LumoMag 001

Page 1



Directorio

Dirección general Carolina Rosales karolrs@lumomag.com Corrección de estilo Emilio García Diseño y comunicación Carolina Rosales Estudio f(x)

LUMO Mag We want your B side www.lumomag.com

Coeditor Lenny Maya lennymaya@lumomag.com

Contacto contacto@lumomag.com

Año 1. Número 1. Fecha de publicación abril - septiembre 2015. Revista piloto. Realizada por LUMO, proyecto integral en la Universidad Autónoma Metropolitana. Registro ISSN en trámite. Ninguna parte de esta publicación, incluyendo el diseño puede reproducirse, almacenarse o transmitirse sin previa autorización por parte de los editores. Los artículos y opiniones vertidas por parte de los colaboradores, así como el tratamiento fotográfico son responsabilidad de su autor.


Colaboradores Detrás del lente Gabrielle Vázquez

Diseñadora gráfica, fotógrafa y retocadora fotográfica. www.flickr.com/photos/gabee_vazquez

Héctor Ramírez

Gerardo Cruz Rivera

Luis Pérez

Diseñador de la comunicación gráfica. Behance.net/socker

Fotógrafo. “Fotografiemos nuestros sueños para que perduren en la eternidad” gerardocruzr.tumblr.com

Fotógrafo

Gonzalo Martínez Licea

Fotógrafo, News Junkie, amante de los libros. www.flickr.com/photos/myephemerality

Estudiante de Filosofía y Pedagogía en la UNAM. www.flickr.com/photos/79345881@N06

www.flickr.com/photos/atunenaceite Luis Arcadio de Jesús

Carlos Alfredo Salazar Guevara

Desarrollador en sistemas de la información. www.flickr.com/photos/momoztla

Oliver de Gante Téllez

Proyectos

Fotógrafo y supervisor de área IT en efectos visuales. www.flickr.com/photos/oliverdegante

Carlos Alejandro López Dávila

Dedicado al mundo de la informática y cómputo. www.flickr.com/photos/antakistas

Tonatiuh Cabello Morán

Tiffany Bazán

Coordinadora de Bazar Marsella facebook.com/bazarmarsella

Amelia Brambila Galván

Fotógrafo www.flickr.com/photos/hormigadejade

Directora Proyecto Sirena

Daniel Bustamante

Adal Nix

Fotógrafo

Jorge Alberto Móntes López Comunicador visual @pinchejam

facebook.com/ProyectoSirenaContacto

Coordinador de la revista Tlillan Tlapallan de la UACM Cuautepec.

facebook.com/Tlillan.Tlapallan


En las letras Aldo Gonzalo Ruiz Vicencio

Estudiante de la licenciatura de historia, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y coordinador del colectivo artístico Proyecto Sirena

Andrea Monzerrat Guerrero Romero

Egresada de la licenciatura de Filosofía e Historia de las ideas. UACM.

Christian Alejandro Gallegos Mendoza Estudiante de música en el Concervatorio de la ciudad de Celaya.

Omar Daniel Téllez Islas

Mariana Orantes

Estudiante de Comunicación y Periodismo. Redactor y guionista freelance.

Pasante de la carrera en Letras hispánicas por la UAM-I y estudiante de Creación literaria en la UACM.

Enrique Monroy

Tlacelia Escamilla Martínez

Escritor y profesor-investigador. Creador de la revista digital de literatura universitaria, Palabras, Fonemas y Formas. Premio al primer lugar en el certamen de Cuento, nivel licenciatura, en la IV Universiada Científica, Artística y Deportiva, Chapingo 2010.

Ximena Rojo de la Vega Guinea

Ponente en el encuentro latinoamericano de Letras en Género en Santiago de Chile, traductora para textos críticos para la UNAM y SITAC, bloguera en danludens.com

Guillermo Juárez Cedillo

Estudiante de sociología audiovisual, escritor, cliché y promotor del whisky como medicina alternativa.

Estudiante y tallerista.

Jorge Reyes

DJ y escritor de ocación.

Emmanuel Guardián

Escritor. Estudiante y empleado independiente.

Tony Miranda

Estudia Historia en UNAM y Diseño Industrial en UAM Azcapotzalco.


Contenido

Issue 01 LumoMag

Ciudad de México Juan Villoro

Vigas de Equilibrio Serie documental de Ciudad Neza Tonatiuh Cabello La ciudad estaba viva Enrique Monroy

Desayunando con un bizcocho Omar Téllez

Interview: Luis Arcadio de Jesús México en la mirada Neoyorkina

Nunca me gustaron los gatos Guillermo Juárez

6 deseos Aldo Vicencio

Barlume Colectivo Reseña

Ritmo citadino Muestra fotográfica


Declaraciones Efraín Huerta

It’s raining out there Emmanuel Guardían

La jerarquía de la indecisión cotidiana Mirame casi siempre Caminar por caminar Tony Miranda

La realidad a pie de ring Ximena Rojo

Próxima parada La necesidad actual de la lucha feminista Andrea Guerrero El nuevo motor Tlanezi Escamilla

Los gritos bajo el concreto Aldo Vicencio

No sé que es la poesía Omar Téllez

The album

Los escritos de Mariana Orantes y El Hombre Casa se encuentran distribuidos en toda la publicación.



Foto_Luis A. de JesĂşs


En pluma de

Ciudad: México A pesar del desconcierto, la megalópolis suele ser tocada por la estética. En la mayoría de los casos, no se trata de proyectos de artistas ni de iniciativas de gobierno. Los habitantes hacen suya la calle en la medida en que la alteran y dejan ahí su huella. Rara vez estos gestos se inscriben en una estética codificada por el arte moderno. Su principio rector consiste en hacer acto de presencia “estuve aquí…” Lo primero que veo al salir de mi casa, es precisamente una instalación accidental: un cable de luz del que cuelga un par de zapatos. En la siguiente calle, un rectángulo de césped ha sido cubierto por botellas de agua que lo protegen de las intenciones escatológicas de los perros; un poco más allá, el tronco de un árbol está tapizado de chicles. Resulta imposible recorrer la ciudad sin encontrar mientras de una extraño pasión decorativa. Territorio del desgaste, edificado sobre ruinas para producir más ruinas, la Ciudad de México no acaba de ser demolida en gran Ciudad. En todas partes surge el estruendo del taladro o la picota; la mayoría de las veces, resulta imposible saber si se edifica o se destruye.

10_Ciudad México


En pluma de

De pronto, en un estacionamiento descubres una lavadora llena de cabezas de muñecos. Alguien decidió que se veía mejor así. Si la pieza se exhibiera en Documenta o en la Bienal de Venecia, pertenecería por contexto al arte conceptual. En la Ciudad de México tiene otro sentido; entre otras cosas porque la ciudad entera se parece mucho a esa instalación. El chilango afecto a lanzar zapatos a los cables de luz no piensa en la belleza intrínseca de sus materiales; se acerca por un lado, al artista barroco que odia el vació y distorsiona lo existente hasta sus ultimas posibilidades, y por el otro al posmoderno que incorpora citas del pasado.

El olvido

www.juanvilloro.com

Los zapatos en los cables de luz ofrecen otra parábola del tránsito. Como en las calles no hay salida, los último pasos deben darse en las alturas. Los zapatos muertos van al más allá. En la ciudad intransitable, el paraíso del paseante consiste en pisar el cielo.

Un itinerario urbano (fragmento) Juan Villoro

Ciudad México_11


Equilibrio

Vigas de Equilibrio

flickr.com/photos/hormigadejade 12_Nezayork


Nezayork

Serie documental de Ciudad Neza por Tonatiuh Cabello

«Este trabajo significa una retribución al municipio que ha sido mi hogar durante veintiocho años que tengo de vida y el primero que desarrolle en el campo de la street photograpy. Un estilo de foto que abarca la mayoría de mis trabajos».

Las calles de ciudad Neza están construidas por un trazo perfecto que se disloca con el andar de la gente, en ellas, encontramos pequeñas ciudades que se albergan dentro de una gran urbe que ya no tiene espacio para los negocios, los deportes y los vicios. Cuando se recorren, una variedad de tecnologías emergentes incrementan las actividades que ahí se realizan; venta de carne en grandes rastros, hasta venta de rastrillos en cualquier esquina. Situaciones donde prevalecen los colores, los gestos y los riesgos. En estas calles, todo nace, ya sea en la tierra o desde un horno de microondas, pero todo en línea recta y de forma consecutiva, en un entorno que nunca termina, por que las flores que aquí crecen; son de asfalto, son del barrio.

Nezayork_13


Equilibrio

flickr.com/photos/hormigadejade

14_Nezayork


flickr.com/photos/hormigadejade

Nezayork

Nezayork_15


Nezayork

Porque las flores que aquĂ­ crecen son de asfalto, son del barrio.

flickr.com/photos/hormigadejade 16_Nezayork


Se paró junto a la puerta, echó una mirada afuera. Salió y abrió su paraguas. Otra vez caía mierda del cielo.

Cotidiano Por El Hombre Casa


E. Monroy

La ciudad estaba viva Por Enrique Monroy @danssk «Y ella es mi mañana. Digo su nombre». Di nunca, La niña del pelo raro. David Foster Wallace

https://sites.google.com/site/tenegromx

18_Estaba viva

Viridiana me dijo que se sentía viva, con el viento golpeando su cara y escuchando el sonido de los automóviles y los gritos de los vendedores urbanos que recorrían Reforma mientras giraba sobre su eje con los brazos extendidos. Ella era camarera y yo supervisor en el Four Seasons. A diario caminábamos desde Burdeos hasta Insurgentes para ir al metrobús, de ahí, bajábamos hasta 18 de Marzo, en donde nos quedábamos conversando frente a los Bisquets por largo rato para besarnos casi a escondidas, en un lugar que, a pesar de ser concurrido, delataba la lejanía de lo bello y la cercanía de lo miserable. Después de cada despedida, ella abordaba el RTP hacia Aragón y yo el metro hacia Indios Verdes para viajar hasta Tecámac. Pero desde hace algunos días, nos hemos quedado más tiempo de lo acostumbrado sentados en unas bancas de cemento frente al Cielito Querido, en Havre. —¿Por qué te gusta tanto este lugar?, reconozco que Montevideo no es lo mismo que aquí, pero no sé, me gusta más besarte allá —dijo Viridiana. —Aquí me siento bien, tú misma lo has dicho, y tienes razón, esto me hace sentir vivo. Viridiana, como todas las mujeres, calmaba su ímpetu cuando se le otorgaba razón. —Es que, tengo tantas ganas de tenerte, es viernes y Marilú nos invitó a ese bar y... la verdad es que hoy deseo mucho estar contigo —dijo Viridiana. —¿No verás a tu novio? —No... hoy no.


