raíz: La finalidad básica de nuestro movimiento es la de liquidar, de una vez por todas, los vicios de administración, el peculado y el sistema de imposición personalista y autocrática, sin libre consulta de la voluntad popular, que fueron características de los gobiernos de López Contreras y Medina Angarita (Betancourt, 1945).

De aquella finalidad básica, emergerán dos acciones fundamentales, la primera vinculada al juicio iniciado a los miembros del gobierno derrocado, donde debían explicar el origen del crecimiento de sus fortunas en los últimos años. Acción que traerá como consecuencia la confiscación de bienes a los ex-presidentes López Contreras y Medina Angarita. Por otro lado, la Junta Revolucionaria de Gobierno, adelantaría la formulación de un Decreto para lograr la pulcritud administrativa, donde los miembros del nuevo gobierno deben realizar declaración jurada de sus bienes personales. Aquel Decreto Nº 113, en su primer artículo expone que: Los miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno, los Encargados de los Despachos Ejecutivos, los Presidentes de Estado, el Gobernador del Distrito Federal, los Gobernadores de los Territorios Federales, los Directores de los Institutos Autónomos, los Secretarios Generales y Tesoreros de los Estados; los empleados fiscales y administrativos que manejan bienes y dineros públicos, y demás funcionarios que cada Despacho determine por resolución especial, deberán hacer, dentro

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de los 15 días siguientes a la promulgación de este Decreto o de la resolución antes mencionada, declaración jurada de sus bienes ante un Juez del lugar donde el empleado ejerza funciones.

Retomando el cause del discurso, encontramos quizás uno de elementos que sumó mayores dividendos a la credibilidad de quienes gestaron el movimiento, se trata de la inhabilitación de los miembros de la junta para las venideras elecciones. Es la primera vez en la historia venezolano, que miembros principales de un alzamiento que pretende el control de la nación, se inhabilitan, dejando el camino para otras figuras secundarias. “Dijimos los hombres de la Revolución que veníamos a servir a Venezuela con mente limpia y ánimo deslastrado del apetito personalista” (Betancourt, 1947) Aquello no fue sólo palabras de un discurso populista, con intenciones de ganar la confianza del pueblo. Pues ya el 22 de octubre, días antes del discurso expresado por Betancourt, había sido emitido el Decreto Nº 9 de la Junta Revolucionaria de Gobierno, que exponía en su artículo único lo siguiente: Los miembros de la Junta Revolucionaria de Gobierno de los Estados Unidos de Venezuela, creada la misma noche en que triunfó definitivamente la insurrección del Ejército y pueblo unidos, quedan inhabilitados para postular sus nombres como candidatos a la Presidencia de la República, y para ejercer este alto cargo cuando en fecha próxima elija el pueblo venezolano su Primer Magistrado.

No sólo se inhabilitan por decreto y lo ratifica Betancourt en su discurso, también es cuidadoso al momento de realizar algunas promesas. La Junta Revolucionaria de Gobierno, pasa a constituir un gobierno de transición hasta la ejecución de las elecciones, en este sentido, no basaran su corta gestión en la parafernalia arquitectónica, enfocando su labor exclusivamente en la reconstrucción administrativa. No prometen, la inauguración de obras suntuosas, como podría suponerse. No edificaremos ostentosos rascacielos, pero los hombres, las mujeres y los niños venezolanos comerán más, se vestirán más barato, pagaran menos alquiler, tendrán mejores servicios públicos, contaran con más escuelas y con más comedores escolares (Betancourt, 1945).

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Partiendo de las difíciles condiciones sociales que prevalecían en Venezuela, las obras arquitectónicas lucían como tarea más próxima que la trasformación social. Por su parte, aquellas promesas ya pasaban a conformar el rosario obligatorio de los políticos de la nueva era. Sin duda, la segunda parte del Discurso de Rómulo Betancourt, se convertía en las ofertas no de la Junta Revolucionaria de Gobierno, sino de las acciones que tomaría una hipotética presidencia de Acción Democrática. En esa misma dirección de promesas pre-electorales, Betancourt como pocos en los últimos años habla aunque someramente de la educación y la necesidad de maestros con sueldos dignos y acordes a su titánica labor, al igual que el gremio militar olvidado en el gobierno medinista y coparticipe de las acciones del 18 de octubre: Los maestros de escuelas y los miembros de nuestras Instituciones Armadas, serán de los primeros en disfrutar de este necesario reajuste del ordenamiento de gastos de la Nación, que también comporta disminución de sueldos de Ministros y otros altos personeros de la jerarquía administrativa (Betancourt, 1945).

Las esperanza para los maestros no fue palabra diluida por el viento, haciendo eco del lema “más y mejores maestros” el gobierno provisional encarnado en la Junta Revolucionaria de Gobierno, realizó una serie de aumentos salariales a los maestros, tal y como lo reseña Luque (2010): Los sueldos de los educadores aumentaron desde el 24 de noviembre de 1945. Los maestros que devengaban sueldos de doscientos treinta (230) Bs. Doscientos ochenta (280) y trescientos cuarenta (340), devengarían sueldos de Bs., trescientos (300), trescientos cincuenta (350) y cuatrocientos (400), respectivamente […] Si comparamos los sueldos de los maestros para la fecha anterior al 18 de Octubre (Bs. 230 y 340, en sus valores extremos) la escala de sueldos del año cuarenta y seis representó un aumento del ciento quince y sesenta y uno punto ocho por ciento (115% y 61,8%) respectivamente (p. 80).

Por su parte, la reivindicación de los militares, no pasa exclusivamente por un mero premio tras la actuación en el golpe, el gremio militar permanecía en una ignominia extraña teniendo en cuenta que Medina formaba parte de

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aquella familia de armas. En cuanto a esa condición mísera del militar en tiempos de Medina Angarita, Caballero (2003) comenta: “En cuanto a su situación social, era por lo general bastante precaria. Un subteniente ganaba menos que un chofer de autobús” (p. 106). En el ocaso del discurso, Betancourt ratifica la libertad de expresión como emblema del nuevo tiempo que esperan gestar, así como respetar las concesiones otorgadas a inversionistas extranjeros de buena gestión en el país. Tocando ese tópico económico, hace mención a una ya histórica expresión del connotado académico Arturo Uslar Pietri, “Sembrar el petróleo fue la palabra de orden escrita, demagógicamente, en las banderas del régimen. Nosotros comenzaremos a sembrar el petróleo” (Betancourt, 1945). Contundente crítica a todo el aparataje gomecista y su estela lopecista y medinista, que además salpica al autor de Las Lanzas Coloradas. La fórmula con la cual pretenden “sembrar el petróleo” se traduce en “…créditos baratos y a largo plazo haremos desaguar hacia la industria, la agricultura y la cría, una apreciable parte de esos millones de bolívares esterilizados” (Betancourt, 1945). En cierta medida estas palabras tendrán respaldo en las subsiguientes acciones desarrolladas por la Junta Revolucionaria de Gobierno: La descentralización administrativa o funcional del Estado; la transformación de la educación; las medidas tomadas en procura de un mejor servicio de salud pública; las reformas agraria, la política militar, monetaria y bancaria, así como petrolera; el incremento de la inversión en diferentes obras públicas y proyectos sociales; la incentivación de la industria nacional; la ampliación de los derechos a los trabajadores (…) son varias de las trascendentales acciones adelantadas por el gobierno que dirige los destinos del país entre octubre de 1945 y febrero de 1948 (Altuve, 2012, p. 25).

Los sucesos acaecidos el 18 de octubre de 1945, representaron el quiebre definitivo de los últimos eslabones del gomecismo, el cual sin la presencia de su atemorizante gendarme, fue mutando en las representaciones políticas de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita. Aquel golpe de Estado, bautizado como revolución permitió el ascenso definitivo de una generación que desde 1928 rondaba los entramados campos de la política nacional.

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Aquel 30 de octubre Rómulo Betancourt fue el encargado de dar a conocer los motivos y los objetivos de un grupo civil y militar que desde ese momento guiaría las riendas de la república. Discurso cargado de una mística simbólica que cubría a los proclamados revolucionarios como los heraldos del nuevo día, la apertura a lo que más tarde se recordará como el trienio adeco, seguido de la dictadura militar, dos momentos políticos que encuentran su génesis en el 18 de octubre de 1945.

Conclusiones El 18 de octubre de 1945, simboliza una ruptura de las estructuras decadentes desprendidas del gomecismo. En tal sentido, la acción guiada por un sector de la milicia apoyada por un minúsculo grupo civil, fue la respuesta al debilitamiento de viejas fórmulas políticas, elecciones indirectas, malestar en las instituciones de la república y fundamentalmente la respuesta de una generación civil y castrense que decidió no retrasar más su entrada al escenario político nacional. Partiendo de estas premisas se gesta lo que la historiografía venezolana ha calificado como revolución de octubre, preámbulo al trienio adeco, donde despuntará Rómulo Betancourt como uno de los más notables líderes de aquel período. En este sentido, el discurso promulgado por el mismo personaje, representa la primera intervención clara de los conjurados de 1945. Aquel discurso histórico representa la carta de presentación de la revolución, en ella se destaca la justificación absoluta del movimiento, planteado en estos términos por los mismo actores principales del grupo insurreccionado al mandato medinista. El discurso del 30 de octubre de 1945, pronunciado por Rómulo Betancourt, poseía un norte muy claro, apartar cualquier duda sobre el legítimo accionar de las fuerzas que habían depuesto al presidente Medina. Estableciendo para ello una serie de factores que obligaron como última y necesaria salida de emergencia el golpe de Estado. En este cúmulo de factores las elecciones directas simbolizaron el talón de Aquiles de la presidencia saliente y la flamante bandera de los revolucionarios octubristas. Asimismo el recorrido discursivo de Rómulo Betancourt esgrimió una serie de alegatos sobre el período presidido por Isaías Medina Angarita, que

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por momentos no se adecuan a las realidades observadas, principalmente se aprecia la apertura política, y la legalización de partidos incluyendo Acción Democrática, es innegable esa latente realidad minimizada en el extenso del discurso del líder partidista. Insistimos y en este sentido seguimos la visión propuesta por Manuel Caballero, el movimiento llevado a cabo el 18 de octubre de 1945, representó más un alzamiento militar como otros tantos ocurridos en el país, carente de los factores fundamentales de una revolución, teniendo en cuenta la poca integración del sector civil, y la preeminencia militar en primer orden y la atomización política de Acción Democrática en segundo lugar. No obstante, las acciones llevadas a cabo y reforzadas por una serie de decretos buscaron el saneamiento de la administración del Estado, sin contar con la auto inhabilitación inédita, pues la costumbre política apuntaba el mando a los actores principales de las insurrecciones. Asimismo la apertura electoral que fue promesa cumplida a cabalidad por los líderes octubristas, permite no dilapidar, ni tampoco exaltar aquellos acontecimientos.

Fuentes I. Primarias A.- Publicaciones Oficiales: Gaceta Oficial. Caracas, martes 23 de octubre de 1945. Año LXXIV, Mes I, N° 21.841. Decreto Nº 9 de la Junta Revolucionaria de Gobierno. Gaceta Oficial, Caracas, lunes 31 de diciembre de 1945, año LXXIV, Mes III, N° 21.896. Decreto Nº 113 Junta Revolucionaria de Gobierno.

B.- Compilaciones documentales Documentos que hicieron historia. Caracas, Presidencia de la República, 1962. T. II.

II. Secundarias Altuve, M. (2012). Reformas en la educación venezolana durante el siglo XX. Caracas: Grupo Gráfico 5.

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Caballero, M. (2003). La crisis de la Venezuela contemporánea (1903-1992). Caracas: Alfadil Ediciones. Caballero, M. (2008). Contra la abolición de la historia. Caracas: Editorial Alfa. Consalvi, S. (2010). La revolución de octubre 1945-1948. La primera república liberal democrática. Caracas: Fundación Rómulo Betancourt. Luque, G. (2010). La educación venezolana en la primera mitad del siglo XX 1899-1950. Caracas: Fundación Editorial El perro y la rana. Pino Iturrieta, E. (2006). Venezuela metida en cintura, 1900-1945. Caracas: Universidad Católica Andrés Bello. García-Ponce, A. (2010). Ocaso de la república liberal autocrática 1935-1945. Caracas: Fundación Rómulo Betancourt. Yoris-Villasana, C. (2004). 18 de octubre de 1945. Legitimidad y ruptura del hilo constitucional. Caracas: Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

REVISIÓN HISTORIOGRÁFICA APROXIMADA AL TEMA DE LA ACTIVIDAD PIRÁTICA EN LA PROVINCIA DE VENEZUELA Y EN SU PRINCIPAL CIUDAD/PUERTO DE LA BORBURATA: (SIGLO XVI) An approach toward a historiographic revision of the theme of pirate activity in the province of Venezuela and at its principal city/port of Borburata (16th century)

Geniber Cabrera

Licenciado en Educación, mención Ciencias Sociales (Universidad de Carabobo), Magíster en Historia de Venezuela (Universidad de Carabobo). Doctor en Historia (UCAB). Miembro del PEI (MPPPCyT). Docente Ordinario Universidad de Carabobo. E-mail: genibercabrera@gmail.com.

Recibido: 14/01/2014. Aprobado: 26/04/2014. Resumen: La actividad pirática como una realidad suscitada, aproximadamente, desde los finales de la tercera década del siglo XVI en la provincia de Venezuela, ha sido un tema tratado con poca relevancia, pues una cantidad muy limitada de artículos y libros referentes a los acontecimientos más puntuales o, a la biografía de uno que otro notable corsopirata, son los que dan cuenta de ese hecho de marca mayor a lo largo y ancho del novomundo. La literatura, en cierto modo, se ha encargado de llenar el vacío que los historiadores e investigadores han dejado, por cuanto se pensó y aún se piensa, que la piratería y los piratas jamás existieron, y que todo ello constituye parte de los

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imaginarios recreados en cuentos infantiles que hacen de los harapientos proscriptos del mar, una hartada de héroes honestos como modelo a seguir. La realidad, al fin de cuentas, supera con creces a la ficción, así, la piratería, la Gran Piratería, remontada en sus orígenes casi a la par de los albores de la navegación misma, e impelida en el tiempo por el tráfico marítimo comercial, ha sido objeto de una especie de “fanatismo literario” que ha pretendido convertirla en simple mitología, apartándola del hecho histórico, de lo que verdaderamente para la Historia ha significado. De tal modo que, en este trabajo se intentará un acercamiento a la piratería como un tema de investigación histórica en Venezuela, sin perder de vista, por supuesto, sus inicios mediterráneos y sus actos caribeños, lo que supone para el peliagudo empiece de mucha perspicacia; por ello, no resulta fácil que prive la realidad sobre la ficción, sin embargo, de eso nos encargaremos en las líneas por venir. Palabras clave: Provincia de Venezuela, Caribe, Nuevo Mundo, Piraterías. Abstract: Pirate activity as a reality originating approximately from the end of the 3rd decade of the 16th century in the Province of Venezuela, has been a theme treated as having little relevance. There is a limited quantity of articles and books that refer to concrete actions or to the biography of one or other notable pirates/corsairs that reflect this important fact throughout the New World. Literature, in a certain way, has taken the responsibility of filling the vacancy that historians and researchers have ignored, because they thought and still think, that piracy and pirates did not really exist, and all that made up a part of fictitious ideas created as children’s tales that make of the ragged outlaws of the sea, a bellyful of honest heroes as models that should be copied. Reality, in the end, is much more than fiction; because piracy, the Great Piracy, had its beginning almost at the same time as the beginning of navigation, and impelled though out time by maritime commercial traffic has been the object of a type of “literary fanaticism” that has tended to convert it in simple mythology, separating it from historical fact and what it has really signified for History. Due to that, with this article we intend to explore the idea of piracy as a theme for historical research in Venezuela, without losing sight, of course, of its Mediterranean origins and its Caribbean actions. The problem is a bit difficult, and supposes the use of shrewdness, because it is not easy for reality to take precedence over fiction. However, we take responsibility for that in what we write. Key words: Province of Venezuela, Caribbean, New Word, piracy

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1. La piratería y su tiempo histórico El decurso temporal de esta actividad delitolucrativa no puede precisarse en el tiempo, porque así como no hay una fecha que señale su origen exacto, tampoco la habrá para indicar su extinción; a secas podrá inferirse que mientras unos hombres generen riquezas, otros la codiciarán, y por lo tanto harán lo posible para apropiárselas. Frecuentemente, los estudios sobre este tema se focalizan en períodos y espacios concretos en los cuales se gestó, desarrolló y desapareció, como por ejemplo: en las aguas del Mar Mediterráneo (aprox. entre los siglos XIV-XII, a.C), en las del Mar del Norte Europeo (aprox. desde el 793 d.C, hasta el S.XV), y en las de la cuenca del Mar Caribe (aprox. desde el primer tercio del S.XVI, hasta el XVIII). En cada una de estas geografías la lucrativa actividad ha operado con sus características y más variados matices, cada cual distante en su forma, en su tiempo y por supuesto en su espacio, pero siempre conservándose un tronco común, el del botín. De una incipiente piratería mediterránea se pasó, algunos siglos después, a una más organizada, cuando en la Europa floreció un intenso tráfico comercial que tuvo como telón de fondo sus aguas meridionales y septentrionales. Vikingos o normandos, pueblos norteños, los magiares, pueblos del Este, y los berberiscos de la zona boreal africana, encabezaron las escuadras de salteadores que se encargaron de infringir en el propio corazón del novísimo sistema económico europeo, grandes latrocinios al asaltarlos barcos que circunnavegaban lastrados en sus bodegas con la variedad de géneros destinados para la colocación en las principales ciudades costaneras de Inglaterra, Irlanda, Francia, Alemania, y España. Podemos redondear lo anteriormente expuesto con lo que a propósito de ello referencia el autor, Philip Gosse (2008), en cuanto a que: La primera gran era de la piratería moderna comienza en una época un tanto borrosa de la Edad Media; alcanza su apogeo en el siglo XVI y perdura hasta que el concierto de esfuerzos internacionales le puso fin en la primera mitad del siglo XIX. Su centro era el Mediterráneo Occidental; sus agentes, los habitantes de las costas de Berbería, que se extendía desde la frontera de Egipto a las columnas de Hércules…

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La práctica de la piratería decayó después de la caída de Roma y vino a ser un factor poco importante en la vida de los pueblos mediterráneos (…). Luego, cuando las cruzadas, seguidas de las naves venecianas y genovesas, comenzaron a resucitar las antiguas glorias del comercio oriental, surgió de nuevo la tentación acostumbrada… La amenaza de los bandoleros no era aún muy temible: no había surgido aún ninguna gran potencia que les protegiera, y la vigilancia combinada de los Estados del Mediterráneo logró mantenerlos a raya durante varios siglos. Si así no fuera, se pregunta uno, cuánto se hubiera retardado el Renacimiento, o si habría florecido en absoluto… (pp. 28 y 29).

La economía europea que pretendía dejar atrás la etapa rural y agraria, para adentrar en una fase mayor del feudalismo (aprox. entre el siglo IX d.C, al S.XV), quedó arruinada tras las incesantes acometidas de los bárbaros, quienes harían del próspero circuito comercial un infortunio en los mares de una Europa que no vería otra salida que la de sucumbir ante sus verdugos, éstos últimos, al no tener de qué proveerse, terminarían tan desgraciados como sus propias víctimas. No obstante a ese oscuro panorama, las luces del Renacimiento guiaron a los europeos no solo por el camino de las artes, sino también por el de las ciencias y con ello el de la curiosidad, lo cual conllevó a que se organizaran una serie de exploraciones para tratar de descubrir otros parajes que pudieran proporcionar una salida inmediata a la roída economía. Siendo así que en el año de 1492, navegando por coordenadas desconocidas hasta entonces en los derroteros de la época, se dio con un Nuevo Mundo; nuevo en todo su orden, al que de entrada reconocerían como las Indias, y que bautizarían un tanto después como la América. Las advenedizas posesiones ultra marítimas resolverían con creces las insolvencias del ahora Viejo Mundo, pues castellanos y lusos pactaron la repartición del gran botín, excluyendo de entrada a sus maltrechos vecinos y antiguos socios comerciales, quienes más temprano que tarde, también se harían presentes para disputarse un reacomodo entre las vastas extensiones americanas. La legalidad para el reparto se sustentaría en la suprema y divina decisión del Papa Alejandro VI, quien un año después del descubrimiento, es decir, en 1493 mediante una serie de documentos pontificios otorgó a los

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católicos monarcas de ambos reinos los derechos de conquista y evangelización; esas bulas alejandrinas sufrirían una modificación hacía 1494 con el Tratado de Tordesillas, en el cual se corregirían las iniciales planas papales para dar respuesta al reclamo de Juan II de Portugal quien exigía que se movieran las líneas imaginarias fijadas inicialmente a 100 leguas Oeste hasta las 374 al Este, y que se reconociera su soberanía sobre las tierras y mares a partir del macaronésico archipiélago de Cabo Verde. La política de colonización y conquista española, los llevó a controlar la cuenca del Caribe, así como la mayoría de Centro y Sudamérica. Bajo el tratado de Tordesillas en 1494 todo este territorio, con excepción de Brasil, les pertenecía. Este imperio de ultramar fue una fuente de gloria y riqueza. Tras la conquista vino la explotación y pronto un convoy regular de barcos transportaba las riquezas del Nuevo Mundo hacia España. Cuando los corsarios privados franceses interceptaron una de las primeras embarcaciones, el resto de Europa descubrió lo lucrativo… Para mediados del siglo XVI los primeros “intrusos” europeos aparecieron en las aguas del Caribe, en general llamadas el Mar de la Antillas por los recién llegados… (Konstam, 2012, p. 56).

Franceses primeros, ingleses y holandeses, un tanto después, al saberse relegados de las oportunidades brindadas en el allendemundo se hicieron del propio mal que otrora les sucumbió sus economías para transgredir los arreglos dúodivisos consumados en aquel tratado exclusivista, de tal manera que estas coronas opositoras diseñaron e implementaron una estrategia de quebrantamiento legal encubierta en la eufemística forma de la patente de corso, que no sería otra cosa que una especie de corsopiratería malintencionada, consistente ésta en el otorgamiento de merced real para hacer en los procelosos mares americanos las mayores de las hostilidades posibles, y con ello procurar también colonias y por ende riquezas. Así, una nómina apresurada de esos archipiratas (especies de marineros mercenarios parecidos a sus predecesores condotieros italianos), arribarían a este lado del planeta para cumplir a pie juntillas cada cláusula convenida con sus nuevos patronos. Las aguas del bautizado Mar Caribe o Mar de las Antillas, ya no serían una oquedad de islas tranquilas por las que circunnavegaban únicamente los bajeles de enseña sacro-católica, ahora flameaban en los masteleros de otros

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buques los pabellones variopintos que representaban a los contrincantes reinos. El Atlántico que sirvió de medio comunicacional y económico entre ambos mundos, se convertiría ante todo, en el escenario predilecto para las depredaciones y en la ruta primordial para la arribada de los legionarios corsorumiantes que se encargarían de regurgitar el tan pretendido favoritismo papal. Al Caribe llegaron los patentados en sucesivas oleadas, en él se instalaron e hicieron sus bases de operaciones, desde ellas desplegaron sus acometidas; sus periplos tocaban en las plazas notorias que pudieran proporcionar además del sustento a los tripulantes, bienes para los reinos que representaban, apoyados además, en la geopolítica propulsada por sus contratantes, aprovechaban la vastedad continental aún deshabitada por los españoles para clavar en tierra sus banderas, y reclamar allende a las fronteras de esos principados, propiedades coloniales. Eran tantas las oportunidades de lucro en la América, que la mayoría de los corsarios o privateers (propietarios que alquilaban sus barcos, sus marineros e incluso, el servicio de ellos mismos para diversos fines) vieron más rentable el actuar por cuenta propia, que el de prestar sus buenos oficios para recibir a cambio un porcentaje de lo usufructuado por vía del expolio. Muchos optaron más bien por hacer un doble juego, es decir, piratear y de lo conseguido tras cada asalto perpetrado tanto por tierra como por mar, entregar una parte al patrono, dando lugar con estas prácticas al corsopiraterismo; otros en cambio, decidieron actuar por cuenta propia para darle paso a la conformación de una auténtica piratería libertaria, esa que no guardaría ni fe ni juramento con otros, salvo que con ellos mismos. Pues así convirtióse el Caribe en un hervidero donde cundían por doquier los hombres y los barcos de todas las nacionalidades, unos y otros en sus empresas o de exploración y conquista, o simplemente de rapacería. Bajo este escenario de luchas intestinas entre las distintas coronas europeas, se les demostraría tanto a los lusitanos como a los castellanos, que las aguas caribeñas ya no eran su Mare Nostrum y que por el contrario el mismo se convertiría en un Mare Liberum, es decir, un mar libre apto para el provecho de todos. Incluso, las coronas que colonizaron tardíamente, cuando pretendieron su propio exclusivismo, debieron enfrentarse con los mismos

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demonios del mar (en palabra de los aborígenes caribes: Palanakalis) que otrora habían patrocinado, y quienes se encargaron de hacer de los mares un auténtico infierno. En esta nueva realidad, los poblados comarcanos costaneros de Tierra Firme, como los isleños del Nuevo Mundo, quedaron bajo el influjo de las operaciones piráticas, siendo una de las regiones más sobresaltadas por esa situación, la que nos ocupa en este trabajo, es decir, la provincia de Venezuela, que por su posición geográfica de amplia banda lacustre norteña recibe a los Alisios, vientos éstos que sirven para hinchar las velas de las naos, por lo cual esta colonia española quedaría inserta irremediablemente en los derroteros de los pillomarinos como uno de los lugares por predilección para las sergas de incursiones, escamoteos y posterior destrucciones.

2. Venezuela y su fondeadero de Borburta en la piratería: (siglo XVI) La Provincia o Gobernación de Venezuela desde el instante mismo en que se conformó como una allende-extensión del reino de Castilla, y después para la propia España unificada, ha sido una colonia de características especiales, tanto por sus riquezas naturales, como por la dinámica misma que significó y aún significa en los enclaves geopolíticos y económicos del Nuevo Mundo. Su conformación territorial y gubernativa tampoco deja de ser sorprendente, puesto que la primita provincia quedaría administrativamente a cargo de unos banqueros alemanes llamados los Welser de Augsburgo, con quienes la Corona contrajo algunas deudas que creyó conveniente saldarlas dándoles concesiones en algunas de sus extensiones americanas. Así, se tendrá a partir del día 27 de marzo del año 1528, la capitulación y el asiento hecho por los financistas, quienes posteriormente enviarían como sus representantes a los señores Ambrosio Ehinger y Bartolomé Sayler. Los límites iniciales se fijaron desde la provincia del Cabo de la Vela hasta Maracapana y proyectada con una dilatación lacustre importantísima para su comunicación con el resto de los protectorados españoles. La gobernaçion de beneçuela conforme Ala capitulaçion y md qsu magt. hizo Alos Alemanes comyençan los limites Della Desde maracapana hasta

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el cabo Dela vela leste u heste norte sur ay decosta desde maracapana Alcabo Dela vela pormar Dozientas legoas maracapana es un puerto muy bueno y seguro el mejor q’ ay entoda la costa los indios comarcanos Demaracapana Abitan a dos e a quatro e a seys e a Diez legoas dela costa estoda una legion llamáse la naçion Delos yndios chyrigotos tran algund oro biben ensierras lamayor parte Dellas montosas es gente belecosa y guerrera pelean con arcos y flechas tienen yerba q’ mueren los qconella hieren rabiando/ es gente que guarda mal lapaz con los españoles quinze o veynte legoas latierra Adentro /son çabanas ytierra esenta los yndios q’ enella Abitan son de la mesma lengua chirigotos gente vellicoça aúnq’ no tanto como los dela costa tienen yerba yestos y los Dela costa comen carne umana esta tierra solia estar muy poblada De muy grandes pueblos y ala sazon heran los yndios muy Domesticos hera el mejor pedaço detierra que avia enesta gober.º Donde se pudieran poblar dos pueblos De crptianos y fueran Aprobechados ytubieran largos repartimyentos nunca los Alemanes lo poblaron los allcaldes Dela ysla decubagua y los gobernadores Ant.º sedeño y geronimo hortal destruyeron ladha./ tierra haciendo enella mucha cantidad De esclabos ental manera q’ enlos yndios que dexaban por los caminos flacos y cansados cuando los cabtivavan se çebaron los tigres qllos demaña qlos dhos/ tigres señorean la mayor parte dela tierra y han muerto mucha cantidad Deyndios yde españoles y ansy se a Desbaratado/ y perdido la dha. poblaçion que hera Delas gruesas qha conocydo en indias hera tierra muy Abundante Debenados y De pescado porq’ porla poblaçion pasa un rio muy cabdal qse llama unare tenyan los pueblos muy buenos… (sic). (AGI, Patronato, s/f, 294, N.27, p.1/3).

Justamente sobre esta gobernación de Venezuela, se cifran nuestros intereses al estudiar el tema de la piratería americana, y más específicamente focalizando la atención en su ciudad/puerto de Nuestra Señora de la Concepción de San Juan Bautista de la Borburata (1548), con mayor énfasis investigativo en el período histórico que va hacia la segunda mitad del siglo XVI. La tercera ciudad fundada en la provincia de Venezuela fue la de Borburata, pero ha de ser la primera instaurada en toda la región CentroNorte-Costera, y por la dinámica con que se fue colonizando y poblando el territorio, jugó un papel muy importante para la Corona española debido a sus dotes de puerto natural para el fondeo de naves de gran calado.

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Después de haberse encontrado con el Lago de Valencia, Juan de Villegas tomó rumbo buscando hacia las costas, topándose con las tierras que luego servirían de asiento para la Borburata, comarca que se formalizó a partir de los actos que protocolarmente eran necesarios para posesionarse de un lugar en nombre del Rey, siendo así que el día 24 del mes de febrero del año de 1548, este colonizador español al servicio de los Welser, procedió a cumplir las órdenes del gobernador Tolosa, también al servicio de los alemanes, enviando a lo largo de ese año, esclavos para que cultivaran y garantizaran los rubros necesarios para abastecer a los pobladores que llegarían al lugar guiados por Pedro Álvarez, designado por Villegas, procedió un año más tarde, es decir en 1549, a poblar el lugar con unos 40 hombres, 5 mujeres y 70 indígenas. … bien sebe como tengo tomada la posesión enel. Puerto deborboroata e señalada la ciudad que alli se ha de poblar lo qual sino fuera por el descubrimiento quela Ahazer de aquí tan grande e rrica notiçia se tiene ya hobiere puesto En hefeto dela aver ydo A poblar sien Esos valles en suya demandava hallare quela nueba quelleba no comolos yndios. han dho. y q’. no es tierra para la poblar Españoles no gaste tiempo quella antes contada brevedad sebuelba conla gente quelleva de mano q’ con Este verano que agora entra pueda yr A poblar el dho. puerto deborboroata. Porq’. si se Aguarda al ynbierno nose podia yr A poblar hasta otro verano ya se de ynbernar Aquí forzosamente donde se pasara demasiado trabajo. (sic). (AGI, Patronato, 153, N. 7, R. 1\1\27; 27III-1549).

En corto tiempo, se convirtió Borburata en principal puerto durante el período colonial por ser un embarcadero excelente para la circunnavegación hacia el Mar Caribe, revistiendo una gran importancia para la Metrópoli española, en cuanto al flujo comercial de todas las mercaderías propias de la época. Pero, no solamente gozaría de este beneficio la Corona, pues de igual manera, fue un punto de atracción predilecto para todos los piratas y corsarios que harían del lugar su guarida y bodega de re-abastecimiento. La causa del arribo de todos estos corsopiratas a la ciudad/puerto, fue la necesidad de mercadear, en el mejor de los casos, con los pobladores todo lo necesario para re-poner la tripulación, tanto del agotamiento físico, como para suministrar a sus embarcaciones agua dulce, enseres y vituallas necesarias,

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además para aderezar y reparar cualquier nave que así lo requiriese utilizando las maderas que abundaban en las montañas aledañas, pero frecuentemente las arribadas eran forzosas en busca además de lo ya referido, de joyerías y piezas de valor comercial. Las incursiones agresivas llevadas a cabo contra esta plaza de Borburata en el siglo XVI, produjo constantes movilizaciones de los vecinos quienes en ocasiones corrían hacia las montañas más cercanas a guarecerse, lo que generó en dicha bahía un despoblamiento y repoblamiento constante. Los registros históricos indican que a partir del año 1555 se realiza una incursión de franceses comandados por Jacques Sore, tomándose este evento como el primer bautismo de fuego que recibiría esta importante localidad colonial. En 1561, también haría acto de presencia el tirano López de Aguirre, aunque no está calificado como pirata, sí causó un estrago de marca mayor en la ciudad, saqueándola y quemándola sin que pudiera mediar suplica alguna de los aterrados moradores quienes debieron huir nuevamente para poner a salvo sus vidas y resguardar las pocas pertenencias con las que pudieran cargar. En 1565, arribó el inglés John Hawkins a este ancladero, en el cual inauguró un procedimiento negociador, consistente, en explicar mediante una carta enviada al gobernador de la provincia, en este caso al Licenciado Alonso Bernáldez, de que él había salido a navegar por órdenes expresas de la Reina Isabel, y que sus embarcaciones habían sufrido averías por los fuertes vientos contrarios a estas costas, por lo tanto se le hacía necesario repararlas y aderezarlas, obteniendo un rotundo no como respuesta por parte del Oficial Real, lo que montó en cólera al sir corsario. Se desprende que Hawkins mintió al informar que tenía necesidad de atracar en aquélla dársena, porque su intención era vender sus esclavos y mercaderías, e incluso afirmó que cancelaría sus impuestos, pero que de no aceptársele el desembarque lo haría de igual manera, con o sin el debido permiso en una incursión armada de la cual el culpable sería sólo el gobernador. Frente a la actitud forzada por el inglés al ordenar cañonear la plaza, Bernáldez autorizó, por temor, la compra de negros y víveres, lo que le costó a este representante de la Corona, la reprobación desde Castilla, confinándole un juicio en su residencia y el pago de las mercaderías compradas al extranjero.

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En 1567 en son de guerra desembarcó en Borburata Nicolás Valier, quien era un acérrimo anti-católico y, por ende, un despiadado iconoclasta; tras conquistar la población, la saqueó y procedió a destruir todas las efigies que se encontraran en la iglesia, para después prender todo cuanto pudo con una voraz hoguera, permaneciendo allí aproximadamente unos tres meses, realizando incursiones a las zonas próximas donde ejecutaba las mismas conjuras impías y destrozos, para retornar luego a su base de operaciones. La estancia de este francés en el fondeadero español, le sirvió no sólo para hacerse con uno que otro botín, sino también poder hacer necesarias reparaciones a sus navíos, lo que ocasionaría una nueva diáspora en la ciudad, pero, los insistentes pobladores retornarían a tratar de reconstruir lo que pudieran y a continuar con sus vidas. En 1572, Jean Bontemps (Juan Buentiempo), repite lo que con anterioridad había hecho su compatriota Valier y el puerto de la Borburata quedó saqueado y quemado, siendo abandonado de nuevo. Lo anteriormente constituye una apretada cronología de los hechos consumados por una falange de corsopiratas que actuaron sobre el estuario colonial y quedaron con registros históricos de sus nacionalidades, nombres, remoquetes y las acometidas; otros en cambio, no figuran en los documentos de los escribanos, salvo que por sus arremetidas rápidas y no menos dañinas que la perpetuada por los debidamente fichados. Vale la pena en este punto citar de nuevo a Philip Gosse (2008), cuando al respecto de los actuantes sin reconocimientos, indica que: “Una de las dificultades con que tropieza el historiador de la piratería es el descuido de sus héroes en registrar sus propios hechos”… (p. 14). Pero, lo que sí vale la pena decir con relación a unos y otros, fue que se encargaron de sofocar el creciente desarrollo económico y social experimentado en la ciudad/puerto de la Borburata desde sus años iniciales. A tanto llegó esta bendita comarca española que desplazó, o restó importancia a la primigenia urbe de Coro (1527, cabildo de 1529), y al imponente emporio de El Tocuyo (1545); éstas últimas localidades, a diferencia de aquel puerto, se mantienen hoy en pie, Borburata en cambio desapareció, quedando apenas en la actualidad como una relegada parroquia del Municipio Puerto Cabello (Carabobo), y ni siquiera en el mar donde se fundó, sino en un reducto a las faldas de unas cuantas montañas que la cercan, manteniéndola

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aislada como una protección eterna contra las bribonadas marinas que otrora tanto daño les causó. Abordar la temática de la piratería en Venezuela hacia los finales de los años cuarenta del siglo XVI, en nuestro criterio, pasa justamente por la necesidad de precisar su accionar en su principal puerto para la época, como queda evidenciado en las fuentes que dan cuenta de tal aseveración, para precisar cómo desde este punto geográfico se desplegaron incesantes campañas de latrocinio marino hacia el resto de las ciudades de la provincia, o a los contiguos pueblos de Tierra Firme y a las zonas insulares más próximas como: Coche, Cubagua y Margarita. Así, al retrotraer el tema de la piratería como hecho histórico desde sus antecedentes mediterráneos, pasando por su avivamiento y extinción en el Mar del Norte Europeo, hasta llegar al trasvase de esa ancestral actividad delictiva al Nuevo Mundo, se podrá apreciar el hecho de cómo quedó irremediablemente inserta Venezuela en los circuitos atlánticopiráticos, arraigando las pesquisas sobre la Borburata, convertida desde nuestra óptica, en una suerte de puerto nodal español, de constantes flujos y reflujos de marinoratería, jurisdicción que se caracterizaría, a la sazón, por manar desde su seno, una dualidad de fuerzas centrípetas y centrífugas, del que derivarían una especie de ondas expansivas de facciones de enemigos itinerantes. Asimismo, no debe perderse de vista, cómo la piratería se adaptó de tal manera en estos nuevos parajes, que llegó a tomar variedad de formas ―aunque disímiles en el actuar con todas cuanto le precedieron― conservó de ordinario su esencia más elemental, la rapacería. De ese re-acomodo del actuar pirático en las atlánticas aguas novomúndicas y de acuerdo a como estos ácratas marinos fueron capaces de ser muy organizados en su empresa del latrocinio, incluso, creando cofradías o hermandades regidas por Consejos de Ancianos o por los Cuáqueros más avezados, nos llegamos a plantear la idea de los: Estados Flotantes (tema desarrollado en nuestra tesis doctoral). A tanto llegó esta actividad de escamoteo en el Caribe, que para muchos autores y estudiosos del tema, -con los cuales no estamos de acuerdo- la verdadera piratería es la americana, esa la de figura del pata de palo, mano de gancho, sombrero tricornio, ropaje ajado, parcho en el ojo, y cotorra al hombro.

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Si bien es cierto que de este lado de la tierra la piratería se transfiguró por el actuar o el vestirse de sus hombres, incluso por la variedad de matices suscitados con carácter de exclusividad en estos mares, como fueron: los bucaneros, los filibusteros, los pechelingues, entre otros, la piratería desde su origen más remoto ha de conservar un elemento invariable que es el timo, por lo tanto entendemos que no puede hablarse de una verdadera piratería, porque no hubo antes una falsa, o se piratea o no se piratea; proporcionalmente inversa a la máxima maquiavélica, los medios en este caso sí justificaran el fin.

3. Revisión historiográfica aproximada Abordar una temática como la que nos hemos propuesto, tiene de relevante además de su complejidad, el de ser un tema no acabado como estudio general, y en lo concerniente a la piratería en la provincia de Venezuela del siglo XVI, poco se ha hecho desde las fuentes primarias, salvo alguna que otra obra de carácter meramente bibliográfico y referencial, y ni hablar cuando se trata de lo propio con la ciudad/puerto de la Borburata. El asunto de la piratería no se nos hace extraño, porque en pretéritos trabajos le hemos dado tratamiento, a la sazón, en artículos publicados en revistas arbitradas e indexadas de historia y ciencias sociales, tales como: Tierra Firme (Nº 100 y 104), Mañongo (Nº 30), UNICA (Nº 11 y 19), Tiempo y Espacio (Nº 53), y en el Boletín de la Academia de la Historia del Estado Carabobo (Nº 12); además del Trabajo de Grado para optar al título de Magíster en Historia de Venezuela (UC), y la Tesis Doctoral (UCAB), ambas investigaciones versadas sobre el tema pirático. Debemos manifestar que transitar por estos caminos es tortuoso, pero satisfactorio, porque a pesar de estos pequeños pasos, estamos seguros que los mismos incitaran a otros peregrinos a ampliar las rondas de lo ya andado. De las obras que se han encargado del estudio de la piratería en el Caribe y que tocan entre sus páginas a la provincia de Venezuela y referencian algunos actos en el puerto de Borburata, después del arqueo heurístico de fuentes primarias y secundarias, cabe destacar la escrita por Manuel Lucena Salmoral (1994) Piratas, Bucaneros, Filibusteros y Corsarios en América (perros, mendigos y otros malditos del mar), es un trabajo de carácter histórico, basado en el estudio

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de algunas fuentes primarias y secundarias que abarca el decurso temporal de 200 años, los transcurridos desde fines del primer cuarto del siglo XVI hasta terminar el primer cuarto del siglo XVIII. En esta fuente se analiza de manera muy precisa datos interesantísimos para asistirse en cualquier desarrollo sobre el temario del piraterismo. Por otro lado, está la enjundiosa obra de Daniel Defoe (1999), Historia General de los Robos y Asesinatos de los Más Famosos Piratas, está dedicada al tratamiento de fuentes orales y escritas, ya que el autor nació en 1660, es decir, en la segunda mitad del siglo XVII, lo que le permitió vivir la efervescencia de la piratería. Este trabajo de Defoe, o del capitán Charles Johnson -seudónimo tras el que se ocultaba el autor-, permite situar generalidades de la piratería, como el de los peligros que ésta representaba para las naciones, sus causas y posibles remedios, es decir, que el denso texto ayuda a tratar, entre otros aspectos, los orígenes de esta actividad. De Alexander Oliver Exquemelin (1999) (también conocido como el Cirujano de los Piratas y cuyo verdadero nombre era Henrick Smeeks y para los franceses Oexmelin), Bucaneros de América, crónica narrada en primera persona, de un testigo directo de la vida y hazañas de los piratas del siglo XVII. Es una obra que explica relaciones de poder, riquezas, gobiernos y rentas presentes en América con descripciones de plazas principales en el Nuevo Mundo. Estos apuntes de viajero descritos en condición de integrante de los hechos expuestos por Exquemelin, abordan el desenvolvimiento de las acciones de la piratería en el Caribe y el continente americano, referenciándose además, cuáles eran las posiciones de las Coronas para defender y garantizar la hegemonía en las distintas colonias. Esta crónica se inicia en 1666. El trabajo de José Hernández Ubeda (1995), Piratas y Corsarios (de la antigüedad a los inicios del mundo contemporáneo), escritor e historiador español, que analiza los hechos que protagonizaron piratas y corsarios, con sus violencias y crueldades sin límites. Empujados -según el autor- por el hambre y la miseria en unos casos, la codicia, el fanatismo religioso, o el patriotismo en otros, por lo que miles de hombres hicieron fortunas o perdieron la vida surcando las aguas en navíos piratas. Entre estos hombres están muchos de los que pisaron las tierras de Borburata, en busca de refugio o placer.

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Rafael Abella (1999), Los Halcones del Mar (la gran aventura de la piratería), esta obra traza la historia de la piratería desde los primeros galeones del pueblo fenicio, hasta la última odisea de los comodoros del siglo XIX. Desde John Silver a Henry Morgan la vida de a bordo, los castigos y los códigos de honor, las banderas piratas, las estrategias de abordaje, el descubrimiento de nuevas rutas y enclaves geográficos, las sociedades secretas, el valor de sus mapas y hasta las historias de amor. Todo este trabajo ayuda a desarrollar parte elemental de la investigación que trata de generalidades típicas de todos cuantos se hacían a la aventura en los mares del Nuevo Mundo, jugando el puerto de la Borburata, un papel muy importante de enclave para el desarrollo del comercio regular entre colonia- metrópoli y viceversa. El aporte de Cruz Apestegui (2000) Los Ladrones del Mar, piratas en el Caribe, corsarios, filibusteros y bucaneros, 1493-1700. Este autor del país vasco (Guipúzcoa), es especialista en arquitectura y construcción naval, su obra trasmite una idea global y profunda de la piratería, el corso y el bucanerismo de los siglos XVI - XVII, tanto en aguas atlánticas europeas, como en el de las Indias, asevera el autor que no ha sido trabajo fácil ajustarse a la realidad donde triunfa la leyenda. Este trabajo pone de manifiesto documentos primarios y una fuente secundaria puesta al día, lo que permite guiarse por el arqueo heurístico que él ha abordado, facilitando así la revisión de fuentes escritas en los dos últimos años. Este trabajo de Apestegui aporta datos sobre el tema de las incursiones piratas en la provincia de Venezuela y en su primordial puerto de Borburata en el siglo XVI. Los autores Henry Georget y Eduardo Rivero (1994), Herejes en el Paraíso, (corsarios y navegantes ingleses en las costas de Venezuela durante la segunda mitad del siglo XVI), esta investigación se sitúa en el desarrollo de la piratería inglesa en el Caribe y las costas venezolanas, exponiendo las pugnas de la Corona inglesa a través de sus piratas para enfrentar y debilitar a la Corona española como el reino más poderoso desde el descubrimiento de América. En esta obra se abordan las consecuencias de las incursiones de piratas, de los ataques y saqueos en las costas recién descubiertas, así como el hecho de que producto de estos arribos, se crearon nuevas rutas y circuitos de navegación. Gerardo González de Vega (2000), Mar Brava, es una obra que aborda la historia del corso y la piratería y de los negreros españoles en un recorrido por las acciones emprendidas por hombres y, como dato curioso, de mujeres

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involucradas, tanto unos y otras, en el oficio de la piratería, el texto presenta un estudio con visión desde el Viejo Mundo hacia el Nuevo Mundo. El mismo, permite estudiar causas que de alguna manera motivaron a hombres y mujeres a buscar fortuna en los mares de América. El libro de Philip Gosse (en su versión castellana del 2008), Historia de la Piratería, rigurosa obra en la que el pretendido esencial gira en torno a demostrar las condiciones sociales y geográficas que precedieron al advenimiento de la piratería; trazar sus alzas y sus bajas periódicas, sus formas y riesgos; dibujar los más destacados miembros de la profesión y, finalmente, mostrar cómo la organización nacional, respaldada por el barco de vapor y el telégrafo, puso fin a la piratería. Angus Konstam, un prolífico estudioso del tema de la piratería, presenta una de sus más reciente obra del año (2012), titulada: Piratas de los Siete Mares, con pasajes interesantes sobre: tesoros y traiciones en alta mar; con mapas, imágenes y leyendas. En este trabajo el autor consiente vislumbrar una nueva perspectiva sobre el devenir y el quehacer corsopirático y sus piratas desde el Mar Egeo de la antigua Grecia y del Caribe de mediados del siglo XVII, hasta el Mar rojo del siglo XXI, con los ataques somalíes. Además de todos estos textos aludidos, se pueden revisar y analizar las siguientes fuentes bibliográficas (aunque no todas estén circunscritas al siglo XVI, no por ello se les resta importancia referencial): Joaquín Bernardo Calvo Mora (1983), La Campaña Nacional Contra los Filibusteros en 1856 y 1857: Breve reseña histórica. Alexander Oliver Exquemelin (1953), Historia de los Aventureros - Filibusteros y Bucaneros de América. Del mismo autor (1992), Piratas de la América y Luz a la Defensa de las Costas de Indias Occidentales. Mario Briceño Iragorri (1947), Los Corsarios en Venezuela: Las Empresas de Gramnmont en Trujillo y Maracaibo. Vanesa Graziani (1995), La Presencia de los Corsos en la Región de Paria: A través de la Prensa de Carúpano, 1862 1933. Henry Georget (1990), Venezuela en la Piratería y el Corso Inglés, 1565 1603. Luis Alberto Muro (1989), Venezuela es un Riachuelo Poblado de Piratas. Francisco Mota (1984), Piratas en el Caribe. Manuel Pérez Vila (1984), Piratas del Caribe. Marcos Courier (1979), Piratas en Venezuela. Dolores Bonet de Sotillo (1965), El Tráfico Legal en las Colonias Españolas.

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De la profesora Luzmila Marcano Martínez, su Trabajo de Grado (1995), Aproximación a la Historia Económica y Social del Eje Borburata-Puerto Cabello (1548- 1800) el cual tiene implícito una gran información producto del manejo de abundantes fuentes, que permiten orientarse en lo concerniente al aspecto geo-histórico de la Borburata. Para reforzar este aporte se cuenta con el artículo de Abraham Toro (1986), Borburata: Población y Propiedad Territorial (siglo XVIII), la investigación sitúa la actitud de la población frente a las incursiones de los piratas como el hecho que produjo los despoblamientos y repoblamientos en tiempos de la colonia. Asimismo, se logra aprovechar las fundamentales obras del Hno. Nectario María, compiladas y encuadernadas en: Colección Caracas, Gobernadores de Venezuela, Cartas 1561-1617; todas con transcripciones de expedientes de la época colonial, desempolvados en los archivos españoles. En lo concerniente a las descripciones geográficas en cuestiones de límites, nombres de ciudades, ubicaciones cartográficas y todo lo relativo a la territorialidad de la genésica provincia de Venezuela, se pueden aprovechar para el enfoque geohistórico, las obras diversas del investigador e historiador venezolano, Manuel A. Donís Ríos, entre las que caben destacar: El territorio de Venezuela. Documentos para su estudio, obra del año 2001, de la serie de documentos Nº1; constituida por un resumen de la evolución de esta provincia durante el siglo XVI hasta los comienzos del período republicano, en función de un contenido de textos de imprescindible conocimiento como Reales Cédula, entre otras fuentes que testimonian sobre la creación de instituciones y tratados internacionales. En igual tenor, está su obra sobre: La Formación Territorial del Occidente Venezolano, (2011), la cual aparece como su discurso de incorporación como Individuo de Número a la Academia Nacional de la Historia. Asimismo, aparece de este autor otra obra interesante y no menos peliaguda que las otras, como lo es: Guayana, Historia de su Territorialidad (2002), que fue su Tesis Doctoral y en la que logró este acucioso indagador dar un importantísimo aporte ante una de las problemáticas aún existentes en la actualidad. Para el desarrollo de la investigación histórica referente a la piratería en la provincia de Venezuela, además de las fuentes bibliográficas anteriormente

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expuestas, y a las cuales se les puede aplicar: crítica externa e interna; se puede contar además con los documentos primarios que en su mayoría pueden ser procurados de los repositorios del Archivo General de Indias (AGI) y de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos (EEH), ubicados ambos, en la ciudad de Sevilla-España, y en nuestro país, en: el Archivo General de la Nación (AGN), en la Biblioteca Nacional (BN), en el Archivo del Consejo Municipal de Caracas (ACMC), y en el Archivo del Consejo Municipal de Valencia (ACMV); otras fuentes primarias, sin abundancia, se pueden encontrar en el País Vasco, en su Archivo General de Guipúzcoa (AGG), en el Centro de Patrimonio Documental (ARARGI), y en el Archivo del Ayuntamiento de Hondarribia (HAUTATUI). Vale decir que con la técnica de la Paleografía (paleo: viejo; grafía: descripción), se pueden hacer transcripciones fieles y exactas de folios originales manipulables entre las distintas alacenas contentiva con legajos de: Reales Cédulas, Encomiendas, Reales Provisiones, Contabilidad de Real Hacienda, Patronato, Justicia, Santo Domingo, Caracas, Signaturas, Indiferente General, Indiferente, entre otras tantas fuentes primarias que se pueden pesquisar para ahondar sobre la temática en cuestión. Es decir, que los estudios sobre la piratería como generalidad y particularidad, se pueden inscribir perfectamente dentro del método histórico, basándose, además, en la ciencia heurística, tal y como lo señalan Langlois y Seignobos (1965): … la historia se hace con documentos. Los documentos son las huellas que han dejado los pensamientos y los actos de los hombres de otros tiempos. Entre los pensamientos y los actos, muy pocos hay que dejen huellas visibles, y esas huellas cuando existen, son raras veces duraderas… (p. 23).

Todos los documentos constituyen una fuente de inmensos recursos para interceptar y aproximarse de manera más fiable al hecho histórico. Los mismos pueden ser analizados para comprobar su contenido, siguiendo el criterio expuesto por Cardoso (1990): … el análisis crítico del documento tiende comprobar su autenticidad y la veracidad de su contenido. De aquí surgen dos tipos de críticas; la externa y la interna (…), la “crítica externa” analiza la fuente en cuanto

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a su procedencia. Permite conocer la autenticidad y veracidad de la fuente (…), y la “crítica interna” valora el contenido de las fuentes. Un documento auténtico puede tener verdades y falsedades. De aquí la necesidad de evaluarlas investigando la intención que guió al autor cuando produjo el documento… (pp. 53-55).

A pesar que muchos autores afirman que la Historia se hace con documentos y que a través de ellos se logra reconstruir los acontecimientos del pasado para tener una visión en el presente del hecho estudiado, asevera Luis Rafael García (2002) que con ellos -los documentos- se logrará sólo aproximarse a una parte de la realidad, que a la sazón, pudiera resultar exigua ante la totalidad de lo acaecido: Pero nadie llegará a conocer “la historia”, siempre reconstruiremos un pedazo pero nunca la totalidad, siempre existirá una historia oculta que nunca llegaremos a conocer, la he denominado ‘Criptohistoria’ y lo poco que podemos reconstruir a través del discurso, es decir la historiografía, la he denominado ‘Apohistoria’, aquella que está lejos de conocer la verdad o la totalidad (p. 47).

Refuerza esta idea expuesta por García (2002), lo que nos indica a continuación Enrique Moradiellos (2001), en su obra: Las Caras de Clío: una introducción a la historia; al afirmar que: …El Pasado (sic) no es un dominio en el que los acontecimientos que han ocurrido están situados, aguardando el arribo del historiador para desvelarlos. Por definición, el Pasado no existe y no puede ser confrontado ni abordado por ningún investigador. (…). Si la materia de conocimiento de la Historia científica no es ni puede ser el Pasado, queda por establecer cuál es el campo y los términos categoriales de dicha disciplina. Pues bien, este campo y términos estarán constituidos por aquellos restos y trazas del Pasado que perviven en nuestro presente en la forma de residuos materiales, de huellas corpóreas, de vestigios y trazas físicas, de ceremonias y ritos, en una palabra de “reliquias” (relinquere: lo que permanece, lo que resta) (p.60).

Toda investigación histórica, supone de un método de estudio que permita desarrollar concepciones del hombre en torno a su pasado y su contemporaneidad, para lo cual ha creado toda una gama de metodologías que

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buscan, cada vez en mayor grado, una asistencia para tratar de develar el hecho histórico. Según Aróstegui (1994): … la técnica de exploración documental tiene como punto clave no sólo la lectura correcta de las documentaciones halladas, es decir, la extracción de información primaria, información de cualquier tipo, bien de expedientes administrativos, correspondencias, contabilidad o cualquier otro tipo de documentos, sino, sobre todo, el trasvase de las informaciones obtenidas al aparato de “organización de la información”. El investigador construye tipologías en función de su proyecto y sus formas de trabajo: ficheros de contenidos, base de datos, recopilación de citas, entre otros. (Tomo I; p. 365).

Como se ha dicho, la investigación documental debe seguir los pasos que indica el método histórico, desarrollado en virtud del método heurístico, como un arte que implica reglas e instrumentos de trabajo en las habilidades del propio investigador, ante esto nos plantea Marrou (1999): … la heurística es también un arte en el sentido moderno de la palabra, ya que, por perfeccionados que hayan sido, en ciertos sectores, los instrumentos de trabajo de que disponemos, puesto que sus compiladores no pudieron tener presente, ni siquiera concebir como posibles, todas las preguntas que podemos formular a los documentos, no son los que nos proporcionarán los medios de descubrir éstos (…), pero la ingeniosidad del historiador no se pondrá de manifiesto solamente en el arte de descubrir los documentos. No basta con saber cómo o dónde encontrarlos, sino que es preciso también, y sobre todo, saber qué documentos se han de buscar… (pp. 61-62).

Las fuentes documentales sobre el tema de la piratería en la provincia de Venezuela, no son abundante, por esa razón el trabajo ha de consistir en un esfuerzo supremo para poder fundamentar, con el mayor cúmulo de información posible, un desarrollo más aproximado del trabajo de investigación con el propio hecho histórico planteado. Debe el historiador (…) comenzar por una aproximación a las actividades que el hombre ha desarrollado durante una escala temporal definida, para lograr así la primera aproximación al espacio de su región.

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En esa aproximación se precisarán los cambios que ha acusado la región en función de las actividades económicas desarrolladas por el hombre, y se obtendrá un primer perfil global. (Medina Rubio, 1992, p. 46).

Se reconoce, para finalizar, que este trabajo no constituye una investigación acabada, pretenderlo sería descabellado, tan sólo puede tomarse como un aporte sobre un tema y una región poco explorado, por decir lo menos y no pecar de petulantes al señalar que en modo alguno tratado con la rigurosidad histórica adecuada, como se han encargado de demostrárnoslo los años dedicados al tema del actuar pirático en todas sus modalidades. Pero en la Historia, al fin de cuentas, no todo está dicho, y todo lo dicho no es acabado. En palabras de Moradiellos (2001)…“Las reliquias pueden ser consideradas como los significantes (presentes) de unos significados (pretéritos) que subsisten más allá de ellos”… (pp. 60 y ss.).

4. Conclusiones La piratería como actividad lucromarina se movió en su propio tiempo histórico entre aparecer, desaparecer y re-aparecer; así fue en la cuenca mediterránea, así en el mar del Norte europeo, así en el insular Caribe; y en la provincia de Venezuela, como en cualquier otra colonia española, ocurría igual. Las intermitencias de tal actividad pillérica están motivadas, fundamentalmente, a su dependencia parasitaria del comercio interoceánico; de acuerdo a la prosperidad de éste último, perviviría o desaparecería, porque sin botín, no hay paga, y sin paga, no hay hombres dispuestos a las duras jornadas como lobos de mar. Todo esto, sumado al hecho de contar con pocos registros históricos en los repositorios del mundo, por cuanto los que haya no sobreabundan en comparación a lo prolífico del actuar pirático en todas sus épocas, además, no eran muy común los diarios de abordo porque las labores en un barco eran extremas, y el poco tiempo libre se utilizaba más para las francachelas que para cosas tan serias como la de ponerse a escribir; sin embargo, quedan entre nosotros como vestigios importantísimos, alguna que otra biografía escrita en primera persona por renombrables piratas. De todas estas dificultades, debe el historiador-investigador valerse para sortearse entre los bajones y las alzas periódicas de la villanía marítima, un escamoteo perspicaz que le permita

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acercarse al tema, con la conciencia siempre, de que el esfuerzo se traducirá en una aproximación historiográfica sobre el quehacer pirático.

Bibliografía Fuentes Documentales Archivo General de Indias (AGI): Patronato, s/f, 294, N 27, Pp. 1-3. Patronato, 153, N 7, R 1, 1/1; 27/III/ 1549.

Referencias Bibliográficas ARÓSTEGUI, Julio (1994). La Investigación Histórica: Teoría y Método. Barcelona, España. Ediciones Crítica. Tomos I-II. CARDOSO, Arturo (1990). Investigación, Estudio y Cambio. Caracas. Fondo Editorial Tropikos. GARCÍA JIMENEZ, Luis Rafael (2002). Hacia una Neomicrohistoria y la Influencia de la Historia Discursiva. Revista: Retos y Alternativas de la Historia Hoy. Ensayos de historiografía. Impreso por corpografía, S.A. MARROU, Henri (1999). El Conocimiento Histórico. Edición Idea Universitaria. MEDINA RUBIO, Arístides y otros. (1992). Historia Regional: Siete Ensayos Sobre Teoría y Métodos en Historia Regional. Caracas. Fondo Editorial Tropikos. MORADIELLOS, Enrique (2001). Las Caras de Clío. Una Introducción a la Historia. Siglo XXI de España. Editores, S.A. PHILIP, Gosse (2008). Historia de la Piratería. Consejería de la Cultura de la Junta de Andalucía. Editorial Renacimiento; traducción: Himilici Novás Calvo. LANGLOIS, C. V. & C. Seignobos (1965). Introducción a los Estudios Históricos. La Habana. Editora Universitaria. LUCENA SALMORAL, Manuel (1994). Piratas, Bucaneros, Filibusteros y Corsarios en América: Perros, mendigos y otros malditos del mar. Edit. Grijalbo S: A. de Venezuela. KONSTAM, Angus (2012). Piratas de los Siete Mares. Editorial Trillas, México. D.FTraducción de: Francisco Flores.

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LA INTERDISCIPLINARIEDAD CULTURA-HISTORIA EN LAS INVESTIGACIONES REGIONALES EN CUBA Cultural-historical interdisciplinarity In regional studies in Cuba Bárbara Márquez Montoya Licenciada en Historia. Miembro del Departamento de Historia de la Universidad de Holguín Oscar Lucero Moya, Cuba. E-mail: barbara-marquez@ fh.uho.edu.cu María del Carmen Licenciada en Historia. Especialista en Trabajo Social Quiñones P. Comunitario. Miembro del Departamento de Historia de la Universidad de Holguín Oscar Lucero Moya, Cuba. E-mail: mquinones@fh.uho.edu.cu

Recibido: 14/11/2013. Aprobado: 04/02/2014. Resumen: Las investigaciones actuales en Cuba y en especial en la región oriental, han enriquecido la historiografía pero desde una perspectiva cultural. Dicha función es adquirida partiendo de la existencia de invariantes universales de la cultura: economía, técnicas e instrumentos de trabajo, organización social, lenguaje, matrimonio, familia, creencias, arte, festividades, etc. Siendo todas las variantes antes mencionas objetos de estudio de las Ciencias Históricas. Por lo tanto el objetivo de este trabajo es evidenciar la relación entre Cultura y Ciencias históricas, partiendo de la situación actual de las investigaciones en la región oriental de Cuba, tomando como referentes principales las provincias de Holguín, Granma y Las Tunas. Cultura e historia no pueden ir separados de la mano pues aunque se intente teorizar sobre la supremacía de una u otra, lo cierto es que están estrechamente relacionadas ¿o acaso los historiadores no recurren a la cultura y los culturólogos no recurren a la historia? En la actualidad los investigadores nacionales y regionales han dado un giro en cuanto a la forma, estilo de escribir y

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reflejar las relaciones del hombre desde diferentes aristas, hoy se escribe para mostrar realidades que antes no eran tocadas por investigadores y escritores, se han abordado temas sobre sexualidad, la presencia del negro, alimentación, vida en el campo mambí, manifestaciones artísticas, pero todo vinculado a hechos, como parte importante de los procesos históricos. Palabras clave: Cultura, Investigaciones Históricas, Historiografía Regional Abstract: Current research in Cuba, especially in the Eastern Region, has enriched its historiography, but from a cultural perspective. Such a function is acquired due to the existence of universal invariants of culture: economy, work techniques and instruments, social organization, language, marriage, family, beliefs, art, festivities, etc. All these aforementioned variants are subjects of study of the Historical Sciences. Therefore the objective of this article is to show the relation between Culture and Historical Sciences by analyzing the actual situation of research in the Eastern Region of Cuba, using the provinces of Holguin, Granma and Las Tunas as principal references. Culture and History go hand in hand and cannot be studied separately; though there have been cases of theorizing about the supremacy of one or another, the reality is that they are closely related. Isn’t it true that historians have recourse to culture and cultural scholars use history? Today, national and regional researchers have changed according to the form, style of writing and reflecting the relations of men from different angles; today they write in order to show realities that were not touched before by researchers and writers. They have approached themes about sexuality, the presence of blacks, alimentation, life in the mambí countryside, artistic manifestations, but all related to events, as an important part of historic processes. Key words: Culture, historical investigations, regional historiography

Introducción Las investigaciones actuales en Cuba y en especial en la región oriental, han enriquecido la historiografía pero desde una perspectiva cultural. Debemos partir por ende planteando que entendemos por cultura: modo de actividad humana orientada a la producción, conservación, transmisión-distribución y consumo (material y espiritual) de significados y valores para la especie humana, enriquecida por las fuentes del saber científico entre las que podemos mencionar: Ciencias históricas, Historia del arte, Antropología cultural, Sociología de la cultura, Filosofía, Psicología, Semiótica, Estética. Por lo que contrae la

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misión de regir las relaciones de actividad humana-cultura, con una función histórico-cultural en tanto conlleva acción práctico-transformadora. La cultura es un fenómeno distintivo de los seres humanos, que los coloca en una posición diferente a la del resto de animales, es fuente de conocimientos y saberes acumulados por la humanidad a lo largo de sus milenios de historia, se encuentra en todas las sociedades sin distinción de etnias, ubicación geográfica o momento histórico. Dicha función es adquirida partiendo de la existencia de invariantes universales de la cultura: economía, técnicas e instrumentos de trabajo, organización social, lenguaje, matrimonio, familia, creencias, arte, festividades, etc. Siendo todas las variantes antes mencionas objetos de estudio de las Ciencias Históricas. Por lo tanto el objetivo de este trabajo es evidenciar la relación entre Cultura y Ciencias históricas, partiendo de la situación actual de las investigaciones en Cuba y fundamentalmente en la región oriental tomando como referentes principales las provincias de Holguín, Granma y Las Tunas. De igual forma es vital plantear que otra de las motivaciones esta dada por la dicotomía existente entre los culturólogos e historiadores, referida a la importancia de la investigación histórica. A la cual se intenta restar importancia en ocasiones en un mundo altamente globalizado y con una tecnología en constante desarrollo.

Cultura e Historia. Encuentros interdisciplinares en el oriente cubano Al clasificar la cultura respecto a sus definiciones, nos percatamos de la interdisciplinariedad con la historia que se imparte en la alta casa de estudios de la que fue tomada la muestra de los resultados investigativos. La misma se define como: tópica, que consiste en una lista de tópicos o categorías, tales como organización social, religión o economía. Histórica es aquella en la que se hace alusión a la herencia social, con una visión a la búsqueda de alternativas ante los problemas que enfrentan los seres humanos y de adaptación al ambiente o a la vida en común. También se puede definir como mental cuando se hace referencia al complejo de ideas y hábitos aprendidos, que inhiben impulsos y distinguen a

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las personas de los demás. La estructural asume presupuestos desde las ideas, símbolos o comportamientos, modelados o pautados e inter-relacionados y la simbólica que se basa en los significados arbitrariamente asignados que son compartidos por una sociedad. Al analizar el plan de estudios que se aplica actualmente en la carrera de Historia, se hace evidente que cada asignatura que se imparte hace alusión a la cultura de acuerdo a las definiciones antes expuestas. La perspectiva de la enseñanza superior en Cuba actualmente se perfila desde el proceso transdisciplinar, por lo que es necesario lograr acciones coherentes desde las asignaturas y las disciplinas. Una vía insustituible para concretar este proceso son las actividades que aborden los temas históricos, complementados con un análisis de cuestiones más allá del hecho factual, por los que se basan en análisis integradores. En la realización de investigaciones que respondan a los intereses históricos regionales, como parte de la búsqueda de información se torna evidente la necesidad de retomar la cultura desde dos de sus direcciones como son: configurativa la cual brinda la cultura desde una óptica que cuyo modelo no es el pasado, sino la conducta de los contemporáneos, donde los individuos imitan modos de comportamiento de sus pares y recrean los propios. La prefigurativa: aquella cultura innovadora que se proyecta con pautas y comportamientos nuevos y que son válidos para una nueva generación. En la cultura todo implica transformación y seguir un modelo de vida, por lo que sus elementos se dividen en: a) Materiales. Son todos los objetos, en su estado natural o transformado por el trabajo humano, que un grupo esté en condiciones de aprovechar en un momento dado de su devenir histórico: tierra, materias primas, fuentes de energía, herramientas, utensilios, productos naturales y manufacturados, etcétera. b) De organización. Son las formas de relación social sistematizadas, a través de las cuales se hace posible la participación de los miembros del grupo cuya intervención es necesaria para cumplir la acción. La magnitud y otras características demográficas de la población son datos importantes que deben tomarse en cuenta al estudiar los elementos de organización de cualquier sociedad o grupo.

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c) De conocimiento. Son las experiencias asimiladas y sistematizadas que se elaboran, se acumulan y trasmiten de generación a generación y en el marco de las cuales se generan o incorporan nuevos conocimientos. d) Simbólicos. Son los diferentes códigos que permiten la comunicación necesaria entre los participantes en los diversos momentos de una acción. El código fundamental es el lenguaje, pero hay otros sistemas simbólicos significativos que también deben ser compartidos para que sean posibles ciertas acciones y resulten eficaces. e) Emotivos, que también pueden llamarse subjetivos. Son las representaciones colectivas, las creencias y los valores integrados que motivan a la participación y/o la aceptación de las acciones: la subjetividad como un elemento cultural indispensable. Por su parte la investigación histórica trata la experiencia pasada; se relaciona no sólo con la historia, sino también con las ciencias de la naturaleza, con el derecho, la medicina o cualquier otra disciplina científica. El investigador cuenta con fuentes primarias y secundarias. De las fuentes primarias, el investigador obtiene las mejores pruebas disponibles: testimonios de testigos oculares de los hechos pasados y objetos reales que se usaron en este y que pueden ser examinados en la actualidad. Las fuentes secundarias son aquella de donde se obtienen la información que proporcionan las personas, que no participaron directamente en ella y que se realizan mediante una perspectiva comparativa en el tiempo, recurriendo a fuentes primarias y secundarias. Este tipo de investigación puede contribuir a la creación inicial de hipótesis o a la hipótesis de trabajo. Por su parte la investigación histórica tiene las siguientes características: a) Este tipo de investigación depende de datos observados por otros, más que por el investigador mismo. b) Estos datos son de dos clases: fuentes primarias, derivadas de la observación y registro directo de acontecimientos por su autor; fuentes secundarias, cuyo autor informa observaciones realizadas primeramente por otros. Las fuentes primarias son evidencias de primera mano y deben usarse preferentemente. c) Las fuentes deben someterse a dos tipos de crítica: crítica externa, que determina la autenticidad del documento; y la crítica interna, que examina

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los posibles motivos, prejuicios y limitaciones del autor del documento que posiblemente lo hayan determinado a exagerar, distorsionar u omitir información. Contrariamente a la práctica usual, la historia debe ser rigurosa, sistemática y, en cierta modo, exhaustiva; no debe ser una recolección indisciplinada de información inapropiada y no confiable. Debemos aclarar que por su parte la cultura tiene diversos enfoques los cuales son: formación del hombre (Paideia), Cultivo del intelecto (Cultis Mentis), Sistema de enseñanza y aprendizaje de normas de comportamiento, Formación intelectual, ética y estética (Bildung), Modo de vida de un pueblo, Herencia social, Adaptación instrumental a la naturaleza, Sistema suprabiológico, Campo semiótico de significación humana. Dicho enfoques a su vez son el basamento de las investigaciones realizadas por los alumnos que cursan la carrera de Historia en la Universidad de Holguín, lo que es evidente en el análisis de los trabajos de culminación de estudios. Transformar la sociedad y conservar sus valores depende en gran medida de la conservación de su identidad: Los nuevos enfoques acerca de la identidad, en estrecha vinculación con los planteos previos, enfatizan su carácter plural, cambiante, constituído en los procesos de lucha por el reconocimiento social. (…) Las políticas culturales, como intervenciones orientadoras del desarrollo simbólico, contribuyen a establecer el orden y las transformaciones legítimas, la unidad y la diferencia válidos, las identidades locales, regionales y nacionales. Su sentido profundo apunta más al hacerse de la sociedad, a la conformación de marcos y pautas generales de convivencia, que a la sola ilustración humanística o el cultivo estético.1

Cultura e historia no pueden ir separados de la mano pues aunque se intente teorizar sobre la supremacía de una u otra, lo cierto es que están estrechamente relacionadas ¿o acaso los historiadores no recurren a la cultura y los culturólogos no recurren a la historia? Un ejemplo de lo antes expuesto se 1

www.antropologia.com.rar. Ciudad Virtual de Antropología y Arqueología. Antropología, Identidad y Políticas Culturales. Rubens Boyardo.

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puede evidenciar a través de una selección de términos empleados de la teoría de la cultura y en la historia: Enculturación: proceso en el que el individuo se culturiza. Aculturación: cambio cultural forzado o impuesto por conquista o invasión. Deculturación: pérdida de rasgos culturales propios a causa de la imposición de otros. Inculturación: Integración del individuo a otra cultura por medio de la aceptación y diálogo con miembros de esa cultura. Transculturación: formación de una nueva cualidad cultural. En otros aspectos también tiene similitudes como es en el metodológico debido a que ambos requieren del desarrollo del trabajo de campo, la observación participante, estudios de caso, historias de vida. Se basan en técnicas e instrumentos para la recogida de datos: diarios, genealogías, descripciones, fotografías, vídeos, etc. Quizás el error de los investigadores “históricos” actuales sea en la forma y estilo de redacción por lo que se considera que no son capaces de trasmitir al lector, el mensaje con claridad y coherencia. No constituyendo por tanto libros de cabeceras a los cuales acudir como forma de distracción. Salvando la parte que nos resta debemos aclarar que la intención de estas investigaciones es salvaguardar la identidad de la nación, región o localidad, siendo las ciencias sociales su arma más eficacaz. “Las investigaciones desarrolladas en las ciencias sociales definen etapas, analizan los grupos y sociedades con métodos científicos. No existe ninguna actividad humana que sea ajena a las ciencias sociales, y su estudio servirá siempre de punto de partida para lograr trasformaciones de la sociedad” (Cárdenas, 2007:1).2 En cambio las investigaciones históricas no están hechas con el fin de entretener a un público amplio, es más bien para las personas que tengan interés de conocer y ahondar en temas históricos, por lo que el lenguaje con que se escribe no es pintoresco, no es literatura artística, sino de raíces científica, donde el publico que lo lea, pueda establecer una relación entre fenómenos, 2

http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol16_6_07/acisu1207.htm. Lic. Yaniris Rodríguez Sánchez, Lic. Yeny Rubio Cárdenas y Dra. Ernestina Solórzano Álvarez: Las ciencias sociales en Cuba: una mirada desde una perspectiva métrica.

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hechos, que se vea como una cronología, de manera factual, pero que no son alejados del mundo social y cultural en que vive el propio hombre. En la actualidad los investigadores nacionales y regionales han dado un giro en cuanto a la forma, estilo de escribir y reflejar las relaciones del hombre desde diferentes aristas, hoy se escribe para mostrar realidades que antes no eran tocadas por investigadores y escritores, han aparecido temas sobre sexualidad, la presencia del negro, alimentación, vida en el campo mambí, manifestaciones artísticas, pero todo vinculado a procesos históricos, como parte importante de estos procesos.

Los estudios culturales e históricos en la carrera de Historia de la Universidad de Holguín. Una aproximación a la interacción disciplinar Visto como se ha plantado pudiéramos citar que en los últimos tiempos las investigaciones que se han realizado por estudiantes de la carrera de Historia en la UHO, muestran estudios relacionados con temáticas históricos culturales, para evidenciar lo antes expuesto tomamos como referencia algunos ejemplos: La inmigración haitiana en Birán durante la primera mitad del siglo XX, (Castro: 2012:75)3, constituye un estudio de las características de la inmigración haitiana llegada a Cuba con el advenimiento de la República, que condujo al surgimiento y desarrollo de establecimientos poblacionales, concerniente a este tipo de desplazamiento de relativa importancia, específicamente en el poblado de Birán, destacando sobre todo el estudio de los rasgos socio -económicos y culturales que posee la inmigración haitiana en este lugar, durante la primera mitad del siglo XX. Este estudio desentraña aspectos antes inéditos o pocos conocidos sobre la inmigración en el barrio objeto de estudio, la cual tuvo un auge a partir del desarrollo de la industria azucarara, lo que ocasionó un aumento demográfico, con el arribo de árabes, españoles, antillanos, estos últimos; en especial el haitiano, ocupó un espacio cultural importante dentro de esta sociedad. 3

Castro Medina, Alietty, La inmigración haitiana en Birán durante la primera mitad del siglo XX, 2012, p. 75. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia).

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Cronología de la orquesta Hermanos Avilés (1902- 1958) (Ramírez, 2011:73)4 la cual tiene como objeto científico la música en Cuba, y en específico incursiona en la actividad musical de la orquesta “Hermanos Avilés”. El objetivo es desarrollar una cronología histórica de la orquesta que permita conocer su impronta en el panorama musical cubano durante el periodo republicano hasta 1958. La mujer en la ciudad de Holguín durante la República Neocolonial (Gainza, 2013:73)5, busca un acercamiento al accionar de la mujer holguinera en la sociedad republicana durante la primera mitad del siglo XX, al describir su participación en el ámbito socioeconómico y político y hasta cultural. El estudio caracteriza las diferentes actividades realizadas por la mujer en la ciudad de Holguín y sus particularidades de 1902-1958 y permite conocer la contribución de la mujer holguinera en el período fundamentalmente en sus actividades económicas, políticas y sociales. La investigación Santa Lucía. Historia y memoria, (Horma, 2011:79)6, contiene una crítica de las formas más tradicionales de hacer y pensar la historia, proponiendo la teoría de las representaciones sociales y el enfoque de la historia oral, como herramientas viables para enfocar procesos históricos. Realiza una caracterización histórica del poblado Santa Lucia, dándole voz a los actores de este proceso que se encontraban en olvido, con la intención de acceder a la subjetividad del fenómeno. Además analiza la representación y la relación entre historia, memoria e identidad, desde la perspectiva de dos generaciones distintas. El Trabajo Social en Holguín (1940- 1958) (Toranzo, 2011:75)7 esta investigación recurre a un área disciplinar trabajada preferentemente desde la sociología y la medicina; donde se ha priorizado su práctica ante todo el 4

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Ramírez Hernández, Kirenia, Cronología de la orquesta Hermanos Avilés (1902- 1958), 2011, p.73. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia). Gainza Monzón, Raiza, La mujer en la ciudad de Holguín durante la República Neocolonial, 2013, p. 73. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia). Horma Hervasa, Alger, La investigación Santa Lucía. Historia y memoria, 2011, p.79. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia). Toranzo Utra, Yirina, El Trabajo Social en Holguín (1940- 1958), 2011, p.75. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia).

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arsenal teórico que lo componen. Haciéndose necesario un estudio, que desde una perspectiva socio-histórico logre desentrañar todo el proceso que condujo a la aparición y posterior evolución en Cuba del Trabajo Social; no como una práctica aislada y desarticulada; sino como una acción conjunta, pensada; para su intervención en la sociedad. Radicando precisamente el objetivo de la presente investigación en analizar el desarrollo de las formas históricas del Trabajo Social en Holguín, posterior a la Constitución de 1940, momento en que es institucionalizado en Cuba la asistencia social; confluyendo con las ya operantes formas de acción social; y que independientemente de sus limitaciones constituyen el germen del Trabajo Social en el país. Los museos de la ciudad de Holguín: contribución al desarrollo cultural trabajo investigativo realizado por (Guerra, 2013:70)8. Tiene como objetivo fundamental realizar un estudio que describa la historia del desarrollo de los museos en la ciudad de Holguín, para ello ha tomado como objeto de estudio los museos en la ciudad de Holguín a partir del período de 1959. La investigación pretende integrar la historia de los museos con las técnicas sociológicas para valorar los aportes de estas instituciones al desarrollo sociocultural. La importancia dela mima reside en el gran aporte a la historiografía local, ya que es el primer estudio propiamente dirigido a determinar la contribución de los museos de la ciudad de Holguín al desarrollo sociocultural. La licenciada (Garbey, 2010:75)9, estudiante de la primera graduación de la carrera en Historia de nuestra universidad, como parte del ejercicio de su culminación de estudio realizó el trabajo de diploma titulado: Condicionantes socioeconómicas y políticas que influyen en el desarrollo arquitectónico de San Isidoro de Holguín entre 1820 y 1868. El mismo tiene como objetivo explicar cómo las condiciones socioeconómicas y políticas influyeron en el desarrollo de la arquitectura holguinera entre 1820 y 1868 y para ello se realizó un análisis del comportamiento de la población holguinera, la economía, así como de las 8

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Guerra Hernández, Nataly, Los museos de la ciudad de Holguín: contribución al desarrollo cultural,2013, p.70. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia). Garbey Toirac, Arisley, Condicionantes socioeconómicas y políticas que influyen en el desarrollo arquitectónico de San Isidoro de Holguín entre 1820 y 1868,2010, p.75. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia).

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tendencias políticas durante los años 1820 y 1868 permitió conocer las causas fundamentales que motivaron este incremento en la arquitectura holguinera. Por su parte realizó una investigación sobre: El cabildo como reflejo de la sociedad holguinera del siglo XVIII10,(Batista,2010:75)donde aborda cuestiones fundamentales del cabildo como reflejo de la sociedad holguinera durante ese siglo con la finalidad de realizar una caracterización de las relaciones socioeconómicas que inciden en el desempeño del cabildo holguinero en el período mencionado. Otro ejemplo es la investigación de (García, 2010:75)11 que tiene específicamente como objeto de estudio: La inmigración extranjera blanca a Holguín en los primeros tres siglos coloniales y su objetivo es la descripción de la inmigración extranjera blanca en la sociedad holguinera en el siglo XVIII. Los resultados obtenidos de esta investigación permiten destacar como a pesar de no constituir un gran número los inmigrantes blancos libres establecidos en la ciudad, la aportación estuvo dada en el sector comercial y agrícola, igualmente en la activa participación en manifestaciones de la cultura. La investigación titulada Las enfermedades en el Holguín colonial 18001878 (Campos, 2011:74)12, se apoya en la Sociología la Antropología par realizar un análisis de la dimensión social de las enfermedades en la época colonial, con un enfoque histórico socio-antropológico, donde además aborda cuestiones tales como el papel desempeñado por el Ayuntamiento de Holguín, la Junta de Sanidad y la Junta Municipal de Beneficencia. En el estudio realizado por (Licea, 2012:80)13 se analizaron las características del Ayuntamiento de Holguín entre 1812 y 1868, partiendo de los rasgos generales de la administración local en Cuba durante la época colonial y de las especificidades de la estructura socioeconómica de la Jurisdicción en el 10

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Guerra Batista, Yudelsi, El cabildo como reflejo de la sociedad holguinera del siglo XVIII, 2010, p. 75. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia). García Concepción, Patricia, La inmigración extranjera blanca a Holguín en los primeros tres siglos coloniales, 2010, p.75 (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia). Campos Rodríguez, Adisney, Las enfermedades en el Holguín colonial 1800-1878, 2011, p.74 (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia). Licea Hernández, Gerardo, Ayuntamiento de Holguín entre 1812 y 1868, 2012, p.80. (Tesis de Diploma en opción al título de Licenciado en Historia).

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período abordado. Se realizó un análisis del fenómeno de los cargos vendibles y renunciables en el consistorio holguinero y del impacto que el proceso de consolidación del Estado liberal español tuvo para la administración local en Cuba. Es un reto hoy tanto para estudiosos, llámese culturólogos, historiadores o de otros campos de las ciencias en Cuba, la realización de investigaciones, que abordan aristas antes relegadas a un segundo plano, debido a que la historiografía nacional ha opacado los estudios locales. Por tanto hoy en una nueva condición historiográfica, con una reconsideración del papel de la historia y del historiador, se intenta escribir sobre el hombre, la sociedad, la vida cotidiana, el machismo, la mujer, cultura popular, entre otras. No obstante, no debemos obviar el aporte que brinda cada ciencia para lograr resultados en futuras investigaciones que privilegien los estudios actuales a partir de la visión de los elementos culturales en la historia. Con esa mirada debemos coincidir todos en que la cultura forma parte de lo histórico y está estrechamente ligada a ella.

