#MeToo: la revancha no es justicia Versión Blog Armando Vega Gil, fundador del conocido grupo de rock Botellita de Jerez, se suicidó el 1 de abril de este año después de haber sido denunciado de forma anónima en la red #MeTooMúsicosMexicanos. En dicha red se le acusó de haber presuntamente acosado a una adolescente de 13 años. Después del escándalo en redes que el suicidio ocasionó, tres denuncias más en su contra fueron publicadas, siempre a manera de apoyo a la primer denunciante1. Ninguna de las denuncias fue investigada. Una vez que se confirmó el suicidio el dos de abril, #MeTooMúsicosMexicanos recibió durísimas críticas por la insensibilidad de sus mensajes y por haber contribuido al clima de linchamiento del fallecido músico y escritor, especialmente se criticó las primeras reacciones de la plataforma. Días después, en su mensaje de despedida, las administradoras del sitio admitían: “Nuestra reacción inicial no fue la adecuada y, por ello, externamos una disculpa honesta a todos sus allegados. Jamás incitamos a alguien a hacerse ningún daño ni a acabar con su vida, en lugar de afrontar los hechos ante las autoridades”2. El 8 de abril, el resto de los integrantes de Botellita de Jerez publicaron un ejemplar comunicado en el que reconocen el anonimato de las víctimas como un recurso necesario en un sistema de justicia deficiente y misógino. Asimismo, expresaron su apoyo a la causa feminista y descartaron cualquier intento de culpar al movimiento #MeToo por el suicidio de su compañero. Sin embargo, los botellos también hicieron una certera crítica acerca de los mecanismos de publicación en plataformas de denuncia como #MeeTooMúsicosMexicanos: “consideramos que los espacios de denuncia
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