Estaba viva

Viridiana tiene una sonrisa marcada que la distingue de las demás, sus dientes están muy bien alineados, motivo por el cual surgió nuestro primer beso, yo miraba sus dientes y ella creyó que eran sus labios, pero sus labios no son tan estéticos como ella piensa, en realidad es su pelo rojo, su pecas en la mejillas, su risa espontánea nacida de la nada, su extroversión y su postura a favor del liberalismo lo que me hace estar con ella todas las noches, cada que salimos del trabajo. Sin embargo, nuestra relación no podría ir más allá de momentos, no puedo darle lo que ella me ofreció al decirme que dejaría a su novio. No se necesita acostarse con una mujer para saber que te pertenece. Sabía que Viridiana me pertenecía, pero no podía llevar una relación normal porque mi naturaleza es de otro tipo, soy un observador, un vigilante. Fue así como encontré, entre toda la algarabía de Reforma, a la mesera del Cielito Querido una tarde a finales de octubre. La vi caminando por Insurgentes. Entonces la seguí. Aquella noche el cielo estaba completamente despejado y se podía ver el azul profundo del paraíso. A Viridiana le encanta caminar por todo Reforma porque le gusta estar entre el bullicio, ella no puede leer nada si no escucha desorden, por eso lee en el metro, se sube en Impulsora y viaja hasta Buenavista, ahí cambia de dirección para regresar hasta Ciudad Azteca, sentada, leyendo. Lo hace las veces que sean necesarias hasta que termina. Por esa razón caminamos a paso lento por Reforma, por ella; y así fue, buscando entre toda la gente, entre todas esas bufandas de colores oscuros, otoñales, entre todos esos gorros tejidos, entre todos esos abrigos y esas chaquetas y esos suéteres, como vi a la mesera del Cielito. Me propuse verla a diario, y por esa razón hemos dejado, Viridiana y yo, de besarnos en Montevideo. Podría decirle todo a Vi, pero dudo que lo entienda. No creo que nadie lo entienda. Así que mejor debo callarlo. —Deberíamos ir juntos, ya todos lo saben, Armando, Lupe, Carla, Horacio, todos esperan que lleguemos juntos, no sé por qué debemos estar tan separados si todos nos quieren ver juntos —dijo Viridiana. —Tengo que pasar a casa de mi hermano a dejarle unos documentos, tan pronto lo vea, voy al bar, pero... no te aseguro nada —dije. Era la primera vez que miraba triste a Viridiana en pleno Reforma, en medio de toda la gente. Se tallaba su nariz con la muñeca derecha, miraba los autos, luego al suelo, después a las hojas caídas de los árboles. Al final me veía con esa melancolía que toda mujer adquiere cuando no se siente amada.

Estaba viva_19


E. Monroy

—Supongo que debo irme, se me hará tarde y todavía tengo que dejar pasar al menos dos camiones para no ir tan apretada. Me acaban de mandar un mensaje, ellos van para allá, así que debo irme —dijo Viridiana, mirando los automóviles. —Te acompaño entonces. La caminata hacia la estación me pareció muy rápida. Es terrible acompañar a alguien sin conversar un poco, pero Viridiana era lo suficiente amable para sonreírme cada que me miraba. Quizá era la falta de motivo que tenía Vi para reclamarme algo, la ausencia de ese derecho a cuestionarme algo que le afectaba, y por ese motivo debía ser política y educada. Cuando llegamos, me detuvo en la entrada y me dio un beso corto pero lento, una manera de recordarme que ahí estaría, para mí. «Te cuidas niño» me dijo, y se fue. Después de verla marchar, crucé Insurgentes para regresar a Reforma, fui a un Oxxo y compré un capuchino. Caminé en dirección a Havre y me senté donde minutos atrás me encontraba con Viridiana, pero ella no estaba y sentí un hueco en el estómago. No era la primera vez que aguardaba hasta tarde sin Vi, muchos viernes y algunos días entre semana hice lo mismo, quedarme a esperar a la chica de cabello lacio negro y 1.65 de estatura, de labios generalmente resecos y uñas cortas de distintos colores. Sabía que la mayoría de los viernes regresaba sola a casa porque sus compañeros, quienes la acompañaban y bajaban en Poliforum, se quedaban a beber en algún bar de la zona y ella, según me percaté las veces que la seguí, era madre de un bebé. Por eso decidí que todo sucedería un viernes, no podría ser otro día. Tomé el móvil y le marqué a mi hermano.

—¿Cómo estás, carnal? —dije. —Bien, todo bien, ¿y tú, qué dices?

https://sites.google.com/site/tenegromx

20_Estaba viva

—Aquí, saludando —dije. —¿Qué harás al rato?, quería ver si pasaba a dejarte los papeles. —No, no puedo, ya te había dicho que no podía, hoy trabajo hasta tarde, ¿lo olvidaste? —¡Oh sí!, me olvidé de ello. Pero puedo pasar a dejártelos con el portero si gustas. —Como quieras, ¿a qué hora irás? —No lo sé, hay mucho tráfico y esperaré un rato para abordar el metrobús, pero te mando un mensaje cuando los haya dejado. —Ok, cuídate. Colgamos. Guardé mi móvil en el pantalón y lo apagué. Comencé a preparar todo. Miraba hacia los ventanales del Cielito Querido intentando ver a la mesera hasta que la distinguí entre los clientes, conversando con el Gerente. Reía, como siempre.


Estaba viva

No recuerdo cuanto esperé, pero era tarde cuando por fin la vi despidiéndose de sus compañeros. El tránsito de personas había disminuido, y ahora los automóviles con música alta eran constantes. Las luces parecían más brillantes, y la gente envuelta en ropa oscura y elegante comenzó a deambular por los bares cercanos. Casi no fumo, pero esa noche lo hice, lo hago cada que estoy nervioso o pensativo y sin esperarlo, a mis pies yacían tres colillas de Camel. Miré el reloj y eran las 11:05 de la noche, una noche que de pronto comenzó a sentirse fría. Después de quince minutos, salió. Vestía un chaleco negro, pantalón de mezclilla entallado y una blusa de manga larga a rayas que le cubría del fresco de la noche, llevaba el cabello recogido por una liga y mascaba chicle con cierta intensidad. Me levanté y la seguí como siempre. No caminaba rápido, sino como todos lo hacen en Reforma, un poco lento. Al estar debajo de una hilera de árboles, cambié mi sudadera por un suéter y me puse una gorra color crema. Las luces de los automóviles parecían fuegos pirotécnicos que me hacían volver la mirada una y otra vez, y las paredes encendidas por el aura magenta de la luminaria de algunos bares, calmaban un poco mi ansiedad. Quería alcanzarla y hablarle, pero no encontraba una manera adecuada para hacerlo, deseaba estar cerca de su boca, pero sabía que eso era una cosa imposible de hacer a la manera correcta. Así que respiré hondo y continué caminando.

El tiempo pasa rápido cuando se viaja en el metrobús, exploración de rostros desconocidos, mismo espacio, análisis de gestos, de sonrisas, de ojos, de poses, búsqueda de lo deseado inalcanzable. Flashes, luces blancas, navegación suave, más rostros desconocidos, más exploración de rostros. Búsqueda extensa. Pero esa noche no. Por esa noche no. La miré todo el tiempo que pude, la observé más de lo que acostumbraba, quería mantenerla en mi memoria corta por mucho tiempo, y noté que su cabello era más largo de lo que pensaba, que esa noche sus labios no estaban resecos y que mientras mandaba un mensaje por el móvil movía la boca y sonreía. Cuando alzaba la mirada, yo solo me agachaba lento y simulaba leer Margarita de niebla. Ella entonces se olvidaba de mí. Al momento en que se abrieron las puertas del camión, un golpe de frío entró por debajo hasta darnos a todos en el rostro, moviéndonos el cabello. La crudeza de la ciudad nos recibió con una luna encendida que alumbraba las aceras negras. La busqué y la vi bajar y caminar hacia Ciudad Universitaria.

Estaba viva_21


E. Monroy

Apresuré mi paso y la observé mirar el cielo antes de cruzar Insurgentes. Supe que la necesitaba, la conocía tanto. Saqué de mi mochila un paño y un frasco pequeño de cloroformo, respiré profundo, mojé la tela, caminé hasta tenerla cerca, guardé el frasco y justo cuando estábamos por entrar a la plaza central, llamé su atención. —Disculpa —dije. Ella volteó sonriendo y cuando se disponía a analizarme, llevé el paño a su nariz y en una reacción natural me tomó por las manos, pero todo fue cuestión de tiempo hasta que sus ojos comenzaron a desvanecerse. Mientras caía, la arrastré un poco detrás de un par de árboles y la tumbé en el pasto. La miré con detenimiento, su piel era tersa, juvenil y su cabello tan suave que cada hebra resbalaba lento entre mis dedos. Era mía, y de pronto sentí una tranquilidad plena. Al fondo del ambiente se escuchaban sirenas de patrullas, motores de camiones, cláxones constantes, ladridos intensos, las hojas de los árboles chocando entre sí. La ciudad estaba viva. Volví a mirarla, y supe que no había marcha atrás.

México, octubre 1-2, 2014

https://sites.google.com/site/tenegromx

22_Estaba viva


«En este mundo traidor nada es verdad ni mentira todo es según el color del cristal con que se mira» Ramón de Campoamor

Del lat. tardío perspectīva [ars], óptica. 6. f. Visión, considerada en principio más

ajustada a la realidad, que viene favorecida por la observación espacial y temporal.


Foto_Gabrielle Vázquez Texto_Mariana Orantes

Infancia

Enterramos monedas en el jardín Para que brotara el árbol del dinero No le digas a nadie Pero yo regresé Y robé las monedas.