Conclusiones La relación cultura e Historia, como hemos manejados en la presente investigación se complementan e interactúan de manera orgánica pues constituyen partes que no deben separarse en cualquier investigación histórica, independientemente de cuan disciplinar sea. La economía, la sociología y otras disciplinas, aunque se consideren en determinados momentos muy centradas en sus respectivos campos epistemológicos y metodológicos siempre tendrán que confluir con la cultura, en tanto la misma ofrece amplias posibilidades aglutinadoras y de amplitud de miras hacia nuevas interpretaciones y revelaciones en los marcos de las Ciencias Sociales y las Humanidades. En la nueva universidad cubana el carácter interdisciplinar de los planes de estudios y de los procesos de investigación ha determinado en buena medida el carácter de las investigaciones que se han desarrollado en la carrera de Historia.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

LOS DELEGADOS NACIONALES DURANTE EL SEPTENIO GUZMANCISTA (1870-1877). TENSIONES ENTRE CENTRALISMO Y AUTONOMÍAS REGIONALES The National Delegates During Guzman´s SevenYear Administration (1870-0877). Tensions among Centralism and Regional Autonomies

Francisco Soto Oráa

Licenciado en Historia (2007) y Magister en Historia de Venezuela (2012) por la Universidad de Los Andes, donde se desempeña como profesor. Miembro del Grupo de Investigación sobre Historiografía de Venezuela. Su línea de investigación ha sido la Historia Regional, Historiografía de Venezuela, así como los estudios sobre la política en el siglo XIX. E-mail: panchosoto777@yahoo.com.

Recibido: 15/05/2014. Aprobado: 23/06/2014. Resumen: El delegado nacional es un funcionario desconocido en la historiografía venezolana, pese a la presencia significativa que tuvo en las tres últimas décadas del siglo XIX como un órgano del poder central para el control político y militar en las regiones. Este artículo, procura demostrar cómo surgió el funcionario bajo las políticas de consolidación del Estado Nacional, particularmente desde los primeros años de gobierno de Antonio Guzmán Blanco. De manera que ubicamos los contextos regionales de la inestabilidad política que condujeron a la designación de los primeros delegados nacionales en los estados Zulia, Guzmán y Nueva Esparta; sin dejar de lado otros funcionarios clave en las estrategias del guzmancismo, como los nombramientos

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de presidentes provisionales para controlar los procesos electorales en situaciones comprometidas por haberse suscitados levantamientos armados, en los casos de Barcelona y Barquisimeto. Palabras clave: Delegado Nacional, guzmancismo, centralismo, autonomismo. Abstract: The national delegate is an unknown official in the Venezuelan historiography. Nevertheless, it had a significant presence in the last three decades of the 19th century as a representative of the political and military central power over the regions. This article shows how this figure emerged under the policies of consolidation of the Nation-State, especially in the first years of Antonio Guzmán Blanco´s government. We locate the regional contexts of political instability that resulted in the designation of the first national delegates in the States of Zulia, Guzmán and Nueva Esparta, without ignoring other key officials of the Guzmancista strategy to control power, such as: the appointment of provisional presidents to control elections in difficult circumstances due to armed unrest, as in the cases of Barcelona and Barquisimeto. Key words: National Delegate; Guzmancismo; Centralism; Autonomy.

Introducción Con el arribo de Antonio Guzmán Blanco al poder, después de haberse consolidado el triunfo de la Revolución de Abril en 1870, se dio inicio a una nueva configuración de la dinámica política en la Venezuela del último cuarto del siglo XIX. La implementación de un proyecto con el cual se buscaba sentar las bases de la Nación, fue una de las aspiraciones más importantes, a través de la ejecución de políticas que permitieron un proceso de modernización en los ámbitos político-administrativo, económico, social, urbanístico y cultural. La factibilidad de ese proyecto estaba ligada al mantenimiento de un clima de estabilidad política que lograra mejoras en la hacienda pública y la inserción del capital extranjero, con ésto se fortalecía a la clase dominante en el sentido económico y demográfico, desarrollándose como una burguesía moderna que se articularía con el sistema capitalista mundial; siendo éstas las claves para la consolidación y desarrollo de esa estructura de poder.1 1

Germán Carrera Damas: Formulación definitiva del Proyecto Nacional: 1870-1900. Caracas, Cuadernos LAGOVEN, 1988 (Serie Cuatro Repúblicas), pp. 34-35.

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Otro de los factores determinantes para la consecución de ese propósito de la administración guzmancista, estaba relacionado con los acuerdos que debía mantener el primer magistrado de la República con el resto de los caudillos diseminados por todo el territorio, éstos eran los líderes militares de las regiones donde ejercían su dominio, resultando vitales para el sostenimiento y permanencia del régimen que se instauraba. Por tales motivos, la fórmula empleada se basó en el reparto de cuotas de poder con los principales caudillos, buscando asegurar su continuidad en la presidencia de la República y el reforzamiento de las áreas de influencia de los jefes locales.2 A pesar de que la alianza con los jefes militares intentaba asegurar la estabilidad política en los diversos estados, surgieron descontentos por parte de caudillos opositores y de quienes quedaban relegados del poder, lo cual conllevó a períodos de violencia, alzamientos armados e inestabilidad. Acciones que motivaron la intervención del Ejecutivo Nacional en los estados a través del envío de funcionarios con atribuciones militares y de gobierno para sofocar cualquier levantamiento, con lo cual casi siempre se violaban las autonomías políticas locales y regionales, que en muchos casos servían como nuevos detonantes de acciones bélicas.

1. Antonio Guzmán Blanco y su relación con el país La estabilidad política representaba un asunto de interés para el gobierno nacional, ya que desde 1870 se enarbolaría la bandera de la defensa de las autonomías para emprender la campaña que llevó a Antonio Guzmán Blanco al poder. Así se plasmó en un artículo publicado en La Opinión Nacional, como una de las motivaciones que produjeron la Revolución de Abril, la constante injerencia que tuvo el gobierno central en los asuntos de los estados. Se indicaba cómo por la fuerza de las armas fueron sometidos los estados Carabobo, Yaracuy, Barquisimeto, Portuguesa y Zamora. Es 2

Inés Quintero: “El sistema político guzmancista (Tensiones entre el caudillismo y el poder central)”, en Inés Quintero (Coord.): Antonio Guzmán Blanco y su época. Caracas, Monte Ávila Editores, 1994, pp. 57-61 y Diego Bautista Urbaneja: “Introducción histórica al sistema político venezolano”, en Politeia, 7 (Caracas, 1978), pp. 11-59.

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importante precisar que en ese escrito se exponía el caso del estado Zulia, el cual fue doblegado bajo el pretexto de que esa entidad no estaba en capacidad de gobernarse por sí sola, por lo tanto necesitaba la tutela del Ejecutivo Nacional.3 A pesar de lo expresado en el artículo, las medidas emprendidas por la administración guzmancista se enfocaron en un proceso sostenido de centralización política y económica, por lo que se hacía imprescindible para el gobierno nacional someter cualquier levantamiento en los estados y eliminar focos de resistencia. Acciones en las cuales podían verse vulneradas en sus fueros autonómicos las regiones. Por ello, en lo sucesivo, se trataría de imponer su mandato sobre los estados, provocando la reacción de los mismos frente a la intromisión centralista. Una de las preocupaciones más importantes de la gestión del Ejecutivo Nacional estaba relacionada con el gobierno de las regiones, debido a la conveniencia que implicaba lograr que en las presidencias de los estados se encontraran políticos y militares leales a Antonio Guzmán Blanco, que garantizaran el clima de estabilidad que se había establecido con la eliminación de las resistencias contra la Revolución de Abril.4 Además de colocar presidentes leales era necesario para el gobierno nacional mantener la legalidad de las medidas que estaban implementando, para ello fue fundamental designar funcionarios que, fungiendo como autoridades electorales, aseguraran el correcto desarrollo de los comicios y la preservación de los preceptos constitucionales. Los presidentes provisionales serían los encargados de estas acciones y sus funciones no sólo se limitaron a la realización de elecciones, sino que ejercieron el gobierno en los estados. Asimismo, cuando existían hechos violentos en las diferentes entidades se enviaron delegados nacionales para aplacar los alzamientos y restablecer el orden. 3

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“Gobierno propio de los Estados”, en La Opinión Nacional. Caracas, 6 de noviembre de 1870, p. 1. En una serie de artículos e informaciones publicadas en la Opinión Nacional entre abril de 1870 y enero 1871, podemos observar cómo paulatinamente los estados donde existía resistencia contra Guzmán Blanco se habían pacificado, dando cuenta del sometimiento de Barcelona, Cumaná, Monagas, Mérida, Táchira, Trujillo, Coro y Zulia.

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2. Primeras intervenciones en las regiones En 1872, las políticas de Guzmán Blanco hacia las regiones se enfocaron en la realización de eventos electorales en procura de la designación de autoridades simpatizantes a su gobierno. En tal sentido, se enviaron a los distintos estados un conjunto de presidentes provisionales para la ejecución de comicios en esas entidades. Debemos destacar que los mismos fueron en gran medida militares, con grado de general, que participaron en las acciones bélicas que llevaron a Antonio Guzmán Blanco a la Presidencia de la República, por lo cual eran individuos de entera confianza del caudillo y a los que se les encomendaba realizar las actividades arriba mencionadas. Así designó a: José Antonio Velutini en el estado Barcelona, quien sería reemplazado por Tomás Ugueto después que Velutini asumiera la candidatura por la presidencia de esa entidad;5 Marcos López en Falcón;6 José María García Gómez en Carabobo;7 Francisco de Paula Abreu en Zamora;8 Manuel Morales en Cumaná;9 Joaquín Berrío en 5

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“Decreto de 1 de julio de 1872 mandando convocar los pueblos del estado Barcelona para las elecciones”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873-1878. Caracas, Biblioteca de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, 1984, tomo 7, p. 121 y “Decreto de 15 de julio de 1872 nombrando al general Tomás Ugueto Presidente Provisional en el estado Barcelona por haber sido presentada como candidato la persona que se desempeñaba en dicha presidencia”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873-1878…, tomo 7, p. 122. “Decreto de 7 de julio de 1872 mandando convocar los pueblos del estado Falcón para las elecciones”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873-1878…, tomo 7, p. 122. “Decreto del 12 de julio nombrando al general José María García Gómez Presidente Provisional en el estado Carabobo por excusa de Pedro Bermúdez Cousin, a quien se la había presentado como candidato en las elecciones que habían sido convocados los pueblos de dicho Estado”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873-1878…, tomo 7, p. 122. “Decreto nombrando Presidente Provisional en el estado Zamora al general Francisco de Paula Abreu a causa de las disensiones que existían entre las autoridades de aquel estado sobre las elecciones mandadas a practicar”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873-1878…, tomo 7, p. 122. “Decreto de 18 de julio de 1872 mandando convocar los pueblos del estado Cumaná para las elecciones”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873-1878…, tomo 7, p. 123.

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Barquisimeto;10 Eleazar Urdaneta en Yaracuy;11 Manuel María Mendible en Apure12 y Cornelio Perozo en Bolívar.13 Se desprende de la información obtenida que la designación de presidentes provisionales recayó en jefes militares que debían realizar los comicios electorales en las regiones, los cuales procuraba no tener vinculación en la entidad a la que eran designados y en varios casos venían a sustituir a las autoridades de esas localidades que postulaban su candidatura a la presidencia de los estados. Con ello se pretendía mantener la legalidad de los nuevos gobiernos así como la presencia efectiva del Ejecutivo Nacional en todas las regiones. Sin embargo, estas acciones no aseguraban aceptación y estabilidad ante los resultados de los comicios electorales, lo que en algunos estados se tradujo en el desconocimiento de las autoridades electas. Esto produjo levantamientos, inestabilidad y la deposición de los presidentes. Por su parte, el Ejecutivo Nacional no otorgaba reconocimiento a los gobiernos originados por alzamientos y enviaba funcionarios a pacificarlos. En estados como Barcelona y Barquisimeto, el derrocamiento de autoridades o fraudes electorales significaron la intervención del gobierno central. En el primero, después de algunos combates, suscitados en 1872 se instauró una nueva jefatura regional que no contó con el apoyo ni el reconocimiento desde Caracas, lo cual generó hechos de violencia por la toma del poder. Una vez restablecida la paz, el presidente de la República, Antonio 10

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“Decreto del 24 de julio de 1872 nombrando al general Joaquín Berrío Presidente Provisional del estado Barquisimeto a fin de que las elecciones sean presididas por persona a quien no pueda atribuirse miras políticas en la localidad”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873 – 1878…, tomo 7, p. 123. “Decreto del 27 de julio de 1872 nombrando al general Eleazar Urdaneta Presidente Provisional del estado Yaracuy a fin de que las elecciones sean presididas por persona a quien no pueda atribuirse miras políticas en la localidad”, en Leyes y Decretos de Venezuela 18731878…, tomo 7, p. 123. “Decreto del 29 de julio de 1872 nombrando al general Manuel María Mendible Presidente Provisional del estado Apure a fin de que las elecciones sean presididas por persona a quien no pueda atribuirse miras políticas en la localidad”, en Leyes y Decretos de Venezuela 18731878…, tomo 7, p. 124. “Decreto del 29 de agosto de 1872 nombrando al general Cornelio Perozo Presidente Provisional en el estado Bolívar por renuncia del general Juan Francisco Pérez, a quien había presentado como candidato en las elecciones mandadas a practicar en dicho estado”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873-1878…, tomo 7, p. 124.

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Guzmán Blanco, designó al general José Antonio Velutini como presidente provisional en el estado Barcelona para que convocara a los pueblos a la realización de elecciones.14 En el segundo, irregularidades en los comicios, en diversos departamentos del estado Barquisimeto, implicaron la anulación por parte del gobierno nacional de los resultados.15 Por tal motivo, se nombró al general Eleazar Urdaneta como presidente provisional para que llevase a cabo el proceso eleccionario.16 Sin embargo, las disputas entre los bandos políticos impidieron su culminación, sustituyéndose al gobierno provisorio elegido en 1872. Por ello no se dio reconocimiento a las autoridades de facto y se nombró al general Jacinto Gutiérrez, ministro del gobierno nacional y presidente constitucional del estado Guayana, para que se hiciera cargo del gobierno del estado Barquisimeto, con amplios poderes para que dictara medidas que restablecieran la paz, recogiera las armas y las remitiera a San Carlos.17 Los primeros años del Septenio se caracterizaron por la pacificación y control de las distintas regiones del país, en tanto que las políticas emanadas desde la capital estuvieron dirigidas a la elección de autoridades leales a Antonio Guzmán Blanco y así evitar cualquier levantamiento que afectara la ansiada estabilidad de la República. Así, las alteraciones a la paz durante este período estuvieron focalizadas y rápidamente controladas, generando un clima de relativa calma que se mantuvo en buena parte del territorio.

3. Intromisión centralista en los estados No obstante, disputas internas y pugnas por las primeras magistraturas estadales, en las elecciones posteriores, marcaron períodos de inestabilidad en los 14

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“Decreto de 1 de julio de 1872 mandando convocar los pueblos del estado Barcelona para las elecciones”, en Leyes y Decretos de Venezuela 1873-1878…, tomo 7, p. 121. “Decreto declarando nulas las elecciones del estado Barquisimeto”, en Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela. Caracas, 9 de noviembre de 1872. Nº 12, p. 1. “Decreto nombrando al general Eleazar Urdaneta para que presida las nuevas elecciones en el estado Barquisimeto”, en Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela. Caracas, 9 de noviembre de 1872. Nº 12, p. 2. “Decreto de nombramiento del general Jacinto Gutiérrez para que se encargue del gobierno de Barquisimeto”, en Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela. Caracas, 1 de marzo de 1873. Nº 50, p. 1.

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estados, interrumpiendo la calma impuesta por la administración guzmancista. Estas alteraciones armadas buscaban sacar del poder a las autoridades elegidas e imponer gobiernos de facto. En tal sentido, el Ejecutivo Nacional dispuso el envío de funcionarios con atribuciones militares para sofocar las rebeliones; por ello los delegados nacionales debían controlar los bandos que peleaban por el poder y una vez pacificada la entidad, convocar elecciones que restablecieran la legalidad y el apego a la constitución vigente. Una de estas primeras intervenciones de los delegados nacionales la encontramos en Zulia a principios de 1874, cuando se produjo un alzamiento armado en la región de Perijá, que buscaba derrocar al presidente Venancio Pulgar, hechos que motivaron al envío al general Jacinto Gutiérrez como delegado nacional para la pacificación. Éste se encontraba distanciado de Pulgar y se inclinaba más hacia sus enemigos, favoreciendo la insurrección que pretendía el poder.18 Pulgar había sido fundamental en la estabilidad del Zulia y en su adhesión al proyecto de Guzmán Blanco, obteniendo victorias importantes para la consolidación en el poder. Sin embargo, el desempeño que tuvo como presidente del estado, entre diciembre de 1870 y febrero de 1874, causó serios malestares en la población, por las elevadas tasas impositivas que estableció, las cuales también entraban en contradicción con las políticas de centralización económica del gobierno nacional.19 La situación se hizo más compleja debido a que el general Demetrio Trias, con cuarenta hombres, había atacado y tomado varias poblaciones como la Campana y Altagracia, venciendo a las tropas de Pulgar. A lo que se sumó el apoyo del general Jacinto Gutiérrez y la deserción de las tropas leales al presidente del estado. A pesar de esto, Pulgar continuó atacando y envió al doctor Arbonio Pérez para comandar sus fuerzas, pero sus enemigos resistieron combatiendo en las calles y casas de Maracaibo. El 23 de enero de 1874, los cónsules extranjeros se reunieron para lograr un acuerdo, mientras 18

Juan Besson: Historia del Estado Zulia. Maracaibo, Hermanos Belloso Rossell, 1949-1951, tomo III, pp. 289-290.

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Arlene Urdaneta Quintero: El Zulia en el Septenio de Guzmán Blanco Caracas, Consejo de Desarrollo Científico Humanístico-Centro de Estudios Históricos-Facultad de Humanidades y EducaciónUniversidad del Zulia, Fondo Editorial Tropykos, 1992, pp. 66-77.

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Gutiérrez procuraba la entrega del mando por parte de Pulgar, lo cual se logró y éste se embarcó en la goleta “Virginia” con rumbo a La Guaira, dejando al general Rafael Pulgar al mando, quien entregó la plaza el día 25 de enero, asumiendo el general Gutiérrez la Jefatura Civil y Militar del Estado.20 El ejercicio de la delegación nacional por Jacinto Gutiérrez, no se limitó únicamente a lo militar, sino que tuvo que asumir funciones de gobierno del estado. Por ello, una vez concluidas las hostilidades, ordenó que se indemnizara a los dueños de las casas destruidas. Dispuso la construcción del muro de Cañada Nueva; asimismo procuró nuevos establecimientos como el gimnasio de literatura, los hospitales de Chiquinquirá y Lázaros, además de la reforma del código de instrucción primaria estadal de 1867.21 De igual manera, organizó la defensa del estado solicitando al Ministerio de Guerra y Marina doscientos hombres para el resguardo de la plaza.22 Debemos resaltar que el seguimiento de este funcionario ha sido complejo, debido a la escasez de fuentes documentales y hemerográficas que permitieran entender a profundidad la gestión que realizó Jacinto Gutiérrez en el Zulia. Siendo la fuente que mayor información proporciona la Historia del Estado Zulia de Juan Besson. No obstante, pudimos abordar las pugnas locales, las alianzas que se establecieron con el funcionario enviado desde Caracas, lo cual consiguió la deposición del presidente del estado y las acciones de gobierno realizadas por el delegado nacional hasta que se eligió una nueva autoridad; así mismo es notorio que la labor de Gutiérrez no buscó fortalecer a Venancio Pulgar sino apartarlo del poder, demostrando la perdida de la confianza de Guzmán Blanco hacia este caudillo.23 20

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Juan Besson: Historia del Estado Zulia…, tomo III, pp. 289-290 y “Sección oficial”, en La Causa Liberal. Maracaibo, 26 de marzo de 1874, p. 2. Ídem. AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo DCCCLXXXV, fols. 133 – 136. Comunicaciones entre el gobierno provisional del estado Zulia y el Ministerio de Interior y Justicia. Maracaibo, 12 de septiembre de 1874. Guzmán Blanco designó a Venancio Pulgar como enviado extraordinario y ministro plenipotenciario de Venezuela en Francia, cargo que ocupó hasta 1876, cuando se trasladó a Martinica donde realizó planes conspirativos contra el gobierno. Luego el Ilustre Americano lo buscó como aliado, dándole participación en los negocios públicos. Sobre el particular, véase:

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Jacinto Gutiérrez permaneció como delegado nacional en el Zulia hasta mayo de 1876, cuando se le designó para ocupar la presidencia de la Alta Corte Federal, siendo reemplazado en su delegación por el general Vicente Amengual.24 Destacamos que con este nombramiento se le investía al general Amengual de amplias facultades y debía considerársele por tal carácter como la misma persona del presidente de la Unión en ejercicio de sus funciones constitucionales, con lo cual se hacía hincapié en que las delegaciones del gobierno nacional eran la presencia del primer magistrado de la República en las regiones. Antes de partir, Jacinto Gutiérrez, a desempeñar sus funciones en el nuevo cargo al que fue designado, informó al presidente de la República sobre la captura y remisión de varios presos implicados en un intento de rebelión que tenía planes de proyectarse a nivel nacional. José María Esteva, Santiago Lalinde, Adolfo Semprum y José Cruz Laroche, principales involucrados, planeaban apoderarse de la goleta de guerra “Faro” para atacar al Zulia. Entre los papeles que se les incautaron se hallaban cartas dirigidas a Venancio Pulgar invitándolo a unirse a la revuelta, señalando la importancia de tomar la goleta, la plaza y el castillo, ya que cuando el general Guzmán Blanco tuviera conocimiento de la situación no podría movilizarse pues estarían alzados en Oriente, Carabobo y el Centro; mientras que el general Colina atacaría por Coro y Mac Pherson por las Guardias. Sin embargo, estos planes fueron develados y el gobierno hizo las averiguaciones pertinentes para dar con los demás implicados en los hechos.25 El estado Zulia se convirtió en este período en un importante centro de atención para el gobierno nacional, por lo cual la permanencia de una delegación nacional era un asunto de gran interés. Por ello, al ser nombrado Vicente Coronado como inspector de la aduana de Occidente, y no pudiendo asumir Vicente Amengual íntegramente el cargo de representante del gobierno nacional

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María Elena González Deluca: Negocios y política en tiempos de Guzmán Blanco. Caracas, Universidad Central de Venezuela, Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, 1991, p. 340. AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo CMXXV, fols. 261-264. Nombramiento de representante del Gobierno Nacional en el estado Zulia al Gral. Vicente Amengual en reemplazo del Gral. Jacinto Gutiérrez. Caracas, 30 de mayo de 1876. AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo CMXXV, fols. 269-269v. Ibíd. Caracas, 14 de junio de 1876.

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en Zulia, por encontrarse desempeñando funciones similares en el estado Falcón, se designó a Coronado para que de manera provisional ocupara la delegación, teniendo amplias facultades en sus funciones, así como para recibir los registros de la junta eleccionaria de esa entidad y remitirlos al Congreso Nacional.26 Diversos factores podrían explicar la presencia permanente del Ejecutivo Nacional en el estado Zulia, en tanto que desde 1874 hasta 1877, se mantuvo una delegación en esa entidad. Consideramos que una de las posibles medidas que ocasionó esta intervención constante, fue la conversión del puerto de Maracaibo y La Vela en puertos de cabotaje y el traslado de las operaciones de la aduana a Puerto Cabello, el 16 de marzo de 1875.27 Acciones que conllevaron a serios desajustes económicos en el circuito agroexportador del Lago y malestar generalizado de la población local. Luchas entre caudillos amenazaban la reciente paz y estabilidad del régimen guzmancista. Las rivalidades entre Joaquín Crespo y Francisco Linares Alcántara se incrementaban y posibilitaban un enfrentamiento entre las fuerzas de los estados Guárico y Guzmán Blanco (Aragua). En tal sentido, el gobierno nacional designó al general Trinidad Célis Ávila comisionado especial de la presidencia para que interviniera en dicha situación, quien tomó las medidas necesarias para mantener el orden.28 A pesar de lo delicado del panorama se logró restablecer la normalidad a través de la mediación del general Trinidad Célis Ávila, con la concertación de una reunión entre los generales Crespo y Linares Alcántara que puso fin al conflicto.29 Los procesos eleccionarios estadales y nacionales evidenciaron los desacuerdos de las facciones políticas en 1876 en el recién denominado estado 26

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AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo CMXXXIII, fols. 247-257. Nombramiento de Vicente Coronado como comisionado del Gobierno Nacional en el Zulia. Caracas, 20 de septiembre de 1876. Para profundizar en las consecuencias del cierre del puerto de Maracaibo consúltese los trabajos de Arlene Urdaneta Quintero: El Zulia en el Septenio de Guzmán Blanco…, pp. 6677. AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo DCCCLXXXVII, fol. 306. Nombramiento de comisionado especial del Gobierno Nacional en los estados Guzmán Blanco y Guárico. Caracas, 31 de julio de 1874. AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo DCCCLXXXVII, fol. 311-312. Carta del presidente del estado Guárico al Ministro de Interior y Justicia. Calabozo, 9 de agosto de 1874.

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Guzmán (Mérida); se trataba de bandos en pugnas acaudillados por un lado por Pedro Trejo Tapia quien se desempeñaba como presidente del estado y por el otro el doctor Domingo Hernández Bello que aspiraba postularse para ese cargo en los próximos comicios. Esta lucha por el poder también se enmarcaba dentro del debate político nacional, en relación a la sucesión temporal en la presidencia de Antonio Guzmán Blanco, lo cual implicaba una reorganización en las alianzas con los jefes militares locales. En tal sentido, Hernández Bello presentó su candidatura y su plan de gobierno, además de prestar apoyo a la candidatura de Hermenegildo Zavarse para la presidencia de la República.30 Desde el periódico la Regeneración, Hernández Bello acusaba a Pedro Trejo Tapia de entorpecer el proceso electoral y retrasarlo.31 La situación se tornó más compleja debido a los alzamientos que se suscitaron en Tovar, frente a lo cual el presidente del estado recibió la solidaridad y apoyo de uno de los principales caudillos que aspiraba a la máxima magistratura del país, Francisco Linares Alcántara, calificando a los alzados de ir en contra de los principios liberales. Además, expresaba que dicho movimiento había sido pacificado y felicitaba al gobierno por esta acción.32 Como podemos apreciar los bandos en disputa en Mérida se identificaban con los principales caudillos que pretendían la presidencia de la República, éstos aguardaban la decisión de Antonio Guzmán Blanco sobre su sucesor para el período 1877-1879. Por lo tanto, el apoyo a los políticos merideños de Francisco Linares Alcántara o Hermenegildo Zavarse, resultaba fundamental en sus aspiraciones para asumir la presidencia del estado y mantener sus espacios de poder en la región Contrariamente a lo expuesto por Linares Alcántara, los sucesos cambiaron de manera favorable para los alzados. Desde Mérida, el general Jacinto García Pérez informó al presidente Antonio Guzmán Blanco los detalles del alzamiento ocurrido en Tovar en contra del general Trejo Tapia, en el cual el coronel Valentin Casteleti había reunido a cuatrocientos hombres para tomar la capital y deponer al gobierno. Después de una serie de negociaciones 30 31 32

“A mis conciudadanos”, en La Regeneración. Mérida, 22 de Junio de 1876, p. 2. “Discutamos”, en La Actualidad. Mérida, 6 de julio de 1876, p. 2. “Carta del General Francisco Linares Alcántara al Presidente del Estado Guzmán Pedro Trejo Tapia”, en La Actualidad. Mérida, 6 de Julio de 1876, p. 2.

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fallidas continuaron los conflictos que condujeron al derrocamiento de Pedro Trejo Tapia y en la asunción de Víctor Gutiérrez como encargado del gobierno provisional, quedando arrestado el presidente saliente. Igualmente, señalaba la cualidad de adhesión liberal que poseía el nuevo gobierno.33 Las aspiraciones del gobierno de facto, con pretensiones de reconocimiento por el Ejecutivo Nacional, gestionadas por el comisionado José María Salas, no fueron aceptadas: ...en nombre del Ejecutivo Nacional en su deber de no intervenir en los asuntos de los estados, los cuales se han gobernado por sí solos, en ejercicio de sus leyes sin que el gobierno federal tenga injerencia en ellos. Sin embargo, reconoce también que son los lazos constitucionales los que relacionan a los estados con el gobierno y cuando estos se rompen por hechos ilegales los gobiernos que surgen son igualmente ilegales.34

Por lo tanto, el gobierno nacional suspendió las relaciones con las autoridades constituidas en esa entidad y por orden del presidente al Ministerio de Hacienda se interrumpió la entrega del situado constitucional; así como se dispuso que el Ministerio de Relaciones Interiores nombrara al general Jesús Muñoz Tébar, delegado representante del gobierno nacional para la pacificación del estado y con instrucciones de permanecer allí hasta la realización de elecciones.35 Al llegar el general Muñoz Tébar se presentó en la ciudad de Tovar en calidad de delegado nacional, donde recibió del general Gutiérrez, la autoridad de la entidad de acuerdo a la constitución del estado. Una vez asumido el poder por este funcionario, designó a José Trinidad Arria como secretario general,36 luego destituyó a las autoridades que habían tomado el poder por asalto. Pacificado el estado Guzmán (Mérida), se iniciaron, el 1 de octubre 33

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“Carta del General Jacinto García Pérez al Presidente Antonio Guzmán Blanco”, en La Regeneración. Mérida, 27 de julio de 1876, p. 3. “Resolución por la cual se suspenden las relaciones oficiales con el gobierno de hecho constituido en el Estado Guzmán, y se nombra Delegado representante del Gobierno Nacional en dicho estado, al ciudadano general Jesús Muñoz Tébar”, en Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela. Caracas, 31 de agosto de 1876. Nº 928, pp. 2-3. Ídem. y AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo CMXXVIII, fols. 204-281. Nombramiento del Delegado Nacional en el estado Guzmán. Caracas, 22 de agosto de 1876. “Lo que se dice”, en La Verdad. Mérida, 5 de junio de 1878, p. 2

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de 1876, los preparativos para los comicios, con lo cual se buscaba el retorno de la legalidad en esa entidad y a sus autoridades.37 Para el 3 de noviembre, la Alta Corte Federal había dado la autorización al delegado nacional para que realizara el evento electoral, en el que resultó ganador el doctor Domingo Hernández Bello.38 La misión de Muñoz Tébar como delegado nacional en el estado Guzmán (Mérida) había logrado su cometido. Ya que pacificó la entidad, destituyó a las autoridades que por las armas tomaron el poder y logró realizar los comicios electorales que terminarían por legitimar al entrante gobierno. Concluida su labor, se dirigió a la población de la entidad señalando los resultados de las elecciones, con lo cual quedaba legalmente constituido el gobierno y reanudadas las relaciones con el Ejecutivo Nacional. Asimismo, el delegado nacional manifestaba su satisfacción por haber logrado restituir la paz y la legalidad en la región, exhortando al nuevo presidente a cumplir cabalmente con el mandato y a estar vigilante contra cualquier conspiración o levantamiento que intentara derrocar no sólo a las autoridades estadales sino al gobierno nacional. Por último, se despedía y daba por finalizada su misión, anunciando que por órdenes del presidente de la República se debía trasladar a los estados Táchira, Trujillo y Zulia.39 En este sentido, la Legislatura del estado Guzmán (Mérida) hizo una valoración favorable de la gestión de Muñoz Tébar, considerando que a través de su delegación se habían reanudado los lazos con el gobierno nacional, organizándose el estado de acuerdo a la constitución y las leyes. Además expresaban: “…que la revolución de julio legitimada hoy por el querer de las mayorías, consignando en las urnas electorales y llevada a cabo en reivindicación de la ciudadanía, conculcados por la administración del general Pedro Trejo Tapia…”.40 37 38 39

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“La Opinión Siempre Triunfante”, en La Regeneración. Mérida, 5 de octubre de 1876, p. 3. “Elecciones”, en La Regeneración. Mérida, 3 de noviembre de 1876, p. 2. “Jesús Muñoz Tébar, Delegado Representante del Gobierno Nacional en el Estado Guzmán. A sus habitantes”, en El Porvenir. San Cristóbal, 12 de enero de 1877, pp. 834-836 y “Situación”, en El Republicano. Mérida, 3 de julio de 1877, pp. 2-3. “Resolución de la Legislatura del Estado Guzmán haciendo manifestación al Gobierno Nacional y al Ilustre Americano, Presidente de la República, de franca y sincera adhesión”, en Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela. Caracas, 18 de Enero de 1877. Nº 1031, p. 1.

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Desde diversas perspectivas la delegación de Jesús Muñoz Tébar resultó satisfactoria para el gobierno nacional y la colectividad merideña. Sus alcances no sólo se limitaron a los aspectos políticos y militares, sino que empleó sus conocimientos en ingeniería para realización de importantes obras de vialidad que pretendían el mejoramiento de la economía local. Recabando un conjunto de datos referidos a las vías de comunicación de la cordillera, informó al Ministerio de Fomento sobre la necesidad de crear cuatro caminos que ayudaran a la salida de la producción agrícola. El primero, partiría de Mucuchíes al puerto de Bobures para el traslado del trigo de esa región a los puertos de La Guaira y Puerto Cabello; el segundo, conectaría a Lagunillas y Chiguará con el río Zulia para mejorar el comercio de los distritos Tovar y Bailadores; el tercero, uniría a Mérida al Lago por Arenales y el último sería la reparación del camino entre el Táchira y el río Escalante, con el cual se lograría mayor autonomía de la producción tachirense que para ese momento tenía enormes costos por pasar por el territorio colombiano, además era clave para la movilización de tropas a la frontera y a los estados Zamora y Apure en caso de conflictos.41 Solamente durante la gestión del delegado nacional se logró la construcción del camino que unía a Mucuchíes con el puerto de Bobures, el cual fue inaugurado por él mismo en 1877.42 Jesús Muñoz Tébar era uno de los seguidores más cercanos de Antonio Guzmán Blanco, ocupando durante el Septenio importantes cargos dentro de la administración pública y convirtiéndose en los hombres de confianza del Ilustre Americano. Terminada sus funciones como delegado nacional participó en diversas obras de envergadura para el fomento de los andes venezolanos, como la firma del contrato para el ferrocarril de Colón y la explotación de las minas de Seboruco, obra de gran importancia para el Táchira. De igual manera, la habilitación del puerto de Bobures y la Ceiba para la exportación del trigo de los estados Trujillo y Guzmán,43 interesándose en este negocio la casa mercantil 41

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43

José Alberto Olivar: Jesús Muñoz Tébar. Caracas, El Nacional-Bancaribe, 2008 (Biblioteca Biográfica Venezolana, 83), pp. 49-51. “Caminos”, en La Regeneración. Mérida, 5 de octubre de 1876, p. 3 y Semanario de Anuncios. Mérida, 15 de marzo de 1877, p. 1. Archivo Histórico de la Asamblea Nacional (AHAN). Tomos Históricos, tomo 408, fols. 412-420. Proyecto de decreto sobre la habilitación del Puerto de La Ceiba y el de Bobures sobre el Lago de Maracaibo, y el de Santa Cruz sobre el Río Escalante para el

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Boulton, como parte de los planes de progreso de la región. Por estas labores, los habitantes agradecieron y reconocieron sus acciones y gestión.44 Circunstancias similares a las ocurridas en el estado Guzmán (Mérida), obligaron al gobierno a enviar un delegado nacional a Nueva Esparta, para controlar la situación de derrocamiento del presidente Bartolomé Ferrer por un movimiento encabezado por el general Gerónimo Ortega, quien ocupó de facto el poder. En procura de obtener el reconocimiento del gobierno nacional, el general Gerónimo Ortega, presidente provisorio, elaboró un programa en el que exponía las bases de la nueva administración. En diez puntos trataba de justificar el derrocamiento del general Ferrer, además de enviar un comisionado para que informara sobre estos acontecimientos al Ejecutivo Nacional. Asimismo, organizó al estado para la realización de elecciones, no sólo para la presidencia neoespartana sino también para presidente de la Unión, senadores y diputados al Congreso; mantuvo la vigencia de las leyes, decretos y ordenanzas existentes hasta 1874; aseguró la normalidad de las transacciones comerciales; acordó el pago de la mitad del sueldo a todos los funcionarios del estado mientras se regularizaba la situación y por último se mantenía la capital de la entidad en La Asunción.45 En virtud de la situación el presidente de la República no reconoció al gobierno provisorio y rompió toda relación oficial, suspendió la entrega del situado constitucional hasta que por elecciones se estableciera y organizara un gobierno legítimo. Para tales efectos, se nombró al general Juan Bautista Arísmendi como delegado representante del gobierno nacional en Nueva Esparta; con instrucciones de pacificar el estado y de permanecer ahí hasta la realización de comicios, nombrando los funcionarios que considerara necesarios para tales fines, además de remitir a la capital los registros de las elecciones al Congreso de la Unión y la Alta Corte Federal.46

44 45

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comercio directo de cabotaje entre La Guaira y Puerto Cabello. Caracas, 4 de abril de 1877. Semanario de Anuncios. Mérida, 28 de marzo de 1877, p. 1. AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo CMXXXI, fols. 96 – 100v. Nombramiento de delegado nacional en el estado Nueva Esparta. La Asunción, 22 de agosto de 1876. Ibíd., fols. 120 – 122 y “Resolución por la cual se suspenden las relaciones oficiales con el gobierno de hecho constituido en el Estado Nueva Esparta, y se nombra delegado representante del Gobierno Nacional en dicho estado, al ciudadano general Juan Bautista

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Entre las principales acciones ejecutadas por Juan Bautista Arísmendi en calidad de delegado nacional en Nueva Esparta estuvieron: el cese de los funcionarios del estado que surgieron del movimiento revolucionario; el nombramiento de secretario del estado al licenciado Manuel Clemente Urbaneja; designación de prefectos en cada departamento, asimismo a administrador de correos y administradores subalternos. También se reunió en Juan Griego con el agente del Banco de Caracas para la entrega del situado constitucional correspondiente; y lo más importante, organizó de las poblaciones de la entidad para la realización de las elecciones.47 Como ampliamente satisfactoria fue catalogada la misión de Juan Bautista Arismendi al cumplir con los objetivos planteados para su designación. En uso de sus atribuciones presidió el gobierno provisional de la entidad, simultáneamente con su delegación, para evitar cualquier perturbación o favoritismo en los comicios. Una vez finalizado el sufragio se remitieron al Congreso y a la Alta Corte Federal, los resultados de las elecciones, concluyendo así la misión encargada a Arismendi por el presidente de la República en el estado Nueva Esparta.48

Conclusiones Las primeras intervenciones de los delegados nacionales durante el septenio guzmancista en las regiones estuvieron ligadas a la deposición de las autoridades constituidas y a la instauración de nuevos gobiernos. Estas acciones

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Arismendi”, en Gaceta Oficial de los Estados Unidos de Venezuela. Caracas, 31 de agosto de 1876. Nº 928. AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo CMXXXI, fols. 137-147v. Nombramiento de delegado nacional en el estado Nueva Esparta. Caracas, 15 de septiembre de 1876. Los escrutinios arrojados fueron los siguientes: para presidente de la Unión al general José Eusebio Acosta; para senadores al Ilustre Americano general Antonio Guzmán Blanco y el general Diego Bautista Urbaneja, sus suplentes serían el general Juan Bautista Arísmendi y Juan Bautista Marcano; para diputado principal Manuel Rodulfo y para suplente Pablo Coello; para presidente del estado Gerónimo Ortega, vicepresidente Juan de los Santos Gómez y designado Juan Antonio Gamboa. AGN. Secretaría del Interior y Justicia, tomo CMXXXI, fols. 165-170. Nombramiento de delegado nacional en el estado Nueva Esparta. Caracas, 28 de septiembre de 1876 y “Margarita”, en El Porvenir. San Cristóbal, 11 de octubre de 1876, p. 805.

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se vieron acompañadas de sucesos violentos que provocaron el envío de estos funcionarios, ya que el gobierno nacional desconocía a los regímenes de facto y en procura de reintegrar la constitucionalidad y las relaciones con estas entidades era fundamental restablecer el orden y realizar comicios electorales. Por lo tanto, los delegados nacionales se convirtieron temporalmente en las máximas autoridades estadales, siendo de gran importancia sus gestiones de fomento de la región y las construcciones que se llevaron a cabo bajo su administración, aunándose a las instrucciones de carácter político y militar para las que fueron designados. Esta política de intromisión del Ejecutivo Nacional en los estados sería continuada en los posteriores gobiernos de finales del siglo XIX, como un mecanismo de control ante las autonomías regionales y el poderío de los caudillos locales. Con lo cual se violaban los preceptos federales consagrados en las constituciones y se menoscababa la capacidad de gestión de las entidades político administrativas. Por ello, los delegados nacionales sirvieron para mantener el dominio sobre el país de los distintos presidentes de la República, consolidar las alianzas con jefes militares y sofocar cualquier intento de rebelión que pusiera en peligro la estabilidad del gobierno.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

FISCALIDAD, DEFENSA Y PODER LOCAL EN MARACAIBO (1681-1793)* Taxation, defense and power local in Maracaibo (1681-1793)

Robinzon Meza

Profesor de la Escuela de Historia de la Universidad de Los Andes, miembro del Grupo de Investigación sobre Historiografía de Venezuela. Licenciado en Historia (ULA), magíster en Historia de Venezuela (UCAB). Candidato a Doctor por la Universidad de Sevilla. Autor entre otros libros de Política y gobierno en el Estado Los Andes (1881-1899) y Las políticas del Trienio Liberal español y la independencia de Venezuela, 18201823. E-mail: robinzonm@hotmail.com.

Recibido: 15/05/2014. Aprobado: 14/06/2014. Resumen: El artículo indaga las consecuencias para la economía de la provincia de Maracaibo del sistema impositivo de la Corona española, desde finales del siglo XVII hasta el último cuarto del siglo XVIII. Específicamente, se refiere la organización del llamado nuevo impuesto, que afectó al producto principal de la economía regional como lo era el cacao; así, es de interés esclarecer los justificativos de su establecimiento, la normativa legal, el significado para la Real Hacienda y las visiones de agricultores y comerciantes. Se trata de una temática vinculada con las relaciones de poder: de una parte la Monarquía y sus representantes en la colonia, que evidenciaban una política según la cual las provincias debían correr con los gastos para su defensa y otros asuntos relevantes de la administración; por otra parte, las elites, que representadas en el Cabildo, *

Estudio elaborado dentro del proyecto “Los planteamientos socio-económicos del reformismo borbónico en Venezuela. Limitaciones y realizaciones, 1776-1810”, financiado por el CDCHTA de la Universidad de Los Andes bajo el código H-1407-12-06-B.

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querían proteger beneficios derivados de sus actividades productivas y comerciales. Palabras clave: Real Hacienda, Defensa, Maracaibo, Cabildo Abstract: This article examines the consequences for the economy of the Province of Maracaibo due to the tax system of the Spanish crown from the end of the 17th century to the last part of the 18th century. It refers specifically to the organization of the so called “new tax,” that affected the principal product of the regional economy which was cacao. For that reason it is interesting to clarify the reasons behind its establishment, the legal norms, the importance for the Royal Ministry of Finance and what farmers and merchants thought of it. It touches on a theme linked with relations of power: on one hand the Monarchy and its representatives in the colony, that made evident a policy according to which the provinces should pay the expenses of their defense and other aspects related to their administration; on the other hand, the elite, represented by the town council, who wanted to protect the benefits derived from their productive and commercial activities. Key words: Royal Ministry of Finance, Defense, Maracaibo, town council.

Introducción El cacao fue el principal producto de exportación de los territorios coloniales venezolanos. Desde la ciudad-puerto de Maracaibo, capital a partir del último cuarto del siglo XVII de la provincia homónima, se canalizó la comercialización del fruto, cultivado en las regiones comarcanas del sur del lago de Maracaibo y en los valles andinos neogranadinos; al igual que Caracas, su mercado fundamental era Nueva España, aunque mucho también se vendió por vía del contrabando. Desde finales del siglo XVII, Maracaibo desplaza a Gibraltar, que se había configurado como una plaza de primer orden del comercio cacaotero de la región, y aparece en las cuentas fiscales aportando más de 10.000 fanegas, conducidas hacia Veracruz, paulatinamente se afianza esa situación y en la última década del siglo XVIII, se superaron las 75.000 fanegas.1 Así, se convierte en el centro de un gran circuito económico, sus élites, conscientes de ello, insisten en los temas de los negocios del cacao; las fuentes 1

Ileana Parra Grazina: “El comercio cacaotero entre Maracaibo y Veracruz en la coyuntura emancipadora”, en José A. Serrano y Luis Jáuregui (eds): La Corona en llamas, conflictos económicos y sociales en las independencias iberoamericanas. Castelló de la Plana, Publicaciones de la Universitat Jaume I, 2010, pp. 228-251.

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hacendísticas y las municipales refieren las dificultades para la comercialización del fruto, los esfuerzos para sostener la producción y las fluctuaciones de los precios. No obstante, tratarse de un período de consolidación, hubo frecuentes coyunturas, observadas por los contemporáneos como crisis y decadencia, que evidenciaron las debilidades de la economía agrícola de una jurisdicción, geopolíticamente importante, pero aún al margen de los intereses relevantes del imperio. La burocracia adujo diversas causas para explicarlas: la invasión de los indios motilones a las haciendas, el azote del puerto por piratas y la competencia del cacao de Guayaquil y Caracas. Pero -sobre todo- a través del Cabildo, se denunció al excesivo sistema impositivo en Maracaibo que supuestamente no tendría comparación con ninguna otra parte de América. Por esta razón, la institución persistió en solicitudes a la Monarquía para tratar se modificaran y disminuyeran los impuestos, tarea en la cual muchas veces contó con el apoyo de los gobernadores y otros funcionarios; sin embargo, la contradicción entre la realidad de las Cajas Reales pobres y la necesidad de ingentes recursos para sostener la defensa, impidió satisfacer las aspiraciones locales, éstos son precisamente los intereses y conflictos que nosotros procuramos contextualizar.

1. Justificaciones de la organización del nuevo impuesto De las invasiones de piratas, que desde mediados del siglo XVII asolaron a Maracaibo, destacaron las de Henry Morgan en 1669 y sobre todo las de Jean Granmont en 1678, que causaron graves daños, no sólo en la ciudad sino también en gran parte de la provincia, conllevando al planteamiento de la necesidad de fortificar las barras del lago como eran las de Barbosa, Zapara y Barra Grande.2 Para subvenir sus gastos, más los sueldos de las tropas, la 2

De la abundante bibliografía sobre la piratería y las fortificaciones, hay noticias referidas a Maracaibo en: Manuel Landaeta Rosales: Los piratas y escuadras extranjeras en las aguas y costas de Venezuela desde 1528 hasta 1903. Caracas, Empresa Washington, 1903; Marcos Courier: Piratas en Venezuela. Caracas, El Diario de Caracas, 1979; Manuel Lucena Salmoral: Piratas, bucaneros, filibusteros y corsarios en América: perros, mendigos y otros malditos del mar. Caracas, Grijalbo, 1994; Graziano Gasparini: Las fortificaciones del período hispánico en Venezuela. Caracas, Armitano Editor, 1985 y Raúl López Rivero: Fortificaciones

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Monarquía, por real cédula del 10 de junio de 1681, ordenó se cobrase medio real a cada millar del cacao que se vendiese en la provincia, debiendo cancelarlo el comerciante; también se estipuló 2 reales por cada res, 3 por cada arroba de tabaco, 2 por la arroba de azúcar y medio real en la miel, excluyéndose: harinas, carne salada, quesos, mantecas y otras menudas.3 Posteriormente, por cédula del 13 de marzo de 1696, y en consideración de un informe de la Audiencia de Santa Fe, se estipuló que también se incluía para la exigencia del impuesto al cacao que se exportase.4 Productores y comerciantes pronto notaron los impactos del impuesto, ya que al año de su establecimiento se solicitó su eliminación.5 La burocracia también dio a conocer las dificultades para invertirlo,6 a lo que se agregaría que al principio no rindió lo suficiente para satisfacer los requerimientos para la defensa.7 Sin embargo, el derecho se consolidó progresivamente y se hizo indispensable para las arcas reales, más cuando a las necesidades militares de repeler el ataque exterior de piratas y vigilancia del contrabando, se agregó la intensificación para someter a la sociedad indígena de frontera sobre todo la Barí y la Guajira, que con frecuencia incursionaban en las haciendas para

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en Maracaibo siglos XVII y XVIII. Maracaibo, Universidad del Zulia-Dirección de Cultura, 1968. Archivo General de la Nación (Caracas): Intendencia de Ejército y Real Hacienda, T. XLIX, fols. 1-4. Copia de una Real Cédula fechada en Madrid, 10 de junio de 1681, sobre incursiones de piratas a las ciudades de Maracaibo, Gibraltar y Trujillo. Maracaibo, 18 de abril de 1788 (En adelante AGN). Otra copia en Archivo General de Indias, (Sevilla): Caracas, 481. Expediente sobre la solicitud del Cabildo de Barinas de exención del nuevo impuesto. Barinas, 11 de septiembre de 1776 (En adelante AGI). AGI, Santa Fe, 540. Real Cédula al gobernador de Maracaibo para que haga guardar, cumplir y ejecutar el auto que proveyó la Audiencia de Santa Fe declarando que el medio real de impuesto sobre cada millar de cacao se debía pagar no sólo del que se vende en la provincia sino también del que se exporta de ella. Madrid, 13 de marzo de 1696. AGI, Santa Fe, 219. Solicitud de la ciudad de Gibraltar para que se elimine el nuevo impuesto al cacao. S.L., 27 de agosto de 1682. Ibid. Jacabo de Ugaz representa los inconvenientes de los impuestos a los frutos de Maracaibo para sostener la infantería y solicita una partida fija. S.L., 5 de enero de 1683. Archivo Histórico Nacional (Bogotá): Sección la Colonia. Reales Cédulas, T. IV, fols. 517518. Real Cédula al presidente y oidores de la Audiencia de Santa Fe, en la que se reconoce lo poco que produce el nuevo impuesto y se ordena se informe sobre otros medios más adecuados. Buen Retiro, 27 de noviembre de 1683 (En adelante AHN).

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apropiarse de productos agrícolas y herramientas, siendo por ello acusadas de la decadencia de la economía.8

2. Incidencias del sistema fiscal en la economía Las graves repercusiones del nuevo impuesto fueron denunciadas en 1720 por el Cabildo ante la Corona, exponiendo que la decadencia del comercio de la provincia se debía a los excesivos derechos que gravaban su economía, más que a cualquier otra de América, sobre todo por la exigencia del nuevo impuesto y la de un 2% más sobre la alcabala. El argumento más importante de la ciudad para solicitar la extinción de esas contribuciones, era que cuando se estatuyeron la provincia estaba en tal prosperidad que un millar de cacao se cotizaba entre 14 y 16 reales, pero a la fecha había llegado a valorarse en sólo 2 reales y medio, sucediendo lo mismo con el tabaco. También aducían los ediles que para evadir las cargas impositivas se incrementó el contrabando, afectando los intereses de la provincia y los de la Real Hacienda; también se redujo la actividad comercial del puerto, pues se exponía que en los mejores momentos salían de 18 a 20 embarcaciones anuales con destino a España, México, Santo Domingo y Cartagena, pero a inicios del siglo XVIII, sólo lo hacían de dos a tres bergantines o balandras. Además consideraban como causas adicionales del decaimiento de la economía, el abandono de las haciendas de cacao en las jurisdicciones de Mérida y La Grita, por las permanentes invasiones que hacían los indios motilones.9 Solicitud de informes para comprender mejor el problema, era la respuesta de las instituciones metropolitanas, con lo cual se dilataba la toma 8

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Sobre la resistencia de los Barí, mayormente conocidos como Motilones, véase: Fray Cesáreo de Armellada: “Estampas de los pueblos motilones del Zulia (a finales del siglo XVIII y principios del XIX)”, Revista de Historia, 16 (Caracas, 1963), pp. 35-57; Fray Buenaventura de Carrocera: “Los indios motilones. En el segundo centenario de su primer contacto pacífico (1772-1972)”, Missionalia Hispánica, 89 (Madrid, mayo-agosto, 1973), pp. 191223; Stephen Beckerman: “Datos etnohistóricos acerca de los Barí (Motilones)”, Montalbán, 8 (Caracas, 1979), pp. 255-327. AGI, Santo Domingo, 659. Carta del Cabildo de Maracaibo al rey por la que informa el decaimiento del comercio y la agricultura por razón de los excesivos impuestos. Maracaibo, 18 de diciembre de 1720.

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de decisiones. En la consulta del Consejo de Indias del 2 de marzo de 1723, se revisó lo representado por el Cabildo de Maracaibo y otros comerciantes de la ciudad, decidiéndose que por no haberse justificado con suficientes pruebas lo que se exponía y pedía, se comisionase al presidente de Santa Fe para que instruido del problema averiguase los daños ocasionados por el impuesto y decidiese mantenerlo o suspenderlo, siempre y cuando informase al respecto.10 Las peticiones de cosecheros y comerciantes de Maracaibo trataron de hacer ver lo excesivo de las exacciones, señalando que de cada 100 fanegas de cacao exportadas, correspondía pagar, por valor de impuestos, 33 de ellas, razón por la cual aspiraban, como de justicia, se les cobraran los mismos derechos estipulados en otros sitios de América. Ello condujo a una nueva consulta en 1724, en la que se consideró también la opinión del virrey de Nueva Granada, Jorge Villalonga, quien propuso la moderación de los precios del cacao para evitar la decadencia de su cultivo. El Consejo era proclive a considerar el impuesto como perjudicial en razón de ser exclusivo para Maracaibo y haber cumplido los fines por los cuales se había establecido, como lo fue el de la construcción de las fortalezas. Sin embargo, la decisión real final no atendió a las sugerencias, evidenciándose en ello que pesaba la realidad de los escasos recursos de las Cajas Reales que no podían correr con los gastos de defensa.11 Cuarenta y cinco años después se replanteó el asunto, al conocerse por la Contaduría General de Indias una carta del virrey de Santa Fe, quien opinaba que el medio real de impuesto a la exportación de cacao de la provincia de Maracaibo era gravoso para su producción y comercio, lo que se constataba en la poca concurrencia de las embarcaciones al puerto y en el declive del precio del cacao de 16 a tan sólo 4 reales el millar. Pero el Contador advirtió que no se contaban con medios distintos para sostener la tropa de la guarnición y darle mantenimiento a los castillos.12 Significativo e indispensable era el monto del nuevo impuesto en el conjunto de los ingresos de la Real Hacienda y ello 10

11

12

AGI, Santo Domingo, 645. Consulta del Consejo de Indias relativa a la eliminación del impuesto de medio real que se impuso al cacao en 1681. Madrid, 2 de marzo de 1723. Ibid. Consulta del Consejo de Indias en la que se recuerda otra del 2 de marzo de 1723 sobre reducción de los impuestos que se cobran al cacao. Madrid, 28 de enero de 1724. AGI, Caracas, 463. Informe de la Contaduría General sobre relevación de medio real de impuestos en cada millar de cacao que se exportan desde la provincia de Maracaibo. S.L., 24 de abril de 1769.

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pesó para que las autoridades coloniales de la provincia, en la década de los setenta, se mostraran reticentes a su eliminación. Los informes del gobernador y los oficiales reales de la provincia de Maracaibo, del 21 de septiembre de 1771 -que contaban, extrañamente, con el visto bueno del Cabildo-, y el del virrey de Santa Fe, del 26 de junio de 1772, coincidían en lo fundamental sobre la explicación de los orígenes del deplorable estado de la agricultura y del comercio, al señalar como motivos la continua invasión de los motilones y la escasez de esclavos negros para los cultivos. Por tanto, propusieron como solución hacer incursiones contra los indígenas y la introducción de esclavos por la Compañía Guipuzcoana. Todos consideraron necesario continuar con el cobro del medio real sobre el cacao, al concebírsele como el principal ramo de los ingresos de las Cajas Reales, sin que se exceptuase a los eclesiásticos porque eran igualmente interesados en la defensa. Además, el virrey creyó pertinente la formación de una compañía a parte de las tres ya existentes.13 Por real cédula del 29 de junio de 1775, la Corona decidió que para proseguir con la pacificación y reducción de los indios motilones se continuase con el cobro del medio real sobre cada millar de cacao que se exportase de la provincia y que no se excluyese para ello a los eclesiásticos, disponiendo además la formación de cuatro compañías de milicias con sus respectivos reglamentos.14

3. Planteamientos de los problemas estructurales de la economía La creación de la Intendencia de Ejército y Real Hacienda en 1776, condujo a una reestructuración del sistema fiscal de las provincias venezolanas y una manera más eficiente de cobrarse los impuestos;15 profundizando en Maracaibo las diferencias entre las autoridades coloniales y locales que pugnaban en defensa de los grandes comerciantes y cosecheros, pero también a que se estudiase las condiciones de la economía y se hiciesen propuestas para su 13

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15

AGI, Caracas, 13. Consulta sobre el estado de decadencia de Maracaibo y medios de subsanarla. Madrid, 1 de abril de 1775. AGI, Caracas, 463. Real Cédula a los oficiales reales de Maracaibo sobre continuación del impuesto de medio real sobre cada millar de cacao. Aranjuez, 29 de junio de 1775. Carlos Emilio Muñoz Oráa: La sociedad venezolana frente a la Intendencia. Mérida, Universidad de Los Andes, 1964.

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reestructuración. Como solución a los problemas económicos de Maracaibo, se propuso se extendiera a la provincia el comercio libre, siendo el planteamiento fundamental de Ignacio Baralt, síndico procurador general y uno de los más poderosos comerciantes de Maracaibo, en junio de 1780, consideraba que era la manera de acabar con los abusos de la Guipuzcoana, rebajar los impuestos y estimular las transacciones comerciales del puerto marabino.16 Francisco de Arce, gobernador de la provincia, planteó en 1784 la situación a las instituciones metropolitanas, pretendiendo se asistiese a Maracaibo en los asuntos que consideraba de primordial interés, como eran: la construcción de un astillero para facilitar el acceso a embarcaciones de mayor tamaño; el estímulo necesario para potenciar los cultivos de algodón, azúcar y café; el establecimiento de escuelas; la reducción de los motilones por padres misioneros, con inclusión de familias labradoras de Canarias y de esclavos negros; el reparto de tierras sin engorrosas formalidades, con la anticipación de fondos y esclavos; la apertura y arreglo de los caminos y de los ríos orientados al lago y, finalmente, que Trujillo, en la provincia de Venezuela y San Faustino, en el virreinato de la Nueva Granada, fuesen agregadas a la provincia de Maracaibo.17 Las propuestas del gobernador no debieron tener mayor trascendencia, pues el Cabildo, al año siguiente, debió insistir en algunos puntos, dando origen a un voluminoso expediente con las opiniones de los gobernadores de la provincia, las autoridades de Caracas y las instituciones metropolitanas.18 El Cabildo persistió en informar a la Monarquía el atraso de la agricultura y el comercio, exponiendo que sólo arribaba al puerto de Maracaibo una embarcación anual procedente España para retornar cargada de productos de la provincia. Además dos o tres embarcaciones extraían de 6 a 7 mil fanegas de cacao para comerciarlo en Veracruz, transacción 16

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18

AGI, Caracas, 910. Expediente de la información solicitada por el procurador general sobre excesivos derechos en la provincia de Maracaibo. Maracaibo, 1778-1780. AGI, Caracas, 146. Carta del gobernador de la provincia de Maracaibo Francisco de Arce al ministro José de Gálvez planteando la decadencia de la provincia y medios para subsanarla. Maracaibo, 1 de abril de 1784. AGI, Caracas, 910. Expediente sobre la decadencia del comercio y agricultura en la provincia de Maracaibo a causa de los crecidos derechos con que se hallan gravados sus frutos. Maracaibo, 1785-1795.

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comercial de la cual Maracaibo se surtía de plata. Sin embargo, los capitulares afirmaron que debido a la competencia del cacao de Guayaquil y de Caracas, que estaba menos pechado, los comerciantes de la carrera de Veracruz ya no querían anticipar fondos a los labradores y pagaban 3 pesos menos por cada fanega. A esto se agregaba que, en la propia provincia de Maracaibo, se hallaba muy recargado el fruto, llegando a pagar por impuestos hasta 33 pesos con 92 centavos. Por estas razones la institución municipal propuso que debía declararse a Maracaibo puerto menor, igualarse en Veracruz los derechos exigidos a Caracas y Maracaibo, reducirse los derechos en tierra a similitud de lo hecho para Caracas que era del 5% y exigirse por derecho de mar sólo 6%.19 Algunas de las necesidades de Maracaibo eran entendidas, ya que el intendente de ejército y real hacienda Francisco Saavedra se manifestó de acuerdo para conceder la gracia de puerto menor y que se igualasen los derechos del cacao de Maracaibo con otros que se introducían en Veracruz, advirtiendo que la provincia no podría correr con sus gastos y posiblemente hubiese que auxiliársele desde Caracas.20 A pesar de todo esto, la Monarquía le dio largas al asunto, pues el Cabildo debió insistir en su solicitud en 1787,21 creando de nuevo otro conjunto de opiniones. En principio se pensó en las posibilidades de fomentar el comercio con las colonias de las potencias neutrales, en virtud de tener Maracaibo buena producción de arroz, maíz, papelón, carne salada, cordobanes, cueros, maderas, que eran productos muy codiciados en esas colonias, y no tenían competencia para ser transportados a Veracruz o España para donde se prefería cacao, azúcar, zarzaparrilla, café, algodón y añil. Por ello el gobernador de la provincia Joaquín Primo de Rivera solicitó, el 11 de julio de 1787, al intendente Francisco Saavedra, licencia para abrir los puertos a las colonias neutrales, pues había reformado el resguardo de mar y tierra para evitar el contrabando. Además creyó conveniente que se pudiesen exportar maderas, burros y mulas, pudiendo retornar el producto de las ventas en oro, plata, 19

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Ibid. Carta del Cabildo de Maracaibo al rey exponiendo los males de la provincia por los excesivos derechos que pagan sus frutos. Maracaibo, 12 de enero de 1785. Ibid. Carta del intendente Francisco Saavedra al ministro José de Gálvez en la que opina sobre la solicitud del Cabildo de Maracaibo. Caracas, 9 de abril de 1785. Ibid. Carta del Cabildo de Maracaibo al rey reiterando la súplica del 12 de enero de 1785. Maracaibo, 16 de abril de 1787.

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esclavos y herramientas de agricultura, más víveres y quincallerías inexistentes en la ciudad.22 Mayor autonomía para los gobernadores en materia económica, para que todos los asuntos no se manejasen desde la Intendencia en Caracas, también era una aspiración de las autoridades provinciales de Maracaibo, como la extensión de la facultad para rematar tierras y expedir títulos con la finalidad de ahorrar costos y evitar trámites largos y engorrosos. Además, consideraban necesario la colocación de un corsario en el saco del lago para que, obrando de acuerdo con el resguardo de tierra, impidiese el contrabando; dejar en la provincia lo ingresado por concepto del estanco del tabaco, pues al extraerse de ella había disminuido considerablemente el circulante de plata y tomar en cuenta el reclamo de los acreedores a los sueldos vencidos desde los reinados de Felipe V y Fernando VI.23 El intendente autorizó el comercio con las colonias neutrales con las prevenciones de que el resguardo debía estar correctamente establecido, las embarcaciones utilizadas debían ser de la provincia, con un cargamento superior a 600 pesos y no dándose más de 8 licencias mensuales. Se advertía la exclusión del comercio de cueros y maderas, por estar expresamente prohibido por la Monarquía, y la introducción de quincallería por ser perjudicial al comercio nacional. En lo relativo a tierras, comunicó que era una materia privativa de la Superintendencia y mientras no se estableciesen las Intendencias de provincia no podía hacerse ninguna innovación, por tanto, debían realizarse los trámites en Caracas. Prohibió también el establecimiento del corso, pues no había recursos suficientes en las Cajas Reales. El intendente advirtió al gobernador que eso era todo lo que se podía hacer.24 No eran soluciones satisfactorias para la provincia, por lo cual en 1788 el gobernador planteó de nuevo a la Monarquía el estado de crisis de la economía 22

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Ibid. Carta del gobernador de Maracaibo al intendente Francisco Saavedra solicitando permiso para comerciar con las colonias de los amigos y neutrales. Maracaibo, 11 de julio de 1787. Ibid. Ante algunas negativas del intendente estos asuntos fueron expuestos por el gobernador en carta al ministro Antonio Valdés. S. L., 6 de abril de 1788. Ibid. Carta del intendente Francisco Saavedra al gobernador de Maracaibo Joaquín Primo de Rivera. Caracas, 15 de octubre de 1787.

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y solicitó se tomasen algunas medidas para poder solventar la situación. En cuanto al sistema impositivo consideraba necesario la suspensión temporal de la contribución del nuevo impuesto, para evitar la profundización de la caída del cultivo del cacao, y que se prorrogara por más de diez años la gracia concedida por el reglamento de libre comercio de exención de derechos. De igual manera, proponía la introducción de 200 a 300 esclavos a pagar a plazos por los labradores, la concesión de la libertad de comercio para el tráfico de los géneros europeos a las provincias del virreinato de Santa Fe, especialmente con los valles de Cúcuta, de donde provenía la mayoría del cacao que se exportaba por el puerto, evitando que la introducción de mercancías a esa región desde Maracaibo se viera más limitada por tener que pagar impuestos. Y, por último, que San Faustino fuese incorporado a Maracaibo para transitar de manera libre por la provincia.25 Bien fuese por lo alarmante de los diversos testimonios, o bien por creer más en ellos al proceder tanto de los poderes locales, como de los comerciantes y de sus propios funcionarios, la Monarquía, prestó mayor atención a lo solicitado por Maracaibo durante un siglo, y por ello procuró que uno de los hombres más informados, como era el ex intendente de Venezuela Francisco Saavedra, opinara exhaustivamente, tomando medidas concretas tendientes a superar la situación. En 1791, Saavedra elaboró un amplio diagnóstico sobre la provincia en el que analizó población, geografía, posibilidades económicas y las opiniones vertidas sobre las causas de su estancamiento económico y recomendó lo conveniente para impulsar y reorientar su agricultura y comercio. Saavedra reconoció el declive de la economía y aunque consideró las incidencias que en ello tuvieron las invasiones de piratas, las rebeliones indígenas o el sistema impositivo, no las compartió como las causas fundamentales de los problemas de Maracaibo, como hasta ese momento había sido lo tradicional. Observó como más relevantes otros dos factores; primero, las limitaciones del puerto, pues sólo podían acceder a él embarcaciones de menos de 10 pies de agua, lo que era incompatible con los grandes barcos de finales del siglo XVIII y, segundo, la competencia del cacao de las provincias de Caracas, Guayaquil y 25

Ibid. Informe del gobernador Joaquín Primo de Rivera sobre el estado de la provincia de Maracaibo, los motivos de su decadencia y los medios para su fomento y agricultura. Maracaibo, 26 de junio de 1788.

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Tabasco, mejor situadas para el comercio intercolonial y para las transacciones con España. El ex funcionario de Venezuela sugirió que se tomaran medidas tendentes a mejorar la navegación del lago y las comunicaciones dentro de la provincia, además de estimular la actividad de los comerciantes y propiciar el interés por otros cultivos. Para el comercio exterior, propuso colocar personas conocedoras de la navegación del lago en el castillo de San Carlos, marcar con balizas la ruta que debían seguir las embarcaciones, la construcción de un muelle de madera y reducir los trámites en la aduana. En lo concerniente al comercio interior, había que poner mayor atención a los caminos y ríos navegables, eliminar el pago de derechos y las trabas en las aduanas interiores y entre provincias. También consideró imperativo la designación de puerto menor para aminorar las contribuciones, igualar los impuestos que pagaba el cacao de Maracaibo con el de Caracas, suprimir el nuevo impuesto, extender a la provincia las franquicias de las que gozaba el azúcar de Caracas, al igual que el añil, el café y las carnes, y exacciones adecuadas para los cueros y la sal. Finalmente, le pareció necesario arreglar mejor el cálculo para los pagos a la Real Hacienda. No desconoció Saavedra que sus propuestas tendrían un impacto negativo en los ingresos del erario real, pero consideró que era necesario tomar esas políticas si se quería recuperar la provincia.26 El fiscal de Real Hacienda se manifestó conforme con la mayoría de las solicitudes de Saavedra, especialmente para que se declarara a Maracaibo como puerto menor, se le igualaran los impuestos con Caracas y se redujeran los derechos, dejando para una futura oportunidad las otras propuestas por no haber los recursos suficientes. Finalmente, en Consejo de Estado del 1 de febrero de 1793, se discutieron de nuevo las súplicas que, por casi un siglo, había hecho el Cabildo de Maracaibo apoyado por los propios funcionarios provinciales y metropolitanos, mostrándose el Consejo favorable en la aplicación de medidas tendentes a la recuperación del comercio y la agricultura. El 23 de mayo se expidió la real orden por la que se declaró puerto menor a Maracaibo. Además se suprimieron los derechos de nuevo impuesto y de aduana del comercio interior, con la advertencia de que se cobrase el 5% de alcabala en lugar del 4%, se igualaron los derechos de exportación con Caracas y se previno que los 26

Ibid. Informe de Francisco Saavedra al ministro Diego Gardoqui sobre la economía de Maracaibo. Madrid, 4 de marzo de 1791.

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impuestos de sal fuesen modificados por Junta de Real Hacienda para que no resultaran tan gravosos.27 Lo cual agradeció el Cabildo marabino, al considerar se quitaba una de las trabas más importantes al fomento económico.28

4. Crisis fiscal y dependencia de Caracas Indispensable para los recursos de la Real Hacienda era el nuevo impuesto sobre el cacao, que también abarcó a otros productos, por ello sus funcionarios mostraban preocupación cuando ese rubro no rendía los resultados esperados.29 Esto puede ser comprendido al analizar el monto que representaba en el conjunto de ingresos y los fines para los cuales fue destinado. Una idea clara sobre el asunto puede tenerse de la lectura del balance que se elaboró en marzo de 1792, unos cuantos meses antes de su supresión y en el que se recogieron los ingresos y egresos de la Caja Real de 1772 a 1776 y de 1786 a 1790.30 En el primer período (1772 a 1776) los ingresos de la Real Hacienda habían totalizado la cantidad de 231.481 pesos ¾ reales, de los cuales 83.593 pesos 2¾ reales, fueron producto del nuevo impuesto, es decir 36,11%. Los gastos sumaron un total de 189.338 pesos 3¾ reales, de ellos los hechos por concepto de fortificación, sueldos militares y los referentes a población motilona, que eran los ramos en los que normalmente se invertía el nuevo impuesto, habían ascendido a un total de 127.859 pesos y 3¾ reales, equivalente al 55 % de los ingresos. A su vez la Caja había dejado un sobrante de 42.142 pesos 2½ reales. Con ello se observan claramente los altos costos militares de la provincia 27

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Ibid. Real orden por la que se conceden a Maracaibo algunas de las gracias solicitadas para la mejora de su comercio. Aranjuez, 25 de mayo de 1793. AGI, Caracas, 322. Carta del Cabildo de Maracaibo al rey agradeciendo la eliminación al nuevo impuesto. Maracaibo, 15 de octubre de 1793. AGN, Intendencia de Ejército y Real Hacienda, LIII, fols. 177-179. Oficio del ministro de Real Hacienda de Maracaibo, José de Castro, al superintendente informando sobre la decadencia de los impuestos de alcabala, nuevo impuesto y laguna. Maracaibo, 20 de septiembre de 1788. AGI, Caracas, 148. Estado en que se manifiestan los ingresos y egresos de la Real Hacienda de la provincia de Maracaibo en los quinquenios de 1772 a 1776 y de 1786 a 1790. Maracaibo, 23 de marzo de 1792.

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y la dependencia que tenían respecto de la exacción denominada de nuevo impuesto. Para el segundo período (1786 a 1790) cambiarán algunos aspectos. Los ingresos de la hacienda totalizaron 462.873 pesos 2¾ reales, de los cuales 78.327 pesos eran producto del nuevo impuesto, es decir el 16.92%. Los gastos sumaron un total de 522.234 pesos 6¼ reales, de ellos los hechos por concepto de fortificación, sueldos militares y población de motilones ascendieron a 270.128 pesos, 3¼ reales, que equivalían a 58,35% de los ingresos. A su vez la Caja había dejado un déficit de 59.361 pesos 4 reales. Se observa como habían aumentado de manera significativa los costos militares, pero ahora dependían menos del nuevo impuesto. Varias conclusiones reporta el análisis de los datos. Primero, la duplicación de los ingresos en el segundo período demuestra una recuperación de la economía, la cual muy posiblemente debió proceder de la diversificación de determinados cultivos y de las posibilidades que brindó el comercio neutral, ya que en esos años se expidieron varias licencias. Segundo, el monto por concepto de nuevo impuesto disminuyó sensiblemente, hecho explicado en el propio documento, como consecuencia de haberse dejado de cobrar el mismo al tabaco a raíz del establecimiento del estanco, pero también creemos pudo atribuirse a que el cacao posiblemente estaba siendo desplazado como producto principal de la economía, no se permitía normalmente su exportación a colonias neutrales y, seguramente, estas cifras son las que explican, como causa fundamental, la supresión de este impuesto pues ya no representaba una cuota clave en la defensa de la región. Tercero, a pesar del incremento relevante de los ingresos, la Caja Real de Maracaibo se había convertido en deficitaria, justificado ésto, como veremos seguidamente, por el excesivo aumento en los gastos burocráticos, tanto en la Real Hacienda como en la defensa, por haberse aumentado su personal. Y, por último, la Caja de Maracaibo se transformó en dependiente de la de Caracas, planteando no pocos conflictos con las autoridades centrales. Precisamente, esta última valoración, condujo a la elaboración de las relaciones de ingresos y egresos que hemos comentado, pues la Monarquía formó un voluminoso expediente para tener las cuentas claras y estudiar la solicitud de proporcionar un situado a Maracaibo.31 El 21 de febrero de 31

Ibid. Expediente sobre los caudales de las Cajas Reales de Maracaibo. Maracaibo, 17911794.

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1791, por real orden, se dispuso que se justificara el motivo por el cual habían aumentado de manera desproporcionada los gastos de la hacienda en Maracaibo y, además, se ordenó que se arreglaran de manera que resultara siempre un sobrante ostensible de remitirse a España.32 Mandato real obedecido en Junta de Real Hacienda de Maracaibo en 15 de abril de 1792, cuyos miembros, luego de hacer un diagnóstico del cuadro que antes hemos analizado, expusieron que el aumento en los gastos se debió fundamentalmente al incremento de sueldos y a la creación de nuevos cargos tanto militares como de real hacienda y eclesiásticos, a la dotación de misioneros capuchinos con destino a la reducción de los indios motilones y al hecho de que luego de suprimida la Compañía Guipuzcoana el ramo del corso empezó a correr por cuenta del Estado. Como solución se recomendó la supresión de algunos cargos militares. También se justificó la disminución de las rentas por el establecimiento del estanco del tabaco, en razón de que este producto dejó de aportar a los impuestos y por la desmembración de la ciudad de Barinas que hasta entonces había contribuido de manera notable.33 Al año siguiente, la Junta de Real Hacienda acordó que la Intendencia debía remitir a Maracaibo un situado superior a la cantidad designada de 15.000 pesos, más aún cuando se advertía que por las gracias que se habían concedido al puerto, dejaría de recaudarse una cantidad importante de dinero.34 Por otra parte, se hicieron presente a las autoridades de Caracas, el estado pésimo de la defensa de la provincia por no poderse cumplir efectivamente con el resguardo de mar, el arreglo de las fortificaciones y mantener las tropas en condiciones óptimas para garantizar la seguridad.35 En respuesta, el intendente Esteban Fernández de León comunicó al gobernador de Maracaibo, Juan Ignacio de Armada, que por repetidas órdenes estaba mandado que cada provincia debía acudir con sus productos a los gastos que le eran propios, cuidando siempre de los sobrantes que debían remitirse a España, razones por las cuales no podía aumentar el subsidio de la provincia y que le era difícil 32

33 34 35

Ibid, fols. 1-6. Real orden sobre la remisión a España de los productos sobrantes de las rentas de tabaco y naipes. Madrid, 21 de febrero de 1791. Ibid, fols. 6-19. Junta de Real Hacienda. Maracaibo, 15 de abril de 1792. Ibid, fols. 19v.-22. Junta de Real Hacienda. Maracaibo, 26 de septiembre de 1793. Ibid, fols. 22-45. Junta de Real Hacienda. Maracaibo, 31 de mayo de 1793.

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continuar enviándole los 15.000 pesos asignados. El gobernador replicó aduciendo que con la designación de puerto menor y con la eliminación del nuevo impuesto, Maracaibo había acumulado un déficit en los ingresos de 107.940 pesos, 6 reales, por lo que estimaba conveniente el socorro mientras las medidas de fomento económico, acordadas por la Monarquía, surtían su efecto. Sin embargo, no hubo acuerdo y continuaron las disputas entre ambos funcionarios al pretender el intendente disminuir las tropas militares y los oficiales de Real Hacienda y porque el gobernador aspiraba a un subsidio de 70.000 pesos, que consideraba podía costearse con los sobrantes de la renta del tabaco de Maracaibo y así evitar que éstos se trasladasen a Caracas. 36 Por esta razón, el gobernador informó al rey en 1794 de las dificultades que tenían las Cajas Reales para atender a todas las obligaciones del Estado y para solventarlo solicitó que se suministrase a las rentas de Maracaibo los caudales que requería. Además se quejó de las autoridades centrales de Caracas, argumentando que el capitán general no atendía con interés a la provincia y que el intendente no le dejaba ejercer libremente sus facultades económicas. También creyó conveniente que se repusiesen las 16 personas encargadas del corso, para poder combatir el contrabando, que arbitrariamente se habían suspendido y de igual manera a los tres oficiales que se habían mandado despedir desde Caracas.37 No contamos con la respuesta que la Monarquía pudo dar a estas peticiones, lo que sí se advierte es la incomodidad de Maracaibo al manejo de sus asuntos desde las diversas instituciones instauradas en Caracas.

Conclusiones A las provincias del Caribe hispanoamericano les tocó correr con los gastos de su defensa, además de aportar recursos para la del conjunto del imperio. Ello fue posible gracias a un oneroso sistema impositivo que pechó sus actividades agrícolas que tuvieron un despunte importante desde finales del siglo XVII. Una alcabala superior al 2 o 4 por ciento, y el sostenimiento 36

37

Ibid, fols. 59-84. Comunicaciones entre el intendente Esteban Fernández de León y el gobernador de Maracaibo Juan Ignacio de Armada. Caracas-Maracaibo, 1793-1794. Ibid, fols. 1-3. Carta del gobernador de Maracaibo Juan Ignacio de Armada al rey protestando la negativa del intendente para suministrar caudales. Maracaibo, 27 de junio de 1794.

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de la Armada y Armadilla de Barlovento, fueron las exacciones más comunes, pero también otras de carácter específico para tropas, fortalezas y conquista de la sociedad indígena, como lo fue el caso de la provincia de Maracaibo, exigida con el nuevo impuesto, contribución exagerada y específica de esa región, tanto que se convirtió en un recurso indispensable para la Real Hacienda, pero que a su vez también limitó sus posibilidades de expansión que agravaron, otro tanto, las deficiencias estructurales de la economía de la provincia y algunos territorios de la Nueva Granada, vinculados estrechamente a la ciudad puerto de Maracaibo. Sólo a finales del siglo XVIII los reformadores borbónicos comprendieron que con la revitalización de la economía, extendiendo políticas de libre comercio y de mayor competitividad sería posible garantizar una hacienda real local capaz de correr, como mínimo, con sus propios gastos. El Cabildo, dominado por comerciantes se mostró como un persistente defensor de los intereses de la élite, pugnando ante las autoridades coloniales, las cuales pese a reconocer sus razonamientos, no tomaron oportunamente las decisiones pues privó siempre las limitantes hacendísticas y defensivas de la Monarquía, no queriendo arriesgarse y dilatando por un siglo las medidas adecuadas.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

DE MARÍA A JOSEFINA: EXOGAMIA Y SUPERVIVENCIA JUDÍA EN LA COMUNIDAD SEFARDITA CURAZOLEÑA Y SUS COMUNIDADES SATÉLITES From María to Josefina: exogamy and Jewish survival in Curaçao Jewish community and its satellite Caribbean communities Rab. Isidoro Aizenberg

Blanca de Lima

Scholar-in-Residence. Holocaust Resource Center & Archives, Queensborough Community College, City University of New York. E-mail: isidoroa@nyc. rr.com Historiadora. Doctora en Historia (UCV). Profesora de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. Investigadora del Centro de Investigaciones Históricas Pedro Manuel Arcaya. E-mail: blancadelima@hotmail.com.

Recibido: 23/04/2014. Aprobado: 14/05/2014. Resumen: Este ensayo analiza históricamente la exogamia en la comunidad judía curazoleña y sus comunidades satélites del Caribe. El análisis maneja dos vertientes: antropológica e histórica. Nuestra tesis es que el colectivo sefardita curazoleño, tanto en la isla como en sus comunidades satélites, quedó inmerso en un juego de tensiones resultado de su convivencia con grupos de mayor peso demográfico. Se concluye que la literatura sobre el tema, culminando en la novela Josefina, despliega elementos de una realidad histórica específicamente caribeña, pero que expresa un dilema universal para el colectivo judío. En el caso caribeño es reduccionista apuntar hacia un único elemento como el detonante o estimulador de los procesos exogámicos. La literatura

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Rab. Isidoro Aizenberg / Blanca De Lima. De María a Josefina: exogamia y supervivencia judía en la comunidad sefardita curazoleña y sus comunidades satélites, pp. 241-266.

resulta rígida e insuficiente para analizar el tema. Las fuentes históricas indican que la exogamia prevaleció en la cuenca del Caribe y generó miles de descendientes de sefarditas. Palabras clave: sociedad, cultura, religión, matrimonio, literatura. Abstract: This essay is a historical study of the exogamic unions and marriages that took place in the Curaçao Jewish community and its satellite Caribbean communities. Our analysis take up both the anthropological and historical facets of this topic. Our thesis is that the Curaçaoan Sephardic communities, both on the island and its satellite communities, was torn by the tensions resulting from the coexistence with larger demographic groups. Literature, such as the novel Josefina displays elements of this particular Caribbean historical reality. At the same time the novel mirror a universal dilemma for Jewish survival. In the Caribbean case it is difficult to point to a single cause as the trigger of exogamous processes. The literature is rigid and insufficient to illuminate this issue. Historical sources indicate that exogamy was prevalent in the Caribbean basin and resulted in thousands of descendants of Sephardim. Key words: society, culture, religion, marriage, literature.

Introducción La endogamia matrimonial ha sido elemento estructural en cualquier comunidad judía, soporte que garantiza la supervivencia del colectivo en sus distintos planos. Cuando nos aproximamos a la historia de la comunidad sefardí de Curazao encontramos una progresiva modificación en la generación de las familias de destino, con debilitamiento de la endogamia matrimonial y enlaces con gentiles. Desde tiempos coloniales, en la pequeña comunidad sefardita curazoleña se vieron uniones ―consensuales o no― de varones judíos con mujeres esclavas, con mujeres libres y posteriormente matrimonios extracomunidad. En la cuenca del Caribe las comunidades satélites que surgieron vivieron los mismos procesos. Un permanente juego de tensiones marcó la vida de estos hombres, liados a su ancestral compromiso de colectivo en materia de alianzas matrimoniales, pero a la vez impregnados de los nuevos valores afectivos que trajo consigo la modernidad, y que se resumen en el término amor romántico; todo ello comprometiendo la supervivencia misma de la comunidad judía isleña y la

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pertenencia a su grupo originario de aquellos hombres que procedían a algún tipo de unión exogámica. El propósito de este ensayo es hacer un análisis de la exogamia en la comunidad judía curazoleña y sus satélites en la cuenca caribeña, reflexionado por extensión sus repercusiones en las actuales comunidades judías. El análisis maneja dos vertientes: la antropológica y la histórica. La aproximación antropológica se vale de los siguientes elementos: un marco conceptual que tiene por centro la trama parental, la memoria oral de descendientes de uniones exogámicas y la fuente literaria, principalmente la novela Josefina, del judío curazoleño David Darío Salas, cuyo subtítulo es “novela basada sobre un hecho histórico”. Partimos del criterio de que Josefina y sus predecesoras encierran códigos sociales íntimos, logrando transmitir muchos de los códigos sociales relacionados con las uniones exogámicas y el amor romántico en la comunidad sefardita curazoleña y sus satélites, mismos que pueden observarse en medio de su estilización ficcional. La vertiente histórica del fenómeno se soporta en fuentes documentales primarias y secundarias. Nuestra tesis es que el colectivo sefardita curazoleño, tanto en la isla como en sus comunidades satélite, quedó inmerso en un juego de tensiones, resultado de su convivencia con grupos de mayor peso demográfico, con los cuales compartían códigos culturales y sociales, y con los cuales habían generado lazos a partir del comercio, las finanzas, la política y otros planos. Mucho de esto se puede ver a través de la trama de Josefina, así como en fuentes documentales.