Omar Téllez

Desayunando con un bizcocho Por Omar Téllez @Chomarelo

Me encontraba despierto en el punto exacto donde la madrugada es más oscura y el frío te hace recordar cuan vulnerable eres; la razón de mi insomnio eran los nervios previos a un día importante, esa ansiedad que te impide juntar los párpados a pesar del cansancio acumulado por el día anterior. Las horas pasaron, la luz del sol rompió con las tinieblas y poco a poco llegaba a mí el optimismo que me llevaba a pensar que todo saldría bien. Luego de un baño y una taza de café salí de mi casa rogando porque el transporte público tuviera un poco de piedad; justo cuando realizaba el primer transborde recibí un mensaje cancelando la esperada reunión, mensaje que provocó el encuentro que narraré a continuación. En mi cabeza se procesaba la idea de que la cancelación sería definitiva y no habría opción a reagendar y junto con mi pesimismo llegaba la resignación y la calma, así que decidí no regresar directamente a casa y mejor ir a una pequeña cafetería que solía frecuentar años atrás. Pareciera que el tiempo ha decidido ser bueno con el lugar y detener su curso; todo está idéntico a como lo recuerdo. Los mismo manteles, las mismas cortinas, los mismos empleados; incluso el rostro de la amable viejita que atiende es el mismo, ni una arruga más ni una menos. Idéntica. Me senté en donde siempre lo hacía, es decir, en la mesa más apartada a la ventana, junto a la barra que divide la cocina del área de comensales. Se acercó a mí Doña Gilberta, con su mandil rojo que contrasta con su blusa floreada, su falda azul y sus zapatos negros. Me reconoció y preguntó, —¿lo de siempre, chino? —sonreí y le dije que sí. En menos de cinco minutos ya tenía en mi mesa un plato de chilaquiles con huevo, un vaso de jugo de naranja y un tazón con melón picado. —El café me lo trae cuando termine esto, por favor —le dije.

26_Desayunando


—Ya sé, chino, ya sé, —me dijo Doña Gil, como le decimos todos los clientes del lugar. El aroma y el sabor seguían siendo los mismos a como los recordaba. Con el primero bocado se derrumbaron los rastros de nervios que aún quedaban en mí. Llegó la hora del café y junto con la taza llegó una charola con pan. Escogí uno y Doña Gil la retiró. —Buen día, joven —dijo la pieza de pan. —buen día, respondí. Y ahí comenzó la amena charla. «Si quiere váyame mordiendo en lo que platicamos», me dijo con tono amable que hacía ver aún más antojable la capa de chocolate que lo cubría. —¿Que no le duele? —Duele, pero da satisfacción, nosotros sabemos para qué somos y preferimos eso a terminar malolientes, verdosos… es como si tuviéramos gangrena, pero en todo el cuerpo, es horrible. En la panadería de donde yo vengo se contaban historias terroríficas al respecto. Me cuenta con una expresión tranquila que el viene de un lugar pequeño, con sólo dos trabajadores. —Ahí es donde de verdad nos hacen con cariño, compare el sabor de alguien como yo con alguien que venga de una de las grandes panaderías… usted se va a dar cuenta de dónde está el amor —dice mientras ríe. Procedo a darle una mordida más y alcanzo a percibir una expresión de dolor. «siga, siga, no se preocupe, le digo que una sabe a lo que viene» comenta al percatarse de mi preocupación. Luego del silencio incómodo e involuntario, el pan rompe con la tensión suplicando que no lo vaya a «remojar». Ni en café ni en leche. —Es una marranada, dice mientras suelta una estruendosa carcajada.

—Además quema, eso sí que nos lastima. No sean así, de verdad, —concluye. Me comenta que también ellos tienen familia, son hermanos todos los panes que nacen de la misma masa y siempre procuran irse acompañados, para ellos es muy triste que la gente compre sólo un pan, porque la agonía la viven solos. En cambio, cuando se van acompañados, la tensión disminuye y los últimos momentos la pasan en familia, divertidos. —A veces nos burlamos de los que nos compran, ustedes tienen hábitos muy extraños, —dice. —¿Y usted como sabe todo eso? —Le pregunto. —¿Resucitan? ¿Tienen alma y la misma va transportándose de pan en pan? Hay un silencio en la mesa. Me observa. Doy un trago a mi café, le doy una mordida y vuelvo sorber de la taza anaranjada. El pan voltea la mirada, observa el mantel, después me vuelve a mirar y sonríe. —Ya me cayó en la mentira, Chino, ¿no le molesta que le diga así, verdad? —Para nada —le contesto. —Es raro encontrar a alguien con quién platicar antes de morir, discúlpeme si mis mentiras le ofenden, pero noté en su rostro cierta desilusión y quise hacer más amena su mañana. —No se preocupe, fue un placer hablar contigo. Con permiso, procederé a terminar de desayunar… de verdad logró su cometido. Ambos sonreímos. Después de dar el último trago, reflexiono: ¿Qué más da que el amable pan haya inventado tanta cosa? De todos modos yo también acaba de inventar estas letras. Y sí, estoy loco, ¿Ustedes?

nosemeocurriounbuennombre.blogspot.mx

Cuento

Desayunando_27


Interv Interview/

about.me/luisadejesusr

28_Interview


view/ Luis Arcadio

Nacido en Valhalla (en Westchester County), Nueva York de padres puertorriqueños quienes se aseguraron de que sus hijos le dieran una gran importancia a sus raíces latinas. Aunque he vivido, junto con mis dos hermanos, en varias partes de E.U. incluyendo Puerto Rico la mayor parte de mi crianza fue en el Condado de Westchester en los suburbios al norte de la ciudad de Nueva York. A los 23 años de edad (en el 1991) gracias a una amistad mexicana conocí a otras personas en la Ciudad de México. Vine de visita varias veces en esa época y acabe quedándome a trabajar para un grupo de empresas en el área de comercio exterior. En 1994 conocí a mi esposa con quien vivo actualmente y con quién procreé un hijo. En el año 2000 comencé a a trabajar para una multinacional en los Estados Unidos regresando a México un año después al D.F., donde he radicado desde entonces. Hoy continúo trabajando en comercio exterior, manejo una pequeña empresa con mi esposa, y trato de madurar en la fotografía. Aunque siempre me habían llamado la atención los artes, la psicología, y una variedad de ciencias sociales acabe finalmente con una licenciatura en administración de empresas obtenida en E.U.

about.me/luisadejesusr

Neoyorkino de padres puertorriqueños, radica en México y captura la esencia de la vida cotidiana en las calles de nuestro país, Luis Arcadio de Jesús nos cuenta cómo vive su realidad fotográfica.

Interview_29


Interview

¿Por qué fotografía? La fotografía me permite preservar momentos; documentar mi vida y la de otros tal como la veo y la experimento.

Siempre con la cámara en mano, por que hay vidas apasionantes en todas partes: entre nuestros amigos, nuestros familiares, nuestros colegas de trabajo, pero si quieres encontrarte con otras vidas interesantes (en las palabras de un sabio fotógrafo) tienes que ponerte delante de ellas, tienes que buscarlas.

www.nombrenecesario.com

30_Interview


Luis Arcadio

La fotografía me ha permitido explorar la naturaleza humana de los demás así como la mía. Aprendes una y otra vez que nada es como parece a primera vista y que no siempre puedes confiar en tus esquemas de como funciona el mundo y los demás; sobre todo la fotografía te enseña a ver.

www.nombrenecesario.com

¿Recuerdas tu primera cámara? Mi primera camara fue una Minolta de 35mm con un lente de 50mm f/1.2

Interview_31


Interview

Siendo extranjero, ¿Las tomas en México tienen algo distintivo? Sólo en el aspecto de que se tratan de momentos que son interesantes para mí; que se toman desde el punto de vista de un persona que viene de otra sociedad, donde lo que se ve y se vive es diferente en aspectos que todos sabemos. En otras palabras, lo que es significativo para mí muchas veces le es totalmente ordinario y nada llamativo al mexicano porque lo ha experimentado toda su vida. La Ciudad de México tiene una vibra única, un caos ordenado. México goza de mucha modernidad pero con un toque de lo tradicional y lo exótico que lo diferencia mucho de mi tierra natal.

www.nombrenecesario.com

32_Interview


Luis Arcadio

www.nombrenecesario.com

¿Una anécdota relevante de alguna fotografía? Tengo una foto de mi mano jalando el apagador de un foco de luz. Esa se tomo en un momento muy difícil de mi vida, de mucha confusión y dolor. Para mi simbolizaba el deseo de simplemente apagar todo, el deseo de que fuera tan fácil como picar un switch y que todos los problemas se esfumaran. Iba a guardar la imagen en mi disco duro junto a muchas otras que nunca he colocado en mi blog cuando por algún motivo me animé a subirla. Días después un amigo en Francia me escribió diciendo que se había puesto a lorar cuando la vio. El entendió inmediatamente lo que yo estaba sintiendo al crear la imagen ya que el estaba pasando por un momento oscuro en su vida personal. Fue ahí donde entendí el poder de la fotografía como medio de expresión y como una imagen puede revelar los que nos une a todos como seres humanos.

Interview_33


Interview

34_Interview


Luis Arcadio

Ciudad favorita: Hong Kong Hobbies: News Junkie (ciencias sociales de todo tipo, historia, tendencias mundiales, etc.) cross fit, coleccionar libros porque me recuerdan lo poco que sé y el ajedrez. ¿Si fueras una cámara cuál serías? Pentacon Six

about.me/luisadejesusr

Datos random:

Interview_35


Autoretrato Ésta que ves aquí Creció en un patio de cemento, con un perro faldero y malcriado Fue educada en una cocina llena de tías La mesa cubierta con un mantel limpio como centro del universo Y los amigos alegres permanecían vivos en sus casas Casas ahora edificadas en el vientre de no sé qué ser inmundo Que espera devorar a sus hijos Como devoró a ese de la esquina que un día sin querer me empujó Y vi sus ojos colmados de violentas llamas Como quien tiene la esperanza prendida al cuello Y lo ahorca y lo aprieta y casi lo mata Casi, pero no.


Foto_Gabrielle Vรกzquez Texto_Mariana Orantes


Contando

Nunca me gustaron los gatos. Por Guillermo Juárez Cedillo @Memowski_

twitter.com/Memowski_

38_Nunca me gustaron

Después de la tempestad viene otra tempestad, eso de la calma es algo que los cobardes nos inventamos como un consuelo más a cada situación que nos niega amparo. La noche en que lanzó la pregunta el tiempo se me detuvo como cañón, por años pensé que el cuestionamiento digno de esa situación era algo exclusivo de nosotros los hombres… ¿Qué iba yo a responderle? ¿Qué no estaba listo aún? ¿Qué no estaba dispuesto a incriminarme? ¿Qué quería vivir unos años más? Me resultaba difícil darle un no a esos pequeños ojos afelinados. Hace un año que Alexa se fue a estudiar la maestría a Europa, nunca me pidió opinión y a decir verdad preferí no meter mi cuchara en el asunto. Llevábamos en ese entonces cinco años de relación sin la necesidad de que uno tuviera que compartir la cama con el otro, al respecto ella decía que sí pasaría pero nunca se atrevió a decir cuándo. A su partida comencé a trabajar en la editorial que se ha devorado el último lustro de mi vida con la esperanza de remodelar la pequeña casa que he habitado desde la muerte de mis padres. Una tarde de Julio llegó a la editorial la chica nueva que ocuparía la dirección de recursos humanos, su elegancia para vestir y yo pronto encontramos una complicidad producto del trabajo en equipo y de las miradas que nos balaceábamos de un lado de la oficina al otro. En pocas semanas los secretos entre nosotros pasaron a ser mero objeto ornamental, incluido su nombre completo; en la oficina todos le conocían


Memo Juárez

por “Dianita”, para mi desde el primer momento fue Celina. Cuando fue su vigesimosegundo cumpleaños un grupo de compañeros de la editorial se animó a llevarla a la cantina que se escondía en la calle de Donceles. Todos los que laborábamos en el lugar queríamos con ella algo más que una simple noche de copas, pero cuando ellos apenas iban con la leche yo regresaba ya con el queso. A pesar de ser la única mujer presente aquella noche en el grupo, demostró severo aguante ante las consecuencias del alcohol: uno por uno los compañeros fueron cayendo hasta que nosotros dos nos llevamos el nobel a la sobriedad. Me bombardeo con una sola mirada y jugueteó con su cabello chino mientras sus labios se entreabrieron.

A la cumpleañera no se le podía decir que no, llegando al lugar el mesero se mostró sorprendido cuando se atrevió a pedir dos botellas de vodka, la formalidad se le desprendió y comenzó a hablarme de bisturís, implantes de senos y de algunas aventuras alejadas de la heterosexualidad que había vivido en la preparatoria. Mi casa siempre fue irrefutable y callada, en ella solo existían dos cosas que rompían el silencio: el piano de Chopin y los ladridos del Eugenio. Como la madrugada había caído sin brindar tregua alojé en mi casa a Celina; tuve que sacar al perro al patio porque no le quitaba la mirada ni pretendía dejar de ladrar hasta que la residente de una noche saliera huyendo con los tímpanos rotos. Con su llegada la casa se armó con un ambiente blanquizco, el piso tenia exactamente tres meses sin ser pisado por alguien que no fuera Eugenio o yo. Hace tres meses la última persona que invadió la casa fue el fontanero. Le ofrecí mi recamara y aventé un par de cobijas al sillón grande de la sala para cubrirme del frío. Le preparé un café para acomodar bien el alcohol alojado en nues-

tros estómagos mientras charlábamos en la sala infestada de ropa sin planchar. —¿Viste ayer a Rodríguez tirándole el perro a Marcela? Ahora resulta que todos están enamorados. —Tú tan curiosa, que bueno que no me enamoro seguido. ¿Crees en el amor a primera vista? —Para nada, yo creo fielmente en el sexo a la primera noche.

twitter.com/Memowski_

—Somos los únicos sobrevivientes a esta masacre ¿Ahora a donde nos vamos mi buen Alfredo? —¿A dónde quieres ir Celi? —Vamos a un club nocturno de topless y tubos. Siempre he tenido curiosidad.

Nunca me gustaron_39


Contando

Aquella noche fue la misma en que sentimos nuestro primer orgasmo. Alexa permaneció incomunicada todo el tiempo conmigo, desconozco si por la maestría o porque ya no le interesó regresar. Celina llegó un día con un taxi lleno de maletas para instalarse en mi casa. El perro nunca la quiso. Cuando ella se mudó varias cosas cambiaron en la casa. El silencio que tanto me invitaba a quedarme en casa a solas todo el día era fulminado por canciones del pop británico cuyos discos ocupaban el buró que pertenecía anteriormente a la colección de Chopin y Strauss. Pegó la cama a la pared porque al pernoctar se movía como ajolote xochimilquense secuestrado en una bolsita de hule. Trasladó el librero de mi habitación a la sala, arrancó los geranios del jardín para plantar claveles, le puso una tapa al inodoro —nunca había tenido yo necesidad de ponerle una—. Eliminó a las arañas que yo tenía por mascotas en los rincones altos de las paredes, quito el hilo con la campana y puso un timbre eléctrico, descolgó los cuadros de Velasco para colocar retratos de David Bowie, puso en el toallero del baño mis libros de Ibargüengoitia para dar paso a los de psicología en el librero y pintó la fachada de un chillante color amarillo entre otras tantas pavadas más que ya se le irían ocurriendo con el paso del tiempo. El ropero se dividió en dos naciones; la unión de repúblicas socialistas de la mezclilla y las fachas contra los Estados Unidos de la ropa de marca y los abrigos de mink. A pesar de tanta chingadera, le perdonaba todo porque nadie me había hecho el amor de manera tan sublime. Me fileteaba una mirada por unos largos segundos para continuar pasando su coqueta lengua de gato por todo mi cuerpo; hacíamos el amor desafiando a la política, a la economía, a la religión, a la moral, a las twitter.com/Memowski_

40_Nunca me gustaron

a la moral, a las estadísticas,

“hacíamos el amor desafiando a la política,

a la economía, a la religión,

estadísticas, a la coyuntura, a la racionalidad, a los rusos, a los franceses y hasta a la higiene. Había ocasiones en que sospechaba ligeramente de mi zoofilia: después de unas tres o cuatro jornadas mi espalda aparentaba ser la droga de sus uñas de gato, sus gemidos se prolongaban con una solidez que aparentaban ser un maullido. El duelo terminaba casi a muerte frente a la ventana de la recamara que nos mostraba el rio luminoso que transita sobre el eje central. Nunca entablé conversación alguna con mis vecinos, pero a partir de esas noches supieron mi nombre gracias a los maullidos de Celina. Nunca me gustaron los gatos, una tarde llegó con una caja en brazos cuyo interior albergaba a tres pequeños felinos. —Mira, pobrecitos, los acabo de adoptar porque estaban frente a la puerta de la casa abandonada. —¿Y quién les dará de comer? —No te preocupes, yo correré con los gastos de su alimentación; es más, échale un ojo al patio para ver lo que acabo de comprar.


Memo Juárez

a la coyuntura, a la racionalidad,

a los rusos, a los franceses y

—Este ha sido el mejor orgasmo que hemos tenido, cásate conmigo.

hasta a la higiene.”

Por años pensé que en tal situación la propuesta era algo exclusivo de los hombres, pero con Celina rompí el esquema. Ahora ella formaba parte mayoritaria de mi vida y como se debe hacer con toda mujer que viene a darle un giro inconmensurable a la vida de un hombre tomé la decisión más lógica: olvidarme de ella.

twitter.com/Memowski_

Salí presuroso para encontrarme de frente con una casa para perro que aún tenía la etiqueta de la tienda. Rompí en cólera y tuve con ella la peor discusión que habíamos podido dramatizar, al final del día la casa de perro terminó en la basura y los gatos encerrados en la habitación vacía. Mas como ritual que como costumbre, en la noche terminamos haciéndonos el amor. Se sabe que después una problemática la reconciliación implica una buena noche de masajes y la confirmación de la tregua a través del sexo. En cuanto terminó la noche más larga que habíamos tenido, Celina me tomó de la mano con entusiasmo mientras la sonrisa se le asomaba a través de las pupilas; nunca la vi tan satisfecha como en aquel instante. En cuanto le devolví la sonrisa un ruido explosivo entró desde la avenida por la ventana, sin soltarle la mano nos dirigimos al pie del ventanal para ver descender del cielo una luz celeste acompañada de un sonido tan singular que nunca habíamos escuchado. Bien podría tratarse del fin del mundo, pensé. Mi temperatura aumentó considerablemente al igual que la de ella, lo pude notar a través de su mano. Nuestros ritmos cardiacos se coordinaron para bailar al unísono, nos miramos y nuestras pupilas engrandecieron. Sentí un ejército de hormigas subir desde mi pies hasta el cerebro mientras a ella le circulaba alegría por las venas. La luz fue descendiendo hasta que todo lo existente se transformó en la nada, una ceguera que simulaba mostrar una hoja en blanco se apoderó de mí por eternos segundos. Al recuperar paulatinamente la vista volví a vislumbrar la figura de Celina recostada a un lado mío mientras las sabanas le cubrían la mitad del cuerpo. Me tomó de la mano mientras nuevamente la sonrisa se le salía de las pupilas. Sus labios se entreabrieron dispuestos a transmitirme su mensaje:

Nunca me gustaron_41


Poética

Por Aldo Vicencio @WalrusRevolver

I. De vez en vez me ha - ces ese juego que me baña en saliva que jode las esquinas de la ciudad, entre las húmedas y temblorosas bocas de rostros recortados Me ha - ces, de vez - en - vez , y yo ya (me) corro como en altavoz al fondo del vagón - la prisa huye del tren.

II. Tanto como pueda darte el deseo, corre(te).

42_seis deseos


Aldo Vicencio

III. Caminas sola en la ventana perdiste tu falda lo más honesto que has hecho ni los libros fotografiados ni las letras escritas solo esa falda ausente dice todo de ti (.)

IV. Yo ya no soy yo Yo ya no estoy Seguido de sombras desnudas, yo ya no soy yo, ni me hallo dentro de mí. brillo sin mí, y solo para ti, tú dentro Mi. Yo ya me fui y tú sigues aquí, continúas en mi lugar. ¿Cómo volver en sí, como volver para sí? No sé, no quiero, Yo sigo aquí, viéndome y viéndote.


Poética

V. Una vuelta

- crujen los labios -

Otra vuelta

- crujen los dedos -

Un monstruo cavernoso me acecha - vigila y caza me hostiga y me ataca No es una obviedad Las obviedades no esperan.

VI. Sentencia de nuestros cuerpos: la llama de nuestras sombras es invocada. presencias flamígeras rondan el departamento el ca -os se desli-za en el sudor de nuestra intimidad todo y sobre

sobre uno

otro de (nos)otros https://twitter.com/walrusrevolver

44_name section

en el amanecer que esta detrás (de) las apariencias de dos cuerpos frágiles y desnudos.


ANA CRU SA /

Por El Hombre Casa

1. Amarillo Para los venturosos los tristes los alegres quienes viven en Lunes eterno. Dejar todo no dejar/se Un poco de sangre frĂ­a

riesgo

Decide. Tres segundos

anacrusa_45


III. Verde (suspira) avanza

II. Rojo Es común encontrarme aquí. Ambiente inconmovible donde casi es imposible toparme con un fantasma No existe nada más allá de mi nariz ni detrás de mi nuca Con el tiempo justo para poner en posición correcta de la garganta

Y poder imitar una nota.