1. Acerca de las fuentes históricas y literarias Obligado es en el oficio del historiador expresar que el profesional de la historia genera un hecho; el hecho histórico. Siguiendo a Ricoeur, el discurso del historiador representa acontecimientos a través de enunciados, utilizando documentos. El historiador fundamenta el hecho con documentos mediante un procedimiento documental complejo.1 1

Ricoeur, P. La memoria, la historia, el olvido. Argentina: Fondo de Cultura Económica, 2010.

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No todas las vivencias, sin embargo, quedan plasmadas en los documentos con claridad meridiana. Hay memorias que no pueden ser expresadas, no lo permite algún o algunos elementos culturales, sociales, religiosos o de otra índole. Por lo tanto, el hombre busca salidas a esa prohibición. En el caso que abordamos, se establecieron vasos comunicantes con la literatura, que terminó convertida en refugio de la memoria. Los recuerdos pueden ser personales o provenientes del entorno, en todo caso, la literatura se convirtió en refugio para ambos. Memoria personal y memoria colectiva se funden en cada uno de estos textos literarios. Impedida la historia, por su apego a la fuente documental, de utilizar la memoria y códigos socio-culturales ocultos en el hecho literario; nosotros optamos por trazar dos análisis en paralelo y establecer los enlaces necesarios para lograr un discurso coherente, utilizando los documentos que permiten rastrear la memoria acerca de la exogamia en el grupo sefardita curazoleño, y donde desde la antropología se rescata la memoria y los códigos socio-culturales entramados en la memoria oral y en una ficción literaria que recrea la exogamia matrimonial como problema. Queda en claro que manejaremos la fuente literaria como recurso antropológico y no histórico, ya que estamos convencidos de que estas obras alojan una memoria impedida, carente de una autorización social para su visibilidad, y que drena por tanto hacia la literatura, depositaria del testimonio que no llega a documentos de archivo, pero accede a la esfera pública por un muy especial vaso comunicante que, a cambio de permitir su divulgación y acceso, la disfraza y despoja de su valor formal como documento para la historia. Aunque esta memoria no se torna histórica, hay una suficiente impregnación de testimonio y códigos socio-culturales como para asegurar que algo ocurrió. Nosotros, a posteriori, estamos rescatando y confrontando esa información literaria con el dato de archivo. Con esta particular sumatoria de fuentes manejadas desde dos campos que tornamos complementarios: antropología e historia, buscamos solventar la escasez de testimonios orales directos y la escasez de documentos que de forma explícita aborden el tema de la exogamia. Es nuestro análisis un intento por articular los elementos de valor socio-cultural e histórico procedentes de ambas fuentes, extrayendo el mayor de los provechos de este singular diálogo entre la historia y la antropología.

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2. El dilema de la exogamia en el colectivo judío: un problema mundial La realidad de los matrimonios exogámicos a partir de la segunda mitad del siglo XIX ha preocupado a las comunidades judías de Europa, los Estados Unidos, y América Latina, vistos como amenazas a la estabilidad y la sobrevivencia de estas colectividades. Numerosos libros y artículos se han escrito sobre el tema. Aseguran los expertos que las comunidades judías se verán disminuidas y perderán su vitalidad a menos que se frene o, por lo menos, desacelere la proporción de matrimonios que se solemnizan entre judíos y no judíos. Esta aseveración parece verificarse como veremos, en las comunidades caribeñas, foco de nuestro trabajo. Si bien los matrimonios exogámicos en los EUA cobraron impulso en la segunda mitad del siglo XX, ya en el 1776, año en que se firmó la declaración de independencia, se daban algunos de estos enlaces. Fish aborda el tema de los matrimonios exogámicos en los EUA con perspectiva histórica y concluye que: “El problema más amenazante [para la sobrevivencia de la comunidad judía] y del cual ninguna familia se vio eximida, fue el problema de los matrimonios mixtos”.2 Spickard cita al genealogista Malcolm Stern, quien revisando fuentes primarias, constató que: “699 matrimonios judíos en Norte América entre 1776 y 1840; 201 de estos, casi un 30 %, fueron matrimonios mixtos”.3 Las estadísticas referentes a los matrimonios exogámicos en Europa no fueron más alentadoras, particularmente en aquellos países donde el sistema político abrió sus puertas a la asimilación judía y donde en consecuencia floreció el Movimiento Reformista judío. A pesar de que la tasa de estos matrimonios en Prusia fue de sólo un 5% entre 1875-1884, se incrementó a un 9% durante el quinquenio 1901-1905 y siguió creciendo a un 28% entre el 1927-1933.4 En la ciudad de Burdeos en la década de 2

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Fish, S. The problem of intermarriage in early America. Gratz College Annual of Jewish Studies,Vol. IV,1975, p. 85. Spickard, Paul R. Mixed blood: intermarriage and ethnic identity in twentieth-century America. EUA: The University of Wisconsin Press, 1989, p. 168. Goldberg, N. Intermarriage from a sociological perspective. En: Commission on Synagogue Relations and Federation of Jewish Philanthropies (Ed.). Intermarriage and the future of the American Jew: proceedings of a conference. New York, EUA, 1964, pp. 31-32.

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1820 a 1830, “la tasa de los matrimonios mixtos llegó ni más ni menos que al 35-40%”.5 Tomando en cuenta las cifras y tendencias anteriores, no debe asombrarnos que las relaciones matrimoniales entre judíos y no judíos también hayan formado parte de la vida de la comunidad judía más antigua de las Américas. Los matrimonios exogámicos en Curazao durante las últimas décadas del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, deben considerarse precursores de lo que se transformaría en un fenómeno más frecuente en décadas posteriores. Unido a esto, el fenómeno de la exogamia fue aún más acentuado en los sefarditas curazoleños que emigraron hacia tierra firme y otras islas del Caribe. Uniones y matrimonios exogámicos marcaron la vida de la comunidad sefardita curazoleña, en una historia que hunde sus raíces hacia los tiempos coloniales, como veremos a lo largo de estas páginas.

2.1. De las uniones consensuales a los matrimonios exogámicos en la comunidad judía de Curazao Como señaló Karner a propósito de Curazao, desde los comienzos de la comunidad, en el siglo XVII, y a lo largo del siglo XIX: “los matrimonios endogámicos fueron los más preferidos por los sefarditas quienes se sentían determinados a preservar su identidad cultural, sus convicciones religiosas y su acervo en general”.6 Sin embargo, la investigación histórica ha demostrado que los varones practicaban la exogamia desde tiempos coloniales, a través del concubinato con negras y mestizas. Abraham van der Mark analizó el fenómeno de la kerida como figura social usual: la mujer no judía que daba descendencia en paralelo y se beneficiaba de una unión que la ascendía socialmente al interior de su grupo. La poliginia fue, entonces, parte de la vida cotidiana de numerosos sefarditas curazoleños.7 5

6 7

Hertzberg, A. An historical overview of mixed marriage. En: S. Zimmerman & B. Trainin (Eds.) The threat of mixed marriage: a response (pp. 4-5). New York, USA: Commission on Synagogue Relations and Federation of Jewish Philanthropies, 1978, p. 4. Karner, F. The Sephardics of Curacao. Holanda: Van Gorcun & Comp., 1969, p. 12. Abraham, E. Marriage and concubinage among the Sephardic merchant elite of Curaçao.

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Para complejizar más el tema, recientes hallazgos en fuentes primarias y memoria oral dejan ver que desde comienzos del siglo XIX y a lo largo de este, varones sefardíes curazoleños procedieron a uniones exogámicas de distinto perfil, dentro y fuera de la isla. Tenemos hacia 1800, apenas comenzando el siglo, la unión consensual entre Isaac Abinun de Lima (1774-1838), hijo de David Abinun de Lima y Sarah Calvo, con la mestiza Regina Jesurun (17791835), hija de la mulata Antonieta Levy y de padre desconocido.8 Esta pareja es el único caso descubierto hasta ahora de una unión mixta estable y monógama, pues Isaac no casó al interior de su comunidad y en su testamento, fechado en 1837, dejó como herederos sólo a los hijos de su pareja. La unión duró hasta la muerte de ambos y dejó siete hijos, que residenciaron cuando menos en Curazao y Venezuela. En su genealogía sobre Curazao, Emmanuel incluye a Salomón Abinun de Lima (1834-1898), hijo de Eliau Abinun de Lima y Esther Cohen Henríquez, quien casó en Curazao en 1861, dentro de su comunidad, con Sylvia de Abraham Haim Senior y Cohen Henríquez; pero simultáneamente dejó en Barranquilla (Colombia) dos hijos de su unión consensual con la criolla Martha Insignares, el primero de los cuales, Domingo Mortimer, nació en 1861 y cuya numerosa descendencia quedó en Colombia y luego en los Estados Unidos.9 El proceso en Curazao fue muy gradual. Debido al peso de las estructuras comunitarias la norma religiosa era decisiva en el proceso de elección una pareja, pero “los modos de pensar en cuanto a posturas de la religión se habían relajado en la década del 1880 en comparación con las primeras décadas del

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9

En: J. Momsen (Ed.). Women and change in the Caribbean. A Pan-Caribbean perspective (pp.38-49). EUA: Indiana University Press., 1993; Abraham, E. Marriage and the family in a white Caribbean elite. Anthropologica, 22 (1),n1980, 119-134. En el Archivo Nacional de Curazao, en el Archivo Nacional de la Haya y en el Archivo familiar de Richard Chapman Leyba (Curazao) se ubican documentos que dan cuenta de esta unión y su descendencia, entre ellos los testamentos de la pareja, las actas de nacimiento de sus hijos, el registro de ciudadanía, retratos al óleo y fotografías. Uno de ellos, Genereux De Lima Jesurun, fue figura pública en el Curazao del siglo XIX. De esta pareja también desciende la poetisa falconiana Polita De Lima. Emmanuel, I. & Emmanuel, S. History of the Jews of the Netherlands Antilles. II Tomos. 1970; American Jewish Archives. EUA. Árbol genealógico en archivo familiar Luis De Lima Ariza. Phoenix, Arizona, EUA.

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mismo siglo y antes”.10 Así, comenzaron a aparecer nuevos códigos, ajenos al colectivo sefardita hasta ese entonces pero adoptados de manera contundente; por ejemplo, comenzaron a dar a los niños nombres que no tenían orígenes bíblicos, con raíces en el inglés, francés y español. Aunque pocos, los matrimonios mixtos se habían hecho una realidad en la vida judía-curazoleña desde las últimas décadas del siglo XIX, pero no fueron necesariamente aceptados por la comunidad organizada. Pero el proceso avanzó y para la tercera mitad del siglo XX se dieron casos de mujeres que rompieron: “radicalmente con la costumbre, contrayendo matrimonios mixtos e internacionales, con hombres de origen europeo o norteamericano que se habían radicado en Curazao durante los años posteriores al establecimiento de la Shell”.11 Que tuvieran lugar matrimonios mixtos era indicativo de familias que optaban por patrones religiosos más liberales, y estas nuevas familias demostraban menos interés por la religión materna.

2.2. Matrimonios y uniones consensuales exogámicas en las comunidades sefarditas satélites de Curazao Mientras los matrimonios exogámicos en Curazao fueron pocos, por el contrario se hicieron más frecuentes entre los judíos curazoleños que radicaron en Venezuela, Colombia, la República Dominicana y otras islas caribeñas. Por un lado, las escasas oportunidades económicas que ofrecía Curazao durante la segunda mitad del siglo XIX, y por el otro lado la apertura de nuevos mercados y oportunidades en los países de la costa norteña de Sur América e islas del Caribe, motivaron que muchos hombres abandonaran Curazao buscando un futuro más prometedor en otras latitudes. Si bien se identificaron como judíos, era evidente que su familiaridad con el aglutinante acervo cultural judío o las prácticas rituales no había sido parte de su formación. La educación judía que habían portado con ellos desde Curazao era mínima o inexistente, y no necesariamente porque no quisieron recibirla, sino porque la comunidad isleña se vio con mucha frecuencia sin las posibilidades de ofrecerla debido a la ausencia de maestros calificados o rabinos. Igual pasó con descendientes de 10 11

Karner, Ob. Cit., p. 37. Karner. Ob. Cit., p. 44.

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primera generación ya nacidos en tierra firme. La ficción literaria describe este fenómeno con bastante exactitud. La poca posibilidad de establecer una relación con una mujer judía, aunada a la ausencia de liderazgo judío, hace comprensible que estos hombres buscaran su felicidad de pareja con mujeres gentiles. En algunos casos el resultado fue la conversión al catolicismo del progenitor. En la pequeña diáspora curazoleña radicada en la República Dominicana las bodas mixtas fueron usuales. Capriles ha documentado la excepcional conversión, previa a las bodas, de las cuatro hijas de Moisés Salas y Rebeca Curiel.12 En Venezuela está en la memoria oral y documentado el caso de Jacobo Curiel, hijo del patriarca de la migración Curazao-Coro, Joseph Curiel, quien se convirtió al catolicismo para casarse en 1855 con Zoila Antonia Meléndez en la ciudad de Carora, estado Lara.13 Ya en el siglo XX está el caso de Raúl Senior Álvarez Correa, quien se convirtió al catolicismo en Barquisimeto, estado Lara, tras muchos años de matrimonio con Josefa Castillo.14 En Colombia tenemos en Ciénega, departamento de Magdalena, a Haim Antonio Álvarez Correa –hijo de Mordechay Álvarez Correa y Raquel Álvarez Correa- quien casó en 1875 con Manuela Egea Munive.15 En Santo Domingo, Capriles detectó el caso transicional de Rafael de Marchena, quien hizo primero vida consensual con Justa Sánchez Carrera y tras procrear cuatro hijos casaron por el civil en 1848; y las bodas de los hermanos Elías y Moses Lopez Penha (Capriles, 2009).16 En la isla de Trinidad la boda de Yldefonso de Lima ―hijo de Daniel Abinun de Lima y Sarah Valencia― con Josefita Hernández Díaz, en 1886.17 Mucho menos estudiado, tal vez por la connotación de estigma social que le acompañó y aún acompaña en medios muy conservadores, fueron las uniones consensuales exogámicas, que tuvieron igual peso que los matrimonios mixtos en la merma de las comunidades sefarditas de la 12

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Capriles, J. Once Jews. Stories of Caribbean Sephardim. Princeton: Markus Wiener Publishers, 2009. Entrevista al Arq. Rafael Ángel Curiel Penso. Hijo de Abraham Curiel Abenatar, nieto de Ysaac Curiel Hoheb. Coro, 9-02-2009. Entrevista a Oscar Senior Castillo. Hijo de Raúl Senior Álvarez Correa. Caracas, 4-02-2014. Árbol genealógico en archivo familiar Antonio Álvarez Correa Brodmeier. Miami. EUA. Capriles. Ob. Cit. De Lima, A. The De Limas of Frederick Street. Trinidad & Tobago: Caribbean Ltd. Publishers, 1981.

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cuenca caribeña. En Coro, Venezuela, están documentados cuando menos diez casos.18 Mas no todos los hombres judíos que procedieron a bodas o uniones consensuales mixtas optaron por la conversión. Con certeza puede decirse que fue una minoría quien dio este paso. En términos generales, se mantuvieron como judíos pero toda su descendencia fue criada en el catolicismo. Se imponía así el código social de la sociedad católica: los hijos serán educados en la religión de su madre; también plasmado en la ficción literaria. ¿Cómo explicar estos procesos exogámicos? Tenemos una comunidad pequeña en su núcleo madre, Curazao, y aún más pequeña y dispersa en otros puntos. La exogamia se alimentó de la convivencia con grupos de mayor peso demográfico, y por ello con mayor fuerza para hacer valer sus códigos culturales y religiosos, algunos de los cuales, incluso, compartían a través de instituciones como las logias masónicas, sociedades culturales y otras. No podemos excluir, además, la comunión de intereses económicos y políticos; y el pensamiento secular de la modernidad, con la entronización del amor romántico. Finalmente, y digno de un estudio por separado, la posible importancia de los hijos segundones, carentes de bienes de fortuna y sin atractivo matrimonial, como semilleros de la exogamia.

3. Salas y sus precursores: el amor exogámico como dilema Cuando Salas abordó en su novela las tensiones provocadas por una frustrada relación exogámica, temática tan controversial para la sociedad en la que residía, no era la primera vez que el tema había sido tratado. En Europa, por ejemplo, los sinsabores y las consecuencias resultantes de los amores entre judíos y cristianos ya tenía una larga tradición. Y hasta en Rusia, la obra teatral de Anton Checkov, Ivanov, (1887-1889), trata acerca de la bella e inteligente judía Sara quien se enamora del noble ruso, Nikolai Ivanov. 18

De Lima, B. Fichas biográficas de personas sepultadas en el cementerio judío de Coro. Inédito. Coro: Centro de Investigaciones Históricas Pedro Manuel Arcaya-UNEFM, 2011.

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En América Latina sólo tenemos tres textos que abordan el tema de los amores exogámicos judeo-católicos durante el primer siglo post colonial: María, de Jorge Isaacs (1867), La hija del hebreo (1883) del dominicano Federico Henríquez y Carvajal, y Josefina (1889) de David Darío Salas.19 Las primeras ediciones de Salas aparecieron entre 1890 y 1911. Algunos de sus libros se reeditaron en 1977. Una nueva y completa edición de sus escritos se publicó en Valencia, Venezuela, en el 2004.20 Aunque es posible, no tenemos forma de aseverar que Salas haya conocido o leído la mayoría de obras europeas que hablaban sobre matrimonios exogámicos. Sí podemos aseverar que leyó los clásicos y se paseó por sus personajes: Romeo y Julieta de Shakespeare, Paolo y Francesca en La Divina Comedia de Dante, y supo de las penas del joven Werther de Goethe. Salas las citó en su novela. También mencionó los romances de Gloria y María, tan populares en su época y que abordaban temas que tocaban fibras sensibles de su comunidad; pero ignoramos si leyó La hija del hebreo antes de la publicación de Josefina. Si bien nuestro trabajo se concentra en la obra de Salas, consideramos importante dedicar el espacio pertinente a las obras del área iberoamericana que nutrieron o pudieron haber nutrido el esfuerzo literario de Salas, presentándolas en estricto orden de aparición editorial.

3.1 María, de Jorge Isaacs La primera obra literaria que abordó el tema de las uniones mixtas entre judíos y católicas fue María, novela semi autobiográfica del colombiano Jorge Isaacs, publicada en Bogotá en 1867, logrando obtener en poco tiempo los laureles de best seller a través de América Latina. El autor era uno de doce hijos de un judío converso, George Henry Isaacs, (personificado como el padre de Efraín, el protagonista masculino de la novela) nacido en la isla de Jamaica, entonces colonia británica, enclave de una comunidad judeo-sefardita. 19

20

Justo Sierra O´Reilly, mexicano, publicó entre 1848-1849 la novela titulada La hija del judío, cuya trama está inserta en el siglo XVII y por lo cual no se incluyó para este estudio. La edición fue hecha por la Gobernación del estado Carabobo, Venezuela, entonces a cargo de Henrique Fernando Salas Römer, un tataranieto de David Darío Salas. Se imprimieron mil ejemplares, uno de los cuales le fue obsequiado a Isidoro Aizenberg por Heske Zelermyer.

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María se publicó justamente cuando en Colombia, bajo la presidencia de José Hilario López en 1851, se creó la base de la reforma constitucional de 1863. Esta reforma implicó un cambio cualitativo del contexto político, pues: “decretó el cambio de la carta confesional católica a una constitución más democrática ‘en nombre de Dios, Legislador del Universo y por autoridad del Pueblo’ (…) y estableció el Estado laico e igualitario”.21 Para esta historiadora: “bajo esta legislación favorable, la actividad vital y las prácticas judaicas se pudieron desarrollar en un ambiente de igualdad jurídica y libertad, pero no siempre de tolerancia”.22 No siempre los cambios en los documentos que configuran una nación van acompañados de cambios similares a nivel de la sociedad, atada a usos, costumbres, creencias, percepciones y actitudes ancestrales que le dan identidad y cuya evolución tiene un ritmo mucho más lento. Existe un permanente juego de tensiones entre la legalidad escrita, que forma parte de la jurisprudencia, y la legalidad vivida; esta última puede no estar plasmada como norma jurídica, pero su peso en la vida de los individuos es más inmediato y mayor. En este marco de tensiones se estructuró la identidad de Isaacs, y esto se reflejó tanto en su vida como en su clásica novela. La narración se desarrolla en el ambiente rural del valle del Cauca, donde residieron los Isaacs. María, la heroína de la novela, igual que el padre de Jorge Isaacs, es nacida en Jamaica. Sus padres biológicos la llamaron Ester, nombre clásico de la bíblica salvadora del pueblo judío durante el reinado del rey persa Ajashverosh. El padre de Ester, Salomón, había enviudado, quedando a cargo de su hija, entonces una niña de tres años. La niña es dada en crianza a un familiar, proponiéndole educarla como católica. Salomón aceptó diciéndole: ...ha sido ella [Ester] mi único consuelo después de la muerte de Sara; pero tú lo quieres, sea hija tuya. Las cristianas son dulces y buenas, y tu esposa debe ser una santa madre. Si el cristianismo da en las desgracias supremas el alivio que tú me has dado, tal vez yo haría desdichada a mi hija dejándola judía... hazla bautizar y que le cambien el nombre de Ester en el de María.23 21

22 23

Sourdis, A. El registro oculto: los sefardíes del Caribe en la formación de la nación colombiana 1813-1886. Colombia: Academia Colombiana de Historia, 2001, p. 84. Ibídem, p. 87. Isaacs, J. María. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1978, p. 12.

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La bíblica reina judía Ester se transforma en la principal figura femenina del catolicismo: María virgen y madre, reina del cielo. Tenemos en María la conjunción de diversos códigos y tensiones que regían la relación entre la sociedad criolla colombiana y los jóvenes migrantes sefarditas curazoleños, así como códigos propios de ambos colectivos. Un padre viudo que, finalmente, es incapaz de criar a su hija; recordemos que en el colectivo judío la madre cría e inculca los elementos de fe religiosa. Un primo judío que propone convertir a la pequeña niña al ponerla en manos de su esposa católica; situación que -una vez más- reitera que en ambos grupos es la figura materna quien aporta la fe religiosa. La exaltación y valoración de la contraparte, como espejo del otro: “Las cristianas son dulces y buenas, y tu esposa debe ser una santa madre”, es decir, tiene los mismos valores que una madre judía. La vida de María, destinada a morir en la novela, reúne un conjunto de signos que envían diversos mensajes, expresión del juego de tensiones que se vivían en la sociedad colombiana con respecto a la convivencia intercultural e interreligiosa. El amor de María y Efraín deviene en una frustrada síntesis de códigos culturales y sociales, por tanto, a pesar del venerado amor se profesan y a pesar de que ambos son católicos, el padre biológico de Efraín y padre adoptivo de María se opone a que aquel amor se vea consumado. Y es que en el vocabulario de la novela, que responde al positivismo propio de la época, subyace el término judío asociado a la raza, a diferencia del catolicismo, que es religión. María es católica, pero Efraín admira en sus ojos “la brillantez y hermosura de los de las mujeres de su raza”, y en “su paso ligero y digno revelaba todo el orgullo, no abatido de nuestra raza, y el seductivo recato de la virgen cristiana”.24 Efraín ama esa síntesis generada en María, pero los códigos culturales se imponen como un oráculo que marcará el destino de la pareja. El peso del origen de María es definitivo. El paterfamilias negará la posible unión y la salida al dilema la dará la muerte, que lavará las manos a todos los protagonistas. María, finalmente, es y no es por partida doble. Y ese ser-no-siendo conducirá a la negación del amor exogámico y a su muerte como única y romántica salida al conflicto; María fallece mientras Efraín se encuentra estudiando medicina en Londres. 24

Ibídem, pp. 5 y 8.

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María, como le define Faverón, es una figura: ...en quien lo judío y lo cristiano resultan cercanos y exóticos a la vez, en una tensión que se corresponde con la idea decimonónica de que ni el bautismo ni ningún proceso de conversión podría alterar por completo una mentalidad judía, genéticamente conformada y básicamente hereditaria.25

Por último, y en su tono autobiográfico, María retrata la vivencia experimentada por el autor, quien en su medio social nunca pudo divorciarse del elemento identitario judío, manejado a conveniencia por la conservadora sociedad católica. La dulce María es una versión femenina de Jorge Isaacs. La tensión de identidades en la ficcional María y en el Jorge Isaacs que le dio vida literaria es clara, pero es una tensión que no contempla el destino comunitario judío o la identidad judía abierta de modo positivo, al conservarse los tradicionales estigmas, de ahí el trágico final de la obra.

3.2 Gloria, de Benito Pérez Galdós Benito Pérez Galdós (1843-1920), el prolífico autor español nacido en las Islas Canarias, publicó Gloria en 1876-77, marcando así su entrada en la controversial polémica acerca de la “cuestión religiosa” reavivada en España durante el último tercio del siglo XIX. Fue entonces cuando el gobierno liberal que gobernó a España desde la Gloriosa Revolución de 1868 se disolvió y volvió a tener vigencia la constitución conservadora de 1876. La libertad de religión garantizada en el 1868 fue consecuentemente restringida y la religión católica una vez más impuesta como religión oficial del Estado. La libertad de enseñanza en los claustros universitarios también fue anulada y sus profesores forzados a no enseñar conceptos ajenos a la religión católica. Fue en el marco de este ambiente social que Pérez Galdós concibió su Gloria, novela catalogada de tesis, es decir, escrita con la intención de suscitar un debate ideológico acerca de ideas de carácter social o moral, pero que, en este caso sirvió para despertar el debate religioso/político. Pérez Galdós vertirá 25

Faverón, G. Judaísmo y desarraigo en María de Jorge Isaacs. Revista Iberomericana, 70 (207), 2004, p. 346.

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en su novela la lucha contra la intolerancia y el fanatismo, asumiendo una actitud latitudinarista26 que le permitió trabajar personajes con elevados valores morales, virtuosos pero no apegados a la ortodoxia religiosa. Acoplándose al latitudinarismo, el autor insiste a través de su novela en un llamado a la unidad y hermandad de toda la humanidad. Gira Gloria en torno al triste destino de los frustrados amores entre David Morton, judío británico, descendiente de una familia sefardita, y Gloria Lantigua, española nata, hija de una familia ostensiblemente defensora de los valores del más ferviente catolicismo, y simbólicamente catalogada a “la antigua”. David no manifiesta inclinación religiosa alguna, no demuestra interés por los valores judíos, hasta tal punto que tanto Gloria como su familia asumen que debe ser protestante. Gloria, sin embargo, mantenía un criterio religioso personal que la condujo a una cierta liberalidad y tolerancia en la primera parte de la trama, mientras creyó que David era protestante, es decir, cristiano; al punto tal que su tío la califica de latitudinarista. El amor imposible y trágico de ambos enamorados se enmarca en el fanatismo religioso de ambas familias y de la sociedad del pueblo de Ficóbriga, epicentro geográfico de la trama. Si en algún momento, arrebatado por el irresistible amor que siente por Gloria, Daniel accede a aceptar la fe de su amada aunque bajo falsas pretensiones: “Yo no soy ni seré nunca cristiano. Mi conversión es una impostura”,27 interviene la madre de Daniel, Ester Spinoza, quien durante su visita a Ficóbriga y enterada de la titubeante decisión de su hijo teje una maniobra para desbaratar la decisión de Daniel en forma definitiva. El matrimonio mixto queda negado como opción social y personal. Sin embargo, la pareja sucumbe al amor romántico y ella queda embarazada, con lo cual viola uno de los códigos 26

27

Latitudinarismo: doctrina y actitud adoptada por algunos teólogos anglicanos en el siglo XVII. “El latitudinarismo acentuaba la tolerancia religiosa indicando que había un número reducido de creencias comunes a todos los cristianos y que si éstos se atenían a estas creencias más bien que a complicados desarrollos dogmáticos podían a llegar a unirse en una sola Iglesia. Los católicos han llamado con frecuencia “latitudinarismo” a la actitud según la cual todos los hombres pueden salvarse, y también a la actitud de tolerancia considerada excesiva -y calificada por ellos de “falsa tolerancia”- frente a otras Iglesias o sectas o frente a otras creencias”. Ferrater, J. Diccionario de filosofía. Tomo II. Barcelona: Ariel Filosofía, 2004, p. 2079. Pérez Galdós, B. Gloria. Madrid: Alianza Editorial, 1984, pp. 456-457.

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judeo-cristianos que miden el valor social de una mujer: la virginidad, “que en esa sociedad donde vive significa la pérdida del honor”.28 Esa violación de código nos dice que el amor unifica, es decir, hace posible la exogamia, mas el fanatismo religioso divide y hace fracasar el intento inter-religioso que plantea la ficción literaria. En ese sucumbir de la pareja Pérez Galdós sintetiza los valores positivos de ambas religiones, que sin embargo no logran lo mismo en el plano social. Buscando una vez más la síntesis y acentuando el drama, Pérez Galdós hace transitar el fin de la pasión de los protagonistas justo en días de la pasión de Cristo, y hace morir a Gloria un domingo de resurrección, quedando un hijo, que sobrevive a la muerte de su madre y la locura de su padre, trágica descendencia de una relación exogámica condenada al fracaso. Aquí, el exceso religioso se impone al deseo amoroso, evitando su concreción formal como matrimonio mixto, aunque de la fuerza del amor haya nacido un descendiente que encarna el sino de una sociedad española heterogénea y estructuralmente heredera de tradiciones judías y católicas.

3.3 La hija del hebreo, de Federico Henríquez y Carvajal Federico Henríquez y Carvajal (1848-1952), descendiente de judíos sefarditas, nació en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana. Abogado de profesión, tuvo una intensa vida como político, periodista, escritor y académico, dentro y fuera de su país. Amigo personal de José Martí, entre los cargos que desempeñó están el de Presidente de la Suprema Corte de Justicia (1912), Ministro de Interior y Policía bajo la administración de su hermano, el presidente Dr. Francisco Hernández y Carvajal (1916), Rector de la Universidad de Santo Domingo (1930) y fundador y Presidente de la Academia Dominicana de la Historia (1933).29 Estrenada en el teatro La Republicana el 16 de julio de 1882, la obra trata sobre Daniel López, judío sefardita, quien se enamora de María, hija de 28 29

Ibídem, p. 64. Bosch, C. Federico Hernández y Carvajal. Revista de Historia de América, N° 34, 1952, pp. 549-552.

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don Juan, ferviente católica que pone su confianza “en la Virgen”.30 El drama comienza presentando a don Juan, padre de María, quien aparenta no estar al tanto del amor que su hija profesa por el joven judío Daniel López. Según don Juan, su hija está destinada a contraer nupcias con el teniente coronel don José del Prado, católico también. A pesar de las firmes intenciones de don José, María continúa brindando sus afectos a Daniel López, afirmando que su “vida naufragará [padre mío,] sin Daniel”.31 Por su parte, don Juan aduce que Daniel, “el mismo pretencioso joven, desciende de una familia fanática”.32 Las duras palabras de don Juan no hacen titubear al joven, quien afirma sus lazos con María. Finalmente huye con ella de la casa paterna para santificar su lazo ante un sacerdote cristiano y, como le dice a María, “en un templo bendecido por… tu Dios”,33 lo cual no genera problemas para el joven, en cuya vida brilla por su ausencia la práctica religiosa judía aunque, por otro lado, en ningún momento abandona su religión o siquiera sugiere convertirse en cristiano. Esta circunstancia de atonía cultual sin abandono de la fe de origen, fue propia ―en el plano de lo real― en muchos hombres judíos que emigraron de Curazao e hicieron sus vidas en otros puntos de la cuenca caribeña. A esto lo hemos llamado, en otro trabajo, esqueletización de la fe; dada la pérdida de elementos rituales que ayudaran a conservar y fortalecer la identidad religiosa, agravada por la carencia de rabino en muchas de las ciudades donde estos hombres asentaron.34 Una vez santificado el matrimonio sin el consentimiento del padre de María, los recién casados se fugan a Colombia. La ficción literaria recrea un escenario vivido en numerosas ocasiones por varones sefarditas curazoleños en la tierra firme latinoamericana: la exogamia a costa de marcar distancias geográficas con la comunidad de origen. Había que pagar un costo, y este era 30

31 32 33 34

Henríquez y Carvajal, F. La hija del hebreo. Santo Domingo: Imprenta de García Hermanos, 1883, p. 17. Ibídem, p. 20. Ibídem, p. 16. Ibídem, p. 31. De Lima, B. Coro: fin de diáspora. Caracas: Ediciones Universidad Central de VenezuelaFacultad de Humanidades y Educación-Comisión de Estudios de Postgrado, 2002.

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el debilitamiento de los nexos familiares y los lazos afectivos. El drama literario agudiza la trama, al introducir la omisión del paterfamilias como clave para la concreción del matrimonio mixto, y el elemento de fuga como clave para la pervivencia del amor exogámico. En Colombia les nace una hija a quien dan el nombre de Cristiana, con lo cual, a diferencia de la Ester/María de Isaacs, se impone una identidad católica en la descendencia la cual, sin lugar a dudas, facilitaría futuros escenarios matrimoniales para la joven. Pasan los años y un buen día aparece un pobre ciego pidiendo limosna en la puerta de casa de Daniel y María, quienes reconocen de inmediato en él a don Juan. Al hacer dialogar a hija y padre, Henríquez y Carvajal ratifica valores de la modernidad: la supremacía del amor romántico, la tolerancia y el libre albedrío, con la desaparición del paterfamilias como factor de decisión en materia de matrimonios. Finalmente, Cristiana se revela ante don Juan como la hija de un hebreo. Don Juan, a raíz de una intervención quirúrgica, recupera su visión. Simbólicamente, su ceguera era más que física, era espiritual; siendo la intolerancia incapaz de permitirle apreciar el amor de su hija por Daniel. El final feliz de la obra es posible porque se impone el peso de la herencia católica, admitiéndose la exogamia siempre y cuando la descendencia se apegue a la religión materna.

3.4 Josefina Como sus antecesoras, la novela de Salas ―quien siempre permaneció judío― cuestiona críticamente las barreras que impedían un romance católicojudío. El autor dedicó su novela a Moisés Curiel, “Mi Hermano en el Arte”, cuya identidad no hemos logramos precisar. Abajo del título, Salas agregó que Josefina es una “Novela basada sobre un hecho histórico”.35 35

Salas, D. Josefina: novela basada sobre un hecho histórico. Valencia: Ediciones Gobierno de Carabobo, 2004. Dilia Esther, la hija menor de Salas, confirmó que existen varios elementos autobiográficos en la novela de su padre. Según recuerda: “su padre en realidad se había enamorado de una cierta Josefina, una refugiada política venezolana. Dado que la pareja no pertenecía a la misma fe religiosa, no pudieron casarse”. Echteld, L. Literatura en español en Curazao al cambio del siglo. Tesis de doctorado. Universidad de Utrecht. Holanda, 1999, p. 104.

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En el mismo prólogo Salas también advierte a sus lectores de que “Persuadido estoy que no faltarán almas cándidas que, al fijar sus miradas sobre las endebles páginas de este libro, se sentirán presas de un temor rayando en cobardía, y descargarán sobre el autor sus implacables iras”.36 Salas se refería probablemente a las críticas que su novela podría despertar por atreverse a cuestionar las barreras sociales que impedían un matrimonio católico-judío en medio de la comunidad judía más numerosa de la región caribeña.

3.4.1 Josefina: la trama La historia de Josefina se desarrolla en Curazao comenzando en febrero del 1892. Josefina, una joven y hermosa mujer, escapa de Venezuela junto a su familia y otras familias venezolanas, huyendo del trauma de una lucha civil que afecta a su país. En el curso de una velada conoce a Alfredo Olivero, joven judío. Salas pinta a su bellísima heroína en terminología inspirada por el orientalismo del Cantar de los Cantares. Josefina, nos cuenta, “era joven como un joven cedro del Líbano”, “su acento rítmico era algo así como los acordes bíblicos del arpa de David”, y su voz “como el acento de aquellos ángeles que nos habla la Biblia!” Su madre era doña Mercedes, mientras que don Salvador, el padre que conoció toda su vida, era en realidad su abuelo. Josefina era también “cuasi fanática, educada con la cruz en la mano y la mirada fija en un crucifijo de madera, puesta casi siempre de hinojos, con la oración palpitando en los labios, adorando ídolos, contando las cuentas de un rosario y apretando sobre su pecho un pequeño volumen del nuevo testamento”.37 Alfredo no despliega ninguna característica que lo pudiera identificar como judío. Su nombre, Alfredo, es indicador del proceso de cambio cultural de sus padres, ya que las generaciones de padres judeo-curazoleñas anteriores a la de Alfredo uniformemente daban a sus hijos nombres de origen bíblico. Alfredo no aparenta haber recibido educación acerca de la fe, liturgia, religión o práctica judía. Salas identifica a su héroe como un libre pensador. Esta forma de pensar fue característica de la Libre Masonería, a la que tantos judíos curazoleños de la época se suscribían. 36 37

Ibídem, p. 12. Ibídem, pp. 21, 35, 54, 58.

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Por lo tanto, cuando Alfredo declara su apasionado amor por Josefina, se crea automáticamente el marco para el choque entre los dos criterios: por un lado, el de una creyente, católica practicante, y por el otro, de un judío no-creyente, libre pensador. Alfredo no es capaz de contemplar nada que le impediría llegar al altar matrimonial. Se ve perplejo y frustrado por su fracaso de persuadir a Josefina para que responda favorablemente a sus súplicas. Josefina, a pesar de los insistentes ruegos de su amante, no cede de su posición: la de ellos es una relación imposible, y en el clímax del drama le dice: “no tiembles, nuestro amor es un imposible”.38 Irreconciliables diferencias religiosas están en los cimientos del imposible amoroso. Josefina, claramente convencida de que el amor entre ellos está condenado al fracaso, le dice: “nada podremos cuando la religión levanta su voz, voz terrible ante la cual tenemos que doblegarnos los mortales!”.39 La unión de un judío con una católica, pronuncia Josefina finalmente: “traería sobre ti el grito de indignación de la sociedad Curazoleña; y lo que es aún peor, el desagrado de nuestros padres, la burla de nuestros amigos y el desprecio de nuestros relacionados”.40 A este argumento, Salas pone en boca de Alfredo una respuesta que menosprecia los lazos que atan a Josefina con su fe: “¡Tú no sabes amar! ¡Has escogido por pretexto a la religión, pues que si amaras de veras, nada podrían contra ti esos ídolos de madera ante los cuales te posternas!”.41 Josefina, aparentemente sorda ante la indecorosa referencia a las figuras de la iglesia como “ídolos de madera”, “sacó de su seno una cadenita de oro que rodeaba su cuello y de la cual colgaba un crucifijo salpicado de diminutos brillantes” y lo besó con gran devoción. Finalmente, le dice: “¡Alfredo! ¡Cuán felices fuéramos si tú creyeras en este Redentor del mundo, el gran crucificado, nuestro Padre Celestial!”. Alfredo rechaza este pedido, y mientras trata de arrancar el crucifijo de las manos de Josefina le responde: “Aleja de ti, esa cruz sombría! Desecha de tu mente esas creencias menos hermosas que los cuentos orientales”.42 38 39 40 41

42

Ibídem, pp. 110-111. Ibídem, p. 111. Ibídem, p. 113. Ibídem, p. 115. Ibídem, p. 116.

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A través de los diálogos entre Josefina y Alfredo se perfila un claro desbalance en los argumentos que él esgrime: mientras que Josefina de manera persistente y apasionada hace referencia a los símbolos cristianos y a sus imágenes, que tanto significado tienen en su vida, Alfredo no ceja de criticar la devoción religiosa de su amada y el apego a sus símbolos, pero nunca se refiere a la suya propia ni a sus prácticas. Por otra parte, y al contrario de la novela de Galdós, donde se propone la conversión al catolicismo, ―una opción teórica, ya que conversiones de esta naturaleza eran totalmente desconocidas y no existentes en la España de sus días―; Salas sigue la tónica argumental de Henríquez y Carvajal, donde no hay propuesta alguna para que el enamorado abandone su fe religiosa. La conversión de una religión a la otra en los días de Salas no era una opción factible, inclusive en una colonia holandesa mucho más liberal que España. Ello la aleja de la trama argumental en las novelas caribeñas.

3.4.2 El rechazo paternal al matrimonio exógamo Los apasionados argumentos y contra argumentos de los enamorados no son capaces de persuadir uno al otro. Lo que sí se convierte en una realidad es la predicción de Josefina de que su relación con Alfredo suscitaría el enfado de los padres. Por un lado, nos dice Salas, el padre/ abuelo de Josefina, don Salvador, es un “fanático religioso, [que] se moriría de pena si supiese que ella amaba a un hebreo”,43 y que si tal matrimonio llegaría a consumarse, sería para él “un crimen horrendo”.44 Don Salvador pregunta: “¿Es posible, que mi hija, educada en la escuela de nuestra religión santa y única, pueda incurrir en el error de amar a un hebreo?”.45 En la novela, no es Josefina quien revela a su padre sus sentimientos por Alfredo, sino su celosa hermana, Elena. Mas Josefina, justificadamente, presentía la reacción de don Salvador. El padre de Alfredo, igual que el de Josefina, también es calificado de fanático, quien “Amaba al judaísmo con amor profundo [mientras que] la 43 44 45

Ibídem, p. 127. Ibídem, p. 131. Ibídem, p. 154.

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iglesia lo inspiraba un horror espantoso”.46 A pesar de que Alfredo anticipaba la forma de pensar de su padre en cuanto a su religión, decidió, contrariamente a Josefina, compartir con él personalmente su amor por ella, pidiéndole por adelantado: “Nada más que un poco de tolerancia”. Mas cuando Alfredo le revela su amor por Josefina la católica, la respuesta de su padre —similar a la del padre de Josefina— es categórica y contundente: “cometes un crimen si esa mujer es una católica; nuestra religión nos impide el matrimonio con una mujer de distinta religión a la nuestra. El verdadero hebreo ha de ser invariable, tenaz y enérgico en el cumplimiento de sus ritos”. Alfredo responde a sus objeciones: “Padre, tú sabes que no soy religioso”.47 Es muy posible que Alfredo haya recibido una sólida educación general, mas en ningún lugar de la novela Salas ofrece el más mínimo indicio de que Alfredo también recibió la educación religiosa judía a la que su padre aparenta aludir. Como ya indicamos, Josefina demuestra un apego íntimo y sincero a sus prácticas religiosas, mientras que Alfredo es totalmente indiferente e ignorante acerca de su religión. Desde esta perspectiva parecería lógico que no sintiera necesidad de compartir sus inquietudes religiosas con Josefina. Era un libre pensador y masón como tantos otros judíos de su época. Justificadamente, tomando en cuenta su educación, Alfredo no demuestra ningún lazo con el pasado histórico de la religión de sus padres y por la consecuente obligación de contraer matrimonio dentro de su fe. Salas define tanto al padre de Alfredo como al padre de Josefina, como “fanáticos”. Se hacen merecedores de este epíteto por el sólo hecho de insistir de que sus hijos contraigan matrimonio dentro de su religión. Tal insistencia fue vista por lo menos por un crítico contemporáneo como “la sofocante costumbre de la endogamia”.48 Lo opuesto, por tanto, sería liberarse de esta “sofocante costumbre” dejando de lado cualquier preocupación por preservar las tradiciones religiosasculturales de cada individuo, dejando que sólo el amor sea el determinante de una relación. Es por eso que el Alfredo de Salas, igual el Daniel de Pérez Galdós y el David de Henríquez y Carvajal, determinan que los obstáculos que la religión crea en contra de los matrimonios exógamos se debe a “Esa intolerancia de las 46 47 48

Ibídem, p. 134. Ibídem, p. 139. Abraham, Ob. Cit., 1980, p. 131.

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religiones todas, esas preocupaciones mezquinas [que] son la fuente principal del odio que aún germina en el corazón de la humanidad”.49 Queriendo justamente barrer con este “odio” y dejar que el amor y la amplia tolerancia imperen por sobre todo, un contemporáneo de Salas, Ernesto Cortissoz, sefardita colombiano, expresó precisamente los pensamientos sugeridos en Josefina. Hijo de los sefarditas Julia Álvarez Correa y Jacob Cortissoz, residentes en Barranquilla, Colombia, Ernesto se enamoró de una mujer católica, Esther Rodríguez. En su Diario, Ernesto nos legó algunas de sus meditaciones acerca de las diferencias religiosas: Hablamos acerca de la religión, [escribe Ernesto refiriéndose a Esther], y me complace enormemente notar que no hay nada de fanático en ella. [Nótese que este es el mismo término que Salas y Henríquez y Carvajal usaron para identificar a los padres en sus narraciones]. Resulta que nos entendemos muy bien, particularmente en cuanto se refiere al delicado asunto que algún día nos veremos forzados a confrontar: la religión. Creo que nunca dudaré acerca de su genuino amor.50

4. Reflexiones finales De María a Josefina la literatura despliega diversos elementos de una realidad histórica específicamente caribeña, pero que expresa un dilema universal para el colectivo judío: la necesidad de mantener la endogamia matrimonial como condición estructural para permanecer como pueblo, con su particular identidad religiosa. En el caso caribeño sería reduccionista apuntar hacia un único elemento como el detonante o estimulador de los procesos exogámicos. Tenemos las migraciones, la ausencia en tierra firme de comunidades robustas, demográficamente en ascenso, con presencia de rabino y sinagoga, unido todo a las presiones socio-culturales del colectivo criollo, las tendencias modernas acerca del amor romántico y un latitudinarismo posiblemente asociado a la masonería; todo ello determinando procesos de asimilación cultural que incluyeron la exogamia grupal como ruta para generar familias de destino. 49 50

Salas, Ob. Cit., p. 139. Capriles, Ob. Cit., pp. 179-180.

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La ficción literaria rescata los códigos sociales propios de la Modernidad en abierto choque con los marcos socioculturales previos. Se enfrentan endogamia y exogamia, paterfamilias y libre albedrío, acuerdos matrimoniales y amor romántico, intolerancia y tolerancia, religión y laicismo. La literatura impone como trama el enlace libre albedrío-amor romántico-exogamia, expresada en la idea de dejar que “el amor haga lo suyo”. Aunque es válida, tiene como limitante que destaca uno solo de los elementos que integran la red que hizo posible el proceso de disolución gradual de la identidad judía de muchos de los sefarditas caribeños, red que sí se puede observar cuando la historia abre el abanico de las fuentes. Esa misma ficción literaria plantea la utopía del amor como religión, una única religión, eco del pensamiento latitudinarista; la cual desemboca en la imposibilidad de la unión exogámica. Aunque las obras potencian lo que se considera impensable, lo negado: el amor entre personas de distinta fe religiosa; el ideal utópico no se puede concretar y los autores destruyen a los personajes, siendo la muerte en distintas formas estilísticas la solución final al conflicto: María (Isaacs) y Gloria mueren físicamente, Morton enloquece, lo cual es una forma de morir. Alfredo, literalmente, muere de amor lejos de Josefina. David verá morir su herencia religiosa y cultural desde el mismo nombre de su hija: Cristiana. Sin embargo, las fuentes históricas nos indican que la realidad no se comportó de manera tan rígida. La muerte no fue el sello que marcara los destinos individuales, mas sí el de las comunidades. En la realidad fue exitosa la exogamia, bien a través de matrimonios o uniones consensuales, teniendo como resultado el problema demográfico que viven las comunidades judías a nivel planetario: “la disolución de una minoría por medio del abrazo biológico con la mayoría”.51 En su afán por enfatizar la restricción y los condicionamientos religiosos y culturales que la sustentan, la fuente literaria se aleja del dato histórico: la exogamia se concretó a lo largo de la cuenca del Caribe y generó miles de descendientes de sefarditas que hoy son católicos sin desconocer sus raíces históricas y culturales judeo-españolas. De Lima ha detectado en las redes 51

Hyman, P. Gender and assimilation in modern Jewish history: The roles and representation of women. Washington: University of Washington Press, 1995, p. 13.

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sociales y las webs de genealogías en internet a estos descendientes, entre los cuales están los Senior de Colombia y Venezuela, los Álvarez Correa de Colombia, los De Lima de Venezuela, Colombia y Trinidad & Tobago; así como descendientes católicos de sefarditas en la isla de Curazao.52 Sin embargo, es preciso recalcar que esta exogamia se dio casi en su totalidad por vía masculina. Exceptuando los casos antes presentados de República Dominicana, la soltería femenina fue el destino de muchas mujeres judías de tierra firme, impedidas de matrimoniar por falta de varones de su propio grupo religioso, lo cual alimentó la desaparición de las comunidades en tierra firme. El factor demográfico se vio afectado por la exogamia varonil, que encauzó hacia el colectivo femenino criollo sus preferencias en materia de pareja, dejando a las mujeres judías sujetas a una exigencia cultural y religiosa: la endogamia, imposible de cumplir ante la merma de varones. Atadas a un patrón cultural que exige un balance demográfico entre ambos sexos, mismo que se perdió entre migraciones recurrentes y enlaces varoniles mixtos extracomunidad, la soltería femenina puso el punto final a la posibilidad de supervivencia de casi todas las comunidades sefarditas en la cuenca caribeña. El conjunto de uniones y matrimonios abordados en estas páginas sirven de ejemplos que nos llevan desde los prolegómenos de la exogamia matrimonial hasta los enlaces mixtos reconocidos y aceptados; recreando un escenario heterogéneo donde podemos imaginar el tránsito de la asimilación de la exogamia partiendo desde fuertes conflictos intrafamiliares y reto a la comunidad, pasando por el ocultamiento de vidas familiares paralelas en tierra firme hasta llegar a las bodas mixtas con mayor o menor aceptación. Los enlaces exogámicos fueron, al igual que los procesos migratorios, beneficiosos para el receptor ―en nuestro caso las sociedades criollas― y debilitantes para el grupo emisor; la comunidad sefardita curazoleña. Cada unión consensual, cada matrimonio mixto, significó la pérdida de un potencial reproductivo que se trasladó del grupo emisor (sefarditas de Curazao) al grupo receptor (sociedades criollas). La comunidad isleña se diluyó, en buena medida, a lo largo de la cuenca del Caribe. 52

De Lima, B. ¿Una nueva dimensión para el oficio del historiador?; el potencial académico de Facebook y otros portales en internet. En: N. Suárez (Ed.). Diálogos culturales (pp. 227-234). Mérida: ULA-GIECAL-AAM., 2009.

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Existen muchas maneras de abordar el proceso histórico de disolución de una minoría. La novela Josefina, junto a sus predecesoras, da fe del valor de la ficción como fuente antropológica para estudiar la exogamia en el caso caribeño, ya que la narrativa permite escuchar la voz de una memoria impedida. La ficción recrea y analiza, dibuja, y comenta. En diálogo con la documentación histórica, nos permitió poner de manifiesto las formas en que un grupo, en este caso, los sefarditas curazoleños, afrontó uno de los grandes dilemas que siempre acompañarán a toda comunidad religiosa en minoría demográfica y carente de soportes para el despliegue de su identidad religiosa y cultural.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

Recurrencia del sistema caudillista en la historia republicana de Venezuela. Una aproximación positivista del fenómeno Recurrence of the system leader in the Republican history of Venezuela. A positivist approach to the phenomenon

Alexandra Mendoza

Profesora de geografía e historia (Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Miranda J.M. Siso Martínez). Candidata a doctora en historia en la Universidad Católica Andrès Bello. Profesora de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. E-mail: alexandradeacosta@gmail.com

Recibido: 05/03/2014. Aprobado: 10/06/2014. Resumen: En la presente investigación se abordaran tres ideas sobre el caudillismo, bajo la lupa positivista, la recurrencia decimonónica y la pretensión de mudar este fenómeno al presente siglo. El fenómeno del caudillismo ha sido abordado tempranamente por interesantes autores que lo han abordado desde diferentes ópticas. El caudillismo a la luz de la tesis científica del positivismo, expuesto por los venezolanos Laureano Vallenilla Lanz, José Gil Fortoul y Pedro Manuel Arcaya. Ellos sostuvieron que es un fenómeno producido por el determinismo étnico, del medio y la raza y que además reconocen la existencia de dos momentos específicos en la configuración del fenómeno caudillista, una fase inicial “caudillismo anárquico” y un desenlace “caudillismo despótico”. La recurrencia con la que el caudillismo se presenta por más de doce décadas en Venezuela y otros países hispanoamericanos, no es más que el reflejo del vacío de poder o en su defecto la precariedad del poder central, la presencia del caudillo, las revoluciones intermitentes, los intereses personales, los desbarajustes

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políticos, la debilidad de las instituciones, el ambiente de violencia, el predominio de la ruralidad, la desarticulación económica y administrativa, entre otros. Por ser este un problema histórico de grandes dimensiones para nuestra historia reciente, los estudios y las visiones sobre el caudillismo se han nutrido de nuevas fuentes y nuevos enfoque. No obstante, en los últimos tiempos se ha escrito y se ha declarado que “vuelve el caudillismo”, tal vez, por el exceso de algunas prácticas de gobierno, tomar esto como cierto es desconocer la dinámica propia del fenómeno. Pretender arrastrarlo a otras épocas es forzar realidades, desconocer su contexto y práctica política; y finalmente esto se puede interpretar como la confusión conceptual entre caudillismo y personalismo. Palabras clave: siglo XIX, caudillismo, positivismo, recurrencia, violencia, poder, violencia, Abstract: In the present investigation are tackled three ideas of caudillismo, under the positivist Magnifier, nineteenth-century recurrence and the pretense of moving this phenomenon to the present century. The phenomenon of caudillismo has been dealt with early by interesting authors who have approached it from different perspectives. The warlordism in the light of the scientific thesis of positivism, exposed by the Venezuelans Laureano Vallenilla Lanz, José Gil Fortoul and Pedro Manuel Arcaya. They argued that it is a phenomenon produced by the ethnic determinism, of the environment and race and that they also recognize the existence of two specific moments in the configuration of the leader phenomenon, an initial phase “anarchic warlordism” and a “despotic caudillismo” outcome. The recurrence with which caudillismo is presented by more than twelve decades in Venezuela and other Latin American countries, is nothing more than the reflection of the vacuum of power or failing the precariousness of the central power, the presence of the caudillo, the intermittent revolutions, personal interests, political dislocation, the weakness of institutions, the atmosphere of violence, the prevalence of rurality, the dismantling of economic and administrative, among others. This being a historical problem of large dimensions for our recent history, studies and insights on caudillismo been nurtured by new sources and new approach. However, in recent times has been written and has been declared “returns caudillismo”, perhaps, by some of the practices of Government excess, take this as true is to ignore the dynamics of the phenomenon itself. Trying to drag it to other periods is force realities, ignoring its context and political practice; and finally this can be interpreted as the conceptual confusion between warlordism and personalism. Key words: 19th century, warlordism, positivism, recurrence, violence, power, violence.

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Introducción Abordar el tema del caudillismo, es un esfuerzo por pretender encontrar respuesta alrededor de este fenómeno propio de las latitudes hispanoamericanas en el siglo XIX. Si bien, la figura del caudillo no es autóctona, sí el caudillismo, éste es una expresión del personalismo político que tienes sus orígenes en la humanidad misma, y su práctica no conoce fronteras, ni tiempo. Según los expertos el caudillo, es un subproducto de la Guerra de Independencia, al mismo tiempo éstos hijos serán multiplicadores de rebeliones, revoluciones, revueltas, sublevaciones y otras acciones bélicas, con la finalidad de luchar para mantener o aumentar su cuota de poder político, ya sea, de carácter local, regional o nacional. En ésta simbiótica relación, es decir, guerra-caudillo se debatió el país sin descanso por más de cien años con relativos lapsos de “paz”. El fenómeno del caudillismo es abordado a la luz del pensamiento positivista, cuyos postulados justifican la presencia y supremacía del caudillo como la “fuerza de conservación social” necesaria para mantener el orden que no es posible alcanzarse por la vía gubernamental, entre otra cosas porque el origen étnico de la población y las condiciones geográficas del territorio determinan su ingobernabilidad o barbarie. Esta investigación está estructurada en cinco ideas principales, la primera de ellas es una aproximación a la definición y evolución de la palabra caudillo; comprender como esta figura da paso al fenómeno caudillista que necesariamente debe diferenciarse del personalismo político, atendiendo que han sido “confundidos” en reiteradas ocasiones. Seguidamente estudiar el caudillismo a la luz de la tesis científica del positivismo, expuesto por los venezolanos Laureano Vallenilla Lanz, José Gil Fortoul y Pedro Manuel Arcaya. Desde esta misma visión demostrar la recurrencia del fenómeno durante el siglo XIX y finalmente ofrecer una propuesta sobre el caudillismo como sistema, que exige la presencia e interacción de cada uno de elementos para su funcionamiento; entre otras cosas porque existe la pretensión de trasladar el fenómeno del siglo XIX al siglo XXI, por ello es necesario estudiar sus características estructurales para comprender que los hechos históricos, se asemejan al curso de las agua de un río, que por más que se desee tomar de la

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misma dos veces, está siempre será “diferente”, aunque sea del mismo río, pues su recorrido lo impide. Pareciera entonces, que si el río lo impulsa la fuerza de gravedad, al hombre lo mueve el poder político. La historia similar al río siempre está en movimiento y por lo tanto, en constante transformación y evidentemente las recurrencias históricas obedecen a que los protagonistas son hombres que en el fondo varían muy poco, porque la complejidad humana trasciende en el tiempo y se manifiesta en distintas geografías. Todo lo expuesto anteriormente es para advertir que no es posible que vuelva el caudillismo del siglo XIX tal y como se manifestó, esto no quiere decir que otras interpretaciones sobre el fenómeno planteen su retorno, en todo caso se trataría de un caudillismo moderno y con matices diferentes. En cuanto a las fuentes utilizadas para reconstruir el tema, fueron de mucha ayuda Virgilio Tosta, El caudillismo según once autores venezolanos, Soriano Graciela, El personalismo político hispanoamericano del siglo XIX, Diego Bautista Urbaneja, Introducción Histórica al Sistema Político Venezolano. Entre otros.

1. Una aproximación a los orígenes del caudillismo Precisar los orígenes del caudillismo requiere de la revisión de la voz caudillo, no es difícil debido a que en una breve revisión etimológica, salta a la luz. Y es el diccionario de Sebastián de Covarrubias, en el año de 1.606 uno de los primeros en incluir el vocablo, éste se copia a continuación respetando la grafía y estilo de la época: cavdillo: significa al quiador dela hueste, quafi capdillo, ó capite, de donde también fe dixo capitan, que significa lo mefmo, vel caudillo, quafi cauens alium, porque ha de cuidar de toda fu gente. De las cualidades del que ha de ser cabdillo habla la ley 4. tit. 23. part. 2. y dize alli la gloffa , verbo cabdillos: affumatur talis in ducem guerra; qui scientiam, intellectu habeas, hot officium exercendi. Acaudillar, capitanear gente de guerra1 .

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Sebastián de Covarrubias, Origen y principio de la lengua castellana, p. 145.

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De acuerdo a esta definición el caudillo es el guiador de las huestes2, que debe cuidar, acaudillar y capitanear a la gente de guerra. Además para ser caudillo la Ley 4, establecía una serie de cualidades, es decir, no cualquiera podía serlo. Además este tipo de caudillo estaba reglamentado y subordinado por leyes y al servicio de otro. Retomando la búsqueda de los orígenes del término, se parte del principio que los vocablos se incluyen en el diccionario debido a su frecuente uso en medio de una sociedad determinada, por lo tanto el empleo del término data de una época anterior a su registro. Este significado inicial ha evolucionado con el transcurrir del tiempo, es así como en 1880 lo registra el diccionario etimológico de Roque Barcia: “caudillo: m. el que como cabeza y superior, guía y manda a la gente de guerra, el que es cabeza o director de algún gremio, comunidad o cuerpo”3 esta definición incorpora un nuevo elemento, y es que ya no solamente se considera caudillo a los hombres pertenecientes al mundo castrense, sino también a los civiles, por supuesto que esta ampliación trastorna la definición inicial, pues amplía el ámbito de acción del caudillo. Atendiendo a esta definición, pueden existir caudillos civiles y militares. No obstante la realidad republicana venezolana del siglo XIX y parte del siglo XX, ha demostrado que un caudillo civil, no triunfa ante las armas de un caudillo militar. Un caso evidente es el protagonizado por el acaudalado banquero Manuel Antonio Matos, en 1902, cuando éste pretende por la vía del hecho deponer el gobierno constitucional de Cipriano Castro en la llamada “Revolución Libertadora”4. Manuel Antonio Matos aún contando con el apoyo económico y de las potencias extranjeras como Estados Unidos, Francia y Alemania, naciones enemigas del castrismo, no logra su objetivo. Puesto que dicho apoyo no era suficiente para triunfar en la Venezuela caudillista. Faltaba un factor determinante, el “hombre fuerte” que movilizara las masas, estableciera alianzas, subordinara voluntades y controlara el poder. Aunque en la Venezuela de 1902, el caudillismo esta golpeado y amenazado de mengua, debido a que 2

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Según, el mismo diccionario de Covarrubias hueste, significa en la lengua antigua castellana “vale exercito puefto en campo contra el enemigo, p. 62. Barcia Roque, Diccionario etimológico, p. 321. Tierra Firme, Nº 29, “Estudio sobre caudillismo”, Caracas, enero-marzo, 1990.

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los experimentados y más prestigiosos caudillos primogénitos de la Guerra de Independencia ya habían desaparecido. De igual forma, la segunda generación de caudillos surgidos de la Guerra Federal en 1859-1863, no representaban una amenaza importante para esta fecha, y en gran parte esto obedecía a los intentos centralizadores del poder político iniciado por el gobierno de Antonio Guzmán Blanco y seguidos por Cipriano Castro, dicha política había herido de muerte al sistema caudillista; replegando los caudillos locales y regionales. Otro elemento que debilitó al sistema caudillista ha sido la configuración y “modernización” del ejército, además de las rencillas que existía entre los viejos caudillos. Es en esta atmósfera que Cipriano Castro con el apoyo de Juan Vicente Gómez, derrotan la Revolución Libertadora liderada por Matos. Otro ejemplo, de que el hombre civil no tiene oportunidad de mantener el poder político en una Venezuela plagada de caudillos lo representa el doctor José María Vargas, que luego de ser electo presidente constitucional, fue depuesto a través de la Revolución de las Reformas en 1835. Esta experiencia recurrentemente probada, por los registros históricos repliega la concepción del caudillo civil. Ahora bien, aclarado un poco sobre el origen del término, es necesario analizar el singular fenómeno que surge alrededor de ésta figura, vale afirmar que sin caudillo, no existe el caudillismo. ¿Pero… qué pueblos han sido dominados por este fenómeno?. En la indagación de esta interrogante, nos paseamos brevemente por la Historia Universal, y aunque el diccionario registra el término a partir del siglo XVII, la figura y acción del caudillo, no dio lugar a lo que en la actualidad se conoce como caudillismo, de manera que sólo nos tropezamos con prácticas similares: “… estructuralmente hablando hay una relación entre el feudalismo europeo durante los siglos IX-XV y el caudillismo hispanoamericano sobretodo el uruguayo y río platense, donde se crean relaciones políticas personales de dependencia”5, dichas prácticas también han sido denominadas caudillaje6 obligan a revisar otro tipo de fenómeno, antes de proseguir con el tema para esclarecer algunas relaciones o vínculos. 5 6

Graciela Soriano de García Pelayo, Entrevista, Caracas, 5 de diciembre de 2007. Caudillaje: m, Amér. Conjunto de caudillo de mala ley. Sistema político en que un caudillo ejerce el poder de una manera arbitraria y á su capricho. En Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana. Espasa-Calpe S.A. Madrid Barcelona, Tomo 12. cas-cg, p. 634.

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Nos referimos al personalismo, entendido como: “la adhesión a una persona o a las tendencias que ella representa, especialmente en política”7 el personalismo ha sobrevivido en el tiempo, ha traspasado fronteras y se ha alimentado de ciertos contextos sociales y su relación con éstas, cuyos nexos perduran en la medida que exista correspondencia entre el personalista y su pueblo, paradójicamente en esta antagónica relación, el primero no sobrevive políticamente sin el apoyo o del segundo, en casos extremos el sometimiento y dominio del personalista se impone. “El personalismo es una amplía categoría histórica que contiene el fenómeno del caudillismo hispánico”8 Éste cobra vida a través de distintas expresiones, y aunque conceptualmente, existan algunas confusiones, es necesario establecer que el personalismo es el fenómeno del que se derivan manifestaciones como la dictadura, el militarismo, la tiranía y el caudillismo entre otros. Contradictoriamente la mayoría de los estudiosos del tema, han interpretado como sinónimos. Ejemplo: Virgilio Tosta afirma: “…convulsiones intestinas y personalismo caudillesco constituyen un mismo fenómeno”9. No obstante, cada expresión posee sus especificidades, excepto que cada una contiene una alta dosis de personalismo, pero esto no significa que sean fenómenos idénticos. En este sentido la doctora Graciela Soriano de Pelayo afirma: El personalismo político no es un fenómeno hispanoamericano o tercer mundista como hasta hace muy poco se solía y podía decir, con actitud presentista y fácil frase hecha. Contemplado desde una perspectiva histórico-universal constituye, por el contrario, una realidad recurrente en la historia que se ha manifestado desde múltiples formas…ahora bien, considerar al personalismo político de todos los tiempos implica aceptar, a su vez, que existe un cierto grado de equivalencia en las épocas históricas en que se ha producido el fenómeno, susceptible de permitir en función de comunes denominadores que avalen su tratamiento homogéneo en virtud de cualidades o atributos compartidos.10 7 8 9 10

Diccionario Ilustrado de la lengua española, p. 856. Graciela Soriano de García Pelayo, Entrevista, Caracas, 5 de diciembre de 2007. Virgilio Tosta, Ob. Cit., p. 8. Graciela Soriano de García Pelayo, El personalismo político hispanoamericano del siglo XIX, p. 56, véase también ¿Caudillismo o personalismo?, en Últimas Noticias (Suplemento Cultural), Caracas, 5-2-1989. En este artículo la autora establece las diferencias sustanciales entre

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Efectivamente el personalismo se expresa en Hispanoamérica a partir del siglo XIX, bajo la forma particular del caudillismo, fenómeno exclusivamente hispanoamericano, sin que ésta afirmación signifique una homogeneidad del fenómeno en dicho territorio. Por ello es preciso aclarar en cuanto a ¿Cómo surge este fenómeno? Para ello utilizaremos las luces del pensamiento positivista venezolano Inspirados en las ideas de John Stuart Mill y Hebert Spencer, nuestros positivistas consideraron a la sociedad como un organismo vivo, dependiente, a leyes fijas. Esta sociedad necesariamente debía pasar por la situación anárquica del siglo XIX y que ésta anarquía no debía interpretarse como el fin, sino como la reorganización progresiva de los elementos para alcanzar la libertad dentro del orden. “La ciencia positiva no producía sus conclusiones al azar, sino mediante la aplicación de ciertas claves invariables cuyo seguimiento conduciría al efectivo rastreo del pasado, y a la utilización de tal rastreo para la proyección del futuro”11. Bajo esta concepción el positivismo, concibe al caudillismo como ese elemento necesario para alcanzar el orden y el progreso dentro de un sistema político carente de orden institucional. De tal manera que ante el vacío dejado por el depuesto sistema colonial, viene a ser el caudillo la institución personificada en hombre que progresivamente contribuiría a la formación de la República. Algunos representantes venezolanos que propulsaron esta visión positiva han sido Laureano Vallenilla Lanz, José Luis Fortoul y Pedro Manuel Arcaya, entre otros.

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caudillismo y personalismo, afirmando que el primero es una manifestación del segundo. Libro al día, La continuidad del caudillismo, enero-junio, Caracas, 1976, pp . 10-21, En esta entrevista a Guillermo Morón explica que el fenómeno Rómulo Betancourt es la continuidad del caudillismo. En la misma tónica La Revista Elite en 1979, en una entrevista a Francisco Herrera Luque sobre el caudillismo, éste sostiene que este fenómeno sigue vivo. ¿Vuelve el caudillismo a Latinoamérica?, en El Nacional, 10-05-1995. Esta tendencia que pica y se extiende según el autor se ve representada en que los países hispanoamericanos se ufanan de haberse librado de los regimenes dictatoriales, sin embargo diversas resoluciones emanadas de un poder ejecutivo cada vez más fuerte confirman la tendencia hacia el caudillismo en la región. Otros artículos similares plantean: El intacto carisma el caudillismo subsiste, apareció en El Nacional, Caracas, 20-08-1994, expresa que el fenómeno del caudillismo sigue vigente en América Latina, donde a veces el estallido de un traquitraqui pone a temblar nuestras frágiles democracias. Elias Pino Iturrieta, Positivismo y Gomecismo, p. 26.

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Según Laureano Vallenilla Lanz el caudillo es el resultado del medio y la raza, no obstante, le da mayor peso al medio, sin desestimar el segundo elemento. Tal es el caso de José Tomas Boves, quien siendo de origen español, sufre la influencia del medio y convierte en el primer caudillo popular venezolano. Este autor sostiene que el caudillismo florece porque en la guerra de Independencia se perdió la organización social y ante tal anarquía “El gendarme necesario”12, es la encarnación misma del poder y mantiene la paz, el orden, la regularidad administrativa, el crédito interior y exterior, estos hombres, nacidos de la guerra y de la anarquía, son la única fuerza de conservación social en los pueblos que evolucionan hacia la consolidación de su individualidad nacional13. Para José Gil Fortoul la raza y el medio son de igual importancia, debido a que no considera al hombre de modo aislado, sino en contacto recíproco con su geografía, de cuya relación se constituye el “medio social”. En el cual conviven las “razas sociales”. Estas son la “…acumulación más o menos grande de conocimiento en cada grupo étnico, y la mayor o menor propensión hereditaria en los individuos asimilárselos y acrecerlos”14. Sus planteamientos sostienen que la repetición de los mismos actos originan las costumbres y éstas forman la trama de la historia, en la que transita la evolución, ya que todo evoluciona. Por tal razón afirma que, el hombre no es cosmopolita por naturaleza y que dicha condición la adquiere solo cuando la ciencia, el arte y la industria modifican las condiciones del medio.15 Es en medio de la evolución positiva de la historia en la que la figura de caudillo es un elemento de dominio necesario y de transición social, para alcanzar el orden y el progreso. Por su parte Pedro Manuel Arcaya sostiene que el caudillismo es un fenómeno producido por el determinismo étnico, sin desestimar el medio; en el cual la herencia juega un papel primordial, ya que esta es trasmitida 12

Laureano Vallenilla Lanz, Cesarismo democrático, p. 137.

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Ibidem, p. 229. Virgilio Tosta, El caudillismo según once autores venezolanos, p. 32. Ibidem, p. 34.

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de generación en generación, ante las cuales pierde importancia las ideas importadas que tardan en prosperar por causa de la mezcla racial. En dicha mezcla las razas incultas, es decir, india y negra afectan de modo regresivo a la raza superior española. Según el autor el elemento indígena es determinante y no basta su disminución numérica para impedir su perpetuación en nuestra organización política, y considera que la figura del jefe indio primitivo que se imponía por su fuerza física o por su sagacidad para conducir hordas anárquicas en los llanos y una vez erigido despotizaba a sus compañeros. Demostrando que “el poder de estos caciques no tenía limite…”16 además plantea que esta realidad con ligeras variaciones se manifiesta nuevamente en los últimos años de la colonia, y durante la guerra de independencia ya no con el cacique, sino con el caudillo que mantiene dichas practicas anárquicas, personalistas y despóticas. Y aunque en estas circunstancias se encuentren las raíces del pasado, es necesario que a través de “la transformación del medio por la instrucción, el trabajo, la disciplina de las actividades y su armonía mediante la justicia más severa y sobre todo la transformación de los elementos étnicos por la obra de la inmigración”17 Para los pensadores positivistas el caudillo procede del medio y la raza y esta combinación de factores le dan vida al fenómeno caudillista. La tesis positivista además considera la existencia de dos momentos específicos en la configuración del fenómeno caudillista, una fase inicial “caudillismo anárquico” caracterizado por frecuentes enfrentamientos armados en la cual se impone el hombre más fuerte, con más huestes armadas, con mayor respaldo clientelar, con más prestigio, apoyo popular y carisma; algunas veces la práctica política de este caudillo desemboca en un caudillismo despótico. Esta recurrencia entre lo anárquico ―despótico-anárquico― despótico, sólo con ligeras variaciones en la práctica política van a predominar a lo largo del siglo XIX. Una evidencia de esta inestabilidad político-social y constitucional se observa en el hecho de haber tenido a lo largo de un siglo (1811-1897) la aprobación de once constituciones y la elección de 18 presidentes, no obstante, 16 17

Ibidem, p. 67. Ibidem, p. 72.

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la cantidad real de hombres que ocuparon la presidencia ascendía a más de treinta, debido a la inestabilidad producida por las reiteradas crisis políticas generadas o contenidas por el “hombre fuerte” de turno. De tal manera que pensar en un momento determinado que la actuación del caudillo se ajustaría a la Constitución y las leyes era una pretensión efímera porque el fortalecimiento del sistema caudillista estaba precisamente en el debilitamiento Constitucional y en la fragilidad de las Instituciones. Debido a que el hombre fuerte vacila en el cumplimiento de sus promesas, sobretodo si el cumplimiento de sus promesas atentan contra su intereses, pero éste se mantiene firme ante su afán de alcanzar, mantener y en algunos casos perpetuarse en el poder, estos hombres no se planteaban dejarlo, razón por la cual vivían en los campos de batalla en medio de las revoluciones. Entre los años de 1830 y 1935 no menos de 354 sucesos sangrientos y violentos mayores, que engloban una infinidad de acciones de guerra, y numerosos otros de menor importancia ―algunos hasta imaginarios, pues sólo existieron como pretexto para zarpazos de las tiranías o en la mente de algún caudillo fantasios―, hacen de la inestabilidad y la zozobra el clima del proceso nacional. Aquí el péndulo va de la congelación autocrática a la ebullición fratricida; del quietismo aplanador a la turbulencia sin freno18.

La recurrencia del caudillismo es similar a la ambivalencia en su práctica, o por el contrario, era la ambivalencia la que generaba la recurrencia? En este juego de palabras es preciso aclarar que la ambivalencia se refiere a esa contradicción entre las promesas, discursos y proclamas de las que se vale el caudillo primero para desprestigiar, denunciar, desvirtuar y difamar la gestión y el honor de su enemigo o en la mayoría de los casos al presidente de turno. Dichas promesas buscan aumentar sus huestes, ganar seguidores y de esta manera asaltar el poder o salir electo para ocupar algún cargo público importante, aunque, las mejores disputas y revoluciones se encendían por alcanzar la presidencia de la República. Al poco tiempo de la sucesión presidencial, haya sido esta por la vía del “hecho” o por “derecho” retornan los abusos, desmanes, despilfarros y 18

José Luís Salcedo Bastardo, Historia Fundamental de Venezuela, p. 376.

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arbitrariedades del hombre fuerte, ese mismo que un día prometió “cambios” en la práctica política, en algunos casos el segundo es peor que el primero. Pareciera entonces, dicha práctica se asemeja a un enfermo, y a veces no se sabe si el remedio es peor que la enfermedad. Lo positivo es que esta recurrencia paso a paso, poco a poco marcha hacia delante. Esta recurrencia con la que el caudillismo se presenta por más de doce décadas en Venezuela y otros países hispanoamericanos, no es más que el reflejo de las luchas partidistas, los desbarajustes políticos y administrativos existentes. Sobre estas ideas Vico sostiene: “…los primeros tiempos bárbaros y los tiempos bárbaros retornados de aquellos se puede fácilmente comprender la recurrencia de las cosas humanas en el resurgimiento de las naciones”19 De todo esto se desprende que ninguna lucha es igual a otra, que no todos los hombres aún teniendo intereses semejantes, emplean medios idénticos para alcanzarlos. Y aunque, pareciera que nada cambia, no es así, porque el dinamismo humano no permite involución, o por lo menos quienes escriben la “historia” no registran retrocesos. Atendiendo al interés de interpretar al caudillismo como sistema, pero, no al sistema político-social que ya ha sido estudiado, sino, como sistema en sí mismo. Se propone lo siguiente:

2. El sistema caudillista venezolano Atendiendo al interés de proponer al caudillismo como sistema, pero, no al sistema político-social que ya ha sido estudiado, sino, como sistema en sí mismo cuyas partes han sido: la guerra, la sociedad republicana (étnicoculturales), el caudillo, condiciones políticas, y condiciones económicas. La interacción, dependencia, interrelación, funcionalidad y objetivo común, determinan características propias de dicho sistema. En este caso, el poder político es su móvil.

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G. Vico, Ciencia Nueva, p.195.

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2.1. La guerra de independencia y guerras civiles reproductoras de caudillos Definitivamente nuestro caudillo del siglo XIX son nacidos de la guerra, y creemos que la guerra de independencia fue una madre de partos múltiples, claro ésta, que aquel conflicto no apareció de la nada, fue el producto de las ideas tomadas de la ilustración europea, la revolución francesa, la independencia de los Estados Unidos de América, la crisis política española, causada por la invasión napoleónica en 1.808. Otro elemento fundamental que movió a un elitesco sector de la sociedad caraqueña a fomentar la emancipación fue en esencia el poder, político ó económico, era el poder que desató dicha guerra, mantener esa cuota de poder, defender ese supuesto “orden social” que le garantizaba a una minoría el control social y dominio económico. Contrario a lo que se ha escrito sobre nuestra independencia, el 19 de abril de 1810 y el 5 de julio de 1811, en parte sólo pretendían asegurar esa posición. Porque se ha ofrecido la idea de que toda la gesta emancipadora giraba en torno a los valores de igualdad, justicia y libertad; pero ni antes ni después estas repetidas palabras raras veces traspasaron el papel y cuando así ha ocurrido, es porque el pueblo libre es más útil a los intereses de un grupo, que estando bajo el sistema de la esclavitud. Un ejemplo, es la tardía abolición de la esclavitud en 1854, que más allá de ser una medida social, fue una medida política. Es el poder el germen de la guerra, contrario a esto se podría pensar que la libertad debe ser la mejor y mayor razón. Pero la realidad venezolana del siglo XIX ha estado minada de revoluciones mezquinas e individuales que aniquilan no sólo la población, sino también el progreso, el avance, el desarrollo y la civilización. Al respecto Edgar Esteves escribe: El siglo XIX venezolano es un siglo de guerra. Para los venezolanos quien manda no es el presidente de la República, sino un general determinado que tiene en sus manos el poder. Se trata de un país que no logra todavía su integración cabal como Estado y desconoce el concepto de Nación; que no puede lograr una consolidación política pues se encuentra bajo circunstancias extremas de desacomodo social,

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viviendo en una constante anarquía. Impera en el país un permanente clima de guerra auspiciado por una multitud de caudillos, regionales y locales peleándose entre sí.20

El caudillismo se alimenta de los enfrentamientos, las revoluciones, el descontento casi siempre era un buen pretexto para ello, la frecuencia de las guerras civiles son propias de gobiernos débiles, de sociedades atrasadas y de inestabilidad política, de leyes aéreas, de infancia institucional y de gobiernos utópicos, de pueblos manipulables por su falta conciencia política; o por el contrario pueblos que luchan por salir de la opresión. Pareciera que ese pueblo también lucha por el poder, pero no lo alcanza lo ve desde lejos, porque un hombre con sus huestes y allegados ya se lo apropiado.

2.2. La sociedad republicana (étnico-culturales) La marcada estratificación social existente durante el período colonial, no desaparece con la independencia, no bastaba con la declaración idealista de igualdad proclamada y establecida a partir de 1811, ese desprecio del hombre blanco por el de color produjo la intransigencia entre cada grupo social. Existía un poco después de 1830 el antagonismo de las razas: Blancos, negros y mestizos gozaban, según la ley, de los mismos derechos civiles y políticos; pero en realidad, el predominio social y político era de una oligarquía de grandes propietarios y jefes militares, y la raza negra no había de alcanzar la libertad completa sino en 1.854. La escasa población de entonces vivía desparramada en el inmenso territorio nacional donde no había ni caminos numerosos para la circulación del comercio y de las ideas, ni grandes focos intelectuales para difundir las ciencias y las artes en las clases inferiores, ni centros industriales para enseñar al agricultor y al criador a domar las fuerzas y a utilizar las riquezas de una naturaleza virgen.21

La desigualdad social se manifestaba especialmente en el campo educativo. Para comprender los relativas transformaciones alcanzadas en materia educativa durante la República es necesario analizar las condiciones de 20 21

Edgar Esteves González, Las guerras de los caudillos, p. 5. Virgilio Tosta, Ob. Cit., pp. 37-38.

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ésta durante el período colonial, considerada como dogmático en lo religioso, exclusivista en lo social, selectivo en lo económico y discriminatorio racialmente, además de la carencia de preceptores, e instituciones educativas bien dotadas, ya que las existentes solo atendían a niños blancos y pertenecientes a familias pudientes, estas razones explican un poco como de los cuatro quintos de la población, no aprendían a leer, ni escribir y sus conocimientos se limitaban al breve catecismo religioso enseñados por los curas o feligreses. De esta realidad colonial se heredaron muchas instituciones y vicios al constituirse la República, no obstante legislativamente se crearon instrumentos para administrar de un modo menos excluyente y más populares en materia educativa, así se observa en los discursos, decretos y leyes. Pero en la práctica los cambios eran efímeros. Ese afán por mantener las viejas estructuras discriminatorias obstaculizaba en la práctica alcanzar una población educada, entre la guerra y las trabas sociales y eclesiástica se debatía el pueblo en la ignorancia y en lugar del conocimiento liberador se aferraba a su servilismo perjudicial que en alguna parte del camino se fusiono con el mesianismo heroico, esa espera y delegación dañina de que sólo un hombre puede mejorar la situación.

2.2.1. El caudillo En nuestra opinión el caudillo representa un hombre de armas, ambicioso, personalista, benévolo y violento por naturaleza, que con sus acciones militares puede controlar o descontrolar el sistema político existente. Su lugar dentro del mismo depende de las circunstancias y de su ascendiente personal, puede estar al frente del gobierno, sostenerle o adversarle. Casos puntuales son los de José Tomas Boves, Simón Bolívar, José Antonio Páez, José Tadeo Monagas, Santiago Mariño, Antonio Guzmán Blanco, Cipriano Castro, entre otros. El poderío que ostenta el caudillo puede ser obtenido por el reconocimiento y obediencia del hombre por el hombre u otorgado por la Constitución Nacional. La coexistencia de estas dos fuentes de legitimidad22 22

Diego Bautista Urbaneja, La idea Política de Venezuela, p. 44.

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serán una constante en la Venezuela caudillista del siglo XIX, esta combinación política conduce a la obediencia y ésta se transfiere al control social. Del mismo modo el caudillo se vale de las leyes para legitimarse y las utiliza a favor de sus intereses personales, éste gobierna sin un programa político establecido23, la fuerza se impone a las leyes y esta relación se invierte sólo cuando es necesario o conveniente. En opinión de Domingo Irwin el caudillo es “un jefe guerrero, personalista, político, que emplea la banda armada que puede jefaturizar como factor básico de su poder”24 este poder es de origen innato y naturaleza absolutamente humana, este líder logra la obediencia del hombre al hombre. El caudillo fue una institución política que va a predominar en Venezuela durante todo el siglo XIX. Al respecto Virgilio Tosta asevera: “...hombre fuerte, tirano absoluto...que encarna un régimen político personalista y que realiza la función del gobierno con plena renuncia de los postulados políticos y administrativos que deben orientar el lógico y armonioso desarrollo de las instituciones”25 Diego Bautista Urbaneja opina “La figura del caudillo ocupa un lugar central en la Venezuela del siglo XIX”26 básicamente porque éste usurpa y subordina las funciones institucionales, es una tercera vía de “orden” social que irrumpe en la transición del régimen colonial y la consolidación de la República, y esto es posible no sólo por la fragilidad del Estado, sino también por el apoyo de algunos sectores de la sociedad que se identifica con él. “… un caudillo que encabeza un gran movimiento social, no es más que el espejo en que se reflejan, en dimensiones colosales, las creencias, las necesidades, preocupaciones y hábitos…27 Las características predominantes de estos personajes son: experiencia militar, prestigio personal, carisma, ascendiente personal, valor, demagogia, autocracia, ambición, jefatura, armas, control de huestes, área de influencia determinada (local, región o nación). Es importante decir que en medio de los 23 24 25 26 27

Idem, p. 46. Domingo Irwin, Relaciones civiles en Venezuela 1830-1910, p. 7. Virgilio Tosta, Ob. Cit., p. 7. Diego Bautista Urbaneja, Ob. Cit, p. 39. Domingo Faustino Sarmiento, Facundo, p. 16.

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caudillos existen rangos o categorías, cuya ubicación depende del predominio político-militar que ejerce sobre un área de influencia determinada28. La presencia simultanea de caudillos crea dinámicas antagónicas de poder, que hacen imperioso el establecimiento de alianzas personales que garanticen lealtad y compromiso para la supervivencia política, tan necesario en el momento de los desacuerdos que tienden a resolverse por la vía de las insurrecciones o revoluciones, cuyas victorias al mismo tiempo se convierten en los indicadores del poder del caudillo.

3. Realidad Política y Económica La existencia de este fenómeno es posible gracias a las realidades estructurales que permiten su aparición y desarrollo, por ejemplo en Venezuela, el ideal político existente en el pensamiento de nuestros dirigentes desde el momento mismo de la declaración de la Independencia es la construcción de un Estado Nacional Liberal cuyos principios sean los mismos del liberalismo político europeo y el liberalismo económico inglés. De tal manera que la teoría liberal se convierte en un atractivo y posible proyecto de país, sustentada en amplias libertades individuales, sociales, jurídicas, económicas y políticas. En este sentido Diego Bautista Urbaneja afirma: “...la historia de nuestro siglo XIX es la historia de los esfuerzos por organizar la sociedad venezolana bajo la forma de un Estado Nacional Liberal...”29 Este proyecto liberal se ve cristalizado en teoría en la Constitución de 1830 cuyos principales postulados son de inspiración liberal. Lo interesante del proyecto de país que dibuja la Constitución del 30 es que inicialmente no se vislumbraban divergencias por los principios consagrados en ellas; las contrariedades aparecen cuando un sector de la sociedad no se identifica con la práctica política establecida, dando origen en 1840 a la creación del Partido Liberal organizado y dirigido por ideólogos como Tomas Lander y Antonio Leocadio Guzmán. 28

29

Diego Bautista Urbaneja, Ob Cit., p. 47, veáse también del mismo autor. “Caudillismo y pluralismo en Venezuela”, en Politeia, (separata) Caracas, 1975. Diego Bautista Urbaneja, Introducción Histórica al Sistema Político Venezolano, p. 15.

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A quienes se unirá un nutrido y heterogéneo sector de la sociedad quienes hacen causa común para defender los “verdaderos” principios liberales que según ellos habían sido hollados por la oligarquía conservadora acaudillada por Páez. La controversia no se hace esperar y a través de la prensa se presenta la disputa política, donde el Partido Conservador protege sus intereses mientras el Partido Liberal defiende las verdades del liberalismo por medio de la pluma de Tomas Lander “...Se trata de un estado de derecho en donde están previstas la alternabilidad republicana, la libertad de cultos, la independencia del poder civil frente al de la iglesia y la libertad de imprenta y de opinión...”30. De esta manera se observan pocas diferencias ideológicas entre conservadores y liberales, lo que realmente genera la contienda es la disparidad del beneficio político. Por lo demás existían escasas diferencias en cuanto a necesidad de inmigrantes, la creación de caminos e industrias; mientras que en la libertad de cultos no contó con el mismo consenso, pues el sector conservador católico se resistía a compartir con otras creencias a sus feligreses. Más allá de estos encendidos debates, existía una realidad institucional que debía disputarse el terreno con los caudillos y de cuyas luchas sólo los segundos salían fortalecidos, las instituciones venezolanas durante el siglo XIX fueron débiles e incipientes. “Las carencias institucionales promueven un control asentado esencialmente en la forma manejada por cada uno de los lideres para llevar a cabo su proyecto…”31 Entre otras cosas pensar que la fortaleza institucional sólo se encontraba en la elaboración y modificación de leyes, conducía sólo al ensayo y error legislativo que pocas veces logró su arraigo en la población, en este sentido Aristóteles expresa: “…la ley para hacerse obedecer, no tiene otro poder que el de hábito, y el hábito sólo se forma con el tiempo y los años, de tal manera que sustituir ligeramente las leyes existentes con otras nuevas, es debilitar la fuerza misma de la ley”.32 Ni siquiera nuestra carta magna escapó a estas constantes modificaciones, porque respondían más a intereses personales que colectivos. 30 31 32

Tomas Lander, “Petición”, en Pensamiento Político Venezolano del siglo XIX, p. 424. Elias Pino Iturrieta, Nada sino un hombre, p. 327. Aristóteles, Política, p. 86.

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En cuanto a lo económico, la estructura existente en el siglo XIX favorecía al caudillismo, porque las principales actividades productivas se desarrollaban en los campos, tanto la agricultura como la ganadería eran susceptibles y vulnerables a la intervención arbitraria de los hombres de arma y casi siempre victima del hombre fuerte. Sobre este aspecto opina Salcedo Bastardo “La base de la riqueza durante el paecismo, y hasta entrado el siglo XX, continúa siendo la tierra; la agricultura, seguida por la ganadería, es la ocupación de la determinante mayoría de nuestra población activa; el campo provee la casi totalidad de cuanto Venezuela exporta…”33. Detrás de cada revolución quedaba desolación, hambrunas, escasez mano de obra, agio, devastación, abigeato y usura. Sobre esta situación Carlos L. Marín testifica: Los latinoamericanos al surgir a la vida independiente, nos encontramos con que a lo largo de la lucha no tan sólo había acabado de despoblar las comarcas, ya de suyo raramente poblada, sino también que la guerra había creado mal encaminadas costumbres feudales, que no tuvieron el contrapeso de la riqueza y la industria, que saben imponerse e imponer la paz, que son conservadoras de buena raza, en resguardo de sus propios intereses. Oponíase también a frenar ese feudalismo bastardo la falta de necesidades imprescindibles, pues el terreno y el clima aunado hacen fácil la erudición del trabajo constante, la falta de necesidades superflua por nuestro poco roce con el exterior, la escasez de grandes centros y la supervivencia de las costumbres patriarcales, flacas de lujo y de boato34

Esta interpretación positivista dibuja los males que atacan no sólo a nuestro país, también alude a la situación de Latinoamérica, en ella identifica las causas, consecuencias y plantea las alternativas para superar el atraso socio económico existente. Otro rasgo importante que facilita la estadía del caudillismo en el siglo XIX, es sin duda la incipiente administración de los principales rubros de exportación. El control central de la economía era quimérico ante el carácter regional de ésta, porque el caudillo no sólo ostentaba el poder militar y ambicionaba el poder político, también poseía el control económico de su región o área de influencia. De tal manera que la economía interna debía 33 34

José Luis Salcedo Bastardo, Ob. Cit, p. 389. Carlos L. Marín, “Inmigración, paz y riqueza”, El País, Caracas, 31 de mayo de 1893, Nº 35.

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sobrevivir a las frecuentes revoluciones que empobrecía algunos sectores sociales y antagónicamente favorecía el patrimonio económico del caudillo. En fin, este esbozo pretende aportar elementos para desmontar la creencia sobre el regreso del caudillismo. Pretensión que para algunos expertos solo responde “…a una lectura desafortunada de nuestra historia…”35 no sólo la lectura, más bien la escritura, y sobre esto último aunque, es grande la pretensión se necesita revisar, reinterpretar, reconstruir y reescribir nuestro pasado para evitar estos desvíos conceptuales, que de alguna manera asoman que le tesis científica del positivismo está más viva que nunca. No porque esta sea errada en sus principios, acaso en su interpretación de seguir considerando que algunos fenómenos se “justifican”

Consideraciones finales El caudillismo del siglo XIX de acuerdo al enfoque positivista es un fenómeno que surge en Hispanoamérica a partir de las guerras de independencia y es producto de lo étnico y el medio geográfico; esta interpretación de la historia pretende justificar la presencia del hombre fuerte como el llamado a sustituir temporalmente lo institucional y lo legal, la fusión de estos elementos conducen a la institución política de carne y hueso, “caudillo” que se supone necesario para asegurar al anhelado orden y progreso en el estadio de la evolución de Venezuela. Reconstruir el caudillismo a partir de una serie de elementos constitutivos, pretende mostrar una interpretación distinta de dicho fenómeno, plantear la necesidad de cada uno de sus elementos para predominar nuevamente, y que si en la actualidad existen personajes políticos extemporáneos que desean gobernar al país despóticamente, utilizando herramientas similares a las empleada en el siglo XIX, sencillamente no es posible, la historia no retrocede. A menos que estemos ante un neocaudillismo y de ser así, este retorno sería funesto para las instituciones políticas, la sociedad y la democracia. De tal manera que el caudillismo tal como se conoce pertenece al siglo XIX, pretender arrastrarlo a otras épocas es forzar realidades, desconocer su 35

Elías Pino Iturrieta, “La historia Maquillada”, en El Nacional, 20 de noviembre de 1994.

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contexto y práctica política; y esto se puede interpretar como la confusión conceptual entre caudillismo y personalismo, entonces es preciso aclarar que el caudillismo es una de las expresiones del personalismo político de todos los tiempos, y por ser de todos los tiempos, es distinto al fenómeno caudillista que sí requiere de una realidad específica para su inicio, permanencia y declinación.

Referencias Bibliográficas Fuentes Secundarias ARISTÓTELES, Política, España, 2007 FRANCESCHI, Napoleón, Caudillos y caudillismo en la historia de Venezuela (Ensayos históricos, Venezuela: 1830-1930.) Caracas, Eximeo 1979 ESTEVES, Edgar, Las guerras de los caudillos, Caracas, El Nacional, 2006 IRWIN, Domingo. Relaciones civiles y militares en Venezuela, 1930-1910, Caracas, Litobrit C.A, 1996 IRWIN, Domingo G. “Unas Definiciones de Caudillo y Caudillismo”. Boletín de la Academia Nacional de la Historia. T, LXXI, No. 284, Caracas, octubre-diciembre, Academia Nacional de la Historia, 1988 pp.1019-1034. LANDER Tomas, Petición, en Pensamiento Político Venezolano del siglo XIX, Tomo IV, en Pensamiento Político Venezolano Siglo XIX. Caracas, Ediciones del Congreso de la Presidencia de la República. 1983 PINO ITURRIETA Elías, Nada sino un hombre. Caracas, Alfa, 2007 PINO ITURRIETA Elías, Positivismo y Gomecismo. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 2005 SALCEDO BASTARDO, José Luís. Historia Fundamental de Venezuela. Décima edición, Caracas, Universidad Central de Venezuela, Ediciones de la Biblioteca, 1993 SARMIENTO Domingo Faustino, Facundo, España, 1985 SORIANO DE GARCIA, Graciela. El Personalismo político hispanoamericano del siglo XIX, Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1996. TOSTA, Virgilio. El caudillismo según once autores venezolanos: Contribución al pensamiento sociológico nacional, Caracas, Tipografía Garrido, 1954. URBANEJA, Diego. La idea Política de Venezuela 1830-1870, Cuadernos Lagoven, Serie Cuatro Repúblicas Caracas, Editorial Arte 1988.

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URBANEJA, Diego. “Caudillismo y pluralismo en Venezuela”, en Politeia, (separata) Caracas: 1975 URBANEJA Diego. “Introducción al sistema político venezolano”, en Politeia N° 7, 1980º VICO, G. Ciencia Nueva, Madrid, Orbis, 1984. VALLENILLA, Laureano. Cesarismo Democrático, colección La Palma Viajera. Caracas, EDUVEN, 2000

Fuentes Hemerográficas MARÍN Carlos L. Inmigración, paz y riqueza. El País, Caracas, 31 de mayo de 1893, Nº 35. PINO ITURRIETA, Elías “La historia Maquillada”, en El Nacional, 20 de noviembre de 1994. _______________, Libro al día, “La continuidad del caudillismo”, enero-junio, Caracas, 1976, pp. 10-21. SORIANO DE GARCIA, Graciela ¿Caudillismo o personalismo? En Últimas Noticias (Suplemento Cultural), Caracas, 5-2-1989. Revista Elite. Sigue vivo. marzo-abril, Nº 2788-2796 Caracas, 1979 Tierra Firme, Nº 29, Estudio sobre caudillismo, enero-marzo, Caracas, 1990.

Obras de Referencia BARCIA Roque. Diccionario etimológico, ACHUZ, España, 1880 De Covarrubias Sebastián, Origen y principio de la lengua castellana, España, 1606 Diccionario Ilustrado de la lengua española, España, Océano, 2000 Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana. Tomo 12, CAS-CG. Madrid, Espasa Calpe S.A. 1924

Fuente Oral SORIANO DE GARCIA, Graciela. Entrevista, Caracas, 5 de diciembre de 2007.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

EL DISCRETO ENCANTO DE LA DEMAGOGIA. LOS DISCURSOS DEL PRESIDENTE ANTONIO GUZMÁN BLANCO EL SEPTENIO (1870-1877) The discreet charm of the Demagoguery. The speeches of the President Antonio Guzmán Blanco The seven years (1870-1877) Juan Carlos Reyes

Historiador por la Universidad Central de Venezuela. Magíster en historia de Venezuela republicana (UCV). Candidato a Doctor en Historia en la Universidad Católica Andrès Bello. E-mail: jucare25@yahoo.com.

Recibido: 29/05/2014. Aprobado: 10/06/2014. Resumen: El presidente Antonio Guzmán Blanco amplía y perfecciona una nueva manera de hacer política en el siglo XIX venezolano. Un nuevo estilo del discurso con base en la consigna de orden y progreso logra convencer a los ciudadanos de sus firmes intenciones de desarrollar el país que aún no salía de la ruina en la que había quedado luego de las grandes guerras, de Independencia y Federal. No obstante, se puede afirmar que en realidad de lo que se trataba era de un cambio de nombres de la clase que comenzaría a dominar el panorama político venezolano. Los liberales hacen su entrada triunfal en escena y lo hacen tras una revolución. Los Mensajes Presidenciales de Guzmán Blanco en el “Septenio” dan cuenta de la manera como sería conducida esa revolución y cuáles serían sus bases doctrinales: El odio al pasado para legitimar el presente y proyectar las esperanzas hacia un futuro provisor que sólo sería posible bajo la dirección de los nuevos hombres que han tomado el poder; las obras de infraestructura como argumentación de espectacularidad de la labor de gobierno y, el sometimiento del resto de las instituciones ―incluida la Iglesia― a los designios gubernamentales, son los pilares fundamentales de la sedicente revolución. Como

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veremos, se trata de una argucia política repetida, usada y abusada por muy diversos gobiernos en nuestra historia pues ha sido muy útil para convencer a nuestros pueblos generalmente ignorantes de sus propias capacidades de conseguir el tan ansiado orden y progreso. En fin, un nuevo discurso, unas nuevas obras, unos nuevos hombres para mantener la misma forma política de gobernar para el sector preferido por el nuevo gobierno. Vinos nuevos en odres viejos. Palabras clave: Discursos Presidenciales, Revolución, Guzmán Blanco, Septenio, Liberales. Abstract: President Antonio Guzmán Blanco extends and refines a new way of doing politics in the 19th century Venezuelan. A new style of speech based on the motto of order and progress achieved to convince citizens of their firm intentions of developing the country still not leaving debris that remained after the great wars of independence and Federal. However, it can be said that what was involved was actually a change of class names that would begin to dominate the Venezuelan political landscape. The Liberals made his triumphal entry into the scene and make it after a revolution. Guzmán Blanco in the “seven years’ presidential messages realize fashion as it would be led this revolution and what would be its doctrinal bases: the hatred of the past to justify the present and project expectations towards a future provisor that would only be possible under the direction of the new men who have taken power; infrastructure works as argumentation of the spectacular nature of the work of Government, and the subjugation of the other institutions - including the Church-to governmental designs, are the fundamental pillars of the sedicente revolution. As we shall see, this is a political trick repeated, used and abused by diverse Governments in our history because it has been very useful to convince our peoples generally ignorant of their own abilities get awaited order and progress. In the end, a new discourse, new works, new men to keep the same political form of governance for the sector preferred by the new Government. New wine into old Wineskins. Key words: presidential speeches, revolution, Guzmán Blanco, seven years, liberal.

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En realidad lo que quiere [Guzmán Blanco] es que la República se identifique con él de tal forma, que nadie pueda diferenciarlos. El pasado no existe. El presente y el porvenir están en él (…) Y al confrontar el pasado con el presente su voz adquiere una entonación bíblica. Parece que hablara del Antiguo y el Nuevo Testamentos. La patria comienza en abril y el viejo Antonio Leocadio, Jehová de patillas y bisoñé, se recrea en la contemplación de este Salvador de espada que prefiere cortar cabezas a sembrar ideas, y que abona con la sangre de los infieles la semilla del Evangelio amarillo. Ramón Díaz Sánchez Guzmán, Elipse de una ambición de poder. Caracas, Ediciones del Ministerio de Educación Nacional, 1950.

Introducción Casi como una constante ―pareciera que más de lo normal― en muchos países latinoamericanos, un líder, un caudillo y, hasta un Presidente Constitucional, se ha convertido ―o lo pretendió― en una referencia, en un punto de partida, en una ruptura, en un “antes y después”, se habla como de una epifanía. El cambio es el argumento, aunque para llegar a convertirse en ese líder del cambio no baste con decir que se va hacia él, no, es necesario romper con la rutina política, exaltar en gran medida los ánimos, las pasiones y hasta los odios. Sólo así, en Latinoamérica, un cambio se convierte en una revolución. Es decir, se trata de un cambio, pero no de cualquier cambio. En la vasta región del continente que abarca lo secesionado de España, la utilización de la palabra “cambio” pareciera un libreto, una guía, una fórmula para el triunfo político. Es “casi” del todo normal el que algún Presidente que no incluya la fórmula del “cambio” en sus promesas de campaña y en sus discursos estará en minusvalía con sus contendores. En ocasiones, no pocas, algunos candidatos en sus campañas se han visto en la necesidad de hablar “sutilmente” de cambios necesarios en la sociedad, aunque su antecesor sea incluso de su propio partido, el mismo que le brinda a su vez toda la maquinaria para lograr el triunfo, personal y partidista.

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Pero, a veces, la sola mención del cambio no basta, es necesario adentrarse en la manera de ser de los habitantes, sus inquietudes y sus desesperanzas, sus virtudes y sus complejos, sus odios y sus alegrías; hay que saber lo que espera, aunque, en muchas ocasiones, hasta los haya que no esperan ya absolutamente nada. Una gran mayoría, es casi una constante, espera un líder que castigue a quienes considera, o le hacen pensar que hay un enemigo responsable de sus desgracias, este líder que une el conocimiento de esto y lo combina con un carisma personal es quien generalmente logra manejar un país latinoamericano con relativa facilidad. Venezuela, a lo largo de su historia cumple a cabalidad el guión. Como ejemplo de estas conductas sociales hemos querido analizar el período de gobierno del presidente Antonio Guzmán Blanco denominado el Septenio. Este ensayo apunta a diseccionar los “Mensajes Presidenciales”1, como fuente poco utilizada y, mucho menos, como objeto de estudio de manera autónoma. Este hecho debe tener sus razones en la molestia que genera ―lógicamente― para cualquier investigador, revisar la apología de un gobierno hecha Discurso, la que, normalmente, suele ser somnolienta, y generalmente con intenciones justificativas y engañosas. No pretendemos aquí dilucidar el mayor o menor artificio en la obra de gobierno del Presidente Guzmán Blanco y, mucho menos, pretender constatar si efectivamente cumplió con todo lo prometido en sus muchos discursos; tan sólo queremos intentar “comprender” sus Mensajes y lo que ellos representaron para la Venezuela del momento.

1. El Discurso como problema histórico Cada uno de los Mensajes están muy bien escritos y, dada su considerable extensión, denotan más que una presentación de cuentas, una misión, un compromiso que hacía un Presidente salvador de la patria a una sociedad cansada, asediada y hastiada de guerras civiles y ansiosa, al decir del mismo Presidente, de conseguir el soñado progreso y estabilidad desconocida hasta ese entonces. 1

Mensajes Presidenciales, Caracas, Presidencia de la República, Tomos I y II, , 1970.

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Cada discurso es, como podríamos llamarlo en la actualidad, un ejercicio publicitario, casi comercial; se trata de la venta de un producto que se llama Presidente y, en nuestro caso, ese producto lo patrocina su mismo vendedor que era el “Ilustre Americano”; de allí que los discursos presidenciales se trataban más que de una exposición de su manera de gobernar, un ejercicio de convencimiento de la población, al menos de la población con participación política. Se trataba de un ejercicio literario o retórico para sustentar y legitimar lo que por la fuerza ya había quedado demostrado, en adelante las cosas “serán como están siendo”, un nuevo momento y un nuevo líder marcarán la historia en lo venidero. Todos los mensajes son presentados ante los diversos Congresos que, por genuflexos ―con algunas honrosas excepciones―, aplaudían y acogían la orden que se les enviaba. El resto de la sociedad, por cierto compuesta de un considerable porcentaje de analfabetas, no era la que escuchaba los discursos. Fruto de una revolución llegó Guzmán Blanco al poder y esa característica ha implicado en todas las sociedades hispanoamericanas una especie de patente de corso para iniciar un proceso de cambios que demuestre una ruptura entre un tiempo y otro. Lo revolucionario debe ser lo novedoso, lo progresivo, lo moderno y, lo anterior, debía convertirse en lo oscuro, lo perverso y el atraso. Es casi como una ley, un axioma. Por su condición de hombre culto y, en particular, por la combinación de ser también un hombre de acción, Antonio Guzmán Blanco supo imponer muy bien sus ideas, supo someter a sus enemigos, controlar hábilmente el país y los diversos caudillos regionales; en fin, supo vender muy bien su imagen de líder. De sus escritos en general nos habla el académico J. A. Cova: “Su estilo en discursos, proclamas y artículos de prensa, era ampuloso y rimbombante; pero muchas veces también, sobrio y elocuente. En la réplica era vivaz, ágil, agudo y esgrimía la ironía con refinado arte. Fue un escritor avezado en el juego y dominio de las ideas.”2 2

J. A Cova, Guzmán Blanco su vida y su obra (Ensayo histórico-sociológico de interpretación). Edic. Ávila Gráfica, Caracas, 1950, p. 176.

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Elogiado y vilipendiado por muchos, no deja de reconocerse que Guzmán supo gobernar con mano firme y someter a los caudillos, como la principal enfermedad del país que había que erradicar para la consecución de sus fines más esenciales. El mismo J. A. Cova con intención de dibujar su perfil sicológico y dotes de líder expuso: Carácter recio, de resoluciones rápidas y firmes y de valor personal a toda prueba, así se explica que desaparecido Falcón, subordinara a su autoridad a todos los caudillos federales que le eran superiores en antigüedad y jerarquía militar. Fue en efecto, ―resultaría ridículo negarlo― caudillo de caudillos. Pulido, Colina, Salazar, Mendoza, Alcántara, Crespo, a regañadientes se le sometieron y a todos manejó y utilizó, dentro de sus personales concepciones. La crueldad, sin embargo, no le empujó jamás en sus abismos.3

Guzmán Blanco representó para la época decimonónica el segundo “hombre país” ―el primero había sido el General José Antonio Páez― y de allí que todos los autores que se han internado en la complejidad de la política de ese siglo han tenido que considerar, para bien o para mal, la figura del “Ilustre Americano”, como pilar fundamental de las decisiones políticas, económicas y sociales de todo el siglo.

2. La Revolución Revolución, en sentido filosófico, es solamente el cambio de un estado de espíritu, aunque no se derrame una gota de sangre. La ‘revolución pacífica’ es un ideal y como tal, difícil de realizar. Si la revolución consistiera en cambiar la posición del bastón, que la contera pasara a ser puño, y éste, contera, el país no habría ganado nada con la sustitución de unas clases suficientes o poderosas por otras. Menos si se pierde la libertad. Luis Beltrán Guerrero. El tema de la revolución, Caracas, Monte Ávila editores, 1993. p. 118.

Inicialmente, y como era de esperarse, Antonio Guzmán Blanco emite su primer mensaje presidencial en 1870 en tono de discurso triunfador. La 3

Ibídem, p. 175.

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“revolución” habría triunfado, no era la primera, tampoco será la última, pero llega para imponerse. La guerra federal había dejado muchos cabos sueltos, los que Guzmán sabrá aparejar. En vista del triunfo de la revolución guzmancista de abril, el líder del momento se inaugura en la retórica presidencial y qué mejor forma que la de justificar los hechos de la nueva situación que se iniciaba: el triunfo ansiado del Liberalismo. Guzmán emite sus primeras palabras con gran elocuencia: Ciudadanos Plenipotenciarios de los Estados, reunidos en Congreso: Este es uno de los más grandes días de la causa liberal de Venezuela. Con vuestra instalación en Congreso, los Estados ratifican la revolución a que los pueblos tuvieron que ocurrir contra la postrera usurpación de la oligarquía. Yo me congratulo además, porque, como conductor de los últimos sucesos, veo sellada la parte principal de la grande obra que la mayoría de mis conciudadanos me confiara.4

Queda asentado que la presencia de los revolucionarios en Caracas debía ser justificada elocuentemente, Guzmán utiliza entonces la tesis del partido contrario o enemigo común, culpable de todos los males de la patria, al que no le ha importado el pueblo de no ser para saciar sus apetencias de poder, en fin la “oligarquía”. No solamente se conforma con afirmar en sus discursos la necesidad perentoria de asumir estos cambios, además expone que su causa es el resurgir de la patria pues el enemigo representa, nada más y nada menos, que las reminiscencias de “la colonia”. Hábil treta utilizada en ese momento para denigrar de los hombres de la Independencia ―con Páez a la cabeza― y marcarlos con el mote de oligarcas, conservadores y colonialistas, cuando fueron precisamente éstos quienes enfrentaron con las armas a los ejércitos de la Corona española. Veamos este ejemplo de cómo a partir de un discurso se puede moldear la historia con fines particulares: 4

Mensaje que dirige el General Guzmán Blanco al Congreso de Plenipotenciarios de los Estados, reunidos en Valencia en 1870. Pág 328. En adelante los “Mensajes Presidenciales” serán citados como (MP), tan solo con la variación de la fecha de su pronunciación.

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Es la sagrada obligación de mi puesto, consignar aquí la gran verdad, y paso a cumplirla. Dividida Venezuela desde 1840 en dos partidos, el uno pugnando por la libertad, el otro armado con la autoridad; éste, heredero de la colonia, aquél hijo de la República; el primero, que marcha al porvenir, el segundo que se aferra al pasado; entre el oligarca y el liberal ha existido siempre una distancia que no han podido acercar ni el tiempo, ni sus lecciones, ni el prestigio de la mayoría popular, ni sus triunfos materiales, ni sus conquistas morales, ni su noble magnanimidad.5

La idea de Guzmán es en apariencia natural, todas las luchas del partido liberal, en las que incluye a los gobiernos de los Monagas y, por supuesto la guerra federal, tenían un horizonte común: sacar del poder a la oligarquía conservadora, así lo expone: Hasta 1846 fue legal la contienda, porque la oligarquía, dueña del poder, creía darse autoridad moral disfrazando su ambición con la legalidad. Vencida al cabo, con poder, disfraz y todo, se desmintió a sí misma, y alzándose contra las elecciones populares, e imponiendo un Congreso y un Presidente por la fuerza, hizo de la fuerza el supremo derecho de Venezuela. Así triunfó la oligarquía en 46; pero el pueblo también apeló a la fuerza y triunfó en 48. En 58 fue engañada la mayoría, y la oligarquía volvió a apoyarse en la fuerza para mandar; lo que produjo cinco años de sangre y el triunfo por la fuerza del pueblo soberano en 63. En 68 se repitió la escena por tercera vez: reincidió la oligarquía en el abuso de la fuerza, y ha vuelto a repetirse el triunfo por la fuerza, y para siempre, del pueblo de 46, 48 y 63. Despréndese de aquí una verdad que ya puede llamarse histórica: Venezuela ha vivido 25 años en guerra civil, porque con la oligarquía no hay otro árbitro que la fuerza, convertida por ella en derecho público desde 1846.6

Según se desprende de la exposición del Presidente, hasta ese momento no ha habido más que búsqueda de reconciliación y paz por parte de los liberales y traición y engaño por parte de los conservadores, a más de que en el fondo ―sostiene— las ideas liberales para desarrollar al país son, de suyo, sumamente distintas y hasta contradictorias con las conservadoras, como vemos: 5 6

MP, 1870, pp. 328 y 329. MP, 1870, pp. 328 y 329.

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Pero, ¿debemos, o siquiera podremos seguir viviendo así, matándonos, destruyendo nuestra riqueza, arruinando la patria? Creo que es indispensable preocuparnos, antes que todo, del remedio para una desgracia tan inexorable y de tan desesperante duración. Dos caminos se han ensayado anteriormente. El uno fue el de las vías legales, que obstruyó la oligarquía por su alzamiento contra el voto popular en 46. El pueblo no ha vuelto a creer que bajo el poder de los oligarcas pueda haber elecciones libres. El otro camino fue el del tratado de Coche; el de la magnanimidad, el de la conciliación. Buscaron los hombres de la Federación asimilarse los oligarcas, confundirlos con la mayoría nacional triunfante, con la esperanza de que después de esa descomposición, se incrustasen en las diferentes sectas liberales, y que de ese modo las contiendas políticas no fuesen contiendas a muerte por los principios de la República, sino diferencias de planes y propósitos de perfeccionamiento social, de desarrollo material, de adelanto moral; diferencias, en fin, entre propósitos de progreso. Pero este camino también lo obstruyó la oligarquía. El pueblo la ha visto aparecer en 68 y 69, más apasionada, más exclusivista, más rencorosa, más perseguidora, más retrógrada que nunca. Antes cubría sus arbitrariedades con fórmulas y apariencias legales: últimamente, sus violencias han tenido los caracteres del cinismo y del vandalaje.7

El argumento que usa Guzmán para justificar su toma del poder y la persecución no habría de ser más simple: conmigo la paz, con ellos la guerra: Ocupada Caracas, insistí en proponer la paz a los vencidos, sin otra condición que la de que depusieran las armas esos restos que quedaban dispersos en uno que otro punto del litoral, y no obtuve sino pruebas de que esa oligarquía militante no quiere sino la guerra, a todo trance, y hasta el último momento.8

Más adelante, el presidente Guzmán muestra sus verdaderas intenciones; de las promesas de paz pasa a dictar que la guerra será implacable contra los oligarcas y, dice, luego de que hayan desaparecido completamente y para siempre de la escena política venezolana, resurgirán nuevos partidos que vayan a la arena política en paz ―no como los oligarcas por supuesto― y nacerá la nueva República a imagen y semejanza de la que él propugna. 7 8

MP, 1870, pp. 329 y 330. MP, 1870, p. 330.

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El mensaje no podría ser más claro: No queda, pues, a la mayoría, que ya puede llamarse casi unanimidad del país, otro camino que el de continuar la lucha hasta vencer la minoría de un modo completo y absoluto. En esa lucha, sostenida con constancia y energía, la oligarquía perderá los últimos elementos que le quedan, y acabará de desacreditarse esa media docena de aventureros que a su nombre ciñe espada. Por el camino que lleva, el partido oligarca puede desaparecer como partido político, y hasta como núcleo social. Es él mismo quien lo quiere así, y marcha ciego hacia su tumba. Y desde ese día comenzará, a mi juicio, la edad venturosa de esta República; porque de la gran mayoría liberal vencedora, se formarán nuevos partidos, sin el temor de caer en manos de sus implacables enemigos de cuarenta años; y esos partidos serán entonces doctrinarios y pacíficos: no se disputarán el poder para vivir con seguridad y garantías, como sucede hoy, sino para hacerle el bien a la patria: no tratarán de conservar el poder por temor a sus enemigos, sino que lo cederán a la mayoría, seguros de que tendrán en el hogar los mismos derechos y garantías que han otorgado ejerciéndolo: las luchas políticas serán luchas de competencia para hacer el bien común, no luchas a muerte, como las actuales, para poder sobrevivir. 9

Para ser un mensaje presidencial el Presidente no se anda con eufemismos e insiste en la intolerancia hacia la oligarquía que, paradójicamente, considera traidora al pueblo “soberano” desde los mismos inicios de la independencia. Debía hacerse la guerra para conseguir la paz. Así anuncia: Con la oligarquía eso es imposible [la paz], porque tal minoría cree al resto de sus compatriotas seres inferiores, en quienes el uso de la libertad es insubordinación, y usurpación los derechos de la igualdad. La oligarquía defiende sus preocupaciones con toda la ceguedad y la injusticia del fanático, en contraposición con el pueblo que defiende sus derechos con todo el despecho del Soberano ofendido. Por eso nuestras contiendas han sido sangrientas: por eso no han tenido conciliación posible: por eso es menester que los pueblos triunfen en esta vez de un modo definitivo, desbaratando los pocos elementos oligarcas que quedan, última resistencia del elemento colonial que empezó Venezuela a combatir desde 1810. 10 9 10

MP, 1870, p. 331. MP, 1870, pp. 332 y 333.

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No obstante la crueldad que acompaña la guerra por antonomasia, Guzmán utiliza la tribuna del discurso presidencial para, después de presentar una larga relación de la campaña que lo hizo triunfador, presentar a su ejército vencedor como incapaz de arbitrariedades y él, personalmente magnánimo con los vencidos. Vieja treta esta e inmejorable la ocasión del mensaje presidencial para presentar su victoria ante Venezuela y el mundo. Así, sus palabras: Grande fue mi ansiedad, porque las represalias de que el enemigo se había hecho merecedor durante los veintidós meses que gobernó, su negativa a toda transacción, la resistencia en Caracas, tan injustificada, y las mil bajas que me costaban los tres días de combate, me hicieron temer hasta excesos en el vértigo del triunfo de 8.000 hombres que casi a un tiempo inundaron la ciudad. Pero lejos de eso: fuera de las desgracias y durezas de la batalla, nada hay que echarle en cara al ejército liberal. No hubo un solo muerto después del combate; no hubo una sola puerta rota; no hubo, lo que propiamente puede llamarse un robo; no hubo, en fin, quien pudiera quejarse, con justicia, de un insulto de hecho o de palabra. Las casas particulares que aparecen como invadidas por las tropas, son las casas que ocupó el enemigo, con o sin la voluntad de su dueño, y que convertidas en fortificaciones fue imprescindible tomar a viva fuerza. En ninguna ocasión ha ostentado el honrado y magnánimo pueblo de Venezuela, mayor virtud ni mayor humanidad que en el terrible momento de la ocupación de Caracas. El pueblo más culto de la tierra tampoco podrá presentar una prueba más grande de civilización, que la que dieron en ese día los 8.000 liberales armados, después de 48 horas de tremendo asalto. Siento una tentación de orgullo al consignarlo aquí para vuestra satisfacción, para la justicia de la historia, y para vergüenza de los que siempre nos han calumniado. 11

De seguidas, Guzmán da un largo rodeo de descripción de batallas y escaramuzas para exponer que ya su triunfo es definitivo, hace uso de una consigna que engloba sus inquietudes como quien mira un país con el deseo sincero de enrumbarse por la senda del desarrollo y progreso y qué mejor ocasión para solicitar elecciones libres. Por supuesto, en momentos en que no solamente la suerte sino el prestigio de guerrero le acompañan. El futuro era suyo. 11

MP, 1870, pp. 336 y 337.

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Puedo, pues, decir que mi misión está cumplida. Ella consistía en dar unidad y dirigir los esfuerzos populares hasta derribar el poder usurpador de la oligarquía. Está hecho. Vosotros debéis ahora sellar esta victoria fijando la época de las elecciones para la fecha en que pueda retirarse el ejército, y hacerse, por consiguiente, tan populares y libres como lo reclama el país hace 25 años, y como lo tiene prescrito el código inmortal de 1864, bandera de la Revolución y égida del porvenir. La paz de Venezuela depende sólo y exclusivamente de que el pueblo elija libremente sus comisarios públicos en discusión franca y legal, y vea que esa elección es respetada, y que vuelve, por tanto, a ser su voluntad de derecho supremo de la República. Nuestras guerras civiles de 46 se alzaron contra el pueblo en el acto augusto de elegir los nuevos depositarios de la autoridad constitucional. A fuerza de sangre y de cruentos sacrificios ese pueblo ha reconquistado todos sus derechos. Tócanos dejarlo que use de ellos como verdadero Soberano. Y esa será su dicha, porque es la paz de Venezuela; y será nuestra gloria, porque es el cumplimiento del más grande de nuestros deberes para con la patria. 12

Más adelante la sentencia obligatoria del momento: promete que va a restituir la autonomía de los estados. En 1870 y, a pesar de su indiscutible triunfo sobre los conservadores y/o centralistas, quedaban los respectivos poderes locales a los que había que tratar con guantes de seda, al menos en sus inicios. El caudillismo era de vieja data y comúnmente eran personajes que veían con recelo toda gestión que viniera del gobierno central, fuera liberal o conservador, daba igual. De tal modo, apunta: Restablecer la autonomía de los Estados y practicar elecciones populares libres, han sido los temas de la Revolución. Cumplamos uno y otro deber, y la historia recogerá nuestros nombres asociados a la paz y la libertad permanente de Venezuela.13

Es interesante la manera como Guzmán concluye su discurso de 1870. Se nota en sus palabras la seguridad del vencedor tanto en la guerra como en la política y qué mejor momento aquél para adoptar la humilde posición del 12 13

MP, 1870, p. 339. Idem.

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guerrero que no aspiraba a más que a la gloria de la victoria, por lo que solicita que no se le llame a dirigir el nuevo gobierno. En una frase elegante que, además, no quedaba mal pronunciarla, expone su sacrificio para lograr la ansiada paz y él, de ser elegido por el Congreso, estaría presto a servir tanto como en el caso de que no fuera elegido. El olfato político de Guzmán o de cualquier político de la época demostraba que la frase era tan elegante como que a su vez no era, siquiera, necesario pronunciarla, como vemos: Si algo tuviera que agregar a esto, sería, que por lo mismo que he sido el jefe de la Revolución, y por lo mismo que me ha tocado organizar en gran parte su victoria, debéis considerarme como el más incompetente para merecer vuestra elección. No os arredre el que falte todavía que vencer algunos restos oligarcas en Coro, libertar a Trujillo y vengar al Zulia. Cualquiera que elijáis es competente para ello; pero si se necesitare de mi cooperación personal, como General en jefe del Ejército, como Consejero en el Gabinete, o como ciudadano particular, vuestro elegido puede contar conmigo como si fuese yo mismo el encargado del Gobierno. Os lo diré tal como me lo dicta el corazón. La más envidiable gloria de Venezuela después de todo cuanto le cuesta la vanidad de algunos de sus hijos, es la gloria de la abnegación. Permitidme que aspire a merecerla. Dios y Federación Caracas, Junio 15 de 1870 14 Se da inicio a la Dictadura; Alea jacta est.

3. El afianzamiento del poder: la legitimación Los años que van de 1870 a 1873 en que Guzmán Blanco pasa de Dictador (en el sentido clásico del término) a Presidente Constitucional son de una incuestionable movilidad gubernamental. Podría afirmarse que en esos años se construye con solidez la hegemonía guzmancista que regirá, con sus vaivenes, hasta su muerte el año 1899. 14

Ibìdem, p. 342.

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Es la época de oro de Guzmán. En su condición de Dictador supo aprovechar el poder que tal condición le brindaba para sentar las bases de su proyecto de país. Es el momento cuando finalmente el Estado como ente orgánico asume las riendas de la sociedad y se impone o, al menos lo intenta seriamente, a la Iglesia y a los poderes locales. Se trataba del intento más firme de crear un Estado nacional moderno en una Venezuela agrícola, pobre, desencajada, arruinada y anárquica.¿Hasta dónde estremecieron realmente los cambios ejecutados bajo el gobierno de Guzmán a la sociedad entera? Aparentemente no fue tan impactante la obra y mucho de lo construido fue más de ornato que de sólida infraestructura. Total que, como indica Mary Floyd: Antonio Guzmán Blanco dominó los siguiente siete años de la experiencia republicana en Venezuela. A pesar de que las elecciones eran libres y democráticas, en apariencia, controló sus resultados. Como Dictador, si bien con título de Presidente, utilizó todos los medios a su alcance en un intento por traerle a Venezuela un mínimo de paz, de orden y de progreso. Por supuesto, los conceptos liberales y federales se convirtieron en una parte obligada de la retórica de Gobierno. En verdad, eran ideas bastante desgastadas, que Guzmán Blanco manipulaba para sus propios propósitos. La revolución de abril triunfó y frente a Guzmán Blanco y los generales federalistas y los políticos sólo iba a sentirse, como una Némesis posible, vengadora, la combinación de los comerciantes banqueros de Caracas.15

Luego del período de la Dictadura que duró tres años, en el año 1873 Guzmán pronuncia también ante el Congreso Nacional su discurso de rendición de cuentas. El tono de sus palabras es eufórico y no era para menos en su condición de dueño y señor de la escena política venezolana. Guzmán inicia con estas palabras: Ciudadanos Senadores y Diputados: Vuestra instalación en Congreso es el advenimiento del orden constitucional de la República, y yo doy gracias al Todo Poderoso 15

Mary B Floyd, Guzmán Blanco (La dinámica de la política del Septenio). Caracas, Biblioteca Nacional y Ediciones de la FUNRES, 1982, p. 64.

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y a los pueblos de Venezuela, a quienes debo el haber llegado a este día venturoso, en que puedo rendir cuenta de cómo he ejercido la Dictadura, enumerando sus resultados morales y materiales, que espero serán mi mejor justificación para con la patria y su porvenir. No he querido rendirla por medio de un mensaje ordinario y las Memorias de los Ministros que me han acompañado en el Gabinete, porque me ha parecido que habiéndome conferido los pueblos sus omnímodos poderes, poderes que confirmó luego el Congreso de Plenipotenciarios de los Estados, es mía solamente la responsabilidad de cuanto se ha hecho para alcanzar la paz y de cuanto se ha dispuesto para la reorganización de la República. 16

Ya desde el principio del discurso el Presidente retoma su afirmación de que la oligarquía ha sido derrotada para siempre; lo cual no deja de ser cierto o, al menos, la oligarquía a la que él se refería. Es curiosa esta apreciación pues nuevamente utiliza la tribuna presidencial para referirse a los vencidos, sin que verdaderamente exista un peligro latente de que “esa” oligarquía pusiera en peligro la estabilidad gubernamental. Pareciera más creíble que sus palabras apuntaran al ejemplo y al apercibimiento de los posibles contrincantes en función de hacer sentir su veteranía de guerra y el castigo que impondrá a los vencidos; además de, efectivamente, hacer valer su poder que le permitió someter al bando “conservador”, lo cual no era poco de decir. El tono de Guzmán para este momento no es tan amigable como antes y deja sentir la fuerza de sus palabras, como vemos: …La causa de nuestros treinta años de inestabilidades era, que una minoría inspirada por las preocupaciones de la colonia, disputaba a la mayoría nacional el derecho incontrovertible de disponer de su propia suerte. Esa minoría ha quedado en esta vez tan vencida como impotente. Sin un tema nacional siquiera que le sirva de bandera, porque todos nosotros hemos convertido en artículos de nuestra constitución todos los que la política liberal tenía consagrados como principios de las nuevas sociedades republicanas; sin jefe que pueda devolverla su perdida cohesión, porque sus hombres importantes o han 16

MP, 1873, p. 343.

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desaparecido, o carecen de crédito popular; sin armas ni elementos de guerra, porque casi todos los que había diseminados, los he recogido y están depositados en los parques nacionales de San Carlos, Castillo Libertador, La Guaira y Caracas; y sobre todo, sin la posibilidad de allegar soldados, porque los pueblos sostienen esta situación con una universalidad y un entusiasmo, que sólo puede compararse al que tuvo la gloriosa oposición liberal del 44 y 46; esa minoría, digo, ha desaparecido como partido político. 17

Y completa su idea así: Como elemento social [la oligarquía] ha perdido la mayor parte de su importancia, desde que los hombres de respetabilidad personal que por temor a lo desconocido la acompañaban, han podido comparar esta situación con la precedente. La impresión benefactora con que la actualidad está sorprendiendo a todos los que no nos conocían como administradores de los intereses públicos, es tal, que no hay un solo hombre serio, hayan sido cuales hayan sido sus opiniones anteriores, que no se sienta incrustado o atraído por el gran movimiento regenerador que nosotros hemos tenido la gloria de iniciar y desarrollar. No queda un solo ciudadano con amor a la patria y respeto por sí mismo, que no rechace como una indignidad la sospecha de simpatizar siquiera, con el grupo de desatentados, que, no dentro, sino fuera del país, deliran con la reacción.18

La elocuencia de su discurso no deja lugar a dudas, era el mejor momento y Guzmán Blanco supo aprovecharlo. Es de hacer notar que las palabras y la impresión de este discurso debe haber llegado a oídos de todo el país político y económico lo cual, naturalmente, era su última ratio.

4. La idea de país que vende Guzmán Blanco A partir de este momento ―1873―, el cúmulo de discursos de Guzmán apuntan a una sola idea, que mantendrá inalterable hasta sus últimas apariciones discursivas como Presidente: Venezuela sólo alcanzará su desarrollo 17 18

MP, 1873, p. 343 y 344. Idem.

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a partir de que se tomen las medidas pertinentes para conducirla al progreso, a la estabilidad legal y fiscal y a la paz política, y, por supuesto, que nadie más que Antonio Guzmán Blanco podía llevar a cabo tal empresa. No es que Guzmán fuera original con esa idea de desarrollo del país, sólo que tras su investidura y su prestigio podría, si se lo proponía, llevarla a cabo. Muchos intelectuales venezolanos del momento y anteriores ya habían vislumbrado esas necesidades y posibilidades, sobre todo, porque se trataba de un movimiento mundial ―de concreción del capitalismo y del liberalismo―, pero en el gobierno de Guzmán confluyeron las condiciones sociales con la presencia del hombre con la capacidad y liderazgo para echarlas adelante. Dice Guzmán: En cambio, la situación que hemos creado, y que el día de hoy queda revestida con el manto de la Constitución y de las Leyes, es la más sólida de cuantas ha alcanzado Venezuela. Cuenta con el pueblo, porque está gozando de todas sus libertades y garantías, y se siente como reinstalado en el trono de sus derechos, representando en la sociedad el papel que la civilizadora igualdad da a todos los hombres; cuenta con el Ejército, porque todo él ve la justicia con que han sido mirados sus eminentes servicios; cuenta con la agricultura y la cría, porque ven realizándose en su favor el programa económico de la causa liberal, con medidas que tienden a indemnizarlas sus pérdidas, a abrir las vías de comunicación, y a extinguir las contribuciones extraordinarias, o a disminuir todas las legales; y cuenta con el comercio, por todos esos motivos que halagan a los otros gremios sociales, y porque, además, está persuadido de que la paz, que es su elemento, y el progreso material del país, que aumenta sus provechos, están positivamente garantizados por la causa liberal triunfante. 19

En el discurso que seguimos ahora (1873) Guzmán Blanco inicia, de manera firme, su exposición acerca del rumbo que debe seguir el país para su pleno desarrollo. Era, como hemos dicho, una moda muy conocida en la Europa de entonces, la que conocía muy bien, por lo que hace buen uso de esa visión de futuro y que sabe vender lo que, junto al poder y popularidad de que dispone, logra la adhesión y apoyo de muchos y, al menos, el beneficio de la duda para otros tantos. 19

MP, 1873, p. 344.

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No debe haber sido poco el impacto que generaron las novedosas ideas del gobernante y, acompañado con la puesta en práctica de muchas de ellas, la “población” ―entendida como los sectores activos de la política nacional―, deben haberse sentido arrastrados por el vendaval de cambios, de propuestas y de polémicas que este primer gobierno guzmancista generó. Así afirma Guzmán: Es mi convicción más profunda, que la causa liberal siempre ha tenido el poder de triunfar materialmente sobre la minoría usurpadora; pero que no es la victoria la que justifica las revoluciones, sino el uso que hacen sus conductores de los grandes elementos que ellas ponen siempre en sus manos. Para que la Revolución liberal, que cuenta 25 años de lucha, pueda justificarse ante la posteridad y la historia, tiene que consolidar una situación de eterna paz, de incuestionable libertad, de orden perfecto, y de un progreso material tan general, tan rápido y tan constantemente reproductivo, que en cuatro o cinco décadas represente Venezuela en la escena del mundo un papel semejante al que hace 40 años representaban los Estados Unidos del Norte. La gloria de haber planteado tan inmensa transformación debe ser la única y santa ambición de todos nosotros. 20

Por supuesto, la consigna más adecuada para el momento era la convocatoria a elecciones. Fiel a una tradición que existía para la época y, curiosamente, que se ha mantenido en toda la historia republicana de Venezuela, el voto es una especie de salvoconducto para ganar el prestigio de demócrata y, en ese momento, se presentaba de igual forma. En Venezuela el término “Dictadura” ha sido odioso desde los inicios de la República hasta nuestros días; de tal modo, había que quitarle el estigma y manifestar en adelante la intención democrática. La apelación a los términos “pueblo” o “soberanía popular” funcionaba para ese fin, y Guzmán no escatimará en utilizarlos repetidas y continuas veces. Por tales motivos declara: Mi Dictadura fue instituida, como se instituyeron siempre las Dictaduras en las Repúblicas, para darle unidad de acción a los elementos sanos 20

MP, 1873, p. 345.

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de la patria, contra el peligro supremo de la usurpación y la guerra; pero se me impuso como condición de la ilimitada confianza pública, el restablecimiento de la paz, salvando la soberanía popular, la libertad, el orden y el progreso. Fiel a esos deberes, apenas quedó vencido el enemigo armado, convoqué los pueblos a elecciones y convoqué el Congreso constitucional de 1873. Las elecciones se hicieron de mediados de setiembre a fines de diciembre del año que acaba de expirar. Vosotros todos sois testigos, como lo es el país entero, de que ellas han sido completamente libres de la acción oficial del Gobierno nacional, y aun de mi personal influjo. Por estos respectos, hemos realizado las elecciones más libres que ha visto Venezuela. 21

Por otro lado, no es poca la obra que promete el General. Si se observa, de manera inadvertida, el ofrecimiento del estadista, para muchos, debe haber generado gran perplejidad, al menos para este primer momento. La correspondencia entre lo ejecutado por el gobierno y la realidad, así como las promesas que quedaron en pura demagogia, no es cuestión de debatir aquí, pero su anuncio propagandístico ya nos indican mucho de los ilimitados alcances de la “fabulosa” obra de gobierno. Lo que sí es importante resaltar en este trabajo es que las consignas, como palabras pronunciadas en el momento exacto y por el personaje indicado, generaron lo que habría de esperarse: el convencimiento de que el rumbo ofrecido por el Presidente era el correcto, como es el fin último de cualquier discurso. Queremos insistir en la siguiente afirmación que hemos rondado a lo largo de este trabajo: un discurso es una consigna política ampliada. De tal modo, Guzmán para 1873 aún vendía ilusiones a los venezolanos, las que eran compradas por la mayoría de la sociedad. El punto raíz se centraba en que el futuro parecía promisorio, viable y posible. Los intelectuales de la época sabían que el camino era, más o menos, como lo definía el Presidente, por tanto había que creer en sus promesas; mucha sangre y desolación se había sufrido hasta entonces como para no apoyar esas ideas. El “producto” había sido vendido satisfactoriamente y tenía fuerte demanda. 21

Ibìdem, p. 346.

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Guzmán conocía muy bien el sentir de los venezolanos y podía jugar con la fantasía colectiva, cosa casi imposible de saber, pero, y como ejemplo de esto ¿quién osaría cuestionar una frase de esta índole?: El día que se paguen puntualmente los intereses de nuestra deuda exterior, y que nuestros bonos se coticen con crédito en la Bolsa de Londres, tendremos en Venezuela empresas y capitales, que nos harán andar en el camino del progreso por décadas que equivaldrán a centurias de estas otras que venimos rindiendo con la lentitud y la impotencia del descrédito. Por el conocimiento que tengo de aquellos mercados, creo que Venezuela no necesita sino buena fe al discutir el arreglo y dar sinceras seguridades de su cumplimiento, para recabar de nuestros acreedores que acepten lo que, sin duda, estamos ya en capacidad de ofrecerles. 22

En cuanto a la cuestión de los ferrocarriles y las obras de infraestructura, por su lado, se cree a partir de estudios históricos recientes que la famosa época de construcciones monumentales y rimbombantes había estado envuelta más en la propaganda y publicidad que tales obras le darían al Presidente, que en la atención a la solidez estructural de las mismas. Es una constante en los discursos de Guzmán la presentación de una larga y abigarrada lista de obras construidas o por construir, al punto de que pareciera que ―tomando como ejemplo la rendición de cuentas de 1873― no es la obra de tres años sino de un siglo la que ha llevado a cabo. Mary Floyd nos dice al respecto: Guiada por el “Autócrata Civilizador”, Antonio Guzmán Blanco, también sintió la demanda de una “honorable tiranía” que implementara el imperativo positivista de Orden y Progreso. Aun cuando Guzmán Blanco decretó la reforma educacional, alentó la inmigración y quiso incluir a Venezuela en la revolución ferroviaria de la segunda mitad del siglo XIX, lo más importante de sus energías lo canalizó hacia el establecimiento de la estabilidad política. Sin ella, el crecimiento económico y la prosperidad basada en la inversión foránea —clave para el futuro— eludirían para siempre la República. 23 22 23

Ibìdem, p. 353. Mary B. Floyd, Ob. Cit., p. 19.

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Es decir, entre tanta mercancía hubo mucha baratija, la intención apuntaba más a la propagación de su prestigio que a la verdadera modernización del país. Para un hombre de elevada cultura y de vida cosmopolita como era Antonio Guzmán Blanco, era muy probable que tuviera el conocimiento del impacto político de la palabra precisa, agitadora, la que convence hasta las entrañas, la que puede lograr un total apoyo, aunque haya sido sólo eso: palabras. Veamos: Todo eso es fácil [ha enumerado cantidad de opciones para el progreso nacional], con sólo dos condiciones: que los pueblos conserven la paz, y que los Gobiernos que me sucedan quieran continuar lo que indispensablemente dejaré pendiente. Lo que Venezuela será dentro de diez años, si los vivimos sin guerra, con Gobiernos honrados y de patriótica iniciativa, va a ser un fenómeno sorprendente, no sólo para nuestras hermanas las Repúblicas del Sur, sino para la Europa, según cuyas leyes históricas, no puede ella prever todo el prodigio de prosperidad de que es capaz esta extensa, fecunda y bella patria, que la preferencia del Eterno concedió para que la vivieran nuestros heroicos padres, vivamos nosotros, y la vivan hasta nuestros más remotos hijos. Sólo los Estados Unidos del Norte, con su insólito y prodigioso desenvolvimiento, podrán comprenderlo. 24

Una sociedad sufrida, cansada y anhelante de un orden y un progreso es, necesariamente, presa fácil de un Mesías que ofrezca precisamente esas oportunidades. Además, tal como lo usó Bolívar, si este nuevo profeta no se conformaba con llevar la nación por el rumbo de la prosperidad, sino que prometía un futuro todavía más promisorio o conquistador allende las fronteras, el espectador desprevenido debió haber sentido la creencia de que Venezuela estaba llamada como en sus tiempos independentistas a la liberación de otros pueblos. A pesar de que la población del siglo XIX era mayoritariamente analfabeta, no deja de ser cierto que toda consigna o proyecto político tiene que, de algún modo, llegar hasta la sensibilidad popular pues esta, al final, conformará los ejércitos necesarios para conseguir el poder. 24

MP, 1873, pp. 355 y 356.

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De tal modo, Guzmán usa muy hábilmente las consignas filantrópicas de la unidad y cooperación continental, como vemos aquí: Además, en los acontecimientos lógicos que los destinos de la América están llamados a desenvolver, y que a las Repúblicas americanas toca prever desde ahora, está que todas las Antillas del mar Caribe formen una República independiente y soberana, como en los tiempos de la Grecia formaron la suya las islas del Adriático. Esa nación tendrá el poder marítimo de uno y otro continente americanos, y servirá como de blindaje a la política y a los intereses de un centenar de Repúblicas escalonadas desde el Canadá hasta el cabo de Hornos; y no porque nuestra incipiencia haya de durar algunas décadas, dejan de ser estas previsiones deber patriótico y latente de una profunda política continental en América. Es con otra semejante, de profundísima intención, que la Inglaterra, la Rusia, la Alemania, la Francia y la Italia, han venido con los siglos acrecentando moral y materialmente hasta alcanzar esa omnipotencia que hoy ostentan. Todos esos pueblos han sido pequeños, con la diferencia de que ellos comenzaron en edades que carecían de esta civilización en que hemos tenido la fortuna de nacer nosotros. 25

La idea de la unión continental ha sido una quimera con muchos creyentes y mucha efectividad política, casi tanto como ha sido de alejada de la verdadera realidad de los pueblos americanos.

5. La consolidación y legitimación Ya para el año 1874, el presidente Guzmán Blanco muestra señales inequívocas de solidez en el cargo. La cuenta que presenta al Congreso, fuera de la ordinaria expresión de condescendencia y respeto debidos al cuerpo, denota la fuerza de su liderazgo. En el discurso de Guzmán de 1874 se denota confianza, armonía, demuestra la genuflexión del Congreso, entendida con el eufemismo de apoyo. En adelante, los informes y las rendiciones de cuentas serán un saludo a la bandera. Todos juntos tras el proyecto regenerador, no había otra opción. 25

Ibìdem, p. 359.

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Así, Guzmán al Congreso de 1874: Ciudadanos Senadores, Ciudadanos Diputados: Vuestra instalación en Congreso hace del día de hoy una fecha notable en nuestra actual vida constitucional: la considero como una segunda ratificación que en nombre de la ley recibe la Revolución de Abril. Yo os felicito, porque estáis correspondiendo a la confianza de los pueblos que os eligieron, y me felicito a mí mismo, porque vuestra cooperación me trae un gran contingente de autoridad moral. Permitidme que os invite a que juntos felicitemos a la Patria, que en este momento ve dilatarse nuevos horizontes sin nubes que amenacen oscurecerlos. Espero que aceptéis como un tributo de debido respeto al pueblo y a los Estados de la Unión que representáis, el que venga a daros cuenta personalmente de cómo estoy desarrollando el programa administrativo que tuve el honor de presentaros hace un año, cuando resigné la Dictadura y me hice cargo de la Presidencia constitucional. Ojalá por ello continúe mereciendo vuestro apoyo.26

Para 1874 ya Guzmán ha afianzado su poder; tras una hábil jugada política ha logrado poner en cintura a los caudillos regionales o, en algunos casos, se los ha ganado para su causa con lisonjas y cuotas parciales de poder, lo que le aseguraba su apoyo incondicional. Es decir, había conseguido la tan ansiada paz, por frágil que fuera. Esta era la empresa más difícil para el momento, controlar las apetencias e insubordinaciones de los caudillos en sus regiones. Era la única garantía de la paz. Guzmán asume el reto y logra el reconocimiento de un gobierno nacional, aunque fuera con prebendas y cuotas de poder; bien valía el intento. La República ha gozado durante el año que expira de perfecta paz: no paz impuesta, sino esa paz producida por el equilibrio de la libertad y el orden: esa paz de que responde la conciencia pública, y que no está a merced de las pasiones de los partidos, y menos aún, de la ambición del caudillaje. Es la paz de la normalidad, difundiendo la confianza, fecundando las empresas, haciendo reproductivo el trabajo y fecundándolo todo con la fisonomía del progreso.27 26 27

MP, 1874, p. 367. MP, 1874, pp. 367 y 368.

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Como estrategia política, Guzmán hace énfasis en que el Gobierno Nacional no se ha inmiscuido en los asuntos internos de las regiones y eso, para él, cumplía los objetivos de un gobierno Federal. Los Estados de la Unión [continúa Guzmán] han mantenido su independencia autonómica: y como el Gobierno federal no se ha ingerido directa ni indirectamente en sus asuntos interiores, tengo el honroso placer de decir al Congreso, que la armonía entre cada una de las secciones y el todo nacional, ha sido perfecta. Esto tiene una gran significación, porque consagra como hecho práctico en Venezuela el principio capital de la Federación. 28

Otra de las cuestiones de importancia crucial para el nuevo Estado que propone Guzmán es el problema de la Iglesia. Pareciera, en apariencia, que existiera un sentimiento anticlerical venido de la ilustración de parte del Presidente, aunque, de lo que se desprende de los discursos pareciera no ser así; se trataba más bien de la imposición del Estado sobre todas las actividades sociales con una motivación específica de someter al poder eclesiástico al poder temporal. No es que Guzmán renegara de su fe católica para enfrentarse a la Iglesia, era un concepto particular de entender su fe pues, fiel a su época y a la aurora del Liberalismo, pensaba que la organización eclesiástica era una especie de organización estatal paralela al Estado lo cual la hacía inaceptable para una sociedad que despertaba a la modernidad. Esta idea no aminoraba ni desdecía para nada de su creencia en Dios, se trataba de poner en cintura a esa empresa y sus trabajadores. Tampoco era que se trataba de un Martín Lutero criollo; Guzmán no pretendió más que someter a los designios del Estado a los funcionarios de la Iglesia en Venezuela, y si se habló de un cisma que alertó –con toda razón- al Vaticano no era, para nada, de las proporciones de la Reforma, ni que Guzmán fuera un monje especialista en teología; sólo que la Iglesia no cuadraba con su proyecto de país. Se trataba de que nacía una nueva religión: el Estado civil. En el último tercio del siglo XIX, en una República de ideas tan avanzadas como la de Venezuela, y en medio de este movimiento regenerador 28

Ibìdem, p. 368.

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de que el pueblo liberal nos ha encargado, la existencia de claustros y conventos es verdaderamente inconcebible. Yo pido al Congreso una ley que extinga los conventos, fijando a cada monja fuera de claustro, una pensión vitalicia proporcionada a la dote que haya consignado, o a su edad y circunstancias, y destinando todas las propiedades conventuales a la Universidad de Caracas para que ella pueda ensanchar la esfera de sus enseñanzas, aclimatar en el país las ciencias naturales, tan fecundas para el progreso de las industrias, traer de Europa especialistas, fundar su jardín botánico, aumentar su instrumental de física, montar laboratorio químico, etc., etc.29

6. De nuevo las rebeliones y desconfianzas Ya para el año 1875 se habían sucedido no pocas revueltas internas en vista de la inconformidad que, normalmente, tenían algunos líderes regionales que no habían sido tomados en cuenta por Guzmán para la formación de su gobierno. En el discurso de este año vuelve Guzmán por sus fueros y presenta de nuevo a los enemigos de su gobierno como contrarios al progreso y seguidores de la idea de la vuelta al pasado colonialista. Es curioso el enfrentamiento de Guzmán contra este sector de alzados y su vinculación con el pasado colonial puesto que el mayor representante de esa corriente había muerto ya, bastante anciano, en 1873 que fue José Antonio Páez. Se trataba de un nuevo sector que ya comenzaba a querer participar en la política nacional y se sentía cansado de esperar por su participación. Guzmán no escatima en epítetos para enfrentar a sus nuevos detractores: En veinticinco años de revoluciones; legítimas revoluciones, porque era necesario destruir el núcleo heredero de las ideas coloniales, que impedía convertir en instituciones prácticas las doctrinas liberales de esta era, la era del manifiesto advenimiento de las Repúblicas; durante tantas inestabilidades y la consiguiente descomposición social influyendo en los Gobiernos de partido, se habían levantado Jefes militares que, por incapacidad o por ambición, consideraban como botín de sus espadas, el triunfo de los pueblos, y que no contentos con mi Gobierno por la independencia con que antepongo los deberes de mi misión a toda 29

Ibìdem, p. 372.

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personalidad o aparcería, y por la integridad con que administro los intereses públicos, destinando al engrandecimiento de la Patria, lo que la avaricia y la rapacidad quisieran a todo trance pelechar, apelaron a las armas con la esperanza de derrocarme para entrar al poder y asaltar el Tesoro.30

Para este momento Guzmán necesita cimentar con más fuerza sus argumentos en contra de los poderes que se han alzado en su contra. De tal modo, apela a una argucia que permite vincular los intereses del pueblo. Veamos: Nacido cuando Venezuela se desprendía de Colombia, mi razón y mis ideas se formaron durante la magnífica lucha civil de 1840 a 46: con esa razón y esas ideas asistí a la no menos gloriosa contienda bélica de 48 a 70; y fiel a mi nombre, así como a mis servicios y convicciones, al verme presidiendo los destinos de la Patria, acometí fundar un Gobierno del pueblo y para el pueblo, en que no tuviesen acepción las individualidades y sus pasiones, ni ningún interés que no fuese el supremo interés del conjunto, presintiendo que el día que el pueblo viese que la autoridad no le oprimía, que sus contribuciones se invertían en su bien, que en lugar de embrutecérsele se le instruía, que se procuraba dignificarlo, y que se servía al engrandecimiento de la Patria, sin ocuparse el gobernante de su provecho personal, ese día, el pueblo se reincorporaría y haría suya la defensa del Gobierno propugnador de sus libertades, de su progreso y de su civilización. 31

Es el momento cuando ya no sólo habla de la tranquilidad del país y de su pacificación, en este momento aparece un nuevo demonio al que hay que salirle al paso: se trata de demostrar la pulcritud de la administración del tesoro de la nación. Esta nueva arista discursiva debe ser una respuesta a un clamor, pues nadie habla de la sinceridad de los gastos estatales si no hay un alguien que lo esté cuestionando; y así, la aparición de esta nueva argumentación da indicios de que algo flota en el ambiente y que amenaza con acabar con lo más preciado del líder: su credibilidad. Guzmán enfrenta el asunto en cuestión de esta forma: 30 31

MP, 1875, pp. 387 y 388. Ibìdem, p. 388.

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La popularidad de mi Gobierno, y ese poder que ha ostentado en la defensa de la paz amenazada, provienen de que el pueblo ha palpado de 70 para acá, lo que es un Gobierno que respeta con lealtad sus libertades y que administra honradamente sus intereses. Fidelidad a esas libertades, probidad para recaudar las contribuciones, probidad e inteligencia para invertirlas, en escuelas, colegios y universidades, en vías de comunicación y en inmigración, eso es lo que hoy exige el pueblo de Venezuela a sus Gobiernos; y los Gobiernos que, como el mío, acierten a corresponder tales exigencias, nada tienen que temer de propios o extraños malos elementos: serán, como ha sido el mío con el apoyo del pueblo, incontrastablemente poderosos para el bien. 32

La mayor parte del texto que contiene el resto del discurso de 1875 se dirige fundamentalmente a demostrar incluso numéricamente los gastos y las inversiones que se han hecho por parte del Ejecutivo. Pareciera que ahora si le ha tocado a Guzmán una rendición certera de las cuentas pues es dable pensar que muchos no las consideran claras.

7. La calma después del vendaval El discurso del presidente Guzmán Blanco del año 1876 es el último de su primer mandato; tras algunos, realmente pocos, sobresaltos la República se ha mantenido con la estabilidad que ha impuesto el Presidente, a fuerza de promesas y obras o de sometimiento de caudillos. Se nota aquí un Guzmán más tranquilo, dueño y señor de la política nacional, dispuesto a llamar a unas elecciones donde sólo él sabe quién terminará por ser electo; su poder y su prestigio han salido indemnes por lo cual no es este el momento de las antiguas vehemencias, es el de la tranquilidad y sosiego. Así, la tranquilidad del Presidente: Ciudadanos Senadores: Ciudadanos Diputados: Os felicito y felicito a la Patria una vez más, por vuestra cuarta reunión en Congreso: la última del presente período constitucional. Es propiamente nuestra mutua despedida; y experimento muy grata satisfacción al deciros que la República, no sólo se ha mantenido 32

Idem.

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en paz, sino que puede contarse con que ella no se turbará en el curso del año, y que podremos entregar el poder a los que han de sustituirnos, bajo las mejores condiciones de libertad, de orden y de progreso que ha tenido Venezuela. Las instituciones se practican con toda religiosidad. En las Repúblicas modernas, la gran notación del equilibrio entre la libertad y el orden, son las elecciones populares, y es de observarse cómo después de un cuarto de siglo de guerra civil, Venezuela entra a practicar su Constitución y sus Leyes, al día siguiente de alcanzada la paz, con la maestría de un pueblo de vida secularmente pacífica.33

Este discurso, último del Septenio, ya manifiesta a un Guzmán satisfecho de la labor cumplida, expone en sus palabras el país que había prometido y que cuenta con las bondades de cualquier nación que se precie de ser civilizada. Su idea de una República liberal estaba consumada y su proyecto había sido “comprado” por la mayoría de los venezolanos. Las palabras de Guzmán están plenas de optimismo, la nación –según él- había dado un paso de avance indetenible. Dice Guzmán con elocuencia: Con el proceso eleccionario está sucediendo lo mismo que vimos suceder cuando comenzaba este período de Regeneración. Los soldados de los veinte y cinco años, disparado el último tiro de la guerra, arrimaron el fusil, para amanecer ciudadanos al día siguiente, con el arado y los instrumentos de la agricultura, en el bufete o en la nave del comerciante, con el palustre, el compás y los demás útiles de las artes y de la industria, con la paleta y el cincel del artista, o en las Universidades, Colegios y Liceos de las ciencias, como si tal hubiera sido la vida ordinaria desde la Independencia hasta nuestros días. La actual contienda eleccionaria tanto como esa vida pacífica que súbitamente sucedió a la vida militar, están demostrando la privilegiada disposición del pueblo venezolano para todo lo que hace grandes, dignas y felices las naciones.34

Quizás la preocupación de Guzmán es la sucesión. No obstante, cualquiera que fuera el desenlace de la elección, para este año 1876 el poder 33 34

MP, 1876, p. 3. Ídem.

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sería controlado por Guzmán y estaba garantizada de antemano la apología de la Revolución de Abril y el sometimiento del nuevo Presidente a sus directrices. Dice: Pero sea que la elección resulte hecha por los Estados, sea que tenga el Congreso que perfeccionarla, no abrigo la menor inquietud, porque es seguro que los otros candidatos con sus respectivos círculos, así como los que ahora dejamos el Poder, y los pueblos todos, sostendremos al que resulte legalmente elegido, victoreando la última y definitiva evolución de la Causa de Abril, porque deja consumada la inmortal Regeneración de la Patria.35

Luego de este su primer período de gobierno Guzmán había reformado la Constitución con miras a reducir el período de gobierno a dos años, lo cual ―según él― aminoraba la posibilidad de que cualquier otro gobernante que continuara en el ejercicio del poder pudiera o pretendiera amarrarse a el y con ello frenar el rumbo que había dispuesto la Revolución de Abril. En tal sentido Guzmán afirmó: Lo que tiene esta situación de característico, es que la paz de hoy así como la paz de mañana, no están a merced de ninguna ambición personal, porque no hay ninguna individualidad en la República, cuyo solo prestigio alcance para conmover ni aun el Estado de su residencia; y porque no hay partidos con propósitos inexorablemente contrapuestos y porque después que un buen Gobierno ha obtenido resultados tan fecundos para la Patria, y tan gloriosos para sí, es casi imposible que el que venga no se le parezca. Y si, contra toda probabilidad, errare en el camino de sus deberes, el período de dos años da solución a la dificultad, con unas elecciones pacíficas, en lugar de una revolución sangrienta.36

Entre otros cosas un nuevo problema debía enfrentar Guzmán que era el de la puesta en práctica de un gobierno legítimamente federal. Para una Venezuela regida por poderes regionales casi autónomos que aún mantenían sus hegemonías era casi imposible centralizar el gobierno. Había que, al menos, centralizar algunas de sus gestiones ordinarias tales como la interpretación y ejecución de las leyes en los diversos estados. 35 36

MP, 1876, p. 4. Ibídem, p. 5.

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Esta problemática fue tratada con suma cautela por Guzmán para no herir susceptibilidades y en todo caso pronunciaba sus palabras más como proposiciones, que como imposiciones, como vemos en este párrafo: Los Códigos de legislación sustantiva, como de legislación adjetiva, adoptados por todos los Estados, en la práctica ganan crédito de día en día. Mas, falta algo que hacer, y yo recomiendo al Congreso meditarlo y resolverlo debidamente. Ha sucedido ya que en Caracas, por ejemplo, se pronuncie sentencia fundada en un artículo del Código, entendido de cierta manera, y que en Carabobo, casi simultáneamente, se sentencie idéntico punto de derecho, dándole otra inteligencia al mismo artículo del Código. Esto es de suponerse que en la práctica se repita en otros Estados, lo que equivaldría a desbaratar la actual uniformidad de la legislación. Creo que debiera ser atribución de la Alta Corte Federal, la revisión de las sentencias que estuviesen en aquel caso, no para sentenciar ella en una cuarta instancia, porque eso sería contrario a los principios, y está además prohibido expresamente por la Constitución, sino para fijar la verdadera inteligencia del artículo del Código, reponiéndose la causa para ser nuevamente decidida en los Tribunales del Estado respectivo. Esa facultad de casación atribuida al Alto Tribunal político de la Unión, en nada colidiría con el precepto constitucional de que la justicia nace y muere en los Estados.37

Si hay un discurso en el que Guzmán hace verdadera y larga enumeración de las bondades de su obra, la cual sería incluso innecesaria citar acá por motivos de espacio, es en este año 1876. Se trata de una lista impresionante de obras de todo tipo, en todos los ramos de la economía y de la sociedad que demuestran una especie de apabullamiento y alarde de poder y eficiencia. No obstante, esa concepción de monumentalidad ha sido cuestionada firmemente por tener un propósito más de proyección de la imagen del Presidente como constructor y progresista que por la perdurabilidad de sus obras. Por último, Guzmán deja para la posteridad sus palabras en la que expone el sacrificio que ha hecho por la patria y su legado para la envidia de muchas naciones del mundo. ¡Menuda faena! 37

MP, 1876, p. 14.

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Sin otra aspiración ya [concluye Guzmán su discurso], que la de haber llenado mi misión, me hace feliz que la opinión de los pueblos, ya por sí, ya por medio de sus delegados, se muestre satisfecha. Si la cuenta que acabo de rendir mereciese vuestra aprobación, mis desvelos y fatigas durante el año que acaba de expirar, quedarán ampliamente recompensados, y vuestro voto me comunicará en el que está comenzando más aliento y nueva inspiración, hasta entregar la República al próximo elegido, gozando de esta paz que goza hoy, y libre, ordenada y próspera como nunca. La Exposición con que la gran República, nuestro modelo y égida, festeja su primer siglo de existencia, será la incomparable demostración de la vitalidad republicana. Yo deseo asistir a ella, y ojalá asistieran los Presidentes de todas las Repúblicas del Sur, que ello sería a más de un tributo a la civilización y el porvenir de Nuestro Mundo, una señal de mancomunidad en el presente, y la feliz ocasión de enlazar las miras seculares de una política continental en América, con motivos justificados y propósitos concretos. Pero para ese viaje, si bien no lo necesito por la Constitución, sí quiero vuestro asentimiento, en el concepto de que no haré uso de él, sino en caso de que para entonces, la tranquila normalidad del país, también me lo autorice. Hago votos por el acierto del Cuerpo Legislativo en sus trabajos de 1876. Guzmán Blanco. Caracas, 24 de Marzo de 1876 1º y 18º38

Podría afirmarse, sin lugar a dudas que, para bien o para mal, el presidente Antonio Guzmán Blanco representó para la Venezuela del siglo XIX un impacto en todos los órdenes y, con las reservas que puede presentar el análisis exclusivo de sus discursos ―por ser una opinión parcializada―, no debe dejar de reconocerse que su gobierno representó un paréntesis de orden y progreso en la historia del siglo XIX venezolano. Más aún y como hemos visto el presidente Guzmán se caracterizó por un estilo encendido y culto que logró “vender” su proyecto de gobierno y hubo un país que le convenció y le “compró” su idea. Gracias a todo ello, gobernó por tres períodos. 38

Ibìdem, pp. 41 y 42.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Armando González Segovia. El derecho de aucción o la forma de apropiarse del ganado alzado en el tiempo colonial, pp. 321-340.

EL DERECHO DE AUCCIÓN O LA FORMA DE APROPIARSE DEL GANADO ALZADO EN EL TIEMPO COLONIAL* Aucción law or form of livestock appropriating elevation in colonial time Armando González Segovia

Doctor en Historia egresado de la Universidad Central de Venezuela. Licenciado en Educación egresado de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), Magister en Historia de la Universidad Centroccidental “Lisandro Alvarado (UCLA). Fue Cronista del Municipio Anzoátegui del Estado Cojedes (1992-2006), Director del Archivo Histórico del mismo Estado. Docente de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos “Ezequiel Zamora”, con diversas publicaciones especializadas.

Recibido: 17/04/2014. Aprobado: 10/06/2014. Resumen: El derecho de aucción fue una forma de legalizar la propiedad del ganado alzado en el tiempo colonial. El procedimiento lo lleva un tribunal donde el solicitante justifica con testigos que ha introducido ganado desde determinado tiempo. Con esa justificación se le autoriza a tomar los que ha marcado y ganados alzados. Estos últimos sin marca alguna. Un excelente negocio. Esta figura del derecho de aucción como parte del derecho de conquista, ha sido poco estudiada en la historiografía venezolana. Palabras clave: aucción, derechos, ganados marcados, ganados alzados. *

Subcapítulo de “Historia de la colonización en la jurisdicción de la villa de San Carlos de Austria como avanzada europea en los Llanos de Venezuela. 1678-1820”. Tesis presentada para optar al Título de Doctor en Historia. Caracas, Universidad Central de Venezuela, 2013. Para este capítulo se contó con el invaluable apoyo del documentalista José Daniel Chirinos, a quien agradecemos su colaboración.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Armando González Segovia. El derecho de aucción o la forma de apropiarse del ganado alzado en el tiempo colonial, pp. 321-340.

Abstract: The right aucción was a form of legalize ownership of livestock raised in the colonial time. The procedure is a court where the applicant proves to witnesses who entered won time. With this justification will be authorized to take those scores and raised cattle. The latter without any marks.An excellent business. This figure aucción right part of the right of conquest, has been little studied in Venezuelan historiography. Key words: aucción, Free, tagged cattle, raised cattle.

El Derecho de Aucción En el tiempo de conquista se ingeniaron diversas formas de apropiación tanto de la tierra como de los ganados, seguidamente se estudiará una forma denominada Derecho de aucción o ausión. La voz Aucción, proviene del latín auctíoonis, que significa acción de aumentar. Veamos en qué consiste esta figura legal. Existen diversas referencias bibliográficas: En el Vocabulario popular de Castillejo del Romeral, cerca de Alcalá de Henares en España, ausiones se toma como un aspaviento o queja lastimera. En Guadalajara: Ausión tiene el mismo significado: aspavientos que acompañan a los chillos y exclamaciones, utilizándose en plural: ausiones y se dice Ausionero es el que acostumbra a hacer ausiones. En los “Libros de caballerías” de Adolfo Bonilla y San Martín,1 dice “e han por nombres cansion o ausion”. De esta manera se encuentra Aision, ausión: facción faison; pero es en Guadalajara, México, donde existe uso como aspavientos que acompañan a chillos y exclamaciones y se utiliza generalmente en plural, mientras ausionero es el que acostumbra a hacer ausiones o aucciones. En el mismo México se encuentran referencias más precisas sobre la aucción o ausión como forma legal, dice que “Entre las formas documentadas de acción se encuentra la ausión”.2 En el Diccionario de la Lengua Castellana Compuesto por la Real Academia Española, edición de 1770, se halla “AUCCION. s. f. antiq. Acción ó derecho á alguna cosa. Aedio, Jus. Salaz. Prueb. de la casa de Lara, pág. 132. 1

2

BONILLA Y SAN MARTÍN, Adolfo. Libros de caballerías. Madrid, Bailly-Bailliéreé hijos, 1908, p. 585. Léxico histórico del español en México (Régimen, clases funcionales, usos sintácticos, frecuencias y variaciones gráficas). México. Concepción Company, Chantal Melis, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, p. 13.

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Instrum. de 1484. En compensación de los derechos éaucciones que á la villa de Cea.... yo tenía”,3 aunque debe notarse que en la primera edición de este mismo Diccionario, denominado también “Diccionario de Autoridades” no aparece registrada la palabra,4 lo cual parece indicar que se asume luego de 1726 fecha de la edición de este. Guillermo Cabanellas define Aucción de la siguiente forma “Antiguamente derecho a alguna cosa. Acción para reclamarla”.5 Lo cual indica que la aucción o ausión es una acción legal para para exigir un derecho que aumenta una propiedad.

El Derecho de Aucción en la historiografía de Venezuela En el caso de los hacendados del llano de Venezuela, constituyó la forma de apropiarse del ganado alzado en el tiempo colonial. Esta figura legal la ha referido Lucas Guillermo Castillo Lara en la obra titulada “San Sebastián de los Reyes”,6y considera que tras las formas de titularidad de la tierra se buscaba la concesión sobre el derecho de plantar casas y corrales de hato, porque le permitía “el derecho no solo a pastar sus rebaños, sino a apropiarse del ganado cimarrón u orejano que pudiese coger”, ya que en tiempos iniciales de la conquista no existía mayor dificultad por la tierra, aunque se prefería los más cercanos a la ciudad las cuales se ocuparon y se fue desplazando a los indígenas hacia lugares más distantes, surgiendo nuevas poblaciones; es con el avance se produce la ocupación de nuevos territorios, aunado al agotamiento de los sitios cercanos a los centros poblados que se va revalorando la tierra. El derecho de aucción o ausión permitía la apropiación de los ganados 3

4

5

6

Diccionario de la Lengua Castellana Compuesto por la Real Academia Española. Madrid, Joachin Ibarra Impresor de Cámara de S.M. segunda impresión corregida y aumentada, 1770, tomo I, A-B, p. 392. Diccionario de la Lengua Castellana Compuesto por la Real Academia Española (llamado también Diccionario de Autoridades). Madrid, Imprenta de Francisco Hierro,1726,t. I, A-B, pp. 483-491. CABANELLAS, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de derecho usual. Buenos Aires, Edit. Heliasta. 2001, tomo I, p. 409. CASTILLO LARA, Lucas Guillermo. San Sebastián de los Reyes la ciudad Trashumante. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Colección Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 172. 1984, tomo I, p. 192, 193.