Dejar que el globo se detenga Y la ficción nos atrape por algún tiempo Lo suficiente para advertir la presencia De una mirada de género humano Y un ligero hoyuelo en las mejillas.

46_name section

Esperar


www.flickr.com/photos/antakistas

Fotografía: Carlos López Dávila


Barlume colectivo

www.nombrenecesario.com

Se trata de un grupo de amigos con una pasión en común: ofrecer fotografías que puedas contemplar pero que también te hagan pensar y sentir. El colectivo nació en marzo de 2013, poco a poco han ido picando piedra para exponer sus trabajos y dar a conocer los resultados de sus experimentaciones y registros fotográficos.

48_Barlume


Barlume

La motivación principal de los integrantes de Barlume es dar paso a una nueva generación de jóvenes fotógrafos que se expresan a través de la fotografía para fomentar la mirada crítica y reflexiva de las situaciones que nos rodean en la gran ciudad mexicana.

«Trabajamos sobre inquietudes personales, cada trabajo realizado es por un sentir propio del autor, a nadie se le obliga a crear algo por encargo, en trabajos colectivos como se toma en cuanta la palabra y la opinión de cada integrante» —Daniel Bustamente.

Barlume_49


Barlume

Cada mes se realizan mesas de debate y encuentros al gusto para charlar sobre fotografía o temáticas de trabajo, así como para criticar y evaluar los trabajos realizados por los integrantes del colectivo.

Cualquier interesado puede asistir y pasar un rato entre amigos y plática de 35mm. Las invitaciones se extienden a principios de mes a través de sus redes sociales.

barlume.wordpress.com

50_Barlume


Ángel Guzmán

Daniel Bustamante

Dulce Villagómez

Gerardo Cruz J. Luis Ortiz

Carla Susano Lucía Espinoza Alejandro Nutes David Rodríguez

Carlos Sánchez

René Valdés

Manuel Neunte

Luis Ramone

Daniel Cruz

Barlume_51


Barlume

52_Barlume


Con贸celos m谩s en: facebook.com/BarlumeColectivo barlume.wordpress.com

Barlume_53


Review

Ritmo ci ta di Al hablar de cualquier paisaje urbano hablamos de caos poblacional, y lo expotenciamos si hablamos de la gran metrópoli mexicana: La Ciudad de México. Sin embargo el caos no es aleatorio ni accidental, bien lo señalan los fisico-matematáicos «El caos es mucho más ordenado de lo que creemos, en el caos hay patrones, hay ritmos».

barlume.wordpress.com

54_Ritmo Citadino

Para encontrar el ritmo en el caos de la capital chilanga hay que pararse a observar que está pasando al rededor; el marchar de las masas te van llevando entre su agitación, no podemos ir a nuestro propio ritmo, o te unes o pareciera que quedas fuera e incluso te vuelves un estorbo que desafina con dicho ritmo.

Barlume Colectivo


Ritmo citadino

no

Ritmo Citadino_55


Ritmo citadino

56_Ritmo Citadino


barlume.wordpress.com

Ritmo Citadino son las pausas y prisas de la ciudad de MĂŠxico pero tambiĂŠn es su gente, su trĂĄfico, sus formas y su diversidad general.

Ritmo Citadino_57


Review

Este trabajo fotogrรกfico realizado por Barlume Colectivo, representa fragmentos de patrones de esa vida en la ciudad, desde la muchedumbre en el metro hasta los distintos paisajes contemplativos que guarda la ciudad y que pueden hacer mรกs apacible este ritmo de vida.

58_Ritmo Citadino


barlume.wordpress.com

Ritmo citadino

Ritmo Citadino_59


Review

Mostrar algo más que sólo cotidianidad fue la principal motivación para realizar este trabajo, ofrecer espacios simétricos, rostros, situaciones que la gente no querría o podría apreciar por si misma debido a la misma prisa con la que vive. Tomando como sedes los barrios donde ellos mismos habitan, el transporte público usado por millones de ciudadanos a diario y lugares icónicos de la ciudad.

60_Ritmo Citadino


Ritmo citadino

MĂŠxico, Distrito Federal.

barlume.wordpress.com

Prisa. Caos. SimetrĂ­a y tiempo. Ritmo Citadino

Ritmo Citadino_61


Un tipo de Amor

Para Raúl

Me cuentas que Aristóteles ha dicho Que la mejor forma de describir algo Es por sus atributos. Yo lo entiendo así: –una tetera manchada con pocillos interminables de té verde –una cama que nunca termina de estar hecha –libros en los que compartimos recuerdos –versos que se repiten en poemas diferentes –escribir la palabra amor al revés en el aire –una silla, una cama, una ventana chiquita –5 años de larga espera –nuestros fantasmas en cien años preparando el desayuno –la cita que tenemos pendiente a las 3:15 hora del centro. –nuestros nombres en el sueño de los gatos –este poema, recordatorio de lo anterior.


Texto_Mariana Orantes Foto_Gabrielle Vรกzquez


64_Declaraciones

Declaración de Odio (fragmento)

Te declaramos nuestro odio perfeccionado a fuerza de sentirte cada día más inmensa, cada hora más blanda, cada línea más brusca. Y si te odiamos, linda, primorosa ciudad sin esqueleto, no lo hacemos por chiste refinado, nunca por neurastenia, sino por tu candor de virgen desvestida, por tu mes de diciembre y tus pupilas secas, por tu pequeña burguesía, por tus poetas publicistas, ¡por tus poetas, grandísima ciudad!, por ellos y su enfadosa categoría de descastados, por sus flojas virtudes de ocho sonetos diarios, por sus lamentos al crepúsculo y a la soledad interminable, por sus retorcimientos histéricos de prometeos sin sexo o estatuas del sollozo, por su ritmo de asnos en busca de una flauta.

Te declaramos nuestro odio, magnifica ciudad. A ti, a tus tristes y vulgarísimos burgueses, a tus chicas de aire, caramelos y films americanos, a tus juventudes ice cream rellenas de basura, a tus desenfrenados maricones que devastan las escuelas, la plaza Garibaldi, la viva y venenosa calle de San Juan de Letrán.

Declaraciones de Efraín Huerta


Los hombres que te odian no comprenden cómo eres pura, amplia, rojiza, cariñosa, ciudad mía; cómo te entregas, lenta, a los niños que ríen, a los hombres que aman claras hembras de sonrisa despierta y fresco pensamiento, a los pájaros que viven limpiamente en tus jardines como axilas, a los perros nocturnos cuyos ladridos son mares de fiebre, a los gatos, tigrillos por el día, serpientes en la noche, blandos peces al alba; cómo te das, mujer de mil abrazos, a nosotros, tus tímidos amantes: cuando te desnudamos, se diría que una cascada nace del silencio donde habitan la piel de los crepúsculos, las tibias lágrimas de los relojes, las monedas perdidas, los días menos pensados y las naranjas vírgenes.

Declaración de amor (fragmentos)

Mi gran ciudad de México: el fondo de tu sexo es un criadero de claras fortalezas, tu invierno es un engaño de alfileres y leche, tus chimeneas enormes dedos llorando niebla, tus jardines axilas la única verdad, tus estaciones campos de toros acerados, tus calles cauces duros para pies varoniles, tus templos viejos frutos alimento de ancianas, tus horas como gritos de monstruos invisibles, ¡tus rincones con llanto son las marcas de odio y de saliva carcomiendo tu pecho de dulzura!


It’s Raining Out Th It’s Raining Out There Francisco se había subido al micro, con la esperanza de llegar más rápido a su destino, el metro le parecía lento y con la lluvia que se aproximaba lentamente entre nubes grises rata, pensó que jamás iba a llegar; detestaba los trayectos largos, aunque la lluvia no le parecía algo malo, muy al contrario, le gustaba ver como las gotas de agua se estrellaban en esa superficie llamada vidrio, mientras lentamente caían al piso arrastradas por la gravedad.

entro

En el micro todo parecía normal: Queen con Bowie en Universal estéreo, gente haciendo lo que suele hacer en el transporte, todo y nada a la vez. Francisco no llevaba música en sus bolsillos, el iPod había muerto días antes y su único refugio era un libro. El libro lo había adquirido unos minutos antes, no recordaba hace cuantos, pero lo encontró, como por un llamado de magia, mientras contemplada los demás libros cuyas portadas no resultaron tan atractivas para matar el tiempo; el libró que adquirió lo hechizó al instante, como si entre ellos hubiera un lazo lectura-lector, película - espectador. Lo vio, lo tomó, y fue así como a escasos metros de la estación Viaducto, se había hecho dueño de un libro que cambiaría su día entero.

(y adentro 66_It's raining


g There Pasando la estación Nativitas y a bordo de una unidad que parecía destartalarse en cualquier momento (con esos micros, cualquier cosa puede pasar), Francisco no soportó más el aburrimiento de ir viendo cómo se cargaban más y más las nubes y abrió el libro, sin saber que ese era el presagio de una tormenta torrencial. En la página 40 del libro, Francisco no sabía a qué altura del trayecto iba, pero no pudo pasar en alto algo: que las personas que iban a sus lados se le acercaban cada vez más, por un momento pensó que querían inmiscuirse en su casi sagrada lectura, y lo pensó así porque, la lectura para él, es algo privado, personal, con lo que alguien más no debe enajenarse, a menos, claro, que sea la lectura del otro que impida que invadan su lectura; pero observó, por instinto, hacia el techo de la unidad y notó unas goteras, había comenzado a llover, pero no solo afuera, la lluvia había encontrado la forma de penetrar el acero del microbús y esa era la sencilla causa de que la gente se olvidara de la distancia razonable por la cual la gente odia viajar así.

tambi

Francisco decidió y trató de ignorarlo, sin embargo, el sería la siguiente víctima de la lluvia del interior. Un «quemacocos» improvisado en el techo de la unidad hacía que pequeñas pero molestas gotas entraran, lo que Francisco y una chica que iba a su lado izquierdo – cuyo nombre no lo sabía y no le interesaba - no pudieron tolerar. Había que buscar una solución y de no haber sido por la fémina desconocida, Francisco no hubiese seguido disfrutando de su lectura, que a esas alturas ya iba por aquellas páginas de los 50. La solución, después de llevarla a cabo, meditó Francisco, que era lo más fácil de hacer y se sintió un poco estúpido al no haberla pensado antes (era lo más fácil del mundo, bajar el quemacocos falso con un suave jalón que no implicaba mucho esfuerzo), pero su lectura no solo había absorbido su atención entera, sino su capacidad de pensar en la lluvia, no era parte de su imaginación y por lo tanto, le daba igual. Después de la página 70, francisco llegó a su destino: Xochimilco; húmedo, emanando un aroma de lluvia ácida, pero feliz, el libro resultó ileso. Puso un pie en el pavimento y con libro en mano pensó «al menos en el interior, no caían los rayos».