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que se multiplicaban rápidamente en las sabanas llaneras en rebaños, algunos con marcas de hierros, pero la gran mayoría sin marca alguna, y era precisamente esos animales a quienes estaba dirigido el derecho de aucción o ausión, ya que el marcado tenía un dueño indiscutible. La aucción era entonces una formas de titularidad sobre el número de reses, mientras las tierras, aguas, pastos eran comunes a todos, pudiendo pastar los ganados en cualquier lugar, “sin cercas ni cortapisas”, porque “lo que si se reserva exclusivamente al propietario era el derecho de que en una legua de contorno no podían establecerse otras fundaciones de hato” y basada en esta apreciación Rodríguez Mirabal señala la aución como “la facultad del beneficiario accionista para entrar en los hatos y vaquear, o utilizar para beneficio de sus rebaños los pastos y las aguas, con el agravante para las dueños activos, de que tal derecho podía arrendarse, traspasarse o venderse a terceros” e informa que se carece de información sobre su aplicación en otra parte de los llanos.7 Aunque en la legislación indiana en América no hemos encontrado nada al respecto,8 ni en el Diccionario de Autoridades (1726), es posible que el significado de grito o queja provenga del arcaísmo de la voz que reclama un derecho de propiedad, y no como presenta Rodríguez en cuanto sinónimo de acción sobre la cosa misma, aunque como se verá posteriormente asumió ese 7

8

RODRÍGUEZ MIRABAL, Adelina. La formación del latifundio ganadero en los llanos de Apure. Caracas, Academia Nacional de la Historia, Colección Fuentes para la Historia Colonial de Venezuela, 193, 1987, p. 186, 187. Es importante aclarar que este desconocimiento de la aplicación no implica que no existiese, ni que las características fuesen iguales en todos los lugares, porque como veremos en la documentación que se encuentra en el Registro Principal del Estado Cojedes, se refieren aucciones o ausiones que generan titularidad sobre ganados y pastos, así como sobre la tierra, que no son los casos estudiados por Castillo Lara ni reseñados por Rodríguez Mirabal. Recopilación de leyes de los reynos de las Indias, mandadas imprimir y Publicar por la Majestad Católica del Rey Don Carlos II. Madrid, edición por l Viuda de Joaquín Ibarra, 1791; PÉREZ Y LÓPEZ, Antonio Xavier. Teatro de la Legislación Universal de España e Indias. Madrid, Imprenta Manuel González, 1791; DE AYALA, Manuel Josef. Diccionario de Gobierno y Legislación de Indias/ edición y estudio Marta Milagro del Vas Mingo. Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1988; ARRAZOLA, Lorenzo. Enciclopedia española de Derecho y Administración ó Nuevo. Teatro Universal de la Legislación des España e Indias. Madrid, Imprenta de los señores Andrés y Díaz, 1849.

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significado en las ordenanzas de los llanos. Mejor dicho la aucción se convirtió en acción de orden mercantil.

Casos sobre Derecho de Aucción La primera referencia temprana a esta tipo de acto legal de aucción o ausión es de Andrés Román de Vera y su esposa Anna Sarmiento Rivadeneyra, quien como nieta del Capitán Antonio Zapata Rivadeneyra y Domingo Díaz Pereira de Quiñones reclama los derechos de la dote que éstos le dejaron a Leonor Pacheco, su madre, en calidad de dote en 1615; se documenta: “Leonor Pacheco ques difunta sobre el ganado orejano cuiaausión le dieron en dho. ynstrumento en dote mis abuelos a dha. mi madre”, está claro pues el reclamo de la aucción de ganado orejano en tierras de El Pao, y continúa “más doscientos pesos en que por los suiosdhos se abaliaron (avaluaron) la mitad de las tierras de montes y sabanas del Pao, que asimismo midieron”, así como “veinte y quatro pesos en que los suiosdhos fueron avaluados dose cabezas de ganados…”;9 la dote totalizaba mil quinientos pesos de ocho reales para la hija. En estas tierras refiere que fueron pobladas con indios de su encomienda con Iglesia donde se administraban los santos sacramentos.Luego se cita algo similar en la declaración testamentaria de don Francisco Mijares de Solórzano y Rojas en 1667, antes de establecerse la villa de San Carlos de Austria, quien declara por bienes algunas aucciones.10 Además de esta se tienen otras improntas en los “Auttos de YnventarioDivicion y partición de los bienes que quedaron por fin y muerte 9

10

AGN. Tierras, año 1692. Letra V, 48 folios. Autos sobre el derecho que presenta el Ldo. Andrés Román de Vera de las tierras de la otra banda del Pao. “…Las auziones de ganado bacuno siguientes = en el partido de las palmas quarenta orejanos = el de aricapanodozcientas treinta y cinco = en caycaradies = en la cruz veinte y sinco = en paya veyte = en San Antonio sinco y en el dhoaricapano donde asiste mi gente mas de zien caballos de baqueria...”, AHAC, Sección Testamentaría, Carpeta N° 6; fol. 216, cfr. PRIETO, Juan María J. Poblamiento de San Juan Bautista del Pao siglos XVII-XVIII. Valencia, Trabajo Especial de Grado para optar al título de Magister Scientiarum en Historia, no publicado, Universidad de Carabobo, Valencia. 2000; del mismo autor “Los Conflictos por la propiedad y la Ocupación de la Tierra en la villa de San Juan Bautista”. Valencia, Revista Mañongo, N° 24, 2005, pp. 57-76, la cita enla p. 61.

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de del Provincial don Francisco Mixares de Solorsano y de Doña Catalina Hurtado de Monasterios”,11 donde se documentan una seria de aucciones que comprueban cómo este era un acto legal de utilizado con regularidad para 1669. Se reporta allí “Un papel otorgado en la venta de tres reses de Aucion con sus caydos a favor del provincial de la Santa Hermandad don Francisco de Solórzano por Jerónimo delcastillo”,12 asimismo una “Scritura de venta delato de las palmas por Joseph Farfán de quatro orejanos de aucion” y “scrutura de venta otorgada por Doña Ana Jacinta de Cardona de las tierras que poseya en los morros de San Juan en los llanos” así como “la Aucion de ganado que la suso dicha tenía en los partidos dePaya de quatro orejanos con todos sus caydos”.13 Posteriormente la misma testamentaria indica fortunas muy superiores: “Siettemillnovezienttos y quarentta y quattro riales en la quinttapartte de treintta y nueve mil settezienttos y veintte Reales” que eran el “valor de trezienttas y treinta y una reses de aucion en los llanos de las palmas aricaparo, Caicara, la cruz, San Anttonio y paya como se rrefiere en la parttida del Cuerpo de Vienes”, asimismo “Dos mill y ochentta Reales en la quinttapartte de las tierras de los morros de San Juan en los llanos y quattro orejanos de aucion en el partido de paya el dicho provincial don Francisco de Zolorzano compró a Doña Jacintha de Cardona de los diez mil y quattrozienttosrreales”, “siettemillnovezienttos y quarentta y quattro Reales en la quinttapartte de treinta y nueve millsettezienttos y veintterreales del valor de las trezienttas y treintta y una reses” correspondientes al derecho “de ausión en los llanos y parttidos de las palmas, aricapano, Caicara, la cruz, Paya y San Anttonio”.14 Prieto, basado en Oviedo y Baños, indica que la concesión de estas “acciones de hatos había de tener una marcada influencia en la persona de Francisco Mijares de Solórzano ya que fue el primer juez de los llanos con nombramiento del Cabildo” hacia 1652 y como “autoridad de acuerdo a esta real cédula, controlaba la vida y todo lo conveniente a los Llanos” de aquí 11

12 13 14

AGN. Sección Testamentaria, Año 1669, Letra M, Folios 1 al 462.- Nª 1º.- Escribano Fernando Aguado de Paramos. Ibid., fol. 40 vto., 41. Ibid., fol. 41. Ibid., fol. 395 vto, 396 vto, 428 vto.

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se desprende la gran cantidad de tierras de la familia Tovar y de los Mijares de Solórzano.15 Es interesante percibir como el documento refiere en este momento que las aucciones o ausiones es sobre el “ganado bacuno”, no sobre tierras como se otorgan más adelante.En otro caso se plasmó como un juicio oral donde el querellante comprueba a través de testigos que era el poseedor de derechos sobre tierras y ganados, éstos últimos asumen el valor, no solo de los primeros herrados sino de toda la prole que engendra. Estudiemos el caso en cuestión por ser un expediente completo que se encuentra en el Registro Principal del Estado Cojedes. Don Agustín de Rojas Fonseca, Alcalde Ordinario de la Villa de San Carlos de Austria sus términos y Jurisdicción, expresa que por cuanto se presentan diferentes disturbios y controversias sobre el derecho de hacer las acostumbradas “jaretadas” o “jarretadas” y “vaquear”, entre las sabanas que comprenden el río Tinaco y la Yaguara, con ganado alzado que no se reduce a rodeo y porque se desconoce si son hatos de vecinos, algunos pequeños, así como de ganado manso ya que “pretenden apropiarse así el derecho que no les pertenece por lo Referido y porque los que tuvieren ausión y derecho” y debe establecerse quien no lo tiene. Por tanto se manda a todos los vecinos de San Carloscomparezcan y los prueben.16 De igual forma alude que “muchas personas bagantes y de otras calidades se anarrimado a algunos besinosdesta Villa con el pretesto de que estan concertados o convenidos con los dhos. besinos no estándolo”, con la finalidad que “la justicia no los mueba y de esta forma bibir a su libre voluntad” de donde se “originan grabes ofensas a Dios” y grave daño al prójimo, dando quince días para que se presenten los documentos sobre los concertados existentes, así como los “agregados que cada uno tuviere”, quedando exceptuados “los que estuvieren consertados por escriptos echo ante Jues Conpetente”, con pena de 15 16

Prieto. Ob. Cit. Se ordena a los vecinos “estantes y habitantes desta Villa y fuera de ella de qualesquier estado o condición que sean que tubierenausión o derecho o pretendieren tenerlo que dentro del término de beynte y sinco días que se contaran desde oiparescan ante mi y manifiesten la ausión que tiene para baquear y JaRetar en el dho. partido o prueben con suficientes pruebas cada uno la ausión que tiene y así lo cunplan cada uno por lo que le tocare dentro del termino asignado Con pena de que pasado el dho. término declararé por de ningún balor ni efecto la ausión o derecho que no manifestaren”, RPEC. Escribanía. Libro 3, documento 9 de febrero de 1717, sin foliar.

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veinticinco pesos “aplicados de por mitad Rl Cámara de su majestad y gastos de justicia todo lo qualminsionado en este mi auto”, para que lo guarden cumplan y ejecuten y “a los que lo contrario ysieren además que serán castigado por todo Rigor de Justisia” y para que “este mi auto llegue a notisia de todos y ninguno pretenda ynoransia mando se publique a son de cajas de quera en las partes acostunbradas en esta Villa”. El proceso se abre para evacuar testigos que puedan dar fe, bajo juramento que lo expuesto es cierto fuera de toda duda razonable. El auto se promulga el 20 de febrero de 1717, con el Procurador la Villa, don Matías Viña; el Regidor, Juan Bautista Sapata, y el contador, don Nicolás Ydalgo, y además con “mucho concurso de gente vecinos destadha. Villa”, a la vista de quien sentenció y firmó. Es decir fue un gran acto público que realizó el Alcalde Ordinario de San Carlos. En primer término es Diego Felipe de Burgos, Clérigo Presbítero, domiciliado en la Villa de San Carlos de Austria, quien atestigua que “se a promulgado auto Mandando que todas las personas que pretenden Tener derecho a las aucionez del ganado alzado desta Juridición parescan a manifestarlo dentro de beinte días” quien afirma que “aunques tan público y notorio el que a mi me asiste en los partidos del Tinaco abajo y de más partes contiguas a dho. Tinaco desta Juridición”; es decir reclama el derecho del Tinaco abajo, en zona hacia donde ahora se encuentra El Baúl. En virtud de ese reclamo solicita le sea prestando juramento a los testigos que presenten, a quienes se formulan una serie de preguntas que pretenden clarificar la tradición de propiedad y los derechos sobre los semovientes: 1) Si saben todo El tiempo que Alonso Roldán de Acebedo y Evfemia de Burgos, de quien es único heredero, mantuvieron un “hato quantioso en el citio del desembocadero del río Tinaco destaJuridición Parte tan contigua a dhos. ganadosalsados como está de manifiesto”; 2) que juren y declaren sí saben que en el mismo sitio y “hato del desenbocadero metí yo de herencia que a mi y mis hermanas nos tocaron de nuestros padres” la cuan alcanza “más de quatrocientasrreses y que así mesmo metí en dho. Hato” y doscientas reses el año 1712, “que fui desmero… de las beredas de los diezmos desta jurisdicción cuyo hato e mantenido más tiempo de años y cuios ganados se me an deteriorado e yncorporado con dhos. ganados alzados”

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El primer testigo fue Pedro Rodrígues, vecino de la Villa, quien luego de cumplir el protocolo de la juramentación, declara que “a más de veinte años que save por aberlo visto que Alonso Roldán y Evfemia de Burgos tubieron hato quantioso de ganado y yeguas en la parte que rrefiere el escripto” el cual mantuvieron hasta que fallecieron, entonces “entro El dicho hato en poder del que le presenta”, expresa saber que quien le presenta “metió porcion de ganado de erencia de sus padres en el rreferidocitio pero que no save la cantidad que era”, también afirma que sabe también que “metió en el referido sitio el ganado que cojióde diezmo de vna de que fue desmero pero que no save que cantidad” y asímismo afirma que “sabe por haberlo bisto que siempre a estado encorporado el ganado del que le precenta con el ganado alsado por cuya rasón siempre a tenido mucha perdida”. Pedro Rodríguez de 38 años, declara afirma que su testimonio es público y notorio aunque “es su compadre quien le presenta, pero por eso no deja de decir la verdad”. El segundo testigo que se presenta ante Agustín Rojas Fonseca es el Alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición, Joseph Ygnacio Sánchez de 40 años, vecino de San Carlos, quien prestó juramento del protocolo de ley y “prometió de decir verdad de lo que supiere y se le fuere preguntado” y basado en las anteriores preguntas dijo que desde hace 25 años conoció en el sitio mencionado a “Alonso Roldán y a Evfemia de burgos su mujer con ato considerable de ganado y Yeguas y que abiendo fallecido los dhos. Roldán yevfemia de burgos entro el dho. hato en poder del que le presenta”, y que éste “metió en el dho. citio (sic) la parte del ganado que le toco al dho. y a sus hermanos de herencia de sus padres” y asimismo que ese sitio de ganado se diezmó en una vereda donde existe mucho ganado alzado, por lo que solicita el derecho sobre todo aquel que haya en la zona. Este testimonio busca apropiarse de los ganados alzados, cimarrones o mostrencos, ya que va asumiendo que junto al ganado introducido por el demandante, se hallaba el “alzado”, existía poca información sobre el que introdujo, aún menos sobre el ganado alzado, lo cual hace que esa inversión crezca desproporcionadamente, ya que permite la apropiación de todo los que en ganadería exista en la zona. El tercer testimonio, fechado el 26 de febrero de 1717, es del Regidor Ygnacio Sánchez Nadales, también vecino de la Villa, quien recibe el

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juramento, por Dios y la Cruz, quien dijo que desde hace 30 años conoció a Alonso Roldán y a Evfemia de Burgos en el sitio del “desenbocadero con ato quantioso de ganado y yeguas y que lo mantubieronasta que abiendo fallecido los susodhos. entro el dho. Ato (sic) en poder del que le presenta” quien loha mantenido en el mismo paraje y “metió en el dho. sitio el ganado que le toco y a sus hermanas de herencia de sus padres pero que nosabe que cantidad”, el testigo afirma que quien “le presentafue desmero de vna de las beredasdestajuridición y q el ganado que le tocó de eldiesmo lo metio en el dho. sitio” y que “así mesmo sabe por aberlobisto que siempre a estado encorporado el ganado de el que le precente con el ganado alsado y que por esta rrasóna tenido mucha perdida”. El cuarto testigo Pablo de Esquiel de 30 años, tiene respuestas similares a los anteriores, afirma que hace 20 años conoció a Alonso Roldán y a Evfemia de Burgos, quienes tenían en el sitio del desembocadero con cuantioso hato de “ganado y yeguas” que lo mantuvieron hasta que fallecieron, cuando dicho hato entra en poder de quienle presenta el cual “le tocó y a sus hermanas de herencia de sus padres”, afirma también que “metió en dho. sitio el ganado que le toco el diesmo de una beredadestaJuridn. Pero que no sabe que cantidad”, y que este ganado “está en medio del ganado alsado por cuia causa siempre a estado encorporado el ganado de él que precenta con el ganado cimarrón por cuia causa se le a de eriorado mucho ganado”. Los otros testigos materialmente repiten los testimonios, casi textualmente, de esta manera el sargento Juan Moreno Billavicencio, quien aclara que el sitio estaba ubicado en el Desembocadero del río Tinaco, igualmente Joseph de Roblez explica lo del Tinaco y que “en el berano se encorporaba el ganado del dho. Roldán con el ganado alsado de las sabanas de Santo Domingo” y el último testigo fue el Capitán Juan González Amador quien atestigua que desde hace treinta años conoció a Alonso Roldan y Evfemia de Burgos con hato cuantioso de ganado en el desembocadero y al fallecer entró en poder Diego Felipe de Burgos, quien le presenta como testigo, éste metió en dicho sitio “porción de ganado del que heredo de sus padres en el sitio de Camoruco pero que no sabe que cantidad que solo sabe que era porción”, se sabe que el Padre Burgos introdujo “en el referido sitio del desembocadero dos partidas de ganados de los llanos procedido de los diesmos pero que no sabe

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que cantidad” y que conoce este hato donde “…siempre a estado encorporados los ganados del dho. hato con el ganado alsado y simarrón y que por esta causa a tenido mucha pérdida y que save que en las baquerías que se hasen en los llanos en los partidos de Guises y Paraima y demas hatos ynmediatos a los rreferidos se coje mucho ganado del que le precenta y questo que llebadho. y declarado es público y notorio pública vos y fama y la verdad”. El caso del clérigo Diego Phelipe de Burgos, comparece ante el Alcalde Ordinario de la Villa de San Carlos de Austria, don Agustín de Rojas Fonseca, en virtud de la solicitud que justificó el derecho y aucción para “entrar a baquear y jaretar en los ganados alsadoz y cimarronez que pastean en las sabanas deTurarigua y Las Matas pr lo que mira el lado del río del Tinaco por el otro lado del dho. río Tinaco, Mal Paso, Matas del Totumo abajo hasta losdesparramaderos del Caño de Santo Domingo y demás partes”, avalado por testigos. Justifica el derecho de ausión para vaquear y jarretear ganados alzados y cimarrones en el amplio territorio que abarca las sabanas de Turarigua, las Matas, cerca de la desembocadura del río Tinaco, Matas del Totumo abajo, hasta el Caño Santo Domingo,basado en siete testigos, además de presumir que de ser necesario pudiera hacerlo con “todos los vecinos de la villa” porque es público y notorio, por lo cual exige el derecho a “entrar a baquear en los referidos Partidos y demás donde Parecieren dhos. ganados alzados mediante a la antigüedad que tengo Justificada y copia de ganado que he mantenido yo y mis causantes en el sitio y ha todo el desembocadero”, en virtud de lo cual exige que “…Sirviéndose Vmd. así mismo de que se entrieguedha. información original con este escrito y su proveído para los efectos que me convinieren y guarda de mi derecho al cual atento”. Luego de cumplido este protocolo, se observa el auto del alcalde ordinario de la Villa de San Carlos de Austria, don Agustín de Rojas Fonseca, el 27 de abril de 1717, donde explica que vista la información del Diego Pelipe de Burgos donde resulta justificado el “derecho que tiene a los ganados alzados en las partes contiguas a su hato” en los partidos deParaima y Güises “declaro que el dho Padre Diego Phelipe de burgoz tiene probado Lo que probar le conbino en cuya atenciónpuedemandar baquear en los ganados alsados en los partidos donde tiene probado tener derecho a dhoz. Ganadoz alsadoz (sic) y así

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mesmohusara de la avcion que le corresponde y dhas. Vaquerías (sic) las puede mandar haser”. Este tipo de autorización ha sido poco estudiada en el derecho de conquista, es decir sobre la libertad de apropiarse de aquellos ganados que libremente andaban por los llanos, donde se percibe que existe incoherencia, por lo menos en la definición del territorio donde se ejercería este derecho. En los testimonios solamente se refiere al desembocadero del río Tinaco, que nadie lo había referido, pero más curioso resulta que los límites que presenta el demandante clérigo Diego Felipe de Burgos no son mencionados por ninguno, y los que se establecen al final: “maiormente en loz partidos de Paraima y Güises y demaspartez que de dhaynformación consta tener justificado lo que por su escripto”, es decir los que dijo el padre Burgos y se menciona otro al que no se había hecho referencia, ni siquiera el mismo demandante: El sitio de Paraima. Otra referencia es la de Lorenzo de Ostos y Vega, quien atendiendo al llamado de las autoridades a demostrar los derechos de aucciones o ausiones acude para justificar los derechos de coger ganados alzados en El Caimán de El Pao, el 6 de octubre de 1717.17 Ostos y Vega, vecino de San Carlos y asistente en El Caimán, asegura que hace veinticuatro (24) años que tiene en su hato de ganado mayor, yeguas y caballos a orillas del río El Caimán, porque se ha alzado gran cantidad de ganado “junto con sus mutiplicos” ―es decir sus crías― y pastan en “la galera que está contigua a dicho mi hato”, en consecuencia exige se incorporen unos y otros para cogerlos en rodeo y vaquerías, como gozan los demás criadores. El testigo Francisco de la Cruz, asistente en El Caimán, vecino de San Carlos de Austria, afirma que hace más de veinte años que conoce a Ostos y Vega, en el sitio mencionado con su rodeo “que siempre ha tenido” y que él ha sido uno de los peones de los que ha sacado ganado, yeguas con sus padrotes y caballos, asimismo informa que ha traído ganado de Guaytocoy de los Cerrillos de Las Lajas, y que por lo inmediato que está a La Galera se ha “incorporado alzado mucho ganado cimarrón que pasta en ella, en donde le consta al testigo que pinta ganado de fierro y señal del suso dicho”.18 17

18

RPCE, Expedientes civiles. Libro 1717-1721. Lorenzo de Ostos y Vega Justificación de Coger ganados alzados en El Caimán, Pao, 6 al 11 de octubre de 1717, 6 folios. Ibid. Fols. 2, 2 vto.

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Luego presenta por testigos a los Alférez Joseph Vicente Núñez y Francisco Martínez de Aparicio, al sargento Miguel Diaz y a Francisco López y Francisco de la Rosa Martínez quienes coinciden con el anterior y que desde veinte años a esa fecha siempre ha mantenido rodeo en esta zona, y que ha traído partidas de ganado de otros sitios de hato que tiene para poblar esta zona y ha mantenido rodeo pero se desconoce cuál es la cantidad de ganado, yeguas y caballos, así como dicen mucho de los que ha entrado a vaquear sus puntas de ganado con su “fierro y señal”, la cual por estar cerca de La Galera se han mezclado sus novillas con ganado alzado y cimarrón. El auto termina cediendo la aucción.19De esta forma se le otorga el derecho a tomar junto al ganado de “su fierro”, aquel que no está marcado con lo cual aumenta considerablemente su caudal ya que este no tiene ninguna medida, sino el estar en el sitio mencionado de La Galera. De igual manera está el caso de don Domingo Peres Moreno, apoderado de don Ygnacio de Orosco, quien solicita se le ampare en la posesión que tiene adquirida por títulos y derecho de ausión de “coger el ganado orehano y mostrenco en la Villa de San Carlos”; fungía como Juez el Comandante General don Juan Hugo Croquer. Don Ygnacio de Orosco vecino de dicha villa de San Carlos compareció ante el licenciado don Domingo Aguirre abogado de los Consejos Teniente de Gobernador y Asesor de Guerra en esta provincia de Venezuela por su Majestad. Solicita que se le provea por escrito del poder y auto del derecho a nombre de “DnYgnasio de Orosco como marido de Doña Juana María Liscano vecina dela villa de San Carlos de Austria, y en nombre de sus hijos y herederos el sitio y hato del Totumo a orilla del río Tinaco”, lo cual indica la categoría de propiedad hereditaria al señalar a la esposa e hijos sobre los ganados, sobre la que “debía declarar y declaro tener derecho”.20 El reclamo de los derechos de “Orosco, por sí y como marido de la dicha Juana María Liscano a los ganados orejanos y mostrencos que en los referidos sitios y su jurisdicción de dicha villa hubiere” o cualquier parte donde hubiere 19

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“…en vista de la justificación dada por Lorenzo Ostos y Vega, sobre el que sus ganados o parte de ellos se anyncorporado con el ganado simarrón que pasta en la galera, cuya justificación tiene plenamente dada para el efecto de el derecho que pretende para poder barquear en dha. galera y coger en ella así sus ganados de fierro como el orejano que pudiera coger…”Ibid. Fols. 5 vto, 6. AGN. Sección Tierras. Letra P, N° 2, año 1746, fol. 1, 1 vto.

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reses que pertenezcan a dichos hatos según el derecho de ausión que ellos tienen y posesión, para que las justicias de dicha villa no “inquiete ni perturbe pena de quinientos pesos aplicados de por mitad Real Cámara y gastos de justicia de este tribunal”, el cual fue proveído el 24 de mayo de 1745.21Posteriormente, basado en el derecho reconocido a los ganado mostrencos y orejanos del hato el Totumo del río Tinaco, y su jurisdicción, “y otra qualquiera parte donde ubiere reses a mi pertenecientes”, para poder recaudarlas y recoger, “los orejanos y mostrencos, según el derecho de aucion” que fue obedecido por las justicias y Cabildo. Sin embargo, participa que: ...don Joseph Gregorio Herrera inquietarme en dicho derecho mandando a su maiordomo, y esclavo no merecen coxer dichos ganados como lo experimente pues un día en la sabana se apearon tres esclavos suios tocandoaprovocarme y en cuia ocasión coxieron un orejano mio y lo mataron, poniendome a lanze de que como hombre con el primer impuesto ubiese cometido algunexeso que pongo en la consideracion de Vuestra Señoría…

Es interesante la referencia en el entendido que produce un derecho legal hereditario (esposa e hijos) y el reclamo se realiza sobre los hechos del mayordomo del Regidor Joseph Gregorio de Herrera y los esclavos que fueron a provocarle, agarrando y matando un orejano de su pertenencia, lo cual indica de una parte que eran esclavos algunos de los peones que realizaban rodeos y de otra la inobediencia del derecho reclamado por Orosco. Solicita, por tanto, que se le exija a Herrera que se acoja a derecho y no “inquiete ni perturbe por sí ni por interpuesta persona en el uso y coxida de dichos ganados y que si contra dicho derecho tubiere que pedir y alegar comparezca en este tribunal dentro de un breve término” ya sea personalmente o por medio de su apoderado a usar la prerrogativa “que imaxinare para que asi se consiga la quietud, y o quede en pacifica posesión liberándonos el despacho necesario”.22 De esta manera se despacha Auto con el despacho y diligencia que se enunciada a las justicias Villa de San Carlos con inserción del auto proveído el 24 de mayo de 1745 para que senotifique a don Joseph Gregorio de Herrera 21 22

Ibid., fol. 2. Ibid., Auto fechado el 22 de abril de 1746, entregado al día siguiente, fol. 3 vto.

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no mande vaquear en esta parte para “la coxida de ganado orejano”, bajo pena de 50 pesos de multa aplicados de por mitad Real Cámara y gastos de justicia, debiendo hacer cualquier alegato al tribunal de la causa. Con base a esta diligencia se ordena y manda las justicias Ordinarias de la villa de San Carlos que luego de recibir el despacho y “se hagan dar su debido cumplimiento haciéndole notificar a Dn Joseph Gregorio Herrera cumpla con sucesor remitiendo la dilixencia que le hiciere a este tribunal”. El 16 de mayo de 1746, el Alférez don Juan Fernandes de la Rosa, Alcalde Ordinario y administrador de la Real Hacienda, habiendo el despacho que mandado librar por el licenciado don Domingo Aguirre y Castillo abogado de los Reales Consejos de Su Majestad, Teniente de Gobernador y Auditor de la Junta de Guerra de la Provincia, dijo que obedecía como de su Superior y en cuanto a su cumplimiento mandó notificación al Regidor don Joseph Gregorio Herrera. Asimismo fue notificado el Alcalde Ordinario de Primera elección, don Joseph Gregorio de Herrera, Notario del Santo Oficio, vecino de la Villa de San Carlos de Austria, para hacer cumplir la orden sobre el derecho de Orosco por medio de un despacho librado por el Teniente General, el cual “fue ganado por Ygnacio de Orosco”, alegando que utilizó informes falsos y subrepticios para apropiarse de las crías de ganado.23 Requiriendo que el escrito se remita al Tribunal Superior, protestando por medio del apoderado General, el Dr. Dn. Diego Muños, colocándose a derecho, con el referido Orosco, brindar los alegatos lo que convengan en defensa de la hacienda y que con “la mayor brevedad se cumpla la decisión del Tribunal.24 No existe en el expediente referencia al fallo final del Tribunal respecto a la apelación. Las solicitudes de aucción o ausión no siempre eran otorgadas. Un caso es el reclamo que hace Juana de la Cruz Guerra, viuda de Diego Juan Liscano, quien atendiendo al llamado que se realizó el Ayuntamiento de San Carlos 23

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“…en el tiempo y quando lo presento a la real justicia, y no asta la fecha, no sabia yo de tal despacho,ni ningun otro vecino y tambien al tiempo y quando hizo la rreferidaynformacion, seme devieraabersitado, lo que se executo por ser echa, con bisos de malicia por cuyos justos motivos, se a de servir vuestra merced en suspender, en todo, y por todo la execusion de dicho despacho…”, Ibid., fol. Vto. 6. Ibid., 18 de mayo de 1746, fol. 7.

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sobre la justificación de los derechos a coger ganado alzado en el sitio de Las Matas en las orillas de los ríos Tinaco y Cojede, alegó que su marido fue uno de los primeros criadores de esta villa en el sitio de la Galera, presentando testigos sobre las vaquerías que se han hecho de ganados cerreros, así como las “pintas” de sus hierros.25 El primer testigo, Andrés Agustín de Rojas, asegura que desde hace veinte años que conoce a quien le presenta y a su marido ya difunto, y que tuvieron sitio de ganado y yeguas. Luego se presenta Ignacio Sánchez Nadales, quien asegura sabe que fueron de los primeros criadores del partido de La Galera así como del partido de Guache, que lo ha mantenido hasta desde entonces. El tercer testigo fue don Domingo Hernández de la Joya, quienigual que los anteriores afirma que era de los primeros criadores de La Galera, pero que no sabe si tiene en el ganado cimarrón Juana de la Cruz Guerra, porque no a baqueado este ganado cerrero y asimismo declara que conoce de vista el hato de la misma dama y “es un ato muí corto”, además refiere que sacaron la mayor parte de ganado y la pasaron al partido de Guache y que desconoce si los han vuelto a traer o no. Los testigos cuarto, quinto, sexto testigo y séptimo (Juan Simón de León, Félix de Ainaga, Juan de la Cruz Guerra y Juan de Mieres), igualmente reconocen que Juan Liscano es de los primeros criadores de La Galera, y se les preguntó sobre si en el ganado cimarrón existe alguno marcado con el hierro de Juana de la Cruz Guerra y sus herederos, e igualmente que informan sacaron ganado de este hato hacia el partido de Guache. La viuda solicita y obtiene de fray Gabriel de San Lucar una certificación que su difunto esposo, Diego Juan Liscano, es uno de los fundadores de la Villa de San Carlos y que ayudó con su persona y familia a hacer la Iglesia de la Villa, quien siempre ha tenido su hato de ganado y yeguas en el sitio de La Galera, donde se mantiene la querellante Juana de la Cruz quien todavía aporta “limosnas a dha. Yglesia ayudando en lo que puede y a podido”. Con los testimonios antes citados el Ayuntamiento declara el 14 de abril de 1717 “no a lugar” las pretensiones de la señora Juana de la Cruz Guerra 25

RPCE, Expedientes civiles. Libro 1717-1721. Juana de la Cruz Guerra, justificación sobre el derecho a coger ganado alzado en tierras de Tinaco y Cojede, 5 de marzo de 1717, 8 folios.

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sobre “sobre el derecho de baquear en los ganado alzados en el sitio de la galera” y solamente se le autoriza que “pueda baquear en el dho. paraje al tiempo y quando lo hagan los criadores que tienen justificado su derecho”. Lo interesante de esta figura jurídica denominada como derecho de ausión, aución o avusión, es que pareciera creada o inventada en la provincia, ya que hasta ahora no la hemos ubicado en la legislación indiana ni en el Diccionario de Autoridades. La aucción aparece como un artificio legal para apropiarse tanto de la base material de producción (tierra), como del elemento de explotación social (el ganado) de parte de sectores sociales pudientes. Resulta interesante hacer seguimiento de cómo el derecho de conquista genera contradicciones internas entre los mismos explotadores. Antes de la llegada de los conquistadores la tierra era propiedad colectiva de los indígenas. Cuando vienen los europeos por la ley de la conquista se apropian de estos territorios el Estado metropolitano español conjuntamente con el Papado romano. Por supuesto que al avanzar el proceso de conquista e irse revalorando los terrenos por la producción de semovientes, se inicia una pugna interna entre los mismos sectores para asumirse la propiedad de los diferentes medios de producción, entre los que se encuentran el derecho de la tierra y como parte de este el derecho de aucción. En este orden de ideas los vasallos inventan esta figura del derecho de ausión para apropiarse de aquellos bienes que por definición eran “realengos” (pertenecientes al rey). Sin subvertir el orden legal se la ingenian para asumir el poder y la propiedad de los medios de producción. La fina urdimbre trasluce que ―en el caso estudiado― la intencionalidad del Alcalde Ordinario de la Villa de San Carlos de Austria, don Agustín de Rojas Fonseca, era consolidar el derecho de ausión de las referidas tierras del “Clérigo Presbíteros clérigo Diego Phelipe de Burgos”, ya que el primero hace un llamado público a reclamar estos derechos, pero curiosamente el único que presenta caso es el clérigo, con un conjunto de personalidades que avalan el juicio en calidad de testigos, como el Alguacil mayor del Santo Oficio de la Inquisición, Joseph Ygnacio Sánchez; el Regidor Ygnacio Sánchez Nadales; el sargento Juan Moreno Billavicencio, entre otros personajes. No queda duda alguna del resultado de un proceso mediando semejantes testigos en la villa de San Carlos.

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De esta manera, el derecho de ausión se presenta como una forma de legalizar la apropiación de tierra y ganados cimarrones que pastaban sobre los llanos, bajo la premisa que se habían mezclado con aquellos que se habían introducido los ganaderos. En consecuencia constituye una figura que debe comprenderse como forma de legalización de la explotación económica de la conquista. Este derecho de ausión se transformó en derecho de opción a finales del siglo XVIII. Asume figura legal en las Ordenanzas de los llanos de 1794, cuando en el Tratado 3 Del Gobierno y Policía de los Llanos, delitos comunes y penas que a ellos corresponden, Título 3, en que se explica el orden que debe haber en las sabanas y montes, y cuanto ha de practicarse en los rodeos juntas y conducciones de ganados; en el punto 5, norma que debe herrar al menos 200 animales al año.26 A finales del siglo XVIII ya se tenía toda una práctica de la cual deben existir diversa documentación que hasta ahora se ha trabajado parcamente, según lo que hemos podido revisar, y que permitió comprender cómo el concepto de “derecho de ausión” va cambiando hasta convertirse en “derecho que llaman de opción”, delimitando cantidad de ganados por herraje anual así como la ocupación de tierras, lo cual restringía a un reducido número de propietarios la posibilidad de reclamar el “derecho de opción” sobre ganados mostrencos y orejanos. A esto se agrega la otra condición que determina que aunque cumpla con los anteriores requisitos quedaba excluido si la fundación de su hato no tenía diez años cumplidos “por ser esta regla conforme a la práctica inconcusa de los criadores de ganados en los referidos llanos”. En la Ordenanza de los Llanos de la Provincia de Caracas de 1811, el artículo citado permaneció igual, como puede verse en el Tratado III, Título II, artículo 4, donde se norma igual número por encima de 200 reses y poseer “dos leguas lineadas de tierra” no podrá pretender ser “comprendido en el derecho que llaman de ´opinión´ reducido principalmente a la hierra de becerros 26

“El criador de cualesquiera esfera, estado o condición que sea que no hierre anualmente arriba de doscientos animales de todas especies, y que no posea tres leguas lineares de tierras que componen nueve cuadradas, no podrá pretender el ser comprendido en el derecho que llaman de opción reducido principalmente a la hierra de becerros orejanos, y bestias mostrencas…”, Ordenanzas de los llanos de 29 de enero de 1794, en: IZARD, Miguel. “Sin domicilio fijo, senda segura, ni destino conocido. Los llaneros de Apure a finales del período colonial”. Boletín americanista. Nº 33, año XXV, 1983, p. 75.

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orejanos y bestias mostrencas”.27 Esta ordenanza está firmada por los diputados Francisco Hernández, Gabriel Pérez de Pagola, Juan Ascanio y Domingo Gutiérrez de la Torre, en quienes delegan esta facultad por ser conocedores de la materia, por ejemplo Hernández era diputado por la villa de San Carlos y Pérez de Pagola por la de Ospino. De allí que ese derecho existía, a pesar que la ordenanza parece una copia fiel de las anteriores y el derecho de “opinión” pareciera más una mala transcripción del copista, ya que no parece relacionado con una normativa que va destinada a tomar, bajo justificación legal artificiosa, de los ganados mostrencos y orejanos que deambulaba por los llanos. Era esta, quizás, una muestra de la contradicción entre las leyes de Indias y cómo el derecho municipal creó en América una legislación con acentuada marca de las costumbres28 de aquellos que detentaban el poder económico y de las armas, donde el espacio para compartir y cambiar fueros que protegieran sus privilegios incluso más allá de lo dictado por las Leyes de Indias fue el ayuntamiento y sus principales instrumentos, las ordenanzas. En las mismas ordenanzas los propietarios cerraban el círculo al máximo, porque si alguien intentase realizar estas faenas sin cumplir los requisitos previa verificación, se ordena prenderlos y restituirlos al dueño, si este se conociera; y por supuesto que los conocían porque las Ordenanzas las realizaron los mismos propietarios quienes acuden al Estado quien los apoya para afianzar su propiedad. En caso de incumplimiento la Real Hacienda procederá a imponer “la multa de cien pesos para el fondo común si fuere blanco que los tenga, y no teniéndolos en la pena de cuatro meses de cárcel”. Cuando eran sectores explotados la pena estipulada era mayor: “en caso de ser de color con solvencia igual multa con la misma aplicación y en su defecto sufrirá la pena de doscientos azotes, y un año de trabajo en obras públicas”.29 27

28

29

Ordenanzas de los Llanos de la Provincia de Caracas, hechas por orden y Comisión de su sección Legislativa por los diputados firmados a su final, en: Materiales para el Estudio de la Cuestión Agraria en Venezuela. Universidad Central de Venezuela, 1964, tomo I, pp. 65-92, la cita corresponde a las pp. 83, 84. TAÚ ANZOÁTGEUI, Víctor. La costumbre como fuente del derecho indiano en los siglos XVI y XVII: estudio a través de los Cabildos de Río de La Plata, Cuyo y Tucumán. Madrid. Actas y estudios del III Congreso del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano-Edición Instituto de Estudios Jurídicos, 1973, pp. 115-192. Ibid.

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Adelina Rodríguez Mirabal hace referencia al derecho de opción como parte del proceso de conquista; y este derecho de opción se establece sobre el ganado orejano (no marcado, sin dueño) que posee quien marca más doscientas (200) reses al año, con tres leguas lineales de tierra que equivalen a nueve (9) cuadras, con hatos que tengan diez años o más de antigüedad.30

Conclusiones Existieron diversas formas de apropiarse de los ganados sin marca ninguna, denominados como alzados, cimarrón, mostrenco y orejanos. Entre ellas el derecho de aucción o como se lee en algunos documentos “ausión”, el cual proviene del derecho romano, como un derecho sobre alguna cosa y la acción para reclamarla, en estas tierras los derechos de aucción se dieron como forma de apropiarse los ganados que andaban libres por el llano y la sabana. Constituye una especie de título que daban las autoridades de Cabildo mediante el cual se justifica que ciertos ganados de una zona determinada pertenecían a una persona porque ésta había introducido allí una cantidad de animales y, por lo tanto, sus crías le pertenecían, así como todos con los que junto a éstos se habían mezclado, de manera tal que no solamente se apropiaban de los herrados y sus crías sino de los orejanos mostrencos y cimarrones. Este era una forma de enriquecimiento de los mismo propietarios quienes al introducir ganados en algún lugar a los pocos años podían solicitar una aucción y apropiarse de todos los allí existentes. Aunque es de observar que no todas las solicitudes sobre derechos de aucción eran aprobadas, se sometían a los sistemas probatorios de la época mediante la evacuación de testigos que ratificaban o no las pretensiones del solicitante. En todo caso evidencia la posibilidad de tomar bienes que estaban libres en la sabana para peculio y provecho de particulares.

30

RODRÍGUEZ MIRABAL. Ob. Cit., pp. 264, 265; véase también “Curso de formación de la propiedad territorial en los Llanos”. Acarigua-Araure, Fundación Buría-Universidad Santa María-Colegio de Profesores de Venezuela, 11, 12 de julio de 1987, carpeta 425, Archivo Wilfredo Bolívar.

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DEVELANDO LA REALIDAD MURIENDO LO MUERTO… Unveiling reality The dead dying...

Ana Magdalena López de Ugas

Artista Plástico, Licenciada en Educación, Mención: Desarrollo Cultural, Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, (2009). Especialista en Planificación y Evaluación de la Educación, CIPPSV (2012). Magister en Ciencias de la Educación, Mención: Administración Educativa, UNA (2014). Publicaciones: Percepción de los docentes integrales sobre la gestión del conocimiento. Propuesta: Formación docente en las artes plásticas. Líneas marco de gestión para incorporar el aspecto práctico a la asignatura de artes plásticas de la carrera de licenciatura en educación integral de la UNA. E-mail: anamagdalena64@gmail.com.

Recibido: 06/06/2014. Aprobado: 23/06/2014. Resumen: En el siguiente texto mediante la interpretación de cinco fotografías de Ramírez (2013), que develan la realidad en la que vive la historia prehispánica del Estado Sucre, Venezuela. Vamos a aproximarnos al tema como espacios construidos por el hombre para resguardar la memoria histórica de este pueblo, sin embargo, en contraposición a lo planteado se muestran los vestigios del olvido, lo que repercute en el déficit del conocimiento para lograr la identidad del gentilicio sucrense y retomar el asiento fundacional venezolano de donde son los indígenas quienes obraron la arcilla resolviendo sus necesidades. El ceramista Antonio Ramírez, quien con su obra réplica de fragmentos trata de resguardar estos vestigios como un legado al patrimonio cultural y a la educación venezolana. Pero la realidad es fatídica, el museo se encuentra

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invisibilizado por los sucrenses y el patrimonio edificado llora cayendo a pedazos, así como la historia y la identidad del sucrense. Palabras clave: Espacio construído, cerámica, historia. Abstract: In the following text by interpreting five photographs Ramirez (2013), which reveal the reality experienced by the pre-Columbian history of Sucre State, Venezuela. We will approach the issue as a man to safeguard the historical memory of this town built spaces, however, as opposed to the points traces of oblivion is, which results in the deficit of knowledge to achieve the identity of sucrense gentilicio and resume the Venezuelan founding seat where are the Indians who acted clay solving their needs. The ceramist Antonio Ramirez, who works with his replica of fragments is protect these remains as a legacy to the cultural heritage and the Venezuelan education. But the reality is fateful, the museum is invisible by of Sucre and built heritage cries falling apart, and the history and identity of sucrense. Key words: built space, ceramic history.

Introducción La importancia del patrimonio cultural en el desarrollo turístico de Venezuela es muy significativa, hoy los retos de futuro que el país tiene planteado y los cambios sociales, económicos y culturales del mundo, impulsan poner un renovado acento a la gerencia de la cultura. Ésta debe permitir abrir una nueva etapa de transformación del país, basado en lo tangible e intangible, en la renovación y la ampliación de los sistemas (institucionales, empresariales y plataformas culturales) de producción y contenido cultural, lo que tiene una importancia económica creciente que le confiere un alto valor estratégico en el nuevo entorno, latinoamericano y caribeño. En este sentido, Venezuela tiene atractivos diversos para convertirse en destino turístico para el disfrute y esparcimiento para los creadores y turistas de todo el mundo y para ello debe actualizar y renovar los mecanismos de producción que permitan que la cultura y los planes turísticos hechos en Venezuela lleguen al mundo. En este sentido, la política cultural debe ser un componente central de la política de desarrollo en interacción con políticas sociales y económicas.

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Por lo tanto, se requiere fortalecer la eficiencia en el sector cultural mediante programas de formación en administración dirigido a la gerencia cultural, que para Guédez en Figueroa (2003), ésta presenta un espacio triangular: En primer lugar, se vincula con la tramitación de algo, en segundo lugar se correlaciona con la tarea de la animación y el fomento de iniciativas y en tercer lugar, se le identifica con la gerencia de una empresa u organización. En este propósito se requiere de una administración cultural que represente aquel conjunto de acciones organizacionales y procesos administrativos que no son diferentes a las de otras organizaciones. Por lo que nos encontramos con elementos que Fayol en Figueroa (2003), define como el acto de administrar mediante: a) Planear, relacionado con visualizar el futuro y trazar el programa de acción. b) Organizar, referido a construir tanto el organismo material como el social de la empresa. c) Dirigir, no es más que guiar y orientar al personal. d) Coordinar, consiste en ligar, unir, armonizar todos los actos y todos los esfuerzos colectivos. e) Controlar, se fundamente en verificar que todo suceda de acuerdo con las reglas establecidas y las órdenes dadas. De este modo los elementos se centran en una planificación, la cual se debe a una organización y dirección con una coordinación adecuada y control para el logro de los objetivos trazados. En este sentido los cambios que se producen en el ámbito de la cultura y el turismo generan nuevas necesidades, así como también nuevas necesidades e intereses que posibilitan la integración entre ambos sectores, por lo que es posible implementar estrategias de gestión para desarrollar nuevos modelos que permitan la viabilidad del uso de los equipamientos culturales. En atención a lo asumido se destaca el patrimonio cultural como el fundamento de la memoria y la identidad de los seres humanos, por lo que su conservación es imprescindible. Desde esta perspectiva se hará una aproximación a la gestión y a la gerencia del patrimonio cultural en el logro del desarrollo turístico del estado Sucre como un caso práctico desde una adaptación del Poesianismo, que para Merino (2012:p.10), es un modelo de gestión con un lenguaje poético como herramienta cardinal, el arte como plasmación explicita, la arquitectura como expansión urbana y rural y el patrimonio cultural como herraje de la memoria en el mañana, debido a que se convierte en heredad.

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1. Una aproximación a la gestión y a la gerencia del patrimonio cultural en el logro del desarrollo turístico del estado Sucre, desde el poesianismo Sobre la base de esta experiencia y en el marco de las observaciones mediante una visita y una entrevista, además de las fotografías tomadas por Grau (2003-2013) y López (2014), se profundizó en una realidad que se vive en el estado Sucre, que partiendo de un movimiento cultural que nace de la poesía, el cual se denomina para Merino (2012:p.10), Poesianismo-La otra Arquitectura, que es el lenguaje de la poesía como herramienta cardinal se da inicio a la mostración de gestiones y gerencias pasadas mediante una historia genuina que vive el Museo de Arqueología e Historia del Estado Sucre, ver figura 1 (en la página siguiente), donde el barro da forma a un espacio construido para el resguardo de piezas cerámicas prehispánicas sucrenses recogiendo así la historia ancestral de su gentilicio. Es aquí donde Ramírez, Gerente del Museo desde el año 2012, entra cada día a dar vida con la realización de réplicas de los fragmentos extraídos de los yacimientos arqueológicos encontrados en el estado Sucre. A pesar del deterioro e invisibilización de los caminantes de su frente. El equipamiento cultural mediante la interpretación de las fotografías devela la realidad, lo que nos brinda una lectura del modelo gerencial que allí se realizó antes de asumir Ramírez, encontrando en estos momentos que está muriendo lo muerto que allí yace. Se pretende sensibilizar a los Gerentes de la Cultura de alto nivel para que vuelvan sus miradas ante tanta magnificencia y rescatarlo, como lo que es, un patrimonio cultural que necesita flores de muchas manos y de la paciencia de todas las acciones con justicia inspiradora para lo que hasta ahora ha sido fuente de investigación y vida ancestral, que ahora está muriendo con la fuerza del olvido. Imposibilitando el encuentro del sucrense con su historia personal o colectiva y el fortalecimiento de su identidad, así como también al visitante, quien como turista desea conocer la idiosincrasia desde los orígenes ancestrales. Por consiguiente el turismo y la cultura pueden encontrar una vía de expresión mediante la recuperación, restauración y ampliación del Museo de Arqueología e Historia del estado Sucre con una puesta en valor de los recursos materiales que allí yacen.

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Figura Nº 1: Museo Arqueológico e Histórico del estado Sucre. Fuente: Acervo de López (2014)

En el orden de las ideas anteriores es relevante destacar que el museo se expresa en primera persona, manifestando sus inquietudes y necesidades con un sentido poético y claro lo que le permite a la investigadora realizar un diagnóstico, de donde surge una propuesta de la práctica de este caso tan genuino. Desde la figura 2 (en la página siguiente) el Museo se manifiesta y dice; Yo soy la entrada al cultivo de las memorias de mis antepasados meditabundas.

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Figura Nº 2: Voces para interpretar, estado Sucre. Fuente: Acervo de López (2014)

Un campanario frente a mí (Iglesia Santa Inés) perdido entre mis ancestros, no deja de sonar la hora, para que mis más sentidos recuerdos se materialicen en el gentilicio sucrense y vuelvan a mí, su casa, a revivirme en mi aposento. Un tormento nocturno se adueña de mis noches, los antepasados prehispánicos gritan, cantan y conversan en mis sueños y escuchando sus preces siento su caminar hacia un cementerio, sublime convento de hermanos que me invisibilizan y pasan día a día por mi frente sin una mirada y yo hundida en un valle de lágrimas que desembocan desbordando el río Manzanares. Yo añoro continuar las labores de rastreo en busca de la compasión de los gerentes culturales y me renazcan como un patrimonio edificado que resguarda a un patrimonio cultural ancestral de miles de años antes de Cristo y unir los suelos de dos continentes. La antigüedad arquitectónica dibuja las

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murallas, conforme a la mediocridad y desapego a lo que yo atesoro como regalo imperecedero a los que declaran mi ausencia. Observa la pieza pictórica ubicada en mi interior, figura 3, representa a los ahogados por unas manos ajenas a nuestros antepasados, pero similares a las de los gerentes que han pasado por mis pasillos, día tras día inmutados ante mi precaria vida. Obedecen al sentido despatriótico que heredaron de perdigueros del vecindario. No superan la perfidia alcanzada por la gracia de colonizadores e invasores de mi casa. Aquí estoy de ventanas cerradas, pero con mi puerta abierta, al parecer tristemente por siempre, esperando que vuelvan a mi presencia después de entrado el día y abran mis ventanas para que la luz me irradie incorporándome de donde yacía. Atinando un camino desde mi sepultura con vida entre los fragmentos cerámicos que dan lectura a un cortejo funeral. Mis paredes lloran (ver figura

Figura 3. Muerte que no muere, estado Sucre. Fuente: Acervo de López (2014)

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4) brotando lágrimas de barro, gota a gota por tanto tiempo de desolación que logran el trazo de infinitas líneas rectas que traspasan el piso en la búsqueda de las más profundas tierras, donde por fin encontrarán enterrados sus recuerdos, su patrimonio, nuestro patrimonio, dejando vestigios para la identidad del sucrense, venezolano, latinoamericano y caribeño, que somos todos. Insisto en señalar mis desvelos por los sueños, pesadillas y gritos de auxilio en los que me despierto, encontrándome en las ruinas de las paredes de una sala desierta (ver figura 5, en la página siguiente) en espera de recibir la visita de la muerte. Yo velaba en la crisis de la soledad diariamente. Los fragmentos cerámicos de mi colección privada, única joya de mi aposento, logra recibir a un monaguense que desandando caminos llega acezante a jugar con el barro.

Figura 4. Valle de lágrimas, estado Sucre. Fuente: Acervo de López (2014)

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Figura 5. Lo que va quedando, estado Sucre. Fuente: Acervo de López (2014)

Y en este momento despierto de mis angustias soñolientas y en el curso de la mañana esas manos creadoras (ver figura 6, en la página siguiente) invaden mi visión en una lontananza de gerentes de la cultura, indiferentes a un sueño monaguense que despierta inquietudes de una beldad fantasma del olvido. La réplica representada en la figura 6, es el matiz de un modelador que persiste en calar el enigma de la cerámica prehispánica sucrense y sin darse cuenta cifra de cantidades bajos sus dedos, manos que dan lectura a su tiempo de vida. Él y yo estamos sorteando el cementerio viviente en el zócalo de un patrimonio edificado, cegado por un presente que anhela su identidad cultural y con la mirada de una gestión que trata en su accionar diario rescatarme de la muerte. La producción plástica de las manos del ceramista monaguense, Antonio Ramírez está presente en la cerámica réplica prehispánica sucrense representada

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Figura 6. De mis manos réplicas de la historia, estado Sucre. Fuente: Acervo de Wilfredo Grau (2013)

en la figura 7 (página siguiente), quien rompe en un clamor de la glorificación de su cárcel de la resistencia. Reproduce el estruendo de la ovación, desde sus manos asoma la vocación que hasta hoy lo acompaña. Con la paciencia en cuello y con la imaginación impulsada, cual flecha hacia un espacio incierto va configurando el barro gris en armonía transformadora, cual soplo divino permite su propensión al placer, a la investigación y a la producción haciendo un aporte a la cultura, al turismo y a la educación venezolana.

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Figura 7. Lo sublime, estado Sucre. Fuente: Acervo de Wilfredo Grau (2013)

La obra plástica prehispánica sucrense desde el legado de Antonio Ramírez y su aporte (ver figura 8, en la página siguiente) es la luz que me ilumina, a pesar de ser un Museo en ruinas, patrimonio cultural, irónico, pero no obstante inspira a muchos y en especial a la creadora, investigadora y

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Figura 8. La luz, estado Sucre. Fuente: Acervo de Wilfredo Grau (2003)

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docente, Ana Magdalena López de Ugas (ver figura 9) a seguir el rumbo hacia mi restauración y con ella la de la historia ancestral de este gentilicio y de mi edificación hacia los 500 años de la fundación de Cumaná. Una vez escuchado el sentir del Museo de Arqueología e Historia del estado Sucre, se propone dar respuestas adecuadas, innovadoras e imaginativas

Figura 9. Investigadora, estado Sucre. Fuente: Acervo de López (2014)

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ante su demanda y ante el sentimiento de Ramírez, actual gerente del Museo, quien está firme en su gestión, quien dio respuestas a las interrogantes de la investigadora, lo que permitió sistematizar el siguiente diagnóstico: Se observó que la colección del Museo de Arqueología e Historia del estado Sucre es sumamente significativa, donde pudiera mostrarse de manera pedagógica los hallazgos arqueológicos encontrados en la región sucrense y oriental. Esta colección comprende un importante legado patrimonial de este estado, conformado por innumerables muestras de cerámica aborigen, tallas en piedras de origen prehispánico, evidencia de los primeros grupos de tradición agrícola de la región y cerámica del periodo republicano. También conchas marinas, fósiles de mamíferos y piezas etnográficas indígenas. Esta colección corre peligro de deterioro total, por encontrase envueltas en bolsas plásticas y

Figura 10. Riesgo y muerte, estado Sucre. Fuente: Acervo de López (2014)

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Figura 11. Memoria y significado, estado Sucre. Fuente: Acervo de Antonio Ramírez (2013)

cajas de cartón en un depósito que presenta filtraciones (ver figura 10, en la página anterior, y la 11, en esta página), lo cual aumenta la situación de riesgo. Como bien cultural colectivo, la mancomunidad para aunar esfuerzos necesarios para conservarlo y salvaguardarlo, no existe. Asimismo, el franco

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deterioro y en camino a desaparecer en la cual se encuentra este inmueble y su colección, desdice del apego del gentilicio sucrense y de los gerentes a los procesos históricos culturales. A pesar de ser reconocida como Bien de Interés Cultural de la Nación en el Censo Nacional de Patrimonio Cultural del año 2005. Se le niega al turista, a la educación e investigación a los estudiantes, quienes son los llamados a conocer la historia testimonial, por un lado la que cuentan sus pobladores, pero también la que brota del testimonio material; es ahí donde el Museo de Arqueología e Historia, debe seguir cumpliendo con su papel de facilitar de manera pedagógica, las herramientas explicativas de los caminos de identidad y conciencia histórica. Esta institución cultural, tiene el potencial informativo para darla conocerla y generar la conciencia necesaria para defenderla ante la imposición de valores foráneos imperiales.

REFERENCIAS Figueroa, J. (2001). Gerencia de servicios culturales. Curso Avanzado. Venezuela: Universidad de Oriente. _________. (2003). La Gerencia Cultural en el siglo XXI. Segundo Dossier. Venezuela: Universidad de Oriente. Merino, G. (2012). Cultura, Poesianismo, Patrimonio Cultural y su modelo de gerencia aplicado a la arquitectura. Caracas: Kindle edition.

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MEMORIA DE LA DESDICHA: LOS REALISTAS CUENTAN SU VERSIÓN DEL 19 DE ABRIL DE 1810 Memory of misfortune: The royalists have their version April 19, 1810 Tomas González

Coriano, Médico e Historiador. Oftalmólogo especialista en Glaucoma, UCV (2010); Magister en Historia de Venezuela mención Cum Laude, UCAB (2012). Actualmente cursa el Doctorado en Historia en la Universidad Católica Andrés Bello. Individuo de Número de la Academia de la Historia del Estado Falcón, sillón VII. Autor de 5 libros y de varios artículos publicados en revistas nacionales e internacionales. E-mail: tgonzalez3000@yahoo.es.

Recibido: 12/05/2014. Aprobado: 18/06/2014. Resumen: El presente estudio pretende mostrar la posición del grupo de los invisibilizados por la llamada historia patria, es decir, aquellos que a la hora de juzgar los hechos del 19 de abril de 1810, no fueron tomados en cuenta para evaluar las dificultades que sufrieron todos los actores del hecho. Vicente Emparan, Vicente Basadre, Narciso Coll y Prat, José Francisco Heredia, José Domingo Díaz, Cristóbal M. González de Soto y Santiago Hernández Milanés, son las fuentes para reconstruir y aproximarnos a los hechos de abril de 1810. En fin, ésta Memoria de la Desdicha es un intento de reevaluar en su estricta verdad la historia de los Realistas en un momento determinado y a partir de allí reconstruir de forma equilibrada la historia colectiva de todos los que vivieron la misma dificultad. Lo que necesariamente enriquece el debate y replantea y reorienta el tema de la Independencia. Palabras claves: Memoria; Desdicha; Realistas; 19 de abril de 1810.

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Abstract: The present study aims to show the position of the group of invisible by calling national history, those that judging the facts of the April 19, 1810, were not taken into account in assessing the difficulties suffered all actors made. Vicente Emparan, Vicente Basadre, Narciso Coll y Prat, José Francisco Heredia, Jose Domingo Diaz, Cristobal M. González de Soto y Santiago Hernandez Milanés, are the sources and approach to reconstruct the events of April 1810. Anyway, this Memory Misery is an attempt to reassess its strict truth in the history of the Royalists at a certain time and thereafter evenly reconstruct the collective history of all who experienced the same difficulty. What necessarily enriches the debate and rethinks and refocuses the issue of independence. Key words: Memory; Misery; Realistic; April 19 1810.

I.- La desdicha no tiene memoria Todo ilustrado siente hacia la República una responsabilidad que lo lleva a realizarse atendiendo a algún perfil de “amigo de la patria”. Este patriotismo ilustrado abocó a los intelectuales historiadores1, a traducir el abandono de las estructuras de pertenencia a la comunidad del mundo colonial, a legitimar los actos independentistas y a gestar la constitución imaginaria de una nueva identidad, labor que sería un “acto de venezolaneidad”. Esta imbricación de la historia y la política, se evidencia en la exaltación de un grupo social dirigente en desmedro de su adversario. De cualquier manera el Otro se constituye en espejo de la humanidad del sujeto. Cuando el Otro imaginado es puesto en confrontación con el Otro encontrado, la imagen mítica se resiste a su adecuación con la realidad, hasta que las características del Otro consiguen disolverla o, lo que es más frecuente, hasta que no se produzca una nueva imagen mítica que salvando algunos elementos de la anterior, se nutre de otras imágenes más flexibles a la confrontación con la realidad. Es decir, nunca el Otro llega a ser verdaderamente conocido. Por tanto esto deviene en invisibilidad2. 1

2

Definición dada por María Elena González Deluca a los individuos que pertenecieron al ciclo de los historiadores no profesionales que se dedicaban a estudiar los hechos históricos. Véase el trabajo Historia e Historiadores de Venezuela en la Segunda Mitad del siglo XX. Enrique Dussel, 1810: ¿El nuevo encubrimiento del otro? En: El Nacional, Caracas, 13 de abril de 2004.

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En este sentido, la identificación de los invisibilizados, que en nuestro estudio son los Realistas en la Independencia de Venezuela, específicamente la élite de los funcionarios reales con poder político-militar y eclesiástico, es un tema que en nuestros días está siendo estudiado por la historiografía nacional. Sin embargo, todavía la mayoría de las investigaciones siguen estando orientadas a destacar la actuación de los mantuanos como grupo que controla y dirige el proceso. Para ello sólo basta ver como se ha estudiado la Independencia y la guerra misma. Se ha estudiado como la historia de los “patriotas”, como la historia de los buenos que se enfrentan a los malos, donde “los primeros tenían ideales y los últimos cuando más intereses”; sin considerar que los llamados “malos” también tuvieron ideales y actuaron en función de principios. El historiador Germán Carrera Damas señala con bastante claridad que el problema ha sido que la historiografía venezolana fundada en los valores de la “historia patria, quiere que los venezolanos no hayamos sido monárquicos3”. Entonces, una lectura plural e integrada de éste acontecimiento histórico supone estudiar a todos los actores involucrados en el movimiento independentista. Analizar sus diferencias, motivaciones, actitudes, enfrentamientos y conflictos, permitirá apreciar la aparente sencillez o la sutil complejidad de la trama. Con todo lo anterior tenemos que la historiografía de la Independencia es compleja y muy variada, sin embargo, como señalo en el título, el enfoque que pretendo es recreado a partir del testimonio de los que en su momento fueron condenados a ser los villanos de la película y que no fueron tomados en cuenta a la hora de pensar y juzgar la fecha que se analiza. Vicente Emparan, Vicente Basadre, Narciso Coll y Prat, José Francisco Heredia, José Domingo Díaz, Cristóbal M. González de Soto y Santiago Hernández Milanés, son las fuentes para reconstruir y aproximarnos a los hechos de abril de 1810.

Ante un reino sin Rey (1808): la reacción de las provincias americanas Todo lo que era España y su imperio quedó arrollado por un remolino de guerra y revolución como resultado de lo ocurrido de marzo a mayo de 3

Germán Carrera Damas, La disputa por la Independencia, p. 165.

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1808 en Aranjuez, Madrid y Bayona. Pero en América las insurrecciones, que finalmente se convertirían en guerras de Independencia, se desarrollaban con lentitud. La reacción inicial de las colonias españolas fue de iniciar un movimiento juntista, que no era diferente al de la Península, que preservara el orden monárquico establecido. La Abdicación de los Borbones a la Corona Española en favor de los franceses, la anunció el Conde de Champagny, Ministro de Negocios Extranjeros de Francia, en una nota dirigida desde Bayona el 17 de mayo de 1808, a los Virreyes y Capitanes Generales de las provincias americanas, en los siguientes términos: …la dinastía ha cambiado; la monarquía, empero, subsiste. El lazo que unirá a Francia con España podrá dejar de ser útil, desde el momento que se abre un campo más vasto a su comercio. Napoleón Bonaparte no perderá de vista la posición ni las necesidades del dominio o colonia que usted gobierna, prometiéndose ayudar al Rey su hermano para enviar todos los auxilios y socorros necesarios4.

El motín de Aranjuez, la conferencia de Bayona y las sucesivas transmisiones del poder real, la entrada de José Bonaparte en España y la ocupación de la Península por las tropas francesas, fueron noticias que llegaron a América causando asombro y desconcierto en un principio. Más luego, la población criolla fue naturalmente llevada a desempeñarse en tales circunstancias, no sólo con vista a encontrar derecho oportuno que contemplara la singular emergencia, sino que también con vista a definir categóricamente su posición institucional y política con respecto a España, que en el caso venezolano y el de casi toda la totalidad de las provincias americanas, fue formar Juntas para mantener la fidelidad a Fernando VII y a la monarquía española en defensa de la integridad del imperio. Cuando los sucesos de 1808 eran revisados en la década de los treinta del siglo XX, por los “intelectuales historiadores5”, la visión de los hechos apuntaba a ver en 1808 el origen de las Independencias y que de forma lineal finalizaba 4 5

Caracciolo Parra Pérez, Bayona y la política de Napoleón en América, p. 8. Definición dada por María Elena González Deluca a los individuos que pertenecieron al ciclo de los historiadores no profesionales que se dedicaban a estudiar los hechos históricos. Véase el trabajo Historia e Historiadores de Venezuela en la Segunda Mitad del siglo XX.

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en 1810; sostenían que estos acontecimientos habían sido el estímulo para que las provincias americanas reflexionaran acerca de sus propias autonomías6. Frente a estas posiciones historiográficas, Caracciolo Parra Pérez dice: Algunos historiadores afirman que bajo aquellas demostraciones de fidelidad y de amor al bien público ocultaban ya los caraqueños el deliberado propósito de separarse de la metrópoli y de establecer la república. Los sucesos posteriores dan a esta opinión apariencias de fundada, pero seria aventurado tenerla como indiscutible, pues los mismos sucesos invocados demuestran que los próceres venezolanos, como sucede en general con los actores de toda revolución, carecían de plan definido, y siguieron dichos sucesos en vez de conducirlos, hasta la declaración de la Independencia7.

Esta contundente respuesta de Parra Pérez a sus contemporáneos, es admitida como valedera recientemente por la historiadora Inés Quintero, y dice: En las provincias americanas, al conocerse las noticias de España, la respuesta inmediata fue de lealtad a Fernando VII y de rechazo a la usurpación francesa. A pesar del derrumbe institucional y político de la Monarquía, de la situación de vació que produjo la ausencia del Rey, del desconocimiento generalizado de las autoridades constituidas, de la disgregación del poder en numerosas juntas provinciales y de la inexistencia de alguna instancia política que pudiese ser reconocida como la legítima autoridad, en las provincias de América no ocurre en 1808 ningún movimiento que tuviese como objetivo aprovechar la crisis política de la monarquía y tomar la iniciativa de adelantar la Independencia8. 6

7

8

Véase: el trabajo del uruguayo Lincoln Machado Rivas, Movimientos Revolucionarios en las Colonias Españolas de América; y el del colombiano Ricardo Jorge Vejarano, Orígenes de la Independencia Suramericana. Es llamativo que en 1976 aparece un libro considerado como novedoso titulado Las Revoluciones Hispanoamericanas 1808-1826 del historiador inglés John Lynch. Este autor asume como verdadero el inicio de las Independencias en América en 1808 que se desarrolla de forma lineal y sin contradicciones hasta su definitivo desenlace en 1810, tal como lo señala la historiografía tradicional. Caracciolo Parra Pérez, Historia de la Primera República, tomo I, p. 228. Puede verse en ésta página el largo comentario que Parra dedica a la obra de Vejarano. Inés Quintero, La conjura de los mantuanos, p. 59.

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Antes de continuar, quiero resaltar la existencia de una posición historiográfica expuesta por F. X. Guerra en su libro Modernidad e Independencias, que plantea la promoción de Juntas en América (después de conocer con detalle los sucesos de 1808 ocurridos en España) como el intento de las élites por acceder a nuevas formas de representación dentro del sistema monárquico español9. Es decir, la frecuencia de las representaciones a los soberanos, llamando su atención sobre diversos puntos de administración y gobierno, son un indicio clarísimo de que los criollos se interesaban cada vez más por la marcha de la “República”, como se decía entonces. Recordemos que fueron pocos los americanos llamados a desempeñar cargos de gran importancia. Al menos durante todo el coloniaje sólo hubo cuatro Virreyes criollos de un total de ciento sesenta, catorce Capitanes Generales de seiscientos dos y ciento cinco obispos o arzobispos de setecientos seis. Sin duda que ello revela una proporción muy exigua; pero no creo que deba magnificarse esta circunstancia al punto de elevarla al rango de ser una de las principales causas de formar Juntas con intenciones separatistas. Ahora bien, sin desestimar lo anterior, los acontecimientos en la Península, son fundamentales para reafirmar la fidelidad sin excepciones a los monarcas castellanos, a la tradición monárquica y el apego a la autoridad que constituía la figura del Rey; a pesar del malestar que generaban las restricciones al comercio o las controversias que suscitaba la supremacía de los españoles peninsulares en los altos cargos del buró gubernativo. Pero ¿Qué explica esta actitud de lealtad? Vemos dos razones fundamentales. Primero no concebían un reino sin Rey, es decir, en una sociedad monárquica absolutista no se entendía la desacralización del monarca; y evidentemente lo que ocurrió fue la sacralización de la figura de Femando VII, con todas sus implicaciones políticas e ideológicas que ello tuvo en el curso de las Independencias en América10. Era una forma de mostrar como las creencias, los valores y las actitudes de las provincias americanas jugaban un papel fundamental, en torno a la institución monárquica, en la definición de la cultura política de la época, y condicionaron de hecho, en buena medida, el curso de los acontecimientos más relevantes del periodo. 9 10

Francois Xavier Guerra, Modernidad e Independencias, pp. 92-102. Ibidem, pp. 150-156.

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La otra razón bastante clara es que todo este movimiento de fidelidad a la monarquía española, obedecía también a que la mayoría de los españoles y los americanos se oponían a los franceses. El historiador Jaime Rodríguez es muy concreto en este planteamiento: Con el paso de dos siglos hemos llegado a aceptar como benéficos los resultados de la Revolución Francesa; mas, en ese tiempo, el pueblo hispánico relacionaba el movimiento francés con los excesos revolucionarios: el terror, el “ateísmo”, el anticlericalismo, que se manifestaba en especial con el estatuto civil para el clero, y un imperialismo nuevo y virulento que había subyugado brutalmente a otros pueblos europeos. Lejos de ofrecer oportunidades para alcanzar la “democracia” y el “progreso”, los franceses eran el epítome de todo lo que temían los pueblos de España y América. Para ellos, la dominación francesa implicaba una centralización mayor y exacciones económicas aun más cuantiosas. En consecuencia, los pueblos de la Península y del Nuevo Mundo se mostraron unánimes en su oposición a los franceses11.

El discurso de la Invisibilidad Lo de Caracas el 19 de abril de 1810 fue un golpe de Estado12, pero no llegó de golpe13. Lo que era España y su imperio quedó arrollado por un 11 12

13

Jaime Rodríguez, La Independencia de la América española, p. 73. Demetrio Ramos, España en la Independencia de América, p. 262. Ramos señala que en la jornada de abril de 1810, un grupo de mantuanos de Caracas se aliaron para organizar un movimiento conspirador cívico / militar que depuso a las autoridades realistas que estaban al frente de la Capitanía General de Venezuela; conquistando el poder no por una oposición, sino como traspaso del mando a otro poder reasumido por los pobladores y apoyado en un radical fidelismo al monarca como mejor garantía de sus intereses. David Bushnell, Simón Bolívar, proyecto de América, p. 37. Bushnell dice que “el 19 de abril de 1810, por una revolución incruenta en Caracas, fue depuesto el capitán general de Venezuela y creada en su lugar una junta de gobierno integrada básicamente por representantes de los notables criollos. Es ésta la fecha observada convencionalmente como el comienzo del movimiento de independencia nacional, pero en realidad los eventos del 19 de abril no fueron sino la culminación de una crisis de más larga incubación, o mejor dicho aun el clímax venezolano de una crisis que abarcaba al Imperio español en su totalidad”. Ésta tesis también la plantea Germán Carrera Damas en sus libros: La disputa de la Independencia, p. 24 y Una Nación llamada Venezuela, p. 35.

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remolino de guerra y revolución como resultado de lo ocurrido en la Península entre 1808 y 1810, y que en América todo este movimiento insurreccional, finalmente se convertirá en guerras de Independencia, después de un desarrollo lento y gradual. Estos movimientos independentistas americanos tendrán, en algunos casos quizás en todos, características propias debido a la dinámica de adaptación a los nuevos tiempos que se aproximaban. En este marco de crisis de la monarquía española, es como se llega al jueves Santo 19 de abril de 1810, cuando aprovechando la asistencia del Capitán General de la Provincia, Don Vicente de Emparan que iba acompañado del Cabildo a la catedral para las ceremonias religiosas, es obligado a participar en un cabildo abierto, donde los mantuanos caraqueños plantean la situación de “vacío de poder” en España por ausencia del Rey, y exigen la opinión del gobernador con respecto a lo que ocurría en España. Los miembros del Cabildo partidarios de constituir una Junta se valieron del alcalde José de las Llamozas para convocar a un cabildo extraordinario, aunque él no estaba autorizado para tal convocatoria. Pero en esta trampa cayó Emparan, y al asistir al Ayuntamiento convalidó el acto. Desarrollados los acontecimientos del 19 de abril, que concluye con la formación de la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, las nuevas autoridades determinan sumar el mayor número de voluntades a la decisión tomada, y resuelven enviar emisarios a todas las provincias que integraban la Capitanía General de Venezuela, con la misión de informar los sucesos de Caracas y conseguir el reconocimiento de la Junta por parte de los Cabildos de las principales ciudades. En la medida en que lo permitieron las comunicaciones, se sumaron al “ejemplo que Caracas dio” las provincias de Cumaná (27 de abril); Barcelona (27 de abril); Margarita (4 de mayo); Barinas (5 de mayo); Mérida (16 de septiembre) y Trujillo (9 de octubre). Mientras esto ocurría llegaron a Caracas noticias nada tranquilizadoras: Coro y su territorio, que pertenecían a la Provincia de Caracas; y Maracaibo desconocen la Junta de Caracas y se declaran leales a la Regencia. En Guayana, ocurre algo parecido, se formó una Junta de Gobierno el 11 de mayo; pero poco después cayó en manos de los partidarios de la Regencia, los cuales la disolvieron y declararon su hostilidad a la Junta de Caracas.

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El escenario de la Independencia en Coro El Regionalismo es quizás el elemento más importante que define la fidelidad del Cabildo de Coro al Rey y la actitud de resistencia a la Junta de Caracas14. Ya en Coro se decía “déjate de esa junta, que la Junta perdió a Caracas” cuando algún párvulo andaba por caminos torcidos y con amigos poco creíbles. Es decir, la carga emocional de defensa de la región frente a las pretensiones centralizadoras de Caracas y la fidelidad jurada al Rey, llegó a calar tanto en el imaginario colectivo que con una muestra del refranero popular advertían y separaban el bien del mal. ¿Pero qué hizo tan fiel a Coro? La fidelidad y apego de la Provincia de Coro a la Corona Española data desde los mismos días de su fundación. Incluso hubo movimientos que han sido denominados preindependentistas que se gestaron en Coro, pero todos fracasaron. De estos alzamientos nombramos principalmente dos: • 1795. Alzamiento de los negros de la Sierra de Coro el 10 de mayo, liderado por José Leonardo Chirino. • 1806. Ataque y desembarco del Teniente General Francisco de Miranda, en La Vela de Coro. Estos dos hechos sorpresivos y de fuerza son importantes para explicar aun más la resistencia en Coro y afianzar el apego en la región coriana por las instituciones monárquicas y al Rey mismo. Incluso lo señalará posteriormente el mismísimo Bolívar: El hábito de obediencia; un comercio de intereses, de luces, de religión; una reciproca benevolencia; una tierna solicitud por la cuna y la gloria de nuestros Padres; en fin todo lo que formaba nuestra esperanza nos venía de España. De aquí hacía un principio de adhesión que parecía eterno; no obstante que la conducta de nuestros dominadores relajaba esta simpatía o, por mejor decir, este apego forzado por el imperio de la dominación.15

Pedro Manuel Arcaya, añade a lo anterior, otros elementos a considerar a la hora de evaluar la actitud de lealtad asumida por los corianos: 14 15

Elina Lovera Reyes, De leales monárquicos a ciudadanos republicanos, p. 99 y siguientes. Simón Bolívar, Carta de Jamaica, p. 39.

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Dos elementos capitales influyeron para hacer de Coro el más ardiente foco del realismo durante nuestra magna lucha. Fueron la enconada rivalidad que había con Caracas, iniciadora de la revolución y el sentimiento religioso profundamente arraigado en las masas populares enseñadas a considerar el Rey como Ministro de la Justicia de Dios en la tierra. Nunca se conformaron, durante la época colonial los prohombres de Coro con la traslación del Gobierno a Caracas. Protestó nuestro ayuntamiento cuando los gobernadores efectuaron esa traslación en el siglo XVI. Después se hizo la más obstinada resistencia a la mudanza del Obispado en el siglo XVII.16

También José Francisco Heredia17, señala todo el alcance que, en el desarrollo de la guerra, ha de tener la resistencia realista en la Provincia de Coro, diciendo: El comandante de Coro, D. José Ceballos, y el ayuntamiento, animados por el entusiasmo que manifestó el vecindario a favor de la causa nacional, tomaron la generosa resolución de resistir las insinuaciones de la Junta (de Caracas) y reconocer la autoridad de la Regencia, por lo cual debe ser eternamente memorable aquel distrito, pues de otro modo ya estaría consolidada sin remedio la Independencia de Venezuela y Nueva Granada. 18

Sin lugar a dudas, la actitud reaccionaria de Coro respondía a una posición tradicional y conservadora de legitimidad, soberanía y autonomía, aun más, cuando la población y en particular las élites dirigentes, no sabían con certeza ni estaban concientes a que se estaban enfrentando. De manera que, el hombre de la Provincia coriana surgió desde el comienzo por una posición histórica particular, con determinantes propias, es decir, de complejos factores anímicos que habrían de conformar una actitud en mucho contraria a la de sus hermanos del resto de la República. Por tanto, no es enteramente simplista afirmar que así como el clima de agitación revolucionario de Caracas, Barquisimeto, Mérida, Trujillo y las provincias orientales favoreció la formación de aquellos hombres que a poco se 16 17 18

Pedro Manuel Arcaya, La guerra de Independencia, p. 5. José Francisco Heredia, Memorias, p. 4. José Francisco Heredia, Memorias, p. 4.

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transfigurarían en héroes simbólicos de la República, así también el clima de la provincia coriana de lealtad a la corona, de agitación y de actividad militar contra la Independencia, hubo de incubar la falange que, en los campos de batalla, defendería hasta lo último, y con no menos heroísmo y tenacidad los derechos de Fernando VII.

Por la Independencia: ¡Jamás! la respuesta política A Coro llegaron como comisionados los señores Vicente Tejera, Andrés Moreno y Diego de Jugo, quienes fueron recibidos como enemigos por el Gobernador José Ceballos, diciéndoles “que ni el pueblo se metía en nada ni sabía otra cosa que lo que violenta y maliciosamente le inspiraban cuatro maliciosos19 magnates”. Los apresó y los envió a Maracaibo, para ser remitidos a las prisiones de Puerto Rico. Alegaba el Gobernador de Coro para desconocer a la Junta de Caracas, que esta había cesado en su dignidad de Capital de la Colonia desde que había sustituido al Capitán General y a la Real Audiencia y, en consecuencia, su pueblo y Cabildo han quedado …en igual clase que los otros de la Provincia pues las Constituciones del Reino no concede ni sombra de autoridad a un cabildo sobre otro; y de ser así la tendría Coro sobre todos los de la Provincia, incluso el de Caracas, por ser aquella la ciudad más antigua y fundadora de la Provincia de Venezuela, habiendo dejando de tenerla y de ser la capital, por sólo la traslación de dichas autoridades a la de Caracas20”.

Al Toro de Caracas: la respuesta militar Cuando la Junta de Caracas se entera que el Gobernador de Coro había apresado a sus comisionados y les envió a Maracaibo, para que de allí 19

20

Mariano Arcaya, estudiante de Derecho en la Universidad de Caracas se embarcó en el mismo transporte, por mera casualidad, que la comisión que había enviado la Junta de Caracas para Coro, y por tal motivo, fue considerado como parte de dicha comisión. Luego este entuerto se resuelve a favor de Arcaya. Véase: Pedro Manuel Arcaya, Coro y el movimiento del 19 de abril de 1810, p. 6. Blanco y Azpurua, Documentos, Vol. II, pp. 491, 492.

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fueran remitidos a los presidios de Puerto Rico; decide someter la disidencia de Coro imponiéndose por las armas y para ello nombró al Marqués del Toro Comandante del Ejército del Poniente. Marcharon 150 leguas por los imperfectos caminos apenas rasgados desde Caracas hasta Carora, y luego a Siquisique, donde situó el Cuartel General. Desde aquí el Marqués entabla comunicación con el Ayuntamiento de Coro, pidiéndoles que expulsen al Gobernador Ceballos y reconozcan en el gobierno de Caracas los sagrados derechos de la Nación. Pero, para los corianos la Nación estaba representada por el Rey y en ausencia de éste por la Regencia; además le manifestaron no tener interés de seguir conversaciones con él por ser su autoridad la expresión de un poder que calificaban de espurio. También dejaban bien claro que no se sentían atemorizados, en lo más mínimo, por la superioridad numérica de las fuerzas que acompañaban al Marqués. Si la débil España había resistido y derrotado al poderoso Napoleón, los débiles corianos resistirían a la poderosa Caracas y en caso de sucumbir, morirían “como hombres fieles y honrados”. Y definitivamente, los corianos sólo tenían su fidelidad y honradez. Dice el Regente Heredia: …por fin el Marqués del Toro, después de haber arrollado en el tránsito algunas partidas nuestras, se presentó delante de Coro el 28 de noviembre con más de tres mil hombres bien disciplinados y provistos, cuando en aquella ciudad abierta sólo había seiscientos fusileros, doscientos hombres montados en caballos y mulas, y como mil de flechas y lanzas que para nada servían; el 29, después de una farsa que llamaron ataque, se retiró el Marqués en el mayor desorden, perdiendo hasta sus baúles21.

Sobre esto, un comentario final para destacar un problema que por sus dimensiones merece una investigación aparte. La formación de los ejércitos realistas integrados en su inmensa mayoría por americanos, incluso se puede decir que hasta por casi la totalidad de los varones de una misma familia, y por algunas escasas unidades de tropa veterana; al momento de producirse la Independencia, deja ver la escasa organización militar que tenían. Además, por la crisis en España, los refuerzos son insuficientes porque ya en la Península 21

Heredia, Memorias, p. 9.

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son también pequeños. Así en los primeros meses de la guerra, el ejército sólo es suficiente para evitar los avances de los insurrectos y a veces para recuperar los territorios perdidos.

2. Los Desdichados. Vicente Emparan: ¡Yo tampoco quiero mando! Con estas palabras se inicia la carencia de autoridad española en Venezuela y América. En nota al ayuntamiento de Cumaná, la Junta Suprema calificó el hecho de “dejación voluntaria22” del mando por el Capitán General. Incluso antes que esto ocurra, el gesto de asomarse al balcón para apelar directamente al “pueblo” y preguntar “¡Señores! ¿Están vuestras mercedes contentas conmigo? ¿Quieren vuestras mercedes que les gobierne?” son palabras que llevan el sello de la grave cortesía hispánica y corresponden al blando y paternal carácter del viejo hidalgo. Un par de viajeros franceses, adversos a los principios revolucionarios, fueron testigos de muchos de los sucesos ocurridos durante el desarrollo de la revolución; ellos cuentan que ese 19 de abril “y ante el pueblo congregado en las cercanías de su palacio, el Capitán General dió muestras de vacilación y temor, aunque disponía de los medios para oponer un dique al espíritu de insubordinación23”. ¿Habrá algo en Emparan de credulidad y confianza en sus gestiones que le harán creer que goza de simpatía en la ciudad? o ¿será que no era un simple acto personal de acercamiento, sino que respondía a una línea premeditada de vigilar al grupo más afín al revolucionarismo peninsular? Él mismo asienta “había yo adoptado este método de franquearme con el pueblo, a fin de ganar su confianza y desvanecer los proyectos y malignas intenciones de espíritus revoltosos, que diariamente esparcía especies peligrosas con el designio de infundir desconfianza del gobierno y disponer al pueblo a la revolución24”. 22

23

24

Ángel Grisanti, Repercusión del 19 de abril de 1810 en las provincias, ciudades, villas y aldeas venezolanas, pp. 82, 83. H. Poudenx y F. Mayer, La Venezuela de la Independencia, p. 27. En la misma cita estos viajeros franceses que cedieron a la tentación de críticos y observadores dicen más “estando en sesión el cabildo, Emparan se asomó a una de las ventanas del salón, y tuvo la debilidad de preguntarle al pueblo si ellos deseaban que él continuara como gobernador”. Vicente Emparan, “Relación al Rey”, en El 19 de abril de 1810, p. 20.

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En otro lugar del informe dice: …desde que llegué a Caracas procuré ganar a las primeras personas, principalmente a las que habían sido encausadas por {el anterior intento de} la pretendida Junta, que me parecían más peligrosas. En efecto, conservaba buena correspondencia con ellos, y con especialidad con la familia del Marqués del Toro (…) había traído conmigo a su hermano Fernando, como Capitán de Guardias Españolas y tenia muchos motivos para pensar que me sería fiel amigo. (…) De este modo los observaba de cerca y nunca noté en ellos cosa que me diera indicios de descontento.25

Vicente Emparan26, acusado de “afrancesado y bonapartista”, fue Capitán General de Venezuela desde mayo de 1809, nombramiento que provenía de una orden personal de Napoleón27, circunstancia que tuvo decisiva influencia en los sucesos de su gobierno. Había sido jefe militar de Puerto Cabello y Gobernador de Cumaná. José Domingo Díaz, habla de la “elevada reputación de actividad, severidad y firmeza28” que Emparan dejó en Cumaná y agrega que en Caracas “desplegó un carácter de popularidad desconocido hasta entonces en los capitanes generales29”. Acontecidos los hechos de abril de 1810, Emparan ya en el exilio dirige al Rey una “Relación30” y cuenta lo sucedido en Caracas. De primera impresión es un informe confuso y apresurado; confuso por las imprecisiones en las fechas y apresurado, primero porque el documento no está fechado y segundo por el derecho a la legítima defensa, como es lógico, para justificarse con sus superiores antes que ocurriera algún pronunciamiento en la Península, sin que se supiera su versión de los hechos. 25 26 27

28 29 30

Ibidem, p. 24. Luis Alberto Sucre, Gobernadores y Capitanes Generales de Venezuela, pp. 314 – 317. Blanco y Azpurua, “Llegada a Caracas de dos nuevos mandatarios, el Capitán General Emparan y el Intendente Basadre”, en Documentos para la historia de la vida pública del Libertador, Tomo II, pp. 236, 237. José Domingo Díaz, Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, p. 58. Ídem. Emparan, “Relación al Rey”, pp. 19 – 28.

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Indiscutiblemente que a Emparan le toca difícil, hace frente a tres conspiraciones, dos fallidas y una la del 19 que logro su objetivo31. En esa misma Relación al Rey dice: …pero como muchos de los que en Caracas llaman mantuanos, que son la clase primera en distinción, estaban poseídos del espíritu de rebelión, dos veces intentada y desvanecida, y es de la misma, de sus partes y deudos la oficialidad del cuerpo veterano y de las milicias, fraguaron la revolución [cusivas nuestras]32.

¿Pero que estimula ese espíritu de rebelión? Los mantuanos de Caracas temían que destronada la monarquía borbónica del trono español, los funcionarios españoles representantes de la nueva monarquía bonapartista introdujeran cambios económicos y sociales que limitara sus privilegios o incluso que eliminara su modo de producción, basado en el latifundio y la mano de obra esclava33. En este sentido, la lucha entre estos dos poderes desencadena la Independencia. Los culpables de la revolución son señalados con todos sus pecados en la misma relación como para que no quede duda: …ni el comercio, ni el clero, ni el pueblo en general, ni un solo hombre de juicio y probidad han tenido parte alguna en la revolución de Caracas, todos generalmente estaban contentos con el Gobierno, la Audiencia y también de los oficiales expulsados. De aquí es que temerosos los revolucionarios de alguna conmoción popular a favor nuestro, se precipitaron por arrojarnos y dieron 31

32 33

John Lynch, Las Revoluciones Hispanoamericanas, p. 193-194. Este autor resalta los esfuerzos de las autoridades españolas en Caracas por dominar los intentos de deponer al Capitán General Vicente Emparan el 14 de diciembre de 1809 y el 2 de abril de 1810. Esta última “la del cuartel casa de la Misericordia” la expone Emparan en su “Relación al Rey” diciendo que “fue avisado días antes por un medio oscuro e insuficiente” y él mismo tuvo oportunidad de verla desde su casa de habitación que estaba al frente de aquel cuartel, pero no la enfrentó para no exponerse a Tomás Montilla y a una “multitud de pillos negros y mulatos”, además que la consideró una actuación peligrosa e inútil para la comprobación del delito. La respuesta posterior de Emparan fue dispersarlos y enviarlos a otras guarniciones alejadas de la ciudad. “Relación de Emparan”, pp. 21, 22. Miguel Izard, El miedo a la Revolución, p. 24. También puede verse el libro de Ángel Rafael Lombardi Boscán, Banderas del Rey, pp. 33-35.

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órdenes repetidas para asesinarnos en el momento que se observase cualquier movimiento.34

También ésta Relación al Rey, informa cómo trascurrió el 19 incluido el episodio del balcón y su desenlace. Dice “me levante de mi asiento y asomándome al balcón dije en alta voz: si era cierto que el pueblo quería que yo dejase el mando, y los que estaban más inmediatos y a distancia de percibir lo que se les preguntaba, respondieron “no Señor, no”, pero otro más distante a quien los revolucionarios hacían señas del balcón porque no me podían oír, y era sin duda la chusma que tenían pagada, dijo que si: y sobre este si de un pillo, los mantuanos revolucionarios me despojaron del mando35”. Ya hacia el final del informe, Emparan lanza una sentencia que casi raya en la maldición: …si ya no están los mantuanos arrepentidos de su desatinada insurrección muy poco pueden tardar en arrepentirse; pero siempre será tarde. (…) Si el mal no comprendiera sino a los revolucionarios, podrían estimarse como un castigo merecido de su deslealtad y locura, pero será doloroso que se extienda a los inocentes del propio país y otros del continente americano.36

Con todo lo anterior, la actitud de Emparan, contradictoria y hesitante, alternativamente violenta y débil además sospechosa, puesto que, siendo Gobernador de Cumaná facilitó la huida de Manuel Gual37 a Trinidad y sobre todo porque había sido nombrado Capitán General por el mismo Napoleón; fue uno de los factores decisivos para iniciar primero un movimiento dirigido exclusivamente contra unas autoridades pronapoleónicas, pero que desembocó en el primer intento americano de convertir una colonia española en una República independiente. 34 35

36 37

Emparan, “Relación al Rey”, p. 22. Ibidem, p. 23. En esta cita que hemos tomado del informe de Emparan puede verse con claridad las categorías de pueblo que concibe la mentalidad del funcionario español y en función de esa clasificación las trata. Ibidem, pp. 27, 28. Caracciolo Parra Pérez, Mariño y la Independencia de Venezuela, Tomo I, p. 47. Véase también la versión que trae Luis Alberto Sucre en Gobernadores y Capitanes Generales de Venezuela, p. 314.

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Vicente Basadre: ¡Quien vive: Caracas; que gente: Patriotas! Afirma Basadre que esta frase era el resumen de la felicidad que se vivía en Caracas y La Guaira, sin embargo, no era una consigna tan feliz pues la segunda parte había suscitado algunos disgustos y desazones, porque la gente de mar se empeñaba en responder: ¡España! Era tanta la alegría, que los mantuanos de Caracas solemnizaron la fecha con un Te Deum cantado en Acción de Gracias por la libertad e independencia; que además dió ocasión para que las damas de “mantas con puntas” lucieran sus mejores galas con el “mayor lujo y ostentación” y los caballeros se felicitaran en la calle; pero los oradores de mayor “concepto y opinión” se excusaron de predicar el panegírico y a fuerza de “instancia y ruego” se buscaron un fraile mercedario que contara y cantara todo lo sucedido38. Vicente Basadre39, también tildado de francófilo, fue Intendente del Ejército y Real Hacienda desde la misma época que Emparan, incluso se manifestaban amistad y colaboración. Depuesto como fue, a bordo del Fortuna, escribió el “Memorial sobre el 19 de abril de 181040”, una larga versión que abunda en detalles acerca de lo sucedido. En su largo memorial, Basadre dice que los mantuanos no hablaban de otra cosa sino de su independencia, lo que motivó, entre otras cosas, la composición de canciones alusivas a la libertad. Pero que “lo más escandaloso fue en las canciones alegóricas, que compusieron e imprimieron de su independencia, convidaban a toda la América Española, para hacer causa común, y que tomasen a los caraqueños por modelo para dirigir revoluciones41”. El 20 de abril, en la visión de Basadre, la Colonia amaneció sin leyes, sin autoridades constituidas, con una pobre idea de lo que a ciencia cierta pasaba 38

39

40 41

Vicente Basadre, “Memorial sobre el 19 de abril de 1810”, en El 19 de abril de 1810, pp. 44, 45. Manuel Lucena Salmoral, Vicente Basadre, Diccionario de Historia de Venezuela, tomo I, pp. 391, 392. Véase este trabajo de Lucena, que explica bien la relación de Basadre con la monarquía napoleónica. Basadre, “Memorial”, pp. 35-61. Ibidem, p. 46.

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y mucho menos, lo que podía ocurrir en el futuro inmediato. La Capitanía General, la Intendencia y todas las dependencias del buró español habían sido sustituidos sus funcionarios por criollos de la élite dirigente. Es decir, en un abrir y cerrar de ojos las instituciones con rutina establecida, que marchaban con su personal eficiente, especializado y calificado por los rieles establecidos de la normativa vigente y los hábitos de funcionamiento, pasa a ser la institución dispuesta a obedecer las disposiciones emanadas del nuevo centro de poder42. Esta revolución que por la fuerza se constituía, después de afianzarse, continua Basadre en su narración, anuncia uno de sus objetivos principales, destruir moral y materialmente a los hombres y las instituciones del régimen depuesto por la fuerza y fabricar, con toda celeridad y poco respeto a la ley y la verdad, formas de justificación de aquel hecho que el pueblo de Caracas había presenciado con asombro. En este sentido hubo de valerse de argumentos de justificación, para lograr su esfuerzo de legitimación, se dijo que “el Capitán General, había pasado un oficio al Ayuntamiento a las cuatro de aquella mañana, declarando que España estaba absolutamente perdida43”. Además apresaron a los funcionarios reales “en términos descorteses y groseros44” bajo amenaza de al más leve movimiento “nos tirasen un balazo y nos asesinasen45”. Pero la persecución no termina ahí, según el relato de Basadre. Él como administrador de la Real Hacienda fue acusado de ladrón. “Me notificó una providencia del nuevo Intendente, para que declarase, que distribución había dado a cuatro mil pesos que tomé de Cajas Reales, los dos mil en el próximo año pasado, y los otros dos mil restantes en el presente, correspondientes a gastos reservados” y continua “mi contestación fue muy lacónica, precisa y breve, diciendo los había distribuido en limosnas (… y que los) podían reintegrar de cuatro meses de sueldo vencidos que tenia46”. La venganza no se hizo esperar “con el objeto de mortificarme y asfixiarme (…) de un modo cruel 42 43 44 45 46

Graciela Soriano, Venezuela 1810- 1830, p. 74. Basadre, “Memorial”, pp. 41, 42. Ídem. Ídem. Ibidem, p. 47.

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y tirano47” la contestación a la pregunta fue cumplida. Las nuevas autoridades se reintegraron el pago de los cuatro mil pesos de gastos reservados con los sueldos vencidos de Basadre. Basadre es menos intencionado que Emparan, abriga la esperanza del arrepentimiento de los mantuanos de Caracas “con el objeto de reponer las cosas a su antiguo estado48”. Y propone para ello “usar la suavidad, dulzura, prudencia, moderación y discreción, para atraer a la ciudad de Caracas y su provincia, a la obediencia y fidelidad del Rey nuestro señor49”.

Narciso Coll y Prat: “la maldad se ejecutó sin plan” Esta es la primera impresión que recoge el Arzobispo Coll y Prat al desembarcar en La Guaira, y aun es más explicito “la revolución del diecinueve de abril, según lo que se me informó y después he confirmado, fue obra de pocos, y aquel lamentable acontecimiento vino sin plan fijo, ni sistema determinado50”. Pese a esto decidió quedarse en Venezuela para cumplir sus deberes de pastor, en conciencia de quien deberá responder ante Dios por sus actos y palabras. Narciso Coll y Prat51, fue el segundo Arzobispo de Caracas desde 1808. Pero, su enemistad con Francia y la corriente volteriana y enciclopedista de ese país; y ante las vicisitudes de la invasión de tropas napoleónicas a España, asume puesto de responsabilidad en la defensa de la plaza fuerte de Gerona, lo que retrasa su partida a la Diócesis que el pontífice Pío VII le había encargado. Cuando llega a La Guaira en julio de 1810, sin tener conocimiento de lo que pasó en abril y recibido entre “gritería, confusión y obstinación52” tuvo que enfrentar una situación terrible y agitada no prevista. Los memoriales de Coll y Prat, que publicó la Academia Nacional de la Historia, son la fuente para reconstruir su testimonio. 47 48 49 50 51

52

Ibidem, p. 49. Ibidem, p. 56. Ibidem, p. 58. Narciso Coll y Prat, Memoriales sobre la Independencia de Venezuela, p. 114. Pedro Reixach Vila, Narciso Coll y Prat, Diccionario de Historia de Venezuela, tomo 1, pp. 861, 862. Coll y Prat, Memoriales, p. 49.

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Los hechos del 19 de abril, a pesar de haberlos recogido tempranamente de boca de terceros y enterarse de “las ideas infernales, subterráneas, antirreligiosas, antisociales y antihispanas, y de los Epoptas promovedores y protectores de sus sinagogas53”; son muy similares a los otros testimonios que hemos visto, expuesto y analizado. Sin embargo, lo particular, entre otras más, en esta narración es el juicio que Coll y Prat hace de Emparan: “…y cerró la debilidad de Emparan, que después de no haber oído los consejos de la Real Audiencia que oportunamente y por escrito le dió, sobre que debía tomar providencias de vigor, llevado de su genio lleno de desprendimiento y falto de energía, se presentó en el balcón”54. El Arzobispado de Caracas había sido creado en 1804, venía a ser el administrador del gobierno eclesiástico de la Capitanía General de Venezuela y era el resultado final de un proceso orgánico, natural y paulatino que se había producido sobre niveles más amplios que los de la vida local de los Ayuntamientos, dado que eran efectiva respuesta a necesidades y aspiraciones sentidas por la sociedad. Coll y Prat sabe a lo que viene, quiere ejercer el ministerio que la iglesia le ha encomendado en esta Provincia para “conservación de la Religión, y Culto Católico privativo, y consuelo espiritual, y temporal de su Grey; por la defensa de los Sagrados Fueros de la Iglesia, fomento y propagación del espíritu español55”. Pero el vacío de poder y la ausencia de instituciones y funcionarios reales lo sorprenden. Luego de saludar a don Juan de Escalona, brigadier que la Junta dispuso para recibirlo, éste le solicita la documentación que lo acredita como Arzobispo de Caracas. Coll y Prat le dice que los traía su criado para entregarlos al Capitán General y a la Audiencia; a lo que respondió Escalona “¡Que Audiencia, Capitán General ni Intendente! No los tenemos; somos gobernados por una Suprema Junta Provincial56” y el Obispo respondió “¡Junta! ¿Con qué Autoridad y bajo que nombre?57” y repuso él “de Fernando Séptimo, para conservarle estos dominios, librándolos de toda invasión enemiga58”. 53 54 55 56 57

Ibidem, p. 54. Ibidem, p. 115. Ibidem, p. 47. Ibidem, p. 51. Ídem.

58

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Ídem.

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Al parecer el Arzobispo respondió muy diplomáticamente que “su reino no era de este mundo59”, y asumió los deberes de su cargo, aparentando que aceptaba de buena gana las innovaciones introducidas en el país. Sin embargo, está inquieto y decide actuar con disimulo ayudándose de “los órganos confesionales, púlpito y conversaciones familiares y frecuentes en las principales poblaciones del Obispado60” y lo más importante gana adeptos para la causa de la Religión y la Monarquía Española, y los señala con nombre y apellido “el Doctor Montenegro, cura de la Candelaria; el Doctor Manuel Vicente Maya, cura de la Catedral; el Doctor Juan Nepomuceno Quintana, catedrático de moral; el Presbítero Doctor Rafael de Escalona, hombre hábil y ejemplar; y el Doctor Juan Antonio Díaz Argote, cura de La Guaira61”. Con estos beneficios a su favor, ordena en secreto al clero que lo sigue, que alentara a los negros, tanto libres como esclavos, a luchar a favor de la Corona. El llamado del Arzobispo tuvo éxito en virtud que los realistas peninsulares de las clases bajas tenían relaciones más estrechas con los negros que los mantuanos republicanos, muchos de los cuales eran propietarios de esclavos. Como resultado de estas gestiones, numerosos pardos y negros realistas se revelaron en favor de Fernando VII y logran ocupar grandes zonas de la costa oriental y ponerlas bajo su dominio62. Pero con todo y esto, la contrarrevolución organizada por Coll y Prat no es suficiente. Lo encontramos luego quejándose de “ésta mutación de Gobierno63” de ésta “la imaginaria República Venezolana64”, que el origen de toda la ruina de este país, no inicia con la revolución de abril, sino que viene de mucho antes “los depósitos eran más antiguos, y las fuentes venenosas corrían 59 60 61 62

63 64

Poudenx y Mayer, La Venezuela de la Independencia, p. 29. Coll y Prat, Memoriales, p. 56. Ibidem, p. 55. Ibidem, pp. 58,59. En este aspecto el Arzobispo Narciso Coll y Prat nos pone en perspectiva de otro problema poco visto, me refiero aquí a la aún no bien valorada participación de otras categorías humanas como los negros y pardos en la revolución, ya sea, a favor o en contra de otro determinado. Puede verse el capítulo Historia desde Abajo de Jim Sharpe en Peter Burke, Formas de Hacer Historia. Ibidem, p. 50. Ibidem, p. 55.

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sin ser sentidas65”. El origen según Coll y Prat eran a “más de veinte años hacía que los estudios serios eran despreciados; el seminario y la Universidad habían injustamente perdido su crédito. (…) La ciencia se iba a aprender de maestros corrompidos, y se bebía la ponzoña de los libros sediciosos, que por todo el mundo esparcía el audaz filosofismo66” y que en la Capitanía General “por los puertos entraban los libros a cajonadas67”. Frente a esto, proponía un modelo de organización social sostenido y fundamentado en la religión católica donde Sacerdocio e Imperio adelantarían “la transformación, progresos, consistencia y confraternidad íntima que pueda desearse a favor de la Madre Patria (...) por una educación cristiana, política, civil y social solidamente combinada cual se requiere entre estas gentes tan diferentes en las clases y colores68”. La reconciliación entre Estado e Iglesia nunca fue posible, hubo tolerancia. Monseñor Coll y Prat se encargó personalmente de dos problemas inminentes en la sociedad que se transformaba: la circulación de literatura revolucionaria y la idea de la tolerancia religiosa. En ambos casos el Arzobispo encuentra comprensión en la Junta Suprema. Al respecto dice Francisco José Virtuoso en su libro La Crisis de la Catolicidad en los inicios republicanos de Venezuela que la Junta Suprema responde a Coll y Prat invitándolo a continuar su cruzada a favor de una sociedad cimentada sobre el Catolicismo, ahora en grave riesgo por los peligros que representan la aspiración de la libertad confesional y la presencia de libros y papeles perniciosos al dogma de la religión69. Narciso Coll y Prat, distinguido antagonista de la revolución, tuvo la suerte de ver en su visión de “vasallo fiel y leal” la decadencia de los patriotas: En una palabra, cuanto mayores eran las iniquidades e ideas de depredación, orgullo y trastorno; tanto se dignó la Omnipotencia Divina mirar con clemencia y amonestar a estos naturales, a que volviesen en 65 66 67 68 69

Ibidem, p. 125. Ídem. Ibidem, p. 126 Ibidem, pp. 77,78. Francisco José Virtuoso, La Crisis de la Catolicidad en los inicios republicanos de Venezuela, p. 40.

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el seno de su antigua Madre común, reconociendo altamente las dos Soberanías divina y humana, de que con tanta infamia se contemplaban separados e independientes70.

José Francisco Heredia: “el de la Piedad Heroica” Así califica don Mario Briceño Iragorry al Regente Heredia, por su temperamento, convicción y en virtud también de sus funciones. Heredia es un hombre de paz, equilibrado, que trata de sobreponerse a las pasiones de la hora; su preocupación más constante es aliviar los males de la guerra y evitar la difusión de su doloroso cortejo de miseria, violencia e injusticia71. En esta dimensión es un hombre incomprendido en su tiempo por los bandos contendientes por alcanzar la victoria. José Francisco Heredia y Mieses72 fue Oidor-regente interino de la Real Audiencia de Caracas desde enero de 1810. Cuando se disponía partir a Venezuela, para encargarse de la Audiencia, se entera de los sucesos de abril en Caracas y a pesar de las noticias, se embarca rumbo a Coro, con instrucciones de servir de mediador con la Junta Suprema de Caracas; gestiones que fracasaron. Dejó escritas sus Memorias sobre las Revoluciones de Venezuela73 en las que plasma el testimonio de las dificultades de funcionamiento de la Audiencia y la situación de la guerra en Venezuela. Antes de continuar, debemos una explicación breve a dos cosas. ¿Por qué Heredia viene de regente interino y no de intendente a ocupar la Audiencia de Caracas? y de ¿Por qué llega a Coro y no a Caracas? La crisis imperial había llegado a un punto crítico. La precaria Junta Central establecida como gobierno de emergencia en Sevilla en 1808 finalmente sucumbió ante el ataque francés en enero de 1810, y los funcionarios dispersos se refugiaron en el puerto de Cádiz. Allí, la Junta fue reemplazada por una nueva fórmula de gobierno bajo la denominación de Consejo de Regencia integrada por cinco miembros que 70 71 72

73

Coll y Prat, Memoriales, p. 56. Mario Briceño Iragorry, El Regente Heredia o la piedad heroica, 207 pp. Ali Enrique López Bohórquez, José Francisco Heredia, Diccionario de Historia de Venezuela, Tomo 2, p. 672. José Francisco Heredia, Memorias sobre las Revoluciones de Venezuela, 304 pp.

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dependían del apoyo de los comerciantes y de las entradas provenientes de ultramar. Esta nueva institución nombra sus representantes en América, entre los que se cuenta a Heredia destinado para Venezuela. Y desde luego los acontecimientos de abril en Caracas y la jura de fidelidad del Ayuntamiento de Coro a la Regencia y la instalación de Fernando Miyares en Coro como Capitán General, hizo que el nuevo Regente llegara a aquella ciudad, donde casualmente también tenia parientes cercanos propios y de su esposa doña Mercedes Heredia Campuzano, natural de Coro74. Dicho esto sigamos con la narración. La Independencia y la guerra misma eran inviables en América. Según Heredia fue una exagerada respuesta de orgullo de los mantuanos caraqueños que instaron a las colonias americanas a “seguir igual suerte que Caracas (…) declarando una guerra que no podía sostener, ni aun principiar por la notoria falta de medios75”. Y dice aun más: …la destrucción de la América estaba escrita en el libro eterno de la justicia divina, que para ella quiso cegar a los hombres arrastrándolos a cometer crasísimos errores, cuya larga cadena principia desde esta época y todavía no ha terminado76”. Incluso era tanta la inutilidad de hacer una revolución y pedir libertad, solo por contemporizar la vanidad de los mantuanos, que la nueva nación llamada Estados Unidos de Venezuela “resultó un agregado monstruo y débil de muchos cuerpos llenos de cabezas y faltos de pies y manos77.

Heredia es un conocedor profundo de la crisis monárquica que afecta a todo el Imperio y entiende las necesidades solicitadas por la Provincia, por lo cual busca negociar y hacer que las partes en conflicto lleguen a un entendimiento que cumpla con las expectativas de los bandos en pugna; así lo manifiesta “sabemos que en el Congreso nacional se están tratando con mucho calor estas materias, y que hay partido muy considerable por una amnistía absoluta y 74

75 76 77

Véase el apellido Heredia en el trabajo de Pedro Manuel Arcaya, Población de origen Europeo en Coro en la época Colonial, Academia Nacional de la Historia, Nº 114. Heredia, Memorias, p. 7. Ibidem, p. 8. Ibidem, p. 29.

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general, al mismo tiempo que se agitan las grandes cuestiones de la igualdad de derechos políticos y de la representación nacional entre todas las provincias del imperio español en ambos mundos78” y propone entablar negociaciones, esperar la decisión de las Cortes sobre el particular y a no seguir en el error de la guerra: “mediten profundamente y sin prevención, las leyes de la eterna justicia y las de la humanidad, que son consecuentes al principio reconocido por las Cortes, y se conocerá que la sola razón de dominar no es justo motivo para destrozar pueblos y disminuir cruelmente la especie humana79”. A pesar de los llamamientos, gestiones y reflexiones, el balance del Regente sobre la Independencia termina siendo un mea culpa; está conciente que la concesión sorprendente y desesperada del Consejo de Regencia a los hispanoamericanos de “os veis elevados a la dignidad de hombres libres” fue entre otras el origen de la rebelión en Caracas, como en otras partes de América, pues resultaba claro que los restos del Imperio necesitaban más a las colonias de lo que éstas necesitaban a España; y todo esto ocurrió por no “obrar con sagacidad y prudente calma, para no precipitar los sucesos y no dar a los revolucionarios los medios que les dió con su conducta para alucinar a los pueblos y enajenar sus ánimos80”.

José Domingo Díaz y Cristóbal M. González de Soto: “Buenos vasallos del Rey” En 1959 la Sociedad Bolivariana de Venezuela publica la Bibliografía Crítica de la Detracción Bolivariana, publicación peligrosa para la memoria histórica de un país, pues ella trata de mostrar la división de sus ciudadanos en buenos y malos. A los buenos se les lleva flores al Panteón Nacional y se celebran grandes solemnidades en su honor; mientras que a los malos se les hace aparecer en una lista como los más buscados por crímenes de alta peligrosidad: disentir de la opinión del otro. Así en esta lista, especie de inventario de los proscritos por ser enemigos de los héroes y por lo tanto considerados enemigos de la patria aparecen naturalmente José Domingo Díaz y Cristóbal M. González de Soto. 78 79 80

Ibidem, p. 12. Ibidem, p. 13. Ibidem, p. 18.

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José Domingo Díaz, muy conocido en su época y en la actual por las críticas que genera, será quizás el más fervoroso criollo realista civil de Caracas y defensor de los derechos del Rey en esta parte de América; fue testigo ocular de la revolución de Venezuela y su presencia en los hechos está recogida en sus Recuerdos sobre la Rebelión de Caracas. Será una constante en el pensamiento de Díaz que su pueblo regrese a los brazos del Padre para recuperar al país de la guerra y la miseria, y les dice “sed lo que erais antes del 19 de abril de 1810, y ella volverá a ser lo que entonces fue: rica, abundante, tranquila; el país de las delicias81”. Ya en los años del olvido, para Díaz el recuerdo de abril de 1810 era como el estupor que causa un terremoto y aun no le era comparable, y dice: …una rebelión hecha en los momentos menos esperados, cuando la madre que nos dio el ser necesitaba más de nuestro apoyo en sus desgracias: rebelión baja, degradante, ignominiosa. Una rebelión que iba a sepultarnos en males incalculables, no sólo por su insensatez, sino por los hombres que la habían tramado y ejecutado, y por los que gobernaban las provincias: rebelión brutal, estúpida, insensata82.

De Cristóbal M. González de Soto, no tenemos mayores noticias salvo las pistas que sobre si mismo da en su libro Noticia Histórica de la República de Venezuela. Sin embargo, el libro todo es una terrible crítica al sistema de gobierno “así como en América no hay tales repúblicas en el hecho, ni puede haberlas nunca, sino cafrerías, sultanías, bajalatos y cacicazgos, con nombre irónico y sarcástico de fe–de–raciones83”. Y lo que explica que el libro sea un proscrito es la blasfemia contra los fundadores de la patria veamos que dice “es muy frecuente convertir en héroe en un país desierto, al que más suena y por tal proclaman cuatro necios habitantes de las selvas y partidarios suyos, según aquella vulgaridad de que, entre los ciegos, el que tiene un ojo, es rey; y es por esto que, algunos insurgentes timoratos y vírgenes en materia de revoluciones, hicieron héroe a Bolívar al principiar la guerra, dándole el titilo de Libertador84” y en otro lado dice “la 81 82 83 84

Tomás Straka, Contra Bolívar, p. 23. José Domingo Díaz, Recuerdos sobre la rebelión de Caracas, p. 78. Cristóbal M. González de Soto, Noticia Histórica de la República de Venezuela, p. 7. Ibidem, p. 90.

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causa fundamental de sus males y sufrimientos (se atribuyen) al sanguinario y feroz Libertador Simón de Bolívar, cuyo anagrama sacado por los caraqueños es este, Símbolo de Ruina85”. Al referirse a los hechos de abril de 1810 sentencia “lo que mal empieza, mal acaba86”. Para González, la proclamación de la Independencia de Venezuela, “prematura y absurda” era “un gran atentado de unos cuantos calaveras ambiciosos (… con el empeño de) emanciparse antes de tiempo, sin elementos, población homogénea y suficiente, y sin recursos para poder sostener dignamente la nacionalidad87”. González de Soto es rudo en el tratamiento de su contendor y su narración por tanto peca de parcial hacia un lado de la balanza de la historia. En su visión de los hechos de abril, cuenta: …así es que, el 19 de abril de 1810, expulsaron los conjurados al Capitán General y demás autoridades españolas, y congregaron una asamblea con el título de Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII y la primera cosa conservadora que hicieron sus miembros, fue usurparse dos millones y medio de pesos duros, que tenia el Gobierno español en la Tesorería general de Caracas (…) todo lo cual fue al poder de los conservadores y libertadores de Venezuela… que la libertaban de su honra, de sus riquezas y bienestar88.

Santiago Hernández Milanés: “el dilema de Ser o No Ser” Cuando las noticias de la formación en Caracas de una Junta Defensora de los Derechos de Fernando VII con visos separatistas, cunde la ciudad de Mérida, el Obispo Hernández Milanés alerta sobre los peligros que se corre al reconocer a aquella Junta y la exhortación se dirige a permanecer fiel y leal a Su 85 86 87 88

Ibidem, p. 80 Ibidem, p. 78. Ídem. Ibidem, p. 79. Esta cita es más extensa y en ella misma hace referencia de cómo el dinero fue repartido.

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Majestad y que si esto se cumplía él bien podría decir al Señor si lo llamara a mejor vida que “ahora podía descansar en paz porque dejo a todo mi Rebaño, y le han visto mis ojos religioso, fiel, y que no dejará vuestros caminos89”. Santiago Hernández Milanés90, fue el cuarto Obispo de la Diócesis de Mérida y uno de los funcionarios del gobierno eclesiástico que no está en Caracas y que desde su posición allá en la provincia le toca enfrentar los hechos del 19 de abril. El Obispo Hernández Milanés fue uno de los que vivió atormentado hasta el final de sus días por su actuación y proceder, ya que después de haber jurado fidelidad y restearse con la monarquía y aún no estando convencido de la necesidad de ser independientes del Rey tiene que hacer un acto de contrición y jurar la Independencia. El Obispo era partidario de la fórmula “Dios, Rey y Patria” y con los sucesos de abril la ciudad de Caracas le varió su forma de gobierno; pero frente a esto los dominios de su obispado responden, y dice “la provincia entera de Barinas se propuso el objeto de defender los derechos de nuestro amado Fernando el 7º de la religión y de la patria. Acabamos de saber de oficio que los fieles corianos están dispuestos a derramar su sangre por los mismos fines; que los leales maracaiberos se preparan a morir por la buena causa91” Ve con buenos ojos los actos de jura que van sucediéndose en los lugares donde se conoce la noticia “estamos satisfechos de vuestra fidelidad al Soberano, de vuestra obediencia a las legítimas potestades y de vuestro amor al orden92” y les advierte “no os dejéis engañar de algunos díscolos mal intencionados y perturbadores que para arruinaros y perderos os incitan a insubordinación y al desorden93”. En el pensamiento del Obispo no cabía un reino desacralizado, por lo que invoca el pacto “de obediencia que habéis prestado a vuestro Augusto Rey, 89

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Santiago Hernández Milanés, “A propósito de los acontecimientos del 19 de abril en Caracas. Mayo 19 de 1810”, en Documentos para la Historia de la Diócesis de Mérida, tomo II, p. 230. Antonio Ramón Silva, Nota biográfica de Santiago Hernández Milanés. En Ibídem, tomo II, pp. 3 -6. Hernández Milanés, “A propósito de los acontecimientos del 19 de abril en Caracas”, tomo II, p. 230.

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Ibidem, p. 231.

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Ídem.

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cuyo gobierno suave, benéfico y paternal tiene la Religión por base y lleva sus enlaces permanentes con la Silla de San Pedro94”. Luego de esta pastoral, Hernández Milanés hace circular en todos los dominios de su obispado el documento de jura de fidelidad al Soberano. Bendición y jura consagran un tiempo de solemnidad en oposición a un tiempo profano.

Una acotación necesaria Indudablemente que la Independencia generó un clima de agitación y confusión en la antigua Capitanía General ahora creada bajo la fórmula federal de Estados Unidos de Venezuela. Y en medio de esta confusión donde no se sabía con certeza que era lo que realmente ocurría y cual seria el desenlace, hubo individuos que comulgaron con la idea de la Independencia pero al rato se dan cuenta que eso no es lo que quieren y reniegan de su fe. Por el contrario hay otros que son fieles vasallos pero que con la lectura detallada “de papeles” se transfiguran en independentistas. El capítulo que sigue mira la actitud de los que van y vienen en la conversión.

Los Conversos: Fernando Rodríguez del Toro y Monseñor Mariano de Talavera y Garcés Resulta que este Fernando Rodríguez del Toro era un mantuano agitador que desde los mismísimos días de la conjura de 1808 andaba conspirando contra el gobierno español e iniciar un movimiento separatista en Caracas. Insistió tanto en su afán que logra la venia del Capitán General Emparan y llega a ser de éste, un funcionario de confianza. Una vez traicionada la confianza de su jefe y logrado su objetivo de Independencia en 1810, le escribe a Emparan ya dirigiéndose al exilio: Penetrado como debo del júbilo más puro al ver nacer la gloria y felicidad de mi patria, mi corazón gime al mismo tiempo al contemplar el mísero estado a que la provincia lo ha reducido. Ninguna potestad divina ni humana condenaran jamás estos sentimientos, aunque parezcan contrarios 94

Ibidem, p. 232.

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entre si, y aun mucho menos que cumpliendo yo con los santos derechos de la humanidad, ofrezco a usted con la mayor cordialidad y sincero afecto, todos los servicios personales y pecuniarios que estén bajo la esfera de mis facultades propias como hombre; como ciudadano, mis esfuerzos, votos y servicios no tendrían todos otro objeto que la salvación de la Patria y mantenimiento del sabio Gobierno que nos rige y la gloria de mis conciudadanos. Reitero mis ofertas, repito mis protestas y ruego a usted con la candidez de mi corazón, cuente dejar en Venezuela el más leal amigo de su persona y seguro servidor, q. b. s. m., Fernando Toro. Caracas, 25 de abril de 181095. Pero a la vuelta de un par de años, la cosa no sale tan bien como espera y se tiene que ir con las tablas en la cabeza hasta Trinidad en compañía de su hermano Francisco el Marqués del Toro e iniciar una larga carrera para lograr del Rey el perdón y volver a los brazos del padre como el hijo pródigo. El caso de Monseñor Mariano de Talavera y Garcés resulta aun más interesante, pues es oriundo de Coro y descendiente directo de una familia mantuana importante en la ciudad, que en 1810 dirige directamente la jura de fidelidad del Ayuntamiento a la Regencia y desconocer a la Junta de Caracas. Talavera que había dejado el hogar hacia algunos años y establecido en Mérida como Secretario del Obispo Hernández Milanés y profesor en el Seminario San Buenaventura, es asaltado y casi a quemarropa por las noticias de Caracas del 19 de abril y aun más grave por las pretensiones de la Junta de invadir y destruir a los disidentes corianos, Ayuntamiento y ciudad de Coro, donde estaban sus más caros afectos; en vista de esto, es cuando desde Mérida les escribe: Cuando el haber nacido en vuestro suelo y el correr vuestra sangre por mis venas no fuera un motivo poderoso para dirigiros la voz con las más expresivas congratulaciones (…) vosotros acabáis de dar el ejemplo del más ardiente patriotismo y de la fidelidad más acendrada. Vosotros tenéis la gloria de ser los primeros en Venezuela, que resistiendo a un gobierno ilegítimo habéis reconocido la Suprema potestad en el Consejo de Regencia de España y sus Américas (…) manteneos firmes en la obediencia que habéis prestado al cuerpo augusto que representa al 95

Fernando Rodríguez del Toro, “Carta de Don Fernando Toro a Emparan”, en El 19 de abril de 1810, pp. 28, 29.

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virtuoso aunque cautivo Fernando (…) el Dios de los ejércitos de quien viene toda la fuerza os auxiliara, por que no desampara a los que pelean por la justicia. Mariano de Talavera. Mérida, 18 de mayo de 181096.

Pero en ese ir y venir de varios meses, Talavera reconoce que no había estudiado bien las intenciones y propósitos de la revolución de Caracas, en torno a ello reflexiona y se arrepiente del contenido de su proclama anterior y los invita a tomar una nueva postura frente a los tiempos por venir, diciendo: Amados compatriotas: yo haría traición a la verdad sino os ilustrase para que conozcáis vuestros legítimos derechos y no aventuréis más tiempo nuestra existencia política. Cuando el 13 de mayo del presente año supe por la primera vez la transformación de Caracas, y la deposición de sus antiguos magistrados, la voz pública pintó con colores tan negros el procedimiento de aquella Metrópoli que no pude menos que consternarme al oír lo que se decía de la fidelísima capital de Venezuela, a quien yo miraba como mi patrio suelo y en donde había recibido mi educación literaria. La falta de papeles y comunicación me tuvo mucho tiempo fluctuando entre las incertidumbres. (…) Pero la providencia tenia decretado que yo encontrase mi ilustración y mi convencimiento en la cédula misma del Consejo de Regencia. La leí y medité muchas veces y desaparecieron luego todas mis incertidumbres. (…) Si para resolveros a entrar en la confederación del continente venezolano os detiene el temor de que las Provincias aliadas os echen en cara vuestra resistencia, yo os aseguro que no será así, un velo denso cubrirá vuestra conducta anterior (…) no se acordaran de vuestros errores involuntarios sino de vuestras conocidas virtudes. Mariano de Talavera. Mérida, 30 de septiembre de 181097.

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97

Mariano de Talavera, “Proclama que desde Mérida dirige a los habitantes de Coro y su jurisdicción”, en Flores y Letras, Nº 3, p. 49-52. Documento localizado por nosotros en la revista artístico literaria Flores y Letras y que hasta ahora, según nuestras indagaciones, no se conocía su contenido ni había sido publicado y tratado en otro lugar; nosotros le dimos copia de estas cartas a la prof. María Soledad Hernández Bencid para su tesis doctoral sobre el obispo Talavera. Mariano de Talavera, “Comunicación del señor Pro. Dr. Talavera a los habitantes de Coro”, en Flores y Letras, Nº 4, pp. 67-70.

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A modo de conclusión En fin, la segunda mitad del siglo XVIII y la primera década del XIX, indudablemente que el mundo español europeo experimentó notables transformaciones sobre todo en el desarrollo del pensamiento político moderno. Sin embargo, esas mismas transformaciones serán experimentadas en el mundo español americano pero con mayor lentitud. Es así como frente a los acontecimientos de 1808 ocurridos en la metrópoli de colapso de la monarquía y la formación de Juntas en toda España; la respuesta americana fue de seguir y no de conducir. En todo ello no hubo viso de propiciar una instancia separatista, antes bien lo que hubo fue un acto de jurada fidelidad a Fernando VII y a la tradición monárquica. Al cruzar el dintel del siglo XXI, jugar a ser vidente y pecar a decir que si el 19 de abril de 1810 no hubiese surgido tal vez la situación fuera otra, peor o mejor no lo sabremos nunca y así como esta pregunta surgirían otras tan válidas como la anterior a la que no podemos tampoco responder y resultaría desde todo punto de vista innecesario pues no podemos retroceder en el tiempo. Pero lo que si nos queda y es fácilmente comprobable, es la manipulación peligrosa de la realidad histórica y la acumulación durante años de símbolos y temas que se han repetido como estribillo y se han asimilado como verdad; una verdad que responde a una necesidad lógica de legitimación de los intereses de un grupo de élite dominante con la intencionalidad de lograr una construcción del pasado desde recuerdos selectivos y convenientes con los que lograron sepultar en lo más profundo del olvido a los vencidos. En fin ésta Memoria de la Desdicha es un intento de reevaluar en su estricta verdad la historia de los Realistas en un momento determinado y a partir de allí reconstruir de forma equilibrada la historia colectiva de todos los que vivieron la misma dificultad. Lo que necesariamente enriquece el debate y replantea y reorienta el tema de la Independencia.

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Tiempo y Espacio. Nº 61. Enero-junio, 2014. Depósito Legal pp198402DC2832. ISSN: 1315-9496

LOS ENCLAVES AZUCAREROS DE LA REGIÓN NORORIENTAL DE CUBA (1900-1930). El BATEY DEL CENTRAL TACAJÓ The enclaves mills of the north-eastern region of Cuba (1900-1930). The central Tacajo Batey

José Luis Reyes González

Licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Oriente, Cuba, en el 2008. Profesor Asistente de la Universidad de Holguín Oscar Lucero Moya. E-mail: jreyes@fh.uho.edu.cu.

Recibido: 08/02/2014. Aprobado: 10/06/2014. Resumen: En los primeros años del siglo XX la United Fruit Company y la Cuban American Sugar Company impulsaron la industria azucarera mediante el establecimiento de modernos centrales azucareros en la región oriental del país. Estas entidades también se encargaron de conformar unas comunidades, denominadas bateyes, para lograr la permanencia de los empleados contratados para la realización de la zafra. El alza sostenida del precio del azúcar motivó también a los propietarios cubanos-españoles quienes construyeron, a partir de 1915, un conjunto de centrales mucho más modestos desde el punto de vista de la capacidad de producción. El primero de los establecidos con capital cubano-español en la región nororiental de Cuba fue el central Tacajó, en 1916. Próximo a éste quedó ubicado el nuevo batey azucarero, para el que se tomó como referencia la distribución físico-espacial y los tipos constructivos desarrollados en los enclaves azucareros fomentados por el capital estadounidense. Un siglo después, la mayoría de las construcciones de madera de estas comunidades han desapareciendo sin que organismos e instituciones del país hayan tomado medidas para contrarrestar tal destrucción; los edificios que

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estoicamente permanecen en pie amenazan con desaparecer en los próximos años. Por tanto, urge elaborar proyectos orientados hacia su salvaguarda ya que todas ellas forman parte indisoluble del patrimonio arquitectónico cubano construido entre 1900 y 1930. Palabras clave: Cuba, compañías norteamericanas, centrales azucareros, batey. Abstract: The United Fruit Company and Cuban American Sugar Company invested in the sugar industry during the first years of the century XIX. It was through the establishment of modern sugar mill in the oriental region of the country. The employees were living in communities which name was bateyes, were made to keep the workers during the sugar harvest. From 1915, the owners cuban-spanish made new sugar mill more small and with less production motivated by the stable prices. The first one of them in the northeastern region of Cuba was Tacajó, in 1916. Next this was the new sugar batey very similar with the american sugar mill. They took as reference the distribution of the inhabited space and different kind of buildings. One century later the majority of the wood buildings of these communities have disappearing without the support of the government or some institution to stop the destruction. Soon the traditional buildings will disappear like a time footprint. For this reason it’s necessary to make projects for to keep the cuban architectural heritage among 1900 and 1930. Key words: Cuba, northamerican companies, sugar mill, batey.

A manera de introducción Al concluir la contienda bélica que José Martí denominara Guerra Necesaria (1895-1898) varias corporaciones financieras del extranjero concedieron empréstitos a empresarios cubanos y españoles con el objetivo de recuperar la industria azucarera nacional, afectada durante el desarrollo de las operaciones militares. Al mismo tiempo, algunas compañías norteamericanas como la Boston Fruit Company ―que en 1899 cambiaría su nombre por el de United Fruit Company― comenzaron a apropiarse mediante la compra de grandes porciones de tierra en puntos estratégicos de la región oriental y central del país. En estas tierras adquiridas por las compañías estadounidenses, en su mayoría fértiles y cubiertas de bosques o sabanas, se introdujo en los primeros

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años del siglo XX el cultivo de la caña de azúcar, atendiendo a la tradición azucarera cubana y al alza sostenida del precio del grano entre 1902 y 1920. Este hecho determinó el establecimiento de un conjunto de “novísimos colosos azucareros al amparo del capital estadounidense” (Vega, 2004: 56).

Establecimiento de los centrales azucareros en la región nororiental de Cuba por las compañías que operaban con capital estadounidense (1900-1920) En el norte de la región oriental de Cuba, en el propio año 1901, aparecieron los primeros centrales. La United Fruit Company —compañía norteamericana que fue el “resultado de la fusión el 30 de marzo de 1899 en New Jersey de Boston Fruit Company y Tropical Trading Co. Ltd, de Minor C. Keith, ambas de capital bostoniano” (Jiménez, 2004: 595) estableció el Boston en un islote conocido como Cayo Macabí, Banes, en la antigua provincia Oriente. En este mismo año se fundó el Chaparra por gestiones del general Mario García Menocal y con capital de la Cuban American Sugar Company. La United Fruit Company incorporaría en 1907 uno de los centrales de mayor capacidad de producción y propietario de 5191 caballerías de tierra: el Preston. Cuatro años más tarde la Cuban American Sugar Company estableció el Delicias, considerado uno de los más grandes del mundo en su momento. Al año siguiente, por gestiones del grupo Rionda y con capital de la Manatí Sugar Company, se fundó el central Manatí. A esta lista deben sumarse los centrales Cupey —instituido en 1915 por la West India— y el Tánamo —instaurado en 1921 por la Atlantic Fruit Co.—. En el sur de la zona oriental también se establecieron algunos colosos azucareros: el Cape Cruz, fundado por la Cape Cruz Company en 1901; cuatro años más tarde se establecieron los centrales Soledad, El Isabel y Los Caños, por la Guantánamo Sugar Company. También en 1905 se fundó la New Niquero Sugar Company, propietaria del central Niquero. En el decenio siguiente se sumarían a esta lista el central Altagracia, fundado en 1916 por la Compañía Central Altagracia S.A., y el Miranda, establecido en 1917 por la Miranda Sugar Company.

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La fundación de este importante conjunto de centrales azucareros contribuyó a desplazar la zona productora de azúcar del país desde la región occidental-central hacia el centro-oriente de Cuba, y también a consolidar el dominio del capital norteamericano en las inversiones nacionales. Sin embargo, debe destacarse también la influencia en aspectos como la economía, la moda, el lenguaje y la arquitectura de la región. En esta última dejó una impronta indeleble, pues en cada uno de los casos antes mencionados “las compañías encargadas de edificar el ingenio azucarero, concebían también la construcción de una pequeña comunidad urbana, denominada batey” (Vega, 2004: 60), en la que predominaba las tipologías constructivas, materiales, métodos de construcción y la planificación urbanística característica de los pequeños asentamientos del sur de los Estados Unidos.

Los bateyes azucareros fundados por la United Fruit Company en la región nororiental de Cuba En 1899 comenzó el montaje del central Boston (conocido más tarde como Nicaragua), la construcción de muelles y vías férreas y se inició la proyección del batey, que respondía al interés de los directivos la United Fruit Company de crear una comunidad con infraestructura integral y autosuficiente, capaz de proporcionar confort a los trabajadores extranjeros y cubanos que más tarde intervendrían en el desarrollo de la zafra. El Departamento de Construcciones ―integrado por ingenieros, proyectistas, dibujantes, carpinteros y obreros― se encargó de la planificación urbanística y de la edificación de las construcciones de madera de tipo administrativas, productivas, comerciales, culturales y domésticas, siempre teniendo en cuenta que el asentamiento se construiría sobre el islote Cayo Macabí, con una superficie de 11,2 km². Esta particularidad obligó, en primer lugar, a estructurar el enclave desde la periferia hacia el centro, con el objetivo de aprovechar al máximo el terreno disponible y, en segundo lugar, para contener el litoral mediante la construcción de un malecón. Desde el punto de vista de la organización, este batey —con una disposición interna eficiente, a partir del establecimiento de tres áreas fundamentales: la de producción, dominada por la fábrica y separada de las

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restantes; la ocupada por las instalaciones administrativas, socioculturales y comerciales y la zona residencial― sentó las bases para la distribución físicoespacial de los nuevos enclaves azucareros fomentados en la región. Las áreas habitacionales, administrativas, socioculturales, comerciales fueron agrupadas en retículas ―irregulares en la zona costera y regulares en el centro del islote― que, conformadas a partir de las intersecciones de las calles que corrían de Norte a Sur y de Este a Oeste, integrarían los barrios o secciones. Entre los años 1899 y 1901 se construyeron en el batey ocho casas para la administración “emplazadas próximas al central y se paradas del resto del poblado por la línea férrea” (Cruz, 2002: 70), imponiendo el principio de jerarquización-, varias viviendas y cuarterías para trabajadores; más tarde se edificarían otras construcciones domésticas, tienda mixta, fonda, iglesia, correo, hasta completar 198 edificaciones. Es importante aclarar que los altos empleados que estaban directamente vinculados con la producción azucarera en este central fijaron su residencia en el batey, pues los principales directivos de la Boston Division asentaron sus viviendas en el nuevo centro urbano, erigido en los terrenos donde se encontraba el antiguo almacén Dumois. El otro núcleo urbano, convertido en centro de operaciones de la United Fruit Company, recibió el nombre de Banes —en 1910 se constituyó como municipio― y se estructuró a partir de la división en barrios1. Dichos barrios guardaban relación con la procedencia y pertenencia social de sus moradores. Así, por ejemplo, el Barrio Americano de Banes guardaba semejanza con las villas norteamericanas: grandes bungalows— representativos de los tipos A y B y ocupados por el Administrador de la Compañía, el Superintendente de Agricultura y el Superintendente de Industria―, calles bien pavimentadas, áreas verdes, campo de golf, debido a que sus residentes eran, en su mayoría, de origen estadounidense, aunque de modo excepcional también habitaban en él altos empleados cubanos. En esta barriada también se emplazaron el hospital, el American Athletic Club, las oficinas y algunos almacenes. En el Barrio Amarillo, separado del Barrio Americano por el patio del sistema ferroviario, se ubicaron 1

La ciudad se encontraba dividida en los siguientes barrios: el Barrio Americano, el Barrio Antillano y el Barrio Amarillo. Esta división en barrios caracterizaría a los asentamientos azucareros fomentados por el capital estadounidense

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fundamentalmente viviendas representativas de los tipos C y D, destinadas a los empleados cubanos que trabajaban en el taller de locomotoras. Mientras que en el Barrio Antillano, conocido también como Barrio Jamaiquino, las construcciones domésticas, representativas de los tipos D y H, estaban consignadas a las familias de inmigrantes caribeños. En todos los casos, se utilizó principalmente la madera2 como material constructivo: en pisos, paredes, techos (recubiertos con planchas de zinc) y elementos componentes como puertas y ventanas, lo que contribuyó a homogeneizar las construcciones. Sin embargo, la pertenencia social de sus moradores determinó las diferencias fundamentales, dadas en las dimensiones, la distribución del espacio interior y los elementos jerarquizantes de las fachadas. También la madera se erigió como el principal material empleado en las construcciones —aunque a finales del segundo decenio del siglo XX en construcciones como la tienda mixta se utilizaron materiales más resistentes como el ladrillo― del nuevo batey azucarero fomentado por la United Fruit Company. En 1904, ingenieros y obreros contratados por esta compañía iniciaron el montaje de su segundo coloso azucarero: el Preston (más tarde nombrado Guatemala), considerado “el séptimo en capacidad de producción diaria con 800 000 @” (Jiménez, 2004: 597). En este mismo año se comenzó a trabajar intensamente en las construcciones del núcleo originario del batey que, a pesar de ser más grande que su antecesor3, estuvo listo para la primera zafra realizada por el central en 1907. En este centro urbano se puso en práctica la experiencia acumulada por la United Fruit Company en materia constructiva en países como Cuba, Costa Rica y Aruba. Contó con una impresionante red de servicios que respondía a las diversas necesidades de los residentes nacionales y extranjeros, destacando 2

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Buena parte de la madera utilizada en estas construcciones se importó desde Estados Unidos. También se utilizó la madera de los montes de Herrera, Río Grande y Guamuta, que formaban parte de los terrenos propiedad de la Preston Division. A partir de 1930 las construcciones de madera del batey fueron reemplazadas por construcciones de mampostería, manteniéndose en la mayoría de los casos la estructura original de las plantas. El batey del central Preston superó en proporciones al del Boston no solo porque en éste sí se concentró toda la actividad de la compañía, sino también porque el coloso ha trascendido como “el mayor empleador de trabajadores en zafra con 12 750 y el segundo mayor propietario de tierras con 5191 caballerías”, según las investigaciones de Guillermo Jiménez.

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instalaciones como la industria, las oficinas administrativas, los almacenes, la tienda mixta —inaugurada en 1919- y otros recintos comerciales, la escuela, el hospital, dos iglesiasla católica, de estilo neogótico, construida en 1907, y la metodista, ubicada a continuación del teatro-cine―, el club social Panamerican Club, el teatro-cine, el hotel Miramar ―edificio de dos plantas inaugurado en 1930―, la panadería, la planta generadora de electricidad, la lavandería, la barbería-peluquería, el correo-telégrafo, el acueducto y los viales, etc. Sin embargo, la compañía brindó especial atención a las construcciones domésticas: en la edificación de las viviendas para los empleados norteamericanos y los altos empleados cubanos se emplearon los mejores materiales y se emplazaron en la American Section. Éstas “se distinguían por la majestuosa escala y por la alternancia de las cubiertas de tejas de barro a cuatro aguas unidas en la parte superior por la cumbrera o caballete, en forma de pabellón” (Cruz, 2002: 70). De este conjunto merece destacarse una hermosa construcción de madera, biplanta, construida en el año 1923 para vivienda del Administrador de la División Preston, y el Panamerican Club. Las viviendas de los trabajadores cubanos (representativas de los tipos C y D) se ubicaron en los barrios New York y Brooklyn4, que formaban parte de la Cuban Section. En la Colored Sectión, por su parte, se emplazaron las construcciones domésticas (representativas de los tipos D y H) consignadas a los braceros de origen antillano. Esta estructura interna del batey del central Preston ―del mismo modo que la de su antecesor, el Boston― servirían de modelo a las comunidades azucareras que surgirían en el segundo decenio del siglo XX en la región nororiental de Cuba.

El fomento de la industria azucarera por el capital cubano-español en la región nororiental de Cuba (1915-1920) A partir del segundo decenio del siglo XX el alza sostenida del precio del azúcar también motivó a algunos propietarios cubano-españoles, quienes intervinieron en el proceso de fomento de la industria azucarera en la región 4

En este barrio también se emplazaron algunas viviendas colectivas, denominadas también cuarterías.

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oriental del país. Afirma el profesor e investigador Rafael Cárdenas Tauler que después del accionar de las compañías que operaron con capital estadounidense en la región nororiental durante los primeros 15 años de la centuria, sobrevino el segundo impulso, (…) en el transcurso del auge azucarero asociado a la Primera Guerra Mundial, más concretamente, entre 1915 y 1919, y fue escenificado por (…) tres compañías azucareras financiadas con capital comercial hispano-gibareño (centrales Rey, Cacocum y Báguanos), y una con capital hispano-cubano-norteamericano (central Tacajó), en la zona de Holguín (Cárdenas, 2010: 36).

Estas compañías iniciaron, bajo el asesoramiento de ingenieros y técnicos norteamericanos, la construcción de centrales azucareros mucho más modestos desde el punto de vista de capacidad de producción diaria financiados con capital español-cubano fundamentalmente. Uno de los primeros fue el central Tacajó (actual Fernando de Dios), establecido en 1916. Para su fundación se creó la Tacajó Sugar Corporation, a partir de la fusión del capital financiero hispano-norteamericano representado por Bernardo Braga Rionda, Donald Dodge, R. B. Crispell y Rafael Yevallas con el capital comercial hispano-gibareño, identificado con las figuras de Pablo, Antonio y José Homobono Beola y Valenzuela; y la propiedad terrateniente de Banes y Mayarí, personificada por la Sucesión Dumois. Este mismo año, los accionistas españoles José Rey García y Juan Rimblas Chuscas, a través de la Compañía Azucarera Central Rey, fundaron el central del mismo nombre. A la fundación de estas industrias azucareras le continuó la del central Alto Cedro, en 1917, por gestiones del hacendado Andrés Duany ―de nacionalidad cubana, que estableció la Alto Cedro S. A.―. También en 1917 se fundó el Cacocum (actual Cristino Naranjo) por la Compañía Azucarera Central Cacocum, cuyos accionistas principales, los hermanos Melchor y Manuel Palomo Beceña, de nacionalidad cubano-española, constituyeron un año más tarde la Compañía Azucarera Central Báguanos, en sociedad con Rafael Sánchez Aballí, que se encargó de establecer el Báguanos (actual López Peña).

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La fundación del central Tacajó Los primeros pasos en el montaje del central Tacajó se dieron en 1915, cuando se inició el movimiento de tierras para la edificación de la fábrica y las construcciones el batey, bajo la supervisión de ingenieros y técnicos norteamericanos y españoles. Antes bien, se había realizado el desmonte de estos terrenos, adquiridos en los primeros años del siglo XX por Alfredo e Hipólito Dumois Gessé5 para establecen en ellos una plantación bananera. En 1915 se fundó la Tacajó Sugar Corporation, compañía que contribuyó a financiar el proceso de montaje de la industria y la construcción del núcleo urbano. El accionista principal de esta empresa fue el rico comerciante de origen español establecido en Gibara José Homobono Beola y Valenzuela. Para ese entonces Beola era (…) propietario de Beola y Compañía, casa establecida en Gibara, y, asociado con González Longoria, había construido el ferrocarril de Holguín a Gibara, la más importante vía comercial del norte de Oriente (Jiménez, 2004: 595).

Beola había incursionado, además, en giros como la fábrica de licores, las importaciones, el comercio de ropa, las explotaciones forestales e, incluso, había prestado servicios a la United Fruit Company, lo que indiscutiblemente le facilitó el acercamiento a los hermanos Alfredo y Hipólito Dumois, que terminaron aportando sus propiedades en la hacienda Tacajó para el establecimiento del central. En octubre de 1916 concluyó la construcción del central Tacajó. Para esa fecha ya se contaba con 550 caballerías de tierra sembradas en su mayoría de caña de variedad cristalina listas para el corte; se habían construido 30 kilómetros de vías férreas anchas y 50 kilómetros de vías férreas estrechas; y se contaba con 6 locomotoras, 170 carros de caña y 12 carros tanques para mieles. Con estas condiciones indispensables, el Tacajó realizó su primera zafra 5

En 1899, miembros de la familia Dumois Gessé regresaron a Banes representando a The First National Bank of Boston. Se dedicaron a reestructurar la plantación bananera para lo cual adquirieron tierras en las haciendas Tacajó y Mulas. A pesar de haber fomentado en dichos terrenos el cultivo de bananos, el incremento que experimentó el precio del azúcar por estos años obligó a reorientar la producción hacia el cultivo de la caña de azúcar.

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de prueba en 1917, demostrando una capacidad de producción inferior a las 250 000 @.

El batey azucarero del central Tacajó También en 1915 se comenzó a planificar y ejecutarse el proceso de urbanización en la recién deslindada hacienda Tacajó. Este proceso respondió al interés conjunto de los accionistas que integrarían la Tacajó Sugar Corporation de facilitar la instalación de los empleados junto a sus familiares, que intervendrían en la realización de la zafra azucarera del central que comenzaba a instalarse. A pesar de que la población establecida en la zona era reducida y que la adquisición de tierras propias se vería limitada debido a la cercanía de otros centrales azucareros ―entre ellos el Boston, el Alto Cedro S. A., el Báguano y el Central Canario Compañía Azucarera San Germán―, los accionistas optaron por emplazar la fábrica, el batey y algunos campos de caña en el terreno nombrado Tierra Buena. Para la selección definitiva de éste se valoró la confluencia de cuatro premisas naturales: La abundancia de terrenos llanos y productivos. La localización de recursos acuíferos (el río Tacajó) y forestales abundantes en la zona. Las condiciones climáticas propicias para incrementar el rendimiento agrícola de la caña. La cercanía del puerto de Antilla (establecido en 1907 por The Cuban Railroad Co.), mediante el cual se exportaría la producción de azúcar y se importarían los insumos. Además, se tuvieron en cuenta otras dos razones importantes: la existencia de un trapiche nombrado San José, lo que denotaba una tradición azucarera en la región, y el hecho de que Hipólito y Alfredo Dumois Gessé –propietarios que se asociaron a José Homobono Beola y Valenzuela- administraran la plantación bananera existente en el territorio. De las posibles áreas urbanizables localizadas en Tierra Buena se seleccionó un terreno llano, ubicado aproximadamente a 1 km al sur de la

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futura carretera a Banes, para emplazar el centro de producción y el núcleo originario ―integrado por el centro administrativo, sociocultural y comercial y las áreas residenciales- del asentamiento que se ubicaría junto a éste. A partir de las características topográficas del terreno, el Departamento de Construcciones elaboró un plano para viabilizar el proceso de transformación de la plantación bananera existente en un batey azucarero. Dicho plano resultó notable, primero, por identificar las principales zonas urbanizables en las que se establecerían a corto, mediano y largo plazo los espacios habitacionales del asentamiento, y las zonas no edificables, reservadas para espacios públicos y zonas verdes. Y segundo, porque los ingenieros, arquitectos y proyectistas no copiaron cabalmente las experiencias de la United Fruit Company en materia de planificación urbanística, sino que tuvieron en cuenta las particularidades de la nueva comunidad para introducir cambios significativos en la organización interna de la misma. Después de seleccionado el terreno se procedió a configurar la comunidad que crecería junto al central Tacajó. Uno de los elementos que incidió de manera directa en la configuración del batey fue la función que cumpliría la comunidad. El hecho de que se tratase de un enclave agroindustrial ―o sea, sus habitantes trabajarían indistintamente en el campo o en la fábrica de azúcar― determinó que se potenciara la relación entre los entes que en ella coexistirían mediante la conformación de un gran paralelogramo en torno a la industria, que a su vez se encontraría rodeada por los campos de caña. Esta función también definiría, como lo hizo en los otros asentamientos azucareros fomentados por el capital norteamericano en la región nororiental de Cuba, la distribución físico-espacial de la comunidad que se planificaba en Tierra Buena. En este caso presentó la siguiente distribución: Primero las zonas agrícola e industrial, dominada esta última por el central y las restantes instalaciones fabriles donde se produce y almacena el azúcar. Ambas quedaron ubicadas en el extremo sur del entramado urbano. Separadas ligeramente de estas zonas ―y, al mismo tiempo, conectadas con ellas a través de la Avenida Central― aparecieron el área administrativa, sociocultural y comercial y la zona residencial. La primera estuvo integrada por las oficinas centrales de la compañía, la sucursal del Departamento Comercial, el Club Social Tacajó, la fonda, el hospital, el cine-teatro, la logia,

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el café Hatuey, las canchas deportivas y el parque, lo que permitió satisfacer las necesidades sociales y culturales de los habitantes del batey. La zona residencial, por su parte, se encontraba mezclada de manera coherente con el área administrativa, sociocultural y comercial. Para su mejor ordenamiento, se distribuyó en cuatro manzanas, cuyas construcciones exteriorizaban la pertenencia social de sus moradores. Otro de los elementos que jugó un papel importante en la configuración del batey del central Tacajó fue el trazado. El terreno llano y la inexistencia de un poblado permitieron proyectar en el plano de la comunidad una red uniforme de calles, que determinaron el trazado regular del asentamiento. De Norte a Sur se trazaron en el terreno tres calles rectas, que posteriormente se pavimentaron: la denominada Avenida Central (hoy calle “2 de abril”), de 1 km de extensión, y otras dos paralelas a ésta: calle 2da (hoy calle “José Antonio Hecheverría”) y 3ra (hoy calle “Tony Alomá”) de menor amplitud y longitud. Y de Este a Oeste se delinearon varias calles de pequeñas dimensiones, muchas de las cuales se cortaban de manera perpendicular con la Avenida Central para conformar las retículas. De todas estas calles, merece destacarse la Avenida Central no solo porque quedó franqueada por las principales instalaciones socioculturales y administrativas del batey sino también porque se convirtió en la senda más importante del enclave al funcionar como elemento conectante entre la industria y la carretera a Banes y como eje directriz de expansión. En las manzanas conformadas por la intersección de estas calles se organizó, con disciplina y precisión, la construcción de edificios de madera que albergarían las viviendas y también algunas instalaciones de servicio. Las manzanas que se conformaron por la intersección de las calles integraron un gran paralelogramo que constituyó el núcleo originario del batey del central Tacajó. Esta estructuración ―a partir de retículas― tuvo en Cuba dos antecedentes importantes: las regulaciones establecidas por la Corona española para la fundación de ciudades en el continente americano, incorporadas en el cuerpo de las Leyes de Indias y, en fecha más reciente, la organización interna asumida por los ingenieros y arquitectos que intervinieron en el diseño de las comunidades azucareras de los centrales Boston y Preston. Sin dudas, la estructura de los enclaves azucareros fomentados por el capital estadounidense en la región nororiental ejerció influencia en la organización

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interna del batey del central Tacajó. Sin embargo, existe una diferencia sustancial entre éste y el de los centrales Boston y Preston: en el de los colosos quedaron bien delimitados los barrios Americano, Cubano y Antillano; mientras que en el del central Tacajó no se establecieron estas secciones. Indiscutiblemente, la ausencia de residentes de origen estadounidense en la comunidad determinó que no se constituyeran estas barriadas; de haber sucedido lo contrario ―aunque hubiese ocurrido en fecha posterior a 1930, decenio en el que la Antilla Sugar Estates compró la industria- la estructura interna del asentamiento hubiese sido diferente, pues así ocurrió en el batey del Central Canario Compañía Azucarera San Germán. El hecho de que no se delimitaran en el batey las secciones antes mencionadas no significa que en la organización interna del mismo no se respetara la visión estratificada de la sociedad. Al decir de la investigadora Diana Cruz Hernández, en el entorno “de la arquitectura doméstica este fenómeno se evidencia en la relación vivienda-destinatario” (Cruz, 2004: 65); mientras que en el proceso urbanístico el hecho se manifestó en la ubicación que reciben las edificaciones domésticas y de servicios. En la manzana más cercana a la industria, por ejemplo, se trató de potenciar la relación entre el personal y las instalaciones administrativas y la industria al ubicarse aquí algunas de las construcciones de mayor relevancia en el enclave: las oficinas centrales, el hospital, la casa de visitas y las viviendas del Administrador y de los principales Jefes de Departamentos. También se emplazó en esta retícula –específicamente frente a la vivienda del administradorla cancha de tenis que, al encontrarse en desuso desde los primeros años, fungió como punto de congregación de los pobladores en fechas y actividades importantes. La segunda manzana estuvo dividida en tres partes. En el lado este se ubicaron: el cine-teatro ―inaugurado en enero de 1926―, la sucursal del Departamento comercial de los Señores Campañá, el café Hatuey, la logia y el Club Social Tacajó, buscando potenciar el nexo entre las instalaciones comerciales y socioculturales más importantes del batey. En la sección central, por su parte, se situó el parque que funcionaba como pulmón de la comunidad. Éste fue diseñado y construido en 1929 por el floricultor japonés Nakahira Takahuro, contratado para tal fin por la compañía, y llegó a convertirse en el espacio preferido por los lugareños para el esparcimiento.

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Y en el lado oeste se ubicaron otras instalaciones de servicio: la barbería, la oficina de correo y el aula de la maestra Miss Mc Cook. Además, se emplazaron ―entre las calles 2da (hoy calle “José Antonio Hecheverría”) y 3ra (hoy calle “Tony Alomá”), paralelas a la Avenida Central― las viviendas para trabajadores que ejercían diversos oficios dentro (en la centrífuga, en los hornos, etc.) del central, en dos tiras de 12 casas, reforzando el vínculo entre el área residencial y las instalaciones socioculturales y comerciales. El incremento de la población residente en el batey6 determinó que, después de concluidos los trabajos constructivos en el núcleo originario, se planificaran otras tres barriadas: el Barrio Campañá, el Barrio Tablada y el Barrio “de los Jamaiquinos”, para ampliar el repertorio doméstico y civil de la comunidad. Para emplazar estos barrios se seleccionaron dos de las zonas urbanizables, localizadas al Oeste de la Avenida Central. El establecimiento de la primera barriada se debió en gran medida a la actividad inversionista desplegada por el comerciante banense Delfín Campañá Pupo en Tacajó. Este señor fundó en 1919 el Departamento Comercial y más tarde estableció en la misma manzana una barbería y una panadería. En torno a estas tres edificaciones se erigieron otras construcciones de madera ―el juzgado, la fonda Sebastián y varias viviendas, entre las que sobresalían la del Jefe de Agricultura y la de Delfín Campañá― que juntas conformaron el barrio Campañá, conocido también como “Barrio Comercial”. También al Oeste de la Avenida Central se ubicó el barrio Tablada, conformado por dos retículas ―una grande, que funcionaba como elemento conectante entre los barrios Campañá y Tablada, y otra de pequeñas proporciones―. En estas manzanas se ubicó un número constante de viviendas (8), destinadas a la masa de trabajadores del central (químicos, maquinistas, paileros, peones de limpieza, etc.). En esta barriada se emplazaron, además, la escuela pública, la farmacia y la iglesia Católica, concluida en 1942. El Barrio “de los Jamaiquinos” ―denominado así porque en él se concentraron los braceros de origen antillano― se ubicó más distante del 6

En 1931 los residentes en el batey alcanzaron la cifra de 2925 habitantes, en su mayoría obreros de la industria.

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núcleo originario del batey. A diferencia de los primeros, este barrio creció de manera espontánea, flanqueando ambos lados de la carretera a Banes. Además de las viviendas de los braceros jamaiquinos, se construyeron la iglesia Metodista y la Casa del Colono (ambos con paredes de mampostería y techos de tejas de Fibrocem). En el decenio de 1940 el barrio alcanzó gran notoriedad dentro y fuera del batey a partir de la incorporación de una manzana donde se concentraron numerosas tiendas mixtas7 ―así como talabarterías, carnicerías y farmacias―, propiedad de comerciantes de origen árabe, chino, español y cubano. Este proceso de planificación urbanística desarrollado por el Departamento de Construcciones contribuyó a que el batey del central Tacajó mantuviera la fisonomía de una comunidad semi rural. Con anterioridad, las compañías que planificaron las comunidades de los centrales Bostom y Preston habían modificado la fisonomía de los bateyes azucareros cubanos. En tal sentido la investigadora Diana Cruz Hernández señala que: Las “compañías” llevaron a cabo un proceso de urbanización que situó a sus comunidades en una posición intermedia entre lo rural y lo urbano, debido a su preocupación por erigir las instalaciones en manzanas previamente definidas, con largas calles que se cortaban perpendicularmente delimitadas por árboles y flores. De ahí que se haga referencia a un ámbito semi rural a propósito de las mismas (Cruz, 2004: 27).

Otro elemento que incidió en el aspecto semi rural del batey del central Tacajó fue la homogeneidad del repertorio arquitectónico, conformado en su totalidad por edificios de madera con pisos entarimados y techos de zinc o tejas de Fibrocem. Este panorama difería totalmente de los asentamientos rurales cubanos donde reinaban los bohíos de tabla de palma con pisos de tierra y techos de guano, agrupados en haciendas o pequeñas fincas sin un orden previo. 7

Entre las tiendas mixtas establecidas en este barrio se encuentran la de los cubanos Antonio Díaz, René Jiménez, Adoración Expósito y la de los señores Noguera; la del gallego Moracito; la de los chinos Joaquín Juy y Vicente Yee; la de los moros Félix y Ramón Tillán y la de Natalio Corín.

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La arquitectura de madera del batey del central Tacajó El repertorio arquitectónico de batey del central Tacajó lo integraron viviendas e instalaciones de servicio. En el caso de las construcciones domésticas del batey del central Tacajó se agruparon en tres categorías fundamentales: el grupo 1, que contenía las viviendas edificadas para los trabajadores que ocupaban altos cargos en la industria y/o el batey; el grupo 2, al que pertenecían las casas construidas para los empleados que ejercían diversos oficios dentro del central y que ocupaban una posición intermedia dentro de la estructura jerárquica social establecida; así como la de los particulares; y el grupo 3 en el que se incluyeron las viviendas colectivas, también conocidas como “cuartería”. Las viviendas que pertenecían al grupo 1, un total de 40 inmuebles destinadas al Administrador y los Jefes de los Departamento, se emplazaron en un área cercana a la industria y ocupaban un amplio terreno delimitado por cercas de jazmín café. Estas casas presentaron una fachada de corredor ― en forma de U o L― protegida completamente con tela metálica. Contaban con numerosas dependencias: vestíbulo, sala, saleta, comedor, cocina, pantry, despensa, hall, numerosas habitaciones y baños; y contenían un interesante trabajo de carpintería ―sobre todo en puertas, ventanas y elementos divisorios― lo que influía en la opinión de los vecinos al considerarlas “las edificaciones de mayor prestancia del batey”. En este grupo sobresalió la vivienda del Administrador. Las viviendas del grupo 2, destinadas a los trabajadores que ejercían diversos oficios ―una posición intermedia dentro de la estructura jerárquica establecida― mostraron de manera general una reducción tanto del espacio como del número de dependencias ―generalmente presentaron portal descubierto, sala, cocina-comedor, 2 dormitorios y ducha y servicio sanitario en caseta exterior. Los pisos eran de tabloncillo, con paredes de madera machihembrada (forro sencillo) y techos de zinc sin cielo raso; tampoco contuvieron grandes trabajos de carpintería ni en la fachada ni en su interior. Completó el repertorio doméstico las viviendas colectivas, conocidas también como cuarterías que integraron el grupo 3. En el batey se edificaron dos tipos fundamentales: las destinadas a los obreros sin familia y las habitadas por los obreros y sus familiares. La diferencia fundamental entre una y otra recayó en

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la distribución del espacio interior: en el primer caso, la vivienda se componía exclusivamente por un grupo de cuartos; mientras que en el segundo, además de éste la vivienda presentaba sala y cocina. Se localizaron 16 construcciones de este tipo, emplazadas en las zonas de la periferia. También se construyó un conjunto de edificaciones en las que se prestaban diferentes servicios, con el objetivo de convertir al batey azucarero en una comunidad autosuficiente. La red de servicios del batey del central Tacajó estuvo integrada por las siguientes construcciones: instalaciones industriales (industria, casa de depósito de arena, oficina de tráfico, etc.), oficinas centrales, departamento comercial y otras áreas para el comercio, fondas, escuela, hospital, farmacia, Boarding-House, logia, cine-teatro, club social, barbería-peluquería, parque y áreas verdes, áreas deportivas (canchas de tennis y basketball), correo, oficina de teléfonos, cuartel de la Guardia Rural, jurado, obras viales, acueducto y alcantarillado y caballerizas. Más tarde se sumaron el hotel, varias tiendas mixtas y las iglesias Católica y Metodista, edificadas en mampostería. La compañía ―como también lo hicieron las entidades norteamericanas en los enclaves fomentados con ese capital― se encargaba del mantenimiento sistemático de las viviendas y las instalaciones de servicio. Para ese fin se crearon las brigadas de reparaciones ―integradas por el Jefe del Batey, carpinteros, plomeros, albañiles, jardineros, pintores y peones― que anualmente se encargaban de pintar y reparar las construcciones de madera, lo que contribuyó a la preservar la arquitectura de madera del batey por más de 40 años. Sin embargo, a partir de 1959 se descuidó el mantenimiento constante de estas edificaciones, debido a la carencia de los materiales requeridos para llevar a cabo tales acciones. A este descuido se unió la acción devastadora de eventos meteorológicos ―entre los más destructores clasifican los huracanes Ike (2008) y Sandy (2012)― que azotaron la zona, dejando a su paso cuantiosos daños, sobre todo en los inmuebles de madera. El deterioro de éstos determinó que tanto los propietarios de las viviendas como los organismos que ocupaban estos inmuebles realizaran cambios significativos en los mismos. Entre las modificaciones más frecuentes se encuentran: • La demolición total de inmuebles para construir con otros materiales más resistentes y duraderos.

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• La transformación de determinadas dependencias, en pos de modificar el espacio interno. • La sustitución de los pisos, los techos, las puertas y los ventanales originales. • La eliminación de las barandas de madera, las celosías y otros elementos funcionales-decorativos originales. Lo cierto es que hoy, las construcciones de madera de esta comunidad ―como la de los enclaves azucareros fomentados en la región por el capital estadounidense― exhibe un estado crítico de conservación; urge elaborar proyectos orientados hacia la salvaguarda de estas edificaciones ―o hacia el rescate del olvido de las que ya perecieron-, pues forman parte importante del patrimonio arquitectónico cubano construido entre 1900 y 1930 y amenazan con desaparecer en los próximos años.

Consideraciones finales Las comunidades azucareras establecidas en torno a los centrales fomentados por las compañías que operaban con capital financiero norteamericano y cubano-español en la región nororiental de Cuba se concibieron con el objetivo de lograr la permanencia de los obreros contratados para la realización de las zafras. Por tal razón, las entidades desarrollaron un amplio plan constructivo que comprendió la construcción de diferentes tipos de viviendas ―siempre en correspondencia con la jerarquía social de sus moradores― y la edificación de un conjunto de instalaciones de servicios que convirtieron a los bateyes en asentamientos poblacionales autosuficientes, capaces de dar solución a las más disímiles necesidades de sus habitantes. Con el transcurso de los años ―y el respectivo aumento de la población residente- el entramado urbano de estas comunidades sufrió severas transformaciones, dado por el incremento de la actividad constructiva irrespetando los principios urbanísticos implementados inicialmente por las compañías. Por su parte las construcciones de madera, en especial las del antiguo batey del central Tacajó, exhiben en la actualidad un estado crítico de conservación; urge la intervención de organismos e instituciones del país

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y los propios habitantes de la comunidad orientada hacia la salvaguarda de las edificaciones y la reanimación del batey. Solo así se podría salvar de la destrucción y el olvido.

Referencias Cárdenas Tauler, Rafael: El impacto de la modernización estructural de base azucarera en el proceso de regionalización de Holguín en el siglo XIX y las dos primeras décadas del XX. Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Históricas, Universidad de La Habana, La Habana, Cuba, 2010. Inédita. Cruz Hernández, Diana: La arquitectura doméstica de los bateyes azucareros de la región oriental de Cuba (1900-1930). Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias sobre el Arte. Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, Cuba, 2002. Inédita. Jiménez Soler, Guillermo: Las empresas de Cuba. 1958. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, Cuba, 2004. Vega Suñol, José: Norteamericanos en Cuba. Estudio etno-histórico. Fundación Fernando Ortiz, La Habana, Cuba, 2004.

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CRISIS DE LA MONARQUIA ESPAÑOLA (1808-1814). INFLUENCIA DE MANUEL GODOY Crisis of the spanish monarchy (1808-1814). Influence of Manuel Godoy Daniel Sánchez Silva

Cursaste de la Maestría de Historia de Venezuela UCAB. Profesor de Historia de la Medicina Escuela de Medicina Vargas Universidad Central de Venezuela. Jefe del Servicio de Anestesiologia Hospital Vargas de Caracas. Individuo de Numero sillón “1” Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina. E-mail: danielsanchez24@ yahoo.com.

Recibido: 29/05/2014. Aprobado: 10/06/2014. Resumen: En el año 1808 se produce la crisis de la monarquía española la cual inicia con el motín de Aranjuez, en donde Carlos IV es obligado a abdicar en favor de su hijo Fernando VII. Estos sucesos obligan a Napoleón Bonaparte emperador de los franceses a actuar como juez sobre la sucesión. Los reyes son trasladados a la ciudad de Bayona en donde son obligados a abdicar a favor del emperador, quien finalmente coloca a José Bonaparte, su hermano, como rey de España. Hay que destacar la influencia de Manuel Godoy primer ministro de Carlos IV en las manifestaciones de estos hechos. Godoy fue un primer ministro muy activo políticamente y con tendencias pro francesas las cuales le ganaron el odio de la población española y en especial de Fernando VII. Palabras clave: Manuel Godoy, Carlos IV, Fernando VII, Crisis de la Monarquía Española, Abstract: In 1808 the Spanish monarchy crisis which began with the mutiny of Aranjuez, where Carlos IV is forced to abdicate in favor of his son Ferdinand VII occurs. These events forced Napoleon Bonaparte Emperor of the French to act as a judge on

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succession. Kings are moved to the city of Bayona where they are forced to abdicate in favor of the emperor, who eventually placed Joseph Bonaparte, brother as king of Spain. Of note is the influence of Prime Minister Manuel Godoy, in demonstrations of these facts. Godoy was a very active politically and premier pro French tendencies which earned him the hatred of the Spanish population and especially Fernando VII. Key words: Manuel Godoy, Charles IV, Ferdinand VII, Crisis of the Spanish Monarchy

INTRODUCCION La crisis que vivió la monarquía española durante la primera década del siglo XIX, fue de grandes proporciones y consecuencias tales, que desemboco en los cambios políticos y económicos que cambiarían la historia de España para siempre. Sus secuelas son estudiadas hoy en día desde varios puntos de vistas, lo que si hay que hacer notar es que fue el origen de los movimientos independentistas en la América Española. Fue esta crisis el fin del imperio español que ya estaba bien golpeado y debilitado por el avance de los franceses y las ambiciones inglesas, también fue el fin de la monarquía española tal como se conoció, con unos reyes ungidos por dios y con poderes omnipotentes. Los protagonistas El rey Carlos IV, El príncipe de Asturias Fernando VII, El emperador de los Franceses Napoleón Bonaparte y el ministro de Carlos IV, Manuel Godoy. Enfocaremos este ensayo a través de la persona de Manuel Godoy y su influencia en esta crisis que cambio la historia moderna.