Por Emmanuel Guardián

también). It's raining_67


MKS

La jerarquía de la indecisión Por Mirame Casi Siempre @mirameksiempre

La cotidianidad no es búsqueda, es simplemente el impulso impropio del ser a permanecer. Cuando duermes sueñas y cuando te despiertas te enojas.

instagram.com/mirameksiempre/

68_MKS

Son las 07:45 de la mañana y pienso que los huevos con jamón que preparaba mi abuela me gustaban más que los de mi madre, no es un secreto que en la retorica de simbolismos de mi generación los huevos con jamón representan el paraíso perdido de los recuerdos más finos de la niñez y los días más felices de la juventud.


Free

cotidiana Ella se ve agradable, pareciera ser una persona interesante, tiene una bonita playera de Kill Aniston, tal vez le guste esa banda, tal vez sea una arquitecto o una profesora, tal vez sea un tipo de chica diferente que la mayoría no es, tal vez ella es justo como yo, tal vez le gustan los perros , tal vez tenga el coraje para hablarle y escucharle hablar sobre los libros de Kerouac, tal vez no me haga gestos de incomodidad y le guste, tal vez tomemos el mismo transporte juntos y la conversación fluya, tal vez el viaje se haga más rápido para los dos, tal vez le diga que me gusta su playera, tal vez le diga que quiero volver a verla de nuevo y ella se sonroje apenada y me diga que sí. Tal vez todo ahora sea tan precioso y me dé cuenta que es lo que he estado buscando en todo este tiempo. Tal vez nos tomemos de la mano en público y caminemos por Reforma juntos riendo uno con el otro, tal vez pueda soportar el trolebús pero solo con ella. Tal vez tratemos de ir despacio pero las cosas son tan perfectas que no podemos evitar bajar la velocidad, tal vez vivamos juntos cada día como una aventura y todo se vea tan fresco y lleno de vida, tal vez cocine huevos con jamón para mí y solo se ponga contenta con mi sonrisa como signo de agradecimiento, tal vez me espere en casa y no se enoje cuando llegue tarde, tal vez pueda conservar a mis amigos porque ella sabe que solo la amo a ella. Tal vez… tal vez la amo, tal vez me enamore y nada se sienta tan bien como eso, tal vez ella me haga reír en los días tristes y cuando me sienta muy asustado ella me diga que todo estará bien y yo le crea, tal vez yo pueda hacer lo mismo con ella, tal vez un día se dé cuenta que me necesita más que a cualquier otra cosa en el mundo, tal vez ya no pueda vivir sin mí. Tal vez es perfecta, tal vez me haga sentir seguro en casa, tal vez su sonrisa sea suficiente para hacer que cualquier dolor desaparezca.

instagram.com/mirameksiempre/

Tomo mis llaves, me aseguro de llevar el suficiente cambio para poder utilizar el transporte público y entonces la veo…

MKS_69


Reza un graffiti


Foto_JAM

en el barrio...


Tony Miranda

Caminar por caminar

instagram.com/tangerinehills

72_Caminar

Por Tony Miranda

De un tiempo para acá, he experimentado un gran placer al caminar. Y cuando digo caminar, me refiero no solo a la capacidad de desplazarme ayudado de mis piernas de un punto A a un punto B. Me refiero además, a un contexto muy amplio, completo y consistente, que implica cuestiones de tipo geográfico, climático, psicológico y emocional, por mencionar solo algunas. Desde mis recuerdos más lejanos, caminar implicaba tan solo ir de un lugar a otro para cumplir un objetivo, el cuál podía ser tan solo llegar, o ir a por algo y regresar. Sin embargo, desde hace al menos 5 años, caminar, ha representado en mi vida una de las actividades más interesantes y emocionantes, ya que principalmente, me ha hecho descubrir miles de cosas, tanto externas a mi como internas. No es sino hasta hace poco menos de un año que decidí tomarme muy en serio una actividad que, paradójicamente, es una que muy poco tiene de serio en la vida cotidiana del ser humano occidental: caminar sin propósito. Y es que caminar ha dejado de ser para muchos una opción, al menos en las ciudades ya que, como bien sabemos, en gran parte de las regiones rurales, las personas no cuentan con otro medio de transporte que sus propias piernas. Desde que el ser humano tiene acceso a los medios de transporte terrestre, caminar ha pasado a segundo plano, siendo una actividad marginada a intervalos de tiempo muy reducidos, desde andar en casa, en el trabajo o en la escuela, hasta recorridos de mediana a corta


@Tonyschuirer

distancia como desplazarse para hacer uso de algún medio de transporte, ya sea coche, autobús, taxi, metro, tren ligero, entre otros o inclusive salir a pasear al perro. Caminar por caminar, caminar sin propósito específico, caminar tan solo dejándose llevar por las piernas, se ha convertido en una pérdida de tiempo para muchos, si no es que hasta en un lujo. Y es que, caminar de este modo representa un lapso de tiempo importante que cualquier persona podría ocupar en cualquier otra actividad, incluso equivalente, como hacer algún tipo de ejercicio, ya no hablemos de cualquier otra actividad lúdica o de ocio. Pensar en caminar de paseo suele ser una actividad planificada, o caminar con el objetivo de tener buena salud, mantener o reducir el peso físico. Sin embargo, son muy pocas personas las que, involuntariamente, le dan otro sentido a esta actividad, a saber, caminar para pensar, para observar, para reflexionar. Es entonces cuando la actividad se convierte en algo ajeno a cualquier propósito específico que reporte un beneficio inmediato. Es decir, cuando una persona decide caminar por caminar, decide solo ir por ahí, está convirtiendo el paseo en algo abierto a cualquier cosa que pueda suceder, observar, reflexionar, descubrir a lo largo del recorrido y que puede convertirse en un momento satisfactorio, o no.

Caminar, implica cierto grado de atención. Los sentidos, principalmente la vista, el olfato y el oído se agudizan. La vista nos permite, más allá de la obviedad, observar con más detenimiento cosas, paisajes, fachadas, personas, objetos que dentro de otra forma de desplazamiento, en otro tipo de transporte, vemos muy rápidamente o que incluso no vemos. El olfato, de igual forma, nos permite descubrir aromas que, al ir más rápido a veces no detectamos, como es el caso de las flores en los jardines, los aromas a comida de determinado lugar, etc. El oído, es quizá, el sentido que más saturado tenemos los habitantes de las ciudades, estamos tan expuestos a tantos sonidos que muchas veces no detectamos el trinar de los pájaros (los pocos pájaros que hay en la ciudad), el sonido del viento entre los árboles, entre muchos otros sonidos que, cuando uno camina, a esa velocidad, es totalmente posible de observar. Existen también una cuestión importante al caminar, hay lugares donde es perfectamente posible hacer consciente el hecho de caminar, pero mucho otros en los que no, como mencioné, la saturación visual y auditiva a veces no nos permite darnos cuenta de lo que estamos haciendo. En las grandes ciudades, siempre hay miles de cosas que ver, dependiendo de la zona por la que uno transite, podemos descubrir una cantidad inimaginable de cosas que, siempre han estado ahí o cosas nuevas que van transformando el entorno urbano. Caminar en un pueblo o en una ciudad, pude ser una experiencia maravillosa si nos entregamos abiertamente a la experiencia de descubrir. Caminar por caminar bien puede ser también una fuente de inspiración. Cuando tenemos problemas en el trabajo o en casa, cuando no sabemos cómo resolver determinada cuestión escolar o simplemente cuando buscamos ideas, caminar puede resultar ser la ayuda perfecta. Una gran cantidad de creativos han afirmado haber encontrado inspiración e ideas excepcionales con tan solo ir a dar la vuelta por ahí, sin rumbo fijo. Es importante decir que, caminar sin objetivo fijo implica también ser conscientes previamente de que, si hemos decidido entregarnos al camino, con el deseo de que este nos entregue momentos de satisfacción,

instagram.com/tangerinehills

Caminar

por caminar_73


Tony Miranda

de reflexión o inspiración, es necesario hacer a un lado cualquier distractor, léase: uso de gadgets como el celular o reproductores de música. Incluso si hemos decidido ir por ahí sin rumbo fijo, consultar en el celular cualquier aplicación de gps, en el caso de que la tengamos, implicaría una distracción y nos predispondría a llegar a un lugar determinado o incluso, puede infundirnos estrés si descubrimos que estamos «vaya a saber dios dónde». La compañía, puede ser también un distractor. Muchas personas no se sienten seguras de ir por ahí si no van acompañadas. Un amigo, la pareja o algún familiar siempre son buenas opciones para sentirte acompañado y seguro, sin embargo, platicar durante una caminata hace que prestes más atención a lo que dice tu interlocutor o a las ideas que quieres expresar. Lo deseable sería poder caminar al lado de alguien con quien encontremos un acuerdo implícito de no distracción, de observación y disfrute pleno del paseo. Caminar entonces, por ahí, sin rumbo fijo, sin objetivos específicos, con el único deseo de observar y descubrir puede llegar a ser una actividad muy satisfactoria. Cualquier persona que me lea y que no sea asiduo caminante podrá, con razones justificadas, disentir conmigo o por qué no, sentirse inspirado. Los que si lo hagan, constantemente o recurrentemente, espero se sientan identificados con la presente reflexión.

Las ideas y reflexiones aquí vertidas son resultado de centenas de kilómetros recorridos a lo largo de la Ciudad de México, en distintos escenarios, en distintos momentos y horarios, y son sobreinstagram.com/tangerinehills

74_Caminar

todo, producto del deseo de poder compartir con más personas la experiencia de caminar por caminar.