Manuel Godoy y su influencia en la crisis Española Manuel de Godoy y Álvarez de Faria nació en Castuera, Badajoz provincia de Extremadura, España el 12/5/1767, y falleció en París, Francia el 4/10/1851. Su carrera dentro de la corte española tuvo ascenso meteórico. En 1788, Godoy fue presentado a los príncipes de Asturias y comenzó una relación estrecha que influiría en su carrera política. Carlos IV accede al trono el 14 de diciembre de 1788 y de inmediato asciende a Godoy a Cadete supernumerario con servicio en palacio. Desde el año 1789 al 1792 en tan solo 4 años va a

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ascender en diversos cargos pasando por Coronel de Caballería (1789), Caballero de Santiago (1790), Mariscal de Campo (1790). En 1792 recibe el título de Duque de Alcudia, 1793 capitán general y después duque de Suecia, marqués de Álvarez, Señor de Soto de Roma. 15 de noviembre de 1792, a los 25 años de edad Godoy es nombrado primer ministro de la corte de rey Carlos IV. Existe una leyenda del supuesto origen noble de Godoy, que se extiende o difunde en el contexto de su meteórico encumbramiento y como justificación del mismo. Llegado a primer ministro de España, sus aduladores, incluida la Casa Real, lanzaron el rumor de que Godoy era descendiente de los antiguos reyes godos y por tanto pariente del rey. El fundamento estaría en que el apellido Godoy es una abreviatura de “godo” y “soy”, lo que quiere decir: soy godo.1 El rápido ascenso de Godoy en la corte española ha provocado mucha duda durante siglos, también provoco envidia y le trajo grandes enemigos entre ellos el príncipe de Asturias Fernando VII. Sin embargo, su labor como primer ministro no fue del todo cuestionable su labor cultural resultó, por el contrario, loable. En 1793 fundó la primera escuela de veterinaria y dos años después, una escuela superior de medicina en Madrid. Creó el cuerpo de Ingenieros Cosmógrafos, el Jardín Botánico de Sanlúcar, el Cuerpo de Ingenieros de caminos, el Depósito Hidrográfico, el Observatorio Astronómico, la Escuela de Sordomudos, etc. Fue también un gran mecenas: protegió a Goya, Meléndez Valdés, Moraơn, etc. Se cree que fue él quien encargó a Goya las famosas “Majas”. También autorizo la vuelta a España de los Jesuitas después de un largo exilio2 3. Como primer ministro Godoy sigue una política neutral con respecto a Francia y su revolución. Pero 1793, tras la muerte de Luis XVI, España entra en guerra con Francia. Ante el cansancio de ambos contendientes, se llegó a la paz de Basilea (22 de julio de 1795), en la que España cedió a Francia su parte de la isla de Santo Domingo y ciertas ventajas económicas a cambio de la retirada francesa de los territorios peninsulares conquistados. Tal acontecimiento le valió a Godoy el título de Príncipe de la Paz4. 1 2 3

4

Fernández Nieva, Julio, “ Godoy de la Leyenda a la Historia”, 2001. Carlos Seco, “Godoy y la Ilustración”. Revista Cuenta y Razón, 1987. López, Mena, “Hacia la biografía de un Humanista”. 2012. Godoy, Manuel, “Memorias del príncipe de la paz”. Paris .1841.

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Godoy toma el mando de las tropas que invaden Portugal el 16 de mayo de 1801, a las 48 horas el regente implora la paz y Godoy la firma un tratado cuyas intenciones incluían la ocupación militar de Portugal, consiguiendo para España la anexión de la fortaleza de Olivenza y para Francia parte de la Guayana. En 1802 se firma la paz de Amiens con Inglaterra, se pierde la Trinidad y se recobraba la isla de Menorca. Francia vende la Luisiana a Estados Unidos olvidándose del derecho que tenía España sobre ella. El 5 de octubre de 1805 los británicos apresan varios barcos españoles procedentes de Perú, como consecuencia España vuelve a entrar de nuevo en guerra del lado de Francia. El 21 de octubre de 1805 la armada franco española, sufre la derrota de Trafalgar, poniendo fin al poderío español en los mares y fin de los planes de Napoleón de invasión de Inglaterra.5 Fernando, príncipe de Asturias, comienza a aglutinar a los elementos descontentos de la política de Godoy, su preceptor Juan Escóiquiz a la cabeza del partido fernandino, creo una oficina clandestina de propaganda política con el único objetivo de desacreditar a Godoy y a los reyes. El 27 de octubre de 1807, mediante el tratado de Fontainebleau, Portugal es repartida entre Francia y España y Godoy se reserva la parte meridional con el título de Rey de los Algarves. La invasión de Portugal debe de ser llevada a cabo por tropas españolas y francesa. El 8 de junio de 1807 las tropas francesas cruzan el Bidasoa e invaden Portugal, cuyos reyes escaparon rumbo a Brasil. Desde el 22 de diciembre de 1807 nuevos contingentes franceses penetran en España, sin permiso del gobierno español. El 1 de febrero de 1808 Junot se proclama regente de Portugal en nombre del Imperio y en marzo de 1808 Murat está a las puertas de Madrid. El 15 de marzo de 1808 la corte abandona el Escorial, camino de Sevilla, y el 16 hace escala en Aranjuez. Se corre la voz entre el pueblo de que Godoy ha vendido el país a Napoleón para impedir que Fernando ocupe el trono. El rumor altamente propagado por los servidores de Fernando da lugar al motín de Aranjuez.6

5 6

Ibídem. Olivo y Otero, Manuel, “Vida política de Don Manuel Godoy”. Madrid, 1845.

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Motín de Aranjuez La presencia de tropas francesas en España, en virtud del tratado de Fontainebleau se había ido haciendo amenazante a medida que iban ocupando diversas localidades españolas (Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián, Barcelona o Figueras). El total de soldados franceses acantonados en España asciende a unos 65.000, que controlan no sólo las comunicaciones con Portugal, sino también con Madrid, así como la frontera francesa. El 17 de marzo de 1808, corría el rumor del viaje de los reyes, la multitud, dirigida por miembros del partido fernandino, nobles cercanos al Príncipe de Asturias, se agolpa frente al Palacio Real y asalta el palacio de Godoy, quemando todos sus enseres. El día 19, por la mañana, Godoy es encontrado escondido entre esteras de su palacio y trasladado hasta el Cuartel de Guardias de Corps, en medio de una lluvia de golpes. Ante esta situación y el temor de un linchamiento, interviene el príncipe Fernando, en el que abdica su padre al mediodía de ese mismo día, convirtiéndolo en Fernando VII7. Los acontecimientos de Aranjuez fueron los primeros signos de la agonía del AnƟguo Régimen en España. El pueblo había sido manipulado, pero en cualquier caso, su intervención fue decisiva, puesto que no sólo consiguió la renuncia de un ministro odiado, sino también la renuncia de un soberano y el acceso al trono de un nuevo rey, legitimado por la voluntad popular8.

Godoy Prisionero Político de Fernando VII y de Napoleón Pensaba Fernando VII, con pleno fundamento, que para consolidarse en el trono debía acabar completamente con Godoy, a quien consideraba una constante amenaza personal porque reunía mejores condiciones que nadie para influir en Carlos IV y obligarle a revocar su renuncia. Así pues, urgía proceder a abrir causa judicial para infringirle una durísima condena, sin excluir en principio la pena de muerte. 7 8

Quintero, Inés “1808. Crisis política de la monarquía española”. Ensayos Históricos 2001. Ibídem.

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Godoy resultaba imprescindible asimismo para Napoleón, a diferencia de Fernando VII, no como prisionero ni sometido a causa judicial, sino en libertad y en Francia, como una variedad de rehén. Godoy era el hombre adecuado para cumplir la doble función de convencer a Carlos IV a seguir los planes imperiales y actuar cuanto fuera necesario para privar a Fernando VII de la corona. No había que desdeñar, por lo demás, otro aspecto no menos sustancial: cuando se produjera el doble destronamiento, el pueblo que ahora tanto le odiaba podría aclamarlo y colocarlo a su frente para luchar contra los franceses. Por tanto, a Napoleón interesaba su libertad tanto como a Fernando VII su cautiverio. Napoleón pensaba que cualquier acto precipitado a favor de Godoy, más aún su liberación, enojaría sobremanera a Fernando VII y cerraría todo trato con él, desbaratándose así el proyecto de atraerlo a Francia para obligarle a renunciar a la corona.9

Los Hechos de Bayona Los sucesos de Aranjuez mostraban claramente la crisis del Antiguo Régimen y la descomposición política de la monarquía borbónica, por lo que Napoleón decidió hacer de España un estado satélite de Francia. Carlos IV escribió a Napoleón pidiéndole ayuda y éste atrajo a Fernando VII y a Carlos IV a la ciudad francesa de Bayona, donde obligó a ambos a abdicar a favor de su persona, y a su vez nombró rey de España a su hermano José Bonaparte.10 11

Godoy El Político No cabe duda de que Godoy era el operador político de Carlos IV, y este rey a su vez descargo todas sus responsabilidades en este singular personaje al que la historia ha llenado de mitos. Si bien toda la responsabilidad en política exterior pesaba sobre Godoy, hay que tener en cuenta que debía ser un político hábil frente al imperio francés y su cabeza, Napoleón. 9 10 11

La Parra López, Emilio. “Godoy prisionero de Fernando VII”. Estudios Extremeños, 2001. Gaceta de Madrid, 14 de Junio de 1808. Quintero, Inés, La Conjura de los Mantuanos. UCAB, 2008.

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Godoy pensaba en la supervivencia de España y sus reyes, y tuvo que tomar decisiones no muy populares para no enemistarse con los franceses, es el caso del tratado de Fontainebleau que permitía a las tropas francesas permanecer en España. Esto le trajo sobrada antipatía de parte del príncipe de Asturias y sus seguidores, de la nobleza que había perdido poder y de diversos sectores radicales que tramaron el motín de Aranjuez. Desde 1800 la admiración hacia el hábil escalador se torna en envidia y resentimiento, fundamento del mito de traidor, mito resplandeciente en 1808, y del que participaron conservadores y liberales. Su política concesiva hacia Francia, con o sin intereses particulares de por medio, devino en desastres como Trafalgar y sus conflictivas relaciones con el infante Fernando, que se plasmaron en la confusa Conjura de El Escorial, y acabaron por poner en evidencia ante la opinión pública el auténtico perfil moral del personaje.12 Por otra parte, Godoy no fue tampoco “un revolucionario, como lo fueron los franceses más avanzados de su época, ni un liberal, como los diputados de las Cortes de Cádiz. Político característico de su época, Godoy “consideró perentorio introducir muchas reformas en la monarquía, con el fin primordial de evitar su desaparición, pues las grandes turbulencias políticas provocadas por la Revolución Francesa daban alimento a cualquier eventualidad”. Intentó, igualmente, “fortalecer la corona española y garantizarle un lugar honroso en el panorama mundial”. El Príncipe de la Paz fue, en fin, un hombre de su tiempo, limitado como tal por unas condiciones muy concretas que el hombre de nuestros días interesado por el pasado histórico debe conocer.13 Godoy hace frente a la guerra contra Francia y una vez perdida esta, Consigue un tratado de paz lo más favorable posible para España (Basilea, 1795). Posteriormente reanuda la tradicional política de alianza con los franceses (tratado de San Ildefonso) el cual se justificaba por que quedaba claro que ‘’el enemigo’’ seguía siendo, a nivel geopolítico, Inglaterra (enemigo de una potencia americana como España); sólo la colaboración marítima franco española podía contrarrestar el poder naval británico. Era cruel aliarse con el 12 13

García Cárcel, “De los mitos a la realidades históricas”. Alicante, 2009. Tercero Moreno, Antonio, “ En torno al príncipe de la paz, Godoy” Revista Alcántara, 2002.

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país que había ejecutado a su rey, pero los intereses del Estado se situaban por encima de los de la dinastía.14

Godoy Hombre de la Ilustración Este mítico personaje en realidad fue un hombre de la ilustración al cual le toco vivir momentos excepcionales, pero que sin embargo siempre abogó por la modernidad en una nación cuyo imperio se encontraba en el atardecer. La realidad es que el célebre favorito se sintió siempre identificado con la gran corriente ilustrada, y que puso el mayor empeño en ganarse a sus hombres más representativos. Lo primero que realizo fue anular la inquisición que ponía las trabas al progreso, se convirtió en mecenas de grandes intelectuales entre ellos Moratín, Meléndez y hasta el mismo Goya. Impulsor de reformas en las facultades de medicina en Madrid y Barcelona, de renovación de estudios médicos y matemáticos y hasta de astronomía. Contra lo que ha venido siendo opinión generalizada, el reinado de Carlos IV, época en la que Godoy desarrolló toda su actuación política, fue un período de esplendor de la Ilustración española y de modernización del país. La Ilustración no terminó, pues, con la desaparición de Carlos III, sino que prosiguió con más impulso, si cabe, durante el reinado de su sucesor. El relevante protagonismo de Godoy en esta época conduce, por tanto, a valorar su obra de una manera muy diferente a como ha venido siendo habitual hasta ahora15.

Conclusión Godoy vivió muchos años y hasta tuvo tiempo de escribir una autobiografía, tratando de reivindicar su nombre ante el tilde de traidor. Sin duda alguna es un personaje fascinante que merece un estudio mas exhaustivo, sin embargo debemos concluir que fue un protagonista fundamental en la 14 15

Seco, Carlos, “Godoy el hombre y el político”, Revista Cuenta y Razón, Nº 29, 1987. Tercero Moreno Antonio, “ En torno al príncipe de la paz, Godoy”, Revista Alcántara, 2002.

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crisis de la monarquía española de 1808, y quizás corresponsable del derrumbe de unas instituciones que de por sí ya se encontraban agotadas. El papel de Godoy como político frente a Napoleón para mantener la autonomía de la monarquía española no hay que juzgarlo de debilidad si no de habilidad. Quizás por esta razón llego a estorbarle también a los franceses. El motín de Aranjuez precipito muchos acontecimientos que no solo simbolizaron la caída de Godoy como favorito del gobierno, sino el derrumbe mismo del imperio español, de las viejas instituciones, para dar paso a la modernidad.

Referencias FERNÁNDEZ NIEVA, Julio: Godoy, de la leyenda a la historia. Revista de Estudios Extremeños. Tomo LVII, N° 3. 2001. GARCIA CARCEL, Ricardo. De los Mitos a la realidad Histórica. Universidad Autónoma de Barcelona. Biblioteca Cervantes Virtual. 2009. GACETA de Madrid 14 de junio de 1808 “Abdicación de Carlos IV”. GODOY, Manuel. Memorias de Don Manuel Godoy Príncipe de la Paz. Gereona, Librería de Vicente Oliva, Madrid 1841. GODOY, Príncipe de la Paz, en http://www.boadilla.com/pages/godoy.htm. LA PARRA LÓPEZ, Emilio: Godoy, prisionero de Fernando VII. Revista de Estudios Extremeños. Tomo LVII, N° 3. 2001. LOPEZ MENA, Sergio “Andrés Cavo Franco. Hacia la biografía de un humanista” Revista Literatura Mexicana XXIII.1, 2012. OLIVO y OTERO, Manuel. Vida Política de Don Manuel Godoy. Imprenta Benito Lamparero Y compañía. Madrid, 1845. QUINTERO, Inés. 1808. La crisis política de la monarquía española. Ensayos Históricos, 2001. Nº 13, pp. 55-72. QUINTERO, Inés. La conjura de los Mantuanos. Ediciones UCAB 2008. SECO SERRANO, Carlos. Godoy y la Ilustración: Las «Memorias» del Príncipe de la Paz, como testimonio. Revista Cuenta y Razón, Nº 29, 1987. SECO SERRANO, Carlos. Godoy el Hombre y el Político. http://personales.ya.com/ rpmg/cga/libcomhis/node23.html

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CARRETERA MÉRIDA AL SUR DEL LAGO DE MARACAIBO DURANTE EL SEPTENIO GUZMANCISTA (1870-1877) Road´s Mérida from south of lake of Maracaibo during the septenio guzmancista (1870-1877) Rebeca Padrón García

Licenciada en Artes, mención Cinematografía (Universidad Central de Venezuela). Magister en Historia de Venezuela Republicana (Universidad Central de Venezuela). Docente universitaria a tiempo convencional en la categoría de Asistente de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional e institutos universitarios. Caracas, Venezuela. E-mail: riswka@gmail.com

Recibido: 17/03/2014. Aprobado: 23/06/2014. Resumen: Desde una perspectiva histórica se presenta brevemente los trabajos científicos y de exploración de la carretera Mérida al Sur del Lago de Maracaibo, realizados durante el septenio de Antonio Guzmán Blanco, por el ingeniero Julián Churión. Durante el guzmancismo, se llevaron a cabo políticas y estrategias para la construcción de obras públicas para el progreso del país, entre ellas la construcción de carreteras para beneficio de la producción agrícola y su economía. Palabras clave: guzmancismo, carreteras, obras públicas, Churión, ingeniería. Abstract: From a historical perspective is presented briefly the scientific work and exploration of the Merida road south of Lake Maracaibo, made during the seven years of Antonio Guzman Blanco, Julian Churión by the engineer. During guzmancismo were carried out policies and strategies for the construction of public works for the country’s progress, including construction of roads for the benefit of agricultural production and economy. Key words: guzmancismo, roads, public works, Churión, engineering

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Introducción El presente trabajo se ubica temporalmente dentro del período del septenio (1870-1877) de Antonio Guzmán Blanco y desde una perspectiva histórica se analiza de manera detallada, exhaustiva y sistemática, los trabajos científicos y de exploración de la carretera Mérida al sur de lago de Maracaibo, llevada a cabo por el ingeniero Julián Churión. Se aborda una temática inédita e inexplorada, que sin duda permite contribuir a la historiografía de la ingeniería venezolana. La reconstrucción histórica se realizó a partir de documentos primarios, lo que hizo mucho mas enriquecedora e interesante la confrontación de las fuentes. Se espera con la investigación comprender mejor las políticas de modernización que ejerció el Ilustre Americano.

Carretera Mérida al sur del Lago de Maracaibo Para comprender y entender la dinámica de la política del progreso en la construcción de obras públicas y la necesidad de movilización de la población en transporte y traslado de diversos productos agrícolas, se escogió el expediente ubicado en el Archivo General de la Nación de Venezuela, referente a la construcción de la carretera de Mérida al sur del Lago de Maracaibo, dichos trabajos de exploración, estudios científicos y levantamientos topográficos fueron realizados a partir del segundo semestre de 1873, por el ingeniero Julián Churión. Los trabajos de observación realizados por el ingeniero Julián Churión aportaron técnica y científicamente nuevas visiones no sólo para la ingeniería, sino para la problemática del cambio climático y posibles soluciones para la región. Vale la pena destacar, que Julián Churión se graduó como militar a finales de 1845 en la IV Promoción de Ingenieros de la Academia de Matemáticas; entre sus compañeros se pueden mencionar a Manuel Cadena Delgado, Eduardo Michelena, Carlos Soublette (hijo) y Tiburcio Troconis1. 1

AVELEDO, Luis. “La Academia de Matemáticas de Caracas, instituto civil o militar. Su proyección (1820-1872)”. En: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. N° 343-344, Caracas, Julio-diciembre, Tomo LXXXVI, 2003, p. 102.

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En 1862, fue nombrado como miembro de Número del Colegio de Ingenieros de Venezuela, así mismo perteneció a la Comisión Permanente de Estadística y la de Construcción2 y escribió en la Revista Científica del Colegio de Ingenieros de Venezuela. En 1866, formó parte del grupo fundador de la Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales, promovida por Adolfo Ernst, así mismo publicó diversos escritos destacándose en investigaciones y aportando nuevos conocimientos en las ciencias naturales3. Muchos fueron los aportes de Julián Churión no sólo como científico, catedrático y académico sino, como ingeniero. Se destacó en diversas obras públicas; remodeló las fortificaciones de la Plaza de La Guaira, realizó los trabajos de exploración, levantamientos topográficos y estudios científicos en el acueducto de Petare, evaluó y supervisó los trabajos del ferrocarril CaracasLa Guaira, fue ingeniero y director de las obras: Panteón Nacional, Templo Masónico y el Mercado Público de Caracas; realizó los estudios topográficos y científicos de las carreteras andinas Mérida al sur del Lago, Trujillo a La Ceiba, ejerció los estudios científicos de las carreteras del centro occidente de Venezuela, Valencia a San Carlos, Valencia a Nirgüa, en ésta última trabajó en el proceso de construcción. A continuación se muestra la contribución del ingeniero Julián Churión en los trabajos de exploración y científicos, realizados para la construcción de la carretera Mérida al sur del Lago de Maracaibo. Con el arribo al poder de Antonio Guzmán Blanco en abril de 1870, el país dio un giro en diversos aspectos. El estado de atraso de Venezuela se hacía más agudo ante el cúmulo de dificultades económicas que conspiraban contra la realización de un programa de obras públicas perdurable en el tiempo4. La construcción de las vías de comunicación durante el Guzmancismo, fue parte de las políticas progresistas, cuya finalidad era propiciar la ampliación y fortalecimiento de las relaciones con las economías industrializadas, entendidas como potencial factor de desarrollo capitalista de la economía 2

3

4

Revista Científica del Colegio de Ingenieros de Venezuela. Caracas: No 6, año 1, 20 de marzo de 1862, p. 93. BRUNI, Blas y Guerrero, Luis. Sociedad de Ciencias Físicas y Naturales. actas de la sociedad 1867-1878. Caracas: Banco Central de Venezuela, colección histórico-económica venezolana No 11, 1968, p. 13. OLIVAR, José Alberto. Caminos y carreteras en Venezuela. Caracas: Comala.com, 2004, p. 121.

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interna5, tomando en cuenta la inversión de capitales, la tecnología industrial y la inmigración. La prioridad era modernizar las comunicaciones y el transporte, abriendo caminos e incorporando la tecnología de la Revolución Industrial6. El ingeniero Julián Churión compartía la misma visión y pensamiento ideológico progresista y liberal. El ingeniero Julián Churión luego de haber tenido una larga estadía en el estado Carabobo trabajando en la carretera de Valencia a Nirgüa desde el año 18667, por órdenes del Ilustre Americano, en 1873 se traslada a realizar los trabajos respectivos para la carretera Mérida al Sur del Lago. En un informe enviado por el ingeniero señala lo siguiente con respecto a la ubicación espacial a la zona a investigar: [...] La ciudad de Mérida está situada sobre una mesa cuyas faldas oriental y occidental rodean los ríos Mucujun, Chama y Alvarregas; el primero y el tercero tributarios del segundo, y éste último dirigiendo sus aguas al Lago de Maracaibo viene a ser el desagüe natural del accidentado valle que limitan las cordilleras que convergen hacia el picacho denominado Pan de Azúcar, marcado en la carta de este Estado con el número 25 (véase el mapa de Codazzi)8.

Miguel Tejera en su obra Venezuela pintoresca e ilustrada narra lo siguiente: Mérida fue fundada en 1558 por Juan Rodríguez Suarez, con el nombre de Santiago de los Caballeros, que luego perdió… Está construida en una hermosa mesa que mide 22 kilómetros cuadrados de superficie, desde la cual se goza de la magnífica perspectiva que ofrece la Sierra Nevada que se destaca al sur con imponente majestad. Al pié de la mesa en que está construida la ciudad corren de norte a sur dos ríos, el 5

6 7

8

GONZÁLEZ DELUCA, María. Negocios y política en tiempos de Guzmán Blanco. Caracas: Monografías, Universidad Central de Venezuela, Facultad de Humanidades y Educación. Comisión de Estudios de Postgrado, 2ª edición, 2001, p. 48. Ídem. Archivo General de la Nación, Venezuela (en adelante: A.G.N.V.), “Carretera de Valencia a Nirgüa”, Sub-Fondo República, Sección del Ejecutivo, Ministerio de Obras Públicas. Informe técnico enviado por el ingeniero Churión al Ministerio de Fomento, Mérida, 7 de enero de 1874. A.G.N.V., “Carretera Mérida al Lago de Maracaibo”, en Sub-Fondo República. Sección del Ejecutivo. Ministerio de Obras Públicas, s/f.

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Alvaregas y el Mencuyun, que van a unirse al extremo de la población con el Chancas. Su clima es sumamente agradable; el termómetro C. Fluctúa entre 10º 85 y 23º 52; así, está ciudad es uno de los puntos más importantes de Venezuela para atraer la emigración europea9.

El 25 de junio de 1873 el Ilustre Americano, Antonio Guzmán Blanco, envía un telegrama a Caracas desde Macuto al Ministro de Fomento, solicitándole con urgencia el nombramiento de un ingeniero para que sea enviado a Mérida para hacerse cargo de la construcción de una carretera; ya que el ingeniero Eduardo Michelena10 no podía realizarlo. Escribe Guzmán Blanco: “sueldo mensual de 150, pasaje, costo de teodolito y un nivel. Necesito tener mañana una contestación positiva”11. Tres días después el ministerio crea la Junta de Fomento de la ciudad de Mérida, con la designación de los ciudadanos: [...] General Francisco Angulo, que la presidirá, Elías Martínez, Francisco Lima, Jesús Vielma y Jesús Uzcátegui. Se encarga a dicha Junta la carretera que conduzca de la ciudad de Mérida a uno de los puertos del Lago de Maracaibo, procurando que pase por los lugares mas productores de trigo”, (…) la citada Junta pasará al Administrador de la Aduana Terrestre de Maracaibo las relaciones semanales de los trabajos y presupuestos hasta por dos quincenas anticipadas, con el fin de que, examinadas, se la proveyera de los fondos necesarios12.

Estas instrucciones dictadas por el organismo nunca fueron cumplidas por la Junta de Fomento del estado Mérida. Así se inicia una historia de contradicciones referentes a los trabajos de exploración para la construcción de la carretera, discordancias que pueden percibirse a través de las diversas cartas y comunicaciones escritas durante varios meses, no sólo por parte de la Junta de Fomento del estado Mérida, sino por parte del presidente del estado, 9

TEJERA, Miguel. Venezuela pintoresca e ilustrada, Paris: Librería española de E. Denné Schmitz, Comisionista para España y América, 2 Vols, 1877, pp. 376 y 377.

10

Casualmente el ingeniero Eduardo Michelena, se graduó en la misma promoción de Julián Churión en la Academia de Matemáticas, en el año 1845. Ministerio de Guerra y Marina. Memoria y cuenta, Caracas, Año 1846. s/f.

11

A.G.N.V. “Carretera Mérida al Lago de Maracaibo”, en Sub-Fondo República. Sección del Ejecutivo, Ministerio de Obras Públicas, s/f. Ministerio de Fomento. Memoria y cuenta. Caracas, Año 1874, s/f.

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Pedro Trejo Tapia (quien manifiesta su desacuerdo por el nombramiento de los miembros de la Junta de Fomento por ser foráneos y no de la zona), y los vecinos de Tovar (quienes se manifiestan a través de una comunicación en desacuerdo al trazado de la carretera por un punto determinado sin preguntarle a los habitantes de la zona que son los productores agrícolas, cuál debería de ser la mejor opción de salida hacia alguno de los Puertos de Maracaibo). Vale la pena mencionar, que en 1845 se había realizado un reconocimiento científico de la senda por donde debía abrirse un camino de las tierras merideñas al puerto marabino de Santa María, proyecto que no se realizó por falta de fondos13. Así mismo, se encontró en la prensa nacional, un escrito por un habitante anónimo de la comunidad de Tovar, donde le contesta a un articulo llamado “Vías de comunicación”, que escribió un habitante de Mérida llamado Luis Briceño, quien se refirió a las posibles vías que pueden ser beneficiosas al estado, hace mención a una empresa perteneciente a Jacinto y José de Jesús Mora en 1851, quienes se encargaban al parecer de trasladar en canoas hasta Gibraltar productos agrícolas y víveres fuera del Estado, improvisando una vía de comunicación, al respecto se lee: […] Esta empresa, olvidada hoy, la acometieron con entusiasmo los progresistas ciudadanos Jacinto y José de Jesús Mora en 1851, sin otros recursos que la cooperación espontánea de algunos vecinos: atravesaron con éxito la Ciénega que se había considerado impasable y se internaron en frágiles canoas hasta Gibraltar llevando producciones de este pueblo y trayendo en retorno sal. Si la muerte no hubiera sorprendido a esos dos desinteresados patriotas, la empresa habría quedado terminada en aquella época. Posteriormente han solicitado otros ciudadanos privilejio para canalizar dicho río, pero la guerra que todo lo trastorna, impidió que los trabajos en la empresa pasasen de la iniciativa.

Claramente se evidencia la necesidad de la localidad en tener una vía de comunicación, que permitiese egresar e ingresar productos agrícolas entre otros, base importante para el crecimiento y progreso económico. 13

CUNILL, Pedro. Geografía del poblamiento Venezolano en el siglo XIX. Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República, tomo II, 1987, p. 1152.

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Julián Churión llega a Mérida el 4 de noviembre y está durante varios meses residiendo en la zona, explora el terreno con el propósito de trazar la carretera de Mérida a un puerto del Lago de Maracaibo; la Junta de Fomento local se manifestó poco dispuesta a cumplir debidamente su cometido, haciéndole la vida imposible al ingeniero que nombró el Gobierno Nacional, tanto así que nunca cumplieron las órdenes enviadas por el ministerio. En la Memoria y Cuenta del Ministerio de Fomento se resume lo siguiente: “Se nombró al ciudadano ingeniero Julián Churión, quien fue inmediatamente a ponerse a disposición de la expresada Junta, a la que se ordenó entregar la suma de 600 venezolanos que debían invertirse en la iniciación de la carretera”14. Julián Churión nunca recibió el dinero, lo percibe cuando es transferido al estado Trujillo en abril de 1874 y porque el Ministerio le ordena a la Junta de Fomento devolver el dinero a la Aduana Terrestre de Maracaibo, quien le cancela al ingeniero por esa ciudad. El general Pedro Trejo Tapia presidente del estado Mérida envía una comunicación al ministerio el 25 de julio de 1873, expresando su punto de vista en cuanto al nombramiento de los integrantes de la Junta de Fomento del estado Mérida, ya que si bien el general Francisco Angulo era el único que vivía en la zona, los otros tenían que trasladarse hasta con dos días de camino, razón por la cual sugiere que se nombren a los siguientes ciudadanos: “Doctor Pedro y Godoi que mui bien puede presidirla, Gral. Ruperto María Trejo, General Valentín Gonzales y el BR. Carlos María Zerpa i Antonio Trejo”15. El 1 de agosto envía de nuevo la misma oferta expresando lo siguiente: [...] Quiero ser exacto en mi oferta de escribirle por todos los correos, en el pasado le dije y hoy le repito que la Junta de Fomento creada por el Gobierno General para esta Capital no va a poder llevar su misión como es de desearse por la dificultad de la reunión de sus miembros, viven en distintos puntos a dos días de camino de esta ciudad con excepción del Gral. Lima que vive aquí y por esto yo me permití indicarle unos candidatos, que los indico de nuevo por si mi primera carta no llegare oportunamente16. 14 15

16

Ministerio de Fomento. Memoria y cuenta. Caracas, Año 1874, s/f. A.G.N.V. “Carretera Mérida al Lago de Maracaibo”, en Sub-Fondo República. Sección del Ejecutivo. Ministerio de Obras Públicas, Mérida, 2 de enero de 1874, s/f. Ídem.

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Así mismo, Domingo Trejo le escribe a Guzmán Blanco expresándole que el presidente del estado, Pedro Trejo Tapia, no está de acuerdo con el nombramiento de los miembros de la Junta y que deberían de nombrarse a gente de la zona, los mismos que propone Pedro Trejo Tapia. Las cartas continúan entre el ministerio, la Junta, el presidente de Estado y el ingeniero Churión, no obstante, llama la atención la carta enviada a dicho despacho por los vecinos de la comunidad Tovar, en la cual manifiestan lo siguiente: [...] Los vecinos de Tovar, haciendo uso del derecho de representación, decimos: triste es la historia que refieren los pueblos de la cordillera en los largos i dilatados tiempos que constituyen su pasado, en lo que hace al movimiento mercantil y demás industrias, empezando por la agricultura ―alma de todas las otras― elemento de bienestar para las sociedades i fuente de orden i de paz para las instituciones políticas. Triste decimos i es la verdad que pudieran registrarse en la acción del Gobierno, como protectora de los ramos agrícolas i pecuario, no se determina una capaz de llevar los grandes exigencias que demandan los intereses de estos lugares, (…) el porvenir de esta región permanece ignorado i los significantes capitales que mantienen las transacciones espuestos a permanecer estacionarios17.

La comunidad de Tovar está de acuerdo con el progreso que plantea Guzmán Blanco, pero les molesta que la Junta de Caminos no los tome en cuenta, por lo que proponen que la vía de la carretera nazca del puerto de Zulia sobre el río Escalante por considerarlo más conveniente y económico para el estado Mérida: El espíritu del decreto sobre la materia es favorecer el transporte de la harina que se cosecha en estos lugares, el cultivo de los frutos mayores, como cacao, café, azúcar, el de arros, tabaco en sus varias especies , garbanzos i otros mas sin olvidar la rica i variada hortaliza, existe en las inmediaciones i territorio comprendido de Mérida a La Grita inclusive. Puede asegurarse que el movimiento de café en los departamentos Machado, Rivas, Dávila en el Estado Táchira, alcanza a 10 o 12000 quintales; 6 u 800 de cacao, 40 0 5000 de tabaco. Agréguese la 17

Ibídem, s/f.

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cuenta de distintos vecindarios de Ejido y Mérida, i al establecer la proporción con los productores de la misma especie den los pueblos de Timotes i Mucuchies se comprenderá claramente que la carretera debe establecerse por el Departamento Fraternidad prescindiendo de Santa Rosa, Arenales, Bobures i cualquier otro que mediata o inmediatamente se comunique con el lago. Se le daría pues, un vuelo considerable a aquellas industria, habría animación mercantil i los lugares mismos recibirían la vida al entusiasmo que infunde el progreso18.

Ellos plantean que esas serían las ventajas económicas; por las ventajas sociales exponen lo siguiente: [...] siguiendo de Mérida para el Lago por el camino de vecinos de Bobures, hai de por medio la gravísima dificultad de atravesar el paramo y parece que el mismo inconveniente subsiste en cualquier otra dirección que se tome con que no sea la del Zulia. De aquí provienen diversas enfermedades, causando fiebre por la insalubridad misma, los puertos y la desorganización misma en el sistema anima la repentina variación de la temperatura. No sucede así con Zulia porque el clima en el puerto varia pocos grados relativamente con los puntos que haya de atravesarse, sea que se tome la dirección de Lagunillas o la de Tovar. Es otro inconveniente la altura de aquellas montañas en vez de que por el punto que pretendemos es mas llevadero y suave la cercanía y es mas ventajosa. Si la carretera por el Zulia fuera mas distante, la diferencia en el tiempo sería de horas y mas económica porque ya los montes están abiertos y es bien transitado, ya que esta bastante poblado para que los transeúntes tengan los menos sufrimientos posibles, (…) por estas razones nos creemos con derecho que la vía se efectúe por la vía del Zulia19.

El 6 de noviembre de 1873, el Ministerio de Fomento le responde a la Junta de Fomento que no puede cambiar a los miembros de la misma ya que no hay motivos, y que no ha renunciado ninguno de sus integrantes para que exista vacante, que la única justificación que han dado es que sus miembros viven a cierta distancia, pero eso no es motivo alguno para designar nueva Junta. 18 19

Ídem. Ídem.

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Churión escribe el 7 el noviembre un informe, mas bien, un reporte al ministerio sobre los pequeños inconvenientes durante su viaje, debido a la poca frecuencia de buques para Maracaibo: “hay pocas bestias en los pueblos para el trayecto a recorrer, ha explorado la vía que en su concepto seguirá la carretera, que partiendo de esta ciudad termine en un puerto del Lago de Maracaibo” 20. Al escrito le agrega lo siguiente: [...] me resolví a dar este paso previo por las circunstancias de encontrar en la carta de Venezuela, Bobures y Mérida casi en el mismo meridiano luego es la distancia más corta entre dichos puntos, y es también la línea que concilia perfectamente los deseos del gobierno en su propósito de abrir a la agricultura de nuestro país, una nueva fuente de riqueza desarrollando la industria que alimentan los trigos de la cordillera y otros frutos que por su importancia reclamaban tan acertada resolución, (…) Como mi propósito es oír todas las opiniones y visitar todas las vías que se anuncian y compararlas entre si para descubrir la mas ventajosa a los fines indicados, entonces remitiré a U. el juicio que tengo sobre este nuevo camino21.

La Junta se instaló finalmente el 9 de octubre debido a las diversas presiones por parte del ministerio, el ingeniero Churión y el Presidente del estado, habiéndose perdido cuatro meses de trabajos. Churión escribe al Ministerio de Fomento en la misma carta del 7 de noviembre: Me permito elevar al conocimiento del ciudadano Ministro de Fomento que la circunstancia de encontrarse los miembros de la Junta respectiva, residiendo fuera de esta ciudad, algunos a más de dos jornadas de aquí, no deja de entorpecer la marcha de los trabajos, que hay que emprender con toda la premura que exigen las reiteradas instancias de ese Ministerio22.

El general Trejo Tapia escribe el 14 de noviembre al Ministerio de Fomento informando que si bien el ingeniero ya se encuentra en la zona desde el 4 de noviembre, la Junta de Caminos no se ha reunido mas desde su instalación en el mes de junio, le exige nuevamente al ministerio otros nombramientos. Ese mismo día, escribe al ministerio Julián Churión la inexplicable conducta 20 21 22

Ídem. Ídem. Ibídem, s/f.

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de varios miembros de la Junta de Fomento de la carretera al Lago, ha utilizado todos los esfuerzos hechos “con el propósito de hacer entrar en el carril de sus deberes, a esos ciudadanos para quienes el patriotismo nada significa”23: Notificado por mi el Presidente de dicha Junta, desde Maracaibo, apenas reunió la corporación, se instalo esta, no contestó mi nota luego se separaron sus miembros para no volverse a reunir mas. Vuelvo a notificar al Ciudadano Angulo, a mi llegada a esta ciudad, vino a verme como de cumplimiento, me ofreció reunir a la Junta y se fue después de haber dejado burladas mis esperanzas. Veamos ahora el perjuicio que la indolencia de los Sres. Gral. Francisco Angulo, Elías Martínez y Jesús Vielma, ocasionaría al país, si un tiempo no se remedia este mal que fomenta la ignorancia24.

La Junta de Fomento, a cuyo cuidado fue entregada la ejecución de este proyecto, se manifestó poco dispuesta a cumplir su cometido, pues a pesar de las reiteradas instancias para dar inicio a los trabajos y contra las órdenes expedidas por el Ministerio de Fomento para que cesaran las dificultades en su ejecución, continuó ofreciendo obstáculos tan sólo por su notable desavenencia con el ingeniero director de la obra. La causa de este desacuerdo deriva de la divergencia de opinión en cuanto a la ruta que debía seguir la carretera25. Cita Churión lo siguiente una carta: En la obra subtitulada “Des Substances alimentaires” por Payen, tercera edición, encontramos a la cabeza de un cuadro que trae la pagina 118 lo siguiente: composición inmediata de los cereales, o principales alimentos: trigo duro de Venezuela 58,62, almidón 22, 75, 3,5 celulosa o tejido vegetal y 3,02 materias minerales. Cuando el trigo duro de mejor clase de África no viene mas de 19,50 por ciento de materias azoadas, según el mismo cuadro. Para recomendar el trigo nuestro basta saber que Mr. Bourgoin, boticario en esta ciudad, ha preparado y continua preparando unos buenos fideos a pesar de la mala confección de la harina que produce esta comarca y se sabe que solamente los trigos muy ricos en gluten pueden darse y producirse fideos. Este es un índice 23 24 25

Ibídem, s/f. Ídem. ARCILA, Eduardo. Historia de la ingeniería en Venezuela. Caracas: Colegio de Ingenieros de Venezuela. Año Centenario 1861-1961, Editorial Arte, 1961, tomo II, p. 150.

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que da a conocer la previsión del gobierno al mandar a abrir la carretera, pero otros pretenden anular tan generoso pensamiento26.

En el diario El Porvenir, de San Cristóbal, escribe un anónimo un artículo titulado “Vías de comunicación”, refiriéndose a las diferencias y obstaculizaciones por parte de la Junta de Fomento nombrada, y apoyando la idea del Ilustre Americano en hacer una carretera por el bien del progreso del Estado: […] Aún cuando la junta no se haya constituido, el inteligente ingeniero general Julián Churión, de cuyas dotes en ese ramo esperan mucho los habitantes del Estado Guzmán, ya habrá dado principio a la exploración de las vías que hasta hoy han sido indicadas para la carretera. No seremos nosotros, no, los que le digamos magistralmente al general Churión que se decida por esta o que la vía, porque, por fortuna, no abrigamos la pretensión de creernos autorizados en la materia; y sólo nos limitamos a hacer lijeras indicaciones27.

El 30 de diciembre de 1873 la Junta de Fomento del estado Mérida, se reúne en la hacienda del presidente, el general Francisco Angulo, sin la presencia y sin el informe del ingeniero Churión. La Junta envía una carta al ingeniero Churión resaltando el siguiente título: “Ciudadano Gral. Julián Churión, ingeniero nombrado por el Gobierno para dirigir los trabajos de la carretera”28. En dicha comunicación le informan a Churión lo siguiente: La Junta que presido, en sesión de hoy ha ordenado la apertura de la carretera que el Gobierno le encargó, señalando la vía conocida con el nombre de Zulia, partiendo de la ciudad de Mérida a pasar por el pueblo de San Carlos , situado por el rio Escalante, que desemboca en el Lago29.

Esto al parecer disgustó a Churión y esa misma noche según carta enviada por Domingo Trejo al Ministerio de Fomento, narra lo siguiente: 26

27 28 29

A.G.N.V. “Carretera Mérida al Lago de Maracaibo”, en Sub-Fondo República. Sección del Ejecutivo. Ministerio de Obras Públicas, Mérida, 14 de noviembre de 1873, s/f. Ibídem, s/f. Ibídem, s/f. Ídem.

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[...] la Junta se reunió en la hacienda del presidente, sin el informe del ingeniero, y acordó la apertura de la carretera con salida al Zulia, pretendiendo que sea por el páramo La Culata. Esto desagrado al ingeniero y el presidente vejó a Churión, que ya se iban de las manos aquella noche30.

Mientras el ingeniero era partidario de seguir una línea siempre descendente que seguiría el curso del Chama por su margen derecha, la Junta pretendía que se tendiese en dirección de Ejido, El Moral y otras poblaciones, hasta el pueblo de Chiguará que se encuentra situado a 400 metros de altura sobre aquel río. Esto significa remontar para luego descender con fuertes pendientes, lo cual, opinaba Churión, era contrario a los principios de la ingeniería de puentes y calzadas31. Consideraba el uso del zig-zag como “un triste recurso”, y añadía “recordemos el mal efecto que produce el zig-zag de Guaracarumbo en la carretera de La Guaira”. Como terminal en el Lago proponía el puerto de Bobures, en tanto que la Junta sostenía que debía ser el de San Carlos al que Churión negaba la condición de puerto lacustre. Una de las razones técnicas y científicas de porque la vía de La Culata no es la más viable según informe del ingeniero Churión32: [...] porque no pasa por ningún pueblo, ni siquiera por un vecindario de importancia, ni por terrenos cultivados, pues en cinco días de montaña caminando a pie por cumbres y laderas no se ve un solo habitante. Por la intensidad del páramo, siendo de advertir que el día que pasamos ese peligro, en un punto mas fuerte, en poco tiempo cayó granizo primero, luego nieve después estado líquido. Indudablemente el páramo de la Culata es mas intenso que el de Mucuchíes, y esto se explica muy bien atendiendo a que el picacho denominado Pan de Azúcar, que forma el fondo de la Culata y a cuyas inmediaciones pasamos, esta a 4138 metros de altura sobre el nivel del mar, cuando 30

31 32

Ibídem, s/f. Carta enviada por Domingo Trejo al Ministerio de Fomento contando los acontecimientos sucedidos en la hacienda del presidente de la Junta Francisco Angulo, la noche del 30 de diciembre de 1873. Mérida, 2 de enero de 1874. ARCILA, Eduardo. Ob. Cit., tomo II, p. 150. A.G.N.V. “Carretera Mérida al Lago de Maracaibo”, en Sub-Fondo República. Sección del Ejecutivo. Ministerio de Obras Públicas, Mérida, 7 de enero de 1874, s/f.

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Mucuchíes sólo tiene 2360 metros sobre el expresado nivel. Es verdad que no hay necesidad de elevarnos hasta la cúspide del mencionado cerro, pero puede asegurarse que el paso que presenta tiene más de 1000 metros de elevación sobre Mucuchíes, (...) siendo la cordillera que termina en Pan de Azúcar casi tan elevada como la que moran las nieves perpetuas, solamente a favor de un túnel de mas de una milla de longitud, abierto a través de una roca dura que parece ser Gneis33, se podría utilizar el vallecito, mas accidentado por cierto, conocido con el nombre de La Culata34.

El Ministerio de Fomento envía una carta a la Junta de Fomento del estado Mérida indicándole que el Ejecutivo ha dado orden de decirle a la Junta, que es al ingeniero Julián Churión a quien le toca trazar la línea por donde debe construirse la carretera y que se le participará oportunamente la resolución que tome el Gobierno para evitar las dificultades que se han presentado35. Churión opinaba que la prudencia económica recomendaba trazar la vía hacia el noreste de Mérida donde estaba más desarrollada la industria: [...] la cuestión no es saber cuáles son los departamentos del Estado más productores, para beneficiarlos más de lo que están por la naturaleza; puerto accesible y propicio; cultivo de trigo en su desarrollo, he aquí los datos que deben conducirnos al despejo de la incógnita que busca el Gobierno36.

Es importante resaltar el texto de un párrafo del informe del ingeniero Churión, enviado el 25 de febrero de 1874 al Ministerio de Fomento, el cual explica sencillamente lo siguiente: 33

34

35 36

Se denomina gneis a una roca metamórfica compuesta por los mismos minerales que el granito (cuarzo, feldespato y mica) pero con orientación definida en bandas, con capas alternas de minerales claros y oscuros. A veces presenta concreciones feldespáticas distribuidas con regularidad, denominándose en este caso gneis ocelado. El gneis se utiliza en construcción para hacer peldaños, adoquines, mampostería. http://es.wikipedia.org/wiki/Gneis [Consultado el 15/01/2012]. A.G.N.V. “Carretera Mérida al Lago Maracaibo”, en Sub-Fondo República. Sección del Ejecutivo. Ministerio de Obras Públicas, Mérida, 7 de enero de 1874, s/f. Ibídem, s/f. Ibídem, s/f.

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[...] Siendo esto así, la línea que más se aproxima al Halverg que recorre el Chama es la más conveniente para la carretera que uniría Mérida a San Carlos, es decir, que tomando esa vía fluvial por directriz y bajando por la orilla derecha, que es la menos escabrosa, con la pendiente del río, a una altura de 12 a 15 metros sobre su lecho, la línea que se describo sería el eje de la carretera que se imagina, suponiendo que esta ruta sea la que concilie los intereses generales del Estado y los deseos del Gobierno37.

Churión cita a Mr. Gayffier y menciona las siguientes reglas, con respecto a porque el camino por la orilla derecha del río Chama llena todas las condiciones pertinentes: En el estudio de un trazado jamás se deben perder de vista las condiciones que debe llenar, tales son: Ser lo mas corto posible. Para salvar las cuestas no presentar declives ni demasiado fuerte ni demasiado suaves. Reducir al mínimo la suma de las subidas y bajadas, y no subir inútilmente para descender después. En fin debe ofrecer una gran solidez. (Primer Tomo, 8) 38.

Los trabajos ejecutados se limitaron solamente a las exploraciones necesarias para determinar la línea que debía seguirse, el desacuerdo no permitió la continuación de los trabajos, por lo cual el Gobierno se vio obligado a ordenar la suspensión de la obra hasta que se resolvieran los medios más convenientes para zanjar las dificultades y designa al ingeniero Julián Churión a una nueva misión. Así parte a Trujillo el 6 de abril de 1874 e irónicamente un mes después de la partida del ingeniero, falleció el presidente de la Junta de Fomento, el general Francisco Angulo, el 14 de mayo de 187439. Hasta la segunda década del siglo XX no contó el estado Mérida con un sólo camino carretero. En su resumen estadístico de la Venezuela de 1904, 37 38 39

Ídem. Ídem. Ibídem, s/f.

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Veloz Goiticoa declara que todos los caminos del estado son para recuas40. El llamado pomposamente Camino Nacional que unía Mérida y Trujillo era el mejor de todos y aún así, no permitiendo sino el paso de bestias, requería algunas reparaciones para que las recuas pudieran transitar con seguridad41. Vale la pena destacar que las exploraciones realizadas por Churión en el Estado Mérida no fueron en vano porque no sólo aportaron datos para la historiografía de la ingeniería en Venezuela, sino para otras disciplinas científicas. En uno de sus informes realiza un análisis de la problemática del cambio climático, cito textualmente un párrafo del mismo: [...] no es aventurado asegurar, que cuando el Estado haya duplicado su población, el clima de sus localidades habrá variado de una manera sensible, como ha cambiado el de Caracas, por ejemplo; pues está probado que el descuajo de los bosques, por consecuencia de las carreteras que se abren, los cultivos adyacentes a la vía, que fomenta la esperanza de mayor lucro, la multitud de industria que se desarrollan a favor de esas arterias, el uso del combustible en las grandes poblaciones, es la causa de la mutación de los climas y por consiguiente la del agotamiento de las aguas que tanto abundan en las comarcas feraces. Por ejemplo: en el Páramo de Mucuchíes se reducirán los volúmenes de hielo en sus picachos nevados, que dentro de poco se convertirán en una mina muy productiva para el Estado y de fácil explotación, pues por medio de la carretera podrá llevarse el agua congelada hasta Caracas, sin necesidad de pedirla al extranjero, (…) ejemplo de este cambio climático es el cultivo del trigo, que antes estaba circunscrito al espacio comprendido entre Apartaderos y Tabay, ha tenido necesidad de alejarse de esos puntos extremos, subiendo siempre en busca de una temperatura más benigna para su mayor desarrollo y esto explica por qué vemos las labranzas avanzando hacia lo más alto del Páramo de Timotes, alejándose de Apartaderos, cuando en Tabay vemos ya principiando a pulular la caña de azúcar42.

Churión explica que todo es producto del sufrimiento que está teniendo el clima y la civilización, que a su vez afecta a los diversos cultivos, él menciona que 40 41 42

ARCILA, Eduardo. Ob. Cit., tomo II, p. 151. Revista Técnica del Ministerio de Obras Públicas, Caracas, Nº 3, Marzo 1911, p. 127. A.G.N.V. “Carretera Mérida al Lago Maracaibo”, en Sub-Fondo República. Sección del Ejecutivo. Ministerio de Obras Públicas, Mérida, 27 de enero de 1874, s/f.

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el Páramo de Mucuchíes sí tendrá mayor suerte debido a su ubicación su altitud y longitud, pero que en cien años estos cambios serán muy pronunciados y evidentes. Así mismo, en su reconocimiento del Puerto de Bobures43, menciona que la comarca que sirve de límite es una extensa llanura de cinco a seis leguas de longitud: […] de piso seco y sólido por ser arenoso, excelente para la explotación no sólo de la palma de Yagua, de donde se puede extraer el aceite, sino también están otras plantas de magníficas maderas que pueden servir para la construcción, como palos de tinte entre otras44.

En su informe sobre el reconocimiento del camino denominado de Mucuchíes refiriéndose a la construcción de la carretera de Mérida al Lago de Maracaibo, menciona: “por esta vía se encuentran varias fuentes de petróleo, muy abundantes, reconocidas por nosotros y que podría servir a futuro de gran valor nacional”45.

Conclusiones Sin duda alguna, el ingeniero Julián Churión, en sus cartas e informes se evidencia su visión de un país progresista, muy acorde a la época y la Venezuela del septenio de Antonio Guzmán Blanco. En relación a los trabajos de exploración y levantamiento topográfico, se evidencia la indiferencia y el rechazo al desarrollo de la región por parte de sus propios habitantes (Juntas de Fomento, vecinos de las localidades, entre otros), hechos evidentes de cómo el caudillismo regional prevalecía a cualquier orden del gobierno central. La preocupación que manifiesta Churión sobre el cambio climático es un alerta al aceleramiento del desarrollo de las grandes poblaciones, hoy el clima en Mérida y sus adyacencias no es igual, el pico Bolívar tiene poca nieve y el calor llena a la ciudad de los caballeros. Mucho queda por investigar sobre la actuación de éste y otros ingenieros del siglo XIX en la historiografía de la ingeniería venezolana. 43 44 45

Ibídem, s/f. Ídem. Ibídem, s/f.

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EL INDIO ENTRE LA LIBERTAD FORMAL Y LA SERVIDUMBRE NATURAL DURANTE LA CONQUISTA The Indian between formal freedom and natural bonded during the conquest Antenor Viáfara

Magister Scientiarum en Historia de Venezuela Republicana egresado de la Universidad Central de Venezuela. Profesor de la Cátedra de Sociología de la Educación en el Instituto Pedagógico de Caracas. E-mail: antenorviafara@hotmail.com.

Recibido: 15/03/2014. Aprobado: 10/06/2014. Resumen: Desde sus inicios, la conquista del nuevo mundo quedó estampada y legitimada por un añejo debate entre juristas y clérigos en cuanto al reconocimiento del indígena como hombre libre y vasallo del rey. La urdimbre de ello, paso por el rasero político-ideológico del cristianismo sobre el cual se afinco ésta controversia; una sostenida por los valoración universal europea de superioridad étnica y degradación del indio al que calificaron de infiel y bárbaro; la otra centrada en la calidad del indio como libre, racional y sujeto de derecho al igual que él español. De allí que España y Portugal justificasen sus acciones ante el mundo como una cruzada moral sustentadas por las Bulas pontificias de Alejandro VI de 1492 para emular las luchas emprendidas por Europa contra los musulmanes. Efectivamente el debate de orden filosóficoteológico lo entablan Juan Giné de Sepúlveda y el insigne defensor del indio, fray Bartolomé de las Casas entre 1550-1551 poco después de la muerte de la reina de Castilla Isabel la católica, quién en el codicilo de 1504 había establecido la calidad del indígena como hombre-persona, tal como estaba escrito en el ius commune romano. Este reconocimiento de los naturales no fue óbice para que a través de la encomienda se encubriera la esclavitud, pues este mecanismo se constituyó en el aspecto medular sobre el cual se produjo el control político del nuevo mundo de sus recursos naturales y población además afirmarse su servidumbre natural. Palabras clave: Encomienda, Servidumbre Natural, Libertad cristiana.

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Abstract: Since its inception, the conquest of the new world was stamped and legitimated by a stale debate between jurists and clerics in terms of the recognition of the indigenous peoples as a vassal of the King and free man. The warp of this step by the politico-ideological standards of Christianity which is afinco this controversy; a sustained by the European universal appreciation of ethnic superiority and degradation of the Indian that described as infidel and barbarian; the other is centered on the quality of the Indian as free, rational and subject of law as well as the Spanish. From there to Spain and Portugal justify their actions to the world as a moral crusade underpinned by the papal bulls of Alejandro VI from 1492 to emulate the struggles undertaken by Europe against Muslims. Indeed discussion of philosophical-theological order Juan Giné Sepulveda and the famous defender of the Indian, fray Bartolomé de las Casas between 1550-1551 engage in it shortly after the death of the Queen of Castile Isabel the Catholic, who in 1504 codicil had established the quality of the indigenous as hombre-persona, as it was written in the ius commune Roman. This recognition of the natives was no obstacle for through the encomienda will cover slavery, because this mechanism was established in the Medullary aspect on which occurred the political control of the new world of their natural resources and population also said his natural bondage. Key words: mandates, Natural bondage, Christian liberty.

…defender la dignidad humana hasta el sacrificio; pensar libremente hasta quedar en la absoluta soledad. Mario Briceño Iragorry.

INTRODUCCIÓN Pocos son los estudios que han abordado la realidad indígena colonial desde la perspectiva del reconocimiento del indio como hombre libre a la vez vasallo de la Corona española, pues tras ésta significación se ocultaba no solo la lógica del poder imperial sobre lo conquistado y por conquistar, sino que resultaba un imperativo para la conformación civilizatoria del Nuevo Mundo en función de la materialización y estructuración del modo de vida hispano tal y como lo habían vivido en la península, es decir, seres humanos dominados a la autoridad absoluta del rey, pero desde el Nuevo Mundo harían valer sus intereses.

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La conquista y colonización iniciada por los europeos en el nuevo mundo a fines del siglo XV, estuvo marcada por un substrato doctrinal político-teológico, y otro de índole filosófico de los cuales emergen dos aspectos que se juntan como ejes centrales en la concreción de la dominación que habría de desplegarse para construir el nuevo orden sobre los nuevos territorios conquistados; de un lado la expansión de la espiritualidad cristiana que buscaba imponer la fe sobre aquellas poblaciones consideradas infieles e incluso bárbaras para ampliar el espectro geográfico mundial de la cristiandad; por el otro, el reconocimiento del indígena como ser racional, en otras palabras hombre-persona sujeto a derecho, pero un derecho que consideró la libertad de éste, bajo los preceptos de un imaginario feudal orientado por los objetivos que planteaba el absolutismo en su concepción natural y divina del poder, según la cual el indígena se convertiría en vasallo de su señor, el rey De acuerdo a esos aspectos doctrinales, los españoles instauran sobre las tierras del nuevo mundo su imaginario, vale decir, la conversión del indígena en católico, la tributación a sus señores a través del trabajo en condiciones de servilismo y esclavitud afincado en la encomienda, con cuya institución legitimaba la reducción de los naturales cercenando así sus derechos y libertad reconocidos por mandato real, condición que abrió los senderos para la implantación de un modo de vida diferente y la liquidación de otro, el de la economía natural, el de las creencias contrarias al catolicismo y desde luego, el modo de vida reinante en los agrestes territorios de novo-hispanos. Diversas son las impresiones que el hallazgo de los nuevos territorios produjo en los europeos, así como variada fue la realidad descubierta, para unos el indígena se constituyó en una suerte de felicidad idealizada expresada en la ausencia del mortal dinero, pues en sí mismo representaba renta y otorgaba valor a la tierra, su sola presencia significó fuerza de trabajo gratuita, acceso a la tierra y desde luego, su dominación significó para el encomendero jerarquía social y un poder que se afincaba en códigos jurídicos que mostraban la moral occidental ante la impúdica desnudes corporal que mostraba su condición bárbara; para otros, tal cosa resultó al contrario, el indio debía ser redimido, cristianizado y occidentalizado, puesto que poseía razón, una humanidad que no podía ser negada ante los ojos del cristianismo, porque innegable era su naturaleza de hombre libre.

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Las relaciones Estado metropolitano, encomenderos con la realidad indiana, estuvo enmarcada en una perspectiva en la que se combinaron las contradicciones entre la cosmovisión etnocentrista europea y la realidad indiana que se superponen, pero que se manifiesta en la óptica cristiana de la experiencia de un cura dominico, Fray Bartolomé de las Casas, a partir de ella se reorienta la conquista y se entroniza la mentalidad medieval coexistiendo con lo americano, allí encuentra no totalmente reconocimiento la libertad natural del indio y la servidumbre, sino que ambas se insertan en la encomienda para encubrir la dominación sobre los naturales y sus tierra, yace allí fundamentalmente, la condición y calidad del indígena. Cosa a la que trataremos de dar respuestas.

La Contradictoria Libertad Natural del Indio La realidad de la conquista española en el nuevo mundo se planteó a partir de dos vertientes de pensamiento; la primera de índole escolástico bajo medieval que consideraba al indio en minusvalía racional e infiel al cristianismo, por lo tanto, esto condicionaba la práctica de la esclavitud, en consecuencia legitimaba esto la guerra justa y el imaginario de servidumbre natural sobre el cual se debatía la síntesis fe y razón; la otra, se afirmaba también en los pasajes bíblicos, pero concedía al natural calidad humana así como el de una racionalidad capaz de generar la conversión del indígena en creyente de Dios, a su vez vasallo de la corona. Sin embargo, más allá de la urdimbre filosófica-teológica que esto implicó para la Corona de Castilla, el reconocimiento de los naturales americanos como personas estuvo orientado por las relaciones de dominación entre hombres prudentes sobre los salvajes y bárbaros. Tal consideración se sostuvo en el pensamiento de Aristóteles, quién cristianizado en el medioevo se constituyó en la piedra angular para legitimar la servidumbre natural y la esclavitud como argumentos para justificar la ausencia de razón y por ende la negación del atributo de la libertad del indio, cuestión que se afirmó en la mentalidad de los conquistadores. Léase lo que escribe el filósofo de la antigüedad griega al respecto. Con razón se puede suscitar esta cuestión y sostener que hay esclavos y hombres libres que lo son por obra de la naturaleza; se puede sostener

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que esta distinción subsiste realmente siempre que es útil al uno a servir como esclavo y al otro a reinar como señor; se puede sostener, en fin, que es justa, y que cada uno debe, según las exigencias de la naturaleza, ejercer el poder o someterse a él.1

Al considerar Aristóteles la desigual naturaleza entre los hombres, ésta invoca al mismo tiempo la libertad de unos para controlar la existencia de otros estableciendo una suerte de jerarquía social natural que implicaba una dinámica de poder y de relacionamiento sobre el cual se tiende el orden político, social y económico, cuyos principios comienzan a tener significado y a ser cuestionados tiempo después por Santo Tomás, quien le agrega una orientación cristiana sobre la cual se plasmó la condición humana del indígena y su libertad, cuestiones que entraron a formar parte en el debate de la Junta de Burgos en 1512 luego de la muerte de Isabel la Católica en 1504. Allí juegan capital importancia dos versiones, una anclada a partir de la libertad cristiana que justificó el carácter racional y humano del natural, la otra, mantuvo la condición de servidumbre natural fundamentada en el carácter irracional y bárbaro del indio asociada a las condiciones geográficas e incluso climáticas que determinarían la dinámica del proceso de implantación occidental en la América recién conquistada. El cuadro de la naturaleza del indio y su condición de libertad quedaba entonces, sumergida a la jerarquía que emanaba de la fe que pretendió incluir a los habitantes del nuevo mundo a un universo que comprendía una naturaleza distinta a la vivida por ellos, pero que fue impuesta y justificada por teólogos y clérigos como una orden divino e incuestionable. Santo Tomás lo argumenta así: El universo se constituye una jerarquía que llega desde Dios, que se encuentra en la cumbre, hasta el más ínfimo de los seres. Todo ser actúa bajo las exigencias internas de su propia naturaleza, buscando el bien o forma de perfección natural de su especie, y encuentra su lugar en el orden ascendente a lo inferior, del mismo modo que Dios manda sobre el mundo o el alma sobre el cuerpo.2 1 2

Aristóteles. La Política. España, Ediciones Espasa,1962, Capítulo II, p. 32. Sabine George. Historia de la Teoría Política. México, Fondo de Cultura Económica, 1985, pp. 189. En la apretada síntesis que a hace el referido autor sobre la obra de Santo Tomás, también está incluido el ius Gentium y ius civile, argumentos que dieron forma a la legitimidad política de la conquista del nuevo mundo.

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Comenzaba en los mismos momentos de la llegada europea al nuevo mundo a tejerse la afirmación del orden creado por Dios y la razón como pilares fundamentales para legitimar la dominación sobre lo conquistado, se ancló allí el carácter natural de la esclavitud y servidumbre amparada en las diferencias del uso de la razón que marcaba una jerarquía social entre conquistadores y conquistados para definir un orden económico, político y cultural. En efecto, señala Silvio Zabala partiendo de lo escrito por Aristóteles. En primer término, esa jerarquía racional en que descansa la servidumbre se relaciona con un orden general de la naturaleza que exige la sujeción de lo imperfecto a lo perfecto. Tal principio explica, por ejemplo, el predominio del alma sobre el cuerpo, del macho sobre la hembra etc. Lo mismo debe necesariamente ocurrir entre todos los hombres. Los prudentes o que poseen plenamente la razón deben dominar a los imperitos o bárbaros que no la alcanzan en igual grado. Y para estos, la servidumbre es una institución justa y conveniente.3

Ese orden natural que describe Zabala, estuvo presente en las acciones llevadas a cabo por los capitanes de la conquista tanto en las regiones de colonización temprana como en las tardías, en estas últimas aun cuando la metropoli había eliminado la encomienda continuaba el hombre europeo cometiendo abusos contra la población indígena, cosa que obligó a la corona de Castilla y Aragón a clarificar la condición del natural ante los constantes reclamos que llegaban del nuevo mundo, particularmente el Sermón de Adviento de 1511 de Fray Antonio de Montesinos dirigido desde la Española, tiempo desde utilizado por el Padre de las Casas como uno de los argumentos para defender la posición racional de indio y su igualdad ante el colonizador. Léase lo que expone el franciscano de Santo Domingo a manera de interrogantes. Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertes y estragos nunca 3

Zabala Silvio. Filosofía de la Conquista y Otros Textos. Caracas, Ediciones Biblioteca Ayacucho, 2005, p. 111.

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oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a su Dios y creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y domingos? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No estáis obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto, que en el estado en que estáis no os poder salvar?4

Lo expresado por el Padre Montesinos, retumba como denuncia, pues los abusos cometidos por los conquistadores contravenía lo establecido por las bulas papales del pontífice Alejandro VI y por el codicilo de la reina Isabel la Católica de 1504, en el cual reconoce la condición de súbditos, y con ello los derechos naturales humanos de vida, propiedad y libertad del indio. El dominico de la española muestra una posición contraria a ese pensamiento escolástico materializado en la mentalidad y práctica del conquistador, les recuerda lo injusto de lo que se consideró guerra justa, pero además les inquiría sobre los deberes que implicaba la fe y el pecado que cometían en contra del indio. Revises lo que esgrime el documento de la reina de Castilla. Item, por quanto al tiempo que nos fueron conçedidas por la sancta Se Apostólica las Yslas e Tierra Firme del Mar Oçéano, descubiertas e por descubrir, nuestra prinçipal yntençión fue, al tienpo que lo suplicamos al papa Alexandro Sexto, de buena memoria, que nos hizo la dicha conçessión, de procurar de ynduzir e traer los pueblos dellas e les conuertir a nuestra sancta fe cathólica, e enbiar a las dichas Islas e Tierra Firme prelados e religiosos e clérigos e otras personas doctas e temerosas de Dios, para ynstruir los vesinos e moradores dellas en la fe cathólica, e les enseñar e doctrinar buenas costunbres, e poner en ello la diligençia deuida, segund más largamente en las letras de la dicha conçessión se contiene, por ende suplico al rey mi señor muy afectuosamente, e encargo e mando a la dicha prinçesa, mi hija, e al dicho prínçipe, su marido, que así lo hagan e cunplan, e que este sea su prinçipal fin, e 4

Fray Bartolomé de las Casas. Historia de las Indias. Ediciones Continente. Santo Domingo, 2001. Pp.780, p 441.

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que en ello pongan mucha diligençia, e no consientan nin den lugar que los yndios, vesinos e moradores de las dichas Yndias e Tierra Firme, ganadas e por ganar, reçiban agrauio alguno en sus personas ni bienes, mas manden que sean bien e justamente tratados, e si algund agrauio han reçebido lo remedien e provean por manera que no se exçeda en cosa alguna lo que por las letras apostólicas de la dicha conçessión nos es iniungido e mandado.5

Recordaba Isabel la católica el compromiso que habían asumido con la fe, plantando no sólo el sentido de la libertad cristiana, sino la condición del indio como hombre libre, vasallo y protegido de la monarquía. Naturalmente, el mandato real pudo hacer poco ante la realidad en los momentos iniciales de la conquista del nuevo orbe, pues la mentalidad de los hombres del proceso de implantación colonial fue en dirección contraria, a los indígenas americanos se les consideró bárbaros, pecadores e infieles, si reparamos en el lamento del sermón de adviento, habían incurrido en pecado los europeos, sin embargo, estos continuaron creyendo en la guerra justa. El trato con los naturales fue sin duda, el aspecto medular para el proceso de la organización y construcción política, económica, cultural y social del nuevo Mundo. La constelación de intereses diversos de la Corona, la iglesia y colonizadores, demuestra, más aún el imperativo en la obtención del control político sobre la población aborigen, tenía que ser la cuestión predominante al menos en los inicios del proceso de occidentalización americana, pues éste era un requisito para vigilar, registrar y controlar los recursos económicos y población de las nuevas regiones sometidas al dominio español. No obstante, estos factores orientados por el imaginario medieval condujeron sin duda alguna a la puesta en escena de la controversia en torno a la condición humana del indio, su connotación como vasallo y hombre libre, pues al final se trataba de castellanizar y darle forma europea a lo conquistado, en pocas palabras, trasplantar los señoríos y el orden al cual estaban acostumbrados. Efectivamente, el codicilo de la reina Isabel de Castilla, en cierta forma había resuelto de manera formal, la condición del indio como vasallo 5

Constitucionweb.blogspot.com/2012/02/testamento-y-codicilo-de-isabel.la.html.[ 21-052014].

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y con los mismos derechos que el español. Al considerar esto, dejaba la reina abierto la rendija sobre la cual se podría reconocer con cierta claridad una suerte de república de indios separada de la república de españoles, es decir, en el transcurso de la colonización los conquistadores hispanos aceptaron una suerte de relacionamiento político intermedio, reconociendo en la práctica los cacicazgos como representación política indiana, cuya finalidad consistió en apuntalar la instrucción en función del orden cristiano y civil e introducirse en nuevos territorios, cosa que terminó materializando hasta cierto punto la calidad del indio como vasallo en términos de una libertad formal sin que se desprendieran de la condición de servidumbre encubierta por la encomienda al poco tiempo de haberse fundados ciudades. Ateniéndonos al estilo del relato de novela caballeresca que hace Oviedo y Baños en Historia de la Conquista y Poblamiento de la Provincia de Venezuela, veamos los que escribe como visitador de las indias sobre las andanzas de Francisco Fajardo y esa suerte de reconocimiento del cacicazgo como unidad política indiana paro que deja al trasluz la condición de libertad del indígena, interrumpida después por los europeos. Viéndose ya Fajardo con once españoles que le seguían, determinados á no desampararlo en cualquier lance de su fortuna, cobró nuevo aliento para proseguir en la resolución de su conquista, que tenía premeditada, y por no dilatar más el emprenderla, salió de Píritu, llevando consigo al Cacique D. Juan Caballo que con cien indios de sus vasallos quiso mostrar la fineza de su amistad acompañándolo; y doblado el cabo Codera, llegó a tomar tierra un poco más á sotavento del puerto de Chuspa, en el sitio que llaman el Panecillo, donde la noticia de su arribo concurrieron a visitarle los caciques Paisana, y Guaimacuare, y otros circunsvecinos de la Costa.6

Quizá la calidad de Fajardo como mestizo, hijo de una india Guaiquerí, haya permitido al menos al inicio de su aventura conquistadora la colaboración del cacicazgo, pero más allá de esto, muestra el relato Oviedo y Baños las condiciones en la cuales se fue operando el proceso de occidentalización de tierra firme, por un lado la existencia que bien reconoce del gobierno indiano a 6

Oviedo y Baños, José. Historia de la Conquista y Poblamiento en la Provincia de Venezuela. New York, Ediciones Biblioteca Popular, 1960, capitulo XI, p. 235.

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través del cacique, y por el otro, desliza la libertad del indio y su dominio sobre la tierra, llegando incluso a atribuirle la condición de vasallos a los indios que acompañaban a su jefes, cosa ya afirmada en el codicilo de la reina Isabel poco antes de su muerte en 1504. Podría inferirse no totalmente, que lo que planteo en 1504 la reina Isabel la católica había fraguado con cierta preeminencia en algunas regiones de colonización tardía, al parecer lo confirma en cierto sentido el relato de Oviedo y Baños.

La Polémica Truca, Reconoce la Condición Humana del Indio sobre lo Devastado La Junta de Burgos de 1512 y la polémica que se entabló 1537 en torno a la naturaleza humana y libertad indio en Valladolid, introdujo una controversia espinosa para las apetencias imperiales de la Corona de Castilla y Aragón, pues allí no solo se ventiló el problema en torno a naturales americanos visto desde el prismático de la escolástica o de los pensadores renacentistas, sino el cuestionamiento de los legítimos títulos que habían sido otorgados por gracia a los reyes católicos mediante las bulas del Papa Alejandro VI en 1493. Según Miguel Suárez Romano, tal cosa se planteó en dos sentidos contradictorios, pero a su vez muy propio de la mentalidad hispana que transitaba el renacimiento. En la doctrina, el problema jurídico que planteaba el descubrimiento de América, puede dividirse en dos grandes bloques, o ciclos de exponentes cuyas ideas se oponen entre sí. El primero, consiste en una serie de títulos que pensadores europeos consideraban justos, se basaban en los valores universales de occidente o bien en una degradación de la categoría jurídica del indio por considerarlo bárbaro, pecador e infiel; el segundo, en cambio, se caracterizó porque los autores no consideraron la válidas las afirmaciones de sus antecesores, más, por el contrario, defendieron la calidad humana de los indios haciéndolos sujetos de derecho a pesar de su condición de gentiles y no creyentes.7 7

Romano Suárez, Miguel. La Situación Jurídica del Indio Durante la Conquista. en www. juridica.unam.mx [febrero,2014]

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En 1537 se enfrentan en Valladolid dos posiciones irreconciliables de un lado Ginés de Sepúlveda, quién niega la condición de humanos y hombres libres a los naturales americanos al considerarlos bárbaros, infieles, pecadores por no tener voluntad propia para cristianizarse, argumento que valió la guerra justa a partir de la conversión católica del pensamiento de Aristóteles para legitimar la servidumbre natural y la esclavitud, y por el otro, la visión si se quiere más liberal de Francisco Vitoria y Bartolomé de las Casas quienes admitían la posibilidad del indio de ser receptor del modo de vida y pensar del europeo, precisamente por su carácter racional y humano, de allí que ambos hicieron valer los derechos del natural, su libertad, propiedades y derechos igual al conquistador. En efecto, señala Miguel Suárez con respecto a la exposición de Vitoria. Vitoria comienza por afirmar que los indígenas de las antiguas culturas pre hispánicas a los que denominan bárbaros, infieles y pecadores, eran efectivamente antes de la llegada de los españoles, dueños tanto pública como privadamente de sus territorios y cosas, por lo que siendo esta posesión pacífica deben ser considerados como verdaderos señores8

Según lo expuesto por Suárez, tanto Vitoria como las Casas negaban toda posibilidad de servidumbre o esclavitud del indio, pues en sus territorios vivían ellos en absoluta libertad, cosa que Oviedo y Baños había percibido en los territorios de tardía colonización tres décadas después, por lo tanto, aun considerados infieles o de poca razón no estaban obligados por su propia naturaleza a aceptar la superioridad de un señor o rey que se les imponía por vía de la fe o por la guerra justa. Sin embargo, aunque no se acogieran a la justa razón, entendida ésta a partir de la práctica de la fe y costumbres castellanas por propia voluntad, podrían hacer valer sus derechos a través de sus propios mayores (caciques o reyes). El valladar de la condición del indígena y su calidad pasaba sin duda por lo diverso e incluso singular de su organización cultural, política y económica, pues notables eran las diferencias de una región geográfica a otra en el nuevo mundo, así como lo era la acción pragmática impuesta por los conquistadores a los naturales en las tierras americanas cuando actuaban al margen de lo que había ordenado la reina Isabel la católica en el codicilo de 1504. 8

Ibid.

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Tanto el criterio de la razón, como el uso de la fuerza logran convivir con el cristianismo a medida que éste comporta un factor ideológico de sumisión, pues es a través de la fe que se afinca la conquista y se establece la encomienda como institución destinada a encubrir las relaciones de esclavitud y servidumbre sobre los naturales, así como aspecto fundamental en la liquidación del cacicazgo como núcleo central de cohesión de la población indígena. Al quebrantarse esto, se instauró la condición de súbdito, con ello la población aborigen quedaría sujeta al derecho castellano formal con las mismas prerrogativas del peninsular afirmándose el señorío de la metrópoli sobre lo conquistado. La perspectiva de ello pasó por un debate intenso entre juristas y canónigos formados en la urdimbre ideológica del cristianismo medieval del cual emergieron al menos dos posiciones contrapuestas de índole filosófico, una de ellas, la de Juan Giné de Sepúlveda, quién por la información recibida allende la mar, justificaba la condición de minusvalía de los naturales americanos al considerarlos incapaces racionales para alcanzar el imaginario civilizatorio occidental; de otro lado, Fray Bartolomé de las Casas, clérigo dominico que había vivido en carne propia el exterminio de la población amerindia argumentaba todo lo contrario, el indio al ser reconocido como vasallo libre del rey, tiene los mismos derechos por su carácter racional que el español. Según el historiador español Emilio García, el padre de las Casas es el más vehemente en la defensa del natural. Defiende las casas la racionalidad del indio, sujeto de derechos naturales, libertad y propiedad. Sólo hay un camino establecido por Dios para que los hombres reciban la religión verdadera. La persuasión del entendimiento por medio de razones y la invitación a la voluntad única, sola e idéntica para todo el mundo y para todos los tiempo fue la norma establecida9

Lo expuesto por García en su análisis sobre de las Casas, supone la visión natural del hombre en libertad apegada a la fe sobre la que se sostiene la propiedad y el derecho por igual para todos los hombres, buscaba él padre dominico un grado de tolerancia aceptable ante lo diferente que representaba el 9

García Emilio. Bartolomé de las Casas y los Derechos Humanos.en www.eprints.ucm. es/12666/1/bartolome_de_las_casas.pdf. [20-05-2014]

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mundo indiano, mientras se dejaba discurrir en el debate de los defensores del indio una suerte de igualitarismo utópico de raíz cristiana. En ese particular, argumenta Vitoria. Los indios no solo son dueños de sus cosas igual que los cristianos, sino que sería falta grave negarles a ellos, que nunca infligieron injuria alguna, lo que no negamos a sarracenos y judíos, perpetuos enemigos de la religión cristiana, a quienes reconocemos verdadero dominio sobre sus cosas.10

A contracorriente de lo planteado por Vitoria, Ginés de Sepúlveda le atribuye a la polémica la justificación de un derecho natural y de servidumbre sobre la base de tres principios aristotélicos que según corresponden fielmente a la realidad indiana. ...la inferioridad natural de los indios así, no poseen ninguna ciencia, no conocen la escritura, no erigen monumentos que sean testimonio de su historia, no tienen leyes, solo instituciones no escritas y costumbres bárbara, practican el canibalismo, los sacrificios humanos y la idolatría, son intemperantes y libidinosos, no conocen propiedad privada, son tímidos y cobardes en guerra.11

Ginés de Sepúlveda, legitima así, el principio de guerra justa, pero además confluye con el pensamiento aristotélico cristianizado como antes se mencionó, para justificar toda acción que impidiera la imposición de la fe a aquellos considerados inferiores, negando la existencia de lo que él argumentaba, es decir, la existencia de algún grado de avance, pareciera entonces, que no conocía la diversidad cultural americana, cosa muy bien conocida por el padre de las Casas. Véase lo que expone con respecto a la guerra justa. Porque es difícil de llevar a cabo y de hecho resultó ya muy difícil al principio la guerra, pues al acercarse y amonestar a tantas naciones tan bárbaras separadas por distancias de tierra y mar, sin comunidad de idioma con nosotros, y esperar no solo sus respuestas, sino también su acción, resultaría casa tan difícil, tan costosa y larga que apartaría 10

11

Fernández Francisco. La controversia Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas. Cita tomada en www.raco.cat/index.php/boletinamerianista/article/viewfile/.../146195. P 315 [14-05-2014]. Ibídem, p. 324. Citado por Fernández.

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fácilmente de tal empresa a todos los príncipes cristianos. Por lo tanto, exigir como necesaria tal admonición equivale a impedir totalmente una piadosa expedición contra los bárbaros y, por lo tanto, su conversión, que es la finalidad de esta guerra.12

Resultó para Ginés de Sepúlveda, la guerra justa un fin necesario, puesto que prioridad era cristianizar a los pueblo considerados por él bárbaros, pues para la cristiandad y para el poder de los reyes tal cosa constituía un imperativo, una obligación que definiría los espacios de poder en las tierras conquistadas. Precisamente cuando en la interioridad de la monarquía se estaba gestando un traspaso dinástico entre Carlos V y Felipe II. La polémica desatada en Valladolid entre 1542 y 1550, por los partidarios de la guerra justa y aquellos que enarbolaron las banderas de la libertad y condición humana del indígena americano, ciertamente se dio en un contexto donde fraguo la colonización en las tierras de los Aztecas e Incas y la Española, pues allí se comprobó la argumentación de Ginés de Sepúlveda y los reparos de las Casas, sin embargo, aun cuando se cerró el debate, en otros territorios de tardía ocupación las cosas continuaban de acuerdo a la mentalidad medieval del conquistador, la dominación a través de la guerra. Insistió el padre de las Casas en la polémica de Valladolid, sobre la necesidad de reconocer la libertad natural del indio y la colonización pacífica, pues de seguir en la tónica de la guerra justa la monarquía perdería un importante polo sobre el cual tender la fe Las Casas prevé que si lleguen a ser consideradas lícitas las expediciones contra los indios en América, el nombre mismo del cristianismo se llenará de oprobio y la fe cristiana será odiada y abominada por las naciones de aquel mundo a las que llegue la fama de los enormes crímenes que ciertos españoles cometen.13

Opone de las Casas el más genuino espíritu cristiano ante la brutal posición de Ginés de Sepúlveda que comprometía el orden divino natural y la libertad conforme a los mandamientos de Dios, pues tal como se concibió la guerra justa, ésta era contraria a la justicia y al derecho que por razones 12 13

Ibid. Cita tomada de Fernández. (las cursivas son nuestras). Ibid. (las cursivas son nuestras).

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de humanidad correspondía a los indios, es allí cuando el padre dominico examina con rigurosa autocrítica los desmanes cometidos por los españoles sobre lo conquistado, cosa que logra sacudir la conciencia de la monarquía al punto de ordenar las Nuevas Leyes de Indias en 1545. Triunfa en Valladolid la tesis de la naturaleza racional de indio, así como admite la metrópoli su obligación moral al enmendar los errores y omisiones de la que fueron objeto las poblaciones del nuevo orbe, legisla en favor de los naturales sin que desaparezcan totalmente las relaciones de servidumbre al recobrar nueva vida en las regiones de tardía colonización, aun cuando las nuevas leyes de indias aseguraran al menos en teoría su supresión en la formalidad del derecho. En efecto, los hechos de la conquista demostraron en la práctica que las diferencias entre europeos e indios, solo condujeron a la desigualdad, unos nacieron para mandar y otros para estar sujetos al yugo de sufrir extraño freno, y ese freno lo constituyó la encomienda.