A pie de ring

La realidad a pie de ring

En esta esquina: los rudos. En esta otra: los técnicos. Acá, mediando entre estos dos, sobre un ring pegajoso con propaganda de cerveza, me pongo yo, esquivando los madrazos, las patadas, los insultos y el sudor, para contarles un poquito sobre este deporte/espectáculo que no sólo dice cosas, sino las grita y les invito a que empecemos a escucharlas. La historia de la lucha libre en México, como tantas otras historias, es un cúmulo de azares y reajustes. Fue en un principio, producto de importación que llega gracias al empresario Salvador Lutteroth en 1933. La lucha libre la importa de Texas (sí, primero fue de los gringos, ni modo) y la trae directito de Texas para México, o de Texas para la colonia Doctores, más bien, en la Arena Modelo, un lugar abandonado que rentó donde originalmente se hacían funciones de box. De importación también fueron los primeros luchadores, el norteamericano Ray Rayan, Yaqui Joe, de pura cepa chicana y el italiano Pietro Chiandoni (que si les suena por la heladería de la Nápoles, están en lo correcto: es el mismito), por mencionar algunos. Lutteroth empieza a notar el potencial que puede tener este espectáculo, entonces traer luchadores a México sino empieza a buscarlos aquí para que poco a poco nos hagamos de nuestros ídolos. Empieza entonces la camada de Tarzán López, Charro ya no sólo busca traer luchadores a México sino empieza a buscarlos aquí para que poco a poco nos hagamos de nuestros ídolos. Empieza entonces

danludens.com/author/ximena

Por Ximena Rojo

A pie de ring_77


Ximena Rojo

«también he visto a señoras llorar porque le pegan en la cara a Shocker, el luchador 1000% guapo»

danludens.com/author/ximena

78_A pie de ring

la camada de Tarzán López, Charro Aguayo y Octavio Gaona, y la primera arena empieza a quedarles chica así que se mudan al número 77 de la calle República del Perú. Ahí mismo, un 2 de abril de 1943 se funda la mítica Arena Coliseo. Diez años después, el Coliseo es demasiada poca cosa para la lucha libre mexicana: el público pide más y los luchadores cada día son más. Como sólo el mito del eterno retorno, puede hacerlo, Salvador Lutteroth vuelve a donde estaba la Arena Modelo, el mítico lugar del origen, lugar elegido, para refundarla y crear lo que para muchos es «la catedral de la lucha libre»: la Arena México, a la que todavía acudimos varios fieles y devotos en Dr. Lavista #19. La lucha libre sigue siendo un espectáculo vigente. Además es un espectáculo de lo mexicano, que si en algún momento fue producto de importación, ¿qué más da?, se ha reapropiado e incorporado más profunda veta cultural. Hay algo en la lucha libre mexicana que la hace ser lo que es. Es un deporte tan identitario como el fútbol (o incluso más porque del fútbol no hay cómics y películas—o no tantas), la parafernalia es tan vasta o exótica como se quiera pero el artículo emblemático es, sin dudas, la máscara. En 1934, el luchador La Maravilla Enmascarada se cubre el rostro por primera vez y a partir de ahí lucha libre y máscara serán conceptos indisociables.


Las máscaras cubren a los luchadores pero les otorgan una identidad. «La máscara principia por agrandar el rostro, duplicando el valor de sus rasgos con la intención de dotarlos con mayor fuerza e imperio», afirma Xavier Villaurrutia. Qué pasa cuando a la gesticulación del sufrimiento, la grandilocuencia del rostro experimentando dolor, el grito encarnado, se cubre? Roland Barthes habla de la lucha libre como el «espectáculo del exceso» pero esto sólo cuando se puede mirar el rostro del luchador que sufre y se miran sus «gestos excesivos». La máscara en la lucha libre cubre pero no encubre. Al no poder leer el rostro, se lee el cuerpo, se escucha el golpe a palma abierta, se huele la sangre y el sudor. Los códigos se leen desde el movimiento del cuerpo como un actor en sí mismo. Cuentan los luchadores, que al ponerse la máscara cambian de personalidad (y de persona, y de personae). El traje no hace al hombre pero ni la máscara al luchador, pero ¡cómo ayuda! También lo dijo Konnan hace algunos años «la máscara no hace al luchador, sino el luchador hace a la máscara, así de sencillo». Máscaras y cabelleras, enanos, luchadoras, narradores, árbitros vendidos, edecanes… No se sabe hacia dónde mirar durante un espectáculo de lucha libre. Mirar hacia las porras de rudos o de técnicos también tiene su deleite visual y auditivo. Yo he visto niños de 7 años gritar las más refinadas guarradas a las edecanes y también he visto a señoras llorar porque le pegan en la cara a Shocker, el luchador 1000% guapo, «¡En la cara, no!» ¿Qué miramos cuando miramos lo que miramos? Es imposible pensar que a la lucha libre la delimitan solamente cuatro

esquinas. En la lucha libre hay reformulación y reapropiación de identidad: de una persona, de una colectividad (homosexuales, moralistas, mujeres, enanos…), de un país entero. Se miran los cuerpos, siempre en acción, receptivos, retadores. Los cuerpos nos hablan. Los cuerpos esculpidos y lustrosos, con el brillo del aceite, el glitter y el sudor, se nos presentan trabajados hasta la perfección muscular, o voluminosos y excesivos (pensemos en Brazo de Plata —Súper Porky— o Goya Kong) simplemente para el deleite de la acción. Los gladiadores desconocían la diamantina y las lentejuelas hasta que llegaron a la Arena México. ¿Dónde está lo real en la lucha libre? Si partimos de la premisa (o leyenda urbana) de que los encuentros están arreglados, ¿se arregla también la sangre?, ¿los gritos?, ¿la adrenalina? Yo he visto a Mr. Niebla tomar sudor de sus axilas y embarrárselo en la cara a su oponente, que hace caras de asco y grita. No hay forma de planear esas reacciones. Hace 50 años, ¿se madreaban al Santo, o a Rodolfo Guzmán Huerta, o a los dos? La lucha libre puede que sea la realidad simulada de la que nos habla Baudrillard, aquella «generada por modelos de algo real sin origen ni realidad». «Simular es fingir lo que no se tiene», y si no tenemos justicia, la inventamos en el ring, donde peleamos hasta que gane el bien o el mal, pero que gane alguien, atestigüemos su victoria y su victoria sea indiscutible. No tenemos héroes, pero tenemos a Atlantis, a Fray Tormenta, al Santo. Qué más da si es sobre el cuadrilátero cochino, seguro sobre esa realidad simulada la vida se entiende más, o se cuestiona menos, y segurito está más limpia que esta vida.

danludens.com/author/ximena

A pie de ring

A pie de ring_79


(Pr贸xima parada)

80_Pr贸xima parada


Foto: Gabrielle V

Foto: Socker One

Pr贸xima parada

Pr贸xima parada_81


Fotos: Tonatiuh Cabello

82_Pr贸xima parada


Pr贸xima parada_83

Fotos: Gonzalo Mart铆nez


Andrea G

La necesidad actual de la lucha feminista Por Andrea Guerrero

@Andrea_shelf

twitter.com/Andrea_shelf

Hoy en día podría parecer que el feminismo es una lucha ya superada, pues las diferentes feministas a lo largo de la historia, lograron que la mujer pudiera votar, salir de su casa para ir a trabajar, escoger a su marido y disponer de sus bienes. En fin, la mujer hoy en día puede hacerse cargo de su vida privada y tener participación en los asuntos públicos. ¿Pero esto quiere decir que la discriminación sea cosa del pasado? Parece que es difícil librarse de siglos de pensamientos machistas; filósofos tales como Pitágoras, Platón, Aristóteles, Tomás y Agustín, no tomaban en cuenta a la mujer y la consideraban más bien como un ser accidental, como una actriz secundaria en el juego de la vida. Igualmente, múltiples religiosos consideraban a la mujer como el mal más peligroso de la tierra. Tertuliano escribe: «Mujer, eras la puerta del diablo. Has persuadido a aquel a quien el diablo no osaba atacar de frente. Por tu culpa ha debido morir el hijo de Dios; deberías ir siempre vestida de luto y harapos» San Ambrosio: «Adán fue inducido al pecado por Eva, y no Eva por Adán. Aquel a quien la mujer ha inducido al pecado, justo es que sea recibido por ella como soberano». Y San Juan Crisóstamo: «Entre todas las bestias salvajes, no hay ninguna más dañina que la mujer». Si desde muchos siglos atrás se tenía en poca estima a la mujer, es evidente que unos cuantos años de lucha no son suficientes para eliminar por completo las ideas

84_Lucha feminista

machistas. Es por esta razón que el feminismo no debe morir, no se debe dejar de luchar por una misma, por el hecho de haber conseguido (gracias a otras) unos cuantos derechos. Pero sin lugar a dudas, es importante recalcar qué es el feminismo, pues debido al poco conocimiento de éste, es que mucha gente toma a las feministas como una «bola de viejas revoltosas» que no saben con seguridad lo que quieren o, como a un montón de «machorras» que no tienen nada mejor que hacer, más que quejarse de los hombres. Ciertamente estos comentarios están basados en la ignorancia y en la incomodidad que provoca el feminismo; dice Varela: «El feminismo es un impertinente—como llama la Real Academia Española a todo aquello que molesta de palabra o de obra. Es muy fácil hacer la prueba. Basta con mencionarlo. Se dice feminismo y cual palabra mágica, inmediatamente nuestros interlocutores tuercen el gesto, muestran desagrado, se ponen a la defensiva o, directamente, comienza la refriega». No hay peor actitud, pues esto muestra que tan intolerantes son los hombres a la mujer que ya no quiere ser considerada como inferior, y lo peor: ¡No sólo los hombres son intolerantes hacia estas mujeres! También otras mujeres lo llegan a ser. He conocido a muchas mujeres que piensan que el feminismo es algo absurdo, ya que piensan que la mujer pide la igualdad al hombre


Lucha feminista

y se enojan cuando un hombre no les cede el asiento en el transporte público, por ejemplo, entonces estas mujeres que lo ven como algo absurdo se preguntan: ¿cuál igualdad? Piden igualdad y quieren que las traten «diferente por ser mujeres». Por otra parte, otras se sienten ajenas a los problemas que plantea el feminismo, se irritan con facilidad cuando se les dice que no se dejen oprimir por el sexo opuesto. Pero a todo esto, ¿en realidad el feminismo es absurdo? «El feminismo es una teoría y práctica política articulada por mujeres que tras analizar la realidad en la que viven toman consciencia de las discriminaciones que sufren por la única razón de ser mujeres y deciden organizarse para acabar con ellas, para cambiar la sociedad». Ahora bien, no hay que confundir la igualdad con la equidad. Obviamente no se puede pedir igualdad con los hombres, porque evidentemente no somos iguales. Por lo tanto, no podemos tener los mismos derechos; por ejemplo, un hombre no podría tener

derecho a la incapacidad por maternidad, porque él no puede tener hijos. En cambio, las feministas están conscientes de las diferencias de los sexos y luchan por tener derechos conforme a sus necesidades, en el caso del embarazo, pueden luchar por que se les permita la incapacidad por maternidad, y no que por el hecho de estar embarazadas las despidan. En este caso estamos hablando de equidad y no de igualdad. Por lo tanto, el feminismo no es un absurdo. Las feministas quieren cambiar la realidad en la que viven, en el sentido en el que se les den derechos a ellas y que las respeten por lo que son. Ahora bien, como ya se había mencionado, las mujeres pudimos haber ganado el derecho al voto, al trabajo, a los permisos por maternidad, etc., pero sigue habiendo discriminación en hechos y en palabra. En los hechos quizás sea mucho más evidente, ya que a pesar de que la mujer pueda trabajar también para sustentar a su familia, ésta tiene menos oportunidades de ascen-

twitter.com/Andrea_shelf

Foto_Tonatiuh Cabello

Lucha feminista_85


twitter.com/Andrea_shelf

der en su trabajo, ya que se considera a la mujer más débil, más inestable, más irresponsable; entonces, en la competencia por un puesto más elevado, generalmente termina ganando el hombre. ¿O qué pasa con los feminicidios? ¿No es verdad que estos aumentaron? Es cierto que vivimos en una época sumamente violenta, donde a cada vuelta de esquina escuchamos que mataron a alguien, ¿pero por qué aumentaron sobre todo los feminicidios? Por el odio hacia la mujer, por el sentimiento del hombre de que ellas son de su propiedad, por el sentir que sólo son un objeto que pueden utilizar y desechar cuando quieran. En fin, ejemplos podemos encontrar donde sea. En otros casos, la discriminación y el menosprecio a la mujer es más sutil, se puede apreciar en las «bromas» que se hacen en las redes sociales con los famosos memes; ejemplos también podemos encontrar muchos, como que la mujer despierta creyendo que es un nuevo día para molestar al hombre, ¿no es una forma de menosprecio creer que la mujer es una neurótica que se la pasa molestando a su pareja?, ¿no es una forma de afirmar que el hombre siempre es más estable y que por lo tanto es más que la mujer? Y en muchísimos casos la mujer se termina atribuyendo esta forma de ser, tomándolo como algo que provoca risa y no como una forma de agresión. También en los casos en que el hombre cree que los deportes son exclusivos de ellos, por ejemplo, si a una mujer le gusta el futbol, ellos llegan a creer que les están robando algo que es para ellos; o si llegan a opinar sobre futbol, estos terminan diciéndoles que

86_Lucha feminista

ellas no pueden opinar sobre futbol porque es cosa de hombres. Es como si nosotras les dijéramos que el llanto es exclusivo de nosotras, o que arreglarse para verse bien es exclusivo para las mujeres y que ellos nos están robando eso. ¡Es absurdo! ¿O qué pasa cuando el hombre le insinúa a la mujer que ella no puede trabajar porque la pondría en una situación incómoda?, ¿no es una forma sutil de opresión? Muchas mujeres terminan creyendo que él tiene la razón, que no las dejan trabajar porque no quieren que pasen incomodidades, que lo mejor para ellas es solo recibir el gasto que ellos puedan darle. Es evidente que no todos los hombres tratan a las mujeres así y que no todas las mujeres pasan por estas situaciones, pero las que sí, deberían tomar consciencia de su posición y evitar ser tratadas así. La mejor respuesta a una broma de tipo machista, es decir que no le agradan ese tipo de bromas y exigirle respeto a quien la hizo. La mejor actitud ante algún tipo de opresión, es tomar las riendas de su vida, no dejar que las mangoneen, pero claro, sin faltarle al respeto al sexo opuesto. Yo sé que puede ser difícil incluso identificar la discriminación o el menosprecio, ya que, como se mencionó, puede ser muy sutil. También hay que estar conscientes que borrar de un tirón todos los siglos de actitudes y pensamientos machistas, es también muy difícil. Pero con pequeñas actitudes, con pequeños ejemplos por parte de nosotras, estamos interviniendo en un cambio de pensamiento, estamos interviniendo en nuestras propias vidas.


El nuevo motor Por Tlanezi Escamilla

E s t i m a d a

s e ñ o r i t a :

Estimada señorita:

s u

c o r a z ó n

Me complace informarle, con todo respeto, que su corazón a muerto. No necesita usted reportarlo en el departamento de pérdidas cardiacas, el sistema por si mismo se actualiza, y déjeme congratularme con su situación, para serle sincero, ese corazón suyo, venía muy mal herido, nada se pudo hacer por él. Tal parece que el verdugo hizo bastante bien su trabajo.

l e

Siéntase afortunada de que empresas blood & hearts, amplió el cupo para la recepción de corazones de desecho...su matrícula es la 9530 y con este pase que le voy a extender se forma en la ventanilla 13 para que le den el vale por el implante del «motor de la vida», que hará las veces de corazón, el «motor de la vida» no se rompe ni deja de latir, no duele, no se infarta, ni se desangra, le permite a usted enamorarse indefinidamente sin sufrir, pida su vale con el número 1194,espere en la sala por favor.

p e r m i t e

a

u s t e d

de la vida e n a m o r a r s e s i n

i n d e f i n i d a m e n t

s u f r i r Nuevo motor_87


Los gritos Por Aldo Vicencio @WalrusRevolver

Enterraré mis gritos con concreto, en espera de que nazca el monumento del olvido y ya la luna mirará con otra cara, y ya las calles se dilatarán para dejar pasar pasar el viento pasar los rostros pasar el tiempo Enterraré mis gritos con concreto, en espera de que nazca el monumento del olvido y ya la gata caminará con ingenuidad, y ya las nubes acariciarán los semáforos semáforos de los sentidos semáforos de los cariños semáforos de los encuentros Enterraré mis gritos con concreto en espera de que nazca el monumento del olvido y aguardaré a ver contigo nuevas estrellas, nuevos soles y nuevas galaxias en la oscuridad de la madrugada madrugada de sueños amarillos madrugada de planetas pequeños madrugada de rostros compartidos

88_Bajo el concreto


Poesía

Enterraré mis gritos con concreto en espera de que nazca el monumento del olvido y ya toda la Tierra mirará hacia el Sol, y el Sol mirará a la Tierra, y se preguntarán porque se alejan entre la soledad del infinito infinito de posibilidades infinito de pesadillas infinito de recuerdos Enterraré mis gritos con concreto en espera de que nazca el monumento del olvido, mientras entre la luna y la calle, entre los semáforos de la madrugada y e l i n f i n i t o d e l a g a l a x i a, veo girasoles que resplandecen sobre el gris desgastado de los edificios, y no puedo evitar preguntarme si en cada uno de sus pétalos estará la luz de tu sonrisa y el calor de tus ojos los ojos de mis dulces recuerdos los ojos de mi esperanza en el mundo los ojos del perdón y el olvido

bajo el concreto


La sección

www.nombrenecesario.com

Foto_Tonatiuh Cabello

90_No sé que es poesía


No sé qué es la poesía Por Omar Téllez @Chomarelo

En la mente de un inculto como yo, poesía es todo aquello que rima, que se escucha bonito y habla de amor o desamor. Es utilizada por todo aquél que quiera quedar bien con la persona que pretende seducir y también funciona para que el sujeto que sufre de desamor sienta que no está sólo en el mundo, que alguien más sufre igual o más que él. Aunque, ahora que lo recuerdo, hace no mucho asistí a un evento en la que un joven poeta presentó su más reciente libro que compilaba una serie de poemas dedicados a la mierda del mundo (así dijo él) y leyó unos cuantos como para antojarnos su producto.

www.nombrenecesario.com

Debo reconocer que nunca he sido un lector de poesía y por lo tanto me considero un ignorante total del término, así que para poder escribir algo sobre ella tuve que recurrir a internet, leer algunas definiciones y tratar de comprender qué carajos es un poema.

No sé que es poesía_91


Tony Miranda

Lo recuerdo muy enojado, se levantaba de su asiento, alzaba la voz, manoteaba, se despeinaba y cuando terminaba de leer, regresaba a él la calma. Era como si nos bombardeara con palabras, una explosión de sentimientos que nos envolvía y nos hacía que escapáramos a una realidad alterna junto con el poeta, para que después, cuando su texto se agotaba, nos regresara a ese pequeño auditorio. Antes de ese día había leído casi por accidente algunos poemas y me parecían muy forzados, pensados y hasta superficiales. No me juzguen, les digo que soy un ignorante del tema y lo soy más por nunca haberme interesado en él. Con el sujeto del evento que menciono líneas atrás fue muy distinto; sus palabras eran sinceras, puras, era como escuchar una pelea callejera, potente, espontánea, llena de furia y que al mismo tiempo servía de desahogo. No podía existir algo más sincero que eso, era evidente que el tipo Andrés Cisneros de la Cruz, (por cierto) en verdad sentía todo lo que escribía. Luego de esa presentación, recibí la invitación para asistir a un slam de poesía en la que él fungía como organizador. Decidí ir y me encontré con que el escenario era un ring de box. “¡En verdad se van a pelear!” pensé con un poco de morbo. No fue así, pero sí hubo golpes duros, casi de knock-out, a todos los que éramos testigos del evento. Golpes dados con la potencia de sus palabras.

www.nombrenecesario.com

Los participantes sentían sus poemas, los expresaban de una forma que, durante todo el evento, nos llevaron a sus propias realidades… incluso algunos de ellos nos ayudaron a viajar a nuestras propias realidades alternas. Una vez recapitulado eso, me siento con la capacidad de dar mi propia definición de poesía: Poesía es el sentimiento transformado en palabras, es una explosión de sinceridad, que hace experimenta al lector una tormenta de emociones y la sensación de poder transportarse a realidades distintas a las que vivimos en el plano terrenal; realidades a veces mejores y otras tantas terribles. Poesía es sentir y vivir, tratando de escapar de la propia vida. Eso, creo que es la poesía. Y sí, estoy loco, ¿ustedes?

92_No sé que es poesía


(The album)


The album

a) el personaje

94_The Album


The Album_95

flickr.com/photos/hormigadejade

Foto: Tonatiuh Cabello Morรกn


Fotos: Gerardo Cruz Rivera

gerardocruzr.tumblr.com

96_The Album


The album

b) el lugar

The Album_97


Foto: Oliver de Gante

Foto: Carlos L贸pez

98_The Album


The album

c) el recuerdo

The Album_99


Fotos: Luis PĂŠrez

www.flickr.com/photos/atunenaceite

100_The Album


The Album_101

Foto: Oliver de Gante

Foto: Socker One


Grandes batallas.




Notas


Notas


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.