La Encomienda Encubre, la Servidumbre Aun cuando ya había sido eliminada la encomienda por las Nuevas Leyes de Indias, cobra nueva savia en aquellos senderos de la América atrasada con respecto a los imperios americanos antiguos, comienza a trazarse otra historia con los mismos guiones, pues los nuevos señores de estos territorios aunque conocedores de las leyes y ordenanzas reales, sus mentalidades estaban fundadas en la conciencia medieval que desde luego lo hacía sentirse superiores a los indios que ocupaban estas tierras Siendo los territorios de tardía colonización huérfanos de instituciones, al menos en sus inicios, estos tuvieron como epicentros políticos los cabildos, desde ellos, comenzaron a tejer los encomenderos y capitanes sus espacios de control y dominios, en cierto sentido al margen de la corona y de las autoridades virreinales, solo fiscalizados por las vistas de gobernadores y algunos emisarios de la metrópoli. La dinámica introducida afectivamente por los conquistadores al introducirse en los territorios de tardía colonización, implico por tanto la

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ruptura parcial con los cambios generados en la España en torno a la condición humana del indio, su libertad y propiedades, reconocidas y admitidas por los juristas, clérigos y la monarquía en las Nuevas Leyes de Indias, escritas durante el tránsito dinástico entre Carlos III y Felipe II, al menos en lo tocante a la encomienda; no obstante, dadas las características y las dificultades que afrontaron los capitanes y encomenderos de la conquista, estos estuvieron obligados por las condiciones singulares del medio a darle un carácter pragmático a sus relaciones con los indios a su cargo, cosa que generó polémica y que obligó al monarca a ceder ante los petitorios de los cabildos, un ejemplo esto, lo hizo la gobernación de Venezuela en reunión municipal, quien nombró procurador, el abuelo del libertador Simón de Bolívar en 23 de mayo de 1590. Repárese en el talante de la petición: …acordaron que, atento que Simón de Bolívar, persona que está nombrada por yr por Procurador General a España a cosas que ynporta mucho a esta gobernación, conforme a lo tratado, primeramente suplicar al rrey nuestro señor haga merced a esta gobernación e mandar a suspender lo proveydo e mandado por su Magestad sobre que se quite totalmente el servicio personal de los indios naturales de toda esta dicha gobernación hazen los vecinos della, como consta e parece por una eal cédula, fecha en San Lorenzo a veynte e siete de abril de mil quinientos y ochenta e ocho años; porque si se quitase a los vecinos el dicho servicio personal, sería ocasión de que se dejazen muchos de dichos indios a nuestra Santa fe católica, e los que están convertidos volverían con mucha facilidad a su idolatría.14

Apelan los miembros de Cabildo de Caracas, a su mentalidad medieval para sostener la condición de infiel del indio, pero además utilizan el artificio de la fe para legitimar su petición ante la majestad regia con la finalidad expresa de mantener la servidumbre personal derogada por Real Cédula el 27 de abril de 1588, cediendo la Corona a tal requerimiento. En efecto, es clara la singularidad que esto supone, España enfrenta así, lo diverso que implicó la tardía colonización de las otras tierras americanas, pues para el caso que mencionamos era obligatorio o una necesidad la servidumbre personal dado el atraso cultural imperante en estas regiones. 14

Actas de Cabildo. 23 de mayo de 1590-1593.

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Una mirada atenta al petitorio de los vecinos de Caracas, como bien lo expresa el documento, demuestra en cierto modo, que lo que se debatió en Valladolid en torno a la servidumbre natural, persistía en la conciencia de los miembros del Cabildo, factor que podría atribuirse a la ausencia de instituciones de segundo orden como la Capitanía General o en todo caso al estado de atraso de los naturales. Sin embargo, esto no quiere decir, que los miembros del Cabildo no se apegaran a la regla en cuanto a sus obligaciones con respecto a la propagación de la fe y al modo de vida occidental. Leamos otro fragmento del documento. …y estando los dichos indios al servicio de los españoles son yndustriados y enseñados con mucho cuidado e delegencia en las cosas de nuestra Santa Fee católica, y oyen missa todos los domingos e fiestas de guardar, y se les administran los sacramentos de la yglecia a un tiempo debido, y están vestidos para yr con la decencia y onestidad nesscesaria a la yglecia y a recevir los sacramentos, y son más bien tratados que en los repartimientos, de más de ser en general la mayor parte de los vecinos pobres, si se les quitase el servicio personal quedarían del todo destruidos, especialmente que ay mucha falta de esclavos en la dicha gobernación.15

Para los encomenderos y capitanes de la conquista, resultaba un imperativo convencer al monarca de sus buenas intenciones, cumplían sus obligaciones con sus encomendados encausándolos por el camino de la recta razón, la vida civil, la conversión a la fe dentro del imaginario del modo de vida hispano, en tanto, justificaban su petitorio haciendo ver que sus condiciones materiales de vida se agudizarían, sí la metrópoli persistía en la aplicabilidad de la real cédula de 1588, ordenanza que había eliminado la encomienda en el virreinato de Nueva España y el Perú en 1536 Otro tarea que debía cumplir Simón de Bolívar al llegar a Madrid, consistió en requerir del monarca merced real para la importación de mano de obra negra, como se revela al final del texto, tenía la provincia escasez de ella , lo que hace entrever la necesidad de mantener a toda costa al indio bajo condiciones de servidumbre, manteniendo su status de vasallo de la Corona y de sus nuevos señores; en consecuencia, esto último resultó prioritario para defender celosamente como principio esta forma de explotación, desde luego, para los miembros principales 15

Ibid.

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del cabildo resultaba fundamental la encomienda por lo que representaba para el dominio, usufructo y valor de la tierra. Véase la respuesta del monarca al petitorio. Y habiéndose platicado sobre ello con los de mis Consejo de Indias, ha parecido que dando vos y el Obispo de esa provincia orden que los indios de servicios que tengan en sus casas los españoles sean adoctrinados y pagados sus servicios y trabajo no se les quiten y se tolera con ella hata que yo provea otra cosa; y así os mando que lo ordenéis juntamente con el dicho Obispo al cual por esta mi cédula lo encargo asimismo.16

El privilegio otorgado por el rey a los encomenderos, en cierto sentido ignoró todas las leyes que prohibían las servidumbre así como la propia libertad del indio, sin embargo, no es hasta fines del siglo XVII, cuando el Estado metropolitano la elimina definitivamente, aunque creó otra figura para satisfacer las demandas de los colonizadores. La servidumbre natural como principio de la conquista, trajo consigo el servicio personal y de especies, aspectos sustentaron la afirmación de la mentalidad del conquistador , pero además sirvió su significado para legitimar el poder del dominador sobre los dominados trasplantando, no solo la visión del mundo, sino su orden social, de modo que instauró la desigualdad social conforme a la jerarquizada de la sociedad medieval, cuyo estilo de vida se apuntaló sobre aquellos considerados étnicamente y culturalmente inferiores, a juzgar por lo que se ha venido desarrollando esto se apalancó en los elementos jurídicos que dieron vida a la política indiana, aunque se haya matizado en la diversa realidad indígena americana en lo económico y político. De acuerdo a estas características, Brito Figueroa, afirma: …la base productiva la suministra la fuerza de trabajo de indígenas esclavizados, encomendados o libres y de los esclavos de origen africano. Unos y otros valorizan, como proceso las tierras entregadas primitivamente en usufructo y facilitan el cuadro de las relaciones económicas.17

Todos los factores jurídicos, económicos y culturales sirvieron de base a la conculcación de los derechos de indio, así pues, la encomienda se constituyó en el centro ideológico que consolidó el aplastamiento de su modo de vida natural, que 16 17

Cabildo de Caracas. 1590-1593, Actas. Vol I, p. 244. Brito Figueroa Federico. El Problema Tierra y Esclavos en la Historia de Venezuela. Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la UCV, 1996, p. 46.

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termino por quebrantar la propiedad sobre sus tierras reconocidas formalmente por el propio Estado metropolitano y que a conveniencia de los intereses de los colonizadores fue literalmente eliminada por mecanismo fraudulentos. Finalmente, aunque las Junta de Valladolid y las Nuevas leyes de Indias habían reconocido la condición humana del indio, su libertad, propiedad y derechos, en la práctica poco efecto tuvieron, continuó en la realidad concreta imponiéndose los intereses de los encomenderos y del Estado Metropolitano para solidificar la sociedad novohispana, donde el natural quedo sumergido y relegado a una relación social, económica y políticas altamente jerarquizada y sin posibilidad alguna de preservación, puesto que buena parte de la población aborigen quedo mimetizada con el mestizaje y otra invisibilizada en las entrañas de la selva tropical.

Conclusiones Ciertamente no se trata aquí de enjuiciar los distintos enfoques historiográficos que abordan y han abordado el problema de la dominación europea en la América india o en todo caso prehispánica, sino de tocar algunos aspectos que bien valen la pena rescatar, esto es, de un lado ese reconocimiento peninsular que entendió y comprendió la naturaleza humana del natural experimentada por el incansable Bartolomé de las Casas, quién de alguna manera describió la mentalidad del conquistador que insistió en la posibilidad real de instaurar un modo de vida que trastocó el mundo del aborigen, haciendo que este se occidentalizara a partir de una fe, para terminar aceptando o resistiéndose a una idea de orden social contraria a la suya, subsumiendo su humanidad a desconocidos patrones de sociabilidad. Otro de los aspectos fundamentales parte de la condición humana y racional del indio, a partir del cual comenzó a fraguar una fuerza de trabajo que se ajustó a las condiciones del modo de producción instaurado por los españoles, de hecho el reconocimiento parcial de su humanidad por parte del Estado metropolitano y de los propios colonizadores, facilitó en cierto modo la valorización de la tierra y el asentamiento de los primeros y primarios núcleos europeos. Finalmente, la atención de estos factores, permiten redescubrir y confrontar algunas versiones historiográficas que ocultan lo que arrojan los

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documentos del período colonial, ciertamente requieren estos, una revisión desapasionada y critica para comprender los horizontes de este período histórico, pueden arrojar nuevos significados e interpretaciones.

Fuentes Documentales Actas de Cabildo. (1590-1593). Caracas, Ediciones Tipografía Vargas, 1950. De las Casas, Bartolomé. Historia de las Indias. Santo Domingo, Ediciones Continente, 2001. Solórzano y Pereira. (1647). Política Indiana. en www.Fondosdigitales.us.es/media/boks/3552/pages/0139-0032.jpeg. Oviedo y Baños José. Historia de la Conquista y Poblamiento en la Provincia de Venezuela. New York, Ediciones Biblioteca Popular, 1960.

Fuentes Bibliográficas Aristóteles. La Política. España, Ediciones Espasa, 1962. Brito Figueroa, Federico. El Problema Tierra y Esclavos en la Historia de Venezuela. Caracas, Ediciones de la Biblioteca de la UCV, 1996. Sabine, George. Historia de la Teoría Política. México, Fondo de Cultira Económica, 1985. Zavala, Silvio. Filosofía de la Conquista y Otros Textos. Caracas, Editorial Biblioteca Ayacucho, 2005.

Fuentes Digitales www.Constitución.web.blogspot.com/2012/02/testamento-y-codicilo-de-isabel. la.htm. Fernández Francisco (2014). La Controversia Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las casas en. www.raco.cat/index/php/boletinamericanista/article/viewwefile/.../146195. García Emilio (2013). Bartolomé de las Casas y los Derechos Humanos. En. www.eprints. ucm.es/1/bartolome_de_las_casas.pdf Romano Suárez, Miguel.(2012). La Situación Jurídica del Indio Durante la Conquista. en. www.juridicas.unam.mx

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ARCHIVOS LAS COLECCIONES BIBLIOHEMEROGRÁFICAS DE LA FUNDACIÓN JOHN BOULTON Olga Santeliz Cordero

Licenciada en Letras y Magíster en Historia de las Américas egresada de la Universidad Católica Andrés Bello. Fue Gerente General de la Fundación John Boulton (2006-2009). E-mail: osakosan@gmail.com.

Las colecciones bibliohemerográficas de la Fundación John Boulton son un mundo encerrado en documentos, que nos revelan ingentes detalles de la vida venezolana y latinoamericana, sus relaciones y personajes, desde el siglo XVI hasta un bien avanzado Siglo XX. Son el resultado del afecto y la dedicación del sabio venezolano (naturalista, médico, historiador, periodista…) Arístides Rojas (1826-1894), del investigador y fotógrafo Alfredo Boulton (1908-1995), que concibió el propósito de crear y poner al servicio de los investigadores y público interesado los fondos de objetos y documentos de la Fundación John Boulton, proyecto que se materializó en 1955, manteniéndose como su Director hasta su muerte, en noviembre de 1995, y del historiador Manuel Pérez Vila (1922-1991), que se dedicó a su organización, estudio y catalogación entre los años 1956 y 1983. Como todo archivo, se trata de un universo que envuelve al investigador, un laberinto en el que se va internando, cuyas secciones se relacionan y crean conexiones diseñadas por el estudioso que construye una ruta, su ruta, para obtener el conocimiento. Por tratarse de documentos tan antiguos, requieren de un ambiente que permita su conservación, en las mejores condiciones de humedad y temperatura, necesitan estar establecidos y clasificados y deben ser manejados con criterios de preservación, de manera que, hace unos años, en una rueda de prensa, ante la pregunta de un periodista sobre la manera de manipular los documentos, sólo se pudo decirle que se hacía “como se

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abrazarían dos puercoespines, con mucho cuidado”. Ahora, bajo la dirección de María Teresa Boulton, su actual Presidenta, la Fundación John Boulton mantiene ese legado, para su consulta previa cita, a la disposición de las generaciones de venezolanos que aprovechan la oportunidad y aceptan el reto de construir conocimientos a través de la incursión en los documentos que encierran la historia. En este sentido podemos destacar que las colecciones bibliohemerográficas de la Fundación John Boulton se caracterizan por su variedad, disponibilidad y especificidad y albergan materiales de singular importancia : El Centro de Investigaciones de la Fundación John Boulton, dedicada al rescate, conservación y presentación de valores patrimoniales venezolanos, sienta sus bases en sus importantes colecciones bibliohemerográficas y enriquece su quehacer con las investigaciones y publicaciones derivadas de su desempeño en esta área; comprende diez archivos, tres bibliotecas especializadas, la hemeroteca y la mapoteca, para un aproximado de 360.000 piezas. Los fondos bibliohemerográficos de la Fundación John Boulton son el resultado de una tradición de conservación y un enorme esfuerzo que beneficia a la colectividad: Estas colecciones bibliohemerográficas son fruto de un esfuerzo de acopio, conservación, estudio y producción de investigación que comenzó, en el siglo XIX, con el sabio e investigador venezolano Arístides Rojas y ha crecido a lo largo de esos años, manteniéndose para poner a disposición de los investigadores y de la colectividad en general este importante repositorio de información documental. Se añade un trabajo permanente de la Fundación John Boulton por la publicación de importantes títulos que son de asidua referencia en investigaciones y estudios especializados, tanto en Venezuela como internacionalmente. En la preservación de ese importante legado, la Fundación John Boulton ha demostrado una gran confiabilidad: Por la importancia de sus colecciones de objetos y documentos patrimoniales, la Biblioteca Nacional le concedió en comodato a la Fundación John Boulton la Casa Juan Germán Roscio, antigua Casa Santaella, donde funciona su Museo, basado en sus colecciones de objetos patrimoniales y sus colecciones bibliohemerográficas, lo que ha significado compromiso y esfuerzo en aportes y acopio de recursos.

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Los fondos bibliohemerográficos de la Fundación John Boulton son: Archivo del Libertador Simón Bolívar Abarca el período 1799-1833 y comprende 657, entre documentos originales, copias de la época y fotostatos. En este importante archivo hay documentos fundamentales para seguir los pasos y comprender momentos de la vida privada de Simón Bolívar (desde cartas escritas por el joven que, en 1799, se dirigía al viejo continente y se vio obligado a hacer escala en Veracruz, porque La Habana estaba bloqueada por los ingleses, hasta disposiciones en relación a sus bienes de fortuna, trámites económicos de la actividad productiva de sus haciendas, derechos a herencia por la muerte de su hermano…) y, con más extensión en número de documentos, a sus diferentes campañas (operaciones militares y administración de personal de guerra; decisiones sobre castigos y multas, indultos, organización del Estado, partes de batallas; atención de solicitudes de sus diferentes subalternos y relacionados; disposiciones sobre la repartición del “botín” de las tropas; nombramientos, reconocimientos, provisiones, sueldos, emolumentos y compensaciones de sus oficiales; sus relaciones con expedicionarios extranjeros; negociaciones y acuerdos para aprovisionamiento y trámites para la disposición de diferentes medios de transporte). Hay documentos relacionados con la Carta de Jamaica, con la Expedición de los Cayos y la Expedición de Jacmel – la llamada “Segunda Expedición de los Cayos” - , con la Campaña de Oriente – sobre movimientos, preparativos y aprovisionamiento - y el Congreso de Angostura – su Mensaje al Congreso, que presenta su pensamiento en temas relativos al sistema de gobierno y su adecuación al medio, la importancia de no copiar por copiar, la conveniencia de tener una división de poderes, el Poder Moral, la abolición de la esclavitud; y el Reglamento de la Presidencia de la República, donde define y establece las condiciones que ha de tener quien ejerza ese cargo -. Hay igualmente disposiciones para la constitución de la Gran Colombia y la acuñación de moneda. Muchas proclamas y decretos reposan en este archivo). Se incluyen en este repositorio documental la copia de una carta de amor (1800) de Bolívar a María Teresa Rodríguez del Toro, su esposa, y cinco cartas relacionadas con María Antonia Bolívar, hermana del Libertador; en

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una de ellas (1826) Simón Bolívar le anuncia su intención de vender las Minas de Aroa, le presenta el proyecto de Constitución de Bolivia y le notifica que planea venir a Venezuela al año siguiente, para lo cual le pide mandar a arreglar la casa de San Mateo, porque desea alojarse allí; en otra misiva (29 de marzo de 1827) da el visto bueno a un documento y le pide que lo presente, dejándolo fuera porque no quiere saber nada de la contraparte en el litigio; en otras (julio y noviembre de 1828) se establece la posición de Simón Bolívar en relación a deudas familiares y al pleito en Venezuela y negociación en Londres por las Minas de Aroa, a su preocupación porque de la resolución de este caso depende su reputación; habla del poder conferido a Gabriel Camacho para seguir el litigio, rogándole a María Antonia darle al mismo su poder, para concluir definitivamente el pleito: “por Dios, María Antonia, no me hagas sufrir más con tus temeridades, sustituye el poder y salgamos de este asunto”; otra de estas comunicaciones(1831) es una carta de María Antonia Bolívar al Cónsul de Su Majestad Británica en el acusa recibo de “un paquetico con un poco de pelo de mi hermano el Libertador” y asegura que el Coronel Wilson será de grata memoria por haber acompañado a su hermano hasta la muerte. Hay también en el Archivo del Libertador una serie de importantes documentos originales, relacionados con Daniel Florencio O’Leary y sus descendientes, que abarcan un período que se extiende hasta casi finales del siglo XIX. El Archivo del Libertador Simón Bolívar, está relacionado con los archivos del Mariscal Sucre, el general Páez, Sir Robert Ker Porter, la Sección Venezolana del Archivo de la Gran Colombia, el Archivo Histórico General, la Biblioteca de Lord David Eccles, la Biblioteca General y la Hemeroteca. Está relacionado igualmente con la Colección Bolivariana del Museo de la Fundación John Boulton. Archivo del mariscal Antonio José de Sucre Cubre el período 1820-1830 y consta de 364 documentos, entre originales y copias de la época. En este archivo hay documentación relativa a la Campaña de 1820 y el Armisticio firmado en Trujillo, con el jefe realista Morillo, el 26 de noviembre de 1820; incluye información sobre partes de

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batalla, organización, provisiones, multas, bienes, rentas y raciones, recluta de efectivos, trato a esclavos, canje de prisioneros, disposiciones sobre el manejo de correos, juicios, causas criminales y administración de Justicia. Hay documentos sobre la creación de milicias durante la Campaña del Sur (1822). En relación a la Batalla de Ayacucho (9 de diciembre de 1824) hay importante documentación que incluye una parte del manuscrito de la Capitulación concluida en el Campo de Ayacucho, el mismo día de la batalla, con disposiciones sobre la libertad, privilegios y otorgamiento de salvoconductos para los prisioneros; el discurso del Mariscal Sucre a los soldados el día siguiente a la batalla; recomendaciones y reconocimientos de varios oficiales participantes; los embargos de bienes a españoles o a americanos que estaban con el enemigo; honores militares; una carta de Simón Bolívar al coronel Vicente Sucre, padre del Mariscal Sucre, reconociendo la gloria del vencedor de Ayacucho (24 de diciembre de 1824); y la Proclama del Libertador a los soldados que participaron en la batalla de Ayacucho (25 de diciembre de 1824). En este grupo de documentos hay una copia de la carta dirigida por Antonio José de Sucre a Guillermo White, de fecha 19 de abril de 1825, que es la exposición más extensa y precisa hecha por el Mariscal sobre la Batalla de Ayacucho. La fundación de Bolivia, como nación independiente, genera una serie de documentos que contienen disposiciones sobre la emisión y acuñación de monedas, la ordenación territorial y distribución de las tierras, la escogencia del escudo de armas y la designación de una bandera, las disposiciones para la elección de representantes y las penalizaciones por la malversación de fondos públicos.... También se incluyen en este repositorio documental disposiciones sobre el manejo, amparos de protección, aleaciones, pago a empleados y sello de monedas relativos a la Minas del Potosí. Hay una carta dirigida a la Municipalidad de Cumaná (1825), donde asegura su amor por su ciudad natal y le envía obsequios valiosos, como una guirnalda y una pluma de oro recibidas de Cochabamba. De ese mismo año es el decreto mediante el cual se funda la Universidad de la Independencia de La Paz, que es uno de sus muchos decretos y disposiciones referidos a la educación, a la cual confirió destacada importancia, contenidos en este archivo. Hay cartas familiares, como las que Antonio José de Sucre escribe a su hermano Jerónimo de Sucre, con información de su entorno íntimo;

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y muchas cartas dirigidas a Bolívar, una de ellas (1820) agradeciendo los reconocimientos y dádivas otorgadas por el Libertador; en otra (1828), comenta haberse enterado del atentado contra la vida del Libertador en Bogotá el 25 de septiembre de ese año; para el 14 de agosto de 1929, Sucre le escribe acusando recibo de su anuncio de separarse “de los negocios públicos”, advirtiéndole que eso puede ser considerado como deserción y, aunque se trata de un acto de desprendimiento, no es conveniente; a consecuencia de la renuncia de Bolívar a la Constituyente de Colombia, Sucre diserta (enero de 1830) sobre los males de la República y pide al Libertador que no renuncie porque “la anarquía devorará a Colombia”, le recuerda que él había prometido ejercer hasta la promulgación de la Constitución y pide que, por lo tanto, no se le acepte la renuncia. Una conmovedora carta (5/11/1830) de Bolívar a la viuda de Sucre, Mariana Carcelén y Larrea, marquesa de Solanda, llamada en esta carta por Bolívar “Su Excelencia La Gran Mariscala de Ayacucho”, que le había ofrecido la espada de Colombia, regalada al Mariscal en Ayacucho, para que la conservase, sirve nuevamente a Bolívar para mostrar su aprecio por este hermano de armas, respondiéndole a su viuda que el sorpresivo ofrecimiento avivó sus sentimientos de respeto hacia ella y a la memoria del Mariscal, aceptándolo como “un inestimable presente mientras viva”. De fecha 4 de noviembre de 1829 hay un expediente original de los haberes militares del Mariscal de Ayacucho. El Archivo del Mariscal Antonio José de Sucre está relacionado con el Archivo del Libertador, el del general José Antonio Páez, el Archivo Histórico General, la Biblioteca de Lord David Eccles, la Biblioteca General y la Hemeroteca. Hay un retrato de Sucre (Anónimo, S. XIX) en la colección de pinturas del Museo de la Fundación John Boulton. Archivo del general José Antonio Páez Abarca el período 1815-1873. Tiene un total de 350 documentos originales y copias. Incluye ese archivo mucha correspondencia personal, que trata de asuntos familiares (cartas de sus hijos, su esposa, sus yernos y nueras, y correspondencia suya en retorno; cartas al Dr. Carlos Arvelo relacionadas con la enfermedad y muerte de Bárbara, su amante en 1847, y su posterior

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retiro a Apure para ocuparse de una empresa de tasajo) y de la administración de sus haberes (transacciones de tierras y ganado, costos operativos de sus viviendas, deudas personales y pagos, sueldos de sus empleados personales…) e información relativa a la Guerra de Independencia (movimientos, operaciones militares, acopio y distribución de provisiones, disposiciones sobre ocupación de pueblos y comportamiento de las tropas, investigación y tratamiento de denuncias, ascensos militares…). Hay fuentes de primera mano para acercarse a importantes momentos de nuestra gesta independentista, como un expediente del intento de asesinato de Páez (enero de 1821) e información detallada de la Toma de Puerto Cabello y a las condiciones de la Capitulación (noviembre de 1823). Otro episodio importante resaltado en los documentos contenidos en este archivo es la decisión del Congreso que obligó a Páez a separarse del mando en el año 1826 y la reacción popular y de las municipalidades en diversos lugares, como Valencia, Puerto Cabello, los Valles de Aragua, Apure y Caracas, que lograron su reposición en el mando civil y militar de Venezuela. En cartas a José Tadeo Monagas, Páez explica cómo en el Senado están actuando sus enemigos, “principalmente Santander, que parece se ha propuesto destruir a los venezolanos”, y dice estar esperando la llegada de Bolívar. Hay referencias a la Convención de Ocaña y a la expulsión de algunos diputados denunciados como conspiradores. Hay una cantidad importante de cartas entre Sir Robert Ker Porter, primer diplomático británico en Caracas, y el general José Antonio Páez, que son muestra de la gran amistad que floreció entre ambos entre los años 1827 y 1838. En ellas hay referencia a las ideas políticas de ambos con respecto a la aceptación por parte de España de la libertad de Venezuela (10 de noviembre de 1833), al buen trato recibido por los venezolanos en Inglaterra (24 de agosto de 1831), a los obsequios de Ker Porter: un retrato del rey Guillermo IV (25 de abril de 1828) y un dibujo a lápiz de José Antonio Páez (26 de marzo de 1828). Mucha de la correspondencia del general José Antonio Páez dirigida a Libertador o la de Bolívar a aquel refleja la relación de respeto mutuo que se profesaron. Separados finalmente por la política, siempre coincidieron en el amor a la Patria. En este archivo hay cartas de Bolívar a otros de sus oficiales donde se refiere a Páez con absoluto afecto, en frases como “de él depende la

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salud de Venezuela… más vale estar con él que conmigo, porque yo tengo enemigos, y Páez goza de la opinión popular…” (26 de marzo de 1829). Un original de “Mi delirio sobre El Chimborazo”, firmado de puño y letra por Simón Bolívar, enviado por el Libertador a Páez, sin fecha precisa, y conservado por su destinatario, es la mejor prueba de esa mutua afición. El episodio llamado La Cosiata está también muy presente en este archivo, desde referencias a reuniones preparatorias hasta el Reglamento del Congreso Constituyente de Venezuela, que Páez envía al Gobernador de la Provincia de Carabobo (enero de 1830) y la Proclama que declara que “el bienestar y prosperidad de Venezuela está en la separación del territorio de Colombia…”(2 de marzo de 1830). Hay varios documentos que recogen los prolegómenos de la repatriación de los restos del Libertador, como sus palabras de recomendación al Congreso (9 de febrero de 1842) y el Decreto presidencial con las disposiciones relativas al traslado y la designación del 17 de diciembre para la conmemoración del aniversario fúnebre en toda la República (12 de mayo de 1842). La correspondencia con Monagas también incluye referencias a la Rebelión de la Sierra de Coro, de 1846. Pero es en ocasión del asalto de José Tadeo Monagas al Congreso Nacional y muerte de algunos diputados, que la ruptura entre los dos hombres es inminente: para el 31 de enero de 1848, Páez expresa su decepción en carta a Monagas, conminándole a someterse dócilmente a juicio por esos “actos calificados de abiertamente contrarios a la Constitución”, porque “debo perecer antes que presenciar con aparente serenidad la muerte ignominiosa de la República”. En una carta escrita cuatro días después describe el gobierno del general José Tadeo Monagas como “invasor del Poder Judicial y el Municipal” y se refiere al asalto al Congreso como “un crimen que debe espantar a la sociedad y armarla para vengarlo”, declarando en ese momento la guerra al gobierno de Monagas. Se encuentran en este archivo documentos que registran los hechos relativos a la prisión de José Antonio Páez en el Castillo de San Antonio, la expulsión de Cumaná de sus hijas Juana de Dios y Ursula María (23 de febrero de 1850) y las incansables gestiones de Dominga Ortiz, su esposa, para que fuera liberado y se le permitiera salir del país, lo mismo que la decisión del general de expatriarse a los Estados Unidos. En su mensaje de despedida (16 de

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junio de 1850) habla de los 38 años que ha servido a la Patria, “dejo de influir en los destinos de la República, pero mi interés por ella es siempre vivo”. De esta época hay escritos sobre su llegada e instalación a Nueva York, lo mismo que sobre su actividad en esa ciudad. Regresa a Venezuela por invitación de la Convención Nacional; hay una Proclama de esa visita (3 de julio de 1859) en la que expresa: “he dedicado mis palabras, mis escritos y mis esfuerzos a la reconciliación de todos los venezolanos… pero las pasiones políticas y el odio de los partidos hablan más alto que mi débil voz…”, por lo que expresa su deseo de regresar al extranjero. Para el 10 de septiembre de 1861, en una Proclama dirigida a los conciudadanos, acepta el nombramiento del pueblo de Caracas “como Jefe Civil y Militar de la República con facultades omnímodas para pacificarla y reconstruirla bajo la forma de la República”. De la misma fecha es el Testamento del General José Antonio Páez, que revela aspectos biográficos y familiares y hace una relación de sus propiedades; sus herederos en este testamento son su esposa Dominga Ortiz, con el 50%, y sus hijos Manuel Antonio y María del Rosario, con la otra mitad. Para el 7 de julio de 1866, anuncia desde Nueva York que está escribiendo sus memorias en carta a su amigo Miguel Mujica. Para agosto de 1871, tenemos comunicaciones cruzadas con el botánico y el director del Central Park, en las que se puede ver la pasión de Páez por el cultivo de las orquídeas y tulipanes, guardando muestras botánicas que enriquecen este archivo. En ocasión de un viaje a Perú (1872), hay un inventario de los baúles que deja en Nueva York, que contienen libros, papeles varios con tácticas y ordenanzas, legajos de cartas e informes. Ese mismo año le escribe frecuentemente al General Antonio Guzmán Blanco para expresarle su alegría porque “en sus manos ha logrado Venezuela conseguir el porvenir y la paz… en sus manos está la envidiable fortuna de cicatrizar las heridas con que rasgó su seno la discordia…”. Hay en este archivo una cartera de cuero con sus tarjetas de presentación y con las que le fueron entregadas y conservaba. Hay varias listas de visitantes durante sus últimos días de vida, balances y estados de cuentas, agendas y diarios de viajes de sus hijos… relatos de sus exequias y pompas fúnebres en manos de la Comisión creada para ese fin, hay referencias al traslado de los restos del general José Antonio Páez de Nueva York a La Guaira, comunicaciones sobre las ceremonias de repatriación de sus restos.

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El Archivo del general José Antonio Páez está relacionado con el Archivo del Libertador, con el del Mariscal Sucre, con el de Sir Robert Ker Porter, con el Archivo Histórico General, con la Biblioteca General y la Hemeroteca. En el Museo de la Fundación John Boulton hay unas piezas de su vajilla, una banda de su uniforme de gala, la empuñadura de una espada que fue de su propiedad, entre otros efectos personales; hay fotografías del general en el Archivo Fotográfico y también de eventos como el del traslado de sus restos de Nueva York a La Guaira. Archivo del general Antonio Guzmán Blanco (1870-1900) Cuenta con aproximadamente 250.000 documentos que incluyen su correspondencia oficial y personal, su biblioteca y su colección particular de manuscritos. En los libros copiadores de correspondencia se encuentra gran parte de su correspondencia íntima, que nos da la medida del hombre en su entorno familiar y de amistad, también está la respuesta a muchas de las cartas que recibió el General Guzmán Blanco, con todo tipo de temas, que también forman parte de este archivo; es en las cartas y respuestas del general donde se enuncian sus ideas y sus motivaciones, se trata de documentos que nos permiten conocer los alcances del pensamiento de ese hombre fundamental en la historia venezolana del siglo XIX. Los libros copiadores de correspondencia del General Antonio Guzmán Blanco son 48 volúmenes con aproximadamente 500 páginas cada uno, para un total de 24.000 folios. Los documentos que forman parte del Archivo del General Antonio Guzmán Blanco referidos al tema de la Guerra Federal, y que se constituyen en fuente de primera mano, incluyen documentos del período preparación, de los años de actividad bélica y posteriores. Entre ellos la correspondencia que los conspiradores liberales en Venezuela cruzaban con los principales jefes militares, como Falcón y Zamora, que se encontraban en el exilio en las islas del Caribe; información sobre el desembarco del general Sotillo y sus operaciones militares en el oriente del país; información sobre las variadas campañas militares; sobre el exilio de Antonio Leocadio Guzmán y su hijo Antonio Guzmán Blanco en 1859; partes de batalla (el de la Batalla de Santa Inés, por ejemplo), ascensos militares, etc. Importante es incluir en este aparte el documento original del Tratado de Coche, que puso fin a la Guerra Federal, cuyo original se encuentra

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en los depósitos de la Fundación, y el Expediente de la exhumación de los restos del general Ezequiel Zamora. Entre la correspondencia oficial hay comunicaciones que dejan ver los preliminares de importantes decretos, como el de la obligatoriedad del Estado de brindar educación gratuita al pueblo y otros que establecieron un camino para la Nación tal como la conocemos hoy en día. Entre los documentos del general Guzmán Blanco están, también, las facturas de sus gastos y compras en Venezuela y París. Su biblioteca particular es una manera de conocer sobre qué bases y cómo se forjó su pensamiento. Hay tres archivos relacionados con el Archivo del general Antonio Guzmán Blanco, que también están en los repositorios documentales de la Fundación John Boulton, el de Manuel Antonio Matos, el de Rafael Pineda, y el de Federico Uslar. El Archivo del General Antonio Guzmán Blanco está relacionado con los archivos de José Antonio Páez, Archivo Histórico General, Biblioteca General, Hemeroteca y Mapoteca. El Museo de la Fundación John Boulton tiene una completa colección de objetos que pertenecieron a este personaje, que incluye sus uniformes de gala, la casaca que llevaba a la escuela, sus condecoraciones, vajillas, fotografías personales y de su entorno familiar, planos y fotografías de sus casas de habitación y de edificaciones emblemáticas de sus mandatos… hay, además, muchos objetos de la época que permiten hacer un marco referencial a la productiva vida de este personaje. Archivo de Sir Robert Ker Porter, el período de 1825-1840 Cntiene su correspondencia personal, en 5.007 folios. En estas cartas se recoge su asombro al conocer el país, su interés por su fauna y flora, su visión de los acontecimientos en que se vio envuelto, cantidad de observaciones que tienen que ver con la industria y el comercio de la época (el café y el cacao), las convenciones sociales, las costumbres de los naturales (“el vicio de chupar tabaco”), la gastronomía, la coquetería de las mujeres, el costo de los insumos necesarios para la vida diaria y los servicios…

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Su permanencia en estas tierras le permitió estar presente en el momento del terremoto de abril de 1826 y del que ocurrió en enero de 1827, que obligó a Bolívar y sus acompañantes a salir a la calle a media noche, cuando recién habían llegado a La Guaira. También le tocó ser testigo del fusilamiento de un hombre, procesado por haber asesinado a varias personas, que “temblaba como un niño” al ser llevado al paredón (carta del 20 de enero de 1828). Con su tiempo en el país y su curiosidad innata, Sir Robert iba incrementando su colección de semillas, que mandaba a sus hijas para que fueran cultivadas en invernaderos; así vemos que para el 20 de agosto de 1826 enviaba a María Porter unas letras con las que incluía semillas de lechoza, chirimoya, guanábana y guama advirtiendo que eran “todas para invernaderos… aquí crecen al aire libre, de manera que no requieren cuidados particulares de cultivo…”; también las envía de ciruela “que es muy buena en conserva”, flor de pascua y clavellina; en varias misivas se refiere al “guaco”, planta medicinal a la que endilga toda clase de virtudes; también envía semillas de la “malva loca”, cuyas flores cambian de color a medida que van madurando y sus semillas son muy difíciles, y de capiacha o capacho, de flores rojas. En una carta del 14 de julio de 1828 se regodea en la fertilidad de nuestras tierras: “No hace mucho que hinqué en la tierra una pequeña vara arrancada de un sauce, que no tenía un pie de largo; y en cinco meses se ha convertido en un árbol respetable de cerca de veinte pies, lleno de ramas y hojas… es increíble como en este mundo crece todo…”; de un samán (identificado posteriormente como el Samán de Güere) que tuvo la oportunidad de conocer, cerca de la ciudad de Turmero, envía una planta esquemática y dice que es “…el más grande conocido y del cual se dice que tiene unos quinientos años y que bajo sus ramas pueden abrigarse fácilmente cuatro mil hombres…” (carta del 29 de marzo de 1829); en esa misma carta menciona una concha de alguna clase de caracol que recogió “…al pie de la montaña de la silla, a más de tres millas de Caracas… se dice que el valle de Caracas en un tiempo fue un lago…”. Sus habilidades para la representación gráfica le permiten enriquecer sus relatos con dibujos, como el de un paují, que lo impresionó por sus colores y tamaño; su interés por la fauna queda claro cuando conoce la lapa y decide criar una danta para enviarla al zoológico de Londres: “dile a Jane que el general Páez me ha prometido dos animales que vi ayer en su casa después de la cena, se

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llaman lapas, su carne es deliciosa, blanca y tierna, con el gusto entre el de un conejo y un pavo, aquí son muy estimadas por su gran finura y rareza… son animales que viven en las riveras de los ríos y lagos y se alimentan de raíces y hierbas… hablé al general de si podría procurarme un par de dantas, un animal raro y curioso que procuraría trasladar en buena forma; estas bestias parecen ser un eslabón entre el elefante y el cochino; serán una gran adquisición para el parque zoológico. También tenemos lindos gatos tigres; que asimismo están incluidos en el lote…” (carta del 19 del diciembre de 1828). Luego habla en otras cartas de su convivencia con estos animales en su casa – su sirviente bañaba la danta a diario - y de la relación entre la danta y una tortuga – “que aquí llaman morrocoy” – las cuales dormían juntas y el morrocoy servía de almohada para la danta. Su descubrimiento del llamado “árbol de la leche” o “palo de vaca” suscitó no pocas comunicaciones en las que se explayaba sobre su utilidad y condiciones, que lo hacían de uso frecuente para los niños indios y negros. Un episodio en el que refiere que fue mordido por un murciélago mientras dormía, es fielmente descrito en su carta del 18 de octubre de 1828 y termina refiriéndose al vampiro como “traicionero sangrador”. Sir Robert Ker Porter era, lo que llamamos hoy en día y en estricto criollo, “un buen diente”: son abundantes las descripciones de los manjares que degustaba en las mesas caraqueñas y su preocupación por agasajar a sus invitados a la altura de sus funciones diplomáticas y como contraparte a las atenciones recibidas, que son motivo de no pocas letras. Como ejemplo, recogemos sus observaciones sobre el pan venezolano, de su carta del 27 de mayo de 1828: “El pan que aquí comemos es igual al que vosotros os regaláis en Europa, hecho con buena harina blanca de trigo y de maíz… Los negros y otros comen tortas de casabe y también las hechas de maíz, pesadas como el plomo pero blancas como la nieve, las llaman arepas…”. Recordemos que fue Sir Robert Ker Porter un testigo de excepción de los primeros años de la naciente república, ello incluye las primeras celebraciones del día de la Independencia, como la ocurrida en la plaza Catedral el 19 de abril de 1826; los acontecimientos de abril de ese mismo año de los que dice “ciertamente fue una revolución, por el deseo de que se haga justicia a los derechos de esta provincia…” (carta del 2 de junio de 1826); el aniversario del Libertador, con Te Deum en la Catedral, gran profusión de ornato en la ciudad

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y bailes, donde el General Páez se destacó por ser “… uno de los bailadores más incansables” (carta del 30 de octubre de 1826); de la donación que hace Bolívar a la Municipalidad de Caracas del estandarte de Pizarro que los limeños le entregaron, observando que “… siendo Caracas su ciudad natal, sin duda juzgó que el mejor lugar para guardar este inapreciable trofeo era la sala de la Municipalidad de Caracas…” (carta del 20 de agosto de 1826). Sir Robert Ker Porter queda viudo a finales del año 1826 y su abatimiento halla un lugar para expresarse en sus cartas a su hijas y otros familiares y relacionados. Se preparaba la ciudad capital para la visita de Bolívar; al respecto dice Sir Robert: “…todos esperan la llegada del Libertador, para que repare los agravios y arregle todo en plan amistoso…”; se refiere en muchas ocasiones a este regreso en términos como “…Bolívar es el arcoiris de salvación al cual todos miran...”. Se propone hacer un retrato, de su pluma y lápiz, de Bolívar. Cuando Simón Bolívar vino por última vez a esta ciudad, en 1827, Ker Porter describe los festejos ofrecidos al Libertador por la sociedad caraqueña y, como retratista, nos ofrece una descripción bastante exacta de sus rasgos, tanto físicos, como de su temperamento y trato. Al respecto escribe en una carta del 12 de enero de 1827: “Bolívar está más bien por debajo de la estatura mediana, es delgado, más bien leve, de complexión oscura, lindando con el tinte oliváceo cetrino; tiene los ojos pequeños, oscuros y penetrantes; nariz aquilina y un rostro largo y estrecho, con una expresión de solemnidad y reflexión, sin una sonrisa, pero con mucha dulzura, tranquilidad y afabilidad de semblante... La frente es de una forma magnífica, y manifiesta noblemente lo que en su interior contiene; el cabello es más bien escaso, lo cual contribuye a acentuar los rasgos precisos de su cabeza... Su edad es alrededor de los cuarenta y tres años, pero tiene una apariencia de un hombre de más de cincuenta... Así tienes, tan cerca como la pluma puede darlo, un esbozo de este grande y extraordinario personaje... que es, en verdad, un glorioso León Colombiano”. Más tarde dice: “La llegada del inmortal y cortés Bolívar a Caracas la ha llenado toda de alegría y en la ciudad todo han sido fiestas… la que más disfruté fue una quieta velada con S. E. durante la cual tuvimos una conversación tete-a-tete sobre los asuntos del país, etcétera, cerca de dos horas, un tiempo que es de agradecer… debo decir que merece toda la fama y el virtuoso renombre como patriota que le han dado los mundos, tanto el nuevo como el viejo…”; más adelante, en la

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misma carta del 24 de enero de 1827, asume su papel de artista y describe al Libertador: “El es una persona un poco flacucha y con un semblante estrecho, largo, melancólico, pero enérgico, plácido… de vez en cuando con un asomo de irritación en los ojos y en los labios…tiene unos 44 años de edad pero aparenta diez más, debido al clima, preocupaciones públicas y la carga del bienestar del nuevo mundo que por tan largo tiempo ha llevado sobre sus hombros…”; a través de toda su correspondencia, se observan comentarios que revelan su admiración por Bolívar, como “…este grande hombre, con las fatigas y terribles ansiedades que ha pasado, no es sorprendente el ver como las arrugas surcan su frente, con las cejas acusadas y el cabello casi blanco, no obstante aún tiene los ojos ardientes de su juventud y toda la energía de expresión característica de una mente que aún se encuentra bien lejos de la era gris de su carrera…nunca violará sus principios convirtiéndose en un Napoleón y sacrificando su honor a su ambición…” (carta del 18 de junio de 1827); o bien, “… para decirte la verdad real, sinceramente creo que él es el único hombre honesto de las costas del Pacífico a las del Atlántico” (carta del 22 de enero de 1828). Su relación de amistad con el general José Antonio Páez fue también revelada en muchas comunicaciones e igualmente le inspiró para hacerle un retrato. En una carta del 28 de enero de 1828 se refiere a Páez en estos términos: “El general Páez cenó ayer conmigo; es un hombre de noble corazón y uno de bien extraordinario cuando se considera su humilde origen, porque sus modales son tan modestos y caballerosos… sus facultades de franca oratoria brillaron durante nuestra pequeña cena…”; su misiva del 23 de septiembre de 1828 es una apología biográfica del héroe llanero. Al final de su etapa caraqueña, Sir Robert Ker Porter hace referencia a la Convención de Ocaña, a la separación de Venezuela de la Gran Colombia, a su salida del país y a su viaje e instalación en otros destinos. El archivo de Sir Robert Ker Porter tiene relación con los archivos de Bolívar, Páez, Histórico General, la Biblioteca de Lord David Eccles, la Biblioteca General y la Hemeroteca. Hay un retrato de Ker Porter (Adam Lewis Brian, 1840), que pertenece a la colección del Museo de la Fundación John Boulton.

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Archivo Histórico General de la Fundación John Boulton Es un archivo misceláneo que incluye piezas desde el período colonial hasta mediados del siglo XX y comprende 1252 documentos. Conformado por documentos de todo tipo, este repositorio guarda caricaturas políticas, cartas personales de una gran cantidad de personajes (Cipriano Castro, Luis Ustáriz, Joaquín Crespo, Rafael Urdaneta, Agustín Codazzi, , inmigrantes españoles de la época de la guerra de independencia, etc.), hay varios documentos públicos y personales del general Joaquín Crespo, documentos sobre el comercio e industria coloniales, documentos eclesiásticos, planos de edificaciones patrimoniales, listas de contribuciones para la construcción y adecuación de espacios de uso público (como el Memorial dirigido a Lord Palmerston, el 20 de septiembre de 1831, con las donaciones acopiadas para construir el Cementerio Británico en La Guaira, entre las que figuran las de Sir Robert Ker Porter, John Dallet, John Boulton Townley y O’Callagahan), documentos de la Secretaría de Guerra y Marina, entre otros muchos. A este archivo pertenecen varios manuscritos del General Francisco de Miranda que exhiben su firma. Son ellos: dos cartas de Francisco de Miranda, la primera de ellas dirigida al Ilustre Cabildo de la ciudad de Buenos Aires, y la segunda, al Marqués de Toro, enviada desde Londres, incitándolo a aprovechar la coyuntura de una España sin soberano y promover en Caracas la formación de una Junta de Gobierno, adjuntándole carta de su Majestad Británica (1808); una carta original del Marqués del Toro, dirigida al Capitán General de la Provincia de Caracas, en la que se declara adicto a la Corona y denuncia a Francisco de Miranda, remitiéndole la correspondencia que éste le enviara (1808); una carta original dirigida a Francisco de Miranda por el Sr. Thomas Picton, Gobernador de la isla de Trinidad, y refrendada por su Secretario, Sr. Thomas G. Clapham, en la que comunica las providencias del Ministro Encargado de los Negocios Extranjeros del Imperio Británico, Enrique Dundas, expresándole la solidaridad de su gobierno con la causa libertadora de las colonias españolas del continente vecino a la isla, especificando las ventajas estratégicas que ésta ofrece para la comunicación con otras partes del mundo, y pone a su disposición apoyo militar, con la Armada, con efectivos, armas y municiones, que fue firmada en Puerto España, Isla de Trinidad, 26 de junio de 1797; una carta Original del General Francisco de Miranda

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dirigida al Almirante Laforey solicitándole emitir las órdenes necesarias con el fin de que le sea devuelto el armamento perteneciente a Barcelona y Cumaná que fue apresado por corsarios y depositado en Tortola. Solicitando que le sea entregado a C. Luis Delpech, fue fechada en La Victoria, 28 de junio de 1812, e incluye el sobre original; una carta de Francisco de Miranda dirigida a Jhon Turnbull. En los primeros párrafos trata algunos asuntos particulares y menciona a Petión. Luego, le informa sobre el desarrollo de la guerra en Europa, de la toma de la ciudad de Amberes por su armada y del gran honor que ha recibido al concedérsele el título de Comandante en Jefe de la División del Norte de la Armada de Bélgica. La carta está fechada en Amberes, el 3 de octubre de 1792; una carta de Francisco de Miranda, donde refiere que el Sr. Combray le prestó dos veces cinco luises, de fecha 6 de mayo de 1799. Hay también un cuaderno manuscrito, de Daniel Florencio O’Leary, edecán del Libertador, que asistió a la Convención de Ocaña y mantuvo informado a Bolívar, cual se encontraba en Bucaramanga, de todo lo que sucedía en esa importante confrontación entre bolivarianos y santanderistas, o entre centralistas y federalistas. El mencionado cuaderno está escrito en español, del inicio hacia el centro, y en inglés, del final hacia el centro, y colecciona reseñas diarias de lo que en la Convención se discutía, relatando la participación de los diputados y presentando el icono de la balanza, que se inclinaba según a quien fueran favorables las deliberaciones, una imagen conocida y de expresa circulación entre los asistentes. El Archivo Histórico General está relacionado con los archivos de Bolívar, Páez, Sucre, Guzmán Blanco, Sir Robert Ker Porter, la Biblioteca de Lord David Eccles, la Biblioteca General y la Hemeroteca. Muchos objetos de la colección del Museo están relacionados con el Archivo Histórico General de la Fundación John Boulton, entre ellos un plato llano y una bandeja con calentador que pertenecieron a la familia Miranda. Archivo Administrativo de la Fundación John Boulton Recopila documentos sobre la gestión directiva de los eruditos Alfredo Boulton y Manuel Pérez Vila y sus relaciones con la intelectualidad y los actores de las vida cultural en Venezuela y el mundo. La importancia de sus fondos

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los hace susceptible de convertirse en el Archivo de Historia de la Fundación, y comprende un aproximado 250 documentos. En este archivo está toda la documentación relativa a la organización de la exposición y actos que tuvieron lugar en la celebración del Bicentenario del Libertador Simón Bolívar, ya que fue Manuel Pérez Vila el Asesor Histórico de la Comisión Organizadora y la Fundación John Boulton aportó importantes piezas de sus colecciones para que fueran incluidas en las muestras, lo mismo que contribuyó en la realización de varias publicaciones. Hay material administrativo que refleja los diferentes acuerdos y transacciones que llevaron a la compilación de materiales y publicación de los boletines históricos y otras publicaciones de la Fundación. Hay también una serie de consultas solicitadas por la Fundación o hechas por ella relacionadas con diversos temas de interés histórico y cultural. La Colección bolivariana y otras colecciones de objetos, las publicaciones de la Fundación John Boulton y mucho de lo que hay en los archivos, está relacionado con el Archivo Administrativo, que incluye documentos relacionados con la adquisición y trámites de autenticación de algunos objetos. Las obras de Alfredo Boulton y de Manuel Pérez Vila están en la Biblioteca General. Algunas piezas del Archivo Fotográfico son de Alfredo Boulton. Sección Venezolana del Archivo de la Gran Colombia (18101830) Compuesta por documentos microfilmados del Archivo Nacional de Colombia, en Bogotá, fue organizada y reproducida en microfilm por Manuel Pérez Vila para la Fundación John Boulton, entre febrero de 1956 y septiembre de 1957. Comprende una aproximado de 150.000 fotografías de documentos del período de la Independencia y de la Gran Colombia en la historia de Venezuela, aunque también incluye documentos importantes previos a este período y algunos posteriores, y se refiere a acontecimientos acaecidos en Venezuela, aunque también contiene documentos de significativa importancia relacionados con la antigua Nueva Granada, con la Audiencia de Quito y con el Perú y Bolivia, escenarios de la acción militar, política y administrativa del Libertador. La Sección Venezolana del Archivo de la Gran Colombia está organizada por series que tratan de temas como la Secretaría de Guerra y Marina,

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Miscelánea General, Ministerio de Hacienda, Separación de Venezuela, Instrucción Pública, Gobernaciones, Negocios Administrativos, Negocios Judiciales, Negocios Eclesiásticos, Congreso, Alta Corte de Justicia, Peticiones y Solicitudes, Criminales, Municipalidades, Prefecturas y Policía, Documentos del General O’Leary, Secretaría de lo Interior y Relaciones Exteriores e Intendencias, entre otros; con anexos sobre Historia, Guerra y Marina y Asuntos Importantes. La Sección Venezolana del Archivo de la Gran Colombia está relacionada con los archivos de Bolívar, Sucre y Páez, con la Biblioteca General, Hemeroteca y Mapoteca, con la Colección Bolivariana del Museo de la Fundación John Boulton, lo mismo que con los objetos de Páez. Archivo Histórico Mercantil de las Casas Boulton (18401940) Más de 550 libros copiadores de correspondencia, contabilidad y otros temas que reflejan la vida económica venezolana de ese amplio período. Incluye una sesión de cartas oficios e informes económicos. Son materiales de gran belleza que encierran en su interior una objetiva visión de las transacciones que tenían lugar en una de las primeras casas de comercio venezolanas a lo largo de 100 años. El Archivo Histórico Mercantil de las Casas Boulton está relacionado con la Colección Numismática del Museo, en conjunto con la que se exhibe la monumental Caja Fuerte que perteneció a la mencionada casa de comercio. Archivo Fotográfico En este archivo se atesora imágenes del país y de personajes importantes y cotidianos de los siglos XIX y XX, retratados por los pioneros de la fotografía en Venezuela y en el mundo, tales como Nadar, Charles D. Fredricks, Federico Lessman, Próspero Rey, Gustave Le Gray, Servio Tulio Baralt, J. B. Boyer, Broadbent & Phillips, Bohringer, Juan José Benzo, James L. Dillon, F. Massip, Salas y Martínez, Bernardo Pujol, Arturo Guerra Toro, Enrique Avril y Luis Felipe Toro, entre otros.

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La colección de fotografías reúne unas 2.550 piezas en diversas técnicas desde el período de los inicios de la fotografía ―daguerrotipos, ambrotipos, ferrotipos…― hasta los últimos años; e incluye fotografías, tarjetas de visita y postales. Hay fotografías de escenas familiares y sociales en ambientes citadinos, campestres y en el interior del hogar, de los que se puede obtener una panorámica de las modas en el vestido y adorno, tipos humanos, edificaciones, diversas celebraciones, tipos de relaciones… Incluye este archivo una rica colección de fotografías de niños. Hay imágenes de paisajes de Caracas ―la fachada de la Universidad de Caracas, el frente de la cual se alzaba la monumental estatua de Guzmán Blanco, llamada El Saludante (c. 1880), el Panteón Guzmán en el Cementerio General del Sur, la Escuela de Bellas Artes (c. 1890), el Gran Hotel Venezuela (Amato-c. 1898), el Hipódromo de El Paraíso (Manrique–c. 1895), el Palacio de Miraflores (Bernardo Pujol–c. 1890), el antiguo Palacio de Justicia, después Concejo Municipal, y vistas de El Calvario y La India de El Paraíso (Pujol–c. 1850), la Casona Arauco Arriba y la Laguna de San Bernardino, el Teatro Guzmán Blanco, hoy Teatro Municipal (c. 1880), muchas panorámicas de la ciudad (varias de Luis Felipe Toro–1942); de zonas aledañas, como Antímano, La Guaira, el ferrocarril Caracas-La Guaira; de ciudades del interior del país (la Plaza Bolívar y el Teatro Juárez de Barquisimeto, una barraca en Valencia, la Biblioteca Baralt de Maracaibo…); hay una serie sobre los campos de batalla (Urica, Morichal, Araure, Mucurita, Mata de la Miel, La Puerta, El Chaparro, Las Queseras, El Juncal, Cerrito Blanco, Mosquiteros, Bocachica…); hay fotografías de inmuebles, de barcos de vapor, de aviones, de procesos como el de la construcción de líneas ferroviarias… Hay tarjetas de visita de importantes personajes, como José Antonio Páez, sus sobrinos Manuel y Hortensio Garrido, Elvira de Antommarchi (de Próspero Rey), Rogerio Gómez, entre otros. Imágenes de estacados personajes públicos venezolanos están atesoradas en fotografías (Antonio Guzmán Blanco y su familia ―entre ellas, algunas tomadas en París en el Estudio Nadar―, Arturo Michelena, Andrés Ibarra, el Mocho Hernández, Carlos Soublette, Cipriano Castro, Joaquín Crespo, Manuel Antonio Matos, Antonio Leocadio Guzmán… y más recientes como Isaías Medina Angarita, Raúl Leoni, Roberto Machado, Eduardo Machado Rivero, Margot Benacerraf, Manuel Belloso, Rómulo Betancourt, Ramón Bolet Peraza, Alejandro Otero, Caracciolo Parra Pérez,

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Carlos Andrés Pérez, Miguel Angel Burelli Rivas…); lo mismo que ilustres visitantes, como Fernando María de Baviera y Borbón, que estuvo en la ciudad de Caracas durante la época de Juan Vicente Gómez. El Archivo Fotográfico de la Fundación John Boulton está relacionado con los archivos de José Antonio Páez, Guzmán Blanco e Histórico General, con la Biblioteca General y la Hemeroteca. Biblioteca antigua americanista de Lord David Eccles La colección de este importante político británico, en funciones entre 1950-1970, consta de 516 títulos. Contiene crónicas, relatos de viajeros e historias de piratas, entre otras, referidas a Venezuela y América, en los siglos XVII, XVIII y XIX. En esta Biblioteca especializada está Original Correspondence between generals Dumourier, Miranda, Pache and Beurnonville, Ministres of War, since January, 1793, including the orders of General Dumorier to general Miranda, from the Invation of Holland to the Overthrow of the French, after the Battle of Netwinden, Translated from the French, published by General Miranda, London (J. Owen, 1794); estas cartas citadas de primera mano y la compilación de las mismas realizada por Francisco de Miranda le confieren un valor especial a esta publicación. Relacionados con este mismo tema, hay ejemplares de los libros escritos por los expedicionarios que acompañaron a Francisco de Miranda en el Leander, como John H. Sherman (quien fuera su impresor y Segundo Teniente), Charles W. Janson, James Bigg y Moses Smith. Está también Repertorio Americano, cuyo Tomo Cuarto, de Agosto de 1827, contiene documentos relacionados con importantes eventos de la vida de Miranda; entre ellos, un Memorial dirigido por el general Francisco de Miranda a la Audiencia de Caracas desde la bóvedas del Castillo de Puerto Cabello el 8 de marzo de 1813. Allí denuncia la violación de la capitulación firmada con Domingo de Monteverde, Comandante General de las tropas españolas, los ultrajes y agravios que recibieron cientos de ciudadanos, de diversas edades y clases sociales, condenados a prisión. Clama en ese Memorial para que impere nuevamente la Ley y la Justicia en el territorio venezolano.

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Pertenecen a este archivo los libros de William Burke, militar británico que estuvo en Caracas entre desde 1810 a 1812 publicando artículos y ensayos sobre la causa patriótica en La Gaceta de Caracas. En su obra justifica el derecho que tienen las colonias españolas del Nuevo Mundo de separarse de España y señala las ventajas económicas que ello traería para Inglaterra, propone, igualmente, la intervención británica para contribuir a la independencia de Hispanoamérica. Burke, que había conocido a Miranda en Londres, reproduce y traduce al inglés varias de sus proclamas y publica también una traducción al inglés de la “Carta a los Españoles Americanos” del jesuita peruano Juan Pablo Viscardo y Guzmán. Conseguimos en este archivo importantes documentos independentistas, como la Carta Vinda de America a España, na qual se referem importantes acontecimientos, de 1808, que reporta el arribo de una fragata francesa a La Guaira con órdenes de Napoleón de tomar el gobierno de Caracas. El escritor centra sus esperanzas en la ayuda proveniente de los británicos y especialmente, en el contralmirante Alejandro Cochrane, Gobernador de Barbados; el Manifiesto de la Nación Española a la Europa, de Martín de Garay (1809), en el que el Secretario General de la Junta Suprema del Gobierno de España invita a las naciones, pueblos y príncipes europeos a unirse a la causa española frente a Napoleón; y el libro de José María Antepara, titulado South American Emancipation. Documents, historical and explanatory, shewing the designs which have been in progress, and the exertions made by General Miranda, for the South American Emancipation, during the last twenty-five years, de 1810, en el que el jesuíta, expulsado por Carlos III, como a muchos de esa orden religiosa por su visión demasiado liberal para la época, dedica a recoger su visión de la emancipación Suramericana, destacando la figura de Francisco de Miranda; el libro reproduce un frontispicio de Francisco de Miranda con un grabado de la ciudad de Amberes, ciudad cuya toma se debe a Miranda y le merece el título de General en Jefe, en la parte inferior. Hay también las curiosas narraciones de las operaciones militares del Capitán de Fragata Domingo Monteverde, al que llaman Libertador de la tiranía y pacificador de la provincia, en una visión favorable al realista, de Pedro Gamboa y Fray Pedro Hernández, acusando a José Cevallos, Gobernador de Coro, de no prestarle la debida ayuda y narrando los acontecimientos del sitio

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de Valencia, la toma del Castillo y la ciudad de Puerto Cabello, y la capitulación de Miranda; y la respuesta de José Cevallos, que justifica su posición alegando en su defensa que él no tenía ni tropas, ni municiones, ni dinero para llevar adelante ninguna expedición lejos de Coro. Ambos son relatos extraordinarios que dibujan con hechos y cifras el panorama de las fuerzas realistas en la Venezuela entre 1811 y 1812. Asimismo, algunas publicaciones presentan un panorama de los primeros logros independentistas, como en el libro de James Scout Walker: The South American, a Metrical Tale, in four cantos; with historical notes, and other poems, Edinburg, Archibald Constable & Co., de 1816, más importante de lo que parece a primera vista, porque narra la llegada de Domingo de Monteverde a Coro en 1812, la derrota de Miranda y el sufrimiento de los patriotas en manos del jefe realista, poniendo la esperanza en la habilidad de Simón Bolívar para la salvación de la Patria. Sus notas son extraordinariamente interesantes, especialmente el relato del terremoto de Caracas y la llegada a La Guaira del Capitán Haynes en la corbeta británica de guerra Zaffire, desde donde protege a muchos de los refugiados que habían escapado de Monteverde. En este aparte se cuenta la compilación documental Interesting Oficial Documents relating to The united Provinces of Venezuela, viz. Preliminary Remarks, the Act of Independence, proclamation, manifesto to the world of the causes which have impelled the said provinces to separate from the mother country; together with the constitution framed for the administration of their Government, que contiene, en ingles y español, información general sobre las condiciones que dieron origen a la independencia de Venezuela y de América española; presentando en una de sus primeras representaciones el Acta de Independencia y la Constitución de 1811. Las disposiciones de Defensa y Seguridad de la Junta Gubernativa de Caracas y el Primer Reglamento Electoral venezolano, titulado Reglamento para la elección y reunión de Diputados que han de componer el Cuerpo Conservador de los Derechos del Sr. D. Fernando VII en las Provincias de Venezuela, publicados en 1810, en la Imprenta de Gallager y Lamb, que editaba la Gazeta de Caracas desde 1808, enriquecen la muestra de los documentos de primera mano que hay en esta colección. En la Biblioteca Antigua Americanista de Lord David Eccles, hay un ejemplar (suponemos, el único en Venezuela) de la Cosmographiae Introductio de

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Martín Waldseemüller, primero en bautizar al nuevo continente como América en su mapa del mundo de 1507; en su preciado libro, Waldseemüller presenta su gran mapa del mundo y su mapa de pared, así como su pequeño globo, donde también aparece el nombre de América; en el texto que los acompaña se da la razón del uso del nombre y lo limita a la parte sur del continente. El descubrimiento de América había generado un gran debate entre los geógrafos europeos, muchos de los cuales pensaron que era un trozo del continente asiático. Pronto, los nuevos descubrimientos geográficos obligaron a reconocer la existencia del nuevo continente. Al parecer, Waldseemüller (c.1450-1518) ignoró la existencia de Cristóbal Colón y, en una traducción que realizó de los cuatro viajes de Américo Vespucio al nuevo continente, sugirió su nombre para las nuevas tierras descubiertas. En 1513, intentó enmendar su error borrando el nombre de América y sustituyéndolo por el de Terra Incognita. Sin embargo, en 1538, el cartógrafo Gerard Mercator utilizó la denominación América para el nuevo continente, nombre que quedaría para la posteridad. La Biblioteca Antigua Americanista de Lord David Eccles está relacionada con los archivos de Bolívar, Sucre y Ker Porter, con el Archivo Histórico General, la Biblioteca General y la Hemeroteca. Biblioteca del geógrafo y matemático Eduardo Röhl (18911959) La colección (3.140 títulos bibliográficos y el archivo personal) perteneció a este distinguido geógrafo y matemático venezolano y está en custodia de la Fundación John Boulton desde 1970. Fue Eduardo Röhl (Caracas, 15.5.1891Hamburgo, Alemania, 8.12.1959) un connotado agrimensor, investigador científico y naturalista, que cultivó el campo de las ciencias naturales, en especial la geología, la zoología, la meteorología y la química. Entre sus múltiples ocupaciones cuenta el haber sido Comisionado Especial para la Organización y Catalogación de los museos nacionales (1935), Agregado Comercial de la Legación de Venezuela en Berlín (1935-1937), Director del Observatorio Cajigal (1937) e inspector ad honorem de Infracciones Forestales en el territorio venezolano (1940). Fue, igualmente, miembro de la Comisión Consultiva para el estudio del abastecimiento y distribución del agua potable

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en Caracas (1941), miembro de la Comisión de Climatología Agrícola (1947), de la Comisión Mixta para la demarcación de las áreas submarinas del Golfo de Paria (1946) y del subcomité de Sismología (1952). Como estudioso e investigador de materias tan especializadas, entre sus obras, se destacan sus estudios sobre Alejandro de Humboldt, en particular su traducción del Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente, así como sus estudios sobre los viajeros alemanes que visitaron a Venezuela durante el siglo XIX, reunidos en el volumen Exploradores famosos de la naturaleza venezolana (1948). Es también el autor de una Fauna descriptiva de Venezuela, importante trabajo de divulgación científica (1942). Fue miembro fundador de la Academia de Ciencias Físicas, Naturales y Matemáticas (1933) e individuo de número de la Academia Nacional de la Historia (1947). Los materiales de Eduardo Röhl en custodia en la Fundación John Boulton comprenden: Su Documentación (manuscritos, fotografías, correspondencia, borradores, impresos… - Hay 522 carpetas con un aproximado de 22.000 documentos y 14 cajas de fotografías que contienen 700 unidades, todas piezas relacionadas con sus viajes y sus investigaciones y sus relaciones con personajes como Arístides Rojas, Aguerrevere, Marcano, etc.; incluye el manuscrito del libro Historia de las Ciencias Geográficas de Venezuela, que fue publicado póstumamente por el Banco Unión en 1991); la Colección Alexander Von Humboldt (45 títulos en 115 volúmenes); la Biblioteca Eduardo Röhl (3.141 títulos en 3.425 volúmenes). Los materiales de Eduardo Röhl están relacionados con el Archivo Fotográfico, la Biblioteca General, la Hemeroteca y la Mapoteca. Biblioteca General, Hemeroteca y Mapoteca La Biblioteca General, especializada en las áreas de humanidades, particularmente en historia y bellas artes, consta de más de 10.000 volúmenes. Contiene numerosos Atlas de todas partes del mundo, libros de referencia como diccionarios de varios idiomas, enciclopedias y compendios; libros de filosofía, lenguaje y literatura, poesía y novelas. Hay cantidad de libros sobre Venezuela, en una variedad de materias. Hay una sección bolivariana, con obras sobre los amores de Simón Bolívar, sus anécdotas y leyendas, su vida familiar y militar, que incluye las Memorias de O’Leary y libros sobre Manuela Saenz.

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De la información contenida y alcances de la Biblioteca General es ejemplo la Colombeia, que es la aventura mirandina compilada por su protagonista, además de muchos libros en cuyo contenido se halla la gesta de Francisco de Miranda. Hay secciones dedicadas a Andrés Bello, Rómulo Betancourt, Antonio Guzmán Blanco, Rómulo Gallegos, José Antonio Páez, Antonio José de Sucre, entre muchos otros. Hay un grupo de publicaciones editadas durante los gobiernos de Guzmán Blanco, Joaquín Crespo, Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez. Hay una sección de arte. Están todos los libros del investigador Alfredo Boulton y una sección dedicada a Armando Reverón. Hay una sección de temas económicos y una subsección dedicada a temas petroleros (que incluye clásicos venezolanos como Venezuela, Política y Petróleo, de Rómulo Betancourt; La Cultura del Petróleo, de Leonardo Montiel Ortega; y Petróleo Nacional y Opinión Pública, de Rubén Sader Pérez, de 1922, y bibliografía variada de todas partes del mundo). La Hemeroteca, de alrededor de 1.000 títulos, contiene una amplia colección de periódicos y revistas venezolanos y extranjeros, del siglo XIX. Reúne periódicos españoles del período anterior a la aparición de la prensa en Venezuela; la colección completa de la Gaceta de Caracas; números del Mercurio Venezolano (1811), El Patriota de Venezuela (1811); del Correo del Orinoco (1818-1822), en especial el número extraordinario de ese órgano informativo que reseña la Batalla de Carabobo (1821); algunos números de El Correo Nacional, primer periódico del Zulia (1821); ejemplares de El Venezolano, de Tomás Lander (1822-1824); piezas de El Federalista (1858), Centinela de la Patria (1847) y El Patriota (Valencia, 1848); números de El Heraldo, periódico civilista de Juan Vicente González (1851-1861); ejemplares de La Opinión Nacional, salido de los talleres de Fausto Teodoro de Aldrey y vocero del régimen e ideas de Antonio Guzmán Blanco entre 1870 y 1876; algunos números de El Jején, periódico satírico de la época de la Revolución Azul (1868) y El Republicano, que abarca los años finales del Siglo XIX. Se encuentran además publicaciones periódicas y boletines de diferentes ciudades del país (por ejemplo, el Boletín de la Colonia Tovar), que iban naciendo a medida que la prensa penetraba la Venezuela profunda; impresos, folletos y hojas sueltas de toda clase de temas; ejemplares de medios periódicos de los países bolivarianos, desde la época de los quehaceres independentistas hasta

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avanzado el siglo XIX; y medios impresos de otras partes del mundo. Hay hemerografía original de la época de la Guerra Federal (ejemplares del periódico El Eco del Ejército, que producía el ejército del general Falcón, dirigido y orientado por el general Antonio Guzmán Banco, y el Diario Oficial, que presentaba el punto de vista del gobierno, llamado “godo”, y otra prensa que circulaba para la época). Está la colección completa de la Revista Shell, que es pionera en la presentación de temas venezolanos, investigados en profundidad, pero dedicados al público en general. La Mapoteca de la Fundación John Boulton reune mapas y planos que van desde 1594 hasta bien entrado el siglo XX. Los más antiguos son: Occidentalis Americae Partis (1594) ―de Teodoro De Bry y Hieronimi Benzoni― que es un mapa del Mar Caribe y Las Antillas; Albeeldinge Van Alle de Zee-Custen des Geheelen Zuyderschen deels Van America (1595) - de Arnoldus Florentius Sangren (autor y escultor) – un mapa de Suramérica, el Mar Caribe y las Antillas; Guiana sive Amazonum regio (1635) ―de Henricus Hondius― un mapa de Guayana con el Lago Parima, perteneciente a la obra “Atlas”, Ámsterdam, 1635, publicada por Blaeu; Venezuela, cum parte Australi Novae Andalusiae (1635–1642) ―de Guijelmus Blaeuw― un mapa de Venezuela, de la obra “Tonnel des Aedryck of te Nieuwa Atlas” por W.y J. Blaeu, 1635; Terra Nova ac maris tractus circa novan Franciam, Angliam, Belgium, Venezuelam Novam Andalusiam, Guianam et Brasiliam (s. XVII) ―de Fredrick De Wit― un mapa de América Meridional (Costa Norte de Venezuela, Guayana y Brasil), Mar Caribe y América septentrional (Costa Sur de América del Norte); Guiana Sive Amazonum Regio (1671) ―de John Ogilby― un mapa de Guayana con el Lago Parima. Pertenece a la obra “América, being the latest and most achúrate description of the New World…” por John Ogilby, Londres, 1671; A Map of Terra Firma Peru, Amazoneland, Brasil & the Nort P. of La Plata (1729) ―de Hermann Moll― un mapa de la mitad septentrional de América del Sur, que incluye el Lago Parima y, a su lado, el fabuloso El Dorado; West Indies (s. XVIII) ―de J. C. Russell― un mapa del Mar Caribe y las Antillas, Costa Norte de Venezuela; Port de La Guaira a la Coste de Caraque (1764) ―de Nic. Bellin― un croquis del Puerto de La Guaira con sus fortificaciones, que incluye la casa de la Compañía Guipuzcoana, de la obra “Le Petit Atlas Maritime…”, Nic.

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Bellin, París, 1764, Tomo II, Mapa No. 25: British Guayana (final s. XVIIIprincipios s. XIX) ―de J. Rapkin― H. Winkles – un mapa de Guayana Británica, costa Norte; Carte d’une partie du tours de l’Orenoque / Carte du bras principal de la riviere d’Orenoque (1764) – de Nic. Bellin – un croquis de una parte del río Orinoco y croquis del brazo principal de la riviera del Orinoco, de la obra “Le Petit Atlas Maritime…”, Nic. Bellin, París, 1764, Tomo II, mapa No. 28. La Biblioteca General, la Hemeroteca y la Mapoteca son el producto de visiones integrales y comprehensivas que tienen relación con los archivos y bibliotecas especializadas de la Fundación. Podemos concluir que, a través de la incursión en sus colecciones bibliohemerográficas, la Fundación John Boulton nos permite vincularnos con este conjunto singular de piezas, muchas no incluidas en otros repositorios del país, confiriéndoles, cuidado, atención y visibilidad, legitimando socialmente un tema que interesa cada vez más a los estudiosos y al público en general.

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DISTINCIONES III BIENAL DEL PREMIO DE HISTORIA RAFAEL MARIA BARALT El jueves 5 de diciembre de 2013 en sesión solemne de la Academia Nacional de la Historia fue la entrega de las distinciones correspondientes al Premio de Historia “Rafael María Baralt”, lauro patrocinado por la Fundación Bancaribe para la ciencia y la cultura con el objeto de reconocer y estimular las investigaciones realizadas por jóvenes historiadores menores de cuarenta años de edad. En esta oportunidad la III bienal tuvo como tema central la Historia venezolana del siglo XX y los galardonados fueron los profesores José Alberto Olivar (primer lugar) y Sócrates Ramírez (segundo lugar). Ambos historiadores forman parte del personal académico de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Caracas y de la Universidad Simón Bolívar, respectivamente. El trabajo del profesor Olivar se intituló Automovilismo, vialidad y modernización. Una aproximación a la historia de las vías de comunicación en Venezuela durante la primera mitad del siglo XX, el cual se desprendió de su tesis doctoral en historia defendida en la Universidad Católica Andrés Bello, bajo la tutoría de la doctora Inés Quintero. Por su parte, la investigación del profesor Ramírez intitulada Decir una revolución. Rómulo Betancourt y la peripecia octubrista, fue el producto de su trabajo de grado para optar a la maestría en ciencias políticas en la Universidad Simón Bolívar, cuya tutoría estuvo a cargo de la doctora Carolina Guerrero. Cabe destacar que ambos trabajos, representan aportes originales en el quehacer historiográfico, no sólo por la originalidad de los temas y enfoques adoptados, sino por la revisión de fuentes primarias en parte inéditas, tanto en el Archivo Histórico de Miraflores como en el Archivo personal de Rómulo Betancourt, este último bajo la custodia de la fundación homónima.

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En la sesión solemne, presidida por el doctor Ildefonso Leal, Director de la Academia Nacional de la Historia, hicieron acto de presencia el presidente del Banco del Caribe, doctor Miguel Ignacio Purroy y el presidente de la Fundación Bancaribe, doctor Carlos Hernández Delfino, así como la vicerrectora de docencia de la UPEL, doctora Doris Pérez Barreto y demás autoridades del Instituto Pedagógico de Caracas, así como familiares y amigos de los profesores premiados. En su discurso de aceptación, el profesor Olivar destacó que esta distinción no la recibía a título personal sino que la asumía como un “reconocimiento a la labor de docencia e investigación que día a día se imparte en las aulas de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador en todos los rincones de la geografía nacional”. Al término del evento, el doctor Purroy ratificó el compromiso social de Bancaribe, especialmente en lo que refiere “al conocimiento y divulgación de nuestra historia para la mayor comprensión de la sociedad”. Los autores recibieron un incentivo en metálico y la promesa de publicación de sus investigaciones bajo el sello de la Academia Nacional de la Historia y la Fundación Bancaribe.

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RESEÑAS Jean Carlos Brizuela. Las misiones capuchinas en los Llanos venezolanos. Apuntes para el estudio de San Carlos de Austria (1658-1787). Mérida, Alcaldía del municipio San Carlos. Grupo de Investigación sobre Historiografía de Venezuela, 2014, 114 pp. A pesar de la abundante historiografía sobre el largo periodo colonial

Yuleida Artigas D.

Profesora de la Universidad de Los Andes-Venezuela, Escuela de Historia, Grupo de Investigación sobre Historiografía de Venezuela.

venezolano, son diversos los temas y regiones de su devenir los que ameritan un mayor conocimiento y análisis, necesario para la adecuada reconstrucción de tan amplio proceso histórico. Sin lugar a dudas, Eduardo Arcila Farías es el historiador que mayores aportes ha hecho para la conformación de tan amplio corpus historiográfico, con obras fundamentales como: Economía colonial de Venezuela, El régimen de la encomienda en Venezuela y Hacienda pública y comercio en Venezuela en el siglo XVI. Serie proyecto Hacienda Pública colonial venezolana, entre otras; obras con aportes insoslayables para la comprensión de tan importante y extenso periodo de nuestra historia. Por ello, cada vez que aparece un estudio que dé cuenta de un tema y región de la Colonia venezolana, constituye una profunda satisfacción para quienes tales temáticas y problemas ocupan lugar especial de nuestra atención y labor como historiadores. Es el caso del libro Las misiones capuchinas en los Llanos venezolanos. Apuntes para el estudio de San Carlos de Austria (1658-1787) del historiador Jean Carlos Brizuela, obra que abarca dos siglos, la segunda mitad del XVII y casi la totalidad del XVIII. Aquella centuria de difícil acceso a las fuentes y compleja por las particularidades que viven las diversas regiones en Indias occidentales,

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las cuales enfrentaban el abandono de la Metrópoli debido a las crisis que vivía el imperio español bajo el infeliz y precario reinado de los últimos monarcas Habsburgo; obligándolas a generar alternativas en la producción agrícola y pecuaria, el comercio e industria, que garantizaran su supervivencia. Fue el siglo de la inercia española y paradójicamente, la mejor época de la España trasatlántica: América. Además, se refiere la obra a un periodo que se inicia con el advenimiento de una nueva dinastía en la Corona española, la borbónica, que aplicó un conjunto de reformas fundamentales para las Indias occidentales. En su libro Jean Carlos Brizuela aborda con gran profusión más de un siglo del devenir de la región histórica de San Carlos, desde años antes de su fundación como villa, hasta la octava década del siglo XVIII, reconstruyendo con gran maestría, sobre la base de información documental edita e inédita de primera mano, el intrincado proceso de penetración de las misiones capuchinas al sur de la provincia de Caracas, con el objetivo de lograr el poblamiento, pacificación y evangelización de aquellas tierras llaneras y sus naturales; actividad que conllevó, de la mano de fray Pedro de Berja, luego de numerosas diligencias, la fundación de la villa de San Carlos de Austria, el 7 de junio de 1678. Se le reconoce al autor la manera precisa como aclara con fundamentación documental y legislativa, sin dejar lugar a dudas, el proceso y fecha de fundación definitiva de la villa de San Carlos; pero aún más, cómo a partir de ese aspecto concreto, aborda temas fundamentales del devenir de dicha villa en su proceso de crecimiento demográfico, y auge y consolidación como zona de explotación ganadera a finales del siglo XVII y primera mitad del XVIII, en concordancia con el interés de la elite caraqueña por extender las fronteras de dominio territorial y control de la mano de obra indígena, en aras de diversificar su riqueza material con la cría de ganado y comercio de los cueros; realidad que resalta y confirma Brizuela, no solamente en Descripciones y Relaciones históricas y geográficas de la provincia, sino en los relatos de viajeros de ésta centuria, quienes recorrieron sus distintos lugares, entre ellos San Carlos de Austria, destacando su importancia en el contexto colonial venezolano. Enhorabuena la edición de libros como Las misiones capuchinas en los Llanos venezolanos. Apuntes para el estudio de San Carlos de Austria (1658-1787) de Jean Carlos Brizuela, pues contribuyen a la comprensión de temas de la

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historia colonial venezolana con profesionalismo y riguroso respeto al método histórico; desde lo micro, la región; a lo macro, la provincia y la nación.

Miguel Angel Paz. Douglas Bravo o la utopía alternativa. Maracaibo, Fundación Creando Esperanza, Imprenta del estado Zulia, 2010, 807 pp.

Isaac López .

Profesor de la Universidad de Los Andes-Venezuela, Escuela de Historia.

El libro de Miguel Angel Paz titulado Douglas Bravo o la utopía alternativa es a nuestro juicio uno de los acercamientos de mayor seriedad a la historia de las expresiones políticas de izquierda en el Estado Falcón, insertándolas en los procesos nacionales e internacionales. Extenso e irregular en la sistematización del tema principal, el texto se divide en tres partes: 1ª) Una cronología de hechos que abarcan desde inicios del siglo XX hasta casi nuestros días; 2ª) Una entrevista a Douglas Bravo, mítico guerrillero, conspirador subversivo y político revolucionario falconiano; y 3ª) Una selección fotográfica del Frente Guerrillero José Leonardo Chirinos, el cual operó principalmente en las montañas corianas durante la Lucha Armada de los años sesenta del siglo XX bajo la comandancia de Bravo. Miguel Angel Paz es un político y estudioso a quien debemos contribuciones principales a la investigación en la región como la “Bibliografía del Estado Falcón” ―en solitario una, y en compañía de Luis Alfonso Bueno la otra― y “Periódicos y revistas del Estado Falcón”, además de una amplia y diversa bibliohemerografía. Editado por la Fundación “Creando Esperanza”, Douglas Bravo o la utopía alternativa es un enjundioso cumulo de información sobre las actividades de la Izquierda en el Estado Falcón en vinculación fundamental con la política venezolana. La conformación del Partido Comunista en la región, participación en los sindicatos petroleros, la guerrilla y sus acciones en

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los años sesenta, conformación de agrupaciones partidistas en la atomización política característica de las décadas del setenta y ochenta, participación electoral y representación en organismos de cogobierno estadal y nacional, agitación estudiantil, expresiones en publicaciones periódicas o actividades de promoción cultural… son parte del contenido de este trabajo. Con una portada poco atractiva que no hace gala de la calidad de Henry Curiel, -uno de nuestros más destacados artistas plásticos- este libro es sin lugar a dudas una contribución necesaria en esta hora de tanto disfraz oportunista, tanto recién vestido de radical revolucionario, alcalde rojito que ayer fue contratista adeco. Este libro también es un homenaje al hacer de quienes han mantenido a lo largo del tiempo una conducta y una ética de dignidad y consecuencia, de compromiso con una militancia. Sin embargo, el texto Douglas Bravo o la utopía alternativa contiene considerable cantidad de carencias que atentan contra su valor: un menguado aparato crítico, ―el cual hace suponer las fuentes principales sean en su mayoría las propias vivencias del autor y del entrevistado, protagonistas de la segunda mitad del siglo veinte venezolano―; tendencia hacia la confusión del lector al no establecer claramente una división por años; evidentes problemas de transcripción los cuales hacen abunden las incoherencias expositivas, los errores ortográficos y cambios de nombres ―el mismo centro del libro aparece nombrado Douglas Braco―; introducción de documentos sin señalar su origen; perdida del interés en lo internacional a medida que avanza la lectura; o errores de edición como letras sobrepuestas en un tamaño de por si reducido. A pesar de esto, reiteramos en la valoración de este libro por ser el primer esfuerzo serio que conozcamos pretende historiar a la Izquierda Falconiana en su participación y contribución en la historia regional y nacional. Un libro de obligada lectura para el conocimiento, la crítica y la discusión necesarios en medio de las contradicciones y los desvaríos, la superficialidad y la inconsecuencia. Tres figuras menciona Miguel Angel Paz como símbolos de la Izquierda Falconiana: José Manuel Saher, Alí Primera y Douglas Bravo. Mención aparte merecerían las reflexiones de este combativo y combatido personaje llamado Douglas Bravo, referencia ineludible en su crítica de las formas políticas del país basadas en el populismo y el personalismo, y en la búsqueda por formular una alternativa de verdadera justicia social, independencia económica y soberanía política.

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Necesario e interesante sería ahora establecer si ha existido un proyecto político de la Izquierda Falconiana, que partiendo de las características regionales y del fondo ideológico propio, formulara un proyecto coherente de futuro para nuestra región. Invitamos entonces a esta lectura, seguramente provocadora de provechosas polémicas.

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